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Dócil y delicada

Summary:

Sly manipula a Sei para tomar juntos

Notes:

YAYAYA había modificado varias veces este fic pero creo que ya me convenció, inspirado en una experiencia catastrófica cuando me fondie una botella yo solo, aunque no tiene mucho que ver con el fic, solo lo empecé a escribir durante la terrible cruda que me dio, espero lo disfruten!!!

(See the end of the work for more notes.)

Work Text:

Después de una batalla de Ryhme, Sly junto a Ren iban directo a una tienda de conveniencia a comprar algún licor de mediana calidad. A pesar de que Ren le había repetido sobre su alterado ritmo cardíaco, decidió no darle importancia y siguieron su camino hacia la dichosa tienda de conveniencia. Su abuela Tae no encontraba en casa, así que lo tomó como oportunidad para beber; no podía hacerlo mientras Tae estaba en casa, y casi siempre terminaba haciendo un desastre y terminando sermoneado por ella al día siguiente. Qué fastidio. Al llegar al lugar no se decidía exactamente por qué comprar. Una botella sería demasiado para él solo, pero entonces tuvo una idea, una muy buena idea que llevaría a cabo esa noche. No iba a tomar solo esta vez, solo tenía de compañía a su hermana Sei, así que era buena idea pasar un buen rato como los unidos gemelos que eran.

Llegó a casa con dos bolsas de compras y Ren siguiéndole atrás de él. Llevaba la botella, un refresco grande y en la otra una bolsa grande de papas fritas. Abrío la puerta de una patada. Al llegar a la sala, ve a Sei recostada en el sofá viendo televisión. Al ver llegar a “Aoba”, se para de inmediato y se dirige hacia él para recibirlo. —Hola, Aoba, qué bueno que llegaste —dijo Sei, saludando a Sly con un beso en la mejilla, Sly aceptándolo de mala gana. Era un gusto para Sei ver llegar a su hermano. Llamó su atención las bolsas que llevaba cargando. —¿Mm? —¿Qué traes ahí?—miró preocupada a Sly—. Hoy gané varias batallas en Ryhme, creo que es suficiente motivo para celebrar. —Dijo Sly mientras iba en camino a dejar las bolsas a la mesa del comedor, sacando la botella para enseñarla a Sei, y la reacción rápida de Sei fue acercarse a Sly para quitársela. —¡Aoba! —No debes estar tomando —giró para asegurarse de que no estaba nadie más que ellos—. Seguro Tae regresará pronto y no querrá verte tomando —dijo Sei mientras Sly le arrebata la botella—. —No creo que llegue. ¿No recuerdas que fue a acompañar a un paciente? Es seguro que regresará al siguiente día. Buena oportunidad para que me acompañes y tomemos juntos; una botella es demasiado para mí y qué mejor que compartirla con mi linda hermanita. —Podemos ver algo que te guste si quieres; el punto es divertirnos juntos —dijo mientras se alejaba de Sei para dejar la botella en la mesa y dirigirse a los cajones de la cocina y sacar algunos platos y vasos para preparar las bebidas y servir los aperitivos—. Pero Aoba… —dijo Sei con una expresión de preocupación mientras Sly la miraba molesto—. —Vamos, hermanita, no pareces muy contenta. ¿Qué te hice para que seas así conmigo? Aunque sé algunas cosas que a la abuela no le gustará escuchar, ¿será que le diga cuando te encontré con Mizuki? Tanto que te creé una santa, pero eres una zorra como las demás. —Le sacó un susto al escuchar eso; no es la primera vez que la amenaza con eso. No tendrá otra opción más que acceder. Podría pensarlo con calma, pero no podría imaginarse una buena reacción de su abuela Tae al enterarse de que su bien portada nieta estaba abusando de su confianza. —Está bien, Aoba. Solo no le digas nada a la abuela. —Esto no es justo —dijo Sei encogiendo sus hombros, apartando su mirada de Sly. —Qué fácil de manipular eres —susurró Sly, y le dio una sonrisa burlona a Sei mientras la veía alejarse y regresar al sofá.

Acomodaron todo frente de la TV y Sly puso una de las películas favoritas de Sei mientras preparaba un trago para su querida hermana. El típico: 10% refresco y 90% licor. Le dio un sorbo para ver qué tal estaba de alcohol y se lo pasó a Sei. Ella lo tomó inocente; frunció el ceño al sentir el intenso sabor del licor, pero no quería ser expuesta ante su abuela, así que lo tomó rápido ignorando el terrible sabor etílico. No era del tipo que le gustaba tomar; era muy sensible al alcohol, con tomar poco ya estaba borracha.

Pasaron 2 horas y los gemelos llegaron a la mitad de la botella. Sei estaba carcajada tras carcajada por cada anécdota que Sly contaba; nunca se tomaba su tiempo para hablar con él. Sly todavía parecía no estar bajo los efectos del alcohol, pero al parecer Sei estaba muy pasada de copas. Sly aprovechó para acercarse a Sei dándole una sonrisa desafiante. Verla tan fuera de sí lo tentó; ella siempre fue muy linda y ahora más, porque su cuerpo empezaba a cambiar por su TRH. Qué delicia de ver.

Sei se recostó en el sofá; estaba a punto de quedar dormida, pero eso no iba acorde con los planes de Sly. La película había terminado; la mesa estaba hecha un desastre. Sly le dio un último trago a su bebida. Se acercó a Sei y le dio una bofetada con la cual logró despertarla. —Hermanita, ¿crees que esto va a terminar aquí? —Se estiró para agarrar la botella y darle un trago; lo mantuvo en su boca hasta capturar los dulces labios de su hermana en un desordenado beso. Sei entró en razón cuando sintió el amargo sabor del licor pasar por la lengua de Sly; sabía qué estaba pasando, pero no se resistió ante los labios de su hermano. Sly empezó a pasar una de sus manos por el pecho de Sei; sus senos eran apenas visibles, y según tenía entendido eran bastante sensibles. —Aoba, aquí no podemos hacer esto, Tae puede llegar… — Apartando su vista de Sly, miró la hora en su coil; parecía que eran las 12:00 a.m. El momento perfecto para empezar la diversión.

Decidieron subir al cuarto de Sly para tener un poco más de privacidad. Sei no opuso resistencia al subir; no se negaba tanto a la idea de tener sexo con “Aoba”, tal vez al día siguiente no lo recordaría. No tenía mucha experiencia en este tipo de cosas, así que al entrar al cuarto de Sly, de manera casi instantánea se quitó la ropa. No vestía nada muy complicado de quitar, pero al estar tan afectada por el alcohol, no podía evitar tropezarse o tambalearse mientras Sly la observaba con lujuria. Al dejar al descubierto su cuerpo desnudo, Sly atrevidamente atacó uno de sus pechos con su boca mientras masajeaba con su mano al otro, mientras pasaba su otra mano por su cintura hasta llegar a la a su pene demi erecto de su hermana el cual parecer se estaba volviendo más pequeño. Qué lindo. Sly se acercó a su oreja para susurrarle: —De rodillas, quiero que pongas a trabajar esa linda boca que tienes, hermanita. — Sei se sonroja al escuchar eso. —Claro, Aoba—. De inmediato se inclinó frente a la creciente erección en los pantalones de Sly. Bajo la bragueta para sacar su miembro. No es la primera vez que lo ve, pero era interesante tenerlo tan cerca de su cara. Empezó lamiendo la punta, después continuó pasando su lengua por toda la longitud como si se tratara de un helado, saboreando cada centímetro, todo un show para Sly. La manera en que Sei lo veía a los ojos era tan erótica. —Vamos, más fuerte —dijo Sly mientras tiraba de su cabello y comenzaba a penetrar fuerte y rápido haciendo que Sei se tragara toda su longitud, sin considerar no dejaba de atragantarse y tener arcadas. Sei sentía algo subir por su garganta; Sly estaba muy inmerso en su placer como para hacer caso a las súplicas de su hermana. Sly estaba muy cerca de su orgasmo y Sei estaba cerca de vomitar. Pero antes de que abusara más de su garganta Sly sacó su pene y chorreó líquido blanquecino sobre la cara de su querida hermana. Cuando Sei sintió salir el pene de Sly de su boca, tosió un poco y llevó su mano a su mejilla; líquido transparente manchaba su mano.

Parece que Sly no tuvo suficiente con eso. Tomó a Sei del mentón para meter bruscamente dos de sus dedos en su boca. Sei todavía no había recuperado del oral que le dio a Sly. No podía contener sus arcadas. Volvió a sentir una masa espesa subir por su garganta; intentaba contenerse, pero Sly no dejaba de meter sus dedos, abusando de su reflejo náuseo, Sei no dejaba de salivar hasta que sucedió lo esperado. Chorros de vómito salían a borbotones de la boca y la nariz de Sei. Después de vaciarle el estómago a Sei, Sly sacó sus dedos de la boca de Sei; su mano estaba llena de saliva y vómito. Qué delicia. Pasó su lengua por la palma de su mano para saborear el vómito de su hermana. Amargo. Al querer alzar su mirada hacia Sly, sintió una fuerte sensación de mareo; se tambaleó un poco hasta desmayarse en el suelo. —Qué débil eres, hermanita —dijo Sly mientras se agachaba para levantar a Sei y llevarla a su cama. Acostarla, la vistió y tomó un paño húmedo para limpiar su cara y cubrirla con una cobija. Al despertar no recordará nada, pensó Sly.

Notes:

Espero que les haya gustado, gracias por leer!!!