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Language:
Español
Stats:
Published:
2025-05-02
Updated:
2025-07-02
Words:
24,632
Chapters:
31/?
Comments:
1
Kudos:
23
Hits:
337

RENDIRSE NO ES OPCIÓN

Summary:

sonic, intentara cualquier cosa para que shadow lo mire de otra manera y no solamente cmo un enemigo, primero será ganarse su amistad?

Chapter Text

El rayo azul pasaba velozmente por todo el pueblo erizo, a veces casi chocando con los habitantes que estaban en las calles, las personas no podían verlo claramente pero si te detienes a ver a aquel erizo con detenimiento podias apreciar su rostro con un sonrojo decorando su rostro siendo tapadas torpemente con sus manos, su respiración agitada buscando con su mirada algo en particular, sus piernas corrieron aún más, acelerando y desapareciendo de la vista de todos.

Un tornillo era ajustado cuidadosa y lentamente por un zorro amarillo, quien se encontraba con un cubrebocas poniendo extremada atecion hacia el aparato delante de el.

-unos ajustes más y ya estará listo- suspiro alejándose un poco de su creación y secándose el sudor bajando la mascarilla de su rostro. El sonido rápido que se acercaba no le dio tiempo de reacción, cuando volteo y vio a su mejor amigo.

-Valla que tardaste eh?

Con las manos ahora bajadas y con una respiración de resignación se sentó al borde de la mesa de trabajo.

-hey, sonic, que pasa - preocupado de la expresión decaída de su amigo tails se acercó a él.

Los ojos de Sonic lo miraron con duda.¿debería decirle?¿si se reía?

-no…no pasa nada, amigo, solo algo cansado ya sabes.

La voz dudosa de tails, lo inquietó un poco.

-seguro?

-si, si, es enserio.

Llevando una de sus manos a la cadera aun mirándolo con algo de duda tails realizó la pregunta que quería hacer desde que llegó.

-Entonces, dónde está?

-que, que, donde esta quien?

Lentamente aclaro

-donde esta mi Cli Modulador 3000, te pedí que me lo regresaras sonic.

Los nervios en su rostro desaparecieron, poniéndose ahora modo juguetón.

-ah si, tu modulador del clima, lo..lo deje en mi choza, si…ahora lo traigo.

-pero sonic..

Desapareció rápidamente igual a como había llegado.

¿Qué le estará pasando? Esta más raro de lo normal.

Chapter Text

Su mirada se enfocó en el lugar donde se había marchado su amigo, negando con la cabeza y restándole importancia volvió a su trabajo.

Rocas enormes se alzaban en cada lado del camino por donde corría Sonic a una velocidad increíble.

Sus pies se detuvieron cuando la tierra mojada se mostró delante de él, su mirada vigilante recorrió por el lugar, sin encontrar nada. Un suspiro de alivio salió de sus labios, sonriendo torpemente se acercó a aquel aparato que se encontraba en medio de todo el lugar mojado.

Su piel se erizo cuando sintió una presencia detrás de él, no quería voltear, así que no voltearía.

Teniendo el aparato de tails empezó a caminar sin mirar hacia atrás e ignorando al erizo detrás de él.

-¿Qué crees que haces erizo?

La voz fría de Shadow detuvieron sus pasos, Se frotó el cuello, mordió sus labios y resignado volteo a verlo, no podía escapar.

-ey shadow, no te había visto - el nerviosismo se notaba en su voz temblorosa, haciendo que shadow se molestará.

-me Crees idiota?

-Solo aveces, e espera espera no lo decía enserio.

Shadow se detuvo y bajó sus brazos preparados para golpear a Sonic.

-lárgate de una vez

-oh wao, que amigable.

-no tengo motivos por los cuales serlo - su tono no cambió mientras se cruzaba de brazos.

-vamos shadi.

La mirada ahora aún más fría le dijo a Sonic que no debería volver a llamarlo así, su cuerpo por alguna razón se ponía nervioso después de aquella escena que había pasado con Shadow antes.

-okey, parece que no te gusta ese nombre, pero…que tal - se fue acercando poco a poco a Shadow, su cuerpo era llenado de una emoción excitante, y sus nervios le daban un toque de peligro - shad, si te llamo mi negrura? - sus rostros estaban cerca, desafiar a Shadow y verlo molestarse por aquel apodo le empezó a fascinar.

Shadow lo apartó molesto, acercándose solo para tomarlo del cuello.

-no te acerques a mi nuevamente niño.

La sonrisa desafiante de Sonic no desapareció, lo estaba disfrutando.

-oh perdón vejete, no sabia que eras tímido.

El agarre en su cuello solo empeoró.

-no lo soy.

Con esta última palabra lanzó a Sonic al suelo, dejándolo caer de espaldas.

Apoyándose con sus brazos en el suelo, no se levantó, la mirada de shadow desde arriba, con esos ojos rojos fríos dirigidos hacia el, la parte baja de su estómago punzo, una sensación de ser capaz de quedarse viendo tal escena, El cuerpo de Shadow mostrando tal imponencia, hacía que un calor se prendia dentro de él que le sorprendió y le gusto al mismo tiempo.

-No perderé más tiempo con alguien como tu.

Sin decir más desapareció de la vista de Sonic, mientras que el otro no pudo decir nada más.

-oh maldición, si que es fuerte el desgraciado - levantándose se pasó la mano por su cuello en la parte donde shadow había apretado, sus dedos tocaron lentamente la zona repasando una y otra vez, su lengua mojo sus labios y una sonrisa traviesa se formó en su rostro, mientras sus ojos seguían fijos en el lugar donde había desaparecido shadow desprendieron una chispa brillante.

Cuando Sonic despertó lo primero que notó fue que ya era tarde.

-genial, no desayune.

De un salto y a una velocidad sorprendente ya se encontraba aseado y listo para salir.

Chapter Text

Solo un paso bastó para que un estruendo sonó en la aldea, atrayendo su atención.

-y ahora qué?

Cuando apareció en la plaza sus amigos estaban peleando contra los robots de Edmang.

-ahí estás sonic, creí que habías huido

-huir? ¿De ti? Sigue sonando egi

Destruyó uno por uno las máquinas y ayudó a sus amigos que ya habían acabado casi con la mitad, dejando solo a dos robots pequeños.

-que pasa edmang te quedaste sin presupuesto?

—Mi presupuesto está bien balanceado... excepto por los gastos de Año Nuevo y Navidad. Ya sabes, en esas fechas todo sube. ¡PERO NO TIENE NADA QUE VER CONTIGO!
Sus ojos se abrieron como platos al ver que Sonic, hecho una bola, lo embestía y lo mandaba a volar.
—¡VOLVERÉ, SONIC!
Una de sus manos hizo sombra a sus ojos mientras miraba desaparecer adman. Sus brazos cayeron mientras frotaba sus manos relajadamente.

-bueno, chicos, qué tal unos chili dog?

-si, vamos a comer.

-oh, yo ya cene pero igual almorzare con ustedes chicos.

Amy y Sticks solo asintieron caminando hacia el restaurante de meg burger que se encontraba al frente de ellos.

En la barra cada uno realizó su pedido, dejando al último a Sonic.

-Bien Dave, quiero para mi 2 chili dog y una caja de papas.

-y yo super poderes, pero no se puede…desgraciadamente ugh.

Con una ceja alzada y los brazos cruzados, Sonic solo se limito a observar esperando su orden.

-ugh en serio Dave, por qué tarda tanto?

Cuando se giró molesto, su cuerpo se paralizó.

-que hace el aqui?

Dave dejó la bandeja frente a Sonic.

-aquí tiene su orden, serían 15 con 90.

-si, si , dame un momento.

Shadow se encontraba en la entrada de la aldea, sus ojos buscando algo con el ceño fruncido.

Chapter Text

Cuando vio a Sonic acercarse, rodó los ojos apurando sus pasos con los puños apretados.

-ey shad, que te trae por aquí? - acercándose a Shadow sus manos se posicionaron detrás de su cabeza.

-alejate, no estoy de humor para tus estupideces.

-Mmh, qué tal una comida, shad, yo invito.

Shadow no se detuvo a escucharlo, acercándose a la feria se acercó a cada puesto con sonic detrás de él.

-haciendo las compras semanales shad?

-deme esto y esto - señalando las frutas delante de él, su pedido fue corto y preciso ignorando a Sonic.

-shad…shad, viejo enserio vas a hacerme la ley del hielo?

-Haah..dime de una maldita vez que quieres y lárgate- la molestia en su voz era evidente.

-solo quiero invitarte a comer, eso es mucho pedir?

-por que tu quieres invitarme a comer¿que te traes en manos?

-na, nada..solo una simple invitación, enserio shad - su mirada fija expresaba sinceridad de su parte., y es algo que shadow no pudo ignorar.

-si acepto tu salida, ¿me dejaras en paz?

Sus ojos brillaron, Shadow iba a aceptar.

-no prometo nada pero por hoy tenlo por seguro - su voz convencida y llena de felicidad sonó mientras Shadow terminaba de pagar sus compras, ahora cargando una bolsa.

Rodando los ojos comenzó a caminar siguiendo a Sonic.

-Sígueme shad, seguro que te gustara el restaurante de meg burger.

En una de las mesas del meg burger uno de sus amigos estaba molesto.

-no puedo creer que sonic se fuera sin pagar sus chili dog, es más, ir sin comérselos.

-ah, lo peor es que los tuve que pagar yo - la billetera en la mano de tails se encontraba más delgada, sacudiéndolo y viendo que ahora pesaba menos su tristeza se evidenció aún más.

Stick se sorprendió saltando de su silla haciéndola caer -AH, todo esta al revez, los enemigos le lavaron el cerebro a Sonic, NOS LAVARAN EL CEREBRO A TODOS..

-Lavado de cerebros, Hey, por que nadie me avisó.

Los rostros de desconcierto de todos en la mesa miraban a Stick quien aún miraba sorprendida al par que se acercaba.

-ugh, no chicos Miren Ahí.

Los señalo, shadow con sonic a su lado se acercaban a su mesa.

Cuando estuvieron cerca, Sonic le pidió que le diera un momento, mientras corría a la barra a pedir unos nuevos chili dog.

Shadow de pie delante de la mesa, los amigos de Sonic sentados en silencio comunicándose sólo con la mirada generaron un silencio incómodo.

Al querer ser amigable con el invitado de sonic tails trato de invitar a shadow.

-Shadow amigo no quieres sentarte? - tomando confianza ignorando el rostro molesto de shadow espero la respuesta que solo lo dejo callado.

-no somos amigos zorro

Carraspeando Amy tomo la palabra.

-Shadow no quieres tomar asiento? ¿También viniste por un chilidog?

-chilidog?

Chapter Text

Una bandeja con dos chilidog estaban ahora delante de shadow con sonic sonriendo, viendo los gestos de sus amigos se dio cuenta de la pesada atmósfera.

-ven shad toma asiento aquí.

Mientras shadow tomaba asiento paso a la mesa de sus amigos.

-Hey chicos, después comemos juntos si?

El desconcierto estaba en el rostro de todos, sin esperar respuesta regresó con shadow.

La mesa de enfrente fue ocupada por Sonic quien puso la bandeja delante del asiento de Shadow.

La bolsa con los suministro fue puesta al lado de su silla, la comida en la bandeja que Sonic le había traído no parecía saludable o siquiera comestible.

-Pruébalos shad, te encantaran, son mis favoritos.

-¿Estos son los chili dog?

Tomando uno de los chili dogs sonic le dio un mordisco, le encantaba está comida, shadow tenía que probarla.

-si, son lo mejor del mundo entero.

sus ojos desconfiados de posaron en la “comida” delante de él, el aceite goteando por uno de los lados, las salsas cubriendo completamente el embutidos color marrón debajo de él, y el pan fueron suficientes para decirle a shadow que esa comida no era saludable, era comida chatarra.

-esta cosa, es tu alimento regular ?

Con el pan en la boca casi desapareciendo, paso rápido la comida.

La pregunta de shadow lo había puesto un poco avergonzado - eh…la mayoría de las veces, digamos que sí. Pero también como otras comidas.

-No es nada saludable.

-preocupado por mi alimentación shad?, no te preocupes también como zanahorias y otras verduras que Amy me dice que tengo que comer.

Mientras hablaba sus ojos reflejaban la imagen del ahora único chili dog en la mesa.

-puedes comer el mío.

-no qué va, ese es para ti, dije que te invitaría una comida así que solo aceptala.

Sin confianza alguna tomó el chili dog con una de sus manos tomándose su tiempo.

Sonic se apoyó en la mesa con la palma de la mano en la mejilla observando los movimientos de shadow hasta llevarse el chili dog en la boca, al principio la expresión de shadow parecía confusa y después tragó el pedazo de chili dog y se giró rápidamente hacia Sonic dándole otros mordisco a la comida ahora más rápido.

-vez, te dije. la mejor comida del mundo.

Chapter Text

Cuando terminó de dar el último mordisco de su chili dog, tomó sus compras y se puso de pie.

-hey shadow, te vas ?

-dijiste solo una comida, ya está hecho o no?

Sonic se levantó de su silla tratando de convencerlo.

-si, pero puedes quedarte un poco más y charlamos.

-No perderé más tiempo.

Usando chaos control desapareció dejando a Sonic con el brazo alzado tratando de alcanzarlo.

-Es más duro de lo que creía.

Un carraspeo sonó detrás de él, sus amigos mirándolo con curiosidad y confusión, tails fue el primero en hablar.

-sonic, que fue eso?

-Si, Sonic. La mayoría del tiempo que shadow aparece es solo para traer problemas.¿Algo que nos quieras contar?

Rascándose el cuello, Sonic se sentó junto a ellos tomando uno de los chili dog en la mesa.

-Probablemente tengan muchas preguntas y respeto eso, aunque yo también las tengo, así que chicos después les avisaré.

Despidiéndose llevando consigo el chili dog desapareció corriendo a toda velocidad a su choza.

-chicos sonic esta extraño…

-lo sabemos snukls

-no se terminó sus chili dog, que desperdicio - tomando el chili dog que faltaba se lo llevó a la boca con felicidad.

-chicos, sonic está actuando un poco extraño, eso me preocupa - la sonrisa de amy se tenso un poco recordando escena anterior de sonic y shadow - tal vez debería ir a hablar con el , que dicen?

-creo que primero hablaré con él amy, después les avisaré si todo está bien y no se preocupen - levantándose lentamente bajo la mirada de sus amigos tails partió a la casa de sonic

La cueva oscura lo esperaba en silencio, los simbolos de color rosa neon intentaban alumbrar la cueva fallando su cometido, las rocas seguian intactas en el mismo lugar, el viento haciendo presencia apenas lo suficiente para sentirlo, colocando la bolsa de suministro en cima de una de las rocas apegadas a la cueva se recosto en la pared con los brazos cruzados viento un punto fijo en el suelo.

Sus pensamientos parecían querer desordenarse y no lo iba a permitir, tenía que seguir en su trabajo.

Con el rostro neutro y la mirada determinada se levantó, asintió y desapareció nuevamente de la cueva. Con un destino desconocido.

Jugando con sus pies echado en su hamaca sonic tarareaba una música de su banda favorita, estaba recopilando ideas inspirándose en las letras de estas melodías, shadow parecía molestarse con él por el simple hecho de acercarse, ¿por qué? Si todos lo amaban, es guapo, genial, carismático y un héroe. Recordó la escena del meg burger, aunque shadow no lo había dicho él había visto ese brillo en sus ojos que habían expresado varias cosas, entre ellas que si le había gustado el chili dog que Sonic le había invitado, ese brillo había hecho que sonic no quisiera apartar la mirada, queriendo romper su palabra y que shadow se quedara más tiempo ah con él.pero shadow como le aguafiestas que es, tuvo que irse.¿acaso él no lo había sentido? La conexión.

-Enserio, que es lo que me gusta de ese tipo? Si, es guapo, fuerte, rápido, tiene una buena figura, su voz, su toque, esa mirada que le daba a sonic cada que él lo desafiaba, esa aura de imponencia que soltaba de soy el mejor del mundo…-sacudiendo su cabeza cruzó los brazos - solo es un amargado narcisista, aunque es comprensible el por que de tanta autoestima., pero aun así.

-sonic? - la voz de su mejor amigo sonó desde afuera.

Levantándose rápidamente fue a ver a su puerta sin puerta.

Chapter Text

-oh tails, ¿qué pasa amigo?, ven entra - señalando el interior se fue a sentar en uno de sus sillones mientras que tails le seguía.

Sentándose frente a su amigo, tails pregunto suavemente.

-Todo esta bien sonic?

La pregunta lo desconcertó un poco.

-si, por que la pregunta.

El hecho de que su amigo confirmara que estaba bien lo tranquilizó - lo de la tarde en el meg burger fue un poco raro, y más teniendo a Shadow ahí, con nosotros¿ te metiste en un problema con el ?.

-que, No…eso espero.

Ahora, teniendo más su atención los tails se inquieto.

-¿A que te refieres sonic?

-eh, tails. La verdad no se como decirlo.

-con palabras y desde el principio?

-si, creo que esa es una buena idea - soltando un suspiro, siguió.- bueno pero creo que la historia va a ser un poco larga.

Acomodando mejor en el sillón de su amigo respondió con alegría.

-No te preocupes, tengo toda la tarde.

…..

-listo, solo este espacio más y el día de limpieza del taller estará terminado.

Con una de sus manos apoyadas en su cadera sonrió viendo su trabajo bien hecho que le estaba llevando casi toda la mañana , preparándose nuevamente para seguir limpiando, una voz, lo asustó por lo arrepentida que fue, calmandose viendo de quien se trataba.

-hey que onda tails, quiere jugar conmigo? - echado en el marco de la puerta espero la respuesta de tails.

-lo siento sonic, después de esto tengo que terminar el prototipo de mi nuevo invento, te aseguro va a ser increíble - soltando la escoba sus brazos se extendieron dando a conocer aún más su entusiasmo.

Arrastrando la voz sonic quiso convencerlo - oh vamos tails, solo será un rato, soltando su cuerpo se acercó a su amigo.

Tails solo negó con la cabeza - lo siento Sonic, pero puedes preguntarle a los demás - la mirada de desilusión de su amigo casi lo hace cambiar de opinión, pero no iba a ceder y solo decidió recoger su escoba que ahora estaba en el suelo.

-ya les pregunte, knuckles dijo que hoy tenía una cita con el dentista, amy tiene club de lectura, y no encontré a stick en su casa, seguro se fue al bosque.

-no puedo ayudarte, pero si quieres puedo prestarte uno de mis inventos para que no te aburras.

Los brillos de emoción aparecieron en el rostro de Sonic.

-enserio?, me darás uno de tus inventos? A mi?

-si, pero con una condición - sabía que su mejor amigo no era el más responsable del grupo por lo que no le dejaría la completa libertad de uno de sus aparatos tan a la ligera - solo elegirás entre los que te de a elegir, esta bien?

La condición no le gustó mucho pero aun sentía la emoción dentro por lo que no rechazó la propuesta de su amigo.

Chapter Text

-acepto, ahora dime cuales son los afortunados?

Con sus manos juntas frotando entre ellas su sonrisa se volvió traviesa. Tails confío en su amigo y fue a buscar los artefactos que le daría.

Con su pie golpeaba el suelo, tails había se estaba tardando, pensando en entrar a la habitación de los inventos detuvo sus golpeteos.

La puerta se abrió mostrando a un tails cargando tres inventos.

Tambaleándose un poco con esfuerzo puso los inventos con cuidado en su mesa de trabajo bajo la mirada expectante de Sonic.

-hasta que apareces, demoraste un siglo.

Volteando sus ojos respondió divertido - solo me fui por literalmente 2 minutos sonic.

Los tres artefactos se lucían encima de la mesa, el brillo alrededor de ellos a través de los ojos de Sonic le indicaban que eran su salvación del día.

-bien, déjame explicarte la función de cada uno de ellos - acomodándose al lado de ellos empezó a explicar como si de una presentación se tratase - el Emisor Fotónico Vertical Multiespectral, esta belleza crea rayos que solo se disparan hacia arriba, los lados, pero no hacia abajo combinando luces de colores para una mejor vista, el segundo es el Disruptor Visual y Proyector de Escala Reducida este bebe distorsiones imágenes de la realidad cambiándolo por una proyección de una imagen reducida y el último que es uno que ya viste antes, el Cli Modulador 3000.

Interviniendo de golpe, Sonic recordó a la máquina.

-Oh, ¿el cambiador del clima?

Carraspeando un poco tails siguió.

-o también llamado, cambiador del clima - con una mano indicando a sus inventos pregunto - ¿cual vas a elegir sonic?

Tomando su mentón sonic dudo unos momentos deslizando su mirada de izquierda a derecha de las máquinas.

-creo que elijo el cambiador del clima. El otro dia mencionaste que le hiciste algunas mejoras ¿verdad?

Sorprendiendose por unos momentos, rascándose la cabeza tails lo recordó: las nuevas modificaciones de su Cli modulador 3000, y el por que ahora estaba agregado el 3000, con las orejas gachas solo pudo confirmar las palabras de Sonic.

-genial, esto será divertido - tomó rápidamente el artefacto sobre sus brazos - gracias amigo, te lo agradezco - y salió del taller de su amigo.

El zorro aún con las orejas caídas miro como sonic desaparecida de sus vista.

-Solo espero que no se meta en problemas.

El valle de los cristales rotos era su destino, ningún transeúnte cerca a quien podría lastimar o molestar.

Deteniéndose abruptamente, levantando polvo en el proceso recorrió la zona zona la mirada cubriendo conjunto de sus manos sus ojos del sol.

-No hay monos a la vista.

Escogiendo un lugar en el duelo, puso el artefacto de tails, revisando cada uno de sus botones.

Chapter Text

-fuerza 3000?- la sonrisa traviesa no se hizo esperar en su rostro mientras elegía el clima de tormenta y movía de un solo tajo la manija de nivelación - veamos que tienes hermosura.

Su mirada se posó en el cielo que rápidamente se volvía opaco, llenándose de nubes grises masivas y llenas, cuando quiso replicar la lentitud, la lluvia llegó cubriéndolo como si de un balde de agua se tratase mojándolo por completo sin poder evitarlo.

Busco refugio rápido debajo de una de las rocas con superficie ancha, sacudiéndose el pelaje rápidamente se molestó - genial, un bañ..

-¡TU!

Cuando giro ya era demasiado tarde, Shadow lo había acorralado contra la roca, su bufanda fuertemente presionada con el puño de shadow.

Abriendo los ojos, se sorprendió, casi quiso reír, tratándose de aguantar desvío la mirada, solo para volver a mirar al erizo delante de él enojado y esta vez sin poder aguantarlo solo una fuerte risa, con los ojos lagrimeando en las esquinas no podía detenerse.

-shad, pareces rata mojada AHAHA - las risas no pararon hasta unos segundos más tarde cuando la presión en su cuello se hizo más fuerte queriendo dejarle sin aire.

Tosiendo un poco trato de empujar a shadow sin resultado alguno, shadow estaba estático, no se movía y su agarre no se aflojo, cuando sus ojos quisieron lagrimear por la falta de aire busco los de shadow delante de , él que se encontraba cerca…y el aire volvió. Comenzó a toser y recuperar el aire que le hacía falta.

Shadow que lo había soltado retrocedió dos pasos con la mirada un tanto confusa, y volviendo en sí del estado en el que se encontraba se sacudió, quitándose toda el agua que traía encima, sus púas me movían rápidamente de un lado para el otro, el pelaje que se había puesto delante de su frente fue retirada con su mano lentamente hasta quedar tendido hacia atrás, con la mirada molesta y aún fría se retiró los guantes uno por uno con molestia y estos fueron exprimidos fuertemente haciendo caer toda el agua que se había acumulado dentro de ellos.

Sonic no apartó la mirada que se encontraba clavada en la escena delante de él, era como si el tiempo se hubiera detenido. No había lujuria descarada, pero sí un magnetismo sutil, casi eléctrico, que le recorría la espalda. Sabía que algo en lo que veía la había tocado por dentro, y no le desagradaba.

-que haces erizo? - la voz de shadow fría como siempre lo asustó un momento, confundiendo sus pensamientos.

-eh, a qué te refieres exactamente gruñón, te cayo mal el agua?

-tu rostro en este momento está aún más horrible que de costumbre - la molestia de shadow aun no se había disipado por completo, aunque la escena de hace un momento lo había desconcertado no lo supo expresar, volteando hacia atrás viendo las gotas de lluvia que caía a cántaros le recordaron su anterior molestia.

-¿Cómo se apaga el artefacto que trajiste?

Queriendo responder la ofensa anterior se detuvo.

-tiene un botón rojo, creo que ese es el que lo apaga - no pensaba estar detrás de shadow, por lo que avanzó y se colocó a su lado.

El plan que tenía era sencillo, correría a toda velocidad y apagaría la maquina, sencillo, cuando se lo iba a comunicar a shadow vio como desaparecía, volteo la vista hacia el artefacto de tails y lo vio, un segundo basto para que nuevamente shadow estuviera a su lado.

-no hay necesidad de lucirse así shad, se que ambos somos geniales.

La risa seca y breve de Shadow le hizo saber que tipo de respuesta tendría de él.

-ambos?, no te pongas en mi nivel erizo - no volteo a ver a Sonic, desapareció.

- Ah... - el suspiro que soltó en ese momento Sonic no fue solo aire, sino el peso de una verdad que por fin había entendido - ¿será que por fin tantos golpes están haciendo efecto?

Chapter Text

Un erizo con los cachetes rosas estaba sentado delante de tails quien solo lo escuchaba mientras en otro enredaba sus dedos mostrando sonrisas bobas y terminando de contar su versión de la historia.

-la sensación en ese momento, es algo nuevo tails, y las peleas súper asombrosas se quedan atras - tratando lentamente de explicarle a su amigo esa emoción, sensación y adicción que había sentido era difícil, ni el mismo lo entendía por completo pero sabía que era y aque se debía, no era tan tonto - eso es todo.

La mirada curiosa de tails paso lentamente a una pensativa - ¿por eso estás acosando a Shadow ?

-ey, no fue acoso, solo le invite a comer chili dog - declaró mientras cruzaba los brazos.

Tails rió divertido ante el comportamiento de su amigo - Sonic, no estoy seguro de que decirte, solo que siempre te apoyaré en lo que decidas capitán.

Sus brazos bajaron lentamente - crees que tengo alguna oportunidad? - estaba nervioso, si ,esto era nuevo.

Rápida y corta fue la respuesta.

-No.

Indignado volteo rápidamente a su amigo.

-oh, vamos amigo enserio, crees que no hay ni una ?

-e visto muy pocas veces a shadow, y la mayoría del tiempo siempre quiere pelear contigo Sonic - negó lentamente con la cabeza - es un gruñón que hasta parece odiarte - viendo asu amigo querer desanimarse cambio rápidamente sus palabras - pero si te gusta, quizás haya alguna posibilidad, pero va a ser difícil.

Con la orejas paradas, se levantó, delante de tails con emoción afirmó.

-Sabes que las cosas difíciles me gustan amigo, esto será divertido.

Le parecía absurdo? Si, ¿difícil ? Si, ¿divertido? Si, ¿confuso? Si, pero de todas formas ver a su amigo feliz y mostrar etapas que antes no había mostrado le hace feliz, siempre apoyaría a su mejor amigo, sin importar que tan absurda sería la idea que se le ocurriera.

Cuando regresó a la cueva, se encontraba exhausto, tomando asiento recostandose en la pared de la cueva que se encontraba en oscuridad y silencio, empezó a relajar su respiración agitada.

La bolsa con sus compras antes hechas seguían ahí, nadie las había movido desde que se fue.

Un pequeño gruñido de molestia salió de él, olvidó comprar agua, y en este momento es donde más necesitaba, aún cansado se levantó, no iba a permitir mostrarse de tal manera ante las personas del pueblo y menos ante su rival.

La entrada de la cueva era iluminada por la Luz del sol, sus orejas captaron un sonido, causando que saliera a la entrada a ver cual era la causa.

El sol no estaba en lo alto pero sus rayos se negaban a bajar la intensidad.

Miro alrededor. Nada

Una presencia se lanzó hacia él, tomando uno de los brazos del oponente y esquivando el ataque, lanzó rápido y fuerte a la persona hacia delante.

vio como Sonic caía de cara en el lugar donde él antes estaba de pie.

Un quejido se escuchó primero y después el chiste del erizo - no me gusta mucho este saludo shad, podría enseñarte uno mejor.

Chapter Text

-¿Qué haces aquí?

-Ni un hola o ¿qué tal Sonic? ¿Cómo va tu día? - su nariz le dolía, Shadow no se había contenido al lanzarlo, solo pudo ponerse de pie mientras acariciaba la zona lastimada.

-diste tu palabra erizo - la voz de shadow seguía siendo fría y áspera, miraba hacia arriba de vez en cuando entre cerrando los ojos.

-lose lose, no me lo tienes que recordar, pero dije, por qué dejarlo solo eh, todos aman mi compañía.

-y por qué no estás con ellos.

El golpe cayó justo para Sonic, todos estaban ocupados y no lo necesitaban.

Su cuerpo quieto se soltó, empezando acercarse a Shadow, haciendo que la respiración un poco pesada de Shadow que pasaba desapercibida fuera notada por Sonic, haciéndole extraño.

viendo a Shadow esquivarlo nuevamente, quiso jugar con sus palabras - shad, el sol vaya que está fuerte¿ verdad ?

Esquivo su pregunta, el sol lo estaba cansando, la sed secaba poco a poco su garganta, haciendo que quiera carraspear.

-hora de largarse Sonic.

-no quiero molestarte shadi, enserio, oye te traeré algo que se que va a gustar, quédate aquí tres segundos - si esperaba la respuesta de shadow solo iba a recibir una negativa de su parte y no estaba dispuesto a escucharla, por lo que desapareció rápidamente después de avisar.

-tsk…tres segundos Sonic.

El torrente de aire debido a la fuerza de la velocidad de los movimientos de Sonic, movían casi todo dentro de la pequeña choza, dos vasos listos, una jarra llena de agua con cubos de hielo, tres limones exprimidos y ….

-donde ESTÁ…Azúcar, si - el bote tapado arriba de su cabeza se hizo visible para él, abriéndola sin ver el Interior vertido una poca cantidad en la jarra - shad no tiene cara de que le guste el dulce.

El pote ahora destapado se meció debido al aire brusco que apareció repentinamente mostrándonos su etiqueta debajo de ella.

SAL

su mirada busco a Shadow, no se encontraba.

-se fue? - la jarra en su mano goteaba debido a los hielos dentro de ella.

-aparte de idiota también eres ciego? - la voz seca llegó detrás de uno de los árboles al lado de la cueva.

Su ánimo volvió, su cola se movió y siguiendo la voz ,avanzó.

Recostado debajo del árbol cubriéndose en la sombra creada por las palmeras enormes, con los brazos atrás de la cabeza , los ojos cerrados y un pie encima del otro. Sintiendo a Sonic delante de él en completo silencio, subió los párpados , su mirada pasó del rostro de Sonic que traía sus ojos esmeraldas dilatadas, a la jarra con los vasos en sus manos.

-y eso? - necesitaba ese refresco, la saliva pasó nuevamente fuerte por su cuello.

Chapter Text

Adoptando un tono de alarde y confianza explico -es para mostrar mis grandes habilidades de bartender - alzó la jarra exagerando la explicación como si de un comercial se tratase, al final acercando uno de los vasos a Shadow.

Los brazos detrás de su cabeza se soltaron, acomodándose bien tomó el vaso que Sonic le ofrecía.

Bajando la jarra empezó a llenar el vaso, su mirada estaba centrada en el rostro de Shadow, la expresión que haría al probar la limonada.

La mirada de Shadow y nuevamente la saliva bajando por su garganta ¿No confiaba en Sonic? Quería soltar un chiste al respecto ante el detenimiento de shadow al momento de tomar la limonada, shadow fue más rápido , en cuestión de segundos la mitad del vaso ya había sido bebido.

Los ojos de Shadow se enfocaron en Sonic, bajando el vaso lentamente se relamió los labios dejando un ligero brillo en ellos, y repitiendo la acción tomó todo el contenido.

Nuevamente el vaso fue estirado hacia él, su felicidad era evidente en su sonrisa, su corazón nuevamente experimentaba esa calidez interior esa sensación que le había empezado a gustar, sin hacer esperar más volvió a llenar el vaso, está vez llenando su vaso también pensando en sentarse al lado de shadow.

Shadow no dijo nada al sentir que Sonic se había sentado muy cerca, estaba entretenido bebiendo su refresco, esa sensación de frescura interna que había sentido al primer trago de la bebida ofrecida por sonic le había dado la sensación de estar recuperando poco a poco su energía, que mejoraba su ánimo y que su sed se desvanecía ¿que tenía esta bebida? Un pequeño empujón hizo que volteara a ver a erizo al lado suyo, ahora dándose cuenta del pequeño espacio que los separaba.

-¡Blergh! - la mano de Sonic limpiaba sus labios debido a que arrojo el agua que había tomado - Shad, por que no me dijiste que esto tenía sal?

Ese pequeño ingrediente lo cambió todo. De pronto, entendía el origen de aquella sensación: después de tanto esfuerzo físico, la sal estaba actuando como rehidratante, ayudándole a recuperar los electrolitos perdidos. Por eso sentía cómo su energía volvía, poco a poco, como una corriente tibia recorriéndole el cuerpo.

-¿Quién fue el que lo preparó sonic? - su cuerpo se encontraba más relajado, no se molestó en recordarle acerca del espacio personal al erizo a su lado quien seguía limpiando sus labios mientras dejaba a un lado su vaso.

-tienes razón, mi culpa - la mirada dubitativa de sonic paso de del rostro de shadow hacia el vaso ahora vacío nuevamente en sus manos - pero…aun asi te lo tomaste.

-debido a ciertas situaciones, creo que lo que necesitaba era exactamente tu refresco - devolviendo el vaso decidió dejarlo al lado del erizo azul por lo que no se percató del nerviosismo y evidente alegría en los ojos del contrario.

Cuando shadow volvió acomodarse en su posición recostada, sonic se acerco incluso un poco más, no había espacio libre, sus hombros y muslos se tocaban, la sensación de calidez pasaba entre ellos, esperaba que shadow lo empujara o se molestara por aquella acción, por lo mismo rápidamente decidió guardar la sensación de calidez para poder recordarla más tarde. Sin embargo, el simple hecho de que este simplemente se quedara callado, con los ojos cerrados mientras disfrutaba de la fresca briza lo sorprendió, alegro y ánimo. Copiando las acciones del contrario decidió relajarse con la única diferencia de no cerrar los ojos, este momento debía grabarse dentro de su memoria.

La brisa fresca, la sombra de la palmera cubriendolos, el clima cálido, la calidez del cuerpo del contrario o la vista magnífica del erizo a su lado, no sabe qué fue lo que influyó en su accionar pero cuando se dio cuenta, despertó.

El sol ya se encontraba escondiéndose, busco al lado suyo mientras se acomodaba derecho, se encontraba solo.

Recostándose nuevamente vio los últimos rayos del sol - nuevamente me dejaron solo - antes de que dijera algo mas, la voz detrás suyo lo asustó.

-veo que ya despertaste - Shadow a unos pasos de distancia traía una pequeña manta que apretaba con cada paso.

Volteando, no se le pasó desapercibida la atención que shadow había querido darle - eso es para mi ? que considerado shad, sabía que en el fondo detrás de toda esa amargura existía un ser dulce - sus manos formaron corazones mientras le dedicaba una de sus tantas sonrisas.

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-callado estás mejor - la manta en sus manos fue lanzada hacia el rostro del contrario deteniéndose.

Tomando la manta de su rostro, no pudo evitar reírse, el molestar a Shadow estaba volviéndose su acción favorita.

-ya hice lo que debía - asintió con la cabeza viendo a Sonic jugar con la manta mientras seguía riendo, sus ojos brillantes y su sonrisa enorme con las lágrimas queriendo asomarse amenazaron con querer quedarse en su mente y en ese lugar. No.

Viendo a Shadow irse, tomó la manta rápidamente queriendo retenerlo un poco más…solo un poco más.

-perdon si te moleste shad - las palabras se estaban formando rápidamente dentro suyo.

-el dia acabo sonic - no volteo, no dio tiempo de excusas, dando dos pasos desapareció del lugar.

Los rayos del sol se encontraban iluminando el hogar donde viven diversas especies, los pájaros cantaban, las olas se mecían suavemente dando una imagen hermosa, el caminar de una eriza color rosa se hizo presente igual que su humor contento.

Llegando a la choza delante de ella, se detuvo delante del umbral de la puerta para tocar y avisar de su llegada.

-ohh sonic - se detuvo a escuchar si había respuesta, su única respuesta fueron pequeños ronquidos provenientes del interior del hogar - SONIC.

El grito lo asustó haciendo que el buscado cayera de su hamaca, su rostro golpeó contra el suelo, sus manos no pudieron protegerlo debido a que se encontraban aferradas a la manta que el día anterior cierto erizo le había lanzado en la cara.

-oh amy - levantándose con la manta aún aferrada a él - que te se ofrece?.

Entrando a la choza de sonic continuo - te busqué toda la tarde ayer, y no pude encontrarte, donde estabas?.

El sueño que aún tenía ya se le había pasado ¿ayer?.

-eh, ayer? - el asentimiento por parte de Amy lo puso nervioso, no quería responder a la pregunta.

-yo - no pudo evitar alargar un poco las palabras tratando de buscar un poco más de tiempo al encontrar una excusa - no sé de qué hablas, ayer estuve ayudando en la aldea.

Algo no le cuadraba - en serio? - su mirada se intensificó aún más haciendo que Sonic tuviera un poco de miedo.

-por supuesto que sí, acaso crees que soy un mentiroso - sus manos se alzaron mostrando la indignación ante la pregunta de confirmación de Amy.

-esta bien sonic te creo - la indignación de sonic le hizo graciosa, el erizo azul era encantador pero no quería incomodarlo demasiado, cuando seguía aun viéndolo la manta en la mano de el, le llamo la atención, ¿era nueva?, no la había visto antes - oh, compraste nuevas mantas sonic?, debiste decírmelo así podría haberte acompañado a elegir unas más bonitas - se acercó a tomar la manta para ver aún mejor el diseño - este modelo parece viejo y fuera de moda - cuando sus manos llegaron a punto de tomarlo, esta fue retirada velozmente por sonic, esto la confundió.

-Es… - tenía que buscar una excusa - nueva, por lo que, creo que le agarre cariño, pero el diseño creo que esta bien - mirando la manta en sus manos mientras sus dedos pasaban suavemente por ella, no pudo evitar recordar a Shadow - …es bonito, me gusta.

Chapter Text

Su cabeza se inclinó un poco ante las palabras de Sonic - bueno, si te gusta, está bien.

Decidiendo doblar la manta y guardarla escuchó nuevamente la voz de Amy detrás suyo.

-quieres ir a un cómic Sonic?

Sin voltear poniendo toda su atención en lo que hacía con sus manos - con los chicos ? Sería genial.

-¡Eh! No, solo seríamos nosotros... ¿Sabes? Solo... nosotros.

Ya conocía está escena y el tono de voz de su amiga, ya había ocurrido antes por eso mismo siempre volvía a repetir las mismas palabras, no quería lastimar a su amiga por lo que siempre era amable con ella al momento de decirlo y está vez no fue la excepción.

-¿Solo nosotros? Amy, ya hablamos de esto, ¿no? - cuando volteo a verla ella se puso un poco nerviosa diferente a como lucía habitualmente.

-S-sí, pero… será solo un picnic entre amigos. ¿R-recuerdas que te había dicho que tenía una reunión con el club de lectura? Pues… parece que se canceló. Entonces decidí buscarte, pero no te encontré por ningún lado, así que terminé en la biblioteca y, bueno, ahí me topé con un libro de recetas de postres. Aprendí una que otra receta y… quería que las probaras antes de hacer más para los chicos.

-Pues… viéndolo así, supongo que sí podría ayudarte con eso

-¿Enserio? - estaba emocionada, ella y Sonic juntos en una cita. Tenía que preparar todo, tenía que ser perfecto.

-Claro… después de todo, es solo como amigos, ¿no?

-Oh, por supuesto que sí - respondió con una sonrisa, aunque su voz había bajado un poco. Aun así, el entusiasmo seguía ahí, luchando por mantenerse. - Todo estará listo para el almuerzo. Nos encontraremos en el pico de “La Montaña Segura” - despidiéndose con la mano, salió rápidamente a preparar todo lo necesario.

La roca cuatro veces su tamaño cayó hecha pedazos al momento de estrellarse con una de sus patadas, el suelo presentaba una leve rajadura debido al impacto encima suyo, después de unos breves segundos las rocas alrededor tampoco pudieron salvarse, cada una de ellas unas más grandes que otras fueron hechas polvo al instante, pocos árboles alrededor caían haciendo que las aves cercanas volaran por el susto, no se sabe con precisión el tiempo que paso asi, pero su cuerpo nuevamente presentó signos de cansancio, agitado, busco sombra donde pudiera tomar algo de aire, su mente estaba hecha un caos, recuerdos y escenas volvían tratando de nublar su juicio, creía fuertemente que forzar su cuerpo y llevarlo al límite lo agotaria demasiado, al punto de no pensar demasiado en esos momentos, la sonrisa, su mirada brillante, las pequeñas lágrimas, y el rostro que había movido dentro de el la primera vez, el dia que lo había acorralado contra la pared por haber arruinado su descanso dejandolo mojado en el proceso de sus tontos juegos, el rostro goteando unas cuantas de sudor, las mejillas rosas por la falta de aire, su boca entreabierta buscando respirar y lo que detonó todo dentro de él, el pequeño jadeo que sonic habia soltado en ese entonces, la voz que habia salido de sus labios habia sido distinta, algo suave, un susurro, algo excitante que nublo sus pensamientos por un segundo, la impresion de la sensacion despertada dentro de el lo alarmó y desconcerto haciendo que lo soltará mientras retrocedió unos pocos pasos tratando de alejarse y eliminar aquella sensación.

Una de las rocas nuevamente se hizo añicos ante el puño de Shadow.

Esa clase de pensamientos con quién consideraba su rival, el erizo más molesto que el universo podría ofrecer, Estaba furioso.

Debía seguir entrenando, tenía que cansarse, estar lo suficientemente agotado.

-shad?

La voz llegó antes que su puño hacia su nueva víctima, con la respiración aun agitada volteo con el rostro molesto al responsable.

La mirada filosa, más oscura de lo normal creaba algo dentro de él, el peligro acechando.

-¿Qué pasó, cascarrabias? ¿Alguien te prendió la vela? - La emoción al soltar aquellas palabras, sabiendo perfectamente a qué podrían llevar... lo emocionaba.

Chapter 15: 15

Summary:

¿Han visto que he estado publicando capítulos todos los días? Bueno, ahora quiero ver comentarios, no importa de qué tipo. Como no he visto comentarios, dejaré de publicar capítulos por dos días.

P.D.: ¡Comenten!

La mano en el teclado se detuvo. Aunque parecía que sus palabras querían presumir, en realidad cada comentario la motivaba a seguir escribiendo. Y el ver que no había ninguno le quitaba el sueño y la alegría; los pensamientos de que tal vez a las personas no les estaba gustando la hacían dudar. Pero escribir era porque le gustaba, y cada pequeño comentario le alegraba el corazón de una manera que le generaba una satisfacción y una calidez profunda dentro de ella.

Chapter Text

-Desaparece sonic - fría y rasposa salió la voz de shadow.

-No te lo tomes a mal shad, pero creo que necesitas un cambio de ambiente - la mirada de shadow no se suavizo ante sus palabras - y qué mejor que estar con el mejor compañero de todo el universo - sus dedos señalaron su cuerpo, girando la mirada rápidamente hacia las cosas destruidas, volviendo nuevamente a shadow - Anímate guapo, o quieres seguir destruyendo toda la flora de este lugar?

Sus chistes tontos no le causaban gracia, pero debía admitirlo, necesitaba un momento para calmar mejor su mente, cansar su cuerpo no estaba ayudando, el único problema era la compañía de Sonic.

-Métete en tus asuntos, erizo - buscaría calmarse, y para hacerlo sonic no debía estar delante suyo.

El verlo simplemente desaparecer le generó insatisfacción dentro de él, quería saber más acerca de esta emoción, quería que Shadow sacara lo que tenía dentro, no importaba si era en forma de ira, él lo aceptaría.

El comunicador en su muñeca sonó sacándolo de su trance. Contestó.

-sonic, estoy esperando y te veo llegar, DONDE ESTAS.

Amy definitivamente estaba molesta, esperaba que no lo golpeara a su llegada, viendo que Shadow no aparecía nuevamente se apresuró a llegar a su encuentro con su amiga.

El mantel colocado perfectamente encima del césped, una torre de pastelitos de colores colocada encima y colocando la canasta con algunos sándwiches al lado suyo, decidió sentarse cómodamente a esperar a Sonic arreglando aún más sus púas, no tardaría en llegar.

-ya llegó el catador experto en postres - confiado y alegre tomó asiento frente a Amy mirando con ganas los postres delante suyo.

La repentina aparición de Sonic no la sorprendió, siguiendo sus pasos, decidió empezar con una breve conversación, para ver si podía acercarse más a él.

-y..cómo fue tu día Sonic?, ¿algo nuevo de lo que quieras hablar? - el que dos personas hablarán en un ambiente relajado y silencio podría hacer que se habrán más emocionalmente, los libros que había leído aconsejaban empezar con un tema de conversación agradable para ambas personas.

-Mi día Siempre está ocupado ,querida amy- tomando un postre delante de él dándole un mordisco siguió- en la mañana ayude a algunos aldeanos por aquí y por aya. Nada interesante.

-Es bueno que ayudes a las demás personas Sonic, eres una persona muy bondadosa - él siempre ayudar a los aldeanos le parecía un gesto amable, no se veían muchas personas así, su amabilidad le gustaba, le gustaba mucho.

-si, oye amy, esta vez te luciste estos postres están deliciosos - la emoción con la que se metió otro pequeño pastel en la boca hizo que un poco de nata quedará en sus mejillas - te importa si me llevo algunos?

-no hay problema sonic.

Los postres delante de él, no solo se veían hermosos, eran deliciosos, dulces y suaves, podrían alegrar a cualquiera. La imagen de shadow con la expresión sombría volvió a su mente, vaya que sí se veía que estaba teniendo un mal día, la idea fue rápida - el pedazo del pastel en la mano se detuvo antes de ingresar a su boca, lo vio, esto tal vez, podría alegrarlo al menos un poco.

Chapter 16: 16

Summary:

dejen comentarioooooossss, COMENTEN. no importa si es 2+2 =4

Chapter Text

La sonrisa volvió a aparecer en su rostro, grande y brillante.
La crema en la mejilla de Sonic le dio una idea. Podrían acercarse aún más. “Gracias, destino”.
—Sonic, tienes algo... —su mano se estiró hacia él.
Pero en un movimiento rápido, Sonic se puso de pie. No había escuchado a su amiga.
—Disculpa, Amy, dijiste que podía llevarlos, ¿verdad? —y en un abrir y cerrar de ojos, llenó la canasta con los postres, haciendo que el viento corriera a su alrededor. Deteniéndose, ahora cargaba la canasta llena y una sonrisa aún más ancha—. Oh, ¿qué me decías?
El mantel había desaparecido. Los postres también. ¿Ya se iba? ¿Tan rápido? Amy se quedó en silencio. Quería decir algo... tenía que hacerlo.
—No te preocupes, era algo sin importancia —respondió. Una dama no podía estallar en ira. Tenía que ser gentil, suave, educada. La etiqueta era lo básico... pero los libros no explicaban cómo contener la furia en estos casos.
—Bueno, gracias Amy, estuvo delicioso. Seguro que cuando los chicos los prueben, ¡les encantará! Es momento de irme, ¡nos vemos!
Buscar a Shadow era lo único en su cabeza.
La mirada de Amy, confundida, molesta, cargada de un leve resentimiento, no fue vista.
La cueva estaba vacía. La playa, igual. El bosque tampoco daba señales de él. Solo le quedaba la montaña. Su corazón latía rápido. Pequeñas gotas de sudor caían por su rostro. Respiró profundo antes de seguir corriendo hacia su destino.
Al llegar, subió rodeando la montaña con la mirada atenta. Nada. Shadow no estaba.
—Diablos… ¿dónde se metió ese cascarrabias? —resopló, tomando asiento y dejando la canasta sobre sus piernas. Tenía que descansar y pensar dónde más buscar.
Su respiración fue volviendo a la normalidad. Su corazón, también. No iba a rendirse. No por nada le decían Sonic.
Estaba a punto de levantarse cuando una luz roja se aproximó. Lo reconoció de inmediato y, divertido, volvió a sentarse. Parece que el destino nos quiere ver juntos, pensó.
Colgó sus piernas por el borde, balanceándolas suavemente. Jugó con el asa de la canasta y comenzó a tararear una melodía.
Shadow se detuvo al verlo. La luz del atardecer iluminaba al erizo sentado, con una sonrisa que parecía competir con el sol. ¿Qué estaba pasando? Había venido hasta aquí para despejar su mente, borrar las imágenes de Sonic... y ahí estaba, apareciendo una vez más como si lo persiguiera.
Retrocedió sin pensar. Pero una mano cálida tomó su muñeca, deteniéndolo.
—No sabía que la forma de vida definitiva era tímida… no conocía ese lado tuyo, Shady —la voz coqueta y sus acciones le daban a Sonic un aire aún más encantador ante los ojos de Shadow.
Shadow tomó su muñeca bruscamente, listo para replicar, pero antes de decir algo, un pedacito de pastel fue metido en su boca. El sabor dulce no fue totalmente de su agrado… pero los dedos que rozaron sus labios lo dejaron en blanco.
¿Se había imaginado ese sabor?
Sus ojos se quedaron fijos en Sonic, que le sonreía con ese brillo juguetón, como si estuviera disfrutando cada segundo de su reacción. Algo cálido se despertó dentro de él. Dulce, como el pastel que acababa de probar.
—¿Está delicioso, verdad? —preguntó Sonic. No estaba seguro si a Shadow le gustaban los dulces, pero había tenido fe.
—Sí… —admitió, pero no por el pastel.
Sus ojos captaron una pequeña mancha de nata en la mejilla de Sonic. No lo pensó, solo actuó.
Su mano se levantó, tomando su rostro con suavidad. Con el pulgar, arrastró la nata hasta limpiarla por completo.
La mejilla estaba limpia… y su guante, manchado.
Retrocedió un poco, con la mirada fija en el pulgar. La idea seguía rondando su mente: comprobar lo que había sentido antes.
Frente a la mirada brillante de Sonic, cargada de una emoción intensa —casi excitación contenida—, Shadow tomó asiento, tomando el lugar que Sonic antes ocupaba.
La espalda de Shadow era ahora lo único que podía ver. Las mejillas de Sonic empezaron a delatarlo, tiñéndose de un color suave, casi rojizo. Llevó la mano a su propia mejilla, justo donde Shadow lo había tocado. ¿Por qué había hecho eso?
Tenía que preguntar.
Su pulgar, aún con restos de nata, fue llevado a su boca. La lengua limpió el dulce, y con él vino ese mismo sabor que había sentido cuando los dedos de Shadow rozaron sus labios. ¿Qué era ese sabor...? Tenía que averiguarlo.
—Shad, ¿por qué tú...?
—Decidí aceptar tu oferta —interrumpió Shadow, girándose hacia él con calma—. ¿O ya olvidaste tus palabras?
La mente de Sonic trabajó un segundo antes de recordar la invitación. Y justo así, se le fue lo que iba a preguntar.
—¿Cómo podría olvidar la invitación exclusiva que le di al gran Shadow? —exclamó con dramatismo, acercándose con pasos exagerados. Se inclinó en una pequeña reverencia, con las manos abiertas—. Es un honor tener su presencia.
—Deja de jugar, Sonic.
No fue una advertencia. Fue una orden. Y el tono serio que usó le provocó a Sonic una extraña sensación cálida en el estómago. Quería seguir molestándolo… pero no quería que Shadow se fuera.
—Okey, guapo, lo que tú digas —respondió con una sonrisa, acercándose lentamente. Sus ojos no se apartaban de los de Shadow, pero justo cuando quedó cerca, giró hacia la canasta con naturalidad. Seguía jugando.
Tomando el asa, sacó el mantel y lo extendió un poco más atrás, donde el sol no pegaba directo. Fue colocando los bocadillos como Amy lo había hecho antes. Cuando encontró los sándwiches, dudó... y decidió guardarlos.
—¿Piensas quedarte ahí sentado todo el día? —preguntó con picardía, viendo que Shadow no se movía.
Este solo rodó los ojos, pero finalmente se acercó. Observó el mantel decorado con los postres que había probado antes.
—¿Qué te parece, Shad? Un picnic en la montaña más alta del pueblo erizo —dijo con tono narcisista—. Y lo mejor de todo: acompañado del erizo más guapo del universo.
—Te tienes en muy alta estima.
—¿Je, tú crees?
Shadow se sentó con naturalidad. Apoyó ambas piernas al lado del mantel, dejando una doblada con la rodilla hacia arriba, descansando el brazo sobre ella. Sus ojos recorrieron el paisaje. A lo lejos, se veía el pueblo, el bosque que rodeaba la isla, aves en vuelo, el viento suave en el rostro... esa tranquilidad le gustó más de lo que quiso admitir.
Sonic, en cambio, se sentó en posición de loto, mirándolo. Verlo tan tranquilo le causó una calidez en el pecho. Debía admitirlo: era bueno con los planes improvisados, sobre todo si terminaban así... con Shadow.
Cuando Shadow volteó y lo miró con esos ojos rojizos que tanto le empezaban a gustar, Sonic se puso nervioso de pronto. ¿Esto era una cita...?
—¿Qué tienes de repente? —preguntó Shadow al notar su rostro levemente sonrojado.
—¿Qué? ¡Yo? Nada… —respondió rápido, desvió la mirada, su voz un poco más aguda de lo normal. Sus orejas se movieron apenas, inquietas.
Shadow entrecerró los ojos.

Chapter Text

—Ahora estás rojo.

—¡Claro que no! Es solo que... hace calor, ¿ok?

Quiso cambiar de tema, tenía que hacerlo. Pero la risa que soltó Shadow lo descolocó aún más. Cuando Sonic lo miró, él se detuvo.

No quería que el silencio creciera. Quería guardar este momento.

—Mejor... ¿por qué no pruebas estos postres, Shad? Ten, este rosado sabe delicioso.

Le ofreció el dulce directamente con la mano. Shadow lo miró sorprendido. ¿Esperaba que lo mordiera de sus dedos? No podía seguir pensando así... no ahora.

Tomó el postre y le dio un mordisco. Era dulce. La fresa del interior se sentía fresca, el bizcocho se deshacía suavemente en la boca.

Frunció el ceño levemente. Era demasiado dulce para su gusto.

—¿Los preparaste tú?

Sonic, que estaba mirando sus labios, se sobresaltó con la pregunta. Quiso decir que sí, pero no quería robarle el crédito a Amy.

—No, fue obra de Amy. Quería que los probaras. Y como mejor catador del pueblo, te digo: ¡son deliciosos!

Shadow seguía comiendo con tranquilidad, mientras Sonic hablaba.

—Pero… si quieres, la próxima yo podría…

Su comunicador sonó. La voz de Tails lo interrumpió.

—Dime, amigo. ¿Qué pasa?

Sonic miró a Shadow, dudando. No quería cortar la llamada por si Tails estaba en problemas, pero tampoco quería dejarlo.

—Oh, Sonic, ¿estás ocupado más tarde? —la voz de Tails sonaba tranquila. Sonic se alivió.

—No, según mi agenda, estoy libre. ¿Por?

—Quería que me ayudaras con unas cosas en el taller.

—No hay problema. Ten por seguro que estaré ahí.

Justo cuando iba a cortar, la voz de Tails volvió a sonar.

—Ah, espera, Sonic. Knuckles también me pidió que te dijera si, después de eso, podías acompañarlo al dentista.

Sonic parpadeó, confundido.

—¿No había ido ya?

—Sí, pero huyó cuando vio que le iban a sacar un diente —la voz de Tails sonaba divertida.

Shadow solo observaba. Escuchaba con atención y sin intervenir. No entendía del todo a Sonic… pero se daba cuenta de algo: todos parecían depender de él. Todos pedían algo, todos lo necesitaban. A veces incluso se aprovechaban de eso.

¿No estará cansado de dar tanto...?

La llamada de Sonic terminó con una pequeña risa.

—Yyy... ¿dónde íbamos?

—Estabas por decir algo.

—Ah, es verdad. Iba a decir que, para la próxima salida, ¿qué te parece probar aperitivos hechos por el mismísimo Sonic?

Estaba nervioso, sí, pero no iba a dejar que se notara. No delante de Shadow. Tenía que verse confiado. ¿Qué tan difícil podía ser preparar algunos postres y sándwiches?

La simple mención de una “próxima salida” lo animó un poco... y lo confundió también. ¿De verdad habría otra salida? ¿Solo ellos dos otra vez? Aguantando sus chistes malos, su presencia... no sonaba tan mal.

Shadow no respondió de inmediato. Sus ojos se enfocaron en las esmeraldas verdes de Sonic, justo delante de él, aún sentado con esa seguridad que proyectaba incluso cuando se le enredaban las palabras.

—¿No es cansado?

La pregunta lo tomó por sorpresa.

—No quiero sonar tonto, pero... ¿a qué te refieres exactamente? —inclinó la cabeza junto con el cuerpo, con un gesto cómico.

Shadow tardó unos segundos en seguir. Ni él mismo tenía tan claro qué era lo que necesitaba saber.

—Ser un héroe. Actuar todos los días como si lo fueras.

Sonic se quedó helado por un segundo. Era cierto que a veces ser un héroe lo agotaba… pero nunca lo vio como una carga. Pensó un poco más, y otra vez ese calorcito en el pecho apareció.

—¿Estás preocupado por mí, Shadyagi?

El apodo ridículo casi le causó un tic en el ojo a Shadow, pero lo aguantó... por ahora.

La molestia no se le pasó por alto a Sonic, y le encantaba. Molestar a Shadow era su gusto culposo.

—La verdad es que sí. Hay días en los que es agotador ayudar a todos, pero al final no me arrepiento. A veces son fastidiosos, claro, pero creo que todos merecen vivir en paz. Me gusta la tranquilidad… pero no tanta. Ahora que lo digo, creo que nos ayudamos mutuamente.

Shadow lo miró de lado, confundido.

—¿Se ayudan mutuamente?

—Sí. Ellos me ayudan a entrenar todos los días con sus situaciones locas, y a bajar un poco mi nivel de hiperactividad. Y yo los ayudo rescatándolos. Una ayuda mutua. Todos ganamos.

Al terminar, tomó uno de los postrecitos y se lo comió de un solo bocado. Seguía delicioso.

—En conclusión… te ayudan a divertirte cuando estás aburrido.

La interpretación de Shadow lo hizo reír con fuerza.

—¡Dicho así parece que deseo sus desgracias! —dijo, agarrándose el estómago.

Shadow tenía sus momentos, y Sonic esperaba poder compartir muchos más de esos con él.

Podría decir que, aunque no comprendiera completamente a Sonic, una parte de él sí lo entendía. Y sin darse cuenta del todo, eso lo acercó más a él.

Las manos de Sonic, que antes estaban sobre su estómago por la risa, se movieron hacia el interior de la canasta. Sacó de ahí dos sándwiches y le ofreció uno a Shadow.

—Veo que no pareces disfrutar mucho lo dulce, grandote. ¿Por qué no pruebas esto mejor?

Shadow asintió y tomó el sándwich que le ofrecían. Los postres le habían resultado un poco empalagosos, así que agradecía tener ahora un aperitivo distinto.

—Ey, Shad… ¿puedo hacerte una pregunta?

Mientras Shadow daba el primer mordisco al sándwich, Sonic solo lo sostenía entre las manos. El erizo negro asintió en silencio. Sonic lo miró de reojo; quería saber qué pasaba por su cabeza en ese momento. A veces, solo verlo no era suficiente. Quería conocerlo más.

—¿Alguna vez pensaste en estar con una sola persona por el resto de tus días?

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Sintió su corazón latir más lento, su respiración se calmó, y sin darse cuenta apretó un poco el sándwich entre sus manos. No miró a Shadow, solo dirigió la vista al frente, hacia el paisaje lejano.

—No.

Fría y directa. Esa era una respuesta muy Shadow.

Sonic lo volteó a ver de inmediato. Esperaba algo más... al menos una frase más larga.

—¿No?

—No —repitió Shadow, esta vez mirándolo de frente, como si la pregunta no lo afectara en absoluto. Dio otro mordisco a su sándwich con calma.

—¿Y eso por qué? ¿Piensas quedarte solo? ¿Eso… no te asusta?

Sonic estaba abriéndose con él. Quería que Shadow hiciera lo mismo, aunque no deseaba presionarlo. Aun así, la curiosidad empezaba a ganarle.

Shadow mordió una vez más antes de contestar.

—No te confundas, erizo. Soy la forma de vida definitiva. Soy diferente a ustedes, los terrestres, que cuentan con una vida corta, a diferencia de la mía.

—Bueno… creo que el hecho de tener vida ilimitada es aún más aterrador —el pensamiento cruzó su mente rápido, fugaz—. Espera… ¿es por eso que siempre estás distanciado de todos?

Acababa de terminar el sándwich. Aunque sabía que en algún momento la conversación llegaría a un punto incómodo, no pensó que sería tan pronto. Solo una pregunta, una que no quería responder.

—Estás pensando demasiado —respondió Shadow al levantarse.

Sonic, aún sentado, notó su intención.

—¿En serio te irás, Shadow? No quise meterme en tus cosas…

Sabía que no debía ser tan invasivo, y aun así dejó que su curiosidad le ganara. Qué idiota.

—El tiempo se acabó, Sonic. Gracias por el sándwich.

Shadow dio un paso, pero no se fue de inmediato. Se quedó quieto un instante, como si debatiera si decir lo que tenía en la mente. Finalmente lo hizo:

—Las personas forman vínculos que pueden romperse fácilmente. Es mejor evitarse esos problemas.

Su voz fue suave, pero fría. No sonaba como un pensamiento del momento, sino como una idea repetida tantas veces que ya era una defensa automática.

Y desapareció. Se teletransportó.

El viento sopló en el lugar donde estaba hace un segundo. Sonic lo siguió mirando por unos momentos. No iba a seguirlo. No hoy.

—Tenías que ser un metido, Sonic —se reprochó, dándose un golpecito en la rodilla. Sus ojos pasaron por los postres aún sobre el mantel y el sándwich maltratado en sus manos—. ¿Me va a tocar comer todo esto?

Negó con la cabeza.

—Tengo que pensar en otra cosa…

La luna iluminaba las olas de la playa. El agua chapoteaba suavemente contra la orilla, en un paisaje tranquilo, casi irreal. En un rincón apartado, bajo una palmera, Shadow estaba recostado con los brazos cruzados, el ceño fruncido. No apartaba la vista del mar.

"¿Piensas quedarte solo? ¿Eso no te asusta?"

Sus puños se apretaron. Qué pregunta tan ridícula… Y sin embargo, ahí estaba, repitiéndola una y otra vez. Esa pregunta ya se la había hecho hace mucho, y creía haber encontrado una respuesta. Una solución.

No arrastrar a nadie más a su destino.

A la mañana siguiente, alguien tocó suavemente el marco de su puerta.

Sonic, cubierto con una manta, boca entreabierta, con las manos colgando y sin querer abrir los ojos, respondió con voz pesada:

—¿Quieeén...? —las palabras salieron arrastradas mientras intentaba sentarse.

—¿Sonic? ¿Puedo pasar? —la voz de Amy sonaba alegre.

—Sí... —Amy puso un pie en el marco—. ¡No! —se corrigió de golpe, confundiéndola—. Espera, dame un momento.

Se levantó rápido, dejó la manta sobre la hamaca y fue a lavarse el rostro rápidamente. Recién entonces, llegó al marco de su puerta.

—¿Qué pasó, Amy? ¿Algún problema?

—Los chicos y yo vamos a jugar a la playa. Quería saber si te unirás.

Ese día él tenía pensado buscar a Shadow de nuevo… pero la idea de dejar de lado a sus amigos no le gustaba del todo.

—Claro que estaré ahí, pero solo un rato. Después tengo que terminar unas cosas.

—¡Genial! Te esperamos. Ah, y te toca traer el pan para las hamburguesas —Amy se cruzó de brazos al ver que Sonic no le prestaba mucha atención. Su mirada estaba distraída—. ¡Sonic!

—¡Eh! Te escucho, te escucho…

—¿Y qué tienes que traer? —lo miró seria. Lo había atrapado.

Sonic soltó una risa, recostándose en el marco con una pierna flexionada.

—Por supuesto que... hamburguesas.

Amy lo miró, no muy convencida, pero decidió no discutir.

—Bien. Traes las hamburguesas.

Cuando llegó con una bandeja llena de hamburguesas, sus amigos estaban jugando voleibol. Tails se la pasaba a Knuckles mientras Sticks hacía que se tropezara consigo mismo. El balón terminó estrellándose en la cara de Knuckles, haciéndoles perder el punto.

—¡Oh, vamos, chicos! ¡No es justo, le tapan los ojos a mi equipo! —Amy puso una mano en la cintura mientras Tails era ayudado por Sticks a ponerse de pie. Su equipo iba perdiendo, pero al ver llegar a Sonic, su ánimo volvió.

Con un chili dog en una mano y la bandeja en la otra, Sonic se acercó con una sonrisa.

—¡No es justo, chicos! ¡La próxima todos ponen para las hamburguesas!

Amy se acercó divertida.

—Eso te pasa por estar en las nubes.

Eso lo confundió. ¿A qué se refería su amiga?

—¿Qué quieres decir?

Amy solo tomó una hamburguesa y le dio una gran mordida. Al ver las hamburguesas, Knuckles se acercó también, seguido por Tails y Sticks, que aún reían por la jugada.

En el laboratorio de Eggman, Orbot cortaba pequeñas rodajas de frutas mientras Cubot le pasaba un plato.

—¿Crees que al doctor le gustará la merienda del día de hoy?

Chapter Text

—Mmm... probablemente no, pero de todas formas se la comerá, ¿no?

—Sí... —Orbot se desanimó un poco, aunque no duró mucho—. Tienes razón.

Frente a la enorme pantalla, Eggman repasaba grabaciones de las últimas actividades de Sonic. Según él, no era espiar a su enemigo: era estudiar el comportamiento de su rival para encontrar una oportunidad de atacarlo y, con algo de suerte, su debilidad.

Sonreía mientras pensaba en su próximo plan, hasta que algo le llamó la atención. Se notaba confundido. ¿Por qué su rival parecía tan interesado en encontrarse con Shadow a cada rato?

¿Quería reclutarlo? Imposible.

—Conociendo a Shadow, sé que no haría equipo con Sonic —recordó sus aterradores encuentros pasados con el erizo negro. Un escalofrío le recorrió la espalda. Él podía molestar y atacar a Sonic sin problema... pero Shadow era otra cosa. Había algo en ese erizo que lo hacía retroceder. Claro que jamás lo admitiría abiertamente... solo escaparía—. No recibe órdenes de nadie. Igual de molesto que Sonic.

A su derecha, Orbot y Cubot se acercaban con un plato de yogur rodeado de frutas en rodajas, acompañado de un jugo de naranja.

—Doctor, su merienda está lista.

Eggman volteó al escuchar la voz de Orbot, fijando su mirada en el plato. Frunció el ceño y gritó, haciendo que los dos robots retrocedieran un poco.

—¡Les dije que arreglaran las frutas por colores! ¿No ven que con su propio jugo se mezcla todo el sabor en la parte de abajo? ¿Acaso tengo que hacerlo todo yo?

Aun así, tomando rápidamente el plato de las manos de Orbot, lo colocó frente a él.

—Ya no importa, tengo cosas más interesantes que hacer.

—¿Espiar a Sonic?

—¡Claro que no, pedazo de chatarra! Estudiar a mi enemigo, que es muy diferente.

Al buscar la cuchara para su merienda, notó que no estaba por ninguna parte. Volteó con frustración hacia los robots.

—¿Y la cuchara?

Ambos se miraron entre ellos, preguntándose quién la tenía.

—Cubot, te dije que trajeras la cuchara.

La indignación se reflejó en el rostro metálico de Orbot.

—¡Claro que no!

¡Pum!
Un golpe fuerte en la puerta hizo que todos en la sala se sobresaltaran. Voltearon al mismo tiempo hacia la pantalla gigante, que mostraba afuera de la guarida a un erizo negro.

Eggman se levantó de golpe al ver quién era, derramando el plato de yogur con frutas.

—¿Qué demonios hace Shadow tocando mi puerta?

Orbot y Cubot lo miraron esperando una respuesta.

—Orbot, ¿mis últimos ataques tuvieron algo que ver con Shadow?

Haciendo memoria, Orbot respondió que no, lo que dejó al doctor aún más confundido.

Tomando algo de valor, decidió abrir la puerta. Shadow había dejado de tocar y esperaba con los brazos cruzados.

Las puertas se abrieron, revelando a Eggman con una sonrisa debajo de su enorme bigote, seguido por sus dos robots.

Su voz traicionó su nerviosismo.

—Shadow... qué sorpresa verte por aquí...

La voz de Shadow lo interrumpió de inmediato.

—Déjate de parloteo, Eggman.

—Sí, sí... pero en serio quisiera saber por qué estás en... mi base.

Shadow arrugó apenas el ceño. Su visita había sido imprevista, sí... pero tampoco quería darle explicaciones al idiota que tenía delante.

—Vine por una de tus máquinas.

Lo primero que apareció en el rostro de Eggman fue desconcierto, luego felicidad... y por último, duda.

—¿Te refieres a colaborar?

—No, imbécil —respondió Shadow con frialdad.

Hablar con Eggman le resultaba fastidioso. Aquel sujeto se hacía llamar villano y genio, pero a sus ojos no era más que un patético charlatán. Lo que más le molestaba, sin embargo, era que había tenido que venir a pedirle prestada una de sus máquinas.

Eggman no sabía qué decir. Sus manos se frotaban entre sí con nerviosismo. Shadow, el personaje más fuerte después de él y Sonic, estaba justo frente a él. Y aunque no lo admitiría nunca, por supuesto que le daba miedo.

Quiso volver a preguntar, pero dudaba. A diferencia de Sonic, Shadow era gruñón e impaciente. Justo en ese momento, la voz fría del erizo negro rompió el silencio.

—La última vez me hiciste perder mi valioso tiempo con tu patética "reunión de reclutamiento". Vengo a que pagues el precio por eso.

¿Lo iba a golpear? ¿Ahora? ¿Por eso?
El cuerpo de Eggman se tensó. Sus manos dejaron de moverse, y dio un paso lento hacia atrás.

Shadow notó su reacción y alzó una ceja.

—No vine a golpearte.

Eggman se detuvo. Soltó el aire que había estado conteniendo. Shadow no lo golpearía... por ahora. Aunque, siendo sincero, dudaba que pudiera evitar una paliza aunque activara todos sus robots.

Orbot, al notar la tensión de su creador y ver que Shadow no mostraba señales de ataque por el momento, decidió intervenir.

—¿A qué te refieres con que necesitas una de las máquinas del doctor, Shadow?

—Exactamente a lo que suena —respondió sin más.

Lidiar con humanos ya era complicado para Orbot... pero con Shadow, la comunicación era peor.

Cubot intervino:

—¿Quieres decir que viniste a pedirle ayuda al doctor porque necesitas uno de sus inventos?

—Vine a saldar una deuda pendiente.

Eggman no quiso preguntar más. Si Shadow quería una de sus máquinas, lo mejor sería averiguar cuál exactamente, dársela, y acabar con todo esto lo antes posible.

—¿Por qué no entras, Shadow, y me dices cuál de mis brillantes inventos quieres? —dijo Eggman con una sonrisa nerviosa.

Shadow solo asintió, soltando los brazos que mantenía cruzados, y avanzó hacia el interior de la base.

Eggman tomó la delantera, guiándolo por los pasillos hasta llegar al salón de inventos.

Chapter Text

Las puertas se abrieron. Lo primero que se veía eran los aparatos enormes al centro de la sala. A los lados, inventos más pequeños reposaban ordenadamente, algunos montados sobre pedestales metálicos que los hacían parecer trofeos.

Eggman carraspeó con orgullo.

—Verás, los inventos más significativos están posicionados estratégicamente para resaltar sobre los demás. Un ejemplo es este —corrió hacia un artefacto en forma de cañón—. ¡Con esta belleza destruí casi un 45% del pueblo una vez, de un solo disparo!

Sin detenerse, señaló otro al instante.

—O este —se acercó a unas zapatillas de color plateado—. Logré reducir la velocidad de Sonic al 5%. ¡Deberías haber visto su cara cuando notó que no podía quitarse estos zapatos! Fueron diseñados para jamás soltarse de su portador.

—¿Tienes uno que encierre a un objeto o persona y aísle todo sonido del exterior? —interrumpió Shadow con voz firme.

Eggman se detuvo en seco. ¿Un invento que actuara como cámara de aislamiento? Pensó un momento, pero no recordaba haber construido algo así recientemente.

—Orbot, Cubot, revisen su memoria. ¿Tenemos algo similar?

Los dos robots empezaron a escanear sus archivos. El sonido de hojas digitales pasando entre datos llenó el ambiente, como si realmente estuvieran hojeando un archivo físico.

Orbot fue el primero en responder, levantando su dedo índice metálico.

—Según nuestros registros, existe un artefacto con esas características. Se encuentra en el taller de reciclaje.

—¿Taller de reciclaje? —repitió Eggman, arrugando la nariz. No era precisamente su sala favorita.

—Ejem... Shadow, ¿por qué no me sigues? Te llevaré ahí ahora mismo —dijo, recomponiéndose.

Caminaron hasta otra sala, esta vez mucho más caótica. Lo primero que se percibía era el desorden: piezas por el suelo, herramientas fuera de lugar, y un fuerte olor a aceite quemado y petróleo impregnando el aire.

Cubot y Orbot fueron los primeros en meterse entre la pila de inventos del taller de reciclaje. Tras unos segundos que en la mente de Eggman se sintieron como minutos eternos, Cubot gritó con emoción:

—¡Lo encontré, chicos!

En sus manos traía un pequeño aparato, parecido a una pulsera gruesa.

—Recordé que esto lo había usado usted mismo, doctor.

—¿¡Yo!?

—Sí. Cuando le dio esa crisis existencial por no poder derrotar a Sonic... ¿lo recuerda? Pasó casi 36 horas encerrado ahí dentro.

Eggman se arrepintió de haber preguntado. Lo recordó... y deseó no haberlo hecho. ¡Shadow no debía enterarse de un momento tan vergonzoso!

Shadow tomó el brazalete. Al colocárselo, le quedó grande por un segundo, pero enseguida el dispositivo se adaptó a la forma de su muñeca.

—Tecnología avanzada —aclaró Eggman con tono orgulloso—. Se ajusta automáticamente a su portador.

—Muy bien. Con esto, tu deuda está saldada —dijo Shadow con su voz fría de siempre, aunque había algo más en ella... algo que se estaba guardando.

Sin decir nada más, Shadow salió de la guarida y se teletransportó a una de las pequeñas islas cercanas al Pueblo Erizo. El suelo era seco, casi árido, y lo único que se mantenía en pie era una palmera de cocos deteriorada.

Se recostó bajo la sombra escasa, activó el brazalete, y una fina capa transparente lo rodeó, formando una burbuja silenciosa con espacio suficiente para moverse unos pasos. Era justo lo que necesitaba.

Dentro, el silencio era absoluto. Shadow cerró los ojos, cruzó los brazos detrás de su cabeza y respiró profundo. Sabía que más tarde, probablemente, un cierto erizo ruidoso andaría buscándolo.

Mientras tanto, en la isla principal...

El tiempo con sus amigos pasaba volando. Ya era más del mediodía cuando Sonic se dio cuenta de que la mañana se había ido.

—Chicos, terminando de comer, iré un rato a terminar unos asuntos.

Sentados alrededor de la mesa, bajo la sombra de una sombrilla y rodeados del sonido tranquilo del mar, los amigos comían con gusto las hamburguesas que Sonic había traído.

Amy notó la prisa con la que Sonic mordía su hamburguesa.

Frunció el ceño, entrecerrando los ojos.

—Sonic… no me digas que esta es otra de tus mentiras para no comer la ensalada que con tanto esfuerzo preparé.

Sonic alzó los brazos, tragando lo que tenía en la boca.

—¡Claro que no, Amy! Sí comí de tu ensalada. Pregúntale a Tails, él me vio hacerlo —dijo, señalando con las palmas abiertas a Tails, que comía tranquilamente su hamburguesa.

Al ver la mirada de ayuda de su amigo, Tails no dudó en salvarlo.

—Tiene razón, Amy. Le puso un poco de tu ensalada a su hamburguesa... —aunque claro, después se la cambió a Knuckles. Eso último no lo dijo. Si Amy se enteraba, les daría toda una charla sobre lo necesarias que eran las verduras para el cuerpo y las proteínas que aportaban. Solo de pensarlo, su pelaje se erizó. Definitivamente no quería otra de esas charlas de tres horas.

Amy pasó la mirada de Tails a Sonic, quien estaba visiblemente nervioso. Solo suspiró.

—Bien, les creo —dijo mientras mordía su hamburguesa. ¿Le habría gustado a Sonic su ensalada? Siempre lo veía comer cosas poco saludables, y como su amiga más cercana y futura...

Amy empezó a toser, interrumpiendo sus pensamientos y preocupando a todos.

—¿Estás bien, Amy? —Sonic se puso detrás de ella, dándole suaves palmadas en la espalda. Amy seguía tosiendo, ahora con menos fuerza.

—¿Quieres un poco de agua? —preguntó Tails.

Recuperando el aliento, dejó su hamburguesa en el plato y trató de calmar a sus amigos.

—Sí... estoy bien. Fue una distracción, no se preocupen —respondió con la voz un poco rasposa. Unas lágrimas asomaban en sus ojos.

Knuckles, que había servido un poco de agua como dijo Tails, se acercó también a su amiga.

—Es por eso que me gusta licuar la comida antes de comerla. Deberías hacer lo mismo, Amy.

Todos lo miraron confundidos.

—¿Qué? ¡Es rico!

Al ver que Amy ya estaba mejor, Sonic terminó su hamburguesa.

—¡El alma de la fiesta se va! —dijo mientras flexionaba las piernas para impulsarse—. ¡Nos vemos después, chicos!

Y salió corriendo.

Sonic había revisado todo: la cueva, la montaña, el bosque, el pueblo, la guarida de Eggman, la villa Gogoba… incluso la cueva detrás de la casa de Sticks. Nada. Shadow no estaba en ninguna parte.

Frente al mar, al borde de la playa, Sonic se detuvo, frustrado.

—¿Dónde se habrá metido...? No me digas que te molestaste tanto que ahora ni quieres verme, Shadow...

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Sus orejas se bajaron y su frente se arrugó mientras se masajeaba la cabeza, intentando pensar. ¿Dónde más podía buscar?

Sus amigos seguían comiendo tranquilos no muy lejos. Al verlo regresar, quisieron acercarse, pero Tails les hizo una seña con la mirada para que lo dejaran en paz. Él hablaría con Sonic.

Cuando una mano tocó su hombro, Sonic se sobresaltó. Se le erizó todo el pelaje y se giró de golpe.

—¡Lo siento, Sonic! —dijo Tails soltando una risa—. No quise asustarte.

Sonic se relajó al ver a su mejor amigo.

—No fue tu culpa, Tails. Estaba perdido en mis pensamientos.

Antes de que Sonic continuara, Tails le preguntó con calma:

—¿Está todo bien? Te noto preocupado. Si quieres, puedo ayudarte.

Sonic dudó por un momento, pero era Tails... su mejor amigo, el único que siempre notaba cuando algo no andaba bien.

—Tails, si quisieras esconderte en un lugar donde nadie pudiera molestarte pero sin alejarte mucho de la isla... ¿a dónde irías?

La pregunta desconcertó un poco a Tails. Pensó rápido.

—Lo que yo haría sería buscar un lugar sin ruido, donde nadie quiera ir. O... inventaría una máquina para transportarme a un lugar así —reflexionó más—. Pero si me limitara a lo que ya existe, probablemente buscaría alguna de las pequeñas islas alrededor... como esa donde está la base de Eggman.

Los ojos de Sonic se iluminaron.

—¡Gracias, amigo! Brillante como siempre.

Tails sonrió, feliz de poder ayudar. Sonic le revolvió el pelaje con cariño, al terminar se acomodo la pañoleta del cuello.

—Bueno... llegó la hora de buscar a un gruñón. ¡Nos vemos después, amigo!

Las islas alrededor eran pocas, y Sonic agradeció por eso. En las primeras visitas no encontró nada. Mientras corría a toda velocidad sobre el agua, su cuerpo estaba algo tenso. No podía detenerse, no ahora. No sabía nadar.

Su mirada iba de un lado a otro, enfocada en cada isla que pasaba. De pronto, a lo lejos, captó una figura recostada bajo una palmera. Ahí estaba. Shadow.

Cambió de rumbo rápidamente y se dirigió directo hacia él. Al acercarse, notó algo extraño: una esfera cristalina rodeaba al erizo negro. ¿Estaba atrapado? No, era Shadow de quien hablamos. Si estuviera atrapado, no estaría tan tranquilo, descansando como si nada.

Sonic se acercó con confianza y tocó la esfera, apenas un roce.

Nada.

Ni un movimiento, ni una reacción por parte de Shadow. Sonic inclinó un poco la cabeza, confundido. Esta vez tocó con más fuerza.

Nada.

Dentro, Shadow no se movía. ¿Estaría sordo? Sonic frunció el ceño y gritó su nombre, golpeando con los nudillos contra la esfera.

—¡Shadow! ¡Oye, gruñón! ¡Despierta!

Nada.

—¿Hombre, acaso no me escucha?

Fue entonces cuando una frase de Tails regresó a su mente como un rayo:

"Buscaría un lugar sin ruido..."

Sonic abrió los ojos, cayendo en cuenta. ¿Y si ahí dentro no se escuchaba absolutamente nada?

Eso lo explicaría todo.

Sonic volvió a llamarlo varias veces, golpeando la esfera con más fuerza, pero esta no se veía afectada en lo más mínimo. Ya algo cansado, decidió sentarse al lado de la esfera —o tan cerca de Shadow como pudo—. Si Shadow no lo escuchaba ahora, entonces lo esperaría. Y lo primero que vería al despertar… sería a él. ¿No era eso algo romántico?

Sí. Lo esperaría.

El tiempo pasó. Sonic empezó a jugar con la poca tierra que había debajo de él, dibujando con los dedos. En un momento, incluso trepó a la palmera para sacar uno de los cocos y lo disfrutó mientras tarareaba una canción. Más tarde, se acostó boca abajo con el estómago pegado al suelo, los pies al aire, moviéndolos de un lado a otro, aburrido.

Shadow no se levantaba.

El sol comenzó a bajar lentamente, tiñendo todo de un naranja suave. La brisa se volvió más fresca, y el olor salado del mar se hizo más intenso. Todo a su alrededor empezaba a cambiar.

El silencio era tranquilizante. Sin ruidos que lo alertarán o distrajeran, le gustó. Shadow no dormía mucho por las noches; su oído era demasiado agudo. No estaba seguro de si la falta de sueño le habían pasado factura ahora, pero se sentía relajado. Liviano. Desestresado. No se preocupó por el tiempo. Al fin y al cabo, nadie lo necesitaba. Nadie lo buscaria. Nadie lo buscaba…

Cuando Shadow abrió los ojos, el sol naranja fue lo primero que vio. Luego sus ojos captaron una figura a su lado, echada en el suelo, dándole la espalda, moviendo los pies en el aire, viendo el paisaje… tan atrapado por él como lo estuvo él mismo.

Sonic estaba ahí.

¿Desde cuándo lo esperaba? ¿En serio lo había buscado? ¿Lo había esperado todo este tiempo? ¿Acababa de llegar? ¿Cómo lo encontró?

Un cúmulo de preguntas lo invadió, y en medio de todas, una sensación cálida se encendió en su pecho. Quiso apagarla al instante. Sabía muy bien lo que era esa calidez… y no podía permitírsela.

Sin hacer ningún ruido, Shadow se levantó.

Y justo en ese momento, Sonic giró la cabeza hacia él, como si lo hubiese sentido, como si ya supiera que él lo estaba mirando. Como si hubiese sabido todo el tiempo que Shadow despertaría… y que él estaría ahí, esperándolo.

Pudo ver que, por un momento, los ojos de Shadow brillaron aún más que de costumbre. Sus pupilas rojas hacían juego con el cielo naranja de ese atardecer. Era hermoso.

El verde.

Fue ese color el que atrapó toda su atención. Verde brillante, vivo, intenso. Los ojos de Sonic lo miraban con una fuerza que lo dejó en silencio. La mirada que le lanzó era tan intensa, tan luminosa, como si estuviera viendo algo precioso. Shadow lo notó. Lo sintió. Le gustó.

Le gustó ser el centro de esa mirada.

Y el naranja del cielo detrás de Sonic solo lo hacía ver más hermoso. Cerró los ojos por un segundo. Otra vez. Esa sensación dentro de él… cálida, suave, casi peligrosa. Otra vez esos pensamientos que no quería permitir. Pero ahí estaban. Inquietos. Tercos.

Volviendo a levantar la mirada, Sonic ya se había puesto de pie.

—…

Sonic le hablaba, pero no escuchaba. El brazalete en la muñeca de Shadow fue desactivado de inmediato. La esfera desapareció.

—Vaya, Shads, un poco más y pensaba si debía derrotar a un dragón y despertarte con un beso —dijo Sonic, acercándose a Shadow, de pie, serio como siempre.

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—¿Cuánto llevas aquí?

—No mucho, solo un par de horas, señor dormilón. Y vaya que necesitabas una siesta.

Las palabras de Sonic lo delataban. Había estado con él por bastante tiempo.

—¿Entonces?

Shadow frunció levemente el ceño.

—¿Entonces qué?

—¿Qué haces aquí, Sonic?

A pesar de que Sonic se había acercado bastante —demasiado, a su parecer— no daría un paso atrás. No lo haría.

A simple vista, Shadow parecía molesto. Pero algo en Sonic le decía que no era así. Que solo estaba fingiendo.

—Venía a ver cómo estabas. Ya sabes... y saber cuándo será el próximo picnic.

Las cejas de Shadow se alzaron.

—No recuerdo haber aceptado tal invitación.

—Oh, vamos, galán. Debes admitir que hago las mejores salidas de la aldea.

—Eso lo dudo bastante.

Sonic vio su oportunidad. Quería jugar un poco más con él. Sacarle ese lado que tanto le gustaba.

—¿Oh, en serio? ¿Crees que podrías hacerlo mejor?

No caería en el juego. O al menos eso pensó. Dio un paso más hacia Sonic. Sus pechos casi se rozaban. Un milímetro más y podrían escuchar el corazón del otro.

—No lo creo. Lo sé —dijo Shadow, bajando la mirada a esas esmeraldas verdes acompañados con una sonrisa traviesa.

El acercamiento lo ponía nervioso. La voz de Shadow tan cerca. No debía dudar.

—¿En serio? Entonces averigüémoslo.

—Tks... eres un verdadero fastidio insoportable.

—Lo sé, me lo dicen mucho. Pero me gusta más cuando viene de ti.

Su dedo índice se posó en el pelaje blanco del pecho de Shadow. Era suave. Demasiado.

Los ojos rojos de Shadow pasaron del dedo de Sonic a su rostro, su mirada, su sonrisa... sus labios.

No dijo nada. Solo dio un paso atrás, girándose. Su voz sonó firme:

—Espera mi aviso.

Y antes de que Sonic pudiera decir algo más, se teletransportó, dejándolo solo nuevamente.

—Esa manía de decir algo y después desaparecer ya me está empezando a fastidiar un poco —refunfuñó Sonic, mirando al sol ocultándose a lo lejos—. Supongo que es hora de volver.

"Espera mi aviso".

La voz de Shadow volvió a sonar en su mente. Sonic miró su dedo, ese que había tocado su pecho. Lo frotó suavemente. Se sentía cálido.

A primera hora de la mañana, el timbre sonó seguido de unos golpes fuertes y constantes.

—¿¡Quién rayos está tocando tan temprano!? —gruñó Eggman, todavía en su cama, abrazando su pequeño peluche bajo las sábanas. Molesto, solo se removió.

Cubot entró a la habitación con su típica voz alegre:

—¡Muy buenos días, doctor! Su visita lo espera en la puerta.

La irritación de Eggman se intensificó.

—¿Qué visita?

—Shadow.

El nombre lo hizo levantarse de golpe.

—¿Shadow?

—Sí.

—¿Y qué hace aquí... otra vez?

La puerta volvió a temblar por los golpes.

—Si no lo atiende, la puerta no resistirá mucho más —añadió Cubot, esta vez con un tono preocupado—. ¿Quiere que le traiga su traje?

—¡No hay tiempo para eso, pedazo de chatarra! Un poco más y ese erizo me destruye la base.

Se puso su bata a la volada y caminó rápido hasta la entrada. Al abrir la puerta, Shadow estaba ahí, de pie con los brazos cruzados.

—Tardaste —dijo, seco como siempre.

—Bueno, Shadow, no esperaba tu visita tan temprano —Eggman forzó una sonrisa. Su voz estaba tensa, pero con un toque molesto.

—Vayamos al grano, Eggman. Quiero que ataques la aldea.

Eggman parpadeó. ¿Había escuchado bien?

—¿Quieres que ataque la aldea?

—Sí.

Miles de preguntas pasaron por su cabeza, pero no quería molestar a Shadow. ¿Acaso se había hartado de Sonic? ¿Lo había hecho enojar tanto que ahora estaba de su lado? ¿Le estaba pidiendo ayuda? Eso era oro puro.

—Shadow, ¿qué te parece pasar adentro y hablar más al respecto?

—Solo voy a ver los avances. No te hagas ideas equivocadas, Eggman —la voz de Shadow fue intimidante, pero él no se echó atrás. Lo dejó entrar.

Ya dentro, Shadow se detuvo y dijo algo que lo volvió a confundir:

—Hoy no atacarás la aldea.

Eggman lo miró con cara de idiota.

—Veré que te prepares bien con mi guía. A mi señal, recién atacarás.

No le gustaba seguir órdenes de nadie. Pero esta oportunidad era una en un millón. Usaría a Shadow, y después, con Sonic fuera del camino, lo traicionaría. Nadie le daba órdenes al gran genio Eggman.

—Está bien. Déjame cambiarme y empiezo con los robots.

Justo en eso, Orbot apareció:

—Doctor, aquí está su desayuno: waffles con la cara de Sonic y un jugo de fresa.

Ambos robots se congelaron cuando sintieron la mirada asesina de Shadow.

Eggman solo pudo maldecir por dentro ante la humillación.

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Pasaron tres días. Tres largos días en los que Shadow descubrió que decir que tenía una migraña era quedarse corto. Eggman era un genio, sí… pero también un idiota emocional que arruinaba las cosas por impulsivo.

Más de una vez estuvo a punto de golpearlo, pero se contuvo. Tenía que terminar esto rápido.

Los robots fueron reprogramados. Al inicio eran pocos, pero la cantidad aumentó. Sus ataques mejoraron y se volvieron más precisos.

Eggman estaba convencido de que esta vez sí derrotaría a Sonic. Y con la ayuda de Shadow, lo aplastaría. Después… se desharía también de él.

Tendría la victoria solo para él.

Viendo que ya todo estaba prácticamente preparado, Shadow caminó hacia la salida. Eggman se apresuró a interponerse.

—¿No te quedarás a terminar los preparativos, Shadow?

—Ya todo está listo. El ataque será mañana a las 11 a. m. El resto te lo dejo a ti —respondió con su voz segura y fría.

¿Shadow le estaba dejando todo en sus manos? Si no lo conociera tan bien, Eggman juraría que era un clon.

Las puertas se abrieron, y Shadow desapareció.

—Bueno... al menos sé que las barreras anti-teletransportación siguen funcionando bien aquí dentro —murmuró Eggman, y volvió a sus preparativos.

Pasaron tres días. Shadow no aparecía. ¿Se había olvidado? ¿Lo estaba dejando plantado? No… Shadow no era de los que rompen su palabra, ni siquiera cuando está molesto.

Mientras tanto, en el taller, Tails seguía reparando uno de sus inventos. Necesitaba concentración, pero no podía con las pisadas rápidas de Sonic dando vueltas por el lugar. Salió de debajo de su huevo orototivo con una llave inglesa en mano.

—Sonic, necesito silencio —dijo con paciencia.

Sonic no escuchó. Siguió caminando en círculos. Tails alzó la voz:

—¡SONIC!

Sonic se detuvo, mirando a su amigo.

—¿Qué?

—¡Te estoy hablando! Pero parece que estás en la luna. ¿Está todo bien? Desde ayer estás ansioso. ¿Seguro que no quieres ver a Amy un rato y, ya sabes... hablar tus emociones?

Sonic abrió los ojos con cara de susto y movió las manos exasperado:

—¿¡Con Amy!? No, Tails, no quiero una charla de dos horas sobre cómo no esconder tus problemas.

Tails se acercó.

—Entonces, como tu mejor amigo… ¿puedes contarme qué te tiene tan nervioso? ¿Tiene que ver con cierto erizo gruñón?

Sonic miró a todos lados menos a Tails, se rascó la nuca y dio dos pasos hacia atrás.

—No sé de qué hablas…

La mirada sospechosa de Tails solo lo ponía más nervioso.

—Sonic… me contaste lo que estabas sintiendo, ¿recuerdas?

Diablos. Lo había olvidado. En serio confiaba en Tails.

Suspiró. Sus hombros se relajaron, y bajó la mirada.

—Él… me dijo que esperara su aviso.

Tails alzó una ceja.

—¿Un aviso? ¿Para qué?

—Para… una salida —las mejillas de Sonic ardieron aunque intentó mantener la compostura.

—¿Te invitó a salir? —la voz de Tails salió más fuerte de lo que quería.

Sonic, por reflejo, le tapó la boca.

—Awi no hay adie.

Tails dijo algo incomprensible con la boca tapada, pero igual se entendió.

Sonic miró a todos lados, y luego bajó las manos.

—Sí… pero hasta ahora no he recibido nada. Ya revisé mi buzón… incluso fui a la oficina de correos todas las mañanas, ¡y nada!

Tails sonrió. Entendía a su amigo. Aunque no negaba que las cosas habían avanzado rápido entre ellos, más rápido de lo que creía.

—¿No está yendo todo… demasiado rápido? —preguntó Tails, con una ceja levantada y los brazos cruzados.

—¿Qué? —Sonic lo miró, sin entender a qué se refería.

—Apenas el otro día estabas buscando una excusa para acercarte a él… y ahora esperas que te invite a salir.

Sonic se infló de orgullo ante el comentario. Solo él podía acercarse así a Shadow. Solo él era capaz de soportar su carácter duro y frío, de igualarlo sin miedo. Sonrió de oreja a oreja.

—¿Qué te puedo decir, amigo? Nadie se resiste a una de mis salidas —dijo con aire triunfante—. Y… bueno, supongo que también tengo que darle algo de crédito a los pastelillos de Amy.

—¿Pastelillos de Amy? —repitió Tails, confundido—. ¿Qué tiene que ver Amy en todo esto?

—Ella los había preparado —respondió Sonic, encogiéndose de hombros como si fuera obvio—. Solo llevé algunos para compartir con Shadow. Aunque, si soy honesto… sé que le gustó más mi compañía que cualquier pastelillo.

Su risa esta vez fue suave, casi tímida, como si el recuerdo le provocara un calorcito en el pecho.

Tails lo notó. Y al hacerlo, recordó lo mucho que su amigo se había estado preocupando por ese encuentro. Por Shadow. Por si estaba bien, por si todo salía bien. Esa risa contenida, esa expresión en su cara… le dijo mucho más que cualquier palabra.

—No te preocupes, Sonic. Hasta donde sé, Shadow no es de los que olvidan su palabra. Seguramente llegará la invitación, tenlo por seguro.

Puso su mano en el hombro de Sonic, dándole algo de tranquilidad.

Tenía razón. Shadow siempre cumplía. Como cuando decía que lo iba a golpear… y lo hacía. Recordar eso le dio risa. Cómo habían cambiado las cosas. De odiarse a esto… en serio estaba perdido.

Más tarde, Sonic se despidió de Tails y corrió de vuelta a su choza. Todo seguía en silencio. Nadie a la vista. Al entrar, se detuvo en seco.

Encima de su manta, en la hamaca, había un papel.

Se acercó rápidamente.

......Mañana a las 11 a. m. Prepárate.....

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Su confusión fue aplastada por la alegría. Saltó varias veces, dio vueltas. ¡Shadow había venido! ¡Shadow había cumplido! ¡Shadow había entrado a su casa!

Se puso nervioso. Miró todo a su alrededor. Por suerte no estaba desordenado. Por un segundo, agradeció no pasar tanto tiempo dentro.

Miró la manta en la hamaca. Shadow probablemente la había visto. Sus mejillas se calentaron.

—No, no le voy a dar muchas vueltas. Seguro ni lo notó. Sí… seguro que no.

Se dejó caer en la hamaca, sonriendo mientras se mecía suavemente, la nota descansando en su pecho.

….

El día había llegado. Sonic se levantó temprano, se metió a la ducha, planchó su clásico pañuelo del cuello y se echó un poco de esencia.
Preparó un desayuno ligero: dos huevos… y decidió agregarle unos pepinillos. Después de todo, no eran tan malos.

Al terminar, esperó… esperó.
Sus ojos miraban el comunicador en su muñeca. Eran las 10:00 a. m.

—¿En serio falta tanto? —murmuró, recostándose hacia atrás en el sofá, aburrido.

Con la mirada fija en el techo, sus piernas no dejaban de moverse de arriba a abajo rápidamente, y sus dedos tamborileaban como si tocaran una canción.
No sabía cuánto tiempo había pasado ahí, pero de pronto su comunicador sonó. La voz de Tails, preocupada, apareció:

—¡Sonic! ¿Dónde estás? ¡Eggman está a punto de atacar la aldea nuevamente!

Sonic maldijo. ¡Su cita con Shadow ya iba a ser!
Miró el reloj: 10:59 a. m.
Se puso de pie de inmediato.

—Eh… ¿qué es eso? —la voz de Tails cambió de preocupación a confusión—. Espera, ¿ese es…?

La llamada se cortó.

Sonic trató de llamarlo otra vez, pero no contestaba.

Sin pensarlo dos veces, corrió a toda velocidad hacia el pueblo. Después se disculparía con Shadow. Aunque… ahora que lo pensaba, Shadow nunca le dijo en dónde se encontrarían.

Al llegar, la aldea estaba vacía. Ni un solo habitante. Tails no estaba, ni tampoco sus otros amigos.

Una presencia a su espalda lo sobresaltó. Se giró rápidamente. Era Shadow.

—¿Listo?

—¿Listo para qué? —preguntó Sonic, confundido.

—Para la diversión.

Justo al terminar esas palabras, como si todo hubiese sido ensayado, Eggman apareció a lo lejos con una pandilla de robots. Estaba visiblemente molesto… y triste.

Una voz fuerte salió del megáfono:

—¡Shadow! Creí que me ayudarías a derrotar a Sonic, ¡pero todo fue una trampa! ¡Nadie se burla de Eggman! ¡Ahora tú y Sonic caerán!

Sonic volteó a ver a Shadow, totalmente confundido.

—¿Shads? ¿Qué quiere decir Egi?

Shadow sonrió, su voz fue baja, con un tono divertido.

—Esta salida va a ser entretenida.

¿Salida? ¿Esto era lo que Shadow había planeado? ¿Engañó a Eggman para que ambos pudieran disfrutar destruyendo robots juntos?

La sonrisa apareció en su rostro antes de que pudiera terminar el pensamiento. Shadow definitivamente era el mejor cuando se lo proponía.

Adoptando una pose de batalla junto a Shadow, creaban una imagen imponente: una dupla totalmente sincronizada, como si hubieran entrenado juntos toda la vida.
Los robots se lanzaron contra ellos con ferocidad, impulsados por las nuevas mejoras de Eggman. Pero nada los detenía.

Los golpes comenzaron a llover. Sonic se movía con rapidez, ágilidad, y detrás de él, Shadow seguía con una fuerza impecable. Cada golpe, cada giro, cada impacto formaban una danza frenética de luz y poder certero. Las chispas de los robots explotando en el aire iluminaban el campo, dándoles un aire casi cinematográfico.

Sonic se estaba divirtiendo como hacía mucho no lo hacía. Sentía la adrenalina recorrerle el cuerpo, pero no era solo por la batalla, no…
Era por él.
Por Shadow.
Por estar peleando a su lado.

Se entendían sin hablar, sabían cuándo cubrir al otro, cuándo impulsarse, incluso cuándo juntar las manos para lanzarse en un ataque combinado que hacía volar por los aires a los enemigos.
Era tan natural, tan perfecto, que Sonic no pudo evitar reír. Una risa grande, honesta, llena de emoción.

Y Shadow la escuchó.
Esa risa, tan pura, tan viva… lo hizo sonreír también. Era por él. Sonic se estaba divirtiendo por él. Por lo que había planeado. Por estar juntos.

Shadow lo sentía: su pecho latía con fuerza. Esa emoción, esa chispa… hacía tanto que no la sentía.
No era solo la batalla. Era la compañía. Era Sonic.

Sonic, con los ojos brillantes de emoción, lo sabía también.
No entendía del todo qué era lo que le pasaba, pero sí algo muy claro:

Esto… esto le gustaba más de lo que pensaba.

Poco a poco, los robots fueron cayendo. A pesar de las mejoras que Eggman les había implementado, no eran rivales para ese dúo que se movía como una tormenta perfectamente orquestada.
A cada paso, a cada impacto, la batalla se inclinaba más a favor de los erizos.

Eggman los observaba con furia, el puño tembloroso apretado contra el parabrisas de su nave de combate. La traición lo quemaba por dentro.
Él mismo había planeado usar a Shadow, manipularlo para vencer a Sonic de una vez por todas. Pero jamás imaginó que Shadow… también lo engañaría.
Que se aliaría con él. Con Sonic.

—¡Ataquen, ataquen a ese par! —rugió con desesperación, mientras los últimos robots que le quedaban se lanzaban al frente. Solo una docena. No era suficiente, pero no pensaba rendirse.

Cuando menos lo esperaba, una sombra apareció a su lado.
Shadow.

—El juego se acabó, Eggman. Fue divertido —dijo con una sonrisa ladeada, su tono tranquilo pero afilado como una cuchilla.

Eggman se incorporó con brusquedad, sin mostrar el miedo que le erizaba la piel.

—¡Tú! ¡Mentiroso! ¡Me utilizaste!

—Hmp, como si tú no hubieras pensado hacer lo mismo —la respuesta fue directa, sin rodeos.

Y lo golpeó. No físicamente, aún no. Pero la verdad lo dejó sin palabras. Porque era cierto. Él también había planeado traicionarlo.
El coraje lo cegó.

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Pero entonces, antes de poder soltar otra palabra, el golpe de Sonic llegó como un relámpago. Un puño limpio, certero, lo sacó volando junto con su nave. Eggman apenas alcanzó a gritar cuando fue proyectado hacia el bosque, desapareciendo entre los árboles.

Sonic aterrizó con elegancia, una sonrisa orgullosa en el rostro, el viento aún girando a su alrededor.
A su lado, Shadow descendía con suavidad gracias a sus air shoes, como si no acabaran de destruir a medio ejército.

Ambos se quedaron de pie, uno junto al otro, respirando profundo, mirando el campo vacío de enemigos.

Habían ganado.
Juntos.

—Debo admitirlo, Shads… esta salida fue una de las mejores que he tenido en mi vida —dijo Sonic, aún con la adrenalina corriéndole por las venas. Se acercó a Shadow, dándole un codazo amistoso—. ¿En serio engañaste a Eggman solo para hacer todo esto? Hasta me hace pensar que de verdad estás tratando de ganarte mi corazón.

—Solo demostré que lo que dije era verdad —respondió Shadow con su habitual tono serio… aunque Sonic notó algo distinto. Un leve tinte de diversión, apenas perceptible en su voz. Y eso bastó para que su sonrisa se ensanchara aún más.

Mientras tanto, en la casa de Amy, el ambiente era muy distinto.

Ella caminaba en círculos, inquieta, mientras Knuckles, Tails y Sticks comían los bocadillos que les había ofrecido. Su preocupación era evidente. Todo había pasado muy rápido: en la plaza del pueblo, justo cuando se preparaban para detener a Eggman, Shadow había aparecido de la nada y, sin darles muchas explicaciones, los había obligado a retirarse.

Amy estaba lista para protestar, pero por alguna razón Tails apoyó a Shadow, diciendo que era lo mejor. Estaba confundida pero confiando en su amigo zorro.

—¿Y Sonic? —preguntó Amy al ser empujada hacia su casa. Su voz temblaba—. ¿Él sabía de esto? ¿Está bien?

—No te preocupes, Amy. Él estará bien. Debemos apurarnos —dijo Tails con firmeza.

Pero Sticks no parecía tan convencida. Pegando los pies al suelo gritó:

—¡Debemos rebelarnos, Amy! ¡Seguro que están siendo controlados por aparatos cerebrales para dejarle el camino libre a Eggman y al erizo oscuro! ¡Quieren nuestras tierras!

—Sticks, cálmate. Confía en mí, todo estará bien —dijo Tails con tono tranquilizador.

Antes de salir del pueblo, Amy alcanzó a ver a Shadow hablando con Eggman, y este último… ¿asintiendo? Algo no le cuadraba. La desconfianza le revolvía el estómago, pero seguía confiando en Tails. Él nunca mentiría.

Ya de vuelta en la casa, mientras sus amigos comían tranquilamente, Amy se acercó al lado de Tails.

—Tails… ya pasó mucho tiempo. ¿Y si vamos a ver si todo está bien?

Tails, con un wantán relleno en la mano, respondió sin preocupación:

—Seguramente Sonic y Shadow ya se encargaron de todo. No debes preocuparte tanto, Amy.

—¿Shadow y Sonic? —repitieron Knuckles y Sticks al unísono, con las cejas arqueadas.

Tails siguió comiendo tranquilamente, sin notar las miradas confusas que se cruzaban entre sus amigos. Todos intentaban encontrar una explicación, pero lo único claro… era que se estaban perdiendo de algo importante.

—Sí, ya sabes… después de aquella salida, mientras disfrutaban los pastelillos esos… se acer… —Tails se detuvo de golpe. Lo había arruinado. Eso no debía decirlo, y cuando intentó corregirse, se atragantó.

Empezó a toser con fuerza, rojo como tomate. Sus amigos, que segundos antes estaban congelados por sus palabras, corrieron a ayudarlo. Knuckles le golpeó la espalda con tanta fuerza que lo dejó adolorido. Amy, al lado, le ofreció un vaso con agua, su mirada fija, sospechosa.

Cuando logró recuperar el aliento y tomar el agua, notó todas las miradas clavadas en él. Nervioso, evitaba los ojos de todos. Sabía que había dicho más de la cuenta.

—Ah, ¿Tails? —La voz de Amy era suave, pero firme. Él volteó a verla. Brazos cruzados, mirada afilada—. Creo que es momento de que nos digas qué está pasando.

Tails tragó saliva con fuerza. El vaso vacío en sus manos temblaba apenas.

Mientras tanto, en la plaza del Pueblo Erizo, Sonic estaba sentado en una de las mesas del Meg Burger. Esperaba. Shadow le había dicho que solo tardaría un momento. Dave, que ya estaba informado, le entregó a Shadow una bolsa con tres chilidogs, con una expresión entre cansada y resignada.

Shadow se acercó a la mesa. Sonic lo siguió con la mirada. Un simple gesto de su cabeza fue suficiente para que Sonic supiera que debía ir tras él. Y así lo hizo.

Cruzando el agua a toda velocidad, Sonic sonrió al ver la pequeña isla donde Shadow, alguna vez, había tomado su siesta de “bella durmiente”. Aún le daba risa.

Al llegar, Shadow caminó con calma, seguro. En el suelo, una manta de cuadros con tonos morados, dos platos blancos y cojines en cada esquina. La palmera de cocos seguía firme, el agua los rodeaba como un espejo. Todo parecía salido de una postal.

Sonic se quedó sin palabras. Shadow ya estaba sentado, relajado, y le indicaba que hiciera lo mismo. Sin pensar, solo obedeció.

Shadow abrió la bolsa y colocó un chilidog en su plato, y dos en el de Sonic. Luego dobló cuidadosamente la bolsa de papel y la dejó al lado de la palmera. Se detuvo. Ahora sus manos reposaban en sus rodillas. Sonic, curioso, cambió la dirección de su mirada. Dos ojos rojos y profundos lo observaban.

—No voy a recordarte que te copiaste de mi idea —dijo Sonic antes de pensar, con una sonrisa nerviosa. Sus dedos se apretaron, pero no podía borrar esa sonrisa.

—Tranquilo, la idea sigue siendo tuya —respondió Shadow, con una risa baja.

Sonic se relajó. Respiró hondo. Las palabras de Shadow lo calmaban más de lo que admitiría.

—Come — señaló el plato delante de sonic

Sonic miró su comida. Los chilidogs tenían exactamente las salsas que le gustaban. Sonrió aún más. Observó cómo Shadow tomaba el suyo.

—¿El que estos chilidogs sean perfectos fue intencional?

Shadow lo miró con una ceja alzada.

—Según sé, es lo único que comes.

—¡Hey! Dije que también como algunas verduras —replicó Sonic, indignado, mordiendo su chilidog—. No siempre como esto… aunque quisiera.

Shadow tomó el suyo, sin salsas. Le dio un mordisco. Estaba bien… pero no le emocionaba. La carne brillaba demasiado, el pan un poco seco. Miró a Sonic, que devoraba el suyo con una felicidad tan pura que por un momento pensó que le habían dado uno distinto.

Amar tanto una comida… solo Sonic podría hacerlo.

—Vamos, Shady, no me mires así —dijo Sonic entre bocado y bocado, con una sonrisa coqueta.

—¿Así cómo?

—Como si quisieras comerme a mí… y no al chilidog.

Shadow levantó una ceja. Sonic se aguantaba la risa. Era una tontería, pero esa tontería era justo lo que hacía que estuvieran ahí, compartiendo algo que, sin decirlo, significaba mucho más que solo comida.

—Lo único que sale de tu boca son tonterías.

 

—Y eso no parece molestarte, Shad.

Una risa muy baja casi imperceptible salió de shadow, la alegría dentro de Sonic aumento solo por ese mínimo gesto.

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Otra mordida fue dada a su chilidog, en silencio, la leve curvatura en la comisura de sus labios delataba que no estaba tan serio como quería aparentar.

Sonic tomó el último chilidog de su plato. Lo mordió con gusto. Hoy sabía especialmente bien. Quizá era el clima, o la compañía. Sus ojos se perdieron un momento en el horizonte. El agua rodeaba la pequeña isla, moviéndose con suavidad. El sol, cálido pero sin quemar, bañaba todo con una luz dorada.

La voz grave de Shadow lo sacó de su momento.

—¿En serio te gusta tanto?

Sonic no lo pensó.

—¿Cuál? ¿Salir contigo? Pues sí. Aunque no lo creas, hasta yo me sorprendo de mí mismo.

Shadow alzó una ceja.

—Hablaba del chilidog.

Sonic se quedó en blanco dos segundos. Lo miró con los ojos bien abiertos… y luego soltó una pequeña risa, avergonzado.

—Oh… jeje. Es una de mis comidas favoritas desde que llegué a la isla. Probarlo por primera vez fue como tocar el cielo, lo juro.

—¿El cielo? —repitió Shadow, divertido. En su voz había una burla suave, pero no malintencionada.

Sonic giró hacia él, indignado en broma.

—Ey, una disculpa, señor limón con gustos finos, por no llenar tus expectativas. ¡Eso fue el chilidog hablando!

La respuesta anterior volvió a su mente. Tal vez para Sonic solo había sido una broma, un juego más. Pero su mente no lo soltaba.
Shadow apretó ligeramente los puños. Su mordida al chilidog se hizo más fuerte. El ceño se tensó apenas, casi imperceptible. Las palabras se le atascaban en la boca, mezcladas con embutido y pan seco, deseando tragarlas rápido, que se disolvieran con todo lo que sentía.

—Shad.

 

Volteó al oír su nombre.

—¿Pasa algo?

—No —respondió rápido. Pero sí… sí pasaba.

El recuerdo de su promesa, de la compañía… quería saber. Solo por ahora.

Su lengua vaciló. Las palabras quisieron enredarse. Buscó algo seguro, un ancla. Sus ojos se desviaron sin querer hacia el frente. Verdes. Verdes como el césped, como la esmeralda más brillante.

—¿En serio la disfrutas?

—Ahora dime de qué exactamente estás hablando, no quiero repetir lo de antes —dijo Sonic con tono juguetón, pero con atención.

—Mi compañía —dijo finalmente. Sonó confundido. Curioso. Dudoso.

Sonic bajó un poco la mirada, rascándose la nuca nervioso.
—Si dejamos de lado el hecho de que antes, con solo verme, me dabas un buen golpe… sacando eso, entonces sí —alzó la mirada, directo a los ojos rojos de Shadow, sonriendo con esa chispa de siempre—. Nunca te consideré una mala persona shad, si a eso te refieres, solo pensaba que tenías tus formas de hacer las cosas.

Shadow lo observó en silencio.

Sonic se puso serio. Respiró hondo. Tenía que avanzar.

—Shadow…

Pero su comunicador sonó.

Shadow frunció el ceño. Sonic lo atendió.

—¿Sonic? ¿Dónde estás? El alcalde te está buscando.

—¿El alcalde?

—No olvidaste que mañana inauguras el Día de las Profesiones, ¿verdad?

Los ojos y la boca de Sonic se abrieron ligeramente mientras volteaba a ver a Shadow. Se había olvidado por completo de eso.

—No, claro que no… ¿cómo crees, Tails? —respondió con una risa rígida, llevándose una mano a la frente.

 

—Entonces supongo que ya estarás de camino.

—Sí, sí, por supuesto, ya estaba en camino. Nos vemos allá —cortó rápidamente la llamada.

Con tantas cosas que habían pasado y su mente en otra parte, había olvidado el Día de las Profesiones.
Sacó una libreta de entre sus púas y, al abrirla, se topó con el cuadro marcado en la página: “Día de las Profesiones. Cita con el alcalde. No olvidar.”
Su palma golpeó su frente. Lo había anotado… y aún así lo olvidó. Volvió a guardar la libreta

Entrecerró los ojos con sospecha, mirando a Shadow.

Shadow lo notó.
—¿Qué?

—Creo que debido a alguien mi agenda se apretó bastante, ¿no lo crees? —respondió Sonic, mirando con fingida acusación.

Shadow le siguió la corriente, como si nada.
—Si vas a culparme por ser tan maravilloso, adelante.

Sonic se inclinó hacia él, acercándose con una sonrisa.
—Oh, es verdad. Había olvidado que Shadow, la forma de vida definitiva, es perfecto —el sarcasmo era claro, pero su tono dulce y divertido lo suavizaba.

—Tú mismo lo dijiste, erizo —Shadow no se movió, observando cómo Sonic se acercaba cada vez más.
Shadow sintió algo en el pecho. ¿Duda? ¿Peligro? ¿Ganas?

—Solo por esta vez, Shady-aggie —Sonic volvió a su lugar, masticó el último pedazo del chilidog y se puso de pie, aún bajo la mirada de Shadow—. Solo por esta vez te dejaré ganar.

Estiró las piernas. Shadow seguía sentado, en silencio, viendo cada movimiento suyo.
La voz de Tails regresó a su mente: ¿Sonic? ¿Dónde estás? El alcalde te está buscando…

Apretó los puños suavemente, sin dejar de mirar al frente.

—No te preocupes, Shad. Si quieres, puedes venir a verme presentar en el Día de las Profesiones mañana —dijo Sonic mientras se preparaba para correr—. Es a las tres de la tarde. No llegues tarde, guapo.

Justo antes de arrancar, se volteó una vez más:
—Ey, Shad… gracias. Fue una de las mejores salidas de mi vida. Bueno, ahora sí… ¡adiosito! —y corrió. Rápido. Solo segundos, y ya había desaparecido.

Shadow siguió con la mirada la dirección por la que se había ido. Tomó el último pedazo de su chilidog y lo comió. Estaba frío.

 

Miró su plato vacío frente a él. Su voz sonó suave, casi divertida. Una sonrisa ladeada rompió un poco la seriedad de su rostro.

—No sería mala idea… —murmuró.

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El alcalde acomodaba papeles que estaban apilados, formando una pequeña montaña en su escritorio. Una caja mediana estaba a su costado y su interior estaba expuesto: tijeras enormes color dorado.
La puerta de su oficina fue abierta de un solo golpe, asustándolo.

—Ya llegué, señor alcalde. ¿Me buscaba?

El alcalde cayó de su silla hacia atrás por el susto repentino. Su corazón bombeaba rápidamente, pero no podía verse tan asustado.
Levantándose y retomando su lugar, le sonrió a Sonic.

—Oh, Sonic, es bueno verte.

—Sí, sí, señor alcalde —con los brazos relajados, Sonic avanzó hasta quedar frente al escritorio del alcalde. Cruzó los brazos mientras terminaba de preguntar—: Tails me dijo que quería verme.

Se acomodó bien en su silla. La caja con la tijera se había movido un poco, decidió acomodarla.

—Sí, Sonic, como sabes, cada año realizamos el Día de las Profesiones con la finalidad de enseñarles a los niños la maravilla de trabajar para su pueblo, y no porque los grandes empresarios necesitan empleados con bajos pagos y sin remuneración. —Sus manos estaban juntas, sus ojos no se apartaron de los de Sonic, mientras tenía su suave sonrisa.

La incomodidad se sintió. Sonic solo levantó la ceja, sin soltar sus brazos aún cruzados.
El alcalde suavizó su tono, riendo.

—Bueno, gracias a todos que no soy ese tipo de empresario, ¿verdad?

—Claro, señor alcalde. Lo que usted diga. Al punto, por favor.

—Oh, sí. —La caja al lado de él fue tomada en sus manos, acercándola hacia Sonic—. Esta es la tijera de apertura, pasó de generación en generación de alcaldes por años hasta llegar a mí. Ahora te la entrego solamente por un tiempo corto para que puedas cortar el listón el día de mañana.

La caja, a su vista, no era pequeña. Acercándose y soltando sus brazos, la abrió. Una tijera color dorado era presentada ante él.

—Listo, eso es todo, Sonic. Si me disculpas, ahora terminaré el trabajo de papeleo que tengo.

Sonic cerró la caja, la puso debajo del brazo, disponiéndose a salir.
La puerta fue abierta y la voz del alcalde lo detuvo.

—No llegues tarde, Sonic. Recuerda dormir bien.

—Igual usted, alcalde.

¿Dormir bien? Si comenzaba en la tarde. Se sintió un poco ofendido. Podía llegar a quedarse dormido algunas veces, pero no exageraba tanto.

Había llegado a la plaza. Se encontraba solo. Volteó a todos lados tratando de buscar a alguien. Confundido, corrió hacia el taller de Tails: estaba vacío. La casa de Amy, vacía. La guarida de Sticks: las trampas estaban desactivadas. Regresó a la plaza. Decidió esperar en una de las mesas del Meg Burger. Aunque Shadow no lo había confirmado, tenía el presentimiento de que iba a venir a verlo.

El tiempo pasaba y nadie venía o aparecía. Su piel se estremeció cuando una mano lo empujó hacia adelante, estampándolo contra el suelo de madera del restaurante. La mano que lo tenía atrapado hacía difícil mirar quién era. Con lentitud y mucha fuerza, logró ver quién lo había atacado.

—¿Shadow?

No lo había pensado, lo había dicho. El agarre sobre su cabeza hizo más presión. Sus dientes se apretaron, y quiso soltarse ayudándose de sus brazos. Estos fueron tomados bruscamente, volteándolo, quedando ahora con la espalda contra el piso.

Ahora podía verlo claramente. No había visto mal. Era Shadow quien lo había atacado por sorpresa.

Sus piernas, aún juntas, intentaron patear a su agresor. Shadow lo esquivó sin debilitar el agarre que tenía aprisionados los brazos de Sonic.

Sonic sintió que la mirada de Shadow bajaba a sus piernas. Las cerró inconscientemente. No entendía qué estaba pasando. Quiso resistirse, soltar sus brazos, pero cada vez que hacía fuerza, las manos de Shadow parecían apretarlo aún más.

Una de sus manos fue soltada. Aprovechó para empujar el pecho del contrario. El pelaje suave fue tocado y aplastado en su intento de empujar al otro.

Su rostro mostró sorpresa, incertidumbre, nerviosismo. Shadow lo había liberado de una mano para poder abrir sus piernas con la única que tenía libre. ¿Qué estaba haciendo? Su rostro se coloreó. Sus piernas intentaron cerrarse nuevamente con fuerza mientras trataba de retroceder. Al parecer, eso molestó a Shadow, quien lo tomó del tobillo, jalándolo nuevamente hacia él. Las piernas de Sonic fueron abiertas. Shadow, en medio, las separaba completamente. No había opción de cerrarlas. Estaban muy juntos. La pelvis de Shadow chocaba directamente con el miembro de Sonic. Un frío le recorrió por la columna. Su piel se tensó. Miró hacia arriba. Shadow lo estaba viendo: ojos rojos fijos, aura pesada. Su mano, que aún tenía preso el pelaje blanco del contrario, se soltó. El miedo a la incertidumbre, a lo que iba a pasar… Lo quería, y eso le daba miedo.

Shadow se inclinó aún más hacia él. Sus miembros rozaron. Su voz sonó en su oreja, gruesa, rasposa, grave:

—Sonic.

Se despertó.

Se asustó por aquel sueño, haciendo que despertara abruptamente, cayéndose de su hamaca.

—Ay...

La voz lo confundió, esa no era su voz. Su cabeza giró rápido hacia la persona que había tirado también.

—¿Tails? —se dio cuenta. Se puso de pie, ayudando a su amigo—. Perdón, amigo, ¿te lastimaste?

Agarrando la mano de su amigo, Tails sonrió.

—No te preocupes, Sonic, solo fue un accidente. Culpa mía por levantarte así —su mano se dirigió a su espalda baja, sobando la parte un poco adolorida.

Se preocupó por su amigo, pero la pregunta de qué hacía Tails ahí le vino a la mente.

—¿Qué estás haciendo tan temprano aquí, Tails?

Recordando a qué había venido, Tails miró a Sonic rápidamente. Este se confundió por el repentino cambio de expresión en su amigo.

—¡Es verdad, Sonic, llegas tarde!

Eso lo confundió. ¿Acaso seguía dormido? El sueño volvió a él, recordando cuál había sido.

—¿Tarde?

—Sí, ¡tenemos que correr ahora! —jalando la mano de Sonic, decidió salir rápido.

Sonic se detuvo, salió de sus pensamientos tratando de procesar las palabras de Tails.
—¿A qué te refieres, amigo? ¿Tarde?

—¡El Día de las Profesiones, Sonic! ¿No recuerdas que comienza temprano?

—¿Qué? —Tenía entendido que comenzaba en la tarde. ¿Se había confundido?—. ¿No comenzaba en la tarde?

—¿Tarde? No, Sonic, ¡todos ya están en la plaza esperándote!

No tuvo tiempo de pensar más. Corrió a traer las tijeras que le había dado el alcalde y arrastró a su amigo hacia la plaza.

LITION: bueno, los exámenes acabaron, asi que la historia tiene que continuar. :)

Chapter Text

Las personas se encontraban reunidas, parecía estar todo el pueblo en ese mismo momento.
Tails estaba con la cabeza dándole vueltas, incluso después de tiempo todavía no se acostumbraba a la velocidad de su amigo.

—Muy bien, el héroe siempre llega a tiempo —las personas se voltearon hacia él, viendo que ya estaba a punto de comenzar.

Caminó lenta y relajadamente, subió al centro del escenario preparado cuidadosamente con banderines amarillos, rojos y azules. Cuando llegó, las tijeras en su mano fueron levantadas y llevadas al borde del listón amarillo brillante. El pueblo guardó silencio.

Con la voz enérgica y alegre, comenzó:
—Muy bien, ahora doy inicio al Día de las Profesiones.

El listón fue cortado. Los aplausos no se hicieron esperar. Sonic hizo una reverencia y bajó del escenario. El alcalde lo esperaba.

—Lo hiciste bien, Sonic. Aunque unos segundos más y...

—No hablemos de lo que no pasó, señor alcalde. Mejor pensar en lo que está por venir, ¿verdad?

El alcalde lo miró.

—Tienes razón. Ahora es momento de que me devuelvas las tijeras, Sonic.

Sus manos fueron extendidas hacia el contrario, recibiendo las tijeras doradas.

—Viendo que la caja no está a la vista, creo que la guardaré en otro lugar.

Rascándose un poco la nuca, Sonic solo se limitó a sonreír. Del micrófono sonó la voz del comediante más conocido, haciéndole saber que ya habían comenzado con las presentaciones de los “profesionales”.

El tiempo estaba pasando y el haberle dado mal la hora a Shadow lo tenía inquieto. Se encontraba en un lado de la tarima, donde dentro de unos minutos le tocaba presentarse. Solo haría lo habitual: contaría una de sus tantas historias que todos aman escuchar y se luciría. Había preparado unas historias increíbles por si Shadow las escuchaba. Ahora no vendría, y lo peor es que si venía, lo haría tarde, cuando todos ya se habrían ido.
Una idea se le ocurrió: ¿no era eso mejor? Si Shadow venía, él le tendría preparada una sorpresa. Después de su presentación iría a comprar unas cosas en el centro. Sí, ya lo había decidido.
Cuando su nombre fue llamado, solo le quedó subir al escenario y lucirse.

Al terminar, saludó a sus fans mientras bajaba del escenario. Su presentación ya había dado por terminada, no necesitaría más de su presencia, así que el plan de preparar algo para Shadow seguía en marcha.

No tenía en mente algo exacto para comprar, por lo que estaba dispuesto a dar vueltas por el mercado del pueblo y las tiendas para ver qué podía comprar. Después de todo, aún era temprano y Shadow llegaría en la tarde.

—Me sorprende que te llamaran para hablar en el Día de las Profesiones —la voz sarcástica de Amy le hizo levantar la cabeza.

—Y a mí me sorprende que no te llamaran para hablar en el Día de la Insolencia.

Amy la mayoría de las veces actuaba de formas extrañas. Las mujeres sí que son complicadas, fue el único pensamiento que Sonic tuvo ese momento antes de que una voz lo llamara desde atrás.

—Oh, ¿eres tú, verdad? Sonic el erizo —una voz chirriante sonó desde atrás, lo que lo obligó a voltear.

Un tapir de unos veintitantos años, que ya era un adulto, por lo que se le hizo algo gracioso a Sonic, quien tenía más entendimiento de que al Día de las Profesiones lo visitaban más niños.

Amy, al ver que Sonic estaría ocupado, se fue a buscar a sus amigos, no sin antes avisarle a Sonic de su reunión:

—Oh, Sonic, los chicos y yo comeremos una pequeña merienda en unos momentos. Estaremos en el Meg Burger por si te quieres unir.

—Sí, estaré ahí, Amys —al responder, sus ojos volvieron al frente.

—Estás algo grande para el Día de las Carreras —sus ojos recorrieron al tapir de pies a cabeza.

La alegría se veía en sus ojos. Con la voz contenida, manos juntas, empezó a hablar:

—No vine por eso. Solo vine a conocerte. Soy Mark el tapir. Hola, soy tu fan.

Al terminar de hablar, sus ojos no se despegaron de Sonic mientras le extendía la mano.

Por cortesía, Sonic respondió al saludo. La mano de Mark era un poco más grande que la de él. Los segundos pasaron, y la mirada de Mark se le hacía incómoda. Con tono firme, dijo:

—Muy bien, ya fue suficiente.

Mark no parecía querer soltarlo aún, por lo que tuvo que jalar un poco, logrando liberarse del agarre.

—Oh, sí, es cierto, cierto, je... Bueno, ahora que tu mano está libre, ¿me podrías dar un autógrafo?

La mirada de Mark incomodaba a Sonic. Le traía una sensación de mala espina, y no encontraba por qué. Decidió ignorar esto. Decirle que no a un fan iba contra sus principios.

—Claro, por qué no. ¿Tienes papel? —extendiendo su mano, quiso tomar el papel donde pondría el autógrafo.

Los ojos de Mark se agrandaron. Bajó la mirada, empezando a buscar en cada bolsillo que tenía. Por lo visto, no traía ningún papel. Sus ojos se volvieron feroces de inmediato, lo que hizo a Sonic retraer su mano.

—Ah, maldita sea, olvidé el papel —una de sus manos empezó a golpear su cabeza con dureza—. Soy un tonto. ¡Torpe, torpe!

—Descuida, será para la próxima.

Las acciones de Mark eran algo excesivas. Sonic ya se quería ir, tenía prisa, ya tenía planes. Decidió despedirse y se marchó, dejando a Mark que solo miraba su espalda sin apartar la vista ni pestañear por un segundo. Su mirada se volvió lasciva. Entrecerrando los ojos, una fría sonrisa torcida se formó en sus labios.

—Sí, así será. Te veo pronto, Sonic.

Ver a aquel tapir nuevamente, mientras no dejaba de acercar su silla hacia su mesa donde estaba con sus amigos, nuevamente le generó esa sensación de inquietud que nuevamente ignoraría. No quería ser llamado dramático.

El tapir se sentó a su lado, colocó su comida y empezó a hablar palabras que Sonic no estaba prestando atención. Su mente estaba ocupada en las cosas que podría comprar.

—Eh, Sonic, ¿no nos presentarás a tu... amigo? —Amy tenía curiosidad del nuevo miembro que se les había unido en su merienda.

Sonic levantó la mirada. Amy estaba centrada en él. Volteó hacia Mark, también centrado en él. Soltó un suspiro y explicó:—Pandilla, este es Mark, mi fan. Mark, mi pandilla. —La presentación fue corta.—Sonic, realicé mi pedido exactamente como el tuyo —Mark acercó su silla hacia él—. Mismo chilidog, cremas y el jugo de mora.

—Mi jugo es de naranja.

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Al terminar, Mark soltó una maldición, tirando su bebida al tacho, diciendo que iba a traer uno de naranja.

El sujeto lo incomodaba, sí, pero no había hecho nada malo hasta ahora. Solo se apresuró a terminar su chilidog antes de que volviera. Cuando Mark regresó, nuevamente tomó asiento, acercando aún más su silla hacia Sonic. Sus codos ya chocaban más de lo que Sonic podía soportar.

Dejó su plato en la mesa y se levantó rápido.

—Eh, Mark, ya acabé de comer, pero puedes quedarte todavía —miró a sus amigos, aún terminando sus comidas—. Chicos, me adelantaré a realizar algunas cosas. Nos vemos luego.

Se alejó, pero la voz de Mark nuevamente lo llamó.

—Sonic, yo también terminé de comer —su comida fue tirada al tacho—. ¿Qué tal si te acompaño?

La mirada de sus amigos fue dirigida hacia Sonic. Les parecía algo extraño el tipo que Sonic había traído, pero si a él no le molestaba, no podían hacer mucho. Solo esperar su respuesta.

—Sí, creo que no, amigo. Tengo muchas cosas que hacer y no creo que puedas seguirme el ritmo. Bueno, hasta pronto —no esperó la respuesta de Mark, solo desapareció.

La mayoría de las tiendas exhiben en aparadores sus productos, lo que hacía más fácil saber qué es lo que vendían. Uno de los aparadores con pañuelos de diversos colores y diseños llamó la atención de Sonic, haciendo que se detenga a mirar si había algo bueno. Recordaba muy bien que en ese lugar también había obtenido el pañuelo que siempre llevaba, tal vez encontrara uno que le quedara bien a Shadow y así podría crear un hermoso juego.

Mark se encontraba detrás de un parabrisas, viendo cómo Sonic se entretenía con los pañuelos que tenía delante. No sabía qué buscaba su ídolo: seguro que busca un nuevo cambio de look y desea cambiar ese pañuelo que siempre tiene. Si puedo encontrar uno que le guste, seguro estará muy agradecido conmigo y no querrá que me separe de él durante todo el día.

La idea le pareció grandiosa. Sin demorar más, entró en la tienda. Buscó un momento a Sonic con la mirada para no encontrarse con él antes de haber encontrado el pañuelo adecuado. Viendo que este seguía distraído, buscó rápido. Un pañuelo color verde oscuro detrás de otros tonos fue el elegido.

Mark empezó a imaginar llegar con Sonic con el pañuelo en manos y sorprenderlo. Un Sonic feliz lo recibía y lo abrazaba, diciéndole que ese era exactamente el que estaba buscando. Oh, qué feliz sería al colocarle este pañuelo, rozando su hermoso cuello, tocándolo levemente con sus dedos, seguramente tiene un pelaje muy suave... apretar el pañuelo delicadamente rodeando el cuello de Sonic... y después, apretar cada vez más.

La saliva que estaba llenando su boca fue pasada rápido. El simple hecho de imaginar tal escena le encantaba. Tomó el pañuelo y fue hacia la criatura hermosa que empezó a idolatrar meses antes, después de haber sido salvado tan genialmente.

—Seguro que realizó todo un espectáculo ese día porque también se fijó en mí y es tímido —sus pasos se hacían cada vez más rápidos. Con su brazo limpió un poco de saliva que se le había escurrido, sus ojos desorbitados junto a sus pupilas que empezaban a temblar ligeramente al tener tal pensamiento, tenían en él un sentimiento de excitación.

Delante de él pasaron varios pañuelos con diversos colores, texturas y tamaños, pero no encontraba uno que dijera Shadow. El pensamiento de que tal vez un pañuelo no sería lo más adecuado para Shadow lo convenció. Decidió buscar nuevas tiendas.

Dándose la vuelta, su cuerpo se detuvo, y su pelaje casi se erizó. Unos ojos, con una mirada que lo ponía de los nervios, estaban al lado suyo. Su cuerpo retrocedió un poco.

La voz de Mark sonó contenida:

—Sonic, mira lo que tengo en mis manos. Seguramente es lo que buscabas, ¿no? —Sus manos fueron levantadas rápido, quedando delante del rostro de Sonic.

Quiso retroceder más. Miró al pañuelo que ahora le tapaba el rostro de Mark. Su cuerpo se relajó un poco. El pañuelo verde era horrible, un color que no le quedaría a Shadow para nada.

—Sí, creo que sería mejor otro color.

Un ligero tic hizo que el ojo derecho de Mark se cerrara y abriera. Sonic le había dicho que no le gustaba el pañuelo. Qué imbécil había sido al creer que podría gustarle un pañuelo tan horrible. Sus puños apretaron el pañuelo, escondiéndolo detrás de su espalda.

—Tienes razón, este color es horrible. Mis lentes deben de estar mal. Seguro que el maldito que me las vendió lo hizo a propósito.

—Claro, amigo, tengo que irme, así que adiós.

Solo pudo darle paso a Sonic para que saliera. Nada había salido como lo quería. Sonic no lo halagó y ahora seguramente pensaba que tenía un mal gusto para la moda. Era un asco.

—Tengo que redimirme. Si lo sigo y compenso este desastre, seguro que pensará mejor de mí... más de lo que ya lo hace.

Al voltearse buscó a Sonic. No estaba por ninguna parte. Tendría que buscarlo otra vez.

—¿Qué demonios? Por un momento sentí mi cuerpo erizarse cuando apareció de la nada al lado mío...—sacudió su cuerpo nerviosamente al recordar tal sensación que no le había gustado para nada—. Lo mejor será olvidarlo. Ya va a ser mediodía y todavía no encuentro el regalo para Shadow.

Cuando salió de la tienda de bufandas con una bolsa en la mano y una sonrisa enorme, vio a Mark afuera. La sonrisa se le cambió a una incómoda.

—Sonic, tus amigos me dijeron que te avisara de que te tenían una sorpresa —las manos de Mark quisieron tocar los hombros de Sonic, pero este retrocedió.

—¿Los chicos te dijeron eso? —le parecía un poco raro. Podían haberle dicho por el comunicador que querían verlo y después sorprenderlo, pero no escuchó que lo hubieran llamado.

—¡Sí, no miento, en serio! Tenemos que irnos ya, porque demoré un rato encontrándote —Mark se puso detrás de Sonic y empezó a empujarlo.

—Pero todavía no he comido y ya me está dando hambre —su espalda seguía siendo empujada, pasando lentamente delante de las tiendas—. ¿Qué te parece si vamos rápido por un chili dog y de ahí vamos con los chicos? —Mark no se detuvo, al contrario, empujó más fuerte.

—¡No! Tenemos que ir ahora —Sonic se detuvo, haciendo que Mark cayera al suelo.

—Calma, amigo. Pareces un poco apurado. ¿Qué tal si le pregunto a la pandilla por mi comunicador si podemos demorar solo dos minutos más? —su brazo se levantó, poniendo el comunicador situado en su muñeca a la vista—. Seguro que no se molestarán.

Mark se levantó rápido, tomando la muñeca de Sonic antes de que pudiera encender el comunicador.

—Antes, eh… —sus ojos buscaron en el aire—. Creo que hoy hace mucho calor. ¿Qué te parece si primero refrescas la garganta, Sonic? —una botella en su mano salió detrás de su espalda—. Ten, esta vez es una de naranja. La pedí antes en el Meg Burger.

No le vio nada de malo. Como dijo Mark, era cierto que hacía calor, y él no había probado bocado de agua en todo el día. Tomó la botella que Mark le ofrecía y dio un gran sorbo.

—¡Ahh…! Está buena, Mark. ¿Qué tiene esta bebida? Seguro es del Meg Burg... —su vista se nubló, la cabeza le empezó a dar vueltas. Su mano tocó su frente tratando de calmar el mareo; la otra soltó la bolsa. Sus ojos se fijaron en lo que se había caído: el regalo de Shadow estaba dentro, no debía ensuciarse, tenía que recogerlo.

Tratando de tomar nuevamente la bolsa, su cuerpo cayó al suelo, y sin poder hacer nada, perdió toda noción. Se desmayo.

Shadow estaba buscándolo. Lo llamaba. Su voz sonaba preocupada. ¿Dónde estaba? ¿Shadow...?

—Sonic... Sonic…

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Sus párpados se levantaron lentamente. Reconoció esa voz: Mark. Abrió los ojos rápido, quiso levantarse, pero su cuerpo no cooperó, haciendo que volviera a caer en la almohada.

Sus ojos pasaron de Mark a su cuerpo. Sus dos piernas estaban totalmente enyesadas, cubiertas de vendas blancas, y lo mismo pasaba con sus brazos. ¿Qué demonios le había pasado? ¿Sus piernas...? ¿Podría volver a correr? La sensación tras el pensamiento de que tal vez no podría hizo que el miedo se reflejara en su rostro, haciendo que Mark sonriera un poco, adivinando sus pensamientos. Su intención no era que Sonic estuviera asustado. Él era su ídolo, un erizo muy cool que hacía de héroe mientras aplastaba a otros.

—Tranquilo, Sonic, solo fue una pequeña fractura. Nada grave. Pronto te recuperarás.

Con la mirada pasando de Mark hacia sus piernas, por fin pudo relajarse. No estaba inválido para toda la vida. Y ahora, otro problema se le venía a la cabeza. Volteó hacia Mark.

—Oye, y... ¿podrías decirme en dónde estoy?

—En mi casa —la respuesta fue rápida y dicha con alegría.

—¿Tu casa?

—Sí. ¡Oh, mira esto! —Mark corrió hacia una repisa al frente de la cama. Varias figuras de Sonic podían verse a través de la puerta que había sido abierta: pequeños muñecos, libros con la portada de fotos de Sonic, unos zapatos que parecían ser réplica de los que siempre usaba. Más no se pudo ver, debido a que Mark cerró la puerta rápido después de sacar un plato que parecía ser de porcelana.

—Es de última edición. Yo mismo lo mandé a fabricar. ¿No te gusta? —el plato blanco de gran tamaño con bordes azules, y la imagen de Sonic posando en medio. Le gustó a Sonic, se veía cool, pero eso no le quitaba lo inquietante que era verlo.

—Está cool, amigo, pero tengo que decir que todo esto es espeluznante. ¿Por qué mejor no me haces el favor de llamar a mis amig…

—¡No! —la voz de Mark fue levantada y la bajó inmediatamente—. No creo que debamos molestarlos por cosas pequeñas, Sonic. Yo puedo cuidarte mientras te recuperas, y tal vez después de todo este tiempo que vas a estar a solas conmigo desarrollemos sentimientos que van más allá de la amistad. ¿Qué piensas?

—Lo dudo mucho. Oh, y una pregunta... ¿qué hora es?

—¿La hora? ¡Oh, claro! Seguro tienes hambre, ¿verdad? Ya pasó un rato del almuerzo. Déjame traerte algo de comida hecha con mis propias manos, con productos 100% orgánicos.

Mark salió de la habitación y Sonic se removió en la cama, tratando de sacarse o romper los yesos de sus brazos, más no los de sus piernas. Que el tapir le haya dicho que era una simple fractura lo tenía un poco preocupado. Después de todo, correr era lo que más amaba y no quería lastimarse más. Los intentos fueron en vano; su cuerpo estaba rígido debido a las vendas apretadas.

Soltó aire pesadamente mientras miraba el techo.

—Shadow se va a molestar... —cerró los ojos por un momento, donde pudo ver la imagen de Shadow con los brazos cruzados diciéndole que era un idiota. Y sí, esta vez tenía razón. ¿Cómo pudo dejarse engañar por Mark? Cayendo tan torpemente en su trampa... ni Eggman había logrado engañarlo hasta este punto.

La irritante voz de Mark volvió a sonar, avisando a Sonic de que estaba viniendo.

—La comida está lista para comer, Sonic —se acercó al lado de Sonic—. Pero debido a que no puedes usar las manos, te ayudaré a comerlo —tomando la cuchara, sopló un poco, cosa que le dio asco a Sonic.

—Sí... no creo, amigo. No comeré eso.

Mark, con la sonrisa en los labios, detuvo sus acciones. La cuchara volvió al plato. Su cabeza bajó al piso y su mirada fue cubierta por el pequeño pelaje de su frente.

Su voz salió molesta, contenida y fuerte.

—Eso tú no lo decides ahora, Sonic.

Mark, sujetando fuertemente el plato, se subió arriba de la cama donde estaba Sonic. Separando sus piernas, una a cada lado del estómago de Sonic, se agachó con la cuchara en mano.

—Es hora de comer, Sonic. Te la preparé especialmente para ti. Sé que te va a gustar, solo tienes que darle una oportunidad.

La cuchara se acercaba a su rostro, el cual estaba restringido junto con su cuerpo. No podía hacer mucho, solo inclinarse hacia la izquierda o derecha. La cuchara estaba intentando entrar a su boca, que se mantenía cerrada, sin intención de abrirse.

—¡Maldita sea, Sonic! Solo abre la boc...

Un golpe fuerte y el polvo hicieron que cerrara los ojos.
El peso encima suyo ya no se podía sentir.

—Eres un imbécil, Sonic.

Esa voz... ¡Shadow! Abrió los ojos, buscando al dueño de la voz. Estaba ahora delante de él. Shadow estaba ahí... ¿Cómo es que estaba ahí?

Ahora se moría de vergüenza. Que Shadow lo viera en tal estado y supiera que fue engañado por alguien como Mark... seguramente se burlaría de él para toda la vida.

El golpe que recibió en el rostro casi lo dejó aturdido. Su cabeza dolía horrible mientras todo le daba vueltas. Al levantarse, su cuerpo casi cayó al suelo, pero logró sujetarse de la pared, sus ojos se entreabrieron y pudo ver como el erizo negro estaba acercandose a sonic, su sonic , el que tanto le avia conseguidor traer a su casa.

—¡Detente, tú... tú, maldito erizo! ¡No lo toques! —su mano se levantó, tratando de balancear su cuerpo para poder avanzar.

El rostro de Shadow, que estaba mirando a Sonic, volvió a Mark. Su expresión fue sombría. El tipo delante de él se creía con todo el derecho de pensar que podía decidir sobre Sonic. Era un maldito. La rabia que tenía dentro se intensificó aún más al recordar haber visto a ese sujeto encima de Sonic momentos antes. Tenía que matarlo.

Se abalanzó hacia él sin suavizar sus golpes. Un sujeto que creía que, por conocer a alguien, tenía todo el derecho de decidir por esa persona y hacer lo que quisiera. Le daba asco. El simple hecho de pensar que ese imbécil estuvo encima de Sonic lo asqueó aún más.

Sus golpes eran pesados, fuertes, precisos: el estómago, el rostro, la nariz... Poco a poco no quedaba lugar sin un golpe en el cuerpo del tapir, que yacía en el suelo inconsciente desde el primer golpe.

Shadow no parecía tener intención de detenerse. Sonic no lo detuvo al principio, porque para él el sujeto sí merecía una buena paliza, pero si Shadow continuaba así, Mark podría no salir vivo. Después de todo, era solo un civil. Tenía que llamarlo.

—Shad... Shad... ¡Shadow!

Su voz no era escuchada, por más que intentaba. Se estaba desesperando. Sus ojos recorrieron todo el lugar. No encontró nada con lo que pudiera detener a Shadow. Y después vio los yesos. No tuvo alternativa. Con una fuerte vuelta, doblando su cuerpo, cayó al suelo. Sin saber bien cómo, lo logró: logró sentarse.

Con esto tomó impulso con uno de sus brazos, haciendo que este después se estrellara con la pequeña mesita de noche al lado de la cama. El yeso se agrietó. Levantando el brazo una vez más, golpeó, haciendo que esta vez el yeso se rompiera por completo. Creyó que le dolería, pero fue todo lo contrario: se alegró.

El sonido de Mark estrellándose contra una pared hizo desaparecer su sonrisa. Tenía que apurarse. Golpeó de la misma forma su otro brazo y se liberó. Vio sus piernas. No rompería los yesos de ellas todavía. Aunque ya estaban un poco rajadas, el miedo instintivo a empeorar una fractura en sus pies detuvo cualquier pensamiento de querer romperlos.

Balanceándose con las manos, se lanzó hacia la espalda de Shadow, rodeando sus brazos por su abdomen, tratando de detenerlo.

La voz suave y desesperada de Sonic sí la había escuchado, no lo iba a negar, pero no quería detenerse. Dejar sin su merecido al tipo delante de él... esa manera de confiar en todos era lo que había llevado a

Sonic a esta situación. Y aún viendo lo que ese sujeto le había hecho —o tenía planeado hacer—, ¿aun así decidió perdonarlo? Eso lo frustraba y enojaba aún más.

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Iba a detenerse, sí... pero en unas cuantas palizas más. Pero cuando estaba tratando de dar los últimos golpes, sus brazos fueron detenidos bajo los brazos de Sonic, desde atrás.

Se quedó quieto. No se movió por unos segundos, viendo todo lo que estaba pasando. Sonic deteniéndolo, dejando al imbécil que prácticamente lo secuestró sin su merecido. En serio, era un idiota. Abrió los brazos, haciendo que Sonic cayera hacia atrás.

—Ay, Shad... creo que estás exagerando —al caer se había golpeado el trasero en el suelo. Las vendas que rodeaban su cintura se soltaron. Ahora solo le quedaban los yesos de sus dos piernas, que estaban desde la rodilla para abajo.

—¿Por qué me detienes, Sonic? —la molestia en la voz de Shadow se notó.

Sonic se sorprendió un poco. Queriendo aligerar el ambiente, rió suavemente.

—Tranquilo, Shads... no pasó nada. Además, dudo que Mark se atreviera a hacerme algo malo, si, al tipo le falta un tornillo pero ya se lidiar con fans así.

Sus palabras lo molestaron. ¿Acaso era tan imbécil como para no haberse dado cuenta del tipo de mirada que tenía ese sujeto encima de él? ¿Y si, sí se había dado cuenta, aún así decía que no le importaba?

—Ese tipo merece unos golpes más —Shadow se quiso acercar nuevamente a Mark. Sonic, otra vez, se abalanzó hacia él.

Shadow ni siquiera se tambaleo. Soportó el peso de Sonic detrás de él. Ya se estaba cansando. Con una mano tomó la cabeza de Sonic y la estrelló contra el suelo, poniéndose encima para que no pudiera moverse.

Shadow acercó su boca a la cabeza de Sonic, debajo de él.

—No creo que seas lo suficientemente estúpido como para no haberte dado cuenta de las intenciones de ese tipo, Sonic.

Su mejilla se encontraba aplastada mientras miraba a un lado, bajo la mano de Shadow. Se le hacía un poco difícil hablar.

—Lo vi, Shad... pero sabes que soy fuerte. No me iba a pasar nada —detuvo sus palabras. La mano de Shadow aplastó más su cabeza contra el suelo. En serio, eso ya le estaba empezando a doler. Cuando iba a quejarse, Shadow habló.

Su voz fue fría. La voz burlona de Sonic lo había cabreado aún más.

—Entonces, prueba lo que dices —aplastó más a Sonic debajo de él. Vio que no podía mover bien los pies debido al yeso. Revisó bien con la mirada y lo supo: Sonic no tenía herida alguna. Por lo que no se detuvo. Las ideas que cruzaban por su mente iban contra su lógica diaria... estaba molesto, él lo sabía, pero no quiso detenerse, la razón ya no tenía espacio en su mente

Las piernas de Sonic, que trataban de soltarse sin resultados, fueron abiertas ante el cuerpo de Shadow, que se abrió paso entre ellas, quedando muy pegados.

Los brazos de Sonic, que se detuvieron por unos segundos al intentar comprender qué era lo que pretendía Shadow, volvieron a agitarse, tratando de agarrar algo que lo pudiera librar de la situación. Podía sentir a Shadow demasiado cerca, y cuando este empezó a rozarse con su trasero expuesto, entendió a lo que Shadow se refería.

No podía evitar que su voz sonara nerviosa:

—Shad, ¿qué, qué haces? Sé que estás molesto, lo siento en serio.

Sus mejillas se iban calentando. Los movimientos de Shadow no se detenían, pero Sonic quiso seguir hablando… aunque no lo dejaron. Detuvo sus palabras cuando Shadow empujó su miembro contra su trasero sin meterlo, solo rozándolo con fuerza, yendo desde su espalda hasta su entrada y terminando por rozar su estómago, donde Sonic podía sentir su propio miembro calentarse y levantarse. El sudor empezó a aparecer en su frente; la sensación de placer que se asentaba debajo de su estómago empezó a quemar, volviéndose insoportable. Aquello podía ser una tortura… y justo cuando pensó que no podría ser peor, fue su propio cuerpo el que lo traicionó.

—Ah… —Un pequeño gemido.

Eso había salido de su boca. Intentó cubrirse con sus manos, pero el agarre de Shadow en su cabeza aún no se había aflojado, haciendo que taparse los labios fuera aún más difícil.

Un gemido fue seguido por otro. Los roces de Shadow ahora eran más rápidos, haciendo que los sonidos que escapaban de los labios de Sonic fueran imposibles de contener por completo.

En uno de los roces, las orejas de Sonic captaron un leve sonido que no era suyo: eran jadeos de Shadow, pequeños y contenidos, un poco graves y roncos debido a su esfuerzo por reprimirlos. Su estómago sintió un revoloteo; sus mejillas, ya rosadas, ahora lucían un color más intenso. Quiso ver, mirar el rostro de Shadow detrás de él. Giró la mejilla, pero la voz de Shadow lo detuvo.

El tono frío habitual no parecía estar en sus palabras:

—Aún no demuestras lo que dijiste… —Se movió aún más contra Sonic—. ¿Por qué, Sonic? Mmmh…

Nuevamente, ese pequeño jadeo contenido llegó a Sonic. Las palabras de Shadow hirieron su orgullo… No lo dejaría así.

Empujó su trasero contra el miembro de Shadow, que seguía rozando cada rincón de su cuerpo.

—¡Hah! —Shadow gimió esta vez sin poder contenerse.

El atrevimiento de Sonic al empujar su cuerpo encendió y avivó algo dentro de Shadow. Sus roces se volvieron embestidas sin penetración, pero lo suficientemente estimulantes para que la voz de Sonic sonara aún más alta.

Por un momento, la mente de Shadow le advirtió; debía entrar en razón. Pero no importó: en ese instante, la lógica se había apartado por completo de su mente. Solo podía sentir el cuerpo de Sonic debajo suyo, sus pieles chocando, sus miembros frotándose con aquel poco líquido transparentoso que ya había salido, haciendo que los roces produjeran pequeños sonidos húmedos. Los gemidos entrecortados de Sonic parecían apoderarse de su mente; ya no podía escuchar nada más.

—Shad, ah…Hah…Tú…tu mano… —murmuró Sonic.

Las palabras de Sonic sonaron como instrucciones. Shadow aflojó el agarre de su cabeza, pero no quiso soltarlo del todo; en cambio, con ambas manos, lo tomó de las caderas, siguiendo con sus empujones. Si le hubieran preguntado si sabía con exactitud qué era lo que estaba haciendo en ese momento, no sabría responder : sus manos, su pelvis empujando contra Sonic todo parecía instintivo.

Sonic se relajó un poco al liberarse de la presión en su cabeza, pero al mismo tiempo, una sensación de vacío lo invadió. Las embestidas de Shadow eran fuertes, y una oleada de placer empezó a apoderarse de él Instintivamente, como si fuera algo mecánico, levantó más su cadera y retrocedió hacia Shadow justo cuando este embestía.

La mente de ambos se nubló por unos segundos. La intensidad del placer que acababan de experimentar les drenó las energías. Sonic, con las caderas aún levantadas, cayó al suelo, jadeando mientras intentaba recuperar el aliento. Shadow, por su parte, permaneció arrodillado, respirando con fuerza.

El calor dentro de él se disipó rápidamente. El alivio lo inundó, y sintió un breve éxtasis antes de que la fatiga lo envolviera por completo. Aún de rodillas, se dejó caer sobre ellas con pesadez. La razón y la lucidez regresaban poco a poco, mientras pensamientos, emociones y recuerdos se agolpaban en su mente como escenas de una película. Lo que acababa de vivir con Sonic —aquello tan inesperado, tan poderoso— lo había sobrepasado. Estímulos que nunca antes había experimentado lo empujaron más allá de su lógica, de su juicio, de su autocontrol. Todo se mezcló en un caos interno abrumador que, aunque fugaz, lo sacudió por completo.

Bajó la mirada. Sonic yacía delante de él, aún bajo su sombra. Su respiración era lenta, constante, muy distinta al momento anterior.
Observó sus muslos: el espeso líquido manchaba el pelaje azul del contrario. Los ojos de Shadow se entrecerraron, sus puños se apretaron.
Se obligó a no mirar más, mordiéndose por dentro por el deseo de hacerlo. No dijo nada.
Se inclinó, cargó a Sonic —que seguía dormido— y, antes de desaparecer, lo único que se escuchó fue:

—Chaos Control.