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Tokyo Resistance

Summary:

❝ Bonten es una organización criminal que cuenta con los más fuertes y temidos del bajo mundo. Ichirō Sano es el heredero de ese imperio y tiene una vida relativamente normal, hasta que alguien traiciona al grupo y él, junto a sus allegados, se ven obligados a escapar de una feroz guerra criminal.

Durante el escape, sufren un terrible accidente planificado y el avión que los llevaba cae en medio del océano, pero de alguna forma logran viajar en el tiempo, 24 años al pasado hasta 2014.

Ichirō y sus amigos regresan a los años de sus padres cuando todavía eran una pandilla. Atrapados en el pasado y cambiando por error algunas cosas, descubren que han creado una paradoja temporal en la que logran sobrevivir al accidente, pero eso no borró los conflictos de la organización.

Ahora Ichirō junto a sus amigos van a cambiar el futuro para proteger a su familia, sin saber que detrás de la historia de Bonten hay misterios que los envuelve a todos, los involucra y tienen que ver con los secretos de sus padres. Descubrir la verdad será el sentido de su viaje.❞

« No somos monstruos, somos los hijos de los monstruos.»

Chapter 1: Betrayal knows us

Chapter Text


ARC ONE
-- Tokyo Of The Past --
(CP. 1 to 8)

❝ Ichirō Sano (α), heredero de Bonten,
muere junto a sus seres queridos durante
su escape de una lucha de poder tras ser
traicionados.

Luego del accidente, el avión donde
viajaban cae al océano directo a lo que
debería ser una tumba, pero al salir del
agua, descubren que sobrevivieron y
regresaron 24 años en el pasado.

Ahora, para salvar la vida de su familia,
Ichirō y sus amigos están dispuestos a lo
que sea para cambiar su horrible futuro
y juran resistir contra aquellos que sin
piedad los traicionaron.❞

𝚃𝙸𝙼𝙴𝙻𝙸𝙽𝙴 𝙾𝚁𝙸𝙶𝙸𝙽𝙰𝙻: 2038
𝚃𝙸𝙼𝙴𝙻𝙸𝙽𝙴: 2014


This   Is   The   Hunt  |  Ruelle

❝ Vivimos en las sombras, vivimos donde la oscuridad se oculta, iremos a donde nadie va, no nos rendimos en esta lucha.❞

« Quienes se entregan a la venganza y toman la justicia por su mano, rara vez saben dónde está el límite


El fuerte sonido de las explosiones hizo vibrar los tímpanos de Ichirō, llevó ambas manos a sus orejas para impedir que aquel sonido atravesara su cerebro, por muy consciente que sea de que eso era imposible, fue inevitable no cubrirse. A pesar de estar en cuclillas por el susto que le provocó aquel lejano ruido, hizo a un lado sus manos para seguir avanzando y tirar de los brazos de sus hermanos menores que estaban en las mismas condiciones que los demás. Asustados.

¿Cómo no estarlo cuando arriba de sus cabezas se desataba una fuerte pelea de armas, puñetazos, gas lacrimógeno e incluso explosiones? Simplemente era ridículo no asustarse.

Lograban percibir aquel estridente ruido como si quisiera dividir sus cabezas en dos, y el hecho de que varias paredes parecían temblar a su alrededor, dificulta que puedan seguir avanzando por los túneles. Era casi imposible dar otro paso hacia adelante sin sentir que el mundo se tambaleaba hacia los costados.

Ichirō nunca se consideró un chico que necesitara del cuidado de alguno de sus padres, pero en ese momentos los quería cerca, incluso si era para regañarlo o tratarlo con frialdad.

A pesar del miedo que recorría su cuerpo desde la punta de sus dedos hasta la última fibra de su cabello, obligó a su cuerpo a seguir avanzando sin disminuir el firme agarre en las muñecas de sus hermanos. No importa que les esté haciendo daño o que los empuje demasiado fuerte, Ichirō se negaba a soltarlos por cualquier motivo y en su lugar iba a obligarlos a caminar casi a su par, de esa forma no los perdería.

Intentó enfocar la mirada en la persona que los guiaba, al voltear vio que algunos de sus amigos tenían problemas para seguir avanzando, como Kōichi Hanemiya que llevaba a su hermana Manami en su espalda y a Shiba Emiko que tenía a Rokurō Hayashida colgado de su hombro luego de haber recibido una bala en el brazo derecho durante su escape. Sanzu vio a Emiko con problemas para llevar Rokurō y se sintió obligado a girar sobre los talones bruscamente para cargarlo él mismo.

Alguien tropezó a lo lejos, se trataba de Mitsuya Daisuke que tenía el brazo vendado de manera improvisada y su hermano mayor, Mitsuya Hiroki, lo llevaba a cuestas incluso con una bala en su pierna derecha. Fue ante esa cruda imagen que Ichirō pudo comprender la magnitud del problema, volteó y pudo ver a sus respectivos hermanos temblando de miedo, los normalmente alegres ojos de Sano Harumi expresaban miedo con lágrimas que se deslizaban por sus mejillas a pesar de querer retenerlas, mientras que Sano Kazuo temblaba y sus ojos azules miraban en todas direcciones. Ichirō se estremeció ante la mirada suplicante de su hermana, solo podía asociarlo a dos sentimientos: Miedo y dolor.

Siguieron avanzando detrás de Sanzu y con cada paso que daban la mayoría siguió llorando, comprendiendo el significado de lo que estaban viviendo. Ya no pueden volver atrás, no es posible regresar a la mansión que alguna vez fue su hogar, no volverán... no queda nada de aquel sitio donde crecieron, entrenaron, jugaban a las escondidas y se hicieron amigos. Toda su inocencia fue manchada por sangre, muerte y pólvora.

Sus familiares, los empleados domésticos, sus mascotas, aquellas salas donde podían perder el tiempo aparentando ser normales y no descendientes de la organización criminal más peligrosa... todo... todo lo que conocieron hasta esa mañana era consumido por unas horrendas llamas de fuego. Un fuego abrasador que era capaz de tragar todo a su paso dejando solo cenizas de lo que fue su vida y se llevaban incluso a las personas que conocían, no volverían a verlos. Por ese motivo dejaron que las lágrimas cayeran por sus rostros, solo algunos de los adolescentes más grandes que eran hermanos mayores, y Kazuo, se tragaron las lágrimas, pero los demás lloraron por todo lo que perdieron y nunca iban a ser capaces de recuperar.

Tras haber estado corriendo por veinte largos minutos fueron capaces de llegar al final de aquel oscuro túnel, pero también lograron escuchar el ruido de lejanos pasos a sus espaldas junto a los ocasionales gritos de las personas inocentes que murieron en el fuego cruzado. Por suerte, si no conocían los túneles como Sanzu, iban a tardar mucho tiempo en dar con su posición.

En el final del túnel había una puerta, la cual no solo era metálica y parecía estar en pésimo estado, sino que carecía del clásico panel donde se debía introducir una contraseña. En su lugar contaba con muchas enredaderas que Sanzu fue deshaciendo mientras Ryūguji Marina sujetaba a Rokurō.

Sanzu apenas tardó un minuto en dejar al descubierto la puerta y del interior de su chaqueta violeta sacó una pequeña llave plateada para introducirla en la cerradura, tras escuchar el “click”, abrió la puerta para que los jóvenes pasaran primero. Ichirō empujó a sus hermanos y permaneció junto a Sanzu, asegurándose de que todos sus amigos estuvieran ahí; aunque era una esperanza tonta, quiso mirar por última vez dentro del túnel esperando ver alguna figura conocida, pero no apareció nadie, nadie vino detrás de ellos.

La puerta conducía a unas escaleras ascendentes que también se hallaban en mal estado. Hacían un horrible chirrido y la mayoría se preguntaba si aguantaría el peso de diecisiete adolescentes más un adulto, pero Sanzu no les dio tiempo de tener miedo y los obligó a seguir avanzando.

Esta vez Ichirō caminaba tras sus hermanos menores y a sus espaldas iba Sanzu con un arma en mano, miraba fijamente la puerta en espera de que alguien entre, le hizo una seña a su protegido para que avanzara e Ichirō hizo caso, Sanzu subiría tras ellos cuando los vea a todos en una zona segura.

Confía en él; aunque fueron traicionado hace nada de tiempo, nunca podrían dudar del pelirrosa.

Tardaron otros diez o quince minutos en regresar a la superficie, las escaleras de caracol no eran del todo estables, pero se tragaron el miedo y continuaron avanzando. Era difícil saber en qué zona de la propiedad privada se encontraban, siquiera estaban seguros de que siguieran dentro de los territorios de su hogar... o lo que quedaba de él.

Al llegar a la superficie se asomaron por la puerta que permitía el ingreso de una tenue luz, Ichirō fue el último en captar que la salida contaba con mucha vegetación.

Efectivamente estaban lejos de casa, no obstante, saben que siguen cerca de la propiedad porque todavía son capaces de ver en el cielo la línea de humo por culpa del feroz fuego que se alzaba en la residencia donde la mayoría ha vivido casi toda su vida, los colores rojos y anaranjados seguían devorando todo a su paso sin ninguna compasión... de una forma cruel y desalmada.

Los jóvenes se acercaron al borde de la montaña para ver ese horrible paisaje, la mansión principal de Bonten siendo consumida por el fuego, Harumi se cubrió el rostro amortiguando el llanto, Kazuo desvió la mirada e Ichirō solo dejó escapar una lágrima antes de limpiarla y correr a la salida del túnel de donde salía Sanzu.

El pelirosa no tardó en reunirse con los adolescentes y asegurarse de que todos estuvieran presentes.

Un disparo a la distancia interrumpió las próximas instrucciones de Sanzu, todos volvieron a asomarse para ver el terreno donde se hallaba el fuego y alcanzaron a ver algunos miembros de su organización siendo arrastrados, cada uno de esos traidores se hallaba demasiado lejos y de espaldas, así que era imposible ver sus expresiones ante el infierno que se desataba frente sus ojos, el infierno que ellos desataron.

Delante de los traidores quedaban algunos sobrevivientes, Ichirō pudo escuchar a Daisuke y Hiroki gemir de dolor al reconocer a su padre Mitsuya entre ellos, las gemelas Hajime-Inui abrieron la boca sorprendidas y las lágrimas cayeron con fiereza al ver el cabello blanco de Kokonoi y tanto Azusa como Emiko, los primos Shiba, le dieron la espalda a la escena para no ver a Yuzuha y Taijū de rodillas por sus captores. También había empleados o invitados de esa tarde, inocentes atrapados en el ataque sorpresa.

Un hombre cubierto por una gruesa gabardina, gorro y lentes oscuros se abrió paso entre sus subordinados, su caminar era lento y pausado, mirando de vez en cuando los rostros de las personas arrodilladas ante él. Entonces alzó su brazo y con ese simple movimiento, los verdugos también levantaron sus armas.

¡Pum!

El horripilante sonido de las armas siendo descargadas parecía estar cerca de ellos, fue al mismo tiempo y le dio en la cabeza a cada uno de los sobrevivientes, algunos ejecutivos principales de Bonten, fue una muerte instantánea.

Las gemelas cayeron de rodillas comenzando a llorar al ver el cuerpo de su padre tirado en el suelo bajo un charco de sangre, todos estaban llorando, siquiera Ichirō era capaz de reprimirse por más tiempo. Comenzó a llorar delante de todos, intentaba no gritar de dolor y limitándose a dejar caer sus lágrimas. Obligó a sus hermanos a darle la espalda al infierno donde ahora esos malditos tiraban los cuerpos en el fuego.

Incluso a esa distancia se lograba apreciar la sangre en el césped, la piscina o el piso de mármol, nadie se esperaba que lanzaran esos cuerpos sin vida al fuego, ahora el incendio también devoraba la prueba de que esas personas existieron.

Sanzu los empujó con brusquedad para seguir caminando, algunos se negaron y alegaban que preferían morir, pero el adulto ya no estaba de humor para tratarlos bien y a cualquiera que se quejara le dio un puñetazo para que despabilaran, solo después del golpe la mayoría reaccionaba y continuaba avanzando sin dejar de llorar. Se adentraron en el espeso bosque hasta llegar a una zona donde su escape los estaba esperando, se trataba de un jet privado que ya estaba preparado para llevarlos muy lejos. Sanzu los hizo pasar uno a uno hasta que a lo lejos escucharon voces conocidas.

Ichirō reaccionó con más felicidad de la que le gustaría admitir ante la presencia de su padre, Mikey tenía el rostro y los brazos llenos de sangre, además de que llevaba una camisa sin mangas, un chaleco antibalas con varias armas de fuego y en sus manos una metralleta, para sorpresa de los hermanos Sano, Mikey se dirigió a ellos corriendo a gran velocidad y los abrazó a los tres al mismo tiempo, sin soltar ninguna de sus armas e ignorando que los estaba manchando con sangre.

Desde que tienen memoria, Mikey siempre fue alguien bastante frío, pero lo comprendían porque en el ambiente que lo rodeaba necesitaba cuidarse hasta de su sombra. A pesar de todo, nunca los trató mal o algo por el estilo, sí han tenido peleas como cualquier familia, pero nada que no pudiera controlarse con intervención de terceros, casi siempre su papá Takemichi. Hasta que falleció hace doce años, desde entonces, todo se ha ido desmoronando poco a poco y las discusiones entre Mikey e Ichirō, principalmente, fueron subiendo de intensidad hasta tratarse con frialdad e Ichirō con el tiempo se hizo cargo de sus propios hermanos.

Por eso, ver a su padre abrazándolo como cuando era niño lo tomó por sorpresa.

Mikey se separó de sus hijos para mirar el rostro de cada uno, apartó los mechones azabaches del rostro golpeado de Harumi, acarició la cabeza de Kazuo que se vio obligado a inclinarse ante el calor de su padre y finalmente tocó el hombro de Ichirō con cariño, inevitablemente también se inclinó hacia el calor.

—Todos están a salvo, bien —Suspiró de alivio y tan pronto como llegaron las caricias, Mikey los obligó a darse la vuelta para subir al jet —Esto los llevará fuera del país, alguien de confianza los recibirá en un lugar seguro y va a cuidar de ustedes.

—¿Qué? Pero... —Las palabras de Ichirō fueron cortadas por su padre que continuaba empujando, Harumi fue la primera en subir, seguida de Kazuo y solo quedaba el mayor de los hermanos.

—Ichirō, nunca quise decirte esto, pero tienes que ser fuerte, estarás a cargo de tus hermanos —Mikey sostuvo de los hombros a su hijo mayor, Ichirō vio por encima del hombro de su padre a Sanzu tirando su chaqueta violeta para cargarse con las armas que le pasaba Rindō Haitani, Peh-yan y Mochizuki Kanji —Ahora ellos dependen de ti, ¿Te queda claro?

—¿Ah? ¿De qué hablas, viejo? —Ni siquiera en ese momento puede dejar de lado su falta de respeto —¡Pueden venir con nosotros! Los demás ya...

—No hay tiempo, ustedes tienen que irse y no pueden volver a menos que yo lo diga.

—Pero...

—En caso de que fallemos y todo se vaya a la mierda, la mansión de respaldo está a tu nombre y el de tus hermanos, hay dinero en la caja fuerte, la contraseña es el cumpleaños de Takemitchy —Mikey seguía dando información que Ichirō apenas podía procesar, todo eso casi parecía una... despedida, pero es imposible ¿No? Su padre era Mikey, el invencible, alguien invencible es alguien que no puede ser derrotado —Vivan una vida normal hasta recibir noticias y no se les ocurra volver a Japón sin mi permiso, ¿Les queda claro?

—¡Espera, viejo! No puedes decir todo eso y lue-

—¡Por una vez en tu vida, haz lo que te digo y no me cuestiones Ichirō! —El grito tomó por sorpresa a los miembros de la organización y los propios adolescentes, los hermanos Sano se asomaron por la puerta del jet al ver a su hermano mayor y padre discutir incluso en esa situación. Mikey tomó aire y agitó su cabello blanco con la mano que no sujetaba la metralleta, agregando más sangre a su rostro —Ichirō —Dijo con más control en su voz —Cuida de tus hermanos.

—¡Ven con nosotros! —Tanto el mismo Ichirō como Mikey se sorprendieron por la desesperación en la voz del adolescente —Podemos pensar en algo más, tiene que haber una salida.

Mikey miró el jet, cruzando la mirada con su hermosa Harumi que lo miraba con esperanza y luego vio a Kazuo, su hijo menor que heredó la hermosa mirada zafiro de Takemichi.

Les dedicó una sonrisa a los dos, ellos comprendieron aquel gesto y regresaron la sonrisa con lágrimas en los ojos, lo siguiente que Ichirō pudo sentir fue el aprensivo abrazo de su padre y sus feromonas a cedro mezcladas con la tenue fragancia del cuero que sobrepasaban el olor de la sangre seca.

Ichirō es estremeció al sentir algo húmedo en su hombro.

—Sé que no fui un buen padre, no quería que ustedes fueran heridos por mis malas decisiones y sé que nunca se los dije, pero cuando nacieron fueron los días más felices de mi vida —Mikey rompió el abrazo y sostuvo las manos  de Ichirō, para sorpresa del joven, su padre le estaba dando algo que nunca creyó tener hasta ser un digno sucesor.

—¡Papá! —Mikey sonrió por ser llamado de esa forma y no “viejo” como era normal, le entregó el anillo de la organización a Ichirō.

—Dejo en tus manos a la familia, protege a tu pandilla —Mikey apretó la mano de su hijo con fuerza —Sigo siendo el alfa y como alfa de esta manada, tengo que protegerlos y no puedo irme —Antes de que Ichirō pudiera quejarse, siguió hablando —No olvides que todos son familia, ahora están bajo tu protección.

—Papá...

—Ichirō, lo siento.

Mikey le dio un puñetazo a Ichirō provocando que trastabillara hacia atrás y luego fue empujado de manera brusca dentro del jet. En cuestión de segundos la puerta se cerró y los hermanos Sano se abalanzaron sobre la ventana para ver a los que quedaban de su familia mirándolos con tristeza.

A medida que se alejaban del suelo, observaron a los adultos sin apartar las sonrisas tristes y resignadas antes de darles la espalda y dirigirse a una muerte segura.

Por mucho que quieran convencerse de que volverán a ganar, como siempre, Ichirō sabe el verdadero significado de haber recibido el anillo de la organización... su padre no volverá y si alguien tan invencible como él no era capaz de regresar, los demás tampoco, eran demasiado leales como para dejar a su líder solo en la batalla.

Mikey vio a sus hijos alejarse de la tierra y solo entonces suspiró aliviado, le dio la espalda al cielo y decidido, regresó a su hogar consumido por las llamas.

Dentro del avión nadie era capaz de decir nada sobre todo lo que vivieron en las últimas dos horas, desde el ataque sorpresa hasta la corta y fugaz despedida de sus seres queridos, algunos todavía sujetaban con fuerza las armas que Sanzu les dio en caso de emergencia y otros, como Manami Hanemiya y Mitsuki Hajime-Inui se encargaban de vendar las heridas de quienes estaban a nada de perder la consciencia por el dolor o falta de sangre, por suerte en el avión contaban con todo lo necesario para sobrevivir, además de que en los sillones había una mochila para cada uno con un poco de ropa, documentos falsos y reales, dinero extra, un teléfono desechable en caso de emergencias y cargadores.

Ichirō se apartó de la ventana en cuanto perdieron de vista la tierra y hallaron seguridad en el cielo, a su alrededor sus amigos sollozaban en silencio o permanecían en un silencio sepulcral.

Dejó a sus dos hermanos en una de las sillas, aunque no duraron mucho ahí y fueron a ayudar, mientras Ichirō hacía un repaso general en todos sus amigos para asegurarse de que estuvieran bien, el único que guardaba silencio y se negaba a que lo vieran, era Rokurō Hayashida, el pelinaranja que siempre estaba gritando, causando problemas y peleando con otros para probar su fuerza, ahora era una corteza vacía, desde que sus cinco hermanos mayores murieron en su propia casa.

Él tuvo demasiada suerte porque esa noche se había escapado, por sus amigos, a una fiesta a la que sus padres no le dieron permiso, en pocas palabras, fue un golpe de suerte que haya sobrevivido. Sus padres y hermanos no tuvieron tanta suerte, todos fueron asesinados.

Tan Pah-chin como su esposa Yumi perdieron la vida junto a sus cinco hijos antes del ataque sorpresa.

Los hermanos Mitsuya no estaban en una situación muy alejada, ellos lograron salvarse por los pelos y buscaron refugio en la casa principal junto a su padre Mitsuya Takashi, por desgracia, su papá Hakkai no tuvo la misma suerte.

Es posible que los únicos que todavía tengan a sus padres con vida sean los gemelos Kawata, Nahoya y Shinya consiguieron escapar con ellos a tiempo al recibir la alerta, aunque ahora Rindō y Sōuya estaban peleando por sus vidas junto a Mikey. Por los menos lograron despedirse de sus hijos antes de separar caminos, claro que eso no eliminaba en lo absoluto el dolor, los hermanos compartían asiento mientras se abrazaban con piernas y brazos. Si antes eran cercanos, ahora iban a parecer que estaban pegados al cuerpo del otro.

Ichirō se acercó los hermanos Hanemiya, Kōichi estaba recibiendo tratamiento médico de su hermana porque le dieron un balazo en el muslo y ella había roto una parte de su vestido crema para vendarlo en su momento, ahora le estaba haciendo puntadas sin anestesia, pero el joven beta apenas emitía sonido y eso le permitía a Manami trabajar mientras lloraba en silencio.

La que parecía tener genuinas intenciones asesinas era Haitani Saki, pero ella siempre cargaba con esa aura de sadismo, aunque esta vez era por motivos más que justificados. Un grupo de idiotas destruyeron el lugar que se había convertido en su hogar, por su puesto que estaría enojada.

Harumi Sano terminó de vendar el brazo de Marina Ryūguji. La rubia había recibido un grueso corte con un cuchillo cuando intentaron golpear a Harumi durante el ataque, y ella sabe muy bien qué desenlace iba a tener la hija de su tío Mikey si la tomaban como rehén. No solo ella, cualquiera de los omegas o con una belleza llamativa, corría peligro. Sobrevivir y seguir en ese lugar era un mal augurio.

Por último, Shiba Emiko acababa de desinfectar sus heridas y se dejó caer pesadamente en el asiento repleto de sangre, intentaba borrar de su mente la imagen de su madre recibiendo un tiro en la cabeza y su cuerpo siendo lanzado al fuego. Solo pensarlo le daba ganas de saltar del jet e ir con esos malditos para acabar con sus vidas, no soporta la idea de estar huyendo.

—¿Cómo demonios puedes contar dinero en esta situación? —La tosca voz de Daisuke atrajo la atención e iba dirigida a Misaki Hajime-Inui, las miradas se posaron en ella y la vieron contando dinero.

—Estamos por ir a un país desconocido, un lugar desconocido, con personas desconocidas y en circunstancias igual de desconocidas —Dijo con obviedad la arrogante omega de largo cabello azabache, su gemela intentó regañarla para que dejara de pelear, claro que fue ignorada —Quiero estar preparada.

—¿Preparada para qué? ¡Claramente volveremos y les daremos una paliza a esos malditos! —Dijo Saki muy exaltada.

—¿No escuchaste a nuestro líder? —Misaki guardó el manojo de billetes en su mochila púrpura de diseñador y se cruzó de brazos —No podemos volver hasta que nos digan, deja de decir estupideces.

—¡¿Qué dijiste, maldita?! —Las fuertes feromonas que desprendía Saki casi hace que Misaki baje la cabeza, pero no lo hizo, y en su lugar se levantó igual de molesta. Mitsuki se interpuso entre la alfa y la omega con nervios, ella como beta puede lidiar con las feromonas, pero ese par en particular era tan agresivo que incomodaba a todos —Te golpearé, no me importa que seas omega.

—Y a mi no me importa tu género, ¿Quieres que patee tu orgullo alfa?

Todos saben que Misaki no tiene ni de cerca la misma fuerza que Saki que es una alfa, pero la lengua de la omega era tan filosa que intimidaba a cualquiera, gracias a que fue educada por Kokonoi sabe donde debe atacar sin necesidad de moverse.

Cuando ella estaba enojada, era el momento en que los secretos más vergonzosos salen a la luz.

—Oigan, animales, están asustando a mi hermana —Las regañó Kōichi, incluso con un vendaje alrededor de su torso, se movió para cubrir a su hermana mayor de las feromonas del par de neandertales —Si no quieren que yo les dé una paliza a ustedes, dejen de joder a los demás con sus malditas feromonas.

Saki se dio cuenta de que Manami temblaba detrás de su hermano y se relajó, Misaki al dejar de sentir las intenciones agresivas, hizo lo mismo. Después de que las feromonas bajaron de intensidad, los ojos aguamarina ya no estaban cristalizados.

Ella era muy débil a las feromonas, pero más que eso, le asustaban las personas tan intensas.

Las gemelas Hajime-Inui tomaron distancia, o mejor dicho, Mitsuki apartó a su problemática hermana de Saki en caso de que quiera darse la vuelta y hacer algo más jodido. Sabe que su hermana estaba con los nervios a flor de piel por el cambio radical que dio su vida, en especial luego de ver a su padre siendo asesinado. Lo peor es que todavía no estaban ni cerca de sanar por la muerte de su papá hace un año, ahora perdieron a sus dos padres, estaban solas.

Ichirō se acercó a las dos chicas de cabello azabache para darles un poco de la comida que había en el refrigerador, se había autoimpuesto la tarea de corroborar la alimentación de todos para hacer algo y sentirse útil de alguna forma. Cualquier idea era buena con tal de no tener que pensar en lo que dejaron atrás, es capaz de limpiar el lugar que ya estaba más que ordenado para distraerse.

Se detuvo frente a los hermanos Kawata.

Vio a Nahoya acomodando la tapa de su teléfono luego de deshacerse de la tarjeta SIM y así investigar algo, cualquier cosa, desde las redes. Los demás hace rato desecharon sus respectivos chips numéricos.

Ichirō regresó a la realidad al sentir el suave tacto de Shinya Kawata que aceptaba la botella de agua, el mayor suspiró aliviado y en el proceso inhaló las feromonas de jazmín del omega. Le dedicó una sonrisa agradecida y se dispuso a seguir repartiendo la comida y bebidas a los demás, ignorando la mirada preocupada de Shinya, la cual tampoco se apreciaba del todo bien en su rostro debido a que era bastante inexpresivo y hasta frío en ocasiones.

El heredero de Bonten se detuvo frente a Azusa con Kazuo a su lado, el teléfono de emergencia que le dio Sanzu había vibrado dentro de su chaqueta y eso le hizo saltar esperanzado. Los demás se dieron cuenta del cambio y, los que podían moverse sin hacer muecas de dolor, se acercaron a su nuevo líder alfa para saber las noticias.

Por supuesto que iban a ganar. Mikey era invencible, nunca perdería y de seguro se comunican con ellos para pedirles que vuelvan.

—Un mensaje —Dijo con sorpresa, pero no era el número de teléfono de su padre o Sanzu, de todas formas conocía los últimos dígitos y eso le hizo fruncir el ceño con duda —De tío Hanma.

—¿Qué dice el masoquista? —Preguntó Misaki cruzando los brazos encima de su pecho.

—De seguro tiene buenas noticias —Manami siempre era la más esperanzada de ellos, entrelazó sus dedos delante de sus labios en una plegaria silenciosa.

—¿Qué dice? —Saki se acercó al resto, todavía con su cuchillo mariposa en mano y dándole vueltas entre sus dedos —¿Podemos volver y torturar a esos hijos de perra?

Ichirō se encogió de hombros sin dar una respuesta.

Fue una grata sorpresa ver que se trataba de un mensaje de texto bastante extenso, no porque hubiera muchas palabras escritas, sino que contaba con un espacio vacío entre dos palabras y algo más.

El mal presentimiento que ha sentido desde esa mañana volvió a asentarse y las manos de Ichirō temblaron al mostrar a todos el mensaje:

« Lo siento.






















































Adiós

Tres palabras. Tres simples palabras que decían más de lo que quieren admitir.

Más de uno comenzó a temblar de miedo por el significado, Manami no lo soportó más y otra vez sus ojos se llenaron de lágrimas, por accidente desprendió algunas feromonas lima, un aroma cítrico que en un día normal te recuerdan a la playa durante el verano, pero en ese momento solo expresaban tristeza.

Kōichi no tardó en correr hacia su hermana ignorando el punzante dolor en su hombro para abrazarla y permitir que llore en su torso. Todos intercambiaron una mirada ante el significado implícito de ese mensaje.

Casi al mismo tiempo, recibió otro mensaje, esta vez de Sanzu.

« ¡Príncipe, es una trampa, fuimos traicionados! No debe- »

Fue innecesario seguir leyendo, el primero en percatarse del traidor dentro del jet fue Ichirō y por eso bloqueó el teléfono sin darle tiempo a los demás de seguir leyendo la advertencia.

Abrieron la boca dispuestos a dejar caer sus dudas, pero el ruido de alguien ingresando al pasillo los interrumpió.

Temblaron al tener de frente a una persona en la que supuestamente confiaban, alguien con quien compartieron la mesa a lo largo de su vida, les enseñó a pelear e incluso les daba consejos.

—Tío Akkun —Susurró Harumi retrocediendo un poco.

Sin perder el tiempo, Ichirō empujó a todos tras su espalda, a pesar de que no era el mayor ni eso más fuerte, tiene la obligación de protegerlos.

Azusa, Marina, Shinya, Kazuo y Saki se mantuvieron cerca en caso de que surja cualquier emergencia. No obstante, era imposible saber el desenlace de un enfrentamiento, confían en su fuerza para ganarle a Sendō que no era realmente fuerte, y era por eso mismo que desconfiaban de sus intenciones.

La tensión era palpable, Ichirō incluso sudaba de nervios ante la expresión de falsa tranquilidad del adulto.

—Niños, crecieron muy bien —Nadie dijo de la nada, en su lugar ahogaron un jadeo al ver que Sendō levantaba un arma de fuego a su cabeza y les dedicaba una sonrisa triste con lágrimas cayendo por sus mejillas —Lo siento.

¡Pum!

Perdieron la cuenta de la cantidad de veces que escucharon ese ruido a lo largo de sus vidas, pero sienten que ese día en particular lo oyeron más fuerte.

El cuerpo de Sendō Atsushi cayó a sus pies de forma brusca, la sangre salpicó el rostro de los que estaban más cerca y el resto que se esparcía por el suelo consiguió manchar sus calzados. Manami se cubrió los labios para amortiguar el grito de pena que amenazaba con escapar de su corazón, no pudo soportar el peso de su cuerpo y terminó cayendo sobre la sangre.

A duras penas y con mucho dolor Kōichi consiguió atrapar a su hermana.

Intercambiaron miradas sin creer lo que acababan de ver, a pesar de que fueron traicionados, no pueden dejar de sufrir por la muerte de Sendō, quien era cercano a la familia e incluso lo llamaban “tío” de forma cariñosa.

—¿Cuál era el maldito punto de todo esto? ¿No iba a matarnos? —Preguntó en voz alta Azusa frunciendo el ceño con asco al ver la sangre llegando a sus pies y moviendo hacía atrás a Kazuo para que no fuera alcanzado.

—Oigan —Misaki frunció el ceño y todos se dieron cuenta que estaba nerviosa, asustada y enojada al verla clavar en sus brazos sus hermosas uñas lilas con decoraciones —¿Quién pilota el jet?

—Demonios —Farfulló Ichirō, dándose cuenta de la clase de muerte que tendrían.

Saltó por encima del cuerpo de Akkun seguido por Marina, Hiroki y Azusa, los cuatro ingresaron en la cabina de piloto.

Cada uno se dejó caer frente al tablero donde había diferentes botones, manijas, luces y pantallas. También vieron un temporizador para bloquear el piloto automático e intentaron frenar la cuenta regresiva.

—¡¿Cómo mierda funciona esto?! —Hiroki golpeó con rudeza los controles.

A pesar de hallar el libro de instrucciones, las páginas estaban rayadas o rotas y era imposible leer.

Vieron con temor la forma en que los números poco a poco iban descendiendo. Durante los últimos cinco segundos ninguno hizo nada, se quedaron viendo la pantalla aguantando el aire.

5...

4...

3...

2...

1...

Inicia el proceso de manejo manual.

Los controles cambiaron de color, algunas luces marcaron alertas de quién sabe qué y desde la ventana pudieron ver el momento exacto en que comenzaron a caer a una velocidad alarmante, por mucho que intentaron sujetar el volante del jet y estabilizar de alguna forma el vehículo, era imposible. Los nervios jugaban en su contra y no eran capaces de procesar lo que ocurría, en especial cuando a los lejos escuchaban los gritos de sus amigos.

Resignados a lo inevitable, cuando ya estaban lo suficientemente cerca de la superficie hasta el punto de poder ver el agua azul a una corta distancia, los cuatro salieron de la cabina entre tropezones y gritos para llegar con los demás.

Apenas lograron ingresar al pasillo, el avión cayó de lleno en el océano.

La presión del agua hizo que por un momento todo fuera tranquilo, los dieciséis amigos se abrazaban en medio del desastre mientras sujetaban los chalecos salvavidas y sus mochilas correspondientes, cualquier herida antes de eso fue dejada de lado gracias a la adrenalina.

Crack .

Escucharon la primera rendija y cuando menos lo esperaban, una de las ventanas se rompió dejando entrar el agua. Luego otra, y otra, y otra, y otra hasta que todo el jet se llenó de agua empezando a hundirse.

Se forzaron a siempre permanecer cerca del otro mientras el avión se iba hundiendo y ellos hacían todo lo posible para salir por las ventanas y nadar al exterior. El agua los privaba del aire y al caer en medio del océano era complicado ir contra la corriente y no separarse por culpa de la fuerza marina, incluso cuando estaban bajo el agua eran capaces de ver cómo se alejaban contra su voluntad.

Ichirō fue el último en salir porque ayudaba a todos a escapar aunque apenas tuviera aire, salió del jet rasgando por accidente su brazo con uno de los vidrios incrustados en los bordes de la ventana y con toda la fuerza que pudo reunir hizo su mejor esfuerzo por seguir a los demás.

No obstante, se detuvo en seco al ver una figura marina a lo lejos. No fue el único en notar el peligro, algunos de sus amigos lo vieron e intentaron huir.

Poco a poco se resignaban a la muerte en esas crueles circunstancias. Morirían por el accidente, ahogados o devorados por tiburones, no había forma de sobrevivir en medio del océano con solo un par de mochilas con municiones. Ichirō levantó la mirada, todavía bajo el agua y vio algunos cuerpos de sus amigos nadando hacia la superficie, los siguió a duras penas, tratando de alcanzar la luz.

Sorpresivamente para Ichirō, nadar hacia la luz no fue algo desolador, la muerte no parecía tan aterradora como creía. En su lugar le resultaba hermosa, se pregunta si una vez muerto podría regresar a los brazos de sus papá, escuchar de fondo los regaños de su padre, con Harumi colgada de la espalda del viejo y Kazuo armando un rompecabezas de 1500 piezas.

La cabeza de Ichirō emergió del agua y al instante fue empujado por las olas, lo lanzaron con agresividad hacia los costados, lo hundieron e incluso se ahogó en varias ocasiones.

Gritó los nombres de sus hermanos y amigos, todos, algunos respondieron y otros no, pero escuchar cualquier voz lo llenaba de esperanza a pesar de que se ahogaba cada vez que abría la boca.

Como pudo fue capaz de estabilizar un poco su cuerpo para ver su entorno, a lo lejos alcanzó a ver tierra firme y apenas captó aquella imagen, fue arrojado con brusquedad sobre el cuerpo de alguien más. Sin importarle quién fuera, debajo del agua Ichirō lo sostuvo del brazo y lo obligó a aferrarse a su cuerpo, los delgados brazos y piernas se envolvieron alrededor sin dudarlo.

A medida que iba nadando contra corriente pudo reconocer algunos cuerpos de sus amigos, pero estaba tan agotado que apenas pudo procesar lo que pasaba.

Se arrastraron hasta la orilla sin aire, heridos, con los cuerpos magullados y mojados. Al llegar a una zona segura, se dejaron caer sobre la arena intentando amortiguar su respiración y no prestaron atención a los alrededores, solo permanecieron allí tirados, felices de estar vivos.


Información:

Ichirō Sano (一郎 佐野, Sano Ichirou) es el primer hijo de Manjirō Sano y Takemichi Hanagaki, su nombre significa “primer hijo”. Tiene 16 años, es alfa y el actual heredero de la organización criminal Bonten.

Apariencia: Su cabello es rubio y largo como el de su padre en la adolescencia, usualmente lo lleva atado en una media coleta por encima de la nuca, dejando la parte inferior suelta y cuenta con unos brillantes ojos azules heredados de su papá. Tiene una tez ligeramente más oscura que sus hermanos, una contextura delgada y no muy corpulenta, mide 1,77 cm y pesa 60 kg.

Personalidad: Suele usar su actitud despreocupada para aligerar el ambiente entre sus amigos y evitar conflictos, adora gastarles bromas y divertirse con ellos. Se puede volver irritante cuando no tiene una brocheta de dangos (sus dulces favoritos) o cuando utilizan el sarcasmo con él, se preocupa mucho por sus amigos hasta el punto de poner la seguridad y felicidad de los demás por encima de la suya propia, está decidido a defender a todos los que ama sin importar el costo. Puede ser distraído en asuntos relacionados a los sentimientos amorosos, tiene muy arraigado su complejo de hermano y Mitsuki Hajime incluso lo ha llamado “brocon” (brother complex) cuando algún alfa o beta intenta acercarse a Kazuo para intentar ligar y con Harumi es igual, siendo un “siscon”, Ichirō es consciente de esto, pero no le molesta.

Curiosidad: Muchos han dicho que Ichirō es una réplica de Mikey en su adolescencia, lo cual es irónico porque ellos no tenían la mejor relación.

Curiosidad: Muchos han dicho que Ichirō es una réplica de Mikey en su adolescencia, lo cual es irónico porque ellos no tenían la mejor relación

Chapter 2: Happy meeting

Chapter Text


There for you | Martin Garrix & Troye Sivan

❝ En algún lugar perdí una parte de mí (...) pero no puedo hacer esto solo, a veces solo necesito una luz.❞

« Se aprende a estar cerca de alguien y se aprende a soportar el dolor de estar lejos.»


 

COSTA ESTE DE LA BAHÍA DE TOKIO (Puerto de Yokohama)

El sonido de las olas era opacado por el bullicio de la ciudad, pero siquiera la indiferencia ordinaria de los peatones era capaz de evitar que algunos miraran de reojo a los extraños adolescentes que se arrastraban en la orilla de la playa empapados y casi sin vida, cuando un hombre quiso acercarse, los vio respirar y la mayoría pudo respirar de alivio.

Ichirō fue el primero en reaccionar agresivamente y escupir el agua que había entrado en sus pulmones.

Al sentir un cuerpo encima hizo su mejor esfuerzo por recuperar el aire, apartó con suavidad a la persona que tenía arriba y se arrastró por la arena para vomitar el agua. Estuvo un largo rato arrodillado en la misma posición intentando recuperar el aliento y agradeciendo a todos los santos, demonios y deidades existentes por darle una segunda oportunidad de vida, sin lugar a dudas iba a vengarse de todos los traidores de la organización, no sin antes someterlos a torturas por haber arruinado sus vidas.

Miró por encima de su hombro a la persona con la que había llegado a la orilla, cualquier pensamiento de venganza fue empujado al fondo de su mente para concentrarse por completo en Shinya que estaba tirado sobre la arena, sin respirar.

—¡Shin! —Se abalanzó sobre su amigo tirando hacia cualquier lado la mochila que cargaba y acercó su rostro al del omega en un intento por sentir su respiración. Su sangre se congeló al no percibir nada —No, no puedes morir.

Aplicó primeros auxilios tal como le enseñaron, contaba en voz alta debido a la ansiedad experimentada por ver a su amigo, posiblemente, sin vida. Se niega a dejar que alguien muera en sus brazos, ¡En especial Shinya! No lo va a permitir.

Ante la falta de respuesta, Ichirō comenzó a exaltarse.

Movió el rostro de Shinya de la manera que le indicaron sus entrenadores. Tras comprimir treinta veces su pecho, inclinó la cabeza hacia atrás levantando la barbilla y apretando la nariz con los dedos, sopló dos veces de forma suave y lenta, uniendo sus labios en el proceso en un toque dulce, hizo lo mismo más de dos veces, hasta que finalmente pudo ver el pecho de su amigo levantarse y casi soltó una risa de júbilo al verlo girar por sí mismo para escupir el agua que quedaba en sus pulmones, a pesar de que Shinya todavía no se acostumbraba a la luz del sol, Ichirō se abalanzó para abrazarlo con fuerzas y enterrar el rostro del omega en su pecho. Ni siquiera puede creer que le dio gracias a dios por salvar su vida.

Shinya correspondió el abrazo con las pocas fuerzas disponibles, lo único que fue capaz de hacer era inhalar las feromonas de sándalo, estaba lejos de sentirse menos dolorido y asustado, pero sirvió para sentirse un poco protegido en medio de aquel desastre.

No muy lejos del par, una chica de largo cabello rubio caminaba temblando por la playa mientras intentaba abrigarse de alguna manera con su mojada chaqueta celeste y abrazaba con fuerza su mochila, Marina sabe que todo estaba mojado y la mayoría de las cosas no servirían, pero no puede separarse de lo poco que tiene. A pesar de que recibió muchas miradas curiosas por estar mojada de pies a cabeza, totalmente vestida y con una apariencia deplorable luego de la horrible sacudida del peligroso océano, no le dio importancia y optó por seguir avanzando sin un destino fijo.

Buscando, siempre buscando el cuerpo de alguno de sus amigos.

Caminaba con complicaciones y tambaleando su cuerpo hacia los lados, intentando avanzar en línea recta para no dejarse vencer por la adversidad, no puede rendirse sin encontrar a algún miembro de su manada.

Marina siguió caminando a paso firme hasta frenar a mitad de camino cuando dos personas venían de frente hacia ella, ambos sujetando la mano del otro.

La alfa no reaccionó al instante ante la presencia de Ichirō y Shinya, ninguno hizo ni dijo nada, solo se quedaron mirando hasta que la chica dejó escapar un grito de euforia que rara vez muestra, a menos que sea para alguna pelea, y los tres se lanzan en un efusivo abrazo que los deja rodando en el suelo entre risas. La felicidad por el reencuentro era algo palpable para cualquiera e iba acompañado del latente miedo por lo que ocurrirá y el dolor físico, pero estar juntos los emocionaba lo suficiente como para ignorar cualquier sentimiento negativo.

Ichirō abrazó a su mejor amiga y al pequeño omega dándoles una vuelta en el aire hasta caer los tres juntos sobre la arena, bastante alejados del agua. Marina se sentó a la derecha del joven heredero de Bonten mientras que Shinya permaneció en la izquierda, a simple vista parecía que solo estaban apreciando el paisaje diurno, pero en realidad sus mentes eran un caos.

—Hanma y Sendō nos traicionaron —Determinó Ichirō ocultando los sentimientos en su tono de voz, los dos a su lado se percataron de que se abstuvo de llamarlos “tíos”, ahora eran los traidores de Bonten —De alguna forma estamos vivos porque caímos bastante cerca, tal vez las olas nos arrastraron de regreso a la playa por un milagro.

—¿Milagro? —Bufó Marina con una sonrisa amarga —Tal vez ni siquiera despegamos y en su lugar estamos drogados, secuestrados y medio muertos en alguno de los almacenes de tortura de la organización.

—Sea como sea —La suave voz de Shinya interrumpió el tenso ambiente —¿Dónde se supone que estamos?

—En la playa, es obvio —Shinya se le quedó mirando a Ichirō como si le estuviera diciendo: “¿Me estás tomando el pelo?”.

—Si, claro, es obvio —Asintió con expresión indiferente —¿En qué parte exactamente?

—Eso también es obvio, nosotros... —Ichirō se quedó sin palabras, no tiene nada para decir o manera de justificar que hayan sobrevivido milagrosamente a una caída en picada del avión, en medio del océano y con pocas probabilidades de supervivencia, teniendo en cuenta que estaban rodeados de tiburones.

—Mejor busquemos a los demás —Marina se apiadó de su primo y le hizo una seña a los chicos para comenzar la búsqueda del resto de su grupo.

Hubo un fuerte sonido de disparo que interrumpió sus planes, los tres vieron en el cielo una línea de humo rojo que los alertaba, pero para ellos era...

—Una señal —Dijo Ichirō con la mirada brillante de emoción —Debe ser uno de los chicos. Vamos.


PLAYA PRIVADA DE TATEYAMA (Prefectura Chiba)

Las personas que estaban disfrutando de una amena mañana en la playa no se sobresaltaron al escuchar un fuerte chapuzón, a pesar de que era una zona privada sigue siendo una playa donde los niños se divierten, pero si miraron con curiosidad a una chica de largo cabello azabache que salía del agua completamente vestida y se arrastraba hasta la orilla tosiendo con fuerza.

Harumi miró a su alrededor sin dejar de tener contracciones en su pecho, había tragado tanta agua que seguía vomitando todo lo que había almorzado y lo que no, el fuerte aroma de la carne asada tampoco la ayudaba a sentirse mejor.

Dejó de prestar atención a su entorno para enfocarse exclusivamente en recuperar el aire, mantuvo la frente apoyada sobre la arena mientras continuaba con los ataques de tos y permanecía de rodillas delante de varios desconocidos que susurraban, no tiene tiempo para prestar atención a su entorno, lo único que quiere es volver a respirar y borrar la horrible sensación de asfixia, los golpes contra varias rocas y el fuerte arrastre de su cuerpo sobre la arena.

Poco a poco fue recuperando el control sobre su cuerpo.

—Vamos, soy genial —Se repetía Harumi mientras tomaba distancia de los residentes sin mirar a nadie en particular, solo buscando huir disimuladamente, no olvida que debería estar huyendo de los traidores de Bonten —Si no me muevo, voy a morir —Se detuvo en seco ante sus propias palabras —¿Y si ya morí?

Se dio una fuerte bofetada llamando la atención de quienes la miraban como si fuera un bicho raro.

—No, no estoy muerta, eso me dolió.

Un bullicio a lo lejos atrajo la atención de Harumi, había varias personas reunidas alrededor de alguien que fue arrastrada por el agua y ante esos comentarios, la alfa no tardó en correr hacia la zona repleta de gente para apartarlos bruscamente.

Ignoró por completo sus expresiones indignadas y cayó de rodillas junto a la inconsciente Manami, la rubia ya era por naturaleza demasiado débil, luego de aquella sacudida Harumi casi estaba preparada para lo peor al no verla respirar.

Esperó con paciencia hasta que pudo verlo, su pecho se elevó.

Manami fue arrastrada por el agua luego de haber recibido un golpe en la cabeza, la sangre brotaba de una herida en el costado y sin dudarlo por un momento, Harumi rompió un trozo de su camisa blanca para poder vendarla de forma improvisada sin dejar de darle ánimos a la pequeña omega, y a sí misma, necesitaba decir en voz alta sus propios pensamientos ansiosos o perdería la cabeza. Poco le importaba que hubiera personas mirándola con duda, como si estuviera loca, lo único que le importa en ese momento era Manami y encargarse de que no sufriera más heridas.

La cargó entre sus brazos e hizo oídos sordos a quienes se acercaron para ofrecer ayuda, no pueden ir a un hospital porque siguen siendo perseguidos por los traidores y ellos controlan la ciudad, así que iba a retirarse poco a poco, intentaría buscar a sus amigos o medicinas por sí misma, robar era algo sencillo, puede hacerlo.

A medida que Harumi avanzaba por la playa con Manami en sus brazos con los ojos entreabiertos por culpa del cansancio y los golpes, decidió meterse en una zona con menos personas donde había letreros que prohíben el paso, eso iba a serle útil en ese momento.

Pasó de largo las advertencias para dejarse caer en un lugar seguro donde podría corroborar el cuerpo de su amiga con mayor comodidad.

Debería tener huesos rotos o más heridas, por fortuna no parecía tan grave, aunque al paso que iban no tardaría en tener fiebre. Le dio su chaqueta de jean para cubrirla del frío, a pesar de que continuaba húmeda por el arribo de antes, pero le sería un poco útil, Manami le dedicó una sonrisa amable e inhaló las feromonas de galletas recién horneadas, un aroma reconfortante que la hacía suspirar de alivio.

Harumi sonrió al verla en mejor estado, estaba por tomar la palabra cuando escuchó a alguien tosiendo a sus espaldas.

No muy lejos de esa zona Rokurō abrió sus ojos tras haber sido empujado por las olas hasta una especie de cueva marina que permitía un limitado ingreso de la luz solar.

A pesar de encontrarse prácticamente privado de la luz, pudo escuchar un quejido no muy lejos de su posición, sin perder el tiempo terminó por adentrarse en la peligrosa cueva repleta de agujeros, pozos, piedras y algunos animales, entre varias plantas marinas pudo ver el cuerpo inconsciente de Mitsuki y su acompasada respiración.

—Mierda, mierda, mierda —Repitió mientras escuchaba a lo lejos las piedras cayendo.

Estaba por ayudarla a despertar, pero unos crujidos por encima de la cabeza le dieron un mal presentimiento y sin dudarlo, cargó a la azabache entre sus brazos para salir corriendo de la cueva marina y huir del derrumbe que amenazaba con caer sobre sus cabezas. Se perdió entre los incontables caminos de tierra hasta llegar a una zona donde el agua era más abundante, allí a lo lejos vio a Saki mirando a su alrededor con una expresión que nunca ha visto en ella: Pánico.

La alfa suspiró de alivio por ver a alguien conocido, incluso si era el idiota de Rokurō, sentimiento que no le duró mucho porque se vio obligada a correr junto a su amigo para evitar el derrumbe y hacer caso omiso al grueso corte que tenía en el brazo luego de lastimarse con una roca bastante afilada mientras nadaba contra la corriente; prácticamente saltaron de regreso a la playa al encontrar una salida y tras estar seguros, sin la amenaza de un derrumbe, miraron sobre sus hombros en dirección a la cueva y una de sus muchas entradas fue sellada por varias piedras que cayeron una por una.

Suspiraron de alivio y voltearon hacia el cartel junto a la peligrosa gruta, había una advertencia en enormes letras mayúsculas y rojas: ADVERTENCIA, CUEVA INESTABLE, MANTENERSE ALEJADO. EN ESPECIAL DURANTE LAS MAREAS ALTAS.

Saki rodó los ojos ante esa estúpida advertencia y su atención fue puesta en Mitsuki que se estaba ahogando con su propia saliva.

Tras aplicar los primeros auxilios correspondientes, siguieron avanzando en un tenso ambiente hasta ver figuras humanas a lo lejos, pero no cualquiera, sino que se trataba de dos personas conocidas y haciendo caso omiso al dolor, miedo y pánico de antes, corrieron gritando a todo pulmón los nombres de Harumi y Manami, las dos chicas se sobresaltaron, pero al reconocer a los tres que corrían hacia ellas no dudaron en corresponder el abrazo.

Rokurō abrazó a Manami con fuerza mientras que Harumi recibía alegremente a Saki y Mitsuki, se fueron intercambiando los lugares sin dejar de sonreír gracias a las esperanzas renovadas.

Apenas lograron reunirse, fueron capaces de oír el sonido de un arma descargada y en el cielo hallaron una línea de humo rojo.

—Es una señal —Suspiró emocionada Harumi —Vamos.


YOKOSUKA, CIUDAD COSTERA (Prefectura de Kanagawa)

Azusa fue el primero en levantarse de la arena, contra su voluntad cabe destacar.

No abrió los ojos porque hubiera recuperado las fuerzas mágicamente, sino que el calor a su alrededor le dio una muy mala espina y al enfocar mejor su mirada se dio cuenta de que estaba en una playa desconocida, pero eso no era lo importante, sino que en esa zona había muchas bolsas de basura sucumbiendo al fuego y provocando una horrible pantalla de humo negro. Pasó de estar ahogándose con el agua, a casi morir de asfixia por el fuego.

En medio de su desesperado intento por salvar su vida, pisó por accidente Kazuo que continuaba inconsciente, todavía cerca del agua y sin reaccionar.

Sin perder el tiempo, Azusa lo cargó en su espalda y no muy lejos vio a Misaki en el mismo estado que el chico de cabello negro, con las pocas fuerzas que le quedaban no tuvo problema en cargar a los dos omegas en sus brazos y agradeció ver a Daisuke reaccionando a duras penas en medio del caos. Agarró al tercer omega que fue arrastrado a la misma zona con él y sin darle tiempo a recuperarse, comenzaron a correr con prisa para tomar distancia del fuego; no saben a dónde estaban huyendo o si quedaban más de sus amigos en aquel infierno anaranjado, pero lo principal era salvar sus propias vidas, de lo contrario, no podrían hacer nada por los demás si ellos mueren en el proceso.

El único alfa poco a poco se estaba quedando sin aire en medio de aquella nebulosa oscuridad, incluso cuando en algún punto Misaki abrió los ojos para cubrirlo del humo y amortiguar la falta de aire contaminado en sus pulmones, seguía siendo complicado.

Por suerte, y con todo en contra, lograron salir de entre las llamas y se dejaron caer de nuevo sobre las rocas que tenían más cerca, las olas chocaban en esa zona y no podían quedarse demasiado tiempo en el mismo lugar, esta vez Daisuke cargó en su espalda a Mitsuki mientras que Azusa se encargaba de Kazuo, quien ya había despertado, pero estaba demasiado débil y confundido como para reaccionar como le hubiera gustado.

Huyeron del fuego que dejaron atrás, ahora tienen que tomar distancia del agua, otra vez, y llegar a tierra firme para evitar ser arrastrados de nuevo a mar abierto. Saltaron sobre las rocas ayudándose mutuamente para evitar caer y cuando estaban llegando al final, Misaki reaccionó por completo tomando la delantera para guiar el camino al ser la que menos heridas visibles tenía y así lograron llegar a la playa.

Decir que cayeron de rodillas sobre la arena agradeciendo a los dioses no es una exageración, Daisuke incluso prometió hacer obras de caridad con la iglesia por darles otra oportunidad de vida y los demás estaban de acuerdo.

—¡Hey, ustedes, no pueden estar ahí! —Un guardia costero señaló a los cuatro involucrados.

—A correr —Fue la única orden de Daisuke en ese momento, aprovechando el poco aire que recuperaron y la adrenalina que conlleva huir de la policía, Kazuo, Azusa y Misaki comenzaron a correr haciendo oídos sordos a las amenazas de la ley, como siempre.

Se metieron entre algunas zonas privadas pasando en medio de las familias disfrutando del día o jugando en la arena, chocaron con varias personas en el proceso hasta llegar a una zona repleta de árboles que les permitía esconderse de la policía.

En ese momento, ocultos entre la vegetación, escucharon el sonido de un arma siendo disparada y en el cielo encontraron una línea de humo rojo. Su señal. Una señal de alguno de sus compañeros.

—Debe ser uno de nuestros amigos —Daisuke sonrió —Solo a uno de nosotros se le ocurriría esa clase de señal estúpida en estas circunstancias. Vamos.

—¡¿Qué?! ¿Y si no es uno de nuestros amigos? ¿Si se trata de un loco disparando tiros al aire? —Misaki frenó a Azusa y Daisuke, los dos que tenía más cerca —Yo no pienso moverme.

Azusa intercambió una mirada con Kazuo y Daisuke, los tres se encogieron de hombros.

—Como quieras —Al final, Misaki no tuvo otra alternativa aparte de ir corriendo con sus amigos, prefiere morir con ellos a ir por la vida sola y perder la vida en el intento.


ARIAKE, DISTRITO Kōtō (Puerto de Tokio)

Poco a poco Kōichi fue abriendo los ojos, su cuerpo estaba adolorido y aunque hace rato se deshizo del agua en sus pulmones, fue arrojado contra las rocas de la costa con demasiada fuerza. Siente su cuerpo entumecido y no tiene fuerzas siquiera para girarse, por ello su rostro continuaba pegado a la arena.

Fue Hiroki el primero en levantarse de aquel estado herido al que fueron arrojados sin compasión, aún con el cuerpo repleto de magulladuras y una que otra cortada, se aferró a sus pocas fuerzas para avanzar hasta Nahoya que estaba tirado en una zona más alejada y era el único que parece no haber despertado, tras confirmar que Kōichi estaba relativamente bien, se dirigió con al beta para tomar su pulso y darle RCP, afortunadamente no era necesario aplicar más de quince compresiones porque el beta se inclinó hacia el costado para escupir el resto del agua.

—¿Qué pasó? —Nahoya agitó las pestañas varias veces enfocando la mirada en el demacrado rostro de Hiroki —¿Estoy muerto?

—Ojalá —Bufó el adulto rodando los ojos.

Extendió su mano para ayudar al beta a levantarse, ambos se dirigieron junto a Kōichi que a paso lento recuperaba el control sobre su cuerpo, o mejor dicho, la adrenalina que lo recorría por encontrar a su hermana lo estaba obligando a ignorar su dolor para comenzar a desesperarse ante la posibilidad más extrema. No fue el único en verse alterado, Nahoya apenas vio al beta de cabello rubio-azabache recordó a su propio hermano y movió la cabeza hacia todas las direcciones, sin hallarlo.

Hiroki suspiró con pesar, justo tenía que tocarle el grupo con los hermanos obsesionados.

Imponiendo un poco de orden entre ellos, Hiroki hizo señas para moverse de la playa e ir por los demás o en busca de pistas sobre dónde demonios fueron a caer, no caminaron ni veinte metros cuando notaron una figura conocida a lo lejos sentada sobre una roca. Lo curioso no era que estuviera allí, sino que daba la apariencia de estar teniendo una especie de retiro espiritual y permanecía perdida en sus pensamientos mientras miraba las olas chocando con las rocas. Supieron que esa tranquilidad era falsa al escucharla gritar al océano.

—¡Yo sabía, lo sabía y se lo dije al idiota de mi psicólogo! Le dije que iba a terminar esquizofrénica y perdida en un delirio. Ya debo estar encerrada en algún lugar raro, drogada hasta la médula y a punto de ser asesinada —Emiko se dio una fuerte cachetada que hizo a Hiroki, Nahoya y Kōichi fruncir el ceño por el dolor —¡¿No puedo imaginarme muerta o drogada en el Caribe rodeada de hermosos chicos?!

—Creo que estás bien —Bufó Hiroki mirando a la única hija de Yuzuha Shiba gritándole al océano, la beta de cabello corto se dio la vuelta con los ojos brillando de emoción —Hola, ¿Qué-?

No pudo responder porque Emiko saltó encima para abrazarlo con sus piernas y brazos.

Tan pronto como saltó encima, Emiko se hizo a un lado por su propia cuenta para sujetar el rostro de su amigo y sonreír con una emoción que a Hiroki le dio mala espina.

—Hiro, ¡También moriste! Significa que no estoy sola.

—¿Cómo que muertos? Acabamos de sobrevivir y-

—No, no, no —Emiko negó reiteradas veces con la cabeza —Esto es un delirio. Un delirio compartido.

—Si, si, es un delirio compartido —Hiroki rodó los ojos usando un tono sarcástico —¿Acaso los golpes contra las rocas te hicieron más estúpida? Estás peor que esos dos —Señaló al par de chicos a sus espaldas que buscaban a sus hermanos —Entra en razón.

—Es cierto, no es nuestro, es mi delirio —El mayor miró a la beta frunciendo el ceño, ella acarició el rostro de Hiroki y sonrió —Y yo te estoy imaginando, puedo imaginar todo, pero en realidad me están drogando en el mundo real porque fuimos atrapados y-

Hiroki se cansó de las estupideces y le dio una bofetada.

—Si vas a decir esas cosas sin sentido, mejor no hables —El adulto le dio un golpe en la cabeza para alejarla de su espacio personal y dirigió su atención a los dos chicos que estaban gritando los nombres de sus hermanos a todo pulmón —Oigan, idiotas, se supone que estamos escapando y no deben saber de nosotros.

—Entonces, mueve el trasero y vayamos a buscar al resto —Hiroki se considera una persona realista, pero no pudo decir nada ante las palabras de Nahoya y solo asintió, contagiado por la esperanza de que el resto siga con vida, su propio hermano entre ellos.

Previendo que iba a perder la paciencia con los idiotas que les tocó como compañeros, Hiroki detiene a todos atrayendo su atención.

—Situaciones extremas, requieren medidas extremas.

Ignoró por completo a Emiko con sus estupideces sobre estar viviendo un delirio tras la muerte y a Kōichi y Nahoya histéricos por sus hermanos. Lo que Hiroki estaba por hacer era peligroso, demasiado, pero era la única forma que tenía de encontrar a los demás en un mismo punto y de forma rápida.

Dentro de la mochila estaba su ropa mojada y el resto de sus municiones en pésimo estado, pero entre todo ese desastre, había una caja con un arma que le serviría en ese momento.

Cargó la pistola de humo con uno de los cartuchos que tenía guardados en la caja, por suerte el agua no pudo traspasar el cerrojo y todavía se puede usar sin problema. Bajo la atenta mirada de sus amigos, levantó el arma al cielo sin una dirección fija y apretó el gatillo, dejando ver una línea de humo rojo que atraería la atención de sus amigos en donde sea que estuvieran, mientras fuera en un radio considerablemente cerca.

Esa línea de humo era una señal.


BAHÍA DE TOKIO (Puerto de Tokio)

La Bahía de Tokio contaba con diferentes puertos, entre los más importantes estaban el de Tokio, Chiba, Kawasaki, Yokohama y Yokosuka que contienen bases navales de las fuerzas de Estados Unidos en Japón y la Fuerza de Autodefensa Marina de Japón, aunque lo más llamativo era que la bahía conectaba con el océano por el canal Uraga y en consecuencia con varias playas.

Hiroki, Emiko, Kōichi y Nahoya fueron quienes lanzaron la señal y eran los más cercanos a la bahía, optaron por permanecer cerca en caso de que cualquiera de sus amigos apareciera en cualquier momento.

La emoción que esperaban sentir ante un esperado encuentro, se deshizo en muchos pedazos al ver que Azusa, Kazuo, Misaki y Daisuke se acercaban corriendo en su dirección siendo perseguidos por varios policías, Hiroki no tuvo tiempo ni de emocionarse por ver a su hermano porque al instante fueron atrapados por sus amigos para comenzar a huir con la misma velocidad y alejarse tanto como fuera posible de los hombres de la ley.

A la vista de cualquiera parecía ser una persecución bastante peculiar y un poco preocupante, pero nadie intervino en lo que ocurría.

Emiko chocó por accidente con uno de los muchos transeúntes y en el proceso le robó el paquete de palomitas de maíz que tenía en mano, Hiroki frunció el ceño con duda al ver a la histérica que afirmaba estar viviendo un delirio mientras huía de la policía, con la ropa húmeda, el cuerpo sucio, algunas heridas y comida robada; en definitiva, la beta era todo un caso.

Kōichi y Nahoya normalmente no tendrían problema en jugar un poco con la policía, pero en ese momento lo que quieren es encontrar a sus hermanos, así que decidieron tomar cartas en el asunto. Agararron una pelota de voley-ball que unos chicos estaban usando para jugar y Nahoya hizo un perfecto saque que dio de lleno en la cara de uno de los policías, Kōichi por su lado agarró unos batidos que un chico le llevaba a otras chicas y lanzó las bebidas en la cara de los dos policías que quedaban. Chocaron los cinco al lograr su objetivo, completando su glorioso escape sin problema.

A lo lejos, desde el extremo de la bahía, un joven adolescente de cabello rubio y mirada oscura se fijó en los chicos que huían de la policía. Miró a su mejor amigo sin ocultar la sonrisa divertida en el rostro, el rubio con tatuaje en la cien correspondió el gesto con la misma mueca burlona, algunos saben cómo divertirse incluso durante esos días de calor.

Del otro lado de la Bahía, Ichirō caminaba a paso veloz junto a Marina y Shinya, los tres buscando entre rostros desconocidos a alguno de sus amigos. No muy lejos de su ubicación, Harumi continuaba cargando entre sus brazos a Manami sin dificultad con Saki, Mitsuki y Rokurō siguiendo sus pasos de cerca.

A lo lejos escucharon gritos de la policía.

Ichirō vio temblar a Marina y Shinya, han estado caminando por una hora desde que escucharon la primera señal, los abrazó sin detener su avance. Debido a las pocas fuerzas que les quedaba, el hambre, la falta de fuerzas en los músculos y todo lo que les ocurrió en las últimas horas estaba pasándoles factura de la peor forma, hasta el punto en que parecían estar tambaleándose mientras daban un paso hacia adelante y cada vez sus piernas perdían la fuerza. Ya estaban en la costa donde se supone que vieron la señal, pero no veían a nadie.

No eran los únicos que sufrían, Harumi se vio obligada a frenar para descansar un poco sus brazos y Manami se bajó de encima para darle ánimos, aunque su estado físico y emocional tampoco era el mejor, hace rato sollozaba por su hermano menor y quería detener todo. Incluso si eso significa que sus enemigos pueden atraparlos.

Tienen hambre, están cansados, lastimados y con la moral por los suelos.

Cuando estaban a punto de rendirse en diferentes ubicaciones, dos personas gritaron con toda la fuerzas de sus pulmones, se trataba de Nahoya que llamó a Shinya desde el otro lado de la playa y Kōichi que hacía lo mismo al reconocer a lo lejos la cabellera rubia de su hermana mayor, incluso si estuviera sujeta en un improvisado peinado en lugar de las dos coletas de siempre, siempre reconocería a su hermana.

No fueron los únicos en llegar a la escena.

—Rumi, Kyle —Susurró el mayor de los hermanos Sano con los ojos cristalizados.

Ichirō tembló al ver a sus hermanos menores a lo lejos, recuperando las fuerzas que creía haber perdido, se separó de sus amigos para salir corriendo hacia el reencuentro con sus hermanitos. Harumi, Kazuo e Ichirō chocaron en el brazo fraternal más agresivo que conocieron hasta ese momento. Las lágrimas de emoción cayeron por sus mejillas al sentir el palpitar, la respiración y la existencia misma del otro.

Nahoya saltó encima de Shinya hasta caer juntos en el suelo. Los gemelos rodaron por la arena tal como cuando eran niños jugando con la nieve, Nahoya besó reiteradas veces la mejilla de su hermano mientras revolvía su cabello con efusividad y se gritaban al oído lo mucho que se estuvieron buscando.

Mitsuki buscó con la mirada a su hermana, sus ojos verde agua se cruzaron con los de Misaki, las dos hermanas sonrieron ampliamente y corrieron hacia la otra, la beta saltó encima de la omega enredando sus piernas en la cintura. A pesar de que se han visto obligadas a vivir separadas por los dilemas de Kokonoi y Seishu, nunca se acostumbraron a estar lejos de la otra, a partir de ese momento no volverían a separarse de nuevo.

Aunque Hiroki se mostró tranquilo frente a los demás, no pudo evitar emocionarse al ver a Daisuke, su preciado hermano menor, frente a él. Se abrazaron con fuerza mezclando sus feromonas entre risas y carcajadas de felicidad, Hiroki apretó el cuello de Daisuke en un rudo abrazo y el menor no se quejó, luego de ese día de muerte, dolor y tragedia, ha extrañado esas muestras de afecto agresivas.

El constante balbuceo de Emiko sobre estar viviendo un delirio fue bruscamente cortado al ser tacleada por Azusa, los primos cayeron al suelo de manera violenta y la beta al fin se sintió capaz de aceptar la realidad entre lágrimas, estaba viva y los demás siguen con ella. No tiene que escudarse en su imaginación.

Marina, Saki y Rokurō se abrazaron igual de emocionados, saltando en el mismo lugar mientras gritaban palabras inconexas, el nombre del otro o solo repitiendo lo mucho que se extrañaron.

Posiblemente Kōichi fue el más delicado, lo cual resultaba irónico porque era un chico de naturaleza agresiva e impulsiva, pero cuando estuvo frente a su querida hermana mayor, se hincó sobre sus rodillas derramando gruesas lágrimas como todo un niño pequeño. Manami imitó sus acciones y lo atrajo en un tierno abrazo, enredando sus dedos en las hebras rubias y azabaches, llorando en silencio por ese feliz reencuentro; ya perdió a sus padres, no soportaría perder también a su preciado hermanito.

Ichirō besó la frente de Harumi y Kazuo, sin romper en ningún momento el abrazo, aunque eso no impidió que poco a poco se fueran mezclando entre todos para compartir la alegría de esa milagrosa ocasión.

Se vieron obligados a separarse al escuchar a alguien hablando a través de unos altavoces, al estar en una zona bastante concurrida por las personas, algunos hacían anuncios por ese medio.

Aunque es no fue lo que los sorprendió, sino lo que oyeron.

—¡Ahora con ustedes, el hit del momento, en honor al Mundial de este año! —Una canción bastante conocida y de hace muchos años, hizo que los dieciséis adolescentes voltearan hacia el parlante que seguía en funcionamiento —Los dejamos con La La La de Shakira Carlinhos Brown.

—¿Hit? ¿La La La de Shakira? —Saki Haitani frunció el ceño al escuchar esas palabras —Eso no es ningún hit.

—¿No? —Manami Hanemiya continuaba acariciando la cabeza de su hermanito, solo que sus ojos estaban fijos en su amiga de cabello azabache y puntas violetas, la vio cruzarse de brazos con duda.

—Esa es una canción que salió en 2014, fue escrita para el mundial de ese año —Explicó Daisuke Mitsuya, reflejando la misma curiosidad que Saki, claro que no se apartó del brazo alrededor de sus hombros que Hiroki mantenía firme. No lo culpa, tampoco quiere alejarse en ese momento.

—Exacto fue la canción elegida para la Copa Mundial de Fútbol Brasil en 2014.

—¿2014? ¿Y por qué dicen que es un hit? Estamos en 2038 —Rokurō miró a su alrededor en busca de respuestas.

—Hey —Ichirō al fin tomó la palabra —¿Esta no es la Bahía de Tokio? Luce diferente.

—Ahora que lo dices —Marina echó un vistazo a los alrededores, reconoce esa zona de Tokio, pero contaba con algunas diferencias como la falta de murales en las paredes, algunas luces modernizadas o las zonas recreativas para skateboarding —Tienes razón.

—Sabía que estábamos muertos y en un delirio —Bufó Emiko con mucho orgullo de sus palabras, esta vez no solo Hiroki, sino también Azusa y Saki le dieron un golpe en la cabeza.

—Iremos con la única persona que podría ayudarnos —Todos se fijaron en Ichirō, su mirada determinada y la seriedad en el tono de voz les hizo tener esperanza. El joven alfa los miró con una sonrisa confiada —Sanzu.

...

—Estamos muertos —La mayoría estaba de acuerdo con las pesimistas palabras de Misaki, incluso Azusa.


Información:

Harumi Sano (春実 佐野, Sano Harumi) es la segunda hija de Manjirō Sano y Takemichi Hanagaki, su nombre significa “belleza de primaveral” o “primavera frutal”. Tiene 15 años, es alfa y la segunda heredera de la organización criminal Bonten.

Apariencia: Tiene el cabello azabache y suele usarlo atado de diferentes maneras con una banda elástica de color amarillo, ojos negros heredados de su padre y, en palabras de este mismo, la sonrisa de su papá. Su tez es blanca, tiene pequeñas pecas en las mejillas casi invisibles, mide 1,73 y pesa 62 kg. Normalmente utiliza ropa ligera con zapatillas, sus accesorios favoritos son los brazalete y aretes enormes.

Personalidad: Harumi es una chica alegre que siempre mantiene una actitud positiva ante los problemas y le gusta realizar demostraciones de afecto con sus amigos y familiares, se lleva bien con todos y rara vez se lo ve preocupada, estresada o nerviosa. Trata por todos los medios de hacer sonreír a los demás. A pesar de que puede ser bastante torpe en estudios y suele distraerse con facilidad, sus habilidades en pelea son muy buenas y aunque prefiere evitar usar la violencia, no duda en plantarse frente a cualquiera para defender a sus seres queridos a puño limpio si es necesario.

Curiosidad: Le tiene miedo a las arañas, si ve una araña se paraliza del terror.

Curiosidad: Le tiene miedo a las arañas, si ve una araña se paraliza del terror

Chapter 3: Lost in the past

Chapter Text


Boulevard Of Broken Dreams | Green Day

❝ Camino esta calle vacía, en el boulevard de los sueños rotos donde la ciudad duerme y yo soy el único y camino solo.❞

« El deseo es un testigo de lo que nos falta, de lo que no somos y deseamos ser.»


—¿Hablas en serio? ¿Sanzu? ¿Nuestro Sanzu? —Misaki encaró a Ichirō, todavía sin creer en lo que acababa de salir de sus labios —¿El que una vez estuvo tan drogado que terminó en un motel de Miami con un mafioso italiano?

—El mismo —Ichirō asintió, confiado en su decisión.

—Vamos a morir —Resignado a los planes tontos de sus amigos, Daisuke ya estaba más que entregado a la muerte. No tuvo la gran vida, pero al menos pudo disfrutar de tres semanas en Tailandia bebiendo una piña colada en la mejor playa del país y en un bañador slip en compañía de un hermoso alfa. El mejor maldito cumpleaños de su vida.

—Puede que no lo parezca, pero Sanzu es la persona más confiable de la organización —El dramatismo del resto era divertido para Ichirō, no obstante, Marina no quiere revivir los nervios colectivos y no es la clase de persona que disfruta de ver el mundo arder, por eso decide apoyar a su primo —Confíen.

—Ah... —Hiroki dejó libre a su hermano menor y se cruzó de brazos, retomando la actitud indiferente de siempre —Como sea. Lo que diga el nuevo líder, son órdenes.

Ichirō sonrió despreocupado, aunque no pudo evitar acariciar el anillo en su dedo índice, el mismo que le ha pertenecido a su padre desde que fundó Bonten hace más de veinte años. Se siente pesado, más de lo que hubiera imaginado.

A pesar de que siempre tuvo presente que iba a heredar la organización, no esperaba que fuera de semejante manera y mucho menos siendo tan joven.

Su padre apenas estaba por cumplir los cuarenta años y seguía en buena forma, todos esperaban que siguiera manejando al grupo por más tiempo. No obstante, ahora todo se fue al demonio en un abrir y cerrar de ojos. Uno a uno sus seres queridos fueron cazados, asesinados y entregados por partes, algunos de ellos.

Nunca perdonaría a los traidores.

—Me siento asquerosa —Las palabras de Misaki atrajeron las miradas, la omega estaba mirando su atuendo sucio de tierra, las raspaduras en las rodillas y brazos, el asqueroso olor a pescado y su cabello todo enmarañado —Es la primera vez que me siento así —Su rostro se oscureció —Lo odio.

—Lo sentimos princesa, si quieres, podemos ir a un SPA y relajarnos. ¿Bien? —Saki rodó los ojos ante las estúpidas palabras de la azabache que siempre se quejaba —Deja de molestar. Todos nos sentimos igual.

—¡Pero yo nunca me sentí de esta forma! Cuando me veía en el futuro, me imaginaba trabajando desde la seguridad de una mansión o junto a personas con quien tendré que hacer negocios mientras soy rodeada por muchos guardaespaldas.

Nadie iba a negar esas palabras, comprenden que la actitud arrogante de Misaki estaba fuertemente influenciada por Kokonoi que no solo la trataba como una reina y cumplía sus caprichos, sino que ella también heredó su talento para cualquier negocio, era astuta y altanera. Todo lo contrario a su gemela Mitsuki, que fue educada por Seishu y tenía una personalidad más pasiva, tranquila y para algunos era hasta dulce, tímida y humilde.

Ambos padres criaron a sus hijas de maneras muy opuestas y cuando uno las veía, siquiera podría pensar que eran gemelas de verdad. Se notaba que eran hermanas solo por el color de los ojos, cabello y sus facciones, pero nada más.

Misaki siempre iba con el cabello arreglado, una hermosa manicura que dependía de su estado de ánimo del día o la semana, ropa de las marcas más costosas, usaba faldas y zapatos de tacón, los cuales tenía en ese momento, aunque estaban sucios por la arena. Mitsuki por su lado no tenía interés en cualquier arreglo personal, prefería la ropa suelta que le permitía moverse con libertad, zapatillas y el cabello recogido. Así eran las gemelas Hajime-Inui, la misma cara y diferente aura.

Todo lo contrario a los gemelos Kawata. La única diferencia entre aquel par, además del segundo género de cada uno, era que Shinya llevaba el cabello lacio y un poco largo con la parte inferior rubia y la superior celeste, mientras que Nahoya lo tenía rizado y completamente celeste. Aparte de eso, siempre usaban ropa a juego de colores fríos, collares y aretes iguales.

Ichirō se acercó a Misaki para acariciar su cabeza con dulzura, la omega se relajó bajo el tacto de su actual líder y giró el rostro con indiferencia.

—Por ahora deberíamos intentar limpiarnos un poco —Marina miró su propia ropa sin ocultar la mueca de disgusto en su rostro, ató su largo cabello rubio en una coleta alta dejando al descubierto la mitad de su cien rapada del lado derecho.

—No quiero que nadie me vea con esta apariencia —Bufó Misaki con molestia, Mitsuki se acercó a su hermana y comenzó a deshacer los nudos en su bonito cabello azabache.

—Nadie esperaba que quisieras ayudar —Se burló Saki con los brazos cruzados sobre su torso e ignorando el ceño fruncido de la omega.

—Algunos pueden quedarse y otros deberíamos ir a investigar antes de ir con Sanzu —Propuso Marina terminando el improvisado nudo con su cabello.

—¡Yo quiero ir a ver qué demonios ocurre aquí! —Rokurō estaba de acuerdo con esa idea, cualquier cosa era mejor que permanecer en un mismo lugar y no hacer nada, en espera a que alguien los pueda atacar por la espalda.

—¿Nadie va a decir nada de que parece que viajamos en el tiempo? —Daisuke se cruzó de brazos mientras estrujaba su chaqueta celeste e intentaba arreglar su cabello.

—No viajamos en el tiempo, debe ser alguna especie de festival retro —Fue la cortante respuesta de Misaki que estaba sentada en una roca mientras Mitsuki arreglaba su cabello en silencio —¿Viajar en el tiempo? Estúpido.

—Por eso debemos ir a investigar —Por muy ridícula que fuera esa idea, Marina quiere confirmar sus dudas, no puede quedarse con la intriga —¿Ichirō?

—Vamos —Se encogió de hombros —Tiene que tener algo bueno esta época, ¿No?

—Se dice que en 2014, 70 personas japonesas se suicidaron por día, es uno de los años con la mayor tasa de suicidios del país —Informó Misaki en el momento en que su hermana terminó de arreglar un poco su cabello, intercambiaron lugares y, contra la voluntad de Mitsuki, ella hizo lo mismo.

—La música local más destacada fue el estilo alternativo, dicen que hubo una crisis en la industria musical en 2014, no fue el mejor —Daisuke frunció el ceño con disgusto ante ese recuerdo.

—Y estaban de moda los colores pastel, los enterizos de pantalón corto con pechera y tirantes y las faldas abullonadas —Incluso Saki carecía de emoción —Horrible.

—A ustedes no les gusta casi nada, no culpen al 2014 —Azusa rodó los ojos.

Saki, Daisuke, Misaki y Azusa se miraron fijamente sin pestañear, esperando el momento para seguir atacando con sus respectivos argumentos.

—¡Bien! —Antes de que se abriera un debate, Harumi aplaudió atrayendo la atención de sus amigos —Vamos a dividirnos en dos grupos, los que quieran venir a investigar pueden seguirme y los que no, tienen que quedarse aquí hasta nuestro regreso. ¿De acuerdo?

Los cuatro problemáticos se encogieron de hombros, su propia manera de aceptar las órdenes.

Ichirō Sano, los gemelos Kawata, Marina Ryūguji, Rokurō Hayashida, Kazuo Sano y Azusa Shiba decidieron recorrer la playa y la zona comercial más cercana con el fin de encontrar respuestas a su situación. Los demás iban a quedarse cerca de la bahía intentando salvar algunas de las pocas cosas que llevaban en sus mochilas, intentar revivir de alguna forma el dinero perdido y tener una apariencia más aceptable. Los siete que se fueron prefirieron arreglarse de manera improvisada con un outfit que, según las palabras de Saki, era un intento de hippie.

Dejaron sus respectivos abrigos tendidos sobre la arena, subieron las mangas de sus pantalones, Marina ató el dobladillo de su camisa blanca sin mangas dejando al descubierto su abdomen y los demás hicieron algo similar, doblaron las mangas, se arreglaron el cabello con los dedos y trataron de limpiar la arena adherida a su piel. Continuaban sucios, pero debería funcionar por ese momento.

El resto miraba a sus amigos con curiosidad durante su improvisado arreglo.

Kōichi tenía curiosidad por todo lo que estaba ocurriendo, pero no podía dejar a Manami cuando estaba tan débil por todo lo que vivieron, así que los hermanos Hanemiya decidieron quedarse atrás y solo pidieron que consiguieran, de alguna forma, un poco de alcohol o medicina para aligerar el dolor.

Las hermanas Hajime-Inui  decidieron, mejor dicho, Misaki decidió quedarse y Mitsuki la apoyó, siempre permaneciendo cerca de la otra como le dijeron sus padres. Harumi fue dejada a cargo del segundo grupo a pedido de su hermano mayor, Ichirō prácticamente la obligó a quedarse sentada y recuperar energías, así que no tuvo otra alternativa más que esperar.

Saki por su lado no tenía interés alguno en saber lo que ocurría, tampoco es como si le importara mucho, su único objetivo es que los demás le digan qué camino seguir y a quién golpear hasta la muerte para amortiguar su sed de sangre por el infierno que tuvieron que pasar. La paciencia es una virtud de los ganadores y ella era muy paciente, siempre esperando en silencio el momento para vengarse.

La única que seguía sin creer todo lo que ocurría era Emiko, ella estaba convencida de que estaba viviendo un delirio y por eso no la dejaron ir con el primer grupo, la sentían capaz de hacer alguna escena extraña y todos serían tachados de locos que escaparon de un psiquiátrico. Eso era lo último que les faltaba. Por suerte Hiroki y Daisuke aceptaron quedarse con ella para intentar hacerla entrar en razón, todavía no saben dónde están o... cuándo, pero es un hecho que siguen vivos y es real, así que deben hacer que Emiko se de cuenta de eso.

Antes de partir, Ichirō miró el anillo en su dedo índice y lo dio vuelta, ocultando el símbolo de Bonten en caso de que alguien los reconozcan y sean atrapados. Ahora estaban rodeados de traidores, no pueden confiar en cualquiera.

Los grupos se separaron.

Ichirō encabezó la caminata junto a Marina, el resto los seguían de cerca mirando hacia los lados en espera de que alguien saltara para cortarles el cuello con un cuchillo o hiciera un movimiento extraño que les dijera que escondía un arma entre su ropa. No había nada raro. Solo un niño gritando que era el rey del mundo y otro grupo de infantes llorando mientras exigían helado.

Pasando la playa de la bahía necesitaban saltar una cerca baja que dividía la playa de la senda peatonal, saltaron sin complicación del otro lado y varias personas que caminaban por allí los miraron con curiosidad.

Intercambiaron una mirada entre sí. Saben que hay algo raro y diferente en el ambiente, sin embargo, no están seguros de qué.

Era como ese momento donde ibas caminando por la calle y veías a una persona que te resultaba familiar, pero al acercarte para saludar, te das cuenta de que era alguien desconocido. Así es como ellos se sentían en ese momento mientras caminaban por las calles de Tokio, su ciudad, avanzando en una senda conocida y extraña a la vez. Ellos eran los extraños de ese lugar.

A lo lejos vieron la zona comercial.

Trataron de mezclarse entre las personas, lo cual fue difícil porque tal como les dijo Saki, su ropa, las heridas todavía visibles y el desastre general que eran, atraía demasiadas miradas. De todas formas siguieron con su plan.

—¡Chicos! —El gritó de Rokurō asustó a sus amigos, ellos se acercaron a gran velocidad, listos para empezar una pelea en plena calle. Rokurō los miró con una sonrisa —Miren —Enseñó con mucho orgullo el juguete que había encontrado en un puesto de la calle —Es un Furby violeta, amo estos bichos.

...

Shinya le dio un golpe en la mano, lanzando hacia un costado al pequeño animal de ojos saltones, no le gusta ese bicho raro.

—¿Qué era eso?

—Mi padre lo tenía en su caja de recuerdos que me dijo que no tocara —Rokurō admiró con un brillo en los ojos todos los pequeños peluches coloridos —Es un juguete animatrónico para niños que tenía su propio idioma, muestran una personalidad diferente según como lo tratabas y había unos llamados Furby Boom que podían tener hijos gracias a una app. Siempre quise ver muchos de estos, pero ya no los venden.

—Ah, genial —Marina asintió sin darle importancia al lado infantil de su amigo, le gusta verlo feliz aunque sea por un momento.

—Necesitas salir más —Claro que Nahoya no pensaba igual y lo miraba con pena.

—Vergüenza —Fue la única palabra de Shinya, nadie sabe si dijo lo que siente él en ese momento o lo que le provoca Rokurō con su actitud de niño.

—Oh, mi viejo también tenía uno de estos en casa —Azusa se puso de cuclillas para mirar los pequeños peluches —Dijo que eran del tío Hakkai.

—Estas cosas ya no se producen —Ichirō miró desde arriba la hilera de peluches exhibidos y se dirigió al vendedor que estaba sentado al costado leyendo una revista de música, en la portada había una foto de Ed Sheeran estrenando su nuevo álbum, X, con la canción más popular llamada Photograph —Disculpe, señor —El hombre miró a los siete adolescentes de pies a cabeza, dudando de sus intenciones ante su pésimo estado —¿Podría prestarme esa revista?

El hombre lo miró con fastidio.

Antes de poder negar la solicitud, Kazuo apoyó el pie justo al lado de su rostro en una clara amenaza y sonriendo de manera oscura para intimidar al tipo que estaba por negar un pedido de su hermano mayor. Al instante el hombre fue intimidado y le dio la revista a Ichirō, quien le sonrió agradecido.

Todos se aglomeraron alrededor de Ichirō para leer la información de la revista, la cual pertenecía a una línea que era desconocida para cualquiera de ellos, aunque solo alguien como Daisuke que era amante de la música o Saki, una ávida conocedora de modas, sabría. Pero lo más importante no eran los titulares, sino toda la información que estaban absorbiendo.

Había varios apartados de bandas que fueron muy populares hace mucho tiempo y marcaron ciertas modas en el pasado.

Siguieron pasando las páginas hasta llegar a una en particular donde vieron el ranking de los artistas y las canciones que estaban marcando tendencia ese año, justo debajo de ese título, en números muy grandes estaba escrito el año 2014. Leyeron nombres como Ed SheeranAviciiDavid GuettaEminemColdplayCalvin HarrisKaty Perry y sus canciones populares del momento. No hay conocimiento de cualquier banda que ellos conocieran o de las modas que siguieron en varias ocasiones. No había nada que reconocieran.

Todo lo que estaban leyendo eran cosas que existieron desde antes de su nacimiento, ellos no pudieron presenciar nada de eso y como si esa no fuera prueba suficiente, en la calle de enfrente vieron a muchas personas delante de vitrinas que tenían televisores. Dejaron caer la revista y se abrieron paso entre todos, llegaron al frente y vieron lo que ya habían escuchado antes, el Mundial de 2014.

En el extremo del programa de noticias deportivas estaba la fecha actual: 4 de julio del año 2014.

—No jodas —Ni siquiera Rokurō puede bromear con lo que sus propios ojos ven —¿Cuáles son las probabilidades de que toda la ciudad se haya puesto de acuerdo para hacernos una broma?

—Ninguna —Respondió Marina con la mirada fija en la fecha.

—No puede ser —Shinya soltó una maldición, hablaba pocas veces y cuando lo hacía era para decir un par de palabras —Estamos en el jodido pasado.

—Mierda —Repitieron en el mismo tono depresivo.

Ninguno dijo nada por unos segundos, siquiera cuando las personas que miraban la televisión los iba empujando bruscamente hacia atrás y hacía muecas de disgusto al verlos, y olerlos.

—Si me necesitan... —Rokurō rompió el tenso silencio —Voy a estar llorando en la playa.

Marina e Ichirō intentaron seguir buscando más información respecto al año en el estaban, aunque luego se dejaron llevar por el escepticismo y no tuvieron otra alternativa más que creer en su nueva realidad. En especial después de preguntarle a varias personas sobre de “Bonten” y descubrir que ni siquiera sabían qué era eso.

Algo imposible en su tiempo. Bonten era sinónimo de miedo y aunque nadie hablaba de la organización como tal, se notaba en sus facciones el miedo e intentaban huir de cualquier implicación con ellos.

Regresaron cabizbajos a la bahía donde sus amigos estaban reunidos en la orilla de la playa, mirando el comienzo del atardecer.

En un día fueron traicionados por gente querida, vieron a sus padres morir, presenciaron el suicido de alguien cercano a ellos, cayeron de un avión en picada, nadaron con peligrosos tiburones, fueron arrastrados por las olas de regreso a Japón, los persiguió la policía, viajaron 24 años al pasado y ahora estaban perdidos no solo en un nuevo lugar, sino en un tiempo diferente.

A pesar de que siguen en Tokio, no es su Tokio.

Volvieron a reunirse en el mismo lugar donde se reencontraron y en un acuerdo silencioso decidieron procesar todo lo que les estaba pasando sin reaccionar con violencia, como más de uno quería hacer.

Porque... bueno, ¿Viajar en el pasado? ¿Alguien traicionando a Bonten? ¿Mikey el invencible derrotado y traicionado? ¿Ellos cayendo de un jet en medio del océano? ¿Nadar con tiburones? ¡Todo era ridículo! Demasiado. En un día normal sería impensable hacer cualquiera de esas cosas en contra de la organización, saben que sus familias no son santas ni buenas, tenían muchos enemigos, pero era preferible morir que atacar a Bonten.

La tensión era palpable con los segundos que pasaban, a pesar de que intentaban ser fríos con la situación, cuando más tiempo guardaban silencio se sentían con mayor necesidad de gritar.

—No puede ser tan malo —Las palabras de Harumi hicieron que el resto frunciera el ceño —Podemos cambiar el futuro.

Harumi intentó ver el lado positivo de la situación, como siempre, sin embargo, esta vez el ambiente era demasiado tétrico como para estar aliviado o feliz de seguir con vida.

Aunque para algunos el exceso de positivismo era síntoma de resignación, prefiere no rendirse ante lo que ocurre e intentar algo en la nueva realidad, que pensar en todas las otras cosas jodidas en su vida.

—¿Y luego qué? ¿De qué nos sirve viajar a este tiempo, si no podemos regresar al futuro? —Se quejó Saki pateando una lata de refresco —¿Cómo mierda sabremos que hicimos algo bien?

—Eso... —La alfa abrió la boca dispuesta a decir algo, pero ninguna palabra salió de sus labios.

Ichirō se dio cuenta de que incluso su positiva hermana menor estaba teniendo problemas para mantener la buena actitud, lo cual era entendible, todos estaban en terribles condiciones, hambrientos, adoloridos, perdidos y sin una sola idea de cómo seguir. Cuando estaban en el avión, al menos contaban con un destino seguro, pero ahora es posible que ese lugar siquiera exista.

No tienen a sus padres, no hay aliados de la organización, tampoco cuentan con los medios para sobrevivir por su cuenta. Estaban más perdidos que nunca en sus vidas y sin la opción de regresar por donde vinieron.

Por un momento, Ichirō dirigió sus ojos al océano.

Ellos fueron arrastrados por las olas hasta la playa, pero no puede pensar en hacer el mismo viaje y arriesgar las vidas de los demás como un loco suicida. Miró el anillo en su mano, recordando las palabras de su padre: “Dejo en tus manos a la familia, protege a tu pandilla”, desea preguntarle cómo hacer eso, ¿Cómo puede proteger a su familia?

Quiere gritar de frustración ante la falta de ideas y casi se siente dispuesto a dar media vuelta para seguir el ejemplo de Rokurō y llorar lejos de todos.

Sin embargo, era ese “casi” el que impedía que realmente se marchara.

Aunque apenas pueda resistir sus propios males y la presión de portar el anillo de su padre, es preferible padecer todo eso a resignarse y quedarse quieto sin hacer nada. Puede resistir la crueldad de aquellos que los traicionaron a la organización y es capaz de tomar el dolor de todos para convertir su propio cuerpo en la mejor arma, si, puede resistirlo, son sus enemigos los que no podrán soportar sus sentimientos.

—Rumi tiene razón —Dijo de la nada haciendo sonreír a su hermana y atrayendo la atención —Sé que todo esto es demasiado extraño —Ichirō se dirigió a una piedra que era más alta que las demás y se paró encima para mirar a todos con confianza —Pero no se preocupen —Les enseñó una radiante sonrisa mientras el sol del atardecer enmarca su rostro, dándole una apariencia más dominante y confiada en reemplazo de la despreocupada de siempre —Mientras esté aquí, ninguno va a perder.

Si había alguien que pudiera darles una pizca de esperanza, incluso sin estar basado en nada concreto, era Ichirō. Aquel que desprendía un aura reconfortante y decidida como líder de Bonten.

Intentar, desafiar, persistir, perseverar, ser fiel a sí mismo, pelear incluso con los brazos rotos con el destino, dejar asombrada a la catástrofe cuando siguen avanzando contra la tormenta, enfrentarse al poder injusto y rebelarse contra la victoria ebria, resistir, plantar cara, ese era la clase emociones que despertaba el alfa de cabello rubio y ojos azules, era la luz que los electriza.

La gente puede ser traidora y te involucra en infinidad de batallas, pero el punto de la vida era resistir la tentación de querer que todo sea distinto y, en cambio, decidirse a enfrentar todo valientemente.

Algunos sonrieron resignados, dejándose llevar por la pequeña esperanza, mientras que otros sonrieron confiando al 100% en su líder.

—Demonios, estoy inspirado, así no puedo suicidarme —A pesar de las deprimentes palabras, Rokurō estaba sonriendo ampliamente y con mayor motivación de la esperada —Bien, como digas, ¿Cuál es el plan?

—No tengo idea —Ichirō continuaba sonriendo despreocupado, miró a Marina —Marichin, ¿Tienes alguna idea?

—Ya te dije que no me llames de esa forma —Marina siente que le palpita una vena en la frente cada vez que escucha ese ridículo apodo —Hagamos lo que dijimos antes.

—¿Suicidio? —Todos miraron a Rokurō incrédulos.

—Yo lo hago —Saki le dio un rodillazo en el estómago que lo arrojó de rodillas sobre la arena.

—Gracias —La rubia con la sien rapada asintió a las agresivas acciones de su amiga —Me refiero a que deberíamos hablar con Sanzu, de verdad creo que podría ayudarnos.

—Si, el Sanzu del futuro haría cualquier cosa por sus príncipes y la princesa —Aclaró Daisuke señalando con el brazo a los hermanos Sano —Tengo entendido que Sanzu antes era... bueno, ¿Cómo decirlo sin que suene tan mal?

—Un maldito drogadicto sádico con problemas de control emocional y altamente peligroso —Dijo Hiroki, ayudando a su hermano menor con las palabras correctas.

—Exscto, eso mismo —Daisuke asintió en reconocimiento.

—Nada muy diferente de lo que conocemos —Azusa se encogió de hombros.

—Lo que quiero decir es que el Sanzu de esta época no es igual al que nos ha cuidado.

—Todavía tengo fé en él —Ichirō confiaba en Sanzu casi tanto como en su padre, quizás incluso más, porque la lealtad extrema del pelirosa puede ser ridícula para muchos, pero en este caso es muy útil —Estoy seguro de que nos creerá cuando le digamos que venimos del futuro y va a ayudarnos con esto.

—¿Tienes alguna forma de convencerlo de que eres alguien de confianza e impedir que te ataque con su katana? —Preguntó Hiroki, todavía escéptico.

—Claro.

—Ah... ¿Tenemos otro plan? —Emiko tomó la palabra por primera vez en mucho tiempo, tras aceptar que no estaba viviendo un delirio y que tampoco murió devorada por los tiburones, se relajó bastante —¿Sabes donde vivía?

—No —Más de uno tiene insanas ganas de golpear a Ichirō para que dejara de sonreír mientras da malas noticias.

—Yo sí —Sorprendentemente, Kazuo conoce el lugar donde vivió Sanzu antes de la formación de Bonten, todos los miraron con curiosidad, incluso sus hermanos mayores —Una vez me dijo que vivió en Shibuya, cerca de una estación de autobuses donde había una fuente que no funcionaba —Ahora lo miraron con una silenciosa pregunta: “¿Por qué sabes eso?” —Sanzu me llevó de paseo por la ciudad porque todos se habían olvidado de mi cumpleaños.

Abrieron la boca en un colectivo “oh”, recordando el día exacto al que Kazuo se refiere.

Fueron días oscuros y el menor se había enojado tanto con ellos que no les habló por un mes, siquiera a sus hermanos, el único que ganó un perdón instantáneo fue su padre que como regalo de compensación le dio un pijama de oso tamaño completo; aunque Mikey solo fue perdonado porque esa vez estaba fuera del país y no lo saludó no porque se había olvidado, sino que estaba ocupado, pero incluso durante un tiroteo en plena madrugada en Rusia fue capaz de llamar a su hijo menor para desearle un feliz cumpleaños y le dijo tanto a Kokonoi como a Sanzu que le compraran lo que Kazuo quisiera. Kōichi fue el segundo en saludarlo por mensaje y Azusa el primero en darle un regalo.

El resto no tuvo tanta suerte y tuvieron que sufrir la ley de hielo por mucho tiempo, hasta que los ejecutivos e incluso Mikey intervino en la tensa discusión infantil.

Por suerte ahora saben dónde vive Sanzu, más o menos, y tienen algunas características específicas para encontrar el vecindario donde vive, ahora solo les quedaba tomar el tren o el autobús e ir a su nuevo destino.

—¿Y cómo vamos hasta Shibuya? Estamos en la Bahía de Tokio, es lejos —Nahoya señaló el cielo —Comienza a anochecer y no tenemos dinero para pagar el viaje en tren.

—¿Cuál es el camino más rápido? Comienza a hacer mucho frío, quiero comer algo, dormir y abrigarme —Preguntó Emiko mirando a las personas caminando por la senda peatonal.

—La mejor forma de ir desde Estación de Tokio a Shibuya es en tren, dura 24 minutos y cuesta desde ¥270 a ¥1400 —Misaki frunció el ceño mientras hacía cuentas mentales —Creo que hay un autobús en la calle eki que dura 44 minutos, pero no tenemos tarjeta de viaje. La mejor opción es ir en tren.

—Pero no tenemos dinero, ¿Cuánto necesitamos para el tren? —A diferencia de Misaki, Rokurō estaba haciendo cuentas con sus dedos y entre sus murmullos algunos escucharon números errados —Veinticuatro, me llevo dos...

—Mejor no lo hagas —La omega bajó la mano del beta —Serían ¥22400.

—Pues... —Kōichi revisó sus bolsillos —Tengo arena, una caracola y la mitad de un billete.

—¿Cómo vamos a conseguir dinero? —Manami miró a sus amigos con preocupación.

—Yo me encargo —Confiada de sus habilidades, Misaki empujó hacia atrás su cabello con el mentón elevado y una sonrisa soberbia —Daisuke, Saki, ustedes vienen conmigo —La omega volteó mirando a su hermana con una sonrisa emocionada —Mitsu.

—Cuidaré tu espalda —La menor de las gemelas asintió sin necesidad de recibir órdenes.

El improvisado grupo de cuatro se alejaron de los demás siguiendo a Misaki sin dudar de sus planes.

—¿Estarán bien? —Preguntó Manami mirando la espalda de sus amigos alejándose con cada paso que daban, se asustó al ver que se acercaron a un grupo de adolescentes y Misaki usaba una sonrisa coqueta para hablarles.

—Misaki es arrogante, pero tiene cómo justificar esa arrogancia —Dijo Ichirō mirando a la omega haciendo uso de sus expresiones de negocios —Fue educada por Kokonoi.

Conseguir ¥22400 no es algo tan difícil de lograr para Misaki.

Los adolescentes fueron encantados por la expresión de Misaki, quien incluso para ocultar su verdadero aroma de la playa se vio obligada a usar sus feromonas dulces y opacar cualquier rastro desagradable. Uno de los chicos le prestó su teléfono sin ninguna queha, ganando un guiño.

Mitsuki y Saki se ubicaron a los lados de Misaki para buscar en internet cualquier cosa que estuviera de moda en ese momento, a pesar de que el modelo era bastante viejo y las aplicaciones no estaban actualizadas como en sus recuerdos, había algunas cosas que eran fáciles de deducir con un poco de conocimiento básico. Daisuke y Saki guiaron a la omega entre las redes sociales disponibles en ese momento.

Una vez que obtuvieron lo que buscaban, Misaki se sacó sus tacones que ya estaban bastante maltratados. Al quedarse descalza acomodó su cabello hacia los lados y atrajo la atención de todos con su sola presencia, gritando que iba a dar inicio un espectáculo.

Si había algo que Misaki ama casi tanto como su vida de lujos a la que estaba acostumbrada, eso era la danza.

Apenas la música empezaba a sonar desde el teléfono, varios transeúntes fueron frenando sus pasos para mirar a la chica de largo cabello negro a punto de bailar. Llevaba una falda de jean color lila, iba descalza y su camisa blanca estaba atada en un costado dejando a la vista sus delgados brazos, las clavículas y abdomen.

Sus amigos se acercaron para ver en primera fila los movimientos de su amiga, les sorprendió que ella fuera capaz de moverse tan bien después de todo lo que vivieron y los golpes, además de que era más que capaz de seguir el ritmo de una canción retro. En sus propias palabras, sabe poco y nada del 2014 porque era demasiado retro para su gusto, pero ahora pueden ver que no era del todo verdad porque parecía estar muy al tanto del estilo que se debía usar para bailar Chandelier.

A pesar de que Misaki no era fuerte en los combates, no tanto en comparación con sus amigos y apenas daba un poco de pelea, era lo suficientemente veloz y ágil como para burlar a la persona más fuerte. Muchas veces Azusa fue atacado por la espalda durante los entrenamientos, él puede dar fé de que Misaki era capaz de defenderse gracias a sus habilidades para controlar su cuerpo y flexibilidad, siendo casi tan elástica como Saki Haitani, quien también era experta en jiu-jitsu, y Shinya Kawata que manejaba a la perfección el breakdance hasta el punto de ser capaz de usarlo para pelear.

Misaki bailó tres canciones más, lo suficiente para acumular una cantidad aceptable de dinero y suficiente para pagar los dieciséis billetes del tren a Shibuya.

Se despidió del improvisado público, el cual terminó siendo más grande de lo que se esperaba e intercambió algunas palabras con los alfas y betas que se le acercaron para pedirle su número. Misaki se negó a todos alegando que Saki era su pareja, una mentira bastante divertida porque quienes la conocen, saben que Misaki quiere de pareja a alguien que sea “más atractivo, más fuerte, más adinerado, más ordenado y más astuto que ella misma”.

Regresó con el primer chico para agradecerle por prestarle el teléfono y antes de separarse, le brindó una caricia en su mejilla. Misaki volvió con sus amigos enseñando sus ganancias con mucho orgullo.

—¿No que el 2014 fue retro y era el peor año? —Bufó Marina mirando a Misaki con la frente perlada en sudor y la chaqueta llena de billetes.

La omega rodó los ojos.

—Solo tomemos el tren y vayamos con Sanzu —Le dio la espalda a la alfa dirigiéndose a la estación de trenes en el centro. Los demás intercambiaron sonrisas, Misaki nunca era honesta con sus propios sentimientos, pero no importa, la quieren tal como es.


Información:

Kazuo Sano (和夫佐野, Sano Kazuo) es el tercer hijo de Manjirō Sano y Takemichi Hanagaki, su nombre significa significa “hombre de paz”. Es omega, tiene 13 años, apunto de cumplir 14, y es el tercer heredero de la organización criminal Bonten.

Apariencia: Kazuo tiene el cabello azabache y corto con unos enormes ojos azules que rara vez deja entrever sus verdaderas emociones, al igual que la mayoría de los omegas, tiene una contextura física pequeña, caderas anchas y un cuerpo delicado con una tez pálida. Mide 1,57 cm y pesa 52 kg. Casi toda su ropa es rosa porque busca tener una apariencia adorable que confunda a sus oponentes, antes sus atuendos eran más ligeros, pero tras ciertos eventos comenzó a usar suéter largos, chaquetas anchas, buzos grandes o algún cardigán grueso; todo para cubrir su cuerpo, pero sin borrar esa aura de omega inocente y dulce.

Personalidad: Es el más joven y animado entre sus amigos, Kazuo da la impresión de ser un chico con una actitud muy alegre, llamativa y bastante infantil que busca la diversión en cualquier situación, le gusta aferrarse a la gente y jugar con ellos. Al ser educado principalmente por Mikey y ser consentido por este, Kazuo desarrollo una actitud defensiva y dependiente de su entorno, así que usa su apariencia, atractivo general y fuerza para conseguir sus objetivos. Por lo general, deja caer su máscara alegre en situaciones serias, cuando las personas intentan entrometerse en su pasado o si lo hacen enojar. Cuando está triste, enojado o nervioso, una palmada en la cabeza o recibir alguna paleta, lo ayuda a sentirse mejor.

Curiosidad: Es el único de sus hermanos que sabe cocinar y conoce las comidas favoritas de todos sus amigos.

Curiosidad: Es el único de sus hermanos que sabe cocinar y conoce las comidas favoritas de todos sus amigos

Chapter 4: Unintentional change

Chapter Text


I Want To Know What Love Is | Foreigner

❝ Ahora esta montaña debo escalar, se siente como el mundo sobre mis hombros, a través de las nubes veo el amor brillar.❞

« A veces no tenemos conciencia de los errores que cometemos


Los adolescentes se acomodaron en los asientos del tren, dando gracias que era bastante tarde y no había muchas personas en el vagón.

-—¿Cómo rayos pasó esto? —Preguntó Daisuke en voz alta a nadie en particular.

—Esto es culpa de Saki —La firme declaración de Misaki hizo que la acusada se sintiera ofendida por semejante ofensa —No tengo pruebas, pero tampoco dudas y yo nunca me equivoco.

—¡¿A qué te refieres con que es mi culpa?! Si pudiera viajar en el tiempo, iría al día que nos conocimos y me diría: “No te acerques, esa niña será una molestia el resto de tu vida”.

—Soy la molestia deseada de muchas personas —Dijo con orgullo.

—Al menos no tengo tratos raros con figuras santas.

—¡La iglesia y el cristianismo no son cosas raras! —A Azusa comienza a palpitarle la cabeza, como cada vez que está en medio de una pelea entre sus amigas, suspiró exasperado por dejarse llevar —Y sabes que casi todos somos personas de fé por mi padre, no jodas.

—Exacto. El señor Taijū nos ha guiado por la senda del bien —Dijo Emiko con mucho orgullo, ella solo siguió ese camino porque admira a Taijū y todos lo saben.

—Senda del bien —Nahoya sonrió de lado ante esas palabras mientras Shinya se acomodaba en su hombro para dormir un poco —Dijo el que estaba de rodillas detrás de la iglesia y no precisamente para rezarle Dios —Las mejillas de Emiko se tornaron rojas hasta las orejas y Nahoya sonrió triunfante chocando los cinco con Saki —Si, yo lo ví y escuché —Hizo una pose dramática —Mi inocente y virgen mente fue ultrajada.

—¿Inocente? —Kōichi sonrió de lado mientras intentaba convencer a su hermana de que se acostara también en su hombro, recuerda un par de veces donde vio a Nahoya entrando en un club de anfitriones y siendo arrastrado por Shinya para sacarlo de allí.

—¿Virgen? —Incluso Mitsuki tenía sus dudas, ella tiene muy presente esa vez donde vio a Nahoya follando en la biblioteca común que usaban para estudiar en la residencia principal.

—Ustedes son tan indecentes —Bufó Rokurō mirando a sus amigos con superioridad —¿Qué ocurrió con el amor, libertinos?

—Dijo el que sigue virgen con 15 años y se enoja porque disfrutamos de nuestra sexualidad —Daisuke sintió la mirada fulminante de su hermano mayor en la nuca y fingió toser de manera exagerada —Yo no sé lo que significa, pero creo que todos tenemos derecho a disfrutar.

Hiroki asintió, conforme con las palabras de su hermanito omega.

Los demás miraron con pena al beta que sigue pensando que Daisuke era un loto blanco sin mancillar, era el único que se creyó que fue a Tailandia para estudiar por dos semanas cuando en realidad estuvo disfrutando mucho de los placeres pecaminosos junto a un alfa mientras se paseaba por la playa en un bañador slip que dejaba poco a la imaginación.

Pero, ¿Quiénes eran ellos para romper la idealización fraternal? La mayoría tiene hermanos y se sienten de la misma forma en algunos aspectos. No hasta el límite de Daisuke que se fue del país.

Ichirō sonrió al escuchar las discusiones amigables entre sus amigos. Permitía que por un momento olvidaran todo lo que vivieron.

No mentiría, oírlos insultarse, pelear o dejar al descubierto los trapos sucios de cada uno, hizo que el vagón en poco tiempo se llenara de un ameno ambiente fácil de soportar. Ichirō apoyó la cabeza sobre el asiento con Harumi y Kazuo recostados en sus hombros, con los ojos abiertos y pequeñas sonrisas en sus labios por cada anécdota que decían sus amigos, hasta que de la nada Harumi comenzó a derramar gruesas lágrimas.

El llanto de la princesa de Bonten interrumpió abruptamente la disputa sobre la virginidad de Rokurō y las múltiples citas que Misaki se ofrecía a planear cuando todo estuviera en orden, dejaron de hablar al escuchar a Harumi llorando. La alfa se apartó del hombro de su hermano mayor mientras agitaba las manos en su rostro para abanicarse, Ichirō sonrió de lado y Kazuo se apoyó mucho más en el mayor con el mentón en la curvatura de su cuello y una expresión soñolienta. Los viajes siempre le daban sueño.

—¿Qué sucede? —Manami buscó entre sus cosas algo para limpiar sus lágrimas y mocos, pero no quedaba nada en sus mochilas, solo una playera húmeda que debería servir de momento.

—Soy feliz porque todos estemos vivos —Dijo Harumi mientras se limpiaba los mocos con la playera de su amiga.

Obtuvo pequeñas sonrisas de parte del resto, sonrisas relajantes y dulces que la hicieron llorar mucho más fuerte por la emoción del momento, esta vez alegando que sonreían demasiado bonito para su sensible corazón.

Marina, Rokurō y Manami se acercaron a la azabache para darle ánimos.

Todos estaban asustados por lo que les deparaba, ya sea el futuro o en el pasado, estaban obligados a mantener la guardia en alto y solo pueden confiar entre sí. Ya no tienen a sus padres para protegerlos de los enemigos o los medios materiales para construir algún refugio apartado del mundo.

La única persona que puede ayudarlos es alguien con problemas de adicción, descontrol emocional y muchos ataques violentos si oprimían los botones errados.

Su mundo cambió en pocos meses y acabó en solo una mañana.

Ichirō dirigió sus ojos al paisaje de la ciudad que había detrás de los ventanales del tren y oyendo a lo lejos los ánimos del resto ante las lágrimas torrenciales de Harumi. La noche y la silueta de Tokio a simple vista pareciera no haber cambiado casi nada, las luces centelleantes, el oscuro cielo y los altos edificios, todo podría parecer igual, pero ellos saben que no es lo mismo y se encuentran muchos años en el pasado. En una época que fue turbulenta por varios motivos y para muchas personas.

Conoce poco y nada sobre la vida de sus padres, allegados y el resto de los ejecutivos antes de la creación de Bonten, nadie habla de eso porque cada que se toca algún tema, salen a relucir culpas del pasado y cosas que supuestamente habían superado, pero realmente no era el caso.

Estaban en un tiempo donde sus padres tenían su edad, siquiera llegaron cuando Azusa nació, y él tiene dieciocho años, y lo que es más intrigante, se trataba de la época en que su padre tiene una pandilla, cuando conoció a papá y poco a poco fue uniendo a cada uno de los ejecutivos. Personas como Kisaki Tetta, los hermanos Haitani, Hanma Shūji, Mochizuki Kanji, Madarame Shion, Kokonoi Hajime, Inui Seishu, Taijū Shiba y varios más.

Dicho por el mismo Sanzu, Bonten fue construida por los miembros más temidos, peligrosos y agresivos del mundo de la delincuencia de esa época.

No obstante, ahora ellos iban a caminar por las calles en donde todas esas personas caminaban buscando peleas con cualquiera que los mirara de reojo. Los años con mayor violencia mostrado de forma cruda. Solo pudo ser unificado por su padre, el Invencible Mikey, y fue un proceso bastante largo que no ocurrió en uno o dos años, fueron cuatro, casi cinco.

A pesar de que a veces escucha historias preocupantes del pasado de los adultos de Bonten, siempre boca de otros, no por ellos mismos, es difícil tener una imagen mental de cómo eran exactamente. Pueden hacerse una idea, pero no es lo mismo.

Lo más complicado era imaginar a sus padres de jóvenes con una actitud despreocupada, problemática e infantil, teniendo en cuenta que en el futuro iban a tener hijos.

Ichirō miró el anillo en su dedo y le dio varias vueltas con nerviosismo.

Al sentir una suave respiración en su cuello, pudo evitar perderse en sus propios pensamientos, miró de reojo encontrando a su hermano menor durmiendo en su hombro y totalmente indiferente a todos los ruidos provocados por el resto. Una sonrisa se formó en los labios de Ichirō justo cuando el tren llegaba a su destino final y todos comenzaban a bajar uno por uno, cargó a Kazuo en su espalda asegurándose de que no se despertara y fue el último en salir.

Llegaron a Shibuya.

Marina recuerda las características que dijo Kazuo sobre el barrio donde vivía Sanzu, así que se acercaron a algunas personas para preguntar por una fuente que no funciona cerca de alguna estación de autobuses. Hablaron con varios transeúntes hasta recibir una respuesta medianamente útil.

Estaban a punto de comenzar a aplaudir en cada casa de la cuadra que cumplía con las condiciones cuando escucharon a lo lejos a unos chicos en grupo peleando contra uno solo. Su intención era ignorarlo por completo ya que lo mejor sería pasar desapercibido y no romper nada del pasado, lo último que quieren es crear una paradoja temporal y que alguno de ellos desaparezca.

Claro que una cosa es tener la intención de ignorar lo que ocurre y otra muy diferente es hacerlo.

Harumi, como la defensora de la justicia y heroína llorona del grupo, fue hasta uno de los chicos que lideraba al grupo e iba acercándose amenazadoramente al que iba solo. Sin dudarlo ni dar aviso de su ataque, los encaró sin dudas en sus ojos y le dio un fuerte puñetazo en la cara que lo hizo escupir un poco de sangre.

Siguiendo las enseñanzas de sus múltiples maestros de defensa personal, apenas vio que el tipo bajó la cabeza, se movió hacia adelante para golpearlo con la rodilla y empujarlo con su pie hacia atrás, echando al chico sobre el resto de sus amigos.

—¡Es de cobardes intimidar a alguien en grupo! —Harumi se paró delante del chico al que estaba defendiendo y golpeó su puño contra la palma contraria —Si son tan valientes, vengan por mí, idiotas.

—¡¿Ah?! ¿Quieres morir perra?

Una figura emergió detrás de los chicos y le dio una patada por la espalda logrando enviarlo lejos. Rokurō miró a los tres con asco.

Hizo lo mismo con los otros dos usando sus puños como armas, comparado con el duro entrenamiento de Bonten, y la innegable realidad de que estaban obligados a saber pelear, un par de pandilleros de baja monta no eran nada para ellos. Se han enfrentado a peores y algunos de ellos incluso han sido entrenados por el mismo Mikey.

—¿Cómo te atreves a llamar “perra” a la princesa? —Rokurō se enfrentó a los tres que estaban golpeados en el piso y frunció el ceño en una mueca de total desagrado —Van a pagar con su vida por faltarle el respeto a Harumin, escoria.

—Kurō, luce bastante genial —Lo alabó Misaki mirándolo desde atrás con ojos curiosos, el chico se sonrojó e infló el pecho con orgullo.

Los tipos temblaron.

_Ahora —Rokurō sonrió con una pinta más de maníaco —Largo o voy a matarlos.

Salieron corriendo gritando “perdón” y ayudando a caminar al que fue lanzado primero luego de haber recibido tantos golpes.

Mientras Harumi llenaba de halagos a Rokurō, los demás miraron al par con una sonrisa resignada, a su amigo se le estaba subiendo demasiado el ego al recibir tantos comentarios positivos y no dudaba en presumir delante de Misaki que se había acercado a ellos, ella era su amor no correspondido desde hace años. A pesar de que olvida que ella era alguien que no se impresiona por esa clase de cosas, lo dejaron ilusionarse sin sentir pena, sino un poco de ternura.

Todos se reunieron alrededor del chico que salvaron.

No muy lejos de donde estaba vieron una fuente que no funcionaba y contaba con agua acumulada por las lluvias. Quizás su destino se hallaba cerca, solo debían buscar un poco más.

—Deberías tener cuidado —Ichirō se acercó al chico de cabello albino que usaba un cubrebocas —Es peligroso.

El extraño no le respondió, incluso tuvo el descaro de girar el rostro dispuesto a irse.

—¡Oye, imbécil, mis amigos salvaron tu trasero y lo hicieron gratis! —Misaki fue la primera en ofenderse por la actitud altanera de aquel chico —Un gracias es suficiente.

—No te preocupes, Misa —Harumi le restó importancia —Lo hice porque era lo correcto, no esperaba nada a cambio.

—Bueno, bueno —Ichirō intervino antes de que Misaki volviera a decir algo, estaba por exigir alguna clase de pago monetario por su servicio de guardia, en su lugar Ichirō prefirió acomodar a Kazuo en su espalda y encarar al extraño que se detuvo al escuchar las palabras de Harumi —En serio debes tener cuidado con esa clase de tipos y más durante la noche cuando no hay nadie que pueda ayudarte, si son muchos es mejor tragarse el heroísmo y prepararte para salir corriendo —El rubio se encogió de hombros —Bueno, no está mal ser valiente, pero serlo no es sinónimo de convertirse en un saco de boxeo.

El chico con mascarilla asintió con una mirada indescifrable en el rostro.

—¿Cómo te llamas? —A pesar de que recibió una expresión desconfiada, Ichirō sonrió ampliamente.

—Haruchiyo.

...

—¡¿SANZU?! —Gritaron al unísono sin ocultar su sorpresa.

Ante el grito, Sanzu frunció el ceño con duda retrocediendo un paso buscando a tientas el cuchillo plegable en el borde de su cinturón, preparado para atacar en caso de ver algo raro, y se sacó la mascarilla dejando ver las cicatrices en los costados de la boca, la prueba final de que él era la persona que estaban buscando.

Todos tienen en su mente la imagen de Sanzu con el cabello rosa y sus cicatrices a la vista, pero la persona frente a ellos era demasiado... bonita.

Él ya era atractivo y con facciones delicadas como adulto, pero en su juventud era algo diferente, ¡El Sanzu de dieciséis años es tan hermoso como una flor! Tiene un largo cabello lacio, blanco como la nieve y que caía con delicadeza sobre sus hombros, tanto sus pestañas como cejas eran blancas y contaba con unos brillantes ojos celestes que parecían ser las puertas al mismo cielo, su tez era mucho más pálida a lo que recuerdan y su ropa oscura es de un estilo diferente. No tiene esos chalecos de colores chillones, estampado a rayas o trajes elegantes, sino que contaba con holgados pantalones con roturas, una camisa negra con el logo de alguna banda de rock, chaqueta de jean con varias groserías escritas en hilo de diferentes colores y una mochila simple que parece tener sus años encima.

El chico delante de ellos podría pasar por omega fácilmente.

Sin lugar a dudas, Sanzu era el típico chico malo por el que cualquiera se sentiría atraído aunque sabe que puede arruinar tu vida sin ninguna pena; disimuladamente, Saki sostuvo el brazo de Daisuke y le dedicó una mirada fulminante antes de que siquiera tuviera un pensamiento libidinoso. Saki ve muy posible que Daisuke se olvide del detalle de que Sanzu tiene casi veinte años de diferencia.

—Justo te buscábamos —Ichirō acomodó a Kazuo sobre su espalda con una sonrisa aliviada —Sé que esto va a sonar extraño y sin sentido, pero te necesitamos —El joven Sanzu los miró con duda —Venimos del futuro y estamos jodidos tanto ahora en el pasado como en el futuro.

Sanzu frunció el ceño al escuchar esas estupideces. Miró de reojo el bolsillo de su chaqueta preguntándose si las drogas estaban pudriendo su mente hasta ese punto de extremo delirio.

—Sé que dicen que vendo drogas, pero no es así, la compro a otros tipos —Lo mejor sería alejarse de esos niños y lo mínimo que puede hacer es escribir en una servilleta que guardaba en su bolsillo lo que buscan —Este es el número de uno de mis distribuidores —Hizo garabatos sobre el papel manchado por aderezos y se lo dio a la persona más cercana, que resultó ser Misaki —Adiós.

—¡No, espera, puedo probar que somos personas confiables! —Ichirō lo detuvo antes de que pudiera escaparse, incluso se paró en medio del camino de Sanzu con Kazuo en su espalda.

Sanzu frunció el ceño con fastidio. Lo único que quiere es volver a su departamento, drogarse y dormir antes de la reunión con la pandilla, pero en su lugar tiene que soportar a un grupo de mocosos con complejo de ciencia ficción.

Suspiró resignado ante el rubio.

Podría haberse desecho de los tipos de antes por su cuenta, pero no eran tan interesantes o importantes como para tomarse la molestia, planeaba encargarse cuando dejaran de ladrar. Ahora estaba involucrado con personas raras y que parecen estar pidiéndole drogas en un código oculto del que desconoce.

¿Había alguna nueva moda entre las sustancias que desconoce? No, imposible, él siempre está al tanto de lo que ocurre en el bajo mundo para satisfacer sus necesidades.

Ichirō hizo una seña a Harumi para que cargara a Kazuo y le pidió a los demás que tomaran distancia, quizás Sanzu se sienta menos intimidado si solo estaba él. Ignorando que a Sanzu le importaba una mierda si los estaban mirando o no.

A regañadientes tomaron distancia, dejando al príncipe y su futuro subordinado fiel a solas.

—Mi nombre es Ichirō Sano —La mención de su apellido atrajo un poco la atención de Sanzu, solo un poco, pero fue muy notable para Ichirō que lo conoce desde que nació —Soy el primer hijo de Manjirō Sano y vengo del futuro —Sanzu se cruzó de brazos enarcando una ceja, todavía escéptico, nadie normal creería algo como los viajes en el tiempo, por suerte él estaba un poco drogado y era bastante abierto en ciertos aspectos —El día de hoy, en el año 2038, recibimos un ataque directo luego de ser traicionados y tuvimos que escapar en un avión, pero volvieron a engañarnos y caímos en medio del océano.

—¿Dices que murieron? —Sanzu comienza a cuestionarse la posibilidad de dejar las drogas, su cerebro ya le está dando alucinaciones demasiado realistas y complicadas, es la primera vez que siente una preocupación como la de ahora. Es extraño sentirse así, no obstante, puede ver cierto parecido en Ichirō con su comandante Mikey, salvo por los ojos azules. Es tonto tomarse eso en serio, pero... —¿Incluso...?

—Es posible que mi padre también —Asintió ante la posibilidad del fallecimiento de su progenitor —Estamos seguros de que deberíamos haber muerto, pero mientras éramos arrastrados por las olas, llegamos a la playa en un tiempo diferente. Viajamos al mismo día 24 años en el pasado.

—¿Cómo puedo saber que dices la verdad?

—Mmm... podría decirte algo que solo tú sepas y que yo descubrí en el futuro —El albino se encogió de hombros sin dar una respuesta verbal —Pues, una vez mi padre te dio una paliza.

—Eso no es un secreto —Se cruzó de brazos con altanería, Ichirō no entiende cómo recibir una paliza puede ser motivo de orgullo, pero Sanzu siempre fue un poco, muy, masoquista.

—Te saco dos dientes y los guardas en una caja metálica con un dibujo de la flor clavel en la tapa —Ahora Sanzu abrió los ojos con sorpresa —Y en el futuro planeas comprar más cajas con una flor diferente para guardar el primer diente que se le caerá a los hijos de tu rey.

—Aguarda, aguarda —Sanzu necesita un momento para procesar todo —¿De verdad estás diciendo que eres el hijo del rey?

—Si.

—¿Mi rey consiguió una reina?

—Pues, sí, técnicamente, aunque es un omega masculino.

—Mi rey consiguió una reina —Ignoró las palabras de antes y en su lugar visualizó a la persona perfecta para estar junto a Mikey, de repente se acercó a Ichirō para sujetarlo de las mejillas y confirmar que se parece mucho Mikey —Significa que eres el hijo de rey, el príncipe heredero.

—Así sueles decirme, el primer príncipe heredero —Sonrió ante la efusiva muestra de afecto en Sanzu, puede ser un poco psicópata y stalker, pero así lo quiere.

—¡¿Primero?!

—Sí —Ichirō se separó un poco para hacer una seña con el brazo y llamar a Harumi que estaba hablando con Kazuo sobre lo que ocurrió durante su pequeña siesta, los menores se acercaron con sonrisas confiadas —Ella es Harumi y él Kazuo, mis hermanitos.

—La princesa y el pequeño príncipe —Tanto Harumi como Kazuo sonrieron al escuchar esos apodos, por poco se largan a llorar al recordar la última vez que lo vieron manchado de sangre, armándose hasta los dientes con diferentes armas y caminando hacia una muerte segura para morir honorablemente junto a su rey. No se movieron ante las caricias de Sanzu en sus mejillas y en su lugar recibieron todas las muestras de afecto con sonrisas —No puedo creer esto.

—Somos mucho mejor que las drogas, ¿No? —Sonrió Harumi formando hoyuelos en sus mejillas.

—Definitivamente —Sanzu se dio cuenta que la misma persona que lo defendió era la princesa que debía proteger —¡Hice que la princesa se ensuciara las manos al tocar a esa escoria! —Frunció el ceño chasqueando la lengua —Voy a matar a esa basura.

—Descuida —Le restó importancia, ayudar a quienes lo necesitan era su manía irremediable.

—Aguarden —Poco a poco la información recibida comienza a tener más sentido en su mente, una mente dañada por drogas y varios problemas, pero de que tiene sentido, tiene sentido desde su perturbado punto de vista —¿Dijeron que fueron traicionados? —Los tres asintieron con el ceño fruncido —¿Y murieron?

—Si... —Ichirō apretó los puños mirando con seriedad a su subordinado más fiel —El 4 de julio dentro de veinticuatro años, nosotros... todos... —Miró encima de su hombro al resto del grupo que esperaban en silencio —Vamos a morir.

—¡¿Quién se atrevería a traicionar al rey?!

—Es difícil saberlo, fue un motín, muerte tras muerte hasta que llegaron al núcleo de la organización —Harumi y Kazuo sujetaron las manos de Ichirō para que dejara de lastimarse con las uñas, el tacto de sus hermanos le permitió relajarse —Pero es la verdad.

—¿Dónde estaba yo? ¿Mikey? ¿La Toman?

—¿Toman? —Un recuerdo lejano vino a la mente de Ichirō, ese debía ser el nombre de la primera pandilla de su padre, pero no está seguro. Negó con la cabeza a todas las preguntas —Por órdenes de mi padre prepararon un jet para que pudiéramos escapar, te quedaste con él para pelear contra los traidores y la persona que manejaba el avión... era otro traidor. Se suicidó frente a nosotros y sin un piloto, caímos en picada en medio del océano rodeados de tiburones.

—No puede creerlo —Tal vez Sanzu estaba mirando muchas películas de ciencia ficción o las drogas ya le jodieron demasiado el cerebro, sin importar la respuesta, no puede relajarse ante la posibilidad de que tanto el rey como los príncipes hayan muerto bajo su cuidado —¿Qué hay de la reina?

—Murió... hace mucho tiempo, no conozco los detalles —En realidad no quiso saberlos, Ichirō no quería escuchar los detalles de cómo su papá Takemichi murió en un choque automovilístico que arrasó con varios puestos de una feria y llevándose su vida en el proceso.

—¡El cuatro de julio de 2038! —Gritó de repente Kazuo acercándose al albino —No olvides esa fecha y sálvanos, tío Sanzu.

—¿T-Tío? ¡No merezco ese título luego de haber fallado! —Le gustaría emocionarse, pero las revelaciones eran tan desgraciadas como deprimentes y no podía hacerlo, siquiera se sentía digno de ser su subordinado después de haber fallado en protegerlos. ¡Él mismo tendría que haber llevado a los príncipes y a la princesa a un lugar seguro! No debió confiar en un cualquiera —Pero lo haré.

—No confío —Kazuo invadió su espacio personal y agarró el marcador con el que anotó el número de uno de sus distribuidores de droga. Escribió en el brazo de Sanzu en mayúsculas: 4 DE JULIO DE 2038, SALVAR A ICHIRUMI Y KYLE. No pueden confiar del todo en alguien que les dio tan fácilmente el número de un dealer Listo.

—Ah... bien —Se miró el brazo con sorpresa, nunca olvidará esa fecha —¿Qué van a hacer ahora?

—Intentaremos buscar algún lugar donde todos podamos dormir —Ichirō volvió a mirar a sus amigos, comenzaba a hacer mucho frío y la mayoría temblaba, siguen sin comer y heridos —Pero no nos separaremos —Dijo con mucha seriedad y Sanzu miró en silencio al adolescente, el perfil juvenil se parecía demasiado a su comandante, se notaba que eran familia. Lo vio dando vueltas en su dedo índice un anillo —Ellos están bajo mi protección y no dejaré a nadie atrás.

Sanzu estaba extasiado ante la imagen de Ichirō mirando a su grupo con ojos brillantes, expresión determinada y una sonrisa confiada. El parecido es increíble, pero Ichirō poseía un aura menos dominante y más del tipo suave que te permitía estar en paz con uno mismo; agradable, tranquilo y tierno. Asintió a las órdenes del futuro príncipe. No se esperaba que el rey tuviera hijos porque no tenía interés en relaciones amorosas, pero ahora ve que no solo tendrá uno, sino tres posibles herederos y formará una organización mucho más grande de lo que esperaba.

Decidido a ayudarlo, Sanzu les dijo que esperaran cerca la plaza mientras iba a su casa a limpiar un poco y hacer espacio para que todos pudieran dormir allí, al menos por esa noche.

Ichirō vio a su fiel subordinado, niñero y entrenador alejarse calle abajo con una sonrisa.

Regresó con sus amigos y los puso al tanto de todo lo que había pasado, siguen sin tener un plan para el día de mañana, pero ahora al menos tienen un lugar para descansar y eso era mejor que dormir en la calle.

Si por alguna razón todo lo que estaba pasando es real, al menos deben intentar cambiar un poco el futuro, incluso si solo era el momento de su muerte, eso era más que suficiente porque vivir les permitiría cobrar venganza contra los traidores. Cuando todo ocurría delante de sus narices, lo único que fueron capaces de hacer fue presenciar las muertes, llorar a los caídos y mantenerse al margen de las disputas de poder, ahora, para no volver a sufrir esa impotencia contaban con Sanzu para cambiar una pequeña cosa.

Era algo pequeño, muy pequeño, todo estaría bien.

—¡Ah, mierda, ¿Qué pasa?! —El grito de Shinya alteró al resto de sus amigos, el omega estaba cerca de la fuente con agua acumulada por la lluvia y asomado por el borde, pero al ver algo llamativo en el fondo, se inclinó más y al introducir su mano, alguien lo sujetó del otro lado.

—¡Hermano! —Nahoya se acercó a su gemelo para sujetarlo por la cintura y empujar hacia atrás —¡No, fuera demonio, es mi hermano, no puedes tenerlo! AHHHH.

Los gemelos fueron empujados bruscamente dentro de la fuente y por consecuencia los demás los siguieron en un intento por regresar a tierra firme, pero todo fue en vano porque fueron arrastrados por una fuerza superior.

Ichirō cayó mientras sujetaba a Harumi y Kazuo se aferró a su espalda para no quedarse solo.

Se hundieron en la profunda oscuridad donde no había luz ni aire para respirar, al abrir la boca, Ichirō tragó agua y se dio cuenta de que se estaba ahogando. Nadó hacia arriba intentando alcanzar la única luz que le permitía ver el camino, a medida que se iba acercando a la zona iluminada fue notando otros cuerpos a su alrededor, pero no le dio importancia porque estaba más concentrado en atrapar aire.

El alfa emergió del agua logrando tomar una bocanada de oxígeno y volver útiles sus pulmones, su cabeza palpitaba dolorosamente y volvía a estar mojado de pies a cabeza.

Odia su ropa interior mojada.

Sin mirar a su alrededor hizo todo lo posible para acercarse a lo que parecía ser el borde y salió del agua, al instante fue envuelto por una toalla caliente. Un suspiro aliviado escapó de su boca ante la suave sensación de la tela alrededor de su cuerpo, lo más bello que ha sentido desde que fue azotado contra las rocas como si fuera basura en el océano.

Tosió varias veces mirando a su alrededor y dándose cuenta de que no fue el único en salir de lo que parecía ser una piscina privada, el resto de sus amigos también estaba en la misma situación y envueltos por toallas. Buscó a sus hermanos con desesperación y los vio a salvo, Harumi estaba sentada en una silla afelpada y Kazuo se hacía pequeño mientras era envuelto por más de tres toallas.

Ver a su hermano menor siendo tratado como sushi vivo hizo que se diera cuenta de una brillante cabellera rosa.

Sanzu.

Hizo su mejor esfuerzo para llamar su atención, por desgracia sus cuerdas vocales no estaban del todo bien y terminó por tener otro ataque de tos. Por lo menos eso fue suficiente para atraer la atención del pelirosa que terminó de envolver a Kazuo para acercarse a Ichirō con una botella de agua, el joven alfa aceptó la bebida y bebió de golpe.

—¿Q-Qué...? —Todavía no puede hablar bien, tiene que seguir bebiendo.

—Príncipe —Sanzu se hincó en su rodilla para secar el cabello de Ichirō con expresión severa —El 4 de julio de 2014 cambió mi destino.

Ichirō lo miró con sorpresa. ¿Todo lo que vivieron fue real? ¿Ellos... murieron, viajaron al pasado, hicieron un cambio y regresaron a su línea temporal luego de haber roto algo para salvar sus vidas?

—Fue un salto en el tiempo, gracias a su advertencia solicité pilotar el jet, no confiaba en nadie, siquiera en supuestos aliados —Explicó sin dejar de secarlo —Todo se debe a que viajaron en el tiempo y por están vivos —Sanzu dejó de secar su cabello para mirar a Ichirō con seriedad —Cambió el futuro, príncipe.

Lo esperaba, ese era el plan, pero realmente no creyó tener éxito de verdad.

El resto había logrado escuchar esas palabras y no dudaron en acercarse para conocer los nuevos detalles. Sus sentimientos iban sincronizados, continuaban escépticos hasta cierto punto y saber que de verdad estuvieron en el pasado, y volvieron a su tiempo, los hizo temblar.

Ni siquiera Misaki tiene algún comentario mordaz o sarcástico para acotar, estaba tan sorprendida que no pudo reaccionar.

—En este mismo día, pero hace 24 años, me dijiste que el piloto del jet que usarían para escapar era un traidor y por eso decidí tomar su trabajo en lugar de quedarme en Japón —Sanzu se apartó de Ichirō para comenzar a secar el cabello de Harumi —Lo hice aunque eso significaba abandonar al resto —Susurró en voz neutral, casi, un poco, pudieron notar tristeza en su tono —Quería protegerlos.

—¡¿Significa que los traidores fueron atrapados?! —Sanzu frenó las manos cuando Ichirō se levantó del suelo apartando la toalla de su cabeza y sus dedos temblaron un poco, el pelirosa frunció el ceño, avergonzado.

—Lo siento, príncipe —Antes de que pudiera caer de rodillas y suplicar perdón, Harumi lo sostuvo de los brazos para que siguiera secando su cabello, si tenía algo para trabajar no iba a tener ideas locas y podría distraerse —Hice todo lo que pude para acabar con las ratas, lo intenté, pero fueron muy cuidadosos y yo... yo... fuimos traicionados y hace poco... me notificaron que todos murieron.

—¿Todos? —Ichirō bajó la mirada temblando, vio el anillo de la organización en su dedo y supo que incluso si Sanzu estaba con ellos, su padre todavía le dio su anillo —¿Incluso...?

—Lo siento, de verdad, lo siento —Terminó de secar el largo cabello azabache de la princesa y encaró a todos los adolescentes con seriedad, una expresión que rara vez eran capaces de ver en alguien tan despreocupado, indiferente y loco como Sanzu —Por favor, cooperen conmigo —Sus ojos recorrieron todos los rostros hasta frenar en Ichirō —¡Estoy seguro de que ustedes podrán salvar a Mikey y a Bonten!


Información:

Shinya Kawata (哲也 河田) es el gemelo mayor de Rindō Haitani y Sōuya Kawata, su nombre significa “aquel que es honesto”. Tiene 15 años y es omega. Sus padres forman parte de los ejecutivos de Bonten y es un sucesor de la misma.

Apariencia: Shinya tiene la piel clara con ojos morados y azulados, usa el cabello partido a la derecha, el cual es de color celeste cielo y lacio con la parte inferior rubia. Usualmente lleva una gorra blanca y morada con detalles azules, crop top estampado de colores fríos y una chaqueta turquesa, morado, azul y blanca a juego con el abrigo de su hermano. Adicionalmente, utiliza accesorios como un collar de cadena con el logo omega, una gargantilla de cinturón blanco para cubrir su nuca (aunque en realidad lo hace por estética y comodidad, no por miedo) y un arete de serpiente en su oreja izquierda idéntico al de Nahoya.

Personalidad: A simple vista, Shinya es un chico tsundere, frío con todos y de pocas palabras, bastante grosero con los extraños pero tiene un lado suave para su hermano Nahoya y a veces baja la guardia con Ichirō y Manami. Debido a varias circunstancias, no puede confiar plenamente en nadie, excepto Nahoya, a quien ha jurado proteger en ausencia de sus padres. Lo más recurrente de Shinya es que permanezca como un espectador o testigo durante los planes de sus amigos, a menos que el tema sea demasiado serio e importante. Es leal a Bonten y está pendiente de Ichirō, incluso si no está de acuerdo con sus planes nunca deja de cuidar su espalda, en gran parte porque tiene sentimientos especiales por él.

Curiosidad: Es un excelente bailarín de breakdance (lo cual demuestra en las peleas).

Curiosidad: Es un excelente bailarín de breakdance (lo cual demuestra en las peleas)

Chapter 5: Save the family

Chapter Text


What Other People Say | Demi Lovato, ft. Sam Fischer

❝ Como los que me dieron mi apellido, no me rendiría, no participaría en las mismas drogas que todos los demás toman.❞

« Lo ves venir, sabes que eso que estás por hacer va a cambiar todo


Luego de darse una merecida ducha, cambiar la ropa sucia y rota por atuendos más adecuados, comer el extenso almuerzo que Sanzu les preparó y sanar correctamente las heridas que se habían infectado luego del primer viaje temporal, se reunieron en la sala para conocer la situación de su familia y Bonten.

Sanzu abrió la conversación comenzando por su ubicación actual.

Estaban en Manila, la capital de Filipinas y el edificio donde se escondían era un lugar secreto que usaba Mikey cuando había alguna emergencia. Prácticamente funciona como un búnker de protección.

Manila era el lugar más seguro donde los herederos de Bonten y los sucesores de los ejecutivos podrían ocultarse por un tiempo, contaban con dinero más que suficiente para sobrevivir bastante tiempo, también rompieron contacto con cualquier conocido porque estaban muertos y actualmente la organización era un verdadero caos desde todos los puntos de vista. Desde lo ilegal hasta lo legal, la policía se involucró, hay otros grupos aprovechando para tomar venganza, mafiosos con cuentas pendientes, las implicaciones de contactos gubernamentales salieron a la luz y las cuentas de cada miembro fueron congeladas.

Lo principal ya fue dicho, pero antes de entrar en los detalles específicos tras las traiciones y muertes acontecidas hace poco, Sanzu decidió hablar del viaje en el tiempo. Permaneció apoyado contra la pared mientras los adolescentes permanecían en los sillones con expresiones pensativas, a pesar de ser el adulto, no tiene ni una puta idea de lo que ocurre.

Puede ser creativo para matar y torturar, pero no es un genio en explicar el desplazamiento del tiempo. Siquiera sabía programar su reloj despertador y por eso usaba la alarma del teléfono.

—Tengo algunas teorías sobre lo que ocurre —Es posible que a Sanzu le falte un tornillo por creer en todo eso, pero la realidad es la realidad, y no puede negarla aunque quiera —Comencemos por lo que sabemos —Se apartó de la pared para caminar de un lado a otro y aliviar un poco la ansiedad en su sistema —Ustedes fueron del 4 de julio de 2038 al 4 de julio de 2014, ¿Significa que su habilidad solo les permite moverse a la misma fecha en el pasado?

—Sanzu —Misaki tenía el mentón apoyado en su mano y el codo sobre la rodilla, el pelirosa miró a la omega —Estás muy sobrio, ¿No?

—¿Se nota?

—Si —Dijeron al unísono. Ahora se siente mucho más idiota hablando de esas probabilidades estúpidas, es como si no solo le faltara un tornillo, sino todos los engranajes del cerebro —Pero no importa, porque ahora ustedes van a estudiar.

—¿Qué?

—Cometimos un error como adultos —Sanzu dejó de caminar cruzándose de brazos —Los entrenamos para defenderse, pero nunca les permitimos involucrarse en asuntos de la organización. Los dejamos bastante aislados —El pelirosa salió del cuarto un momento y al regresar empujaba cinco carritos repletos de libros, informes, cuadernos e información —Esta es la información de Bonten. Tienen que aprender todo esto.

Los jóvenes miraron la montaña de libros que se iba acumulando a medida que Sanzu les dejaba el material de estudio en la mesa.

Al terminar vieron tanta información que incluso eran cubiertos por los textos, literalmente no veían a Sanzu del otro lado y cada libro estaba separado en los negocios de Bonten, datos sobre los ejecutivos, los miembros de bajo rango, información de la policía, contactos con el gobierno y productos que recién descubren que vendía su organización.

La única que estaba medianamente enterada de todo era Masaki gracias a que Kokonoi trabajaba mucho en casa y a veces le permitía a su hija formar parte o le explicaba sobre economía, negocios y la mejor forma de hacer dinero. Así que no sería complicado para ella. Igual que Azusa, Saki y Emiko que eran miembros oficiales, Kazuo recibió algunas explicaciones de Mikey por siempre ser consentido por su padre y Shinya Kawata a veces acompañaba a Rindō a los casinos, así que sabía sobre las estafas.

Por desgracia, el resto no estaba acostumbrado a esa cantidad masiva de estudio.

De esa forma se pasaron los últimos dos días confinados en el lujoso departamento de Manila con Sanzu entrando y saliendo en busca de comida o sirviendo como profesor, niñero y cocinero. Aunque no lo hacía muy bien porque ni siquiera les daba la oportunidad de dormir y en su lugar los presionaba a seguir estudiando, necesitan saber todo lo que puedan sobre Bonten.

Bonten es una organización que tiene origen en la mala época de los delincuentes y poco a poco se fueron formando hasta que Mikey consiguió unificar a las pandillas como una sola. Antes de la creación de la organización criminal actual, tuvo lugar una pandilla muy importante en el pasado, su nombre era Tokyo Manji y fue liderada por Manjirō “Mikey” Sano como comandante y Ken “Draken” Ryūguji ocupando el segundo al mando.

Por varios sucesos que no quedan claros porque Sanzu alegaba que eso no era importante, Toman se disuelve y poco después Mikey formó la Kantō Manji, la cual se fuciona con otras dos pandillas y esa unión tuvo como resultado lo que actualmente conocen como “Bonten”. Hubo una disputa con la Tokyo Manji de segunda generación, pero Sanzu dijo que no era relevante porque al final también se unificaron.

Aunque eso no fue todo, sino que mientras se mantuvo como comandante a Mikey, el subcomandante fue reemplazado por Kisaki Tetta y Takemichi Hanagaki, ya que Draken perdió la vida en un asalto tras la formación de Bonten, fue asesinado en medio de un tiroteo por la mafia rusa y dejó su puesto libre para dos personas: El planificador más inteligente de toda la organización y la persona en la Mikey más confiaba.

Les sorprendió, en especial a los hermanos Sano, escuchar que tanto Takemichi como los ejecutivos fundadores desconfiaban de Kisaki hasta el punto en que no lo querían cerca de ellos, pero Mikey lo mantenía en el grupo porque sus habilidades eran innegables. Sin embargo, Sanzu dijo en voz baja que Kisaki solo pudo ganar poder después de la muerte de Takemichi Hanagaki, que perdió la vida cuando un camión lo llevó por delante contra un puesto en medio de la calle mientras ayudaba en la preparación del Tanabata. Murió con 25 años.

De esa manera finalizaron las rivalidades por debajo de la mesa que duraron muchos años, para entonces Kisaki Tetta contrajo nupcias con Hinata Tachibana y tuvieron a Iori Tachibana.

La mención del omega de cabello castaño fue otra sorpresa. Miraron de reojo a Ichirō, quien no solo tenía un crush por aquel chico, sino que yendo en contra de los deseos de su padre —ahora sabe que también iba contra su papá —se había interesado en Iori lo suficiente como para entablar un noviazgo. De hecho, el collar con detalles verde que lleva siempre, fue un regalo de Iori y ellos tenían una bonita relación hasta que Mikey lo prohibió por motivos desconocidos.

Sanzu admite que nunca supo las verdaderas intenciones de su rey, pero eso no borraba el pequeño rencor que Ichirō todavía le guardaba por lo que hizo, fue hace dos meses y todavía no lo supera del todo. Le gustaba Iori y lo consideraba su omega, por desgracia, siempre que lo veían con él era como si todos los ejecutivos de Bonten quisieran decirle algo que no se atrevieran. En especial su padre.

Desde el otro lado de la mesa, Shinya rodó los ojos e inevitablemente chasqueó la lengua atrayendo las miradas de Nahoya, Kazuo y Kōichi que estaban sentados cerca. Siguió leyendo los informes de narcotráfico sin prestarle atención a la charla.

No es un secreto que Iori y Shinya no se llevan bien, cuando se encontraban siempre había una palpable tensión entre los dos y el único que no se daba cuenta era el mismo Ichirō. Siendo honesto consigo mismo y los demás, a Shinya no le agrada Iori, aunque nunca le dio motivos y el resto tampoco lo entendía, ya que Iori era dulce, tranquilo, pacifista y cariñoso. Todo lo contrario a Kisaki.

Sanzu hizo a un lado los chismes interpersonales para concentrarse en la información central.

El 4 de julio de 2038, la mansión principal de Bonten fue atacada cuando los pocos ejecutivos principales estaban desayunando con otros líderes de mafias y tras ese ataque, Manjirō Sano falleció en medio del conflicto al hacerle frente a los traidores de la organización luego de recibir múltiples disparos en el cuerpo.

Gracias a un agente encubierto en el equipo policial contra crimen organizado, también contaban con información confidencial de la ley y la corrupción tras su justicia. Al mismo gobierno le resulta problemático la muerte de Mikey porque ahora la ciudad general es un caos.

—¿En serio esto es necesario? —Preguntó Rokurō con un lápiz entre los labios y enormes ojeras debajo de sus ojos —Si vamos al pasado, esta información no nos sirve.

—Por una vez estoy de acuerdo con el idiota —Daisuke estaba decorando los gráficos de las ganancias que traían los burdeles del barrio rojo con flores, estrellas o círculos.

—Ni siquiera estamos seguros de poder volver —Dijo Misaki pasando las páginas con los detallados informes de su padre acerca del último tratado de drogas que tuvo con Hong Kong, Taiwán y China. Reconocer el trazo de su padre le humedece los ojos por momentos, no derramó ninguna lágrima, por primera vez quiere aferrarse a la esperanza; incluso si está basado en algo irracional y no tiene total seguridad en la apuesta.

—Y si lo hacemos, ¿Qué caso tiene? —Cansada de tantas letras y números, Saki empujó lejos los informes —Es un pasado muy lejano. Ni siquiera fue fundado Bonten, es apenas una pandilla de delincuentes del montón.

—¡Cállate! —Sanzu le lanzó el control remoto que usaba para pasar las diapositivas con las imágenes, nombres e información estándar de los miembros de Bonten —La Toman es la pandilla que unificará a todas las pandillas. Comenzó desde abajo y creció hasta convertirse en Bonten, nunca te olvides de eso o te llevaré a que conozcas a tu padre, mocosa, y eso va para todos.

—Ah, ah —Azusa se cubrió los oídos, no quiere morir y visitar a su padre en el más allá, de seguro Taijū lo obligará a pedirle perdón a Dios de rodillas por haber burlado las leyes de la naturaleza y sus sentimientos ocultos —Como digas.

—Entonces... ¿Cuál es el plan? —Preguntó Kazuo leyendo el informe sobre el tráfico de armas con Rusia y el presente conflicto donde se disputaban la frontera.

—Van a volver 24 años al pasado, cuando Bonten era la Tokyo Manji y van a encargarse de alguien.

—¿De quién? —Ichirō hizo a un lado los libros de contabilidad, los demás apartaron su respectivo material de estudio para ver en la pantalla del enorme televisor la fotografía de alguien que todos conocían —¿Kisaki Tetta?

—Él es muy meticuloso con todo lo que hace, desagradablemente inteligente y astuto como un puto zorro —El rencor en la voz de Sanzu era evidente —Dijiste que antes de que Sendō Atsushi se suicidara, Hanma les envió un mensaje, ¿No? —Los adolescentes asintieron —Bueno, todos en Bonten saben que el perro no muerde sin que el dueño se lo diga y Kisaki Tetta es el dueño de Hanma.

—Así que hay una alta probabilidad de que sea la mente maestra —Susurró Misaki mirando la fotografía de Kisaki en una reunión de negocios.

—Y pensar que una vez le di un poco de mis papas fritas —Emiko estaba más que indignada.

—Si hay alguien capaz de traicionarnos sin dejar pruebas, ese es este hijo de perra —Sanzu señaló a Kisaki con el dedo índice —Si él no hubiera conocido al rey, posiblemente todo hubiera sido más difícil de lograr, pero al menos no estarían muertos.

—Tiene sentido —Ichirō tocó su barbilla en una pose pensativa.

—¿Están seguros? —Misaki odia ser negativa y dar el golpe a la realidad, pero hay cosas que no puede pasar por alto. Sintió la mirada fulminante de todos —¿Acaso no aprendieron nada de lo que estuvimos leyendo? —Ahora no la miraban con molestia, sino con duda —Ah... el 70% de los tratos fueron organizados por Kisaki Tetta, aunque mi padre se encargó del dinero e hizo un buen trabajo, ese tipo no le dejaba hacer casi nada y no sabemos si Bonten será igual a como lo conocemos.

—Solo queda confiar en nuestro padre —Por primera vez Mitsuki tomó la palabra desde que comenzaron a hablar, Misaki miró a su gemela con sorpresa y en respuesta obtuvo una sonrisa dulce —Si Bonten no es tan genial, podemos ayudar, ¿No?

Misaki abrió la boca dispuesta a quejarse por las pocas probabilidades de éxito, pero no dijo nada.

En su lugar sonrió de manera resignada apoyando el cuerpo en el respaldo de la silla y mirando las hojas que tenía dispersas sobre la mesa. Todo era poco probable y desconocido, el mismo viaje en el tiempo era una apuesta. Quizás queden atrapado en algún agujero negro o sean enviados a una dimensión diferente, lo positivo es que van a estar juntos y todavía tienen algunas habilidades para sobrevivir, ¿No?

—Ya tenemos un plan —Ichirō se dio cuenta del cambio en Misaki y él mismo pudo sentir la confianza aflorando en su corazón —Ahora, ¿Quién sabe cómo volver al pasado?

—Bueno, la primera vez morimos —La idea de Rokurō hizo temblar a sus amigos, el pelinaranja agarró un cuchillo de manteca que estaba usando para untar la misma en el pan tostado y miró a sus amigos —¿Nos damos de baja en la vida?

—En serio tienes que hacer algo con esos impulsos suicidas —Bufó Hiroki mirando al chico con pena.

—Me gusta estar viva —Dijo Emiko.

Durante un rato estuvieron barajando posibilidades, descartaron la opción de morir porque cuando volvieron a su línea temporal, definitivamente no estaban cerca de una posible muerte como cuando cayeron al océano. A menos que sea posible morir ahogado en una fuente.

No son tan idiotas.

En ambas ocasiones estuvieron en contacto con algún cuerpo de agua, pero en los últimos dos días se han bañado y no viajaron en el tiempo, así que la opción que les queda era saltar todos juntos al agua.

Les gustaría probar esa teoría, no obstante, lo mejor era no irse con las manos vacías como la primera vez.

Esta vez Sanzu les consiguió mochilas especiales que no iban a sufrir contramedidas cuando estuvieran dentro del agua, les dio a cada uno el dinero suficiente para que pudieran comprar algún lugar acomodado en la ciudad, ya que a donde estaban yendo no tendrían familia, amigos o identidad siquiera. También consiguió documentos y un pasaporte de esa época en caso de emergencias, teléfonos que cumplían con el estilo de ese año, varios conjuntos de ropa, papeles de emancipación y pasaron toda una noche creando una historia creíble sobre porqué dieciséis adolescentes estaban viviendo por su cuenta y no en un orfanato.

Sanzu les dio más dinero del esperado y todo porque no puede permitir que sus príncipes y la princesa vivan en un lugar cualquiera sin determinados lujos. Cuando los hermanos Sano quisieron negar la ayuda, Misaki los detuvo y le dedicó a Sanzu su sonrisa de negocios para agradecerle por el dinero que usarían con mucho cuidado.

Tendrían que trabajar en caso de quedarse sin fondos, afortunadamente, también tienen un plan para eso.

Misaki, Azusa, Marina y Saki escucharon con suma atención los negocios donde podían ganar dinero de manera ilegal, cómo era que debías moverte en ese tiempo, algunas recomendaciones que iba a servirles en caso de emergencias y cuando ya tenían casi todo preparado. Sanzu los reunió en la sala para decirles algo importante:

—No intervengan con nada de lo que ocurrió entre sus padres —La seriedad de Sanzu los tomó por sorpresa, incluso con su tic nervioso en la pierna debido a la abstinencia, los adolescentes lo miraron curiosos —Hablo en serio, no toquen nada más, solo encárguense de Kisaki.

—Tampoco tenía planes de intervenir, ¿Por qué tan serio? —Preguntó Emiko ladeando la cabeza.

—Sus padres eran... jodidamente complicados y fue muy difícil para ellos estar juntos, tuvieron sus problemas —Sanzu no puede decir más porque los conoce a todos, por eso es que les advierte —Escuchen, sin importar lo que vean o escuchen, no pueden intervenir.

—¿Podemos saber de que...?

—No, no pueden saber —Al instante negó las palabras de Kōichi, ahora dirigió su atención en ciertas personas —En especial con el rey y la reina —Los hermanos Sano intercambiaron una mirada, Sanzu ahora miraba a otro par —Mucho menos con Kazutora y Chifuyu, ellos son muy volátiles de jóvenes —Los hermanos Hanemiya asintieron con temor —Y ni se les ocurra hacer de cupido con Rindō Haitani y Sōuya Kawata, ¡NO interfieran en sus problemas! —Los gemelos Kawata intercambiaron una mirada —Lo repito, no alteren nada de eso, no sabemos lo jodido que puede volverse todo.

—De acuerdo —Manami fue la única en asentir, los demás imitaron su gesto serio —Ah, hay algo que quería saber.

—¿Qué?

—¿Cómo fue que terminaste aquí? Es decir, ¿Qué ocurrió contigo exactamente?

—Cuando estaban por subir al jet, recordé lo que dijeron y tuve una pelea con ese traidor, me ví en la obligación de matarlo cuando fue muy evidente que iba a traicionarnos. Los subí a todos en el avión, llegamos a Manila y cuando me di la vuelta, de repente ustedes desaparecieron y salieron del agua —Sanzu se cruzó de brazos —No escuché el chapuzón, ustedes solo... puf y agarré el primer brazo que tuve al alcance.

El viaje en el tiempo era demasiado complicado para todos. Si un solo error fue capaz de modificar tanto y hacerlos “desaparecer” en un pestañeo para aparecer todos juntos en un mismo lugar, ¿Qué iba a ocurrir cuando “desaparecieran” si estaban frente a sus padres o en la calle?

Genial, escalofriantemente loco, pero genial.

Continuaron preparándose para el viaje mientras Sanzu esta vez les explicaba la conformación de la Tokyo Manji y sus líderes principales.

Por mucho que estuvieran emocionados por volver a ver a sus padres, saben que no tienen que hacerlo y deben limitarse a seguir con el plan. Romper algo en el pasado es peligroso para su presente.

Sanzu fue muy específico a la hora de explicar que no todos eran amigos en su momento y, de hecho, hay algunas personas que no deberían conocer porque tendrían serios conflictos consigo mismos y sus padres. Aunque la curiosidad fuera demasiado para sus cuerpos, iban a hacer hasta lo imposible para reprimir esas ganas de conocer lo desconocido.

Algunos como Marina que perdió a sus padres siendo una bebé, Saki que fue abandonada por Ran en la puerta del penthouse donde vivía su hermano Rindō o los hermanos Sano que querían volver a ver a su papá Takemichi tras llorar su muerte por más de doce años, deseaban volver a verlos aunque sea de lejos. Recordar, conocer e inmortalizar sus rostros.

Terminaron de preparar su equipaje para el viaje, esta vez llevaban cosas suficientes para sobrevivir y no tendrían que hacer un espectáculo en la calle para conseguir dinero. Lo único que desconocen es el lugar donde van a aparecer, la primera vez cayeron al océano y terminaron cerca de las playas en la Bahía de Tokio, la segunda cayeron en una fuente que no funcionaba y salieron de la piscina del penthouse; las probabilidades eran infinitas y solo esperan que sea un lugar con poca gente.

Antes de aplicar su teoría sobre el viaje en el tiempo, metieron sus mochilas en bolsas de basura en caso que haya problemas durante el viaje y algo se arruine.

Se reunieron en el borde de la piscina con Sanzu del otro lado de la orilla. A pesar de que ya hicieron eso dos veces, la primera estaban experimentando algo cercano a la muerte y la segunda vez no lo procesaron correctamente, ahora de verdad iban a saltar al agua para viajar en el tiempo y salvar a su familia.

Dubitativos y temerosos de lo que puede ocurrir, se sujetaron de las manos y miraron hacia Sanzu.

—El rey y el maldito traidor de mierda se conocieron en agosto del 2014 —Los adolescentes asintieron seriamente apretando el agarre con fuerza —Tienen que encargarse del hijo de perra.

Tomaron aire profundamente e hicieron una cuenta regresiva en voz baja y saltaron.

Splash.

Bajo la atenta mirada de Sanzu, apenas los adolescentes se lanzaron dentro del agua, desaparecieron como por arte de magia dejando solamente las ondas como testigo de su chapuzón. Ahora que ya no tiene responsabilidades, necesita drogarse un poco para sobrellevar la pérdida de su rey.

Los jóvenes otra vez fueron arrastrados por esa fuerza invisible que los hacía sentir como si estuvieran nadando contra la corriente, quizás fue su imaginación o porque esta vez entraron al agua con intenciones claras, pero sintieron que fue más agresivo e incluso se golpearon entre sí mientras eran arrastrados a un destino desconocido. Nadaron en la oscuridad hasta ver un punto de luz sobre sus cabezas.

Forzaron sus músculos a nadar con fuerza y rapidez, en busca de un poco de aire para que entre en sus pulmones.

Ichirō fue el primero en salir.

Esta vez no tuvo problemas en recuperarse y extender la mano al resto para ayudarlos a salir de la fuente, por suerte habían aparecido en un lugar poco concurrido, solo había algunos niños jugando en el arenero y unas ancianas dándole comida a los pájaros. Los infantes salieron corriendo asustados y las mujeres gritaron que eran enviados del pecaminoso infierno.

De a uno fueron saliendo completamente empapados, cuando estuvieron afuera se aseguraron de que sus cosas estuvieran bien y suspiraron de alivio, en especial Misaki.

—Mi rizador y maquillaje están a salvo —Suspiró al ver sus preciados productos en buen estado.

—¿Trajiste tu rizador del cabello? —Hiroki miró a la omega con fastidio.

—¿Tienes algún problema? ¿Afecta en algo tu vida? —Misaki lo retó con la mirada.

Antes de que Misaki diera rienda suelta a otra disputa sin sentido, Mitsuki se llevó lejos a su hermana e Ichirō impidió el avance del beta.

Escucharon a lo lejos a un grupo de personas gritando emocionadas, se asomaron un poco en la plaza para ver a una multitud alrededor de un chico rubio que parecía estar a punto de pelear con alguien de otra escuela, le dieron la espalda al enfrentamiento en un acuerdo silencioso y se alejaron de la zona de lo que parecían ser peleas clandestinas entre adolescentes.

Sentados en el otro extremo de la plaza, decidieron quedarse debajo del sol a esperar que tanto su ropa como el cabello se secaran y mientras tanto iban a hablar de su siguiente paso en el plan.

Tienen una lista de inmobiliarias donde podrían comprar un departamento lo suficientemente grande como para dieciséis adolescentes, compartir el cuarto no era complicado y bastaba con que fuera un sitio lo bastante espacioso para que todos pudieran moverse con libertad. Desconocen cuánto tiempo van a estar atrapados en el pasado hasta que encuentren a Kisaki.

Lo siguiente que tienen pendiente es comprar comida y luego hacer un recorrido general en las zonas donde suelen estar las pandillas más populares. Otra lista proporcionada por Sanzu. Según la información del pelirosa, Kisaki apenas está comenzando a involucrarse en el mundo de la delincuencia y usaría a alguien llamado Osanai Nobutaka, actual líder de Moebius, para acercarse a la Tokyo Manji y tomar el lugar de uno de los fundadores que sería arrestado por un enfrentamiento con Moebius.

Era solo el comienzo y Kisaki ya tenía un plan bien trazado que le permitiría ganar popularidad, fuerza y entrar en un puesto acomodado dentro de la Toman.

Ichirō recuerda vagamente a Kisaki Tetta, pasaba más tiempo con Hanma, quien no solo lo entrenaba de vez en cuando si Sanzu estaba ocupado con la organización, sino que también le hacía bromas y tiene un vago recuerdo de que se llevaba bien con su papá. A veces de niño lo veía reírse de las bromas de Hanma, que por muy incómodas que sean, eran un poco interesantes cuando él las contaba.

Pero Kisaki... es diferente.

Su papá siempre lo alejaba cuando Kisaki estaba cerca, incluso siendo el segundo al mando en Bonten, no tenía permiso para ingresar a la mansión privada del jefe porque Takemichi no lo permitía y tras su muerte, Mikey siguió respetando la voluntad de su esposo y omega. Sus dos padres desconfiaban de ese hombre, e incluso de esa manera, consiguió burlarse de ellos.

Una vez estuvieron lo suficientemente secos, se dirigieron a la primera inmobiliaria en la lista.

Estuvieron un largo rato revisando los planos de diferentes departamentos, en realidad, Misaki y Hiroki estuvieron tratando de elegir un lugar adecuado porque eran los que sabían hacer buenas compras.

Siguiendo la historia de Sanzu, ellos eran unos pobres huérfanos que perdieron a sus padres en un tiroteo y Azusa —porque es el mayor de todos —se vio obligado a cuidar de sus quince familiares. Los papeles estaban en orden para hacer real la mentira y en caso de que algún vendedor dude, tenían a Daisuke para fingir llorar por la desgracia familiar y a Kōichi para secundar la actuación.

Cuando lloraban muy fuerte y atraían la atención de otros, el vendedor dejaba de molestar.

—Este parece bueno —Misaki llamó a sus “hermanos” para ver todos juntos el departamento elegido —Dos baños en la planta baja, una cocina conectada a la sala, un recibidor aceptable y seis habitaciones que podemos compartir.

—El precio también es bastante bueno —Señaló Rokurō emocionado e ignorando el ceño fruncido de Misaki.

—Si... es bueno —Dijo en voz baja, aunque ella les estaba pidiendo su opinión, era más por cortesía que por genuino interés en sus opiniones. La pequeña omega era la encargada de manejar el dinero y las compras, así que dejaban los negocios en sus manos —Disculpe, señor.

—Dígame, señorita —El hombre era un anciano de bigote y sonrisa amable, así que Misaki decidió ser amable.

—Quisiera saber más sobre este departamento.

—Oh, es bastante espacioso para una gran familia y se encuentra frente al río Tama, el edificio tiene un estilo occidental en la parte externa y en la interna cuenta con varios muebles ya incluidos. Su ubicación también es buena, se encuentra muy cerca de los comercios —Misaki sonrió encantada y un deje de hipocresía, si es un lugar tan bueno y con una ubicación perfecta, ¿Por qué nadie lo ha comprado? El vendedor limpió el sudor en su frente y trató de sonreír —Lo malo es que no cuenta con elevador y está en el último piso.

—¿Y cuántos pisos son? —Preguntó Rokurō.

—Doce.

—Eso no es mucho.

—Apenas podías subir los dos pisos que había en la escuela, imbécil —Lo regañó Kōichi rodando los ojos.

—Pero se oye agotador subir esa cantidad... —Murmuró Manami en voz baja.

—¡No te preocupes, Nami! Tu hermano te llevará en sus brazos siempre —Dijo Kōichi reemplazando la expresión amarga de antes por una sonrisa adorable, Manami le dedicó una sonrisa a su hermanito y asintió mientras le daba palmadas en la cabeza, gesto que hizo sonreír al rubio-azabache.

—Mmm... el tamaño es bueno y las habitaciones son perfectas —Misaki susurraba mientras pensaba en los pros y contras de ese departamento —Yo me canso mucho, Manami se agota fácilmente y el tiempo de subida y bajada sería un desgaste, pero... —Miró a sus amigos —Es adecuado.

—Toca hacer ejercicio, no tenemos otra alternativa —Kazuo dio por cerrado el asunto, a él no le molesta estar en constante movimiento.

—Primero veamos el departamento y si todos estamos de acuerdo, terminamos por hoy —Ichirō aplaudió a gusto con su primer paso casi finalizado, se dirigió al empleado con una sonrisa amable —¿Podemos ver este edificio?

—¿En serio? ¡Por supuesto! —Ni siquiera el mismo vendedor puede creer que esté cerca de vender ese departamento entre tantos.

Con su nuevo destino fijado, salieron de la inmobiliaria con el anciano, quien ya le había perdido el miedo a los adolescentes con pintas de pandilleros y hablaba con ellos, especialmente Masaki que usaba esa oportunidad para reunir información de forma disimulada. Hablaron tranquilamente sobre los juegos populares, un poco de música, estudiantes de secundarias conocidos, famosos y tocaron muy por encima el asunto de las pandillas.

El vendedor, llamado Kasadori, no tenía en buena estima a los delincuentes porque su violencia iba en aumento y las peleas se hacían cada vez más grandes. Pasando por alto el tenso ambiente que se formó por hablar de las pandillas, no hubo contratiempos durante el viaje.

Transitaron por el borde del río Tama disfrutando del hermoso paisaje, ese era uno de los ríos más importantes que atravesaba Tokio y sus alrededores, durante el atardecer se formaba un paisaje mágico que parecía llevarse el estrés de alguien que quiera detener un momento el avance de su vida y quedarse quieto para disfrutar del esplendor de la naturaleza.

Llegaron al edificio de estilo occidental y se quedaron boquiabiertos por lo alto que era, no es la gran cosa para ellos que han estado en suites muy elegantes, pero contaba con un aire vintage pocas veces vistos y parecía que renovaron la pintura hace un par de años. La entrada contaba con dos puertas en lados opuestos, muchas ventanas y unas cortas escaleras que conducían a las puertas dobles, ingresaron por el extremo derecho escuchando al vendedor contando la historia de aquel departamento y sobre que muchos artistas han comenzado allí; claramente dedujo que alguno de todos ellos estaba interesado en la música o el mundo artístico, lo cual no estaba tan errado.

Si bien la impresión inicial fue bastante buena, a la hora de subir las escaleras quisieron morir.

Kōichi, fiel a su palabra, cargó en sus brazos a Manami que en el cuarto piso ya tenía problemas para respirar, hace menos de tres años apenas pudo superar el asma y ya no necesita su inhalador, incluso si era un poco buena peleando, es la más débil de todo su grupo. Por ello su hermano menor estaba cerca con los brazos extendidos en caso de que se desmayara o tuviera algún problema, en especial si se trataba de alfas con intenciones impuras, Kōichi siempre estaba listo para defender a su hermana mayor que era la mejor persona del mundo.

Cuando llegaron se percataron de que el precio valía la pena, porque no solo eran los únicos en ese pasillo sino que también contaba con un segundo piso, en pocas palabras, valía el esfuerzo y el tamaño.

Kasadori abrió la puerta dejándolos pasar uno por uno, el recibidor era lo bastante grande como para que todos pudieran compartirlo al mismo tiempo, la cocina no era muy espaciosa, pero estaba bien porque solo dos o tres de ellos saben cocinar y los demás tienen prohibida la entrada. No había aire acondicionado, sino ventilador, eso también era soportable.

Justo al lado del recibidor vieron una escalera que llevaba al piso superior donde estaban todas las habitaciones disponibles, una junto a la otra y de verdad eran suficiente para dos personas.

La ubicación es buena, el lugar está bien, el precio puede ser alto si compraban el lugar con algunos muebles, pero valía cada maldito centavo y la vista también era increíble.

No dijeron nada en ese momento, sin embargo, sabían que ese iba a ser su hogar desde ese día.


Información:

Nahoya Kawata (真也 河田) es el gemelo menor de Rindō Haitani y Sōuya Kawata, su nombre significa “aquel que es verdadero”. Tiene 15 años, es beta, sus padres forman parte de los ejecutivos de Bonten y es uno de los sucesores del puesto junto a su gemelo.

Apariencia: Tiene la piel clara, cabello corto con rizos alborotados de color celeste con puntas lilas que sobresalten por todos los lados de su cabeza y ojos morados. Suele usar una chaqueta a juego con su hermano de varios colores como turquesa, azul y morado, también accesorios como una gargantilla de cinturón negro (contrario a Shinya), pantalones cortos y un arete de serpiente en su oreja derecha y el cual es idéntico al de su gemelo.

Personalidad: Comparado con Shinya que es frío, Nahoya tiene una actitud traviesa, es muy sonriente y muestra sus emociones abiertamente, aunque realmente tiene una actitud seca predeterminada para todos menos para su hermano; estar con él y cuidarlo es lo único que puede emocionarlo, además de las peleas. Puede parecer el más lúcido y racional en comparación con Shinya, pero en realidad es impulsivo y no discierne entre lo correcto e incorrecto, mucho menos cuando ve a alguien hablando con su hermano, a quien decidió proteger en las buenas y en las malas.

Curiosidad: Vive la vida en #ModoAhorroDeEnergía (A menos que Shinya esté involucrado).

Curiosidad: Vive la vida en #ModoAhorroDeEnergía (A menos que Shinya esté involucrado)

Chapter 6: Underground fights

Chapter Text


Middle Finger | Bohnes

❝ No solo me elevaré de nuevo, seré el dueño del maldito cielo (...) He terminado de ser tu esclavo, mi generación ha tenido suficiente y deberías tener miedo, no soy tu prisionero.❞

« Con el alma, con el corazón, con tus ojos, con tus manos, con todo tu cuerpo, resiste


Tras una improvisada mudanza, la cual solo consistía en tirar todas sus mochilas en el centro de la sala y acomodar una caja a modo de mesa, Ichirō decidió pedir una pizza para recuperar fuerzas.

Mientras algunos se iban a bañar y otros revisaban el departamento, Ichirō permaneció en la sala junto a Marina para hablar de lo poco que sabían.

Estuvieron un rato sin hacer nada importante e intercambiando palabras de vez en cuando para preguntar por shampoo, pasta de dientes o sábanas extra, las cuales eran contadas y tendrían que comprar más a la mañana siguiente. Ahora no tenían fuerzas ni ganas de bajar y volver a subir las escaleras más de dos veces en el mismo día.

Cuando la pizza llegó todos se reunieron en la sala donde estaba la improvisada mesa de cartón junto al sofá. Ante la falta de sillas algunos se sentaron en el suelo.

—Lo que sabemos hasta ahora —Ichirō le dio un mordisco a su pizza con extra queso —Kisaki Tetta debería entrar en contacto con Osanai Nobutaka y dará inicio a un conflicto entre la pandilla de nuestros padres y Moebius, donde el padre de Rokurō es arrestado —El mencionado agarró con su mano libre el manojo de hojas con la información de aquel evento que Sanzu les dio antes de partir —Nuestro objetivo es frustrar sus planes.

—De acuerdo —Shinya se encogió de hombros y ante la mirada curiosa de sus amigos, sacó de su mochila azul un arma de fuego, una caja con balas, el silenciador correspondiente y el cargador —Mañana lo buscamos y le daremos fin a todo esto.

—¡¿Qué estás haciendo?! —El grito de Ichirō no tomó por sorpresa solo a Shinya, sino al resto de sus amigos —¿Por qué sacas eso? ¡No vamos a matarlo!

—Es el tipo que destruyó nuestras vidas —Dijo el omega con la mayor obviedad del mundo.

—Pero no podemos matarlo.

—Asesinó a los nuestros a sangre fría —Misaki todavía tiene presente la imagen de su padre recibiendo un disparo certero en la cabeza, incluso Mitsuki que suele ser la voz “pacifista” estaba de acuerdo con ella —Se merece que lo torturemos, pero con esto debería bastar por ahora.

—¿En qué están pensando? ¡No vamos a matarlo!

—Ese hijo de puta asesinó a mis cinco hermanos mayores, a mis padres, a la familia entera —Rokurō dejó su trozo de pizza sobre la caja y miró a su líder con fastidio, no le gusta ni un poco el tono de Ichirō. No estará pensando en dejarlo con vida, ¿O sí?

—¿Quieres que perdonemos a alguien así? —Quien perdió los estribos fue Saki, la alfa se levantó agresivamente y Marina se posicionó delante de Ichirō en caso de que quisiera pelear —¡No me jodas! —Le gritó, frenando cuando llegó hasta Marina —Ese maldito merece morir de peor manera. Si lo matamos ahora, no solo vamos a encargarnos de los síntomas, sino que nos deshacemos de la maldita enfermedad.

—Ichirō —Hiroki no se considera una persona rencorosa o vengativa, sin embargo, Kisaki Tetta asesinó a sus padres sin dudarlo —¿Qué pensabas que era esta misión?

—¿Eh?

—Sanzu nos dijo: “Encárguense de Kisaki Tetta” —El beta apoyó los codos en sus rodillas, mirando desde abajo a su líder —Cuando perteneces a una organización criminal, eso significa una cosa: “Mátenlo”.

—Encargarse de alguien es matarlo, hasta yo lo entiendo —Dijo Manami en voz baja y con timidez. Es la más compasiva, tierna y humana entre todos, pero ella vio con sus propios ojos la muerte de su papá y después a su padre siendo asesinado, Manami sufrió por culpa de Kisaki desde antes de eso y por eso no podía salir de su casa sin sentir miedo. ¿Cómo perdonar a una persona tan monstruosa, capaz de lastimar a una niña y destruir una familia? —¿Por qué te enojas con Shin? —Ichirō miró de reojo al omega que sujetaba el arma, estaba cabizbajo y decepcionado, se dio cuenta de que le había gritado muy agresivo —Lo que él quiere hacer es lo normal para personas como nosotros.

—Pero... —Miró a cada uno de sus amigos que esperaban una respuesta coherente por su negativa —Pero... si matamos a Kisaki Tetta... Iori no nacerá.

El recuerdo de aquel omega castaño con brillantes ojos rosados vino a su mente y la mirada de Shinya se tornó oscura.

—Ah —Fue la única respuesta cortante de Shinya, esta vez cargó el arma como corresponde e hizo el típico “click” dando a entender que ya había cargado las balas —Un sacrificio necesario por el bien mayor.

...

—¡Shinya! —Volvió a gritarle Ichirō dando un paso hacia el omega.

—¿Qué quieres que te diga? —Shinya también se levantó encarando al alfa sin rastro de duda en sus ojos —¿Quieres escuchar que lamento su pérdida y es una desgracia? Lo siento, mentir no es mi fuerte —Ser agresivamente honesto era lo que mejor le quedaba y siempre tenía problemas por ello —Pues no, no me importa y todos lo saben, no voy a ser un hipócrita que se de alas de santo. ¿Qué es la muerte de uno en comparación con todo Bonten?

—¡Iori es nuestro amigo! —Algunos desviaron la mirada sin dar una respuesta, aunque su silencio ya era suficiente, solo un par de ellos se llevaban genuinamente bien con el pequeño omega —No podemos eliminarlo de la existencia, Kisaki puede ser un maldito y se merecerá todo lo malo, pero sigue siendo el padre de Iori. Él no debe pagar una culpa que no le corresponde.

—No pagará nada, ni siquiera va a nacer, así que no sufrirá.

—¡Shinya, sabes bien que Iori es importante para mi! ¿Qué clase de hombre sería si lo dejo morir de esta forma?

—¿Qué clase de líder eres que no puedes hacer a un lado tus emociones por tus subordinados? Hace mucho que ustedes terminaron, supéralo —El resto miraba la confrontación con miedo y preocupación, en especial por esas últimas palabras que claramente afectaron a Ichirō, el mismo Shinya se arrepintió de decirlo al ver su expresión triste —Ichirō, yo...

—No vamos a matar a Kisaki —Dijo con voz firme, aplastando la tristeza y culpa, el cambio hizo que Shinya volviera estar a la defensiva —Podemos deshacernos de él sin acabar con su vida, solo debemos arruinar sus planes.

—Eres tan noble, todo por tu gran causa —Susurró con sarcasmo —Te aseguro que si fuera cualquier otra persona, no dirías lo mismo.

—La respuesta es definitiva.

—Dulce. Tan dulce con tu omega. Olvidas que ahora mismo no son nada —Se cruzó de brazos con altanería y el mentón elevado —No piensas cuando se trata de él, siquiera puedes pensar en porqué demonios tus padres desconfiaban de la familia de Kisaki.

—No es lo mismo —Ichirō comenzaba a cansarse de seguir discutiendo —¿Cómo puedes culpar a alguien inocente por el pecado de sus padres? ¿No tienes consciencia?

La mirada de Shinya se oscureció, el resto se dio cuenta de ese detalle y Nahoya intentó acercarse.

—Si Iori se muere, todo mejoraría y tal vez dejarías de ser tan estúpido.

—¡Shinya!

—¡No uses tu voz conmigo, Ichirō! —También utilizó su voz para contrarrestar los efectos de la voz de mando de su amigo, se tragó las ganas de llorar y antepuso su orgullo por encima del dolor.

Mantuvieron la mirada en el rostro sin reprimir sus feromonas, demostrando lo enojados que estaban con el otro.

Al ver los ojos cristalizados del omega, Ichirō se dio cuenta de que acababa de utilizar su voz de mando con Shinya, su amigo de la infancia y que siempre ha estado a su lado. Antes de que pudiera ver cualquier rastro de tristeza, Shinya dejó caer el arma sobre la improvisada mesa y se fue corriendo a toda prisa, escaleras arriba directo a su nueva habitación.

Ichirō lo vio marchar sin atreverse a detenerlo.

Fue su turno de fruncir el ceño en una mueca de dolor. Percibió las dulces feromonas de jazmín que soltó durante y después de la pelea, en medio de ese aroma dulce, pudo sentir el amargo sabor de la tristeza siendo abrazado por la decepción. Los peores sentimientos.

—Buen trabajo —Bufó Nahoya pasando por al lado del alfa y siguiendo los pasos de su hermano —¡Shin, soy Naho, abre!

Apenas recibió una respuesta afirmativa, ingresó y otra vez cerró la puerta con un golpe.

Ichirō también se encerró en su habitación.

Nadie dijo nada después de esa pelea y en su lugar siguieron comiendo en un silencio incómodo, las opiniones ciertamente estaban divididas y eso era muy claro. El plan más factible y lógico era acabar con Kisaki Tetta antes que pudiera echar sus raíces en el núcleo de la Tokyo Manji, como recomendó Sanzu y quería hacer Shinya, pero... no pueden negar que es injusto.

Matar al Kisaki del futuro no es complicado y mucho menos sentirían culpa, sin embargo, conocen tanto a Hinata Tachibana como a su hijo Iori y les pica un poco la culpa.

Desde un punto de vista objetivo, matarían a Kisaki, pero los humanos son seres subjetivos en menor o mayor medida y no pueden evitar sentir remordimiento al tomar esa radical decisión. Iori no hizo nada en su contra, ni siquiera vivía en edificios de Bonten porque Hinata quería educarlo lejos de la violencia y Kisaki mantenía distancia de su familia.

Los cuestionamientos morales comienzan desde ese momento.

¿Qué era lo que estaba bien? ¿Eran inmorales por querer solucionar el problema de forma rápida y eficaz? ¿Es egoísta anteponer la vida de uno para salvar a cien? Las normas y costumbres que deberían inculcar en adolescentes como ellos no estaba del todo bien, crecieron en una organización criminal y la muerte era algo para lo que estaban preparados e incluso entrenaban para no morir. Eran las costumbres y la moral social lo que condiciona su próximas decisiones, determinaban lo que era bueno o malo para el futuro.

Ahora todos se cuestionan si podrían considerar correcto quitarle la vida a alguien que todavía no hizo nada y, en consecuencia, privar a otra persona de nacer, todo con el propósito de crear un futuro mejor donde sus familias y amigos siguen vivos. No caben dudas de que las palabras y accionar de Ichirō estaban desafiando la hegemonía que les inculcaron, la cual establece límites entre lo que es aceptable decir y pensar, esos comentarios que los demás suelen guardarse para sí mismo. Se veían reflejados en su propia moralidad.

Si se le preguntara a alguien si una persona malvada debe morir, la respuesta correcta sería que matar no es aceptable, pero Shinya rebate argumentando que sería una respuesta correcta solo porque la sociedad espera que digan eso y, como detalle adicional, para Shinya las personas siempre intentan mantener una cierta imagen en público, aunque no sea lo que realmente crean o piensen.

Ellos se sentirían mucho más seguros si Kisaki muriera a la mañana siguiente, incluso si eso significa que Iori no podría nacer, pero estaría mal y el delgado hilo de su moralidad se rompería.

Esa cuestión de si matar a una persona que ha cometido un crimen, justificado o no, es polémico para alguien normal, y para ellos es la línea que los separa entre ser criminales oficiales y no solo hijos de estos mismos. Cuando tomen esa decisión radical, ya no habría marcha atrás, se convertirían en asesinos e iban a vivir con esa culpa hasta el final de sus días.

Shinya e Ichirō pueden mostrarse como personas totalmente normales en la calle, pero la indiferencia del omega, su aislamiento social y rencor acumulado tras ver morir a sus padres, hacían que dudara por momentos de sus límites e Ichirō por su lado siempre fue alguien empático que no sentía gusto ni placer en lastimar a otros, siquiera disfrutaba de las peleas.

Solo el tiempo diría qué moralidad iba a prevalecer y si era correcto para salvar su futuro.

Cada uno se encerró en su cuarto para replantearse lo que iban a hacer el día siguiente, y por precaución, Marina ocultó todas las armas que Sanzu les dio antes de emprender ese alocado viaje.

A la mañana espera que todo mejore.

—¿Esos dos de verdad van a irse a dormir peleados? —Preguntó Daisuke mirando la puerta del cuarto elegido por Ichirō y el otro que era de los gemelos Kawata.

—Déjalos —Marina le restó importancia por el momento —Ellos son complicados —Apoyó los codos en la mesada de la cocina mirando de reojo en la misma dirección que su amigo —Después de todo, los celos de un omega dominante y el orgullo de un alfa dominante son lo más jodido en cualquier persona.

—¿Quieren apostar? —Misaki se asomó por la puerta de la cocina con una sonrisa —¿Quién cree que va a disculparse primero?

—Ichirō no soporta estar enojado con nadie —Dijo Marina.

—Pero Shinya puede ser bastante impredecible cuando se trata de Ichirō —Opinó Saki con una sonrisa ladina.

Las dos chicas intercambiaron una mirada e hicieron sus apuestas, Misaki siguió visitando al resto de sus amigos para organizar las apuestas y determinar la moralidad de quién iban a seguir.

Ese método era la forma más simple para elegir; también de conseguir dinero extra.

Shinya se fue a dormir con veneno en el corazón e Ichirō ni siquiera pudo cerrar los ojos en toda la noche.


A la mañana siguiente, Shinya e Ichirō no se hablaron. Literalmente ni siquiera se miraron de reojo, como si estuvieran diciendo con su aura y feromonas “sigo enojado, duele, pero mi orgullo es más grande”. Todos vieron, y sintieron, el tenso ambiente sin decir nada e intentaron disfrutar del improvisado desayuno.

—Rumi, dile a Shinya que me pase el azúcar —La alfa miró a su hermano mayor con sorpresa y luego se dirigió al omega.

—Um, Shinya, mi hermano quiere el azúcar.

—Naho, dile a Rumi que si Ichirō quiere azúcar, puede alcanzarla él mismo —La tensión se convirtió en incomodidad para los dos hermanos menores que estaban en medio de los dramáticos.

—Esto... Shinya dice que si quieres azúcar...

—Dile a Shinya que no estoy pidiendo su opinión, solo quiero azúcar.

—Ichirō dice que...

—Naho, dile a Rumi que yo no-

Hastiada por la ridícula situación, Misaki golpeó con fuerza la mesa dejando salir su frustración y fastidio.

—Es nuestro primer maldito desayuno, ¿Qué les cuesta ser normales? —La omega se cruzó de brazos con total disgusto y se levantó de la mesa —Suficiente, solo han estado sentados quince minutos y ya no los soporto —Señaló la puerta —Vayan a refrescar sus ideas, llévense a algunas personas para evitar matarse y no vuelvan hasta hallar una solución.

—¿Ah? No puedes obligarnos.

Misaki frunció el ceño mirando a Shinya con severidad.

La chica terminó echando del departamento a Ichirō y Shinya, Nahoya por supuesto que salió detrás de su gemelo, Kazuo fue por curiosidad del desenlace y Azusa siguió al pequeño omega, Marina era una especie de árbitro que iba a controlar la pelea y Kōichi... bueno, él no quiere separarse de su hermana Manami, pero tiene que ir a la tienda a comprar algunas medicinas, supresores y sus frutas favoritas. Kōichi no tuvo otra alternativa que unirse al complejo grupo.

Así fue como siete del grupo de dieciséis se vieron obligados a bajar los diez pisos del edificio e ir a hacer algo. Seguirían el plan de Kōichi porque no tienen nada mejor que hacer por el momento.

El ambiente tenso que se formó en el desayuno, volvía a estar presente durante la caminata.

Incluso cuando llegaron a la farmacia para comprar todo lo que necesitaba Kōichi, el beta era incapaz de tomar la palabra porque los dos chicos dominantes estaban convirtiendo su entorno en algo aplastante. Ni siquiera sus propios hermanos parecían cómodos. Kōichi, Marina, Nahoya, Azusa y Kazuo eran los únicos que intentaban iniciar una charla, pero los otros dos estaban en puntas opuestas dentro de la misma tienda e incluso difirieron cuando tocó ir al mercado y les pidieron elegir yogurt de fresa o vainilla.

Quizás lo mejor sería dejarlos tirados en algún lugar para que pelearan, como los animales que eran, o tal vez dejarlos encerrados en un almacén hasta que solucionen sus diferencias. Ambas opciones eran factibles para Marina que se supone que era la encargada de cuidar a esos dos problemáticos con más orgullo que un pavo real.

Terminaron las compras tras conseguir varios helados y una caja aparte de esos mismos para el resto de sus compañeros de vivienda.

Debido a que no pueden regresar pronto al departamento, porque Misaki les dijo que volvieran cuando solucionen sus problemas, y tampoco tienen ganas de volver a subir los diez pisos, optaron por dar un paseo por la plaza cerca de un vecindario con varios parques para niños. Poco a poco se fueron alejando de su residencia hasta perderse entre los juegos infantiles.

La amena conversación entre Kazuo y Kōichi fue interrumpida cuando vieron a un grupo de chicos de secundaria baja pasando que parecían muy emocionados, la curiosidad les picó y decidieron seguir a los estudiantes con Ichirō y Shinya detrás de ellos en completo silencio, mirando en lados opuestos y las manos en sus bolsillos. Marina se detuvo para mirarlos por encima del hombro y sonrió de lado, esos dos eran tan dramáticos que resulta divertido, incluso era difícil tomarse en serio su discusión cuando se comportaban así de tontos.

Agarró a cada uno del brazo para llevarlos con los otros que ya se habían adelantado hasta la multitud de estudiantes hormonales y repleto de feromonas emocionadas, Kazuo se paró de puntillas para intentar ver lo que ocurría, pero al no poder, Kōichi le dio las bolsas con sus compras a Azusa y cargó a su amigo encima de los hombros.

Varios miraron en su dirección con muecas de disgusto. Escucharon murmurar lo extraño que era ver parejas entre omegas, aunque Kōichi no lo es, pero pasa tanto tiempo con su hermana que es normal que se le peguen algunas feromonas y confundan su segundo género.

Miró a Kazuo esperando verlo decepcionado o incómodo, pero el omega en sus hombros miraba al chico que hacía presentaciones con sumo interés. Kōichi sonrió divertido y también hizo oídos sordos a los idiotas que estaban hablando sobre su supuesta relación, sus palabras no afectarían su amistad o estado de ánimo; a ellos les gusta ser así de cercanos e incluso si Kōichi fuera omega, no cambiaría nada de su amistad.

Marina, Nahoya, Shinya e Ichirō fueron los últimos en llegar.

El encuentro se trataba de una pelea clandestina con apuestas contra un chico delgaducho con el cabello rapado que pertenecía a la secundaria Sakura y otro de bonito rostro de la secundaria Mizo. La diferencia de fuerza entre ese omega y el beta era evidente, pero si estaba participando porque quiere, ¿Quiénes eran ellos para intervenir?

Los oponentes se prepararon para comenzar el enfrentamiento hasta que un grito interrumpió el griterío del público. Todas las miradas se posaron en el recién llegado.

—¡ALTO! —Algunos dijeron el nombre del recién llegado, pero Ichirō y los demás estaban tan lejos que no lograron escucharlo bien, aunque para los hermanos Sano aquel chico tenía un bonito aroma que acariciaba sus narices.

El chico de cabello rubio mal teñido, Saki, Daisuke y Misaki tendrían un ataque por semejante falta de respeto al mundo del estilismo, bajó las escaleras a paso lento.

Todos murmuraban por su presencia en ese lugar y su intervención.

Ichirō intercambió una mirada con su amigos, incluso con Shinya e intentaron acercarse un poco para escuchar la discusión, pero había tantas personas y estaban tan interesados en lo que sucedía que era muy difícil abrirse paso sin usar la violencia como medio. Se repitieron el mantra de Sanzu: “No intervengan en nada de lo que ocurrió. No toquen nada. Sin importar lo que vean o escuchen, no pueden intervenir”.

Iban a tragarse las ganas de patear traseros para poder abrirse camino y solo iban fingir ser estudiantes ordinarios que pasaban por ahí de casualidad, rodearon a los espectadores hasta llegar del otro lado del campo de batalla. Tenían de frente la espalda de aquel rubio, así que no eran capaces de ver bien su rostro.

—El rey contra el esclavo —Muchos jadearon ante esas palabras, aunque los recién llegados no entendían el motivo tras la sorpresa —Kiyomasa-senpai —El tipo que parecía controlar el dinero miró al estudiante rubio —Pelea conmigo a puño limpio.

Siguen sin entender el motivo tras tanta sorpresa.

¿No es normal que uno siempre quiera superar a quien se supone que es más fuerte? Aunque ese rubio se veía muy débil como para enfrentarse a aquel alumno que era tan alto como Marina.

—Te vas a arrepentir de esto —Fueron las últimas palabras del tal Kiyomasa antes de darle un puñetazo en la boca del estómago.

Ichirō frunció el ceño con dolor y tocó su propio estómago.

Los golpes comenzaron a ir y venir reiteradas veces, Kiyomasa golpeaba a aquel chico con toda su fuerza logrando enviarlo varios pasos hacia atrás. El público gritaba de euforia por todo lo que ocurría, Ichirō y sus amigos apenas procesaban lo que decían porque mantenían su concentración en el combate.

A pesar de estar recibiendo todos los golpes con la cara, el estómago, brazos y piernas, el chico seguía sin caer de rodillas. Incluso cuando nadie lo alentaba y estaba solo, sigue parado firme delante de alguien que claramente es más fuerte.

El mismo Kiyomasa parecía sorprendido por su resistencia.

Lograron escuchar un casi inaudible “todavía no” luego de recibir un golpe más fuerte que los otros, esa negativa a perder hizo que el público gritara con mayor volumen. Poco a poco esos mismos gritos pasaron de ser eufóricos a de incredulidad.

Kazuo inclinó la cabeza mirando desde arriba, una posición privilegiada sobre los hombros de Kōichi, al chico rubio que seguía soportando sin arrodillarse ni una sola vez. Hay que admitir que tiene una resistencia increíble que pocas veces se ha visto en cualquiera, especialmente cuando no tienen cierto entrenamiento, él como un omega entrenado tiene esa resistencia, pero aquel omega parecía tener un talento natural para resistir golpes y patadas.

Una pequeña sonrisa se formó en los labios de Kazuo mientras apoyaba las manos en la cabeza de Kōichi, ese chico es increíble. Ya lo considera genial y no necesita ganar para confirmarlo.

Varios de quienes parecían ser sus amigos intentaron pararlo y decirle que ya era suficiente, pero aquel rubio no les hizo caso, siguió dando pelea.

—¡¡No me puedo rendir!! —Gritó con toda la fuerza de sus pulmones volviendo a plantarse adelante de su oponente —¡Tengo una razón para no hacerlo! —El rubio enderezó la espalda mirando a los ojos al chico más alto —Kiyomasa de la Tokyo Manji... si me quieres ganar, ¡Vas a tener que matarme porque yo no pienso perder por nada en el mundo!

—¿Mhm? ¿Dijo Tokyo Manji? —Preguntó en voz baja Shinya frunciendo el ceño.

—Oh, mierda estamos en un lugar donde no debíamos estar —Kōichi acomodó a Kazuo en sus hombros —Vámonos.

Estaba a punto de escapar de ese lugar cuando se detuvieron por las siguientes palabras.

—¡Tráiganme un bate! —Ichirō y los demás fruncieron el ceño con molestia, incluso los que estaban emocionados parecían disgustados por aquel pedido —Bueno, si tanto lo pides, te voy a matar.

Había algunas reglas en esa clase de combates.

Aunque en las peleas callejeras no hay reglas específicas, hay algunas pautas que eran de conocimiento general y que todos tenían en cuenta por un mínimo sentido de decencia. Si bien lo normal es que sea una pelea feroz, sin reglas, hay una que es primordial: Todo es a puño limpio.

El que utiliza armas es alguien bajo en muchos aspectos, bajo incluso dentro de los mismos delincuentes. El punto era demostrar su fuerza y que son más fuertes, en cierto aspecto es un juego de niños, pero sigue siendo algo honorable ganar por su propia fuerza en lugar de solo recurrir a trucos baratos.

Ichirō estaba a punto de intervenir en la pelea, cuando Marina lo detuvo tirando de su brazo y antes de comenzar una discusión, dos personas más fueron los encargados de la intervención.

—Hey, Kiyomasa —Marina tembló ligeramente ante esa voz, aunque no supo el motivo exacto. Al percibir la turbación en las feromonas de su mejor amiga y prima, Ichirō dejó de intentar hacerse el héroe y miró hacia los recién llegados —Estás espantando al público. No puedes perder los estribos de esa forma cuando eres el organizador.

—Rubio con una trenza y un tatuaje de dragón en la sien... —La voz del chico con cabello pelirrojo atrajo la atención de Marina e Ichirō —Es el subcomandante de la Tokyo Manji, ¡Ken Ryūguji! También conocido como Draken.

Esa información hizo que la mente de Marina quedara en blanco y de forma inconsciente retrocedió.

Conoce a su padre con el cabello negro, su rostro era prácticamente inexistente porque lo perdió cuando todavía era una bebé y solo sabe cómo luce por las fotos de su tío Mikey. Verlo en vivo y directo, la hizo temblar, casi hasta el punto de querer llorar de la emoción y saltar en sus brazos.

Se tragó las lágrimas dejando que Ichirō la abrazara por los hombros en una muestra de apoyo moral silencioso. Fue el primero en sentir el cambio en la alfa, Shinya y Nahoya se acercaron a Marina mientras que Kōichi, Azusa y Kazuo seguían mirando lo que pasaba.

Draken se abrió paso entre el público sin necesidad de ejercer la fuerza, su sola presencia era suficiente para que todos se hicieran a un lado con miedo y hombros temblorosos por su imponente aura alfa.

—Oye, Kenchin —Aquella voz juvenil esta vez hizo temblar a los hermanos Sano.

—Mierda, te dije que no me llames así, Mikey —Y sus dudas fueron confirmadas, ellos están exactamente en el lugar donde no tienen que estar.

—Se me acabaron los dorayakis.

La actitud despreocupada, infantil y tonta de Manjirō Sano tomó por sorpresa a sus hijos, ellos lo conocen como el alfa invencible capaz de doblegar a alguien solo  con sus feromonas y que rara vez sonríe, tiene el cabello blanco y corto, un tatuaje en la nuca, piel pálida y ojeras.

Esa nueva versión de su padre era mucho más saludable, brillante y risueño, algo que no verían ni en sueños en el hombre que conocen.

—¡COMANDANTE, BUENAS TARDES! —Todos se inclinaron saludando en coro.

Incluso en sus días de adolescente, su padre tenía a personas dispuestas a inclinar la cabeza ante su presencia. El ambiente tuvo un cambio radical, los chicos que eran desordenados y gritones, ahora se comportan sumisos y educados, siquiera levantaban la mirada sin permiso. Es increíble. Ese es el poder de Manjirō Sano, de Mikey el invencible, de su padre.

Caminó por delante de todos sin mirar a nadie, incluso pasando de largo a un chico que le habló, en palabras del propio Draken: “Mikey no habla con gente que no le interesa”.

También pasó de largo a Kiyomasa cuando este lo saludó, pero como recompensa recibió una patada de Draken en el estómago porque su postura era símbolo de arrogancia ya que no se inclinó como correspondía en presencia del comandante.

Mikey en ningún momento se detuvo o rompió de vista su objetivo, el chico rubio mal teñido.

Se acercó hasta el punto de intimidar lo suficiente y empujarlo hacia atrás cuando Mikey estuvo tan cerca que sus rostros casi se rozaron, el rubio cayó al suelo, quedando debajo del famoso líder de la Toman. Desde esa posición era como si estuviera mirando a un ser inalcanzable, lo que desde el punto de vista de muchos es verdad, pero aquellos que venían del futuro, saben que existe una persona capaz de domar al invencible Mikey.

—¿Cómo te llamas?

—T-Takemichi Hanagaki —Ichirō y Kazuo se congelaron ante esas palabras, ¿Su... papá Takemichi? ¿Están viendo cómo se conocieron? ¿Fue amor a primera vista? ¿Mikey estaba fascinado por Takemichi? ¡Ellos quieren ver ese romántico encuentro soñado!

—Bueno... Takemitchy, entonces.

Los hermanos Sano fruncieron el ceño con disgusto ante ese apodo, al parecer elegir sobrenombres era algo que su padre tenía desde siempre.

—¿Eh? —Ni siquiera su papá puede creerlo, entendible.

—Si Mikey lo dice, así va a ser. Takemitchy —Dijo Draken sin darle importancia.

Hay muchas cosas extrañas en ese supuesto encuentro destinado que ha unido a dos almas gemelas que se amarán hasta el último de sus días. Se siente un poco, muy, surrealista y hasta incómodo de ver.

Quizás porque son sus padres o porque Mikey se estaba subiendo arriba de Takemichi invadiendo su espacio personal.

¡¿Cómo?! Los hermanos Sano vieron con sorpresa aquel cambio de posición.

Su padre era increíblemente maleducado, ¿No sabe lo inadecuado que era subirse encima de un omega en público y acariciar su glándula de olor? ¡Ni siquiera se conocen y claramente su papá no le ha dado permiso! Su padre era un idiota, ya lo sabían, pero en su juventud lo era mucho más. Quizás por eso Sanzu no quería que lo vieran, intenta mantener el poco respeto que les queda por él.

Mikey acercó el rostro de Takemichi sujetándolo de la nuca y, tal vez de forma consciente o inconsciente, soltando algunas de sus feromonas como si quisiera marcar territorio. Ichirō frunció el ceño ante lo que veía, hacer eso en público era como ver a un perro usando su orina para señalar su territorio, incómodo.

—¿De verdad eres un estudiante de escuela baja?

No le dio tiempo a responder esa primera pregunta antes de volver a soltar otro comentario tonto.

—Takemitchy —Mikey estaba de cuclillas encima Takemichi, acercando su rostro peligrosamente y sonriendo entretenido —A partir de hoy, eres mi perra~♡

...

Ichirō no puede creer que eso haya sido lo primero que su padre le dijo a su papá. Marina se cubrió el rostro para ocultar su expresión avergonzada ante las palabras de una de las personas que más admiraba. Y Kazuo, bajó de los hombros de Kōichi tirando su palillo de helado hacia un lado y frunciendo el ceño con disgusto por las palabras de su padre.


Información:

Marina Ryūguji (まりな 龍宮寺, Ryūguji Marina) es la única hija de Ken Ryūguji (Draken) y Emma Sano, su nombre significa significa o “aquella que ama el mar”. Tiene 17 años, es alfa y sucesora ejecutiva de Bonten.

Apariencia: Tiene una figura esbelta con piel clara, ojos dorados y pelo largo hasta la cintura, cuando se lo ata deja al descubierto los lados que están rapados. Suele usar ropa deportiva con la que sea fácil pelear en cualquier circunstancia, zapatillas, sostenes deportivos y una chaqueta universitaria de color azul, tiene varias perforaciones en sus orejas y nunca coincide en el par de aretes, además de que cuenta con un piercing en la lengua con forma de corazón. Tiene un tatuaje ubicado en su hombro derecho con el mismo diseño de dragón que su padre tenía tatuado en la sien, mide 1,80 cm y es de las más altas entre sus amigos.

Personalidad: Marina es la tranquila y comprensiva mano derecha de Ichirō. Siempre está sonriendo, pero sus sentimientos son ilegibles y como ha estado viviendo en el núcleo de Bonten, sin asistir a la escuela durante mucho tiempo le cuesta relacionarse con nuevas personas, a veces no puede leer del todo el ambiente. Atesora a sus amigos como miembros de la familia y ha puesto su corazón en ser alguien confiable para cada uno, se preocupa mucho por Ichirō y admita a quienes siente anteponen la felicidad de una persona por encima de la propia (Marina con Ichirō, Mitsuki con su hermana Masaki, Kōichi con Manami, Nahoya con Shinya).

Curiosidad: Heredó la motocicleta de su padre Draken y el oso de peluche color rosa de su madre Emma a través de su tío Mikey.

Curiosidad: Heredó la motocicleta de su padre Draken y el oso de peluche color rosa de su madre Emma a través de su tío Mikey

Chapter 7: I'm your bitch? Fuck off

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Complicated | Avril Lavigne

❝ Estás tratando de ser cool, pareces un tonto para mí. Dime, ¿Por qué tienes que ir y hacer las cosas tan complicadas? ❞

« Una elección es decidir entre dos cosas, pero un dilema es elegir entre dos males


Tras la afirmación de Mikey, nadie dijo nada por un momento, siquiera los hermanos Sano que continuaban sorprendidos por lo animal que podía ser su padre.

Si, bien, en el futuro no es la persona más educada y puede hacer un berrinche si no tiene sus dulces favoritos, pero al menos intentaba mantener cierta imagen imponente de un adulto confiado y nunca dice palabras innecesarias, mucho menos declaraciones como aquella, a menos que sea para amenazar a alguien de muerte.

Haberle dicho eso a su papá en su primer encuentro... es incómodo.

¿Cómo lo que estaban viendo es un encuentro destinado y el mejor recuerdo para ambos? Takemichi recibió una paliza y Mikey le dijo “eres mi perra”, de donde vienen, eso tiene connotaciones sexuales.

Mikey se apartó de Takemichi despreocupadamente y se dirigió a Kiyomasa, a quien le preguntó su nombre y apenas obtuvo una respuesta, le dio una fuerte patada que le dio vuelta la cara. Agarró su cabeza con una mano y le plantó un puñetazo en medio del rostro mientras lo regañaba, Ichirō querría pensar que estaba defendiendo el honor de su papá, pero conocía a su padre un poco y sabe que no era el caso. Su expresión era la misma que cuando trataba los negocios de Bonten con personas arrogantes.

Vieron al comandante de la Toman repartiendo golpes en el rostro de Kiyomasa hasta dejarlo irreconocible y tirarlo en el suelo con su pie sobre su cabeza.

Con total indiferencia, ese inocente aire juvenil desapareció por las manchas de sangre en su cara, miró a Draken sonriendo.

—Bueno. ¿Vamos, Kenchin? —El tono despreocupado no se parece a su padre frío, tosco y que siempre parecía levantar un muro invisible. La persona que estaban viendo tenía la actitud de alguien con quien podrías hablar de cualquier cosa sabiendo que puede bromear al respecto —Las peleas clandestinas son una estupidez.

Ichirō se indignó.

¡¿Con qué cara dice eso cuando en el futuro tiene más de cinco casinos donde hay una enorme variedad de actividades ilegales como juegos de azar, fraude, prostituciones y zonas dedicadas para los swingers?! Sin mencionar el tráfico de armas, drogas y las relaciones con el mercado negro.

De hecho, las peleas clandestinas son un negocio menor al que solo recurren un par de veces algunos ejecutivos de Bonten y solo lo hacen porque les gusta ver peleas en vivo.

—Escuchen, ¡Dejen de manchar la reputación de la Toman con esto!

Marina e Ichirō intercambiaron una mirada sorprendida ante aquel dúo de comandante y su subcomandante.

¿De verdad acaban de pedir que no “manchen” la reputación de la Toman, cuando en el futuro todos hablan de Bonten como la organización criminal más peligrosa y vengativa que existe en el mundo? Les resulta tan extraño ver a sus padres actuar... bien, casi como buenos ciudadanos.

El mayor de los Sano frunció el ceño con duda. Todavía recuerda la vez que Kazuo, con ocho años, dijo que quería una máquina de palomitas de maíz y su padre, desde Taiwán, le dijo a Sanzu que consiguiera diferentes modelos para que su hijo menor eligiera. Su padre es y será siempre un enigma.

Antes de marcharse, Mikey miró por encima de su hombro a Takemichi despidiéndose con su sonrisa de juvenil inocencia, aunque tenía sangre en el rostro, y siguió su camino.

Ichirō suspiró aliviado de que no hayan roto nada del pasado y todo terminara bien para ellos.

Estaba a punto de regresar al departamento a replantearse la vida de su padre, cuando vio una ráfaga de viento rosa con cabello azabache pasando por delante de ellos. No tuvo tiempo de reaccionar al ver a Kazuo pasar por delante de sus amigos, ignorando a Kōichi que estaba cerca y la mirada incrédula de su hermano mayor, solo se alejó con paso firme y cuando pasó por al lado de su papá, gritó:

—¡Manjirō Sano! —El comandante no se había alejado demasiado, así que pudo escuchar el llamado y se giró para encarar al valiente que se atrevió a gritarle en aquel tono. Kazuo terminó de acortar la distancia y para sorpresa de Draken, sus amigos y los espectadores, le dio un puñetazo.

El mundo se detuvo en ese momento.

Nadie era capaz de pronunciar palabra, siquiera Draken puede creer que alguien haya sido capaz de golpear a su líder frente a tantas personas y seguir parado con firmeza con el puño alzado. Mikey giró la cabeza tocando su mejilla adolorida, el cosquilleo sigue presente y debe admitir que fue un buen golpe. Le dolió un poco.

Podría estar orgulloso si no lo hubiera recibido sin motivo. Miró al chico de cabello azabache y ojos azules parado frente a él, no temblaba como un pequeño cachorro, sus feromonas eran florales y cítricas, fácilmente reconocible como omega.

—Grosero —La palabra atravesó a Mikey por alguna razón, incluso si seguía sonriendo, se removió un poco —Sexista —Esa segunda agresión lo tomó por sorpresa —Bruto —Cada insulto era una flecha certera —Lo que dijiste estuvo mal.

—¿De qué hablas?

—Llamar “perra” a cualquier persona es malo y tu lo hiciste frente a todos, cuando sabes que eso tiene connotaciones sexuales —Ahora todos miraban con curiosidad al pequeño omega, Ichirō se dio cuenta de la duda en su rostros y se preguntó si el término “perra” es el mismo que ellos tienen el futuro —Si quieres ser su amigo hay otros términos que puedes usar.

—¿Si? —Mikey inclinó la cabeza, curioso por todo lo que estaba diciendo aquel niño, hizo una seña con su mano para que Draken no interviniera.

—“Seamos amigos”, “sé mi hermano”, “ahora eres mi bro”, “somos compañeros” o “quiero conocerte” —Siguió explicando sin sentir las intenciones hostiles a su alrededor —Pero si dices cosas como esa en el primer encuentro, dejarás una mala impresión y van a tenerte miedo, en especial un omega que acaba de ser golpeado —Kazuo se cruzó de brazos —Por eso eres grosero, sexista y bruto.

—Eh... yo estoy bien, no me siento ofendido —Dijo Takemichi desde atrás mientras se apoyaba en su amigo de cabello rojizo.

Kazuo terminó su extenso discurso, ignorando por completo a su papá y mantuvo la mirada en los ojos negros de su padre en todo momento. La sonrisa despreocupada del alfa y el ceño fruncido del pequeño omega eran completamente opuestos.

A diferencia de sus hermanos mayores, Kazuo no fue entrenado por algún ejecutivo, sino que su propio padre se hizo cargo de él y es el más cercano a Mikey. Ichirō siempre tuvo como guía a Sanzu, que con todos sus defectos era devoto a su primer príncipe, mientras que Harumi era entrenada por Chifuyu debido a que su hija Manami no podía soportar el mismo entrenamiento, y desde joven Kazuo estaba con su padre.

Fue bastante consentido por Mikey, lo sabe y no niega que eso pudo contribuir en que fuera un poco caprichoso, también heredó su orgullo y necesidad por proteger a los suyos cuando siente que su honor está siendo aplastado.

Ichirō y Marina intercambiaron una mirada preocupada. Saben por qué Kazuo reacciona así por el término “perra”.

Todo por culpa del maldito alfa que fue el primer amor de su hermanito, apenas tenía diez años y ese imbécil unos diecinueve, fueron los dos meses más turbulentos en la familia. Cuando ese idiota lo abandonó al obtener lo que quería, Kazuo estaba destrozado y fue un golpe a su orgullo escucharlo decir que él era fácil porque como omega es “una perra” que en celo se vuelve incapaz de pensar.

Más tarde ese idiota tuvo su merecido a manos de su padre, por supuesto, pero el trauma ya estaba implantado en el joven omega. Apenas tres años y medio desde aquel incidente, el dolor sigue presente en su mente y corazón.

Por ello, ver que su papá era declarado públicamente como “la perra de Mikey”, su preciado padre, lo hizo reaccionar de forma inconsciente.

—Ah... y eso que tienes un buen rostro. Bueno —Mikey se encogió de hombros dando un paso frente al pequeño omega que retrocedió sin querer, había peleado antes con su padre y este nunca usaba sus feromonas para intimidar, pero el rubio frente a él no era su querido padre. Sino el comandante de una pandilla de delincuentes —¿Cómo quieres morir?

—No moriré sin pelear, pero si gano, tienes que retractarte de tus palabras —La fachada confiada de Kazuo cayó un poco al percibir aquel aroma de cedro mezcladas con la tenue fragancia del cuero.

—Eso no lo puedo asegurar —Levantó su puño.

—¡Y yo no te aseguro ser delicado, enano! —Un chico saltó de la nada con el puño en lo alto dispuesto a golpear al comandante.

Mikey giró con la pierna lista para dar una patada alta, el alfa que acababa de llegar pudo esquivarlo a duras penas y el golpe consiguió rozar el brazo, lo que provocó una fricción dolorosa.

Ichirō y los demás se sorprendieron al ver a Azusa interviniendo.

Claramente no atacaría a Mikey si estuvieran en su tiempo, el futuro líder de Bonten siempre fue intocable para ellos, y ahora luce tan diferente y saludable que lo atacó por impulso. Tienen que darle la razón a Misaki, ¡A veces Azusa parece no tener nada en su cerebro! Su fuerza es bestial, como la de su padre Taijū, pero tiene el cerebro vacío cuando se trata de Kazuo, tal como Rokurō con Misaki.

El alfa de piel oscura, cabello castaño en la parte superior y azul rapado en la inferior, se acercó a su amigo mirándolo de pies a cabeza en busca de heridas.

A lo lejos vio el intercambio de palabras dejando que Kazuo hiciera lo que quiere como siempre, pero no intervino porque sabe que el omega es capaz de defenderse y planeaba quedarse como espectador de la pelea. Sin embargo, ocurrió algo que lo hizo reaccionar antes de darse cuenta, lo vio temblar y un sutil cambio en sus facciones confiadas, eso fue suficiente para moverlo hacia adelante para protegerlo del alfa que lograba intimidarlo.

Kazuo le dedicó una sonrisa, las mejillas del alfa se tornaron un poco rosadas.

—Azusa —Marina vio la oportunidad perfecta para intervenir, se acercó a su amigo —¿Qué haces?

—Estamos... tardando mucho y tenemos que hablar de... nuestros negocios —Dijo con desinterés cruzándose de brazos.

—Ya veo —No se dieron cuenta de que estuvieron tanto tiempo afuera.

—Bueno, ya que todo se detuvo —Por primera vez Ichirō intervino mientras se acercaba al llamativo grupo con los gemelos Kawata a sus espaldas, Kōichi del lado izquierdo con los brazos detrás de su nuca y Marina en el derecho con expresión serena. La alfa rubia miró de reojo a Draken, quien le regresó el gesto con curiosidad y ella bajó la cabeza, tímida por estar cerca de su padre. Ichirō empujó la cabeza de su hermano hacia abajo —Disculpa a mi hermanito, es un fuerte partidario del respeto y la igualdad, puede ser un poco impulsivo y suicida.

—¿Ah? ¿Por qué debe disculparse? No dij... —Ichirō también hizo que Shinya agachara la cabeza antes que pudiera decir algo más, los dos omegas refunfuñaron en esa posición y se mordieron el labio. Solo porque estaban frente a Mikey aceptaban ese trato vergonzoso.

—¿Piensan que lo dejaremos así? —Inquirió Draken dando un paso frente al alfa de cabello rubio que sonreía ampliamente con sus ojos azules brillando inocentes, no quiere pensar en el parecido que tiene con su comandante, incluso el estilo de su cabello medio atado en una coleta era similar —¿Acaso no sabes con quién hablas?

—No queremos problemas, por favor, déjenos ir. ¿Si? —El rubio cerró sus ojos en medialuna mientras sonreía.

—Que chicos tan tontos —Las palabras de Mikey hizo que los adolescentes del futuro lo miraran curiosos, el comandante tenía las manos en sus bolsillos y su expresión era menos falsa que la de Ichirō, quien solo mantenía un trato de cordialidad por obligación y para no romper más el delicado pasado —No importa —Se encogió de hombros —Yo no golpearía a alguien solo por defender a otro.

—¿Eh? —Los labios de Ichirō se abrieron en una mueca de sorpresa, Marina y Kazuo estaban en la misma situación. ¿Mikey... les estaba dando la razón, muy a su manera?

—Oye —Mikey se dirigió a Takemichi que ya no necesitaba de sus amigos para mantenerse erguido, el rubio enderezó la espalda con temor y mirando preocupado al comandante —Seamos amigos, Takemitchy —Sonrió con los ojos cerrados —¿De acuerdo?

—Ah... ¡Ah, si, por favor! —Esta vez el miedo y temblores desaparecieron, en su lugar Mikey recibió una sonrisa radiante.

—Tanto drama por un par de palabras —Mikey dirigió sus ojos al omega rabioso que tuvo el descaro de enfrentarlo, sin entender sus propias emociones o el sentimiento de familiaridad que le provocaban aquellas feromonas dulces, el alfa le dio un golpe en la frente al omega. Kazuo tocó la zona herida con sorpresa —Es bueno que defiendas a los demás, pero no te expongas al peligro. Yo soy bueno y por eso, esto no termina en muerte, ¿Entiendes?

El resto, salvo Azusa que sigue confiado en que Mikey nunca lastimaría a su hijo menor, estaban de acuerdo con aquellas palabras. Cuando Mikey peleaba, no era inusual que alguien perdiera la vida o corriera sangre. Así que esa amenaza era muy real y no solo palabrería.

A la mente de Kazuo vino un recuerdo con su padre.

La primera vez que consiguió darle un puñetazo y le dio un consejo similar: “Ser fuerte, no significa ser idiota, pero defender a tus seres queridos cuando la pelea está perdida es de idiotas y fuertes”.

—Si... gracias —La expresión sonrojada y cabizbaja del pequeño omega hizo sonreír de lado a Mikey, no se trataba del mismo interés que nació cuando vio a Takemichi, sino que a ese omega rabioso lo sentía como alguien a quien proteger.

—¿Cuál es tu nombre?

—Kazuo Sa... —Antes de poder decir su nombre, Ichirō lo pellizco por la espalda y le sonrió, esa clase de sonrisa que le decía “cierra la puta boca o te mueres” —...tō. Kazuo Satō.

Si no estuvieran frente a tantas personas, se hubieran dado un golpe en la frente por la falta de originalidad de Kazuo.

Muy inteligente para sus argumentos y defensa, pero un tonto para mentir rápido.

—Kazuo. Bien, será Kyle —Dijo con desinterés, los ojos azules brillaron, era el mismo apodo que usa en el futuro. Volvió a darse la vuelta dispuesto a retomar su retirada, no sin antes mirar de reojo al grupo colorido y luego a Takemichi que lo seguía con expresión curiosa —Nos estamos viendo.

Todos volvieron a inclinarse para despedir a su comandante, al perderlo de vista comenzaron a irse uno por uno.

—Um —Takemichi se acercó al chico que había saltado a defender su honor, aunque realmente no se sintió ofendido por lo que dijo Mikey antes. Ichirō y Kazuo temblaron al estar frente a su papá que murió hace doce años y de quien apenas hablaba su padre porque cada vez que lo hacía, lloraba —Muchas gracias por ayudarme.

—No... está bien —Si con Mikey fue un pequeño perro rabioso, con Takemichi, Kazuo se comportaba sumisamente con la cabeza gacha y mejillas rojas. Él es quien menos recuerdos tiene de su papá, lo perdió cuando todavía era pequeño.

—Pero creo que hay una confusión —Takemichi rascó su mejilla avergonzado —Cuando dijo que quería que fuera su “perra”, no se refería a algo sexual —Esta vez lo miraron curiosos —De hecho, eso fue lo último en lo que pensé, todos entendieron que se refería a que quería que fuéramos amigos.

El rostro de Kazuo se convirtió en una enorme fresa.

Quiso correr detrás de Mikey para pedirle perdón de rodillas, alegando que no conocía el vulgar lenguaje de la calle del 2014, pero su padre ya no estaba a la vista.

¡Había golpeado a su padre por un tonto malentendido! Quiere enterrar la cabeza debajo de la tierra como un avestruz. No es su culpa, en su tiempo —y hasta entonces pensaba que en cualquier año —el término “perra” se utilizaba como una palabra denigrante, ¿Cómo puede ser que en 2014 puede significar “seamos amigos”? ¿O tal vez... le falta tener más vida callejera?

Azusa fue el siguiente en tener un mini ataque de pánico. Intentó golpear al invencible Mikey, ahora solo quedaba rezar a todos los santos del cristianismo como le enseñó su padre y suplicar que su líder no lo recuerde en veinticuatro años.

Takemichi volvió a agradecerles con su sonrisa amable y el rostro golpeado, el resto se habría reído de la actitud sumisa de los hermanos Sano si no estuvieran tan impactados por todas las revelaciones que acabaron de ver y escuchar. Marina conoció a su padre, ya no era una imagen en las fotografías o su motocicleta, de verdad vio a Draken en persona y era mucho más genial de lo que su tío Mikey le dijo, Draken era... fuerte, tan alto como ella y tenía un tono de voz agradable a sus oídos.

Los gemelos Kawata y Kōichi eran los únicos que permanecían apacibles.

El resto siquiera se dio cuenta que Takemichi se fue retirando lentamente, un poco incómodo por el repentino silencio de los extraños, y solo quedaron ellos en medio de la plaza. Los únicos tres que estaban fuera del impacto tuvieron que tirar de sus brazos o la ropa para obligarlos a caminar de regreso al departamento.

Por desgracia, el helado que compraron para los demás se derritió y hubo que tirar los paquetes en un contenedor de basura.

Shinya miró de reojo la expresión boba de Ichirō.

Entre tanto ajetreo, la pelea de la noche anterior y el trato frío de esa mañana, pudo disminuir la tensión luego de ver a las versiones juveniles de los líderes. Tanto que ni siquiera se daba cuenta de que quien tiraba del cuello de su camisa era Shinya, Ichirō solo se dejaba llevar, perdido en sus recuerdos. Él sabe mejor que nadie lo importante que es la familia para Ichirō, incluso si no se lleva del todo bien con su padre y apenas habla de su papá, todavía tiene a todos en un pedestal y por encima de sí mismo.

Sabiendo eso, no es tan extraño que quiera mantener con vida a Kisaki. Porque a pesar de que actualmente no le debe nada a Iori y dejaron de ser novios, para Ichirō sigue siendo una persona importante, aquel de quien estaba, o sigue estando, enamorado y a quien llegó a considerar su “omega”. Por mucho que a Shinya le cueste aceptarlo, así son las cosas.

Una persona madura, buena y con tendencias saludables debería ayudar a su amigo, como cualquier persona normal. ¿No?

A veces ser una buena persona es una puta molestia.

Durante el trayecto hasta el edificio, los diez pisos y regresaron al departamento donde el resto de sus amigos los esperaban.

Kōichi fue el primero en ingresar a gran velocidad, golpeando a quienes iban por delante, con tal de llegar frente a su hermana mayor. Manami estaba leyendo uno de los muchos informes que Sanzu les dio antes de viajar al pasado, acerca de las secundarias a la que asistieron la mayoría de sus padres y personas relevantes, aunque rara vez estaban en clase en el horario correspondiente. Se limitaban a la mínima asistencia indispensable para aprobar o tomaban cursos intensivos después de reprobar.

El resto siguió pasando con lentitud, sus expresiones contrariadas no pasaron desapercibidas.

Gracias al tiempo que tuvo para acomodar sus ideas, esta vez Marina tomó las riendas de la explicación, comenzando a contarles al resto de sus amigos todo lo que había ocurrido. Desde el asunto de peleas clandestinas donde participaba Takemichi Hanagaki hasta el puñetazo que le dio Kazuo a Manjirō Sano.

Kazuo, demasiado avergonzado por lo que hizo, se escondió en el abrazo de Rokurō enterrando su rostro en el torso de su amigo. El pelinaranja acarició su cabeza sin darle importancia a que se había subido encima mientras estaba sentado y ahora lo abrazaba como un koala abraza su rama favorita, tanto los brazos como las piernas de Kazuo rodeaban la cintura y torso de su amigo, algo normal entre ellos, el omega era bastante demostrativo, solo con ellos.

Al finalizar la explicación, Misaki aplaudió a sus inteligentes amigos y supuesto líder. Dejó de pintar las uñas de sus pies, mirando a cada uno de los acusados con reproche, hicieron todo lo que no tenían que hacer y se involucraron con las personas específicas con las que Sanzu dijo que no se metieran.

Ahora el Mikey del pasado conoce a Kazuo y por si fuera poco, ¡Eligieron un apellido poco original! Ahora ya no se llamaba Kazuo Sano, su nombre es Kazuo Satō. Un aplauso para la creatividad.

Mientras Misaki estaba teniendo un mini ataque de estrés, Emiko se reía a carcajadas por todo lo que ocurrió. La omega le lanzó lo primero que tuvo a mano, que terminó siendo el cepillo para el cabello que había usado para peinarse antes de que todos regresaran.

—Como sea —Misaki se hizo masajes en los extremos de la cabeza y tocó su entrecejo para borrar el ceño fruncido, tiene que mantener el control sobre sí misma —Esto fue un error que no volverá a repetirse —Ya más tranquila, terminó de pintar la uña que le faltaba y fue a buscar algo en el maquillaje disperso en la mesa —No estamos en ninguna secundaria y nuestros documentos son falsos, no es como si pudieran rastrearnos con un nombre, ¿No?

—Exacto —Daisuke miró sus uñas, recién pintadas de un bonito color azul zafiro, por Saki —No te estreses. Ese es el trabajo de Sakii.

—Gracias —La rubia rodó los ojos ante la actitud despreocupada del omega azabache con mechas celestes —Regresando a nuestro objetivo, ¿Ya tenemos una idea de cómo vamos a proseguir?

Luego de tanto hablar y pensar en soledad, los ajenos al conflicto de la noche anterior, decidieron dejar la elección a manos de los dos involucrados.

Cualquiera que sea el ganador de la pelea, estaría bien para ellos.

Alfa y omega se miraron fijamente mientras los demás observaban alejados la resolución de aquella disputa sobre la moralidad. Lo más aceptable y ético sería darle la razón a Ichirō, pero lo más factible y seguro es seguir el plan de Shinya, cada uno tenía sus cosas malas y buenas, no pueden decir quién está errado o en lo correcto porque sería mentir.

Si fueran sus padres del futuro, no dudarían en elegir la opción de Shinya porque es lo “normal” en Bonten, sin embargo, ellos siguen siendo adolescentes normales e inocentes, no santas palomas, pero nunca asesinaron a nadie. O la mayoría de ellos.

No obstante, después de todo lo que han vivido y las muertes de su familia, la traición, sangre y fuego, todo eso podía opacar con mucha facilidad su sentido de la decencia. Algunos como Saki, Misaki Hajime-Inui y Rokurō eran los que guardaban más rencor; ese latente deseo de venganza era como una pequeña voz en su inconsciente que estaba esperando el momento adecuado para explotar.

Finalmente el contacto visual fue roto.

Shinya sigue convencido de que su postura es la mejor, no está cediendo por su naturaleza omega frente a un alfa o porque haya cambiado de opinión, lo que hace es darle el beneficio de la duda.

Ichirō se dio cuenta de que Shinya estaba cediendo incluso antes de escuchar sus siguientes palabras.

—De acuerdo, nada de muertes —Del cinturón de sus pantalones sacó un arma de fuego y la dejó sobre la mesa entre el maquillaje de Mitsuki.

—¿Llevaste un arma todo este tiempo? —Preguntó Azusa con sorpresa.

—Mejor prevenir que lamentar —Ichirō lo estaba mirando con reproche —Pero ya no lo haré —Shinya vio al alfa rubio sonreír ampliamente ante sus palabras, le dio la espalda con las manos en su cadera y rodó los ojos —De acuerdo, lo haremos de la forma lenta y moralmente aceptable, como quieras, pero tienes que-

—¡Shinya! —El alfa saltó sobre su amigo omega para abrazarlos por la espalda, envolviendo su delgado cuello con los brazos. Shinya no regresó el gesto ni se movió, se limitaba a mirar hacia otro lado con expresión indiferente —Gracias, eres el mejor.

—Claro, claro —Lo fue apartando poco a poco —Pero de verdad. A la primera oportunidad que las cosas empiecen a joderse, tomaremos medidas radicales, mis medidas radicales.

—Me esforzaré por cumplir con tus expectativas —Shinya lo miró de reojo y no dio ninguna respuesta, en su lugar se apartó de sus amigos apoyándose en una de las paredes con los brazos cruzados, Nahoya siguió a su hermano al instante.

—Con eso claro, ¿Cuál es el plan, genio? —Misaki terminó de aplicar la sombra morada sobre sus párpados, Ichirō miró a su amiga con curiosidad —Ya decidimos no matarlo, ¿Tienes alguna idea de cómo impedir que nos traicione y salvar a nuestra familia?

—No tengo un plan —Ya esperaban esa respuesta —Creo que deberíamos saber lo que está haciendo y evitar que consiga poder como en el futuro.

—Hay que contactar al líder de Moebius —Dijo Manami con los informes en sus manos, Kōichi apoyó la barbilla en el hombro de su hermana para leer la información de Sanzu —Habrá un conflicto con la Toman y en ese conflicto, Hayashida Haruki será arrestado tras la pelea con su líder —Comenzó a explicar —Con su ausencia, deja disponible el lugar de capitán de la Tercera División de la Tokyo Manji, Kisaki utiliza esa oportunidad para unirse a la pandilla.

—Sabía que mi viejo fue arrestado —Rokurō acomodó a Kazuo entre sus brazos, el omega tenía un talento natural para dormir después de atravesar muchas emociones —Pero no que el bastardo de Kisaki tuviera algo que ver.

—Tampoco hay detalles sobre lo que realmente ocurrió —Manami frunció el ceño al leer lo poco que Sanzu pudo recolectar en un par de días —Al parecer hubo un incidente que involucró a personas externas de las pandillas, el señor Hayashida tomó la justicia por su mano y después pagó el precio de su acto.

—Hay que evitar que el viejo cometa una locura —Propuso Rokurō con una sonrisa en el rostro —Eso no es difícil, podemos hacerlo, mi padre siempre fue idiota y fácil de convencer.

—Deberíamos evitar el motivo principal de la disputa —La rubia pasó las hojas hasta llegar a la sección que hablaba del incidente, su ceño se frunció al leer los detalles y Kōichi se tensó a su lado —Unos tipos de Moebius violaron a una chica hasta casi matarla, lo hicieron luego de darle una paliza a su novio y obligarlo a ver todo —El dulce y tranquilo rostro de Manami se frunció en una mueca de terror y asco —Malditos.

—De acuerdo —Misaki terminó de aplicar su maquillaje, ajustó el top estilo corset para acentuar su pecho y acomodó su cabello encima de sus hombros. Todos la miraron intrigados —Hay que moverse.

—¿Qué planeas? —Preguntó Emiko con curiosidad ante el aspecto de su amiga, parecía que estaba por salir a una fiesta.

La azabache sonrió encantada.

—Estoy por robarle una de sus piezas a Kisaki Tetta —Dijo con una confianza tan grande como su ego, se acercó a Ichirō y le guiñó un ojo —Podemos encargarnos de Osanai. Ichirō, Marina y Saki tienen que venir conmigo —Antes de que el rubio pudiera quejarse, Misaki se encogió de hombros —Descuida, cuando digo “encargarnos” no significa que voy a matarlo.

—Imagino que tienes un plan que nos contarás en el camino —Ichirō miró a su amiga omega sin dudar de sus capacidades, ella asintió.

—Misa —Mitsuki se acercó a su hermana con preocupación, al recibir la mirada de Misaki bajó la cabeza tímidamente —¿Por qué... por qué yo no puedo ir?

—No te preocupes, Mitsu —La mayor acarició la cabeza de su hermanita —Lo tengo bajo control. Necesito que hagas otra cosa por mí —Los ojos de Mitsuki brillaron ante la expectativa de tener una misión especial de Misaki, asintió confiada —No digas que sí antes de saber lo que pediré.

—Si es por Misa, puedo hacer cualquier cosa —Sonrió ampliamente.

—Ven, es algo secreto —Misaki miró al resto de sus amigos con burla y se llevó a su hermana menor —Ustedes van a molestar, no los necesito por ahora.

Las hermanas se alejaron del grupo.

Conocen a Misaki lo suficiente como para confiar en sus intenciones, ella nunca podría arriesgar la integridad y seguridad de Mitsuki, si le está dando una misión secreta es porque debe tener sus propios motivos. Como familia y amigos solo queda confiar unos a los otros.

Ichirō ya medio imaginaba la línea del plan que Misaki estaba formando en su cabeza, tenía que trabajar con poca información e iba a hacer una apuesta. Si quiere ganarle a alguien tan inteligente como Kisaki, ella tiene que estar un paso por delante y si había algo que aprendió todos esos años, es a confiar en sus apuestas.

Siguieron hablando del incidente que marcaría el comienzo del desastre haciéndole preguntas a Manami, ella era la que más ha estado estudiando ya que no es buena en las peleas o tratando con desconocidos. Siquiera era capaz de salir de la casa sin ser forzada, por una fuerza superior o ante algún evento importante.

Lo mejor que puede hacer es llenarse de conocimientos.

Desde el otro lado de la sala, los gemelos Kawata observaban el intercambio de palabras sin expresión.

—¿Vas a estar bien con esto? —Preguntó Nahoya en voz baja, mirando en la misma dirección que su gemelo, hacia Ichirō.

Nahoya sabe lo mal que se llevan Shinya y Iori.

—Si —Shinya se cruzó de brazos restándole importancia y rompió el contacto visual con la figura de su líder, ahora miraba a Nahoya que al sentir sus ojos, giró el cuello para regresar el gesto con curiosidad —¿Qué hay de ti? —Nahoya agitó las pestañas, sorprendido —¿Vas a estar bien? Sé lo que sientes por Tachibana.

—Eso no importa —Nahoya no tardó en restarle importancia, en su lugar se acercó más para que Shinya apoyara su cabeza en el hombro —Mi hermano siempre está primero.

Shinya se sonrojó por las palabras de su gemelo menor, desvió la mirada avergonzado y una pequeña sonrisa estaba presente en sus delgados labios. Le alcanza con ser el primero en la vida de alguien, incluso si no era la persona que amaba, su hermano hacía que se sintiera menos vacío.


Información:

Misaki Kokonoi (美咲 はじめ, Kokonoi Misaki) es la gemela mayor de Kokonoi Hajime y Seishu Inui, su nombre significa “belleza” y “florecer” o “belleza floreciente”. Tiene 16 años, es omega y la sucesora de Kokonoi en Bonten.

Apariencia: Naturalmente su cabello negro es ondulado, pero ella decidió hacerse la permanente para tenerlo lacio y largo hasta la cintura con flequillo recortado. Misaki siempre se asegura de estar a la moda tanto con su cabello, ropa, manicura, música y estilo. Usualmente se la ve usando tops, faldas ajustadas al cuerpo, vestidos que delinean su figura y tacones. Tiene una chaqueta favorita de color púrpura sin hombros con volados, líneas negras y los kanjis de su nombre a lo largo del brazo junto a la frase “yo sí tengo actitud”.

Personalidad: Es una chica moderna con una actitud firme y aterradora cuando se trata de negocios, suele ser amable si está de buen humor, pero realmente es bastante ambiciosa, manipuladora y muy orgullosa, llegando al punto de siempre querer tener el control sobre todo a su alrededor. A pesar de su actitud carismática, se enoja fácilmente cuando algo sale mal, sin embargo, es una persona muy cariñosa que se preocupa por los demás y siempre está al pendiente de su hermana gemela. Es considerada una chica gal que se preocupa por su apariencia.

Curiosidad: Es capaz de pelear en tacones (su calzado favorito).

Curiosidad: Es capaz de pelear en tacones (su calzado favorito)

Chapter 8: Latent dangers

Chapter Text


Where Do We Go From Here | Ruelle

❝ Como despertar de una fantasía, todo lo que queda somos tu y yo, somos invencibles en un océano violeta, atrévete a soñar, atrévete a creer.❞

« Para ver un nuevo camino, hay que salirse del camino seguro y animarse al peligro del nuevo.»


—Muy bien, ¿Cuál es el plan? —Preguntó Saki llevando a sus labios uno de los manjūs que compró en el camino.

—Hay que combatir veneno con veneno —Dijo Misaki mientras se acomodaba los múltiples brazaletes plateados en sus muñecas, al sentir las miradas curiosas comenzó a explicar sin levantar la mirada —Osanai es una pieza clave en el comienzo del plan de Kisaki, así que debemos robarlo.

—Oh, ¿Planeas usar tus encantos para seducirlo? —La omega fulminó con la mirada Saki.

—Eso sería lo más sencillo, pero tengo otros métodos —Ichirō vio que su amiga tenía problemas para cerrar el cerrojo de uno de los brazaletes con estilo cadena y se acercó para ayudarla —Gracias —Sonrió a su líder con el brazo extendido —Es más factible que Osanai venga a nosotros por su cuenta.

—¿Qué planeas exactamente? —Saki caminaba a la misma altura que sus amigos con Marina del otro lado y Rokurō, que iba de colado en el equipo porque se negaba a dejar que su amada Misaki corriera peligro —¿Y por qué tuviste que usar ropa de prostituta barata para el plan?

—Si fuera prostituta, sería una VIP —Le restó importancia al insulto y vio todos los brazaletes en sus muñecas perfectamente ordenados como quería —Ya les dije, él tiene que venir por su cuenta.

—¿Y así dices que no vas a seducirlo?

—De esa forma comienza esto —Misaki se adelantó un par de pasos girando sobre la punta de sus tacones y los miró sonriendo confiada, esas muecas les recordaba a cuando eran niños y jugaban a las cartas o cualquier juego de mesa donde apostaban dinero y ella siempre les ganaba —Si somos cercanos a Osanai, será fácil determinar cuando alguno de sus miembros haga su movida, entonces —Fingió que su puño caía y lo chocó en su otra palma —Salvamos a la chica, evitamos la pelea con Moebius, el padre de Rokurō no es arrestado y la Toman no pierde a su tercer capitán.

—Hay muchos huecos —Señaló Marina volviendo a retomar la caminata con Ichirō en medio de ellos y Misaki pegada al alfa, más por costumbre y comodidad que por segundas intenciones —¿Qué pasa si ese tipo intenta sobrepasarse contigo o te ocurre lo mismo que a esa chica?

—En ese caso, ustedes van a cubrir mi espalda y si funciona intentaré que nuestra relación sea por vía texto —Señaló su teléfono.

—¿Qué certeza tienes de que va a hablarte de sus asuntos con la pandilla? —Rokurō sigue escéptico de permitir que la omega ingrese a la guarida del lobo y se acerque a la bestia por su cuenta.

—A los hombres les gusta presumir frente a las chicas —Dijo con mucho orgullo de su propia resolución —Y si son alfas tienen el ego más alto —Les gustaría decir que eso era un estereotipo, pero no pueden negar cierta veracidad en las palabras de Misaki, los alfas en general suelen ser más altaneros que otros géneros —No se preocupen. En caso de fallar, tengo un plan B.

—¿Hablas de esa misión que le encargaste a Mitsuki? —Se detuvieron antes de cruzar la avenida principal de Shibuya, Saki tiró su bolsa de dulces en un cesto cercano.

—Ella buscará información con los miembros de Moebius.

—¡Pero Mitsuki es mala hablando con los demás! —Exclamó Marina con molestia, es de público conocimiento que la beta tiene problemas para entablar conversaciones con desconocidos, ¿Cómo iba a conseguir información con pandilleros que tienen un temperamento volátil? —Voy con ella.

—No —Misaki le sujetó del brazo —Sé las carencias de Mitsu, pero no la subestimes.

—Es tu hermana, ¿No te preocupa que se acerque a esos locos? —La alfa y la omega se miraron fijamente.

—Yo creo que está bien —Marina vio con sorpresa la actitud despreocupada de Ichirō, ambas chicas lo miraron con duda y curiosidad —Sabemos que Mitsuki es retraída, pero cuando se trata de Misaki, hace un buen trabajo —Ichirō apoyó una mano en el hombro de su mejor amiga, la alfa seguía sin estar de acuerdo con ese método, en especial teniendo en cuenta que la beta fue sola —Además, esta es una oportunidad para que pueda mejorar. Si es demasiado para Mitsuki, nos llamará, confía en ella.

—Ah... —La rubia masajeó su cien con fastidio —De acuerdo —Se resignó por ahora —¿Ya vas a decirnos a dónde estamos yendo?

—A uno de los lugares que frecuenta Osanai con sus perros fieles —Frenaron en una enorme tienda con letreros de colores, luces y carteles sobre apuestas, dinero fácil y frases motivacionales para engañar a transeúntes ingenuos —El salón de pachinko.

—¿Cómo sabías de este lugar? —Preguntó Ichirō mirando el lugar con curiosidad.

—Mientras Shinya y tu estaban teniendo su crisis matrimonial —El alfa se sonrojó ante esas palabras, quiso defenderse y alegar que no tenían esa clase de relación, pero a Misaki no le importaba y siguió hablando —Con Nami y Hiroki leímos todos los informes. Hiroki fue a investigar por los alrededores y cuando volvió supimos donde encontrar a Osanai.

—Supongo que podemos comenzar con este loco plan —Marina empujó hacia atrás su cabello rubio —Nosotros vamos a mezclarnos, si necesitas ayuda, estaremos cerca.

—Por favor, ten cuidado Misa —La preocupación en la voz de Rokurō era evidente y su preocupación se notaba en el rostro, Misaki le dedicó la misma sonrisa confiada de siempre y esa que tantas veces lo ha enamorado —Eres tan perfecta.

—Ya vamos, Romeo —Dijo Saki agarrando a su amigo por el cuello de la camisa. Rokurō, Marina y Saki fueron los primeros en entrar como un trío de amigos ordinarios.

Para no levantar sospechas decidieron esperar un poco más antes de seguir al resto, Ichirō admiraba los letreros de luces centelleantes y disfrutaba del momento de tranquilidad antes de iniciar con su parte del plan.

—Sé que tienes planeado más de lo que dices —Susurró Ichirō en un tono neutro —Si no fuéramos amigos, tendrías problemas. Ten cuidado.

Tras esa advertencia, Ichirō entró al salón de pachinko.

Misaki sonrió ante las palabras de su líder, puede parecer tonto, pero es inteligente si quiere. Por eso lo está siguiendo. Porque confía en las capacidades de Ichirō que no duda en seguir avanzando por ese camino regido por su moralidad, a pesar de que muy en el fondo coincide con la postura de Shinya al igual que otros de sus amigos.

El camino que transitaban era demasiado frágil y complicado, si quieren seguir todos juntos como amigos y familia, deben hacer uso de todas sus habilidades para que ese plan salga bien. Si fallan, tendrán un motivo para entregarse a la oscuridad, tal como sus padres.

Acomodó su chaqueta morada que caía de sus hombros hasta los codos e hizo un ligero retoque en su suave maquillaje y tras confirmar que todo estaba bien, dio inicio al plan.

Los salones pachinko que conoce son aquellos que pertenecen a los casinos de Bonten, siempre iba a los que cuentan con mayor seguridad porque su padre no quiere que se involucre en los lugares más peligrosos, así que conoce un poco el manejo de ese sitio.

Es posible hacer las cosas normales en ese lugar, pero si uno prestaba atención a las personas iba a notar algunos arreglos de los juegos, sabotajes, reuniones secretas con tipos elegantes en ese ambiente de clase media, guardias ocultos entre los participantes y distribuidores de drogas usando ropa de estudiantes o adolescentes, quizás lo eran o solo se trataba de intermediarios. Eso no era complicado de reconocer a simple vista.

Misaki buscó entre las muchas máquinas de juego al objetivo, no pudo reconocer la chaqueta roja de la pandilla porque se mezclaba fácilmente con las luces coloridas del ambiente, tuvo que seguir a los miembros que usaban su chaqueta blanca y estaban reunidos alrededor de su líder. Tomó asiento en una máquina de la misma línea para que su perfil quedara al descubierto, a lo lejos vio a sus tres amigos en la barra y a Ichirō bastante entretenido con una de las máquinas, desconoce si está concentrado en el juego o en la misión.

La omega sabe jugar y tiene una idea general de cómo pueden estar arreglados esos juegos, su padre le enseñó que ningún juego con premios, ganancias o apuestas es completamente al azar, es posible aplicar algún método si utiliza la teoría del juego como base. Al final del día, todos los juegos de azar y cualquier apuesta puede ser ganada utilizando las matemáticas.

Gracias a los consejos de su padre Kokonoi y su extenso conocimiento sobre economía, matemática e incluso psicología, le permiten estudiar la mejor forma para ganar. Siguiendo la teoría matemática, puede estudiar la rivalidad entre jugadores, deducir qué piensan y cómo pueden engañar al otro, y como se supone que los jugadores son racionales, es posible llevar a cabo un análisis preciso de las estrategias; solo cuando está frente a un oponente que no se rige por cierta racionalidad, está en problemas, afortunadamente, por lo que puede notar de Osanai... es que es un hombre bastante idiota, torpe y que adora recibir cumplidos.

No estaba ahí para ganar dinero o jugar con los demás y sacarles más dinero, tiene que fingir ser una chica torpe que no sabe cómo funcionan las máquinas y atraer la atención de Osanai.

Para hacer eso, Misaki se quejó en voz alta un par de veces, hizo pucheros frente a la pantalla de la máquina y apoyó los codos en los bordes con una expresión frustrada; su teatro no tardó en funcionar.

Cuando Osanai le dirigió la palabra, Misaki hizo oídos sordos a los comentarios grotescos de los amigos de este y se tragó el desagrado, dedicándole una sonrisa amable. Necesita deshacerse de los otros tipos para poder hablar a solas con Osanai y hacer lo necesario para atrapar su atención.

Solo tuvo que fingir ser una chica tímida entre tantos chicos y Osanai no tardó en alejarlos a todos, de nuevo Misaki tuvo que ignorar esos comentarios retrógrados para seguir con el plan.

Osanai sin la presencia de sus amigos no era tan desagradable, sigue siendo un idiota con complejo de superioridad, la trata como tonta y se cree que es lo más genial, pero no intentaba propasarse y tampoco se ha acercado más de lo socialmente aceptable. Su vocabulario deja mucho que desear y no parecía ser tan inteligente, tal como lo sospechaba, una persona fácil de manipular y que sería útil para alguien tan inteligente como Kisaki. Y para ella.

No fue tan irritante como esperaba.

Es como tener a ese amigo tonto, con cero suerte en las citas y con el ego por las nubes sin ninguna base, no era un mal tipo. Ha conocido peores.

Por un momento, Misaki guardó silencio mirando el perfil de Osanai mientras jugaba con la máquina, ¿Ese tipo de verdad es que el que le dio una paliza a un inocente, violó a su novia delante de sus ojos y la envió al hospital? ¿Es la clase de hombre abusador que se oculta tras una sonrisa? ¿Quizás él también estaba fingiendo para engañarla? ¿Es bueno actuando?

No, no parece ser deshonesto. Los ojos calculadores de Misaki medían cada pequeño detalle de su figura, sus palabras, atuendo y expresiones, todo con tal de tener un perfil específico sobre la clase de persona que era.

Dejaron de jugar en las máquinas entrada la madrugada y salieron juntos del salón en una amena charla. Antes de separarse, Misaki le pidió su número a Osanai y el pandillero no dudó ni un segundo en dárselo, incluso sonriendo con un deje de honestidad que confundía a la omega. De nuevo estaba dudando sobre las verdaderas intenciones de ese tipo, si fuera un bastardo sin escrúpulos como pensaba, le pediría ir a su casa o a algún motel, en su lugar seguía comportándose medianamente bien.

Sigue siendo altanero, cuando alguien choca con él se comporta como un neandertal, algunos comentarios que suelta son misóginos y a cualquiera le podría incomodar su cercanía, sin embargo, algo sigue haciendo ruido en la oreja de Misaki. Lo mismo que le impide bajar la guardia, le está gritando que no es tan mala persona.

Osanai se alejó calle abajo y Misaki tomó el camino contrario.

Permaneció sentada cerca de la plaza, quizás esperando que alguien la atacara, que alguno de los miembros de Moebius le hiciera algo ahora que estaba en un lugar desierto o que Osanai volviera para decirle que era una mujer estúpida. No ocurrió nada de eso.

De verdad nada malo había pasado. Incluso recibió un mensaje de Osanai deseándole buenas noches.

El pasado, las personas que están conociendo, sus relaciones, reacciones, todo es tan raro.

—Felicidades —Ichirō apareció al instante, después de que ella les envió un mensaje diciéndole que esperaran un poco antes de aparecer. Se cansaron de esconderse y decidieron acercarse a la omega que no parecía tan confiada como cuando entró —¿Qué ocurre? ¿Ese tipo te dijo o hizo algo?

Rokurō ya estaba por ir a patearle el trasero cuando Misaki lo agarró del brazo sin eliminar esa expresión contrariada.

—¿Qué pasa? —Preguntó la beta.

—Estoy pensando.

—¿En qué piensas? —Marina tomó asiento en el columpio al lado de su amiga.

—Osanai es un idiota, bruto y no tiene motivo para estar orgulloso de sí mismo, su ego está ridículamente por las nubes sin motivo.

—¿Y?

—¿De verdad permitió que le hicieran eso al amigo del señor Pah-chin y a su novia?

—¿Ah? ¿Lo dudas? Esos tipos son peligrosos, quizás solo se portó bien porque quiere llevarte a la cama —Saki estaba apoyada en uno de los barrotes del juego.

—Si es buena o mala persona, ¿Cambia en algo nuestro plan? —Pregunto Ichirō.

—Mmm... esto cambia las cosas —Misaki comenzó a murmurar para sí misma con el dedo índice sobre sus labios rosados —Podría aplicar eso. Sería mejor —Poco a poco se trazaba un plan en la mente Misaki, sus amigos vieron con incomodidad la sonrisa maliciosa en su rostro —Tengo que confirmar mis dudas, dependiendo de la respuesta puedo hacer una apuesta más grande y obtener más ganancias.

...

—Ludópata —Bufó Saki rodando los ojos, a ella no le importa nada, siempre y cuando pueda golpear a sus enemigos, está satisfecha con seguir cualquier plan.

Misaki sonrió, a su padre no le gustan las apuestas y prefiere ir a lo seguro, pero en su caso siempre estuvo muy inclinada a las apuestas y los juegos de azar. Es divertido ver a cualquier oponente cayendo en desesperación.

Apostar significa que estás dispuesto a arriesgar algo que valoras con la esperanza de recibir algo que tiene un valor aún mayor; Misaki nunca perderá una apuesta por sus amigos. Es escalofriante saber que a Kisaki también le gustaban las apuestas, era muy bueno en ellas, pero Misaki quiere ser mejor.

Ichirō se encogió de hombros ante la repentina emoción de su amiga. Ella sabe lo que hace y si ve que está a punto de perder de vista lo importante de la misión o el control sobre sí misma, él siempre va a estar detrás para atraparlos antes de que puedan caer y tocar el suelo, mientras esté con ellos, ninguno va a perder.

Estaban por seguir hablando del asunto de Osanai cuando un grupo de universitarios borrachos se acercó.

—Oye, la omega —Misaki miró al tipo que le dirigía la palabra —Estás vestida así y luces hermosa, ¿Cuál es tu precio?

—Si tuviera precio, no podrías pagarlo.

—Vamos, vamos, no seas tímida —Antes de que cualquiera de esos siete chicos pudiera acercarse, Ichirō se puso delante de Misaki con una sonrisa amable que estaba lejos de serlo de verdad —No molestes, no tenemos esos gustos raros por alfas. Solo queremos hablar con la chica.

—Me temo que ya escucharon a mi amiga, no pueden pagarla, está fuera de su alcance.

—¿No sabes quién soy? Yo puedo tener a quien quiera.

—Entonces, vaya a buscar a otra chica, ella no está disponible.

—Hey, ¿Quieres pelear imbécil? ¿Por qué sigues jodiendo a mi amigo? Solo es una omega, unas cuantas feromonas y estará en celo como una perra.

—Por favor, retírense, no quiero pelear —Ichirō siente que su autocontrol pendía de un hilo.

—¿Quién te crees, imbécil? ¿Buscas pel-?

Las palabras del chico que gritó fueron cortadas por un certero puñetazo de Rokurō en su mandíbula que logró mandarlo del otro lado de la plaza, permaneció con el brazo extendido bajo la mirada sorprendida de los otros chicos.

—¿Cómo se atreven siquiera a pensar que pueden tocar a Misa? —Dijo con enojo.

—Carajo, ya iba siendo hora de una buena pelea —Saki dio un paso al frente haciendo crujir los huesos de sus dedos.

—Se atrevieron a molestarnos, merecen una paliza —Marina siguió el gesto de su amiga.

—Tengo un honor que defender —La bonita sonrisa de Misaki no concordaba con sus ojos fríos —No tengo nada contra las prostitutas, pero los golpearé por creer que podrían tocarme.

Los siete chicos que hasta ese momento fueron muy valientes, retrocedieron por el aura imponente de aquellos cinco mocosos.

Por desgracia, algunos creen que la valentía es sinónimo de estupidez y pensaron que por ser menos iban a lograr derrotarlos fácilmente. Lo cual era falso con todas las letras, solo pudieron “dar pelea” porque los adolescentes tenían ganas de jugar un poco.

Ichirō fue el primero en abalanzarse tomando distancia con un par de pasos y saltando a la cara de uno de ellos, solo que en lugar de dar una patada como hacía su padre, prefería utilizar sus puños. Golpeó de lleno en el rostro del tipo que más gritaba y sonrió al verlo retorcerse, al menos no se rindió con el primer golpe y regresaba por más.

Fue entrenado con los principios del judo, eso se notaba en sus patadas, pero el estilo de Ichirō era más propio de boxeo y taekwondo, de manera inconsciente se adhiere a ciertas reglas mientras lucha.

Hace menos de un año que decidió cambiar el estilo de patadas por los puños, así que sigue sin ser tan bueno como le gustaría, por eso cuando falló en un golpe y le permitió al otro tipo acercarse lo suficiente como para golpearlo en la cara, decidió cambiar de técnica. Esta vez se lanzó hacia adelante dándole un rodillazo en el estómago, girando hacia la derecha y proporcionando una patada circular, un golpe eficiente que pudo sacarlo de combate al instante; eso y también un diente.

Marina le dio a su oponente un perfecto golpe de izquierda, uno ágil y recto mientras rotaba un poco con el cuerpo hacia el lado derecho del tronco y las caderas, mantuvo su otra mano cerca de la cara para protegerse en caso de recibir un ataque sorpresa, lo cual no era necesario porque claramente esos tipos no sabían pelear de verdad y antes solo estaban alardeando por creer que eran simples niños.

Aprovechando que su oponente le daba la espalda mientras se sujetaba la nariz con sangre, Marina decidió finalizar con una patada descendente que le dio de lleno en su cuello y lo hizo tragar polvo. A su lado vio a Ichirō haciéndose cargo de otros de los idiotas sin problema, finalizando con un golpe de su codo cuando fingió estar distraído para que el extraño quisiera atacar por la espalda.

Posiblemente Saki era la que tenía más ira y violencia acumuladas.

La alfa practicaba todos los estilos de pelea, pero hizo mucho énfasis en la modalidad de kickboxing porque podía usar técnicas más libres y tenía la oportunidad de mezclar lo que sabía de otros estilos. La pelea no tiene descanso hasta que el juez determina el final y cuando se lo propone, ella es capaz de incorporar técnicas de boxeo, karate y taekwondo, en esa ocasión estaba jugando un poco con el chico que se le plantó de frente y le dio un puñetazo en la cara, modulando su fuerza para que no fuera derrotado al instante y pudiera seguir divirtiéndose.

Saki golpeó su rostro varias veces sin piedad hasta que creyó que era suficiente, o podría matarlo, así que como golpe de gracia lo envió fuera de combate con una patada circular media que fue directo a su estómago y lo dejó sin aliento; tenía que agradecerle, porque esa patada normalmente estaba destinada a la cabeza.

Fue bastante misericordiosa.

Misaki sonrió de lado cuando estuvo frente al chico que le habló antes para saber su precio.

Le dio una fuerte patada a la altura de la cintura, aprovechando no sólo su baja estatura sino la fuerza que acumulaba con los extensos entrenamientos en Bonten y todos esos años de danza junto a Shinya, cuando vio al chico agacharse ligeramente aprovechó la oportunidad para girar sobre su eje y darle una patada en la cara con la suela de sus zapatos de tacón color violeta, al tener su pierna elevada hizo lo mismo del lado contrario y pudo ponerlo de rodillas con suma facilidad.

Justo a tiempo Rokurō aplastó el rostro del chico contra la tierra usando su pie y luego se puso de cuclillas para tomarlo del cabello y hacerle mirar a Misaki desde abajo.

Ella se acercó al chico con una expresión divertida, acariciando su nuca en un gesto que podría verse como dulce en otras circunstancias, pero en esta ocasión alertaba de algo peligroso. En lugar de darle un puñetazo, optó por usar su rodilla como ataque porque no quería arruinar sus uñas y lo empujó hacia atrás mientras sollozaba en posición fetal por la sangre que escurría por su nariz.

—U-Ustedes... ¡Monstruos, están locos!

—¿Mhm? No seas tonto, no somos monstruos —Ichirō limpió la sangre que pudo salpicar su rostro y les sonrió despreocupado —Somos los hijos de los monstruos.

Terminaron con lo que fueron a hacer y los supuestos adultos o profesionales en formación, salieron corriendo con narices rotas, algunos dientes ausentes, tal vez una que otra costilla fracturada y con muchos moretones a lo largo de su cuerpo.

Saki se dio cuenta de que todo finalizó y se lamentó. Al menos ya pueden irse a casa, por fin.

La pelea los dejó de muy buen humor y en el camino Misaki jugaba con su teléfono, ganó en su partida del Among Us, ser el impostor es genial, más cuando se es un maestro de la confusión y puede burlarse de sus compañeros online.

Ninguno notó la figura misteriosa que vio el despliegue desde las sombras.

Ichirō caminaba tras de sus amigos con las manos detrás de su nuca, disfrutando del sonido de sus voces riendo o hablando de todo lo que sucedió esa noche. De camino al edificio su concentración fue puesta en el río Tama que atravesaba la ciudad e incluso llegaba a su nuevo hogar temporal, sus ojos se fijaron en el agua y por un momento su cerebro se desconectó para recordar todo lo vivido.

Todavía no ocurrió, pero para ellos sí y no puede dejar de pensar en cómo la sangre se derramó desde las cabezas o cuellos de sus seres queridos hasta el agua de la piscina, con el feroz fuego detrás y cuerpos regados por todas partes. Uno no puede olvidar semejante imagen.

No vio a su padre morir, solo sabe que perdió la vida al recibir incontables balas en su cuerpo y ya no existía en el futuro.

Le gustaría correr donde creía que puede estar su padre, aunque fuera la versión joven, pero sabe que eso no es posible porque se crearía una paradoja temporal y todo ya es bastante jodido. Ni siquiera sabe cuáles son las reglas de su viaje en el tiempo o las condiciones, tuvieron suerte de descubrir que saltar todos juntos al agua les permitía volver al futuro; no quiere pensar en lo que pasaría si alguno de ellos faltara. No. La simple idea de que alguno de sus amigos o hermanos pueda perder la vida es inaceptable.

Tocó el anillo en su dedo índice dándole varias vueltas, un tic que se le ha hecho costumbre últimamente y no puede controlarlo. Cada vez que lo hace es para aligerar un poco su ansiedad por el futuro.

Regresaron al edificio departamental, Misaki no pudo subir todas las escaleras con sus altos tacones y Rokurō aceptó cargarla sin que siquiera de lo pidiera, al ingresar a su nuevo hogar hallaron las luces apagadas, lógico, ya pasaban de las 2:00 AM y cualquier persona se iría a dormir temprano cuando viven con tanto estrés, como ellos.

Kazuo les dejó a cada uno un plato de comida casera, agradecieron la comida y disfrutaron del estofado en un cómodo silencio.

Al acabar de comer, Marina decidió lavar los platos ese día y los demás se fueron a dormir. Quería permanecer despierta un poco más de tiempo hasta que Mitsuki regresara, Kazuo también apartó un plato para ella y seguía en el mismo lugar, eso significa que no volvió.

Esperó en la entrada hasta las tres y media de la mañana hasta que cayó dormida y Mitsuki ingresó por la puerta a las cuatro, al ver a su amiga durmiendo le dejó su cardigán violeta para que no se enfermara y subió las escaleras con el mayor sigilo. Inconsciente de que Marina se despertó apenas la escuchó y pudo percibir el tenue aroma de sangre en las manos de la beta.

Vio la puerta del cuarto cerrarse detrás de Mitsuki.

Dentro de la habitación, la chica de dos coletas intentaba limpiar sus manos en los pantalones de estilo militar color ciruela.

Misaki seguía despierta mientras leía un libro llamado Por qué fracasan los países. Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza mientras tenía una mascarilla en el rostro de una sustancia desconocida para Mitsuki, llevaba una bandana que mantenía apartado su flequillo y una camisa grande con la bandera wiphala que encima tenía escrito “porque quiero, porque puedo, porque me da la gana” y unos pantalones holgados de color negro.

El mismo conjunto estaba doblado sobre la cama de Mitsuki con los colores invertidos.

Antes solían vestirse y usar el cabello igual para confundir a sus padres o amigos, luego ocurrieron varios problemas y ya no pudieron ponerse de acuerdo para seguir con ese juego. No mucho después, cuando volvieron a vivir juntas, no estaban en la misma sintonía porque a Mitsuki no le gustaba usar tanta ropa ajustada y accesorios mientras que Masaki amaba estar a la moda.

Ninguna dijo nada sobre la decepción que pudieron sentir al descubrir que cambiaron demasiado, dejaron de ser como los gemelos Kawata y fue un poco frustrante. Más tarde, Misaki se encargó de elegir varios pijamas iguales para usar con su hermana y aunque nunca dijo en voz alta ese detalle, Mitsuki sabe que Misaki siempre ve a través de ella.

Puede ver los sentimientos que incluso ella misma ignora hasta cierto punto. ¿Cómo no esforzarse por ayudar a su hermana cuando tiene la oportunidad?

Misaki hizo tanto por ella cuando tuvo complicaciones, aunque eso significara meterse en problemas.

Al escuchar los pasos en la entrada del cuarto, Misaki dejó de leer para prestar atención a la recién llegada. Mitsuki seguía parada en la puerta intentando limpiar la sangre de sus manos, ignorando que en el rostro le quedaban algunas manchas debido a la pelea, al parecer no fue la única que se vio obligada a usar la fuerza. Conoce a Mitsuki, sabe que ella no iniciaría pleitos si no hubiera sentido peligro o a alguno de sus objetivos intentando cruzar un límite.

—Mitsu —Susurró la omega extendiendo los brazos para recibir a su hermana, que sin dudarlo saltó sobre su cama para recibir el asfixiante abrazo e inhalar las feromonas de rosas. Los brazos de su hermana eran el lugar más seguro desde que perdió a sus padres —¿Qué tal te fue?

—Tenías razón, dentro de Moebius hay dos grupos, el de Kisaki y el de Osanai —Dijo sin darle importancia a su estado de antes. Misaki se separó de la menor para limpiar el rastro de sangre en sus mejillas —Creo que es fácil romper la confianza. Es una pandilla dominada por el miedo.

—Bien —Acarició la cabeza de su hermanita que sonreía con ternura —¿Por qué fue la pelea?

—Los hombres de Kisaki no querían hablar, tenían mucho miedo de ese cuatro ojos larguirucho, y los de Osanai eran babosos, pero...

—No eran malas personas, ¿No? —Mitsuki asintió, orgullosa de su hermana que pudo deducir eso sin necesidad de que se lo dijera —Mitsu.

—Dime, Misa.

—Creo que haremos una apuesta más grande de lo que esperaba —Misaki le sonrió a su hermana de la misma forma maliciosa que había utilizado antes con sus amigos —¿Estás conmigo?

—¡Siempre!

Misaki sonrió con mayor tranquilidad, le traía mucho alivio recibir el apoyo de su gemela, ella era su espejo y su opuesto al mismo tiempo. Las hermanas tienen una relación única. Es la persona que te ha conocido durante toda tu vida, que debería amarte y estar a tu lado sin importar nada, para las gemelas, la otra era como tener una mejor amiga de la que no pueden deshacerse.

Saben que haga lo que haga la otra, seguirán estando ahí para cubrirse las espaldas.

El resto de la noche Misaki se encargó de limpiar la sangre en las manos de Mitsuki e intento convencerla de que usara una mascarilla para el rostro, pero su hermanita se negaba rotundamente e intentaba alejarse entre risas, disfrutaron de ese momento fraternal olvidando por un momento que el futuro estaba en sus manos.

Del otro lado de la puerta, Marina sonrió al escuchar la risa de aquel dúo de hermanas tan llamativo, ahora que sabe que están bien puede irse a dormir con la mente y corazón tranquilos.

Marina nunca tuvo hermanos ni hermanas, aunque creció con los Sano y es cercana a los tres herederos, no era lo mismo. A veces miraba con cierto grado de envidia a aquellos que pueden decir que han visto nacer a sus mejores amigos, tal como el trío Sano, el dúo Hanemiya, las opuestas hermanas Hajime-Inui, los inseparables demonios gemelos Kawata o los complicados Mitsuya que peleaban, pero siempre estaban para el otro.

A pesar de nunca tener hermanos, para Marina todos ellos eran su familia y los protegería con su vida.


Información:

Mitsuki Inui (みつき 乾, Inui Mitsuki) es la gemela menor de Kokonoi Hajime y Seishu Inui, su nombre significa “tan bella como la luna”. Tiene 16 años, es beta y sucesora ejecutiva de Bonten.

Apariencia: A pesar de ser gemelas y cercanas, Mitsuki no se parece a Misaki. Ella tiene la misma estatura bajita, largo cabello negro como su hermana, pero prefiere tenerlo atado en dos coletas altas y usar el flequillo corto y recto, intencionalmente similar a la forma de Misaki. No le toma tanta importancia a su ropa o cuidado estético, prefiere utilizar pantalones, shorts, camisas holgadas, sin accesorios y zapatillas para siempre estar preparada en caso de que necesite saltar en defensa de su hermana.

Personalidad: Cuando conoce a alguien, Mitsuki es una chica sumisa que acepta lo que todos dicen o hacen, incluso si se siente incómoda con eso, muchos llegan a abusar de su compasión y necesita de otros para darse cuenta de que la están usando. Sin embargo, después de tomar confianza, es valiente y educada hasta con sus enemigos, dispuesta a defender a sus amigos, les ofrece su protección y trata de hablar más con ellos, intentando superar sus problemas para comunicarse. Cuando está lejos de Misaki se siente insegura y odia la sensación de estar sola.

Curiosidad: Fue víctima de bullying durante la temporada que estuvo separada de Misaki tras el no-divorcio de sus padres.

Chapter 9: Involved by mistake

Chapter Text


Life's A Mess | Juice WRLD ft. Halsey

❝ Era una causa perdida con algún amor perdido, no es mi culpa, el dolor me eligió, entonces la encontré, todo mi mundo se puso del revés pero para mejor.❞

« Un espejo puede ser otra persona, una palabra, un libro, una canción


—Has estado tres días con tu teléfono —Emiko miró a Misaki mientras acomodaba los platos en la mesa para el almuerzo —¿Hablas con Osanai?

—Lo estoy adiestrando —Dijo sin regresarle la mirada a su amiga.

—¿Te enamoraste? —Bufó la chica de cabello corto terminando de dejar todos los utensilios en orden, satisfecha con la imagen sobre la mesa, se acercó a Misaki apoyando la mitad de su cuerpo en el respaldo del sofá —Te recuerdo que es veintitantos años más grande.

—Claro que no —La omega empujó el rostro de la beta con brusquedad —Ya te dije que lo estoy adiestrando, necesito conocerlo para hacer mi apuesta.

—Al menos estás haciendo algo —Marina salió de la cocina con un cuenco de ensalada tradicional seguida por Manami que traía la bandeja con aderezos y Kōichi caminaba al lado de su hermana con un cesto de pan, robando de vez en cuando un poco de los aderezos —Y no estás llenando una piscina infantil con agua como Rokurō.

—Oye, me ofendes —El aludido hace rato que había terminado de inflar una piscina para niños bastante grande, en medio de la sala —Este departamento no tiene una piscina y no creo que sea normal que saltemos a una fuente para luego desaparecer, ¿No? Mejor tener esto preparado.

—Rokurō —Ichirō se acercó a su amigo con una expresión seria —¡Eres un maldito genio, hermano!

—¡Lo sé! Soy genial.

—Par de idiotas —Bufó Saki desde el otro lado de la sala regresando su atención al teléfono.

—Terminé —Rokurō vio con mucho orgullo la piscina inflable llena de agua hasta el borde —Esta es la puerta que nos llevará a casa.

—¿Por qué nuestra puerta tiene que ser amarilla con dibujos de aliens? —Daisuke miró con pena su salida de escape.

—¿Qué tiene malo? Los aliens son geniales.

—¿Cómo sabes eso? Nunca viste uno.

—Tu nunca te has enamorado y no por eso dices que el amor apesta, ¿Me equivoco?

Daisuke rodó los ojos sin darle una respuesta al idiota que tiene como amigo, a pesar de todas sus estupideces, hay cierta lógica en sus palabras.

—Creo que deberíamos probarlo —Misaki terminó de hablar con Osanai y se acercó a la piscina inflable con una expresión seria —Necesitamos volver al futuro, tengo que verificar algunas cosas con Sanzu.

—¿Mhm? ¿Ahora? —La omega asintió ante las palabras de Rokurō, quien infló su pecho con orgullo —Já, me llamaron tonto, ¿Quién es el tonto ahora?

—Sigues siendo un tonto.

—Ugh, Misaki, ¿Te mataría decirme “muy bien Rokurō, lo hiciste genial, felicidades”? Sería muy feliz —El beta hizo un puchero ante su amor no correspondido tratando de dar pena con una expresión desdichada.

—Tengo miedo de que se te suba el ego a la cabeza y te vuelvas insoportable —Misaki miró con inocencia a su amigo pelinaranja —Es por tu bien.

—Jodida manipuladora —Saki se burló por la expresión de Rokurō —Bien, vamos a intentarlo ahora.

—¡Ya está el curry! —Dijo Kazuo con una radiante sonrisa y un mandil rosa que decía “kiss the cute cook” —Preparé para todos siguiendo sus gustos, me llevó horas —Miró a todos dibujando la sonrisa más grande que sus amigos le han visto, pero sus ojos definitivamente no sonreían, en su lugar los estaban mirando a todos con oscuridad —Y lo comerán todo.

...

—Creo que podemos ir después del almuerzo —Misaki no admitiría que Kazuo lograba intimidarla un poco, Mitsuki en su lugar se asustó tanto que disimuladamente se ocultó detrás de su gemela.

Ichirō sonrió ante la actitud de su pequeño hermano, puede ser intimidante cuando se lo propone.

Nadie quiere tener en contra Kazuo porque es el que siempre se encarga de la cocina con ayuda de Hiroki y Manami, los demás tienen prohibida la entrada a su lugar de trabajo. Incluso había puesto un cartel con todos los nombres de quienes estaban prohibidos en la cocina, se hizo especial énfasis en Ichirō, Shinya y Misaki.

En palabras de Kazuo, eran “pecadores culinarios”.

Todo lo que preparó para el almuerzo fue puesto en la mesa y, como siempre, estaba delicioso. Kazuo incluso les preparaba sus postres favoritos, ese día tocaba el de Misaki y Mitsuki como recompensa por su esfuerzo con el asunto de Moebius y Osanai, así que ahora había varios platos con brownies de chocolate para la beta y cheesecake para la omega. Los ojos de ambas brillaron al tener los postres ante sus ojos.

Cocinar era algo que le permitía a Kazuo disminuir su sentimientos de ansiedad, impotencia y frustración. Solo es bueno para pelear y cocinar, debe portarse bien porque decidió seguir el plan de Ichirō y no darle motivos para preocuparse. Así que por ahora era lo único que puede hacer.

Además, ser uno de los menores le jugaba en contra, ni siquiera cumplió los catorce años. Él y Kōichi eran los más jóvenes del grupo y, ya sea consciente o no, no los involucran en las misiones de noche porque hay un horario de sueño. Otra regla no dicha en voz alta, pero implícita.

Terminaron el almuerzo sin problemas, tras lavar los platos se reunieron alrededor de la piscina con sus mochilas metidas en bolsas, esta vez vacías en caso de que tengan que llevarse algo más para sobrevivir o documentos extra. Todos miraban el agua con suma concentración y un poco de miedo, no es lo mismo saltar en una enorme piscina de penthouse que meterse a una que estaba destinada a niños pequeños.

Posiblemente todos entraban a duras penas.

—¡El que tenga miedo a morir que no nazca! —Gritó Rokurō para sorpresa de sus amigos y fue el primero en saltar, hundiéndose misteriosamente en la nada misma.

—Mierda, mi cabello otra vez... —Bufó Misaki sujetando la mano de Mitsuki y saltando tras el loco pelinaranja.

Saki se encogió de hombros dejándose caer en la pequeña piscina infantil, detrás de ella saltaron Daisuke y Hiroki en un acuerdo silencioso. Marina fue la siguiente en saltar, se sintió tonta por haber tomado distancia, pero la situación general era tan ridícula que no tenía tiempo de sentirse avergonzada.

Ignorando la expresión desconfiada de Emiko, Azusa cargó a su prima en brazos y entre risas la obligó a saltar como si tuvieran espacio suficiente para hacer una bala de cañón humana. Emiko gritó con miedo y su voz se perdió en el agua.

Nahoya y Shinya miraron el agua con indiferencia y se sujetaron de las manos, antes de saltar se dieron cuenta de que Manami parecía preocupada por lo que ocurriría y Kōichi intentaba darle valor. Intercambiaron una mirada y corrieron hacia los hermanos Hanemiya para sujetarlos por los hombros, logrando empujarlos de lleno en una caída que podría ser peligrosa, pero en su lugar se sintió como ser tragados por la oscuridad.

Los hermanos Sano intercambiaron una mirada, eran los últimos, volverían al futuro donde sus padres estaban muertos y Bonten era un caos.

Apretaron el agarre de sus manos y saltaron juntos.

Tal como las otras veces, fueron recibidos por la fría oscuridad del agua y la falta de oxígeno. Ichirō pudo ver el mismo destello de luz que le indicaba el camino, movió sus brazos y piernas siguiendo lo que debía ser el camino a casa hasta emerger del agua en busca de una bocanada de agua.

Nunca podría acostumbrarse a eso. La sensación de estar ahogándose en medio de la oscuridad sin la oportunidad de reaccionar, era jodidamente horrible, en cualquier momento terminará por odiar el agua o hasta bañarse.

Sin problema llegó hasta la orilla de la misma piscina del penthouse donde se supone que se están ocultando en el futuro. Vio a Sanzu extendiendo su mano para ayudarlo a salir, aceptó el gesto y al instante fue recibido por una toalla caliente mientras Sanzu repetía sin parar “Príncipe, ¿Está bien? ¿Tiene hambre? ¿Frío? ¿Necesita dinero? ¿Una katana? ¿O prefieres más armas?”, Ichirō negó todas las preguntas a medida que recuperaba el aire y se encaminaba dentro del penthouse.

Todos estaban reunidos en la misma sala que usaron para recopilar información y pasaron casi tres días estudiando sin parar, siquiera fueron capaces de dormir sobre una cama.

—De verdad están aquí, hace una semana saltaron al agua y pof —Todos miraron a Sanzu que parecía tener un par de tornillos sueltos —Literalmente desaparecieron, casi me suicido al perder a los príncipes y la princesa, pero decidí esperar por una señal de Satanás... o Dios, él también era una opción, y aquí están —No, le falta toda la ferretería —Volvieron. Todos vivos, sin heridas, alimentados y limpios. Bien. Genial.

—Está drogado, maldita sea —Bufó Misaki notando que Sanzu estaba demasiado eufórico, quizás cualquiera podría estarlo en esas circunstancias paranormales, pero ellos no eran normales.

—Pero... si fueron al pasado y ahora están de regreso, ¿Significa que ocurrió algo?

—Tenemos algunos avances —Dijo Ichirō atrayendo la atención de su cuidador, al verlo tan desesperado por hacer algo y sentirse útil, el adolescente le extendió la toalla para que se encargará de limpiarlo. La vida de Sanzu empieza y termina en sus protegidos, ahora sin su rey y tampoco la descendencia, de seguro lo pasa muy mal porque no tiene nada que hacer; siquiera compañeros vivos y solo puede esperar, es normal que esté en ese estado —Pero necesitamos algunos detalles.

—De acuerdo —Sanzu comenzó a secar los brazos de su príncipe heredero —Cuando se fueron, el tiempo siguió pasando con normalidad.

—Eso significa que nuestra habilidad para viajar en el tiempo de verdad nos permite volver al mismo día —Señaló Misaki escribiendo en una hoja su teoría con Mitsuki secándole el cabello a sus espaldas —Si viajamos hoy al pasado, llegaríamos al “hoy” de hace veinticuatro años —Enseñó el simple diagrama que algunos entendieron y otros prefirieron ignorarlo, las matemáticas, números y estudio no eran lo suyo —En otras palabras, si nos quedamos una semana en el pasado, en el futuro habrá transcurrido una semana también y todos tenemos que estar juntos, pero no necesariamente saltar al mismo tiempo dentro del agua.

—Blah, blah, blah, cerebro, lógica, palabras —Rokurō le restó importancia al asunto de los viajes en el tiempo, mientras pueda salvar a sus padres y hermanos, le resulta indiferente la lógica detrás de toda esa locura —¿A qué vinimos esta vez?

—Cierto —Sanzu terminó de secar a su príncipe antes de dirigirse con la princesa y arreglar su cabello azabache, Harumi sonrió ante las caricias de su cuidador —¿Qué ocurrió con el plan de encargarse de Kisaki Tetta?

—Todavía no lo vimos, pero entramos en contacto con la gente de Moebius —Explicó Ichirō con orgullo.

Sanzu dejó de moverse al escuchar esas palabras.

—¿Y eso qué tiene que ver con encargarse de Kisaki Tetta?

—¿Eh?

—¿Por qué no lo mataron? —La pregunta y expresión de Sanzu eran de genuina incredulidad.

—Se los dije —Bufó Shinya con una toalla en su cabeza y un yogurt de fresas que encontró en la nevera, ignoró la etiqueta de Ichirō, seguramente Sanzu lo compró para sus protegidos.

—Pero... no podemos matarlo, es el padre de Iori —Dijo Ichirō con sorpresa por el cambio en Sanzu, esta vez su expresión se convirtió en una desagradable mueca repleta de odio y repulsión.

—¡¿Dicen que no mataron al maldito traidor que acabó con la vida del rey, se deshizo de todos los ejecutivos y tomó el control de Bonten?! ¿El mismo que intentó matarlos y en una línea de tiempo lo consiguió? ¿Ese bastardo que todavía nos está buscando para terminar lo que empezó? —Sanzu nunca había levantado la voz a Ichirō, solo para gritarle a otros cuando le faltaban el respeto o si no se inclinaban ante él —¿De quién fue la estúpida idea de dejarlo con vida?

—Mía —Susurró Ichirō con la cabeza gacha.

—Oh, bueno, el príncipe tiene un corazón bondadoso y es entendible —El cambio radical en las expresiones de Sanzu hizo al resto rodar los ojos —Kisaki Tetta debería besar el piso por donde camina el príncipe y agradecerle a sus santos por respirar el mismo aire.

...

—Cada vez pierdo más la esperanza —Dijo Shinya en voz baja, resignado a que seguirían la senda del bien como buenos cristianos. Taijū estaría orgullosos de ellos.

—Pero si ya decidieron dejarlo con vida, ¿Por qué volvieron?

—Sabemos que Kisaki pudo traicionarnos y tomar Bonten sin que lo viéramos venir porque subió escalones con la Toman desde el pasado, ¿No? —Sanzu asintió —Entonces, solo debemos impedir que obtenga tanto poder como el que tiene ahora.

—Si es lo que quiere el príncipe... —A pesar de que Sanzu estaba de acuerdo, se lo notaba disconforme, no era el único con deseos de sangre —Pero sigo sin entender qué quieren exactamente de mí.

—Misaki entró en contacto con Osanai —Ichirō señaló a su amiga —Y queremos saber los detalles sobre el incidente con Moebius, en los informes todo era muy general y solo sabemos que tuvo como resultado el arresto del padre de Rokurō.

—Yo no estuve en ese conflicto en particular. Los únicos que asistieron a la primera pelea fueron el rey... la reina, Draken, Pah-chin y Peh-yan.

—Todos están muertos —Dijo Marina tristemente.

—Sabemos que el motivo de la pelea es que Moebius atacó a dos personas externas a las pandillas —Manami tomó la palabra tímidamente, Kōichi se mantenía cerca de su hermana como apoyo moral —Pero... ¿Realmente fue Osanai el responsable? —Muchos ojos se fijaron en ella y la rubia se sonrojó ante la atención recibida —D-Digo, ¿Qué motivo tendría?

—Ninguno —Dijo Sanzu de forma despreocupada, estaba por sacar algo para fumar cuando recordó la presencia de sus protegidos y se abstuvo de drogarse delante de ellos —No fue Osanai quien que lo hizo, pero si alguien utilizó el nombre de Moebius y, en consecuencia, el de ese tipo. Uno de los miembros tuvo problemas con un amigo de Pah y como venganza, sucedió lo que ya saben.

—Entonces fue un plan de Kisaki —Susurró Misaki en voz baja —Lo sabía. Ese hijo de puta —Frunció el ceño ante las ideas que pasaron por su mente —Si hubiera hecho algo equivocado, mi apuesta se iría al demonio.

—Osanai solo fue una pieza de Kisaki, al usarlo pudo deshacerse también de Pah-chin y más tarde tomar su lugar.

—¿Más tarde? ¿No fue al instante? —Preguntó Ichirō con curiosidad.

—No —Sanzu agitó la cabeza hacia los lados, pensar en el pasado le provoca jaquecas, quiere inyectarse algo —Casi hubo un conflicto interno entre Draken y el rey, fue bastante jodido y la Toman tenía opiniones divididas —Los adolescentes intercambiaron miradas ante esas palabras, ¿Draken y Mikey peleados? No lo creen posible —Pero la reina intervino en la disputa, todo se solucionó y, aunque no pudo evitarlo, si logró retrasar el ingreso de Kisaki en la Toman.

—¿Papá? —Los ojos de Ichirō brillaron, recuerda a su papá peleando contra aquel estudiante mucho más alto y fuerte. ¡Por supuesto que su papá evitaría un conflicto entre los fundadores de la Toman! ¡Él es genial y fuerte!

—Si, incluso salvó a Draken el 3 de agosto durante la segunda pelea con Moebius.

—¿Segunda pelea? —Manami recuerda vagamente esos informes, eran tantas fechas y palabras que todo se mezclaba en su mente.

—La primer batalla fue una emboscada en un almacén abandonado y la segunda tiene lugar en el festival del 3 de agosto, allí Draken es apuñalado, pero sobrevive gracias a la reina —Sanzu tampoco recuerda muy bien los detalles de ese tiempo porque no le era interesante, él pertenecía a la división que se encargaba de dar castigos a los traidores o idiotas de la Toman, era bastante libre, así que solo participaba en las batallas de pandilla cuando eran muy importantes —En el segundo asalto, Osanai ya fue desechado y en su lugar, Kisaki hace su jugada dejando a Hanma Shūji como líder temporal en Moebius.

—Ah, ya recuerdo —Manami tocó su dedo índice de la mano derecha —Tras la primera derrota, la pandilla pasa a manos de Kisaki, la mitad se queda con él —Señaló su dedo mayor —Y los otros se fueron con Hanma formando otra pandilla, ¿No?

—Si, pero no creo que sea necesario hablar de eso —Sanzu le restó importancia —Si consiguen que Osanai no sea manipulado y evitan que Kisaki gane poder, será suficiente.

—Listo. Ya tengo lo que necesito —Convencida con la información recibida, Misaki miró a través de la ventana descubriendo que ya era de noche y tenían que volver rápido al futuro para poner en marcha su siguiente parte del plan —Ichirō —Se dirigió a su líder que al instante le dio su atención —Necesito hablar contigo.

Misaki e Ichirō se alejaron de sus amigos para hablar en privado.

El resto decidió seguir estudiando, algunos de ellos, la mayoría prefería comer o dormir antes del próximo viaje temporal. Hicieron algunos comentarios respecto a lo sucedido durante el conflicto con Moebius y Sanzu les dio tanto detalles como recordara.

Hablaron del incidente con Draken, por desgracia no obtuvieron detalles sobre cómo Draken fue capaz de sobrevivir, pero Sanzu les dejó en claro que no había nada de lo que preocuparse porque en ese tiempo Takemichi se hizo cargo de la situación, a su manera y quedando bastante herido, y eso era algo de lo que no necesitan preocuparse.

A partir de ese evento en particular, la relación entre Mikey y Takemichi se vuelve cercana, lo demás era irrelevante.

También fueron capaces de conocer algunos detalles sobre las pandillas del 2014, siendo en ese momento, la más grande y temida la de Moebius porque estaba conformada por miembros de la generación pasada y conocidos de prisión, contaba con trescientos miembros y tenía completo control sobre la región más importante de Japón, Yokohama.

La Tokyo Manji pudo estar a su nivel poco a poco, con ayuda de la adhesión de Kisaki y otros eventos que no solo resaltaron a Mikey como el más fuerte, sino a la pandilla como la más grande, formidable y resistente; tras su disolución cuando estaban el pico del poder, nació la Kantō Manji que luego dio lugar a Bonten como una organización criminal liderada por Manjirō Sano y lo demás ya es historia conocida.

Bonten creció y creció hasta que poco a poco los viejos miembros de la Toman se fueron uniendo, cuando estaban establecidos y tenían una base sólida de ingresos, protección y reconocimiento, llegaron los futuros herederos de cada ejecutivo y miembros de la organización hasta que se convirtieron en la primera generación de la nueva mafia japonesa. La organización interna era algo que todos sabían gracias a la convivencia diaria entre todos, reuniones familiares, cenas entre amigos y compartir siempre el mismo ambiente.

Sin embargo, les sorprendió escuchar de los labios de Sanzu, otra vez, que no deben intervenir en el Halloween Sangriento.

En caso de que no puedan evitar ciertos eventos, estaba bien, pero ese en particular tiene que permanecer sin alterar porque es uno de los puntos más delicados para todos en la organización y, especialmente, para Manami y Kōichi. A pesar de que no recibieron una explicación de Sanzu, aceptaron no intervenir en la pelea contra Valhalla.

Cenaron en silencio, Misaki e Ichirō no dijeron nada sobre lo que hablaron en privado y los demás tampoco preguntaron, la confianza era algo que debía permanecer inalterable sin importar que no se dijeran todo.

Por esa noche decidieron dormir en el futuro y volverían al pasado a la mañana siguiente, con las ideas claras.


Uno a uno fueron saliendo de la pequeña piscina para niños, Ichirō agradeció porque esta vez lograron volver en un lugar aislado como su departamento y no en una fuente en medio de la plaza de Shibuya. Podía imaginar diversos anuncios sobre un grupo de raritos que aparecía de la nada dentro de una fuente.

Esta vez se quedaron un día en el futuro y, tal como les dijo Sanzu, había pasado un día en el pasado. Todo estaba exactamente igual a como lo dejaron, pero algo cambió a partir de ese momento.

Misaki, Mitsuki e Ichirō empezaron a salir juntos sin compañía de nadie para reunirse con Osanai o personas de Moebius.

Lo que sea que estaban planeando, comenzaba a intrigarlos.

Dejaron pasar esa actitud por un par de días, hasta que Rokurō recibió un mensaje de Ichirō con una dirección de Yokohama y le pidió que llevara a quien quisiera porque estaban por lidiar con algunos idiotas. El pedido fue tan repentino que el pelinaranja tardó un instante en reaccionar, estaba acostado en su cama leyendo una revista de motos cuando recibió el mensaje.

Salió de su cuarto a toda prisa mientras saltaba en una sola pierna para ponerse los pantalones, en el camino tocó varias veces el cuarto de Marina y Saki, hizo lo mismo en la habitación de los gemelos Kawata y los primos Shiba. Cuando todos salieron alcanzaron a escuchar a su amigo cayéndose por las escaleras. Kazuo se asomo por la cocina ante el ruido.

Desinteresadamente se asomaron por el borde del piso superior viendo a Rokurō en sus calzones rosados con unicornios verdes que en la parte trasera tenía escrito “I ♥ my butt”.

—¡Ichirō! —Gritó desde el piso mostrando la pantalla de su teléfono, a pesar de que nadie podía ver lo que decía el dichoso mensaje, escuchar el nombre de su líder hizo que prestaran atención —Creo que ya es nuestro turno de lucirnos.

—Paso —Azusa refunfuñó sin interés, se notaba que estaba durmiendo y, si Kazuo no salía de la casa, no tiene motivo para moverse a menos que se lo ordene.

—Yo también —Emiko siguió el ejemplo de su primo y lo siguió a su habitación compartida —Si necesitan ayuda, llamen a los Mitsuya.

—No tengo nada que hacer —Los gemelos Kawata se encogieron de hombros, a pesar de que las palabras fueron de Shinya, era bien sabido que si uno de los hermanos iba, el otro también. En ese momento recibieron otro mensaje de Ichirō y luego de Mitsuki, intercambiaron una mirada, ellos tienen una misión diferente.

—Ya iba siendo hora de saber lo que esos tres se traen entre manos —Bufó Marina regresando a su habitación en busca de su chaqueta celeste —¿Vamos, Saki?

—Nunca le digo que no a la oportunidad de golpear a alguien —Saki sonrió con sadismo siguiendo los pasos de su amiga.

Rokurō terminó de vestirse con ropa que encontró en la cesta que era para mandar a la lavandería, olfateó la prenda un par de veces para confirmar que no olía tan mal y al saber que era aceptable, decidió usarla.

Los hermanos Sano también intercambiaron miradas por el despliegue.

Quisieron ir con ellos, pero antes de abrir los labios recibieron un mensaje de su hermano diciendo que necesitaba conseguir un par de cosas para más tarde. Harumi y Kazuo intercambiaron una mirada curiosa ante la peculiar actitud de Ichirō, aceptaron hacer su parte como estaba estipulado y se encogieron de hombros; ante eso Azusa volvió a salir de su cuarto cuando Kazuo tocó su puerta diciendo que saldría y el alfa los siguió como siempre. Bajaron todos juntos del edificio y separaron sus caminos.

En el departamento, Daisuke se encargaba de reunir información de los pervertidos de Moebius, tal como Misaki le dijo, para controlar sus movimientos desde los dos lados. Tanto del grupo de Osanai como que pertenecía a Kisaki, en cuanto obtuvo la información deseada se le formó una sonrisa en el rostro y envió los datos a sus amigos.

Miró a través de la ventana del cuarto compartido con su hermano mayor. Hiroki estaba acostado en su cama con los audífonos en sus orejas e ignorante del mundo, Daisuke se encogió de hombros y le dio la espalda para imitar las acciones del más alto.

Al dejar de sentir la mirada ajena, Hiroki miró de reojo a su hermano menor que escuchaba música con los ojos cerrados. Cada vez el abismo entre ellos es más grande y conocen el motivo.

Fuera del edificio, Rokurō intentaba descifrar el nombre de la calle y las extrañas indicaciones.

En el camino Ichirō les dijo que compraran media docena de cebollas, dos plantas de lechuga, cuatro tomates y medio kilo de fresas. Hicieron lo indicado con duda en sus expresiones hasta que finalmente llegaron a la calle destinada, escucharon ruidos provenientes del callejón, pero antes de poder investigar fueron empujados con fuerza entre dos columnas del edificio y desaparecieron de la vista de cualquier transeúnte.

—¿Qué carajos? —Rokurō vio primero a Ichirō con una expresión seria en lugar de la sonrisa tonta de siempre y a Misaki apoyada contra la pared usando una chaqueta roja que le quedaba muy grande —¿Ese es el uniforme de Moebius?

—Si, lo necesitaba para mi plan y se lo pedí a Osanai —Dijo la omega mirando la chaqueta con fastidio, le quedaba grande y el color rojo no combina con sus tacones púrpura.

—¿Y para qué nos necesitan? —De nuevo escucharon quejidos, Marina frunció el ceño —¿Qué es eso?

—Comenzaron a atacar al amigo del padre de Rokurō —Explicó Ichirō mirando en la misma dirección del callejón, antes de que cualquiera de sus amigos pudiera intervenir, se interpuso en el camino —Esperen.

—¿Cómo quieres que esperemos? ¡Van a darle una golpiza a ese tipo y violarán a su novia!

—¿Qué planean ustedes dos? —Preguntó Marina mirando a Misaki que permanecía inalterable en su postura sobre la pared y a Ichirō que lucía muy preocupado.

—Este es el disparador de la guerra contra Moebius, la primera piedra —Dijo en voz baja y mostrando seriedad en su rostro —Vamos a detenerlos como si fuera una coincidencia. Si intervenimos al instante va a ser extraño y van a deducir que nosotros sacamos información, así que lo haremos lucir como un accidente —Marina sigue escéptica —Por eso Misaki tiene la chaqueta de Osanai.

—Pasaré por este mismo callejón y cuando alguien me pregunte tendré una coartada: “Estaba ahí porque debía devolver la chaqueta de mi amigo, con Ichirō decidimos volver” —Explicó sin dejar de prestar atención a la pelea en el callejón —Ustedes salieron de compras y nos encontramos. No hay que levantar sospechas.

—Estoy segura de que tienes otras intenciones —Marina miraba a la omega con duda.

—Si, también usaremos esta información para acercarnos a la Toman y evitar la implicación de Moebius —Misaki frunció el ceño —No sé si podremos evitar la pelea del festival, pero... al menos evitaremos que el padre de Rokurō sea arrestado y deje el puesto de la Tercera División vacante.

—Bueno, bueno —El pelinaranja le restó importancia —¿Y cuándo mierda podemos intervenir? ¡Odio quedarme sin hacer nada!

—Kurō —El apodo, la sonrisa y los ojos verde oscurecidos de Misaki hicieron que Rokurō sintiera una emoción indescriptible —Ya puedes hacer lo que quieras con esos idiotas.

Rokurō sonrió golpeando su puño en la otra mano.

Salió de aquel escondite intercambiando una sonrisa con Misaki, que parecía compartir su emoción en la misma magnitud, el beta sin previo aviso saltó sobre uno de los tipos que sujetaba a la chica y lo lanzó al suelo con un puñetazo.

Los ocho chicos alrededor se rieron por aquel intento de héroe y dijeron varias cosas sobre que iban a darle una paliza u ocupar el lugar de la chica, pero Rokurō no entendió ninguna de esas palabras porque pensar no era su fuerte y mucho menos con basura que involucraba a inocentes en los asuntos de otros. Tal vez pertenece a una organización criminal que comete delitos diariamente, sin embargo, tiene una madre y no puede hacerse a la idea de lastimar a una mujer; a menos que le busque pelea como suele hacer Saki.

Ignorando las múltiples quejas del grupo que lo rodeaba volvió a lanzarse sin pensar sobre el otro pandillero que sujetaba a la chica de su brazo.

Es tan jodidamente divertido pelear, mucho más cuando esos imbéciles se lo merecen.

Recibió algunos puñetazos por dejarse llevar e incluso llegaron a golpearlo en la espalda con un trozo de madera bastante grueso. Los tipos se rieron al ver que recibió aquel golpe de lleno y estaban celebrando, pero Rokurō permaneció con la cabeza gacha sintiendo la sangre bajando por su cabeza y enderezó la espalda.

Bajo la mirada impactada de todos deslizó su lengua por la línea de sangre que pudo llegar hasta sus labios y les sonrió dejando entrever el deseo monstruoso en su interior, él no es como sus amigos que finge ser una persona débil y pacifista.

En recompensa por el golpe que recibió antes, Saki apareció tras la espalda del atacante con un tubo de metal y sonrió con sadismo.

—Sorpresa, imbécil~♡ —Dijo con una voz dulce dejando caer la tubería en la cabeza del idiota que golpeó a Rokurō, el golpe fue tan repentino y fuerte que empujó al chico contra la pared en un ruido sordo. Saki aterrizó sobre sus borcegos empujando su cabello hacia atrás y con el tubo en su hombro —Muy hombres para atacar en grupo pero en realidad son cobardes que atacan por la espalda ¿Eh? Bueno, no importa —Las pupilas de sus ojos morados se expandieron —Yo tampoco discierno a la hora de golpear en lugares con peligro de muerte.

—Hey, hey, no retrocedan —Rokurō se paró junto a su amiga con la misma expresión de asesino, ambos extasiados ante la posibilidad de poder dejar fluir el rencor acumulado por el horrible futuro del que vienen, no eran sus verdaderos enemigos, pero se iban a conformar —Esto acaba de empezar.

Saki y Rokurō volvieron a saltar hacia adelante para retomar la pelea.

La alfa era una luchadora desalmada y muy violenta, durante las peleas suele recurrir a tácticas peligrosas y el uso de armas, ya sea un bastón de metal, algún tubo o incluso ladrillos para golpear despiadadamente a su oponente.

Es una de las que ha matado entre sus amigos, por lo tanto, no tiene miedo a mancharse las manos con sangre con tal de proteger a sus personas amadas y tiene mucha confianza en sus habilidades para las peleas, tanto así que siendo joven se convirtió en un miembro oficial de Bonten bajo el cuidado de su tío Rindō. A Saki le gusta burlarse de sus oponentes y hablar con falsa tristeza.

Rokurō por su parte es un tipo rudo, sin miedo a pelear, poco inteligente pero confiado, fiel a sus seres queridos y no le importaría perder su vida con tal de ver a las personas que quiere a salvo.

Siendo uno de los luchadores más fuertes y resistentes, acabaron con los siete enemigos con facilidad.

Rokurō, Saki y Azusa eran el Trío de la Fuerza Bruta entre sus amigos, el lado más violento en su máximo esplendor; siendo Azusa el más violento cuando alguien logra tocarle los nervios y, su característica más relevante, disfrutan de las peleas con pasión y no buscan la victoria, solo quieren pelear por placer.

Saki terminó con el último que la estaba atacando dándole una patada en la pierna logrando romperla en el proceso y Rokurō le rompió la nariz al otro tipo dejándolo inconsciente.

Acabaron con la basura sin complicaciones.

La pareja que fue atacada antes estaba impactada por el despliegue de golpes y patadas que presenciaron, esos debían ser los únicos pandilleros que han visto que pueden pelear de semejante forma y no lucir cansados. Todo lo contrario, hasta lucen revitalizados.

Ichirō se acercó al chico prácticamente desnudo, solo tenía su ropa interior, y hasta hace poco los brazos atados y Misaki hizo lo mismo con la chica que llevaba el uniforme roto por aquellos imbéciles, el sostén rasgado y con algunas marcas de dedos en sus muñecas. Los invitaron a su departamento para tratar con las heridas, allí tenían todo lo necesario para ayudarlos por Ichirō le dijo a sus hermanos que fueran a comprar.

—Ugh, e-esa... chaqueta... —Uno de los tipos que los había atacado se fijó en Misaki.

—¿Sigues consciente? —Saki agarró de nuevo el tubo de metal para darle un golpe y mandarlo al mundo de los sueños, tal vez el de los sueños eternos, le haría un favor al mundo.

—La perra de Osanai —Misaki frunció el por ese apodo —Mierda.

Saki lo dejó inconsciente de una patada en la cara, se abstuvo de usar el tubo porque Ichirō negó con la cabeza.

Desde abajo, Misaki frunció el ceño mirando a todos los chicos inconscientes, ahora que se dieron cuenta de que ella estaba usando la chaqueta de su líder iba a comenzar la disputa interna en Moebius. Osanai no sabía nada de lo que ellos iban a hacer, Misaki lo sabe porque ha estado hablando día y noche con él, incluso conoció a algunos miembros, todo es una trampa. Su trampa.

Ahora que tienen el control de la situación, pueden moverse con mayor libertad.

Ser la “perra” de Osanai solo es una trampa visual, los tipos de Kisaki la ven como una chica cualquiera y los de Osanai poco a poco eran más agradables. Solo falta encargarse de la pareja agredida, Harumi y Kazuo ya tienen preparado lo necesario en el departamento.

Del otro lado de la ciudad se encontraba Mitsuki, Shinya y Nahoya siguiendo los pasos de los miembros de la Toman, tanto de los fundadores como de sus miembros. Desde su escondite del otro lado de la calle, en ese momento estaban siguiendo a los líderes hasta su escuela, Mitsuki ha estado haciendo eso durante los últimos días a pedido de su hermana para saber qué ocurría en las reuniones de la Tokyo Manji y saber si alguien ya tenía problemas con Moebius.

Recibieron un mensaje de sus amigos alegando que pudieron evitar la desgracia, el trío de espías al fin pudo regresar al departamento.

Ahora es cuestión de tiempo hasta que el amigo de Pah-chin lo llame y le diga lo ocurrido, solo después de ese momento podrían hacer uso de todo en lo que trabajaron y ver si funcionó el plan de Ichirō y Misaki.


Información:

Azusa Shiba (梓 柴, Shiba Azusa) es el único hijo de Taijū Shiba y Ren Sakurai, su nombre significa significa “lirio”, “de los cielos” o “lirio celestial”. Tiene 19 años, es alfa y uno de los herederos ejecutivos de Bonten.

Apariencia: Azusa es un chico de piel bronceada y musculoso, cabello castaño corto y rizado, con la parte inferior teñida de azul y ojos dorados. Lleva ropa simple como camisetas sin mangas, un overol azul claro que se ata a la cintura, botas militares negras con cordones rojos y una cadena dorada alrededor del cuello con un relicario rectangular donde tiene una foto de su padre, su papá y en medio de ellos tres. Azusa tiene la espalda tatuada con los tres símbolos del segundo género, de arriba hacia abajo comenzando por los omegas, seguido por los betas y finalizado con los alfas, según su orden de apreciación (los omegas más importantes en honor a su papá, los betas mediadores de problemas y los alfas esclavos de impulsos).

Personalidad: Es un chico que suele intimidar por su apariencia y estatura, además de contar con feromonas dominantes como su padre, tiene una personalidad muy directa y apasionada. A pesar de su buena actitud, es malo leyendo el ambiente, pero está determinado a proteger a los débiles y aplastar a los fuertes. Tiene un fuerte sentido de lealtad hacia Kazuo Sano, llegando a tener un vínculo donde saben lo que hará el otro o sus pensamientos sin necesidad de hablar, a pesar de entenderse, no pueden estar lejos del otro por mucho tiempo y siempre que Kazuo está en cualquier sitio, Azusa está junto a él. Sus sentimientos y relación con Kazuo es complicada hasta para sus propios amigos.

Curiosidad: Taijū estaba en contra de su nombre porque es el de una flor (asociado normalmente a los omegas) y dijo frente a todos en Bonten que era ridículo que un alfa se llamara así, pero su pareja (omega) lo hizo cambiar de opinión de un día para el otro. Después de eso, Taijū incluso dijo que “Azusa” es el mejor nombre que podría tener su primogénito porque era original, revolucionario y único.

 Después de eso, Taijū incluso dijo que “Azusa” es el mejor nombre que podría tener su primogénito porque era original, revolucionario y único

Chapter 10: Time starts running

Chapter Text


ARC TWO
—— Destiny Moebius ——
(CP. 10 to 17)

❝ Ichirō Sano (α), es el heredero de la peligrosa organización criminal llamada Bonten. Tras una cruel traición, ¡Salta en el tiempo con sus amigos!

Regresa 24 años al pasado y se propone a hacer todo lo posible para salvar a su familia y cambiar el futuro.

Pero el cruce de caminos entre Ichirō, su  padre Mikey (α), actual comandante de la  Tokyo Manji, y su papá Takemichi (Ω), hace que la historia  cambie. Comienzan a  revelarse secretos del pasado dando inicio al destino moebius que desafía el sentido común y la lógica.❞

𝚃𝙸𝙼𝙴𝙻𝙸𝙽𝙴 𝙾𝚁𝙸𝙶𝙸𝙽𝙰𝙻: 2038
𝚃𝙸𝙼𝙴𝙻𝙸𝙽𝙴: 2014


Moral Of The Story | Ashe

❝ Los jóvenes se enamoran de la persona incorrecta a veces. Algunos errores se cometen (...) puedes creer que estás enamorado cuando realmente estás sufriendo.❞

« Por lo general, lo que puede conducir al corazón de otro, es algo insospechado


El Santuario Musashi servía como base de operaciones de la pandilla Tokyo Manji.

Desde el exterior se apreciaba el estilo del templo, el modelo general de un santuario sintoísta de origen budista que se encontraba en la cima de una pequeña montaña con una larga escalera de piedra y un torii en la entrada, la cual tenía como adornos un par de perros-león, contaba con un pabellón de abluciones y un puesto de ema justo al lado.

También estaba rodeado de arbustos y árboles, era como estar viendo aquel templo en medio de la oscuridad con la luz lunar como única iluminación, si uno bajaba la mirada se encontraba con el pie de la montaña donde había un estacionamiento que en ese momento se hallaba repleto de motocicletas con miembros de la Tokyo Manji.

Ichirō no pudo evitar comparar ese centro de reunión tan normal y público con la enorme habitación de reuniones de los ejecutivos de Bonten, el famoso Salón Shiva.

Le resulta irónico que en los comienzos de su padre como delincuente haya decidido un santuario como centro de reunión y en el futuro se decidiera como punto de reuniones una enorme sala con el nombre de un dios capaz de crear o destruir lo que desee y que domina diversas fuerzas sobrenaturales del cosmos, representaba la destrucción y la transformación universal. Lo más irónico es que aquel nombre también significa “el benévolo”.

Con cada día que pasa, Ichirō estaba más y más intrigado por su padre, el radical cambio en su vida, personalidad, objetivos y comienzos.

Ahora él estaba oculto debajo de las escaleras junto a Misaki, Shinya, Nahoya, Marina y Rokurō en espera a recibir la señal de Mitsuki que se estaba encargando del asunto de Osanai junto a este mismo, ambos buscando a los culpables del ataque de hace dos días.

Mitsuki, Osanai, Kazuo, Azusa y Saki se harían cargo de eso. A Osanai realmente no le importaba demasiado el asunto, ya tenía problemas con la Toman por una disputa sobre el territorio de cada pandilla, pero gracias a la intervención pasivo-agresiva de Ichirō y Mitsuki lograron convencerlo de que si iba a haber una pelea, que sea por ese tema y no por acusaciones graves como un intento de violación, agresión y casi muerte.

Tal vez Osanai lo hacía para sorprender a Mitsuki o de verdad sintió culpa, solo Ichirō y Mitsuki sabían esa respuesta, ya que todavía no hablaban de todos los detalles de sus verdaderas intenciones.

Rokurō era el más ansioso por la espera, quería irrumpir en la reunión de los futuros ejecutivos y decir la verdad, pero Ichirō no lo permitía.

Mientras esperaban la señal hacían su mejor esfuerzo por relajarse, a lo lejos podía escuchar los gritos de emoción y pudieron ver un poco cuando los pandilleros se convirtieron en cachorros ante la presencia de Mikey. Algo no muy diferente al futuro, aunque esta vez el aura no era tan intimidante, claro que sigue teniendo esa fuerza imponente que los obligaba a bajar la cabeza, solo no eran tan aprehensivo.

Ya debían estar hablando del asunto de Pah-chin, desde su posición lograron escuchar las réplicas de este mismo y los gritos del resto exigiendo venganza. A pesar de que la pandilla pertenece a Mikey, había un ambiente diferente al que conocen en Bonten.

La Tokyo Manji se sentía como un lugar en el que podías pedir ayuda con confianza si alguien te hería, como una familia que aplicaba el “todos para uno y uno para todos”, mientras que Bonten se mantiene un ambiente de frialdad y solo unos pocos privilegiados tienen la oportunidad de ser defendidos, no cualquiera es importante, los que están por debajo de los ejecutivos son... reemplazables.

Misaki saltó en su lugar al recibir un mensaje de Mitsuki, se había quedado mirando la pantalla de su teléfono atentamente y cuando vio la notificación se acercó a Ichirō.

El pequeño descuido de Ichirō hizo que soltara el brazo de Rokurō, quien al verse libre siguió su impulso de idiotez.

—¡Yo me opongo! —Intervino abruptamente en la reunión de la Tokyo Manji llamando la atención de todos los miembros uniformados, desde abajo, Ichirō y los demás se cubrieron el rostro avergonzados e intentaron avanzar hasta a su amigo fingiendo que no estaban afectados por lo que hizo —Mierda, quería decir eso.

—No me digas —Bufó Nahoya pasando por al lado de su amigo y dándole una patada en las rodillas para lanzarlo al suelo.

Ichirō pasó lo siguió y le dio un golpe en la cabeza.

Marina al instante se posicionó al lado de su mejor amigo al mismo tiempo que Misaki, Shinya permaneció atrás con una expresión indiferente, Nahoya caminaba con falsa amabilidad en sus facciones y Rokurō se recompuso al instante. Antes de que pudieran pasar la mitad del grupo, siempre ignorando los agravios e insultos de los delincuentes, uno de los miembros de la Toman intentó agarrar a Ichirō.

En un ágil movimiento, Marina agarró el brazo de aquel tipo doblándolo detrás de su espalda.

—No puedes tocar a Ichirō —Dijo con voz seria.

—Tranquila —Ichirō le dio pequeños golpes en el hombro a la rubia que estaba ejerciendo más fuerza de la necesaria, ella aceptó dejando libre al chico y volvió al mismo lugar. El alfa rubio de ojos azules llegó hasta el pie de las escaleras con una sonrisa despreocupada y enseñando las manos en señal de paz —No queremos pelear, sino hablar.

—¿Ah? ¿Quién crees que eres para-? —Pah-chin fue detenido por un gesto con la mano de Mikey, todos vieron en silencio a su comandante, esperando que golpeara a los que se atrevieron a irrumpir en su reunión.

No dijo y tampoco hizo algo, se limitaba a mirar al alfa a sus pies.

Ichirō sonrió con una gota de sudor cayendo por su rostro, está teniendo horribles recuerdos de su infancia donde entrenaba con su padre y siempre era derrotado. Ni una sola vez pudo ganarle a su padre en una pelea o siquiera darle un golpe honorable sin estar al límite del cansancio.

Si... todavía lo recuerda. Recuerda a su padre mirándolo desde arriba con una expresión de total indiferencia y un leve rastro de decepción porque no era un alfa fuerte, tuvo que entrenar mucho y en diversas áreas para ser un luchador aceptable.

Ahora lo estaba mirando con altivez y sin un rastro de interés, lo contrario a su hermano menor que era el predilecto de su padre y la organización o el orgullo que representaba su hermana como alfa perfecta.

Los ojos de Ichirō rompieron el contacto visual por costumbre, lo hizo de nuevo, desvió la mirada y eso era una muestra de derrota. Su mirada recorrió las líneas del suelo hasta llegar a una persona que se encontraba a un costado de las escaleras, Ichirō se sintió mucho mejor al reconocer la dulce fragancia de dulces tradicionales, su papá lo estaba mirando con curiosidad y un ligero rastro de preocupación.

Ichirō le dedicó una sonrisa amable que tomó por sorpresa a Takemichi, de todas formas regresó el gesto por inercia. Aquel intercambio de sonrisas atrajo la atención de Mikey que seguía en la cima mirando a todos seriamente, frunció el ceño sintiendo un deseo infantil de intervenir en aquel intercambio de miradas.

No fue necesario hacerlo porque alguien más interrumpió el ambiente tenso.

—¿Esa no es la perra de Osanai?

—¡Tienes razón! La he visto con él varias veces.

—¿Qué hace aquí esa omega? ¡No queremos a las putas como tu!

—¿Vienes a abrirte de piernas por tu novio?

—¡Já, como se esperaba de omegas como ella!

—No estemos interesados en mujeres fáciles, ¡Regresa al burdel de donde saliste!

Misaki no se inmutó ante la cantidad de insultos dirigidos a su persona, estaba acostumbrada a la mayor parte de ellos.

Siendo omega, mujer, con una actitud “libertina” y ropa que suele ser “motivo” para seducir a otros, muchas personas le han gritado diversidad de cosas cuando caminaba por la calle. Incluso durante el tiempo que asistió a la secundaria, las chicas con las que se cruzaba en los baños o pasillos le decían que lo mejor era que dejara de estudiar y se pusiera a trabajar en una esquina. Claro que cada una de ellas recibió una paliza de sus propios puños, Misaki siempre tuvo la apariencia de una omega deseada y perfecta, pero su actitud era todo lo contrario. La palabra “sumisa” no estaba en su diccionario.

Quien se llevó la peor parte de esos años de acoso escolar fue su hermana, así que Misaki tuvo que endurecer su personalidad para defenderla y ayudarse mutuamente a salir de ahí.

Así que no le importa. Le resulta indiferente.

...

Pero siempre duele un poquito, porque a esas alturas casi consideraba a Osanai como un amigo y no iba a ser hipócrita, sabía lo que otros iban a decir de ella por acercarse con sus pintas a alguien como Osanai y de todas formas lo hizo. Así que no puede sentirse mal, ya debería estar preparada, eso no es nada.

Un quejido atrajo la atención de Misaki. Al voltear se dio cuenta de que Rokurō había golpeado al chico que estaba más cerca y seguía burlándose de Misaki por ser la puta de alguien.

—Perdón —Dijo con falsa culpa en su rostro frío, continuaba con la pierna elevada y las manos en los bolsillos de su pantalón deportivo corto —Había una araña en tu estómago.

Como amigo de Misaki, sintió la necesidad de hacer algo en contra de esos idiotas. También porque no puede aceptar que insulten a la chica que le gusta.

Shinya paró delante de todos todavía con las manos ocultas, su mirada pasó por el rostro de cada uno que se atrevió a insultar a su amiga y otros que ahora lo miraba con fastidio por haber atacado a uno de los suyos. No iba a retroceder ante las intenciones hostiles, creció entre ellas.

Muchos idiotas de Bonten le dijeron que no podía formar parte de la organización por ser un omega pequeño, afeminado, delgado y con feromonas más dulces que cualquier otro, pero a él le valió una mierda todo y siguió entrenando hasta superar a los mismos alfas de su clase. Logrando despertar su gen recesivo hasta ser un dominante completo. Patear el trasero de esos tipos no era muy diferente a enfrentarse a los imbéciles de Bonten.

Shinya ya se estaba poniendo en guardia junto a Nahoya y Rokurō, este último guiado por la emoción, al igual que el resto de los pandilleros, cuando una voz detuvo cualquier intención ofensiva.

—¡Suficiente! —Gritó Mikey controlando la situación antes de que se saliera de control.

Todos retrocedieron dando fin a la posible pelea que estaba por desatarse, Shinya continuaba frustrado hasta que sintió una palmada en su cabeza.

Levantó la mirada encontrando la sonrisa de Ichirō, chasqueó la lengua con disgusto y se cruzó de brazos para seguir con el plan. Nahoya se mantuvo al lado de su hermano y Mitsuki le dedicó una sonrisa agradecida.

Rokurō estaba decepcionada, él quería sangre, pero entonces vio la sonrisa de Misaki mientras lo miraba y su corazón saltó. Al instante Misaki desvió los ojos.

—¿Qué es lo que quieren? —Mikey dirigió sus ojos negros al par de orbes azules que lo miraban desde abajo con sentimientos indescriptibles.

—Se trata de lo que ocurrió con los miembros de Moebius.

—¡¿Te atreves a venir a nuestro lugar y hablar de esos malditos?! —Gritó Pah-chin acercándose a Ichirō a grandes zancadas, el alfa no se alteró y Marina se interpuso en medio —¡Se merecen que los matemos a golpes!

—No estamos diciendo que no puedan hacer eso —Dijo Ichirō sin apartar la mirada de Mikey.

—¡¿Ah?! ¡Yo no soy inteligente como ustedes, no entiendo nada de eso!

—¡Pah tiene la capacidad intelectual de una pulga de agua! ¡Vayan al grano, imbéciles!

—Oh, dios por dios, se parece tanto a Rokurō que siento pena —Bufó Nahoya intercambiando risas con Marina que asintió estando de acuerdo y Shinya cubrió su boca para no reírse.

—¿Mhm? ¿De qué hablan? Sé que es sobre mí, pero no entiendo —Rokurō se acercó a sus tres amigos que claramente se estaban burlando de él —Mi viejo es genial, defiende a su amigo.

—También eres genial —Dijo Misaki en voz baja, Rokurō no puede creer que ella por fin le hiciera un comentario positivo y por poco comienza a llorar —Pero eso no te borra lo idiota.

—Ugh, siempre acaricias mi corazón y después le das una patada.

Dejaron de hablar para volver a centrarse en la discusión entre Ichirō y Mikey, una competencia entre padre e hijo, sin que el rubio de ojos negro lo supiera.

—El ataque contra el amigo de tu capitán no fue planificado por Osanai —Explicó Ichirō con seriedad, esta vez no iba a bajar la mirada y buscar apoyo en su papá, tiene que ser firme si quiere salvar a su familia y encontrar un futuro mejor —Él no tiene nada que ver, de hecho, se enteró hace poco de lo sucedido porque Misaki se lo dijo.

—Explícate —Mikey continuaba mirándolo desde arriba.

—Hace unos días nos reunimos con Osanai para pasar el rato y cuando nos despedimos, Misaki olvidó regresarle su chaqueta, así que volvimos sobre nuestros pasos y escuchamos una pelea en un callejón. Nos sorprendimos por ver a nuestros amigos peleando con tipos de Moebius.

—¡¿Esperas que creamos eso?! ¡Seguramente Osanai no le dijo la verdad a su perra y ella solo está creyendo que es importante!

—No estamos hablando de eso —Renegó Ichirō, agotado por escuchar términos como “perra” o “puta”, en Bonten nadie se atrevería a faltarle el respecto a los sucesores ejecutivos, sea omega, alfa o beta—Cuando ellos vieron a Misaki estaban sorprendidos —Siguió explicando con voz fuerte y confiada —Después, ella fue a hablar con Osanai y él le dijo que no estaba enterado de nada.

—Sigue siendo irrelevante. Fueron sus hombres quienes atacaron, él debe responder por ello —Draken estaba tomando la palabra por primera vez —Es la ley de las pandillas.

—Hace poco la Tokyo Manji organizaba peleas clandestinas por dinero usando a niños de secundaria baja y no por eso toda la pandilla es igual, ¿O sí? —Dijo Marina desde el costado de su amigo, tembló al dirigirse a su padre, pero mantuvo la cabeza en alto, decidida a apoyar a su propio comandante. Aunque no fueran una gang como tal —No estaban al tanto y se hicieron cargo del responsable que estaba a cargo de un capitán pero no castigaron a dicho capitán. ¿O si? Es lo mismo con Osanai, él no lo sabía y está dispuesto a entregar a los culpables.

—¿Dices que Osanai no quiere pelear? —Dijo Pah-chin con burla.

—Si ustedes quieren pelear por sus asuntos de territorio o lo que sea que hagan, bien, pero no busquen venganza contra la persona equivocada —Dijo Misaki restándole importancia y haciendo un gesto con la mano dejando ver sus perfectas uñas lilas con líneas negras.

—¡¿“Lo que sea que hagan”?! ¿Piensas que esto es un juego? —Misaki nunca creyó preferir a Rokurō por encima de alguien, pero en ese momento lo prefería mucho más que a su padre, Pah-chin gritaba mucho y estaba cansada de oír sus quejas. Ellos mismos se estaban complicando la existencia —¡Si no fuera por unos tipos que aparecieron de la nada y ayudaron a mi amigo y su novia, todo se podría haber ido a la mierda!

—Oye, nosotros fuimos esos tipos —Alegó Rokurō con la mayor obviedad.

—¿Qué?

—Estábamos pasando cerca y vimos lo que ocurría, por lo tanto, intervenimos —Dijo el chico pelinaranja encogiéndose de hombros. Ocultarse tras la indiferencia era mucho mejor que pensar en sus ganas de llorar y deseo de abrazar a su padre, la última vez que lo vio tenía un agujero en la cabeza, estaba muerto junto a su madre —Incluso intercambiamos números —Rokurō señaló su teléfono donde estaba la casilla de mensajes, efectivamente, ha estado hablando tanto con el amigo de Pah-chin como con su novia sobre series —Son muy agradables, viejo.

Los adolescentes del futuro quisieron golpearse la frente de nuevo ante el desliz de su amigo.

—¡Por supuesto que son agradables! Kenji y Aoi merecen todo lo bueno del mundo —Pah-chin se dio cuenta del apodo final —¡¿A quién llamas “viejo”?! ¡Parecemos de la misma edad!

—¡A pesar de cómo luce Pah, sigue siendo joven! —Atacó Peh-yan en el mismo tono.

—Eh, lo siento tío —Otra vez Rokurō tuvo un desliz y obtuvo como castigo un pisotón de Misaki, quien siempre llevaba tacones altos —Mierda.

—¡No soy tu tío!

—Lo siento, lo siento —Antes de que Rokurō pudiera seguir soltando estupideces, los gemelos Kawata lo sujetaron con fuerza de cada brazo y cubrieron su boca con las manos. Era eso o darle un rodillazo en el estómago cada vez que abría la boca, Nahoya quiso la primera opción y Shinya lo detuvo con la mirada.

—Que coincidencia que hayan pasado cerca de ese lugar —La atención fue desviada a Mitsuya Takashi, a pesar de que en el futuro era una de sus personas favoritas, en ese momento los miraba con duda.

—Estábamos haciendo las compras —Dijo Nahoya con una sonrisa.

—¿Entre tantos?

—Hey, cuando vivas en un departamento con otras quince personas y tengas que comprar comida para todos, dime si no llevarías refuerzos —Rokurō consiguió escaparse del firme agarre de los gemelos para responder aquella pregunta, ni siquiera era necesario mentir en ese detalle, como les dijo Misaki, ellos de verdad hicieron de pasada las compras para la cena.

Mitsuya agitó las pestañas varias veces, sorprendido por aquella revelación despreocupada por parte de los desconocidos.

Frunció el ceño.

—¿Todos son familia?

—¡Somos manada! —Dijo Rokurō con mucho orgullo de sus palabras.

—Me refiero... —No sabe cómo expresar en voz alta sus dudas, Misaki se dio cuenta de lo que Mitsuya quería decir y decidió decir la verdad a medias.

—Somos huérfanos y decidimos seguir juntos en lugar de ser separados por algún orfanato —Misaki ladeó la cabeza con una sonrisa amarga, diferente a las muecas que vieron antes, si tan solo supieran que sus padres estaban ahí e intentaban salvarlos —Osanai me ayudó cuando unos idiotas intentaron propasarse conmigo —Esa era una media verdad, durante una de sus muchas salidas con Ichirō y Osanai, ella se alejó para llamar la atención de unos chicos y después mostrar rechazo, todo para que su nuevo amigo interviniera —Y ahora quiero regresarle el favor.

—Osanai salvó a alguien de mi manada —Ichirō se ubicó delante de sus amigos con el pecho inflado de orgullo, orgullo por cada uno de sus amigos y confiado en las capacidades de todos —Siempre se debe regresar un favor. Además... —Todos esperaron expectantes a las siguientes palabras, les sorprendió ver el cambio de una expresión severa a una amable —Como que me agrada Osanai y es mi amigo, es normal querer ayudar a un amigo.

Misaki se sorprendió ante las palabras de Ichirō.

A ella en particular le agrada Osanai porque es tonto en muchos aspectos y bastante manipulable, pero se guardó esos sentimientos porque sabe que tiene algunos aspectos volátiles y preocupantes.

No dijo nada porque no quería poner en una mala situación a Ichirō, de alguna forma el neandertal de Osanai le agradaba, pero tiene una personalidad tan jodida, complicada y tendencias machistas muy arraigadas, sin embargo, con mucha insistencia sería capaz de arreglarlo. Claro que no dijo nada de sus intenciones y deseos de ayudarlo, no quiere que sus amigos se vean obligados a seguir su sentimentalismo.

Ichirō miró a Misaki por encima del hombro con una sonrisa radiante que hizo a la omega abrir los ojos con sorpresa.

Se cubrió el rostro avergonzada.

A pesar de que ella es la más inteligente de su grupo, tiene la astucia de una serpiente y es buena en los negocios, todavía sigue siendo demasiado lógica cuando se trata de sentimientos e intenta darles una explicación. Cuando realmente sabe que Ichirō la apoyaría si quisiera ayudar a alguien que no tiene nada que ver con su futuro, era solo un peón de su enemigo, pero Misaki ya se había encariñado con ese peón y deseaba ayudarlo a acomodar su vida.

Incluso si intenta excusarse de que lo quiere usar más tarde o que lo está adiestrando en casos de emergencias, Misaki no quiere admitir que un poco en el fondo tiene sentimientos y puede ser tan sensible como Mitsuki. Su rostro tenía las mejillas rojas por la pena. Ichirō de nuevo vio en los corazones de los demás.

Si su habilidad fuera algo lucrativo, podría hacer negocios con ese poder. Apartó su vergüenza sonriéndole en gesto de agradecimiento.

—¿Qué dices, Manjirō Sano? —Preguntó Ichirō regresando su atención al comandante que ya no estaba parado sino sentado en la cima de las escaleras, esta vez mirándolo con curiosidad —Si quieren pelear por territorios, Osanai no tiene problema, pero el caso de aquel ataque...

Mikey no alteró sus facciones.

El chico delante de sus ojos era bastante interesante, tanto como aquel omega que se atrevió a darle un puñetazo frente a muchas personas. Normalmente odiaría a los que son altaneros y lo miran desafiantes, pero esos chicos les caía bien.

Apoyó su codo en una de las rodillas y el mentón en la mano, ladeando la cabeza hacia un lado permitiendo que los mechones rubios acariciaran sus mejillas.

—¿Qué dices, Pah? —Preguntó mirando a su amigo.

Pah-chin miró a su comandante en busca de alguna señal y no pudo hallar nada, luego se dirigió a los cinco desconocidos que interrumpieron la reunión sin culpa alguna.

—Si Osanai entrega a los culpables, puedo dejar pasar el asunto —Le restó importancia al tema, como si realmente no le afectara en nada y sin hacer notar que hace quince minutos estaba furioso —Y solo porque ustedes ayudaron a Kenji y Aoi, ¡Pero la próxima vez los mataré!

—Bien —Draken atrajo la atención —¡El problema de Pah fue resuelto, ahora nadie tiene motivos para atacar a Moebius hasta la siguiente batalla! —Ichirō ya sabía que no iba a ser capaz de evitar ese segundo encuentro, pero al menos ahora Pah-chin no será arrestado y solo tendrían que vigilar desde las sombras que todo siguiera el mismo camino original —¡¿Les queda claro?!

—¡SI!

—¡De acuerdo! —Mikey se levantó mirando a su pandilla —El 3 de agosto... el día del festival Musashi, va a ser la gran batalla por el territorio de Moebius.

—¡SI!

Ichirō miró a sus amigos, estaban sonriendo por haber logrado su objetivo. Un paso por delante de Kisaki.

Chocaron los cinco con Ichirō mirándolos, feliz ante su emoción. Haría lo que fuera para proteger esas sonrisas y darles el futuro que todos se merecen, él iba a encargarse de que cada esfuerzo no fuera en vano. Tocó el anillo de su dedo índice con nerviosismo y misteriosamente eso le hizo sentir mejor.

Tenían la intención de irse para no tener que seguir modificando el pasado, pero Draken les pidió que esperaran en un costado, junto a Takemichi, hasta que la reunión terminara para hablar de algunos detalles sobre el asunto de Osanai.

Aceptaron sin estar del todo convencidos.

Les sorprendió ser recibido por la radiante sonrisa de Takemichi, la cual contrastaba con las expresiones serias e intimidantes de los demás.

A Ichirō le hubiera gustado traer a sus hermanos menores que tienen menos recuerdos con su papá. Al mirarlo no pudo evitar recordar que dentro de doce años, él iba a morir porque un camión va a arremeter contra los puestos de un festival donde estaba ayudando, ese iba a ser el primer festival al que irían como familia y el primero de Kazuo que en ese momento tenía dos años, a punto de cumplir tres.

Ver a su papá sonriendo despreocupado, sin saber quién era e ignorante a su trágico destino, apretaba su corazón. Takemichi no tiene idea de que va a morir repentinamente dejando atrás a su impredecible alfa y tres cachorros pequeños que apenas estaban comenzando a vivir, ese mismo año Ichirō descubrió que era alfa, Harumi aprendió a dar una patada y Kazuo iba a cumplir tres años.

Esos recuerdos que deberían ser dulces fueron aplastados por el amargo sabor de la tragedia. La peor nevada de su vida.

Takemichi ladeó la cabeza con curiosidad, los ojos del alfa rubio con ojos azules ya no mostraban determinación y confianza, en su lugar veía tristeza y permanecía cabizbajo. Inconsciente de sus acciones, estiró el brazo para acariciar su cabeza.

Su tacto hizo que los hombros de Ichirō estuvieran tensos, aunque al instante se relajó e incluso se inclinó ligeramente contra su mano para buscar más caricias. Las mejillas de Takemichi se tornaron rosadas ante la adorable imagen ante sus ojos, el alfa de ojos azules parecía un pequeño cachorro que despertaba nuevos sentimientos en su corazón y lo hacía sentir como si flotara en una nube, no sabe de dónde viene ese deseo de darle mimos al chico. Algo similar sintió cuando vio al omega azabache frente a Mikey.

Poseen algo familiar que despierta en él instintos que no sabía que tenía.

Siquiera notaron cuando la reunión dio por finalizada y Mikey se acercó al grupo junto a sus capitanes, al ver que Ichirō estaba recibiendo mimos de Takemichi se activó el lado caprichoso del comandante, quien interrumpió aquel momento de forma brusca al meterse, literalmente, en medio de ellos y reemplazar a Ichirō bajo las caricias de Takemichi.

Ambos alfas rubios se miraron desafiantes, azul zafiro chocando contra los onix negros. Marina masajeó su cien ante el deja-vu que estaba teniendo y Draken suspiró cansado por la actitud infantil de su amigo.

El llamado de dos chicas consiguió romper el fulminante contacto visual, a poco y nada de comenzar a soltar feromonas para espantar al otro.

Takemichi se acercó a la chica de cabello castaño rompiendo el contacto con la cabeza de Mikey y la chica rubia hizo lo mismo, acercándose al comandante con confianza y una radiante sonrisa.

El corazón de Marina se estrujo al reconocer a su madre.

Ha visto muchas fotografías de Emma Sano y podría reconocerla en cualquier línea temporal. Su madre tenía un bonito cabello rubio, ojos dorados como los de ella y su figura era tan hermosa como la imaginó. Emma sintió la persistente mirada de Marina y se acercó con una sonrisa.

—¡Hola! Soy Emma —Se presentó amablemente, Marina asintió con la cabeza gacha, intimidada por la presencia de su madre a quien no tuvo la oportunidad de conocer.

—Soy... Marina —Dijo con un hilo de voz.

—Marina, que bonito nombre —La alfa rubia se sobresaltó cuando Emma agarró sus manos con demasiada emoción y los ojos brillantes —Es extranjero, como el mío, ¡Me gusta mucho!

—G-Gracias... mi mamá... lo eligió —Se apartó del tacto por timidez, agradeciendo que Ichirō estuviera cerca para golpear levemente su espalda baja y darle ánimos.

—Es bonito, también me gusta tu ropa —Sonrió Emma y de repente sacó su teléfono —¿Intercambiamos números?

—¿Eh? —Marina miró a Ichirō en busca de una respuesta, el alfa se encogió de hombros dándole la completa elección a su prima, duda que puedan ser grandes amigas o algo por el estilo, pero hablar lo mínimo y necesario debería estar bien —Claro.

—Takemichi —La chica castaña miraba a los únicos que no llevaban uniforme de la Toman con curiosidad —¿Y ellos?

—Son... amigos, vinieron con información sobre un asunto de la pandilla —Takemichi se hizo a un lado para dejar ver por completo a la chica —Ah, ella es Hina, mi novia.

...

—¿Perdón? —Ichirō cree haber escuchado mal.

—Soy Tachibana Hinata —La castaña hizo una reverencia con las mejillas rosadas y una sonrisa amable —Es un placer conocerlos.

—Tachibana —Bufó Shinya atrayendo las miradas del grupo a su alrededor, menos de Ichirō que continuaba en shock por lo que acababa de descubrir, ignoraba por completo la expresión burlona de su amigo —A esto lo llamo justicia poética.

Nadie comprendió el significado de esas palabras, salvo los amigos de Shinya.

Después de todo, Hinata Tachibana era la madre de Iori Tachibana, el ex-novio de Ichirō, a quien tenían muy presente a la hora de asesinar a Kisaki Tetta, el padre de este mismo.

Ahora tiene un poco más de sentido que Mikey estuviera tan en contra de aquella relación, posiblemente Hinata y Takemichi rompieron en malos términos, así que la tensión siempre estaba presente y ese era el verdadero motivo por el cual Hinata nunca aparecía en las reuniones, no solo por su deseo de llevar una vida tranquila. Nunca supieron que ellos estaban en una relación, nadie les decía nada y solo dedujeron que había conflictos con Kisaki.

Miraron de reojo a Mikey, el comandante permanecía imperturbable e indiferente, no se parece en nada al alfa que le dio una paliza a un tipo de la mafia italiana por haber mirado con morbo a Takemichi.

El ambiente tenso que se formó por el lado de los ajenos a la Toman fue roto por el teléfono de Misaki, quien se alejó para responder la llamada.

Sus facciones pasaron de tranquilas a preocupadas hasta el fin de aquella conversación.

—¡Ichirō, Osanai acaba de llamarme! —El pánico en Misaki fue captado por algunos de los miembros que seguían en los alrededores, que miraron con curiosidad, especialmente los comandantes que estaban sorprendidos de ver a la orgullosa omega con una expresión pánico. Ichirō salió de su sorpresa para mirar a Misaki —Esos tipos... están muertos.

Otro cambio en la historia tuvo lugar en aquel pasado que estaba siendo reescrito.


Información:

Manami Hanemiya (まなみ 羽宮, Hanemiya Manami) es la hija mayor de Kazutora Hanemiya y Chifuyu Matsuno, su nombre significa “amor bello”. Tiene 17 años, es omega y protegida de Bonten (sin planes de inserción directa como ejecutiva).

Apariencia: Manami tiene el cabello rubio, ondulado y largo, suele recogerlo en dos coletas a la altura de las orejas, sus ojos son agua marina, tiene la piel pálida, es de contextura delgada y pequeña, en parte por su naturaleza omega, pero también por su mala alimentación. Manami tiene en su brazo izquierdo el mismo tatuaje de tigre que su padre (en el cuello), su papá (sobre la cadera) y hermano menor (hombro derecho). Usa ropa de colores fríos que le dan un aura inocente, los vestidos con volados son lo normal junto a zapatos bajos y suéteres grandes.

Personalidad: A diferencia de todos sus amigos y hermano, Manami es una persona tranquila y compasiva, llegando a preocuparse por todos, es normal verla elogiando al resto o expresando su preocupación por los demás si los ve en problemas. También tiene una gran afición por los animales, especialmente los gatos. Tiene problemas para entablar conversaciones con desconocidos, es muy tímida y llega a tartamudear, motivo por el que siempre se esconde detrás de su hermano Kōichi, a quien adora más que a nadie.

Curiosidad: Sufre de desórdenes alimenticios y un trastorno dismórfico corporal debido a un trauma.

Curiosidad: Sufre de desórdenes alimenticios y un trastorno dismórfico corporal debido a un trauma

Chapter 11: Intertwined

Chapter Text


What A Shame | Layla Blue

❝ Supongo que nunca entenderé cómo piensa un hombre, lo único que me queda por decir es: Que pena, cariño, que pena, pudiste haber estado conmigo.❞

« Es jodido que a veces duela más el amor que el odio


—Que coincidencia —Pah-chin reaccionó, Ichirō, Misaki y sus amigos se dieron la vuelta, enfrentando la expresión burlona del capitán de la tercera división que los miraba sin ocultar su molestia —¡Qué gran coincidencia que Osanai se haya deshecho de esos tipos para limpiar su nombre! Eso lo hace más cobarde.

—Osanai no hizo tal cosa —Dijo Misaki, fastidiada por la necesidad constante de todos por pelear ante cada mínimo problema —Acaba de enterarse.

—¿Cómo podemos saber que es verdad? —Otros miembros de la tercera división tomaron la palabra.

—¡Es cierto! Puede ser una trampa.

—Quizás siempre mintieron para salvar su pellejo.

—Claro que hablarías por él, después de todo, eres su puta personal.

—Osanai es un maldito cobarde por enviarte aquí. ¿Piensas que no haremos nada?

—Todo lo que dices no son más que mentiras.

Misaki recibía todos los agravios sin espacio a replicar o defenderse, llegando al punto en que la estaban rodeando.

Podía sentir sus ojos ardiendo debido a la impotencia y frustración. Ella nunca ha sido la clase de persona que llora con facilidad, esa suele ser Mitsuki, no al revés, no es una chica de lágrima fácil y mucho menos delante de desconocidos. Su padre le enseñó a tragarse las emociones para no mostrar debilidad durante los negocios y luego soltar sus sentimientos con su familia o amigos.

Sin embargo, en ese momento, el choque emotivo se mezclaba tristemente con la rabia, frustración y el dolor. Al estar más frustrada por cometer un error y no haber previsto el escenario donde los culpables fueran asesinados, no puede evitar tragarse las lágrimas.

Sus ojos se cristalizaron como respuesta al momento de estrés.

Quienes la estaban rodeando dieron un paso hacia atrás, con sorpresa por ver tan frágil a la omega que se ha estado comportando altanera desde que irrumpió en su reunión de pandilla.

—¡Yo no mentí, no soy la perra de nadie, no me equivoqué! —Gritó fastidiada, sin derramar lágrimas porque apretaba con fuerza sus ojos para que nadie la viera débil, en su lugar golpeaba el suelo con su zapato de tacón como si estuviera haciendo un berrinche infantil —¡No me equivoco! No cometo errores, dejen de joder, me fastidian —Apretó los puños con fuerza —¡ICHIRŌ!

Ichirō reaccionó ante el llamado de su amiga.

Como actual alfa de su manada, lo poco que quedaba de Bonten, se dejó llevar por sus instintos primitivos. Era algo que no controlaba debido a su juventud, perdió a sus guías demasiado temprano en la vida y no tiene la menor idea de cómo manejar sus rasgos alfa sin mostrarse como un animal. Se abalanzó hacia adelante y sin dudarlo lanzó una patada a la persona que estaba más cerca de Misaki, pudo enviarlo a varios metros de distancia y cuando los demás se pusieron a la defensiva por su amigo, se encogieron en su lugar retrocediendo un paso al percibir las dominantes feromonas y notaron sus colmillos, aquella característica tan distintiva en los alfas.

Alguien como Ichirō, que era un alfa dominante, poseía una dentadura más intimidante porque eran similares a los colmillos de veneno de las serpientes, usados para inyectar feromonas en la piel de su pareja a través de una mordida o para dominar a sus oponentes, a veces llegando al punto de bloquear su segundo género en caso de que sea alfa.

Ichirō es un alfa que puede doblegar a otros alfas usando su voz, pero si eso falla, puede recurrir a una pelea y al vencer a su contrincante tiene permitido inyectar sus feromonas para doblegarlo contra su voluntad. El alfa derrotado prácticamente se convierte en un alfa de bajo nivel, casi pasando por beta o en casos extremos un delta.

Incluso si Ichirō normalmente es tranquilo, el tipo de alfa defensivo en lugar del ofensivo, sigue siendo más fuerte que un alfa normal.

Todo lo contrario a Mikey, quien cumple con las mismas características que Ichirō, salvo que él es del tipo ofensivo y, por consecuencia, mucho más agresivo y sus feromonas son más dominantes. Mikey veía la situación sin intervenir porque no percibía peligro contra su manada, se trataba de un alfa defendiendo a quien considera su propia familia, era entendible, pero él como líder no debería permitir que un chiquillo caminara por su territorio como si fuera el dueño, ¿No?

Cuando se acercó lo suficiente, se sorprendió al escuchar la voz de su lobo susurrando que no es un peligro y no debe dañarlo. Mikey frunció el ceño con duda ante su propio lobo, el guardián de su lado oscuro, sus pensamientos más retorcidos y sus deseos más ocultos, ese mismo que es capaz de pelear, herir, destruir y matar para proteger a su manada... le está diciendo que no haga nada porque no hay peligro alguno.

Por ello, se detuvo de forma inconsciente y vio el desarrollo de todo.

Draken se sorprendió al ver que Mikey se detuvo a medio camino, planeaba detenerlo en caso de que las cosas se pusieran feas, pero no fue necesario y, de hecho, hasta podría decir que luce demasiado tranquilo.

Ante el silencio, las feromonas dominantes y la tensión latente, Misaki se dio cuenta que había utilizado su voz de súplica con Ichirō.

Sus mejillas se tornaron rosadas ante sus propias acciones. ¡Ella no quería hacerlo! Nunca se vio obligada a hacerlo, a excepción de contadas ocasiones donde enemigos de Bonten se acercaban a ella y su hermana con malas intenciones. Una vez incluso usó esa voz con el líder Mikey y el tipo amenazante recibió de forma instantánea un tiro en la cabeza, de nuevo se dejó llevar por su frustración y había puesto a sus amigos en problemas.

Los alfas tienen su voz de mando y los omegas una voz de súplica, 12 de cada 20 omegas pueden usarla y de esos 12 solo 5 la usan a voluntad. El caso de Misaki es el primero, ella la utiliza de forma inconsciente cuando ya no puede controlarse y deja salir sus emociones sin querer, no le gusta usarla porque se siente débil.

Cuando sus feromonas con aroma a rosas disminuyeron, las intenciones asesinas de Ichirō bajaron de intensidad y pudo relajar los hombros. Le dedicó una mirada de muerte a todos los que intimidaron a Misaki y volteó hacia ella con preocupación.

—¿Estás bien?

—Perdón... —Dijo en un susurro —Pero estoy enojada. Hice un mal movimiento, fracasé, no vi venir que pudie-

—Tranquila —Ichirō acarició la cabeza de la omega y sonrió —Solo es una mala jugada, no el jaque mate de la partida, ¿No?

—¡Por supuesto! Todavía no hemos perdido —Misaki asintió con determinación.

—Así se habla —Dio palmaditas en la cabeza de Misaki, la omega sonrió de lado y se apartó del tacto recuperando su altivez. Tomó distancia del grupo para hablar con su hermana y Osanai por vía mensaje, cuando estuvo lo suficientemente lejos, Ichirō volteó para mirar a la tercera división de la Toman con el ceño fruncido y se dirigió al líder manteniendo la seriedad —Controla a tu manada —Mikey ladeó la cabeza, despreocupado y falsamente curioso, Ichirō frunció el ceño ante la actitud de su padre —No dejaré que traten despectivamente a Misaki. Que sea omega y cercana a un alfa como Osanai no significa que sea su “perra”.

Mikey sonrió de lado.

—Tienes suerte de que sea tan buena persona —Bajó los escalones dando saltitos infantiles con Draken pisando sus talones hasta llegar a Ichirō, las feromonas de cedro mezcladas con la tenue fragancia del cuero fueron tan violentas que el alfa del futuro se congeló debido al miedo. Mikey dejó de sonreír —Esta pandilla es mi manada y cualquier otra persona estaría muerta si hiciera todo lo que tú has hecho esta noche.

—Ugh —La misma sensación que tuvo en su juventud, las pocas veces que intentó enfrentarse a su padre o reclamarle por algún negocio peligroso relacionado a las drogas o prostitución, sentía eso, estaba en el mismo lugar, no puede moverse ni decir nada cuando lo ataca de forma directa con sus feromonas. La diferencia es abismal, ¡Y su padre actual solo es un adolescente que todavía no ha desarrollado del todo su lado alfa! —T-Tam... también...

—¿Mhm? ¿Dijiste algo? —Inclinó la cabeza hacia el otro lado con una sonrisa de falsa amabilidad.

—Yo también... —Apretó con fuerza los puños, clavando sus uñas en las palmas, el dolor y la sangre le permitieron salir de ese estado congelado y mantener la mirada a su padre. Si Mikey estaba sorprendido o no por la resistencia del rubio más alto, no lo demostró —¡Yo también debo proteger a mi manada!

—Oh, bien —Mikey dio dos pasos hacia atrás, quienes miraban la escena tomaron distancia y esperaban el momento en que todo se fuera al demonio —Dime —Los ojos del comandante de la Toman se oscurecieron, Ichirō podría haber retrocedido en una ocasión normal ante esa mirada tan vacía, pero luego de ver morir a todos sus seres queridos y presenciar su casa siendo devorada por el fuego, no lo hizo. Mikey le daría puntos por mantenerse firme —¿Puñetazo o patada?

Ichirō tembló.

De acuerdo, hasta ahí llega toda su valentía y orgullo alfa, su padre iba a darle una paliza.

Sabe de primera mano que sus patadas tienen una fuerza nuclear que roza lo ridículo y sobrenatural, por lo tanto, prefiere la primera opción. A pesar de todo, no se rendirá sin resistir tanto como fuera posible.

—Puñetazo —Tiene un buen entrenamiento, puede darle un poco de pelea, sonrió con una gota de sudor bajando por su frente —Pero no me rendiré.

Los espectadores se sorprendieron ante las palabras de aquel alfa arrogante. Por muy ventajosa que sea su biología y casta, no era más que un pequeño cachorro frente a su comandante, algunos incluso sintieron hasta pena y otro par ya preparaba un teléfono en caso de necesitar una ambulancia.

Shinya frunció el ceño con temor y preocupación, a pesar de que Ichirō es fuerte, puede contar con la mano las pocas veces que ha sido capaz de golpear a Mikey en el futuro durante un entrenamiento y luego de eso ser derribado fácilmente.

Contrario al estado Shinya, Rokurō miraba la interacción en silencio y sin intervenir, él tiene aprecio por su vida y necesita seguir viviendo para vengar a su familia. Dejará el problema en manos de su líder, confiando en que tiene un plan debajo de la manga. Nahoya era menos optimista, conoce lo suficiente a Ichirō como para saber que no tiene la menor idea, ni confianza, en la próxima pelea; iba a ser molido a golpes.

Marina quiso acercarse para defender a su mejor amigo pero se detuvo al ver que Draken, su padre, hacía un gesto negativo con la cabeza y le pedía quedarse en el mismo lugar.

Nahoya y Misaki miraron de reojo a los dos alfas rubios enfrentándose con la mirada, su amigo con más nervios e intentando verse confiado, lo contrario a Mikey que permanecía inalterable, frío y con una mirada asesina. Nunca vieron al futuro líder de Bonten entrenando con alguno de sus hijos usando su verdadera fuerza, había curiosidad y preocupación por los posibles desarrollos del combate. Sin embargo, dicen los tumores, que el único con quien peleaba en serio... era Kazuo.

—Como quieras —Mikey levantó su puño e Ichirō subió los brazos para defenderse. En lugar de sentir un golpe ensordecedor, Mikey le dio un golpecito en la frente que lo dejó congelado y al bajar la guardia vio a su padre sonreír inocente —Nunca golpearía a alguien que defiende a su manada —Pasó por su lado sonriendo con una pizca de reconocimiento —Más que tu orgullo alfa, admiro tu determinación por protegerlos.

—G-Gracias... —Eso fue lo menos insensible que le ha dicho su padre, incluso le sonrió sin necesidad de que estuvieran cerca de la muerte.

—¡Atención! —Mikey se paró delante de su pandilla, alzando la voz fuerte y claro —La Toman me pertenece, ¡Aquellos que hagan algo que vaya contra mis valores, que den un paso al frente y entreguen su uniforme! —No necesitaba usar su voz de mando para doblegar a sus seguidores, todos bajaron la mirada al instante con su sola presencia —Mi pandilla no fomenta estupideces como peleas clandestinas, apuestas ilegales o discriminación de castas. ¡Cualquiera que ensucie el nombre de la Tokyo Manji será reprendido severamente! Tomaré medidas contra aquellos que intenten pasarse de listos —Su voz descendió una octava para luego elevarse abruptamente —¡De una patada los bajaré de esa nube de ego, en nuestra pandilla no aceptamos comentarios estúpidos como los que acaban de hacer!

—¡S-SI, COMANDANTE! —Se inclinaron bruscamente.

Ichirō estaba tan sorprendido por esas palabras que se quedó con la boca abierta de manera ridícula.

¿De verdad ese era su padre?

Admite que en el futuro Mikey siempre antepone la seguridad de su familia por encima de cualquier persona externa, a veces tomando medidas extremas para “deshacerse” de los potenciales peligros, pero nunca lo escuchó gritar abiertamente esa clase de discursos motivacionales.

Todo se limita a “por el bien de Bonten”, “traicionan Bonten y mueren”, “una vez dentro, no pueden volver a lo que fueron”, “olvídense de su misericordia”, “el tatuaje sobre su piel lo llevarán hasta en sus almas” o cosas por el estilo. Como siempre, las medidas radicales ante el mínimo error dentro de la organización eran escalofriantes, pero la lealtad e igualdad en cada grupo y división hacía que fuera muy tentador. Los únicos que siempre recibirían más, obviamente, eran los ejecutivos.

Inconscientemente tocó su tatuaje de Bonten oculto debajo de sus brazaletes y la manga de la chaqueta.

Pertenecer a Bonten era un arma de doble filo. Al pertenecer siempre ibas a tener salario, un hogar, acceso médico sin límite y protección a sus familias, pero nunca más podrían salir de ese mundo y el mínimo error era imperdonable.

Escuchar a Mikey hablando con mayor sentimiento tomaba por sorpresa a Ichirō.

¿Qué pudo ocurrir en su vida para transformarse en aquel adulto frío y con casi nada de sentimientos? Miró de reojo a los que estaban cerca de su padre. Takemichi, Draken, Emma y luego el resto de sus amigos, uno por uno, todos murieron, el declive de Mikey llegó a un punto sin retorno tras la muerte de su papá o eso es lo que siempre ha oído en los rumores dentro de la organización.

Las personas que seguían a su padre en el pasado claramente tienen un enorme respeto por él, lo admiran y lo siguen por ello. En el futuro, también lo respetan, claro, pero hay más miedo que otra cosa. Sabe que sigue siendo su padre porque todavía irradia esa aura dominante que tanto lo caracteriza.

Su padre siempre fue... un alfa entre alfas.

—Pah-chin —Se dirigió a su amigo con un tono más calmado, contrario al que utilizó para reprender a su pandilla hace unos segundos —Sea verdad o mentira lo que dijeron, los culpables del ataque están muertos y Osanai no está en desacuerdo con pelear por territorio. ¿Todavía quieres tomar esto como algo personal?

Rokurō miraba a su padre con nervios, deseando a todos los dioses y demonios existentes por iluminar a su padre y que no se tomara este asunto por su propia mano como la primera vez.

No debe ir preso, no puede dejar libre su lugar para que sea tomado por Kisaki.

Pah-chin guardó silencio ante las palabras de Mikey, pensativo. Por unos segundos no dijo nada, ni siquiera sus amigos más cercanos hicieron alguna broma sobre el momento que se tomaba para pensar, lo cual rara vez hacía.

Al llegar a una conclusión se dirigió a Misaki que lo miraba de reojo con el teléfono en una mano y apoyando su peso en una de las piernas, ocultó muy bien la mueca de desagrado. A pesar de que era el padre de su amigo y en el futuro es agradable, actualmente, solo es un adolescente idiota que no dijo nada cuando sus seguidores comenzaron a hablar mierda sobre ella.

—No te conozco y no confío en ti —Misaki rodó los ojos —Pero si ya están muertos, bien. Solo porque ustedes ayudaron a mi amigo y a su novia, dejaré pasar este tema.

—¿Ah? Lo haces ver como si tuviéramos que sentir... —Antes de que la omega tuviera la oportunidad de quejarse por el tono despectivo de Pah-chin, Rokurō se acercó para abrazarla por los hombros y cubrir sus labios.

—Gracias por ser tan considerado, viejo.

—¡¿Qué mierda pasa contigo?! ¡Deja de llamarme de esa forma, tenemos la misma edad!

—¡Tu hasta pareces más viejo que Pah, imbécil! —Atacó Peh-yan sin dudarlo.

—Lo siento, son los efectos de una vida con traumas —Dijo Rokurō con simpleza como si fuera la verdad absoluta y medio mezclando la verdad con la broma.

—Ah —Los dos líderes de la tercera división miraron al pelinaranja, el resto pensaba que al fin conocieron a alguien más estúpido que el mismo Pah-chin, algo que consideraban imposible.

El tono de llamada proveniente de un teléfono deshizo el tenso ambiente, especialmente porque el tono era el estribillo de La Isla Bonita de Madonna.

Shinya le dio la espalda a las miradas curiosas.

—¿Quien-?

« —¿Dónde demonios están? —Kazuo no esperó a obtener una respuesta, interrumpiendo a Shinya antes de que pudiera terminar su frase —Como sea, vengan a casa ahora mismo, la cena casi está lista y no me gusta desperdiciar comida. ¡Si van a llegar tarde, avísenme! —Otra vez Shinya fue interrumpido —Y dile al tonto de mi hermano que conteste el teléfono o cocinaré comida picante por una semana

Y cortó.

Kazuo habló lo suficientemente alto como para que los más cercanos pudieran escucharlo, en especial aquellos que tenían los sentidos más desarrollados, como Ichirō.

—Creo que ya oíste la amenaza del pequeño príncipe —Dijo Shinya bloqueando el teléfono y volviendo a guardarlo en su chaqueta —Ya es bastante tarde y tengo hambre, creo que terminamos aquí, ¿No?

—Mierda —Ichirō buscó si teléfono, efectivamente tenía varias llamadas perdidas de su hermano menor y mensajes del resto de sus amigos en el departamento —Mejor volvamos, no quiero comer esas recetas del infierno.

—Yo primero voy a reunirme con Mitsuki —Antes de emprender camino, Misaki se dirigió a su líder —Ella y Osanai no están muy lejos, después él va a llevarnos al departamento.

—De acuerdo —La facilidad con la que Ichirō aceptó que Misaki, una omega muy atractiva, se fuera sola a esas horas de la noche a reunirse con un alfa de mala fama dejaba ver dos cosas: Era muy confiado o demasiado idiota. Ichirō vio a su amiga alejarse casi trotando y al voltear se percató de las miradas escépticas —Puede que no lo parezca, pero Misaki sabe defenderse.

—Sigue siendo una omega, ¿No estás preocupado? —Preguntó Pah-chin con un toque despectivo mezclado con genuina preocupación.

—Que ser omega no te engañe, viejo —Rokurō cruzó los brazos por encima del pecho, orgulloso de presumir a su futura novia enfrente de su padre. Pah-chin quiso quejarse por ser llamado de esa forma otra vez, pero Rokurō siguió hablando —Misaki podría darle una paliza a varios alfas.

—¿Y por qué no lo hizo antes en lugar de usar su maldita voz para que ese príncipe rubio la protegiera? —Ichirō se señaló a sí mismo, a pesar de que Sanzu y otros lo llaman “príncipe”, Pah-chin lo decía como si fuera un insulto y era un poco divertido.

—Misaki dice que pelear arruina sus uñas, cabello y no quiere que sus preciados zapatos tengan sangre —Dijo Rokurō despreocupado, ella puede ser extravagante, pero serlo también era sinónimo de sus capacidades. No tenía fuerza bruta, no obstante, era ágil, veloz y reaccionaba a tiempo —¡Ella no solo es linda, es inteligente y genial! ¿No?

—Hablas muy bien de ella, pareciera que te gusta —Mitsuya intentaba bromear con el tema, no obstante, fue tomado por sorpresa ante la sincera y radiante sonrisa que le dedicó Rokurō.

—¡Claro! Ella es mi primer y único amor, la chica más increíble que he conocido. Me gusta —Al instante en que dijo esas palabras, miró a Marina guiñándole —No le digas a Saki, ella sabe que me prefiero su estilo psycho killer.

—Idiota —La alfa rodó los ojos.

—¿Estilo psycho killer? —Uno de los miembros de la Toman preguntó en voz baja —¿Qué es eso?

—Si, si, Rokurō es tan genial admitiendo abiertamente su amor, menos con Misaki presente, ¿Ya podemos irnos? —Ichirō miraba a sus amigos con nerviosismo —Kazuo está amenazando con tirar pimienta en mi parte de los takoyakis y odio el picante.

—¡Quiero ver a Kyle! —La impactante auto-invitación de Mikey tomó por sorpresa al resto —También me gusta el takoyaki, vamos.

—Mikey, no seas caprichoso —Draken lo agarró de la camisa obligándolo a retroceder.

—Eh... pero Kenchin, se trata del omega que conocimos, ¡Quiero volver a verlo!

Aquella declaración pública hizo que se desatara un sinfín de rumores a espaldas de Mikey, Ichirō y sus amigos fruncieron el ceño con asco ante la simple idea de que su padre pudiera tener interés en Kazuo, su futuro tercer hijo.

Saben que es imposible, pero... pero ante la duda, es mejor prevenir y no quiere pensar en la jodida paradoja temporal que se podría desatar.

—Y podemos llevarlos en nuestras motocicletas —Se perdió la frase antes de eso, Ichirō movió las pestañas varias veces con duda y sin darle tiempo a reaccionar, su padre lo agarró de la muñeca para obligarlo a subir —Mira que venir hasta aquí a pie. ¿Viven muy lejos?

—Cerca del puente Maruko sobre el río tama, en un edificio occidental bastante alto.

—Creo que tengo idea —Mikey guardó silencio por un momento, pensativo —En realidad, no. ¿Kenchin?

—Sé el camino. Sígame —Draken llevaba en su motocicleta a Emma.

Los comandantes de la Tokyo Manji vieron pasar una motocicleta por su lado a gran velocidad, al reconocer las caballeras celestes de Nahoya y Shinya Kawata, los miraron con curiosidad.

El par estaba montando una moto que claramente no les pertenecía, Nahoya manejaba mientras Shinya abrazaba la cintura de su gemelo.

—Retamos a esos idiotas y apostaron esta motocicleta —Señaló a un pandillero que estaba tirado en el suelo con varios golpes en el rostro —Todo es legítimamente ilegal, pero válido en el mundo de las calles —Nahoya miró a Shinya por encima de su hombro —¿No?

—Hablamos con conocimiento de causa.

—Chicos, no pueden hacer eso, lo van a devolver —Ichirō suspiró con pesar. A veces sus amigos pueden buscar problemas sin querer y lo mejor era mantener la paz y no dar motivos para iniciar peleas, volteó para gritarle al chico que fue golpeado —¡Lo siento, dejaremos la moto aquí mañana!

—¿Por qué haces eso? —Preguntó Mikey mirando al rubio sentado detrás —Ellos apostaron y perdieron, ¿Quién devuelve lo que se apuesta?

—Te lo dije. Leyes de calle —Dijo Nahoya burlón mientras probaba el motor de su nueva moto.

—La van a regresar —Fue su única orden, Nahoya tarareó afirmativamente en respuesta y Shinya rodó los ojos. Ante la actitud de ambos Ichirō no pudo evitar sonreír —Cuando todo se solucione prometo que yo mismo les compraré una moto a cada uno.

Nahoya sonrió ampliamente y Shinya lo miró de reojo con un tenue tono rosa en sus orejas.

—Dices cosas tan raras —Las palabras de Mikey regresaron la atención de Ichirō al frente, lo miraba de reojo con una diminuta sonrisa —También me agradas mucho.

—¿También?

Mikey no dio una respuesta, en su lugar desvió la mirada hacia el otro lado de la calle donde estaba Takemichi hablando con Hinata, Ichirō siguió la línea y vio la misma escena. Frunció el ceño de manera casi imperceptible, ¿De verdad la familia Tachibana era más cercana de lo que sabía a su propia familia? Eso no le gusta nada.

Ignorante de su entorno, Ichirō no se percató de Shinya que lo miraba. Bajó la mirada sacando del interior de su pantalón un delgado collar con el símbolo de trébol como medalla. Apretó con fuerza el adorno entre sus dedos. Tiene su propia misión que cumplir y también debe pelear por sus sentimientos, al igual que Ichirō, tiene que pelear contra viento y marea.

Como siempre dentro de Bonten.

No hubo tiempo para seguir procesando la situación y esos últimos giros en sus planes porque emprendieron su viaje rumbo al departamento. Ichirō estaba avergonzado por tener que abrazar la cintura de su padre, no puede creer que ahora tenga que ser llevado por Mikey, a pesar de saber manejar. La razón por la que aprendió no era porque tiene un gusto particular por esos vehículos, sino que su padre... a veces manejaba como lunático y era aterrador.

Los gemelos tomaron la delantera para señalar el camino.

A Marina le hubiera gustado viajar con su padre, pero ver la sonrisa y el sonrojo en las mejillas de su madre mientras abrazaba la espalda de Draken era mucho más gratificante. Por ahora se conformaría con ir detrás del ruidoso Peh-yan.

Rokurō insistió en ir con Pah-chin y, a pesar de las negativas, consiguió lo que quería a base de muchas quejas. Quizás Mitsuya era el que iba más tranquilo durante el viaje, no manejaba demasiado rápido y tampoco hablaba mucho, por lo tanto, era el mejor conductor en comparación con el resto de las parejas.

Encontrar el edificio de estilo occidental fue más fácil de lo que hubieran esperado y al pie de las escaleras estaba un chico de cabello negro con dos mechones celestes a los costados de su rostro.

Daisuke se sorprendió al ver llegar a sus amigos con más personas, nadie le avisó de visitas. La duda estaba escrita en sus ojos.

Lanzó hacia un costado el cigarro por inercia al percibir el aroma de galletas horneadas mezclado con la fragancia mañanera después de una fuerte lluvia, era una extraña combinación, pero hacía que fuera fácil reconocer al portador de dichas feromonas. Aquel olor de tierra mojada solo podía pertenecer a su padre Mitsuya, quien siempre lo regañaba cuando encontraba una mínima pizca de olor a cigarro, alcohol o hasta perfume de alguna de sus parejas.

Con la mirada y su olfato intentó buscar a su papá Hakkai, quien no estaba a la vista y suspiró de alivio. Tal vez Mitsuya sea aterrador enojado, pero su papá podría convertirse en un demonio si encontraba indicios de sus salidas nocturnas y, aunque no ha hecho nada malo, mantiene ese temor inconsciente a ser descubierto y romper su imagen de “buen omega”.

Ichirō se sorprendió al ver a Daisuke sentado al pie de las escaleras.

Ingresaron al edificio en silencio, esperaba que las escaleras hicieran que Mikey y sus pocos amigos quisieran irse, pero en su lugar Mikey retó a sus comandantes a una carrera por ver quién llegaba primero al último piso.

—¿De verdad serán los jefes ejecutivos de la organización criminal más peligrosa? —Preguntó Marina mirando a los “adultos” comenzando su carrera.

Ichirō sonrió con nerviosismo, a ese punto de su vida, estaba más perdido que Tom Hanks en Náufrago.

Subieron las escaleras tristemente. Si no fueran relativamente pobres, estarían haciendo planes para construir un maldito elevador que los llevara directo a su piso. No saben si fueron demasiado consentidos o de verdad era agotador subir tantas escaleras, sin importar la respuesta, las odian.

Al llegar al décimo piso después de un largo rato, y haber encontrado a mitad de camino a un agotado Pah-chin junto a Peh-yan que se quedó a su lado a darle apoyo moral, llegaron a su destino.

Mikey presumió, como siempre, que fue el indiscutido ganador.

—Por cierto —Ichirō se dirigió a Daisuke, no hablaron en el camino porque estaban concentrados en no morir mientras quemaban grasa. Su ida y vuelta desde su departamento hasta la entrada del edificio debía contar como una hora de entrenamiento en Bonten —¿Por qué estabas afuera?

—Azusa me sacó de la casa —Daisuke respondió a la pregunta sin darle importancia a su injusta expulsión.

—¿Por qué? —Pregunto Ichirō sin mostrar mucha sorpresa, Azusa puede ser impulsivo, pero también es consciente que el omega que encontró sentado en las escaleras del edificio mientras fumaba no era una santa paloma y podía tocar los nervios del mismo Buda.

—Porque es un imbécil —Azusa abrió la puerta al escuchar la voz de su líder fuera del departamento, frunciendo el ceño a Daisuke.

—No era mi intención llamarte “puto imbécil”, pero cuando te pregunté cómo se deletrea naranja y me preguntaste si la fruta o el color, me tomaste desprevenido y me salieron las palabras del corazón.

—Vete a la mierda —A diferencia de Daisuke, Azusa se percató rápido que sus amigos no venían solos, frunció el ceño con duda al reconocer a Mikey en su versión adolescente —¿Invitados?

—Pasarán a cenar, ¿Pueden? —Dijo Ichirō con una sonrisa medio incómoda y medio desgraciada.

—No soy yo el que cocina, habla con Kyle.

—¡Finalmente llegan! —Kazuo se asomó por debajo del brazo de Azusa, que se apartó al instante volviendo a meterse dentro del departamento donde estaban los demás, salvo las gemelas que avisaron que ya estaban de camino. El omega de ojos azules miró con curiosidad a los invitados —Tienen suerte de que haya cocinado mucho.

—Lamentamos la intromisión —Uno a uno ingresaron al departamento siguiendo a Draken, él junto a Mitsuya fueron los únicos en disculparse con una reverencia, porque Mikey saltó frente al pequeño omega que no se asustó y Pah-chin miraba el lugar con curiosidad.

—Hola, pequeño Kyle, tiempo sin verte.

—¡Buenas noches, pa...! Cof, cof —Fingió toser para ocultar su error —Señor Manjirō.

Mikey sintió su vena de la frente palpitar al ser llamado “señor”, a sus espaldas sus amigos estaban ocultando sus risas.

—Solo Mikey está bien.

—¡Chicos, al fin-! —Una chica de largo cabello rubio sujeto en dos coletas salió de la cocina junto a un chico con la mitad del pelo azabache y la otra rubia. La rubia retrocedió inconscientemente ante la visita de desconocidos, pero al reconocer algunas feromonas fue capaz de relajarse considerablemente —Ah, bienvenidos, la cena estará servida pronto. Con permiso.

Y volvió a esconderse en la cocina.

Mikey miraba con duda aquella omega, no porque fuera rara o algo, sino que en su brazo izquierdo tenía un tatuaje que le resultaba bastante familiar. La forma de un tigre que le recordaba a alguien de su pasado.

Dentro de la cocina, Manami se cubrió con la chaqueta de su hermano y él solo quedó con su camisa con mangas largas, que cubrían perfectamente su tatuaje en el hombro.

Cuando la puerta de la entrada estaba por cerrarse, tres personas más ingresaron.

En el marco estaban las gemelas en compañía de Osanai, quien cargaba varias bolsas con refrescos y algunas cajas de postres que compraron de camino. Osanai y los integrantes de la Toman se quedaron mirando con fijeza sin decir nada, las intenciones hostiles eran palpables en el ambiente.

—Bien —Kazuo cerró la puerta con su pie y aplaudió alegremente ubicándose en medio del líder de Moebius y los chicos de la Tokyo Manji —Este lugar es una zona neutral. Eso significa nada de peleas —Dijo esas palabras con mucho énfasis —El que rompa la regla, saldrá de la casa, no importa si tiene o no razón. ¿Bien?

Los posibles involucrados en una pelea asintieron.

—Ahora, disfrutemos de una agradable cena.


Información:

Kōichi Hanemiya (康一 羽宮, Hanemiya Kōichi) es el hijo menor de Kazutora Hanemiya y Chifuyu Matsuno, su nombre significa “la primera luz de la mañana”. Tiene 14 años, es beta y sucesor ejecutivo de Bonten.

Apariencia: Kōichi tiene el cabello negro con las capas inferiores teñidas de rubio y ojos amarillos. Suele utilizar jeans grises con las rodillas rasgadas y zapatillas negras con detalles en amarillo. Debido a que a su hermana le gusta pintarle las uñas, es normal verlo con las uñas pintadas de negro o azul. Intenta llevar ropa ligera y cómoda para pelear con mayor libertad; y siguiendo la marca familiar, tiene un tatuaje de tigre en el hombro derecho tal como su padre (en el cuello), su papá (en la cadera) y su hermana (en el brazo izquierdo).

Personalidad: Tiene una actitud alegre y despreocupada, es alguien que a menudo se deja llevar fácilmente por las provocaciones, tiene un lado malhumorado, caprichoso y difícil cuando se trata de su hermana, ya sea porque se acercan demasiado a ella, con buenas o malas intenciones (no discierne por celos). Kōichi es un luchador muy fuerte a pesar de su corta edad y se autoimpuso la tarea de proteger a Manami desde temprano en la vida, creció cuidando la espalda de sus amigos y protegiendo a su hermana, debido a la influencia de Kazuo y Nahoya está bien versado en anime y novelas ligeras. Cualquiera que se burle de su hermana mayor será aplastado sin piedad.

Curiosidad: Tiene muy arraigado su complejo de hermano tras ciertos eventos, hasta el punto en que con solo diez años ha tomado el lugar de Manami en casi todo (entrenamientos, futuro ejecutivo, tareas, etc). Todo para que ella tenga una vida cómoda y simple.

 Todo para que ella tenga una vida cómoda y simple

Chapter 12: Reality of revenge

Chapter Text


Coraline | Måneskin

❝ Guerrera de corazón celoso (...) si escuchas campanas cantando, verás a Coraline llorando, que toma el dolor de los demás y lo lleva en su interior.❞

« Con nuestros ojos podemos ver todo, salvo a nosotros mismos


Agradable cena —Bufó Saki con sarcasmo, pasando la mirada por todos los invitados-no-invitados con quienes compartía la mesa —Esta es la cena más incómoda a la que he asistido —Dijo rodando los ojos —Y fui a una cena donde los padres de mis amigas se lanzaban indirectas sobre un posible divorcio.

Esa debe haber sido la cena más incómoda dentro de Bonten.

Había una noche en la semana donde todos los ejecutivos y sus familias se reunían para cenar, una especie de “tradición” iniciada por la insistencia de Takemichi con el fin de fomentar la confianza entre todos y ser cercanos; algo que se siguió haciendo tras su muerte.

La cena a la que Saki se refiere era un recuerdo borroso para algunos de ellos porque eran pequeños, pero si recuerdan la incomodidad, Kokonoi y Seishu se lanzaban indirectas hasta para pedir la sal.

Ni siquiera Rindō era capaz de burlarse y eso tuvo como resultado una hora y media escuchando comentarios incómodos, problemas sin resolver e indirectas disfrazadas de “consejos” cuando alguien solo quería la ensalada. Kokonoi incluso había utilizado asuntos financieros para referirse a las cláusulas que hicieron en el contrato antes de su matrimonio, si, ellos habían firmado un contrato y esa noche los ejecutivos de Bonten supieron de detalles que no eran de su interés.

Lo más divertido e irónico, por no decir “estúpido” es que siquiera se divorciaron y en su lugar terminaron viviendo en el mismo terreno con dos mansiones diferentes, eran vecinos. Ellos eran la pareja epítome del dramatismo, el típico “no puedo vivir con él y tampoco sin él”; y muchos creían que Manjirō era el ridículo con su omega.

—No se habla en la cena —Kazuo terminó de servirle a todos su comida, debían estar pegados los unos a los otros porque la mesa no era tan grande —Disfruten.

—Por cierto-

—No se habla en la cena —Repitió Kazuo con seriedad mirando a Mikey.

—¿Hablas en serio? —El omega mantuvo el silencio, Mikey miró al resto de los extraños integrantes de esa manada y se sorprendió de que todos tuvieran un acuerdo silencioso sobre esa regla de “no hablar mientras cenan” —Bien, de acuerdo.

El silencio era una norma que se estableció por el propio Mikey, en el futuro, donde no se podía hablar en la mesa. Algo decidido tras la muerte de Takemichi y porque ya no quería escuchar sobre los problemas amorosos de Kokonoi y Seishu.

Desde 2026 han tenido cenas silenciosas.

Lo que una vez tuvo como fin afianzar los lazos dentro de la manada, se convirtió en un día a la semana donde se reunían incómodamente a disfrutar de los mejores platos y un poco de vino para aligerar el ambiente, lo cual era imposible, porque el aura de Mikey se volvía tan opresiva que nadie se atrevía a hablar. Más temprano que tarde, los niños se dieron cuenta que para el alfa de la manada, esa era una cena para recordar a Takemichi y guardar silencio en su nombre.

Mikey se convirtió en un hombre amargado, indiferente, inflexible y que solo vivía para proteger a Bonten, guiar a sus hijos y defender a la manada.

—Kenchin, pásame la sal.

—No se habla durante la cena —Dijo burlonamente el alfa de trenza.

—Oh, vamos, solo estoy pidiendo la sal —La actitud infantil de Mikey en el pasado era muy, muy, diferente a lo que Ichirō y sus amigos estaban acostumbrados. Sus sonrisas, bromas, gestos y palabras no iban acorde con el alfa albino que los ha criado por su cuenta durante doce años. Mikey se dio cuenta de las miradas perplejas de sus nuevos amigos-no-oficiales y ladeó la cabeza con curiosidad —¿Qué? ¿Tengo algo en el diente?

—No... —Susurró Kazuo con una expresión contrariada —Solo que no te pareces a alguien que conocemos.

—¿Eh? —Mikey buscó respuestas con Mitsuya, Emma y Draken, sus tres amigos inteligentes se encogieron de hombros sin saber qué decir. Ni siquiera vale la pena mirar a Pah-chin y Peh-yan, los dos eran idiotas y continuaban cenando sin verse perturbados.

—Um, ¿No debería ser al revés? ¿No miran a Mikey porque sí se parece a alguien? —Preguntó Draken.

—Se parece físicamente, pero su personalidad es muy diferente —Dijo Harumi sin apartar la mirada de su padre. Era su primera vez estando frente a él en el pasado.

—Ni eso —Bufó Daisuke haciendo un gesto con la mano, restándole importancia —Él era más delgado, un poco alto, tenía ojeras casi siempre y cabello blanco —La descripción no sonaba para nada a Mikey, los invitados no pasaron por alto que utilizaron el término “él” en lugar de un nombre y esa palabra dejaba en claro que guardan secretos —A parte, sus feromonas eran más... ya saben, más.

Ichirō y los demás asintieron estando de acuerdo.

Algo que sus invitados desconocen por completo y consideraron pertinente no decir nada al respecto, parecía ser un tema delicado para ellos. Excepto Pah-chin, él era idiota y no captó lo último que dijeron.

—¿Más, qué?

—Más... —Daisuke pensó en la mejor forma de definirlo sin hacer ver a su ex-líder como una mala persona, buscó ayuda con sus amigos.

—Dominante —Dijo Saki con simpleza, clavando sus palillos en los takoyakis —Fuertes —Agarró la pimienta —Te hacen doblegar en un pestañeo —Echó más picante en su comida —Un alfa entre alfa.

—Parece que lo admiran mucho —Las palabras de Mitsuya hicieron que todos dejaran de comer.

Mitsuya se preocupó por haber dicho algo equivocado.

Era un comentario inofensivo sin ningún fin, pero supo que pudo haber tocado una fibra sensible cuando todos dejaron de comer abruptamente y se quedaron mirando sus platos con la mirada perdida, perdida en recuerdos desconocidos.

Ichirō y sus amigos nunca han negado admirar a Mikey en el futuro, era un alfa fuerte y poderoso, el “invencible Mikey”. Apenas pudieron ver sus verdaderos sentimientos cuando estuvieron en las puertas del infierno, Ichirō solo fue abrazado con cariño cuando su padre sabía que iba a morir y le dejó el anillo de Bonten como único recordatorio.

Los sentimientos que provocaba Mikey eran contradictorios. Los asustaba mucho, pero si había problemas o necesitaban algo, no dudaban en recurrir a él.

Ojalá hubieran podido conocer más sobre sus verdaderos sentimientos antes de ese trágico final.

El alfa entre alfas, el comandante Mikey, el invencible, su líder y protector, murió. Tras verlo perder la vida se dieron cuenta de que Manjirō Sano solo era otro humano que fue obligado a cargar todo sobre sus hombros y por eso nunca les permitió verlo como tal, se colocó en un pedestal tan alto que parecía inalcanzable. Las únicas personas que vieron su corazón perdieron la vida y ellos... solo pudieron escapar, Mikey murió para darles la oportunidad de sobrevivir y recuperar lo que era suyo.

Ichirō tocó el anillo en su dedo índice dándole vueltas.

—Si, ese tipo era admirable —Dijo Ichirō con la voz cargada de nostalgia y tristeza —Hasta el final fue el hombre que prefería llevarse el mundo por delante y morir que pedir ayuda.

—Entonces sí se parece a Mikey —Comentó Emma ganando miradas curiosas, ella señaló a su hermano —Mikey es la clase de chico que no duda en afrontar los problemas en lugar de huir.

—Mientras yo esté en una pelea, mi manada nunca perderá —Mikey sonrió orgulloso de sí mismo.

Ichirō, Harumi y Kazuo intercambiaron una mirada. En sus ojos se transmitía una única palabra: “Mentiroso”.

Ellos saben que su padre perderá, en veinticuatro años va a perder por primera vez y todos los adultos leales a su facción van a ser asesinados, su hogar será devorado por el fuego y él mismo va a morir con incontables balas en su cuerpo.

Una risa atrajo las miradas, la cual sonaba como un bufido y provenía de Osanai.

Pah-chin, quien parecía haber estado esperando el momento en que Osanai dijera o hiciese algo para darle un motivo de atacarlo, lo miró con fastidio. Por suerte Kazuo se abstuvo de entregar cuchillos para la cena y acomodó de su lado las botellas de jugo, en caso de que quieran matarse con los palillos, tendrán la oportunidad de separarlos y como máximo, van a perder un ojo en consecuencia.

—¿Tienes algo que decir, bastardo?

—El ego de algunos está muy alto —Osanai siquiera miraba a Pah-chin —Aunque solo sean mocosos.

—Al menos estos mocosos no intentaron violar a una chica inocente y no golpearon a alguien externo a la pandilla.

Osanai bajó los palillos lentamente.

A cada lado tenía a una de las gemelas Kokonoi-Inui. Misaki miró de reojo a su amigo e intercambió una mirada con Mitsuki, ambas estaban preocupadas por el temperamento de su amigo, puede ser de mecha corta y convertirse en un idiota.

Solo esperaban que esos días pasando tiempo de calidad como amigos hayan servido de algo y no se comporte como un maldito machista sin escrúpulos.

Osanai apretó con fuerza los palillos que sujetaba con su mano derecha y frunció el ceño.

—Al menos yo no utilizo omegas para estúpidas peleas con apuestas —No debería, pero Misaki estaba orgullosa de que haya decidido atacar verbalmente en lugar de lanzarse sobre la mesa a los golpes.

Fue el turno de Mikey para dejar de comer y mirarlo, claro que Pah-chin siguió atacando.

—¡¿Ah?! ¿Tienes algo que decir? ¡Dilo de frente, bastardo!

—Lo que dices es estúpido —Escupió Osanai con fastidio —Acabo de decirlo de frente.

—¡Hablas de nosotros como si estuviéramos a tu nivel!

—¿Y no es el caso?

—Nunca seríamos iguales a bastardos como tú —Antes de que Osanai pudiera levantarse, Misaki lo agarró disimuladamente del brazo y obtuvo una mirada de reojo por parte del alfa. Osanai miró a la omega primero y luego a la beta del otro, las dos intentaban transmitir paz con su simple persona, funcionaba un poco, tomó aire profundamente y exhaló.

—No jodan, malditos mocosos estúpidos —Bueno, no eran las palabras pacifistas esperadas, pero sigue siendo mejor que verlo reaccionar agresivo. Por ello Misaki y Mitsuki sonrieron —Se dan alas de santos, pero todos saben lo que hacía la Tokyo Manji con esos niños.

—Ese asunto fue controlado —Dijo Mikey con seriedad, interrumpiendo el siguiente agravio de Pah-chin —Expulsé al responsable.

—Y los culpables de aquel ataque murieron. ¿Por qué siguen tocando ese tema? Supérenlo.

—Claro, porque no fueron tus amigos a los que atacaron —Pah-chin se levantó abruptamente señalando a Osanai con el dedo —Quisiera ver lo que harías si fuera alguno de tus amigos, aunque dudo que siendo tan jodido los tengas.

—Lo intenté. Ahora voy a-

—Los tiene —Dijo Ichirō sin mirar a nadie y eligiendo la siguiente porción de Takoyaki para llevar a su plato —Estás compartiendo la mesa con esos amigos.

Si Osanai estaba conmovido o impactado por esa respuesta, no lo demostró en su rostro.

En su lugar dirigió los ojos a alguien que lo miraba fijamente, Manami le dedicó una sonrisa amable que lo tomó por sorpresa. Tiene entendido que la omega no suele salir de la casa porque tiene miedo de los alfas, que ella en especial le sonriera, lo hizo sentir algo extraño en su corazón.

Creció en un lugar donde lo importante era la supervivencia del más fuerte, tenía que seguir con los estigmas de lo que es un alfa, ser violento e indiferente, porque carecía de la inteligencia propia de su segundo género.

Le sorprende que haya personas dispuestas a seguirlo, hablarle o hasta defenderlo y hablar ñ en su nombre sin necesidad de recibir amenazas. Es algo nuevo.

—¿Cómo puedes decir eso? —Aunque todavía existen idiotas con los que se niega a bajar la cabeza y como mecanismo de defensa suele actuar tan violento como antes, solo se estaba conteniendo porque estaba con Misaki, Ichirō y los demás —¡¿Sabes lo que ese imbécil y los tipos de su pandilla intentaron hacer?!

—Si —Ichirō eligió una porción con abundante pulpo —Y ustedes usaron a omegas, betas y alfas de secundaria baja para ganar dinero en peleas ilegales —Llevó el trozo a sus labios con una sonrisa —Personas que apenas tienen un año de haber recibido sus exámenes de género.

—¡Mikey ya se hizo cargo de ese tema!

—Y en Moebius ya no están esos hombres, ya olvídalo.

—Por suerte nadie salió lastimado —Dijo Harumi tratando de romper el tenso ambiente entre las dos facciones compartiendo la comida, esto le trae recuerdos a cuando Kisaki se presentaba a las cenas grupales —Y los omegas están bien de ambos lados.

—¿Los omegas? —El término plural atrajo la atención de Mitsuya —La amiga de Pag es beta, y los chicos de las paletas clandestinas eran casi todos betas, ¿No había solo un omega?

—Mhm —Draken asintió, indiferente a la expresión indignada de Mikey. Aquel intercambio y la mirada del comandante de la Toman obligó a Draken a dar una explicación —Ah... Mikey dice que el que estaba peleando con Kiyomasa es un omega, pero cuando estuve allí solo pude notar a un omega y no era el que menciona.

—¿Ah? Mikey, es raro que te confundas —Dijo Emma mirando a su hermano con curiosidad, ahora Mikey miraba a su hermana sintiéndose traicionado.

—¡No me confundí! —Se quejó infantilmente —Kenchin es el confundido, yo estoy seguro de que Takemitchy es omega, pude sentir sus feromonas.

—Por dios, Mikey, deja de decir estupideces.

—¿Eh? ¿No es omega? —Kazuo rompió la regla de “no hablar en la cena” por primera vez, demasiado sorprendido por la revelación —Pa... digo, Hanagaki es omega, ¿No? —Miró a sus hermanos mayores en busca de una respuesta y recibió asentimientos consecutivos, aunque lucen igual de impactados —Yo también pude olerlo.

—¡¿Lo ven?! —Ahora Draken ya no luce tan escéptico, incluso diría que parece sorprendido e intrigado de que tres personas más estén de acuerdo con Mikey y su estúpida idea de que Takemichi era omega. Él mismo les dijo que es beta —Takemitchy es omega, estoy seguro como que me llamo Mikey.

—En realidad, tu verdadero nombre es Manjirō Sano —Se burló Emma, ella sabe que su hermano comenzó a llamarse Mikey para que no fuera la única con un nombre extranjero.

—Sabes a lo que me refiero.

—Maldición, ahora me hicieron dudar —Draken se rascó la nuca. Su olfato no estaba mal, es imposible que se haya equivocado, ¿No? No, no se equivocó e incluso si lo hubiera hecho, no podría tener problemas de audición y está seguro de que Takemichi le dijo que era un beta.

—¿De quién hablan? —Preguntó Osanai mirando a Misaki, por suerte el cambio de tema le dio un alto a la discusión anterior, hasta Pah-chin parecía intrigado. Incluso como beta era capaz de percibir algunas feromonas, aunque no perdía el control por ellas como los alfas y omegas, ese era el lado positivo del género de “alma libre” mejor conocidos como betas.

—Takemichi Hanagaki. Un... conocido en común —Dijo Misaki con duda, insegura sobre cómo referirse a Takemichi, para ella era el omega líder de Bonten y el papá de sus amigos, pero no puede decir eso —Lo conocimos hace unas semanas.

—Pero si es un omega, no tiene sentido que tenga una novia omega —Pah-chin no sabe mucho sobre biología o detalles del segundo género, pero su vecina y amiga de la infancia es omega y le dijo algunas cosas —Tengo entendido que es incómodo. Por naturaleza se rechazan ya que sus aromas suelen ser iguales y no pueden satisfacerse, ¿O no?

—No, no pueden, los omegas que salen con omegas o alfas con alfas deben tener algo errado en su sistema, eso escuché de un chico en mi pandilla —De repente, Osanai y Pah-chin pasaron de querer matarse a hablar del tema como si fueran grandes conocedores.

—¿Algo errado en su sistema?

—Si, es un fallo genético o qué sé yo. Los omegas que no suelen entrar en celo, no sienten esa necesidad de buscar un alfa, tampoco tienen sentido maternal innato o alfas con mierda similar.

—Oh. Entiendo —Pah-chin golpeó su puño en la mano —Es alguna mierda biológica.

—O desarrollo tardío.

—Demonios, no sabía que pudieras saber sobre esta clase de temas —El beta miró a Osanai con ojos diferentes —Creí que eras un imbécil.

—Mi madre es omega y sé algunas cosas —Le restó importancia.

Mitsuya, Emma, Draken, Mikey y Peh-yan abrieron la boca con sorpresa por las palabras inteligentes de su amigo. ¿Pah-chin acaba de decir algo con lógica?

—¡Viejo, eres un genio! —Exclamó Rokurō levantando su vaso con jugo.

—¡Deja de llamarme de esa forma, punk yanqui!

Rokurō se rió a carcajadas ante ese apodo. Su padre en el futuro también lo llamaba de esa manera, disimuladamente cubrió su rostro para que nadie viera sus ojos llorosos y fingió estar tosiendo para desviar la mirada avergonzada.

Mierda, extrañaba demasiado a su familia.

La primera en darse cuenta del cambio en sus facciones fue Misaki, quien le pasó una servilleta con la excusa de que se limpiara la salsa en la boca y Rokurō le dedicó una radiante sonrisa. Misaki se le quedó mirando con curiosidad, habría que ser idiota para no darse cuenta de los sentimientos románticos de su amigo, pero esperaría hasta que él tomara valor para decir algo y se sintiera confiado. No sería ella la primera en dar el primer paso.

Hasta entonces iba a ayudarlo tanto como fuera posible para que pueda recuperar a su familia, Misaki le sonrió de forma mínima y Rokurō se ahogó con su propia saliva y el rostro se le tornó rojo.

De repente alguien golpeó con fuerza la mesa.

Voltearon sorprendidos, viendo a Mikey con ojos brillantes y una mirada determinada que les provocaba escalofríos.

—Los omegas pueden tener un desarrollo tardío —El cambio de humor en el ambiente era un sube y baja de emociones, por ello nadie estaba sorprendido por el nuevo giro de los acontecimientos. Mikey miró a Osanai con seriedad —Oye, ¿Un alfa puede solucionar ese problema en un omega?

—Supongo, por lógica, si —Osanai elevó los hombros sin estar del todo seguro. Solo sabe algunas cosas debido a su madre, no es un especialista médico —Aunque también existen omegas con preferencias por omegas o alfas por alfas, esa es una opción.

—¡Lo sabía, no estoy loco! —Ignoró olímpicamente las palabras de Osanai.

—No, estás demente.

—Kenchin, ¿No lo entiendes? —Mikey volteó encarando a Draken.

—Ese maldito apodo —Farfulló en voz baja e hizo a un lado su plato —No, ¿Hay algo que debo entender?

—Olvídalo. Eres lento —Tomando por sorpresa a los presentes, Mikey empujó la cara de Draken dejando su mano en el rostro de su mejor amigo mientras miraba un punto en el horizonte. El resto siguió la mirada con curiosidad, solo vieron una araña caminando en la pared —Soy un genio —Nadie entiende lo que pasa por la cabeza de Mikey. Dice algunos pensamientos en voz alta y las explicaciones se las guarda para sí mismo —Necesito corroborar mi información.

—Mikey, no hagas nada extra-

—Chicos, me voy —Mikey se levantó de la mesa con una radiante sonrisa dirigiéndose a la entrada —¡No me busquen, quizás vuelva! — Y se fue dejando a sus amigos con las palabras en la boca, del otro lado de la puerta hizo un último aviso —¡No iré a la escuela por dos días!

...

Todos intercambiaron una mirada preocupante, la actitud de Mikey fue más infantil de lo normal.

—Su comandante es un mocoso tonto —Bufó Osanai regresando la mirada a los takoyakis.

—Y decían que yo era el idiota.

—Ah... —Kazuo suspiró resignado —¿Alguien quiere postre?

La cena siguió con normalidad tras ese extraño momento. Aunque los anfitriones no pudieron evitar intercambiar una mirada, la de ellos no solo cargaba preocupación, sino miedo, terror y pánico. Una única pregunta se transmitía en sus ojos cuando cruzaban miradas: “¿No hicimos nada jodido con la línea temporal, no?”.

Las advertencias de Sanzu hicieron eco dentro de sus cabezas. Él fue muy específico en su despedida, les dijo muy claramente que no tocaran nada de la línea temporal original porque las relaciones amorosas eran muy delicadas.

Tienen un mal presentimiento y dolor de estómago. Quizás fue demasiado pulpo por una noche.

Al menos lograron que Pah-chin enterrara el hacha de guerra en su disputa con Osanai, hasta intercambiaban palabras ocasionales y se daban consejos sobre los omegas. Información corroborada por los omegas en la mesa y consejos para que pudiera acercarse a una.

Rokurō sonrió hasta la hora de despedida, feliz y satisfecho de ver a su padre y confirmar que sus sentimientos por su madre nacieron desde temprano. Tal como se lo dijeron cuando era un niño.

Le gustaría que ese momento de paz sea eterno... si tan solo su corazón no estuviera infectado por un insano anhelo de sangre. Específicamente de aquellos que asesinaron a sus hermanos y padres en el futuro.


Si alguien le hubiera dicho a Osanai que estaría haciendo algo por alguien, lo hubiera golpeado. Ahora solo puede reírse de su “yo” pasado.

Tras usar a los miembros de su pandilla y hacer algunas preguntas a diferentes personas, ya tiene lo que buscaba. Rokurō le había pedido que investigara a algunas personas y le sorprendió leer que la mayoría de los nombres solicitados eran miembros de Moebius, específicamente, de la facción de Kisaki Tetta.

Hace tiempo que tiene problemas con ese tipo.

Gracias a los consejos de Misaki y tras haber trazado una clara línea entre ambos grupos internos, no conviven tanto y se estaba hablando de una separación futura. Todavía no sabe si será antes o después de la pelea del festival.

Rokurō y Osanai se reunieron en una plaza aislada que tenía juegos en mal estado, algunos columpios rotos y excesiva cantidad de césped. El líder de pandilla miró con curiosidad al pelinaranja que parecía estar observando algo lejano en aquel parque destartalado, quizás en el pasado fue un sitio importante o tiene un valor sentimental, no lo sabe, pero le dio su momento de tranquilidad mientras fumaba un cigarro.

—Este lugar será una cadena de almacenes —Dijo de forma inconsciente en un susurro.

—¿Mmm? —Osanai no tenía interés en las construcciones inmobiliarias, miró el parque y se encogió de hombros —Genial. Está hecho mierda.

—No sabía que atrás había casas —Señaló con la mirada perdida.

Osanai se dio cuenta de que no miraba el parque, sino lo del otro lado de la verja.

Había una cadena de casas iguales, no en mejor estado que el mismo parque, aunque un poco más agradable a la vista como para aparentar ser un barrio medianamente seguro. Donde él vive es mucho más jodido. Al igual que muchos otros lugares que conoce en esa ciudad.

—Parece que de verdad no son de por aquí —Osanai exhaló el humo —Y aunque te vistas como pandillero, también tienes tu lado fresa.

—¿Ah? ¿De qué hablas? Me dan alergia las fresas —Rokurō frunció el ceño por el término, no sabe lo que significa, pero se siente insultado.

—No es eso, idiota —Le dio un golpe en la frente —Significa que son de una clase social privilegiada y de dinero —Antes de que pudiera escuchar una defensa absurda, Osanai lanza la colilla de cigarro al suelo y la aplastó con su bota —Misaki, Mitsuki e Ichirō me dijeron que cayeron en desgracia o algo así dieron a entender.

—Caer en desgracia es demasiado... —Aunque es el término más acertado para su situación.

—Oye, no tengo idea de dónde vienen o lo que ocurrió con ustedes —Lo miró de frente —Pero es normal que se lleven por delante esta clase de lugares para construir algo más.

—Pero... ¿Y las familias?

—¿A quién le importa? Hay personas más concentradas en sobrevivir y cuidar a su familia o a sí mismos que pensando en resistir de alguna forma —La simpleza con la que Osanai hablaba del asunto dejaba ver lo normal que eran esa clase de movilizaciones dentro de la comunidad —Además, aquí viven personas que son capaces de vender su dignidad por un poco de dinero que luego cambian por droga o cualquier mierda de esas.

—Entiendo —Rokurō no quiere pensar en la innegable realidad de que Bonten es una de esas organizaciones que aprovecha la debilidad de ciertos sectores sociales para establecer sus propios puntos de encuentro, laboratorios o establecimientos ilegales donde guardan mercancía. Siempre supo que su manada no era buena a ojos externos, pero para ellos era un lugar de seguridad, aunque luego de tantas desgracias solo puede sentirse seguro cuando está con sus amigos —¿Pudiste conseguir lo que pedí?

—Aquí tienes la lista de los lugares que suelen frecuentar esos tipos —Le extendió el trozo de papel y antes de tomarlo, Osanai alejó la mano —Sé que no es mi asunto, pero no quiero ayudarte a hacer algo de lo que podrías arrepentirte, por eso necesito preguntar.

—¿Qué?

—¿Estas personas tienen algo que ver con lo que les ocurrió? —Rokurō miraba con sorpresa y duda a Osanai, el mayor suspiró, deseando volver a encender otro cigarro —Soy idiota, pero no me subestimes.

—¿Ellos...?

—No me dijeron nada, digamos que los conozco un poco —Elevó los hombros —Hasta ahora he visto que hacen las cosas juntos, entre dos o más, pero es la primera vez que veo a uno de ustedes actuar por su cuenta y pedirme que no diga nada —Miró de reojo la hoja entre sus dedos —Además, uno de los tipos en la lista es Ahane Chōji, uno de los perros que suele oler el trasero del cuatro ojos.

—Tengo asuntos con ellos —Dijo con un hilo de voz mirando al cielo —Osanai, ¿Puedo preguntarte algo?

—Dime.

—Si supieras que alguien va a hacerle algo malo a las personas que quieres, ¿No tomarías cartas en el asunto? —Osanai ladeó la cabeza sin dar una respuesta, encogiéndose de hombros dando a entender un “si” a regañadientes, no tiene personas tan importantes como para tomarse esas molestias. Su padre lo abandonó, su madre murió de una sobredosis y dentro de la pandilla se aferra a la ilusión de tener amigos cuando sabe que solo le tienen miedo —¿Vas a impedir que haga esto?

—No dije eso —Le dio el papel sin mayor complicación, resignado a que no daría marcha atrás y nada de lo que dijera iba a servir. Rokurō hizo una reverencia dándole gracias —Solo ten cuidado. Esos bastardos juegan sucio y no quiero que mueras, sería jodido mirar al resto a la cara y decirles que yo te di el mapa hacia tu muerte.

—¡Gracias, Osanai! Te prometo que voy a volver y te invitaré carne asada.

—Ya, lárgate.

Osanai vio a Rokurō salir corriendo y subirse la capucha, ocultando el llamativo cabello naranja, la camiseta de Los Lakers y sus llamativos tatuajes de los brazos. Intentando mezclarse y parecer un drogadicto cabizbajo que se perdía entre los callejones de aquel vecindario de mala muerte.

Le dio la espalda al asunto mientras sacaba su teléfono y comenzaba a escribir un mensaje corto y conciso con la información, lugar y el nombre de aquel pandillero yanqui.

No era su intención intervenir en una venganza que no tiene nada que ver con él.

Hubiera dejado que Rokurō hiciera lo que quisiera si no lo hubiese visto temblar mientras agarraba el papel, si no hubiera mantenido la cabeza gacha, negándose a mirarlo a los ojos y tampoco hubiera notado sus intenciones de permanecer oculto. Claramente dejando ver sus nervios, la culpa que lo carcomía y que no quería que ninguno de sus amigos lo supiera, en su armadura confiada y tosca notó que en el fondo, ni siquiera él estaba seguro de sus acciones.

Y si iba con intenciones asesinas, lo mejor era estar 100% convencido y sin dudas, porque Osanai sabe que a los compinches de Kisaki no les temblaba la mano a la hora de luchar a muerte.

Recibió un mensaje de Ichirō y volvió a guardar el celular en sus Misaki, dejando caer su espalda sobre la verja de una casa con un pésimo jardín. Al encender su cigarro e inhalar la primera bocanada de tabaco, miró al cielo pensativamente, preguntándose si por fin hizo algo bien y sin obtener nada a cambio. Espera que sea suficiente para que ese idiota siga con vida y no haga una estupidez.

Rokurō saltó sobre un muro, pasando por encima del callejón y aterrizando sobre bolsas de basura.

Volvió a acomodar la capucha sobre la cabeza, mezclándose entre las sombras de las calles, esperando a que el primero de los imbéciles que en el futuro asesinarían a sus padres saliera de su casa. Según la información de Osanai, la segunda facción de Moebius utilizaba una sala de juegos abandonada como punto de reunión.

Iba a esperar a que las víctimas se separaran.

Confía en su fuerza y habilidad, es lo suficientemente capaz como para pelear con esas diez personas y matarlos uno a uno. Todo para evitar que ellos puedan lastimar a su familia en el futuro.

Recuerda esa noche con tristeza y culpa. Se supone que él debió morir junto a toda su familia, pero se escapó a una tonta fiesta, lo estaba pasando lo más bien mientras sus padres eran torturados y sus cinco hermanos mayores fueron víctimas crueles de esos tipos. Sus hermanas omegas incluso fueron violadas antes de recibir disparos y morir desangradas, a su padre le faltaban todas las uñas antes de rematarlo con un disparo, su madre prefirió cortarse el cuello antes de que pudieran tocarla, a su hermano alfa le quemaron los genitales antes de morir al romperle la cabeza con un bate y sus hermanos betas vieron todo, murieron al final por un disparo en la cabeza.

Llegó a las seis de la mañana tras haberse divertido como nunca antes y vio esa tétrica escena. La sangre estaba en las paredes, ni siquiera limpiaron la escena para ocultar las violaciones, dejaron los instrumentos de tortura a la vista y los siete cuerpos tirados en la sala principal. Lo peor fue saber que escribieron con sangre sobre las paredes blancas donde estaban sus fotos familiares: “Eres afortunado”.

Eso fue lo que le dijeron, pero Rokurō no se siente afortunado. Hubiera preferido morir torturado esa noche junto a su familia en lugar de tener que soportar el nauseabundo sentimiento de culpa, dolor y remordimiento. ¿Cómo sentirse bien por ser el único sobreviviente?

Apretó con fuerza la navaja oculta en los bolsillos de sus pantalones.

Quiere matarlos. Si los mata a todos ahora, entonces no van a estar en el futuro y sus padres van a sobrevivir.

Se dio cuenta de que había comenzado a oscurecer ligeramente, el momento perfecto donde el color naranja se mezclaba con el azul, aquel color que le recuerda a la primera vez que vio a Misaki cuando era una niña. Llevaba un vestido con moños blancos y el cabello caía sobre sus hombros, ¿Ella sentirá mucho desagrado cuando lo vea convertido en un asesino? Quizás no, sus padres eran Kokonoi Hajime y Seishu Inui. No se puede permanecer puro dentro de Bonten, quizás si lo ve como su iniciación estaría bien... ¿O no?

Cualquier vestigio de duda en su mente y corazón desapareció cuando pudo escuchar a lo lejos las voces de los chicos saliendo del lugar abandonado. Intentó esconderse en la sombra del callejón y mantener oculto su rostro con la capucha.

No aflojó el agarre en la navaja, esperó pacientemente ver a los culpables y finalmente dio un paso al frente.

Ichirō apareció de la nada y sostuvo el brazo de Rokurō, obligándolo a permanecer en el mismo lugar.


Información:

Rokurō Hayashida (六郎 林田, Hayashida Rokurō) es el hijo mas joven de Haruki Hayashida y Yumi Mori, su nombre significa “sexto hijo”. Tiene 17 años, es beta y sucesor ejecutivo de Bonten.

Apariencia: Tiene la piel bronceada y constitución musculosa, ojos naranjas y lleva el cabello teñido de naranja. Suele usar un tipo de moda yanqui (admira los países extranjeros), una camiseta de baloncesto anaranjada con degradado amarillo y el logo de Los Lakers, pantalones grises cortos y un pañuelo rosa que solía usar para secar las lágrimas de sus hermanas menores. Tiene cadenas en el cuello de diferentes tamaños, orejas perforadas, múltiples aretes y también cuenta con un tatuaje que recorre su brazo izquierdo y un tatuaje con un patrón similar en la pierna derecha, inspirados en el cantante Zayn Malik.

Personalidad: Es un chico que a menudo habla en un tono áspero y pelea con todos los que encuentra, sin embargo, tiene un buen corazón y se preocupa por los miembros de Bonten, a quienes ve como su manada y familia. Actúa duro, pero en realidad es honesto, romántico y aspira a un romance dulce. Recibe con una sonrisa las críticas de las personas por ser poco masculino al permitir que una omega (Misaki) lo maneje, pero él se defiende alegando que es un idiota y confía plenamente en ella para manejarlo, darle órdenes y controlar sus impulsos. Tras la muerte de sus hermanos y padres mantiene su actitud positiva, pero en el fondo late el deseo de venganza (él fue uno de los que estaban a favor de asesinar a Kisaki, aunque eso signifique borrar la existencia de Iori Tachibana y lastimar el corazón de Ichirō Sano).

Curiosidad: En el pasado fue traicionado por su mejor amigo y pasó por un período depresivo del que Misaki lo sacó. También es un excelente jugador de baloncesto y, a pesar de ser malo en todas las asignaturas intelectuales, habla fluidamente el inglés.

 También es un excelente jugador de baloncesto y, a pesar de ser malo en todas las asignaturas intelectuales, habla fluidamente el inglés

Chapter 13: Between father and son

Chapter Text


Acompáñame A Estar Solo | Ricardo Arjona

❝ Lo bendito que es tenerte y serte infiel solo con esta soledad, acompáñame a quererte sin decirlo, a tocarte sin rozar ni el reflejo de tu piel a contraluz.❞

« Ya te equivocaste, ya te fuiste, ya te perdiste... ya te traicionaste


Ichirō se siente estúpido.

¿Cómo no fue capaz de ver el rencor contenido por Rokurō? Solo porque decidieron juntos evitar las muertes y no acabar con Kisaki en el pasado, no significa que todos estuvieran de acuerdo con su decisión. En especial porque solo él intentaba salvar a una persona, que ni siquiera era cercana a ellos.

Fue confiado e ingenuo. Shinya le dijo sus verdaderas intenciones porque no tiene filtros para hablar, igual que Saki, pero Rokurō era un caso completamente diferente y estaba en una situación mucho más preocupante. ¡Debió ver sus deseos!

A simple vista no parecía tener esos sentimientos retorcidos porque Rokurō pasaba el día sonriendo y haciendo bromas, esa era su forma de evadir la tristeza. Ichirō conoce a sus amigos, especialmente a aquellos que eran hijos de los amigos de su padre desde antes de la conformación de Bonten, sabe que Rokurō puede verse alegre y dispuesto a seguir órdenes, pero a la hora de la verdad se deja llevar por sus sentimientos.

Tan pronto como recibió el aviso de Osanai a través de Misaki fue en busca de Rokurō para evitar que cometiera un error y llegó a tiempo.

Pudo atrapar a su amigo antes de que hiciera una locura.

Vio a los seguidores de Kisaki y a este mismo salir del arcade abandonado, mentiría si dijera que no sintió nada cuando lo vio. Verlo de nuevo, aunque era mucho más joven y tenía un aspecto diferente, le fastidiaba, en especial porque sigue teniendo esa expresión arrogante que te miraba por encima del hombro y que siempre había personas siguiendo sus pasos.

Ejerció más fuerza en el brazo de Rokurō mientras lo tenía atrapado entre su cuerpo y la pared, cualquiera que pasara cerca podría pensar que estaban teniendo un momento íntimo, lo cual no podría estar más alejado de la realidad. Su amigo se removía con fuerza y por primera vez, Ichirō tuvo que gruñir para que se quedara quieto, no le gustaba usar sus instintos alfa y mucho menos con sus seres queridos, pero Rokurō estaba completamente fuera de control y no gritaba porque seguía decidido a mantenerse escondido para atacar por la espalda.

Ichirō lo retuvo por diez minutos, tiempo suficiente para que el arcade fuera vaciado y cualquier potencial peligro estuviera lo suficientemente lejos. Al dejar libre a Rokurō lo soltó de manera abrupta, enviando al beta de rodillas al suelo.

Sin darle tiempo a recuperarse del reciente golpe, Ichirō lo agarró del brazo y haciendo caso omiso a las palabras de su amigo, comenzaron a caminar del lado contrario por donde vieron desaparecer a Kisaki. Escuchaba los agravios de Rokurō y sus réplicas, no obstante, a Ichirō no podría importarle menos en ese momento y en su lugar lo seguía arrastrando del brazo sin disminuir el agarre hasta llegar a un parque donde algunos de sus amigos esperaban.

En la plaza se encontraban los hermanos Kawata, Misaki cerca de los columpios, Azusa que se mantenía a una distancia prudente con Kazuo, Harumi en la entrada del parque esperando a su hermana preocupada y Marina cruzada de brazos con la espalda contra un árbol. Al verlos llegar se movieron al instante.

Los primeros en querer acercarse fueron Harumi y Nahoya, pero retrocedieron cuando Ichirō volvió a empujar a Rokurō, esta vez con claras intenciones de que le doliera la caída.

A regañadientes Rokurō miró a su líder, sorprendido de verlo enojado e incluso enseñando levemente los colmillos. Como beta está en su naturaleza agachar la cabeza, así como algunos omegas suelen mostrar el cuello y los alfas bajan la mirada, pero algo dentro de su corazón le impedía romper el contacto visual y el acto de osadía claramente tocó el orgullo alfa que Ichirō intentaba reprimir y gruñó.

En ese segundo gruñido, Rokurō no tuvo más remedio que romper el contacto visual.

Odia esos instintos alfas y su delicado orgullo. Incluso si su amigo era un alfa pacifista y rara vez se dejaba llevar por su lado animal, sigue siendo un alfa con un temperamento estúpidamente frágil cuando se trata de la arrogancia que infunde su segundo género. Aunque estaba muy lejos de intimidar tanto como su padre Mikey y por eso podía retarlo sin miedo.

Ichirō odia ser consciente de que estaba muy lejos de estar a la altura de su padre y por eso Rokurō no lo respeta como alfa de la misma forma.

—¡¿En qué estabas pensando?! —Ichirō miraba a Rokurō sin ocultar su molestia, tanto sus feromonas como el tono de voz era afilado y ronco, contrario a su usual tono despreocupado y suave —¿Crees que nadie se daría cuenta? ¡La policía podría atraparte!

Una risa amarga escapó de la garganta de Rokurō, miró a su amigo desde abajo con una sonrisa ladina y sin rastro de culpa.

—Cuando no hay policías alrededor, todo es legal.

—¡Rokurō! —No está de humor para las bromas. Los demás se mantuvieron en silencio, sin emitir opinión y limitándose a mirar el desarrollo de la situación —¿Planeabas matarlos?

—Es lo mínimo que se merecen esos malditos.

—Pero si matas a un asesino, el número de asesinos sigue siendo el mismo.

—Entonces —Se levantó del suelo limpiando los rastros de tierra en su ropa —Mejor no deberías detenerme. Le estoy haciendo un favor al mundo deshaciéndome de más de diez asesinos psicópatas —Apretó con fuerza los puños —Todo esto es por nuestro bien. Tengo que hacerlo por nosotros, por el futuro, por mis padres y mis hermanos.

—Quieres hacer algo como eso... para vengar a tu familia —Ichirō extendió sus brazos hacia los lados —Todo este daño, ¿Como venganza? ¿Actúas a nuestras espaldas por venganza?

—Já —Rokurō levantó una ceja con una mirada divertida en su rostro, aunque se notaba un enorme vacío entrelazado con la culpa y el rencor —Lo llamas venganza, yo lo llamo devolver el favor.

—¡¿Estás dispuesto a impartir justicia contra ellos aunque todos llegamos a un acuerdo?!

—¿“Llegamos”? Por favor, el único que estuvo de acuerdo con ese plan, fuiste tú y nosotros no tuvimos otra alternativa más que aceptar.

—Dijimos que no mataríamos a Kisaki.

—Bien, entonces déjame matar a sus perros.

—Así no es como funciona. Solo estamos aquí para disminuir su influencia y ayudar sin alterar hechos puntuales. De lo contrario crearíamos una paradoja temporal lo correcto es-

—¿Lo correcto? —Se puso de pie agresivamente —Ichirō, pertenecemos a la organización criminal más peligrosa del país, todo lo que tenemos y disfrutamos a lo largo de nuestras vidas proviene de asuntos ilegales.

—Eso no significa que podamos hacerle algo tan cruel a Iori.

—¡Ichirō, mira a tu alrededor! —Los ojos del alfa líder pasó por el rostro de cada uno de sus amigos, la mayoría desviaba la mirada, solo Marina daba la apariencia de estar conforme. Aunque el hecho de que guardaba sus manos en los bolsillos dejaba en claro que era una postura obligatoria, ella fue educada para ser su segunda al mando y ayudarlo en todo aunque estuviera en desacuerdo, no se opondría abiertamente —¡A nadie le importa Iori Tachibana! —Lo señaló de forma acusadora —Y si, sabemos que estamos siendo jodidamente egoístas y es injusto, pero hablamos de nuestras familias.

—¿Dices que estás dispuesto a cargar con el peso de esa culpa? ¿Evitar la existencia de alguien inocente?

—¿Y tú? ¿Quieres que caminemos contigo el camino difícil para salvar a alguien que es ajeno a nosotros? —Se acercó hasta quedar frente a frente —La familia, nuestra manada, es lo primero, así se maneja Bonten y todo lo demás es secundario.

—Creí que mientras estuviéramos juntos, podríamos superar cualquier dificultad.

—Escucha, hace tiempo quiero ser honesto.

—Rokurō —Marina intentó detenerlo, pero Ichirō negó con la cabeza, dejándolo continuar.

—¿Alguna vez pensaste en “por qué” tu padre estaba en contra de tu relación con Iori? Te diré lo que piensan todos —Ichirō frunció el ceño —Sabemos que el señor Mikey era obsesivo, tomaba medidas extremas y no decía las cosas de la mejor manera, pero siempre se aseguró de velar por nuestra seguridad y si él decidió que la familia de Kisaki era un peligro, tiene que haber tenido sus motivos.

—Supongo que nunca lo sabremos —Respondió Ichirō al instante, apretando con fuerza los puños —Porque están muertos.

—Exacto, pero tenemos la oportunidad de recuperar a todos si solo nos deshacemos de Kisaki y sus malditos perros. No quiero volver al futuro y escuchar que mis padres y hermanos siguen muertos.

—¡No eres el único que perdió a alguien! Pero no podemos solo deshacernos de Kisaki, hasta Misaki sabe que él es fundamental para Bonten en el futuro.

—¡Deja de intentar justificar tu estúpida decisión y no quieras manipularme usando a Misa! —Sin contener su enojo, Rokurō se lanzó sobre Ichirō dándole un fuerte puñetazo que lo hizo girar el rostro. Shinya abrió los ojos sorprendido, Marina quiso intervenir de nuevo y Misaki sostuvo su brazo para que no lo hiciera. Aquel par necesita desahogar sus emociones como hacen los animales de su manada, con golpes —No solo estás siendo egoísta, sino que quieres arrastrarnos a todos contigo por alguien que no es de nuestra familia. ¡Deja de joder! Tú no viste a tus padres muertos y a tus hermanos debajo de un charco de sangre.

—Todos hemos visto mucho en nuestras vidas a una corta edad —Limpió el hilo de sangre que escurría en su labio, sin mirar a Rokurō —Pero matar a alguien que aún no hizo nada, está mal y lo sabes, más si alguien inocente sale perjudicado —Lo miró a los ojos —Por eso temblabas mientras esperabas en ese callejón.

—¡Cállate!

El segundo puñetazo de Rokurō fue mucho más fuerte y esta vez Ichirō estaba preparado para defenderse.

Cayeron de espaldas contra el frío pavimento entre puñetazos y patadas sin coordinación, se limitaban a usar la fuerza bruta en lugar de cualquier truco. Ichirō regresó el puñetazo invirtiendo las posiciones, ahora ubicado encima de su amigo para golpear dos veces consecutivas hasta que fue empujado hacia atrás por el mismo Rokurō que lo golpeó en el estómago con su pie, la falta de aire lo hizo bajar la guardia y en consecuencia recibió un rodillazo en la cara. Ahora los dos tenían sangre escurriendo de sus narices y boca.

A pesar de las heridas palpitantes, ninguno cedió y volvieron a lanzarse encima del otro para seguir rodando en el suelo. En una ocasión normal podría parecer que estaban jugando como niños pequeños o entrenando amistosamente, por desgracia, la verdad es que buscaban lastimarse para expresar el dolor que sentían por las acciones y decisiones del otro.

Como si infringir dolor físico a su amigo dejara en claro lo mucho que les dolían sus respectivas soluciones y que no eran los únicos sufriendo.

Esa noche hacía frío.

No solo porque estaban a comienzos de agosto, faltaba muy poco para el invierno y quizás solo era su imaginación, pero la frialdad externa se mezclaba perfectamente con el frío en sus corazones y en cada golpe. La sangre caía constantemente en gotas dejando un camino que los llevaba a las zonas donde estuvieron peleando, escupiendo o brotando de las heridas abiertas, aunque estuvieran demasiado cansados continuaban lanzando golpes para descargar de alguna forma sus propios sentimientos reprimidos.

Desde que vivieron aquel infierno donde perdieron a todos sus seres queridos, la vida que conocían y el sentimiento de seguridad, no han tenido tiempo para descargar la ira contenida o siquiera hablar de ello.

Ichirō se levantó limpiando su nariz ensangrentada y sintiéndose un poco mareado por haber sido azotado contra el suelo, su estado era apenas un poco mejor que el de Rokurō que continuaba en guardia y permanecía de cuchillas deteniendo el sangrado de su nariz, mirando al rubio con molestia.

—Intenta cuanto quieras —Escupió sangre hacia un costado, sonriendo burlonamente —Nunca vas a superar al señor Mikey.

El gruñido de Ichirō fue más gutural, más animal, más... peligroso.

Shinya y Misaki dieron un paso hacia atrás, su lado omega los impulsó a retroceder de manera inconsciente y Nahoya junto a Marina y Mitsuki se ubicaron delante de ellos, Ichirō era ignorante a su entorno o la clase de feromonas que dejaba escapar. Kazuo continuaba observando la situación, de todas formas, Azusa lo cubrió de la agresividad de feromonas aunque no fuera necesario porque el pequeño omega estaba inalterable.

Ichirō resopla, disgustado, no hay signos de diversión o entendimiento en sus ojos. No, sus ojos azules son oscuros y muestra rencor, Rokurō se recupera a tiempo para recibir una fuerte patada que lo hizo rodar de regreso a la entrada del parque.

Ichirō agradece que sea de noche, de esa forma los sentimientos en su mirada se confunden con las sombras.

Vuelven a intercambiar puñetazos, ahora ambos ignoraban por completo los llamados a sus espaldas y la situación en la que estaban.

No es hasta que escuchan los bocinazos que se dan cuenta de que llevaron la pelea hasta la calle, frenaron abruptamente y cualquier signo de rabia fue reemplazado por el temor. Cierran los ojos con fuerza, esperando el fuerte impacto, pero lo que consiguen es el rechinido de los neumáticos y a más de una persona maldiciendo.

—Oigan, si quieren morirse, tírense debajo de otra moto —Pah-chin se asomó por el costado y tardó un momento en reconocer a los culpables de casi convertirlo en homicida involuntario. Apoyó los brazos en el manillar —Pero si son los defensores de la justicia.

Mikey se asomó por el costado captando la misma escena que su amigo. Peh-yan y Draken intercambiaron una mirada curiosa.

No eran los únicos sorprendidos.

Ichirō y Rokurō estaban lo suficientemente impactados como para olvidar sus problemas, sienten que acaban de ver sus vidas pasando delante de sus ojos y la tensión acumulada durante la pelea desapareció. Ambos se dejaron caer hacia un costado con los rostros golpeados, sangrando y repletos de tierra.

—¿Están jugando? Yo quiero unirme —Dijo Mikey en un tono infantil. Los cuatro recién llegados se acercaron al cordón de la acera donde los demás estaban reunidos —Oh, ¿Tienen problemas?

—Si/No —Dijeron Rokurō e Ichirō al unísono, se fulminaron con la mirada y antes de poder lanzarse de nuevo a los golpes, Draken intervino empujando a cada uno hacia lados opuestos.

—No pienso disculparme y tampoco me retractaré —Ignorando las intenciones pacifistas y conciliadoras de Draken, Rokurō enfrentó a su amigo con la frente en alto. Le dio la espalda emprendiendo camino a un lugar desconocido, siquiera volteó para ver si alguien lo seguía, no vio a Harumi que quería hablar con él —¡Y quiero estar solo!

—Bien, ¡Yo tampoco voy a retractarme! Haz lo que quieras, sé un asesino o lo que gustes, no me importa —Ichirō siguió el ejemplo de Rokurō, caminando del lado contrario mientras limpiaba la sangre en su rostro y murmuraba maldiciones en inglés.

Pah-chin frunció el ceño con curiosidad ante las palabras de Ichirō y sin saber el motivo fue tras el beta.

Del otro lado, Mikey vio la espalda del alfa rubio perderse en las oscuras calles. Mordió su dorayaki con forma de pez y también fue tras él, tiene entendido que aquel chico era el alfa de su manada y quiere ayudarlo como pago por haber intercedido hace un par de noches con el asunto de Moebius y Osanai; también le agrada un poco.

Cuando Draken y Peh-yan quisieron ir tras sus respectivos amigos, Kazuo se paró delante del alfa rubio y Misaki hizo lo mismo con el beta, los dos negaron con la cabeza y pidieron un momento para estar solos. Ellos, la soledad y una voz de la razón.

Aunque los dos mayores dudaban que Mikey y Pah-chin puedan ser razonables.

El beta de cabello rubio seguía de cerca a Rokurō que iba pateando una piedra sin dejar de insultar en voz baja. Por accidente pateó con suficiente fuerza como para golpear a un niño que venía caminando junto a su madre, la mujer lo regañó severamente mientras el pequeño sollozaba, hasta que lo dejó marchar diciendo que era otro caso perdido entre los pandilleros.

Que humillante. Rokurō siquiera se puede considerar un pandillero, él y sus amigos fingen que saben sobre el mundo de las calles y la realidad es que tuvieron una vida bastante acomodada, tal como dijo Osanai. Nunca se sintió bien por vivir una buena vida a costa de la desgracia de otros, pero más temprano que tarde, y acostumbrado a crecer en esa clase de ambiente, comprendió que aquella era la manera en que su familia subsistía. No solo con la ley del más fuerte, sino del más apto y con mayor dinero.

Creyó que estando tan alto en la pirámide social nunca podría pasarle nada.

Una risa amarga escapó de su garganta, dejó de caminar sin rumbo y tomó asiento en el borde de la acera. Dándose cuenta, al fin, que su padre lo había seguido y estaba sentado a su lado.

La última vez que compartieron esa clase de momento íntimo fue en compañía de sus otros hermanos, su madre estaba eligiendo las flores para la fiesta de celebración por el compromiso de su cuarto hijo y ellos leían catálogos de comida. Ordenaron un poco de todo.

Sus ojos pican. Quiere llorar. Extraña demasiado a su familia y quiere recuperarlos, ¿Es tan difícil entenderlo?

Pah-chin le dio una fuerte palmada en la espalda que hizo a Rokurō ahogar un jadeo involuntario, claramente su padre no sabe consolar a alguien y mucho menos puede medir su fuerza. Casi le hace vomitar un pulmón. No le dio importancia al golpe y en su lugar recuperó la frustración de antes, volviendo a lanzar insultos a diestra y siniestra, dirigidos a Ichirō.

—Odio a los alfas. Siempre hay que hacer lo que dicen, ellos son tan geniales y pueden ser tan egoístas como quieran porque luego serán aplaudidos, pero Ichirō no puede entenderlo —Negó con la cabeza —No, es un tonto y quiere que saltemos al abismo con él. ¡Está loco! Todo por alguien que no es de nuestra manada, a veces quiero golpearlo hasta que se desmaye... demonios, pero los alfas no pierden fácil debido a su estúpida resistencia, estúpida biología, estúpida voz, no lo soporto.

—Si tanto lo odias, vete de la manada o mátalo como quieres.

Rokurō se congeló ante las palabras de su padre. Se esperaba algún consejo positivo y moralmente aceptable por la sociedad, no semejantes palabras.

Lo miró con sorpresa y Pah-chin estaba serio, no había rastros de broma en su rostro.

—No... —Dijo con un hilo de voz —No podría matar a Ichirō, es mi amigo. Estoy exagerando para mostrar mi punto —Agregó al instante, temeroso de que algo ocurriera con su padre, él no puede estar hablando en serio —Nunca podría matarlo.

—Si es tan egoísta, tan mal alfa de manada, tan engreído y tan malo, no vale la pena seguirlo.

—¡No! Ichirō es un alfa único. Él no es como los demás, no impone su voluntad como otros y siempre quiere saber nuestra opinión, es considerado, fuerte, inteligente y confiable. Esta es la primera vez que no coincidimos con él.

—Ah —Pah-chin suspiró cansado —¿Quién puede entenderte? Primero lo insultas y luego lo subes a un pedestal, te falta odio.

—Yo... yo... —Rokurō bajó la mirada, avergonzado de sí mismo —Solo estoy frustrado.

—No tengo idea de lo que ocurrió o en qué mierda están metidos, pero por lo poco que pude hablar con ustedes, sé que ese Hachiro...

—Ichirō.

—Como sea. El alfa de tu manada, habló con Mikey de frente y sin duda, no dudó en defender a esa omega amiga de Osanai, cuando lo veo trata a todos muy bien, no percibo esa altanería que mencionas y tengo entendido que antes de tomar cualquier decisión habla con todos, ¿No? —Rokurō asintió, a regañadientes, todo eso es verdad —Así no suelen ser las manadas.

—¿Qué?

—La palabra del líder es definitiva y puede pedir la opinión de una persona, quizás dos, pero hasta ahí llega y a veces también los pasa por alto —Lo dice por experiencia y porque conoce a un alfa rubio que entra perfectamente en la descripción de alfa orgulloso y que cae en estereotipos —Si dices que él es tan egoísta y malo, ¿No estarías siendo igual?

—Yo solo quiero venganza. Justa y equitativa venganza.

—Después de llenarse la boca con olvidar el pasado, superarlo y seguir avanzando —Pah-chin no entiende a esos nuevos amigos, todos son tan raros y se contradicen —¿No dijiste que era ridículo pelear con Osanai y buscar venganza?

—No es lo mismo, con Osanai la situación era diferente y no pasó a mayores, así que...

—Te diré algo que ninguno de mis amigos sabe, siquiera Peh-yan —Flexionó los brazos hacia atrás —Quería matar a Osanai.

—Lo sé.

—Eres desesperante —Ese chico logra tocarle los nervios —Lo que quiero decir. No cometas la misma estupidez que yo.

—Pero...

—Las acciones que cobran sangre, te perjudican a ti mismo y a quienes están contigo —Pah-chin cerró los ojos, pensando en lo que pudo haber pasado si cometía el mismo error que ese punk yanqui quiere cometer. No pudo imaginar nada, es un idiota y no tiene información, solo la ligera certeza de que hubiera sido malo para Mikey y todos a los que aprecia —Tu amigo quiere ayudarte. Tienes suerte de que él sea tu comandante —Rokurō miró a su padre con sorpresa y recibió una radiante sonrisa —Si fuera el mío, te habría dado una paliza y hubiera hecho lo que quiere sin pensar en tus sentimientos.

—Viejo... eres sabio, no lo creí posible.

—Maldita sea, ¿Por qué me llamas de esa forma? Encima que vengo a hablarte y me... —Pah-chin se sorprendió de ver los ojos naranjas cristalizarse —Oh, no, eso sí que no. Yo no voy a secar tus estúpidas lágrimas, aléjate y ve a arreglar las cosas con tu amigo o lo que quieras.

—Ugh, si —Cubrió su rostro mientras algunas lágrimas volvían a caer, lágrimas de dolor mezcladas con remordimiento, ira y alivio —Gracias viejo.

—Ya deja de llamarme así. Es raro. Y eres extraño con esa ropa.

Rokurō asintió, dándole la razón a todo, cuando vuelva al futuro y tenga la oportunidad de ver otra vez a su familia... va a decirles lo mucho que los ama y se esforzará por ser un mejor hijo.

En el otro lado del vecindario Ichirō caminaba cabizbajo con las manos en sus bolsillos, consciente de que su padre lo seguía, pero poco le importaba.

Se regañó por dejarse llevar por sus emociones cuando se supone que debe ser el líder y actuar con la mente fría.

No es su culpa, apenas tiene un mes aprendiendo a liderar a las personas y ejerciendo su rol de líder, por no mencionar que oficialmente es el alfa de manada en circunstancias poco favorables. Se supone que mientras pudiera comunicarse con los demás, ser capaz de motivarlos, resolver conflictos, reconocer sus talentos, ser bueno organizando las misiones, delegara a todos una tarea importante, desarrollara estrategias, estableciera metas claras, si empatizaba con cada persona y tenía una mirada crítica, todo su plan iba a funcionar. Mentira. Él es un inútil, incapaz de ejercer el papel que le corresponde.

Jamás podría estar a la altura de su padre, Rokurō tiene razón, Mikey incluso con tan solo quince años era seguido por muchas personas fuertes y tenía todos los dotes de un alfa confiable, un líder, alguien invencible, y él... solo era el cachorro que intentaba alcanzar su sombra ya que era imposible sobrepasarlo.

Quiere a su papá. Ese era uno de los momentos donde necesitaba a Takemichi para abrazarlo y sentirse protegido, como cuando después de cada entrenamiento con Mikey perdía miserablemente y se sentía inútil.

Ichirō detuvo sus pasos a mitad camino porque sus ojos se empañaban por lágrimas de frustración acumuladas.

No, no pueden salir.

Volvió a reprenderse por llorar cuando debería ser fuerte, tiene que ser fuerte para sus amigos y digno de confianza. Llorar es estúpido y no tiene sentido, las lágrimas no iban a solucionar sus problemas, solo le traería dolor de cabeza más tarde y ojos rojos le arderían.

No pudo retener las lágrimas sin importar cuanta fuerza de voluntad tuviera, cayeron y aún siente ganas de llora. Mikey terminó su dorayaki y se paró frente al rubio más alto.

—Tu cara es graciosa.

—No quiero hablar.

—Se supone que eres el alfa de tu manada, ¿Por qué tienes esa postura?

—Nosotros... mis amigos y yo tomamos una decisión juntos, pero Rokurō hizo lo contrario a lo que acordamos y no sé cómo manejarlo —Explicó la situación sin dar detalles —Lo entiendo y no puedo decir que no tiene razón, porque la tiene, pero no es justo y no está bien.

—Entonces solo échalo de la manada y que haga su mierda alejado de todos —Ichirō rodó los ojos, no esperaba un consejo dulce, conoce a su padre lo suficiente —Eres el alfa y tiene que hacer lo que decidas. Así son las cosas.

—No quiero ser esa clase de alfa.

—¿De qué clase? —El alfa más alto se mordió la lengua, quería decir “no quiero ser como tu”, por suerte se mordió la lengua y pudo cambiar sus palabras.

—La clase de alfa al que todos temen —Mikey mantuvo la mirada en el chico de ojos azules mientras Ichirō miraba hacia el suelo, recordando la solitaria silueta de su padre y cómo todos se inclinaban ante él —No quiero ser un alfa al que mis amigos temen, no quiero que dejen de hablarme con confianza —Dijo con determinación —Deseo ser un alfa confiable y respetado, sin infundir miedo. Fuerte y... mejor, quiero ser mejor que él.

Todavía recuerda la mirada que le dedicó Mikey cuando le dijo la clase de alfa a la que aspiraba ser.

Su única respuesta fue una fría frase: “—Con esa mentalidad, es como si te pusieras un cartel que le dijera a todos que pueden matarte” y se fue. Le dio la espalda sin dedicarle otra mirada. A los ojos de su padre siempre fue un alfa ineficiente, su hermanito omega era mucho más apto que él, su favorito, y su hermana hasta era más fuerte que Ichirō.

Conoce a su padre y ya tiene preparado su corazón para algún comentario mordaz.

—Eres un alfa único —Ichirō levantó la cabeza muy rápido y con los ojos abiertos de par en par, Mikey le sonreía ladino sin rastro de broma o atisbos de indiferencia —Me gustaría tener un poco de tu humanidad.

—N-No... —Tartamudeó y sus mejillas se tornaron rosadas —Yo... yo quisiera ser un poco más como tu. Determinado, fuerte e invencible.

—Tonto —Le dio un golpe en la frente —Puedes parecerte a mi en cualquier momento, pero yo nunca podría parecerme a ti.

—¿Qué?

—Escucha muy bien, el invencible Mikey te dará un increíble consejo —Hinchó el pecho con orgullo e Ichirō enderezó la espalda, concentrado en lo que escucharía, Mikey sonrió ante su actitud. Parece un niño, a pesar de que tienen casi la misma edad —Alguien dijo una vez que un líder debe ser fuerte, pero no grosero. Amable, pero no débil. Atrevido, pero no abusador. Considerado, pero no ingenuo. Humilde, pero no tímido. Orgulloso, pero no soberbio. Y tener humor, sin ser insensato.

—¿Eso... te lo dijo un familiar?

—No, lo leí en un perfil de facebook sobre refranes —Ichirō tuvo un tic —Pero creo que esa frase se aplica en este caso.

—Debería verlo venir.

—Lo que quiero decir, no puedes hacer felices a todos en tu pandilla, a veces algunos estarán en desacuerdo y van a haber peleas. Así que no puedes moler a golpes cuando alguien esté en tu contra, aunque yo lo haría, pero tú les diste ese derecho y por eso no puedes hacerlo —Señaló con obviedad e Ichirō frunció el caldo con duda —Les diste el poder y derecho de expresar su disconformidad y de oponerse. Tú pandilla se maneja de forma diferente.

—¿Pandilla?

—Ustedes son como una pandilla —Mikey giró sobre sus talones mirándolo por encima del hombro con una sonrisa confiada —Cuando das ciertas libertades, debes estar preparado para las consecuencias. No es culpa de tu amigo, sino tuya, les diste esos derechos y es hipócrita que te enojes cuando esto es una consecuencia del tipo de alfa que quieres ser.

—Yo... tengo que hablar con Rokurō —Dijo con determinación y un brillo en los ojos, pasó corriendo por al lado de Mikey, antes de alejarse volteó para mirar a su padre —Nunca creí decir esto —Desvió la mirada avergonzado y le sonrió —¡Gracias! De verdad eres una buena persona y me agradas.

Ichirō se fue dejando a Mikey a mitad de la calle.

—Una buena persona, eh —Una pequeña risa se asomó por sus labios y siguió los pasos de aquel alfa ridículamente pacifista, considera un ideal lejano que exista un alfa de ese tipo, pero por alguna razón, al verlo, siente que ese ideal es posible y no una idea tonta.

Ojalá hubiera más personas como Ichirō. Cuando uno vive en las calles o el mundo de pandillas, entre peleas, sangre y pérdidas, es normal perder poco a poco ese diminuto amor por la vida.

Espera que esos días pacíficos duren más.

Ichirō regresó a la entrada del parque en donde sus amigos, Draken y Peh-yan los esperaban en un incómodo silencio. Sus hermanos lo vieron llegar e intentaron acercarse, pero el rubio de coleta buscaba con la mirada a Rokurō hasta que consiguió verlo al final de la calle y sin dudarlo corrió hacia él para saltarle encima.

Debido al sorpresivo ataque, el beta no pudo atraparlo como le hubiera gustado, aunque tampoco era necesario porque también necesitaba ese abrazo. Pasaron de rodar en el suelo entre puñetazos a pedirse perdón soltando quejidos adoloridos por los golpes de antes.

Rokurō se apartó de Ichirō inclinado la cabeza contra el frío concreto mientras continuaban de rodillas. Pidió disculpas por sus acciones, lo que dijo y los golpes, Ichirō se rió ante la seriedad de su amigo y le dio un golpe en el brazo que lo hizo fruncir el ceño. Ambos se miraron avergonzados por las heridas todavía sin tratar y rieron, sus amigos suspiraron aliviados de que todo se haya solucionado y se acercaron a ellos.

Mientras los amigos se reunían alrededor de los dos protagonistas de esa noche, Mikey y Pah-chin regresaron con sus respectivos amigos.

Se podría decir que hicieron su buena acción de la semana y devolvieron el favor.

Ahora solo les queda prepararse para el festival en dos días, la pelea contra Moebius daría inicio y promete ser muy difícil. Al menos irían con la consciencia un poco más tranquila y motivados a demostrarle a esos aspirantes a pandilleros lo que es una verdadera pelea por territorio.


Información:

Emiko Shiba (恵美子 柴, Shiba Emiko) es la única hija de Yuzuha Shiba (α) y Aiko Tomizawa (β), su nombre significa “mujer sonriente, feliz y risueña”. Tiene 18 años, es beta e instructora de los más jóvenes en Bonten.

Apariencia: Tiene el pelo azul oscuro, corto y que le llega hasta el cuello con dos largos mechones laterales en la parte delantera, sus ojos son marrones y tiene un tatuaje en las costillas, que dice “Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos” (Juan 15:13-17) y otro en su espalda baja que dice “Los que siembran con lágrimas cosecharán con gritos de alegría” (Salmos 126:5-6). Suele llevar chaquetas grandes, faldas de jean con shorts debajo y tops de cuello alto con la espalda descubierta, zapatillas converse y aretes pequeños.

Personalidad: Emiko es una chica que agrada desde el primer momento, con una actitud alegre y positiva, los miembro de Bonten suelen acudir a ella en multitud por ser una chica genial y de las pocas instructoras con quien es sencillo hablar. Es una de las mejores luchadoras, demostrando sus habilidades desde una edad temprana junto a su primo Azusa Shiba, Marina Ryūguji y Kazuo Sano, es hábil en el manejo de armas, cuchillos y conoce los principios sobre espionaje, su aprendizaje fue truncado tras la traición a Bonten.

Curiosidad: Iba a comenzar con misiones de espionaje en otras mafias antes de la caída de Bonten, admira la historia de Mata Hari y quería ayudar a la organización siguiendo sus pasos.

Curiosidad: Iba a comenzar con misiones de espionaje en otras mafias antes de la caída de Bonten, admira la historia de Mata Hari y quería ayudar a la organización siguiendo sus pasos

Chapter 14: A violent festival

Chapter Text


Taki Taki | Selena Gomez, Ozuna & Cardi B

❝ Es que yo me sé lo que tu cree que tú no sabe (...) báilame como si fuera la última vez y enséñame ese pasito que no sé, un besito bien suavecito, bebé.❞

« Todo llega, y es verdad, el problema no es si llega o no, sino cuándo llega


—Hoy es tres de agosto y como sabes, hay un festival, me preguntaba si quieres ir conmigo —Shinya casi se ahoga con el café que estaba bebiendo, consigue controlarse y mira a Ichirō sin ocultar su sorpresa.

—¿De verdad?

—¡Si! —Dijo con una radiante sonrisa que podría rivalizar con el sol, pero Shinya lo conoce muy bien y no se hizo ilusiones, esperaría a la estocada de ese día —Iríamos para verificar que todo esté bien con nuestros padres. Vienen Marina, Kazuo, Azusa, Kōichi y Manami, pero ellos dos van para recorrer exclusivamente el festival —La sonrisa seguía imperturbable —¿Qué dices?

—Claro —Asintió con una expresión de total indiferencia.

—Genial, le diré a los demás, nos vamos a las seis —Ichirō salió de la cocina sin dejar de sonreír estúpidamente.

—Que suerte que su cara es linda —Shinya miró encima de su hombro a Daisuke, su amigo vio la interacción en silencio y Saki miraba hacia otro lado contrario intentando no reírse por el incómodo momento. El omega suspiró encogiéndose de hombros —Manami dijo que iría al festival y Kōichi fue a comprar algunas yukatas, ¿Quieres usar alguna?

—¿Por qué lo haría? Son incómodas para pelear, las mangas molestan y odio caminar con getas.

—Quizás podrías verte muy bien y romper la coraza de ese idiota —Esta vez Shinya miró de reojo a sus dos amigos, Saki sonreía maliciosa y Daisuke parecía más emocionado por la expectativa —Imagina —Movió sus manos como si un arcoíris surcara sobre su cabeza —Festival, luces, juegos, un ambiente agradable, comida deliciosa y ustedes dos paseando juntos... perfecto para una cita.

—Tienes que dejar de ver tantas novelas.

—Vamos —Saki se acercó a Shinya golpeando con el codo su torso —Sé que también tienes expectativa.

—Podemos ir ahora mismo con Nami, ella se está preparando.

—Pero son las dos de la tarde.

—Nunca subestimes el arte del maquillaje, los peinados, el vestuario y los accesorios —Ahora Shinya estaba rodeado por los dos, cada uno a cada lado para evitar que huyera, bebió un sorbo de su café en silencio.

—Como sea —Se encogió de hombros —Por lo menos dejen que vaya por Nahoya.

—Ugh, en esta casa el complejo de hermano es fuerte. Primero Manami y Kōichi, luego Ichirō con Kazuo que va a acosarlo en el festival y también ustedes dos —Daisuke rodó los ojos.

—¿Ichirō? ¿No dijo que iríamos al festival para corroborar que todo estuviera bien con nuestros padres?

—¿Y le crees? —Bufó Saki cruzándose de brazos —Kazuo quería ir al festival y Azusa le dijo para ir juntos, Ichirō lo escuchó y bueno, ya lo conoces.

—Azusa tiene 19 y Kazuo va a cumplir 14 —Dijo Shinya con duda.

Los chismosos se encogieron de hombros. Los celos de los hermanos eran muy fuertes en esa casa, especialmente los de Kōichi por Manami y los de Ichirō con Kazuo y Harumi.

En el camino a la habitación de Manami y Kōichi, Shinya se enteró de algunos planes del resto de sus amigos. Rokurō iba a salir con Misaki, Mitsuki y Emiko a recorrer Shibuya para conocer más sobre el pasado, Daisuke, Hiroki, Harumi y Saki iban a quedarse en el departamento a perder el tiempo y estar preparados en caso de que surja alguna emergencia en la noche.

Kōichi y Manami decidieron ir al festival luego de escuchar que Kazuo, Azusa, Ichirō y Marina iban a ir. Normalmente Manami se limitaba a quedarse en casa por su miedo a los alfas, pero tiene mucha curiosidad por el festival y estaba emocionada con la idea de recorrer cada puesto de juegos y probar la comida. Normalmente por ser parte de Bonten no salía seguido, ahora que era una persona “normal” puede mostrarse en público más confiada.

Abrieron la puerta del cuarto de los hermanos Hanemiya y fueron golpeados por un agresivo perfume de fresas, las carcajadas de Kazuo, Manami cubriendo sus labios para amortiguar las risas y Kōichi agitando una revista para sacar la nube rosa a través de la ventana. Por accidente rompieron un perfume que era demasiado fuerte.

El cuarto de los hermanos Hanemiya era bastante simple, contaba con dos camas individuales cercanas entre sí con una mesa de luz en medio, una pila de hojas con información del futuro, otro mueble donde guardaban su ropa y uno de menor tamaño que tenía los medicamentos de Manami. Los recién llegados fueron recibidos alegremente por Kazuo que los obligó a entrar y todos juntos pasaron la tarde eligiendo las yukatas, Nahoya se unió no mucho después cuando Shinya ya tenía preparada su ropa.

Se reunieron a la hora acordada en la entrada, desde que se encerraron en el cuarto de Manami a las dos de la tarde, ninguno de los residentes los vio. Solo a Daisuke que bajaba cada tanto con Saki en busca de maquillaje en el cuarto de esta última o por algo de comer.

Contrario a las cinco personas que se prepararon arduamente, Ichirō usaba ropa casual, unos jeans celestes y una camisa verde manzana con dibujos de estrellas doradas en los bordes, Marina llevaba un conjunto deportivo cómodo para caminar durante muchas horas y Azusa era el que se veía más obsceno, en palabras de Ichirō, porque usaba la parte externa de un kimono dejando al descubierto su torso musculoso y unas sandalias que lucían un poco incómodas. Ichirō no iba a admitir que siente un poco de envidia por el cuerpo trabajado de su amigo, los abdominales eran firmes y perfectos. Normal de Azusa que hizo el servicio militar muy joven.

El resto del grupo descendió las escaleras llamando la atención de sus amigos que dejaron de hablar para mirarlos.

Manami usaba una yukata amarilla con dibujos de peonías blancas, hojas verde manzana y pétalos blancos dispersos en la falda y sus mangas y un obi más oscuro con un cordel rosa alrededor. Kōichi, como siempre, llevaba un diseño a juego con su hermana que era mucho más simple y coincidía con el color del obi.

Los hermanos Kawata también contaban con trajes de colores a juego, aunque el diseño de Shinya era más delicado y le daba un aire inocente, tenía una yukata blanca con flores no me olvides en la parte inferior, un obi color cielo y detalles púrpuras y un haori azul marino con dos mariposas blancas en cada lado junto a un ramo de las mismas flores, lo más llamativo era que llevaba una gargantilla negra que no funcionaba como protector de nuca como el de Manami, sino que era de simple decoración, y Nahoya llevaba un diseño mucho más oscuro con detalles dorados y un abrigo más largo que el de su hermano con un obi negro con detalles marrones y naranja.

Quizás lo más llamativo fue ver la ropa de Kazuo porque no solo resplandecía, sino que llevaba un kimono destinado a las mujeres.

La tela era negra y se iba esclareciendo hasta acabar con un rosa pastel decorado por un estampado de flores rosadas en las mangas, pliegues y falda. El obi era blanco con detalles lilas y el obiage violeta, incluso llevaba un kanzashi en el pelo con forma de flor, pese a que no eran necesario para su cabello corto. Si no supieran que era Kazuo, podrían confundirlo fácilmente con una chica.

Kazuo llegó a la entrada y dio una vuelta frente a su hermano, Azusa y Marina que le sonrieron, los demás hicieron comentarios de fondo halagando su apariencia.

—¿Por qué una yukata de mujer?

—Siento que me queda más lindo —Dijo extendiendo las mangas hacia los lados y dando un vistazo a su espalda, sonrió a su hermano —¿Qué dices?

—Cualquier ropa luce bien en ti —Ichirō miró a los demás —Todos lucen increíbles —Sus ojos se fijaron más tiempo del necesario en Shinya, quien bajó la mirada avergonzado retorciendo en su dedo índice el mechón largo de su cabello e intentando no parecer tan nervioso. Los demás estaban tan expectantes como el mismo Shinya a lo que diría Ichirō —¿Vamos?

Shinya suspiró con una mueca triste y resignada, siempre era lo mismo, ni siquiera sabe de dónde saca fuerzas para seguir intentando llamar la atención de alguien tan idiota. Como dijo Daisuke, al menos Ichirō tiene un buen rostro y es el mejor alfa que ha conocido.

Cuando todos salieron del departamento despidiéndose de sus amigos, Ichirō permaneció atrás mirando la nuca de Shinya seriamente y notando que llevaba el cuello doblado. Pasó por su lado arreglando el dobladillo e intentando ocultar el rostro en su cabello.

—El blanco y el celeste te quedan bien —Dijo en voz baja pasando por su lado y retomando la delantera.

Ichirō todavía puede sentir el cosquilleo que le provocó rozar la tersa piel de Shinya en esa zona tan íntima, y Shinya dejó de caminar tocando su nuca con las mejillas rosadas. El lugar donde Ichirō tocó estaba caliente.

Debido a que los diez pisos eran agotadores de bajar y los cinco llevaban sandalias tradicionales, Kōichi no dudó en cargar a Manami en sus brazos al estilo princesa. Azusa hizo lo mismo con Kazuo, para disgusto de Ichirō, y cargó al omega con yukata rosa en un solo brazo mientras que Nahoya llevaba en su espalda a Shinya. Marina e Ichirō siguieron sus pasos sonriendo.

En el descenso apenas hablaron, tenían un acuerdo silencioso para comenzar a charlar cuando no estuvieran a nada de perder un pulmón por esas malditas escaleras.

Al bajar conversaron durante todo el camino hasta el templo Musashi Shrine donde se realizaba el festival, apenas llegaron Kōichi y Manami corrieron de la mano a un puesto de comida, cualquiera que los viera de lejos pensarían que son una pareja y no dos hermanos obsesionados con el otro.

Su primera compra fueron algunas brochetas de yakitori, aunque Ichirō prefirió ir a los puestos de dulces y comprar tres broches de dango para él.

Tambien jugaron kingyo sukui, Marina consiguió pescar dos pececitos con una pequeña red hecha de papel, en el puesto de yoyo sukui donde había que pescar globos de agua con un pequeño anzuelo, Kazuo ganó en los primeros cinco intentos llamando la atención de varias personas, y en el sūpā bōru sukui en el que debían pescar pequeñas bolas y otros objetos con una pequeña cacerola o colador, Kōichi casi deja en bancarrota al pobre vendedor que incluso le pidió amablemente que dejara a los demás jugar.

En el puesto de kata nuki debían quitar los contornos de una dibujo sin romper la figura de adentro, en ese juego los ocho amigos olvidaron la amistad para concentrarse en superar al otro. Manami resultó la ganadora en ese encuentro donde también atrajeron muchas miradas, el vendedor en esa ocasión les agradeció por atraer al público y les dio algunos dulces como recompensa.

En uno de los juegos, Kōichi ganó un brazalete de perlas falsas para Manami e hizo la promesa que cuando vuelvan al futuro, comprará uno de verdad.

Cuando ya estaba cayendo la noche, Kōichi y Manami disimuladamente se fueron apartando, llevándose consigo a Azusa, Kazuo, Marina y Nahoya para darle a Shinya e Ichirō un momento a solas. En vista de que estaban hablando muy cómodos y no sentían esa constante tensión entre ellos, los seis consideraron que era un buen momento para darse una oportunidad; aunque Nahoya odiaba alejarse de su hermano y no confiaba en Ichirō, a pesar de ser su alfa.

Así que usaron ese momento para visitar los puestos de comida y perderse entre las personas.

Compraron dos recipientes de yakisoba para Kōichi y Marina, okonomiyaki para Kazuo y brochetas yakitori para Manami, Azusa y Nahoya. Se movían rápido para dejar atrás a los otros dos que estaban concentrados en un puesto de manzanas ringoame a pedido de Ichirō, las manzanas caramelizadas eran la debilidad del alfa. Shinya lo acompañaba porque dijo que quería un poco, aunque en realidad no le gusta mucho la comida dulce. Se supone que a los omegas debería gustarle esa clase de sabores, pero no era el caso con él y en su lugar lo probaba cada cierto tiempo porque los dulces, en especial los que probaba Ichirō, eran empalagosos.

Miró de reojo al alfa que miraba con ojos brillantes la manzana caramelizada y sonrió disimuladamente, mirando su propio postre, mientras Ichirō pueda sonreír tan honestamente es capaz de intentar probar un poco. Después de todo, siempre termina dejando más de la mitad e Ichirō está muy dispuesto a comer su parte.

A veces no entiende cómo sus dientes están bien.

Al voltear se dieron cuenta de que habían perdido de vista a sus amigos.

—¿Dónde fueron? —Ichirō intentó ver por encima de las cabezas, aunque no era tan alto como para lograr —Les enviaré un mensaje.

Shinya asintió sin darle importancia, a diferencia de Ichirō reconoce las jugadas de Kazuo y sus amigos.

Siguieron avanzando cuando de repente un chico pasó por su lado dándole un fuerte golpe en el hombro, Shinya estaba distraído y por eso se sorprendió, así que por accidente soltó la barandilla de la manzana y casi se cae de no ser porque Ichirō lo atrapó sujetando sus brazos.

La cercanía hizo que Shinya por accidente inhalara las feromonas de Ichirō, el aroma a sándalo cubierto por el desodorante y los productos para el cabello, fue intoxicante. Inconscientemente se acercó a su cuello, en el lugar exacto donde estaba la glándula de olor e Ichirō se estremeció, fue incapaz de separarse al instante porque algo particular fue captado por su nariz.

Con la misma inconsciencia de Shinya, se acercó al cuello del omega, inhalando esas feromonas de jazmín que tantas veces lo han salvado de perderse en la oscuridad y mantiene bajo control a su lobo interno.

Tan pronto como su nariz estuvo en contacto con la glándula de olor de Shinya, Ichirō se apartó bruscamente tomando por sorpresa al omega que agitó las pestañas, desorientado por el declive emocional y el leve control que le cedió a su omega. No le gusta que sus instintos dominen sus acciones, lo odia, sin embargo... no sabe si fue su imaginación o el deseo reprimido por Ichirō, pero por un momento le pareció percibir feromonas de aceptación y tuvo la intención de marcarlo con su olor, aunque se separó muy rápido como para estar seguro.

Se dio cuenta de la incomodidad en el rostro del alfa y sintió pena, no es tan egoísta como para hacerlo pasar un mal momento y arruinar su no-cita, así que decidió romper el silencio señalando un puesto.

Shateki —Dijo con su expresión indiferente, Ichirō estaba desorientado y no comprendió al instante —¿Puedes ganar un peluche de león para mi o quieres que gane para ti el peluche de dorayaki?

—No me subestimes, tengo una excelente puntería —Pasado el momento incómodo, lograron recuperar los buenos ánimos.

Ichirō hizo una postura arrogante que provocó una sonrisa ladina en Shinya.

No fue sorpresa para Shinya ver a Ichirō fallar las primeras tres veces, se acercó con una sonrisa juguetona.

—Pensaste que era como lanzar cuchillos o disparar un arma de verdad, ¿No? —Ichirō frunció el ceño con disgusto y equilibrando el peso del arma falsa en sus manos, rememorando la fuerza de esas balas y la distancia —Déjame —Shinya pagó por tres oportunidades —Ganaré algo para ti.

Shinya subió las mangas de su yukata dejando ver sus delgados y pálidos brazos, Ichirō admiró la figura de su amigo, podría verse delicado, pero en realidad es una de las personas más fuertes que conoce. De niños solía defenderlo de otros chicos que buscaban problemas con él en la escuela, durante ese complicado tiempo donde tuvieron permiso de asistir a clases normales durante la secundaria baja.

El rostro de Shinya era delicado, fino y con facciones suaves, poseía una belleza natural como todos los omegas, la cual se realzaba por el rubor en sus mejillas y el rímel en sus pestañas. Maquillaje aplicado por Manami o Saki, porque Shinya no sabe nada sobre esa clase de arreglos personales.

La yukata que llevaba era diferente a su ropa gruesa de colores fríos y que le permitían tener mayor movilidad a la hora de pelear. Siquiera usaba su inseparable gorra.

Sin lugar a dudas, Shinya era un chico hermoso, fuerte y atrayente desde varios puntos de vista.

Ichirō se dio cuenta de que algunas personas miraban al omega mientras disparaba a los objetivos e Ichirō se acercó de forma disimulada para que ninguno de ellos tuviera ideas raras.

Estaba tan concentrado enviando malas miradas que se sorprendió al escuchar tan cerca la voz de Shinya. El omega giró para presumir y se dio cuenta de la cercanía, al retroceder casi tropieza por culpa de las sandalias e Ichirō de nuevo lo atrapa, esta vez sujetándolo por la cintura.

A esa distancia puede ver claramente la manera en que las mejillas pálidas de Shinya se tornan rosadas naturalmente.

Aparta las manos, de nuevo con ese cosquilleo en la punta de sus dedos, y Shinya dirige su atención al vendedor que le entregó el peluche de dorayaki con forma de pez. Le dio el premio a Ichirō.

—Oye, niño, ¿No eres un alfa? —El vendedor lo retó con una sonrisa arrogante —¿Dejarás que tu omega te mime?

Un par de personas que oyeron el comentario murmuraron entre sí.

Lo normal era ver a un alfa intentando lucirse frente al omega, si era al revés se consideraba que al alfa le faltaba algo para ser suficiente y esa rendija en su relación era la oportunidad para otras potenciales parejas. Se trataba de biología, estereotipos y creencias donde se supone que ciertas personas deben comportarse de cierta forma.

Tanto por la actitud de la sociedad, sus conductas, creencias y esas prácticas sociales destinadas a promover el enaltecimiento y prevalencia del alfa que debe ser útil para su omega, eran una mierda. Aunque sí es cierto que hay factores psicológicos y otros biológicos del segundo género promovidos por el entorno donde se considera ley que un alfa debe proveer al omega.

Ichirō no era la clase de persona que se deja llevar por esos comentarios estúpidos, sabe que el vendedor solo quiere sacarle dinero, pero no puede hacer la vista gorda ante los pocos alfas y algunos betas que miraban a Shinya con interés.

Ni siquiera se tomó la molestia de corregir que Shinya no era su omega, le pagó al vendedor por otros tres tiros.

Shinya se encogió de hombros. Así como él tiene algunos impulsos omega que no le gustan admitir, Ichirō tiene sus propios problemas y no va a decirle nada, después de todo, esos impulsos nunca lastimaron su integridad física. Es extraño. Cuando otros alfas lo miman se siente inútil, degradado y usado, con Ichirō no es el caso.

Nunca sintió presión.

Incluso cuando se pelean hasta el punto de usar sus voces para no dejarse doblegar por el otro, ya que como dominantes tienen una personalidad muy fuerte y como tal no se dejan pisotear, no se siente inútil. Ichirō nunca lo miró por encima del hombro o desde arriba, sino como un igual, un amigo, tiene en cuenta su opinión como si fuera natural y eso le agrada. También confunde sus sentimientos, pero ese ya es un problema suyo.

Los pensamientos de Shinya frenaron al sentir algo suave en la punta de su nariz, levantó la mirada encontrando un peluche de león muy suave y detrás de este vio la sonrisa de Ichirō. Sostuvo el león entre sus manos mirándolo con sorpresa.

—No es tan lindo como ese peluche de conejo azul que te compré, pero cuando pueda, te compensaré.

—Tu... ¿Lo recuerdas?

—¿Mmm? ¿Cómo no hacerlo? —Ichirō le dio palmadas en la cabeza —Fue la primera vez que compré un regalo para alguien que no era de mi familia, estuve cinco días eligiendo.

—Mhm —De repente Shinya frunció el ceño y cuando Ichirō quiso saber el motivo, su cara fue aplastada por el peluche —¡No sonrías!

—¿Ah? ¿De qué hablas?

Shinya siguió luchando contra el agarre de Ichirō para evitar que viera su rostro sonrojado, sus sentimientos eran más evidentes que nunca y si sigue viendo esa sonrisa tan honesta... volverá a hacerse ilusiones estúpidamente.

¿Cómo no ilusionarse si le sonríe y dice esa clase de cosas que agitan su corazón? Estúpido su omega interior que está tan cómodo con Ichirō y estúpido su propio corazón que también lo aprecia.

El momento que estuvieron jugando de esa forma fue interrumpido por una voz conocida.

Shinya bajó el peluche, abrazándolo contra su pecho e Ichirō acomodó debajo del brazo su regalo, ambos miraron en la misma dirección. Había otra pareja en el puesto de lanzamiento.

—¡Pero le di!

—No cuenta.

—¡¿Y qué no me asegura que no tiene un imán o algo en la parte de abajo?!

—¿Mm? Sigue sin contar.

—¡Es broma, ¿No?! ¡Aposté algo importante!

—Igual no cuenta. Ya vete.

Se trataba de Takemichi y Hinata, Ichirō dio un paso al frente y Shinya lo sujetó de la manga.

—Sanzu dijo que no rompamos nada del pasado.

—Lo sé —Dijo sin mirarlo y retomando su intención de acercarse a la pareja —Solo voy a saludar —Shinya miró hacia los lados en busca de sus amigos, sabe que los dejaron a solas a propósito y esperaba que estuvieran espiando para darle una mano. Ninguno salió a su rescate y tuvo que ir con Ichirō —¡Hanagaki!

Takemichi volteó frenando su disputa con el vendedor.

—Ah, eres el chico de las otras dos veces, Ichirō, ¿No? —Sonrió el rubio, sus ojos se fijaron en la persona que se acercó tras el rubio con un peluche de los juegos. Ahora miraba con picardía al alfa —¿Están en una cita?

—Vinimos con otros amigos, pero nos separamos —Le restó importancia muy fácilmente y por fortuna Shinya tiene por naturaleza una cara de poker, eso impedía que se notara su fastidio —¿Y ustedes?

—Si, es una cita —Takemichi rascó su nuca avergonzado e Ichirō frunció el ceño de forma imperceptible antes de sonreír despreocupado, solo Shinya vio el mínimo cambio en sus facciones —¿Van a quedarse hasta más tarde? Escuché que si no llueve habrá un evento de fuegos artificiales.

—Seguramente nos quedemos.

—Genial, yo también tengo que hacer un poco de tiempo. Después de dejar a Hina, Mikey me citó aquí porque quiere hablar de algo y no querría esperar solo —Ichirō hizo una nota mental de preguntarle a Sanzu si no hicieron nada malo con la línea temporal, porque tiene el ligero presentimiento de que sí —¿Me hacen compañía?

—¡Claro! No es ningún... ah —Algunas gotas de lluvia comenzaron a caer, Ichirō le dio la espalda a Takemichi y Hinata para sacarse la chaqueta y cubrir a Shinya del agua —Deberíamos ir a buscar un lugar para cubrirnos.

—Si, me gusta la lluvia solo cuando estoy en mi casa y debajo de las sábanas.

Shinya asintió, cubriéndose la cabeza con la chaqueta y prácticamente ronroneando por las feromonas impregnadas en la prenda, si Ichirō se dio cuenta de ese detalle o no, no lo hizo notar en su rostro.

Al darse la vuelta para encarar a la otra pareja, notaron que ya no había rastros de ellos y eso llamó su atención. Intercambiaron una mirada curiosa.

No deberían preocuparse. Sanzu dijo que la pelea que tiene lugar ese día iba a tener heridos, como cualquier disputa entre pandillas y Draken sería uno de ellos, pero al final de la noche todo iba a terminar bien y nadie morirá. Confían en la palabra de Sanzu. Sin que ellos intervengan las cosas van a resultar bien, entonces deben irse.

Se dirigieron al templo en busca de refugio.

Incluso cuando estaban bajo techo, Shinya continuaba con la chaqueta sobre su cabeza y el peluche de león entre los brazos. Ichirō lo miró de reojo notando las gotas cayendo por sus mejillas, la yukata blanca se adhería a la piel y sus muñecas, igual de blancas, delgadas y finas como el resto de su cuerpo. Sin el perfume que cubría las feromonas florales, se percibía mucho mejor el aroma de jazmín, sabe que a Shinya no le gusta el olor que desprende porque no es tan intimidante como le gustaría.

Lo vio limpiar el agua en su cuello con las mangas de su chaqueta mientras miraba las gotas de lluvia cayendo ante sus ojos.

Shinya se dio cuenta de que Ichirō lo miraba fijamente y le miró de reojo.

Mantuvieron la mirada en el otro, diciendo en silencio aquello que sus corazones gritaban, Shinya le sonrió ladino. El mismo gesto que suele hacer cada vez que tiene que ocultar el dolor que le provocan sus sentimientos. Ichirō siempre lo elevaba muy alto para después dejarlo caer en el suelo sin misericordia.

A diferencia de otras ocasiones, esta vez ocurrió algo diferente, porque Ichirō acercó su mano para pasar detrás de su oreja los largos mechones celestes que enmarcaban el lado derecho del rostro.

Se estremeció al percibir una suave caricia en su mejilla, como la caricia de una mariposa

El primer paso, ese primer paso que pudo marcar el comienzo del fin en su amistad, fue difícil; y estaban tan concentrados en el otro que saltaron al escuchar el teléfono de Ichirō sonando. El alfa agradeció internamente, aunque la frustración continuaba presente en su corazón, y el omega suspiró incómodo por lo que casi ocurre. Con nervios volvió a acomodar el largo flequillo para ocultar la mitad del rostro.

—¿Misaki? —El nombre de su amiga atrajo la atención de Shinya e hizo fruncir el ceño a Ichirō, respondió la llamada —Hola.

« —Ichirō, ¿Estás con Draken, Mikey o alguno de la Toman? »

—No, no vimos a ninguno, se supone que la pelea es esta noche en el estacionamiento del Templo. ¿Qué ocurre?

« —Mierda —Misaki se escuchaba agitada y de fondo de oía a Rokurō gritando algo inentendible —Osanai me llamó, ¡Kisaki nos hizo una mala jugada! —Ichirō acercó el teléfono a Shinya para que escuchara lo mismo —Ya sabes que Moebius tenía una disputa interna, ¿No? »

—Si. Osanai dijo que la pandilla iba a dividirse.

« —¡Mikey fue enviado a un lugar diferente con Osanai! Cuando llegó al punto de encuentro, Osanai me llamó para decirme que Kisaki planeaba atacar a los miembros de la Toman aprovechando la ausencia de Mikey

—Espera, aunque Kisaki haya hecho su jugada, sabemos que todo termina bien.

« —¡Termina bien para Draken y los demás! —Misaki parece haber entrado a un taxi y el audio era mucho mejor —Esta vez Kisaki apunta a Pah-chin, Osanai me dijo que uno de sus hombres le oyó decir a ese cuatro ojos que iba a aprovechar que Mikey no estaba para deshacerse de él.»

—¡¿Qué?! —Gritaron al unísono, en la línea original Pah-chin ni siquiera formaba parte del evento porque estaba en la correccional y ahora corría el riesgo de que muriera, en consecuencia, Rokurō y sus hermanos tampoco iban a nacer.

« —Eso dije yo. Va a usar rencores del pasado para que chicos de la misma Toman los traicionen, ¡Van a ser atacados por la espalda! »

—¿Cómo? ¿Quiénes? —Insistió Ichirō con los nervios a flor de piel.

« —Era... um, ay, demonios... ¿Cómo se llamaba? Yo lo sabía, e-es...»

—¡Misaki!

« —¡No me grites, estoy pensando! —La omega dijo varios nombres hasta que al fin pudo recordarlo y gritó lo suficientemente fuerte, tanto que hasta el conductor la regañó —¡Kiyomasa! Era un tipo que pertenecía a la tercera división de Pah-chin y le guarda rencor por alguna mierda como que no lo defendió cuando Mikey lo sacó o algo así

—Si, si, sabemos quién es —Ichirō y Shinya asintieron seriamente, el omega lanzó hacia un lado las incómodas sandalias que no le servirían para pelear y aflojó el obi alrededor de su cintura, dejando un poco de su torso al descubierto. El alfa se le quedó mirando sorprendido y con las mejillas rojas ante la vista.

« —¡Ichirō, responde! »

—Ah, si, lo siento. ¿Qué dijiste?

« —Estamos atascados en el tráfico por la lluvia. Vamos a correr hasta el Templo, pero no sé si llegaremos a tiempo para ayudar, así que encárgate y pasa el mensaje al resto —Ichirō tarareó una respuesta afirmativa, solo estaba con Shinya, tendría que enviarle un mensaje a los demás —Y aleja a Manami del lugar. Dile que vuelva a casa, que se pierda con Kōichi en el bosque o el templo

—De acuerdo, déjalo en mis manos y... ve llamando una ambulancia —Misaki no respondió al instante —Hay que prepararnos para cualquier escenario.

« —Bien. Nosotros estamos por salir del taxi y correr, te llamaré cuando estemos cerca

Finalizaron la llamada.

—Supongo que así termina nuestro paseo por el festival —Shinya dejó las sandalias, los peluches y la chaqueta de Ichirō en un hueco del templo.

—Espera —Antes de comenzar a correr bajo la lluvia, Ichirō agarró su chaqueta para acomodarla en los hombros de Shinya y ocultar un poco su cuerpo, ignoró la expresión estupefacta del omega y lanzó el teléfono a sus manos —Eres más rápido escribiendo mensajes, avísale al resto.

Ya pensarían más tarde sobre las últimas acciones de cada uno, cuando no tengan a la muerte respirando encima.

No disminuyeron la velocidad en sus pasos mientras enviaban un mensaje al grupo compartido y algunos personales a cada uno de los chicos que se supone que deberían estar alrededor, los que estaban cerca emprendieron camino, Kōichi y Manami se alejaron tanto como era posible de la zona de peligro y Rokurō, Misaki, Mitsuki y Emiko corrían por las calles para llegar a tiempo.

En especial Rokurō. No solo estaba preocupado por su padre porque lo quería, sino por sí mismo, su padre era el objetivo en una batalla donde se supone que no participa y ahora su vida corre peligro. Si algo llegara a ocurrirle... ¿Qué va a pasarle? Si su padre muere en el pasado, él no iba a nacer, dejaría de existir y eso le provoca un terror sobrehumano.

No dolerá. Lo sabe. Va a ser como si nunca hubiera existido en primer lugar y era igual de intimidante.

Ichirō y Shinya buscaron a cualquier miembro de la Toman que pudiera darle indicaciones, llegaron a una zona detrás del templo y se encontraron con una escena sorprendente, una que Ichirō no hubiera imaginado ni en sus más locos sueños.

Vio a Hinata y su papá conversando muy cerca, la chica tenía las mejillas rojas y Takemichi parecía haber recibido una paliza. Lo que le estuviera diciendo parecía haberlo tomado por sorpresa, lo ayudó a deshacerse de los retazos de cinta alrededor de su cuerpo e hizo una reverencia.

En el fondo todavía no lo cree, ahora no tiene dudas.

Su papá de verdad tiene una relación con Hinata, la madre de Iori, su ex-novio. Pero si ese es el caso... ¿Por qué su papá suelta feromonas disconformes? ¿Era el único que lo notaba? Miró a Shinya y parecía no darse cuenta de ello, siquiera Hinata.

Aquello era extraño. Demasiado. Necesita conseguir respuestas con Sanzu, aunque primero debe encargarse del nuevo problema.


Información:

Saki Haitani (咲希 灰谷, Haitani Saki), única descendencia de Ran Haitani y una beta desconocida, su nombre significa “rara floración”, pero está escrito con los kanjis 咲 “flor” y 希 “esperanza” que significa “Flor de la Esperanza”. Tiene 16 años, es alfa y miembro oficial de Bonten. Muchos la consideran transgénero, pero en realidad nació como hombre y se identifica con el género fluido.

Apariencia: La apariencia de Saki es la de una chica moderna a la moda, pero en realidad, es de las más varoniles entre sus amigos. Saki tiene una figura esbelta con piel clara, ojos morados, el pelo largo y negro con la mitad teñida de violeta y las puntas oscuras con un flequillo recto. Suele usar ropa moderna de chicas, una chaqueta magenta con rayas negras que cuelga sobre sus codos y una falda a juego. A pesar de gustarle los zapatos, prefiere las zapatillas para pelear cómodamente. También cuenta con aretes de corazón, gargantillas, brazaletes, anillos y una pequeña cartera de licra para teléfono con un pañuelo amarillo, blanco, violeta y negro atado en la cintura.

Personalidad: Ella se reconoce como de género fluido. A pesar de su actitud carismática, se enoja fácilmente con aquellos que estén en contra de Bonten. Saki es excéntrica y enérgica, a menudo dice cosas sin sentido y actúa de una manera que puede desconcertar o molestar a los demás, llegando a incomodar con sus comentarios sádicos y actitudes violentas. Si se trata de defender a Bonten, Saki no duda en matar. Al estar con Ichirō puede parecer que no se restringe por las normas sociales y es insensible a veces, pero no tiene intenciones maliciosas y la describen como alguien leal.

Curiosidad: Con sus amigos y dentro de Bonten habla de sí usando el término “Boku” (僕) que es exclusivo de los hombres, aunque use ropa femenina, y en público suele utilizar “Watashi” (わたし、私) que tiene carácter formal y lo usan tanto hombres como mujeres, lo que provoca confusiones.

Curiosidad: Con sus amigos y dentro de Bonten habla de sí usando el término “Boku” (僕) que es exclusivo de los hombres, aunque use ropa femenina, y en público suele utilizar “Watashi” (わたし、私) que tiene carácter formal y lo usan tanto hombres como ...

Chapter 15: Revolt

Chapter Text


Whatever It Takes | Imagine Dragons

❝ Aventurarse en el mundo podría ser peligroso, todo el mundo va en círculos, como los buitres (...) hago lo que sea necesario porque amo la sensación de romper cadenas.❞

« Solo soy un símbolo para recordarte que hay más de lo que puedes ver


Takemichi vio a Ichirō y Shinya cuando se separó de Hinata y no mucho después se cruzaron con Mitsuya, con quien intercambiaron algunas palabras, dándose cuenta de la enorme confusión en la que estaban metidos.

Por alguna razón a Mitsuya le llegó información sobre que Pah-chin mataría a Osanai, Takemichi dijo que recibió una llamada de su amigo acerca de un potencial ataque a Draken que era señalado como culpable de la anulación de las peleas por apuestas e Ichirō les dijo que Misaki pasó el mensaje sobre una disputa interna en Moebius que tiene como fin confundir a todos para que Kiyomasa pudiera matar a Pah-chin por no “defenderlo” frente a Mikey.

La situación era tan extraña y ridícula que ninguno dijo nada por unos segundos.

Es como si estuvieran jugando al teléfono descompuesto donde a todos les llegó un mensaje de diferentes personas sobre situaciones relacionadas y al mismo tiempo no. Porque Osanai estaba en otro lugar, Pah-chin debería estar en los alrededores, se supone que Draken paseaba por el festival y Mikey tiene que estar cerca.

Takemichi incluso aclaró que Kiyomasa le dijo que tomaría venganza, aunque no estaba seguro de si se refería a Draken o a Pah-chin. Ahora lucía tan confundido como Mitsuya y los otros dos.

Decidieron ir en busca de cada una de las dos potenciales víctimas, en el camino encontraron las motos de Pah-chin y Peh-yan.

Cuando estaban por separarse para cubrir más terreno, Takemichi propuso buscar cerca de los estacionamientos porque allí era el mejor lugar para pelear o atacar en grupo. La corazonada fue acertada. Ichirō, Shinya, Mitsuya y Takemichi llegaron al estacionamiento donde fueron recibidos por un escenario desagradable.

Había tipos de Moebius tirados en el piso, inconscientes y los ojos en blanco, no muy lejos de ello notaron una silueta encorvada con la cabeza llena de sangre. Se acercaron con prisas a Draken que estaba siendo atacado sin darle tregua, Ichirō le dio una fuerte puñetazo a un tipo que tenía un tubo metálico y Shinya lo acompañó con una patada lateral, alejando al que estaba más cerca y noqueándolo.

—¡Draken! —Emma estaba no muy lejos del estacionamiento debajo de un paraguas y lágrimas en los ojos, miró a los chicos de Moebius con odio —¡Lo que hacen es de cobardes! Atacar por la espalda y todos juntos, son una desgracia como hombres.

—Takemitchy, Mitsuya —Draken estaba demasiado cansado como para mantenerse de pie, a pesar de que se dejó caer en el suelo despreocupado, se notaba su dolor —Estoy exhausto.

—No te preocupes —Sin dudarlo, Takemichi se acercó para verificar que no tuviera heridas graves.

Intercambiaron palabras en voz baja acerca de cómo llevar lejos a Emma, ignorando las miradas cómplices entre Shinya e Ichirō.

Si Draken estaba allí y fue atacado por los chicos de Moebius, ¿Dónde demonios estaba el tal Kiyomasa? ¿Y qué hay de Pah-chin? No tienen idea y no pueden quedarse allí sabiendo que el padre de Rokurō todavía corre peligro, pero tampoco pueden marcharse sin dar explicaciones.

Una sonrisa resignada apareció en sus labios.

Han pasado sus vidas entrenando porque es obligatorio saber defenderse cuando perteneces a Bonten, si vives en esa clase de ambiente peligroso debes saber pelear, nunca creyeron que iban a usar sus conocimientos para una pelea entre pandillas. No es tan malo.

Tienen muchos sentimientos contenidos que siempre esperan pacientemente por explotar de forma violenta y sin piedad.

—Dos de nuestros amigos están refugiados en el templo. Son confiables —Dijo Ichirō ganando un asentimiento por parte de Draken, quien miró hacia Emma dándole a entender que vaya con esas personas, la rubia asintió con nervios y se fue corriendo.

—Creo que veinte es mi límite —Suspiró pesadamente intentando no pensar en el dolor palpitante en su cabeza por el golpe que recibió —Mitsuya, te encargo el resto.

—Claro —Chocaron los puños.

Los chicos de Moebius se burlaron ante la idea de que solo cinco personas iban a enfrentarlos, uno estaba demasiado herido, el otro era débil y había un omega entre ellos. Solo Mitsuya e Ichirō irradiaban cierto peligro.

Cuando empezaron a hacer comentarios desagradables sobre la apariencia lasciva de Shinya por la manera en que usaba la yukata, la mirada de Ichirō se tornó azul zafiro, perdiendo un poco de su brillo.

Se supone que no deben intervenir más de lo estrictamente necesario y deberían ir en busca de Pah-chin o Kiyomasa, por desgracia la expectativa de una pelea que prometía agotarles el aliento era una idea atrayente. Si Sanzu tenía razón, todo acaba bien al final de esa noche y aunque haya algunos sustos, todo estaba bajo control; Ichirō miró por encima de su hombro a Takemichi.

Una sonrisa más honesta surcó sus labios. Si, todo estaría bien porque su papá estaba con ellos y no dejaría que algo malo ocurra.

Hizo tronar sus dedos dando un paso al frente para dar inicio a la pelea.

Ichirō frenó al notar que todos parecían concentrados en algo desconocido, miró a Shinya en busca de una explicación y estaba igual de intrigado por las expresiones tontas en los rostros de sus oponentes.

—Hum, ya era hora —Miraron a Draken con curiosidad.

—Ese motor de escape... —Incluso Mitsuya era capaz de comprender algo misterioso para Ichirō y Shinya.

—Es la CB250T de Mikey.

Ichirō frunció el ceño con duda. ¿La cb-qué de su padre? ¿Es alguna especie de código?

Sus respuestas fueron resueltas cuando de forma repentina y agresiva una moto derrapó en medio del estacionamiento encarando a los tipos de Moebius. Ichirō otra vez intentaba reunir información e intentar recordar.

...

Al conseguir su objetivo quiso darse un golpe. ¡Esa era la moto de su padre! Y su papá tenía una igual. Recuerda que cuando cumplió doce años quiso manejar aquella motocicleta y Shinya, de once, manejó la otra. Eran motos gemelas. Cuando su padre se enteró estaba muy enojado y los castigó oblogandolos a hacer trescientas flexiones, correr 5.000 metros y cuando acabaron, les hizo jurar que no volverían a usar esas motocicletas sin permiso.

Fue bastante sensible con aquel asunto y nunca supo porqué eran tan importantes, siquiera la usaba. Tal vez se trataba de un recuerdo compartido con su papá. No lo sabe.

No mucho después de que Mikey hizo su gran entrada, como siempre llamando la atención para fastidio de Ichirō, también hizo acto de presencia Osanai. Miró a cada uno de los tipos de su propia pandilla y bufó una amarga risa, apagó el motor sin despegar los ojos de cada rostro.

—Te lo dije —A pesar de que no miraba a Mikey, le estaba hablando a él —Ratas traidoras.

—Ahora entiendo, dieron malas indicaciones para sabotear la pelea —Miró por encima del hombro a Draken —Supongo que los otros capitanes de mi pandilla tienen problemas como Kenchin.

—Y si algo ocurría, iba a ser mi culpa porque soy el comandante —Osanai sonreía sin atisbo de amabilidad.

—¿Quién pudo incitarlos a hacer algo como esto?

Ichirō miró a su padre con sorpresa, ¿Mikey sabía que alguien estaba manipulando la situación desde las sombras? ¿Era así de inteligente y no solo un adolescente despreocupado? Hasta ahora lo ha visto ser infantil y caprichoso, nunca vio una expresión tan severa.

Estaba lejos de ser la misma aura intimidante del futuro, pero notaba cómo se encaminaba y que esa actitud seria se escondía tras una sonrisa de aparente inocencia.

Casi olvida que estaba frente a su padre. El alfa más rencoroso, agresivo y frío que ha conocido.

—Vaya. Que sorpresa. No creí que fueras alguien tan perspicaz, Mikey —Esa voz hizo que a Ichirō y Shinya se les congelara la sangre, el tiempo se detuvo y fueron transportados al futuro. Sus mentes los llevaron a un día normal en la mansión donde aquel tipo les daba clases sobre cómo lanzar patadas, defenderse y a improvisar un arma con cualquier cosa que tuvieran a mano en caso de emergencias. Ichirō recuerda su disculpa a través de un estúpido mensaje de texto y Shinya la manera en que le disparó a su papá mientras él y su hermano estaban escondidos en las ventilas. Ninguno prestó atención a lo que le dijo a Mikey —Me llamo Hanma. Soy el comandante temporal de la segunda facción de Moebius.

Ichirō agarró a Shinya del brazo al notar sus intenciones, a regañadientes el omega permaneció en su lugar.

—Entiendo —Mikey bajó de su moto acercándose a Hanma tranquilamente —¿Eres el imbécil que está detrás de todo este misterio ridículo?

—Que molesto, Mi-

No le dio tiempo a responder porque Mikey sin aviso levantó su pierna para darle una patada en la cara. Lo que sorprendió a todos no era el ataque sino que Hanma fue capaz de detener el golpe.

A diferencia de Takemichi, Draken y Mitsuya, Shinya e Ichirō no se alteraron.

Han visto la resistencia ridícula de Hanma en persona. Él era capaz de entrenarlos a todos ellos al mismo tiempo y terminar menos cansado, a veces rozando a un deseo masoquista donde amaba recibir los golpes de sus preciados alumnos porque eran como sus “te quiero”. Aquello daba asco al comienzo, pero a los seis años se acostumbraron a la excentricidad de Hanma, y la de Sanzu, así que no fue tan raro.

Verlo detener a Mikey no es algo tan sorprendente, lo sería si se tratara del líder de Bonten que era capaz de noquearlo con un par de golpes e incluso podía causar un traumatismo cerebral si se concentraba en el ataque. Todo para terminar de forma rápida y eficiente con el trabajo y volver a casa a tiempo para la cena.

Si el Mikey actual era invencible, entonces el del futuro es indestructible.

Porque siquiera en su muerte fue derrotado por un hombre, sino por balas y atacado por muchos, técnicamente nadie nunca estuvo a la altura y debido a ello los traidores recurrieron a malas jugadas. Esa era la única forma de derrotar a Manjirō Sano.

—No te apures, Mikey —Agitó su mano adolorida —Mi único objetivo es destruir la Toman, lo más fácil hubiera sido que se dejen llevar por sus emociones, pero el resultado sigue siendo interesante —Dijo con una sonrisa arrogante que hizo a Shinya e Ichirō apretar los puños —Ahora que Mikey el invencible llegó voy a poder... ¡Matarlo con mis propias manos!

Ichirō bufó. Todos los que caminaban a su alrededor eran arrogantes en diferentes extremos, y él pensaba que en Bonten había locos.

—¡Cien de Moebius contra cuatro de la Toman y...! —Miró a Ichirō y Shinya con burla —Dos más para variar —Ninguno alteró sus facciones ante el tono despectivo —Esto termina ahora, también acaben con el anterior comandante.

—Siempre fuiste desagradable —Dijo Osanai que ya había bajado de su moto hasta pararse detrás de Mikey junto a Mitsuya.

—Para mí eras estúpido, dejándote manipular por una chica omega. Escuchen —Se dirigió a los cien tipos de Moebius —¡Yo no soy tan indulgente como Osanai! A los que intenten escaparse, voy a perseguirlos y romperles la cara. ¡¿Queda claro?!

—¡¡SI, SEÑOR!!

—A Mikey y los que estén con él —La sonrisa desapareció dando paso a una expresión aterradora —Mátenlos a todos~♡

Ichirō y Shinya se acercaron a Mikey, el alfa de ojos azules arregló la coleta que sujetaba su cabello rubio y el omega ató con mayor fuerza el obi alrededor de la cintura. A pesar de que tiene pantalones abajo, no le agrada la idea de quedar semidesnudo en una pelea, y lo peor es que la yukata era blanca. Será difícil lavarla.

No podrían buscar a Pah-chin en esa situación.

Solo queda confiar en que sus amigos iban a encargarse del asunto o que el poder del lazo padre-hijo entre Rokurō y Pah-chin iba a guiarlos mágicamente en un encuentro destinado. Después de todo, la esperanza es lo último que se pierde.

Estaban por lanzarse a la pelea cuando por segunda vez el sonido de los motores interrumpieron el tenso ambiente.

Varias motocicletas con chicos de uniforme negro fueron llegando uno tras otro. La chaqueta de la Toman era inconfundible con sus kanjis dorados en los brazos y espalda, aunque los rostros eran en su mayoría desconocidos, solo Pah-chin era un rostro familiar. Shinya se sorprendió de ver a un chico con el mismo cabello rizado y rostro que su papá, con la diferencia de que era de color salmón y tenía una radiante sonrisa en lugar de la expresión serena, preocupada o enojada de su papá.

Si no hubiera visto varios álbumes familiares, no habría reconocido a Nahoya Kawata, su tío. Aquel que tiene el mismo nombre y apellido que su hermano gemelo. Su tío murió no mucho después de Takemichi Hanagaki, hay rumores de que tenía información sobre el accidente y fue silenciado o que tuvo una implicación indirecta y que Mikey le ordenó a Sōuya encargarse de su silencio permanente. Nadie sabe la verdad.

Pero había rostros desconocidos.

Como aquel chico de cabello largo y colmillos afilados y otro que era bastante alto con un copete rubio recto. Había rostros familiares, aunque no podían asociarlos con el futuro.

—Justo a tiempo —Suspiró Mitsuya aliviado de ver a sus amigos.

—Ciertamente los ataques conspirativos no me agradan —Dijo el tipo de copete con expresión apática.

—¡Vamos a golpear a los de Moebius con todo lo que tenemos! —Exclamó Nahoya alegremente.

—La pelea decisiva sigue estando prevista para esta noche —El chico de cabello largo le dedicó una sonrisa a Mikey, que miraba a toda su pandilla sonriendo, Ichirō a veces siente escalofríos cuando vea a su padre feliz por algo —Trajimos a toda la Tokyo Manji.

—¡¿Quién quiere morir primero?! —Nahoya avanzó junto al de cabello largo que iba armando una coleta alta.

—Mierda, hace mucho que quiero romper la cara de Moebius —Dijo Pah-chin con una radiante sonrisa. Al menos ahora Ichirō y Shinya no deben preocuparse por él, enviaron la ubicación a sus amigos mientras los recién llegados se acomodaban del lado de su comandante —¡¿No, Peh-yan?!

—¡Tienes razón Pah-chin! Al final podremos pelear como queríamos.

—Ahora es mucho más interesante —Bufó Hanma recuperando la sonrisa extravagante del inicio.

—Una gran pelea el día del festival, ¿Eh? —Draken se levantó —Eso sí que es emocionante, ¿No, Mikey?

Mikey rió en respuesta.

—¡¡VAMOS!! —Gritó dando el primer paso hacia adelante.

—¡ACABEN CON ELLOS! —Respondió Hanma con la misma emoción.

La batalla dio inicio debajo de la torrencial lluvia que impedía algunos movimientos, claro que no del todo porque cada quien seguía intercambiando puñetazos sin aparente dificultad.

Shinya se separó de Ichirō pasando entre los cuerpos de los delincuentes con una agilidad sorprendente.

Quienes lo notaban al pasar no eran capaces de apartar la mirada cuando lo veían saltar por encima de sus cabezas usando movimientos acrobáticos que no eran normales en un pandillero. Por segundos congelaba su cuerpo en el aire con las manos apoyadas en los hombros de los chicos que usaba como soporte y saltaba de regreso al suelo sin verse afectado por la gravedad o el inestable piso del estacionamiento lleno de agua; a veces usaba el codo o una mano para saltar por encima o deslizarse debajo de los puñetazos hasta llegar a su objetivo.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca de Hanma lanzó una patada giratoria que el más alto pudo atrapar con mucha facilidad debido a la baja estatura y porque le faltó tomar más impulso a la hora de golpearlo.

Shinya chasqueó la lengua por tener que agradecerle a Hanma, del futuro, por enseñarle tan bien. Usando el fuerte agarre en su tobillo saltó hacia arriba para golpear el torso con la suficiente fuerza como para hacerlo retroceder y que lo soltara. Una vez libre tomó distancia dando un par de pasos, mirando desafiante a la persona en la que alguna vez confío, Hanma debe admitir que le gusta la mirada retadora de los omegas, ellos suelen ser sumisos por naturaleza, pero le gusta quienes se salen dal molde porque son entretenidos.

Si no estuviera peleando a favor la Toman, Hanma casi cree que podría ser otra persona interesante a la que seguir.

—Te mataré por lo que hiciste.

—Jajaja, ni siquiera sé quién eres o qué te hice.

—Descuida —Sonrió con falsa amabilidad —No me olvidarás.

Volvió a lanzarse hacia adelante dispuesto a usar sus brazos y piernas para atacar, la diferencia sigue siendo evidente entre ambos, e Ichirō lo notó a la distancia mientras permanecía cerca de Pah-chin.

Los movimientos de Shinya eran fluidos, pero estaban orientados en la agilidad, el escape y si se trataba de resistencia física, no era oponente para alguien como Hanma.

En poco tiempo Hanma perdió el interés y estaba por darle el golpe de gracia.

Ichirō intervino sin dudarlo, usando su brazo para frenar el puñetazo que iba dirigido al estómago de Shinya, quien estaba demasiado concentrado en esquivar con ambos brazos el ataque frontal de la izquierda como para notar el que venía de la derecha. Sus ojos se abrieron con sorpresa cuando Ichirō alejó con brusquedad a Hanma, que sonreía excéntrico sin borrar por un segundo esa estúpida sonrisa.

Aquel golpe fue bastante fuerte e Ichirō percibe el cosquilleo que le provocó, afortunadamente estaba acostumbrado al dolor y a resistir, por lo tanto no tuvo problema en volver a lanzarse hacia adelante.

—Parece que hay un omega por aquí —Shinya apartó la mirada de Ichirō y Hanma, encarando a los tipos de Moebius que lo miraban con morbo.

—Y no veo una marca en su cuello —Frunció el ceño con asco.

—Si estás vestido de esa forma, es como si quisieras que te tomen-

Saliendo de la nada, Nahoya tomó impulso para saltar y darle una patada al chico que le dirigió la palabra a su hermano. Lanzó su haori dejando que la lluvia, el viento y la tierra se hiciera cargo de la prenda, miró desde arriba a su oponente con asco.

—Te faltan mil años para ser tan solo un candidato de pareja para mi hermano, basura.

Shinya sonrió al ver que su gemelo finalmente llegaba al lugar para ayudarlo a pelear. Juntos pueden enfrentarse a cualquier persona, saben cómo moverse sin dirigirse la palabra.

Se ubicaron espalda con espalda e hicieron tronar sus dedos.

Otra persona atrajo la atención.

—Ah... con lo mucho que Nami se esforzó por hacerme ver lindo —Dijo Kazuo en un tono lastimero mientras avanzaba entre las personas, su yukata también estaba fuera de lugar y dejaba muy al descubierto su torso, clavículas y hombros. Algunos incluso dejaron de pelear solo para verlo pasar entre ellos. Su tatuaje de Bonten a la vista, encima del corazón —Está arruinado.

—Sigues luciendo bien, no te preocupes —Consoló Azusa que caminaba tras el omega con el torso musculoso totalmente descubierto y colgando desde los hombros. Si los hubieran visto en otra situación, podrían pensar que tuvieron un encuentro íntimo.

—Gracias —Kazuo agitó los brazos donde colgaban las largas mangas y se sacó el kanzashi que sujetaba la mitad de su cabello negro —Bien, creo que debemos unirnos a la pelea, ¿No?

Azusa asintió de manera solemne.

Expresión que cambió de forma radical a una más demoníaca cuando miró a sus oponentes. Una pelea siempre lo emociona.

—¡Aquí estoy para ayudarte, viejo! —El grito de Rokurō llegó hasta los oídos de Pah-chin.

—¡Deja de llamarme de esa forma y solo pelea, punk yanqui!

—¡Si, viejo!

Los amigos de Rokurō rodaron los ojos ante el intercambio de palabra, el pelinaranja sin lugar a dudas era un idiota capaz de hacerse un lugar en el corazón de cualquiera.

Shinya retomó la pelea, esta vez con su hermano cuidándole la espalda.

El combate cada vez subía más de intensidad y todos iban variando entre sus oponentes. Osanai vio a lo lejos a Misaki debajo de un haori y algunos escalones por encima del estacionamiento, incluso con ese clima y en aquel estado deplorable, llevaba un par de tacones incómodos, confirmó que estaba bien y siguió con su respectiva pelea uniéndose a Mitsuki que permanecía cerca de su hermana.

Ambos enviaron lejos a los que intentaban rodear a Misaki, acusándola de ser la perra culpable de que Moebius estuviera dividida. La omega bufó ante esas estúpidas palabras. Ellos hubieran caído más profundo de no ser por su intervención.

La expresión arrogante de la chica hizo enojar mucho más a quienes la odiaban y en multitud se lanzaron hacia ella.

Varios fueron retenidos por Osanai y Mitsuki que los derribaron sin problema, pero dos de ellos lograron llegar a Misaki. Ante el inminente peligro, la omega chasqueó la lengua por verse obligada a pelear y con rapidez esquivó el primer puñetazo, sujetando el brazo por encima de su hombro y proporcionando un rodillazo en su zona íntima. El segundo recibió de lleno una patada en la quijada. Lo que fue muy doloroso porque recibió el impacto con esos malditos zapatos.

Misaki volvió a acomodar su falta y se cubrió con el haori azul de Nahoya, limitándose a mirar todo desde lo alto para saber cuándo debe intervenir por alguna emergencia. Por desgracia había tantas personas peleando que perdía de vista a sus objetivos con facilidad, lo peor es que también debe estar atenta a los ataques a su persona.

Entre los muchos peleadores, algo intrigante y llamativo captó la mirada de Draken.

Fue apenas un momento, pero estaba tan cerca y la yukata rosa se diferenciaba entre los colores blancos y rojos, por eso fue sencillo verlo con atención.

El mismo chico omega que había golpeado a Mikey cuando se conocieron, está seguro de que pudo verlo con claridad, acababa de darle una patada a los chicos de Moebius con el mismo estilo que su comandante. No solo eso, incluso su expresión se parecía demasiado, el aterrizaje era el mismo, hasta su expresión arrogante de que nunca perdió una pelea es la misma.

Se trataba de algo tan similar que perdió la concentración por un momento, dejando abierta sus defensas y recibiendo un ataque punzante que no vio venir.

Nahoya se sorprendió por la cantidad de perros que había en Moebius.

Cuidar su propia cara y la espalda de Shinya era difícil porque los atacaban desde diferentes puntos de vista, algunos ciegos, los más cobardes intentaban usar tubos de metal o nudilleras. Lo que hacía mucho más difícil resistir los ataques.

Estaban tan contrando en proteger su lado del estacionamiento que no se dio cuenta de que Shinya se alejaba un poco para saltar encima de las cabezas de unos tipos y golpearlos en el estómago. Fue capaz de limpiar el lugar donde estaba peleando, sin dudar en sus movimientos, captando a lo lejos que Ichirō seguía intercambiando golpes con Hanma y estaba por ser atacado desde atrás. Antes de que Shinya pudiera gritar, recibió un puñetazo que lo hizo escupir sangre y tuvo que retroceder para equilibrar su peso.

Por suerte vio a Mikey frenando el ataque dirigido a Ichirō.

Shinya por su parte chocó contra la espalda de alguien, al agudizar su olfato se dio cuenta de que era las tenues feromonas de pino propias de Rokurō. Algunos betas contaban con un aroma casi imperceptible, solo unos pocos como Shinya o Ichirō que eran dominantes podrían notarlo.

—Te dieron un fuerte golpe, ¿Eh? —Se burló el beta limpiando la sangre que escurría de la nariz.

—No me subestimes —Sonrió confiado —Apenas estoy calentando.

Rokurō lo miró por encima del hombro correspondiendo al gesto, juntos volvieron a lanzarse hacia sus oponentes aplastando cualquier rastro de fatiga, dolor y cansancio. Podrán lamentarse más tarde.

Tomando un respiro para enfocar la mirada en sus amigos, Shinya miró a su alrededor en busca de cada persona. Captó a Kazuo peleando en el centro con Azusa llevándose a todos por delante como un demonio, el mismo estilo de pelea bruto que utilizaba Taijū en las pocas veces que aceptó darles consejos de pelea. Misaki se encontraba segura, Mitsuki estaba con Osanai no muy lejos de ella, Nahoya del otro lado del estacionamiento con la situación bajo control y Rokurō a unos pasos de distancia.

Entre tantos rostros captó uno conocido.

Recuerda a Kiyomasa de esa vez en la pelea por apuesta de Takemichi, caminaba con la mirada desorientada y un destino fijo. ¡Pah-chin!

Guiado por sus propias emociones intentó detener el ataque por la espalda. Por desgracia no llegó a tiempo. O al menos no para evitar la puñalada, aunque consiguió darle un puñetazo a Kiyomasa y apartar con dureza a Pah-chin hasta tirarlo al piso, el que sintió algo punzante en su cuerpo... fue él.

Shinya bajó la mirada con sorpresa al ver que el cuchillo de Kiyomasa estaba incrustado en el costado de sus costillas. Conoce lo suficiente de heridas como para saber que era bastante profunda, en especial porque es capaz de sentirlo. No puede sacar el cuchillo o corre el peligro de provocar una hemorragia, pero era tan doloroso mantener el cuchillo rasgando algún órgano. No sabe cuál o qué, solo tiene consciencia de que algo dentro suyo está jodido.

Hasta ese momento ha recibido cortadas y roces, nunca una puñada de esa magnitud.

Se siente como un puñetazo caliente que poco a poco se desbordaba con una gran cantidad de sangre, el dolor no estaba muy presente gracias a la adrenalina de la pelea. Poco a poco aquel dolor se convertía en cosquilleos aterradores, se sentía como si le estuvieran clavando alfileres y agujas por todo el cuerpo, con una parte exacta donde había demasiado calor como para darse cuenta de que la puñalada estaba en ese lugar y no en otra zona del cuerpo.

Cayó de rodillas bajo la mirada impactada de Pah-chin que intentó frenar la caída mientras Kiyomasa huía de la escena sin mirar atrás. Rokurō era el que estaba más cerca y por eso fue el primero en captar el estado de su amigo, aunque Nahoya también pudo sentir algo incómodo en su corazón y por eso buscó con la mirada a su gemelo.

Rokurō apartó a su padre acomodando a Shinya en el suelo mientras la sangre se deslizaba por la comisura de sus labios, la mancha roja en la yukata blanca crecía y Shinya hacía su mejor esfuerzo para enfocar la mirada. En esa posición solo era capaz de ver las gotas cayendo del cielo, la frialdad aminoraba el ardor en su cuerpo.

—¡¡DRAKEN/SHINYA!! —Gritaron Takemichi y Rokurō al unísono.

Mikey e Ichirō voltearon ante esos fuertes lamentos, con el miedo formándose en su garganta. Ambos mirando en direcciones opuestas y hallando un escenario solo presente en sus pesadillas.

—¡¿Qué pasa Takemitchy?!

—¡Rokurō! ¡¿Qué ocurrió?!

—Draken... uno de los amigos de Kiyomasa, ¡Lo apuñaló! —Respondió ahogado en lágrimas, los ojos de Mikey captaron el cuerpo de Takemichi arrodillado junto al de Draken y su mente se desconectó.

—¡Kiyomasa lo apuñaló y está perdiendo sangre muy rápido! —Dijo Rokurō haciendo su mejor esfuerzo por detener la hemorragia, pero es una herida muy grande, sus manos se llenaban de sangre y al limpiarse, la ropa también. Ichirō se congeló al ver el cuerpo de Shinya tirado bajo un charco de sangre.

—¡Salgan de mi camino! —Mikey intentó abrirse paso entre todos, pero Hanma no lo dejó pasar.

—Mikey, tenemos una pelea pendiente.

—Demonios —Gruñó al verse rodeado —¡Takemitchy, te encargo a Kenchin, por favor!

—Apártense —Dijo Ichirō en un susurro con la mirada desenfocada. No le gusta hacerlo, pero si quiere llegar con Shinya no tiene alternativa. Atrayendo las miradas de algunos miembros de la Toman, se sorprendieron de ver a Ichirō pateando a sus contrincantes con la misma fuerza y agresividad que solían ver en Mikey, este mismo lo miraba con curiosidad antes de concentrarse en su pelea. Ichirō era tan intimidante que a mitad de camino llegó a su destino con facilidad porque le abrieron paso, Nahoya fue el siguiente en acercarse —Rokurō, llama a Misaki —Se dirigió a su amigo con el mismo tono ausente —Vamos por el plan de emergencia.

—¡S-Si!

Kazuo vio el cambio de su hermano mayor desde la distancia y desvió la mirada a su padre.

Por mucho que a Ichirō le disguste, también se parece a Mikey. Sigue sin saber si eso es algo bueno o malo, no importa, después de todo... Kazuo sigue siendo más fuerte; como sea, seguirá cuidando a sus amigos mientras hacen lo necesario para salvar a Shinya.

El omega no puede morir sin haber recibido una confesión por parte de su tonto hermano mayor.


Información:

Hiroki Mitsuya (宏樹 三ツ谷), Mitsuya Hiroki) es hijo mayor de Takashi Mitsuya y Hakkai Shiba, su nombre significa “gran chispa”. Tiene 17 años, es beta y miembro oficial de Bonten en el equipo de Azusa, Saki y Emiko.

Apariencia: Hiroki tiene la piel clara con el cabello azul oscuro con raya en el medio, ojos plateados casi pasando a un celeste metálico, un lunar en el lado izquierdo de la cara debajo de la boca y un tatuaje de dragón que recorre su brazo izquierdo desde el hombro hasta la muñeca. Suele usar ropa sencilla y más elegante en comparación con sus amigos, como camisas de manga larga (desde que viaja al pasado reemplaza los blazer y gabardinas por chaquetas de cuero), pantalones negros y un par de zapatos brogue azules.

Personalidad: Desde joven se vuelve popular por manejar un estilo de lucha violento, lo cual se calma con los años y dicha violencia la transforma en acciones desagradables como manipular en negocios de Bonten, organizar planes de ataque y planificar rutas de contrabando. Puede dar la sensación de que es uno de los más responsables de su grupo, pero realmente es el que tiene menos interés por la vida general y su único objetivo es recuperar su vida. No es el mejor para socializar, se comporta rudo y tiene poca paciencia, también demuestra desagrado por las relaciones fraternales obsesivas como la de Ichirō con Kazuo y Harumi, Kōichi y Manami, Shinya y Nahoya o Misaki y Mitsuki; aunque también deja de ver un poco de celos porque él no tiene la misma relación con su hermano Daisuke, con quien mantiene un trato frío, cortés y a veces incómodo.

Curiosidad: Aprendió a tocar el piano porque Daisuke a los seis años le dijo que el sonido era relajante para dormir.

Curiosidad: Aprendió a tocar el piano porque Daisuke a los seis años le dijo que el sonido era relajante para dormir

Chapter 16: Event variation

Chapter Text


Runnin' | Adam Lambert

❝ Mi corazón late más rápido, sé lo que busco. He estado parado aquí toda mi vida (...) ahora es el momento de darme cuenta.❞

« ¿Por qué cuando tenemos la felicidad frente a nuestros ojos, no la vemos? »


Nahoya cayó de rodillas junto al cuerpo de su hermano con las lágrimas cayendo por sus mejillas pálidas. Sin importarle nada rompió la manga de su yukata y dio indicaciones a Rokurō y Marina, que eran los que estaban más cerca, para tratar la herida por el momento.

Iba a retirar el cuchillo mientras Rokurō sujetaba a Shinya y Marina envolvía el trozo de tela alrededor de la puñalada para detener la peligrosa hemorragia.

El proceso no debió durar más de dos minutos, pero se sintieron como treinta.

Marina apretó con fuerza el nudo alrededor del torso de su amigo, sin dejar de temblar al ver la yukata blanca manchada por la sangre, había descendido hasta la falda que tenía un hermoso bordado de no me olvides. Lo que en el comienzo del festival fue un hermoso detalle ahora le provocaba una horrible ansiedad, la sangre en sus manos... la sangre, le recuerdan a las muertes de su manada.

La caída de Bonten a manos de Kisaki Tetta.

Rokurō le pidió a Kazuo el obijime de su yukata, la cual sujetaba el obi, para ejercer más presión en ese improvisado vendaje. El omega hizo un nudo en su propio atuendo importándole poco y nada la terrible apariencia que estaba dando. Ahora con la mitad del torso descubierto, pantalones blancos debajo, manchado de sangre y golpeado.

Ante el shock nadie habló por un momento, reticentes de decir algo que podría romper la frágil apariencia de control. Osanai tomó distancia para alejar a cualquiera que intentara acercarse, para hacer algo, Kazuo siguió sus pasos usando la frustración para pelear.

El resto reaccionó cuando Ichirō dio el primer paso hacia una dirección clara.

Ninguno pudo leer sus expresiones o predecir sus acciones, Kazuo fue el único en notarlo, porque era el mismo estado primitivo al que sucumbía su padre cuando tenía intenciones poco sanas.

Las palabras de Sanzu vienen a su mente, no tiene la menor idea de lo que ocurrirá esa noche, solo sabe que es importante y no pueden joder más la situación.

Kazuo se paró delante de Ichirō con los brazos extendidos hacia los lados.

—¿A dónde vas?

—Por Kiyomasa —Intentó pasar por al lado de su hermano menor.

—No —Kazuo se interpuso otra vez en su camino —No dejaré cometas un error y menos cuando pa-

Apártate —Por primera vez en su vida, Ichirō usó la voz de mando con Kazuo, quien casi retrocede por el miedo infligido. Se mordió el labio y se mantuvo en el mismo lugar. Azusa por precaución permaneció cerca, no quería pensar que Ichirō sería capaz de lastimar a su hermanito, pero... ante la duda, es mejor prevenir que lamentar —Te dije...

—Kiyomasa no es tu oponente, no puedes hacerle nada.

—¿Que no lo es? —Frunció el ceño con los ojos oscurecidos y los colmillos picando en sus encías, amenazando con dejar escapar un gruñido involuntario —Lastimó a Shinya. Voy a matarlo. Así que, sal de mi camino.

Kazuo esta vez no tembló, sino que sus ojos estaban medio oscurecidos en un azul marino muy oscuro.

Cuando volviera a ver a su padre, en el futuro, iba a agradecerle de rodillas por obligarlo a mantenerse de pie cuando usaba su voz de mando para entrenarlo. Ese entrenamiento ahora era muy útil.

Antes fue vulnerable porque Ichirō lo tomó por sorpresa, ahora estaba preparado y listo.

Después de todo, él también es un heredero de Bonten.

—Y tendrá lo que se merece, pero no serás quien imparta el castigo —Dijo con determinación —Sabes que hay eventos que no podemos cambiar.

—¿De qué hablas?

—Kiyomasa... —Bajó el tono de voz para que solo ellos pudieran oír —Es el oponente de papá. Él lo tiene bajo control —Ichirō seguía dubitativo —¡Concéntrate en salvar a Shinya! Te necesita.

Eso pareció activar algo en el inconsciente de Ichirō.

Engañar a los instintos omegas era difícil porque cuando buscaban pareja suelen tener preferencias y ser caprichosos en varios casos, pero los alfas eran más animales y territoriales, por naturaleza les gustaba sentirse los héroes, útiles y proveer todo lo que su omega necesite.

Aunque en ese momento no se diera cuenta, Ichirō había tomado el rol del alfa de Shinya e iba anteponer sus necesidades por encima de los demás.

Por detalles como ese los omegas eran intimidantes. Tenían la habilidad de doblegar a los alfas y si tenía a su lado a uno lo suficientemente fuerte, podría obligarlo a seguir sus deseos, y el alfa lo haría con felicidad porque es lo que su ego le dice que debe hacer para que el omega los acepte por completo. A pesar de ser un género en la base de la pirámide social, eso se debe más a su mala reputación y los mitos.

Ichirō se hincó en su rodilla pasando las manos por encima del improvisado vendaje.

El omega tenía el rostro demasiado pálido y se notaba en sus facciones que sufría, a pesar del estado, intentó dedicarle una sonrisa dando a entender que estaba bien e Ichirō frunció el ceño, más preocupado. Cuando su olfato captó una esencia desconocida, el gruñido que intentaba reprimir, al fin escapó.

Aquel sonido animal hizo que hasta sus propios amigos retrocedieran un paso. Ichirō tomó aire profundamente, lo contuvo, y exhaló cualquier rastro de tensión, su lado racional al fin volvía un poco.

Sin embargo, la brecha entre su alfa interno y su raciocinio era muy delgada.

—¡Sube! —Ichirō se sorprendió por ver a Pah-chin encima de su motocicleta, preparado para salir de ese infierno —¡Los llevaré al hospital, rápido!

Ichirō miró en la misma dirección por donde vio desaparecer a Draken y Takemichi. Luego volteó hacia su hermano y a Misaki, ambos mirándolo seriamente, transmitiendo con sus ojos el apoyo.

Solo puede confiar. Su papá podrá con la situación. Tal como está destinado a ser.

Le dio la espalda a sus amigos y cargó a Shinya entre los brazos, la motocicleta de Pah-chin era mucho más grande que otras y parecía más cara. Fue complicado acomodarse los tres juntos en el asiento, pero lo lograron y Pah-chin apretó el acelerador casi llevándose por delante a los que estaban peleando y se apartaron de golpe evitando ser arrollados.

Pah-chin se niega a que ese omega que arriesgó su vida para salvarlo se muera. Hará todo lo posible para llevarlo al hospital y que reciba atención médica, aunque tenga que cruzar la ciudad bajo esa torrencial lluvia, sobre las calles resbaladizas y esquivando como podía los autos o algún idiota que corría en medio de la calle,lo lograría.

Algunos miembros de la Toman se sorprendieron por ver a Pah-chin irse, pero Peh-yan les dio a la mayoría una rápida explicación sobre lo que pasaba y continuaron peleando.

Desde el costado del estacionamiento. Misaki, Mitsuki, Kazuo, Azusa y Rokurō vieron a su líder y al rebelde omega perdiéndose entre la lluvia y la oscuridad. Cuando Nahoya pasó por su lado y le preguntaron sobre lo que haría, el beta dijo que correría hasta el hospital.

Los demás no supieron qué más hacer con el terrible subidón de energía.

Osanai y Marina siguieron peleando contra los chicos de Moebius, Rokurō se unió a Peh-yan para cuidarle la espalda en ausencia de Pah-chin y Misaki se alejó del lugar junto a Mitsuki hacia la entrada para poder recibir a la ambulancia que estaba en camino. Aunque esa sería para Draken, también hicieron un llamado a la policía en caso de que más desgracias puedan ocurrir.

El único que tomó distancia del lugar fue Kazuo, quien por precaución y guiado por la curiosidad, decidió seguir a su papá. Solo para verificar que todo estaba bien y descubrir lo que realmente ocurrirá. Quiere saber lo que realmente ocurrió esa misma noche en la línea original; Azusa no dudó en seguirlo.

La noche prometía una muerte. El latente miedo de perder a alguien importante alertaba los nervios de cualquiera.

Ichirō abrazó con fuerza el cuerpo de Shinya con un solo brazo mientras que con el otro se aferraba, casi clavando las uñas, en el cuerpo de Pah-chin. Quería, no, necesitaba sentir algo o alguien que le recordara que sigue vivo y Shinya todavía respiraba a duras penas entre sus brazos. No podría soportar perderlo, su corazón ya no puede con más pérdidas, mucho menos sería capaz de seguir viviendo sin la presencia de aquel omega capaz de hacerle frente y que siempre rondaba en su alrededor para cuidarlo, darle algún consejo o solo burlarse con una falsa máscara de frialdad.

Él lo conoce. Conoce lo suficiente a Shinya como para saber cómo es en realidad.

Puede ser frío, grosero e indiferente, pero Ichirō ha sido capaz de ver su lado suave en contadas ocasiones. Cuando mira un pequeño bebé recién nacido y actúa con la mayor delicadeza posible, la vez que salvó a esos perritos abandonados debajo de la lluvia, cuando después de cada entrenamiento los empleados siempre llegan con medicinas y bocadillos por parte de sus entrenadores, sabe que en realidad son de Shinya, Harumi y Manami.

No, definitivamente no podría vivir sin Shinya. Sin su sonrisa ladina, aquellos comentarios mordaces, la actitud amable que disfraza con prepotencia, esa fuerza de voluntad por ser más fuerte, las ocasionales sonrisas dulces, esas mejillas rosadas, su ceño fruncido, su aroma de jazmín y su sola presencia.

—Mierda, hay mucho tráfico por la lluvia —Escuchó a Pah-chin quejarse ante el horrible embotellamiento. Ichirō miró hacia el cielo nocturno, la lluvia acariciaba su rostro y a lo lejos veía la zona comercial de Shibuya, apretó con fuerza a Shinya entre los brazos y bajó de la moto cargándolo al estilo nupcial, intentando acomodar su cuerpo para no empeorar la herida —¡Oye, ¿Qué haces?!

—Lo llevaré al hospital corriendo.

—¡¿Estás loco? El hospital...

—Ve a buscar a Nahoya, de seguro necesitará una transfusión —Pah-chin miró al alfa con sorpresa, entre tanto movimiento su cabello se había soltado de esa coleta y le caía sobre el rostro. Aumentando el parecido con su comandante —Shin, resiste, esto va a ser difícil, pero tienes que ser fuerte.

—Mhm —Fue lo único que pudo decir como respuesta, Ichirō sonrió con tristeza y comenzó a correr entre los vehículos.

Mientras corría desesperado por la vida de Shinya, como si fuera la suya porque así lo sentía, Ichirō rememoraba su vida hasta ese momento. Lo que deseaba hace un año atrás.

Una enorme casa, el mejor jardín con la piscina más grande. Un omega de cabello castaño y ojos rosados con feromonas de lavanda. Dos meses en el extranjero todos los veranos. Recorrer Europa en compañía de sus hermanos. Ser reconocido como el alfa más fuerte de Bonten. El último celular para tomar buenas fotografías, el mejor televisor, en cada habitación los mejores muebles, ir a los mejores centros de educación y convertirse en el indiscutido alfa de la manada. Quería estar con sus amigos que pertenecían a las familias más confiables en la organización. Una moto antes de los quince, un auto antes de los dieciocho, fiestas todos los sábados y el noviazgo más envidiado.

Por un momento, creyó que ese estilo de vida, era la felicidad y mientras disfrutaba de todo eso, lo dejó escapar entre sus dedos.

Fingir demencia ante los sentimientos de Shinya no es lo mismo que no percatarse de ello.

Él era tan feliz solo estando a su lado que nunca se dio cuenta de lo importante que era hasta que lo vio tirado debajo de un charco de sangre.

Siempre llena su cabeza con pensamientos tontos acerca de todo lo que perdió, el omega que no tenía, pero creyó amar, y deseaba solo para ir en contra de su padre. Se pasó la vida deseando cosas que no tenía y en realidad, todo lo que necesitaba para ser feliz, siempre estuvo a su lado. Preparado para morderle la mano, soltarle un comentario sarcástico, darle pelea en una discusión porque ama tener la razón y apoyado contra su espalda, cuidándolo, viendo por su seguridad y dando palabras de apoyo sobre que era suficiente y no necesitaba superar a nadie.

¿En qué punto se volvió tan inconformista? ¿Desde cuándo cree que la felicidad es algo tan difícil de alcanzar, que hasta se convenció de que nunca iba a ser feliz si no demuestra su valía o si no sigue sus deseos yendo contra las órdenes de su padre? Órdenes que en realidad eran consejos. Ahora lo sabe. Mikey en su último momento lo abrazó y le abrió su corazón.

Ichirō quiso todo y tuvo todo.

Hasta que al fin chocó con la realidad y descubrió que una fría sala de entrenamiento, los músculos adoloridos por pelear sin descanso, aquellas feromonas de jazmines, esa sonrisa astuta y sus burlas por no soportar tanto mientras comían fresas, eso era la verdadera felicidad. Era feliz y no lo veía.

Ahora que es consciente de ello, se niega a que Shinya muera, así tenga que arrastrarse hasta el hospital y perder el aliento en el proceso o si muere alguien más, lo salvará aunque sea lo último que haga en esa misión del pasado.

Se sorprendió al ver a lo lejos el inconfundible edificio médico.

Casi no tenía fuerzas, pero al descubrirse tan cerca de su destino no dudó en seguir corriendo hasta llegar a la puerta y abrirlas con la pierna de par en par.

—¡Ayuda por favor!

Una enfermera de cabello verde, recogido en una media coleta hizo gestos a sus compañeras para atender al recién llegado. Algunas gotas de sangre marcaron el suelo de mármol blanco y trajeron una camilla donde Ichirō depositó suavemente a Shinya.

Vio a los profesionales actuar al instante.

Sabía que Shinya estaba mal y muy pálido, aunque eso no evitó que se asustara al escuchar que iban a tratarlo de emergencia porque existe una amenaza inmediata para la vida del paciente. Acomodaron en su rostro una mascarilla de aire, abrieron la yukata para ver la herida y avanzaron en los pasillos del hospital con Ichirō siguiendo sus pasos de cerca.

—¿Cuánto tiempo transcurrió? —Preguntó la enfermera de cabello verde.

—Entre cuarenta minutos a una hora. Recibió una puñalada en el lado izquierdo entre la quinta y sexta costilla, no sé si logró tocar el pulmón, también tiene golpes en el cuerpo por una pelea. Es un omega dominante, su tipo de sangre es AB negativo, es alérgico a la insulina y en una operación requiere la misma cantidad de anestesia que un alfa —Los enfermos dejaron pasar el impacto que provocaba escuchar tanta información detallada por la boca de alguien tan joven e hicieron notas mientras avanzaban por los pasillos con el omega en la camilla —Tiene un hermano gemelo que viene en camino, por si necesitan sangre.

—Tiene que entrar al quirófano cuanto antes, dile a su hermano que se apresure, su tipo de sangre es muy raro y necesita una transfusión urgente —Dijo la enfermera que se encargó de administrarle oxígeno al paciente —Sus signos vitales son débiles y cada vez respira menos. ¡Rápido!

—Lo siento. Usted no puede entrar —Otra enfermera atrapó el brazo de Ichirō cuando quiso entrar al quirófano —Espere aquí, necesitamos llamar a sus padres.

—No... no tiene.

—¿Eres su alfa? —Ichirō asintió, ¿A quién le importa la cordialidad y ser honesto en esa situación? —Necesito que llenes algunos papeles.

Ichirō se movía por inercia siguiendo las indicaciones de la enfermera.

Firmó los papeles de permiso. Era un acto negligente por parte de los hospitales o centros educativos, siendo menor de edad no debería tener esa clase de derecho, pero como es un alfa y tenía “dominio” por el omega en el quirófano, podía tomar esa clase de decisiones.

Hay alfas mayores de edad que salen con omegas de secundaria y se convierten en sus tutores. La mayoría de los padres, y siendo lo más normal, podían perder la custodia muy temprano si su hijo era marcado. Se antepone las relaciones alfa-omega porque hay una alta probabilidad de que su descendencia herede alguno de esos géneros, los cuales son cada vez más escasos en la sociedad; pero en ese momento Ichirō no tiene fuerzas para pensar en la maldita meritocracia de un sistema corrupto.

Cuando terminó de llenar los papeles correspondientes regresó a la sala de espera.

—Por favor, Shin, resiste —Dijo mirando las puertas que atravesó Shinya —Resiste con el alma, con el corazón, con tus ojos, con tus manos, con todo tu cuerpo. Resiste y vuelve —Sus ojos se cristalizaron —Tengo muchas cosas que decirte.

Las lágrimas comenzaron a caer sin control y se regañó.

No quiere que sigan cayendo, no quiere llorar cuando debería ser fuerte, pero las lágrimas fluyen como una presa que contenía un río y acaricia sus mejillas sin tregua. Es un llorón.

Todavía derramando lágrimas, saca el teléfono de su pantalón dándose cuenta de que su ropa está llena de la sangre de Shinya y entre las uñas tiene sangre seca. Agitó la cabeza hacia los lados, intentando limpiar las lágrimas y enviar un mensaje a sus amigos notificando lo que ocurrió.

Nahoya llegó no mucho después con Pah-chin, quien encontró al beta a medio camino y tomaron un desvío, un peligroso desvío ilegal que dejó tres jardines arruinados, un golpe en dos autos y la casi muerte de un perro. Apenas Ichirō vio a su amigo lo envió con las enfermeras para que le sacaran la sangre que necesitaba Shinya para la operación, la cual pudieron escuchar de algunas enfermeras que era muy complicada.

De regreso en las incómodas sillas de espera, encontró a Pah-chin mirando el anuncio en rojo que anunciaba el proceso quirúrgico.

—Lo siento —Ichirō miró a Pah-chin con curiosidad —Es mi culpa por ser un idiota y dejarme llevar. No estaba atento —Apretó los puños fuertemente —De verdad lo lamento.

—Tranquilo —Le dio palmadas en el hombro —Shinya no se sentiría a gusto si vuelves amarga la vida que salvó.

—Pero...

—Cuando despierte, discúlpate y todo solucionado —Pah-chin levantó la cabeza, enfocando sus ojos negros en los azules de Ichirō que trataban de mantenerse brillantes aunque por momentos se tornaban oscuros como las profundidades del océano debido a la tristeza —Es Shinya —Cerró sus ojos con pequeñas lágrimas en los bordes y una sonrisa amable —Resistir es la especialidad de personas como nosotros.

Pah-chin asintió limpiando las lágrimas no derramadas, mirando la puerta con mayor confianza.

Al menos alguien cree en sus palabras. Porque Ichirō no cree en las frases que dice en voz alta o dentro de su cabeza para no volver a llorar cual niño que tiene miedo en la oscuridad. Así se siente, como un niño al que le obligan a dormir solo por primera vez en la oscuridad, ante sus ojos, Shinya es la luz que ilumina su camino y lo complementa.

Tras Nahoya y Pah-chin, Kōichi y Manami llegaron al hospital con las yukatas empapadas. Ichirō les hizo un resumen de lo que sucedió, la omega sollozaba en una de las sillas mientras su hermano la abrazaba.

Gracias a los ocasionales mensajes de Marina sabían lo ocurrido tras la separación del equipo.

Hanma había declarado abiertamente que era el subcomandante de la primera generación de Valhalla, la pandilla más jodida de Kantō y que la Toman ya no estaría en paz. Respondió afirmativamente con mensajes cortos y contundentes.

Tal vez pasaron cinco minutos, quince o fueron treinta, no está seguro.

No muy lejos del pasillo donde esperaban por Shinya se oyeron más voces, Ichirō y el resto se asomó al reconocer algunas, para Pah-chin fue sorprendente ver a sus amigos en ese lugar, mientras que los otros dos solo miraban la escena en silencio antes de regresar sobre sus pasos con la cabeza gacha. Pah-chin recibió las noticias del apuñalamiento de Draken en ese momento, debido a que estaba concentrado en Shinya y no tuvo la oportunidad de volver porque se cruzó con Nahoya, tampoco procesó por completo cada acontecimiento.

El desesperado ambiente en la sala de espera dedicado a Draken hacía un trágico contraste con el pasillo donde Ichirō, Kōichi, Nahoya y Manami esperaban en silencio. Ichirō se mantenía en su respectivo corredor, lo suficientemente cerca como para notar que de repente el otro grupo dejaba de gritar, sollozar y hacer ruido.

Se asomó por el costado.

—Hagan silencio. Estamos en un hospital, no pueden gritar así —Dijo Mikey seriamente en un tono carente de emociones y pasando por delante de sus amigos hasta sentarse en una de las sillas —Kenchin toda la vida ha cumplido su palabra. Él no va a morir, no se irá sin cumplir lo que me dijo —Ichirō bajó la cabeza por esas palabras, sabe que Draken murió muy temprano, siquiera pudo conocerlo y Marina creció con Mikey —Prometió que conquistaríamos el país juntos.

Ichirō se apoyó en la pared, silencioso y perdido en sus pensamientos.

Al menos Draken se fue del mundo, de su futuro, cuando Bonten ya había conquistado el país y eso era lo importante. ¿No? Miró por encima del hombro a los futuros ejecutivos de la organización criminal más peligrosa del país.

Preguntándose si su vida hubiera sido diferente con Draken dándole clases de pelea, consejos de vida y palabras de aliento en lugar de Hanma. Es probable.

El tiempo siguió pasando.

Kazuo, Azusa, Mitsuki, Misaki, Rokurō y Marina al fin llegaron al hospital anunciando que el resto de sus amigos estaban en camino. Con ellos venía Osanai, la presencia de alguien de Moebius sorprendió a los chicos de la Toman, pero al intentar decir algo el mismo Pah-chin intervino y le explicó a todos lo que ocurrió por su lado.

Algunos se acercaron para dar ánimos y enterraron el hacha de guerra, hasta que escucharon el hermoso sonido que anunciaba el fin de una cirugía. Ambos grupos miraron con anhelo las puertas y solo una de ellas se abrió dejando ver a un doctor.

—Felicidades, la cirugía fue un éxito —Anunció la recuperación de Draken.

Gritos de alegría y victoria resonaron en los pasillos del hospital, lágrimas escaparon de sus ojos mientras saltaban felices.

El grupo volteó para compartir su felicidad con los chicos que ayudaron en la pelea, protegieron a Pah-chin y arreglaron los problemas con Moebius, ellos regresaron las sonrisas y volvieron a su respectivo rincón de oscuridad. Esperando por el mismo milagro para Shinya.

Mitsuya fue a compartir las noticias con los otros miembros de la Toman.

Otras personas ingresaron al hospital a gran velocidad. Saki, Daisuke, Hiroki y Emiko llegaron al mismo tiempo que la luz verde que anunciaba la cirugía de Shinya, pasaba a ser de color rojo. La respiración se les cortó abruptamente ante el significado de aquel anuncio y más cuando vieron a una enfermera saliendo del quirófano a gran velocidad.

—¡Espere, ¿Qué ocurrió?! ¡Es mi hermano!

—Lo sentimos, está en estado crítico, el paciente sufrió un paro cardiorrespiratorio y tiene complicaciones —Y se fue corriendo, apenas se alejó un par de pasos cuando ya estaba de regreso con un doctor especialista.

Nahoya cayó de rodillas llorando, Kazuo se puso de cuclillas para atraparlo y abrazarlo contra el torso.

Los demás no estaban en un estado muy diferente.

Otra vez están bailando con la muerte. Rokurō golpeó la pared abriendo algunas de las heridas producto de la pelea anterior, Saki les dio la espalda subiendo la capucha de la sudadera para que no vieran su expresión y Emiko dejó fluir su llanto abiertamente al unísono de Mitsuki.

Misaki cubrió el rostro con ambas manos, los hermanos Mitsuya se acercaron de manera inconsciente en busca de sentir un poco de protección y Manami corrió para llorar en el baño. Harumi la siguió al instante.

Kazuo vio a su hermana salir corriendo y buscó a su otro hermano, no había rastros de Ichirō.

Fuera del edificio, Ichirō intentó esconderse detrás de las columnas para llorar abiertamente mientras el dolor y el pesimismo lo envolvía en un gélido abrazo. Limpió con rudeza las lágrimas casi rasgando sus mejillas en el proceso, su alfa interno quería gemir de dolor, correr lejos para agotar sus energías hasta desmayarse y su mente tampoco le daba tregua. Perdía la confianza poco a poco hasta que escuchó un sollozo.

Alguien más estaba llorando en ese lugar, se apartó de las columnas en busca de la otra persona.

Vaya sorpresa que se llevó al ver que su padre lloraba en silencio y su papá permanecía escondido en la esquina con la cabeza gacha. Vio sus intenciones de dejarlo solo, se detuvo a mitad de camino y salió del escondite, acercándose al alfa de ojos negros que se dejó consolar sin decir nada, ocultando el rostro en el torso del rubio.

Ichirō volvió a limpiar su rostro mojado.

Un suave pañuelo acarició sus mejillas. Levantó la mirada y dio con la sonrisa confiada de Marina, su mejor amiga y prima, la alfa rubia lo abrazó por los hombros revolviendo su cabello en un gesto fraternal y se quedó a su lado hasta que ya no tuvo ganas de llorar.

Cuando regresaron con sus amigos ya habían pasado otras dos horas, eran casi las cinco de la mañana y Pah-chin, Emma, Mikey, Takemichi, Peh-yan y Osanai les hicieron compañía.

Hasta que la luz del quirófano de Shinya se apagó.

Todos se levantaron de sus lugares, no había demasiados asientos y la mayoría estaban acomodados en el suelo, intentando darse calor con la cercanía de sus cuerpos o abrazados en la misma silla. Casi se estaban quedando dormidos y cualquier rastro de somnolencia desapareció al ver que las puertas se abrían.

—El paciente está fuera de peligro —Dijo el doctor con una sonrisa aliviada.

Ichirō cayó de rodillas derramando silenciosas lágrimas, dobló la espalda apretando con fuerza su pecho y no creyó que algún día iba a darle gracias a Dios por algo. Pero lo hizo. Con Nahoya llorando a viva voz, prácticamente a gritos y como un niño pequeño.


Una semana después de la pelea entre Moebius y la Toman, donde hubo dos heridos graves, tres denuncias por invasión a la privacidad y conducir rápido, siete chicos arrestados, uno acusado por intento de homicidio y otros seis como cómplices, el 10 de agosto llegó con una mañana soleada.

La herida de Shinya comenzaba a cicatrizar.

Desde que obtuvo permiso para recibir visitas ninguno de sus amigos lo ha dejado solo, en especial su gemelo que se quedó cada noche. Esta era la primera vez que estaría con Ichirō a solas, el mismo Shinya le pidió a todos que lo hicieran, y a pesar de las réplicas de Nahoya, aceptaron.

Ahí estaban ahora, en un incómodo silencio con Ichirō cortando una manzana que ya no tenía rastros de cáscaras.

—Creí que esta vez no la contaba —Dijo Shinya mirando el techo del hospital.

—Por suerte todo acabó bien —Susurró mientras continuaba deslizando el filo del cuchillo en la manzana.

—Mientras estaba anestesiado tuve un sueño —Ichirō lo miró con curiosidad —Vi a mi padre —Ichirō frunció el ceño, cada vez que mencionan al padre del Omega, le viene a la mente el recuerdo de Rindō mirándolo como una peste cuando besó la mejilla de Shinya de niños y luego su expresión de odio por rechazarlo indirectamente —Me dijo: “Deberías estar avergonzado por haber perdido toda tu vida siguiendo la espalda de un alfa idiota en lugar de encararlo como un verdadero omega. Das lástima, enano. Así que no mueras sin hacerte respetar”.

Puede ver a Rindō diciendo algo como eso en el lecho de muerte de alguien, incluso de su propio hijo.

Una vez Sanzu llegó con tres puñaladas en el estómago y mientras perdía sangre, Rindō le exigía decirle dónde mierda guardaba las fotografías de Sōuya cuando era niño. Algo entregado por Kokonoi para que Sanzu pudiera manejar a Rindō en las misiones.

—Ichirō, eres un imbécil.

—Si.

—Pero me gustas mucho.

—Si.

—Así que deja de ser un imbécil y acéptame.

—Si.

—Deja de llorar.

—S-Si... —Su voz sonó tartamuda por las lágrimas, ha estado llorando mucho esa última semana y no puede evitarlo. Shinya estiró la mano para limpiar sus mejillas con una pequeña sonrisa —Perdón —Dijo aumentando la dosis de lágrimas —Soy el peor alfa. Un inútil. Casi te pierdo y... y y-yo... necesité verte herido para darme cuenta de lo importante que eres para mí.

—Algo bueno salió de todo esto —Ichirō miró entre lágrimas el rostro de Shinya, sonreía ladino como tanto le gustaba —Volvería a recibir esa puñalada si con eso al fin me correspondes.

—Ugh —Cubrió su vergonzoso rostro.

—Eres un alfa llorón —Debido a la herida tuvo que tirar de Ichirō para que se acercara, cuando estuvo cerca, besó cada uno de sus párpados acariciando sus mejillas mojadas —Pero eres mi alfa llorón. Ya no tienes permitido suspirar por otros, ¿Si? Tienes que compensarme por todas tus acciones estúpidas.

—Si —Asintió reiteradas veces dejando de llorar por fin —También me gustas.

Sus frentes entraron en contacto.

Ichirō asintió repetidas veces con una radiante sonrisa mientras Shinya lo miraba desde abajo sin deshacer ese atisbo sonriente que se esforzaba por ocultar con una mueca.

Por primera vez Shinya tuvo permiso implícito de inhalar las feromonas de sándalo de Ichirō, incluso movió un poco su cuello para darle lugar en la glándula de olor y sentir el núcleo de su aroma. Shinya se restregó en su cuello vergonzosamente, cediendo a su lado omega por un momento.

No fue el único, Ichirō hizo lo mismo, disfrutando de las feromonas de jazmines y sintiendo que su alfa interior ronroneaba como un pequeño cachorro ante las muestras de afecto.

Ambos ignorantes de que fuera del cuarto sus amigos chocaban los cinco por lograr, finalmente, que sean honestos con sus emociones. Decidieron darles un momento a solas antes de volver a casa, en el camino se cruzaron con Takemichi que caminaba un poco sonrojado abrazando una bolsa contra su torso, cuando les preguntó sobre la habitación de Shinya se dirigió allí.

Llamó a la puerta y la pareja dentro se separó, Ichirō percibió la esencia de su papá y al instante relajó los hombros y le dijo a Shinya de quien se trataba. Identificado el visitante, Takemichi hizo acto de presencia cerrando la puerta a sus espaldas.

Hizo lo mismo que la mayoría de los comandantes que vinieron antes y le dio gracias por proteger a Pah-chin.

—Lograste lo que yo apenas pude —Dijo avergonzado rascando su mejilla —No fui tan valiente como para saltar delante del cuchillo igual que tú, así que te admiro.

—No hay nada admirable en eso, fue temerario —Refutó Ichirō mirando con reproche a Shinya.

—Solo quiero agradecerles por aminorar los problemas con Moebius e intervenir por Osanai —Hizo una reverencia e Ichirō abrió los ojos con sorpresa —Estoy seguro de que el futuro brillará gracias a ustedes.

Ojalá. Esperan que sus esfuerzos no sean en vano.

Shinya desvió la mirada avergonzado y los ojos de Ichirō se fijaron en la bolsa que llevaba Takemichi, este levantó la cabeza notando lo que miraba el alfa.

—Es un regalo de Mikey —Dijo con una sonrisa y las mejillas rosadas —Aunque me pregunto si seré digno.

—¿Por qué piensas que no?

—Soy un fracasado —Susurró manteniendo la cabeza gacha, intentando sonreír —Y tuve que pasar por mucho para entender algunas cosas —Miró su mano vendada por el ataque de Kiyomasa —Pero verlos a ustedes me hizo darme cuenta de algunos detalles que prefería ignorar.

—¿En serio? —Ichirō no recuerda haber hablado tanto con Takemichi, le hubiera gustado, pero admite que ha pasado más tiempo con su padre.

—Ustedes son llamativos —Miró específicamente a Shinya que ladeó la cabeza con curiosidad —Verlos pelear e intervenir hizo que me diera cuenta de que necesito esforzarme más para defender a los que quiero —Negó con la cabeza hacia los lados sin borrar la triste sonrisa y les dio la espalda —Solo pasaba para saludar. Mejor me voy, ya no sé lo que digo.

—¿Por eso escondes que eres omega? —Takemichi se detuvo en el marco de la puerta —¿Odias tu segundo género?

—No odio a los omegas, pero ser uno no es bueno —Dijo sin mirarlos, negarlo era tonto, Mikey lo encaró alegando que no fue el único en sentir su arome y que esos chicos también lo identificaron como omega. No sabe porqué o cómo —En el mundo de la delincuencia no es algo bueno y lo vieron, cuando un omega está muy cerca de las pandillas es catalogado como “perra” o es sinónimo de “prostituto”.

—Habla el miedo de esos idiotas.

Takemichi volteó tan rápido que su cuello hizo ruido, Shinya no lo miraba, en su lugar estaba concentrado en pelar correctamente otra manzana porque la de Ichirō parecía haber sido descuartizada.

—¿Miedo?

—Los omegas puede doblegar a los alfas porque usan su cuerpo y feromonas —Explicó sin mirar al rubio —Hay alfas estúpidos, pero la mayoría tiene un ego tan frágil y grande que prefieren ser recompensados por el omega en lugar de forzarlos —Le dio la manzana a Ichirō que recibió los trozos sonriendo —Les sube el orgullo ser reconocidos, por eso siempre hacen lo posible para ser “dignos” sin importar los métodos.

—Mm —Ichirō estaba de acuerdo con su amigo-novio-pareja-o-primo-no-sanguíneo —La gente estúpida cree que los omegas son débiles por estar atrás de un alfa y el asunto de su celo, así que los denigran para que no vean la influencia que tienen.

—Si un omega resentido y lleno de odio consigue a un alfa fuerte como pareja, a los que abusaron del omega no les conviene. La sociedad es como una selva de supervivencia y piensan que el más fuerte gana —Shinya eleva los hombros —Olvidando que vive el más apto.

Odia admitirlo, pero a veces los consejos de Hanma y Kisaki sirvieron de algo.

Kisaki no era fuerte físicamente, para ser un alfa tenía las aptitudes de un beta debido a una dismorfia genética y siempre les dejó en claro que quien gana no es el más fuerte, sino el más apto.

Casi siempre, los ganadores son omegas que saben manejar sus rasgos biológicos o betas muy inteligentes.

Los alfas suelen matarse entre sí por el control, actuando más por instinto como lobos salvajes mientras los omegas tenían un papel similar al de abejas reinas y los betas eran ovejas trabajadoras que podían convertirse en otros animales para encajar en la sociedad y superar a los que, se supone, eran superiores.

—Yo... no lo ví de esa forma, pero, ¿No sigue estando mal? —Shinya e Ichirō miraron a Takemichi, sorprendidos de percibir una expresión tan inocente y dulce de quien sería la pareja amada del líder de la organización criminal más peligrosa de Japón —Se está usando al otro.

—Es la manera en que las personas aprenden a vivir en comunidad.

—Siento que es triste —La pareja se sorprendió por ver unas delgadas lágrimas en el rostro de Takemichi —Como si el amor fuera secundario —Abrazó la bolsa que seguía sujetando contra el torso —Quiero ver mi segundo género como parte de mi identidad y no como un método para encajar o doblegar a otros. De seguro todos piensan como ustedes... en especial Mikey y los demás, pero no me gusta.

Ichirō no dijo nada al respecto.

—Me siento mejor —Limpió las lágrimas recuperando la sonrisa esperanzadora —Ustedes sí que son especiales, ¡Creo que ya tomé una decisión! Ahora tengo que irme, alguien me espera.

Takemichi se despidió con los ánimos renovados y más determinado que cuando entró, Shinya estaba cada vez más intrigado por el papá de su amigo.

Le hubiera gustado conocerlo en vida.

—Creo que ya entiendo por qué el viejo se enamoró de papá —Dijo Ichirō sin apartar la mirada de la puerta —Y por qué nunca pudo superar su muerte.

Cada vez siente que se acerca más a sus padres, viendo a Mikey con otros ojos y conociendo una nueva versión de ellos. Él se encargaría de protegerlos y, cuando volvieran al futuro, solucionaría sus problemas con su padre.


Información:

Daisuke Mitsuya (大輔 三ツ谷, Mitsuya Daisuke) es el hijo menor de Takashi Mitsuya y Hakkai Shiba, su nombre significa “el gran salvador”. Tiene 15 años, es omega y protegido de Bonten (sucesión en discusión porque prefiere disfrutar de la buena vida).

Apariencia: Daisuke es un joven alto de piel clara, con cabello negro de longitud media con reflejos celestes en el flequillo y ojos celeste pálido. Tiene dos piercings en la oreja derecha, dos en la izquierda con un arete largo con perlas que cuelga de cada uno de los lóbulos y un arete de hélix en la oreja izquierda, cuenta con la perforación del septum, pero a sus padres no les gustaba y solo lo usa cuando no están presentes. Le gusta realzar su apariencia atractiva usando ropa de colores fríos, siempre lleva una gargantilla negra alrededor para cubrir su cuello y la chaqueta azul, que usa la mayoría de las veces, fue un regalo de Hiroki por su décimo tercer cumpleaños, la cual le quedaba grande y recién a los quince puede usarla sin parecer que porta un camisón.

Personalidad: Entre sus amigos es quien tiene un prontuario sexual más extenso, es coqueto por naturaleza, le agrada tener citas, disfruta de su sexualidad, es alguien a quien pocas veces se le puede sacar la mirada de encima y a simple vista parece que muestra todas sus emociones en el rostro. Realmente es indiferente al “amor” de otros, el sexo es solo sexo, le gusta sentirse amado, es consciente de su atractivo, lo que alimenta su narcisismo y antes de la Gran Traición era un obsesivo con las redes sociales e intentaba tener la mayor cantidad de “me gusta”.

Curiosidad: Su nombre se debe a que cuando sus padres estaban en crisis, supieron del embarazo de Hakkai, gracias a eso pudieron arreglar sus problemas y salir adelante como pareja.

Curiosidad: Su nombre se debe a que cuando sus padres estaban en crisis, supieron del embarazo de Hakkai, gracias a eso pudieron arreglar sus problemas y salir adelante como pareja

Chapter 17: Bad weed never dies

Chapter Text


Let Me Know | BTS

❝ De repente, la lluvia comienza a brotar de mis ojos y tu apareces (...) el amor florece como una flor de cerezo y luego se marchita fácilmente.❞

« Lo ves venir, eso que está por pasar, sabes que va a cambiar todo


Volvieron al edificio departamental tras el alta de Shinya el 11 de agosto.

Cuando Ichirō lo cargó al estilo nupcial para subir las escaleras, la primera reacción del omega fue golpearlo avergonzado mientras el alfa sonreía indiferente.

—¡No estoy tan mal! Bájame, puedo subir solo, esto es vergonzoso.

—Vamos. Dijiste que los alfas son idiotas porque siempre buscan consentir a los omegas —Se burló de sus propias palabras a medida que subían las escaleras con las carcajadas de Nahoya y Marina de fondo —Deja que cumpla con mi deber de alfa. Eres mi omega.

Shinya dejó de pelear ante esas palabras.

Las mejillas se tornaron peligrosamente rojas como nunca antes y gritó fastidiado, se escondió debajo de su gorra intentando desaparecer.

Ese día iban a volver al futuro, se despidieron de Osanai y el resto con la excusa de que irían a encargarse de asuntos familiares por tiempo indefinido. Mientras Shinya estaba en el hospital se aseguraron de guardar todas las cosas en el departamento en caso de volver y necesitarlas, todo estaba cubierto por sábanas y la comida en papel encerado.

Cuando llegaron a la puerta Shinya escuchó claramente las burlas de sus amigos y se ocultó mucho más en el cuello de Ichirō, al darse cuenta de sus acciones se apartó bruscamente, corriendo hasta el otro lado de la habitación y mirando la pared en un rincón.

Rokurō se rió con más fuerza y como consecuencia Shinya le lanzó a la cabeza lo primero que tuvo a mano, una esfera de nieve.

Intercambiaron otras palabras sobre el asunto y que ya deberían haber logrado evitar que Kisaki hiciera de las suyas. Pah-chin y Draken estaban vivos, quizás modificaron algunos detalles originales, pero todo debía estar bien porque ellos siguen allí y no desaparecen.

Se reunieron alrededor de la piscina infantil tal como la primera vez, ahora todos sujetaban sus manos en un círculo.

—Siento como si estuviéramos haciendo un pacto satánico o un ritual para invocar demonios —Dijo Rokurō.

—Gracias por las pesadillas —Emiko lo pateó pasando por detrás de las piernas de Azusa y golpeándolo por error.

Estuvieron haciendo lo mismo varias veces hasta que Hiroki se cansó de verlos actuar como niños y se dejó caer hacia adelante, llevando consigo a los que sujetaban sus manos, Daisuke y Marina.

Uno a uno fueron cayendo entre gritos de sorpresa y sujetándose de las manos, lo que terminó siendo en vano porque una fuerte corriente hizo que se soltaran sin querer.

Ichirō salió del agua con la misma sensación de asfixia que la primera vez.

Definitivamente ese método para viajar en el tiempo era el peor, se le ocurren muchas ideas creativas sobre diferentes formas para un viaje temporal y todas eran una mejor opción que casi ahogarse en el agua.

Carraspeó la garganta intentando recuperar el aliento, percatándose poco a poco de que el agua no estaba fría.

Levantó la mirada llevándose la gran sorpresa de que no se encontraba en el refugio de Manila, no salió de la piscina como la primera vez y no había rastros de Sanzu. De hecho, se encontraba en el baño dentro de su habitación, ese lugar al que no creyó volver luego de la Gran Traición.

Notó la ausencia del anillo que le dio su padre. No puedo haber perdido algo tan importante, ¿O si?

A una velocidad sorprendente salió de la bañera mirando los alrededores en busca de alguno de sus amigos. No cabe duda. Volvió solo y lejos de alegrarse por estar de regreso en la mansión principal, lo hizo alterarse ante la posibilidad de que sus hermanos y amigos hayan terminado dispersos en distintos puntos temporales de la historia, así que agarró una toalla que fue envuelta en su cintura y salió.

Sus pies resbalaron cuando abrió la puerta del baño e ingresó a su habitación, demasiado sorprendido como para procesar cualquier cosa.

Antes pudo reconocer el baño y la ropa que había acumulado en un cesto, pero reafirmar que estaba en su vieja habitación hacía que todo fuera mucho más real.

Las paredes blancas con la mitad inferior verde manzana y una franja más fuerte en la superior, cortinas a juego, un estilo minimalista que quedaba oculto por el desorden. La cama estaba deshecha y su laptop se hallaba encendida en una playlist de su película favorita, Call My Name, a los pies de la cama estaba preparado un conjunto de ropa y en la mesa encontró varias cosas como libros de matemática con señaladores, uno de literatura con oraciones resaltadas en verde, dos de historia con señaladores, materiales escolares y un poco de comida chatarra, entre todo el desastre estaba su teléfono.

Al agarrarlo se dio cuenta de que estaba en el 11 de agosto de 2038, había vuelto, aunque eso no era lo más impactante... sino que volvió el día antes del aniversario de la muerte de su papá Takemichi. Durante la semana anterior a ese día, todos en Bonten usaban ropa negra y los colores estaban prohibidos.

Ichirō se puso unos boxers negros y los pantalones de jean, dejando la toalla alrededor de los hombros y saltando sobre la cama para investigar con la computadora, era mucho más rápido que el teléfono.

Abrió muchas pestañas diferentes, recordando vagamente el nombre de los artículos que anunciaban la muerte de sus familiares y mientras cargaba cada página, más de diecisiete, agarró su teléfono para enviar un mensaje a cada uno de sus amigos. En el protector de pantalla tenía una fotografía donde él estaba dándole un beso en la mejilla a un avergonzado Iori y eso era raro, recuerda que antes del primer salto temporal tenía la imagen de jazmines y como fondo protector una fotografía estilo selfie con sus hermanos que Kazuo había tomado.

Ignoró esos detalles para dirigirse a cada chat, la mayoría contaba con mensajes recientes y eso señalaba que siguen con vida, y parecían estar entablando una conversación normal sobre las clases de Sanzu o coordinando entrenamientos.

Entre sus chats vio el de Iori y otra vez pasó de largo ese detalle que le estaba haciendo ruido en la oreja.

Lanzó el teléfono hacia un lado para redirigir la atención a la computadora y se llevó la grata sorpresa de que ninguno de los artículos parecidos a las descripciones que dio o similitud en titulares hablaba sobre Bonten. No encontró víctimas conocidas y mucho menos información sobre el grupo criminal. Al cerrar la última pestaña se quedó mirando la pantalla, tenía de fondo una imagen con todos sus amigos después de un entrenamiento y cada uno de ellos sonreía.

Shinya estaba sentado en el suelo entre las piernas de Nahoya que lo abrazaba como un oso de peluche, Manami era la única que no tenía uniforme de entrenamiento y sonreía a la cámara con los ojos cerrados mientras Kōichi tenía un brazo alrededor de sus hombros, él, Harumi y Kazuo estaban en medio del grupo haciendo símbolos de paz, Hiroki se hallaba de perfil mientras fumaba, Daisuke y Saki sonreían encantadoramente guiñando un ojo, Azusa, Emiko, Rokurō y Marina se hallaban detrás como los más altos del grupo y Mitsuki intentaba escapar de la fotografía mientras Misaki la sujetaba del cuello de su camisa. Recuerda ese día. Fue mucho antes de que sus vidas se fueran a la mierda.

Ichirō alejó las manos del teclado, por mucho que siga buscando, no encuentra información preocupante y, a diferencia de la primera vez, verificó su correo llevándose la sorpresa de que no había suspendido las clases de ese año.

Tras el comienzo de las muertes de los ejecutivos, todos sus estudios tuvieron una pausa y a pesar de que seguía recibiendo los deberes, nunca los hacía.

El sonido de la puerta siendo abierta sin aviso previo hizo saltar a Ichirō.

Debido a sus nervios terminó en el lado opuesto de la cama y había cerrado con rudeza la laptop, viéndose como alguien sospechoso que guardaba secretos. Cualquier preocupación se deshizo cuando reconoció el inconfundible cabello blanco pasando al platinado, la figura encorvada con las manos en los bolsillos, rostro con ojeras y esas feromonas tan dominantes y fuertes.

Mikey frunció el ceño ante la actitud de su hijo.

—Oye, ¿Por qué no estás listo? —Ichirō abrió la boca como un pez, ignorante de la expresión fastidiada de su padre que se acercaba con esa postura de total desinterés por su persona —¿Cuántas veces tengo que decirte lo mismo? Tienes que ser responsable y no solo...

—¡Padre! —El cambio de apelativo hizo que Mikey frunciera mucho más el entrecejo, desconfiado, aunque ese sentimiento fue aplastado cuando Ichirō le saltó encima para abrazarlo.

La sorpresa era tanta que retrocedió un par de pasos sin quererlo.

Ichirō nunca ha actuado de esa forma tan demostrativa, al contrario, se asegura de mantener su distancia y nunca sonríe cuando está cerca. No es posible que haya elegido justo ese día para ser filial, sabe que su familia se vuelve sensible durante la semana de luto conmemorativo, pero Ichirō siempre se mantuvo tranquilo.

¿Es alguna clase de nuevo método para manipularlo emocionalmente? ¿Algo de adolescentes? ¿Etapa depresiva en lugar de la rebelde? Preferiría que vaya por la vida causando problemas y peleando en lugar de comportarse así.

Su sorpresa se hizo evidente cuando sintió algo mojado en su hombro, el shock fue mucho más violento.

Ichirō estaba llorando. Frente a él. No con Sanzu o alguno de sus amigos, con él.

—¿Qué carajos? —No puede ser que su hijo mayor, siempre distante y que le busca pelea cuando recibe un “no” o una explicación disconforme, haya cambiado de la noche a la mañana. Por favor, si hasta ayer tuvieron una pelea en la mesa porque Ichirō le reclamaba por no tratar bien al omega que tiene de pareja —No te compraré un auto y tampoco te dejaré participar en encargos de Bonten —Dijo ante la posibilidad de que quisiera usar métodos diferentes, en lugar de las quejas directas, para conseguir algo —No, ¿Qué mierda hiciste? ¿Mataste a alguien? ¿Sanzu se encargó? No me digas que necesitas terapia.

—Padre... —El abrazo se volvió mucho más aprehensivo y Mikey estaba más tenso, las muestras de cariño eran extrañas, solo Kazuo se acercaba sin miedo para abrazarlo o colgarse de su espalda.

—Demonios, ¿Esto es por ese omega de nuevo? Ya te di permiso para que salgan, ¿Qué más quieres? No me jodas y tampoco digas que quieres hacerle un ridículo regalo como un viaje a Tailandia igual que Daisuke con ese alfa temporal que tenía —A esas alturas veía posible que su idiotizado hijo pudiera hacer algo tan estúpido por ese omega, todo para fastidiarlo y solo porque le dijo que no podían salir. Es como si eso le hubiera incitado a estar con él más decidido. Pero Ichirō continuaba sollozando lastimero —¿Estás drogado? ¿Fue Sanzu?

Agudizó su olfato sin dar con algo extraño.

Si pudo hallar algo interesante, a pesar de los incansables meses de Ichirō haciendo drama y exigiendo que respete su relación con aquel chico, Mikey pudo sentir feromonas que no eran de ese omega. Lo que antes eran dudas, ahora puede confirmarlo, ya sabe que Ichirō no lo ama de verdad porque en el cuarto percibe ese aroma de jazmines enredado al de su hijo.

No es su asunto si su hijo juega a dos puntas, pero Takemichi estaría decepcionado y debe ponerle un alto o cuando se reencuentren en el más allá iba a darle una paliza.

Antes de que pudiera volver a quejarse e intentar apartarse del asfixiante abrazo, la puerta se abrió de par en par. Mikey miró por encima de su hombro, listo para gritarle a Sanzu —el único que se creía con ciertos privilegios con Ichirō —y enviarlo lejos. No obstante, la imagen ante sus ojos fue mucho más desconcertante que tener a su primogénito llorando entre los brazos como un niño pequeño.

—¡Padre! —Gritaron Harumi y Kazuo al unísono, también llorando y lanzándose encima sin previo aviso. Ahora tenía a Ichirō aferrado al torso, su hija se abrazada a su brazo derecho con el rostro oculto en la curvatura del cuello y su hijo omega había saltado en su espalda.

¿Qué demonios les pasaba a sus hijos? ¿De verdad estaban tan sensibles?

De nuevo hizo un intento con su olfato para inhalar sus feromonas y ninguno estaba cerca del celo, solo percibía la enorme tristeza que irradiaban, el dolor, la desesperación y un sentimiento desolador que lo hizo estremecer.

Más tarde hablaría con Sanzu para que se encargara de lo que sea que haya provocado esos sentimientos deprimentes.

Resignado a que ninguno parecía tener intenciones de calmarse pronto, Mikey suspiró y como pudo intentó acariciar las dos cabezas más cercanas, Harumi y Kazuo. Su gesto en lugar de calmarlos hizo que lloraran con más fuerza y Mikey alejó la mano, asustado por haber hecho algo malo. Vio a Mitsuya y Kazutora haciendo eso con sus hijos para consolarlos, ¿No lo hizo bien? ¿Ejerció demasiada fuerza? ¿Los lastimó?

Entre las feromonas ahora percibía el alivio y la felicidad, además del suave gimoteo de sus cachorros en busca de más contacto físico. Hizo caso a sus instintos manteniendo una expresión neutral e indiferente.

Los pensamientos del alfa no iban acorde con los menores. Cuando Harumi salió de la bañera de su cuarto estaba sorprendida, mucho e intentó investigar hasta que pudo oler las feromonas de su padre y las de su hermano mayor, las cuales estaban a flor de piel. Debido a que sus cuartos estaban cerca iba a llegar rápido.

Kazuo era el único que no se despertó en su habitación, sino que estaba cerca de la piscina y recibió miradas curiosas de los empleados cuando lo vieron salir del agua. Incluso llegando a escuchar que lo habían visto en otro lugar no hace mucho, Kazuo estaba demasiado desorientado y como el cachorro más joven de la mansión, se dejó llevar por su instinto omega, el cual quería sentirse protegido, y fue en busca del alfa más apto.

Primero captó las feromonas de su hermano, luego las de su padre y a partir de ese momento todo es nebuloso. A pesar de cruzarse con Harumi, no hablaron.

Ahora los dos inhalaban con fuerzas las feromonas de su padre entre lágrimas.

Mikey no era alguien paciente, eso es de público conocimiento, estaba haciendo su mejor esfuerzo para no huir de las muestras de cariño y funcionaba. Hasta que pudo sentir los mocos de sus hijos y tuvo que apretar los dientes para no hacer una mueca o sonido de desagrado.

Esperó... esperó, esperó y esperó.

Hasta que vio prudente alejarse porque ya eran muchas demostraciones y su corazón no vino preparado para eso, sino que entró con el corazón endurecido para una nueva disputa con su hijo mayor.

Dio un par de pasos hacia atrás mirando los rostros de sus tres hijos. Rojos, hinchados y con rastro de lágrimas en sus mejillas, el parecido con su difunto omega lo volvían un poco, muy, retraído. Aunque no quisiera terminaba huyendo de esos parecidos porque le traían recuerdos deprimentes, los cuales en días como ese lo incitaban a renunciar a todo, pero no lo hace por esos tres mocosos.

Ichirō se limpió las lágrimas con sus manos, Harumi restregó los ojos con fuerza y Kazuo hizo lo mismo con las mangas de su suéter negro.

—Lucen deplorables —Soltó un comentario mordaz sin querer —Hoy solo pueden usar negro. Harumi, cambia esos zapatos blancos y te dije que no uses tu lazo amarillo esta semana.

Mikey se regañó por haber sido tan hijo de perra después de haberlos visto llorar, se supone que ese era su momento para comportarse como un verdadero padre e intentar comprenderlos. ¿Por qué siempre habla antes de pensar?

A pesar de que su rostro no dejaba ver la disputa interna, los hermanos lo miraban con sus ojos abiertos, sorprendidos.

Para sorpresa de Mikey los tres soltaron una risa derramando otro par de lágrimas.

¿Tiene que seguir el consejo de Sōuya Kawata y enviarlos con un especialista? ¿Algo como... un nutricionista? Los ve demasiado delgados, o tal vez un psicólogo, sabe que vivir en Bonten no puede ser lo más sano y su sentido moral debe estar más roto que su propio corazón.

—Lo siento, padre —Harumi deshizo el nudo de su lazo dejando que su larga cabellera azabache cayera por la espalda, el gesto tomó por sorpresa a Mikey, normalmente su hija bajaba la cabeza con tristeza y apretaba los puños al ser regañada —Estoy feliz de volver a verte.

—Nos vimos ayer —Dijo con duda —¿También hiciste algo? ¿Quieres pedirme alguna cosa ridícula, como salir con alguien fastidioso?

Otra vez. Otro comentario fuera de lugar. Otra señal para comenzar una pelea con su hijo.

Mikey miró a Ichirō esperando la reacción, pero no hubo nada de eso, en su lugar lo miraba agitando sus pestañas y ladeando la cabeza.

—¿No dirás nada para defender a ese tipo?

—¿Mhm? —Ichirō intentó recordar, hasta dar con la imagen de Iori, siempre solían pelear por ese motivo —Ya no voy a discutir. Maduré —Mikey enarcó una ceja, escéptico, hasta ayer su hijo lo amenazaba con irse de la familia porque no aceptaba su relación con ese omega y solo por semejante amenaza, Mikey cedió, pero ahora le vale verga. ¿Quién entiende a los adolescentes? —Y ya no me gusta Iori.

—Oh, ¿En serio? —Seguía mirando a su hijo con duda.

Es imposible que en una sola noche haya cambiado de sentimientos y resoluciones, su hijo suele ser determinado cuando se trata de resistir.

Mikey se dio una bofetada mental.

Claro que uno puede cambiar en una noche, y las feromonas de jazmín eran una prueba. Solo conoce a un omega con ese aroma y ante la nueva determinación de Ichirō, no hay que ser muy inteligente, incluso el brillo en sus ojos era diferente al resplandor rabioso que vio ayer.

No puede negar que hay un rastro de madurez diferente. Esta vez no mantiene su mirada de manera retadora, sino casi con... comprensión.

—¿Al fin te diste cuenta de Shinya?

—¿Eh? ¿Cómo sabes? ¿Quién te dijo? ¿Fue Sanzu? ¿O fueron alguno de ustedes? —La expresión sonrojada e inocente fue algo nuevo para Mikey, un poco le recordaba a Takemichi y sus ataques de nervios cuando estaba avergonzado —Traidores. Son mis hermanos, mi propia sangre.

—Todos lo sabían —Se burló Kazuo abiertamente, esquivando un golpe dirigido a su cabeza y buscando refugio tras su padre.

—Los chismes son más espesos que la sangre —Dijo Harumi con una mirada decidida.

—Así no es la frase —Ichirō rodó los ojos con sus mejillas rojas, tal parece que en esa línea temporal sí obtuvo permiso para salir con Iori y ahora está metido en un triángulo amoroso. Lo solucionará. No puede volver a fallarle a Shinya.

—Suficiente —Ordenó Mikey y los tres guardaron silencio intercambiando risas, ignorando que su padre cada vez estaba más desconcertado —Están mojados, vayan a cambiarse. Los invitados pronto van a llegar y debemos recibirlos.

—¡Claro!

Las sorpresas no se detenían. Harumi pasó por al lado de su papá dejando un casto beso en su mejilla y Kazuo volvió a abrazarlo hasta restregar el rostro en su cuello, los dos salieron del cuarto con los ánimos renovados.

Mikey se está planteando seriamente hablar con Mitsuya sobre la adolescencia de sus hijos, tal vez incluso con Kazutora, él parece haber educado bien a sus dos hijos. Para sorpresa de quienes lo conocían y eran conscientes de sus antecedentes, resultó ser un buen padre, uno en el que sus hijos confiaban plenamente.

Todo es tan raro que no tiene sentido seguir pensando.

Agradeció que Ichirō no hizo otra muestra de afecto, de lo contrario, en serio iba a estar en problemas para reaccionar y le preocupaba volver a decir algo que pudiera dañar la delgada paz entre ellos.

Mikey miró una última vez a su hijo y le dio la espalda, dispuesto a marcharse.

Al llegar a la puerta se detuvo en el marco, recordando el verdadero motivo de su presencia en ese lugar.

—Oye —Llamó la atención de su hijo y sin previo aviso le lanzó algo a la cara, Ichirō atrapó el objeto con sus manos, llevándose la sorpresa de que eran dos llaves en un pequeño llavero que conocía muy bien. ¿Cómo no hacerlo? Cuando era un niño robó esas mismas llaves con Shinya para usar las motocicletas de sus padres sin permiso, lo miró con ojos brillantes, pero Mikey se negaba a mirarlo y solo podía ver su perfil indiferente —Elige bien a quien darle la otra llave.

De nuevo tuvo intenciones de salir.

—¡Padre! —Mikey lo miró de reojo, inalterable y apático como siempre, solo que ahora Ichirō sabe que todo se trata de una fachada que usa para sobrellevar el dolor en su vida. El alfa de cabello albino abrió un poco los ojos, sorprendido, cuando vio una radiante sonrisa en el rostro de Ichirō. La misma que le perteneció a su omega, tan honesta y brillante —Muchas gracias, por todo y... —Rascó su mejilla derecha, avergonzado —Te quiero.

—Mm —Asintió sin dar una verdadera respuesta.

—También —Ahí estaba, el pedido implícito tras esas muestras de afecto, sonrisas y brillo, Mikey casi siente que podría decirle que sí porque ese nuevo método de manipulación era bastante bueno —Gracias por no abandonarnos nunca y por ser mi padre, estoy feliz de estar contigo.

Si Mikey estaba sorprendido o no por esas palabras no lo hizo notar en su rostro, mucho menos dijo algo en voz alta. Ichirō se estaba comportando raro y otra vez se pregunta si tiene algo que ver con la adolescencia.

Le dio la espalda, ocultando el rostro con el cabello.

Es incapaz de entender cómo puede ser amado. Primero sus amigos, luego su omega y ahora sus hijos, ¿Cómo pueden quererlo? Es tan vergonzoso sentirse conmovido por unas simples palabras. Le gustaría saber lo que haría Takemichi en esa situación, quizás estaría tan emocionado que se lanzaría a los brazos de sus cachorros para llorar, siempre fue de lágrima fácil.

Al comienzo rechazaba a sus hijos por recordarle a su omega. No sabe cuándo todo cambió, solo tiene la certeza de que vivir sin ellos no era una opción.

—Mm, yo también —Dijo en voz muy baja antes de elevar el tono—Ahora cámbiate.

Y se fue.

Ichirō antes no comprendía a su padre y jamás notó los pequeños detalles, los que notaba siempre eran atribuidos a Sanzu porque era el que abiertamente hablaba de sus sentimientos y decía lo que pensaba.

Miró sus manos, recordando el cuerpo de Shinya perdiendo poco a poco la vida, luego la despedida de su padre, y apretó los puños con fuerza.

No puede seguir dudando. Ya no se tragaría lo que pensaba y sus emociones, no sería caprichoso, dejará de pelear con su padre solo por una tonta diferencia de opiniones, iba a hablar de sus sentimientos como siempre tuvo que ser y va a ser tan brutalmente honesto que nunca más volverá a arrepentirse de algo en su vida. No quiere sentir de nuevo esa impotencia como cuando casi pierde a Shinya y no fue sincero.

Ahora finalmente tienen una oportunidad. Deberían estar más atentos a cualquier posible traidor, pero al menos todos estaban vivos y su manada no cayó en desgracia a manos de Kisaki. Todavía tiene la oportunidad de arreglar las cosas e iniciar de nuevo con una actitud diferente, menos defensiva y confiada.

Se cambió a una velocidad sorprendente con una camisa negra y zapatillas a juego. Su padre era la persona menos detallista, él una vez fue a una fiesta de gala en chanclas y un conjunto simple de color negro, pero en esa semana dedicada a recordar a Takemichi era exigente con todos los detalles. Desde la ropa hasta los accesorios de cada persona, ya sea en un empleado o amigo.

Ichirō apenas terminó de vestirse y superar la emoción inicial, fue a reunirse con sus hermanos mientras recibía mensajes de sus amigos, cada uno notificando que todo estaba bien de su lado y estaban yendo a la mansión.

A mitad de camino se cruzó con Kazuo y Harumi, aunque los tres iban tan concentrados en sus teléfonos que no hablaban.

Mikey los vio bajar distraídos y estaba listo para regañarlos cuando de la nada los vio romper el contacto visual sobre los dispositivos para lanzarse encima de los hermanos de Rokurō. ¿Ese era el día de los abrazos o algo? No es normal ver tanta felicidad en la mansión, mucho menos durante los días de luto.

Los hermanos mayores de Rokurō recibieron los besos y abrazos con sonrisas nerviosas, su hermano tuvo la misma reacción cuando los vio esa mañana. Corrió a abrazarlos aunque estaba empapado y los llenó de besos, hizo lo mismo con sus padres hasta el punto de caer arrodillado llorando a gritos.

Pah-chin y Yumi se acercaron a Mikey, los padres miraban a sus hijos sin ocultar la sorpresa.

Ni siquiera reaccionaron al ver que Ichirō, Harumi y Kazuo se aferraban a los cuerpos de Kokonoi y Seishu. Misaki y Mitsuki pasaron por su lado para abrazar a los hermanos de Rokurō.

La mueca de desagrado en Kokonoi era evidente. Hasta ayer sus hijas actuaban ajenas a sus problemas maritales y hablaban poco, esa mañana asaltaron la habitación de Kokonoi para llorar en sus brazos y lo sacaron de la cama para ir con Seishu, quien entre los gritos, lágrimas y la carga de feromonas no pudo evitar preocuparse. Si, el matrimonio tenía otra crisis y usaban cuartos separados, uno frente al otro, pero eso no importaba cuando sus hijas siempre maduras actuaban como niñas y requerían atención.

¡Pero para Kokonoi, consentir a sus hijas no era lo mismo que lidiar con los hijos de otros! En realidad, hasta odiaba a los niños y más a los adolescentes.

Consiguieron separar a los tres hermanos Sano cuando cuatro personas más ingresaban.

Manami venía enganchada al brazo de su padre Kazutora mientras que Kōichi se aferraba a la cintura de Chifuyu, viajar en esas posiciones fue demasiado difícil. Desde que los hermanos Hanemiya cayeron a la piscina durante un paseo por el jardín y casi se ahogan, tienen esa actitud, más extremistas con el afecto físico y negados a separarse.

Recién cuando notaron a Ichirō es que lograron apartarse un poco, aunque ahora Kazuora y Chifuyu fueron atrapados por los asfixiantes abrazos de los tres hermanos.

Al menos tuvieron más fuerza que Yuzuha y su esposa que caminaban con una sonriente Emiko en medio de ellas, las tres mujeres prácticamente fueron tecleadas por diversos cuerpos. Yuzuha era la instructora de casi todos y Aiko siempre les preparaba postres, era una repostera profesional, y ambas saben que reciben el cariño de los más jóvenes; pero era demasiado amor, su hija también se aferró a ellas esa mañana.

Mitsuya y Hakkai recibieron un recibiendo similar. Ya era extraño ver a sus fríos hijos actuando cariñosos y llorando en sus hombros, pero ver a todos en el mismo estado fue más raro.

El único que no fue tacleado y pudo recibir todos los cuerpos en su contra fue Taijū gracias a su fuerza demoníaca, su esposo y omega miraba sonriente la forma en que el alfa se estremecía frente al excesivo amor, mientras que a su espaldas tenía a Azusa aferrado a la cintura. Hace mucho que no era demostrativo y verlo actuar tan dulce con sus 19 años es tierno.

Mikey estaba intercambiando ideas con los otros padres para llevar a sus hijos con especialistas y Kokonoi hacía cuentas sobre el precio total, cuando de la nada Mikey fue abrazado por su sobrina. Marina sollozó en su hombro sin darle tiempo a reaccionar.

Quizás lo más interesante fue la llegada de Rindō, que caminaba con Nahoya aferrado cual koala a su cintura y Saki caminaba aferrada al brazo de su tío, feliz, y eso era aterrador. Sōuya sujetaba la mano de un silencioso Shinya que tenía una sonrisa casi imperceptible.

Sonrisa que desapareció al ver que Ichirō se le acercaba.

Alfa y omega se quedaron mirando fijamente. Shinya soltó la mano de su papá para acercarse a Ichirō que daba la apariencia de un perro regañado, apenas pudo susurrar la primera sílaba de su nombre cuando recibió un puñetazo en la mejilla que lo hizo caer de espaldas con un hilo de sangre en su boca.

El resto se congeló ante el ataque en medio de un ambiente tan cariño, todos, salvo los amigos de Ichirō, comprendieron el motivo. Y Rokurō, él siempre llegaba tarde al chisme.

—Maldito infiel —Dijo con enojo —Ni dos horas.

—¡Shinya! —Sōuya agarró el brazo de su hijo omega, nervioso por lo que hizo y temeroso de las represalias en su contra —No puedes golpear al heredero. Discúlpate.

—No, está bien, lo merezco —Ichirō intentó sonreír, tocando su mejilla roja, como siempre, Shinya no tiene piedad en los golpes.

—Pero... —Miró de reojo a Mikey, que seguía indiferente comiendo un dorayaki que una empleada le alcanzó.

Prefiere a Shinya por encima de Iori, el omega era rebelde y se hacía respetar, adecuado para su hijo que podía ser demasiado ingenuo y le faltaba carácter en algunas situaciones.

Además, siente que sí se merecía ese golpe.

Si Takemichi estuviera vivo, también lo hubiera golpeado por hacer un escándalo para salir con Iori y luego irse a la cama con otro omega. Shinya hizo lo que Takemichi hubiera querido, incluso si no, ya no puede enojarse con Mikey porque alguien más cometió el pecado de golpear a su primer cachorro. Está perdonado.

Shinya le dio la espalda al alfa en el suelo, saliendo de la mansión y seguido por su hermano. Poco a poco los demás jóvenes fueron tras él en un acuerdo silencioso, siendo Ichirō el único que corría pidiendo perdón.

En medio de eso, Sanzu ingresó por la puerta corriendo y Mikey lo miró.

—¿Dónde estabas?

—Tuve un encuentro paranormal con las poderosas fuerzas del universo que me permitieron ver realidades alternas.

...

—Una semana, te dije que estuvieras limpio durante una maldita semana —Mikey se preparaba para patearlo cuando de la nada Sanzu saltó hacia atrás, evadiendo el golpe. Otra cosa extraña en ese día, Sanzu nunca esquivaba sus golpes, hasta los recibía con una sonrisa —¿Qué ocurre?

—Ya tengo al posible traidor. Voy a llevarlo a la sala para que lo interrogue —El alfa albino asintió sin darle importancia.

Sanzu salió de la mansión en busca del culpable, mirando una última vez sobre su hombro, quiere ver a los niños y confirmar que nada de lo que vivió fue producto de las drogas. Más tarde. Ese tema era importante.

En el jardín trasero los más jóvenes miraban divertidos la manera en que Ichirō estaba de rodillas apelando por su inocencia y que no era culpable de ninguna infidelidad. Todo se trataba de una confusión por su “yo” del futuro que era un idiota y no podía controlarlo.

A pesar de que Shinya no estaba tan enojado como esa mañana, disfruta de ver a Ichirō suplicando perdón. Es como el dulce karma.

Se siente tan bien recuperar sus vidas.

¡¡BOOM!! ¡¡BOOM!! ¡¡BOOM!!

...

...

Las risas y el buen ambiente se cortaron abruptamente. Al voltear hallaron el mismo escenario infernal de la primera vez, la mansión principal envuelta por fuego, humo y un horrible olor de muerte.

Tanto la ferocidad de las llamas como la caída del techo ocurrieron de manera violenta y rápida. Aplastando sin piedad a todos los que estaban dentro.

Escucharon a alguien acercarse desde el bosque a sus espaldas, entre las sombras abrieron sus ojos con sorpresa por ver a Atsushi Sendō aparecer con el rostro demacrado, muy delgado, una apariencia más enfermiza y lágrimas en los ojos. En su mano izquierda tenía el detonante de los explosivos y en el otro un arma, la cual llevó a su cabeza con una sonrisa triste.

—¿Por qué no estaban adentro? —Fue su única pregunta antes de jalar el gatillo.

Cayeron de rodillas frente al incendio, con su familia dentro y viendo cómo todo se caía a pedazos; otra vez perdieron el futuro y a las personas que amaban. Gritaron de frustración mirando al cielo, sujetándose el pecho y lastimando las cuerdas vocales intentando expresar su desesperación mediante un único sonido.

—¡AHHHHH! —Gritó Ichirō levantando la cabeza sin frenar las lágrimas, reemplazando la tristeza por determinación —¡No me rendiré! —Gritó al fuego inclemente y cruel —En el futuro y en el pasado, siempre, siempre seguiré resistiendo en contra de este destino —Apretó con fuerza los puños — ¡¡LO PROMETO, JURO QUE SALVARÉ A TODOS!! Sin importar las veces que caiga, lo intentaré una y otra vez hasta alcanzar el futuro ideal donde toda mi familia viva. Jamás voy a rendirme. ¡Es una promesa!

Se levantó del suelo mostrando una expresión determinada.

El resto miraba a su amigo con sorpresa, imitaron sus pasos enderezando la espalda y mirando el fuego más decididos que nunca. Frente a la crueldad del destino hicieron una promesa de nunca rendirse, sin importar que el camino esté lleno de espinas, iban a resistir.


Información:

Iori Tachibana (伊織 橘, Tachibana Iori) es el único hijo de Kisaki Tetta y Hinata Tachibana, su nombre significa “corazón de los ocho dioses”. Tiene 16 años, es omega y protegido de Bonten.

Apariencia: Tiene la piel clara, ojos rosados y mantiene su cabello castaño hacia la derecha, siempre peinado para verse como un omega digno. A diferencia de los otros chicos de su edad, su atuendo es relativamente simple y siempre parece estar usando un uniforme escolar o de estilo intelectual, una camisa blanca o celeste de cuello alto con una corbata de color verde manzana (color favorito de Ichirō), una chaqueta rosa rosewood holgada con botones dorados y pantalones a cuadros color crema con zapatos derby rosa oscuro y un rosario plateado decorado con una gran cruz y perlas rosas.

Personalidad: Es un chico pasivo e introvertido que está constantemente nervioso en busca de la aprobación externa, no tiene ninguna confianza en sí mismo, pero se destaca por ser un omega ideal. Iori es el único estudiante que asiste a una secundaria ajena a las instalaciones de Bonten y tiene una vida normal, a pesar de ser demasiado tímido y melancólico con pensamientos negativos y reconocido como un omega perfecto, Iori es una persona amable que se preocupa más por lo demás que por sí mismo y esto se muestra en la primera línea temporal dónde decir romper su relación con Ichirō para que no se sienta presionado y que no tenga pleitos con su familia y amigos.

Curiosidad: A pesar de ser un omega muy atractivo que cautiva a todo el que lo mira, Iori es humilde. Incluso siendo el omega perfecto, y el único que de verdad parece omega en su generación, no es apreciado debido a su mala reputación por causar discordia entre Ichirō y Manjirō.

 Incluso siendo el omega perfecto, y el único que de verdad parece omega en su generación, no es apreciado debido a su mala reputación por causar discordia entre Ichirō y Manjirō

Chapter 18: Resist, always resist

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ARC THREE
—— Valhalla for the fallen ——
(CP. 18 to 28)

❝ Ichirō Sano (α) y los demás logran
salvar   a Pah-chin  y  evitar la  suma
de Kisaki en la Tokyo Manji.

Cuando   regresan     al     futuro     se
encuentran con  sus familiares vivos,
aunque  su felicidad dura muy  poco,
porque  vuelven a perderlos  a todos
en    una    ataque     más      doloroso.
Mientras siguen  siendo   arrastrados
por  el  destino,   vuelven  al  pasado,
esta  vez con un  objetivo más   claro
por el   cual  lucharán  poniendo   en
riesgo su propia existencia.

¡Así empieza la verdadera resistencia
de Ichirō y sus amigos! ❞

𝚃𝙸𝙼𝙴𝙻𝙸𝙽𝙴 𝙾𝚁𝙸𝙶𝙸𝙽𝙰𝙻: 2038
𝚃𝙸𝙼𝙴𝙻𝙸𝙽𝙴: 2014


When The Darkness Comes | Colbie Caillat

❝ Estaré aquí esperando, confiando, rezando para que esta luz te guíe a casa, cuando te sientas perdido dejaré mi amor escondido en el sol, para cuando llegue la oscuridad.❞

« El deseo es un testigo de lo que nos falta, de lo que no somos y deseamos ser


El funeral de los ejecutivos de Bonten fue organizado por Kisaki Tetta, pero ni siquiera se presentó.

Los jóvenes herederos miraban todos los ataúdes acomodados uno tras el otro con las puertas cerradas porque sus cuerpos eran irreconocibles y solo confirmaron las identidades gracias a los forenses.

Ichirō llevaba un traje de luto mientras estaba parado delante del cajón de su padre. Le resulta tan irónico que haya muerto un día antes que su papá, ¿Romántico, afortunado o una enorme desgracia? Ya no tendría la oportunidad de preguntar y eso dolía. Fue tan doloroso acercarse al hospital y ver su cuerpo desfigurado por la explosión, huesos destrozados y quemaduras de diferentes grados.

En el fondo estaba a Kazuo mirando silencioso el ataúd con Azusa a su lado, Harumi se encerró en el baño para llorar con Emiko, Manami era la más honesta con sus emociones y lloraba con libertad arrodillada junto al cajón de sus padres junto a Kōichi que intentaba consolarla, los hermanos Kawata miraban los ataúdes sollozando en voz baja, Saki hace rato que había salido para fumar su tercer cigarro y Misaki se abstenía de moverse del lado de Mitsuki que lloraba en su hombro.

Otra vez Rokurō debía afrontar la pérdida de su familia, llegando casi atentar contra su vida cuando le comunicaron todas las muertes de sus padres y hermanos mayores, sino fuera porque Ichirō estaba pasando cerca de esa zona del hospital en busca de un lugar para fumar, de seguro Rokurō habría tomado muchos antidepresivos y tendrían otro cajón más.

Daisuke se unió a ellos al poco tiempo para no dejar todo en los hombros de su hermano mayor y preocupado por el deplorable estado de sus amigos que cada vez parecía estar más cerca de tener otro declive emocional.

Ichirō salió del lobby pasando de largo a los conocidos de la organización con quienes tenían tratos comerciales, Marina lo seguía de cerca enviando miradas fulminantes a cualquiera de esas hienas carroñeras que intentaban aprovechar ese delicado momento para hacer sus movimientos e intentar manipularlos. Estaba implícito que ahora Ichirō como el hijo mayor y primer heredero de Bonten sería el líder.

No obstante, era muy joven y para muchos eso es sinónimo de manipulable, había cumplido 16 el quince de febrero y no estaba preparado para una responsabilidad tan grande. Ninguno de los herederos pasó por algo que todos los miraban como presas, listos para atacar en cualquier momento y preparándose para manipularlos cuando tuvieran la oportunidad.

Tampoco era difícil darse cuenta de que ninguno de los aliados de Kisaki estaba a la vista.

¿Quién podría desconocer sobre el futuro enfrentamiento de facciones entre los herederos de los fundadores y el hombre que hacía tratos a sus espaldas? Era como una bomba de tiempo.

—Príncipe —Ichirō se detuvo a mitad del jardín, volteando hacia Sanzu, el único adulto en el que puede confiar —Pronto debemos buscar refugio en Manila —Dijo con los ojos rojos por haber llorado, esta vez con un porte severo y sin rastros de drogas, tiene que estar más concentrado que nunca para proteger lo poco que queda del Bonten. Ichirō y Marina asintieron, ya veían venir las verdaderas intenciones de Kisaki. Sanzu extendió su mano mostrando algo inesperado —El rey querría que usted lo tuviera.

Los ojos de Ichirō se cristalizaron de nuevo.

Odia recibir el anillo de su padre así, siempre cuando estaba cerca de morir o preparado para dicho final, siempre, siempre esperaba hasta llegar al límite para mostrar la verdadera confianza que sentía por Ichirō. Se limpia cualquier rastro de tristeza y lo acepta, por ahora.

Agarra el anillo para acomodarlo en su mano. Otra vez tiene en su dedo índice el anillo de la organización y el peso de la manada en sus hombros.

—Es hora de irnos —Dijo Ichirō. Había que buscar refugio, reorganizarse y planificar sus próximos movimientos —Iremos a Manila como la primera vez. Sanzu, llama a los demás, partimos enseguida.

Si fueron capaces de poner explosivos en su propia casa, también es posible que inicien un tiroteo en el salón de la funeraria.

Fue difícil tratar con Manami que era la más negada a separarse de sus padres, Kōichi no tuvo otra alternativa que aplicar un sedante que siempre llevaba encima en caso de que su hermana tuviera un episodio depresivo o un ataque de pánico. No le gusta hacerlo, pero sabe que deben irse.

Cargó a su hermana en brazos.

Se retiraron del lugar en silencio, ignorando por completo las miradas del resto que de seguro los catalogan como cobardes por huir y otros mostraban interés, porque alejarse era como decir sin palabras que iban a prepararse para pelear. Pronto habría un baño de sangre por el control del bajo mundo y todas las acciones de Bonten. Solo el tiempo diría si ese poder seguiría en manos de un Sano o pasaría a Kisaki, formando una nueva era criminal, los osados ya comenzaban a trazar planes y alianzas mientras que otros prefirieron quedarse al margen de la matanza.

El jefe de la mafia japonesa más antigua. Shie Hassaikai, se acercó al ataúd de Mikey con una expresión triste. Aquel joven líder llegó muy temprano a ese mundo y se fue muy pronto, debido a su muerte las cosas iban a cambiar en las calles. Comenzaría una nueva era delictiva.

O volvería el desorden de hace dos décadas.

Miró la espalda de los hijos de Mikey, los tres subiendo al mismo auto junto a la hija del difunto Draken y la hermana del ex-alfa líder, el resto de sus amigos subieron a otros vehículos con las mismas expresiones desoladas.

Lo único que desea es que esos niños sean capaces de afrontar todo lo que se les venía encima.

Los sobrevivientes de Bonten se alejaron de la funeraria en sus autos blindados comandados por hombres de confianza, en palabras del mismo Sanzu, sin notar a una persona que salió de las sombras de un callejón y se subió a una motocicleta para seguirlos a una velocidad aceptable para no ser interceptado por los guardaespaldas.

Se metieron en diversas calles con el fin de confundir a posibles perseguidores.

Ichirō frunció el ceño al reconocer el mismo lugar donde tomaron un jet privado para huir a Manila. Cuando llegaron, Sanzu les pidió que entregaran todos sus teléfonos para lanzarlos al agua y evitar que los rastrearan, luego se alejó solo un momento para poner en marcha el avión e irse del país hasta que las cosas se calmaran o los adolescentes estuvieran preparados para el mundo cruel.

Por un momento Sanzu permaneció quieto observando los botones del jet, recordando el pasado, ni siquiera Mikey incursionó en el bajo mundo a una edad muy temprana. Recién a comienzos de sus dieciocho comenzó con cosas simples y entre los diecinueve y veinte se metió en el narcotráfico. Todo esto... era demasiado para los remanentes de Bonten, el más grande apenas tiene diecinueve y Kazuo ni siquiera cumplió los catorce. ¡No sabe qué hacer! ¿Cómo encargarse de todos? A él nunca lo prepararon para semejante escenario de niñero comunitario.

Solo es bueno matando, fabricando drogas, cazando traidores y torturando a los estorbos de su rey. No sabe nada más. Hasta Kokonoi con su inteligencia superior, contactos y personalidad era una mejor opción. ¿Por qué justo él tiene que seguir vivo? Si no fuera por los príncipes y la princesa, hace mucho hubiera acabado con su vida.

El rugido de un motor regresa a Sanzu a la realidad.

Agarra su arma y agradece haberle dado a cada adolescente una en caso de emergencias, al salir ve a todos apuntando al recién llegado. No debería, pero está emocionado.

La persona que acababa de aparcar improvisadamente no se vio alterada ante las auras amenazantes, al sacarse el casco dejó al descubierto su rostro y algunos bajaron un poco la guardia. Ichirō se acercó con plena confianza en Iori.

Puede ser el hijo de Kisaki, no obstante, para él era alguien confiable y de naturaleza amable.

Abrió la boca dispuesto a exigir respuestas cuando de repente recibió un fuerte golpe en el torso, Iori había empujado varias carpetas mientras intentaba mantener la cabeza gacha y temblaba. Ichirō abrió el primer folder encontrando información sobre Bonten, pero con datos nuevos, nombres nuevos, organizaciones desconocidas, contratos firmados por traidores, productos altamente peligrosos y planes para una nueva droga destinada a omegas y facilitar violaciones.

Su padre pudo ser un bastardo para muchas personas, pero tenía sus límites, los estableció con mano de hierro y nunca habría permitido que se usara el nombre de Bonten para cosas extremas.

—¿Qué...?

—Hace poco descubrí que mi padre tenía malas intenciones, saque copias de casi todo, pero lo siento, no alcancé a robar la información de los últimos meses —Dijo muy rápido con la cabeza gacha y los puños apretados en su pantalón crema —Se lo dije al señor Mikey y él encontró un testigo, pero... pero... —Apretó los puños más fuerte —¡Perdóname, Ichirō, nunca imaginé que haría eso el mismo día que al fin pudo acorralarlo!

—Levanta la cabeza —Iori se negó, incluso retrocediendo un paso para alejarse, Ichirō frunció el ceño y le dio las carpetas a Marina —Iori, levanta la cabeza.

Iori se hizo más pequeño.

Por naturaleza ya era un chico tímido, sumiso e introvertido que no refuta cuando le dan órdenes, pero esa era la primera vez que no quería seguir una y eso activó las alarmas de Ichirō.

Lo agarró por los brazos obligándolo a mirarlo, a pesar de que Iori peleó y negaba con la cabeza, consiguió mirarlo.

Tenía el labio partido, un vendaje en la mejilla que era más grande de lo que imaginaba, su ojo derecho contaba con una pronunciada marca morada que en su momento tuvo que ser muy grande y parecía tener problemas para mantener la espalda erguida. Siempre fue alguien cabizbajo para intentar pasar desapercibido por el resto, pero ahora era un extremo ridículo.

Iori es la clase de persona que nunca podría ir contra los deseos de los demás, mucho menos de alfas y su padre, ver que fue castigado por hacer algo que Kisaki considera “malo” hacía hervir la sangre de Ichirō.

—¿Qué ocurrió?

—N-No importa —Dijo intentando cambiar de tema —Ichirō, mi padre planea matarlos y tomar Bonten. Usa esto para...

—¿Te golpearon por esto? —Señaló las carpetas.

—E-Eso... —Desvió la mirada.

—Él es quien nos ha estado pasando información estos meses —La voz de Sanzu rompió el tenso ambiente.

—¡Señor Sanzu!

—¡¿Cómo pudiste arriesgarte de esa forma?! ¡Kisaki está loco y podría matarte! —Gritó con molestia, ver a Iori golpeando cuando sabe que nunca fue atacado de ninguna forma y se mantuvo ajeno a los conflictos internos lo llena de ira —No le importará si eres su hijo, es un hombre egoísta que solo piensa en sí mismo, ¿Cómo puedes...?

—Pero quería ayudarte —Dijo en un susurro con lágrimas en los ojos —Eres mi novio, te enfrentaste al señor Mikey por mi, ¿Cómo no haría lo mismo por ti? Quería ser un omega útil, no solo... un omega adecuado.

—Iori —Ichirō siempre supo que Iori se preocupaba demasiado por su entorno y las miradas ajenas, siendo capaz de anteponer a terceros por encima de sí mismo, esta debía ser la primera vez que hace algo por su propia determinación. ¿Y fue... por él? La culpa se entrelazaba fácilmente con la tristeza y frustración —¿Cómo pudiste hacer esto? Podrías haber muerto a golpes.

—Escuché a mi padre conversando con personas raras en casa y entonces recordé lo que dijiste —La expresión desconcertada de Ichirō dejaba ver que no lo recordaba. Iori rodó los ojos divertido y le dio un pequeño golpe en la frente —Sigues tan olvidadizo como siempre.

—L-Lo siento —El omega sonrió tan dulce tal cual lo recordaba.

—Me dijiste que el señor Mikey estaba teniendo problemas con la organización y Misaki también dijo que el señor Kokonoi le mencionó algunas irregularidades con el dinero.

—¿Yo dije eso? —La sorpresa en la voz de Misaki fue evidente, Iori sabe que Ichirō se olvida de las cosas, pero Misaki es más responsable. La omega sonrió rascando su nuca fingiendo recordar —Ah, cierto, ya recuerdo.

—Bueno... en base a eso decidí ver la computadora de mi padre y encontré muchas carpetas raras. Como no sabía cuándo iba a volver a casa, tuve que esperar a la cena obligatoria de la semana y adelantar mi celo, de esa manera no estaría obligado a ir. Hice copias de algunos documentos y se los di al señor Mikey. Él me dijo que buscara más y que no le dijera a nadie, siquiera a ti, lo siento.

—Descuida. Conozco a mi padre y lo entiendo.

—Reuní tanta información como pude, pero cuando estaba por acabar, vi a mi padre discutiendo con el tío Hanma y supe que algo pasaría. Luego vino el señor Sendō, ahí empecé a unir puntos, y le dije al señor Sanzu que era un traidor o que sería útil para ir en contra de mi padre —Todos miraron a Sanzu que asintió con seriedad —El día de la explosión...

—Espera —Misaki interrumpió el relato de Iori —¿Kisaki y Hanma peleaban? ¿Es posible? —El omega asintió —¿Sobre qué?

—No estoy seguro, los vi desde mi cuarto y ambos parecían muy enojados. Tío Hanma no ha vuelto a casa desde entonces.

—Raro —Misaki frunció el ceño, pensativa por la información, Hanma preferiría ser estéril antes que ir contra los deseos de Kisaki. ¿Qué pudo ocurrir entre ellos? —Continúa.

—El día de la explosión... fingí que mi padre me había enviado con el señor Sendō y le dije que me acompañara, él no dudó de mis palabras y lo llevé con el señor Sanzu.

—Pero el bastardo se escapó —Dijo el adulto sin ocultar su odio.

—Y yo regresé a casa —El omega se estremeció ante los recuerdos, fue la primera vez que su padre le levantó la mano —Mi padre se enteró, ¡No tengo idea de cómo! Pero lo sabía y... me castigaron.

—No puedo creerlo.

—También descubrí lo que ocurrió con el señor Baji —Aquel nombre descolocó a los presentes, excepto a Sanzu que desvió la mirada.

—¿Qué? —Ichirō estaba más intrigado que antes.

—Pude grabar a mi padre hablando con Hanma confesando lo que hizo y le di el vídeo al señor Mikey —Sacó de su chaqueta el teléfono celular —No tengo el disco, pero sigo con la grabación en mi teléfono —Entregó su celular —Tal vez sirva de algo.

—¿Qué? —Volvió a preguntar, totalmente desorientado.

—¿Mm? ¿Estás muy sorprendido por esto? Lo sé, yo tampoco pude creerlo.

—Espera, espera, ¿El señor Baji? ¿De quién hablas?

Iori frunció el ceño mirando a Ichirō como si fuera tonto, entonces se percató de que el resto lo miraba de la misma forma.

—Ustedes... ¿No saben quién es el señor Baji?

—¿Deberíamos? —Misaki inclinó la cabeza, ese nombre le suena de algún lado, pero hay tanta información en su cabeza que tiene problemas para asociar nombres y rostros.

—¡Es el señor Baji! —Iori miró a Sanzu sintiendo la traición como algo en su contra —¿No lo saben? —El adulto seguía negado a decir algo —¿El señor Mikey nunca habló de su amigo de la infancia?

—¿Ah? ¿El viejo tenía a alguien así aparte de Sanzu?

—Ichirō... —Iori lo miró con tristeza y luego se dirigió a los hermanos Hanemiya —¿Ustedes no lo saben? ¡El señor Kazutora y el señor Chifuyu no pueden haberse olvidado de él!

Manami frunció el ceño pensativa, recuerda vagamente a alguien con ese apellido que era mencionado por sus padres durante las temporadas festivas de halloween, Kōichi era menos detallista y nunca se dio cuenta de nada.

No entiende por qué sus padres, en especial, deberían saber quién era ese tipo.

—Mi padre fue el culpable de la muerte del señor Baji y por eso el señor Mikey poco a poco fue arrastrado a este punto.

—¿Fue alguien tan importante? —Preguntó Ichirō con la cabeza ladeada.

—¡Por supuesto!

—Ese maldito —Ichirō apretó con fuerza los puños, no conoce a ese tal Baji, sin embargo si fue alguien importante para su padre y lo atacó, la ira crece. Más cuando mira el rostro golpeado de Iori, quiere salir corriendo de ese sitio y acabar con Kisaki, ¿Cómo alguien tan puro e inocente como Iori puede tener como progenitor a alguien como Kisaki? Claramente todos los genes de Iori son de Hinata —Ven con nosotros.

—¿Qué?

—Si vuelves ahora, Kisaki podría hacerte algo mucho peor —Extendió su mano —Ven.

—¿Eh? P-Pero... yo no...

Iori miraba la mano de Ichirō sorprendido, no debería confiar tanto en él porque es hijo de Kisaki, a pesar de que ha estado ayudando desde las sombras en ese momento deberían ser precavidos hasta de sus amigos.

Escapar luce como un plan factible, Iori podría plantearse esa idea como una posibilidad sino fuera consciente de que nadie puede escapar de su historia, mucho menos de las sombras que lo persiguen hasta en el día más luminoso y la sangre que corre por sus venas. Incluso si por algún milagro su padre decide desconocerlo, no puede decir lo mismo de su madre y Hanma.

Siempre fue realista. Su padre no perdona traiciones y ya debe saber lo que hizo, no saldría bien librado de todo el problema.

Ansiaba escaparse de su vida, pero las estrellas quedaban demasiado lejos, o al menos eso pensaba hasta que conoció a Ichirō y le demostró que el amor permitía a las personas huir y transformar la esclavitud en libertad. Ichirō nunca escuchó los malos rumores que decían a sus espaldas y le sonreía a pesar de las réplicas.

Por primera vez, Iori decidió que era mucho mejor morir tratando de escapar en busca de un futuro mejor, que morir sin luchar y volver a casa para que alguien acabara con su vida. La esperanza y la desesperación lo dominaron. Hasta ese momento, víctima del miedo y la confusión, sólo había atinado a imaginar que era posible irse lejos con Ichirō.

No va a correr para escapar, correrá en dirección a algo, su propio futuro y la posibilidad de iniciar una nueva vida lejos del yugo opresor del que siempre ha sido esclavo.

—Demonios, ¿Por qué apesta a madera quemada?

El comentario de Kazuo detuvo las acciones de Iori, miró al tercer heredero con el ceño fruncido.

—¿Madera quemada? —Su mano se detuvo a escasos centímetros de Ichirō.

Conoce esas feromonas.

Muchas veces ocurre que hay personas que han amado de verdad, como Iori, llegando a creer que podría alcanzar un futuro donde Ichirō iba a ser su alfa soñado y tendrían una hermosa familia. Sin embargo, sabe que Ichirō tiene que irse de su vida en ese momento y debe soltarlo, eso no quiere decir que el amor que siente sea menos auténtico.

Por eso, lo empujó cuando el sonido ensordecedor de un disparo destruyó el frágil momento de paz.

Recibió el impacto de una bala en medio del estómago. Sus ojos se fijaron en la expresión aterrada de Ichirō, no le gusta verlo así. Por eso ignoró el dolor y sonrió.

—¡Iori, tenemos que ir...! —Otra vez fue apartado cuando ocurrió el segundo disparo que consiguió rozarle la cintura y volviendo a impactar sobre el cuerpo de Iori, esta vez en su bajo vientre —¡IORI!

—Está aquí —Iori empujó con sus últimas fuerzas a Ichirō que fue recibido por el asfixiante abrazo de Shinya que intentaba alejarlo —Sácalo, yo no puedo —No necesita ver el estado de sus heridas para saber que iba a desangrarse en cualquier momento y por eso quiere que al menos su persona amada escape. Shinya asintió con seriedad luchando contra Ichirō que se negaba a alejarse mientras era empujado y los demás entraban al jet con Sanzu apuntando a diferentes direcciones su arma —¡Shinya!

El llamado de Iori contenía sus últimas fuerzas.

Shinya consiguió empujar a Ichirō con Harumi, Marina y Azusa que lo arrastraron dentro del jet ignorando sus súplicas. El omega de cabello celeste y rubio miró a Iori por encima del hombro.

Ambos lo saben, no hay manera de que puedan llevarse bien, aunque por ese momento iban a confiar en el otro.

—Te lo encargo —Iori sostuvo la herida en su abdomen —Pero no olvides quién es su omega.

Shinya frunció el ceño, ahí estaba lo que tanto odiaba de Iori, su capacidad para cambiar de máscara y pasar de ser dulce, sumiso y tierno a alguien tan territorial como un alfa. Predecible de alguien que fue educado por Kisaki, Hinata y Hanma, la manzana no cae muy lejos del árbol.

Le dio la espalda sin emitir respuesta.

Dentro del avión Ichirō continuaba peleando con sus amigos mientras Azusa y Marina intentaban retenerlo en el suelo. Sanzu les encargó al joven líder para ir a la cabina y despegar lejos del peligro.

Iori vio el jet alejarse junto a los gritos de Ichirō, sonrió de forma tenue dejándose caer en el césped mientras la sangre se expandía a su alrededor, filtrándose en la tierra.

Los pasos, así como las conocidas feromonas de Hanma hicieron que su sonrisa se volviera más pacífica, volteó el rostro para enfrentar al hombre que prácticamente lo había criado, protegido y educado. Quizás hasta más que sus propios padres. Hanma lo miraba desde arriba con el arma en su mano y una expresión indescifrable.

Si no hubiera crecido bajo su cuidado no podría ver el fulgor de culpa en sus ojos.

—Traidor.

—Lo siento —Dijo con dolor sujetándose el abdomen en un inútil intento por detener el sangrado, sabe que morirá y de todos modos... —¿Vas a matarme?

—Tienes suerte de ser tan preciado para mí —Hanma le dedicó esa sonrisa maníaca que de niño lo asustaba, salvo que ahora contaba con gruesas lágrimas mientras apuntaba la cabeza de su protegido con el arma —Si fueras otra persona, salvaría tu vida para luego torturarte —Susurró de forma natural —Te mataré y luego te seguiré.

—Tío Hanma...

—No soportaría cargar con tu maldita muerte, enano —Iori lo miró con sorpresa y le sonrió con dulzura, por su boca escurría sangre y había un rastro de pequeñas lágrimas que expresaban alivio. Morir de forma rápida era mucho mejor.

—Gracias.

—Odio cuando me miras de esa forma —Apretó el gatillo sin dejar de sonreír entre el llanto, dándole fin a la vida del omega castaño con una bala en la cabeza —En serio lo odio.

Apoyó el cañón en su cabeza, sin apartar la mirada de aquel chiquillo. Nunca fue alguien que cumpliera su palabra, pero con aquel chico nunca ha fallado y si no podía decirle algo, se lo hacía saber mediante acciones. Es tan jodido tener sentimientos recién a esa altura de su vida. Lo odia.

Dos disparos tuvieron lugar en aquel bosque privado. Dos cuerpos cayeron. Dos corazones se rompieron.

Ichirō desde el jet continuaba golpeando la ventana gritando el nombre de Iori entre lágrimas ignorando por completo el roce de la bala en su cintura, sus amigos intentaban contenerlo, pero era imposible en ese estado desesperado donde continuaba peleando contra ellos para regresar. Solo se detuvo cuando vio a Hanma dispararle a Iori, dando fin a su vida, al ver aquel hecho Ichirō se deslizó entre los brazos de quien estaba más cerca, su hermana Harumi le permitía aferrarse a su torso mientras lloraba a viva voz.

Otra pérdida, hubo más muertos que la primera vez, al menos en la primera línea de tiempo Iori continuaba con vida. Ahora por estar involucrado románticamente con Ichirō obtuvo valor para enfrentarse a su padre, robar documentos importantes, exponerse al peligro e incluso arriesgar su vida.

Durante las cuatro horas de viaje Ichirō se la pasaba llorando abrazado a Marina o Harumi, luego se dormía y al despertar regresaba al mismo ciclo.

Cuando llegaron a Manila se subieron a una camioneta preparada por Sanzu.

Descubrieron el verdadero camino hacia el departamento-refugio que Mikey preparó en caso de emergencia luego de la muerte de Takemichi. Les sorprendió que el edificio estuviera a una cuadra de distancia de otro en pésimo estado y con peligro de derrumbe, Ichirō lo vio con curiosidad porque creyó haber visto un graffiti con el nombre de sus padres, pero no podía ser, estaba demasiado somnoliento por el llanto y solo quiere sentirse menos mierda.

Subieron al penthouse en silencio arrastrando las pocas mochilas con ropa que pudieron guardar. El lugar era idéntico, mucho más limpio y ordenado que cuando viajaron al pasado desde ese lugar.

Ichirō se paró delante de las puertas de cristal mirando la piscina atentamente.

De fondo escuchaba algunas vagas explicaciones de Sanzu sobre lo que ocurrió en su segundo viaje y por qué todos aparecieron en diferentes lugares. Sanzu les dijo que él estaba en el departamento esperando su regreso cuando en un pestañeo apareció en una cafetería tras despedirse de Iori luego de pasarle la información sobre Sendō Atsushi y tardó media hora en acomodar los nuevos recuerdos. Fue como ver su vida pasando delante de los ojos, solo que con cambios en ciertos momentos.

Misaki escuchaba las explicaciones y propuso algunas ideas mientras caminaba de un lado a otro en la habitación, Manami tenía los informes que les dio Iori, en el viaje pudo leer casi todo, y ahora estaba resaltando nombres, lugares, productos y precios importantes, y Kazuo servía las bebidas.

Manami tiene claro que el viaje temporal solo les permite moverse 24 años exactos, pero cuando cambian algo y el futuro se altera, los lugares donde ellos estaban y sus acciones son diferentes.

Por lo tanto, hay cosas que no podrán saber aunque quieran porque será como si no lo hubieran vivido.

El cambio más radical fue la intervención de Iori Tachibana. En la primera línea de tiempo era alguien excluido y su noviazgo con Ichirō no duró más de tres meses, ahora en esa nueva realidad estaba decidido a luchar por su novio hasta el punto de robar documentos importantes, recibir golpes de Kisaki y acercarse a Mikey. De seguro esas acciones fue lo que hicieron que Mikey autorizara la relación.

Aunque eso no explica cómo Kisaki todavía pudo unirse a la Toman.

Se supone que salvaron a Pah-chin y no dejaron su lugar disponible, por lo tanto, no tendría que haber sitio para Kisaki.

—Eso es porque se creó una nueva división —Sanzu procedió a explicar lo que había en sus recuerdos —Aunque eso no duró mucho.

—¿Por qué? —Preguntó Misaki.

—Después de la separación de Moebius, más de la mitad se fueron con Hanma, unos pocos se quedaron con Osanai y el resto en secreto seguía a Kisaki. El rey decidió aumentar el poder de la pandilla creando una nueva división y vio al cuatro ojos como alguien útil, en especial porque traía consigo a más miembros.

—¿Una sexta división? —Manami miraba a Sanzu con sorpresa —¿Eso no iba a suceder mucho después?

—Algunos hechos se adelantaron y hubo alteraciones, Hanma se unió con sus perros más tarde de todas formas —Dijo con la mirada perdida —Tras asesinar al capitán de la Primera División, Kisaki se hizo con el puesto de primer capitán, Hanma tomó el sexto y todo siguió como recuerdo.

—¿El primero? ¡Creí que Hanagaki se convertía en el primer capitán! —Exclamó Rokurō con fastidio —¿Quieres decir que incluso aplanamos su camino?

—No... hubo complicaciones, igual que siempre, Kisaki es astuto y siempre volvía, tal como las cucarachas. Esta vez Hanagaki no tenía un puesto de capitán sino que era... una especie de consejero o subcomandante en la Toman con Chifuyu y otros tipos de confianza, Sendō entre ellos, se podría decir que era una unidad especial y privilegiada como la Quinta División —Dijo Sanzu recordando más de lo que le gustaría admitir —El rey y Hanagaki se volvieron pareja más temprano.

—Ugh, mi cabeza duele —Misaki masajeó su entrecejo intentando acomodar los eventos.

—Si el arresto de Pah-chin no evitó la inserción de Kisaki, ¿Significa que esta vez tenemos que volver y salvar al primer capitán? —Preguntó Nahoya mirando a Misaki —¿Quién carajos es?

—¡Ya lo recuerdo! —Exclamó de la nada Manami con una sonrisa brillante —Tachibana lo dijo antes, Baji, Baji Keisuke era el primer capitán y murió por culpa de Kisaki.

—Esperen —Sanzu quiso intervenir.

—Claro, claro, tienes razón, si salvamos a ese tipo todo mejorará, ¿No? —Dijo Rokurō mirando a sus amigos con los ánimos renovados.

—Alto, alto —Siguieron ignorando a Sanzu.

—¿Qué tan difícil puede ser? —Saki se encogió de hombros —Volvamos y salvemos su trasero.

—No me están escuchando.

—Tenemos que encargarnos del problema de raíz —La voz de Ichirō calló a sus amigos, todos voltearon a verlo y lo encontraron mirando el teléfono de Iori. En la foto de pantalla Ichirō apreciaba una fotografía de él abrazando al omega por la espalda delante de un espejo formando un corazón con el dedo índice y pulgar —Reformemos la Toman desde el pasado —Miró a todos sus amigos seriamente —No permitiremos que se convierta en Bonten.

...

—¿Qué? —Nadie puede creer lo que están escuchando.


Información:

Habitación de Ichirō, Harumi y Kazuo en el pasado:

Cuenta con una cama alta en el lado izquierdo que pertenece a Ichirō y una litera en el derecho, la de abajo es de Harumi y la que está arriba de Kazuo. También hay un pequeño escritorio del lado de Ichirō con algunas cajas donde suelen guardar los medicamentos para supresión de celo o un botiquín de primeros auxilios, también hay una pequeña pizarra que tiene los nombres del trío de hermanos y una percha que en lugar de colgar abrigos cuelga las gargantillas de Kazuo. En el centro del cuarto hay un sofá con peluches de Kazuo, solo el de dorayaki pertenece a Ichirō, también tienen una computadora que Harumi a veces usan y varias libretas apiladas donde escribe sus pensamientos, ideas y lo que siente por cada uno de sus amigos.

Lista de cumpleaños:

• Ichirō Sano nació el 15 de febrero de 2021, es acuario.
• Harumi Sano nació el 12 de noviembre de 2022, es escorpio.
• Kazuo Sano nació el 20 de diciembre de 2023, es sagitario.

• Kazuo Sano nació el 20 de diciembre de 2023, es sagitario

Chapter 19: What a fucked up world

Chapter Text


Idiota | Morat, Danna Paola

❝ Maldita sean las tres de la mañana cuando a la puerta tu recuerdo llama, una parte de mí no va a dejarlo entrar y la otra parte le abre la ventana.❞

« Una palabra puede ser más potente que una lluvia de misiles


—¿Qué estás diciendo? —Shinya frunció el ceño por el nuevo plan de Ichirō, literalmente está pidiendo que cambien todo lo que conocen y tener una vida nueva. Eso era demasiado radical.

—Nosotros no podemos cambiar tanto —Si había algo en lo que todos coinciden, es que Bonten era su hogar, a pesar de todo, y Misaki se lo haría ver.

—Puede ser un hogar para nosotros, pero... —La voz de Manami sonaba como un susurro, ella bajó la cabeza mientras jugaba con el dobladillo de su vestido negro —Para nuestros padres es el infierno —Comenzó a estirar las mangas del suéter cubriendo la mitad de sus manos —No es una idea tan mala.

—También parece algo más factible que seguir cambiando pequeños hechos —Dijo Emiko mirando a Ichirō con los codos apoyados en sus rodillas —Mientras exista Bonten, nuestras familias seguirán muriendo porque Kisaki estará dando vueltas a nuestro alrededor.

—Entonces solo queda una opción —Shinya retiró el seguro del arma que Sanzu les dio antes del viaje —Vamos por mi plan y matemos a ese tipo.

—¡Shinya! —La réplica de Ichirō ya se venía venir, en esta ocasión Shinya no se vio alterado por recibir la mirada decepcionada del alfa —¿Todavía piensas en eso? ¡Llegamos a un acuerdo!

—Así es —Se levantó del sofá encarando a Ichirō —Y también establecimos que: “A la primera oportunidad que las cosas empiecen a joderse, tomaremos medidas radicales, mis medidas radicales” —Señaló su ropa de luto y del resto —Las cosas ya empezaron a joderse.

—Tenemos que salvar a Iori —El choque de feromonas hizo que los demás retrocedieran un paso —Lo merece.

Ichirō se sorprendió por la mirada vacía de Shinya.

Sus ojos celestes como el cielo se tornaron tan vacíos como dos gemas que perdieron su brillo y por sus feromonas era capaz de saber que sus intenciones no eran buenas, estaba enojado, de verdad.

¿Cómo no estarlo? Si hubieran seguido su plan de matar a Kisaki, sus padres seguirían con vida.

Lo peor que puede ocurrirle a una persona es entregarle un poco de esperanza para después arrebatarla cruelmente y sin piedad. Eso es lo que les ocurrió. Tuvieron la oportunidad de abrazar de nuevo a sus padres, creyeron con ingenuidad que habían cambiado el futuro y volvieron a matarlos, frente a sus propios ojos y lo hicieron con un simple botón.

¿Ahora Ichirō quiere que entierre sus sentimientos de venganza, justificados, otra vez? Shinya apretó los puños intentando calmar sus emociones.

—Bien —Todos se sorprendieron por la aceptación de Shinya, en especial cuando lo vieron sonreír amable —Entonces, vamos a quedarnos aquí y afrontemos la situación como debe ser.

Ichirō abrió los ojos con sorpresa.

—¿Qué...? ¿De qué hablas?

—Nuestros padres siempre estuvieron listos para morir, en este mundo siempre se pierden a seres queridos de forma injusta y se supone que nosotros tenemos un legado que proteger —Levantó la mano con el arma señalando a sus amigos —Somos herederos ejecutivos. Nuestra guerra está aquí, no en el pasado.

—No puedes hablar en serio, ¡Todos aquí están muertos! Podemos...

—Shinya tiene razón —Dijo Hiroki de la nada —Se supone que nuestra guerra es en este tiempo, luchamos con el Kisaki actual. En el pasado fue el turno de nuestros padres y ahora debemos hacernos cargo nosotros.

—Así es como se supone que debe ser —Misaki se cruzó de brazos —Me duele la muerte de mis padres. No lo duden. Pero si cambiamos algo y al volver, otra vez mueren frente a mi... no lo soportaría.

—La gente que quiero matar está aquí, no en el pasado —Incluso Saki estaba en contra de cambiar el pasado mientras miraba el cuchillo que su tío Rindō le regaló.

—¡Pero si tenemos la oportunidad de cambiarlo todo, deberíamos intentarlo! —Exclamó Ichirō mirando a los cuatro que se negaban a ir al pasado —Por nuestra familia, por Iori, por la gente que murió debido a Kisaki. Hay que seguir intentando.

—¿Y si todo empeora? —Preguntó Kazuo mirando a Ichirō con seriedad, sin rastros de su sonrisa infantil y tono despreocupado.

—E-Eso... —No puede negar esa posibilidad, quizás la próxima vez sea peor.

—La Tokyo Manji no es como Bonten —Manami tomó la palabra intentando levantar un poco la voz y dirigiéndose a Sanzu que escuchaba la diferencia de opiniones en silencio —Tachibana mencionó a Keisuke Baji y dijo que Kisaki estaba detrás de su muerte —Sanzu asintió —¿Esto qué tan importante es?

Sanzu guardó silencio.

Al mirar por la ventana se percató de que había nubes grises en el cielo, amenazando con una fuerte lluvia que venía de la mano con dolorosos recuerdos. No solo para él, sino para su rey, a pesar de que ya no estaba presente sigue sintiendo el dolor de Mikey como propio. Resignado se dirigió a un pequeño armario de donde sacó una botella de whisky y en lugar de servirse en un vaso, decidió beber de manera directa. Tomó asiento en uno de los sillones individuales y sus ojos pasaron por encima de cada uno de los rostros de esos niños, se detuvo en Ichirō, luego en Harumi y finalmente en Kazuo.

Los tres herederos, lo único que le quedaba del rey y lo más parecido que habría a este mismo.

Por mucho que idolatre a los príncipes y la princesa, es consciente que ninguno de los tres está realmente preparado para hacerle frente a alguien tan peligroso como Kisaki. Por primera vez, Sanzu experimenta el genuino miedo.

Miente, uno de ellos está preparado, según Mikey, pero no puede aceptarlo aún.

Bebió un largo sorbo intentando darse fuerzas para decir lo que deben saber. Es consciente de que no le ganarán a Kisaki actualmente porque tienen muy poco poder y ese tipo es intocable, maneja incluso a las altas esferas del gobierno y tiene infiltrados en casi todas las mafias del bajo mundo y en el extranjero, mientras que ellos apenas estaban comenzando sus clases para aprender a disparar.

Hay un plan. Tiene uno que le provoca sentimientos agridulces.

Sus ojos celestes se dirigieron a otro par de hermanos, los Hanemiya que siempre estaban cerca del otro, amados abiertamente por sus padres y sin malos entendidos o falta de confianza entre sí.

—Es cierto, la Toman no se parece para nada a Bonten, porque Bonten realmente nació de la Kantō Manji creada dos años después —Esa información no estaba confirmada por externos o los archivos, porque después de todo, las dos pandillas terminaron por unificarse cuando Takemichi, líder de la Segunda Generación de la Tokyo Manji, y Mikey, líder de la Kantō Manji, se convirtieron en pareja —Para no “arruinar” la esencia de la Toman, el rey hizo esto de crear una pandilla nueva, Bonten nació específicamente para reunir a lo peor.

—¿Y eso qué tiene que ver? —Misaki ya había deducido esa posibilidad al ver los informes junto a Manami la primera vez.

—Hay muchas cosas que no deben ocurrir para que la Kantō Manji no sea creada y evitar que se convierta en... bueno, esto —Extendió los brazos para señalar su punto.

—¿Qué clase de cosas? —Preguntó Ichirō con ansiedad.

Otra vez Sanzu se le quedó viendo fijamente e Ichirō se sorprendió de verlo actuar así.

La persona extravagante que ha conocido toda su vida parecía haber desaparecido y al ver esa actitud, recordó el motivo por el cual Sanzu siempre recurre a las drogas o al alcohol cuando necesita hacer algo jodido o hablar de temas que no le gustan. Lo ha podido ver así en un par de ocasiones.

A veces llorando por alguien que mató y se niega a pronunciar su nombre porque “no lo merece”, Sanzu nunca le dijo quién, tampoco recordaba haberle dicho nada al día siguiente.

Sanzu suspiró volviendo a beber un trago para deshacerse de sus inhibiciones y soltar todo de una buena vez.

—Tienen razón. Salvar a Baji sería la mejor opción para el rey. La Toman nunca hubiera caído tanto, el rey no habría rozado los límites de su cordura, Kisaki tampoco podría haber llegado tan lejos y muchas cosas malas no hubieran pasado.

—¡Genial! —Ichirō miró a sus amigos que sonreían de la misma forma, excepto por Shinya, Kazuo, Misaki y Hiroki —Eso significa que podemos-

—¿Cuál es el pero? —Bruscamente Misaki cortó las palabras de su líder.

—Pero... —Sanzu dirigió sus ojos a los hermanos Hanemiya, Kōichi y Manami se sorprendieron de ver que la atención era para ellos, los demás ahora también los miraban —Ustedes no estarían aquí.

...

—¿De qué hablas? —Kōichi frunció el ceño.

—Baji Keisuke y Chifuyu Matsuno no solo eran capitán y vicecapitán, también eran una pareja destinada que fue separada muy pronto —Esa información hizo que los ojos de todos se abrieran con sorpresa, Shinya quiso bufar ante la ironía del problema, por supuesto que iba a ser jodido y complicado —Lo que ocurrió en el Halloween Sangriento es muy importante, fue un trauma para muchos, en especial para el rey.

—¿Estás diciendo que si salvamos a Baji Keisuke, es posible que Manami y Kōichi no nazcan? —Los hermanos se sujetaron de las manos con fuerza y miedo. Ichirō se acercó a Sanzu —¡Pero Kazutora y Chifuyu se amaban!

—¡Si, se amaban, pero se dieron una oportunidad porque Baji no estaba y ese dolor también los acercó!

—Sanzu, cuéntanos todo lo que ocurrió en el Halloween Sangriento —Pidió Misaki.

La resignación y cansancio eran evidentes en la expresión exasperada de Sanzu, claramente se trataban de recuerdos poco entrañables. Tuvo que disculparse de antemano porque su cabeza era una mierda por las drogas y no recuerda todos los detalles.

Escucharon la historia en silencio.

Iniciando por como Hanma juró durante el enfrentamiento con Moebius que la siguiente pandilla en buscar pelea con la Tokyo Manji, sería Valhalla. Comandada por un líder misterioso, representados por un ángel sin cabeza y con Hanma como la voz guía, en dicha pandilla estaba Kazutora porque buscaba asesinar a Mikey durante la pelea que tendría lugar el 31 de octubre y más tarde, se uniría Baji Keisuke, abandonando la Toman y luego muriendo por ella.

Ichirō sabe que su padre tenía un hermano mayor, Shinichirō Sano, y que durante un robo que salió mal, Kazutora y Baji acabaron con su vida. Posteriormente, con mucha ayuda externa, una fuerte pelea, sangre, cárcel y lágrimas consiguieron hacer las paces y más tarde fue el mismo Mikey quien se acercó a Kazutora.

Aunque Sanzu les dijo que Kazutora al comienzo no tenía intenciones de seguir en el mundo de las pandillas porque acababa de salir de prisión e intentaba mejorar su vida, pero Chifuyu estaba involucrado en Bonten debido a que Takemichi era su capitán y mejor amigo, así que la inserción de Kazutora estaba prevista porque él ya había entablado una relación amistosa con Chifuyu. Sanzu también comentó que más tarde se unió a la facción de Takemichi y era uno de sus guardaespaldas.

Regresando a la pelea de halloween, había muchos motivos del pasado por los cuales todo escaló tan alto y Kazutora no era mentalmente estable desde ningún punto de vista. Su mente estaba tan confundida que para escudarse del dolor por haber provocado la muerte de Shinichirō llegó al punto de convencerse de que Mikey era el villano y con Valhalla juraba matarlo y destruir a sus antiguos compañeros.

En pocas palabras, Kazutora no será para nada confiable y no se parece a la persona que conocen en la actualidad.

Kazutora no solo se alejó por la correccional, sino que todos en la Toman actuaban como si no existiera, a pesar de que era uno de los fundadores. Mikey en el fondo no lo había perdonado, aunque haya afirmado que sí, no fue verdad. En esa pelea, Mikey casi mata a Kazutora, y para evitar eso hay dos eventos que no pueden evitar: El suicidio de Baji y la intervención de Takemichi. Solo por ellos dos Mikey regresa a la realidad, pero solo es temporal porque más tarde iba a seguir cayendo en el pozo de oscuridad cavado por él mismo con ayuda de Kisaki.

A los adolescentes les sorprendió escuchar de Sanzu que culpar a Kisaki por todo... es estúpido, ya que Mikey ya arrastraba con su propia cruz desde mucho antes de conocerlo y lo único que hacía Kisaki era guiar esa oscuridad en diferentes direcciones.

Gracias a Takemichi las cosas no fueron de mal a peor.

No obstante, Sanzu debe admitir que la existencia de Baji podría haberle evitado traumas a Mikey, la Toman no se habría descarrilado tanto ya que él era terco y amaba a la pandilla más que nadie, pandilla que en realidad fue creada por su idea, y si no fuera por Baji, Kisaki no habría llegado tan lejos.

El lado negativo de que Baji sobreviva al Halloween Sangriento, es que Kōichi y Manami corrían el peligro de no nacer, porque aunque Baji y Chifuyu nunca establecieron nada, todos sabían sus sentimientos. Al menos los de Chifuyu e intuían algo de Baji.

Durante la pelea donde pierde su vida, Baji muere en los brazos de Chifuyu y este grita desesperado por su pérdida, no puede lidiar con el peso y lo dirige a las peleas, ayudar a Takemichi o cualquier otra cosa. Tras la disolución de la Toman incluso opta por iniciar terapia y gracias a estas mismas sesiones, decide hablar con Kazutora y conocer a la persona por la que Baji dio su vida. Cuando Kazutora sale de la correccional, es Chifuyu quien va a buscarlo y le ofrece un lugar.

Sanzu también habló de la implicación indirecta de Kisaki en la muerte de Baji.

Al parecer, la delicada salud de Kazutora pendía de un hilo y decidió sacar provecho de eso, siguiendo el plan de Kisaki, Hanma le dijo a Kazutora que Baji lo había traicionado y por eso decide apuñalarlo. La manipulación fue sencilla porque Kazutora solo necesitaba ser empujado un poco más para llegar a su límite.

Y funcionó, Kazutora al sentirse traicionado por la única persona que apreciaba, tiene un declive emocional severo que lo lleva a atentar contra Baji, pero Baji se negaba a dejar que Kazutora se sintiera culpable y por eso decidió suicidarse por su propia mano. De esa forma Kazutora no tendría que sentirse culpable y Mikey ya no iba a tener motivos para matarlo, para Baji, la Tokyo Manji es lo suficientemente importante como para dar su vida por el grupo y sus amigos. Su últimas palabras fueron para Takemichi, a quien le encargó la Toman y a Mikey, y a Chifuyu le pidió compartir una comida antes de morir sonriendo.

La única que estaba emocionada por el relato era Manami, por ser sensible y siempre tener los nervios a flor de piel, el resto tenía una actitud neutral. La mayoría con un pensamiento en común: Demasiado excesivos.

Baji suena a una persona complicada con pensamientos extremistas y de personalidad poco confiable. A juzgar por las descripciones de Sanzu, no era la clase de persona que confiaría en ellos y no iban a poder acercarse como con Osanai, si ni siquiera confió en Chifuyu que era su pareja destinada, ¿Qué pasaría con ellos? ¡Iban a recibir una paliza antes de abrir la boca!

—Por muy leal que sea Baji, él no confía en los demás cuando se trata de Kisaki y siente responsabilidad por lo que ocurrió con Shinichirō, tanto por Mikey como por Kazutora y por eso hace todo solo—Sanzu finalizó las explicaciones y la botella de whisky.

—Bien —Shinya cambió las balas de su arma y le puso seguro —Vamos con mi plan y matemos a Kisaki, en el pasado o ahora, no me importa, solo quiero matarlo.

—No —Dijo Ichirō en un tono autoritario que hizo a más de uno sudar frío, excepto a Shinya que en lugar de desviar la mirada o retroceder, se levantó del sofá encarando al alfa. Sonrió ladino inclinando la cabeza e Ichirō supo que estaba muy enojado.

—¿Es una orden como alfa de nuestra manada?

—Es... una decisión tomada.

—Bien —El omega tomó distancia e hizo una reverencia que a leguas se notaba burlona —Será como ordene nuestro líder —La expresión de Shinya cambió a una de total frialdad e indiferencia —Espero que tu deseo por querer todo, no te arrebate lo poco que te queda.

Y se retiró de la habitación, lo único que dejaba en claro su enojo fue el fuerte portazo que dio al encerrarse en el baño y las feromonas amargas que dejó en la sala, lo suficientemente tristes y agrias. Incluso aquellos que eran betas percibían un tenue aroma doloroso.

Nahoya fue tras su hermano sin regresarle la mirada a Ichirō que, al igual que siempre, le caía el peso de la culpa después de haber hablado antes de pensar en sus palabras.

Era lo mismo siempre que Shinya e Ichirō discutían.

Ambos daban rienda suelta a sus argumentos opuestos durante una discusión, las cosas se desvían un poco mezclando la objetividad del problema con asuntos privados, los celos de Shinya y el deseo de Ichirō por hacer a todos felices chocaban, el hecho de que ambos sean dominantes los dejaba en una mala situación de control y al final de la adrenalina por la pelea, les llegaba el peso de la culpa.

Durante el resto de la tarde Shinya permaneció encerrado en el baño con Nahoya, mientras que Ichirō mantuvo su distancia de todos fingiendo que estudiaba los eventos del Halloween Sangriento junto a Misaki y Manami. Varias veces Daisuke se acercó al baño para dejarle un poco de comida a los gemelos y Kazuo intentó apaciguar las cosas entre ellos.

Siquiera cuando cayó la noche y disfrutaban de la pizza en el comedor, Shinya y Nahoya se negaron a mostrar su cara, llegando al punto donde incluso Kazuo y Saki se encerraron con ellos en el baño.

Por lo tanto, la cena no tuvo un mejor ambiente que el de esa mañana.

Ichirō decidió apartarse de todos para que los cuatro opositores aceptaran salir del baño, lo cual hicieron al saber que Ichirō había decidido dar un paseo alrededor de la piscina porque no tenía hambre. La situación era risible y tonta, Ichirō a veces no entiende cómo Shinya puede ser un chico tímido que se sonroja por cosas mínimas y luego convertirse en alguien tan demandante. Lo atribuía a su segundo género. Si hubiera nacido como alfa de seguro sería como Mikey o Taijū.

Nunca puede tener un día sin peleas junto a Shinya, solo las veces donde están entrenando o perdiendo el tiempo con sus amigos, cuando están solos o entran en una pelea de ideas, todo se tuerce.

Marina se recargó en el marco de la puerta corrediza, mirando y oyendo a su primo refunfuñar.

Rodó los ojos ante esa actitud niño. A pesar de estar quejándose de Shinya, al igual que el omega, es incapaz de ver sus propios errores y sigue determinado a seguir adelante con su idea. Al final no son tan diferentes como les gusta creer, es debido a sus similitudes que explotan con mayor facilidad en determinados temas.

La alfa tomó asiento junto a Ichirō y le dio un plato con pizza.

—Gracias.

—Entiendo lo que quieres hacer y admiro tu lado empático, es una de las razones por las que quiero seguirte —Comenzó a decir mientras admiraba las estrellas del cielo nocturno —Pero también comprendo el punto de Shinya.

—Oh, cielos —Ichirō ya veía venir el punto de esa charla —Si vas a decirme que estás de su lado, yo no...

—Shinya y tu están del mismo lado, los dos quieren salvar a la manada, el problema es que apuntan a diferentes direcciones y no por eso están equivocados —Marina dirigió sus ojos dorados a Ichirō que en lugar de mirarla, estaba concentrado en sus pies hundidos en la piscina —Yo en lo personal, siempre seguiré tu voluntad e intentaré protegerte, incluso si debo dar la vida —Ichirō la miró de reojo con preocupación —Pero en este caso simpatizo con Shinya.

—¿Por qué? ¿También quieres matar a Kisaki? ¿Aunque eso significa eliminar la existencia de Iori?

—Soy neutral en ese asunto, como dije, ninguna opción es mala para mí —La rubia comenzó a trenzar su cabello para hacer algo con sus manos y no pensar en lo preocupada que realmente se siente —Pero tu solo estás pensando en Iori.

—¡¿Cómo no hacerlo!? ¡Murió por nuestra-!

—Murió porque alguien lo asesinó, nada más —Dijo de forma tajante —Y si, todos admitimos que fue valiente y estamos agradecidos, sin embargo, él no fue el único en arriesgarse.

—¿De qué hablas?

—Iori hizo algo increíble, si, pero hizo lo mismo que Shinya ha estado haciendo todos estos años. ¿Ya olvidaste que Shinya casi muere por seguir tu plan en el pasado? —Ichirō quiso abrir la boca para defenderse, al final fue imposible y bajó la cabeza con desánimo —¿Alguna vez pensaste en todas las veces que Shinya te cuidó la espalda? ¿Cuántas personas lo criticaron por ser un omega “impropio”? ¿La enorme cantidad de horas que se la pasaba entrenando? ¿Has pensado por una vez en que Shinya no es naturalmente talentoso e hizo todo lo que pudo, no para ser adecuado en el puesto de pareja, sino útil y fuerte por ti, por todos nosotros?

—Eso... —No, no lo vio, estaba tan acostumbrado a ver a Shinya a su lado practicando en silencio que nunca se hizo esa clase de preguntas. ¿Cómo puede mejorar tan rápido? ¿De dónde vienen sus conocimientos de armas? ¿Por qué siendo tan joven ya es capaz de participar en pequeños encargos de Bonten, mientras que él siendo el heredero no?

—Ah —Suspiró pesadamente por la estupidez de ambos —¿Siquiera sabes cómo fue que Shinya se enteró que en esta línea temporal estás saliendo oficialmente con Iori?

—Eh, ¿No?

—Lo rechazaste en público, frente a todos los ejecutivos de Bonten y escuadrones principales.

—¡¿Que yo hice qué?! ¿Cómo ocurrió eso? ¡Es algo que nunca haría! Nunca rechazaría a Shinya, mucho menos frente a todos —Ichirō hizo a un lado el plato de pizza —Sé que todos pueden aprovecharse de quienes son relegados.

—De verdad no lo sabes.

—Marina, dime lo que sepas, por favor.

—El tío Mikey decidió comprometerte con Shinya porque vio en él a alguien adecuado para ti —Esa información tomó por sorpresa a Ichirō, la felicidad inicial al saber que su padre aceptaba a Shinya fue aplastada de forma instantánea cuando recordó que la persona con la que mantuvo una relación no era Shinya, sino Iori. ¿Cómo pudo ocurrir eso? —Pero tú lo rechazaste y dijiste a los cuatro vientos que tienes a Iori, por lo tanto, el tío Mikey no puede intervenir en tu elección de pareja y de hacerlo, abandonaría la manada.

—¿Yo dije eso? ¿Frente a todos?

—Exacto. El día de la explosión, los padres de Shinya y Nahoya iban a presentarse solos para evitar incomodidad, pero Shinya no recordaba nada y por eso aceptó ir —Marina se encogió de hombros —En el camino sus padres le dijeron lo que había pasado e incluso le preguntaron si el shock fue tan grande que no lo recordaba.

—Algo como eso ocurrió, aunque yo no lo recuerde, ocurrió.

—Shinya me dijo que el Shinya de esta línea temporal incluso parece haber hablado con el tío Mikey para buscar otro compromiso que beneficiara a Bonten o que al menos lo dejara participar en los equipos de infiltración. Estaba muy triste.

—¿Los equipos de infiltración? Pero ahí suelen tomar misiones peligrosas como dejarse secuestrar, meterse en las mafias enemigas y algunos llegan a perderse para siempre en las rutas de tráfico humano. ¡Es muy peligroso!

—Si —Marina se levantó del borde de la piscina —Ahora ves lo mucho que afectan tus acciones a Shinya —Le miró de reojo —Si quieres más información, habla con Sanzu.

Ichirō no perdió el tiempo e ingresó al departamento.

Vio a Misaki y Manami charlando sobre la información de Baji. Kōichi dormía cerca de su hermana en el sofá con un libro al revés sobre su rostro, Kazuo estaba practicando artes marciales con Azusa, Saki y Hiroki se encargaron de mover los muebles y hacer espacio en la sala, los demás decidieron irse a dormir.

Encontró a Sanzu en la cocina usando una computadora para reunir información de lo que ocurría en Japón, se le notaba cansado y sobrio de drogas. En la mesa había varias botellas de alcohol vacías y platos con botanas.

Sanzu al ver que Ichirō ingresaba a la cocina dejó de hacer lo que hacía para ir a la nevera en busca de una lata de refresco, abrirla y dejarla frente a su protegido.

—Um —Ichirō agarró la lata y Sanzu regresó a su lugar tras la computadora, volviendo a mover sus dedos sobre las teclas, extrañando por primera vez a Kokonoi y su talento —Sanzu, ¿Es cierto que rechacé a Shinya frente a todos?

Para sorpresa de Ichirō, el ceño de Sanzu se torció un poco e hizo un vago asentimiento con la cabeza a modo de afirmación. Se le notaba cansado, molesto y distraído, de todas formas respondió con un ligero movimiento de la cabeza y un sonido gutural.

—¿Cómo? ¿Por qué? ¿Puedes hablarme sobre eso?

—En realidad no tengo idea —Se encogió de hombros y una maldición escapó de sus labios al leer los nombres de sus espías, hay pocos con vida.

—¿No tienes una idea sobre el tema? Sé que me conoces, también a mi padre.

—El rey estaba encariñado con Shinya, a veces le daba consejos de peleas y si se cruzaban en la casa, le explicaba sobre el negocio —Dijo de forma desinteresada mientras escribía a otros comtactos sin prestar atención —No mucho después de que cumplió once años, el rey se hizo a la idea de que podría ser una buena pareja para ti y les permitió pasar más tiempo juntos.

—Ya veo —Nada muy diferente a lo que ocurrió en la primera línea temporal, su amistad con Shinya y Nahoya fue así, en especial con el omega, fomentada por su padre desde las sombras —¿Y qué ocurrió?

—Lo mismo de siempre. Peleabas mucho con el rey porque odiabas ser controlado, esta vez estabas más enamorado de Tachibana Iori y más determinado a estar con él. Fue raro y diferente a la primera vez —Sanzu chasqueó la lengua al leer que su cargamento de armas tardaría unos días en llegar a Manila debido a las malditas leyes de aerolíneas —Cuando el rey propuso el compromiso frente a todos, explotaste y dijiste: “Nunca estaré con Shinya, no quiero a un muñeco sin emociones y entrenado para matar como él”.

—¡¡¿QUE YO QUÉ?!!

Sanzu se sorprendió por el grito y al fin dejó de prestarle atención a la computadora.

Estaba tan distraído que no midió bien sus palabras y dijo lo que venía a su mente para explicar la situación. Lo que menos quería era que el príncipe sintiera más culpa sobre sus hombros.

¿Cómo debería decirle que la noche de la que estaban hablando, fue la noche anterior a la muerte de todos los altos mandos de Bonten?

Tomó aire profundamente, agradeciendo un poco la abstinencia de las drogas, y se acercó a su protegido hasta caer frente a él con las rodillas en el suelo. Sostuvo las manos del príncipe mirándolo desde abajo, el rubio estaba asustado y muy triste, puede verlo sin necesidad de verificar sus feromonas, iba a hacerlo sentir bien con palabras de ánimo cuando la imagen de su rey vino a la mente.

Mikey siempre lo regañó por sobreproteger al príncipe y tratarlo como si fuera de cristal, era culpa de Sanzu que Ichirō se convirtiera en un adolescente malcriado. O eso es lo que dio a entender Mikey a través de indirectas y agravios directos, su mala protección hizo a Ichirō lo que es.

—Usted en realidad amaba a Shinya Kawata.

—¿De qué hablas? ¿No acabas de decir que lo rechacé por Iori?

—En realidad lo rechazaste... —Sanzu dudó un momento y cuando por fin se decidió, lo hizo con resignación —Porque querías ir en contra del rey.

—¿Qué?

—Después del incidente de la cena, fui a tu cuarto para preguntarte al respecto y me dijiste que Shinya solo te estaba utilizando, odiabas saber que tu padre “entrenó” a tu propia pareja y ese rencor te hizo tomar una medida drástica.

—¿Medida... drástica? ¿De qué hablas? ¿Qué hice?

—Decidí darte un momento para esclarecer tu mente y me fui, no te lo dije, pero en realidad fui a la cocina a prepararte algo de comer porque te fuiste de la cena sin terminar el primer plato —Ichirō asintió con miedo y sus preocupaciones se confirmaron al ver que Sanzu bajaba la cabeza —Cuando volví, Shinya y usted discutían, los escuché gritar y luego...

—¿Qué ocurrió? —Esta vez fue más complicado pronunciar palabras e Ichirō lo sabe, por eso sostuvo a Sanzu de los hombros con fuerza —¡Dime lo que ocurrió Sanzu!

—Por alguna razón estabas convencido de que Shinya se había acercado por motivos ocultos, lo acusaste incluso de estar con el rey, lo llamaste mentiroso y no confiabas en que fuera virgen como decía ser, así que... lo atacaste.

—¿Lo... ataqué? —Ichirō se levantó de la silla tomando distancia de Sanzu hasta chocar con la mesada de la cocina y cayó de rodillas con la mirada perdida entre los azulejos —¿Lo violé?

—¡Intervine a tiempo! —Se apresuró a aclarar Sanzu, aunque eso no hizo sentir mejor a Ichirō, solo dejaba en claro que si Sanzu en lugar de ir a buscarle su cena se hubiera ido a dormir como una persona normal, él podría haber violado a Shinya —No es lo que cree, príncipe.

—No intentes que me sienta mejor —Los ojos de Ichirō se llenaron de lágrimas y una sonrisa resignada se formó en sus labios —Soy un alfa repugnante.

—¡Ya le dije que no es lo que cree! —Fue el turno de Sanzu para sujetarlo de los antebrazos con fuerza —Había una sobrecarga de feromonas en el cuarto, también descubrí que usted había estado tomando pastillas hormonales que alteran el celo en lugar de los medicamentos que yo le recetaba y por eso cedió a sus impulsos —Ichirō lo miró con un brillo esperanzador en los ojos —Tampoco sabemos cómo Shinya pudo llegar a su cuarto en medio de la noche, porqué se alteraron tanto, cómo ninguno de los guardias pudo ver algo o cuándo pudo ser afectado por algún medicamento que adelanta el celo.

—¿Quieres decir...?

—Príncipe, usted mejor que nadie debe saber que las peleas no son externas a Bonten, también internas —Lo sostuvo suavemente por los hombros —Nadie se conoce mejor que usted mismo, ¿Se cree capaz de atacar a Shinya de esa forma sin terceros metiendo mano?

—Si, me conozco —Dijo en un tono de voz bajo —Por desgracia, me desconozco cuando cedo a mi lado alfa y por eso tengo miedo.

—Príncipe...

—Sanzu, estoy asustado —Los dedos de Ichirō se aferraron a la ropa de su cuidador —Tengo miedo de mi mismo —Sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas —Si un par de pastillas son suficientes para casi violar a mi omega, ¿Cómo puedo decir que soy adecuado para él? Estoy asustado, ser alfa me asusta, tengo miedo de convertirme en un animal.

Sanzu abrazó al joven alfa que sollozaba en voz baja con el corazón roto ante las nuevas revelaciones y por caer en cuenta que fue un bastardo con Shinya.

Incluso si no recordaba lo que ocurrió en esa línea temporal, es un hecho que a Shinya debe haberle dolido que otra vez haya puesto a Iori por encima de él. Iori hizo una buena acción en su beneficio dando la vida por Bonten, mientras que Shinya se pasó la vida entrenando, estudiando y aprendiendo para ser útil y no morir.

Una buena acción de Iori, a cambio de todos los años de Shinya. Ichirō se sentía un alfa insensible.

No era un asunto que acaba de dar inicio desde antes de viajar en el tiempo, Ichirō ha hecho que Shinya se sienta miserable y nunca lo supo ver, o quizás en el fondo no quería aceptarlo, por miedo a arruinar su amistad. No es la primera vez que lastima a Shinya.

Aun cuando le prometió no hacer más estupideces, lo primero que hace es precisamente eso.

Sanzu seguía consolando al príncipe entre sus brazos sin saber qué otra cosa podía hacer. Vio a Takemichi abrazándolo y acariciar su cabeza, así que intentó hacer eso logrando calmar un poco los sollozos, por desgracia no era suficiente, y Sanzu de nuevo se encontraba deseando que Takemichi regresara de entre los muertos para que las cosas volvieran a ser como en los primeros años de Bonten. Una manada sanguinaria, pero al menos estaban todos juntos.

Oculto en el lado derecho del umbral de la puerta, Shinya había escuchado todo lo que ocurrió y ahora a Ichirō llorando.

Escondió las manos en sus bolsillos sacando del interior el anillo de compromiso que el señor Mikey le envió a su casa junto a un traje y flores no me olvides, se supone que era un regalo de compromiso y en la carta decía que era decisión de Shinya lo que haría con ese anillo. En su bolsillo también guardaba el collar con trébol que el señor Mikey le dio a los once años, le dijo que se cuidara de quien tuviera un collar como ese y lo hará, Shinya hizo una promesa y la cumplirá por amor, no por obligación.


Información:

Habitación de Kōichi y Manami en el pasado:

El cuarto de los hermanos Hanemiya cuenta con dos camas iguales muy cerca la una de la otra, los dos combinados con colores rosa y azul. Tienen dos peluches que consiguieron en el festival, uno de conejo (Manami) y un oso (Kōichi), también cuentan con estantes donde acumulan cuadernos con información y eventos del futuro. Debido a que Manami rara vez sale del departamento, casi todos los datos entregados por Sanzu están en su habitación y Misaki suele pasar seguido para echar un vistazo o agregar datos. El orden se mantiene principalmente por Manami, Kōichi es un desastre cuando se trata de su propia habitación, pero por su hermana es ordenado porque no le gusta hacerla trabajar. También comparten el mismo armario de ropa y Kōichi tiene escondido debajo de su cama varios medicamentos, suplementos vitamínicos, inyecciones y pastillas para calmar los ataques de Manami y vitaminas que agrega a su comida para mejorar su alimentación; el único espejo está cubierto por una sábana porque a ella no le gusta verse.

Lista de cumpleaños:

• Manami Hanemiya nació el 4 de julio de 2020, es cáncer.
• Kōichi Hanemiya nació el 10 de abril de 2023, es aries.

• Kōichi Hanemiya nació el 10 de abril de 2023, es aries

Chapter 20: For all the lies

Chapter Text


Skin Of My Teeth | Demi Lovato

❝ Solo estoy tratando de mantener mi cabeza fuera del agua, soy tu hijo y soy tu hija, soy madre y soy tu padre, solo soy un producto del problema.❞

« La culpa no nos deja vivir en paz, pero el remordimiento no nos deja morir en paz


Cuando todos se fueron a dormir, Ichirō decidió seguir despierto para pensar en las revelaciones de la última hora y los errores que cometió en esa línea temporal.

Tal vez Shinya no lo recuerda y él no era consciente de lo que estaba haciendo, pero no puede dejar de sentirse culpable, porque sabe que es algo que hubiera hecho. Se considera capaz y eso es lo peor.

No mintió cuando le dijo a Sanzu que se conoce a sí mismo.

Sabe muy bien que es capaz de hacer muchas estupideces con tal de ir en contra de su padre ya sea por simple rebeldía, porque no le gusta sentirse oprimido, por su segundo género o por su propia personalidad. No sería la primera vez que de forma indirecta rechaza a Shinya, en el comienzo de su amistad más que un amigo lo consideraba una especie de “regalo” de su padre para ser controlarlo y con los años desarrollaron un vínculo especial.

Siempre estuvo presente esa espinilla entre los dos y nunca hablaron del tema porque era una molestia totalmente unilateral. Ichirō era el único que prestaba atención a esos comentarios de terceros mientras que Shinya se limitaba a entrenar, estudiar y pasar el rato con sus amigos ignorando a todos.

Ichirō apoyó la frente en el frío mármol de la pared reprendiéndose por ser tan estúpido. ¿Cuántas veces hizo a un lado a Shinya para ir en contra de su padre?

Hasta ese momento nunca se había planteado con seriedad en los malos momentos que hizo pasar a Shinya, incluso cuando volvieron a su tiempo, ya hizo cosas malas que lo hacen merecedor de una paliza.

Sin embargo, incluso si consiguen cambiar el pasado y abrir otra línea temporal, eso no borrará los recuerdos vivos en la mente de sus amigos o los errores cometidos por su otro “yo”. El futuro en el que viven continúa fluyendo con o sin ellos presentes, cuando regresan a su tiempo correspondiente las dos versiones de sí mismos vuelven a unirse y para el resto nada ha cambiado.

Al paso que iban, sería cuestión de tiempo para que la paradoja temporal juegue en su contra.

Hasta ahora no hicieron cambios muy radicales y quizás ese sea el problema, su familia sigue muriendo porque tienen miedo de cambiar, pero... ¿Alguien puede culparlos? Es preocupante ser consciente de que una sola persona podría cambiar todo y acabar con la existencia de otros.

Ichirō se dirigió a la mesa donde estaban todos los informes acumulados de la época actual.

Entre las muchas hojas y notas, algo captó su atención. Al acercarse reconoció la letra de Manami y la forma en que ella solía estudiar, escribía un término en particular o una explicación para luego sacar flechas e ir expandiendo la información obtenida. En este caso se trataba de un informe, o más bien una teoría, donde el eje central eran todos ellos y en las flechas había diferentes ideas sobre lo que estaba ocurriendo con sus viajes temporales.

La idea más sobresaliente, resaltada con marcador amarillo flúor, es una donde Manami propone la posibilidad de que ellos se estén dividiendo en “dos” con cada viaje que realizan y que eso ocurra para evitar la paradoja.

Era una hipótesis escrita de manera simple, mientras que una parte de ellos viaja al pasado, la otra se queda en su tiempo correspondiente sin estar consciente que tienen la capacidad de moverse en el tiempo. Por ello, cuando la “parte” que viajó al pasado vuelve, se fusiona con su otra mitad y poco a poco se van acomodando todos los recuerdos. Había una serie de preguntas escritas por Manami. Ichirō se estremeció al ver que su amiga, debido a que él quiere salvar a Baji por el bien de todos, estaba dispuesta a investigar lo que ocurriría con ella y Kōichi si su papá en lugar de casarse con Kazutora, se queda con Baji como debió ser.

La teoría más simple era que si ellos iban al pasado y evitaban la relación entre Kazutora y Chifuyu dejando con vida a Baji, tanto Manami como Kōichi nunca nacerían y por lo tanto nunca viajarían en el tiempo. Al no viajar, ellos nunca intervinieron para ayudar a nadie y sería como si no hubieran existido.

Esa sería la verdadera paradoja temporal.

Quizás Shinya tenía razón y estaba siendo demasiado egoísta. Por querer todo, iba a quedarse con nada y los demás sufrirían las consecuencias de sus actos. Por lo menos todos sus amigos estaban con vida, su guerra con Kisaki no estaba perdida y contaban con la guía de Sanzu.

¿Es tan malo... aceptar los hechos y, al menos, luchar para recuperar Bonten y seguir con el legado?

Un suspiro cargado de pesar se hizo oír en medio del escalofriante silencio de la sala.

—¿Trabajando hasta tarde? —Shinya apareció entre las sombras con dos tazas de café en sus manos, dejó una frente a Ichirō para luego tomar asiento a su lado y beber con aparente indiferencia —Manami es ingeniosa.

—Shinya...

—Dice que es lo mínimo que puede hacer ya que no pelea con nosotros y siquiera puede salir mucho de casa por su miedo.

—Lo siento —El omega miró de reojo al rubio sin alterar sus facciones e Ichirō bajó mucho más la cabeza —No sé todos los detalles de lo que hizo el idiota de mi “yo” en esta línea, pe-

—Nada que no hubieras hecho en otras circunstancias.

—¡Perdóname! —Movió la silla para poder inclinar la cabeza frente a Shinya.

Shinya abrió la boca dispuesto a enviarlo a la mierda para seguir hablando de teorías e ideas sobre cómo mejorar el futuro sin arriesgar la vida de nadie, pero ocurrió algo que nunca vio venir.

No solo era algo nuevo para Shinya, sino para Ichirō. El alfa por primera vez en su vida estaba haciendo algo que nunca antes había hecho siquiera cuando estaba frente a su padre o algún alfa mayor.

Ichirō se arrodilló en el suelo con las manos en los muslos y giró ligeramente la cabeza, mostrándole el cuello a Shinya en forma de sumisión. El Omega no estaba lo suficientemente enojado como para pasar por alto semejante muestra de afecto, respeto y remordimiento, tanta fue la sorpresa y la exposición de la glándula de olor que sus ojos celestes por un segundo se nublaron siguiendo los instintos omega, los dominantes específicamente.

Le miraba dubitativo, tanto la parte racional como la omega estaban escépticos a que el tonto alfa frente a ellos estuviera siendo sincero.

De todas formas, Shinya se acercó con cuidado y mirando atentamente cada pequeño movimiento del alfa. Una sonrisa se formó en los delgados labios cuando lo sintió estremecerse porque su nariz había acariciado el cuello y de manera superficial tocó con la punta de su lengua la glándula de olor.

No podía estar más orgulloso, satisfecho y feliz con el alfa que había elegido. ¡Al fin lo estaba aceptando! Como prueba del hecho, le había permitido lamer su glándula de olor y le mostró el cuello.

—Ya estoy sometido por ti —Shinya le sonrió con mayor evidencia, las pupilas dilatadas por una tenue oscuridad brillaron —¿Me perdonas?

—Por ahora estás perdonado —La sonrisa de Ichirō calentó el corazón del omega, pero antes de mostrar abiertamente su emociones giró el rostro del lado opuesto y ante el gimoteo del alfa extendió sus brazos, con las mejillas sonrojadas —Solo será un rato.

Ichirō no perdió ni un segundo en saltar a los brazos de Shinya.

Estar tan cerca del omega le permitía inhalar las feromonas de jazmines mucho mejor, un aroma que le recordaba a su infancia y le traía una paz indescriptible. Ese era uno de esos momentos donde recordaba que Shinya siempre ha estado a su lado, incluso si los recuerdos infantiles se mezclan o los olvida, el dulce olor de sus feromonas estaba filtrado en su mente, cuerpo y corazón. Podría decir que hasta su alma había grabado el aroma del omega.

Si creyera en los mitos románticos, está seguro de que afirmaría ser la pareja destinada de Shinya. La persona con quien inicia el color de su vida y la luz en el final del camino, porque sin importar lo jodida que ha sido su vida, aquello que siempre lo mantiene con los pies en la tierra es Shinya.

Desconoce en lo que pensaba su “yo” actual o cómo pudo rechazar a Shinya con tanto ahínco, pero ahora mismo, en ese mismo instante donde abrazaba su cintura mientras estaba arrodillado y Shinya acariciaba su cabeza, tiene la certeza de que haría cualquier cosa por él.

Si, el pasado debe quedarse como está, ellos son el futuro y no puede arriesgarse a perder más. Tiene a sus amigos, a Shinya y una posibilidad de vengar a Iori acabando con Kisaki y sus secuaces.

Quizás por eso su padre eligió a Shinya como su pareja.

Antes de verlo morir por primera vez no lo tenía en buena estima por siempre estar en contra de Iori y porque buscaba controlarlo, ahora puede notar que desde las sombras ha intentado protegerlo y hacer lo mejor para él, porque sabía que iba a irse del mundo más temprano que tarde y más porque su papá Takemichi no estaba con él.

Ya era un milagro que hubiera vivido doce años para criarlos a ellos.

La atracción que siente por Shinya de seguro fue algo que Mikey vio desde el primer momento en que los presentaron cuando él tenía tres años y el omega apenas dos, incluso sin revelar el segundo género de cada uno, hubo algo especial entre ellos y eso mismo tuvo que ser el motivo por el cual se revelaron como alfa y omega más temprano que una persona normal.

A medida que crecían, cuando se trataba de Shinya sus sentidos humanos llegaban a nublarse y los instintos que intentaba reprimir tomaban el control por momentos, haciendo todo lo posible por saber más de él sin importar lo que pase. Si las parejas destinadas existen, Ichirō tiene la firme creencia de que Shinya es su destino, e incluso si no lo fuera, ahora no se imagina sujetando la mano de nadie más.

Ichirō se apartó del abrazo sonriendo con inocencia mientras Shinya lo miraba desde arriba con una expresión resignada, acarició la cabeza del alfa obteniendo una sonrisa avergonzada.

De un momento a otro la expresión de Ichirō se tornó seria.

—No viajaremos al futuro.

—¿Qué? —Shinya dejó de mover su mano en las hebras rubias, mirando sorprendido al alfa —Pero dijiste...

—Tenías razón —Ichirō apoyó la cabeza en los muslos de Shinya —Estoy siendo egoísta y quería todo aunque corriera el riesgo de perder lo poco que me queda —Confesó en voz baja como si fuera un secreto —No puedo arriesgar a Manami y Kōichi por una pequeña posibilidad.

—¿Qué hay de nuestra familia, tu padre y de... Iori? —El nombre del dulce omega castaño sabía amargo en los labios de Shinya, en especial porque no olvida sus últimas palabras.

—Nuestros padres tomaron sus decisiones, en esta clase de mundo cualquiera puede morir y estaríamos siendo egoístas si seguimos cambiando las cosas a nuestra conveniencia. ¿No?

—Eso dije —Shinya obligó a Ichirō a levantar la cabeza para mirarlo a los ojos —Lo siento por todo lo que dije antes —Susurró con genuina pena —No necesitas hacer esto por lo que dije, yo aceptaré apoyarte en cualquiera que sea el plan que elijas y sé que los demás piensan igual.

—Shinya...

—Admito que a veces tu lado humanitario es molesto —Ichirō sonrió ladino, ya sabe que Shinya lo considera de corazón débil y lágrima fácil —Pero eso también me gusta de ti.

—¿Qué? —No puede creer lo que escucha, ¡Shinya hablaba de sus sentimientos!

—Escúchame bien, porque no volveré a decirlo —Lo miraba con el ceño fruncido y las mejillas rojas a la luz de la luna que ingresaba por las ventanas —A mi me gustas como eres, aunque parezca que no. Es cierto que puedes ser tonto, no tienes sentido de autoconservación y tu exceso de bondad a veces me molesta, sin embargo, ¡Eso es lo que me atrajo por primera vez! —Shinya lo sujetó de los hombros —En Bonten todos eran desconfiados, un poco crueles y apáticos, pero tú eras diferente y creí que si eras muy bueno, yo debía ser tu complemento y esforzarme más. Así que no te preocupes, yo estaré aquí siempre, lo prometo.

—Shinya —Ichirō besó las manos del omega —Lo siento —Las disculpas tomaron por sorpresa a Shinya que dejó de pelear por alejarse para mirarlo con curiosidad —Lo siento tanto. Por mi debilidad e indecisión tuviste que prepararte para tomar las decisiones más difíciles.

—No... está bien —Intentó restarle importancia al asunto —¡Soy un omega dominante! Es normal que sea así.

—Pero siento que por mi te obligaste a ser más “dominante” que “omega” —Susurró con la voz compungida por la culpa —Por eso ni siquiera has tenido tu primer celo.

—¡¿Q-Q-QUÉ?! ¡¿Cómo sabes eso?!

—¿Piensas que no puedo sentirlo? —Ichirō acomodó la mano de Shinya en su mejilla y sus ojos azules se tornaron fríos ante los recuerdos del pasado —¿Olvidas que mi hermanito tuvo un desarrollo hormonal adelantado por culpa de un bastardo? Reconozco la diferencia entre un omega maduro y uno... ya sabes, virgen.

Shinya bajó la cabeza con desánimo ante ese recuerdo enterrado en su inconsciente, quizás en el fondo, su lado mental y físico no iban de la mano por un trauma que siquiera le pertenecía.

Lo que sucedió con Kazuo Sano fue algo que nunca tendría que haber ocurrido. Menos con el tercer heredero de Bonten.

No solo tuvo complicaciones internas en la organización, sino psicológicas y hormonales.

El primer celo suele presentarse entre los trece a los diecinueve años y quienes lo tienen pasada esa edad es porque son recesivos, en el caso de Kazuo ocurrió mucho antes y no fue por un proceso biológico natural, sino que se trató de un celo provocado por el celo de un alfa dominante. Apenas había cumplido diez años cuando ese horrible suceso tuvo lugar.

Debido a ese evento Kazuo odia su cumpleaños, porque no solo perdió la inocencia y sufrió una alteración genética que le hizo tener un aumento hormonal pocas veces visto, sino que durante esa semana Bonten hizo una cacería sangrienta a aquel alfa y todos en su círculo familiar, de amigos e incluso trabajo. Los pocos sobrevivientes fueron marcados con un símbolo como recordatorio de que cualquiera que se acercara a Bonten sufriría las consecuencias, desde entonces, tanto Mikey como el resto de los ejecutivos tienen tatuajes de la organización con diseños diferentes y crearon otra tanda para determinadas personas.

Decir que Kazuo fue el responsable indirecto de la creación de las nuevas marcas de Bonten es quedarse corto.

Kazuo incluso formó parte de la organización de las hanafuda y muchos lo llamaban “el que baraja las cartas de flores”, para él fue la perfecta distracción para no pensar en su propia estupidez infantil, aplastó con trabajo esos pensamientos que lo agobiaban.

El menor de los hermanos Sano también era el único que no solo contaba con el tatuaje de Bonten estándar, sino que llevaba la carta kiri con la flor paulonia y un fénix chino encima, simbolizando el mes de diciembre por su propio nacimiento y resaltando su importancia, ya que esa carta era las más importantes de la baraja.

Posiblemente Shinya de manera inconsciente decidió alejarse de su lado omega tras ver la caída de Kazuo a una temprana edad y le tomó un poco de miedo a caer tan fuerte por un alfa, por eso decidió fortalecer su lado dominante.

No tanto por el amor o porque quería el reconocimiento de Ichirō, sino por sí mismo.

—Descuida, no es anormal tener un retraso hormonal —Dio suaves palmadas en el hombro del alfa. Nunca fue a un ginecólogo o un endocrinólogo y lo que dice son palabras de ánimo vacías —Soy joven y tengo tiempo.

—Mmm, de acuerdo, si tu lo dices —Se resignó —Cuando todo esto acabe deberías ir con un especialista.

—Tomaré el consejo. Hay muchas cosas normales que no sé sobre mi propio cuerpo.

—Cielos —Ichirō le dio un pequeño golpe en la nariz ganando un tierno puchero —Eres un experto en cuchillos, sabes manejar armas de fuego, puedes pelear como un profesional, has hecho parkour y estuviste cerca de morir, pero nunca se te ocurrió ir con un profesional. Vaya omega.

—¡Oye, no te burles! ¿Qué hay de ti? ¿Has ido con algún profesional?

—Por supuesto. Es lo normal —Dijo con una radiante sonrisa.

—Oh. Bien —Se cruzó de brazos desviando la mirada, no es su culpa no prestar atención a los asuntos básicos de su vida, siempre está en estado de alerta por otros motivos.

—Los alfas también tenemos que estar informados y más cuando hay una voz en nuestra cabeza —Shinya ahora miraba con curiosidad a Ichirō, los omegas también cuentan con un lobo interno, aunque solo se presentaba durante el celo o en momentos de peligro donde la parte racional necesita “desconectarse” —Nuestro lobo interno solo piensa en una cosa —Miró con seriedad al omega —Sobrevivir.

—¿Sobrevivir?

—Si. Para... él, o bueno, para mi... entiendes lo que quiero decir —No sabe cómo explicar lo que ocurre con él y decidió hacerlo de la manera más simple posible, olvidando el tecnicismo que oyó del médico —Respecto a instintos, es un perro que se alimenta en un mundo de perros y el lobo de un alfa haría cualquier cosa para sobrevivir. Pelear, herir, destruir o matar, todo vale para proteger a su manada y así mismo. Es como... um... ¿Un guardián de nuestro lado oscuro? Aish, ya me entiendes.

—Eso creo —Shinya asintió solemne guardando esa información en el fondo de su mente —Yo nunca tuve un celo, así que no estuve en contacto con mi lobo interno como tu, pero si ha aparecido en momentos de crisis para consolarme.

—Si, escuché que suelen hacer eso —Ichirō sonrió de manera amarga —Aunque lo que hace mi lobo es morder, gruñir y darme la espalda.

—El mío de vez en cuando lame mi rostro y se acurruca para dormir. Duerme casi siempre.

—Cuando eras niño siempre te encontraba durmiendo en cualquier parte.

—¡No es cierto! Yo era un niño muy responsable.

—Claro que no —Ichirō apoyó el rostro en las rodillas de Shinya, no se había levantado del suelo en todo ese rato —Dormías siempre. Una vez hasta te encontré en el techo del gimnasio y en otra ocasión fuiste capaz de dormir sobre una rama de árbol.

Otra interpretación de los lobos internos, es que reflejaban la verdadera esencia de la identidad de una persona.

Existían una serie de explicaciones, libros y teorías sobre lo que eran los lobos internos. Los psicólogos lo definían como una “voz interior” que expresa críticas, frustración o desaprobación por nuestras acciones en alguna ocasión, algunos libros lo describen como principios de esquizofrenia y por eso muchos alfas y omegas cedían a la locura cuando se dejaban llevar por las voces internas y actuaban como animales. La voz que oían, toma control. También era descrito como un trastorno de personalidad en los omegas o un trastorno bipolar en los alfas.

Por otro lado, estaba la explicación biológica, donde la existencia de esa voz era un producto de una serie de instrucciones genéticas usadas en el desarrollo y funcionamiento de todos los organismos vivos​ y algunos virus. Se ha confirmado que el 80% del riesgo de caer en un cuadro de peligro genético tiene como resultado descendencia capaz de escuchar la voz de un “lobo”, pero los científicos no han sido capaces de identificar los genes específicos de esta condición.

Las explicaciones no frenan ahí.

También estaban las organizaciones religiosas que tomaban la existencia de esa voz interna como un regalo de sus antepasados y otros creyentes, de diversas culturas y religiones, consideran este aspecto como algo místico que debía ser naturalizado porque todo ser humano tiene un lado animal, solo que algunos pueden comunicarse con ellos porque fueron privilegiados.

Hay muchas teorías, ideas y creencias respecto al tema, cada quien elegía creer en lo más conveniente.

Ichirō y Shinya son del tipo que no le dan importancia, porque sin importar la razón, es algo con lo que nacen y no pueden sacar de su mente. El hecho de que hayan nacido de esa forma les permitía normalizar mucho mejor a sus lobos.

Además, si algo misterioso y místico les dio el poder de viajar en el tiempo, ¿Cómo podrían creer que una voz interna es extraña? Hasta pueden decir que es lo más normal que tienen consigo y el último de sus problemas.

Durante su charla y pensando que los demás dormían, Manami se asomó por la ventana mirando el cielo mientras escuchaba a su hermano roncando con la mitad del cuerpo fuera de la cama. Tomó asiento en el marco para seguir escribiendo en su libreta las ideas que pasaban por su mente mientras dejaba fluir la imaginación en toda clase de ideas radicales para ayudar a sus amigos.

En el comedor se respiraba una paz que hace mucho tiempo no se percibía.

Hasta que dicha paz fue rota por el sonido de unas cuantas botellas de vidrio chocando cuando alguien se movió.

—Ustedes son tan cursis —La voz de Sanzu los tomó por sorpresa, Shinya e Ichirō abrieron los ojos con sorpresa al verlo recostado en el sofá. El adulto se levantó de su cama improvisada para mirar a los adolescentes que siempre tienen algún drama, el par se sonrojó hasta las orejas y Sanzu les sonrió de lado —Supongo que ya todo está bien, ¿No?

Los acusados intercambiaron una mirada cómplice, Ichirō sonrió y Shinya desvió la mirada aparentando indiferencia.

Sanzu salió de detrás del sofá con su expresión de total apatía.

No le gusta admitir que esos mocosos que ha estado cuidando lograron hacerse un lugar en su corazón de piedra, especialmente los dos príncipes y la princesa. Solo por ellos va a seguir avanzando, incluso sin su rey, todavía le queda algo para honrar.

Acarició la cabeza de ambos ejerciendo más fuerza de la necesaria. Al menos la última voluntad del rey se hizo real, el primer príncipe había aceptado al mejor omega para que lo acompañe en la vida y con quien podría dominar Bonten. Si alguien puede ganarle a Kisaki, eran ellos, toda esa generación que de alguna forma no resultó tan traumada como la suya.

Frente a las quejas de los adolescentes sonrió sinceramente y para ocultar el gesto, los empujó hacia abajo en una extraña caricia brusca que los hizo sonreír.

Ya estaba implícito que actuarían en el presente, no más viajes al pasado.

Estaba por decir algo cuando su teléfono interrumpió las risas. La pareja no-declarada se apartó un par de pasos viendo a Sanzu mirando la pantalla con una expresión hastiada, la cual cambió de manera radical en cuestión de segundos. Antes de poder preguntar al respecto, fueron derribados bruscamente.

—¡ICHIRŌ! —Gritó al tiempo que lo tacleaba sin tacto llevándose consigo a los jóvenes, incluso antes de aterrizar escucharon la avalancha de balas.

Nunca antes estuvieron en un tiroteo, sí escucharon y presenciaron la muerte de cerca, pero la situación actual era demasiado cruda para ser considerada como algo simple.

Ichirō desde su infancia ha tenido presente la edad adulta al estar tan marcado por la tragedia de la muerte, sin embargo, eso no se compara al horrible tiroteo que estaba presenciando y lo aterrador que era. Se cubrió con fuerza los oídos intentando amortiguar el ruido de las ventanas haciéndose añicos, los muebles de madera destrozados y las balas cayendo una tras otra.

Lo peor es que se encontraban en una zona relativamente pública, no muy lejos de la ciudad y con otros edificios alrededor del complejo departamental. ¿Cómo puede ocurrir algo como eso en un sitio donde hay personas ajenas al conflicto? Por desgracia las respuestas no son satisfactorias. No sería la primera vez que inocentes terminan involucrados en el fuego cruzado entre pandillas o asuntos de Bonten.

Incluso cuando las balas se detuvieron, Ichirō seguía en shock.

Sentimientos como pesar, aturdimiento, conmoción, miedo, enojo, desilusión y angustia hacían pesado su corazón, cayendo en cuenta de la horrible realidad: El mundo en el que vive es mucho más peligroso de lo que fue hace un mes cuando su padre y los ejecutivos seguían con vida. Se levantó con las piernas temblando tratando de enfocar la mirada en el lugar, todo estaba destruido y las ventanas fueron derribadas.

A duras penas pudo ver a algunos de sus amigos arrastrándose en el suelo cubriéndose con las paredes o algún mueble, los veía mover sus labios y diciéndole algo, pero estaba tan aturdido que apenas procesaba las palabras.

Ichirō tiene que regresar a la realidad. No puede darse el lujo de tener un momento de debilidad.

Hizo lo mejor que se le ocurrió para regresar su raciocinio, se mordió con fuerza el brazo hasta clavar los dientes y sacarse una buena cantidad de sangre.

El dolor fue más que suficiente para permitirle recuperar el sentido auditivo, ahora puede escuchar a sus amigos gritando y preguntando si estaba bien, asintió verificando su cuerpo sin hallar heridas y volteando al instante con Shinya que también se hallaba en buenas condiciones, salvo por su expresión preocupada al ver que a su hermano le habían rozado con una bala en el brazo. Nahoya le dedicó una sonrisa restándole importancia y ató alrededor de la herida una bandana que llevaba atada al cinturón.

Otro ruido atronador los hizo agacharse con las manos en sus orejas y de manera instantánea fueron cegados por una fuerte luz proveniente del otro edificio, seguido por el cruel derrumbe que se llevaba consigo la vida de inocentes.

Sanzu había lanzado una granada importándole poco y nada quienes estuvieran cerca del lugar, el ruido y el fuego comenzaría a expandirse en cuestión de segundos, seguido por las explosiones consecutivas de electricidad. Ichirō estaba por gritarle a Sanzu cuando al voltear lo vio con una tez pálida, el rostro lleno de sangre y el cuerpo repleto de orificios goteando una buena cantidad de sangre.

Lo atrapó cuando estuvo a punto de caer y en medio del caos los demás pudieron llegar con el adulto.

Rodearon a Sanzu con lágrimas en los ojos. Él era lo último que les quedaba del mundo que conocieron, la última persona en quien podían confiar, su última luz de esperanza y el único que iba a ayudarlos aunque su vida corriera peligro.

Ahora el excéntrico entrenador que siempre se burlaba, jugaba con ellos, los cuidaba y últimamente también les cocinaba, respiraba de manera tenue mientras la sangre se expandía debajo de su cuerpo. Ichirō intentó acomodarlo de alguna forma, pero era imposible, tanto su espalda como torso estaban repletos de balas y no sabía qué hacer para detener la hemorragia que amenazaba con llevarse a otro miembro de su familia, de su manada.

Sanzu levantó su mano con dificultad, apuntando a unas mochilas ocultas debajo del sofá.

Sin perder el tiempo, Marina y Rokurō corrieron hacia las mochilas, regresaron en cuestión de segundos junto a Sanzu sin dejar de derramar lágrimas.

—No hay tiempo —Dijo tratando de no ahogarse con la sangre —Váyanse.

—¡No, no podemos dejarte anciano! —Gritó Rokurō.

—Ah... —Sanzu miró a Ichirō que seguía llorando mientras sujetaba su cuerpo, Harumi apretaba con fuerza los ojos mientras las lágrimas acariciaban sus mejillas y Kazuo lo miraba fijamente con una expresión indescifrable que ha visto en su rey cuando sucedía una tragedia. El pelirosa les dedico una sonrisa adornada por la sangre —Pequeño príncipe —Llamó a Kazuo mientras agarraba a Ichirō y Harumi del cuello, con sus últimas fuerzas empujó al par hacia su hermano menor —Váyanse.

—Ugh —Sin alternativa, Kazuo agarró la ropa de sus hermanos mayores y tiró de ellos hacia atrás, alejándose de Sanzu con un nudo en el corazón.

—¡No, espera, no quiero dejar al tío Sanzu! —Marina no perdió el tiempo, mordiéndose el labio agarró a su primo de la cintura para empujarlo —¡Prometiste que estaríamos juntos en esto!

—Perdón —Dijo con una sonrisa resignada —Mentí.

—¡Todavía puedo salvarte! ¡¡Podemos salvar este futuro, podemos luchar juntos!! —Extendió su brazo intentando alcanzar a Sanzu mientras peleaba contra el firme agarre de Marina y Azusa.

—Ya no hay futuro —A pesar del dolor, Sanzu se apoyó contra la pared sin dejar de sonreír despreocupado —Huyan —Sanzu no escuchó el resto de la disputa porque de manera brusca se fueron empujando uno a uno dentro de la piscina, volviendo a viajar al pasado contra su voluntad y dejando a Sanzu atrás debajo de un charco de sangre y múltiples disparos —Ah... les dije que no me llamen tío, así es más difícil dejarlos ir.

El dolor físico era demasiado por soportar.

Agradeció siempre tener algunas pastillas guardadas en su traje. Ya conoce su destino, así que es preferible morir de una sobredosis o morir dormido por somníferos que ser capturado y torturado, aunque sabe que incluso si lo lastiman nunca delataría a los mocosos.

Fue sorprendente ver a todos llorando por él, eso era algo que no esperaba. A lo largo de su vida solo una vez fue amado sinceramente.

Y esa persona murió bajo su propia katana.

Los efectos de las drogas aplastaban con paulatina facilidad el dolor en su cuerpo y comenzaba a quedarse dormido cuando la puerta del departamento fue derribada, dejando ver a muchos hombres uniformados con armas y a la persona que lideraba el ataque. Una risa amarga escapó de sus labios al descubrir quién estaba detrás de los hilos o tal vez era un producto de las drogas, no lo sabe.

—Veo que sigues con vida —Susurró Sanzu sujetando con su mano el abdomen, no intentaba detener el sangrado porque sabe que es imposible y su vida llegaría a su fin de cualquier forma, pero sentir la sangre caliente le hacía sentir mejor. Le dedicó una sonrisa a quien apuntaba el arma en su cabeza —Esto es cruel hasta para ti.

Y disparó a su cabeza, finalizando la vida de Haruchiyo Akashi, su último pensamiento estuvo dirigido a los mocosos que debía proteger y les deseó buena suerte en donde ellos fallaron.

Al menos murió bajo los efectos de las drogas e instantáneamente, sin dolor. Más de lo que hubiera esperado.

En 2014 un par de personas estaban entrando a los baños termales cuando de la nada vieron que el agua se tornaba roja y en pocos segundos, varios cuerpos emergieron de forma repentina. Los cuatro hombres que iban a entrar huyeron del lugar gritando que había fantasmas.

Ichirō se arrastró fuera de la tina, el agua en el rostro se mezclaba con sus lágrimas y se llevaba la sangre.

Apoyó la frente en la húmeda loza del baño amortiguando los sollozos mientras gotas saladas de impotencia y frustración caían sin control. El agua había borrado la sangre de Sanzu, dejando solo un par de manchas que quedaron adheridas a su ropa y era un cruel recordatorio de que otra persona más perdió la vida por culpa de su debilidad. Sanzu murió por protegerlo.

—¡Kōichi! —El grito de Manami interrumpió el ambiente deprimente, obligando a que todos se dieran la vuelta.

Durante el tiroteo, Kōichi recibió en su hombro una bala que iba dirigida a Manami, ahora se encontraba con la cara en el suelo con una herida abierta de la que fluía bastante sangre.

Azusa era el único con conocimientos médicos, o al menos los principios básicos, hizo que Kōichi mordiera con fuerza su camisa y le pidió que soportara el dolor. Manami sostuvo la mano de su hermano durante todo el proceso que estuvo gritando, soportando a Azusa sacándole la bala con unas pinzas que encontró en la mochila que les preparó Sanzu de antemano y retirándola de su cuerpo. Ver a Kōichi sufriendo fue desgarrador y más cuando casi se desmaya del dolor, incluso tuvo que soportar unas puntadas improvisadas y un vendaje alrededor del hombro que serviría por ahora hasta llegar con una ayuda más profesional. Manami acunó a Kōichi entre sus brazos en un dulce abrazo mientras acariciaba su cabello azabache-rubio.

No fue el único herido.

Ichirō fue vendado por Marina al descubrir que una bala había rozado su brazo al igual que Nahoya, Rokurō se lastimó la pierna durante el escape y Daisuke tenía problemas para lidiar con las secuelas, motivo por el cual estaba en un costado de la bañera abrazando sus piernas con las manos en sus orejas, casi enterrado bajo el agua y con Hiroki dándole ánimos en voz baja. Los hermanos Mitsuya permanecían aislados.

Tardaron alrededor de quince minutos en tratar sus heridas y salir del shock inicial. Al acabar intercambiaron miradas preocupadas, en un acuerdo silencioso e ingresaron a la bañera todos juntos.

A pesar de cumplir con las condiciones, no viajaron en el tiempo. Ichirō cayó de rodillas en medio de la bañera.

—No podemos volver... y si no podemos volver —Manami abrazó con fuerza a Kōichi, mirando a sus amigos con miedo —Significa que estamos muertos o ya no hay un futuro al que volver —Dijo con miedo —No formamos parte de él. Morimos el 17 de agosto de 2038.


Información:

Habitación de Shinya y Nahoya en el pasado:

El cuarto de este par de gemelos representa muy bien su cercana relación, tal como su estilo de ropa. Las camas están ubicadas en extremos diferentes y tienen el mismo diseño, incluso comparten la marca de su laptop y dos puff extra cómodos donde suelen recostarse para trabajar cuando buscan información u ordenan todo lo que descubren. También hay un sofá grande en medio del cuarto frente a las ventanas y al lado de la cama de Nahoya hay un mueble donde guarda las medicinas de Shinya en caso de entrar en celo o si alguno de los dos resulta herido en una pelea. Los pósters de Nahoya expresan su amor por el arte, mientras que Shinya cuenta con un estante con varios objetos deportivos como un bate, una pelota de fútbol, otra de rugby, de tenis y de softball. Es un cuarto con diseño simplista basado en un estilo sencillo e idéntico que los refleja.

Lista de cumpleaños:

• Shinya Kawata nació el 27 de febrero de 2022 (a las 23:57), es escorpio.
• Nahoya Kawata nació el 28 de febrero de 2022 (a las 00:08), es escorpio.

• Nahoya Kawata nació el 28 de febrero de 2022 (a las 00:08), es escorpio

Chapter 21: The fanged boy

Chapter Text


Brutal | Olivia Rodrigo

❝ Todo el tiempo estoy molesta, dicen que estos son los años dorados, pero yo desearía poder desaparecer (...) tengo un ego roto y un corazón roto.❞

« Hay que llorar todo el dolor, sacarlo, porque ocupa el lugar de la alegría


Voces del exterior alertaron a los adolescentes.

Rokurō cargó a Kōichi en su espalda y Manami sostuvo la mano de su hermano en todo momento. Debido a que no dejaba de temblar con miedo ante la herida roja en su hombro, Kōichi hizo su mejor esfuerzo para sonreírle.

Estaban por salir de los baños termales cuando dos figuras conocidas ingresaron con algunos productos entre sus manos.

La expresión de Mikey y Draken eran un poema. Ellos apenas estaban llegando a los baños cuando vieron a un grupo de personas salir corriendo del lugar gritando que había fantasmas, delincuentes con armas y mucha sangre. Se esperaban mafiosos peligrosos, no a los chicos que no han visto hace una semana y desaparecieron como si hubieran sido un producto de alguna ilusión colectiva.

Aunque pueden comprender el miedo de los visitantes porque uno de esos chicos estaba herido de forma evidente y otros tenían algunos vendajes improvisados.

Disimuladamente Harumi y Kazuo decidieron quedarse atrás de sus amigos para limpiar los estragos de la sangre, guardar todos los utensilios manchados que usaron para tratar las heridas y deshacer cualquier posible prueba incriminatoria que pudieran usar para rastrearlos y ser acusados de algún crimen.

Ignoran que es imposible que encuentren su ADN en el sistema porque no existen en ese tiempo.

Mikey se cruzó con los ojos de Ichirō, encontrando algo familiar en su mirada azul opacada por la tristeza, lo que sea que haya pasado en esa semana que estuvieron lejos, tratando sus problemas familiares, no salió nada bien. A pesar de no conocerlos demasiado, Mikey se arriesgaría a decir que hasta parecían más afligidos que la primera vez.

—Lo siento —Ichirō se dio golpes en las mejillas para dejar de revivir la muerte de Sanzu y sus últimas palabras. ¡Todavía puede salvarlo! No es hora de deprimirse y por eso hizo su mejor esfuerzo en sonreír —Tuvimos complicaciones con nuestra familia y volvimos.

—La familia puede causar problemas en ocasiones —Dijo Mikey con las manos en sus bolsillos.

Los ojos de Ichirō de nuevo tuvieron ese peculiar brillo que hizo a Mikey dudar de sus verdaderas intenciones. No siente algo hostil y su instinto tampoco lo incita a desconfiar como con otras personas, es como... algo familiar que existe sin motivo, y por eso se remueve incómodo.

Casi siente que quiere protegerlo y a su vez desea darle un golpe en la cabeza para que se deje consolar. Odia esa mirada de añoranza, la odia, tanto de Ichirō como de Harumi y Kazuo.

Mikey dirigió su mirada a los hermanos menores del alfa rubio.

La chica tenía el cabello negro y ojos igual de oscuros, incluso si no apreciaba del todo el color, todavía estaban brillantes a la hora de verlo. El omega por su parte seguía pasando un trapo húmedo por el suelo que antes tenía sangre, a pesar de que todo estaba limpio, no lo estaba mirando y de todas formas sabe que su presencia lo altera de cierta forma; quizás Kazuo sea quien provocaba más sentimientos contradictorios.

No era como lo que siente por Takemichi o por su pandilla, se trataba de algo más profundo que parece no tener principio ni final. Un sentimiento raro; muy, muy raro.

Una cabeza se asomó por el marco de la puerta.

Takemichi se había preocupado porque Mikey y Draken tardaban demasiado en volver, a pesar de que le dijeron que se quedara atrás porque tratar con mafiosos posiblemente armados sería peligroso, el chico no pudo más con los nervios y se escapó de los otros miembros de la Toman para verificar el estado de sus amigos.

La sonrisa relajada hizo que Mikey dejara de prestar atención a los otros y se dirigiera al azabache, Draken era el único que continuaba mirando a todos de manera escéptica.

Si no hubieran salvado a Pah-chin y supiera que viven en un departamento, todos juntos, creería que eran miembros de alguna turbia organización y estaban siendo perseguidos por personas peligrosas. Imposible. Habría escuchado algo en las calles o sabría de grupos con hijos adolescentes tan llamativos, además... Draken miró a la alfa rubia que también lo estaba mirando con intensidad; no puede decir lo mismo del resto, pero al menos esa chica, la tal Marina que intercambió números con Emma, no le causa malas sensaciones.

Rompió el contacto visual regresando con su comandante que otra vez estaba encima de un nervioso Takemichi, quien intentaba desviar el rostro porque Mikey le hablaba muy cerca del oído y prácticamente estaba encima de él. Algo incómodo de ver.

Ichirō recordó las palabras de Sanzu ante semejante escena.

Dijo que sus padres se hicieron pareja mucho más temprano en comparación con la primera línea de tiempo, ¿Fue su culpa? ¿Por eso Mikey se comporta tan empalagoso? ¿Así era su padre... cuando estaba cortejando a su papá? ¿Debía lamer las orejas del omega para demostrar sus intenciones? Miró de reojo a Shinya.

—Ni se te ocurra —Shinya bajó la gorra que usaba al revés para cubrirse las orejas, las cuales eran demasiado sensibles.

—Lo siento —Dijo sin sentir arrepentimiento de verdad.

—Hasta aquí puedo leer tus intenciones pervertidas con mi hermano —Nahoya abrazó a Shinya por la espalda, apoyando el mentón en su hombro y restregando su mejilla con una sonrisa burlona dirigida a Ichirō, que sonreía por fuera mientras soltaba feromonas agresivas —Soy beta, no me afectan tus amenazas y apenas percibo el olor.

—Cierto —Se cruzó de brazos rodando los ojos, mirando envidioso la manera en que Shinya se dejaba abrazar y restregar por Nahoya, pero cuando él intentaba acercarse, saltaba como un felino con los pelos en punta y a veces hasta le gruñía rojo de ira.

—Puedo oler tus celos, contrólate —Marina le dio un golpe en la cabeza que lo hizo gruñir tristemente, como un niño regañado.

Por un momento todo parecía ser igual que siempre.

Incluso Kōichi, que había recibido un disparo en el hombro, conversaba con su hermana que a cada rato le preguntaba si se sentía bien o necesitaba algo. Kōichi todo el rato se estuvo jactando de que por suerte la bala impactó en el hombro izquierdo y su tatuaje familiar seguía intacto.

Manami sonrió feliz por las palabras de su hermano y mientras continuaba acariciando su cabeza o sujetando su mano, miraba de reojo a los residentes del pasado, por miedo a que quisieran verificar la herida de Kōichi y descubrieran que ellos tienen el mismo tatuaje que su padre. La primera vez casi provocan muchos malentendidos pero ahora sería imposible decir que es una simple coincidencia.

Sin bromear, es extraño que tres personas tengan el mismo tatuaje de tigre en diferentes partes del cuerpo, ¿No? Algunos dirán que no, sin embargo, es un hecho que despierta dudas y haría ruido en la oreja de muchos.

—Ese chico necesita ir al hospital —Draken señaló a Kōichi que se estremeció y dio gracias a Saki por darle su chaqueta púrpura —Puedo llevarlo en mi moto.

—¡No! —Manami se negó tan rápido que obtuvo tres miradas curiosas, por naturaleza era alguien introvertida y fácil de avergonzar, así que fue natural para ella esconder la mitad de su cuerpo detrás de Kōichi y Saki. Es tímida a la hora de hablar con extraños, incluso si en el futuro los conoce, o al menos a Mikey porque Takemichi y Draken murieron antes de poder formar algún lazo con ellos. Se siente tonta por sentirse más cómoda con el alfa más peligroso que con el omega y el otro alfa que desprendía mayor pacifismo —N-Nu-Nuest-tros... do-do... ah, y-yo...

—Nuestros documentos están en el departamento y no llevamos identificación —Dijo Kōichi salvando a su hermana. Tenía un brazo alrededor de los hombros Rokurō y el otro lo extendió hacia atrás para que Manami pudiera aferrarse a algo, ella lo agarró en cuestión de segundos —Además, no es necesario, estoy bien.

—¿Seguro? —La preocupación y escepticismo de Draken se mezclaba muy bien en su mirada, era difícil saber dónde comenzaba un sentimiento y seguía el otro.

—Seguro —Asintió despreocupado —También tenemos medicinas en el departamento, así que no hay problema.

—De acuerdo, si ustedes lo dicen —Se encogió de hombros —Hay otros chicos de la Toman esperando afuera —Señaló hacia las cortinas verdes —Los llevaríamos a todos en nuestras motocicletas, pero tenemos una reunión.

—Oh, ¿Puedo ir? —Dijo de la nada Ichirō tomando por sorpresa al trío de la Toman, Mikey dejó de intentar morder las mejillas de Takemichi para mirarlo, en medio de eso Takemichi se escabulló de sus brazos para ocultarse detrás de Draken. Mikey estaba siendo más pegajoso de lo normal y su corazón no estaba preparado para tanto.

—¿Por qué querrían ir? Es un asunto de pandillas —Los miró de pies a cabeza, su ropa estaba húmeda y algunos de ellos seguían heridos —Y no lucen muy bien.

—Podríamos ayudar —De la nada Misaki intervino con su sonrisa de negocios. Draken no ocultó su hostilidad y Misaki se contuvo de retroceder un paso, sus padres no criaron a una cobarde, debe mostrar su valía —Les sorprenderá conocer mis habilidades y las capacidades de mis amigos.

—¿Ah? ¿A quién crees-?

—Claro. Que vengan —Mikey elevó los hombros despreocupado ganando una mirada sorprendida de su mejor amigo.

—Si sigues llevando a cualquiera a las reuniones van a-

—Primero, Takemichi no es cualquiera —El azabache sonrió con nervios y Draken susurró disculpas hacia su amigo rubio —Segundo, Osanai dijo que ellos lo ayudaron a que Moebius no terminara tan mal y sus consejos trazaron una clara línea en los problemas internos. Podrían darnos un punto de vista objetivo.

—Pero...

—¡Ya lo sé! —Golpeó su puño en la otra mano —Ellos serán como unos asesores que solo hablan después de la reunión. Veamos si funciona, ¿Bien?

—Ah —Draken suspiró resignado, los caprichos de Mikey siempre iban a joder sus planes —Pero no pueden ir todos.

—Tampoco planeaba ir —Dijo Kōichi señalando su hombro que volvía a gotear sangre sobre la loza blanca.

—Bien. Marina, Misaki y Mitsuki vendrán conmigo esta vez —Dijo Ichirō. La última vez contaron con los gemelos Kawata y Rokurō, pero por ahora lo mejor sería mantener el número al mínimo y reunirse más tarde en el departamento para hablar del asunto. Ichirō ahora necesita conocer la situación interna de la Toman.

—Intervine porque querías ir, confío en que harás un buen trabajo —Misaki golpeó el hombro de Ichirō sonriendo, el alfa la miró confuso —Yo tengo cosas que hacer y me llevo a Mitsuki.

—¿Qué? Pero... —La omega miró fijamente a su líder, transmitiendo con sus ojos y sonrisa astuta algo que solo ellos comprenden. Ichirō lo entendió, él iba a investigar la situación interna y Misaki iría por su lado a verificar la situación externa —De acuerdo. No vuelvas tarde a casa.

—¡Supongo que es mi turno de salir con onii-chan! —Ichirō no se siente incómodo llevando a su hermano pequeño a un lugar peligroso, sabe que tampoco puede encerrarlo en el departamento y confía en sus habilidades, de hecho, el título de “el imbatible” de Kazuo no es por nada, pero como hermano mayor siempre estará preocupado. Kazuo se aferró al brazo de su hermano.

—Ah... de acuerdo —Se rindió con suma facilidad a los brillantes ojos azules, algo por lo que hasta su padre siempre terminaba cediendo.

—Tan valiente y confiado, pero eres débil frente a tu hermanito —Se burló Draken provocando un fuerte sonrojo en las mejillas de Ichirō que lo miró frustrado mientras Kazuo seguía aferrado restregando su mejilla.

—Yo volveré al departamento a... ya saben, ordenar —Dijo Harumi acercándose a sus hermanos, feliz de ver que pasarían tiempo juntos.

—Me quedaré con Kazuo —Azusa ya le había pasado su mochila a Emiko y estaba parado junto al omega.

—E Ichirō —Aclaró el mismo Ichirō mirando a su amigo con una sonrisa molesta y el ceño fruncido.

—Claro —Le restó importancia dirigiendo su mirada a los gemelos Kawata que también se pararon junto a ellos —¿También vienen?

—Protegerás a Kazuo, yo protegeré a Ichirō —Dijo Shinya desinteresado.

—Y yo protegeré a Shinya —Nahoya levantó el brazo emocionado y otra vez se aferró a la cintura de su gemelo.

—No necesito que me protejan —Las mejillas de Ichirō iban a diferentes tonos de rojo y rosa.

—Solo vamos a una reunión —Draken sonrió de lado ante las palabras de los se seis invitados —No es una pelea o algo por el estilo.

—Uno nunca sabe —Nahoya le sonrió.

—Ichirō es idiota, puede enojar a cualquiera —El rubio miró a Nahoya sintiéndose traicionado por sus palabras —Y Kazuo es impulsivo cuando alguien lo molesta —Mikey tocó su mejilla, recordando muy bien el puñetazo que le dio —Es por seguridad.

—No es porque desconfiemos de ustedes, desconfiamos de ellos —Shinya señaló a Ichirō y Kazuo, el rubio parecía ofendido y el omega daba la apariencia de un gato astuto que sabe lo que ocurre y finge ignorancia —Pueden ser medio tontos.

—Oye, ¿Te olvidas que sigo siendo tu líder de manada?

—Bien, bien —Draken intervino en la charla —Íbamos a bañarnos antes de la reunión, ¿Pueden esperar otro rato? No tardaremos.

Los demás asintieron y uno a uno fueron saliendo de los baños públicos, dejando atrás a los tres chicos.

Mikey y Draken miraron el lugar en silencio. No había puertas traseras, la excusa de antes fue una clara mentira.

Takemichi era el único que no mostraba desconfianza por todo lo que ocurría, llámenlo ingenuo, pero de verdad tiene un buen presentimiento con esos chicos. Algo en su instinto y corazón le dice que son buenas personas.

Procedieron con su plan inicial en los baños mientras el resto esperaba afuera. Los seis que decidieron quedarse se presentaron oficialmente con los Capitanes en ese momento y el resto se dirigió al departamento, excluyendo a Misaki que ya iba planificando lo que le diría a Osanai cuando volvieran a verse.

Los únicos capitanes conocidos eran Mitsuya y Angry, aunque este último nunca se presentó oficialmente y solo supieron su identidad porque Shinya y Nahoya, hijos de Sōuya y Rindō, nunca podrían olvidarse de la cara de su papá y por consecuencia, de su tío.

El tercer capitán se trataba de Mutō Yasuhiro, alias Mucho, capitán de la Quinta División de la Tokyo Manji. Otra persona que no estaba en el futuro y de seguro moriría en algún punto, aunque no estaban seguros del motivo. Al igual que Nahoya Kawata, capitán de la Cuarta División, claro que tampoco saben los detalles tras su muerte porque nadie hablaba del tema y, por los rumores que escucharon, muchas personas estuvieron involucradas y hay quienes dicen que fue su propio gemelo quien le dio el tiro de gracia.

Pero, como siempre en Bonten, eran rumores que podían apoyarse en pistas circunstanciales o comentarios al azar.

Ichirō, Kazuo, Azusa, Shinya, Nahoya y Marina solo conocían sobre la muerte de Mitsuya porque la presenciaron una vez. Además de que en la primera línea de tiempo siguieron de cerca las investigaciones tras sus muertes y ataques directos, por eso tanto Daisuke como Hiroki eran protegidos por Bonten tras el asesinato de sus padres.

Durante el rato que esperaron a los líderes de la Toman, Angry se la pasó hablando con los gemelos Kawata que no podían evitar sentir cierta familiaridad e incomodidad. Sentimientos contradictorios. Conocían a su tío por medio de fotos o anécdotas de su papá, pero realmente no lo conocieron en persona y era la primera vez que conviven. Aunque fue muy irónico que Shinya y Nahoya fueran gemelos, tal como Sōuya y Nahoya, para evitar confusiones entre sí decidieron que los gemelos de cabello celeste iban a mantener sus nombres mientras que el capitán usaría su apodo.

Cuando Mikey, Draken y Takemichi salieron de los baños, el comandante hizo el anuncio que daría inicio a la ceremonia de apertura de la nueva división de la Toman.

El camino al templo no fue tan silencioso como se esperaban.

Por primera vez Mikey no estaba acaparando la atención de Takemichi y en su lugar conversaba con Kazuo unos pasos por delante, como si fueran amigos de toda la vida. Takemichi los miraba desde atrás con una sonrisa mientras iniciaba una conversación con Ichirō.

Hablar con sus padres fue más relajante de lo que pueden admitir. Ichirō por un momento se preguntó si así hubiera sido su vida diaria con su papá si Takemichi siguiera vivo, al mirar hacia adelante chocó con la espalda de Mikey que era tan imponente como siempre y un poco encorvada dando una apariencia más desinteresada de lo normal.

Siendo honesto... ¿Cómo fue que su papá murió en realidad? Miró de reojo a Takemichi.

De niño le dijeron que su padre fue con algunos amigos a ayudar con las preparaciones del festival Hanami, durante el período en que florecen los cerezos, pero de la nada un camión embistió varios puestos del festival acabando con la vida de veinticinco personas, entre ellos su papá, su amigo de la infancia Takuya junto a su hijo de seis años y varios guardaespaldas de confianza. Sin embargo, Ichirō tiene un vago recuerdo de que esa noche estaba nevando, no está seguro porque él apenas tenía cinco años y había fuego.

Su papá era una persona muy importante dentro de Bonten y su padre lo amaba más que a sí mismo, de eso no tiene duda, pero la muerte de Takemichi sin duda provocó un enorme cambio en Bonten y su familia.

—¿Qué ocurre? —Takemichi ladeó la cabeza curioso —Me miras demasiado.

—Disculpa, es... me recuerdas un poco a mi papá. Era omega.

—Oh, ¿Él...?

—Murió cuando era niño —Dijo Ichirō escondiendo las manos en los bolsillos y caminando con la cabeza gacha —Harumi tenía cuatro y Kazuo no había cumplido ni tres años —El par de ojos azules se fijó en la espalda de Mikey y Kazuo —Bueno, al menos tenía a mi padre, no era el mejor pero nunca nos abandonó —Los recuerdos de sus constantes peleas inundan su memoria —Incluso si era un imbécil.

—Ya veo —Takemichi le dedicó una sonrisa amable —Los padres usualmente sienten amor incondicional por sus hijos, pero si tu padre se hizo cargo de ti y tus hermanos aunque perdió a su omega, debe haberlos amado mucho.

—Nunca sabes lo mucho que eres amado por tus padres hasta que los pierdes —Ichirō miró el anillo en su dedo índice, recordando ese último abrazo, sus palabras, su calidez y la amarga despedida —Pero creo que tienes razón. Los alfas suelen rechazar a los cachorros cuando pierden a su omega, nosotros en cambio tuvimos más privilegios que cualquiera —De nuevo miraron a Kazuo sonriendo, una sonrisa honesta que solo se presentaba cuando estaba con su padre —En especial Kazuo. Él era el consentido de nuestro padre y creo que es porque se parece a papá.

—¿De verdad? —Takemichi miró al pequeño omega que parecía un cachorro mientras hablaba sin parar con Mikey, quien respondía con monosílabos o algún comentario corto —No conocí a tu padre, pero algo tuvo que hacer bien si ustedes terminaron siendo tan buenos chicos.

—¿Eh? —La sorpresa estaba impresa en el rostro de Ichirō, más cuando Takemichi de la nada le acarició la cabeza.

—Son buenos chicos, así que relájate, ahora somos amigos y nos vamos a ayudarnos. ¿No?

Ichirō tensó los hombros sintiendo que sus ojos picaban por querer llorar, pero sabe que no puede, no debe hacerlo, porque una vez Mitsuya le dijo que a Takemichi se le contagia el llanto y no quiere ver a su papá llorar.

En su lugar le sonrió. Decidiendo que hará lo que sea para salvar la vida de su papá en el futuro.

Si hace las cosas bien no tendrá que mendigar por estos pequeños momentos con su familia, es posible llegar a un futuro donde sus padres lo estén esperando en el otro extremo del tiempo. Miró a Kazuo que por primera vez se percató de la insistente mirada de su hermano mayor, le dedicó una amplia sonrisa retomando la caminata junto a su padre que presumía sin escrúpulos de cómo nunca fue derrotado en una pelea.

Kazuo escuchaba todo con brillos en los ojos, tal como en el futuro. Azusa no pudo evitar sonreír ante la actitud del omega. Ver que por fin algo lo distrae del dolor es gratificante.

Cuando llegaron al templo todos guardaron silencio e hicieron una pronunciada reverencia cuando Mikey y Draken pasaba entre ellos, Ichirō y los demás optaron por rodear al grupo intentando pasar desapercibidos. En lugar de unirse a alguna fila como Takemichi o los capitanes, decidieron permanecer en un costado de las escaleras como simples espectadores.

—¡¡Vamos a comenzar con la apertura de la Sexta División de la Tokyo Manji!! —Gritó Draken levantando una ola de murmullos.

Si Ichirō no estuviera mentalmente preparado para lo que ocurriría, está convencido de que se lanzaría sobre Kisaki sin pensar en las consecuencias, por suerte Shinya lo sujetaba del brazo con la fuerza suficiente como para clavar las uñas.

El dolor le recordaba que debe controlar su ira.

—¡Capitán del sexto escuadrón, da un paso adelante! —Mikey permitió el paso de Kisaki Tetta, inconsciente del malestar que provocaba en algunas personas.

Por suerte los sentimientos de incomodidad no eran completamente suyos. Ichirō notó que Kisaki no fue bien recibido por la Toman, en especial porque al sentarse le dio la espalda al comandante.

Se hizo una pregunta muy importante, algo que siempre le ha dado vueltas en la cabeza desde niño: ¿Cómo Kisaki tiene la fuerza para pararse arrogante frente a tantas personas que claramente lo odian? Era algo que nunca comprendió. Incluso en el futuro es lo mismo, nadie o muy pocos le tenían aprecio a Kisaki dentro de Bonten, hasta los ejecutivos se limitaban a una relación de negocios.

Una persona normal sentiría un mínimo rastro de vergüenza o al menos sería retraído, pero Kisaki no. Kisaki era... tan altanero que solo estaba interesado en sí mismo y su beneficio.

Plaf.

El ruido de un golpe tomó por sorpresa a Ichirō y sus amigos. Por costumbre voltearon hacia Kazuo, a pesar de que había avanzado un par de pasos para atacar a Kisaki, al final fue retenido por la mano de Azusa y no se acercó lo suficiente como para golpearlo, tampoco había piedras cerca como para lanzarle alguna. Ganas no le faltaban; pero no fue Kazuo quien golpeó a Kisaki.

Miraron hacia la zona de peligro, encontrando la asombrosa escena de Takemichi con el puño alzado tras haberle dado un puñetazo a Kisaki. Ichirō y Kazuo sonrieron orgullosos por la acción de su papá.

Cualquier rastro de arrogancia fue eliminada cuando el resto de los capitanes comenzaron a acercarse a Takemichi.

Ichirō también dio un paso más cerca y esta vez Shinya no pudo detenerlo a tiempo porque estaba igual de sorprendido que el resto. Saber que a Takemichi tampoco le agradaba Kisaki es bueno, ¡Pero no puede hacer algo así en una pandilla cuando no es un miembro! A diferencia de sus amigos, él y su hermano tienen más conocimiento del mundo callejero y poco a poco se fueron haciendo una idea de la organización en el pasado. Esto era malo, muy malo, quizás Takemichi podía morir antes de tiempo. Shinya y Nahoya saben que deben hacer algo o-

—¿Eh? ¿Qué es todo esto? Parece que al fin se puso divertido —Un chico de largo cabello y colmillos afilados se abrió paso entre todos.

Ichirō lo reconoció por las descripciones de Sanzu y una fotografía que vio.

Ese era Baji. Baji Keisuke. El amigo de la infancia de Mikey... que moriría en halloween por una trampa de Kisaki y apuñalado por su mejor amigo Kazutora. Un chico que golpeaba a Takemichi de la nada.

...

La sorpresa de Ichirō y Kazuo se convirtió en molestia, quisieron detenerlo, pero otra vez fueron retenidos por Shinya y Azusa. Los hermanos Sano se quejaron por la represión.

Por obvias razones Ichirō no golpearía a Shinya, no quiere darle al omega más motivos para estar enojado, y Kazuo no iba a pelear con Azusa por la simple razón de que no quiere lastimarlo y tampoco le gusta la idea de ser lastimado por él. Entre todas las personas, no soportaría que Azusa quiera pelear, eso no terminaría bien para ninguno.

No, para nadie.

Por suerte Mitsuya intervino antes de que la situación escalara a algo más jodido.

—Suéltame, Mitsuya, ¿O también quieres un poco? —Baji se detuvo y le dedicó una mirada asesina a su compañero.

—Idiota, ¿Qué estás intentando hacer? —Lo regañó suavemente.

Ichirō al fin recibió el visto bueno de Shinya para correr hacia su papá y ayudarlo a estar de pie tras los golpes. Para su sorpresa, Takemichi era bastante bueno resistiendo y no tardó mucho en enderezar la espalda.

Lo escuchó susurrar algo como que estaba acostumbrado a eso, lo que no le hizo nada de gracia a Ichirō. Por ahora lo dejaría pasar.

—¡MIKEY! —Kazuo y Shinya fruncieron el ceño, ¿Era necesario usar su voz alfa para llamar a su comandante? Como omegas era incómodo el uso indiscriminado de la voz de mando, un omega normal estaría temblando. No les agrada Baji.

—¿Qué haces aquí, Baji? Te prohibí la entrada por causar peleas internas.

—Solo golpee a otro idiota —Tanto Mikey como Ichirō y Kazuo fruncieron el ceño —Ahora que arruiné su reunión tan importante, ¿Me vas a echar?

Shinya enarcó las cejas con curiosidad y los brazos cruzados sobre su torso. Nahoya se dio cuenta de la expresión pensativa de su gemelo y se acercó a él apoyando un brazo alrededor de los hombros.

Los dos intercambiaron una mirada cómplice.

—Baji.

—Yo... me voy a unir a Valhalla —Otra vez el uso de esa voz, Kazuo frunció el ceño molesto incómodo y Shinya se estremeció incómodo. Marina se dio cuenta del estado de sus amigos omegas, a ese paso, los dos iban a actuar impulsivamente como Takemichi —Después de todo, no quieres a un problemático como yo en el grupo. ¿No?

—¡BAJI! —A pesar de que Mikey no usó su voz, el poder que irradiaba como alfa era más que evidente y provocaba incomodidad. Irónicamente Shinya y Kazuo se sintieron un poco mejor, quizás porque estaban acostumbrados.

—Keisuke Baji, capitán de la Primera División, ¡A partir del día de hoy es enemigo de la Tokyo Manji!

Maldita sea su suerte.

Regresaron al pasado en el mismo día que Baji abandona la Toman, que Kisaki se une y todo comienza a torcerse. Ichirō tiene dolor de cabeza. Fue demasiado por una sola noche y todavía estaban en la punta del iceberg.

Baji se fue tras esa declaración de guerra, dejando a más de uno sorprendido. Excepto a Ichirō y sus amigos que saben que por ahora era mejor dejarlo ir.

Otro golpe se oyó en el lugar.

Esta vez Ichirō vio una chaqueta rosa bloqueando con su brazo el puñetazo de Kisaki. Una sonrisa divertida apareció en su rostro y estaba por comentar la similitud de ese chico con su hermanito, pero al mirar hacia el costado se dio cuenta de que Kazuo no estaba y Azusa lo miraba con la misma sorpresa. ¡Kazuo intervino cuando Kisaki quiso golpear a Takemichi!

Cuando el chico que acompañaba a Kisaki intentó hacer algo en su contra y Kazuo estaba preparado para iniciar una pelea, Draken intervino enviando a cada uno a lados opuestos. Kazuo regresó con su hermano mayor y se ganó un regañó, Takemichi fue con Mikey y Kisaki se perdió en el bosque con su lacayo. En el ambiente todavía se respiraba la tensión por los últimos sucesos.

Ichirō terminó de regañar a su hermanito y dirigió la mirada a sus padres, los dos estaban en silencio, perdidos en sus pensamientos.

Sabe que debe quedarse, verificar que todo esté bien, cuidarlos desde las sombras, ofrecer su ayuda y serles útil, pero... pero él todavía está lidiando con los recuerdos del futuro. Por ahora, solo por una mísera noche, quiere regresar al departamento y no pensar nada.

Mañana comenzará a trabajar. Es una promesa.

Ichirō se despidió de Draken prometiendo volver a reunirse pronto para hablar del asunto de las asesorías.

A diferencia del camino de ida, cuando les tocó regresar a pie al departamento ninguno fue capaz de decir nada. En su lugar guardaron silencio con la cabeza gacha, recordando una y otra vez todos los eventos de esa noche, lo que sucedió en el futuro, su presunta muerte, todo comenzaba a superarlos y no puede ser así. Necesitan acomodar sus ideas, trazar un plan y accionar. Pueden llorar y lamentarse después de lograr sus objetivos.

Llegaron al edificio de estilo occidental y suspiraron con tristeza ante las interminables escaleras. A mitad de camino se cruzaron con Misaki y Mitsuki que bajaban para reunirse con Osanai y otros chicos de Moebius, Kazuo decidió ir con ellas y Azusa lo siguió, el resto siguieron el camino hasta su nuevo hogar.

Un hogar temporal que estaba en las mismas condiciones que cuando lo dejaron, salvo que ahora Harumi había sacado las sábanas que cubrían los muebles y limpió un poco. Algo les decía que iban a pasar mucho tiempo en ese sitio.

Sus caminos se separaron.

Ichirō se sorprendió cuando de un momento a otro Shinya agarró su mano para arrastrarlo hasta la habitación que comparte con Kazuo y Harumi. El omega cerró la puerta.

—¿Que-?

—Cuando lloras, no solo lloras el dolor, también lloras el odio, el resentimiento y la frustración. Te vacías de todo eso. Así que deja de pensar tanto y solo llora —Dijo Shinya con los brazos extendidos.

Ichirō otra vez siente que sus lágrimas se desbordan.

Odia sentirse débil, odia dejar que el dolor lo supere, odia ser consciente de que ahora nadie lo estaba esperando en el futuro. Siquiera su propia alma.

Perder a Sanzu fue la estocada final en su corazón y el último rayo de esperanza que le quedaba en ese futuro. ¡Habían perdido todo, hasta la vida! Al paso que iban, Kisaki va a terminar quitándoles todo, hasta el odio, pero por ahora... por ahora quiere llorar.

Se lanzó a los brazos de Shinya permitiéndose ser consolado del desgarrador dolor en su pecho.

¿Cómo puede medirse el dolor? ¿Cuándo es mucho dolor? ¿Y poco? ¿Cómo se mide ese dolor que no puede ponerse en palabras? ¿Qué dicen de eso que duele con un tipo de dolor que podría matarte de tristeza? Así era como se sentía Ichirō ante el recuerdo de todas las muertes.

Ver a Sanzu repleto de sangre era demasiado, lo último que necesitaba para romperse y llorar por todos los que murieron por... ¿Por qué? ¿Por poder? El dolor lo desgarra desde adentro y siente algo más, algo en lo profundo de su corazón que sigue latiendo, de manera pausada y paciente como si estuviera esperando.

No es algo como el odio, no es la maldad, no es la injusticia de Kisaki lo que hace sufrir su alma. Lo que duele es el odio, la malicia y la injusticia de aquellos que ama, porque lo acepte o no, amaba a Bonten aunque fuera la peor organización criminal del país y una pesadilla para algunos. Lo que suele doler es el amor que siente por su familia y la determinación que siente por salvarlos aunque eso significa seguir lastimándose en el proceso.

Así es, la medida del dolor termina siendo el amor, solo y exclusivamente el dolor es lo que tiene la fuerza necesaria para romperlo en los brazos de alguien.

Por fortuna para ellos, tienen a alguien que secará sus lágrimas, se tienen mutuamente.

Manami estaba arrodillada junto a la cama de su hermano menor limpiando el sudor de su frente y dándole de comer, debido a su herida, Kōichi necesitaba descansar al menos por una noche. Hiroki miraba a su hermano durmiendo en la cama después de darle pastillas para controlar su ataque de pánico, permaneció a su lado toda la noche en caso de que despertara y requiera algo.

En el comedor, Nahoya conversaba con Rokurō y Emiko, intentando superar el dolor jugando con las cartas de flores, hanafuda, que Mikey le regaló a Kazuo en su décimoprimer cumpleaños. Saki estaba sentada en la barra de la cocina fumando un cigarro mientras Marina miraba a través de la ventana las silenciosas calles, eligieron una zona bastante tranquila, y Harumi les hacía compañía.

Los únicos que no estaban en el departamento eran Misaki, Mitsuki, Kazuo y Azusa que decidieron bajar del edificio para reunirse con Osanai, lo llamaron apenas volvieron al edificio y querían información sobre lo que está ocurriendo entre las pandillas desde la disolución de Moebius. Mantenerse ocupados en algo era su forma de lidiar con el dolor.

Ese 17 de agosto sería una de las muchas noches que se quedarían en vela llorando, sufriendo, trabajando y peleando por su futuro.

Ahora no había alternativa. Deben cambiar el futuro por su propia seguridad.


Información:

Habitación de Misaki Mitsuki en el pasado:

A diferencia de los gemelos Kawata, las hermanas Kokonoi-Inui no siguen el patrón de ser hermanas con estilos similares, sino todo lo contrario.

El lado de Misaki cuenta con más decoraciones dejando ver su lado detallista, priman los colores púrpura, hay varios cuadros con diseños de ropa, un espejo grande de forma ovalada y una esfera de luz colorida, incluso usa una cortina diferente a la de su hermana. El lado de Mitsuki es mucho más simplista y no cuenta con demasiadas cosas, a pesar de que no sigue el mismo estilo de vida glamoroso que Misaki, Mitsuki suele ser la que mantiene el orden en su cuarto. A pesar de que las dos tienen estilos diferentes, su convivencia es óptima y las peleas suelen ser mínimas, por motivos como el maquillaje o productos de belleza de Misaki tirados o por dejar conectados los dispositivos para el cabello; en pocas palabras, Mitsuki es la encargada de evitar que el departamento se incendie por algún descuido de su gemela, lo cual ocurre bastante seguido, a pesar de ser inteligente y astuta, porque Misaki tiende a bajar todas sus defensas al lado de su hermana (ella es su lugar seguro en el mundo, incluso cuando sus padres peleaban, solían irse juntas de la casa).

Lista de cumpleaños:

• Misaki Kokonoi-Inui nació el 05 de enero de 2021, es capricornio.
• Mitsuki Inui-Kokonoi nació el 05 de enero de 2021, es capricornio.

• Mitsuki Inui-Kokonoi nació el 05 de enero de 2021, es capricornio

Chapter 22: A wounded tiger

Chapter Text


Teeth | 5 Seconds Of Summer

❝ Cada pequeña mentira me da mariposas, algo en la forma en que me miras a través de mis ojos, no sé si voy a salir con vida. Peleas tan sucio, pero tu amor es tan dulce.❞

« Si quieres que pase algo distinto, tienes que hacer algo distinto


La sala se sumió en un profundo silencio después de escuchar el plan de Misaki.

Miraron a la omega con seriedad, esperando que dijera que era una broma, y después sus ojos fueron puestos en los uniformes en medio de la mesa.

—¿Quieres repetir lo que acabas de decir? —Ichirō agarró los pantalones negros para verlos de cerca, eran más horribles.

—Algunos de nosotros vamos a infiltrarnos en la secundaria Mizo para acercarnos a Kazutora y Takemichi —Misaki lanzó la falda gris en la cara de Emiko que miraba las prendas con el mismo asco que los demás. Solo usaron uniformes en los entrenamientos de Bonten y esa ropa tenía estilo porque fue diseñada por Mitsuya, el uniforme de secundaria frente a ellos era horrible —Hay que estar cerca en todo momento. Con suerte lograremos infiltrarnos en Valhalla y entonces... ¡Pom! —Le dio un fuerte golpe a la mesa —Atacamos al poste de luz.

—¿Poste de luz? —Harumi frunció el ceño con duda.

—Ella habla de Hanma —Aclaró Mitsuki con su sonrisa conciliadora y de completa paz, como si no hubiera saltado la verja de diferentes casas para robar uniformes escolares como una pervertida.

—Y entonces lo matamos —Las palabras de Shinya fueron bloqueadas por una mirada de reproche de Ichirō, Shinya suspiró resignado y dejó su idea como un Plan B.

—No habrá problema con papá —Dijo Ichirō dejando los pantalones sobre la mesa —Pero Kazutora... —Frunció el ceño con duda —Sanzu dijo que no era confiable, es inestable y no está bien, si alguien como Sanzu lo dice debe ser verdad. Debemos ser cuidadosos porque es volátil.

—Si, Kazutora será un problema, él es impredecible —Misaki apoyó su rostro entre las manos —Osanai dijo que Valhalla es una pandilla grande, parte de Moebius se unió a ellos y los pocos que no siguieron a Hanma se quedaron con él. Ellos pueden ayudarnos el día de la pelea, pero ahora mismo la situación es mala.

—Sanzu dijo debemos dejarle el asunto de “mediador” a Takemichi —Rokurō no es inteligente, no entiende el punto de todo esto y hasta ahora sigue sin comprender muchas cosas, pero recuerda lgunos detalles —¿Qué haremos nosotros? ¿De verdad vamos a evitar que Baji muera? Siquiera lo conocemos y podría causar problemas, o eso entendí de todo lo que dijo Sanzu.

—Por primera vez estoy de acuerdo con el idiota —Hiroki se recargó en la pared con los brazos cruzados —Ese tal Baji también es impredecible en el futuro y puede marcar la diferencia entre Matsuno y Hanemiya. No confío en él.

—También es el más adecuado para encargarse de Kisaki —Señaló Saki mientras navegaba en las redes sociales desde su teléfono —Pero no me emociona la idea de que Kōichi y Manami desaparezcan por esa mierda de la paradoja temporal.

Ese era otro hecho en el que nadie quería pensar.

Sanzu dejó en claro que Baji y Chifuyu tenían una relación especial, como una pareja destinada, pero tras su muerte, Chifuyu se hizo cercano a Kazutora y entre ellos nació otro tipo de lazo. Uno que sobrepasaba el destino y la relación alfa-omega. Todos en Bonten admiraban la relación de ambos. Si hubiera un ranking de los mejores padres, ellos estarían en primer lugar.

No tienen nada en contra de Baji Keisuke, pero si tienen que poner en una balanza lo que sienten por él y, por otro lado, la importancia de Kazutora, el ganador es indiscutido. Ellos crecieron, bromearon, jugaron y fueron reprendidos por Kazutora, no por Baji, a quien siquiera conocían.

Además, estaba el detalle de que salvarlo provoque una paradoja temporal o peor, que Kōichi y Manami desaparezcan.

Por lo tanto, la respuesta a su objetivo es difícil, antes de su último viaje temporal creyeron que querían derrotar a Kisaki a cualquier precio, pero ahora saben que para ganarle tendrían que usar a Baji como carta de triunfo y tenerlo a él equivale a que renuncien a dos personas. Técnicamente es como pedirles que eviten la existencia de sus dos amigos.

La situación es tan compleja y otra vez entraban en un debate moral sobre si estaba bien dejar morir a alguien como está destinado por el bien mayor o la conveniencia de sus propias emociones, solo por su deseo, y joder mucho más el futuro.

—¡D-Déjenme fo-formar parte de-del p-pl-plan! —De repente Manami rompió el tenso silencio.

—¿Eh? —Hasta Kōichi estaba sorprendido por la propuesta de su hermana, Ichirō la miró con preocupación —No creo que sea una buena idea...

—¡S-Si alguien puede tra-tratar con nuestro padre, somos nosotros! —Dijo haciendo referencia a ella y Kōichi, su hermano la miraba con intranquilidad, hasta Saki luce desconfiada —Por... por favor.

—Pero Manami, ¿Sabes que tendrás que asistir a la escuela donde habrán alfas y betas? —Harumi fue cuidadosa con sus palabras, ella y Marina vieron en primera fila los traumas de su amiga y lo mucho que se esfuerza por salir lo mínimo e indispensable del departamento. Incluso mantiene distancia de visitas y tiene ataques de pánico en lugares concurridos.

—L-Lo sé, pero debo hacer esto —Apretó los puños sobre su falda celeste, tratando de mostrar determinación en su voz a pesar de estar temblando —Esto... es por mi familia. Yo también tengo que actuar de alguna forma.

—Haces mucho estudiando, reuniendo información y trazando planes desde aquí —Nahoya se sentó en el brazo del sofá, cerca de Manami —No tienes que forzarte.

—Nami —Kōichi sostuvo las manos de su hermana con fuerza al notar sus temblores, ella se relajó instantáneamente ante el tacto del beta, lo único que logra calmarla desde que sus padres murieron —No vas a perder valor solo por quedarte en casa —Dijo usando una voz suave, algo reservado y exclusivo para su hermana mayor —Si quieres intentar acercarte a nuestro padre, yo puedo ir en tu lugar y hacer todo lo que quieras.

—Kōichi —Manami apretó el agarre en sus manos, más decidida que antes —Sé que mi propuesta es egoísta, pero quiero hacerlo y... bu-bueno, ¿P-Puedes estar conmigo? Si... si es-estas conmigo...

—¡Por supuesto que estaré contigo! Te prometí que siempre te protegería, ¿No? —El azabache-rubio sonrió ampliamente —Si Nami está segura, hagámoslo.

—Ah... si ella se siente preparada y Kōichi estará cerca, ya no hay nada que decir —Mitsuki dio por finalizado el tema —En caso de que surja cualquier problema, deben llamarnos y los sacaremos con cualquier excusa de la secundaria.

—Yo estaré cerca de papá. Marina —Llamó a su mejor amiga y prima —¿Vienes conmigo?

—Va siendo hora de que tengamos nuestra propia aventura —Chocaron los puños.

—Ustedes cuatro irán a la secundaria Mizo. Mitsuki, Kazuo, Azusa y yo estaremos arreglando algunos asuntos con Osanai —Dijo Misaki indiferente.

—¿Asuntos? ¿Qué asuntos? —Preguntó Rokurō entre curioso y celoso, últimamente Misaki pasaba mucho tiempo con Osanai —¡Yo también voy!

—Como quieras —Le restó importancia —Solo es... un plan de emergencia.

—¿Plan de emergencia? —Ichirō frunció el ceño con duda y desconfianza, conoce mejor que nadie que los planes de Misaki siempre tienen otras intenciones ocultas, es raro que esta vez no le haya dicho nada.

—Si, plan de emergencia —La omega lo miró frustrada por tantas preguntas y se levantó de la mesa —Iré a buscar nuestros documentos falsos para una inscripción escolar igual de falsa.

Ichirō la vio marchar frustrada haciendo resonar sus tacones en el suelo.

Todavía no tienen un plan concreto, pero al menos, acercarse a Kazutora iba a ser el primer paso.

Con mucha suerte de su lado, los encantos de Manami, la insistencia de Kōichi, la esperanza y sus conocimientos del futuro, conseguirían provocar un cambio. Uno lo suficientemente bueno como para golpear a Kisaki, pero sin que sea demasiado radical como para eliminar la existencia de los hermanos Hanemiya.

Por ahora, solo pueden confiar en la fe, el amor y el instinto de Kazutora por sus futuros hijos. Ya que, como tienen entendido, actualmente Chifuyu era completamente ajeno a todo y su único interés era Baji.


Manami ajustó las coletas con las delgadas ligas negras y arregló con sus dedos las ondas que caían, se acomodó el flequillo recto que cubría parte de sus ojos y se aseguró de que sus facciones no fueran tan visibles. Debido a su miedo por llamar atención indeseada se dejó crecer el cabello hasta la cintura para cubrirse mejor.

La falda era lo suficientemente larga para ocultar sus delgadas piernas, la camisa blanca debía ser de mangas cortas, por suerte era grande y no dejaba a la imaginación su propio cuerpo. Su cubrió los brazos con un grueso suéter de tono beige con botones y mangas largas, la corbata roja estaba en su lugar y sus zapatos bajos le daban una apariencia ordinaria.

Su cabello rubio era llamativo, pero al menos ocultaba su apariencia omega. Se aplicó una enorme cantidad de spray para ocultar sus feromonas o cualquier indicio de su segundo género. Solo un alfa y omega dominante podrían descubrirla.

Manami se miró de cuerpo completo en el espejo fijándose en las imperfecciones inexistentes, estiró mucho más las mangas para cubrirse los brazos e hizo lo mismo con la falda que era larga hasta dos centímetros sobre la rodilla, los botones estaban abrochados hasta arriba y sus pechos no se ajustaban debido a la tela extra de su camisa. La faja que usaba para limitar el tamaño de sus senos hacia que se viera plana.

Se removió incómoda volviendo a acomodar esos detalles solo evidentes por sus ojos y casi tiene un ataque de ansiedad si no fuera por el comentario de su hermano.

—Me siento un nerd —Gruñó Kōichi mirando el simple gakuran negro que debía utilizar, decidió atar la chaqueta en su cintura y dejarse la camiseta blanca.

—Yo creo que luces bien —Manami dejó de mirarse en el espejo para ir con su hermano y acomodar el uniforme, no quiere que tenga problemas apenas pase las puertas de la secundaria.

—Nami luce hermosa con su uniforme —Kōichi se dejó peinar por su hermana —Siempre luces bien, así que no es sorprendente que luzcas perfecta en esta ropa sin estilo. Claro que Mitsuya se quejaría.

La única respuesta de Manami fue una amable sonrisa.

Sonrisa que decía más de lo que quería expresar y Kōichi lo sabe, esa clase de sonrisas dulces con los ojos cerrados quieren decir muchas cosas malas como: “Solo lo dices por ser mi hermano”, “sé que mientes”, “no soy bonita”, “mi cuerpo es horrible y lo sé”, “te diré que si para que no te preocupes”, “me siento fea”, “estoy sucia” o “gracias, tus mentiras me ayudan a sentirme mejor”. Nada de lo que dice supera las voces que Manami oye en su mente.

Él la ve siempre mirándose de reojo en el reflejo de las ventanas, en el espejo del baño tocando imperfecciones que no son imperfecciones, llorando en la bañera o evitando comer determinada cantidad de alimentos. Aunque se esfuerza por ayudarla, no puede ser el mismo apoyo que sus padres.

Terminaron de arreglarse en una amena charla donde Kōichi repetía diferentes frases sobre todo lo bueno que tenía su hermana y le reiteraba que iban a estar juntos siempre.

Kōichi agarró su mochila amarilla donde solo tenía un bolígrafo, seguramente sin tinta, un cuaderno usado con un par de hojas blancas, un manga de superhéroes, paquetes de frituras, un abrigo para su hermana y supresores de emergencia. Manami era más práctica y en su bolso celeste llevaba cosas útiles para el período escolar, un poco de dinero en caso de emergencias y las llaves del departamento. Salieron de su cuarto compartido y al instante vieron a Ichirō junto a Marina, los dos esperándolos al pie de la escalera.

El alfa llevaba solo la camisa blanca con los primeros botones sin abrochar, las mangas plegadas hasta los codos, la corbata sin ajustar, los mismos pantalones negros del gakuran y la chaqueta colgaba en su hombro. Marina usaba una falda corta de color gris con un short deportivo abajo, la camisa blanca con mangas cortas y la corbata roja medio floja, en lugar de los zapatos había optado por unas cómodas converse negras que, en sus palabras, eran más útiles en caso de tener que correr o pelear.

La noche anterior habían llegado a un acuerdo sobre lo que iban a hacer cuando llegaran a la secundaria.

Misaki ya hizo algunas llamadas y se comunicó con la escuela a través del teléfono, con ayuda de Hiroki, para establecer el ingreso de sus cuatro amigos, esperaban que fuera una medida temporal, y les dio sus respectivos documentos falsos que Sanzu ya les había preparado en su primer viaje en caso de necesitar hacer algún trámite en el pasado.

Los nuevos estudiantes de secundaria bajaron del edificio en una amena charla, al llegar a la entrada Manami se acercó a su hermano sujetando su brazo con fuerza y juntos emprendieron camino a la secundaria donde verían otra vez a sus padres.

El camino fue relativamente tranquilo.

—Oigan —Ichirō se siente raro usando uniforme como si fuera un adolescente normal y no el hijo del líder de una peligrosa organización criminal —¿Cómo planean acercarse a Kazutora?

—Descuida, tengo un plan a prueba de tontos —Tanto Ichirō como Marina miraron a Kōichi con escepticismo.

—E-Está bien. Pu... pueden confiar en no-nosotros —Dijo Manami volviendo a tomar la palabra con una expresión relajada, aunque todavía se le notaba nerviosa por caminar en la calle y apretaba con fuerza el brazo de su hermano —Sabemos cómo lidiar con nuestro padre.

—Pero Sanzu dijo que no es estable, y si alguien como él dijo que tuviéramos cuidado, debe tener sus motivos —A Marina no le gusta ser pesimista, pero necesita marcar ese punto.

—Kazutora no es la persona que conocemos —Ichirō también estaba preocupado, no quiere que Manami vuelva a sentirse traicionada y que reciba otra puñalada de la realidad, ella ha sufrido mucho, no quiere que vea a su padre rechazándola o peor, queriendo golpearla —¿Están seguros? Todavía estamos a tiempo de volver.

—S-Si... —La rubia asintió intentando sonreír —Necesito intentarlo y de-demostrarme que pue-puedo... tengo que superarlo, de lo contrario... —Apretó el brazo de Kōichi que la miró preocupado —Kisaki ganará de nuevo.

—Manami... —Ichirō disminuyó la velocidad de sus pasos hasta quedar a su lado.

—Ahora, Kōichi y yo somos los únicos que pueden salvar a mis padres —Dijo con los nervios a flor de piel —¡Somos el golpe que no ve venir! Estaré bien.

Ante la determinación de Manami no les quedó otra alternativa que aceptar, incluso si notaban que cada vez temblaba más a medida que se acercaban a la secundaria y la cantidad de personas aumentaba.

Tuvieron que frenar un par de cuadras a la distancia para que Manami pudiera recuperar el aliento.

Vaya que era difícil estar fuera del departamento y caminar alrededor de tantos desconocidos, potenciales depredadores, potenciales peligros, potenciales... malas personas. Incluso cuando vivía en Bonten y era rodeada por gente peligrosa, Manami no se sintió tan mal entre ellos como cuando estaba fuera de la seguridad de su casa o los muros. Vivir como protegida de Bonten hizo que ganara algunos apodos despectivos, aunque nada importaba porque seguía siendo importante dentro de la organización y todos la trataban bien.

¿Qué tan irónico y ridículo puede ser que se sienta a salvo con personas tan dañinas en lugar de completos desconocidos? Quiere volver a Bonten, quiere volver a su torre de princesa y quiere a sus padres.

Se mordió con fuerza el labio inferior, enderezando la espalda y apretando los puños. Si quiere todo eso, deben derrotar a Kisaki.

Todos estaban haciendo sacrificios, Shinya casi muere, ella debe avanzar con todos.

En cuanto estuvo más tranquila tomó aire profundamente y exhaló, esta vez sujetó la mano de Kōichi, decidida a seguir con mayor determinación. El fuerte y firme apretón de su hermano le permitía mantener los pies en la tierra, no iba a dejarse llevar por el pánico y si ocurría, siempre tiene a su ancla.

Ingresaron a la secundaria atrayendo algunas miradas. Manami se escondió un poco tras su hermano menor intentando desaparecer de la vida de todos, había olvidado que siempre fueron personas llamativas.

Ichirō con su aura alfa, cabello rubio y ojos azules tenía una apariencia atractiva digna de un príncipe, Marina era una alfa alta que atraía las miradas de todos con su largo cabello rubio y sonrisa pacífica, Kōichi era un beta llamativo desde varios puntos de vista, ya sea por su cabello azabache con la mitad interior rubia o sus ojos dorados como el oro, y la misma Manami era llamativa con su largo cabello rubio. Pasaron rápido por el extenso patio hasta llegar a la zona de las casillas.

Antes de despedirse volvieron a preguntar si todo estaba bien y Manami les sonrió en respuesta, apretando cada vez con mayor fuerza la mano de Kōichi.

Durante el primer período Ichirō y Marina irían a la clase de Takemichi, aunque fueran mayores, mientras que Kōichi y Manami irían en busca de Kazutora. Por la información obtenida de Misaki y Sanzu, estaban a mediados de los primeros días tras su liberación del reformatorio y lo que menos hacía era ir a clases, por lo que debía estar en los alrededores.

Posiblemente inscribirse en la escuela fuera inútil porque terminaron por saltarse las primeras clases.

Manami y Kōichi estaban por rendirse y comenzar a preguntar en los salones por su padre, cuando un chico pasó caminando por su lado. Tanto sus feromonas como el tatuaje en el cuello les permitió reconocer su identidad.

Los hermanos frenaron abruptamente y voltearon con el corazón latiendo a mil.

Kazutora tenía una apariencia juvenil, desprendía esa aura peligrosa que nunca vieron en persona, sus feromonas de petricor les hacía recordar al olor producido cuando la lluvia cae en un suelo seco, ese aroma a tierra mojada o la distintiva fragancia que acompaña a la primera lluvia tras un largo período de sequía. Su padre solía sentarse con ellos y su papá, los cuatro debajo de una manta con chocolate caliente frente a la fogata mientras miraban alguna película infantil o programas de comedia.

Esas tardes lluviosas eran lejanos recuerdos que podrían recuperar, estaba al alcance de sus manos conocer un lado de su padre totalmente desconocido y ayudarlo, tal como él siempre hizo con ellos, a pesar de que claramente tienen sus propios problemas.

—Nami, ¿De verdad tenemos un plan como le dijimos a Ichirō? —Preguntó Kōichi sin apartar la mirada de su padre.

—No, pero conocemos a nuestro padre —Dijo mirando en la misma dirección, compartieron una sonrisa cómplice —¡Vamos!

Kōichi asintió.

Antes de que Kazutora pudiera doblar en la esquina con los dos chicos que lo seguían, Manami dio el primer paso hasta alcanzar la camisa de su padre y detener sus pasos.

El adolescente de cabello negro con mechas rubias se detuvo abruptamente, no porque el agarre haya sido firme, sino que le sorprendió que alguien que temblaba tanto sea capa de seguir sujetando el borde de su uniforme. La miró de reojo por encima del hombro, se trataba de una chica rubia bastante pequeña escondida en muchas capas de ropa, a pesar de que era un día caluroso, y tras ella había otro chico.

No los conoce. Tampoco es que sea alguien que recuerde muchos rostros, menos de personas random.

Muchas personas se han acercado a él para comenzar una pelea por problemas del pasado con miembros de otras pandillas o solo porque les hizo algo cuando se cruzaron en su camino estando de mal humor. Sin embargo, esos chicos no parecían tener intenciones hostiles. Olfateó un poco y se sorprendió de percibir algo relajante en la chica, era una omega oculta bajo mucho spray para disimular sus feromonas, y los temblores no eran porque tiene miedo de él, ¿Por qué luce tan nerviosa la omega y por qué el beta lo mira tanto fijo?

Sabe que esa chica es omega, pero no entiende porqué oculta con tanto ahínco su aroma y mucho menos entiende cómo él puede sentirlo a pesar del spray. No es un alfa dominante o uno con el olfato más desarrollado.

Kazutora decidió utilizar su sonrisa falsa apartando las manos de la chica de su ropa, odia que extraños lo toquen y no se siente cómodo con las feromonas que está sintiendo. Acabará con eso rápido.

—¿Qué quie-?

—¡Por favor, déjanos estar contigo!

...

Kazutora tardó un minuto en procesar esa información. ¿De verdad no estaban buscando pelea?

Aunque si miraba con atención, la omega no tiene fuerza ni para aplastar una hormiga.

La respuesta es simple.

—No —No entiende lo que está pasando, no conoce a esas dos personas, no tiene interés en expandir su círculo social y tampoco quiere drama innecesario. Lo mejor será irse. Estaba por darle la espalda cuando la omega otra vez tomó la palabra.

—¡Por favor! —Inclinó la cabeza apretando con fuerza los puños —Quiero regresar un favor.

Ahora Kazutora estaba más confundido, él nunca hace nada por nadie y mucho menos en nombre de la justicia y el bien. Menos desde que salió del reformatorio, intentó hacer memoria y recordar alguna buena acción.

Nada.

Está seguro de que no hizo nada a favor de la comunidad o algún juego de héroe, aparte, recordaría ese largo cabello rubio o al beta tras ella.

—No te conozco, estás equivocada, piérdete.

Manami apretó los puños volviendo a levantar la mirada, quizás porque estaba cerca de su padre o de verdad la adrenalina hizo su magia, pero consiguió sacar valor de su interior para hablar con firmeza.

—¡Golpeaste a unos chicos que me hicieron mucho daño! —No era una mentira completa. Kazutora la miró de reojo, su sonrisa desapareció y ahora frunció el ceño con duda —Ellos hicieron lo que quisieron conmigo —En realidad, no es mentira, estaba hablando de su trauma y lo que sucedió en su tiempo —Cuando acabaron solo me dejaron ahí y tuve que volver sola a mi casa, pero entonces descubrí que un chico con tatuaje de tigre en el cuello les dio una paliza y desde entonces he querido agradecerte.

Kōichi al fin entendió el plan de su hermana.

Hablaría del tema de su trauma para que Kazutora bajara un poco la guardia y modificaría detalles de la historia sobre lo que sucedió en realidad. Ahora le estaba diciendo que fueron unos delincuentes al azar, pero Kazutora peleaba con tantas personas que no podría recordar a nadie específico.

Su padre en la adolescencia, al igual que casi todos los delincuentes, era indiscriminado a la hora de repartir golpes y si de casualidad una de esas peleas fue con verdaderos criminales, no sospecharía y solo iba a decir que es una coincidencia.

¡Manami era tan genial! Su hermana es la mejor.

—No lo hice por ti —Dijo Kazutora restándole importancia —De seguro fue algún idiota que se metió en mi camino. No te sientas especial.

—Pero de todas formas estoy agradecida y quiero estar cerca de ti.

—Ya te dije que no.

—¡Puedo ser muy útil!

—No veo cómo puedes servir de algo y tus feromonas me recuerdan a mi familia —Antes de que Manami tuviera tiempo de emocionarse por esas palabras, Kazutora le dedicó una mirada asqueada —Odio mierda como esa. Piérdete.

La omega bajó la cabeza con desánimo.

—¡Oye, mi hermana está haciendo un esfuerzo como no tienes ideas estando en la escuela! Por culpa de esos malditos ella ni siquiera puede salir de casa, le asustan los alfas y betas, tiene miedo de todos y se odia, pero gracias a ti sintió un poco de felicidad —Kōichi intervino abruptamente dando un paso al frente ubicándose al lado de Manami, enfrentando a Kazutora. Ese chico de verdad no se parece a su padre —Incluso si no fue tu intención, la ayudaste y yo también estoy agradecido contigo —El beta de un momento a otro abrió su camisa dejando ver el torso, se dio la vuelta mostrando su hombro izquierdo —Incluso decidimos usar el mismo tatuaje porque queríamos tener algo de ti con nosotros y ver esto siempre nos da fuerzas para seguir.

De nuevo, no eran completas mentiras, es verdad que esos tatuajes familiares los ayudaban a sentir que llevaban sobre la piel a su padre y les daba la sensación de siempre estar protegidos.

Avergonzada, Manami dio un paso al frente bajando el suéter y levantando la manga de su camisa, mostrando el mismo tatuaje en el brazo opuesto a su hermano.

Kazutora cada vez estaba más irritado.

Pero tener a dos personas dispuestas a hacer cualquier cosa por él debía tener algún privilegio.

—¿Saben pelear?

—Eh... no —Manami bajó la cabeza apenada.

—¡Yo puedo pelear por los dos! Mi hermana es inteligente y sabe cómo conseguir información.

—Demonios —Kazutora suspiró con fastidio, sus ojos vacíos recorrieron el pequeño cuerpo de la omega y después pasó al beta que luce muy determinado. En sus planes pueden ser útiles para pelear o cuanto mucho servirán como carne de cañón; de nuevo Kazutora tenía esa sonrisa vacía del comienzo —De acuerdo, pueden venir, al menos servirán para los recados —Se encogió de hombros ignorando la sonrisa repleta de brillos de los hermanos —¿Cómo se llaman?

—Manami Ha... Hashimoto —Dijo con una sonrisa nerviosa —Pero puedes llamarme Nami.

—Soy Kōichi Hashimoto —Se presentó mientras volvía a acomodarse la camisa.

—Bien. Nami y Kōichi, vengan conmigo.

—¿Eh? ¿A dónde vamos?

—A buscar a nuestro testigo —La sonrisa de Kazutora debería intimidarlos, sin embargo, Kōichi y Manami asintieron sin hacer preguntas y siguieron los pasos del alfa con aura peligrosa —Luego iremos a la guarida de mi pandilla.

—¿Pandilla? —Esta vez Manami no necesita agarrar la mano de su hermano para caminar, estar cerca de su padre, incluso si era su peor versión, la ayudaba mucho.

—Soy el número 3 de Valhalla y el líder del escuadrón anti-Toman.

Ellos ya lo sabían, pero escucharlo de Kazutora sigue siendo sorprendente.

Del otro lado de la secundaria, Ichirō y Marina escuchaban en silencio la extensa explicación de uno de los amigos de Takemichi sobre la organización de la Tokyo Manji. Algo que incluso ellos sabían y no pertenecían a ese tiempo.

—No puedo creer que convivas tanto con la Toman y no sepas esto —Se burló Marina con una sonrisa ladina.

Takemichi se avergonzó de sí mismo.

Incluso cuando acababa de convertirse en un miembro oficial de la Toman, recién se estaba enterando de la jerarquía de las pandillas y el asunto del territorio, todo por su objetivo de traer a Baji de regreso. Tarea impuesta por Mikey o iba a recibir una paliza de su líder, detalle que Ichirō y Marina ven imposible.

Los primos se mantenía al margen siguiendo los consejos de Sanzu: “No intervenir con los planes de Takemichi”. Él sabe lo que está haciendo e incluso cuando no y parece que va a perder, deben confiar en Takemichi, porque muchas cosas positivas sucedieron gracias a su perseverancia, valentía, compromiso y palabras. Solo porque Sanzu se los dijo, actuaban como espectadores del problema, simples estudiantes involucrados por consecuencia.

Cuando Yamagishi explicaba sobre los miembros de Valhalla, la puerta se abrió dejando ver a un chico de apariencia llamativa con un par de ojos vacíos y carentes de vida, expresión despreocupa y falsa.

Reconocieron a Kazutora antes de sentir sus feromonas. El cascabel en su oreja y el tatuaje de tigre en su cuello también eran detalles distintivos.

Detrás del chico notaron a Manami y Kōichi, de alguna forma consiguieron atraer la atención de Kazutora y les permitió estar a su lado. Cuando regresen al departamento hablarían todos, pero incluso sin hacer nada, Ichirō sabe que ya estaban cambiando algo y se estaban dirigiendo a un nuevo futuro.


Información:

Habitación de Hiroki Daisuke en el pasado:

Su cuarto es el más ordenado y simple. La gama de colores son en su mayoría azul marino o negro, tienen pocas cosas a pesar de que pasan más tiempo en sus habitaciones que fuera del departamento. Daisuke cuenta con una computadora que no sirve y es meramente decorativa, su ropa está ordenada en los cajones y le dejó a Hiroki el armario; ellos dividen perfectamente cada cosa que utilizan y se abstienen de compartir por una cuestión de comodidad. Daisuke también cuenta con muchos cables de teléfono, cargadores y audífonos baratos en caso de emergencia ya que suele romperlos con frecuencia, pero no se le hace extraño que siempre haya un repuesto, en el fondo sabe que son regalos de Hiroki (que al escuchar a Daisuke quejarse por los audífonos suele comprar un par sin que nadie sepa).

Lista de cumpleaños:

• Hiroki Mitsuya nació el 2 de noviembre de 2020, es escorpio.
• Daisuke Mitsuya nació el 27 de noviembre de 2022, es sagitario.

• Daisuke Mitsuya nació el 27 de noviembre de 2022, es sagitario

Chapter 23: Hidden feelings

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Que lloro | Sin Bandera

❝ La vida me dijo a gritos que nunca te tuve y nunca te perdí, y me explicaba que el amor es una cosa que se da de pronto en forma natural.❞

« Algunos aman solo a la distancia y otros no pueden soportar la intimidad


El lugar de reunión que usaba Valhalla no era para nada agradable, muy diferente a la Tokyo Manji que tenía sus reuniones al aire libre. La nueva pandilla de Kantō era intimidante sin importar donde voltearan a mirar.

Durante el trayecto,  Ichirō, Marina, Manami y Kōichi escucharon la conversación entre sus padres en silencio, los primeros iban a ingresar como simples “invitados” mientras que Manami y Kōichi serían algo así como miembros provisionales bajo el cargo de Kazutora, sin embargo, ninguno de los cuatro tenía permitido hablar o emitir su opinión sobre lo que iban a ver.

Manami y Kōichi se estremecieron ante la advertencia y no tardaron en comprender el motivo de esa sensación incómoda en su instinto y corazón.

Vieron a Baji Keisuke dándole una brutal paliza a Chifuyu.

La frustración era imposible de ocultar y Manami tuvo que sujetar a Kōichi del brazo para que no ayudara a su papá, en especial después de oír por labios de Kazutora que esa era una especie de “ceremonia de iniciación”. Cambiar de pandilla era como cambiar de religión. Por primera vez Ichirō se preguntó qué tan en serio se tomaban todo el asunto de las pandillas y tuvo miedo de la respuesta.

Se supone que estaban ahí para salvar a Baji, o algo así porque ese plan sigue en discusión, pero, ¿Cómo van a tener ganas de ayudarlo cuando lo ven golpeando a Chifuyu? Persona que ellos conocen en el futuro y siempre ha estado a su lado como guía, protector, amigo y entrenador.

En definitiva, la situación les hacía replantearse sus intenciones de salvarle la vida, incluso si eso significaba dejar el camino libre para Kisaki.

¿Qué era más fuerte, su odio por Kisaki o la frustración de Baji por lo que estaba haciendo? No les gusta admitir que su odio era superior, por mucho, odiaban a Kisaki más de lo que pueden molestarse con alguien como Baji. Claro que la decisión de salvar a Baji sigue siendo exclusiva de los hermanos Hanemiya porque era un asunto que los involucraba de manera directa desde muchos puntos de vista, hasta el existencial, de ellos depende el querer arriesgar su existencia por una oportunidad contra Kisaki en el futuro.

Kazutora miraba la escena en silencio.

Su curiosidad se dirigió a los dos hermanos que habían decidido seguirlo, esperaba que con esa demostración ya no tengan ideas raras como seguirlo y se marchen en silencio. Vio a Kōichi incómodo y mirando a otro lado, una reacción normal, pero quien lo sorprendió fue la pequeña omega asustadiza.

Los ojos de Kazutora se entrecerraron en busca de algo que desconocía. Manami miraba la muestra de fe con los ojos abiertos, su mirada aguamarina era opaca y perdió todo rastro de brillo mientras repetía en voz baja “no pasa nada”, era como un mantra que decís una y otra vez para convencerse. Entonces Kazutora recordó lo que le dijo antes, unos tipos la atacaron y abusaron de ella, después la dejaron tirada y tuvo que levantarse por sí misma para caminar de regreso a casa; su hermano también dijo que ella no suele salir.

Por primera vez en mucho tiempo Kazutora se alegró de haber golpeado a idiotas como esos. Él puede ser un desquiciado, asesino y loco por las peleas, pero había una línea que nunca cruzó, y esa es la de atacar sexualmente a alguien.

—Ah... ¿Con esto estoy aprobado para unirme a Valhalla, Hanma? —La voz de Baji lo sacó de sus pensamientos.

Kazutora regresó a la realidad uniéndose a la disputa.

La declaración del testigo Takemichi, el anuncio de Hanma, la paliza de Chifuyu, el apoyo de Kazutora a que Baji se una y la aceptación de Valhalla ocurrieron bajo las narices de Ichirō.

A pesar de la incomodidad que pueda sentir y el horrible ambiente en ese viejo arcade, sabe que no puede intervenir y hasta cierto punto ni siquiera debería llamar la atención. Algunos podrían reconocerlo por haber ayudado en la pelea de la Tokyo Manji contra Moebius. Lo mejor era estar callado y no decir nada.

Todo para que las cosas lleguen a un determinado punto tal como les dijos Sanzu y dejar todo en manos-

—¡Esperen! —Ichirō se sorprendió por el repentino grito de su papá —¡Baji, fundaste la Toman con Mikey y los demás, ¿No?! ¡¿Por qué los traicionas así?!

Nadie dijo nada por un momento.

Ichirō volvió a plantearse hasta donde tiene permitido intervenir. No quiere ver a su papá recibir la misma paliza como Chifuyu y tampoco debe involucrarse demasiado en los asuntos de pandilla, solo lo mínimo y necesario.

Además hay un detalle que Misaki le dejó en claro si llegase a meterse en los problemas de sus padres: “Tiene que parecer circunstancial. Te involucras porque la situación se dio o la planeamos de antemano, no seas impulsivo”. Por eso pudieron actuar cuando el padre de Rokurō tuvo problemas con Osanai, ellos impusieron las circunstancias de un evento específico y lograron intervenir a tiempo.

Con el problema de Valhalla y lo que ocurre con el delicado futuro no pueden saber todos los detalles de lo que realmente ocurrió, tampoco pueden volver a su tiempo y preguntarle a Sanzu.

Mierda, estaba en problemas si quiere cuidar a su papá y evitar que lo dañen.

—Según lo que dices, solo porque soy uno de los miembros fundadores, ¿No puedo hacer algo así? No digas estupideces —Ichirō y Marina fruncieron el ceño, cada vez tienen más problemas para empatizar con Baji —Kazutora también fue uno de los miembros fundadores, ¿No lo sabías?

Kazutora inclinó la cabeza haciendo ruido con su cascabel cuando Takemichi lo miró sorprendido.

Contrario a Ichirō, Marina, Manami y Kōichi que ya conocían ese detalle de la historia. Una de las pocas cosas que lograron aprender durante las clases de emergencia dadas por Sanzu.

—Él odia la Toman —Dijo seriamente —No olvido ese día. Fue en el verano de 2012 cuando estábamos en primero de secundaria baja, hacíamos lo que queríamos . Era un día frasco para ser verano.

Oír los eventos del pasado de los labios de Baji fue diferente a escucharlo de Sanzu que narró los hechos como un evento histórico, sin rastro de emociones en su voz y siendo objetivo con el asunto.

Fue incómodo escuchar algunos detalles.

Ichirō otra vez estaba conociendo una nueva faceta de su padre, más importante, escuchaba detalles sobre Shinichirō Sano. Incluso si ha visto fotos de su tío, visitó su lugar de descanso y rezó por su paz eterna, su padre en realidad nunca le dijo nada sobre él o alguna anécdota. Shinichirō era un tema popular y misterioso.

Todos en Bonten sabían que Shinichirō Sano fue un delincuente reconocido en su momento que marcó un precedente y una era positiva para los suyos, también era uno de los miembros fundadores de los Black Dragons y su líder. Pandilla que incluso en la actualidad contaba con cierto prestigio a pesar de los años, claro que ya no eran tan “honorables” como entonces, pero siguen siendo de las pandillas más grandes e influyentes.

Sin embargo, a pesar de saber lo normal sobre el pasado y escuchar sobre su muerte por un robo, Ichirō no sabía las verdaderas circunstancias de su fallecimiento. Mucho menos que Kazutora estuviera involucrado de manera directa.

Aunque eso explicaba muchas de las advertencias de Sanzu.

Kōichi confirma que Kazutora es inestable y volátil, incluso si es culpable directo del crimen —intencional o no —y no puede aceptar la culpa del hecho. Supone que ese odio insano por su padre se debe al estrés postraumático, miró de reojo a Manami; vio algo similar en ella después de que la atacaron. No al mismo nivel de Kazutora, pero se parecía.

Incluso cuando el estado de Kazutora es lo suficientemente malo, decidió asumir toda la culpa del acontecimiento para que Baji no tenga que ir al reformatorio.

Sanzu no les dijo todos esos detalles.

Ichirō se cruzó de brazos desviando la mirada, por primera vez se estaba planteando la idea de seguir el plan de Shinya y solo matar a sus objetivos, sin saberlo, la vida de Baji pendía de un hilo muy delgado. Hizo a un lado esos pensamientos preocupantes. Marina se dio cuenta del estado de su mejor amigo y le dio golpes en la espalda, comprendiendo su frustración, en pocas palabras, estaban frente a los responsables de la muerte de su tío Shinichirō. Uno de los motivos del quiebre que tuvo Mikey.

—¡¡Hanagaki, como eres la perra de Mikey, ve a decirle esto!! —Hanma atrajo la atención del rubio teñido y sus acompañantes.

—Dentro de una semana, el 31 de octubre en el desarmadero de autos, Valhalla se enfrentará a la Toman —Dijo Kazutora seriamente mirando al chico de ojos azules que lo miraba asustado —Va a ser la batalla decisiva.

Takemichi apretó los puños retirándose del lugar junto a Ichirō y Marina, quienes antes de irse miraron a los hermanos Hanemiya que asintieron de manera imperceptible.

Sus caminos se separaron después de eso.

Kōichi decidió permanecer en un costado del arcade cubriendo a su hermana de las miradas morbosas, incluso le dio la parte superior de su uniforme para que ella se sintiera más relajada al cubrirse y permanecieron en el mismo lugar hasta que la reunión dio por finalizada. Kazutora le informó a Hanma sobre la adhesión de dos cachorros que encontró en la calle y, a pesar de la mirada juzgadora del más alto, les dio el visto bueno porque no los conocía.

Era una alivio que ninguno de ellos se haya presentado en la batalla contra Moebius para ayudar, de lo contrario Hanma podría hacerles muchas preguntas o peor, acusarlos de ser espías y Kazutora tendría motivos para golpear a cada uno. Algo que no experimentaron ni una vez en su tiempo. No quieren saber cómo se sienten los puñetazos de su padre.

Cuando todos comenzaron a retirarse, Manami y Kōichi recibieron órdenes de Kazutora de darle sus números telefónicos y esperar su mensaje, mañana iban a reunirse en ese mismo lugar en vez de ir a la escuela. Ellos se marcharon, pero tuvieron que volver al percatarse de que se olvidaron de sus mochilas.

A su regreso hallaron una escena inesperada.

Baji se había marchado hace rato, pero Kazutora decidió quedarse y para su sorpresa, hallaron una imagen inesperada. Chifuyu, que durante las últimas dos horas estuvo en el mismo lugar, tirado y golpeado con el rostro irreconocible, estaba inconsciente y por eso no tenía idea de lo que pasaba, pero Kazutora cubrió sus heridas de manera improvisada y con una expresión de total indiferencia, después llamó a uno de sus compinches exigiendo averiguar la dirección del chico-prueba-de-fe y en poco tiempo Kōichi y Manami lo vieron salir del arcade con Chifuyu en su espalda.

Ingresaron al arcade que ya estaba vacío y recogieron sus mochilas de clases. Miraron de reojo el mismo lugar donde Chifuyu estuvo inconsciente todo el rato, no había rastro de las vendas o medicina que usó Kazutora.

—No sabía que nuestro padre tenía esa clase de pasado —Dijo Kōichi tocando con la punta de su pie las marcas de sangre seca —Pero no entiendo por qué culpa a Mikey.

—Yo si —Manami miraba el suelo con la mirada perdida y la mente lejos de la actualidad.

—¿Mhm? —Miró a su hermana mayor curioso.

—Es como lo que me ocurrió. A la inversa —Ahora estaba más intrigado que antes, Kōichi frunció el ceño por las palabras de Manami, que continuaba hablando sin mirarlo —Nuestro padre culpa al señor Mikey y yo me culpaba a mí misma por lo que me ocurrió —Kōichi ya comprendió lo que intentaba decir —Porque yo caminaba lento, usaba falda, salí de casa con mi celo recién finalizado y mis feromonas seguían fuertes, yo-

—¡No es lo mismo! —Le gritó molesto mientras la sujetaba de los hombros obligándola a levantar la mirada —No hiciste nada malo. La culpa es totalmente suya, esos tipos no tenían ningún derecho, sin importar cómo fueras vestida o la situación. ¡No te culpes nunca por lo que ocurrió, Nami!

—Kōichi...

—Nuestros padres dijeron que no debes sentirte culpable. ¿Y qué si caminabas sola? ¿Qué pasa si usabas una falda? ¿Solo por ser omega lo merecías? ¡Ellos son los culpables, no tú! Nami —Sostuvo las manos de su hermana con firmeza —No importa dónde estuvieras, lo que dijeras, lo que vistieras, hicieras o sucediera de antemano, no es tu culpa —Bajó el tono de voz con una sonrisa dulce —No debes sentirte responsable ni culpable por los actos ajenos. ¿Entiendes?

—Kōichi —Manami suspiró con sus ojos cristalizados mientras sentía el apretón en sus manos —Tienes razón —Susurró tristemente —Mientras te tenga a ti y a nuestros padres, estaré bien.

—¡Por supuesto! Cuando esto acabe, volveremos con ellos.

—Si... pero... —Miró la entrada del arcade con nostalgia, recordando la silueta de su padre, su mirada vacía y esa sonrisa tan falsa —Nuestro padre no tiene a nadie, ¿No?

—Eso... —Kōichi no había pensado en ese detalle, pero es cierto, ellos ni siquiera conocen a sus abuelos y una vez su padre les dijo que algunos padres simplemente se avergüenzan de sus hijos y prefieren rechazar su existencia, pero que ellos nunca iban a conocer ese sentimiento.

—Baji es la única persona que está con él —Kōichi y Manami se miraron fijamente, apretando el firme agarre en sus manos —Puede ser fastidioso, pero estoy agradecida.

—Nami...

—El señor Baji estuvo con nuestro padre cuando nosotros siquiera existíamos.

—No pensemos en eso por ahora —Kōichi sabe lo empática que puede ser su hermana mayor, más que cualquier omega normal y mucho más sensible, incluso con idiotas. Lo mejor sería dejar el tema por el momento, tiene una corazonada sobre el posible direccionamiento de esa conversación y no se siente preparado para afrontarla —Vamos a casa. ¡Kyle dijo que cocinará nuestra comida favorita, espaguetis a la carbonara!

Pudo distraer a su hermana con eso. Ella volvió a sujetar su mano apoyando parte de su peso en el brazo, estar pegados cuando caminaban por la calle era algo normal para ambos.

Kōichi podía estar sonriendo y seguir hablando con su hermana sin parar, incluso si ella solo respondía con monosílabos o sonreía, pero no dejaba de pensar en lo que dijo. Ahora que es consciente, no puede ignorar que su padre está solo y el único que permanece a su lado, antes y después del reformatorio, fue la misma persona.

Baji Keisuke era alguien más indescifrable de lo que pensaba.

Miró de reojo a Manami que caminaba de mejor humor y no tan nerviosa como esa mañana, aunque miraba hacia los lados de vez en cuando. Otro detalle de su trauma es que se desata con fuerzas durante el día, porque el hecho traumático tuvo lugar en un callejón cuando el sol estaba en lo alto, durante la noche no parecía tener tantos nervios, pero sigue preocupada por cada pequeño movimiento y a veces parecía que era capaz de ver personas entre las sombras. Kōichi reconoce los nervios a flor de piel en cada pequeño gesto de su hermana.

Recuerda perfectamente cuando se enteró del abuso y no fue porque quisieron decírselo, por accidente escuchó a sus padres hablando con Mikey. Él apenas tenía ocho años cuando supo el significado de la palabra “violación” y su hermana iba a cumplir once, fue un mes antes de su cumpleaños, así que el hecho tuvo lugar a sus diez años.

Manami ya era introvertida desde una edad temprana y lo que sucedió la hizo mucho más temerosa, Kōichi estaba preocupado por los cambios de humor de su hermana. A veces la encontraba mirándose en el espejo en ropa interior y abrazando su cuerpo de rodillas, la escuchó llorar cuando se bañaba, la vio arañarse el cuerpo en un ataque de pánico, despertaba durante las noches con miedo y no salía de la casa, por eso Kōichi decidió investigar el significado de ser abusado. Sus padres querían hacer pagar a los que violaron a Manami y Mikey estaba de acuerdo, pero Kōichi seguía sin entender esa palabra, esa charla junto a la palabra misteriosa y la actitud de Manami lo incitó a investigar en su tableta.

Así se enteró muy temprano lo cruel que podrían ser algunas personas y que por eso su familia, su manada, hacían cosas cuestionables como defensa-ofensa. Porque si no lo hacían, otros iban a creerse con derecho o poder para atacar a uno de los suyos.

Poco a poco sus padres comenzaron a explicarle y Manami se fue abriendo con él, a veces le preguntaba en sueños si ella hizo algo malo para merecer lo que le ocurrió.

Se cuestionaba su propia conducta o si hizo algo para alentar a la otra persona a ignorar lo que quería, como si de alguna manera hubiera provocado lo que sucedió. La culpa, el asco, el rechazo por su cuerpo, el trauma y los recuerdos hicieron que Manami desarrollara trastornos alimenticios, además de una severa dismorfia corporal, sin mencionar la agorafobia de sus primeros años. Ni siquiera podía salir de su casa y dejó de ver a casi todos sus amigos, salvo Harumi, Marina y al pequeño Kazuo.

Kōichi entiende porqué su hermana siente empatía por la situación de Kazutora, no era la misma ni de cerca, pero el nivel de culpa que sentían era el mismo y su radical diferencia era a quién estaba dirigido. Manami se culpaba a sí misma y Kazutora a Mikey, era su forma de lidiar con lo sucedido.

—¿Qué ocurre? Te callaste de repente —La dulce voz de su hermana lo trajo a la realidad.

—Nada —Kōichi sonrió —Solo pienso que el idiota de Kurō se comerá nuestra parte si no nos damos prisa.

—Jajajajaja —Incluso su risa sonaba dulce, a pesar de que su mano temblaba cuando pasaba por callejones oscuros e intentaba no ser evidente al mirar a los costados —Tienes razón, hay que darnos prisa, tengo hambre.

Mentira, quiso decir en voz alta, sabe que su hermana comerá menos de la mitad de su plato y solo las partes que le parezcan más pequeñas.

A pesar de todo le sonreirá, no quiere darle más motivos para sentirse culpable por causar preocupación en él y solo fingirá que no se da cuenta. Por momentos, Kōichi quiere llorar y pedir por sus padres, ellos sabrían qué hacer.

Él no sabe cómo lidiar con su hermana de diecisiete años, apenas tiene catorce años y no sabe cuándo es correcto insistir.


Ichirō caminaba a la secundaria con una expresión de fastidio.

Ni siquiera cuando estaba en medio de una crisis familiar iba a la escuela a estudiar, ¿Por qué ahora debe hacerlo? Era estúpido tomar clases en el pasado porque en su tiempo sus notas seguirían reprobadas o con suerte alguno de sus hombres le pagará a los profesores y la institución para ser aprobado. Todo era posible en su regreso.

A su lado iba Marina que mordía una manzana roja mientras Manami se aferraba al brazo de Kōichi que le hablaba de su frustración por la falta de mensajes de Kazutora. Ayer les pidió su número y dijo que debían esperar a su llamado para volver a reunirse en el arcade ese mismo día, pero no dijo el horario.

La noche anterior hablaron de la nueva información obtenida de primera mano y, oficialmente, dejaron la decisión de salvar a Baji a los hermanos Hanemiya.

En el camino a la secundaria se cruzaron con Takemichi que parecía pensativo murmurando cosas como que no sabía qué decirle a Mikey o algo así. Ichirō y los demás se acercaron a él por inercia, como pollitos siguiendo a su mamá gallina, se sintieron bien al ver que Takemichi parecía relajarse un poco con su presencia e incluso eliminó esa expresión preocupada de antes.

Llegaron hasta un parque donde fueron llamados por alguien, específicamente Takemichi.

Ichirō quiso reírse de su papá cuando lo vio con intenciones de ignorar al tipo vendado que daba miedo, sin embargo, no tuvo otra alternativa más que acercarse cuando escuchó su presentación.

Ellos estaban más acostumbrados a las feromonas de Chifuyu, un aroma frutal que les recordaba a esos días de verano donde les servía rodajas de naranjas, el cual se parecía al de Manami que era una suave fragancia de lima oculta por el spray que bloqueaba su esencia natural.

Se acercaron como meros espectadores.

Manami y Kōichi intentaban mantener la cabeza gacha y pasar desapercibidos, lo cual fue demasiado fácil y eso les provocó sentimientos contradictorios.

Alivio porque su papá no hacía preguntas incómodas sobre su presencia allí cuando ayer estaban con Kazutora, o quizás estaba muy golpeado como para darse cuenta, pero si se sintieron un poco molestos por la indiferencia mostrada por Chifuyu. Literalmente los pasó por alto y comenzó a hablar de Baji, ¿Ese era el efecto de parejas destinadas? No puede ser tan molesto, Takemichi y Mikey parecían serlo, sin embargo, no ignoran a Ichirō, Harumi y Kazuo.

Todo lo contrario, les prestan más atención de lo normal. Saben que las acciones de Chifuyu son inconscientes y no es su “papá”, no es el mismo que fingía ser un dragón cuando jugaban en la sala con las almohadas porque Manami no podía salir, ahora es un pandillero obsesionado con el genial Baji Keisuke.

No es el que se avergonzaba cuando su padre le robaba un beso en los labios o hacía bromas sobre sus mejillas sonrojadas, no es el hombre que los abrazaba mientras Kazutora los tiraba sobre el sofá a todos y hacía su mejor esfuerzo para girarlos en el aire antes de caer sobre la fortaleza de almohadas.

Quizás... lo hace orque ahora ellos son los cachorros del “otro” y no de su pareja destina a quien le dedica su total atención de manera inconsciente.

Manami bajó la mirada apretando su bolso con tristeza, al final sonrió resignada, debía esperar algo como eso. Kōichi era menos desinteresado sobre el tema, como beta era un alma libre y no sentía tan fuerte ese lazo de cachorro-progenitor con su papá, pero si era un poco molesto.

Hasta admite sentirse un poco celoso de ver que a Chifuyu le importa más Baji que sus futuros cachorros. Idiota, lo sabe, pero no puede evitar sentirse de esa forma. Incluso Kazutora con todo lo malo encima fue capaz de mirarlos con una pizca de interés.

—Debes darle las gracias a Baji.

Las expresiones de Ichirō y sus amigos eran todo un poema.

No solo tenían que ver cómo ese tipo reparte golpes a diestra y siniestra, ¿Incluso deben dar las gracias por golpear a Takemichi y darle la paliza de su vida a Chifuyu?

En el pasado tienen una forma rara de mostrar misericordia y la amistad. Casi prefieren a Bonten donde todo se limita a “estás conmigo o recibes un tiro en la cabeza”. Simple, directo y sencillo. Nada de matices grises.

—¿Eh? ¡¿Por qué?! —Ni siquiera Takemichi entiende las palabras de Chifuyu.

—Arruinaste la ceremonia de nombramiento, si él no te hubiera golpeado, habrías terminado mucho peor —Ichirō todavía prefiere el estilo de Bonten y sus amigos igual, hasta Manami se siente incómoda con la manera de expresar clemencia en las pandillas —A mi me dieron una paliza para que lo dejaran unirse a Valhalla.

Marina se acercó de forma disimulada al par de hermanos que escuchaba en silencio a unos pasos más alejados.

—¿El señor Chifuyu siempre tuvo este lado masoquista?

—Ni idea —Kōichi se encogió de hombros, intrigado por la actitud de su papá, quizás sea un efecto secundario de los destinados —Siempre me dijo que si alguien cercano me golpea, debo alejarme... y golpearlo de vuelta.

—Bueno —Marina sonrió ladina ante esas palabras tan irónicas —Al menos la madurez hará su magia con él y no se quedará tonto por siempre.

Eso espera.

Aunque comienza a dudar de que cambie si Baji sigue vivo, además, la persona que realmente les explicó que nunca deben golpear a sus parejas o amigos fue Kazutora. Chifuyu escuchaba la conversación y estaba de acuerdo.

Un alfa no tiene derecho a golpearlos y un omega o beta tampoco debe agachar la cabeza aceptando el maltrato.

Si Kōichi o Manami tuvieran a un “Baji” en sus vidas que les haya dado una paliza semejante, sus padres habrían tomado cartas en el asunto y después les darían una intensa charla sobre el amor propio, defenderse y que si alguien te quiere, no va a golpearte o traicionarte. Cada vez los hermanos Hanemiya estaban más confundidos.

¿Cómo se enamoraron exactamente sus padres? ¿De verdad superó lo que sea que tuvo con Baji y aprendió a amar sin dejarse llevar por el instinto? ¿Chifuyu todavía se enamorará de Kazutora aunque Baji esté en su vida? Muchas preguntas, pocas respuestas.

—Pero no es que se haya hecho miembro de ese grupo para destruir a la Toman —Los ojos de Takemichi se abrieron con sorpresa mientras que sus acompañantes se limitaban a ser eso, acompañantes —Baji tiene algo más en mente. A Kisaki.

Eso atrajo su atención.

—Baji se unió a Valhalla para poder atrapar a Kisaki —Misaki ya había propuesto esa pequeña posibilidad, sin embargo, siguen sin poder acercarse a Baji porque Sanzu dijo que era muy terco y siquiera Chifuyu o Takemichi pudieron persuadirlo. Chifuyu por primera vez se percató de la presencia del resto y los miró curioso —A ustedes dos los recuerdo de la pelea con Moebius —Señaló a Ichirō y Marina, fijándose después en los hermanos —¿Y ellos?

—Hola —Dijo Manami tímidamente con la cabeza gacha y medio escondida detrás de su hermano que regresó el gesto, era su primera interacción real con su papá del pasado.

—Su aroma me resulta familiar —Frunció el ceño intentando recordar —¿Ayer estuvieron en el lugar de Valhalla? —Ahora desconfiaba del par —¿Son miembros?

—Somos amigos de la Toman, Moebius y Valhalla —Dijo Kōichi levantando las manos en señal de paz —Personas neutrales en todo esto. Neutrales.

—Conocemos a alguien de Valhalla —Agregó Manami saliendo de su escondite asomando la cabeza por el costado —Así como Misaki era amiga de Osanai, de verdad somos buenas y neutrales personas.

Chifuyu los miraba escéptico.

Sus ojos de color aguamarina, iguales a los de Manami, se fijaron en Takemichi, esperando una explicación al respecto.

—Dicen la verdad —Dijo con una sonrisa nerviosa —Solo se meten si los atacan.

—Mm. Ya veo —Les dio la espalda volviendo a ignorar por completo su presencia, los seis comenzaron a caminar en una dirección conocida solo por Chifuyu —Baji se unió a Valhalla para averiguar sobre Kisaki, él va a investigar desde adentro y yo lo haré desde afuera. Por eso necesito tu ayuda, Takemitchy.

—¿Eh?

—Tengo que hacer algo porque él... puede perder el control cuando está solo.

—¿Baji te contó sobre su plan? —Ichirō no pudo evitar preguntar, por suerte era una duda compartida con Takemichi.

—No, él no me dijo nada —Los que caminaban detrás de Chifuyu intercambiaron una mirada curiosa —Pero me doy cuenta de lo que piensa —Se detuvo y giró sobre los talones con una sonrisa que contrastaba con las heridas en su rostro, la expresión hizo que Ichirō y sus amigos lo miraran con los ojos abiertos. Impactados por la enorme sinceridad y el cariño que se reflejaba en su mirada —¡Porque he estado a su lado por un largo tiempo!

¿Esa era la magia de los destinados? ¿Confianza ciega incluso sin una marca de por medio?

—Lo que quiero es simple. Quiero ser útil para Baji —Siguió caminando, esta vez con Takemichi a su lado —¿Qué hay de ti, Takemitchy?

—¿Yo?

—Elegiste la situación menos adecuada, la ceremonia de apertura y nombramiento de la nueva división. En esa situación de mierda... golpeaste a Kisaki —Lo miró de reojo —¿Qué demonios es lo que quieres?

Takemichi no respondió en ese momento. Tal vez porque realmente no tiene una respuesta o porque el teléfono de Manami interrumpió el tenso momento.

Ella y su hermano se despidieron alegando que iban a reunirse con alguien y se separaron del camino de Ichirō y Marina, quienes siguieron de cerca a Takemichi y Chifuyu.

Las revelaciones iban cayendo como piezas, una por una e iba formando una imagen clara sobre la situación en la que estaban. Ichirō veía cada vez más imposible la opción de salvar a Baji, de suerte saben que sin su intervención Kazutora estará vivo, Marina se siente intrigada por las emociones de cada involucrado en el problema, Manami cada vez empatiza más con las personas que conoce y Kōichi está preocupado por los ambivalentes sentimientos de su hermana.

Su amabilidad puede ser un arma de doble filo.

En caso de que ella quiera tomar una decisión peligrosa, es su deber protegerla. Se lo prometió a sus padres y a sí mismo, no dejará que Manami vuelva a quemarse con el fuego infernal que trae la violencia, la injusticia y el sacrificio.

Por ahora se reunirían con Kazutora para ver qué clase de mandado tiene para ellos.

Ese día, ninguno fue a la escuela. Manami y Kōichi acompañaron a Kazutora y sus dos secuaces por la ciudad sin un destino específico hasta llegar a un alto edificio donde decidieron sentarse en la cornisa para apreciar la vista. Ichirō, Marina, Chifuyu y Takemichi se reunieron en el cementerio con Mikey y Draken.

Kazutora selló su promesa de ganar la pelea y Takemichi decidió llegar a lo más alto de la Toman. Los engranajes del destino de diversas personas en distintos tiempos comenzaron a moverse.


Información:

Habitación de Marina y Saki en el pasado:

El cuarto cuenta con dos camas que no se parecen en nada. En el lado de Marina hay varias fotografías de Tokyo que encontró en la casa cuando se mudaron, un reloj de estilo vintage y una lámpara con una mariposa que ella misma dibujó cuando estaba aburrida. Lo único que trajo del futuro fue el peluche de su madre y un bolso de estilo bohemio con líneas marrones, según Saki, algo demasiado retrógrado. En el lado de Saki hay fotografías de Estados Unidos, un lugar que le gustó y fue su primer lugar de vacaciones con sus primos y tíos (Rindō, Sōuya, Shinya y Nahoya), a pesar de que su estilo de ropa es más moderno y grunge, su habitación es bastante simple porque odia el desorden.

Lista de cumpleaños:

• Marina Ryūguji nació el 2 de marzo de 2020, es aries.
• Saki Haitani nació el 9 de junio de 2021, es geminis.

• Saki Haitani nació el 9 de junio de 2021, es geminis

Chapter 24: Tiger cubs

Chapter Text


Ecos De Amor | Jesse & Joy

❝ Puedo ver tu sombra en la luna, cuando mi memoria te alumbra (...) Estás tan cerca y tan lejos, me aferro solo a un reflejo, te pierdo.❞

« No hay claves ni estrategias, ese lazo que nos lleva al corazón de otro, es un misterio


La primera pista que Chifuyu, Takemichi, Ichirō y Marina siguieron tras su encuentro con Mikey y Draken fue un taller de carpintería. Ichirō miró desde afuera el lugar en busca de alguna relación entre las maderas, Kisaki y Valhalla, no se le ocurrió ninguna idea.

Al ingresar sus amigos ya estaban hablando con el dueño del lugar pidiendo ver a alguien, Marina había decidido esperarlos en el marco de la puerta e ingresar juntos. Para sorpresa de ambos, cuando se reunieron con esa persona que simbolizaba la “relación” entre sus objetivos, descubrieron que se trataba de Osanai y a él lo acompañaba Misaki que lo miraba trabajar mientras Mitsuki dormitaba apoyada en su hombro y Rokurō prestaba atención al trabajo de Osanai.

Los cuatro se sorprendieron por la presencia de Ichirō, Takemichi, Chifuyu y Marina.

—¿Qué hacen aquí? —Preguntó Misaki mirándolos curiosa.

—Eh, nosotros... venimos de acompañantes —Dijo Ichirō con duda en sus propias palabras.

—¿No dijiste que eran neutrales? —Chifuyu miró de reojo a Takemichi.

—¡Y lo son! —Takemichi buscó ayuda mirando a los demás, Misaki se dio cuenta de la situación y suspiró con resignación.

—Nosotros solo estamos acompañando a Osanai porque nos aburrimos en el departamento.

—Y yo vine de colado —Dijo Rokurō con mucho orgullo.

—Oh, es cierto, me avisaron —Al fin Ichirō recordó la división de grupos, Misaki iba a trabajar por su lado en asuntos poco claros. Buscó con la mirada al resto del grupo sin dar con su objetivo, se supone que su hermanito estaría con ellos. En lugar de hallar el rastro de Kazuo, percibió feromonas de jazmines en el ambiente y eso significaba que Shinya no debía estar lejos —¿Shinya estuvo aquí?

—Se aburrió y fue con Nahoya a dar una vuelta —Explicó Misaki de manera despreocupada. Era normal que Shinya perdiera el interés en algo y se marchara a hacer lo que quiera con su gemelo.

—¿Qué hay de Kyle?

—Fue con Azusa a buscar materiales porque estoy retrasado con algunos pedidos y les pedí ayuda —Osanai se limpió las manos tras terminar los detalles de una pequeña mesa de madera, se fijó en los chicos de la Toman con una actitud menos agradable en comparación con los otros —¿Qué problemas tienen para mi ahora?

—Se trata de Kisaki —El líder de Moebius enarcó una ceja ante las palabras de Chifuyu —Queremos información.

Osanai les dijo lo que Misaki y sus amigos ya sabían, lo desconocido era fácil de deducir hasta cierto punto en personas con mentalidad predecible como Osanai.

Hablaron del primer encuentro entre Osanai y Kisaki, la manera en que logró manipular a varias personas para que se inclinaran ante él, cómo fue capaz de convertirlo de un simple pandillero que sabía pelear al líder que lideraba todo Shinjuku. Sin embargo, eso vino con un precio, Osanai se quedó solo.

Antes de darse cuenta y cegado por el orgullo, se vio a sí mismo sin nadie confiable a su alrededor. Terminando por convertirse en un títere manipulable que se dejaba llevar por halagos vacíos.

Se dio cuenta que él era solo un escalón más en la pelea del 3 de agosto.

Partiendo desde que ese conflicto fue iniciado por los seguidores de Kisaki, se encargó de poner a Pah-chin al límite con el ataque externo a los asuntos de pandillas e intentó hacerlo ver como responsable.

—Pero antes de saber todo esto, conocí a Misaki —La omega no prestaba atención a la charla, sino que estaba recostada en la pared con su hermana encima durmiendo tranquilamente, ella apartó la mirada de sus uñas y le dedicó una sonrisa amable. Si a Chifuyu le quedaban dudas sobre la verdadera relación entre ambos, ahora tiene una respuesta, de verdad eran solo amigos —Ella me hizo ver algunas irregularidades dentro de la pandilla.

—Me ayudaste cuando esos tipos quisieron atacarme. Es lo mínimo que podía hacer —Misaki es consciente de su hipocresía, ella movió algunos hilos para provocar esa situación y que Osanai se le acercara, pero eran detalles innecesarios de mencionar. No cambian la realidad.

—Con su ayuda pude ir separando a los tipos de Kisaki de los que solo querían pelear por diversión —Dijo con una expresión relajada —Cuando la pelea con Pah-chin no se dio, gracias a sus intervenciones —Señaló a Ichirō y sus amigos —Se deshizo de los culpables para borrar las evidencias.

—¿Kisaki... los mató? —El temblor en la voz de Takemichi mostraba su miedo.

—Él no es del tipo que hace las cosas por sí mismo, alguien más lo hizo, no tengo pruebas pero tampoco dudas.

—Al menos con eso fue mucho más fácil separar a la basura de los tipos agradables —Señaló Rokurō con una sonrisa, en esas últimas tardes pasando el rato con Osanai y algunos de sus miembros de pandilla aprendieron a llevarse bien, y ya no estaba celoso por su cercanía con Misaki.

—Si, técnicamente. Gracias a eso todos supieron lo que ocurriría si seguían a Kisaki y la línea divisoria se hizo más notoria —Asintió Osanai apoyando el mentón en su mano.

—Esa era la pelea interna de Moebius, pero no fue suficiente para evitar la pelea del 3 de agosto —Dijo Misaki mientras miraba el calendario en su teléfono viejo donde estaba marcada esa fecha junto a diversas anotaciones en otros días de la semana.

—El punto es que intentó usarme para conseguir sus objetivos —Osanai suspiró con cansancio —Como no le gustaba mi manera de hacer las cosas quiso hacerme a un lado, Moebius iba a separarse después de esa pelea en el festival —Golpeó con fuerza la mesa de madera —¡Ese maldito iba a usarme de chivo expiatorio el 3 de agosto! Yo estuve cerca de ir a la cárcel por él.

—¿De qué hablas? ¿Qué quería hacer Kisaki ese día? —Preguntó Chifuyu con impaciencia.

—La situación interna era un desastre, pero decidimos estar unidos en la pelea, sin embargo, en la fecha decisiva... —Apretó con fuerza los puños —Le dijo a los chicos de mi facción que fueran al lugar del hecho con “órdenes” mías y envió a los suyos conmigo, modificó las posiciones, el lugar de la pelea y todos recibieron diferentes órdenes —Tomó aire profundamente y exhaló, dejando escapar la molestia que burbujeaba en su interior —Por si fuera poco, esparció rumores dentro de la Toman sobre traidores u objetivos diferentes, fue un maldito caos.

—Kisaki quería que los chicos de Osanai hicieran el trabajo sucio. Matar a Draken y Pah-chin —Misaki volvió a tomar la palabra aclarando los detalles que no pudo descubrir antes, la emoción por volver al futuro la cegó y no hizo una investigación adecuada sobre lo que podría pasar. No volverá a cometer ese error que casi le cuesta la vida a Shinya —Mientras tanto, en otro lado, Osanai iba estar con los chicos de Kisaki e iba a parecer una emboscada planificada.

—Por suerte uno de los tipos de Kisaki dijo que no quería convertirse en asesino y llamó a uno de mis chicos —Dijo Osanai —Como no pudo contactarme, llamó a Misaki y ella contactó a sus amigos —Señaló a Ichirō, Marina y Rokurō —Lo demás ya lo saben.

—¿Kisaki quería deshacerse de Draken y Pah-chin? —Chifuyu frunció el ceño dubitativo —¿Por qué?

—El puesto de la tercera división y el de subcomandante —Takemichi soltó un “¡Entiendo!” demasiado emocionado teniendo en cuenta la situación y Osanai lo ignoró —Le daría una división a su nueva arma y él iba a tomar el lugar de Draken.

—¿Nueva arma? —Por primera vez Osanai vio un cambio en las facciones de Ichirō y sus amigos, tanto él como Misaki, Marina y Rokurō fruncieron de manera imperceptible el ceño. La única que no hizo gesto alguno fue Mitsuki que seguía durmiendo plácidamente sobre su hermana. Chifuyu se inclinó hacia adelante —¿Quién es?

—Hanma Shūji.

—Hanma... —Susurraron Takemichi y Chifuyu al mismo tiempo, ambos se levantaron de golpe —¡El tipo de Valhalla!

—Si —Osanai se reclinó en la silla, no se veía tan enojado como esperaban que estuviera después de saber que fue usado.

—No entiendo —El rubio repleto de vendas lo miró curioso —Si sabes todo esto, ¿Por qué no le das su merecido?

Osanai miró seriamente al omega.

Por un instante estuvo meditando sus palabras con seriedad y en medio de su debate, dos chicos de Moebius ingresaron en el taller con las manos cargando bolsas repletas de frituras.

Los chicos hicieron un gesto vago con la cabeza en dirección a los recién llegados y le dieron a Misaki una de los helados frutales que les pidió, la omega los recibió con una radiante sonrisa y Mitsuki se removió al captar la fragancia de una hamburguesa. Se levantó con energías renovadas encontrando a sus nuevos amigos.

Osanai sonrió de lado ante la imagen frente a sus ojos. Hace meses eso sería estúpido, no tenía amigos y su vida hubiera sido un bucle infinito de malos pasos. A pesar de que se quedó con menos de una cuarta parte de los miembros de Moebius, muy poco, es agradable.

—Si fuera alguien que solo es bueno peleando o un poco inteligente, lo habría matado a golpes —Dijo despreocupadamente volviendo a atraer la mirada de Takemichi y Chifuyu —Pero Kisaki está más jodido de lo que creen, es capaz de armar un plan para matar a alguien sin mancharse las manos —Los dos chicos lo miraron con paletas heladas en sus bocas —No quiero meterme con alguien tan loco, pero ayudaré si es posible y si mis chicos quieren, no me importa pelear.

—Jeje, ese es nuestro comandante —Dijo el tipo más pequeño con una sonrisa —Si se trata de borrarle esa sonrisa estúpida a Hanma y romperle la cara al cuatro hijos, me uno.

—Ellos me agradan —Chifuyu extendió su mano —Un gusto, soy Chifuyu Matsuno, vice capitán de la primera división de la Tokyo Manji.

—¡Soy Daichi Itō! Miembro de la facción principal de Osanai.

—Solo tengo una fracción, idiota —El comandante de Moebius atrapó la lata de cerveza lanzada por el chico más alto.

—Mi nombre es Takemichi Hanagaki —Hizo una reverencia respetuosa —Soy...

—Lo sé, lo sé, eres la perra de Mikey, todos lo saben. Lo dijo abierta... ¡Auch! —De la nada alguien le dio una patada en la parte trasera de sus rodillas, Daichi se dio la vuelta dispuesto a quejarse y vio de frente la sonrisa ladina de Kazuo —Ya, lo siento, se me escapó.

—Volvimos —Kazuo ingresó seguido por Azusa que cargaba la mayor parte de los materiales solicitados —¿Eh? Onii-chan vino de visita, ¿Me perdí de algo?

—Nada que no sepas —Rokurō se acercó a su amigo para darle palmadas en la cabeza como siempre, eso lograba animarlo incluso si no necesitaba apoyo moral, pero ver a Kazuo sonreír era revitalizante y cada vez que alguien le daba palmadas, recibía un dulce. Como ahora —Gracias.

—Disculpa por lo de antes —Daichi se dirigió a Takemichi —Jajaja, la costumbre.

—Ah... jaja, si, claro —Rió nervioso —Iba a decir que soy miembro de la segunda división de la Tokyo Manji.

—¿Mhm? ¿No eras algo así como un consejero o un miembro especial de Mikey? —Preguntó Marina con curiosidad.

—Sucedieron algunas cosas —Se rascó la nuca nervioso —Mikey le dijo a Mitsuya que yo estaba a su cargo, un castigo por quedarse escuchando nuestra conversación.

Hablaron otro rato de temas sin importancia. No volvieron a tocar el asunto de Valhalla o Kisaki.

El otro chico que seguía a Osanai se llamaba Saburō Nakamura, el más alto era el chico que antes estaba con Kisaki y decidió darle la información a Daichi, que era seguidor de Osanai desde el comienzo. Fue cuestión de tiempo que se uniera oficialmente a la facción de Osanai y rompiera lazos con Kisaki, o eso fue lo que más o menos ocurrió.

Se ahorró los detalles de la paliza que recibió y las veces que le han lanzado piedras a su casa como amenaza por ser un traidor. Por suerte y para su sorpresa, tanto Osanai como los pocos chicos a su favor, lo defendieron y todo se calmó en unas semanas.

Takemichi y Chifuyu no esperaban compartir aperitivos en una amena charla con los que casi se terminan matando hace no más de un mes.

Fue un cambio agradable y relajante.

En el camino de regreso, Chifuyu y Takemichi hablaron del asunto mientras que Ichirō y Marina fueron fieles espectadores neutrales. No dieron su opinión a menos que fuera solicitada, tampoco ofrecieron su apoyo en caso de presentarse una pelea como la primera vez, sino que dejaron en claro que ellos iban a estar presentes solo por curiosidad o en caso de emergencia. Lo que no era del todo mentira.

Ahora solo les queda esperar la respuesta de Manami y Kōichi sobre el futuro de Baji Keisuke. El 31 de octubre cada vez estaba más cerca y ellos siguen sin dar una respuesta clara sobre lo que iba a suceder.

Deben ser pacientes y rezar porque no ocurra una desgracia, en caso de que eso sea inevitable, quieren que al menos los que conocen y aprecian no salgan heridos.


Desde que comenzaron a ser llamados por Kazutora, Kōichi y Manami desarrollaron una especie de sexto sentido donde pueden deducir en qué lugares va a estar. También tuvieron la oportunidad de pasar el rato con Baji, si quemar autos y huir de la policía se puede definir como “pasar el rato”.

En ese momento los dos amigos estaban haciendo de las suyas mientras los hermanos esperaban en la azotea de un edificio. Los otros chicos que suelen estar con Kazutora fueron a buscar problemas con quien sabe quién y les dijo que compraran aperitivos porque a su jefe le daba hambre después de quemar autos.

Después de hacerlo, subieron a la azotea y ahora esperaban al dúo pirómano.

Kōichi y Manami estaban sentados espalda con espalda. La omega leía la información otorgada por Sanzu del futuro mientras que el beta jugaba con una consola de videojuegos portátil que compró en su segundo viaje temporal.

—Mmm. El “líder sin cabeza” —Manami hizo garabatos en el borde de las hojas —Alguien normal pensaría que su líder es Kisaki —Dijo de manera monótona leyendo las anotaciones rápidas de Sanzu —Pero realmente su líder era el señor Mikey. Una pandilla creada para él. Kisaki da miedo.

—Sus juegos no me gustan —Dijo mientras apretaba los botones y realizaba veloces cambios de comando para ganarle a su oponente —Son maliciosos, como él.

—A pesar de todo, sabemos que la Toman ganará, ¿No?

—Seh —Dijo sin darle importancia, más concentrado en que Mario pasara de nivel —Baji muere. Nuestro padre termina preso. Mikey después lo perdona. Rehabilitación con ayuda de papá. Nosotros. Y boom, se unen a Bonten.

—Eso no suena tan mal.

—Mm —Frunció el ceño maldiciendo a las malditas tortugas del nivel.

—¿Por qué crees que nuestros padres se unieron a Bonten a pesar de que ya estaban bien?

—Tal vez venganza por el pasado —Seguía concentrado en su juego —Tachibana Iori dijo que Kisaki era responsable de la muerte de Baji. Creo que les quedó el rencor.

—¿Estaban dispuestos a sacrificar su felicidad por venganza?

—No creo —Maldijo cuando casi es golpeado por las tortugas —Papá era el mejor amigo del señor Takemichi y estaba en Bonten antes de juntarse con nuestro padre —Su cuerpo se dobló, como si de esa forma pudiera hacer que el personaje fuera más a la derecha —Tuvo tiempo de vengarse, pero no lo hizo y en su lugar evitaban hacer trabajos con el cuatro ojos. Incluso se unieron como ejecutivos y nos dejaron unirnos a los entrenamientos, ¿No?

—Tienes razón —Manami recuerda algunos momentos con sus padres, ellos rezaban por alguien y pedían disculpas. Cuando les preguntó el motivo, su papá le sonrió con tristeza y le dijo que deben pedir perdón por ser felices —Sacrificaron mucho por nosotros.

—Si, supongo —Kōichi oprimió los botones a una velocidad anormal.

—El señor Sanzu dijo que dejemos que el señor Takemichi se encargue de todo. Pero tanto él como nuestros amigos nos dejaron la decisión de qué hacer —El viento agitó el largo cabello rubio de Manami —¿Crees que el amor de nuestros padres sea tan fuerte como para superar un lazo destinado?

—No lo sé —Frunció el ceño ante la complejidad del nuevo nivel, la iluminación de la pantalla tampoco era buena y eso le impedía ver los ataques de sus rivales.

—Un lazo destinado —Susurró con una dulce sonrisa —Actualmente es algo mágico, en nuestro tiempo tiene una definición científica. La ciencia elimina la magia de esta clase de mitos.

—Mm. La ciencia es una mierda —Fue capaz de saltar las plataformas.

—A pesar de todo estoy feliz de haber nacido —Dijo mirando el cielo mientras apretaba los bordes de sus hojas.

—¡Gané! —Kōichi gritó emocionado tomando por sorpresa a su hermana, que lo miró impactada por la repentina emoción y solo pudo sonreír negando con la cabeza mientras volvía a trabajar con la información obtenida, trazando distintas líneas temporales e intentando predecir el futuro, no es tan inteligente y astuta como Misaki, pero tiene mucha imaginación y puede ver las acciones de Kisaki desde otro punto de vista —Lo que Nami quiera, será.

—Jajaja, muchas gracias. Mi hermanito es el mejor.

Kōichi sonrió cuando Manami volteó para acariciar su cabeza, sin embargo, al retomar la postura de espalda con espalda su expresión cambió de manera radical.

Cada vez le gustan menos los pensamientos de su hermana.

Ella estaba tomando un rumbo que no le contaba de forma directa, le ocultaba información y lo sabe. También pudo ver que sus gráficos de tiempo, ideas, hipótesis y teorías lo tenían a él como núcleo, pero no a ella. Ya no tiene dudas, su hermana estaba buscando un camino para que él siga con vida mientras que se dejaba a un lado.

Miró la pantalla de su consola portátil, en lugar de mostrar el cartel de “winner” decía “loser”. Manami no es la única en ocultar información. Kōichi también tiene sus propios planes, y todo sería para que su hermana siga con vida. No importa el precio, puede ser el más grande mentiroso por ella. Manami más que nadie merece una vida normal y recuperar su futuro, no piensa rendirse sin dar pelea, debe ser más fuerte.

Las risas de Baji y Kazutora interrumpieron el silencio, los mejores amigos ingresaron a la terraza empujándose entre sí luego de haber quemado un auto.

Kazutora se dejó caer en medio de los hermanos inclinándose sobre Kōichi para ver el videojuego mientras Baji permanecía de pie a un costado estirando los brazos al cielo. Nada como quemar un par de autos para deshacerse de las tensiones y rememorar el pasado.

El más joven recibió algunos consejos de su propio padre sobre cómo pasar el nivel final y Kōichi se dio cuenta de que había varios pasajes secretos en algunas zonas del nivel que facilitaban el avance, mientras el beta fingía interés por su juego, Kazutora miró de reojo a Manami que estaba haciendo garabatos en su cuaderno. Parecía ser tarea de historia porque vio algo parecido a una línea temporal y al instante perdió el interés.

—Escuché que ustedes viven con otros chicos, son como veinte, ¿No?

—Somos diecisiete —Susurró Manami a la pregunta de su padre tachando su idea número seis —Familia y manada.

—Tan adorable —Dijo en un tono sarcástico que no afectó a ninguno de los hermanos, Baji quería reírse por la manera que tenía Kazutora de alejar al par que se negaba a irse de su lado y continuaban haciendo los mandados sin oponerse —¿Qué ocurrió con sus padres? ¿Muertos?

La pregunta no tuvo tacto, es cierto, pero para sorpresa de Kazutora y Baji, Manami respondió sin problema alguno.

—Eran personas peligrosas y tenían enemigos. Fueron traicionados por alguien interno, murieron y tuvimos que escapar —Volvió a eliminar una tonta idea en su cuaderno.

—¿No les preocupa que usemos esta información en su contra? —Preguntó Baji en el mismo tono mordaz que su mejor amigo —Sabemos que son cercanos a la Tokyo Manji.

—También somos cercanos a Moebius —Dijo Kōichi de manera despreocupada sin levantar la mirada —Y no nos importa lo que hagan con esa información.

—¿Qué? —Kazutora frunció el ceño sonriendo ladino —¿Confías en los tuyos para protegerte?

—¿A quién le darían esa información? Nuestros enemigos no están —Las palabras de Manami no eran del todo erradas, ciertamente sus enemigos del futuro no estaban allí, aunque sus versiones pasadas estén dando vueltas. Kazutora y Baji lo interpretaron como que el colorido grupo había acabado con la vida de quien los traicionó, eso le explicaba a Baji por qué peleaban tan bien y sabían trabajar en grupo —Y también confío en mi manada.

—¿De verdad? ¿Y si uno de ellos te traiciona? —Preguntó Kazutora en un tono burlón.

—Confío lo suficiente como para arriesgarme —Finalmente levantó la mirada de su cuaderno y le sonrió a Kazutora con las mejillas rosadas —En mi familia somos todos para uno y uno para todos, por eso creo en ellos.

Baji abrió la boca sorprendido por esas palabras y al instante escondió sus expresiones con una mueca de total indiferencia. Kazutora por su lado se encogió de hombros, resignado y dando por finalizada la charla mientras se acostaba en el suelo para dormir una siesta.

Los hermanos Hanemiya le provocaban sentimientos agridulces.

Sus feromonas le recuerdan a una familia, o lo que supone debería ser una familia, y su alfa interno le gruñía cuando era grosero con ellos. Sin lugar a duda, eran un dúo muy extraño.

Miró de reojo el perfil de la omega. No le despertaba sentimientos morbosos o esas avispas en el estómago, tampoco siente que su aroma sea algo atrayente en el sentido sexual, le despertaba emociones extrañas. Lo mismo ocurría con el beta que murmuraba insultos cada vez que perdía una partida o se le acercaba preguntando por algún truco para ganar el juego, los dos le daban ganas de acariciar sus cabezas o empujarlos y burlarse.

Tal como dijo antes, algo muy contradictorio que le incomoda y tiene miedo de cagarla otra vez.

Baji miraba a Kazutora de reojo notando el interés que siente por aquellos hermanos, los había tomado bajo su cuidado a pesar de ser la persona más irresponsable que puede existir y no estar en condiciones como para cuidar a alguien, siquiera a sí mismo. Pero ahí estaba, le dio su chaqueta blanca a la omega y le explicaba al beta sobre el juego mostrando desinterés.

Permanecieron en la terraza hasta el atardecer.

Kazutora tuvo que irse primero porque Hanma solicitaba su presencia para hablar de la pelea, antes de irse, Manami atrapó el borde de su camisa y le dio la chaqueta blanca. Fue muy cuidadosa a la hora de sacarse la prenda por miedo a romperla o ensuciarla.

—Mejor llévala a la pelea —Manami se sorprendió por esas palabras —Y la regresas en ese momento.

—¿Eh? ¿Los vas a llevar? —Cualquier rastro de comodidad que tuvo antes, desapareció, Baji no puede creer que Kazutora quiera llevar a la omega que tiene miedo a las multitudes a la pelea de Halloween.

—¿Por qué? ¿Hay algún problema?

—¿Para qué quieres que vayan? ¿Piensas que pueden pelear?

—¿Pelear? —Manami se sorprendió ante esa posibilidad, Kazutora y Baji la miraron —Eh, bueno, no sé pelear... pero creo que puedo aguantar algunos golpes.

—No, no, no, no —Kōichi interrumpió los balbuceos de su hermana —Yo puedo pelear por Nami. No mentí cuando dije que puedo dar pelea por dos.

Kazutora los miró seriamente.

Acarició la cabeza de ambos con una mueca seria que intimidaba incluso a Baji, de la nada los golpeó contra el otro y les sacó jadeos de dolor. Los ojos de Manami se llenaron de lágrimas y Kōichi frunció el ceño.

—Ustedes son tan dramáticos —Suspiró resignado a la estupidez humana —Solo vayan para darme apoyo moral.

—¿Eh? —Tres pares de ojos lo miraron sorprendidos, Baji pudo ocultar muy bien su sorpresa.

—Dijeron que son neutrales, pero igual están de mi lado, así que están obligados a ir.

—Mentimos al decir que somos neutrales —Confesó Manami sobando su cabeza —Estamos del lado de nuestra familia —Una sonrisa honesta se formó en sus labios, la cual tomó por sorpresa a Kazutora —¡Siempre estaremos del lado de nuestra familia y ahora Kazutora está con nosotros!

—Si solo quieres eso, no necesitas excusas —Kōichi se cruzó de brazos —Solo dilo e iremos, no necesitas golpearnos, y puedes llevarte la chaqueta.

—Nah —Les dio la espalda de mejor humor y ocultando su rostro en el proceso —¡Los veo en la pelea, cachorros tontos!

—¡¿Qué?! ¿Cómo que cachorros tontos? Somos sinceros y se burla, tan tonto.

—Kazutora asustaba antes, pero me sigue agradando —Dijo Manami dirigiendo sus ojos a Kōichi que le regresó la sonrisa de forma resignada, a él también le sigue agradando su padre —Vamos a esforzarnos.

—Ustedes son tan raros —La voz de Baji hizo que recordaran su presencia, los hermanos voltearon al mismo tiempo para mirarlo —¿Por qué insisten tanto?

—¡Kazutora me salvó! —Manami sonrió mientras recordaba todas las noches en que su papá se quedaba con ella después de cada pesadilla, las veces que la abrazó porque odiaba su cuerpo y cómo la entendió durante sus episodios de culpa y pánico. Sin lugar a duda, no sería la persona que es sin sus padres, haría todo lo posible para regresarle a Kazutora, Chifuyu y Kōichi todo lo que hicieron por ella —Me recuerda a mi padre.

—¿Tu padre?

—El único alfa, además de Ichirō y el señor Mi... hic —Casi tiene un desliz de lengua, Baji la miró intrigado —El señor Miguel —Deben dejar de inventar nombres usando la primera sílaba del real —Que admiro. Kazutora me recuerda a ellos y por eso quiero serle útil.

—Como quieras —Le restó importancia —Sobre lo que dijiste antes...

—¿Mhm? ¿Qué?

—Eso de ser todos para uno y uno para todos, ¿Por qué fue?

—Oh —Manami entiende a lo que se refiere, no sabe a qué viene la pregunta, solo repitió lo que sus padres han dicho. La mayoría de los ejecutivos de Bonten les enseñaron ese mantra desde niños y se adhirió a ellos como un estilo de vida —El lugar donde vivíamos llevaba ese lema.

—Nos enseñaron que nunca debemos abandonar a alguien de la manada —Kōichi asintió estando de acuerdo con su hermana —Nuestros padres inculcaron ese ideal y nosotros respetamos sus deseos, ¡Por eso no abandonaremos a nadie y haremos todo lo posible para salvar a nuestra familia! —Los hermanos sonrieron en dirección a Baji —Queremos llevar una vida sin arrepentimientos y ser recordados por cumplir nuestro lema, incluso si somos traicionados o abandonados, eso no cambia.

—Nuestros padres dijeron que puedes ver la vida más hermosa y colorida si piensas que siempre hay alguien esperando por ti al final del camino o que esté listo para atraparte si caes.

—Ustedes... —Baji les dio la espalda, tal como hizo Kazutora, impidiendo que vean su reacción. Manami y Kōichi intercambiaron una mirada ante el repentino cambio de humor, ¿Dijeron algo malo? Solo respondieron su pregunta —Son tan ridículos —Dijo en voz baja antes de emprender camino lejos del par —Siento un poco de envidia.

Los hermanos permanecieron en el mismo lugar.

Se quedaron más tiempo del necesario hablando con Baji y Kazutora, fueron unas despedidas largas y ya había anochecido casi por completo. Se notaba la luna, algunas estrellas y el azul oscuro cubría casi todo el cielo.

Manami y Kōichi se sujetaron las manos mirando la espalda de Baji perderse calle abajo, transitando un camino que lo conducía a su muerte sin saberlo.

—De verdad me agradan —Confesó Manami sonriendo.

—A mi también.

—¿Estarás siempre conmigo, Kōichi?

—Te seguiré a donde quieras ir, Nami —Apretó el agarre de sus manos y se miraron, transmitiendo con sus ojos el mismo pensamiento, demasiado asustados como para decirlo en voz alta por lo que harían —Los hermanos nunca se abandonan.

Manami sonríe, pero Kōichi siente el temblor de sus manos, le regresa el gesto tratando de transmitir confianza.


Información:

Habitación de Azusa Emiko en el pasado:

Los primos más opuestos que lo único que tienen en común es su gusto por entrenar, salir a correr y hacer deportes. Les cuesta llegar a un equilibrio de convivencia porque Azusa es metódico y ordenado mientras que Emiko deja la mayor parte de su ropa tirada, por eso cuando alguien ingresa a su cuarto se encuentra con la mitad ordenada y la otra hecha un completo desastre. Azusa vive con lo mínimo y necesario en su lado de la habitación mientras que Emiko termina reuniendo envolturas de golosinas, frituras, botellas o revistas que luego corta para hacer collage o arte de reciclado; suelen pelear mucho por sus diferencias y a veces la habitación se convierte en un campo de batalla por este motivo.

Lista de cumpleaños:

• Azusa Shiba nació el 1 de febrero de 2019, es acuario.
• Emiko Shiba nació el 29 de septiembre de 2020, es libra.

• Emiko Shiba nació el 29 de septiembre de 2020, es libra

Chapter 25: A different style

Chapter Text


Follow The Leader | Wisin y Yandel Ft. Jennifer Lopez

❝ Así que vamos a vivir el momento de libertad dejando que te haga salvaje, vamos a encender este fuego, atravesamos el mundo y lo asumimos.❞

« Magia es creer que donde no hay nada, puede haber algo


—¡¡Vamos a dar inicio a la reunión previa a la pelea contra Valhalla!! —El fuerte grito de Draken atrajo la atención de todos los miembros que hasta entonces estaban dispersos hablando del mismo tema.

Las divisiones se acomodaron en sus respectivos lugares.

Draken frunció ligeramente el ceño cuando notó que faltaban algunas personas de la Tercera y Cuarta División, de hecho, hasta Pah-chin y Peh-yan estaban ausentes. Le dedicó a Mitsuya una mirada interrogante y el capitán de la Segunda División se encogió de hombros sin saber lo que pasaba.

Resignado, no quedó otra alternativa que retomar la reunión como estaba prevista, después castigarían a los que llegaban tarde.

Desde el costado de todos los grupos, casi ocultos entre las sombras del bosque, Ichirō y Marina actuaban como simples invitados de Mikey. Debido a que han estado siguiendo a Chifuyu y Takemichi todo el día llegaron a ese lugar, por suerte, conocían a los capitanes y el mismo Mikey les permitió quedarse en la reunión porque confiaba un poco en ellos, también creía en su neutralidad.

Ese día Ichirō vio en primera fila el esfuerzo de Chifuyu y Takemichi por traer de regreso a Baji, incluso se reunieron con él antes de esa reunión, pero todo fue en vano y acabaron por volver a la Toman sin el alfa de afilados colmillos.

A pesar de ello, fieles a sus palabras, tanto Ichirō como Marina se mantuvieron al margen de los problemas. No emitieron opinión o consejo alguno sobre lo que sucedía, solo iban a hablar si la situación lo ameritaba o si el mismo Mikey quería saber su opinión, lo cual veían muy extraño porque él no es la clase de persona que pediría consejos a externos de su círculo de confianza.

Vieron el trasfondo de la próxima pelea y sus motivaciones. Ahora solo les queda esperar la resolución de Kōichi y Manami para saber si salvarían a Baji durante el Halloween Sangriento o dejarían las cosas como sucedieron originalmente.

Después de todo, eran sus vidas las que estaban en juego esta vez.

—Mañana nos vamos a enfrentar a Valhalla, ellos nos desafiaron. ¡No hay ninguna ganancia para nosotros y Baji está entre nuestros enemigos! —Ichirō se apoyó contra un árbol cruzado de brazos, así era su padre, no iba a tener piedad con los traidores. Contrario a la resignación del rubio, Marina miraba curiosa el intercambio de miradas entre Mikey y Takemichi, y de repente la expresión seria del comandante cambió —¿Puedo... actuar como un niño?

Si Ichirō hubiera estado bebiendo algo de seguro lo habría escupido. El cambio de expresión, aura y palabras hizo que mirara a su padre, siempre lograba sorprenderlo con sus cambios tan abruptos y extraños.

Veía una faceta nueva cada día.

Mikey se dejó caer al pie de la escaleras mirando a sus amigos con una sonrisa amable, Ichirō abrió los ojos impactado por la expresión que les dirigía.

No entiende, ¿No se supone que ese es el momento donde demuestra su lado alfa y deja en claro que nadie puede traicionar a su manada y vivir para contarlo? ¿Qué ocurre con esos caprichos infantiles? A él... siempre le dijo que debe actuar con mayor severidad, rectitud y firmeza que otros alfas para evitar que pasen por encima de él y que sepan que pueden confiarle sus vidas.

Su padre es un enigma que en lugar de ir resolviendo, solo se complica mucho más.

De golpe se levantó con el pecho inflado de orgullo y elevó mucho el tono de voz, lo suficiente como para que hasta los chicos en el fondo pudieran escucharlo con claridad. Marina sonrió ante la actitud mostrada por su tío e Ichirō lo admiraba en silencio.

—¡¡ESA ES MI RESPUESTA!! —Gritó eufórico —Todos, préstenme su fuerza. ¡Mañana vamos a aplastar a Valhalla y traeremos de regreso a Baji! ¡¡Ese es el objetivo de esta pelea para nosotros!!

Ichirō sonrió e intercambió esa sonrisa con Marina.

Su padre no siempre fue un bastardo controlador que mataba a las personas ante la mínima duda de que fueran traidores o estén en contra de Bonten, tuvo corazón. Sabe lo que ocurrirá en el futuro, e incluso así, saber que antes de la batalla su intención fue ayudar a su amigo de la infancia hacía que lo viera con otros ojos.

No obstante, mientras todos festejaban, Ichirō vio que Kisaki sonreía. Así fue como Ichirō lo supo, todo estaba saliendo como Kisaki quería.

Miró a su padre con temor y quiso advertirle, pero las palabras de Sanzu seguían repitiéndose en su mente como bucle y todavía no tiene una respuesta de los hermanos Hanemiya, por lo tanto, reprimió ese impulso. Debe dejar todo en manos de su papá y no dejar que nada del pasado se rompa más de lo necesario, Takemichi sabrá qué hacer incluso cuando parezca que no, eso le dijo Sanzu y confía tanto en él como en su papá. Si desviar la mirada es necesario para el futuro, eso harán.

Incluso si eso significa dejar que los planes de Kisaki vayan como él quiera.

Cuando todos comenzaron a dispersarse, Pah-chin y Peh-yan finalmente llegaron con sonrisas en sus rostros, las cuales no se borraron cuando Draken los regañó por perderse la reunión resaltando su falta de responsabilidad como capitán y vice capitán.

Angry, como capitán de la Cuarta División, también regañó a los miembros de su equipo que le siguieron la corriente al miembro fundador.

—¡No lo entienden! Estábamos viendo algo genial —Mikey terminó de bajar las escaleras mirando a su amigo con curiosidad, Draken también estaba un poco intrigado al igual que los miembros que seguían en los alrededores —¿Recuerdan a ese omega que peleó contra Haku?

—¿Haku? —Draken más frunció el ceño.

—Creo que se refiere a Hanma —Por suerte Mitsuya supo de quién estaba hablando, Ichirō y Marina también se acercaron junto a Chifuyu y Takemichi.

—Si, si, como sea, está haciendo unos movimientos geniales en el parque a unas cuadras —Pah-chin señaló la salida del templo —Solo venimos a decir que íbamos a faltar para verlo. Ya perdimos mucho tiempo dando explicaciones, ¡Peh-yan, vámonos!

—¡Como digas, Pah! Espero que no se haya llenado de personas, había muchos que se acercaban.

—No te preocupes, si son una molestia, solo debemos romperles la cara.

—¡Bien pensado, Pah, eres increíble!

Los dos líderes de la tercera división salieron del templo con los miembros de su escuadrón entre risas y sin importarles que el día de mañana tendrían una pelea a muerte.

Mikey estaba por expresar sus dudas cuando un grito emocionado lo interrumpió.

—¿El omega que peleó con Hanma? —Ichirō miró a Marina con ojos brillantes —¡Hablan de Shinya! Shinya debe estar bailando, Marichin, vamos. Quiero verlo.

—Si, si —Marina le dio golpes en la espalda para que pudiera adelantarse con Pah-chin y lo siguió desde atrás —Y deja de llamarme así. Es un apodo tan ridículo.

—No entiendo —El comandante de la Toman sonrió mirando a sus capitanes, a excepción de Mucho y Sanzu que estaban ausentes por un encargo y Kisaki que ya se había ido con sus seguidores —Pero parece divertido, vayamos —Se adelantó a sus amigos alcanzando a Marina, en poco tiempo tanto Draken como Takemichi estaban a su lado —Tu amigo dijo algo de bailar. ¿De qué se trata?

—Ya lo verán —La rubia sonrió emocionada —¿Conocen el break dance?

—¿Break dance? Sé que break es “romper” y dance bailar”. ¿Es un tipo de danza donde hay que romper cosas? —Mikey inclinó la cabeza con curiosidad.

—Deberías dejar de saltarte tantas clases e ir a estudiar —Frustrado, Draken golpeó la nuca de su comandante —Escuché que es algo relacionado al hip-hop.

—Oh, ahora lo recuerdo —Mitsuya sonrió —Por eso peleaba de esa forma.

—¿Mhm? ¿Pelear? —Takemichi frunció el ceño pensativo, por desgracia, durante la pelea con Moebius estuvo tan distraído protegiendo a Draken, peleando con Kiyomasa y arriesgando su vida, que no prestó atención al resto o a la pelea en general. Menos a los movimientos de alguien en específico —No recuerdo.

—El día de la pelea contra Moebius ese omega, creo que Shinya, resaltó mucho por su peculiar estilo de pelea —Señaló Mitsuya amable —Ahora lo verás.

Takemichi asintió elevando sus expectativas.

El sonido de gritos, halagos y la música interrumpió la amena charla. Con la presencia de Mikey y el resto de los integrantes principales de la Toman, las personas reunidas se apartaron para abrirles paso.

Lo primero que vieron fue un violento movimiento de Shinya girando sobre su espalda y luego haciendo equilibrio con una de sus manos mientras sus piernas se balanceaban hacia un costado. Aterrizó sin problema tras estar un rato desafiando la gravedad y al hacerlo recogió la gorra que se le cayó durante el truco, la acomodó al revés como suele hacer y sonrió emocionado.

Si bien los primeros pasos mientras daba vueltas cerca del público era para entrar en calor, eso no duraba mucho, porque al instante volvía a seguir el ritmo impuesto por el estéreo de un grupo de chicos que estaban bailando antes de que Shinya se uniera a ellos.

Debido al aburrimiento, Nahoya y Shinya salieron a dar una vuelta, se acercaron a los bailarines por curiosidad y tras verlos durante mucho tiempo, uno de ellos vio que Shinya seguía el ritmo con su pie y cabeza, así que lo desafió a una competencia si era valiente. El omega, con lo orgulloso y dominante que es, aceptó sin dudarlo y en menos de dos encuentros le ganó de manera limpia, fue en medio de su segunda demostración que Pah-chin y los otros lo vieron.

Era inusual para los delincuentes de pandillas ver esa clase de bailes callejeros, tan complicados, nunca vieron a alguien tan bueno como Shinya, fue inevitable no quedarse atrapado en el baile del omega.

A pesar de ser un baile urbano que tiene como base el hip-hop, pocos eran realmente buenos.

Nahoya miraba a Shinya emocionado, presumiendo a todos que ese era su hermano gemelo. Marina que continuaba cerca de Mikey y los otros, explicó que el break dance inició como un modo de pelea entre bandas para resolver disputas y problemas por los territorios, eso atrajo mucho la atención de Mikey, aunque Marina dejó en claro que eso era en barrios afroamericanos de Nueva York, como Brooklyn, desconocía si en Japón se usaba para lo mismo.

—¿Lo que nosotros hacemos peleando, allá lo resuelven bailando? —Preguntó Mikey con genuino interés por el tema, era un método nuevo de dominación.

—No sé cómo es ahora, pero más o menos, si —La alfa asintió mirando el perfecto elbow freeze de Shinya, se enderezó como si no fuera nada y siguió bailando —Tengo entendido que es una forma de mostrar tu habilidad y ridiculizar al oponente.

—Genial —Mikey se cruzó de brazos mirando con aceptación al omega —Kenchin, quiero que hagas eso, ve.

—¿Ah? ¿Estás loco? —El alfa de trenza miró a su amigo con fastidio.

—Es una orden de tu comandante, hazlo.

—Si tanto te gusta, hazlo tú.

—Mm —A Draken le sorprendió que Mikey de verdad lo estuviera considerando, en eso, Mikey miró a Takemichi que tenía su total atención en el omega. Casi puede ver los brillos saliendo de sus ojos, al igual que de Chifuyu, Pah-chin, Peh-yan, Angry y Smiley. Se dirigió a la única chica en el grupo —¿Cómo dijiste que te llamabas?

—¿Eh? Marina —Dijo la rubia con sorpresa, emocionada por hablar con su padre.

—¿Cómo se ganan estos encuentros?

—Pues, gana el que demuestra mayor complejidad en sus movimientos y habilidades. Aunque parece estilo libre, algunos pasos tienen nombre y deben...

—¿Ah? ¿Incluso hay nombres? —Mikey miró a la alfa más alta con molestia.

—No es necesario conocerlos, pero quedarías en ridículo si no sabes lo básico —A menos que tenga talento y mucho entrenamiento como Shinya y puedas crear sus propios pasos, lo cual duda mucho, un mal movimiento podría romperte algún hueso.

—¡WOW! ¡¡Ese es mi hermano, imbéciles!! —El grito de Nahoya atrajo la atención de Marina, Mikey y Draken, los tres se perdieron un truco que al parecer fue muy bueno.

—Naho, ven —Shinya agarró a su gemelo del brazo y lo trajo a la pista, chocaron los puños antes de comenzar una rutina improvisada, incluso si Nahoya no es tan bueno como su hermano sigue siendo capaz de seguirle el ritmo hasta cierto punto.

—¡Kenchin, ¿Por qué nosotros no podemos hacer eso?! —Draken miró fastidiado al idiota que tiene de amigo y comandante.

Los movimientos de Shinya y Nahoya iban muy coordinados para ser algo improvisado, las únicas diferencias era que cuando uno saltaba el otro hacía trucos en el suelo o viceversa, pero el estilo era igual. Sabían trabajar juntos, podían prever los movimientos del otro y actuar en consecuencia.

Nahoya sostuvo la cintura de su hermano y sirvió como apoyo para que diera una voltereta, después retrocedió unos pasos permitiendo un baile solista que ocupaba casi todo el lugar. Ichirō gritaba al unísono del público cada vez que veía a Shinya hacer un movimiento muy complicado, ante sus ojos el omega hace ver que es sencillo y no algo en lo que llevara toda una vida practicando para después mezclar con su propio estilo de pelea.

La flexibilidad demostrada, así como su capacidad para los cambios bruscos, sus saltos y la velocidad atraía la atención de varias personas que se acercaban a mitad de la noche por curiosidad, incluso algunos trabajadores nocturnos que decidieron detenerse para echar un vistazo y quedar atrapados en el baile.

El solo de Nahoya no fue tan extenso como el de su hermano, pero no por eso menos interesante y complicado, todo lo contrario, seguía siendo atrapante.

Quizás porque Nahoya como beta era más corpulento que Shinya, sin embargo, apenas se notaba la diferencia. Ambos eran delgados, Shinya unos centímetros más bajo, músculos no tan tonificados y caderas anchas, mientras que Nahoya lo supera por poco en altura, sus abdominales estaban marcados y brazos son más gruesos, más allá de esas diferencias y el cabello, uno lo tenía lacio y el otro rizado, su baile no cambiaba mucho.

Acabaron con un salto doble donde sus pies entraron en contacto y voltearon hacia atrás, aterrizando ágilmente. La música acabó y los gemelos se acercaron para chocar sus manos mientras el público aplaudía.

Poco a poco la gente comenzó a dispersarse, Shinya y Nahoya recibieron botellas de agua por parte de los chicos dueños del estéreo y se despidieron del grupo.

Solo quedaron los capitanes de la Tokyo Manji, algunos miembros que se alejaron con Pah-chin e intentaban “repetir” lo mismo que hicieron Shinya y Nahoya, solo para caer de manera vergonzosa, mientras los gemelos se acercaban a los recién llegados.

Nahoya tenía la respiración más agitada en comparación a Shinya que estaba acostumbrado a la violencia, el baile y cualquier ejercicio físico, mientras que Nahoya prefería acabar rápido con la pelea si era posible, es un chico que prefiere el pacifismo aunque nadie lo crea.

—Hace mucho no hacemos eso —Dijo con una sonrisa mientras bebía agua.

Shinya sonrió estando de acuerdo, no han bailado por placer y diversión desde la Gran Traición.

—¡Ja! ¿Cómo les quedó el ojo? Es mi novio.

—No soy tu novio —Aclaró Shinya abriendo la botella de agua y dándole la espalda a Ichirō.

—Todavía —El rubio se acercó por detrás y le guiñó un ojo, el omega le dio un codazo en el estómago soltando una risa por su actitud tan tonta.

—Es increíble —Mitsuya felicitó a los gemelos, dirigiéndose en especial a Shinya que bebía agua con mayor tranquilidad que su hermano.

—¡Nunca vi a nadie hacer cosas tan increíbles con su cuerpo! —Dijo Takemichi acercándose a Shinya emocionado —Escuché que también te vieron pelear usando esos movimientos.

—Antes no podía seguir el entrenamiento estándar de nuestra org... cof, cof, manada —Estuvo a punto de mencionar la organización Bonten y tuvo que fingir ahogarse con el agua, por suerte nadie le dio importancia al desliz de su lengua —De hecho, era uno de los peores luchadores.

—Ahora Shin es de los mejores —Nahoya abrazó a su hermano por la espalda —Tiene su propio estilo de pelea.

—Vaya, eres genial —Draken estaba sorprendido por la agilidad, habilidad, equilibrio y velocidad mostrada por el omega, tanto durante la pelea con Moebius como recién —Tuvo que ser difícil.

—Un poco, pero me siento más cómodo de esta forma. El señor Mi... Miguel fue quien me recomendó el cambio —La expresión curiosa de todos hizo que Shinya explicara sus palabras —Era el alfa de nuestra manada.

—Mi padre —Dijo Ichirō tratando de mostrarse despreocupado.

—Oye, dime cómo hacer lo que hiciste —Por suerte Mikey cambió de tema antes de que el ambiente se tornara incómodo. Desde que vio a Shinya bailar y luego a Takemichi tan emocionado, quiere saber más del tema.

—Deja de molestar, Mikey. Tienes que saber bailar para... bueno, bailar.

—Kenchin, no me desanimes.

—No es necesario saber bailar. Basta con que tengas buen dominio en tu cuerpo y, en especial, que puedas soportar tu propio peso en los brazos —Dijo Shinya mirando a Mikey con calidez, siente que estaba de regreso en el pasado, cuando el señor Mikey se acercaba de vez en cuando a sus entrenamientos para ayudarlo y darle consejos en forma de regaños. Ahora era al revés y le causaba cierta ternura —Puedo enseñarte los pasos básicos.

—¡Yo soy un prodigio en todo lo que involucre esfuerzo físico y tengo mucha fuerza! —Dijo con orgullo de sí mismo —Quiero hacer eso que hiciste en el suelo, fue algo como...

Antes de que Mikey pudiera agacharse, Shinya lo detuvo con una sonrisa nerviosa.

—Primero comencemos con lo básico —Mikey hizo un puchero, pero al final aceptó a regañadientes. Los demás les dieron espacio, en especial del lado de Mikey, por miedo a recibir una patada por accidente —Primero haremos un airflare —Shinya hizo una demostración veloz —Es un movimiento giratorio en el que solo se usan los brazos para equilibrar el cuerpo de un lado a otro en forma de círculo.

Mikey intentó hacerlo y antes de girar, Shinya le dio un pequeño golpe con el pie en sus piernas.

—Los pies no deben tocar el suelo.

La confianza de Mikey y sus habilidades eran lo suficientemente altas, desde su perspectiva, nunca necesitó más que una demostraciónnpara llevar a cabo algo, como máximo requiere una vaga explicación de lógica y un poco de su talento natural para hacerlo. Por eso se movió con confianza, sin embargo, tanto para su sorpresa como para quienes lo miraban, en el primer giro cayó de espaldas terminando acostado en la acera con la mirada en el cielo estrellado.

Era la primera vez que terminaba en esa posición y no conocía ese desagradable sentimiento semejante a la derrota, pero era imposible que fuera eso, Mikey no acababa de ser derrotado en algo y mucho menos acaba de caerse frente a su pandilla.

Nadie dijo nada por cinco largos segundos, quizás los cinco segundos más tenso de sus vidas.

Hasta que Pah-chin soltó una sonora carcajada por la apariencia vergonzosa de su comandante, Draken se tragó la risa que amenazaba con salir, Mitsuya le dio la espalda para fingir que no se reía y Chifuyu tuvo que morderse la lengua para no ganarse una patada. Mikey les dedicó una mirada asesina a todos los que se atrevieron a reírse o siquiera a sonreír, al instante fingieron estar mirando a otro lado.

Takemichi se acercó a Mikey preocupado por el golpe que se dio, fue bastante brusco y todo el peso del alfa, el cual no era poco a pesar de su baja estatura, sirvió para hacer más brusca la caída.

—Mikey, ¿Estás bien? —Quiso extenderle la mano para ayudarlo a levantarse, mano que Mikey rechazó y con una mirada severa se dirigió a Shinya que retrocedió un paso con temor.

—Te faltó algo en tu explicación —Mikey no iba a admitir que era su error, no, si era posible delegar la culpa, lo haría.

—Um —Rascó su mejilla sin ocultar sus nervios, decidió cambiar sus palabras explicativas y fingir que Mikey tenía razón. Su aura intimidante no es agradable —Debes girar el torso alrededor del eje vertical de tu cuerpo mientras bajas simultáneamente en una trayectoria circular a lo largo de un plano paralelo al suelo, ah, y los pies no pueden tocar el suelo.

...

Esa explicación era mucho más compleja que la primera, de todas formas, Mikey asintió dándole la razón y volvió a intentarlo. Claro que su mente solo tiene presente la primera descripción.

No es bueno siguiendo reglas o pensando en sus movimientos con lógica, así que en lugar de tener presentes las palabras, va a intentar imitar la demostración que Shinya hizo al comienzo. Solo era un simple movimiento giratorio donde usa los brazos para equilibrar su cuerpo en forma de círculo, ¿Qué tan complicado puede ser? ¡Es algo sencillo para el invencible Mikey!

Volvió a caerse, esta vez de cara.

Shinya quiso acercarse para ayudarlo, pero Mikey es tan orgulloso que solo le dedicó una mirada molesta que lo hizo retroceder, dando a entender con ese gesto que él era capaz de hacerlo por su cuenta. Mientras Mikey trataba de hacer un airflare perfecto, Shinya hablaba con Mitsuya sobre cómo empezó a incursionar en el mundo del break dance y cómo más tarde decidió usar esos mismos movimientos para pelear.

Como omega no es fuerte físicamente, no tenía a la biología de su lado y heredó mucho de su papá omega, por esto tuvo que esforzarse más para estar a la altura de sus amigos. Decidió aprovechar su pequeña figura, bajo peso y agilidad para dominar otro estilo de pelea usando el break dance y el wushu como base.

—¡Mikey, eres increíble! —La exclamación de Takemichi atrajo la atención, todos miraron de regreso a Mikey que sonreía victorioso.

—¡Takemitchy, ¿Me viste?! ¡Lo hice! ¿No soy genial? —Era la primera vez que intentaba doce veces un movimiento, pero por alguna razón fue mucho más gratificante de lo normal.

—¡Si, lo vi, Mikey es genial! —Tanto Takemichi como Mikey parecían una pareja de tontos.

—¡Oye, Shinya, quiero aprender más! —La emoción de Mikey fue evidente, y como si no tuviera el ego demasiado alto, repitió el movimiento demostrando que puede dominar un airflare sin problema.

—De acuerdo —Shinya sabía que Mikey era talentoso, pero esto ya es demasiado, de todas formas no importa. ¡Le estaba enseñando al mismo Mikey, el Invencible! —Este paso se llama windmill, se parece un poco al airflare —Shinya hizo una habilidosa demostración, para sorpresa de Draken y Mitsuya, Mikey escuchaba la explicación y miraba concentrado, nunca lo vieron tan serio —Antes debías equilibrar tu cuerpo, ahora debes girar todo tu cuerpo en el suelo sin que los pies lo toquen, a mayor velocidad, mayor complejidad.

—¿Tengo que usar los brazos como apoyo? —Las sorpresas no se detenían, Mikey incluso estaba haciendo preguntas serias.

—Depende de ti. Yo uso los hombros, pero puedes utilizar la parte superior del pecho o la espalda —Se cruzó de brazos en una postura seria como si fuera un maestro e Ichirō lucía más enamorado que antes —Cuando peleo uso la espalda de mi oponente como suelo y giro, de esa forma consigo darles varias patadas giratorias en el aire.

Mikey asintió, reconociendo su ingenio para golpear a las personas.

—De acuerdo, creo que lo tengo —Antes de hacer un intento, miró seriamente a los que estaban atentos a sus acciones —El que se ríe, está muerto.

—¡¡S-Si, comandante!!

Muchos miembros se fueron apenas acabó el espectáculo principal, pero todavía quedaban algunos que decidieron pasar el rato con sus amigos o perder el tiempo fumando en un costado de la acera.

Para la mala suerte de Mikey, el nuevo paso era un poco más complicado. Puede girar un par de veces, pero cuando quiere aumentar la velocidad pierde el equilibrio y termina cayendo.

Shinya resalta sus músculos entumecidos, aunque tiene flexibilidad y fuerza suficiente en los brazos como para estar varios minutos equilibrando su cuerpo e incluso es capaz de estirar mucho sus piernas, sigue siendo muy rígido con la espalda y por eso tiene complicaciones para hacer el movimiento de manera natural. Le explicó la mejor manera de realizar estiramientos, lo que fue sencillo  para Mikey gracias a su conocimiento de judo. Mikey, para sus adentros, reconoció sus propias fallas y el motivo de que no pueda seguir el ritmo con facilidad.

Esta vez pudo dominar el movimiento en su cuarto intento, pero no estuvo cerca de ser tan rápido como Shinya y seguía rígido en la espalda. Decidió cambiar de táctica y usar la parte superior del torso como base, esta vez pudo aumentar la velocidad y mejorar bastante, su sonrisa orgullosa fue evidente.

Levantó la mirada hacia Takemichi que lo miraba con ojos brillantes, maravillado con lo talentoso que era.

A lo largo de su vida ha preferido las patadas más que los puñetazos porque inflige mucho más daño y elimina su desventaja de altura, lo que le permite enfrentarse cara a cara con oponentes altos. Ahora, aunque sus golpes y fuerzas siguen estando muy por encima del promedio, no es tan ágil y flexible como esperaba.

Mikey sonrió, el orgullo que sentía es diferente al normal, se siente mucho mejor.

—Pronto encontrarás tu propio estilo y comodidad —Dijo Shinya obteniendo la atención del par de rubios que parecían olvidarse que no estaban solos, Mikey se levantó del suelo —¿Quieres seguir?

—Por supuesto —Mikey sonrió, emocionado y listo para cualquier cosa —Todavía no estoy cansado.

—Este paso se llama scorpion, es uno de los pasos más conocidos —Shinya dio un par de vueltas en su propio eje, Mikey esperaba paciente a lo que fuera a ocurrir y se sorprendió cuando lo vio agacharse de la nada, levantando las piernas en una posición complicada —La cabeza debe estar en el suelo y tienes que subir las piernas para dejarlas en el aire —Regresó a su postura erguida —Aunque hay otras formas de hacerlo, pero eso es lo principal. Vas a descubrir la postura más cómoda por tu cuenta.

Shinya hizo otras demostraciones del mismo movimiento en distintas posiciones, siempre con las características principales a la vista: Piernas en el aire y cabeza en el suelo.

—Esta vez parece que si dependo de la fuerza, ¿No?

—Técnicamente. Aunque no debes confiarte, como suele ser un paso de apertura, tienes que estar relajado.

—Creo que lo tengo —Mikey retrocedió un par de pasos e intentó hacer lo mismo, sin embargo, para su sorpresa volvió a caer de cara con rudeza —¿Qué mierda?

—Tienes que tomar distancia o moverte un poco, si lo haces de repente, vas a tensar tus músculos y va a ser doloroso o peor, puedes desgarrarlos —Shinya se acercó a Mikey tocando los gemelos, estaban muy tensos —Relájate.

—De acuerdo —Mikey volvió a intentarlo, dio algunos pasos alrededor siguiendo un ritmo inexistente y saltó hacia atrás soportando su peso en los brazos con la cabeza en el suelo y sus piernas en el aire.

Pudo soportar bastante, aunque terminó cayendo hacia el costado.

A pesar de haber fallado, volvió a intentarlo en otra posición que le fuera cómoda, Shinya utilizo un estilo que le permitía usar más los antebrazos y eso debería servirle para cumplir su objetivo.

La expresión de Mikey demostraba esfuerzo, seriedad y concentración.

Pah-chin se acercó a Draken, que junto a Mitsuya, los gemelos Kawata, Marina, Ichirō, Takemichi y Chifuyu miraban a su comandante practicando con Shinya.

—Es la primera vez que veo así a Mikey —Dijo Pah-chin en dirección a Draken sin apartar la mirada de Mikey, quien volvió a caerse, lo que parecía motivarlo a seguir intentando —Es raro.

—Creo que es bueno —Dijo Draken mirando a su comandante con una sonrisa, volvió a caer, aunque duró más tiempo que antes.

—¿Bueno?

—Mikey se está dando cuenta que no es tan invencible como cree —A pesar de sus palabras, Draken parecía feliz por ese hecho —Y está mirando el cielo.

—No entiendo lo que dices.

—Una mirada al cielo es lo mejor que le puede pasar.

—¡Ya te dije que no entiendo-!

—Mierda, al fin —Mikey consiguió mantener la misma postura por más de veinte segundos, luego practicará para perfeccionar la fluidez porque sigue siendo un poco molesto lucir tan forzado y no natural como Shinya —¿Qué sigue?

—Mmm... creo que puede ser el baby freeze.

—Eso suena a una posición sexual —Dijo Pah-chin en voz alta ganando un codazo de Draken.

—También debes mantener la cabeza en el suelo —Shinya decidió ignorar el comentario del padre de su amigo y hacer una demostración, esta vez el movimiento no era complejo y sería fácil para Mikey porque dependía de la fuerza —Una mano tiene que estar apoyada en el suelo, luego debes llevar el cuerpo a un lado —Permaneció en esa misma posición para sorpresa de sus espectadores, Shinya no tenía problema en mostrar paso por paso el movimiento —Y la otra mano vas a dejarla en el aire para mantener el equilibrio.

Regresó a la postura inicial.

—También puedes elevar el cuerpo cerca del piso mientras mantienes el equilibrio sobre las manos y la cabeza con los pies en el aire.

—No luce tan difícil —Mikey siguió los pasos con facilidad, solo tuvo problemas equilibrando su peso sobre la cabeza y las manos cuando mantenía las piernas en el aire. Regresó a la postura inicial —¡Lo hice a la primera! —Volteó hacia sus amigos, específicamente Takemichi —¿Qué tal?

—No puedo creer que Mikey sean tan genial —Aplaudió Takemichi sin ocultar su emoción.

—Lo estás haciendo bien, Mikey —Dijo Draken sonriendo.

—¿Quieres seguir? —Preguntó Shinya.

—La pregunta ofende. ¡Sigamos!

—Esto es un six step.

—Me recuerda a la palabra “six pack” —Otra vez los comentarios de Pah-chin fueron ignorados por Shinya.

—Tienes una mente indecente —Dijo Mitsuya sonriendo tan relajado como siempre.

—Es sencillo. Se trata de una secuencia de pasos sobre el suelo con distintos movimientos, dependiendo de la cantidad que hagas puede ser un three stepfive steps o el baby love.

—¡¿Por qué tienen nombres sexuales?!

—¡Que tu lo veas como algo sexual no significa que todos tengan una mente pervertida! —Draken regañó a Pah-chin por olvidar filtrar sus propios pensamientos.

—Ah... —Shinya suspiró regresando su atención a Mikey —Solo debes usar tus brazos para sostener el cuerpo sobre el piso mientras mueves tus piernas en círculo.

Mikey hizo el intento, por desgracia, aunque lucía como algo sencillo sus piernas de alguna forma terminaron enredándose y cayó sentado.

Su mueca frustrada hizo suspirar enternecido a Takemichi, suspiro que no pasó desapercibido por Draken y los demás. Desde que comenzaron con las clases express han notado que Takemichi estaba muy atento a Mikey, incluso actuando más vergonzoso y tonto de lo normal cada vez que Mikey lo miraba en busca de aprobación o soltando alguno de sus comentarios altaneros.

Nadie dijo nada sobre el cambio, de seguro era su imaginación. Después de todo, Takemichi estaba saliendo con Hinata, ¿No?

Regresaron su atención a Mikey que intentaba realizar un six step a duras penas completaba un three step, lo que para su perspectiva era insuficiente. En algún punto el resto de los miembros se reunieron alrededor de su comandante con interés y guardaron en el fondo de sus mentes los consejos de Shinya cada vez que soltaba algún comentario sobre cómo usaba sus pasos de baile para pelear.

Mientras Mikey intentaba perfeccionar, o al menos hacer un digno movimiento, Shinya, Nahoya, Ichirō y Marina hablaban en voz baja sobre lo insólita que era la situación; ellos estaban pasando el rato con sus padres, actuando como adolescentes despreocupados y no como chicos con una enorme responsabilidad en sus espaldas.

Era un buen ambiente. Entrañable y cómodo.

Cuando Mikey finalmente consiguió su objetivo, un five steps, todos aplaudieron. El alfa prometió que la siguiente vez iba a hacer un movimiento de seis pasos sin problema, Shinya regresó con Mikey, esta vez junto a Nahoya que saltaba emocionado por la siguiente explicación.

—Esto es un hand hop —Los sonidos de sorpresa y admiración resonaron en el parque, Shinya estaba realizando un paso que no solo lucía complicado, sino que lo era. Mikey frunció un poco el ceño, dubitativo por primera vez, si llegaba a caerse iba a doler mucho, por si fuera poco, Nahoya hizo el mismo movimiento e Ichirō junto a Marina lo imitaron, era el mismo paso con su toque personal y una pizca de burla por parte del alfa rubio con ojos azules —Debes apoyar una mano en el suelo y dar pequeños saltos mientras que la otra mano se mantiene abierta —Shinya y sus amigos hicieron eso mismo —Todo mientras tus piernas se abren y cierran como tijeras, así como hace Nahoya.

Los cuatro saltaron de espaldas retomando su postura original.

—Es uno de mis pasos favoritos —Dijo Nahoya moviendo su mano en círculos —Saltar es divertido y más estando de cabeza, es como si el mundo estuviera al revés.

—¡Mikey! —Draken llamó a su amigo —¿Podrás?

—Puedo —Dijo el rubio mirando el suelo con seriedad, como si fuera su mayor enemigo.

—¡Tú puedes, Mikey! —Gritó Takemichi con una sonrisa.

—¡Nosotros lo apoyamos comandante!

—¡¡Mucha suerte!! —Smiley se unió a los vitoreos de sus amigos.

Más y más comentarios de ese estilo empezaron a ir y venir.

Fue más complicado y doloroso que antes. Mikey cayó con mayor fuerza que la primera vez, el hand hop era un movimiento poderoso y le daba un toque diferente a lo convencional que ha conocido, y se supone que es un movimiento básico.

Shinya tomó asiento en un costado del improvisado círculo para explicar detalles sobre el break dance y todo lo que debía tener en cuenta para hacerlo perfecto. Como se trataba de un baile acrobático en el que se utilizan muchos flips y saltos mortales para añadir dinamismo, no es raro ver dos power movestricks freezes y que el bailarín, llamado breaker, se marque con un flip.

Existen ocho movimientos principales, los cuales tienen diferentes maneras de concretarse dependiendo de la comodidad del breaker, sin embargo, como lo importante es la complejidad de cada movimiento, al final eso es dejado de lado y uno solo se concentra en la habilidad para ejecutar perfectamente los movimientos, combinándolos de forma original y fluida con la música.

Lo que Mikey estaba haciendo era un movimiento de estilo trick.

Sin que Mikey fuera consciente, Shinya le enseñó sobre el top rock que es cuando el breaker baila mientras está de pie antes de tirarse al suelo, un go down que es el movimiento utilizado para tirarse al suelo usando un freeze, luego un estilo footwork donde debe estar en el suelo sujetándose con sus manos mientras mueve las piernas realizando diferentes pasos, un freeze que era cuando congelaba su cuerpo en un movimiento durante unos segundos, los power movestricks y ahora flips.

Solo le faltaba aprender sobre transiciones, lo que sería mejor con música, usadas para entrar y salir de un movimiento a otro.

Con dificultad y arriesgando su columna vertebral, Mikey consiguió hacer un hand hop durante quince segundos después de diecisiete caídas, incluso fue capaz de imitar el salto mortal hacia atrás usado por Shinya y sus amigos.

Shinya dejó que Mikey presumiera con sus amigos sin darle importancia y finalmente llegaron al paso final, quizás el más representativo del baile.

El paso se llamaba flare, Mikey debía apoyar ambas manos sobre el suelo y girar el torso con el impulso de las piernas sin que estas toquen al suelo. No lo logró, a pesar de todas sus caídas fue muy complicado y la noche acabó con Mikey aprendiendo seis de los siete pasos presentados por Shinya; ya era demasiado tarde y mañana tenían su batalla final contra Valhalla.

Sus caminos se separaron a mitad de la noche, tanto Ichirō y sus amigos como Mikey y su pandilla sintieron que fue un buen momento antes de lo que sea que fuera a ocurrir mañana.

Oficialmente era 31 de octubre. Halloween dio inicio.


Información:

Habitación de Rokurō en el pasado:

Durante la división de habitaciones, Rokurō fue el único en conseguir una habitación para sí mismo, aunque realmente era un depósito donde estaban guardados algunos muebles dejados por los anteriores dueños. Su cama fue arreglada por él usando trozos de madera que había en el mismo depósito, el armario donde guarda su ropa antes era un mueble destinado a la cocina donde iban los portarretratos, los estantes tiene algunos libros que en realidad pertenecen a Misaki (deja que ella use su cuarto como depósito porque así tiene una excusa para visitarlo y hablar un poco). A pesar de que le hace falta pintar las paredes, Rokurō dijo que prefiere de esa forma su cuarto porque le da un aire más rústico, aunque en el fondo no tiene ganas de pintar las paredes y decidió cubrir las zonas sin pintura con los muebles.

Lista de cumpleaños:

• Rokurō Hayashida nació el 13 de marzo de 2021, es piscis.

• Rokurō Hayashida nació el 13 de marzo de 2021, es piscis

Chapter 26: Halloween day

Chapter Text


El Ritmo No Perdona | Daddy Yankee

❝ Los de la NASA me llamaron reportándose que hay un ritmo pegajoso, súper contagioso, que pone a las gatas sueltas y a los perros rabiosos.❞

« Cada acción tiene una reacción, aunque no puedas verlo


El día de la batalla decisiva en el desarmadero de autos no solo se presentaron las dos pandillas enfrentadas, sino más grupos de los que Ichirō imaginaba.

—Wah —Echó un vistazo a diferentes direcciones —Hay muchas personas. ¿Por qué?

—Tengo entendido que son espectadores —Marina caminaba al lado de su primo con Shinya, Nahoya y Saki atrás —Ya que el ganador de esta pelea estará más cerca de mandar en Tokio.

—Este mundo de las pandillas es más complicado de lo que esperaba —El rubio vio a la distancia a Misaki, Rokurō y Mitsuki junto a Osanai y algunos remanentes de Moebius. Todos estaban sentados o apoyados sobre autos mientras hablaban despreocupadamente —Aunque creo que puedo verlo.

—¿Qué? —La alfa miró de reojo a Ichirō.

—Nuestros padres comenzaron dominando Tokio en su era de pandillas, cuando crearon Bonten tomaron todo Japón y ya contaban con una reputación de victorias invictas —Marina asintió estando de acuerdo, tanto la Toman como la futura Kanto Manji que sería usada como base de Bonten y todas las pandillas que fueron uniéndose, nunca conocieron la derrota con Mikey como líder. Claro, hasta la Gran Traición —Es como presenciar un evento histórico en la historia criminal.

—¿Qué tan orgullosos podemos estar de esto? —Hace tiempo que tanto Marina como Ichirō se han cuestionado las pros y contras de evitar la creación de Bonten, al final quedó como una idea inconclusa porque necesitaban hablar más con Sanzu del tema.

Llegaron con las hermanas Kokonoi-Inui, Rokurō y Osanai.

Shinya y Nahoya subieron sin problema al techo de un auto. Sin perder el tiempo, Nahoya enredó sus piernas y brazos alrededor de Shinya quedando en una especie de abrazo que le permitiría descansar los ojos hasta que iniciara la pelea. Shinya dejó que lo usara como almohada mientras tomaba notas del lugar en caso de necesitar escapar por alguna emergencia.

No quiere volver a vivir lo mismo que el día del festival y luchar contra el tiempo y la muerte para salvar su vida.

—Por cierto —Ichirō miró encima de su hombro, Saki estaba mirando de un lado a otro sin ocultar su curiosidad, a pesar de intentar mantener una expresión estoica y tener las manos guardadas en los bolsillos de su chaqueta, se la notaba perturbada. El simple hecho de que los acompañara era inusual —Es raro que te hayas unido a nosotros.

Saki continuaba mirando a los espectadores.

—Escuché... que los hermanos Haitani están aquí —Dijo en voz baja. Tuvo que pararse sobre uno de los autos para tener un mejor punto de vista, Ichirō y los demás asintieron, comprendiendo el verdadero motivo de su presencia.

—¿Admiras a las celebridades de Roppongi? —Preguntó Osanai mientras encendía un cigarro.

—Algo así.

—Están por allí —Daichi señaló el famoso dúo, Saki giró la cabeza tan rápido que su cambio de humor sorprendía a quienes la conocían por su actitud tosca y molesta —Se nota que tu favorito debe ser Ran Haitani.

—¿Por qué lo dices? —A pesar de responderle, Saki solo estaba concentrada en la presencia de su padre y apenas procesaba las palabras de Daichi.

—Tienes un estilo de cabello similar. Negro arriba, un color llamativo en medio, negro abajo y puntas del mismo color.

Nadie dijo nada más después de eso.

Saki no necesita aclarar que su estilo de peinado era por su padre y porque quería sentirlo cerca de alguna forma, incluso si era con algo tan banal como un cambio de look llamativo.

Su tío Rindō no hablaba mucho sobre Ran Haitani, a pesar de que afirmaba que amaba a su hermano y que tenían cientos de anécdotas. Lo único que sabe de sus padres es que Ran tuvo una aventura y de ahí nació ella, pero Ran no estaba listo para ser padre, así que la abandonó de bebé con apenas tres meses en la puerta de la casa de Rindō y Sōuya.

Al final nunca regresó o siquiera envió cartas, cuatro años después, tuvo lugar su muerte durante una de las misiones para Bonten; un intercambio drogas con la mafia tailandesa que salió mal y terminó en un tiroteo donde incluso murieron tres civiles durante la persecución. Ran murió sin haber visto siquiera una vez a su hija desde que la abandonó y tampoco estaba en contacto con Rindō.

Había muchos problemas en Bonten por aquel entonces como la muerte de Draken, Emma, el accidente Takemichi, la presunta traición de Smiley, la desaparición de dinero y complicaciones en los negocios. La muerte de Ran Haitani pasó sin pena ni gloria durante la temporada de los funerales. Saki no derramó ni una sola lágrima porque nunca llegó a conocerlo o sentir amor por él, siquiera por piedad filial, la primera vez que lo vio era una bebé y la última estaba en un ataúd rodeado de orquídeas.

Saki no lloró por su muerte, pero se lamenta por no tener ningún recuerdo a su lado.

A pesar de que fue criada por su tío Rindō y su tío Sōuya, y no hubo distinción con sus primos Shinya y Nahoya, siempre sintió que no encajaba del todo en su familia.

Por eso quería ver a su padre una vez, incluso si era a la distancia. Tanto la curiosidad por el hombre que le dio la vida y nunca quiso saber de ella, como la necesidad por conocer sobre ese pasado oculto en su familia. Quizás en el fondo, no quiere aceptar que su padre no la amaba lo suficiente como para cuidarla, pero si para dejarla con personas de confianza y que pudieran darle un futuro saludable.

Saki acarició las puntas de su cabello azabache. El color negro estaba intercalado con la mitad violeta y las puntas a juego, decidió ese estilo porque accidentalmente vio una fotografía de su tío con su padre y quiso sentirlo un poco cerca. Algo infantil que después fue tomando como su propio estilo.

Hasta su bolso tiene detalles de orquídeas y su chaqueta tiene el dibujo de una araña en la espalda.

Eran detalles simples, pero que demostraban que en el fondo necesitaba una explicación sobre su abandono. En especial por la identidad de su madre. Nada de eso iba a compensar los años de abandono, sin embargo, la ayudarían a cicatrizar. Jamás pudo encontrar respuestas en los adultos del futuro porque la muerte de Smiley también fue alrededor de esos meses, junto a la de Takemichi y después de los funerales de Emma y Draken. Fue una temporada complicada dónde Saki poco a poco fue retrasando sus dudas hasta que se olvidó por completo del tema para centrarse en Bonten.

Marina se acercó a su amiga para abrazarla por los hombros en un gesto de apoyo silencioso. Aunque Saki es la más fría, sádica y actúa de una manera que puede molestar a los demás, llegando a incomodar, en el fondo sigue siendo alguien tan frágil como cualquiera de ellos. También, Marina sabe lo importante que es desear saber sobre tus padres, ella perdió a Draken y a Emma siendo una bebé, por suerte tuvo a su tío Mikey que le hablaba de ellos cuando lo pedía, sin embargo, sabe que Saki lo tuvo más complicado.

Incluso si Sōuya y Rindō no eran intimidantes, violentos o de mecha corta, Saki siempre mantuvo cierta distancia e intentó comportarse y ser de ayuda. Ellos hacían mucho por Saki dejándola vivir en su casa, sin marcar alguna diferencia y criándola como una hija más, lo que menos quería era incomodar o causar discordia por asuntos del pasado.

Un sobresalto involuntario hizo que Saki experimentara nerviosismo por primera vez.

Ran Haitani estaba mirando en su dirección e incluso le sonrió de lado, inclinando la cabeza en un gesto que parecía un poco amable y no en el sentido sarcástico.

—Creo que le gustó tu estilo —Susurró Marina al oído de Saki.

—¿Eh? Pero...

No puedo reaccionar porque alguien gritó.

—¡¿Están listos?! ¡¡QUE ENTREN LOS PROTAGONISTAS DE HOY!!

Al mismo tiempo que el supervisor gritaba ese anuncio, Manami y Kōichi se movieron entre los espectadores hasta llegar con sus amigos. Ichirō se hizo a un lado para dejarles espacio, Kōichi se sacó su chaqueta negra para que su hermana se sentara.

Manami sonrió a su hermano tomando asiento junto a Ichirō.

—¿Ustedes dónde estaban? Se fueron temprano en la mañana —Preguntó Shinya desde arriba.

—Nos reunimos con Kazutora antes de la pelea —Dijo Manami acomodando los pliegues de su falda celeste. Su atuendo delicado y femenino no iba acorde con el entorno y las personas a su alrededor, algunos incluso la miraron intrigados por la presencia de una niña buena entre ellos —Hablamos un poco.

—¿Debemos preocuparnos? —Ichirō se apoyó en la puerta del auto cruzado de brazos.

—Hoy nadie morirá —Las palabras de Manami tomaron por sorpresa a sus amigos, su afirmación significa que iban a salvar la vida de Baji, ¿Aunque eso signifique arriesgar su futuro existencial? Manami y Kōichi intercambiaron una sonrisa cómplice —Decidimos apostar.

—¿Están seguros? —Marina no estaba tan convencida como los hermanos Hanemiya, ella nunca apostaría a la ligera posibilidad de desaparecer a cambio de obtener una pieza clave para lograr su objetivo.

—Apostamos que el amor de nuestros padres superará el instinto y eso llamado “destino” —Dijo Kōichi mirando el extenso cielo azul y le dedicó una sonrisa a sus amigos —¿Pueden ayudarnos?

—Ah... —Shinya suspiró resignado —Si vemos que alguno de ustedes puede lastimarse con esta decisión, intervendremos.

—Pero vamos a seguir su voluntad —Dijo Ichirō mirando de reojo al omega —¿No?

—Si, si, cuentan con nosotros. Si ustedes confían en esta apuesta, nosotros estaremos a su lado hasta el final.

Kōichi y Manami agradecieron el apoyo de sus amigos, era muy importante, porque en el fondo no se sienten tan seguros como dicen estar. Aceptaron ayudar a Baji tras enterarse de su importancia para Kazutora y Chifuyu, incluso hablaron un poco con él, por eso tomaron la decisión de salvarlo.

En el futuro, Baji podría marcar la diferencia. Solo deben confiar en que sus padres conseguirán superar los estigmas de una pareja destinada y el instinto, pueden hacerlo.

—¡¡La Tokyo Manji!! —Las puertas del lado derecho se abrieron dejando ingresar a los miembros de dicha pandilla —¡¡Valhalla!!

Los murmullos acerca de Mikey y su epiteto de “el invencible” tomaron fuerza.

Mikey se acercó al supervisor para darle las gracias por ser el encargado de la pelea. Ichirō se acomodó en su lugar mirando la escena en silencio, ese era el momento donde el futuro comenzaba a cambiar, iban a desarrollarse evento desconocidos para todos e iban a sufrir consecuencias impredecibles.

Siquiera ellos que vienen del futuro pueden saber lo que realmente va a ocurrir, ahora que decidieron salvar la vida de Baji, todo tiene una nueva perspectiva.

Ichirō le hizo una seña a Marina y Saki para cambiarse de lugar y cubrir más territorio, los gemelos Kawata comenzaron a saltar desde el techo de un auto a otro en busca de una mejor posición para ver la pelea, o eso podría parecer a simple vista, Osanai se quedó con Misaki, Mitsuki y Rokurō en el lado derecho. Tienen que estar cerca de todos y a su vez lejos, prepararse para cualquier evento catastrófico.

Algo peculiar atrajo la atención de Ichirō, que detuvo su caminata para mirar curioso a los representantes de cada pandilla. Kazutora y Draken se miraban fijamente, listos para arrancarse la cabeza.

Tal vez sea su imaginación, pero por un instante cree ver menos sed de sangre en Kazutora. Cuando lo conoció parecía fuera de sí, ¿Algo cambió en él gracias a Manami y Kōichi?

—Valhalla nos desafió, así que ellos deciden. Solo tenemos una condición —Kazutora lo miró con una expresión de total indiferencia —¡Queremos de regreso a Keisuke Baji! —Pocos notaron la leve turbación en el semblante de Kazutora y solo Kōichi y Manami descifraron la línea de sus pensamientos —Si ganamos esta pelea... lo van a devolver.

Kazutora no respondió al instante y eso fue extraño para Draken, la noche anterior lo amenazó sin dudas en su voz, pero ahora parecía contrariado y debatiendo con algo desconocido.

Parecía estar peleando con algo invisible que solo él comprende.

Ahora siquiera podía ver sus ojos porque los ocultaba entre sus mechones rubios y azabaches.

—Oye, Nami, te lo dije —El susurro de Kazutora atrajo la atención de Draken y la omega. Kazutora levantó la cabeza mostrando una expresión maníaca que dejaba ver un enorme vacío en sus ojos —La Toman es hipócrita.

—Kazutora... —Manami tenía las manos entrelazadas sobre su falda en forma de plegaria, bajó la cabeza con desánimo.

—¿De qué mierda-?

—¿“Devolver”? Baji está con nosotros porque quiere, pero lo que más me jode, son ustedes —Apretó los puños con fuerza —Draken, dijiste que eras mi amigo, eso era mentira. ¿No?

—Kazutora.

—Ni una vez fuiste al reformatorio. Nadie fue. Alguien me dijo que debía escupir la verdad y eso haré —Ahora no solo miraba a Draken, sino también a los capitanes de la Toman —Las cartas de Baji fueron mi único contacto con la realidad. Durante dos malditos años estuve en ese jodido reformatorio, los reto a vivir ahí y dormir sin miedo a lo que otros enfermos puedan hacerte. Por si fuera poco, quienes decían ser tus amigos, te olvidan en ese agujero oscuro —El frasco de Kazutora se estaba desbordando con malos sentimientos y eso se mostraba en su aura imponente, feromonas descontrolada y mirada ausente —Mikey. Esa mierda de que no quieres pelear y tu basura de perdón, también es mentira, ¿No?

Mikey no respondió a la acusación y solo se quedó mirando a Kazutora fijamente, teniendo su propio debate.

—Puedo verlo —Dijo con una sonrisa desquiciada, Kazutora mostraba sin tapujos su desequilibrio mental como si fuera un motivo para estar orgulloso —Me odias y quieres matarme —Retrocedió pasando por al lado de Hansen, el supervisor elegido para la pelea —¿Supervisión? ¿Condiciones? ¿Piensan que esto es un juego? —Giró sobre su eje con los brazos extendidos —¡¡Los de Valhalla mataremos a golpes a la Toman!!

—¡¿Empezamos, Mikey?! —Hanma apoyó la amenaza de Kazutora.

—No hables de mis sentimientos —Susurró en voz baja para sí mismo, Mikey cambió su expresión serena a una de completa determinación —¡¡ADELANTE, TOKYO MANJI!!

Apenas la pelea dio inicio, se convirtió en un total descontrol.

Kazutora arremetió sin dudar contra Mikey que se hallaba en medio del caos con las manos en los bolsillos, en aparente paz, nadie podría pensar que estaba perdido en sus pensamientos y repasando las palabras que Kazutora soltó antes. A veces la verdad puede ser venenosa.

Antes de que Kazutora pudiera alcanzar a Mikey, Draken intervino a tiempo bloqueando el puñetazo alegando que le faltaban cien años para poner sus manos sobre Mikey, en un momento de distracción Hanma apartó a Draken con una fuerte patada separando los combates, Draken y Hanma por un lado, Mikey y Kazutora por el otro.

—¡¡Mikeeey!! Es hora de saldar deudas.

—Kazutora —La pasiva reacción de Mikey alteró a Kazutora, esperaba recibir algún agravio o una mirada fría, en su lugar estaba frente a un dubitativo Mikey y eso no le gustaba —Mi razonamiento y corazón no van de la mano —Dijo seriamente —Por eso pelearé.

Ichirō dejó de prestar atención a la tensa interacción de su padre y Kazutora para centrarse en su papá Takemichi que fue lanzado bruscamente hacia un costado.

Hay momentos, como ese, donde se pregunta porqué Sanzu le dijo hasta el cansancio que debía dejarle el asunto a Takemichi incluso cuando parecía que no tiene la menor idea de lo que hace. No le gusta verlo recibir puñetazos a diestra y siniestra, siquiera parece ser bueno pelando, antes de que recibiera un golpe que parecía ser más fuerte que los otros, Mitsuya le dio una patada al chico de Valhalla logrando enviarlo a varios metros de distancia.

Sin embargo, cuando lo ayudó a levantarse, Mitsuya tenía el el ceño fruncido.

—¡¡Estúpido!! ¡¿Por qué crees que estamos aquí? Vinimos a pelear, ¿No? —Sostuvo a Takemichi del uniforme —Eres un miembro de la Segunda División, ¡¿O no?! —Mitsuya lo dejó libre y le dio un puñetazo a otro chico de Valhalla —¡No apartes la mirada!

Ichirō saltó sobre el techo de un auto mirando a su papá tomar valentía por un momento y luego acobardarse, tiene sentimientos encontrados. ¿De verdad puede confiar en Takemichi como dijo Sanzu?

—Las pandillas son algo increíble —Dijo Marina llamando la atención de su primo, ella estaba sobre el capó del auto con Saki más abajo mirando de un lado a otro en caso de que algún idiota busque problemas con ellos. Ambas miraron a Ichirō sonriendo de lado —Casi te dan ganas de formar una pandilla, ¿No?

—Podríamos hacerlo cuando volvamos a nuestro tiempo —Propuso Saki sonriendo alegre, la idea de buscar pelea con otros por simple placer y para resolver dilemas de territorios suena bien, tiene muchos sentimientos explosivos que amenazan con escapar de su interior.

—Una pandilla —Ichirō asintió de acuerdo, desde su posición pudo ver a Takemichi siendo respaldado por Chifuyu —Me gusta como suena eso.

Lo que sea que Chifuyu le haya dicho a su papá, fue útil, porque Takemichi comenzó a defenderse incluso si no era bueno peleando.

Aunque eso no eliminaba la clara desventaja que tenía la Toman. Sus 150 miembros no contrarrestaban a los 300 de Valhalla, además del enorme detalle que el equipo del ángel sin cabeza contaba con chicos mayores mientras que la Tokyo Manji tenía a adolescentes entre los trece y diecisiete años.

Si los líderes son tan fuertes como Hanma y Kazutora, es obvio que sus subordinados también lo serán.

Con todo en contra, Draken prometió proteger a todos sus subordinados aunque eso significara ponerse en desventaja contra Hanma. Los chicos de la Toman no eran ni la mitad de fuertes que sus capitanes, por eso la moral estaba por los suelos y más cuando los chicos de Valhalla seguían llegando uno tras otro sin darles un respiro.

Draken se encontraba frente a muchos enemigos, sonrió con nervios por la pelea y de la nada, un feroz grito atrajo la atención de la Tokyo Manji. Ichirō dejó de mirar los alrededores para fijarse en la persona que acababa de gritar.

Su papá estaba peleando de una manera muy rara, moviendo sus brazos en círculos y avanzando entre sus oponentes con el rostro lastimado, lágrimas en sus mejillas y mayor ferocidad que otros peleadores.

—¡¡Vengan por mí, bastardos!! —Hasta Draken estaba sorprendido por la actitud del rubio mal teñido —No me van a derribar nunca. Voy a darle fin a esta mierda... —Los miembros de la Toman lo miraron con los ojos muy abiertos —¡¡Yo los voy a mandar a volar a todos!!

Mitsuya atrapó a Takemichi antes de que se cayera.

Para sorpresa de Ichirō, los miembros de la Toman empezaron a levantarse entre quejas y bufidos. Se preguntó si los hombres de Bonten serían así de determinados si su papá hubiera vivido lo suficiente como para ayudarlos, en lugar de usar el respeto y el miedo como su padre Mikey para fortalecer a sus miembros.

Al fin Ichirō pudo ver eso que hacía a su papá tan llamativo.

—Carajo, somos jodidamente patéticos.

—¿Por qué estamos lloriqueando?

—¡No importa si son el doble de personas!

—Si, vamos por ellos.

—¡¡Hay que enseñarles la verdadera fuerza de la Toman!!

—¡Chicos, no hagan que Draken se preocupe!

Desde el costado del desarmadero, Ichirō sonrió ante la escena que presenciaba.

—Mi papá es genial —Suspiró Ichirō retomando su misión inicial, no volverá a dudar de la capacidad de Takemichi.

Shinya se encontraba del otro lado, sobre el techo de unos autos casi a la altura de los muros alrededor y había visto todo desde su posición. Tiene varios recuerdos del señor Mikey hablando sobre Takemichi Hanagaki, alguna vez le dijo que su omega era una persona única capaz de despertar la adrenalina en los demás y motivarlos a pelear aunque la batalla estuviera perdida. Incluso era capaz de tomar a todos en una organización como miembros de la manada de corazón y no por una obligación jerárquica; ahora puede entender lo que quiso decir; y Shinya quiere ser un omega como Takemichi.

A pesar de que Mikey le dijo que se parecía a Takemichi, Shinya no lo cree, pero se esforzará en regresar la confianza y dará su mejor esfuerzo para ser útil. Tanto para Bonten como para Ichirō.

La pelea entre Draken y Hanma atrajo muchas miradas, en especial por el mega puñetazo del rubio que envió lejos a su oponente.

Ichirō se dirigió junto a Marina y Saki a la pelea entre Kazutora y Mikey, les sorprendió verlo escalar una montaña de autos. Comprendieron su motivo muy pronto, se trataba de un ataque sorpresa donde dos chicos de Valhalla lo atacaron por la espalda, por suerte Mikey consiguió bloquear los golpes aterrizando sobre uno de los autos inestables.

Kazutora lo miró desde arriba con los ojos nublados en sentimientos ambivalentes, en voz baja maldecía al par de hermanos que le hablaron de tanta mierda sobre la vida, el perdón, un futuro, la idea de una familia y esa maldita pregunta que le ha estado molestando desde la mañana: “¿Estarás bien decepcionando a tu futura familia?”.

Es estúpido, ridículo, pensar en la idea de una familia nunca le ha causado más que dolor y malestar, ¿Por qué de repente siente que eso es importante y hasta lo desea? ¿Desde cuándo le preocupa el futuro? ¿Qué sentido tiene pensar en una pareja desconocida, hijos inexistentes y una vida imposible? No hay sentido ni lógica. Lo único que debe hacer es seguir con su plan inicial.

—¡Kazutora! —Mikey se sentía fuera de lugar hablando sin recibir una respuesta, Kazutora estaba perdido en sus pensamientos y era evidente —¿Qué intentas hacer?

Frustrado por ser interrumpido de sus propios pensamientos, Kazutora hizo una vaga presentación de los dos chicos que conoció en el reformatorio, Chombo Chome. Ambos estaban intrigados por la fuerza de Mikey y no dudaron en abalanzarse mientras Kazutora miraba desde arriba.

Tal como se esperaba de Mikey conocido por su fuerza sobrenatural, pudo frenar los golpes de sus nuevos oponentes. Sin embargo, Kazutora conocía su fuerza y por eso decidió usar la montaña de autos como apoyo, de esa forma Mikey no sería capaz de usar sus famosas patadas explosivas con una fuerza nuclear, claro que eso no impedía que fuera bueno bloqueando ataques, esquivando y resistiendo cualquier puñetazo.

Los ojos de Kazutora se fijaron en un tubo de hierro tirado cerca, agarró el mango y la imagen de cierto dúo de hermanos vino a su mente.

Vio a la omega sonreír con sus manos entrelazadas sobre su pecho y al fastidioso beta que siempre daba vueltas a su alrededor preocupado porque podía lastimarse con las espinas de una rosa. Esos dos de verdad le causaban dolor de cabeza. No le gustaba sus feromonas que le recuerdan a su familia, los odia porque despiertan buenos sentimientos que le dan miedo, la sola idea de estar tranquilo y la felicidad es aterradora para las personas como él que solo han conocido dolor, maltrato, sufrimiento e indiferencia.

Vio a sus secuaces sujetando a Mikey y sin pensarlo decidió formar parte de la pelea, cuando saltó con el tubo elevado encima de su cabeza, le pidió disculpas a su futuro amor y familia por alejarlos de su vida.

Mikey cayó por el violento golpe que dio de lleno en su cabeza.

—¡¡MIKEY!! —Gritó Takemichi al unísono de Draken y el resto de los capitanes.

Para sorpresa de quienes presenciaron el violento golpe, Mikey se levantó con la sangre mezclándose entre sus largos mechones rubios.

—Dime una cosa, Kazutora —Mikey enfrentó a Kazutora —¿Por qué soy tu enemigo?

—Por tu culpa fui al reformatorio —Ichirō, Marina y Saki eran los que estaban más cerca de la pelea protagonista, fruncieron el ceño disgustados por esa respuesta, aunque no pasaron por alto la duda en el tono de Kazutora.

Hasta Mikey pareció un poco desconcertado por la grieta que comenzaba a ver detrás de esa actitud violenta que solo quiere destruir, o quizás estaba siendo sentimental por pasar tanto tiempo con Takemichi.

—¡Es obvio que seas mi enemigo! —Otra vez la furia ciega, mezclándose con la duda ambivalente y la culpa enterrada —Eliminaré todo lo que se meta en mi camino.

—¿De qué mierda estás hablando? Yo no me metí en tu camino —Kazutora se estremeció ante esas palabras —El que me retó, fuiste tú.

—Te metes en mi camino. Quieres apartarme también de Baji —Kazutora le dio la espalda escalando la montaña de autos, incapaz de ver la sorpresa que mostró Mikey ante esa acusación —¿Lo sabías? —Extendió los brazos mirando el cielo, tan inalcanzable y tranquilo, sin perturbaciones en ese día trágico —Aquel que mata a una persona es un villano, pero si eliminas a los “enemigos” —Lo miró por encima de su hombro —Eres un héroe.

Hanma se burló alegando que Kazutora era un bastardo loco.

Mikey no se vio alterado cuando Kazutora dijo que lo sostuvieran por la espalda para poder golpearlo, la falta de reacción hizo que Kazutora enterrara más profundo cualquier rastro de culpa, aplastó las voces y en su lugar fueron reemplazadas por aquellas que le incitaban a seguir con sus planes para sentirse mejor.

Golpe tras golpe fueron entregados por Kazutora directo a la cabeza de Mikey. Desde el costado de la pelea, Ichirō dirigió la mirada a Takemichi que seguía gritando el nombre de su comandante con miedo mientras Draken, Pah-chin y Mitsuya trataban de abrirse paso hasta él, por desgracia, Hanma continuaba de pie y más de cien chicos de Valhalla impedían su avance.

—¿Matar a tus enemigos? —La mente de Mikey se bloqueó por un momento —¿Es por eso que mataste a mi hermano?

La muerte de Shinichirō era un evento que bloqueaba a Kazutora, cualquier rastro de estabilidad desaparecía y tanto Ichirō como sus amigos pudieron distinguir ese momento de shock como un ataque de pánico que lo paraliza en el momento, incluso si estaba con la adrenalina a tope, pensar en Shinichirō lograba paralizarlo porque la amenaza de recordar la verdad de esa noche le dolía en lo profundo de su corazón y mente.

Mikey le dio un fuerte cabezazo a quien lo sujetaba por la espalda y con su pierna, todavía con una persona aferrada, fue capaz de levantarla lo suficiente como para golpear a Kazutora en la cabeza mientras estaba en medio de su aturdimiento.

Kazutora calló bruscamente al suelo con los ojos en blanco.

Los hermanos Hanemiya miraban la escena desde la primera fila, ambos suspiraron bajando la mirada.

—Esto es muy triste —Susurró Manami balanceando sus pies.

—Mm —Su hermano menor asintió manteniendo la mirada en su padre.

—Kōichi, vamos —Manami saltó del capó del auto comenzando a caminar del lado opuesto al núcleo de la pelea, Kōichi siguió a su hermana sin dudarlo.

—Oigan —Osanai llamó su atención —Es peligroso ir por su cuenta. Mejor quédense aquí.

—Descuida —Los hermanos Hanemiya voltearon con sonrisas en sus rostros —Lo tenemos bajo control.


¿ Sabías que... ?

Las hermanas Hajime-Inui vivieron separadas durante un tiempo (en realidad vivían en dos casas vecinas, eran vecinas por culpa de alguna disputa entre sus padres).

Desde una edad temprana Misaki mostró habilidades similares a las de su padre Kokonoi porque durante los juegos infantiles con sus amigos hacía apuestas o los manipulaba de alguna forma para obtener beneficios como dulces, ropa o maquillaje, esta actitud con el tiempo solo se hizo más firme, por no mencionar que Kokonoi la trataba como una verdadera princesa y nunca se negaba a sus pedidos. Por el contrario, Mitsuki era más tímida en comparación con su hermana e incluso si Kokonoi siempre intentaba cumplir sus pedidos, ella nunca decía nada claro y en su lugar prefería pasar tiempo con Inui escuchando historias de los Black Dragons, entrenando con sus amigos, aprendiendo sobre motos o persiguiendo a Mitsuki cuando intentaba hacer tratos con personas intimidantes.

 Por el contrario, Mitsuki era más tímida en comparación con su hermana e incluso si Kokonoi siempre intentaba cumplir sus pedidos, ella nunca decía nada claro y en su lugar prefería pasar tiempo con Inui escuchando historias de los Black Dragons,...

Chapter 27: The hated is loved

Chapter Text


I Need Your Love | Calvin Harris ft. Ellie Goulding

❝ Sé que estás ahí pero ya no puedo verte y esa es la razón por la que estás en la oscuridad (...) Intento luchar contra esto pero sé que no soy tan fuerte.❞

« Hay que aceptar la vida como es: Con sus bodas y funerales


Mikey cayó de rodillas, agotado por la pérdida de sangre tras los golpes consecutivos de Kazutora.

A pesar de que eso detuvo la pelea por un instante, Ichirō sabía que estaban lejos de finalizar. No se llamó Halloween Sangriento por recibir golpes hasta sangrar, sino por la muerte de alguien y hasta ahora no hay rastros de Baji.

Mientras buscaban al alfa de colmillos afilados y los miembros de Valhalla intentaban rematar a Mikey, Ichirō y sus amigos se dieron cuenta de que los hermanos Hanemiya desaparecieron de su vista y Baji continuaba sin aparecer. Los gritos de Takemichi llamando a Mikey, la feroz avalancha de chicos con chaquetas blancas y la tensión era palpable.

De repente todo se volvió silencioso.

El ceño de Ichirō, Marina y Saki se frunció al ver que Kisaki aparecía a tiempo para salvar a su comandante. Shinya y Nahoya bufaron rodando los ojos, sin ocultar la molestia reflejada en sus ojos azules con destellos morados mientras que Misaki y Mitsuki enderezaron la espalda con una expresión de completa seriedad que Osanai y sus chicos no pasaron por alto. El problema personal que esos chicos tuvieron con Kisaki parecía ser más serio de lo esperado. Porque el aura alrededor de los siete había cambiado y solo aquellos que ya los conocían y miraban en su dirección se dieron cuenta.

Ichirō y su manada no parecían simples pandilleros, sino serpientes esperando el momento adecuado para atacar.

Osanai sonrió de lado sin darle importancia, sabe que ese veneno no está dirigido a él y mientras sea Kisaki la víctima, no es de su interés el resto. No fue el único mirándolos curioso, los hermanos Haitani intercambiaron una mirada ante el cambio de los desconocidos, Ran sonreía emocionado por la violencia próxima y Rindō actuaba indiferente.

—Soy el capitán del Sexto escuadrón de la Tokyo Manji. Tetta Kisaki. ¡Mis hombres y yo asumimos la responsabilidad de proteger a nuestro líder! —Ichirō rodó los ojos exasperados.

Es estúpido que nadie diga nada sobre la aparición de Kisaki justo a tiempo.

No fue sorprendente para Ichirō y sus amigos escuchar que Kisaki comenzaba a ganar popularidad, incluso entre los capitanes. Ellos saben que al cuatro ojos le es indiferente que la Toman gane o pierda.

Si ellos pierden, será absorbida por Valhalla que está bajo el control indirecto de Kisaki y fue una pandilla creada para Mikey, si obtienen la victoria va a asegurarse de usar acciones como esa para ganar estatus dentro de las filas. Kisaki es astuto, incluso cuando era un simple adolescente se notaba un ingenio aterrador, desde abajo Misaki mordió su perfecta uña del pulgar arruinado el esmalte púrpura.

Tiene que estudiar más y ser más astuta, debe ser más que Kisaki en todo. Si sigue quedándose atrás con pequeñas victorias, las cuales obtuvo a rajatabla, nunca lo superará y no va a ser capaz de vengarse por sus padres.

Incluso Draken le había cedido la tarea de protegerlo sin problema.

El único que parecía darse cuenta de las intenciones de Kisaki, era Takemichi. Ichirō no pasó por alto ese detalle; a pesar de que era el más preocupado por Mikey, estaba herido y llorando sin control, la presencia de Kisaki lo aterraba mucho más que la locura ciega de Kazutora. Intrigante, intrigante y curioso.

Lo que sucedió a continuación fue una seguidilla de acciones que no todos pudieron ver, solo Nahoya y Shinya que estaban en una posición privilegiada sobre la montaña de autos y vigilaban el perímetro. A pesar de ello, no fueron capaces de advertir a tiempo debido a la sorpresa.

Baji había escalado desde la parte trasera de la montaña y estaba a punto de golpear a Kisaki con un tubo, hasta que de un momento a otro Manami apareció del lado contrario empujándolo y ambos rodaron cuesta abajo. Gracias a la distracción, Kisaki se dio la vuelta abruptamente y no vio venir del otro lado a Kōichi, también con un tubo en mano, y le dio un fuerte golpe que lo hizo caer hacia el lado contrario.

—Hace mucho quiero hacer esto —Kōichi miró desde arriba a Kisaki, ignorando los abucheos de la Toman y comentarios de Valhalla.

Baji había intentado proteger a Manami durante la caída hasta aterrizar sobre una superficie ligeramente estable y con algunos golpes en el cuerpo de la omega.

—¿Te conozco? —Bufó Kisaki escupiendo sangre a un lado.

—Sé que fuiste tú —Los ojos de Kōichi se oscurecieron ante el cruel recuerdo. Por accidente escuchó la conversación entre sus padres y el señor Mikey, por eso lo sabe, los responsables de la desgracia de su hermana eran perros de Kisaki. Nunca hubo pruebas de que él fuera responsable, pero Kōichi lo sabe, lo sabe en sus entrañas —Los enviaste con Nami.

—¿Ah? ¿De qué mierda hablas?

—Te mataré —Dio una vuelta al tubo, no es como el tambō que utiliza en sus entrenamientos, pero serviría por ahora.

—Já —Se levantó adolorido —Esa mierda de ser neutrales era mentira, ¿No?

—No te equivoques, no somos mentirosos como tú —Kōichi apretó con fuerza el tubo de hierro —¿Valhalla? ¿Toman? No me interesan —Ese comentario fue captado por quienes estaban más cerca y ahora miraban al rubio-azabache curiosos —Nosotros somos más egoístas. Solo pensamos en nuestra manada, lo demás... es daño colateral, así fuimos educados.

Kisaki frunció el ceño molesto.

De un momento a otro, uno de los hombres de Kisaki agarró a Kōichi de la chaqueta y antes de poder empujarlo, Shinya se acercó lo suficiente como para golpearlo en la cara y enviarlo lejos.

Sin embargo, para sorpresa de Kōichi, Shinya se paró delante de Kisaki como si lo estuviera defendiendo.

—¿Qué haces? —Preguntó el omega con una mirada seria.

—Esta es la manera en que nos manejamos y estamos dispuestos a apostar por un todo o nada —Señaló a Kisaki con el tubo —Hay que deshacernos del problema desde la raíz.

Shinya miró por encima de su hombro a Kisaki. Luego vio a Ichirō mirándolo expectante.

Un suspiro resignado escapó de sus labios y se vio obligado a enderezar la espalda en una postura ofensiva, Kōichi frunció el ceño al ver el cambio de Shinya, reconoce esa actitud y también se preparó para pelear.

—¿Por qué me detienes? —Shinya no respondió —Esta es la manera que nosotros hacemos las cosas, sé que piensas como yo y quieres hacerlo —Esta vez Shinya desvió la mirada —¡Así es como nos educaron!

—Ichirō... no quiere esta alternativa —Dijo con cuidado en sus palabras, se notaba su inconformidad. Mantener con vida a Kisaki siempre deja abierta la posibilidad de que Iori Tachibana viva y aunque eso signifique ayudar a su rival amoroso y sea desagradable, lo que menos quiere es ver a Ichirō decepcionado, experimentando culpa o sintiéndose triste —A pesar de todo —Se encogió de hombros —Sigo sus órdenes como alfa de la manada.

—¿Se trata de ese instinto omega que te hace mostrarle el cuello a tu alfa?

—Se llama “fidelidad” a nuestro líder manada —Se posicionó de lado, listo para defenderse cuando su amigo quisiera golpearlo —Me guste o no la idea, tengo que respetarlo.

Ichirō se sorprendió por esas palabras.

Siempre fue lo mismo con Shinya, quizás en el pasado era frustrante ver esa actitud entrenada por su padre para obedecer, pero ahora entiende porqué Mikey lo eligió como su posible pareja.

A pesar de que Shinya es un omega dominante con una fuerte actitud, opiniones firmes y orgulloso, nunca ha faltado a su palabra o ignorado órdenes de organización. Antes creía que era porque Shinya sentía mucho respeto por Mikey y carecía de iniciativa propia, ahora sabe que no es así,sino que por primera vez Ichirō vio que las cosas no eran como imaginaba.

No obstante, eso no eliminaba la realidad de que Kōichi tenía intenciones homicidas. De la misma forma que Rokurō y, aunque dijo que confiaba en los hermanos Hanemiya, no puede evitar dudar en hasta dónde todo lo que sucedía era un plan de ambos o consecuencias imprevistas, como la intervención de Shinya. Dirigió sus ojos a Manami que se levantaba a duras penas por culpa de los golpes.

Baji otra vez se había puesto de pie y tenía la intención de dirigirse a Kisaki, pero no contaba con que Chifuyu fuera a intervenir.

El resultado fue un golpe con el mismo tubo en la cabeza.

Manami jadeó asustada al ver a su papá recibiendo semejante golpe, mucho más por las crueles palabras que le dirigió Baji mientras lo dejaba atrás. Chifuyu intentó detenerlo otra vez y ahora obtuvo una cuenta regresiva, pero no pudo reaccionar y en su lugar Takemichi se abalanzó sobre Baji.

—No tiene caso, Takemitchy —Los ojos de Manami y Takemichi se abrieron con sorpresa ante las delgadas lágrimas deslizándose por sus lastimadas mejillas manchadas con sangre. La expresión de Chifuyu era de completa rendición ante Baji —Yo... no puedo golpear a Baji.

La omega apretó los puños con fuerza. ¿Así eran los destinados o solo su papá con aquel alfa? No puede creer que una alteración genética, compatibilidad de sustancias químicas e ideas sociales sobre un lazo destinado tenga tanto poder como para hacerlo incapaz de pelear. ¡Incluso cuando su vida estaba en juego!

No lo quiere, Manami no quiere tener un destinado si va a convertirse en algo similar a su papá.

Debido a la duda de Chifuyu, Baji pudo darle un rodillazo a Takemichi en el estómago y enviarlo lejos para seguir con su objetivo inicial. Manami apretó con fuerza los pliegues de su falda y vio desde su lugar a Kōichi peleando con los hombres de Kisaki con Shinya a un lado junto a Nahoya, listos para intervenir si la vida del cuatro ojos corría peligro. Ichirō, Marina y Saki continuaban con su plan de neutralidad. Confiaban en ellos.

Los ojos azules de Ichirō se fijaron en los aguamarina de Marina, ella le sonrió tomándolo por sorpresa.

Sin verlo venir, Manami apartó a Takemichi bruscamente y se plantó delante de Baji con los brazos extendidos. Su falda celeste estaba sucia por la tierra y rastros de sangre, la camisa blanca de tirantes tampoco estaba en mejor estado, durante la caída se rasgó una de las mangas dejando al descubierto su brazo izquierdo donde estaba el tatuaje de tigre y debido a la incomodidad que le provocaba usar zapatos bajos sobre esa superficie, se los sacó antes de unirse a la pelea y por eso iba descalza con unos simples calcetines verde agua más que sucios.

Sus piernas pálidas comenzaban a mostrar moretones púrpuras, los brazos tenían cortes por culpa de la caída, el rostro que suele estar limpio y mantenerse sereno era adornado por golpes o gotas de sangre, su cabello rubio sujeto en dos coletas estaban medio sueltas y a nada de desprenderse. Manami enfrentó la mirada fulminante de Baji tratando de no temblar.

—Apártate o te haré sufrir —Ella agitó la cabeza desesperada, escuchando de fondo la pelea de su hermano —No me importa que seas un capricho de Kazutora, te mataré. Sal —De nuevo negó y Baji levantó el tubo dispuesto a golpearla —Te lo advertí.

El golpe fue dado a su brazo, Manami se dio cuenta de que Baji no utilizó toda su fuerza y fue una amenaza. De todas formas ella se tambaleó porque no estaba para nada acostumbrada a la violencia.

Desde su incidente ha sido tratada como una princesa en la torre, la cuidaron hasta de la brisa invernal y nunca permitieron que se lastimara siquiera con las espinas de una rosa. Cometió un error. No tuvo que desear volver a la torre con sus padres para ser tratada con guantes de seda... debido a eso estaba ocurriendo otra vez, por su debilidad, su hermanito pequeño estaba peleando arriesgando su vida y dispuesto a mancharse las manos con sangre con apenas catorce años.

Se supone que ella es la mayor. ¡Tiene diecisiete! No puede seguir ocultándose tras su familia y amigos, esta también su pelea.

Volvió a levantarse sin dejar de temblar.

Baji chasqueó la lengua y otra vez estuvo dispuesto golpearla con el tubo, esta vez tomando distancia para ejercer más fuerza. Manami se negó a cerrar los ojos ante el inminente golpe y por eso pudo verlo, vio a Kazutora con un cuchillo en mano.

Sorprendiendo a Baji, Manami lo empujó con todas sus fuerzas y el filo del cuchillo rozó de manera dolorosa su brazo. El gemido de dolor que escapó de sus labios estremeció a Kazutora, Baji fue atrapado por Chifuyu antes de volver a caer en picada al suelo y Takemichi abrió la boca con sorpresa. Las feromonas deprimentes de Manami captaron el olfato de Kōichi que dejó de pelear para verla.

Buscó a toda prisa el cuerpo de su hermana y la vio sujetándose con fuerza una herida bastante fea de la que no paraba de brotar sangre.

Si se trataba de su hermana puede mandar a la mierda su venganza.

—¡¡¡NAMI!!! —Estaba por ir con ella cuando fue interceptado por los perros de Kisaki —Maldición.

—¡E-Estoy bien! —Gritó Manami mientras sujetaba la herida con su mano, Takemichi se hincó sobre su rodilla para intentar detener el sangrado —¡No te preocupes! —Gritó desde su lugar intentando mostrarse indiferente por la herida, aunque en realidad apenas puede respirar debido al punzante calor —D-Duele.

—Espera —Chifuyu dejó a Baji en un costado y se dirigió a la rubia, impactando a los pocos que miraban la escena, el rubio se sacó el hachimaki blanco y lo ató alrededor de la herida —Esto debería ser suficiente por ahora.

—Gracias —Susurró sin dejar de sentir dolor, de sus ojos escapaban pequeñas lágrimas e intentaba regular su respiración. De reojo pudo ver las intenciones de Baji —¡¿Todavía sigues con eso?!

—No te metas en este asunto.

—¡Que egoísta! —Manami agarró lo primero que tuvo a mano, un pedazo de motor y lo lanzo a su objetivo, apenas pudo rozar a Baji —¡¿Acaso no puedes ver lo importante que eres para Kazutora?! —El sonido de cascabel hizo que notaran la presencia del eludido, que continuaba en un estado ambivalente y apenas procesaba el hecho de que estaba por matar a su mejor amigo e hirió a la omega de aroma familiar —Sé lo que buscas.

—¿Qué puedes saber de mí? —Baji la miró con seriedad sin bajar la guardia de nuevo, firme en su decisión inicial.

—Porque es la misma mirada de mi hermanito —Los ojos aguamarina se dirigieron a Kōichi que casi acababa de abrirse paso entre sus oponentes para llegar a ella —Alguien me dijo que existe otra manera, una más complicada —Ahora miraba a Ichirō que casi llegaba a su lado saltando sobre los autos —Baji, si quieres ayudar a Mikey y Kazutora e impedir que Kisaki gane, debes ir contra tu instinto.

—¿Ah? —La curiosidad estaba impresa en su rostro —¿Qué quieres decir?

—Esto es plan de Kisaki y estás haciendo lo que él quiere, manipula a Kazutora y si sigues atacando, esto solo va a perjudicarlos —Ichirō llegó a su lado justo a tiempo para escuchar esas últimas palabras —Reacciona y usa la cabeza, ¿Piensas que todo es coincidencia? ¿De verdad crees que Kazutora podría lastimarte sin que alguien estuviera moviendo los hilos?

—¡Nami! —Kōichi finalmente pudo llegar con su hermana y se arrodilló a su lado, siendo cuidadoso de no tocarla y empeorar la herida. Miró a Kazutora molesto —¡¿Qué te pasa?! ¡Mi hermana es la persona más dulce e inocente que conocerás en tu vida! ¿Cómo puedes-?

—Kōichi, estoy bien, no es culpa de Kazutora y lo sabemos —La omega no apartó su mirada de Baji. Los mismos ojos aguamarina de Chifuyu parecían querer fulminarlo con la mirada, Baji miró de reojo a Takemichi y Chifuyu que lo miraban expectantes en silencio. Suspiró resignado lanzando hacia un costado el tubo que quería usar para matar a Kisaki —Señor Baji...

—No me llames “señor”. Es escalofriante —Baji se dirigió a Kazutora que continuaba cabizbajo temblando.

A diferencia del evento con Shinichirō que entró en pánico y solo negaba lo acontecido, esta vez estaba en total shock y no dejaba de temblar. Un poco de miedo se percibía en sus feromonas. Las dudas de Baji fueron respondidas, aquel par de hermanos tocaron un poco al corazón de Kazutora y llegaron al núcleo de su lastimada mente, algo que él no pudo hacer porque carecía de tacto emocional y era un esclavo de sus impulsos.

Su amigo tiene razón, son ridículamente sentimentales.

—Oye. Kazutora —Hubo un tintineo del cascabel, demostrando que se exaltó por el llamado y más cuando Baji lo abrazó de la nada —Deja de actuar tan dramático —Sostuvo su cabeza con una mano dejando que el rubio-azabache se apoyara en su hombro —Ya te dije que sin importar la clase de infierno que nos espere, yo voy a estar contigo hasta el final. Así que deja de joder.

—Baji —Los ojos de Kazutora se cristalizaron —¿Qué te pasa? ¿Estás enfermo o desarrollaste algo raro en tu cabeza? ¿Cómo puedes abrazarme sabiendo que quise apuñalarte y todavía tengo el cuchillo en mi mano?

—Ah. Me olvidé de eso —Una risa amarga escapó de sus labios.

—¿Qué quiere decir eso? Eres tan estúpido —Suspiró aliviado soltando el cuchillo para sujetar los bordes de la chaqueta de Valhalla de Baji —El blanco te queda horrible.

—Cierra la boca.

Kazutora se relajó considerablemente tras ese pequeño respiro de sus incontrolables pensamientos, por primera vez desde que salió del reformatorio dejaba de escuchar esas voces y la paranoia se convertía en los vestigios de una llovizna tras la feroz tormenta. Eran sentimientos extraños.

No estaba ni cerca de sentirse mejor consigo mismo, más cuando podía ver la cinta blanca alrededor del brazo de Manami cada vez más roja. Apretó el abrazo alrededor de Baji.

Estuvo a punto... de destruir lo único que le importaba, la última persona que le quedaba.

Se levantaron tratando de sonreír y aparentar que no estuvieron bailando con la muerte hace menos de cinco minutos. Para sorpresa de Chifuyu, Takemichi, Ichirō y los demás, Kazutora mantuvo la cabeza gacha e incluso se escondió un poco tras Baji.

Manami y Kōichi intercambiaron una mirada confiada. Bajaron la guardia demasiado pronto, porque cuando Kōichi se apartó de su hermana para golpear a Kazutora en el brazo como consecuencia por el corte de Manami y la futura cicatriz que iba a adornar su tersa piel, todo dio un giro. Nadie lo notó en ese momento debido al respiro de paz momentáneo y se dieron cuenta tarde de que alguien se había acercado a ellos por la espalda.

El grito de sorpresa por parte Manami hizo que voltearan en su dirección.

Alguien de la Toman sujetaba a Manami por el cuello con un cuchillo a centímetros de su rostro. Kōichi intentó acercarse a su hermana y el chico acarició la mejilla sacándole una línea de sangre, eso lo hizo retroceder.

Kazutora se estremeció al ver la sangre deslizarse por esa pálida piel, sus ojos se llenaron de lágrimas y temblaba entre los brazos de su captor.

Notaron a Kisaki con un teléfono en mano y mirando la escena con total apatía. Ichirō apretó los puños con fuerza intentando tomar distancia, la pelea se detuvo cuando los capitanes de la Toman notaron que Baji abrazaba a Kazutora, ambos bajando los puños. Eso era como una señal para decir que se retiraban de la pelea.

La mente de Kazutora era un completo caos en ese punto.

Sus ojos captaron a Mikey que se había despertado y se acercaba a ellos con la cabeza repleta de sangre, Kazutora fue guiado por su propio instinto de supervivencia y el miedo de ver herida a Manami, se acercó a Mikey que estaba a punto de golpearlo. La postura ofensiva fue en vano porque Kazutora en lugar de comenzar una pelea cayó de rodillas frente a Mikey enseñando su cuello y agachando la cabeza en un gesto sumiso, el acto sorprendió al rubio y quienes miraban la escena.

—¡Dile a tus hombres que dejen a la omega! —Gritó apretando con fuerza los puños y tragándose el orgullo, que un alfa se inclinara frente a otro era humillante —Ella no tiene nada que ver, ¡Déjala!

—¿Qué-?

—¡Puedes matarme si quieres, pero no la lastimes! Es una chica débil que siquiera debería estar aquí.

—¡Mikey, no lo mates! —Baji se paró delante de Kazutora impidiendo cualquier posible ataque por parte de Mikey hacia su mejor amigo —Kazutora no...

—Lo sé —Las palabras de Mikey tomaron por sorpresa al dúo pirómano, ambos levantaron la mirada con los ojos abiertos —Kazutora. Tenías razón, yo quería matarte, todo este tiempo estuve esperando a que salieras del reformatorio para poder hacerlo y el que constantemente trataba de convencerme de desistir, era Baji.

—Mikey —Draken llegó al pie de la montaña de autos. Hasta ese momento no creyó que la cruz que su amigo cargaba sobre su espalda fuera tan grande, siquiera se dio cuenta de sus intenciones a pesar de que lo escuchó decir “mi corazón y razonamiento no van de la mano”.

—Baji dijo que solo querías verme feliz, Kazutora —Susurró con la mirada pérdida en la nada —Y por eso no pudiste procesar lo que ocurrió. A pesar de que mataste a mi hermano, tuviste que considerarme tu enemigo para soportar la situación —Miró a Kazutora fijamente recuperando un poco de su brillo —Pero nunca atacaría a personas indefensas.

—¿Eh?

Todavía desde la zona de espectadores, Misaki sonrió de lado volviendo a mirar su teléfono mientras Mitsuki apoyaba la cabeza en su hombros.

—Por ahora, un paso adelante —Susurró la omega volviendo a leer los mensajes con uno de los herederos de Bonten. Ocultos detrás de una sonrisa inocente y falsa confianza, los hermanos Hanemiya también son herederos de Bonten y tienen un lado manipulador escondido debajo de tan bellas facciones. Misaki levantó la mirada dejando que sus ojos celestes con vestigios verde se oscurecieran al mirar a Kisaki —Pronto, estaré cien pasos adelante, cuatro ojos.

El chico que había atrapado a Manami se alejó despreocupadamente dejando al descubierto su rostro.

Azusa siguió el alocado plan de los hermanos Hanemiya cuando Kazuo se enteró de que su primera intención era sacrificarse para que todos vivieran. A pedido de su protegido, utilizaba el uniforme de la Toman, se lo había robado a un tipo de la pandilla después de noquearlo con solo un puñetazo. Lanzó hacia un costado la chaqueta negra con los kanjis dorados, dejando al descubierto una simple camisa negra sin mangas.

Ichirō se sorprendió ante la presencia de su amigo.

—¿De qué se trata esto?

—Se los dije antes —Kazuo salió del interior de un auto usado encogiéndose de hombros restándole importancia y yendo con Azusa —No me emociona la idea de Kōichi y Manami desapareciendo. Así que los ayudé con este plan.

—¿Plan? —Baji frunció el ceño con duda y desconfianza.

—Empujar al límite —Nadie comprendió el significado de esas palabras hasta que Kazuo dirigió sus ojos azules a Kazutora que continuaba de rodillas con el cabello ocultando su rostro —Oye, Kazutora Hanemiya —Se dirigió al chico que apenas reaccionó haciendo tintinear su cascabel —¿Qué tal?

—Pero, ¿De qué mierda-?

—Tora está muy asustado —La profunda voz de Kazutora hizo estremecer a los presentes, en especial a omegas y betas que retrocedieron un paso debido a la sorpresa. Kazutora se levantó apartando los mechones rubios y azabaches de su rostro, dejando al descubierto su mirada, no era un color amarillo vacío que denotaba locura sino un tono dorado vacío y peligroso —Me sacaron a la fuerza —Miró con fastidio a los hermanos Hanemiya que bajaron la cabeza tristes —Tienen suerte de ser ustedes o los mataría.

Manami bajó mucho más la cabeza avergonzada y Kōichi refunfuñó frustrado.

La idea de sacar el lobo de un alfa era un arma de doble filo. Por un lado podría ser tan violento como cualquier animal que ha estado enjaulado toda su vida y al fin tiene permiso de destruir todo a su paso o podría actuar como una voz sensata que prefería controlar todo con la manipulación y su inteligencia. Manami y Kōichi saben que Kazutora tiene un lobo interno más sereno.

Debido a que su parte racional era jodidamente explosiva y violenta, su lobo necesitaba nivelar de alguna forma toda esa agresividad. A lo largo de la vida de un alfa o un omega, tanto el lobo como su lado racional llegan a un acuerdo, como normas de convivencia, sin embargo, si ese desarrollo biológico se ve interrumpido por algún trauma, un encierro forzoso o eventos de rechazo, las dos partes funcionan de manera aislada.

Por lógica, el lado racional actúa la mayor parte del tiempo y el lobo queda relegado, casi aplastado por otras voces internas. Era como desarrollar otra personalidad en lugar de unirse, lo cual, se supone debía hacerse de manera natural.

El lobo de Kazutora no se parecía en nada a Kazutora, pero el hecho de que lo llamara “Tora” dejaba ver que se preocupaba por él. La mayoría de las disputas entre los lobos y su identidad núcleo era el constante choque de sus personalidades, los omegas pelean con su lado sumiso y los alfas tratan de mantener la humanidad por encima del animal interno.

Manami se estremeció cuando el lobo de su padre se acercó a Baji y le dio un rodillazo en el estómago. Antes de que Mikey lo atacara, el lobo empujó a Baji a los brazos del rubio sin ninguna delicadeza.

—¡¿Qué te pasa, imbécil?!

—Deja a Tora o te golpearé hasta que no seas reconocido ni por tu madre —El lobo guardó sus manos en los bolsillos del pantalón. No le dio tiempo importancia a la queja de Baji —Irá a buscarte cuando esté listo.

Bajo la mirada impactada de todos bajó de los autos mostrando una actitud de total apatía, muy diferente a la locura de antes, era como ver a alguien totalmente distinto.

—¡¡Oye!! —Baji elevó su tono de voz —¿Qué quieres decir con eso? ¿Por qué hablas en tercera persona? ¿Y que es esa basura de dejarte solo?

—Mm —Suspiró frustrado, el lobo buscó algo con la mirada hasta encontrar una pieza rota de auto, lo que parecía ser parte de un motor y sin dudarlo lo lanzó directo a Baji. Este pudo esquivar el ataque desquiciado de su amigo —Baji —Lo miró por encima de su hombro —Deja a Tora un tiempo solo. También eres su mejor amigo, así que no seas molesto y dale espacio.

—¿Ah? No entiendo.

—Intentaste arreglar las cosas entre él y Mikey muy pronto, ninguno estaba listo —Miró de reojo al rubio que escuchaba en completo silencio —Tora sigue sin estar preparado y sé que ese de ahí tampoco. Así que déjalo por ahora.

Les dio la espalda dispuesto a retomar su retirada. Ignorando los llamados de Hanma y cualquiera de Valhalla.

—Kazutora —Vio la espalda de su mejor amigo mezclarse mientras se sacaba la chaqueta blanca quedando solo con una camiseta negra —¡Kazutora! —Gritó más fuerte usando su voz de mando, Manami se escondió en los brazos de Kōichi, Chifuyu y Takemichi saltaron hacía atrás, Shinya y Kazuo hicieron una mueca por el sonido  —¡¡Eres mi mejor amigo y te estaré esperando!! Si no vienes, te juro que voy a ir por ti, ¡¿Entiendes?!

El lobo levantó el brazo en un gesto desinteresado.

—¡Kazutora! —Mikey tomó la palabra por primera vez, atrayendo la mirada de sus amigos —Siempre vas a ser parte de la Toman.

Se detuvo un momento, ladeó la cabeza manteniendo sus ojos ocultos por el cabello azabache con mechones rubios, incluso en esa postura se notó una pequeña sonrisa resignada y el movimiento de su cascabel. Quizás sea su imaginación, pero algunos juran haber escuchado un bajo “tan sentimental” por parte de Kazutora antes de salir del desarmadero.

Manami y Kōichi bajaron de la montaña de autos mirando la espalda de su padre alejarse.

Ellos... de verdad acaban de cambiar el futuro de forma radical, guiados por el miedo se sujetaron de la mano, ahora todo dependerá de su verdadera apuesta. ¿El destino y el instinto superarán la racionalidad y los sentimientos? ¿Van a existir en el futuro? ¿Todo estará bien?

Cuanto más fuerte era el agarre, más dudas llenaban sus corazones, porque estaban un paso más cerca de saber el resultado de salvar la vida de Baji Keisuke.

Giraron la cabeza encontrando a Baji rodeado por los capitanes de la Toman mientras el alfa de colmillos se quejaba por los golpes de Kazutora y su dramatismo, Mikey sonrió satisfecho al ver a su amigo de la infancia lanzando lejos la chaqueta de Valhalla. Baji le dirigió una mirada a los hermanos Hanemiya y asintió en su dirección, iba a tomar su consejo, trataría de ser más astuto que Kisaki y no actuaría como dictan sus instintos.

El sonido de las sirenas interrumpió el ambiente de celebración.

—Llegó la ley —Dijo Rindō Haitani saltando fuera del auto destartalado seguido por su hermano mayor.

—Nos largamos —Ran se encogió de hombros mirando de reojo a los miembros de la Toman que comenzaban a dispersarse, fue un espectáculo bastante interesante de ver, diferente a lo que esperaba.

Entre risas, Baji huyó con Chifuyu y Takemichi que no dejaba de llorar por el alivio, Mikey burlándose del par por su cursilería y siendo secundados por las risas de Draken, Pah-chin y Mitsuya.

Ichirō y sus amigos bajaron de los autos reuniéndose con sus amigos. Vieron a Misaki con su teléfono en mano, ella había llamado a la policía para evitar que Kisaki hiciera algún movimiento extraño cuando al fin vislumbraron la oportunidad de solucionar las disputas y sin muertos de por medio.

Osanai rompió una de las verjas para poder huir en un punto ciego mientras la policía ingresaba.

A diferencia del resto, ellos escapaban tranquilos y caminando por la calle como si estuvieran en un paseo normal. Shinya frunció el ceño por la marca púrpura en su brazo después de haber bloqueado un puñetazo de Kōichi cuando intentaba matar a Kisaki.

Volteó dispuesto a quejarse y para su sorpresa, Kōichi tropezó con la nada misma, cayendo de cara al suelo. Las risas no se hicieron esperar, más cuando vieron al beta con la nariz roja y sangrante, Manami se arrodilló al lado de su hermano para limpiarle la sangre con la poca porción de tela blanca que usaba para vendar su brazo. Necesitaban ir al hospital para recibir puntos quirúrgicos.

Kōichi se levantó sonriendo mientras tocaba su nariz y sin dejar de sentir una extraña opresión en su pecho. Sintiendo que ha por alto algo importante.


¿ Sabías que... ?

Ichirō Sano y Shinya Kawata son amigos de la infancia y una pareja destinada, aunque los únicos que no se dan cuenta son ellos mismos (incluso Mikey del futuro lo sabe).

El motivo de esto se debe a la costumbre de feromonas, normalmente las parejas destinadas no están en el mismo círculo social y mucho menos se conocen a temprana edad, por eso el caso de Ichirō y Shinya es particular (se conocen desde bebés). Crecieron sintiendo las feromonas del otro, desarrollaron un lazo natural y son cercanos, no pueden distinguir esos impulsos biológicos característicos de sus lobos porque estos han asumido a su pareja y en consecuencia se comportan como si ya lo fueran. Incluso si la parte racional no puede darse cuenta de la diferencia o notar su lazo destinado, son conscientes de que no pueden vivir sin el otro y en casos extremos, como una herida de gravedad o mucho tiempo separados, sienten ese lazo alfa-omega.

También influye el hecho de que son torpes y orgullosos, como dominantes de sus respectivos géneros es más complicado para ellos ceder (en el caso de Shinya) e Ichirō es distraído y no sabe distinguir sus propios sentimientos.

También influye el hecho de que son torpes y orgullosos, como dominantes de sus respectivos géneros es más complicado para ellos ceder (en el caso de Shinya) e Ichirō es distraído y no sabe distinguir sus propios sentimientos

Chapter 28: Fragility of an existence

Chapter Text


Goodbyes | Post Malone ft. Young Thug

❝ No hay manera en que pueda salvarte, porque necesito ser salvado también, no soy bueno para las despedidas.❞

« No podemos vernos a nosotros mismos, por eso necesitamos un espejo, alguien que nos refleje


Mientras sus amigos se quedaban en el departamento curando las heridas, descansando un poco antes de su viaje de regreso o perdiendo el tiempo entre bromas, Ichirō se reunió con alguien importante.

No muy lejos Marina, Shinya y Nahoya se mantuvieron al margen disfrutando de paletas heladas, mirando de reojo al recién llegado.

Sanzu se paró delante de Ichirō con sus manos en la chaqueta.

Por muy drogado que estuviera aquella noche hace varios meses, todavía puede recordar el rostro de los tres adolescentes que se le acercaron de la nada y dijeron ser los hijos de su rey. Ahora tenía al mayor de ellos adelante mientras lloraba como un niño pequeño. Ichirō no pudo controlar las lágrimas al estar delante de Sanzu. Debido a que ha estado investigando asuntos relacionados a la pandilla y rara vez se presentaba en las reuniones, Sanzu solo pudo reencontrarse con Ichirō y sus amigos durante el Halloween Sangriento. Ese no era el momento ni el lugar para exigir respuestas, por eso le pidió el número de teléfono de alguno de ellos a Mikey y así pudo contactarlo, por suerte Ichirō aceptó la reunión.

Lo más sorprendente era verlo llorar mientras sonreía. Sanzu al fin pudo ver con claridad los rasgos del futuro hijo de su rey: Piel blanca y brillante por la exposición solar, ojos azules como un extenso océano, largo cabello rubio que llevaba amarrado detrás de la nuca con algunos mechones sueltos, era más alto que su rey, desprendía feromonas un poco dominantes a pesar de estar actuando sentimental y sus pómulos se tornaban rojos o rosa con mucha facilidad. Físicamente se parece al rey, en personalidad, es diferente.

De todas maneras, sonrió reconociendo el enorme parecido y su sonrisa pareció activar las cataratas en los ojos de Ichirō. Ese chico era todo un niño llorón, le recordaba a cierto chico que rondaba alrededor de Mikey últimamente.

—Tío Sanzu —Susurró mientras limpiaba sus gruesas lágrimas —Lo... lo siento.

—Supongo que algo me ocurrió en el futuro, ¿No? —El recuerdo de la muerte de Sanzu hizo que Ichirō jadeara —Relájese, príncipe, ahora estaré bien.

—Fue mi culpa. Porque soy débil y no pude tomar el poder antes de que Kisaki hiciera su movida —La mención de Kisaki provocó el ceño fruncido de Sanzu —Cuando volvimos tras nuestro reencuentro... otra vez murieron todos. Entonces, retrocedimos de nuevo para intervenir en el problema con Moebius, pero al volver otra vez murieron —Dijo con dificultad —Y ahora hicimos una movida peligrosa. Volveremos al mediodía, pero... pero estoy asustado de volver a ver...

—Así que Kisaki —Susurró Sanzu desviando la mirada —Ese cuatro ojos no me daba buena espina.

—Se supone que Baji Keisuke moriría el 31 de octubre —La información tomó por sorpresa a Sanzu —Lo salvamos, pero no tenemos idea de lo que provocamos en el futuro, literalmente cambiamos mucho al salvarlo y algunos de nosotros peligramos.

—Parece que las cosas son complicadas en el futuro.

—Demasiado.

—No tiene que preocuparse —Sanzu sonrió con las manos en sus bolsillos —Yo estaré junto al rey y cuando nazca, también voy a protegerlo.

—Lo sé —Ichirō nunca podría dudar de Sanzu, es la persona más fiel que ha conocido en su vida, a veces rozando lo psicópata y creepy —Pero no quiero volver a verlos morir —Sanzu no se sorprendió por escuchar el desenlace de su vida, sabía que su muerte iba a ser dolorosa. Aunque sí tiene curiosidad por algo, más bien en alguien —¿Qué ocurre? Te callaste.

—Yo... quería preguntar por alguien.

—Claro —Aunque Ichirō duda que alguien de la Toman siga con vida, considera que conoce a todos en el futuro, así que debe tener información al respecto de alguien importante o interesante para Sanzu. Lo cual es raro.

—Mutō Yasuhiro. Alias Mucho —Ichirō frunció el ceño con duda y Sanzu suspiró resignado —Supongo que está muerto.

—No, en realidad, no lo conozco en el futuro.

—¿Qué?

—Sé a quién te refieres, es el capitán de la Quinta División, pero lo conocí en este tiempo.

—Que raro —Se encogió de hombros restándole importancia. Tiene toda la vida para averiguar lo que ocurrirá con Mucho, por ahora, lo importante es mantener a salvo a los príncipes y la princesa —Espero que no sea necesario, pero si vuelven, la próxima vez vayan a buscarme directamente. Ahora no son tan bienvenidos como antes y se ganaron una mala reputación por eso que dijo tu amigo en el desarmadero.

—Si... supongo que lo que dijo Kōichi sobre ser egoístas no le cayó bien a nadie. Estaba inspirado en ese momento —Ichirō rascó su nuca sonriendo de lado —Ah, cierto, toma.

Sanzu recibió un juego de llaves.

—Las llaves de nuestro departamento. Nadie sabe lo que ocurrirá, pero nunca está de más estar preparado —Sanzu asintió estando de acuerdo —Siéntete libre de leer cualquier archivo o información, ahí vas a encontrar datos sobre el futuro y podrían ayudarte contra Kisaki.

—No sé si sea buena idea saber todo, pero lo tendré en cuenta por alguna emergencia.

—Genial, ¡Oh, también! Debes dejar que Hanagaki se encargue de los problemas.

—¿Ah? ¿Ese llorón?

—Si lees los informes verás cosas preocupantes, sin embargo, deja que Hanagaki se encargue —La expresión de Sanzu era de completa inconformidad —También es algo que nos pidió el futuro “tu”.

—¿Yo? ¿Dije que Hanagaki se encargará de todo? —Ichirō asintió y Sanzu no tuvo otra alternativa que ceder —Ah... bien, haré lo que mi príncipe ordene.

—¡Muchas gracias, Sanzu! —Por un momento Ichirō no dijo nada, solo miraba a Sanzu que estaba atento a la llave como si fuera algo de suma importancia y lo era, porque en ese departamento estaban escondidos los datos sobre el futuro. Sanzu sintió la constante mirada del adolescente y levantó la mirada, Ichirō sonreía de manera triste hasta que ese brillo deprimente fue reemplazado por uno esperanzador —¡Nos vemos en veinticuatro años! Tío Sanzu, te estaremos esperando.

—Ah... —No tuvo palabras para describir el extraño sentimiento burbujeante en su corazón, en lugar de esas supuestas mariposas en el estómago, lo que siente es algo parecido a abejas picando sus órganos internos e insertando un veneno peligroso que muchos llamarían cariño o tal vez hasta un sentimiento familiar. Sonrió cansado —Nos vemos, príncipe.

Ichirō sonrió ampliamente y se fue corriendo de regreso con sus amigos.

Sanzu lo vio marchar apretando con fuerza la llave entre sus dedos sin saber qué hacer en ese momento, todavía siente esos animales en su interior y se le complica comprender su propio cuerpo.

Toda la vida pensando que no conocería algo parecido a la familia o un sentimiento semejante que le hiciera pensar que era querido, lo único que disfruta es de la emoción de golpear, sus impulsos sádicos y el dolor, la idea de sentirse apreciado y serlo de verdad es nuevo. Le dio la espalda al parque dirigiéndose a la zona de atracciones infantiles.

A lo lejos vio a su capitán comprando helado.

El albino rascó su nuca sin saber qué hacer ahora, pero por alguna razón decidió tirar las pastillas que había comprado hace poco y fue con Mutō mostrando total indiferencia y volviendo a acomodar el cubrebocas sobre sus cicatrices. Recibió el helado de fresas y en silencio emprendieron un camino sin rumbo. Es posible que la idea y seguridad de tener un verdadero futuro lo relaje un poco.

Ichirō caminaba al lado de Shinya intentando convencerlo de que en el futuro no estaría con Iori, incluso si se daba el hecho, iba a terminar la relación en el momento e iría a buscarlo para proponer un cortejo oficial. Shinya era escéptico y no respondía, pero es agradable ver la desesperación de Ichirō y su actitud de perrito triste.

Desde atrás, Nahoya sonreía divertido porque comprendía las intenciones de su hermano mientras que Marina intentaba no reírse de lo patético que estaba siendo su primo.

Volverían al futuro, a su tiempo. Espera que esta vez sus padres tengan la oportunidad de seguir con vida y, lo que es más importante, espera que dejar a Baji, Sanzu y Takemichi en el pasado sea una buena idea. Incluso si ellos no lo sabían, eran personas leales a Mikey y que protegerían la pandilla hasta su disolución o hasta que se convierta en Bonten, sigue siendo un misterio si seguirán los pasos de las otras líneas de tiempo donde la Tokyo Manji es disuelta para usar la Kantō Manji como núcleo.

Solo queda esperar y oír el informe de Sanzu en el futuro.

Algo que nunca extrañarían, en lo absoluto, eran las molestas escaleras que los obligaban a subir diez malditos pisos hasta su departamento. Quizás tendrían que darle dinero a Sanzu para que instale un elevador de alguna manera o podrían visitar ese mismo lugar en el futuro, será interesante ver cómo luce después de veinticuatro años.

Regresaron con sus amigos que ya habían llenado la piscina infantil para el viaje. La expectativa de que esta vez todo salga bien se mezclaba con el miedo de que Manami y Kōichi desaparecieran.

Hay muchas dudas sobre lo que ocurrirá en el futuro, en especial entre Baji, Chifuyu y Kazutora.

Esta vez Baji estaba vivo y podría formar un lazo con su destinado, Kazutora no estuvo en la cárcel por el asesinato de su mejor amigo y Chifuyu era un misterio andante. Verlo correr detrás de Baji era una marcada contraposición con el futuro Chifuyu de cabello negro que confiaba plenamente en Kazutora y siempre fueron el “ideal” de pareja que ellos, como niños, esperaban tener una relación como ellos.

—Bueno —Rokurō tocó su frente, torso, sus hombros y dio un beso al dedo índice —Que sea lo que nuestro Dios quiera.

—Así no es como debes rezar un padrenuestro —Dijo Emiko.

—Uy, ya llegó la experta en religión —El pelinaranja rodó los ojos divertido —Ni que fueras el señor Taijū.

—Cuando volvamos, le diré a mi padre que te estás burlando de Dios —La amenaza de Azusa hizo que Rokurō dejara de sonreír y temblara, los demás rieron ante el cambio de actitud.

—Eh... no debemos molestar al señor Taijū. ¿Bien?

—Creo que ya es hora de irnos —Dijo Azusa ignorando las palabras de Rokurō.

—Alto, espera, no le dirás nada a tu padre. ¿No? ¡Azusa, espe... WAH!

Todos saltaron dentro de la pequeña piscina al mismo tiempo ignorando las quejas de Rokurō y la manera vergonzosa en la que se ahogó con el agua cuando fueron succionados dentro del remolino.

Igual que otras veces. Llegaron a un espacio oscuro donde solo se apreciaba una luz por encima de sus cabezas y sin dudarlo nadaron hacia ella.

Mientras todos tomaban un camino diferente, sin darse cuenta debido a la emoción por volver con sus familias, Manami sintió que el firme agarre de su hermano desaparecía entre burbujas y cuando quiso darse la vuelta, una fuerza invisible la impulsó hacia arriba sin darle tiempo a pensar en lo que acababa de sentir. Fue como ser arrastrada por la corriente.

Ichirō otra vez regresó al futuro apareciendo en su habitación.

A duras penas se arrastró fuera de la bañera notando poco y nada de su entorno, primero iba a enfocarse en nivelar su respiración. Al menos pudo notar que el lugar era el mismo que recordaba y nada extraño estaba pasando, se sacó el pijama mojado y se envolvió en una bata blanca. Antes de salir se dio cuenta de que sobre el tocador había algo brillante que no debería estar con él.

Se trataba del anillo de Bonten. Lo tomó con manos temblorosas mirándolo desde todos los puntos de vista, el anillo de su padre estaba consigo y eso solo puede significar una cosa: Mikey estaba muerto.

¿Qué demonios ocurrió en esa línea temporal?

Manami sacó su cuerpo del agua en busca de aire

Manami sacó su cuerpo del agua en busca de aire.

No importa que si es la cuarta o décima vez que viajan en el tiempo a través de un método tan sofocante, sigue sin acostumbrarse a la sensación de asfixia y es más vergonzoso cuando nota que está en un el baño.

Apoyó el cuerpo en el borde de la bañera intentando regular su respiración mientras echaba un vistazo al baño, el cual era diferente a lo que recordaba. Partiendo desde la bañera con patitas de color blanco, algunas toallas con estampado animal, un tocador con algunas cremas para la piel, el espejo tenía pegatinas de goma con forma de estrellas y una caja repleta de listones, coletas coloridas, diademas decoradas con flores de diferentes colores, pequeños broches de diversos diseños y un juego de peines diversos.

Manami salió de la bañera con la ropa chorreando.

Se vio en el espejo y llevaba unos holgados pantalones de dormir color verde manzana, una camiseta de tirantes con la frase “kiss of true love” y su cabello rubio era un poco más largo, o quizás eso le parecía porque estaba mojado y chorreando todo el piso. Se dio cuenta de una pequeña radio estilo retro, la cual reproducía Dead Girl Walking, un musical que vio con sus padres y hermano cuando eran pequeña.

Apagó la radio notando también ropa limpia.

No le dio importancia al cambio de escenario y esta vez decidió cambiarse antes de ir con sus padres o hermano, la primera vez que viajaron, ella y Kōichi salieron del jacuzzi y saltaron sobre sus padres aunque estuvieran empapados. Es curioso no haber aparecido con su hermanito esta vez, pero escuchaba voces a lo lejos y no parecía haber problemas, así que cambió su ropa con una sonrisa, deseando acabar pronto para reencontrarse con sus amados padres.

Se vistió con una camisa holgada de color gris estilo deportiva con el número 12 en la parte delantera, se cubrió con un grueso cardigán verde pastel, ajustados pantalones azules y unas botas con los bordes afelpados. Su largo cabello continuaba húmedo, por lo tanto, salió con la toalla alrededor de sus hombros mientras intentaba secarlo en el camino a la cocina.

Manami cruzó los pasillos sin mucho problema, a pesar de encontrarse en una nueva casa, la ubicación no era diferente a otros lugares. ¿Quizás la mudanza es una consecuencia por cambiar la línea temporal?

El olor del desayuno atrajo la atención de Manami lo suficiente como para trotar hasta la cocina-comedor, no había una pared divisoria o puertas, todo se hallaba en el mismo lugar y solo había una división por la isla en el centro que ocultaba la cocina, el lavado y parte de la nevera, pero del otro lado había una mesa con seis sillas delante de una televisión y que parecía ser donde suelen comer ahora. Sin emitir comentario tomó asiento en una de las sillas mirando el desayuno servido: Algunos croissant de mantequilla, algo desconocido que parecía ser un bollo con relleno de crema envuelto en una masa de hojaldre, un zumo de naranja y algunas frutas cortadas. Un desayuno atractivo.

Miró a la cocina y se contuvo de llorar al ver que su papá Chifuyu terminaba de servir café en dos tazas con cara de gatos mientras tarareaba una canción que parecía ser... portugués o francés, no estaba segura. Él se dio cuenta de su presencia y le sonrió, Manami apretó las manos sobre los bordes del cárdigan regresando el gesto tímidamente.

Restregó las manos en sus ojos para eliminar las evidentes ganas de largarse a llorar en los brazos de su papá, su verdadero papá, no aquel que conoció en el pasado y apenas la miraba.

En medio del intercambio de sonrisas su padre Kazutora ingresaba a la cocina-comedor desde lo que parecía ser un jardín en la terraza y entre sus brazos tenía tres gatos peludos que se removían intentando escapar, lo cual consiguieron tras arañar un par de veces a su secuestrador. Manami se sorprendió por la presencia de los felinos, Kōichi era alérgico al pelo de gato y por eso no tenían mascotas, además del detalle de que su padre no era bueno con otros animales y su papá terminó por resignarse a no poder tener mascotas.

Kazutora la vio y con una sonrisa radiante, se acercó a Manami al mismo tiempo que Chifuyu tomaba asiento del otro lado de la mesa con las dos tazas de café.

Uno de los gatos se restregó en la pierna de Manami mientras su padre se posiciona detrás de ella para terminar de secar su cabello con delicadeza.

—Princesa, permitimos que faltaras a clases porque ayer tenías temperatura y pensamos que tu celo estaba cerca —Dijo en tono de reproche, sin notar que esas palabras hicieron que Manami se estremeciera —Pero pareces estar muy bien.

—Ya me parecía raro que tu celo se adelante, eres bastante regular —Ella no es regular. Chifuyu estiró su brazo por encima de la mesa acariciando su mejilla con dulzura —¿Tenías algún examen o entrega y por eso nos pediste faltar?

—No sueles ser irresponsable con tus tareas. Quizás no debo darte tantos permisos para salir con tus amigas después de clases.

—Es joven, está bien pasar tiempo con sus amigas de vez en cuando, no seas sobreprotector.

—Pero ya no pasamos tanto tiempo con nuestra princesa —Kazutora lloriqueó falsamente obteniendo una sonrisa ladina de Chifuyu.

—¿Eh? —La omega casi deja caer su croissant por las revelaciones.

¿Ella está en la escuela? ¿Tiene amigas? ¿Sale con ellas? ¿Camina entre las personas como alguien normal?

Pero... si no ha asistido a una escuela desde el incidente y siquiera podía salir de su casa, a duras penas lograba ir a la mansión principal de Bonten por sus amigos y esperarlos durante los entrenamientos. ¿Aquí no ocurrió el ataque de esos alfas? Bajó las manos apretando otra vez los bordes de su cárdigan.

Mucho menos tiene amigos externos a Bonten, incluso los que conoce, no son del tipo que salen a divertirse por placer u ocio, sino que encuentran divertida la idea de entrenar, pelear, hacer competencias y juegos extremos.

La idea de salir a comer con amigas como alguien normal y no una chica protegida por la organización criminal más peligrosa de Japón, es extraña.

—¿Qué ocurre? Hoy no hablas tanto —Otro motivo sorprendente, ¿Ella habla mucho? ¡Pero si tenía problemas para hablar con otros, hasta tartamudeaba y se limitaba a sonreír, negar o asentir! —¿Por qué pareces tan pálida?

—¿Mhm? ¿Qué ocurre princesa? —Kazutora terminó de secar su cabello y ahora deshacía los nudos con sus dedos —¿Tienes problemas en clases? ¿Quieres que vayamos a hablar?

—N-No... —El temblor en sus hombros no pasó desapercibido. Chifuyu y Kazutora intercambiaron una mirada, el alfa dio vuelta la silla de su hija y los dos quedaron arrodillados frente a ella para ver su rostro, porque Manami lo bajó y su largo cabello rubio lo cubría —Y-Yo... ¿P-Pue-edo ha-hablar...?

—Tranquila, tranquila —Chifuyu y Kazutora liberaban sus feromonas para calmar a la omega, eso funcionó y Manami inhaló profundamente, sintiéndose en su hogar, pero algo estaba mal.

—Dinos qué pasa, bonita —El omega de cabello azabache acarició la mejilla de su hija limpiando los bordes de sus ojos que amenazaban con soltar lágrimas —Puedes confiar en nosotros —Kazutora asintió seriamente sujetando las manos de Manami que estaban tan apretadas que sus uñas largas lastimaban sus palmas, otra sorpresa, Manami solía morderse las uñas debido a la ansiedad constante y nunca pudo tener bonitos dedos —Nami.

—Kōichi —La pareja intercambió una mirada —¿Dónde está Kōichi?

—¿Eh? ¿Kōichi? —Chifuyu ladeó la cabeza sin entender.

—¿Quién es Kōichi? —Kazutora no estaba menos intrigado que su pareja, ese nombre le resultaba nostálgico, pero nada más.

...

¿Cómo sus padres pueden olvidar el nombre de su segundo hijo? ¡No tiene sentido que Kōichi no exista!

Ella está aquí y sus padres parecen llevarse bien, se quieren, tienen una vida normal y es como si fueran una familia ordinaria, entonces no entiende cómo su preciado hermanito no está presente.

Por el rabillo del ojo Manami se dio cuenta de un aparador de madera oscura con arreglo floral de azucenas blancas, orquídeas rosas y delicadas hojas verdes, el florero estaba detrás de algunos marcos con fotografías.

Tomando por sorpresa a sus padres, Manami se dirigió al mueble para ver cada una de las imágenes mostrando una expresión más y más asustada a medida que iba avanzando.

Una fotografía de ella y sus padres en el primer día del jardín de infantes, pero su uniforme era diferente al que recordaba, otra donde estaba junto a una chica repleta de tierra y sus dos padres a los lados, en el borde de la imagen estaban las iniciales BFF con flores alrededor, otra foto de ella usando un uniforme diferente al que vio alguna vez en cualquiera de sus amigos, y señalaba su primer día en la secundaria, luego estaban sus padres haciendo el símbolo de paz en medio de un acuario, los tres de vacaciones en alguna playa, Chifuyu y ella con mascarillas en el rostro, Kazutora mirando a la cámara después de haber realizado un complicado peinado en su hija y, la fotografía más grande, sus padres abrazándola cuando era una pequeña bebé envuelta en una manta verde pastel con flores rosadas y un peluche de tigre.

Manami cayó de rodillas comenzando a hiperventilar.

Está en un mundo donde su hermano no está vivo, no, Kōichi siquiera existe y eso es mucho peor. Sus padres no saben sobre su segundo hijo y ella es la única que lo recuerda, por eso la casa es diferente. No... eso es más extraño. Incluso sin Kōichi, no tiene sentido que sus padres no vivan en una de las instalaciones de Bonten; es una cuestión de seguridad.

Hizo a un lado los brazos de sus padres y se dirigió a la terraza, ignorando el bonito jardín, sillas y mesa estilo vintage saltando por encima de una caja con dos gatitos bebes. Al estar en el borde de la terraza pudo ver el motivo de que todo fuera diferente, no estaba en Japón, mucho menos Tokio... la Torre Eiffel señalaba que su nuevo hogar era Francia.

Por eso el desayuno, la casa, el acento de su padre y de ella misma que pasó por alto, debido a este radical cambio en la línea temporal su vida es diferente.

¿Cómo pudieron cambiar tanto la línea temporal?

Pasó corriendo por al lado de sus padres, otra vez pasando por alto sus gritos e intentos para retenerla, abrió puerta por puerta hasta encontrar una habitación que parecía ser suya.

No le dio importancia a todas las fotografías con sus amigos que no eran sus amigos, solo se detuvo cuando estuvo frente al tocador y vio que en los bordes del espejo había muchas imágenes con aquella chica que parecía ser su mejor amiga. Agitó la cabeza hacia los lados sin darle importancia y entre las cosas buscó su teléfono, debía tener uno como cualquier persona normal y... bingo, era un modelo menos moderno que el que usaba cuando estaba en Bonten, tenía una adorable funda de pompompurin y un accesorio con forma de tigre.

Al oprimir el botón de apagado/bloqueo vio que su teléfono necesitaba una contraseña, ignoró la imagen de ella misma con un grupo de amigos desconocido e hizo su mejor intento para intentar descubrir la clave.

¿En qué pensaría su “yo” de ese tiempo? Quizás en fechas relacionadas con su hermano o... el cumpleaños de alguno de sus artistas favoritos. ¡Taylor Swift! Y por suerte era eso, agradece que sus gustos siguen siendo más o menos los mismos a pesar de desarrollar dos personalidades diferentes, Taylor Swift sigue siendo su cantante favorita sin importar la línea temporal.

Manami se dirigió a la aplicación de chat que era un poco diferente a la que usaba en Japón, pero se supone que las reglas y funciones debían ser iguales, así que hizo el mejor esfuerzo que pudo para buscar en su lista de contactos. Había muchos chats con amigas, incluso contaba con un perfil en distintas redes sociales, una cantidad considerable de fotografías y amigos desconocidos, pero en su lista de contactos no encontró a ninguno de sus verdaderos amigos.

Cayó de rodillas en medio de la habitación con lágrimas en sus mejillas.

Durante todo ese rato Kazutora y Chifuyu vieron las acciones de su hija sin comprender lo que ocurría, lograron atraparla antes de que pudiera lastimarse las rodillas en una fuerte caída. Les sorprendió ver que ella se aferraba a sus torsos mientras lloraba.

—Nami, ¿Qué pasa? —Preguntó Chifuyu acariciando el cabello de su dulce hija mientras Kazutora le daba palmadas en la espalda —Tranquila, tranquila, bebé. Aquí estamos.

—A-Ah... —Otro ataque, Manami reconoce cuando está a punto de tener un ataque porque comienza a quedarse sin aire y siente que está a punto de morir. Kazutora la sostuvo entre sus brazos e hizo gestos para que intentara respirar —D-Duele... a-ah... no-no... re-res... —No podía hablar. Kōichi es el que suele ayudarla desde que sus padres murieron —P-Pa...

—Tranquila. Debes cerrar los ojos y respirar profundo —Kazutora hizo los gestos ayudando a Manami con su respiración —Mira a papá —Los ojos llorosos de Manami se fijaron en Chifuyu que sujetaba sus manos —Concéntrate en él e imagina que estamos paseando en la Plaza Vendôme o haciendo compras en la galería de arte más grande del mundo. ¿Si?

Manami hizo su mejor esfuerzo para enfocarse en los ojos de su papá e imaginar que estaba en un lugar totalmente random comprando cualquier cosa con sus padres.

Poco a poco su respiración se fue nivelando hasta conseguir un equilibrio.

De todas formas su padre no la soltó cuando estuvo tranquila y lo agradecía. Kazutora la cargó entre sus brazos y junto a su papá tomaron asiento en la cama, algo que fue complicado porque tenía una cama con escritorio y tuvieron que subir unas escaleras en las que Manami no confiaría estando en sus cinco sentidos.

Los tres ahora estaban cerca del techo y de alguna forma eso la hizo sentir mejor, porque en esa parte de su cuarto había muchos dibujos que le permitieron relajarse. Kazutora la acomodó en sus piernas sin dejar de acariciar su cabeza con ternura mientras Chifuyu se apoyaba en su hombro y hacía trenzas usando el largo cabello que comenzaba a estorbarle.

Manami todavía apretaba con fuerza su teléfono, el cual había comenzado a vibrar de manera insistente.

Frustrada por quién sea que estuviera intentando molestarla, se dirigió a la aplicación de mensajería y la desinstaló del maldito aparato. De nuevo se dirigió a la lista de contactos, reafirmando que no tiene el número de ninguno de sus amigos.

—Ahora —Chifuyu terminó de trenzar un lado del cabello —Nami, ¿Qué ocurre?

—Tengo que ir a Japón —La mención de aquel lugar hizo que los dedos de Chifuyu dejaran de acariciar los delgados mechones y las caricias se congelaron.

—¿Qué? —Preguntaron con un hilo de voz.

—Debo ir. Necesito hablar con Ichirō y los demás —Quizás sus padres solo quisieron retirarse del negocio para darle una mejor vida, eso había pensado hasta que levantó la mirada del teléfono y vio sus expresiones contrariadas —¿Qué ocurre?

—¿Cómo conoces ese nombre? —Kazutora tomó la palabra en vista de que Chifuyu era incapaz de hablar.

—¿Eh?

—¿Cómo conoces el nombre de Ichirō? ¿Alguien te ha hablado? ¿Recibiste mensajes extraños? ¿Te amenazaron de alguna forma?

—¿Qué? No, no, Ichirō nunca podría lastimarme —Ahora las miradas de Kazutora y Chifuyu eran de total desconcierto, incluso parecían asustados y miraban a su hija como si hubiera perdido la cabeza —¿Qué ocurre? ¿Por qué me miran así? —Desviaron la mirada —Papá, padre, yo de verdad necesito ir a Bonten. Mis amigos...

—¿Por qué querrías ir a ese lugar? ¡Es una organización peligrosa donde solo hallarás cosas malas! —Kazutora se apartó de su hija y tomándola por sorpresa bajó de la cama de un salto, Chifuyu siguió los pasos del alfa y Manami fue la tercera en bajar —No sé de dónde vienen estas ideas extrañas sobre querer ir a Japón y más a Bonten, pero no irás —Dijo seriamente —Mucho menos quiero que te involucres con personas tan peligrosas.

—¡Ellos son mis amigos! Necesito ir y saber lo que ocurre.

—Manami, son criminales y asesinos, ahora más que nunca ese lugar es un completo desastre —Kazutora la señaló con severidad —En especial, te prohíbo acercarte a Ichirō Sano.

—¡Padre!

—No voy a discutir esto contigo. Tu papá y yo hemos pasado nuestra vida haciendo todo lo posible para alejarte de los monstruos, ¿Y ahora quieres ir a su guarida? ¿De dónde viene esto?

—Ellos no son monstruos, son mis amigos y me necesitan. Tengo que estar para ellos ahora más que nunca.

—Lo que necesitas es sentido común —Kazutora salió del cuarto sin dejar de discutir con su hija —¿Por qué de repente? Toda una vida tranquila y ahora quieres irte —Volvieron al comedor —Si se trata de rebeldía, puedes ir a una fiesta y volver al amanecer. Probar drogas es mucho mejor que involucrarse con Bonten. ¡Siquiera entiendo cómo conoces ese nombre!

—No es rebeldía —Manami se plantó delante de su padre —Tengo que estar con mis amigos cuando más me necesitan, ellos deben estar sufriendo y me necesitan.

—No, no te necesitan, eres una chica normal y ellos están hundidos en mierda criminal —Antes de perder los estribos, Kazutora tomó aire masajeando su entrecejo y exhaló —Manami —Apoyó sus manos en los hombros de su hija —Si solo fuéramos tu padre y yo, sería un asunto diferente, también tenemos a personas importantes allí. Pero no te arriesgaremos.

—Padre...

—No te perderé. Sé que eres consciente de ti misma y ellos pueden hacerte cualquier cosa en ese lugar; serás un objetivo —Los recuerdos del ataque de aquellos alfas hizo estremecer a Manami, todavía recuerda sus manos recorriendo todo su cuerpo y las risas burlonas —No quiero seguir hablando de esto.

—Pe... pero... —Antes de que Kazutora retrocediera, Manami intentó volver a tomar la palabra mientras apretaba con fuerza las mangas de su cardigán.

—Se acabó esta conversación

—Mis amigos están ahí. ¡Tengo que ir!

—¡¡Manami!!

—Nami —Chifuyu tomó la palabra por primera vez. Sabe que Kazutora estaba a nada de usar su voz de mando, algo que nunca utilizó con él y mucho menos pensaría en usarla para que Manami obedeciera, a menos que Bonten estuviera involucrado. Durante la discusión se mantuvo al margen porque notó algunas incongruencias en lo que decía su hija, su actitud al inicio era retraída y vio que no recordaba su propia contraseña de celular; sonrió con tristeza —No eres nuestra Nami de siempre, ¿No? —Ella lo miró sorprendida —Creo que debemos hablar.

—Fuyu —Claramente Kazutora no estaba de acuerdo con esa idea, pero la sonrisa de Chifuyu hizo que suspirara resignado —No me gustará la resolución de esta mierda. Voy a pedir pizza y compraré cerveza, lo voy a necesitar, esto será largo.

Chifuyu se acercó a su hija y la condujo hasta su habitación matrimonial.

El cuarto de la pareja estaba repleto por las feromonas alfa y omega, era su lugar más seguro y también contaba con un nido sobre la cama porque hace poco fue el celo de Chifuyu. Los dos se acomodaron en medio de las prendas, el olor y sentimiento de seguridad hizo que ambos se relajaran.

No mucho después Kazutora regresó con tres cajas de pizza, dos botellas de gaseosa, un pack de cerveza y una bolsita con gomitas, las cuales dejó en un costado de la cama. Se sentó detrás de Chifuyu abrazándolo por la espalda mientras Manami estaba entre las piernas de su papá.

A pesar de que el ambiente era cómodo y seguro, eso no borró el miedo de Manami al enterarse de todo lo que ocurrió en los últimos años.


¿Sabías que... ?

Los hermanos Hanemiya se llevaban tan bien que Kōichi desarrolló su sentido del olfato lo suficiente para captar feromonas, a pesar de ser un beta, esto le permitió reconocer a quienes se acercaban con intenciones maliciosas a su hermana y antes de darles la oportunidad de hablarle, los golpeaba en la cara.

A pesar de que físicamente Kōichi se parece mucho a su padre Kazutora y también tiene esos impulsos violentos cuando siente que amenazan a Manami, en realidad es muy agradable y fácil llevarse bien con él, aunque puede ser bastante mal hablado en ocasiones o hasta exasperante por su agudo caso de siscon. Por otro lado, Manami es una versión femenina de Chifuyu, pero no se parece en nada a su papá y en parte se debe al trauma que sufrió en su niñez; al contrario de todos los miembros de Bonten, Manami tiene cero sentido homicida o sed de sangre, por eso se decía que Kōichi era la "oscuridad" de Manami, porque él sí guardaba mucho rencor mientras que su hermana tenía un lado humano que sorprendía al resto.

 Por otro lado, Manami es una versión femenina de Chifuyu, pero no se parece en nada a su papá y en parte se debe al trauma que sufrió en su niñez; al contrario de todos los miembros de Bonten, Manami tiene cero sentido homicida o sed de sangre, p...

Chapter 29: Ichirō's sin

Chapter Text


ARC FOUR
-- Bonten Division --
(CP. 29 to 33)

❝ Salvar a Baji Keisuke (α) tuvo fuertes repercusiones en el futuro, la principal, la muerte de Kōichi Hanemiya (β).

La pérdida de Kōichi hace que todo cambie para Ichirō (α) y sus amigos, en especial para Manami (Ω) que no sabe cómo vivir sin su hermano y con la noticia de que otra persona ocupa su lugar.

Por si fuera poco, la situación en Bonten es demasiado tensa y la vida de todos pende de un hilo. Una jugada arriesgada por parte de los herederos de Bonten puede revertir la situación.

¡La rueda del destino comienza a girar y Sanzu revela una cruel verdad! ❞

𝚃𝙸𝙼𝙴𝙻𝙸𝙽𝙴 𝙾𝚁𝙸𝙶𝙸𝙽𝙰𝙻: 2038
𝚃𝙸𝙼𝙴𝙻𝙸𝙽𝙴: 2038


Still Here (Acoustic version) | Digital Daggers

❝ Meditando a través de los recuerdos, perdiendo el control en lo gris (...) el amor se convierte en cenizas con todo lo que desearía poder decir.❞

« Ya te equivocaste, ya te fuiste, ya te perdiste... ya te traicionaste.


Cuando Ichirō salió de su cuarto casi cae de espaldas.

Reconoce su habitación, las paredes y sábanas siguen teniendo ese verde manzana que tanto le gusta, pero había muchas cosas nuevas que no esperaba. Su cuarto era más... moderno a lo que recordaba.

Su cama no era tan simple, ahora era de estilo contemporáneo hecha con madera oscura.

El color verde manzana sigue presente en sus cobertores, pero las almohadas blancas y las sábanas eran de color negro. Los muebles que antes usaba para hacer sus deberes o estudiar con Shinya, Nahoya y Marina desaparecieron, fueron reemplazados por un mueble delgado que tenía dos parlantes a cada lado y una televisión último modelo extra fino, delante de la pantalla había un sofá largo color blanco con almohadas negras y dos individuales. Ichirō se sorprendió cuando un retrato cambió de la nada.

Al acercarse más pudo ver que se trataba de una especie de cuadro que pasaba fotografías de manera automática, la foto de él en una motocicleta fue reemplazada por unas flores de jazmín y luego otra de su perfil, le asustó no ver ninguna con sus amigos.

Se dio la vuelta encontrando que la pantalla de la televisión se hallaba encendida con una película a la mitad, se trataba de la última de Crepúsculo. Ya, en serio, ¿Cómo puede estar viendo esa saga? Él odia los romances sobrenaturales con vampiros sensuales. Los odia desde que supo por Nahoya que Shinya tuvo un crush con el protagonista.

Apagó la televisión retomando la inspección del lugar.

¡Hasta tenía una motocicleta roja sin usar! ¿Qué hace en su cuarto en lugar de estar en el garage? ¡¿Y por qué tiene una máquina de palomitas de maíz, un pinball y dos mini neveras repletas con refrescos, comida y latas de alcohol?

Está convencido de que su padre le daría una paliza si supiera que tiene alcohol en su cuarto.

Quiso ir a su armario para dejar de caminar en bata, sin embargo, al estar frente a lo que parecía ser el mueble no pudo abrir ninguna puerta. Adherido en un costado había un pequeño control remoto que atrajo su atención, dubitativo lo agarró oprimiendo los botones y para su sorpresa los cajones se abrieron por sí solos, se sintió tonto por haber saltado.

Siempre tuvo una vida privilegiada, es verdad, pero su padre nunca le dejó comprarse todas esas cosas porque no quería convertirlo en un baboso mimado que solo sabe gastar. Sabias palabras de su padre. Porque parece ser que tuvo razón, lo que sea que haya pasado en esa línea temporal lo hizo vago hasta el punto de comprar un armario automático que abría los cajones por sí mismos.

Se asomó para ver la ropa y frunció el ceño al descubrir que eran conjuntos que no solía usar, demasiado oscuros para su gusto.

—Tengo que averiguar lo que está ocurriendo —Dijo molesto con su “yo” del pasado.

Trató de usar lo menos dark que encontró entre su ropa, la cual era de marcas de diseñador que solo conocía por boca de Misaki.

Unos simples jeans azules con las rodillas rasgadas, una camiseta verde con el símbolo alfa en el torso, camisa con estampado escocés color negro y unas converse azul pastel; fue el calzado menos formal que encontró. Al verse en el espejo hizo una mueca de disgusto al notar que tenía algunos mechones azabache en su flequillo, no era totalmente rubio como siempre y su cabello estaba un poco recortado, no era tan largo como para sujetarlo en una coleta pero si para darle un aspecto despreocupado

—Luzco como hipster adicto al café de los Starbucks —Negó con la cabeza y se dirigió a su teléfono que cargaba junto a la cama  —No entiendo nada.

Antes de apartarse del armario se fijó en el control en su mano y vio que contaba con más opciones, por curiosidad decidió abrir el resto de los cajones. Estar boquiabierto es quedarse poco, en el otro lado del armario, que ocupaba más de la mitad de su habitación, vio muchos conjuntos elegantes que no usaría un adolescente. Siquiera uno de la mafia. Un cajón de corbatas, otro anteojos, zapatillas de diseñador, abrigos elegantes, relojes hechos con el mejor material y accesorios de oro.

Por su sanidad mental decidió no notar las reafirmaciones de la muerte de su padre y el motivo por el cual sigue teniendo su anillo. Un lado ingenuo de su mente y corazón quiere creer que decidió retirarse, recorrer el mundo y volvería a darle una paliza por explotar la tarjeta de crédito. Si es que Kokonoi no lo mata antes. La imagen del ejecutivo hizo que bajara el teléfono en sus manos.

¿Cómo Kokonoi aceptó gastar tanto dinero en cosas tan innecesarias? Un armario automático era la cosa más inútil que Ichirō ha visto en su vida, y vaya que vio cosas inútiles en sus dieciséis años.

La televisión, los estéreos, las mini neveras, esas máquinas de juego, la motocicleta de exhibición, su ropa y el modelo de teléfono más reciente. Nada de eso estaba en su primera vida. Su padre no era arisco o algo por el estilo, pero siempre le puso límites, tanto en acciones como en la tarjeta de crédito. ¿El hecho de que estuviera muerto dejó en libertad el lado avaricioso de Ichirō?

El alfa negó con la cabeza. Imposible. Sin importar lo complicada que fuera la relación con su padre, él como persona nunca fue alguien materialista y del tipo que hace esa clase de cosas.

Oprimió el botón lateral de su teléfono y quiso lanzarlo contra la pared al ver que estaba bloqueado.

No lo hizo porque el protector de pantalla atrajo su atención. Otra vez era una fotografía con Iori, abrazaba al omega por los hombros mientras sonreían a la cámara, Ichirō escondió el rostro entre sus rodillas gritando de frustración. ¡Shinya va a matarlo y no tendrá piedad alguna!

Guardó el teléfono en su bolsillo, quizás Sanzu con su locura y ausencia de sentido común a la hora de darle privacidad, conozca la contraseña. Por ahora debería ir en busca de sus hermanos. Le sorprende no haberlos visto hasta ahora o escuchar sus gritos.

Al abrir la puerta se llevó la desagradable sorpresa de que tenía a seis guardaespaldas custodiando su habitación, todos hicieron una reverencia llamándolo “jefe”. Sin ocultar sus nervios, Ichirō intentó sonreír mientras retrocedía y en el proceso terminó chocando contra alguien que apestaba a frituras y... sangre. Giró sobre sus talones hallando a un chico de su edad que no conocía.

El chico ladeó la cabeza haciendo que su largo cabello negro acariciara los pómulos y cuando lo vio sonreír pudo notar unos afilados colmillos, parecía ser alfa, pero no percibía feromonas.

—Justo iba a buscarte —Ichirō se sorprendió al ser abrazado por los hombros —Sé que Kisaki te pidió encargarte de los traidores, pero no te preocupes, ya lo hice. Ahora podemos ir al arcade o quizás dar una vuelta en motocicleta. ¿Qué dices?

—¿Qué?

—Te pregunté si quieres ir al arcade o dar un paseo en motocicleta, ¿Estás sordo o sigues medio dormido? —El chico lo miró de pies a cabeza con una sonrisa burlona —¿Qué pasa con esa ropa? Luces tan tonto que quiero golpearte.

—¿Eh?

—Creo que lo haré —Hizo chocar su puño en la otra mano sonriendo emocionado —Nada como una buena pelea para despertar, ¿no?

Ichirō negó reiteradas veces y, aunque pudo esquivar el puñetazo, no dejaba de estar impactado.

Acaba de escuchar muchas cosas raras en muy poco tiempo y no tiene tiempo para analizar la expresión sorprendida del chico. Al parecer el Ichirō de esa línea temporal no es muy hábil peleando o algo por el estilo, siente su cuerpo ligero.

Se fija en el extraño con curiosidad. Llevaba ropa oscura en su mayor parte, salvo por los pantalones blancos rasgados con marcas de graffittis negros a lo largo y una gruesa gabardina de color rojo sangre, un cinturón con tachas brillantes y botas militares con los cordones atados de una manera extraña.

—E-Eh... —No sabe de qué habla el chico, solo tiene una certeza —Oye, necesito ver a Sanzu.

La sonrisa de antes desapareció.

El chico frunció el ceño con duda y otra vez lo miraba de pies a cabeza como si estuviera frente a una persona rara, de la nada le dio un puñetazo en el brazo.

—¿De qué hablas, idiota? Sanzu está encerrado como pediste.

—¡¿Qué yo hice qué?! —El chico le dio un puñetazo en el estómago que lo hizo ahogarse y de manera brusca lo agarró del cuello de su ropa, regresando al cuarto mientras amenazaba a los demás que no permitieran que nadie entrara o él mismo iba a dispararles en la cabeza. Ichirō pasó por alto esa amenaza porque no se recuperaba del golpe —¿Q-Qué...?

—Esa debería ser mi pregunta. ¿Qué crees que haces hablando de esas cosas en público? ¿Olvidas que las paredes tienen oídos? —Tomando por sorpresa a Ichirō, el chico agarró otro control remoto, ese servía para manipular las ventanas.

—S-Sanzu... —Dije a duras penas.

—No te entiendo. Dijiste que lo encerraran en el almacén hace tres días, por ahora no le han hecho nada, agradece que Kisaki está fuera o hubiera usado esta oportunidad para matarlo —El chico arregló los puños de su camisa y con el mismo control apagó algunos aparatos eléctricos, las cámaras, todas las pantallas de una computadora ridículamente grande y cerró la ventilación. Satisfecho con sus acciones volteó para ver al rubio —¿Ya entraste en razón y quieres sacarlo?

—¿Eh?

—Carajo. Solo porque te dijo algunas verdades actuaste por impulso y lo encerraste, no me sorprendería que me hagas lo mismo en cualquier momento —Le dio la espalda encogiéndose de hombros y llenando un recipiente con palomitas de maíz.

—Pe... perdón —La disculpa no era importante para el chico —¿Cómo te llamas?

—¡¿Ah? ¿Estás drogado? —Volteó a verlo con una mueca desagradable —¿Otra vez Kisaki envió a sus perros para poner cosas raras en tu comida? Mierda, eso es... —Miró las palomitas de maíz en su mano y volvió a lanzarlas dentro de la máquina —Como sea. Si decides sacar a Sanzu va a ser más fácil cuidarte.

—Espera, espera, espera —Agitó los brazos. No puede seguir la conversación —Hablo en serio, ¿Quién eres?

—Hermano. ¿Estás tan drogado que siquiera recuerdas el nombre de tu mejor amigo?

...

Shinya iba a matarlo por estar con Iori y Marina se encargaría de revivirlo para volver a matarlo por tener a otro mejor amigo.

Al parecer su expresión de pánico ablandó el corazón del desconocido porque sonrió de lado.

—Soy Yuuki Baji, el más genial y fuerte de la organización. ¿Ya te ubicaste en tiempo y espacio?

—¿Baji? ¿El hijo de Keisuke Baji y Chifuyu Matsuno? —La sonrisa  desapareció de manera radical y otra vez recibió un puñetazo, ahora en la cara, aplicó la suficiente fuerza como para lanzarlo al piso —¿Q-Qué fue eso?

—¿Qué mierda te pasa? ¿Por qué mencionas a ese tipo? Deja de joder, Ichirō.

—Lo... lo siento —No entiende porqué hubo un cambio tan radical en el ambiente —Um, sobre Sanzu.

—Vamos a buscarlo —Ignoró el tenso ambiente de antes pasando por al lado de Ichirō, a diferencia de Marina, Yuuki no lo ayudó a levantarse y tampoco lo esperó antes de salir de la habitación —Oye —Llamó a uno de los guardaespaldas —Dame las llaves del almacén donde está Sanzu.

—Pero... —Miró de reojo a Ichirō y luego bajó la cabeza —El señor Kisaki...

El atronador ruido de un disparo sobresaltó a Ichirō. Se quedó boquiabierto al ver que Yuuki tenía un arma en la mano y le había disparado al guardaespaldas en la pierna, el tipo cayó adolorido mientras la sangre se esparcía en el suelo.

Ichirō ha tenido diferentes armas en la mano, pero nunca le disparó a una persona de verdad, siquiera terminó su entrenamiento para obtener permiso de ir a misiones de Bonten.

Ver la actitud de completa apatía e indiferencia de Yuuki era aterrador, pero fue mucho peor verlo sonreír ladino con un toque de locura que haría temblar al alfa más fuerte. Los guardaespaldas retrocedieron un paso con las cabezas abajo pidiendo disculpas por algo que Ichirō no comprendía.

—Parece que algunos olvidan quién es el líder de Bonten —Yuuki dio vueltas el arma entre sus dedos —¿Desde cuándo hay que pedirle permiso a Kisaki para hacer y deshacer órdenes? —Miró al hombre altanero —Las llaves.

Ignorando el dolor del guardaespaldas, arrebató el manojo de llaves y saltó por encima del charco de sangre.

—Ten cuidado, Ichirō —Dijo señalando la sustancia rojiza —Y quiero todo limpio cuando regresemos. Sino... bueno, supongo que es momento de un cambio en la seguridad.

Los hombres temblaron aterrados ante la implicación de esa amenaza.

Ichirō siguió a Yuuki rodeando el charco de sangre, a pesar de que antes no lo ayudó a levantarse, esta vez lo esperó a mitad del pasillo y se posicionó a su lado. Lo vio guardar el arma en la cinturilla de su pantalón y retomar la caminata despreocupado.

Necesita a Sanzu con urgencia. Ha visto a personas matando a otros, Sanzu asesinó a muchos que se acercaron a él con malas intenciones y a veces en su propia cara cuando lograban alcanzarlo y terminaban peleando, pero nunca vio muertes dentro de Bonten con gente de su organización y manada. Siquiera los traidores son asesinados públicamente, sino que desaparecen.

Es la primera vez que un aparente miembro o protegido de Bonten asesina a alguien de la misma organización. Incluso cuando un ejecutivo tenía problemas con personas de otro grupo o división, primero se hablaba con el líder de esa división para decidir el castigo o lo dejaba a elección del agredido, el único que puede hacer lo que quiere es el líder. No obstante, incluso Mikey se abstuvo de asesinar a personas de la organización delante de todos y en su lugar actuaba desde las sombras. A menos que le haya faltado al respeto o actuado con soberbia.

Sanzu una vez le dijo que esos pequeños detalles se deben a que su padre quería crear un ambiente de manada óptimo para él, Harumi y Kazuo. Por accidente, una vez estando un poco drogado, le confesó que Mikey no asesinaba en público porque Takemichi era sensible y no quería que se sintiera mal o incómodo.

La imagen de sus hermanos menores hizo que Ichirō temblara.

Abrió la boca dispuesto a preguntar sobre ellos a quien, se supone, es su mejor amigo y parece ser su mano derecha, pero ninguna palabra salió de sus labios. Después de verlo dispararle a alguien sin dudar no se siente cómodo. Por eso tiene que llegar con Sanzu lo antes posible.

Salieron de la mansión, esta vez Yuuki lideró el camino para comodidad de Ichirō, porque no sabe qué es ese lugar conocido como “almacén” donde estaba Sanzu. Quiere rezar por la seguridad del pelirosa, pero si su padre lo supiera, diría que es tonto confiar en algo como la religión y en su lugar debería hacerse cargo de sus problemas, accionar y no esperar a que algo mágico ilumine su camino.

Miró el anillo en su dedo índice.

¿De verdad su padre está muerto? ¿Cómo? ¿Quién fue? ¿Kisaki de nuevo hizo su jugada? ¿Qué hay de sus hermanos? ¿Dónde están? ¿Por qué todo es tan diferente?

Se supone que las cosas deberían ser mejor porque Baji estaba ahí para impedir que Kisaki controlara la Toman, en cambio, siente que todo está fuera de lugar y él ocupaba un puesto para el que es demasiado joven.

Llegaron a una especie de cobertizo que al abrir la puerta solo contaba con unas escaleras que llevaban al subsuelo. Yuuki ingresó con la misma postura tranquila que tuvo todo el rato y bajó las escaleras, Ichirō permaneció arriba mirando la oscuridad sin parpadear. En la primera línea de tiempo tenían un lugar llamado Gehena al que nunca fue, pero sabe que era donde torturaban y asesinaban a personas o traidores. Estos nuevos almacenes no fueron creados por su padre.

Dio un paso adelante y antes de seguir miró su muñeca oculta por las mangas, pero justo encima de la tersa piel tenía el tatuaje de Bonten igual que siempre. Aunque lucía lastimado, como si se hubiera rascado hasta sacarse sangre con las uñas.

Otra extrañeza. Gehena fue creado por su padre, los tatuajes estándar eran igual que siempre y también estaban los nuevos diseños de su hermano Kazuo, antes de que él se hiciera cargo del dibujo, estos eran más simples. Tiene la primera versión del tatuaje y vio que Yuuki tenía el mismo en el lado derecho de su cuello, dando la apariencia de ser una media gargantilla cubriendo su nuca.

—Oye. ¿Qué miras? Sé que apesta a muerte y sangre, pero esto no es nada —Yuuki apareció entre las sombras —Solo baja.

—Ah, si, lo siento —Ichirō bajó rápido alcanzando a Yuuki que otra vez lo miraba curioso, se encogió de hombros rodando los ojos.

El lugar apestaba a sangre, muerte y... semen.

No quiere pensar en la clase de cosas que ocurren ahí, ignora los gimoteos de personas desconocidas y se concentra en seguir caminando detrás de Yuuki. Solo tiene que llegar hasta Sanzu y tendrá las respuestas que busca, nada es lo que parece, tiene que haber una explicación.

Llegaron hasta una puerta reforzada más que las demás con cuatro hombres resguardando el lugar, ellos intercambiaron una mirada y antes de que alguno pudiera hablar, Yuuki apuntó con su arma la cabeza del tonto valiente qu se atrevía a ponerse en el camino del líder y sacó el seguro. Ichirō esperaba que eso fuera suficiente para hacerlos retroceder, pero el tipo amenazado se opuso a sacar a Sanzu por órdenes de Kisaki y Yuuki apretó el gatillo.

Miró a los demás y sin pronunciar palabras, pudieron supieron la pregunta en sus ojos: “¿Alguno tiene alguna otra estupidez que decir?”. Ellos salieron del pasillo y Yuuki abrió la puerta con las llaves.

Ichirō permaneció en un estado de ausencia mirando el cuerpo sin vida a sus pies y la sangre que llegaba a él.

Dos muertes, ha presenciado dos muertes en menos de quince minutos.

—Ese maldito cuatro ojos —Yuuki chasqueó la lengua abriendo la pesada muerte metálica —De seguro volverá de su viaje de aniversario antes para molestar.

Ichirō no tuvo tiempo de procesar esas palabras debido al quejido que escuchó dentro del cuarto.

De nuevo hizo oídos sordos a las quejas de Yuuki para ir con Sanzu, quien tenía las manos atadas a unas cadenas contra la pared y llevaba solo unos ajustados pantalones violetas sucios y manchados por su propia sangre. Ichirō tembló al ver las líneas irregulares en su torso, algunas marcas de mordidas en las clavículas y el rastro de golpes en su rostro.

Sanzu estaba por atacar al recién llegado usando sus piernas cuando se dio cuenta de las feromonas de Ichirō, suspiró aliviado por ver esa inocente expresión con ojos cristalizados en lugar de la actitud vacía y apática del último año.

No hizo preguntas y simplemente arrebató las llaves de las manos de Yuuki para buscar la que abriera los grilletes, ninguna funcionó. Tuvo que ir con el hombre muerto por el otro juego de llaves y tras intentar muchas veces, consiguió liberar al pelirosa, lo abrazó antes de que impactara contra el suelo y le hizo rodear su brazo en los hombros para ayudarlo a caminar.

—Parece que te jodieron —Bufó Yuuki con los brazos cruzados detrás de la nuca.

—No tanto como te voy a joder a ti si no cierras la maldita boca, mocoso —Gruñó Sanzu ignorando el punzante dolor en todo su cuerpo.

—Tío Sanzu, lo... lo siento —El apelativo atrajo la atención de Yuuki que caminaba detrás del dúo dueño-perro —No tengo idea de lo que ocurrió con todos, con Bonten, acabo de volver y yo no...

—Lo sé, lo sé —Le restó importancia frunciendo el ceño con dolor, sus recuerdos de las otras líneas temporales y la actual lo ayudaban a enfocarse en tiempo y espacio, en lugar de confundirlo, le permitía acomodar todos los hechos —Te explicaré todo —Ciertos detalles de la línea temporal actual hizo que se detuviera —¿Dónde esta el omega Kawata?

—¿Shin? ¿Shinya está aquí? —Hasta ahora ninguno de sus amigos o hermanos estaban en la mansión principal, así que dedujo que él tampoco estaría.

—Ah, eso me recuerda que debo ir a buscarlo —Salieron del almacén y Yuuki miró la hora en su teléfono —Ya debe haber terminado su entrenamiento. Espero que no tenga problemas con esos enfermos.

—¿Eh? ¿Problemas? —Ichirō frunció el ceño.

—¿Sigues drogado? —Yuuki bufó fastidiado mientras salían del almacén y Sanzu fruncía el ceño por la fuerte luz del sol.

—Aquí el entrenamiento no es obligatorio, pero Shinya... decidió quedarse —Susurró Sanzu al oído de su príncipe —No deje que el mocoso vaya —Ichirō estaba intrigado por esas palabras, pero no duda de Sanzu, siquiera cuando se aparta con la espalda recta y mostrándose indiferente ante el dolor —Nosotros iremos por él.

—No molestes Sanzu, quiero ver a Shinya, interrumpes mi cortejo.

—¿Tu, qué? —Ichirō fue incapaz de ocultar el desagrado y molestia en su voz, Yuuki frunció el ceño con duda por esa actitud.

—¿De qué te sorprendes? Estás con Iori y dijiste que puedo avanzar con Shinya, no es-

—Ve a buscar cosas para sanar las heridas de Sanzu, un cambio de ropa y comida —Yuuki abrió los ojos con sorpresa por recibir órdenes.

—¿Piensas que soy tu sirviente? ¡Pídeselo a los empleados!

—Solo ve y luego te explicamos todo —Dijo Ichirō sonriendo de manera inocente e ignorando los reclamos.

—¡Tu-! —Pateó una piedra cercana y les dio la espalda tomando un camino diferente —Bien, de cualquier manera tenía hambre y no lo hago porque esté preocupado. Solo siento pena de verte tan jodido y asqueroso, no piense que-

—¡Solo vete de una vez! —Gritó Sanzu sin ocultar el desagrado que le provocaba el hijo de Baji.

Sanzu recibió la camisa de Ichirō para cubrir su cuerpo lastimado, la prenda le quedaba bastante corta y ajustada, pero era mucho mejor que caminar por la mansión dejando un rastro de sangre y con sus heridas a la vista. Hizo una nota mental para matar a todos los que intentaron pasarse de listos.

El pelirosa tomó la delantera guiando a Ichirō, a pesar de que la mansión y sus cuartos siguen siendo los mismos, hay muchos muebles cambiados de lugar o habitaciones que antes eran de uso familiar y ahora se convirtieron en salas de juego.

Llegaron hasta la zona que pertenecía al gimnasio y antes de siquiera atravesar las puertas se escuchaban ruidos de golpes.

Preocupado por Shinya, Ichirō pasó por delante de Sanzu y se congeló con lo que vio.

Había muchos hombres vestidos con trajes mirando a Shinya boquiabiertos y temblando de miedo, el omega estaba sentado sobre uno de ellos dándole golpes sin parar en la cara hasta el punto de casi parecer irreconocible. La expresión del omega era de completo asco, furia y brutalidad, continuaba dándole un golpe tras otro sin detenerse ni por un segundo. Al paso que iba, terminaría por matarlo.

Cuando otra persona intentó atacar por la espalda, Shinya apoyó su peso en los brazos y le propinó una fuerte patada que hizo tronar un hueso. Incluso cuando estaba sufriendo en el suelo, Shinya se paró a su lado y volvió a patearlo con mayor fuerza en el mismo lugar, asegurándose de romperle la nariz, su mandíbula y llenando sus zapatillas blancas con sangre.

Ichirō se abrió paso entre los hombres y sus feromonas parecieron atraer la atención del omega, porque detuvo sus violentos golpes para mirarlo de reojo con la mirada ligeramente nublada por sus instintos omega, específicamente, los dominantes que son lo que suele reprimir o eran custodiados por su omega interno.

Lentamente Ichirō se acercó al chico como si estuviera frente a un animal feroz que podría atacar, pero no había rastro de miedo, sino preocupación. Ichirō estaba preocupado porque Shinya podría lastimarse.

Miró de reojo a los nueve adultos molidos a golpes. Debería preocuparse por los demás, pero a él solo le importaba Shinya.

Agradece que Sanzu haya sacado a todos del gimnasio porque eso parece haber permitido que Shinya dejara de tensar sus hombros, se relajó de manera considerable y dio un paso al frente. Sus ojos celestes lo miraban expectante e Ichirō pudo confirmar que estaba frente a la superficie del omega de Shinya, le extendió la mano y este la sostuvo con firmeza para después levantarla hasta su mejilla y pedir sin palabras que lo acariciara. Gustoso hizo eso mismo y sus caricias hicieron dormir al omega.

Los ojos de Shinya volvieron a abrirse y esta vez sin el brillo peligroso, suspiró aliviado apartando la mano de Ichirō del rostro, pero sin soltarla. En silencio el alfa le dijo que caminara y el más bajo aceptó, si lo que Yuuki dijo antes es cierto, las paredes tienen oídos y deben ser cuidadosos.

Atravesaron los silenciosos pasillos.

Bonten siempre fue un lugar frío, las risas no eran algo que se escuchara seguido y tampoco derrochaba calidez, sin embargo, el lugar donde vive actualmente es aterradoramente solitario y escalofriante. Nunca experimentó el miedo de caminar por su propia casa y pensar que alguien podría atacarlo por la espalda.

Incluso en la primera línea temporal, en la mansión hubo un buen ambiente debido a las visitas de sus amigos, los entrenamientos, a veces los ejecutivos se unían a sus juegos, los ayudaban a estudiar y si era un día con mucha suerte, Mikey estaba entre ellos comiendo dorayakis o solo mirándolos desde un sofá mientras les gritaba la mejor manera de dar patadas, puñetazos o recomendaciones sobre armas durante una pelea.

Nunca creyó que vivir momentos como ese fueran mucho más dulces y cálidos que la mierda que vive en la actualidad.

Llegaron hasta la habitación de Ichirō y Shinya no pudo ocultar su sorpresa al ver que el cuarto era radicalmente diferente al de la primera línea temporal, tenía cosas ridículas como máquinas de juegos o comida. Miró al alfa con reproche.

—¡De verdad no tengo idea de lo que pasó conmigo!

—Ah... —Suspiró resignado apartando su mano y dirigiéndose a Sanzu —¿Dónde está mi hermano? Aparecí en la piscina del jardín, unos tipos de mierda me dijeron que debía pagar mi cuota por estar aquí y nadie responde mis preguntas —Se cruzó de brazos —Lo peor es que Naho no está cerca. ¿Por qué?

—Está en una misión.

—¿De qué mierda hablas? ¡Mi hermano no se iría a ningún lado sin mí!

—Fue una orden del líder.

—El señor Mikey no daría una orden tan estúpida —Shinya se dio cuenta de sus palabras y miró de reojo a Ichirō, notando que llevaba el anillo de líder en su dedo índice —¿Qué hiciste? ¿Dónde está mi hermano?

—¡De verdad no tengo idea de lo que ocurre!

—Sanzu —El omega lo miró seriamente —¿Dónde está mi hermano? Dinos lo que ocurrió y por qué todo parece estar de cabeza.

—Tranquilo. Nahoya Kawata consiguió escapar de esa misión y está bajo la protección de la Segunda Facción —Decidió responder primero esa pregunta porque es la más importante para Shinya.

—¿Cómo que “Segunda Facción”?

Sanzu se mordió el labio por lo que diría a continuación.

Mantuvo la mirada en los ojos celestes de Shinya porque no quería que Ichirō notara la culpa en sus orbes. No tuvo otra alternativa más que decirles todo lo que ocurrió. Sanzu miró a su príncipe con tristeza.

—Actualmente Bonten no está en su mejor momento, todos los que eran nuestros aliados están dispersos, escondidos o fueron asesinados. Las cosas están muy mal.

—Sanzu —El rubio apretó los puños de su camisa —Solo dinos lo que sepas, necesitamos saber, debemos saber.

—Ichirō —Rara vez Sanzu lo llamaba por su nombre, mucho menos en ese tono tan deprimente y seco. El pelirosa cayó de rodillas sujetando sus manos con fuerza y agachando la cabeza, parecía estar aguantando las lágrimas —Lo siento, no pude frenar lo que ocurrió —Susurró con un hilo de voz e Ichirō no comprendía lo que estaba pasando, pero Shinya se dio cuenta del posible desenlace y desvió la mirada ocultando el rostro entre sus manos —Tu eres el líder... porque asesinaste a Mikey hace un año y con eso... Bonten se dividió.

—Mi padre... Bonten... ¿Mis hermanos, ellos...? —Siquiera puede decirlo.

—Formas parte de la facción de Kisaki y tus hermanos escaparon por seguridad formando su propia facción, yo los ayudé y cuando lo descubriste, ordenaste que me encerraran —Sanzu mordía con fuerza su labio inferior hasta conseguir sacarse sangre —Decidí quedarme para protegerte, pero lo siento, mi príncipe... no pude con todo. Kisaki... Kisaki nos superó.

Silencio. Solo eso.

Incapaz de soportar su propio peso y el de su pecado, Ichirō cayó de rodillas derramando lágrimas sin salir de la sorpresa que provocó aquella revelación.

Shinya apretaba los puños intentando reprimir sus sentimientos. El señor Mikey, su hermano, sus amigos, sus padres... Ichirō los empujó a todos lejos e incluso puso en peligro la vida de quienes prometió proteger. De todas formas, tanto su “yo” actual como el del pasado, decidieron quedarse y no sabe cómo sentirse consigo mismo.

¿Es un omega estúpido por seguir detrás de un alfa como Ichirō?

Los sollozos se hicieron cada vez más fuertes, Shinya volteó a verlo y vio a Ichirō en un estado mucho peor al de la primera línea temporal. Lloraba más fuerte, con mayor dolor y apretando con fuerza su pecho mientras susurraba “padre” o “lo siento” reiteradas veces como si fuera un mantra. Los ojos de Shinya se cristalizaron por la pena y tristeza, corrió hacia el alfa para abrazarlo con fuerza y lloraron juntos.

Se aferraron al otro desesperadamente sin detener el feroz llanto e intentando darse apoyo de alguna forma, sentirse menos solos, del mismo modo que Sanzu lloraba arrodillado con la cabeza en el suelo suplicando perdón.

Por si fuera poco, todos sus amigos y familiares estaban dispersos en quién sabe dónde, Bonten está dividida y Kisaki tiene mayor poder que nunca. Ichirō no puede dejar de sentir que todo es su culpa, él le dio vía libre a Kisaki para hacer lo que quisiera e incluso fue capaz de conducirlo a cometer parricidio.

Él es el verdadero problema y la causa de todos los males que ocurren en su familia.


Información:

Yuuki Baji (生希 場地, Baji Yuuki) es el único hijo de Baji Keisuke y Matsuno Chifuyu. Su nombre significa "resplandor superior". Tiene 17 años, es beta y ejecutivo de la organización criminal Bonten.

Apariencia: Tiene el cabello largo y de color negro azabache como su padre, de hecho, no lo corta por eso mismo, y heredó los brillantes ojos aguamarina de su papá Chifuyu, también usa un accesorio para el cabello en el lado izquierdo con 12 esferas doradas y tiene unos dientes caninos notablemente afilados. Suele vestir con camisas de manga larga y negras debajo de una chaqueta roja para cubrir los rastros de sangre cuando tiene que pelear o asesinar a alguien, a pesar de ello, usa pantalones blancos y rasgados que curiosamente nunca se ensucian con sangre, zapatillas negras o botas militares para mayor comodidad a la hora de lanzar patadas y siempre suele llevar un arma enganchada a la cintura por precaución.

Personalidad: Es un chico que odia el estilo de vida común, estable y carente de emoción, está tan inmerso en Bonten que puede llegar a arriesgar su vida fácilmente, pero es Ichirō quien siempre logra salvarlo de acabar mal. Yuuki es leal a Ichirō, pasando por encima de su propio padre y ayudándolo con la carga de sus pecados, a pesar de que vive su vida arriesgándose constantemente y tiene una actitud muy defensiva si tocan ciertos temas (como su papá o su presunta hermana), se toma en serio los problemas de Ichirō, su mejor amigo, e intentan buscar la libertad por muy difícil que sea; también está enamorado de Shinya.

Curiosidad: Su nombre está escrito con el kanji 場 (Yuu, "gentileza" y "superioridad"), combinado con "Ki", pero lo que Yuuki no sabe es que realmente está escrito con el kanji 生 (vida). Su nombre en realidad significa "gentil esperanza de vida" o "gentileza vital".

 Su nombre en realidad significa "gentil esperanza de vida" o "gentileza vital"

Chapter 30: The worst future

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text


Llorar | Jesse & Joy ft. Mario Domm

❝ Y tome una vuelta equivocada.
Me quede sin movimiento
sin saber por dónde regresar,
lleno de remordimiento.
Dejándote detrás, fingir ser alguien más.❞

« Amas en silencio y un día te encuentras mudo, lleno de palabras que te atormentan


Yuuki regresó con las cosas solicitadas mientras Ichirō estaba en el baño lavándose la cara y Shinya lo miraba desde el marco de la puerta. A pesar del recién llegado, Sanzu lo echó del cuarto porque debían hablar en privado.

Los tres tomaron asiento en los sofás, Shinya pegado a Ichirō y sujetando su mano para darle ánimos.

Debido a que Sanzu rechazó la ayuda cuando los adolescentes quisieron sanar sus heridas, ninguno podía hacer nada mientras miraban al pelirosa echarse una buena cantidad de desinfectante e incluso suturaba los cortes por sí mismo. Estaba acostumbrado al dolor y era una especie de castigo por haber fallado a quienes juró proteger.

—¿Qué ocurrió? —Shinya decidió romper el silencio.

—Esta vez los tiempos de paz duraron más tiempo. Admito... que me relajé con Kisaki y no pude ver lo que estaba haciendo desde las sombras —Explicaba mientras pasaba algodón sobre las heridas rojizas —Pero todo cambió cuando Hanagaki murió. Esta vez la caída del rey fue mucho peor.

—¿Mi papá? ¿Dices que cambiamos lo que sucedió en el accidente de mi papá?¿Cómo?

—No. Hanagaki de nuevo murió el 12 de agosto en esta línea temporal, pero un año antes —Shinya e Ichirō intercambiaron una mirada curiosa por esa información —Las cosas comenzaron a ir mal desde ese punto —Sanzu apretó el algodón sobre una de las heridas sacándose un poco de sangre y frunciendo el ceño con odio por los recuerdos —Y yo no pude verlo a tiempo.

—Sanzu. ¿Qué ocurrió? ¿Por qué...? —Ichirō siquiera tiene fuerzas para hacer la pregunta, no quiere saber cómo asesinó a su padre, pero debe escuchar —¿Por qué asesiné a mi padre?

—¡Todo es culpa de Kisaki! —Aplicó más fuerza de la necesaria y su herida se abrió.

—Yo lo hago, a este paso vas a lastimarte más y no serás útil —Dijo Shinya soltando por un momento la mano de Ichirō y tomando asiento junto a Sanzu para encargarse de las heridas a lo largo de su torso y espalda.

—Después de la muerte de Hanagaki, ocurrió lo que ya saben, el rey estaba muy deprimido y tenía problemas para cuidarlos. ¿Lo recuerda, príncipe?

—Si. Él no era demostrativo, a veces nos hablaba cortante y no sabía tratar con niños —Ese fue uno de los motivos por el que Ichirō y Mikey tuvieron una relación distante en la primera línea temporal —Después fue cambiando poco a poco. No era el padre del año, pero tenía pequeños gestos, en especial con Kyle.

—Así es. Los príncipes y la princesa se hicieron cercanos al rey por la constante exposición de ambos lados —Explicó Sanzu sin hacer muecas por las heridas —Él se acostumbró a sus feromonas y de alguna forma pudo sobrellevar la muerte de Hanagaki, el rey no confiaba en nadie para cuidar de ustedes, incluso cuando los rechazaba no estaba dispuesto a ceder a nadie su protección porque eran el último rastro de su omega —Shinya acabó con el primer corte —Se forzó a acostumbrarse hasta que el cariño vino de manera natural.

—No entiendo el punto de esto, ya lo sabía.

—Esta vez el rey no pudo estrechar el lazo alfa-cachorro con ustedes.

—¿Qué? ¿Mi padre... no nos quería?

—Claro que si, los amaba —Sanzu suspiró con cansancio —En las otras líneas temporales no había nadie de confianza porqué Drakem y Emma murieron, esta vez contaba con Baji Keisuke, su número 2.

—¿Eso no es bueno? Significa que Kisaki no se convirtió en el segundo más importante y mi padre tenía a alguien de confianza.

—No, no fue bueno, todo lo contrario. La muerte de Hanagaki fue el comienzo del fin y la presencia de Baji marcó un cambio dentro de Bonten —Shinya comenzó a cubrir las heridas con gruesas vendas blancas —El rey necesitaba procesar la muerte de su omega y dejó la organización a cargo de Baji, en ese momento usted tenía 4, la princesa 3 y el pequeño príncipe cumplía 2.

—¿Mi padre nos confió a Baji? ¿Y cómo eso terminó tan mal? Creí que eran buenos amigos.

—Lo eran. Incluso si Baji los cuidaba, no podía estar con ustedes todo el tiempo y debido a las complicaciones de la organización, en su vida personal y el estrés... Kisaki hizo su jugada —Apretó con fuerza los puños —Kisaki se acercó a ti para comenzar a implantar ideas raras sobre todo esto y yo no pude evitarlo porque me fui con el rey para cuidar de su salud un año, lejos de Bonten. Se lo prometí a Hanagaki en caso de que algo le sucediera.

—¿El señor Takemichi? —Shinya terminó con las heridas en la espalda y ahora iba a centrarse en las que estaban en el torso que eran más rojas debido al mal cuidado inicial.

—No permitiría que el rey atentara con su vida en caso de que él se fuera algún día. Se lo prometí —Tomó aire profundamente —Cuando volví tres años después, Kisaki ya había echado sus raíces en el primer príncipe e intenté enderezarlo, pero era difícil porque ese maldito lo convenció de que el rey los había abandonado y cuando quise hablar con el imbécil de Baji, me encontré con un maldito desastre en el sistema. Faltaba orden, había tratos que Kokonoi apenas podía salvar, los miembros se volvieron corruptos y Baji tampoco era la persona más estable, mucho menos alguien apropiado para el puesto de líder temporal.

—Eso explica lo que ocurrió en el gimnasio —El susurro de Shinya atrajo la atención de Ichirō y procedió a explicar sin mirarlo —Los imbéciles quisieron propasarse conmigo. Al parecer, es normal abusar de omegas por aquí, solo he visto alfas y betas.

—¡¿Qué?! ¿Ellos se atrevieron a hacer eso?

—Sanzu —Cortó las amenazas de Ichirō para dirigirse al pelirosa, manteniendo la mirada baja —¿Sabes si yo fui...?

—No —La rotunda negación hizo suspirar de alivio a Shinya —Ellos intentan molestarte cuando estás lejos de Ichirō o Yuuki, pero siempre los mandas lejos, tranquilo.

Shinya relajo los hombros, aliviado de saber que la corrupción no logró mancharlo por completo.

—Vamos a hablar de ese asunto más tarde —Amenazó Ichirō, no le gusta la nueva Bonten que se supone iba a ser mucho mejor porque Baji estaría para ayudarlos —¿Qué ocurrió cuando volviste?

—Hice todo lo posible para que el rey volviera, fue difícil, pero lo conseguí y así nos enteramos que el desastre de Baji se debía a que no aceptaba la ayuda de Kisaki —Los hombros de Sanzu dejaron de estar tensos —Fue estúpido, es cierto, pero impidió que Kisaki pudiera poner sus manos en los negocios y se expandiera. No tiene ni la mitad del control que tenía antes y eso es gracias a Baji, pero él no era la persona más inteligente, se aleja por mucho de la astucia de Kisaki.

—Algo bueno tenía que hacer —Bufó Shinya sacando del botiquín un grueso rollo de vendas.

—Sin embargo, el daño estaba hecho en el príncipe y el veneno se había expandido demasiado. Cuando el príncipe tenía 8 años, volvió a ver a su padre, fue un reencuentro tan frío que podría congelar el ambiente —Bajó la cabeza desanimado —El rey no reconocía a los príncipes o a la princesa, apenas les dirigía la palabra, no existió la cena obligatoria con los ejecutivos, solo trabajaba y mataba. Eso solo alimentó las ideas erradas del príncipe —Sanzu levantó la mirada dirigiéndose a Ichirō con seriedad —Las cosas eran tensas entre usted y su padre.

—Bueno, siempre fueron tensas.

—No, esta vez actuaban como si fueran totales desconocidos, ni siquiera se hablaban, eran tan orgullosos que ninguno quiso ceder. El rey estaba frustrado por su actitud caprichosa, alimentada por Kisaki, y usted guardaba mucho rencor. Muchos... dijeron que el desenlace era predecible.

—¿Hablas del asesinato? —Ichirō apretó los puños con fuerza —¿Mi pecado ya se veía venir y nadie hizo nada? ¿Estaba tan solo?

—Kisaki se encargó de aislarlo, solo Yuuki Baji permaneció a su lado porque es el hijo del segundo al mando —Eso no le hacía sentir mejor. Miró de reojo a Shinya con tristeza —Shinya y Nahoya también se quedaron por insistencia, mejor dicho, el rey quería que Shinya se quedara con usted y Nahoya no abandonaría a su gemelo.

—Eso no me hace sentir mejor. ¿Cómo pude ser tan estúpido?

—No fue su culpa y las cosas no ocurrieron como cree.

—¿Cómo puedes decir eso? Asesiné a mi padre, alejé a mis amigos, empujé a mis propios hermanos lejos, la organización es un maldito desastre por mi culpa y le estoy dando vía libre a Kisaki. Soy un desastre.

—Así no ocurrieron las cosas —Sanzu ya tenía cubiertas todas sus heridas —Cuando usted cumplió 14 sucedió el mismo problema de siempre, su relación con Iori y la oposición del rey.

—Oh, maldita sea, ¿Por qué ese tipo siempre está presente aunque no lo veamos? —Shinya se dejó caer en un sofá individual, lejos del alfa rubio.

—La discusión no tuvo una resolución y pasaron los días. Gracias a la intervención de Kisaki, un poco alimentado por la emoción de Yuuki y su propia rebeldía, tuvieron encargos de la organización y en uno de esos... sucedió la tragedia —Sanzu volvió a bajar la cabeza apretando sus rodillas hasta clavarse las uñas —Hanma le encargó asesinar a algunos traidores. No era nada extraño y aceptaste —Cada vez ejerce más fuerza en el agarre —Fueron a los almacenes. Había cuatro hombres con bolsas en la cabeza, estaban inconscientes y le aplicaron una cantidad monstruosa de supresores para pasar por betas.

—No lo digas.

—Usted cargó un arma e hizo lo que debía hacer con los traidores. Quedaba misericordia en su corazón, Hanma y Kisaki lo sabían, no es el tipo de chico que disfruta torturando a los demás y se aprovecharon de ello. No comprobó a quiénes mataba.

—Sanzu, por favor.

—Decidió sacarles la bolsa después de matarlos y solo entonces supo que era el rey.

—¡No quiero escucharlo!

—Los otros tres eran Pah-chin, Mitsuya y Kokonoi.

—¡¡Te dije que no quiero escucharlo!! —Ichirō abrazó sus piernas volviendo a derramar lágrimas —Yo... n-no... —Se hizo un ovillo en su lugar —Maté a los padres de mis amigos.

—Usted no lo sabía.

—¡Pero debí saberlo! Todo es porque me dejé manipular por Kisaki, fui demasiado orgulloso como para hablar con mi padre y lo maté —Lloró sin dejar su rostro al descubierto —Soy un maldito asesino. Maté a mi padre y tuve el descaro de tomar su lugar, ¡Solo para seguir siendo manipulado! Soy tan estúpido.

—El rey... previó que algo como eso podía pasar y por eso quiso enviarle el anillo en una carta —Explicó Sanzu tratando de mantener la firmeza en su voz —En la carta decía: “Está bien. Lo entiendo”.

—Ugh, eso es mucho peor. Yo... yo... ¿Qué soy a decirle a Rokurō, a Mitzuki, a Misaki,  a Hiroki y Daisuke?—Se limpió las furiosas lágrimas y de golpe las imágenes de sus hermanos vino a su mente —¡Harumi y Kyle! ¿Qué hay con ellos? A-Antes... dijiste que los ayudaste a escapar. ¿Qué ocurrió?

—Cuando me enteré de que estaban usando narcóticos para mantenerte “tranquilo” desde la muerte del rey, Kisaki se convirtió en algo así como tu representante.

—Entonces es verdad, yo le di poder a Kisaki.

—Estabas en malas condiciones y eras un blanco de manipulación desde antes, pero tras la muerte del rey eras impredecible y sé que fue por culpa de esas malditas drogas —Miró la comida que Yuuki les consiguió —Por suerte ese mocoso es de confianza. Incluso traicionó a su padre para quedarse contigo.

—¿Yuuki traicionó a Baji? ¿Es por eso que mencionaste la Segunda Facción de Bonten?

—Um. Algo así —Dijo Sanzu en voz baja recordando los eventos a comienzos de ese año —Cuando el pequeño príncipe se enteró que mataste al rey, perdió el control sobre sí mismo y quiso matarte. Durante su pelea, Kisaki sacó un arma apuntando al pequeño príncipe y las personas que estaban en contra de que fueras el líder sacaron sus armas contra los perros de Kisaki. Fue la peor fiesta de año nuevo. Casi comienzan un tiroteo.

—Kazuo siempre fue cercano al señor Mikey, supongo que es normal que reaccionara de esa manera y se pusiera en tu contra —Shinya miró a Ichirō, que cada vez estaba más pálido.

—Ordenaste que el pequeño príncipe sea encerrado y le preguntaste a la princesa de qué lado estaba, ella no dijo nada y fue a encerrarse también. Antes de darnos cuenta y porque corrían los rumores de que planeaba matar a sus hermanos...

—¡Eso no puede ser verdad! ¡¿Matar a mis hermanos?!

—Sé que no planeabas eso, pero los rumores fueron fueron más fuertes y por miedo... ellos escaparon a comienzos de febrero con los que te negaban como líder.

—Así se crearon las dos facciones de Bonten —Susurró Shinya de manera pensativa —Pero, ¿Qué significa eso de que Yuuki traicionó a Baji?

—Baji apoya el bando del pequeño príncipe y los ayudo a escapar, pero su propio mocoso fue quien descubrió el escape y cuando quiso detenerlos con miembros de la Primera Facción, perros de Kisaki, apenas consiguió dispararle en el hombro.

—Ya veo —Ichirō suspiró con tristeza —Por eso Yuuki es mi mejor amigo. Al igual que Shinya y tío Sanzu, los tres decidieron quedarse conmigo en el infierno a pesar de que no soy confiable —Cubrió su rostro con ambas manos negándose a seguir llorando —Incluso envié a Nahoya a una misión suicida.

—Quien lo hizo fue Kisaki.

—¡Lo hizo en mi nombre, es mi representante en estos asuntos, el pecado sigue siendo mío! Porque soy débil y manipulable —Tomó aire profundamente —Hay algo que necesito saber.

—Dime —Sanzu ladeó la cabeza.

—Antes de ir por Sanzu, estaba con Yuuki y de la nada me dio un puñetazo cuando mencioné al señor Chifuyu.

—Ah —Entendió a lo que se refería —Eso es porque el mocoso no se lleva bien con Matsuno, de hecho, lo odia porque lo abandonó un año después de nacer.

...

—¿Qué?

—En medio de la inestable situación en la organización, Baji tuvo que hacer muchos sacrificios para impedir el avance de Kisaki, uno de esos fue descuidar su relación con Matsuno y hubo muchas discusiones por esa decisión. Por lo que pude escuchar, el mocoso no nació por decisión de ambos, sino por el celo y, después de dar a luz, Matsuno tuvo depresión postparto y lo rechazaba. Eso intensificó la discordia entre él y Baji —Sanzu pasó las manos por sus hebras rosas —Baji no pudo entenderlo, Matsuno estaba en el borde del estrés y miedo, las cosas se volvieron muy complicadas entre los dos.

—Si Baji y el señor Chifuyu tuvieron a ese tal Yuuki... —Los ojos de Shinya se abrieron delatando su pánico —¿Significa que Kōichi y Manami no existen?

—Peor.

—¿A qué te refieres?

—Después del Halloween Sangriento, Hanemiya apareció para ayudar a Hanagaki o a Baji en situaciones de emergencia. Esto es algo que pocos saben, pero él se enamoró de Matsuno y por eso se alejó por completo tras la conformación de Bonten, se fue a recorrer el mundo o algo así —Hizo un gesto con la mano restándole importancia —Seguía en contacto con algunos ejecutivos como Pah-chin o Mitsuya, por ellos se enteró que Matsuno no lo estaba pasando bien y decidió volver a Japón para hablar con Baji.

—Un triángulo amoroso. Era lo único que nos faltaba en esta trágica historia —Shinya suspiró agotado por el sube y baja de emociones que estaba experimentando, literalmente nada les salió bien, todo se jodió, hasta lo que no parecía posible.

—Si. Al inicio, la intervención de Hanemiya para calmar los problemas de Baji parecía funcionar, pero Kisaki empezó a esparcir rumores sobre un romance entre su mejor amigo y omega —Siguió explicando sin mirar a nadie, sus manos continuando apretadas sobre el pantalón —Las cosas escalaron de simples discusiones a algo más tenso y cuando Hanemiya vio que Matsuno tenía el labio partido y un ojo morado supimos que no había vuelta atrás.

—¡¿Baji golpeó al señor Chifuyu?!

—No estoy seguro de lo que ocurrió exactamente entre los tres. Solo sé que después de eso Hanemiya y Baji peleaban mucho, hasta el punto que Hanemiya le propuso a Matsuno ayudarlo a salir de Bonten.

—¿Escapar de Bonten? ¿Mi padre estaba de acuerdo? ¿No hizo nada? —Ichirō recuerda que padre nunca permitió que nadie abandone la organización, una vez que alguien entra, ya no puede salir. Es la ley.

—El rey dejó el poder de esas decisiones a Baji y él no quería que Matsuno se fuera. Matsuno quería separarse y seguir en Bonten solo por Hanagaki, su mejor amigo —Sanzu suspiró agotado —Incluso cuando le presentó los papeles de divorcio, Baji creyó que era por Hanemiya.

—¿Y no lo era? —Shinya se inclinó hacia adelante con curiosidad.

—¡No lo sé! Tal vez sí, tal vez no, estaba muy ocupado con otros asuntos como para prestarle atención y por si fuera poco, esto ocurrió antes de que Hanagaki muriera. ¡Era un desastre y no tengo idea de lo que pasaba realmente con esos tres imbéciles! —Sanzu se dio cuenta que acababa de gritar guiado por el impulso y se reprendió —Lo siento —Pidió disculpas antes de retomar la charla —Lo que quiero decir. Esto ocurrió en el segundo año de Bonten.

—¿Tan pronto y ya había esa clase de problemas?

—Debíamos estar muy atentos porque Kisaki siempre estaba dando vueltas, esperando el momento para esparcir su veneno.

—Entiendo —Ichirō frunció el ceño con disgusto —¿Esto qué tiene que ver con Manami y Kōichi?

—Baji y Matsuno se separaron, Hanagaki intervino para lograrlo y firmaron el acta de divorcio en 2020. Recién en 2021 se hizo oficial la relación entre Hanemiya y Matsuno, fue incómodo al comienzo, más cuando al año se enteraron que el omega otra vez estaba embarazado y experimentaba el embarazo mucho mejor que cuando estaba con Baji. Fue incómodo, si, pero incluso en ese momento, Matsuno comenzaba a superar el primer trauma e intentaba acercarse a Yuuki.

—Déjame adivinar —Shinya suspiró resignado —Kisaki otra vez intervino.

—Así es —Asintió con fastidio —Manami Hanemiya nació en 2022, en esta línea temporal tiene quince años y vive muy feliz. Lejos de todo lo relacionado a Bonten—Aunque no haya vivido el horrible evento de la violación, es un misterio si continuaba en su memoria o no —Y para sorpresa de todos, al año esperaban otro cachorro.

—¡¿Significa que Kōichi está con vida?! ¿Ellos de verdad superaron el destino? —Cualquier rastro de esperanza fue aplastado por la expresión desgarradora de Sanzu.

—Hubo... algo pasó y siquiera puedo culpar del todo a Kisaki, incluso si él lo planificó —Dijo con un hilo de voz —En ese momento Matsuno y Hanemiya seguían en Bonten, por lo tanto, cumplían misiones misiones menores como guardias de Hanagaki. Baji continuaba un poco resentido, pero nunca pensaría en lastimar a quien fue su omega, el papá de su hijo y pareja de su mejor amigo.

—Sanzu, ¿Qué ocurrió? —Preguntó Shinya al borde de los nervios.

—Baji encomendó una misión a Matsuno, nadie vio algo extraño, fue un asunto normal, pero las cosas por alguna razón se jodieron durante el intercambio de armas y en medio del tiroteo Matsuno resultó herido. Perdió a su segundo bebé y... y le dijeron que ya no podía tener hijos —Sanzu no quiere recordar estas tontas charlas donde estuvo presente con Hanagaki y Matsuno, el de ojos aguamarina en ese momento estaba emocionado por tener una familia, retirarse y llevar una vida normal. Se guardaría esos recuerdos para sí mismo —Al comienzo, Matsuno y Hanemiya no culparon a Baji. En este mundo cualquier cosa puede ocurrir y salir con vida de alguna misión es lo más importante.

—No entiendo. ¿Cómo se relaciona esto con Kisaki? ¿Qué tiene que ver él? —Ichirō estaba en el mismo estado que el omega, inclinado y apretando los bordes del sofá.

—Baji bajó la guardia y como dije antes, Kisaki estaba cerca esperando ese momento. Consiguió sacarle una confesión fuera de contexto que envió a Matsuno y Hanemiya, en ella confesaba que estaba feliz por lo que le ocurrió a Matsuno porque “se lo merecía” —Los adolescentes temblaron —¡Era mentira! Baji no planificó nada, él no sabía que alguien pudo cambiar algunas órdenes, no se dio cuenta de los traidores, pero... creo que tenía sentimientos enterrados cuando dijo eso.

—No puedo creer que Baji haya sido capaz de decir algo tan cruel —Los ojos de Shinya se abrieron —Significa que Kōichi fue asesinado antes de llegar al mundo. No nació por Baji y él... —Se levantó del sofá apretando los puños —¡Kōichi se arriesgó para salvarle la vida!

—Esta era una posibilidad cuando lo salvamos, pero sigue siendo aterrador —Confesó Ichirō sonriendo resignado con la vida que les tocó esta vez.

Una vida mucho más dura y sangrienta, al mirarse las manos puede ver la sangre de su padre, incluso si no fue “él” quien jaló el gatillo... es su pecado. Un pecado de Ichirō Sano.

—Matsuno y Hanemiya conocían a Baji, sin embargo, en ese momento estaban cegados por el dolor y la ira. Salieron de Bonten y Hanagaki lo permitió porque consideraba que sin confianza no podrían seguir trabajando, no podía echar a Baji porque él ayudaba a lidiar con Kisaki —Sanzu suspiró pesadamente —Aunque alejar a Matsuno y Hanemiya significaba disminuir su propia seguridad.

—¿Qué?

—Esta vez Hanagaki murió antes porque Matsuno no estaba a su lado para protegerlo y por eso perdió la vida un año antes. Cuando volvieron el día del funeral, cortaron todo lazo con Bonten y se mudaron a Francia. Tengo entendido que los tres llevan una buena vida y su hija está bien.

Ichirō cayó de rodillas sonriendo con amargura mientras otra vez lloraba tratando de manifestar sus horribles sentimientos de alguna forma.

Todo se fue al demonio mucho más que las otras veces.

Al final Shinya tuvo razón, en su estúpido ideal por conseguir todo terminó perdiendo lo poco que le quedaba. Ya no tenía a sus amigos alrededor, vivirá con la sangre de su padre en las manos, sus hermanos se vieron obligados a huir para salvar sus vidas, Sanzu por poco es asesinado a golpes si hubiera tardado un poco más en volver y aunque Shinya es el único que se quedó, era como un guardaespaldas sin verdadero poder y los demás se creían con derecho a tocarlo.

No hay una sola cosa que esté bien en esa línea temporal. El recuerdo de Misaki, Mitsuki, Rokurō, Daisuke y Hiroki sonriéndole vino a su mente, apretó los labios ahogando un jadeo desgarrador, cayendo en cuenta del verdadero peso de sus pecados. ¡Asesinó a los padres de sus amigos y le dio rienda suelta a Kisaki para actuar en su nombre!

Hasta sus hermanitos deben tenerle miedo, Kazuo lo odia y Harumi decidió ir con la Segunda Facción en lugar de quedarse con el asesino de su padre, aunque fuera su propio hermano también.

Ichirō apoyó la frente en el suelo.

Por eso no tiene fotografías con sus amigos, por eso hay tantas cosas en su habitación que tratan de llenar el vacío, por eso Yuuki siente tanta facilidad para matar a las personas, por eso todos se fueron dejándolo solo, por eso toda su vida es una mierda, ¡Por su maldita culpa! Él se convirtió en los cimientos para que Kisaki pudiera llegar a lo alto y vivía una vida como un adolescente despreocupado con una cuenta bancaria sin fondo, todo era un maquiavélico plan y se convirtió en un niño tonto.

Su padre, su papá, sus hermanos, sus amigos, incluso Sanzu fue empujado al límite, no le sorprendería que también Shinya quiera matarlo. ¡Dio la orden de enviar a Nahoya a una misión suicida donde debería saber lo que Kisaki podría hacerle! ¿Existe peor persona que él?

—Al demonio —Dijo con la voz entrecortada por las lágrimas.

—Kisaki lo utilizó. No es su culpa —Sanzu se puso de cuclillas al lado del adolescente.

—No quiero seguir... ¿Cuántas veces fuimos al pasado y volvimos? Te lo dije hace veinticuatro años, puede ser peor y míranos —Soltó una risa carente de gracia mientras que de sus ojos se derramaban gruesas lágrimas —Ahora es por mi culpa... la sangre está en mis manos.

—Ichirō —Shinya también se arrodilló junto a él.

—¡¡Es mi culpa que mi padre esté muerto!! No solo él, Kokonoi, Pah-chin, Mitsuya, ¡Murieron por mi propia mano! —Gritó clavando las uñas en su pecho, intentando de esa forma arrancarse el dolor por la fuerza —Alejé a mis hermanos, provoqué la división de Bonten. No importa lo que haga, no puedo hacer nada bien. ¡¡Soy un maldito inútil!! Mi padre tenía razón, sigo siendo un mocoso caprichoso que no sabe nada y arruiné el legado de la manada.

—¡Ichirō, basta! —Shinya lo sujetó de los hombros —Suficiente, no ganas nada llorando, no puedes echarte la culpa por cosas que siquiera recuerdas.

—¡Que no lo recuerde, no significa que no lo haya hecho! ¡¿No lo entiendes, Shinya?! —Las lágrimas continuaban cayendo de sus orbes azules sin control y reflejando una profunda tristeza —Fui yo el que los mató, envié a tu hermano a una muerte segura —Apretó con fuerza los ojos negándose a ver al omega —Me cansé. Al demonio todo. Estoy harto. No seguiré luchando contra la corriente, ya no puedo continuar, siquiera puedo protegerte aunque seas mi omega... soy un inú-

De la nada Shinya envolvió sus brazos alrededor de Ichirō.

El contacto hizo estremecer a alfa, su lado racional quería alejarlo a toda cosa de su cuerpo y se negaba a abrazarlo con las manos repletas de sangre, pero no pudo hacerlo. En el momento que su nariz inhaló la hermosa esencia de jazmines se hizo débil entre los brazos del omega.

—No digas que eres un inútil. En la primera línea temporal todos morimos antes de luchar, en la segunda lograste salvar a Sanzu porque decidiste confiar en él cuando fuimos al pasado, en la tercera prometiste un milagro delante del fuego y no solo nos salvaste a nosotros, sino que estabas dispuesto a renunciar a todo para permanecer ahí. En el pasado evitaste que el señor Kazutora cometiera un error, ayudaste a Rokurō, nos protegiste a todos y siempre vas al frente, ¡No te llames inútil, porque no lo eres! —Rompió el abrazo tomándolo de las mejillas —¿Y qué si eres más sensible que otros? ¿Qué importa si tu estúpida ingenuidad te hace un blanco fácil? Esta vez caíste bajo porque no nos tenías a nosotros, no fuiste el único en fallar, fuimos todos los que fallamos.

—Shinya...

—¡¡El único que puede cambiar a Bonten, proteger a nuestra manada y salvarnos, eres tú!! —Los ojos de Shinya se cristalizaron —Por favor, ¡Cambiemos este horrible futuro!

Ichirō asintió enterrando el rostro entre los brazos de Shinya, derramando sus últimas lágrimas.

Un suspiro de alivio escapó de los labios de Sanzu y al fin pudo relajar los hombros desde el comienzo de la conversación, notando que cayó la noche por completo y todavía les quedaba mucho para hablar sobre detalles menores. Miró de reojo a los jóvenes tomando la decisión de esperar.

En esa línea temporal hubo muchos problemas personales que influyeron en los valores e ideales de cada persona. La paranoia de Baji fue alimentaba por Kisaki desde las sombras a través de rumores, Matsuno poco a poco se fue alejado de su destinado llegando al punto de tenerle miedo, Hanemiya no soportaba ver a su mejor amigo romperse e hizo cosas que fueron tomadas como una traición, Hanagaki murió antes porque no contaba con el respaldo de su mejor amigo y Manjirō fue incapaz de soportar la pérdida y aceptar a sus cachorros.

Cada uno fue pieza clave que iba construyendo una fortaleza que parecía ser indestructible, pero en el mínimo error, Kisaki sabría aprovechar el momento para derribarlos y echar raíces.

Baji fue un oponente firme para Kisaki, nunca se doblegó y no permitía que tuviera más poder del necesario, es cierto, por eso Kisaki tuvo que recurrir a otras tácticas para hacer sus movimientos. Al fomentar la desconfianza marital entre Baji y Matsuno, consiguió la grieta perfecta para comenzar a derribar la torre pieza por pieza. Porque tras la abdicación de Matsuno y Hanemiya, Takemichi no tuvo suficiente protección y perderlo fue como aplastar la base de esa fortaleza. Sanzu no puede ver la mejor alternativa o cómo encarar el pasado y el futuro.

Menos cuando ve a Ichirō deprimido entre los brazos de Shinya.

—Sanzu —Ichirō sorbió los mocos de su nariz limpiando las lágrimas en la ropa de Shinya —¿Dónde están los demás ahora?

—Manila.

—De acuerdo —Se apartó del cómodo abrazo con los ojos rojos y somnoliento, no ha comido nada desde que regresó y se la pasó llorando todo el día —Tenemos que reunirnos, hablar y... no sé, planear algo.

—Voy a comunicarme este misma noche con el pequeño príncipe y la princesa. Usted debería-

La puerta fue abierta bruscamente de una patada.

Yuuki ingresó en la habitación cerrando la entrada con un fuerte golpe y sin dudar, apuntó apuntó su arma directo a la cabeza de Sanzu, aunque estaba mirando fijamente a Ichirō. Sanzu gruñó maldiciones por tener lejos cualquier arma y su preciada katana, planeaba usar algo en el botiquín para al menos dar una pelea decente.

Antes de moverse siquiera un centímetro, Yuuki disparó a la caja blanca repleta de medicamentos y volvió a apuntarlo con seriedad. No tenía la sonrisa irónica de antes, sino genuina seriedad.

—Van a decirme con qué mierda se drogaron y dar explicaciones o voy a dispararles a todos.

—Yuuki.

—Ichirō, si te involucras, la amenaza también te incluye —Lo fulminó con la mirada —¿Qué es esa mierda que acabo de escuchar? —Enseñó su teléfono celular donde en la pantalla se apreciaba el cuarto, desde un pequeño reloj en la pared. Regresó la mirada a Sanzu —¿En serio creíste que te dejaría en el mismo lugar que Ichirō y Shinya sin vigilancia? No me jodas, anciano.

—¡¿Nos estuviste espiando, mocoso psicópata?!

—Descuida, no es nada nada que no hayas hecho antes —Se encogió de hombros guardando el teléfono en el pantalón —Ahora, hablen.

—No vas a creernos —Susurró Ichirō.

—Inténtenlo.

—Primero, debes saber que estamos en contra de Kisaki.

—Ya nos vamos entendiendo. Me gusta como suena —Mantuvo el arma en alto —Si esto es algo raro relacionado con ir en contra del cuatro ojos, cuenta conmigo, pero dime la verdad.

Ichirō asintió y por primera vez, le dijo toda la verdad a alguien externo a sus amigos o familia. Incluso si Yuuki decía que eran mejores amigos y crecieron juntos, la idea resultaba insólita, pero intentaría confiar... aunque eso no le trajo muchos cosas buenas en el pasado.

Notes:

¿Sabías que...?

Harumi Sano es la segunda hija de Takemichi y Manjirō, a pesar de ser alfa, ella es el equilibrio entre sus hermanos. Mientras que Ichirō se parece mucho a Takemichi y Kazuo a Manjirō, ella no ha mostrado ser igual o parecerse a alguno de ellos, algunos ejecutivos de Bonten se referían a ella como “la princesa perfecta” porque no era muy impulsiva y tampoco de lágrima fácil, solo lloraba en público por eventos específicos.

Chapter 31: Sibling dispute

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text


Mirror | Lil Wayne ft. Bruno Mars

❝ Me estás mirando
pero yo puedo ver a través tuyo,
puedo ver la sangre en tus ojos,
puedo ver el amor disimulado,
puedo ver el dolor oculto en tu orgullo.❞

« El odio tiene sonido: Suena a murmullos atormentados


La débil fragancia de las lágrimas en mis mejillas, empapadas por la lluvia, la cálida mirada del viajero —La voz resonaba en el abandonado edificio delatando la tristeza del joven —Las suaves y nostalgias melodías de nuestra infancia resuenan en este silencio, los recuerdos perdidos que desesperanzado trato de encontrar... van a la deriva —Los tenues rayos del sol iluminaban parte del cuerpo mientras mantenía el rostro en las sombras, sus ojos azules se hallaban opacados por sus complicadas emociones —Sueño con volar con estas pequeñas alas, volaremos hasta encontrar un lugar donde mis recuerdos no desaparezcan, hacía cielos y mares distantes, donde prevalezcan los recuerdos... tu y yo. Tu iluminas mi camino en la oscura noche, tu me haces brillar, esa mirada tan cálida en tu rostro... quiero volver a ver.

Kazuo se hallaba recostado sobre una montaña de escombros en un edificio abandonado, con la mirada en el cielo que asoma por el enorme hueco e intentaba procesar los eventos de su nueva vida. Misaki no tardó en conseguir información al respecto a pesar de sus limitados recursos.

Movió la piruleta entre sus labios cambiando el dulce de lugar y buscando que el sabor lograra distraerlo de los molestos pensamientos que han comenzado a tomar lugar en su mente desde que supo lo que ocurrió en ese nuevo futuro. Era muy malo y de lo peor. Se hizo a la idea de la pérdida de Kōichi, la distancia de la familia Hanemiya, la muerte de sus padres, la división de Bonten y su escape milagroso, sinceramente puede aceptar esos hechos, lo que no logra entrarle en la mente, es el papel que su hermano jugó en la caída de su propia familia y la separación de la manada. No puede creer que Ichirō haya sido el que apretó el gatillo esta vez, no fue Akkun o Kisaki, fue su propio hermano.

La agresividad reprimida se manifestó en una fuerte mordida que logró romper la paleta con los dientes y el jugo dulce explotó en sus papilas gustativas.

Kazuo enderezó la espalda mirando el palito delgado y lo lanzó hacia un costado. Sus ojos azules se fijaron en una de las paredes que tenía un graffiti hecho por sus padres, lo sabe porque en un costado estaban sus dos nombres. Lo único que hay escrito es: “En cada año”, aunque Kazuo no tiene idea de la clase de promesa que le habrá hecho su padre a su papá o cuándo siquiera visitaron Manila.

Hay mucho que no sabe y poco de lo que es consciente, se trata de secretos que no le gustaría tener en su consciencia.

Para él, el bebé de la familia y el consentido, es imposible saber sobre el pasado de sus padres a pesar de haberlos visto en el pasado, él era diferente a sus hermanos. Perdió a sus figuras paternas antes de tener la oportunidad de formar recuerdos, y por lo que tiene entendido, en la línea de tiempo actual también fue un omega estúpido y se dejó engañar por aquel alfa, su padre tomó venganza en su nombre como en las otras líneas temporales, convivieron más en comparación con sus hermanos y eran cercanos. Algunos dicen que Mikey era débil a él porque es omega, tiene el cabello negro y ojos azules, todas las características de su papá Takemichi.

Un suspiro escapó de sus labios.

Al paso que iban, Kazuo ya no sabe qué es lo que les espera al final del camino y tampoco sabe qué esperar del pasado, de su actual presente o hasta de Ichirō. Está demasiado confundido.

Y enojado, su furia es una sombra que crece.

—Kyle —El llamado de su hermana hizo que el omega alzara la cabeza, Harumi se encontraba al pie de los escombros mirándolo preocupada.

Onee-chan —Saltó los escombros uno por uno hasta llegar a los brazos de su hermana mayor. Escondió su rostro en el torso de Harumi sintiéndose seguro —No me gusta este futuro.

—A mi tampoco —Acarició el cabello de su hermanito —Sanzu llamó. Ichirō ya subió al avión, viene con Shinya y alguien más.

—Um —Asintió sin mostrar su rostro.

—¿Estás enojado con Ichirō? —Kazuo no dio una respuesta —Sabes que él no fue quien hizo todo esto, sino su “yo” de esta línea —El abrazo se hizo más aprehensivo —Si esto es difícil para nosotros, imagina cómo debe sentirse Ichirō. Está solo en el infierno y acaba de descubrir todo lo que hizo, debe sentirse devastado y se culpa más que nadie.

—Yo sé que onii-chan no tiene la culpa —Se apartó del abrazo, pero no de su hermana a quien le agarró la mano para acomodarla en su cabeza y que le diera palmadas, el gesto hizo sonreír a Harumi —Pero todavía duele.

Nada habría pasado si mataban a Kisaki desde el comienzo.

—Lo entiendo —Harumi besó la coronilla de su hermanito volviendo a apretar el abrazo con fuerza.

—Tuve un sueño o quizás fue un recuerdo de esta línea temporal, no estoy seguro —Habló con la cabeza gacha disfrutando de las caricias de su hermana —Nuestro padre dijo: “Ichirō me matará, pero no lo mates, yo estoy preparado para ir con Takemitchy. Tu solo salva a la familia”.

—Nuestro padre siempre tuvo muchos secretos. Cumplamos su última voluntad —Harumi no lo dijo, pero en el fondo deseaba que esos secretos no lo hayan ahogado en vida hasta el punto de resignarse a la muerte.

Tomaron asiento en los escombros, ocultos entre las sombras y seguros de que había guardias en los alrededores que iban a protegerlos en caso de emergencia. Sentados cómodamente uno junto al otro retomaron sus obligaciones de esa mañana.

Harumi abrazaba a su hermanito por la espalda mientras que sostenía la tableta entregada por Rindō Haitani con toda la información disponible por el momento, la cual no era poca cosa, y para no estar organizado y verificado por Kokonoi, como los informes entregados por Sanzu en otras líneas temporales, sigue siendo detallado. Kazuo apoyaba su cabeza en el hombro de su hermana y abría otra paleta a medida que ella que pasaba las fotografías y documentos. A pesar de que, técnicamente, estaba en malos términos con su hermano, Kazuo extraña sus feromonas de sándalo con ese sutil toque frutal poco común en los alfas. Adora el aroma de galletas recién horneadas de Harumi que acaricia su nariz, pero quiere tenerlos a los dos abrazándolo.

No soportaría perder a alguno, los necesita a los dos.

En los documentos que robaron los últimos ejecutivos principales había datos sobre negocios del bajo mundo, nada fuera de lo ordinario, salvo algunas incongruencias entre las pautas de las organizaciones involucradas, determinados montos de drogas y armas que no cumplían con lo estipulado, dinero que desaparecía misteriosamente y esta vez Bonten estaba más involucrado en asuntos gubernamentales. Lo que ocurría tras la fachada política no es una noticia relevante, se podría decir que Bonten era una especie de “perro del gobierno” que separaba, regulaba y controlaba el bajo mundo y todo lo relacionado a ellos, la organización reinante de la oscuridad. Su situación es un desastre, los negocios igual, es imposible saber quiénes eran sus aliados o enemigos y la línea de lo “correcto” e “incorrecto” era más delgada que nunca.

Ahora parecen ser una especie de héroes y buenas personas que intentaban recuperar el orden general.

Kazuo y Harumi leían los datos intercambiando algunos comentarios cuando algo llamaba su atención y tomaban capturas de lo que no entendían. Cuando llegaron a esa nueva línea temporal y se encontraron con semejante desastre, los pocos adultos de confianza estaban sorprendidos por verlos manejar los asuntos informáticos con conocimiento. Todo gracias a las interminables horas de Sanzu donde les explicó sobre Bonten en otras líneas de tiempo, fueron días completos estudiando sin parar, algo debieron aprender.

Dejaron de leer cuando sintieron el familiar aroma de Marina.

La alfa ha estado dando vueltas sin saber qué hacer con su vida desde que supo sobre la enorme distancia entre ella e Ichirō, su primo y mejor amigo, a quien juró proteger en cualquier circunstancias. La sola idea de saber que estaba en el nido de serpientes no le permitía estar quieta y por eso ahora actuaba como guardiana de sus primos menores. Marina les dedicó una sonrisa resignada mirando de un lado a otro temiendo que alguna sombra atentara contra la vida de los pocos miembros de su familia sanguínea.

Se reunieron al pie de la montaña de escombros y antes de abrir la boca, un fuerte disparo tuvo lugar.

Por inercia se agacharon cubriéndose las orejas, Marina sacó de los bolsillos internos de la chaqueta su arma, una Beretta 92 F, proveniente de un cargamento enviado por alguien de la policía. Otro detalle llamativo de esa línea temporal, contaban con ayuda más directa de la policía y todavía no conocen el nombre de su infiltrado, se hacía llamar Alexander Hartdegen. Kazuo sigue el ejemplo de su prima y saca su H&K USP Compact, una pistola semiautomática de tamaño medio que también era de uso policial y defensa propia, no militar como las armas que solía usar Bonten durante las misiones o reuniones. A diferencia de Marina y Kazuo, Harumi rechazó rotundamente el uso de las armas, en su lugar decidió confiar en sus habilidades físicas y algunos cuchillos ocultos en la ropa.

Esperaron en silencio a que muchos hombres entraran en el destruido edificio o ser atacados en multitud por sus enemigos, nada ocurrió por unos largos cinco minutos. Solo se apreciaba el silencio del lugar junto al lejano sonido de autos pasando a toda velocidad a media tarde y algunas aves.

—¡Despejado! —Gritó uno de los guardias ingresando en el edificio mientras volvía a guardar su arma en la cinturilla —Era un espía, pero se suicidó cuando lo acorralamos. Lo siento.

Se trataba de Kakuchō, alguien definido por Rindō, Inui y Hakkai como la persona más fiel dentro de la facción de Takemichi, similar a un perro y el siervo más leal que iban a conocer en esos tiempos tan inestables.

Actualmente es el capitán de la Unidad de Defensa que tiene el deber de proteger a los dos herederos de Bonten con su vida. Ante los ojos de Kazuo, Harumi y Marina era alguien desconocido, nunca lo conocieron en otras líneas temporales y deducen que debe ser por dos razones: Murió antes de tener la oportunidad de conocerlo o los cambios que estaban haciendo modificaron en algo la línea.

Sea cual sea la razón, hasta ahora han pasado cuatro días en su compañía y tuvo un comportamiento impecable, no hablaba si no tenía permiso, actuaba fríamente y pasaba el rato callado. Kakuchō era un alfa peculiar en muchos sentidos, no posee feromonas y tenía una cicatriz de mordida en su nuca, además de la que recorría la mitad de su cara.

—Está bien —Kazuo le restó importancia volviendo a guardar su arma, Marina siguió su ejemplo —Espero que mi hermano no tenga problemas en venir.

Las facciones de Kakuchō no cambiaron ante la mención de Ichirō. Tal como lo describieron, era una persona leal que no cuestionaba las decisiones de la persona que decide seguir y se limitaba a hacer su trabajo.

—¿No tienes curiosidad por saber? —Preguntó Kazuo ladeando la cabeza mientras buscaba entre sus bolsillos otra paleta, sin importar la línea temporal siempre tiene algunas guardadas y esta vez ya no le quedaban.

Por suerte Kakuchō le extendió una de color rosa y Kazuo le sonrió agradecido. Detalle que no fue ignorado por ninguno.

—El pequeño príncipe y la princesa deben tener sus motivos, acataré sus órdenes.

—Cielos —Suspiró resignado —Siento que tengo a otro Sanzu conmigo, ¿También llamabas a mi padre “rey”?

—Manjirō Sano no es mi rey —La firme declaración hizo que los adolescentes miraran curiosos al hombre, antes de que pudieran preguntar sobre el tema, Kakuchō recibió un mensaje a través de un comunicador que siempre llevaba en la oreja derecha —Debemos volver. Parece que Smiley regresó de su reunión con los grupos de pandillas en Navotas y Caloocan del norte.

Kakuchō se hizo a un lado para permitir el paso de los menores.

Por más que tuvieran interés por saber sobre la historia tras Kakuchō, tenían que seguir investigando sobre esa nueva línea temporal y cómo todo pudo irse al demonio hasta ese límite. Cada vez su futuro era peor.

Se volvía más difícil distinguir sus pecados, siquiera saben si sus manos siguen limpias.

A diferencia de las últimas líneas temporales donde huyeron a Manila buscando refugio en un cómodo penthouse preparado por Mikey, esta vez su lugar seguro era un refugio bajo tierra de un edificio de escombros. El cual contaba con varios túneles subterráneos que tenían como fin confundir a posibles espías y facilitar su escape en diferentes calles de la ciudad, para nada como lo vivido hasta ese momento, ahora se siente como si fueran terroristas.

Debajo del edificio y entre muchos escombros había una compuerta que contaba con escalera, bajaron uno por uno adentrándose en los túneles subterráneos. Entre los pasillos y la poca luz disponible había puertas que conducían a varios cuartos vacíos, debido a que tanto Kazuo como Harumi y Marina no tienen recuerdos de esa línea temporal se dejaban llevar por Kakuchō que les recordaba que debían revisar una de las habitaciones secretas con armamento y que iban a quedarse en la zona búnker porque en los cuartos del este había guardaespaldas que no tienen misiones por el momento, así que estaban descansando.

Por mucho que quieran aprenderse el camino era imposible.

Kakuchō los llevó hasta el cuarto privado de Kazuo, que en realidad era compartido con Harumi. Ahora también contaba con futones donde estaba el resto de sus amigos y un molesto Nahoya, que al volver a su tiempo estaba en una misión suicida planificada por Kisaki, por fortuna Rindō Haitani fue a su rescate el mismo día. Al menos esta vez los hermanos de Rokurō y su madre Yumi estaban con vida, seguros en Tijuana, México. Rokurō decidió seguir a Misaki en Bonten aunque tuvo la opción de huir, por eso su presencia era justificable, no como en el caso de Manami que vivía en París desde bebé y por ello no tienen noticias de ella siquiera por mensajes.

Por muy incómodo y raro que sea saber que Kakuchō está afuera junto a la puerta, los demás se resignaron.

Misaki golpeó las teclas de su laptop con molestia.

—¡Demonios! —Masajeó su entrecejo —Mitsuki pásame ese libro otra vez.

—¿Qué es eso? —Harumi ladeó la cabeza con curiosidad tomando asiento en la cama donde estaba Nahoya y lo ayudaba a cambiar el vendaje alrededor de su cabeza.

—“Instrucciones para ser un hacker en diez pasos” —Leyó Kazuo en voz alta —¿A quién intentas robar?

—Al banco donde el hijo de puta del primer ministro guarda los sobornos que recibió de Kisaki usando el nombre de Ichirō obtenido por mi padre —Por mucho que intentara pasar la seguridad, sus virus eran rebotados y no podía ingresar a las cuentas para robarles dinero que no les corresponde.

—Quien diría que robarle a un banco sería difícil —Bufó Saki mientras lanzaba cuchillos a una diana improvisada con un dibujo de Kisaki hecho por Rokurō —Kokonoi hace que luzca fácil.

—A la mierda —Declaró la omega —¡Le robó dinero a mi padre! Eso es robarme a mi y a Mitsuki. Vamos a matarlo.

—Si, claro, tomaremos un taxi hasta Tokio y volveremos para la cena —Dijo Saki con ironía volviendo a lanzar un cuchillo.

—Nunca creí que viviríamos de esta forma —Mitsuki se acomodó tras su hermana para peinar su cabello, nunca la vio tan frustrada e indiferente con su aspecto.

—¿Como ratas? —Hiroki encendió un cigarro a pesar de las muecas —Si también me sorprende.

—Esto es culpa de Ichirō —La frustración de Misaki era más que evidente, en especial cuando se mordía la uña del dedo pulgar.

—Yo nunca pensé que Ichirō... —Marina no permitió que Daisuke terminara esa frase y lo hizo callar con una mirada fulminante. El omega levantó las manos en señal de rendición y paz, no quiere volver a pelear por el mismo tema.

—Conmigo no funcionará esa miradita —Dijo Nahoya mientras Harumi terminaba de vendar su cabeza y se enfrentaba a Marina —Casi muero por su culpa.

—No fue nuestro Ichirō.

—¡Sea quien haya sido, casi muero por alguien llamado Ichirō Sano y por si fuera poco dejé a mi hermano con las serpientes de Bonten! Eso es... ay, ay, ay —Harumi ejerció más presión de la necesaria en el vendaje —Lo que quiero decir —Se encogió de hombros —Es que voy a golpearlo cuando lo vea.

—Ah... —Rokurō estiró los brazos hacia arriba haciendo crujir sus huesos —¿Cuándo llegará Ichirō?

—Sanzu llamó hace unas horas y dijo que estaban subiendo al avión, son siete horas de viaje así que... —El menor del grupo frunció el ceño pensativo —Llegará entre las ocho o nueve.

—¿Creen que podremos volver a viajar al pasado sin Manami? —Preguntó Saki con tristeza, extraña a la omega y sus dulces feromonas de lima, más su capacidad para transmitir calma con su presencia.

—Estoy seguro de que ella es capaz de meterse en el corazón de Bonten solo por la posibilidad de viajar y recuperar a Kōichi —Nahoya se cruzó de brazos —No puedo creer que él haya desaparecido —Revolvió sus cabellos aunque eso provocó que tocara la herida en su cabeza, producto de haber tenido un accidente automovilístico en aquella misión suicida donde la ubica forma de salvarlo era chocando la camioneta donde transportaba droga —Siquiera puedo imaginar su expresión cuando descubra sobre su nuevo medio hermano.

—Creo que nadie tiene en buena estima a ese tal Yuuki —Mitsuki terminó de arreglar el cabello de su hermana que seguía concentrada en su laptop —Pero es el único, además de Shinya y Sanzu, que está con Ichirō y lo protege.

—No importa —Marina se apoyó contra la pared —Volveremos al pasado, arreglaremos lo que rompimos y todo estará bien.

—¿Estás enojada porque alguien que no eres tú está con tu preciado Ichirō? —Se burló Saki obteniendo otra de esas miradas amenazantes de la alfa, las cuales ignoró para lanzar el tercer cuchillo.

—¿O quizás estás molesta porque nuestra dulce Nami está a un continente de distancia? —Daisuke no dudó en seguir la broma, Marina dio un paso dispuesto a enfrentarlo cuando Misaki otra vez gritó groserías golpeando las teclas de su laptop.

Rokurō agitó una revista delante de su rostro mientras le susurraba palabras de ánimos.

—Lo que sea que deba ocurrir, ocurrirá, primero intentemos reunirnos todos —Dijo Harumi en un tono conciliador.

—¿Incluyendo a Nami? ¿Arruinaremos su vida? ¿En esa línea temporal donde no fue abusada y por primera vez tiene una vida normal? —Emiko dejó de leer los aburridos documentos sobre modelos de armas disponibles en el mercado de Manila y dirigió sus ojos a la azabache —Digo, esta vez salvamos a más personas que en otras líneas.

—Inui Seishu, Hakkai Shiba, Taijū Shiba, los hermanos y la madre de Rokurō, Rindō Haitani, Smiley está vivo en esta línea y hay nuevas caras de confianza —Hiroki se unió a Saki para robarle un cuchillo, a medida que hablaba con el cigarro en los labios, lanzaba y atrapaba el arma sin mirar —Es verdad, salvamos a más personas —Volvió a mirar al resto —¿Por qué volveríamos al pasado?

—La última vez decidimos quedarnos aquí para enfrentar a Kisaki, pero viajamos al pasado porque Sanzu murió y fuimos rodeados. Ahora contamos con más aliados y medios para pelear —Señaló Nahoya mirando la mesa repleta de documentos y balas de distintas armas.

—Es cierto, en nuestro último viaje no tuvimos alternativa y por salvar a Baji, perdimos a Kōichi —Emiko abrazó sus piernas con tristeza —¿Seguiremos luchando en el pasado?

—¿Por qué deberíamos volver a una guerra que no nos pertenece? —Dijo Saki en un tono despectivo, lanzando los últimos dos cuchillos —Ya me cansé de eso.

—Bueno... hablemos cuando estemos todos juntos, ¿Bien? —Harumi intentó sonreír para apaciguar las agresivas feromonas que llenaban el ambiente, a pesar de no demostrarlo, Misaki y Daisuke comenzaban a mostrarse incómodos por la sobrecarga de aromas —Lo que sea que ocurra o decidamos hacer, lo haremos juntos.

—Juntos —De un momento a otro Kazuo miró hacia los lados buscando a alguien, hace rato que siente incomodidad en su nariz porque no percibe unas feromonas a las que estaba acostumbrado. Fue con una simple palabra que todos notaron el peculiar silencio del tercer heredero —¿Dónde está Azusa?

Silencio.

Kazuo se dio cuenta de que la ausencia de Azusa no albergaba ninguna buena noticia, forzó más su olfato y se dio cuenta de que tampoco puede sentir las feromonas de Taijū Shiba. Cayó en cuenta del motivo por el cual los adultos le dieron permiso de ir a la zona superior de los túneles, desde que volvió no lo han dejado salir por cuestiones de seguridad, pero ese día le dijeron que podía irse.

Todo para distraerlo y llevarse a Azusa a una misión.

Molesto y sin ocultar su feromonas agresivas apretó los puños antes de salir del cuarto seguido por Marina, uno a uno lo siguieron pálidos del miedo. La simple idea de que se llevaron a Azusa sin decirle nada hizo que la mente de Kazuo se llenara de oscuridad de un momento a otro.

Lo siguiente que supo fue que tenía las manos ensangrentadas.


Debido a que estaban saliendo del país de incógnito no podían darse el lujo de tomar ciertos caminos o ir en primera clase.

Ichirō, Sanzu, Shinya y Yuuki usaban el avión en clase turista fingiendo ser una familia monoparental con el único adulto tomando el rol de padre. Durante el viaje tampoco pudieron hablar en voz alta sobre las fuertes revelaciones de la noche anterior.

Para sorpresa de Shinya y Sanzu, incluso el mismo Ichirō, Yuuki creyó en su palabra.

Cuando le preguntaron por qué aceptaba tan fácilmente la loca explicación sobre sus viajes temporales, las líneas de tiempo pasadas y la falta de recuerdos compartidos como amigos, Yuuki dijo que confía en lo que dicen porque: “Ichirō hasta el día de hoy nunca me ha dicho una mentira”. Por su lado, Yuuki les dijo todo lo que sucedió en los últimos años y cómo llegaron hasta la división de Bonten, desde su punto de vista. A parte de todo lo que Sanzu pudo contarles, Yuuki les habló de una manera más personal sobre las vivencias de Ichirō porque son mejores amigos y siempre han estado juntos, desde la primera vez que intentaron asesinarlos hasta la primera vez que apretaron el gatillo de un arma.

Ichirō pudo comprenderse mejor a sí mismo.

La muerte prematura de su papá y la inestabilidad de su padre, sumado a la presencia de Baji y otras circunstancias, hicieron que la organización fuera cerrada y no le dieran oportunidad a Kisaki para involucrarse en los negocios. Por lo tanto, como Bonten no estaba en sus manos, tuvo que usar otras medidas de manipulación.

Yuuki también les dijo que en esta línea temporal Kisaki envió a Iori, su propio hijo, a debilitar las defensas de Ichirō y lo consiguió. Un poco. Porque luego se enamoró profundamente y desde hace dos años trabaja como agente doble y fue Iori quien movió los hilos para que Kazuo, Harumi y los demás pudieran escapar, todo fue un plan de ellos tres y por eso se vieron obligados a montar todo un espectáculo para confundir a Kisaki y conseguir una oportunidad de escape. Para aligerar el cargo de conciencia de Ichirō, Yuuki también aclaró que la casi muerte de Nahoya, el hermano de Shinya, también era un movimiento arriesgado para sacarlo del tablero y enviarlo con los demás. De esa forma lograron alejar a todos del núcleo del problema y solo cuando estuvieran “indefensos” saldrían a la luz los verdaderos aliados; claro que todo era un plan conocido únicamente por Yuuki, Ichirō y Iori.

Shinya no estaba involucrado porque planeaban enviarlo lejos junto a Nahoya, pero en su momento se negó rotundamente e incluso se separó de su gemelo en malos términos. Todo para quedarse al lado de Ichirō en su momento de mayor debilidad. Durante el viaje Ichirō pensaba en lo que sucedió. Esta vez su mente trabajaba de una manera más manipuladora y había sangre en sus manos. Incluso si Yuuki le dijo que la muerte de Mikey y los demás fue un golpe bajo que no vieron venir, sigue sintiendo culpa.

Cuando aterrizaron en el aeropuerto eran alrededor de las nueve de la noche y no había muchas personas, por suerte.

—El pequeño príncipe envió la ubicación del nuevo refugio —Dijo Sanzu encendiendo su teléfono otra vez —No está muy lejos del último, pero debemos ir con cuidado.

—¿Con cuidado? ¿Por qué? ¿No estamos ya lejos de Tokio? —Ichirō frunció el ceño con preocupación.

—No importa la distancia —Yuuki se dirigió a la zona de equipaje en busca de sus mochilas que solo llevaban algunas prendas de vestir —Las ratas siempre están escondidas y todavía no sabemos la identidad de todos nuestros enemigos.

—¿Tienes alguna idea, mocoso?

—Mmm —El beta pasó su mochila a Ichirō, lanzó con brusquedad el bolso de Sanzu a su cara y llevó tanto su propio equipaje como el de Shinya en sus brazos, detalle que hizo fruncir el ceño al omega que estaba intrigado por su actuar. Sus ojos aguamarina se fijaron en un par de dibujos en una columna junto a las ventanas —Las flores de la muerte —Ichirō y Shinya gritaron de sorpresa cuando fueron tecleados por Yuuki —¡ABAJO!

En cuestión de segundos se dio rienda suelta a un feroz tiroteo que desató el pánico en el lugar, la muerte y el olor a sangre no tardaron en llenar el ambiente.

Ichirō apenas recibió el roce de un disparo en el brazo cuando Yuuki lo empujó del otro lado de la cinta de equipaje, Sanzu y Yuuki no tardaron en sacar sus armas en caso de emergencias mientras Shinya verificaba que la herida del alfa sea superficial.

A pesar de estar escondidos detrás de la cinta y no ser capaces de ver lo que ocurría del otro lado, los disparos dejaron de resonar y romper las ventanas, incluso los gritos fueron silenciados de una forma aterradora; quizás porque todos estaban muertos o lograron huir. Varios hombres enmascarados ingresaron en el aeropuerto con rifles de asalto y dispararon a los pocos sobrevivientes escondidos tras las columnas o en el área de venta de boletos. Los cuatro que seguían escondidos guardaron silencio sin moverse ni un centímetro de su lugar, escuchaban los susurros y sus pasos, sumado al sonido de las armas siendo recargadas o agitándose entre las manos de sus posibles verdugos.

No era la primera vez de Ichirō y Shinya en un tiroteo, por eso mismo estaban congelados de miedo, la situación les recordaba demasiado a cuando perdieron a Sanzu, y en ese momento cuando lo vieron dispuesto a salir del lugar para encarar la situación lo sujetaron de su chaqueta violeta. El leve forcejeo atrajo la atención. Los pasos se iban acercando, poco a poco, su respiración y el palpitar de sus corazones iba errático. Yuuki apretó con fuerza su arma al igual que Sanzu, Shinya no tardó en reaccionar de la misma forma y sacar otra arma de fuego que guardaba en la cinturilla de su pantalón. Aunque Ichirō no quisiera, se vio obligado a imitar las acciones de los demás y estar preparado para el peor de los escenarios. Saben que las personas que iban tras ellos estaban cada vez más cerca y rodeaban la cinta de equipaje con sus armas en alto.

Comenzaban a resignarse a una pelea armada sin oportunidad de ganar cuando otra vez los disparos comenzaron a caer sin control, Sanzu no se interesó en lo que estaba pasando y empujó a Ichirō para salir del escondite e ir a un lugar más seguro. Uno que no los dejara acorralados.

Salieron por detrás de la cinta moviéndose entre las columnas y llegando a una zona de asientos donde había varios cuerpos bajo charcos de sangre, la imagen rompió un poco más los corazones de Ichirō y Shinya. Cada vez que ven a alguien inocente morir por su culpa, sea conocido o desconocido, algo en su interior se rompe un poco y les cuesta respirar. Apartaron la mirada siguiendo a Sanzu que caminaba por delante de ellos mientras Yuuki cubría sus espaldas, los dos con un arma en alto y listos para mancharse las manos de sangre si era necesario.

De repente Sanzu desapareció de la guardia delantera porque un hombre fornido lo empujó del otro lado separándolo de su arma y dándole una patada en la cara que le hizo escupir sangre. Ichirō quiso llamar su nombre y saltar a salvarlo, aterrado por las visiones de la línea temporal donde lo vio morir, pero un hombre más delgado lo agarró con fuerza del brazo empujándolo del lado contrario provocando que se separara. Shinya fue retenido en el suelo por dos hombres y Yuuki intentó deshacerse de los cuatro tipos que lo rodeaban.

Apenas consiguió levantar una pierna cuando Ichirō se congeló al tener un arma en su frente.

Nunca estuvo tan cerca de la muerte. Contrario a lo que esperaba de otras situaciones, donde también experimentó el mismo sentimiento, esta vez fue diferente porque no pudo pensar en nadie antes de morir sino un lejano recuerdo enterrado en su mente tomó lugar. Recordó unas hermosas farolas brillando en el cielo nocturno durante un espléndido festival y alguien le extendía la mano antes de que la sangre le salpicara el rostro.

—Esto es por Mikey —Dijo el hombre que apuntaba a Ichirō.

Si ese es el motivo de su muerte... el joven alfa estaba dispuesto a morir y por eso sonrió un poco.

—¡Ichirō! —Gritó Yuuki desesperado mientras era retenido en el suelo, no le importaba que estuviera rodeado de armas e intentaran matarlo, al menos tiene que salvar a Ichirō y llevarlo a un lugar seguro.

Los ojos de Yuuki se cristalizaron por primera vez, amenazando con llorar.

Shinya se ahogó con su propio llanto e intentó extender su mano intentando alcanzarlo aunque alguien estuviera intentando romper sus brazos para reprimirlo. En ese momento Sanzu vio su vida pasar frente a sus ojos cuando estuvo a nada de perder a Ichirō. El tiempo se detuvo en ese momento y los colores desaparecieron a una velocidad alarmante, no puede volver a fallar.

PAF.


Alguien saltó de la nada golpeando con una patada al tipo que apuntaba a Ichirō, en cuanto bajó la guardia supo sacar provecho de la situación golpeando su mano y enviando lejos el arma.

—Deja al hijo de mi compañero, imbécil.

—Se... señor Chifuyu —Los ojos azules de Ichirō brillaron en una amenaza de llanto, Chifuyu giró sobre sus talones sonriendo de lado.

—Cuando tu labio tiembla de esa forma te pareces a Takemitchy.

En ese mismo momento alguien apareció por la espalda de los hombres que sujetaban a Sanzu en el suelo, golpeó la cabeza de cada uno con la empuñadura del rifle provocando un dolor contundente que los dejó fuera de combate al instante. Una vez liberado, Sanzu saltó hacia los demás para alejarlos de los adolescentes.

Cuando Shinya fue liberado con la intervención de Sanzu dirigió sus ojos a la segunda persona que los ayudaba.

—¿Señor Kazutora? —El adulto le dirigió una de sus sonrisas pícaras y le guiñó, tal como solía hacerlo cuando les enseñaba a pelear.

A pesar de que fueron liberados y cualquier rastro de peligro fue empujado lejos, una vez que confirmaron estar a salvo la tensión ocupó lugar en el ambiente porque Yuuki miraba a su papá sin ocultar el rechazo y fingía que Kazutora era invisible. Chifuyu intentó acercarse a su primer hijo, pero este le giró el rostro sin dirigirle una segunda mirada y le dio la espalda.

Aceptó su rechazo porque lo tiene merecido.

—¡¿Y Manami?! —Ichirō limpió sus lágrimas mirando hacia los lados —¿Ella está bien?

—Si, justo fue al baño cuando sucedió el tiroteo y nos envió un mensaje de que permanecería escondida —Chifuyu enseñó su teléfono —Nosotros fuimos a las cámaras de seguridad en busca de una salida segura y de casualidad los vimos, te reconocí porque Nami te describió muy bien.

—Lamento... lamento que por mi culpa ella... tenga que vivir todo esto —Hizo una pronunciada reverencia —Manami es muy importante para nosotros... e inteligente, por eso... por eso la necesitamos.

—Nuestra princesa insistió mucho en venir y creo que puedo ver por qué —Dijo Kazutora sonriente.

Yuuki chasqueó la lengua con poco disimulo. La mención de su media hermana no es agradable a sus oídos, por eso intenta no pensar en ella y finge que es hijo único. Chifuyu no pasó por alto aquel gesto y Kazutora al verlo triste se acercó para darle palmadas en su espalda.

Varios pasos se hicieron oír de un momento a otro.

Kazutora, Chifuyu, Sanzu y Yuuki se pusieron en guardia en caso de tener que pelear, pero Shinya e Ichirō estaban tan acostumbrados a ciertas feromonas que incluso salieron del improvisado escondite para reunirse con el recién llegado.

Azusa al verlos suspiró aliviado y fue recibido por sus dos amigos en un fuerte abrazo que correspondió a duras penas. Taijū rodó los ojos ante la escena, gracias a Rindō supo que algunos miembros resentidos de Bonten se enteraron misteriosamente que Ichirō iría a su refugio y quisieron aprovechar el momento para atacar en nombre de la venganza, por eso el mayor de los hermanos Shiba agarró a unos pocos hombres de confianza y a su propio hijo para ir a ayudarlos.

No llegaron a tiempo, pero consiguieron deshacerse de las ratas traidoras, aunque no duda que haya más entre ellos.

Se sorprendió por la presencia de Kazutora y Chifuyu, a quienes no ha visto en más de quince años. De todas formas no dijo nada y dio la orden de regresar antes de que la autoridad hiciera su trabajo, a Baji no le gustarán los visitantes sin invitación y que siquiera estaban en buenos términos con varios miembros. Las sorpresas no se hicieron esperar cuando a Taijū le presentaron a la dulce Manami, una omega de apariencia delicada y pequeña, la hija de Chifuyu y Kazutora. El viaje de regreso a su refugio fue incómodo, Yuuki siquiera quiso viajar en el mismo auto que su papá, hermana y el otro alfa, pero tuvo que hacerlo porque tanto Ichirō como Shinya no querían separarse de Manami.

Fue un viaje incómodo, tedioso y muy molesto para Taijū; y siquiera estaban frente a Baji.

Notes:

¿Sabías que...?

Alexander Hartdegen es un personaje de la película Máquina Del Tiempo que vivía en Nueva York y tuvo la idea de que es teóricamente posible viajar a través del tiempo, un detalle interesante de este personaje, es que mantiene correspondencia sobre este asunto con Albert Einstein.

Chapter 32: Not friends, not enemies

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text


Mother | Danzig

❝ Madre, dile a tus hijos
que no sigan por mi camino (...)
¿Puedes mantenerlos
en la oscuridad por siempre?
¿Puedes esconderlos del mundo
que les espera? ❞

« Te sientes vivo, no cuando la vida pasa, sino cuando tu pasas por la vida


El camino de regreso al refugio fue incómodo.

Tuvieron que hacer una parada en la zona comercial por motivos desconocidos a pedido de Azusa, Ichirō no hizo preguntas al respecto porque su mente estaba ocupada ordenando los nuevos acontecimientos. Sanzu le había dicho que en esa línea temporal la situación estaba jodida para todos e, irónicamente, es una línea donde tienen mayor cantidad de sobrevivientes en Bonten, a excepción de los ejecutivos principales.

Inui Seishu, Hakkai Shiba, Taijū Shiba, la madre y los cinco hermanos de Rokurō, Rindō Haitani, Smiley e incluso hay mayor cantidad de aliados que se unieron a la organización con el pasar de los años y eran los suficientemente confiables hasta para el mismo Mikey.

Entristecido y fatigado, dirigió sus ojos al anillo de la organización en su dedo índice.

No puede superar el innegable hecho de que su padre le entregó el anillo incluso cuando era consciente de la alta probabilidad de que pudiera matarlo. Su imaginación no deja de formar diferentes escenarios sobre cómo lo asesinó a sangre fría. En las últimas noches, las pocas horas donde fue capaz de dormir, pudo rescatar algunos fragmentos de una memoria olvidada y eso le provoca pesadillas. Y como si la situación no fuera lo suficientemente incómoda, Ichirō puede sentir la tensión entre Chifuyu, Manami, Kazutora y Yuuki. El auto era pequeño y estaban muy apretados debido a la cantidad de personas dentro, hasta Sanzu se sentía fastidiado por la situación porque cada tanto chasqueaba la lengua y fingía leer informes desde el teléfono.

Manami mantenía la cabeza gacha mientras pasaba sus uñas sobre el delicado esmalte rosa en sus cutículas, por accidente se estaba lastimando los bordes y se sacaba sangre, ante eso Chifuyu sujetó sus manos con preocupación. Las caricias de Chifuyu sirvieron para que la ansiedad de Manami bajara un poco, desde que subió al auto estaba nerviosa por el tiroteo y, en especial, por la persona frente a ella: Yuuki Baji. Su hermano mayor, a quien no reconoce como tal porque su único hermano es Kōichi. No puede aceptarlo por más que su papá haya intentado hablarle sobre lo importante que era Yuuki para él, incluso si el mismo adolescente lo odiaba y expresaba su rechazo en cada mínima oportunidad, no puede aceptarlo. Ya sea rechazando ingresar por la misma puerta del auto, ignorando a Chifuyu cuando quiso revisar sus heridas luego del tiroteo o golpeando su mano cuando le ofreció una botella de agua, por no mencionar las miradas de rechazo y repudio que le dirigía cuando sus ojos se cruzaban.

Para Yuuki era detestable la presencia de Chifuyu, incluso si es su papá y las feromonas que desprendía de forma tenue le ayudaban a sentirse un poco mejor, no puede olvidar que lo abandonó y nunca tuvo la intención de saber de él en los últimos quince años.

Tampoco puede mirar a su supuesta hermana.

Manami era tan pequeña como cualquier omega, todo el tiempo desprendía feromonas frutales que iban desde la incomodidad hasta el rechazo, lucía tan delicada como una flor y, claramente, no pertenecían al mismo mundo. Ante los ojos de Yuuki, Manami representaba lo que pudo tener y ser, por eso sentía un rechazo casi natural por ella.

—¿No puedes hacer algo con esas malditas feromonas? —Gruñó con fastidio mirando a la omega que estaba cabizbaja —El auto apesta.

El primer impulso de Manami fue disculparse, pero no lo hizo. Apretó con fuerza los pliegues de su falda y se mordió el labio inferior con fuerza, ya no tenía a su hermano a quien darle apoyo y que pudiera defenderla. Estaban sus padres, sin embargo, Chifuyu no se pondría de su lado porque Yuuki también es su hijo y Kazutora intentaría ser neutral para evitar una guerra en el auto.

Manami levantó la mirada, sus ojos aguamarina brillaron con un destello de desafío, del mismo color que Yuuki. Los dos se miraron en una pelea por ver quién era más firme.

Nervioso ante el claro desafío que mostraban sus dos hijos, Chifuyu quiso intervenir empujando hacia atrás a su hija, preocupado porque la omega era más débil y delicada de lo que sabe. Después de que les dijo la verdad intentan protegerla de cada pequeño peligro y, aunque Chifuyu no considera a Yuuki alguien peligroso porque es su hijo y no quiere pensar lo peor de él, no puede negar la innegable realidad de que creció y fue educado por Bonten. En los peores años de la organización.

El gesto de Chifuyu no pasó desapercibido por Yuuki que se enojó más ante la evidente preferencia.

—Claro —Bufó rodando los ojos y cruzándose de brazos, ligeramente inclinado en el hombro de Shinya que miraba a través de la ventana en silencio con indiferencia, hizo una mueca ante la cercanía e intentó moverse hasta quedar pegado a la ventana. El gesto amigable no pasó desapercibido por Ichirō —Siquiera me sorprende.

—No es lo que crees —Susurró Chifuyu todavía con sus manos en los hombros de Manami, quien cada vez parecía más molesta por la presencia de Yuuki y amenazaba con explotar en cualquier momento.

—No necesito ninguna explicación, hace mucho que dejaste de ser importante en mi vida.

—Yuuki, entiendo que las cosas entre Chifuyu y tu sean complicadas, pero no es-

—No pedí tu opinión, Hanemiya —Yuuki cortó las palabras de Kazutora de manera tajante —No necesito palabras vacías para sentirme mejor.

—Te equivocas, no son palabras vacías —Chifuyu intentó mirarlo a los ojos aunque Yuuki lo ignoraba —A pesar de lo que creas de mí, estoy feliz de verte otra vez.

—Eres un hipócrita. A pesar de que fuiste quien me abandonó todos estos años, ¿Ahora quieres fingir que te importo?

—¡Me importas! Las cosas no sucedieron como crees.

—No importa cómo sucedieron, sino que sucedieron y ya —Todavía se negaba a mirarlo —Siquiera te considero mi familia, compartir sangre no significa nada para mí.

—Yuuki...

—Bien, es bueno que pienses así —Manami finalmente se quebró a pesar de que Chifuyu intentaba callarla y Kazutora intentó empujarla —Porque para mí tampoco eres familia —Dijo con rabia en cada palabra —La sangre no significa nada, no eres nada para mí y nunca podrás ocupar el lugar de mi hermanito. Solo eres un impostor y una existencia errada.

—Manami —Kazutora la regañó con firmeza y, a pesar de que tembló porque su padre nunca había usado ese tono con ella, mantuvo la mirada en Yuuki intentando transmitir el rechazo alojado en su corazón —Te prohibido hablar de esa manera, no te comportes así y sé razonable. Quieras o no, Yuuki es tu hermano.

—¡Él no es mi hermano! —Gritó con furia y los ojos cristalizados, se largaría a llorar en cualquier momento —¡Kōichi es mi único hermano! Kōichi siempre ha estado conmigo, me protegió cuando estuve sola, atravesamos juntos el infierno, es mi mayor aliado y nunca olvidaré eso aunque todos los demás quieran fingir que no tiene arreglo.

—¡MANAMI!

—Yuuki Baji es alguien que no debería existir —Manami fulminó con la mirada a Yuuki que la miraba seriamente —Yo nunca voy a aceptar a este chico. Es un desconocido para mí y no debería haber naci-

PAF.

La bofetada tomó por sorpresa tanto a Ichirō como al conductor que se vio obligado a escuchar el drama familiar.

Manami tocó su mejilla roja y caliente por el golpe que acababa de darle Kazutora, todavía sin creer en lo que su amado padre acababa de hacer, palpó el lugar donde recibió la bofetada y la sintió caliente, dolía, y de seguro estaba colorada. Su piel era tan pálida que no tardaba en tornarse roja o hasta morada.

Esta vez apenas pudo contener las lágrimas.

Dirigió sus ojos aguamarina a Kazutora que continuaba con la mano en alto y miraba a su hija con la misma sorpresa que ella, dirigió la mirada a su propia mano, tampoco creía que haya sido capaz de golpear a Manami cuando se juró nunca hacerle a sus hijos lo mismo que su padre le hizo cuando era niño. Ahora recibía la mirada aterrada y desconfiada de su hija. Al mirar hacia un costado recordó el motivo de su accionar, las palabras de Manami provocaron que Chifuyu sollozara y como ella no atendía a sus réplicas tuvo que recurrir a ese método desagradable. Estaba triste y arrepentido por lo que hizo, pero no puede ceder, porque su hija estaba hablando sin pensar.

Su dolor es entendible porque atravesó por mucho, sin embargo, cruzaba la línea con las extremas libertades que le estaban dando y no puede seguir de esa forma. En especial cuando lastimaba los sentimientos de Chifuyu.

—Me golpeaste —Dijo sin creer lo que acababa de hacer su padre —Me golpeaste cuando prometiste que nunca lo harías —La réplica hirió el corazón de Kazutora y su determinación titubeó —Nunca me habías levantado la mano, ¡Cuando más necesito a mis padres, ¿Me golpeas?! ¡Sabes que vi morir a todos más de una vez de distintas formas y perdí a mi preciado hermano! Y... y todavía lo hiciste.

—Manami, esto no es-

—¡No te acerques! Eres lo peor, ojalá Kōichi estuviera conmigo en lugar de ustedes, no son mis padres —En ese momento el auto se detuvo y sin importarle los demás pasajeros, Manami fue la primera en salir pasando por encima de sus amigos.

Kazutora quedó con la mano extendida viendo a su hija huir de su tacto como si fuera una peste, Chifuyu cubrió su rostro reprimiendo el sollozo que amenazaba con escaparse de su garganta. Ichirō y Shinya intercambiaron una mirada preocupada, nunca vieron a Manami reaccionar con tanta agresividad. Siquiera cuando toda su familia murió. Ella siempre fue sumisa, callada, introvertida y demasiado amable, prefería llorar en silencio en los brazos de su hermano o acompañar al resto con su dulce compañía.

Al salir del auto vieron a Manami llorando en los brazos de Saki que fue en busca de sus amigos con Harumi y algunos miembros de la Segunda Facción, se encontraba sorprendida por ver a la pequeña omega peor de lo que esperaba y le regresó el abrazo. Ichirō no pudo emocionarse al ver a su hermana menor porque el reencuentro era desgarrador en muchos aspectos y no sabía qué decir en esa situación.

Miró encima de su hombro a Chifuyu y Kazutora, los dos hablaban en voz baja un tanto alejados. Se dirigió a ellos con Shinya de cerca.

—Lo siento por eso —Ambos adultos lo miraron, lucían cansados y tristes, después de quince años disfrutando de una vida normal y ahora verse envueltos en esa clase de problemas les pasaba factura de forma evidente —Manami es... no, no sé cómo es su Manami, pero la que nosotros conocemos es tan dulce como el azúcar, pero... perder a Kōichi fue un golpe muy fuerte.

—Es como si hubiera perdido a su última familia —Dijo Shinya uniéndose a Ichirō mientras Yuuki tomaba más distancia porque no quería involucrarse con su papá —Sabíamos que salvar a Baji abría la posibilidad de que ellos desaparecieran, era una apuesta por todo o nada.

—Esperamos salvarlos a los dos o a ninguno, pero... no creímos que esta remota posibilidad fuera posible, ninguno esperaba que... que uno de los dos viviera —Ichirō bajó la cabeza con desánimo.

Kōichi no solo era importante para Manami, sino para su hermano Kazuo.

Ellos eran mejores amigos y siempre estaban juntos, además de que Kōichi era el único con la misma edad que su hermanito. Ichirō siquiera puede imaginar lo destruido que debe sentirse Kazuo: Su mejor amigo ya no existe, sus papá murió antes de poder conocerlo, su amado padre fue asesinado por su hermano mayor, su hogar está dividido y se encuentra en medio de una guerra de delincuencia. ¿Cómo va a mirarlo a la cara?

Las cosas siempre estuvieron mal en sus vidas y fueron turbulentas, pero ahora se hallaban en un nivel diferente a lo conocido.

—Lo sabemos, ella nos dijo —Susurró Chifuyu intentando sonreír —No conocimos a Kōichi y no tenemos recuerdos con él, pero sé lo que se siente perder a tu familia —Dirigió sus ojos a Yuuki —Solo espero que todo se solucione y puedan llevarse bien.

Shinya desvió la mirada indiferente, poco esperanzado, e Ichirō hizo su mejor esfuerzo por sonreír. Dudan que Manami sea capaz de aceptar fácilmente a Yuuki como su nuevo hermano, lo único que pueden esperar es que la actitud compasiva y dulce de su amiga no sea torcida por esta jugarreta del destino.

Ambos le dieron la espalda a la pareja para fijarse mejor en el lugar que servía como refugio, se trataba de un edificio en ruinas que han visto en otras líneas temporales cuando escapaban de los traidores. Ichirō dirigió la mirada al complejo departamental en el que solían quedarse en ese momento y luego vio a su hermana, mirando a Saki acariciando la cabeza de Manami mientras le susurraba palabras de ánimo, había un leve rastro de celos oculto bajo la sonrisa conciliadora. No fue el único con un ligero cambio en su cabello, Hiromi en lugar de tener su largo cabello rizado ahora lo llevaba corto hasta por encima de los hombros y lacio, lo único inalterable era su lazo amarillo, ahora alrededor de la muñeca. Usaba ropa deportiva cómoda y de colores oscuros.

Buscó con la mirada a Kazuo pero no lo vio

Estaba por preguntar por él cuando Taijū llegó al lugar en su motocicleta con Azusa detrás, padre e hijo atrajeron la atención de manera instantánea. Fueron a dar una vuelta para corroborar que nadie los siguiera y que tampoco tuvieran que preocuparse por espías en los alrededores.

Ichirō y Shinya sonrieron ante la presencia de Azusa que correspondió el gesto.

Antes de dirigirse la palabra, alguien salió de la compuerta del refugio respirando agitadamente, Ichirō, Shinya y Azusa reconocieron a Daisuke que parecía haber recibido un par de golpes y tenía un hilo de sangre deslizándose por su barbilla. El beta miró de un lado a otro en busca de alguien y al encontrarlo no tardó en saltarle encima sujetando su brazo.

—¡¿Dónde mierda estabas?! ¡Tienes que venir rápido!

—¿Disculpa? —Azusa estaba desconcertado por la preocupación en la voz de su amigo —¿Qué sucede?

—¡Es Kyle!

—¿Kazuo? —Ichirō no tardó en ir con el resto del grupo, todos preparados con armas y listos para intervenir en caso de que fuera un ataque sorpresa —¡¿Qué le pasó a mi hermanito?! ¿Está bien?

—Esa no es la pregunta correcta —Dijo Daisuke apretando los dientes con fuerza.

Ichirō no entendía nada de lo que estaba ocurriendo y a juzgar por las expresiones de los demás, estaban en el mismo estado.

Si bien la situación es relativamente nueva luego de cada viaje temporal y sus personalidades parecen cambiar cada tanto, cuando vuelven a ese año recuperan su actitud inicial e intentan estar en calma hasta que todos estuvieran reunidos. Alguien tuvo que molestar a su hermanito y por eso Daisuke luce tan preocupado, debe ser eso, Kazuo es fuerte y también sensible, no atacaría a alguien por un tema tonto.

Esa es la única opción que se le ocurre.

Para Ichirō es imposible pensar en otra alternativa más que esa, su hermanito es amable y nunca recurriría a la violencia a menos que otra persona hiciera algo que rebajara el valor de alguien por su segundo género o atentará contra la vida de sus seres queridos. Debido a ese pensamiento y confianza ciega, Ichirō no estuvo preparado para la imagen que vio en el pasillo del refugio: Kazuo sujetaba a Rindō Haitani del cuello de su camisa, sus nudillos estaban ensangrentados y había otras personas alrededor, incluso Hakkai Shiba estaba inconsciente en el piso con golpes en la cara y había otro hombre con una pronunciada cicatriz en el rostro que se limpiaba la sangre del rostro. El resto de sus amigos observaba la escena con miedo y a varios pasos de distancia, algunos incluso parecían haber sido golpeados en medio del caos.

El lugar se sentía opresivo por las fuertes feromonas de Kazuo e Ichirō frunció el ceño ante el radical cambio, la persona que sujetaba a Rindō no era su hermano menor, parecía estar rodeado por un aura de oscuridad y su mirada se hallaba desenfocada.

A pesar de que llamó a Kazuo esperando que le respondiera a él, como su hermano mayor, el omega hizo oídos sordos y volvió a propinar un golpe en la cara de Rindō.

Tal vez fue su imaginación, o todos sufrieron de alucinación colectiva, pero por un momento creyeron escuchar un bufido de desagrado por parte de Kazuo. Apartó a Rindō con un vago movimiento como si estuviera lanzando una lata de gaseosa en la calle y se dirigió al hombre con cicatriz en el rostro.

Kazuo apoyó su pie contra la pared cerca del rostro del desconocido.

—Oye —El suave susurro tenía matices de ternura y casi podría pasar por un sonido que te acariciaba, pero la expresión de Kazuo estaba oculta por su cabello y no podían ver lo que realmente expresaba su rostro —Tráelo. No di permiso para que se fuera, trae a Azusa.

—Ugh —Kazuo aplastó el hombro del hombre aplicando bastante fuerza como para sacarle un quejido doloroso mientras los demás miraban boquiabiertos.

—¡L-Lo traje! —Exclamó Daisuke de repente empujando a Azusa hacia adelante, el alfa ladeó la cabeza con curiosidad y los demás esperaron expectantes.

Por un momento Kazuo no reaccionó, pero dejó de ejercer presión.

Las feromonas poco a poco disminuyeron de intensidad pasando de ser opresivas a florales, el omega tomó aire profundamente y volteó hacia los recién llegados con una radiante sonrisa. Cualquier rastro de oscuridad o malas intenciones fue aplastado en un instante. Azusa permaneció inalterable y sin mostrar rastros de sorpresa por el cambio de actitud, algunos de sus amigos más cercanos también suspiraron de alivio. Kazuo saltó por encima de Hakkai que gruñía en el suelo por culpa del dolor, ahora los tres adultos considerados los más fuertes de la Primera Generación de Bonten miraban al menor de los herederos con sorpresa, Kakuchō, Rindō y Hakkai estaban bastante golpeados.

A pesar de que tenía las manos lastimadas, manchas de sangre en sus mejillas y que había estado pidiendo por Azusa hace rato, Kazuo pasó por su lado al notar que Ichirō estaba en el lugar. Su sonrisa se hizo mucho más brillante y saltó a los brazos de su hermano mayor entre risas.

—Onii-chan, finalmente llegaste —Ichirō no correspondió al abrazo porque todavía no sale de su sorpresa —Estaba preocupado porque tardabas mucho. ¿Hubo problemas en tu viaje?

—Eh... n-no, el viaje estuvo bien —Kazuo se apartó sin soltar los brazos de su hermano —Solo un tiroteo, pero no hubo heridos de nuestra parte.

—¿Un tiroteo? Wah, qué miedo, todavía tengo malos recuerdos del último.

—Si... yo también...

—¡Por suerte ya estás aquí! —Se apartó dando pequeños saltos hacia atrás —Puedes ponerte cómodo, tengo que hacer algunas cosas antes de ponernos al día. ¿Bien?

—De acuerdo —Dubitativo, Ichirō vio a su hermano pasando por al lado sin volver a dirigirle la mirada, Harumi lo agarró del brazo para ir a la habitación donde todos estaban trabajando y los adultos se fueron entre quejas. Lo último que Ichirō vio de su hermano fue una sonrisa amable y un cambio sutil en sus feromonas, no eran cítricas, frutales o florales como cualquier omega, eran... amargas y peligrosas —Esto no me gusta.

—También nos sorprendimos la primera vez —Dijo Misaki mientras volvía a trabajar con su computadora —No por nada en esta línea temporal lo llaman “el omega de las flores venenosas”.

—¿El... omega de las flores venenosas? —La mueca de Ichirō dejaba en claro que no le gusta cómo suena eso.

Miró la puerta cerrada incapaz de oír lo que sucedía afuera.

Siquiera pudo apreciar con claridad el nuevo estilo de su hermanito, tenía la mitad del cabello negro y la otra de rosa. El cambio no se limitaba a su apariencia sino a su personalidad, y esa era otra razón para odiar esa línea temporal. Tomó asiento en una de las sillas y presentó a Yuuki Baji, luego Chifuyu y Kazutora alegaron que iban a reunirse con los demás para estar al tanto de la situación mientras Manami comunicaba que sus padres estaban enterados de la situación. Cada uno procedió a explicar lo que ocurría por su lado.

Ignorando que del otro lado de la puerta Kazuo intentaba lidiar con una fuerza invisible dentro de su cabeza que le incitaba a tomar decisiones peligrosas.

—No puedes llevarte a Azu, aunque seas su padre, tienes que avisarme antes de alejarlo de mi lado.

—Fue un cambio de último momento, necesitaba gente de confianza —Taijū le restó importancia —No fue tanto tiempo y mi hijo es capaz de defenderse.

—Eso es obvio, Azu es muy fuerte, pero eso no es lo más importante —Los ojos azules de Kazuo se tornaron opacos tomado por sorpresa a Taijū, el brillo azul tan propio de Takemichi fue reemplazado por un color carente de emociones e intimidantes hasta para él que es un alfa dominante. Las feromonas esta vez no volaban libres sino que estaban concentradas y por eso Taijū se arrodilló debido a la presión que ejercía —No puedes llevártelo sin decirme —La presión desapareció dejando el pasillo en silencio, a Taijū con la respiración agitada y a Kazuo sonriendo —Bien, esto es todo, vamos Azu.

Azusa intercambió una mirada con su padre. Acababa de volver del pasado, pero a juzgar por la expresión resignada de su padre, puede afirmar que el cambio de ánimo en Kazuo es algo a lo que estaban acostumbrado y para el resto de los miembros de Bonten no fue inusual. Siente un poco de alivio porque nadie lo estaba mirando con cautela o sentía miedo, aunque sí le sorprende que Kazuo haya mostrado sus emociones de esa forma. Normalmente sonreiría, haría todo lo posible por ignorar su mal humor o estaría jugando con...

Se detuvo en el marco de la puerta mirando la pequeña espalda de Kazuo, quien parloteaba sobre lo aterradores que era esos pasadizos subterráneos y que esperaba un ataque sorpresa de algún loco con motosierra. Claramente Kazuo no estaba bien, en lo absoluto, perdió a la persona que lo ayudaba a estar de control y en quien confiaba. Kōichi desapareció, era su mejor amigo y el único con quien compartía puesto siendo los más jóvenes en el grupo, por no mencionar que Kōichi y Mikey ayudaban a Kazuo cuando tenía esos peligrosos impulsos. Por primera vez no tiene a ninguno de los dos y por eso parece descontrolado.

Cerró la puerta de la habitación que funcionaba como una sala de reuniones improvisada.

Había mapas de Manila en una de las paredes, una televisión de tubo que no funcionaba, algunas cajas con armas y una mesa con varias sillas distribuidas alrededor. Kazuo se recostó en la mesa apoyando su cintura en el borde y las manos a cada lado sin mirar a Azusa.

Ya no parloteaba sobre lo escalofriante que era el lugar o sus ocurrencias, sino que miraba el suelo en silencio.

Azusa necesitaba romper el silencio porque odia cuando Kazuo le hace la ley de hielo. El omega es prácticamente un chiquillo de catorce años y él tiene dieciocho, sabe que hay algo muy asimétrico en su extraña relación, pero no puede evitarlo, lo que tienen es algo que simplemente existe entre ellos y no pueden ignorar. Azusa hará todo lo posible para que Kazuo sea feliz.

—Lo siento por irme sin avisar.

—Mmm —Tarareó aparentando indiferencia —¿Quién te dio permiso?

—Necesitaba hacer algo.

—¿Qué?

—Eso...

—No puedes moverte sin decirme nada, se supone que debes estar conmigo y si quieres irte, me avisas.

—Lo siento, no pude decirte.

—¿Ahora tienes secretos? —La voz y expresión de Kazuo se mantenían neutrales, eso le dificulta a Azusa saber lo que siente realmente, algo inusual —¿Te dijeron que vayas a esa misión?

—Alguien filtro información y-

—¿Quién tiene derecho a darte órdenes aparte de mí? —Kazuo ignoró la réplica de Azusa y finalmente lo miró a los ojos con seriedad —Estoy enojado, creí que me quedaba sin aire cuando me di cuenta de que te fuiste sin decirme nada, pensé que me abandonaste como ellos. Todo se oscureció en un momento.

—Sabes que nunca te abandonaría.

—Mi padre dijo lo mismo, y era el más fuerte —Bufó rodando los ojos —Igual que Kōichi, era tan leal...

—Vivo por ti —Aseguró Azusa con determinación y confianza.

—Si, es verdad, casi lo olvidaba —Kazuo se alejó de la mesa plantándose frente a Azusa, era literalmente casi dos cabezas más alto, pero no importaba la diferencia de estatura, porque sus palabras y feromonas cerraban la distancia —Yo soy el comienzo y el fin de tu vida. Tu fidelidad no está en Bonten, en la Tokyo Manji, con mi hermano, ni siquiera con mi padre, está conmigo. Eres mío y solo mío, nunca lo olvides, me perteneces y solo debes responder a mis órdenes.

Azusa no se dejó intimidar por la fulminante mirada azul del pequeño omega. Usa la misma táctica cada vez que estaba asustado.

Aparte de Kōichi, Azusa es el único que conocía el miedo de Kazuo por ser abandonado otra vez. Perdió a su papá Takemichi cuando era solo un infante, luego vio morir a su padre Mikey de diferentes maneras y ahora le faltaba Kōichi, el miedo a la soledad a veces creaba preocupantes ideas en la cabeza del omega.

El alfa se hincó sobre su rodilla agarrando una de las manos de Kazuo y depositando un beso. Las feromonas aplastantes disminuyeron de intensidad, recuperando la fragancia de peonías y pomelo, la perfecta mezcla entre un aroma frutal y otro floral. Kazuo se relajó ante el contacto, aunque continuaba un poco fastidiado por haber perdido de vista a Azusa.

—Mi vida te pertenece. Ante mis ojos no eres un príncipe, tampoco un rey, sino un dios —Dijo Azusa levantando la mirada, sus ojos marrones chocaron con los azules que recuperaban su brillo natural —Soy leal a ti y solo a ti, solo la muerte podría apartarme de tu lado.

—Que dulce, crees que la muerte puede alejarnos —Una risa se hizo oír y al fin las feromonas recuperaron la esencia dulce en su totalidad, Kazuo sostuvo las manos de Azusa obligándolo a estar de pie —Okey. Te perdono, pero todavía debes decirme por qué te fuiste.

—Ah... eso...

—Es raro que simplemente te alejes. Quiero saber, lo exijo, darling.

—Por favor, no me llames así, las personas van a malinterpretarlo —Un leve rubor apareció en las mejillas de Azusa.

—Jajajaja, Azu es tan tímido, por eso me gustas.

—No es correcto, debería gustarte alguien de tu edad.

—Aburrido —Refunfuñó tambaleándose de un lado a otro con un puchero en los labios y agitando los brazos como un niño —La edad está sobrevalorada.

—Eso no es lo que dice la ley.

—Azu... somos mafiosos, no hay nada legal en nuestros negocios.

—Todavía debemos mantener un poco de ética y moral.

—¡Me estás distrayendo del tema principal! —Kazuo dejó de removerse y se paró de puntitas tratando de “intimidar” a Azusa, que al verlo en esa posición solo pudo imaginar a un pequeño gato buscando atención —Dime porqué te fuiste o me enojaré otra vez.

—Ah... no puedo contigo —Azusa soltó una de las manos de Kazuo para buscar sus bolsillos, del interior sacó una pequeña bolsita de papel —Se supone que era un regalo de cumpleaños.

—¿Regalo? ¿Cumpleaños? ¿Cuándo? ¿De quién? —De nuevo parecía molesto, solo que más celoso.

—Pasaron tantas cosas que es normal que no lo recuerdes —Bufó divertido por la clara sorpresa en el rostro del omega —Se supone que era un regalo y por eso me fui sin avisarte, quería que fuera sorpresa —Suspiró resignado antes de sonreír —Como cada año, descubres mis regalos.

—Ah... ah, ¡Ah! —El rostro de Kazuo pasó por diversas emociones primero por la incertidumbre, luego la culpa y finalmente la sorpresa —Demonios, lo olvidé por completo y enloquecí por nada.

—Espero que te guste. No tuve tiempo de hacer una mejor presentación, lo siento.

Kazuo aceptó el regalo con las mejillas sonrojadas.

Al abrir el obsequio vio en su interior un collar plateado que tenía como medallón una mariposa dorada con pequeñas piedras brillantes sobre sus alas y cuatro cuarzos rosados que le daban color. Muchos pueden decir que era muy femenino, pero Kazuo lo amaba. Cualquier regalo de Azusa sería perfecto ante sus ojos, acarició los bordes de la mariposa sin dejar de sonreír tontamente. Se dio la vuelta sin previo aviso y extendió la cadena a las manos de Azusa para que lo ayudara a cerrar el broche. El alfa aceptó sin necesidad de recibir órdenes. El cuello de Kazuo era delgado, todo en él era más pequeño en comparación con otros omegas y, así como era, es capaz de darle pelea a su padre Mikey durante los entrenamientos privados.

Azusa lo sabía porque tuvo la oportunidad de presenciar esos combates, Kazuo es más fuerte de lo que aparenta y tiene habilidades asombrosas, incluso en esa nueva línea temporal tan turbulenta fue capaz de formar su propia facción en Bonten. Lo más llamativo es su actual cabello, el estilo continuaba siendo casi el mismo, solo que ahora lo lleva mitad rosa y mitad azabache. Era un cambio agradable porque mantiene su lado dulce y lo mezcla muy bien con el peligro.

No puede dejar de ver a Kazuo como el centro de su universo. Antes dijo que era su dios y no mentía, confía plenamente que en cada línea temporal siempre será leal al pequeño omega que enseñaba su cuello sin desconfiar. Los dos saben que juegan con fuego y continúan por ese camino. Kazuo como omega no debería mostrar su cuello de esa manera y Azusa no debería estar sintiendo dolor en sus colmillos por el insano deseo de morderlo, jugaban a ese juego extraño y perverso desde que Kazuo tiene once años, y debido al trauma que sufrió el omega donde desarrolló sus hormonas, la vida sexual e incluso su cuerpo tuvo un celo adelantado, Kazuo ya no fue como cualquier omega de catorce años. Algunos dirían que está enfermo, otros que es perverso y para los lujuriosos era una puta, para Azusa era... su dios y la única persona por la que vale la pena morir. Ninguno sabe los límites de la cordura del otro, pero confían que cualquier infierno que les toque, podrán superarlo.

Azusa abrochó la cadena acariciando por accidente la nuca de Kazuo, que sintió un placentero escalofrío ante el contacto que no pasó desapercibido por el alfa.

—Gracias —Dijo en un tono suave volteando sin borrar su sonrisa, estiró un poco el cuello de su camisa negra y con la otra mano sostuvo la medalla de mariposa —¿Qué tal me queda?

—Hermoso.

Notes:

¿Sabías que...?

• Yuuki Baji nació el 16 de enero de 2020, es capricornio.
• Iori Tachibana nació el 30 de agosto de 2021, es virgo.

Chapter 33: We forget our dreams

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text


Best Friend | Rex Orange County

❝ Debí haberme quedado en casa,
porque ahora mismo veo
a todas estas personas que me aman,
pero aún me siento solo,
no puedo dejar de revisar mi teléfono❞

« Todo llega dicen, y es verdad, el problema no es si llega, sino cuándo llega


Ichirō miró hacia la puerta preocupado por el comportamiento que vio en su hermano menor.

—¿Qué fue eso?

—Solo era Kyle actuando como un loco obsesivo con Azusa —Dijo Misaki sin mirar a Ichirō al estar concentrada en la laptop sobre sus piernas —Nada muy diferente a un día normal antes de que todo se fuera a la mierda.

—¿Recuerdas cuando noqueó a Daisuke por coquetearle a Azusa? —Se burló Saki, algunos como Emiko y Rokurō se rieron por el recuerdo —Aparte de ser un puto promiscuo, también nos salió incestuoso nuestro Dai.

—No me arrepiento de nada —Nadie estaba realmente sorprendido por las palabras de Daisuke, para casi todos, él solo pensaba con su parte baja y disfrutaba de admitirlo sin pudor, salvo frente a sus padres, obviamente.

—Que Kyle no te escuche o te dará una paliza —Como siempre, Saki daba una advertencia con un ligero tinte de emoción.

—¿Y eso cuándo sucedió? —Preguntó Yuuki curioso.

Creció con Ichirō, compartieron entrenamiento y sabe todo sobre su amigo, recordaría haberlo visto conviviendo con el resto de los herederos ejecutivos en un ambiente tan agradable.

—Lo siento, no estabas ahí —Saki pasó por al lado de Yuuki golpeando su brazo en un gesto grosero que demostraba su rechazo y fue hacia Rokurō para ver con quien se mensajeaba tanto —En realidad no, no lo siento.

—Ichirō —Ofendido por el trato indiferente de los demás, Yuuki se acercó a su protegido para tomar distancia, lo cual es difícil porque el cuarto no era tan grande como para tener privacidad —¿Estás seguro de esto? Todavía podemos irnos, te protegeré.

—Si alguien protege a Ichirō, esa soy yo —De la nada, Marina se acercó a los dos chicos, apartando a Ichirō del toque de Yuuki.

—Já, ¿Eso dices después de traicionarlo e irte con el enano omega?

—Las cosas no son como crees, no sabes nada de nosotros —Marina cada vez dejaba escapar más de sus feromonas haciendo sentir incómodos a sus amigos —Pero yo soy la única que protegerá a Ichirō.

—Di lo que quieras, al final Shinya y yo fuimos los únicos que se quedaron con él.

Marina dio un paso al frente dispuesta a darle un merecido golpe, pero Ichirō sostuvo su brazo dándole una mirada de cachorro para evitar causar más problemas de los que ya tienen encima. Suficiente era estar divididos en la organización como para también provocar un quiebre en su grupo de amigos.

Eso ahora también incluye a Yuuki Baji. A pesar de que no lo conoce demasiado y tampoco recuerda su tiempo juntos, no tiene dudas de que se preocupa mucho por él y que lo ha apoyado en sus peores momentos.

Había una tensión palpable en el ambiente, aunque pocos demostraron indicios de querer intervenir, ¿Cómo hacerlo cuando por primera vez veían a Marina con intenciones de rechazar una orden de Ichirō? Eso nunca ha sucedido y era interesante ver el desarrollo. Marina prefería ceder a los caprichos de su primo antes que negarse a alguna de sus peticiones.

Misaki levantó la mirada un momento en busca de algún indicio de disputa seria, pero solo vio competencias de miradas en la que nadie estaba atentando contra la vida de nadie y siguió tecleando en su laptop para distraerse del dolor en su corazón, extrañaba a Kōichi. Rokurō se acercó a ella y, rompiendo el tenso silencio, le dijo a todos que sus hermanos y madre estaban a salvo en México y les enviaban saludos, Ichirō al escuchar que la familia de Rokurō estaba con vida suspiró aliviado. Le pesa haber sido el responsable de la muerte de Pah y hará todo lo posible para mantener a su manada a salvo en esta nueva oportunidad, solo no sabe cómo.

La puerta se abrió abruptamente dejando entrar a un sonriente Kyle que presumía frente a todos el collar que Azusa acababa de regalarle, la mayoría se limitó a soltar comentarios vagos o monosílabos, y cuando el menor saltó hacia su hermano mayor para enseñarle el regalo, se detuvo al ver unos ojos negros desconocidos.

Kyle sujetaba la cadena alrededor de su cuello sin romper el contacto visual con Yuuki.

—Alguien nuevo —Dijo en tono infantil saltando dos pasos atrás, intento no ver a Kōichi en aquel extraño —¿Eres la famosa paradoja temporal?

Yuuki frunció el ceño ante aquella voz tan falsa y palabras ácidas.

Desde que tiene memoria, Yuuki conoce a Kazuo, pero nunca han entablado una conversación larga porque parecían rechazarse de forma instintiva y ambos sabían que ninguno era del agrado del otro. Yuuki no sabe por qué el omega lo rechaza de forma tan evidente y tampoco entiende sus propios sentimientos, solo tiene la certeza de que cuando está cerca, debe tener cuidado. A diferencia de la última vez que lo vio, aquella noche que escapó con una mirada que prometía venganza y sangre en su ropa, la expresión actual siquiera intentaba ocultar su hostilidad.  Era la misma sonrisa hipócrita, el tono más dulce y meloso, una postura aparentemente adorable, su mirada carente de debilidad y el cabello negro ahora con la mitad teñida de rosa.

El mismo que intentaba fingir amabilidad y una sonrisa inocente que en realidad ocultaba un lado oscuro, el cual Yuuki conocía de la primera y única vez que pelearon mano a mano, cuando Kyle apenas tenía once años, le dio una patada que lo noqueó al instante. En parte admite que se lo merecía, por accidente, mencionó al ex-novio que se aprovechó de su ingenuidad y le causó un trauma, dando lugar a la sanguinaria cacería vengativa de aquel alfa, pero aquella patada fue algo que no olvidaría ya que no era ni la mitad de toda su fuerza.

Fue un accidente de palabras que al parecer Kyle nunca perdonó, porque a partir de ese entonces se fue distanciando más de Ichirō, solo para no ver a Yuuki.

—¿Estás buscando una pelea? —Odia que Kazuo lo mire tanto.

—Ah, jajaja —Ladeó la cabeza sin alterar su expresión —Hasta crees que tienes una oportunidad contra mi.

—¡¿Eso qué mierda significa?! —Esta vez Yuuki no pudo controlarse, sostuvo la chaqueta de Kazuo entre las manos y al instante Azusa agarró uno de sus brazos, ejerciendo más fuerza —Suéltame, maldito.

—No toques a Kyle.

—Ja —Yuuki mantuvo su agarre firme —El perro leal del tercer heredero muestra los dientes —Los ojos negros volvieron a posarse en Kazuo que continuaba inalterable, confiado en el cuidado de Azusa —Veamos cuánto tiempo puedes reprimir a la bestia en tu interior.

Kyle se encogió de hombros en un gesto infantil, poco y nada le importaba la opinión de alguien como Yuuki Baji, aquel que ocupaba el lugar de su mejor amigo en esa extraña paradoja temporal.

Azusa ejerció más fuerza, doblando el brazo de Yuuki hacia atrás bajo la atenta mirada de Kyle y los demás, esta vez ninguno intervenía precisamente porque se trataba del tercer heredero, aquel que fue señalado como el más fuerte de Bonten y el único que estaba a la par de Mikey durante una pelea. Todos conocen a Kyle, puede defenderse solo, pero si no lo hace es porque algo estaba dando vueltas en su cabeza y ese algo siempre suele tener algún resultado violento.

Antes de que Azusa pudiera romperle el brazo a Yuuki, Kyle apartó la otra mano que continuaba sujetando su chaqueta y se le quedó mirando desde arriba, aprovechando que la torcedura de Azusa lo puso de rodillas a sus pies.

—Llamaste a mi Azusa “perro” y a mi “bestia” —Dijo con falsa amabilidad —¿Debería cortarte en pedazos y lanzarte a mi perro?

—Algún día ese perro te morderá —Bufó sudando por el dolor.

—Que seas incapaz de domesticar a tus perros, es tu problema. Hasta ahora no he recibido una mordida.

—Pronto llegará ese día —Se apartó bruscamente de Azusa que lo miraba de manera fulminante, Daisuke que estaba cerca se dio cuenta de aquel cambio en su mirada, normalmente era indiferente a cuando lo señalaban como el perro de Kyle, sin embargo, ahora parecía dejar ver un poco de su sed de sangre oculta —Veamos qué tan fiel es un perro cuando está hambriento.

Kyle guardó silencio y le dio la espalda, siendo seguido por Azusa al instante. Pesadamente se dejó caer junto a Misaki fingiendo lloriquear porque alguien lo estaba “intimidando”, a pesar de que el cambio de humor era ridículo, la omega suspiró con cansancio y le acarició la cabeza, obteniendo una de las muchas paletas que Kyle siempre llevaba en los bolsillos y que obtuvo de Kakuchō antes de unirse con sus amigos.

Yuuki mantuvo la mirada en Kyle que repartía sus dulces, algunos aceptaban y otros no, Manami fue una de las que aceptó distraídamente el caramelo.

El silencio de nuevo invadió la pequeña habitación, solo se escuchaba el sonido de las teclas en la laptop de Misaki, Saki lanzando cuchillos a un improvisado juego de tiro junto a Hiromi y Rokurō sonreía con cada tanto mensajes de voz que le enviaban sus hermanos o madre. Ichirō no necesitaba ser inteligente para notar que se abstienen de dirigirle la palabra o siquiera mirarlo, y no los culpaba, estaban en una línea temporal donde fue demasiado débil hasta el punto de asesinar a su padre y el resto de los ejecutivos de Bonten, ni siquiera él mismo se siente capaz de mirarse en el espejo.

Por momentos cree sentir en sus manos la sangre de su familia, pero al mirarse las encuentra limpias, eso solo le provoca un tic donde necesita lavarse la suciedad inexistente con el pantalón. Fue durante ese momento donde se limpiaba que sintió a alguien sujetando su mano, al voltear vio a Shinya mirándolo y apretando con fuerza, impidiendo que siga restregando las palmas en el jean. Shinya entrelazó sus dedos transmitiendo su silencioso apoyo e Ichirō sonrió con las mejillas rosadas, regresando el apretón, repitiéndose a sí mismo que a pesar de todo no estaba solo y puede seguir peleando. Encontrará la manera de solucionar todo.

Shinya mantuvo la mirada en el rostro de Ichirō, aquel chico del que se enamoró y siempre tenía una sonrisa en su rostro, el que era demasiado amable como para golpear a los demás durante los entrenamientos, aquel humilde chico que anhelaba una vida normal y quién estaba dispuesto a seguir resistiendo aunque el futuro luciera tan desolador. De aquel chico del que se enamoró no quedaban muchos de esos rasgos iniciales, con cada día luce más triste, llora con más frecuencia, siente ansiedad por cada pequeño detalle y ahora, para rematar su ya dañado corazón, recibe la carga por la muerte de su propio padre y los padres de sus amigos, aquellos a los que intentan salvar.

Es como si hubiera estado meses construyendo una maqueta para un proyecto escolar y luego, con sus propias manos, la hubiera aplastado.

No puede seguir viéndolo tan derrotado y avergonzado de existir, estaba frente a sus amigos más cercanos, su familia, y Shinya jamás se perdonaría fingir indiferencia ante la persona que ama y lo está pasando mal. Entonces, soltó su mano y dio un paso al frente.

—Ichirō no fue —Declaró con voz firme atrayendo la mirada de todos, salvo la de Misaki que continuaba concentrado en su laptop y Nami que miraba el brazalete de perlas que Kōichi ganó para ella en aquel festival del pasado —Dejen de tratarlo como si ya no fuera su amigo, todos sabemos que no fue nuestro Ichirō el que cometió aquel asesinato.

—No lo hizo nuestro Ichirō, pero sin duda, fue un “Ichirō” —Dijo Saki lanzando una daga en el centro de su juego de tiro —Sigue siendo él.

—Todos saben que esto es más complicado que eso.

—Shinya, estoy bien —Susurró Ichirō tirando de la manga del omega —Tienen todo el derecho a desconfiar.

A diferencia de lo que esperaba, Shinya se enojó mucho más por sus palabras.

—¡No! No es así, no es justo —Shinya se dirigió a sus amigos —Nosotros somos nuestras experiencias, las cosas que vivimos en cada línea temporal no alteraron nuestras personalidades, seguimos siendo los mismos que en el primer viaje —Obtuvo la mirada de la mayoría, salvo Manami —Pero en cada línea temporal vivimos otro tipo de vida y tenemos otras experiencias, por eso nuestras decisiones son diferentes. Culpar a Ichirō por lo que hizo un “Ichirō”  que no se parece en nada a él, está mal, porque no tienen las mismas experiencias y no son la misma persona. Ahora mismo Ichirō jamás pensaría en traicionarlos y menos en asesinar a alguien, ¡Estamos hablando del idiota que se subió a un árbol para salvar a un gatito y acabó con el brazo roto!

—No me defiendas tanto, Shinya —Ichirō le tocó el hombro para detenerlo.

—¡Ichirō, deja de ser un gallina y hazte respetar!

—No es que sea gallina, solo entiendo la postura de todos —Bajó la mirada hacia sus manos —Yo tampoco... puedo perdonarme el haber caído en el juego de Kisaki por la falsa sensación de libertad.

Ichirō conoce sus debilidades, y mejor que nadie, su complicada relación con su padre ha tenido muchas fallas y una de esas fueron sus estrictas reglas que iban desde el uso del dinero hasta su elección de pareja. Siempre tuvieron desacuerdos por las claras diferencias de ambos y nada tenía que ver con que era alfas, Ichirō no es un alfa extremadamente orgulloso como Mikey, todo lo contrario, es un alfa amable y de personalidad tranquila. Duele admitir que de seguro no fue difícil para Kisaki explotar sus debilidades y su deseo de libertad, en esta línea temporal no tuvo el apoyo de sus amigos, la familia Hanemiya vivía lejos y a eso se le sumaban los problemas internos en los adultos.

Además, un poco en el fondo siempre sintió envidia por sus hermanos, una sana envidia.

Harumi que es la alfa perfecta con un temperamento templado, su actitud protectora te hacía sentir cómodo en todo momento y es una chica con fuertes valores que no titubeaban en ningún momento, Ichirō anhelaba ser un alfa tan confiable como ella. Luego estaba Kazuo, su hermanito Kyle, “el imbatible, aquel prodigio que logró superarlo en todos los aspectos a temprana edad, tanto en fuerza como en carisma, influencia, talento y visión. Su hermana que era la alfa perfecta y su hermano que era el omega más bendecido por la fuerza y quién parecía representar a la perfección el papel como heredero de Bonten, al lado de ellos, Ichirō solo era un tonto alfa con un serio problema paternal y una indecisión horrible sobre la persona que amaba, era llorón, hacía las cosas sin pensar en las consecuencias, no parecía un pandillero, no le gustaba pelear y tenía una actitud caprichosa cuando las cosas no salían como quería, él es la mayor decepción de Mikey.

Por eso no puede ocultarse tras la responsabilidad de Kisaki, tiene gran parte de la culpa por ser alguien débil, con personalidad voluble, frágil de carácter e incapaz de seguir sin el apoyo de sus amigos. ¿Qué clase de líder es? ¿Así planea salvar a todos? ¿Cómo ganará de nuevo su confianza?

—Ah... no llores, Ichirō —La voz de Harumi sacó a Ichirō de sus pensamientos, al levantar la vista vio a sus amigos reunidos a su alrededor mirándolo con un poco de burla y mayor tranquilidad —Sigues siendo nuestro alfa llorón.

—Claro, nuestro Ichirō nos recuerda que no somos mafiosos sin corazón —Dijo Emiko abrazando por los hombros a su amigo.

—Eres tan dramático —Marina le dio un golpe en el brazo que hizo gemir de dolor a Ichirō, de todas formas siguió llorando con una sonrisa avergonzada.

—Deja de llorar, muestra más dignidad como nuestro líder de manada —Bufó Hiroki revolviendo el cabello rubio.

Uno a uno le dieron ánimos a Ichirō que en lugar de cesar su llanto, aumentaba, la emoción lo superaba por mucho y eso se manifestaba en gruesas lágrimas que brotaban desde sus profundos ojos azules.

Harumi abrazó a su hermano mayor con todas sus fuerzas intentando transmitir su apoyo. A pesar de que las cosas están raras entre Kyle e Ichirō, como la hermana del medio que tiene el rol de mediadora, debe ayudarlos a superar sus dramas y la crisis familiar que están viviendo. Al soltar a su hermano buscó a su hermanito entre todos, pero no lo vio, a sus espaldas Misaki continuaba investigando algo con su laptop.

No quiso arruinar el momento donde Ichirō recuperaba los ánimos con ayuda de todos, así que volvió a concentrarse en él antes de ir en busca de Kyle.

Desde su posición, apartada a una distancia prudente donde todos respetaban su silencio y trabajo, Misaki miró de reojo a Ichirō que sollozaba ahora en brazos de Marina que le daba palmadas en su cabeza como si fuera un niño. Su lado racional le ha explicado muchas veces la gran confusión en la que vive desde que inició los viajes temporales, pero ahora está presenciando una paradoja temporal, donde uno de sus amigos ya desapareció y nadie parecía estar prestando atención a ese hecho.

Kōichi Hanemiya ya no estaba entre ellos. Previeron que algo así fuera a suceder, pero estaba fuera de los cálculos de la situación entre Baji Keisuke, Kazutora Hanemiya y Chifuyu Matsuno se volviera tan complicada por la intervención de Kisaki Tetta y la falta de comunicación, la pérdida de afecto y la fallida idea de que una pareja destinada era perfecta. Baji y Matsuno acaban de demostrar que es una falacia, tal como dice la ciencia, los destinados solo son dos individuos con hormonas compatibles que todos interpretan como algo místico y es alimentado por esos mitos con los años. Duele, a Misaki le duele mucho la ausencia de Kōichi que tenía un rol fundamental en el equipo, al menos del lado de Kyle. Kōichi era su brújula moral y, para terminar de arruinar la situación, Ichirō hizo algo que nunca hubiera imaginado, y ahora todos sus cálculos se iban a la basura porque las acciones de los que creía conocer eran impredecibles.

Misaki llevó una mano a su pecho, al igual que todos tenía el tatuaje estándar que la señalaba como miembro de Bonten, pero había uno más, se trataba de un tatuaje que pertenecía a la colección de cartas hanafuda que creó Kyle. Aquella era la marca que la señalaba como miembro oficial de la Segunda Facción que pertenecía al Tercer Heredero, Misaki nunca ocultó sus deseos de tener una vida cómoda y aprender del mundo criminal, ella ha sido partidaria de Kyle desde antes del inicio de los viajes temporales, pero ahora ha visto que algunos de sus amigos también tenían más de un tatuaje y lo mantenían oculto o actuaban con cierto cuidado al hablar con Ichirō.

La división de Bonten que ha existido desde que Kyle demostró su fuerza, carisma y capacidades a los 11 años, parece ser más clara que nunca.


Kyle y Azusa subieron las escaleras del búnker atravesando el oscuro pasillo sin llamar la atención, sus amigos estaban lidiando con muchas emociones como para notar su ausencia y en el fondo seguía sin sentirse motivado a afrontar el remordimiento por la muerte/desaparición de Kōichi.

Sabe que fue decisión de todos intentar cambiar el pasado, pero en realidad no fue algo que decidieron todos al 100%, las primeras veces fue necesario porque habían muerto y necesitaban buscar una manera de sobrevivir a un accidente que parecía imposible de evitar, la segunda vez se sintieron esperanzados por la posibilidad del cambio y se dejaron llevar por la ingenuidad, la tercera se vieron obligados a volver porque Sanzu que era su único guía adulto fue asesinado y no tenían forma de sobrevivir, ya la cuarta fue una total locura salvar a Baji.

Comprende que fue la decisión de los hermanos Hanemiya, pero en el fondo, Kyle no se siente cómodo con Ichirō porque les dio la oportunidad de elegir cuando se supone que era algo fuera de discusión cambiar el pasado. Fue una de las reglas primordiales: No cambiar nada.

Reprimieron el deseo de ir ver a sus padres, no se involucraron en el triángulo amoroso de Takemichi, Mikey y Hinata, tampoco buscaron pistas de la madre de Saki que fue fue abandonada por Ran al nacer, Rokurō no asesinó a los compinches de Kisaki aunque estuviera justificado... siguieron las reglas bien. Hasta llegaron a la conclusión de que mientras hubiera una mínima oportunidad de volver a su tiempo, incluso si no salvan a sus padres, la tomarían porque su guerra estaba en 2038, no en 2014, esa era la guerra de sus padres y sus decisiones.

¿Por qué Ichirō continuaba insistiendo en cambiar cosas que no debían ser cambiadas? ¿Cuándo iban a detenerse en sus viajes y enfrentar a Kisaki cara a cara? ¿Cuál es el punto de seguir actuando en las sombras? Es por los métodos que han usado que Kōichi ya no está entre ellos, no lo van a recuperar, no sin intervenir directamente con Baji, Chifuyu y Kazutora en el pasado, lo cual podría ser muy peligroso y dar origen a una paradoja temporal mucho peor.

Kyle se detuvo cuando llegaron a unas escaleras que conducían a la azotea del edificio abandonado, le hizo una seña a Azusa para subir solo y, a regañadientes, siguió caminando dejando al alfa sentado al pie de las escaleras.

La posición del búnker estaba en un lugar extraño y a la vez original, una puerta oculta debajo de algunos escombros fáciles de apartar y en una zona aislada de un edificio abandonado a las afueras de la ciudad. Era su primera vez en Manila, de hecho, la primera vez que sale de Japón, y el cambio de ambiente le transmitía una paz inusual que no ha podido sentir en su hogar desde que la Gran Traición tuvo lugar. Cada vez que recuerda aquel horrible día siente fuertes impulsos sangrientos que le gritan ir por la cabeza de Kisaki, pero no lo hará, un simple derrocamiento sería muy benévolo para alguien que ha matado a su familia tantas veces.

Al llegar al último piso del edificio en ruinas encontró a la persona que buscaba.

Manami Hanemiya.

La omega estaba parada en el borde del edificio, a primera vista parecía estar admirando el hermoso paisaje, pero cuando uno se acercaba más vería que su vista se encontraba abajo. Su cabello rubio y sedoso, siempre atado en dos coletas que le daban un aspecto adorable, ahora estaba suelto y ondea libre con el viento ocultando gran parte de su cara.

—Nami —Kyle llamó a su amiga acercándose hasta quedar a tres pasos de distancia.

Manami miró encima de su hombro justo cuando una fuerte ráfaga de viento agitó su cabello con rudeza, una parte de los mechones ocultaron su bello rostro bañado en lágrimas y dejaba al descubierto la mitad de su cara.

Verla en aquel estado fue triste para Kyle.

En el pasado se ha burlado de Manami por no querer entrenar, pero nunca fue con mala intención, la comprende mejor que nadie y siempre la ha defendido cuando algún miembro de la organización la miraba con ojos morbosos. Manami que fue violada cruelmente por hombres de Kisaki y él que perdió su inocencia por un alfa mentiroso, cruel y arrogante, eran más similares de lo que cualquiera podría pensar. Hace mucho tiempo, Kyle le prometió a Kōichi que cuidaría de Manami si algo llegara a pasearle, teniendo en cuenta su estilo de vida criminal y los enemigos de la organización, es normal ser precavido. Kyle tenía la intención de cuidar a la princesa protegida por Bonten, aquella que vivía en una alta torre y nunca se lastimaba las manos en actividades violentas o por usar armas, de verdad que iba a hacerlo, sin embargo, vio los ojos verdes-azulados de Manami brillando con una ferocidad que nunca ha visto, siquiera cuando abusaron de ella. Aquella vez estaba destrozada y solo la rodeaba la tristeza, ahora estaba literalmente en pedazos y el único rastro de vida que le quedaba parece haber desaparecido junto a Kōichi.

Comprensible, para Manami que ha visto la muerte de sus padres y normalizó el trauma en su mente, perder a Kōichi fue la última puñalada, como si hubiera acabado de perder a la única familia que le quedaba.

Chifuyu podría decir muchas cosas y pensar lo que quisiera, pero a los ojos de Manami, Yuuki Baji no era su hermano sino una paradoja temporal que no debía existir y estaba ocupando el lugar de Kōichi.

—Déjame —Regresó la mirada al vacío —Ya no soporto todo esto. No quiero seguir intentando y fallar.

—Te entiendo.

—Estoy harta —Kyle miraba su espalda y notaba los hombros temblorosos y, aunque no la ve, sabe que está llorando —Papá, mi padre, mi hermanito, ahora me entero que existe ese chico que es hijo de mi papá y quiere que lo trate como a Kōichi... no lo puedo aceptar.

—No creo que el tío Chifuyu quiera eso —Dije con confianza —Quizás lo malentendiste.

—¡Malentendido o no, mi padre me golpeó porque yo le dije que estaba en contra!

—Nami, no creo...

—¡Ya no quiero seguir siendo la que entiende! —Volteó encarando a Kyle dándole la espalda a la ciudad y con su cabello hecho un desastre —¡¿Quién me entiende a mi?! —El omega guardó silencio —Todos... todos están tan bien y toman esto como algo normal o predecible... ¡Pero no es así! Mi hermano murió, desapareció o no sé cómo se dice en esta situación, pero ya no está y no volveremos a verlo. Sin embargo... a nadie le importa y solo queda... seguir, debemos seguir, seguir, seguir y seguir, ¿Qué pasa si no quiero seguir? ¿Por qué debo estar de acuerdo con Ichirō? ¡Ya no quiero escuchar discursos motivacionales!

—Entonces, ¿Qué quieres hacer? —Preguntó mirando fijamente los ojos de su amiga —Kōichi no está, ya vimos que tío Chifuyu en 2014 es un fiel creyente de las parejas destinadas y con la ley de “no matar” de Ichirō, no podemos acabar con Kisaki en el pasado —Manami apretó las manos en puños hasta clavarse las uñas en sus palmas —Dime, ¿Qué deseas?

—Yo... no sé —Confesó, aunque está enojada con el mundo y quiere cambiar, no sabe con exactitud qué es lo que quiere y eso le causa mucho estrés —¡No sé!

—Parece que en esta línea no te atacaron eso hombres.

—¿Y? No importa si no sucedió, en mi mente-

—Significa que no desarrollaste ningún trastorno alimenticio y estás bien de salud.

—¿A dónde quieres llegar?

—Nami, eres muy inteligente y le hice una promesa a Kōichi —Extendió su mano con una enorme sonrisa en su rostro —Por favor, únete a mi Facción —Los ojos de la omega se expandieron de sorpresa —Yo te enseñaré a pelear.

—Sabes lo que opino de Bonten, no quiero perder-

—Ya te robaron todo lo que tenías y más de lo que puedes imaginar —La voz de Kyle está teñida de la amabilidad en su estado más dulce, la mano continuaba frente a Manami y su sonrisa intentaba transmitir confianza —Soy Kyle, el imbatible, significa no puedo ser derrotado y mi fuerza se verá reflejada en ti.

—¿Por qué me quieres de tu lado?

—Le dije a Kōichi que iba a protegerte y el lugar más seguro, es a mi lado.

—¿Aunque eso significa ir contra Ichirō? —La sonrisa de Kyle no fue ninguna respuesta para Manami, no era una afirmación ni una negación —¿De qué me sirve estar contigo o con Ichirō? Kōichi no volverá.

—No, a menos que hagamos algo radical para traerlo de regreso —Los ojos de Manami se llenaron de luz repentinamente —Ya jugamos con las reglas del juego, ahora es nuestro turno, busquemos nuestro futuro ideal.

Manami dudó mirando la mano extendida de Kyle.

Siempre ha oído los rumores a su alrededor, desde que era un prodigio hasta la masacre que llevó a cabo con la ayuda de Mikey contra aquel alfa que se atrevió a usarlo como desahogo sexual siendo un niño que no tenía capacidad para dar su consentimiento.

Cuando lo veía en la mansión principal o iba de visita a casa, siempre lo siguió admirada por su capacidad de superar lo que le sucedió y responder contra ello, muy diferente a su manera de huir y esconderse, dejando todo en manos de sus padres y no queriendo saber nada sobre aquellos hombres. Prefería vivir en la ignorancia porque tenía todo lo que necesitaba en su casa, a sus amorosos padres y a su divertido hermano menor, solo con ellos era feliz de seguir con vida. Por ellos fue salvada cuando quiso quitarse la vida con pastillas, por ellos continuaba, por ellos vivía, por su familia... familia que perdió. Por muchas líneas temporales que salte, nunca volverá a la primera, y ninguna podrá compararse a esa, sus padres cambiarán, no van a ser los mismos, sus experiencias serán diferentes y van a formar otras personalidades, tal como sucedió con Ichirō. En aquella primera línea temporal, su padre Kazutora nunca le hubiera dado una bofetada y Chifuyu jamás le levantaría la voz.

No hay forma de volver. No se puede volver al pasado. Es imposible recuperar su primera vida.

Tal vez no pueda volver, pero Kyle le está ofreciendo la oportunidad de obtener algo similar y eso era mejor a seguir anhelando ciegamente que las cosas se solucionen sin un cambio radical en la estrategia.

Aceptó la mano que Kyle le extendía sellando su pacto con un amable apretón. Con suma lentitud y cuidado Kyle la ayudó a bajar de la cornisa, en ese momento el viento ya no se agitaban con violencia y el largo cabello rubio caía en ondas sobre la espalda de Manami, ella perdió las fuerzas en sus piernas cayendo de rodillas rompiendo en llanto, lloraba por todo lo que perdió. En ese momento hizo la promesa de que nunca volvería a llorar ni a esconderse, se hará fuerte, tan fuerte que nadie podrá volver a lastimarla ni arrebatarle lo que ama.

Notes:

¿Sabías que...?

La colección de tatuajes de Kazuo Sano está inspirada en las cartas hanafuda y, dependiendo del diseño que tenga en la parte interna del dibujo, se señala el nivel de importancia para Kazuo. Mientras que los tatuajes de todos los miembros ejecutivos, especiales o importantes de Bonten consiste en el típico tatuaje que ya conocemos, hace más referencias a los aretes de Izana.

Chapter 34: Hopeful children

Chapter Text

 


Come Clean | Hilary Duff

❝ Volvamos, de vuelta al principio,
volver a cuando la tierra,
el sol y las estrellas de alinearon (...)
Deja que la lluvia caiga
y haga realidad mis sueños❞

« El pasado te deja mal, pero uno siempre quiere volver, por algo será»


La emoción por el feliz reencuentro fue disminuyendo con el paso de los segundos, cuando estuvieron más tranquilos y la tensión se hubo disipado, Hiroki procedió a explicar lo que Ichirō desconocía, la perspectiva de la Segunda Facción de Bonten bajo el liderazgo de Kyle y donde también estaban los remanentes de la organización que sobrevivieron a la purga de Kisaki. Los únicos que quedaban en la mansión principal eran Ichirō, Sanzu, Shinya y Yuuki, también Nahoya, pero fue enviado por Sanzu a un lugar diferente al que estaba destinado para salvarle la vida y así pudo encontrar refugio con los seguidores de Kyle.

Shinya estaba más que feliz de ver a su hermano en perfectas condiciones, y muy malhumorado, expresando abiertamente su descontento con “Ichirō” por mandarlo a la muerte.

Lo cual es entendible, Nahoya volvió a su tiempo mientras se dirigía a una misión suicida autorizada por Ichirō, planeada por Kisaki y donde fue salvado de milagro por su padre. ¿Qué hubiera pasado si Sanzu no intervenía y no enviaba a Rindō? ¿Otra paradoja temporal? ¿Shinya todavía sería capaz de perdonar a Ichirō? ¿Nahoya habría muerto en esa línea de tiempo? Había muchas preguntas que no estaban dispuestos a hacer, por el simple hecho de que tampoco querían oír una respuesta que volviera a arruinar el ambiente.

Gracias al paneo general de la situación, las cosas eran más claras y cuando estaban por trazar un nuevo plan, las puertas se abrieron de golpe dejando ver a un sonriente Kyle sujetando la mano de Manami y seguido por Azusa.

—¡Familia, tengo buenas y malas noticias! ¿Qué quieren oír?

—La buena —Dijo Misaki cerrando su laptop por primera vez, le dolían los dedos de tanto escribir y los ojos por mirar la pantalla —Necesito motivación.

—Como diga nuestra Misa —Kyle hizo una reverencia tirando de la mano de Manami, ella se sentó en una de las sillas silenciosamente —La buena noticia es que este es el futuro donde hay más sobrevivientes de Bonten y Sanzu no es nuestro único adulto guía, así que tenemos más recursos para resistir contra el cuatro ojos.

Todos aplaudieron conformes con las buenas noticias, ya tenían la confirmación previa, pero ponerlo en palabras era mucho más placentero y los llenaba de alivio.

Hasta ahora dependieron de los viajes temporales porque no tenían a nadie que les diera instrucciones, recursos o guía sobre los movimientos del bajo mundo. Lo que sabían era lo mínimo e indispensable, con Sanzu aprendieron la teoría de la organización, sin embargo, continuaban siendo unos adolescentes que no tenían alianzas con ninguna mafia o grupo criminal.

En otras palabras, estaban en la nada contra Kisaki que era alguien con muchas conexiones, dinero y, lo más importante, influencia.

—¿Y cuál es la mala? —Quiso saber Nahoya.

—La mala es que Nami tuvo un pequeño ataque de pánico cuando volvió y... —Hizo mucho énfasis en la última letra antes de dejar caer la bomba —Y le dijo la verdad a Kazutora y Chifuyu.

—¡¿Qué?! —Misaki se levantó de la cama sintiendo de pronto un fuerte dolor de cabeza —Oh, mierda, creo que va a darme migraña.

—¡Misa! Resiste, ¿Quieres algo? ¿Qué necesitas? Iré a buscarlo para ti —Preguntó Rokurō ansioso y sujetando a Misaki al ver que se tambaleaba.

—Quiero un millón de dólares.

—Lo siento, ahora mismo estoy pobre, pero en el futuro te daré todo mi dinero.

—No hablo en serio —Misaki apartó a Rokurō ignorando lo que acababa de decir para concentrarse en Manami que continuaba callada lastimando los bordes de sus uñas —¿Qué pasaba por tu cabeza cuando les dijiste la verdad?

—¡Dime lo que hubieras hecho en mi lugar! —Se defendió exaltada, cansada de las acusaciones, suficiente tenía con sus padres —Yo estaba en París, lejos de todos y no tenía el teléfono de nadie, ¿Cómo se supone que iba a venir? ¿De qué manera podría justificar que los conozco? Mis padres se alejaron de Bonten cuando apenas tenía 1 año y para ellos no tiene sentido que yo sepa siquiera el nombre de la organización —Desvió la mirada avergonzada por su desliz, aunque, viéndolo desde otra perspectiva, volvería a tomar esa decisión porque no ve otra forma de que le permitiera viajar a Japón sin levantar sospechas —Pero eso no es lo raro, sino que... me creyeron.

—¿De verdad? —Misaki duda que alguien sea capaz de creer semejante locura.

—Ajá, ellos no tuvieron una mala reacción y tampoco parecían sorprendidos.

—Quizás solo no quisieron señalarte como loca, siempre fuiste la linda princesita de Bonten —Dijo Saki acariciando su cabeza.

—Si de verdad creyeran en eso, no la habrían ayudado a llegar con nosotros y seguiría en su torre —Señaló Hiroki con obviedad —Bueno, admito que Hanemiya y Matsuno siempre fueron idiotas por sus hijos.

Las palabras de Hiroki provocaron un malestar en Yuuki que escuchaba la conversación sin intervenir, ya sabe sobre los viajes temporales y un poco sobre la historia general que todos comparten, pero los detalles siguen siendo un misterio. Por no mencionar que ser consciente de que él es una paradoja temporal, alguien que no ha existido en otras líneas de tiempo y no tiene recuerdos compartidos, se siente mal. Su mirada se dirigió a Manami, con quien comparte los mismos ojos verde-azulados y la sangre, o bueno, la mitad de su sangre.

Sabía sobre Manami porque su padre tenía algunos hombres siguiendo a su ex-omega y ex-mejor amigo por cuestiones de seguridad, gracias a eso ha visto fotografías de su hermana a medida que crecía. Sabe que su padre la rechaza, algo muy normal teniendo en cuenta la situación, pero Yuuki ha crecido con un poco de curiosidad hasta los diez años, antes de ser envenenado por las palabras de Kisaki y dejarse influenciar por el rechazo de su padre.

Antes cuando viajaron juntos en el auto no pudo apreciarla bien porque se sentía asfixiado al estar cerca de su papá y Kazutora, eso le hacía actuar impulsivo y enojado con todos, hasta el punto de mostrar su rechazo abiertamente sin importarle a quien llegara a lastimar. 

Ahora que tiene un momento de tranquilidad donde y no está tan alterado, puede mirarla atentamente. Manami era una chica de contextura pequeña sin llegar a parecer infantil o de una edad distinta a la que tiene, tiene un largo cabello ondulado sujeto en dos coletas bajas que se notaba como un peinado improvisado, ropa de colores claros que fue manchada debido al tiroteo del aeropuerto y la suciedad del búnker, su rostro contaba con facciones delicadas como todos los omegas que conoce, llevaba aretes de perlas en sus lóbulos, una gargantilla que cubría su nuca, no tenía músculos sobresalientes y desde todos los puntos de vista hacía honor a su apodo de “princesa en la torre”.

Podría pensar que es una omega tierna si no fuera por la mirada que le estaba dirigiendo, esos profundos ojos similares a los suyos lo miraban con rechazo y hasta rencor, se arriesgaba a decir que odio.

Yuuki ya sabe a qué se debe eso, Ichirō se lo dijo antes de venir: Manami perdió a su hermano menor en el último viaje temporal y, en esta nueva línea, resulta que Chifuyu perdió a Kōichi cuando estaba embarazado y el culpable resultó ser Baji que envió a su ex-omega a una peligrosa misión donde no solo perdió al bebé, sino que se volvió infértil por un disparo en el vientre.

Por mucho rencor que tenga Yuuki por Chifuyu por abandonarlo, si lo piensa con la mente fría, es comprensible el trauma y la reacción que vivió, siendo un omega que crea un lazo con el cachorro desde antes de su nacimiento a diferencia del alfa que tarda algunos meses. Tampoco está orgulloso de su padre, aunque él era consciente de que Kisaki siempre tramaba algo con cada misión que encargaba y que esta vez el objetivo podía ser Chifuyu, no puso trabas, le encargó aquella misión sabiendo el riesgo. Incluso si se arrepiente, se justifica con lo traicionado que se sintió o por el alcohol que ingirió antes de conferir la misión, Yuuki sabe que había un leve rastro de venganza en su padre, si no hubiera nada de eso, Kisaki no tendría forma de influenciarlo.

Así se mueve Kisaki.

Él no crea problemas de la nada, sino que utiliza verdaderos rencores del pasado que tienen latencia a largo de sus vidas y los explota cuando mejor le conviene.

—Sé que siempre soy el último en entender, pero... ¿Alguien va a decir algo o seguirán hablando telepáticamente? —Preguntó Rokurō incapaz de soportar el silencio de sus amigos y sus intercambios de miradas.

—¿También pueden hablar telepáticamente? —La sorpresa estaba plasmada en el rostro de Yuuki.

—No, pero nos conocemos hace tantos años que nos entendemos —Dijo Ichirō apoyando su mano en el hombro de Yuuki —Te adaptarás.

—Supongo que eso significa que va a quedarse —Bufó Manami desviando la mirada.

—Oh, oh, la princesa se enojó —Daisuke le dio un codazo a Saki, ambos sonriendo con burla.

—Nami, entiendo tu posición, pero pelear no nos llevará a ninguna parte. Mejor intentemos llevarnos bien.

—¿Llevarnos bien? —Manami dirigió sus ojos a Ichirō —¿Mi hermano desaparece y quieres que nos llevemos bien como si fuéramos amigos de toda la vida?

—No, no, no es mi intención obligarte a nada.

—¿Y cuál es tu intención?

—¿Qué?

—¿Cuál es tu intención ahora? —Preguntó alterada —Perdimos a Kōichi, sabemos que solo podemos viajar cuando estamos todos juntos, eso significa que ya no podemos volver al pasado y no hay nada que hacer por mi hermano. Entonces, ¿Cuál es tu nuevo plan?

—Nami, entiendo tu enojo... —Comenzó Shinya hasta ser interrumpido por Manami que saltó de su silla.

—¡No! No lo entiendes porque no fue tu hermano el que murió —Miró a todos señalando a cada uno de los que tenía hermanos —No fue el hermano de ninguno de ustedes, así que no vengan con que me entienden, porque no es cierto.

—Yo si te entiendo —Rokurō dio un paso al frente sujetando a Manami de los hombros, había comenzado a temblar —Cuando ví a mis hermanos morir antes de la Gran Traición... sentí todo lo que sientes ahora y quise buscar venganza, pero Ichirō me dijo que esa no es la forma, podemos hallar un camino diferente y no arruinar nuestras vidas.

Kyle, Azusa, Misaki, Daisuke y Saki desviaron la mirada sin agregar nada, mientras que los demás se acercaron a Manami para darle ánimos e incitarla a tratar de ver el lado positivo de las cosas: Estaban juntos, hay varios sobrevivientes de Bonten y tienen los medios para pelear con Kisaki.

Eso es mucho más que lo que tuvieron en otras líneas temporales.

—Por cierto —Misaki interrumpió el enternecedor momento regresando la atención al problema—No creo que ya no podamos viajar en el tiempo.

—¿Por qué lo dices? —Quiso saber Emiko cruzando los brazos tras su nuca.

—Creo que Baji Jr. cumple con las condiciones que se supone debe tener uno de los nuestros para viajar al pasado.

—Explícate, señorita ludópata —Exigió Saki.

—Él es un heredero ejecutivo de Bonten, nos conoce, tiene un lazo con alguno de nosotros y, aunque a Manami le moleste lo que voy a decir, tiene sangre de alguien que pertenece a la primera generación de nuestra organización —Misaki explicó los puntos levantando un dedo a medida que avanzaba —Aunque Kōichi no esté, mantenemos el número inicial. Así que, por lógica, deberíamos poder viajar si queremos.

—¿Y queremos? —Preguntó Rokurō obteniendo miradas de todo tipo desde hostiles hasta de pena —¿Qué? Yo no entiendo a dónde nos dirigimos, es normal que quiera saber.

—Bueno... no lo sé —Confesó Misaki mirando a Kyle en busca de alguna señal.

—No es por ser egoísta, pero mi familia está viva y no quiero arriesgar eso —Rokurō desvió la mirada avergonzado —Sé que todos quieren salvar a sus familias, es que... no lo sé, ¿Soy el único que piensa que esto se ha vuelto muy difícil y raro?

—Ciertamente —Hiroki nunca creyó que llegaría el día en que estuviera de acuerdo con Rokurō —Es más, creo que empeoramos algunas cosas.

—Oye —Ser catalogado como algo “peor” ofendió a Yuuki.

—No lo digo por ti, pero la situación con tus padres es un buen ejemplo de la complejidad de este asunto.

—Estoy confundida, si volvemos al pasado, ¿Qué haríamos? —Rokurō no era el único confundido, Emiko también necesitaba respuestas.

—Ya ni recuerdo qué nos dijo Sanzu que seguía cuando nos explicó-

—¡Mocosos! —En ese momento un exaltado Sanzu abrió la puerta ingresando como un vendaval, abrazando a cada uno de los presentes como si no los hubiera visto hace mucho —Siguen todos tan feos y vivos, por fin pude venir a verlos a todos, creí que esta vez no la contaba.

—Maldita sea, lo invoque, soy brujo —Daisuke miró sus manos sorprendido —¡Ahora quiero un castillo lleno de dinero y un novio con un six pack!

—A veces me avergüenza ser tu primo —Dijo Azusa negándose a ver cómo Daisuke se arrodillaba en el suelo con las manos extendidas como si fuera Moisés frente al Mar Rojo.

—Nunca creí que estaría tan feliz de verlos —Sanzu se detuvo frente a Manami que había vuelto a su silla y no se movió para recibirlo, le acarició la cabeza con ternura obteniendo una mirada de reojo —Lamento que esto haya sucedido.

Manami sonrió de lado sintiéndose un poco más comprendida.

Más personas ingresaron a la habitación que de por sí era pequeña, entre ellos estaban Kazutora junto a un silencioso Chifuyu, Rindō tenía una venda en su mejilla por la paliza que le dio Kyle y se dirigía a Shinya que no ha visto hace mucho tiempo para darle un abrazo asfixiante, Taijū ingresaba junto a Hakkai y el hombre con la pronunciada cicatriz en la cara.

De alguna manera se acomodaron en la pequeña habitación, algunos se sentaron en el piso o permanecieron de pie.

Nadie dijo nada por un momento.

Sanzu miraba de un lado a otro con ansiedad, esperando que alguien dijera algo, no le gustaba el silencio y menos cuando ha estado tanto tiempo en abstinencia. Odia estar en todos sus sentidos, pero cuando se trata de proteger a los mocosos, no le queda otra alternativa, o de lo contrario alguno se le puede perder por accidente.

—Bien, lo diré, no voy a darle más vueltas —Declaró Sanzu aplaudiendo una vez —Los mocosos pueden viajar en el tiempo cuando se tiran al agua. Comenzó cuando el cuatro ojos nos asesinó a todos obligándolos a escapar en un jet, pero, oh, sorpresa, había un traidor en el jet y ellos cayeron en picada al océano donde casi fueron devorados por tiburones, pero en lugar de ver su muerte, viajaron 24 años al pasado a nuestra época de pandillas.

—Sigue siendo ridículo —Dijo Taijū apretando su entrecejo —Nunca te hice caso porque estás todo el tiempo metiéndote esa basura en tu cuerpo.

—¡Pero es cierto!

—¡Sanzu! ¿Qué te pasa? ¿Por qué les dijiste? —Exigió saber Ichirō —¿Otra vez caíste en drogas?

—No —Sanzu desvió la mirada —Bueno, si, pero eso fue hace mucho tiempo —Señaló con su dedo índice a Kazutora y Chifuyu —Ellos fueron los chismosos, a mi no me quedó de otra que explicar los detalles de porqué mantengo mis recuerdos y llené los espacios en blanco que tenían.

—¡Papá, padre! —Manami se levantó de su silla enfrentando a ambos —¿Por qué le dijeron a todos?

—Era necesario —Susurró Chifuyu desviando la mirada.

—¿Por qué?

—Porque... —Su voz titubeó y por accidente retrocedió un paso, sintiéndose atrapado, era una sensación dolorosa y más cuando es su propia hija quien lo miraba con tanta intensidad —No es... la primera vez que oímos... sobre los viajes temporales.

...

—¡¿QUÉ?!

—Si, es complicado, pero así son las cosas —Confesó Chifuyu tratando de ignorar todas las miradas.

—¿Quién es?

—¿Cómo nunca nos dimos cuenta?

—¿Es alguien que conocemos?

—¿Hay otro viajero en el tiempo?

—¡¿De quién se trata?!

—Oh, la migraña, esa la migraña de nuevo.

—Por favor, no me pregunten los detalles, no es una buena idea que lo sepan —Chifuyu hizo todo lo posible por retroceder con los brazos extendidos para evitar el avance de los adolescentes.

—Si es un viajero del tiempo como nosotros, ¿Por qué no nos ha reconocido? —Preguntó Misaki sujetándose la cabeza.

—Porque esa persona es de un futuro cercano —Ante las miradas curiosidad, Chifuyu guardó silencio repensando sus palabras —Esa persona puede viajar hasta 2026, ustedes son del 2038.

—¡Pero varios de nosotros ya nacimos para esa fecha! —Misaki se abrió paso entre sus amigos golpeando el torso de Chifuyu con su dedo índice —¿A quién intentas engañar? ¿Cómo puede no reconocer alguno de nuestros nombres?

—Quizás... porque no ha vivido los eventos —Chifuyu estaba igual de confundido que Misaki, por mucho que quisiera las respuestas, no tiene tanta imaginación y menos con asuntos relacionados al tiempo —Es posible que no haya llegado a la línea del tiempo donde ustedes están y en lugar de cruzarse, ustedes se encuentren en una línea temporal más lejana.

—Ósea —Manami tomó la palabra dirigiéndose a una pizarra donde había anotaciones, las cuales borró con su manga para dibujar dos líneas diferentes —Ese viajero está recorriendo una línea temporal y nosotros estamos en una mucho más lejana, a la que esa persona todavía no llegó —Señaló la línea que los representaba —En algún punto vamos a coincidir cuando ese o esa viajero llegué a la línea que converge.

—¿Eso quiere decir que no estamos viajando en el tiempo, sino saltando universos? —Misaki se acercó a Manami —¿O pertenecemos a un futuro que no ha sido escrito?

—Si no fue escrito, ¿Cómo existimos? —Preguntó Ichirō.

—Creo que es porque la mayoría de nosotros somos resultados inevitables —La teoría de Manami era la única que parecía cubrir la mayor parte de las lagunas en el problema presentado en la pizarra.

—La posibilidad de saltar entre distintas realidades es factible —Dijo Misaki para sí misma.

—¿Por qué lo dices, hermana?

—Porque el tiempo no es lineal, tiene varias directrices y cuando hacemos algo diferente en un punto, estamos abriendo otra línea temporal, pero la línea original sigue sin cambios, o desaparece, no estoy segura.

—Deberíamos viajar al pasado sin modificar para saber si es una misma línea o una realidad distinta —Manami se mordió el labio inferior sin apartar la mirada de su diagrama.

—Entonces —Marina tomó la palabra con expresión pensativa —¿Estamos viajando entre mundos?

—O estamos atrapados en un bucle con ese viajero que menciona Chifuyu —Propuso Manami señalando su improvisado gráfico.

—Me rindo —Declaró Rokurō rotundamente —No entiendo y no quiero entender, ¿De qué nos sirve ahora? ¿Vamos a volver al pasado o qué?

—No creo que deban...

—En realidad —La persona que intervino fue alguien que no esperaban, Taijū dio un paso al frente con la mirada baja —Me gustaría pedirles ayuda con algo del pasado.

—Hermano, si es por el enfrentamiento... —Hakkai sigue de cerca a su hermano.

—No, no es sobre ese asunto —Confesó sin levantar la mirada, Azusa miró curioso a su padre que rara vez se mostraba inseguro o titubeante, ahora luce casi como si tuviera miedo a decir algo erróneo —¿Es... posible que viajen al pasado para ayudar a Ren?

—¿Eh? ¿A papá? —Azusa frunció el ceño sin entender —¿Qué pasa con él?

—Por estas fechas tiene un accidente que lo deja en coma varios años, sé que en 2018 despierta, pero sufre de secuelas y siempre lamentó haber perdido aquellos años —El pasado de Ren era algo que muy poco conocían, principalmente porque Taijū odiaba hablar de sus asuntos privados —Estoy siendo egoísta, pero he pensado en esto desde que supe el secreto del viajero que conocemos y lamento no haberlo descubierto antes del accidente de Ren.

—Entiendo, pero...

—¿Por qué no lo hacemos? —Kyle interrumpió a Ichirō —Ren no está relacionado con alguno en el pasado, no será necesario hablar con nadie ni meternos en asuntos de la Toman, podemos ayudar al señor Ren.

—Kyle, entiendo tu postura, es solo que me preocupa que suceda algo impredecible y las cosas salgan peor en esta línea temporal que es medianamente decente —Dijo Ichirō.

—Ya veo —La voz de Azusa intervino en un tono amargo —Si quieres hacer milagros, debemos seguirte porque eres el líder, pero cuando se trata de nosotros puedes desentenderte fácilmente, ¿No?

—¡Claro que no! Todos me importan, son mi preciada familia —Ichirō mira al resto buscando la misma confianza que tenían en él desde el inicio de su aventura, varios desviaron la mirada y pocos mantenían su fe, aquello le rompió el corazón —Quiero hacer todo lo posible por salvar a todos, pero... me preocupa que nos vaya peor.

—Entonces, votemos, igual que siempre —Propuso Azusa mirando a sus amigos —Tal como Ichirō nos hizo votar para no matar a Kisaki para salvar a Iori, hagamos una votación.

—Bien, bien —Kyle saltó al centro de la habitación —Todos levanten la mano si están a favor de volver al pasado.

Intercambiaron una mirada antes de votar.

Kyle, Harumi, Misaki, Mitsuki, Azusa, Daisuke, Manami, Nahoya y Saki levantaron la mano, eso significaba que estaban a favor de volver al pasado para salvar a Ren Sakurai del accidente que lo dejaría en coma.

Lo que movió a la mayoría fue un impulso de ir contra Ichirō, el deseo de hacer algo que se saliera de sus reglas y que no pudiera negarse porque era por la vida de alguien de la familia, si se negaba estaría siendo egoísta, se podría decir que era una especie de prueba para ver lo que haría el líder de manada en una situación como esa. Si fuera Mikey, les ordenaría callarse y seguir órdenes, pero Ichirō siempre ha estado en contra de ser como su padre y jamás haría lo mismo, no les iba a ordenar quedarse.

Taijū suspiró aliviado de oír una respuesta afirmativa.

Entregó a todos la información pertinente para llevar a cabo la misión, algo rápido que no tardará más que un par de días y no es necesario intervenir en los asuntos de pandillas donde sus padres estaban involucrados. Conversaron sobre los detalles y también los pusieron un poco en contexto sobre el incidente de Navidad donde Black Dragons pelearía con Tokyo Manji, o mejor dicho, con Takemichi, Mitsuya y Chifuyu, la información de primera mano fue bien recibida por Misaki y Manami.

Cuando acabaron de hablar, Sanzu los condujo a la parte superior de búnker, donde había una piscina para niños llena de agua y serviría como conducto para viajar al pasado. Los adolescentes se reunieron alrededor de la piscina, tras despedirse de los adultos con la promesa de volver en los próximos días, saltaron perdiéndose en el agua a una velocidad sorprendente.

La teoría de que Yuuki cumplía con las condiciones para activar el viaje parece haber funcionado.

—Hola —Alguien interrumpió el tenso ambiente donde todos miraban la piscina infantil como si fuera lo más interesante, su llegada hizo retroceder a Chifuyu hasta ocultarse tras Kazutora —Mochi ya me puso al día, supongo que es verdad.

—Baji —Kakuchō saludó al hombre con el cabello sujeto en una coleta alta —Bienvenido de regreso.

—Gracias —Dirigió su mirada a Chifuyu que se negaba a mirarlo y luego a Kazutora que no expresaba nada en su rostro, solo pena por el pasado —¿No les pedirás que salven a Izana?

—Respetaré y honraré el sacrificio de Izana aunque se rompa mi corazón.

Baji asintió mientras ocultaba sus manos en los bolsillos del pantalón, mirando la piscina con indiferencia.

—No son niños cualquiera, sino herederos de la organización criminal más fuerte de la historia. No deben preocuparse.

—Son niños —Dijo Chifuyu apretando la manga de Kazutora con fuerza, continuaba negado a dirigirle la mirada.

—Eso no te importó cuando abandonaste a Yuuki.

—Quise llevarlo lejos muchas veces, envié miles de cartas e hice todo lo posible para contactarlo y porque no lo alejaste cuando era un niño, ahora está involucrado hasta el cuello con Bonten y Kisaki —Chifuyu tomó aire profundamente y exhaló —Me disculparé con él todas las veces que sean necesarias, pero ya sabes, es difícil pensar con racionalidad cuando por culpa de alguien perdí a mi bebé —Baji apretó las manos en forma de puños —Ahora más que nunca te odio, porque mi hija me habló sobre ese bebé que perdí, se llamaba Kōichi y desapareció por salvarte en el pasado.

—Fuyu —Susurró Kazutora con voz amable y tratando de dejar salir sus feromonas para calmarlo, el efecto fue inmediato y Chifuyu detuvo sus palabras.

—Lo siento por esto, nunca fue mi intención.

—Si, ya lo sabemos —Kazutora detuvo las disculpas de Baji manteniendo aquel tono de voz neutral, carente de sentimientos y sin mirarlo, estaba concentrado en Chifuyu —Pero eso no hace que nuestro dolor sea menor.

—Yo... —Baji guardó silencio, incapaz de defenderse —Tengo una idea, existe una forma de arreglar todo esto. ¿Pueden ayudarme?

—¿De qué hablas? —La idea de volver a morir no emocionaba a Rindō, menos cuando ya había perdido a su omega y solo le quedaba proteger a sus hijos y sobrina.

—Es posible que podamos cambiar la historia.

Chapter 35: Blurry faces

Chapter Text


ARC FIVE
—— Renaissance of the black dragons ——
(CP. 35 to 40)

❝ Ichirō (α) y sus amigos deciden volver al pasado para salvar a Ren Sakurai (Ω), esta vez con Yuuki  Baji  (β) en el juego, que intenta lidiar con complicada relación con Manami (Ω).

Mientras los hermanos tratan de sobrellevar sus nuevas circunstancias y los demás trazan planes, reciben una invitación extraña durante la navidad antes de llevar a cabo su misión especial.

¡La rueda del destino vuelve a girar y los Black Dragons tienen una pelea navideña!❞

𝚃𝙸𝙼𝙴𝙻𝙸𝙽𝙴 𝙾𝚁𝙸𝙶𝙸𝙽𝙰𝙻: 2038
𝚃𝙸𝙼𝙴𝙻𝙸𝙽𝙴: 2014