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Los genes

Summary:

En la actualidad se sigue debatiendo sobre el derecho de los mutantes a seguir entre los humanos. La División Mutante del FBI permite que la población humana se sienta más segura. ¿Qué mejor que un monstruo para cazar a otro monstruo?

En un mundo donde los mutantes son juzgados y los telépatas odiados, Charles recibe la oportunidad de trabajar en el FBI. Deberá ayudar a resolver los casos cada vez más intrincados a la vez que trata de integrarse en el equipo. Erik Lehnsherr, uno de los miembros de su Unidad no se lo pondrá fácil.

Notes:

Bueno, este es el primer fanfic que publico y mi primer fanfic de Cherik, espero que os guste.

Está basado en el fanfic de ClarkeStetler y Goosenik "Finding North". Es una obra maestra y me gustó la idea de que los personajes de X-men formarán parte o trabajaran en el universo de Mentes Criminales. Os recomiendo su fanfic encarecidamente.

Quise probar a escribir un slowburn en este ambiente, aviso que será un slowburn muy muy slow, no esperéis que se besen pronto jajajja. Todavía faltan etiquetas, pero trataré de ir añadiéndolas según falten.

Chapter 1: Esperanza

Chapter Text

Charles se estiró bajo las sábanas desperezándose mientras apagaba la alarma mental que activó anoche. Por lo general era una persona madrugadora que disfrutaba de levantarse temprano para aprovechar el día. Sin embargo, esa noche apenas había dormido.

Hacía sólo una semana desde que había recibido la visita de dos agentes de la DM en su casa. La División Mutante del FBI formaba parte de la UAC. La Unidad de Análisis de Conducta había acudido a su puerta con una “oferta”. No hacía falta ser un telépata para saber que la negativa a trabajar con ellos acarrearía consecuencias. Los propios agentes habían mencionado diferentes amenazas veladas durante la corta conversación.

Aunque no fuera de dominio público Charles ya había escuchado de casos en los que mutantes eran contactados por el Gobierno por sus habilidades. Después de todo, su hermana Raven trabajaba para la CIA. Ella había sido contactada después de su tercera detención policial, su mutación un activo valioso para el espionaje y por lo tanto, para el Gobierno. El cambio le había venido bien, su energía y picaresca la hacían increíble en su trabajo. Un plus era que evitaba que se metiera en líos. Fue Raven la que le convenció para aceptar el puesto, ya no por las represalias, si no por el desafío.

Desayunó despacio pensando en su nuevo puesto de trabajo del que apenas tenía información. Habían comentado el sueldo y la duración de su contrato, pero no sabía qué implicaba. El dinero que ganaría era cuantioso, casi compensaba que le hubieran obligado a aceptarlo.

Apenas sabía dónde tenía que ir en su primer día, lo que no era muy reconfortante. Los agentes sólo le habían indicado que en el plazo de una semana sería su primer día. No habían comentado la alternativa de denegar el puesto. El último comentario de uno de los agentes había sido que debía dirigirse a las oficinas de la UAC de Quantico. Con una mueca ante ese pensamiento recogió los restos de su desayuno y se fue a vestir.

Repasando la ropa de su armario optó por un traje, descartando su estilo de “profesor anciano universitario” como lo llamaba Raven. Estuvo a punto de llamarla para preguntarle su opinión, pero no quería molestarla mientras estaba de misión. Su relación seguía tensa desde hace años, trataban de comportarse como antes, pero los dos sabían que todo había cambiado. Ya se encargaría ella de ponerse en contacto con él. Cuando comprobó que todo estaba listo se aventuró a salir de casa.

***
Al entrar al edificio se fue a acercar a la recepción para preguntar dónde dirigirse cuando se le acercó una mujer morena, de pelo liso por los hombros y que exudaba confianza.

La mujer le estrechó la mano de manera firme y se presentó.- Mi nombre es Moira McTaggert, agente al mando de la primera división DM del FBI, debe de ser Charles Xavier, si no me equivoco. Trabajará en mi equipo.- Con una seña en la cabeza le pidió que le siguiera. Charles no pudo evitar percibir las vibraciones de ánimo y diferentes pensamientos superficiales desde la mente de la mujer. Una mente curiosa y sin apenas barreras. Su compañera era humana, una revelación interesante.

Sintió como sus nervios aumentaban al adentrarse más en las oficinas del FBI. Su mente ávida de conocimientos sobre su nuevo puesto.- Hola, disculpe agente, pero no se me ha explicado exactamente mi puesto, nada respecto al trabajo…- comentó con el ceño fruncido, necesitaba saber lo más básico.

- Supongo que ya conoce a lo que se dedican los equipos de DM.- Tras la negativa de Charles continuó con la explicación.- Ya se habrá dado cuenta de que soy humana. La mayoría de los mutantes con los que coincido se dan cuenta rápido.- Explicó con una sonrisa fácil girándose hacia él. Charles sintió su curiosidad.- Es parte del protocolo del FBI para equipos del DM. Normalmente somos el enlace para los medios de comunicación y las familias. Es una manera de mantener el equilibrio en el equipo y dar una visión más humana. Al fin y al cabo somos los encargados de entregar a la justicia a los criminales mutantes.

- ¿Capturais únicamente a mutantes?- preguntó Charles.

- Es nuestra especialidad, es más fácil capturar a mutantes con agentes que también lo son. Aunque tener una humana en el equipo, permite que se dé una mayor seguridad a la población. Al igual que su cometido en la unidad, un telépata nos vendrá bien de cara a la opinión pública mutante.- Charles la seguía con paso apresurado por los pasillos, tratando de entender la lógica de su puesto. Evitó el impulso de ojear su mente en busca de respuestas. No hizo falta, las dudas debían estar plasmadas en su rostro.- No se preocupe Xavier, se lo explicará mejor después Howlett, es nuestro supervisor.

- Preferiría que me llamara Charles, si no es molestia, agente McTaggert.

- No hace falta que me llames agente, Charles.- dijo con una sonrisa.- Somos bastante laxos dentro del equipo.- Aclaró acercándose a las cinco mesas colocadas en el centro de la sala.- Te presento a los integrantes de la primera división y tus compañeros. Chicos, él es Charles Xavier, agente especial en formación, formará parte de la unidad. Charles, ellos son Sean Cassidy- señaló a un joven pelirrojo pegado a la pantalla de un ordenador. Le saludó con la mano desde su asiento con una leve sonrisa.- Alex Sum-...

Un portazo seguido de varias maldiciones la interrumpió. Un hombre vestido con chaqueta de cuero mordiendo un cigarro había entrado de manera apresurada con una carpeta marrón.

- McTaggert, venga al despacho tenemos que revisar los casos, me han llamado para un posible piroquinético.

Suspirando la mujer se acercó al despacho por donde había desaparecido su supervisor.- Charles, preséntate, pero no te pongas cómodo mientras revisamos los casos. Lo más seguro es que tengamos que irnos.- Cogiendo una libreta azul de uno de los escritorios se dirigió al despacho de manera apresurada.

Una sensación de incertidumbre le invadió. Aunque no se permitió que se le notara, tres pares de ojos le observaban. Quería crear una buena primera impresión, quizás le hubieran obligado a trabajar allí, pero haría de ello algo positivo. Un joven rubio se levantó del escritorio donde estaba sentado y fue a saludarle con una media sonrisa.

- Soy Alex Summers y él es Darwin Muñoz- dijo señalando a un joven afroamericano a su lado al que estrechó la mano con una sonrisa.- y aquel con cara de pocos amigos es Erik Lehnsherr.

Se giró a mirar a dónde señalaba el rubio. Apoyado en uno de los escritorios con los brazos cruzados sobre la mesa se encontraba un hombre atractivo de unos treinta años. Sus ojos tenían un color que se encontraba entre el verde y el gris, ensombrecidos por su ceño fruncido.

No se dejó intimidar por su aparente carácter apático y se acercó a darle la mano con su mejor sonrisa. Notó cómo los escudos mentales de Erik se volvían más robustos al acercarse. Un límite claro. Para algunos un rechazo, para otros una forma de protección. El telépata dudaba sobre cuál de las dos razones le había llevado a levantar sus escudos, pero no rebasaría límites. Se conformó con alejarse de nuevo y saludarle con la mano desde donde se encontraba, no pretendía incomodarle.

Por la rapidez con la que había alzado sus escudos mentales no era la primera vez que se cruzaba con un telépata. No todo el mundo era capaz de fortalecer sus escudos naturales. Se necesitaba por lo general bastante constancia y saber dónde trabajar en la mente. Su lenguaje corporal indicaba cierta hostilidad y rechazo, quizás por su telepatía, tal vez por su puesto en el equipo. Trató de parar sus pensamientos ignorando el peso que se instaló en su pecho.

- Soy Charles Xavier, me podéis llamar Charles, es un placer trabajar con vosotros.- Antes de poder recibir una contestación fueron interrumpidos de nuevo por su supervisor.

- Mocosos, venid a la sala de conferencias, tenemos un nuevo caso. Un piroquinético, lo mandan desde Phoenix. Grabaron las llamas de uno de los últimos incendios. Cassidy pon las imágenes en la pantalla.

- ¡A la orden jefe! Tenemos dos grabaciones diferentes del mismo complejo de apartamentos.- Comentó mientras se conectaba a la pantalla. Aparecía un vídeo que parecía tomado desde un teléfono móvil desde el otro lado de la calle.- Este es el que mejor calidad tiene, lo grabó un vecino, dijo que las llamas salieron de repente. Empezó a grabar cuando notó el humo salir de las ventanas de la primera planta. En el otro se ve únicamente el aparcamiento, pero es interesante.

En el vídeo se observaba una hilera de humo negro saliendo de varias de las ventanas. Se esparcía rápidamente hacia arriba. Después Sean cambió de vídeo, en él se veía otra parte del edificio, el aparcamiento y un parque cercano. En los últimos segundos antes de cortarse la grabación se veía una figura salir corriendo desde el aparcamiento hacia el parque.

- Vais a volar hasta Phoenix, cuatro incendios son más que suficientes. El sudes lleva ya ocho heridos, uno de ellos grave. Preparaos, os vais en cuarenta minutos.- Todos se levantaron para ir hasta sus escritorios.- Tú no Xavier, tenemos que hablar.

Charles esperó a que todos sus compañeros salieran antes de hablar con su superior. Darwin le palmeó la espalda dando apoyos antes de salir. Sean no fue tan sutil. Antes de salir por la puerta se golpeó en el pecho con el puño para luego señalar al telépata susurrando “tú puedes”. Charles se preguntó si sería el humor apático de Howlett lo que les provocaba darle ánimos.

El telépata quería hablar de su puesto con el supervisor, pero antes de darle opción a explicarse quiso dejar algo claro.- No se me dió opción a aceptar el puesto, sin embargo pretendo hacer un buen trabajo, señor. Me gustaría saber en qué se basa mi puesto.- Todas las palabras salieron de manera apresurada, denotando su nerviosismo. No podía parar de tocar la corbata que llevaba y arreglarse los puños de la camisa. Ya lo hizo en el pasado, traicionar sus principios. Pensar en hacer algo parecido… Le daban ganas de vomitar.

- Deje el señor, Xavier.- dijo con una ligera sonrisa señalando para que se sentara de nuevo.- No sé qué es lo que le ha explicado la agente McTaggert, pero cuando me llegó la oferta de un telépata le acepté tanto por su mutación como por sus conocimientos sobre el gen X. Le consultaremos sobre las mutaciones y posibles formas en las que reducir a los criminales según su habilidad. Tampoco se haga ilusiones, su telepatía se usará contra los criminales. Lo necesitaremos para poder detener de manera menos “agresiva” digamos.- Indicó soltando una risa apenas contenida y entrecomillando con los dedos, para después cruzarse de brazos.- Hemos recibido algunas quejas desde arriba. También necesitaremos de su telepatía para interrogación o persuasión… Espero que no sea lo que no está dispuesto a hacer.- comentó levantando una ceja.

Procesó sus palabras tratando de entrever si eran verdad. La conversación sacudió a Charles y le relajó por partes iguales. Percibiendo su honestidad tomó una decisión. Daría lo mejor de sí mismo, este trabajo podría ser una buena oportunidad para aprender más del gen X.- No, no tengo problema en revisar las mentes en busca de mentiras o ver algún recuerdo…

Dirigiéndose hacia la puerta se giró para mirar a Charles con un suspiro.- Entonces perfecto, vaya a por su maleta, le espera su primer caso.- El pensamiento de no tener nada preparado se le pasó por la cabeza a Charles. Supuso que podría pasarse en un momento por su apartamento a por un cambio de ropa.- Ah y por cierto Xavier… no es necesario que vista de traje mientras vaya formal… se nota que no está acostumbrado.- Concluyó con una risa floja.- Creo que se nota que no somos de esos equipos estirados. - Dijo colocando la pechera de su chaqueta de cuero marrón.

Tras confirmar con McTaggert que podía ir a coger una muda fue rápidamente a su apartamento. Cogió lo que consideró que sería necesario, la agente McTaggert le había mandado un mensaje con la ubicación e indicaciones para ir a la pista. No tardó mucho en dirigirse allí.

Por ahora su primer día no había sido nada catastrófico. Lo que le habían pedido hacer para el equipo, estaba dispuesto a hacerlo. Apenas había diferencia entre captar una mentira en un discurso y sentir las fluctuaciones de las emociones de alguien. Y pensándolo bien, el leer los pensamientos de criminales si era para salvar vidas… Sería capaz de hacerlo. O eso pensaba.

 

***
Fue el último en entrar en el avión, fascinado por el jet privado del equipo. Mirando los asientos dudó antes de sentarse al lado de Erik. Sus escudos eran buenos, pero aun así era capaz de sentir el rechazo que le producía su presencia.

Empezó a reforzar sus propios escudos para evitar escuchar tanto al resto. Entrelazó su mente a su escudo reforzado hasta ser capaz de sólo sentir emociones superficiales de los que le rodeaban. Esperaba que a futuro sus compañeros confiaran en que respetaría sus mentes. Ahora sólo le quedaba respetar su espacio hasta que se ganara esa confianza.

Se dió cuenta de que había estado parado varios minutos tratando de elegir asiento. Luego de pensarlo se decantó por sentarse al lado de Moira. La agente había sido de lo más amable y su lado seguía vacío. Nada más sentarse todos empezaron a colocar los informes que habían mandado desde Phoenix. Moira se encargó de llamar a Sean para seguir con la reunión en el jet. Charles se preguntó si siempre eran tan eficientes.

- Nos dijeron desde la comisaría de Phoenix que era un piroquinético, pero ¿cómo supieron que no es un pirómano humano?- Preguntó Alex mientras revisaba los vídeos.

- Según los informes hay dos testigos oculares del segundo incendio que dicen haber visto una figura en llamas. No se encontró ningún cadáver ni restos. Tampoco combustible o acelerantes.- Darwin contestaba mientras revisaba los informes.

- Hay factores que hacen que un pirómano actúe, como la pérdida del trabajo o el amor. Tenemos que tener esos factores en cuenta.

- Siento contradecirte Moira, pero si se trata de un piroquinético hay que tener en cuenta los factores a partir de su mutación.- Charles vió su oportunidad para poder contribuir, quizás sus conocimientos le permitirían hacerse un lugar en la unidad. De paso podría hablar sobre su tema favorito de conversación. El gen X. Aclarándose la garganta continuó- Un piroquinético es diferente de los pirómanos. Su mutación les hace ser impulsivos, tienden a la violencia y son vengativos. Según las estadísticas es probable que sea un hombre, hay una menor cantidad de piroquinéticas mujer, aproximadamente son el 7%.

- ¿Cómo es que sabes tanto sobre los piroquinéticos?- La voz seria de Erik sorprendió a Charles, su tono neutro se notaba forzado.

Incómodo ante la atención de sus nuevos compañeros se encogió de hombros antes de responder.- No es que sepa sobre los piroquinéticos en particular. Mi tesis se basó en el estudio del gen X. Por lo que estudié las diferentes mutaciones y cómo se presentan en cada individuo.

- Aquí nuestro amigo Charles tiene tres carreras universitarias, cuatro másteres de posgrado y varios trabajos de investigación. - La risa de Sean se escuchó desde la pantalla que habían colocado para hacer videollamada.- Es un cerebrito el nuevo.

- ¿Me has investigado?- Charles se preguntó qué habría de él en la base de datos del Gobierno. Había tenido una vida tranquila y siempre solía obedecer las reglas. Su puesto en el equipo seguramente se había dado por su telepatía nivel alfa, más que por delitos, como el caso de Raven.

- Solo te investigué un poco, ya sabes… A qué te dedicabas antes, si tienes multas… No me esperaba que no tuvieras carnet de conducir porq-

- Sean basta, ya hemos hablado sobre buscar información confidencial sobre los compañeros.- Reprendió Moira- Siempre igual…- Suspiró.- Vamos a centrarnos. Sean necesitamos una lista de todos los piroquinéticos registrados de Phoenix. ¿Cuándo fue el primer incendio?

- Hace dos meses jefa, el segundo hace una semana y el tercero hace dos días y ayer el cuarto.

Mirando su libreta con anotaciones Moira murmuró- Se está acelerando.- La mujer no parecía haberse dado cuenta de que había pensado en voz alta. Desde su asiento Charles podía sentir cómo la mente de Moira hilaba los datos del caso y trazaba planes. Por lo poco que sabía de la UAC, ella era la encargada de realizar el perfil. Que si no se equivocaba explicaba la conducta del sujeto que buscaban. Una tarea importante, no era de extrañar su ansiedad.- Muy bien. Sean, necesito esa lista. Los demás nos dividiremos. Darwin y Alex, vosotros iréis a la última escena, fijaos en si fue premeditado y dónde se inició el fuego. Erik y Charles, vendréis conmigo a la comisaría a presentarnos y estudiar lo que sabemos.

***

En la comisaría se presentaron al investigador responsable del caso. Un señor de mediana edad sobrevenido por la idea de tener un mutante agresivo en su ciudad. Fue el agente quien les ofreció una sala en la que se establecieron. Sacando los informes que habían traído de Quantico y colocando un mapa de la ciudad marcando los incendios empezaron a hilar teorías. Poco después de sus primeras hipótesis llegó la lista de Sean con los piroquinéticos de la zona. Había cinco hombres registrados, todos con antecedentes personales. Tres de ellos nivel delta y dos beta.

Colgando el teléfono Moira habló.- Según lo que han visto Alex y Darwin en la escena del último incendio no parecía planeado. Hay señales de un fuego pequeño, como una prueba antes de encontrar el objetivo. El fuego arrasó parte de la primera planta. Ese poder implicaría al menos una mutación de nivel beta.- Moira suspiró.- Por las fotos de los incendios, diría que es un hombre de entre diecisiete a veintisiete años. No parece tener un buen control de su don, sólo es capaz de activarlo y desactivarlo. Está degenerando, primero una fábrica, luego un edificio abandonado… Ahora son edificios de apartamentos.- La frustración se marcaba en su voz.

Para Charles era fascinante toda la información que había conseguido obtener del sudes sólo con las imágenes de la escena. Sudes. Sujeto desconocido, Moira le había explicado de camino a la comisaría que ese era el término correcto a usar al referirse a los criminales que buscaban. Estaba aprendiendo mucho en poco tiempo, pero siempre había sido un apasionado del conocimiento.

- Siente rabia hacia algo o alguien. Ahora busca hacer el mayor daño con cada incendio. Puede que incluso se trate de pruebas antes de un objetivo mayor o de su objetivo. Cada vez más víctimas y por lo que se ve en el último incendio, no va a parar ahí, ese tipo de rabia solo aumenta con el tiempo.- Erik hablaba como si conociera lo que se sentía.

Charles tuvo que hacer un esfuerzo consciente para no acercarse en su mente. No quería fisgar, sólo ver parte de esos sentimientos nublados detrás de esos ojos grises. Una pena que Erik pareciera estar en su contra, era justamente el tipo de Charles. En otras circunstancias hubiera usado alguna de sus frases para ligar.

- Tenemos dos sospechosos.- Dijo Moira sacando a Charles de su ensoñación. Levantándose de nuevo de la silla donde se había sentado tras contestar la llamada Moira fijó su mirada en Charles.- Tenemos dos sospechosos posibles, vamos a hacer un interrogatorio. Espero que no sea demasiado para ti, Charles. Todavía no sé hasta dónde alcanzan tus habilidades.

La mirada que le había dado el telépata a Erik no le pasó desapercibida a Moira. Puede que se equivocara, pero le pareció ver cierta atracción desde el más joven hacia Lehnsherr. Su intención sería mantenerse al margen, aunque pensándolo bien, tampoco pasaría nada si les emparejaba de vez en cuando. Esto va a ser interesante.

- No, no hay problema. Nunca he participado en un interrogatorio, pero no creo que se me dificulte.- Contestó Charles con una sonrisa, Moira parecía satisfecha con la contestación, ignorando el resoplido de Lehnsherr.

- Tranquilo, el interrogatorio lo hará Lehnsherr, tú estate al tanto de la veracidad de lo que digan. Mandaré traer a los sospechosos.- Erik puso los ojos en blanco.- Me gusta la idea de poli bueno, poli malo. - Moira le guiñó el ojo a Erik, mientras sonreía por su reacción.- Creo que ambos dais la talla.

***

Veinte minutos después ambos se encontraban en la sala de interrogatorios. Debían esperar a que les trajeran al primer sospechoso.

El silencio era incómodo, el ambiente tenso. Charles no podía evitar sentir la tensión y emociones que emanaban de su compañero. Comprobando sus escudos Charles se percató de que no podía asilarse más, por lo que tendría que conformarse con sentir la tensión e incomodidad de Erik.

Girándose ligeramente en su silla para mirar a Charles, Erik rompió el silencio.- Quiero dejar algo claro.- Su voz era cortante, apenas controlada.- Llevo cuatro años trabajando con el equipo. Todos nos consideramos una familia. Nos protegemos unos a otros.- Charles pudo notar la rabia que salía de Erik a intervalos.- No pienso dejar que nada ni nadie les haga daño.- Su mirada se oscureció. - Son niños, no soldados. Cassidy hace poco cumplió diecinueve y Summers y Muñoz apenas tienen veintidós años.- La rabia de Erik se volvió más intensa antes de controlarse de nuevo.- Howlett suele ser más juicioso respecto a la gente, pero se ciega con las opiniones de McTaggert.

- ¿A qué viene esto Lensherr? No he hecho nada para hacer daño a la unidad, ni busco hacerlo… - Antes de poder terminar fue interrumpido de nuevo por el discurso de su compañero.

- Cierra la boca. - Soltó con rabia Erik. Charles abrió los ojos sorprendido. Seguía sintiendo la rabia cada vez peor contenida que emanaba del alemán.- Ni siquiera sabes nada del FBI ni de lo que hacemos.- comentó repugnado con una sonrisa sardónica.- No se me pasa desapercibido que entraste a la unidad por ser un riesgo, no por méritos, ni por querer entrar en el equipo.

Esas últimas palabras sacudieron a Charles. - ¿De qué estás hablando? Yo no… no sé porqué se me asignó el puesto.- Contestó Charles confuso, había dado por hecho de que se debía a su mutación. Un telépata alfa era un gran recurso para cualquier empresa, ¿por qué no algo que tener en cuenta desde el Gobierno?

- O eres muy buen actor o de verdad no tienes ni puta idea de porqué te dieron el puesto, lo que se me hace raro. ¿No se supone que lees la mente?- El comentario fue lanzado con sorna, poniendo los ojos en blanco.

Un insulto. El dolor de los comentarios de Erik fue reemplazado por la rabia. Los prejuicios hacia los telépatas no eran nuevos, pero hacía años desde la última vez que le habían insultado a la cara.- No soy así, trato siempre de permanecer en mi mente y no invadir la privacidad de nadie.- Charles se levantó de su silla encarando a Erik mientras subía el volumen de su voz.- Nunca haría daño al equipo ni a nadie con mi telepatía. No tienes ningún derecho a hacer las acusaciones que estás haciendo.

Charles pudo notar la sorpresa fugaz de Erik. No se esperaba esa respuesta de un hombre aparentemente tranquilo, pero parecía estar preparado. Erik Lehnsherr no era una persona que se alejase de un conflicto sin dar pelea.

Levantándose de su propia silla Erik se acercó más a Charles. Sus caras se encontraban a centímetros. Golpeándolo levemente en el pecho con su dedo índice le contestó.- Tú, guapo, no te creas que por mantenerte en tu propia mente alguien deba darte las gracias.- La mesa de metal pareció vibrar con la ira de Erik. El telépata notó cómo se apretaba la correa de su reloj de muñeca.- Respetar la privacidad ajena es lo que debes hacer. Pero dado que parece que te vas a quedar por un tiempo en el equipo. Te aviso de algo, mantente fuera de nuestras mentes y quizás podamos trabajar juntos. Te estaré vigilando.

En ese momento se abrió la puerta de la sala de interrogatorios. McTaggert entró seguida de Summers y el primer sospechoso. Los tres les observaban.

No ayudaba que estuvieran de pie tan cerca el uno del otro. Ninguno de los dos sabía si las voces se habían escuchado fuera de esas cuatro paredes. Quizás su conversación acalorada la habían escuchado tras la puerta.

Reprimiendo tocarse la muñeca donde le había dañado el reloj, Charles se sentó de nuevo. No le daría la satisfacción a Erik de afirmar que le había hecho daño.

Haciendo un pacto silencioso ambos ignoraron la mirada interrogante de sus compañeros y comenzaron con el interrogatorio.

La tensión regresó rápidamente a la sala, ésta vez por otro motivo.

El primer sospechoso era un joven de diecinueve años que lucía nervioso. Sus ojos viajaban entre la puerta y Erik con ansiedad. Charles bajó sus escudos lo justo para poder llegar hasta los del chico. Se quedaría en la cara externa de su mente, lo suficiente cerca para detectar engaños y sus pensamientos presentes.

Antes de cerrar la puerta Moira había proyectado la palabra “sutil” desde su mente. Ir más allá de esa barrera de la mente del muchacho haría que notase la presencia de Charles. El telépata no creía que fuera un accidente. Las proyecciones con esa claridad eran pensamientos que se mandaban de manera consciente a la barrera externa de la mente. Era una orden que seguiría.

***
Después de dos horas y haber terminado los interrogatorios se dirigieron a la sala común para discutir lo que habían averiguado del caso.

Erik se sentó en la mesa con el resto de sus compañeros, seguido de Charles.- Estos sospechosos han sido una pérdida de tiempo. Luke Morgan toma supresores recomendados por el médico tras incendiar la casa de su exnovia. Cassidy necesitamos saber si de verdad se los está tomando. -ordenó Erik volteándose hacia el teléfono en el que se encontraba Sean en llamada.

- Ya hablé con su agente de la condicional. Su última analítica es de hace cinco días.- Se escuchó cómo Sean tecleaba a través del teléfono.- Os he mandado los resultados, para que los revise Charles.

- Que tuviera supresores en sangre hace cinco días no quita que pudiera cometer los delitos, ¿no? Quizás es lo suficiente fuerte para poder luchar contra los efectos o con no tomar el día del incendio ser capaz de funcionar.- Razonó Alex mientras revisaba las notas de los interrogatorios.

- Es poco probable. Los supresores tienen una vida media de al menos cinco días en mutantes de nivel omega. Para un mutante de nivel beta como el señor Morgan, calculo que durarán al menos dos semanas los efectos en sangre.- Charles recogió el fax que había mandado Sean para revisar los resultados. - Y observando la analítica no se ha saltado ninguna toma, es imposible que fuera capaz de realizar al menos los últimos tres incendios.

- Entonces estamos en un callejón sin salida.- Comentó Darwin de pie delante del mapa con las localizaciones de los incendios.- Luke Morgan no es el sudes. Pero tampoco lo puede ser nuestro otro sospechoso porque no se encontraba en la ciudad en el momento del último incendio ni del primero. En ambas ocasiones se encontraba en el trabajo, su jefe ha confirmado que no faltó. Menuda mierda. Es bastante probable que se produzca otro incendio pronto y estamos perdidos- comentó sentándose exasperado en el sofá de la sala al lado de Alex.

- Hay algo que todavía no me cuadra. Si yo fuera el piroquinético y de verdad pensase en hacer el mayor daño posible en el edificio no lo haría así.- El comentario de Erik sorprendió a Charles, él mismo había notado una incongruencia con la forma en la que se produjeron los fuegos.- Si quieres quemar algo como un edificio lo quemas desde la base. De esa forma el fuego sube y no solo facilita que todo se queme si no que también hace más difícil que se pueda desalojar.

- Wow. A veces das miedo tío. - Comentó Sean con mofa. Parecía impactado por los comentarios de Erik.

Levantándose de su asiento Moira suspiró.- Algo está mal en el perfil. Debemos revisarlo. - Moira se acercó a colocar una pizarra blanca que estaba en la sala de conferencias. Colocándola de forma que todos la vieran escribió “Datos del perfil" .- Vale, está claro que es una persona joven. Las escenas son poco sofisticadas, no será mayor de 27 años.

- Debemos añadir que tiene que ser mínimo de nivel beta, aunque un alfa u omega también serían capaces.- Argumentó Alex a la vez que pasaba una pelota pequeña entre sus manos. Moira lo escribió en la pizarra.

- Si mi teoría de no quemar la base es correcta… El objetivo no es quemar la estructura del edificio, ni tiene carácter de terrorismo. Es algo más personal.- Opinó Erik mientras se acomodaba en su asiento atento.

- Vale, por ahora tenemos lo siguiente: entre 17 y 27 años; nivel beta mínimo y con objetivo personal.- Concluyó Moira tras mirar la pizarra.- Es bastante genérico.

- Ninguno de los piroquinéticos de la zona tiene motivos para quemar la antigua fábrica de colchones. Tampoco veo coincidencias de los cinco piroquinéticos con los edificios. - La voz de Sean se hizo presente, bajando los ánimos de su equipo sin percatarse.

El mismo Charles había descartado que pudiera ser una mujer, la estadística estaba en su contra, pero era la única explicación que veía plausible.- Sean, dijiste que eran cinco en la zona. ¿Tuviste en cuenta en tu primer filtro a las mujeres?- Erik estaba planteándose la misma hipótesis, era mucho más creíble que un piroquinético viajando a otra ciudad para quemar a esa escala.

- Sí, no… espera. -Se escuchó las teclas de un teclado de ordenador- No, no las tuve en cuenta. No fui muy feminista.- Su risa provocó una reacción en el equipo, desde una sonrisa en Erik hasta Moira poniéndo los ojos en blanco.- Tienes razón Charles, no son cinco, son seis en Phoenix. La mujer, Lara Wallace, es una piroquinética de nivel beta. Antecedentes leves, quemó el árbol de su vecina…-Tras una pausa, continuó con voz seria- es nuestra sudes. -Ante la revelación todos quedaron atentos a lo que el analista tenía que decir. Debían prepararse para ir en su búsqueda, pero primero tenían que escuchar toda la historia. Puede que Sean hubiera pasado algo por alto.- Fue desalojada de su anterior residencia por un tipo llamado Gideon Faik. Es el casero de dos de los apartamentos que se quemaron ayer.

- ¿Puedes localizarla?

- Sí jefa, estoy ya en ello. Estoy revisando la posición de su teléfono, tardará al menos veinte minutos.- Se escuchó un exhalación desde el otro lado de la línea.- Apuesto a que acertaréis si vais a la Universidad de Bradshaw. Hoy Gideon Faik iba a realizar una conferencia para los futuros empresarios.

- Estamos cerca de la Universidad, nos dividiremos ahí hacia los puntos en los que se podría provocar un incendio para hacer el mayor daño al señor Faik. Sean llámanos en cuanto sepas algo.

Quince minutos más tarde se encontraban en el campus universitario. Moira decidió que la mejor estrategia era dividirse en dos grupos para cubrir más terreno. Darwin iría con ella y Alex.

De nuevo Charles y Erik se encontraron emparejados por su superior. Lehnsherr iba a discutir las condiciones de la división, pero McTaggert le detuvo. Tenía sentido la separación, no sólo por cubrir más terreno. Ambos grupos contaban con un miembro capaz de defenderse a largas distancias, era lo más equilibrado.

Sean sólo había podido dar la localización con un error de cincuenta metros. Lo que colocaba a la sudes cerca de una estructura de madera junto con una carpa que habían colocado para la conferencia.

Moira dió el aviso a Darwin de llamar al resto del equipo tras localizar a la sudes detrás de la estructura. Se acercó lentamente para tratar de razonar con ella. Buscaba sacar tiempo para que llegara el resto del equipo y los servicios de emergencias.

La joven, al sentirse acorralada empezó a lanzar llamaradas hacia la carpa. La impulsividad de Lara había ganado y la parte posterior de la estructura empezó a arder.

Corriendo hacia la parte anterior de la estructura Alex empezó a evacuar a la gente.

Erik y Charles habían recibido el aviso de Darwin y se dirigieron allí corriendo. Cuando llegaron encontraron a Darwin usando su mutación para mantener a salvo de las llamas a Moira.

- ¡Va a incendiar todo! Debemos acercarnos más, quizás podamos razonar con ella.- Dijo Erik corriendo hacia donde se encontraban sus compañeros, quedando Lara entre ambos grupos.

La muchacha tenía la mirada perdida y mantenía dos bolas de fuego en las manos con las que trazó dos líneas en el suelo. El césped a su alrededor estaba calcinado por las llamas, la joven quedaba separada de ambos grupos por las llamas. Su respiración era irregular y tenía los ojos inyectados en sangre. Al fijarse en la llegada de más agentes su fuego cambió de intensidad, la temperatura del aire empezó a calentarse y Lara empezó a llorar.

- No quería hacer daño a esa gente. No quería. ¡Los apartamentos debían estar vacíos!- Sus gritos se escuchaban a través de las líneas de fuego que había trazado para separarse de los agentes.- Sólo él debía pagar. ¡Me lo quitó todo! ¡Por su culpa perdí la casa!

- Lara, déjanos ayudarte. No tienes porqué tener miedo.- Moira trataba de no sonar amenazante. Una de sus manos la mantenía extendida hacia Lara, la otra en la funda de su pistola. No quería disparar a la joven, pero no podía permitir más bajas.

- No quiero ir a la cárcel. ¡Él merece pagar! - Su respiración cada vez era más irregular. Su fuego, más intenso.

Ante un nuevo aumento del fuego Erik usó su habilidad para crear unos grilletes a partir de unos mosquetones que formaban parte de la estructura cercana. Al notar los grilletes en sus muñecas, el fuego disminuyó momentáneamente para volver con más fuerza.

Tras digerir la agonía que emanaba de Lara Charles enfocó su habilidad en ella. Esquivando los sentimientos que le apretaban la garganta y le hacían querer ponerse a gritar llegó a su mente. Atravesó la barrera y la durmió.

Lara Wallace cayó al suelo inconsciente. Alex apareció en esos momentos con un extintor que le habían dejado los servicios de emergencias. Apagando las llamas se acercaron a la joven.

- ¿Qué ha pasado?- Dijo Darwin mientras comprobaba su pulso. Era el único capaz de tocar a la chica sin quemarse.

Reprimiendo el impulso de preguntar sobre su don Charles sintió fascinación por su habilidad. Sabía que en algún momento cuestionaría sin tregua al joven, sin embargo, este no era el momento.

Acercándose con cuidado a la joven se aseguró que no se despertara y atacara de nuevo a los agentes.- Fui yo, la dormí.- Indicó Charles.

- Tú, cómo no. ¿No podías esperar a que siquiera convencerla antes de meterse en su mente?- La ira teñía las palabras de Erik mientras se giraba a hablar a Charles.

El telépata podía notar cómo su reloj vibraba contra su piel. ¿Un aviso? ¿Una amenaza? Erik mantenía un limitado control sobre su mutación. Era complicado no volver a hacer daño a Charles cuando también luchaba con los demonios de su propia mente.

No había querido dañar al telépata, ni pretendía volver a hacerlo. Era su compañero, no quería que su pasado afectase a su trabajo. Lo de la sala de interrogación había sido un desliz.

Cansado de acusaciones sin sentido Charles se defendió.- No había tiempo. Tuve que hacerlo, ella pensaba usar su poder para inmolarse. No quería ir a la cárcel, le daba igual a quién llevarse por delante. Así que ahórrate eso, Lehnsherr- no se iba a dejar intimidar por el más alto. No le gustaba tener que usar su habilidad como un arma, pero fue necesario. Y no había provocado daño alguno a la joven.

- Erik, esto es para lo que está Charles en el equipo. Ha asegurado a un mutante nivel beta sin causarle daño y sin permitir bajas.- El tono de voz de Moira no permitía discusión.- Buen trabajo Charles y bienvenido al equipo.- Dijo con una sonrisa.

Chapter 2: Asesino nato

Notes:

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Chapter Text

Charles entró en casa con un suspiro. Su primer día había sido una montaña rusa de emociones. Apenas había podido procesar todo lo que había pasado. Se sentía cansado. Su cabeza pulsaba de dolor y sentía los músculos agarrotados.

Dejando la mochila que había llevado de viaje junto a la puerta de la entrada. Colgó su chaqueta en el perchero y se dirigió a la cocina para preparar la cena.

Estaba tan abstraído en sus pensamientos que no se percató de la figura que se encontraba en su salón hasta que habló.

- Día duro por lo que veo.- La voz de Raven le sobresaltó. Asomándose desde detrás de la isla de la cocina vió a su hermana sentada en su sofá. La piel caucásica que usaba de disfraz cambiando a un azul cobalto.

Sus ojos amarillos le miraron con el ceño ligeramente fruncido. - Te iba a llamar, pero ¿para qué llamarte si podía ir a visitarte?- Una sonrisa pícara apareció en su rostro. Para una persona que no la conociera creería que estaría contenta. Sin embargo, Charles la conocía y podía ver cómo esa sonrisa no llegaba a sus ojos.- Debes de estar muy cansado para no haberme sentido en tu casa. Ni siquiera con tu telepatía.

Charles rodeó la encimera para acercarse al salón. Raven parecía preocupada, su comentario le hizo revisar sus propios escudos. Por eso estaba tan cansado, había estado bloqueando una parte de sus habilidades todo el día.

No se había percatado de su bloqueo. Una idea alarmante. Algo que tendría que tener en cuenta para el día siguiente. Un error que no comentaría con su hermana.

- Me alegro de que hayas venido a verme, aunque no hacía falta que te colases en mi casa. ¿Qué tal tu misión?- Preguntó con una sonrisa acercándose más al sofá. Era algo raro que su hermana apareciera de la nada. Era un regalo que se interesara así por él.

Levantándose desde su posición en el sofá Raven le cogió de la mano para arrastrarlo a sentarse de nuevo. Esta vez juntos.- No cambies de tema, Charles.- Una vez sentados se abrazó a su hermano del brazo apoyando su cabeza en el hombro del telépata.- ¿Cómo ha sido tu primer día? ¿Te han tratado bien?

Sorprendido por la atención que estaba recibiendo de su hermana contestó de manera honesta.- Ha estado bien. He ayudado a capturar a una piroquinética y h-

- ¿Con tu mente?- Interrumpió Raven tensándose a su lado.

Otro error.

Su telepatía era un tema delicado. Debía haberlo sabido y obviado algunos detalles. Colocando disimuladamente dos dedos en su frente se concentró para sentir las emociones de Raven. Requería de cierta concentración para percibir sentimientos ajenos sin bajar sus propios escudos. Hace años Raven le había hecho prometer que no usaría su habilidad con ella. Una petición para respetar su mente, Charles había mantenido su promesa, pero algunas veces trataba de concentrarse en lo que percibía desde fuera. En la mayoría de casos lo usaba únicamente para captar sus sentimientos.

Le llegaron cuatro principalmente. Preocupación, ansiedad, tristeza, miedo. La última era la más dolorosa.

- La dormí, Raven. No le hice daño. Sabes que nunca atacaría a nadie sin razón.- Contestó cansado. Se percató como su comentario mitigaba parte de la tensión que cargaba su hermana. El miedo se volvió también más tenue.

En ocasiones se preguntaba si Raven le conocía. Charles siempre usaba sus poderes evitando incomodar a los demás. Aun así su hermana seguía dudando de su don.

- Estuvo bien, fue un caso interesante.- murmuró Charles optando por cambiar de tema.- He conocido a varios agentes con unas mutaciones fascinantes. Todos han sido amables y creo que puedo encajar bien en el equipo…- Titubeó al pensar en las palabras de Erik.- Debería empezar a hacer la cena, ¿qué tal si me cuentas sobre tu misión mientras?

- He traído chino.- Dijo Raven separándose de su hermano y colocando una bolsa del suelo en la mesa auxiliar del salón. Se podía ver en los laterales la marca de su sitio favorito de comida china.- Habla.

Raven sabía que su hermano ocultaba algo. Puede que pasara semanas sin hablar con él, su relación cambió mucho desde el incidente, pero ella quería volver a tener cierta relación. Lo estaba intentando.- ¿Has tenido algún problema con tus compañeros? Ya sabes que podrían desaparecer sin que nadie se dé cuenta.- Charles no pudo evitar sonreír ante la amenaza de su hermana.

- Es una tontería, no tienes que preocuparte. Es sólo que parece que a uno de mis compañeros no le gustó mi entrada en el equipo.- Era una forma de decirlo. El odio de Erik había sido palpable. Antes de continuar se detuvo a pensar el verdadero motivo de ese odio.- Puede que haya tenido experiencias negativas en el pasado con telépatas.- Dijo tratando de evitar la mirada de su hermana. Se pasó las manos por el pelo acomodándoselo. Sus manos temblaban ligeramente. Empezó a sacar la comida de la bolsa para tener algo que hacer.- No le puedo culpar, no realmente. Apenas me conoce y parece que ha sufrido mucho. Hasta con mis escudos al máximo sentí su rabia, era antigua. Es normal que generalice.

Charles dudó antes de seguir hablando, no quería volver a meter la pata con su hermana. Ya había dicho suficiente sobre cómo sintió las emociones de su compañero. Sabía la opinión de Raven sobre su telepatía.
También sabía que ella hacía un esfuerzo desde su repulsión para mejorar la relación que tenían. Se decantó en confiar en ella, tanto como ella estaba apostando por él.

- Es sólo… la forma en la que me habló. Insinuó que iba a hacer daño a todos…- Según hablaba podía notar cómo la rabia de la sala de interrogatorios volvía a su interior. Fue momentánea, llegó tan rápido como se fue. Sólo dejó dolor.- Se nota que se preocupa de sus compañeros, pero es un imbécil.- Zanjó de manera apresurada.

No sabía todavía el porqué le había afectado tanto las palabras de Erik. Ya las había escuchado antes, toda su vida se las habían repetido.

Se planteó si sería por haberse sentido tan cómodo con el resto. Quizás se confió con que todos en la unidad serían tan abiertos con su habilidad como lo parecían Moira y Howlett.

Reunió el valor que pudo para mirar de nuevo a Raven. Esperaba su respuesta desde el otro lado del sofá. El silencio asfixiando sus esperanzas de no haber cometido más errores.

- Entiendo por qué se siente amenazado por tu telepatía.- Charles desvió de nuevo la mirada, maldiciendo para sus adentros. Estaba dolido por el comentario de su hermana, antes de poder contestar o terminar la conversación, Raven continuó.- No digo que estén bien las cosas que te dijo, pero ya sabes que a nadie le gusta la idea de que hurguen en su mente.- Charles bajó la cabeza mirando al suelo. Viendo su malestar Raven le colocó una mano en la rodilla y con la otra le giró la cabeza hasta que la miró a la cara.- Necesitará tiempo para conocerte y aun así puede que nunca confíe del todo.

“Aun así puede que nunca confíe del todo”.

No importaba, no a Charles. Era un conocimiento que le seguía desde pequeño. La única persona que aun sabiendo su condición de telépata había confiado en él había sido su padre. Muchos mutantes eran rechazados por la humanidad, Charles no era tan arrogante como para pensar que él sería diferente.

- Supongo que tienes razón.- murmuró cogiendo un tupper con fideos y comiendo un poco. Pensando todavía en la conversación con Erik recordó algo.- Hay algo más… Una de las cosas que dijo fue que “había entrado por ser un riesgo" .- Las palabras de Erik se habían plasmado en su mente durante el día. Había tratado de descifrar lo que había querido decir.- No sé a qué se refería, no es que tenga un récord de delitos. Como mucho me pueden juzgar por piratear libros.- comentó rápido con una sonrisa afable, comiendo más fideos. Cambiar de tema se le atragantaba un poco en ocasiones.- Me cuesta entender por qué diría algo así. Quizás trataba de intimidarme…

El silencio que continuó era de esperar, no necesitaba una respuesta de Raven. Su relación no se basaba en eso. Siendo realista ninguno de los dos sabía en qué se basaba, pero al menos se había desahogado con los pensamientos que había rumiado desde por la mañana.

Erik era alguien que podía dificultar esa nueva esperanza de formar parte del equipo. Se había sentido verdaderamente cómodo, sobre todo teniendo en cuenta que era su primer día. Nunca había tenido un lugar donde formar parte, sin embargo había experimentado algo parecido esa mañana. Con la posibilidad le bastaba.

Su familia estaba rota. Su hermana se alejaba por elección, había estado con él desde pequeños, pero nunca se había permitido acercarse lo suficiente a Charles. El equipo podría ser la oportunidad de Charles de formar parte de algo.

Ambos continuaron comiendo en silencio. Raven pensó en la conversación que acababa de tener con Charles. Dudaba si debía decirle lo que había averiguado buscando sobre su puesto y sus compañeros.

Estaba segura de que la verdad de lo que había descubierto dañaría a Charles.

Su hermano había sufrido toda su vida, pero contra cualquier pronóstico él había usado ese dolor para transformarlo en algo bueno. Por la primera paliza de su padrastro Charles ganó el concurso de ciencias. Por la primera vez que le rompieron el corazón se graduó con honores en la Universidad de Oxford. Así fue con todos los golpes que fue recibiendo de la vida. El más doloroso le hizo cambiar de país, de continente y afianzar su sueño. Su propia escuela.

La escuela para mutantes. Ese espacio seguro que quería crear era el sueño de su vida. Un sitio donde enseñar a nuevos mutantes, un lugar seguro y sin prejuicios. Raven estaba a punto de quitarle esa esperanza a su hermano.

- Charles, tengo que decirte algo.- Viendo el tono serio de su hermana dejó el tupper en la mesa, se limpió la boca con una servilleta y enfocó su atención en ella. Sintió cierta ansiedad fluir de su hermana antes de que continuara.- Sé porqué dijo eso tu compañero. Investigué sobre la DM, quería saber la razón por la que te contactaron. Como tú dices, no tenías antecedentes, ni interés por el puesto.- Estaba nerviosa por lo que le iba a decir, percibió Charles desde la mente de Raven, sus escudos no eran tan buenos como para aislar todo de alguien tan cerca. Su hermana le cogió de la mano y respiró profundo. Estaba asustando a Charles.- Te pusieron en una lista, hay varias. Los que son peligrosos, pero posibles recursos para el Gobierno y los que son peligrosos y un riesgo para el Estado. Tú estabas entre los primeros.

Una risa nerviosa se le escapó. Estaba sorprendido por lo que le había comentado su hermana.- ¿Yo? Raven, eso no tiene sentido.- Charles luchó contra la reacción de tirarse del pelo, a este paso se quedaría calvo antes de llegar a los treinta.

Eran demasiadas emociones por un día y sin duda, mucha información. Le dolía la cabeza por estar manteniendo sus escudos durante el día. Sentía como si tuviera dagas clavadas en su cráneo, pero todavía no podía bajarlos. No quería molestar a Raven, debía esperar un poco. Su hermana debía estar equivocada.- Lo que pasó hace años…-murmuró Charles con un nudo en su garganta.- fue en defensa propia y sólo lo sabemos nosotros… no tiene sentido.- Empezó a notar que le faltaba el aliento, sintiendo ganas de llorar.

- Charles, tranquilo. No saben nada. - Apretando la mano de su hermano continuó- Fue tu escuela. Lo ven como una amenaza. Eres un telépata de nivel alfa - Raven hizo una mueca antes de continuar- tienen miedo de que tengas acceso a jóvenes con poderes.

El dolor del rechazo era un viejo amigo para Charles. Retiró lentamente su mano del agarre de Raven.- Creen que les usaré. ¿Que abusaré de sus mentes?- No pudo evitar que se le quebrara la voz.

No tenía lugar, ni entre mutantes ni entre humanos. Su don algo temido y repudiado por ambos. Se miró la muñeca donde debajo de su reloj se podía todavía observar una marca roja. Un recordatorio de la repulsión que generaba en sus iguales.

- No te conocen. Es solo que un telépata de tu nivel con mentes tan jóvenes y manipulables… Es algo que no pueden permitir. Lo siento, sé que es duro, que era tu sueño.- Raven volvió a coger la mano de Charles y se la apretó dando ánimos. Quería a su hermano, a su manera, pero hasta ella sentía cierto rechazo a su telepatía. No estaba orgullosa de ello, su visión con los años se había vuelto más laxa respecto al uso de su habilidad, sin embargo, entendía esa repulsión. Ella misma la tenía.

Tras la conversación Charles excusó a Raven con la excusa de pensar y poder descansar. No era mentira. Necesitaba un respiro. Luego de comprobar que Raven se había marchado bajó los escudos extra que había colocado. Esos escudos no le impedían oír los pensamientos de otras personas del todo, pero le aislaban bastante. También gastaban suficiente energía como para ser dolorosos a largo plazo.

Al bajar sus escudos su dolor de cabeza no disminuyó, pero sintió cómo se liberaba la presión. Un suspiro se escapó de sus labios, poco a poco la tensión de sus hombros empezó a desaparecer. Con cuidado de no entrar en ninguna de las mentes cercanas de sus vecinos se permitió estirar sus músculos telepáticos. Fue con ello con lo que sintió más alivio, no obstante siguió con molestias en las sienes horas después. Tuvo que usar su telepatía para dormirse y poner una alarma mental.

***

Erik observó a Charles llegar a la oficina, hoy vestía diferente, camisa y chaleco de lana, más informal que el día anterior. Parecía perdido en sus pensamientos, su mirada hacia el suelo. Su paso vaciló al acercarse a las mesas de la oficina.

Saludando a Erik brevemente Charles se acercó a la que supuso que era su mesa. Todos los demás escritorios albergaban algún toque personal de sus compañeros.

La mesa en la que el telépata había visto ayer a Sean tenía más pantallas de lo habitual y papeles apilados por toda la mesa. El de Darwin era el más ordenado, sin embargo contaba con diferentes libros de mutaciones y un par de novelas clásicas. El escritorio más caótico era sin duda el de Alex. El rubio tenía esparcidos por toda la mesa informes y diferentes folios con anotaciones. Cerca de la pantalla del ordenador tenía un marco con una foto de dos niños, uno rubio más mayor y uno moreno con gafas. Por descarte, el escritorio de Charles era el que estaba enfrente del de Erik.

Charles se maldijo por coger un bus antes de hora esa mañana, sentía la tensión que surgía entre él y el ferroquinético.

Las emociones de Erik estaban contenidas, Charles sentía la rabia que siempre acompañaba al ferroquinético, pero en segundo plano. Su mezcla de sentimientos eran confusos, sin embargo su compañero parecía incluso de buen humor. El telépata decidió que hablar de nuevo con Erik podría prevenir futuros conflictos. La conversación de ayer con Raven seguía fresca en su mente. Era común que alguien desconfiara de su don. Era todavía más común que no confiaran en él.

Cogiendo aire miró a su compañero. Al notar la mirada de Charles, Erik se incorporó mejor en su silla y le sostuvo la mirada.

- Erik, quería hablar contigo sobre la conversación que tuvimos ayer.- Charles se sintió orgulloso del control de su voz. Mostraba una calma que verdaderamente no poseía en esos momentos.

- Lehnsherr.- Corrigió con rapidez Erik.- Prefiero que nos refiramos por nuestros apellidos, es como me refiero al resto.- Erik trató que sus palabras no fueran bruscas. Había visto cómo Charles trató a la piroquinética el día anterior.

Había usado sus habilidades, algo con lo que no se sentía cómodo, pero la había dormido. La otra telépata que había conocido hubiera roto los escudos de la mente de la joven o implantado imágenes en su cerebro. Lo que hizo su nuevo compañero era mucho más humano. Con un suspiro se enfocó en la conversación actual, pensar en esa mujer nunca le dejaba buena sensación.- No tengo nada más que decir Xavier. Creo que fui bastante claro ayer, ¿o me equivoco?- Charles le miró con el ceño fruncido.

- No, dejó todo claro.- Dudó en cómo continuar con la conversación.- Sé que la confianza hay que ganársela.- Había notado el conflicto interno de Erik, pequeños susurros desde su mente.

Al entrar a la oficina había reforzado sus escudos. Pensaba mantenerlos en alto durante el día, pero aun así no podía evitar oír los pensamientos superficiales de la gente. Por lo poco que había escuchado Erik parecía dispuesto a darle una oportunidad.

Podía trabajar con ello, rara vez alguien se planteaba confiar de nuevo en él tras desconfiar de su telepatía. Su hermana era una de las pocas personas que lo había hecho. La vacilación antes de juzgar a Charles y de brindarle una segunda oportunidad era suficiente. Le daba esperanzas de poder trabajar con él a futuro. Tal vez incluso de que confiara en que Charles no abusara de su mutación. Tras ese pensamiento cambió su ceño fruncido por una ligera sonrisa llena de esperanza.- Con suerte tras trabajar juntos puedas confiar en cómo soy.

La sonrisa de Charles fue como un puñetazo en el estómago para Erik. Le hizo plantearse qué estarían pensando los altos cargos cuando marcaron al telépata como alto riesgo.

Cualquiera notaría su deseo, su necesidad de querer caer bien y encajar. Una faceta que no cuadraba con la idea que tenía Erik de los telépatas. Los pocos que había conocido se preocupaban únicamente por ellos mismos. Obviando al resto, no sólo a las personas, si no lo que pudieran también pensar sobre ellos.

La idea de estar fingiendo se le pasó brevemente a Erik por la mente. Podría estar fingiendo ser tan ingenuo, pero no parecía probable. De todas formas, la idea de hacer una tregua era la mejor opción. No pretendía hacerse amigo suyo, pero ser cordiales facilitaría el trabajo de ambos. Tenerle cerca también supondría una mejor vigilancia en el caso de querer dañar a la unidad.

Todavía no confiaba en él.

- Siento… haberle dañado con el reloj ayer, no era mi intención.- La voz de Erik era prácticamente un susurro, sin embargo Charles pudo oírlo. Una tregua. El telépata no quiso amenazar este pequeño avance con comentarios o preguntas sobre su mutación. Los ferroquinéticos eran escasos, pero sentía que las dudas sobre su habilidad no serían bien recibidas. Con un asentimiento aceptó la disculpa.

***
Saliendo del despacho de Howlett con un nuevo caso, Moira se dirigió a su propio escritorio. Todavía le quedaba organizar la presentación para el equipo. Colocando los informes en su mesa colocó todo para poder preparar el caso para la Unidad.

Antes de sentarse en su escritorio observó a sus compañeros a través de la ventana. El ambiente parecía estar más tranquilo que ayer. Se alegraba de que al menos pudieran coordinarse.

Moira había formado parte de la toma de decisiones para que Charles entrara en el equipo. Al igual que en la reunión, ella seguía pensando que sería una buena adición a la Unidad. Se notaba que Erik todavía desconfiaba de él, sin embargo era parte de su naturaleza. Había dudado de todos. Y había discutido con todos por igual, tal y como había escuchado Moira desde la sala de interrogatorios el día anterior.

Se preguntó cuánto tiempo tardarían en darse cuenta de lo bien que podían trabajar juntos. Quizás conocía desde hace poco a Charles, pero parecía una persona capaz de equilibrar el equipo. Tal vez era alguien con la habilidad de ayudar a Erik con su rabia.

Siendo la criminóloga que era también tenía una hipótesis sobre Charles. El telépata no se sentía tan cómodo como parecía con su mutación. Tal vez Erik le hiciera sentirse orgulloso tal y como había hecho con los miembros más jóvenes de la Unidad. Moira esperaba con ansia ver cómo se desarrollaba su relación.

 

***
Quince minutos más tarde de la llegada de Alex, Moira avisó para ir a la sala de conferencias. Tenían un nuevo caso en Baltimore, el asesinato de una familia.

Colocándose al lado del proyector Moira mostró las imágenes de una mujer morena, un hombre rubio y de un adolescente sonriente.- Esta es la familia Brown, mutantes. Encontraron a la madre de treinta y ocho años y su hijo de quince, un empático. Fueron asesinados de forma brutal ayer por la noche.

- Han llamado bastante pronto.- Comentó Erik.

- El padre se encuentra en paradero desconocido.- Dijo Moira exponiendo algunas de las imágenes de la casa y la familia.

- ¿Puede que el padre matase a su familia y huyera?- Preguntó Darwin mirando los datos que había en los informes que había traído Sean de la policía.

Es una posibilidad, pero todavía no sabemos si es el sudes o si ha sido otra víctima.- Contestó Moira.- Tenemos un testigo, la vecina vió como una persona salía de la casa corriendo. Podría ser nuestro sudes.

- Siento la pregunta, pero ¿soléis tratar con casos de este estilo? Me da la sensación de que este crimen no es algo por lo que se interesaría la DM.- indicó Charles, en su opinión no parecía siquiera un crimen perpetrado por un mutante.

Moira dió un asentimiento hacia Sean sonriendo ante la observación de Charles.- Sean, creo que eso lo puedes contestar tú.

- Bien visto, Profesor, este no es un caso en el que nos interesaríamos normalmente.- Dijo con una sonrisa el joven tras su pantalla. Colocando mejor su portátil transmitió un vídeo.- Los Brown contaban con una cámara de seguridad en casa. Una de gran calidad, el padre trabajaba para la marca, sin embargo la cámara no captó nada del asesino.- Haciendo una pausa dramática se estiró en su silla.- Lo que no sería extraño, a menos que tengamos en cuenta que la cámara enfoca la puerta principal, la cual se abrió completamente tiempo después de cuando se estiman los asesinatos. Si os fijáis, se ve cómo se abre, pero sin que salga ni entre nadie. Pudo haber sido un error o el testigo que vió la vecina que la abrió para entrar, pero se diera la vuelta al ver la escena.

- Quizás es un fantasma.- soltó Alex con una sonrisa mirando a Sean, que empezó a soltar teorías conspiranoicas.

Moira le dejó divagar unos minutos antes de cortarles para volver al caso.- Chicos, atentos. No sólo hay que prestar atención a las cámaras, también trabajaremos con los agentes de la zona. Cualquier comisaría puede pedir una consultoría a los diferentes grupos del DM del FBI. En este caso nos han elegido a nosotros.- Explicó Moira mirando su reloj de muñeca.- Os quiero en media hora en el avión.

Charles se alegró de haber preparado con antelación una mochila esta vez.

***

Moira eligió de nuevo dividir el equipo, Darwin iría a presentarse a la comisaría junto con Sean. El analista le acompañaría y luego iría a la casa para revisar las cámaras de seguridad de la familia. El resto se dirigió a la escena del crimen. Antes de entrar a la casa Moira separó a Charles para hablar con él.

El telépata sabía que era algo serio por la mirada que le lanzó Moira.- Voy a serte sincera Charles, no eres policía, ni has estado envuelto en crimen organizado. Apenas eres agente del FBI, sabes mucho, pero no tienes formación en esto. No me malinterpretes.- comentó con una sonrisa.- Este es tu segundo día, me preocupa que te suponga un shock la escena del crimen. No es lo mismo esto que un edificio calcinado.- Moira quería evitar el malestar que suponía ver la violencia de la escena. Ella misma había visto las imágenes. Eran brutales.- Iba a mandarte a la comisaría a echar una mano a Darwin, pero preferiría tener a un experto de mutaciones cerca observando la escena. Es tu decisión si no quieres entrar.

Agradecido por los comentarios de Moira quiso ser honesto.- No te preocupes Moira, si veo que es demasiado para mí, avisaré. No soy tan sensible como parece.- Charles cogió en ese momento la mano de Moira para darle un pequeño apretón con una sonrisa.- Gracias por preocuparte de todas formas, querida.

El flirteo de Charles la hizo reír, parecía parte de su naturaleza. Le gustaba que se sintiera lo bastante cómodo como para poder expresar esa parte de sí mismo. Moira decidió rechazar negando con la cabeza hacia su compañero. Ambos entraron en la residencia de los Brown.

Charles agradeció y entendió el aviso de Moira, la escena era cruel. La sangre estaba salpicada por la pared hacia el techo. La alfombra estaba empapada con la sangre de la mujer. Agradeció que los cuerpos estuvieran tapados porque eso hubiera supuesto demasiado para él. Había un charco de sangre seca que salía del baño donde el adolescente se había tratado de esconder.

- Se ha recreado con la madre. Ejerció una fuerza por encima de lo necesario, rompiendo varios de sus huesos en las puñaladas. - La ira de Erik fluía a través de sus escudos, ahogando a Charles.

El telépata se tropezó ante la repentina ola de ira que sintió. Lanzando una leve sonrisa a Moira que le miraba preocupada desde el otro lado del dormitorio respiró profundo. Trató de aislarse más en sus propios escudos, pero no fue posible.

Algunas imágenes y sentimientos llegaban a su mente. Una mujer cocinando. Una casa. Rabia.

Erik estaba pensando en una mujer menuda de cabello castaño. Su madre, pensó Charles, algo le había pasado. El telépata no sabía cómo Erik podía vivir con esa rabia en su interior. Se alejó unos metros del ferroquinético respirando más tranquilo apoyado en la pared.- Hay diferentes signos de tortura, ataduras en ambas muñecas.- concluyó Erik sin percatarse del efecto que había tenido en Charles.

- Quizás se trate de un mutante que se teletransporte. No tiene sentido que con toda la sangre derramada no haya dejado rastro. Eso explicaría también porqué no sale nada en las cámaras.- Comentó Alex observando la sangre del techo con repulsión.

- Podría ser un mutante con capacidad de teletransportarse, pero son escasos y la mayoría dejan algún residuo de su habilidad.- Contestó Charles inspeccionando la escena tratando de ignorar el olor metálico de la sangre. Por suerte Erik había subido sus escudos y sus pensamientos volvían a ser distantes.- A veces es un olor característico, otras veces residuos como polvo.

- Con el adolescente ha sido más misericordioso. - Dijo Moira saliendo del baño.

Charles no pudo evitar el impulso de corregir a su superior.- Quizás se podría ver así, pero si es un empático como dijo Sean, sintió todo lo que le hacían a su madre. Si el asesino sabía sobre sus mutaciones fue otro tipo de tortura.- comentó Charles con una mueca.- A menos que le matara antes, entonces no sería capaz de sentir a su madre con su habilidad.

Alex maldijo mirando el charco de sangre seca, su propio hermano tenía tres años menos que el chico asesinado. Le era difícil plantearse quién sería capaz de hacer algo así. Ojalá hubiera sido el chico el primero en morir. Se preguntó si como telépata Charles era capaz de sentir el dolor que habían sentido los cadáveres. Esperaba que no, aunque por su lenguaje corporal no parecía encontrarse bien.

- Dios, no había pensado en eso.- murmuró Moira sobrecogida.- Por el tipo de lesiones y por el tiempo invertido en la madre la muerte del chico fue rápida. Debió de morir primero, para poder detenerse con la madre sin distracciones.

- Podría sentirse culpable, quizás tenga algún niño en su vida. Mataría dos pájaros de un tiro, se quita una distracción y le mata antes evitando sufrimiento innecesario.- comentó Alex serio observando a sus compañeros.

- Las técnicas que se usaron en la madre son típicas de profesionales. La sangre esparcida indicaría inexperiencia en otro caso, pero en este parece organizado.- señaló Erik alejándose de las manchas de la pared que había estado revisando.

- Moira, tú eres la experta en perfiles. Viendo la escena del crimen, ¿puede que el padre sea el culpable?- Preguntó curioso Charles.

- No creo, pero es probable, hasta que no tengamos más pistas no podré acotar más un perfil.- dijo retirándose los guantes que se había puesto para revisar la escena.- Deberíamos ir a la comisaría a repasar lo que tenemos. Sean está por llegar, nos contará lo que encuentre en las grabaciones.

***
Colocándose en la sala que les prestó la comisaría se sentaron todos en la mesa alargada a revisar los datos que tenían del caso. No era suficiente información, faltaba que volviera Sean, pero todos sabían que hoy no resolverían el caso. Ya empezaba a oscurecer.

Media hora más tarde Sean llegaba con los vídeos que había conseguido de las cámaras de la residencia Brown.

Sean entró corriendo en la sala con su portátil contra el pecho con una mano.- No hay nada, ningún fallo aparente. He revisado todas las cámaras.- dijo Sean entrando y cerrando la puerta. Parecía alterado, se retiraba el pelo de la cara con la otra mano.- No aparece nada en los vídeos, quizás estén editados, pero para comprobarlo voy a necesitar más tiempo.

Sean dejó su portátil en la mesa, antes de que se cerrara la puerta tras él se volvió a abrir. Uno de los detectives encargados del caso entró a la sala con nerviosismo.

- Disculpen las molestias agentes, pero tenemos nueva información. Hemos encontrado el cadáver del señor Brown. Fue descuartizado.- dijo fijando su mirada en la agente McTaggert.- Han encontrado partes de su cuerpo en un contenedor de basura a unas manzanas de su casa.

- ¿Descuartizado?- preguntó Moira sorprendida incorporándose de la mesa donde estaba sentada.- Vale, gracias agente.- dijo mientras se acercaba al más joven del equipo.- Sean, quiero que busques sobre casos similares en la zona y en estados colindantes.

- ¿Entre qué periodos de tiempo, jefa?

- Al menos diez años hacía atrás, este cabrón tiene experiencia.- expresó irritada.

- Sean, creo que también deberías investigar a la familia. Quizás es algo personal. - Comentó Darwin. En sus manos se encontraba un informe con las imágenes de los Brown. - No conocemos mucho de ellos, puede que estén metidos en algo chungo.

- También podría ser por sus mutaciones. - Dijo Erik con una sonrisa sardónica. Su ira había disminuido mientras miraban los informes, pero volvía a resurgir. Charles ya podía sentir la jaqueca.

El telépata procuró centrarse en las emociones y pensamientos superficiales de los demás de la sala. La mente de Sean era la más interesante, estaba cantando una canción de la radio. Enfocándose en la canción respiró profundo tratando de enfocarse de nuevo en lo que decía Erik. - Lo poco que sabemos es que los Brown eran mutantes. Puede que fuera un delito de odio, un asesino humano que quiera matar a los mutantes que viven en su barrio.

No podemos descartarlo. El barrio tiene una mayoría de humanos residentes, se podrían haber creado tensiones que provocaran un ataque. - Moira se paseaba por la sala pensando en todas las opciones.- Tampoco podemos descartar que se trate de un grupo terrorista contra mutantes… Quiero que Erik y Alex vayáis a volver a interrogar a la vecina, para asegurarnos de qué es lo que vió.

***
Sean llevaba horas buscando, escarbando sobre la familia Brown. El informático sabía que la información que había encontrado ayudaría en el caso, pero no eran los datos que les servirían para resolverlo.

Se esforzó buscando cualquier posible trapo sucio, cualquier dato por absurdo que pareciera que les ayudara a dar con el asesino. Moira y Darwin solían encontrar patrones desde la información más irrelevante. Justo cuando había perdido la esperanza encontró lo que estaba buscando.

Soltando un grito agudo de emoción se levantó de golpe de su asiento con los brazos arriba.- ¡Está metido en la mafia! ¡Es un mafioso!- El primer grito de emoción había hecho que todos se taparan los oídos, su tono agudo haciendo ladrar a los perros de la comisaría. Sean trató de calmarse, se suponía que no tenía permitido usar su habilidad en sitios cerrados.

- ¡Sean! Nos vas a dejar sordos. ¿A qué te refieres?- Dijo Moira frotándose las orejas con la yema de los dedos con cara de dolor.

- Está envuelto en la mafia.- dijo Sean con una sonrisa, orgulloso de su hallazgo.- He investigado a la familia Brown, todos son mutantes de bajo nivel. El padre y la madre eran elementales, aire y agua respectivamente. El hijo era un empático de bajo nivel, aunque eso ya lo sabíamos. El señor Brown de cara a la administración trabajaba en una empresa de cristalería, pero no era su único trabajo. Está relacionado con una pequeña mafia local.- Sean parloteaba emocionado por todo lo que había encontrado.- Por lo que he podido averiguar se encargaba de hacer recados para el jefe de la mafia, Mark Fiore. Y no es lo único, el señor Brown le ponía los cuernos a su mujer, he visto varios cargos en su tarjeta en varios moteles, flores y demás. Creo que he encontrado a la amante.

- Buen trabajo, Sean. - Dijo Moira con orgullo. - Charles quiero que te dirijas a interrogar a Mark Fiore junto con Erik y Alex. Les llamaré para que te vengan a recoger. Darwin y yo interrogaremos a la amante. Tenemos que aprovechar lo poco que nos queda de luz.

Por lo que había averiguado Sean, el negocio de Mark Fiore era una carnicería. Un establecimiento que facilitaría el blanqueo de dinero y no levantaría sospechas si olía a sangre.

Sean les había avisado sobre el paradero del señor Fiore, probablemente encontrarían al mafioso en el bar de la calle de enfrente.

Erik fue el primero en entrar, se había asegurado de ello. Los criminales humanos tendían a usar pistolas o cuchillos, por lo que su habilidad era la más indicada para protegerlos en una emboscada.

Charles por su lado, se permitió bajar una parte de sus escudos para poder captar mejor los pensamientos de las personas a su alrededor. Alex había notado el comportamiento extraño de Charles, se movía más lento, como si estuviera herido. Alex decidió dejar pasar al telépata el último y estar pendiente de él.

Encontraron a un hombre que encajaba con la imagen y descripción que les había pasado Sean durante el trayecto. Alex pensó en el cliché de que el hombre de ascendencia italiana tuviera bigote y un sombrero sobre la mesa. El señor Fiore era de estatura baja, delgado y con cara alargada, se encontraba rodeado de los que serían dos de sus guardaespaldas.

- Buenas tardes, señor Fiore.- dijo Erik cuando se acercaron a la mesa donde bebía su cerveza el mafioso.- Somos los agentes Lehnsherr, Summers y Xavier del FBI.- señaló a quién correspondía cada nombre.- Queríamos saber su relación con Michael Brown.

- ¿Brown? No me suena. - Dijo de manera descuidada, cogiendo de nuevo su cerveza. Charles siguió los pensamientos que aparecían en la mente del hombre hasta su escudo. Pudo distinguir retazos de una sensación de peligro. Estaba seguro de que el señor Fiore sabía quién era Michael.- Creo que se han equivocado.

- Curioso, porque tenemos registros de que el señor Brown trabajaba con usted en la carnicería. - Comentó Alex colocándose mejor las gafas de sol en la cabeza.

- Su empresa no es tan grande. Si usted dijera que no lo conoce, implicaría que sus registros de la seguridad social sobre empleados son erróneos o falsos cuanto menos. ¿Es eso lo que quiere decir, señor Fiore?- Inquirió Erik con una sonrisa de tiburón.- Entonces… ¿Conoce o no conoce usted al señor Brown?

Frunciendo el ceño, el señor Fiore apoyó la cerveza encima de la mesa. Su rabia resonaba contra sus escudos.- ¿Brown? Les entendí mal, a Brown sí lo tenía como empleado. Son demasiado rápidos en juzgar. - Se defendió Mark Fiore levantando las manos de manera burlona. - ¿Qué ha hecho tan grave Michael como para que el FBI se interese por él?

Charles se estaba esforzando por ser una presencia sutil contra los escudos de fiore. La mayoría de personas que no habían tenido contacto con telépatas rara vez percibían una mente cerca de sus escudos, pero Charles prefería no arriesgarse.

Los pensamientos superficiales que obtuvo mientras hablaban de Brown daban a entender que sabía que estaba muerto. Usaba el pasado cuando se refería a él en su mente.

Charles captó un pensamiento interesante no hizo un buen trabajo si tengo al puto FBI detrás. El telépata creó una alarma sobre ese pensamiento. Cualquier idea relacionada con esa reflexión llegaría con más facilidad a Charles. Su técnica le evitaría perderse dentro de todos los pensamientos de Fiore o de mezclarlo con los de sus guardaespaldas. Normalmente no tenía problemas en aislar las mentes, pero su jaqueca le impedía centrarse. Charles necesitaba que la conversación se acotara de alguna manera para llegar a una pista clara sobre el asesino.

- Ahora dirá que no sabe que él y su familia fueron brutalmente asesinados. - Comentó Alex de manera burlona. Ese comentario hizo saltar la alerta mental “sólo me trae problemas, ahora me culpan a mí”.

Pensaba en alguien en específico, en el asesino, debían seguir presionando.

- No lo sabía y no tengo nada que ver. Soy únicamente un hombre de negocios.- Sonriendo se levantó de su asiento dando por acabada su conversación. Recogió su sombrero de la mesa y se alejó de ella hacia los agentes, sus guardaespaldas le siguieron.- Un placer haber hablado con ustedes caballeros, pero como comprenderán mi negocio no funciona sólo. Si me disculpan…

Charles se aventuró a participar en la conversación con la intención de seguir ese pensamiento.- Dice que no funciona sólo, pero no creo que sepa mandar a nadie. Es más, ni siquiera sabía que su empleado no había estado yendo a trabajar. Si me pregunta, no parece estar a cargo de su empresa.- Un golpe bajo. Charles trató de seguir su discurso, intentando enfadarle lo suficiente para que soltara algo. Parecía que sus palabras estaban surtiendo efecto porque al menos Fiore había parado su marcha para mirarle.- O quizás no se preguntó dónde estaba Michael Brown porque ya sabía que estaba muerto. Tal vez incluso estuvo implicado en su asesinato.- Forzó un poco más al mafioso de poca monta.

- ¡Cómo se atreve! Se acabó esta conversación, no me van a estar culpando de tal cosa, si quieren algo más, espero que vengan con una orden. - Siguiendo su marcha dió una señal a sus guardaespaldas para que le siguieran.

En vez de rodear a los agentes Fiore se aproximó y atravesó entre Alex y Charles. Acercándose a Charles de manera premeditada le susurró.- Yo si fuera usted, agente, tendría cuidado cuando hace ese tipo de acusaciones.- El telépata frunció el ceño. Fiore tuvo que creer que su amenaza había funcionado por lo que se alejó.- Tranquilo, se lo dejaré pasar esta vez.

Sus compañeros le observaban, ambos intrigados por cómo había continuado con el interrogatorio. Durante la última parte de la conversación la esperanza de Charles de encontrar una pista desde la mente de Fiore había sido nula. Era un narcisista, pensaba todo el rato en él y en cómo evitar seguir hablando con los agentes. Sin embargo, había estado siguiendo las alarmas mentales que había colocado. Fue cuando se acercó a susurrar a Charles al oído cuando la trampa saltó. Tengo que hablar con Robert, un nombre, una pista que seguir.

- ¿Qué te ha dicho? - Preguntó Alex preocupado, Charles estaba más pálido que antes, quizás le habían amenazado. Se mantuvo detrás del telépata preocupado de su estado.

- Nada importante, pero tenemos un nombre, deberíamos volver a la comisaría.

***
Moira notaba el cansancio en ella y sus compañeros. Era de noche y todavía no habían parado. Les había costado toda la tarde, pero habían encontrado a la amante del señor Brown, Tiffany Jones. Sean había asegurado que había huido porque era culpable o al menos cómplice. Darwin y ella habían tenido la teoría de que Tiffany era la figura que vió la vecina huir de la escena del crimen.

Sean había encontrado otros veinte crímenes que coincidían en técnica y herramienta, el primero de hacía ocho años. El sudes tenía experiencia, lo más seguro es que se tratase de un profesional.

Cuando estuvieron todos juntos en la sala empezaron a repasar la información que tenían del caso. Varios empezaron a servirse cachos de pizza de las que había pedido Darwin para cenar en la comisaría. Era agradable estar cenando acompañado, aunque las circunstancias fueran excepcionales.

- Vale, primero nosotros. - Dijo Alex sentándose en una de las sillas después de servirse varios pedazos de pizza. - Charles escuchó en la mente de Fiore el nombre de Robert. Cassidy deberías de ir buscando información sobre los empleados de Fiore que coincidan con el nombre.

- Nosotros localizamos a Tiffany Jones, la amante del señor Brown. - Apoyándose en la mesa Darwin continuó. - Fue la figura que vió la vecina, iba a confrontar al señor Brown cuando al abrirse la puerta vió la sangre y salió huyendo. La señorita Jones conocía el pasado con la mafia de Michael Brown por lo que decidió esconderse. Tiene coartada. Resumiendo, hemos llegado a la conclusión de que el sudes es un asesino a sueldo.

Mirando de nuevo al frente sacó la cabeza de entre sus manos. Su cuerpo le pesaba y la migraña era cada vez más fuerte. Guardó todo el dolor que pudo en un apartado en su mente permitiéndole volver a la conversación.- Si es un profesional, lo más seguro es que trabaje para el señor Fiore, debe de ser ese tal Robert.

- Charles, ¿te encuentras bien? Estás blanco. - Dijo Alex mirándole desde el otro lado de la mesa. Había estado atento de cómo se comportaba el telépata desde que habían hablado con Fiore. Ahora se percató de que estaba todavía más pálido y sus manos temblaban ligeramente. Su estado sólo había empeorado desde el bar.

- Sí, estoy bien, solo cansado, ha sido un día largo. -Dijo Charles con una sonrisa que pretendía ser tranquilizadora. Era un pensamiento egoísta, pero le agradaba la preocupación de Alex.

Mirando a sus compañeros Moira decidió que era un buen momento para retomar fuerzas.- Todos lo estamos, creo que es hora de descansar. Deberíamos ir al hotel, tenemos habitaciones reservadas en el que está a dos calles.

- Pero jefa, estamos tan cerca de…

- Lo sé Sean, pero no nos va a servir de nada seguir sin dormir. No vamos a poder resolver esto antes solo por no descansar. Terminamos la pizza y vamos al hotel, es una orden.

***

Charles salió de su habitación para poder sacar algo de la máquina dispensadora que había visto en la entrada. La pizza que habían cenado todos antes de llegar al hotel ya olvidada.

Sabía que no había sido una buena idea seguir manteniendo sus escudos al máximo, sin embargo no quería incomodar a sus compañeros. Confundir pensamientos con palabras habladas podría llevar a rencillas que de esta manera serían fácil de evitar. En el hotel las habitaciones de los demás estaban tan cerca que no podía evitar escuchar todo.

Observando la máquina pensó en qué elegir, necesitaba algo contundente. Su don se aplicaba en el plano mental, sin embargo acababa gastando energía del plano físico. Tras haber cogido un sandwich se lo comió masticando con cuidado apoyado en la pared al lado de la máquina.

Erik había salido a dar una vuelta a la calle para despejarse. Era consciente de que McTaggert había tomado la decisión correcta al mandarlos a descansar. Sabía que era necesario, pero necesitaba seguir trabajando el caso. Parar significaría abandonar a las víctimas y a sus familias, sin embargo confiaba en Moira. Cuando empezó a notarse más tranquilo entró de nuevo al hotel.

Divisó a Charles en la entrada apoyado en la pared al lado de la máquina dispensadora. Estaba tirando un envoltorio en la papelera de su izquierda. Erik se planteó no alertar de su presencia para no tener que hablar con él, sin embargo desechó la idea al observarle mejor. Charles andaba despacio con pasos irregulares y la cabeza baja, se apoyaba con una mano en la pared.

Erik empezó a acercarse con paso rápido a Charles, el telépata no había tenido buen aspecto cuando se habían separado a sus respectivas habitaciones y ahora parecía haber empeorado.

La cabeza de Charles empezó a sentirse demasiado pesada y su cuerpo le dejó de obedecer. Antes de llegar a golpearse contra el suelo unos brazos le rodearon.

 

Una vibración en su reloj.

Notes:

Charles siendo un desgraciado... A ver qué nos depara la cosa jajajaja

Espero que pilleis las referencias a Mentes Criminales, aunque basicamente los casos los saco de ahí. A lo largo del siguiente capítulo seguramente haya más pequeñas referencias.

No sabía si editar y publicar hoy este capítulo, pero me he visto inspirada por los kudos que estáis dejando. Muchas gracias!

Chapter 3: Encanto y daño

Notes:

No tengo autocontrol y ya edité el tercer capítulo.

Espero que os guste.

Chapter Text

La cabeza de Charles empezó a sentirse demasiado pesada y su cuerpo le dejó de obedecer. Antes de llegar a golpearse contra el suelo unos brazos le rodearon. 

 

Una vibración en su reloj.

 

Erik le sentó con cuidado en el suelo, evitando que se pudiera dar con la pared cercana. 

 

- Xavier, ¿qué pasa? ¿Está bien?

 

- Sólo cansado, necesito llegar a mi habitación. - Charles intentó enfocar la vista alrededor de la cara de Erik. Sus párpados cada vez se notaban más pesados - No estoy en mi habitación, ¿verdad?

 

- No, está en el suelo del hall. - Charles sintió los brazos de Erik a su alrededor aupándolo del suelo con cautela. Ese cuidado al levantarle relajó y agobió en partes iguales al telépata. Charles empezó a moverse empujando ligeramente a Erik en el pecho para crear distancia entre ellos- Xavier… Charles, necesito que estés quieto, trato de llevarte a tu cuarto sin tirarte por el camino.- Escuchar su nombre hizo que el telépata dejara de empujar.

 

Erik consiguió entrar a la habitación de Charles con su habilidad. El telépata había perdido la conciencia poco después de su última conversación. Erik le dejó con cuidado encima de la cama. Dudó si necesitaría llamar a Moira o llevarlo al hospital.

 

Acercándose a comprobar su pulso sintió la mente de Charles rozar la suya, tensándose analizó la cara de Charles. En ese momento vió cómo se abrían lentamente los ojos del telépata.

 

- ¿Charles, qué crees que estás haciendo? ¿Qué estás intentando?

 

Charles no entendía las palabras de Erik, ubicando dónde se encontraba se incorporó despacio en la cama, apoyando su espalda en el cabecero. Su cabeza se notaba todavía demasiado pesada. 

 

Su mirada se centró en Erik, parecía estar molesto, algo habitual en él. Sólo le conocía de dos días, pero siempre parecía estar enfadado. Erik tenía un aura de violencia constantemente, pero en esos momentos se veía como una persona capaz de matar. Su mirada fría hizo que los pelos de la nuca de Charles se erizaran. La cefalea pasó a segundo plano.

 

- ¿A qué te refieres?- Murmuró Charles con cuidado sentándose mejor en la cama.

 

- Tu mente, puedo notarla en la periferia de la mía, rozando mis escudos. Aléjate.- Su voz era cortante. Charles trató de volver a sus escudos reforzados, pero no era capaz, sus fuerzas eran mínimas.

 

- No puedo, no soy capaz de aguantar los escudos. - De pronto sus muñecas se encontraban aprisionadas contra el cabecero de metal formando unas esposas improvisadas. El frío metal restringía el movimiento de sus brazos. Su mente se encontraba nublada por la traición y la confusión. - Lehnsherr, ¿qué haces? Debes creerme. - El miedo se instaló en el estómago de Charles.

 

- Explícame por qué no puedes. - El tono de Erik era duro. - Creí que había dejado claro que no te permitiría abusar de tu mutación. No voy a permitir que entres en la mente de nadie.

 

Charles se percató de lo peligroso que era Erik en ese instante. Observaba cada movimiento, cada respiración con la concentración de un depredador.- No es eso. Apenas tengo fuerzas. No estoy entrando en tu mente. Llevo todo el día bloqueando mi habilidad, pero ya no puedo más. 

 

El telépata no pudo evitar sorprenderse por el arrebato de su compañero. Se trataba del mismo hombre que esa misma mañana se había disculpado por haberle dañado con su habilidad.

 

- Los escudos son un desgaste demasiado alto de energía, tanto que me acaba afectando a nivel físico. Lo estoy intentando, pero estoy demasiado cansado y duele…- dijo Charles enfadado, notaba como su cabeza palpitaba, le costaba mantenerse despierto. No podía permitirse perder la consciencia, no cuando Erik estaba perdiendo el juicio. Charles no lo conocía lo suficiente como para saber si sería capaz de herirle.- ¿Puedes soltarme?

 

- Quiero que me expliques cómo funciona tu mutación, con detalles. - Un ligero apretón a sus esposas.-  Sin mentiras. Entonces te soltaré.

 

Todo su cuerpo dolía, su cabeza en especial. Fue un error creer que porque fuera abierto sobre el uso de su propia mutación aceptaría la de Charles. “Entiendo porque se siente amenazado por tu telepatía.” Las palabras de Raven volvieron a su mente, esta vez le provocaron rabia.

 

- Eres un imbécil. - masculló Charles lleno de frustración evitando la mirada del más alto. Erik se sorprendió con su contestación, pero se quedó quieto observándolo - Mi mutación es como cualquier otra, no se puede contener constantemente, no sin un collar inhibidor. No estoy entrando en tu mente, ni siquiera he entrado en el plano psíquico para verla. Es tu culpa que esté en mi límite, llevo todo el día evitando tu rabia.

 

- No te he atacado hasta ahora, ¿a qué te refieres con rabia? ¿Has estado hurgando en mis emociones?

 

- Quieres que te explique todo y sin embargo, no prestas atención. - Contestó Charles respirando profundo para concentrarse. Debía evitar dormirse. Se centró en la sensación del frío metal alrededor de sus muñecas. - No hace falta entrar en una mente para saber qué siente, las emociones fluyen de las personas… Los empáticos son comunes en la población mutante, no hace falta ser telépata para poder llegar a las emociones de alguien. Tú estás proyectando tu rabia la mayor parte del tiempo.

 

- ¿Y me estás diciendo que no puedes parar tu mutación?- Murmuró Erik pensando en lo que Charles le estaba revelando. Poco después Charles sintió que sus esposas se soltaban y sus manos caían contra el colchón.

 

Charles le miró por primera vez a los ojos.- ¿Puedes parar tú la tuya? - Preguntó Charles mientras se masajeaba las muñecas ligeramente, lo hizo por hábito, esta vez no le había hecho daño.

 

Ambos sabían la respuesta a esa pregunta. Erik era capaz de sentir y localizar cualquier metal que se encontrase en su rango. Intentar “parar” su mutación sería como retirarle respirar. Esa declaración hizo sentir culpable a Erik, había intentado crear una tregua para después atacar a Charles. 

 

Atacándole por su mutación. El telépata formaba parte de su equipo y le había agredido de nuevo. No era propio de él.

 

Los ojos de Charles luchaban por cerrarse, el propio Erik podía percibir su intento por no sucumbir al sueño. Su postura era de derrota, su mirada únicamente se separaba de Erik para mirar momentáneamente a la puerta. Me tiene miedo, he sido un capullo , pensó Erik sin saber qué sentir ante esa revelación.

 

- Sí, lo eres y antes de que me golpees o me vuelvas a atar- dijo rápidamente Charles levantando lentamente ambas manos en defensa. Se sentía cansado, notaba cómo le costaba mantener los ojos abiertos. Sus brazos le pesaban, apenas podía mantenerlos en alto. - ese pensamiento lo estabas proyectando. Y como comprenderás no estoy en condiciones de evitar una proyección.

 

Contra todo pronóstico ese comentario casi hizo reír a Erik. Había juzgado mal a Charles Xavier. No volvería a cometer el mismo error. El telépata podría haber atacado a Erik en cualquier momento de su discusión, incapacitando a Erik, sin embargo había evitado la confrontación. Aún cuando Erik le había contenido fisicamente no le atacó. Le recordó a cómo había tratado a la piroquinética el día anterior y lo cuidadoso que era con sus compañeros. Puede que no le atacase porque se encontraba demasiado débil para hacer cualquier movimiento ofensivo, pero Erik no lo creía. Había leído los informes sobre su mutación y los resultados de su prueba de nivel. Un telépata alfa del calibre de Charles sería capaz de mucho más de lo que había dejado ver.

 

Charles no consiguió mantenerse más tiempo despierto. Su último pensamiento fue el mismo que cuando habló con Raven. El mismo pensamiento que le asaltaba siempre antes de dormir. No tengo lugar, ni entre mutantes ni entre humanos. 

 

Erik se separó de la cama mirando a su compañero con una perspectiva renovada. Cogiendo su teléfono Erik llamó a Moira para explicarle que Charles se había desmayado en su cuarto. Minutos más tarde Moira llegaría corriendo a la habitación preguntando por lo que había pasado, encontrando a Charles tumbado inconsciente en la cama. Erik contó cómo le había visto tropezar en la entrada y le había llevado a su cuarto obviando la discusión.



***

Charles oía voces a su alrededor sin ser capaz de distinguirlas. Había una voz de mujer. La voz que escuchaba era vibrante…joven. No la reconocía. Se centró en el resto de voces a su alrededor. Caos, juventud, dudas, preocupación. No reconocía ninguna de ellas, no eran las voces que solía oír en su casa.  

 

Dándose la vuelta en la cama extendió sus músculos mentales hacia sus vecinos tratando de tocar sus escudos y así reconocerlos. Cuando notó las mentes se dió cuenta de que no estaba en su casa, se retiró rápidamente detrás de sus escudos. Las voces que no había reconocido eran las mentes de sus nuevos compañeros. Hacía años que no usaba su telepatía mientras dormía, de pequeño tendía a hacerlo por estrés. Los recuerdos de la noche anterior llegaron a trompicones a su mente.

 

Incorporándose en la cama se sujetó la cabeza con las manos, su migraña del día anterior debilitándole. Observando la habitación encontró una nota en su mesilla de noche. “Charles, me contó Lehnsherr sobre tu desmayo, hoy usa el día para descansar, estaremos en la comisaría. Llama si necesitas algo. Moira” Su supervisora se preocupaba, al igual que Alex, Darwin y Sean. Los pensamientos de todos ellos habían estado teñidos de preocupación por él.

 

Charles debatió sobre seguir lo que decía la nota y descansar o ir a la comisaría.

 

Seguía manteniendo la idea de seguir en la unidad. Los agentes del DM hicieron comentarios al visitarlo y si lo que habían dicho era cierto, no sería capaz de dejar este trabajo así como así. Se preguntó si estar en la lista que dijo Raven dificultará buscar otra forma de empleo.

 

Su sueño de montar una escuela no era realista, no se lo permitirían. Los jóvenes que necesitaban un espacio seguro debían ser su prioridad. Charles no tenía oportunidad de ser parte de la comunidad, pero otros debían tener al menos la posibilidad. Quizás si seguía trabajando para el FBI, si conseguía hacer lo mejor posible su trabajo… La confianza era algo que se tenía que ganar, su escuela podría ser algo factible después de todo.

 

Tenía la esperanza de un futuro mejor para mutantes que pudieran sentirse como él, pero que sí tenían oportunidad de vivir entre humanos. Tal vez era demasiado tarde para Charles, sin embargo lucharía porque ellos tuvieran su lugar en el mundo.

 

Con ese nuevo objetivo se levantó de la cama.



***

Durante la mañana habían acudido todos a comprobar cómo se encontraba Charles, preocupados por su estado. Ninguno de ellos sabía exactamente porqué el telépata se había desmayado, no es como si hubiera abusado de su don el día anterior.

 

Moira había pasado junto con Erik parte de la noche cerciorándose que el telépata respiraba. Alex había aparecido a primera hora de la mañana preguntando por la supervisora, así se había enterado del estado de Charles. El joven había cogido especial cariño al telépata y se sentía en cierta manera responsable de él. Alex había sido el que había alertado a Sean y Darwin del desmayo de Charles, por lo que los más jóvenes se habían pasado a ver si despertaba. Con tanto paso de gente por la habitación de Charles, Moira había decretado que sólo una persona iría cada hora a revisar al telépata.

 

Había un último turno para comprobar que Charles estaba bien antes de que fueran todos a la comisaría a seguir con el caso. Erik quería el turno para él, pero no quería llamar la atención. Se sentía irritado por la discusión de la noche anterior, una parte de él se sentía culpable de haber atacado a Charles de esa manera. La otra parte de él, la dañada y maltratada sentía que había hecho lo correcto para asegurarse de las intenciones del telépata. Erik no le había contado al equipo nada de la discusión porque sabía que recibiría críticas por ello. Optó por decir que tenía que recoger algo que se había olvidado en su cuarto. Siendo Moira la mujer pragmática que era (como Erik había anticipado) le ordenó que de paso fuera a ver qué tal se encontraba Charles. Los demás esperarían en el coche.

 

Cuando estaba frente a la habitación del telépata y se disponía a llamar, la puerta se abrió. Erik se sorprendió al verle despierto.

 

- ¿Charles?

 

En ese momento el telépata le pegó un puñetazo en la mejilla izquierda.

 

Charles había puesto toda su fuerza en golpearle, su muñeca le dolía, pero mereció la pena. Nada más hacer contacto con su cara se había sentido mucho mejor. No era una persona violenta, aunque a veces era necesario. Erik se había tropezado hacia atrás golpeándose con la pared que se encontraba a su espalda. El ferroquinético se incorporó masajeando su mandíbula, abriendo y cerrando la boca intentando mitigar el dolor.

 

- Te voy a decir una cosa Lehnsherr, no voy a dejar que me intimides. - dijo Charles todavía sujetándose la mano derecha. Su discurso estaba teñido de rabia hacia la situación a la que le había empujado Erik. Un ojo entrenado como el del metaloquinético podía ver el titubeo en sus palabras. Otra muestra más de que Charles no se sentía cómodo con la violencia.- No estaría aquí de tener otra opción, pero voy a hacer lo máximo de este trabajo. Quiero que me dejes hacer mi cometido, por desgracia estamos obligados a trabajar juntos. Sólo te pido que te alejes de mí.

 

Erik no contestó, únicamente asintió ante la petición de Charles evitando sonreír. Había llevado a un hombre poco conflictivo a pegarle un puñetazo. Mantendría su distancia. Trabajaría con él y le trataría igual que al resto de sus compañeros. Tal vez su telepatía todavía le creara desconfianza, pero se había ganado al menos su respeto. Erik se prometió a sí mismo que no volvería a atacar de esa manera a Charles por su mutación.

 

Charles insistía en querer ir de vuelta a la comisaría para seguir trabajando. Erik decidió que era mejor no discutir con el telépata en su estado, todavía estaba pálido y enfadado.

 

Al llegar al aparcamiento los miembros del equipo bajaron del vehículo al ver a Charles caminando hacia ellos. 

 

- Charles, ¿qué haces aquí? Te dije de descansar al menos hoy, estamos cerca de atrapar al asesino, no es necesario que estés aquí, puedes descansar. - Moira parecía preocupada por su salud, le dió un abrazo rápido observándolo de arriba abajo. Sus pensamientos marcados con ansiedad y nerviosismo, la supervisora trataba de averiguar si él estaba capacitado para trabajar. Se desmayó y ahora está aquí. Parece que está mejor, pero no es seguro. Charles sonrió ante esos pensamientos.

 

- Estoy bien, puedo seguir trabajando. Quiero seguir en el caso. - Charles miró fijamente a Moira antes de continuar.- El desmayo fue provocado por mis habilidades, procuraré que no vuelva a pasar.- levantando una mano para frenar a Moira antes de que pudiera cortarle continuó.-  Preferiría explicar los detalles en privado en el caso de que sea necesario. Si no es mucho pedir. - Pidió Charles evitando mirar a Erik que se encontraba a su lado.

 

- Entonces luego hablamos. - Después de volver a observar a Charles una última vez se giró para hablar con Erik. - Id vosotros en el otro coche de vuelta a la comisaría, nos vemos allí.

 

Charles insistía en querer ir de vuelta a la comisaría para seguir trabajando. Erik decidió que era mejor no discutir con el telépata en su estado, todavía estaba pálido y enfadado.

 

Al llegar al aparcamiento los miembros del equipo bajaron del vehículo al ver a Charles caminando hacia ellos. 

 

- Charles, ¿qué haces aquí? Te dije de descansar al menos hoy, estamos cerca de atrapar al asesino, no es necesario que estés aquí, puedes descansar. - Moira parecía preocupada por su salud, le dió un abrazo rápido observándolo de arriba abajo. Sus pensamientos marcados con ansiedad y nerviosismo, la supervisora trataba de averiguar si él estaba capacitado para trabajar. Se desmayó y ahora está aquí. Parece que está mejor, pero no es seguro. Charles sonrió ante esos pensamientos.

 

- Estoy bien, puedo seguir trabajando. Quiero seguir en el caso. - Charles miró fijamente a Moira antes de continuar.- El desmayo fue provocado por mis habilidades, procuraré que no vuelva a pasar.- levantando una mano para frenar a Moira antes de que pudiera cortarle continuó.-  Preferiría explicar los detalles en privado en el caso de que sea necesario. Si no es mucho pedir. - Pidió Charles evitando mirar a Erik que se encontraba a su lado.

 

- Entonces luego hablamos. - Después de volver a observar a Charles una última vez se giró para hablar con Erik. - Id vosotros en el otro coche de vuelta a la comisaría, nos vemos allí. 

 

***

El equipo se sentó alrededor de la mesa de juntas. Charles se sentó lo más lejos posible de Erik disimuladamente. La rabia le había abandonado tan rápido como había vuelto. No había sido propio de él golpear a Erik, parecía que el ferroquinético sacaba lo peor de él. Mantener la distancia le permitiría centrarse en el caso.

 

- He encontrado algo, estuve mirando los vídeos esta noche, - anunció Alex rompiendo el silencio- ya sé por qué en las cámaras no se ve nada. No es un teletransportador. Sean, ¿podrías poner la grabación en la pantalla? Quiero que pongas el minuto…- dijo Alex revisando sus notas en un cuaderno.- El minuto 00:47.

 

Sean proyectó el vídeo con esa hora en la pantalla. La hora correspondía a minutos antes de que se abriera la puerta principal. Todos observaban la pantalla buscando lo que había visto Alex. Se observaba que se abría la puerta completamente y se cerraba de nuevo. Cuando acabó el vídeo se miraron entre ellos tratando de obtener respuestas.

 

- Summers creo que no has dormido lo suficiente. - Dijo Erik secamente.

 

- Tranquilos, a mí también me costó verlo, pero fijaos bien. Ponlo de nuevo Sean.- En ese momento Alex se acercó a la pantalla- Fijaos ahora en este jarrón naranja.

 

Todos miraron el jarrón que se encontraba en la mesa detrás del sofá. La mesa auxiliar se encontraba en medio del salón. Para poder llegar a la puerta principal desde el pasillo donde se encontraban las escaleras se tenía que pasar por el salón y por tanto por delante de la mesa auxiliar. Segundos después de la indicación de Alex ven cómo se mueve el jarrón, como si hubiera sido empujado.

 

- Es invisible. Empujó el jarrón al pasar.- Exclamó Alex explicando lo que habían visto.-  Moira dijo que es un profesional, lo más seguro es que supiera cómo no mancharse los zapatos o al menos cómo ocultarlo. Sabíamos que no había marcas en la puerta por dentro, pudo ocultar las huellas de los zapatos, sin embargo no pudo evitar mover el jarrón. En el vídeo se ve que se abre la puerta y se cierra, al principio pensé que había sido la testigo abriéndola desde fuera, pero…

 

- …Fue el asesino, al ser invisible no saldría en la cámara, pero se vería cómo abría la puerta. Por eso Tiffany Jones vió la escena del crimen, pero no vió al asesino ni abrió ella misma la puerta. Estaría usando su habilidad, seguramente estaba delante de ella. - Concluyó Darwin chocándole los cinco a Alex. - Bien visto, tío. 

 

- Ya sé quién es el asesino. - Dijo Sean sorprendido, todos se giraron para mirarle mientras abría un archivo en su ordenador. - Estuve ayer por la noche haciendo la búsqueda del nombre de Robert entre los empleados de Fiore. Tengo a dos, teniendo en cuenta lo que ha dicho Alex, sé quién es nuestro asesino.

 

- Buen trabajo, chicos. - Dijo Moira encantada con este avance en el caso.- Voy a hablar con Fiore, conseguiré que contacte con Robert para que podamos hacerle una emboscada.

 

- ¿Me necesitas para influenciarlo?- Preguntó inseguro Charles.

 

- No, deberías estar descansando, -reprimió Moira mirándole seriamente- no quiero que tengas trabajo de campo. Yo tengo mis propios métodos, profesor. -Dijo Moira sonriendo segura de sí misma cogiendo el teléfono para llamar.

 

- En realidad, querida, no se es profesor hasta que te contratan para dar clases.

 

- Eso es fácil de remediar.- Comentó Moira de manera críptica.



***

El suelo del matadero abandonado de Fiore estaba lleno de polvo. Telarañas y cucarachas ocupaban las paredes. Tal y como predijo Moira consiguieron que Fiore cooperara, sólo ella sabía con qué le había amenazado.

 

Los coches se encontraban a una calle de distancia del matadero, no querían alertar al sospechoso. Cada miembro de la unidad estaba emparejado con un policía local, inspeccionando el lugar por parejas. Barrían las estancias con la mirada, buscando cambios en el ambiente que les diera un rastro de alguien invisible.

 

Tras un par de minutos Erik sintió un metal que no reconocía acercarse a Alex. Erik sabía cómo se sentían las armas de los agentes, la mayoría de fuerzas del orden usaban el mismo tipo de pistolas. Avisando a la agente que iba con él acortó la distancia entre él y Alex. Cuanto más se acercaba más reconocible era el material que había sentido, se trataba de un revólver  a punto de disparar. Lanzándose encima de Summers evitó que fuera atravesado de un disparo. Tras el susto inicial se pusieron a cubierto mientras varias balas surcaban el aire.

 

Ninguno de los dos agentes del FBI veían al asesino, mas Erik podía sentir el revólver. Usando su habilidad tiró hacía él escuchando un quejido. Robert había perdido la concentración, volviéndose visible de nuevo.

 

Robert trataba de buscar el arma que se había caído al suelo a unos metros de distancia. El asesino estaba tan concentrado que no se percató de que Darwin llegaba corriendo hasta él placándolo contra el suelo. Alex y Erik se levantaron para servir de refuerzo para su compañero, avisando por radio para que acudieran los demás agentes.

 

Volviéndose invisible empezó a golpear a Darwin para evitar que le pusiera las esposas. Antes de que otro agente pudiera ayudar con la detención Moira le disparó con un táser.

 

- No sabes cuánto me alegro de tu mutación Darwin.- Dijo Moira respirando entre cortado tras haber corrido para ayudar en la detención. Su sonrisa era diabólica.- Si hubiera estado otro agente no hubiera podido probar el nuevo táser.

 

Los policías locales hablarían durante semanas de la Unidad de Análisis de Conducta del FBI y su equipo de mutantes capaces de recibir tiros y descargas eléctricas sin pestañear. Tiempo después, la supervisora humana de la DM, se convertiría en una pequeña leyenda local.



***

La vuelta a Quantico fue tranquila. Todos se encontraban cansados en el avión deseando volver a casa. Alex hablaba por teléfono con su hermano pequeño avisando de su llegada. Sean veía una película junto con Darwin, que pretendía no estar quedándose dormido. Erik se encontraba leyendo y redactando informes en una de las mesas.

 

Moria era consciente de que necesitaba adelantar el máximo de trabajo posible. Los casos se apilaban y buscaban ser elegidos para ser resueltos. La responsabilidad de elegir cuales tenían prioridad cargaba en los hombros de Moira, sin embargo podía retrasar ese trabajo unas horas más. Se acercó lentamente a donde se encontraba Charles. El telépata se había recostado en los asientos en la parte trasera del avión, lejos del resto.

 

- Charles, tenemos que hablar.- Dijo Moira tras cerciorarse de que aunque parecía agotado, estaba mejor que el día anterior.

 

- Sí, siento haber retrasado la conversación. - contestó Charles incorporándose mejor en el asiento para que Moira se pudiera sentar.

 

- Entiendo la necesidad de querer mantener esta conversación en privado. - comentó Moira sentándose frente a él. La preocupación fluía de ella.- Creía que no estábamos provocando un uso excesivo de tus habilidades. Me disculpo por mi parte, no debí suponer, debí asegurarme que estabas bien. Como jefa del equipo soy responsable de vosotros.

 

- No, está bien, de verdad, querida. No fue un uso excesivo… - Charles hizo una pausa tragando saliva. Se sentía tentado a mentir y obviar el tema, sin embargo de lo poco que conocía a Moria sabía que ella no desistiría hasta dar con una respuesta satisfactoria. - Es todo lo contrario, he estado bloqueando mis habilidades demasiado. El bloqueo sólo suele provocar ligeros dolores de cabeza si no se mantiene mucho en el tiempo, pero me excedí... Es por eso por lo que quedé inconsciente.

 

- ¿Bloqueo? ¿Por qué hiciste eso? - La teoría de Moira de que Charles no se sentía cómodo con su mutación fue confirmada en ese momento. Hablando con calma siguió indagando en el tema.- Charles, ¿alguien te ha pedido que lo hicieras?

 

Moira captó cómo aumentaba la tensión en los hombros de Charles. El telépata trataba de mantener la compostura sin revelar nada, sin embargo Moira podía leerle sin dificultad. Puede que alguien fuera de la Unidad le hiciera bloquear su habilidad. Tal vez fuera alguno de los reclutadores que habían ido la semana anterior.

 

Por otro lado, Charles sentía que su valía en el equipo estaba estrechamente relacionada a su habilidad. Siempre que se usase en beneficio de la Unidad. Una mala contestación, un mal uso de su mutación… ¿dónde le dejaría eso a él? Se negaba a desvelar la discusión que había mantenido con Erik la noche anterior. Sentía miedo de que Moira o el resto del equipo pensase igual que el ferroquinético. Prefería no averiguar lo que pensaban, le haría más fácil trabajar con ellos y conseguir su objetivo.

 

Tras valorarlo unos minutos decidió que la respuesta más sencilla era el silencio.

 

- Charles, no tienes porqué bloquear tus habilidades hasta ese punto. -comenzó Moira con voz triste.- Todos éramos conscientes que al tener un telépata en el equipo nuestros pensamientos podrían ser leídos. Lo único que pedimos de ti es que no te metas de manera consciente. - dijo Moira, usando la misma voz que usaría con un animal herido.- Howlett y yo formamos parte de tu proceso de selección para el equipo, pero el resto fue informado de tus habilidades. No hay necesidad de que hagas esos bloqueos, sobre todo si te hacen tanto daño…

 

El discurso de Moira provocaba sentimientos en Charles que no quería nombrar ni reconocer. No conocía lo suficiente al equipo como para saber si ella podía hablar en nombre de todos, al menos sabía lo que pensaba Erik. Moira también había sido clara respecto al uso de su telepatía, dos caras de la misma moneda. Ambas querían que controlara su don para su propio beneficio. Moira al menos había mirado por el bienestar de Charles y parecía que se preocupaba por él. 

 

Su mutación siempre había marcado sus relaciones con el resto del mundo. Su padre lo había visto como un don, su madre como una enfermedad.

 

Desde que perdió a su padre Charles había resentido su telepatía, sin embargo con los años, había encontrado la belleza que era su mutación en otros como él. La incertidumbre al emplear sus poderes nunca había sido tan intensa como en los últimos días. La conversación con Raven y la discusión con Erik hacían mella en el fondo de su mente. Las palabras de Moira venían acompañadas de sinceridad, sus sentimientos no denotaban malicia, sin embargo no sabía qué creer.

 

- Sé que no nos conoces lo suficiente, pero deberías pensar en que esto no sólo se basa en que tú confíes en que no te juzgaremos por tu don. Si no que nosotros también tenemos que tener confianza en ti sin conocerte. Debemos confiar en que no abusaras de nuestras mentes. - Moira levantó la mano frenando la interrupción. - Sé que no lo harás, al igual que lo creyó Howlett en su momento. Nada en tu historial o en tu conducta indican que eres una persona violenta o propensa a usar la manipulación. Todo lo contrario. - Moira sonrió de manera reconfortante- Tuve una idea que creo que te podría interesar. Me gustaría que te sacaras la licencia de armas del FBI.

 

- ¿La licencia de armas? - preguntó Charles, se esperaba cualquier otra sugerencia- ¿Qué tiene que ver con mi telepatía? No es que no quiera, es solo que creo que no te estoy entendiendo. Como ya dijiste no soy propenso a la violencia, usar un arma…

 

- Será una forma de entrenarte para el equipo, eres el único sin experiencia en el campo y sin licencia de armas. No se les exige a los criminólogos, pero tú no lo eres y creo que podría ser una forma de defenderte sin usar tu telepatía. A menos que lo prefieras. - Moira sabía la respuesta a su pregunta, había sido un cebo fácil. Su idea había sido otra, pero necesitaba que Charles confiara más en ellos antes de proponérselo.

 

- Me gusta la idea de no tener que usar mi mutación para hacer daño a alguien, pero no sé si me sentiré cómodo usando un arma. No soy alguien que se sienta agusto con la violencia.

 

- Bueno, piénsalo, creo que es algo positivo, además de que todos necesitan renovar la licencia por lo que será una forma de integrarte más fácilmente en la Unidad.

 

***

Su apartamento se sentía vacío, realizó un barrido mental para asegurarse de que estuviera solo. Cuando confirmó que no tenía visita empezó a preparar la cena de manera automática.

 

Su mente estaba planteándose la oferta de Moira. Por una vez tenía opción de elegir si quería o no formar parte de algo en el FBI. El poder defenderse sin tener que usar su habilidad era tentador. Casi tan tentador como la intención de pasar más tiempo con el equipo para encajar. 

 

Charles era consciente de que su necesidad de formar parte de la Unidad era un punto débil, pero no podía evitarlo. Las palabras de Moira le habían calado. La rabia de esa mañana se había transformado en soledad. Quería creer en lo que le dijo Moira, quería creer que tenía una oportunidad.

 

Terminando de cenar llegó a una conclusión. No se sentía cómodo con las armas, ni la violencia, pero si quería de verdad dar el cien por cien en este trabajo debía estar dispuesto a aprender cosas fuera de su zona de confort. Disparar armas era una disciplina como otra cualquiera y como no se le exigía podría dejar de practicar si veía que no le convencía. 

 

Lo más seguro es que nunca se viera en la necesidad de disparar a nadie, sin embargo ese tiempo sería muy valioso para poder formar mejores lazos con el equipo. Seguiría pensando en la propuesta este fin de semana, aunque estaba bastante seguro de que ya la sabía.

 

Su apartamento se sentía vacío, pero por una vez ese pensamiento no fue reconfortante.

Chapter 4: Lecciones aprendidas

Notes:

Este de regalo por haber aprobado un examen jajaja

Sigo sin tener autocontrol.

Este capítulo es más para afianzar un poco la relación entre el equipo, espero que os guste.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

El disparo resonó en la galería de tiro. La diana con forma de hombre se encontraba intacta. La bala, incrustada en la pared. Charles bajó el arma suspirando enfadado, en toda la práctica no había sido capaz de dar en la diana.

 

- No estoy hecho para esto. Tampoco creo que sea capaz de sacarme la licencia.

 

Moira se acercó más a donde se encontraba Charles. Se había colocado detrás para ver mejor el disparo. Hacía tiempo que no veía a alguien en la sala de tiro con tan mala puntería.

 

- Esta práctica no la haces por la licencia Charles. Tu objetivo es la defensa personal.- Dijo mientras le ponía una mano en el hombro para apartarle y disparar con un tiro certero. Dando en la cabeza de la figura. Se giró de nuevo a mirar a Charles que le miraba con la boca ligeramente abierta sorprendido.- La mayoría de agentes usan pistolas, te debes familiarizar con ellas. La licencia es solo para tener un arma como agente, no tienes por qué sacártela.

 

- Al menos no has herido a nadie. - dijo Alex tratando de consolar a Charles desde la pared donde estaba apoyado.- Aquí el amigo, - comentó señalando a Darwin - casi le pega un tiro a Moira en su primera práctica de tiro.

 

- ¡Tío! Pero no se lo recuerdes.- Recriminó Darwin en lo que debía haber sido un susurro. Miraba de manera cautelosa a Moira. - Ahora soy mucho más cuidadoso.

 

Ignorando el comentario, Moira se acercó a la sección de tiro de Darwin. Observando desde la cabeza hasta los pies.- Trata de colocar mejor la postura Darwin y serás capaz de aprobar tu examen.- Corrigió Moira con una leve sonrisa.

 

- Al menos tienes otro intento para que no parezca que haces las prácticas con nosotros.- Se burló Alex mientras le tiraba la botella de agua que había traído a Darwin para que bebiera.

 

- Summers, callate. - dijo Moira sin siquiera girarse para mirarlo. Tras dar algunos consejos sobre la posición de los brazos de Darwin volvió a donde se encontraba Charles. Colocando la pistola que usó el telépata con el seguro puesto enfrente de él. - Charles, en las fuerzas especiales abríamos fuego en tres pasos. Uno, centrarse en el punto de mira. Dos, control de presión en el gatillo. Tres, no despistarse y volver al objetivo. ¿Cuál está siendo tu error?

 

- Me he despistado. Al menos ese ha sido mi error esta vez.-dijo mientras trataba de hacer memoria de la última hora.- Creo que he cometido todos los demás errores con los otros disparos.- contestó Charles resignado. - Creo que necesito un descanso.

 

Darwin que no había vuelto a disparar para oír la conversación de al lado se acercó.- Tampoco te agobies, Charles. Es como ha dicho la jefa, no es como si necesitaras la licencia.- comentó mientras volvía su pistola a la funda de su cinturón y cogía de nuevo su botella de agua. Una sonrisa pícara en su rostro.- Eres nuestro cerebrito, tienes méritos suficientes para que no necesites un arma para trabajar en las misiones.- dijo entre tragos del agua apoyándose en la pared al lado de Alex.

 

- Tampoco la necesitas tú. Por lo que tengo entendido eres criminólogo al igual que Moira. Y si mi memoria no me falla no es obligatorio que los criminólogos porten armas.- Afirmó Charles.- ¿Por qué vas a repetir el examen?

 

- Me gustaría seguir llevando la pistola. Alex, Sean y yo somos muy jóvenes. No es que tú no lo seas.- dijo Darwin riéndose de la mirada seria de Charles.- Eres al menos seis años mayor que nosotros y pareces un profesor universitario. El arma ayuda cuando queremos que nos tomen en serio.

 

Charles podía llegar a entender la inseguridad de no tener un arma cuando el resto la tenía. Ser joven en un trabajo rodeado de gente mucho mayor y más experimentada que tú. La sensación es que seguramente todos tus compañeros sabían mucho más. Le había ocurrido en la Universidad, no quería imaginar esa autoexigencia fuera del entorno académico. En un trabajo de este calibre debía de haber una presión mucho mayor.

 

- Te has referido sólo a Alex y a ti, ¿cómo es que no está Sean practicando? ¿No le interesa tener la licencia?- preguntó Charles al notar la falta del pelirrojo.

 

- No tiene edad para poder sacarse la licencia.- contestó Moira con una mueca.- Técnicamente no tiene ni siquiera edad para formar parte de la Unidad, es por eso por lo que no participa en misiones de campo.- dijo Moira quitándose sus cascos, colocándose mejor el pelo.- Vamos a tomar un descanso, nos hará bien a todos.

 

Se dirigieron a sentarse a la sala que se encontraba cercana a la galería de tiro, dentro de poco deberían ir a sus puestos en la oficina. Moira se acercó a la cafetera para preparar café para todos. Darwin sacó unas galletas de uno de los armarios ante la mirada sorprendida de sus compañeros.

 

- ¿Qué? Puede que suspendiera, pero paso mucho tiempo en la galería, me traje un par de cosas para comer.

 

Cuando Moira sirvió el café todos estaban sentados cómodamente en la mesa comiendo algunas de las galletas que ofreció Darwin. Desde el comentario sobre la edad de Sean Charles sentía curiosidad. Iba a reprimir sus preguntas cuando vió a Moira sonriéndole.

 

- Dispara, Charles.- Moira era consciente que una mente académica como Charles sería curiosa por naturaleza. Era mejor permitirle saciar esa parte de sí mismo.

 

- ¿Cómo entró Sean en el equipo? ¿No tiene el FBI un mínimo de edad para sus empleados?

 

Era una pregunta difícil de responder, se debían tener en cuenta muchos factores. Optó por resumir el proceso de selección.- Se debe ser mayor de edad para la mayoría de unidades, aunque es diferente en los equipos de DM. Hay ciertas reglas únicas. En los de DM se deben tener mínimo dieciocho años. En el resto de unidades veintiuno.- Contestó Moira intuyendo la siguiente pregunta.- Sean entró hace un año en el equipo por su habilidad con los ordenadores. Fue detenido tras intentar sacar datos confidenciales del Gobierno.

 

- Quería probar que el Área 51 era real.- Comentó Alex riéndose.

 

- Por eso consiguió un puesto en el equipo. Consiguió meterse, aunque no el tiempo suficiente para encontrar algo.- dijo Darwin orgulloso sonriendo a Charles.- Los de arriba no quieren que los que manejan los ordenadores tengan una mutación relacionada con los aparatos electrónicos, así que Sean es perfecto. Su mutación le permite crear ondas sónicas, nada que ver con la informática.

 

- Eso explica el grito que dió en la comisaría y cómo ladraron todos los perros. - Recordó Charles entusiasmado.- Los caninos serían más sensibles a su mutación. Y supongo que el no tener una mutación con capacidad de controlar los ordenadores evitaría que alguien supiera más de la cuenta. O que pudiera ser útil en diferentes maneras.- Continuó Charles emocionado. Su mente se encontraba maravillada ante nuevos poderes derivados del gen X.- Y vosotros, ¿cuál es vuestra mutación?

 

Los más jóvenes se miraron entre sí, dudaron unos segundos antes de contestar. Era algo fuera de lo común que alguien preguntara directamente por sus habilidades. Se notaba que Charles no era una persona que les juzgaría por sus mutaciones, sin embargo los viejos hábitos eran difíciles de olvidar.

 

- Mejor empiezo yo. - Contestó Darwin sonriendo ante el entusiasmo de Charles.- Mi mutación se basa en la adaptación, de ahí el apodo.- Charles le miró arqueando una ceja sin entender el comentario.- Mi nombre legal es Armando Muñoz, no Darwin. - aclaró riéndose Darwin ante la confusión de Charles.- Soy capaz de adaptarme a cualquier ambiente. Por eso no era capaz de quemarme la piroquinética y gracias a ello también sobreviví al ataque con el táser de nuestra querida jefa.

 

- ¡Qué mutación más exquisita! Tengo tantas preguntas… Formé parte de un estudio sobre el gen X y su relación con fluctuaciones en la apariencia física de los mutantes y sus habilidades relacionadas.- parloteó Charles emocionado. Después de unos segundos trató de relajarse y parecer más profesional. Se aclaró la garganta y continuó.- Me encantaría poder entrevistarte un día, para aportar a los estudios.

 

- Vaya, sí que hablas como un profesor de universidad.- se burló Alex sonriendo y cogiendo una nueva galleta.

 

- Y bueno, para resumir entré en el equipo tras ser aceptada mi solicitud. Trabajar en el FBI era mi trabajo soñado. Entré poco después de Alex, supongo que alguien tenía que ser capaz de pararlo si la liaba.

 

El rubio empezó a toser ahogándose con la galleta que había mordido. Su rubor era notable, el resto no pudo evitar reírse. Charles le observaba atentamente esperando una explicación a ese comentario.

 

- ¿A qué se refiere Darwin?

 

- No es para tanto.- dijo Alex defendiéndose. Bebió un poco de agua para poder seguir explicando a Charles.- Estuve en la cárcel. Pedí que me ingresaran en prisión en el área de aislamiento. - Alex evitaba mirar a Charles avergonzado. Se pasó una mano por el pelo cogiendo aire.- Fue por mi mutación, no la controlo del todo. Ahora trabajando con Darwin al menos sé que si me paso él me podrá noquear.

 

- Vaya, debió de ser duro…- murmuró con tristeza Charles. El caso de Alex era un claro ejemplo de lo necesaria que era su escuela. Evitó pensar en ello, en los jóvenes que necesitaban de un sitio seguro, sólo serviría para angustiarse. - ¿Tú también solicitaste entrar en el FBI?

 

- Qué va, deberías preguntar a Moira, fue ella la que apareció junto con Howlett en la cárcel para reclutarme.

 

Los tres se giraron hacia la mujer. Moira tomó un trago de café para darse tiempo antes de contestar. Los reclutamientos siempre daban de qué hablar y podían ser temas delicados, pero no mentiría a su equipo.

 

- Fue su habilidad. Los de arriba nos mandaron diferentes perfiles para añadir y formar la Unidad. Nuestro equipo se formó hace cuatro años, lo empezamos Logan y yo. El primero al que reclutamos fue a Lehnsherr y el último a Sean. La habilidad de Alex puede ser caótica, pero es una gran ventaja para poder mantener a un sudes a raya. - Contestó Moira miró a Alex.- Agradecemos lo mucho que nos ha ayudado en casos anteriores.

 

Charles se planteó si era la misma situación que había vivido él mismo. Si Alex también había formado parte de una lista del Gobierno.

 

Quiso preguntar sobre la entrada al equipo de Erik. El ferroquinético seguía siendo un misterio para Charles.

 

Se contuvo de seguir interrogándolos, preocupado de que las preguntas llegasen a oídos de Erik y eso provocase más hostilidad en su relación. Seguía sintiendo rabia al pensar en la conversación del hotel, aunque sabía que había estado mal dirigida. No debió enfrentarse a Erik de esa forma, pero tras años de los mismos comentarios y la conversación de Raven tan reciente… Erik parecía saber qué botones tocar para sacar lo peor de Charles.

 

Durante el fin de semana se planteó disculparse, sin embargo una parte de él seguía dolido. La discusión le había afectado más de lo esperado. Parando ese tren de pensamientos que solo le empeoraría el día se centró en la conversación.

 

- Cuéntanos, profesor. ¿Cómo funcionan tus poderes? No es justo que todos hablemos de nuestras mutaciones y tú te libres. - dijo Darwin con tono burlón.

 

- Ya sabéis que soy un telépata. - Contestó Charles de manera incómoda.- No sé qué más puedo deciros.- dudó antes de seguir, si quería que el equipo confiara en él debería ser más abierto. Quizás para confiar de verdad necesitaran saber más de su mutación.- ¿Qué queréis saber? - La conversación le recordaba demasiado a la de Erik. Charles tenía miedo de que acabara de la misma manera.

 

- ¿Puedes escuchar todo lo que pensamos?- Preguntó Alex dejando a un lado las galletas.

 

- No exactamente. Puedo escuchar los pensamientos actuales si estoy cerca de la persona, al igual que soy capaz de percibir sus emociones. Ahora mismo no escucho gran parte de vuestros pensamientos, son más… como susurros. No los oigo lo suficiente como para entenderlos.- Charles buscaba la forma de explicar algo tan abstracto y complejo como las mentes. Era una de esas cosas que sin experimentarlas eran difíciles de entender. - Todas las mentes tienen escudos naturales, algunos son más finos, como el de los humanos. - dijo señalando a Moira.- Los telépatas solemos tener escudos más gruesos, una forma de protegernos ligeramente del ruido de otras mentes.

 

- Creí que habíamos quedado en que no debías bloquear tus habilidades.- Reprendió Moira con el ceño fruncido, olvidando momentáneamente su café.

 

- Estos escudos son necesarios, no bloquean mis habilidades, me evitan escuchar todos los pensamientos de la gente a mi alrededor. La telepatía puede ser algo abrumador, por así decirlo. Todas las personas tienen escudos naturales. Yo he creado unos reforzados. - trató de explicar Charles.- Los escudos filtran bastante, sólo salen a la superficie los pensamientos presentes y puedo ignorarlos. Luego están las proyecciones, que incluso con mis escudos las escucho claramente. Una proyección es cuando una persona fuerza una imagen o pensamiento a través de sus escudos.- explicó al ver la cara de confusión de los dos jóvenes.- Como hizo Moira antes del interrogatorio en el caso de la piroquinética.

 

- Es increíble. Escuché que los telépatas también podéis hablar con las mentes. ¿Puedes de verdad?- preguntó Darwin con atención.

 

- Sí, prácticamente cualquier telépata de al menos nivel beta es capaz de mandar mensajes a una mente. - dijo Charles, dirigiendo la conversación a algo conocido. - Aunque sólo los telépatas de nivel alfa pueden hacer y sostener un enlace para mantener el diálogo abierto. Si se crea un enlace ambas mentes pueden seguir la conversación, sin necesidad de que el telépata tenga que iniciar de nuevo el contacto.

 

- ¿Podrías enseñarnos cómo?- Preguntó Alex curioso.

 

Charles dudó antes de realizar el enlace. No pretendía ser invasivo, pero los tres esperaban que les enseñara cómo funcionaba su telepatía. Podía notar la emoción y curiosidad que salían desde sus mentes. Moira proyectó fuera de sus escudos “ te dije que no te juzgaremos, queremos entenderte” .

 

Creando un enlace entre las tres mentes, les habló.

 

- Hola, he creado un enlace. Ahora mismo los tres me podéis escuchar y hablar desde el mismo.- dijo incómodo.

 

- ¡Hostias! Esto es increíble. - dijo Alex a través del enlace. - Espera a que se lo enseñes a Sean, le va a encantar. 

 

- Casi mejor no enseñarselo, preferiría no escuchar sus pensamientos. - Dijo Darwin en el enlace.- Abusaría del enlace para obligarnos a escucharle hablar de las Magic.

 

- Charles, ¿es así como se escuchan los pensamientos de los demás? - Preguntó Moira.

 

Las emociones de alegría y curiosidad dominaban el enlace, Charles era el único capaz de sentirlas, había establecido el enlace de tal manera que solo escucharan los pensamientos. Se sentía sobrecogido por tanto entendimiento que estaba recibiendo de sus compañeros. 

 

- Sí, la mayoría de pensamientos se escuchan de esta manera cuando tengo mis escudos abajo o modificados para escuchar. Creo que es suficiente muestra por hoy, voy a cerrar el enlace.

 

Durante los siguientes minutos sus compañeros intercambiaron impresiones sobre el enlace. Sus opiniones eran en su mayoría positivas, con excepción de algunos comentarios acerca de lo incómodo que debía ser para Charles el escuchar pensamientos de todo el mundo si no cuidaba sus escudos. Ese razonamiento trajo una nueva línea de preguntas para Charles, lo que no le importó. Explicó calmadamente cada pregunta que le hicieron. Se sentía cada vez más cómodo con el equipo y no podía evitar emocionarse por la empatía que recibía de sus compañeros. No recordaba la última vez que se había sentido tan entendido por alguien.

 

- Charles, esto de los enlaces sería muy útil si alguna vez debemos mantener silencio por radio. Creo que deberíamos probar y hacer prácticas juntos con el enlace si nos vemos algún día en la necesidad de usarlos para que ya nos sintamos cómodos con la idea.

 

- Gracias Moira, pero no sé si todo el mundo se sentiría cómodo con un enlace. Muchas personas lo consideran invasivo. - Contestó Charles con una persona en particular en mente. Erik nunca le permitiría que hiciera un enlace a su mente. Valoró si el haber creado un enlace hacía unos minutos con sus compañeros provocaría de nuevo la ira de Erik. A fin de cuentas era una persona extremadamente protectora con el equipo.

 

- Nosotros no tenemos problema con ello, profesor. Tampoco creo que Erik o Sean tengan problema, pero siempre podemos preguntarles. -Contestó Darwin encogiéndose de hombros mientras Alex asentía a su lado.

 

- Será mejor que recojamos para dejar a los demás cadetes practicar en la galería de tiro. Hemos dejado los cascos por medio.- Dijo Moira notando a Charles agobiado. Se levantó de la silla recogiendo varias de las tazas de café. - Además, en unos minutos debemos estar en la oficina.

 

Después de recoger las galletas y el café el equipo se dirigió a la oficina que se encontraba en la planta alta del edificio. Alex se quedó atrás esperando a Charles. La conversación le había dado una idea y quería planteársela al telépata. Se encontraba nervioso y le sudaban ligeramente las manos.

 

Hacía años que se había hecho a la idea de no ser capaz nunca de controlar su mutación. La última vez que había usado su mutación había sido para intimidar a un sudes. Sus poderes solían usarse más como amenaza, en cuanto veían la fuerza de destrucción del primer anillo de energía se entregaban rápidamente. Si la posibilidad de ser capaz de apuntar o controlar su habilidad existía quería intentarlo.

 

- Charles, espera.- dijo Alex parando al telépata antes de entrar en las oficinas.- ¿Puedo hablar contigo un momento?

 

- Sí, claro.- contestó Charles. Alex parecía nervioso, dudaba si la muestra de su telepatía le había molestado.

 

- Es que preferiría si los demás no se enteran, es solo que… he estado pensando y creo que con todo lo que sabes sobre las mutaciones, quizás serías capaz de ayudarme con mis poderes.- dijo Alex manteniendo la mirada de Charles.- ¿Quizás has hecho algún estudio sobre mi mutación como con la de Darwin? Si pudieras ayudarme aunque sea a controlar a apuntar… sería suficiente.

 

- No conozco de ningún estudio al respecto de una mutación parecida a la tuya. - dijo Charles honesto, no quería dar falsas esperanzas al joven. - Por lo que no puedo prometer nada. No sé si sería capaz de enseñarte a usar tu mutación hasta ese nivel, pero estaré encantado de intentarlo. 

 

- ¿En serio? Gracias, gracias.- Contestó Alex suspirando de alivio.- Hablaré con Moira y Howlett para que aprueben una sala para tus pruebas.

 

Alex se alejó con paso acelerado hacia la puerta que llevaba a las oficinas. Su mente llena de una energía contagiosa. Charles se sentía pleno, la oferta de Alex le daba esperanzas.

 

Buscaría la manera de ayudar al más joven a controlar su mutación. Su sueño se basaba en ello, poco a poco más cerca de realizar un cambio que de verdad ayudará a su gente.

 

Notes:

Un poco de explicación sobre telepatía y las habilidades de los chicos.

Chapter 5: Mi negocio es el placer

Notes:

Importante mencionar que en este caso se comentan violaciones, no de manera explícita, pero de todas formas si no estáis en posición o no queréis leer sobre ello os recomiendo o saltaros este capítulo o terminar de leer según terminan la práctica de tiro (en cuanto aparezca estos símbolos ***)

Chapter Text

Los suspiros de Alex se escuchaban por toda la oficina. Charles dejó su nueva lectura sobre la mesa para observar al rubio. No paraba de resoplar y murmurar sobre los informes que le ordenó Moira que entregase esa misma mañana. Creía que con la práctica de tiro se olvidaría de pedirlos hasta por la tarde . Escuchó Charles desde su escritorio, la mente de Alex proyectando su miseria. Ante ese dramatismo el telépata no pudo evitar reírse entre dientes.

 

Alex levantó la cabeza de sus informes como un resorte mirando a su alrededor. - ¿Qué es tan gracioso?- Preguntó molesto Alex desde su asiento. Encima ni me entero de las bromas de la oficina. A este paso dejaré de ser el gracioso y pasaré a ser tan apático como Lehnsherr .

 

- Lo siento, Alex.- Dijo Charles tratando de frenar su risa.- Estás proyectando, no pude evitar oír eso último.- aclaró Charles mirando de reojo a Erik quien seguía mirando el periódico.

 

- ¿Qué pensaste?- preguntó Darwin observándolos a ambos.

 

- Pensaba en todos los informes que tengo que hacer, es injusto que vosotros apenas tengáis. - Expresó Alex analizando a Charles, ambos sabían que ese no había sido su último pensamiento. Casi que prefiero que no le cuentes a Lehnsherr eso último, creo que sería capaz de matarme .

 

- Tranquilo, tu secreto está a salvo .- contestó mentalmente Charles con una sonrisa. Lo siguiente lo dijo en voz alta para no crear sospechas de su conversación telepática.- Yo los mandé el viernes.

 

- A mí sólo me queda uno y Sean no tiene por qué realizar informes.- indicó Darwin mirando a Charles para luego girarse hacia Alex con una sonrisa burlona.- Deberías haber empezado antes. Eso te pasa por no hacer nada el viernes y pretender que todo esté hecho el lunes.

 

La contestación de su amigo sólo resultó en un gruñido de frustración de Alex. El rubio se tiraba del pelo tratando de terminar lo antes posible la tarea.

 

Charles casi fue capaz de ver la idea de Alex formarse en su mente. No

 

Alex levantó de nuevo su cabeza hacia Charles sorprendido. - Ni siquiera he hecho la pregunta todavía. - exclamó Alex que con la conmoción había olvidado usar su voz telepática.

 

- No hace falta. No voy a hacer tus informes. - contestó Charles riéndose por lo bajo.- Sólo llevo una semana en la oficina y ya te intentas aprovechar de mí.

 

- ¡Venga, hombre! Céntrate antes de que Moira vea todo lo que te queda.- animó Darwin desde su escritorio frente a Alex.

 

Ignorando las quejas y alguna súplica mental puntual Charles siguió leyendo su artículo sobre perfiles psicológicos. La capacidad de Moira de descifrar tantos datos de una persona únicamente por su conducta era fascinante. Llevaba un par de días reflexionando sobre pedir a Moira alguna instrucción sobre perfiles. La criminología parecía una herramienta útil, más de lo que era usar una pistola. Estaba repudiando el uso de armas cada vez más.

 

- ¿Y si te pago para que me hagas al menos uno de los informes?. - Susurró la voz de Alex en su mente. Era un volumen demasiado alto, parecía que el rubio se quería asegurar de que su mensaje llegara a su mente.

 

- No. Ya te lo he dicho, para la próxima seguro que te organizas mejor.

 

La conversación le hizo sonreír, Alex había prestado más atención de lo que parecía esa mañana en la galería de tiro. Dudaba que sus primeras proyecciones fueran adrede, aunque las últimas tenían un objetivo claro. Aprendía rápido. Alex sabía que Charles no le delataría ni a Lehnsherr ni a Moira sobre su intento de chantaje.

 

Hacía años que Charles no mantenía una conversación telepática. La última que recordaba había sido con otra telépata que había conocido. Una mujer de mediana edad de bajo nivel que trabajó con él en uno de sus Trabajos de Fin de Máster.

 

Charles percibió la mirada de Erik sobre él. Durante la conversación telepática había estado fingiendo leer el periódico. Charles se aventuró fuera de sus escudos para percibir las emociones de su compañero. Ansiedad, vergüenza, rabia, preocupación.

 

Rabia. La rabia era una emoción que parecía llegar con más fuerza, pero fue la chispa de vergüenza la que sorprendió a Charles. Volvió a sus escudos antes de que Erik se diera cuenta. Su intención de acercarse sin ser percibido para leer las emociones del ferroquinético había surgido desde la supervivencia. Charles no quería que se repitiera un ataque por parte de su compañero por un uso indebido de su telepatía. Especialmente si Erik pensaba que atacaba telepáticamente  a uno de sus compañeros.

 

Desde el escritorio contrario, Erik se planteaba crear una nueva tregua con Charles. Una que durase más de veinticuatro horas. La aparente conversación telepática le había sorprendido, pero veía que no era más que eso, una conversación.

 

Tras pensarlo durante el fin de semana se había dado cuenta de algunos hechos. Continuaba dudando de la telepatía, algo sobre ese poder le perturbaba, pero tras pensarlo tenía algo claro detrás de esa afirmación. No es que dudara de Charles, dudaba de la telepatía. Vacilaba ante la idea de esa mutación, no del mutante. Sabía que se debía a experiencias pasadas y no quería que eso le afectara a su presente ni futuro. Ni mucho menos quería que le repercutiera en el trabajo, un trabajo que le había salvado la vida.

 

Otro pensamiento de los últimos días había sido Charles. Ya no como mutante, si no como persona. Solo por cómo trataba a sus compañeros Erik sabía que era un buen hombre. Todos en el equipo le habían cogido rápidamente cariño en los últimos días. Habían generado una confianza de manera natural. Se podía apreciar el vínculo que el telépata estaba formando con el resto del equipo. Incluso Summers le había pedido ayuda a Charles con su mutación. Por lo que sabía de la conversación entre Summers y Howlett de esa mañana.

 

Con todo ello en mente, Erik tomó una decisión. Una última tregua. Una muestra de paz para seguir adelante y comportarse como debería. Ya tomó la decisión de no volver a atacarle, ahora procuraría tratarle como compañero.

 

Para Erik el telépata ya tenía su lugar en el equipo. Lo había conseguido tras no flaquear ante Erik sin hacer un mal uso de su telepatía. Apenas se había defendido, no había abusado de sus poderes, aunque la mayoría del tiempo era el primer instinto para un mutante. Charles era una persona en la que alguien como Erik podría llegar a confiar.

 

Cogiendo el antiguo tablero de ajedrez portátil de uno de sus cajones lo colocó entre ambas mesas.- Xavier, ¿sabe jugar?- dijo Erik señalando el tablero mientras lo abría. Su voz calmada y seria no reflejaba las emociones que Charles había percibido en su mente.

 

- Sí, aunque hace años que no juego.- contestó Charles dubitativo observando a Erik. No entendía si se trataba de algún tipo de artimaña para luego dañar a Charles. Se trataba de su compañero y quería confiar en él. Era difícil. La poca confianza que había tenido tras su disculpa tras hacerle daño con el reloj se había esfumado.

 

- Le daré ventaja.- murmuró Erik colocando las piezas, dejando las blancas del lado de Charles.

 

No creo que lo hagas . Reflexionó Charles sin atreverse a vocalizar su pensamiento.

 

Charles dudaba de las intenciones de Erik, aunque sabía que no era mala persona. Era un hecho que sabía desde el día de la discusión, aunque no había sido consciente hasta después.  Cuando había rozado su mente no había resultado repulsivo, es más, había sido casi reconfortante.

 

El telépata había coincidido en el pasado con algunos humanos y mutantes realmente enfermos.

 

Individuos que se sentían satisfechos tras hacer daño a los demás, que no transmitían humanidad. Personas podridas por dentro, su mente solo se centraban en sí mismas y en provocar sufrimiento. Todas y cada una de esas mentes le habían generado rechazo. 

 

Para un telépata como Charles esas mentes mandaban señales repugnantes, “aroma a podrido”. Señales que servían como aviso de que algo no iba bien. Algunos humanos eran capaces de sentir las proyecciones, aunque ellos lo llaman intuición.

 

Ambos se enfrascaron en la partida sin intercambiar palabra. Erik dejó caer involuntariamente los escudos que mantenía alrededor de su mente cuando estaba cerca del telépata. No se habían bajado lo suficiente como para que Charles pudiera escuchar su voz mental, pero sí le llegó la calma. Una ola de serenidad caló la mente de Charles. El telépata sabía cómo alejarse de las emociones de los demás, pero sentir la misma serenidad que Erik era reparador en cierta manera. A los pocos minutos no sabía diferenciar en su mente entre su propia calma y la de Erik.

 

El sonido de unos tacones llamó la atención de los agentes. Entre la calma Charles pudo sentir el pánico de Alex. Moira se acercó a la mesa del rubio con intención de hablar con él sobre sus informes. Antes de siquiera preguntar un portazo se escuchó en la estancia. Howlett había salido de su despacho con paso apresurado seguido de un hombre vestido de traje.

 

- Mocosos, a la sala de conferencias, tenemos un caso. - Anunció sin pausa dirigiéndose a la sala.- McTaggert, tú también.

 

***

El equipo observó a Howlett dejar una carpeta en la mesa. Parecía molesto con el hombre a su lado. 

 

- El caso es local. Se podría tratar de un elemental de sangre. El sudes ha matado a varios hombres en las calles tras verse con prostitutas. Qu- Howlett fue interrumpido por la tos del hombre trajeado a su lado. Un gruñido salió de Howlett molesto.- Señor Sanders, ¿quiere decir algo?

 

- Sí, gracias agente Howlett.- Otro gruñido salió del jefe de equipo.- Quizás me conozcan, soy congresista.- Expuso con una sonrisa blanca típica en los anuncios dentales.- No sólo han muerto esos hombres- continuó, su sonrisa volviéndose una mueca de asco- También ha fallecido un hombre de mi gabinete. Un hombre importante. Como comprenderán que se relacione su muerte con un posible asesino en serie no da buena prensa. Sé que trabajarán para evitar que esto llegue a ser algo mediático. Al final, cuentan con una muy buena reputación en la UAC y en el FBI, sería una pena que eso cambiase.

 

El congresista sonrió al terminar su amenaza velada de discurso. Todos le observaron mientras se miraban entre ellos tratando de descifrar cómo responder. Fue Moira la que rompió el silencio, siguiendo su instinto como enlace de prensa.

 

- No podemos prometer no hacer públicos los asesinatos, pero trataremos de resolverlo siendo lo más discretos posible, señor. El evitar dirigirnos a los medios podría provocar la muerte de más personas, incluso de más miembros de su gabinete.- Al ver la expresión de furia del congresista prosiguió.- Mantendremos a los medios lo más apartados posible de la investigación, señor.

 

- Perfecto, es lo que quería oír. Estaré pendiente de sus resultados. Suerte con el asesino.

 

El silencio se hizo presente en la sala al marcharse el señor Sanders.

 

- ¿A qué ha venido eso?- Preguntó Sean molesto, sus palabras resonando con lo que pensaban el resto de sus compañeros.

 

- El imbécil de Sanders se enteró de alguna manera de que McTaggert y yo habíamos elegido este caso. - Contestó Howlett sacando un cigarro de su chaqueta y sujetándolo entre sus labios. Sacó un mechero, pero paró a centímetros del cigarro y se lo volvió a guardar. No quería una nueva amonestación por fumar dentro del edificio. Ya tenía suficiente con Sanders.- Su gabinete va a realizar una conferencia en la que expondrán los datos de criminalidad de los últimos meses. Un asesino en serie le jodería toda estadística.

 

- Creo que no solo empeoraría la estadística. - Balbuceó Charles pensando en voz alta. Dándose cuenta de la atención sobre él se sonrojó, pero continuó con una leve sonrisa.- Lo siento, es solo que… no creo que sea sólo algo como una estadística. Que salga el nombre de un político cuando se habla de un asesino en serie que mata hombres que usan los servicios de prostitutas… Sin duda es muy mala prensa de cara a las elecciones.

 

- ¿Qué vamos a hacer? La prensa es algo fundamental en muchos casos para resolver los crímenes.- Opinó Erik molesto. Su rabia pulsante llegaba a la mente de Charles.- No podemos dejar que se inmiscuyan en nuestro trabajo.

 

- Dejad de preocuparos de esas mierdas.- exclamó Howlett mirando a todos. Fijando una dura mirada en Erik.- Lo haremos a nuestra manera. Trataremos de no enfadar a los politicuchos del congreso, pero no nos evitarán hacer nuestro trabajo. McTaggert empieza la presentación del caso.

 

La satisfacción de sus compañeros llegó a la mente de Charles. La emoción se sintió como una bocanada de aire fresco, opuesta a la tensión anterior. Incluso la rabia de Erik había disminuido. Alex portaba una sonrisa de oreja a oreja, su orgullo también llegaba a Charles.

 

- Bueno, tal y como ha dicho Howlett antes, es local. Se trata de la muerte de siete hombres en las últimas tres semanas. Todos ellos fueron encontrados en la calle.- Moira hizo una señal con la mano a Sean para que proyectara las imágenes.- Como podéis ver fueron arrojados cerca de contenedores de basura. Es una clara señal de que no respeta a las víctimas. No se encontraron residuos en los cadáveres ni señales de lucha. Por lo que no sabemos a ciencia cierta cómo murieron todavía.

 

- Dijeron algo de un elemental de sangre, ¿qué significa eso?- preguntó Sean recordando la conversación anterior.

 

- Los elementales de sangre son extremadamente raros. - aclaró Charles.- Son parecidos a cualquier elemental, aunque se parecen más a los de agua. Tienen control sobre la sangre y son extremadamente peligrosos. Capaces de controlar el cuerpo de la persona y de matarlos sin dejar pruebas.

 

- Sea la mutación que sea- interrumpió Alex- ha matado también a un político. Son ocho víctimas en total. Una única víctima de bajo riesgo.- Dijo revisando los informes que había repartido Moira al equipo.- ¿No se os hace algo raro?

 

- Sin duda, es extraño. Podrían ser dos sudes, pero no es seguro. Hay muchas incongruencias. Una de ellas es el porque mataría a un hombre como Lanfort, un político llamaría demasiado la atención. Si quería seguir matando a hombres como lo estuvo haciendo, ¿por qué Lanfort?

 

- ¿Alto y bajo riesgo? Creo que todavía no estoy familiarizado con los términos.- preguntó Charles confuso.

 

- Una víctima de alto riesgo es una persona que tiene una vida más peligrosa, viven en sitios menos seguros, son personas que nadie echaría en falta. Suelen ser las víctimas que los criminales eligen al principio para formarse como agresores. Las de bajo riesgo son personas que son más difíciles de acceder a ellas, viven con casas con alarma y las echarían en falta.- Aclaró Moira.- Quiero que Charles y Lehnsherr interroguéis a la gente de la calle, vagabundos y prostitutas, podrían ser testigos de valor. Darwin, Alex y yo iremos a la donde mataron al político. Sean quiero que busques información sobre Lanfort, el político asesinado.



***

Charles y Erik se dirigieron al barrio que se encontraba detrás del Congreso. La mayoría de los asesinatos habían ocurrido en esas calles. Después de ver la escena del último crimen se fueron a interrogar a las prostitutas y vagabundos. El barrio tras el Congreso era uno de los más precarios.

 

La mayoría de vagabundos y prostitutas se asustaban ante los agentes. Evitaban mantener una conversación por miedo a ser arrestados. Consiguieron hablar con algunas personas, la mayoría contestaban con monosílabos. Charles se negaba a usar su poder para entrar en sus mentes, sólo se limitó a calmarlas.

 

Charles pudo sentir algunos retazos de mentes rotas, la mayoría por las drogas. No sintió ninguna que fuera especialmente agresiva, sin embargo era difícil percibir la diferencia. La mentes de algunas de las personas de la calle tenían un filo de violencia. Violencia que nacía de la supervivencia y el trauma.

 

Erik decidió acercarse a un vagabundo que se encontraba en el suelo cerca de unas cajas y bolsas de basura. Charles no tuvo tiempo de avisarle del estado mental del vagabundo antes de que este se levantara y empezara a gritar a Erik para que se alejara. Erik retrocedió colocándose delante de Charles mientras se disculpaba por la intrusión. El telépata consiguió mandar ondas de calma hacia el vagabundo que poco después se volvió a sentar.

 

Ambos agentes se separaron al darse cuenta de que Charles había estado sujetando del brazo a Erik.

 

- Lo siento, no pretendía incomodarte.- murmuró Charles soltándose sin dirigirle la mirada.- Trataba de acercarme a él para intentar calmarle.

 

- No deberías tratar de acercarte a una persona violenta e inestable.- masculló Erik molesto. Irónico viniendo de ti , pensó Charles.- Debería tener más cuidado.

 

Charles se sorprendió ante la chispa de posesión que emanaba de él. Un sentimiento reservado para su equipo por lo que sabía de Erik. El telépata bloqueó los pensamientos que le asaltaban en una parte de su mente. Ya tendría tiempo para sobrepensar todo.

 

Siguieron tratando de interrogar a más personas. Cuando se iban a dar por vencidos Charles vio a dos prostitutas. Dos mujeres jóvenes vestidas provocativamente se encontraban hablando cerca de un contenedor. La rubia fue la primera en percatarse de ellos, con un codazo avisó a su compañera.

 

Sus mentes parecían interesadas en los agentes, dispuestas a hablar y responder sus preguntas. Quizás demasiado interés . Pensó Charles al notar cierto deseo entre las emociones de las mujeres al observarlos. El telépata se planteó cuál sería la reacción de Erik ante los pensamientos de las mujeres. Sería entretenido verlo.

 

- Buenos días, somos los agentes Xavier y Lehnsherr.- dijo Erik enseñando su placa acercándose a donde se encontraban las prostitutas.- Nos gustaría hacerles algunas preguntas.

 

- Buenas, agentes...- Murmuró la rubia acercándose a Charles.- Puedo hacer más que contestar a sus preguntas.- Contestó con una sonrisa y un guiño mientras le colocaba el cuello de la camisa y se acercaba más. Charles se alejó de ella sonriendo amablemente.

 

- Disculpe, querida, pero no estoy interesado. Nos gust-

 

- Queremos saber si saben algo sobre los asesinatos.- Interrumpió Erik molesto. La mayoría de las prostitutas se habían insinuado a Charles. Incluso algunos de los vagabundos. Era difícil seguir con un interrogatorio si los testigos estaban más pendientes en ligarse a su compañero. Es por eso por lo que estaba molesto. 

 

Era exactamente por eso. 

 

Se enfocó en sus escudos, no quería que sus pensamientos desordenados llegaran a Xavier. Al menos él rechazaba cualquier avance de manera amable.

 

- ¿Qué quieren saber?- dijo la rubia alejándose más de Charles hasta apoyarse en la pared del callejón. Miraba con recelo a Erik, sus pensamientos eran de cautela.

 

- ¿Conocían a Lanfort, el político asesinado?- preguntó Erik.

 

- Le vimos alguna vez, no era cliente habitual. No es el único político que viene por aquí.  Estamos cerca del Congreso.- Expuso la morena apoyándose en la pared junto con su compañera.

 

- Hay más puteros en el Congreso de lo que podríais pensar. Suelen venir a descargar energías tras estar en sus trabajos amargados.- Contestó la rubia con una sonrisa tensa.- Suelen culpar al estrés si se corren muy rápido. - Continuó riéndose de manera forzada.

 

Erik notó cómo la mirada de la prostituta se quedaba fija en Charles mientras hablaba, fijándose en su cuerpo. Decidió que lo mejor era seguir con el interrogatorio, cuanto antes tuvieran las respuestas antes podría dejar de ver este espectáculo. - ¿Vieron algo fuera de lo habitual? ¿Alguna persona que no encajara?

 

Ambas se miraron pensando en la posibilidad de haber visto lo que los agentes buscaban. La morena habló de nuevo.- No hemos visto nada fuera de lo normal.

 

- ¿Dónde suelen dar sus servicios? Si no es mucha indiscreción, quizás tengan que tener precauciones teniendo en cuenta la ola de asesinatos.- preguntó Charles.

 

- Solemos colocarnos detrás de los contenedores o meternos en portales. Evitamos subirnos a los coches por seguridad.- expuso la rubia señalando los lugares a los que se refería.- La mayoría de veces vamos en pareja, sabemos cuidarnos.



***

Charles había notado tenso a Erik durante los interrogatorios a las prostitutas. Conocía poco a Erik, quizás era más vanidoso de lo que parecía. Tal vez la atención que había recibido Charles quería que fuera para él.

 

El telépata dejó de lado la suposición sobre su compañero para centrarse en el presente. Estaban reunidos todos para empezar a hacer el perfil. Esta vez, al ser un caso local se encontraban en su sala de conferencias como habían estado por la mañana.

 

- ¿Qué tal os ha ido?- Preguntó Darwin a Charles y Erik.

 

- A Charles se le han insinuado todas las prostitutas con las que hemos hablado.- Murmuró Erik molesto.- Obviando las interrupciones -dijo Erik evitando mirar a Charles.- ninguna de las personas que hemos interrogado han visto nada fuera de lo normal.

 

- Tampoco vimos nada interesante en la última escena del crimen. Han mandado algunas muestras al laboratorio. - añadió Charles.

 

Moira procesó la información que habían revelado, buscando la conexión con lo que los demás habían averiguado.

 

- Tenemos testigos oculares que dicen haber visto al señor Lanfort desaparecer en un callejón con una mujer en un portal.- comentó Moira.- Tal vez fueran a alguno de los pisos cercanos y luego fuera asesinado.

 

- Las prostitutas dijeron que suelen dar… sus servicios detrás de contenedores o en portales.-  Comentó Charles.

 

- ¿Podría ser la asesina?- Preguntó Sean detrás de su ordenador.- El señor Lanfort sacaba dinero todas las semanas, supongo que para putas.

 

- Prostitutas Sean, no putas.- corrigió Moira mirándole brevemente con los ojos entrecerrados. Girándose para ver el corcho con la información del caso tuvo una revelación - Quizás las incongruencias del perfil sean porque pensamos en que era un hombre y puede que se trate de una mujer.

 

- ¿Qué implicaría que sea una mujer?- preguntó Alex.

 

- Las asesinas en serie no siguen los patrones habituales. No obtienen satisfacción sexual.- expuso pensativa Moira.- El objetivo de una mujer asesina es el propio asesinato.

 

- Si lo que buscan es ser prácticas cuando matan… Tendría sentido que cambiase de objetivo cuando su misión lo necesite. De ahí el matar a un político.- concluyó Alex.

 

- Debemos fijarnos más en la victimología.- Dijo Moira girándose para mirar a Sean.- ¿Qué encontraste sobre Lanfort?

 

Observando desde la pantalla de su ordenador Sean contestó.- Aparte de sus gastos semanales…- murmuró con una mirada rápida e insegura hacia Moira. Al ver que no era reprendido continuó.- El señor Lanfort ha estado haciendo trabajos extra. He encontrado informes y propuestas de proyectos sobre la “limpieza” de las calles.- explicó Sean marcando con los dedos las comillas en el aire.

 

- ¿Limpieza de las calles? ¿Se refiere a las prostitutas?- preguntó Alex confuso.

 

- Se refiere a todos. Vagabundos, prostitutas, drogadictos. Cualquiera que se encuentre en la calle.- aclaró Sean con cara de asco.- Tiene expresiones… muy pintorescas para referirse a ellos. Todo es odio. Rechazaron sus proyectos por ser poco profesionales.

 

- Tiene escritos y proyectos sobre cómo acabar con las prostitutas. Sin embargo, es un cliente habitual de las calles. Si se corrió la voz sobre sus ideales, quizás fue una prostituta la que le mató.- recapituló Moira.- Tenemos la hipótesis de que es una mujer, seguramente una prostituta. ¿Sean, hay algún mutante elemental de sangre?

 

- No, no hay ninguno registrado, puede que evitaran dar sus datos al Gobierno, muchos mutantes odian esas listas.- contestó el pelirrojo. Varios de los mutantes ahí presentes asintieron, ellos tampoco eran partidarios de ellas.

 

- Un elemental de sangre estaría registrado. Las primeras manifestaciones de esa mutación suelen ser extremadamente violentas.- Explicó Charles.- Los dos casos registrados que conozco de un estudio fueron igual de brutales. Uno de ellos mató en una pelea a su madre y el otro a su mascota.

 

Los mutantes del equipo entendían lo que implicaba la manifestación de una mutación peligrosa. Parte de ellos lo había experimentado o habían oído hablar sobre ello.

 

- Entonces quizás sea un mutante que se haya cambiado hace poco a este Estado. ¿Buscaste fuera de Washington?- preguntó Darwin a Sean.

 

- No, supuse que sería de la zona.- Contestó Sean mientras comenzaba una nueva búsqueda con los nuevos parámetros.- Voy a necesitar más tiempo para poder buscar a nivel nacional.

 

- Una cosa.- Interrumpió Alex dejando los informes que estaba leyendo en la mesa. Su tono serio les había hecho centrarse en él.- Nuestra teoría es que es una prostituta, ¿no?- dijo mirando alrededor a sus compañeros. Charles sentía cómo su mente giraba a toda velocidad hallando una idea.

 

- Eh…sí.- Vaciló Moira.- Creo que todos estamos de acuerdo en que seguramente sea una prostituta, ¿por qué lo preguntas?

 

Tras la contestación de la supervisora Alex se incorporó más en el asiento. Su mirada fija en Charles y Erik.- Si vosotros dos habéis entrevistado a las prostitutas de la zona, habréis hablado con la asesina.

 

- Es verdad. Habéis estado en peligro sin saberlo.- Murmuró Darwin de acuerdo con su amigo.

 

Hasta Sean había parado de teclear para mirarlos. La preocupación creaba una neblina en la sala. Al notar ese cambio en el ambiente Charles volvió a fortalecer sus escudos. Nunca se había planteado que sería tan complicado mantener a compañeros de trabajo lejos de su mente.

 

- Todavía no es seguro que se trate de una prostituta. Además, no creo que estuviéramos en peligro, o al menos no tanto como creéis.- Opinó Erik.- Puede que mate sólo a hombres, pero seríamos capaces de defendernos.

 

Charles percibió la frustración de Moira antes de que hablara.- Lehnsherr, ni siquiera sabemos cómo mata a las víctimas. Si es un elemental de sangre nivel alfa u omega sería capaz de matarlos antes de que Charles fuera capaz de leerlo en su mente. O que incluso tú la noqueases.

 

El telépata sabía que aun con el control que poseía no habría notado un ataque antes de que el mutante usara su mutación. Sin embargo, no pretendía difundir esa información al equipo y mucho menos si se encontraba Lehnsherr en la sala.

 

Aprovechando el silencio que se había generado pensó en la posibilidad de parar un ataque así. Evitar que un elemental hiciera uso de su poder antes de crear un daño. No tardó en darse cuenta de que no hubiera sido capaz esta mañana en las calles. Gastaba demasiada energía en leer los estados de ánimo de Erik, todo por no provocar otro enfrentamiento. Y con sus escudos siempre fortalecidos era todavía menos probable.

 

Si la sudes hubiera querido matarles hoy, lo hubiera conseguido.




***

La tensión en la sala había aumentado. Ninguno estaba agusto con la idea de haber expuesto a algún miembro de la Unidad en un posible peligro.

 

Sean se había tomado la tarea de mitigar la tensión como algo personal. Había comprado comida china de un establecimiento cerca del UAC para comer mientras repasaban el caso. Moira había tratado de convencer al equipo de tomarse un descanso, pero hasta ella sabía que era pedir demasiado.

 

- Tantos hombres en tan poco tiempo, parece que quiere matarlos a todos.- Comentó Darwin revisando los crímenes anteriores.

 

Viendo que no avanzaban con los datos que tenían habían propuesto revisar la victimología. Moira se negaba a enviar a ninguno a las calles sin saber los resultados del laboratorio. No pondría en riesgo a sus compañeros.

 

- Algunos de ellos estaban borrachos, otros no.- Indicó Erik.- Diferentes edades y trabajos.

 

- Hay dos tipos de asesinas en serie. Las frías y calculadoras, van a por hombres ricos, afianzan la relación. Luego las que atraen con el sexo.- informó Darwin haciendo uso de su profesión de criminólogo.

 

- Esta mujer es organizada, eligirá a la víctima según algún parámetro.- señaló Moira.- Tendrá que decidir qué clientes matar y cuáles salvar. Lo más seguro es que su forma de alejarlos de la calle principal sean los servicios sexuales.

 

- Cassidy, avisa al laboratorio, quizás tengan algo de los cadáveres. Al menos el análisis de las primeras víctimas.- Pidió Erik.

 

Sean llamó en altavoz al laboratorio. Al descolgar desde el otro lado se oyó un estruendo en la línea. Poco después se escuchó una voz disculpándose desde la distancia.

 

- Mierda…- susurró la voz antes de recomponerse.- Disculpe. Laboratorio del FBI. Está hablando con el Doctor McCoy.

 

- ¡Hola pies zancos!- gritó Alex desde su asiento sonriendo.

 

- Summers, si la llamada es para esto voy a colgar.

 

Moira se incorporó más en la mesa golpeando con su libreta a Alex en la cabeza. A veces se planteaba qué clases de modales tenían sus agentes.

 

- Buenas tardes, doctor McCoy. Soy la agente especial McTaggert, agente al mando del equipo de DM de la UAC. - contestó Moira de forma apaciguadora.- Llamamos para preguntar sobre el caso de los hombres asesinados en Washington. ¿Sabemos ya la causa de la muerte?

 

- Oh, disculpe agente.- movimientos de papel se escucharon desde la otra línea.- Respecto a la causa… Encontramos altos niveles de belladona en sangre. Todavía no se sabe seguro la forma de administración, pero viendo la falta de marcas de inyección seguramente se trate de algún polvo.

 

- ¿Es posible que se transmitiera a nivel tópico?- interrumpió Charles pensando en una posible mutación.

 

Se produjo un silencio en la línea mientras el doctor se planteaba la posibilidad teniendo en cuenta los datos obtenidos.- Sería posible, aunque no sabría decir cómo se produciría el contacto.

 

- Gracias por la información doctor y disculpe al agente Summers.- dijo Moira antes de colgar la llamada. Con una mirada calló a su subordinado antes de que pudiera hacer un nuevo comentario al doctor.

 

- Si se puede pasar a nivel cutáneo, podría ser una mutante que transmite veneno al tacto. Para una prostituta sería fácil matar a alguien con esa habilidad.- expuso Charles.- Nadie sospecharía de una prostituta tocando a su cliente.

 

- Cassidy, busca si alguna prostituta tiene alguna mutación como la que dice Xavier.

 

Los agentes en la sala esperaban a que el más joven encontrara a la persona que buscaban. Para Sean estaba siendo más complicado de lo que pensó. La mayoría de las personas que se encontraban en situación de calle no tenían datos en las redes del Gobierno. Como prostituta tampoco era necesario registrarse. Había encontrado a alumnos mutantes de bajo nivel que habían sido vistos en las calles tras el Congreso. Ninguno de ellos con la mutación que buscaban.

 

- Vuestras miradas fijas en mi nuca no ayudan.- masculló frustrado.

 

- ¿Qué necesitas?- preguntó Moira al ver que no paraba de cambiar filtros y buscar en varios sitios. Sean solía ser mucho más rápido en dar una revisión de las personas o mutantes de una zona.

 

- Necesito saber cómo dar con la sudes. No hay registros de personas sin techo en prácticamente ningún estado. No sé dónde buscar, los mutantes que encuentro no tienen ninguna habilidad ligada a venenos.

 

- ¿Has buscado en albergues?- dijo Charles.- La mayoría de albergues que se encargan de personas sin hogar tienen listas en las que apuntan los datos básicos. En caso de mutantes apuntan también lo máximo sobre sus habilidades.

 

- No lo había pensado, gracias, profesor.

 

Haciendo una nueva búsqueda con los nuevos parámetros encontró lo que buscaba. Una lista de los mutantes de la zona, al menos los que habían acudido a los albergues. Juntó esa lista con las mujeres que habían sido detenidas por prostitución. Obtuvo un único resultado.

 

- La tengo. Es Amanda Simons. Capaz de envenenar al tacto.

 

Los agentes se acercaron para ver con mejor claridad la imagen de la asesina. Se trataba de una mujer joven de cabello largo y rubio. 

 

- Es la prostituta de esta mañana, la que iba con la morena.- murmuró Charles mirando a Erik para confirmarlo.

 

Erik parecía tan sorprendido como él del descubrimiento. Ambos se miraban sorprendidos, los demás les miraban asustados.

 

- ¿Nos estás diciendo que habéis entrevistado a la asesina esta mañana?- exclamó Moira palideciendo.

 

Charles se dió cuenta tarde de su error. Viendo lo mucho que Moira parecía preocuparse por su equipo, quizás no había sido una gran idea revelar esa información.

 

Respirando profundamente la agente fue a avisar a los policías para poder organizarse y peinar las calles.




***

La rabia de Erik era una parte de él, siempre presente en sus escudos. Charles era consciente de su ira, sin embargo no entendía qué la provocaba.

 

Desde que había reconocido a la sudes estaba furioso, un paso más allá de su usual enfado con el mundo. Tal vez Lehnsherr estaba molesto porque había sido amable con la sudes por la mañana. Quizás incluso le juzgase por no descubrir a la asesina con su telepatía, aunque no parecía plausible teniendo en cuenta su rechazo a su don.

 

Debido a su contacto con Lehnsherr, Charles había tenido que formar nuevos escudos para aislarse de sus emociones sin gastar tanta energía. Al telépata le había sorprendido lo fácil que le había resultado crear nuevos patrones para sus escudos. Las nuevas protecciones le evitaban los dolores de cabeza producidos por las olas emocionales de su compañero. La formación de escudos era lo que más le había costado aprender a manejar de su mutación, pero esta vez fue más fácil. 

 

Achacando su adquirida habilidad a su supervivencia en el equipo se centró en la gente que le rodeaba. Miraba las decenas de caras que bullían en la calle. Personas que se movían sin ser conscientes que entre ellas se encontraba una asesina. 

 

Trataba de encontrar la firma mental de la sudes sin éxito. Haciendo una señal a Alex fueron a rastrear la siguiente calle que se les había asignado.

 

Charles percibía la frustración de Alex.

 

Llevaban horas buscando cuando Charles sintió la estela de una mente. Su rastro les llevó a un portal más abajo de esa calle. El telépata se comunicó con Alex mentalmente “ No te acerques mucho. Será mejor que venga por su propio pie a la comisaría ”. 

 

Al verles acercarse la prostituta se colocó mejor la ropa, parecía nerviosa.- Buenas tardes, agente ¿quién es su nuevo amigo?- preguntó con tono coqueto acercándose al rubio.

 

La mujer captó el miedo en la cara de Alex ante su proximidad. Su comportamiento cambió bruscamente, su lado coqueto abandonado, dejando paso a una mueca de dolor. Sus ojos se encharcaron de lágrimas, aunque ninguna llegó a derramarse.

 

- Mia, necesitamos que nos acompañes a la comisaría.- dijo Charles con tono calmado. 

 

- Sé porqué habéis venido, pero ellos se lo buscaron.- acusó con rabia.- Pedían humillarnos, nos pegaban, les ponía vernos sufrir.- Las lágrimas ahora corrían por su rostro manchándolo de rímel. 

 

- Escucha, sabes que lo que has hecho en el fondo está mal. Vente con nosotros.- comentó Alex manteniendo la distancia.

 

Su comentario sólo la enfureció más. Restregando sus manos por sus ojos para retirar las lágrimas se acercó más al agente.- ¿Mal? ¿Matarlos está mal?- gritó enfurecida.- Violarnos es lo que está mal. Ese hijo de puta de Lanfort violó a mi compañera. ¡La violó! ¿Y matarle estuvo mal?

 

Alex sintió la necesidad de sacar su pistola. No serviría de nada ir alejándose cada vez que ella se acercara. Siempre quedaba la posibilidad que fuera capaz de tocarlos. Ni siquiera sabían si podría transmitir su veneno a través de la ropa o a cierta distancia. Mia se iba enfureciendo por momentos y no veía una salida fácil. No pretendía matarla, pero quizás fuera necesario dispararla en la pierna si se acercaba de más. 

 

Antes de poder sacar su arma sintió la mente de Charles rozar la suya un par de veces. Un aviso, algo tan sencillo como llamar a la puerta. Está dolida y tu comentario no ha ayudado, pero no es necesaria ese tipo de violencia. Permíteme hablar con ella primero .- susurró la voz de Charles en su cabeza.

 

- Mia, él no quería decir eso. Lo que os hicieron…lo que te hicieron no está bien.- señaló Charles. En contra de su instinto se acercó a ella. ¡Charles! No te acerques más, es peligroso. Tuvo que bloquear la mente de Alex para poder concentrarse en la situación.- Nadie debería ser tratado de esa forma, pero sabes que lo que hiciste no es lo correcto. Por favor, acompañanos a comisaría. Esto necesita terminar.

 

Mia se abrazó a sí misma. Con el maquillaje corrido y la postura defensiva parecía más joven, casi de la edad de Alex. Acercándose con cuidado Charles fue mandando olas de calma a la mente de la muchacha. El rubio seguía proyectando mensajes de precaución a su compañero, los cuales rebotaban en los escudos.

 

- Estoy tan cansada…- dijo Mia mirando a los ojos al telépata.- Sólo quería que todo parase.

 

- Lo sé.- murmuró Charles hasta colocarle a escasos centímetros de ella.- Lo siento, Mia, pero te debo esposar, llevan inhibidores, lo notarás cuando las coloque.

 

La joven que había vuelto a llorar asintió con la cabeza baja. Colocó los brazos para facilitar el trabajo a Charles derrotada. Un quejido salió de sus labios al notar el metal. Charles podía percibir el dolor emocional que fluía de la rubia.

 

Ambos avisaron a sus compañeros, dándose cuenta tarde de que no habían notificado haber encontrado siquiera a la sospechosa. Moira no parecía contenta al saber de la detención, por muy rápida que hubiera sido.



***

Ya en la oficina recogiendo sus pertenencias Alex ofreció ir a tomar una cerveza para calmar el ambiente tras el caso. Sean y Darwin aceptaron rápido, el pelirrojo fue corriendo al despacho de Howlett para preguntar si se unía.

 

Los jóvenes se sorprendieron gratamente con la incorporación de Moira a su salida, dado que rara vez salía con ellos. Howlett por el contrario ya sabían que se uniría ya que nunca decía que no a una cerveza.

 

- Ya sabéis que no.- comentó escuetamente Erik siguiendo con su informe.

 

- ¿Y tú Charles?- preguntó Darwin sonriente.

 

Al escuchar la pregunta de Darwin su corazón le dió un vuelco. No pudo evitar sonreír y asentir, no le salían las palabras. Sin duda estaba más sensible desde que empezó en este trabajo.

 

Charles había estado recogiendo sus cosas porque había terminado su informe del caso. No esperaba que le invitaran, ni había creído que la invitación le había incluido a él desde el principio.

 

Quizás no todo era tan malo ni tan solitario.

 

Chapter 6: El camaleón

Notes:

Sigo sin tener ni una pizca de autocontrol.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

Howlett y Moira habían estado atentos a Charles. Ambos querían saber si su decisión de agregar al telépata al equipo había sido la decisión correcta.

 

Habían observado cómo se integraba Charles con en el equipo, como si siempre hubiera formado parte de él. Lehnsherr era el único que seguía manteniendo la distancia con el telépata, su relación tirante. No les preocupaba. El metaloquinético también había sido cortante con el resto de los miembros del equipo en el inicio, por lo que dieron la adición al equipo como un logro.

 

La propia Junta del FBI parecía satisfecha con la elección. Algo que parecía imposible para el equipo de la DM. Los casos se habían resuelto con menos gastos y pérdidas desde que Charles Xavier se había unido.

 

Debido al rendimiento en los últimos casos la Junta les había otorgado unas cortas vacaciones. Howlett fue el que planteó la idea en la última reunión como incentivo ante los resultados obtenidos. Era una buena forma de que el equipo pudiera reponer energías. Había notado lo cargado que estaba el ambiente. Los casos que habían tratado estas semanas habían sido exigentes para el equipo.

 

Cada uno de los agentes había aprovechado al máximo esos cinco días. Algunos habían pasado tiempo con la familia, otros usaron sus días para proyectos personales. 

 

Charles era un caso especial. No contaba con proyectos personales más allá de su escuela (por ahora un sueño más que un objetivo). Tampoco contaba con familia aparte de Raven y no quería hablar con ella todavía, no después de su última conversación. 

 

En su primer día libre Charles tomó una decisión: dedicaría esos días a aprender. Ocupar su mente con nuevos datos era un mecanismo que había usado toda su vida. Nada mejor que sus estudios para mantenerle acompañado. Sus lecturas en las vacaciones se habían basado en artículos y libros que le había recomendado Moira. La supervisora se había percatado de la sed de conocimientos de Charles y pretendía explotarlo (algo que no le importaba al telépata). Tener un criminólogo más en el equipo facilitaría el realizar perfiles. Era una situación ideal para ambos, Charles aprendía sobre una nueva área de estudios y Moira tenía un equipo mejor formado. 

 

Ya se consideraba a Charles un miembro de gran valor para la UAC por su mutación. Sobre todo de cara a la Junta.

 

Su valor sólo aumentaba si se tenía en cuenta su compromiso con la Unidad desde su primer día. Moira sabía que el telépata sería una pieza fundamental en cuanto se integrase más, todavía le quedaba confiar más en ellos y en sí mismo.

 

Su equipo sería imparable con un criminólogo experto en mutaciones.

 

***

Moira salió de su despacho con paso rápido, en sus manos el siguiente caso. Dejaría que los demás se acoplaran a su nueva rutina mientras ella hablaba de los últimos detalles con Howlett.

 

Mientras en la sala principal dos de los agentes más jóvenes se acercaban al escritorio del telépata.

 

- ¿Qué tal las vacaciones, Profesor?- preguntó Sean mientras subía y bajaba las cejas desde el escritorio de Alex donde se había apoyado.

 

- Eso, Charles, ¿has hecho alguna cosa interesante estas vacaciones?- Continuó Darwin con la insinuación de Sean.

 

Una sonrisa se escapó de los labios de Charles. Disfrutaba de gran manera la vitalidad de sus compañeros más jóvenes. No es que Charles fuera mayor, apenas les sacaba cinco años, pero se sentía a mundos de distancia. Con sus pensamientos en sus diferencias contestó de forma simple sin pensar mucho en su respuesta.- Bueno, no sé si os parecerá interesante, pero aproveché las vacaciones para estudiar a fondo a David Rossi.

 

- Oh. Oh .- dijo Sean sonrojándose.- Vaya.

 

Charles dejó de sacar los libros que traía para devolver a Moira para mirar a Sean. Su tono de voz había sido más agudo y parecía impactado. Se sorprendió todavía más al ver su cara del mismo tono que su cabello. Miró a Darwin intentando entender la situación, sin embargo parecía tan desconcertado como él.

 

- Vaya, profesor, no hacía falta tanta información.- silbó Sean observando más detenidamente a Charles.

 

El telépata se sintió todavía más confuso ante la reacción de Sean. Darwin por el contrario había entendido el malentendido y estalló en carcajadas.

 

- Sean, tío, céntrate. No es lo que crees.- dijo entre risas Darwin.- David Rossi es un renombrado criminólogo.

 

El telépata por fin entendió el error “estudiar a fondo”. Charles se sintió algo cohibido por la implicación de sus palabras, pero comenzó a reírse con ellos.

 

- Oh, vale.- murmuró Sean riéndose con ellos. Se retiró el pelo de la cara más tranquilo con una sonrisa.- Creí que estabas exponiendo tu vida sexual así de repente.

 

- No te preocupes, debí expresarme mejor.- dijo Charles sonriendo.- Es solo que he pensado hacerme criminólogo. Moira me pasó algunos de los libros y artículos para leer en las vacaciones.- concluyó señalando los libros que había colocado encima de la mesa.

 

Alex entró poco después a la sala corriendo angustiado por su tardanza.

 

- ¿Me he perdido algo?

 

Todos miraron sonriendo al rubio. Hasta Erik que había estado fingiendo no prestar atención sonrió desde su escritorio. Al ver la sonrisa de Erik, Alex supo que se había perdido algo importante.

 

- Mierda, siempre me pierdo lo más interesante.- exclamó molesto.

 

Todos los involucrados se rieron ante el comentario.

 

***

Moira se encontraba delante del proyector, libreta en mano. Los había reunido en la sala de juntas para el siguiente caso. Charles percibió la ansiedad desde la mente de su compañera humana, debía de tratarse de un caso importante.

 

- Ha solicitado nuestra ayuda el FBI de Tampa, están investigando una serie de asesinatos por la costa de Florida. Buscan a un sujeto llamado Kevin Gordon según las muestras de ADN. A estas mujeres- dió a un botón del mando y aparecieron tres fotografías en la pantalla. Se trataba de varias mujeres que rondaban los treinta años, rubias, atractivas.- las han asesinado por estrangulamiento. 

 

- Espera, ¿sabemos quién es el sujeto?- preguntó Alex confuso cogiendo uno de los informes sobre la mesa.- ¿Cómo es eso posible? ¿Por qué nos necesitan si ya saben quién es el sujeto?

 

- Se escapó.- informó la supervisora soltando un suspiro frustrada.- Gordon tiene una mutación bastante peculiar que hace difícil su detención.- dijo Moira apartándose el pelo de la cara. Iban a contratiempo para encontrar a este hombre.- Se trata de un camaleón, es capaz de cambiar a cualquier forma humana. Cuando fueron a detenerle cambió su apariencia a la de un agente y pudo escapar.

 

- ¿Qué sabemos de las víctimas?- preguntó Darwin para poder empezar a trazar un perfil.

 

- Todas fueron torturadas, humanas. No hay signos de violación.- contestó Moira pragmáticamente.- Usó las manos.- Varias fotografías de los cadáveres aparecieron en la pantalla. A Charles todavía le costaba ver ese tipo de imágenes, prefirió centrarse en las expresiones de sus compañeros. Alex parecía molesto.

 

- ¿Vamos a ignorar su mutación?- reclamó Alex.- Va a ser imposible atraparle si puede transformarse en una persona completamente diferente. ¿Y si se transforma en algún mutante y adquiere sus habilidades?

 

- No debes preocuparte por eso, este tipo de mutación suele ser sólo en apariencia física. Por lo consiguiente pueden replicar la voz, pero no serían capaces de replicar el genoma como para poder copiar la mutación.- aclaró Charles evaluando lo que sabían del sujeto y comparándolo con lo que sabía de esa habilidad.- Cada mutante es diferente- dijo encogiéndose ligeramente de hombros-, sin embargo es probable que sea igual a los demás casos que conozco.

 

Charles percibió la duda en las mentes de los demás. Puede que Sean fuera el más entrometido del equipo, pero todos querían saber sobre otros mutantes. Seguía siendo un tema tabú en la sociedad.

 

El telépata no solía tener problema en hablar sobre mutaciones, pero este caso era diferente. Hablar de Raven en este contexto no le parecía correcto. No cuando estaban hablando de un asesino en serie con la misma mutación que su hermana. Por lo que decidió ignorar la pregunta implícita en las mentes de sus compañeros. 

 

- Derivaron este caso a nuestro equipo porque tenemos un experto en el gen X.- explicó Moira salvándole, de nuevo, de contar algo con lo que no se sentía cómodo.- La Junta creyó que nos sería más fácil atraparle.- miró por la sala antes de centrar su mirada en Charles. Si la Junta les había entregado el caso deberían resolverlo y rápido.- ¿Qué sabes de este tipo de mutantes?

 

- Los mutantes camaleón son muy perspicaces, es parte de su mutación. Son capaces de captar las sensibilidades de la gente, sus movimientos al andar o los gestos que hacen al expresarse. Usualmente son flexibles y buenos manipuladores.- comentó con una mueca acordándose de Raven.- Esa habilidad para captar detalles de las personas que les rodean les permite poder replicar con mayor exactitud su apariencia.

 

- Va a ser complicado, pero al menos no tenemos que preocuparnos porque puedan hacerse invencibles a las balas o que nos tiren un estadio como Lehnsherr.

 

- ¿Qué?- exclamó Charles levantando la cabeza de golpe para mirar a Alex. 

 

- ¿No lo sabías? Lehns- su voz se cortó de manera abrupta al ver cómo le observaba el susodicho.- Es igual.- concluyó con una sonrisa forzada por el miedo.

 

Erik miraba todavía fijamente a Alex. Entrecerró ligeramente los ojos antes de volver a mirar a Moira.- Centrémonos.- Gruñó Erik.- ¿Hay alguna forma de atrapar a este tipo de mutantes?

 

- Se pueden atrapar como a cualquier otro mutante o humano. Lo único sería dar especial atención cuando vaya a ser procesado para que no vuelva a haber un malentendido.- expuso Charles. Tras pensar rápidamente sus opciones añadió.- Quizás se podría colocar un collar inhibidor. No estoy muy de acuerdo con su uso, pero por las características de su mutación suelen ser hábiles en el combate cuerpo a cuerpo.- dijo de manera pragmática.

 

Tras soltar un suspiro Moira siguió con la presentación. No había tiempo que perder.- De acuerdo. Lleva unas veinte horas desaparecido, la última vez que se le vió iba acompañado de esta mujer.- la fotografía de una mujer de pelo rizado rubia apareció en la pantalla.- Las víctimas anteriores aparecieron a los dos días, todavía podemos estar a tiempo de salvarla. Un asesino en serie que ha sido descubierto tiene dos opciones...

 

- Esconderse.- dijo Darwin recordando lo estudiado en sus clases.

 

- O huir.- añadió Moira.- Nos lleva ventaja, podría moverse libremente por el país o incluso coger un vuelo. Preparaos, nos vamos a Tampa en quince minutos.

 

***

Moira estaba en medio de una conversación telefónica con el detective a cargo del caso. Su voz se escuchaba desde la parte trasera del avión. El resto se encontraba repasando los datos que tenían del asesino.

 

- Lo que tenemos de Gordon es que es un varón blanco soltero de treinta y ocho años. Tiene estudios superiores en marketing digital por la Universidad de Virginia. Cuenta con varias propiedades repartidas por el estado. Encontré  que también tiene una cabaña en Florida. Todas sus propiedades han sido investigadas y están siendo vigiladas por si vuelve.- explicó Sean desde la pantalla del ordenador.

 

- ¿Qué sabemos de sus cuentas bancarias? ¿Algún movimiento?- Preguntó Darwin mientras ojeaba una de las carpetas.

 

- Intervinieron sus cuentas tras la desaparición. Sacó grandes cantidades de dinero antes de que fueran a detenerle. Debió esconderlo para evitar sus cuentas mientras huía.- aclaró Sean.

 

Moira terminó la conversación y se unió a ellos volviéndose a sentar en el asiento al lado de Charles. Se había hecho rutina el que todos se sentaran en los mismos sitios.

 

Darwin y Alex siempre se sentaban juntos, cambiando el lado de la ventana según quién perdía una partida de piedra, papel o tijera. Charles trataba de sentarse lo más alejado de Erik y era común que Moira se sentase a su lado en los asientos de cuatro que tenía el avión.

 

El metaloquinético se sentaba en frente de los cuatro asientos, separado del resto. Mantenía cierta distancia o eso procuraba. Charles había observado las veces que Darwin al pasar le daba una palmada en el hombro o cómo Moira a la vuelta de los casos le preguntaba su opinión sobre algún tema. El equipo hacía complicado el aislamiento de sus miembros, eran familia como bien dejó claro Erik en su primer día.

 

- He hablado con el agente Howard, el responsable del caso. Le pasaré toda la información que recabó Sean. Lo único que se repite en todos los asesinatos es el estrangulamiento, es parte de su firma. Tenemos que averiguar más de él para saber qué provoca su comportamiento.

 

El agente Howard les dió la bienvenida en el centro de comando temporal que había colocado el FBI en Tampa. 

 

- Necesitamos atraparle lo antes posible.- comentó el agente tras presentarse. Su aspecto era desaliñado, sus ojeras un complemento más.- ¿Qué es lo que necesitan?

 

La pregunta asombró a Moira ya que la mayoría de agentes con el expediente de Howard eran bastante reticentes a pedir ayuda. El orgullo era una cualidad muy común en el FBI, pero era todavía más común en hombres con puestos de poder. Agradeciendo su enfoque directo no tardó en recomponerse.

 

- Necesitamos saber si tenía alguna relación con las anteriores víctimas.

 

- Con las dos primeras víctimas tuvo una relación. A la tercera la conoció en el trabajo. No hemos encontrado qué relación tiene con la mujer desaparecida.

 

- ¿Aún tiene familia cerca?- preguntó Erik.

 

- Su padre vive a quince minutos. Y su compañero en marketing trabaja cerca de aquí.

 

- Está bien. Charles y Erik id a hablar con el señor Gordon. Darwin quiero que revises su casa, necesitaremos un perfil más preciso. Alex habla con su socio a ver qué sabe. Yo estaré aquí revisando las pruebas y comunicando todo a Sean.



***

El trayecto en coche hasta la casa de la infancia de Kevin Gordon había sido incómodo. Charles sentía que Erik no era la típica persona que disfrutaría una conversación trivial por lo que no habló. Lo único que se escuchó en los quince minutos de viaje fue la radio. El telépata estaba deseando llegar a la casa.

 

La vivienda era grande y luminosa. El padre de Kevin Gordon les dejó pasar a regañadientes. Charles captaba un tumulto de emociones dentro de la mente del señor Gordon. Parecía molesto de que dos agentes del FBI se hubieran presentado en su puerta preguntando por su hijo.

 

- Buenos días, señor Gordon. Somos los agentes Xavier y Lehnsherr del FBI.- dijo Charles al entrar al domicilio.- Queríamos hacerle unas preguntas sobre su hijo.

 

- Mi hijo no es el responsable.-murmuró haciendo una mueca de dolor. Charles notó como su ira fluía a través de sus escudos.- Nunca haría esto de lo que se le acusa. Se han equivocado de hombre.- exclamó furioso ante las acusaciones. Se colocaba delante del pasillo evitando que los agentes entraran más en la vivienda.

 

- Su hijo es un narcisista manipulador. Sólo deja ver su lado bueno.- espetó Erik ante la negativa del señor Gordon. El telépata abrió los ojos sorprendido ante el tono de su compañero.

 

El señor Gordon era un padre a la defensiva para proteger a su hijo a quien él consideraba inocente. Charles no aprobaba cómo estaba hablando Erik al hombre, mirando a su compañero de soslayo, decidió intervenir.- Será mejor que nos sentemos y hablemos directamente, ¿no cree señor Gordon? No es necesario que diga más de lo que usted se sienta cómodo, sólo queremos conocer más a Kevin.- dijo con una sonrisa apaciguadora.

 

Cuando se sentaron en el sofá del salón Erik empezó a hacer preguntas sobre la infancia del asesino tratando de encontrar patrones que les pudieran anticipar si huiría y a dónde. Charles estaba al principio centrado en la conversación, trataba de suavizar algunas de las preguntas de Erik. No llevaba mucho como agente del FBI, pero no creía que esa rabia tan antigua y personal sirviera para el interrogatorio.

 

La conversación había derivado naturalmente en cómo percibía el señor Gordon las relaciones de su hijo. ¿Había tenido muchas relaciones serias? ¿Cómo se relacionaba con las mujeres en su juventud? Charles había dejado de prestar atención a la conversación oral. Los pensamientos del señor Gordon le habían llamado como un faro. Algo andaba mal.

 

Tratando de ser lo más sutil se acercó a los escudos del señor Gordon. Por lo que traspasaba los escudos se trataba de un mutante. El señor Gordon era un telequinético, uno débil. Usando su habilidad traspasó con extrema delicadeza los escudos más externos. La imagen de una mujer morena ocupaba parte de esos pensamientos. La señora Gordon y madre de Kevin.

 

La duda sobre el dolor y traición anclado a esos recuerdos se instaló en Charles. Interrumpiendo el flujo de la conversación el telépata preguntó.- ¿Qué fue de la madre de Kevin?

 

- Murió. Fue un accidente.- contestó confuso. Cerró los ojos momentáneamente recordando a su mujer.- Se cayó por las escaleras, fue cuando vivíamos en nuestra otra casa.

 

- Por lo general un niño que pierde a su madre la considera una víctima. La suelen tomar con los hombres, no castigan a las mujeres.- aclaró Erik impresionado con la relación de conceptos de Charles.- ¿Cómo fue el accidente?

 

- Se cayó por las escaleras, ya se lo he dicho. Se tropezó.- gruñó el padre.- Estoy cansado de estas preguntas, me gustaría descansar.- Se levantó acercándose a la puerta esperando a que los agentes se levantaran.- Si son tan amables…

 

Charles le lanzó una mirada a Erik, no serviría de nada irritar más al señor Gordon. Necesitaban que siguiera colaborando en el caso en la medida de lo posible.

 

Despidiéndose escuetamente del señor Gordon se acercaron al coche. El silencio esta vez era diferente. Ambos se encontraban pensativos ante el interrogatorio que se había llevado a cabo en la casa.

 

Una vez ya sentados en el vehículo, Charles decidió hablar.

 

- Es extraño.- murmuró girándose desde el asiento del copiloto tras ponerse el cinturón.- Al principio creí que se trataba de un padre defendiendo a su hijo que considera inocente. Sin embargo, algo no está bien, ignora cualquier prueba de que es un asesino.

 

- Seguramente haya matado a su propia madre. Quizás le defiende porque sabe la verdad y no quiere perder lo único que le queda. O que lo proteja porque le hiciera un favor.- comentó Erik mirando a Charles tras girar tomar la carretera hacia la comisaría.- Tenemos que preguntar a Cassidy para que nos diga si había problemas aparentes en la pareja.

 

- También sería interesante que investigara la muerte de la madre. Puede que no sepamos…

 

Charles estaba a punto de comentar algunos de los patrones de pensamiento que había visto cuando se percató que Erik le estaba observando. Le miraba fijamente esperando a que continuara. El telépata se empezó a sentir incómodo y a preocuparse por su conducción.

 

- Lensherr, por favor, mire la carretera.- ordenó Charles preocupado.

 

- No tiene de qué preocuparse Xavier, sólo necesito echar un vistazo.- Erik todavía no miraba hacia el frente. De vez en cuando lanzaba una mirada de soslayo hacia el parabrisas.- Pero si te incomoda tanto puedo dar toda mi atención a la carretera.- El último comentario fue dicho con burla mientras giraba todo su cuerpo al frente.

 

Erik seguía sonriendo ligeramente, aunque Charles podía observar cómo evitaba reírse. Eso molestó aún más al más joven. Fue a recriminarle lo sucedido, pero fue cortado por un Erik más serio. El alemán se había percatado que se había dado un malentendido.

 

- No era mi intención asustarle, Xavier. Creía que estaba bromeando. Soy un metaloquinético, no es tan difícil controlar un coche con mi habilidad. Al menos no por un tiempo limitado.

 

- Yo…- Se sentía avergonzado. Quizás debería haberlo anticipado, sin embargo no puedo evitar pensar que Erik disfrutaba de verle sufrir. No era el primero . Mirando hacia la ventana del copiloto dudó si comentar sobre su sadismo.

 

- No soy un sádico, si es lo que estás pensando.- Charles se giró para mirarle, por un momento se preguntó si esta era la sensación que la gente tenía cuando él leía sus mentes. Erik parecía avergonzado, ya no sonreía, le miraba serio, preocupado.- Creí que sabría que estaba usando mi mutación. Si no por su telepatía, por su obsesión con el gen X.

 

El telépata sentía la ansiedad que emanaba de Erik. 

 

Era extraño, se suponía que no debía sentirle, no cuando ambos mantenían bloqueos. Volvió a hacer un reconocimiento.

 

Lo sentía. Estaba claro.

 

Comprobó sus escudos, pero estos estaban al máximo, eran los de Erik. Había bajado sus propios escudos para que supiera que se arrepentía. Tal vez esta era su disculpa. Respirando profundamente siguió mirando por su ventana.

 

- Los metaloquinéticos no sois tan comunes. Y en contra de la creencia popular los telépatas no somos omniscientes.

 

Durante unos minutos ninguno de los dos dijo nada. Cuando su mirada volvió a coincidir Charles se obligó a sonreírle levemente. Lo que pareció sorprender a Erik.

 

- Tranquilo.- contestó repitiendo las anteriores palabras de Erik.- Entiendo que no fue su intención, es sólo…

 

- No volverá a pasar. Suelo usar mi habilidad de manera constante, sobre todo conduciendo.- Aclaró de manera tranquila el metaloquinético devolviéndole la sonrisa.- El resto del equipo está acostumbrado. No debí suponer que sabría lo que estaba haciendo. Si alguna vez tiene alguna duda sobre los metaloquinéticos… Bueno, ya tienes a quién entrevistar.- murmuró Erik mirando de soslayo a Charles.

 

¿Otra tregua? Charles esperaba que fuera algo más, algo que no terminara en una nueva discusión.



***

 

El resto del camino había sido tranquilo. Un silencio apacible se había apropiado del coche, ambos llegando a un entendimiento. Antes de llegar a la comisaría Charles aprovechó para informar a Moira y Sean sobre el interrogatorio.

 

- Ya nos ha informado Moira.- dijo Darwin a modo de saludo.- ¿Creéis que mató a su mujer o que fue Kevin el que mató a su propia madre?

 

- No es algo seguro, hemos pedido a Cassidy que investigue un poco más sobre el asunto.- Contestó Lensherr sentándose en una de las sillas de la sala que habían habilitado.

 

- ¿Vosotros qué tenéis?- preguntó Charles sentándose en la silla cercana a Erik.

 

Quizás era forzar un lazo que todavía estaba reciente. Su pacto era nuevo, débil, sin embargo no percibió ningún sentimiento de rechazo ante su cercanía. Tratando de ignorar las emociones de su compañero se centró en el caso.

 

- Darwin y yo hemos descubierto que usaba diferentes pasaportes y tarjetas para ayudar a sus camuflajes. Hacía que el uso de su mutación fuera más creíble, se inventaba una vida en función de su aspecto.- Contestó Alex apretando distraídamente una pelota antiestrés.- Moira y Sean también han averiguado algo interesante.

 

- Sean y yo tenemos los antecedentes de Kevin Gordon.- aclaró Moira colocándose el pelo detrás de las orejas. Olas de ira emanaban de la supervisora.- Es un maltratador psicológico y físico. Ha maltratado a todas las parejas que ha tenido, pocas se atrevieron a denunciar.- Moira se colocó mejor en su asiento sujetando su café con ambas manos. Suspirando siguió con la conversación.- Sean está investigando la muerte de la madre. Está en el altavoz.

 

Un teclado se escuchaba desde el teléfono en la mesa.- Heyyy, estoy mirando la autopsia y la grabación de la cámara de seguridad que tenían en casa.- contestó Sean centrado en su tarea.- Puede que fuera un accidente, en la grabación tanto el padre como Kevin Gordon se encuentran al pie de la escalera cuando la señora Gordon se precipitó.

 

- El señor Gordon era un telequinético, ¿aun así no se le tuvo en cuenta como sospechoso?- Comentó Erik frustrado.- Está claro que la investigación la llevó un inepto.

 

- ¿Cómo sabes que era un telequinético? Nosotros no tenemos esa información.- contestó Moira.

 

- Se lo dije yo.- Contestó Charles.- Lo supe por sus patrones de pensamiento.

 

- Vale, entonces el señor Gordon mató a su mujer delante de su hijo.- resumió Alex dejando de lado su pelota.- No sé de qué nos va a servir esa información para atrapar a Kevin Gordon.

 

- Nos sirve para el perfil.- anunció Moira sonando más segura de lo que había estado durante el resto del caso.- Vió como su padre mataba a su madre, sin embargo sus víctimas no son hombres maltratadores. Son mujeres humanas, debió encontrar una razón para apoyar a su padre en el asesinato. Puede que el gen X sea lo que les unía…- comentó Moira al darse cuenta de lo que revelaba ese dato.- Creo que acabamos de dar con un extremista mutante y si estoy en lo correcto no parará hasta culminar su fantasía de matar al mayor número de humanas. Debemos darnos prisa para encontrar a la mujer que secuestró esta mañana.

 

El silencio se apropió de la mesa donde se encontraba el equipo. Los extremistas eran algo bastante común en el mundo y había ambos bandos. Los extremistas mutantes abogaban por un mundo en el que los mutantes gobernaran por encima de la raza “inferior humana”. Por otro lado, los extremistas humanos eran algo más complejos. Una parte de ellos veían a los mutantes como una amenaza. Muchos otros los veían como otra minoría más a la que oprimir.

 

Se escuchó una conmoción desde el otro lado del comando del FBI. Varios de los agentes corrían para acercarse a las televisiones. El agente Howard se acercó hasta la mesa donde se encontraba el equipo del UAC. Parecía más cansado que esta mañana.

 

- Creo que deberíais ver esto, han salido unas imágenes de las cámaras del centro comercial.- explicó respirando superficialmente, parecía haber corrido hasta la mesa.- Vieron a la mujer que secuestró ayer con un hombre de treinta años en uno de los cajeros.

 

- ¿Cuándo?- preguntó Darwin levantándose de su silla.

 

- Por lo que dijo la testigo les vió hace cinco horas en el Centro comercial. No vió la alerta Amber hasta que llegó a su casa y recordó que los había visto.- El agente Howard dudó antes de continuar.- Nos acabamos de enterar, falló la línea de comunicación.

 

- Sean, busca en los moteles u hoteles cercanos de la zona.- ordenó Moira levantándose de su asiento.- No huirá, no hasta que haya terminado con su pool de víctimas en la zona. Buscará un sitio donde poder torturarlas.

 

- Tengo tres moteles en un radio de diez kilómetros del centro comercial. He descartado dos de los hoteles porque están cerca de la comisaría o de otros lugares donde sería fácil de atrapar.- dijo Sean por la línea telefónica.- Os paso las direcciones.

 

- Darwin, Alex, ireis al de la Avenida Michigan, es el más cercano. Erik y Charles quiero que vayáis al de la calle Lincoln. Howard si no le importa me gustaría que me acompañara al de la Avenida Collins.- dijo Moira dividiéndolos- Separándonos cubriremos más terreno, pero no quiero que os separéis una vez lleguéis a los moteles. Usad el pinganillo. Gordon es un mutante muy peligroso y deberemos tratarlo como tal. Si creeis que le habéis encontrado pedir refuerzos. Mientras necesito que sus hombres cierren las carreteras y peinen las zonas colindantes al Centro Comercial. No se puede volver a escapar.

 

*** 

 

Erik acababa de aparcar el coche en el motel que les habían asignado cuando escuchó la voz de Moira por el pinganillo.- Estamos en el motel. Al llegar hemos visto a los agentes de Howard. Una de las limpiadoras encontró el cadáver de nuestra desaparecida en una de las habitaciones.

 

- Vamos para allá.- contestó Erik volviendo a arrancar el coche para sacarlo rápidamente del aparcamiento.

 

- Alto Lensherr.- cortó la voz de Moira.- Están diciendo los agentes que llevará al menos cuatro horas muerta. Puede que siga por la zona para huir o que haya ido a otro de los moteles para esconderse. Estad alerta, puede ser cualquiera. Nosotros peinaremos esta zona. Seguid con las comunicaciones.

 

Erik estaba frustrado, no parecía que fuera a parar pronto de discutir.- McTaggert creo que lo mejor…- Erik paró cuando vió a Charles salir del coche y dirigirse al motel.- ¡Xavier! ¡Espera!

 

Sabiendo lo terco que era, Charles había tomado la decisión de no discutir con él. Lo que decía Moira era lo más acertado, debían seguir buscando y no serviría de nada que buscaran todos en el mismo lado. Charles se giró despacio para mirarle tratando de ocultar su sensación de triunfo. Y con la voz más inocente que pudo le contestó.- ¿Sí, Lehnsherr?

 

- ¿A qué ha venido eso?- demandó Erik.

 

- Prefiero no discutir, es mejor que sigamos buscando y para ello es mejor seguir las órdenes de nuestra superior.

 

Ignorando el comentario Erik entró primero al motel sujetando la puerta caoba para Charles. Se dirigieron a la pequeña recepción, aunque no sin fijarse en su entorno. El motel estaba ambientado en los ochenta. Paredes con papel pintado de rayas verdes y naranjas con sofás y mesitas naranjas a juego. Una mujer morena de baja estatura se encontraba de espaldas a ellos colocando unos documentos.

 

Al oirlos acercarse se volteó hacia ellos con una sonrisa.- Buenas tardes y bienvenidos a Las chicas de oro, ¿en qué puedo ayudarles?

 

- Somos el agente Lensherr y Xavier del FBI, venimos buscando a una persona que se haya podido alojar en las últimas horas.- Contestó Erik apoyando el brazo en el mostrador.

 

- Acabo de empezar mi turno, por lo que me ha dicho mi compañero sólo han venido dos personas. Una creo recordar que era una reserva… Puedo comprobarlo si quieren.

 

- Si fuese tan amable, es importante.- contestó Erik secamente.

 

La joven empezó a buscar en el archivador de la mesa, por cada hoja que pasaba su frustración iba en aumento. Parecía nerviosa, no paraba de mirar a los agentes preocupada. Maldecía en voz baja.

 

- Lo siento, es que mi compañero debería haber dejado la hoja de registro en el archivador, pero creo que la dejó en la salita. Si no les importa puedo ir un momento a por ella.

 

- Claro, no hay problema. Esperaremos- contestó Charles con una sonrisa apaciguadora.

 

Ambos se colocaron de tal manera que pudieran ver la entrada, tensos ante la idea de que el asesino estuviera cerca. Preocupados también por las ubicaciones de sus compañeros. 

 

El sonido de un teléfono cortó el silencio.- Es McTaggert.- dijo Erik mirando la pantalla.- Hola McTaggert, estás en altavoz.

 

- Chi… esta… no harí… refuerzos… vosotros?- Se escuchó de manera entrecortada desde el otro lado de la línea.

 

Preocupado Erik quitó el altavoz y volvió a preguntar de nuevo a Moira. Por su ceño fruncido Charles interpretó que seguía sin entenderla. El telépata por otro lado trató de contactar con el agente Howard por el comunicador sin suerte.

 

- No parece haber cobertura dentro del motel.- razonó Charles.

 

Erik parecía tener un conflicto interno. Se negaba a colgar a Moira.- Voy a salir un momento para ver qué pasa con McTaggert.- dijo preocupado sin moverse.

 

- Tranquilo, estaré aquí esperando a que salga la recepcionista.

 

Las palabras de Charles le tranquilizaron lo suficiente como para calmar su mente y tomar una decisión.

 

- No tardaré, avísame si ves algo raro.- dijo serio.- Grita si hace falta.

 

- No pasará nada.- contestó Charles con una sonrisa.

 

Erik se dirigió rápidamente hacia la entrada, buscando cobertura. Cuanto menos tiempo pasasen separados mejor.

 

Charles siguió vigilando la entrada y las escaleras cuando escuchó un estruendo en el pasillo por donde había desaparecido la recepcionista. Preocupado echó un último vistazo a la entrada del motel. No quería llamar a Erik por algo que quizás fuera el viento. Tomando aire para relajarse se aproximó al pasillo.

 

- ¿Hola? ¿Está bien?- preguntó preocupado por la mujer. No había escuchado ningún quejido o grito, pero había sido un ruido sordo, como si algo pesado hubiera caído.

 

Observó el pasillo que contaba con dos habitaciones. El final del pasillo daba a una salida de emergencia. La de la derecha se trataba de un aseo que se encontraba vacío. El de la izquierda era una habitación. Supuso que era el cuarto que la mujer había clasificado como “salita”. Era una sala pequeña que contaba con varios archivadores y una mesa auxiliar.

 

Confuso al no encontrar a la mujer se planteó ir a por Lehnsherr antes de seguir buscando a la mujer.

 

- Vaya, es usted un poco curioso, ¿no cree?

 

Dándose la vuelta vió cómo la recepcionista le miraba desde la puerta con una sonrisa macabra. Su sonrisa mutó en un parpadeo. Ya no miraba a una mujer en sus veinte, ahora se trataba de un hombre en la treintena con una mueca de desprecio. Corrió con los brazos extendidos hasta acercarse al telépata.

 

Charles llevó rápidamente una de sus manos a la sien. Antes de que pudiera terminar su movimiento el asesino le alcanzó. Cogiéndole de la pechera de la camiseta le sujetó contra los archivadores con una mano y con la otra le pegó un puñetazo. 

 

No podía defenderse con su telepatía sin concentrarse y los golpes cada vez eran más pesados. Consiguiendo algo de espacio el telépata le pegó una patada, pero solo logró alejarlo un par de pasos. Rápidamente se encontraba golpeándolo de nuevo.

 

La concentración de Charles disminuía con cada golpe, apenas devolvía los puñetazos. Tras un golpe especialmente doloroso Charles desistió. No tenía la concentración suficiente como para incapacitar sin dañar de manera permanente. Por lo que no usaría su habilidad.

 

En un último momento de lucidez antes de perder la batalla contra la consciencia pidió auxilio con su telepatía.

 

Segundos después todo se volvió negro.

Notes:

¿Qué es un final de capítulo sin algo de intriga?

Espero leer vuestros comentarios <3

Chapter 7: Frío consuelo

Notes:

Muchas gracias por el apoyo que está recibiendo el fic <3

Chapter Text

Las voces que le habían acompañado desde que se manifestó como telépata estaban opacadas por una migraña. Se oían lejanas y con interferencias, como quien escucha palabras bajo el agua.

 

No era capaz de abrir los ojos, ni de mover su cuerpo. Parecía que su mente consciente se había despertado antes que su parte física. Sin embargo el dolor le impedía deambular fuera de su mente en busca de aquellas voces. Estaría atrapado hasta que el dolor se mitigara. Para Charles no era una preocupación, era difícil concentrarse cuando se siente tanto dolor.

 

Le costaba mantener su mente despierta. Para la mayoría de la población mente y cuerpo eran uno. Un telépata sabe que son dos entes en una simbiosis, ambos luchando para que el otro sobreviva. Su mente trataba de despertar a su cuerpo y éste a su vez de hacer descansar a su mente.

 

Sentía muchas cosas, pero sabía que estaba a salvo. Mientras se libraba una batalla dentro de su cuerpo, algo le hacía estar seguro. Esa sensación de protección le permitió dejar que su mente durmiera. Voces y sentimientos pasaron a segundo plano.



***

La siguiente vez que despertó pudo sentir la sábana rozando su cuerpo. Era rugosa contra su piel, había perdido su suavidad por el paso del tiempo y uso. Todavía no podía moverse, pero podía sentir más claramente. Mente y cuerpo empezaban a estar en mejor sintonía.

 

Al menos no dolía.

 

***

La tercera vez que despertó fue capaz de abrir los ojos antes de plantearse la acción. La luz de los fluorescentes le cegó momentáneamente.

 

Separar su parte consciente de su psique por el dolor sólo había ocurrido en otra ocasión. La paliza que le había dado su padrastro había hecho que todo su cuerpo se sintiera pesado. También esa vez al volver a unir ese puente entre mente y cuerpo había sentido demasiado. Charles no estaba seguro de si se trataba de los juegos de su mente, pero sentía que olía los aromas de la habitación. Desde las flores que se encontraban en el lado opuesto a su cama hasta el desinfectante que usaban para limpiar los suelos.

 

Lo único que Charles no podía percibir cerca de él eran mentes conocidas.

 

De nuevo se encontraba sólo. Un último pensamiento antes de caer en los brazos de Morfeo.

 

***

La siguiente vez que Charles abrió los ojos se encontró con que ya no estaba sólo. Esta vez Moira se encontraba en el sofá de dos plazas a la derecha de la cama. Pudo verla sentada mirando una carpeta marrón del FBI. Estaba concentrada leyendo con el ceño fruncido, tanto que no se había percatado de que Charles había despertado.

 

El telépata se aclaró la garganta alarmando a Moira, que enseguida se incorporó del sofá para acercarse hasta su cama.

 

- Charles, ¿cómo te encuentras? ¿Necesitas algo, llamo a la enfermera?- Preguntó Moira preocupada.

 

Trató de incorporarse en la cama para poder estar sentado, pero su cuerpo no tenía fuerza suficiente. Al intentar hablar empezó a toser.

 

- Espera, te traeré agua, debes de tener la garganta seca.- Dijo Moira mientras le acercaba una botella de agua que estaba en una mesa auxiliar.- Pero antes deberíamos incorporarte un poco, no quiero que te ahogues.

 

Tras hacer malabares con el mando de la cama consiguieron que Charles pudiera beber unos sorbos de agua. No se había dado cuenta de la sed que tenía hasta ese momento. Era lógico, todavía partes de su psique y su cuerpo no se habían terminado de unificar.

 

- ¿Qué ha pasado?- preguntó Charles cuando pudo crear una frase completa sin sentir que tenía arena en la garganta.

 

- ¿No te acuerdas?- Susurró Moira alarmada.- ¿Qué es lo último que recuerdas?

 

- Recuerdo que Lehnsherr y yo nos separamos para mirar los moteles en los que se podría haber escondido el asesino, recuerdo el caso…- Los recuerdos le llegaban a trompicones, era difícil recordar todo de manera lineal.- Yo… descubrí a Kevin Gordon en ese motel… Tuvimos… un altercado…

 

Charles parecía confuso, asustado incluso. Miró alrededor como asegurándose de que Gordon no se encontraba en la habitación. Moira sintió pena de la situación y decidió contarle lo ocurrido.- No sé cómo comenzó la pelea, pero sé lo que pasó poco antes. Estaba hablando con Lehnsherr por teléfono cuando de repente...- Respiró hondo haciendo una pausa para cerciorarse de cómo iba a procesar lo siguiente que le iba a decir.- Mandaste un grito de auxilio telepáticamente poco antes de que te desmayaras.

 

Charles palideció. El metaloquinético no perdonaría fácilmente eso. Un grito telepático era parecido a que alguien te colocara un altavoz a todo volumen dentro de la cabeza. Doloroso y en ocasiones incapacitante.

 

Ante la mirada de pánico del telépata y su tendencia a sobrepensar Moira decidió terminar de contar lo sucedido.- Lehnsherr llegó justo a tiempo para parar el cuchillo de Gordon y llamar al 911 y pedir refuerzos.- Siendo consciente de lo inseguro que podía sentirse al usar su habilidad, prosiguió.- Charles, si no hubieras pedido ayuda te hubiera matado. Hiciste bien.

 

El telépata evitó la mirada de su superior. Se dedicó a fijarse en los patrones del suelo del hospital. No quería pensar en lo que había hecho. Prefería ignorar lo que supondría para el equipo que hubiera dañado a Erik de esa forma.

 

- ¿Él está bien?- Se obligó a preguntar en un susurro. Necesitaba saber eso al menos.

 

Moira no salía de su asombro. No le sorprendía que Charles se preocupara más por otra persona que por él mismo. Sin embargo, acababa de despertar y le atormentaba el hecho de haber dañado a alguien. 

 

Había notado los patrones, por algo era tan buena criminóloga. Charles era una persona que tendía a buscar la validación y buscaba encajar. En ocasiones llegando a ser peligroso, como con el caso de Mia Rodríguez. La prostituta que expulsaba veneno al contacto a la que Charles había permitido acercarse. 

 

Cada persona tiene su forma de ser, Moira sabía eso. Sin embargo, una cosa que también sabía es que la personalidad de Charles no jugaría a su favor en este trabajo. Los siempre optimistas, los afables, sufrían mucho en el FBI. La mayoría no querían trabajar en este ámbito, pero sí daba la casualidad de que acababan en el FBI no duraban mucho. La mayoría moría de pena o de estrés, el resto perdía su esencia para siempre. Era la misma historia que no paraba de repetirse. Moira no quería ver esa caída en alguien como el telépata. Evitaría que Charles perdiera esa parte de sí mismo o al menos lo intentaría. 

 

Decidida al cambiar el curso de la historia, contestó.- Lehnsherr está bien, no te preocupes. Sé que estás cansado, trata de descansar un poco más. Cuando vuelvas a despertarte seguimos hablando.

 

A Charles le hubiera gustado contradecirla, pero era cierto. Notaba que su cuerpo estaba prácticamente de nuevo en conexión con su mente. El proceso había requerido más energía de lo que había pensado. Su cuerpo se notaba pesado y empezaba a notar la cama de hospital cada vez más cómoda.

 

Con un adiós a Moira volvió al mundo de los sueños.



***

Horas después Charles se despertaba con la claridad mental necesaria como para hacer un chequeo mental y físico. Todo parecía en orden. Sentía dolor en la nuca, en el abdomen y en la parte derecha de la cara. Seguramente de ser golpeado contra los archivadores y del primer puñetazo.

 

Con cuidado se fue incorporando poco a poco en la cama a la vez que observaba la habitación. Se encontraba sólo, aunque podía sentir a Moira cerca, no había salido del hospital. Al sentarse pudo comprobar que le molestaban las costillas y que tenía pequeños cortes en los brazos y el abdomen.

 

Al pasarse las manos por el pelo comprobó que no había grapas o ni cortes. Su labio parecía que se había partido en la comisura derecha. Después de tanto dolor me lo esperaba peor , pensó Charles. Me gustaría poder verme en un espejo.- dirigiendo su mirada a la izquierda pudo ver una puerta que debía conducir al baño.- No está tan lejos y me encuentro bien, sólo cansado. Es mejor que vaya un momento y luego me acueste.

 

Con cuidado se acercó al filo de la cama para intentar incorporarse. Se levantó con algo de esfuerzo y miró con orgullo cómo se mantenía en pie. Tras dar unos pasos y separarse de la cama, la puerta de la habitación se abrió revelando a un hombre.- Scheiße, Charles. ¿Siempre tienes que intentar caerte?

 

Sorprendido por el tono de frustración del más alto, el telépata contestó sin pensar.- ¿Y tú tienes que ser siempre tan insufrible?

 

Ambos se observaron desde sus respectivos puestos. Si no fuera por el cansancio y la contusión capaz Charles hubiera sentido vergüenza. No sólo se encontraba con un camisón que dejaba su parte trasera al descubierto, también estaba bajo el escrutinio de Erik.

 

El alemán por su parte se golpeaba mentalmente por no haber querido entrar antes en la habitación. Moria había tenido que convencerle, la culpa de no haber estado ahí para Charles había sido demasiado. Le costó tener la valentía suficiente como para poder entablar una conversación con él. Nunca hubiera esperado encontrale de pie en medio de la habitación con la cara roja de la vergüenza.

 

- Ehm… Será mejor que me ayudes a sentarme de nuevo en la cama.- expresó Charles avergonzado. Rápidamente Erik se acercó a su lado desde la puerta inseguro de qué hacer.- Me estoy empezando a marear.

 

- Claro, claro. Eh… ¿cómo lo hago?- contestó Erik, su porte serio flaqueando.

 

- Me podrías sujetar del brazo y estar pendiente por si me caigo supongo…

 

La situación era incómoda y la tensión palpable. Toda la valentía que había invadido a Charles había desaparecido tan pronto como llegó. Con cuidado Erik pasó su brazo izquierdo hasta apoyar su mano en su cintura y con su otra mano sujetarle el brazo derecho.

 

- ¿Está bien así?

 

Respirando profundo al notar que se le nublaba la vista, Charles contestó.- Creo que sí es lo mejor si queremos que vaya hacia atrás…- Antes de moverse no pudo evitar mirar a Erik y recordar sus anteriores encuentros.- ¿Me cogerías si me caigo?

 

Mirando los ojos azules del telépata pudo ver la incertidumbre.- No te dejaré caer.- no mentía.

 

Con cuidado fueron deshaciendo los pasos que había dado Charles momentos antes. Cuando las piernas del telépata rozaron la cama Erik se apartó lo suficiente como para dejarle sentarse. Charles aprovechó esa distancia para sentarse de nuevo en la cama. En tanto Erik acercó una silla que se encontraba en frente de la camilla y se sentó.

 

- Creo que debemos hablar.- Expuso el alemán.

 

- No es necesario…- contestó Charles cansado de volver siempre al mismo punto de partida con Erik. Siempre acababa estropeando todo de alguna forma.- Siento mucho haber gritado, no e-

 

- ¿Qué? Cha- Xavier, no. No es eso a lo que me refería.- Gruñó Erik frustrado.- Hizo lo correcto, fui yo el que cometí un error. McTaggert fue la que ordenó que no nos separáramos. Fui yo el que le dejó sólo con el asesino.- Erik levantó la mano exasperado antes de que Charles le pudiera contradecir.- No me interrumpa, no se me da bien esto de pedir disculpas… Siendo sinceros, no se me da bien la comunicación en general.- Indicó con una ligera sonrisa mirando al suelo y de nuevo a Charles.- Fui el que le dijo que gritase si hacía falta. Estoy de acuerdo en que no esperaba que ese grito fuera telepático.- Comentó con una mueca- Ni que dolería como un condenado. Pero fue necesario, prefiero lo que pasó a perder a un compañero en un caso.

 

Charles no pudo aguantar más la mirada de Erik. Agradeció sus palabras, sin embargo se seguía sintiendo culpable. Hacía años que no perdía el control de su telepatía a ese nivel. Cuando era niño solía provocar migrañas a sus padres poco después de su manifestación. Era difícil mantener sus pensamientos dentro y los de los demás fuera. Era un niño sin referentes, sin ayuda externa. Ahora era diferente. Era un hombre, había estudiado el gen X, había fortalecido sus escudos y sin embargo, había dañado a alguien.

 

Un dolor punzante en el brazo hizo acallar su voz mental. Para su sorpresa Erik le había pellizcado el antebrazo. Lo había hecho con la suficiente fuerza como para que le doliera, pero no dejar marca.- Siento eso, pero tiene la mala manía de sobrepensar todo y todavía ni he terminado de hablar.

 

Erik se reclinó de nuevo en la silla y se aclaró la garganta.- He sido duro contigo desde el inicio. Soy consciente de ello.- dijo con una mueca.- No he sido… justo. Lo siento, Charles.

 

- ¿Por qué me dices esto?- Susurró el telépata.

 

- He tenido malas experiencias en el pasado con telépatas… Preferiría no entrar en detalles.

 

Un asentimiento de Charles le permitió continuar.- Siempre he defendido el lema de “mutante y a mucha honra" .- Reflexionó Erik en voz alta mirando atentamente a Charles.

 

Una risa nerviosa se escapó de los labios del más joven.- Ya, no te preocupes Lehnsherr, soy consciente de que los telépatas no entramos en esa categoría.

 

- Un mutante es un mutante, su mutación es lo que les hace especiales, diferentes.- Aseveró Erik.

 

- Y sin embargo somos de los pocos mutantes que hasta los demás mutantes repudian. ¿O también le has dicho alguna vez a Sean o a Darwin que no usen su mutación?

 

El silencio de Erik fue respuesta suficiente. Ambos eran discriminados por sus contrapartes humanas, pero ambos no vivían la misma realidad. Era un hecho.

 

- Nunca me lo había planteado así.- Musitó Erik sin flaquear su mirada fija en Charles.

 

La conversación se dió por acabada rápidamente tras ese comentario. El silencio se hizo presente en la habitación del hospital. Ninguno se veía con la potestad de enturbiarlo.



***

Horas más tarde Erik seguía acompañándolo. Había estado a su lado cuando el médico de guardia le había preguntado por su estado y cuando la enfermera le había mirado las constantes.

 

Habían jugado un par de veces al ajedrez. La conversación era superficial, sin embargo ambos se encontraban cómodos con el silencio. Ambos querían mantener ese equilibrio que habían encontrado en el otro.

 

Unos golpes en la puerta y Moira entró con cuidado.

 

- Pensé que estarías durmiendo de nuevo, Charles. ¿Cómo te encuentras?

 

No parecía sorprendida de que Erik estuviera a su lado, debería de saberlo de antemano. Sonriendo respondió.- Me encuentro bien, mucho mejor de lo que estaba esta mañana. El médico me dijo que mañana por la mañana me darán el alta. Sólo me quisieron tener esta noche en observación por la contusión.

 

- Oh, eso está genial. Me alegro, nos has tenido preocupados estos días.- Expresó Moira devolviéndole la sonrisa. Cambiando su postura se puso más seria.- Por cierto, está Logan fuera, le gustaría hablar contigo- miró rápidamente a Erik antes de añadir- a solas. Si te parece bien.

 

- Sí, claro.- Contestó Charles mirando de soslayo a Erik esperando que no le importara.

 

Despidiéndose con una inclinación de cabeza Erik acompañó a Moira fuera de la habitación. Poco después entró Logan.

 

- ¿Puedo sentarme?- dijo señalando a la silla que había abandonado Erik.

 

- Claro.

 

Dándole la vuelta a la silla se sentó apoyándose en el respaldo. Le observó por encima deteniéndose fugazmente en sus heridas visibles.

 

- ¿Cómo te encuentras, muchacho?

 

- Bien. Me encuentro mejor, me darán el alta mañana por la mañana.- Contestó inseguro hacia dónde iba la conversación.

 

- No es del todo a lo que me refería, pero vale por ahora.- Murmuró de manera críptica.- Debemos hablar de lo sucedido. Fue algo arriesgado el seguir al sudes detrás del mostrador.

 

- Yo no le seguí, no sabía que era el asesino.

 

- No te preocupes, nosotros lo sabemos. La Junta por otro lado está preocupada. Eres un activo importante para el FBI, no quieren bajas innecesarias. Ha habido quejas desde arriba sobre que estés en el campo sin tener la formación suficiente.

 

- ¿Qué significa eso?- Charles se planteó por un momento la idea de estar detrás del escritorio. Su trabajo sería más de consulta, parecido al de Sean. Era un buen puesto, pero se conocía, echaría de menos tratar con la gente.

 

- Si pudieras seguir con las clases de tiro con Moira…

 

- No.- Interrumpió Charles.- No es para mí, no sirve aprender a manejarla si a la hora de la verdad no la voy a usar.

 

Una pequeña sonrisa se apoderó del rostro de Logan.- Es algo que me imaginaba después de hablar con ella, pero tenía que darte la opción. Creo que mi idea te va a gustar más. Me gustaría que siguieras con tus estudios de criminología con Moira. Auqnue sería mejor si fuera de manera oficial, no quiero que esos monigotes de la Junta sean capaces de meterse de nuevo en tu puesto.

 

- Hecho.- Accedió rápidamente Charles aliviado sonriendo.- Puedo apuntarme a un máster.

 

- Esa es la parte fácil, muchacho. También quiero que aprendas defensa personal.

 

La sonrisa se iba borrando lentamente de la cara de Charles.- ¿Defensa personal? No me veo capaz de pegar a nadie.- El recuerdo del puñetazo que le pegó a Erik le hizo fruncir el ceño.

 

- La defensa personal se basan en aprender habilidades que te saquen de una agresión o directamente evitarla.- recolocándose en la silla sonrió de manera siniestra.- No es opcional. Si no quieres perder tu puesto deberás aprender a defenderte.

 

- ¿Y quién me va dar las clases?- No se opondría a las clases, era algo que le evitaría ser una carga para el equipo.

 

- Yo te enseñaré.- Se rió levemente de la expresión de Charles.- Soy militar e instructor de defensa personal.- aclarándose la garganta continuó- Bueno, cambiando de tema a algo más alegre, Sean, Darwin y Alex mandan saludos. Fue difícil convencerles de que no vinieran y te dejaran descansar. Es mejor así, son unos alborotadores. 

 

- Creo que me lo puedo llegar a imaginar- dijo riendo.

 

- Una cosa más, Charles. Conseguí que aprobaran una sala de demostración para mutantes para las prácticas con Alex. El chaval fue bastante insistente en que necesitabais un espacio.- Levantándose de la silla se dirigió a la puerta- Está bien que ayudes a los chicos, lo necesitan, no sólo Alex.- concluyó sin girarse a mirarle.

 

Charles pudo sentir la alegría y serenidad de Logan a través de su telepatía. Un voto de confianza y esperanza en un futuro mejor para los mutantes.

 

 

 

 

 

Chapter 8: Temporada de caza

Summary:

¡Muchas gracias por todos los kudos que está recibiendo el fic! Siento si la actualización tardó un poco es que estaba de vacaciones y luego tuve exámenes.

Y como siempre, espero que os guste este capítulo (es algo más largo para compensar la espera)

Chapter Text

Respiró profundo saliendo del ascensor y se dirigió a las puertas acristaladas de las oficinas. Antes de que pudiera abrirlas se escuchó un grito desde el otro lado y vió cómo Sean se dirigía a él corriendo.

 

- ¡CHARLES! ¡Ya estás aquí!- proclamó Sean abriendo las puertas.- ¿Cómo te encuentras?- preguntó dándole un abrazo corto.

 

- Mucho mejor, muchas gracias por encontrarme esos libros que te pedí durante la baja. Me han ayudado bastante a desconectar.

 

- De nada, profesor. Creo que es la primera vez que alguien me pide piratear libros sobre criminología.- contestó Sean con una sonrisa dirigiéndose a la puerta.

 

- Ignoraré que has dicho que pirateaste unos libros si le dejas pasar a la oficina, Sean.- Intervino Moira que se encontraba detrás del pelirrojo.

 

Tratando de escapar sin recibir castigo Sean no contestó. Sólo le abrió de nuevo la puerta a Charles y le dejó pasar. Rápidamente huyó a acercarse a las mesas donde se encontraban el resto de sus compañeros.

 

Moira pasó después de Charles a la oficina y se acercó apoyando su mano en la espalda de Charles.- Me alegro de que estés aquí, todos nos alegramos.- Su tono cambió y frenó a Charles de acercarse más a los escritorios sujetándolo del brazo ligeramente.- ¿Cómo te encuentras?

 

- Bien. Estas semanas han sido necesarias para… procesar todo esto… lo que pasó. Estoy bien.- concluyó mirando a los ojos fijamente a Moira.

 

El telépata intuía que Moira no le creía, pero prefería no ahondar en ello. Dando por terminada esa conversación Charles se acercó a donde se encontraban el resto de compañeros de su equipo. Alex le saludó con un abrazo corto y Darwin dándole la mano. Ambos contentos de volver a verle. Erik se encontraba apoyado en el escritorio más cercano sonriendo levemente. Al acercarse un poco más al escritorio Erik le saludó con un asentimiento.

 

- Es bueno tenerte de vuelta Charles.- dijo Logan desde la puerta de su despacho.- Pero será mejor que empecemos con el siguiente caso.

 

Mientras se dirigían a la sala de reuniones Charles guardaba en su mente los sentimientos que le rodeaban. Paz, alegría, tranquilidad, cariño. No siempre aparecían esos sentimientos en esas oficinas, puede que llevara poco tiempo en el DM, pero esta línea de trabajo no traía paz.

 

Moira le había prohibido preguntar sobre los casos o ayudar durante la baja. Acercándose a Alex le preguntó sobre ello discretamente.- ¿Qué tal estas dos semanas? ¿Mucho trabajo?

 

- No mucho más que antes, resolvimos un par de casos, un telequinético y un ladrón de bancos con súper fuerza.- Comentó encogiéndose ligeramente de hombros.

 

Tras colocarse en las sillas de la sala de reuniones Moira comenzó con el caso.

 

- Mientras Sean prepara las imágenes os voy contando. Tenemos poco tiempo. Desaparecido en Dover, Delaware, Danny Anderson, de quince años. Fue visto por última vez a las diez de la noche en su casa. Se despidió de sus padres y se fue a acostar. Según las pruebas desapareció sobre las doce y las dos de la mañana. Su habitación se encontraba en la planta baja y no hay indicios de lucha o de haber forzado para entrar.

 

- Todavía es pronto para descartar un secuestro, pero se trata de un adolescente quizás se escapó para salir con los amigos. ¿Qué le hace pensar a la familia que fue raptado?- señaló Darwin.

 

- Los padres están preocupados e insisten que ese tipo de comportamientos no son propios de Danny.- se giró para mirar al pelirrojo que había dejado de colocar los cables.- Sean, ¿están ya las imágenes?- Tres fotos aparecieron detrás de ella como respuesta. Dos hombres y una mujer, todos de diferentes edades.- Oh, gracias. Por lo que me comentó el Sheriff de Dover ha habido otras tres desapariciones en los últimos meses en la zona.

 

- ¿Tres personas desaparecen en su jurisdicción y nos llama ahora?- Masculló Erik molesto.

 

- Según el Sheriff, dos de las personas desaparecidas son personas sin techo que suelen cambiar de ciudad y cada cierto tiempo incluso de estado. Al no tener forma de contactar con ellos no se sabe con certeza si han desaparecido.- Contestó Logan- La única que tiene orden de desaparición dentro de esas tres personas es una joven de veinticinco años de su ciudad. Lauren Lancaster, estaba terminando sus prácticas en Ingeniería Civil. Fue vista por última vez saliendo de la biblioteca municipal hace tres semanas.

 

- Todavía no hay rastro de ella. El Sheriff Sanders quiere llevar ambas investigaciones en paralelo. Nosotros nos centraremos en Danny. Tenemos poco tiempo, al noventa y nueve por ciento de los niños los matan en las primeras veinticuatro horas.- Terminó Moira con rostro solemne.

 

***

 

Cuando llegaron a la comisaría un hombre de mediana edad les esperaba en la puerta. Se presentó como el Sheriff Sanders saludando a todos los miembros del equipo de manera efusiva.

 

- Muchas gracias por venir, sé que a lo mejor debí llamar antes por el caso de Lauren. Es solo que no creía que sería algo de vuestro perfil.- Explicó el Sheriff apesadumbrado, Charles notaba el arrepentimiento detrás de sus palabras.- Los Anderson piensan que está relacionado, pero no sé si es el caso, sólo sé que necesito ayuda. Tampoco sabía qué decirles.

 

- No se preocupe, lo importante es que estamos ahora aquí y le ayudaremos a encontrar a Danny.- Contestó de manera diplomática Moira.- Me encargaré de darle algunas indicaciones de cómo tratar con estos casos. Me parece que será buena idea lo que propuso de dividirnos los casos. Usted se puede encargar del caso Lancaster y nosotros de Danny Anderson.

 

- Me parece bien.- contestó con un suspiro agradecido.- Quiero presentaros a mi ayudante, la agente García.- dijo señalando a una mujer morena de mediana estatura que se encontraba detrás de él.- Os ayudará en lo que necesitéis respecto a información, ella formó parte también del caso de Lauren Lancaster.

 

- Si necesitáis cualquier cosa no dudéis en preguntarme directamente a mí. Seré algo así como vuestro enlace entre vuestra Unidad y la comisaría.- Informó la agente sonriendo levemente algo tensa.- Os enseñaré dónde podéis poneros para trabajar.

 

Mientras seguían a la ayudante del Sheriff por el pasillo notaban las miradas de los demás agentes. Charles mantenía los suficientes bloqueos como para no saber exactamente lo que pensaban o lo que sentían si no se acercaban lo suficiente. Sin embargo, tras mirar a Alex intuyó que no hacía falta ser un telépata para ver que no eran bien recibidos. Fue un alivio para cuando llegaron a la sala de reuniones. La sala que habían habilitado era pequeña, con una mesa ovalada y varias sillas.

 

- Lo siento, es algo pequeña, pero es lo mejor que tenemos.- comentó la agente García.

 

- No se preocupe, es más que suficiente, gracias.- dijo Moira- Si pudiera traernos los informes del caso para poder empezar, se lo agradecería.

 

- Por supuesto.- contestó García con una sonrisa saliendo rápidamente de la sala.

 

Cuando el equipo se quedó a solas se miraron unos a otros tratando de discernir si eran los únicos que habían notado el ambiente tenso de la comisaría. La única que seguía normal era Moira, colocando y abriendo carpetas.

 

- ¿Vamos a hablar de ello o…?- murmuró Alex observando a sus compañeros.

 

- A lo mejor es que no les gusta que hayamos cogido el caso.- propuso Darwin.- No sería la primera vez que unos policías se sienten agredidos porque el FBI se mete en sus investigaciones.

 

- Eso o son anti mutantes.- dijo Erik su rabia resurgiendo, antes de que Charles pudiera intervenir se escuchó un golpe.

 

Moira había golpeado la mesa con una de las carpetas interrumpiendo a sus compañeros.- Parad.- dijo Moira mirando hacía la mesa con tono solemne continuó hablando.- No lo sabemos, no hemos venido aquí a caer bien o a preocuparnos lo que piensen de nuestro equipo. Hemos venido a salvar a un chico de quince años que debe estar asustado. Centraros en el caso, luego si es necesario nos ocuparemos del resto.- Tras esas palabras Moira observó a sus compañeros. Todos estaban de acuerdo en que su prioridad ahora mismo era Danny.- Alex y Darwin os quiero en la casa, comprobad cómo podría haber entrado el posible secuestrador. Nosotros revisaremos el caso Lancaster.

 

***

 

La agente García fue rápida en traer los informes del otro caso. Charles había llamado brevemente a Sean para notificarle que habían llegado bien mientras el resto se organizaba.

 

- Estoy mirando el informe del caso. Pasaron dos días entre la última vez que Lauren fue vista y el aviso de su desaparición. ¿Cómo es eso posible? ¿Nadie se dió cuenta de que había desaparecido?- preguntó Moira sorprendida.

 

- Según lo que pone en las notas de los agentes, no tenía muchos amigos y no hablaba con su familia. Fue su compañera de piso de la universidad la que dió la voz de alarma al no poder contactar con ella.- explicó Erik revisando las notas del caso.

 

- Y se sabe que estuvo en la biblioteca por las cámaras, nadie la recuerda allí.- continuó Charles leyendo otro de los informes.- La cámara que da a la salida de la biblioteca no muestra para qué dirección salió. Se perdió la pista tras encontrar la grabación.

 

La puerta de la sala de reunión se abrió con la vuelta de Darwin y Alex que no parecían haber tenido mejor suerte. Al menos traían café para los demás.

 

- ¿Alguna pista?- preguntó Moira cogiendo uno de los cafés que habían traído.

 

- Nos encontramos en una encrucijada. No hay signos de lucha, ni de haber forzado la ventana. Tal y como ponía en el informe. Los padres tampoco supieron darnos datos de nadie que les resultara sospechoso.- Respondió Alex.- Hay algo que se nos escapa.

 

Todos estaban de acuerdo con la afirmación de Alex. Fue Moira la que rompió el silencio tras dar varios tragos a su café.

 

- Creo que son casos diferentes.- opinó Moira exasperada dando varios tragos a su café. Al ver las miradas de sus compañeros sobre ella, continuó- Lauren Lancaster y Danny Anderson tienen edades muy diferentes, no tiene sentido que un hebófilo secuestrara también a alguien en sus veinte.

 

- Debemos centrarnos en la victimología, porqué Danny y cómo consiguió que- Darwin fue interrumpido por gritos que se escuchaban fuera de la sala.

 

La puerta de madera se abrió revelando a la agente García manteniendo con el brazo extendido a un adolescentre detrás de ella evitando que entrara en la sala.- Disculpen agentes, no era mi intención molestar, pero este joven quiere hablar con vosotros. Ha sido bastante insistente.- Añadió girándose hacia el chico brevemente.- Es el mejor amigo de Danny, Joe Bakers.

 

- Quiero hablar con ellos a solas.- Insistió el chico mirando con el ceño fruncido a la agente tratando de quitar su brazo para pasar.

 

- Y yo te he dicho que no puedes hacer lo que quieras. Bastante que te has colado en la comisaría.- contestó García.

 

Moira se acercó a la puerta con calma- A nosotros no nos importa que entre, agente García. Nos gustaría hablar con él si tiene algo que decir del caso.

 

Reticente la agente le dejó pasar a la sala.- Más vale que no la lies Joe, el FBI no está para perder el tiempo.- remarcó saliendo de la habitación cerrando la puerta tras ella.

 

Charles podía sentir el miedo que emanaba del chico. Moira le propuso sentarse con ellos en la mesa, pero el joven se negó. 

 

- No me quiero sentar.- masculló observando al equipo.

 

- Pero querías hablar con nosotros. ¿Qué es lo que sabes?- preguntó Erik observándole.

 

El comentario de Erik hizo que el miedo del chico aumentará exponencialmente. Le observaba las manos y los movimientos de manera cautelosa. Técnicamente observaba a todos, pero al mirar a Erik sentía más miedo.- No tienes de qué preocuparte. No te vamos a hacer daño.- dijo Charles por fin intuyendo de qué iba el miedo de Joe.- Sólo queremos encontrar a tu amigo, porque Danny es tu amigo ¿verdad?

 

Sorprendido por las palabras de Charles el chico empezó a hablar rápido.- Danny se escapó. Fue a ver a su novia. Me lo dijo.

 

- ¿Qué?

 

- Iba a ver a Sophie, había quedado en la plaza con ella.- Exclamó Joe angustiado mirando a Alex.  El rubio se arrepintió un poco de haberle preguntado cuando vió la ansiedad del joven.- Tenéis que escucharme, digo la verdad. ¿Eres telépata verdad?- dijo girándose hacia Charles.- Los adultos hablaban de eso. Puedes ver que digo la verdad.

 

- Te creemos.- Afirmó Charles.- No es necesario entrar en tu mente para verlo.- El chico había pedido a Charles que le leyera la mente sin embargo, parecía que la respuesta de Charles le había tranquilizado. La mente del joven parecía estar en conflicto con querer ayudar a su amigo. Parecía frenético porque los agentes entendieran todo lo que él sabía.

 

- Siento interrumpir, pero es importante. Joe ¿cuándo te lo dijo Danny?- preguntó Moira.

 

- Ayer en el entrenamiento. Me dijo que había planeado una cita con ella por la noche. No quería que nadie los viera, en el pueblo no se-

 

La puerta se abrió de golpe y un hombre de mediana edad entró gritando el nombre de Joe. La agente García estaba detrás de él intentando calmarle.

 

- ¿Se puede saber qué cojones hace mi hijo siendo interrogado por el FBI? Joe ven aquí ahora mismo.

 

El joven salió corriendo hacia su padre, no sin antes titubear y mirar a Charles. El telépata fue capaz de captar un leve pensamiento que Joe había expulsado fuera de sus escudos. Ayuda .

 

Fue Erik el que sujetó del brazo a Charles cuando se levantó para ir detrás de Joe y su padre.

 

- ¿Qué hace, Xavier?- susurró Erik sujetando a Charles. Había visto la mirada asustada del niño. Todos lo habían hecho.

 

Charles se percató de lo cerca que estaba de Erik. Al oír la súplica de Joe en su mente se había levantado sin darse cuenta.- Yo… no sé en qué estaba pensando. Suéltame Erik.- concluyó también susurrando.

 

Erik le soltó el brazo y se separó apoyándose en la pared frente a él. El telépata se sentía avergonzado de haber actuado impulsivamente. Gracias a Erik había evitado quedar como un imbécil ante el padre de Joe. Él no era nadie para impedir que se llevara a su hijo o se negara a que fuera interrogado. 

 

No obstante para Charles siempre había sido difícil no ayudar a la gente que lo pedía. Aún más cuando podía sentir el miedo de esa persona.

 

Moira no le permitió que siguiera esos pensamientos que no le llevarían a ningún sitio.- ¿Qué oíste?- Preguntó Moira a Charles.- Joe sabía que eras telépata, ¿te pudo decir algo?

 

- Pidió ayuda.

 

- Necesitamos encontrar a esa tal Sophie.- dijo Darwin cogiendo el teléfono para llamar a Sean.- Por ahora es nuestra única pista en este caso, no podemos permitirnos perder más tiempo.

 

La voz de Sean sonó al segundo tono de la llamada.- Vaya, creía que os habíais olvidado de mí. ¿Qué necesitáis?

 

- Un amigo de Danny nos ha dicho que tenía novia. Una tal Sophie, necesitamos encontrarla.- contestó Darwin.

 

Los dedos de Sean hábiles sobre el teclado se escuchaban desde el altavoz.- No hay muchas Sophies en Dover. Tengo una Sophie de la misma edad que Danny Anderson.

 

- Debe ser ella.

 

- Sophie Escarpa. Quince años, hija del alcalde Jeremy Escarpa. Lleva ocho años siendo alcalde, tiene ahora una aparición en un salón de actos por una causa benéfica. Os paso la dirección.

 

- Sean, quiero que investigues a la familia. Cualquier cosa que veas sospechosa nos lo haces saber. No podemos perder la única pista del caso.- ordenó Moira.

 

- Claro, jefa. Os llamaré si encuentro algo. 

 

- Gracias.- contestó Moira antes de cortar la llamada.- Necesitamos asegurarnos de que tampoco dejemos de lado otras pistas para seguir esta.- comentó Moira revisando su libreta.- En los informes aparecen varios sitios que frecuentaban los vagabundos desaparecidos. Darwin y Alex, quiero que vayáis a interrogarlos, puede que podamos encontrar algo. Mientras nosotros iremos a hacer una visita al alcalde.



***

 

El salón de actos de Dover se encontraba a cinco minutos en coche de la comisaría. Aun estando tan cerca decidieron acercarse en coche. Al aparcar el coche Erik bloqueó las puertas con su habilidad antes de que sus compañeros pudieran salir.

 

Moira que en ese momento había intentado abrir la puerta se giró para mirarle molesta.- ¿Se puede saber qué haces Lehnsherr?

 

- Mirad alrededor.- dijo el metaloquinético apuntando con la mano hacia un grupo de hombres que se encontraban en la parte derecha de la puerta del salón de actos.- Mirad qué llevan en la chaqueta.

 

Charles se asomó entre los asientos de alante para poder ver lo que decía su compañero.- ¿A qué te refieres? No veo nada desde aquí.- murmuró mientras se volvía a sentar en el asiento del medio.

 

- Mierda.- gruñó Moira.- Todos llevan chapas antimutantes.

 

- Será mejor que Charles se quede en el coche.- declaró Erik mirando a Moira.- El chico, Joe, sabía que Charles era un telépata. Será mejor no llamar la atención de esos antimutantes.- dijo Erik escupiendo las últimas palabras.

 

- ¿Qué? Ni hablar.- exclamó Charles.

 

- Lehnsherr, Charles vendrá con nosotros.- aseveró Moira.- Es un miembro del equipo y yo misma he elegido que venga a la conversación con el alcalde.

 

Erik parecía que iba a contradecir a Moira, pero se limitó a apretar los labios y echar una última mirada a Charles a través del espejo retrovisor central. Tras suspirar, quitó el seguro al coche y salió de él.

 

- Charles, antes de que salgas.- le llamó Moira.- Los antimutantes están muy cerca de la puerta. No quiero que nos perciban, ¿entiendes? Si no puedes hacerlo dímelo y encontramos otra forma.

 

- No te preocupes, me encargaré de ello.- contestó Charles sonriendo.- Lo que me acabas de pedir es ilegal, ¿verdad?

 

- Por eso no te lo he pedido.- remarcó Moira con un guiño.- Vamos, Lehnsherr se impacienta fácil.

 

Acercándose a la puerta del salón de actos Erik se aseguró de colocarse lo más cerca posible del grupo de hombres. Cuando uno de los antimutantes fijó su vista en ellos Erik se tensó. Charles pudo sentir la vibración de su reloj de muñeca. Un aviso del posible ataque. Los músculos de Erik se tensaron al segundo preparándose para el enfrentamiento. Sin embargo, el hombre siguió hablando con sus amigos.

 

- Lehnsherr, relájate. No nos pueden ver ni oír.- explicó Moira entrando por la puerta principal. Molesta por el comportamiento de su compañero.

 

Erik que se había quedado a la altura de Charles se giró para mirarlo.- Buen truco.

 

- Gracias, puede llegar a ser muy práctico.- contestó Charles con una sonrisa mientras mantenía sus dedos índice y medio en su sien para concentrarse mejor.

 

Una vez dentro encontraron al alcalde hablando con lo que parecían inversores. Charles percibía el estrés del alcalde que sólo aumentaba al ver a los agentes.

 

- Si me disculpan, voy a continuar con las presentaciones de la campaña. Muy amables.- se disculpó con los inversores mientras se acercaba a los agentes.- Por favor, traten de ser más discretos, agentes. Trato de ganar las elecciones de nuevo.

 

- No hemos hecho nada.- se defendió Erik.

 

- Todos en el pueblo saben que vino el FBI y sólo por su aspecto está claro que son agentes. ¿En qué puedo ayudarles?- dijo mientras se apuraba en apartarlos de la entrada hacia un ventanal.

 

- Somos los agentes McTaggert, Xavier y Lehnsherr. Queremos hablar con usted sobre la desaparición de Danny Anderson.- explicó Erik.

 

- Me enteré de lo sucedido con Danny esta mañana. No sé en qué podría ayudarles, si es por fondos…

 

- Un testigo insiste en que Danny tenía una cita con su hija el día de su desaparición.- aseveró Moira.- Nos gustaría hablar con ella.

 

La cara del alcalde se transformó en una mueca.- Preferiría que no hablaran con ella. No lleva bien la desaparición de Danny.

 

- Señor Escarpa, es un rastro para encontrar a Danny que no podemos permitirnos perder.- contestó Moira.- Sólo queremos hablar con ella, podrá estar usted presente.

 

Los sentimientos de miedo del señor Escarpa eran antigüos. Era un miedo que podía llegar a ser paralizante. Un sentimiento de desesperación por proteger a su hija. Charles conocía ese tipo de miedo. Esa sensación de pérdida de control.

 

- Piense en qué haría usted si fuera su hija la que hubiera desaparecido.- dijo Charles con la esperanza de alentar la empatía y el sentimiento de protección del alcalde.

 

- Os llevaré donde se encuentra.- ordenó Escarpa dirigiéndose a la parte trasera del salón de actos.- Sophie no tiene permitido asistir a este tipo de eventos, pero su madre se encuentra de viaje, por eso se quedó en uno de los camerinos.

 

El alcalde señaló con recelo uno de los camerinos donde un hombre alto y fornido custodiaba la puerta. El hombre se alejó de la puerta al ver acercarse al alcalde y con un asentimiento se fue al otro lado del pasillo. Escarpa dudó antes de abrir la puerta, su miedo más denso que antes.

 

En la sala se encontraba una joven de unos quince años sentada en un sofá viejo leyendo un libro. Era una joven de pelo y ojos negros, de facciones finas, sin embargo lo que más destacaba de ella eran los cuernos blancos y redondeados que se encontraban encima de sus orejas.

 

- Sophie, ellos son agentes del FBI, quieren hacerte unas preguntas sobre Danny.- explicó el alcalde sin quitar la vista de los agentes. Por lo que suponía Charles ,seguramente se tratara de un intento por ver si juzgarían a su hija.

 

- ¿Le habéis encontrado?- preguntó la joven esperanzada.

 

- No, lo siento. Pero creemos que podrías ayudarnos a encontrarle. ¿Te importa si te hacemos algunas preguntas?

 

- Claro.- contestó ojeando a su padre.

 

El teléfono de Charles empezó a sonar cuando estaban sentándose para poder hablar mejor con Sophie. Era Sean, disculpándose salió del vestuario y cogió la llamada en el pasillo.

 

- Hola, ¿qué pasa? No me sueles llamar a mí.- respondió preocupado.

 

- Oye, no tengo favoritos, pero tú eres el que lleva semanas sin trabajar.- dijo Sean.- ¿Estás sólo?

 

- Me he ausentado para coger la llamada, ahora mismo estoy sólo. ¿Necesitas que-

 

- No, mejor así.- Cortó Sean seriamente.- He encontrado unas cosas preocupantes de la familia Escarpa. ¿Seguís con el alcalde?

 

Charles no pudo evitar que su mirada se dirigiera al guardaespaldas que seguía en el pasillo a escasos metros de él.- Sí.- Al cruzar miradas con el guardaespaldas le sonrió con lo que pretendía que fuera una sonrisa amistosa.- Sean, dime si tengo que avisar a los demás.- murmuró preocupado.

 

- El alcalde será el menor de vuestros problemas. La mayoría de los habitantes de esa ciudad odian a los mutantes. Aunque el hermano del alcalde se lleva el premio al mayor antimutantes de Dover.- declaró Sean mientras tecleaba.- Resulta que forma parte de un grupo online contra mutantes. Lo interesante aparte de las fantasías que tiene con torturarnos a todos… Es que se mensajea con otra persona por privado. Estoy tratando de ver de quién se trata, pero creo que tenemos dos sujetos.

 

- ¿A qué te refieres?- preguntó Charles todavía mirando de reojo al guardaespaldas.

 

- En las conversaciones hacen referencias a “trabajos pasados” y lo asquerosa que es la telepatía. Lauren Lancaster era telépata. Y por si fuera poco hablaron el día de la desaparición de Danny.- el sonido de las teclas se cortó un momento.- Dios, Charles, estaban hablando de limpiar la ciudad. La persona desconocida habla de un nuevo objetivo, el nombre en clave que usan es “cervatillo”. Necesitaré más tiempo para averiguar con quién se hablaba el hermano del alcalde y a quién se puede referir con “cervatillo”.

 

- Concéntrate en encontrar quién es la otra persona. Creo que el nuevo objetivo sé quién es. Llámame si tienes más información. Gracias, Sean.

 

Charles guardó su móvil y volvió a entrar en el vestuario, sus compañeros estaban interrogando a Sophie mientras el alcalde se mantenía cerca de ella. Por lo que Charles intuía Sophie estaba preocupada por su novio. Las preguntas que los agentes le hacían las contestaba de manera honesta o eso le parecía a Charles. No detectaba mentiras en ella.

 

Cuando vió que las preguntas estaban terminando decidió intervenir.- Siento mi interrupción antes con el teléfono. Fue un compañero de nuestro equipo con nueva información.- explicó Charles pendiente de la reacción de Escarpa.

 

- ¿De qué se trata?- preguntó el alcalde a la defensiva.

 

- ¿Han encontrado a Danny?

 

- No, querida, lo siento. Señor Escarpa, será mejor que tengamos esta parte de la conversación sin su hija presente.- dijo Charles dando una mirada a sus compañeros. Ninguno le contradijo, Charles se sintió halagado por la confianza.

 

Una vez la joven salió de la sala Charles continuó.- Uno de nuestros agentes ha estado investigando a varias personas del pueblo de cara a nuestra investigación. Y ha descubierto ciertas cosas de su hermano.

 

- ¿De qué está hablando?

 

- Su hermano forma parte de un foro antimutantes. En él se hablaba con varias personas sobre cómo limpiar la ciudad.- anunció Charles. Su atención se encontraba dividida, parte estaba pendiente de Escarpa y otra parte se centraba en Erik. El metaloquinético se había puesto tenso y sus emociones sólo mostraban una cosa. Violencia . Charles trató de mandar mensajes mentales, sensaciones de calma. Esperaba que no fueran mal recibidos.- Aunque eso usted lo sabía, ¿no es así?

 

El alcalde se pasó las manos por el pelo estresado. Su mirada se había dirigido rápidamente al suelo tras escuchar las palabras de Charles.- Mi hermano… mi hermano no cree que los humanos y mutantes puedan convivir.

 

- ¿Y usted lo defiende? ¿Por eso permite que los antimutantes acudan a sus eventos?- la acusación de Erik iba cargada de ira, no obstante su sed de violencia había disminuido consideradamente.

 

- No, demonios, ¡no!- exclamó el alcalde.- Mi hija es mutante, puede que al principio la noticia no fuera algo a celebrar, pero siempre he mirado por ella. Deben entender que en este pueblo es difícil ganar votos si apoyas a los mutantes. Necesito volver a salir elegido para cambiar las cosas. Mi hermano está enfermo por la ira, por los prejuicios, pero nunca haría daño a nadie.

 

- Señor Escarpa- intervino Moira levantándose de donde se encontraba sentada y acercándose a él móvil en mano.- Uno de mis agentes me acaba de enviar una de las conversaciones de su hermano con uno de los miembros del foro. Se lo voy a leer. “Este plan es el mejor que hemos tenido, si seguimos así limpiaremos este pueblo antes de que acabe el año”. Eso lo dice la otra persona a lo que su hermano responde “sería bueno, pero no te olvides del objetivo principal, el cervatillo”.

 

Un jadeo se escapó del alcalde que se acercó a Moira para poder leerlo desde su móvil. Erik se acercó para evitar que atacara a la supervisora. Sin embargo, Escarpa sólo revisó los mensajes.- No puede ser, mi mujer… Ella llama cervatillo a nuestra hija, él lo sabe… 

 

La voz de Charles fue suave al dirigirse al alcalde.- Señor Escarpa, necesitamos encontrar a Danny, ¿sabe dónde le podrían haber llevado?

 

- Le regalé un terreno hace años, dijo que lo quería usar para construir una casa. No tiene otras propiedades, está a veinte minutos siguiendo la autovía principal. Les diré la ubicación exacta.




***

 

Moira se agarraba el pelo en una coleta mientras avisaba por teléfono al Sheriff de dónde podía estar Danny Anderson. Según el Sheriff Sanders ellos eran los que se encontraban más cerca, por lo que serían los primeros en llegar. Aún así insistió en mandar refuerzos.

 

- Voy a llamar a los chicos para que acudan también, no sabemos si- el tono de llamada de Moira se escuchó por el coche.- Oh, justo son ellos. ¿Qué pasa? ¿Qué? Necesito que os tranquilicéis y habléis uno por uno. Os pongo en altavoz.

 

- Nos llamó Sean, nos dijo que había un segundo sujeto. Lo hemos encontrado.- anunció Alex nervioso.- Cuando volvimos a la comisaría nos cruzamos con la señora Bakers, la madre de Joe, el amigo de Danny. Dijo que sabía que su marido no estaba bien, que sus ideas con los años se habían vuelto más extremistas. Quiso ignorarlo, pero cuando desapareció Danny se dió cuenta que fue demasiado tarde.

 

Darwin continuó explicando lo sucedido.- Tenemos el testimonio de la señora Bakers, dice que vió cómo su marido salía a las once de la noche de casa. Cuadra con la grabación de la cámara de seguridad de su timbre inteligente. Sean ha podido encontrar relación entre el usuario que se hablaba con el hermano del alcalde y con el señor Bakers.

 

- Vale chicos, buen trabajo. ¿Sabéis dónde está el señor Bakers?- preguntó Moira.

 

- Según su mujer está en la oficina donde trabaja. Sean lo ha confirmado.- contestó Darwin.

 

- De acuerdo. Chicos quiero que vayáis a detener a Bakers, llevaos a alguien del equipo de policía.- ordenó Moira ante la mirada incrédula de Erik.

 

- No necesitan a nadie de la policía, sobre todo sabiendo que todos son unos racistas.- gruñó Erik.

 

- La agente García está en la comisaría, el Sheriff estaba investigando fuera, podemos ir con ella si lo prefieres Moira.- contestó Darwin ignorando a Erik.

 

Moira mandó callar a Erik con una mirada y siguió dando órdenes.- El Sheriff Sanders irá con nosotros a la casa de Escarpa. Vosotros id con la agente García. Avisad cuando tengáis a Bakers arrestado.

 

Tras cortar la llamada Moira se giró para mirar mejor a Erik, que a su vez soltó el volante para mantener su mirada.

 

- Lehnsherr, no aprecio que se me debata una orden directa. Hoy ya es la segunda vez, hablaremos cuando arrestemos a los culpables.

 

Erik no contestó, se limitó a volver de nuevo su vista a la carretera. Charles, que había presenciado toda la conversación trató de contemplar el paisaje y pretender que no había escuchado la discusión.

 

Minutos más tarde pararon en lo que era un granero construido alrededor de árboles frondosos y matorrales sin podar. La imagen del edificio otorgaba tranquilidad para unos ojos inexpertos. Moira sabía lo suficiente como para notar las marcas de pies arrastrados que se dirigían a la puerta. Las ramas de algunos de los arbustos que parecían que se habían roto tras alguien golpearse con ellas.

 

- El Sheriff no tardará en llegar, pero quiero que compruebes si Danny está en el granero y si puedes saber su estado. Si sientes que está muy herido no esperaremos a los refuerzos.- dijo Moira mientras se giraba en su asiento para mirar a Charles.- Que no te detecten, podrían matarle si no lo han hecho ya.

 

Colocando sus dedos en las sienes Charles expandió su mente con cuidado de no entrar en otra. Puso alertas en posibles escudos para que su mente no se acercase sin querer a mentes ajenas y así evitar alertar al asesino. Dentro del granero pudo percibir dos mentes, ambas humanas. La más joven debía de tratarse de Danny, estaba dormida. Por lo que podía percibir era un sueño profundo, seguramente se encontraba inconsciente.

 

La otra mente más madura estaba más lejos de la puerta, por los patrones de pensamiento rítmicos que Charles sentía a través de sus escudos estaba leyendo. 

 

- Un adulto y un adolescente. El joven está cerca de la puerta, inconsciente. El adulto está más lejos leyendo.- señaló Charles hacia el granero.- No sé calcular cómo de cerca o lejos están de la puerta, pero entre ellos habrá un par de metros. 

 

- Hay una pistola, supongo que la tendrá Escarpa.- añadió Erik.- Puedo sentirla encima de una mesa también de metal.

 

La presencia de un arma en el granero suponía que la integridad de Danny pudiera cambiar de un momento a otro. Moira sopesó sus opciones. Dentro de poco llegaría más ayuda y seguramente una ambulancia. Sólo se trataba de un hombre humano y había un niño que necesitaría probablemente asistencia médica inmediata. Se decantó porque entraran en el granero, Erik usando su habilidad para desarmar a Escarpa. Mientras Moira le arrestaba y le leía sus derechos Charles fue hacia Danny.

 

El joven había sido golpeado y tenía cortes defensivos en ambos antebrazos, pero estaba vivo. Diez minutos después de su entrada escucharon la ambulancia y todo terminó en un parpadeo.

 

En el avión de camino a Quantico Alex y Darwin explicaban cómo habían arrestado al señor Bakers. No había puesto luchado. El hombre había confesado todo para poder reducir su condena. Su mujer también le había recriminado y tratado de golpearlo por el secuestro de Danny. El chico había confesado que salió para ver a Sophie cuando se encontró al padre de Joe de camino. Cuando le dijo que iba a ver a la joven, el señor Bakers le había golpeado y le había llevado al granero de Escarpa.

 

Moira comentó que el alcalde estaba ganando en las encuestas debido a los asesinatos de su hermano en contra de los mutantes. El propio alcalde se había puesto en contacto con el DM para buscar leyes que pudieran proteger a los mutantes de su ciudad.

 

***

Cuando llegaron al edificio de la UAC Moira se adelantó para subir a la oficina y terminar unos informes. Darwin por su parte se había despedido antes al llegar a su coche.

 

Erik, Alex y Charles se pararon antes de entrar en el edificio observando la manifestación que se había congregado. En el parque cercano a la UAC decenas de personas hacían huelga en contra de los mutantes. Más específicamente en contra de la división mutante del FBI.

 

- Es bastante triste que se pueda encontrar el odio en tantos lados.- comentó Charles mientras leía lo que ponía en las pancartas.

 

- Hay cosas que nunca cambian y los humanos son expertos en odiar cualquier cosa diferente a ellos.




 

 

 

 

Chapter 9: La lección

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Era una persona extremadamente puntual, casi siempre.

Miró su reloj de muñeca por enésima vez en ese viaje en autobús. Como siempre que cogía el transporte público por las mañanas pensaba en su suerte. Para haber sido obligado a coger el trabajo se alegraba que al menos sólo estuviera a veinte minutos de su casa en autobús. Aunque en estos momentos desearía tener carnet de conducir, al menos así llegaría puntual.

Cuando se abrieron las puertas salió corriendo hacia la oficina, no quería llegar ni un minuto más tarde.

Apoyado en el mostrador de recepción se encontraba Alex mirando su móvil. Al escuchar sus pasos levantó la vista para saludarle. Parecía tenso, algo nervioso.

- Siento haberte hecho esperar. El transporte público es muy poco fiable.

- No te preocupes, profesor, han sido sólo unos minutos.- dijo sonriendo distraído mirando hacía su izquierda. Charles siguió la mirada del más joven hasta ver a Moira al otro lado de la recepción hablando con una chica.

La joven debía de tener la edad de Alex, era menuda, morena y con tatuajes en la espalda y brazos. Articulaba bastante al hablar, parecía molesta. Charles no pretendía meterse en las conversaciones de Moira, pero sentía curiosidad.- ¿La conoces?

- No, no la he visto nunca. Cuando he llegado Moira ya estaba hablando con ella, parecía molesta por algo.- murmuró más interesado en seguir la conversación ajena que la que estaba teniendo con Charles. Parecía que el telépata no era el único que sentía curiosidad por la situación.

Moira parecía cansada, su postura indicaba una escucha activa y en general parecía preocupada por lo que le contaba la joven. Una de las veces que la chica paró para coger aire y seguir hablando Moira la cortó y la invitó a seguirla hacia el ascensor. Sintiéndose mal por haber estado “espiando” a su superior Charles habló.- Basta de fisgonear. Deberíamos ir donde el doctor McCoy.- recordó mientras dejaba de mirar a las dos mujeres.- Por cierto, gracias por venir en tu día libre.

- Gracias por aceptar hacer esta prueba.- devolvió con una sonrisa nerviosa. Suspirando miró para los lados hasta que vió una señal a su izquierda.- Pies zancos dijo que teníamos que ir hacia los laboratorios, será mejor que nos demos prisa.

Charles le siguió confundido por su comentario.- Es la segunda vez que te oigo llamarle así, ¿por qué?

- Es por su mutación, siempre los tapa, pero deberías ver sus pies.- aclaró riéndose.

- No sé si es del todo positivo que uses un apodo para alguien en función de una mutación visible y que por lo que tengo entendido no se siente cómodo mostrando.

Si no fuera porque estaba a su altura andando Charles se podría haber perdido el sonrojo en la cara del más joven.- No es así, no lo hago con mala intención. Es sólo que me gusta meterme con él, pero no es nada en serio.- se excusó encogiéndose de hombros y evitando la mirada del telépata. Charles prefirió dejarlo estar.

Al girar el pasillo vieron a Hank esperando frente a una puerta mirando su reloj.

- Disculpe doctor McCoy, mi autobús se retrasó. Espero que no estuviera esperando mucho rato.- dijo Charles mientras le daba la mano presentándose.- Soy Charles Xavier, hablamos por teléfono.

- Estaba tan entretenido con mi último proyecto que yo también llegué tarde.- contestó riéndose.- Me puedes llamar Hank, me gusta que la gente me llame así.- recalcó mirando de reojo a Alex mientras le devolvía el saludo.- Acompañadme, la agente McTaggert me dió los permisos para que pudiérais usar el búnker de abajo.

- ¿Hay un búnker en el sótano?- preguntó Alex sorprendido entrando al ascensor cercano detrás de Hank.

- La mayoría de edificios del FBI cuentan con sótanos que pueden servir para protección de amenazas de bomba.- explicó mientras daba a la planta más baja que aparecía en el ascensor.- El edificio de Quantico donde nos encontramos es uno de los cinco edificios gubernamentales que cuenta con un búnker diseñado para aguantar bombas atómicas.

Las puertas del ascensor se abrieron revelando un pasillo largo y desierto, con cierto olor a humedad. Los agentes siguieron a Hank hasta una puerta de metal blindada. La puerta se encontraba rodeada de carteles que explicaban situaciones de evacuación. A la izquierda, encima de varios carteles se encontraba una luz. El color verde del foco iluminaba la puerta creando destellos en la manilla que se encontraba donde debía estar el picaporte.

Hank se acercó hasta la manilla y comenzó a girarla hasta abrir la puerta.- Dejé dentro lo que pedisteis, hay otro extintor al otro lado del pasillo por si lo necesitáis.- Varias dianas se encontraban en el suelo del búnker acompañadas de un extintor pequeño. Hank se agachó para cogerlas y dárselas a Alex.- Perdonad que las dejara en el suelo, no es como si hubiera una mesa. Sé que no pediste un extintor, pero tras leer los informes de Alex… Creo que os hará falta.

- Sin problema, muchas gracias por tu ayuda, Hank. No queremos entretenerte si estás ocupado.- ofreció Charles al sentir el estrés del científico.

- Pues sí, este último proyecto está tomando todo mi tiempo. De todas formas llámame si necesitáis alguna cosa más.- comentó saliendo por la puerta para girar y volver a entrar.- Ah, recordad dejar esta puerta cerrada y las cosas en el arcón de la planta de arriba, por favor.

- Claro, gracias de nuevo.- Saludó Charles.

- Eso, gracias.- agradeció Alex algo cohibido, el telépata no pudo evitar echarle una mirada orgullosa y sonreir. Al menos esta vez no se estaba metiendo con él.

 

***

No tardaron mucho en colocar las dianas al fondo de la sala. El búnker era de al menos veinte metros de largo y seis metros de ancho. Iluminado por múltiples luces pequeñas que se extendían por todo el techo.

- ¿No crees que atravesaré las paredes?- Preguntó Alex examinando la pared donde habían colocado las dianas.

- Si está pensado para una bomba atómica puede contener lo tuyo, Alex.- Charles contestó riendo y cogiendo el extintor del suelo.- Ahora vamos a alejarnos y ver lo que eres capaz de hacer. Me gustaría que me enseñaras tu habilidad. Dijiste que era peligrosa, pero tampoco sé exactamente en qué se basa.

Alex se llevó una mano al pelo reticente a contestar.- Nadie tiene claro muy bien qué pasa, pero básicamente soy capaz de crear como… ¿Anillos de energía? Es difícil de explicar.- contestó pensativo. Tras pensar unos minutos aclaró.- Sólo sé lo que me dijeron en las pruebas de clasificación de mutantes. Parecen ser anillos de energía que queman lo que tocan.- Charles podía sentir la incertidumbre de Alex detrás de su ansiedad.- Tengo la sensación que no he sabido contestar la pregunta.- murmuró frunciendo el ceño.

- Es más que suficiente. Entiendo que no querrás que esté dentro mientras activas tu habilidad.- Charles dudó antes de salir, no pretendía dejarle sólo a menos que lo pidiera.

- Si de verdad quieres que haga esto mejor vete y cierra la puerta.

El comentario fue suficiente para que el telépata supiera que lo mejor era dejarle sólo. Empujando la puerta para salir Charles se giró para mirar de nuevo a Alex con una idea.- ¿Te importaría si sigo tus patrones de pensamiento mientras usas tu habilidad? No podré ver qué pasa en la sala, pero sí qué patrones sigue tu mente para poder activar tu mutación.

- ¿Duele?- expresó dubitativo.

- No, será más parecido a como cuando tuvimos la conversación telepática.- respondió con una sonrisa.- Me sentirás cerca, pero al centrarme en tus patrones ni siquiera leeré tus pensamientos.

- Oh, eso está bien, puedes hacerlo.- murmuró nervioso.

Charles no se movió de donde se encontraba. La sensación de ansiedad e incertidumbre brotaba de Alex hasta Charles. El rubio era un chico normalmente confiado, este grado de inquietud era algo poco común en él.- Estás nervioso desde que llegué al edificio, ¿qué pasa? ¿No quieres entrenar?- preguntó suavemente su tono prácticamente un susurro.- No tienes que hacer nada con lo que no te sientas cómodo.

- No es eso… Es que cuando suelo hacer esto…- dijo señalando su pecho de manera difusa con la mano- usar mi poder… Suele haber problemas.

Así que de ahí es donde sale su ansiedad, pensó Charles.- Eso es porque no lo controlas, por eso estamos aquí. Por eso entrenamos.- Alex le volvió a mirar a los ojos sonriendo levemente, alentado por sus palabras.- Voy a salir y cerrar la puerta. Mantendré mi ojo telepático en tus patrones de pensamiento, trata de dar a la diana de la izquierda. ¿Crees que puedes hacerlo?

- No creo que sea capaz de darle a la diana, pero trataré de apuntar.

- Sólo pido eso.- afirmó Charles sonriendo.

El telépata usó el peso de su cuerpo para cerrar la puerta desde fuera. Colocó el extintor apoyado en la pared a su izquierda y comprobó de nuevo que la puerta estuviera bien cerrada. Cuando se aseguró de que la manivela había llegado a su tope avisó a Alex. “Cuando tú quieras”. Comprobó que su gritó hubiera llegado al otro lado de la puerta mirando la mente del joven.

Unos segundos más tarde del aviso los patrones de pensamiento de Alex se transformaban en colores y formas que Charles no había visto nunca antes. Tan pendiente estaba de la mente que observaba que no se percató que la luz al lado de la puerta del búnker se había puesto roja. Una alarma hizo que Charles saliera del plano psíquico repentinamente.

Confuso por qué podría haber provocado la alarma abrió la puerta del búnker rápidamente. Al asomarse vió cómo la sala era iluminada por las llamas.- Oh, Dios mío.- exclamó Charles mirando el destrozo. Cortes de fuego marcaban paredes, suelo y techo del búnker. Entre dos de esas líneas de fuego se encontraba Alex sin aparente daño, tosiendo un poco.

Charles cogió el extintor que había traído Hank y empezó a apagar las llamas del búnker. Alex le observaba entretenido. Evitando moverse de donde se encontraba para no quemarse.

- Yo te enseñaré a controlarlo, Alex. Debo analizar los patrones que he observado y podemos modificar quizás alguna herramienta que te permita tener más control de tu energía.- parloteó Charles mientras iba apagando el fuego con el extintor.- ¿Le diste a la diana?- preguntó sin mirar al joven observando detrás de él como las tres dianas de plástico habían quedado calcinadas.

- Algo así, uno de los anillos de energía dió cerca de la diana. Por lo que se prendió fuego y después se prendieron el resto de ellas.- contestó Alex encogiéndose de hombros incómodo.- Así que se podría decir que di en el blanco.

Terminando de apagar el fuego en la zona de la entrada paró un momento para mirarle.- Bueno, al menos tenemos una base en lo que hay que mejorar. Si tenemos la base tenemos ya lo suficiente para saber de dónde partimos y a dónde queremos llegar.- reflexionó mirando al joven.

- Eres demasiado optimista.- rebatió Alex sonriendo más tranquilo de lo que le había visto Charles ese día.

El telépata se limitó a no contestar esa acusación.- Será mejor que vayas a por el extintor del final del pasillo antes de que incendiemos el FBI. Llevo apenas un mes como para causar tantos estragos. Moira pedirá nuestras cabezas como quememos la UAC.

Mientras Alex salía corriendo a por el segundo extintor, Charles evaluaba lo que había pasado. Tardaría días, por no decir semanas en analizar completamente los patrones de Alex. Y calculaba que al menos tendría que ver su mutación en acción al menos una segunda o tercera vez. Lo mejor sería poder verla en persona, pero para eso todavía era demasiado pronto.

 

***

Con dos extintores fue mucho más rápido eliminar las llamas. Por suerte para ambos el fuego no se había disipado de dónde habían hecho los cortes. Sin embargo, las marcas habían quedado como arañazos en paredes, suelo y techo. Parecía como si alguien hubiera intentado cortar la sala con un cuchillo de manera transversal.

Dejando la sala libre de fuego se sentaron un momento en el suelo cansados. Habían tardado más en eliminar las llamas que en provocarlas. Charles podía sentir cómo Alex se había relajado, ya no sentía esos sentimientos de ansiedad saliendo de él. Esperaba que sus preguntas no arruinaran su tranquilidad.

- Me gustaría saber un poco más de tu mutación si estás dispuesto.- ofreció Charles, no le obligaría a contestar. Estaba orgulloso de que Alex le pidiera ayuda con su mutación. Había sentido la ansiedad del joven al hablar de su don. Charles todavía recordaba la conversación que habían tenido en la galería de tiro. Alex había comentado que había pedido ser encarcelado por su mutación. La confianza era algo que se ganaba.

- Vale, pero sólo si me dices qué sacas de la demostración que he hecho. No entiendo muy bien la parte de patrones y demás.- negoció Alex con una sonrisa confiada.

El telépata no podía evitar la sonrisa que se extendió en su cara. Este entrenamiento le había recordado su sueño de crear una escuela para jóvenes con poderes. Un sueño frustrado, sin embargo, Charles se sentía agradecido de poder tener la oportunidad de ayudar de esta forma a los miembros de su equipo.

La felicidad que sentía eclipsaba que su sueño estuviera tan cerca y a la vez tan lejos.

- Me gustaría saber si alguna vez has perdido el control de tu mutación.

Alex miró hacia la pared sin llegar a verla.- La única vez fue cuando me manifesté. Perdí el control en una excursión con mi familia.- murmuró mirando ahora al suelo.- Quemé varios árboles y mis padres… se libraron por poco. Dos años después seguía con miedo de volver a activarlo, así que en la cárcel pedí ir a aislamiento.

- ¿Cómo acabaste en la cárcel?- preguntó Charles con cuidado. El telépata dudaba que el FBI aceptara a criminales tan fácilmente como trabajadores. Incluso su hermana tenía cargos menores antes de entrar a la CIA.

Tras esa pregunta Alex se volvió a dirigir a Charles.- Lo pedí yo mismo, puede que amenazase con quemar la cárcel si no me ingresaban. Sólo tuve que dejar que vieran un poco la energía.- confesó con una sonrisa pícara tratando de no reírse.

- Veo que fuiste muy convincente.- comentó Charles riendo levemente. Cuando vió que Alex se volvía a sentirse cómodo continuó.- De acuerdo, hicimos un trato. El analizar los patrones de pensamiento me facilitará saber cómo activar tu poder y ver qué herramientas podemos crear para ayudarte. Tardaré días en analizar los patrones, pero podremos hacer más sesiones de entrenamiento entre medias para poder tener más datos. Por hoy ya es suficiente entrenamiento.- anunció Charles poniéndose de pie.

- Gracias Charles.- dijo Alex mientras se levantaba para salir con Charles del búnker.

 

***

Dejaron el extintor donde les había indicado Hank y salieron hacia la calle. Al salir vieron a los manifestantes anti mutantes que se encontraban al otro lado de la avenida. Llevaban varios días de manifestaciones y no parecían que fueran a parar pronto.

- El mundo se va a la mierda. Cada día nos tratan peor por algo que no hemos elegido.- se quejó Alex con rabia mirando a los manifestantes.- En el colegio de mi hermano han empezado a separar a los niños mutantes en clases separadas. Que no estaría mal si no fuera porque la mayoría de profesores se niegan a salir con ellos de excursión.Otros niños los golpean y les tratan como basura en el patio… Es vergonzoso y los profesores miran para otro lado.

- Es horrible.- comentó Charles, su corazón doliendo por esos niños que eran despreciados en un espacio que debería ser seguro.

- Lo peor, profesor, es que encima no podemos hacer nada para pararlo.

- Podemos hacer más de lo que crees.- sugirió Charles.- Desde nuestro trabajo en la DM estamos haciendo que el mundo sea mejor. Puede que crean que somos monstruos cazando monstruos, pero las vidas que hemos salvado siempre nos verán por lo que somos. Personas como ellos, tan valiosas como las de al lado. Creo en un mundo donde los mutantes y humanos podamos vivir a pesar de nuestras diferencias.

El silencio les invadió mientras Alex procesaba lo que había comentado Charles.

Con una sonrisa y de mejor humor de lo que había estado en todo el día Alex habló.- Eres demasiado optimista.- declaró dirigiéndose hacia su coche. Dándose la vuelta le saludó con una mano.- Adiós, ¡nos vemos mañana, profesor!

El telépata le devolvió el saludo sonriendo, su primer entrenamiento con Alex había sido reconfortante en cierta manera. Hablando de entrenamientos espero que las clases de defensa personal sean al menos la mitad de interesantes de lo que fue esto. Pensó Charles abrumado por la idea, no creía que Logan fuera misericordioso, pero sólo quedaba esperar.

Chapter 10: Minimizando pérdidas

Notes:

En principio este capítulo iba a ser más corto. Luego fue mucho más largo y me planteé recortarlo en dos como con el capítulo 6 y 7 (que iban a ser uno).

Pero teniendo en cuenta que he tardado más en subir capítulo y que empiezan las clases y es probable que el siguiente también tarde un poco... pues aquí tenéis (lo siento estoy a mil cosas jajaja). Ya me decís qué opináis sobre que sea tan largo (son unas 9500 palabras), me da un poco de cosa, creo que me pasé un poco jajajja

Muchas gracias por el apoyo que está recibiendo el fic, ¡¡muchas gracias por los kudos y por los comentarios!! De verdad que me motivan para seguir escribiendo. ¡Espero vuestra opinión sobre este capítulo!

**DISCLAIMER**:
Se hacen mención a sectas religiosas, por favor si es algo que os puede ser algo dañino de leer o no queréis leer sobre ello saltar hasta las notas del final en el que haré un resumen de capítulo. Hay lenguaje religioso también, aunque poco.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Notaba cómo su camiseta le abrazaba la espalda por el sudor. Respiraba superficialmente para recuperar el aliento. Le dolían músculos que no sabía ni que tenía y sólo era el calentamiento.

 

Quizás no debería haber aceptado el acuerdo con Logan.

 

- Vale, para un momento, mocoso. Te estás asfixiando, bebe agua.- Ordenó Logan acercándole la botella de agua. Charles la cogió agradecido.- Mejor repasemos conceptos. Si te encuentras en una situación de peligro, ¿qué es lo primero que tienes que hacer?

 

Charles no podía responder, necesitaba recuperar el aliento. O al menos dejar de sentir náuseas. Quizás no era el típico que se pasaba horas en el gimnasio, pero salía a correr y le gustaba pensar que estaba en forma. Este entrenamiento le hacía dudar de ello.

 

No se sentía tan humillado desde el instituto. Cuando dejó de sentir que el mundo giraba sin él contestó.- ¿Depende de la situación?- Había planeado que fuera una respuesta más que una pregunta, pero se conformaría con ello. Sus pulmones le agradecerían no hablar de más.

 

Por la mueca de Logan no había sido la respuesta correcta.- Da igual la situación. Tu primer paso es analizar tu entorno y huir.- se acercó hasta sentarse en frente de Charles de cuchillas sacando un cigarro del pantalón para colocárselo en la boca.- Siempre se debe evitar la situación de peligro y si analizas el entorno puedes saber cómo evitarlo.

 

- ¿Qué pasa si no se puede evitar?

 

- En nuestra línea de trabajo te vas a encontrar en situaciones peligrosas que no vas a poder evitar. De ahí el punto de analizar la situación, eso te ayudará con el segundo punto.- anunció Logan sonriendo sardónicamente.

 

- ¿Y cuál es ese segundo punto?- preguntó Charles molesto colocándose el pelo hacia atrás con la mano.

 

- Desescalar la situación. En este paso es importante que tu objetivo no sepa tus puntos fuertes.- Dijo sonriendo felinamente con el cigarro entre sus dientes.- Como tu mutación. Aunque no sé si debería explicar mucho de este punto. Por lo que he leído en los informes y por lo que me dijo McTaggert, no se te da mal.

 

- No uso mi mutación para pelear.- Soltó Charles con una mueca al colocarse mejor sentado. Mañana tendría agujetas.

 

- Deberías.- El tono serio de Logan hizo que Charles se centrara en su conversación.- Nuestras mutaciones son un arma más. Cuando te enfrentas a alguien como un asesino cualquier arma es un buen arma. Porque esa persona estará dispuesta a todo para matarte. Qué mínimo no ponérselo fácil.

 

Charles decidió que ya tenía suficiente entrenamiento y se levantó con cuidado. Su cuerpo ardía.- ¿Y ya está esos son los dos puntos? ¿Analizar y huir; y si no se puede huir, desescalar?

 

- Queda el punto tres y mi favorito. La mejor defensa es un buen ataque. Puede que sea lo último, pero sinceramente es a lo que muchas veces vas a tener que recurrir. De ahí que entrenemos.

 

- Te puedo garantizar que he tenido suficiente entrenamiento por hoy.- Murmuró Charles estirando su espalda.

 

- Supongo que es suficiente, pero en tres días tenemos nueva sesión, no lo olvides.- recordó Logan saliendo de la sala.



***

 

Charles notó la vibración de su móvil subiendo al avión. Una vez sentado en su sitio se permitió ver el mensaje. “¿Qué tal vas?” Era de Raven, sorprendido pensó en ignorarlo, pero sabía que luego se sentiría culpable. Su hermana lo había estado intentando de nuevo, crear esa cercanía. Incluso había ido a visitarlo un día a su apartamento cuando estuvo de baja. 

 

Tras pensarlo por varios minutos se decidió por mandarle un mensaje corto. Se excusó diciendo que estaba trabajando y que la pondría al corriente de cómo estaba cuando acabara el caso.

 

Volviendo a guardar su móvil en el bolsillo se colocó mejor en el asiento observando a su compañero. Era la primera vez que veía a Erik sentado en un asiento de cuatro en el avión. Normalmente trataba de sentarse en los asientos laterales creando distancia con los demás miembros del equipo.

 

Tenía sentido, los únicos en el avión, aparte del piloto de la tripulación eran Erik, Moira y él mismo. Moira estaba en el otro lado de la cabina hablando por teléfono. Erik, en cambio, se encontraba mirando por la ventana, impaciente por comenzar el caso.

 

Moira que se encontraba terminando una llamada se acercó a donde estaban para sentarse al lado de Charles mientras se despedía.

 

- Perdonad chicos, había que terminar de cuadrar unas cosas con la agente de Servicios Sociales.- Explicó Moira mientras se retiraba el pelo de la cara.- También debo disculparme por pediros que participéis en el caso sin daros la información, pero tenemos poco tiempo.

 

- ¿Somos los únicos que vamos a estar en el caso?- Inquirió Erik con el ceño fruncido.- ¿Y los demás?

 

- Sí, nos encargaremos nosotros, junto con Sean. A Darwin le han pedido una consultoría desde otra oficina de la DM. Y Alex está de permiso… Cuidando de su hermano pequeño, nada grave.- añadió Moira al ver las caras preocupadas de sus compañeros.

 

- ¿De qué se trata el caso?- preguntó Charles volviendo a encauzar la conversación, curioso por el secretismo de la supervisora.

 

Moira colocó varias carpetas en la mesa junto con su libreta azul.- Nos han pedido desde Servicios Sociales que apoyemos en un reconocimiento de una congregación religiosa. Nuestra principal misión es recaudar información relevante para Servicios Sociales.- Abrió una de las carpetas en las que se encontraban fotos de un recinto con varios edificios y un huerto.- Lehnsherr, quiero que te ocupes de rastrear el recinto en busca de armas cuando lleguemos. Necesitamos saber si tienen armamento y la cantidad que tienen. Tu habilidad será útil para tener esos datos sin que sepan que los estamos recabando.

 

- ¿Entonces iremos como agentes secretos? ¿No me reconocerán?- preguntó Erik eludiendo la mirada de Charles tenso.

 

Antes de que el telépata pudiera preguntar sobre el tema Moira le contestó.- No, hace años de tu arresto, no hubo tampoco fotos de la prensa con tu cara, así que debería ser seguro.- la supervisora sacudió la cabeza para hacer saber a Charles que era mejor no preguntar.

 

Frustrado al dejarle de lado y no enterarse de la conversación el telépata interrumpió.- Bueno, dejando de lado el tema del arresto del que no debo saber por algún motivo.- remarcó Charles a pesar de la negativa de Moira.- ¿En qué me debo fijar yo?

 

- Servicios Sociales recibió un chivatazo de miembros de la congregación. Comentaron que se abusó de niños, tú nos ayudarás en las entrevistas.- Moira levantó la mano con el ceño fruncido, ya conocía a Charles y su tendencia a sobrepensar.- No para meterte en sus cabezas, si no porque se te dan bien las entrevistas y necesitamos toda la ayuda disponible.- Comentó Moira con una mueca. Puede que se hubiera tenido que infiltrar en asociaciones por su trabajo, pero odiaba mandar a sus compañeros a hacer lo mismo. Intentó controlar su nerviosismo para que no llegara a Charles. Empezó a buscar entre las demás fotografías que aparecían en las carpetas continuando con su explicación.- Los miembros de la congregación desconfían mucho de los extraños, así que iremos como trabajadores de Servicios Sociales.

 

Charles examinó la tarjeta de identificación falsa que le dió Moira con su nombre. Habían usado la misma fotografía que tenía en la del DM. En la tarjeta indicaba que era un experto en víctimas infantiles.

 

- Tendremos que referirnos por nuestro nombre de pila.- remarcó mirando a Erik.- Nuestro enlace con Servicios Sociales es Rachel Donovan. Nos espera en Colorado, en el Condado de la Plata, ella será la que nos presente al líder y con la que haremos las entrevistas.



***

El motel que había reservado Moira se encontraba a veinte minutos en coche de donde se tendrían que infiltrar. Una mujer rubia de pelo rizado sujeto en una coleta les esperaba en la recepción.

 

- Soy Rachel Donovan, es un placer conocerlos, muchas gracias por venir.- dijo alegremente. Por lo que podía observar Charles era humana, su mente con escudos frágiles. Su personalidad era cálida.- Os daré más datos en el coche, luego si quieres puedo llamarla agente McTaggert, cuando tengamos un descanso de entrevistas.- concretó con una sonrisa.

 

Los agentes se miraron extrañados, Moira se acercó a la trabajadora social confundida.- Rachel, yo voy con vosotros, vamos los cuatro.

 

- ¿Qué? No, usted no puede venir, es enlace de presa, la van a reconocer. Yo misma la contacté porque la vi por la televisión en uno de vuestros casos.- exclamó Rachel.- Va a acabar con el operativo antes de que comience. ¿Ellos no tendrán presencia mediática, verdad?- preguntó de manera acusatoria.

 

- Mierda, no caí en eso,- murmuró Moira mordiéndose el cachete.- ellos no tienen presencia mediática, es más creo que Charles todavía ni aparece en el sistema. Lo reclutamos hace poco.

 

Rachel parecía preocupada por la reacción de Moira. Avergonzada por su reacción no sabía muy bien qué contestar a la agente.- Bien, lo siento, creía que había quedado claro en nuestras conversaciones que-

 

- Sí, no se preocupe.- cortó Moira con una sonrisa tensa.- Culpa mía.

 

- McTaggert, seguiremos con el plan no se preocupe.- intervino Erik.- Llamaremos cuando tengamos una pausa o cuando estemos en el coche de vuelta.

 

La ansiedad de Moira empezó a disminuir tras esa afirmación, sin embargo Charles no pudo evitar usar su habilidad para disminuirla más. Hacía años que no usaba su empatía con alguien que conociera, pero para él era algo natural.

 

Soltando un suspiro de alivio Moira le miró curiosa.- ¿Qué has hecho?

 

- Echarte una mano.- tanteó Charles sin saber si su acción iba a ser del todo bien recibida. 

 

La sonrisa de agradecimiento de Moira le dió la respuesta.- Quiero esa llamada en al menos dos horas. Si no yo misma llamaré. Y evitar que sepan que sois mutantes, no sabemos si pueden tomarlo como un ataque.- Rachel, la trabajadora social, asintió ante esa última parte y les guió hasta el todoterreno que usarían para acercarse al Condado de la Plata.

 

***

 

Por desgracia para Erik, Rachel insistió en conducir con el argumento de que era su coche. Mientras manejaba el volante iba explicando algunos datos más del caso. Charles no podía evitar sonreír ante la incomodidad de su compañero. Había notado cómo frenaba con su pie cuando Rachel cogía un bache más rápido de lo que debía. No parecía acostumbrado a no conducir él mismo.

 

- No se sabe mucho del líder, su nombre es Joseph Williams. Aunque todavía no hemos confirmado si es un nombre falso.- comentó mientras evitaba algunos baches del camino de tierra. Y Erik se tensaba a su lado, aunque para su crédito, fingía muy bien estar calmado.- Las llamadas anónimas que recibimos no decían quién realizaba los abusos. Sólo comentaron que algunos miembros abusaban de niñas de catorce años. Tenemos a tres niñas que entran en ese rango de edad.

 

- ¿Cómo es que sigue en pie la congregación si han estado recibiendo avisos de abusos?- preguntó Erik contrariado. 

 

El resoplido de Rachel ya era de por sí una respuesta.- Es como funciona el sistema. La ley de protección de las Órdenes religiosas impide que el Gobierno investigue a fondo. Se hace, pero se tardan años en conseguir una orden.- contestó mientras miraba brevemente a Erik.- La última llamada fue diferente, por eso estamos aquí. En esa llamada se especificaban abusos a niñas, eso sí permite que al menos Servicios Sociales haga un control de los menores a cargo.

 

- Pero si se demuestran los abusos, se cerraría la congregación, ¿no?- dijo Charles siguiendo el hilo de la conversación.

 

- Exacto, por eso es importante que no sepan que son del FBI y mucho menos del DM.- Una risa sarcástica salió de los labios de Rachel.- No quiero ser mala, pero no les gustáis a muchos, mejor que no sepan de vuestras mutaciones. Sobre todo si pueden evitar que nos vean como una amenaza.

 

- No se preocupe, no se darán cuenta de que no somos humanos.- contestó Erik con disgusto. Su lema de mutante y a mucha honra debe de estar quemándole por dentro , pensó Charles.

 

***

Dejando su arma en la guantera, Erik fue el último en apearse del coche. Un hombre atractivo de unos treinta años se acercó a recibirlos. Era moreno con barba y ojos verdes, su mirada se detuvo en cada uno de ellos.

 

- Buenos días, ¿en qué puedo ayudarles?- dijo el hombre.

 

- Somos los trabajadores de Servicios Sociales. Mi nombre es Rachel, ellos son Erik y Charles. Nos gustaría hablar con el señor Williams, si fuera tan amable, tenemos una cita con él.

 

- Yo soy Joseph Williams, hablamos por teléfono.- reveló con una sonrisa observando más detenidamente a Rachel.- Según la llamada debo enseñarles los lugares que habitan los niños y dejarles un espacio para las entrevistas, ¿si no me equivoco?

 

Su carisma es indiscutible , pensó Charles mientras seguía a Joseph y a Rachel a través del complejo. Erik estaba a su lado observando todo de manera meticulosa con el ceño fruncido permanentemente.

 

Cuando llegaron a la biblioteca Joseph se asomó un momento por la puerta para llamar a uno de sus hombres que se encontraba fuera. Erik que había estado percibiendo al menos una treintena de armas y demás munición cada vez se encontraba más tenso. No le gustaba el líder ni lo mucho que observaba a Charles o a Rachel. Ya conoció en su juventud a un hombre con su misma capacidad de manipulación. La gente con esa capacidad coercitiva conseguirían que sus seguidores se tiraran por un puente si así lo quisieran. No caería en los mismos errores del pasado.

 

Dos mujeres con tres niñas se acercaron a la biblioteca nerviosas acompañadas del hombre que había avisado Joseph. Tras unas palabras de su líder se relajaron lo suficiente como para entrar en la biblioteca. 

 

Joseph las acompañó hasta que estuvieron cerca de los agentes y sonrió.- He avisado a mis hombres para que cuando acaben las entrevistas sigan trayendo al resto de niños. Sólo deben avisarles y traerán a más de los niños aquí. Algunas de las madres quieren estar presentes, entiendo que no habrá problema por su parte.- afirmó con una sonrisa dejando claro que lo había formulado como una afirmación y no una pregunta.

 

Rachel se encargó de contestar.- No, está claro, son menores, pueden estar acompañadas para las entrevistas. Gracias por su ayuda.

 

Joseph dió una última mirada a los agentes y se despidió con un movimiento de cabeza. La rabia llegó a Charles sin previo aviso, aunque ya apenas se sorprendía. Sin fijarse ya sabía que se trataba de Erik. Su compañero parecía cada vez más molesto, ahora mismo su frustración parecía dirigida hacia el líder de la congregación.

 

Se separaron en varias mesas, cada una para un “trabajador social”. Al ser dos madres para tres niñas una de ellas estaría entre ambas mesas y pendiente de la otra niña por si necesitaban algo. No era la colocación ideal para las entrevistas, pero garantizaba algo de intimidad entre las niñas.

 

Charles indicó con una sonrisa a la joven para que se sentara en la mesa.

 

***

Las últimas entrevistas no habían tenido los frutos esperados. No eran estúpidos, sabían que era complicado que miembros de un grupo coercitivo hablaran mal de su líder. Mucho más si se trataba de preadolescentes que habían sido envenenadas con esas mentiras desde la cuna.

 

La siguiente tanda de niños esperaba en la puerta, antes de que Charles pudiera decir a una de ellas que se sentara con él Erik le interrumpió.

 

- Un segundo, tengo que hablar con mi colega un momento.- Dijo a la madre de la niña que espero obediente a varios metros de ellos. Erik se acercó todo lo que pudo a Charles sin ser sospechoso y le susurró al oído.- Si necesitas contactar con mi mente sólo tienes que pedirlo, no hace falta que la estés rozando todo el rato.

 

Las palabras tardaron varios segundos en ser procesadas. Su mente trataba de encontrar el sentido a lo que había dicho. Charles lo negaría, pero el aliento de Erik contra su oreja le había distraído.

 

Por lo que Erik decía había notado a alguien contra sus escudos. Era posible que se hubiera confundido con la sensación, pero Charles sabía que Erik tenía experiencia con telépatas. Por lo que lo más seguro es que algún telépata le hubiera intentado contactar, ¿alguno de los niños, tal vez? Charles no había contactado la mente de Erik desde el incidente en el motel, en el que había gritado pidiendo auxilio. Después de esa experiencia Charles se había mantenido detrás de sus escudos. Ni mucho menos se había aventurado siquiera a rozar los de Erik. Antes de que Erik se fuera de nuevo a su mesa le agarró del antebrazo preocupado.- Yo no estoy-

 

Lo que parecía el sonido de un tiro se escuchó en la lejanía, seguidos de varios más. Por acto reflejo Erik empujó a Charles a que se agachara hacia el suelo. Erik se mantuvo agachado, pero se acercó todo lo que pudo a las niñas. Las madres se habían tirado al suelo llevándose a sus hijas con ellas. Rachel también se había agachado, pero se estaba intentando incorporar y acercarse a la ventana.

 

- ¿Qué está pasando?- preguntó Rachel casi llegando a mirar a través de la ventana.

 

- No s- te acerques a las ventanas.- ordenó Erik acercándose a donde se encontraba Rachel para evitar que se asomara.

 

Las puertas se abrieron golpeando la pared y sacudiendo una de las estanterías que estaba más cerca. Una de las niñas soltó un grito ahogado. Joseph Williams entraba furioso a pasos agigantados cargando con un rifle. Se dirigió a los agentes en el suelo.

 

- ¿Sabíais de esto?- gritó de manera acusatoria.

 

- No, no sabemos nada. ¿Qué está pasando?- preguntó Charles, cada minuto más confuso con la situación. En la lejanía todavía se podían escuchar los tiros.

 

- Es una redada.- contestó Joseph mirando a Charles. Examinando su reacción.- No sabíais nada.- reconoció Joseph para luego girarse a uno de sus hombres.- Llevad a los trabajadores sociales al sótano junto con los demás miembros de la congregación.- Ordenó a un hombre que parecía un par de años mayor que él.- Lo siento, pero no voy a permitir que ataquen nuestro Santuario, ustedes se quedarán con los demás hasta que esto se haya solucionado.



***

 

El sótano donde les había mandado Joseph era amplio, pero se encontraba lleno de los miembros de la congregación. La mayoría eran mujeres y niños, algunos de los que ya habían sido entrevistados. Charles trataba de fortalecer más sus escudos para evitar sentir el miedo del resto y no confundirlo con el suyo propio.

 

Rifles y algunas otras armas de asalto se encontraban apoyadas en las paredes. Erik podía sentir cómo las municiones se encontraban en uno de los arcones cercanos a las armas. Eran parte del armamento que Erik había notado desde la superficie. No se trataba de una armería, sin embargo había las suficientes armas como para abastecer a un escuadrón pequeño. 

 

Joseph salía y entraba del sótano llegando con más miembros de su congregación, algunos de ellos ancianos.- Niños, escuchad a vuestros padres y manteneros juntos. Mantened la fe. Mantened la calma, nosotros os mantendremos seguros.- Repetía ese mantra cada vez que volvía a salir a la superficie. Varios hombres de Joseph armados se encontraban en la puerta pendientes de cualquier intruso que se pudiera acercar.

 

Rachel parecía especialmente afectada por encontrarse en el sótano.- ¿Eso son armas?- exclamó llevándose las manos a la cabeza.- No pueden retenernos aquí, es ilegal, además, esto no tiene sentido, hay menores, ¿qué tipo de redada provoca un tiroteo?- No dejaba de observar hacia la puerta, pasándose la mano por el pelo y jugando con algunos de los tirabuzones de su coleta.- Oh Dios, ni os he preguntado, ¿estáis heridos?

 

Charles y Erik se miraron entre ellos preocupados por el inminente ataque de ansiedad de Rachel que había comenzado a hiperventilar. Charles se acercó a ella tratando de mantenerla calma.- Rachel, necesito que respires profundo, necesitas calmarte. Trata de pensar en cinco cosas que puedes ver. Respira, estoy aquí contigo.

Mientras Charles trataba de calmar a la trabajadora social Erik cerró los ojos. Su capacidad le permitía sentir las armas que estaban usando en el tiroteo. El alemán tenía la esperanza de poder establecer una imagen mental de lo que ocurría arriba únicamente con su habilidad. La mayoría de las balas se estrellaban contra objetos inanimados, aunque algunas más afortunadas se golpeaban contra carne y hueso.

 

Al menos un herido, pensó Erik abriendo los ojos. No sería capaz de identificar si acabaría el enfrentamiento pronto. Sólo le quedaba esperar a que Joseph volviera y les diera algún tipo de explicación. Negándose a tener que depender de ese manipulador Erik se acercó de nuevo a Charles y Rachel. La rubia se encontraba sentada en el suelo llorando silenciosamente.

 

- Erik, acércate.- Murmuró Charles mientras le señalaba con la mano para que se acercara más. Quedando a escasos centímetros esperó comprobando que nadie les miraba para susurrarle al oído.- ¿Sentiste tú estas armas?

 

- Sentí muchas más.- Contestó serio ignorando la cercanía y el perfume de Charles.- Deberías usar tu habilidad para ver qué está pasando fuera. No he sido capaz de saber qué pasa sólo por las armas.

 

Charles se tensó ante las palabras de Erik cayendo en la cuenta de que seguramente él no era el único telépata en el recinto.- No va a ser tan fácil.- susurró Charles girándose para mirarle a los ojos.- No fui yo el que rozó tu mente.

 

Erik entendió las palabras de Charles y miró alrededor, como si con su mirada pudiera identificar al telépata que se encontraba oculto.- ¿Qué propones que hagamos?

 

Ambos se sorprendieron por la pregunta de Erik, pero si alguien sabía de telepatía, era Charles.- Tenemos que identificar al telépata, así podemos saber si está de nuestra parte o si va a ser un problema más para salir de aquí. Puede que fuera uno de los niños que entrevistamos, quizás trataba de decirte algo sin que el resto lo oyera.

 

- No estoy seguro de ello. Lo noté con el primer grupo cuando llegamos a la biblioteca.- contestó con el ceño fruncido tratando de recordar.- No parecía el contacto de un niño, era demasiado… delicado. Creo… que estaba evaluando si podría entrar en mi mente sin que me diera cuenta.- De repente Erik se separó de Charles y se giró hacía la entrada colocándose delante del telépata.

 

Joseph entró de nuevo al sótano acompañado de dos hombres más, todos de ellos armados.- La policía se ha retirado. He rezado para que no llegara este momento, pero ha llegado. Tened fe, todo va a salir bien. Quiero que vayáis todos al templo a rezar. Nosotros os protegeremos.

 

La voz de Joseph era segura y decidida, los miembros no dudaron en seguir a los hombres armados hasta fuera. Cuando tocaba el turno de Erik uno de los hombres de Joseph se puso en medio parándole.

***

 

Se pasó los dedos por las sienes intentando aliviar su cefalea. Sabía que su estrés no se debía a su coleta, pero decidió quitársela de todos modos, encontrando algo de alivio. Moira había estado repasando el caso en la última hora y media. Su mente trataba de mantenerse ocupada para evitar pensar en que ella debería estar ahí con sus compañeros.

 

Todavía no había recibido llamada de Charles o Erik, pero faltaban treinta minutos para la hora acordada en la que llamaría ella. Mirando el móvil en la mesa pensó por enésima vez en llamarles. No quería poner en peligro el operativo sólo porque estaba preocupada.

 

Abriendo su libreta empezó a jugar con el bolígrafo hasta que se negó a continuar estresándose por nada. Cogió rápidamente el teléfono y llamó a Charles. La llamada se cortó con un mensaje avisando de falta de disponibilidad. Cuando iba a llamar esta vez a Erik vió cómo se iluminaba su pantalla con una llamada de Sean.

 

- Hey, Sean, ¿qué pasa?

 

- Pon el canal tres, las noticias. Sale el recinto donde iban a ir Erik y Charles.- Contestó Sean alarmado.

 

Moira corrió hacia la televisión del motel con el mando en la mano. En el canal que decía Sean avisaban de una redada sorpresa en el Condado de la Plata. El periodista encargado de la noticia indicaba de varios heridos y un muerto. El corazón de Moira se paró para volver a latir a toda potencia.

 

- Sean, contacta con Darwin y Logan, los quiero aquí lo antes posible. Pásame también el número de la cadena, voy a tener una charla con el periodista encargado.- ordenó Moira, que se enfurecía por momentos.

 

- Ya te mandé el teléfono. Voy a llamar a los demás y a avisar de que vuelen a tu dirección, si te enteras de algo de Charles y Erik dímelo, por favor.

 

- Claro, no te preocupes, te iré informando.- Moira cortó la llamada con un suspiro. El resto del equipo tardaría al menos una hora en llegar a donde se encontraba. Mandando un mensaje corto a Sean con su idea cogió las carpetas y salió por la puerta del motel.

 

***

 

En menos de quince minutos Moira llegó a la base que había preparado el operativo de policía para la redada. 

 

En otros diez minutos había conseguido la orden de un juez para que su equipo llevara la negociación de rehenes. 

Media hora más tarde estaba saludando a Darwin y Logan que entraban por la puerta listos para hacer lo que fuera necesario. El Sheriff había accedido a dar refuerzos, pero el equipo era el que estaba al mando del rescate. Harían todo lo que estuviera en su mano para traer de vuelta a sus compañeros sanos y salvos.

 

Habían reunido al Sheriff y a varios miembros de las fuerzas especiales para realizar un perfil y ver el curso de acción.- Los líderes de sectas son psicópatas carismáticos, expertos en ver la necesidad de lo que cada persona necesita y se adaptan a ello. - Explicó Moira, volviéndose a hacer una coleta. Mirando a las pruebas que tenían sobre el recinto.- Lehnsherr fue elegido para este caso para poder comprobar si su declaración de tenencia de armas era cierta. Ahora podemos clasificarlo como innecesario.- Moira murmuró la última parte sobrecogida.

 

Logan tomó ese comentario como su señal para continuar.- Nuestro objetivo es salvar al mayor número de vidas. Cada vida que salvemos será importante, pero no las salvaremos todas. Darwin, si pudieras explicar lo que es una secta a los agentes.- Pidió Logan haciendo un movimiento con la mano para que continuara.

 

- Las sectas, como cualquier organización coercitiva tienen estructura piramidal. Con un líder en la cúspide, seguido de los incondicionales. Esas personas lucharán por lo que cree el líder sin miramientos. Los que se encuentran en la base son mujeres y niños, a estos podremos salvarlos. Nuestra idea es sacarlos poco a poco de la base.- Dijo Darwin pendiente de que los agentes entendieran lo que explicaba.

 

- Hay que realizar un contacto, llamaré para que podamos al menos negociar el cambio de personas por herramientas o alimento.- Declaró Moira acercándose a donde se encontraba la línea de teléfono.

 

Logan se acercó hasta ella y le agarró del brazo para que no pudiera continuar.- Deja que se encargue Darwin.- apretó el brazo de la supervisora para que le escuchara y no le interrumpiera.- Estás demasiado metida en esto, te sientes demasiado culpable para que puedas llevar bien la negociación. Y llevas años enseñando a Darwin, sabes que hará un buen trabajo.

 

Reticente se giró para mirar a Darwin.- Muñoz, te encargarás de la llamada, recuerda que debemos hacer que saque a algún rehén.- dijo Moira recordando usar el apellido de Darwin en el último momento. Sus agentes más jóvenes siempre preferían ese nombre ante extraños.

 

Darwin parecía sorprendido por el cambio de planes, pero agradecido. Sabiendo que el destino de sus compañeros dependería de esta llamada cogió aire y levantó el teléfono. Moira y Logan estarían allí con él para guiarle.



***

 

La misa que estaba dando Joseph era una misa llena de elogios a su propia persona y de pasajes bíblicos y del corán. La misa la impartía en el clasificado Santuario. Una iglesia de madera austera que contaba con bancos como en las iglesias católicas.

 

Rachel se encontraba sentada en uno de los bancos junto con los miembros. Había comenzado a sentirse mejor desde que salió del sótano. Antes de la misa se había limpiado la cara con la manga de su jersey y se había sentado con un grupo de mujeres. Escuchaba atentamente la misa.

 

Charles y Erik, por su parte, se encontraban en la parte de atrás de la iglesia, de pie en uno de los laterales. Eran vigilados de manera exhaustiva por varios de los hombres de Joseph, todavía armados. Si miraban mucho a la puerta o si se movían de donde estaban colocados uno de ellos les indicaba para que volvieran a su sitio.

 

Joseph terminó la misa con una oración. Los miembros miraban fijamente al suelo, mientras él los observaba uno a uno. 

 

Los miembros fueron abandonando la iglesia despacio, más tranquilos tras el rezo y la explicación de su líder. “Una prueba de su verdad”, había exclamado Joseph, una razón más para creer.

 

Charles paró a Rachel cuando ella fue a salir de la iglesia con la cabeza gacha siguiendo a los demás adeptos.- Rachel, espera, ¿a dónde vas?

 

Las lágrimas habían vuelto a sus ojos azules. Parecía desorientada, Erik trató de llamar su atención moviendo su mano delante de sus ojos, pero parecía no enfocar.- Debo ir a mi habitación, lo dijo el líder.- Soltó volviéndose a girar para irse y seguir a los demás.

 

Charles le soltó la mano, pero con cuidado de posibles alarmas abandonó su propia mente para acercarse a la de Rachel. Sus finos escudos de humana habían sido golpeados, de fuera hacia dentro. Su mente contaba con alarmas que impedían a Charles adentrarse más. Sin embargo, podía ver que se trataba de una programación. Y como toda buena programación, tenía una firma.

 

- Sube tus escudos al máximo, no te fíes de ningún contacto telepático y no muestres tus habilidades.- Susurró Charles sin mirar a Erik, pendiente de que los hombres de Joseph no los descubrieran hablando.

 

- ¿Sabes quién es?- Inquirió Erik también sin mirarle observando cómo uno de los hombres de Joseph se acercaba a decirles que pararán de cuchichear.

 

El tono de llamada había cortado lo que podría haber sido una represalia. La música repetitiva se escuchaba con eco en la pequeña y vacía iglesia. Sólo dos de los miembros armados, el propio Joseph y los dos agentes quedaban en la sala.

 

- Soy Joseph Williams, ¿con quién hablo?- Joseph se había colocado cerca de una de las ventanas del Santuario y había mirado hacia la noche. Habían pasado horas desde el tiroteo y el cielo pronto se había oscurecido.

 

- Soy el agente Muñoz, del FBI, la policía estatal ya no se encarga de este caso. Sólo está mi equipo y el Sheriff.

 

- Márchense.- Ordenó Joseph separándose de la ventana y observando a Charles y Erik.

 

- No podemos, sigue teniendo a tres agentes federales en su custodia. Además, uno de los agentes de policía murió en el hospital y hay otros dos heridos. Suelten las armas.- Solicitó Darwin.

 

- No vamos a hacer eso. Lucharemos por nuestras creencias.

 

- Deje al menos que los niños, mujeres y los agentes federales abandonen el recinto.- Pidió Darwin mirando a Moira en busca de aprobación, tras su asentimiento trató de razonar más con el líder.- Sus heridos también necesitan asistencia.

 

- Los niños y mujeres son parte de mi congregación, no los dejaré ir así como así. Ellos eligen quedarse aquí.- Exclamó Joseph parando su andar hasta colocarse cerca de los agentes. Miró detenidamente la figura de Charles y sonrió cuando vió la mueca de Erik en respuesta.- Sé que la única razón por la que todavía no han atacado mi territorio es por los niños y porque están aquí los trabajadores sociales.

 

Erik se colocó delante de Charles lo más discretamente que pudo, no le gustaba cómo le evaluaba Joseph. Siempre se había movido siguiendo su instinto y esta vez no iba a ser diferente.

 

- ¿Por qué no permitir que tratemos a los enfermos?- intentó de nuevo Darwin desde el otro lado de la línea.

 

- Podemos hacerlo aquí, somos capaces. Mi gente es gente de fe. Sabemos cómo cuidar el alma, pero también el cuerpo.- Contestó Joseph más sosegado.

 

Se escuchó una pausa en la línea. Darwin estaba mirando la anotación que había hecho Moira.- ¿Qué le parece si le mandamos los suministros que necesite? Para tratar a sus heridos, me refiero.

 

En esta ocasión fue Joseph el que hizo una pausa antes de contestar.- ¿Qué gana usted con ello?

 

- Confianza. Quiero que vea que no somos el enemigo.- Contestó rápidamente Darwin ganándose una sonrisa tensa de Moira y un asentimiento.

 

- De acuerdo. Le mandaré lo que necesitamos.

 

- Antes de despedirnos me gustaría preguntar ¿cómo se encuentran los trabajadores sociales?- Soltó rápidamente Darwin antes de que cortara la llamada. Necesitaba saber que sus compañeros estaban bien.

 

- Uno de ellos tuvo un ataque de ansiedad por el tiroteo, pero ya está mejor. Los demás están bien.- Expuso Joseph sabiendo que Charles y Erik estaban pendientes de la conversación y sabrían que hablaban sobre ellos. Su sonrisa era una bofetada para los agentes que sabían que estaban a su merced.

 

- ¿Puedo saber de quién se trata?

 

- No, no veo porqué debería darle esa información. Nos vemos agente Muñoz, traiga las cosas por la mañana, a las ocho.

 

- Mande lo que necesite y me encargaré de que llegue a primera hora.

 

Joseph se guardó el teléfono en el bolsillo del pantalón acercándose a los agentes. Sin mirarlos se giró a sus hombres.- Los quiero fuera del Santuario, dejarles las habitaciones cerca del sótano.



***

En la habitación con dos futones en el suelo Erik observaba a Charles intentar abrir la puerta con cuidado de no hacer ruido. Minutos antes habían apagado las luces de la habitación y sólo quedaba iluminada por algunas farolas del recinto. Las mismas seguramente serían apagadas poco después. Para disgusto de Charles sus intentos de abrir la puerta fueron en vano.- Es una estupidez, sólo servirá para que estén más pendientes de nosotros mañana.- comentó Erik. Charles puso los ojos en blanco con la esperanza de que no le viera. Erik sonrió ante ese movimiento.- Te he visto, Charles.

 

El nombre todavía se sentía raro en sus labios, acostumbrado a llamarle por su apellido. El cambio no pasó desapercibido para el telépata que se acercó a sentarse en su propio futón.- Creo que es la primera vez que me llamas por mi nombre.- Murmuró con una sonrisa.

 

Cuando Charles se sentó imitando a Erik en su propio futón, el alemán se limitó a acercarse a él y susurrar de vuelta.- No sabemos si nos pueden estar escuchando.

 

Charles ignoró cómo la decepción se apoderaba de su mente. No eran exactamente amigos, aunque Erik a veces actuara como si pudieran llegar a serlo.- Necesito que termines de decirme lo que me estabas contando en la iglesia.- Se golpeó ligeramente la sien con los dedos tratando de terminar la frase. Los ojos del telépata se abrieron cómicamente tras comprender el mensaje oculto en su comentario.

 

Tratando de seguir la conversación teniendo en cuenta que podían estar escuchándole, pensó en cómo revelar lo que había descubierto.- Joseph es un hombre de fé, no quería interrumpir su misa con nuestra conversación.

 

El ceño fruncido de Erik daba a entender que había entendido el mensaje secreto.- Mierda .- soltó pasándose la mano por la cara mientras pensaba en una alternativa.- Tenemos que subir de nivel.

 

- ¿Qué? ¿A qué te refieres?- preguntó Charles confuso.

 

- Tú y Joseph estáis en otra liga.- Dijo dándose de nuevo pequeños golpes en la sien.- Creo que deberíamos subir de nivel, al menos yo siento que lo necesito. Y no es como si pudiera hacerlo sin ti.

 

Charles abrió la boca varias veces sin decir palabra, sorprendido. Antes de llegar a hablar se acercó todavía más a Erik, paranoico por si le pudieran escuchar.- ¿Quieres que te ayude con tus escudos?- Susurró impactado.

 

Erik había tomado esa decisión cuando Charles le dijo sobre la presencia de otro telépata. Quería que sus pensamientos fueran sólo suyos. La presencia de otra mente en la suya era un pensamiento repulsivo. Sin embargo, prefería que alguien como Charles entrara en su mente para evitar que alguien como Joseph lo hiciera. Era cuestión de poder defenderse.

 

Colocándose mejor sentado en el futón Charles le observó.- ¿Estás seguro? De por sí tienes buenos escudos.

 

- Estoy seguro.- Contestó rápidamente Erik, quizás demasiado rápido por cómo Charles frunció el ceño inseguro.- Lo llevo pensando desde que me dijiste que había otro… ya sabes. Creo que es necesario.- Dijo Erik tratando que se entendiera su mensaje.

 

- De acuerdo.- Accedió Charles a regañadientes. Erik tenía razón, era mejor prevenir que curar y cuanto más fuertes tuviera los escudos menos probabilidad había de que Joseph le controlara.- Reforzaré todo lo que pueda tus escudos y pondré alarmas por si trata de adentrarse de manera sigilosa. Nos dará algo de ventaja.

 

- ¿La alarma te avisará a ti?

 

- Si tú quieres sí, pero es principalmente para que sepas que están intentando entrar en tu mente y subas de manera consciente tus escudos.- explicó Charles con una mueca, siempre era difícil explicar los conceptos a alguien que no tuviera telepatía. Y tampoco es que pudieran entenderse mejor si hablaban en apenas susurros y con miedo a ser escuchados.

 

En más de una ocasión la mente de Erik había sido invadida por otras mentes. En su momento él había pensado que eran aliados. Que era por un bien mayor. Miles de excusas alimentadas por sus supuestos “aliados”. Todo contacto con su mente había sido… doloroso. Quizás doloroso no era la palabra más acertada, pero era la que más se asemejaba. Erik había sido torturado antes, sin embargo, esa sensación era única.

 

Preparándose para el contacto se sentó con las piernas cruzadas sobre el futón con las manos en sus muslos. Cogiéndo aire asintió a Charles para que empezara, agradecido que esperara su permiso.

 

El roce sobre su mente se podría describir como una brisa de verano. Era suave, pero cálido. No estaba seguro de que ese contacto fuera Charles hasta que lo sintió hablar en su mente.

 

- Erik, no voy a entrar. Colocaré las alarmas por fuera, puede que tarde un poco, notarás mi presencia. - Su voz parecía insegura de continuar hablando.- Por lo que veo no ha llegado a entrar. Creo que querrías saberlo. - La leve sensación de vergüenza que sintió Erik la pudo clasificar como un sentimiento de Charles. Se preguntó si el telépata podía sentir sus emociones con la misma intensidad. 

 

Era asombroso cómo podía llegar a percibir los sentimientos del telépata al tenerle tan cerca. Era una sensación extraña saber que Charles se encontraba a un metro de distancia en el otro futón. Y, sin embargo, le notaba al otro lado de sus escudos, trabajando. Erik se relajó lo suficiente como para volver a abrir los ojos. Charles se encontraba en la misma posición, con las piernas cruzadas, ojos cerrados, con dos de sus dedos en la sien. Sus cejas se encontraban fruncidas por la concentración. 

 

El contacto cálido era agradable contra su mente. Erik trataba de no pensar en lo verdaderamente agradable que era. Prefería evitar que Charles escuchara esos pensamientos, ni él mismo sabía qué significaban. Su calidad le transmitía una tranquilidad que le daban ganas de acostarse en el futón y dormir.

 

Charles no sabía cuánto tiempo llevaba colocando alarmas y reforzando los escudos de Erik. Su propia mente estaba tensa del esfuerzo. La mente de Erik estaba en calma, luchando por no dormirse. El  telépata calculaba al menos una hora más de trabajo y ni siquiera sabían si iban a poder dormir más después.

 

- Deberías dormir mientras termino las últimas alarmas, te despertaré para probarlo.- murmuró Charles abriendo los ojos para mirar a su compañero.

 

- Puedo aguantar sin dormir.- contestó Erik, sus ojos le pesaban, pero sabía que podría aguantar. No le parecía justo descansar mientras Charles trabajaba.

 

Despegando sus dedos de su sien estiró las piernas y las volvió a colocar de nuevo cruzadas mientras miraba a Erik.- Uno de nosotros tiene que estar descansado mañana para poder enfrentarnos a lo que pueda hacer Joseph.- Quizás se trataba de un golpe bajo, atacar el lado protector de esa manera. Un pensamiento se le pasó por la mente a Charles antes de poder plantearse la ética de su última frase.- Si prefieres estar despierto por tenerme cerca de tu mente, lo entiendo. Si no te sientes cómodo con que estés dor-

 

Levantando su mano para cortar su discurso, Erik examinó a Charles. La tensión en sus hombros y su ceño fruncido no casaban con él. Su preocupación era reconfortante, pero mal destinada.- Me siento cómodo. Confío en ti, si no, no te hubiera propuesto que te acercaras siquiera a mi mente.- Murmuró Erik, se sentía cansado y es verdad que no sabían lo que les depararía mañana ese psicópata. Tras valorarlo por unos minutos concluyó que Charles tenía razón.- Sigue con los escudos, pero despiértame cuando hayas terminado para probarlos.- Se empezó a colocar tumbado boca arriba con una de sus manos detrás de su cabeza y la otra encima de su pecho cerrando los ojos.

 

Charles continuó fortaleciendo los escudos con una sonrisa.

 

***

 

Tiempo después Charles estaba agotado, había comprobado una y otra vez que las alarmas y los escudos de Erik fueran lo suficiente resistentes. Las pruebas habían sido satisfactorias, pero no sabría si funcionaban bien sin despertarlo. Sintiéndose culpable fue a acercarse para despertarlo susurrando su nombre.

 

- Erik, despierta.

 

Antes de que pudiera siquiera rozarlo Erik le había agarrado de la muñeca con los ojos abiertos analizando su entorno. Dándose cuenta de su error Erik le soltó disculpándose y tratando de espabilarse del sueño.- Lo siento, no me gusta que me toquen mientras duermo.- murmuró pasándose la mano por la cara.- ¿Están listos?

 

- Sí. Voy a hacer una prueba primero tratando de entrar lentamente. Dime si lo notas.- dijo Charles entre bostezos. Erik no pudo evitar sentirse culpable por el cansancio de Charles.

 

Esta vez no quiso cerrar los ojos por si se volvía a quedar dormido. Debían probar los escudos para que Charles pudiera descansar. Al principio no sintió nada, pero pasados unos minutos los pelos de su nuca empezaron a erizarse. Su ansiedad aumentó sin aparente causa.- Ya, noto algo, me ha puesto… nervioso.

 

- Bien. Eso es que funciona, te hará reaccionar.- Con los dedos en su sien Charles volvió a colocar las alarmas que habían sonado a su función original.- Si alguien trata de entrar lo notarás así- un bostezo interrumpió su frase- vamos a probar algo más directo. Seré suave, pero seguramente duela.

 

Aunque sabía que iba a haber un ataque a su escudos Erik no se sentía nervioso. No es sólo por el comentario de Charles de que no sería un ataque debilitante, si no que sabía que podía contar con él. Lo que implicaba ese pensamiento lo reservaría a cuando no estuvieran secuestrados y no acabara de despertarse.

 

Un dolor parecido a cuando te clavas la rodilla contra el pico de una mesa se expandió en su cabeza.- Sí, lo noto.- El dolor había aparecido tan rápido como se había ido, antes incluso de terminar de enunciar la oración.

 

- Lo siento, era sólo comprobar que aguantarían un ataque directo.- De nuevo bostezo tapándose la boca con la mano. Sus ojos se encontraban llorosos.- Resistirá a mucha presión.

 

- Bien.- comentó Erik valorando lo que Charles decía. El haber mejorado sus escudos era un regalo mejor de lo que nadie le hubiera hecho. Incluso en la habitación sin apenas iluminación podía ver el cansancio del telépata.- Será mejor que te acuestes, tenemos que descansar y estás agotado.

 

Charles no dudó y se lanzó a su futón sin miramientos. Sujetando la almohada entre sus brazos se durmió profundamente. A Erik se le escapó una risa floja al ver el comportamiento de su compañero. Siguiendo su mismo consejo se tumbó en el futón para coger fuerzas para lo que le pudiera deparar del día siguiente.

 

***

 

A la mañana siguiente los miembros de la congregación habían vuelto a ser llamados al Santuario. Charles había conseguido dormir poco más de dos horas por lo que estimaba. Aunque su cansancio era de esperar también estaba alerta. 

 

Erik por su parte había podido dormir lo suficiente como para estar descansado. Joseph Williams no les había hecho ningún comentario al entrar en la iglesia. Mientras daba su misa observaba a los asistentes, entre ellas Rachel. La trabajadora social le miraba con adoración y estaba atenta a sus palabras. Erik estaba agradecido de poder contar con sus escudos para evitar ese destino.

 

El sonido de un coche acercándose a la iglesia hizo que Joseph hiciera la misa más corta que la del día anterior.- Hermanos, llega uno de los agentes del FBI, traerá provisiones y material para curar a nuestros enfermos. Mantener la fe y Dios se mantendrá con vosotros.

 

Joseph pasó cerca de los agentes para abrir la puerta de la iglesia. Dos de sus hombres armados cachearon a Darwin. Cuando comprobaron que no llevaba armas le dejaron pasar. Dos hombres más que no estaban armados se acercaron para llevarse las cajas con las provisiones.

 

- Están todos los materiales que pediste, tal y como prometí.- dijo Darwin observando a Joseph detenidamente.

 

- Sí, puedo verlo. Y como puede comprobar aquí están los trabajadores sociales, sin haber recibido daño alguno.- comentó Joseph con una sonrisa señalando a los agentes que estaban cerca de una de las paredes de la iglesia.

 

- Falta uno, eran tres.- Soltó Darwin frunciendo el ceño.

 

La sonrisa de Joseph se hizo más amplia.- Disculpe, no me di cuenta.- mintió girándose hacia su congregación.- Ah, ahí está la otra trabajadora social, Rachel, querida, salude al agente.- ordenó Joseph volviéndose hacia Darwin con una sonrisa triunfante.

 

La mujer saludó de manera efusiva, su sonrisa inquietante no llegaba a sus ojos. Seguía sentada entre los miembros.

 

Darwin podía presentir que algo iba mal, aunque no estaba seguro de qué. Observó sin detenerse demasiado a sus compañeros. No quería llamar la atención de Joseph de manera innecesaria hacia ellos. Parecían estar bien, no tenían marcas visibles de haber sido golpeados o maltratados de alguna forma. Lo único eran las ojeras marcadas de Charles, pero no era algo tan llamativo si se tenía en cuenta que estaba secuestrado.

 

Se acercó donde estaba Joseph para hablar con él, era parte de la razón por la que estaba allí.- Creo que debería llevarme a los niños.

 

- Puedes ver que están bien aquí, deben quedarse. Ellos nos protegen y nosotros les protegeremos a ellos.- Joseph parecía molesto ante la idea de separarse de los más jóvenes. Su sonrisa se había desvanecido de su rostro.- Míralos, están perfectamente.

 

- ¿Y los heridos? ¿Han pasado buena noche?- Preguntó Darwin con la intención de cambiar de tema. Necesitaba sacar al mayor número de miembros posible y a sus compañeros.

 

Joseph se giró a mirar a su congregación, su mirada era triste.- Uno de ellos está grave todavía, los materiales que trajiste ayudarán.

 

- Puedo probar a llevármelo a un hospital, lo trataremos con el respeto y cuidado que se merece.- Prometió Darwin.

 

Charles había aprovechado al máximo esa noche, no sólo había fortalecido los escudos de Erik. También había actuado sobre su propia psique. El telépata había creado alarmas que se extendían fuera de su propia mente. Éstas eran capaces de avisarle si un telépata usaba su don cerca de él.

 

Joseph no había cambiado su semblante triste al hablar de su miembro herido. Su mente se había encontrado calmada, su tristeza palpable. Fue el comentario de Darwin lo que hizo que su mente despertara. 

 

Que la mente de Joseph se acercara a la de Darwin podría haber preocupado a alguien menos previsor. En cuanto Darwin había estado en el rango de Charles había usado sus propios escudos para “abrazar” su mente., protegiéndolo. Su único objetivo desde que había entrado el joven por esas puertas había sido protegerle. Charles intentaría no revelar su mutación, pero tampoco dejaría que Joseph hiciera daño a su compañero. No sabía cómo de poderoso o hábil era el líder sectario y no quería averiguarlo.

 

Cuando la mente de Joseph había salido para acercarse a la de Darwin, Charles ya estaba preparado para un contacto.

 

El toque de Joseph fue rápido y leve, pero inesperadamente doloroso. Fue como sentir el corte de un folio en su mente. Joseph parecía haber probado a debilitar a Darwin de esa manera o al menos de provocarle una jaqueca. Su mente rápidamente volvió a sus escudos y Charles se permitió relajarse.

 

Un error.

 

Joseph había esperado ese momento de debilidad de Charles para hacer un ataque mental a la mente de Darwin. Atacando en consiguiente la mente también de Charles.

 

Si Erik no hubiera estado siguiendo los movimientos de Joseph se hubiera perdido el cambio. La máscara de Joseph había caído. Su mirada cautivadora había dejado dos pozos de odio calculadores.

 

Los tres segundos siguientes fueron todavía más rápidos.

 

El grito de Charles llevándose las manos a la cabeza.

 

El desmayo de Darwin.

 

La risa de Joseph.

 

El roce en sus escudos fue lo que le hizo reaccionar. Las alarmas que había colocado Charles le dieron el golpe de adrenalina que necesitaba. Usando su habilidad colocó las armas de los miembros alrededor de Joseph apuntándole.

 

Joseph no parecía impresionado por su truco.- Sabía que era algo con el metal, pero no me imaginaba esto.- su comentario fue cortado por su risa.- Podrías ser útil, una pena que seas un gilipollas.- comentó perdiendo su sonrisa mirándolo con asco.

 

La repentina presión mental hizo que Erik soltara las armas. Sentía cómo su cabeza era estrujada por unas manos. Unas garras cortaban su cerebro, su respiración empezaba a ser superficial. Trataba de aguantar a través del dolor.

 

A su lado una figura se trataba de levantar mientras él se arrodillaba en el suelo. Charles , pensó Erik tratando de situarse delante de él. Quizás se trataba de una estupidez colocarse entre dos telépatas, pero Erik ignoró ese pensamiento. Sus instintos le habían salvado en más de una ocasión, no dejaría de escucharlos ahora.

 

El ataque había sido imprevisto, con una fuerza suficiente como para fragmentar los escudos que Charles había colocado en Darwin. El dolor le había cegado psíquicamente. 

 

Las palabras de Logan del entrenamiento resonaban en su mente. “Nuestras mutaciones son un arma más. Cuando te enfrentas a alguien como un asesino cualquier arma es un buen arma.” “La mejor defensa es un buen ataque.”

 

“La mejor defensa es un buen ataque.”

 

Levantando sus dedos a su sien Charles bloqueó el siguiente ataque de Joseph. No permitiría que siguiera haciendo daño a su equipo. Su telepatía era buena, pero la de Charles era mucho mejor. Joseph se iba dando cuenta por segundos de ese dato. Ya no reía y había levantado ambas manos a sus sienes con el objetivo de concentrarse.

 

Su mirada era ansiosa, sus ataques predecibles. Cuando habló su voz sonaba agobiada.- ¿Por qué haces esto? Podríamos reinar juntos, nuestro poder está hecho para gobernar. Eres una criatura exquisita, durante toda tu vida han intentado domarte, es hora de que seas libre.- Sus ataques cada vez eran más débiles, pero miraba con esperanza a Charles.- Yo te puedo ayudar en eso. ¿No estás cansado de ser tratado como un intruso? Malo para los mutantes, peor para los humanos.

 

Las palabras de Joseph llegaban a una parte de Charles. Era algo que había pensado en sus primeras veces contra la sociedad como mutante. La primera vez que un amigo humano había dejado de ser su amigo por ser mutante. La primera vez que otro mutante le había excluido por ser telépata. Su propia hermana había soltado comentarios al respecto. 

 

El discurso de Joseph era un discurso que él mismo había tenido y sin embargo…

 

Era un discurso obsoleto. Charles había tardado años en darse cuenta que esos sentimientos no eran reales.- Te equivocas. No somos telépatas para gobernar. Somos lo que somos para ayudar. Somos capaces de soportar el dolor de otros sin derrumbarnos y nuestro poder nace del dolor más humano que existe. La esperanza. Porque aunque haya visto los pensamientos de asesinos, violadores, lo peor de esta sociedad. También he visto los del resto y sigo pensando que hay esperanza en el mundo. Nunca decidiría darle la espalda y menos para causar más dolor.

 

Charles usó un último impulso para dañar lo suficiente los escudos de Joseph como para dejarle inconsciente. Su cuerpo cayó hacia atrás quedándose al lado del de Darwin.

 

Erik que había estado recuperándose del primer y único ataque mental se levantó del suelo. Acercándose más a Charles le agarró del brazo para estabilizarse, aunque el propio Charles no estaba muy estable.- ¿Estás bien?- preguntó el alemán preocupado.

 

Charles no pudo evitar la risa nerviosa que escapó de sus labios. Parecía ser contagiosa, porque Erik le siguió.- Eso debería preguntarte yo a ti.

 

Estabilizándose como pudieron se acercaron a Darwin que estaba recuperando la consciencia. 

 

- ¿Qué cojones?

 

Esa expresión consiguió que Charles y Erik volvieran a reírse de manera nerviosa. El alemán ayudó a incorporarse al más joven.- Joseph era un telépata, Xavier le ha dejado K.O.

 

El teléfono de Darwin empezó a sonar, pero él no era capaz de contestar. Viendo que el más estable de los tres era él, Erik cogió la llamada. La voz de Moira histérica se escuchaba desde el otro lado.- ¡Darwin! ¿Qué pasa? Deberías haber salido hace al menos veinte minutos.

 

- McTaggert, soy Lehnsherr, Joseph Williams está inconsciente. Estamos bien.- Miró a Charles que seguía con una sonrisa y añadió.- Puede que tengamos alguna contusión cerebral. Nos vendría bien una ambulancia.

 

- Y unas vacaciones.- Murmuró Darwin llevando las palmas de sus manos a sus ojos tratando de espabilarse.



***

 

Resulta que el único con una posible contusión era Darwin para sorpresa de Erik.

 

Todos estaban llamando a Sean y a Alex por videollamada. Ambos jóvenes habían estado preocupados por sus compañeros. El ambiente en el avión era liviano lleno de anécdotas de cuando Logan trabajaba con Moira en otra unidad de DM. Habían formado parte de otro equipo antes de que pudieran formar el suyo propio.

 

Erik se había sentado en otro de los asientos más alejado del resto. Desde su posición podía ver a sus compañeros y con eso le bastaba.

 

El tema del secuestro salió de la conversación de manera natural. Charles estaba preocupado por Rachel, la trabajadora social y el resto de miembros.- No te preocupes Charles, han sido derivados a telépatas especialistas. Les ayudarán con la manipulación de Joseph.

 

Charles sonrió levemente para tranquilizar a Moira. Él sabía lo que pasarían esas personas, esos niños.- Tardarán meses en quitar la programación de todos sin hacer daños permanentes. Crees que…- mirando para la ventana propuso una idea que le había estado rondando por la mente.- ¿Crees que pudiera enterarme de cómo van avanzando? Aunque sea saber que están bien las víctimas.

 

Logan y Moira se miraron entre ellos sonriendo antes de que Logan hablara.- Claro, muchacho, nos encargaremos que recibas notificación de cómo van.

 

Contento con tener la posibilidad de saber la evolución de las víctimas se levantó de su asiento. Ante la duda en las caras de sus compañeros señaló a Erik en el otro lado del avión

 

- Hola.- dijo Charles sentándose frente a Erik.

 

- Hola.- Contestó el alemán con las cejas arqueadas.

 

- Quería decirte que lamento que no pudiera impedir que Joseph te golpeara. Necesito que entiendas que trataba de proteger a Darwin. Yo-

 

Erik le sujetó las manos con  una de las suyas.- Lo entiendo, fue la decisión correcta.- El metaloquinético se planteó decir lo que había estado pensando durante su secuestro. Viendo la vulnerabilidad en los ojos azules de su compañero decidió dar el paso.- Si no fuera por ti y por lo que hiciste en mis escudos sé que el golpe de Joseph hubiera sido letal.- Apretando ligeramente las manos de Charles para que no le interrumpiera, continuó.- Somos compañeros, formas parte del equipo, es mi deber protegerte. Al igual que sé que tú me protegerás las espaldas.- Terminó soltando las manos de Charles al ver las lágrimas formarse en sus ojos.

 

El telépata abrió y cerró varias veces la boca para hablar, pero las palabras no se formaban. La principal era gracias. Gracias por la confianza, gracias por no juzgarme aunque viste mi habilidad usarse. Simplemente gracias.

 

Charles esperaba que si sus palabras no salían al menos su mirada pudiera hacer llegar el mensaje.

 

Erik cortó ese momento de debilidad de Charles sacando un maletín en la mesa entre los asientos. Colocó un tablero de ajedrez portátil de madera con sus respectivas piezas entre ellos.

 

- ¿Una partida?- preguntó Erik con una sonrisa de tiburón.



Charles aceptó el desafío que Erik le propuso realizando su primer movimiento devolviéndole la sonrisa.

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Resumen: Charles y Erik deben infiltrarse en una secta religiosa para conseguir información para servicios sociales. Tras una redada en el recinto quedan atrapados allí. Moira hace todo lo que puede para poder sacarlos. Charles descubre que el líder de la secta es un telépata, para poder mantener seguro a Erik, refuerza sus escudos. Erik ve que no todo contacto telepático es doloroso, es más el de Charles es extremadamente agradable. Cuando se encuentran con el líder en el afán de proteger a Erik se enzarza en una batalla mental para pararlo. Gracias a Charles, Erik y los demás miembros son liberados de la congregación, aunque tardarán meses en conseguir librarles de toda la programación mental que les colocó el líder de la secta.
Erik propone a Charles jugar al ajedrez en el avión de vuelta a casa.

Chapter 11: El recuerdo de las cosas pasadas

Notes:

Espero que disfruteis del capítulo

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Sean se había ofrecido para contarle los detalles del último caso a Alex. Lo que no había sido una buena idea.

 

El rubio trataba de seguir la historia, pero Sean no paraba de olvidarse de datos importantes y contaba todo sin un orden concreto. Darwin de vez en cuando interrumpía para poder dar detalles o explicarle algo a Alex de cara a que entendiera parte de la historia.

 

- Vale, espera, entonces ¿Charles y Erik fueron secuestrados por un telépata sectario porque Darwin estaba en una iglesia?

 

- No, no. Lo del secuestro pasó antes, es que me lié un poco.- contestó Sean sacudiendo una mano restándole importancia a su error.- Primero fue el secuestro, luego Darwin fue a llevar provisiones…

 

Darwin sonrió mientras miraba a Sean tratando de ordenar sus pensamientos.- Tiene gracia que el único que no estuviera esté contando la historia.- expuso Darwin con una sonrisa bebiendo de su café mientras se apoyaba en el lateral de su escritorio.

 

Sean levantó las manos de manera teatrera sin sentirse ofendido.- ¡Oye! Formé parte del caso aunque estuviera en la oficina. ¿O se te olvida quién os llamó?- Colocándose mejor en la silla, miró a Darwin para hacer llegar su mensaje.- Como iba diciendo antes de que me interrumpieran…- se volvió para mirar a Alex dispuesto a hacerle un resumen.- A Darwin le dieron un golpe mental dejándole con una contusión y Charles los salvó.

 

Alex parecía estar todavía más confundido. Señaló a Darwin de manera acusatoria.- Tío, ¿qué haces bebiendo café si tienes una contusión?- luego se colocó las manos en el pelo tratando de entender todo.- ¿Pero alguien me puede contar todo bien? Es imposible enterarse con él.- acusó señalando a Sean que esta vez sí parecía ofendido por la acusación.

 

- ¡Pero si ya te lo he explicado yo!

 

Charles rió al escuchar el comentario del más joven. Se hubiera unido a la conversación cuando empezó, pero había estado muy ocupado terminando el informe del caso. Le quedaba rematar algunos detalles. Hacía un par de horas que había mandado un informe general del caso. Moira había sido bastante clara con necesitar la información base lo antes posible. El caso había sido televisado y los miembros de la Junta habían insistido en tener los datos más relevantes para poder hacer un comunicado. 

 

Este informe era mucho más largo que el anterior. Repasó lo que había escrito antes de mandarlo con un suspiro. Releer lo que había ocurrido le llevaba a esos momentos que había pasado con Erik. En especial en esa noche que estuvo en la mente de su compañero. No mintió cuando dijo que no había mirado dentro de su mente o recuerdos. Había mantenido la distancia tal y como prometió.

Lo que más le llamó la atención a Charles era la confianza que Erik había mostrado en él esa noche. El telépata sabía que la petición de Erik había surgido de un momento de vulnerabilidad, sin embargo también nacía desde la valentía. Charles estaba verdaderamente agradecido por ese voto de confianza. El metaloquinético no había llegado a compartir en detalle qué le había ocurrido en el pasado con otros telépatas. Para Charles no era necesario, todos tenían sus secretos. Había visto el cambio que se había producido en Erik desde su visita al hospital.

 

Su mente se remontó a años atrás. De adolescente Charles había buscado grupos mutantes para poder sentirse parte de algo. El rechazo fue claro desde un inicio. Puede que en sus paredes colgaran pósters con eslóganes como “Mutante y a mucha honra”, pero dejaban claro que esas mismas frases no incluían a todos. En algunas ocasiones había asistido a sus reuniones acompañado de Raven. Su hermana había sido bienvenida y elogiada por su habilidad lo que le había permitido entrada, que no aceptación.

 

El telépata había creído que estaba cómodo con estar sólo. Entonces el DM le había enseñado que podía formar parte de algo. La aceptación de sus compañeros le había calado dentro. Fue en ese momento que se dió cuenta que nunca había estado verdaderamente feliz sólo. Era una persona que amaba estar rodeado de gente. El  susurro de mentes a su alrededor había sido molesto al inicio de su manifestación como telépata. Tiempo después se había convertido en su ruido ambiente particular. Su corazón sangraba por ser aceptado, por poder llamar a algo suyo. No había culpado a Erik por su hostilidad contra él. Tras años de contactos con gente que repudiaba a los telépatas entendía de dónde surgía el rechazo. Su rivalidad y sus encontronazos habían aparecido por el miedo.

 

Charles tenía pánico a ser rechazado. Era consciente de ello.

 

El DM le había dado amistades que tenían la capacidad de a futuro convertirse en familia. Algunos de sus compañeros ya le trataban como tal. 

 

El miedo es algo que guardaba en lo más profundo de su psique. Miedo a perder a su equipo, lo más cercano que tenía a amigos. Quizás se encaprichó muy rápido de sus compañeros, pero lo habían puesto demasiado fácil. La confianza era algo que se ganaba y sin embargo, sentía que su equipo se la había regalado. No había encontrado las barreras que de normal tenía que sortear por tener su habilidad. Le habían respetado por ser Charles, no un telépata. Y lo más importante le apreciaban por ser él mismo, ignorando su mutación.

 

El único que había dificultado su incorporación al equipo había sido Erik. Y aún así Charles no podía echárselo en cara. El inicio había sido duro, había dolido creerse aceptado para luego ser atacado. Dañarse a sí mismo para evitar incomodar al resto, para que le acusaran de lo único que quería evitar. Erik había sido claro, él necesitaría verdaderos motivos para confiar en él. Por lo que suponía Charles, el alemán se sentía responsable del equipo y los protegía fervientemente.

 

El telépata no sabía en qué momento había pasado de estar en el lado enemigo a formar parte del equipo en la mente de Erik. Quizás fue después de esa visita al hospital, tal vez cuando se vieron atrapados en la secta… No estaba claro, pero si algo sabía Charles es que valoraría el vínculo que estaban creando y que siempre agradecería esta oportunidad.

 

- ¿Charles? ¿Estás escuchando?- la voz de Darwin le sacó de su ensoñación.

 

- Ah, también se me olvidó decir que Lehnsherr creía que Charles tenía una contusión.- explicó Sean mirando a Alex que le miraba entre cabreado y confundido.

 

- ¿Pero tú ves normal cómo me has contado las cosas?- exclamó Alex exasperado.

 

Charles salió de su ensoñación algo sonrojado al darse cuenta que todos, incluido Erik le habían visto disociarse.- Lo siento, chicos, estaba escuchando, pero luego me puse a pensar y se me fue el Santo al cielo.- comentó con una sonrisa.

 

La puerta del despacho de Logan se abrió revelando a Moira que se asomó para llamar a Erik.- Lehnsherr, ¿puedes venir un momento?

 

Erik se levantó del asiento ignorando los comentarios de sus compañeros más jóvenes.- Al despacho con los jefes… A saber qué ha hecho.- comentó con sorna Sean provocando la risa de Darwin. Alex todavía miraba la taza de café de Darwin con sospecha.

 

Moira cerró la puerta tras de él y le indicó para tomar asiento. Años de experiencia como agente le permiten a Erik notar el nerviosismo de Moira. Al menos no se había recogido el pelo como cuando estaba verdaderamente nerviosa en un caso. Moira se sentó en la silla que estaba colocada al lado de la de Logan detrás del escritorio. Apoyó las manos delante de ella encima de unos papeles que parecían ser informes. Su propio informe había sido enviado esa misma mañana hacía una hora. Intrigado de porqué le habían llamado al despacho esperó a que comenzaran a hablar.

 

- Hemos leído tu informe y el informe base de Charles.- comentó Moira seriamente como si su comentario le diera alguna pista de qué hacía allí.

 

- ¿Hay algún problema con él?- preguntó Erik confuso mientras evaluaba a sus superiores. Logan parecía también estar molesto con la reunión. Entonces fue idea de Moira, pensó Erik.

 

- No, no son los informes lo que nos preocupan.- dijo Moira observando de reojo a Logan.- Es decir, no es que estemos preocupados… Es que…

 

Haciendo honor a su imagen de temperamental en la oficina Logan cortó a Moira para continuar él. Erik estaba agradecido siempre había preferido ir directo al grano.- Lo que Moira quiere decir es que hemos leído que Charles entró en tu mente. Teníamos pendiente una conversación contigo para preguntarte tu opinión sobre la incorporación de Charles al equipo.- frunció el ceño antes de continuar.- Este suceso en el Condado de la plata nos lleva a pensar que dejamos el tema correr por demasiado tiempo.

 

- No se trata de una evaluación.- aclaró Moira levantando las manos de manera apaciguadora.- Es sólo que queremos que todos en el equipo estéis cómodos los unos con los otros. Y al principio Charles y tú parece que tuvisteis algunos tropiezos.

 

- Sabemos tu opinión sobre los telépatas. Por lo que también nos sorprendió ver en el informe lo que pasó.- Logan abrió un paquete de cigarros para sacar uno y volverlo a meter antes de siquiera colocarlo en los labios. Su ceño todavía más fruncido.- Queremos saber tu opinión sobre su incorporación y si estás bien, nada más.

 

Parecía una pregunta sencilla y aún así Erik no tenía respuesta. 

 

Era consciente de que Charles le había salvado la vida en el Condado de la Plata. El golpe mental había sido doloroso, pero no letal. Su agradecimiento había sido genuino, el contar con unos escudos poderosos era un regalo muy valioso.

 

Algunos dirían que era un empate. Erik le salvó la vida a Charles cuando fue atacado por el Camaleón en ese hostal. Y Charles le había salvado en el Condado de la Plata. Sin embargo, Erik pensaba diferente. Moira les había indicado no separarse y él se fue. Las razones para ello quedaban atrás. Había abandonado a su compañero y éste había sido atacado por un asesino en serie. El alemán se sentía responsable del ataque. Haber evitado la muerte de Charles era lo mínimo por no haber estado allí para cubrirle la espalda.

 

En ocasiones, antes de dormir Erik se preguntaba qué hubiera pasado si tras todas sus confrontaciones Charles no le hubiera pedido auxilio. Si después de repudiarlo como telépata, no hubiera mandado ese grito telepático por miedo a las represalias. Erik todavía recordaba la mirada de Charles aquel día en la cama del hotel. El miedo.

 

No, no se trataba de una pregunta sencilla.

 

Moira le preguntaba si estaba bien. ¿Lo estaba? Era difícil de saberlo cuando sus creencias se tambaleaban frente a él. 

 

Todos los telépatas son personas egoístas que usan su don para controlar y manipular. Falso. Todavía recordaba las palabras de Charles en la iglesia. “Porque aunque haya visto los pensamientos de lo peor de esta sociedad. También he visto los del resto y sigo pensando que hay esperanza en el mundo. Nunca decidiría darle la espalda y menos para causar más dolor.” Esas palabras en boca de otro podrían haber sido un engaño, sin embargo en la de Charles eran ciertas.

 

El contacto telepático es doloroso. Falso. Erik había podido comprobar el contacto de Charles. Su toque suave contra su mente, cálido. Cuando anteriormente los contactos de su mente con otros telépatas habían sido desgarradores, el contacto de Charles había sido extremadamente agradable.

 

Mutante y a mucha honra…

 

Falso. Erik había sido un hipócrita al usar ese lema y repudiar a alguien por su mutación. Siendo él una persona que siempre abogaba porque los mutantes se empoderaran de su condición. Aún así, Charles no se había sentido agredido por el rechazo, lo que hacía todo más complicado.

 

¿Estaba bien?

 

Tenía que contestar, podía ver la preocupación en los ojos de sus superiores. Los cimientos de sus creencias se habían tambaleado, pero tenía que trabajar en ello por su cuenta. 

 

Erik interpretaría la pregunta para saber si estaba de acuerdo con el contacto telepático. Y sería sincero con su opinión sobre Charles. Tosiendo para aclarar su garganta y lamentando no poder hacer lo mismo con su mente habló.- Estoy bien.- una mentira piadosa para aligerar la conversación.- Yo mismo le pedí a Xavier que entrara en mi mente.- hizo una mueca de dolor al escucharse a sí mismo diciendo tal afirmación.- Prefería ese contacto en busca de ayudarme que el de Joseph para dañarme.

 

Permitió un silencio para que sus palabras se asentaran en la mente de Moira y Logan. Luego continuó cogiendo aire.- Es verdad que no me gustó su incorporación al equipo.- Hizo una nueva pausa para pensar bien sus palabras. Quería evitar malentendidos.- Ya sabéis que mis contactos con telépatas en el pasado no han sido del todo agradables.- Comentó con una sonrisa forzada. Agradeció que no mostrarán lástima por él. No la necesitaba.- No confiaba en él y como dijo McTaggert tuvimos, ciertos “tropezones”. Pero Charles se ha ganado mi respeto y mi confianza para estar en este equipo.

 

Se negó a comentar nada más. Había sido un discurso breve y sincero. 

 

Moira sonrió afable.- Sé que esto ha debido de ser complicado para ti. Sabemos lo reservado que eres. Gracias.- Erik evitó su mirada en ese momento, avergonzado por la vulnerabilidad de su tono.- Tendremos tu opinión en cuenta, especialmente de cara al futuro.

 

- ¿Al futuro?- preguntó Erik confundido volviendo a mirarlos.

 

- Hablaremos en más detalle en el caso de que estemos todos de acuerdo, pero se planteó hace algún tiempo la posibilidad de poder unirnos telepáticamente.- La mirada de Moira evaluaba a Erik, tratando de saber si estaba de acuerdo.- Sería únicamente en misiones que requieran silencio de radio.

 

Logan volvió a interrumpir para aclarar y acortar la conversación.- Es una idea que se planteará a futuro y sólo con el consentimiento de todos.

 

Erik odiaba sonar vulnerable.- Necesitaré tiempo para eso.

 

- Claro, es totalmente respetable. Es sólo una idea, no te agobies con eso.- comentó Moira.

- ¿Eso es todo? ¿Puedo volver a mi trabajo?- preguntó Erik queriendo un momento para pensar sin las miradas de Moira y Logan sobre él.

 

Tras la afirmación de Logan se acercó a la puerta para salir, pero antes debía preguntar algo.- ¿Sabe Xavier que estáis haciendo esto?

 

No hacía falta ser criminólogo para saber que Charles buscaba activamente ser aceptado. Tal vez estos interrogatorios podrían llevar de nuevo a un golpe para el telépata. Moira le miró atenta y pensó detenidamente su respuesta antes de contestar.- No lo sabe, pero queríamos citarle para decirle un resumen de todo lo que nos habéis transmitido.- Una sonrisa que mostraba que sabía más de lo que Erik pensaba se asomó en los labios de Moira.- No te preocupes, no hemos recibido ninguna queja de Charles, todo lo contrario. Estoy segura que agradecerá los elogios del equipo.

 

Conforme con la respuesta de Moira salió del despacho y se dirigió a su escritorio. La conversación había terminado y todos se enfocaban en su trabajo. Alex llevaba algunos informes con retraso y Darwin tenía que mandar varios correos de cara a las consultas que había estado realizando. Sean por su lado siempre era el que más trabajo tenía al tener que mantenerse con la parte informática y de comunicaciones del equipo.

 

Charles le sonrió levemente cuando se sentó de nuevo en su silla, pero volvió rápidamente de nuevo a los papeles que tenía delante.

 

Quizás las creencias de Erik se habían tambaleado en las últimas semanas. Para su sorpresa, no importaba, porque había entendido muchas cosas de su compañero.

 

Entendía que Charles se haría daño a sí mismo antes que hacerle daño a otros. Sabía que su mutación la usaba para ayudar al mayor número de gente posible. Y por raro que pudiera parecer estaba seguro de que Charles encajaba perfectamente en el equipo. El telépata era la pieza que faltaba en ese puzzle que llamaba familia. Y contra todo pronóstico empezaba a formar parte de ese grupo limitado de personas por las que Erik daría su vida por proteger.

 

Esas eran cosas que Erik sabía, aunque también había cosas que Erik no sabía, pero intuía. Charles era un fenómeno de la naturaleza. Intuía que era de ese tipo de personas que hacían tu vida mejor por estar cerca de ellas. No terminaba de confiar del todo en la telepatía, su rechazo era un hábito difícil de cambiar. Necesitaría tiempo para poder hacerse a la idea del enlace que planteaba Moira. Si es que alguna vez estaría preparado para ello. Aún así le daría una oportunidad de rumiar la idea, algo impensable hace años o incluso meses.

 

Sintió la mirada de Charles desde el otro lado del escritorio.- ¿Todo bien?- susurró con sus mejillas sonrojadas.

 

Erik no se había dado cuenta que llevaba desde que se había sentado observándole. Evitando sus ojos azules tosió un poco y levantó la mano disculpándose. Sonrió forzadamente tratando de ignorar la vergüenza de haber sido pillado ojeándole. Fue curioso que sólo pudiera evitar mirarle unos segundos antes de sentir la necesidad de volver a mirar esos orbes azules y sonreír esta vez con complicidad.

 

Sí, Charles era una fuerza de la naturaleza. Erik ya empezaba a notar su paso por su vida. Esperaba tener la capacidad para poder afrontar lo que le depararía esta amistad.

Notes:

¿Amistad? ... Interesante Erik... interesante (And they were roommates)

Chapter 12: El creador de ángeles

Notes:

Se me complicó la vida un poco, pero aquí está, es también algo largo para compensar

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Moira se encontraba frente al proyector explicando un nuevo caso al equipo. Charles notó lo diferente que era ese caso respecto al resto que había vivido. Lo que le había llamado la atención era que Moira no había enseñado fotos de la escena del crimen. Más de una vez la supervisora había comentado lo importante que era la escena para poder hacer un perfil. Charles podría imaginarse porqué este caso era una excepción viendo que todas las víctimas eran niños.

 

Por lo que comentó Moira los crímenes habían sido especialmente brutales. Los niños, no mayores de doce años, habían sido golpeados hasta morir. Las autopsias mostraron contusiones y traumatismos por todo el cuerpo. La comisaría del pequeño pueblo de Texas estaba desesperada. En las últimas semanas había perdido a tres niños.

 

***

 

El ambiente era tenso en el avión, las muertes de los niños se encontraban en la mente de los agentes. La llamada con Sean fue rápida, Moira quería los datos de los familiares de las víctimas.

 

- Será mejor que repasemos algunos datos del caso, así cuando Sean tenga la información iremos más rápido.- Indicó Moira después de colgar a Sean, metiéndose el pelo detrás de las orejas y cogiendo su libreta.

 

Alex cogió una de las carpetas con un suspiro. Estaba más serio que de costumbre. Antes de poder abrir la carpeta una de las fotos de la escena del crimen salió y se deslizó por la mesa. Con un movimiento rápido paró la imagen antes de que cayera de la mesa del avión. Cuando se dió cuenta de qué fotografía era, palideció.- Dios, tiene la edad de Scott… Yo- balbuceó cerrando los ojos para evitar ver la imagen. Antes de que nadie pudiera comentar nada se levantó de su asiento y se dirigió al otro extremo del avión.

 

Charles fue a levantarse para ir tras él, sin embargo Erik fue más rápido. El alemán se levantó y se acercó a la parte trasera del avión donde Alex se había quedado parado. Su postura era tensa, sus pies vacilaron sobre la alfombra del avión. Deseoso de ir más lejos, pero sin la posibilidad.

 

Erik se acercó a él lentamente como quien se encuentra con un animal herido. El telépata observaba la interacción listo para levantarse y mediar si fuera necesario. Era consciente de que Alex y Erik se conocían desde hacía muchos años y que tenían confianza. Sin embargo, sabía que la gestión emocional del alemán no era la mejor. Charles dudó si levantarse para ayudarlos, pero al ver que los hombros de Alex empezaban a destensarse lentamente, se relajó. Poco después Erik fue capaz de convencer a Alex para que se sentara con él en los asientos de atrás.

 

El telépata observó a sus compañeros, Darwin parecía preocupado, había guardado la foto de vuelta a la carpeta. Moira se encontraba en un estado parecido al de Charles. Se notaba que quería acercarse y preguntar a sus compañeros si necesitaban algo. En contra de sus instintos Moira no se levantó, confiaba en que Erik sería capaz de resolver la situación.

 

- ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Deberíamos acercarnos… o comentarlo cuando vuelvan?- preguntó Charles inseguro a sus compañeros.

 

Moira miraba a Alex desde su asiento.- Alex tiene un hermano menor, seguro que te ha hablado de él. Se llama Scott, tiene la edad de las víctimas.- Moira se giró para mirar a Charles, por un momento su mirada se ensombreció.- Creo que Erik podrá ayudarle.- Añadió de manera críptica.

 

Los tres tratan de seguir mirando datos del caso, sin embargo el ambiente está demasiado tenso como para continuar. Ninguno creía que ignorar que uno de sus compañeros estaba mal ayudaría a resolver el caso más rápido. Sin mediar palabra acuerdan hacer una pausa y continuar cuando vuelvan como si nada hubiera pasado.

 

Charles todavía miraba de vez en cuando al final del avión. Alex estaba hablando y gesticulando bastante, parecía verdaderamente dolido. El telépata se planteó usar su habilidad para quitarle un poco de ese dolor a Alex. Había llegado a un punto en la relación con su equipo en el que se sentía más cómodo usando su habilidad. Lo más cómodo que se había sentido con nadie tras la muerte de su padre. Aun así dudaba si la estabilidad con el equipo pudiera depender de que usara su habilidad de esa manera. 

 

Como si pudiera leerle la mente, Moira le preguntó en voz baja.- ¿Por qué no le ayudas como hiciste conmigo en el Condado de la Plata? Cuando me relajaste, podrías hacerlo con Alex.

 

- No quiero incomodarlo.- contestó mirando hacia la mesa.

 

Darwin que estaba mirando su teléfono lo dejó aparte para centrarse en la conversación.- ¿A qué os referís?

 

Moira dudó antes de contestar, miró a Charles pidiéndole permiso antes de continuar. Charles asintió levemente.- En el Condado de la Plata hubo un malentendido y no pude infiltrarme con ellos. Me frustré bastante- admitió con un suspiro retirándose el pelo de la cara de nuevo.- No caí en que podía tirar todo el operativo por ser el enlace de prensa.

 

Darwin asintió comprendiendo la situación.- Claro, la mayoría del tiempo eres la que sale en televisión representando al equipo o a la UAC. ¿Pero qué tiene que ver eso con Charles?- Dijo Darwin girándose para ver mejor al susodicho.

 

- Estaba frustrada, preocupada…- Moira miró a Charles agradecida.- No sé muy bien qué hizo Charles, pero todos esos sentimientos disminuyeron. Y llegó la calma.

 

Charles tragó saliva tratando de pensar cómo explicarlo o si siquiera quería hacerlo. Recordando la conversación en la sala de tiro hace semanas continuó.- La mayoría de telépatas tienen cierto grado de “empatía” o manipulación de emociones.- Su uso de palabras tan desafortunado le hizo enfrentarse a la mirada de sus compañeros.- No es exactamente manipulación- Exclamó tratando de defenderse, esperaba confusión, pero esperaron su explicación sin pretensiones.- Puedo llegar a sentir las emociones de otras personas y a veces… Puedo hacer que sientan otras emociones.- Cada vez se sentía más nervioso con la explicación.- No es tan natural para mí como la telepatía, pero puedo llegar a usarlo como con Moira.

 

Su ansiedad empezaba a colocar peso en su estómago. Si seguía así lo siguiente sería visión borrosa. Hacía tiempo que no le daba un ataque de ansiedad, aunque los síntomas eran difíciles de olvidar. La voz de Darwin cortó esos pensamientos negativos.- ¿Por cuánto tiempo puedes hacerlo?

 

- Es una habilidad que apenas uso, pero si tuviera que estimarlo sería un par de minutos máximo.- La pregunta de Darwin le había sorprendido, su tono era de curiosidad. Se preguntaba si algún día se dejaría de sorprender por el entendimiento que demostraban siempre sus compañeros.

 

Darwin dudó antes de preguntar.- Sé que lo más seguro es que no te sientas cómodo, pero ¿podrías enseñarme cómo es?- Al ver dudar a Charles añadió con una sonrisa sincera.- No tienes porqué hacerlo, es sólo que me da curiosidad.

 

- ¿Estás seguro?- El telépata no lo estaba. Le ayudó pensar de nuevo en la conversación que tuvieron en la sala de tiro. Su muestra de telepatía le había hecho conectar más fácilmente con sus compañeros.

 

- No tienes que hacer nada con lo que no te sientas cómodo.- dijo Moira expectante.- A mí también me gustaría sentirlo, si no es mucho pedir y quieres.- reconoció con una sonrisa.

 

Ante el descaro de la supervisora Charles sonrió de vuelta.- De acuerdo, allá voy.

 

Miró por un momento a los asientos de atrás donde Alex seguía de conversación con Erik, parecía más relajado. Después acercó su mente a la de Moira y Darwin envolviéndolas. Debía elegir una emoción que proyectar. Moira había mencionado la calma que le produjo la otra vez, quizás querría volver a sentirla. En el último momento Charles decidió hacerles sentir la emoción más fácil de proyectar, la felicidad.

 

Ambos abrieron los ojos sorprendidos. La emoción apenas duró un minuto poco antes de que acabara el efecto Moira soltó una carcajada para luego taparse la boca con la mano. Después de la demostración Charles alejó su mente de la de sus compañeros. Esperaba ver qué opinaban de su habilidad.

 

- Es increíble.- comentó Moira todavía sonriendo.- Sería una habilidad interesante para los telépatas especialistas o si hay algún telépata psicólogo. La capacidad de relajar o de hacer feliz así a alguien…- señaló pensativa, su mente siempre acababa derivando al trabajo.

 

Darwin también miraba a Charles con una sonrisa.- Estoy de acuerdo. Aunque creo que sería mejor no decir nada a los de Especialidades. Pueden que se quieran quedar con Charles si lo supieran.

 

La supervisora puso cara de asco.- No diremos nada, Charles es del DM, que se busquen a otro para los especialistas.- soltó Moira ya más seria, la idea le parecía desagradable.

 

Charles sintió que su respiración se hacía más liviana. Los comentarios de Darwin y Moira le hicieron sentir lo suficiente cómodo para opinar sobre lo que estaban diciendo.- Me gusta el DM, no serían capaces de moverme.- dijo con una sonrisa mirando a ambos.

 

- Te puedo asegurar que esto no es un interrogatorio…- murmuró Moira.

 

- Pero…- añadió Charles sabiendo que su frase no terminaría ahí.

 

- Pero, ¿por qué no lo usas con las víctimas?- preguntó para luego gesticular con las manos para explicar su punto.- Ya sabes, quitarles el miedo o quizás hacerles sentir bien por unos minutos.

 

Charles no se esperaba esa pregunta. Rara vez la gente le preguntaba porqué no usaba más su habilidad en vez de menos. Necesitó unos minutos para poder contestar.- Es complicado. Más complicado de lo que parece.- El telépata se pasó la mano por el pelo, nervioso del rumbo que estaba tomando la conversación. No creía que fueran a pedirle usarlo en el trabajo, aún así repudiaba la idea.- Sólo lo he usado un par de veces en interrogatorios cuando notaba que las personas se ponían agresivas. Era una forma de evitar que nos pegaran, pero con el resto de la gente…- Charles soltó un suspiro mientras pensaba en lo que podía suponer usar su habilidad con el resto.- Trato de no usarlo, la mayoría de personas lo verían como algo manipulativo.

 

Ninguno de sus compañeros parecía sorprendido por la información. Ambos eran conscientes del concepto general que tenía el público con los telépatas. Entendían lo que podría desencadenar un uso de esa habilidad si no era bien recibido.

 

- Tengo otra duda.- añadió Darwin con la intención de cambiar a un tema en el que Charles se sintiera más cómodo.- ¿Lo puedes usar contigo mismo?

 

Charles agradeció el ligero cambio de tema aunque supusiera tener que contestar las dudas y abrirse con ellos.- No, de pequeño probé alguna vez a cambiar mis emociones, pero soy incapaz. Sólo sirve para las personas cerca de mí.- Con algo de guasa y con la intención de terminar la conversación añadió.- Se que no lo pretendíais, pero parece un interrogatorio.

 

Ambos se rieron del comentario y fueron rápidos para pedir disculpas al telépata. Darwin dió por terminada la conversación y volvió a coger su teléfono. Moira por otro lado tenía una mirada felina. Antes de que Charles pudiera preguntarle a qué venía su actitud Moira habló.

 

- ¿Sabes? Entiendo que algunas personas lo puedan ver como algo negativo. Incluso manipulativo.- El corazón de Charles se paralizó, una daga se había clavado y se retorcía. La voz de Raven hizo aparición en su mente. “Aun así puede que nunca confíe del todo”. Charles se forzó a seguir respirando tranquilo y a escuchar lo que seguía diciendo Moira. No serviría tener un ataque de ansiedad en medio del vuelo.- ¿Charles? ¿Me oyes?

 

El telépata forzó una sonrisa que quedó más como una mueca y asintió.- No, perdona, me perdí en mis pensamientos, ¿qué decías?

 

Moira no parecía convencida, sin embargo no presionó por respuestas.- Estaba diciendo que puede que otra gente piense esas mierdas.- dijo enunciando claramente cada palabra de la oración.- Y ese sería su problema. No es como si pudieras cambiar lo que siente la gente por más de unos minutos, no es nada que se pueda usar de manera dañina a largo plazo.- Las palabras de Charles liberaron su corazón y sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas. El estrés del trabajo le estaba haciendo estar más sensible últimamente.- Esa habilidad podría ser beneficiosa para la sociedad. Deberías plantearte no tratar de ocultarla.

 

Pestañeando rápidamente para que las lágrimas desaparecieran miró hacia la mesa evitando la mirada de Moira.- Gracias.- murmuró.

 

Unos pasos hicieron que se giraran a mirar hacia la parte de atrás. Alex y Erik volvían de su charla. Esta vez Alex se sentó en el asiento separado mientras Erik ocupaba el lugar al lado de Darwin. Ignorando el cambio, Moira ojeó a Erik preguntando con la mirada. Erik, por su parte, contestó con un asentimiento.

 

Charles podía sentir aún la pena que emanaba de Alex por esos niños. Aunque todo indicaba que estaba mucho más calmado. Por lo que parecía la conversación con Erik le había ayudado a centrarse, su mente se encontraba más clara que antes de subir al avión. El telépata se debatió el hablar con Alex sobre su habilidad. Al menos darle los suficientes detalles como para que si alguna vez lo necesitaba se lo pidiera. No era como si fuera un secreto, sobre todo cuando Darwin y Moira ya lo sabían.  Tras pensarlo se dió cuenta que seguramente Alex todavía no estaba dispuesto a entablar una conversación sobre las fotos, por lo que lo dejó estar.



***

El camino a la comisaría fue tranquilo, la tensión continuaba acompañándolos, era algo que no podían evitar. Las vidas de niños inocentes estaban en juego.

 

Poco antes de entrar por las puertas Charles retuvo a Alex para hablar un momento. Había notado como la pena de Alex había dejado la rabia y algo de calma. Existía la posibilidad de que se sintiera más receptivo a hablar. O al menos para escuchar algo relacionado al episodio de la foto.

 

- Espera, quiero decirte algo.- dijo Charles sujetándole ligeramente del codo para que no avanzara.

 

Alex parecía incómodo con la pausa.- No me apetece hablar de lo del avión, Charles.- murmuró mirándole fijamente.

 

- No es eso. Bueno, tiene relación, pero no quiero hablar de eso.- comentó Charles con una leve sonrisa. Había estimado un poco mal lo bien que había procesado todo Alex.- Era decirte que si necesitas hablar estoy aquí…

 

- Gracias, lo sé.- respondió Alex con una sonrisa de alivio, ignorando que le había interrumpido.- Me ayudó mucho hablar con Lehnsherr, aunque siempre agradezco hablar contigo. Ya lo sabes.

 

Charles fue a volver a pararle para confesar su “empatía”, pero fue interrumpido por Erik. El cual se había dado la vuelta para mirarlos desde la puerta de la comisaría.- ¿Vais a entrar?

 

- Sí, sí, ya vamos.- contestó Charles decidiendo no continuar con la conversación, ya habría ocasión para poder hablar con Alex de ello.

 

Dentro de la pequeña comisaría del pueblo Moira y Darwin estaban presentándose. Una mujer negra con trenzas recogidas en un moño en la parte de atrás de su cabeza les daba la bienvenida.

 

- Soy la agente Taylor, siento que les haya pedido que volaran tan rápido, pero esto se está yendo de las manos. Llevo sólo un par de meses a cargo de esta comisaría y ya han aparecido tres cadáveres de niños. No sabía a quién más recurrir.- Sus ojeras eran pronunciadas, Charles podía sentir la ansiedad emanar de ella.- Hemos dejado esta mesa apartada para ustedes, no tenemos salas separadas que les puedan servir. Esta comisaría es muy pequeña, apenas tenemos espacio para los nuevos equipos.- comentó señalando a unas cajas que parecían contener ordenadores.

 

Moira colocó sus propios informes en las mesas y le dió la mano.- No se preocupe, es suficiente. Hizo bien en contactar con nosotros.- comentó Moira girándose al resto del equipo para presentarlos.- Yo soy la agente McTaggert, hablamos por teléfono. Ellos son el agente Muñoz, Summers, Lehnsherr y Xavier.- dijo señalando a los demás.

 

- Es un placer conocerlos.- dijo con una sonrisa cansada.- ¿Cómo quieren comenzar?

 

- Nos gustaría reunirnos con los niños del pueblo y explicarles el Sistema Amigo.- Al ver la confusión Moira aclaró el término.- Es un sistema en el que los niños siempre van acompañados de otro niño. Esto dificulta que puedan irse con extraños e incluso puede llegar a disuadir a algunas personas de atacar.

 

- Perfecto, puedo hablar con la directora para acordar una hora en el colegio para la explicación.- La mujer apuntó en una pequeña libreta las indicaciones de los agentes.- ¿Qué más necesitan?

 

- ¿Tienen algún sospechoso?- preguntó Erik abriendo una de las carpetas que estaban en la mesa.

 

La agente Taylor se acercó hasta coger otra de las carpetas ya preparadas para el equipo. La abrió y se la dió al alemán.- Aquí tenéis los datos principales de los sospechosos que tenemos por ahora. También aparecen los motivos por los que los consideramos sospechosos. No hemos excluido a humanos porque no estamos seguros de que sea un mutante.

 

- ¿Hay mucha población mutante en el pueblo?- preguntó Darwin sorprendido por la afirmación de la mujer. Era un cambio agradable ver cómo no se perseguía a los mutantes sólo por serlo.

 

La mujer dudó antes de contestar.- Depende de lo que considere “mucha”. Para ser un pueblo con pocos habitantes tenemos varios mutantes, pero viniendo ustedes de Virginia no creo que lo consideraran como tal. Una de nuestras sospechosas es mutante, una telequinética que trabaja en el colegio. Se llama Hannah Bennet. Su ficha está en la carpeta.- señaló a la carpeta que estaba Erik revisando.

 

- Es bastante detallada.- comentó impresionado el telequinético.

 

La agente Taylor estaba halagada, pero su mirada seguía seria.- Han muerto demasiados niños, más de los que solemos perder en un año en este pueblo.- Se giró para mirar a Moira con un semblante decidido.- Quiero estar involucrada con ustedes en el caso. No puedo permitirme que la investigación no avance sin mí. 

 

- Claro, juntos atajaremos más terreno. Encontraremos al asesino lo antes posible, ya lo verá.- prometió Moira cerrando la carpeta que estaba mirando.- Será mejor que comencemos con lo que sabemos.- Se giró para observar al resto del equipo.- Nosotros nos dividiremos, Summers, Lehnsherr y Xavier, quiero que vayáis al Colegio con la agente Taylor, establecer la reunión. También quiero que entrevistéis a la sospechosa. Muñoz y yo mandaremos la información de los sospechosos a Sean e iremos a las escenas de los crímenes.

 

***

 

El colegio era lo que uno se imaginaría de un colegio en un pueblo. Los cursos contaban todos con una única clase, siendo la más grande una con doce alumnos. Las paredes del centro escolar estaban decoradas de actividades que los niños habían realizado en lo que llevaban de curso. En los pasillos se escuchaban los murmullos de los niños que se encontraban en ese momento en clase. Los agentes se dirigieron primero al despacho de la directora guiados por la agente Taylor.

 

El despacho de la directora estaba situado cerca del patio. Una mujer de pelo canoso y ojos claros les dió la bienvenida al centro.

 

- ¿En qué puedo ayudarles, agentes?- preguntó dejando sus gafas de pasta descansar en la mesa.

 

- Nos gustaría ver las instalaciones y acordar una reunión con los alumnos.- La agente se cuadró de hombros esperando la reacción a lo que diría a continuación.- También queremos hablar con una de sus maestras.

 

La confusión se hizo presente en la cara de la directora.- ¿Una de mis maestras? ¿Por qué? No me digas que es por todos esos niños asesinados. -Se cruzó de brazos y frunció más el ceño.- ¿Una reunión, para qué?

 

- Lo siento, Martha, estamos siguiendo algunas pistas sobre el tema, pero tampoco podemos dar detalles. Nos conocemos desde hace años, sabes que no lo pediría si no fuera necesario.- contestó Taylor tratando de ser lo más cordial posible.- La reunión es para explicarles a los niños una forma de protegerse. Los agentes del FBI les explicarán lo que deben hacer.

 

La directora no parecía muy convencida, pero aceptó de todas formas.- Bueno, pueden mirar por el perímetro tanto como lo necesiten. Respecto a esa profesora…- se acercó a un corcho que se encontraba en la pared con horarios. Y revisó el que sería de la maestra.- La encontrarán en la sala de profesores en unos diez minutos, suele desayunar allí, hoy no tiene guardia en el patio. En un par de minutos sonará el timbre para el recreo. Iré creando circulares para avisar a los padres de la reunión con los niños. 

 

- Creo que la agente Taylor la puede ayudar a crear las circulares, mientras, si le parece bien, nosotros iremos a ver el recreo y los alrededores.- Sugirió Erik.- Luego nos podemos reunir para interrogar a la señora Bennet.

 

Alex parecía nervioso con la opción de tener que ir al recreo.- Preferiría hablar yo con la maestra, vosotros podéis ir a revisar el recinto.

 

- De acuerdo, necesitaríamos saber dónde está la sala de profesores.- comentó la agente Taylor girándose a la otra mujer.

 

La directora rodeó su escritorio para acercarse a los agentes.- Os diré cómo salir al patio y os daré el mapa del protocolo de incendios para que sepáis la distribución del centro.- La mujer abrió un cajón revelando un mapa del colegio y alrededores.- El colegio no es muy grande, pero el patio y los alrededores son una explanada de considerable tamaño.

 

El sonido del timbre sonó en los altavoces del centro asustando ligeramente a los agentes, que no esperaban el sonido.

 

La directora les mostró una puerta a Erik y Charles y les indicó dónde quedaba en el mapa. Antes de separarse Charles y Alex intercambiaron teléfonos con la agente Taylor de cara a poder reencontrarse o por si encontraban algo.

 

Abrieron una puerta de cristal que daba a un patio de arena. En medio del espacio se encontraba una pista de baloncesto. A los lados había varios columpios. El bosque se veía más allá de las vallas de colores del centro educativo.

 

- Tenía razón la directora cuando dijo que era amplio, para ser un colegio tan pequeño el patio es enorme.- comentó impresionado Charles.

 

Erik apartó a Charles de la puerta cogiéndole de la manga de la chaqueta.- Será mejor que nos apartemos de la puerta, no es buena idea estar entre los niños y su media hora de descanso.- Los niños empujaban la puerta y salían corriendo gritando. Algunas de las clases de niños más pequeños iban acompañados de sus tutoras y salían en fila cogidos del babi escolar. Los agentes los miraron sonriendo. Erik volvió a mirar el recinto.- Que sea tan grande y que se pueda ver el patio desde el bosque nos supone un problema.

 

- ¿Crees que el asesino pueda estar eligiendo a sus futuras víctimas desde el bosque?- preguntó Charles mirando el bosque alrededor tratando de ver más allá.

 

Erik dió algunos pasos hacia la izquierda para bordear el patio de infantil y el arenero.- Es posible, no hay pruebas que indiquen que sean crímenes de naturaleza…- dejó sin pronunciar las últimas palabras. Vocalizó “sexual” con cuidado que los niños que les observaban no se percataran de lo que estaban hablando.- Sin embargo, no podemos descartar que acose a sus víctimas. Los niños donde más tiempo pasan es en el colegio, si puedes observarles aquí… Facilita todo bastante, ¿no crees?

 

La suposición de Erik podría ser la correcta. Fueron observando todo el recinto situándose cerca de la valla. En la parte opuesta a donde se situaba el edificio principal había unos baños para los alumnos. Cuando se acercaron se percataron que la valla estaba ligeramente caída. Parecía que las ramas de un árbol cercano la habían doblado y partido. El hueco que había era lo suficientemente amplio como para que un niño se pudiera colar hacia el bosque. Quizás un adulto de estatura baja podría pasar por debajo. Tomando anotaciones de eso siguieron hasta llegar a la puerta del edificio principal por donde habían salido.

 

Cuando se acercaron a la puerta vieron que Alex y la agente Taylor estaban hablando apoyados en la pared.

 

- Parece que Summers ha terminado pronto el interrogatorio con la señora Bennet.- comentó Charles sin poder evitar charlar un poco.

 

Erik tomó el cebo, aunque no era muy propenso a hablar de banalidades.- Es bastante eficiente cuando quiere.

 

Charle sonrió ante el tono de reproche de Erik.- Sí, ojalá fuera igual de aplicado con sus informes.

 

Ese comentario hizo sonreír a Erik, que miró al telépata con sorna. Charles se hubiera percatado de la reacción de su compañero si no hubiera estado mirando a un niño. El joven estaba sentado sólo, sus ojos estaban enrojecidos, como de haber llorado. Estaba tratando de abrir el envoltorio de una pajita. Parecía cada vez más frustrado por no ser capaz de abrirlo.

 

Charles se adelantó unos pasos y se disculpó con Erik sin prestar mucha atención.- Un segundo, ve tú con ellos, yo voy ahora.

 

El telépata sentía la pena y la rabia que emanaba de ese niño. Charles estaba acostumbrado a tener que fortalecer sus escudos cerca de los más jóvenes. Los niños llevaban sus emociones en la manga. Hacía mucho tiempo que no sentía unas emociones tan grandes emanar de un cuerpo tan pequeño. El niño, rubio y delgado se percató rápidamente que Charles se acercaba y escondió la pajita entre sus piernas debajo de la mesa tipo picnic donde estaba sentado.

 

Charles se paró a un metro de donde estaba el niño.- Hola, me llamo Charles. ¿Te importa si me siento contigo?- preguntó con una sonrisa agachándose para quedar a su altura.

 

Tras el asentimiento del niño Charles se sentó delante de él. Era un asiento precario dado que las medidas estaban pensadas para niños. Con cuidado de no caerse sonrió al niño de nuevo.- ¿Cómo te llamas?

 

El niño observaba en silencio a Charles, sus ojos volvían cada poco a las manos del telépata. Las colocó con las palmas hacia abajo planas sobre la mesa para que pudiera verlas sin problema. Cuando creía que no iba a contestar habló- Nikolai.

 

- Encantado de conocerte Nikolai.- sonrió Charles.- ¿Sabes por qué estoy aquí?

 

Los hombros de Nikolai se tensaron.- ¿Eres policía?

 

- Trabajo con el FBI, ayudamos a niños como tú.- explicó Charles, cada palabra parecía asustar más al niño.- Estamos ayudando a la policía.

 

La mirada de Nikolai se volvió más suave y sus hombros se relajaron sorpresivamente.- ¿Me puedes ayudar a abrir el zumo?- dijo con una pequeña sonrisa.

 

El cambio repentino hizo que las alarmas del telépata se activaron. Sin hacer comentarios asintió con la cabeza. Charles cogió la pajita de las manos de Nikolai y la metió al zumo que se encontraba en la mesa. Vió cómo los brazos que el niño había mantenido debajo de la mesa de madera tenían hematomas y arañazos.- ¿Cómo te hiciste eso?- murmuró Charles señalando con el dedo a sus heridas.

 

- Me caí.- mintió entre sorbos de zumo.- Creo que deberías irte. Quiero estar sólo.

 

Aceptando el rechazo del niño se despidió de él y se acercó a sus compañeros. La sensación de la ira de Nikolai seguía presente en su mente cuando Alex habló.- ¿Qué pasó? ¿Viste algo?

Todos miraron a Nikolai que les miraba con la cara seria desde la mesa del patio. Una de sus manos sujetaba el zumo y la que Charles había visto más dañada se mantenía oculta por la mesa.

 

- Ese niño, Nikolai, tiene arañazos y moretones por los brazos. Me di cuenta de que algo iba mal por sus emociones.- comentó Charles dándole la espalda al patio para mirar a sus compañeros.- Está lleno de rabia y pena. Puede que esté siendo abusado. Dijo que se hizo las marcas porque se cayó, pero estoy seguro de que estaba mintiendo.

 

La agente Taylor tenía el ceño fruncido.- Es algo más pequeño que las víctimas, pero podría entrar en el perfil. Preguntaré a la tutora a ver si sabe algo.



***

La reunión con los niños había sido programada para última hora. La circular informativa se había mandado por correo. La directora había insistido en que era fundamental que los padres supieran que se estaban tomando medidas. Ya en la comisaría todos se encontraban alrededor de la mesa que les habían facilitado. Moira estaba frente a su libreta leyendo lo que había apuntado en las últimas horas.

 

- Dar- Muñoz y yo hemos evaluado un perfil de las víctimas.- anunció levantando su vista del papel.- Hemos llegado a la conclusión de que no se tratan de crímenes por satisfacción sexual.

 

- Aunque también hemos tenido en cuenta de que puede que obtenga el placer sexual de matar.- Añadió Darwin desde su asiento al lado de Alex.

 

Moira se soltó el pelo de la coleta con un suspiro, parecía cansada. Charles se percató por primera vez de las marcas oscuras debajo de sus ojos.- Son niños de entorno a once años, los tres eran buenos estudiantes. Hablamos con algunas de las familias. Son bastante funcionales, exceptuando por algunos pleitos familiares. La familia núcleo está muy unida.- pasó la página de su libreta y continuó.- La primera y segunda víctima tienen hermanos casi diez años mayores que ellos. La tercera tiene una hermana en sus treinta.

 

- Creemos que busca niños con buenas notas que se encuentran en buenas familias. Puede que el sudes se sienta agredido por su felicidad y sus logros.- Agregó Darwin.

 

Charles sintió la furia, la mayoría de las veces era de Erik. Una emoción que parecía siempre acompañar al alemán. Esta vez, sin embargo, provenía de Alex. El rubio tenía los puños cerrados y miraba hacia el suelo. Sus pensamientos eran una nube negra. El telépata sabía que no había hablado con él sobre su empatía, pero tampoco permitiría que sufriera en silencio.

 

Armándose de valor acercó su mente a la de Alex y con máximo cuidado la envolvió. Recogió su furia poco a poco, para no sobresaltarlo. Al principio Alex empezó a relajar los puños, sin percatarse de lo que estaba ocurriendo. Cuando la sensación de furia dejó paso a la calma levantó su vista hacia Charles.

 

Se sentía nervioso por la mirada de esos ojos azules por lo que paró. Se quedó tenso esperando una reprimenda o un aviso. Nada de eso ocurrió. Alex sólo parecía agradecido, inhaló y exhaló despacio. Charles le imitó para calmar sus propios nervios y prestó atención de nuevo a la conversación que estaban teniendo Moira con el resto.

 

- La maestra tiene una buena coartada. Debemos centrarnos en los sospechosos que ya tenemos. Debe de ser local, el sudes se siente lo suficiente cómodo como para matarlos en el bosque.- Dijo Erik desde la pared donde estaba apoyado.

 

La comisaria asintió y miró a Charles.- Agente Xavier, hablé con las tutoras del niño con el que habló en el colegio.- hizo una mueca.- Su padre es uno de los sospechosos, no reconocí al niño porque rara vez los veo juntos por el pueblo.

 

Moira se cruzó de brazos en su asiento frunciendo el ceño.- Encaja en el perfil. Puede que no sea sexual, tal vez está entrenando para matar a su propio hijo.- Se giró para mirar a Charles.- Xavier, ¿dijiste que tenía hematomas?

 

- Sí y varios arañazos por los brazos.- contestó preocupado por el joven.

 

- De acuerdo. Hay que interrogarlo.- Se frotó las sienes con los dedos murmurando, luego levantó la cabeza y se giró al alemán.- Lehnsherr llama a Sean para que nos informe de lo que tiene sobre este hombre…-Miró una de las hojas de sospechosos.- El señor Volkov. Le entrevistaremos Muñoz y yo. Mientras quiero que Summers y Xavier organicen el taller para los niños, no podemos perder más tiempo.



***

Alex se sentó con Charles en la mesa sujetando el café que se acababa de hacer. El silencio era intenso entre ellos. La tendencia a sobrepensar de Charles le estaba pasando factura en ese mismo momento.

 

- Yo no sé muy bien por dónde empezar.- verbalizó Charles, era una forma de decirlo. No sabía si comenzar por disculparse por manipular sus emociones o por dónde empezar con el taller.

 

El rubio dejó de mirar su café para centrar su mirada en Charles, parecía estar pensando qué decir.- Lo de antes…- su voz se quebró y tosió un poco para aclarar su garganta, evitando la mirada de Charles.- Pasó algo cuando Moira estaba explicando el perfil.

 

Ahora era Charles el que quería evitar sus ojos. Se forzó a contestar a la pregunta implícita.- Fui yo. Es una habilidad que tengo, algunos la llaman “empatía”- marcó con sus manos la comillas en el aire.- Otros lo llaman manipulación emocional. Puedo coger las emociones de los demás y hacer que las procesen diferente. O incluso cambiarlas por otras.- Tras lo dicho evitó su mirada.- Lo siento. Si te incomodé en lo-

 

- Está bien.

 

- ¿Qué?- balbuceó Charles perplejo.

 

Una pequeña sonrisa se asomaba de los labios de Alex.- He dicho que está bien. Es verdad que me asusté al principio, pero noté rápido que eras tú.- Se pasó la mano por su cabello que tenía cada vez más largo.- Fue raro, no te lo voy a negar, pero me ayudó a centrarme. A veces siento que mis emociones sacan lo peor de mí… Y en casos como este me pregunto qué hago aquí.

 

Charles entendía esos sentimientos de Alex mejor de lo que podía expresar en palabras.- Tu calma me dió un descanso para centrarme en lo importante.- hizo una mueca de dolor- Puede que lleguemos tarde para algunos.- Su mirada se fue a las imágenes de los niños asesinados que había colocado Moira en una pizarra.- Lo importante es que estemos para que no haya siguientes. Para que el mundo sea un sitio mejor.- carraspeó un poco al emocionarse con sus propias palabras. Estaba incómodo por tener ese momento vulnerable con su compañero.- Por eso está bien, no hace falta que te disculpes.

 

El telépata sacó una hoja donde apuntar lo que iban a planear para el taller.- Bien, me alegro. Gracias por el voto de confianza.- levantó la mano para parar al otro antes de que le discutiera.- Como has dicho nos tenemos que centrar en el caso. ¿Por dónde empezamos?

 

La sonrisa de Alex mereció la pena toda la incertidumbre que pasó por usar su habilidad.



***

 

Moira se encontraba interrogando al señor Volkov en la comisaría junto con la agente Taylor. Darwin, Erik, Alex y Charles se dirigieron a dar el taller a los alumnos.

 

El Colegio había puesto algunas sillas distribuidas por la biblioteca para que los alumnos se sentaran. Habían previsto que fueran los alumnos de seis a doce años, aunque la edad de las víctimas fuera de once. La mayoría de los asesinos que atacaban a niños rara vez cambiaban su perfil de víctima. Sin embargo, eran conscientes de que la presión de ser buscados por el FBI junto con la policía podía suponer presión. Un estresor de ese tipo podría suponer el cambio en preferencias. Habían preferido no jugársela con la seguridad de los niños.

 

Alex comenzó el taller presentándolos por sus apellidos. Charles trató de buscar con la mirada a Nikolai, pero no lo vió entre los niños. Frunciendo el ceño se acercó a una de las maestras ignorando la mirada confusa de sus compañeros.

 

- Disculpe, estoy buscando a un niño, se llama Nikolai Volkov. ¿Sabe dónde está?- preguntó tratando de no sonar desesperado. Algo iba mal, lo presentía.

 

La mujer miró por la sala tratando de ver al niño.- Qué raro. Debería estar con ese grupo.- dijo señalando a los niños que estaban sentados a la izquierda.- Deme un segundo que pregunte a su tutora.

 

Se acercó a una mujer de mediana edad que estaba escuchando lo que decía en ese momento Darwin. Cuando la mujer más joven le preguntó escaneó el grupo de niños. Frunció el ceño y Charles comenzó a sentir su ansiedad. Se acercó a uno de los niños que estaban sentados a la izquierda y les preguntó entre susurros agachándose a su nivel.

 

La mujer se levantó y levantó una mano.- Disculpen, perdón. Me falta uno de mis alumnos. ¿Alguien ha visto a Nikolai?

 

Murmullos resonaban por toda la biblioteca, pero nadie afirmaba haber visto al niño. Los agentes se acercaron para intentar averiguar qué estaba pasando.

 

- No han salido del colegio. La profesora dice que pasó lista antes de salir de clase.- dijo Charles.

 

Darwin llamó a Moira para confirmar que siguiera el padre de Nikolai con ella. Le avisó de lo sucedido,- No te preocupes, puede que el niño se escapara y se escondiera en alguna parte del colegio.- Colgó a Moira y se dirigió a sus compañeros.- Moira dice que sigue con la interrogación. Está claro que es un maltratador, pero no cree que matase a esos niños.

 

Alex se acercó todavía más a sus compañeros echando miradas furtivas a las profesoras.- Yo descarté a la maestra, pero si el niño ha desaparecido en el colegio puede que fuera ella.

 

- Tenemos que asegurarnos de que no falte ningún niño más.- comentó Erik igual de frustrado que sus compañeros.- ¡Escuchad!- gritó hacia la biblioteca.- Que todas las profesoras pasen lista y avisen si falta algún alumno más.

 

Una niña pelirroja de unos doce años se acercó tímidamente a los agentes ignorando a su maestra.- Yo vi a Nikolai antes. Pidió ayuda a Caleb, dijo que se le había colado una pelota cerca del árbol de los baños.

 

En ese momento Erik y Charles se miraron y supieron de qué zona estaba hablando la niña. El hueco que daba al bosque donde se encontraba la valla rota estaba cerca de un árbol. Instruyeron a las tutoras para que se quedaran ahí con sus alumnos y que llamaran a la policía si veían que faltaba alguno más. Alex llamó a Moira para avisar de que eran dos niños los desaparecidos y que se habían dirigido al bosque. Puede que el señor Volkov usara a su propio hijo como cebo de los niños mayores. Quizás las marcas eran de cuando se negaba a participar.

 

Los agentes usaron el mapa que les había dado la directora y pidieron que el personal del colegio se quedara en las instalaciones. El equipo decidió dirigirse a la parte donde se encontraba rota la valla, pero bordeando desde fuera del colegio. Ninguno era lo suficientemente delgado o pequeño como para poder colarse por el hueco.

 

Darwin y Erik eran los que lideraban la marcha hacia esa parte de la valla. Fue Erik el que notó que algunas de las ramas de los árboles cercanos se habían roto. Siguieron las pistas que habían dejado los niños.

 

- Esto es imposible. No conocemos el bosque, nos perderemos antes de que podamos localizar a los niños.- exclamó Alex pegando una patada a una roca.

 

- Puede que sí, pero si están lo suficiente cerca podré usar mi telepatía para ubicarles.- dijo Charles, su afán por encontrar a los niños nublaba cualquier otra preocupación. El tabú de su habilidad quedó atrás.

 

Erik le observó con una sonrisa torcida, retándolo.- ¿A qué esperas?

 

Ignorando el comentario del mayor estiró su mente. Las emociones viscerales de sus compañeros le distrajeron un momento. Bloqueando sus mentes expandió todo lo que pudo sus sentidos telepáticos. Dos mentes jóvenes se encontraban cerca. No sabía cuantificar cuánto.

 

- Los siento. Están en esa dirección.- Dijo señalando con su mano derecha mientras mantenía su otra mano apoyada en su sien.- Puedo ir guiándonos por el bosque hasta que les encontremos. Tienen miedo.- No comentó la rabia que sentía Nikolai, ya la sentía antes. No era relevante en esos momentos.

 

Avanzaron todos siguiendo las indicaciones de Charles. Llevaban minutos andando cuando de repente Charles se paró en seco.- Algo va mal.

 

Los gritos vinieron después. Su primer instinto fue correr hacia donde escuchaban los gritos de los niños. Lo siguiente que escucharon fue un golpe seco y un llanto. Llegaron corriendo a una explanada.

 

Nikolai estaba a un metro del otro niño que yacía inconsciente en el suelo. La furia de Nikolai era más fuerte que nunca. Charles tuvo que fortalecer sus escudos para evitar que esa rabia se instaurara en él. 

 

Los ojos vacíos de Nikolai les devolvieron la mirada.- No deberíais estar aquí.- Las lágrimas dejaban surcos en su cara manchada de barro.

 

- Hola Nikolai, ¿te acuerdas de mí?- dijo Charles acercándose con las manos en alto.

 

Erik avanzó para quedarse al mismo nivel que Charles. El telépata sintió una vibración en su reloj. Un aviso silencioso.

 

- Nos conocimos en el patio, te ayudé con el zumo, ¿te acuerdas?

 

Nikolai mantuvo sus ojos sobre Charles lo que permitió a Darwin alejarse entre los árboles para tratar de situarse detrás de Nikolai.- Me acuerdo. Eres del FBI.- reconoció con voz fría.

 

- Sí, eso es. He venido a ayudarte.

 

El niño en el suelo emitió un quejido y movió ligeramente los brazos. Estaba recuperando rápidamente la consciencia. La voz de Nikolai les sobresaltó.- No te creo.- murmuró sonriendo y desapareciendo en humo azul. El olor a azufre se quedó en el aire allí donde había estado el niño.

 

- ¡Es un teletrasportador!- exclamó Charles mirando a su alrededor.

 

Nikolai apareció a varios metros y cogió una rama ancha que había en el suelo. Usando su habilidad se situó detrás de Alex y le golpeó las piernas tirándole. Antes de que el rubio pudiera sujetarle volvió a desaparecer. Esta vez se colocó detrás de Erik el cual pudo evitar su golpe por poco. Cuando fue a sujetarle del brazo volvió a desaparecer.

 

El niño que estaba emitió de nuevo un quejido y Charles se acercó a ver su estado. Le dió la vuelta y le colocó boca arriba. Parecía haber sido golpeado y tenía sangre en la nariz. Con cuidado le empezó a colocar de lado diciendo palabras tranquilizadoras y tomando su dolor.

 

Sintió el aire de lo que podría haber sido un golpe en la nuca. Nikolai había tratado de golpearle en la cabeza con la rama y Darwin lo había parado. Había usado su habilidad para que la madera no le dañara.- ¡Basta ya Nikolai!- Exclamó Darwin tratando de quitarle la rama.

 

- ¡No es justo! ¡Ellos lo tienen todo!- gritó furioso Nikolai de nuevo en la distancia.

 

La siguiente vez volvió a tratar de golpear a Erik, pero Darwin le sujetó desde atrás. Lo que no esperaba es que Nikolai se teletransportara a la altura de los árboles. En medio del aire Darwin soltó a Nikolai y se golpeó contra el suelo con un grito de dolor. Su brazo parecía estar colocado de una forma antinatural.

 

Nikolai sólo sonrió ante el dolor de Darwin.- Supongo que eso es lo que hace falta para que paréis.

 

La risa de Nikolai desapareció un segundo antes de aparecer delante de Alex y tirarse a por él. Charles no permitiría que hiciera lo mismo al rubio. Darwin no había acabado peor parado gracias a su mutación, Alex no tendría la misma suerte. Usando su telepatía en su máxima potencia y paró el tiempo para Nikolai.

 

Su cuerpo se había quedado en la misma posición como congelado en el tiempo. Su mueca era de rabia y seguía sostenido con las manos hacia delante. Su propósito había sido el de sujetar la chaqueta de Alex y lanzarlo. Charles se levantó de donde estaba y se acercó a Nikolai para tocarle la sien y dormirlo. Tras asegurarse con su mente que permanecería inconsciente quitó sus dedos de las sienes.

 

- ¿Qué cojones?- exclamó Alex mirando al niño en el suelo del bosque.- ¿Acabas de parar el tiempo?

 

Las sirenas de la policía se escuchaban en la lejanía. Moira se habría cansado de esperar a que le contestaran y se habría preocupado.

 

La adrenalina desapareció del cuerpo de Charles y sintió ganas de llorar. No sabía si habían sido las palabras de Alex. Toda la tensión que había estado sintiendo por el dilema de usar más su habilidad se convirtió en un peso en el estómago. Las lágrimas se formaron en sus ojos y dejó de ver nítido. Eso hizo que su ansiedad empeorara, quería ver la cara de sus compañeros, quería ver cuánto la había cagado.

 

Años de ocultar su mutación, de ser rechazado le habían enseñado que no era buena idea mostrarse.

 

Joder, había dejado a un niño de nueve años inconsciente.

 

Su respiración se aceleró y sus lágrimas brotaron. Podía escuchar la voz de Erik llamándole. Una mano en su hombro pareció estabilizarle.

 

Una…¿vibración? Una vibración en su reloj.

 

¿Era una amenaza? Antes no lo había sido, antes había sido un aviso nacido de la preocupación.

 

Unas manos en sus hombros le sacudieron y luego notó un dolor punzante en su mejilla. Le habían dado una bofetada. No lo suficiente como para doler, pero lo suficientemente fuerte como para que picara.

 

Su voz sonó entrecortada.- Así no se trata un ataque de ansiedad.- empezaba a notar que sus pulmones volvían a realizar su función.

 

La voz de Erik parecía furiosa y contenida.- Entonces empieza a respirar correctamente. Dentro de poco llegará la policía junto con Moira, no creo que quieras que te vean así.- Eso consiguió pasar a través de la neblina en la mente de Charles. Las manos que le sujetaban la cara y el hombro desaparecieron y notó un abrazo.

 

La voz de Alex sonaba tranquila y triste en su oído.- Tranquilo, no has hecho nada malo.- La vibración en su reloj parecía darle la razón.- Ojalá pudiera ayudarte como me ayudaste tú antes.

 

Para cuando llegaron la policía y los miembros de la ambulancia ya estaba tranquilo. Con una paz que sólo se obtenía de liberar lo que se guarda por demasiado tiempo. Moira había sido la que había movilizado todo el despliegue policial tras darse cuenta que el señor Volkov no había estado presente en los anteriores asesinatos. Sean había sido el que comentó que su hijo, Nikolai era un mutante bastante poderoso. Tras el arresto de Nikolai para su evaluación por la UAC habían hablado con su madre. La menuda mujer rusa estaba consternada. Comentó cómo hacía meses que Nikolai había expresado sus celos por las familias de los niños asesinados. Nunca se le ocurrió pensar que su pequeño niño era el culpable de las muertes.

 

***

En el avión Charles se sentó en la parte de atrás, allí donde se sentaba Erik para evitar al resto. Debería haber sabido que su equipo no le permitiría estar sólo. Moira había sido rápida en sentarse delante de él.

 

- Alex me contó lo que pasó.- dijo posando sus manos en la mesa entre ellos.- No aparecerá en los informes, diremos que le dormiste tras ver que era un peligro para el equipo.

 

Charles se sorprendió con sus palabras.- ¿Qué? ¿A qué te refieres?

 

Moira parecía cada vez más cansada, sus ojeras eran de un morado oscuro.- Leí tu expediente, consta como que eres un telépata nivel alfa. No soy experta en telépatas, pero diría que no esa habilidad no entra dentro de esa clasificación. Si no lo has dicho antes es porque no querrás que nadie lo sepa. Guardaremos tu secreto.- movió su mano como quitándole importancia.- Ya lo he hablado con el resto del equipo. Todos están de acuerdo.

 

- ¿Por qué haríais eso por mí?

 

Era el turno de Moira de sorprenderse.- Porque eres de nuestro equipo y eso significa que eres familia. Cuidamos los unos de los otros.- murmuró tocándole una de sus manos.

 

La ansiedad que no sabía que todavía gaurdaba se disipó tan fácil como llegó. Estaba agotado, Moira tuvo que notar su mirada cansada porque se separó de él despacio.- Será mejor que te deje sólo. Aprovecha para dormir, sé que yo lo voy a hacer.

 

Algo le hizo a Charles coger de nuevo la mano de Moira.- No sé qué es lo que te pasa. No sé si es algo del trabajo o algo personal.- empezó Charles buscando las palabras adecuadas.- Pero todos nos damos cuenta de que últimamente estás más ansiosa y cansada. No es justo que cuides de todos menos de tí misma. Estoy aquí si necesitas hablar.

 

Moira miró a la mesa y luego suspiró.- Hace un tiempo vino una chica a la oficina. No tenía permiso para pasar, pero dijo que se quedaría ahí todo el día si no la escuchaban. Quería hablar con alguien del DM. Me llamaron al despacho y quise bajar a escuchar lo que tenía que decir.- Moira contempló las nubes que se veían desde la ventana.- Dijo que me vió por la televisión tras el caso de Dover.

 

- ¿En el que desapareció un niño mutante?- preguntó Charles dudando si se trataba de ese caso.

 

- Sí, ese mismo. Ella me vió cuando después del caso respondí a algunas preguntas para la televisión. Se enteró de que también desapareció Lauren Lancaster y lo que pasó con ella.

 

- El secuestrador de Danny la mató.- recordó Charles.

 

Moira le miró con una sonrisa triste.- Ella insistió en que una amiga suya desapareció. Era una mutante con capacidad de manipulación al contacto.- una risa se escapó de los labios de Moira.- Fue tan insistente que la dejé subir al despacho. Según me iba contando todo me di cuenta que no podía coger el caso.

 

Charles frunció el ceño.- ¿Por qué? Creía que eras libre de elegir los casos que quisieras.

 

- No, por desgracia deben seguir ciertos parámetros y este no los cumple. Además, está en otro estado lo que supondría que nos tendrían que invitar al caso.- Sacudió una de sus manos quitándole importancia.- Estaba tan preocupada que le dije que investigaría yo por mi cuenta el caso de su amiga.

 

Las piezas empezaban a cuadrar en su sitio. La joven de los tatuajes en brazos y espalda que vieron él y Alex hace semanas en la recepción hablando con Moira. El cansancio de Moira y su ansiedad.- No has encontrado nada, ¿no es así?

 

- Estoy totalmente perdida. Quiero creerla, pero su amiga era una persona que cambiaba mucho de residencia y a veces desaparecía por días. No he encontrado datos que sugieran que no lo está volviendo a hacer y sin embargo…

 

- Sin embargo tu instinto te dice que hay algo más.- concluyó Charles.

 

Moira le sonrió cansada.- Siento que hay algo detrás de todo esto, pero no soy capaz de ver las conexiones.

 

- Bueno, tienes suerte de contar con un equipo que puede ayudarte a ver otras perspectivas.

 

- No, no.- Moira se recostó más en el asiento del avión.- Yo me metí en esto por mi cuenta, no os voy a involucrar.

 

Charles sonrió.- Como has dicho antes, somos familia. Nos queremos involucrar en todo lo que estés haciendo. Y más si es por una buena causa.- Charles apretó la mano de Moira con cariño.- Déjanos ayudarte.- hizo una breve pausa y miró a los ojos a Moira.- Déjame ayudarte.

 

Durante unos minutos la morena pensó en las opciones que se abrían frente a ella. Su equipo era bueno, incluso se podría decir que el mejor. Estaba atascada en un puzzle donde sentía que le faltaban piezas. Se trataba de la desaparición de una joven stripper, no era algo que supusiera un peligro para la unidad. En ese momento tomó la decisión.- Está bien, os reuniré un día para hablar del caso y ver si podéis echarme una mano.

 

- Sólo pido eso.- Bromeó Charles sonriendo.

 

Moira puso los ojos en blanco y se levantó del asiento.- ¿Quieres venir con nosotros? Iba a dormir, pero se me han quitado las ganas. Alex ha convencido a Lehnsherr para echar una partida de poker. Lo que no saben es que ambos están haciendo trampas.

 

El telépata rió ante la idea.- Eso no me lo pierdo.- Dijo tras levantarse del asiento con una sonrisa.

 

A veces estaba bien ser quien era.

Notes:

Me encanta la idea de tener a Charles y Erik como "papás" del resto jajajaja Sobre todo con Alex

Ya vamos entrando en más de la trama principal, ¿quién creéis que puede ser la chica de los tatuajes?

Tengo muchas ganas de escribir los próximos capítulos jajajaja hay chicha de la buena. Es momento de que empiecen a ser friends, ¿no creéis? jajajajaja

Chapter 13: Obsesionado

Notes:

Espero que os guste el capítulo, puede que el siguiente tarde un pelín más, pero espero que merezcan la pena las actualizaciones

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

La vuelta a casa tras el caso había sido larga. La partida de poker había permitido un descanso entre tantas tensiones del día. El avión les había dejado cerca de la oficina como siempre hacía. Todos habían notado lo demandante y estresante que había sido la investigación. Mientras que en ocasiones, después de un caso quedaban todos para tomar algo, hoy no había surgido la ocasión.

 

Moira se había negado a subir a la oficina, incluso para dejar los informes en el despacho. Esto era algo poco habitual. Sus compañeros notaron el cambio, ella siempre subía para trabajar. La supervisora siempre estaba ocupada. Aún notando lo insólito de la situación todos estaban tan cansados que decidieron ignorarlo.

 

Alex por su parte se había excusado con tener que llegar pronto a casa para ayudar con los deberes a su hermano. Darwin había huido rápidamente a su coche justificando que tenía sueño. Charles había comentado empezar a sentir una migraña y que a la próxima se apuntaría para salir. Sean había bajado a darles la bienvenida y se entristecía con cada negativa de sus compañeros para salir a beber.

 

Erik había denegado la oferta como tantas otras veces. Al inicio de que los más jóvenes se incorporaran al equipo había denegado por mantener la distancia. Había creído que era una buena idea para separar sus relaciones personales del trabajo. A día de hoy lo hacía más por hábito. Sus compañeros habían demostrado que daban igual sus intentos de alejarse, ellos estarían ahí. En ocasiones especiales llegaba incluso a dejarse convencer para salir. “Toda ocasión es una ocasión especial”, era el argumento favorito de Sean.

 

Todos sabían que aceptaba más fácilmente en los cumpleaños y en días señalados. Entendía que era fundamental para el trabajo en equipo una buena relación interpersonal. No es que no le gustara pasar tiempo con sus compañeros, es que prefería estar sólo. 

 

Le gustaba estar sólo con sus pensamientos. La palabra clave era que le gustaba. En pasado. Lo que la cárcel no había podido quitarle lo había hecho Charles. En el último mes había notado que Charles ocupaba sus pensamientos más de lo que le gustaría.

 

Siendo honesto pensar en Charles había comenzado antes de que él se incorporara al equipo. Una semana antes, para ser exactos. Erik todavía podía recordar la furia que sintió tras esa reunión de equipo. Sus contestaciones durante la reunión le habían llevado al despacho de Logan. Y a su posterior discusión en el mismo despacho. Ese día había sentido la tentación de golpearlo contra la pared. Los huesos de adamantium de Logan lo habían tentado más de lo que le gustaría admitir.

 

El primer día de Charles había llegado demasiado pronto. Cuando vio entrar a su nuevo compañero se había sentido ultrajado. Era la manzana envenenada. Un hombre atractivo de sonrisa fácil, sin embargo era un telépata, su apariencia no decía nada. Su mente era su mayor baza, algo que sólo él controlaba y que no mostraría. Se negó a darle la mano para mandar un mensaje. “No me gustas y no confío en ti”. También quería protegerse. Hace años había aprendido que el contacto facilitaba a algunos telépatas el entrar a las mentes. Debía ser cauteloso. Su equipo confiaba rápidamente, él se debía asegurar de mantenerlos a salvo.

 

Se bajó de su coche, subió las escaleras hacia su casa y siguió pensando en el pasado. 

 

Trabajar con él… había sido más fácil de lo esperado. Su conocimiento sobre el gen X era de gran ayuda en las investigaciones. Entendía en parte el riesgo que habían tomado sus superiores en pos de tener a alguien con sus estudios. Por lo que comentó Sean era un hombre bastante formado, un prodigio. 

 

La idea de que Sean le hubiera investigado le relajó un poco. Hasta que vio el verdadero motivo: curiosidad. En ese momento su preocupación había cambiado. Se notaba que su enfoque era diferente al de sus compañeros. Ellos habían confiado rápidamente en el telépata. Cautivados por su sonrisa. Había esperado esa reacción de los más jóvenes, no de Moira. La supervisora había velado porque Charles se sintiera cómodo. Incluso le había alentado a usar sus poderes.

 

Erik había tratado de alejarse lo máximo posible de Charles. Normalmente su personalidad fría alejaba a la gente. Sin embargo, el telépata no parecía sentirse intimidado por ella. El alemán llegó a plantearse que algo verdaderamente estuviera mal con Charles. No era normal que tras no saludarle, dejarle de lado y tratarle pésimo aún se acercara. Y no sólo eso, en algunas ocasiones daba la sensación de que buscaba su aceptación. En su momento había pensado que nadie era así de confiado. Había creído que buscaba un punto débil para lanzar su ataque. En la sala de interrogatorios Erik quiso dejar claras sus intenciones. Quería también intimidar al telépata para que se lo pensara dos veces antes de dañar a su equipo. Pensándolo en perspectiva fue un error.

 

En ese momento no sabía qué le había sorprendido más. La decepción que vió en la cara de Charles o que de verdad parecía confundido por sus acusaciones. Como si tener la capacidad de hacer daño a alguien fuera algo nuevo para él. Algo que nunca se hubiera planteado. La rabia que siempre acompañaba a Erik había resurgido, confusa. 

 

Tras conocer más a Charles sabía que de verdad era alguien así. Era una persona buena, que evitaba hacer daño al resto. Alguien que prefería herirse antes que provocar un daño a otros. La imagen que había formado en su mente al inicio no era Charles.

 

La primera vez que vió un poco de la “esencia” de Charles fue en el hotel. Erik sabía que había cometido varios errores esa noche. Su mente había buscado descansar del caso, pero él se lo había negado. El paseo por la calle había sido el único suspiro que se había permitido. Y aún así, no se había detenido. Su mente se encontró atascada en cientos de escenarios ficticios sobre cómo Charles les podría traicionar. 

 

La conversación en la habitación había cambiado todo. Su perspectiva hacia los telépatas tardó en cambiar, pero ahí había comenzado. Nunca se planteó que los telépatas pudieran apagar su mutación. Que no escuchaban sólo de manera voluntaria. Esa pizca de conocimiento había sido el primer paso para saber que su percepción del mundo cambiaría.

 

¿Para qué plantearse si los telépatas podían detener su mutación si eran el enemigo? Ese pensamiento había quedado obsoleto.

 

Ahora preparándose la cena tras llegar del caso se preguntó cómo podía haber estado tan ciego. Había sido un necio. Él mismo sabía lo que era no poder detener tu mutación. La capacidad de sentir el metal sólo desaparecía si le colocaban un collar inhibidor. Las amenazas y torturas nunca habían hecho que dejara de sentirlo menos. Que dejara de ser menos mutante.

 

Disculparse de nuevo había sido la respuesta lógica. Y Erik se consideraba una persona bastante lógica. Aunque esa percepción de sí mismo se hubiera visto dañada en las últimas semanas. No quería poner nombre a lo que pasaba con Charles, pero lo que más se asemejaba era obsesión.

 

Tras el caso del camaleón le había quedado claro qué clase de persona era el telépata. Había supuesto que sus pensamientos sobre Charles disminuirían con el tiempo. Que se acostumbraría a que fuera alguien presente en su vida, en mayor o menor medida. Al fin y al cabo confiaba en él, era parte de su equipo. Sin embargo, los pensamientos sólo aumentaban exponencialmente. 

 

Le reconfortaba saber que Charles era alguien con valores tan estrictos y que no abusaría su habilidad. ¿Qué pensaría si supiera que era su pensamiento más recurrente? Con cada nuevo retazo de información más quería saber.

 

Erik era perseverante, no dejaba algo hasta que obtenía su objetivo. Ahora mismo el objetivo no estaba claro. Quizás la falta de objetivo era lo que le había atrapado en el bucle sobre el telépata.

 

Echando la vista atrás la visita al hospital había sido reveladora. En esa visita se había percatado de lo importante que era Charles para el equipo. Y, por lo tanto, para él. No le había tratado de la mejor manera y aún así el telépata le había permitido la ayuda. Le había agradecido su visita y le había permitido pasar tiempo con él. Eran suficientes las veces que Charles había demostrado que merecía formar parte del equipo. El respeto había que ganárselo y Charles lo había hecho.

 

Erik consiguió parar su tren de pensamiento para colocar la cena y empezar a comer. Sólo duró unos minutos, pero le permitió algo de claridad.

 

El metaloquinético era consciente de la imagen que proyectaba. Ser directo y con carácter implicaba que le vieran como alguien apático y frío. Nada más lejos de la realidad. Él sabía que se preocupaba profundamente. Especialmente por la causa mutante y por los suyos. Charles tenía su lugar en ambos. La revelación llegó a Erik como una bofetada.

 

En las últimas horas había seguido su rutina de pensar en Charles mientras hacía las cosas de la casa. Un pasatiempo que estaba cogiendo como hábito. Esta vez sus pensamientos circulaban alrededor del ataque de ansiedad que había presenciado en el bosque. Había un desencadenante claro. Charles se sentía incómodo usando su telepatía, al menos delante del equipo. El uso de su habilidad suponía un estresor para el telépata. Hasta Moira había dejado claro que se tenían que dejar la demostración de Charles fuera de los informes. Así se haría. Erik no mintió cuando dijo que ellos cuidaban los unos de los otros.

 

Nunca lo admitiría, pero se sentía un poco culpable por la ansiedad de Charles. Era algo común el odio a los telépatas. Sabía que Charles cargaba en su espalda más de lo que Erik pudiera haberle dicho. Y sin embargo, él mismo le había prohibido usar su telepatía. Le había llegado a atar y hacer daño contad de que parara algo que era imposible de parar. Mucha de las cosas que creía ciertas habían cambiado, la causa mutante no era una de ellas. 

 

Erik se levantó para recoger lo que quedaba por limpiar tras terminar de cenar. Una idea se iba formando al fondo de su mente. Todavía era lo suficientemente pequeña como para que se le escapara entre los dedos.

 

Trato de seguir con su tren de pensamiento para ver si la idea se formaba. 

 

No conocía lo suficiente al telépata, pero podía intuir que Charles apoyaba la causa mutante. Era difícil que se tratara de lo contrario cuando el telépata se había ofrecido a ayudar a Alex con su mutación. Charles siempre fomentaba que los más jóvenes usaran sus habilidades al máximo potencial. Erik había visto los efectos que tenían las sesiones de Charles en Alex. Se le veía más cómodo en su propia piel. El joven parecía no estar tan tenso por si volaba todo por los aires. 

 

Si lo pensaba bien, la mayoría de cosas que estaba haciendo Charles eran para ayudar al equipo. Las sesiones con Alex, los bloqueos en su telepatía, incluso las sesiones de entrenamiento con Logan. Estas últimas eran una forma de no ser una carga para el equipo. Era el menos formado en combate cuerpo a cuerpo y eso suponía un riesgo si alguna vez dependían de él. O si estaba sólo y no podía depender del resto.

 

La idea se iba encauzando y estaba cobrando vida en su mente.

 

Erik siempre había abogado por la liberación de los mutantes. Por su libertad para poder usar su habilidad y ser ellos mismos libremente. Su repulsión a los telépatas había nublado su defensa de los derechos mutantes. Había prohibido a un mutante ejercer su don. Había ido en contra de sus valores más centrales.

 

La idea estaba clara. Había una forma de redimirse de todo. No pediría disculpas, ya lo había hecho. Había una manera mejor de volver a sus valores y de ayudar a Charles. Esa debía ser la razón por la que su mente le daba vueltas de forma constante. 

 

Ya tenía su idea y su nuevo objetivo. 

 

Ayudaría a Charles a empoderarse de su condición de mutante. Sería un proceso duro para ambos. Los dos deberían dejar a un lado los prejuicios que rodeaban a los telépatas. Charles aprendería a amar ser mutante. Erik por su lado debería sentirse cómodo con que un mutante con ese poder fuera su compañero. Era una idea arriesgada, algo que le pondría en una tesitura, pero  no era tan descabellado. 

 

¿Se sentiría cómodo con que Charles usara su telepatía con él? Era el caso más extremo, pero era importante planteárselo. Y la respuesta había tardado, pero estaba clara. Conocía a Charles lo suficiente para saber que no abusaría de su poder. 

 

Iba por el buen camino para enfocar la idea. El control de Charles sobre el tiempo le había impresionado más que inquietado. Era un avance mayor del que se habría imaginado hace meses.

 

Con el objetivo en mente pensó en qué pensaría Charles si lo supiera. ¿Qué pensaría sobre mi idea de hacerle sentir cómodo con su mutación? Pensaría que estaba loco. Hacía semanas le prohibía usar su telepatía y ahora quería que la usara y se empoderara. Una risa floja emergió de su boca. Sin duda estaba demente, eso podría explicar la obsesión y su nuevo objetivo.

 

***

Cerró la puerta a su espalda con un suspiro y se apoyó en la pared. Entre los abrigos de su entrada Charles pudo sentir el agotamiento. La migraña que había mencionado hacía una hora se había materializado mientras subía por el ascensor. Trató de estirar sus músculos telepáticos para comprobar si así podía liberar un poco de la presión que sentía detrás de los ojos.

 

Su telepatía no era la culpable esa vez de su cefalea. Se dió cuenta pronto que el dolor no disminuía, por lo que lo causaba el estrés. Todas las emociones del día habían hecho mella. A eso se sumaba el haber estado percibiendo las emociones de sus compañeros.

 

Soltando un suspiro se empezó a desnudar para meterse en la ducha. Su mente divagaba en lo ocurrido en el día, en retrospectiva todo había salido bien. Se habían salvado dos vidas ese día. No era sólo la vida de Caleb, el niño que había sido atacado y casi asesinado. También se había salvado la vida del propio Nikolai. El pequeño de nueve años merecía recibir una ayuda psicológica de calidad.

 

Saber que todo parecía haber acabado bien no implicaba nada. No para Charles, siempre tendía a sobrepensar todo en exceso. Su mente había decidido desmembrar punto por punto su crisis de ansiedad.

 

Hacía años que no sufría un ataque de ansiedad así. No sabía qué pensó, si es que en ese momento había pensado algo. Lo único que estaba claro es que la caja donde guardaba todo en su mente había explotado. La tensión que llevaba días acumulando había sido demasiada para continuar. Haber mostrado esa habilidad había supuesto mostrarse así mismo a sus compañeros. En un primer momento sólo había podido pensar en que tenía que hacer algo. No podía permitir que les hicieran daño o que Nikolai matara a Caleb. Cuando se percató de lo que había hecho todo se paralizó. Había un niño de nueve años que él mismo había dejado inconsciente.

 

Algo dentro de él le había gritado que no sería juzgado. Desde que se unió al DM la voz que antes apenas era un susurro cada vez era más fuerte. En algunas ocasiones le había llegado a gritar. Y cada día con sus compañeros hablaba más claro. Según esa voz él no sería rechazado por el equipo. Una parte de él estaba de acuerdo. No creía que le fueran a juzgar por usar su telepatía para protegerlos de un asesino, aunque este no hubiera ni terminado primaria. 

 

Semanas atrás el que más le hubiera preocupado era Erik. El alemán había sido muy crítico siempre con el uso de la telepatía. Sin embargo, ni siquiera estaba seguro de que le hubiera molestado. Desde su visita al hospital había estado en su mejor comportamiento. Incluso permitiéndole moldear sus escudos en el Condado de la Plata. Todas esas pequeñas pistas que indicaban que Erik no estaba tan incómodo con él como lo había estado, le daban la vida. Todos esos detalles le hacían sentir parte del equipo. En los últimos días se había dejado de sentir como el personaje invitado y más como uno más. 

 

No se hubiera planteado nunca usar su capacidad de paralizar si no fuera por el apoyo que había recibido por parte de sus compañeros. Esa aceptación y cariño le habían hecho sentir lo suficiente cómodo como para mostrarse. Sabía que tras lo que había hecho surgirían dudas. Su clasificación como mutante le colocaba como un telépata nivel alfa, pero esa manifestación de poder le señalaba como omega. 

 

Las palabras de Moira sobre que no habría registro sobre su truco habían disminuido su ansiedad. Sentirse respaldado de esa forma permitía que el nudo en su estómago amenazara con desaparecer. Prefería evitar miradas indiscretas sobre todo de la Junta. Cuantos menos datos tuviera el Gobierno sobre su habilidad mejor. Fue honesto cuando le dijo a Moira que le gustaba el DM. Se sentía en casa, tenía su lugar. Temía que en algún momento el que fueran conocedores de su poder pudiera cambiar eso.

 

Saliendo de la ducha observó su reflejo en el espejo empañado por el vaho. Apenas se podía ver su silueta. ¿Entonces por qué se veía más feliz? ¿Eran juegos de su mente? Las últimas horas habían sido una montaña rusa de emociones. Este trabajo era muy exigente, más de lo que había esperado. Y sin embargo, no se podía imaginar ahora mismo en otro lugar. Su cefalea había cedido.

 

Con una sonrisa se tumbó en su cama. Charles no se percató, pero por primera vez desde hacía meses se durmió plácidamente sin necesidad de su telepatía.

Notes:

Erik está un poquito malito jajajaja. No hay terapia que le salve

¡Espero con ganas vuestros comentarios! ¡¡Muchas gracias a los que seguís comentando, de verdad que ayuda mucho!!

¿Qué os parece este punto de vista con también Erik? Creo que no será muy recurrente, pero quiero saber vuestra opinión.

Chapter 14: Un tono de gris

Notes:

Al final pude actualizar antes de lo esperado.

Así como dato están ya los bocetos de los capítulos siguientes hasta el 31. Está claro que me ha cundido el fin de semana.

Chapter Text

El fin de semana había pasado sin mucha actividad por parte de Charles. Llevaba ambos días durmiendo mucho mejor. Hacía años que no se despertaba tan descansado. Su ansiedad que había sido una constante durante años parecía haberse atenuado hasta casi desaparecer. Sabía que sin terapia o tratar temas más complejos de su psique la ansiedad siempre le acompañaría, pero notaba la mejoría. Eso le daba esperanza.

 

En el trabajo las cosas iban bien. Tras incorporarse del fin de semana nadie había hecho ningún comentario sobre lo que pasó en el bosque. Sabía que Sean estaba buscando toda su fuerza interior para no preguntar. Charles estaba agradecido de que no le presionaran. Necesitaba tiempo, no sabía muy bien para qué o por qué, pero lo necesitaba.

 

Hoy se había levantado minutos antes de que sonara la alarma. Esta mañana había planeado levantarse antes para poder entrenar  con Logan. Sus horarios se asemejaban más por las mañanas, era más fácil entrenar antes de entrar a la oficina. 

 

Para Charles los madrugones habían sido al comienzo una de las partes más complicadas de su entrenamiento. Aunque no lo admitiría delante de Logan, no quería darle pie a subir la dificultad. Gracias a los últimos días se sentía bastante descansado, eso le permitía madrugar más fácilmente. Nunca le había gustado madrugar y no había cambiado, pero sí que le costaba menos. Era un cambio que le hacía sonreír. Se sentía feliz de donde estaba.

 

Estaba terminando de revisar la mochila que llevaría de cambio al trabajo cuando escuchó su teléfono en la cocina. Extrañado salió de la habitación, llevándose la mochila consigo. Quizás Logan quería aplazar el entrenamiento o había surgido algún problema y quería directamente cancelarlo.

 

Al mirar la pantalla del teléfono vió un número desconocido. Dudó antes de contestar. A veces Raven llamaba desde número ocultos cuando estaba de misión, sin embargo siempre avisaba de que iba a llamar. Si al final se trataba de Raven y no lo había cogido se arrepentiría. Con ese pensamiento descolgó la llamada.

 

Colocándose el móvil al oído contestó.- ¿Diga?

 

- ¿Qué te pasa? ¿Estás enfadado conmigo?- La voz se escuchaba amortiguada por el ruido que la envolvía. Aún así Charles fue capaz de identificarla.

 

- ¿Raven? ¿A qué te refieres? ¿Estás de misión?

 

- Lo sabrías si te dignaras a hablarme.- Se escuchó una pausa en la línea, acto seguido el ruido ambiente disminuyó. Parecía que Raven se había apartado a un lugar menos transitado para hablar.- Estoy trabajando.- añadió entre dientes, molesta.



- ¿Estás bien?- Preguntó Charles contrariado. Era raro que Raven le llamara estando de misión. Las pocas veces que había ocurrido habían sido emergencias. Además de que estaba claro de que estaba molesta, la cuestión era si lo estaba con él o con algo relacionado con el trabajo. 

 

Un suspiro se escuchó de la otra línea.- Estaré bien cuando digas qué es lo que pasa.

 

Charles estaba todavía más confundido. La conclusión más probable era que estaba molesta con él. La cuestión era ¿por qué?- No sé si te va a molestar más lo que te voy a decir.- Comenzó Charles tratando de apaciguar la ira de su hermana.- Pero, no sé de qué me estás hablando.

 

Eso pareció bastar para que Raven elevara la voz molesta.- La última vez que hablamos fue hace cuatro días. Y tampoco es que pueda decir que hablamos.- Dándose cuenta del volumen de la conversación bajó un poco la voz. Aunque se notaba que quería seguir gritando a su hermano.- Me dijiste que me contestarías al mensaje de cómo estabas al terminar el caso. ¿Qué pasa? ¿Ahora me dirás que llevas días sin cerrar el caso?

 

Le costó un par de minutos a Charles entender de qué estaba hablando Raven. ¿Un mensaje? La puso un momento en altavoz para comprobar el último mensaje que tenía en su conversación con ella. Tenía razón, habían pasado días desde el mensaje que Raven le mandó antes de su caso en el Condado de la Plata. Nunca la llamó ni contestó.- Dios, tienes razón, cuánto lo siento Raven. Se me pasó completamente contestar.

 

- Entonces, ¿no estás enfadado?- preguntó tratando de enmascarar que estaba aliviada.

 

- No, claro que no. Es sólo que he estado muy ocupado últimamente.- Miró la hora dándose cuenta de que tenía que salir ya si quería coger el bus para la oficina.- El trabajo me quita mucho tiempo.

 

Raven parecía haberse relajado con ese comentario.- Es un trabajo muy demandante. Lo entiendo.- Su propio trabajo era todavía peor.- ¿No haces nada fuera del trabajo?- Su tono era pausado, era buena fingiendo, pero Charles la conocía. Sonaba ligeramente preocupada, sin embargo al telépata le dió la sensación de que ocultaba algo.

 

Charles se planteó la pregunta antes de dar una respuesta. En ese momento se dió cuenta de todo el tiempo que ocupaba en el trabajo. Eran muchas horas invertidas, en informes e ideas para mejorar la unidad. Se vió con la necesidad de pensar en algo para que Raven no se alarmara.- Bueno, estoy estudiando.

 

- ¿Vas a por tu tercera carrera? ¿O será un quinto máster?- Contestó Raven con tono burlón, se podían escuchar ruido de nuevo desde su teléfono.

 

El telépata rió ante el comentario de su hermana. Ella valoraba mucho la inteligencia y el conocimiento, aunque no las instituciones que lo impartían. Para Raven las universidades eran lugares donde exprimían tus bolsillos y cerebro.- No exactamente, es un máster formativo, estoy estudiando criminología.

 

Raven chasqueó la lengua molesta.- O sea que sí es algo para el trabajo. Te había preguntado qué hacías fuera, ya sabes en tu tiempo libre… Si es que sigues teniendo tiempo libre.- Parecía decepcionada por la respuesta de su hermano. Charles no recordaba la última vez que Raven le había preguntado tanto por su vida privada.

 

- No es por el trabajo, al menos no del todo Raven, es algo que me interesa. Me parece fascinante la información que sacan sólo de unas pocas interacciones. Mi supervisora ha llegado a realizar un perfil base de ver la escena de un crimen…

 

- Vale, vale. Lo pillo. Estás embelesado con la criminología.- No le hacía falta ver su cara para saber que estaba poniendo los ojos en blanco. Al menos su hermana parecía más satisfecha con esa respuesta. 

 

- Sabes que me gusta aprender cosas nuevas. Además, me junto con criminólogos, es lógico que al final me inculquen intereses.- Se defendió Charles.

 

Un murmullo que parecía un “mmh” se escuchó desde la línea. Su hermana habló en un idioma extranjero y continuó la conversación.- ¿Sales mucho con tus compañeros de trabajo?

 

Esa parecía una pregunta que llevaba tiempo queriendo hacer. Charles se preguntó si este interrogatorio por parte de su hermana era para saber lo sólo que se encontraba. No es como si le hubiera importado anteriormente. 

 

Se subió al bus con rapidez y pasó su abono por el lector antes de contestar.- No como tal. He ido un par de veces a tomar algo después de algún caso. Entreno con uno de mis superiores defensa personal.

 

- Eso es importante.- Aprobó Raven.

 

Dudó si debía continuar, no quería decir nada que pudiera preocupar a su hermana. O que se enfadara con él. Trató de hablar sin plantearse lo que pudiera pasar.- También estoy ayudando a uno de mis compañeros con sus poderes.- Soltó hablando rápido mientras miraba por la ventana del autobús tratando de distraerse.

 

- ¿En serio?- Dijo Raven sorprendida.- ¿Lo saben tus superiores?

 

- Sí, tuve que pedir permiso para usar unas instalaciones que pudieran contener a mi compañero. Solemos hacer las pruebas en el edificio de oficinas.

 

Se hizo el silencio en la otra línea. Ya no se escuchaban los coches, las voces que hablaban en lenguas lejanas o los animales. El lugar donde se encontraba Raven no era silencioso. Charles miró la pantalla por si su hermana le había colgado sin querer. No parecía, debió bloquear el micrófono un momento. Antes de que Charles pudiera decir de seguir con la llamada en otro momento Raven habló.- Me alegro. De verdad de que me alegro de que  puedas hacer algo que te guste.- Su tono se volvió más suave.- Es lo más cercano a formar tu escuela.- De verás parecía contenta con que Charles pudiera enseñar. Una sensación cálida se instauró en su pecho.

 

- Gracias, sabes que significa mucho para mí que digas eso.- Comentó Charles conmovido por las palabras de su hermana.- ¿Qué tal estás tú?

 

- Bien.- Contestó rápido evitando dar más detalles.- Puede que la llamada parezca que era sólo para regañarte por no contestar, pero quería comentarte algo.

 

Charles sintió la necesidad de volver a disculparse.- Lo siento, sabes que no era mi intención, estaré más pendiente.

 

- Ya, ya lo sé.- remarcó Raven tranquila, su enfado olvidado.- Quería comentarte también que he estado poniendo la oreja sobre tu equipo. Escuché algo interesante.- Su tono de voz no revelaba nada. 

 

Pensar que su hermana supiera lo que pasó en el bosque. Que supiera que expuso su habilidad de esa forma, le heló la sangre. El telépata se enfocó en mantener su respiración estable. Era su hermana, no una desconocida. No tenía que preocuparse y sin embargo, su instinto le decía que ella no llevaría tan bien la situación como sus compañeros.

 

- Estáis teniendo muy buenas valoraciones desde arriba. Están bastante contentos con vuestros avances.

 

El comentario relajó a Charles, que sonrió.- Me aleg-

 

Fue interrumpido por Raven.- No he terminado, Charles. Me preocupa. La mayoría de las valoraciones cuentan con algún comentario sobre ti. Me preocupa que dejes de encajar en el DM y quieran usarte de otra forma. No debes llamar más atención de la necesaria.- Ordenó ofuscada. De verdad parecía preocupada por Charles.

 

- Raven no te tienes que preocupar por eso. Estaré pendiente y si veo algo raro-

 

- Me llamas.- ordenó casi gritando, su tonto era serio.- Si ves algo raro me llamas. Sé que confías en tus compañeros- Charles sabía que en esa oración faltaba el “pero” y también sabía que no le gustaría.- pero, ellos no te conocen como yo. De lo que eres capaz.

 

El telépata cerró los ojos y apoyó su cabeza en la ventana del autobús. ¿Por qué todas las conversaciones con Raven acababan recordándole sus errores? Puede que fuera la influencia del DM, pero empezaba a estar cansado. Siempre acababa dolido después de hablar con ella.

 

Su enfado duró poco, pronto llegó el arrepentimiento. Raven había estado para él cuando había cometido el mayor error de su vida. Cuando había tocado fondo, cuando demostró que podría ser un monstruo. Su hermana había visto su peor versión, una que ella repudiaba. 

 

Por un tiempo Charles también se había repudiado así mismo. Aún con todo eso Raven había elegido quedarse. Sus esfuerzos por mantenerse en su vida eran importantes. No debía tirar por la borda todo por lo que habían pasado sólo porque le sentaron mal unos comentarios.

 

Un claxon se escuchó desde el otro lado de la línea seguido de varios gritos y ruidos difíciles de clasificar.- Te voy a tener que colgar, estamos teniendo dificultades. Te llamaré más adelante, seguramente en un par de días.- Se apresuró a decir antes de colgar.

 

- De acuerdo.- dijo Charles a la línea ya vacía.



***

Charles había llegado un poco antes de la hora acordada. Guardó su mochila en la taquilla y se quitó la sudadera, siempre acababa sudando en los entrenamientos. Se sentó apoyado en uno de los espejos del gimnasio a que Logan llegara. Su mente repasaba la conversación que había tenido con Raven. Minutos más tarde Logan salía del vestuario mordiendo un cigarro.

 

El telépata le saludó con la mano al verle y señaló al cigarro.- Te he visto muchas veces con el cigarro en la boca, pero nunca encendido.- comentó curioso.

 

Logan se quitó el cigarro observándolo entre sus dedos con el ceño fruncido.- A mi chica no le gusta el olor.- Hizo una mueca y suspiró.- Ni que fume. Me dijo que tenía que dejarlo, así que estoy en ello.- Puso cara de asco al pensarlo. Se acercó a una papelera y tiró el cigarro.- Pero basta de cháchara, a entrenar.

 

***

Su pecho le quemaba cada vez que entraba aire y notaba su cara arder. Sabía que si se miraba al espejo su cara y cuello estarían rojas del esfuerzo. Estaba tumbado boca arriba en la colchoneta. Había caído así tras intentar zafarse de un agarre por la cintura. Esperaba que no intentaran secuestrarle pronto porque no quería acabar de nuevo golpeándose contra el suelo.

 

- Se te olvida bloquear tu cuerpo.- Señaló Logan desde arriba con sus manos apoyadas en sus caderas. Le extendió una mano para ayudarle a incorporarse.- Vamos a repetirlo de nuevo y descansamos un momento.

 

Charles sólo quería descansar, ni mucho menos quería repetir el ejercicio, pero escucharía. Desde que había empezado a entrenar con Logan notaba los cambios. Ahora aguantaba todo el entrenamiento y se notaba más ágil y fuerte. Sin duda Logan era un buen instructor. La peor parte siempre era el recordar los pasos que tenía que seguir en cada situación. Si no se acordaba se paralizaba y Logan acababa o “secuestrándolo” o tirándole al suelo.

 

Se levantó de donde se encontraba tomando la ayuda de su jefe. Volvió a darse la vuelta para quedar de espaldas a él y esperó a que colocara sus brazos alrededor de su cintura.- Recuerda bloquear tu cuerpo y bajar tu punto de gravedad.- Recordó el instructor antes de apretar sus brazos y tratar de levantarle por los aires para moverle.

 

En ese momento Charles estaba concentrado. Sabía lo que iba a hacer Logan por lo que hizo caso y bajó su punto de gravedad. Bloqueó lo mejor posible su cuerpo abriendo las rodillas. Tardó unos segundos en recordar qué era lo siguiente.- Tienes que echar tu cuerpo hacia un lado para desestabilizarme.- Recordó Logan sin quitar sus brazos.- ¿Es que no prestas atención?

 

Molesto por el comentario que descartaba su esfuerzo se empezó a mover. Con un movimiento que pretendía ser fluido se echó para su derecha y coló una de sus piernas detrás de las de Logan. Con algo de fuerza la movió hacía delante provocando que Logan se cayera de espaldas. El bastardo se había negado a soltarle por lo que al final cayeron ambos al suelo. Charles estaba parcialmente encima de Logan.

 

Con los ojos muy abiertos Charles pensó en su siguiente movimiento. Sabía que si tardaba más Logan le haría repetirlo o le saldría con algún agarre de suelo. Golpea y sal corriendo. Su voz mental le recordó en el último momento. Había visto la sonrisa de Logan, había estado a punto de volver a sujetarle. Dándole con muy poca fuerza en las costillas se levantó para salir corriendo en la dirección contraria. Eso también había sido una de las cosas que más le había costado incorporar. Al menos debía correr siempre un par de pasos. Logan insistía en que haría que mecanizara la huída cuando la situación fuera real. Lo principal era que no se bloqueara.

 

Cuando terminó de correr esos dos pasos miró hacia delante. Su visión estaba algo borrosa del esfuerzo y gotas de sudor amenazaban con entrar en sus ojos. Sin embargo, podía ver una figura en el otro lado del gimnasio. Se quitó parte del sudor con el dorso de la mano y se fijó de nuevo. Se trataba de Erik.

 

El alemán vestía unos pantalones grises de chándal y una camiseta sin mangas negra. Tenía una toalla colgando del cuello y le miraba con una sonrisa burlona. Se preguntó cuánto tiempo llevaría viendo el entrenamiento. Charles abrió la boca para decirle algo, pero la volvió a cerrar y se giró hacía Logan que ya se había levantado. Mejor ignorar que había visto a Erik, o más bien que Erik le había visto en esa situación. Estaba orgulloso de sus avances, pero no es como si la última práctica hubiera sido muy glamurosa.

 

Se acercó a donde había colocado su botella de agua al inicio de la sesión y bebió un trago largo. Observó como Logan saludaba con la mano a Erik que le devolvía el saludo con un asentimiento.

 

Trataba de volver a coger el aliento. Su respiración era errática y notaba sus latidos golpear contra su pecho. Parecía tener atrapado un pájaro donde debía estar su corazón. Cerró un momento los ojos para poder calmar sus palpitaciones.

 

Al abrirlos el mundo había dejado de girar y respiraba algo mejor.

 

- ¿Estás bien, mocoso?- Logan le miraba con una ceja alzada con su teléfono en la mano.

 

- Sí, cansado.- tosió un poco y volvió a beber.- Me quema el pecho.- Murmuró mientras se tocaba con una mano justo debajo de la garganta.

 

- Eso es que el entrenamiento va bien.- Contestó su jefe sin mirar. Su ceño se encontraba fruncido, sus hombros tensos.

 

Charles se percató del cambio del estado de ánimo de Logan. Parecía tenso e irritado por lo que estuviera mirando en el móvil. En un acto de valentía acercó su mente brevemente a la de Logan. Quería saber qué emoción estaba sintiendo exactamente para saber si era apropiado preguntarle qué pasaba.

 

Logan levantó la vista del móvil serio.- Sólo tienes que preguntar.- Comentó tras mirarle sonriendo de soslayo.

 

El telépata se asustó inseguro. ¿Habría sentido su mente rozar la de Logan? ¿Era tan obvio que iba a usar su habilidad? No sabía cuál era la mutación de Logan, pero por comentarios de sus compañeros supuso que era algo físico. Quizás había calculado mal. Sus emociones se debían de estar plasmando en su cara porque Logan especificó su anterior comentario.- He visto que algo te corroía por dentro. Me estabas mirando, así que he supuesto que me querías preguntar algo, así que, dispara.

 

A veces Charles olvidaba lo frustrante que podía llegar a ser estar rodeado de criminólogos y especialistas en conducta.- Te noto tenso, eso es todo.- confesó.

 

- Lo que haría ahora mismo por un cigarro.- Murmuró frustrado pellizcándose el puente de la nariz con los dedos.- Es la jodida Junta. Te juro que hacen más cosas mal que bien. Parece que es una institución hecha únicamente para tocar los cojones. Sin duda son expertos.

 

Charles le miró sorprendido.- ¿A qué te refieres? ¿Hay algún problema?

 

- No me mires así, mocoso.- comentó Logan en su versión por calmar al más joven.- Estamos en constante evaluación por la Junta, pero vamos bien. Las últimas evaluaciones de control han sido positivas.- Se acercó para coger una toalla y secarse la cara, para luego colgarla al cuello. Charles pensó en la conversación con Raven de esa mañana. Estaban satisfechos con el equipo.- Demandan demasiado con tanta burocracia de mierda.- soltó con una muesca de asco.- Se la daría a Moira, pero tenemos un trato. Ella actúa como supervisora por mí en los casos y ha cambio yo actúo como supervisor con la Junta.

 

El trato tenía sentido. El telépata todavía recordaba cómo en su primer día en la Unidad Moira le había presentado a Logan como supervisor. Sin embargo, la que elegía los casos y se refería a sí misma como supervisora era Moira. Una ocurrencia bastante inteligente para poder dividirse de una forma más cómoda el trabajo.- ¿Supongo que no querías tratar con el trabajo de campo?- aventuró Charles observándolo.

 

El comentario hizo que Logan soltara una carcajada. Charles vió cómo Erik los ojeaba de nuevo desde la distancia.- Qué va. Me suspendieron hace años del servicio sobre campo. Mi castigo es estar en la maldita oficina.

 

Charles frunció el ceño.- Lo dices como si llevaras diez años con la suspensión.

 

- Más o menos, mocoso. Más o menos.- murmuró con una sonrisa Logan guardando de nuevo su teléfono.

 

- No soy un mocoso a duras penas tendré como cinco o siete años menos que tú.- comentó Charles con una mueca.

 

La sonrisa de Logan se hizo más grande.- Mocoso, llevo veinticinco años suspendido. Tengo sesenta años.

 

- Oh.- dijo de manera elocuente Charles. Sin duda no conocía todo lo que creía a sus compañeros. Observó de pies a cabeza a su supervisor. Apenas aparentaba treinta y tres, supuso que no iba tan desencaminado con la idea de una mutación física.- No los aparentas.

 

- Eso me dicen. Aunque a este paso la puta Junta me llevará a una muerte temprana.- dijo con el semblante serio.

 

El telépata decidió guardar las preguntas sobre su mutación para después.- ¿En qué afecta lo de la Junta?

 

- Sobre todo a presupuestos, con suerte no vamos a tener que prescindir de lo primordial, pero sin duda nos va a quitar recursos.

 

En el mes y medio que Charles llevaba en la Unidad había visto lo necesario que era el presupuesto. Sin él no podrían viajar a resolver los casos fuera de Virginia. Puede que incluso hubiera que elegir casos en función de presupuestos y no de vidas en peligro. Era un tema serio, entendía la tensión de Logan. La ansiedad de las últimas semanas de Moira también cobraba sentido. No sólo había sido frustrante el caso que estaba investigando sóla, también contaba con problemas con la Junta.

 

- Si hay algo que pueda hacer para ayudar, hacérmelo saber.

 

El ruido de unas pesas al golpear el suelo llamaron la atención de Charles. Erik se encontraba haciendo peso muerto en el otro lado de la sala. Con su habilidad empezó a cambiar los pesos de la barra mientras se secaba la frente con su toalla.

 

- ¿Qué hace aquí?

 

- Lo mismo que nosotros. Suele venir a entrenar, lo raro es que no hayamos coincidido con él antes.- El telépata intuyó que antes Erik debía haberlos estado evitando. Su tregua había sido hacía casi un mes, pero no se había afianzado hasta el Condado de la Plata.

 

Charles vió cómo Erik volvía a colocarse para coger la barra. El peso parecía ser menor, aunque el telépata no estaba seguro. Esta vez sujetaba la barra apoyada en su cadera y la subía hasta su pecho flexionando los bíceps. Al darse cuenta de que le estaba mirando embobado se sonrojó y se levantó. Logan le miraba con una sonrisa burlona, señaló a Erik.- ¿Quieres que l-

 

- ¿Hemos terminado el entrenamiento?- Preguntó Charles cortando deliberadamente a Logan. Prefería no saber qué iba a decir, quería ahorrarse la vergüenza.

 

- Sí, puedes irte a cambiar.- dijo tras sopesarlo.- Soy demasiado blando contigo, profesor.- añadió cuando Charles ya se había girado para entrar al vestuario.