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EL PROYECTO

Summary:

En un mundo donde se desató una gran guerra que dejó a millones de muertos y los sobrevivientes morían de hambre, existía Daniel Park.
Él era un joven que había perdido a toda su familia debido a este devastante hecho, hasta que de pronto, un proyecto comenzó a surgir en Corea del Sur.

Proyecto C.O.U.N.T.D.O.W.N.

Aquel proyecto afirmaba que querían alargar la vida humana, ya que habían rumores de que el fin del mundo se acercaba luego de aquella inmensa guerra. También afirmaba que iban a proteger la Tierra, y quienes fueran a quedarse a las instalaciones podrían ayudarlos a luchar y a sobrevivir con bienes dados por ellos.

Pero, ¿era todo eso real? Daniel Park no tenía otra forma de descubrirlo más que ir él mismo a aquel proyecto.

Notes:

(See the end of the work for notes.)

Chapter 1: Project C.O.U.N.T.D.O.W.N

Chapter Text

El clima era cálido, no muy caluroso pero tampoco muy frío, lo cual era algo perfecto.
A pesar de las vistas desgarradoras, el cielo se veía bonito y los pájaros cantaban, cosa que extrañaba un poco a los sobrevivientes. ¿Por qué los pájaros cantarían, si no hay nada de lo que cantar? El mundo era horrible, estaba en ruinas y después de la guerra, las peleas se habían vuelto muy frecuentes.

Era eso, hasta que llegó el proyecto C.O.U.N.T.D.O.W.N.

Aquel proyecto afirmaba que querían alargar la vida humana, ya que habían rumores de que el fin del mundo se acercaba luego de aquella inmensa guerra. También afirmaba que iban a proteger la Tierra, y quienes fueran a quedarse a las instalaciones podrían ayudarlos a luchar y a sobrevivir con bienes dados por ellos.

¿Confiar o no confiar? Ese era el tema, ya que a algunos les parecía algo ridículo que alguien afirmara poder arreglar todo ese desastre cuando ya no había vuelta atrás.

Luego de decir aquella opinión en voz alta, aquellas personas desaparecieron misteriosamente.

Sin embargo, otros pudieron ver la luz de esperanza delante de ellos por el proyecto y confiaron ciegamente en él. Por fin podrían tener un mundo mejor, un mundo con comida, buena vida, comodidades y sin guerra.

En una humilde morada, un chico llamado Daniel Park se encontraba mordisqueando el último pan que le quedaba. Se aseguró de comerse hasta la última migaja y lo saboreó como si fuera su última cena.

Si es que si vida seguía así, probablemente la sería.

El chico, quien antes tenía una apariencia que robaba suspiros y quitaba el aire, ahora estaba totalmente demacrado.
Unas horribles bolsas negras se marcaban debajo de sus ojos, su cabello se encontraba bastante desordenado, su ropa no era la mejor, se rompía las uñas por la ansiedad y se encontraba bastante delgado por la falta de comida.

Y emocionalmente no estaba mucho mejor, su familia había muerto por la guerra y eso dejó un gran vacío en él.
Estaba completamente solo en ese horrible mundo.

—Buenos días, queridos habitantes de Jeonjaeng, les habla su habitual redactador—se escuchó venir desde los parlantes distribuidos por toda la ciudad. Daniel comenzaba a cansarse de ellos, pero igual le interesaba lo que tenían que decir, para ver si es que tenían alguna noticia o algo parecido—Esperamos que estén teniendo un día de maravilla, y si no... ¿Qué están esperando en formar parte de nosotros? El proyecto C.O.U.N.T.D.O.W.N es esencial para poder continuar con la vida humana y necesitamos de su ayuda para poder lograrlo. Simplemente deben venir a las instalaciones e inscribirse en la zona de inscripción, ¡y listo! Ya podrán tener una mejor vida en nuestras instalaciones, no les faltará nada, y la cereza del pastel es que ayudarán a la humanidad.

Daniel se quedó observando su plato vacío, sin ni una migaja en él, mientras que escuchaba aquella voz en el parlante. Se encogió un poco en su asiento, soltando un suspiro cansado y sintiendo sus párpados pesados.

Hace un tiempo que no podía dormir bien por el miedo y la ansiedad que lo comían vivo. El simple hecho de pensar que alguien podría entrar a su casa, robarle todo—y lo poco—que tenía y asesinarlo lo aterraba.

Lamentablemente la vida se había convertido en eso, y sabía que él no era la única persona que vivía con ese constante miedo en su cabeza, hasta el punto de no poder dormir bien y tener alucinaciones por eso mismo.

Alucinaba que su familia seguía con él.

Levantándose de la silla y agarrando la prenda más abrigada que tenía para luego ponérsela, salió de su casa, no sin antes dejarla bien asegurada.
Caminó por las calles desiertas, el movimiento se veía más o menos por la noche y solo era para los robos o peleas que se formaban.

De pronto, sus ojos captaron a una figura moviéndose a lo lejos. Los entrecerró, tratando de detectar si era una amenaza o no, pero por lo que veía, no lo era.
Aquella persona se movía feliz por las calles, como si no tuviera ninguna preocupación encima, cosa que logró dejarlo algo desconcertado.

¿Qué clase de persona se mostraba de esa forma en una situación así?

Acercándose un poco más, su mandíbula casi cayó al suelo al percatarse de quien se trataba.

—¿Olly?—cuestionó elevando la voz, logrando captar la atención del mencionado, quien lo miró con felicidad y una sonrisa formándose en sus labios.

—¡Ah, Daniel!—exclamó corriendo hacia él, dejando al contrario aún más desconcertado.

¿Acaso era la misma persona que antes? ¿Qué le había pasado?

Olly Wang era un tipo que no creía para nada en el famoso proyecto, solía repetirlo de manera constante y pública, hasta había tratado de destrozar los parlantes que habían en las calles junto a su grupo de amigos; hasta que un día, todos ellos dejaron de aparecer por ahí, no habían rastros de ellos y nadie los podía localizar.

Aunque tampoco era como si alguien lo hubiera intentado. Daniel se preguntaba qué había pasado con Olly, pero tampoco indagó mucho.

Pero ahora él se encontraba de pie en frente de su persona, vivito, respirando y en carne y hueso.
Se veía más feliz que nunca, sin embargo, sus ojos seguían igual de apagados que siempre, esa era la única cosa que no había cambiado.

—¿Te encuentras bien?—no pudo evitar preguntarle con extrañeza, ya que sentía que en realidad no era así.

—¡Por supuesto! ¡Estoy mejor que nunca!—respondió Olly con entusiasmo, sin borrar esa brillante sonrisa que tenía.

Daniel se sobresaltó un poco por aquel tono de voz tan elevado y alegre. Hacía tiempo que no había visto a alguien así.

—Uh... ¿Dónde estuviste todo este tiempo? Pasaron unas cuantas semanas...

—¿Eh? ¿De qué hablas?—a Olly le costó parpadear varias veces seguidas—¡Ah! ¡Ya entiendo! Bueno, resulta que quise darle una oportunidad al proyecto y fui a las instalaciones... Todas las cosas que dije antes estaban completamente equivocadas, ese lugar de verdad es genial y efectivo.

A Daniel le costaba creer que lo que estaba escuchando era real.
Olly, aquella persona que juraba destruir aquel proyecto ya que decía que lo que hacían no era bueno y mentían con lo que afirmaban, ¿estaba diciendo que quiso darle una oportunidad al proyecto y salió encantado?

—Ya veo...—Daniel decidió responder eso en vez de hacer públicas sus sospechas.

Con felicidad, Olly asintió con la cabeza para luego despedirse de Daniel y marcharse.
El contrario se quedó desconcertado en su lugar, tratando de procesar lo que acababa de pasar.

Una armoniosa melodía lo hizo saltar, era una canción que salía de los parlantes, cosa que lo sorprendió un poco. Nunca habían puesto canciones en aquellas bocinas, pero quizás iban a comenzar a hacerlo.
Eso lo irritó un poco, no quería estar escuchando una canción demasiado calmada mucho rato.

Tomando una gran bocada de aire, Daniel siguió con su camino. Se dirigió a unas pequeñas tiendas que habían cerca.
Al llegar al sitio, abrió la puerta, haciendo que una campanita sobre él sonara; cada vez que eso pasaba, Daniel sentía que había vuelto a estar en el mundo como lo era antes.

Extrañaba cuando iba a una cafetería junto a su madre o a sus amigos, la campana sonando, anunciando su llegada, como buscaban un lugar para sentarse y al hacerlo, leer la pancarta para poder pedir algo.
Si hubiera sabido que las cosas iban a terminar así, habría atesorado esos días mucho más de lo que ya lo hacía.

Observando a su alrededor, Daniel caminó hacia un estante en el que aún quedaba comida. Era ramen instantáneo, pero no había algo mucho mejor que eso, así que agarró unos cuantos paquetes y luego se dirigió al mostrador, en donde aún quedaban algunas bolsas y guardó el ramen en ellas.

Luego de haber guardado las cosas, se dio la media vuelta para salir de ese lugar. Caminando por las calles, se detuvo al ver a un tipo sentado en la calle con apariencia demacrada, pero parecía estar diciendo algo.

—¡Todos estamos jodidos! ¡Aquel proyecto es una farsa, todo lo que hacen es experimentar con las personas!—decía él—¡Nuestros únicos salvadores son los cuervos! ¡Ellos van a destruir a los malvados del proyecto y moriremos todos juntos en el proceso!

"¿Experimentar? ¿Cuervos?" se preguntó Daniel frunciendo el ceño con confusión. Ese tipo estaba loco y no sabía lo que decía, ¿cierto?

Siguió avanzando, pasando de él y sintiendo un poco de pena. Era obvio que después de eso iba a desaparecer, como todos los que decían blasfemias del proyecto lo hacían.
Daniel estaba seguro de que quienes hacían eso eran las personas que apoyaban el proyecto, lo hacían porque no les gustaba que su salvación fuera insultada.

Regresó a su casa e ingresó, dejando la bolsa con la comida sobre la mesa y quitándose su chaqueta para dejarla colgada en el perchero.
Caminando hacia la cocina, se quedó de piedra cuando vio que todo se encontraba desordenado y fuera de su lugar. Con su corazón latiendo con fuerza por el miedo de que alguien haya ingresado a su casa, se dio la vuelta, solo para volver a detenerse al encontrarse con alguien.

—Daniel, Dylan hizo un gran desastre, lo lamento—su prima Sarah se encontraba frente a él. Daniel tembló en su lugar, sintiendo el cuerpo débil de manera repentina—¡Te juro que traté de detenerlo! Pero el idiota es demasiado terco...

—Sarah...—Daniel trató de hablar, pero la chica lo interrumpió antes de poder hacerlo.

—Y David no es mucho mejor... ¡Él tuvo la idea de desordenar todo mientras no estabas!

El chico apretó los labios, sintiendo sus ojos llorosos ante la "presencia" de su fallecida prima frente a él.
Sabía que estaba alucinando, ya que eso se había vuelto constante desde que perdió a toda su familia, pero aún así le dolía mucho.

—Sarah.

—... ¿Sí?

—Es hora de que descanses.

Sarah abrió sus ojos en demasía al oír eso y abrió la boca para pronunciar unas palabras, pero no pudo, ya que comenzó a desvanecerse, combinando su cuerpo con el aire y desapareciendo en un abrir y cerrar de ojos.

Cuando ella desapareció, su cocina volvió a la normalidad. No había nada desordenado, todo estaba en orden.

Daniel soltó un largo suspiro, de pronto sintiendo pocos ánimos de seguir viviendo el día a día.
Si tenía una vida así de mierda, ¿para qué seguir viviendo?

"Debería haber muerto junto a mi familia" se repetía en su cabeza en cada oportunidad que tenía.

—Lamentamos interrumpir su día nuevamente—se escuchó la misma voz de siempre provenir del parlante.

—Joder, guarda silencio—se quejó Daniel entre dientes, aunque él no lo podía escuchar.

—... Pero hemos recibido reportes de gente que está teniendo alucinaciones.

El chico abrió sus ojos en demasía al oír eso y guardó silencio, sentándose para poder estar tranquilo escuchando lo que iban a decir.

—Aquello es algo muy normal dado a los eventos tan traumáticos que han pasado. Por eso mismo, queremos ayudarlos a que estas alucinaciones desaparezcan, ya que sabemos que no son para nada bonitas.
En nuestras instalaciones los ayudaremos a desaparecer las alucinaciones y cualquier tipo de trauma que quedó. Serán una persona nueva y renovada, feliz y sin preocupaciones.
¿Qué esperan para venir?

Daniel se quedó pensativo por aquellas palabras, tratando de procesarlas y ver si lo que estaba pensando en ese momento era la decisión correcta.

¿De verdad lo estaba si quiera considerando?

𖣔

Daniel se encontraba frente a las grandes instalaciones del proyecto C.O.U.N.T.D.O.W.N. Se sentía bastante nervioso, su corazón palpitaba con fuerza y sus manos sudaban un poco.

No tenía ni idea de como iban a hacer desaparecer sus alucinaciones, pero estaba ahí para descubrirlo.

—Buenos días—lo saludó una chica que se encontraba en la recepción—¿Estás aquí para registrarte?

Ella hablaba con un tono dulce, demasiado dulce para su gusto, tanto que parecía ser fingido.
Aún así, se obligó a sí mismo a sonreír de vuelta para no parecer grosero.

—Buenos días. Sí, me quiero inscribir en el proyecto.

—¡Excelente! Estamos felices de que hayas querido unirte a nosotros—habló ella bastante animada.
Luego de eso comenzó a hurgar entre los papeles que tenía en su escritorio y le extendió uno a Daniel—Por favor completa este registro y ya serás parte de nuestro proyecto.

Daniel miró el papel con atención.
Tenía que poner su nombre completo, su fecha de nacimiento, su rut, completar unas preguntas de porqué quería unirse y finalmente firmar.
Comenzó a rellenar la hoja, hasta que se quedó pensando en como responder aquellas preguntas.

—¿No sabes cómo responder?—le preguntó la mujer frente a él. Daniel asintió con la cabeza y ella soltó una risita—Tranquilo, la gente suele dudar en esa pregunta. Simplemente escribe que quieres ayudar a la humanidad y tu razón.

—¿Tiene que haber una razón para querer ayudar a la humanidad?—preguntó Daniel conteniendo una risa ahogada—Pensé que todos queríamos eso solo porque sí.

La mujer agarró un lápiz y comenzó a jugar con él, dándole vueltas con sus dedos de manera casi profesional.

—Me refería a tu razón de querer estar aquí, aparte de querer ayudar a la humanidad.

Ella volvió a reír al ver como las mejillas de Daniel se pintaron de un color rojo por la vergüenza de su confusión.

—No te preocupes, yo no me expliqué bien—dijo con diversión—Soy Sera Shin, es un gusto.

—Daniel Park.

El chico continuó rellenando el papel, escribió que la razón por la que estaba ahí era porque estaba teniendo alucinaciones y había escuchado que aquí podían ayudarlo con eso.
Al terminar, le entregó el papel a Sera, quien lo recibió y lo leyó. Su rostro se contrajo en una expresión de sorpresa al leer algo.

—¿Tienes alucinaciones?—preguntó sorprendida y Daniel asintió con la cabeza.

—Así es... Es un gran problema.

Sera asintió de acuerdo y dejó el papel sobre su escritorio.

—No he tenido alucinaciones debido a que soy parte de este proyecto, pero no me puedo ni imaginar lo horrible que debe ser—dijo ella con tono pasivo—De acuerdo, la haré llegar este papel a mi jefe. Mientras, otra persona te hará un tour por la facilidad, ¿te parece bien?

—Sí, me parece bien.

La mujer le sonrió y levantó la mano para hacerle una seña a alguien. Detrás de Daniel, un guapo chico de cabello castaño claro apareció, sorprendiéndolo un poco.

—Acompáñame—le dijo él y Daniel le hizo caso de inmediato.

"Es muy guapo" pensó el pelinegro observándolo de reojo.
A pesar de que su cabello castaño estaba desordenado, se veía muy bien. Tenía unas ondas y sus ojos extrañamente eran de distinto color.
O al menos eso parecía, uno parecía más claro que el otro, algo bastante extraño, ya que no parecía tener heterocromia.

—¿Cómo te llamas?—la pregunta salió de sus labios sin siquiera darse cuenta. El contrario volteó a mirarlo con una ceja alzada.

—¿Por qué quieres saberlo?

—Curiosidad.

El castaño resopló un poco, pero aún así respondió.

—Soy Johan—se presentó. No dio su apellido, pero Daniel pareció satisfecho al poder saber su nombre.

—Es un gusto, Johan. Yo soy Daniel.

—No te pregunté—la tosca respuesta de Johan hizo que Daniel lo mirara con diversión.

—Ya veo.

A Johan logró irritarle su actitud. Cualquiera se habría enojado luego de hablarle de esa manera, pero Daniel parecía más divertido e interesado que antes, cosa que lo fastidió.

Siguieron caminando por los pasillos del lugar, hasta que llegaron a un gran lugar lleno de puertas. Daniel se sorprendió al ver gente dando vueltas por ahí.

Gente en muy buen estado.

Estaban vestidas de buena manera, se veían limpios y, sobre todo, se veían alegres. Sonreían en grande y hablaban entre ellos, como si no tuvieran ninguna preocupación.

—Estas son las habitaciones de nuestras instalaciones—comenzó a explicarle Johan—Como puedes ver, la gente se encuentra muy bien, como si nunca hubieran pasado por una gran guerra.
Hay otras habitaciones por otros pasillos, pero como no es lo importante, solo te mostraré estas.

—¡Ugh! ¡Zack!—se escuchó un grito salir de una de las habitaciones. Una chica azabache se asomó de ahí—¡Eres un idiota! ¡Tienes toda tu habitación desordenada! ¿Y así quieres gustarle a Mira?

Johan hizo una expresión de fastidio ante eso. Él conocía a ese tal Zack, ya que habían compartido varias veces, y estaba seguro de que era un idiota.
Todas las cosas que hacía eran por la chica que le gustaba, Mira. Incluso había venido a las instalaciones solo porque ella lo decidió.

—Son muy ruidosos—señaló Daniel alzando una ceja—¿Es algo normal en este lugar?

—Depende de la persona, claramente—respondió Johan con obviedad—Generalmente los recién llegados lo son, luego se van calmando las aguas.

Daniel asintió al comprender y luego ambos siguieron con su camino. Llegaron a otra zona en donde también habían unas puertas que guiaban a otros lugares.
Una de ellas estaba abierta, así que Daniel se asomó con curiosidad.

Ahí había una chica de cabello ondulado y color crema, tenía unos lentes de color rosa para protegerse los ojos y parecía estar haciendo unos experimentos. Daniel alzó una ceja al ver eso.

—¡Hey! ¿Qué haces?—Johan lo llamó al verlo y se le acercó con el ceño fruncido—No seas tan metido.

Por la voz de Johan, la chica se dio cuenta de ambas presencias. Se mostró sorprendida, pero luego esbozó una gran sonrisa y se levantó de su asiento para caminar hacia ellos.

—¡Ah, Johan!—exclamó ella encantada—¿Trajiste a alguien nuevo? ¡Eso es increíble!

—Yo no traje a nadie, solo le estoy mostrando la facilidad—gruñó él como respuesta. Al parecer la chica no le agradaba.

—¡Un gusto! ¡Soy Vivi!—se presentó ella con entusiasmo—¡Eres muy guapo! ¡Podrías hasta ser modelo, actor o idol!

Daniel quiso decirle que con el mundo como estaba no se podría, pero prefirió no decir nada.

—Yo soy Daniel, el gusto es mío—respondió haciendo una reverencia hacia ella, quien observó con ojos brillantes.

—¡Eres un completo caballero!—exclamó Vivi sonriendo en grande.
Al parecer su lenguaje verbal era gritar todo el tiempo.

—No es necesario que grites—Johan le dijo lo que Daniel estaba pensando.

—Eres muy malo, Johan—le respondió Vivi haciendo un puchero, pero no tuvo nada de efecto en el chico, solo logró fastidiarlo aún más.

Gruñendo, Johan se dio la vuelta y le hizo una seña a Daniel para que lo siguiera, quien no dudó en hacerle caso. No quería quedarse solo con Vivi, se veía como una chica extraña y era demasiado energética, ese tipo de gente le incomodaba un poco.

—¡Adiós Daniel! ¡Visita mi laboratorio otro día!—escuchó que Vivi le gritó a lo lejos.

Daniel no se dio vuelta para mirarla, simplemente siguió a Johan como si fuera un perro y él fuera su dueño.
Ante esa comparación, Daniel no pudo evitar querer golpearse a sí mismo por su rara imaginación.

Luego de mostrarle bien cada lugar de la gran estructura, Daniel se sintió bastante bien. El lugar era muy bonito, definitivamente parecía de otro mundo y le sorprendía que alguien haya sido capaz de hacer algo así en el mundo de ahora.
Regresaron a la recepción, en donde Sera seguía en el mismo lugar de antes. Al verlos, ella sonrió.

—Daniel Park, fuiste aceptado en nuestra facilidad—anunció Sera con felicidad y Daniel no pudo evitar sonreír.

Una nueva etapa en su vida comenzaba.

Chapter 2: The Untold Story

Summary:

Mientras que las dudas de Daniel crecen, el día de entrenamiento de pelea y defensa propia llega.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Daniel se encontraba observando su nueva habitación, viendo lo bien decorada que estaba y la buena iluminación que tenía.
No le importaba mucho no tener sus pertenencias en aquel lugar, ya que en realidad, no tenía muchas, aunque había algo que sí le habría gustado tener de vuelta.

Sera le dijo que en las mismas instalaciones les daban comida, ropa, entre otras cosas, así que no tenía que ir a buscar sus cosas.

"Y, sin ofender, pero tampoco creo que tengas mucho" le había dicho ella, y eso él no lo iba a olvidar.

Lo peor era que tenía razón.

Se escucharon unos golpes en la puerta, así que Daniel se acercó para abrirla. Se sorprendió al encontrarse con Johan, quien cargaba unas cuantas cajas de manera bastante fácil, como si no pesaran nada.

—¿Uh? ¿Qué es eso?

—Obviamente son tus cosas, idiota—le respondió él con seriedad—Déjame pasar, debo dejar esto dentro.

Daniel lo hizo pasar y Johan caminó directo hacia la cama, dejando las cajas sobre ella. El pelinegro se acercó, curioso por ver lo que había dentro.
Se asomó por encima de su hombro, viendo como el castaño abría las cajas.

—Tú eres demasiado metido, ¿no te parece?—le habló Johan, haciendo que Daniel le dedicara una mala mirada.

—Bueno, pues obviamente debo saber lo que tienen las cajas si son para mí.

Johan chasqueó su lengua y luego de abrir las cajas retrocedió unos cuantos pasos para que Daniel pudiera ver. El chico se puso a hurgar de inmediato, encontrándose con mucha ropa.

—No puede ser...—murmuró al ver todas las hermosas prendas—¿De dónde sacan esta hermosa ropa?

—Nosotros las fabricamos.

Daniel volteó a verlo con sorpresa, encontrándose con el inexpresivo rostro de Johan. Soltando un suspiro, devolvió su vista hacia las cajas y revisó cada una de ellas, cada vez quedando más encantado con lo que veía.

—Agradezco mucho tener estas prendas tan bonitas y que no son tan aburridas como tu traje blanco y negro—el comentario de Daniel hizo que Johan hirviera de la rabia.

—¡Oye! ¡Cuidado con lo que dices!

—Tranquilo, solo quería ver una reacción de tu parte—le respondió el pelinegro con diversión, hasta que algo cruzó por su mente, así que cambió su expresión—Johan... ¿Te puedo hacer una pregunta?

—Ya la estás haciendo.

Daniel rodó los ojos con fastidio y decidió ignorar eso.

—¿Sabes qué son "los cuervos"?—optó por preguntarle, ya que eso le venía comiendo la cabeza desde que oyó a aquel tipo en la calle decirlo.

No se perdió el momento en el que Johan se tensó, abriendo sus ojos en demasía al oír su pregunta y como comenzó a sudar un poco por los... ¿Nervios?

—No sé de qué me estás hablando—finalmente respondió con voz ahogada—Lamento no poder responder tu pregunta.

—Eres muy malo fingiendo, ¿lo sabías?

Johan entrecerró sus ojos, observándolo como si fuera un bicho raro e incluso de manera sospechosa.
Se alejó un poco más y terminó por darle las espalda.

—Te voy a dar un consejo...—habló—No le preguntes a nadie más qué son los cuervos, es por tu bien.

Y dicho esto, salió de la habitación, dejando a Daniel totalmente desconcertado.

¿Qué rayos había sido eso? Johan definitivamente sabía algo, eso era bastante obvio, pero no le dijo nada.
Además, si antes él lo odiaba, ahora lo odiaba mucho más.
Daniel suspiró. No había hecho ningún avance con Johan para ser su amigo, de hecho, había retrocedido como cinco o más pasos.

A pesar de eso, lo haría hablar, no se iba a quedar con la duda.

Él iba a descubrir qué eran "los cuervos".

𖣔

Daniel salió de la ducha de su baño personal, una toalla rodeando su cintura y con la otra se secaba el cabello.
Se había puesto a revisar los productos de aseo personal que le habían dejado en el baño, hasta que decidió que tomarse una ducha era la decisión correcta, ya que le hacía falta una.

Eligió la ropa que se iba a poner, se trataba de una camiseta blanca, una chaqueta azul con detalles blancos y unos jeans negros.
Ya vestido, fue a mirarse al espejo, y mientras que se peinaba, un ruido llamó su atención.

—Es hora de ir a cenar, mis queridos búhos reales—la misma voz que se escuchaba en los parlantes que había por la ciudad, se escuchó ahí—Todos vayan al comedor.

¿Cenar? ¿En qué momento había pasado tan rápido la hora? Daniel se quedó sorprendido.

De pronto, la puerta de su habitación fue tocada. Se dirigió a paso pesado a ella y la abrió, quedando boquiabierto al encontrarse con Johan parado ahí.
Él tenía una expresión de fastidio en su rostro—como siempre—, las manos detrás de su espalda y las mejillas un poco sonrojadas.

—Me mandaron a guiarte al comedor, ya que eres nuevo y no sabes donde está—le explicó él.

—Pero me lo enseñaste cuando dimos el recorrido...

—¿Y recuerdas cómo llegar?

Daniel guardó silencio.

—Lo suponía.

Johan no esperó a nada más, simplemente se dio la vuelta y salió de la habitación, esperando a que Daniel lo siguiera. Él lo hizo, siguió sus pasos y se dirigieron al comedor.
Al llegar, Daniel se sorprendió al ver lo lleno que estaba.

—Muchas personas decidieron mejorar sus vidas al venir a este lugar—comentó Johan viendo el rostro impresionado de Daniel—Por eso hay mucha gente por aquí.

—¿Mejorar?—repitió el pelinegro con duda—Bueno, estoy aquí para comprobar que de verdad es mejorar y no empeorar...

Johan volteó a mirarlo con el ceño fruncido.

—Ten cuidado con las cosas que dices, hay oídos por todas partes.

Daniel sintió escalofríos al oír eso.

—Bien, ya hice lo que debía hacer—Johan interrumpió—Ahora ve a comer, yo me tengo que ir.

—¿Acaso tú no comes?

—No aquí, los trabajadores tenemos otro lugar especial en donde comer.

Luego de eso, Johan se retiró, dejando a Daniel por su cuenta. El pelinegro, con algo de nerviosismo, se adentró más al comedor; unas cuantas miradas se posaron sobre él con curiosidad, varias personas le sonreían con amabilidad y otras solo lo miraban.

Con vergüenza, se dirigió a la zona de la comida y sacó una bandeja para comenzar a servirse. Debía decir que la comida se veía deliciosa, hacía tiempo que no veía algo así, ya estaba acostumbrado al ramen y a un pan rancio.

Cuando terminó de servirse, se dio la media vuelta para observar todo el lugar y buscar algún sitio en donde sentarse.

—¡Hey, chico bonito!—una voz femenina habló y Daniel volteó a mirar. Era la misma chica que había estado gritando en una habitación hacia un tal Zack—¡Ven a sentarte con nosotros!

Daniel, dudoso, se dirigió hacia la mesa de ellos.
Habían tres personas: la chica azabache, otra chica de cabello castaño algo rojizo recogido en una coleta y un chico azabache con el cabello bien peinado.

—Zoe, ¿por qué siempre invitas a extraños a nuestro sitio?—cuestionó el chico con irritación.

—¡No seas así, Zack!—habló esta vez la castaña—Seguro Zoe solo quiere hacer amigos.

Zoe no le prestó atención a ninguno de los dos, toda su atención iba dirigida hacia Daniel.

—Como oíste, soy Zoe Park—se presentó con una gran sonrisa en sus labios—Mi amiga es Mira Kim y mejor no hablemos de Zack.

—¡Oye!

Daniel no sabía como sentirse con aquella situación, había un sentimiento de estar fuera de lugar, pero a la vez se encontraba divertido por las interacciones del trío de amigos.

—Yo soy Daniel Park—se presentó finalmente y los ojos de Zoe brillaron.

—¡Tenemos el mismo apellido!—exclamó con felicidad—Aunque, bueno... Park es un apellido muy común aquí en Corea, ¡pero aún así!

Mira sonrió un poco.

—Te lo dije, Zack. Zoe solo quiere hacer amigos.

La mencionada asintió efusivamente con la cabeza y Daniel hizo un intento de sonrisa antes de comenzar a comer.
Sus ojos se abrieron en demasía ante aquel exquisito sabor que bajó por su garganta, se aseguró de saborearlo bien y luego le dio otras cucharadas.

—¿Eh? Parece que le gustó...—mencionó Zoe al verlo comer de esa forma.

—Te estuviste alimentando bien, ¿cierto?—Mira le preguntó con algo de preocupación en su tono de voz.

—No hay buena comida allá afuera como para alimentarse bien.

—¿Le acabas de llevar la contraria a Mira?—Zack habló frunciendo el ceño y Daniel rodó los ojos.

—No, no lo hice.

Los cuatro continuaron comiendo y charlando, aunque en realidad, Zoe era quien se la pasó parloteando y haciéndole preguntas a Daniel.
Él estaba algo incómodo, pero al mismo tiempo le alegraba haber podido encontrar a un grupo con el cual estar en ese lugar, o se iba a sentir muy solo.

Después de todo, no le agradaba a Johan y eso lo ponía bastante triste.

De pronto, algo cruzó por la cabeza de Daniel. Recordó la advertencia que le había dado Johan por ese tema, pero la curiosidad le ganaba y tampoco se iba a quedar de brazos cruzados.
Él quería saber la respuesta.

—Oigan...—comenzó a decir, llamando la atención de los tres—¿Saben lo que son "los cuervos"?

Ninguno de ellos dijo alguna palabra, solo compartieron miradas confundidas.

—Eh...—habló Zack después de unos segundos—¿No son esas aves?

—Eres un idiota, Zack—le dijo Zoe y el chico la miró ofendido.

—¡Oye! ¡¿Y eso por qué?!

—No creo saberlo, lo lamento—esta vez, Mira le respondió con pena—¿Por qué? ¿Es algo importante?

Daniel dudó un poco antes de responder.

—No, no lo es, no te preocupes.

Luego de terminar de comer, Daniel fue a dejar su bandeja y se adelantó, diciéndole a los otros tres que aún tenía que ordenar su habitación ya que había llegado hace poco.
Mientras que iba caminando por los pasillos, un fuerte agarre en su muñeca se hizo presente, cosa que lo sobresaltó y trató de liberarse, sin tener éxito. Fue jalado hacia una habitación y lo acorralaron contra la puerta, ésta siendo cerrada en el proceso.

Frente a él, se encontraba un lindo chico pelinegro con mechas blancas en su cabello.

—¡¿Q-Qué haces?!—se alteró y trató de gritar, pero su boca fue cubierta por una de las manos del contrario.

—Tranquilo, no te haré nada—le dijo él—Solo quiero que hablemos, relájate... Es sobre "los cuervos".

Daniel se sorprendió ante eso y se relajó al instante, no volviendo a querer escapar. De verdad quería saber eso.

—Te escuché preguntándole a los otros sobre los cuervos...—comenzó a decirle el contrario—No deberías mencionarlos a lo despreocupado, es muy peligroso.

—¿Pero por qué?—Daniel frunció el ceño—Eres la segunda persona que me lo dice, pero no entiendo la razón.

El otro chico alzó una ceja al oír eso, confundido.

—¿La segunda...?—dejó la pregunta en el aire cuando se dio cuenta de algo—Bueno, no importa... Ya sabes, no seas tan descuidado con ese tema.

—Al menos dime algo, por favor.

El de mechas blancas cerró los ojos, soltando un suspiro, y luego los abrió para observarlo fijamente.

—"Los cuervos" son una organización.

Y luego de decir eso, alejó a Daniel de la puerta para abrirla y salir del lugar, dejándolo completamente desconcertado, solo en aquella habitación.

Cuando su mente procesó algo, sus ojos se abrieron demasía.

—La voz en el parlante nos llamó "búhos reales", y esos son los depredadores de los cuervos...

𖣔

Los días pasaron, Daniel comenzó a juntarse más con el grupo de Zoe, pero sus pensamientos estaban ocupados con aquello que había pasado el otro día. Todo el tema de los cuervos lo tenía demasiado confundido e intrigado.

Otra cosa que ocurrió fue que Sera le dio un tarro con pastillas para desaparecer las alucinaciones. Le había dicho que habían sido creadas en ese lugar y que eran cien por ciento efectivas.

Daniel comenzó a tomarlas dos veces al día, ya que la mujer así lo dijo.

En ese momento se encontraba acomodando su ropa, hasta que una voz lo interrumpió.

—Buen día, mis queridos búhos reales,¿cómo se encuentran el día de hoy?—la misma voz habló por los parlantes—¿Saben qué día es hoy? ¡Sí! ¡Es día de entrenamiento! Ya saben que hacer.

Justo cuando la transmisión se cortó, la puerta de su habitación fue tocada.
Daniel se dirigió de inmediato a abrirla, encontrándose con Johan con la mirada en el suelo.

—¿Johan?

—Vengo a guiarte al gimnasio en donde entrenamos—le explicó él y el pelinegro asintió con la cabeza, comprendiendo.

De pronto, Johan captó algo con sus ojos detrás de Daniel.

—¿Y eso?

Daniel siguió su mirada, encontrándose con su tarro de pastillas que estaba sobre la cama.

—Ah, son pastillas que Sera me dio...—respondió—Son para que las alucinaciones desaparezcan.

No se perdió como Johan se quedó algo ido por aquella respuesta, pero después recuperó su compostura.

—Ya veo...

Los dos salieron de la habitación, el castaño lo guió por los pasillos hasta que llegaron al gran gimnasio. Había bastante gente ahí, pero no estaba toda, ya que el entrenamiento era algo opcional, era por si uno quería.

—Mi trabajo está hecho—la voz de Johan llamó su atención y volteó a mirarlo.

—¿Tú no entrenas para pelear y defenderte?

Johan sonrió de lado con suficiencia.

—No lo necesito.

Y dicho esto, se dio la media vuelta para irse. Daniel se quedó mirando el lugar por donde se había ido.

—Primera vez que lo veo sonreír y no era una sonrisa buena... Que tipo más raro—murmuró para sí mismo.

Daniel se acercó más al resto, tratando de analizar bien quienes estaban ahí. Se sorprendió un poco al ver que estaba Zack, pero al menos había alguien a quien conocía.

—Es un placer tenerlos aquí—habló un chico de baja estatura que usaba anteojos. Tenía la misma voz que la que salía de los parlantes—Ahora comenzará el entrenamiento de pelea y defensa propia con nuestros tres maestros.

Señaló a tres hombres que estaban muy bien vestidos y peinados. Uno tenía el cabello rosa, otro era rubio y el otro pelinegro, el último tenía los ojos bastante raros, cosa que llamó la atención de Daniel.

—James Lee les enseñará la velocidad, Goo Kim las armas y Gun Park la fuerza y resistencia.

Fue señalándolos uno a cada uno, así que Daniel supo quien era quién.

—Aunque primero vamos a comenzar con movimientos de pelea básicos.

Gun y James dieron un ejemplo, fingiendo que ellos estaban en una pelea mientras que Goo los animaba.
Se notaba que los otros dos se encontraban fastidiados por el rubio, así que lo ignoraron.

Daniel observó con atención cada movimiento que ellos hacían, sintiendo el interés crecer dentro de él.
Ambos se movían de manera fluida y profesional, tanto que Daniel sentía que en cualquier momento se iban a golpear de verdad.

En un momento, James se alejó y Gun dio un paso adelante, escaneando con la mirada a cada persona que había en el lugar, hasta que ésta cayó sobre Daniel y una siniestra sonrisa apareció en su rostro.

—Tú—le dijo—Eres nuevo, ¿no? Ven hacia acá.

Daniel tembló un poco ante eso, pero aún así hizo lo que se le dijo. Se acercó lentamente hacia Gun.

—¿Tienes experiencia en combate?

—Un poco, aunque no es muy buena—Daniel respondió con honestidad.

—Veamos... Trata de seguirme el ritmo.

Gun se quedó de ahí de pie, esperando a que Daniel diera el primer paso, cosa que confundió al contrario.

"¿No tenía que seguir su ritmo? ¿Por qué espera a que yo comience?" se preguntó.

Avanzando un poco, Daniel se puso en posición y lanzó un golpe hacia Gun, quien lo esquivó sin mucho esfuerzo. Luego le lanzó una patada brasileña y el contrario otra vez la esquivó, pero retrocedió muy sorprendido.

"Esos son los movimientos que hice con James... ¿Los acaba de copiar?" pensó Gun con los ojos muy abiertos.

Daniel se quedó desconcertado cuando Gun no atacó de vuelta, en cambio, se quedó ahí de pie, observándolo de manera profunda.

—Tú...—comenzó a decir con voz grave, pero luego una gran y siniestra sonrisa se formó en sus labios—¡Eres interesante!

Sintiendo escalofríos por todo su cuerpo, Daniel retrocedió, escuchando la sonora carcajada que soltó Goo ante eso.

—No asustes así al novato, Gun.

—Puede ser un novato, pero tiene potencial.

Todos los demás soltaron un jadeo con sorpresa al oír a Gun decir eso sobre alguien. Eso era muy extraño.

Zack apretó los puños. Daniel había dicho que no tenía mucha experiencia en eso, ¿pero había logrado impresionar a Gun? Era un mentiroso.

Inesperadamente, Gun lanzó una patada que le dio a Daniel, haciéndolo caer sobre sus rodillas y tosiendo.
Zack contuvo una carcajada por aquella escena. Más tarde se iba a burlar de Daniel por eso.

—Tienes talento, pero necesitas velocidad para ver los ataques—Gun hizo una observación—Ahí es donde entras tú, James.

El mencionado asintió con la cabeza, cruzado de brazos. A su lado, Goo hizo un puchero.

—¿Y qué hay de mí?—hizo un berrinche como un niño pequeño, ganando miradas incrédulas de algunos.

Gun decidió ignorarlo.

A lo lejos, arriba de unas gradas que rodeaban el gimnasio, una chica se encontraba observando todo, siendo acompañada de dos hombres.

—¿Qué le parece, señorita Crystal?

La chica llevó una de sus manos a su barbilla, de manera pensativa.

—Me parece bastante interesante.

Notes:

¡Nuevo capítulo! Espero que lo disfruten tanto como yo disfruté escribirlo.

Chapter 3: Jumpsuit, Cover Me

Summary:

Daniel pasa por unos momentos que crecen sus sospechas. En otra parte, se hace una reunión de los trabajadores del proyecto por presuntas amenazas.

Chapter Text

Venía siendo un nuevo día, Daniel se había vuelto más cercano a Zoe, Mira y Zack. Ellos eran buenas personas, aunque habían veces en las que Daniel los veía un poco extraños.

Dejando eso de lado, Daniel había conocido a otros tres chicos: Jay, Vasco y Jace. Los tres eran buenos tipos, y aunque Jay no hablaba, aún así le agradaba. En cambio, Vasco era algo tonto, pero gracioso y amigable; Jace era el inteligente y trataba de guiar a Vasco en todo, y aún así Vasco era su líder.

En ese momento, Daniel se encontraba en su habitación junto a Vasco. El contrario había aparecido de la nada en su puerta para visitarlo, se veía tan feliz que Daniel no tuvo valor para decirle que quería estar solo para poder descansar.

Los dos estaban sentados en el suelo, Vasco no dejaba de parlotear y Daniel lo escuchaba con atención.

Mientras que lo escuchaba hablar, algo pasó por la cabeza del chico pelinegro, y entonces, se atrevió a preguntar:

—Vasco... ¿Tú no has notado nada extraño en este lugar?—cuestionó en un susurro y con un poco de miedo creciendo en su interior.

Después de todo, Johan le había dicho que habían oídos en todas partes.

Vasco parpadeó varias veces, tratando de procesar la pregunta que le había hecho.

—Bueno, una vez vi a Zack Lee sacudiendo el trasero como si tuviera una cola, justo como un perro, mientras que Mira Kim le acariciaba la cabeza—respondió él algo pensativo y Daniel soltó un suspiro.

—Claro, eso es lo suficientemente extraño...

Y cuando iba a cambiar el tema de conversación, Vasco volvió a hablar.

—Una vez Jace me comentó algo extraño también... Me dijo que sospechaba algo de este lugar.

Daniel abrió sus ojos en demasía, volteando a observar a Vasco, quien se veía igual de despreocupado que siempre. Parecía que no entendía el peso de sus palabras.

—¿Qué fue lo que dijo exactamente?—indagó Daniel con curiosidad.

Vasco se llevó una mano a su barbilla, mirando el techo de la habitación y tratando de recordar.

—No recuerdo con exactitud, pero dijo que hay algo raro en este lugar y que no confía mucho—la respuesta del contrario solo logró activar más las alarmas de alerta en Daniel.

—Ya veo...

Quería hacer muchas más preguntas, pero no quería hostigar a Vasco ni arriesgarse a ser oído alguien.

Maldito Johan, lo que le había dicho lo dejó más paranoico que antes.

Después de eso, Vasco se fue y Daniel se recostó sobre su cama, pensando en las palabras del otro chico, las cuales no dejaban de dar vueltas por su cabeza.

"Con que Jace no confía en el proyecto..." pensó Daniel mordiendo su labio inferior.

La puerta de su habitación fue tocada, haciendo que él soltara un resoplido frustrado. Al parecer no podía descansar bien, porque siempre lo interrumpían.
De pronto, la idea de que esa persona que estaba tocando era Johan apareció en su mente y se apresuró en ir a abrir la puerta.

Realmente quería ser amigo de Johan.

Al abrirla, se encontró con un chico rubio sujetando dos cajas de leche de chocolate en su mano.
Daniel esbozó una amable sonrisa al percatarse de que se trataba de Jay.

—¡Jay! Me alegra verte... ¿Qué te trae por aquí?

El rubio le extendió las dos cajas de leche y Daniel lo miró un poco confundido.

—¿Para mí?—cuestionó y Jay asintió—Vaya, así que te diste cuenta que me gusta la leche de chocolate.

Jay sonrió un poco y volvió a asentir con la cabeza. Daniel agarró las leches y se adentró en su habitación para dejarlas sobre su mesita.

—Pasa si quieres—le dijo al rubio, quien se había quedado quieto en el marco de la puerta, sin saber que hacer.

Algo dudoso, Jay entró en la habitación y cerró la puerta detrás de sí mismo, caminando hacia Daniel.

—Estos días han pasado bastante lentos, supongo que así es como se siente estar encerrado...—comentó Daniel soltando un suspiro.

Obviamente el sitio tenía unos jardines, pero eso aún seguía siendo parte de la facilidad, así que no era mucha la diferencia.

—¡Oh, es cierto!—exclamó de pronto el pelinegro al recordar algo—Mis pastillas, tengo que tomarme una a esta hora.

Desviando la mirada del reloj que estaba colgado en la pared, fue a buscar su tarro con pastillas al lugar en el que siempre lo guardaba, bajo la curiosa mirada de Jay.

Daniel se quedó congelado cuando se percató de que sus pastillas no estaban.

—¿Eh? Pero si yo siempre las guardo aquí...

Siguió revisando, sin tener éxito alguno.
Sintiendo una extraña sensación en su pecho, se levantó y se quedó mirando el suelo, hasta que sintió a Jay moviéndose a su lado.

—¿Qué dices?—cuestionó y luego entendió—Ah, sí, esas pastillas son bastante importantes... Me ayudan con mis alucinaciones.

Jay se mostró bastante preocupado. Por supuesto, le preocupaba la salud y el bienestar de Daniel.

El chico pelinegro soltó se sentía totalmente frustrado, había perdido sus pastillas y no podía encontrarlas por ninguna parte.
Revisó todos los lugares de la habitación, incluso Jay lo ayudó, pero el tarro no estaba.

—Tendré que pedirle otro a Sera—murmuró Daniel para sí mismo—Aunque... ¿Me lo dará? El tarro estaba casi lleno y lo desperdicié, además, deben haber otras personas que igual lo necesitan.

Daniel se sentó en la orilla de la cama, totalmente rendido. Jay se le acercó y le dejó unas caricias en la cabeza, cosa que lo hizo sonreír un poco.

—Gracias, eso me hace sentir mejor.

Luego de que Jay se fuera, Daniel se quedó pensando, recostado sobre su cama.
Estaba seguro de que la última vez que agarró el tarro después lo había vuelto a dejar en su mismo lugar, no tenía recuerdos de haberlo dejado en un lugar distinto.

Quizás estaba muy paranoico, pero el pensamiento de que alguien se las había llevado llegó a su mente.

¿Por qué alguien las habría sacado? Eso sonaba ridículo, esas pastillas son de ayuda.
Daniel sacudió su cabeza para alejar ese estúpido pensamiento.

Sí, debe haberlas movido de lugar y no lo recordaba. Debe ser así.

𖣔

Johan caminó por los largos pasillos de la estructura hasta llegar a una gran oficina, tocando la puerta. Ésta fue abierta casi de inmediato y fue recibido por un chico bajito que usaba lentes.

—¡Johan! Gracias por venir—le dijo él con una sonrisa.

—Eugene—respondió él asintiendo con la cabeza y pasando a su lado para entrar en la oficina, encontrándose con el resto de los trabajadores.

—Como siempre tan tosco—rió Eugene—Demasiada actitud para alguien que siempre llega tarde a las reuniones.

Johan rodó los ojos y se sentó en uno de los asientos más alejados del resto.

—Tengo trabajo que hacer—dio una explicación simple y Eugene fingió entendimiento.

El chico de anteojos se puso de pie frente a todos los trabajadores del proyecto y chocó sus palmas para llamar la atención de cada uno de ellos.

—Bueno, se preguntarán porqué los reuní aquí.

—No realmente—respondió Vivi echándose una galleta a la boca. Dos chicos rubios soltaron una carcajada por eso.

Eugene esbozó una falsa sonrisa.

—Siempre tan cómica, señorita Vivi—comentó—Siguiendo con el tema, hay algo serio que debo decirles.

—Escúpelo ya, me estoy comenzando a aburrir—Goo bostezó y a su lado, Gun le dio un apretón en la pierna para que se callara—¡Ay! ¡¿Y eso por qué?!

—Yo también me estoy aburriendo—se quejó un niño de cabello color morado, su nombre era Kouji.

Kouji no era exactamente un trabajador, era un ayudante experto en la computadora y todo el tema de aparatos electrónicos, pero debía estar en las reuniones para entender bien las situaciones.

Ya hartándose de las interrupciones, Eugene fue directo al punto.

—Hay amenazas de ataques hacia el proyecto.

Hubo un gran silencio luego de eso, hasta que alguien alzó la voz.

—¿Se trata de "los cuervos"?—cuestionó Xiaolung con preocupación.

—Así es, se trata de ellos.

—¡Esos malditos!—exclamó Kuroda Ryuhei con enojo.

A su lado derecho, Soma Mitsuki le dio una mala mirada al chico rubio.

—Mantén tu compostura, Ryuhei—le dijo con voz pesada y el contrario le hizo caso de inmediato.

Una carcajada resonó por toda la sala, logrando irritar aún más a Johan. Se trataba de Tom Lee.

—Esos pájaros no son nada contra nosotros—afirmó él con seguridad y Eugene sonrió ante eso.

—Me alegra que tengan confianza en sí mismos.

—¿Qué es lo que dice el jefe Choi?—James Lee hizo la pregunta que todos se hacían en su interior. Querían saber cuál era el plan de su jefe.

—Vamos a contraatacar—respondió Eugene—Primero enviaremos a los soldados que tenemos, y si las cosas se ponen feas, el jefe Choi liberará a esas cosas.

Todos dejaron escapar un jadeo de sorpresa al oír eso.

—¿Tan pronto?—cuestionó Hangyeol Baek—Tengo entendido que no están completamente listos, soy uno de los que trabaja en eso y aún le falta...

—Aunque no estén listos, tienen una gran fuerza.

—¿Así que sólo irán a pelear soldados?—Taejin Cheon interrumpió, sacando un cigarrillo de su bolsillo—Que lástima, yo quería ir a pelear y a destrozar a esos cuervos.

Sera le quitó el cigarrillo a Taejin y lo lanzó lejos.

—Sin fumar aquí dentro.

Johan se encontraba recargado en su silla, escuchando todo en silencio y de brazos cruzados.

—Si necesitamos más apoyo, enviaremos a los luchadores de los trabajadores.

Ryuhei soltó una carcajada por las palabras de Eugene.

—¿Necesitar más apoyo? Por favor, ni que esos cuervos fueran la gran cosa.

—No subestimes al enemigo—le dijo Mitsuki con seriedad—Si no fueran la gran cosa, el jefe Choi no habría hecho a esas cosas para poder luchar contra ellos.

El rubio guardó silencio al instante.

—Como un perro fiel...—murmuró Xiaolung, pero fue audible para toda la sala.

—Tú no eres la mejor persona para hablar sobre perros fieles—respondió Ryuhei observando de reojo a Vivi, quien seguía comiendo sus galletas sin enterarse de nada.

—Necesito escuchar las órdenes directas de Charles Choi—Gun interrumpió la mini discusión, poniéndose de pie—No sigo las órdenes de nadie que no sea él.

A Eugene parecía que se le iba a reventar una vena de la rabia.

—¿Sí? Pues estas órdenes son de Charles Choi.

Gun lo miró con seriedad.

—¿Sí? Pues quiero escucharlo directamente de él.

—Hey, no te vayas—Goo le pidió al verlo acercarse a la puerta—Puedes tomar esto como ventaja, ¿no? Sabes a lo que me refiero.

El contrario lo miró sin entender, hasta que por fin lo hizo y regresó a su lugar, refunfuñando por lo bajo.

—Podemos usar a algunos civiles como señuelo—volvió a hablar Goo, esta vez haciendo una sugerencia.

Eugene alzó una ceja con interés.

—¿Te refieres a los que nos han causado problemas?—le preguntó y el rubio asintió con la cabeza.

—Así es.

—¡Ah! ¡Concuerdo con el señor Goo!—exclamó Vivi alzando una mano—¡Uno de esos idiotas dijo que mis experimentos son horribles! ¡¿Pueden creerlo?! Creo que las drogas no están funcionando completamente...

—Trataremos de arreglar eso, señorita Vivi. Lamento que haya tenido que oír esa blasfemia.

Vivi hizo un puchero y volvió a comer sus galletas.

—Ella tiene razón—habló Magami Kenta—He visto a los civiles de este lugar actuar de manera demasiada humana... No pareciera que las drogas les están haciendo efectos... Debemos aumentar las dosis.

—Sera y yo veremos ese problema—dijo Hangyeol y la mencionada asintió con la cabeza.

Eugene desvió su mirada hacia Johan, quien había estado callado durante todo ese rato.

—Johan, ¿tienes algo que decir?

El chico castaño lo miró con seriedad antes de hablar.

—Si las cosas se ponen feas, déjenme ir a mí como apoyo a la pelea.

Eugene se mostró complacido por esa respuesta.

—Me parece bien.

—Tengo una sugerencia—habló Gun, llamando la atención de todos los presentes—Hay un chico nuevo en este lugar, no es igual al resto... Tiene mucho talento y ni siquiera se da cuenta, pero si lo explotamos de una forma se volverá imparable, incluso se puede volver uno de nuestros trabajadores.

—¿De quién hablas?

—De Daniel Park—respondió—Y mi sugerencia es que sea parte de la pelea.

—¿Ese novato? ¿Parte de la pelea?—Taejin mostró su descontento.

Gun volteó a observarlo, su simple mirada normal hizo que Taejin sintiera escalofríos al mirarlo.

—Sabe copiar movimientos y estuvo entrenando armas con Goo, estará bien.

—¡Concuerdo!—el rubio mencionado exclamó—¡Es muy bueno en todo lo que hace! ¡Realmente me sorprendió!

James Lee asintió con la cabeza, ya que él igual había estado entrenando junto a Daniel.

—Está bien—Eugene aceptó la sugerencia y regresó su mirada hacia Johan—Johan, ¿podrías decirle a Daniel Park eso? Ya que tú eres quien más ha compartido con él, seguro ya te tiene bastante confianza.

Johan alzó una ceja al oír eso.

—¿Confianza? Seguro me odia...

Eugene sonrió de lado.

—Yo no lo veo de esa manera.

𖣔

Daniel se encontraba en uno de los jardines junto a Zack, Zoe y Mira. Los cuatro estaban hablando de temas triviales.

—Daniel, ¿qué solías hacer antes de que pasara todo lo de la guerra?—cuestionó Zoe con curiosidad y Mira abrió sus ojos en demasía.

—¡Por Dios, Zoe! No puedes mencionar una guerra de forma tan despreocupada...

Daniel sonrió con un poco de gracia.

—Bueno, entrené un poco mis habilidades, pero luego dejé de hacerlo ya que estuve la mayor parte del tiempo ayudando a mi madre con el trabajo...—respondió él—También me juntaba mucho con mis primos, nos llevábamos muy bien.

Hablar de esos temas lo ponían nostálgico y le traía buenos recuerdos, pero en ese momento solo lo podían poner triste.
Los tres se dieron cuenta de la expresión de Daniel al decir eso, así que de inmediato trataron de cambiar de tema.

—El día se ve bonito, ¿cierto?—Zack habló y Zoe soltó una gran carcajada.

—Eres horrible para cambiar de tema, ¿te lo habían dicho?

—¡¿Eh?! ¡Cállate, Zoe Park!

Daniel soltó una risita y Mira negó con la cabeza de forma divertida.

—¿Daniel Park?—una quinta y ajena voz habló, llamando la atención del grupo. El mencionado alzó la mirada, encontrándose con Johan—Necesito hablar contigo un poco.

Los ojos de Daniel brillaron al oír eso.

¡Podría hacerse amigo de Johan!

—De acuerdo—respondió encantado y se levantó de la banca, alejándose junto a Johan.

Los otros tres se quedaron de piedra en su lugar.

—¿Soy yo o de repente comenzaron a salir brillitos de Daniel?

En otro lado, Johan y Daniel se habían ido a una esquina del jardín. El pelinegro se encontraba feliz de poder hablar con Johan otra vez.

—Hubo una reunión de trabajadores—comenzó a decir el castaño, cosa que sorprendió al contrario.

—¿Una reunión de trabajadores...?

—Así es... Dijeron que hay amenazas de ataques hacia nosotros, deben ser los problemáticos que forman peleas y guerras en el mundo—explicó Johan—Y Gun sugirió que tú podrías ir a pelear junto a los soldados. Después de todo, ya tienes experiencia con armas y sabes copiar movimientos.

—¡¿Qué?!—Daniel retrocedió varios pasos al oír eso—¿Yo? ¿Ir a pelear? Por supuesto que no...

—Tranquilo, Daniel. Las amenazas de ataque son de personas inexpertas, no te pasará nada—Johan trató de calmarlo—Además, nuestros soldados van a priorizar tu bienestar.

Daniel lo miró bastante indeciso. Quería ayudar, pero le daba miedo lo que le podía pasar.

—Es por el bien de nuestra gente—siguió diciendo el castaño—Te lo pido por favor...

El contrario se sorprendió al escuchar las súplicas de Johan, y sus ojos se abrieron en demasía con aún más sorpresa cuando su manos fueron envueltas por las del castaño en un acto cercano.

—Además, Gun no sugiere a cualquiera. Realmente llamaste su atención...

Y Daniel no pudo negarse, no con el repentino cambio de actitud de Johan.

Chapter 4: Let Go

Summary:

Por petición de Johan, Daniel se va a enfrentar a los enemigos para proteger a los suyos.

Chapter Text

—¡Daniel! ¡¿Vas a ir a la guerra?!

El grito sorprendido de Vasco resonó por todo el comedor, el mencionado se encogió en su lugar al sentir muchos pares de ojos posándose sobre ellos.

—No grites, idiota—Zack le dijo al contrario mientras que se llevaba una cucharada de comida a la boca—Ya es vergonzoso de por sí...

—Zack, no seas malo con Vasco—le pidió Mira en voz baja, haciendo que el chico asintiera con la cabeza como un perro fiel.

En aquella mesa se encontraban Daniel, Zoe, Zack, Mira, Vasco, Jace y Jay. El primer mencionado había querido que todos sus amigos se sentaran juntos con él, ya que luego saldría a la batalla y le daba algo de miedo.

En fin, todo lo hacía por Johan.

Hablando de Johan, Daniel se preguntaba si es que él igual iría a pelear, ya que las razones que le había dado eran muy convincentes y sabía que era bueno luchando.
Sumido en sus pensamientos, no se percató cuando Jay le sirvió algo más de comida para que pudiera alimentarse mejor.

En cambio, Jace sí se percató de eso y miró a Jay con una ceja alzada, cuestionando sus acciones.

—No cuestiones a Jay—le dijo Zoe, quien se dio cuenta de toda la situación—Tú haces lo mismo por Vasco.

Sin comprender nada, Vasco miró a Zoe confundido y luego desvió su mirada hacia Jace.

—No es nada, Vasco.

Luego de eso, Zack continuó hablando, o más bien quejándose de la comida, diciendo que casi siempre daban lo mismo y que los cocineros deberían aprender a cocinar otras cosas.

—Y aún así te la comes como si fuera tu última comida...—comentó Mira con diversión.

—¿Seguimos hablando de la comida?

Jace se atoró con la comida por culpa del comentario de Zoe, Daniel soltó una carcajada, Zack se puso rojo hasta las orejas, Jay fingió no haber escuchado nada, Mira abultó los labios y Vasco no entendió.

—Basta de esos comentarios con doble sentido—pidió Mira algo avergonzada.

—¡Ya la escucharon!—Zack exclamó, aún sonrojado.

Daniel carraspeó, llamando la atención de todos en la mesa.

—No, no voy a ir a la guerra—respondió él por fin—Solo voy a defender a los míos, Johan me lo pidió por favor y no lo quiero decepcionar a él, ni a los demás.

Vasco asintió con la cabeza y los ojos brillantes, en cambio, Mira y Zack compartieron una mirada ante la mención de Johan.

—Pareces ser bastante cercano a Johan...

El comentario de Mira hizo que Daniel sonriera con felicidad.

—¿Eso parece?—cuestionó él entusiasmado—Bueno, él me agrada mucho... ¡Además, es muy guapo y su actitud es atractiva! Me gustaría ser su amigo, su comportamiento misterioso y serio atrae de alguna forma...

Todos en la mesa lo observaron como si estuviera loco, y eso que a Jay ni siquiera se le veían los ojos, pero se notaba.

—Uhm, eso es...

—¿Piensas eso de Johan?—Zack interrumpió a Zoe, con un tono de recelo.

Daniel asintió con la cabeza de manera efusiva y Vasco sonrió en grande.

—¡Viva la amistad!—volvió a gritar él.

Jace iba a pedirle que no gritara, pero algo más llamó su atención. Uno de los trabajadores iba pasando fuera del comedor cuando Vasco gritó eso, y no se perdió el cómo su ceño se frunció por aquel comentario.

Todo se le hacía sospechoso, cada vez más.

𖣔

El momento había llegado, ya se encontraba en aquella difícil situación en la que debía tratar de no morir. Daniel no sabía si estaba exagerando con aquel pensamiento, ya que Johan le había dicho que no tenía porqué preocuparse, pero un presentimiento le decía que sí, que debía preocuparse.

Observando con el ceño fruncido, Daniel se preguntó porqué diablos habían enviado a gente común y corriente a la batalla, cuando debían ser solo los peleadores experimentados.
Se burló de sí mismo ante ese pensamiento, porque de ser así, él no estaría ahí.

Y supo que no estaba tan equivocado cuando los enemigos llegaron al sitio y comenzaron a disparar como locos.
No eran muchos, pero lo hacían tan bien que daba miedo.

Daniel había aprendido el uso de armas gracias al entrenamiento de Goo, pero aún así eso llevaba meses o años de dedicación, él estuvo unas cuantas semanas así y ya.

Se escondió detrás de uno de los autos que habían y cargó su arma, escuchando los ruidos de disparos por aquí y por allá.

—Todo esto es culpa de Johan...—murmuró él para sí mismo, aunque sabía que era su propia culpa por haber aceptado tan fácilmente solo por ser débil ante el contrario.

Cuando Daniel iba a asomarse para disparar, se quedó de piedra al ver como los señuelos recibían disparos y caían muertos al suelo, con la sangre manchando su alrededor.
Su corazón comenzó a latir con fuerza ante esa horrorosa vista y el arma cayó de sus manos, sintiendo que todo se tornaba borroso para él.

—¡Novato, reacciona y toma tu arma!—escuchó que uno de los soldados le gritaba con fuerza.

Daniel no prestó atención, se quedó con la mirada fija en cómo los señuelos seguían recibiendo disparos y muriendo en el proceso.
Su respiración se volvió irregular, sus ojos se pusieron llorosos y miles de recuerdos llegaron a su cabeza.

La muerte de su familia.

Ellos habían sido asesinados por otras personas frente a sus ojos, solo él había sobrevivido y aún no entendía la razón. No entendía el porqué su familia tuvo que morir y el porqué solo él había quedado vivo.

Y aunque se encontraba muy perdido en sus pensamientos, no pudo evitar percatarse de que los señuelos no mostraron ni una pizca de miedo ante la situación. Parecían robots o máquinas que estaban dispuestos a morir por todo y por nada, cosa que extrañó a Daniel.

Respirando con fuerza, sintiendo el pecho apretado, el corazón en su garganta, los ojos llorosos y sudando a más no poder, Daniel se apoyó en el suelo, tratando de controlarse, pero no tuvo éxito alguno.

—¡No podemos lidiar con un ataque de pánico ahora mismo! ¡Levántate!—un soldado le gritó y Daniel de verdad trató de hacerle caso, pero no pudo.

Él trató de recomponerse y volver a la normalidad, de verdad lo trató, y aún así no pudo, necesitaba ayuda y no había nadie ahí que pudiera brindársela.

—N-No p-puedo...—habló con un hilo de voz y supo que nadie lo escuchó, menos con el fuerte ruido de disparos.

Un ruido de un arma siendo cargada llamó su atención y levantó la mirada con las pocas fuerzas que tenía, encontrándose con un tipo enmascarado apuntando a su persona.

Ese era su fin.

Ni siquiera se resistió ni trató de defenderse, cerró los ojos, esperando al disparo. Los segundos pasaron y nada, no sintió la bala, el impacto ni el ruido del disparo, pero sí sintió un ruido de algo caer al suelo.

Abrió los ojos algo confundido y éstos se abrieron en demasía al ver la escena frente a él.

Johan había lanzado a aquel tipo al suelo y lo tenía aprisonado entre sus brazos ahí, el arma yacía sobre las baldosas.

—¡Toma las dos armas y corre!—Johan no dijo su nombre, pero Daniel sabía que se lo estaba diciendo a él.

Regulando su respiración y por fin reaccionando, Daniel agarró su arma y la del tipo y luego salió corriendo para esconderse en otro lugar.
Estuvo unos minutos ahí, escondido detrás de otro auto, los disparos cada vez eran menos.

Comenzando a preocuparse por el estado de Johan, estuvo decidido a salir de su escondite para ir a buscarlo, hasta que el castaño apareció en su campo de visión y se escondió a su lado.

—Escucha, ya no hay muchos por aquí, ya que comenzaron a escapar—le dijo Johan en un susurro—Nosotros haremos lo mismo, escaparemos en este auto, ¿sí?

Señaló el auto en el que ambos estaban escondidos detrás y Daniel asintió, comprendiendo.
Tratando de que nadie lo viera, el pelinegro rodeó el auto y se subió al lado del copiloto, mientras que Johan se subió en el lado del chófer.

—¿Tienes las llaves?

Johan se las mostró y Daniel quiso preguntarle cómo las había obtenido, pero no había tiempo para eso.
El castaño puso en marcha el auto y con rapidez condujo fuera del lugar, alejándose de todo el caos.

—Lamento haberte involucrado en esto—se disculpó Johan, y por alguna razón, aquellas disculpas no sonaron sinceras para Daniel.

—Yo fui quien aceptó, así que no es tu culpa...

Podrían haber seguido hablando, pero un fuerte estruendo se escuchó cerca de ellos, haciendo sobresaltar a Daniel.

—¿Qué fue eso?—cuestionó él con algo de miedo.

Johan iba a responder, hasta que Daniel gritó al ver un auto acercándose a toda prisa hacia ellos desde el frente. El castaño no pudo esquivarlo, y entonces, todo se volvió negro.

𖣔

Daniel abrió los ojos lentamente, tratando de aclarar su visión.
De forma involuntaria, guió una de sus manos a su cabeza ante el dolor que sentía en ella, unas fuertes punzadas se hacían presentes.

—Está despertando—escuchó una voz totalmente desconocida para él.

Quizás era porque aún no estaba consciente por completo, pero juraba escuchar muchos murmullos y no reconocía ninguna de esas voces.

—¿Zack?—ese nombre escapó de sus labios sin siquiera darse cuenta.

Y estaba equivocado.

Cuando su vista se aclaró, se percató de que estaba rodeado de un grupo de personas completamente desconocidas.
Bueno, en su mayoría, ya que vio a Johan sentado a lo lejos con una venda rodeando su cabeza.

—¿Johan...?—cuestionó Daniel confundido, la voz casi ni le salía.

—Hola, Daniel.

Un chico se posó frente a él, vestía un lindo traje negro con blanco, aunque no se veía en muy buen estado.
Tenía el cabello corto y una cicatriz que pasaba por su boca.

—Es un gusto tenerte acá, nosotros somos "los cuervos" y ahora estamos a tu cuidado.

Y Daniel pensó que de verdad había perdido la cabeza.

Chapter 5: No Longer Caught

Summary:

Daniel, completamente confundido, se enfrenta a lo que podría ser una... ¿Amenaza? O tal vez no.

Chapter Text

—Es un gusto tenerte acá, nosotros somos "los cuervos" y ahora estamos a tu cuidado.

Daniel parpadeó varias veces, tratando de procesar lo que ese hombre le había dicho.
¿Los cuervos? ¿Ellos lo habían secuestrado?

—No lo asfixien mucho, recién está despertando—dijo otra voz.

Unos segundos después, Daniel abrió la boca para pronunciar unas palabras, las cuales apenas pudieron salir.

—¿Ustedes... Nos secuestraron?—preguntó refiriéndose a Johan y a él.

El hombre frente a él soltó una risita y negó repetidas veces con la cabeza, por lo que Daniel lo miró aún más confundido. Tratando de buscar respuestas, el joven desvió su mirada hacia Johan, quien se encontraba extrañamente tranquilo.

—¿Por qué estás tan tranquilo, Johan?—le preguntó Daniel con el ceño fruncido. El mencionado soltó un suspiro.

—Daniel... Yo soy parte de los cuervos.

Abriendo los ojos en demasía, Daniel comenzó a cuestionarse muchas cosas en su cabeza. Tal vez eso explicaba el comportamiento tan extraño y misterioso de Johan, era parte de una organización secreta.

—¿Y qué se supone que hacen ustedes? ¿Qué hago yo aquí?—Daniel comenzó a hacer las preguntas que llenaron su mente.

—Primero déjame explicarte lo que somos—el hombre lo interrumpió y Daniel guardó silencio—Los cuervos somos una organización que está en contra del proyecto C.O.U.N.T.D.O.W.N, el cual no es tan perfecto como dice ser. Ellos se encargan de drogar a las personas, les inyectan cosas extrañas y quieren convertirlas en robots. El proyecto se aprovechó de que la guerra destruyó a las personas para transformarlos en sus momentos más vulnerables y necesitados de ayuda. Aún no sabemos sus razones, pero queremos darle fin a este infierno. Ellos fueron los responsables de una matanza qué hubo hace años, muchas familias murieron.

Daniel se quedó aún más sorprendido por lo escuchado, sobre todo en la última cosa que mencionó.
Eso le sonaba mucho a como su familia había muerto... ¿Acaso era eso? ¿Ellos eran los responsables de la muerte de su familia?

—... ¿Por qué me cuentan todo esto?—logró hablar Daniel, tratando de salir de su impresión.

El hombre sonrió de lado.

—Porque Johan y Eli confían en ti y te quieren dentro de la organización.

Daniel desvió su mirada hacia Johan, quien asintió con la cabeza, sin decir ni una palabra. Una pequeña sonrisa amenazó en salir de los labios de Daniel.

Johan confiaba en él.

Tratando de no distraerse mucho en Johan, Daniel regresó su mirada hacia el hombre que le estaba hablando.

—¿Quién es Eli?—cuestionó cuando uno de los nombres no le sonó.

—Eli es otro de nuestros infiltrados en el proyecto—respondió Johan y Daniel lo miró—Fue quien te interceptó en un pasillo y te llevó a un cuarto para advertirte que no nos mencionaras tan libremente.

Daniel asintió, ahora todo comenzaba a cobrar sentido en su cabeza.

—¿Y qué dices, Daniel? ¿Te nos vas a unir?

El mencionado se quedó callado ante la pregunta y sus ojos otra vez cayeron sobre Johan, quien lo miraba atentamente, esperando por su respuesta.

—Sí, lo haré—respondió finalmente con voz decidida—Ellos son los culpables de la muerte de mi familia y no me quedaré sin hacer nada luego de enterarme de esto.

Johan soltó un suspiro aliviado y el resto sonrió.

—Un gusto, yo soy Jake Kim, el líder de los cuervos—se presentó el hombre frente a él—Nos alegra que hayas aceptado unirte a nosotros, eres muy valiente. Te prometo que vengaremos a tu familia.

Daniel movió la cabeza en forma de aprobación y luego se levantó del sofá en el que estaba, tratando de estabilizarse. Había sufrido un accidente, era obvio que estaría así.

—Eh, deberías tomar asiento—le dijo Jake con preocupación y lo hizo volver a recostarse sobre el sofá.

El resto de las personas se retiró de la habitación, dejando solo a Daniel, a Jake y a Johan ahí.

—Ahora que lo recuerdo, una de las trabajadoras del proyecto me dio unas pastillas y luego desaparecieron—comentó Daniel al recordar ese suceso, podría ser algo importante.

—Las pastillas eran drogas, yo te las quité—respondió Johan sacando el tarro con pastillas de su bolsillo—Las traje para que las investigaran.

—Hiciste bien, Johan—le dijo Jake con una sonrisa

Daniel hizo una mueca.

—Pero no he sentido ningun efecto o algo—dijo refiriéndose a las drogas y ambos chicos lo miraron curiosos.

—¿En serio? Por lo que vi son bastante potentes—se extrañó Johan.

Los tres se observaron algo extrañados y preocupados, pero Jake decidió interrumpir ese momento.

—Bueno, te asignaré una habitación, Daniel—le dijo el jefe, haciendo que el mencionado lo mirara atento—La compartirás con Johan, ya que no tenemos suficiente sitio como para tener habitaciones individuales.

Daniel asintió con la cabeza con entusiasmo por poder compartir habitación con Johan, quien se vio inexpresivo ante eso.

Jake lo guió hacia la habitación para que Daniel la conociera, se veía bastante ordenada, debía ser porque Johan casi nunca estaba ahí por estar infiltrado en el proyecto.
Luego de poder verla bien, Jake lo llevó a conocer a los demás miembros de la organización mientras que Johan se quedaba descansando en la habitación.

Ambos recorrieron los pasillos de la estructura, hasta que llegaron a una habitación, la cual se encontraba bastante oscura. No se vería nada, de no ser por la luz de una gran pantalla que había en el centro.
Una linda chica se encontraba frente a ella, escribiendo un par de cosas en el teclado con rapidez.

—Luah—la llamó Jake, haciendo que la chica volteara a mirarlo al instante, una sonrisa divertida apareciendo en sus labios.

—Pero bueno, si es el jefesote... ¿Qué te trae por aquí?

Jake señaló a Daniel con uno de sus dedos, haciendo que Luah por fin se percatara de su presencia. La chica se quedó boquiabierta al verlo.

—Cierra la boca o se te meterá una mosca—le dijo el jefe con seriedad y Luah le hizo caso de inmediato, algo avergonzada.

—Un gusto, soy Daniel, nuevo en la organización—se presentó el chico dando una reverencia, haciendo que Luah imitara su acción.

—Yo soy Luah, el gusto es mutuo—sonrió ella y luego volteó hacia su aparato—Soy la encargada de recolectar información, me llaman "la genia de la computadora".

Jake soltó una carcajada ante eso.

—Es verdad que se encarga de eso, pero nadie le dice de esa forma.

Luah apretó los dientes.

—¡Cállate!

Daniel rió un poco y luego se quedó observando la sala con detenimiento. Estaba lleno de aparatos electrónicos que conectaban entre sí, algunas pantallas se encendía de repente, mostrando algo que decía "recolectando información".

—Bueno, ya es suficiente—la voz de Jake lo sacó de sus pensamientos—Es hora de seguir con el recorrido.

Despidiéndose de Luah, ambos salieron de aquella sala y siguieron caminando
Mientras que iban por los pasillos, una fuerte explosión sobresaltó a Daniel, pero no produjo ningún efecto en Jake, él se veía acostumbrado.

—¿Q-Qué fue eso? ¿Están irrumpiendo en el área?—cuestionó el menor algo asustado y el jefe negó con la cabeza de inmediato.

—No, solo es Sally—respondió él, haciendo que Daniel lo mirara sin entender—Sally es nuestra encargada de crear armas de defensa, puede hacer de pistolas hasta bombas y cosas así.

Daniel asintió, completamente sorprendido por aquello. Eso le parecía muy increíble.

—No podemos ir a verla ahora si es que está probando el funcionamiento de algunas armas, así que será en otro momento.

Continuaron con su camino, hasta llegar a un gran lugar espacioso en donde habían tres personas entrenando pelea cuerpo a cuerpo.
Uno de ellos era calvo y grandulón, el otro tenía un parche negro sobre uno de sus ojos, pareciendo un pirata, y el tercero lucía bastante normal, Daniel hasta le encontró un pequeño parecido a Zack.

Al recordar a Zack, sus demás amigos también vinieron a su cabeza, cosa que lo hizo preocupar.
Debía sacarlos de ese lugar en cuanto antes, corrían peligro estando ahí.

—Ellos son nuestros especialistas en el combate cuerpo a cuerpo—Jake lo devolvió a la realidad nuevamente—Son Jerry, Vinjin y Warren... Bastante asombrosos, ¿no?

Daniel asintió con la cabeza, aunque estaba seguro de que ellos no se comparaban con Gun, Goo y James.

—Este es el sitio en donde entrenamos, por eso es bastante espacioso.

—Oh, ya veo.

—Terminemos rápido con esto—la voz de Warren se escuchó—Tengo que ir a ver como va Sally con las nuevas armas que está creando.

Jerry suspiró y Vinjin gruñó al oír eso.

—¡Ya deja de seguir a tu novia a todos lados y concéntrate en esto!

Sí, definitivamente Warren le recordaba a Zack.

Jake y Daniel salieron del lugar, dirigiéndose a otra habitación que había cerca. Al entrar, se encontraron con un gran ventanal y del otro lado había una chica rubia con una pistola en sus manos, disparando hacia el frente. Estaba usando unas gafas protectoras y unos audífonos.

—Ella es Mary, nuestra especialista en armas.

Daniel sonrió al verla, era bastante linda.

—Se nota, tiene buena puntería—comentó él, viendo hacia donde Mary disparaba.

Sonriendo, Jake asintió con la cabeza y luego salieron del lugar, caminando a un sitio un poco más apartado de el nido.
Se adentraron en una estructura bastante grande y alta, la cual estaba llena de autos algo viejos y cualquier tipo de transporte.

—Ese es Lineman—Jake señaló a un chico que se encontraba revisando un auto chatarra—Es nuestro mecánico.

—Wow...—comentó Daniel al ver el gran sitio. De verdad parecía un depósito de autos.

—Luego están Brad y Jason, son unos ayudantes de Lineman.

Daniel los observó, ellos estaban más a lo lejos compartiendo unas palabras mientras que buscaban unas herramientas para ir dándoselas a Lineman.

—Y bueno, ya terminamos—finalizó Jake—Hay algunas otras personas que son miembros de aporte, no se especializan en nada pero su presencia igual es importante.

Daniel asintió con la cabeza, entendiendo. Él esperaba ser alguien que se especializara en algo, por si llegaba alguien nuevo, Jake lo presentaría como presentó a los demás.

—¿Ahora qué haremos?—preguntó Daniel con curiosidad y Jake volteó a mirarlo con una sonrisa.

—Iremos a entrenar con armas.

Chapter 6: Washed Clean In The River

Summary:

Daniel tiene la oportunidad de conocer mejor a los cuervos, mientras que una amenaza se acerca.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

El tener cuidado era un factor muy importante para los cuervos, ya que no podían ser pillados por los trabajadores del proyecto C.O.U.N.T.D.O.W.N.

Ese día, Johan se estaba encargando de Daniel. Lo había llevado a un lugar especial para entrenar con armas que tenían silenciador. Al menos durante el entrenamiento eso era necesario, no querían llamar la atención.

—Primero debes prepararte—le decía Johan—Alinear, apuntar y disparar.

Mientras que le decía eso, él movía el cuerpo de Daniel para ubicarlo en la posición correcta.

—Hazlo.

Tomando una bocada de aire, Daniel le hizo caso.
Tomó la pistola de su funda, el metal frío en su mano. Apuntó con cuidado, asegurándose de que su dedo descansara suavemente sobre el gatillo.
Su pulso estaba firme, los dedos firmemente alrededor de la empuñadura. Su mirada se centró en el objetivo, el cual era una lata, los ojos casi entrecerrados.
Con un respiro lento, presionó el gatillo y el disparo fue rápido.

Johan alzó una ceja con impresión, sin quitar su mirada de la lata derribada.

—Vaya, parece que tienes talento para todo—comentó Johan bastante sorprendido.

Daniel igual se encontraba sorprendido, ya que en ningún momento pensó que le fuera a salir bien el primer disparo.
Aunque solo fue un intento, fue el primero y eso decía mucho.

—Quizás si practicas más, puedes volverte un experto—siguió diciendo Johan.

Sonriendo, Daniel volteó a verlo mientras que le extendía el arma.

—Parece que hoy estás de buen humor—señaló—No paras de hablar.

Para demostrarle lo contrario, Johan se quedó en silencio, apretando sus labios. Daniel soltó una carcajada y le dio un golpe en el hombro.

—¡Vamos, estabas hablando más de lo normal! ¡No te calles!

La mirada de Johan cayó sobre un lugar en específico y Daniel la siguió. Se trataba de un río, el cual estaba en ese mismo lugar.
Con entusiasmo, Daniel se acercó corriendo al río y se sentó en la orilla.

—Ven aquí, Johan—lo llamó al contrario.

—Deberíamos estar practicando.

—Vamos, una pequeña charla no le hace mal a nadie—Daniel insistió y luego su expresión cambió—No sabemos si nos va a pasar algo en un futuro cercano, así que debemos aprovechar que tenemos gente a nuestro alrededor para poder compartir...

Johan soltó un suspiro y se acercó a él a paso lento, tomando asiento a su lado.
Daniel lo miró con una sonrisa en sus labios y luego desvió su mirada hacia el río.

—¿Te gustaría hablarme sobre ti?

La pregunta de Daniel quedó en el aire durante varios minutos, y cuando ya pensaba que no iba a recibir ninguna respuesta, Johan decidió hablar.

—Mi padre nos dejó a mi madre y a mí cuando yo era muy pequeño—comenzó a decir el de cabello castaño—Yo siempre fui un niño de mamá por obvias razones, pero entonces, pasó la guerra... Luego de eso, mi madre comenzó a tener problemas de visión y alucinaciones, por lo que la llevé al proyecto ya que según decían que podían tratar ese problema. Cuando descubrí la verdad, ya era demasiado tarde... Ya había perdido a mi madre para siempre. Ahí fue cuando conocí a Eli, él notó el odio que comencé a generar hacia el proyecto y me reclutó para estar en los cuervos.

Daniel parpadeó varias veces, tratando de procesar las palabras de Johan. Era bastante fuerte lo que había escuchado, pero admiraba que el chico siguiera estando de pie después de todo.

—Eres alguien muy fuerte, Johan—le dijo Daniel con sinceridad—A pesar de todo, lograste salir adelante y encontraste personas con las que compartes ideales. Eso es admirable.

Johan se quedó en silencio. La verdad era que nunca había pensado así sobre sí mismo, por lo que el hecho que Daniel lo dijera le hizo sentir algo extraño.

—Bueno, supongo...—terminó respondiendo—¿Qué hay de ti?

—Desde pequeño, yo fui rodeado de una familia que me amaba—replicó Daniel—Siempre me han gustado mucho los pepero, así que mi madre siempre que podía, me los compraba. Fui muy querido entre ellos, en especial...

De pronto, Daniel se quedó callado. Quería decir algo, quería seguir hablando, pero ninguna palabra venía a su boca ni a su cabeza.

¿En especial qué? ¿En especial quién?

—Yo... No lo recuerdo—logró decir finalmente—Recuerdo que había alguien especial en mi familia, pero no puedo recordar con exactitud.

Johan lo miró frunciendo el ceño.

—Primero dices que las drogas no te afectaron, ¿y ahora esto?—habló confundido—Definitivamente algo va mal contigo... Deberíamos pedirle ayuda a alguien de los cuervos para ver si puede hacerte recordar algo.

—¿Quién?

—Tendría que preguntarle a Jake.

Visiblemente afectado, Daniel asintió con la cabeza y se mordió el labio inferior con nerviosismo.
Dándose cuenta de eso, Johan suspiró y posó su mano derecha en el hombro izquierdo de Daniel.

—Hey, al menos tienes buenos recuerdos sobre tu familia—le dijo—Trata de quedarte con esos recuerdos, atesóralos en tu memoria.

Sorprendido por eso, Daniel le sonrió y movió la cabeza en señal de afirmación.

—De acuerdo.

Al final, habían logrado hacerse más cercanos.

𖣔

Luego de eso, todos fueron convocados a una reunión en donde Johan les diría  a los demás todos los detalles que había aprendido del proyecto C.O.U.N.T.D.O.W.N.

Había estado encubierto como trabajador durante un tiempo y había aprendido bastantes cosas interesantes.

—Pude obtener más información gracias a Vivi, quien hacía una clase de experimentos en un laboratorio dentro del proyecto—explicaba Johan.

—¿Cómo la hiciste hablar?—cuestionó Jake con curiosidad.

—Oh, es que ella tenía un pequeño crush en mí, así que solo bastó con hacerle simples preguntas y ella me las respondía...—aclaró el de cabello castaño, mientras que sus mejillas se enrojecían levemente.

Al notar eso, Daniel soltó una risita y Johan le dedicó una mala mirada.

—Pero bueno, si todos se están enamorando de nuestro Johan—bromeó Luah—Primero Daniel y ahora esa tal Vivi. ¡Es tan guapo que todos se enamoran!

Al escuchar eso, la risa de Daniel murió y sus ojos se abrieron en demasía.

—¡¿Qué?! ¡¿De dónde sacaste eso?!—exclamó él, espantado.

—Bueno, bueno. Dejemos esa charla para después—interrumpió Jake.

—¡No! ¡¿Cómo que después?! ¡Nunca!

Daniel fulminó con la mirada a Luah, quien se estaba riendo por lo bajo.

—Lo siento por la interrupción, Johan. Sigue hablando.

Él continuó dando información, hasta que en medio de la charla, Luah tuvo que salir de la sala, ya que no podía descuidar por tanto tiempo su trabajo.

—Solo espero que Eli esté bien...—murmuró Sally con preocupación cuando Johan terminó de hablar—Al menos antes se tenían entre ustedes dos, pero ahora él está solo, encubierto dentro de ese infierno.

Warren tomó la mano de su novia, tratando de calmarla con ese toque. La chica volteó a mirarlo y le agradeció con una suave sonrisa.

—Eli sabe defenderse a sí mismo—argumentó Mary, cruzándose de brazos.

—Pero es él contra una organización entera—insistió Sally.

—A lo que voy...—siguió hablando la rubia—Es que, en un principio, Eli no permitiría que lo descubran, él es muy cuidadoso. Según lo que dijo Johan, ha pasado desapercibido, así que queda esperar que siga siendo así. Además, si le pasara algo, Eli puede enviarle una señal a Luah.

Justo en ese instante, un ruido se escuchó y Luah irrumpió en la sala.

—¡Chicos!

—¿Quieres decir ahora?—cuestionó VinJin y los ojos de Sally se abrieron con terror.

Jake se acercó de inmediato a Luah, quien se veía bastante agitada.

—¿Qué sucede?

—Recibí una señal de Eli...

—¿Está bien? ¿Lo descubrieron?

—No, por suerte no—esa respuesta hizo que los demás se sintieran un poco más aliviados—Pero me advirtió que los trabajadores del proyecto están preparando un ataque sorpresa para nosotros. Puede ser en cualquier momento.

Todos dirigieron sus miradas hacia Jake, quien se mordió el labio inferior, pensativo.
Guardaron silencio hasta que él decidió hablar.

—Debemos atacar antes que ellos—declaró—Prepárense para la pelea.

Daniel tembló en su lugar, mientras que el resto aceptaba las palabras de Jake.
Claro, ellos estaban acostumbrados, pero él era completamente nuevo en eso.

—Pero antes que todo...—la voz de Jake se volvió a escuchar—Me gustaría que hiciéramos una celebración. Nunca sabemos lo que puede pasar, así que me gustaría que conviviéramos todos juntos, ya que podría ser nuestra última oportunidad para hacerlo. Esta noche vamos a disfrutar.

Las palabras de Jake eran pesadas, pero por alguna razón, los chicos se veían animados por el hecho de que iban a celebrar.
Daniel pensaba que era una fachada, ya que ellos estaban acostumbrados a cosas así, habían aprendido a ocultar su temor.

𖣔

—Daniel.

Un llamado llamó su atención. Él estaba de pie entre los demás, sin saber muy bien que hacer, ya que todos eran bastante cercanos entre ellos y él era nuevo ahí. Aún no lograba encajar con nadie.

Volteó hacia la persona que lo había llamado. Se trataba de Warren.

—Warren...

—Te ves algo perdido y nervioso—comentó él y le extendió una lata de cerveza—Bebe esto, trata de olvidar aunque sea por una noche.

Algo dudoso, Daniel aceptó la lata y tomó un sorbo, para luego dedicarle una sonrisa a Warren.

—Gracias... La verdad es que sí estoy bastante tenso.

—Y eso es normal, no te preocupes. Aquí estamos para apoyarte.

Daniel se sintió agradecido por el apoyo del contrario.

—Eres un buen tipo, gracias nuevamente—Daniel sonrió y Warren asintió con la cabeza, antes de alejarse para ir junto a Sally.

Apoyándose contra la pared, Daniel observó al resto divertirse y charlar entre ellos. Su mirada captó a Luah, quien estaba hablando con Jerry y Lineman sobre algo que la tenía bastante entusiasmada.
Al parecer, ella sintió su mirada, ya que se la regresó. Luah le mostró la lengua con burla y Daniel le mostró el dedo de en medio, haciendo que ella riera.

Solo había estado unos cuantos días en el proyecto, pero Luah lo trataba con bastante confianza, cosa que lo alegraba.

—No sabía que bebías—una voz se escuchó a su lado, haciéndolo sobresaltar.

Daniel dirigió su mirada hacia Johan, quien se había apoyado en la pared al igual que él, a su lado.
Él también estaba con una lata de cerveza en sus manos, pero no parecía estar bebiendo, solo jugueteaba con ella.

—Hay muchas cosas que no sabes sobre mí—respondió Daniel con una sonrisa divertida.

—Claro, porque no lo recuerdas.

La sonrisa de Daniel se borró y desvió su mirada rápidamente. Johan se percató de su error y bufó con molestia hacia él mismo.

—Lo lamento.

—No pasa nada, tienes razón—y dicho eso, Daniel comenzó a beber el resto de la cerveza de un solo sorbo.

Johan abrió sus ojos en demasía al verlo.

—¡Oye, más despacio!—exclamó el de cabello castaño con preocupación, tratando de detenerlo—No trates de dejar tus penas de lado con el alcohol.

—¿Entonces con qué?

Sin saber qué responder, Johan se quedó callado, haciendo que Daniel soltara un suspiro.

—La verdad es que no lo sé—admitió Johan—Yo nunca pude desquitar mi pena en algo, siempre la guardaba, así que no sabría decirte cómo hacerlo.

Daniel lo miró de reojo, un poco más tranquilo, y asintió en la cabeza.

—Comprendo...

—Pero bueno, no estamos aquí para hablar de cosas tristes.

—Tú empezaste.

—¡Fue sin querer! ¡Lo siento!

Daniel soltó una risita y Johan no pudo evitar sonreír de igual manera.

Dejando de lado la lata de cerveza, Daniel se percató de que todos estaban tratando de pasar tiempo con las personas que apreciaban, ya que no sabían si saldrían vivos de la que se venía.
Por el rabillo del ojo podía ver como Warren no se despegaba de Sally, ambos estaban bastante cariñosos y sonreían cada vez que hablaban.

Pensando que no tenía a nadie así, Daniel miró el suelo, algo desanimado, pero un toque en su hombro llamó su atención. Giró para ver a Johan, quien le estaba extendiendo una caja de peperos.

—¿Qué...?—cuestionó Daniel sorprendido, tomando la caja como si no se lo creyera.

—Dijiste que siempre te gustaron mucho.

—Pero... Creí que ya no habían...

—Solo hay que buscar bien—dijo Johan y al final sonrió suavemente, también haciendo sonreír a Daniel.

—Muchas gracias, Johan.

𖣔

Dentro del proyecto C.O.U.N.T.D.O.W.N, las cosas eran más serias.

—¿Ya están listos?—cuestionó Eugene acercándose a Hangyeol.

—Sí, lo están. Y están listos para cazar.

Eugene sonrió de lado y volteó, mirando con admiración a aquellos robots que pronto tendrían el mundo a sus pies.

—Los HUNTCROWS están listos.

Notes:

Volví después de no actualizar durante bastante tiempo, espero que no se hayan perdido por ahí.

Ya tenemos la pareja de Warren y Sally, pero díganme... ¿Qué otras parejas les gustaría ver?

¡Los estaré leyendo!

Notes:

¡Hola! Espero que les guste mucho este primer capítulo y que les llame la atención. La verdad es que le veo potencial a esta idea, así que me gustaría que le dieran apoyo y dejaran comentarios si es que les gustó, gracias <3