Chapter Text
Se suponía que habían ido a un pequeño pueblo a mitad de la nada por un rumor sin confirmar del todo de unos extraños brillos que se avistaban a las afueras del lugar en algunas noches, cuando llegaron a la zona e investigaron habían terminado por perseguir a un pobre bastardo que se encargaba de profanar las tumbas de los muertos del pueblo para saquear los escasos recuerdos o cosas valiosas con las que hayan podido haber sido enterrado los pobres bastardos.
Kanda dio una fuerte patada a un tacho de basura que había dispuesto en la habitación de la posada en la que se encontraba, demasiado irritado para medir su carácter dispuesto a destruir lo que se encontraba en el lugar.
—voy a matar a quien haya dado esta maldita información errónea. — casi gritaba mientras terminaba de destrozar el tacho de basura, mirando con demasiada irritación a quien había interrumpido en la habitación, siendo ignorado su odio en lo que el contrario se sentaba en el borde de la segunda cama dispuesta en la habitación.
—ya le informé a Komui, dijo que era una lástima y que volviéramos al amanecer. — el tono usado por Lavi era cauto y plano, sin rastro alguno de diversión o de siquiera cualquier otra emoción.
—ese bastardo, solo haciéndonos perder el tiempo. — bramó con desagrado el samurái, llevando su mano derecha al mango de su confiable Mugen, la apretó con fuerza, escuchándose el traqueteo del arma en un esfuerzo de mantenerse o salir de su vaina, terminando el portador por suspirar con irritación, sentándose con pesadez en un lado de su propia cama, mirando hacia la ventana que mostraba el cielo ya oscuro.
El pesado silencio se asentó con fuerza en la habitación, Kanda aún seguía demasiado molesto como para simplemente poder recostarse e intentar dormir el resto de la noche, tampoco podía salir e intentar entrenar un poco para relajarse, si no, sería objetivo de otra sarta de estupideces de los aldeanos como otro fenómeno extraño.
La irritación y el desprecio que llenaba la mente del japonés en ese momento no le permitieron escuchar el discreto click de la cerradura de la habitación, la cual fue cerrada por el otro joven, el cual una vez hecho aquello el pelirrojo se acercó sin hacer ruido alguno, haciendo que el otro recién se diera cuenta de la cercanía con Junior, el cual estaba arrodillado sobre la cama donde él estaba y había colocado su mano derecha en su cuello.
—¿Qué demonios? — Kanda se sobresaltó por aquella acción, llevando su mano derecha a su propio cuerpo para proteger el área que había sido tocada, volteándose y levantándose de golpe para ver al contrario con una expresión de indignación y sorpresa.
—tan solo quería saber que tan molesto estabas con tu pulso. — sonrió con sutileza el pelirrojo, entrecerrando con levedad su único ojo visible y alzando ambos hombros como si aquello no fuera nada del otro mundo.
—demasiado, ahora largo a tu cama. — declaró con seriedad mientras señalaba con un gesto de su cabeza hacía la cama al otro lado de la habitación, aunque tan solo recibió una mirada escrutadora que lo puso de nervios. — ¿Que tanto ves maldito conejo idiota?
—tan solo me comencé a preguntar ¿Que odias más? Esta burla de misión o a la orden. — había cierto toque de malicia en su voz, aunque seguía camuflada muy malamente en la fingida curiosidad que intentaba expresar.
Recibió en respuesta solo silencio y un tic en la ceja izquierda, soltando una corta risa ligera mientras retrocedía un poco para pararse al otro lado de la cama y mirar a Kanda desde una distancia donde sabía que estaba a salvo de cualquier arrebato agresivo.
—también quería saber si estabas dispuesto a hacer algo que iría en contra de todo lo que encuentra respetable incluso la iglesia como tal, pero te haría sentirte relajado como nunca te has podido sentir, dejando de lado toda la irritación que sientes justo ahora.— Lavi llevó su índice derecho a la altura de sus labios para indicar que aquello sería algo que no podía salir de aquellas cuatro paredes en las que ambos se encontraban aislados del exterior, mostrando una sonrisa de lo más inocente para que no se notara la maliciosa perversión que intentaba reprimir.
—habla de una vez conejo, que estoy pensando si cortarte con Mugen o no. — llevó su mano derecha de regreso al mango de su katana, cansado de tanto parloteo que había comenzado a hacer el sucesor de Bookman, para que se dejara de tantos rodeos.
—sodomía, sexo entre hombres.— bajó su mano derecha mientras ensanchaba su sonrisa y entrecerraba aún más su ojo izquierdo, juzgando en silencio la reacción que podría tener el contrario, riéndose para sus adentros tan solo suspiró con exageración y negó un par de veces.— pero puedes ignorar perfectamente mi propuesta y continuar despierto el resto de la noche mientras yo me acuesto para poder dormir sin problema alguno, a fin de cuentas no me encuentro tan enojado como lo estás tú en este preciso momento, solo quería ayudarte.
Después de aquello Lavi se apresuró en estirarse con fingida pereza para quitarse su chaqueta, quedando solo en su habitual playera verde suelta sin cuello para pasar a quitarse las botas y recostándose en la cama, todo ante la silenciosa mirada seria del más bajo, el cual había quedado en un profundo silencio, claramente contrariado por la propuesta que acababa de escuchar.
Después de unos largos minutos el pesado silencio que se había vuelto a asentar fue roto por Kanda.
—¿Por qué me propones algo como eso? — el tono usado en la pregunta realizada era demasiado obvio que se dividía entre la curiosidad y el rechazo innato ante la idea de tener sexo con otro hombre, con una expresión que juzgaba cualquier reacción que pudiera tener el contrario.
—porque me preocupa lo enojado que estas, porque me importas Yuu, no quiero que te de un ataque nervioso. — el pelirrojo se aseguró que su expresión no se pudiera ver por parte del mayor, habiendo llevado sus brazos detrás de su cabeza y sus codos hacía delante, cubriendo su sonrisa maliciosa ante la posible consideración que el contrario podría estar teniendo con esa pregunta.
—¿Como se hace? — después de casi diez minutos Kanda preguntó aquello, luego de debatirse internamente sobre las consecuencias más directas que podría tener en su contra además de lo que podría significar en ir en contra de las reglas de la iglesia, bajando finalmente su mano derecha de su cuello, viendo con una expresión de conflicto en su rostro.
Lavi sonrió triunfante una vez escuchó aquellas palabras volviendo a sentarse en la cama cambiando con demasiada rapidez su expresión a una de preocupación y sorpresa ante la duda que tenía el mayor.
—¿Te gustaría que te enseñara? — cuestionó con un tono que equiparaba su expresión actual, recibiendo una mirada de irritación del contrario, aunque casi de inmediato apartó la mirada intentando disimular el nerviosismo, haciéndolo volver a sonreír mientras comenzaba a retirarse la bufanda. — no te preocupes por lo que pase, no sentirás nada de dolor mientras sigas las cosas que te diga.
—déjate de tanta palabrería o me arrepentiré de haberlo considerado. — el más bajo se cruzó de brazos con claro fastidio, esperando cualquier movimiento que hiciera el más alto, el cual soltó una risa ligera.
—tranquilo, después no te vas a preocupar porque hable tanto. — desestimó el reclamo del contrario, levantándose finalmente de la cama para caminar hasta donde se encontraba el samurái, alzando su bufanda en una solicitud con un toque irónico, aunque al ver la expresión de confusión de este tan solo suspiró y soltó una muy corta risa. — para hacer esto tengo que cubrirte los ojos primero.
Kanda retrocedió un par de pasos ante la petición que le hacía el contrario, normalmente entrena con los ojos vendados cuando se encuentra solo en el bosque para agudizar su oído, pero una cosa era entrenar y otra cosa era... Esto, lo que sea que estuvieran a punto de hacer, mucho menos a manos del pelirrojo.
—bueno, no te puedo forzar a hacerlo, espero que puedas dormir bien. — enrolló la bufanda en su mano derecha para después alzar ambas manos para quitarle todo el peso a la situación, dándole la espalda para dar un par de pasos antes de sentir el peso de una de las manos del contrario. — ¿Qué pasa Yuu?
—si no intentas hacer cosas raras no importa. — a pesar de querer verse seguro con lo que estaba diciendo, en su tono se dejaba ver el nerviosismo de no poder controlar lo que iba a suceder, notando el pelirrojo que el peli azul estaba apretando la mandíbula claramente tenso.
—no es mi intención eso, solo quiero que puedas sentirte bien y relajado.— le sonrió con calma para que se relajara, aunque el otro solo apartó la mirada de nuevo, sin atreverse a verlo de forma directa, el pelirrojo se quitó la bufanda del brazo en que había sido enrollado para entregárselo en las manos.— póntelo tú y asegúrate de que esté bien puesto, también será mejor que te sientes para que no tengamos ningún incidente, yo voy a asegurarme de que ningún sonido pueda salir de la habitación.
Kanda intentó reclamar ante aquello, pero ninguna palabra logró salir de sus labios terminando por suspirar con pesadez y más rígido que al comienzo, viendo un momento a la bufanda ahora entre sus manos algo temblorosas ya que no sabía lo que iba a suceder del todo.
Terminó por suspirar con pesadez una vez que comenzó a escuchar como el pelirrojo murmuraba cosas que no comprendía, decidiendo finalmente llevarse la bufanda a los ojos y atarlo por debajo de su cola de caballo para que no le tirara el cabello, asegurándose de no ver nada por ningún lado.
La voz de Junior dejó de escucharse detrás suyo entre susurros y por dos largos minutos en la habitación no se escuchó absolutamente nada a su alrededor, al menos hasta que sintió como una mano recorrió con lentitud su pierna derecha apartando su largo abrigo.
—¿Que mierda? — casi gritó con sorpresa, apartando la pierna con fuerza ante aquella sorpresa, siempre le había sacado de quicio que las pisadas que hacía Lavi nunca se escucharan a menos que este quisiera hacer saber que se encontraba en el lugar y al parecer en ese preciso momento había querido pillarlo por sorpresa en su totalidad.
—no es necesario que te asustes de lo que pase, no dejaré que se sienta mal. — se explicó con calma, acercándose al oído ajeno para susurrárselo al oído, sonriendo con complacencia al notar el fuerte estremecimiento que recorrió el cuerpo ajeno. — solo necesitas concentrarte en mi voz y donde recorren mis manos.
Junior noto como el cuerpo ajeno estaba demasiado tenso, sonriendo con gracia, era divertido ver cómo era demasiado para cualquier persona normal el exceso de control que tenía sobre todo lo que se refería a sí mismo en Kanda, aunque era obvio que éste no era como cualquier otra persona, él se aseguraría de que tardara lo que tardara lo cedería por completo bajo su mano y pediría más voluntariamente.
—si no sonara tan molesta tu voz sería más fácil. — se excusó mientras arrugaba la nariz y se apartaba un poco más de lo que creía era la cercanía ajena, escuchando demasiado bien la leve risilla ajena. — ¿Que es gracioso?
—finge que estás meditando, inhala y exhala profundo, lento para que te relajes y solo puedas concentrarte en lo que hago. — le explicó con un tono de voz bajo y demasiado lento como para el gusto de Kanda, el cual al comienzo tan solo contuvo el aliento debido a la cercanía de la voz, sin recibir ninguna otra señal de que volvería a ser tocado con prontitud, pero con el más alto nunca se sabía.
—como si fuera tan fácil teniéndote encima. — reclamó con claro fastidio el japonés, volviendo a estremecerse con fuerza en el momento que sintió la lengua del menor recorrerle el cuello, sin saber cómo tomarse aquello, apretando con aún más fuerza las manos y la mandíbula para terminar con exhalar con pesadez.
—eso se puede arreglar. — le susurró al oído antes de arrodillarse sin problema alguno, aunque con una risa silenciosa al saber que el contrario se sentiría aún más ansioso por lo que intentaría hacer.
—¿Cómo se...? — toda palabra que iba a decir el mayor fue silenciada ante lo que sintió ahora, soltando un quejido ahogado cuando volvió a sentir el peso de una de las manos del contrario sobre su muslo derecho, pasando a abrir los ojos con sorpresa detrás de la bufanda al sentir la otra mano o al menos los dedos de este sobre su ingle.
—respira Yuu y no cuestiones nada, se lo que estoy haciendo, así que no te preocupes, estás bajo mis capaces manos. — aquello sobresaltó un poco a Kanda al no saber en qué momento había el contrario a estar bajo suyo, maldiciendo para sí mismo de nuevo el hecho de que el contrario no hiciera ruido alguno.
El más bajo iba a cuestionar con sarcasmo aquello, aunque cualquier reclamo fue acallado con un gemido de sorpresa al sentir la presión de los dedos del más alto por su falo de una forma tan precisa que le hacía sentir escalofríos en su espalda, gruñendo por lo bajo ante el agrado momentáneo que había sentido, agachando la cabeza en un intento de ver al contrario con el ceño fruncido, aunque fue imposible al tener cubiertos sus ojos.
—tranquilo, es una sensación por completo normal para alguien de nuestra edad Yuu, ya vas a ver lo bien que se comienza a sentir con rapidez, tan sólo déjate llevar. — siguió masajeando mientras decía aquello, sonriendo complacido al ver como el contrario se debatía entre apretar su mandíbula y suspirar con pesadez. — sí, continúa así, tan solo céntrate en cómo te hace sentir y deja que tu cuerpo lo exprese, por ahora solo quítate el abrigo para poder ir más allá.
Claramente a regañadientes hizo lo que el pelirrojo le había pedido, desabrochando la hebilla sobre su chaqueta y después los botones del abrigo, dejando que esta cayera a la cama sin fuerza alguna, quedando tan solo con aquella camiseta negra sin mangas pegada a su cuerpo y con cuello redondo.
Lavi lamió con hambre su labio superior, apretando un poco su agarre en la pierna ajena mientras subía por el muslo sin tanta fuerza hasta que llegó a la unión entre la pierna y la cadera, sonriendo con diversión al escuchar el siseo ajeno, mordiéndose la lengua para no soltar ninguna risa, tan solo suspirando profundo.
Volvió a acariciar con los dedos la ingle del mayor con los dedos por sobre el pantalón, haciéndolo centrarse en aquella sensación mientras retiraba su mano de la pierna para comenzar a retirar con sutileza esta vez el cinturón del pantalón ajeno y comenzar a desabrocharlo lo más silencioso posible.
Sonrió con victoria cuando al ver al mayor lo notó perdido mordiendo su labio inferior, intentando controlar su respiración como se le había dicho que hiciera, notando como sus manos esta vez estaban sujetando los bordes del abrigo retirado y no tan tensos en su agarre como al comienzo.
Dejó de darle cualquier atención para poder volver a levantarse con sutileza, soltando ahora si una corta risa de diversión cuando escuchó al otro soltar un quejido reprimido en protesta, volvió a acercar su rostro al contrario par soplar con sutileza contra su oído, disfrutando el estremecimiento más obvio que los anteriores.
—dímelo, dime cómo se siente ser acariciado aquí. — exigió con firmeza contra el oído del mayor, mordiendo con levedad el lóbulo de la misma oreja al mismo tiempo que metía indiscriminadamente su mano dentro del pantalón ajeno.
Sobresaltado, Kanda por reflejo intentó ahora retirarse la bufanda del menor de sus ojos, pero fue sujetada su muñeca con firmeza, mientras que la otra mano era forzada a permanecer contra la cama debido al peso de la rodilla del más alto, sintiendo esta vez la palma completa del contrario restregarse contra sus boxers para estimularlo con firmeza.
—Lavi... Bas-bastardo...— la voz del samurái sonaba realmente lamentable mientras intentaba apartar cualquiera de sus manos de los agarres en los que se encontraban, gimiendo y estremeciéndose frustrado ante la sorpresiva fuerza con la que había sido pillado sumado a la extrañamente placentera sensación que le era entregada en su falo.
—no es lo que te estoy pidiendo, pero fue una buena respuesta. — el tono bajo usado por el pelirrojo en aquellas palabras hizo sentir a Kanda jodidamente pequeño y desprotegido ante lo que estaban haciendo
No le gustaba esa sensación en absoluto, pero al mismo tiempo le hizo sentir un nudo en el estómago que no supo a que atribuirlo, juntando sus piernas por inercia y gimiendo de nuevo al haber apretado aún más la mano del contrario contra su ingle debido a aquella acción.
—que adorable como reaccionas. — murmuró con un tono de diversión, recibiendo un gruñido de queja, el cual se apagó tan rápido como él movió su mano con dificultad más adentro sobre su ropa interior a pesar de tener las piernas apretadas, estremeciéndose cuando el pelirrojo volvió a reír por lo bajo. — voy a soltar tus manos, pero no puedes intentar de nuevo retirar la bufanda, debes dejar tus manos detrás de tu espalda.
—que molesto...— exhaló Kanda con dificultad, pero dejó de intentar forcejear contra el agarre ajeno, siendo soltado uno de sus brazos con lentitud, como si el contrario tanteara el terreno.
El mayor solo volvió a agachar la cabeza con cierta queja en una momentánea rendición, llevando su mano liberada tras su espalda, siendo solo ahí recién que su otra mano dejó de sentir el peso de todo el cuerpo de Lavi encima suyo, llevándola con dificultad también detrás suyo, recibiendo en respuesta un sutil tarareo del más alto.
—¿Tan difícil se te hace soltarlo todo? Ya lo dije, tan solo deja de pensar, será todo más fácil una vez que aceptes que esto se siente bien... que se siente bien tan solo entregarlo todo. — su mano libre fue a la espalda del mayor, al igual que las manos de éste, aunque se dedicó a masajear por sobre la camiseta con calma y precisión alrededor de su columna, al mismo tiempo que su otra mano se forzaba a moverse a pesar de la presión ejercida al tener el mayor las piernas juntas.
—no se si pueda más... Ya es difícil estar así frente a ti y que me toques, no sé cómo tomarlo. — aquello fue más de lo que nunca esperó escuchar nunca algo como eso por parte de Kanda.
El pelirrojo sintió una fuerte punzada atravesar su pecho, sin saber cómo explicarlo, tan solo suspirando silencioso y profundo intentando no ser escuchado por el contrario, apartó su mano de la espalda ajena y palmeó un par de veces una de las piernas del contrario.
—tampoco puedo forzarte a algo así si ya no puedes más, vamos aparta, para que pueda al menos quitar la mano. — le pidió con un tono más suave y leve, retirando con cuidado su bufanda para que el contrario pudiera ver, pudiendo apartarse una vez pudo liberar su mano, alzándolas ambas en el aire mientras se apartaba un par de pasos. — al menos lo quisiste intentar, eso a mí me deja satisfecho, vámonos a dormir ahora, tenemos que salir temprano de vuelta a la sede.
Kanda se quedó en silencio por completo, tan solo asintiendo en silencio mientras cerraba los ojos con pesadez dándole la razón al contrario, se quitó la ropa pesada y dejó a Mugen a un lado de la cabecera de la cama antes de taparse por completo, en la otra cama Lavi también se había acostado, aunque le daba la espalda sin poder ver si estaba en verdad dormido o no, suspirando agotado prefirió olvidar todo lo que acababa de suceder y sumirse en el sueño.
Notes:
tuve que partirlo en dos capítulos esta obscenidad porque comencé a escribir más lento la segunda parte, debido a que comencé a tener ideas de un maldito trío entre Tyki, Lavi y Wisely y no quiero ser consumida por otras ships, al menos no tan pronto, quiero resistir con mi OTP por más tiempo, además que no se de donde mierda salió la idea de ese ship, me está volviendo loca
Chapter 2: cuando finalmente se logra
Notes:
escribiendo entre los últimos tres días solo he logrado solo dormir 8 horas repartido entre ambos días, ahora solo quiero dormir en resto del día, tampoco esperé que diera el doble de cantidad de la primera parte y que tardara dos días completos en terminarlo cuando la primera parte me costó en escribirlo casi una semana entera
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Habían pasado unos cuantos meses cuando pudieron encontrarse solo los dos en otra misión, habían arribado casi en el ocaso a la posada donde iban a quedarse, siendo Lavi el primero en lanzar con rapidez su maleta sobre una de las camas y lanzarse sobre el colchón, estirándose con flojera y degano.
—finalmente llegamos, creí que iba a ser eterno. — se quejó el pelirrojo restregando su rostro contra la almohada, dando un bostezo exagerado. — ¿Descansamos por hoy o vamos a dar un reconocimiento? Antes de que termine de bajar por completo mi flojera.
—he estado pensando este tiempo lo que pasó la última vez. — aquello no se lo esperaba el pelirrojo, alzando la cabeza de la almohada para poder ver mejor al contrario, parpadeando un par de veces.
—espera... ¿En serio? — se sorprendió una vez que procesó lo que había escuchado y de posteriormente relacionarlo con las veces que había estado con el contrario, sentándose a mitad de la cama e inclinándose un poco hacia delante. — ¿Y qué piensas sobre todo eso?
—supongo que puedo intentar llegar más lejos esta vez. — el de pelo largo tan solo cerró los ojos con firmeza mientras apartaba la mirada con el rostro sutilmente teñido de rojo, haciendo que el más alto sonriera con genuina emoción.
—sabes lo que significa, ¿Aun así te gustaría continuar lo de esa vez? — el más alto decidió morderse la lengua con levedad y enderezarse en un intento de calmarse, no quería forzar las cosas, al menos no ahora luego de que intentara averiguar que había sido el dolor en su pecho y aún no averiguarlo del todo, tampoco quería ya presionar al contrario como lo había hecho la vez anterior.
—lo sé, por eso quería volver a intentarlo e ir más allá si podemos. — aquello lo hizo sentir de nuevo una punzada en su pecho, haciéndolo apretar la mandíbula evitando chillar de la emoción.
—me encantaría, pero terminemos la misión primero, porque ejem... Te puedo asegurar que si llegáramos al final perderás la cabeza... De forma metafórica claro está, no de forma literal, ehehehe... Nunca sería capaz de hacerte algo que te lastimara de forma tan grave. — el pelirrojo hablaba de forma apresurada con una sonrisa temblorosa, alzando ambas manos de un lado a otro mientras intentaba explicarse y terminando por reír nervioso y ansioso.
—como si fueras capaz de hacerme algo sin terminar tú primero partido por mi espada. — le advirtió con seriedad y una sonrisa irónica en su rostro, sujetando el mango de Mugen como advertencia, recibiendo una corta risilla del contrario.
—vamos, vamos, entonces terminemos pronto la misión. — se volvió a estirar para desperezarse aunque terminó por volver a recostarse contra la almohada con una expresión de reclamo. — pero por hoy durmamos por favor, estoy muy exhausto.
Kanda al comienzo chistó con un toque de fastidio, pero eso no evitaba que le diera la razón en esa oportunidad, él había logrado dormitar un rato en su camino hacia la ubicación de la misión, pero había sido al dejar al contrario hacer una pseudo guardia por si es que ocurría alguna emboscada durante el camino.
Suspiró con pesadez antes de recostarse de igual forma en la cama restante y aprovechar esta vez la comodidad de la cama para aliviar la incomodidad de haber estado torcido al dormir sentado en el asiento del tren.
Al día siguiente se aseguraron de realizar la misión lo más rápido posible y de forma afortunada todo había logrado resolverse hasta antes de la llegada de la noche profunda, volviendo casi a las 10 de la noche, sentándose cada uno al comienzo en sus propias camas en la posada calmando la adrenalina de la batalla que habían tenido para recuperar la inocencia de las garras de los akumas.
—entonces ¿Tendría que repetir de nuevo lo de vendarme los ojos con tu bufanda? — cuestionó de la forma más directa como era característico para Kanda una vez logró calmarse lo suficiente, dejando en silencio cualquier respiración fuerte y exagerada por parte de Lavi.
—esta vez no, aproveché de comprar una pañoleta mientras estábamos investigando en la mañana, es nuevo así que no está tan desgarrada como está mi bufanda. — no pudo evitar reír por lo bajo mientras sacaba el paquete para estirárselo al contrario, el cual lo tomó con cierto recelo y una ceja alzada.
—en verdad eres un maldito bastardo. — soltó con mordacidad pasando a arrugar su nariz con fastidio, aunque comenzando a doblar el pañuelo como había doblado hace tiempo la bufanda del pelirrojo para cubrir sus ojos ante la atenta mirada de éste, el cual sonreía con cierta emoción.
—ya sabes que si lo soy, me aseguraré de que nadie sea capaz de escucharnos. — se rio al comienzo con cierta gracia antes de levantarse donde se encontraba y encaminarse a la entrada de la habitación.
Mientras Kanda se cubría los ojos y ataba los extremos debajo de su cola de caballo escuchaba con atención el click del seguro de la puerta seguido de los mismos murmullos extraños de la vez pasada, suponiendo ya que eso era algún tipo de hechizo raro de los Bookmen para poder discutir sin oídos intrusos, especialmente en un lugar como la orden, donde las paredes parecían tener oídos propios.
—¿No sería problemático con el viejo Bookman que uses esas cosas sin su permiso? — le cuestionó con seriedad una vez ya cubierta su vista, sintiendo un vacío en su estómago al recordar lo que vendría ahora.
—lo que ese viejo panda no sepa no le hará... No me hará daño mejor dicho. — se corrigió a si mismo Lavi una vez ya al lado de Kanda, el cual se apartó un poco solo por inercia. — además así me ayuda a perfeccionarlo, en duración y firmeza...
—la vez pasada...
—fue bueno, no había riesgo de que saliera ningún ruido. — se apresuró a cortar cualquier posible peligro que pudiera haber corrido al haber confesado que no le tenía total dominio aún, riendo algo tenso mientras se retiraba la mayoría de lo innecesario, quedando solo en su playera verde y boxers. — la de ahora también me salió bien, así que tenemos al menos un par de horas sin problemas.
—más te vale o me aseguraré de que te arrepientas de esto. — le advirtió con algo de fastidio el japonés, dirigiendo su rostro hacía donde había escuchado la voz del pelirrojo, el cual sonrió con diversión, acomodando un poco más la pañoleta solo para asegurarse de que estuviera bien puesta sobre los ojos del mayor, notando bajo el tacto de sus dedos como se tensaba.
—entonces... ¿Esta vez si estás seguro de ir más lejos? — volvió a cuestionarle al contrario para estar seguro de poder continuar.
—si vuelves a preguntar me quitaré esta mierda de encima y te apuñalare. — lo amenazó con firmeza y estirando la mano hacia donde creía estaba el contrario, aunque su mano pasó de largo, gruñendo con fastidio ante el fallo.
—entiendo, entonces quítate el abrigo y abre un poco más las piernas, para que pueda maniobrar bien. — la primera palabra había sonado complaciente, aunque el resto rápidamente adquirió un tono exigente, llevando su mano derecha al mentón del contrario para moverlo y dejarle más accesible el oído. — más te vale mantener tu palabra o me dejarás en claro que no puedes soportar nada.
Una expresión de fastidio y molestia se marcó en el rostro del más bajo, pero no surtió el efecto deseado debido a que no tenía el apoyo de sus ojos y mostrarle aquella mirada gélida y afilada que prometía sufrimiento por aquel atrevimiento, pero ninguna palabra fue soltada como respaldo, terminando solo por suspirar pesado y hacer lo que el contrario le había ordenado hacer.
—Yuu tú... ¿En serio? — el rostro del pelirrojo estaba cerca de igualar el color de su cabello al ver como debajo de su abrigo en esta oportunidad ni siquiera había una prenda de ropa, solo habían vendas que cubrían el área de sus costillas y en diagonal hacia su hombro derecho.
El mayor no soltó ninguna palabra, tirándole el abrigo con fuerza al menor, el cual esta vez no pudo esquivarlo de ninguna forma al encontrarse absorto al estar admirando el cuerpo del contrario, quejándose por lo bajo cuando su visión fue por completo bloqueada, quitándose el abrigo usado de arma arrojadiza de la cabeza para tirarlo en la otra cama sin usar.
—hmm hehe... Supongo que puedo usar otro acercamiento aprovechando esto. — comentó con ligereza el más alto, acariciando con cuidado y sutileza el abdomen del más bajo el cual reaccionó con una mueca de queja mientras se acomodaba hacía atrás en la cama, llegando al topa por sus piernas flexionadas. — vamos, tranquilo Yuu, ya te dije como debes hacerlo, tan solo inhala, exhala profundo y lento, vacía tu cabeza y céntrate solo en mi voz y mi tacto.
Al comienzo, Kanda había vuelto a apretar la mandíbula, sintiéndose reticente al igual que la primera vez con todo este asunto, pero esta vez decidió intentar seguir lo que el contrario decía ya que aunque no quisiera admitirlo, de alguna forma lo poco que habían logrado avanzar esa última vez se había sentido bien por alguna razón y quería saber lo que se sentía llegar más lejos solo por curiosidad.
Comenzó a respirar como le había indicado Lavi, estremeciéndose un momento ante el escalofrío y lo raro que se sentía como el contrario volvía a recorrer su vientre con sus dedos, suspirando con levedad cuando su cuerpo comenzó a acostumbrarse a la sensación.
Se sobresaltó con sorpresa y se retorció al comienzo con incomodidad cuando sintió como los dedos subían hasta su pecho, terminando por comenzar a masajear y apretar uno de sus pezones entre su pulgar e índice, llevando de forma inconsciente su mano al brazo ajeno para sujetarlo entre temblores.
—¿Se siente mal? — le preguntó Lavi con un tono calmado, pero con cierto toque de preocupación, apartando un momento la mano mientras veía el rostro ajeno.
—no... Solo...— Kanda no sabía cómo expresarlo con palabras, su cabeza se estaba volviendo un lío, esto era muy diferente a entrenar aunque él mismo se había hecho a la idea de que podría ser similar, pero en verdad era raro, soltando con dificultad el brazo ajeno, terminando por negar un par de veces. — sigue con... eso...
—oh ya veo, no sabes cómo tomar el placer. — soltó con ligereza el pelirrojo, sonriendo realmente animado, subiendo su pierna derecha para presionar su rodilla contra la entrepierna del mayor, volviendo a jugar con el pezón del contrario y acercando su rostro donde el cuello ajeno y susurrarle. — no te preocupes Yuu, te daré el suficiente placer como para que no te vuelvas a preocupar si volvemos a tener estos encuentros.
—¡y-yo no he dicho que ghm-...! — el japonés tuvo que morder su labio inferior para resistir cualquier sonido que quisiera escaparse de él, le hacía sentir nudos en el estómago de lo raro que lo hacía sentir, especialmente ahora que el contrario restregaba su pierna contra su falo.
—no es necesario gritar ahora, aunque me encanta escuchar como gritas y maldices siempre. — le murmuró aquello, acercando su rostro al cuello ajeno, repartiendo varios besos con adoración a lo largo del cuello y hombro más cercano, disfrutando al sentir los temblores y las pesadas exhalaciones que hacía.
El más bajo no sabía cómo tomarse aquella declaración ajena, su cabeza comenzaba a dar vueltas ante la mezcla de sensaciones, ahogando un gemido bajo al apretar los labios con fuerza, llevando sus manos entre temblores a la espalda del contrario, aferrándose a la playera del más bajo para tirar de ésta.
Lavi se detuvo un momento al sentir aquello, sin poder evitar sonreír con cierta emoción contra el cuello ajeno queriendo apresurar todo lo que estaba haciendo, pero se forzó a mantener la calma, mordiendo un momento su lengua para mantener el hilo de sus pensamientos.
—si esto te está haciendo sentir bien, vas a sorprenderte con lo que viene. — volvió a murmurar intentando no usar términos agresivos para no hacer sentir ansioso y a la defensiva al contrario, ya había identificado que no era buena idea. — tan solo suéltame un momento y te lo voy a demostrar.
Kanda lo soltó como había pedido, aunque aún notaba entre los temblores en los brazos no se sentía del todo seguro al soltarlo, cuando dejó los bazos a los lados de su cuerpo alejó sutilmente su rostro para pasar su lengua por el costado del cuello, sacándole finalmente un gemido aunque fuera más parecido a un quejido de sorpresa, haciendo volver a sonreír victorioso a Junior.
Bajó su pierna derecha del colchón para dejarla junto a la otra pierna, manteniendo aquella sonrisa al ver como el falo del mayor había despertado parcialmente con solo tacto vago, pero preciso, arrodillándose frente al mayor para abrir el cierre del pantalón, dejándolo abierto y bajando lo que podía el bóxer para dejar libre solo el miembro.
—es increíble como todo en ti Yuu es espectacular. — soltó de forma deliberada y en alto, dando un par de caricias a la longitud ajena, recibiendo en respuesta un estremecimiento junto a un golpe leve por una de las piernas del mayor. — tranquilo Yuu, vas a sentirlo de maravillas.
El samurái sintió un vacío en el vientre bajo y se inclinó hacia delante cuando sintió la lengua del más alto recorrer desde la base de su miembro hasta la punta, jadeando ahogado cuando la sintió por segunda vez en el mismo recorrido, maldiciendo entre balbuceos ante lo raro, pero bien que se sentía al mismo tiempo.
—co-conejo, para...— a pesar de su intranquilidad y desesperación al llamarlo, había enganchado sus piernas detrás de la espalda del menor y sus manos estaban en los hombros de este.
—¿No se siente bien? — le cuestionó con total calma Lavi, obedeciendo sin problema alguno lo que había sonado más a una súplica de parte del contrario, dejando que se calmara.
—no... No es... Solo raro. — se excusó aún con cierto toque de orgullo a pesar de sentirse devastado por las sensaciones, apretando los dientes con algo de fuerza cuando sintió las manos del que estaba arrodillado en sus mejillas, sin saber cómo sentirse.
—tranquilo Yuu, pero si vuelve a ser mucho solo volvemos a detenernos aquí. — le dio aquella oportunidad de detenerlo antes de que avanzara más mientras acariciaba con calma más mejillas del más bajo, sonriendo con tranquilidad a pesar de no poder ser visto por el contrario.
—¿Qui-quien te permitió... Decir eso...? Solo... Dame un maldito res-respiro. — Lavi tuvo que retirar su mano izquierda de la mejilla ajena para llevarlo a su propia boca en un intento de no reírse mientras respiraba, en verdad no podía con la actitud de Kanda, lo superaba en todos los sentidos y aún ahora intentaba mostrarse dominante a pesar de estarse notoriamente desmoronándose ante las sensaciones, eso le encantaba en verdad.
—Bi-bien, entiendo...— se le dificultó hablar y el regular su voz para no sonar más exaltado o emocionado de lo necesario, forzando respiraciones profundas y silenciosas antes de tragar saliva con dificultad, retirar su otra mano del rostro ajeno y usarla para acariciar con cariño uno de los muslos, mientras que con la otra aún cubría su boca.
Kanda apartó el rostro hacía un lado mientras mordía su labio inferior para evitar soltar algún sonido más y sin querer dejar ver como lo afectaba aquello a pesar de estar siendo demasiado obvio.
El pelirrojo no apartaba en ningún momento su mirada del rostro ajeno, ahogando finalmente cualquier sonido que pudiera escapársele ya que estaba dispuesto tan solo en centrarse que el contrario conociera lo que era el placer y no solo el dolor de la vida y las batallas.
Se acomodó con dificultad al estar restringido entre las piernas ajenas antes que éste mismo dijera cualquier cosa para poder continuar y comenzó a repartir varios besos entre el bajo vientre y donde comenzaban las vendas que aún continuaban alrededor de sus costillas, disfrutando de lo firme, pero suave que se encontraba la piel de éste.
—mierda... Te dije que es-esperes. — se quejó con dificultad, con la voz tensa mientras su respiración se agitaba sin querer, estremeciéndose con fuerza ante la sorpresa de sentir la lengua del menor recorrer su piel desde la base de su miembro, pasando por su ombligo hasta llegar al borde de las vendas.
—y yo te dije que me dejaras las decisiones, que puedes darte un descanso de controlarlo todo.— le recordó con un tono suave, aunque un poco exigente, recorriendo con calma la punta de los dedos por el firme abdomen ajeno hasta el borde de las vendas, sin saber cómo deshacerse de estas o si quizás debería dejarlo para darle una extraña curiosidad morbosa sobre la piel debajo de esta a pesar de haberlo visto ya incontables veces en los baños cuando lograban cruzarse.— dejar de ser solo por un rato el terrible y temido Yuu para solo dejarte consumir por las sensaciones y el placer.
A Kanda le costaba en verdad el seguir lo que le decía el menor, aún a pesar de tener la mente nublada por las sensaciones demasiado fuertes que le recorrían el cuerpo de forma exagerada debido a la restricción en sus ojos, exhaló con pesadez cuando volvió a sentir la lengua del contrario contra su abdomen, soltando un sutil gemido cuando una de más manos del contrario comenzó a masajear su falo con cuidado y suave.
Dejó finalmente actuar al más alto al quitarle las manos de encima de los hombros a pesar de aún sentirse sobrepasado, permitiéndose aún con un leve toque de desconfianza el hacer lo que el pelirrojo le había pedido que hiciera, que le dejara el trabajo a él mientras el solo se permitía sentir ya que aunque no quería admitirlo, se sentía agradable el toque sobre su cuerpo.
Fue en ese momento en que las caricias en su miembro tomaron más confianza, no solo subiendo y bajando a lo largo de éste, sino que también se encargaba de acariciar de forma ocasional la punta con el pulgar y después dar un leve masaje algo más apretado en la base, cerca de sus testículos aún apresados en sus boxers, sacándole un quejido más vocal debido a lo raro, pero al mismo tiempo bien que se sentía.
Se sobresaltó con un fuerte jadeo cuando volvió a sentir la lengua en su miembro ya erecto del todo aunque no volvió a detenerlo en esta ocasión, dejándole maniobrar con aquel trabajo que se dividía entre caricias y lamidas, agachando la cabeza llevando la mano derecha a su rostro para cubrir su boca y los sonidos demasiado vergonzosos que querían salir fuera de los que ya se habían escapado.
—¡mi-mierda! — maldijo con fuerza cuando sintió como su falo era engullido por la boca del contrario, sintiendo la calidez y la humedad recorrerlo con detalle y precisión, deteniéndose de forma ocasional en la punta para lamer con detenimiento antes de volver a ser engullido por completo casi hasta la base de su miembro.
Junior agradecía mentalmente en estar especializado en diferentes materias y aunque su falta de reflejo nauseoso era gracias a entrenamientos no relacionados con temas sexuales, era bueno en esta situación, ya que el falo de Kanda había sido más grande de lo que había esperado, rogando para no terminar con dolor en la mandíbula a la mañana siguiente, pero aún dispuesto a llevar aquello hasta el final de todas formas.
Quizás fue un fallo en sus cálculos mientras le daba atención al falo del contrario o el hecho de que el mayor fuera obviamente virgen y al parecer ni siquiera se había masturbado en su vida, pero terminó por sentir rápidamente como el contrario se corría en su boca, comenzando a sentir recién en aquel momento nauseas debido al sabor que había inundado su boca.
Intentó casi de inmediato separarse del contrario, pero las piernas del mayor aferrándose aún a su espalda se lo impedían casi por completo cualquier movimiento que quería hacer, cerrando con fuerza su ojo descubierto mientras se obligaba a si mismo a tragarlo por completo, logrando apartarse cuando sintió que el cuerpo ajeno se aflojo, respirando agitado y con el corazón acelerado llevando su mano derecha a su garganta.
—que asqueroso...— balbuceó con desagrado al tener aún el sabor en su lengua intentando recuperar el aliento, pensando en que tendría que estar casi media hora lavando su boca varias veces para poder quitarse el sabor de la boca de forma satisfactoria.
Volteó a ver dónde estaba ahora Kanda tirado sobre la cama, levantándose con las piernas adormecidas debido a la forma en que había estado sentado para darle una mamada al japonés, tragando saliva y respirando profundo antes de exhalar con pesadez, sentándose a su lado intentando no molestar al contrario.
—¿Yuu? ¿Te gustaría continuar o me detengo aquí? — cuestionó con la mayor gentileza que pudo, repartiendo caricias por el cabello y mejillas del mayor, quedando en silencio después esperando que el contrario respondiera o recobrara un poco el sentido.
—di-dije... Que fuéramos... al final... ¿No? — cuestionó de vuelta con dificultad entre jadeos ahogados el japonés, recibiendo una risa torpe y ahogada por parte del pelirrojo, el cual aún se estaba recuperando del desagradable sabor y viscosidad que casi lo ahoga.
—cierto, intenta acomodarte contra la almohada y no te quites aún la pañoleta. — se quedó casi un minuto más acariciándole el cabello luego de decir aquello para levantarse y caminar hasta donde estaba su propia maleta para sacar un pequeño frasco de aceite que se encontraba escondido entre los dobleces de su ropa, pensando que al menos no tendría que usarlo con cualquier prostituta en alguna esquina al azar y podría usarlo con Kanda.
Kanda por su parte esta vez no reclamó ni exigió razones para aquello, tan solo se acomodó en la espera de que su cuerpo y su cabeza se recuperaran rápido, aunque si le preguntaban no podría negar que no se sentía más relajado que de costumbre, por lo que, solo por curiosidad le había dejado en claro al contrario que continuara, para saber que más se podría hacer y que más podría sentir.
—no te muevas mucho, tengo algo de vidrio y voy a colocarlo en mi boca ya que necesito mis manos libres para quitarte los pantalones y los boxers. — se explicó, esperando que el más bajo obedeciera y no reaccionara de mala forma cuando le quitara las prendas nombradas.
Al ver la falta de reacción del contrario volvió a tragar saliva con cierta pesadez antes de subirse de nuevo a la cama, estando de nuevo entre las piernas de éste. Llevó el pequeño frasco a su boca para no dejarlo sobre la cama y correr el riesgo de que se cayera y rompiera, tomó el borde de los pantalones junto a los bóxer y los retiró con cuidado hacía el techo hasta que los retiró por completo y los dejó a un lado.
Suspiró casi entre dientes mientras sacaba el frasco de su boca, sintiendo su corazón latir más rápido y fuerte que antes al tener a Kanda recostado a la espera de cualquier cosa que fuera a hacer, se estremeció con cierta fuerza de la emoción para destaparlo y aplicar un poco sobre el índice y medio de su mano izquierda antes de volver a cerrarlo.
—espero que sigas así de relajado ahora o va a ser demasiado incómodo para ambos. — se explicó en voz alta Lavi, tomando la pierna izquierda del mayor para colocarla sobre su hombro derecho.
Volvió a dejar el pequeño frasco entre sus dientes antes de llevar su mano izquierda a la parte baja del mayor, tanteando el trasero de este con suaves masajes superficiales antes de penetrarlo con lentitud y cuidado con su dedo medio, recibiendo un quejido ahogado del contrario y notando como se tensaba con levedad, evitando apretar sus dientes para no causarse auto lesiones por accidente.
—res-respira y relájate Yuu... Se que es di-dificil, pero no durará la incomodidad. — se explicó con dificultad, aunque deteniendo cualquier movimiento con su mano para que el mayor se pudiera acostumbrar.
Fue casi un largo y tortuoso minuto para el pelirrojo hasta que finalmente sintió como el peli azul se relajaba bajo la intrusión en un suspiro ahogado, haciendo al del parche exhalar silencioso y pesado ya que le estaba siendo difícil el calmarse él mismo al encontrarse duro contra su propia ropa interior, pero sabía que tenía que esperar, debía ser paciente y tomarse el tiempo necesario ya que a pesar de la emoción por lo que se encontraba "profanando" en ese momento, no quería lastimarlo de ninguna forma.
Se quejó un poco por lo bajo ante aquella idea tan ambigua, no le agradaba sentirse tan confundido con algo que se suponía debía ser para pasar el tiempo y relajarse ambos, algo dentro de él solo quería que el contrario pudiera sentirse bien, al menos en esta primera vez y esa parte de él era la que estaba predominando en el encuentro.
Exhalando con mucha más calma comenzó a introducir el resto del dedo en el interior del mayor, acomodándose mejor para bajar la pierna ajena y asentarlo sobre su cintura, apoyándolo contra su espalda para tener una mayor movilidad.
Se reacomodó con torpeza, volviendo a quitarse el frasco de entre los dientes para recostar el brazo a un lado, quedando a la altura del rostro ajeno para verlo de cerca aunque sin terminar de atreverse del todo ante la idea que había surgido en su cabeza, dejando caer su cabeza a un costado, apoyando su frente contra la almohada de la cama con una sonrisa torcida.
—eres increíble Yuu, peligroso y letal... Por eso quería... Acercarme así a ti... Para...— se interrumpió a sí mismo, mordiéndose con algo de fuerza la lengua temiendo cualquier cosa que fuera a salir de su boca, recordándose que solo era algo que quizás no se volvería a repetir, algo solo con la finalidad de que ambos se relajaran y de desahogaran, tan solo volviendo a repetir. — eres increíble Yuu...
Un gruñido mezclado con un quejido ahogado salió de la boca ajena, llevando con torpeza su mano izquierda al cabello corto de Junior y lo tiraba con torpeza, intentando apartarlo de su cuello entre temblores y espasmos.
—da... Da cosquillas... Ghmmm... Se si-siente ra-raro...— el mayor se refería a como el aliento del menor chocaba contra su cuello, con una mueca de incomodidad, recibiendo la mirada del oji verde antes de que se riera ansioso y ahogado. — ¿que mi-mierda... Da risa?
—na-nada...— murmuró con cierta diversión en su voz, sintiendo como su corazón era capaz de golpear con aún más fuerza y rapidez, preguntándose si sería posible que se saliera de su caja torácica si seguía así la situación, él teniendo algún desliz y sin ser tomado en cuenta por el mayor solo siendo resaltadas las sensaciones raras que le provocaba, pensando si sería posible volver a tener un encuentro como aquel a futuro solo para sentir aquella fuerte emoción y el como lo hacía sentir.— solo que voy a meter otro dedo... Respira hondo.
El más bajo asintió en silencio un par de veces mientras seguía las instrucciones que le daba el más alto, soltando un gemido pesado cuándo los dos dedos ya estaban por completo en su interior y comenzaba a tener un ritmo que se dividía entre penetraciones y movimientos de tijera para relajar y extender aún más sus paredes internas, apretando con algo más de fuerza el cabello rojo, sumando su otra mano a la playera ajena en la espalda, dando tirones asimétricos ante las nuevas sensaciones que lo llenaban.
Los tirones en el cabello se sentían deliciosos, realmente agradables en corrientes a través de su columna debido a la potente fuerza que lo tenía sujeto, pero aun así no la usaba del todo, preguntándose si era por la actual incapacidad del contrario de pensar con claridad o si en verdad se estaba conteniendo para no lastimarlo realmente.
Por su mente pasó la idea fugaz de atar con firmeza las manos de este contra alguna cabecera de cama metálica como lo eran las camas de la orden o incluso yendo más allá, arriesgándose a ser posiblemente encontrados con Kanda bajo suyo atado por completo y retenido de cualquier forma posible mientras él se burlaba del samurái con algunos juguetes interesantes que había leído o visto de pasada en sus viajes.
Un gemido ahogado escapó de su boca, intentando descartar cualquier idea peligrosa o que implicara algún segundo encuentro ya que para su parte racional era imposible que aquello se repitiera, intentando mantenerse en ese lado y no en aquella posible parte suya que ansiaba más encuentros a futuros junto a la posibilidad de incrementar la intensidad de los juegos que pudieran tener.
Torció sus dedos hacía arriba en un movimiento experimental en búsqueda de aquel manojo de nervios en el interior del japonés, hasta que finalmente logró ubicarlo y en consecuencia el cuerpo del contrario se contorsionó casi por completo al mismo tiempo que un fuerte gemido escapaba de su garganta, aquella reacción le hizo recorrer una oleada de placer, aventurándose de nuevo en acercarse al oído ajeno a costa del dolor de sentir como su cabello era nuevamente jalado con una fuerza débil.
—eso es, esa es la reacción perfecta que buscaba, quiero ver y escuchar más de eso. — Lavi sonrió ampliamente mientras le susurraba aquello al oído, comenzando a masajear con más insistencia en el mismo punto, escuchando como los gemidos que soltaba el mayor se mezclaban con maldiciones en un intento del contrario de recobrar la compostura de forma fallida.
Una vez satisfecho con todas aquellas reacciones y esperando que esté lo suficientemente preparado el mayor, retiró los dedos con total cuidado e intentó volver a sentarse, aunque aquello le fue por completo imposible al estar siendo sujeto por los brazos del contrario, sintiendo una punzada de fastidio al ver que aquello volvía a repetirse, aunque de igual manera podía agradecer que esta vez no tenía el falo ajeno en su boca como hace unos minutos.
Suspiró con pesadez, pensando en cómo arreglar todo aquello para que funcionara como se suponía debía de funcionar. Pasado un largo minuto se le ocurrió primero bajar su bóxer con su pulgar, gimiendo ante la frescura de la habitación, pasando después a estirar con dificultad sus brazos por sobre la cabeza de Kanda, destapando con torpeza la pequeña botella y vaciando el resto del contenido en su mano izquierda, cuando confirmó que ya no había más contenido en el frasco lo dejó caer sin cuidado alguno al mismo tiempo que bajaba con cuidado la mano hasta su propio miembro, jadeando ahogado cuando comenzó a distribuir el líquido por todo el falo.
—ya falta poco Yuu... ¿Cómo te sientes? — preguntó una vez que se aseguró que cada parte de su falo estuviera aceitada y llevó su mano izquierda a la espalda del nombrado el cual solo respondió con un gemido lánguido junto a un quejido débil, aunque seguía sin soltarlo en absoluto.
No podía creer que lograra finalmente hacer ceder al placer a Kanda, sintiendo un escalofrío recorrer su columna, comenzando a repartir y chupetones por el hombro del contrario que tenía frente a él para relajarlo aún más para finalmente comenzar a penetrarlo con lentitud hasta que estuvo por completo en el interior del samurái.
Comenzó un vaivén lento para hacer que aquello durara lo más posible y poder disfrutarlo cuanto pudiera, usando su mano izquierda que se encontraba en la espalda baja del mayor para masajear el área con firmeza, para incorporar nuevas sensaciones para que el que se encontraba debajo suyo también lo disfrutara.
Festejó internamente cuando Kanda comenzó a murmurar con suavidad "más" entre jadeos ahogados, soltando finalmente el cabello del pelirrojo para llevar dicha mano junto a la otra a la espalda queriendo de forma inconsciente desgarrar la playera que éste aún llevaba para poder sentir aún más su piel.
—Yuu, suelta... Va a ser un problema... El que lo rompas. — le murmuró con firmeza al oído, recibiendo un gemido en respuesta y al comienzo se negaba a soltarlo, pero terminó por ceder y pasar a aferrarse a la frazada debajo suyo al escuchar como el menor murmuraba su nombre con más firmeza.
Al volver a tener de nuevo su movimiento como corresponde se acomodó con mayor libertad para dar una embestida lenta, pero precisa en la próstata mientras lo embestía, sonriendo y lamiendo sus labios ignorando el sabor en ellos ante lo bien que se sentía al ver como Kanda parecía volverse agua en cada movimiento.
Los movimientos siguieron lentos y precisos por parte de Junior hasta que éste se encontraba al borde, jadeando con dificultad y secándose el sudor con dificultad con el dorso de la manga, intentando no correrse tan rápido aunque no podía negar a que si existiera un cielo él por primera vez lo estaba alcanzando desde que inició su vida sexual.
—Yuu... No voy a resistir mucho... ¿Puedes correrte de nuevo? — se explicó al comienzo entre gemidos controlados, retirando su mano izquierda de la espalda baja del mayor para llevarlo al falo ajeno de nuevo duro y acariciándolo de nuevo con masajes firmes sin esperar respuesta alguna a aquella pregunta.
Alcanzó a hacer que Kanda pudiera correrse por segunda vez antes de finalmente poder hacerlo él mismo, jadeando y gimiendo con superficialidad, retirándose con lentitud una vez blando, recuperando el aliento a grandes bocanadas de aire. Una vez que logró recomponerse se sentó en el borde de la cama con una expresión pensativa antes de decidirse.
—Yuu, voy a asaltar la cocina de aquí, por favor resiste un poco. — le pidió entre murmullos, decidiendo agarrar el abrigo del mayor para cubrirse con este el cuerpo aprovechando lo largo que éste era, aunque le quedaba algo ajustada de los hombros debido a la diferencia de contextura que ambos tenían.
La mente de Kanda se encontraba revuelta en sensaciones, gimiendo agobiado una vez logró recuperarse parcialmente y sin poder evitar temblar con cierta fuerza mientras mordía con fuerza su labio inferior al comenzar a sentirse lo peor posible ante el bajón post orgasmo, buscando abrumado con una mano a Lavi sin poder encontrarlo y al olvidarse casi por completo que tenía los ojos vendados.
—Yuu, grandes noticias, la mujer del dueño fue amable y me entregó paños húmedos y algo de fruta. — soltó con un tono de emoción Lavi una vez regreso a la habitación, sobresaltándose al ver como el contrario se encontraba encorvado de lado en la cama y entre temblores.
Se apresuró a cerrar la puerta molesto con él mismo al no haber primero calmado al contrario antes de ir a buscar las cosas para limpiarlo, dejando ésta y la fruta abandonada en la mesa de noche antes de sentarse junto a la cabecera de la cama y comenzando a acariciar la espalda ajena con una mano mientras que con la otra quitaba la pañoleta de los ojos de éste.
—estoy aquí, tranquilo, lo siento, se me olvidó que algo así podría pasar. — se lamentó el pelirrojo repartiendo caricias insistentes ahora en el cabello ajeno y espalda para poder calmarlo además de murmurarle palabras relajantes y de apoyo, manteniéndose de esta forma durante varios minutos, suspirando con alivio una vez que el contrario dejó de parecer fatal. — si quieres golpearme después por dejarte así, lo acepto sin problema.
Desde donde se encontraba, aun dando largas caricias a la espalda del mayor con su mano izquierda, con la derecha y con cierta dificultad tomó uno a los paños húmedos que le había prestado la mujer del dueño de la posada para comenzar a limpiarlo con cuidado del sudor de éste mismo y después los restos de semen de su torso.
—¿Para qué...? — murmuró con dificultad por lo bajo y los ojos cerrados una vez recobró un poco de su compostura, dejando que el contrario lo limpiara, tan solo sintiéndose adormilado ahora, haciendo que el más alto soltara un suspiro silencioso y de alivio al ver que no estaba tan mal.
—como disculpa, no debí salir hasta que estuvieras calmado. — se explicó mientras tiraba al suelo el primer paño húmedo que ya estaba sucio, tomando la otra para terminar de limpiar su parte inferior. — creo que vamos a tener que usar la otra cama para dormir...
—solo quiero dormir. — con un tono bajo, pero de sutil fastidio cerró los ojos para darle la espalda ya que no quería que el contrario lo viera ahora ya calmado y casi deshuesado como él mismo se sentía.
—al menos déjame ayudarte a ponerte algo para que duermas como corresponde. — le reclamó con preocupación, acomodándolo con dificultad para que se sentara ya que él también se sentía exhausto con todo aquello.
—ya, solo déjame tranquilo y quítame las manos de encima. — se terminó de reincorporar él solo, apretando la mandíbula para forzar su cuerpo a mantenerse de pie, frunciendo sin mucha fuerza su ceño para que el contrario se quitara su abrigo, poniéndose esta misma encima para recostarse sobre la cama, dejándole la mitad para que el otro la usara junto a él aunque sin querer darle la cara.
El pelirrojo sonrió algo amplio y divertido al ver al contrario, sintiendo su cuerpo ligero al ver que no estaba mal en verdad, recogiendo su bóxer para volver a ponérselo y acomodándose espalda con espalda para ocupar bien la cama entre los dos, tomando las mantas y cubriendo a ambos con ésta.
—no fue tan mal. — murmuró con vaguedad Kanda antes de quedarse profundamente dormido, dejando al otro sorprendido y despierto por completo al no poder creer lo que había escuchado, sintiendo su rostro quemar y su corazón latiendo de nuevo con demasiada fuerza sin saber por qué de aquello, quedándose despierto casi una hora más hasta que se pudo finalmente calmar y quedarse dormido con la esperanza más firme que nunca de que algo así pudiera repetirse a futuro.
Notes:
Volviendo al tema de la rareship que eh pensado desde la subida de la primera parte entre Tyki, Lavi y Wisely, creo recordar que fue un desvarío en sueño por dormirme pensando en como sería si Lavi por alguna razón se volviera en el Noah de la ira todo por un jodido fic porno que lo trata -pero que me gustó- ya que me dejó pensando en que Skin Boric se volvió alguien inestable y agresivo al despertar las memorias a pesar de verse alguien tranquilo cuando era humano en su historia, pero que pasaría si alguien emocionalmente inestable como Lavi pasaría a serlo ya que no sabe como tratar bien las emociones y sobre reacciona mucho cuando se sale de su papel de aprendiz de Bookman, pero no se como ese pensamiento de almohada terminó convirtiéndose en un sueño febril sobre un trío al dormir.
Debo dejar de pensar cosas raras antes de dormir...
JustLyyra on Chapter 1 Mon 16 Jun 2025 10:45PM UTC
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Minkuru on Chapter 1 Mon 16 Jun 2025 11:53PM UTC
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