Chapter 1: Soñar con fuego
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En la estación de bomberos de Maine, Regina Mills estaba en pantalón de bombero extremadamente pegado a sus piernas y nalgas, el bulto en sus pantalones era notorio, en la parte superior, llevaba un top negro que apenas le cubría los senos, dejando su vientre y brazos marcados al descubierto, su cabello estaba suelto, echado hacia un lado y su maquillaje era discreto, pero llevaba los labios pintados de rojo sangre.
Se sentía un poco incómoda con los flashes de la cámara disparando hacia ella, pero se las arregló para sonreír sensualmente.
Ruby: Eso es Regina, que se vea ese cuerpo bien trabajado- Le decía la fotógrafa- Ahora tú Killian, muestra esos fuertes pectorales- Disparó flashes al otro bombero sin camisa- Mueve esos bíceps Robin- Le dijo a otro- Y tú August, presume ese trasero- Se rio- Eso es, perfectos los cuatro- Les pidió que posaran entre los camiones de bomberos, mangueras y fuego simulado- Eso es, sedúzcanme chicos, con su cuerpos y sonrisas, Regina, baja un poco la mirada y luego mira a la cámara, eso hermosa.
Jefferson: Este calendario va a quedar de infarto- Se acercó a Ruby sin dejar de mirar a Killian.
Ruby: Sí, luego te platico otras ideas que tengo- El chico asintió- Listo guapos, hemos terminado- Apenas terminó la frase, la alarma de siniestro sonó.
Todos se movieron de inmediato, excepto Regina, se quedó pasmada y las palabras de Gold resonaron en su cabeza.
“Si lo que quieres es vengar a tu hermano, conviértete en bombera, infíltrate Regina”
Killian: Regina ¿Estás bien? – La morena parpadeó.
Regina: Sí, claro.
Killian: Entonces ponte el uniforme oficial y vámonos o te vas a perder tu primer emergencia real- Le palmeó el hombro y la morena de inmediato tomó su ropa y se subió al camión.
-Ayúdame hermanito, que esto lo hago por ti, cabrón- Pensó mientras miraba una foto en su celular en la que estaban ella y Graham, recordó que una vez, su hermano le preguntó si él podría ser bombero y la morena se había reído.
Llegaron afuera de un edificio en el que el segundo piso estaba en llamas.
Neal: Chequen el perímetro y avancen- Ordenó- Voy a necesitar unas escaleras en el segundo piso- Habló por radio.
Emma Swan llegó corriendo ya con el uniforme puesto y entró detrás de Regina, sintió pánico al verla adentrarse en el edificio en llamas, la morena acababa de terminar su entrenamiento y la rubia no sabía si estaba lista.
Mujer: Ayúdenme, sáquenme de aquí- Gritaba y Regina se petrificó cuando una persona caminó hacia ellas ardiendo en llamas.
Emma: Regina- La jaló y la sacudió para que reaccionara.
Regina: Sí- Respondió aturdida y comenzó a rosear con el extintor- Iré a sacarla- Soltó al extintor y se adentró en las llamas.
Emma: ¡No, Regina! - Gritó y quiso ir tras ella, pero las llamas la arrojaron hacia atrás- ¡No puedes entrar sola, maldita estúpida!- Las lágrimas comenzaron a formarse.
Mientras tanto, Regina intentaba distinguir de dónde venía la voz de la mujer, hasta que lo logró, era una joven rubia que estaba en posición fetal detrás de un escritorio.
Regina: Tranquila, te voy a sacar de aquí- La tomó en modo nupcial y la sacó, Emma estaba ayudando a algunos heridos, pero cuando vio a Regina sintió que el alma le volvía al cuerpo- ¿Eran los últimos, Killian? – Le preguntó una vez que dejó a la joven rubia para atención médica.
Killian: Sí, gracias a Dios no hubo ningún deceso- La morena asintió aliviada y se quitó el casco- Lo hiciste excelente Regina- Le palmeó el hombro y se alejó.
Elsa: Me salvaste la vida- Apareció la joven rubia- Gracias.
Regina: Solo estaba haciendo mi trabajo- Le sonrió y comenzó a sacudirse el polvo y ceniza del uniforme.
Elsa: Yo sé quién eres, sé todo de ti, Regina Mills- La morena frunció el ceño, su rostro le parecía conocido a pesar de estar lleno de polvo- Necesito contarte todo lo que los muertos ya no pueden decir- El ceño de Mills se frunció más- Necesitamos vengar la muerte de tu hermano.
Meses antes…
Regina se despertó de una pesadilla, fuego, constantemente soñaba con llamas ardiendo por todos lados.
Salió de la cama en bóxer y una camiseta sin mangas, bajó las escaleras tallándose los ojos y vio a su hermano mellizo frente a su computadora.
Regina: Siempre trabajando, ya me estás preocupando- Habló en medio de un bostezo- Estaba pensando que uno de estos días deberías venir conmigo al club a ver si conocer a alguna chica, digo, porque coger de vez en cuando no te va a caer nada mal- El otro no le estaba prestando atención- Graham, la vida no se trata de estar pegado todo el tiempo a la computadora- Se sirvió un café y vio el rostro preocupado de su hermano- ¿Qué pasa? – Frunció el ceño.
Mientras tanto, la mente de Graham estaba en otra parte.
Flashback
Graham: No tengo pruebas, pero tampoco dudas, me están siguiendo- Le dijo a su jefe.
Gold: Tantas emociones y tanta adrenalina te están echando a volar la imaginación.
Graham: No, no me lo estoy imaginando, no vivo solo, cabrón, si algo le pasa a mi hermana…
Gold: Mira, vamos a hacer una cosa, si quieres dejar esta investigación, dímelo.
Graham: Voy a continuar, pero no quiero poner en riesgo a Regina ni a nadie más- Su mirada se posó en Elsa que estaba en uno de los escritorios hablando por teléfono.
Fin del flashback
Graham: ¿Crees que yo podría ser bombero? - Preguntó de la nada y Regina se rio.
Regina: ¿Quién chingados quiere ser bombero? – Se encogió de hombros y se sirvió cereal.
Graham: ¿Puedes responder mi pregunta?
Regina: Todo depende del largo de tu manguera- Soltó una carcajada.
Graham: Contigo no se puede hablar en serio, pervertida- Le palmeó el brazo con una sonrisa, la morena era su adoración y era correspondido.
Regina: No aguantas nada bro- Dejó el plato en la encimera- Pero ya en serio, por supuesto que puedes ser bombero si quieres, de los dos, tú eres el qui siempre logra lo que se propone.
Graham: Si no pensaras solo en fiestas y mujeres, podrías lograr lo que quisieras hermanita, pero no puedes mantener la polla en los pantalones- La morena iba a refutar, pero no tenía argumentos- Ahora vete a bañar que todavía hueles a alcohol- Regina frunció los labios- Y sin protestar que soy tu hermano mayor.
Regina: ¿Por qué te encanta decir eso? Eres mayor por un minuto nada más- Se burló.
Graham: Como sea, siempre serás mi hermanita y tengo que protegerte- Habló con seriedad.
Regina: Oye Graham ¿Pasa algo? – Dejó de bromear y también se puso seria- ¿Necesitas que te ayude con algo?
Graham: No, mi pequeña- Se acercó y besó su frente- Nos vemos pronto, te amo- Salió y apenas cruzó la puerta, su celular timbró- Bueno, sí es buen momento, Regina no está cerca, ya voy en camino, no, nadie sospecha nada, no, no le he dicho nada a mi hermana, deja a Regina fuera de este pedo, ese fue el trato- Su mandíbula se apretó.
Regina: Graham- Salió Regina corriendo.
Graham: Tengo que colgar- Guardó su celular.
Regina: Perdón, es que no me voy a quedar tranquila, siento que no me dijiste la verdad ¿Qué traes?
Graham: ¿A poco ahora me puedes leer la mente? – Se rio- Somos mellizos Re, no gemelos- Eso hizo que la morena resoplara.
Regina: Pero, si te estuviera pasando algo ¿Me lo dirías verdad?
Graham: Te cuento en la noche ¿Va?
Regina: ¿Por qué no me dices de una vez? Así no me quedo preocupada- Se cruzó de brazos.
Graham: Nos vemos en la noche, además, te quiero presentar a alguien.
Regina: ¿En serio? – Sonrió maliciosamente y Graham rodó los ojos- Eso es genial ¿Dónde la conociste? Espero no haya sido en línea eh, nada más eso me falta- Regañó señalándolo con el dedo y su hermano se subió a su auto riendo- Yo también te amo- Le gritó y su mellizo le sonrió amorosamente.
En la estación de bomberos, la mayoría se ejercitaba, Emma era la única mujer bombero y le había costado trabajo ganarse el respeto de la mayoría de sus compañeros, otros habían sido amables y solidarios desde el principio, como Killian, Robin y August.
En su oficina, Archie Hopper, el primer inspector de la estación, miró la fotografía en su escritorio y después sacó una carta del cajón, él era el destinatario y la remitente era Bette Porter, su amiga y pupila.
En una prisión en McAllen Texas…
Alex: No me chingues Bette, te tragaste los veinticinco años completitos por busca pleitos- Se burló su compañera de celda.
Bette: No hay deuda que no se pague ni plazo que no se cumpla Vause, ve cruzando los dedos para que te asignen una compañera de celda más ordenada que yo- Acomodaba sus pocas pertenencias.
Alex: ¿Y crees que eso funcione para que mi nueva compañera también tenga un juguete entre sus piernas que me haga gemir de placer? – Ambas se rieron- ¿Ahora a Maine? – Preguntó poniéndose seria.
Bette: Sí, en Maine hay dos personas muy importantes, les tengo que ir a dar una sorpresa, además, hacer lo que siempre he amado, ponerme mi viejo uniforme y seguir apagando incendios- Sonrió con nostalgia.
Alex: ¿Y quién le va a dar trabajo de bombero a alguien que en vez de agua tiene sangre en las manos? – La sonrisa de Porter desapareció dejando una mueca tensa.
Graham se paró en la banqueta, justo en la entrada de la estación de bomberos y comenzó a tomar fotos.
Vio a Archie Hopper y Neal Cassidy frente a la fila de bomberos.
Neal: August Booth y Robin Locksley, al frente- Ordenó como segundo inspector.
Archie: No estoy dispuesto a tolerar más retrasos ¿Entendido?
Robin y August: Si señor- Respondieron al unísono y regresaron a la fila.
Archie: Cassidy, pasa lista y después seguimos con la primera orden del día, hay que hacer tres grupos para revisar las unidades de emergencia- Cassidy asintió.
August: Alguien pasó mala noche- Le susurró a Robin.
Hopper estuvo de mal humor, todos se preguntaban que le pasaba, pero lo atribuyeron a cualquier cosa y pensaron que se le pasaría.
Cuando Killian Jones le pidió hablar con él, le dijo que no tenía tiempo, sumado a un regaño porque su novia Anna estaba en la estación.
El club estaba bastante concurrido, las luces de neón rebotaban en las paredes, piso y techo, en uno de los escenarios del centro, Regina bailaba sensualmente bajo la atenta mirada de mujeres babeando sobre su cuerpo, ya había perdido algunas prendas y ahora estaba en pantalón de cuero rojo completamente pegado sus muslos y trasero, el bulto entre sus piernas se notaba sin disimulo haciendo que las féminas se mordieran el labio inferior, en la parte superior solo tenía un sostén de cuero negro, su maquillaje era ligero a excepción de sus labios que estaban pintados de un rojo oscuro.
Le hizo una seña con el dedo a una pelirroja con hermosos ojos azules, estaba en vestido de tubo verde y tacones negro, la morena sentó a la pelirroja en la silla que estaba en el escenario y le bailó mirándola a los ojos, después de un minuto, la hizo regresar a su lugar completamente sonrojada por la excitación.
En una mesa un poco apartada, Emma la miraba sin parpadear, era la primera vez que estaba en un club así, solo quería una copa antes de irse a su departamento y el lugar le quedaba de camino, así que entró, pero nunca se imaginó que vería un espectáculo digno de mojar las bragas de cualquier mujer, esa morena era una diosa, una diosa con un apéndice entre sus piernas.
Cuando Regina miró hacia donde estaba, la rubia levantó su vaso en dirección de la morena y esta le sonrió sensualmente debilitando las piernas de Swan, a pesar de estar sentada.
Los movimientos de Regina se volvieron más eróticos y hubo gritos a coro cuando se desabotonó el pantalón, tomó las costuras de los costados y lo arrancó sin ceremonias, quedando en un suspensorio de cuero negro que dejaba al descubierto tiras que rodeaban sus voluminosas nalgas y solo cubría su sexo.
Le guiñó un ojo a la rubia, que apretó los muslos ante la visión y sintió sus bragas empaparse más.
En el estacionamiento del club.
Regina se recargó en el capó de su coche y encendió un cigarrillo, a veces lo hacía antes de regresar a casa del trabajo, Graham odiaba que fumara, así que no lo hacía en el hogar que compartían, apenas le dio la primera calada y escuchó una melodiosa voz femenina.
Emma: Fumar reduce la capacidad física- Caminó Emma sensualmente y la morena sintió un tirón en la ingle.
Regina: ¿A caso viste poca capacidad física en el escenario? – Alzó una ceja y la miró de pies a cabeza, llevaba un pantalón negro de vestir ajustado con un chaleco plateado que se aferraba a sus pechos, el cabello en una cola de caballo con algunos mechones sueltos.
Emma: Bueno, basándome en tu presentación, diría que tienes mucha capacidad física- Sonrió discretamente al ver la mirada de la morena en su cuerpo.
Regina: Digamos que soy fumadora ocasional- Dio otra calada y dio un paso hacia la rubia.
Emma: ¿Por qué tu capacidad física es indestructible? – También dio un paso hacia la morena.
Regina: Eso podríamos comprobarlo- Respondió seductoramente.
Emma: ¿Cómo? – Preguntó fingiendo no entender y se acercó un poco más.
Regina: Mi casa está aquí a dos cuadras- Miró los labios rosados y la rubia los acercó a la boca carnosa.
Emma: No cojo con extraños- Dijo a pocos centímetros y la morena bebió el delicioso aliento.
Regina: ¿Ah no? – La rubia asintió luchando por mantenerse en pie ante la voz profunda y sensual- Solo te gusta verlos desnudarse- Sonrió de lado.
Emma: Me aburre lo predecible- Dijo con desdén y se giró para alejarse contra todos sus deseos.
Regina: Espera- La rubia la miró por encima del hombro- Al menos dime como te llamas, soy Regina- Le tendió la mano.
Emma: Si te lo digo ya no seriamos extrañas- Le guiñó un ojo y se fue.
Regina: No puedo creer que se me escapara esa deliciosa rubia- Sonrió.
Regina: Graham ¿Estás despierto? – Dejó su mochila en el sofá y fue a la habitación de su hermano- Ahora si quiero que me cuentes todo- Entró y la luz estaba apagada- Graham- Frunció el ceño al ver la cama vacía- Debes estar con la mujer que me ibas a presentar, mientras yo me quedé con ganas de esa deliciosa rubia- Negó con la cabeza y fue por una cerveza.
Vio un vaso roto en el piso y le pareció raro, su hermano nunca dejaría desorden, se agachó y tomó un vidrio para comenzar a recoger, pero un ruido afuera de la ventana que daba a la calle la disuadió y fue a asegurarse de que estaba cerrada.
Tomó su celular y le marcó a su hermano.
-Te has comunicado al teléfono de Graham Mills, deja tu mensaje después de la señal- Se escuchó la grabación.
Regina: ¿Dónde carajos están hermano? – Se pasó las manos por el pelo con una preocupación desconocida.
No sabe cuánto tiempo estuvo esperando a Graham hasta que se quedó dormida, el sonido de su celular la despertó, refunfuñó porque estaba teniendo un agradable sueño con cierta rubia, pero aun así tomó su celular y respondió al número desconocido, lista para gritarle a cualquier empresa que quisiera venderle algo a esa maldita hora.
En conexión
Hombre: ¿Regina?
Regina: Sí ¿Quién habla? – Se talló los ojos para alejar el sueño.
Hombre: ¿Conoces a Graham Mills?
Regina: Sí, es mi hermano ¿Quién habla? – Su pecho se sentía apretado.
Hombre: Tengo una mala noticia que darle señorita Mills.
Una vez que la terminó la llamada, Regina se revolcó en el piso, el llanto compulsivo bien podría causarle un derrame cerebral, pero no le importaba, Graham, su hermano, la única persona que tenían en este mundo, había muerto.
Con los ojos inyectados en sangre, Regina entró a la morgue, sus pasos eran aletargados, se sentía como si nada fuera real, se aferraba a la esperanza de que estaba en una pesadilla y que se iba a despertar, como cuando soñaba con fuego, saldría de su habitación y encontraría a su hermano concentrado en algo del trabajo, bromearían sobre lo ordenado y responsable que es su mellizo y lo libertina que es ella.
Suspiró profundamente cuando el forense le indicó que se acercara, miró en una mesa una muda de ropa, cinturón y zapatos, sus ojos se llenaron de agua cuando los reconoció, era lo que traía su hermano ayer antes de irse de la casa.
Ni en sus peores pesadillas imaginó que ese sería el último día que lo vería, que sentiría sus labios en su frente y que lo escucharía decirle que la ama.
Forense: ¿Estás lista? – Regina asintió sin confiar en su voz.
No estaba lista ¿Quién lo estaría en una situación así? Pero tenía que hacerlo, reconocer el cuerpo.
Cuando el forense retiró la sábana blanca del cuerpo, el dolor golpeó el pecho de Regina con fuerza y sollozos desgarradores atravesaron su garganta haciendo compañía a sus abundantes lágrimas.
Policía: ¿Lo identifica como su hermano? – Preguntó el hombre al que ni siquiera había visto ahí.
Regina solo asintió nuevamente, conteniendo los gritos que querían atravesar su garganta y se llevó la mano a la boca para frenarlos.
Poco después, salió de la habitación y caminó en piloto automático hacia la salida.
Gold: Espera- Sintió que la tomaron del brazo.
Regina: ¿Perdón? – Miró al anciano y se soltó abruptamente.
Gold: ¿Quieres saber cómo chingados murió tu hermano? – Mills lo miró sin comprender.
Regina: No sé qué chingados quieras, pero no tengo tiempo, tengo que ir a hablar con la policía- Se iba a ir.
Gold: No, yo soy el único que puede darte las respuestas que la policía no va a poder darte, tu hermano fue asesinado y la policía busca a los familiares como los primeros sospechosos, así es que sígueme- Pidió, y aun sin entender, la morena lo hizo, hasta que entraron a la bodega de un mercado- Soy el periodista Robert Gold- Le mostró una identificación con su fotografía que decía jefe de redacción- Yo trabajaba con tu hermano Graham en el Red Global.
Regina: ¿Y eso que infiernos tiene que ver?
Gold: Yo quería escribir un reportaje a los veinticinco años de la caída de la asesina en serie conocida como la carnicera de Boston, era una psicópata que se dedicó a matar mujeres a diestra y siniestra, pero solo le comprobaron un crimen, por el que está encerrada en una cárcel en el estado de Texas.
Regina: Sí, sí, pero repito ¿Eso que tiene que ver con mi hermano? – Preguntó con frustración.
Gold: Mucho, yo le pedí ayuda a Graham para que revisara el expediente de la fiscalía, una de mis fuentes me dio un pitazo, me dijo que tal vez podía encontrar más información en un cuartel de bomberos, según mi fuente, el primer inspector está relacionado con el caso, también le pedí a Graham que fuera a investigar al sospechoso, Archie Hopper.
Regina: Sigo sin entender- Frunció el ceño.
Gold: El nombre de la asesina en serie es Bette Porter, ella y Archie se conocen desde jóvenes, eran muy amigos ¿Me juras que Graham nunca te platicó de esto? – Preguntó con sospecha y la morena negó con la cabeza- Bueno, la cosa era hablar con el primer inspector, ver si de alguna manera podría sacar el tema de los crímenes de la carnicera de Boston, eso nos daría una primicia para el aniversario del caso, pero desafortunadamente- Tragó saliva.
Regina: Murió, sí desafortunadamente para tu caso- Dijo con la mandíbula apretada.
Gold: Yo estimaba al chico, por eso te estoy diciendo todo esto- La morena le hizo una seña para que continuara, aunque sin creerle del todo, había algo en el hombre que no le daba confianza- Graham estuvo ayer en la estación y tomó algunas fotos- Le mostró el celular- Yo creo que Bette Porter o alguien relacionado con ella está detrás de la muerte de tu hermano, la muy hija de puta esté donde esté debió sentirse amenazada, y yo sin quererlo puse en evidencia y en peligro a tu hermano, mira Regina, yo sé muchas cosas de ti, sé que Graham y tú crecieron en un orfanato, no es casualidad que ustedes hayan nacido en Boston y que hayan quedado huérfanos.
Regina: ¿De qué habla?
Gold: Tú tienes que saber cómo murió tu mamá, la historia no es como te la contaron, Graham sabía todo acerca de tus padres- Eso hizo que la morena lo tomará por la solapa y lo empujara contra unas cajas.
Regina: USTED NO SABE NADA SOBRE MI VIDA- Su mandíbula estaba apretada y la vena de la frente parecía que iba a reventar- Yo nunca tuve padres- Lo soltó y avanzó a grandes zancadas a la salida, ya tenía suficiente con la muerte de su hermano como para entrar en otro doloroso tema.
Gold: Espera- La siguió- Todo lo que te dije es verdad.
Regina: No sé quién chingados eres y no entiendo todas las pendejadas que me acabas de decir, lo único que sé, es que mi hermano está muerto- Las lágrimas ya corrían por sus mejillas- Y los únicos que me pueden ayudar son los de la policía.
Gold: LA POLICÍA NO VA A HACER NADA, NO LO HIZO HACE MÁS DE VEINTE AÑOS, NO LO VA A HACER AHORA TAMPOCO, NIÑA TONTA, no confíes en ellos y yo sé porque te lo digo, ahora te toca a ti ayudarme a llegar al fondo de todo esto, si lo que quieres es vengar a tu hermano conviértete en bombera, forma parte de ese cuartel, infíltrate, ponte a las órdenes de Archie Hopper, investiga qué relación tiene ese cabrón con todo esto, hazlo hablar, ese era el plan de tu hermano, tu propia familia está involucrada hasta el cuello en esto.
Regina: Yo no tengo familia, solo éramos Graham y yo- Se limpió furiosamente las lágrimas- Pero si está en mis manos hacer que quien me lo quitó pague, puedes apostar que lo haré- Dijo con determinación- Ahora déjame jodidamente en paz.
Se fue a casa y pasó un tiempo contemplando las cosas de su hermano, sus diplomas de la escuela y sus reconocimientos laborales a pesar de su corta edad.
Las lágrimas nublaban su visión cuando notó una carpeta encuadernada sobre la estación de bomberos, sobre ella había un post it que decía “investigar cuartel de bomberos Estefan King”, la hojeó y después revisó algo sobre ese cuartel en Google.
Vio una sombra a través del vidrio de la puerta y de inmediato fue a ver quién era, pero cuando abrió, un hombre se subió a una camioneta negra y se fue a toda velocidad.
Neal: ¿Qué se te ofrece? – Le preguntó a Regina cuando la vio caminar por la estación.
Kristin: Estoy lista- Apareció una hermosa rubia de más de cuarenta años.
Neal: ¿Para qué?
Kristin: Para nuestra reunión, cariño, disculpa que interrumpa- Miró a Regina- Soy la encargada de organizar la fiesta de aniversario de la estación y tenemos muchas cosas que hacer- Le tendió la mano- Soy Kristin Bauer, viuda de Estefan King, el hombre por el que lleva el nombre este cuartel, soy la dueña de la pensión de aquí a la vuelta, por si se te ofrece algo- Sonrió amablemente y la morena no pudo evitar sonreír también- ¿Te veo adentro Neal?
Neal: Sí, y tú- Señaló a Mills- Si necesitas información sobre algo, vas a la oficina, pero no te puedes quedar aquí- Se fue a dar instrucciones a algunos bomberos y la morena se dirigió a la salida.
Emma: Señorita desnudista- Iba llegando en un pantalón ajustado y un top que permitía ver parte de su vientre plano.
Regina: La chica que no coge con extraños- Sonrió torcidamente y Emma tuvo que parpadear para reaccionar.
Emma: La misma ¿Me estás siguiendo? – La miró con sospecha.
Regina: No, no te estoy siguiendo.
Emma: ¿Qué haces aquí? – Se cruzó de brazos.
Regina: Podría preguntarte lo mismo- Alzó una ceja.
Emma: Aquí trabajo, soy mujer bombero, ahora contesta ¿Qué haces aquí? – Se acercó- ¿Me estás siguiendo? – Preguntó seductoramente.
Regina: Que no te estoy siguiendo, carajo- Respondió groseramente y tomó distancia- Lo siento- Dijo cuando vio el rostro de la rubia caer- No quise hablarte así- Suspiró profundamente.
Emma: Te ves más sexy cuando sonríes- Dijo sin expresión facial y entró.
Regina: Eres una idiota Regina, ella no tiene la culpa de que tu vida se haya convertido en una mierda de la noche a la mañana, más de lo que ya era, antes al menos tenías a tu compañero de vida, tu mellizo- Sintió que las lágrimas querían salir nuevamente y se fue antes de que eso sucediera.
Se acababa de subir a su coche, cuando vio al periodista Robert Gold salir de la estación, pero no estaba solo, estaba con Archie Hopper, pensó que era extraño, así que decidió seguirlos.
Mientras tanto, Bette Porter ya estaba en Maine, entró al periódico y se acercó a la recepcionista que tenía una amable sonrisa.
Bette: Buen día, estoy buscando a un periodista que trabaja aquí, se llama Graham Mills- La sonrisa de la recepcionista desapareció.
Hombre: ¿Necesita hablar con Graham? – Preguntó un joven que alcanzó a escuchar.
Bette: Sí ¿Sabe dónde puedo encontrarlo? Es muy importante, Graham es mi hijo- Habló emocionada.
Hombre: ¿No le dijeron? – Miró a la recepcionista que negó con la cabeza- A Graham lo asesinaron ayer- Notificó y el rostro de Bette se contorsionó de dolor.
Se fue al baño y se encerró en una de las cabinas dejando que las lágrimas fluyeran, sacó una foto vieja de su cartera, en la imagen estaba ella hace veinticinco años con dos bebés, sus mellizos.
Una vez que se tranquilizó, caminó sin rumbo fijo por un tiempo, hasta que se detuvo frente a un edificio en el que había un letrero que decía que se rentaba habitación con baño para una sola persona.
Una vez que se instaló, sacó una caja de madera que contenía las cartas que le había enviado Graham a prisión y las leyó una y otra vez.
Regina estacionó su Audi a unos metros de donde se bajaron Gold y Hopper, era un edificio viejo en una zona alejada del centro, mientras esperaba, leyó el artículo sobre la muerte de su hermano, todavía le parecía una pesadilla.
Pasaron algunos minutos y los hombres salieron del edificio, Hopper cargaba un maletín que no tenía cuando entraron, los vio subir al coche y apenas arrancó Hopper el auto, este explotó quedando en llamas.
Los ojos de Regina se abrieron como platos y su respiración se aceleró, no sabe cuánto tiempo pasó en estado de shock, pero cuando volvió en sí, los bomberos ya habían llegado al igual que la policía y un agente le estaba haciendo preguntas.
Neal: Oficial Scarlet ¿Cuántas personas estaban en el vehículo?
Scarlet: Según la testigo, dos- Señaló a donde estaba Regina y Neal la reconoció como la joven que estuvo esa mañana merodeando en la estación- Identificó a Robert Gold y Archie Hopper quienes perecieron en la explosión.
Neal: ¿Qué pasó con Archie Hopper? – Tragó saliva al escuchar el nombre de su jefe.
Scarlet: Estamos tratando de verificar esa información.
Regina: ¿Ya me puedo ir? – Le preguntó al agente.
Scarlet: ¿Por qué no nos dijiste que eres hermana del periodista que asesinaron ayer?
Regina: No creo que tenga que ver con lo que aquí pasó ¿Me puedo ir ya? – Preguntó con impaciencia.
Scarlet: No tan rápido ¿Qué te parece si hablamos un poco más sobre tu hermano?
Regina: No tengo nada que decir sobre eso- Se cruzó de brazos.
Scarlet: Bien, estaremos en contacto, puedes irte.
Belle estaba en la azotea de la pensión Bauer mirando hacia la estación de bomberos a través de un telescopio, más específicamente a alguien, a August Booth.
Ariel: Y vuelve el perro arrepentido- Apareció y Belle se llevó una mano al pecho.
Belle: Me asustaste, Ariel- La miró- Solo quería saber como estaba.
Ariel: ¿Cómo va a estar él y todos si acaban de matar a su jefe?
Belle: ¿Anna está con Killian?
Ariel: Sí, se fue a consolar a su novio, supongo que esa es una de las obligaciones de una novia ¿No? Pero ¿Qué vas a saber tú? – Se burló- Tú nunca has sido novia de nadie- La quitó del telescopio y miró- Está como quiere August- Se mordió el labio al verlo quitarse la camisa- Pero con esa expresión triste siempre- Suspiró con falso pesar- Yo te quito lo triste papacito.
Belle: No seas ordinaria, Ariel- Resopló.
Ariel: Y tú no seas mojigata, que tienes este aparato para ver los cuerpos celestes, pero creo que lo usas para ver otro tipo de cuerpos- Se rio- Opps- Se alejó al ver que August miraba directamente a la azotea- Creo que ya te cacharon.
Belle: ¿Qué? – Abrió mucho los ojos y antes de hablar, apareció la dueña de la pensión.
Kristin: Niñas, me urge que bajen a la sala por favor- Ambas asintieron y las tres bajaron- Tenemos que hacer algo por esos chicos, están muy tristes por la muerte de Hopper- Su hijo Jefferson asintió mientras continuaba con su tejido.
Ariel: A mí se me ocurren un par de cosas.
Belle: Yo había pensado en una carta de condolencias de parte de todos los que vivimos en la pensión.
Ariel: Algo que los anime Belle, no que los haga dormir- Rodó los ojos.
Kristin: A mí lo de la carta me parece un dulce detalle cariño- Le sonrió a Belle.
Jefferson: Yo puedo darles una cobija que estoy tejiendo.
Kristin: ¿Una cobija para todos no te parece antihigiénico?
Jefferson: La verdad es que esta cobija ya tiene nombre y apellido, mamá- Le guiñó un ojo.
Kristin: Después me cuentas todo, mi amor- Le regresó el guiño- Niñas, ayúdenme a poner botanas en unos tazones para llevar a la estación.
Ariel: ¿Tiene que ser ahorita? – Refunfuñó.
Kristin: ¿A caso ellos preguntan eso cuando suena la chicharra de emergencia?
Regina estaba en su cuarta cerveza cuando decidió revisar lo que le entregaron en la morgue, pasó las manos por el informe y después por la bolsa trasparente con las cosas de Graham, la camisa blanca estaba llena de sangre y su corazón se apretó dolorosamente.
Abrió la bolsa y sacó el celular de su hermano, maldijo cuando quiso desbloquearlo y vio que tenía contraseña, pero su hermano era metódico y ordenado, por lo que su contraseña tenía que ser una fecha especial que no olvidaría, así que hizo algunas combinaciones con su fecha de nacimiento hasta que acertó.
Entró a su galería de fotos y había varias de una joven de cabello rubio, casi platinado, pensó que tal vez era la chica que su hermano quería presentarle, también vio unas fotos de Hopper en la estación de bomberos y recordó que Gold le dijo que Graham estaba investigando al hombre.
Las más recientes eran fotos movidas, como si la cámara se hubiera encendido por accidente y las imágenes no tenían pies ni cabeza.
Se volvió a poner las botas, una camisa de manga larga encima de la de resaque y se fue a la estación de bomberos, entró distraídamente y casi choca con alguien.
Emma: Esto ya no es coincidencia- Dijo con el ceño fruncido.
Regina: Esta vez no lo es ¿Podemos hablar un momento? – Metió las manos en los bolsillos traseros de su ajustado pantalón.
Emma: Me encantaría, pero no mezclo el trabajo con el placer- La miró de pies a cabeza y se giró para alejarse.
Regina: No, no se trata de eso- La tomó del brazo.
Emma: No me toques- Siseó, estaba molesta por la forma en que la morena le había hablado en la mañana.
Regina: Ok- Levantó las manos en señal de rendición- ¿Te suena el nombre de Graham Mills? Vino aquí hace un tiempo.
Emma: No ¿Debería? – Frunció el ceño.
Neal: ¿Graham Mills? – Iba pasando y alcanzó a escuchar.
Regina: Sí.
Neal: Ese chico vino un par de veces a hablar con el jefe
Regina: ¿Sabes de que hablaron? – Preguntó ansiosa.
Neal: ¿Qué haces aquí niña? – Ignoró su pregunta y la miró con desdén.
Emma: ¿Se conocen?
Neal: Sí, estaba en el lugar donde el jefe murió- La rubia miró a la morena sin comprender- ¿Lo estabas persiguiendo o qué? – Interrogó a Mills.
Regina: No, para nada.
Neal: Entonces ¿Qué haces rondando la estación? No es la primera vez ¿Qué quieres? ¿Quién eres?
Emma: Se llama Regina.
Regina: Sí, Regina Parrilla- Mintió.
Neal: Bueno Regina Parrilla ¿Qué carajos quieres aquí?
Regina: Bueno, pues es que yo quiero ser bombera- Las cejas de la rubia se elevaron y Cassidy la miró con sospecha- ¿Hay vacantes?
Continuará…
Chapter 2: La muerte no perdona
Summary:
Regina bajó las escaleras del estacionamiento del club, su jefe le había dicho que podía tomarse unos días, pero no aceptó, necesitaba mantenerse ocupada o se iba a volver loca.
Estaba tan inmensa en sus pensamientos, que no vio la figura recargada en su coche.
Emma: Primera regla para ser bombero- Alzó una ceja- Estar consciente de todo lo que pasa a tu alrededor.
Regina: ¿Qué haces aquí? – Preguntó con el entrecejo fruncido y como respuesta, la rubia avanzó hacia ella de manera sensual.
Emma: Me llamo Emma- Le tendió la mano y la morena la estrechó- Supongo que ya no somos extrañas- Capturó los labios carnosos de la morena con los suyos.
Se besaron por un buen rato, las manos de la rubia rodeaban el cuello de la morena y las de la morena, rodeaban la cintura de la rubia.
Regina: Ahora que sabemos nuestros nombres y no somos desconocidas ¿Quieres conocer mi casa? – Preguntó jadeando sobre los labios de Swan.
Emma: Eso sería encantador- De inmediato se abofeteó mentalmente por su idiotez ¿A quién se le ocurría decir algo así? Sobre todo, frente a una diosa como la morena, pero una sonrisa de Mills la hizo olvidar su inseguridad.
Chapter Text
Boston, hace algunos meses…
Graham caminaba por la plaza principal con su cámara colgada al cuello.
Graham: Buenas tardes- Saludó a una mujer y a un hombre- Me hablaron de esta parroquia porque trabajo con familiares de víctimas, estoy haciendo una investigación sobre la carnicera de Boston.
Mujer: No aquí no sabemos nada- Se alejaron y el periodista preguntó a más personas hasta que un anciano de nombre Louis que había trabajado en una televisora local se interesó.
Louis: Por ahí tengo un par de videos, acompáñame- Pidió y Graham lo siguió- Hoy en día esos temas ya no venden, yo por eso estoy retirado, los jóvenes de ahora ni siquiera conocen nada de la carnicera de Boston.
Una vez que obtuvo información, se comunicó con su jefe Gold y se fue a su habitación de hotel a revisar los videos.
Reportera: Como Bette Porter, fue identificada la temible carnicera de Boston- Decía en la pantalla y en un recuadro estaba imagen de Bette siendo detenida- Quien fue arrestado esta mañana luego de una serie de errores y arrestos fallidos por parte de la fiscalía, la mujer, según las autoridades, quedaría inculpada por dos asesinatos previos, el de Cora Mills- Graham de inmediato pausó el video.
Graham: Soy hija de una asesina- Concluyó con lágrimas en los ojos.
🦢👑
El sacerdote daba el discurso correspondiente en el cementerio por la muerte de Graham, Regina miraba en féretro con lágrimas abundantes corriendo por las mejillas, solo algunos colegas de su hermano estaban presentes, ella no tenía amigos cercanos ni a nadie más.
A unos pocos metros, escondida, estaba Bette Porter, no entendía porque su joven hijo estaba dentro de esa caja oscura, hace menos de veinticuatro horas estaba emocionada porque lo vería, planearían como decirle a Regina, a quien ahora veía con tanta tristeza y dolor, que tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para no ir a estrecharla entre sus brazos, pero ella no ere nadie para la joven morena, recordó la razón.
Flashback
Bette: Oficial, explíqueme que está pasando– Pedía mientras la sacaban esposada de su casa.
Kit: ¿Por qué se la están llevando? – Preguntó su hermana con lágrimas en los ojos.
Bette: Kit, no dejes que nada les pase a mis hijos- Le pidió antes de que lo subieran a la patrulla.
Kit: Los voy a cuidar hermanita, te lo prometo.
Fin del flashback
Salió de su horrible recuerdo cuando vio a Regina limpiarse las lágrimas con rudeza y alejarse a grandes zancadas.
Bette se detuvo frente a la fotografía de Archie Hopper, no sabía si era una buena idea estar en su funeral, pero no pudo resistir el impulso.
Emma: ¿Era tu amigo? – Se paró a su lado.
Bette: ¿Qué pasó? – Respondió con otra pregunta a la joven desconocida.
Emma: Una explosión, todavía no se saben los motivos.
Bette: Me tengo que ir- Dijo en voz baja y caminó a la salida de la estación.
Los recuerdos de su convivencia con el difunto la aturdieron y sintió un dolor en el pecho y el brazo izquierdo, apenas atravesó la puerta, se recargó en la pared y se deslizó presionando su pecho.
Kristin: ¿Está bien señora? – Le entregó el recipiente a su hijo y se agachó frente a la morena que solo la miró- Jeff, ve a llevar los sándwiches.
Jefferson: ¿Estás segura? – Su madre asintió y el chico se fue.
Kristin: ¿Necesitas algo? – Le preguntó a Bette que no respondió y la rubia de inmediato la ayudó y la llevó a su casa- ¿Mejor? – Preguntó cuando la morena terminó su vaso de agua.
Bette: Sí, gracias- Le sonrió amablemente.
Kristin: Tu cara se me hace conocida, yo te conozco de alguna parte- La miró detenidamente.
Bette: No creo- Se puso de pie- Gracias por todo, pero tengo que irme.
Kristin: Espera- Se levantó también- Claro, tú eras una mujer bombero en Boston, yo soy Kristin Bauer, la viuda de Estefan King, tú trabajabas con mi marido- La morena sonrió nerviosa- No me vayas a decir tu nombre, espera- Pensó por un momento- ¿Porter puede ser? Claro, Bette Porter.
Bette: Sí- Tragó saliva.
Kristin: Desde que nos mudamos de Boston vivo aquí cerca de la estación- Le hizo una seña para que la siguiera al jardín- Mi marido hablaba de ti con cariño- Sonrió nostálgicamente- Pero ¿Qué pasó? Tú desapareciste de repente y no volvimos a saber nada de ti ¿Qué hiciste todos estos años? ¿Estás casada? ¿Tienes hijos?
Bette: Viuda también, dos hijos- Sonrió con tristeza.
Kristin: ¿Dos? – La morena asintió- Tendrás que traerlos para conocerlos, seguro que se llevarán bien con mi hijo Jefferson ¿Cómo se llaman?
Bette: Bueno, es complicado- Se lamió los labios y la rubia se perdió por un segundo en esa acción- Yo estuve viviendo muchos años en otro estado y entonces, tuvimos poca comunicación, uno de ellos me encontró- Sus ojos se llenaron de agua y la siempre entusiasta rubia sintió empatía por ella- El periodista, me buscó hasta que dio conmigo y mantuvimos contacto durante un tiempo.
Kristin: ¿Y tú otro hijo?
Bette: Es una hija, ella no tiene idea de que existo, ni siquiera sabe que estoy viva, mucho menos que estoy cerca- Las lágrimas comenzaron a brotar y Bauer presionó suavemente su hombro- Perdóname, pero es que han sido días complicados, de mucha muerte.
Kristin: Sí, la vida es difícil, sí, pero hay que seguir peleando, por los que amamos, por los que nos necesitan.
Bette: La muerte siempre me ha perseguido, ojalá que me alcanzara de una puta vez y dejara en paz a los que amo- Sollozó y la rubia la abrazó- Perdón- Se alejó abruptamente y se secó las lágrimas furiosamente- Tengo algo que hacer- Salió a toda prisa.
Zelena: Ya te dije que esto no tiene sentido, Robin- Entraban a la casa de la pelirroja.
Robin: Y ya te dije que sí tiene sentido ¿Me vas a decir que en este tiempo conmigo no has tenido el mejor sexo de tu vida? – Preguntó con arrogancia.
Zelena: Te estás enamorando y yo no tengo nada que ofrecerte- Se cruzó de brazos frente a él.
Robin: Pues yo sí, y mucho- Comenzó a desabotonarse la camisa y la pelirroja se mordió el labio inferior.
Zelena: Bien- Se lanzó a sus labios y Robin de inmediato la acostó en la mesa de centro.
Belle: Te quedó padrísimo Jeff- Alabó mientras veían la imagen de un vestido diseñado por el joven- ¿Para cuándo es?
Jefferson: Para mañana, a ver que dice la profesora.
Belle: Te va a poner diez obviamente, eres el mejor diseñador de tu curso- El joven la miró con una ceja arqueada- Bueno, de la universidad.
Jefferson: Mejor- Sonrió y al moverle a su laptop apareció un collage de imágenes de Killian y de inmediato bajó la pantalla.
Belle: Como que ya lo tuyo por Jones es obsesión ¿No? – Estaba preocupada por su amigo.
Jefferson: ¿Qué quieres qué haga? - Se lamentó- A veces el corazón tiene razones que la cabeza no entiende.
Belle: Pero es novio de Anna, es nuestra amiga, así que es muy raro que…
Jefferson: Ya, ya, ya se me va a pasar ¿De acuerdo? Y Anna nunca se va a enterar- Se recostó sobre las piernas de su amiga- Es que no sé, Killian es un enigma, un misterio que tengo que resolver.
En la oficina del alcalde George Spencer.
George: Siempre lo he dicho, el que nace bombero, muere bombero- Saludó con una sonrisa- Siéntate Bette ¿Qué estuviste haciendo todos estos años?
Bette: Estuve fuera de Maine- Se sentó.
George: ¿Negocios?
Bette: Entre otras cosas- Suspiró- La muerte de Archie me dejó muy sorprendida.
George: Te entiendo, era un miembro de nuestra familia, además hay mucho que investigar y eso nunca es bueno.
Bette: ¿Y quién lo va a reemplazar?
George: Eso está por verse, tú sabes, la burocracia interna- Se masajeó las sienes- Su nombramiento puede tardar meses.
Bette: Yo…
George: Te aseguro que la comisión del cuerpo heroico de bomberos va a elegir al mejor candidato- Porter sonrió sin mostrar los dientes y el asistente del alcalde entró a recordarle una cita- Bette, ha sido un gusto verte, pero tengo que irme, no te pierdas de nuevo- La morena asintió.
Ariel: ¿Quién se está tomando mis refrescos de dieta? – Preguntó mirando dentro del refrigerador.
Kristin: Mi cielo, tú no necesitas refrescos de dieta, estás hecha un esqueleto.
Ariel: Dile eso a mi madre que me puso a dieta a los ocho y todavía me mira feo si como más de la cuenta.
Kristin: ¿Cómo es posible que una mamá haga eso? – Negó con la cabeza.
Ariel: Y eso que no conoces a mi representante, estoy rodeada de gordofóbicos- Hizo una mueca- Hablando del rey de roma- Rodó los ojos al ver la llamada entrante- Hola Parker- Hablaron por unos minutos y cuando colgó estaba eufórica.
Kristin: ¿Qué te dijo ese hombre qué te puso tan contenta?
Ariel: Lo conseguí, quedé en el casting, Kris- Ambas saltaron emocionadas y la mayor abrazó a la pelirroja.
Kristin: Te lo mereces cariño- Besó su frente y Ariel suspiró, le habría gustado tener una madre como la rubia.
Regina bajó las escaleras del estacionamiento del club, su jefe le había dicho que podía tomarse unos días, pero no aceptó, necesitaba mantenerse ocupada o se iba a volver loca.
Estaba tan inmensa en sus pensamientos, que no vio la figura recargada en su coche.
Emma: Primera regla para ser bombero- Alzó una ceja- Estar consciente de todo lo que pasa a tu alrededor.
Regina: ¿Qué haces aquí? – Preguntó con el entrecejo fruncido y como respuesta, la rubia avanzó hacia ella de manera sensual.
Emma: Me llamo Emma- Le tendió la mano y la morena la estrechó- Supongo que ya no somos extrañas- Capturó los labios carnosos de la morena con los suyos.
Se besaron por un buen rato, las manos de la rubia rodeaban el cuello de la morena y las de la morena, rodeaban la cintura de la rubia.
Regina: Ahora que sabemos nuestros nombres y no somos desconocidas ¿Quieres conocer mi casa? – Preguntó jadeando sobre los labios de Swan.
Emma: Eso sería encantador- De inmediato se abofeteó mentalmente por su idiotez ¿A quién se le ocurría decir algo así? Sobre todo, frente a una diosa como la morena, pero una sonrisa de Mills la hizo olvidar su inseguridad.
El camino a casa de Regina se hizo en silencio, ambas estaban ansiosas y la atracción mutua se sentía en el aire que circulaba en el Audi de la morena.
Regina: Bueno, ahora sí, bienvenida a mi casa, Emma- Ambas sonrieron y la morena rodeó el auto para abrirle la puerta.
Emma: Toda un dama- Tomó la mano ofrecida.
Bette Porter estaba escondida y sonrió cuando vio a su hija entrar con una mujer rubia, pero la sonrisa desapareció cuando se percató de una camioneta negra al otro lado de la acera, frunció el ceño cuando escuchó el motor y el vehículo se alejó como si estuviera huyendo.
Mientras tanto, en el interior de la casa, Regina y Emma se quitaron la ropa con desesperación, los ojos de ambas estaban oscuros de lujuria, la morena agradeció que no tuviera que justificar el juguete entre sus piernas, pues la rubia ya la había visto casi desnuda en el club.
Regina: Eres tan hermosa- Alabó mientras recorría suavemente su cuerpo desnudo.
Emma: Tú lo eres más- Acarició su rostro- Tómame, Regina.
Regina: Será un placer- Se besaron y acariciaron por un tiempo hasta que la rubia estuvo completamente empapada y la morena dura como roca.
Emma: Oh Dios- Gimió cuando el duro miembro de Regina entró en ella- Eres tan grande.
Regina: Y tú eres tan apretada- Jadeó en su oído.
Se perdieron entre besos, caricias y movimientos acompasados, Emma las hizo girar y se sentó sobre el miembro de Regina, la cabalgó de una menara erótica y la morena estaba hipnotizada ante la belleza y sensualidad de la rubia.
Mills tomó los senos de Swan y lo masajeó, rodó el pezón entre el pulgar e índice haciéndola gemir.
Emma: Que delicia, Regina- Sus movimientos comenzaron a ser más desesperados y curvó la espalda vaciándose en la morena.
El mejor orgasmo de su vida, pero no se detuvo, continuó moviendo las caderas, sabía que la morena estaba a punto de correrse, aprovechó para observar a la mujer debajo de ella, era la imagen más hermosa que sus ojos habían presenciado, su cabello oscuro desordenado, los labios carnosos entreabiertos por los que se escapaban ruiditos eróticos, sus pechos llenos balanceándose por los movimientos y las mejillas sonrojadas por el ejercicio.
Todo eso, hizo que la rubia sintiera que un segundo orgasmo se formaba, cuando la morena levantó más las caderas para aumentar los empujes, sintió sus músculos contraerse y después de varias embestidas más, Emma se corrió gimiendo el nombre de la morena, mientras que esta soltó gruñiditos de placer al vaciar su semilla dentro de la rubia.
Cuando la morena abrió los ojos, la rubia se perdió en esos orbes marrones, en ese momento, ambas se dieron cuenta que era la primera vez en su vida que habían hecho el amor.
Regina: Eso fue- Exhaló pesadamente.
Emma: Sí- No era necesario decir más.
Regina: ¿Una segunda ronda? Bueno, tercera para ti- Dijo con arrogancia y la rubia soltó una risa deliciosa que hizo que el estómago de la morena aleteara.
Poco después, Regina les dio la vuelta y abrió las piernas de Emma, jugó un rato con su entrada y su clítoris antes de entrar de nuevo en ella, se movía rítmicamente en sincronía con la rubia, pero se volvió irregular cuando con la visión periférica, vio la foto de ella y su hermano en el buró.
Emma: ¿Estás bien? – Preguntó al sentir que la morena se había desconectado del momento.
Regina: Sí- Volvió a moverse dentro de ella, pero no lograba concentrarse.
Emma: Hey ¿Qué pasa? – Le tomó el rostro con ternura.
Regina: Perdón- Salió de ella- Demasiadas cosas- Se acostó de lado dándole la espalda a Emma, estaba segura que la rubia se iría por haber roto el momento, pero se sorprendió al escuchar la suave voz de su acompañante.
Emma: ¿Quieres compartirme alguna? - La abrazó, puso la barbilla sobre el hombro de Regina y comenzó a acariciar los mechones oscuros
Regina: Perdí a mi hermano- Los ojos se le llenaron de agua- Lo mataron.
Emma: Lo siento- Dijo con sinceridad y besó su hombro.
Regina: Era la única familia que tenía- Se giró un poco para ver a la rubia.
Emma: Oye, yo no te veo sola- Acarició su mejilla- Y aunque apenas te acabo de conocer, no pienso irme a ninguna parte- Besó suavemente sus labios y una lágrima se deslizó por la mejilla de la morena- Si me dices donde está tu cocina, puedo prepararnos algo antes de dormir- La morena sonrió- Perdón, no quise…
Regina: Me encanta la idea- Besó suavemente sus labios- Gracias.
La morena se sentía cobijada por la rubia, solo había tenido una novia formal en sus veinticinco años, aunque muchas aventuras de una noche, pero nunca se sintió suficiente para que alguien quisiera quedarse, por lo tanto, no era algo que esperaba, pero con Emma, Regina deseaba que pudieran llegar a algo serio.
La rubia no era diferente, siempre había estado controlada por su padre y a él no le gustaba que tuviera novios, las veces que lo intentó a escondidas, David siempre se enteraba, a sus veintiocho años, no había tenido una relación duradera, pero con Regina, Emma esperaba que las cosas salieran bien, porque no importaban las circunstancias, la hermosa y sexy morena la hacía sentir cosas que no había sentido antes.
Kristin: Ya voy- Bajó las escaleras anudando su bata y los golpes en la puerta continuaban- Dios mío ya voy – Abrió la puerta y se sorprendió.
Bette: Perdón, necesito un lugar para pasar la noche- Confesó avergonzada, alguien había entrado al departamento que rentaba y se habían llevado algunas de sus cosas, la que más le dolió, fue la fotografía donde estaba con las mellizas.
Kristin: Pasa, estaba a punto de llamar a todos a cenar- La dejó en el comedor y después regresó seguida por los jóvenes- Él es mi hijo Jefferson, ella es Belle, Ariel y Anna- Todos saludaron- Chicos, esta es Bette, esta noche se va aquedar en la pensión.
Bette: Lamento las molestias, yo solo necesito pasar la noche, mañana a primera hora…
Kristin: Bette, el mañana se construye hoy y hoy vamos a hablar, porque hablando se curan los males y aquí tienes muchos pares de orejas- Sonrió y Porter tragó saliva- Jeff, el tequila.
Jefferson: Aquí está- Les sirvió.
Kristin: ¿Qué hiciste todos estos años en McAllen?
Bette: Estuve presa veinticinco años por matar a mi propia esposa- Todos abrieron mucho los ojos.
En la madrugada, Regina se despertó algo aturdida, recordó lo que había pasado hace apenas unas horas y sonrió, se giró buscando a la rubia y su sonrisa se convirtió en una línea delgada cuando encontró el lugar vacío, se puso un bóxer y una camiseta sin mangas y salió a buscar a Emma, se decepcionaría si la rubia hubiera escapado en medio de la noche, aunque realmente no la sorprendería.
Regina: Emma- Llamó en medio del pasillo y vio que la luz de la habitación de Graham estaba encendida- Emma ¿Qué haces aquí? – Preguntó cuando entró y de inmediato la rubia se giró asustada y apagó el video que estaba viendo.
Emma: Regina- Tragó saliva.
Regina: ¿Qué haces con el celular de Graham? – Preguntó enojada y se lo arrebató- ¿Por qué entraste a la habitación de mi hermano y por qué estás viendo sus cosas? – Alzó la voz.
Emma: Déjame explicarte- También levantó la voz- Bajé por un vaso con agua y escuché ruidos, me asomé y vi a alguien saliendo de tu casa.
Regina: ¿Qué?
Emma: Vi a alguien saliendo de tu casa y cuando entré aquí vi todo este desorden- Señaló las cosas de Graham- El celular estaba ahí, estaba prendido y lo agarré, empecé a ver el video y en eso entraste- Hablaba asustada- Te lo juro, Regina, me preocupa que, si eso le hicieron a tu hermano, también te lo hagan a ti, ve ese video por favor- Pidió ansiosa y la morena asintió.
-Tres de marzo- Apareció Graham en la pantalla- Estoy haciendo este video porque necesito aclarar mis ideas y entender lo que está pasando- La morena se sentó y la rubia se sentó a su lado- Gold tenía razón, hubiese querido creer que estaba equivocado, pero no, a mi madre biológica la mató la carnicera de Boston- Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Graham y también de los de Regina- Mi vida y la de mi hermana están relacionadas con esa asesina, esa hija de puta, sin saberlo nos arruinó la vida.
Emma: Lo siento- Murmuró con voz quebrada y alisó la espalda de la morena- ¿Quién es ese Gold que menciona tu hermano?
Regina: Es un periodista, él fue el que me buscó y me contó lo que te dije anoche.
Emma: Vamos a la policía, vamos a levantar una denuncia, yo te acompaño- Decía desesperada, la idea de que la morena saliera lastimada la volvía loca.
Regina: No, Gold me dijo que no fuera con la policía, que solo van a complicar las cosas.
Emma: Ok, entonces vamos con ese Gold a pedirle que nos dé más información, ideas para mantenerte a salvo de…
Regina: Gold murió en la misma explosión que murió tu jefe, Archie Hopper- La rubia abrió mucho los ojos- Y antes de morir, Gold me dijo que alguien dentro de esa estación de bomberos estaba vinculado con la carnicera de Boston.
Emma: ¿Archie? – Preguntó con incredulidad, siempre pensó que era un buen hombre.
Regina: No lo sé- Se masajeó el puente de la nariz- Pero la clave del asesinato de Graham está dentro de ese cuartel de bomberos.
Kristin: Por ahora no tengo otra habitación, pero yo creo que aquí vas a poder descansar- Le entregó una almohada, mientras entraban al estudio donde había un sofá-cama.
Bette: Yo no maté a nadie, me culparon por un crimen que no cometí- Le dijo con lágrimas y mirándola a los ojos- Yo la amaba con todo mi corazón, era mi esposa, carajo, la madre de mis dos hijos.
Kristin: Te creo cariño, te creo- Dijo sinceramente.
Bette: Me lo quitaron todo, ya no tengo ni una maldita fotografía para recordar a mi esposa y a mis hijos, no tengo nada- Se sentó y la rubia a su lado.
Kristin: Hoy tienes un techo donde pasar la noche- Dijo con una sonrisa amable y tomó sus manos- Lo que tienes que hacer ahora mismo, es descansar.
Bette: Hace veinticinco años que nadie era amable conmigo, excepto mi compañera de celda- Sonrió con tristeza.
Kristin: Ay cariño, pues es que así soy, tengo bueno ojos con la gente y tú eres una buena persona, lo supe desde que mi difunto esposo nos presentó.
Jefferson: Mamá- Asomó la cabeza- Ya es tarde, dejemos a Bette descansar- La rubia asintió y limpió las lágrimas de Bette con los pulgares antes de salir con su hijo.
Regina: No me queda de otra más que investigar desde adentro.
Emma: Por eso querías ser bombera y tomar el curso- No era una pregunta.
Regina: Es la única manera de saber la verdad, no tengo de otra- La rubia asintió a pesar del miedo que se enroscaba en su ser ante la sola idea de que a Regina le pasara lo mismo que a Graham.
Emma: ¿Quién es ella? – Preguntó cuando la morena se detuvo en una foto en el celular de su hermano.
Regina: No lo sé.
Emma: ¿Puedo? – Señaló el celular y la morena se lo entregó- A lo mejor fue ella quien se metió a la casa- Eso hizo que la morena la mirara con sospecha- No me veas así Regina- La morena se levantó abruptamente y caminó a la salida- Yo sé que apenas nos acabamos de conocer- La siguió- Pero, te juro que estoy dispuesta a darte toda la información que necesites dentro del cuartel, quiero ayudarte a- Antes de que terminara, vieron una sombra en la puerta.
Regina: Hay alguien por fuera de la puerta, entra a la habitación y cierra con llave- Corrió hacia la entrada.
Emma: ¡Te lo dije! – Se fue tras ella, no iba a dejarla sola, incluso si le hubiera calentado el corazón que la morena quisiera mantenerla a salvo.
Regina: Hey, hey- Gritó en la acera mientras la camioneta negra se iba a toda velocidad.
Emma: Regina, Regina- Se detuvo en la puerta, no saldría en ropa interior, cosa que Regina sí había hecho.
Bette: Voy a probar que todo fue una trampa Graham- Habló dejando rosas blancas en la lápida- Y voy a recuperar a tu hermana, te lo juro.
Regina: No, nunca conocí a mis padres- Hablaba mientras se duchaba y Emma la escuchaba con atención sentada en el váter, aunque era difícil no desviarse al cuerpo desnudo de la morena- De hecho, no sé nada de ellos, no sé ni siquiera como se llaman, pero ¿Sabes algo? No me interesa saberlo- Se encogió de hombros fingiendo indiferencia, pero le dolía y la rubia lo sabía.
Emma: ¿Por qué no?
Regina: Pues, porque fue difícil crecer en un orfanato, terminamos ahí por culpa de ellos.
Emma: ¿Creciste en un orfanato?
Regina: Sí, pero no me gusta hablar de eso ¿Me pasas la toalla por favor? – La rubia la envolvió cariñosamente en ella y regresó a donde estaba.
Emma: Hay algo que no entiendo ¿Son hijos de diferentes papás? ¿O Por qué tú eres Parrilla y Graham es Mills?
Regina: Éramos mellizos- Sonrió con tristeza- Mentí en la estación, también soy Mills, pero como mi hermano había estado ahí haciendo preguntas, no me quise arriesgar ¿Sabes?
Emma: Entiendo- Se acercó y la abrazó por la cintura- ¿Ya sabes por donde vamos a empezar a buscar?
Regina: Ni lo pienses, no voy a ponerte en riesgo- Negó con la cabeza- Te mantendrás al margen- Habló con firmeza.
Emma: Escúchame y escúchame bien, Regina Mills- Su voz era igual de firme que la de la morena- Soy una niña grande y no me gusta que me digan lo que tengo que hacer- Ya tengo suficiente con mi padre, quiso añadir, pero no lo hizo- Estoy contigo en esto, es mi decisión y punto ¿Estamos claras? – La morena asintió con los ojos muy abiertos y la rubia quiso reír, pero se aguantó- Eso pensé, ahora repito la pregunta ¿Ya sabes por dónde vamos a empezar a buscar?
Regina: Creo que sí, Kristin Bauer.
Emma: Es una buena idea, Kristin nos conoce a todos, más a los veteranos, es mejor que vayas a hablar con ella a solas, de lo contrario hará muchas preguntas- Mills asintió- De verdad me gustas, Regina- Besó sus labios suavemente.
Regina: También me gustas Emma- Pegó sus frentes y ambas sonrieron a pesar de las circunstancias.
Kristin: Archie era muy reservado, casi no hablaba, pero tenía un corazón enorme- Le sirvió un café.
Regina: ¿Y tenía mucho tiempo como jefe de la estación?
Ninguna de las dos vio que Bette había llegado y escuchaba detrás de la puerta.
Kristin: Como diez años más o menos, trabajaba día y noche, envejeció un año solamente en un mes- Suspiró y por el rabillo del ojo vio a Bette, pero Porter le hizo una seña de silencio- ¿Y tú por qué quieres saber tanto de Archie? – Volvió a concentrarse en Regina.
Regina: Ah bueno, porque yo también quiero ser bombera.
Kristin: ¿Es en serio? – Sonrió emocionada y la morena asintió- Que buena noticia cariño, eso es lo que necesita nuestra ciudad, jóvenes como tú.
Regina: Gracias señora Bauer.
Kristin: Nada de señora, solo Kristin o Kris.
Regina: De acuerdo, entonces Kris, tú que todo lo sabes ¿Ya tienen idea de quién va a ser el nuevo jefe de la estación?
Kristin: Que yo sepa no han nombrado a nadie.
Bette recordó que el alcalde le había dicho que podría tardar meses y tuvo una idea.
Regina: Muchas gracias Kristin, el café y las galletas estuvieron deliciosos- Se despidió después de hablar un poco más, la mayor era una mujer cálida que la hacía anhelar haber tenido una madre como ella.
Kristin: No tienes nada que agradecer, cariño, si necesitas algo por favor llámame, ah, y nos vemos en el aniversario del cuartel- La morena asintió con la cabeza, sonrió discretamente y se fue.
Bette: Necesito un favor- Apareció y la rubia alzó una ceja- Necesito ser la nueva jefa de la estación- Dijo con convicción- Tu marido fue primer super intendente, debes de conocer a todo mundo.
Kristin: Bette, yo no puedo hacer nada, hay que seguir los conductos regulares.
Bette: Regina, la joven que se acaba de ir, es mi hija- Confesó y la rubia abrió los ojos como platos- Ella no lo sabe, pero es mi hija.
Kristin: ¡Dios mío! Ahora entiendo todo- Sonrió- En realidad se parece mucho a ti.
Bette: Me halagas, porque Regina es la chica más hermosa que existe, y me he perdido toda su vida, por eso necesito ser la nueva jefa de la estación, aunque sea una mentira, si ella va a ser bombera, puedo estar cerca de ella y aclarar algunas cosas del pasado como algo extra, pero lo que más me importa es Regina- Sus lágrimas brillaron dentro de sus ojos oscuros.
Kristin: Ven- La tomó de la mano y la arrastró a su habitación, la morena abrió mucho los ojos- Eres hermosa cariño, pero no te traje para lo que estás pensando- Dijo divertida y la morena se sonrojó ligeramente haciéndola ver más hermosa a los ojos de Bauer- Al menos no todavía- Dijo para sí misma y agradeció que la morena estuviera escaneando la habitación con curiosidad- Se trata de esto- Sacó una maleta del fondo del armario y sacó los trajes oficiales de primer intendente de su difunto esposo- Yo te voy a ayudar, voy a ganar tiempo con la comisión para que puedas recuperar a tu hija- Habló alentadoramente con una sonrisa y Bette sintió un movimiento en sus entrañas.
En la estación de bomberos, el festejo de aniversario había comenzado.
Jefferson: Mamá, deséame suerte por favor, voy a hacer algo y no quiero que piensen que soy un ridículo- Hablaba inseguro con una bolsa de regalo en la mano.
Kristin: Amor ¿Cómo vas a ser ridículo? – Lo tomó suavemente de la barbilla- No hay mayor ridículo que dejar de hacer lo que uno quiere.
Jefferson: Ok- Le sonrió y se dirigió a donde estaban Killian y su novia- Anna, mi mamá te estaba buscando, creo que quiere que le ayudes con algo- Mintió.
Anna: Claro- Besó los labios de su novio- No me tardo bebé.
Killian: Sí.
Jefferson: Pensar que hace un año estábamos todos aquí, celebrando en grande y ahora ni música hay- Se sentó nervioso y Jones asintió- Pareciera que la alegría y la tristeza son dos caras de la misma moneda ¿No? – Killian asintió de nuevo- Toma, es para ti- Le tendió el regalo.
Killian: ¿Para mí? – Sonrió tímidamente.
Jefferson: Sí, yo lo hice.
Killian: Pensé que estudiabas diseño- Dijo mirando con emoción la cobija y Jeff asintió mirándolo bobamente- ¿Y también tejes?
Jefferson: Sí, me ayuda a pensar y a concentrarme.
Killian: Que curiosos, nunca había visto a un hombre tejiendo- Guardó su regalo.
Jefferson: Siempre hay una primera vez para todo.
Killian: Está padrísimo, gracias amigo- Esa palabra fue como una bofetada para Jeff- Voy a guardarlo- Sonrió discretamente y se fue a su casillero.
Belle: Oye, yo creo que mejor me regreso a la pensión, es que la verdad no me siento cómoda- Por el rabillo del ojo vio August.
Ariel: Los espías con tu telescopio cuando están encuerados, así que no inventes- Rodó los ojos- Mira y aprende- Dijo al ver a Booth acercarse.
August: Por fin algo que vale la pena en esta fiesta- Le sonrió coquetamente haciendo crecer la incomodidad de Belle.
Ariel: Y eso que no te he contado que estás frente a la protagonista de una nueva campaña de moda- Le palmeó suavemente la mejilla.
August: Pues hay que celebrar ¿No? – Dio un sorbo a su copa.
Belle: Lo lamento mucho- Interrumpió las intensas miradas entre los otros y el hombre se giró a mirarla- Lo de tu jefe.
August: Gracias Stelle.
Belle: Es Belle- Frunció el ceño.
August: ¿Vamos por más? – Le preguntó a la pelirroja señalando la copa vacía.
Ariel: Claro, dame un segundo- Tomó a Belle del brazo y se alejaron un poco- No arruines la fiesta ¿De acuerdo? No sé, sal, conoce gente, socializa- Le susurró- Ahorita te veo.
Bette entró a la oficina que había pertenecido a Archie Hopper, miró la foto en el escritorio en la que estaban el ahora occiso y su esposa.
Neal: ¿Tú quien eres? – Preguntó molesto al entrar y ver a la desconocida- ¿En qué puedo ayudarla? – Preguntó mirándola de pies a cabeza en uniforme de primer inspector, era blanco con hombreras azul marino y el logo rojo en la camisa a la altura del corazón.
Bette: Segundo inspector, si no me equivoco- Alzó una ceja.
Neal: Sí, Neal Cassidy ¿Y usted quien es?
Bette: Voy a darles la noticia una sola vez, quiero a los elementos reunidos en el patio de maniobras en diez minutos- Habló con firmeza y le dio la espalda- Ya están corriendo los diez minutos- Dijo sin girarse.
Bette salió al patio de maniobras y los bomberos estaban formados en dos hileras, en el lugar también se encontraba Zelena, que era la terapeuta del cuartel y los invitados a la celebración, aunque más retirados,
Robin: ¿Esta de dónde salió? – Preguntó en voz baja.
Killian: Si está aquí es porque la nombraron de superintendencia.
Emma: Yo la vi en el funeral de Archie.
Robin: Y apuesto que le echaste el ojo- Se rio entre dientes.
Emma: No todos somos como tú, estúpido, además, estoy saliendo con alguien- Sonrió al recordar a Regina.
Bette: Recibo la misión de ser su primer inspector con orgullo y con responsabilidad, además, no pretendo reemplazar al anterior jefe de estación, sé que Hopper era un líder sumamente querido y respetado, pretendo poner todo mi empeño para ser una digna sucesora- Hizo una pausa escaneando a los bomberos y le llamó la atención la única mujer, la rubia que había visto en el funeral de Archie- Eso es todo por ahora, y que este momento no solo sea para conmemorar la fundación de esta estación, sino para honrar la memoria de quien fuera unos de los grandes integrantes de nuestro heroico cuerpo de bomberos, muchas gracias ¡Rompan filas!
Bomberos: ¡Señor, sí señor!
Bette: Podemos continuar con la celebración- Guiñó un ojo en dirección de Kristin que sonrió enlazada al brazo de su hijo.
Emma: Me da gusto verla en condiciones más alegres.
Bette: Sí, que bueno verte, gracias- Se sonrieron.
Emma: Con permiso- Se alejó y todos los bomberos se acercaron a darle la bienvenida a la morena, excepto Neal que estaba furioso.
Neal: Yo era el sucesor natural para ser el primer inspector- Ladró- ¡Yo! – Avanzaba a grandes zancadas con su hermanastra pisándole los talones- Todo esto me parece sumamente chueco, no hubo información oficial, no hubo lista de candidatos, vaya, ni siquiera sabíamos en que momento el comité ratificó a esa maldita mujer que apareció de la nada.
Zelena: Bueno Neal, te tienes que hacer a la idea- Dijo tranquilamente al llegar al comedor de la estación.
Neal: Y justo ahora que la estación está pasando por un momento tan delicado ¡CHINGADA MADRE! No tenemos dinero ¡TENEMOS CUATRO PUTOS CAMIONES PARADOS! ¡CUATRO! NO CREO QUE CUALQUIER EXTRAÑO PUEDA VENIR Y ARREGLAR LAS COSAS, ASÍ COMO SI NADA.
Zelena: ¡Bueno, ya! - También alzó la voz- No estás siendo racional.
Neal: No empieces a hablarme como psicóloga, con tu tono tratando a tus pacientes loquitos- Giró su dedo índice sobre su sien- ¡ESTOY QUE ME LLEVA LA CHINGADA!
Zelena: Ni mis pacientes están locos, ni te estoy tratando como una psicóloga, te estoy hablando como tu hermana.
Neal: Sí, la que todo el tiempo quiere ayudar a los demás, mientras su vida se cae a pedazos- Dijo en tono burlón.
Zelena: Wow- Negó con la cabeza- A veces te equivocas tanto que llegas a dar lástima- Salió molesta y Neal resopló antes de dirigirse a la oficina.
Neal: ¿Tú qué haces aquí? – La irritación en su voz era notoria.
Regina: Buenas tardes para ti también.
Neal: No te hagas la chistosa niña, tú y yo no somos amigos.
Regina: ¿Quién te dijo que vine aquí a hacer amigos? – Su actitud cambió- Yo vine aquí a ser bombera, no a hacer vida social con ustedes- Casi parecía aburrida- De hecho, vine a preguntar sobre el curso que hay que tomar, me dijeron que dura tres meses.
Neal: ¿Aquí? – Preguntó como si fuera absurdo y mirándola con desdén.
Regina: ¿Qué? ¿Crees qué no tengo vocación por que soy mujer?
Neal: Lo que creo es que el jefe se murió y de repente este lugar se está llenando de desconocidos poco confiables.
Regina: Escuché que la nueva jefa es mujer ¿Es por eso qué ni ella ni yo te parecemos confiables? – Se rio sin humor, pero Cassidy en lugar de responder se fue pisando fuerte y maldiciendo.
Emma estaba con otros bomberos explicándole algunas cosas a su nueva jefa, una sonrisa involuntaria adornó sus labios cuando vio a Regina caminar entre las mesas.
Emma: Jefa, mis compañeros pueden seguirle explicando, con permiso- Caminó en dirección a Mills- Hey, llegaste justo a tiempo.
Regina: ¿A tiempo para qué?
Emma: Para conocer a la que va a ser tu próxima jefa de estación- Señaló a donde estaba Bette.
Regina: Ok, por cierto, te ves muy sexy en tu uniforme- Le susurró y la rubia se sonrojó.
Emma: Tú no te quedas atrás- La miró de pies a cabeza, en jeans ajustados, botas militares y playera tinta ajustada- Y estoy segura que te verás criminalmente caliente cuando uses uniforme también- Su mirada se oscureció más y la morena tuvo que aguantarse las ganas de sacarla de esa multitud y salirse con la suya- Vamos- Se rio levemente, le gustaba provocar a la mujer más joven.
Regina: Vamos- Tartamudeó y la rubia sonrió satisfecha por el efecto.
Emma: Primera inspectora- Llamó a Porter, que cuando se giró y vio a Regina, sintió que su corazón se aceleraba- Quiero presentarle a Regina Parrilla- Bette frunció el ceño, pero pronto recuperó el control, se había asegurado a través de su hermana Kit, que sus hijos llevaran el primer apellido de Cora, no el segundo, aunque ellos no supieran que llevaban el apellido de su propia madre- Regina va a inscribirse para prestar sus servicios.
Regina: Mucho gusto- Le tendió la mano con una sonrisa cortés.
Bette: Bette Porter, el gusto es mío, bienvenida- Le estrechó la mano y le sonrió, intentando con todas sus fuerzas mantener las lágrimas a raya.
Regina: Bueno, primero tengo que pasar el curso para una bienvenida oficial- Sacó la mano de la mujer, que por alguna razón no parecía querer dejarla ir.
Bette: Aquí te vamos a ayudar a que puedas cumplir tu sueño de ser un miembro del heroico cuerpo de bomberos- La veía de manera anhelante y Swan frunció el ceño, ella nunca había sentido celos y no le gustó en absoluto - Me da muchísimo gusto conocerte y darte la bienvenida, siéntete como en casa, Regina.
Regina: Bueno, gracias- Sonrió incómoda, estrechó las manos de los otros bomberos antes de presionar el hombro de Emma y retirarse.
Swan pensó en besar a Mills para que quedara claro que había algo entre ellas, pero eso les traería problemas, sobre todo a la morena que todavía no era parte del cuartel, así que se tragó su bilis y sonrió forzadamente a su nueva jefa.
Regina entró a la oficina y comenzó a buscar en los cajones, se imaginó a su hermano haciendo lo mismo, sacudió la cabeza, no podía detenerse en sus pensamientos, tenía que darse prisa.
Encontró una carta y un trozo de periódico doblado, parecía muy antiguo, cuando lo desdobló, sus ojos se abrieron como platos, era la nota roja, decía que la asesina múltiple conocida como la carnicera de Boston, había sido condenado a veinticinco años en una prisión en el estado de Texas, junto a la nota, estaba la foto de una joven morena.
Regina: La fotografía de la autora de los crímenes ¿Bette Porter? – No tuvo tiempo de procesar, porque escuchó pasos que avanzaban hacia la oficina y de inmediato guardó el sobre.
Bette: ¿Tú qué haces aquí? – Preguntó con sospecha y Mills tragó saliva.
Continuará…
Chapter 3: Es solo mi jefa
Summary:
Regina: Me gusta llegar a casa y encontrarte preparando la comida.
Emma: No tendrás una mujer delicada y sumisa eh Mills.
Regina: Ni lo soñaría, eres una bombera ¿Qué hay más rudo qué eso?
Emma: Vamos a comer antes de que quiera otra cosa- Susurró seductoramente.
Regina: Yo no me quejaría- Movió las cejas cómicamente y Swan se rio.
Emma: Me esforcé en cocinar para ti, valóralo Ginny, porque no lo hago por cualquiera- La morena sonrió tontamente- Además, estoy aquí para ayudarte a estudiar para tu examen teórico.
Regina: ¿Tendré un premio si acierto a todas las preguntas?
Emma: Pervertida- Le palmeó el trasero- Ve a bañarte, hueles a rayos- Bromeó.
Comieron entre pláticas y risas, después, la morena respondió todas las preguntas que le hizo la rubia.
Regina: Quiero mi premio.
Emma: Bien- Se quitó la camiseta quedando en bragas- Tómalo.
Chapter Text
Prisión de McAllen Texas, hace veinticinco años.
Kit: Sonríe Bette ¿No te da gusto ver a tu hermana? – Preguntó en la sala de visitas de la prisión intentando animarla- Vine desde Boston solo para verte- Bette sonrió sin mostrar los dientes- Yo estoy saliendo con alguien, es alguien que tú conoces y quiero tu bendición.
Bette: Siempre que te haga feliz, tienes mi bendición.
Kit: Ya sé que te va a animar- Sacó una foto donde Bette estaba con los mellizos.
Bette: ¿Cómo están mis bebés? – Preguntó con ojos llorosos después de contemplar la imagen por unos minutos.
Kit: Muy bien ¡Comen como locos! Y vieras el desorden que deja Ginny- Sonrió al recordar a la bebé pelinegra llena de papilla y Bette odiaba estarse perdiendo esos momentos con sus hijos- Graham no, él siempre está quietecito, observándolo todo, tan bien portadito, en cambio Regina, esa niña no me da un descanso- Se rio.
Bette: Les prometo que voy a estar con ustedes lo antes posible- Habló mirando la foto- Mis niños hermosos.
Boston, hace veinticinco años, un mes después de la visita a la prisión.
Kit: Ya me cansé, estoy hasta la madre de tus gritos, de tu violencia, de tu machismo, de tu forma de tomar- Señaló la botella casi vacía- ¡De todo! No sé quién eres- El llanto de los bebés se escuchó- ¿Ves lo qué provocas? Esto se acabó- El hombre solo la miró con indiferencia, así que ella se fue por los mellizos y salió de la casa- Ya Ginny, no llores mi amor, vamos a ir a un lugar mejor- Intentaba calmar a la agitada morena que derramaba lágrimas demasiado gruesas para su pequeña carita, mientras el bebé Graham balbuceaba como si quisiera consolar a su melliza.
🦢👑
Bette: ¿No me vas a decir qué estaba haciendo en mi oficina? – Preguntó mientras seguía a Regina por el pasillo.
Regina: Nada, me equivoqué, entré por error- Se encogió de hombros para restarle importancia.
Bette: Regina, puedes confiar en mí- Habló suavemente- Voy a ser tu jefa.
Regina: Tengo que irme- Se fue a toda prisa y la mayor se quedó nuevamente con el anhelo de abrazar a su hija.
Ariel: Es tarde, me tengo que ir- Decía sin soltar los labios de August.
August: Ni madres- La sentó en una de las mesas del comedor y se paró entre sus piernas- Estás deliciosa- Comenzó a tocarla sacándole jadeos- ¿Sabes que deberíamos hacer?
Ariel: ¿Qué?
August: Me das un autógrafo y cuando seas famosa lo vendo y me hago millonario- Sonrieron y comenzaron otro beso ardiente.
Robin: Así que nuestro querido August tenía su propia fiesta en el comedor del cuartel- Avanzó directo al refrigerador con una sonrisa divertida.
August: Fiesta a la que nadie te invitó, cabrón- Eso hizo reír a Locksley- ¿Y ustedes qué? – Les preguntó a Killian y Anna que estaban de pie en la puerta- ¿No tienen nada mejor que hacer entre ustedes que estar mirando? – Tomó de la cintura a Ariel y la besó.
Anna: No, no vimos nada ¿Verdad mi amor?
August: Que pena, igual Killian podría aprender un par de trucos y así mantenerte contenta- Se rio y la pareja no quiso discutir con el hombre aparentemente ebrio.
La alarma sonó y el primero en salir corriendo fue Robin, August le dio una palmada en el trasero a Ariel y corrió a la salida, pero Killian lo detuvo del brazo antes de que atravesara la puerta.
Killian: August, tú te quedas, estás borracho bro.
August: Tú te callas pendejo- Lo empujó.
Bette: Habla la primera inspectora, el siniestro es a diez kilómetros de la estación- Decía por radio frente a una casa en llamas- Ya mandamos la ubicación vía satelital, hay otras casas en riesgo.
Neal: August, muévete cabrón- Le dio un ligero empujón y se tambaleó.
Emma: Yo puedo entrar.
Neal: No, tú no, a ver Jekyll, Thomas, vamos, vengan atrás, veamos si pueden sacar a la mujer.
Mujer: Ayuda, por favor alguien ayúdeme- Se escuchaban los gritos aterrorizados.
Jekyll: Entra tú August, yo te apoyo- Animó y Booth se paralizó por unos segundos, pero después entró- Aquí Jekyll, August está entrando- Informó por radio.
August miró todo en llamas, sus ojos se posaron en la escalera, lo gritos de ayuda venían de arriba, volvió a paralizarse ante el recuerdo de su madre gritando.
- “Es tu culpa August, tú mataste a tu hermano” – La voz resonaba en su cabeza.
El humo comenzó a filtrarse a través de su mascarilla y comenzó a toser.
Jekyll: Voy a entrar- Le dijo a su compañero Thomas al ver a August en mal estado y sin poder ayudar a la mujer que gritaba por ayuda.
Estaba por subir la escalera, cuando una viga se soltó y cayó sobre él.
August: ¡Jekyll no! – Gritó asustado.
Jekyll: Ayuda, ayuda- Gritó y August corrió hacia él, pero cuando estaba a punto de jalar la viga, la voz de su madre en su cabeza lo volvió a paralizar- August ayúdame por favor.
Neal: August, haz algo- Le gritó desde un punto en el que no podía entrar a ayudar.
- “Eres un asesino, no sirves para nada”- Ahora escuchaba la voz de su padre y salió corriendo.
Jekyll: No, no te vayas, ayúdame- Suplicaba y Neal también le seguía gritando que ayudara a su compañero.
Emma: ¿Qué carajos pasó, August? – Lo interceptó en la entrada, pero Booth no respondió- Pide refuerzos, voy a entrar por Jekyll- Entró esquivando el fuego- Tranquilo compañero, yo te voy a sacar de aquí- Usó toda su fuerza para mover la viga.
Jekyll: Gracias Emma- Perdió el conocimiento.
Emma: ¡Ayuda, Jekyll está herido! – Lo levantó como pudo y pronto dos bomberos más aparecieron- Sáquenlo.
Mujer: Estoy aquí, por favor ayuda- Gritaba histérica y Emma de inmediato subió las escaleras.
Emma: Te voy a sacar de aquí, tranquila, aléjate de la puerta- Unos segundos después, la derribó de una patada haciendo crujir la madera- Vamos a bajar, agárrate de mí- Atravesaron la casa hasta que estuvieron a salvo.
Bette: La estructura quedó completamente dañada, el equipo está bien, pero tenemos un elemento herido, lo están trasladando al hospital más cercano- Avisó por radio y una vez que terminó, se acercó molesta a August- ¿Tú estabas con Jekyll? – Booth no respondió, así que se acercó a Neal- ¿Cómo permitiste que esto pasara? – Le gritó- Debiste proteger a nuestra gente antes que la pinche estructura.
Neal: Le recuerdo que usted es la primera inspectora, también estaba en sus manos ¿No? – Desafió y la morena se alejó antes de perder el control y tumbarle los dientes.
Emma entró a la cocina de la estación, se quitó la camiseta del uniforme quedando en top deportivo, sacó una botella de agua y la bebió de un solo sorbo.
Bette: Emma, muy buen trabajo en el siniestro- Felicitó.
Emma: ¿Cómo está Jekyll?
Bette: Lo llevaron a cuidados intensivos.
Emma: Eso no debería de haber pasado- Se llevó las manos al cabello- Yo debí haber estado con él, pero Cassidy no me dejó entrar.
Bette: Hablaré con él, Emma ¿August siempre es así de irresponsable? – Se acercó a la rubia.
Emma: No voy a hablar mal de uno de mis compañeros- Habló con los dientes apretados a centímetros del rostro de la morena.
Bette: Puedo ver que te apasiona tu trabajo, eres un buen elemento- Sus alientos se mezclaron y ambas se sintieron incómodas- Pero si August necesita una sanción…
Emma: Buenas noches jefa- Se alejó.
Después de darse una ducha, Bette se sentó en la cama de su cuarto en la estación, tomó una fotografía que había sido de Hopper, en la imagen estaba el hombre con su esposa y ella misma con su difunta esposa Cora que tenía el vientre abultado por el embarazo.
Una sonrisa adornó sus labios cuando recordó el momento en que se tomó la fotografía, estaban en un parque, sentados en el pasto, mientras uno de sus mejores amigos disparaba el flash de la cámara a las dos parejas.
Kristin: Hola, buenas noches- Apareció con una sonrisa.
Bette: Hola- Su sonrisa se amplió- Pasa por favor- Regresó la foto a su lugar.
Kristin: Te traje un regalito- Se sentó a su lado y sacó una caja- Esta fue la primera medalla de mérito de Stefan y quiero que sea para ti- Abrió la caja ante una sorprendida Bette- Él decía que le traía suerte y suerte es lo que necesitas, así que, aquí está tu hada madrina- La puso en sus manos y el toque fue agradable para ambas.
Bette: Gracias, es todo lo que se me ocurre decir.
Kristin: Te voy a echar una mano, voy a hablar con el superintendente, para que tu secreto siga siendo eso- Simuló un cierre sobre sus labios- Un secreto, nadie te va a sacar de aquí sin que hayas recuperado a tu hija.
Bette: Gracias Kristin, no sabes lo que significa para mí- Se sonrieron.
August: ¿Alguna vez has sentido que eres una basura? – Preguntó con ojos llorosos a la terapeuta- La culpa es bien cabrona ¿No?
Zelena: ¿Culpa de qué? – Preguntó suavemente.
August: No está bien que unos padres dejen a un niño de siete años cuidando a su hermanito de tres- Exhaló y se puso de pie- Ni siquiera era una alberca de verdad- Le dio la espalda a la pelirroja- Era una pinche tina vieja en medio del jardín, mis papás ni siquiera nos dejaban llenarla con agua, pero ese día hacía muchísimo calor- Se tragó un nudo en la garganta- ¿Sabes por qué decidí ser bombero? – Zelena lo alentó a continuar- Cada emergencia es una oportunidad de salvar a mi hermano, de volver a tener siete años y esta vez sí llegar a tiempo para sacarlo de la puta tina- Se limpió las lágrimas que escapaban- Y en lugar de ser el culpable de su muerte, ser el héroe que lo salve, pero no, lo volví a matar- Sollozó.
Zelena: August, el accidente de Jekyll no fue tu culpa.
August: Yo estaba borracho, Zelena- Se giró abruptamente- No debí haber ido a esa emergencia, así que sí, soy el único culpable- Tomó su chamarra- Supongo que el secreto profesional también aplica con tu hermano ¿Verdad? Porque si Neal se entera, va a querer chingarme.
Zelena: Yo estoy aquí para ayudarlos, no para ser la espía de mi hermano- Aseguró.
August: Yo no tengo arreglo, no pierdas tu tiempo- Salió y Zelena suspiró con tristeza.
Emma: A ver Regina, Bette se presentó delante de todos nosotros con su nombre real, eso significa que no tiene miedo a que nos metamos en internet, la investiguemos…
Regina: ¡No sé, no sé! No tengo todas las respuestas- Caminaba de un lado a otro en la sala de estar- Pero si llegó y se presentó con su verdadero nombre debe haber sido por algo- Se desordenó el cabello- Esa hija de puta fue quien mató a mi mamá y es la responsable de la muerte de Graham- Señaló el periódico.
Emma: ¿Estuvo veinticinco años en una prisión del estado de Texas? ¿Por qué allá?
Regina: Porque una de sus víctimas era de allá.
Emma: Regina- La tomó de la mano para que sentara junto a ella- Si Bette realmente es una asesina, si esa mujer mató a tu mamá y a tu hermano ¿Te das cuenta qué corres mucho peligro? – Preguntó preocupada.
Regina: Eso no me importa- Resopló.
Emma: Pero a mí sí me importa, carajo- Soltó con pánico y los ojos se le llenaron de agua.
Regina: Escucha- Le tomó cariñosamente el rostro- Ahora más que nunca me tengo que infiltrar en el cuartel de bomberos, mañana mismo empiezo el curso- La rubia quiso discutir, pero Mills selló sus labios con un beso- No me va a pasar nada- Aseguró y Swan escondió el rostro en el cuello de Mills, esperando que su aroma y cercanía le dieran tranquilidad y la certeza de que nada le pasaría a su morena.
Jefferson estaba sentando en una banca en la entrada de la pensión, sus manos se movían hábilmente en el tejido hasta que levantó la vista y vio a Killian parado en el marco de la puerta.
Jefferson: Hey- Una sonrisa tonta se apoderó de sus facciones.
Killian: ¿Qué haces? – Preguntó con interés.
Jefferson: Pensando, es que tengo que entregar un trabajo para la universidad y no sé por dónde empezar ¿Sabes? Todo mundo debería de aprender a tejer, es la mejor manera de concentrarse.
Killian: Te aseguro que yo sería un desastre- Se acercó.
Jefferson: Te aseguro que no- Se rio- ¿Has usado la cobija que te hice?
Killian: Sí, la tengo instalada sobre mi cama- Eso hizo que la sonrisa de Jeff se iluminara más- ¿Alguna vez has pensado hacer negocios con tus tejidos? – Se sentó a su lado y hablaron por un rato.
Zelena: Primera inspectora ¿Me regalaría unos minutitos de su tiempo? – Preguntó desde la puerta de la oficina de la morena.
Bette: Claro, adelante.
Zelena: ¿Por qué ver la expresión emocional como un signo de debilidad? – Fue al grano- Todos necesitamos procesar lo que nos pasa ¿O me va a decir que sus propios traumas sin resolver no afloran de vez en cuando?
Bette: No intente traspasar los límites doctora- Advirtió con la mandíbula apretada y la pelirroja suspiró, sabiendo que había tocado un nervio.
Zelena: Mira Bette ¿Puedo llamarte así? También me sentiría más cómoda si me llamas por mi nombre – La morena asintió- Hopper estaba muy satisfecho con el plan de asistencia postraumática que estábamos teniendo aquí, permíteme demostrarte que vale la pena seguir con esto.
Bette: Si Archie confiaba en ti ¿Quién soy yo para contradecirlo? – Sonrió discretamente.
Zelena: Gracias Bette- Sonrió aliviada, pensó que sería más difícil por lo cerrada que parecía la nueva jefa.
Regina: Tengo que actuar rápido, nadie se puede imaginar que la jefa de estación es una asesina en serie- Tenía las manos de la rubia entre las suyas.
Emma: ¿Qué vamos a hacer? ¿Les vamos a contar?
Regina: No, al menos no ahora, primero quiero tener información más clara, así que voy a aprovechar estos tres meses para averiguar todo sobre Bette Porter, después la voy a enfrentar, pero lo voy a hacer cuando menos lo espere, me le voy a parar en frente y le voy a decir que conozco su secreto.
Emma: Me encanta la idea- Miró los labios carnosos y se acercó a ellos.
Regina: Emma, espera, te estoy hablando de algo serio- Sonrió discretamente.
Emma: Yo también- Se sentó en el regazo de Mills- Si quieres ser bombera, tienes que aprender a bajarle tres rayitas a tu intensidad- Rascó la parte posterior del cuello de la morena y las manos de esta se instalaron en la espalda baja de la rubia- Y también tienes que aprender a relajarte- La besó apasionadamente- Regina Mills, me haces mucho bien- Habló sobre sus labios y volvió a devorar los labios carnosos.
Regina: Y ahora te voy a hacer más que bien, te haré gemir mi nombre una y otra y otra vez- Le sacó la blusa y comenzaron los juegos previos.
Un tiempo después, la rubia montaba a la morena vigorosamente.
Emma: Oh Dios, me voy a correr tan rápido- Jadeaba intentando retrasar el orgasmo para seguir disfrutando de la sensación de la morena dentro de ella.
Regina: No te contengas- Movió más rápido las caderas haciendo que su miembro tocara el punto g de la rubia- Te voy a coger toda la noche hasta que no tengas más jugos que derramar- Continuaba martillando y los ojos de la rubia se pusieron en blanco de placer- Y después de eso, voy a seguir enterrada en ti, así que vamos rubia, córrete en mi verga y mójala más de lo que ya está- Las palabras sucias tuvieron el efecto deseado en la rubia.
Emma: Reginaaaaaaaaaa- Se corrió con fuerza y la morena cumplió su promesa esa noche.
Los siguientes días fueron pesados para Regina, aunque estaba en perfecta forma, el entrenamiento para convertirse en bombera no era algo a lo que estuviera acostumbrada.
Bette: Tienes que dejas de trasnochar, Regina- Sugería mientras la joven Mills trepaba por una soga de entrenamiento- Baja y hazlo de nuevo, tienes que ser más rápida- Puso el cronómetro en ceros.
Mills la miraba impasible, tenía que tragarse toda la rabia contra la mujer mayor que, para su disgusto, había decidido encargarse personalmente de su entrenamiento, algo que no tenía muy contenta a Emma, sonrió al recordar a su rubia y lo único que quiso de repente fue verla.
Regina: ¿Es todo por hoy?
Bette: Sí, pero Regina, en serio tienes que dejar de desvelarte, no ayuda en tu entrenamiento, peor aún, te estás desgastando y puede causarte problemas de salud.
Regina: De algo tengo que vivir mientras logro ser bombera y tener un salario, no es como si fuera de su incumbencia- Alzó una ceja y Bette veía tanto de ella y de Cora en la joven, que tuvo que morderse la lengua para no decir nada.
Bette: Si necesitas que te preste algo de dinero, solo…
Regina: No, gracias, usted es solo mi jefa- Dijo con brusquedad y la mayor sintió un dolor en el pecho- Me tengo que ir- Tomó su mochila y se fue a casa.
Apenas entró, el olor a comida recién hecha invadió sus fosas nasales, frunció el ceño y entró a la cocina, la sonrisa no tardó en aparecer cuando vio a Emma frente a la estufa en una camiseta blanca sin mangas que le pertenecía y bragas rojas.
Emma: Hola, espero que tengas hambre- Habló como si esa situación fuera natural, la misma rubia estaba sorprendida de lo bien que se sentía, nunca había cocinado para nadie que no fuera ella y su padre.
Regina: Bastante, el entrenamiento me está matando- Sonrió- Mejor dicho, Porter me está matando- Ante la mención de su jefa, Emma frunció los labios con molestia.
Emma: Insisto en que esa mujer quiere algo contigo- Dijo con molestia y la morena se rio- ¿Te parece gracioso? – Se enfurruñó y la morena soltó otra risa deliciosa que la hizo olvidar sus celos- ¿A qué hora me vas a saludar adecuadamente? – Preguntó haciendo un puchero, Emma Swan no hacía pucheros, no antes de conocer a Regina Mills.
Regina: Hermosa, me muero por estar cerca de ti, pero estoy sudada, iré a darme una ducha primero.
Emma: Ven aquí- Se acercó y la jaló de la cintura- No me importa que estés sudada- Capturó los labios carnosos entre los suyos- Mejor- Susurró sin despegar los labios.
Regina: Me gusta esto ¿Sabes? – La rubia alzó una ceja- Llegar a casa y encontrarte preparando la comida.
Emma: Ni pienses que tendrás una mujer delicada y sumisa eh Mills- Bromeó.
Regina: Ni lo soñaría, eres una bombera ¿Qué hay más rudo qué eso? – Apretó su cintura.
Emma: Vamos a comer antes de que quiera otra cosa- Susurró seductoramente haciendo estremecer a Mills.
Regina: ¿Sería tan malo? Por que yo no me quejaría- Movió las cejas cómicamente y ahora fue Swan quien se rio haciendo que el estómago de la morena aleteara.
Emma: No, sería deliciosamente bueno- Le susurró nuevamente y la morena sintió un tirón en la entrepierna- Pero me esforcé en cocinar para ti, valóralo Ginny, porque no lo hago por cualquiera- Eso hizo que la morena sonriera tontamente- Además, estoy aquí para ayudarte a estudiar para tu examen teórico ¿Recuerdas?
Regina: ¿Tendré un premio si acierto a todas las preguntas? – Cuestionó traviesamente.
Emma: Pervertida- Le palmeó el trasero- Ve a bañarte, ahora que lo dices, hueles a rayos- Bromeó y la morena rodó los ojos juguetonamente.
Comieron entre pláticas y risas, después, la morena respondió todas las preguntas que le hizo la rubia.
Regina: Quiero mi premio- Exigió y clavó los dientes en su propio labio inferior.
Emma: Bien- Se quitó la camiseta quedando en bragas- Tómalo.
Regina: Con placer- Se quitó la ropa.
La radio sonaba de fondo mientras Emma limpiaba uno de los camiones de bomberos por fuera, se llevó la mano al pecho cuando apareció una mano extendida del techo del vehículo.
Emma: Casi me matas del susto- Se rio y negó con la cabeza.
Regina: Deja eso y ven- Estiró más la mano y una vez que la rubia la tomó, usó toda su fuerza para subirla.
Emma: ¿Qué pasa? – Preguntó una vez que se sentaron y como respuesta, la morena la besó apasionadamente.
Regina: Me moría de ganas de besarte- Se quitó la camiseta del uniforme- De hecho, quiero más que besarte.
Emma: No, no, no Regina ¡Esto va contra las reglas! – Quiso ser firme, pero su mirada estaba en los pechos llenos que querían salir del sujetador deportivo.
Regina: Técnicamente todavía no soy una bombera- La acostó y flotó su cuerpo sobre el de ella.
Emma: Sí, pero ya terminaste el curso- De verdad lo intentaba, pero sintió el bulto entre sus muslos y la determinación que le quedaba disminuyó drásticamente.
Regina: Bueno, entonces que sea mi regalo de graduación- Sonrió seductoramente y eso fue todo para Swan.
Emma: Eres una descarada- La jaló y juntó sus labios.
La morena le sacó la camiseta a la rubia dejándola en top, enredaron sus cuerpos y recorrieron las curvas la una de la otra.
Las cosas se estaban poniendo demasiado calientes, así que no se dieron cuenta que alguien subía.
Killian: Hey- Habló tímidamente al encontrarse con la escena- ¿Emma? – Las mujeres lo miraron sin despegar los labios- Yo creo que estaría más cómoda una habitación- Mills lo fulminó con la mirada- ¿O no? – Tragó saliva y se bajó.
Emma: Eres mala- Se rieron- Anda, tenemos que bajar.
Regina: ¿Y mi regalo? – Se enfurruñó.
Emma: Te he dado ese regalo casi todos los días en los últimos tres meses.
Regina: Me gusta ese regalo- La jaló más cerca de su cuerpo.
Emma: Y a mí me gusta el que tienes entre las piernas- Presionó su centro contra los genitales de la morena haciéndola jadear- Pero alguien puede venir, tuvimos suerte de que fuera Kill.
Regina: ¿Kill? – Alzó la ceja y la rubia se rio.
Emma: ¿Estás celosa? – Preguntó sin dejar de reír, que la morena estuviera celosa por ella le gustaba mucho.
Regina: Yo no soy celosa, aprende eso rubia- Refunfuñó.
Emma: De acuerdo, morena- Le palmeó el trasero- Vámonos, si te portas bien, hoy en la noche te dejaré cogerme sobre la alfombra.
Regina: De acuerdo, pero tenemos pendiente coger sobre el camión- La besó profundamente y la rubia tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para no dejar que la morena se saliera con la suya en ese mismo momento.
Ariel: Anna ¿Me repites lo qué acabas de decir? – Preguntó sin dejar de mirar el celular, mientras su amiga estaba metida en el armario buscando ropa.
Belle: Si soltaras el celular, no tendrían que repetirte todo dos veces- Rodó los ojos.
Ariel: Oye, no me hables así, que me quedó clarísimo que la futura estrella de la canción necesita nuestra ayuda para algo.
Anna: Si me aceptan en bellas artes me pueden decir estrella de la canción, pero por ahora, solo soy una estudiante que tiene una audición la próxima semana y necesito que me digan que ponerme.
Ariel: No te preocupes por eso, yo soy experta en ese tema, por algo soy la protagonista de una campaña.
Belle: Una protagonista bastante dudosa, porque hasta ahorita, nadie ha visto nada de lo que dices que has hecho.
Ariel: Mira idiota, con todo el dinero que me estoy ganando, muy pronto me voy a ir de aquí y ya no te voy a tener que ver la cara- Esas dos siempre peleaban, pero se tenían cariño.
Anna: ¿Pueden dejar de discutir? Solo tengo una oportunidad para entrar a bellas artes- Se dejó caer en la cama- ¿Me van a ayudar o no? – Ambas asintieron, Ariel rodando los ojos, era su manera de ser y así la querían.
Neal: Por eso te dije que lo hicieras bien, niña- Le dijo a Regina que limpiaba una unidad junto con Emma y Killian- Aquí todos hacemos de todo, desde lo insignificante hasta lo heroico.
Regina: No te veo hacer nada- Murmuró y Emma le dio un ligero codazo en las costillas, la rubia estaba segura que la boca inteligente de su morena la metería en problemas- ¿Cuándo es mi ceremonia de graduación? – Cambió de tema.
Neal: ¿Sabes cuánto tiempo me llevé yo en apagar un fuego? Y tú ya quieres hacerlo- Se burló y Mills apretó el trapo con fuerza- Bálale dos rayitas, Mills.
Robin: Regina, hermosa, te buscan- Apareció con una sonrisa coqueta, solo quería molestar a Emma, no estaba interesado en la morena.
Emma: Ten cuidado Locksley- Le siseó haciéndole saber que había logrado el efecto deseado.
Regina: ¿Quién? – Frunció el ceño una vez que sonrió por los celos de Emma.
Robin: La policía- Se puso serio, estimaba a la morena a pesar del poco tiempo que tenía y no le gustaría que se metiera en problemas.
Neal: Va a atenderlos- Ordenó a Mills.
Emma: Iré con ella- Soltó el cepillo que tenía en las manos.
Neal: Sigue trabajando Swan- Gruñó y la rubia quiso discutir, pero Regina presionó suavemente su hombro y le sonrió.
Emma: Ten cuidado- Le susurró y la morena asintió antes de alejarse con los agentes.
Regina: Si vienen por lo de la explosión, ya les dije todo lo que sé- Habló apenas estuvo cerca de ellos y se cruzó de brazos.
Scarlet: La investigación está en curso, solo queremos asegurarnos que no haya nada nuevo que quieras agregar.
Regina: No- Pensó en lo que descubrió sobre Bette- Ya les dije todo.
Scarlet: Mira, queremos agarrar al cabrón que mató a tu hermano- La mención de Graham hizo que los ojos de Regina picaran, pero lo disimuló- Y también al que voló el coche, y el único elemento común entre los dos hechos, eres tú.
Regina: ¿Están insinuando algo? – Preguntó desconcertada y molesta, nada más eso le faltaría, que la consideren sospechosa de la muerte de su propio hermano, su única familia.
Scarlet: Tranquila, tranquila, solo vinimos a hacerte una visita de rutina- La morena lo miró con desconfianza- Más vale que la próxima vez que volvamos a vernos estés más dispuesta a cooperar ¿Comprendes? - La mandíbula de Mills se apretó ante la amenaza disfrazada y los agentes se fueron.
Emma: ¿Por qué no les dijiste lo qué sabes? – Había alcanzado a escuchar, de ninguna manera iba a dejar sola a la mujer por la que estaba desarrollando sentimientos profundos.
Regina: Porque no confío en ellos.
Emma: Tienes razón, el agente Scarlet prácticamente te amenazó- Suspiró con preocupación- ¿Qué quieres hacer?
Regina: No lo sé- Suspiró y la rubia acarició sus bíceps en señal de apoyo.
Jefferson: Te estaba buscando- Entró como tornado a la cocina de la estación donde Killian estaba a punto de llevarse un trozo de pan a la boca- Te tengo una sorpresa- Dijo emocionado- ¿Te acuerdas qué hace algún tiempo me preguntaste si tenía pensado vender mis tejidos?
Killian: Por supuesto.
Jefferson: Bueno, pues todo este tiempo he estado diseñando un sitio web para poder empezar a venderlos en línea- Dio unos redobles con las manos en la mesa.
Killian: Amigo, felicidades, había que capitalizar ese talento tuyo ¿Qué edad tienes? – Preguntó con curiosidad.
Jefferson: Veinte, ya bien cumplidos, la gente dice que tengo alma vieja.
Killian: Puede ser- Dijo distraídamente.
Jefferson: Bueno, la cosa es que, para poder hacer este negocio, necesito tu ayuda, porque entre la universidad y los diseños que tengo que hacer por mi cuenta, no tengo mucho tiempo, además, sacar cuentas no es realmente lo mío- Arrugó la nariz y Jones sonrió ante el adorable gesto.
Killian: Entonces, las matemáticas no se te dan- Sonrió.
Jefferson: Las matemáticas me odian- Hizo un puchero.
Killian: Y a mí me quieren tanto- Alardeó.
Jefferson: ¿Y las matemáticas estarían de acuerdo en que me eches una manita? – O las dos, quiso decir, pero se lo guardó- ¿O se pondrían celosas? – Bromeó y el moreno se rio.
Regina estaba dándose una ducha en la estación, todo lo que le dijo Gold antes de morir daba vueltas en su cabeza.
Bette: ¿Problemas?
Regina: Perdón, no la vi- Tomó una toalla y la enredó en su cuerpo desnudo.
Bette: Háblame de tú- Pidió y la más joven la miró sin demostrar nada, eran parecidas en la facilidad para esconder sus emociones.
Regina: ¿Por qué? Usted es solo mi jefa- Su rostro pétreo y esa frase nuevamente se sintieron como un puñetazo para Porter.
Bette: Por favor- Dijo suavemente y la morena asintió a regañadientes- Y no tienes por qué pedirme perdón- Se metió las manos en los bolsillos del pantalón, era algo que Regina también hacía con frecuencia- Entonces ¿Qué quería la policía?
Regina: ¿Quién te fue con el chisme? – Juntó el entrecejo.
Bette: Nadie, yo los vi ¿Pasó algo? ¿Estás en algún problema? – Preguntó intentando no parecer demasiado preocupada, sería extraño para su hija.
Regina: Con todo respeto, no es asunto tuyo, pero no pasó nada, con permiso- Se alejó para vestirse.
Bette: Regina- La siguió- Si pasa algo malo, detrás de ti hay un cuartel entero para respaldarte, empezando por mí, los bomberos somos una familia.
Regina: Yo no tengo familia- Soltó con amargura.
Bette: Todos tenemos una familia- Aseguró mirándola a los ojos.
Regina: Yo no- Abrió su casillero y después volvió a mirar a la morena mayor- Es curioso, aquí todos dicen que tú apareciste de la nada ¿Así fue?
Bette: No veo porque dicen eso, yo prácticamente nací bombera.
Regina: ¿Y dónde sestabas todos estos años? – Ya sabía la respuesta- ¿Estabas en otro cuartel?
Bette: Estuve lejos, fuera de Maine- Respondió son comprometerse.
Regina: ¿En Texas? – Porter se tensó.
Bette: Veo que los chismes vuelan- Mills asintió- Sí, estuve en el estado de Texas, pero volví porque este es mi lugar, porque aquí está mi gente.
Regina: ¿Tu gente? ¿Tienes familia aquí en Maine?
Bette: Sí, tengo familia aquí en Maine, mira, Regina, puedes confiar en mí.
Regina: No veo por qué, tú solo eres mi jefa- Eso dolió a la mayor, otra vez- No eres mi amiga- Otro dolor agudo en el pecho de Bette.
Bette: Cuenta conmigo para lo que sea- Dijo a pesar de la rudeza de la más joven, no importara cuan fría y distante fuera Regina con ella, era su hija y la amaba.
Regina: Necesito vestirme- La invitó a irse sutilmente.
Emma Swan iba enojada, no enojada, fúrica, había visto a Bette Porter acercarse a las duchas en las que estaba Regina, su Regina desnuda en las duchas.
Su mano se apretó en la correa de su bolsa, no tenía nada formal con la joven Mills, pero ella sentía que lo que tenían ella y la morena era serio.
Regina: Tiene familia- Se acercó y caminó a su lado.
Emma: ¿Quién?
Regina: Bette, acabo de hablar con ella, me dijo que estuvo mucho tiempo en el estado de Texas, pero que se regresó a Maine por su familia- Entraron a la cocina de la estación.
Emma: ¿Te lo dijo antes o después de verte desnuda en las duchas? – Soltó con enojo.
Regina: ¿Qué? – Frunció el ceño y la rubia la fulminó con la mirada por lenta- Emma, deja de sentir celos de Porter, no me interesa de esa manera.
Emma: No dije que te interese Bette, estoy diciendo que ella está demasiado interesada en ti, casi parece obsesionada- Resopló.
Regina: Bueno, es la asesina de mi madre y la responsable de la muerte de mi hermano ¿No crees que es normal que esté algo “obsesionada conmigo”? – Hizo comillas- Tal vez solo está buscando la manera de deshacerse también de mí- Bromeó queriendo aligerar el ambiente.
Emma: Deja de decir pendejadas, Mills- Ladró y la morena abrió muchos los ojos- Lo siento, es solo que, no quiero que te pase nada- Se acercó y rodeó el cuello de la morena- Regina, sé que es muy rápido, pero no quiero estar sin ti, así que la sola idea que te pueda pasar lo mismo que a…
Regina: Sht- Puso el dedo índice en los labios rosados- Discúlpame, además de Graham, no estaba acostumbrada a que nadie se preocupe por mí- Agachó la cabeza.
Emma: Me preocupo por ti, así que acostúmbrate- Besó sus labios suavemente.
Regina: A mí me pasa lo mismo contigo, por eso no quiero que te involucres más en esto, no me perdonaría si por mi culpa…
Emma: Sht- Ahora fue ella quien puso el dedo sobre los labios carnosos- Estamos juntas en esto, hazte a la idea Regina Mills, aunque yo tengo a mi papá, tú eres mi familia ahora- Dijo mirándola a los ojos y la morena sonrió hermosamente.
Regina: También eres mi familia, Emma, no sé que hice pare merecer que te cruzaras en mi camino- Se fundieron en un beso, ambas querían decir esas dos palabras, pero les daba miedo, así que los te amo se quedaron atascados en sus gargantas.
Emma: ¿Y qué hacemos con lo que te dijo Porter? – Preguntó cuando pasó el momento emotivo.
Regina: Tenemos que averiguar quiénes son sus familiares, donde viven.
Emma: Ok, si me das sus nombres yo puedo empezar a buscar.
Regina: No, no me dio nombres, yo llevo meses buscando ese tipo de información, lo único que hay en internet es lo de su arresto, nada más- Soltó frustrada.
Emma: Bueno, entonces ¿Qué hacemos?
Regina: Quiero ir a McAllen, tengo que ir a la prisión donde encerraron a Bette, seguramente ahí tienen sus datos, incluso estaba pensando hablar con Fiona Murray, la abogada que defendió a Porter, es lo único que se me ocurre para buscar la información que necesito
Emma: Vamos- Puso sus manos en los hombros de la morena- Hagamos ese viaje.
Regina: ¿Estás segura? – Preguntó con una sonrisa.
Emma: Por supuesto, ya te do dije, lo haremos juntas ¿Cuándo nos vamos?
Bette: ¿A dónde? – Las jóvenes se apartaron ante la voz- ¿Se van de viaje?
Regina: Sí, tenemos unos asuntos personales- Enganchó los pulgares en sus bolsillos traseros.
Bette: ¿Juntas? – Preguntó mirando de una a otra y la rubia resopló internamente.
Regina: Sí, juntas- Se cruzó de brazos y la rubia asintió con la cabeza.
Bette: ¿Y a dónde se van?
Emma: A Texas.
Bette: ¿A Texas? – Enderezó más la postura.
Regina: Sí, a Texas, a McAllen para ser más exactas ¿Conoces McAllen, Bette? – Preguntó directamente y la rubia chasqueó la lengua al darse cuenta que Mills tuteaba a Porter, mientras tanto, los pensamientos de Bette se fueron al día en que fue sentenciada a prisión en esa ciudad- ¿Alguna vez ha ido a esa ciudad? – La voz de su hija la sacó del recuerdo.
Bette solo miró a las mujeres, se excusó cortésmente y abandonó la habitación.
Continuará…
Chapter 4: McAllen
Chapter Text
Fiona: Bette, tu sentencia terminó, mañana recuperas tu libertad- Avisó en la sala de visita de la prisión- ¿No vas a decir nada?
Bette: ¿Tengo qué responderte ahora? – Todavía no salía del shock.
Fiona: Si necesitas ayuda, apoyo en tu reinserción, tú sabes que puedes contar conmigo.
Bette: Fiona- Puso su mano sobre la de la abogada- Ya hiciste suficiente.
Fiona: No Bette, ese es el problema, nunca pude hacer nada por ti, estoy segura de que no mataste a nadie y nunca pude probarlo, que hayas pasado tantos años encerrada injustamente es una culpa que me va a acompañar hasta el día que me muera.
Bette: Siempre creíste en mí, es algo por lo que siempre te voy a estar agradecida- Le sonrió.
🦢👑
Regina: Emma ¿En serio? ¿Tenías qué decir que vamos a Texas? – Se pasó las manos por el cabello.
Emma: Perdón, me puse muy nerviosa ¿Viste cómo nos estaba viendo? – Se masajeó el puente de la nariz- ¿Y por qué me tomaste la mano frente a ella? Se supone que no debe saber que estamos juntas.
Regina: Quería corroborar una sospecha que tengo, estás equivocada respecto a la atracción de Porter, no es conmigo, esa mujer trae algo contigo.
Emma: Ahora eres tú quien se está obsesionada con ella- Exhaló.
Regina: Bueno, ojalá me equivoque entonces- Resopló.
Emma: ¿Estás celosa? – Sonrió.
Regina: No, por favor, no estoy celosa- Hizo una mueca y Swan amplió la sonrisa- Estoy apurada, tenemos que hacer una reservación para irnos a McAllen esta noche y escribirle a Fiona Murray para que nos reciba mañana mismo, esto es serio, Emma.
Emma: Me voy contigo porque estoy contigo- Presionó su dedo índice en el pecho de Mills- Contigo- Reafirmó y la morena sonrió.
Apenas Bette atravesó la puerta de la cocina, los bomberos que estaban ahí se pusieron de pie.
Bette: No, tranquilos, sigan cenando, provecho- Presionó el hombro de Robin.
Robin: Gracias- Volvieron a sentarse.
Bette: Solo estoy familiarizándome con la estación y con las personas que trabajan aquí- Se sirvió un café.
Killian: Somos como una gran familia.
Bette: Una gran familia que vive en una casa muy cara- Bromeó y se sentó con ellos- Y no sé como vamos a poder mantenerla- Suspiró, sabiendo que había problemas de presupuesto- Pero, en fin, con la que he podido hablar poco ha sido con Emma ¿Qué me pueden contar de ella? – Preguntó casualmente para no parecer sospechosa.
Robin: Pues a mí me dijo que su familia era de Nueva York.
Killian: Tengo entendido que su papá vive allá, es viudo o divorciado, algo así- Bette asintió en comprensión.
Robin: Emma es a toda madre, sin duda unos de los mejores elementos, si yo fuera jefe de estación, le daría la medalla de honor por rescatar a Jekyll.
Bette: Gracias por el consejo, lo voy a tomar en cuenta- Sonrió.
Killian: Solo la habíamos tenido a ella como mujer bombero en esta estación, hasta que llegó usted como jefa y pronto Regina también será una de nosotros.
Bette: Regina- Dijo con una sonrisa y los hombres la miraron con sospecha.
Robin: Sí, Emma siempre ha estado orgullosa, de hecho, solo hay trescientas mujeres bombero en Maine- Regresó a la rubia.
Bette: Sí, eso hace el mérito todavía más importante- Dio un sorbo a su café- ¿Y saben si Emma está casada? ¿Tiene novio? – No le interesaba Swan de manera romántica, pero estaba preocupada por su hija, algo en la rubia la hacía desconfiar de ella.
Robin: Que yo sepa no- Se encogió de hombros sin querer revelar nada.
Killian: Ni idea- Miró su taza recordando lo que vio sobre uno de los camiones de bomberos.
Zelena: Sabes que estoy mejor ahora que tengo un trabajo estable- Hablaba desesperada por teléfono- Margot es mi hija y ella también necesita verme.
Walsh: Ella está bien- Dijo al otro lado de la línea.
Zelena: Es su cumpleaños, cabrón- Sollozó- Tengo derecho a verla- No se dio cuenta que Robin iba entrando.
Walsh: Perdiste ese derecho y lo sabes- Colgó y la pelirroja se secó las lágrimas.
Zelena: ¿Qué haces aquí? – Intentó recomponerse y se alisó el vestido.
Robin: ¿Tú qué haces en el cuartel a esta hora?
Zelena: Estaba terminando unos informes que tengo pendientes- Avanzó hacia la puerta- Nos vemos- Quiso salir, pero el bombero la agarró suavemente del brazo.
Robin: ¿Tu ex te sigue negando las visitas?
Zelena: Ese no es tu problema.
Robin: Sí, lo es, porque me importas y no me gusta que ese cabrón no te deje ver a tu hija.
Zelena: Supongo que tiene sus razones- Escupió, a pesar de que le calentó el corazón que su amante se preocupara por ella.
Robin: Y yo tengo mis razones para querer ayudarte ¿No?
Zelena: ¡No necesito tu ayuda, Locksley, entiéndelo! – Soltó más rudo de lo que pretendía con los ojos llenos de lágrimas.
Robin: Porque solo te sirvo para un buen revolcón ¿No? – Se rio sin humor- Porque no me tomas en serio- Se masajeó el cuero cabelludo- ¿Por qué no me dejas ser parte de tu vida?
Zelena: Porque mi vida es una mierda, Robin, por eso- Salió a grandes zancadas con las lágrimas fluyendo libremente.
Robin: Como el infierno que te voy a dejar sola- Murmuró hacia la puerta.
McAllen, Texas.
Durante el vuelo, mientras Emma dormía recargada sobre el hombro de Regina, Mills se dedicó a ver videos de las audiencias de Bette Porter, en ellas se dio cuenta de que Fiona Murray creía en la inocencia de la nueva jefa de estación.
Una vez que llegaron al hotel, la rubia tomó la mano de la morena y se registraron.
Regina: ¿Estás cansada? – La rubia asintió con la cabeza y la recargó sobre el hombro de la morena.
Emma: ¿A qué hora es la cita con la abogada?
Regina: Quedamos de vernos a las 11, así que tenemos chance de dormir hasta tarde ¿Qué opinas?
Emma: No vine de vacaciones, yo también quiero saber la verdad sobre Porter.
Regina: Sí, yo sé- Antes de continuar, se escuchó algo rompiéndose, se giró y vio en la penumbra a un hombre sentado en la sala de espera, al que se le había caído una taza- Señor, le ayudo- Se agachó a recoger los vidrios.
Hombre: No, no hace falta- Escondió su rostro parcialmente bajo la gorra y Emma miraba con recelo.
Regina: No me cuesta nada- Puso los vidrios en la mesa de café- Además es tarde y supongo que todos estamos cansados- El hombre levantó la vista y sus ojos azules miraron a Regina sin parpadear.
Hombre: Sí- Fue todo lo que dijo antes de levantarse y pasar junto a Emma escondiendo el rostro.
Emma: ¿Qué pasó? ¿Qué le dijiste? – Preguntó preocupada y la morena frunció el ceño.
Regina: Nada, solo le ayudé con la taza.
Emma: ¿No viste la cara qué puso?
Regina: Tal vez sea racista o algo así- Se encogió de hombros, no era la primera vez que un anglosajón la discriminaba por tener ascendencia latina.
Emma: Le romperé la nariz a quien se atreva a mirarte feo por cualquier razón.
Regina: Vamos a dormir, rubia ruda, estoy muerta- La tomó de la mano y la rubia le besó el hombro.
Belle: Ariel- Encendió la luz.
Ariel: No jodas, Ariel- Se llevó la mano al pecho tambaleándose.
Belle: Te drogaste otra vez ¿Verdad? – Preguntó con tristeza.
Ariel: ¡Ay, ya bájale tres rayitas a tu pinche drama que no estoy para sermones!
Belle: Cada vez que sales con August regresas hecha un desastre.
Ariel: Y eso te da coraje ¿No? – Se sostuvo en el marco de la puerta- Porque no soportas que salga y me divierta con el chico que tú- La señaló- Nunca vas a poder tener- Se rio y se fue a su habitación.
Belle: Es verdad que me gusta August, pero siempre he sabido que nunca me miraría, estoy más preocupada por ti, idiota- Susurró al pasillo donde había desaparecido su amiga pelirroja.
Neal: Te recuerdo que queda menos de una semana para la ceremonia de graduación de los nuevos elementos y no hemos preparado nada- Habló mientras seguía a su jefa por el pasillo.
Bette: Ocúpate tú, Cassidy, por favor, tengo otras cosas que hacer.
Neal: Ah, no está disponible, que raro- Dijo con sarcasmo- Esta no es la actitud que se espera de una primera inspectora y menos en este cuartel, aquí estábamos acostumbrados a otro trato.
Bette: Las cosas han cambiado- Desdeñó y entró a su oficina a responder el teléfono que sonaba- Bette Porter, buenos días ¿Con quien hablo? – Le explicaron que la estación debía varios meses de luz y Porter aseguró que lo resolvería.
Después hizo una llamada y reservó un vuelo, necesitaba viajar con urgencia.
McAllen, Texas.
Regina: Creo que es ella- Miró a la mujer que bajaba las escaleras del juzgado con un montón de carpetas- ¿Fiona Murray?
Fiona: Sí, soy yo- No dejó de avanzar hacia la salida.
Regina: Hable con usted por e-mail, no sé si se acuerde, venimos desde Maine por información de Bette Porter- Murray se detuvo al escuchar el nombre- Usted me dijo que…
Fiona: Que estuvieras aquí a las 11- Mills asintió- Surgió un imprevisto, lo siento, me llamaron con urgencia de la frontera por diez arrestos ilegales- Sonrió a modo de disculpa y siguió caminando.
Regina: Por favor, espere, espere, es muy importante, vinimos específicamente para eso- Hasta ese momento, la abogada se dio cuenta de la presencia de la rubia.
Fiona: Que curioso, eres la segunda periodista de Maine que en los últimos meses busca información de Bette Porter- Mills frunció el ceño- La noticia de su liberación debe haber llamado la atención de la prensa.
Emma: No somos periodistas.
Regina: ¿Usted recuerda el nombre del periodista que la contactó?
Fiona: Graham Mills, sí, así se llama- Mills se tragó el nudo en la garganta y Emma le alisó cariñosamente la espalda- Si están muy apurados hablen con Graham, le di toda la información que tengo, me urge llegar a la frontera- Bajó al estacionamiento con las jóvenes siguiéndola.
Regina: Graham Mills está muerto- La abogada la miró con los ojos muy abiertos, era un chico agradable- Era mi hermano.
Fiona: Entonces, tú eres la famosa Regina- No era una pregunta y Emma la miró con sospecha.
Regina: Sí, Regina Mills.
Fiona: Ven mañana, prometo dedicarte todo el tiempo que necesites.
Regina: A mí también me están siguiendo- Confesó.
Fiona: Sí, lo sé, Graham estaba muy preocupado por eso, se sentía muy culpable- Suspiró profundamente- Mañana sin falta aquí estaré- Terminó de bajar las escaleras- Pero te diré lo mismo que le dije a tu hermano, si viniste esperando escuchar que Bette Porter es una asesina, perdiste el viaje, Bette fue un chivo expiatorio- Acomodó las carpetas en el asiento trasero- Detrás de su encarcelamiento hubo peces gordos que movieron sus influencias, Bette pagó con cárcel algo que no hizo.
Emma: ¿Está segura? – Preguntó al ver a la morena pasmada y la abogada asintió con la cabeza.
Fiona: Si quieren saber más de Bette, hablen con su compañera de celda, Alex Vause, está en la misma prisión donde Bette pagó su sentencia, díganle que van de mi parte, eso la hará hablar, Bette Porter es totalmente inocente- Dijo con convicción antes de subirse a su auto.
Jefferson: Y Killian me dijo que sí, que me va a ayudar a poner mi negocio- Contaba emocionado.
Belle: ¡Que padre!
Jefferson: ¡Sí! – Aplaudió.
Belle: Oye, eso quiere decir que ahora Killian y tú van a pasar mucho tiempo juntos ¿No? – No quería hacer sentir mal a su amigo, pero lo veía demasiado entusiasmado y no quería que se rompiera la cara.
Jefferson: No te vaya a escuchar Anna, no quiero tener que darle explicaciones y- Antes de continuar, se escucharon unos quejidos que venían de la habitación de Ariel- Vamos- Entraron y vieron a la pelirroja en jeans y sujetador a medio poner- Ariel ¿Estás bien?
Belle: ¿Qué tienes?
Ariel: ¿Pueden salir de mi habitación y darme un poco de privacidad? – Ladró tapándose el seno descubierto.
Jefferson: Ah, perdón, pero puedes relajarte, nada de eso el lo mío- Dijo señalando el pecho de la joven- ¿Qué te pasó?
Ariel: August, que es un imbécil- Resopló y después miró a Belle- Tu obsesión es un troglodita, me apretó tan fuerte un pecho, que ahora no me puedo ni poner el brassier- Se quejó de dolor.
Jefferson: ¿Te puedo revisar?
Ariel: Claro que no ¿Podrían dejarme sola?
Belle: ¿No sería mejor ir al doctor a que te revise? – Preguntó con cautela, conocía el carácter de su amiga.
Ariel: No tengo tiempo, en una hora tengo una sesión de fotos, como no me pueda poner el vestuario de hoy, mato a August- Pisoteó y se encerró en el baño.
McAllen, Texas.
Alex: Díganle de mi parte a esa abogada que todavía confío en ella.
Regina: Nosotras le decimos todo lo que tú quieras, siempre y cuando nos hables de Bette Porter.
Emma: La carnicera de Boston.
Alex: ¿Ustedes vienen de Maine? – Ambas asintieron- Allá piensan que Bette tiene las manos llenas de sangre.
Regina: ¿Y no es así? – Algo en el fondo de su ser esperaba que Porter fuera inocente, aunque no era consciente de ello.
Alex: Viví con ella muchos años en la misma celda, acá está lleno de criminales y asesinas, pero también está lleno de las otras, y les puedo asegurar que Bette era de las otras- Encendió un cigarrillo- De las inocentes y encerradas injustamente.
Regina: Queremos saber de su vida, que hacía antes de llegar acá.
Alex: Porter sufría mucho- Le dio una larga callada al cigarrillo y Mills tragó saliva- Toma, parece que lo necesitas- Le tendió un cigarrillo y la morena aceptó para disgusto de la rubia, no le gustaba ese hábito de su amante- A Bette le mataron a su mujer, el verdadero carnicero de Boston le mató a su mujer, pero lo que más le dolía era no ver crecer a sus chavitos.
Regina: ¿Tenía hijos? – Frunció el ceño.
Alex: Dos, les escribió algunas veces, el problema es que nada más uno le respondió y de eso no hace mucho- La pareja se miró- Porter nunca fue feliz, nunca la vi reírse, pero era una fiesta cuando le llegaban esas cartas, nunca había visto a una mujer más alegre de recibir noticias de su familia- Sonrió.
Regina: ¿Y cómo se llamaban sus hijos?
Alex: No, pues van a tener que pedirle esa información a la abogada, Porter nunca me dijo los nombres, ni a nadie para el caso, a veces pienso que lo hizo para sobrevivir, porque hablar de tu gente aquí adentro está cabrón, duele, más cuando no sabes cuando vas a salir de este hoyo- Se puso de pie y avanzó a la salida del área de visitas.
Regina: Espera, todavía necesitamos preguntar algunas cosas- No obtuvo respuesta y golpeó la mesa con el puño ganándose una mirada de advertencia de un guardia.
Emma: Cálmate Ginny- Acarició su mano con ternura.
Killian: Me pediste que viniera, heme aquí- Habló cuando Jefferson levantó la vista de su laptop- Tu mamá me permitió pasar- Se movió torpemente en el marco de la puerta de la recámara del joven.
Jefferson: Eh, sí, pasa, pasa, te estaba esperando- Sonrió tontamente y tomó una carpeta del buró- Es mi plan de negocios- Jones lo tomó- Échale un ojo a ver qué te parece.
Killian: ¿Tú hiciste todo? – Preguntó hojeando.
Jefferson: Belle me ayudó- Le hizo una seña para que se sentara- Estoy un poco obsesionado con el tema, no puedo pensar en otra cosa- Dijo mirándolo intensamente mientras Jones revisaba los documentos.
Killian: Claro, es comprensible cuando se tiene un nuevo proyecto- Levantó la vista y Jeff agachó el rostro sonrojado.
Jefferson: Sí, eh, la idea es vender mis tejidos en línea, pero también hacer como un salón de exposiciones- Jones alzó una ceja para que se explicara- Bueno, que sea como una comunidad de tejedores donde todos podamos mostrar y vender nuestras creaciones, es decir, como un espacio colectivo ¿Sabes?
Killian: Es una excelente idea- Sonrió y volvió a revisar el plan de negocios- Es un gran plan, tal vez agregaría un par de cosas.
Jefferson: Ok, ok ¿Te gustaría ser el asesor financiero del negocio? – Preguntó esperanzado.
Anna: ¿Killian? – Se escuchó la voz de la joven y ambos miraron hacia la puerta.
Killian: Amor- Se levantó y se acercó a su novia.
Anna: Que bueno que estás aquí amor, porque precisamente venía a hablar de ti con Jefferson- Tenía una imagen impresa en su mano- ¿Se puede saber por qué tienes una foto de mi novio entre tus cosas? – Le preguntó a su amigo y Jones tomó la imagen con el ceño fruncido.
McAllen, Texas.
Emma: ¿Y si Bette es inocente y alguien la inculpó? – Preguntó mientras salían de las instalaciones de prisión- Tal vez solamente está tratando de rehacer su vida en el cuartel.
Regina: No seas ingenua, Emma, yo fui quien entró a la oficina de Archie Hopper, yo encontré el recorte de periódico donde decía que Bette era la asesina- Le abrió la puerta del coche a la rubia y después entró ella, esos gestos naturales de la morena hacían que Swan sonriera como idiota a pesar de las circunstancias.
Emma: La abogada te dijo que era inocente.
Regina: ¿Qué más va a decir? Era la abogada defensora, pero en el video, Graham dijo que la carnicera de Boston nos había chingado la vida, y yo le creo a mi hermano- La rubia exhaló y se puso el cinturón- Lo siento, pero en este punto, Bette Porter es la carnicera de Boston, por lo tanto, la culpable detrás de la muerte de mi hermano y mi mamá- Apretó con fuerza el volante.
Emma: Bien, solo prométeme que no te pondrás en peligro- Acarició su cabello y las manos de Mills se relajaron- Por favor, Regina- La miró con ojos suplicantes y la morena asintió con la cabeza.
Regina: ¿Sabes qué tenemos que hacer? – Encendió el coche y puso una mano en el muslo de la rubia.
Emma: ¿Qué? – Puso su mano sobre la de la morena, todo salía tan natural entre ellas, que asustó a la rubia, pero lo disfrutaría el tiempo que durara.
Regina: Tenemos que encontrar a sus hijos- La rubia exhaló y asintió- Gracias por estar conmigo en esto.
Emma: No querría estar en otro lugar- Besó suavemente sus labios.
Jefferson: No, esa foto no es mía- Se rio nervioso.
Anna: Estaba ahí, Jeff, en la impresora.
Jefferson: Bueno, claro, pero seguramente tiene que haber una explicación más lógica.
Anna: ¿Y esa explicación es? – Preguntó y Jones también quería saber.
Jefferson: No sé, no sé ¿No quieres ver mejor cómo estoy dejando tu currículum para tu audición? – Quiso distraerla- Está quedando increíble, de hecho…
Anna: Sí Jeff, pero después ¿Por qué no me quieres contestar?
Belle: Es mía- Entró al escuchar la conversación mientras se dirigía a su habitación- La foto es mía- Se mordisqueó los labios y los otros tres la miraron.
Anna: ¿Y por qué? – Frunció el ceño.
Killian: Eh, Anna, da lo mismo- Quiso ayudar a la avergonzada joven.
Anna: No, quiero saber.
Belle: Yo- Se paró junto a Jefferson- Yo a veces espío a los bomberos- Confesó apenada- Y les saco fotos- Murmuró la mentira, pero todos escucharon.
Anna: Belle, eres una voyerista- Soltó con disgusto.
Killian: Anna, a ver…
Anna: Y yo que pensé que tenías una mente privilegiada, pero eres peor que Ariel- Negó con la cabeza- Y eso que quieres ser astróloga.
Belle: Astrónoma- Corrigió.
Anna: Ay, astrónoma, astróloga, son la misma cosa- Desdeñó.
Killian: De hecho, no…
Anna: Que vergüenza, Belle, nunca me lo hubiera imaginado de ti- Suspiró con decepción y salió de la habitación llevándose a su novio.
Jefferson: Te debo una, Belle- La abrazó.
Robin: ¿Dónde están las mujeres encueradas en esta película? – Preguntó mirando el televisor al mismo tiempo que flexionaba los bíceps con una mancuerna en la mano.
Killian: Hombre, finísimo tu análisis cinematográfico, Locksley- Rodó los ojos frente a su laptop y el mencionado y August se rieron.
Robin: Cada quien.
Killian: Bueno, para eso te extiendo una amable invitación a que te vayas a ver pornografía y nos dejes a los demás viendo la película.
August: Silencio.
Killian: ¿Qué? – Se giró molesto hacia Booth.
Robin: Que feo que me trates así- Fingió tristeza.
August: ¡Puta madre! ¡Estamos viendo una pinche película y no se pueden callar, carajo! – Se levantó y aventó los pies de Robin que descansaban en la mesa de centro.
Killian: August- Lo siguió al pasillo.
August: ¿Qué mierda quieres? – Preguntó malhumorado.
Killian: ¿En qué quedamos de estar tomando alcohol en las guardias?
August: Chinga a tu madre- Le siseó muy de cerca y el olor a alcohol golpeó a Jones.
Jefferson: Buenas noche ¿Pizza? – Apareció con tres cajas y cuando August se giró para alejarse de Jones, chocó con él.
August: ¿Y tú que carajos haces aquí? – Le ladró antes de alejarse.
Jefferson: Buenas noches para ti también- Rodó los ojos- Hey, recién salidas del horno- Alzó las cajas.
Killian: Gracias, pásale.
August: Chicos, pizza, se las envía mi mamá.
Robin: Dios bendiga a Kristin- Se levantó de inmediato y los demás bomberos de guardia secundaron.
Jefferson: ¿Ya tienes una respuesta a la propuesta que te hice? – Le preguntó a Jones mientras tomaba un trozo de pizza.
Killian: La verdad es que estuve revisando tu plan de negocios a fondo- Se cruzó de brazos- Jeff, tienes una gran idea en tus manos- Eso hizo sonreír al chico- Me va a encantar ayudarte a concretarla- Sonrió y esa sonrisa y la respuesta positiva hizo que la sonrisa de Jeff se ampliara.
Jefferson: Genial- Se dejó llevar y abrazó al bombero que sonrió incómodo- Señor contador, esto habría que celebrarlo ¿No? – Jones asintió y miró las cajas casi vacías- No con pizzas, podríamos, no sé, ir a algún lugar a comer, a pasar un rato- Divagó y a Killian le pareció adorable.
Anna: Ya estoy lista- Apareció con una sonrisa.
Jefferson: Hola Anna ¿Lista para qué?
Anna: Para ir al cine.
Jefferson: ¿Vamos a ir al cine?
Anna: Tú no, menso, Kill y yo- Se rio y Jefferson forzó una sonrisa.
Killian: Sí, de hecho, acaba de terminar mi turno y hace años que no voy a ver una película, nos vemos amigo- Le palmeó el hombro a Jeff y se fue de la mano con su novia.
Jefferson: ¿Amigo? Amigo tu abuela- Refunfuñó y se fue a platicar con Robin.
Neal: ¿Alguien ha visto a Porter? – Todos negaron- Las ventajas de ser la jefa ¿Verdad? – Soltó con ironía- Apenas tiene tres meses y ya abandonando la guardia, carajo- Se fue pisando fuerte, aprovecharía la ausencia de Bette para revisar su habitación en el cuartel.
August se metió un par de pastillas a la boca, cerró los ojos y las voces de sus padres resonaron en su cabeza, culpándolo de la muerte de su hermano cuando solo era un niño, gritándole que ya no sabían qué hacer con él, echándolo de la casa cuando era un adolescente por ebrio.
Su respiración comenzó a volverse laboriosa y todos los recuerdos se arremolinaron en su mente, se desabrochó el cinturón, se bajó los pantalones hasta los tobillos y se sentó en la cama antes de alcanzar una navaja del cajón de la mesita de noche.
La primera gota de sangre coincidió con la primera lágrima que se escapaba de uno de sus ojos, ni siquiera miró donde estaba cortando, pero podía sentía que era un espacio nuevo, ya que no sintió el borde de ninguna de las cicatrices que ya tenía.
En la azotea de la pensión de Kristin, Belle sintió que se le iba el estómago a los pies cuando presenció la escena a través de su telescopio.
McAllen, Texas.
Regina: ¿Hace cuanto qué no te dabas una escapada? – Preguntó con una sonrisa traviesa mientras tomaba una copa con Swan en el bar del hotel que estaba vacío.
Emma: Es que esto no es una escapada- Se sentó más cerca de la morena- Vinimos a investigar el pasado de Bette Porter.
Regina: Ya sé- Resopló, parecía que esa maldita mujer no la dejaría en paz ni a tantos kilómetros de distancia.
Emma: ¿O con todo lo qué tomaste ya se te olvidó? - Se acercó más y mordisqueó el lóbulo de su oreja.
Regina: No, no, para nada- Jadeó y se alejó de la boca de la rubia antes de tomarla ahí mismo- Yo soy la principal interesada, pero ahora estamos aquí tú y yo juntas y quisiera que nos olvidáramos por un momento de toda esa mierda.
Emma: Mira, hagamos algo- Sonrió seductoramente y la morena alzó una ceja- Yo me voy a la habitación- Mills la alentó a continuar- Y tú llegas en un ratito.
Regina: Ok ¿Me vas a preparar una sorpresa o algo? – Metió las manos bajo la blusa de Swan y acarició su espalda baja desnuda, por su parte, la rubia acercó sus labios a milímetros de los de la morena.
Emma: Si te lo digo ya no sería sorpresa- Susurró y se puso de pie haciendo reír a Mills.
Regina: Eres experta en eso, eh- Negó con la cabeza.
Emma: Solo contigo- Le guiñó un ojo y se alejó un poco meneando las caderas.
Regina: Me gusta como se escucha eso- Dijo para sí misma con un sonrisa tonta- Ten paciencia y veamos que se le ocurre a mi rubia- Le dijo a su entrepierna que ya se estaba agitando.
Emma: Escuche eso, pervertida- Bromeó y le lanzó un beso antes de irse.
Regina se rio y dio un largo sorbo a su cerveza, esperaría quince minutos y alcanzaría a su rubia.
Estaba pensando en lo afortunada que era de haber encontrado a Emma Swan, cuando el ruido de algo rompiéndose la hizo girar la cabeza, al no ver nada se encogió de hombros y se levantó para ir tras la mujer de la que se estaba enamorando.
Subió al elevador y presionó el botón del séptimo piso, una vez que salió, las luces del pasillo se apagaron, apenas dio unos pasos, cuando sintió que alguien la observaba, se giró y a unos metros vio la silueta de un hombre.
Regina: ¿Qué quieres? – No obtuvo respuesta- Hay cámaras, le puedo llamar a seguridad- Intentó que no se notara el miedo en su voz y la figura no se movió, así que se giró y caminó a toda prisa- ¿Qué te pasa? – En lugar de detenerse en la puerta de su habitación, avanzó hacia una salida de emergencia, porque vio que el hombre la seguía y no quería exponer a Emma- ¿Qué es lo qué quieres? – Prendió la linterna para subir unas escaleras al final del pasillo hasta que llegó a la azotea y miró a todos lados- ¿Qué estoy haciendo aquí? – Se preguntó mirando al vacío.
Sintió un dolor en la parte posterior de la cabeza y un segundo después todo se volvió negro.
Continuará…
Chapter 5: ¿Saben en lo que se están metiendo?
Summary:
Regina encontró a Emma caminando como león enjaulado y con lágrimas secas y frescas.
Regina: Ya estoy aquí.
Emma: ¿Estás bien? – Examinó su cuerpo- Eres una maldita imbécil desconsiderada.
Regina: Cálmate fiera- La presionó contra su cuerpo.
Emma: ¿En serio Regina? Han pasado tres horas desde que te dejé en el bar, te llamé a tu celular y nada, salí a buscarte y nada, pensé tantas cosas, estuve a punto de llamar a la policía, yo no sabía si…
Regina: Cariño, estoy bien, me encontré con alguien y perdí la noción del tiempo.
Emma: Te juro, Regina Mills, que si me hiciste pasar las peores horas de mi vida por quedarte hablando con alguna amiguita, Dios te ayude, porque te voy a castrar y nunca…
Regina: Estás loca, rubia- Se rio y Swan la fulminó con la mirada- Era un hombre, no me gusta jugar espadazos- La rubia se rio a pesar de estar todavía molesta- Y aunque fuera una mujer, sé que no hemos hablado de eso, pero yo, bueno, quiero decir- Tropezó con las palabras y Swan se derritió de ternura.
Emma: Entiendo, respira- Sonrió- Yo tampoco estoy interesada en estar con alguien más.
Regina: ¿Podemos ir a dormir? – Puso cara de cachorro y la rubia sonrió tontamente.
Chapter Text
Glinda: ¿Vamos por el último chapuzón del verano? – Solo la joven Bette aceptó y ambas se fueron a la piscina pública.
Archie: ¿Hace cuando qué no teníamos un día así, Cora?
Cora: Mucho, es que, con Bette estudiando y trabajando al mismo tiempo, está medio complicado- Respondió mirando amorosamente a su novia en la piscina.
Archie: Hay que aprovechar el tiempo, imagínate cuando tengamos hijos.
Cora: Pues nos los traemos- Su sonrisa se ensanchó al imaginarse con hijos parecidos a Bette.
James: Oigan, no encontré rollo para la cámara, pero encontré cervezas- Se sentó junto a Cora.
Cora: Ya estuvo de cerveza, ya párenle.
James: Tranquila mujer, no hemos bebido tanto- Les tendió una lata a cada uno.
Cora: Gracias, solo me tomaré esta- Sonrió.
Archie: Ni modo, solo tendremos una foto de este día.
James: Sí, por eso hay que cuidarla, hay que cuidar lo que es de uno- Miró a Cora que veía a su novia jugar con una pelota.
Cora: Creo que iré con mi morena- Se levantó y se quitó el pareo quedando en un traje de baño de dos piezas- ¿Vamos?
Archie: Sí, también extraño a Glinda- Ambos miraron a James.
James: Yo aquí me quedo, vayan con sus mujeres- Destapó una cerveza y su mirada se posó en el trasero de la joven Mills mientras se alejaban- Aquí está sobrando alguien y no soy yo- Susurró para sí mismo y dio un largo sorbo a su cerveza.
🦢👑
McAllen, Texas.
Regina abrió los ojos y el dolor punzante en la parte posterior de la cabeza la hizo quejarse, se llevó la mano al lugar y sintió un poco de sangre, se levantó desorientada y se dio cuenta que estaba en un callejón, caminó tratando de enfocarse y al salir vio que estaba a un lado de un bar cerca del hotel.
Se agarró de las paredes y sacudió la cabeza.
David: Oye ¿Estás bien? – Se acercó.
Regina: No- Parpadeó repetidamente y el hombre la ayudó a equilibrarse- Yo te había visto antes- Recordó.
David: ¿A mí? – Frunció el ceño- Ah claro, eres la chica que me ayudó cuando se me rompió la taza en el hotel, ven, agárrate de mí- La tomó de la cintura y la hizo apoyarse en su hombro- Te hace falta tomar algo.
Regina: ¿Dónde estamos?
David: Estamos en un bar, tranquila- La llevó a una mesa y le pidió agua- ¿Ya te sientes mejor? – Preguntó amablemente.
Regina: Sí, estoy mejor, gracias.
David: Tú no eres de por acá ¿Qué te trae hasta McAllen?
Regina: Vine a investigar sobre un caso viejo, una asesina a la que le decían la carnicera de Boston.
David: ¿Por qué? – Su sonrisa se tornó tensa.
Regina: Porque ella fue quien mató a mi madre- Dijo con furia en la mirada.
David: Hay quien dice que no existen las casualidades- Se rio sin humor- Yo soy el esposo de Mary Margaret Blanchard.
Regina: ¿La víctima de aquí de McAllen? – Preguntó desconcertada y el rubio asintió.
David: La razón por la que esa hija de perra fue encerrada aquí en el estado de Texas ¿Cómo se llamaba tu mamá?
Regina: Prefiero no hablar de eso- Bajó la mirada.
David: Perdón, no quise sonar impertinente.
Regina: No, no, lo que pasa es que mi hermano y yo crecimos en un orfanato, nunca quisimos investigar los nombres de mis padres biológicos, es eso.
David: ¿Por qué estás tan segura de que tu mamá fue una víctima de la carnicera de Boston?
Regina: Porque mi hermano era periodista y me dejó un video donde me explica todo.
David: ¿Lo tienes en tu celular? ¿Lo puedo ver? – Preguntó con aparente calma.
Regina: Sí, sí, supongo- Buscó su celular en el bolsillo de su chamarra y se lo mostró, una vez que terminó el video, el hombre bufó.
David: Perdón- Exhaló- Pero es que, que irónica es la vida ¿No? – Se rio sin humor nuevamente- Llevo años escondiéndome, tratando de olvidar lo que pasó, tratando de empezar de nuevo, de que mi cabeza no esté pensando todo el tiempo en la carnicera de Boston- Negó con la cabeza- Y siempre, ya sea en los periódicos, o en mis sueños, o en mis recuerdos, siempre regresa, y pum, apareces tú, recordándome a Bette Porter- Dijo el nombre con desprecio.
Regina: Pero ¿Estás seguro de que ella es la asesina? La policía cree que…
David: Bette Porter es la asesina- Alzó la voz- Ella era mi amiga, la conozco mejor que nadie- La morena lo miró desconcertada- Kelly- Llamó a la mesera y le pidió la cuenta- Acompáñame- Le dijo a Mills mirándola a los ojos- Te voy a enseñar quien es realmente la carnicera de Boston y quien es Bette Porter- Salieron del bar y se subieron a su auto- Bette siempre tuvo dos caras, por fuera era una buena mujer, valiente, esforzada.
Regina: Y era bombera ¿No?
David: Exactamente, desde que era chamaca quería ser bombera, apenas cumplió la edad y entró en la institución- Encendió el coche- Pero tenía un lado oscuro, yo la verdad me siento un poco culpable, porque si hubiera hablado, a lo mejor nada de esto hubiera sucedido, Bette era violenta, agresiva, alguna vez incluso la vi torturar animales, enterrarlos vivos.
Regina: ¿En serio? – Realmente había algo en su interior que sin saber por qué, quería que Porter fuera inocente.
David: Sí, era una psicópata, quemó incluso su propia casa- Mills tragó saliva y los sueños que ha tenido durante años con fuego vinieron a su mente- Ponte el cinturón.
Llegaron a un edificio abandonado y Regina se arrepintió de haber seguido al desconocido, estaba oscuro y el lugar y el hombre combinados le causaban un desagradable estremecimiento.
Regina: ¿Qué hay aquí? – Preguntó mientras encendía la linterna de su celular.
David: Es por acá- Entraron- Bette Porter engañaba a todo el mundo, engañó a su esposa, a su abogada, a sus jefes en el cuartel de bomberos, esa tipa era una total estafa- Entraron a un área en la que el hombre prendió la luz, lo que Mills agradeció- Este es el lugar- Señaló alrededor y Regina vio maquinas y fierros viejos, pero lo que le llamó la atención, fueron los grandes tambos metálicos que parecían sellados.
Regina: ¿Qué hay aquí? – Volvió a preguntar.
David: En uno de estos tambos- Pasó la mano por la tapa de uno- Fue donde encontraron muerta a mi mujer.
Regina: Lo siento- Dijo sinceramente sin despegar la vista del tambo.
David: Encontraron varios como estos también el Boston, parece que era su sello, el sello de la carnicera de Boston.
Regina: ¿Por qué me dices todo esto?
David: Para que no te quepa la menor duda, solo una pobre hija de puta sin alma es capaz de hacer algo así- Sus ojos azules brillaban- Desaparecer personas y luego ponerlas en un tambo, es muy probable que a tu madre también la hayan encontrado en un tambo como estos- La idea hizo que la morena quisiera vomitar- Todo fue obra de Bette Porter, que no se te olvide nunca- Mills podría ver el odio en sus ojos.
No es como si pudiera culparlo, pero se preguntaba por qué ella misma no podía odiar tan profundamente a Bette, no solo por su madre a quien nunca conoció, sino por su hermano, la única persona que la amó.
Regina: ¿Estás bien? – Preguntó cuando el hombre se recargó en uno de los tambos.
David: Sí ¿Me podrías dejar solo por un momento?
Regina: Sí, claro- Salió con la cabeza dándole vueltas por tanta información.
Milah: ¿Y ya saben cómo se va a llamar mi nieto? – Le preguntó a su hijo mayor durante la cena familiar.
Liam: Aún no nos decidimos ¿Verdad amor? – Miró cariñosamente a su esposa embarazada.
Jasmine: Es que hay nombres tan hermosos que cuesta elegir- Le sonrió a su esposo y Killian se preguntó porque su relación con Anna no podía ser así.
Brennan: Podrían llamarlo Brennan, como su abuelo- Se señaló riendo- Es un nombre varonil, con fuerza.
Liam: Viene un poco parcial la recomendación ¿No papá? – Se rieron.
Milah: Bueno, a mí lo único que me falta es que mi Killian se case con Anna y mi función como mamá habrá terminado- El menor de los Jones casi se atraganta con la comida.
Liam: Bueno, son muy jóvenes- Apoyó al notar la tensión en su hermano pequeño- Pueden vivir juntos primero.
Brennan: No, en esta familia nos casamos, eso de vivir juntos es un pretexto para no comprometerse.
Milah: Cierto, además ¿Dónde va a encontrar a una mujer como Anna? Se ve que está super enamorada de mi bebé.
Jasmine: Además nuestro pequeño Brennan va a necesitar un primito con quien jugar- Se acarició el estómago, ajena al conflicto interno de su cuñado.
Brennan: ¿Dijiste Brennan?
Liam: Era una sorpresa- Sonrió a los ancianos que estaban ferices.
Brennan: Gracias hijo- Abrazó a su primogénito.
McAllen, Texas.
Regina entró a la habitación de hotel y encontró a Emma caminando por todos lados como león enjaulado y con lágrimas secas y frescas.
Regina: Ya estoy aquí- Se acercó sintiéndose culpable y la tomó por la cintura.
Emma: ¿Estás bien? – La tomó del rostro y examinó todo su cuerpo- Eres una maldita imbécil desconsiderada- Ladró y golpeó sin fuerza sus bíceps una vez que se aseguró que su morena estaba bien.
Regina: Cálmate fiera- Bromeó y la presionó contra su cuerpo.
Emma: ¿En serio Regina? ¿Es todo lo que me vas a decir? Tres horas, han pasado tres horas desde que te dejé en el bar, te llamé a tu celular y nada, salí a buscarte y nada, pensé tantas cosas, estuve a punto de llamar a la policía, yo no sabía si…
Regina: Está bien, cariño, estoy bien, lamento haberte preocupado- Llenó su rostro salado de besos- Me encontré con alguien, salimos a tomar aire y perdí la noción del tiempo- Le explicaría mañana cuando ambas estuvieran descansadas.
Emma: ¿A quién te encontraste? Porque te juro, Regina Mills, que si me hiciste pasar las peores horas de mi vida por quedarte hablando con alguna amiguita, Dios te ayude, porque te voy a castrar y nunca…
Regina: Estás loca, rubia- Se rio y Swan la fulminó con la mirada- Era un hombre, así que relájate, no me gusta jugar espadazos- La rubia se rio a pesar de estar todavía molesta una vez que pasó la preocupación- Y aunque fuera una mujer, sé que no hemos hablado de eso, pero yo, bueno, quiero decir- Tropezó con las palabras y Swan se derritió de ternura.
Emma: Entiendo, respira morena- Sonrió- Yo tampoco estoy interesada en estar con alguien más- Eso hizo que la morena suspirara aliviada, no sin patearse mentalmente por balbucear como idiota.
Regina: Ya que estamos de acuerdo ¿Podemos ir a dormir? – Puso cara de cachorro y la rubia sonrió tontamente antes de irse a la cama y dormir abrazadas.
Robin: Te están buscando, matador- Se acercó con los guantes de boxeo puestos.
August: ¿A mí? – Continuó haciendo lagartijas en el piso.
Robin: Sí- Señaló hacia donde estaba parada Belle y August se levantó- Luego me dices como le haces para traerlas a todas loquitas, cabrón- Le palmeó la espalda.
August: Cállate pendejo- Le palmeó la nuca mientras sonreía y fue a donde estaba Belle- ¿Me estás buscando? – Preguntó con aburrimiento.
Belle: Yo también me he sentido así- Habló nerviosa- Pero te prometo que hay salida
August: ¿También has hecho cien lagartijas en tres minutos? – Se cruzó de brazos y la chica tuvo que hacer un esfuerzo por concentrarse.
Belle: Yo también he pensado a veces que la vida no, no tiene sentido.
August: ¿Estás drogada? – Alzó una ceja con diversión.
Belle: Te vi- Tragó saliva- Te vi haciéndote daño con una navaja y…
August: Estás drogada, chingón- Se rio sin humor.
Belle: Deberías pedir ayuda, de verdad te lo digo, sé que no es fácil, pero…
August: Pide ayuda tú, porque eso de estar espiando a la gente es un delito- Apretó la mandíbula- ¿Y sabes qué? Búscate una vida, Adelle- Se giró y se fue.
Belle: Me llamo Belle- Susurró y cuando iba a salir del cuartel, vio entrar a Zelena- Oye, disculpa que te moleste- La pelirroja que le sonrió amablemente- Tú eres la psicóloga de los bomberos ¿Verdad?
Zelena: Sí, soy yo, Zelena.
Belle: August no está bien- Fue directo al grano- Pregúntale por los cortes que tiene en las piernas- La pelirroja la miró con preocupación genuina- De verdad, me preocupa que vaya a hacer algo mucho peor.
Zelena: ¿Eres su novia o algo así?
Belle: No, solo me preocupo por él, pero por favor, no le digas que yo te conté, por favor- La pelirroja asintió- Gracias- Salió casi corriendo.
McAllen, Texas.
Regina: ¿Emma? – Se talló los ojos y frunció el ceño al no ver a la rubia en la cama, se puso una camiseta y se levantó- Emma- La buscó por toda la suite y entró en pánico cuando no la encontró, así que se vistió a toda prisa y salió- Oye- Le habló a un botones que iba pasando con un carrito de maletas- ¿No has visto a mi mujer? Tiene al cabello rubio y ojos verdes.
Botones: No- Siguió su camino.
Regina: ¿Qué no hay seguridad en este hotel o qué chingados? – Entró al elevador y llegó al lobby del hotel, su corazón comenzó a relajarse cuando la vio sentada en uno de los sofás- Emma ¿Qué onda contigo? – Se acercó y le acarició el rostro.
Emma: ¿Qué pasa? Vine a hacer una llamada, en la habitación no hay señal- Besó la palma de la mano de Mills.
Regina: La próxima vez avísame por favor- La estrechó en sus brazos.
Emma: Estás toda agitada- Le alisó los brazos- ¿Ya me vas a decir a dónde fuiste anoche?
Regina: Este lugar es peor de lo que pensé, solo hay que terminar lo que vinimos a hacer y nos vamos cuanto antes ¿Ok?
Emma: Vamos a terminar lo que tengamos que terminar, pero hagámoslo juntas.
Regina: No te voy a arriesgar- Sacudió la cabeza para que dejara de perturbarla lo de la noche anterior- Prefiero que te quedes aquí donde mucha gente puede verte o que te encierres en la habitación, yo me encargo de terminar esto.
Emma: No, no, no, no, estoy contigo esto.
Regina: ¡No, Emma! ¡De verdad es peligroso!
Emma: Regina- Le puso las manos en los hombros- Estoy contigo en esto hasta el final, te guste o no- Dijo con determinación.
Regina: ¿Por qué eres tan terca? – Resopló y la rubia alzó una ceja- Está bien, solo, no vuelvas a desaparecer sin avisarme- Juntó sus frentes- ¿De acuerdo? – Swan asintió y besó suavemente sus labios.
Emma: Tranquila, tu corazón está acelerado.
Regina: Me asusté como el infierno, Emma, si algo te pasa, yo no sé que haría, mínimo me volvería loca- La abrazó con fuerza y estuvieron un tiempo así, Emma comprendió que su morena necesitaba sentirla, como le había pasado a ella anoche que regresó.
Belle: Supongo que sabes lo que hace tu novio- Preguntó apenas entró a la habitación de Ariel.
Ariel: Primero, se toca antes de entrar, segundo, no tengo novio.
Belle: August no está bien.
Ariel: Pues, yo creo que está muy, muy bien- Se lamió los labios.
Belle: No mames, Ariel, te estoy hablando en serio- Rodó los ojos, rara vez decía malas palabras.
Ariel: Yo también, puede ser un bruto, pero está en el top cinco de mis mejores revolcones.
Belle: Bueno, entonces empieza a preocuparte por él, porque tiene problemas muy graves.
Ariel: ¿Algo más, Belle? – Se cruzó de brazos.
Belle: Si algo le pasa a August, va a ser culpa tuya, porque tú no le haces bien, él necesita ayuda.
McAllen, Texas.
Secretaria: No insista, ya le dije que la abogada Murray no suele llegar antes de las once.
Regina: Pero usted tiene que conocer el caso de Bette Porter, la carnicera de Boston ¡Necesito que me ayude con esa información!
Secretaria: Lo siento, pero no estoy autorizada para dar información sobre los casos.
Regina: Bueno, solamente necesito saber sobre sus hijos, sus nombres o donde los puedo encontrar- No obtuvo respuesta y ella y Emma se miraron- Señorita ¿Recuerda a un tal Graham Mills? Un periodista, estuvo aquí hace unos cuantos meses.
Secretaria: Les voy a pedir que se retiren- Dijo con seriedad y Emma se acercó y tomó a la morena del brazo.
Emma: Sí, ya nos vamos- Sabía que si su morena insistía algo podría salir mal, estaban en un juzgado después de todo.
Regina: Pero vamos a regresar- Advirtió a la secretaria que la miró con cara de aburrimiento.
Zelena se bajó con una sonrisa del carro de Robin y se paró frente la puerta de la primaria con un perrito de peluche en sus manos, pero su sonrisa desapareció cuando vio a su hija salir de la mano de su papá.
Los ojos de la pelirroja se llenaron de agua y se subió al coche.
Robin: ¿Qué pasó, bonita?
Zelena: Walsh vino por ella.
Robin: Debiste habérselo entregado- Señaló el peluche que descansaba en su regazo- A todos los niños les gusta recibir obsequios de cumpleaños, sobre todo si vienen de su mamá.
Zelena: Quise evitar un escándalo, soy una cobarde- Se rio sin humor y se limpió las lágrimas.
Robin: No, no lo eres- Acarició con ternura la mano de su amante.
Zelena: Llévame a tu casa, necesito coger- Miró por la ventana.
El bombero hizo lo que le pidió la pelirroja y una vez que llegaron a su destino, se entregaron a la pasión cruda.
Anna estaba ensayando para su audición en bellas artes, sus amigos y Kristin la escuchaban.
Kristin: Cariño, cantas como un ángel- Halagó.
Anna: ¿En serio les gustó? – Todos asintieron, aunque Ariel con menos entusiasmo- Gracias Kris, pero los de bellas artes son muy exigentes con los postulantes, necesito queme digan cosas que puedo mejorar.
Ariel: Un corte de pelo más moderno- Levantó la mano.
Belle: Cada uno con su estilo.
Ariel: Pero si el estilo no sirve, hay que buscar otro.
Anna: Eso, sí, díganme todo, sin miedo como lo hace Ariel.
Jefferson: Yo elegiría una canción un poquito más emocionante y alegre, una que vaya de menos a más, para que cuando llegues al coro, la canción explote y los evaluadores sientan ganas de levantarse de sus asientos y salir a bailar a las calles- Hablaba emocionado y Anna asintió con una sonrisa.
Ariel: Haz como yo hago en mis castings, míralos fijo a los ojos y les haces creer que tienen el control, pero en el fondo, el control lo tienes tú.
Kristin: Eso sí es muy importante, contacto visual y sonreír, siempre sonreír, una sonrisa te va a ayudar más que cualquier canción.
Anna: Ay, no sé si puedo- Suspiró.
Belle: ¿Ven? La hicieron sentir insegura.
Anna: Es que solo tengo una buena voz, pero nada más- Dijo desinflada- Mejor dejo el canto y me dedico a formar una familia con Killian- Sonrió tontamente.
Jefferson: ¡No! El mundo tiene que conocer tu talento, yo te voy a ayudar y juntos vamos a hacer la mejor audición en la historia de bellas artes.
McAllen, Texas.
Alguacil Coleman: Entonces ¿Estas son las jóvenes de Maine qué quieren hablar de la carnicera de Boston? – Su secretaria asintió y el alguacil la despidió- Siéntense por favor.
Emma: Gracias.
Regina: Muchísimas gracias por recibirnos, para nosotras es muy importante, Bette Porter trabaja con nosotras en Maine y bueno, digamos que no es alguien confiable.
Alguacil Coleman: ¿Por eso viajaron hasta acá? ¿Solo por qué una colega no les da confianza?
Regina: Yo lo único que quiero, es que todos allá estén a salvo.
Alguacil Coleman: Esa mujer no mataba una mosca.
Emma: ¿Y por qué le dieron veinticinco años de prisión?
Alguacil Coleman: ¿Saben realmente en lo que se están metiendo?
Regina: Tal vez si usted nos explicara.
Alguacil Coleman: Ok, siempre me pareció que aquí hubo una mano poderosa detrás del caso, digamos que, alguien quería que Bette Porter fuera el culpable, y no solo eso, yo creo que había más de un asesino.
Regina: ¿Qué lo hace pensar eso?
Alguacil Coleman: Si ya atrapaste a tu psicópata y allá afuera sigue habiendo crímenes similares ¿Qué crees qué pasó?
Bette: Hola Kris- Saludó a la mujer que barría la entrada de su casa.
Kristin: ¿Andabas de viaje? – Preguntó al verla con una mochila.
Bette: Sí, un viaje relámpago.
Kristin: ¿Tuviste alguna emergencia?
Bette: Una deuda pendiente con la persona más importante en mi vida- Sonrió melancólicamente- Fui a llevarle flores a mi esposa, ayer fue su cumpleaños, está enterrada en Boston, ni siquiera pude estar en su funeral, tampoco conocía su tumba, se lo debía a mi Cora.
Kristin: Que bueno que lo pudiste hacer- Alisó sus brazos con ternura- Ya cerraste un ciclo, para que puedas seguir viviendo sin la sombra de la muerte.
Bette: La muerte es una sombra que me persigue, Kris, tengo que acostumbrarme a ella.
Kristin: No digas eso, ven aquí- Abrió sus brazos y la morena se acurrucó en ellos.
Robin: Sabía que podía quitarte esa tristeza- Acariciaba la espalda desnuda de Zelena mientras yacían en el sofá.
Zelena: Esa tristeza no se quita.
Robin: Te veías feliz hace un momento, triplemente feliz- Se rieron.
Zelena: Te aprovechas porque sabes que somos los mejores en la cama.
Robin: También podríamos ser los mejores fuera de ella- Le acarició el cabello- Que le hayas sido infiel a tu esposo con otro, no quiere decir que vayas a hacer lo mismo conmigo.
Zelena: Con otros- Levantó su torso para verlo a la cara- Le fui infiel con muchos otros, porque basta que esté seriamente con alguien para querer cogerme a todos.
Robin: Conmigo no te pasaría- La pelirroja exhaló audiblemente.
Zelena: Me pasaría contigo y con cualquiera- Se volvió a recostar sobre el pecho de Locksley- La que está torcida soy yo.
Robin: Yo no te veo torcida- Regresó sus caricias a los hilos rojos- Solo veo a una mujer que no se conforma con cualquier cosa.
Zelena: Una mujer que no puede ver a su hija, porque su padre le metió en la cabeza que su madre es una puta, por eso Margot no quiere saber nada de mí, búscate una mujer que no tenga tanta mierda en la cabeza o me vas a terminar odiando.
Robin: Deja que eso lo decida yo- Se fundieron en un beso.
Neal: Ese no es el problema- Les explicaba a los bomberos.
Thomas: ¿Entonces?
Neal: Lo que yo estoy diciendo es que este cuartel está descabezado.
Killian: ¿Y qué podemos hacer nosotros?
Neal: Apoyarme en lo que quiero hacer- Se puso las manos en las caderas.
August: ¿Y qué es lo qué quieres hacer?
Neal: Te lo voy a contestar con otra pregunta, a ver ¿Dónde nuestra tu jefa? ¿Ustedes laven? – Señaló alrededor y todos negaron- Pues sí, nuestra flamante primera inspectora no está, brilla por su ausencia, eso se llama abandono de actividad, como bomberos no lo podemos permitir.
Killian: ¿Y qué propones?
Neal: Ya tengo un plan, hablé con la superintendencia, lo que necesitamos es juntar las firmas suficientes para- Se detuvo cuando se escucharon pasos.
Bette: No, no se preocupen, sigan comiendo- Caminó en dirección a su oficina y Cassidy la siguió.
Neal: Ya cambié las bobinas, había un par de camiones y como no estabas.
Bette: Me parece muy bien- Respondió sin emoción.
Neal: No sé si es intromisión, pero ¿Me puedes decir dónde estabas y por qué no me avisaste?
Bette: No tengo porque avisarte, las solicitudes de ausencia las hago a la superintendencia y el que necesite saber más, pues tiene mi número de celular- Apoyó las palmas de las manos en el escritorio.
Neal: Es que yo necesito saber más, soy el segundo a bordo.
Bette: En efecto, y como mi segundo a bordo, tu misión es hacerme un informe sobre el estado económico de la estación, necesito saber en que se está gastando el dinero.
Neal: no, a ver, no…
Bette: Lo necesito cuanto antes, tengo la impresión de que estamos frente a un caso de presupuesto público mal ejercido y eso sería muy grave- Su mirada estaba fija en Cassidy, que solo negó con la cabeza y salió de la oficina.
McAllen, Texas.
Regina: Le dije que regresaríamos- Sonrió con petulancia cuando la secretaria del juzgado las vio- Nos urge hablar con Fiona, le he estado marcando y no contesta ¿Ya regresó?
Secretaria: No, y yo también estoy preocupada, la he tratado de localizar todo el día, pero no me contesta, esto no es normal- Tomó unos sobres del escritorio- Ahorita tengo que ir al correo a dejar correspondencia, no los puedo atender.
Regina: Está bien, esperamos aquí en la sala.
Secretaria: Como gusten- Se fue y con una mirada de Mills, Swan supo que no esperarían ahí.
Emma: Ve, yo vigilo- La morena asintió y subió las escaleras.
Mills entró a la oficina de Murray y se puso a buscar entre el montón de carpetas esparcidas por el escritorio, después revisó en los archiveros hasta que encontró un expediente con el nombre de Bette Porter.
Leyó algunas líneas y al darle vuela a las páginas, la mitad de una fotografía cayó, la recogió y en la imagen estaba Bette con una mujer de piel blanca y cabello y ojos oscuros, al reverso estaban escrita una fecha y el nombre de Bette y Cora.
Emma: ¿Encontraste algo? – Subió después de varios minutos.
Regina: Te presento a Cora, la esposa de Bette- Le mostró la fotografía incompleta.
Emma: A ella también la mató- Tragó saliva y la morena sintió que se le revolvía el estómago.
Ariel: O resaltas los ojos o la boca, nunca las dos cosas- Explicaba mientras maquillaba a Anna.
Anna: ¿Y qué me estás resaltando?
Ariel: Obviamente la boca, queremos que sea el centro de atención.
Belle: Pensé que el centro de atención tenía que ser su voz- Estaba recargada en la ventana.
Ariel: ¿Y de dónde sale su voz? – Preguntó retóricamente- Ya, mira que sexy te ves- Levantó el espejo.
Anna: Me veo algo mayor.
Ariel: Te vez como una mujer, no como una niñita.
Belle: Ahí viene Killian, por si quieres una opinión- Dijo mirando por la ventana.
Anna: Les apuesto que me va a decir que me veo mejor sin maquillaje- Se acercó a la ventana y Ariel la siguió.
Vieron como Killian se detenía al otro lado de la acera y miraba hacia la puerta donde Jefferson intentaba abrir la puerta.
Killian: ¿Tienes un momento para acompañarme a un lugar?
Jefferson: ¿Yo? – Tragó saliva y el bombero asintió- Claro que puedo ¿A dónde vamos? – Preguntó con curiosidad.
Killian: Eso no te lo puedo decir, es una sorpresa.
Jefferson: Adoro las sorpresas- Sonrió y caminaron conversando.
Anna: ¿Por qué se va con Jeff? – No habían alcanzado a escuchar la conversación- Tengo que saber en que andan esos dos- Tomó su bolso.
Belle: No, no, no, no, a ver, no puedes andar espiando a tu novio, eso no está bien.
Ariel: Mira quien habla, la reina del telescopio- Se burló.
Belle: Anna- Siguió a su amiga que ya salía de la habitación.
Cuando Ariel quiso hacer lo mismo, sintió de nuevo el ardor en el seno y se sentó en la cama.
Killian: Ya llegamos- Se detuvo frente a una casa que tenía el letrero de renta- ¿Qué te parece?
Jefferson: ¿Es para el local? – Jones asintió y Jefferson sonrió encantado.
A unos metros, detrás de un coche, Belle y Anna observaban.
Belle: Anna, esto no tiene ningún sentido, regresemos a la pensión.
Anna: Para mí tiene todo el sentido del mundo, Belle, Kill es mi novio y quiero saber que trama.
Belle: Te advierto que con esa actitud lo vas a ahogar.
Anna: Kill no tiene por qué enterarse, ni tú ni yo se lo vamos a decir.
Belle: Probablemente vienen a ver a un amigo, fin, nos vamos- La tomó del brazo.
Anna: O a una amiga- Se soltó y continuó observando- No, no vienen a ver a nadie, vienen a ver esa casa que está en renta.
Belle: Tal vez Killian está pensando en invertir.
Anna: No, no es eso- Dijo con lágrimas de emoción formándose- Kill me va a pedir que vivamos juntos- Suspiró y Belle se rio con nerviosismo.
McAllen, Texas.
Emma: ¿Bette está aquí? ¿Nos siguió? – Preguntó mientras bajaban las escaleras del juzgado.
Regina: Es lo que creo.
Emma: ¿Cómo? ¿La viste? ¿Te consta?
Regina: No, no me consta- Se detuvo abruptamente.
Emma: Bueno, llamemos al cuartel y preguntemos- Sacó su celular.
Regina: No creo que la desaparición de Fiona haya sido coincidencia- Las palabras del hombre de la noche anterior resonaron en su cabeza
Emma: No te estoy entendiendo- Frunció el ceño - Regina ¿Qué está pasando? Dime.
Regina: Creo que tenemos que ir a la policía y lo antes posible- Bajaron el resto de las escaleras y se fueron a la estación de policía.
Una vez que la morena le explicó al alguacil, salieron y se subieron a la patrulla.
Emma: ¿Estás segura qué era por aquí? – Todavía estaba molesta con Mills por no haberle dicho lo que realmente pasó la noche anterior.
Regina: Sí, eso creo, estaba muy oscuro y el tipo iba manejando muy rápido.
Emma: No entiendo ¿Cómo fuiste tan idiota para subirte al coche de una persona qué ni siquiera conoces? – Realmente quería abofetear a su morena por tener tan poco sentido del peligro.
Regina: Ya sé, no fue muy inteligente de mi parte- La rubia la miró come preguntando ¿En serio? – Pero me dijo que conocía a Bette y que era amiga suya, por eso me subí, además, estaba algo aturdida.
Emma: Acordamos que no te pondrías en peligro, fue lo único, lo único que te pedí, Regina, pero eres tan…
Regina: Por aquí, gire a la izquierda- Le pidió al alguacil al reconocer la desviación- Justo aquí, deténgase.
Se bajaron y entraron, era de día, así que la morena pudo ver mejor el lugar, aún así, la luz no entraba mucho al edificio, Mills le señaló una puerta al alguacil y este sacó su arma.
Alguacil Coleman: Quédense ahí- Abrió y un desagradable olor los hizo taparse la nariz.
Regina: Anoche no olía así- Entró detrás del alguacil y Emma la siguió.
Alguacil Coleman: ¡Les dije que no entraran! – Regañó sin dejar de avanzar hacia los tambos- ¡Oh Dios mío!
Regina: ¿Qué? – Se acercó y sintió ganas de vomitar al ver el cuerpo dentro del tambo que miraba con horror el alguacil.
Emma: ¿Qué? – Quiso acercarse, pero la morena avanzó a grandes zancadas hacia ella.
Regina: ¡No! – Le impidió el paso, no quería que la imagen descuartizada de la abogada estuviera en la cabeza de la rubia, como seguro, lo estaría en la de ella por mucho tiempo- No veas, es Fiona, la mataron- Se alejó a un rincón y vomitó, de inmediato, la rubia le alisó la espalda y la morena agradeció traer el cabello atado- Es mi culpa- Las lágrimas comenzaron a brotar- Si yo no hubiera venido a buscarla, ella estaría…
Emma: No, no es tu culpa mi amor- La envolvió en sus brazos mientras sus lágrimas también se deslizaban- Todo va a estar bien mi hermosa morena- La meció cariñosamente.
Continuará…
Chapter 6: La primera noche es la más difícil
Summary:
Emma: Que caliente te ves con tu uniforme- Miró sus bíceps tonificados- Demasiado ajustado ¿No crees? – Alzó una ceja al ver su voluminoso trasero aferrarse al pantalón al igual que sus gruesos muslos, pero lo que más la ponía celosa era el bulto que se notaba discretamente entre sus piernas- No quiero a ninguna mujer babeando sobre ti- Hizo un lindo puchero y la morena se rio y la tomó por la cintura- Y pensar que yo te conocí con tu otro uniforme- Enredó las manos en el cuello de Mills- Con ese pentalón rojo que te quitabas toda sexy.
Regina: ¿Te gustaba? – Alzó una ceja.
Emma: Ajá, aunque me da gusto que lo hayas dejado, todas esas mujeres babeando sobre ti no me causaba mucha gracia- Refunfuñó.
Regina: Jamás pensé que iba a terminar así.
Emma: Nunca sabemos lo que nos depara la vida.
Regina: Me hubiera gustado que fuera de otra manera, presentarte a mi hermano y que se burlara en mí porque una mujer me atrapó- Sonrió con tristeza.
Emma: Tu hermano debe estar muy orgullosos de ti- Acarició con ternura el rostro de Mills.
Regina: Eso espero- Se fundieron en un beso- Por cierto, también te ves exquisita en tu uniforme- Le guiñó un ojo.
Chapter Text
Fiona: Me dice mi secretaria que escribiendo un reportaje sobre los veinticinco años de la carnicera de Boston- Estaba acomodando unos libros.
Graham: Es más complicado que eso, soy hijo de Bette Porter. Ante eso, la abogada se giró a mirarlo.
Fiona: ¿Eres Graham? – El joven caminando - Eres quien le escribe las cartas- Otro asentimiento - Vamos a tomar un café aquí a la vuelta- Se fueron a la cafetería más cercana.
Graham: Fue mi jefe Robert Gold el que me habló de la carnicera de Boston, nunca había escuchado hablar del caso.
Fiona: No entiendo ¿Cómo, si eres hijo de Bette, podrías no saber nada?
Graham: Mi hermana y yo crecimos en un orfanato, nunca supimos quiénes eran nuestros padres o como llegamos a ese lugar, Regina sigue sin saberlo.
Fiona: Entonces ¿Tu hermana no sabe nada?
Graham: No, Ginny es muy diferente a mí, es alegre, chispeante, mujeriega, su vida es una fiesta- Sonrió al pensar en su melliza - Y no pienso arruinarle más la vida contándole que nuestra madre biológica es una asesina.
Fiona: Tu madre es inocente, jovencito.
Graham: No es lo que dice la justicia.
Fiona: Ese punto ya lo discutiremos, mejor cuéntame. ¿Como llegaste a contactar a Bette?
Graham: Hace poco más de un año tuve que ir a Boston a cubrir un reportaje del trabajo, aproveché y visité el orfanato donde Ginny y yo crecimos.
Escena retrospectiva
Graham: ¿Cómo? ¿La hermana Astrid ya no trabaja en este lugar? – Le preguntó a la monja .
Monja: La hermana Astrid ya no está con nosotros, Dios la llamó a su lado.
Graham: ¿Y quién quedó a cargo de la información de los niños? Mi hermana y yo crecimos en este lugar, necesito esos documentos y toda la información que pueda tener para saber cómo llegamos aquí y quiénes son nuestros padres.
Monja: Si te gusta puedes pasar al archivo.
Fin del flashback
Fiona: Pero esto no tiene nada que ver con el reportaje a la carnicera.
Graham: No, eso lo hice porque me cansé de no saber quién era o de dónde venía, así que decidí investigar los archivos del orfanato sin decirle nada a Regina, le quería dar una sorpresa, descubrí que una tal Kit Porter fue la que nos registrado en ese lugar cuando teníamos poco más de un año de nacidos, quedamos inscritos con el apellido Mills, obvio no quisieron usar el Porter para que no nos relacionaran con Bette, buena estrategia de su parte- Se rio sin humor.
Fiona: Es comprensible ¿No crees? Por favor continúa.
Graham: Quise saber más de ella, pero en el registro civil, Kit Porter no figuraba como madre, hueso que ella no nos había parido.
Fiona: Era tu tía.
Graham: Exacto, por ser hermana de Bette.
Fiona: En el registro de la cárcel de McAllen dice que viajó de Boston a visitar a tu mamá una sola vez, al comienzo de su condena.
Graham: Yo a través de sus apellidos llegué a Bette y descubrí que eran hermanos y que Bette es intersexual, igual que Regina- La abogada ascendiendo - Su nombre lo encontré en una base de datos del sistema penitenciario del estado de Texas, me arriesgué, le escribió y me contestó.
Fiona: Impresionante- Inhala- Y en simultáneo, tu jefe te pidió investigar sobre la carnicera de Boston.
Graham: Sin saber que eran la misma mujer, por muy increíble que parezca, descubrí que mi mamá y- Tragó saliva y miró a todos lados - Y la asesina en serie que mi jefe quería que investigara eran la misma persona cuando junté toda la información del caso, el nombre de Bette Porter comenzó a aparecer por todas partes- Suspira- ¿Cómo carajos le explico a mi hermana qué llevamos la sangre de una asesina en serie? ¿Cómo le explico qué terminamos en un orfanato de mierda por qué nuestra madre mató a nuestra otra madre?
Fiona: No, escúchame, tú mamá va a salir libre en menos de un mes, y tan segura estoy de su inocencia que tengo un plan, un plan que si me resulta va a beneficiarlos a todos ustedes, a Bette, a Regina ya ti. ¿Quieres escucharlo?
El día de la ceremonia de graduación de los nuevos elementos del cuartel de bomberos había llegado, los bomberos que ya pertenecían a la corporación estaban en fila mientras Bette recibía a los invitados.
Robin: ¿Y Regina? Emma tampoco está, que casualidad ¿No?
Killian: Sí- Recordó nuevamente haber visto a las mujeres casi teniendo sexo sobre uno de los camiones.
En una de las áreas de descanso, Mills y Swan estaban terminando de arreglarse, habían llegado directamente del aeropuerto.
Emma: Que guapa y caliente te ves con tu uniforme- Miró sus bíceps tonificados en la camiseta azul de manga corta con una franja roja bajo los senos, que por cierto se aferraban a la tela, un logo en el pecho a la altura del corazón y otro en la manga derecha - Demasiado ajustado ¿No crees? – Alzó una ceja al ver su voluminoso trasero aferrarse al pantalón al igual que sus horribles muslos, pero lo que más la ponía celosa era el bulto que se notaba discretamente entre sus piernas - No quiero ver a ninguna mujer babeando sobre ti- Hizo un lindo puchero y la morena se rio y la tomó por la cintura- Y pensar que yo te conocí con tu otro uniforme- Enredó las manos en el cuello de Mills- Con ese pentalón rojo que te quitabas toda sexy.
Regina: ¿Te gustaba? – Alzó una ceja de manera seductora.
Emma: Ajá, aunque me da gusto que lo hayas dejado, todas esas mujeres babeando sobre ti no me causaba mucha gracia- Refunfuñó y la morena la acercó a su cuerpo.
Regina: Jamás pensé que iba a terminar así. La miró con ojos brillantes y la rubia sintió su corazón acelerarse.
Emma: Bueno, nunca sabemos lo que nos depara la vida.
Regina: Me hubiera gustado que fuera de otra manera, poder presentarte a mi hermano y que se burlara en mi cara porque por fin una mujer me atrapó- Sonrió con tristeza.
Emma: Tu hermano y tu mamá deben estar muy orgullosos de ti - Acarició con ternura el rostro de Mills.
Regina: Eso espero- Se fundieron en un beso - Por cierto, también te ves exquisita en tu uniforme- Le guiñó un ojo y antes de que la rubia dijera algo al respecto, se escuchó la banda de guerra.
Emma: Ya empezó la ceremonia- Salieron emocionadas.
Swan se formó con sus compañeros y Regina se sentó con los nuevos reclutas.
Bette: Nuestra estación ha pasado por momentos muy difíciles en los últimos meses- Comenzó su discurso- No solo por la desaparición física de mi antecesor Archie Hopper, sino también por el accidente de nuestro compañero Jekyll, quien arriesgó su vida en un siniestro, demostrando la valentía que es el alma de nuestra institución, esperamos tenerlo muy pronto de vuelta. Hubo una ronda de aplausos acompañada de los tambores y trompetas de la banda de guerra.
Neal: Con mucho orgullo, la estación central de bomberos Comandante Stefan King, presenta a los graduados de este año - Comenzó a decir los nombres de los nuevos elementos que pasaban de uno en uno a recibir los documentos y un collar de manos de Porter - Y por último, Regina Parrilla.
Kristin: ¡Bravo! – Gritó emocionada, le agradaba la chica, más sabiendo que era la hija de Bette.
Bette: Felicidades Regina- Le sonyó, le entregó los documentos, le puso el collar y le extendió una mano, mano que fue ignorada por la morena y se fue a formar con los demás bomberos, donde Emma estaba con una gran sonrisa - ¡Honor! ! – Gritó una vez que se recompuso del doloroso rechazo de su hija.
Bomberos: ¡Honor!
Bette: ¡Valor!
Bomberos: ¡Valor!
Bette: ¡Lealtad!
Bomberos: ¡Lealtad!
Bette: ¡Sacrificio!
Bomberos: ¡Sacrificio!
Bette: Y como es la tradición, ha llegado la hora del bautizo de nuestros nuevos elementos- Las veteranos rompieron filas- Un fuerte abrazo para nuestros graduados- Comenzó la algarabía, tomó una manguera y comenzó a bañar a los nuevos miembros del cuartel, tardándose más en Regina, que mientras el agua empapaba su cuerpo, todo lo que ha pasado desde la muerte de su hermano se arremolinó en su cabeza.
Mills sintió que le faltaba el aire y trató de regular su respiración sin éxito, así que salió de la fila y entró a las habitaciones de la estación dejando a Emma y Bette preocupadas por su repentina huida.
Se fue directo a su casillero y lo abrió, tomó su celular y se sentó en la banca más cercana, buscó en su galería de imágenes una fotografía donde estaban ella y Graham.
Sintió que las lágrimas se acumulaban en sus ojos y las palabras del hombre que conoció en McAllen resonaron en su cabeza.
Neal: Porter, me temo que te voy a aguar la fiesta- Entró a la oficina de su jefa y lanzó sobre el escritorio unas carpetas- Este es el informe económico actualizado que me encargaste.
Bette: Te agradezco mucho la rapidez, Cassidy- Tomó los informes- Lo revisaré apenas se vayan los invitados.
Neal: Yo que tú los revisaba ahora- Exhaló- La situación es desastrosa, es un elefante blanco abandonado por el presupuesto público, es un edificio enorme que un político en turno decidió inaugurar para pararse el cuello, y ahora no se puede mantener, un trofeo prácticamente que envejeció mal- Se movió nervioso - Como yo veo las cosas, si tú con tus influencias no consigues suficiente dinero, este cuartel tendrá que cerrar en cualquier momento.
Bette: Veré que puedo hacer, déjame sola por favor.
Zelena: ¿Vas a seguir así? – Se acercó a Booth en medio de la celebración - ¿Mudo y apartado de todos y de todo? – No tuvo respuesta - Si es así avísame, para emitir un certificado de estrés y que puedas regresar la siguiente semana.
Agosto: No, no, estoy bien- Mintió.
Zelena: Te vi mientras homenajeaban a Jekyll.
Agosto: No quiero hablar de eso.
Zelena: Que no quieras hablar de eso es parte del problema, necesitas descansar, August.
Agosto: Me voy a demostrar a mí mismo que puedo salvar vidas, dame chance por favor.
Zelena: No creo que eso sea lo más conveniente ahora, voy a avisar que no estás en condiciones para…
Agosto: No, no, dame una oportunidad, una emergencia- Casi suplicó.
Zelena: Está bien, pero con una condición – El bombero avanzando - No quiero ni una gota de alcohol a partir de ahora ¿Estamos? – Obtuvo otro asentimiento y la pelirroja esperaba no arrepentirse - Ah y que no se te ocurre la pendejada de cortarte las piernas.
Agosto: ¿Tú cómo sabes eso? – Tragó saliva.
Zelena: Eso es lo de menos, lo importante es que no lo vuelvas a hacer, August, y yo estoy aquí para ayudarte.
Regina: Estoy tratando de convencerme de que todo esto no fue un error- Entró a los dormitorios del cuartel con Emma detrás de ella- Que no la estoy cagando- Se sentó en una de las camas - Pero, este problema es mío, Emma, así que tengo que aceptar las consecuencias de lo que pase, tú no.
Emma: Oye- Se sentó a su lado - Yo decidí involucrarme, yo te prometí que iba a estar contigo hasta el final y así va a ser- Le acarició el rostro - Vamos a repasar todo ¿Ok? – Mills asintió - La abogada.
Regina: Fiona estaba segura de que Bette es inocente.
Emma: Ajá, y la policía de McAllen creen que el o la carnicera es más de una persona.
Regina: Ajá, Bette seguía presa cuando mataron a Graham. Se le hizo un nudo en la garganta y Swan le alisó los brazos.
Emma: Exacto, pero desapareció cuando tú y yo viajamos a McAllen y asesinaron a Fiona. ¿Qué gran coincidencia, no? – La morena caminando - También sabemos que Bette tiene dos hijos.
Regina: Que hay que encontrar lo antes posible- La rubia avanzando.
Emma: Enséñame otra vez la foto- Mills la sacó de su cartera.
Regina: Sabemos que son Bette, su esposa Cora y alguien más que por alguna razón cortaron.
Emma: ¿Quién podrá ser? – Miraba la imagen con atención.
Regina: No tengo idea- Se quedó pensando y después sonando - Ya sé quién nos puede dar la información sobre los hijos de Bette- La rubia la miró - Kristin, en un rato nos vemos- Besó sus labios.
Bauer le dijo a Bette que necesitaba ir a retocarse el maquillaje, la morena comentó que se veía hermosa, lo cual la rubia agradeció y sonriendo antes de dirigirse al servicio, pero fue interceptada por Regina.
Regina: Kristin, necesito hablar contigo- Miró hacia todos lados .
Kristin: Dime cariño ¿Qué puedo hacer por ti?
Regina: ¿Recuerdas qué me dijiste que conocías a Bette desde hace mucho tiempo?- La rubia miró hacia donde Porter hablaba con los familiares de los nuevos bomberos.
Kristin: Sí- Miró a Mills con una sonrisa - Fue compañera de mi difunto esposo en Boston ¿Por qué?
Regina: Es que quería preguntarte si conociste a Cora, su esposa, oa sus hijos. La rubia se tensó, pero lo disimuló.
Kristin: ¿Por qué quieres saber sobre los hijos de Bette?
Regina: En realidad es por pura curiosidad- Mintió con una sonrisa y metió los pulgares en las bolsas traseras del pantalón- Como ahora soy una integrante de la estación, pues quiero saber todo sobre mi nueva jefa.
Kristin: No, no tengo idea de eso.
regina: ¿no? – La rubia negó con la cabeza - Pero tú me dijiste que la conocías muy bien- Frunció el entrecejo.
Kristin: Cariño, es solo un decir- Se rio, esperando que la joven morena no se diera cuenta de sus nervios.
Regina: ¿Y no sabes cuántos hijos tiene o dónde los puedo encontrar?
Kristin: No tengo ni idea- Se dio cuenta que Mills iba a seguir haciendo preguntas, así que miró su reloj de pulsera- ¡Ya es tardísimo! Tengo que regresar a la pensión- Puso las manos sobre los hombros de la joven - Muchas felicidades por tu nombramiento como bombera- Sonrió genuinamente y le besó la mejilla.
Regina: Gracias- Se quedó pensativa mientras la veía alejarse.
Su mirada se cruzó con la de Bette y su jefa levantó la copa en su dirección con una sonrisa, Mills rodó los ojos y caminó en dirección contraria, no se dio cuenta como la sonrisa de Bette se convertía en una mueca triste, pero Emma que Estaba hablando con un compañero sí lo vio.
Ariel entró en ropa interior y bata a la habitación de Belle que estaba en la cama leyendo un libro.
Ariel: ¿Me puedes tocar aquí? – Se sentó a su lado y le marcó un punto en su propio seno.
Belle: Lo siento, pero eso de experimentar con otra mujer no va conmigo- Continuó leyendo.
Ariel: No eres mi tipo- Rodó los ojos y tomó la mano de su amiga - Tengo un bultito aquí- La hizo que tocara- ¿Sientes?
Belle: A ver, levanta el brazo- La pelirroja se llevó la palma de la mano a la nuca - Yo que tú me lo revisaría- Dijo seriamente.
Ariel: Ay, no debe ser nada, solo paranoia mía- Quiso restaurarle importancia, pero en realidad estaba asustada.
Belle: ¿Y si vas con un médico para que te confirme que es paranoia?
Ariel: No tengo tiempo, estoy hasta el cuello de trabajo.
Belle: Puedes quitarle una hora al espejo por la mañana para ir a hacerte un examen ¿No?
Ariel: Sabía que era mala idea hablar contigo- Resopló.
Belle: ¿Por qué no hablas con alguien que sepa más que yo del tema? – Era su manera de insistir en que fuera al médico.
Ariel: ¿Sabes qué? Mejor me voy- Se cerró la bata y salió dejando preocupada a su amiga, aunque no más de lo que ella misma estaba.
Anna: La verdad es que siempre él pensó que lo correcto es casarse, pero también hay que estar abierto a otras posibilidades, como vivir juntos antes del matrimonio ¿No? – Hablaba mientras ponía la mesa.
Kristin: Cariño, eres tan jovencita todavía- Tomó la jarra de jugo y el recipiente con fruta - ¿No quieres vivir un poco antes de establecerte?
Anna: Todo lo que quiero vivir, quiero vivirlo con Kill- Dijo soñadoramente y Belle que iba entrando a la cocina rodó los ojos.
Belle: Compartir casa es justamente la razón por la cual las parejas terminan, porque el espacio propio es un derecho.
Kristin: No, yo compartí casa y lecho muchos años con Stefan y solo sentí amor por él.
Belle: Porque no había otra opción, Kris, a tu generación se le enseñó que el amor o es un sacrificio o no es amor, que tolerar ronquidos y gases ajenos es una manera de demostrar que estás enamorada- Hizo una mueca de asco y la rubia se río.
Anna: Por eso se dice en las buenas y en las malas ¿No? Porque no todo puede ser perfecto.
Belle: Te aseguro que todo podría ser un poco más perfecto, viviendo cada uno en su propio espacio y durmiendo en su propia cama.
Anna: Es Killian- Miró la notificación en su celular - Dice que quiere verme, que me tiene una sorpresa- Sonrió emocionada - Estoy segura que me va a pedir que vivamos juntos- Susspiró soñadoramente y Belle forzó una sonrisa, a diferencia de Kristin, que aunque se alegraba por la joven, sabía que lastimaría a su hijo.
En los casilleros de la estación, Emma tocaba el seno de Ariel con el ceño fruncido.
Ariel: Yo sé que ustedes estudian primeros auxilios, por eso me animé a venir contigo- Dijo acomodándose el sujetador.
Emma: Hiciste muy bien- Le alisó el brazo - Ariel, esto te lo voy a decir no como bombera, sino como una amiga- Exhaló - Tienes que hacerte una mamografía lo antes posible- Ariel apostando y se colocó en la banca- Hey- Se agachó frente a la pelirroja y le tomó las manos - Lo más seguro es que no sea nada, pero hay que tener esa certeza ¿No estarías más tranquila?
Ariel: Por supuesto- Sonrió sin que llegara a sus ojos.
Emma: Te voy a hacer una cita con mi ginecóloga y yo te voy a acompañar.
Ariel: ¿De verdad? – Una lágrima corrió por su mejilla.
Emma: Claro, si no ¿Con quién vas a festejar cuando te digan que todo está bien? – Le limpió la lágrima con el pulgar- Porque todo va a estar bien- Le sonriendo y le acarició el cabello.
Regina: ¿Interrumpo? – Preguntó con seriedad desde el marco de la puerta y Emma le dedicó una amplia sonrisa que se convirtió en una mueca cuando no le fue devuelta.
Ariel: Hola Regina, yo ya me iba- Se acomodó la blusa, besó el rostro de la rubia y salió.
Emma: Hola sexy- Se acercó a la morena y besó sus labios, pero Mills no respondió, aunque tampoco se alejó- ¿ Qué pasó?
Regina: Nada- Se encogió de hombros y se acercó a su casillero.
Emma: Ginny- La abrazó por la espalda y la hizo darse la vuelta - ¿Hice algo para molestarte?
Regina: Mira Emma- Exhaló ruidosamente - Sé que no tenemos nada formal, pero ver esa escena con Ariel me molestó, eres libre de hacer lo que quieras, pero no creo que- La risa de la rubia la hizo enojarse más- Bien, nos Vemos después, Swan- Salió del abrazo y se dirigió a la puerta, pero Swan la detuvo del brazo.
Emma: Solo la estaba tranquilizando- Mills rodó los ojos - Le hice la prueba del tacto porque tiene un bulto en uno de los senos, cuando le dije que tiene que hacerse una mamografía lo antes posible, Ariel se asustó, solo quería darle algo de consuelo.
Regina: ¿Ella va a estar bien? – Preguntó preocupada, los celos completamente olvidados.
Emma: Eso espero, mi amor - Suspiré - Voy a acompañarla con mi ginecóloga.
Regina: Eres un ángel, mi rubia- Le acarició el rostro.
Emma: Estoy muy lejos de eso- Sonrió sin que llegara a sus ojos.
Regina: Para mí lo eres, porque ayudas a las personas siempre que puedes, además, has sido mi ángel desde ese día que fuiste a buscarme al club.
Emma: No voy a dejar que nada malo te pase- Dijo mirándola a los ojos.
Regina: Ni yo a ti, mi ángel- La besó profundamente y una lágrima corrió por la mejilla de la rubia.
La alarma de siniestro sonó y eso distrajo a Mills, lo que Swan agradeció, pues no quería ser interrogada sobre su repentino sentimentalismo.
Emma: El debe llamar.
Regina: Pronto iremos juntas - Besó sus labios - Ve a ser la salvadora, mi amor, pero sobre todo, regresa a mí a salvo- La rubia sonriente y esas dos palabras quedaron nuevamente atascadas en su garganta, tal vez algún día tendría el valor de decirle a su morena que la amaba.
Agente Scarlet: ¿Denuncias en coche por actitud sospechosa en las calles de Maine? Hay millas.
Regina: Pero ese vehículo me ha estado siguiendo por meses, y no solo se pone frente a mi casa, ahora también se puso frente a mi trabajo.
Agente Amaro: Quizás hay algo que no nos estás diciendo.
Regina: ¿No se supone que investigue es precisamente su trabajo? – Emma le dio un ligero codazo, su morena a veces olvidaba la prudencia.
Agente Scarlet: Sí, pero si no nos ayudas, dificultas las cosas.
Emma: ¿De qué estás hablando? – Ahora fue ella quien no se pudo contener - Regina solo vino a denunciar un delito.
Agente Amaro: ¿Por qué mejor no nos dicen qué hacían en McAllen hace un par de días?
Regina: ¿Me están siguiendo?
Agente Scarlet: Parece que el auto misterioso no es lo más importante.
Regina: Solo fui un par de días con mi novia- Swan avanzando en confirmación y las mariposas aletearon en su estómago ante el título.
Emma: Tenemos las facturas y los boletos de avión por si quieren verlos.
Agente Amaro: McAllen, una ciudad muy turística- Sonrió burlonamente y Mills apretó la mandíbula, pero Swan le puso la mano en la espalda baja para tranquilizarla.
Agente Scarlet: Bueno señorita turista, no se preocupe, nosotros vamos a comprobar las cámaras a ver si encontramos algo sospechoso.
Agente Amaro: O algo sobre ti, Mills.
Regina: Vámonos Emma, parece que fue una pérdida de tiempo- La tomó de la mano.
Jefferson: ¡Es la casa perfecta! Es un lugar de ensueño para nuestro negocio de tejido.
Belle: ¿Estás seguro de qué es para tu negocio? Porque Anna piensa otra cosa.
Jefferson: Sí, mira- Tomó una hoja del tocador - Kill dibujó aquí como se imagina toda la distribución del espacio, la idea es empezar con las exposiciones de tejidos apenas firmamos el contrato, así que me comprometí a presentarle un diseño completo del lugar, porque tengo pensado que haya una pequeña pero acogedora cafetería donde la gente pueda pasar horas tejiendo.
Belle: Estoy segura que va a ser un éxito, no hay un lugar así en Maine- Sonrió entusiasmada con el proyecto- Pero ¿No va a ser muy pesado para ti?
Jefferson: Todo se puede arreglar, tendré tiempo para mis estudios, mi negocio, hasta que me quedará algo para intentar conquistar a Killian.
Belle: Jeff, sal de ahí, Killian está con Anna, métete eso en la cabeza para que ya se te pase esa obsesión- Aconsejó preocupada.
Jefferson: Era una broma- Forzó una sonrisa.
Anna: Así ¿Ves? – Le mostró un dibujo en su cuaderno a Kristin - Siempre he pensado en un lugar amplio para varios niños, mi idea es tener hijos pronto - Bauer la miró con una sonrisa, a pesar de saber que eso rompería el corazón de Jefferson.
Kristin: Entiendo cariño, pero ¿Y tus estudios?
Anna: Todo se puede arreglar- Sonrió y la mayor ascendiendo.
Emma: ¿Puedo pasar? – Preguntó desde el marco de la puerta de la oficina.
Bette: Adelante Emma ¿Estuviste en el siniestro de la avenida catorce? – La rubia ascendiendo - ¿Cómo estuvo?
Emma: Todo bajo control- Se acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja - Jefa, quería preguntarle si las cosas entre usted y yo están bien- La morena la miró profundamente y esa mirada parecía atraerla por alguna razón - La noté molesta cuando le Dije que Regina y yo nos íbamos de viaje.
Bette: Todo está bien, no estoy molestando contigo- Aseguró.
Emma: Es que, no sé- Bajó tímidamente la mirada - La he notado muy distante y muy pensativa- Eso hizo que Porter exhalara.
Bette: ¿Puedo confiar en ti?
Emma: Por supuesto- Respondió de inmediato, pensando que tal vez le diría algo que les sirva a ella ya Regina.
Bette: Siéntate por favor- Señaló el sofá y fue a cerrar la puerta- La estación tiene problemas económicos y es mi responsabilidad corregirlos- Se sentó frente a ella.
Emma: Bueno, en realidad, es responsabilidad del segundo inspector, en este caso sería Cassidy, mire si usted me lo permite, conozco el funcionamiento de esta estación, sé en qué áreas podríamos ahorrar un poquito de dinero- Bette miró los labios rosados que se movían - Además, creo que mis compañeros estarían encantados si les pedimos que colaboren con nosotros.
Bette: Que perfume tan delicioso usas - Dijo de repente y quiso tocar el rostro de la rubia.
Emma: Comandante- Se alejó desconcertada .
Bette: Por favor perdóname, no sé en qué estaba pensando, han sido días algo confusos- Emma se puso de pie y se dirigió a la puerta- Perdóname por favor, Cora- Alzó la voz.
Emma: No soy Cora- Frunció el ceño - Soy Emma- La morena parpadeó un par de veces.
Bette: Sí, claro, Emma, no quiero que tengas una impresión equivocada de mí.
Emma: Solo hay que enfocarnos en resolver el problema económico de la estación, con permiso- Se aleja.
Bette: Puta madre- Se llevó las manos al rostro - Si le dice a Regina, mi hija va a despreciarme más todavía ¿Qué está mal conmigo? ¿Cómo pude confundirla con Cora?
Regina estaba en la puerta de la estación, su mirada alternaba entre el edificio de enfrente y una de las imágenes que había pasado del celular de Graham al suyo, estaba movida y borrosa, pero estaba segura que era de ese edificio.
Killian: Hola Mills- Iba saliendo.
Regina: Hola, oye Jones. ¿De casualidad tú sabes cómo puedo ver las imágenes de esas cámaras? – Señaló al edificio de enfrente.
Killian: Ni idea ¿Por?
Regina: Por nada- Le palmeó el hombro - Curiosidad nada más.
Killian: ¿Todo bien? – Preguntó realmente interesado y puso la mano sobre el hombro de Mills - Digo, anoche tuviste insomnio, hoy esto, tal vez…
Regina: No te preocupes, todo bien- Cortó sin mostrar nada.
Killian: Sabes que puedes contar conmigo ¿Verdad? Si necesitas que te escuche, algún consejo.
Regina: Te lo agradezco, hombre.
Killian: Va, cuídate- Le sonrió amablemente y Mills se movió con la cabeza.
La morena volvió a mirar el edificio y no se dio cuenta que una mujer joven de cabello rubio casi platinaba la observaba.
Robin se bajó de su coche y entró al club de golf, avanzó sigilosamente hacia donde Walsh se disponía a golpear la pelota y se plantó frente a él.
Robin: Contigo quiero hablar.
Walsh: ¿Trabajas aquí? Porque no necesito otro caddie- Metió el palo en la bolsa y tomó otro.
Robin: Yo de golf no sé un carajo, pero sí sé cómo tratar a una mujer- Se cruzó de brazos.
Walsh: Si no te largas de aquí, voy a llamar a seguridad para que te saquen- Advirtió tranquilamente.
Robin: Zelena es una mujer decente, lo que haya pasado entre ustedes no te da el derecho de impedirle ver a su hija.
Walsh: Lo que me faltaba- Giro en sus manos el palo de golf - Mi ex mujer mandando a sus amantes de mensajeros- Se rio burlonamente - Si sabes que lo que tiene Zelena es una enfermedad que se llama ninfomanía ¿Verdad?
Robin: Veo que te resulta más fácil culpar a Zelena en vez de aceptar que no pudiste satisfacerla.
Walsh: Y yo lo que veo es a un pobre imbécil que está siendo manipulado por esa mujer- Se acercó con una sonrisa burlona- ¿De verdad le crees todas sus mentiras? ¿Tan caliente te tiene? – Le dio la espalda y regreso a donde estaba su bolsa.
Robin: Algún día vas a superar que Zel te haya dejado, pero mientras eso pasa, no seas tan cabrón diciéndole a tu hija que su mamá es una puta- Walsh se giró y le dio un puñetazo en la cara y después dejó caer con fuerza. el palo de golf en su espalda, lo que hizo que Locksley jadeara de dolor.
Walsh: A ver si aprendes a no meterte en lo que no te importa- Lo pateó y se agachó para mirarlo a los ojos- No te e vuelvas a acerar, pendejo, tú no sabes quién soy- Se fue dejándole en el suelo.
Regina: Emma, ven- La tomó del brazo cuando la rubia estaba revisando el motor de uno de los camiones.
Emma: Thomas, ahí te encargo- Su compañero avanzando y se fueron a la parte trasera de donde se guardan las unidades- ¿Qué pasó? – Preguntó al darse cuenta de que su morena estaba alterada, para cualquiera no era fácil darse cuenta, pero Swan estaba empezando a ver detrás de la máscara, por un momento pensó que se había enterado de lo que había pasado en la oficina de Bette y se tenso.
Regina: O lo mataron aquí o de aquí se lo llevaron a otra parte.
Emma: ¿De qué me estás hablando? – Frunció el ceño con confusión.
Regina: De Graham, una de las últimas fotos de su celular fue tomada la misma noche que lo mataron- Sacó su celular del bolsillo trasero de su uniforme - Es aquí en frente del cuartel- Se lo mostró - ¿Te das cuenta de lo qué? eso significa? El periodista Gold me estaba diciendo la verdad, alguien dentro de esta estación está vinculado con toda esta mierda.
Emma: ¿Alguien qué trabaja aquí? Que no sería Bette, porque como tú misma lo dijiste, la mujer seguía presa cuando - Tragó saliva.
Regina: Cuando mataron a mi hermano, dilo sin miedo, Emma, para que no se me olvide que tengo que atrapar al responsable, esa es mi misión en esta vida - Eso fue como un desgarro al corazón de Swan- Necesitamos las imágenes de las cámaras de seguridad de ahí afuera, si alguien sacó a Graham desde la estación, es la única manera de averiguarlo- Swan ascendiendo.
Zelena: ¿Por qué los hombres tienen la manía de pensar que las mujeres necesitamos que nos salven?- Preguntó mientras sacaba una bolsa de hielo.
Robin: No soy todos los hombres- Dijo sentado en el sofá ya sin camisa - Solo uno que no soporta verte sufriendo por culpa del cabrón de tu ex.
Zelena: Pues sí, pero sucede que ese cabrón tiene el dinero para contratar al mejor abogado de Maine y meterte a la cárcel por amenaza- Comenzó a limpiar la herida del rostro del bombero que exhaló de dolor- Guarda tus energías, las necesitamos para otras cosas- Se sentó en su regazo con una pierna a cada lado.
Robin: ¿Cosas cómo hacer el amor durante horas seguidas? – La abrazó por la cintura y la pelirroja se rio.
Zelena: Cosas como apagar incendios, Robin- Comenzaron un beso apasionado que los llevó a tener varias rondas de sexo.
Bette entró a su oficina y al sentarse, notó en el escritorio la foto de ella con sus hijos que se habían llevado el día que entraron a robar al lugar donde se quedaba antes de tomar la jefatura del cuartel, al menos pensaba que eso había sido .
Bette: No puede ser- La tomó y salió de la oficina sin prestar atención.
Al doblar el pasillo, su cuerpo se impactó con otro y la imagen cayó al piso, la persona con la que había chocado era Regina, que caminaba al lado de Emma.
Las tres mujeres miraron la foto en el piso, unos segundos después, fue Mills quien la reconoció.
Bette: Eso es mío- Quiso tomarla de la mano de su hija, pero esta fue rápida y lo impidió.
Regina: ¿Eres tú?
Bette: Sí- Respondió sin mostrar emoción, pero sintió las manos sudorosas y el corazón acelerado.
Regina: Eras muy joven ¿Y estos son sus hijos? – Su mirada se perdió en los dos bebés.
Bette: Sí, mis hijos.
Regina: ¿Qué edades tienen? ¿Dónde están? ¿Los vamos a conocer alguna vez? ¿No nos vas a presentar a tu familia? - Sus preguntas fueron hechas con el ceño ligeramente fruncido.
Emma que no había dicho una sola palabra, parecía estar angustiada por alguna razón, Bette, ella quería decirle a la joven morena que uno de esos bebés era ella, que era su hija, para por fin poder abrazarla.
Continuará…
Chapter 7: Los muertos pueden hablar
Summary:
Regina: ¡Pero era la oportunidad para obtener toda la pinche información! – Gesticuló.
Emma: Regina, lo siento mucho, de verdad lo siento- Se pasó las manos por el cabello.
Regina: ¿Te pasa algo con Bette? – Preguntó con el ceño fruncido.
Emma: ¿Algo de qué?
Regina: No sé, dímelo tú- Se cruzó de brazos- ¿Te gusta?
Emma: No digas tonterías y mejor ayúdame a pensar en algo para sacar dinero para…
Regina: ¡No me cambies de tema, carajo! – Gruñó.
Emma: ¡No te estoy cambiando el tema! – También alzó la voz y exhaló para calmarse.
Regina: Bette es el enemigo, que eso no se te olvide- Escupió molesta y cruzó la acera.
Emma: Regina, espera- La morena solo levantó la mano sin girarse ni dejar de avanzar- ¡Mierda! – Golpeó la puerta con la palma de la mano- Morena idiota ¿Qué no se da cuenta que desde que la conocí solo tengo ojos para ella? - Suspiró profundamente y volvió a entrar a la estación.
Chapter Text
McAllen, Texas.
Fiona: Entonces ¿No vas a ir a visitar a tu mamá a la cárcel?
Graham: No tengo nada que hablar con ella.
Fiona: ¿Estás seguro? ¿Ni siquiera por compasión? Es la misma mujer con la que te escribías cartas, Graham.
Graham: Eso fue antes de que supiera lo que sé, ya no sé qué pensar- Exhaló- La prensa dice que es culpable, tú dices que es inocente.
Fiona: Bette no es una asesina, nunca lo fue, ese infeliz que mató a esas mujeres sigue libre, estoy segura que sabe que andas tras su huella, habla con Bette, vean la manera de protegerse juntos, de ambo proteger a tu hermana, dale la oportunidad de cuidarlos como lleva años soñando.
Graham: Yo ahora lo único que tengo son miedos y dudas, miedo de que todo esto termine mal, me están siguiendo en Maine, tengo miedo por mi hermana, Regina no sabe nada.
Fiona: Yo voy a seguir con mi plan, deberías sentirte orgulloso de tu madre, Bette es una gran mujer, la vida se va a encargar de demostrártelo- Se despidieron y Graham se fue al hotel, lo primero que hizo fue llamar a Elsa.
En conexión…
Graham: Cambié mi vuelo, no quiero estar un día más en este lugar.
Elsa: Pero ¿No te piensas quedar a ver cuál es el plan de esa mujer?
Graham: Me vale, no quiero saber nada más de Bette Porter ni de su pasado.
Elsa: Cariño, su pasado también es tu pasado y también el de tu hermana.
Graham: No me gusta lo que estoy descubriendo, ya, que Gold se consiga a alguien más que lo ayude con su pinche reportaje- Se acostó en la cama- Además, te extraño.
Elsa: Yo también te extraño mucho, amor, pero creo que estás cometiendo un grave error, ve y habla con tu mamá, es ahora o nunca.
🦢👑
Bette: Dame la foto, Regina- La tomó de sus manos- Es imposible.
Regina: ¿Es imposible que nos presentes a tu familia? – Juntó el entrecejo.
Bette: No es una situación fácil, están lejos y es una historia muy larga.
Emma: No se preocupe jefa, de verdad, no tiene que explicarnos nada, nosotras ya nos vamos- Puso su mano en el brazo de Mills.
Bette: Nada me haría más feliz que estar junto a mis hijos- Dijo mirando a Regina.
Emma: De verdad no tiene que explicarnos nada- Insistió- Regina vámonos.
Regina: No, yo creo todo lo contrario, creo que hay bastante tiempo para escuchar tu historia- Habló mirando a Porter.
Bette: Daría mi vida por ellos, por mi hijo y mi hija- Sus ojos se humedecieron.
Flashback
Bette atravesó las llamas con los mellizos en sus brazos.
Bette: Mis bebés, ayúdenme con mis bebés, por favor- Se los entregó a un paramédico mientras trataba de controlar el llanto- Asegúrense de que estén bien.
Fin del flashback.
Emma: Regina, vámonos por favor- La arrastró en contra de su voluntad y Bette por fin dejó que las lágrimas rodaran por sus mejillas.
Regina: ¿Qué te pasa? Por fin la tengo contra las cuerdas y te metes a defenderla- Reprochó mientras caminaban a la salida.
Emma: Me conmovió mucho lo que estaba hablando de sus hijos, Regina.
Regina: Ah, te conmovió- Se palmeó los muslos- Bueno, al menos ya sabemos que tiene un hijo y una hija.
Emma: Eso es un avance- Puntualizó ya estando afuera de la estación.
Regina: ¡Pero era la oportunidad para obtener toda la pinche información! – Gesticuló.
Emma: Regina, lo siento mucho, de verdad lo siento- Se pasó las manos por el cabello.
Regina: ¿Te pasa algo con Bette? – Preguntó con el ceño fruncido.
Emma: ¿Algo de qué?
Regina: No sé, dímelo tú- Se cruzó de brazos- ¿Te gusta?
Emma: No digas tonterías y mejor ayúdame a pensar en algo para sacar dinero para…
Regina: ¡No me cambies de tema, carajo! – Gruñó.
Emma: ¡No te estoy cambiando el tema! – También alzó la voz y exhaló para calmarse.
Regina: Bette es el enemigo, que eso no se te olvide- Escupió molesta y cruzó la acera.
Emma: Regina, espera- La morena solo levantó la mano sin girarse ni dejar de avanzar- ¡Mierda! – Golpeó la puerta con la palma de la mano- Morena idiota ¿Qué no se da cuenta que desde que la conocí solo tengo ojos para ella? - Suspiró profundamente y volvió a entrar a la estación.
Elsa había observado sin darse a notar, se preguntaba el motivo de la discusión entre las mujeres.
Kristin: ¿Puedo ayudarte? ¿Estás esperando a alguien?
Elsa: No- Forzó una sonrisa y se fue.
Bauer se encogió de hombros y entró a la estación, yendo directamente a la oficina de Bette.
Kristin: No creo poder seguir frenando a los de la comisión- Informó una vez que la morena le sirvió un café- Sé que ya no les queda tiempo para nombrar oficialmente al primer inspector.
Bette: Lo sé, me van a faltar años de vida para agradecerte lo que estás haciendo por mí, Kris- Sonrió dulcemente- Estos días que he podido pasar cerca de mi Regina, han sido los mejores meses de mi vida, aunque no pueda llamarla hija.
Kristin: Regina me preguntó por ti- La tomó de las manos y ambas se sintieron cómodas- Me pidió que le contara de tu familia, de tus hijos.
Bette: Sí, ha estado haciendo preguntas- Exhaló- Y está tratando de conseguir información de donde sea y como sea, gracias Kris, yo me encargo de eso.
Kristin: Quita esa cara, cariño ¡Arriba corazones! ¿O hay algo más qué te tiene así de cabizbaja? – La morena asintió- Sí, ya sé, las deudas de la estación- Bette volvió a asentir- Ni te preocupes, esta estación siempre ha estado en números rojos, se gastaron mucho dinero en construir este edificio y no dejaron para mantenerlo.
Bette: Sí, lo sé, pero esta puede ser mi gran oportunidad, si resuelvo el hoyo económico, puedo demostrarle al superintendente que soy la indicada para quedarme como jefa de la estación, necesito salvar ese presupuesto como sea.
Killian caminaba por el patio del cuartel con una sonrisa mientras leía mensajes en su celular.
Anna: Mi amor- Lo abrazó y el bombero metió su celular en el bolsillo trasero del pantalón- Perdón por el retraso, me entretuve platicando por teléfono con tu mamá, quiere que nos juntemos a cenar la próxima semana.
Killian: Me parece genial, amor, no tengo mucho tiempo para comer, debo regresar a mi turno.
Anna: Oye, me contó que tu cuñada Jasmine está a punto de tener a su bebé ¡Qué emoción!
Killian: ¿Tú cómo estás? ¿Emocionada por tu audición de mañana?
Anna: No solo por eso- Sonrió tímidamente.
Killian: ¿Hay algo más?
Anna: No sé, dímelo tú.
Killian: ¿Yo? Bueno, yo estoy feliz por ti y por mí- Tomó sus manos entre las suyas- Porque los dos vamos a cumplir un sueño.
Anna: Claro que sí, mi amor.
Killian: Por eso quería que tú también lo supieras, al fin me decidí- Hizo una pausa y Anna sonrió ilusionada- Y voy a poner mi propio negocio- Sonrió y la sonrisa de su novia se desvaneció- Me asocié con Jefferson, vamos a poner un negocio de tejidos, tienes que ver el lugar que rentamos, te va a encantar, me urge que vayas para que me des tu opinión.
Anna: Sí, claro- Forzó una sonrisa disfrazando su decepción.
Policía: Que no puedo darle una orden para que vea un video si no hay un delito que aclarar- Repitió.
Regina: ¡Que curioso! Porque hace rato vine a denunciar que me estaban siguiendo y sus compañeros no fueron de mucha ayuda.
Policía: ¿Sufrió usted algún robo o agravio en el lugar donde está ubicada la cámara de vigilancia que quiere revisar?
Regina: No ¡No me está entendiendo! ¡Ese fue el lugar donde mataron a mi hermano! Por eso necesito los videos.
Policía: Ah, entonces me imagino que hay una investigación en curso, espérese a que termine la investigación, aquí no podemos hacer nada, lo siento ¡Siguiente! - Gritó.
Regina: Autoridades incompetentes- Farfulló y salió recitando maldiciones.
Kristin: Yo creo que la pusiste en un lugar y luego ya te olvidaste y luego se te olvidó en el lugar donde la dejaste- Hablaba mientras caminaban por el patio de entrenamiento- Sí, esas cosas pasan.
Bette: No, no, es que esa foto es lo más valioso que tengo, yo sé que me la robaron en esa pensión de mala muerte, y ahora ¿Aparece sobre mi escritorio?
Kristin: No sé por qué, pero por alguna extraña razón, las cosas que realmente nos importan vuelven a nuestras manos.
Bette: Más bien, yo creo que alguien está jugando conmigo, con mi pasado, es intencional.
Kristin: ¿Tú crees? No, yo creo que ahora tienes lo más importante, el presente y el futuro- Sonrió- El pasado fue horrible, pero ya, hay que dejarlo ir- Aconsejó.
Bette: Todas las noches sueño con mi mujer- Sonrió nostálgicamente- Se me aparece en sueños, la veo en el cuartel, en la calle- Su mente viajó al día en que conoció a la madre de sus hijos.
Flashback
Bette: No me dijiste cómo te llamas.
Cora: Cora, Cora Mills, adiós Bette.
Después de ese día no dejaron de verse, poco tiempo después, Cora le dio una de las noticias que la hicieron más feliz.
Bette: ¿Mellizos? – Cora asintió con una enorme sonrisa.
Unos meses después, Cora se acariciaba el prominente vientre.
Cora: Graham y Regina, me gusta.
Bette: ¿En serio? – Preguntó emocionada por la aceptación de los nombres que había elegido.
Cora: Claro mi amor, son hermosos- Se fundieron en un beso.
Fin del flashback.
Kristin: Yo creo que, por alguna extraña razón, Cora te quiere decir que la dejes ir- La voz de Bauer la sacó de sus recuerdos- Y que ahora tú te concentres en lo que tienes que hacer, que son muchas cosas, tu hija, el cuartel, recuperar lo que es tuyo, no sé, igual y volverte a enamorar- Sonrió.
Bette: Tienes razón, a Cora no le gustaría verme así, ella siempre me decía que estábamos en este mundo para ser felices y antes de poder lograr eso, tengo mucho que resolver- Sonrió y Bauer se imaginó por un momento como se sentiría besar esa hermosa sonrisa.
Killian: ¿Hacer pornografía? No hay manera.
Emma: ¡No es pornografía! ¡Es hacer algo atractivo y efectivo para sacar dinero para el cuartel!
August: ¡Es lo mismo! Es estar colgados medio encuerados en la pared de cualquier loco que se masturba viéndonos- Emma rodó los ojos- Yo no le entro.
Bette: ¿Alguien tiene una mejor idea?
Emma: Exacto ¿Quién tiene una mejor idea? – Todos se quedaron en silencio- Chicos ¿De verdad nunca han visto los calendarios que hacen los bomberos en Nueva York o en Australia o en Madrid? ¡Lo hacen en todas partes del mundo para sacar fondos!
Bette: A mí lo del calendario no me molesta, de hecho, creo que es una gran idea, te felicito, Emma- Le sonrió y Regina apretó la mandíbula.
Robin: Yo no tengo problema en mostrarme como símbolo sexual, porque lo soy- Todos se rieron aligerando el ambiente.
Emma: Bueno, tanto como símbolo sexual-Frunció los labios y Locksley se quitó la camiseta.
Robin: ¿Sabes cuantas horas de trabajo tienen estos oblicuos? – Señaló su abdomen musculoso.
Emma: ¿Cuántas? Dime- Le guiñó un ojo juguetonamente.
Robin: Muchísimas.
Emma: Me encanta, tú vas a ser enero y vas a estar en la portada.
Robin: ¡A huevo!
Emma: ¡Así se habla! ¿Quién más?
August: Yo sé quién puede ser febrero- Todos lo miraron- Nos van a hacer falta mujeres en el calendario.
Emma: ¿Y cuantas mujeres ves aquí?
August: Solo una, a febrero- Dijo mirándola.
Emma: Regina también es mujer, y la jefa- Frunció el ceño.
August: Bueno, la jefa también, pero no creo que quiera participar- Porter asintió en confirmación, después de todo era la jefa y no sería bien visto por las autoridades- En cuanto a Parrilla- Señaló a Regina- Tiene algo entre las piernas que sugiere que no es del todo mujer- Se rio.
Emma: ESCÚCHAME BIEN EXCUSA DE…
Bette: Bombero Booth, exijo una disculpa ahora mismo a Regina- Ladró con las venas del cuello saltando de ira.
Regina: No es necesario- Dijo sin emoción- No me importa lo que este pendejo piense, es más, te reto a ver quién de nosotros dos vende más- Alzó una ceja desafiante.
Emma: Tú no vas a participar- Siseó, no quería que otras mujeres fantasearon sobre el cuerpo de su morena, ya había tenido suficiente cuando era estríper.
Bette: No veo una razón para que Regina no participe- Miró a la rubia que la fulminó con la mirada.
August: Regina, no quise ofenderte, de verdad- Dijo sinceramente y la morena solo asintió.
Bette: Bueno, hay que organizarse y distribuir las tareas, necesitamos comenzar con esto lo antes posible, ojalá pueda ser mañana mismo.
Emma: ¡Perfecto!
Regina: Yo me encargo de la producción, conozco a una fotógrafa buenísima- Swan entrecerró los ojos en su dirección, pero la morena ni la miró, todavía estaba molesta por el incidente con Bette.
Robin: Me encanta tu actitud, bomba sexy- Le guiñó el ojo a la morena y Mills sonrió sacudiendo la cabeza, sabía que su compañero solo bromeaba para molestar a Emma.
Bette: Necesitamos a alguien que diseñe el calendario.
Killian: Bueno, ya que nos vamos a ver envueltos en una situación tan vergonzosa, yo puedo hablar con Jefferson.
August: ¿Jefferson?
Killian: Sí, estudia diseño y es muy talentoso.
Bette: Perfecto ¿Quién más se apunta?
Ya era tarde cuando Elsa salió del periódico.
Velador: Hoy le tocó trabajar hasta tarde señorita Elsa.
Elsa: ¿Qué le digo? La vida del periodista, la noticia manda- Sonrió amablemente al anciano- ¿No vio un taxi por aquí esperándome?
Velador: Hace un rato había uno, pero ya se fue.
Elsa: Ya me quedé sin transporte- Exhaló- Tendré que buscar otro, buenas noches.
Velador: Descanse señorita- Entró al edificio y Elsa noto un vehículo sospechoso al otro lado de la acera, lo que la hizo regresar al interior.
Emma: Gracias- Sonrió cuando Mills abrió la puerta de su casa y la dejó entrar primero- La verdad, la idea del calendario no está nada mal ¿Estás de acuerdo? – La morena no respondió y colgó el llavero en la pared- Va a ser un éxito, sobre todo cuando te vean a ti, toda hermosa y sexy en las páginas centrales- Se aferró a su brazo mientras avanzaban a la cocina y Regina se soltó y prendió la luz.
Regina: Emma ¿Por qué no conozco nada acerca de tu familia? – Swan se puso seria- Te pregunto porque tú conoces todo acerca de mí, sabes que no conocí a mis padres, que crecí en un orfanato, y hoy en la estación, defendiste a Bette y defendiste la intimidad de su familia, y no sé, cómo que me puse a pensar que lo único que has hecho desde que te conocí es defender la intimidad de las familias ajenas, pero yo no conozco nada acerca de la tuya.
Emma: ¡Regina, apenas nos estamos conociendo!
Regina: Sí, sí, por eso.
Emma: ¡No te estoy ocultando nada! ¿Qué quieres saber? ¿Qué mi mamá murió cuando tenía tres años? ¿Y qué mi papá quemó todas sus fotos, todas sus cosas? No me dejó ni siquiera un pinche objeto para recordarla.
Regina: Lo siento ¿Qué le pasó? – Se acercó y tomó sus manos.
Emma: Murió en un accidente de coche, creo- Tragó saliva- Mi papá no volvió a hablar de ella, esa fue su manera de sobrevivir ¿Sabes lo qué se siente cambiarte de ciudad en ciudad a cada rato? ¿Tener diez años y ni siquiera terminar de desempacar tus muñecas porque no sabes en qué momento te vas a volver a ir? Estuve en más de quince ciudades distintas, distintas escuelas, sin tiempo de hacer amigos.
Regina: Hey- Le acarició el rostro y limpió con el pulgar la única lágrima que se le había escapado a la rubia- Pero esta vez no tienes que irte- La besó tiernamente, de una manera que no había besado nunca a nadie y Emma sintió que su pecho estallaba.
Emma: No pensaba hacerlo, no podría irme a ningún lado, no sin ti- Comenzaron otro beso que poco a poco se fue profundizando- Hazme el amor- Susurró contra los labios carnosos de Mills.
Regina: Hagamos el amor- La tomó de las nalgas y la sentó en la mesa.
Kristin: Belle, te buscan en la sala- Informó desde la puerta de la habitación.
Belle: ¿A mí? – Frunció el sueño.
Kristin: Que yo sepa, en esta casa no hay otra chica hermosa, dulce e inteligente llamada Belle- Dijo maternalmente y la joven sonrió.
Belle: ¿Quién me busca a esta hora?
Kristin: Uno de los bomberos más guapos del cuartel- Le guiñó un ojo y la joven salió a la sala.
August: ¿Para qué fuiste con el chisme con Zelena? – Preguntó apenas vio a Belle.
Belle: Lo que tú ves como un chisme, para mí es una forma de ayudar.
August: Ayuda que nadie te pidió.
Belle: Porque está claro que tú no la necesitas ¿Verdad?
August: De ti no.
Belle: ¿Y de quién? ¿De Ariel? ¿De tus compañeros? ¿De la psicóloga?
August: ¿Qué pretendes Adelle? ¿Estás haciendo méritos? ¿Te quieres convertir en santa?
Belle: Solo quiero evitar que alguien que me importa se haga daño.
August: Alguien que te importa- Se burló- No te hagas ideas, a mí no me conoces.
Belle: Te equivocas, se nota que tuviste una infancia difícil, que te hicieron sentir que no valías nada, ahora quieres mandar todo a la chingada porque no le encuentras sentido a la vida- Tragó saliva- Tú y yo nos parecemos más de lo que crees.
August: Estás loca- Dijo demasiado cerca del rostro de Belle y avanzó hacia la puerta.
Belle: No más que tú- Soltó con valentía- Y me llamo Belle, carajo.
Emma: ¿Estás bien? – Preguntó desde el marco de la puerta a la morena que estaba sentada solo en bóxer entre las cosas de Graham.
Regina: Necesito saber que estoy avanzando en mi plan.
Emma: Bueno, pues si no duermes tú, yo tampoco- Tomó una camiseta del armario- Pero vístete, de lo contrario no dormiremos por otras razones- Se sentó a horcajadas sobre la morena y le puso la camiseta- Gina, no quiero que pienses que te estoy ocultando algo, es solo que no estoy acostumbrada a hablar de mí- Bajó la mirada- De hecho, es una de las razones por las que me hice bombera, porque quería sentir que tengo una familia, que le importo a alguien, que alguien me quiere- Su voz salió quebrada.
Regina: Hey- Levantó su rostro con ternura- Tal vez no es a lo que te refieres, pero a mí me importas, yo te quiero y si tú aceptas, yo puedo ser tu familia- Dijo con dulzura y la rubia sintió ese estallido agradable en el pecho y sus ojos se llenaron de agua.
Emma: No era a lo que me refería, pero eres mucho más de lo que me había atrevido a soñar- Se acurrucó en sus brazos.
Regina: Yo ni siquiera me atrevía a soñar ¿Sabes? No antes de conocerte- Acarició los suaves hilos dorados.
Emma: Regina, yo- Miró los profundos ojos marrones de los que ya estaba enamorada, pero se acobardó- Me alegra haberte conocido.
Regina: A mí me alegra más- Sus palabras eran honestas, pero Swan notó una chispa de decepción en su mirada, como si hubiera esperado otra declaración- ¿Seguimos buscando? – La rubia asintió y supo que el momento había pasado- Mira esto- Le mostró una anotación en la agenda de Graham- Es la dirección de Robert Gold.
Emma: Es una buena pista- Besó los labios carnosos de Regina- Vamos de una vez- Se pusieron ropa cómoda y salieron a buscar la dirección.
Regina: Es aquí- Se pararon frente la puerta de un edificio.
Emma: ¿Habrá vivido solo?
Regina: Vamos a averiguarlo- Caminó hacia el timbre.
Emma: No, no, no ¿Ya viste la hora qué es? – Fue demasiado tarde, Mills ya había presionado el timbre, pero no salió nadie- Vámonos, Regina.
Regina: No, Em, estoy segura que aquí hay información de Bette que nos puede servir.
Emma: Me encanta que me digas Em- Sonrió y la morena besó castamente sus labios- Volviendo a lo otro ¿Cómo le vamos a hacer para entrar?
Regina: Podemos llamar a un cerrajero y le digo que se me olvidaron las llaves.
Emma: No, estás loca- Sacudió la cabeza.
Regina: Amor, Gold llevaba años investigando el caso- Emma sonrió ante la manera en que la llamó, a pesar de que la morena no se dio cuenta- Estoy segura que hay algo ahí- Señaló la entrada.
Emma: Regina, vámonos por favor, nos podemos meter en problemas.
Regina: Esto no es solo por Bette, es por mi familia, por algo Gold me dijo que tenía que saber quién era mi familia, entiéndeme Emma, tengo que entrar.
Ariel: Oye, espero que no te hayan regañado por haber cambiado tu turno para acompañarme.
Emma: No te preocupes- La tomó de la mano- La primera vez que me hice este estudio estaba muy nerviosa, ahora ya me lo hago una vez al año.
Ariel: Odio los hospitales y les tengo terror a las agujas.
Emma: Tranquila, este estudio no lleva agujas.
Ariel: Espero no haberte metido en problemas con Regina, no parecía contenta cuando te vio tan cerca de mí- Swan sonrió ante la mención de su morena- Dile que no tiene nada de que preocuparse, si decidiera experimentar con una mujer, preferiría a Regina- Le guiñó un ojo y la rubia la miró con falsa indignación.
Emma: Es bueno saber, pero no te atrevas a coquetear con mi morena- Le regresó el guiño.
Enfermera: ¿Ariel Fisher? – La pelirroja levantó la mano- La doctora la está esperando.
Emma: ¿Quieres qué te acompañe? – Preguntó al sentirla temblar.
Ariel: Sí, por favor.
Neal: Yo creo que no hay otra alternativa, tenemos que renegociar la deuda con los bancos.
Bette: Los bancos no son instituciones de beneficencia- Habló sin dejar de analizar los documentos- Les importa un carajo que seamos bomberos, el banco lo que quiere es que le paguemos los intereses y que nos vayamos a más años de deuda- Dejó los papeles con fuerza sobre el escritorio.
Neal: Perdón, seguramente tú tienes ideas mejores ¿No? – Escupió con sarcasmo- O quizás ya recibiste ayuda de alguien más en el cuartel- Eso hizo reír a la morena- Una ayuda que yo no puedo ofrecer ¿Verdad?
Bette: Cassidy ¿Tienes algún problema con las fotografías del calendario?
Neal: No, eso a mí no me molesta, solo pienso que yo no tengo el cuerpo de la bombera Swan o la sensualidad de la bombera Parrilla, a pesar de lo que tiene entre…
Bette: Piensa bien las próximas palabras que van a salir de tu boca- Siseó peligrosamente con los dientes apretados.
Neal: Bien, como sea, también quiero ayudar a esta estación.
Bette: Entonces, dedícate a ayudar y no a lanzar comentarios pendejos, parece que estamos en la secundaria- Exhaló- Ya te puedes retirar- Señaló la puerta.
Neal: Permiso- Caminó hacia la puerta.
Bette: Ah, Cassidy- El mencionado volteó- Si le faltas el respeto a Regina o a Emma, me voy a encargar de sacarte de aquí- Advirtió.
Kristin: Cariño, cálmate por favor- Acariciaba el cabello de la chica.
Anna: Me dijeron que soy demasiado mayor para empezar a estudiar una carrera de cantante.
Kristin: Si tú estás mayor, yo ya tengo los dos pies en la tumba- Resopló.
Anna: Dicen que hay cosas que debía aprender de niña.
Kristin: Para eso quieres estudiar, para aprenderlas.
Anna: Y yo que pensé que iba a vivir con Killian y que iba a tener una carrera de cantante, pero me quedé sin nada- Sollozaba.
Kristin: No digas eso, lo tienes todo, tal vez no de la forma que tú quisieras, pero tienes a tu novio, tienes esa voz que conmueve por su hermosura, moraleja, hay que dejar de hacer planes para dejar que la vida te sorprenda.
Anna: Yo no quiero que la vida me sorprenda, Kris.
Kristin: Eso mismo pensaba yo hace unos meses, y aquí estoy, sintiendo cosas que pensé que jamás iba a volver a sentir- Habló pensando en Bette- ¿Me gustaría dejar de sentirlas? Sí ¿Me siento más viva que en años? Sí- Sonrió- Así que a secarse esas lágrimas y te vas al cuartel a ver lo del calendario.
Regina: Unos, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho- Contaba rítmicamente mientras hacía a sus compañeros repetir los pasos de baile que les estaba enseñando- Abrimos compás y empezamos arriba- Lo modeló de manera sensual.
Emma se mordía los labios viendo a su morena moviéndose tan deliciosamente y dar indicaciones con autoridad.
Ruby: Regina está como para comerse completita- Dijo parándose al lado de Emma que apretó la mandíbula- Además, coge divino- Swan tuvo que meter las manos en los bolsillos del pantalón para no estrellar un puño en su cara- Soy Ruby Lucas, la fotógrafa- Se presentó sin dejar de mirar, principalmente a Robin, pero Emma estaba demasiado cabreada por lo que dijo sobre su morena que no se dio cuenta.
Emma: ¿Eres una ex novia de Regina o algo así? – Miró a la fotógrafa de pies a cabeza y tuvo que reconocer que era hermosa, lo que solo la molestó más.
Ruby: Me quedo con algo así, Regina odia las relaciones formales- Se encogió de hombros.
Emma: Tal vez encontró a alguien que la hizo cambiar de opinión- Intentó sonar indiferente, pero le dolió lo que había dicho la fotógrafa.
Ruby: Lo dudo, pero si eso pasara, me daría gusto por ella- Swan pudo escuchar la sinceridad en su voz- Espera ¿Tienes algo con Regina? – Hasta entonces se dio cuenta y la rubia asintió- Mira, lo siento, hace tres años que no veía a Regina, estoy segura que mucho ha cambiado en ese tiempo, yo misma lo he hecho- Hablaba apenada.
Emma: Sí, supongo- Quería alejarse maldita y sexy mujer, pero no quería sentirse más idiota, así que aguantó el incómodo silencio.
Anna: ¿Los quieres a todos con cascos?
Jefferson: Depende, si el cabello se les ve bien, sin casco, Regina definitivamente sin casco, además necesitaré un par de chamarras para quienes no tengan vientre de lavadero para presumir.
Anna: Ok, iré por lo que falta.
Regina: Ella es Ruby, la fotógrafa que conseguí- Todos se acercaron a dónde estaba con Emma y los presentó- ¿Todo bien? – Le susurró a Emma al verla con cara de pocos amigos.
Emma: Mmm- Fue todo lo que dijo y todos entraron en una charla animada con la fotógrafa, excepto Emma.
Killian: Yo creo que ya fue suficiente ¿No? – Preguntó incómodo mientras Jefferson frotaba sus brazos y abdomen con aceite.
Jefferson: No, por el tipo de lente que la fotógrafa va a usar, necesitamos que la piel brille más de lo normal- Seguía frotando- Créeme, sé lo que hago.
Anna: Si me preguntan a mí, me parece un exceso- Apareció con algunas cosas, las dejó y se fue.
Jefferson: ¿Ahora Anna sabe más de imagen que yo? – Rodó los ojos.
Killian: No le fue muy bien en su audición- Informó a modo de defensa de su novia.
Ruby: Chicos, estamos listos para comenzar.
Emma: Ve a posar para tu fotógrafa- Refunfuñó y se alejó, dejando con rostro de confusión a Mills, pero sacudió la cabeza y se unió a la sesión de fotos.
Ruby: Eso es Regina que se vea ese cuerpo bien trabajado- Le decía la fotógrafa- Ahora tú Killian, muestra esos fuertes pectorales- Disparó flashes al otro bombero sin camisa- Mueve esos bíceps Robin- Le dijo a otro- Y tú August, presume ese trasero- Se rio- Eso es, perfectos los cuatro- Les pidió que posaran entre los camiones de bomberos, mangueras y fuego simulado- Eso es, sedúzcanme chicos, con su cuerpos y sonrisas, Regina, baja un poco la mirada y luego mira a la cámara, eso hermosa.
Jefferson: Este calendario va a quedar de infarto- Se acercó a Ruby sin dejar de mirar a Killian.
Ruby: Sí, luego te platico otras ideas que tengo- El chico asintió- Listo guapos, hemos terminado- Apenas terminó la frase, la alarma de siniestro sonó.
Todos se movieron de inmediato, excepto Regina, se quedó pasmada y las palabras de Gold resonaron en su cabeza.
“Si lo que quieres es vengar a tu hermano, conviértete en bombera, infíltrate Regina”
Killian: Regina ¿Estás bien? – La morena parpadeó.
Regina: Sí, claro.
Killian: Entonces ponte el uniforme oficial y vámonos o te vas a perder tu primer emergencia real- Le palmeó el hombro y la morena de inmediato tomó su ropa y se subió al camión.
-Ayúdame hermanito, que esto lo hago por ti cabrón- Pensó mientras miraba una foto en su celular en la que estaban ella y Graham, recordó que una vez, su hermano le preguntó si él podría ser bombero y la morena se había reído.
Llegaron afuera de un edificio en el que el segundo piso estaba en llamas, Regina parpadeó al ver que era el lugar donde trabajó su hermano.
Neal: Chequen el perímetro y avancen- Ordenó- Voy a necesitar unas escaleras en el segundo piso- Habló por radio.
Emma Swan llegó corriendo ya con el uniforme puesto y entró detrás de Regina, sintió pánico al verla adentrarse en el edificio en llamas, la morena acababa de terminar su entrenamiento y la rubia no sabía si estaba lista.
Mujer: Ayúdenme, sáquenme de aquí- Gritaba y Regina se petrificó cuando una persona caminó hacia ellas ardiendo en llamas.
Emma: Regina- La jaló y la sacudió para que reaccionara.
Regina: Sí- Respondió aturdida y comenzó a rosear con el extintor- Iré a sacarla- Soltó al extintor y se adentró en las llamas.
Emma: No, Regina- Gritó y quiso ir tras ella, pero las llamas la arrojaron hacia atrás- No puedes entrar sola maldita estúpida- Las lágrimas comenzaron a formarse.
Mientras tanto, Regina intentaba distinguir de dónde venía la voz de la mujer, hasta que lo logró, era una joven rubia que estaba en posición fetal detrás de un escritorio.
Regina: Tranquila, te voy a sacar de aquí- La tomó en modo nupcial y la sacó, Emma estaba ayudando a algunos heridos, pero cuando vio a Regina sintió que el alma le volvía al cuerpo- ¿Eran los últimos Killian? – Le preguntó una vez que dejó a la joven rubia para atención médica.
Killian: Sí, gracias a Dios no hubo ningún deceso- La morena asintió aliviada y se quitó el casco- Lo hiciste excelente Regina- Le palmeó el hombro y se alejó.
Elsa: Me salvaste la vida- Apareció la joven rubia- Gracias.
Regina: Solo estaba haciendo mi trabajo- Le sonrió y comenzó a sacudirse el polvo y ceniza del uniforme.
Elsa: Yo sé quién eres, sé todo de ti, Regina Mills- La morena frunció el ceño, su rostro le parecía conocido a pesar de estar lleno de polvo- Necesito contarte todo lo que los muertos ya no pueden decir- El ceño de Mills se frunció más- Necesitamos vengar la muerte de tu hermano.
Chapter 8: Historia familiar
Summary:
Elsa: Si tienen tantas dudas sobre quien mató a Graham, lo primero que yo haría es entrevistar a Bette Porter.
Regina: Pero Bette ni siquiera estaba en la ciudad cuando eso pasó.
Elsa: ¿Y no te parece demasiada coincidencia que entró justo a esa estación donde desapareció su hijo? – Mills abrió mucho los ojos- Demasiado raro ¿No creen? – Expresó sus pensamientos, ajena a la confusión de las otras mujeres- Yo sé que Graham viajó a McAllen y que habló con la abogada de Bette y hasta le dijo que Bette era inocente, pero Graham tenía sus dudas y lo entiendo, no debe ser fácil asimilar que eres hijo de una asesina.
Emma: Respira a mi ritmo, cariño- Se sentó junto a la morena que sintió que no llegaba el aire a sus pulmones- Hey, está bien- Puso su mano en el pecho de Mills y comenzó a respirar lo más relajada que pudo para que su morena hiciera lo mismo.
Elsa: Eso sí lo sabías ¿Cierto? ¿Qué Bette Porter es tu mamá? – Preguntó confundida al ver el rostro pálido de Regina.
Emma: ¿Parece qué lo sabía? Rubia estúpida- Gruñó y abrazó a una desconectada Regina.
Chapter Text
Bette: Te prometo que hoy termino temprano el turno.
Cora: No me gusta quedarme sola- Hizo un puchero y Bette sonrió enamorada.
Bette: No estás sola, estás muy bien acompañada y por partida doble- Acarició el enorme vientre de su esposa.
Cora: Todavía no puedo creer que sean dos, amor- Suspiró mirando su vientre- Bette, no te vayas.
Bette: Tengo que hacerlo mi vida, pero sabes que con una llamada me vengo corriendo, así se esté quemando la misma estación- Besó suavemente sus labios.
Cora: Te va a parecer ridículo, pero desde hace semanas siento como si me estuvieran siguiendo, como si alguien me mirara.
Bette: Rompiste muchos corazones cuando tuve la dicha de que te casaras conmigo- Acarició su rostro- Cambia esa carita, mi hermosa, todo va a estar bien, confía en mí ¿Ok? – Su esposa asintió- Te amo- La besó amorosamente.
Apenas había cumplido medio turno, cuando un compañero le avisó a Bette que tenía una llamada.
En conexión…
Bette: ¿Amor?
Cora: Creo que rompí fuente- Sollozaba- Te dije que no me quería quedar sola.
Bette: Tranquila, respira conmigo por favor, los ejercicios que practicamos ¿Recuerdas?
Cora: ¿Por qué tenía que pasar hoy? – Comenzó a respirar al unísono con su esposa.
Bette: Mi vida, voy para allá, sigue respirando como hemos practicado, todo va a estar bien, confía en mí.
Cora: Siempre, no tardes.
Bette: Te amo.
Cora: También te amo.
Fin de la conexión.
Bette: Voy a ser mamá- Informó con una enorme sonrisa a sus compañeros que aplaudieron- Regina y Graham están por nacer- Tomó su maleta y salió de la estación con la felicidad desbordándose en su pecho.
🦢👑
Regina: Ven, necesito que me expliques quien eres- La tomó del brazo y la llevó a un lugar más privado.
Elsa: Aquí no, me da miedo.
Regina: ¿Miedo de qué? – Su ceño se frunció.
Elsa: Este incendio fue por mí, alguien me ha estado siguiendo, quieren deshacerse de mí para silenciarme porque saben que tengo toda la información que tu hermano me dejó.
Emma: Regina ¿Estás bien? – Se acercó preocupada y después vio a Elsa- ¿Tú?
Regina: ¿La conoces? – Se rascó la nuca y miró de una rubia a otra, se parecían bastante.
Emma: Es la mujer de la foto del celular de tu hermano- Regina miró con más detenimiento a la joven y a pesar de estar llena de polvo, la reconoció.
Elsa: Necesito irme de aquí a un lugar seguro.
Regina: Dice que alguien está intentando matarla y por eso incendiaron el periódico.
Emma: ¿Cómo te llamas? – La miraba con sospecha.
Elsa: Elsa Arendelle.
Emma: ¿Qué eras de Graham?
Elsa: Era mi compañero de trabajo- Se tragó un nudo en la garganta- Y mi novio.
Regina: Tú eras la chava que Graham me quería presentar- Elsa asintió- Entonces ¿Tú sabes quién lo mató? Por eso quieres vengar su muerte.
Elsa: Regina, aquí no- Miró a todos lados- Necesito irme de aquí, ya.
Regina: No, hay un chingo de cosas que necesito que me cuentes- Apretó la mandíbula.
Elsa: Si no me vas a ayudar, me tengo que ir a buscar ayuda- Quiso irse, pero Emma y Regina la tomaron del brazo.
Regina: Podemos ir a mi casa, vámonos.
Elsa: Espérate, mis papeles, sobre mi escritorio estaba toda la información, toda la investigación de Graham sobre la carnicera de Boston, necesito saber si algo de eso se salvó.
Tina: Que bueno que llega señor Cassidy, su padre está peor que nunca- Informó angustiada la enfermera.
Neal: ¿Qué pasó?
Tina: Lo mismo de siempre, inténtelo a ver si con usted quiere comer.
Neal: Gracias, nada de esto funcionaría sin tu ayuda- Le sonrió amablemente- Ve a descansar a tu casa, yo me quedo a cuidarlo- La mujer asintió y se fue- Hola papá- Se sentó al lado del anciano en silla de ruedas y comenzó a cortar el pollo que estaba en el plato- ¿Cómo te trata Tina? Tuvo que salir, pero yo te voy a dar de cenar- Levantó el tenedor en dirección a su padre que giró la cara- Vamos, papá.
Señor Cassidy: Mmm- Volvió a girar la cara.
Neal: A mí tampoco me gusta toda esta situación, pero si quieres seguir culpando a alguien, ese no voy a ser yo ¿Me oyes? – No hubo respuesta- Ándale come- Insistió y el anciano golpeó el tenedor haciéndolo caer- Está bien- Se puso de pie- Si no quieres comer, no comas, carajo- Tiró el plato en el fregadero- Me la paso trabajando día y noche para poder pagarle a una enfermera, no tengo un puto peso, carajo- Se llevó las manos a la cara- ¿Y sabes qué es lo peor? – Se acercó- Que el día que yo me achicharre en un incendio, tú te vas a quedar solo- Se fue a su habitación.
Regina abrió la puerta y dejó entrar a Emma y a Elsa primero.
Regina: Te puedes quedar aquí el tiempo que necesites- Eso no le gustó a Emma en absoluto.
Elsa: Gracias- Caminó observando.
Regina: Si quieres puedes dormir en la habitación de Graham- Señaló la puerta.
Elsa: Gracias- Repitió y revisó las ventanas.
Regina: Tranquila, nadie nos siguió.
Elsa: Yo no estaría tan segura, hace un par de meses que un coche con las luces apagadas…
Regina: ¿Se estaciona afuera de tu casa?
Elsa: Sí, frente a mi oficina también ¿Contigo pasa lo mismo?
Regina: Sí, desde hace más de tres meses, al principio pensé que me estaba imaginando cosas ¿Graham nunca te trajo aquí a la casa?
Elsa: No, quería platicar contigo, hablarte primero de nuestra relación, y al final fue lo mejor, porque como me estaban siguiendo, no quería exponerte
Emma: ¿Cuánto tiempo estuvieron juntos? – Preguntó cruzando los brazos, algo en Elsa la hacía sospechar.
Elsa: Casi cinco meses, nos conocíamos de más tiempo porque trabajábamos juntos en el periódico, pero los últimos dos meses se nos puso la cosa bastante jodida.
Regina: Tengo tantas preguntas que no sé por dónde empezar- Exhaló- Ok ¿Tú qué tanto sabes de la carnicera de Boston?
Elsa: Graham me contaba todos los avances de su investigación, supe cuando fue a Boston, después a McAllen a hablar con la abogada.
Regina: Espera, espera, espera ¿Graham fue a Boston? ¿A qué exactamente?
Elsa: Sí, quería información sobre el orfanato donde los dejó tu tía.
Regina: ¿Mi tía? ¿Cuál tía? – Preguntó desconcertada.
Elsa: Kit, la hermana de tu mamá ¿No sabías nada de esto? – La morena negó con la cabeza- Yo tenía todos esos papales, Graham me los dio antes de- Tragó saliva y Mills sintió que le dolía el pecho.
Emma: ¿Qué papeles? – Preguntó al ver a su morena retraída.
Elsa: Los registros del orfanato, las actas de nacimiento, pero todo eso se perdió en el maldito incendio- Se lamentó.
Regina: Tengo que ir a Boston.
Emma: Sí, claro, iré contigo- Mills iba a replicar- Ni gastes energía- Dijo con determinación y la morena resopló, pero asintió- Por ahora, dime como se llama el orfanato donde crecieron- Sacó su celular del bolsillo trasero de su pantalón.
Regina: Tres Marías- Swan asintió y comenzó a buscar información en internet.
Elsa: No sabía que eras bombera, Regina, tu hermano nunca lo mencionó.
Regina: Es que no lo era, solía ser estríper- Eso hizo que Emma levantara el rostro y no le gustó la sonrisa descarada en el rostro del Arendelle- Tomé el curso para ser bombera después de que Graham murió.
Elsa: Supongo que se lleva en la sangre ¿No?
Regina: ¿En la sangre? – Frunció el ceño sin entender y Elsa lo malinterpretó, pensando que lo que dijo disgustó a la morena.
Emma: No hay ninguna información en internet.
Regina: ¿A qué te refieres con eso? – Le preguntó a la periodista ignorando a su amante.
Elsa: Lo digo por tu mamá- Exhaló- Ella también era bombera, o es, supongo que todavía es.
Regina: ¿Cómo sabes eso? – Comenzó a sentir un pitido en los oídos.
Elsa: Graham estaba en contacto con ella, no se hace cuanto, pero se escribían, de hecho, viajó a conocerla en persona y al final se echó para atrás, no me dio explicaciones, era un tema que descolocaba mucho a tu hermano ¿Te sientes bien, Regina? – Preguntó al verla presionarse los oídos.
Regina: Necesito sentarme- Se dejó caer en el sillón más cercano.
Emma: Hey- Se sentó en el brazo del sillón con rostro preocupado- ¿Qué pasa cariño? ¿Estás bien? – Le acarició el rostro y sintió la respiración agitada de su morena.
Regina: Necesito agua- Se paró abruptamente y apenas dio algunos pasos, su equilibrio falló.
Emma: Con calma, Ginny- La alcanzó a sujetar y Elsa de inmediato la ayudó a sentarla en una silla de la cocina- Tranquila- Abrió la nevera y sacó una botella de agua- Respira cariño, respira- Le puso azúcar al agua- Toma esto, te va a hacer bien.
Elsa: Yo se lo doy- Le quitó el vaso y Swan la miró molesta- Es mi manera de agradecerle lo que hizo por mí hoy, tómatelo, Regina- Le sonrió a la agitada morena completamente ajena a los celos de Swan que dejó caer la cuchara con fuerza innecesaria.
Emma: A ver, hay algo que no estoy entendiendo, si tú eras novia de Graham ¿Por qué Regina no te vio en su sepelio? – Preguntó acusadoramente y se paró detrás de su morena masajeándole los hombros.
Elsa: Porque no fui.
Emma: ¿Cómo? ¿No qué eran muy unidos? – Preguntó con sarcasmo.
Elsa: Estaba en el hospital- Le respondió de mala gana y después miró a la morena- La noche en que tu hermano murió, nos habían secuestrado a los dos- Tragó saliva- A Graham lo mataron y yo pude escapar- Se cubrió el rostro con ambas manos.
Belle: ¿Qué haces? – Preguntó a la pelirroja que estaba sentada a oscuras en la cocina.
Ariel: Nada, estaba eligiendo unas fotos para agregar a mi book.
Belle: ¿Por qué no lo haces en tu habitación? – Abrió el refrigerador y sacó un tarro de leche.
Ariel: Porque me gusta la cocina ¿Acaso no puedo?
Belle: Solo era una pregunta- Se sirvió la leche y se fue a su habitación.
Poco después, el celular de la pelirroja vibró con una notificación, sonrió y fue a abrir la puerta.
Ariel: Entra sin hacer ruido, nadie puede saber que estás aquí- Advirtió en voz baja.
August: La que tendrá que evitar hacer ruido serás tú, cuando meta mi polla en tu coño- Le susurró y Ariel lo arrastró a su habitación.
Elsa: Fue todo demasiado rápido, estaba afuera del periódico esperando un taxi y de repente alguien me agarró por atrás- Explicaba mientras Regina escuchaba sin parpadear y Emma sin confiar en la mujer- Me aventaron en la parte trasera de un coche, ahí estaba Graham, supongo que a él lo golpearon más fuerte, porque estaba inconsciente.
Emma: ¿Cuántas personas eran?
Elsa: Dos.
Regina: ¿Les pudiste ver la cara? – Se levantó ansiosa- ¿Podrías reconocerlos?
Elsa: No, lo siento- Bajó la mirada y Emma murmuró un “que conveniente” para sí misma.
Emma: ¿A dónde se los llevaron? – Preguntó inquisitivamente y Elsa ya se estaba molestando con esa hostilidad.
Elsa: Al bosque, lejos de todo- Eso hizo que Regina frunciera el ceño y sacó su celular.
Regina: ¿Alguna vez has visto estas fotos? – Le mostró las imágenes borrosas- Estas fotos las tomó Graham la noche de su muerte, pero ahora que lo dices tiene todo el sentido, seguramente fue en bosque, por el tipo de vegetación.
Emma: Es verdad ¿Cómo no lo vimos? – Exhaló.
Elsa: Cuando nos despertamos en medio del bosque, Graham se bajó de la camioneta a buscar ayuda y tenía el celular en la mano- Se sentó y apoyo la cabeza en su mano.
Emma: Hey, tienes que tranquilizarte- Le susurró dulcemente a Mills al verla tan agitada.
Regina: Estoy bien- Aseguró con una sonrisa fingida que la rubia notó.
Elsa: Yo no me atreví, así que me dijo que regresaría por mí, a los pocos minutos escuché los disparos y supe que lo habían matado- Su voz que quebró y los ojos de Regina se llenaron de agua, Emma de inmediato tomó su mano y la apretó en señal de apoyo- Como pude me bajé y corrí, no supe ni a donde me fui.
Emma: ¿Y así escapaste de un asesino? – Resopla con incredulidad- ¿Corriendo por el bosque? – Destilaba sarcasmo.
Regina: Emma- Regañó.
Emma: ¿Qué? – Miró molesta a la morena por ser tan crédula y por ponerse de lado de la otra rubia.
Elsa: El objetivo era Graham, tal vez se olvidaron de mí ¿Qué sé yo? – Se giró a mirar a Mills- A mí me gusta creer que tu hermano sacrificó su vida para salvar la mía, así como tú me salvaste hoy, te arriesgaste al meterte al fuego, así que Gracias, Regina.
Emma: No pues ¿Qué sería de ti sin los hermanos Mills? – Se burló y Regina negó con la cabeza ante la actitud de su rubia, pero no iba a entrar en eso, necesitaba más información.
Regina: A ver, Elsa, a ti te agarraron en el periódico, pero ¿Sabes en dónde agarraron a mi hermano? – Se sentó frente a ella y Swan se cruzó de brazos enfurruñada.
Elsa: Lo único que supe de Graham es que iba a ir a la estación de bomberos, necesitaba información sobre…
Regina: Lo sabía, lo sabía, lo siguieron hasta la estación y de ahí se lo llevaron- Se pasó las manos por el pelo- Pero alguien tuvo que haber visto algo, alguien dentro de la estación tiene que ser el responsable de esto.
Emma: Apoyo eso- Se sentó a un lado de Regina como marcando territorio, no le gustaba la manera en que la otra rubia miraba a su morena.
Elsa: Si tienen tantas dudas sobre quien mató a Graham, lo primero que yo haría es entrevistar a Bette Porter.
Regina: Pero Bette ni siquiera estaba en la ciudad cuando eso pasó.
Elsa: Ajá ¿Y no te parece demasiada coincidencia que al poco tiempo de que regresó, entró justo a esa estación donde desapareció su hijo? – Mills abrió mucho los ojos- Demasiado raro ¿No creen? – Expresó sus pensamientos, ajena a la confusión de las otras mujeres- Yo sé que Graham viajó a McAllen y que habló con la abogada de Bette y hasta le dijo que Bette era inocente, pero Graham tenía sus dudas y lo entiendo, no debe ser fácil asimilar que eres hijo de una asesina.
Emma: Respira a mi ritmo, cariño- Se sentó junto a la morena que sintió que no llegaba el aire a sus pulmones- Hey, está bien- Puso su mano en el pecho de Mills y comenzó a respirar lo más relajada que pudo para que su morena hiciera lo mismo.
Elsa: Eso sí lo sabías ¿Cierto? ¿Qué Bette Porter es tu mamá? – Preguntó confundida al ver el rostro pálido de Regina- Por eso entraste justo a esa estación, para estar cerca de tu mamá ¿Verdad?
Emma: ¿Parece qué lo sabía? Rubia estúpida- Gruñó y abrazó a una desconectada Regina.
Regina: Necesito- No terminó la frase y avanzó hacia su habitación.
Emma: Hey- La tomó suavemente del brazo- No creo que…
Regina: Déjame sola- Se soltó y cuando entró a su habitación dio un portazo, necesitaba pensar y recapitular las interacciones que había tenido hasta ahora con su supuesta madre.
Bette estaba sentada en su cama mirando la foto en la que estaba con sus mellizos.
Flashback.
Bette: Mis amores, volteen con el tío James- Habló a sus bebés que se retorcían en su regazo- Vamos, nos va a tomar una foto- Se reía feliz y el bebé Graham miró tranquilo hacia donde le indicaba, pero Regina seguían molesta, retorciéndose y tratando de envolver sus pequeños brazos en el cuello de su madre.
James: Gina, voltea para acá- Por fin la bebé morena lo hizo y levantó su manita- Eso- Capturó la imagen.
Bette: ¿Qué tal salió? Bueno, estoy segura que mis dos hermosos angelitos salieron perfectos, porque lo son ¿No es así mis cachorritos? – Besó las cabecitas de ambos.
Cora: Nuestros hijos te tienen babeando desde que nacieron- Se acercó con una jarra de agua fresca y se sintió incómoda con la mirada que recibió de James.
Bette: ¿Cómo no hacerlo? Míralos, son hermosos como tú- Le sonrió tontamente a su esposa- Miren, el camión de bomberos como en el que se sube su mamá- Les acercó el camión de juguete y Regina de inmediato lo tomó- ¿Vas a ser una mujer bombero cómo yo? – Le preguntó con voz de bebé.
Cora: Dame a Gina- Tomó a la bebé del regazo de su esposa que de inmediato protestó- Sabes que se pone gruñona cuando no come a sus horas, es igual de ansiosa que tú- Besó sus labios.
Bette: Bien, pero apenas la amamantes me la traes, no puedo tener suficiente tiempo con ellos- Acarició al rostro sonriente de la pequeña Gina y Cora entró a amamantarla a su habitación.
James: Gina es tu consentida- No fue una pregunta.
Bette: Amo a mis hijos por igual, pero mi pequeña morena es, no sé- Se encogió de hombros.
James: ¿Te sientes más apegada a ella por qué como tú, es intersexual?
Bette: Tal vez, o tal vez es porque desde que nacieron veo a Cora más a apegada a Graham, no porque ame menos a Gina, pero es más tranquilo y no le saca canas verdes como lo hace nuestra pequeña morena- Se rio pensando en las veces que la pequeña Gina estuvo a punto de salirse de la cuna, que metió las manos a la comida o que se arrastró hacia la puerta de salida de la casa.
James: También adoro a mis dos sobrinos, pero es verdad que Regina es especial y tu mayor debilidad- Sonrió y miró a Bette que estaba haciéndole caras graciosas al pequeño Graham que se reía.
Fin del flashback
Los ojos de Bette ya estaban llenos de lágrimas.
Bette: Nunca te amé menos que a tu hermana, mi campeón- Aseguró a la fotografía, como si su hijo pudiera escucharla y así evitar que le reprochara su preferencia por su hermana- Mi pequeña morena- Tocó el rostro de la morena y repasó en su mente las interacciones que ha tenido con su hija- No soporto ver el desprecio en tus ojos, me duele tanto no poder abrazarte- Sollozó.
Emma se despertó al no sentir el cuerpo de su morena, y sin abrir los ojos estiró la mano para encontrar el espacio vacío, se sentó y se talló los ojos para ahuyentar el sueño.
Emma: Regina- La llamó aun somnolienta y al no tener respuesta, se puso una camiseta grande de Mills, tomó su celular y bajó- Cariño.
Elsa: No está- Habló preparándose un café y a Emma le molestó que se sintiera como en casa.
Emma: ¿Sabes a dónde se fue?
Elsa: No, cuando me desperté ya se había ido, su coche tampoco está afuera- Señaló hacia la perta y Swan gruñó.
Emma: ¿Y ahora? – Se preguntó más a sí misma y marcó el número de su morena que la remitió a buzón- ¿Dónde estás? – Murmuró.
Elsa: Supongo que estamos solas- Se recargó en la barra- ¿Por qué no aprovechas y me cuentas que pasa entre Regina y tú?
Emma: Te puedo contar que no me cae bien la gente entrometida y chismosa- Sonrió falsamente y se recargó en el marco de la puerta.
Elsa: No te confundas, soy muchas cosas, chismosa no es una de ella- Sonrió con arrogancia.
Emma: Ya que no lo eres, bueno, te diré una cosa, aunque supongo que es obvio- Se miró a sí misma- Traigo una camiseta de Regina encima solo de mis bragas y dormí en su cama, no creo que necesites ser muy inteligente para entender lo que pasa entre esa deliciosa morena y yo- Sonrió con suficiencia y regresó a la habitación.
Regina: No he podido dejar de pensar en ese día-Hablaba frente a la tumba de Graham- Yo sabía que algo raro te estaba pasando- Se le quebró la voz- ¿Por qué no confiaste en mí? Yo te pude haber ayudado- Gruesas lágrimas se deslizaron por sus mejillas- Tal vez yo hubiera terminado en esa tumba y no tú Graham, tú merecías más vivir, eras el centrado, el inteligente, el profesionista, yo estaba tan jodidamente orgullosa de ti- Se limpió la nariz- Pero ahora sé la verdad, ya sé quién es nuestra madre, Bette Porter, créeme que esta vez voy con todo, Graham- Se limpió el rostro de manera furiosa- Al menos ya sé por dónde empezar- Puso una mano sobre el nombre de su hermano- Voy a hacer que esa maldita mujer pague por todo el daño que ha causado, eso te lo juro- Siseó con determinación e ira desbordándose por sus ojos.
Kristin: A ver si con estos deliciosos chilaquiles se te quita esa carita de tristeza- Puso el plato en la mesa.
Anna: Gracias Kris, pero no tengo hambre- Siguió jugueteando con la cuchara dentro de su café.
Kristin: Pues te vas fabricando el hambre, cielito, con el estómago vacío, el futuro se ve más oscuro.
Anna: ¿Más oscuro de lo que lo veo ahora? – Sonrió con tristeza.
Kristin: Yo que tú les demostraba a los de la dichosa comisión de bellas artes que se equivocaron al rechazarte.
Anna: Me duele más el rechazo de Killian.
Kristin: Ese chico no te rechazó- Tomó la mano de la joven- Solamente no te dijo lo que tú esperabas escuchar, además estás muy joven para pensar en boda y esas cosas.
Anna: Muy joven para casarme, pero muy vieja para ser cantante- Resopló- No entiendo nada.
Kristin: Yo tampoco entiendo nada, pero por ahora, te vas a comer estos chilaquiles- Le acercó el plato- Y voy a servir otro plato que ya tiene nombre y apellido- Sonrió.
Anna: ¿Bette Porter, tal vez? – Alzó una ceja y la rubia se sonrojó ligeramente- ¿Ves que fastidio es estar enamorada cuando la otra persona no siente lo mismo?
Kristin: ¿Quién habló de estar enamorada? Yo lo único que tenía pensado era llevarle a Bette los chilaquiles a la estación.
Anna: ¿A poco me vas a negar que la jefa de los bomberos te trae loquita? – Se rio.
Kristin: Bueno, sí, pero yo de plano no tengo ninguna oportunidad con ella- Se desinfló su estado de ánimo- Lo mío por Bette es un amor puramente platónico- Sonrió con resignación.
Jefferson: Creo que nos merecemos una chela- Miró alrededor para ver cómo estaba quedando el local.
Killian: Estaría buenísima una bien fría- Se sentó en una mecedora y estiró las piernas cansadas.
Jefferson: Tus deseos son ordenes- Abrió la hielera portátil y le entregó una lata.
Killian: Tú si piensas en todo- Sonrió- Por cierto, se te ve bien ese sombreo- Señaló la cabeza del joven que llevaba un sombrero redondo tinto- Salud.
Jefferson: Gracias- Sonrió con las mejillas ligeramente rojas- Salud por el lugar más chingón de Maine, nuestro negocio- Ambos dieron un sorbo.
Killian: Habrá que bautizarlo.
Jefferson: Estoy de acuerdo, había pensado en varios nombres, pero creo que el que más me gusta es Killson- Jones frunció el ceño sin encontrarle sentido- Por la combinación de Killian y Jefferson.
Killian: Sin ofender, eso suena más a una enfermedad venérea- Ambos se rieron- Vas con el doctor y te dice, joven lo siento muchísimo, usted está contagiado de killson- Dijo con pose seria.
Jefferson: No sé si reírme o tomármelo personal, eh- Volvieron a reír.
Killian: El que tendría que tomárselo personal sería yo, por tu falta de creatividad- Dio un sorbo a su cerveza.
Jefferson: Ahora sí me ofendí- Hizo un puchero y a Jones le pareció adorable.
Killian: Un poco de broma- Ambos se miraros y sus ojos de desviaban a la boca del otro, hasta que su celular vibró en el bolsillo de su pantalón- Es Anna- Se alejó y Jefferson sonrió de manera forzada- Hola mi amor ¿Cómo estás? Estoy en el banco- Mintió sin saber por qué exactamente, no estaba haciendo nada malo- Sí, en la noche nos vemos, besos para ti también.
Walsh: ¿Ahora mandas a tus amantes a amenazarme? – Preguntó apenas su ex esposa abrió la puerta- Deberías abrir las ventanas porque apesta a sexo- Entró sin ser invitado.
Zelena: ¿Qué quieres?
Walsh: Primero que dejes de victimizarte y de andar haciendo escándalos, si no puedes ver a tu hija es porque un juez lo decidió así, no yo.
Zelena: Un juez al que le pagaste para que fallara en mi contra- Se cruzó de brazos.
Walsh: No era necesario pagarle para que se diera cuenta que eres el peor ejemplo que una niña puede tener- Sonrió cínicamente- No eres la primera mujer que engaña a su marido, y no a todas les quitan a sus hijos.
Zelena: Pero soy la primera que te engaña a ti- Sonrió burlonamente y la sonrisa de su ex esposo desapareció- Y eso, tu ego no puede soportarlo ¿Verdad? Por eso tienes que vengarte con lo que realmente me importa, que es mi hija.
Walsh: Pensé que lo que realmente te importaba era meter hombres en tu cama- Hizo una mueca de asco.
Zelena: Ya lárgate, cabrón- Gruñó.
Walsh: Dile a tu amante en turno que no vuelva a acercarse a mí- Caminó hacia la puerta- Y tú olvídate de Margot, ella ya se olvidó de ti, así como tu papá se olvidó de ti- Se rio y una vez que se fue, Zelena relajó la mandíbula y dejó que algunas lágrimas fluyeran.
Regina: Es aquí- Señaló el edificio en el que había vivido Gold.
Cerrajero: No te preocupes niña, estas cerraduras antiguas son mi especialidad, tu tío puede estar tranquilo- En eso la puerta se abrió y una mujer con algunos mechones blancos salió.
Regina: Vecina, buenos días- Saludó a la desconocida con una sonrisa y esta le sonrió algo desconcertada y siguió su camino- Tenemos suerte de que al menos no tengamos que forzar esta- Entraron y espero a que el hombre hiciera su trabajo.
Cerrajero: Listo- Dijo en cuanto abrió la puerta después de cambiar la cerradura- ¿Alguna otra cosa?
Regina: No, nada, muchas gracias, que tenga un buen día- Despidió cortésmente y cerró la puerta.
Observó el lugar, en las paredes blancas había algunos reconocimientos de Robert Gold por su labor periodística, así como algunos títulos de estudios.
Regina entró al que había sido el estudio de Gold, estuvo buscando desesperadamente hasta que encontró un sobre con el nombre de Bette Porter, lo abrió a toda prisa y lo que había adentro eran cartas dirigidas a Graham.
Jefferson: ¿Qué te parece? – Le mostraba las imágenes en su laptop.
Belle: Sí, las fotos que tomó Ruby están muy padres, pero lo que tú estás haciendo con el diseño de los calendarios es increíble.
Jefferson: Sí, están quedando bien- Su celular vibró en la mesita de noche y lo tomó- Me dio like- Sonrió emocionado.
Belle: ¿Quién?
Jefferson: Killian, Killian me dio like.
Belle: Ay no, Jeff- Exhaló ruidosamente.
Jefferson: Yo sabía que esa mirada tenía que significar algo más.
Belle: No, no, no, ya hablamos de esto y sigues igual de obsesionado.
Jefferson: ¿Yo qué? Fue él el que me dio like, yo no hice nada.
Belle: Bueno, yo le he dado like a cientos de fotos tuyas y tú nunca te has emocionado así, estoy ofendida- Fingió indignación.
Jefferson: No, no, no, mira, la foto a la que le dio like es de septiembre del año pasado.
Belle: ¿Y eso qué tiene? – Frunció el ceño.
Jefferson: Apenas ayer me empezó a seguir en Facebook y ya quiere saber todo de mí, estuvo revisando mi perfil- Le brillaban los ojos y su sonrisa era radiante.
Belle: Cariño, creo que es mejor que te detengas aquí, por tu propio bien ¿Ok? – Exhaló y su amigo asintió con desgana- Voy por algo de comer ¿Quieres algo?
Jefferson: No, gracias.
Neal: Necesito que el superintendente me reciba- Caminaba de un lado al otro- Yo sé que es un hombre muy ocupado, pero soy el segundo inspector de la estación de bomberos, estación que ha tenido bastantes irregularidades desde la muerte de Archie Hopper, falta de información, incertidumbre, mis bomberos están inquietos.
Asistente: Y por eso, para la comisión es de suma importancia el nombramiento del primer inspector, créame- Esto hizo que Cassidy se detuviera.
Neal: ¿Qué quiere decir? – Preguntó sin entender, se supone que Bette Porter fue nombrada en ese puesto.
Asistente: De hecho, el jueves tenemos una reunión, seguramente…
Neal: No, a ver, espere ¿Lo qué me está diciendo es que no han nombrado todavía a un primer inspector para la estación?
Asistente: No aún no.
Neal: Y entonces ¿Quién carajos es Bette Porter?
Continuará…
Chapter 9: INFORMACIÓN ES PODER
Chapter Text
Archie: Entonces ¿Cuál es el mayor? – Preguntó cuándo él y su esposa fueron a conocer a los mellizos al hospital.
Bette: Graham, por un minuto.
Glinda: ¿Mi Graham? – Las Porter Mills asintieron- Que honor ser los padrinos de Graham- Acarició la cabecita del niño.
La puerta de la habitación se abrió y entró James en su uniforme de policía con varias cajas de regalos, flores y globos.
Bette: Te trajiste toda la tienda- Se rio y ella y sus amigos ayudaron con los presentes.
James: No todos los días una amiga tan querida tiene mellizos- Se acercó y besó la cabeza de la mujer que había dado a luz- Felicidades Cora.
Cora: Gracias- Forzó una sonrisa- Te presento a Graham y Regina Porter Mills- Miró a sus recién nacidos en sus brazos y una sonrisa iluminó su rostro.
James: Graham y Regina- Exhaló- Presiento que un día le van a traer problemas al tío James- Todos se rieron.
Bette: O el tío James les va a traer problemas a mis cachorros- Bromeó.
James: ¿Qué tal una foto? – De inmediato todos se acomodaron.
🦢👑
Elsa: No, no, no, escúchame tú a mí- Decía mientras hablaba por teléfono- Nadie se puede enterar que he estado hablando contigo, repítelo- Exigió- Yo estoy en casa de Regina y no me pienso mover de aquí hasta que- Escuchó pasos- Ahora no puedo hablar, adiós- Colgó y se giró para ver a Emma a pocos metros- Emma, que rico se ve tu sándwich- Señaló su plato- Ahora que lo pienso, no he comido desde anoche ¿Será que a Gina le moleste qué también me haga un sándwich? – Avanzó a la cocina con los ojos sospechosos de Swan sobre su espalda.
Jefferson: Tal vez Anna tiene que aceptar la realidad, que su novio está sintiendo cosas por un hombre- Entró a la cocina donde Belle estaba desayunando.
Belle: El que tiene que aceptar la realidad eres tú y dejar de andar viendo intenciones en un pinche like de una foto, para eso tienes que conocer a otros chicos.
Jefferson: No quiero conocer a otros chicos- Se sirvió jugo.
Belle: No me contradigas, yo te voy a conseguir a alguien que te ayude a sacarte a Killian de la cabeza, necesitas gente que te ayude en el negocio ¿No?
Jefferson: Sí- Respondió dudoso.
Belle: Bueno, mañana, tú y yo vamos a hacer un casting para encontrarte al ayudante más irresistible de Maine- Aplaudió.
Regina: Estas son todas las cartas que Bette le escribió a Graham desde la cárcel- Explicó a la rubia- Son varias.
Emma: Se escribían desde hace tiempo- Leyó la que tenía en la mano.
Regina: ¿Tú sabes por qué las tenía Gold? – Le preguntó a Arendelle.
Elsa: Supongo que Graham se las habrá entregado para que las usara en la investigación- Teorizó.
Regina: Lo que no entiendo es, si Graham ya sabía desde hace tanto tiempo que una de nuestras madres era una asesina en serie ¿Por qué nunca me dijo nada? – Se dejó caer en el sofá, sintiendo que su hermano no confiaba en ella como pensaba y eso dolía.
Elsa: No, Regina, no te confundas, Graham tenía contacto con Bette mucho antes de saber eso- Aclaró.
Emma: ¡Ay, por favor! – Rodó los ojos.
Elsa: ¿Qué gano yo con mentirles? Yo misma vi la cara de Graham cuando se enteró que Bette estaba presa por ser la carnicera de Boston, lo terminó de corroborar cuando viajó a McAllen a hablar con su abogada.
Emma: ¿Qué quieres hacer? – Le preguntó a su morena y se sentó a su lado- Yo digo que hables con Bette- Acarició cariñosamente su muslo y Elsa siguió el movimiento- Yo tengo turno en dos horas ¿Por qué no vienes conmigo y le enseñamos todas estas cartas?
Regina: Sí, era lo que estaba pensando hacer, pero no sé si es lo más inteligente- Se masajeó las sienes.
Elsa: Gold siempre decía que tener información es tener poder- Las otras voltearon a verla- El hecho de que tú tengas información que Bette no, te da poder, Gina- A pesar de la seriedad con la que hablaba la otra rubia, Emma se molestó por su confianza de llamarla Gina.
Emma: ¿Nos puedes dejar a Regina y a mí hablar a solas? – Preguntó con irritación.
Regina: ¿A qué te refieres con eso, Elsa? – Swan apretó la mandíbula al sentirse ignorada por la morena, que prefería escuchar a la periodista.
Elsa: A que a veces en mi profesión, la mejor manera de sacarle información a un entrevistado es no hacer preguntas, déjalo hablar y ya.
Regina: Darle cuerda y que se terminé ahorcando solo- Comprendió y se puso de pie.
Elsa: ¡Exacto! – Le sonrió a la morena- Pero esa soy yo, ese es mi consejo, tú puedes hacer lo que quieras.
Emma: Gracias por el consejo- Se golpeó los muslos con las palmas de las manos y se puso de pie- ¿Ahora sí nos puedes dejar hablar a solas? – Sonrió falsamente.
Elsa: Sí, lo siento- Miró a la morena y se fue.
Regina: ¿Qué pasa? ¿Por qué esa actitud hostil? – Preguntó con el ceño fruncido y la rubia exhaló.
Emma: Entiendo que quieras saber todo acerca de la muerte de tu hermano, pero esta mujer te está mintiendo- Señaló hacia donde se había ido Elsa- Te está viendo la cara.
Regina: Emma, si esto es por celos, de verdad, estás fuera de lugar, no es el momento ¿Ok? – Se pasó las manos por el cabello y fue a la recámara de Graham a donde se había ido la periodista.
Emma: Morena idiota- Apretó los puños y decidió subir a la habitación.
Elsa: Lo que menos quiero es causarte problemas con tu novia- Escuchó decir a Elsa.
Regina: No, no estás causando ningún problema- Aseguró y Elsa se rio sarcásticamente, Emma que alcanzó a escuchar sonrió, al menos no negó que fuera su novia a pesar de que no habían formalizado las cosas.
Elsa: ¿Segura? ¿Viste la cara con la qué me mira? – Se cruzó de brazos.
Regina: Está siendo cautelosa porque se preocupa por mí y sabe que esto es muy importante- Sonrió al pensar en lo protectora y obstinada que es su rubia- Elsa, hasta el momento confío en ti ¿Ok? Tú eres la única que me puede ayudar a conocer mi pasado ¿Graham alguna vez te habló de Cora, la esposa de Bette? ¿Tú sabes si ella es mi mamá?
Elsa: Graham estaba tratando de investigar sobre ella, pero no tenía mucha información, salvo que fue una de las víctimas de la carnicera de Boston.
Regina: Por supuesto- Se rio sin humor- Por favor, Elsa, no me dejes sola con todo esto, te prometo que voy a hablar con Emma para que cambie su actitud contigo, pero eres mi última alternativa, si no, no te lo pediría.
Emma: No, pues así tu cuñadita nunca se va a ir de esta casa- Pasó con su mochila en el hombro y se dirigió a la salida.
Regina: Emma- La alcanzó antes de que llegara a la puerta- ¿Qué demonios te pasa con Elsa? – Preguntó exasperada.
Emma: ¿Qué demonios me pasa? Me pasa que te está mintiendo- Respondió en el mismo tono.
Regina: No inventes, Emma- Se pasó las manos por el cabello.
Emma: ¿De verdad le crees eso de que escapó de dos asesinos corriendo por el bosque? – Señaló a la otra rubia que estaba parada en el marco de la puerta de la habitación- ¿Cómo sabes qué no fue ella la que provocó el incendio en el periódico? ¿Cómo sabes qué no fue ella la que mandó matar a tu hermano?
Regina: Estás diciendo tonterías- Negó con la cabeza.
Emma: Esta mañana la escuché hablando con alguien por teléfono de una forma muy rara- La otra rubia regresó a la habitación, no quería intervenir.
Regina: ¿Ahora la estas espiando? – Exhaló y Swan tensó la mandíbula- ¿Quién eres?
Emma: Te estoy defendiendo, morena idiota- Se acercó y enterró su dedo índice en el pecho de Mills- Te esto cuidando las espaldas porque me importas y porque no quiero que termines igual que tu hermano- Se le quebró la voz- Te estás equivocando, Regina, solo espero que cuando te des cuenta no sea demasiado tarde- Salió y la morena no la detuvo, lo que les dolió a ambas.
Ruby: Entonces ¿No tienes novia? – Preguntó sentada en una manta en el parque cercano a la estación de bomberos.
Robin: Digamos que tengo una amistad con privilegios- Sonrió, se habían agradado en cuanto Regina los presentó.
Ruby: ¿Y quién de los dos no quiere nada serio? ¿Tú o ella? – Presionó el botón de la cámara capturando al hombre recargado en su codo.
Robin: Mi amiga es una mujer libre- Se encogió de hombros.
Ruby: Entonces es ella, se parece a mí- Capturó otra imagen.
Robin: ¿Qué les pasa a las mujeres que ya no quieren tener novio?
Ruby: Tal vez nos cansamos de los machitos que intentan decirnos como vivir la vida.
Robin: No todos somos iguales- Alzó una ceja y la fotógrafa se rio.
Ruby: Los hombres del mundo agradecen tu defensa corporativa, pero no, muchas gracias, yo no nací para estar atada a nadie, a mí lo que me motiva son todas las formas de explorar el placer, no me cierro a experiencias nuevas.
Robin: Ok- Se lamió los labios.
Ruby: ¿Qué nunca has hecho un trío? – El solo se rio- ¿Qué crees que pensaría tu amiga de todo esto? ¿Tú crees que se animaría?
Killian: ¿Es en serio? ¿Bombonberos? – Cuestionó al ver la fotografía de los bomberos proyectada en la pantalla de la estación.
Jefferson: Sí, es por mi mamá, que les dice así- Se encogió de hombros- Estoy abierto a sugerencias o lo que quieran cambiar.
Robin: Está de poca madre, mira nada más mi abdomen- Se jactó.
Emma: Me parece bien el nombre, solo ¿Podrías, no sé, evitar que Regina muestre tanta piel? – Su mirada estaba clavada en la morena en pantalón extra ajustado que marcaba su miembro, muslos y nalgas y un top que apenas le cubría los senos, dejando su abdomen tonificado y brazos musculosos en exhibición.
Jefferson: Tendría que pedirle a Ruby que le tome otras fotos, pero…
Emma: No, está bien- Gruñó, ni loca quería a esa mujer cerca de su morena, suficiente tenía con aguantar a la dulce Elsa, hizo una mueca.
Neal: Necesito hablar con ustedes, Jefferson ¿Nos puedes dar unos minutos, por favor? – El chico asintió y salió- Se trata de Bette Porter.
August: ¿Qué pasa con la comandante?
Neal: Es algo gravísimo, pero es mi deber decírselos- Swan se tensó, pensado que había descubierto lo mismo que ella y Regina- Hoy estuve en la superintendencia hablando de Porter y resulta que allí nadie la conoce, nadie sabe quién es.
Emma: ¿Cómo? Pero ellos mismos la nombraron- Su entrecejo se frunció.
Neal: Pues resulta que es una impostora, nos ha estado engañando a todos- En eso iba llagando Bette.
Robin: ¿Eso es cierto, comandante Porter? – Hubo silencio.
Neal: Responde ¿No crees que tus subalternos merecen saber de dónde carajos saliste? Ni siquiera deberías traer ese uniforme- La miró con desprecio.
Emma: ¿Por qué te hiciste pasar por primer inspector? – Preguntó mirando a la morena que solo se dio media vuelta y se fue- Con permiso- Salió también.
La rubia le marcó a Regina, pero no les contestó, así que le dejó un mensaje de voz, diciéndole que había pasado algo con Bette, que fuera a la estación o la llamara.
Regina por fin encontró su celular, pero no alcanzó a responder la llamada entrante, sonrió cuando vio la llamada perdida y un mensaje de voz de Emma, no quería que pelearan, así que se dispuso a abrir el mensaje, pero antes de presionar el botón, Elsa salió de la habitación que había sido de Graham.
Elsa: Regina, me gustaría pedirte un favor.
Regina: Si claro- Dejó el celular en la mesa- ¿Qué pasó?
Elsa: Aprovechando que no tienes turno en la estación ¿Me llevarías a mi casa por algo de ropa? Digo, si sigue en pie quedarme aquí en tu casa- Se mordió el labio inferior.
Regina: Sí, por supuesto, yo te llevo- Sonrió y la rubia se quedó embobada hasta que el celular de la morena vibró con el nombre de Emma.
Elsa: Si tienes planes con Emma, yo prefiero no interferir- Agachó la cabeza.
Regina: No interfieres en nada, además, Emma está de guardia, de todos modos, no te dejaría ir sola, no después de todo lo que ha pasado.
Elsa: Te pareces demasiado a tu hermano, hacen los mismos gestos y todo, es tan loco- Suspiró.
Regina: Bueno, éramos mellizos, no le veo lo loco.
Bette: Emma- Se asustó cuando la rubia entró.
Emma: Antes de dejar de llamarte jefa, quiero saber tu versión.
Bette: Ahora no- Su respiración era agitada.
Emma: La gente de la estación necesitamos una explicación y estoy segura de que tienes una.
Bette: Ahora no puedo- Quiso salir de la oficina y la rubia le bloqueó el paso- Emma- Dijo muy cerca de su rostro- Déjame pasar.
Emma: Si algún día necesitas algo de mí, ya sabes dónde encontrarme- Habló ambiguamente y se hizo a un lado.
Jefferson: Hey, Killian, te estaba buscando- Se acercó al bombero que estaba bajando unas cosas de un camión- Tremendo escándalo que se armó ¿Eh?
Killian: Si, caray, ojalá que no salga de aquí, porque sería un gran desprestigio para el cuartel.
Jefferson: Ya sé- Se recargó en el camión- ¿Te imaginas qué alguien grabe esa escena y de pronto la suba a Facebook y se llena de likes?
Killian: El peligro de las redes- Se encogió de hombros.
Jefferson: Ajá, aunque también las redes tienes sus cosas positivas ¿No crees? – Sonrió- Como encontrarte de pronto con el like de una persona que aprecias.
Killian: Ah ¿Lo dices por mi like? Me gusta ver las fotos de mis amigos- Emitió una sonrisa incómoda- Sobre todo las antiguas.
Jefferson: Aunque, para darle like a una foto antigua, hay que revisar las fotos una por una y para eso se necesita mucha paciencia- Se lamió los labios- O mucho interés.
Killian: Sí, eh, digo, yo soy una persona paciente y tenía mucho tiempo libre, de hecho, le di like a todas las fotos de las personas que sigo.
Jefferson: Ah- Se notó su decepción.
Killian: Tengo que seguir trabajando, nos vemos en el negocio- Le dio una palmadita en la espalda.
Zelena manejaba con lágrimas en los ojos, solo quería dejar de sentirse tan miserable, pero todo empeoró cuando en la radio comenzó una canción sensual y un recuerdo la golpeó.
Flashback
La pelirroja bailaba en el jardín con la bata abierta sobre su conjunto de ropa interior, sus caderas se movían sensualmente mientras sonreía sintiendo el ritmo.
Vio a su esposo acercarse en ropa de gimnasia y Zelena le hizo señas con el dedo índice para que se acercara, Walsh lo hizo a grandes zancadas, pero en lugar de unirse a ella en el baile, apagó la bocina.
Zelena: Oye, me gusta esa canción.
Walsh: Sí, como también te gusta que todos los vecinos te vean bailando encuerada ¿No? – Se cruzó de brazos.
Zelena: ¿Por qué te encanta exagerar las cosas? – Se amarró la bata.
Walsh: A ti lo que te gusta es provocarme ¿Verdad? Cada que puedes me pones en ridículo- La pelirroja lo miró sin entender- ¿Me vas a negar que anoche en la fiesta te la pasaste coqueteando con todos los hombres que se te ponían enfrente?
Zelena: Tú fuiste quien me pediste que fuera amable con tus clientes- Se defendió.
Walsh: Sí, te pedí que fueras amable, no que te comportaras como una puta- Escupió y la tomó del brazo con rudeza- ¿Qué pretendes, Zelena? Te doy todo lo que me pides ¿Y así me agradeces? – Ejerció más presión lastimándola- ¿Qué más quieres de mí, carajo? – Ladró y la pelirroja se soltó de su agarre.
Zelena: Tal vez me bastaría que no tuvieras que tomarte una pastillita cada que te metes en la cama- Soltó sin pensar guiada por el enojo, lo que le ganó una bofetada.
Fin del flashback
Se secó las lágrimas con el dorso de la mano cuando se dio cuenta que había llegado a su destino.
Entró al club y los colores neón iluminaban diferentes áreas, este era su lugar de escape a su dolor emocional.
Un hombre vestido en solo pantalón de cuero la miró como si estuviera sucia, lo que la hizo sentirse eufórica al instante, se acercó y se arrodilló frente a él.
Zelena: Soy una mala mujer y necesito un castigo- Como respuesta, el hombre tiró de su cabello hacia atrás y la arrastró a una de las habitaciones.
Bette: Hola- Saludó al ver a la rubia en la puerta de su habitación.
Kristin: Jeff me llamó, lo sé todo- Sonrió dulcemente- Mira, te traje unos taquitos de pollo en mole que tanto te gustan, para subirte el ánimo- Dejó el recipiente en la mesa.
Bette: Gracias, eres muy amable- Le sonrió- Se acabó, Kris- Exhaló- Tarde o temprano se iba a saber la verdad.
Kristin: No se ha acabado nada- Se acercó y puso sus manos en los brazos de la morena- No en balde llevo meses hablando con los de la comisión, tú te tienes que quedar, seguir peleando por descubrir la verdad, por recuperar a tu hija ¿O piensas rendirte?
Bette: Nunca- Se sentó en la cama y la rubia se sentó a su lado- Nunca me voy a rendir con Regina, lo demás ya no me importa- Suspiró y recargó la frente en sus manos.
Kristin: No estás sola- Le acarició la espalda- Te vas a quedar aquí, te van a nombrar la jefa de estación, vas a poder limpiar tu nombre y recuperar a tu hija, yo voy a estar aquí para verlo- La morena se giró y se miraron por un momento, poco a poco se inclinaron cortando la distancia entre sus labios, pero el sonido de la alarma de siniestro se escuchó antes de que lograran lo que tanto ansiaban.
Bette: ¡Emergencia! – Se levantó de golpe- Me tengo que ir, gracias señora hermosa- Besó la comisura de sus labios y salió corriendo.
Kristin: Perdóname Dion, pero ¿No podría esperar un poco más esa emergencia? – Se llevó los dedos a la comisura de la boca.
Regina y Elsa llegaron al edificio de la casa de la rubia, durante el camino había hablado un poco de sí mismas y de temas ligeros y divertidos que las hicieron sonreír y reír, querían olvidarse por un momento de lo que estaba pasando.
Elsa: ¿Me acompañas o me esperas aquí? – Preguntó tímidamente.
Regina: No te voy a dejar sola- Respondió con firmeza y la rubia sonrió.
Elsa estaba metiendo la lleve en la cerradura de la entrada cuando dos hombres en motocicleta se detuvieron, de inmediato sintieron miedo y Regina le pidió a la rubia que abriera, pero estaba muy nerviosa y no logró hacerlo a tiempo.
Uno de los motociclistas atrapó a Elsa y el otro se fue sobre Regina inmovilizándola contra la pared, la rubia le dio un codazo, pero el hombre la estrelló contra el capó del auto de Mills.
Elsa: Suéltame- Gruñó y Regina de inmediato fue a ayudarla después de darle un puñetazo y una patada al que la tenía atrapada.
Regina: Suéltala- Exigió y el hombre se giró y le dio un puñetazo en el estómago.
La morena comenzó una pelea cuerpo a cuerpo con él y la rubia abrió la puerta del Audi.
Elsa: Regina, Regina, vámonos ya- Pidió con desesperación al ver a la morena dándole puñetazos al hombre que ya estaba debajo de ella, pero el otro se estaba levantando- ¡Regina, detrás de ti! – Advirtió y la morena se levantó y lo derribó de un puñetazo en la mandíbula para después correr al auto.
Regina: ¿Qué chingado fue eso? – Preguntó con la respiración acelerada mientras manejaba a gran velocidad.
Elsa: No sé, no sé- Miró hacia atrás- Nos están siguiendo.
Regina: ¡Puta madre! – Pisó el acelerador.
Elsa: ¡Regina! ¡Regina! ¡Regina! – Alzó la voz.
Regina: ¿Qué?
Elsa: Se fueron para otro lado- Dejó caer la cabeza en el respaldo del asiento.
Regina: ¿Qué demonios querían? – Miró por el retrovisor y los espejos laterales.
Elsa: Vamos a la policía.
Regina: No, no, ni madres, no confío en la policía ¿Estás bien? ¿Te lastimaron?
Elsa: No, pero Regina, yo me rehúso a vivir así- Se le quebró la voz.
Regina: Tranquila, ya pasó- Tomó su mano para tranquilizarla y la rubia disfrutó del contacto más de lo que debería.
Los bomberos llegaron al lugar del siniestro y una mujer gritaba histéricamente para que ayudaran a su mamá.
Neal: Necesitemos que esté tranquila.
Bette: Quiero que todos se alejen de las zonas inestables y de los elementos que puedan caer nuevamente, Robin y Killian, vayan a ver la estructura que quedó y los elementos que representen peligro- De inmediato obedecieron- Emma, Thomas, vayan con la señora y hagan un recuento de todas las personas que estaban en la casa en el momento del derrumbe, August, quiero que inspecciones la tubería de gas y la instalación eléctrica- También obedecieron.
Neal: ¿Qué crees qué estás haciendo?
Bette: Cumpliendo con mi deber de salvar vidas.
Neal: Yo ya pedí que empiecen con la remoción de escombros, creo que con eso…
Bette: No, no, no ¡Eso es muy peligroso! La estructura está muy débil, cualquier movimiento en falso puede causar un nuevo derrumbe.
Neal: Es la única alternativa que tenemos, carajo.
Bette: ¡No! No es la única, Cassidy, ustedes- Señaló a un par de elementos- Consíganme un periódico ahora mismo.
Neal: ¿Qué pretendes?
Bette: Cuando hay corrientes internas bajo la tierra, se produce una sección involuntaria en la superficie, por eso, si yo provoco una capa de humo y veo que por una grieta ese humo empieza a ser succionado, es porque ahí debe de haber una cámara de aire bajo la tierra, es muy probable que en esa cámara de aire esté atrapada una persona que hay que rescatar- Apenas tuvo el periódico, realizó el procedimiento- Aquí muchachos, hay que empezar a remover escombros aquí- Señaló.
Una vez que regresaron a la estación, Bette reunió a todos los bomberos en el patio de maniobras.
Bette: Sé que provoqué una situación irregular que comprometió a nuestra estación, por lo tanto, solamente tengo dos palabras que decirles- Exhaló- Perdón y adiós- Se giró para irse.
Killian: ¿Por qué lo hizo? – Eso hizo que la morena volviera frente a ellos.
Bette: Porque soy bombera y porque aquí está mi familia- Sonrió con nostalgia y Emma estaba segura que si Regina estuviera ahí, Porter la estaría mirando- Lamento profundamente los problemas que ocasioné, fue un verdadero honor trabajar con ustedes- Se alejó.
Neal: Bueno, ya, todos a sus puestos, rápido- Todos obedecieron, pero Emma se escabulló y siguió a Bette.
Emma: No me quedé conforme con lo que dijiste allá afuera ¿A qué te refieres con qué tienes familia aquí?
Bette: No voy a hablar más, lo hice por mi familia, por lo que mi corazón me dicta, soy bombera y hay bomberos jóvenes en los que veo a mis hijos- Sus ojos se pusieron llorosos.
Emma: Inspectora- La abrazó y se quedaron así por unos segundos- Bette, tú- Quería preguntarle si realmente era la madre de Regina, pero no se atrevió- Te ganaste el cariño y respeto de todos aquí, más después de lo que hiciste en ese derrumbe, nunca habíamos visto algo así.
Bette: Lo único que lamento es que Regina no tuviera turno para poder despedirme de ella- Su voz se quebró.
Emma: ¿Por qué Regina? ¿Por qué especialmente ella? – Se animó.
Jefferson: Casi me matas de un infarto- Se llevó una mano al pecho y dejó caer la brocha con la que estaba pintando de rosa una pared en el local.
Anna: Perdón, toqué la puerta, pero…
Jefferson: No, es mi culpa, tenía el volumen fuerte- Se quitó las auriculares- ¿A poco no está quedando padrísimo?
Anna: Sí, aunque la verdad no entiendo muy bien de que se trata este negocio- Sonrió- ¿Es algo así como un club de tejido?
Jefferson: Sí y no- La joven frunció el ceño- Aquí voy a vender mis tejidos, pero también voy a vender las lanas y madejas de comerciantes artesanales de cada rincón del país, y vamos a tener workshops para quienes quieran aprender, y un cafecito para poder chismear a gusto- Ambos se ríen.
Anna: ¿Y Killian también va a tejer? – Preguntó divertida.
Jefferson: No, él va a estar a cargo de la contabilidad, pero si quiere aprender a tejer ¿Por qué no? – Alzó una ceja- Mira, hablando del rey de Roma, me está llamando- Anna lo miró con seriedad- Como dice el refrán, business are business- Levantó el celular.
Anna: Ese no es un refrán- Rodó los ojos.
Jefferson: Pero podría serlo, tal vez deberíamos mirar las cosas desde otra perspectiva ¿No crees?
Neal: ¿Qué tanto te traes con Bette Porter? – Abordó a la rubia cuando iba de salida del cuartel.
Emma: Nada, tengo humanidad, a mí sí me importan los sentimientos de las personas.
Neal: Agh- Se burló- Se rio de nosotros, Emma, hasta delincuente es.
Emma: Para mí es inocente hasta que se demuestre lo contrario- Avanzó a la salida.
Neal: Cuando yo sea jefe de este cuartel, muchas cosas van a cambiar ¿Me oyes? – La rubia solo lo miró con aburrimiento y siguió su camino.
August se detuvo en la puerta de la habitación de hospital en la que se encontraba Jekyll, se paralizó al recordar a su madre preguntándole que demonios hacía allí cuando quiso ver a su hermanito.
Esposa de Jekyll: Dicen los doctores que está reaccionando- Sacó al bombero de su traumático recuerdo- Acércate y háblale, le va a hacer bien.
August: Hola, ya tienes mejor color, compañero- Sonrió- Todos en el cuartel preguntan como estás, te han querido venir a visitar, pero ha habido bastantes emergencias- Jekyll se movió ligeramente- ¿Me escuchas?
Esposa de Jekyll: Amor, soy yo, todo está bien- El hombre abrió los ojos y miró a su esposa con una sonrisa- Tuviste un accidente, pero todo está bien, nos tenías tan preocupados- Acarició su rostro- Mira quien está aquí, August.
August: Que susto nos metiste- Sonrió y el rostro del otro bombero se giró hacia él.
Jekyll: Sal- Apenas le salió voz y Booth se tensó- Fuera de aquí, me dejaste botado, cabrón- Reprochó con los dientes apretados- Pensé que iba a morir, fuera, fuera- Comenzó a tener dificultad para respirar y August sintió que sus ojos se humedecían.
Esposa de Jekyll: Enfermera, enfermera.
August seguía paralizado y su mente regresó al día que su madre lo echó de la habitación de su agonizante hermano menor, gritándole que se fuera y que era su culpa, que había matado a su hermano, que debió ser él en su lugar.
Doctor: Es mejor que salga de aquí- Le pidió y August se retiró conmocionado.
Kristin: A ver, enséñenmela- Pidió emocionada a su hijo y a Belle que veían una revista- Es que Ariel parece una estrella de cine- Sonrió al verla en la portada.
Belle: Hay que reconocer que tiene talento.
Jefferson: ¿Talento? Nuestra amiga está tocada por los dioses.
Kristin: Está hermosísima mi pelirroja ¿Ya vieron la mirada? Es como si fuera un gato- Hablaba orgullosa.
Jefferson: Esto hay que celebrarlo ¿No?
Kristin: Por supuesto, vamos a darle una sorpresa a Ariel, Belle, tú vas a hacer la botana, Jeff lava las copas, pero las nuevas.
Ariel: Pero me voy a mejorar pronto ¿Verdad? – Preguntó después de leer los resultados que le dio la doctora Callie Torres.
Doctora Torres: Depende de como vayas reaccionando al tratamiento.
Ariel: ¿Y cual es el tratamiento? Es que soy modelo y no puedo perder el cabello- Se rio suavemente sin nada de humor.
Doctora Torres: Entonces, tal vez tengas que dejar de trabajar por un tiempo- Habló con suavidad.
Ariel: Ni loca- Negó con la cabeza- Estoy en mi mejor momento.
Doctora Torres: Entiendo, pero tu salud no está en su mejor momento, deberíamos reunirnos con tu familia lo antes posible para discutir los cuidados que vas a necesitar- Habló lo más empática que pudo.
Ariel: Mi única familia es mi mamá y ella está muy ocupada con sus novios como para acordarse de que existo ¿Algo más?
Doctora torres: Tenemos que comenzar la quimioterapia lo antes posible.
Ariel: No me escuchó bien ¿verdad? Estoy en medio de una campaña publicitaria, voy a buscar una segunda opinión- Se puso de pie.
Doctora Torres: Estás en tu derecho, pero te van a decir lo mismo que yo, Ariel, con un cáncer como este, estamos en contra del reloj, mira, estás en negación, lo entiendo, y me gustaría que tuvieras más tiempo para procesar todo esto, pero no lo tenemos.
La pelirroja sintió un pitido en los oídos, así que solo asintió a lo que dijo la doctora, incluida una cita a la brevedad, cuando salió del consultorio, rompió los papeles y los dejó caer al suelo del pasillo.
Bette: Cassidy, ganaste- Entró al comedor donde había otros bomberos- Seguramente serás el próximo primer inspector.
Neal: Es un asunto de justicia, nada más- Se encogió de hombros y se llevó el tenedor con comida a la boca.
Bette: Espero que puedas solucionar la situación económica del cuartel y que la venta de los calendarios te sirva de algo.
Neal: No te vamos a extrañar, Porter- Se rio y la morena vio los rostros caídos de los demás bomberos.
Bette: Yo a ustedes sí los voy a extrañar- Les sonrió.
Superintendente: Porter- Apareció con otros dos hombres- Tenemos que hablar de tu engaño y de las consecuencias que debes enfrentar.
Continuará…
Chapter 10: Desconfía y acertarás
Chapter Text
Graham: Ojalá, pero yo creo que tres semanas por lo menos- Decía detrás de su escritorio.
Gold: ¿Tres semanas? No, yo necesito que sea una, cuando mucho.
Graham: Imposible, mira todo el trabajo que tenemos y…
Gold: No me estás entendiendo, es urgente.
Elsa: ¿Robert Gold? – Se acercó con una sonrisa.
Gold: ¿Sí?
Elsa: Elsa Arendelle, periodista- Extendió la mano.
Gold: ¿Y qué se te ofrece? – Ignoró la mano y Graham sintió pena por la chica.
Elsa: Eh, terminé mi beca y me contrataron la semana pasada, sería un honor trabajar con usted.
Gold: En esta sección estamos completos, no hay vacantes, pero agradezco tu interés.
Elsa: Entiendo, pero es que de verdad usted ha sido un gran referente para mí, me mandaron a deportes y no me gusta, en fin, en la universidad hice un par de proyectos que me encantaría que leyera- Le tendió unas carpetas.
Gold: ¿Sabes qué, Graham? Encárgate tú de esta niña- Tomó las carpetas y se las pasó a su subordinado- Yo no tengo tiempo- Salió refunfuñando.
Graham: Graham Mills- Se puso de pie- Mucho gusto, Elsa- Sonrió y le tendió la mano que la rubia estrechó regresándole la sonrisa.
Gold: A ti te escogí porque eres talentoso- Decía mientras jugaban billar en un bar- Eres chingón, pero de ahí a que acepté en el equipo a cualquier novata, no, mira, la verdad, este es un trabajo para hombres- El joven frunció el ceño en desacuerdo, pero no dijo nada.
Graham: Arendelle es buena, jefe.
Gold: Sí, se ve que te gusta, si quieres tirártela, pues tíratela, eso es cosa tuya, no en horas de oficina y, sobre todo, no mezcles las cosas.
Graham: Sí está guapa, pero no se trata de eso, me mostró sus trabajos, adivina cuál es su tema favorito- Le pegó a la bola- La carnicera de Boston.
Gold: Que bueno que te veo- Se acercó a la periodista que estaba sacando unas copias- Quería preguntarte porque tienes esa obsesión por investigar a la carnicera de Boston.
Elsa: Porque me parece una historia apasionante que tiene todos los elementos, psicopatía, pulsión sexual, corrupción policial, la frontera- Enumeró con los dedos- Parece una serie de Netflix.
Gold: Solo que no es una serie.
Elsa: Lo sé ¿Leyó mis artículos?
Gold: Aún no.
Elsa: Para mí sería de verdad un orgullo trabajar con ustedes.
Gold: Está bien, te voy a dar una oportunidad, pero al primer error, te regreso a deportes- La rubia asintió repetidamente con la cabeza- No, más bien, te regresas a tu casa a tejer chambritas- Sonrió y Arendelle también.
Gold: Te mandé a hablar con unos policías retirados y lo que te dije que no hicieras, es lo primero que haces, publicarlo- Manoteó enojado.
Elsa: Estaba intentando dar lo mejor de mí.
Gold: Ay, por favor, diste lo peor ¿Cómo se te ocurre? Estos tipos tienen metidas las manos en el lodo hasta el fondo ¿Y tú qué haces? Le das notoriedad, pero ya sé lo que pasa, te mandó la policía de Boston como un tonto útil para que te metieras como infiltrada en el periódico.
Elsa: Le voy a demostrar que ha estado usted muy equivocado y se va a tener que tragar una por una sus palabras- Gruñó y salió enojada.
Gold: Hey, no me dejes hablando solo- Exigió en vano.
🦢👑
Superintendente: El comité de disciplina es severo, y considerando además tus antecedentes penales, te expones incluso a la expulsión del heroico cuerpo de bomberos.
Bette: Fue una decisión desesperada, pero no le hice daño a nadie, nadie puede hablar mal de mi gestión- Miró por encima del hombro a Cassidy.
Superintendente: Me vas a tener que explicar que pasó por tu cabeza para hacer semejante estupidez- Estaba siendo blando por el cariño que le tenía a la morena- Tú y Cassidy acompáñenme- Ambos lo siguieron a la oficina y Jefferson que alcanzó a escuchar, fue a decírselo a su mamá.
Bette: Cometí un error, pero quiero enmendarlo, me voy a someter a la decisión que tome el comité disciplinario y…
Kristin: Disculpen- Entró con el aliento entrecortado.
Superintendente: Kristin, que gusto verte- Le sonrió y Bette carraspeó incómoda.
Kristin: Perdón por interrumpir, superintendente…
Superintendente: Lamento decirte que en este momento estamos en una reunión privada.
Kristin: Sí- Se sentó y sacó un álbum de su bolsa- Aquí está la vida entera de Stefan King, héroe de esta estación que lleva su nombre- Se lo entregó al hombre- Un hombre ejemplar, como de los que ya no existen ¿Quién está a su lado en muchas de las fotos?
Superintendente: Pues- Miró a la morena.
Kristin: Exacto, Bette, Bette Porter ya era parte de la familia bomberil, si mi marido que casi era un santo, la eligió como primer ayudante, por algo fue, yo le pido por favor a la comisión que lo considere, es lo que mi difunto esposo hubiera hecho en vida, yo como su viuda, se lo pido, superintendente.
Superintendente: ¿Me dan un minuto con Porter, por favor? – Todos asintieron y Bauer presionó alentadoramente el hombro de Bette antes de salir.
Bette: Te habrás dado cuenta que este lugar no está en las mejores condiciones, necesita un liderazgo de verdad para que no se vaya a pique- Se acercó al escritorio y tomó una carpeta- Este es mi plan financiero para sacar al cuartel de la bancarrota, estoy recortando gastos como no se hacía hace dos décadas, también estamos innovando, no sé si te enteraste del calendario de algunos de los bomberos, fue idea de una mujer bombero, supongo que hay que estar a tono con las nuevas generaciones.
Superintendente: Necesito unos días para ver qué decisión tomo- Le regresó la carpeta- Mándame por mail una copia de esos documentos- Porter asintió- Solo te voy a pedir una cosa, no te quedes viviendo aquí en el cuartel mientras no anuncie mi decisión final ¿Estamos?
Bette: Sí- Ambos salieron a donde estaban los demás.
Superintendente: Mientras se decide la situación de Porter en las instancias pertinentes, queda suspendida de su cargo, el segundo inspector, Cassidy, asume la dirección de la estación ¿Entendido?
Neal: Sí, señor- Sonrió.
Jefferson: Ma, la fiesta.
Kristin: ¿Qué fiesta? – Preguntó distraídamente sin quitar los ojos de Bette.
Jefferson: La de Ariel- Rodó los ojos ante lo obvia que era su mamá.
Kristin: Cierto, vámonos.
Kristoff: Aquí están los papeles del coche, está todo en orden.
Elsa: Perfecto- Los tomó y miró hacia todos lados, después de todo estaban a la vuelta de la casa de Regina.
Kristoff: La tarjeta de circulación, las llaves- Le entregó.
Elsa: Gracias.
Kristoff: Una cosita, ni se te ocurra hablar de esto ¿Entendido?
Elsa: Por supuesto que no- Se rio sin humor.
Kristoff se fue caminando y la rubia se subió al auto sedan azul que le había llevado, ninguno se dio cuenta de que Emma Swan había visto la interacción.
Kristin: Les quedó todo precioso- Halagó a Anna y Belle al ver la decoración.
Anna: ¿Todo bien en el cuartel? ¿Está en peligro el trabajo de Killian? – Antes de que respondiera, se escucharon pasos y la rubia les pidió silencio.
Todos: ¡Sorpresa! - Gritaron cuando Ariel atravesó la puerta.
Jefferson: ¡Felicidades! A la modelo más hot del momento- La abrazó y besó su mejilla.
Anna: ¡Vimos tu foto en la revista!
Belle: Esta fiesta es para ti- Le sonrió dulcemente.
Kristin: Felicidades, mi amor- Besó su frente y la pelirroja forzó una sonrisa y se fue a su habitación.
Belle: Otra vez con sus ínfulas, seguro nos ve como nacos- Sonrió con tristeza y Bauer siguió a la pelirroja.
Kristin: Ariel- Golpeó la puerta- Oye, cariño, no seas malagradecida, solo queríamos festejar tu logro- Como respuesta escuchó sollozos y volvió a golpear- Ariel ¿Qué te pasa? – Decidió darle espacio y regresó con los demás.
Regina: Elsa- Llamó apenas entró a su casa y no obtuvo respuesta- Elsa ¿Estás acá? – Avanzó a la habitación y estaba vacía, exhaló y se fue al comedor donde encontró un cuaderno abierto y el celular de Arendelle que comenzó a sonar con un número desconocido y lo tomó.
Elsa: ¿Quieres contestar tú? – Apareció detrás de la morena.
Regina: No, no, perdón, es que, estaba sonando y, en fin, toma- Se lo extendió.
Elsa: No te escuché llegar ¿Fuiste a la delegación a denunciar el intento de secuestro?
Regina: Sí, y me fue de la chingada- Resopló- Obviamente no me creyeron nada porque ellos siguen pensando que soy la principal sospechosa en la muerte de Graham.
Elsa: ¿Y entonces?
Regina: No sé, pero por lo pronto, esta noche tengo un compromiso ¿Quieres venir? Igual nos ayuda a distraernos un poco.
Barman: ¿Estás seguro? – Le preguntó a un August bastante ebrio sentando en la barra- Ya perdí la cuenta de cuantos llevas.
August: Pues anótalo, así no se te olvida- El empleado le sirvió otro Whisky.
Flashback
Hermanito de August: Me quiero meter al agua- Dijo el pequeño de tres años mirando la tina en el jardín.
August: No, no, vamos a jugar a las escondidas, yo me voy a esconder- De inmediato corrió a esconderse.
Ese fue el día que la vida del futuro bombero quedaría marcada para siempre.
Fin del flashback
En cuanto salió del doloroso recuerdo, tomó el celular y llamó a la persona menos probable, le dijo que necesitaba hablar con alguien, al obtener una respuesta positiva, salió del bar y se sentó en la banqueta.
August: Patético ¿No? – Se rio con autodesprecio al ver llegar a quien esperaba.
Belle: No, más patético te verías intentando llegar a la fiesta de Jeff y Killian con esta borrachera- Lo ayudó a levantarse.
August: La pinche fiesta ¿Tú me vas a llevar?
Belle: ¿Qué? ¿Una mujer no puede rescatar a un hombre? – Bromeó y August negó- Bueno, métetelo en la cabeza, aunque nadie te haya avisado, el mundo cambió, que bueno que me llamaste, vamos- Pasó una mano por la espalda del bombero y este pasó uno de las suyas por sus hombros.
Neal: Tina- Llegó corriendo al hospital después de una llamada de la mujer que cuidaba a su papá.
Tina: Neal, no sé cómo pudo haber pasado, solo me fui por unos segundos.
Neal: Tranquila, no es el momento para discutir eso, no pasa nada- Presionó suavemente su hombro- Doctor ¿Cómo está mi papá?
Doctor: Le comentaba a la señora que está estable, lo vamos a dejar en observación, pero su lesión medular requiere una intervención quirúrgica lo antes posible.
La inauguración del negocio de tejidos de Jefferson y Killian había comenzado, todo estaba perfectamente decorado y había bebidas y botanas.
Jefferson estaba recibiendo a los invitados, llevaba una camisa blanca, saco y corbata gris, pero en lugar de pantalón, llevaba una falda plisada negra hasta la mitad de la pantorrilla.
Killian lo miraba con una sonrisa discreta recargado en el barandal de la segunda planta, llevaba un pantalón negro y una camisa del mismo color, cuando el más joven levantó su mirada, el bombero le hizo una seña para que subiera y entró a una de las habitaciones.
Jefferson: Hey- Sonrió tímidamente- ¿Qué pasa?
Killian: Nada, quería- Se aclaró la garganta y dio un sorbo a su copa- Quería estar a solas contigo para agradecerte y pare felicitarte.
Jefferson: Felicitaciones a ambos- Se acercó al bombero y este tragó saliva.
Killian: Bueno, tú eres el creador de todo esto- Dijo mirándolo a los ojos.
Jefferson: Pero nada de esto hubiera sido posible si tú no hubieras aterrizado todas mis ideas- Se acercó un poco más y Jones miró brevemente sus labios- Gracias por eso- Estaban cortando la distancia.
Anna: Mi amor- Se escuchó su voz en el pasillo y el bombero se alejó del diseñador- ¿Qué hacen aquí?
Killian: Nada, revisando el inventario- Forzó una sonrisa y Jefferson juntó las cejas ante la mentira.
Anna: Ay, Kill, que flojera, ven que mis papás te quieren felicitar- Lo tomó de la mano y lo arrastró con ella.
Jefferson se quedó un par de minutos con el corazón acelerado y una sonrisa de esperanza, al bajar las escaleras, se encontró con Ariel.
Jefferson: Hey ¿Y esa carita? Ha de tener un motivo ¿No? – La abrazó.
Ariel: Estoy cansada- Exhaló.
Jefferson: ¿Te vas a ir? – La pelirroja asintió- No ¿En serio? Tienes que quedarte a ver el desfile que tenemos preparado, te va a encantar.
Ariel: Perdón, cariño, perdón, no me quisiera ir, pero es que- Se lamió los labios- Es que no puedo.
Jefferson: ¿Me vas a decir qué te pasa? – Preguntó con preocupación y la pelirroja miró a todos lados y se detuvo en Kristin que se veía contenta- ¿Qué te pasa, amiga?
Ariel: Dile a tu mamá que me perdone ¿Sí? Es que no es un buen día, luego te cuento ¿Ok?
Jefferson: Ok, te quiero.
Ariel: Y yo a ti, éxito- Se despidieron con un abrazo.
La pelirroja estaba a punto de llegar a la puerta, cuando se encontró a Emma.
Emma: Hola, te ves hermosa- La tomó de las manos- Oye, perdóname que no te pude acompañar a recoger los resultados de los estudios, es que no me dieron el turno.
Ariel: No pasa nada.
Emma: Bueno ¿Y ya te los entregaron? – Preguntó con interés.
Ariel: Todo en orden, nada de qué preocuparse- Mintió.
Emma: ¡Que bueno! ¡Te lo dije!
Ariel: Gracias, me tengo que ir ¿Ok? – Soltó sus manos- Luego te veo- Salió a toda prisa y la rubia frunció el ceño.
Kristin: Mi amor- Abrazó y besó el rostro sonriente de su hijo- ¡No lo puedo creer! Apenas hace unos años eras un niño que se la pasaba todas las tardes tejiendo mientras tus compañeros jugaban al fútbol- Sonrió con nostalgia- Y mírate ahora, con tu propio negocio- Habló llena de orgullo.
Jefferson: Gracias ma, eres un gran ejemplo- Besó su mano- Aunque el negocio es mío y de mi socio- Miró anhelante a donde estaba Killian con Anna y sus suegros- El mejor socio que podría tener.
Kristin: Mi amor, sé que hay cosas que no podemos evitar, como por quien late nuestro corazón, pero por favor, ten cuidado ¿De acuerdo? – El joven asintió.
Belle: August, si tomas una gota de alcohol, te juro que…
August: ¿Cómo crees que voy a tomar alcohol? No quiero ver alcohol en años- Respondió mientras se acercaban a la entrada de la fiesta.
Belle: Creo que- Miraron a Ariel que estaba afuera recargada en la pared con cara triste.
August: Te debo una, Belle- Le presionó suavemente el hombro- Te veo al rato.
Belle: Pero íbamos a…
August: Hola- Se acercó a la pelirroja y Belle entró al local.
Ariel: Ya me estoy yendo.
August: ¿Ya tan rápido se te subió la fama o por qué tan fría?
Ariel: No me jodas, no es un buen día, es más, deja de ser un imbécil y valora lo que tienes frente a tu nariz- Señaló donde había entrado Belle y se alejó.
El desfile comenzó y todos quedaron encantados con las prendas de tejido que llevaban los modelos.
Kristin besó la cara de su hijo y sonrió deslumbrantemente cuando vio a Bette entrar, de inmediato se disculpó con Jefferson y se encaminó a recibir a la mujer que la hacía suspirar.
Kristin: Hola, tenemos mucho de qué hablar, me sentía como la protagonista de una película contándole todo al superintendente- Ambas se rieron- ¿Qué te dijo? ¿Por cuánto tiempo te van a suspender?
Bette: Te platico- Puso su mano en la espalda baja de la rubia que se estremeció y caminaron hacia una mesa- La verdad me trató muy bien- Continuaron la plática.
Anna: Mi papá pensó que era broma cuando le dije que ibas a abrir un negocio de tejidos- Le alisaba la espalda a su novio- Pero ahora que ha visto de que se trata, le gustó ¿Verdad, papá? – El hombre asintió- ¿Y tus papás? ¿Por qué no vinieron? – Preguntó, pero Jones estaba distraído mirando a Jefferson saludar a algunas personas- Amor.
Killian: ¿Mm? – La miró.
Anna: Te pregunté por qué no vinieron tus papás.
Killian: No sé, como que no era un ambiente para ellos ¿No? – Forzó una sonrisa.
Anna: No me imagino a tu mamá rodeada de estas modelos- Se rio- ¿Qué estaba pensando Jeff? – Preguntó a sus papás que solo asintieron.
Killian: ¿Quieres algo de tomar? – Se puso de pie y su novia asintió- Con permiso.
Emma se paró de inmediato con una sonrisa en el rostro al ver llegar a Regina, se veía super sexy en un pantalón oscuro ajustado y una playera azul pegada a su torso y brazos, pero la sonrisa murió al ver un moretón cerca de su ojo izquierdo.
Emma: ¿Qué te pasó? – Acarició su mejilla y la morena tomó sus manos.
Regina: No es nada serio, ahorita te cuento, han pasado muchísimas cosas.
Emma: Ya lo sé, tengo que hablar contigo, tu cuñada no es una mujer de confianza, ella...
Elsa: Emma, hola- Apareció con una sonrisa y se paró al lado de Regina, lo que hizo que la sangre de Emma hirviera.
Regina: Elsa, acuérdate que aquí nadie sabe que Graham era mi hermano y cualquier cosa, soy Regina Parrilla ¿Ok? – Arendelle asintió.
Emma: Necesito hablar contigo- Miró a Mills e ignoró a la otra rubia.
Regina: ¿Ahorita? – Miró alrededor.
Emma: Ahorita- Gruñó y la morena rodó los ojos.
Regina: Elsa, espérame aquí, no tardo- Emma la jaló de la mano y la arrastró escaleras arriba a una habitación para tener privacidad- ¿Se puede saber qué demonios te pasa ahora?
Emma: Es que son tantas cosas que no sé por dónde empezar.
Regina: Si me vas a empezar a hablar mal de Elsa, de verdad…
Emma: A ver, esa mujer te está mintiendo y no te quieres dar cuenta- Escupió molesta- La encontré hoy afuera de tu casa hablando con un hombre.
Regina: Ah, ahora uno es culpable por hablar con otras personas- Se rio y la rubia apretó la mandíbula.
Emma: Por favor, no seas irónica- Alzó la voz y respiró profundamente para calmarse- Estaban hablando de una manera muy sospechosa, se estaban escondiendo, este tipo fue a dejarle un coche ¿De verdad no te parece raro eso?
Regina: ¿Quieres saber qué es lo que pienso? – Alzó una ceja.
Emma: Piensas que estoy celosa- Y lo estaba, como el infierno, aunque no lo admitiría, pero no era solo eso- Solamente estoy preocupada por ti, me preocupa que le estés contando toda tu vida a esa mujer que ni siquiera conoces, que la estés metiendo en tu casa, Regina…
Regina: A ver, Emma- Puso sus manos en los hombros de la rubia y se sentaron- Anoche, intentaron secuestrarnos a las dos cuando fuimos a recoger ropa a su casa.
Emma: ¿Qué? – El pánico se instaló en sus ojos ante la idea de que se llevaran a su morena, suficiente era verle ese moretón en la cara- ¿Estás bien? – Acarició su rostro con ternura.
Regina: Sí, sí, estoy bien, es lo que no te quise decir, pero es lo que quiero que entiendas, Emma, Elsa también es una víctima y ella está de nuestro lado- Swan exhaló para no abofetear a su ingenua morena- Yo no la voy a dejar sola
Emma: ¿De quién fue la idea de ir a buscar ropa a su casa? – Preguntó con descaro y la morena resopló.
Regina: Ya sé lo que quieres decir- Se rio sin humor- Pero ¿Qué? Según tú ¿Me puso una trampa para que me mataran afuera de su casa?
Emma: Piensa mal y acertarás.
Regina: No podrías estar más equivocada- Se levantó molesta y se dirigió a la puerta.
Emma: Suspendieron a Bette Porter- Soltó y se puso de pie haciendo que la morena de detuviera- Descubrieron que nadie la nombró jefa de la estación- Se paró frente a ella- Cuando le preguntaron por qué lo había hecho, dijo que porque tenía familia adentro ¿Te das cuenta? Bette sabe que eres su hija.
Regina: ¿Y qué le va a pasar ahora? – Preguntó como si no le importara.
Emma: Todo depende de lo que decida el superintendente, la pueden expulsar, la pueden demandar, Bette tomó todos esos riesgos para estar cerca de ti, para estar cerca de su hija.
Regina: Bueno, ya, no quiero seguir hablando de Bette.
Emma: ¿Qué vas a hacer? ¿Le vas a decir que ya sabes que es tu mamá? – Mills negó con la cabeza- Regina, las dos se necesitan ¿Por qué simplemente no hablas con ella?
Regina: ¡Qué ya! ¡No quiero hablar de esa mujer, carajo! – Se alteró y salió a grandes zancadas con la rubia pisándole los talones.
Emma: Regina ¿Qué te pasa? – Exhaló por milésima vez ante su terca y volátil morena.
Bette: Regina, que sorpresa, no esperaba encontrarte aquí- Habló con una sonrisa al ver a su hija.
Regina: Yo a ti tampoco, Porter- Su rostro estaba inexpresivo.
Bette: Ya no soy tu jefa, puedes decirme solo Bette.
Regina: Sí, me enteré, las noticias vuelan- Miró a Emma.
Bette: Sobre todo las malas.
Emma: Dile lo que le ibas a decir- Presionó y Mills alzó una ceja.
Bette: ¿A mí? – También alzó una ceja y Swan quiso reírse ante el parecido entre las morenas.
Emma: Sí- Miró a Regina que exhaló y se pasó una mano por la frente.
La joven morena iba a decir lago cuando la música dejó de sonar y el sonido de un cubierto golpeando una copa se escuchó haciendo que las tres miraran hacia abajo por el barandal.
Jefferson: Su atención por favor- Todos se giraron a mirarlo- Amigos y amigas, no quiero aburrirlos con discursos largos, así que solo voy a decir dos cosas, yo tenía un sueño y lo cumplí, este lugar es ese sueño- Miró a Jones que lo miraba con atención- Ya dije las dos cosas ¿No? – Todos se rieron- Bueno, no importa, es la misma idea así que solo cuenta como una.
Kristin: Puedes decir todas las cosas que quieras, mi vida- Le lanzó un beso y Jeff se lo regresó.
Jefferson: Quiero agradecerles a todos, por estar aquí acompañándome en esta aventura que me llena el corazón, especialmente a mi mamá, que siempre ha sido mi pilar- La mencionada sonrió con orgullo y ojos llorosos- Y perdón, pero hay una tercera cosa, nada de esto hubiera sido posible sin la ayuda de mi socio, de Killian- Lo señaló- Que confió en mí y se embarcó conmigo en este sueño, estoy seguro que nos va a traer muchísimas sorpresas- Todos aplaudieron y los abrazos no se hicieron esperar.
Después de abrazar y besar el rostro de su hijo por milésima vez en la noche, Kristin caminó hacia el servicio de damas, pero se detuvo al ver a una rubia mirando hacia la segunda planta.
Kristin: A ti no te conozco, Soy Kristin Bauer, pero todo el mundo me dice Kris, si eres amiga de los bomberos, entonces también eres mi amiga- Sonrió amablemente y antes de obtener respuesta, la joven recibió una llamada y se alejó.
Elsa: Te pedí que no me llamaras- Fue lo único que alcanzó a escuchar Bauer y la vio salir de la casa- Ahora sí estoy sola ¿Qué pasó? – Decidió cruzar la calle para no correr riesgos- Cuéntame ¿Tienes alguna novedad?
Bette: Regina, yo, había pensado que tal vez mañana podríamos, pues, no sé, comer juntas, aprovechando que no tienen turno en el cuartel- Extendió la invitación a Emma para que no se viera sospechoso, al menos no tanto.
Regina: ¿Con juntas te refieres a las tres? – Metió las manos en los bolsillos de su pantalón.
Bette: Sí ¿No te parece una buena idea? – Sonreía, pero estaba muy nerviosa- Así podemos conocernos un poco mejor fuera del trabajo.
Emma: A mí me parece una gran idea- Su voz era entusiasta- ¿Cuándo? ¿Dónde?
Regina: No cuenten conmigo, tengo cosas que hacer- Dijo con cara de aburrimiento y para Emma fue clara la decepción en los ojos de Porter.
Bette: Bueno ¿Por qué no me propones tú un día? Uno que sí puedas – Intentó- Salvo que, por alguna razón no quieras comer conmigo ¿Es eso, Regina? ¿No te interesa platicar conmigo? – Nuevamente solo la rubia notó dolor en su voz.
Regina: En realidad no tengo nada que hablar contigo, nada- Cuadró los hombros- De hecho, ya me iba, Emma ¿Te vas a venir conmigo?
Emma: No, yo me quedo- Respondió sin titubear.
Regina: Tal vez a Emma si le interese salir contigo a comer- Sonrió burlonamente y la rubia tuvo ganas de encerrarla en una habitación y dominarla hasta que dejara su petulancia- ¿Y Elsa? – Miró hacia abajo y frunció el ceño al no encontrarla- ¿Dónde está? – La pregunta era para sí misma, pero lo dijo en voz alta.
Bette: ¿Quién?
Regina: ¡Puta madre! Sabía que no tenía que dejarla sola- Golpeó el barandal con la palma de la mano y Emma estaba trabada de celos.
Bette: Si me explicaras, tal vez yo podría ayudarte- Estaba preocupada por su pequeña.
Regina: A ver- Si giró a mirarla- ¡Esto no tiene nada que ver contigo! – Alzó la voz y todos voltearon a ver lo que pasaba- Así que no te metas, y por favor ¡Ya déjame en paz! – Bajó corriendo las escaleras.
Atravesó la puerta de salida como un tornado con el celular en la oreja intentando localizar a la periodista que la mandaba a buzón, su respiración se volvió acelerada y subió a su coche para buscarla sin dejar de insistir en su celular.
Emma por su parte se quedó pasmada ante la manera en que Regina se preocupaba por la periodista, le dolía el pecho ante la idea de que Mills prefiriera a la otra rubia.
Bette: Ella te ama, puedo verlo cuando te mira- Presionó suavemente el brazo de la rubia, sacándola de su auto sabotaje.
Emma: Gracias- Sonrió y se fue a felicitar a los anfitriones, optando por creer en las palabras de Bette, porque ella estaba completamente enamorada de Regina, ya lo había aceptado, aunque sabía que traería consecuencias.
Zelena: ¿Cómo está? – Le preguntó a su hermano apenas lo vio en recepción.
Neal: Vaya, llevo más de dos horas llamándote- Reprochó.
Zelena: ¿Por qué siempre tienes algo para reclamarme?
Neal: Hay que pagarle una operación a papá- Le enseñó la orden del médico- Yo no puedo ser el único que se encargue de él.
Zelena: Bueno, pero tú tienes a Tina que te ayuda ¿Cuál es el problema?
Neal: ¿Cuál es el problema? Que tú eres su hija.
Zelena: Y tú eres su hijo, así es que estamos en igualdad de condiciones.
Neal: No, fíjate que no, yo estoy dedicando toda mi energía al trabajo, ahora más que nunca que necesito que me confirmen ese cargo.
Neal: Lo siento, pero sabes que él es el que no quiere verme, papá fue el que decidió sacarme de su vida, no yo.
Neal: A mí ya me vale madres tu pasado con papá, te toca cuidarlo también.
Zelena: Vete a la estación, yo me quedo aquí.
Neal: Tengo que lograr que la superintendencia inicie acciones legales contra esa tipeja, deberías de ver…
Zelena: ¡Bueno, ya! Vete a descansar, ni siquiera sabes lo que estás diciendo.
Neal: Sí sé lo que estoy diciendo, por fin estoy viendo la luz al final del túnel, no voy a permitir que tu egoísmo me vuelva a echar a perder las cosas.
Killian: Lo logramos- Se sentó al lado de Jefferson con dos copas.
Jefferson: Sí, ahora hay que llenar este lugar de gente.
Killian: Y de lana- Le entregó una copa.
Jefferson: Cada uno encargado de una lana distinta, tú de la que se gasta y yo de la que se teje- Ambos se rieron.
Killian: Oye, gran idea eso de tener modelos desfilando, muy bien- Felicitó.
Jefferson: Pues fue el toque justo para que los invitados se dieran un taco de ojo.
Killian: Está clarísimo que las relaciones públicas también corren por tu cuenta, eres el chico más sociable que he conocido, Jeff- Dio un sorbo a su copa.
Jefferson: Pues sí tengo muchos conocidos- Reconoció- Pero los amigos de verdad, los cuento con los dedos de una mano, y de toda la gente que viste hoy, ninguno es tan especial como tú- Sonrió tímidamente.
Killian: ¿De qué hablas? Si soy el hombre más común que existe- Se encogió de hombros, pero estaba encantado con la forma en que lo percibía el joven.
Jefferson: Quien te dijo eso no sabe nada de ti.
Killian: No necesito que nadie me lo diga, me lo digo yo mismo.
Jefferson: Pues entonces eres tú el que no sabe nada de ti, tal vez sí lo sabes, pero aún no quieres ver quién eres- Habló crípticamente.
Killian: ¿Y tú sabes quien soy? – Acercó su rostro al del más joven y se miraron a los ojos.
Jefferson: Desde el primer momento en que te vi- Se acercó también quedando a centímetros de sus labios.
Killian: Vamos a- Se aclaró la garganta y miró alrededor- A seguir recogiendo ¿No? – Se puso de pie- Todavía falta mucho- Se alejó con el corazón acelerado.
Jefferson: Ajá- Suspiró.
Regina llegó a su casa y se bajó del coche sin siquiera cerrarlo, sus ojos se abrieron como platos y tragó saliva al ver un tambo metálico en la puerta de entrada.
Recordó lo que le dijo el hombre que conoció en McAllen y que ese era el sello de la carnicera de Boston.
Regina: Puta madre- Se llevó las manos al cabello- Elsa- Susurró sin atreverse a abrirlo.
Continuará….
Chapter 11: El pasado me persigue
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Archie: No debiste venir a buscarme, Gold- Cerró la persiana de su oficina.
Gold: Si no vengo, me quedo esperando toda la vida- Resopló desde su asiento frente al escritorio- No te hagas del rogar, acompáñame.
Archie: Esto no me gusta nada, solo porque confío en ti.
Gold: Vamos- Ambos salieron y el jefe de bomberos cerró la puerta.
Se subieron al coche de Archie y no se dieron cuenta que Regina los vio y los siguió.
Archie: Detrás de todo esto debe haber alguien muy poderoso- Su mirada estaba en el tráfico.
Gold: Lo suficiente como para haber mantenido en la cárcel durante 25 años a tu amiga la bombera.
Archie: Te digo que Bette es inocente.
Gold: En mi trabajo, todo el mundo es culpable hasta que se demuestre lo contrario, y aun así, el ser inocente no vende, imagínate la portada “inocente”, bah- Rodó los ojos.
Archie: Teníamos al culpable tan cerca y no lo vimos- El periodista volvió a rodar los ojos y le dio indicaciones- ¿Ya me vas a decir a dónde vamos?
Gold: Ay, maldita sea, haz lo que te digo- Guardaron silencio hasta que llegaron un edificio viejo.
Archie: ¿Aquí? – Frunció el ceño bajándose del coche.
Gold: A menos que quieras que nos vayamos a un parque- Se burló- Aquí es más seguro- Abrió la puerta de metal amarilla.
Archie: Quiero justicia, pero también quiero olvidar, una cosa no se contrapone a la otra.
Gold: Ese es mi trabajo, los periodistas nos encargamos de lo que hay que olvidad y de lo que no, la agenda la llevan los cerebritos- Se tocó la sien con el dedo índice.
Archie: ¿Y la justicia? – Entraron.
Gold: Esa la llevan ellos- Señaló a un policía que estaba en el interior.
Archie: ¿Aquí está lo qué me vas a dar? - Lo siguió y caminaron entre tambos metálicos.
Gold: No comas ansias- Se rio y tomó un maletín de una vieja mesa- La paciencia hace al maestro- Se lo entregó y el bombero lo abrió- ¿Lo vas a contar? – Preguntó mientras el otro veía el interior lleno de billetes- Yo soy de la vieja guardia, tengo palabra- Hopper asintió y cerró el maletín- Ojalá que eso te sirva económicamente para solucionar tus problemas en la estación, ya de lo demás, nos encargamos luego, vámonos.
Archie: No entiendo a los periodistas- Lo siguió de regreso a la salida.
Gold: No trates de hacerlo, nosotros simplemente somos los albañiles, los verdaderamente peligrosos están ahí afuera- Se rio- Apúrate que tengo más cosas que hacer que perder el tiempo contigo aquí- Se subieron al coche y apenas Archie lo encendió, hubo una explosión que lo dejó hecho cenizas con los hombres dentro.
Emma: Regina- Se acercó corriendo al ver la zona acordonada y patrullas afuera de la casa de la morena- ¿Qué está pasando? – La analizó y suspiró de alivio al ver que su morena estaba bien.
Regina: La carnicera estuvo aquí y dejó esa chingadera aquí- Señaló el tambo sellado y se pasó una mano por el cabello- No sé qué hacer, le estoy marcando a Elsa y no me contesta, está desaparecida ¡Te dije que ella también era una víctima! ¡Que también la estaban siguiendo!
Emma: Regina…
Policía: Vamos a proceder a abrirla, necesito que retrocedan.
Regina: Ven- La tomó de la mano y la puso detrás de ella y Emma disfrutó del lado protector de la morena a pesar de la situación.
Ambas miraron como los policías usaban herramientas para abrir el tambo, la rubia se acurrucó en el costado de la morena y esta la abrazó protectoramente.
Elsa: ¿Qué pasó? – Apareció detrás de ellas haciéndolas sobresaltar.
Regina: Elsa- Por instinto soltó a Emma y abrazó a la rubia recién llegada- Estás bien- Suspiró en el cabello casi platinado y Emma sentía las venas ardiendo- ¿Dónde estabas? – Puso sus manos en los antebrazos de la periodista.
Elsa: Fui a cenar con una amiga ¿Qué pasó? – Miró a la entrada de la casa.
Regina: Te estuve marque y marque a tu celular ¿Por qué no me contestaste? – Preguntó molesta y se escuchó un golpe metálico.
Policía: Es un perro- Informó cuando quitó la tapa del tambo.
Regina: ¿Qué? – Atravesó la cinta amarilla y una vez que comprobó lo que era, entró con las rubias detrás de ella- Pero claramente eso fue una amenaza, la carnicera estuvo afuera de mi pinche casa- Despotricó con los ojos llenos de furia- Y montó el mismo show que con Fiona en McAllen poniendo su tambo metálico.
Emma: ¿Sí te das cuenta que Bette no pudo haber sido? ¡Ella estaba en la inauguración del negocio de Jeff!
Regina: El o la carnicera es más de una persona, seguramente son cómplices, estoy segura que trabajan juntos- Se pasó las manos por el cabello- Elsa ¿A ti Graham nunca te habló de la posibilidad de que la carnicera fuera más de una persona?
Elsa: Sí, era una teoría que Gold le dio, pero tu hermano nunca le creyó.
Regina: ¿Cómo?
Elsa: Me lo dijo, desconfiaba de él, tenía sospechas.
Emma: ¿Qué tipo de sospechas? – Se cruzó de brazos y miró a la otra rubia.
Elsa: De que el hombre no era del todo honesto, que tal vez era un soplón.
Regina: ¿Cómo? ¿Creía que Gold trabajaba con la carnicera?
Elsa: Y con la policía de Boston también- Soltó y la morena se dejó caer en el sofá y se masajeó el puente de la nariz.
Emma: Regina- Se sentó a su lado- ¿Te das cuenta que todo lo que te dijo Fiona en McAllen es verdad? – Mills la miró- Bette es inocente, hay una persona muy poderosa detrás de todo esto.
Regina: Quiero que te quedes a dormir aquí esta noche, no quiero que te arriesgues ¿Ok? – Preguntó con miedo.
Emma: Sí- Acarició la espalda de la morena- Está bien.
Regina: Y tú- Señaló a Arendelle y se puso de pie- La próxima vez que te vayas a cenar con una amiga, por lo menos avísame, o mándame un mensaje o contéstame las llamadas ¿No?
Elsa: Perdón, me dejaste sola en la inauguración- Se cruzó de brazos y Swan quería abofetearla por hacerse la víctima- Y yo no sabía qué te iba a molestar tanto, nunca imaginé que…
Regina: ¿Saben qué? – Suspira- Necesito estar sola, necesito pensar las cosas- Salió de la habitación.
Elsa: Regina- La quiso seguir, pero Swan la detuvo.
Emma: ¿No escuchaste? Quiere estar sola- Chasqueó la lengua- ¿Estás segura que te fuiste con una amiga a cenar? – Se recargó en el marco de la puerta- ¿No te fuiste con el tipo ese que te trajo el coche en el que acabas de llegar? – Arendelle se rio.
Elsa: Yo también quiero estar sola- Forzó una sonrisa y Swan le regresó una igual de falsa antes de salir.
Kristin: Esencia de lavanda para el buen dormir- Roció el espray alegremente por la habitación mientras escuchaba la melodiosa risa de Porter- Experiencia cinco estrellas en una pensión de familia, lo mejor de los dos mundos.
Bette: ¿Por qué haces todo esto? – Preguntó seriamente.
Kristin: No sé, quizás porque tengo vocación de anfitriona- Hizo una pequeña reverencia.
Bette: Pero, has hecho por mí mucho más que cualquier otra persona.
Kristin: Porque lo mereces, mereces que alguien apueste por ti- La miró a los ojos.
Bette: Yo no estaría tan segura- Sonrió melancólicamente- He cometido muchos errores.
Kristin: Pero nunca es tarde para remediarlos- Sonrió dulcemente y la morena tomó sus manos.
Bette: Te juro que te voy a pagar todo lo que haces por mí.
Kristin: ¿Sabes cómo me lo vas a pagar? Siendo feliz- Acarició los nudillos de una de sus manos- Dejando atrás el pasado.
Bette: El problema es que a mí el pasado me persigue- Exhaló.
Kristin: Entonces, lo enfrentas, le das un puñetazo y te echas a correr para que no te vuelva a alcanzar- Bromeó y la risa de la morena hizo aletear su estómago- Bueno, buenas noches y cualquier cosa, me avisas- Dijo torpemente.
Bette: Buenas noche, hermosa- Le acarició el rostro y le dio un beso prolongado en la comisura de la boca, se sonrieron y la rubia salió- ¿Tendré otra oportunidad en el amor? – Se preguntó en voz alta y se dejó caer en la cama- Cora, te juro que nunca voy a dejar de amarte- Cerró los ojos y por primera vez en mucho tiempo, se durmió con una sonrisa.
Se despertó poco después de un sueño tormentoso en el que veía como unos hombres sin rostro le disparaban a Graham, estaba bañada en sudor y las lágrimas resbalaban por sus mejillas, se sentó y una vez que su respiración se regularizó, las letras de una carta en específico que había recibido de su hijo le vinieron a la mente.
“A pesar que llevamos un tiempo escribiéndonos, comprenderás que no puedo llamarte mamá, para mí todo esto ha sido muy extraño, nuevo, por fin empiezo a llenar un vacío en mi vida, la gran pregunta de mi origen, supongo que por eso me hice periodista y prácticamente vivo en el periódico donde trabajo, porque estoy obsesionado con la verdad, pero sobre todo, quiero estar seguro de que mi hermana estará a salvo, ella es lo más importante para mí, por eso no me he atrevido a decirle que te encontré”.
Jefferson: Tengo muchísima hambre- Entró canturreando a la cocina sin ver la sonrisa boba en el rostro de su mamá.
Kristin: Mi amor, no hagas mucho ruido, Bette está descansando.
Jefferson: Ah, love is in the air- Sonrió y besó la frente de la rubia.
Kristin: A mí no me hables en idiomas que sabes que no es lo mío- Le palmeó el brazo.
Jefferson: Digamos que- Abrió la nevera y sacó lo necesario para prepararse un sándwich- La traducción sería ¿Tanto te gusta Bette que le vigilas hasta el sueño? – Movió las cejas cómicamente.
Kristin: ¿A poco tanto se nota? – También movió las cejas y ambos se rieron.
Jefferson: Ese es el problema de estar enamorado, mami- Le tomó cariñosamente el rostro- A uno se le escapa hasta por los ojos.
Kristin: ¿A poco tú también estás enamorado de Bette? – Fingió indignación y se puso las manos en las caderas para luego echarse a reír junto con el joven.
Jefferson: Aunque tenga algo que me gusta entre las piernas- La rubia le palmeó la nuca- Demasiadas curvas y piel suave para mi gusto- Arrugó la nariz y la mujer negó con la cabeza- Porter es toda tuya.
Kristin: Cariño, ya en serio, lo que sientes por…
Jefferson: Nunca pensé que iba a sentir algo así por alguien- La interrumpió- Killian es todo lo que siempre soñé.
Kristin: Mi amor ¿No puedes soñar con un muchacho homosexual? – Preguntó con tristeza- ¿O con alguien qué no tenga novia? Que además es como de la familia – No quería ver sufrir a su vástago.
Jefferson: Uno no elije de quien se enamora- Bauer asintió de acuerdo- Pero si pudiera elegir, lo elegiría a él.
Kristin: De tal madre, tal hijo, ven aquí- Abrió los brazos en los que pronto el chico se sintió seguro como siempre.
Elsa no podía conciliar el sueño, se sentía fuera de lugar, al mismo tiempo quería quedarse ahí, en la casa de Regina, la mujer que la intrigaba y la atraía tanto, pero también porque ahí vivió Graham, el hombre más leal y cariñoso que había conocido, los hermanos eran tan parecidos y diferentes a la vez, se sentía como una traidora a la memoria del hombre.
Flashback
Elsa: Que lindo como le escribes de ti a tu mamá- Se acercó al cubículo de su novio y se sentó en el escritorio.
Graham: Que feo ser hijo de una psicópata.
Elsa: Hay que entender lo que pasa por la cabeza de un psicópata- Le acarició el cabello- ¿Piensas decirle que ya sabes por qué está presa? – El joven Mills negó con la cabeza- Ojalá algún día me escribas una carta también- Sonrió cambiando de tema.
Graham: Nosotros nunca vamos a necesitar cartas- Puso sus manos en las mejillas de su novia- Porque nunca nos vamos a separar.
Elsa: ¿Y si te mandan a cubrir la guerra por el agua en el 2028? – Preguntó divertida y ambos se rieron para después fundirse en un beso.
Graham: Cada vez se me hace más difícil escribirle- Regresó al tema y la rubia suspiró- ¿Cómo puedo mantener correspondencia con una mujer que mató a mi otra madre? Pero bueno, ya ¿Y ahora qué?
Elsa: ¿Ir a McAllen? A que la conozcas en persona.
Graham: No estoy preparado para eso- Se alisó la barbilla.
Elsa: ¿Y si te acompaño? ¿Se te haría más fácil? – Sonrió y Graham le regresó la sonrisa.
Fin del flashback
Los ojos de Elsa estaban húmedos, se secó las lágrimas con el dorso de la mano y vio el reloj en su celular, era media noche y necesitaba obligarse a descansar, no podía dejar que la culpa la desviara de su objetivo.
En su habitación, Regina vio a Emma dormir plácidamente a su lado, pero a ella parecía quererla aprisionar el insomnio, así que decidió aprovechar el tiempo y sacó algunas de las cartas que Bette le envió a Graham.
“Graham, por supuesto que puedes llamarme mamá, pero si no te nace, lo entiendo, mamá es quien cría y yo no pude ejercer ese derecho, no me dejaron, hay cosas que tienes que saber, como la importancia de tu tía Kit que se hizo cargo de ti y de tu hermana Regina cuando me encerraron, ella hizo todo lo que pudo con todo el amor del mundo, pero ya tampoco está para contártelo, si ustedes crecieron en un orfanato no fue porque Kit lo quiso, fue porque alguien le quitó el derecho a vivir, el mismo que lo hizo con tu otra madre, y el mismo que usó todo su poder para meterme en la cárcel, no sabes lo mucho que me duele no haberlos visto crecer, a ti y a mi pequeña morena, solo algún día poder demostrar que yo jamás habría lastimado a tu otra madre, la amaba con todo mi ser, al igual que a ustedes”
Cuando terminó de leer, Regina tenía los ojos llenos de lágrimas y se regañó mentalmente por creer en las palabras escritas por su supuesta madre psicópata, se secó las lágrimas agresivamente y bajó a la cocina, sacó un cartón de leche y tomó directamente sin molestarse en usar un vaso.
Escuchó pasos bajando las escaleras y se sentó en uno de los taburetes de la barra.
Emma: Me asusté cuando desperté y no te vi- Habló soñolienta.
Regina: Perdón- Sacudió la cabeza para no centrarse en el cuerpo de la rubia cubierto solo con una tanga y una de sus camisetas de manga corta.
Emma: ¿No crees qué es muy tarde para estar leyendo esas cartas? – Tragó saliva también al ver a la morena solo en bóxer.
Regina: Tenemos que ir a Boston, quiero ir al orfanato y averiguar más de mi tía y de mi mamá, no Bette, mi otra madre.
Emma: Bebé ¿Qué hay allá qué no sepas ya?
Regina: Emma, quiero saber quién soy ¿Eso está mal? – Frunció el ceño.
Emma: No, está bien- Le acarició los brazos desnudos- Me voy a dormir, te espero en la habitación- Besó sus labios y suspiró- Espero que no te equivoques de habitación- Dijo al pie de las escaleras señalando la habitación que ocupaba Elsa.
Regina: Ja, ja- Rodó los ojos.
Emma estaba equivocada respecto a las intenciones que podría tener Regina para entrar a la habitación de Arendelle, de hecho, lo hizo, la vio durmiendo con las sábanas hasta la cintura y sus manos bajo la mejilla.
La vibración y la luz en la pantalla del celular que estaba en la mesita de noche llamaron la atención de la morena que se acercó sigilosamente y vio un mensaje de un tal Kristoff preguntando si estaba despierta.
Elsa: Regina- La morena maldijo mentalmente- No vengas aquí, no te conviene- Abrió los ojos y la miró- No sé si podré controlarme la próxima vez- Se pasó la lengua por los labios ante la figura casi desnuda.
Regina: Perdón por entrar así, solo quería ver si estabas bien- Se movió incómodamente ante la mirada hambrienta de la rubia sobre su cuerpo- Bueno, descansa- Salió cubriéndose los pechos.
Regina se despertó de una pesadilla en la que Cora intentaba consolar a una bebé que lloraba en su regazo mientras acariciaba la cabecita del otro mellizo que permanecía tranquilo en la cuna, ella misma observaba como el fuego consumía todo, quería abrir la puerta, pero la mujer le pedía que no lo hiciera, después apareció Elsa diciéndole que Bette los salvaría.
Emma: Hey ¿Qué pasa? – Se sentó frente a la sudorosa morena que por alguna razón comenzó a recordar todo lo que le dijo el hombre que conoció en McAllen sobre Bette- Regina ¿Estás bien?
Regina: Sí- Respondió mirando a la nada.
Emma: ¿Qué tienes? – Le acarició el rostro.
Regina: Nada- Su mirada seguía perdida y la rubia supo que era mejor no presionar.
Neal: Papá, te voy a contar algo que te va a poner muy orgulloso- Le acomodó la manta en las piernas- Están por ratificarme oficialmente como primer inspector de la estación ¿No te da gusto?
Sr. Cassidy: Eres mi único hijo, solo te hace falta una mujer- Insistió por milésima vez.
Neal: Por eso no te preocupes- Exhaló- A ver, lo que quiero que entiendas es que Tina y yo no podemos estar contigo toda la vida, ni las 24 horas, tienes que darle una oportunidad a Zelena- El anciano negó con la cabeza- Eso ya pasó hace mucho tiempo, te aseguro que mi hermana no se la está pasando bien- El sr. Cassidy miró hacia las escaleras- Deja de mirar para allá- Se paró tapando parcialmente la escalera a la vista de su padre.
Flashback
Zelena: ¿Qué haces aquí? – Intentaba evitar que Walsh pasara.
Walsh: Que se enteren que eres una puta- La empujó y comenzó a subir las escaleras.
Zelena: ¡No! ¡Déjalos a ellos fuera de esto! – Lo siguió intentando evitar que avanzara- ¿Qué haces? No puedes pasar- Se adelantó y le bloqueó el paso sin darse cuenta que su padre estaba detrás del hombre.
Sr. Cassidy: Deja en paz a mi hija- Exigió y lo tomó del brazo.
Walsh: Usted no se meta- Escupió y al girarse empujó accidentalmente al anciano haciéndolo rodar por las escaleras.
Zelena: ¡No, papá! – Empujó a un lado a su todavía esposo y bajó corriendo- Papá, reacciona, aquí estoy, por favor papá- Sus mejillas estaban bañadas en lágrimas y ese fue el último día que el señor Cassidy caminó.
Fin del flashback
Neal: Ya, basta de dramas- Lo sacó de su recuerdo y prendió la televisión- Mejor ponte a ver esto.
Belle iba llegando a la pensión cuando escuchó el timbre del teléfono fijo, miró a ver si alguien más estaba y al no haberlo, decidió responder.
Belle: Sí, Ariel vive aquí, pero ahorita no está, si quiere dejarle un mensaje yo con gusto se lo doy.
Doctora Torres: Quisiera saber la razón por la que no ha venido al hospital a internarse como le indiqué.
Belle: ¿Internarse? ¿Por qué? – Preguntó preocupada- ¿Está segura, doctora?
Doctora Torres: Por favor, dolo dígale que es urgente.
Belle: Eh, sí, yo le doy el mensaje, gracias- Colgó.
Emma: ¿Compraste los boletos para Boston? – Preguntó con los brazos alrededor del cuello de la morena.
Regina: Sí, hice reservación para tres- Miró a donde Elsa estaba preparando el desayuno.
Emma: ¿Por qué para tres? – Preguntó irritada ya sabiendo la respuesta.
Regina: Necesitamos una periodista- Se encogió de hombros y apretó la cintura de su rubia, que sentía la ira recorrer sus venas.
Elsa: No- La pareja la miró.
Regina: ¿Por qué diablos no?
Elsa: Porque es ir a meterme en la boca del lobo, lo siento, no estoy dispuesta.
Emma: Creo que eso es lo más sensato que ha dicho desde que llegó a esta casa- Le dijo a la morena y fue a tomar algo de fruta para meterla en su mochila- Deberías hacerle caso- Se acercó y besó los labios carnosos de su morena bajo la mirada de desagrado de Arendelle- Me tengo que ir, me extrañas, eh- Le acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja.
Regina: Por favor, cuídate- Dijo dulcemente y acarició su nariz con la suya.
Emma: Siempre, tú también, mi morena- Enfatizó en pronombre posesivo y Mills rodó los ojos porque sabía el motivo de hacerlo- Adiós- Se fue sin dirigirle la palabra a la periodista.
Regina: Elsa- Se giró a mirarla- Te necesito ahí.
Elsa: No.
Superintendente: Ya le dije que tiene que esperar, lamentablemente son procesos lentos.
Neal: Pero las emergencias son procesos rápidos, mi cuartel no va a estar a la altura si no hay gestión.
Superintendente: Lo que usted quiere es iniciar acciones legales de forma personal en contra de Bette Porter.
Neal: No, exijo que lo haga la superintendencia, conozco las reglas y sé que mi posición, aunque sea interina, me permite perfectamente…
Superintendente: Sáqueme de una duda, Cassidy, pero quiero que sea muy sincero ¿Tiene algún problema personal con Porter?
Neal: No señor, el mismo que tendría con cualquiera que mancha el nombre del cuartel, sea inferior o superior.
Belle: Ariel, tú y yo tenemos que hablar- La interceptó en el jardín de la pensión.
Ariel: Ahora no puedo, tengo que prepararme para una sesión de fotos.
Belle: Deberías estarte preparando para otra cosa y lo sabes- Quiso ser firme porque era lo que su amiga necesitaba, aunque por dentro tenía ganas de llorar.
Ariel: No sé de qué hablas- Tensó los hombros.
Belle: Tienes que empezar la quimioterapia- Fue al grano- ¿Por qué no nos dijiste que estabas enferma? – Se le quebró la voz.
Ariel: Porque me voy a mejorar pronto- Se pasó la lengua por los labios repentinamente secos.
Belle: Ariel, nadie se mejora del cáncer sin someterse a un tratamiento primero.
Kristin: ¿Cáncer? – Alcanzó a escuchar cuando iba llegando con Jefferson a su lado y los ojos de ambos se llenaron de agua.
Ariel: No me miren como una condenada a muerte- Gruñó- ¡Porque lo último que necesito es lástima! – Corrió a su habitación.
Elsa: Ya te he causado demasiados problemas- Puso el desayuno en la mesa- Vine a revolucionar tu casa y evidentemente tu relación con Emma también.
Regina: Emma solo está…
Elsa: Celosa, lo sé- Rodó los ojos y después exhaló- Alguien me quiere matar, Regina ¿Sí te das cuenta de eso? Que te acompañe lo único que va a hacer es ponerte en riesgo y no quiero eso- Se sentó.
Regina: Tú eres la única que me puede dar una versión de la historia que nadie más puede, la de Graham.
Elsa: Graham no sabía muchas cosas, no llegó tan al fondo de la investigación, tenía más preguntas que respuestas.
Regina: Yo vi el video que grabó y ahí claramente dice que la carnicera de Boston fue quien mató a nuestra madre- Cerró los ojos con fuerza y recordó las palabras grabadas de su hermano- Si lo dijo fue porque tenía la infor…
Elsa: ¡Graham no sabía nada! Regina, ya, olvídalo ¿Sí? – Habló desesperada ante la terquedad de la morena.
Regina: A ver- Se sentó- Cuando te saqué del incendio, tú misma me lo dijiste, que teníamos que vengar la muerte de mi hermano, que necesitabas decirme lo que los muertos ya no pueden.
Elsa: Estaba en shock, no sabía lo que decía- Su celular comenzó a vibrar insistentemente- Tengo que atender esta llamada- Se fue a la cocina y respondió- Kristoff, te pedí mil veces que no me llames- Exhaló- Sí, ahí voy a estar, sí, me queda claro que necesitas que te salve el pellejo en demasiadas cosas- Se rio sin humor- Te llamo en media hora, estoy ocupada en algo y las condiciones las pongo yo- Colgó y esperó unos segundos para calmarse y regresar con la morena, que sin que Arendelle se diera cuenta, la había escuchado, pero no dijo nada.
Los bomberos estaban emocionados mirando los calendarios que habían llegado por paquetería.
Killian: Deberíamos enseñárselos a Jeff- Los demás lo miraron- Para que vea como quedaron impresos, después de todo, él fue el artista detrás- Se justificó.
Emma: ¿Qué hacen todos aquí? – Entró a la sala de ocio la verlos a todos en algarabías- Quedaron increíbles- Sonrió al darse cuenta de que se trataba- Guapísimos todos- Tomó uno donde Regina estaba en la portada y sintió que se le humedecían las bragas- Y pensar que un montón de mujeres se van a masturbar viendo a Mills- Murmuró.
Robin: Y hombres también- Le susurró al ser el único que había escuchado, para desgracia de la rubia.
Emma: Cállate, Locksley- Impactó el codo en sus costillas.
Robin: Ouch- Se quejó exageradamente y la rubia rodó los ojos.
August: ¿Quién va a ir a enseñárselo a Neal?
Thomas: ¿Emma?
Emma: ¿Qué? No, a mí ni me vean- Negó repetidamente con la cabeza- Ya le caigo lo suficientemente mal.
August: Oigan, tenemos que darle una oportunidad, el hombre está aprendiendo a ser jefe.
Emma: El tipo es un machista prepotente con evidente complejo de inferioridad- Y casi todos asintieron- Y de verdad, cada vez que ustedes se quedan callados cuando él nos maltrata a Regina o a mí, se vuelven sus cómplices.
Killian: Emma tiene razón, yo creo que ya deberíamos ha…
Neal: ¿Sí? – Apareció de la nada- ¿En qué tiene razón? ¿Ahora de qué está llorando la señorita? – Se recargó en una mesa.
Emma: Emma, ese es mi nombre.
Neal: ¿Por qué no están en sus puestos?
Killian: Estábamos organizándonos para vender los calendarios.
Neal: Te espero en mi oficina, Emma- Caminó hacia la puerta.
Emma: ¿Qué hice?
Neal: Ahora- Gruñó.
Robin: Cassidy, si intentas algo contra Swan, desde ahorita te digo que estoy de su lado- Se paró cerca de la rubia que sonrió.
Killian: Igual yo- Se paró al otro lado de la rubia.
August: Y yo- Dijo, aunque con menos entusiasmo y los demás continuaron haciendo lo mismo.
Emma estaba orgullosa, le hubiera gustado que su morena estuviera, vio a Neal mirar a todos con indiferencia antes de salir, Swan les agradeció a todos y siguió a su jefe a su oficina.
Emma: ¿Qué hice o no hice ahora? – Se cruzó de brazos defensivamente.
Neal: ¿De qué estaban hablando?
Emma: De cosas privadas.
Neal: Yo soy el primer inspector y tengo derecho a…
Emma: Interino- Le recordó con pasión.
Neal: Sí, interino por ahora, no te tengo que recordar que el cuerpo de bomberos se rige por un sistema tradicional de subordinación ¿Verdad? Tú eres mi subordinada, así que dime que carajos estabas hablando con ellos.
Emma: Tú problema no es que estaba hablando con ellos, tú problema conmigo siempre ha sido que soy mujer.
Neal: No, no, no, no, mi problema es con la gente que sigue sin entender que en esta institución hay autoridades y rangos.
Emma: “Honor, valor, lealtad y sacrificio”, incluso por sobre los grados y tu machismo.
Neal: Ahora sí ya me hartaste- Se acercó amenazadoramente, pero la rubia no se amedrentó- Considérate suspendida por unos días hasta que te calmes.
Emma: ¿Por qué estás haciendo esto? ¿Por qué estoy del lado de Bette?
Neal: Esta plática se acabó, ya, fuera de aquí- Señaló la puerta y la rubia salió dando un portazo.
Se fue al área del comedor y comenzó a caminar en círculos con los puños apretados y los ojos llorosos por el coraje.
Regina: Emma, que bueno que te encuentro- Entró y la rubia se giró a mirarla.
Emma: No, ahorita no, Regina- Advirtió.
Regina: ¿Qué pasó? – Preguntó con el ceño fruncido al notar el estado de su rubia.
Emma: Neal me acaba de suspender.
Regina: ¿Qué? ¿Ese cabrón quién se cree qué es? – Apretó la mandíbula y la vena de su frente se abultó- Iré a hablar con él- Caminó hacia la puerta y la rubia la detuvo por el brazo.
Emma: No tiene caso, me voy a mi casa, ya que la tuya está ocupada- Se rio sin humor.
Regina: Tenías razón, no debí confiar en Elsa- Soltó y Swan exhaló.
Emma: Que bueno que te diste cuenta ¿Qué te hizo cambiar de opinión?
Regina: La escuché hablando por el celular y- Se pasó las manos por el cabello desordenándolo un poco y a Emma le pareció adorable- No sé, algo en su actitud y las cosas que decía, no me termina de cuadrar.
Emma: Regina, no lo quiero decir, pero, te lo dije- Extendió los brazos a los lados.
Regina: Lo sé, lo acepto, por eso vine, quería pedirte perdón- Se acercó seductoramente y la rubia se mordió el labio inferior- Emma, tú eres la única en la que realmente puedo confiar- Dijo mirándola a los ojos y la rubia sintió un nudo atascarse en su garganta.
Emma: Vámonos- Puso sus manos en las caderas de la morena- Vámonos tú y yo a Boston, a la mierda Elsa- Sonrió y la morena acercó sus labios para besarla- ¿Qué haces? – Se alejó.
Regina: ¿Qué? – Frunció el ceño y la miró confundida.
Emma: Me acaban de suspender ¿Quieres qué me expulsen? – Le recordó donde estaban.
Regina: Lo siento- Se rascó torponamente la nuca y Swan la encontró linda- Lo que me recuerda que tengo que romperle la cara a Neal- Dio un par de pasos solo para ser detenida nuevamente por la rubia.
Emma: Eso hará que nos expulsen a las dos y a ti te demande por agresión- Rodó los ojos, pero encontraba reconfortante la manera en que quería defenderla.
Regina: Bien- Resopló- Entonces, vámonos a la casa, que tenemos que planear un montón de cosas y me gustaría disculparme contigo de una manera más placentera- Sonrió con picardía.
Emma: ¿Harás lo que yo quiera? – Preguntó maliciosamente.
Regina: Lo que sea, excepto…
Emma: Cogerte por el culo, lo sé- Se rio y la morena hizo un adorable puchero- Tengo demasiada fuerza de voluntad para aguantarme las ganas de besarte- Refunfuñó- Vámonos antes de que me importe una mierda todo y deje que me tomes aquí mismo.
Regina: Estos pantalones me están matando por tu culpa- Se acomodó los genitales y la rubia se mordió el labio.
Emma: Vámonos Mills, o te juro que- Exhaló y negó con la cabeza.
Ambas atravesaron el patio que daba a la salida aguantando las ganas de ponerse las manos encima cuando vieron entrar a Bette.
Bette: Hola chicas, Regina- La miró con tanto amor que Emma quería abofetear a su morena por no darse cuenta.
Emma: ¿Qué haces aquí?
Bette: Vine a hablar con Neal.
Emma: Pues está insoportable, no te lo recomiendo.
Regina: Sí, bueno ¿Podemos irnos? Tenemos muchas cosas que hacer- Habló casi con aburrimiento.
Bette: ¿Por qué tanta prisa, Regina? ¿Vas a seguir evitando hablar conmigo? – Había algo de dolor en su voz.
Regina: No tengo nada de qué hablar contigo- Decidió avanzar a la salida, pero Porter la detuvo poniendo la mano en su vientre.
Bette: Regina, por…
Regina: No me toques- Se alejó con la mandíbula apretada y la señaló con el dedo índice- No me toques nunca más- Gruñó.
Bette: Regina ¿Cuál es tu problema conmigo?
Regina: Sabes perfectamente cual es mi problema contigo- Casi se le quebró la voz.
Bette: No ¡No tengo ni idea- Se pasó las manos por el pelo y Emma seguía corroborando lo parecidas que eran las morenas- ¡Solamente he tratado de ser tu amiga! Así que…
Regina: NO, NO, NO ¡LO SÉ TODO SOBRE TI, BETTE PORTER! – Escupió con desprecio- Sé que tú eres mi madre, sé que eres la carnicera de Boston y sé que tú mataste a mi mamá- La morena mayor se quedó petrificada- Hija de puta ¡Lo sé todo de ti! - Sus ojos estaban infectados en sangre.
Continuará…
Chapter 12: Una madre no se equivoca
Chapter Text
Graham: Bueno, sí es buen momento, Regina no está cerca, ya voy en camino- Hablaba por celular- No, nadie sospecha nada, no, no le he dicho nada a mi hermana, deja a Regina fuera de este pedo, ese fue el trato- Su mandíbula se apretó.
Regina: Graham- Salió Regina corriendo.
Graham: Tengo que colgar- Guardó su celular.
Regina: Perdón, es que no me voy a quedar tranquila, siento que no me dijiste la verdad ¿Qué traes?
Graham: ¿A poco ahora me puedes leer la mente? – Se rio- Somos mellizos Re, no gemelos- Eso hizo que la morena resoplara.
Regina: Pero, si te estuviera pasando algo ¿Me lo dirías verdad?
Graham: Te cuento en la noche ¿Va?
Regina: ¿Por qué no me dices de una vez? Así no me quedo preocupada- Se cruzó de brazos.
Graham: Nos vemos en la noche, además, te quiero presentar a alguien.
Regina: ¿En serio? – Sonrió maliciosamente y Graham rodó los ojos- Eso es genial ¿Dónde la conociste? Espero no haya sido en línea eh, nada más eso me falta- Regañó señalándolo con el dedo y su hermano se subió a su auto riendo- Yo también te amo- Le gritó y su mellizo le sonrió amorosamente.
Ambos fueron perseguidos ese día, la diferencia es que a Graham lo llevó a la muerte y a Regina a conocer a Emma, lo que, sin saberlo, le salvó la vida en ese estacionamiento después del trabajo.
🦢👑
Regina: ¿Qué tienes qué decir? – Se le quiso ir encima y la rubia la detuvo.
Emma: ¡Regina, no! Te puedes arrepentir, tranquilízate- La jaló hacia atrás.
Regina: No te lo esperabas ¿Verdad, Bette? – Abrió los brazos- Ni te imaginabas que alguien podía conocer tus asquerosos secretos, maldita psicópata- Escupió.
Bette: ¿Hace cuánto? ¿Cómo? – Sentía la cabeza palpitar y el amargo sabor en la garganta.
Regina: Elsa me lo contó todo.
Bette: ¿Quién? – Intentó buscar en su cabeza a alguien con ese nombre, pero nadie le vino a la mente.
Emma: La novia de Graham, ella lo ayudó con su investigación.
Bette: Graham nunca me habló de ella en sus cartas- Dijo distraídamente y Emma tomó nota mental de eso, Regina seguía exaltada y no veía nada con claridad- Me imagino que tienes muchas preguntas y quiero que sepas que estoy aquí para…
Regina: No me interesa lo que tengas que decir- La interrumpió groseramente- ¡NADA!
Emma: Regina, por favor, es momento de que sepas la verdad y Bette puede ayudarte con eso- Intentaba hacerla razonar.
Regina: ¡Ya sé todo lo que tengo que saber! – Estaba cegada por la ira- Sé que esta mujer es una asesina en serie- La señaló con el dedo- Y sé que ella fue quién mató a mi otra madre- Esa afirmación fue como una puñalada para Bette.
Bette: Jamás le he hecho daño a nadie y mucho menos a Cora- Sus ojos estaban llorosos, pero no permitió que salieran las lágrimas.
Regina: Eso no es lo que dice la justicia- Separó ligeramente las piernas y se cruzó de brazos de manera desafiante.
Bette: Lo que menos tuve en mi caso fue justicia- Sus ojos se empañaron más- Lo mío fue venganza, una trampa, yo no tengo nada que ocultar, Regina, nada- Lo dijo con tanta convicción que por un momento la morena le creyó- Estoy aquí para contestar todas tus preguntas, porque soy tu mamá, aunque reniegues de eso y lo niegues- Con esa frase, una lágrima rodó por su mejilla- Aunque me insultes, soy tu mamá y siempre lo voy a ser.
Regina: Habla entonces- Descruzó los brazos y los metió en los bolsillos traseros del pantalón mientras Emma le alisaba la espalda.
Bette: Lo primero que hice apenas recuperé la libertad, fue volver aquí ¡Aquí donde estaban mis hijos! – Su voz se quebró y respiró profundamente para recuperar el control- Y si le mentí al cuerpo de bomberos, fue para estar cerca de ti, para…
Regina: Esta conversación se acabó- Se estaba sintiendo vulnerable y eso no le gustaba- ¿Te vas a quedar aquí o te vienes conmigo? – Le preguntó a la rubia.
Emma: Por supuesto que me voy contigo, cariño- La tomó de la mano y salieron.
Bette: Eres lo que más amo en este mundo, mi pequeña morena, no me voy a rendir- Se secó las lágrimas y se fue a la oficina que ahora pertenecía a Cassidy.
Neal: ¿Qué no entendiste bien la orden? No puedes seguir aquí en el cuartel- Gruñó.
Bette: ¿Qué estás haciendo? – Preguntó al verlo con un fajo de billetes en la mano.
Neal: No te tengo que dar explicaciones.
Bette: Si esto es lo que parece, lo tuyo es mucho pero que lo mío ¿Te estás robando dinero del cuartel?
Neal: Estoy haciendo cuentas, yo también guardo dinero mío en la caja fuerte, por seguridad, necesito hacer unos pagos ¿O qué? ¿Ya estás alucinando? Porque si quieres te puedo mandar con mi hermana para que te dé terapia.
Bette: Por tipos como tú- Se acercó- Este cuartel está en crisis.
Neal: ¿Por tipos como yo? Lo que pasa es que tú estás aferrada a seguir aquí.
Bette: Voy a limpiar mi nombre y voy a volver a dirigir esta estación- Aseguró.
Neal: ¿Ah así? Eso lo quiero ver- Se burló y se dejó caer en el sofá- Te espero aquí sentado, por lo pronto, lárgate de mi estación.
Ariel acomodó su celular delante de una lámpara que iluminaba su habitación, se secó las manos sudorosas en su pantalón y respiró profundo antes de iniciar una grabación en vivo en su Facebook.
Ariel: Hola, gracias a quienes se están sumando a este live y a los que me han transmitido sus buenas vibras por mi campaña publicitaria- Leyó un comentario que decía que se veía hermosa- Muchas gracias, la verdad estaba un poco nerviosa, pero quedé muy conforme con el resultado- Leyó que, por qué estaba tan desaparecida- He estado haciéndome algunos chequeos y como a la salud no se le puede hacer Photoshop, me gustó esa frase, la voy a patentar- Bromeó para relajarse- Bueno, voy a estar haciéndome un tratamiento que posiblemente me tenga fuera de las pistas un tiempo, pero no crean que van a descansar de mis selfies ¿Eh? Así que, a todos mis followers, les mando un beso enorme, diviértanse, cuídense y, sobre todo, disfruten mucho la vida porque es la única que tenemos, bye- Terminó el video y los sollozos no se hicieron esperar.
Belle: Estuviste increíble- Entró sin pedir permiso.
Ariel: No me quiero morir, Belle.
Belle: Y no lo harás, cariño- La abrazó- Yo voy a estar a tu lado hasta que vuelvas a ser la pelirroja insoportable de siempre.
Ariel: ¿Quién dijo que dejaría de serlo por tener cáncer? – Se rio entre lágrimas.
Belle: Me alegro, porque es tu esencia y me gusta- Besó su cabeza y la estrechó más en sus brazos.
Ariel: Gracias, Belle- Levantó la mirada- Eres como un ángel- Se miraron por unos segundos y sus corazones se aceleraron.
Emma: Eres una cobarde- Le dijo a la morena una vez que entraron a la casa.
Regina: Me vale madres lo que tú y los demás piensen de mí- Aventó las llaves y caminó hacia la cocina para sacar unas cervezas.
Emma: Yo no soy los demás ¿Ok? Soy la persona que- Iba a decir que la amaba, pero se arrepintió y agradeció que la morena estaba absorta en sus propios conflictos para darse cuenta- El punto es que – La siguió- Eres una cobarde, te llenas la boca diciendo que quieres resolver la muerte de tu hermano- La morena le ofreció una lata y rodó los ojos- Invitas a su novia a vivir aquí, que te dice que Bette es tu mamá, tienes todos los elementos frente a ti ¿Y qué haces? Escapas de la verdad, porque a ti, la verdad te queda grande- La señaló con el dedo.
Regina: ¿Escapo de la verdad? – Arrugó la frente y la rubia asintió- Ok- Se rio sin humor y dio un sorbo a su cerveza.
Emma: Sabes perfectamente que cuando mataron a tu hermano, Bette estaba presa, ella no lo mató.
Regina: ¿Y tú cómo sabes? Puede tener un cómplice – Dejó la cerveza con violencia en la encimera.
Emma: Dedícale una hora de tu tiempo para que te cuente su versión de las cosas ¿Tanto miedo tienes de darte cuenta que la juzgaste antes de tiempo? – La morena la fulminó con la mirada- ¿Sabes que parece? Que es más importante tu ego y tu orgullo que tus ganas de saber la verdad.
Regina: Estás loca, estás mal- La vena de su frente saltaba.
Emma: No, no estoy loca…
Elsa: Oigan, lamento interrumpir su amena conversación, no quiero ser impertinente, pero ya me voy- Traía una bolsa sobre la espalda.
Regina: ¿A dónde? – La miró con sospecha.
Elsa: No tengo nada que hacer aquí, Regina, de todo corazón, les pido una disculpa por todos los problemas que les ocasioné a las dos- Dejó las llaves sobre la encimera.
Regina: Hey ¿Crees que no me doy cuenta que me estás mintiendo? – La encaró- Sé que Graham te dijo muchas más cosas, por eso lo mataron, porque se estaba acercando a la verdad, aunque tú no lo quieras reconocer.
Elsa: Adiós, Regina- Le dio una sonrisa triste- Emma, cuida a esta terca morena- Salió ignorando a Regina que le pedía que no se fuera así.
Regina: ¿Y ahora? Necesitaba a Elsa aquí- Exhaló y se pasó las manos por el pelo.
Emma: Claro que sí- Escupió y la morena rodó los ojos- Es mejor que esté lejos de ti- Destapó una cerveza y le dio un trago sin ocultar el gusto de que la periodista se haya ido.
Regina: No me digas- Se cruzó de brazos.
Emma: Vas a tener que aceptar la ayuda de Bette- Canturreó.
Regina: Y tú por alguna razón estás encantada con la idea ¿No es así? – Resopló.
Emma: ¿Estás celosa de tu mamá? – Se burló y eso molestó a la morena, así que contraatacó.
Regina: No seas absurda, sería un poco raro, pero eres una mujer libre- Se encogió de hombros y se perdió el dolor que pasó por el rostro de la rubia.
Emma: Sí, bueno, como sea, te guste o no, sin la sórdida ayuda de Elsa, tu mejor opción es Bette- Dejó la cerveza y se fue a la habitación con el corazón adolorido.
Ruby: Háblame de tu amiga, Zelena- Pidió mientras se ponía una camiseta sin mangas después de una sesión de sexo en su habitación- ¿Qué pasa con ella? ¿Te gusta mucho?
Robin: Sí- Se tapó de la cintura para abajo con la sábana- Claro que me gusta.
Ruby: ¿Cogen bien? – Prendió un cigarrillo y el bombero se rio- Del uno al diez.
Robin: No sé si me siento muy cómodo hablando de esto.
Ruby: Dime, no soy celosa.
Robin: Bueno, sí, hay buena química.
Ruby: Y entonces ¿Qué haces en mi cama y no en la de ella? – Sonrió maliciosamente.
Robin: Porque cada vez que intento ser parte de su vida, ella me aleja- Su voz salió triste.
Ruby: Entonces, acepta lo que tienen, así como es y no lo arruines tratando de que sea diferente.
Robin: ¿Y eso cómo se hace?
Ruby: Aceptando que hay muchas formas de estar con una persona, o con más de una.
Robin: Parece que no soy tan evolucionado como tú- Se rio.
Ruby: Entonces, evoluciona, idiota- Se rio- Porque no hay nada de malo en compartirnos con otros, eso de tener que elegir y quedarse en un solo lugar es una trampa, y si te animas a ver las cosas de otra manera, puedes estar con Zelena y conmigo.
Robin: Me gusta como suena eso- Sonrió y la jaló para un beso ardiente.
En la pensión familiar, Kristin, Anna y Belle le cantaban las mañanitas a un cabizbajo Jefferson frente a un pastel con una vela con el número 21.
Jefferson: No es un año más, es un año menos, no veo el motivo para celebrar que me voy a morir- Refunfuñó.
Kristin: No digas eso mi amor- Besó su cabeza- Tu vida es una celebración, no nada más hoy, siempre.
Anna: Oigan ¿Y Ariel? ¿Por qué no vino a celebrar al festejado? – Preguntó con el ceño fruncido.
Belle: Eh- Miró a Kristin que sintió que le dolía el pecho- Es que ha estado tan cansada con tanto trabajo que le ha salido que, pues mejor que descanse ¿No? – Bauer asintió y el timbré de la puerta sonó.
Anna: Yo voy.
Jefferson: 21 años, no inventes- Exhaló desanimado- ¿A dónde fue mi juventud? – Dramatizó.
Kristin: Aquí- Lo tomó de la mejilla- En estas patas de gallo- Se rio y besó sus ojos.
Anna: Llegaste justo a tiempo para el pastel- Regresó con su novio de la mano.
Killian: ¿Dónde está mi socio cumpleañero? – Preguntó alegremente y el estado de ánimo del festejado mejoró de repente- Felicidades- Le estrechó la mano y lo abrazó.
Jefferson: Gracias- Sonrió tontamente y la única que no se dio cuenta fue Anna.
Kristin: Mi amor, vamos a poner un lugar más para tu novia- Le dijo a Anna.
Belle: Y yo voy a hacer café, por si alguien quiere, vamos- Y las tres mujeres se fueron a la cocina.
Killian: No te traje regalo, pero te tengo una invitación esta noche para cenar- Jefferson sonrió tímidamente- Digo, tómalo como una cena de negocios y de cumpleaños.
Anna: ¿Ya te comentó Kill que hoy empiezo a trabajar como asistente en el taller? – Se paró al lado de su novio y lo abrazó de lado.
Jefferson: Sí, claro, y prepárate porque tenemos mucho que hacer.
Neal: Una pausa de cinco minutos- Les dijo a los bomberos que estaban entrenando en el gimnasio del cuartel.
August: ¿Vas a nombrar al segundo inspector? ¿O hasta cuándo? – Preguntó sin dejar de hacer flexiones de bíceps con mancuernas.
Neal: Cuando alguien haga los méritos suficientes ¿O qué? ¿Alguno de ustedes hizo todos esos méritos? – Se rio.
Robin: ¿Y qué? ¿Es una competencia?
Killian: ¿Por qué no Emma? Desde que existe el cuartel nunca ha habido una segunda inspectora.
Neal: muy buena sugerencia, Jones- Dijo con sarcasmo- Necesitamos a alguien con carácter, alguien que entienda bien el sentido de lo que hacemos, que no ande dando vueltas por ahí lloriqueando porque las cosas no salen como ella quiere, pero ya que tienen tanta prisa, vas a ser tú, August- El mencionado dejó caer la mancuerna.
August: No jodas, yo no estoy capacitado- Negó con la cabeza.
Neal: Aquí yo digo quien está capacitado y quien no, y yo digo que tú sí estás capacitado.
Killian: ¿Por qué no respetamos lo que dice August?
Neal: ¿Por qué no mejor te callas? – Sonó la alarma de siniestros y la mayoría corrieron- Tu primera emergencia- Le dijo a un atónito August- ¡Muévete, cabrón! – El bombero asintió y corrió con sus compañeros.
Regina: ¿Qué pasó? – Preguntó al escuchar a Emma decirle a alguien por teléfono que iban para allá.
Emma: Hubo un atropellamiento masivo en Reforma, vámonos- Comenzó a meter cosas en su mochila.
Regina: Iré yo, se supone que Neal te suspendió.
Emma: Que se vaya a la mierda, esto es importante- Se colgó la mochila al hombro.
Regina: Bien, vámonos en mi coche- Tomó las llaves y salieron.
Jefferson: Porque no dijo “Vamos a comer algo por ahí” – Caminaba en círculos en la habitación de Belle- No, no, no, no señor, dijo “Cena” y para mí una cena es una cita, pero- Exhaló- También dijo negocios y pues allí se enreda todo, porque está mezclando un concepto romántico, como es una cena, con un concepto frío e impersonal como son negocios, y si a eso le agregamos la palabra cumpleaños, no- Se pasó las manos por la cara- Ya no entiendo nada- Miró a su amiga que tenía la cara metida en su laptop- No me estás escuchando- Cerró el dispositivo.
Belle: Sí te estoy escuchando, Jeff, pero no está fácil seguirte el hilo- Abrió la laptop.
Jefferson: Si no está fácil para ti, imagínate para mí, que no sé somo tengo que vestirme, que ilusiones hacerme y cuales no- Suspiró profundamente- No es fácil ser Jefferson en este momento.
Belle: Vístete como te vestirías para una cena, pero no te esperes nada porque el que espera siempre se decepciona- Resopló- Y no te hagas ilusiones, porque eso no es nada más que perpetuar la idea tóxica del amor romántico ¿Algo más?
Jefferson: ¿Irías conmigo a la cita? – Pidió con ojos de cachorro y su amiga rodó los ojos- Por favor, necesito un cerebro como el tuyo para poder entender si tengo chance o no con Killian- Belle suelta un quejido- ¿Belle? Por favor – Hizo un puchero.
Bette: Ya con esto no debería volver a fallar- Se bajó de la escalera después de arreglar una lámpara de techo.
Kristin: Eso es lo que necesitábamos en esta casa, alguien que supiera ese tipo de cosas- Le sonrió- Mi hijo Jeff lo ha intentado, pero él es más un artista, mira todo lo que ha hecho- Señaló algunos cuadros y decorados.
Bette: Bueno, tú también podrías aprender.
Kristin: Querida, si tú eres mi maestra me convierto en electricista- Guiñó coquetamente y una risa deliciosa atravesó la garganta de la morena.
Bette: A ver, préndele- Señaló el apagador.
Kristin: Eres un genio, lo lograste- Miró la lámpara encendida- Llevaba mucho tiempo haciendo cortocircuito- Se acercó a su lado- Llegaste tú y llegó la luz a esta casa- Habló metafóricamente.
Bette: Bueno, tú me ayudaste, así que fue trabajo en equipo.
Kristin: Entonces, hacemos un muy buen equipo- La miró.
Bette: Por supuesto- Le sonrió dulcemente y la rubia ya no pudo contenerse más, capturó sus labios en un beso que solo fue interrumpido cuando sonó el celular de la morena.
Kristin: Adelante- Dijo a regañadientes y Bette contestó con una sonrisa- ¿Qué pasó? – Preguntó después de que la morena colgó y tenía cara de preocupación.
Bette: Era Emma, hubo un atropellamiento masivo y me pidió que fuera de urgencia- Tomó su mochila del sofá.
Kristin: Pero, estás suspendida, no creo…
Bette: Es una emergencia, Emma también está suspendida, pero podemos ayudar a salvar vidas, así que al carajo.
Kristin: Entiendo, ve ahora y llámame si necesitas algo- La morena asintió y besó sus labios suavemente antes de salir como si fuera lo más natural del mundo- Esta mujer me tiene loca- Suspiró.
Regina estaba conteniendo las lágrimas, le había dicho a la mujer que yacía en el suelo que su hijo estaba siendo atendido y que estaría bien, pero Emma le había hecho una seña con lágrimas en los ojos de que no lo había logrado.
¿Cómo iba a decirle a una madre qué su hijo que quería ser un buen médico para salvar vidas había muerto? Así que seguía diciéndole que estaría bien.
Sus ojos marrones se enfocaron en Bette, que en cuanto llegó comenzó a hacerse cargo de todo, se preguntó como se sintió su supuesta madre cuando supo que Graham había muerto, cómo se sentiría si la misma Regina hubiera perecido en un atropellamiento masivo mientras Porter se encontraba herida.
Bette: Regina, cariño- Se acercó al verla retraída- Yo me hago cargo, ve con Emma, ella te necesita.
Mujer: Mi hijo está muerto ¿Verdad? – Preguntó ya en la camilla.
Regina: No, ambos van a estar bien- Se le nubló la vista.
Mujer: Mi hijo está muerto, lo sé, una madre no se equivoca- Sollozó- Mi hijo está muerto- Hubo un quejido y sus ojos se cerraron.
Regina: No, no, no- Comenzó a darle masaje cardiaco- Quédate conmigo, por favor, no me hagas esto- Sus lágrimas caían sobre el rostro de la mujer y Emma sintió que se le partía el alma al ver así a su morena, pero tenía que dejarla superar esto, porque como bomberos era el pan de cada día.
Bette: Ginny, ya pasó mucho tiempo- Dijo después de unos minutos y viendo a su hija exhausta- Esa mujer murió, cariño- Puso su mano sobre el hombro de la joven Bombera- Estás masajeando a un cadáver.
Regina: No, todavía la puedo salvar- Continuaba.
Bette: Regina, tienes que parar- Alzó la voz.
Emma: Ginny, amor- La jaló suavemente por la cintura- Aunque hagas que su corazón vuelva a latir de nuevo, su cuerpo ya no le sirve.
Bette: Estar vivo no es lo mismo que vivir ¿Qué clase de futuro le darías, Regina? Acaba de perder a su hijo- Regina la miró con ojos desenfocados- ¿La vas a condenar a vivir su dolor todos los días solo para sentir que le ganaste a la muerte? Regina, cuando a una madre se le muere un hijo, no hay razón para seguir viviendo- Se le quebró la voz y Mills se tragó el nudo en la garganta.
Regina: Tenemos que seguir ayudando- Corrió a donde había más heridos y Emma la siguió.
Úrsula: Perdóname mi amor, pero es que en el crucero no había absolutamente nada de señal- Explicaba mientras jalaba una maleta y su hija otra al entrar a la pensión- No pude contestar tus mensajes, pero en cuanto llegué a puerto y escuché tus audios tan tristes, no dudé ni un momento en tomar el primer vuelo aquí.
Ariel: Claro- Intentó sonreír.
Úrsula: ¿Qué tienes, mi vida? ¿Por qué estás tan triste? – Le acarició la barbilla- No me digas que algún infeliz te rompió el corazón.
Ariel: No, mamá, no es eso.
Úrsula: Porque de ser así, vamos a llorar juntas ¿Te acuerdas de Iñaki? – La pelirroja asintió- Pues el muy cabrón resultó casado y con un bebé en camino, pero bueno, no hay desilusión que no cure una pasada por el cirujano plástico.
Ariel: ¿Otra vez? – Suspiró.
Úrsula: ¿Qué tiene? Muchas curan sus tristezas tomando, fumando, con drogas, yo en cambio, curo la tristeza embelleciéndome, mi amor- Se pasó una mano por el cuerpo y la pelirroja sonrió, esta era su madre- Oye, por cierto ¿No te gustaría quitarte un poquito de grasa de la cintura? No te preocupes, yo pago.
Ariel: Así que por eso viniste a Maine ¿No? – Se rio sin humor- No porque querías verme.
Úrsula: Ay mi vida, por favor no empieces de dramática- Rodó los ojos- Lo importante es que estoy aquí y que vamos a pasar unos días increíbles juntas- La pelirroja exhaló- A ver, muéstrame tu casa ¿No?
Ariel: Claro- Le dio un recorrido.
Úrsula: Mi amor, yo siempre pensé que vivías en una casa para ti sola, no en una pensión ¿Compartes baño? – Hizo una mueca de asco- De haberlo sabido, nunca hubiera estado de acuerdo.
Ariel: Pero lo pago con mi dinero ¿Cuál es el problema?
Úrsula: Justamente ese, mi amor, que no tendrías por que pagar esto- Se acercó a su hija- A ver, mi vida, yo te ofrecí correr con todos los gastos.
Ariel: Y te lo agradezco, mamá, pero prefiero mi independencia, además, aquí me siento bien y tengo amigos.
Úrsula: En otros lados también puedes tener amigos, a ver, mi amor, tú te mereces algo mejor que esto, princesa.
Ariel: ¿Cómo una madre que responda a mis llamadas, por ejemplo? – Se cruzó de brazos.
Úrsula: Entonces, todo lo que me estás diciendo es para castigarme por no ser la madre perfecta.
Ariel: No todo se trata de ti, mamá- Alzó la voz y se sentó en la cama.
Úrsula: A ver, chiquita- Se sentó a su lado- Yo vine aquí a ayudarte, no a pelear contigo ¿Ok? – Le acarició el cabello- Cuéntame que es lo que te pasa- Le llegó una notificación a su celular- Tengo cita con el cirujano en un ratito, pero cuéntame rápido ¿Qué pasó?
Ariel: Nada, no pasa nada, mamá.
Úrsula: ¿Estás segura? – La pelirroja asintió- Entonces ¿No tengo nada de que preocuparme? – Ariel negó con la cabeza- Bueno, pues siendo así, quiero que me concedas algo, quiero que vayamos a ver departamentos para ti sola, mañana mismo empiezo la búsqueda, así que tú no te preocupes- Besó su cara- Me voy, márcame cualquier cosa que necesites- Salió pavoneándose.
Ariel: Lo que necesito en este momento es a ti- Se acostó.
Emma: Regina, sal de ahí- Le pidió a la morena que estaba dentro de un auto siniestrado.
Regina: Hay un bebé atorado entre los fierros, la escalera no me deja entrar, necesito cortarla.
Emma: Tenemos que sacarlo, ya- Dijo al ver y escuchar al bebé llorar.
Regina: Tráeme la sierra, rápido- La rubia de inmediato corrió por ella.
Emma: Aquí está.
Regina: Tú le llamaste a Bette ¿Verdad? – Swan asintió y le entregó la sierra- Gracias- La rubia sabía que el agradecimiento no era solo por la sierra.
Emma: Con cuidado, amor, no te vayas a lastimar- Pidió preocupada y observó a su morena hacer el trabajo.
Regina: Tranquilo, bebé- Comenzó a hablarle a través del ruido de la sierra y decidió taparle la carita con la cobija- Vas a ser una niño muy sano y fuerte.
Emma: Para la sierra, para la sierra, Regina- Pidió desesperada.
Regina: ¿Qué pasó?
Emma: Hay un derrame de gasolina ¡Aléjense todos! - Ordenó a quienes estaban cerca.
Regina: ¿Qué? – Tragó saliva.
Emma: Sal de ahí, Regina, ahora- Pidió con pánico.
Regina: ¡NO! No voy a dejar aquí a este bebé- Comenzó a jalar los fierros de donde ya había desgastado con la sierra, sin importarle que sus manos casi sangraran.
Emma: Yo tampoco quiero, pero no puedo perderte- Comenzó a jalar a la morena por el uniforme- Por favor, Regina, tienes que salir, ya- Le pedía desesperada con lágrimas en los ojos.
Bette: Emma, sácala de ahí- Le gritaba mientras se acercaba a grandes zancadas.
Regina: ¡Mierda! – Jalaba del fierro sin escuchar a Emma ni a Bette.
Emma: Regina, por favor- Volvió a jalar y esta vez la morena no se resistió.
Regina: La tengo- Salió con ayuda de la rubia y ambas corrieron en dirección a Bette antes de que el auto volara en mil pedazos- ¡Dios! – Se recargó en uno de los camiones de bomberos- Lleva a que atiendan al bebé- Se lo entregó a Emma.
Emma: ¿Estás bien? – Acarició el rostro de la morena con una mano y tomó al bebé.
Regina: Sí, llévalo- La rubia asintió- Bette, yo- Sus ojos oscuros se cruzaron con los de Porter y la abrazó haciendo que la mujer mayor se sintiera plena por primera vez en más de dos décadas.
Bette: Tenía tanto miedo, mi pequeña morena- La estrechó con lágrimas en los ojos, queriendo protegerla del mundo.
Continuará…
Chapter 13: Un poco de distancia
Chapter Text
Kit Porter entró a la casa de su hermana, mejor dicho, a lo que quedaba de ella después de que fue incendiada, sus ojos se pusieron llorosos cuando vio las cunas de los mellizos.
Kit: No sé cómo, pero me las voy a arreglar para que nunca vuelvan a vivir una pesadilla como la de esa noche- Regresó a su casa y se durmió con su novio al lado.
Apenas se asomaban los primeros rayos del sol cuando el llanto de Regina la despertó.
James: Calla a esos escuincles- Gruñó y se tapó la cabeza con la almohada.
Kit: ¿Quieren su leche? – Tomó a Regina en sus brazos- ¿Qué pasa mi pequeña morena? – Le acarició el cabello, pero la melliza no paraba de llorar.
James: Estoy hasta la madre- Se levantó furioso.
Kit: Yo sé que te molesta que mis sobrinos lloren, pero…
James: Es solo esa mocosa la que llora- Señaló a la bebé.
Kit: Han pasado por mucho y extrañan a mi hermana y a Cora, por favor trata de ser más comprensivo- Exhaló- Oye, estaba pensando ¿Por qué no vamos a comer a la fonda de aquí de la vuelta? Así todos nos distraemos un poco- No había terminado de hablar cuando el hombre salió y cerró la puerta- Ginny, por favor, mi amor, deja de llorar- La meció de un lado a otro y James apareció con el ceño más fruncido.
James: Te dije que no te acercaras a mi habitación de trabajo, hay cosas que no quiero que veas.
Kit: Ya sé, yo- Exhaló y se acercó a tomarlo de la mano- Mira amor, no quiero que mis sobrinos interfieran entre tú y yo- Cambió de tema y el hombre la abrazó y acarició la mejilla llena de lágrimas de Regina que lloró más con el contacto.
Así pasaron algunos días y la situación cada vez era más insostenible.
Kit: Ya no sé quien eres, te juro que intenté todo, pero ya no puedo, se acabó ¿Ok? – Fue a ver a sus sobrinos que lloraban sin parar mientras James la veía girando su encendedor entre los dedos.
James: ¿Qué se acabó? – Habló para sí mismo y se rio- Estás mal, Kit, aquí el que dice cuando se acaban las cosas soy yo- Se tomó de un trago el vaso de tequila.
Casi todos llegaron exhaustos física y emocionalmente a la estación de bomberos, se habían perdido vidas y más resultaron heridos, por su parte, Regina y Emma se habían ido a casa de la morena.
Regina había huido como el diablo de la cruz cuando se apartó del abrazo de Bette, esta quería seguirla, pero sabía que su hija necesitaba espacio, así que se lo daría, aunque eso no borró la sensación de victoria con la joven morena, quería más, pero le tendría toda la paciencia que se necesitara.
Emma: Hiciste lo correcto- Se sentó a un lado de la morena y la abrazó- Es tu mamá, no tu enemiga.
Regina: No lo sé- Se masajeó la sien- Iré a darme una ducha- La besó suavemente y se metió al baño.
Emma: Entonces ¿Vamos a ir a Boston? – Preguntó lista para entrar a la ducha y tragó saliva cuando se giró y vio a la morena en una toalla diminuta.
Regina: Sí- Dejó caer la toalla y abrazó a la rubia que la veía con lujuria.
Poco después, la morena tenía a la rubia empotrada sobre las baldosas, embistiéndola vigorosamente.
Emma: Joder Regina- Gimió.
Regina: Eso estoy haciendo- Su voz salió estrangulada por el esfuerzo.
Emma: Dámelo todo, bebé- Pidió entre jadeos.
Regina: Bien- Cumplió hasta que ambas terminaron exhaustas en la cama.
Emma: ¿Le vas a contar a Bette sobre el viaje a Boston? – Preguntó haciendo círculos en los abdominales definidos de su morena.
Regina: Lo voy a pensar- Acariciaba su espalada desnuda.
Bette salió de la ducha y se puso ropa cómoda, había sido un día difícil debido al atropellamiento masivo, pero su corazón estaba alegre por el acercamiento de su hija, sonrió y pensó en ir a contarle a Kristin, pero su celular sonó y respondió al número desconocido.
En conexión…
Bette: Diga.
Elsa: Bette Porter, mi nombre es Elsa Arendelle, periodista, trabajo en el periódico Red Global, ahí conocí a tu hijo Graham.
Bette: ¿Y qué se te ofrece? – Frunció el ceño con confusión.
Elsa: Me gustaría hablar contigo, pero preferiría hacerlo en persona, tú dime cuándo y dónde nos podemos encontrar.
Bette: Pero no entiendo ¿Qué necesitas de mí? ¿Puedes adelantarme algo?
Elsa: Como dije, prefiero que hablemos en persona- Se pusieron de acuerdo.
Fin de la conexión.
La morena intentó adivinar que quería la mujer que había sido compañera de trabajo, pero no tuvo éxito.
Anna tarareaba una canción mientras acomodaba los hilos en el taller de tejido.
Jefferson: No, esos van en el otro estante- Señaló- Y siempre se organizan por paleta de color.
Anna: Ok- Reordenó.
Jefferson: Ya sé, parece fácil, pero no lo es- Se rieron.
Anna: Oye ¿Y Kill no te ayuda con todo esto?
Jefferson: Killian me ayudó con todo lo que ves aquí, de hecho, ese estante lo armó él solito.
Anna: No sabía que tenía esa habilidad- Suspiró enamorada.
Jefferson: Quizás hay muchas cosas de él que no sepas- Evitó mirarla.
Anna: ¿Tú sabes algo?
Jefferson: ¿Algo cómo qué?
Anna: Es que últimamente, lo siento tan, no sé, como desconectado.
Jefferson: ¿Desconectado? ¿Cómo? – Preguntó con interés.
Anna: Como si siempre tuviera la cabeza en otra parte, siento que me evita, hasta he llegado a pensar que conoció a otra mujer- Confesó con tristeza.
Jefferson: No, no, que yo sepa no hay otra mujer.
Anna: Bueno, tal vez es solo la rutina que nos está afectando- Sonrió y continuó con su trabajo- Pero voy a volver a encender las cosas entre Killian y yo- Volvió a tararear la canción y Jeff tragó saliva, le tenía cariño a su amiga, pero no podía evitar estar enamorado del mismo hombre que ella.
Emma: Ya viene el taxi para llevarnos a la terminal de autobuses- Metió su celular en el bolsillo de su chaqueta.
Regina: Ok- Suspira con cansancio.
Emma: ¿Cómo sigues? – La tomó de las manos.
Regina: Me siento, no sé, fueron muchas emociones- La rubia asintió en comprensión- Vi morir a un papá y a su hijo frente a mí y no pude hacer nada al respecto- Soltó con frustración.
Emma: Hiciste lo humanamente posible.
Regina: Siento que pude haber hecho más- Se revolvió el cabello con exasperación.
Emma: Regina, salvaste la vida de un bebé, te reconciliaste con tu mamá, eso también es muy importante ¿Por qué no le cuentas a Bette que vas a ir a Boston? – La morena se movió incómoda- Seguramente ella te puede responder todas tus preguntas, probablemente ni siquiera necesitemos viajar hasta allá.
Regina: Te dije que lo iba a pensar, mira- Se escuchó un claxon- Ya llegó el taxi, quiero escuchar lo que Boston tiene que decirme.
Emma: Ok- Acarició su rostro y besó suavemente sus labios- Adelántate con nuestra maleta, necesito recoger algo de la habitación- Mills asintió.
La rubia sacó su celular y envió en mensaje de texto a alguien.
Elsa: ¿Bette Porter? – Se acercó a la mesa de la cafetería en la que la morena estaba esperándola- Eres igual de seria que Graham- Se sentó frente a ella.
Bette: Dime por qué me llamaste, por favor, porque todo esto…
Elsa: ¿Todo esto qué? ¿Tu regreso a Maine o tu salida de la estación de bomberos Stefan King?
Bette: ¿Eras amiga de Graham? – Respondió con otra pregunta.
Elsa: Era más que su amiga- Sonrió con nostalgia y Bette recordó que Regina y Emma ya la habían mencionado- Pero vengo a hablarte de Regina- Continuó antes de que Porter indagara sobre su relación.
Bette: ¿Qué hay con ella? – Preguntó con sospecha.
Elsa: Cuídala, conviértete en su sombra, sé su protectora- La morena arrugó la frente- Es impresionante que los tres tienen el mismo gesto.
Bette: ¿Por qué sabes tanto?
Elsa: Porque quien investiga, sabe, pero aquí lo que importa es Regina, está en peligro- El rostro de Bette se descompuso de preocupación- No creo que sea buena idea que Regina siga yendo a McAllen y a Boston, sobre todo a Boston, Regina no tiene las herramientas suficientes para andar jugando al detective, tú te metiste a esa estación para estar cerca de tu hija ¿Cierto? – La morena asintió- Entonces, me imagino que tú eres de las que hace sacrificios por la gente que amas, así que hazlos.
Bette: Sacrificaría lo que sea por mi hija- Aseguró sin parpadear.
Elsa: Hazlo entonces, lo que hay detrás de todo esto no es ningún juego, yo sé por qué te lo digo, Regina está en grave peligro, el problema es que ni siquiera lo dimensiona- Porter vio la genuina preocupación en los ojos azules de la periodista, aunque eso no significaba que confiaría en ella por completo.
Bette: Primero tendrán que matarme antes de que toquen en cabello de mi hija- Se levantó y se fue.
Elsa exhaló y marcó un número en cuanto la silueta de Bette se perdió en la distancia.
En conexión…
Elsa: Listo, ya hice lo que me pidieron- Exhaló- No, no, no, yo ya no me quiero involucrar más en esto, no puedo- Resopló cuando le dijeron algo- Porque son razones personales que tendrían que respetar- Casi gruñó- Ya hablé con su mamá, la puse en advertencia, necesito un poco de distancia, eso es todo lo que pido.
Fin de la conexión.
El problema era que la periodista estaba desarrollando fuertes sentimientos por Regina Mills.
Killian entró al restaurante con una sonrisa, la cual se amplió cuando Jefferson le hizo una seña con la mano desde su mesa, pero su ceño se frunció al ver que no estaba solo.
Killian: Hola- Forzó una sonrisa para ocultar su decepción.
Jefferson: Hola, mira a quien me encontré en la entrada.
Belle: Sí, así que Jeff me invitó a tomar una copa con ustedes- Improvisó muy mal, ella ni siquiera bebía.
Killian: Claro- Dejó una bolsa de regalo sobre la mesa- Voy a lavarme las manos, ya regreso.
Jefferson: Veredicto- Miró a su amiga.
Belle: Es una cita- Dijo a regañadientes y Jefferson suspiró.
Jefferson: Lo sabía- Sonrió- ¿Qué señales viste?
Belle: El saco que trae es casual, pero es de esos que se usan en momentos especiales, su perfume puede olerse a dos metros de distancia, y bueno, la cara que puso cuando me vio aquí fue épica- Jeff se emocionó- Y supongo que eso es un regalo- Señaló la bolsa plateada.
Jefferson: ¿Y qué tiene que sea un regalo? – Frunció el ceño.
Belle: Que se supone que la cena es el regalo, entonces, si además trae algo material, es porque se tomó el tiempo para escoger algo pensando en ti.
Jefferson: Belle, te amo- Tomó su rostro y besó su mejilla.
Belle: Y yo te odio en este momento ¿Me puedo ir?
Jefferson: No, sería muy obvio, aguanta un poco.
Killian: ¿Ya pidieron algo de tomar? – Preguntó mientras se sentaba frente a Jeff.
Jefferson: ¿Sin esperar al invitado más importante? Claro que no.
Killian: ¿De qué hablas? Si el más importante eres tú- Juntó sus manos sobre la mesa y se sonrieron.
Belle: Sí, listo, yo me voy- Tomó su bolso.
Jefferson: No, no, no, tú te quedas- Belle dejó su bolso.
Killian: Te traje un regalito- Se lo deslizó sobre la mesa- A ver si te gusta.
Jefferson: Gracias, no te hubieras molestado- Lo abrió con entusiasmo.
Killian: Lo hice yo- Dijo al verlo sacar una pulsera roja de tejido.
Jefferson: Fuera- Le susurró a Belle.
Belle: ¿Qué dijiste? – Susurró de vuelta.
Jefferson: Ay, Belle, que mal que te tengas que ir- Habló fingiendo pesar- Bueno, no importa, queda pendiente esa copita ¿Va? – Belle rodó los ojos.
Belle: Me tengo que ir, Killian- Tomó nuevamente su bolso y el bombero asintió.
Jefferson: ¿Me ayudas con esto? – Le preguntó a Jones entregándole la pulsera y extendiendo la mano.
Killian: Claro, sí- Tartamudeó un poco.
Zelena: Pensé que te había tragado la tierra- Dijo con una sonrisa descarada cuando abrió la puerta de su casa.
Robin: Pues aquí estoy- Alzó una ceja.
Zelena: Esta vez, tú te alejaste solito.
Robin: A veces hay que variar un poco ¿No crees? Un poco de distancia no cae mal- Sonrió seductoramente.
Zelena: ¿Qué quieres, Locksley?
Robin: Que conozcas a alguien- Hizo una seña a alguien en el pasillo.
Ruby: Hola- Saludó con una sonrisa lobuna y se recargó en el marco de la puerta- Soy Ruby- La pelirroja la vio de pies a cabeza y se le hizo agua la boca- Robin me ha hablado mucho de ti- La psicóloga miró al mencionado con molestia.
Zelena: ¿Y qué? ¿Necesitas una terapeuta, Ruby? – Preguntó a la defensiva.
Ruby: También es una forma de verlo- Se cruzó de brazos con una sonrisa coqueta- Locksley dice que eres una mujer muy abierta a explorar con el placer, que te gusta ir más allá de los límites.
Robin: Y pensamos que quizás los tres podríamos tener una buena conexión- Tragó saliva y la pelirroja se rio sin humor.
Ruby: ¿No te gustaría ir a mi casa? – Le preguntó a la pelirroja- Nos tomamos unos mezcales y a ver que pasa, así sin presiones.
Zelena: ¿Saben qué es lo que me gustaría? – Preguntó con aparente calma- Que se vayan a tomar sus mezcales y exploren como si fueran animalitos del bosque- Ruby se rio- Pero ustedes dos solos, porque yo no tengo tiempo para escuincles calenturientos, así es que si me permiten- Tomó el pomo de la puerta con intención de cerrarla y Ruby sacó una tarjeta de su bolsillo trasero.
Ruby: Aquí vamos a estar, por si cambias de opinión- Tomó la mano de la pelirroja y puso la tarjeta.
Kristin: Mi amor- Entró a la habitación de Ariel que estaba investigando sobre el tratamiento que tomaría- Sabes que no me gusta que entren chicos a las habitaciones, pero si dejan las puertas abiertas, no tengo problemas.
Ariel: No estoy esperando a nadie- Frunció el ceño y suspiró cuando vio a August aparecer detrás de Bauer.
August: Gracias Kris, no me voy a tardar mucho- La mayor asintió y los dejó solos- ¿Podemos hablar?
Ariel: Preferiría que me hubieses avisado que vendrías- Se puso de pie.
August: ¿Cómo carajos quieres que te avise si no contestas el celular? Vi tu live, quiero que me expliques.
Ariel: ¿Tú crees que puedes venir a la hora que te plazca y pedirme explicaciones? - Se rio con burla.
August: Sí- Se puso las manos en las caderas- Porque no entiendo ¿Cómo que un tratamiento? ¿Estás enferma?
Ariel: Preferiría que te fueras- Lo miró casi con aburrimiento.
August: Claro- Se rio sin humor- ¿Le puedes contar a un montón de desconocidos un pinche drama que no te molestas en explicar, pero yo vengo a preguntarte como estás y me corres? – Alzó la voz- No jodas, Ariel, no te entiendo- Se pasó las manos por el cabello.
Ariel: Me vale madres si no me entiendes, no somos una pareja- Se encogió de hombros.
August: ¿Sabes que es lo que creo?
Ariel: Ilumíname, por favor- Escupió con fingida arrogancia.
August: Que estás bien necesitada de atención, que tristeza, Ariel, tenerte que inventar un drama para ganar seguidores en redes sociales- Negó con la cabeza- Vete al infierno- Salió enojado y la pelirroja por fin pudo soltar un par de lágrimas.
August atravesó la sala de estar completamente molesto, estaba preocupado por Ariel y ella solo estaba inventando cosas que para él eran serias.
Belle: ¿Y tú? ¿Qué haces aquí a esta hora?
August: Vine a hablar con tu amiguita- Miró hacia la habitación de Ariel.
Belle: Te contó- Su rostro cayó, al pensar en la situación de la pelirroja.
August: ¿Contarme qué? – Parpadeó repetidamente.
Belle: Oh, no, nada, yo, yo no dije nada- Tartamudeó.
August: No, no, ni madres ¿Contarme qué? – No hubo respuesta- Habla, carajo- Gritó.
Belle: Está enferma, es cáncer- Sus ojos se llenaron de agua y el hombre sintió que le faltaba el aire.
August: Necesito irme- Salió a grandes zancadas con la urgente necesidad de cortarse y Belle de inmediato fue a la habitación de la pelirroja.
Belle: Cariño- Se acercó a la joven acurrucada en la cama- Todo va a estar bien- La abrazo y le acarició el cabello.
Ariel: Te necesito, Belle- Antes de que Belle respondiera que estaría siempre para ella, la pelirroja capturó sus labios en un beso suave.
Regina: Emma, tenemos que avanzar- Dijo al verla absorta en el celular mientras hacían fila para subir al autobús- ¿Estás esperando una llamada?
Emma: No- Guardó su celular y entrelazó su brazo con el de la morena.
Una vez que se subieron, la rubia se acurrucó en los brazos de la morena, se sentía tan cómoda ahí, como si por fin hubiera encontrado su hogar, sintió que las lágrimas comenzaban a formarse y cerró los ojos para espantarlas.
Se quedó dormida por un momento, había sido un día agotador y el cansancio la venció, pero se despertó abruptamente cuando sintió que le sacaban el celular de la mano y salió de los cómodos brazos de la morena.
Regina: Emma, yo…
Emma: ¿Qué pasa? ¿Me estás checando el celular? – Se lo arrebató.
Regina: No, para nada, es que se te estaba cayendo- Se acomodó mejor en su asiento.
Emma: ¿En serio? – Puso los ojos en blanco y la morena asintió encogiéndose de hombros- Puedes revisarlo, no tengo nada que ocultar- Le ofreció el celular.
Regina: No, para nada, no me interesa- Resopló en cuanto la mentira salió de sus labios- ¿O debería revisarlo? – Preguntó con una ceja alzada.
Emma: No te confundas, Regina, yo no soy Elsa, yo no te estoy mintiendo- Se acurrucó en su asiento- Aquí te lo dejo por si quieres comprobar algo- Lo puso en el regazo de Mills y le dio la espalda- No tiene contraseña- Cerró los ojos y la morena miró el celular por varios segundos.
Killian: Debo reconocer que, al principio, cuando me mostraste tu plan de negocios no entendí nada- Dio un sorbo a su copa.
Jefferson: ¿A poco pensaste que mi plan iba a ser un fracaso? – Preguntó divertido.
Killian: Ya pasamos por eso, Jeff, no, al contrario, cuando las cosas se hacen con esas ganas, están destinadas a funcionar.
Jefferson: Con las ganas no me quedo- Dijo en doble sentido y el bombero se sonrojó ligeramente- ¿Y tú? ¿Cuáles son tus sueños?
Killian: No sé si tengo grandes sueños.
Jefferson: Siempre hay algo que hace que uno se levante y quiera saltar de la cama cada mañana.
Killian: La chicharra del cuartel, siempre.
Jefferson: Lo sé, pero me refiero a, no sé, sueños que podrías llegar a tener con Anna, por ejemplo, no sé, casarte, tener hijos, cosas que hacen los hombres a los que les gustan las mujeres- Indagó.
Killian: A lo mejor no soy como todos los demás.
Jefferson: Sin duda eres mejor que la mayoría- Sonrió dulcemente.
Killian: Sin duda no soy el mejor novio que Anna podría tener- Suspiró.
Jefferson: ¿Y ella lo sabe?
Killian: ¿Saber qué exactamente?
Jefferson: Que no eres el hombre que ella espera o podría llegar a tener, digo, porque las mujeres tienen un radar brutal para esas cosas- Se rio con nerviosismo.
Killian: Está bonito el lugar ¿No? – Cambió de tema y miró la decoración.
Jefferson: Sí, mucho- Suspiró resignado ante la evasión.
Killian: ¿Quieres algo de postre?
Jefferson: Estoy bien por el momento, gracias.
Bette: Buenas noches- Saludó a la dueña de la pensión que leía en el jardín.
Kristin: Hola- Sonrió ampliamente, pero su ceño se frunció al ver preocupación en la morena- ¿Y esa cara?
Bette: Ha sido un día muy largo- Se recargó con las palmas de las manos en el respaldo de una silla- Demasiadas emociones- Suspiró.
Kristin: ¿Quieres que te prepare algo de cenar? La comida siempre es reconfortante- La morena sonrió- O si quieres podemos ver televisión ¿O quieres que hablemos de lo que pasó entre nosotras esta mañana? - Porter se sonrojó- Está bien, no te preocupes, hablamos mañana que estés mejor.
Bette: Mañana no voy a estar aquí.
Kristin: ¿Por qué? – Preguntó decepcionada.
Bette: Mi hija me necesita a su lado, ahora más que nunca- No quería preocuparla con todo lo que estaba pasando, así que no le dio detalles- Tengo que arreglar mis cosas, descansa- Besó su frente y se retiró.
Ruby: Me vendiste a Zelena como una mujer libre y sin prejuicios- Sirvió dos tragos mientras estaba solo en ropa interior y Robin sin camisa- Y resultó ser más mocha que mi jefa- Se rio y se fue a sentar a un sofá, pero estaba decepcionada, la pelirroja la había cautivado en el primer segundo que la vio.
Robin: Creo que cometimos un error en la manera como se lo dijimos ¿No crees?
Ruby: Esto es sexo, no negocios internacionales, a quien le gusta bien y al que no que pase de largo- Dio un sorbo a su copa y miró a la puerta cuando se escuchó que la golpeaban- Estás más vestido, ve a ver quien es, seguro alguien vendiendo algo- El hombre se rio y fue a abrir.
Robin: Hey, no pensé que…
Zelena: Sht- Puso su dedo índice en los labios del bombero y lo empujó hacia dentro y la fotógrafa alzó una ceja al ver de quien se trataba.
Ruby: Viniste- Sonrió de lado y la pelirroja se acercó con una sonrisa depredadora.
Zelena: Y no precisamente a hablar- Se sentó en los muslos desnudos de la más joven y la besó de manera erótica.
Jefferson: Y entonces, mi maestra me dijo: Jeff, dime por favor que te aprendiste la tabla del siete – Imitó una voz nasal y Jones se rio- Y le dije: No maestra, pero aprendí a tejer una cobija – Sacó las llaves de la casa de su pantalón- Y mal no me fue- Abrió la puerta.
Killian: ¿Cómo la que me hiciste a mí?
Jefferson: ¿En serio te gustó? – Se giró a mirarlo.
Killian: Nunca nadie me había hecho un regalo con sus propias manos.
Jefferson: A mí tampoco- Levantó la mano para exponer la pulsera en su muñeca- Oye, no le vayas a decir nadie, pero junto con la foto autografiada de Lady gaga que me regalaron cuando tenía quince años, es el mejor regalo de toda mi vida- Acarició la pulsera.
Killian: Espero en tu próximo cumpleaños poder sorprenderte con algo mejor.
Jefferson: Es perfecta- Sonrió.
Killian: Buenas noches- Dijo para no hacer algo estúpido.
Jefferson: Buenas noches, Kill- Su voz salió con tanto cariño, que el bombero no pudo evitar girarse y juntas sus labios con los del joven diseñador.
Killian: Perdón- Se fue a toda prisa dejando a Jefferson con la cabeza en las nubes.
Neal: ¿Qué hacían Bette Porter y Emma Swan en la emergencia de ayer? – Preguntó molesto a los bomberos que estaban formados en el patio.
August: Necesitábamos más elementos, señor.
Neal: ¿Ah sí? – Se cruzó de brazos- Entonces, uno de ustedes los llamó.
Robin: No éramos suficientes.
Neal: ¿Por eso tenía que llamar a una bombera suspendida y a una delincuente? – Alzó la voz y caminó de un lado a otro- A ver, mi labor aquí es dirigir ¿Sí escuchan? Dirigir cualquier operación de mitigación, atención, prevención de siniestros en todo este radio de operación, alguien pasó por encima del primer inspector- Se señaló a sí mismo- Más vale que digan quien fue.
August: Yo lo hice, señor, estoy consciente que fue irregular, pero la emergencia nos había sobrepasado, solicité refuerzos y la respuesta fue que no había nadie en el perímetro, necesitábamos apoyo urgente.
Robin: Eso es verdad.
Neal: Nadie te preguntó, Locksley.
Killian: August estaba a cargo de la emergencia, hizo que lo fue necesario para salvar vidas.
Neal: A ver, ustedes no están entendiendo, carajo- Ladró- Aquí yo doy las órdenes, ustedes obedecen.
August: Yo soy el único responsable, señor, me nombró segundo inspector y no estuve a la altura.
Robin: Para mí, August hizo lo correcto.
Killian: Para mí también- Los demás bomberos dijeron lo mismo y los ojos de August se pusieron llorosos de emoción al sentirse respaldado.
Robin: ¿No es primero el honor, el valor, la lealtad y el sacrificio? ¿Eso no va incluso por sobre las reglas? A ver ¿Tú no harías lo mismo, Cassidy?
Neal: Voy a retomar este asunto más tarde, sobre todo contigo, August- Lo señaló con el dedo y se fue a su oficina.
Boston.
Emma: ¿Por dónde quieres empezar? – Preguntó después de contestar unos mensajes en el lobby del hotel.
Regina: ¿Ya me vas a decir con quien te has estado escribiendo desde que salimos de Maine? – Preguntó con irritación y los labios de la rubia se curvaron en una sonrisa porque su morena estaba celosa.
Bette: Conmigo- Apareció detrás de la morena que se giró de inmediato- Regina, antes que digas cualquier cosa, déjame explicarte que hago aquí.
Regina: Estoy ansiosa de saberlo- Se cruzó de brazos y dio una mirada molesta a la rubia antes de regresarla a Bette.
Bette: Aquí naciste, aquí te tuve por primera vez en mis brazos- Sonrió- Aquí están enterrada tu otra madre, tu tía Kit- Su sonrisa se ensombreció- Dame la oportunidad de guiarte, de reconstruir tu pasado junto contigo, no me niegues eso, por favor, te lo ruego- La miró con tanto amor que Mills se sintió abrumada.
Regina: Está bien, hagamos esto juntas- Sonrió tímidamente y el corazón de Bette se hinchó mientras Emma veía con orgullo a la morena más joven- ¿Qué tienes en mente? ¿Por dónde quieres empezar?
Anna: Yo no necesito un tiempo, yo sé que quiero estar contigo- Caminaba por el taller de tejido con Killian pisándole los talones.
Killian: Es que estoy confundido.
Anna: No entiendo que te tiene confundido ¿No sabes si me quieres o hay otra?
Killian: No, es que soy yo el que no sabe si es esto lo que quiero para mí.
Anna: ¿Esto? – Se giró a mirarlo- Llevamos dos años juntos, Killian.
Killian: Yo sé, y estos dos años han sido geniales, Anna, pero a veces siento que somos más amigos que otra cosa.
Anna: Habla por ti, para mí sigues siendo el hombre del que estoy enamorada- Sus ojos se pusieron llorosos y el bombero se sintió terrible.
Killian: ¿Cuáles son tus sueños? Esos que te hacen saltar de la cama todas las mañanas.
Anna: Pues, soñaba con ser cantante, pero ya no sé, los únicos sueños que nunca han cambiado son los que tengo contigo, Kill, tener hijos que se parezcan a ti, que estén orgullosos de que seas su papá, una casa linda, una cama grande donde quepamos todos.
Killian: ¿Y no crees que eso es muchísima responsabilidad hacerme cargo de todas tus expectativas?
Anna: Viviría feliz en una vecindad si nos faltara dinero, Kill, todo puede cambiar, lo único que no quiero que cambie es tenerte a ti en mi vida- Comenzó a llorar.
Killian: Pero es que eso no es justo para ti- Le acarició la mejilla- Tener a un hombre lleno de dudas no es justo para…
Anna: Déjame demostrarte que podemos ser felices ¿Sí? – Pidió con el rostro lleno de lágrimas- Porque estoy segura que nadie tiene tantas ganas de hacerte feliz como yo.
Neal: Sí, fue un grave desacato a mi autoridad, superintendente, por eso agradezco su intervención.
Superintendente: Cassidy, si lo estimas conveniente, puedes iniciar una investigación interna cuando quieras.
Neal: Para eso voy a necesitar su apoyo, el mismo apoyo que me dio cuando me nombró primer inspector, Bette Porter es una amenaza para este cuartel, ayer pudo haber ocasionado una tragedia- Se escucharon golpes en el cristal de la puerta.
August: Con permiso- Entró- Superintendente, soy August Booth, segundo inspector interino.
Superintendente: Dime, August.
August: Yo estuve a cargo ayer de la emergencia y permití que Porter se incorporara al siniestro- Neal lo fulminó con la mirada- Necesitábamos refuerzos y elementos con experiencia, francamente la situación estuvo a punto de salírsenos de las manos y Bette nos ayudó a mantenerla bajo control.
Superintendente: ¿Tú te haces responsable de la decisión?
August: Sí, señor, el objetivo siempre fue salvar vidas.
Neal: Perdón, tengo que contestar esta llamada- Salió de la oficina y una vez que le dijeron que su padre sería llevado al hospital, se fue de inmediato.
Anna: Ariel, pero tú sabes tanto de estas cosas- La siguió a la cocina.
Ariel: Ahora no sé nada- Abrió el refrigerador con la mente en el beso con Belle y la huida de esta.
Anna: Siempre tienes a todos locos por ti, algún secreto debes tener.
Ariel: El único secreto que conozco es el buen sexo- Sacó una botella de agua- Si eso funciona, todo lo demás se puede solucionar- Caminó a la sala de estar.
Anna: ¿Y si el sexo no funciona tanto? – Preguntó preocupada detrás de ella.
Ariel: Entonces, tienes dos alternativas, o lo mejoras o te buscas a alguien con el que sí funcione.
Anna: Yo no quiero buscar a alguien más.
Ariel: Entonces, lo que tienes que haces es buscar una habitación en un hotel de lujo, con jacuzzi.
Anna: ¿Y después?
Ariel: Y después, te lo coges como nunca nadie se lo ha cogido en su vida- Ella habría querido hacer eso con Belle hace mucho tiempo.
Boston.
Bette: Yo nunca supe que mi hermana Kit los había traído aquí- Observaba el lugar en la sala de espera del orfanato- La última vez que la vi, fue a visitarme a McAllen y me dijo que se estaba haciendo cargo de ustedes y que estaba saliendo con alguien.
Regina: ¿Un novio?
Bette: Supongo que sí, no supe más, después me enteré que Kit había muerto- Se le quebró la voz.
Regina: Tu abogada, Fiona, nos contó que mi tía nos trajo a este orfanato, que después nos cambiaron el apellido solo al de Cora Mills, perdón, mi mamá, para que nadie nos vinculara contigo.
Bette: Y fue lo más inteligente que pudo haber hecho mi hermana, la presión de la prensa era terrible, incluso para ella debió haber sido muy difícil llamarse Kit Porter- Una monja que estaba en la oficina cercana abrió mucho los ojos cuando escuchó el nombre.
Emma: ¿Qué estamos buscando aquí, Bette?
Bette: Quiero saber como fue el ingreso de mis hijos aquí, cuantas veces vino Kit a verlos antes de morir y si alguien sabe algo más de la vida de mi hermana, yo al igual que Regina, estoy intentando reconstruir mi vida.
Azul: Yo conocí a Kit Porter, si quieren saber la verdad, no es este lugar donde tienen que estar buscando, síganme afuera.
Kristoff: Lo estás haciendo muy bien, pero no te descuides, tienes muchos ojos puestos en tu trabajo- Descruzó los brazos y sentó.
Elsa: ¿Te cabe alguna duda? – Preguntó detrás de su escritorio.
Kristoff: Que, además de esto, hayas estudiado periodismo y estés en ese periódico solo es un plus, debería servirte para pasar desapercibida, pero un solo error…
Elsa: Yo no cometo errores, pero dime ¿Un solo error y qué? – Desafió.
Kristoff: Tendríamos a toda la policía de Boston apuntándonos como si fuéramos delincuentes.
Whale: Arendelle- Se paró en la puerta- A mi oficina, ahora- Ordenó su jefe y la rubia se paró de inmediato.
Elsa: Ya vuelvo- Se acomodó el arma y la placa.
Boston.
Bette: Tenemos muchas preguntas que hacerle ¿Cómo conoció a mi hermana?
Azul: Yo la recibí hace muchos años cuando trajo a los mellizos.
Regina: ¿Cómo sabemos que está diciendo la verdad? – Puso las manos en sus caderas.
Azul: No tienes más remedio que creerme, jovencita, además ¿Qué gano con mentirles? Y también quiero que se le haga justicia a Kit.
Emma: ¿Qué sabe, madre?
Azul: El novio, ese hombre se manchó las manos con sangre, él la mató, él las mató.
Emma: ¿Está diciendo que el novio de Kit Porter era el carnicero?
Azul: Sí, se llamaba James- Bette se llevó una mano a la boca.
Regina: ¿Qué te pasa, Bette? – La morena había preferido que la llamara mamá, pero entendía que no era fácil para su hija- ¿Lo conoces?
Bette: James, James era mi amigo, tu padrino.
Continuará…
Chapter 14: Manzana podrida
Chapter Text
Gold: A ver ¿Creen que mandé pedir esto nada más para que te quedes mirando? – Le preguntó a la joven periodista que de inmediato miró a Graham- No, si quieres estar en esta chamba, tienes que estar al mismo ritmo que nosotros, ándale- Le tendió nuevamente una cerveza.
Elsa: Yo vengo preparada aquí para trabajar, yo no vengo aquí de noche a tener vida social, nos ibas a contar de la tía de Graham.
Gold: Ay, la famosa Kit, otra mujer que vino a complicar las cosas, pobre mujer- Suspiró fingiendo pesar- Yo era apenas un aprendiz, ingenuo, así como ustedes, no sabía nada de nada.
Flashback
Kit: ¿Periodista de Red Global? – Preguntó regresándole la identificación.
Gold: Así, es, Robert Gold.
Kit: ¿Y en qué le puedo ayudar?
Gold: Estoy investigando sobre la carnicera de Boston, me imagino que habrá oído hablar de ella.
Kit: En esta ciudad, todos, por desgracia- Pensó en su hermana con tristeza.
Gold: Pues prepárese, porque tengo serias sospechas que está bien cerca suyo.
Kit: Yo no conozco a ninguna asesina, mire, le voy a pedir…
Gold: ¿Está segura? ¿Confía en su novio, James?
Kit: Por supuesto, él es policía ¿Cómo no voy a confiar en él? – No entendía que tenía que ver James.
Gold: ¿Son una buena pareja?
Kit: Como todas, hay problema, él tiene su carácter, pero me las puedo arreglar.
Gold: ¿Él le cuenta todo lo que hace? – La mujer tragó saliva- ¿Tiene tiempo? Quisiera llevarla a un lugar, me gustaría mostrarle algo- La joven de piel oscura asintió y se fueron en el coche del periodista hasta una bodega abandonada.
Kit: ¿Qué hacemos aquí? ¿Qué hay aquí? ¿Por qué tanto misterio?
Gold: Esta bodega le pertenece a James, su novio ¿Alguna vez le habló de ella? – Porter soló miraba el enorme lugar- No le dijo nada- Se rio sin humor- Sí, me imaginé- Forzó el candado con una barra metálica, pero no pudo abrir- Carajo- Gruñó- Vámonos, quizás sea mejor así- Se fueron.
Pero Kit se había quedado con la duda, así que volvió sola más tarde con unas pinzas para cortar metal.
Cuando entró el olor a putrefacción combinado con limpiadores inundó su nariz, encendió la linterna y avanzó con cautela hasta que se detuvo frente a un tambo de metal y lo abrió con miedo.
Boston.
Azul: Era policía, recuerdo el día que James llegó a buscar a Kit, estaba vestido de uniforme y se la llevó.
Bette: Sí, tu padrino era policía- Miró a su hija.
Azul: Había algo extraño en ese hombre, Kit nunca me lo dijo, pero estoy segura de que le tenía miedo.
Emma: ¿Y le contó algo más? ¿Había más personas? – Preguntó ansiosa y a las morenas les pareció extraño, no la pregunta, sino su actitud.
Azul: Me hablo de Cora, su cuñada- Bette sintió un nudo en la garganta y Regina puso su mano sobre la de ella en la mesa.
Bette: ¿Qué le contaba de Cora? – Su voz salió inestable.
Azul: Que la asesinaron, que lo habían hecho pasar como si hubiera muerto en un incendio- A la mente de Mills llegaron sus pesadillas recurrentes y ahora fue Bette quien presionó su mano y Emma alisó su espalda- Pero no fue así, también me dijo que culparon a su hermana y estaba en prisión- Vio a Porter con compasión- Pero ella estaba segura de que eras inocente y yo también podía verlo en sus ojos, en este oficio, por la gracia de Dios, una persona aprende a darse cuenta cuando una persona dice la verdad y cuando miente u oculta algo- Miró a Emma que se movió incómoda.
Emma: Entonces- Se aclaró la garganta- Según Kit ¿James mató a Cora?
Azul: No, ella nunca dijo eso, pero yo estoy segura de que así fue.
Regina: ¿Por qué está tan segura? – La miró a los ojos.
Azul: Porque ese hombre, era el diablo- Las otras tres tragaron saliva- Te dabas cuenta nada más de ver como odiaba a las mujeres- Una lágrima rodó por la mejilla de Bette.
Flashback
Cora: No me gusta quedare sola, desde hace semanas siento como si alguien me siguiera- Instintivamente se acarició la barriga y Bette puso su manos sobre la de su mujer- Como si me miraran.
Fin del flashback
Porter se levantó con los ojos llenos de lágrimas y se alejó, Regina exhaló y le dio una mirada a Emma antes de seguir a su madre.
Regina: ¿Qué te pasa?
Bette: No escuché a Cora- Se reprochó- No supe entender a tu madre, yo tenía que haber detenido todo en ese momento- Se giró a mirar a su hija- No hice lo que tenía que hacer.
Anna: Reconozco que nunca he sido muy de tomar la iniciativa en la intimidad y tal vez eso ha estado alejando a Killian.
Kristin: Cariño ¿Tú crees? – La joven asintió- Pues quien sabe- Puso unas verduras a remojar- Yo tomé la iniciática y ¿De qué me sirvió? Ya no puedo ver a Bette a los ojos, uno nunca sabe.
Anna: Si yo fuera tú, lucharía por ella.
Kristin: Mi amor, para eso, ambos lados tienen que estar de acuerdo- Comenzó a picar jitomates- En las cosas del corazón, no se puede forzar nada- Esperaba que la joven entendiera el mensaje.
Anna: No digo forzarlas, Kris, pero darles un empujoncito, es en lo que yo ando con Kill.
Kristin: Cariño, cuando llevas mucho tiempo moviendo un carro que no se quiere mover, es momento de cambiar de carro- Dijo casualmente.
Anna: Pero yo no quiero cambiar de carro.
Kristin: Es difícil estar enamorado y no ser correspondido, es triste.
Anna: A mí, Killian me corresponde- Dijo a la defensiva- Y si tú quisieras, también Bette podría enamorarse, es solo cuestión de echarle más ganas, Kris- Quiso ser positiva- Pero bueno, voy a prepararle a Kill una sorpresa que no va a olvidar el resto de su vida- Sonrió.
Jefferson: No sé tú, pero anoche yo no pude pegar un ojo- Dijo a través de la reja en el patio de entrenamiento de la estación.
Killian: Yo tampoco pude dormir mucho.
Jefferson: ¿Te arrepientes? – Preguntó con miedo y puso sus manos en el alambrado.
Killian: Al contrario- Sus manos tocaron las del chico- Siento como si me hubieran quitado un peso de encima- Sonrió tímidamente- Mira, Jeff, es la primera vez que…
Jefferson: Lo sé- Lo miró con tanto amor que el bombero se sintió algo abrumado.
Killian: Me gustaría tomarme las cosas con calma.
Jefferson: No hay prisa- Sonrió brillantemente.
Killian: Se sintió como si fuera el primer beso de mi vida, todas esas cosas que se supone que tienes que sentir, yo las sentí cuando te besé- Los ojos del chico se llenaron de agua.
Kristoff: ¿Qué quería el comisario?
Elsa: Que le entregara unos reportes, cosas de rutina, nada de qué preocuparse- Dio un sorbo a su café.
Kristoff: Está perfecto, bonita, pero…
Elsa: No me digas bonita- Gruñó.
Kristoff: Está bien, Elsa ¿Mejor? – Se burló.
Elsa: Ese es mi nombre ¿No? – Rodó los ojos.
Kristoff: ¿Y qué hiciste con el coche que te di?
Elsa: Lo estacioné en un lugar más seguro que esta misma comisaría ¿Es en serio? ¿Eso es lo que más te preocupa? ¿El coche? ¿No desmantelar la red de corrupción en la policía que te podría convertir en un héroe nacional? – Gesticuló con burla.
Kristoff: Cuando yo sea ese héroe, cuidadito con quitarme los honores ¿Eh?
Elsa: Ese es precisamente el problema- Arrugó la nariz- A ustedes les importan demasiado los honores, yo estoy aquí por la justicia- Giró su silla para estar frente a la computadora.
Kristoff: ¿Te insinuó algo el comisario? No llegamos aquí a espaldas del alto mando nacional.
Elsa: Nada, él confía en mí- Respondió sin dejar de ver la pantalla de la computadora.
Kristoff: Podrías ayudarme para que confiara también un poco en mí, yo también soy de los buenos, pero también tengo mis metas.
Elsa: Todos aquí somos los buenos- Se giró a mirarlo- Decidí ser policía porque soy honrada, porque quería ser de los buenos, por encima de las metas, esa es la diferencia entre tú y yo- Volvió a lo que estaba haciendo.
Neal: ¿Posible deterioro neurológico? ¿Qué es lo que me está queriendo decir? No entiendo
Doctor: Hay que tener calma, por ahora lo que más me urge es la operación, hay que adelantarla.
Zelena: ¿Para cuándo?
Doctor: Mañana mismo, si quieren, puedo reservar un quirófano.
Neal: ¿Y cuándo hay que pagarla? – Preguntó nervioso.
Doctor: De inmediato.
Zelena: ¿Y no se puede pagar en cuotas o algo así?
Doctor: No, lo siento, puede quedarse uno de los dos a cuidarlo, pero solo hasta las seis, con permiso- Se retiró.
Neal: ¿Qué vamos a hacer?
Jefferson: El primer beso de su vida- Abrazó emocionado a Belle- Y se lo di yo.
Belle: A ver, espérate, Killian tomó la iniciativa ¿Verdad?
Jefferson: Solito y sin presiones.
Belle: ¿Y ahora qué?
Jefferson: Ahora, a disfrutar, Belle.
Belle: No, Jeff, Jeff, a ver- Se sentaron en la cama- Él sigue con Anna ¿No?
Jefferson: Hay que darle tiempo para que soluciones sus asuntos- Se encogió de hombros.
Belle: ¿Y si no los soluciona?
Jefferson: Después de ese beso no hay vuelta atrás, si antes tenía dudas, ahora solo tiene certezas- Su voz era de pura emoción.
Belle: No, no, no, a ver, Killian puede tener muchas certezas, pero sigue en el clóset.
Jefferson: No, Belle, las puertas de ese clóset se abrieron hace mucho y no hay nada en este mundo que las pueda volver a cerrar.
Belle: Jefferson- Se llevó las manos a la cara.
Jefferson: No, de verdad ¿Por qué insistes en lo mismo? Estoy seguro…
Kristin: Traje sábanas limpias- Entró a la habitación- ¿Pasa algo? – Los miró con sospecha.
Jefferson: No- Sonrió con nerviosismo.
Kristin: Jeff ¿Algún problema? – Lo miró con una mano en la cadera- Jeff, en este momento me dices que pasa.
Jefferson: Puras cosas buenas, má- Se levantó y Bauer sonrió esperando las buenas noticias- Kill y yo nos besamos- La rubia abrió mucho los ojos- Y es lo más lindo que me ha pasado en la vida- Las mujeres se miraron.
Kristin: Oh, cariñó- Lo abrazó, no quería bajarlo de su nube abruptamente, pero sabía que su hijo iba a sufrir.
Parque de Boston.
Bette: El que estaba aquí era James- Señaló la foto incompleta en la que estaban ella y Cora.
Emma: Entonces eran muy amigos- Tragó saliva.
Bette: Pues imagínate, fue padrino de uno de mis mellizos- Miró cariñosamente a Regina- Uno cree que tiene amigos hasta que lo traicionan- Exhaló- No se imaginan lo feliz que fui aquí cuando empezaba como bombera, cuando todavía la tenía a ella, a mi Cora- Se tragó el nudo en la garganta- Antes de todo.
Flashback
James: Mira, le jalas esta cosita- Le explicaba a Archie como usar su cámara- Encuadras bien y aprietas el botoncito.
Archie: Ok, acomódate- James de inmediato se paró a un lado de Bette que tenía abrazada a Cora por la cintura- Sonrían.
Fin del flashback
Regina: ¿Quién crees que cortó la foto?
Bette: No sé, durante mucho tiempo, no supe nada de esta foto, no puedo creer que la tuviera Fiona.
Emma: Fue James- Madre e hija la miraron- Yo creo que fue él porque seguramente no quería que lo vincularan con nada.
Regina: Tiene sentido.
Bette: No, tuvo que haber sido Cora, ella desconfiaba mucho de James, si tan solo le hubiera hecho más caso- Se lamentó- Si la hubiera escuchado más, tal vez estaría aquí- Regina puso la mano en el hombro de su mamá, le dolía haber crecido sin Cora, pero no podía extrañar a alguien con quien nunca tuvo una conexión- Y toda esta historia sería distinta.
Regina: No fue tu culpa.
Úrsula: Mira, de todos los departamentos que vimos, el que más me gustó fue el último, es el que tiene la mejor vista- Opinó cuando entraron a la pensión, ajena al malestar de su hija- Aunque el baño me pareció un poco claustrofóbico, es que no tiene ninguna ventana, pero bueno, es el mejor ¿Qué piensas, mi amor?
Ariel: Que estoy bien aquí en la pensión- Su respiración era agitada.
Úrsula: ¿Estás bien? ¿Te sientes bien? – Preguntó preocupada.
Ariel: Sí, solo estoy un poco mareada.
Úrsula: Ay, no, Ariel, embarazos no- Regañó- Estás iniciando tu carrera y no puedes echar a perder ese cuerpo tan hermoso que tienes.
Ariel: No estoy embarazada, mamá- Se sentó en la cama.
Úrsula: ¿Entonces? – La joven recordó las palabras de su oncóloga.
Ariel: Se me pasó la mano con la dieta- No le quiso revelar la verdad.
Úrsula: Menos mal, entonces, tú y yo vamos a ir a desayunar algo, pero ligero ¿Eh? Que nunca se es demasiado delgada para el mundo de la moda- Se sentó a su lado- Veme a mí- Sonrió con arrogancia y Ariel solo quería que se fuera.
August: Lo que no logro entender es para que pedimos tantas cajas- Se quejó mientras ponía una en la puerta de entrada a la estación.
Killian: Y yo no entiendo para que hicimos un calendario- Resopló.
Robin tenía una cara de idiota recordando lo que había pasado en casa de Ruby cuando se les unió Zelena.
Thomas: Presupuesto ¿Por qué otra cosa? – Se rio y acomodo algunos en la mesa.
August: ¿Y tú? ¿Por qué tienes esa sonrisa de estúpido? – Le palmeó la nuca a Locksley.
Robin: Es un buen día, me siento lleno de energía, estoy aprendiendo un chingo en la vida.
Killian: Que bueno, yo también- Sonrió recordando a Jefferson y August rodó los ojos ante las caras de idiotas de sus compañeros.
Robin: ¡Lleve, lleve, lleve su calendario! ¡Bomberos irresistibles! Sensualidad, fuego y peligro a todo color- Gritó y las pocas persona que iban pasando se acercaron con curiosidad.
Mujer: Quiero este- Tomó en el que Regina estaba en la portada.
Boston.
Bette llegó a la estación de policía, se detuvo en la entrada y miró el ajetreo por un momento antes de entrar.
Oficial: James Nolan, no lo ubico- Respondió una vez que Bette le preguntó si trabajaba ahí.
Bette: Como ya le expliqué, él fue inspector en jefe de esta estación, pero bueno, eso fue en los noventas, seguramente tú apenas habías nacido- El joven oficial se rio.
Oficial: Podría buscarlo en los registros, pero puede ser tardado.
Bette: Sí, claro, no hay problema, puedo esperar, gracias.
Oficial: Tome asiento- La morena asintió y lo vio acercase a un oficial mayor.
Oficial mayor: ¿Exactamente qué es lo que quieres saber de James Nolan? – Preguntó en cuanto estuvo a unos pasos de Bette.
Bette: Durante mucho tiempo, no vine a esta ciudad y hace muchos años he tenido la duda si él tuvo algo que ver con la muerte de un ser muy querido.
Oficial mayor: Tu cara se me hace conocida de algún otro lugar- La miró detenidamente- Espera un momento- Regresó a su computadora y revisó algunos archivos.
Bette observaba su rostro, cuando el oficial mayor le hizo una seña al oficial más joven, Porter supo que había descubierto quien era y salió discretamente.
Sacó su celular y le dejó un mensaje de voz a su hija.
Bette: Regina, no me fue muy bien, nos vemos en la entrada del hotel.
Apenas había caminado algunos metros, cuando las sirenas la sobresaltaron, la patrulla de detuvo a su lado, el oficial mayor que iba de copiloto formó un arma con su mano y simuló dispararle a Porter, para segundos después, irse.
Su corazón se agitó y recordó que Elsa le dijo que era peligroso para Regina venir a Boston.
Su mano inconscientemente agarró la placa de bombero de su collar y trabajó para regular su respiración, tenía un mal presentimiento y la imagen de su pequeña morena se apoderó de su mente.
Regina: Es raro ¿Por qué me duele estar frente a la tumba de alguien que nunca conocí? – Puso las flores sobre la lápida.
Emma: Porque es tu mamá- Le alisó el brazo cariñosamente- Claro que es doloroso.
Regina: Emma- La tomó de las manos- Quiero conocer a tu papá- La rubia tragó saliva- Quiero saber de dónde vienes, quiero saberlo todo de ti, me importas, me importas muchísimo, has estado conmigo desde el principio de todo esto y hoy estás aquí conmigo y con Bette, quiero decir, mi mamá- Era la primer vez que la llamaba así- Eres quien mejor me conoce, y yo quiero ser eso para ti, quiero ser parte de tu vida en todos los aspectos.
Emma: Yo también quiero que lo seas, y claro que te lo voy a presentar- Capturó los labios carnosos de la morena.
Regina: ¿Hay alguien ahí? – Por el rabillo del ojo vio la sombra de un hombre.
Emma: ¿Qué? ¿Dónde?
Regina: Hey- Corrió- Que no se escape.
Emma: Regina- Corrió detrás de ella, pero se le perdió de vista entre las tumbas.
Mientras tanto, Regina corría siguiendo al hombre, redujo la velocidad cuando ya no vio movimiento y buscó entre las tumbas.
Regina: ¿Quién eres? ¿Qué chingados quieres? – Preguntó al aire y después se rio, aunque estaba muerta de miedo- El famoso carnicero de Boston tiene miedo- Su intención era provocarlo para que saliera- Tienes mucho tiempo buscándome, pues aquí estoy- Abrió los brazos- ¿James? ¿Eres tú? – Miró hacia todos lados y de pronto sintió un golpe en la nuca que la hizo perder el conocimiento.
Killian: No hemos vendido lo suficiente, tenemos que cambiar de estrategia, no pasa mucha gente por aquí para ofrecer los calendarios, y todos los que se han vendido son en los que está Regina en la portada.
Robin: Si Emma estuviera aquí, ya se le habría ocurrido algo- Resopló.
Killian: Hola Jekyll- Saludó al bombero que se acercó en muletas con su novia al lado.
Jekyll: ¿Cómo les va con eso? – Señaló los calendarios y Robin mostró el pulgar hacia abajo- Bueno, mi novia quiere uno para ella y dos para sus amigas, ya saben que no soy celoso- Se rieron- ¿Cuál quieres, mi amor? – La joven señaló.
Robin: Claro, Regina- Rodó los ojos.
August: Hola, Jekyll, que gusto verte- Saludó nerviosos.
Jekyll: Chicos, creo que no regresaré a trabajar- Ignoró a su ex compañero- Necesito al menos un año de terapia física- La culpa se enroscó en el estómago de August y se alejó.
Kristin: Hola, guapos- Saludó con su entusiasmo habitual- Killian, cariño, me gustaría hablar contigo- El mencionado asintió y se alejaron de los demás.
Killian: Kris ¿Pasa algo? – Preguntó preocupado.
Kristin: No, simplemente te quiero decir que te aprecio mucho y que tienes mi bendición.
Killian: ¿Tu bendición? – Parpadeó repetidamente.
Kristin: El amor es el amor, eres mi yerno ahora, quiero decirte que como mamá, me siento muy orgullosa de que un hombre como tú esté con mi hijo- El bombero abrió mucho los ojos- Tienes que hablar con Anna, no está bien que la estés engañando, tienes que hablar con ella, ya, por favor
Killian: ¿Estás loco? – Preguntó con la respiración agitada apenas entró a la habitación de Jefferson.
Jefferson: Sí, por ti- Sonrió y dejó el tejido en la mesa de al lado.
Killian: ¿Por qué carajos le contaste a todo el mundo lo que pasó? - Su mandíbula estaba apretada.
Jefferson: Solo le dije a mi mamá y a…
Killian: ¡No debiste hacerlo! Jefferson, era algo entre nosotros.
Jefferson: Perdón- Se puso de pie- Es que estaba tan emocionada que…
Killian: ¿Qué fuiste y me sacaste del closet frente a todos? Tú ya viviste tu pinche proceso hace tiempo y tienes una madre que te apoya, pero yo tengo una novia y unos papás que preferirían estar muertos antes que tener un hijo maricón.
Jefferson: Killian, entiendo, yo solo quiero que las cosas estén bien entre los dos, nada más- El bombero avanzó a la puerta- Kill, Kill.
Killian: La cagaste, Jeff- Sus ojos se llenaron de agua- La cagaste- Repitió y se fue, dejando al chico desconsolado- Quítate- Empujó a August cuando se lo topó en el pasillo.
August: ¿Qué mosca te pico? – Preguntó a la figura que se alejaba.
Ariel: ¿Y tú? – Frunció el ceño al verlo entrar a la cocina.
August: Ya no te voy a hacer preguntas- Se acercó cautelosamente- Tus razones tendrás para no quererme contar.
Ariel: ¿De qué está hablando? – Se cruzó de brazos defensivamente.
August: Como sea, vas a empezar cuanto antes la quimioterapia, Ariel, aunque te tenga que llevar a la fuerza.
Ariel: ¿Quién te dijo? – Tragó saliva.
August: No importa.
Ariel: Fue la chismosa de Belle ¿Verdad?
August: Ella se preocupa por ti, más que nadie, pero no importa quién me lo dijo- La tomó suavemente del rostro- Lo importante es que ya lo sé y te voy a acompañar ¿Me vas a hacer caso? No me voy a mover de aquí hasta que me digas que sí.
Ariel: No quiero hacerlo sola- Sollozó.
August: No lo vas a hacer sola, yo voy a estar en donde tenga que estar, no estás sola ¿Estamos? – La pelirroja asintió sin poder hablar y el bombero la estrechó en sus brazos.
Belle que iba llegando sintió que se le oprimía el corazón al verlos abrazados, solo ahora se dio cuenta que siempre le dolía por Ariel, no por August.
Robin: Vine en cuanto vi tu mensaje ¿Qué pasó?
Zelena: Mientras más trato de que mi puta vida sea mejor, más difícil se me hace todo, ahora mi papá está en el hospital y yo ya no sé qué hacer.
Robin: ¿Cómo puedo ayudarte? – Preguntó cariñosamente.
Zelena: Como mejor lo sabes hacer- Se fundieron en un beso apasionado- Llama a Ruby.
Una vez que la fotógrafa llegó, se consumieron en los placeres carnales.
Kristin: Como me gustaría que mi Jeff de verdad tuviera una pareja como Killian- Caminaba de un lado a otro en la habitación de Belle- Y no todos esos muchachos que nada más me lo han hecho sufrir, pero no así, no con mentiras.
Belle: Que Killian hable con Anna y lo aclaren todo de una vez- Ella quisiera hacer lo mismo con Ariel, pero era demasiado cobarde.
Kristin: Esa pobre chica está obsesionada con él, es la única que no se ha dado cuenta que a Killian le gustan los hombres.
Belle: Tampoco es tan evidente- Se sentó en su cama y nuevamente pensó en Ariel, nunca pensaría que le podrían gustar las mujeres.
Kristin: Puede ser, pero yo tengo un radar infalible, soy mamá, pero ante todo, soy mujer, no voy a permitir que le hagan daño a ninguno de ustedes, ni entre ustedes- La joven frunció el ceño- Sé que Ariel y tú se traen algo, no quiero que salgan lastimadas, a las dos las quiero como hijas y Ariel nos necesita más que nunca.
Belle: Lo sé, y estaré con ella a cada paso del camino hasta que sane- Aseguró y la rubia asintió- Ariel me besó y ahora estoy muy confundida- Confesó.
Kristin: Cariño, Ariel siempre ha tenido sentimientos por ti- Los ojos de Belle se abrieron como platos- Sabes cómo es, no le gusta sentirse vulnerable y tú nunca mostrarte interés por las chicas.
Belle: No me gustan las etiquetas- La mayor asintió- Además, no estoy segura de nada ahora mismo- Suspiró profundamente.
Kristin: ¿Por qué tiene que doler tanto el amor? – Exhaló.
Belle: Porque si no duele, no es amor- Sus ojos se llenaron de agua.
Kristin: ¿Y a ti quien te enseñó eso? ¿Qué te pasa? – Se sentó a su lado y le acarició el cabello.
Belle: No, es solo que recordé algo, pero se me hace tarde, mejor me voy- Salió practicante huyendo de la conversación, el recuerdo de su abusivo padre le dolía profundamente.
Elsa: El famosísimo James Nolan- Dijo detrás de su escritorio mientras miraba el monitor de la computadora- De oficial a comisario de Boston entre 1992 y 1998, bastante joven para un cargo tan importante, una carrera meteórica, un personaje bastante polémico.
Kristoff: Me queda muy claro cómo se dan esas carreras meteóricas aquí en la policía, pero ¿Cómo llegaste a él?
Elsa: Investigando, revisando información, volviendo a revisar, la primera persona que me habló de él fue el viejo periodista machista, Robert Gold, Gold tenía la teoría de que James Nolan fue la manzana podrida que echó a perder a varios de los oficiales de Boston.
Kristoff: Entonces ¿Tu teoría es que James Nolan es el carnicero de Boston?
Elsa: Es una posibilidad, lo que sí sé, es que Nolan era de los amigos de Bette Porter y de su esposa, de hecho, James es el padrino de Regina, la hija de Bette.
Kristoff: ¿Qué pasó con ese tipo? ¿Se retiró? ¿Lo retiraron?
Elsa: Justo acabo de pedir esa información- Sacó un expediente de un cajón- No me sorprendería ni un poquito que James sepa que estoy infiltrada tratando de sacarle sus manzanas podridas, y que de hecho, él sea el que me ha estado persiguiendo en ese coche- Golpeó el escritorio- Y que sea el mismo que ha estado persiguiendo también a Regina- Le llegó una notificación a su celular y lo revisó- No puede ser, según la información que me acaba de llegar, James Nolan murió un año después de que Bette ingresara a prisión- Dejó caer le celular con frustración al escritorio- Ya está, mi principal sospechoso está muerto- Se rio sin humor.
Boston.
Emma: Bette, Bette- Entró agitada a la habitación de la morena que revisaba su celular esperando noticas de Regina- Tenemos que ayudarla, no sé a dónde se fue, no sé dónde se metió- Caminaba en círculos con los ojos llenos de lágrimas- Te juro que intenté alcanzarla y no pude.
Bette: A ver, no entiendo ¿Qué pasa? – La tomó del brazo para que se detuviera.
Emma: Regina, fui con ella al cementerio, quería llevarle flores a Cora, después me dijo que alguien nos estaba espiando y se fue corriendo detrás de él- Bette sintió que se le hundía el estómago- Bette, tenemos que ayudarla, si algo le pasa no me lo voy a perdonar nunca- Comenzó a llorar y lágrimas silenciosas comenzaron a deslizarse por las mejillas de Bette.
Regina intentó abrir los ojos a pesar del pulsante dolor de cabeza, sentía el cabello pegado a su cara y nuca por el sudor, sus músculos estaban adoloridos y se dio cuenta que no podía estirarlos, sus ojos parpadearon tratando de adaptarse a la oscuridad.
Entró en pánico cuando se dio cuenta del reducido espacio en el que se encontraba, dentro de un tambo metálico.
Regina: ¿Qué diablos? – Como pudo metió la mano en el bolsillo de su pantalón y suspiró de alivio cuando sintió su celular.
Ese alivio pronto se evaporó cuando se dio cuenta que no había señal, por supuesto que su captor no habría sido tan estúpido para dejarle el celular, al menos que supiera que no habría señal en el lugar al que la llevaría.
Comenzó a golpear el tambo con los puños y a gritar por ayuda, su respiración comenzó a tornarse más difícil conforme pasaban los minutos y el aire disminuía.
Gritó hasta que le dolió la garganta, incluso después de eso, podría haber seguido gritando, pero se rindió, entendiendo que no habría diferencia.
Continuará…
Chapter 15: No creo en coincidencias
Chapter Text
Kit se tambaleó hacia atrás hasta golpear con la pared y caer sobre su trasero, lo que había visto en ese tambo de metal la horrorizó, eran las partes del cuerpo de una mujer.
Recordó las palabras del periodista y sus ojos desorbitado escanearon el lugar, de otro de los tambos vio que escurría sangre y salió corriendo sin importarle haber dejado la linterna tirada.
Llego a su casa con el corazón latiendo desbocadamente, lanzó las llaves a la mesa y se fue a ver a los mellizos que dormían plácidamente en sus cunas.
Kit: Graham, Ginny, me los voy a tener que llevar de aquí, a un lugar donde los cuiden mejor que yo- Sollozó- Aquí ya no están seguros- Arreglo una maleta y llevó a los niños al orfanato- Necesito que me los cuide- Le dijo a la monja mientras mecía a los mellizos.
Azul: Señora, todo los días vienen mujeres como usted, no tenemos medios para recibir más.
Kit: Por favor, se lo ruego.
Azul: Hagamos una cosa, si quiere venga la próxima semana en horario de oficina, así me cuenta bien su caso y yo…
Kit: No, hermana, yo no puedo regresar después ¡No puedo! – Alzó la voz y la pequeña Regina comenzó a llorar- Tranquila, mi amor.
James: Kit- Apareció en uniforme y Porter sintió que el miedo recorría su columna vertebral- Vámonos, es tarde.
Kit: No puedo, estoy ocupada resolviendo un asunto- Tragó saliva y miró a la monja.
James: Nos vamos ahora- Fingió una sonrisa y la monja le asintió con la cabeza.
Kit: Gracias- Le entregó a los bebés y Ginny lloró más fuerte- Los amo- Besó sus cabezas.
James: Con permiso- Tomó el brazo de su mujer con demasiada fuerza y la arrastró a la salida.
A kit se le rompió el corazón al escuchar los gritos desesperados de los mellizos, sobre todo los de Ginny.
Cuando la monja buscó los biberones entre las pertenencias de los niños, vio una nota que decía: “No permitir que James se acerque a los mellizos”.
Boston.
Emma y Bette llegaron a toda prisa al cementerio, estaban agitadas y con el corazón acelerado, no solo por la carrera, sino por el miedo.
Emma: Estábamos aquí- Señaló- En la tumba de Cora, si algo le pasa a mi morena, me muero - Sus ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar.
El celular de Bette sonó y respondió sin ver quien era.
En conexión…
Bette: ¿Regina? – Preguntó esperanzada.
Elsa: No, Bette, soy Elsa, quisiera…
Bette: Ahora no puedo, Elsa- Interrumpió abruptamente y Emma se enojó al saber de quien se trataba.
Elsa: Es importante, me gustaría hablarte de James Nolan, sé que eran amigos hace muchos años y…
Bette: Regina desapareció, no es un buen momento.
Elsa: ¿Dónde estás? ¿Qué pasó exactamente? – Preguntó preocupada.
Emma: Me acaba de llamar un mensaje- Le dijo a Porter.
Bette: ¿Regina? – Preguntó esperanzada e ignoró a Elsa.
Emma: Dice número privado ¿Qué es esto, Bette? – Preguntó con el ceño fruncido y le mostró el mensaje.
Mensaje de número privado: Bette sabe dónde está Regina.
Emma: ¿Es cierto? – Cuestionó esperanzada, solo quería asegurarse que su morena estuviera bien.
Bette: ¡Claro que no! No tengo ni idea donde está mi hija ¿Quién diablos te mandó eso?
Emma: No sé- Tragó saliva.
Elsa: Bette ¿Me escuchas? ¿Dónde estás? – Se escuchaba a través del celular.
Emma: Me acaba de llegar otro- Lo abrió con manos temblorosas.
Bette: ¿Qué dice? – Había ansiedad en su voz.
Emma: Regina está en el mismo lugar donde Bette robó un espejo para su coche- Leyó- ¿Qué es esto? ¿Es una adivinanza? ¿Es un juego? ¿Qué es? – Preguntaba con desesperación.
Bette: No, no, no- Volvió a ponerse el celular en la oreja al comprender el mensaje- Elsa ¿Sigues ahí?
Elsa: Sí, sí, aquí estoy ¿Cómo puedo ayudar?
Bette: Mira, no sé si estás en el periódico todavía, pero necesito que hables a la policía de Boston y le digas que se vaya al deshuesadero de autos que está en la parte norte de la ciudad, es el único deshuesadero que está ahí, pero, por favor, diles que es uy urgente- Colgó.
Fin de la conexión.
Bette y Emma salieron corriendo del cementerio para ir al deshuesadero.
Jefferson: ¡No! No tienes que hablar con nadie- Estaba alterado por el problema en que lo metió su mamá- Esto es entre Killian y yo, de nadie más.
Kristin: Es que no, no es así, porque Anna está en medio de todo esto.
Jefferson: ¿Prefieres proteger a Anna antes que a tu propio hijo?
Kristin: Sabes que no es así, nadie estará nunca antes que tú, mi vida- Sus ojos se llenaron de agua.
Jefferson: Por primera vez, un hombre se interesa de verdad en mí, mamá, por primera vez en toda mi puta vida ¡Y ahora por tu culpa no me quiere ni ver! – Sollozó.
Kristin: Dime que hago para remediarlo- Quiso abrazarlo.
Jefferson: Déjame solo.
Kristin: Pero…
Jefferson: ¡Déjame solo! – Le señaló la puerta.
Kristin salió llorando de la habitación de su hijo, su corazón estaba apachurrado, nunca haría algo para lastimar a su hijo, no a propósito al menos.
Se limpió algunas lágrimas y vio por la ventana que Belle estaba sola en el jardín, aparentemente escribiendo algo en una libreta.
Belle: ¿Qué te pasa, Kris? – Preguntó preocupada al verla con los ojos rojos.
Kristin: Me equivoqué, Belle- Se sentó y el llanto la invadió- Metí los pies y mi hijo me odia.
Belle: Eso no es verdad, Jeff jamás podría odiarte.
Kristin: Por favor habla con él, dile que me perdone, que haré cualquier cosa que me pida.
Belle: Kris, no es una buena idea, cualquier cosa que yo le diga en este momento a Jeff, no va a servir de nada, además, soy la peor consejera que pudiera tener ahorita- Suspiró profundamente.
Kristin: ¿Qué te pasa, cariño? ¿Qué estabas escribiendo?
Belle: Nada- De inmediato retiró la libreta- Me tengo que ir, dale tiempo a Jeff y después intenta hablar de nuevo con él, te adora, ambos tienen suerte de tenerse- Se puso de pie.
Kristin: Mi niña- Se levantó y puso las manos en las mejillas de Belle- Tú también me tienes, para lo que necesites- Besó su frente.
Belle: Gracias, Kris- Se tragó el nudo en la garganta antes de irse.
Killian: ¿De cuándo acá tan liberal? – Se rio de los comentarios de Robin mientras seguían vendiendo calendarios en la entrada de la estación.
Robin: Siempre, Jones- Le palmeó el estómago- ¿Un calendario? – Preguntó a dos mujeres que iban pasando.
Mujer: ¿Son ustedes? – Tomó uno y lo hojeó.
August: Por supuesto- Sonrió.
Mujer: Que buena fotografía- Miraba detenidamente la imagen de Regina- Es muy superior a otras que he visto, se ve exquisitamente sensual sin caer en la vulgaridad.
Killian: Le podemos hacer descuentos si se llevan más de uno.
August: A partir de cuatro.
Mujer: A mi marido le va a encantar- Sonrió.
Robin: ¿A su marido? Que moderno- Se rio.
Mujer: Es Emilio Mota, el del noticiero de la mañana, quizás lo han visto en la televisión- Sacó su cartera.
Robin: No veo televisión como desde el 2008.
Killian: El internet le ganó a la televisión- Sintió unas manos tapando sus ojos- Mmm, no sé quién eres.
Anna: ¿No reconoces mis manos? – Las quitó- No importa, solo vine a decirte que hoy tienes una cita y con la mejor compañía- Sonrió.
Boston.
Emma: ¿Aquí está Regina? – Preguntó mientras caminaban a toda prisa por el deshuesadero y no tuvo respuesta- Bette ¿Qué estamos haciendo aquí? – Estaba al borde del colapso por la preocupación.
Bette miró a todos lados y un recuerdo llegó a su mente.
Flashback
Bette: Apúrate- Saltó entre los carros viejos- Seguramente por aquí vamos a encontrar algo que sirva.
James: No creo que haya nada en este basurero- Resopló detrás de la morena.
Bette: Mira, aquí hay uno que me sirve- Se acercó a un auto rojo destartalado y sacó un desarmador de su bolsillo- Es igualito al de mi carro.
Fin del flashback
Emma: Bette ¿Qué viste? – La sacó de su recuerdo y la morena caminó en la misa dirección que hace más de veinte años- Bette ¿Qué carajos está pasando? – Se quedó paralizada de repente.
Bette: Hey ¿Qué pasa? – Preguntó al ver la expresión de pánico en la rubia.
El corazón de Emma comenzó a latir erráticamente, el color de su rostro desapareció y recordó el momento en que encontraron el cuerpo de Fiona en un tambo metálico.
Emma: Eso- Señaló el tambo metálico verde que estaba a pocos metros.
Bette: Eso no- Negó con la cabeza y sus ojos comenzaron a lagrimear.
A ambas las sacó de su trance el sonido de las sirenas que se hizo más fuerte conforme se acercaban las patrullas, corrieron hacia el tambo metálico y por instinto, intentaron abrirlo con sus propias manos, pero estaba sellado.
Emma: ¡Sáquenla! ¡Rápido! ¡Sáquenla! – Rasguñaba desesperadamente.
Policía: Aléjense- Pidió, pero las mujeres no escucharon- Solo están estorbando, háganse a un lado- Bette fue la primera en reaccionar y jaló a Emma hacia atrás- Herramienta- Le pidió a sus compañeros.
Comenzaron a abrir bajo la atenta mirada de las mujeres que contenían la respiración, muertas de miedo, la rubia se llevó las manos a la boca y sintió que no le llegaba el aire a los pulmones.
Apenas sacaron la tapa, Bette corrió a ver el interior, un aullido de dolor atravesó su garganta al ver a su hija en posición fetal e inconsciente.
Policía: Señora, aléjese- Intentó moverla.
Bette: ¡Suélteme! ¡No! ¡Es mi hija! – Forcejeó y Emma estaba en shock sin poder moverse.
Policía: Hay que sacarla- Les dijo a los otros y aprisionó a Bette.
Bette: ¡Suéltame, carajo! – Se jaloneó mientras veía como sacaban a su hija- Ginny- Emma miraba todo y se dejó caer de rodillas en un llanto histérico al mismo tiempo que acostaban a Regina en el suelo- Yo puedo ayudarla, sé dar primeros auxilios- La soltaron y lo primero que hizo fue revisarla- Puedes hacerlo, mi amor- Comenzó a darle masaje cardiaco- Vamos, mi pequeña morena, lucha- Pedía con la visión nublada.
Policía: Llegamos demasiado tarde.
Emma: ¡No! – Prácticamente se arrastró y puso sus manos sobre las de Bette ayudándola con la labor- Vamos, Regina, no me dejes, no te he dicho que te amo, por favor, vuelve a mí.
Ambas le hablaban y le pedían que regresara, los policías miraban con compasión, esperando hasta que se cansaran, querían que las mujeres quedaran tranquilas sabiendo que hicieron lo que pudieron.
Pasaron varios minutos, pero Emma y Bette no se rendirían aunque estuvieran cansadas, siguieron y siguieron hasta que Regina emitió una débil tos.
Bette: Pidan una ambulancia- Les gritó a los policías, que sorprendidos asintieron- Respira, mi amor- Se sentó y la abrazó acariciándole el cabello- Eso es mi niña ¿Estás bien? – Acarició su rostro y la joven morena se aferró al abrazo de su madre.
Emma: Mi morena- Se sentó a su lado con lágrimas ahora de alivio- Gracias a Dios- Le sonrió.
Regina: Mi rubia- Salió del regazo de su mamá y abrazó con fuerza a la mujer que amaba.
Ruby: Si no te nace sonreír, no sonrías- Decía tomando fotos a la pelirroja que estaba sentada en un banco alto con una manta blanca de fondo- Tienes algo en la mirada que me intriga, no sé, algo como una tristeza asumida- Ambas se rieron.
Zelena: Y eso que últimamente ando más optimista que de costumbre- Exhaló y cambió de posición.
Ruby: ¿Robin y yo tenemos algo que ver con ese optimismo? – Alzó una ceja.
Zelena: Bastante- Le guiñó un ojo.
Ruby: Genial, aunque nos hayas tratado de escuincles calientes- Volvieron a reír.
Zelena: Ruby ¿Te gusta mucho?
Ruby: ¿Qué? – Dejó la cámara y se acercó lentamente- ¿Ser una escuincla caliente?
Zelena: Robin- Se puso de pie.
Ruby: Supongo que tanto como a ti- Tomó las copas que estaban en una mesa y le tendió una a la pelirroja.
Zelena: ¿Y cuánto va a durar este experimento?
Ruby: Supongo que mientras nos la pasemos bien, no tiene por qué terminar- Chocaron las copas.
Zelena: Yo no quiero que se acabe nunca- Sonrió tímidamente, lo cual era raro en ella.
Ruby: ¿En qué está pensando esa linda cabecita pelirroja tuya? – La tomó de la cintura.
Zelena: Tómame otra foto y te cuento- Besó su labios y regresó al banco.
Ruby: ¿Entonces? – Preguntó después de varias fotos.
Zelena: ¿Qué opinas de causarles algo de dolor a tus amantes durante el sexo? – Preguntó sin titubear.
Ruby: Si a mis amante les gusta, no estoy en contra- Se sentó con una sonrisa traviesa en sus labios.
Zelena: He sido una chica muy mala- Se sentó a horcajadas en el regazo de la fotógrafa.
Ruby: Creo que eso merece un castigo- Azotó con fuerza el trasero de la pelirroja y besó sus labios con rudeza.
Zelena: Sí- Siseó de placer.
Ruby: Ahora no es momento para que disfrutes, ve a mi habitación, desnúdate y acuéstate dejando tu culo caliente al aire- Ordenó con la mirada oscurecida.
Zelena: Sí, ama- Dijo sumisamente y obedeció sintiendo las bragas húmedas.
Belle: La cena está lista- Dijo asomando la cabeza a la habitación de su amigo.
Jefferson: No tengo hambre- Continuó tejiendo.
Belle: Supe lo que pasó- Entró y se sentó a su lado- La vida no es justa, Jeff, mejor acostúmbrate a la idea.
Jefferson: No es fácil ser el chavo que se enamora de su compañerito de clase y al que le escriben la palabra maricón en la puerta del locker, ni tampoco el que llega disfrazado de Madonna a los quince años de su mejor amigo, tengo muy claro que la vida no es fácil, ni justa- Las lágrimas se asomaron.
Belle: Pero nadie te obligó a estar disfrazado de Madonna.
Jefferson: Ese no es el punto, el punto es que si tuve que aguantar todas esas chingaderas para poder conocer a Kill, bien vale la pena cada una de ellas, pero estar así de cerca- Juntó el pulgar y el índice- De empezar algo con él y que todo se vaya a la chingada, no, amiga, no puedo con eso.
Belle: Dale tiempo, igual y recapacita y mañana te busca para aclarar las cosas.
Ariel: La cena está lista- Apareció en la puerta y el corazón de Belle se aceleró.
Jefferson: No tengo hambre.
Belle: Yo tampoco.
Ariel: Pues yo menos- Entró y se sentó al lado de Belle.
Belle: ¿Te sientes mal? – Preguntó preocupada y la pelirroja negó con la cabeza.
Jefferson: Parece que hoy no es nuestro mejor día.
Ariel: Por lo menos Anna se está divirtiendo por nosotros- Habló ajena a la situación de Jefferson- Gastó un buen dinero en una noche romántica para calentar su relación con Killian, y por lo decidida que estaba, debe estar teniendo el mejor sexo de su vida- Jeff se levantó- ¿A dónde vas?
Jefferson: A tener la mejor fiesta de mi vida- Forzó una sonrisa.
Belle: ¡Mierda!
Ariel: ¿Santa Belle maldiciendo? Debe estarse congelando el infierno- Sonrió divertida y Belle le palmeó juguetonamente el hombro.
Belle: ¿Cómo te sientes? – La pelirroja se encogió de hombros- ¿Quieres ver una película en mi habitación? – Preguntó tímidamente.
Ariel: ¿Algo de porno? – Belle se sonrojó- Es broma ¿Qué tal algo de comedia romántica? Dios sabe que necesito algo de humor y esperanza- Exhaló.
Se fueron a la habitación de Belle y se acurrucaron en la cama, Ariel fue la primera en quedarse dormida y Bella la miró con ternura.
Belle: Por favor, que no le pase nada- Besó su frente y acarició sus rizos rojos.
Boston.
Regina estaba siendo atendida bajo la atenta mirada de Emma y Bette, hasta que les pidieron que salieran, lo que hicieron a regañadientes.
Emma: ¿Cómo crees que está? – Preguntó después de caminar en círculos en la sala de espera.
Bette: Sabes lo mismo que yo, esperemos a que la terminen de examinar, al menos está consciente- Se sentó- ¿Ya te devolvieron tu celular?
Emma: No, todavía lo tiene la policía- También se sentó- Siguen intentado rastrear a la persona que me envió los mensajes.
Bette: ¿Me vas a explicar por qué te escribieron a ti esos mensajes? – Preguntó con sospecha.
Emma: No tengo ni puta idea- Se masajeó la frente- Pero esa no es la pregunta, aquí la verdadera pregunta es ¿Por qué sabías tú dónde tenían a Regina? – Preguntó en el mismo tono.
Bette: Porque lo descubrí gracias al mensaje- Exhaló- Hace muchos años, Regina y Graham ni siquiera habían nacido, a mí me robaron un espejo del coche que tenía y fui a buscar uno al deshuesadero, así que el mensaje que te llegó era claro para mí.
Emma: ¿Y quién más sabía sobre ese espejo?
Bette: Solo James, él me acompañó, fue él, él se llevó a Regina y mandó el mensaje- Se presionó el puente de la nariz- Pero ¿Por qué James tiene tu número de teléfono?
Emma: No sé- Antes de que la morena pudiera preguntar más, su celular timbró.
En conexión…
Bette: Bueno.
Elsa: Bette ¿Cómo siguen las cosas por allá?
Bette: Mejor, Regina está en observación y en buenas manos, pero necesito encontrar respuestas y para eso necesito encontrar a una persona de mi pasado.
Elsa: Me alegra que Regina esté bien, y justo de una persona de tu pasado quiero que hablemos, James Nolan.
Bette: ¿Qué sabes tú de James?
Elsa: Graham y Gold lo tenían en la mira, sé que James y tú fueron amigos hace muchos años y quería preguntarte donde…
Bette: James Nolan es precisamente la persona de mi pasado que necesito encontrar.
Elsa: El tipo está muerto, Bette, y necesito saber en dónde está enterrado.
Killian: Oh- Miró la habitación de hotel con una cama en medio y pétalos de rosa formando un corazón- Esto es- Exhaló- Increíble.
Anna: Es lo que merecemos, mi amor.
Killian: ¿Y cuál es el plan? – Se frotó las piernas.
Anna: Bueno, champaña- Señaló la botella enfriando- Cena para dos y masajes en el spa del hotel- Lo empujó suavemente de los hombros para que se sentara en la cama.
Killian: ¿Vamos a alcanzar a hacer todo eso?
Anna: Tenemos hasta mañana al medio día- Sonrió y se agachó para besarlo- ¿Me ayudas a servir la champaña? Voy al baño a cambiarme, te tengo una sorpresa- Le guiñó un ojo.
Killian: ¿Otra? – Se sentía incómodo, pero también culpable por hacerle eso a Anna.
Anna: Esta noche, todo puede pasar- Se mordió el labio inferior y entró al baño.
Diez minutos después, la joven salió en un babydoll de encaje negro.
Killian: Te ves, muy bien- Forzó una sonrisa y su novia se acercó a besarlo.
La joven le quitó la camisa y le aflojó el cinturón para inmediatamente acostarse sobre su cuerpo, por la cabeza del bombero solo pasaba el beso con Jefferson y su sonrisa, Anna se bajó de él y se acostó a su lado cuando después de varios minutos, su novio no respondía a sus caricias.
Anna: Esto es…
Killian: Perdón- Sintió que le ardían los ojos.
Anna: No pasa nada- Intentó ser comprensiva, pero el dolor en el pecho y el estómago contradecía sus palabras.
Úrsula: Mi amor, solamente vine a decirte que ya quedó apartado tu nuevo departamento, nada más hay que dar un mes por adelantado- Parloteaba mientras su hija leía una revista- Ariel ¿Me estás escuchando?
Ariel: No me quiero ir de aquí- Dejó la revista en su regazo- Me siento muy a gusto.
Úrsula: Pensé que ese tema ya se había acabado.
Ariel: Lo que se acabó es que tú tomes las decisiones por mí.
Úrsula: Eres una malagradecida ¿Qué no te das cuenta de todos los sacrificios que hago por ti? – Dramatizó- En lugar de estar haciendo mis cosas, aquí estoy contigo.
Ariel: Yo no te he pedido nada.
Úrsula: De cualquier forma lo tengo que hacer, soy tu mamá.
Ariel: ¿Y por qué no te esperas a que yo te lo pida? Es más ¿Sabes qué? Ya ni siquiera hagas nada- Volvió a abrir la revista.
Úrsula: No te preocupes, yo sé dónde está la puerta- Tomó su bolso y salió.
La joven pelirroja se sintió culpable y salió detrás de ella.
Ariel: Mamá- Le habló cuando la mayor ya estaba en su coche- Mamá- No la escuchó y arrancó- ¡Necesito que sepas algo!
Belle: ¿Todo bien? – Iba llegando a la pensión.
Ariel: Sí, solo mi mamá siendo mi mamá- Sonrió con tristeza.
Belle: ¿Qué tal un poco de helado? Eso podría hacerse sentir mejor- Le sonrió dulcemente y la pelirroja asintió- Ariel, no quiero ser molesta, pero…
Ariel: Está bien, mañana mismo quiero empezar- Sabía lo que diría la otra, después de todo, tenía días insistiendo al igual que Kristin.
Belle: ¿De verdad? – Preguntó con una amplia sonrisa que embelesó a la pelirroja que solo asintió con la cabeza- Ahí voy a estar- Tomó una de sus manos y la presionó suavemente.
Ariel: Ni siquiera puedo decir la palabra- Su voz se quebró.
Belle: Quimioterapia, mientras más lo digas, menos importante va a ser- Le sonrió dulcemente y la pelirroja la abrazó.
Boston.
Bette: No entiendo nada- Caminaba por la sala de espera- Si James está muerto, entonces ¿Quién mandó esos mensajes?
Emma: Alguien que sabía esa historia- Su pie rebotaba ansiosamente- Alguien a quien James se la contó.
Bette: Es que son tantas cosas las que no entiendo- Se pasó las manos por la cara- A ver ¿Por qué se llevó a Regina, la metió dentro de ese tambo metálico y te mandó mensajes para que la pudiéramos rescatar?
Emma: ¿Qué querías? ¿Qué la mataran y ya? – Gruñó.
Bette: ¡No! ¡Por Dios, no! No, no, no, no es lo que estoy diciendo y me moriría si algo le pasa a mi pequeña morena- Exhaló- Pero, a ver, si un hijo de puta como el carnicero quiere matar a alguien, lo mata y ya, no se toma tantos problemas y manda mensajitos en clave ¿Por qué carajos hizo eso?
Emma: No lo sé, no lo sé, pero estoy feliz de que mi morena esté bien- Se recargó en la silla.
Bette: Igual que yo, si estoy en todo esto es por mi hija, para estar cerca, pero sobre todo para mantenerla a salvo.
Emma: Esto es demasiado, no tengo cabeza para pensar, voy por un café- Se levantó.
Bette: Emma, gracias por estar aquí.
Emma: Estoy aquí por Regina, la amo- Una lágrima se deslizó por su mejilla.
Bette: Lo sé, tal vez deberías decírselo, de preferencia cuando esté consciente- Le sonrió amablemente.
Emma: No creo que sea bue idea- También sonrió, pero parecía melancólica.
Ruby: ¿No te gusta la idea?
Robin: Claro, quiero decir, me gusta, pero me asusta, no es algo tan normal- Se rascó torpemente la nuca.
Ruby: ¿Normal? ¿Enserio? Pues a mí, meterse en una casa en llamas y por puro gusto, me parece lo menos normal del mundo.
Zelena: Esto sería una nueva forma de estar juntos.
Ruby: Pero para que esto funcione tiene que ser una elección libre, sin presiones, supongo que tendríamos que encontrar una manera que nos acomode a los tres, pero bueno, al menos yo sé que tengo la habilidad de amar a más de una persona a la vez- Se giró hacia la pelirroja y la besó apasionadamente- Y como no hay nada escrito, podemos inventar nuestra propia manera de hacerlo funcionar- El bombero miraba de una a otra.
Zelena: ¿Y?
Ruby: ¿Qué dices?
Robin: Acepto- Respondió con una sonrisa y las mujeres se acercaron para un beso triple sellando formalmente su relación.
August: Oigan, hablando de dinero- Dijo después de que contaron las ganancias que llevaban de los calendarios- Necesito decirles algo.
Robin: ¿Vas a conseguir un contrato en una agencia de modelaje? – Se rio.
August: No digas mamadas, esto es serio- Rodó lo ojos.
Killian: ¿Qué pasó?
August: Cassidy está en problemas, podrá ser un pendejo, pero creo que nos corresponde ayudarlo.
Robin: Que se vaya a la mierda- Resopló.
August: Robin, ser bombero es ser parte de un equipo, y no sabemos quién puede ser el próximo en estar jodido, es algo de su papá y creo que tendríamos que ayudarlo.
Killian: Estoy de acuerdo.
Belle: Buenos días- Entró a la cocina donde Kristin batía unos huevos.
Kristin: Buenos días, cariño.
Belle: Van a ser dos lugares menos para el desayuno, Ariel y yo vamos a salir.
Kristin: ¿Cómo? Anoche me dejaron con la cena ¿Y hoy no van a desayunar? No me digas que he perdido mi toque mágico en la cocina- Hizo un puchero.
Belle: Nunca, Kris- Besó su frente- Tenemos cosas que hacer- La pelirroja le había pedido discreción por el momento y no traicionaría su confianza.
Kristin: Cariño, me tienes muy preocupada, con Ariel sé lo que pasa y estoy con ella, pero tú no me dices nada y hace días que te veo muy melancólica, si necesitas un hombro para llorar
Belle: Yo no lloro, Kris- Ni le gustaba hablar de sus problemas, además, su prioridad ahora era Ariel.
Kristin: Pues deberías, porque la tristeza hay que sacarla del cuerpo, si no, se queda pegada en el alma.
Belle: Es que lo mío no es tristeza, es coraje.
Kristin: ¿Quién te hizo algo? – Pregunto con la mandíbula apretada- Dime quien fue, tú no estás sola, yo voy a defenderte- Eso calentó el corazón de la joven.
Belle: Gracias, Kris, pero no hace falta- Le sonrió dulcemente y subió por la pelirroja.
Jefferson: No sabía que ibas a estar aquí- Su dolor de cabeza aumentó cuando entró al taller de tejido.
Killian: Seguimos siendo socios ¿No? – Habló sin despegar la vista de la computadora.
Jefferson: Por supuesto- Dejó el café en la mesa- Los temas personales se quedan en casa ¿No?
Killian: Claro- Se aclaró la garganta y lo vio acomodando sus cosas- Linda bufanda.
Jefferson: Es la bufanda de la tristeza- Dijo burlonamente- ¿Qué tal el hotel cinco estrellas, eh?
Killian: El hotel padrísimo- Se levantó- Todo lo demás, un desastre.
Jefferson: Eso es lo que pasa cuando uno trata de ser lo que no es.
Killian: Jeff, te dije que para mí esto no era fácil- Exhaló.
Jefferson: ¿Qué cosa? – Se subió los lentes de sol a la cabeza- ¿Reconocer que te gusto? ¿O estar con Anna por miedo a tener que salir del closet? – Jones solo lo miró- ¿Quieres un consejo de alguien que salió del closet el mismo día que salió del vientre de Kristin Bauer? No dejes que el miedo te joda la vida.
Killian: No quiero hacer daño.
Jefferson: Todo pasa, cuando creas que tu vida se va a ir a la chingada, eso también al final pasa, y el mundo sigue siendo el mismo.
Milah: Que bonito quedó- Entró del brazo de su marido.
Killian: Llegaron- Sonrió de manera tensa.
Brennan: ¿Es muy temprano?
Killian: No, los estaba esperando, él es Jefferson, mi socio.
Milah: Mucho gusto- Tendió la mano.
Jefferson: Igualmente- La estrechó e hizo lo mismo con Brennan.
Killian: Ellos son mis papás- Tragó saliva.
Belle: ¿Lista? – Preguntó después de que la pelirroja firmó unos documentos en el hospital.
Ariel: No realmente- Se sentó en la sala de espera.
Belle: Cuando salgas te vas a dar cuenta que siempre estuviste lista, no sé si te vas a sentir mejor o más jodida, pero vas a ser otra- La tomó de la mano- Y yo aquí voy a estar ¿Ok? – Besó su mejilla.
Enfermera: ¿Ariel Fisher? – La pelirroja se puso de pie- Ya puedes pasar.
Belle: Todo va a estar bien- Se acercó y besó suavemente sus labios sin saber que eso le dio fortaleza a Ariel.
Boston.
Emma: Me asusté tanto- Acariciaba amorosamente el rostro de la morena en la cama del hospital- Si tú hubieras…
Regina: Estoy bien- Le sonrió tranquilizadoramente- No te vas a deshacer tan fácilmente de mí.
Emma: Es en serio, Ginny, es la experiencia más aterradora por la que he pasado- Su rostro se puso pálido ante el recuerdo reciente.
Regina: Oye, nada va a pasarme- Se inclinó para besar los labios rosados- ¿No te han dicho nada de cuando me puedo ir? – Cambió de tema.
Emma: No, pero si quieres ahorita voy a buscar al doctor.
Regina: No te vayas- La detuvo suavemente del brazo- ¿Dónde está Bette?
Emma: En la cafetería, no había comido nada en mucho tiempo ¿Por qué?
Regina: Es que no he podido dejar de pensar que justo cuando nos separamos de ella, fue cuando me secuestraron- Comenzaba a dudar de nuevo de su madre.
Emma: Regina ¿Vas a seguir con eso, otra vez? – Se sentó a su lado nuevamente.
Regina: ¿Qué? Se me hace demasiada coincidencia, yo ya no creo en las coincidencias.
Emma: ¿Y cuál es tu teoría? ¿Qué Bette te metió en ese tambo y luego me mandó mensajes para que te rescatáramos? – Para ella era notorio que Bette amaba a su hija.
Regina: ¿No crees que es demasiada coincidencia que…?
Emma: No, es que no me hace ningún sentido- Negó con la cabeza.
Regina: No, pero justo- Se quedó callada y miró a la puerta.
Emma: ¿Qué? – Siguió la mirada de la morena y vio a Bette que tenía una mueca de desconcierto- ¿Qué pasó? ¿Por qué tienes esa cara?
Elsa: Hola, Regina, me alegra ver que estás bien- Apareció con dos policías y Emma la miró con molestia.
Regina: Elsa ¿Qué haces aquí? – Se sentó más erguida, algo le decía que no podía ser una coincidencia que llegara con dos uniformados.
Elsa: Estoy en servicio en este momento, así es que- Abrió su saco y mostró su placa- Oficial Arendelle.
Regina: ¿Qué? – Parpadeó repetidamente.
Emma: ¿Eres policía? – Preguntó retóricamente- Claro que sí- Se rio sin humor.
Regina: Es broma ¿Verdad? – Miró a Arendelle.
Elsa: No, vine a Boston porque tengo una orden para exhumar los restos de tu padrino, James Nolan.
Continuará…
Chapter 16: Secreto bajo tierra
Chapter Text
James: Ya no nos van a molestar esas plagas- Dijo en el carro después de dejar a los mellizos en el orfanato- Ni a ti ni a mí, ya nadie nos va a molestar.
Kit: Sí, como quieras- Su respiración estaba agitada por el miedo.
James: Ya no te vas a meter en donde no te llaman ¿Verdad? – La morena negó con la cabeza- Así me gusta, esa es la Kit que conocí ¿Te parece si vamos a dar un paseo, cariño? – Habló con falsa dulzura y se dirigió a las afueras de la ciudad.
Kit: ¿A dónde vamos? – Sus ojos estaban llorosos.
James: Cada vez me gustan más los alrededores de la ciudad- Entró en una brecha- ¿Qué pasa, cariño? ¿Tienes miedo? – Estacionó cerca de un precipicio- No debiste meterte en esa bodega, mi amor ¿Te ganó la curiosidad? Ahora por eso estamos aquí- Fingió pesar y Kit se tragó un sollozo.
Kit: ¿Me vas a matar? – Preguntó con voz temblorosa- ¿Cómo mataste a todas esas mujeres que estaban en los tambos? – Su rostro mostraba pánico- Asesinatos por los que incriminaste a mi hermana.
James: Pobre y estúpida Bette- Se rio- Pero no, voy a hacer algo mucho mejor- Sonrió sádicamente y esposó una de sus manos.
Kit: No, James.
James: ¿No? ¿Cómo no? – Cerró la otra esposa en el volante y tomó una botella de la guantera- Mira, es del bueno- Le mostró el tequila y la morena forcejeaba con las esposas- Dale un trago- Le puso la boquilla de la botella en los labios.
Kit: ¡No! – Giró la cabeza.
James: Un traguito ¿Qué te cuesta? – La tomó de la barbilla y la obligó a girarse, la hizo beber y Kit le escupió parte del líquido- Estúpida- Siseó y la jaló hacia atrás por el cabello obligándola a beber grandes cantidades- Eso es- Solo la dejó cuando Kit perdió el conocimiento.
Fue a la cajuela y sacó a un hombre inconsciente que vestía uniforme de policía, lo sentó en el asiento del conductor y puso su propia cartera en el bolsillo del hombre.
Quitó las esposas del volante y de la mano del Kit, sacó un galón de gasolina y lo vertió sobre la patrulla y sus ocupantes inconscientes, se rio antes de empujar el vehículo al precipicio.
En cuanto la patrulla tocó el fondo, James le lanzó un encendedor que lo hizo explotar al instante.
🦢👑
Boston.
Elsa: Bueno, las dejo descansar- Dijo en el lobby del hotel- Ha sido una noche complicada y supongo que ninguna ha podido dormir.
Regina: ¡Claro que no, Elsa! Tengo muchas preguntas que hacerte, empezando por eso- Señaló donde Arendelle tenía la placa.
Elsa: Cuando quieras- Exhaló con cansancio.
Regina: Ustedes se quedan aquí mientras Elsa y yo vamos a hablar a la cafetería de la vuelta- Les dijo a Bette y a Emma.
Emma: No, yo voy con ustedes- Dijo de inmediato.
Regina: La verdad, preferiría ir sola- Miró a su madre para no ceder ante la mirada herida de su amada- Bette ¿Te puedes asegurar de qué Emma esté a salvo? – Porter asintió.
Emma: Vete a la mierda, Mills, no necesito que nadie me cuide- Gruñó- Que disfruten su cafecito y no se quemen la lengua- Escupió con amargura y caminó a toda prisa hacia las habitaciones.
Regina: Emma- Quiso seguirla, pero Bette la detuvo- ¿Por qué no entiende que lo hago por ella? No quiero que se siga involucrando en esto, solo quiero que esté a salvo- Se paso las manos por el cabello.
Bette: No te preocupes, la vigilaré- Aseguró con una sonrisa tranquilizadora, y aunque Regina no quería que su rubia estuviera enojada con ella, necesitaba respuestas, principalmente por Emma, le aterraba que saliera herida o algo peor.
Elsa: Ahora mismo, mis compañeros deben estar con los últimos detalles para la exhumación de James Nolan, si no es hoy mismo, será mañana a primera hora y como les comenté, voy a necesitar su declaración.
Regina: Por supuesto- Miraba hacia donde había desaparecido Emma.
Bette: Sin problema, no tengo nada que ocultar.
Elsa: ¿Vamos? – Presionó el hombro de Regina que asintió con la cabeza.
Killian: Faltan algunos detalles, pero prácticamente está quedando- Metió las manos en los bolsillos del pantalón.
Milah: Te quedó muy bonito, te felicito, cariño.
Killian: Bueno, hay que felicitar a Jeff, él fue el de la idea- Señaló al chico que sonrió.
Brennan: Aunque a mí me sigue pareciendo que podrías tener un negocio más de hombres ¿No? – La sonrisa de Jeff murió.
Milah: Querido, nuestro hijo se va a dedicar a los números, no a las labores- Después miró a su hijo- No te vas a poner a tejer ¿Verdad?
Killian: No, eso no es para mí- Se movió incómodo y su madre exhaló de alivio.
Milah: Mira, ahí viene Anna, mi nuera- Sonrió a la recién llegada.
Anna: Que lindo verlos, Kill no me dijo que iban a venir a conocer el taller- Saludó al matrimonio y enganchó su brazo al de su novio.
Brennan: Aquí estamos, ansiosos de escuchar buenas noticias ¿Suenan campanas de boda?
Milah: Brennan, por favor, esas cosas no se dicen ¿Sigue en pie la invitación a comer? – Preguntó a su hijo.
Killian: Sí, claro, váyanse adelantando y ahorita nos vemos- Forzó una sonrisa y sus padres y Anna salieron- Jeff…
Jefferson: No, sin explicaciones, por favor.
Killian: Creo que te las mereces.
Jefferson: No me interesa ¿De acuerdo? Tu familia te está esperando- Le dio la espalda.
Killian: Lo siento- Salió cabizbajo.
Boston.
En conexión…
Emma: No tengo tiempo para tus pinches sermones, pensé que ya había quedado claro ese tema- Gruñó- No ¿Sabes qué? No quiero seguir hablando contigo, no tienes por qué tratarme así- Respiró profundamente- Papá, siempre he hecho todo lo que me has pedido ¡Siempre! – Su irritación crecía a cada segundo- No, la próxima vez que hablemos va a ser cuando yo quiera.
Fin de la conexión.
Escuchó una garganta aclararse y se giró.
Bette: ¿Todo bien?
Emma: Perdón, no ha sido un buen día.
Bette: ¿Te puedo ayudar en algo?
Emma: No, mi papá que- Se pasó las manos por el cabello- No importa, por cierto, Regina se va a quedar sin conocerlo, porque por mí, tu hija se puede ir a la chingada- Gruñó.
Bette: ¿Te puedo invitar algo de comer? – Señaló hacia el restaurante del hotel- Las cosas siempre se ven mejor con el estómago lleno- Sonrió amablemente.
Emma: Lo que necesito es un trago, eso sí te lo acepto- Sonrió sin ganas, solo quería olvidar por un momento que Regina se fue con esa rubia, a la que de lejos se le notaba la atracción por la que consideraba su morena.
Bette: Vamos, entonces- Esperaba que su hija no se molestara, pero si no la acompañaba, estaba segura que Emma se iría sola de todos modos.
Ariel: Doctora ¿Me va a doler?
Doctora Torres: Es tu primera vez y eres muy joven, así que tenemos que ver tu tolerancia al tratamiento.
Ariel: ¿Puedo grabar? – Levantó su celular.
Doctora Torres: Siempre y cuando solo seas tú quien se vea en el video, no hay problema- Presionó suavemente el hombro de la pelirroja.
Enfermera: Abre y cierra tu mano, por favor- Indicó una vez que cerró la liga en su brazo.
Doctora Torres: Esto va a tomar tiempo, pero te vamos a estar monitoreando.
Ariel: Sí, Gracias- Abrió su Facebook para iniciar el live y enfocó su rostro- Hola a todos mis seguidores- Sonrió sin mostrar los dientes- ¿Recuerdan que les conté que un tratamiento me iba a tener algo ocupada por un tiempo? Pues aquí estoy haciéndome ese tratamiento, tal vez algunos piensen que soy una exhibicionista, pero no lo estoy haciendo por eso, lo hago porque estoy aprendiendo, y si hubiera estado informada sobre todo esto, quizás ahora sería más fácil- Respiró profundamente al sentir un pinchazo- Para quienes no lo sepan, una quimioterapia se trata de esto, te conectan una aguja y te pinchan, lo cual odio, pero es rápido, luego, por esta sonda- Movió la cámara para que se viera- Pasa un líquido directo a tu sangre, y ya- Volvió a enfocar su rostro- No se los puedo mostrar bien porque aquí hay más personas haciéndose el mismo tratamiento que yo y no me dieron permiso, gente de todas las edades, gente que jamás te imaginarías que está pasando por algo así- Vio que Belle estaba conectada viendo su publicación- ¿Saben qué es bonito? Estar acompañada en estos momentos, y hoy vino alguien muy especial conmigo- Sonrió y terminó la transmisión.
Enfermera: Te voy a tomar el pulso, la presión y la temperatura para que puedas irte ¿Vienes acompañada? – La pelirroja asintió- Bien, porque te puedes sentir débil y con nauseas en poco tiempo.
Belle: Hey- Le sonrió a la pelirroja que salía de su tratamiento- ¿Cómo te sientes? – Besó su frente.
Ariel: No estoy segura- Sonrió sin ánimo.
Belle: ¿Tienes fuerza para ir a un lugar antes de regresar a casa? – La tomó de la mano.
Ariel: ¿A dónde?
Belle: Es una sorpresa- La pelirroja asintió y sonrió, esta vez de manera radiante.
Llegaron a un acuario y Ariel veía todo con ojos brillantes mientras Belle la veía a ella.
Ariel: Es hermoso, este lugar me transmite mucha paz.
Belle: Me pasa lo mismo, por eso te traje, es mi lugar favorito, mi mamá me traía cuando era pequeña, pasamos buenos momentos aquí- Su mirada se volvió nostálgica.
Ariel: ¿Quieres hablar de eso? ¿De tu mamá? – Le acarició el rostro con ternura.
Belle: Tanto como tú quieres hablar de la tuya- La pelirroja asintió en comprensión.
Pasaron un par de horas agradables hasta que Ariel comenzó a sentirse mareada y con nauseas.
Belle se dio cuenta de inmediato y la llevó a la pensión donde fue recibida cariñosamente por Kristin, que había limpiado y esterilizado su habitación.
La mimaron por un rato hasta que Ariel se estaba quedando dormida.
Kristin: Será mejor que te dejemos descansar, cariño- La arropó y besó su frente.
Belle: Voy a salir por unas horas, pero apenas regrese vendré a verte, bonita- Besó sus labios de manera natural y Ariel sonrió hermosamente a pesar del cansancio.
Cuando Belle salió, iba tan distraída que no se dio cuenta que Kristin la siguió.
Belle esperó en la fila mientras revisaban sus cosas para entrar al reclusorio, una vez que se la regresaron, ingresó.
Kristin llegó corriendo y una policía la detuvo.
Policía: Tiene que hacer fila.
Kristin: Disculpe, la señorita que acaba de entrar ¿Sabe a quién vino a ver?
Policía: No le puedo dar esa información.
Kristin: Entiendo ¿Y sabe si viene muy seguido? Es que es mi familiar- Mintió, pero realmente la consideraba de la familia.
Policía: Sí, viene una vez al mes, por lo menos.
Boston.
Elsa: Trabajo desde hace algunos años con la policía, como casi todos mis casos fueron de muy bajo perfil, decidieron que yo era la persona indicada para infiltrarme y descubrir la identidad de un grupo de policías corruptos aquí en Boston.
Regina: ¿Y eso que tiene que ver con el carnicero? – Frunció el ceño.
Elsa: Todo, creemos que el carnicero actuó durante muchos años bajo la protección de esos policías corruptos.
Regina: ¿Graham conocía tu verdadera profesión? – Dio un sorbo a su cerveza.
Elsa: No, y siempre me va a doler no habérselo dicho, pero no podía, no estaba autorizada a decir nada, la instrucción fue infiltrarme en el periódico Red Global para estar lo más cerca posible de Robert Gold, mis jefes creían que ese cabrón jugaba para los dos bandos, para la policía y para el periódico, para ellos era pieza clave.
Regina: Entonces, andar con mi hermano solo era parte de tu trabajo- Siseó enojada.
Elsa: No te confundas, Regina, lo que sentí por Graham fue real- La morena la miró sin expresión- Se me salió de las manos, no estaba en mis planes.
Regina: Sí, claro- Se rio sin humor- Que conveniente ¿No? Andar con el hijo de la principal sospechosa ¿Por qué no aceptas que lo hiciste para acercarte a Bette?
Elsa: Porque eso no es cierto- Gruñó- Bette fue un chivo expiatorio, la misma policía manipuló las pruebas para que la encerraran y así le cubrieron las espaldas al verdadero culpable.
Regina: James Nolan.
Elsa: Exacto, tu padrino.
Regina: Pero entonces ¿Bette es realmente inocente? – Era lo que más deseaba.
Elsa: Yo creo que es momento de que asimiles que, tus dos mamás y tu hermano, aunque de manera diferente, fueron víctimas, dale una verdadera oportunidad a Bette, no la juzgues tú también por algo que no hizo.
Regina: A ver, hay algo que todavía no entiendo- Dejó la cerveza sobre la mesa- ¿Por qué la policía apenas está sospechando de James?
Elsa: Cuando el carnicero de Boston cometió la mayoría de sus crímenes, James Nolan era oficial de la policía, después desapareció y nadie supo más de él.
Regina: Pero, tú misma dijiste que estaba muerto.
Elsa: Sí, eso lo supimos hace poco, pero la misma institución se encargó de borrar todos sus antecedentes y marcaron como confidencial todo lo relacionado con su muerte.
Regina: ¿Cómo murió?
Elsa: En un accidente de coche con su novia, tu tía Kit.
Regina: Me imagino que Gold sabía de todo esto.
Elsa: Creemos que sí- Dio un sorbo a su cerveza.
Regina: ¿Qué esperas encontrar desenterrando a James?
Esla: ¿Honestamente? – Alzó una ceja y la morena asintió- Yo creo que en ese ataúd no hay nada, estoy convencida de que James Nolan sigue vivo y muy carca de nosotros, y de ti, sobre todo de ti- Tragó saliva al pensar en que fuera detrás de la morena.
Kristin entró a la habitación de Belle con toallas limpias, las dejó sobre la cama y por más que intentó resistirse, comenzó a husmear entre las cosas de la joven.
Después de un rato, encontró un baúl blanco de madera de aspecto viejo, entre otras cosas, había una caja de cartón, la abrió y vio algunos recuerdos juntos con algunos recortes de periódico, cuando extendió uno, la nota decía “Discusión de pareja termina en asesinato”, iba a desdoblar otro cuando escuchó la voz de Belle llamando a Jefferson, así que guardó los recortes entre sus ropas y acomodó lo demás.
Belle: ¿Buscas algo? – Preguntó con sospecha.
Kristin: No, cariño- Sonrió lo más natural que pudo- Te vine a traer unas toallas limpias.
Belle: ¿Qué hacías revisando mis cosas? – Se cruzó de brazos.
Kristin: Te lo digo si tú me dices que hacías en el reclusorio femenil- La joven se tensó- Te seguí- Confesó- ¿Estás en problemas? – Preguntó maternalmente.
Belle: No- Presionó la correa de su bolsa- Todo está bien- Su voz salió plana.
Kristin: ¿Cómo me vas a decir que todo está bien? Mírate la cara, además vas al reclusorio una vez al mes ¿Necesitas un abogado? ¿Quieres que llame a la policía?
Belle: No, Kris- Se pasó las manos por el cabello.
Kristin: Por favor, cariño, necesito saber qué es lo que está pasando, mira, sea lo que sea, no te voy a juzgar ni a criticar, pero si estás en problemas y necesitas ayuda- Puso las manos sobre los hombros de la joven- Tú sabe que puedes contar conmigo.
Belle: Dame tiempo- Se alejó del toque- Quizás algún día te cuente, pero hoy no ¿Me puedes dejar sola? – La mayor asintió y beso su frente.
Zelena estaba de pie en la sala solo en ropa interior, miró al sofá donde dormían abrazados Robin y Ruby, una sonrisa adornó sus labios ante la adorable imagen.
Su sonrisa murió cuando escuchó golpes en la puerta.
Neal: Zel, abre- Se escuchó y la pelirroja abrió mucho los ojos.
Zelena: Voy- Gritó y corrió hacia el sofá- Despierten, Neal está aquí- Los sacudió.
Robin: ¡Mierda! – Se levantó de inmediato y tomó su ropa.
Ruby: ¿Quién es Neal? – Somnolienta se enredó en la manta y se levantó.
Zelena: Mi hermano y el jefe de Robin- Tomó una bata y se la puso- Vayan a mi habitación- Fue a abrir la puerta.
Neal: Puta madre, yo chingándome todo el día para conseguir dinero ¿Y tú qué? ¿Ya descansado? – Entró resoplando.
Zelena: ¿Qué quieres, Neal? – Se cruzó de brazos.
Neal: ¿Cómo qué quiero? Pagarle la pinche operación a papá, tú tienes que colaborar, sobre todo porque la mayor parte de las cosas que le pasan son responsabilidad tuya.
Zelena: Sabes que con lo que gano apenas me alcanza para mantenerme.
Neal: Me importa un carajo, me vas a tener que ayudar.
Zelena: No tengo nada, Walsh se encargó de quitarme todo.
Neal: Te dejó este departamento ¿No? Pues véndelo, haz algo por tu familia, por una única vez, carajo- Caminó a la salida- Para la próxima vez contéstame las putas llamadas.
Ruby: ¿Por qué te trata así? – Salió indignada cuando escuchó el portazo y la pelirroja sintió que se le calentaba el corazón.
Robin: ¿Qué vas a hacer?
Zelena: No sé, supongo que voy a vender el departamento- Exhaló- Pero esta casa es lo único que tengo.
Ruby: Nos tienes a nosotros- La tomó de la mano- Vente a vivir a mi casa, vivamos los tres juntos, a ver como resulta.
Zelena: ¿Hablas en serio? – La fotógrafa asintió y recibió un beso ardiente.
Boston.
Emma ya estaba bastante alterada por el alcohol, Bette solo la veía pensando que su hija estaría molesta, pero parecía que la rubia necesitaba esto y era mejor que no estuviera sola.
Bette: ¿Quieres que te pida algo más de comer?
Emma: No, ya me voy a acostar- Arrastró las palabras y revisó su celular- Creo que Regina debe estar muy entretenida con su amiguita, porque se le olvidó que nos íbamos a ver- Se quiso levantar y se mareó.
Bette: ¿Te acompaño a la habitación? – No tenía caso explicarle a la rubia que su hija solo tenía ojos para ella, estaba demasiado afectada por el alcohol.
Emma: No- Se talló la frente- Gracias por esto- Señaló la mesa y cuando intentó ponerse de pie volvió a tambalearse.
Bette: Emma, déjame acompañarte- La sostuvo del brazo y la rubia se abrazó a ella y comenzó a sollozar- Tranquila- Le alisó suavemente la espalda- Vamos- La ayudó a caminar.
Milah: Te quedó buenísimo- Halagó a su nuera.
Anna: Hay más en el horno, por si quieren repetir.
Brennan: Tienes talento para la cocina, te felicito.
Anna: Gracias a los dos- Sonrió.
Milah: Oye, Anna ¿No podrías ir decorando un poquito para darle un tono más femenino? – Killian comía en silencio.
Brennan: Eso para cuando se casen, ahorita es el departamento de un hombre soltero, ni modo que decore su habitación con florecitas- Se rio.
Milah: Bueno, para eso tendría que llamar a su socio- El matrimonio se rio.
Killian: ¿Por qué a mi socio? – Habló por primera vez y no en el mejor tono.
Brennan: Porque tu socio es bastante- Busco una palabra- Delicadito.
Anna: Sí, Jeff es gay- Dijo naturalmente.
Milah: Se le nota, y mira, puede hacer con su vida lo que quiera, pero debería de disimular un poquito ¿No? – Killian apretó la mandíbula y Anna frunció el ceño.
Killian: ¿Por qué tendría que disimular?
Milah: Porque es chocante- Hizo una mueca- Sinceramente, a mí sí me incomoda.
Anna: Yo vivo en la pensión de su mamá y Jeff es muy buen chico, yo no lo juzgo- Sus suegros la miraron- Pero bueno, si Dios hizo al hombre y a la mujer, por algo será- Forzó una sonrisa, ya tenía suficientes problemas en su relación con Killian como para también salir mal con sus padres.
Brennan: Claro- Secundó al igual que su esposa.
Milah: Pero ya me imagino a su madre, ha de vivir un calvario con eso.
Killian: Ella lo acepta, pero, sobre todo, lo respeta y lo ama, y es feliz.
Milah: Eso lo dices tú, pero no creo que ninguna mujer sea feliz sabiendo que no pudo cumplir como madre- Killian tuvo que morderse la lengua- ¿Me sirves otro poquito? – Le preguntó a su nuera con una sonrisa que de inmediato fue a la cocina.
Brennan: Yo que tú, me apuraba a proponerle matrimonio, mujeres como Anna, cada día están más escasas.
Boston.
Emma: Perdón- Dijo una vez que Porter la ayudó asentarse en la cama.
Bette: No tienes nada de que disculparte.
Emma: No me gusta que me vean llorar, pero tu estúpida hija tiene la culpa- Refunfuñó y la morena se rio entre dientes.
Bette: Escucha- Se puso en cuclillas frente a ella- Todos tenemos derecho a tener un mal día.
Emma: Lo mío es mucho más que un mal día- Se rio sin humor- Es mi vida y las decisiones que he tomado, mi pasado- Se limpió las lágrimas con la palma de la mano- Pero no tienes por qué escuchar mis problemas.
Bette: Cuéntame- Se sentó a su lado- A veces, hablar con alguien sirve para quitarnos ese peso de encima, para sentirnos menos solos.
Emma: No quiero hablar ahorita- Se recargó en su hombro y en un movimiento, sus labios estaban muy cerca de los de la morena- Tú- Tomó los labios de Bette contra los suyos y la morena se quedó sin reacción.
Lo que no vieron es que Regina iba llegando y al verlas besándose, apretó los puños, contuvo las lágrimas y regresó al lobby.
Kristin: Cariño, te traje algo ligero para cenar- Entró a la habitación de Ariel que estaba acompañada por Belle acariciando su cabello y Jefferson masajeándole los pies- Lo hice especialmente para ti, pura vitamina.
Ariel: Gracias, Kris- Sonrió con cansancio.
Belle: ¿Quieres que te ponga música?
Ariel: Ya no me consientan tanto, que me sienta así es normal, voy a estar bien- Dio un sorbo al jugo.
Jefferson: ¿Cómo no te vamos a consentir? Para eso somos tus amigos, casi como tus hermanos- Lo último incomodó a las jóvenes que no se veían como hermanas.
Kristin: Mi amor, si tienes nauseas me avisas y te traigo algo, no quiero que te preocupes por nada.
Ariel: Enserio, voy a estar bien, solo necesito descansar.
Kristin: Cariño ¿No te acompañó tu mamá?
Ariel: No, ella no tiene nada que ver en esto ¿Ok? Ni tampoco quiero que lo tenga.
Belle: Nena, yo creo…
Ariel: Ya lo hablamos, bebé- Madre e hijo se miraron con una sonrisa ante el intercambio cariñoso.
Kristin: Ariel, sé que tu madre es, bueno, difícil, pero una madre es una madre ¿Estás segura que no quieres que le llame?
Ariel: Segura.
Kristin: Bien, sabes que te quiero como una hija ¿Verdad? – La pelirroja asintió y recibió un beso en la frente.
Jefferson: ¿Nos quieres contar como fue tu primera quimio? Vi tu live, me parece padrísimo que quieras aprovechar para educar a la gente.
Belle: ¿Verdad que ella es increíble? – La miró con ojos soñadores y la pelirroja sonrió.
Y así comenzaron a hablar de cosas más agradables a pesar de la situación.
Boston.
Elsa: Que la unidad forense se presente a primera hora- Hablaba por el celular- No, pienso proceder sin ellos- Colgó- Ginny, pensé que te habías ido a tu habitación- Metió su celular en su pantalón, lo que a Regina le recordó a otra rubia.
Regina: ¿Qué pasó? – No quería pensar en Emma, estaba dolida con ella, aunque sabía que no tenía derecho.
Elsa: La unidad forense que solicité no llegó a tiempo, la exhumación queda para mañana a primera hora.
Regina: ¿Tanto desmadre para sacar una caja que está vacía? – La rubia se rio ante el adorable gruñido de la morena.
Elsa: Bueno, te veo mañana a primera hora en el cementerio, sé lo terca que eres y no tiene caso intentar que te mantengas al margen.
Regina: Ya me estás conociendo- Se encogió de hombros- Oye, perdóname por actuar como una cabrona todo el día, lo que pasa es que toda esta nueva información me tiene bastante confundida y…
Elsa: Ginny, no te disculpes, no me des explicaciones, y entiendo- Le sonrió- Eres igual a Graham, me recuerdas demasiado a él- Su sonrisa se volvió nostálgica- Descansa.
Regina: Tú también.
Bette se levantó abruptamente de la cama con los ojos muy abiertos.
Emma: ¿Qué pasó? ¿Por qué me ves así? – La tomó de la mano- No pasa nada, Regina está haciendo lo mismo con su cuñada- Los celos no la dejaban pensar con claridad.
Bette: Emma, no- Se pasó el dorso de la mano por los labios como si quisiera borrar lo que pasó- Descansa- Salió a toda prisa.
Regina: ¿Qué haces en mi habitación? – La encontró en la puerta- ¿Emma está ahí adentro? – Fingió ignorancia, cuando lo que quería era darle un puñetazo en la cara.
Bette: Quédate con ella, no está bien, la dejaste sola todo el día- Huyó sin mirar a su hija a los ojos.
Regina: ¿Qué estaba haciendo Bette contigo en nuestra habitación? – Preguntó sin expresión facial, pero con los puños blancos de tanta fuerza.
Emma: Lo mismo que estabas haciendo tú con tu cuñada- Respondió arrastrando las palabras y limpiándose las lágrimas, sin darse cuenta de cómo se tensó la mandíbula de la morena- Tú dime- Se levantó y se fue al baño tambaleándose.
August: Buenos días- Entró a la oficina de su jefe con un sobre en la mano.
Neal: Creo que no alcancé a decir “Adelante, pasa” – Rodó los ojos.
August: Perdón que me brinque las formalidades, pero te vengo a dar una buena noticia.
Neal: ¿De qué se trata? Porque Dios sabe que necesito buenas noticias- Exhaló.
August: Vine a decirte que estoy al tanto de la situación de tu papá y lo siento mucho- Había sinceridad en su voz- Y entre todos decidimos que parte de la ganancia del calendario sea para la operación de tu papá- Deslizó el sobre en el escritorio.
Neal: Yo nunca estuve de acuerdo con ese calendario- Su voz salió afectada por el amable gesto.
August: Yo lo sé, pero se está vendiendo bien, digo, tuvimos que mandar imprimir el 80% con las fotos de Regina en las portadas, pero el punto es, que está dejando buenas ganancias, sé que no es todo lo que necesitas, pero cualquier ayuda es buena ¿No? – Neal tenía la cabeza gacha- Es con todo respeto, de parte del equipo, con permiso- Caminó a la puerta.
Neal: August, espera- El joven se giró y su rostro cayó al ver que su jefe se acercó a él con el sobre- Muchas gracias- Le tendió la mano desocupada y August sonrió.
Jefferson: Tú y yo somos iguales- Dijo desde la banca del jardín viendo a su mamá arreglar las plantas mientras él tejía- Cuando estamos tristes nos da por usar las manos.
Kristin: Terapia productiva, eso decía tu abuela- Sonrió porque su hijo le estaba hablando normalmente después de lo que provocó entre él y Killian- Ella se la pasaba todo el tiempo cosiendo vestidos- Se sentó al lado de su hijo- Perdóname, me equivoqué, pero te lo prometo, si yo hablé con Killian, no fue para perjudicar las cosas.
Jefferson: Tal vez eso ya estaba arruinado desde el principio, mamá.
Kristin: Pero ¿Cómo? – Le acarició la mejilla- Me dijiste que estabas muy feliz.
Jefferson: La felicidad es para gritarla, no para esconderla, tú me enseñaste eso- Besó la frente de su madre.
Kristin: ¿Y ahora qué piensas hacer?
Jefferson: Voy a tejer, tejer para olvidar- Se le quebró la voz- Además, hay personas que están pasando por cosas más difíciles.
Kristin: Ariel va a estar bien, con el tratamiento y nuestros cuidados, nuestra hermosa y cascarrabias pelirroja va a salir adelante- Jeff asintió- ¿Y dónde está Belle?
Jefferson: La vi ir a su habitación, andaba como zombi, debe estar cansada, pasó la noche con Ariel por si necesitaba algo.
Kristin: Me metí a la habitación de Belle a revisar- Se puso de pie.
Jefferson: ¿Te metiste entre sus cosas? – La miró acusadamente.
Kristin: Es que nos está escondiendo algo y estoy preocupada por ella, yo creo que tiene que ver con esto- Sacó los recortes de periódico de la bolsa de su falda.
Jefferson: Mujer mata a su marido luego de una discusión- Leyó y después otros.
Kristin: Todos hablan de eso.
Boston.
Elsa hablaba con el equipo forense que se encargaba de la exhumación de los restos de James Nolan.
Elsa: Ginny, por acá- Le hizo señas y Emma que había llegado antes, resopló.
Regina: Empezaron temprano- Ni siquiera miró a Emma, se había salido temprano del hotel para no hablar con ella.
Elsa: Cuanto antes terminemos con esto, mejor, no te muevas de aquí, ahorita viene uno de mis compañeros a tomarte la declaración, a ti y a Bette.
Regina: No sé qué decir sobre James, hasta hace poco, nunca antes había oído hablar de él.
Elsa: No tenemos información de familiares o de gente cercana, las únicas que sabemos que estuvieron en contacto con él en algún momento son tú y Bette, algo podrán aportar.
Forense: Oficial, Arendelle, ya hicimos contacto con el ataúd- Avisó y la rubia le dijo que en un momento iba.
Regina: ¿Qué vas a hacer si el cuerpo sí está adentro? – Con el rabillo del ojo vio que Emma las observaba sin pestañear.
Elsa: Ese ataúd está vacío, Ginny, tengo un año tras la huella de este tipo, sé que está vivo- Se acercó a la tumba.
Bette: ¿Todo bien? – Le susurró a Emma.
Emma: Déjame sola, por favor- Estaba avergonzada y molesta por lo que había hecho por sus estúpidos celos combinados con alcohol.
Bette: Solo quiero estar segura de que te encuentras bien.
Emma: No tienes que venir cada dos minutos a preguntarme como estoy, ahora, si lo que quieres es hablar sobre lo que pasó anoche…
Bette: Creo que lo mejor que podemos hacer es olvidarnos de lo que pasó, tú no te sentías bien y sé que no va a volver a pasar, es mejor que Regina no…
Emma: De mi parte tienes razón, porque amo a tu hija, pero ¿Estás segura sobre ti? Porque desde que te conozco tengo la intención de que eso es exactamente lo que estabas buscando- Porter la miró sorprendida, negó con la cabeza y se fue a donde estaba su hija, nunca le haría algo así a su pequeña morena.
Emma se golpeó mentalmente, estaba actuando impulsivamente y culpando a la madre de su morena por su propia estupidez, solo esperaba que Regina no se enterara, aunque ella misma se retorciera por su cercanía con Elsa.
Elsa: Procedan- Les dijo a los forenses una vez que el féretro estaba afuera.
Regina, Bette y Emma se acercaron, cuando uno de los forenses abrió el ataúd, el olor a putrefacción invadió las fosas nasales de todos.
Regina: Elsa- La miró.
Elsa: Ahí lo tienes, Regina, te presento a tu padrino- Dijo con decepción al no encontrar el ataúd vacío- El famoso James Nolan.
Continuará…
Chapter 17: Sorpresa
Chapter Text
Graham: Gold- Entró apresurado a su oficina.
Gold: Graham ¿Cuántas veces te voy a decir que ni me interrumpas cuando estoy escribiendo mi columna? Me distraes- Se quitó las gafas.
Graham: Pensé que te podía interesar esta información- Le tendió una USB- Pasé toda la tarde en el archivo y escaneé toda la información que se dijo sobre la carnicera de Boston, hay nombres que no teníamos, de víctimas, de oficiales de policía, tengo todo lo…
Gold: Primero te voy a pedir un favor, cálmate- Graham exhaló- Y ahora ve a tu lugar y haces un informe en papel, porque es como yo lo entiendo, así yo puedo cambiar, tachar, lo que necesite, no con esto- Le regresó el dispositivo.
Graham: Sí, claro- Se fue desconcertado y Gold sacó su celular.
En conexión…
Gold: Comisario, solo para avisarle que tengo al joven Mills entretenido, pronto se va a dar cuenta que es mejor no meterse en ciertas cosas.
Comisario: Bien.
Gold: A propósito ¿Le llamo yo a nuestro amigo o le habla usted?
Comisario: Yo me encargo ¿Ya hiciste lo que se te pidió?
Gold: Sí, están investigándolos a los dos, a Graham y a su hermana Regina.
Graham: ¿Estás seguro? ¿Y si mejores tomas un avión? – Acomodaba una caja en la cajuela del coche de su jefe- El trayecto es muy…
Gold: No, no, no ¿Me vas a enseñar tú cómo hacer las cosas? – El joven negó con la cabeza- Mira, te estoy dando la gran oportunidad de tu vida, te voy a dejar encargado del periódico, por una razón, tú eres el único periodista joven que tiene talento.
Graham: Yo quisiera acompañarte…
Gold: No, no estás entendiendo- Cerró la cajuela- Los de arriba mandamos, los de abajo obedecen- Se subió a su coche y salió a su destino.
En conexión…
Gold: Hola jefe, no, ya estoy aquí en Boston, no va a haber ningún inconveniente, nadie nos va a molestar, nos vemos en un rato.
Fin de la conexión.
Una vez que llegó a su destino, estacionó su auto y entró al bar.
Sídney: Los periodistas siempre llegando tarde.
Gold: Y la policía siempre, jode, jode y jode- Se sentó frente a él.
Sídney: Oye, Gold, yo leo tu periódico todos los días.
Gold: ¿Ah así? – Se metió unos cacahuates a la boca.
Sídney: Me gustaría que un día de estos nos pusieras en un mejor lugar, porque somos del grupo de los buenos.
Gold: Resulta que yo no soy un agente de relaciones públicas, y a mí los buenos, en realidad me valen madres, lo que a mí me gustan son las historias, de sangre, de morbo, de sexo, para eso los tengo ¿Y el jefe?
David: Gold- Apareció sigilosamente- Por ser nuestro periodista estrella te traigo un regalito- Le mostró un sobre con cocaína y después de abrazaron con una sonrisa.
🦢👑
Boston.
Regina: Vine aquí a Boston porque creo que James Nolan fue quien mató a mi madre cuando mi hermano y yo éramos bebés, y muy probablemente él sea el verdadero carnicero de Boston- Daba su declaración- Realmente no lo conocí, así que no puedo decir mucho.
Agente: Entiendo, gracias por venir- La despidió y en la puerta se encontró con Bette que iba a declarar.
Bette: Te veo más tarde, cariño- La joven morena forzó una sonrisa y asintió antes de caminar por los pasillos de la comisaría.
Elsa: Regina- La alcanzó.
Regina: ¿Qué pasa? ¿Todavía no me puedo ir?
Elsa: Sí, ya te puedes ir, solo venía a- Tragó saliva- A agradecerte por la declaración y a despedirme de ti.
Regina: ¿Cómo que a despedirte?
Elsa: Es muy probable que el departamento forense confirme que los restos que exhumamos corresponden a James Nolan, así es que, caso cerrado.
Regina: ¿Estás diciendo que no nos vamos a volver a ver?
Policía: Oficial Arendelle- Interrumpió- La necesitamos urgentemente- La rubia asintió y le pidió un minuto.
Elsa: Ginny, regresa a Maine y sigue con tu vida, es lo que tu hermano hubiera querido- Le sonrió melancólicamente y siguió a su compañero.
Jefferson dirigía el taller de tejido con entusiasmo, a pesar de su corazón triste, amaba lo que estaba haciendo.
Jefferson: Quiero que, durante este taller, ustedes se sientan libres de crear a su antojo ¿Ok? Solo déjense llevar, aquí no hay recetas, no hay patrones, solo disfruten los colores y la emoción que les provoca convertir su madeja de lana en un objeto que les va a abrigar el cuello, pero sobre todo el alma- Miró a la entrada y vio a Killian saludándolo con la mano- Ok, ustedes sigan con el punto básico y yo ahorita regreso- Se acercó a Jones- Estoy en clase.
Killian: Por eso, vengo a inscribirme- Sacó la mano detrás de su espalda y alzó una madeja de lana.
Jefferson: El curso está lleno.
Killian: Jeff, ya no te pongas así, ya sé que me porté como un idiota, pero también entiende.
Jefferson: ¿Entender qué? No me interesan tus excusas, solo quiero saber si estás dispuesto o no a salir del closet- Jones agachó la mirada- ¿Sabes qué creo? Creo que no tienes ninguna intención de querer cambiar de vida, y yo no estoy dispuesto a que, cuando se te ocurra me beses y luego te vayas a cenar con tu novia, yo no merezco eso.
Killian: Lo sé, mira, yo sé que en el fondo mis papás son buenas personas, es solo que no sé si puedo con la culpa de joderles la vida- Jeff entrecerró los ojos- No quiero que me vean distinto, que me traten diferente,
Jefferson: Estás lidiando con algo que es sumamente personal y yo no tengo por qué meterme, haz lo que quieras- Los ojos del bombero se pusieron llorosos- Pero quizás, de tanto mentirte, termines creyendo que así eres feliz- Fue a continuar con su clase y Killian salió a toda prisa.
Anna: Mi amor- Sonrió, pero el bombero solo siguió caminando sin importarle que su novia le estuviera hablando.
Neal: Ya tengo todas las fotos del interior, ya solo me faltaría tomarle algunas a la fachada y listo- Su hermana asintió distraídamente mientras guardaba sus últimas pertenencias en cajas- A las 6 tienes cita con el agente de ventas.
Zelena: Sí, en la semana me voy a deshacer de algunos muebles y los otros los voy a incluir en la mudanza.
Neal: Por cierto ¿Dónde vas a vivir?
Zelena: ¿De verdad te importa?
Neal: Si no me importara no te preguntaría ¿No crees?
Zelena: No te preocupes, no estoy sola.
Neal: ¿Algo de lo que me tenga que enterar? – No hubo respuesta- Bueno, me llamas si necesitas algo.
En la estación de bomberos se realizaba en un simulacro, Killian estaba en el techo de uno de los camiones girando la estructura en la que estaba la manguera, mientras que Robin estaba abajo jalándola para que llegara a donde estaba el supuesto fuego.
Robin: Más rápido, Jones- Pedía, pero la mente de su compañero estaba en otra parte- Concéntrate, cabrón- Insistía, pero Jones solo pensaba en las palabras de Jefferson.
August maniobraba con algunos materiales en su hombro cuando sintió que algo pesado caía sobre él.
Robin: ¿Están bien? – Preguntó acercándose a sus compañeros.
August: ¿Qué te pasa, pendejo? – Le ladró a Killian y lo empujó.
Killian: Perdón, me desconcentré- Se levantó y le tendió la mano a August.
August: Si esto te pasa en una emergencia, nos matas, imbécil- Ignoró la mano y se levantó solo.
Robin: Tranquilo, bájale al drama, Killian no está bien.
August: Si no estás bien, no vengas a trabar, cabrón- Se alejó pisando fuerte.
Robin: No le hagas caso, todo mundo tenemos un día malo a veces ¿Ok? – Le palmeó la espalda- Deberías hablar con Zelena para que te dé una licencia y puedas descansar.
Killian: Tal vez tengas razón.
Robin: Ánimo, amigo, todo se acomoda dónde debe estar- Dijo amablemente y Jones asintió.
Boston.
Bette respiró profundamente frente a la puerta de la habitación de su hija y Emma.
Regina: ¿Ya te vas? – Apareció detrás y señaló la maleta en la mano de Bette.
Bette: Sí, ya no tengo nada que hacer aquí ¿Tú que planes tienes?
Regina: Ni idea, primero tengo que hablar con Emma ¿Está en la habitación? – Preguntó con una ceja alzada.
Bette: No sé, supongo que sí, apenas iba a tocar para ver si estabas ahí, pero bueno, me voy entonces, para que hablen- Intentó besar la mejilla de su hija, pero esta se quitó.
Regina: ¿Cómo? ¿Te vas a ir sin despedirte de ella? – Preguntó con burla, la puerta se abrió y Emma apareció- Ya se va Bette- Se cruzó de brazos para ver la interacción.
Bette: Sí, regreso a Maine- Se veía incómoda.
Emma: Adiós- Dijo sin emoción y besó su mejilla, pero su mirada estaba en Regina.
Bette: Nos vemos- Apretó cariñosamente el brazo de su hija y se fue.
Regina: ¿Quieres que también cambie los boletos para podernos ir con Bette? – Preguntó sin expresión y la rubia negó con la cabeza y regresó a la habitación.
August: Bueno, pudo haber sido peor ¿No? – Entraba junto con sus compañeros al cuartel después de un siniestro.
Robin: No hay nada peor que una emergencia cuando estás a media hora de terminar tu turno- Refunfuñó quitándose el casco.
Reportero: Ahí están, justo como me los detalló mi mujer, los bombonberos de Maine- Se acercó con un micrófono y el camarógrafo detrás de él.
Thomas: Oiga, usted sale en la tele.
Robin: ¿Y a estos quien los dejó entrar? – Frunció el ceño.
Reportero: Tú eres septiembre ¿Verdad? El chico rudo y pícaro- Locksley sacó el pecho- Cuéntanos ¿Cómo fue tu experiencia como aprendiz de modelo para este calendario que se ha convertido en una bomba?
Robin: Ha sido muy divertido, yo creo que la cámara me quiere- Dijo con seriedad- Y lo la quiero un chingo- Todos se rieron.
Reportero: ¿Y tú, August? ¿Fue tu decisión perfilarte como el chico sensible? ¿Tuviste asesoría?
August: ¿Sensible? – Hizo una mueca de desagrado- Yo solamente hice lo que me pidieron y ya.
Reportero: ¿De quién fue la idea de hacer este calendario?
Neal: ¿Qué ridiculez es esta? – Se acercó a agrandes zancadas- A ver, apaga la cámara.
Reportero: ¿Usted es el jefe? Estamos haciendo una nota para el noticiero, pero nos gustaría hacer un reportaje más a fondo sobre los bomberos más guapos de Maine- Todos se rieron- Repito la pregunta ¿De quién fue la idea de hacer este calendario?
Neal: Mira, este es un cuartel de bomberos serio y…
August: La idea fue de la bombera Emma Swan, quien, junto con Regina Parrilla, son las únicas mujeres bombero en el cuartel, pero lamentablemente se encuentra suspendida por el momento- Miró a Cassidy.
Reportero: Nos gustaría hacer la segunda parte de este reportaje cuando Emma y Regina estén presentes ¿Nos podrían poner en contacto con ellas, por favor?
Neal: Obviamente que no, y te voy a pedir, por favor que salgan de aquí- Señaló la puerta- Ustedes a trabajar.
Milah: Pero ¿No te dijo nada?
Anna: No, recién llegó y se metió a su habitación, ni me miró.
Milah: Que raro, Killian no es así.
Anna: Yo creo que es mi culpa- Habló compungida- A le mejor lo estuve presionando mucho para que mejoráramos nuestra relación.
Milah: ¿Tienen problemas? ¿Están mal o qué?
Anna: Es como- Lo pensó- Como si yo fuera invisible para él, haga lo que haga, no logro que sea como antes.
Milah: Nena, todas las parejas tienen sus altas y sus bajas, pero yo estoy segura de que Killian te adora- Consoló.
Anna: ¿Y si dejó de amarme?
Milah: Conozco a mi hijo, está loco por ti- Aseguró convencida.
Thomas: No manches, que pinche tráfico ¿Ya vieron? – Señaló la pantalla de televisión- Y parece que la peor parte es aquí cerca.
Reportera: La intensa lluvia de esta tarde está provocando un caos vial en la zona sur de la ciudad, dudan que la situación se controle durante las próximas horas, a raíz de eso, las autoridades hacen un llamado a no circular de no ser necesario.
August: Puta madre, tenía que ser hoy que estamos faltos de elementos- Resopló y maldijo cuando se fue la luz eléctrica.
Neal: ¿Están bien? – Todos respondieron positivamente.
August: Iré a ver si es solo aquí o en toda la colonia- Tomó una linterna y salió.
Sean: Parece que solo somos nosotros ¿A poco el jefe no pagó el recibo de la luz?
August: Ni idea.
Neal: ¿Qué pasa? – Se acercó a los dos bomberos.
Sean: Nos cortaron la luz.
Neal: Ya me di cuenta, idiota- Se pasó las manos por la cara.
August: Me pudiste pedir que la fuera a pagar, para algo soy el segundo al mando ¿O qué? ¿Tan de la chingada está el presupuesto?
Neal: No nos vamos a poner a discutir ahorita eso ¿O sí? Obvio que- Su oración fue interrumpida por un fuerte ruido ocasionado por un choque- Vamos- De inmediato salieron y vieron que eran varios coches colisionados.
August: Soy bombero, tranquila- Dijo cuando abrió la puerta de un auto siniestrado y vio a una joven embarazada, que, por el tamaño de la panza, no le faltaba mucho para dar a luz.
Neal: ¿Está herida? – August asintió- Sean, ve por los primeros auxilios- Un gemido de dolor atravesó la garganta de la mujer.
August: Respira, respira, vamos a llamar una ambulancia y vas a estar bien.
Boston.
Regina estaba cambiando el horario de vuelo por teléfono, agradeció amablemente la atención y terminó la llamada.
Regina: Ya cambié el vuelo- Se sintió mareada- Solo hay que llegar una hora antes- Vio a Emma borrosa- ¿Está bien? – Se presionó los ojos con el dorso de las manos.
Emma: Sí, está bien- Se acercó un poco.
Regina: Oye ¿Estás enojada conmigo? – Intentó dar un paso hacia la rubia, pero se tambaleó, a pesar de lo que vio, estaba enamorada de Emma y esperaba que la rubia la prefiriera sobre Bette.
Emma: ¿Estás bien? – Puso su mano en la nuca de la morena.
Regina: Me siento, no, yo, no, no, estoy bien- Sintió la boca seca- Tú solo estate lista en una hora ¿Ok?
Emma: Bien- Intentó sonreír y fue a darse una ducha.
Regina se sentía cada vez peor, el mareó incrementó y los oídos le zumbaban, se llevó las manos a las orejas y cuando quiso caminar, cayó inconsciente sobre la alfombra.
La puerta de la habitación se abrió y un hombre entró.
Belle intentaba concentrarse en sus tareas de la universidad, pero solo dos cosas estaban en su mente, la enfermedad de Ariel y su visita al reclusorio, ella quisiera poder hacer más, pero solo era una estudiante tardía de universidad con problemas de autoestima y confianza, al menos así se percibía ella.
Miró por la ventana al escuchar un fuerte trueno y frunció el ceño cuando Kristin y Jefferson entraron con expresión seria.
Belle: ¿Y a ustedes qué les pasa? – Se rio con nerviosismo.
Kristin: Ya lo sabemos todo.
Jefferson: No todo, pero algo intuimos- Corrigió.
Kristin: ¿A quién vas a ver al reclusorio? – Puso el recorte de periódico en la mesa frente a la joven.
Belle: No tenías derecho a meterte en mis cosas- Sintió las lágrimas formarse, pero las empujó.
Kristin: Lo sé, pero ya está hecho.
Jefferson: Belle, mi mamá estaba preocupada por ti y ahora yo también, somos tu familia de corazón, te queremos ayudar.
Belle: ¿Y cómo? – Preguntó ácidamente- ¿Siguiéndome por las calles? – Tomó el recorte y se levantó- ¿Revisando mis cosas?
Kristin: No, te lo pregunté varias veces y no me dijiste nada, por favor ¿Qué te pasa? – No hubo respuesta.
Jefferson: Belle, tú conoces todos mis secretos, fuiste la primera persona a la que le conté que estaba loco por Killian, eres la única que tiene todas mis contraseñas, por si hay que borrarlo todo en caso de que muera atropellado- Bromeó para aligerar el ambiente.
Kristin: Cariño, no juegues con eso- La palmeó cariñosamente la nuca- Belle- Se acercó a ella- Tú sabes que somos una familia, saca todo lo que traes adentro- Alisó maternalmente su espalda y la joven ya no pudo contener algunas lágrimas- Aquí estamos nosotros para apapacharte, hasta que salga el sol si es necesario- Un fuerte trueno se escuchó, pero ninguno se inmutó.
Belle: Ella no tendría que estar ahí- Se sentó en la orilla de la cama- Mi mamá es la persona más buena que conozco- Kristin se sentó a su lado y Jefferson se arrodilló frente a su amiga- Y no merece estar encerrada como un animal- Sollozó- El animal era otro, mi papá era un borracho, un hijo de puta que le quitaba el dinero a mi mamá para irse a beber, y ella lo aguantaba porque la única vez que intentó dejarlo y me llevó con ella, nos encontró al día siguiente.
Kristin: Mi niña- Se le quebró la voz presintiendo lo que venía, al igual que su hijo que ya tenía lágrimas rodando por sus mejillas.
Belle: Mi mamá pasó una semana en el hospital recuperándose de los golpes, ahí empezó lo otro y…
Jefferson: ¿Lo otro? – Tragó saliva.
Belle: Me decía que era nuestro secreto y que si mi mamá se enteraba me iba a correr de la casa, a los diez años te crees todo lo que te dicen- Cerró los ojos con fuerza- Todavía siento su aliento a alcohol y su sudor- Abrió los ojos- Cuando mi mamá se enteró de lo que estaba pasando, se le echó encima y él se fue contra el piso, pero cayó sobre su cabeza, los pobres siempre son culpables, más si eres mujer, a nadie le importó lo que mi papá me había hecho o lo que le había hecho a mi mamá, y a nadie le importó que mi mamá me haya salvado- Sollozó dolorosamente- Para todos, ella era una asesina, una criminal- Se acurrucó contra Bauer.
Un sollozó ahogado se escuchó en la puerta y los tres giraron su cabeza para ver a Ariel recargada en el marco de la puerta.
Ariel: Lo siento tanto, nena- Se acercó lentamente a Belle, pero antes de llegar a ella, se desvaneció en la alfombra.
Belle: ¡Ariel! – Se levantó de inmediato y con ayuda de Jefferson la pusieron en su cama.
Kristin: Jeff, ve por alcohol y algodón- El chico de inmediato lo hizo.
Belle: Ella no debió escuchar eso ¿Ahora cómo la voy a ver a los ojos? – Preguntó en sollozo mientras acariciaba los rizos rojos.
Kristin: Con orgullo, porque nada de lo que pasó fue tu culpa, fuiste una víctima, mi amor- Alisaba la espalda de Belle y Jeff asentía mientras pasaba el algodón con alcohol por la nariz a Ariel- Si ese hombre estuviera vivo, le iría a cortar la polla- Gruñó.
Ariel: Kris tiene razón- Habló débilmente sin abrir los ojos- No tienes nada de que avergonzarte y también castraría a eso hijo de puta si estuviera vivo- Abrió los ojos y tomó las manos de Belle- Estoy orgullosa de ti, Belle.
Belle: ¿Orgullosa? – Preguntó confundida.
Ariel: A pesar de lo que has pasado, eres un chica amable, dulce y generosa- La pelirroja se sonrojó- Mira, eres el mayor apoyo para una chica moribunda con cáncer- Quiso bromear.
Belle: Tú no estás muriendo- Besó su frente y se olvidó por completo de sus problemas para atender a la pelirroja de la que se estaba enamorando- ¿Qué tal si te preparo un pollo a la plancha con verduras frescas y un té de hierbas que leí que es bueno para aumentar las defensas? – Preguntó dulcemente.
Ariel: ¿Y de postre? – Hizo un lindo puchero, no quería abrumar a Belle con el tema anterior, ya tendría oportunidad de sacarlo a colación, pero, sobre todo, intentaría ayudarla con el asunto.
Kristin: Yo me encargaré de eso, cariño, ustedes dos son tan lindas juntas- Suspiró y Jefferson asintió con una sonrisa.
Belle: No estamos juntas- Se apresuró y vio un toque de decepción en los ojos de Ariel- Es decir, ahora tenemos que concentrarnos en el tratamiento de mi pelirroja- Ante eso, Ariel sonrió, porque sí, era suya- Iré a preparar tu cena, cariño- Besó suavemente sus labios.
Jefferson: Lo bueno que no están juntas- Dijo divertido y las jóvenes se sonrieron tímidamente bajo la mirada de alegría de Kristin.
Zelena miraba con lágrimas en los ojos las fotografías de su hija esparcidas en la mesa de centro, la extrañaba terriblemente, estaba a punto de meterlas en la caja cuando se escucharon golpes en la puerta, se limpió las lágrimas y fue a abrir con la esperanza de que fuera Ruby o Robin, pero su rostro se tornó molesto cuando vio a su ex esposo que entró sin ser invitado.
Walsh: ¿Te vas a vivita con alguno de tus amantes? – Dio golpecitos a una de las cajas.
Zelena: Mi papá está en el hospital y hay que pagar su operación.
Walsh: Estás vendiendo el departamento, otra consecuencia de tus malas decisiones- Se burló- Cuando estabas casada conmigo lo tenías todo, pero bueno, cada quien sus prioridades.
Zelena: Para que veas que nunca me interesó tu dinero, así como decía tu familia- Se cruzó de brazos defensivamente.
Walsh: No, Zelena, nunca fue un tema de dinero, fue más bien un tema de clase- Desdeñó- Pero ese es otro asunto.
Zelena: ¿Qué quieres, Walsh?
Walsh: Conocí a alguien.
Zelena: ¿Y quieres mi bendición o qué? – Destiló sarcasmo.
Walsh: Quiero el divorcio, tengo planes, me quiero casar.
Zelena: Wow ¡Que romántico! – Se burló- Oye ¿Y a ella ya te la madreaste o estás esperando hasta después de la luna de miel?
Walsh: No- Se rio- Ella no se lo merece, no es como tú, te dejo los papeles- Los lanzó sobre el sofá- Mi abogado te va a hablar.
Milah: ¿Puedo pasar? – Preguntó después de tocar la puerta de la habitación de su hijo.
Killian: Sí- Se limpió las lágrimas rápidamente.
Milah: Hace mucho tiempo que no te veía así- Se sentó a su lado en la cama- Triste, llorando.
Killian: No estoy triste- Su voz salió inestable.
Milah: Desde que tu papá te regañó por haber fumado mariguana.
Killian: Y cuando se dio cuenta que no había sido yo y había sido mi hermano, ya me había dejado sin vacaciones.
Milah: Todavía me acuerdo que me decías que no llorabas por no haber ido a Florida, sino por lo injusto del castigo, así que dime ¿Qué injusticia te tiene así ahora? – Tomó sus manos.
Killian: No importa- Intentó contener las lágrimas, sin éxito.
Milah: A mí me importa y a Anna también, ella cree que es la culpable de lo que te está pasando.
Killian: Mamá, el único culpable aquí soy yo.
Milah: Recoge algunas de tus cosas, porque te vas con nosotros a la casa- El bombero asintió.
Boston.
Emma: Elsa- Entró sin aliento a la comisaría.
Elsa: Emma ¿Qué haces aquí? Pensé que a esta hora ya estarían en Maine.
Emma: Se trata de Regina.
Elsa: ¿Qué pasó? – Swan vio la angustia en la mujer policía y tuvo que contener sus celos, ahora lo importante era su morena- Emma ¿Qué pasó?
La música electrónica sonaba en la casa de Ruby, no demasiado fuerte, solo para amenizar mientras ella y Robin preparaban la comida.
Se escucharon golpes en la puerta y la morena fue a abrir, su sonrisa apareció en cuanto vio a la hermosa pelirroja.
Zelena: Ya estoy aquí- Sonrió tímidamente, lo que solo le pasaba cuando estaba en presencia de la fotógrafa.
Ruby: Bienvenida, mi niña- Le susurró la última parte y la psicóloga se sonrojó ante la referencia de como la llamaba cuando la dominaba en el sexo- Cariño, estás en tu casa- La ayudó con las maletas y entraron.
Zelena: De verdad, gracias por todo- Besós sus labios y después hizo lo mismo con Robin- No saben lo difícil que fue dejar mi casa.
Ruby: Pero ahora esta es tu casa, nuestra casa- Abrazó de lado a Robin- Pero, para que todo funcione, no estaría mal que definamos ciertas cosas.
Robin: ¿Cómo cuáles?
Ruby: Todas las botellas de esta casa son de los tres- Señaló el mini bar- Excepto estas- Señaló una cava especial- Si quieren abrirlas, me preguntan.
Zelena: Tú mandas- Se acercó al oído de Lucas- Mi señora- Lamió el lóbulo de su oreja haciéndola estremecer.
Ruby: No mes distraigas- Le gruñó juguetonamente- Durante el día, podemos recibir a quién queramos, pero las noches son nuestras.
Robin: De acuerdo- Sonrió pícaramente.
Zelena: ¿Y la cama? – Alzó una ceja.
Ruby: Cariño, tú ya la conociste, creo que tiene suficiente espacio para los tres.
Robin: Iré a comprobarlo- Corrió a la habitación como niño esperando un regalo de navidad.
Zelena: Estamos saliendo con un idiota- Dijo cariñosamente y su amante le dio una copa- Salud.
Ariel: ¿Sabes cuantos seguidores se sumaron a mi Facebook después de mi live? – Preguntó acostada en el sofá.
Anna: ¿Cuántos? – Preguntó sin ánimos, se preocupaba por su amiga, pero ahora estaba demasiado preocupada por su novio.
Ariel: 5000, eso me ayuda mucho.
Anna: En este momento hay cosas más importantes de que preocuparse ¿No crees?
Ariel: Me refiero a mi estado de ánimo- Exhaló y su amiga la miró avergonzada.
Jefferson: Hola, chicas- Pasó de largo a la cocina.
Anna: Jefferson- Lo siguió- Necesito que hablemos.
Jefferson: ¿Tiene que ser ahora? Iba a prepararme…
Anna: Es de Killian, por favor- Lo miró suplicante.
Boston.
Regina sintió que la cabeza le daba vueltas, un sinfín de frases martillaban su cabeza, de Gold, de Emma, de Bette, de Elsa.
Abrió los ojos y vio borroso, se quiso levantar y se dio cuenta que estaba en el suelo de algún lugar, miró al techo y una lampara que emitía una luz demasiado blanca la cegó por unos segundos, quiso apoyarse en sus manos y se dio cuenta que estaban atadas a cadenas.
Regina: ¿Qué chingados? – Comenzó a forcejear inútilmente con los grilletes y se arrodilló cuando escuchó pasos acercándose.
David: Te lo advertí, te dije que Bette Porter era peligrosa, pero decidiste no hacerme caso- Los ojos de la morena se abrieron como platos al recordar al hombre que había conocido en McAllen.
Regina: ¿Tú? – Intentó levantarse, pero la falta de fuerza se lo impidió y volvió a caer de rodillas.
David: Eres luchadora, te lo concedo- Se rio y sacó una pistola- ¿Estás lista? – Mills solo lo miró sin dejar ver su terror- ¿Te hice una pregunta, bicho raro? – Ladró y la morena apretó la mandíbula- ¿Estás lista? ¿Lista para hacerle compañía a tu mamita y a tu hermano gemelo en el infierno? – Se burló y le apuntó.
Regina: ¡HIJO DE PUTA! – Sacando fuerzas de donde no las tenía, se levantó y se acercó al hombre todo lo que la longitud de las cadenas le permitió.
Continuará…
Chapter 18: Retrato hablado
Chapter Text
En la comisaría de Boston, un joven James Nolan leía el periódico que hablaba de otra posible víctima del carnicero de Boston, mientras que una joven Bette hablaba.
Bette: James, deja eso por favor, es importante lo que te estoy diciendo, han estado acosando a Cora.
James: ¿Y tú cómo estás tan seguro de eso, amiga? – Dejó el periódico sobre su escritorio.
Bette: Porque ella me lo dijo, está muy asustada.
James: Las mujeres siempre exageran- Se encogió de hombros.
Bette: Cora no está exagerando, yo misma vi las huellas afuera de nuestra casa.
James: Bueno- Exhaló- Si quieres te podemos poner un policía afuera de tu casa- La morena sonrió- Pero va a ser un policía menos para atrapar a los narcos- La sonrisa de Bette murió, sabía que la violencia por el narcotráfico estaba azotando la ciudad- Tú dime que hacemos.
Unos días más tarde, en el hospital donde nacieron los mellizos.
Bette: James, gracias por todo- Lo acompañó al pasillo después de ver a los mellizos- Te has preocupado por todos los detalles.
James: Así soy, ya sabes- Sonrió.
Bette: Sí, todos deberían tener un James en sus vidas- Le palmeó amistosamente el hombro.
James: Sí, sería un mundo mejor ¿No? – Ambos se rieron.
Bette: Oye, te quiero pedir un favor.
James: ¿Otro más? ¿Ahora a quien están acosando? – La morena se rio.
Bette: No es nada de eso, quiero que seas padrino de mi Ginny- Pidió con una sonrisa.
James: ¿En serio?
Bette: Claro, Cora eligió los padrinos de Graham, así que quiero que tú seas el de mi pequeña morena ¿Qué dices?
James: Claro, será un honor, imagínate, yo no pienso tener hijos, esa niña va a ser como mi hija- Se abrazaron.
Boston.
Regina: ¡MALDITO HIJO DE PUTA! – Escupió al hombre en la cara sin importarle que le estuviera apuntando con el arma.
David: NIÑA, ESTÚPIDA- La abofeteó con su mano libre.
Regina: ¡TÚ MATASTE A MU HERMANO, CABRÓN! – Ni siquiera sintió dolor por el golpe, estaba llena de furia.
David: Mira, Ginny- Se burló- Yo no estoy aquí para aclarar tus dudas.
Regina: ¡Me chingaste la vida, cabrón! – Sus ojos estaban oscuros y sus fosas nasales ensanchadas - ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué los mataste?
David: ¿Crees en Dios? – La morena solo lo miraba con rabia- Porque si crees en Dios o en alguien, este es un buen momento para que empieces a rezar.
Regina: ¿Quién eres realmente? – Preguntó al recordar una de sus conversaciones con Elsa- ¿Eres James Nolan? ¿Eres mi padrino?
David: ¿De qué hablas? ¿Qué James? – Le dio la espalda y avanzó unos pasos- ¿De qué chingados hablas? – Se presionó los ojos.
Regina: Si no eres James, entonces ¿Quién eres? – El hombre exhaló ruidosamente- ¿QUIÉN CHINGADOS ERES? – Gritó y el hombre disparó al techo haciendo que Regina volviera a arrodillarse, porque a pesar de su furia, no quería morir, quería volver a ver los hermosos ojos verdes de Emma.
David: Se acabó la plática, pendeja- Se acercó enfurecido- Te hice varias advertencias y no me hiciste caso, si fueras otra persona, ya estarías tres metros bajo tierra- Le puso la pistola en la sien- Te dije que te pusieras a rezar- Sacó su celular y leyó algo- Todo esto te está pasando por meter las narices donde nadie te llamó.
Elsa: Según Emma, lo último que le dijo Regina es que iba a cambiar los vuelos para regresar hoy mismo a Maine- Les decía a otros dos agentes mientras miraba a la rubia por el vidrio, se veía extremadamente preocupada y ansiosa- Que después entró al baño y que cuando salió, la puerta estaba abierta y Regina había desaparecido- Vio a Emma levantarse y caminar en círculos.
Agente: ¿Sabemos si abordó el avión a Maine?
Elsa: Ya me comuniqué a la aerolínea y no, no abordó, también marqué al hotel y resulta que no tienen cámaras de seguridad- Vio a Swan sentarse nuevamente, pero su pierna se movía frenéticamente- Así que estamos obligados a creer que nos está diciendo la verdad, al menos por el momento, no tenemos otra opción- Exhaló resignada, nunca había confiado en la otra rubia, y sabía que era recíproco.
Emma: Elsa- Entró agitada con el celular en la mano- Acabo de recibir este mensaje, dice calle 16 de septiembre y brecha E-99, no entiendo.
Elsa: Esas calles están en la zona industrial de aquí de Boston, cerca del aeropuerto- Tomó su arma.
Emma: Hace unos días, cuando tenían a Regina metida en el tambo metálico, también me mandaron un mensaje así, diciéndome donde estaba- Elsa la miró con sospecha- No entiendo quién me los está mandando y no entiendo por qué a mí- Se pasó las manos por el cabello intentando calmarse, su morena la necesitaba y tenía que dejar de lado el sentimentalismo.
Elsa: Todas las unidades que tangan disponibles las quiero en esta dirección, ya- Le dijo a uno de los agentes y asintió- Emma, tú vienes conmigo- Swan asintió de inmediato, no es como si se fuera a quedar sin hacer nada.
Anna: Nunca había visto a Killian así, triste, apagado, como muerto en vida- Había preocupación en su rostro y su voz- No lo reconozco, su mamá dice que no es mi culpa, pero soy su novia, se supone que yo lo debería hacerlo feliz.
Jefferson: La felicidad de Killian no depende de ti, depende solamente de él y de nadie más.
Anna: Pero yo lo amo, amo lo que tenemos.
Jefferson: ¿Y qué tienen? – Quería ser objetivo, aunque era difícil tratándose del hombre del que se había enamorado.
Anna: Kill y yo tenemos muchas cosas en común, nos queremos, nos llevamos bien, a los dos nos gusta ver pelis, comer sushi.
Jefferson: Lo que acabas de decir le gusta la 99% de la gente, a ver dime ¿Has ido al mercado con hambre? – Su amiga lo miró sin entender- Es la peor idea del mundo ¿No? Porque uno compra lo que sea con tal de que le dejen de rugir las tripas, el miedo a estar solo es como ir al mercado con hambre, solo que es el corazón el que llora de hambre y no el estómago.
Anna: ¿Es tan terrible creer que alguien te quiera? – Comenzó a llorar y al chico se le encogió el corazón, porque le tenía cariño.
Jefferson: Lo terrible es no darse cuenta de las cosas como son, tú mereces enamorarte de alguien que sienta que el mundo es un mejor lugar solamente porque está contigo y eso no lo tienes con Killian.
Belle: Kristin te preparó un caldo de pollo- Se acercó con una bandeja a la cama de la pelirroja.
Ariel: Gracias, pero no tengo hambre.
Belle: Lo sé, pero no me voy a mover de aquí hasta que comas.
Ariel: Bien, pero quiero que hablemos de tu mamá- Se sentó con lentitud.
Belle: De acuerdo, no quiero que haya secretos entre nosotras- Y hablaron de eso por un buen rato después de que la pelirroja terminó casi todo lo de la bandeja.
Ariel: No sé cómo, pero te voy a ayudar a sacar a tu mamá de la cárcel- Dijo con determinación a pesar de tener los ojos llorosos después de escuchar toda la historia de boca de la mujer que amaba.
Belle: Eso es muy lindo de tu parte- Besó suavemente los labios de la pelirroja que probó las lágrimas aun frescas de su amada.
Boston.
Regina: ¿Por qué me has estado siguiendo?
David: ¿Por qué no te callas el hocico? – Su tono era casi aburrido.
Regina: Me seguiste hasta McAllen, te quedaste en el mismo hotel donde yo estaba, tú fuiste el que me golpeó en la nuca ¿Verdad? – Recordó que Emma estaba con ella- ¿Dónde está Emma? – Forcejeó con los brazaletes de las cadenas- ¿Dónde está Emma?
David: ¿Quién? – Frunció el ceño.
Regina: La mujer con la que estaba ¿Dónde está? ¿Qué le hiciste? – Como respuesta recibió un disparo en el brazo- ¡Mierda! – Siseó de dolor y cayó al suelo.
David: Te dije que te callaras el hocico- Se acercó apuntándole y desvió la mirada cuando escuchó sirenas de patrullas- Mierda, me traicionó- Dijo para él mismo- Soy un pendejo- Se lamentó y apuntó con el arma a la cabeza de la morena- Perdóname, chamaca, te juro que esto no es nada personal- La morena lo miró con pánico- ¿A quién quiero engañar? Esto es muy personal- Se rio sádicamente y cuando iba a apretar el gatillo, el portón se abrió- Maldición- Disparó a donde entraban los policías y corrió por una puerta trasera- Voy a regresar por ti, Mills- Le gritó.
Elsa: Persíganlo, que no escape- Les ordenó a sus hombres- Regina- Metió el arma en la funda atada a su pantalón y se agachó junto a la morena- ¿Estás bien?
Regina: Sí, solo fue un rozón el en brazo, aunque duele como el infierno.
Elsa: Estás perdiendo mucha sangre ¿Te hizo algo más? – Preguntó preocupada.
Regina: No, nada más.
Elsa: Llama a una ambulancia- Le dijo al policía que se había quedado.
Emma: Elsa- Entró corriendo- Un hombre acaba de escapar en una camioneta negra.
Elsa: Inicien persecución- Les gritó a sus hombres- Quiero a todas las unidades disponibles tras esa camioneta negra hasta que den con ese cabrón.
Emma: ¿Estás bien? – Se agachó al lado de Mills- Estás herida, mi amor- Ya no pudo contener las lágrimas.
Regina: Estoy bien- Sentía la boca seca.
Elsa: ¿Qué pasó con esa maldita ambulancia? – Ladró.
Emma: Está perdiendo demasiada sangre- Se cortó una parte de la camiseta para hacer un torniquete.
Elsa: Es una herida superficial, va a estar bien, ya viene la ambulancia en camino- Se alejó para ponerse en contacto con su gente sin estresar a Regina.
Emma: Tranquila, tranquila- Secó alguna lágrima de los hermosos ojos marrones, ignorando sus propias lágrimas.
Regina: Pensé que ese hombre te tenía a ti también- Nunca en su vida se había sentido tan aliviada como cuando vio a la rubia entrar, sana y salva.
Emma: No, estoy bien- Acarició su rostro- Tú también vas a estar bien, amor- La estrechó en sus brazos esperando a que llegara la ambulancia- No te duermes, mi hermosa- Pidió al ver los ojos marrones revolotear con pesadez.
Regina: Solo necesito descansar los ojos- Los cerró y sintió que la inconciencia la reclamaba.
Emma: No, mi vida, por favor, abre tus ojos para mí- Pidió dulcemente y la morena lo hizo con gran esfuerzo- Eso es, cariño ¿Te he dicho que tienes los ojos más hermosos que he visto en mi vida? – Mills sonrió con cansancio y negó con la cabeza- Pues los tienes, así como tus labios- Pasó su pulgar por el labio inferior de la morena y la miró con tanto amor que hizo que el corazón de Mills se saltara un latido.
Emma: Eres la mujer más hermosa que he visto, Emma- Habló algo débil, pero con una sinceridad que derritió el corazón de la rubia.
Bette: Vi el desastre que había en la ciudad y sentí que mi deber era venir a ayudar- Dijo entrando a la oficina de Neal después de haber intervenido en el siniestro causado por la tormenta.
Neal: Sí, bueno, ya se llevaron a la madre y al bebé al hospital, así que ya ayudaste, ya te puedes ir.
Bette: ¿Y estos apagones tienen que ver con tus robos? – Preguntó mientras encendía la linterna de su celular.
Neal: Mira, tú me vuelves a acusar de ladrón y se me va a olvidar que eres mujer.
Bette: No me importan tus sentimientos, pero sí me importa el cuartel- Exhaló- Ya vienen para acá los bomberos, me voy, pero quiero prometerte algo.
Neal: ¿Tú que me vas a prometer a mí? – Se rio burlonamente.
Bette: Que puedes confiar en mí, Neal- Respondió tranquilamente y Neal no esperaba eso- Puedes dejar todo en mis manos, yo sé cómo ayudarte- Sonrió discretamente y se fue.
Boston.
Paramédico: Cuidado con la cabeza- Pidió mientras subían a Regina a la ambulancia.
Emma: Yo iré con ella- Se subió de inmediato para evitar que Elsa lo hiciera- Soy su novia- Sonrió y miró a la morena que tenía la piel pálida por la pérdida de sangre, de inmediato su sonrisa desapareció.
Regina: ¿Qué pasa? ¿Estás bien? – Preguntó débilmente al ver los ojos verdes llenos de angustia y Emma tomó su rostro entre sus manos.
Emma: Te amo- Confesó con lágrima en los ojos- Te amo, Regina- Tomó sus labios carnosos ahora pálidos entre los suyos- Recuéstate, ponte lo más cómoda posible- Le acarició el rostro amorosamente.
Regina quería decirle que también la amaban, pero al recordar a la rubia besándose con Bette, las palabras se le atoraron en la garganta y no salieron.
Kristin: ¿Quieres que te prepare algo para comer? – Le preguntó a Porter con una sonrisa desde el marco de la puerta de su habitación- Esta ciudad te recibió con un diluvio, debes tener hambre después de ayudar en el siniestro.
Bette: No te preocupes, estoy bien- Le sonrió.
Kristin: ¿No me vas a contar como estuvo tu viaje? Haber regresado a Boston debió haber sido intenso.
Bette: Bien, todo bien- Exhaló, aunque quería contarle a alguien lo que pasó con Emma, Kristin no era la persona adecuada, ya se sentía lo suficientemente mal por lo que eso podría causarle a su hija, la persona que más amaba en el mundo.
Kristin: Mira, yo tengo toda la noche para escucharte- Entró y se sentó en el sofá.
Bette: Kris- Se sentó a su lado- Me gustaría que habláramos de lo del beso del otro día- Necesitaba dejar las cosas claras, aunque le doliera.
Kristin: Sí, claro- Dijo entusiasmada.
Bette: Estoy reconstruyendo mi vida, mi pasado, mi presente, es como si volviera a nacer, y me doy cuenta que he perdido muchos años de mi vida.
Kristin: Sí, eso lo entiendo, de hecho, me gustaría que tú y yo…
Bette: En este momento no puedo estar con nadie- Dijo con pesar, le gustaba la mujer, pero no quería ponerla en riesgo- En mi cabeza no hay espacio para pensar en otra cosa que no sea recuperar lo que me pertenece, tengo que acomodar mis ideas, y lo demás vendrá después.
Kristin: Sí, claro- Fingió una sonrisa empujando las lágrimas hacia atrás- Lo entiendo- Bette la miró con culpa- No te preocupes, soy una mujer adulta, sé cómo son las cosas- Se puso de pie- Si quieres comer algo, en la cocina hay comida preparada, solo tienes que meterla al horno, buenas noches- Salió con los ojos llenos de lágrimas.
Bette: Espero que cuando todo sea arregle no sea demasiado tarde para nosotras- Exhaló.
Belle: No entiendo por qué insististe que viniera contigo- Parecía aburrida mientras caminaban por los pasillos de hospital.
August: No me gustan los hospitales- Miró el ramo de flores en sus manos, el globo y la bolsa de regalo preguntándose mentalmente si no era demasiado.
Belle: A mí no me gusta el reclusorio, pero no le ando pidiendo a nadie que me acompañe.
August: ¿Y tú qué haces en un reclusorio? – Preguntó desconcertado y Belle se dio cuenta que había hablado de más.
Belle: Olvídalo, no es tema para hablar en un hospital.
August: Está bien, pero tarde o temprano me tienes que contar ¿Eh? – Miró a Belle que miraba la entrada al área de maternidad.
Belle: Ve tú, yo te espero aquí- Señaló la sala de espera.
August: De ninguna manera, entras conmigo- Belle resopló, pero lo siguió.
Bette estaba hablando por teléfono, encargándose de algunos problemas de la estación de bomberos, Kristin intentaba actuar casualmente mientras se ocupaba del desayuno, como si no hubiera pasado nada entre ellas.
Bette: ¿Quieres acompañarme? – Preguntó con una sonrisa, no quería que la mujer que le gustaba se alejara completamente.
Kristin: ¿Yo? – Puso un plato frente a la morena.
Bette: Sí, será una mañana de trámites, son largos y a le mejor tediosos, pero contigo como compañía, va a ser entretenido- Dio un mordisco y gimió por el delicioso sabor.
Kristin: Pues- Se aclaró la garganta evitando que su mente se fuera a otras situaciones en las que escucharía gemir a la morena- Si es por la estación, puedo acompañarte- Reprimió una sonrisa, no quería ilusionarse de nuevo.
Bette: Claro, tenemos que salvar la estación ¿Quién mejor que tú para acompañarme en el rescate?
Kristin: De acuerdo, solo dame unos minutos, no me voy a tardar, tengo que hacer algo.
Bette: Sí, adelante- La rubia le sonrió y se fue a su habitación a arreglarse un poco.
Kristin: Stefan, cariño- Miró la fotografía de su difunto esposo- Fuiste lo mejor que me pasó en la vida, espero no te enojes allá donde estés, pero me gusta mucho Bette, échame una manita con ella, sé que solo querrías verme feliz- Besó la imagen y salió a encontrarse con Porter.
Boston
Elsa: ¿Se parece? – Le preguntó a Regina que estaba en la cama de hospital mientras le mostraba un retrato hablado de captor.
Regina: Sí, muchísimo.
Emma: ¿Estás segura? ¿Le pudiste ver bien la cara?
Regina: Claro que sí, y fue el mismo tipo que nos encontramos en McAllen, lo vimos juntas en el hotel ¿Te acuerdas? ¿El de la taza?
Emma: Yo no pude verle la cara, estaba distraída- Miró hacia otro lado y Elsa entrecerró los ojos en su dirección.
Regina: Claro, después yo lo volví a ver en la calle y yo de idiota pensé que había sido una casualidad.
Elsa: Eso significa que tiene tiempo siguiéndote- Exhaló.
Regina: Eso parece, y no me di cuenta- Resopló enojada.
Emma: ¿Pudieron encontrarlo anoche? – Preguntó ansiosa a Elsa.
Elsa: No, el tipo desapareció, se hizo humo- Se pasó las manos por el cabello con frustración- Nosotros vamos a aprovechar para regresarnos a Maine- Miró a Regina- Quédate tranquila, vas a tener protección 24/7- Acarició su mano y Emma la miró con molestia- Ese retrato hablado nos va a servir mucho, Ginny, cada vez estamos más cerca de este tipo, lo puedo sentir.
Regina: Gracias por todo, Elsa- Le sonrió dulcemente y la mencionada se sintió derretir, mientras que la otra rubia se retorcía de celos.
Killian: ¿Necesitas ayuda? – Preguntó al ver a Jefferson sobre un banco acomodando unos adornos en el negocio.
Jefferson: Si necesitara ayuda, la pediría- Respondió sin emoción.
Killian: Acaba de llegar el pedido de lanas de Boston- Metió las manos en los bolsillos traseros de su pantalón.
Jefferson: Que bien, nos estábamos quedando sin materia prima- Se bajó del banco.
Killian: Están contentos por haberse asociado con nosotros- Quería mantener la conversación, extrañaba sus charlas con el joven diseñador.
Jefferson: Al menos alguien está contento- Se sentó frente a la computadora.
Killian: ¿Puedo ver algo en la computadora?
Jefferson: ¿Ahora? – Se estaba exasperando.
Killian: Bueno, si la vas a ocupar…
Jefferson: No, ya no, me desconcentraste, úsala tú- Se levantó.
Killian: ¿Sabes qué? Si no, mejor después.
Jefferson: ¿Te pasa algo? – Preguntó con irritación, solo quería continuar con su día en paz.
Killian: No jodas, tú sabes perfectamente bien que es lo que está pasando, no nos hagamos esto, Jeff.
Killian: ¿Hacernos qué? Tú sigues haciendo como que te importo para demostrarte que le puedes gustar a un hombre- Reprochó- ¿Así subes tu pinche autoestima? No jodas tú, Killian, ya- El bombero lo miró con ojos llorosos- Curioseaste, besaste a un hombre, ya déjame en paz, gente como tú le hace daño a gente como yo- Jones negó con la cabeza y se marchó.
August: Mira nada más, campeón, sacaste los ojos de tu mamá- Sonrió mirando al bebé en sus brazos.
Tiana: Eso es lo que me han dicho todos- Sonrió con cansancio y miró a Belle que solo estaba parada incómodamente.
August: Te vas a tener que portar muy bien con tu mama ¿Eh? Porque ayer trabajó muy duro para que nacieras.
Tiana: Trabajamos, esto fue en equipo.
August: ¿Y tú? ¿Estás bien? – Le preguntó a la joven madre- ¿Necesitas algo?
Tiana: Dormir- Bostezó y se rio.
Belle: Tal vez, deberíamos dejarla para que descanse ¿No crees? – Preguntó a August.
August: ¿Quieres que le ponga en la cuna? – Preguntó no queriendo dejarlo ni a él ni a la madre.
Tiana: Dámelo, igual ya casi le toca comer.
August: Adiós, campeón- A regañadientes lo puso en los brazos de Tiana.
Tiana: Vamos a estar aquí dos días más, por si quieres venir a ver a August- El bombero sonrió al confirmar que la mujer le había puesto su nombre al bebé, mientras que Belle luchaba por no fruncir el ceño ante la escena, no porque quisiera al bombero, sino porque pensaba que su amigo podría salir lastimado, ella estaba más que feliz de lo que empezaba con su hermosa pelirroja.
August: Claro, bueno, si necesitan algo, pueden localizarme en el cuartel.
Tiana: Gracias- Se sonrieron y los visitantes salieron de la habitación.
Neal: Esto es lo que me dieron los chicos por lo del calendario- Le entregó a Bette uno sobre con dinero- Y estos son los ahorros que tengo para lo de mi padre- Le entregó un fajo de billetes.
Bette: Bueno, pues con esto tengo para renegociar nuestras deudas ¿Vamos? – Le preguntó a Kristin con una sonrisa y la rubia asintió, pero su celular timbró con un número desconocido, respondió, pero nadie hablaba y colgó- ¿Todo bien?
Kristin: Sí, debe ser algún chamaco que no tenía nada mejor que hacer.
Bette: Neal, te mantendré informado, por favor si regresa la luz, me avisas.
Neal: Ok- Respondió entre dientes.
Bette puso la mano en la espalda baja de Kristin mientras salían del cuartel, lo que hizo que ambas sintieran aleteos en el estómago.
Killian: Anna, tenemos que hablar, hay algo que quiero decirte.
Anna: Mira- Tomó la mano del bombero- Yo sé que te he estado presionando mucho- Sus ojos se llenaron de lágrimas- Y sé que el amor no se puede forzar, que tal vez no voy a ser la mujer que te haga feliz, pero…
Killian: ¿Quién dijo que no me haces feliz?
Anna: En el hotel no te veías muy feliz.
Killian: Sí, porque soy un idiota que no sabe valorar a la mujer que tiene a su lado- La joven sonrió esperanzada- Ven, vamos a sentarnos- La llevó al sofá- Mira, yo lo he estado pensando bastante- Algunas lágrimas corrieron por el rostro de Anna, ya aceptando la ruptura- Creo que es hora de que formalicemos- La joven lo miró sin entender, no era en absoluto lo que esperaba- Yo sé que las cosas no han estado bien, pero ya no quiero pensar y es hora de que llevemos esta relación al siguiente nivel ¿Ok?
Anna: Pensé- Se rio entre lágrimas- Pensé que ibas a terminar conmigo- De inmediato se lanzó al regazo de su novio- Te voy a hacer muy feliz- Besó repetidamente su cara- Vamos a ser la familia más feliz del mundo- El bombero asintió sin creerlo realmente.
Bette: Bueno, pues con esto cubrimos la mitad de la deuda- Le decía al ejecutivo del banco mientras Bauer la miraba tontamente- ¿Qué podemos hacer con el resto para que los intereses no nos asfixien?
Kristin: ¿Sí sabe con quién está hablando? – Le preguntó al hombre de traje- Con una mujer bombero, y los bomberos son personas de palabra- Le sonrió al hombre que estaba encantado con la rubia, lo que hizo que Porter rodara los ojos con molestia.
Ejecutivo: Muy bien, mañana a más tardar me lo tiene que traer firmado- Le entregó un pagaré.
Bette: Gracias- Forzó una sonrisa, cuando en realidad quería golpear su cara por coquetear con su rubia.
Boston.
Regina, Emma y Elsa acomodaban sus cosas en el compartimento del avión, los ojos de la morena se enfocaron en un hombre con gorra, de inmediato se imaginó al hombre que estuvo a punto de matarla.
“¿Estás lista para hacerle compañía a tu mamita y a tu hermano gemelo en el infierno?” – Escuchó Regina en su cabeza la voz del hombre.
Elsa: ¿Qué pasó? – Le preguntó a la morena al ver su cara de pánico.
Emma: ¿Estás bien? – Se interpuso entre su morena y Elsa que estaba a punto de acariciar el rostro de Regina.
Regina: Sí, todo bien- Tragó saliva y las tres mujeres se sentaron en sus lugares, pero la morena seguía volteando hacia atrás.
Emma: Amor ¿Estás segura que estás bien? – Acarició su mejilla.
Regina: Sí, claro- Se acomodó el cabestrillo.
Superintendente: ¿Está todo claro? – Preguntó a los bomberos que estaban en fila en el patio de maniobras.
Bomberos: ¡Sí, señor! – Corearon y Neal apareció.
Superintendente: Inspector, Cassidy ¿Dónde estaba? Lo estaba esperando.
Neal: Estaba resolviendo unos asuntos personales, lo siento mucho.
Superintendente: Veo que esos asuntos personales son muy recurrentes- Lo miró inquisitivamente- Estaba conversando con el segundo inspector interino- Señaló a August- Pero no quise comunicar mis resoluciones, hasta que estuvieras presente.
Neal: Usted dirá- Asintió con la cabeza.
Superintendente: La comisión resolvió reintegrar a la inspectora Bette Porter a este cuartel- Neal se tragó la bilis- Gracias a ella hubo dos emergencias muy exitosas que todos ustedes recordarán, es un gran elemento con mucha experiencia, y aunque cometió algunos errores graves, no podemos darnos el lujo de perder…
Neal: No, a ver- Ya no pudo guardar silencio- Ella es una impostora, nos engañó a todos.
Superintendente: La segunda resolución- Ignoró el exabrupto del otro, después de todo, lo entendía- Es la reincorporación inmediata de Emma Swan, ella metió una queja a la comisión, que no encontró reales evidencias de mal comportamiento- Hubo aplausos de los demás bomberos que siempre pensaron que fue injusto lo que le hicieron a la rubia.
Neal: ¿Y entonces? ¿Qué va a pasar conmigo?
En conexión…
Elsa: Oficial Arendelle, no todavía no despegamos, dime- Hablaba del lado de la ventanilla del avión, Emma estaba en medio y Regina en el pasillo- ¿Qué? ¿Estás seguro de esto? Mándame toda la información por mail en este momento, por favor, gracias.
Fin de la conexión.
Regina: ¿Qué pasó? ¿Todo bien?
Elsa: No, bueno, depende- Exhaló- Los restos que exhumamos no corresponden a James Nolan- Sonrió.
Emma: Pero ¿Cómo? La lápida tenía su nombre.
Elsa: Claro, porque enterraron a alguien para hacernos creer que James Nolan está muerto- Después dirigió su mirada a la morena- Tu padrino, Ginny, está vivo, como siempre sospeché- Ante eso, la morena cerró los ojos y revivió lo que pasó en esa maldita bodega el día anterior.
Regina: El que me secuestró fue James Nolan, estuve frente al carnicero de Boston- Tragó saliva y a Emma se le hizo un nudo en el estómago al caer en cuenta del peligro real de muerte en el que estuvo su morena, la mujer que amaba.
Continuará…
Chapter 19: No es la persona que todos creen
Chapter Text
Bombero: ¿Si vas a aceptar el traslado a Maine? – Preguntó a la joven Bette.
Bette: No creo, digo, prácticamente aquí tengo todo, está mi familia, aquí nacieron mis hijos, toda mi vida está aquí en Boston.
Bombero: Pues sí, pero- Antes de que terminara, se escuchó la alarma de siniestro.
Bette: Fuego- De inmediato se unieron a los demás.
La joven Bette se paralizó mientras se ponía el casco al escuchar donde era el incendio, en la colonia donde estaba su casa.
Capitán: Muévete, Porter- Ordenó.
Bette: Sí- Tomó el casco y se subió al camión- Capitán, ¿Se sabe dónde es exactamente?
Capitán: No, pero tengo la ubicación- Se encendieron las sirenas.
Conforme se acercaban, el estómago de Bette se encogía más, un enorme nudo se formó al llegar, se bajó de inmediato y sus ojos se llenaron de agua al pararse frente a su casa en llamas, apenas podía distinguir las órdenes del capitán y los movimientos de sus compañeros.
Bette: Mi familia- Susurró y de inmediato sacó una manguera.
Capitán: ¡No! Bette, sigue el protocolo- La tomó del brazo, pero la joven bombera se zafó y entró- ¡Bette! ¡Mierda!
Bette: Cora, ¿Dónde estás? – Gritaba mientras esquivaba las llamas- Cora, mi amor- Iba a subir las escaleras cuando alguien la jaló hacia atrás tirándola al suelo y sintió un pie impactarse en su abdomen- Mi familia- Intentó levantarse, pero un impacto del extintor contra su cabeza se lo impidió.
Cora: Estamos aquí, amor- Escuchó la voz débil seguida del llanto de sus mellizos y eso le dio fuerza.
Bette: Cora- Se levantó y subió las escaleras como pudo- Cora, necesito que me indiques donde estás, háblame, amor.
Cora: Estamos aquí- Escuchó la voz en la habitación de sus hijos.
Bette: Amor, si estás cerca de la puerta, aléjate- Comenzó a estrellar su cuerpo contra la puerta hasta que la tumbó- Cora- Se agachó frente a su esposa- Vámonos, amor- La quiso levantar, pero estaba muy débil.
Cora: Por favor, Bette, saca a nuestros hijos, no hay tiempo, llévatelos a ellos- Su rostro estaba bañado en lágrimas.
Bette: No, no me hagas decidir, por favor, Cora.
Cora: Salva a mis bebés, por favor- Tosió repetidamente.
Bette: Regresaré por ti- Tomó a Regina primero y después a Graham- Los pondré a salvo y regreso, aguanta- Le pidió al ver que casi caía en la inconciencia y salió lo más rápido que pudo esquivando las llamas para que sus mellizos no resultaran heridos.
Paramédico: ¿Están heridos? – Preguntó al ver a la joven bombera con los bebés.
Bette: Al parecer no, pero revíselos por favor- Se los entregó y corrió hacia la entrada de la casa en llamas- Mi mujer sigue adentro.
Bombero: ¡No, Porter! – La sostuvo y esta vez no tenía fuerzas para zafarse.
Bette: Cora sigue adentro- Aulló de impotencia y dolor retorciéndose en el agarre de su compañero.
Bombero: Hay bomberos adentro, hará todo lo que esté en sus manos, lo sabes.
Bette: Por favor, necesito ir por mi esposa- Suplicó entre llanto y su corazón se detuvo por unos instantes cuando vio a un bombero salir con Cora en brazos- No, no, no- Corrió y la tomó de los brazos de su compañero- Mi amor, no me dejes- Se dejó caer en la acera con su mujer en sus brazos- ¡NOOOOOOOOOOOOOOO! – Ese grito fue el más desgarrador que habían escuchado los bomberos.
🦢👑
En el avión, Regina revivía mentalmente una y otra vez su interacción con James, tanto en McAllen como durante su secuestro, intentaba mantenerse fuerte, pero estaba traumatizada.
Emma: Ginny- La sacó de sus pensamientos y la morena la miró algo desenfocada- ¿De verdad estás bien? – La genuina preocupación era palpable en su voz y en sus ojos.
Regina: Sí- Respondió desviando la mirada hacia Elsa que dormía.
Emma: Oye- La tomó suavemente de la barbilla para mirarla a los ojos- No voy a dejar que nada te pase, nunca- Lo dijo con tanta sinceridad que Regina se sintió la persona más importante del mundo.
Regina: Estaba tan asustada- Confesó y los ojos se le llenaron de agua.
Emma: Lo sé, cariño- Pegó sus frentes- Y lo siento tanto- Se tragó un sollozo, no tenía derecho a ponerse así frente a la morena- Lo que viviste, no debió pasarte, lamento no haber podido cuidarte mejor- Un par de lágrimas corrieron por sus mejillas.
Regina: No es tu culpa, solo quiero que estés a salvo, no quiero que…
Emma: Sht- Puso el dedo índice en los labios de Mills- No me va a pasar nada, ni a ti tampoco, estaremos bien- Besó a su morena con toda la ternura de la que era capaz.
Kristin: Bueno, lo del banco ya está, lo de la luz ya se pagó que era lo más importante, pero ¿Cómo se les olvidó pagarla durante tres meses? Si Estefan estuviera vivo- Bette sonrió de manera forzada ante la mención del difunto- Bueno, que en paz descanse- No quería que la morena pensara que el recuerdo del hombre podría ser un problema.
Bette: Ahora solamente tengo que renegociar con los proveedores de materiales, pero esa es la parte fácil, por eso la dejé al final.
Kristin: Además de hermosa, eres una mujer muy inteligente y perseverante, eso tiene sus recompensas- Halagó con una sonrisa y la morena se sonrojó adorablemente.
Bette: ¿Qué te parece si te invito a comer? Has hecho que todo sea más fácil.
Kristin: Me lo merezco ¿Verdad? – Preguntó juguetonamente y la morena asintió con una sonrisa- De acuerdo, pero yo elijo.
Bette: A dónde la dama quiera- Hizo una elegante reverencia y la rubia sonrió encantadoramente.
Emma: ¿Vas a decirles en la estación que Bette es tu mamá? – Preguntó y notó el disgusto en Regina cuando escuchó el nombre de la otra morena.
Regina: No sé- Exhaló para intentar alejar de su mente a su madre besando a la rubia- Yo creo que no- Se encogió de hombros.
Emma: ¿Por qué?
Regina: Han pasado demasiadas cosas y me da flojera dar explicaciones- Se encogió de hombros.
Emma: Entiendo, amor.
Regina: Además, todavía- Hizo una pausa- Yo sé que Bette es mi mamá, pero, no la siento mi mamá.
Emma: Sí, las relaciones con los papás pueden ser muy difíciles- Suspiró pesadamente y la morena frunció el ceño, pero no quería interrogar a la rubia.
Regina: Sobre todo si uno de ellos te mintió toda la vida- La rubia desvió la mirada- No sé, ahorita traigo un desmadre en mi cabeza, siento que ya no puedo confiar en nadie.
Emma: Oye, puedes confiar en mí- Aseguró y la morena tuvo que morderse la lengua para no explotar- Yo voy a estar contigo hasta el final, Regina, te amo como nunca pensé que podría amar a alguien- Confesó con sus esmeraldas clavadas en las almendras de su morena.
Regina: Emma- Le acomodó un mechón detrás de la oreja- Yo también te amo- Confesó desde su corazón y la rubia sonrió con ojos llorosos de felicidad.
Emma: Me haces tan feliz, mi amor- Le acarició el rostro.
Regina: Y por supuesto que tú eres la excepción, tú eres la única a la que le podría confiar mi vida sin dudarlo- Y era verdad.
Elsa sintió que su corazón se hundía al escuchar la conversación mientras fingía seguir durmiendo.
Kristin: Hola, cariño- Saludó a Anna en el jardín- ¿Dónde está Belle?
Anna: Salió con Ariel desde temprano, fue a acompañarla a tomarse unas fotos para la campaña, Ariel se veía tan hermosa.
Kristin: Estoy segura que sí- Sonrió- Bueno, iré a darme una ducha en lo que llegan - Iba a darse la vuelta cuando su celular timbró.
Respondió la llamada y como en otra ocasión, nadie respondió y resopló molesta.
Anna: ¿Qué pasó?
Kristin: No sé, desde ayer alguien me llama y cuando contesto me cuelga, es de un número desconocido, que ganas de perder el tiempo- Rodó los ojos.
Fotógrafo: Perfecta, Ariel- Disparaba con su cámara a la pelirroja que ya había posado con diferentes atuendos bajo la mirada embobada de Belle ante su belleza- Ya falta poco- Apenas terminó la oración y Ariel sintió un mareo que la hizo trastabillar.
Belle: Hey- Se acercó de inmediato- ¿Estás bien? – La pelirroja asintió con una sonrisa forzada para no preocuparla, pero no funcionó.
Fotógrafo: ¿Necesitas un descanso?
Ariel: No, no es…
Belle: Sí ¿Puedes darle unos minutos?
Fotógrafo: Claro, Ariel, aprovecha para que te retoquen el maquillaje, ahora regreso- Dejó la cámara y salió del estudio.
Belle: Estás muy pálida- La tomó del brazo y la llevó a sentarse.
Ariel: Nada que un poco de maquillaje no arregle- Le hizo una seña a la maquillista.
Belle: Nena, no creo que…
Ariel: Belle, por favor, necesito seguir con mi vida, no me hagas sentir más enferma de lo que estoy- Belle se mordió el labio sintiéndose culpable- Oye, no, sé que lo haces porque te preocupas por mí- Dijo dulcemente y su amada asintió- Gracias por estar aquí para mí- Besó sus labios con ternura.
Apenas se reinició la sesión de fotos, la pelirroja tuvo una ola de nauseas y se llevó una mano a la boca y otra a la frente sintiendo sus piernas débiles, Belle que estaba atenta a la mujer que amaba, corrió y la sostuvo antes de que se impactara en el suelo.
Belle: Ariel, Ariel- La recostó sobre la alfombra y una vez que recobró la conciencia la llevó a la pensión y la metió en la cama.
Kristin: ¿Cómo te sientes, cariño? – Le preguntó a la débil pelirroja.
Ariel: He tenido días mejores- Sonrió débilmente.
Belle: Pronto estarás bien, nena- Le acariciaba el cabello.
Kristin: Belle tiene razón- Se sentó al pie de la cama- ¿Saben? Cuando Estefan y yo nos casamos, queríamos tener muchos hijos, por eso Jeff es lo más importante para mí, yo quería que al menos tuviera una hermana, pero nunca pude volverme a embarazar.
Belle: Lo siento mucho, Kris.
Ariel: También yo- Dijo débilmente.
Kristin: No, no lo hagan, porque ustedes son como esas hijas que no pude tener.
Belle: Nosotras también te tenemos mucho cariño.
Ariel: Sí, has sido como una madre para nosotras desde que vivimos aquí.
Kristin: Lo sé, por eso me duele tanto cuando sufren y no me dicen lo que les pasa- Las chicas se miraron.
Belle: ¿Será la costumbre de sufrir sola? – Sabía que también Ariel era como ella en eso.
Kristin: Pues se van desacostumbrando, además de contar conmigo, sé que cuentan la una con la otra y eso me hace muy feliz- Las chicas se sonríen tímidamente.
Ariel: Es verdad, pero Kris, te conozco, quieres llegar a algún lugar con esta charla- Miró a la mayor ya sabiendo de que se trataba.
Kristin: Belle, cariño, no es justo que tu mamá esté encerrada como una criminal.
Ariel: Es verdad, bebé- Miró a Belle- Tenemos que hacer justicia.
Belle: La justicia es para la gente que tiene dinero y contactos- Soltó con tristeza- Para la gente como yo, que no tenemos eso, la justicia no existe.
Ariel: Pues hay que hacer que exista- Ella y Kristin ya habían hablado de buscar la manera de ayudar a Ariel con lo de su mamá.
Belle: ¿Cómo?
Kristin: Dicen, que vale más tener amigos que dinero, y yo tengo muchos amigos, no me preguntes cómo, pero vamos a sacar a tu mamá del reclusorio- Sonrió cálidamente y Ariel asintió.
Elsa: Regina, quédate tranquila- Dijo a la morena que estaba sentada en su cama en bóxer y una camiseta de gran tamaño- Afuera voy a dejar a un policía, su único trabajo será protegerte.
Regina: ¿Por cuánto tiempo tengo que vivir así?
Elsa: Hasta que atrapemos a James Nolan.
Regina: Elsa, ¿Tú crees que Bette está en peligro? – Aunque estaba molesta con ella, no quería que le pasara nada.
Elsa: Yo creo que todos los que tuvieron contacto con James en el pasado y ahora están en peligro- Se sentó al pie de la cama.
Regina: ¿Y Emma? – Esa era su mayor preocupación.
Elsa: Espero que no, aunque el estar contigo puede hacerla blanco de Nolan- Exhaló intentando no mirar los muslos de la morena- Me tengo que ir, pero Emma está en la sala, por favor cuídate mucho, Regina, cualquier cosa que necesites, por mínima que sea, me llamas, voy a estar al pendiente- La tomó de la mano- No pude proteger a tu hermano, pero que me condenen si permito que te pase algo- Con su otra mano acarició la rodilla de la morena por unos segundos y se levantó para no caer en la tentación de reclamar esos labios carnosos que le pertenecían a la mujer que estaba en la sala.
Regina: Elsa- La rubia se giró- Por favor, cuídate- Le sonrió cálidamente y la rubia asintió y salió antes de cometer una locura.
Elsa se paró en seco al escuchar a Emma hablando por celular.
En conexión…
Emma: Por supuesto que no estoy de acuerdo- Caminaba de un lado a otro- ¿Qué te pasa? – Se pasó una mano por el pelo- No, escúchame tú a mí, carajo- Ladró y vio a Elsa recargada contra el pilar- Te tengo que colgar.
Fin de la conexión.
Elsa: Pareces algo alterada- Dijo tranquilamente.
Emma: Sí, mi papá, nunca hemos tenido una buena relación.
Elsa: Me queda claro.
Emma: Hace mucho que no lo veo, creo que ya es tiempo de ir a visitarlo.
Elsa: ¿Cómo se llama? – Se acercó a la otra rubia que la miró con el ceño fruncido- Tu papá.
Emma: No es de tu incumbencia- No le gustaba la mirada sospechosa de la detective.
Elsa: ¿Y a qué se dedica? – Ignoró la grosería de Swan.
Emma: Tampoco es de tu incumbencia, pero agricultor, a eso de dedica- Sonrió falsamente.
Elsa: ¿Ya se conocieron él y Regina? – Preguntó con una sonrisa empalagosa.
Emma: No- La miró fijamente- De hecho, no está muy de acuerdo con que tenga novia, digo, mi papá nunca ha estado muy de acuerdo con ninguna de mis decisiones- Encogió un solo hombro y Arendelle se rio sarcásticamente- Voy a ver a mi novia- Enfatizó el pronombre posesivo y puso sus manos juntas bajo su barbilla- Gracias por todo lo que estás haciendo por mi Ginny.
Elsa: No es nada, lo que tu Ginny necesite- Swan asintió sonriendo falsamente de nuevo y avanzó hacia la habitación- Oye- La otra rubia se giró- No creas que te va s aquedar sin explicarme por qué el carnicero de Boston te manda mensajes a ti.
Emma: ¿Cómo? Pero ya te expliqué que no…
Elsa: No, no, no- Se rio- Ahorita no, ni aquí, en la delegación, como corresponde ¿Va?
Emma: Va- Respondió con los dientes apretados- Ahora, si eso es todo- Señaló la puerta.
Elsa: Claro, besa a Ginny de mi parte- Se lamió los labios y se fue dejando a Emma colérica.
Swan fue por un vaso de agua y esperó unos minutos para no desquitarse con su morena.
Neal: Kristin, lo siento, pero no puedo ayudarte, hace años que no ejerzo.
Kristin: Un abogado siempre es un abogado hasta el día que se muera, como un pájaro, aunque tenga un ala lastimada, siempre va a ser un pájaro, aunque no pueda volar.
Neal: Sé a que te refieres, pero yo no puedo tomar un caso, menos ahorita.
Kristin: Hay una mujer encerrada injustamente, yo no la puedo dejar ahí.
Neal: Si quieres, te puedo recomendar un par de abogados, que además son muy buenos amigos míos, tal vez…
Kristin: No, es que esos abogados me van a cobrar mucho dinero y yo no lo tengo.
Neal: ¿Me estás pidiendo que tome tu caso y que además lo haga gratis? – Se rio.
Kristin: Puedo pagarte, pero no mucho- En realidad, Ariel le había dicho que sus ahorros estaban a disposición para contratar a alguien que ayudara a la mamá de Belle- Sería un favor, somos una familia- Sonrió encantadoramente y Neal exhaló- ¿Cuántas veces he preparado las cenas para los aniversarios y otros eventos de aquí del cuartel? ¿Cuántos pasteles he horneado para los bomberos en sus cumpleaños? – Neal asentía- ¿Y les he cobrado algo? – Neal negó- Exacto, porque la generosidad no tiene precio.
Neal: Está bien, dile a la chica que puede venir a hablar conmigo y veré lo que puedo hacer- La rubia le dio una sonrisa cegadora.
Ruby: Amo todo esto- Habló poniendo el espagueti en la mesa, vestida solo en una playera de los Ramones y bragas de encaje negro- Y los amo a ustedes.
Robin: También te amamos- La besó y Zelena sonrió, pero por alguna razón, no disfrutó del todo la escena.
Ruby: ¿Cómo no se nos había ocurrido esto antes? – Preguntó riendo- Supongo que tenía que aparecer Zee, para que ocurriera la magia- Tomó a la pelirroja de la cintura que estaba en ropa interior verde y una bata abierta negra.
Zelena: Ustedes son lo mejor que me ha pasado en muchísimo tiempo- Sentó a Ruby y se sentó en su regazo.
Robin: Y tú a nosotros- Se acercó en short y camiseta sin mangas y acarició la mejilla de la pelirroja- Les sirvo, mis mujeres sexys- Puso espagueti en los tres platos.
Ruby: Y esto cada vez se va a poner mejor.
Zelena: Aunque, no estaría de mal buscar un lugar más grande.
Ruby: ¿Para qué quieres un lugar más grande? Entre más pegaditos estemos, mejor ¿No? – La acercó más a su cuerpo y aspiró el aroma de su cuello.
Zelena: Lo sé, amor, pero un baño extra no nos caería mal, sobre todo porque el hombre de la casa tarda horas- Robin resopló.
Ruby: Estoy con Zee en eso- El bombero volvió a resoplar- Esta mañana tuve que salir de la casa sin ducharme porque se te ocurrió ducharte en ese momento.
Robin: Lo que no entendiste, es que me tardé a propósito esperando a que entraras a ducharte conmigo- La fotógrafa se rio, pero la pelirroja rodó los ojos y se sentó en su propia silla.
Zelena: Es en serio, podríamos rentar una casa en el centro con muchos espacios.
Ruby: Tienes razón, mi niña- Se le escapó y la pelirroja se derritió mientras Robin se reía ante el apodo, después de todo, Zel era mayor que Ruby- Así no nos cansaríamos de vernos todo el tiempo- Bromeó.
Robin: Yo de ustedes no me cansaría nunca.
Ruby: Pero nosotras de ti, sí- Se rio y la pelirroja la siguió.
Robin: ¿Siempre será así? ¿Ustedes dos contra mí? – Fingió indignación.
Zelena: Es broma- A pesar de saber que el bombero no estaba molesto, se sentía algo culpable por la complicidad que había entre ella y la fotógrafa.
Ruby: Robin es el más sensible de los tres, hasta parece la nena- Se rieron y levantó su copa- Mejor brindemos.
Belle entró a la habitación de Ariel y casi deja caer la bandeja de la cena cuando escuchó sollozos en el baño, la dejó sobre el buró y sin importarle nada más que saber que le pasaba a su pelirroja, entró al baño y su corazón se hundió al verla sentada en el suelo abrazada a sus piernas con mechones de cabello a su lado.
Belle: Cariño- Se sentó junto a ella- Va a estar bien- La abrazó bajo el chorro de agua.
Ariel: Mi cabello, Belle- Se abrazó a su amada que la dejó llorar por algunos minutos para que se desahogara.
Belle: Necesito sacarte de aquí, bebé, te puedes refriar- Se levantó, cerró las llaves de la ducha y envolvió a la pelirroja en una toalla- Ven aquí, mi hermosa- La llevó a la cama y le secó cuidadosamente el cabello.
Ariel: Ya no seré tu hermosa- Comenzó a llorar con fuerza y Belle la abrazó.
Belle: Siempre lo serás, no importa lo que pase, siempre serás la mujer más hermosa.
Kristin: ¿Qué pasa? – Entró preocupada al escuchar llorar a Ariel.
Ariel: Mi cabello, Kris.
Kristin: Oh, mi amor- La abrazó y besó su frente- Estamos aquí, mi muñequita hermosa- Sus lágrimas comenzaron a brotar y deseó poder tomar el lugar de su pequeña pelirroja.
Kristoff: ¿No me vas a contar cómo estuvo todo en Boston? – Preguntó al entrar a la oficina de Arendelle.
Elsa: No- Su compañero resopló- Necesito que me hagas un favor.
Kristoff: Claro que sí- Se rio sin humor, pero a la rubia no le importó.
Elsa: Investiga todo lo que puedas sobre Emma Swan- El policía asintió- Cuando digo todo, es todo- Enfatizó.
Kristoff: Ok.
Elsa: Haz lo mismo con Regina Mills.
Kristoff: ¿Cómo? ¿Estás desconfiando de ella? Inclusive pensé que tenías un enamoramiento con esa morena.
Elsa: Gracias, Kristoff- Le sonrió empalagosamente- Y lo necesito para ayer- Señaló la puerta y su compañero salió refunfuñando- Este enamoramiento por Regina se me va a pasar- Se susurró a sí misma y exhaló ruidosamente.
Neal: Chicos, formados- Les ordenó a los bomberos que platicaban animadamente con Emma.
Robin: Hey, Regina ¿Qué te pasó? – Preguntó al verla con un cabestrillo a un lado de Neal y todos sus compañeros la miraron.
Neal: La bombera Mills tuvo un incidente, pero se reintegra el día de hoy.
Emma: Pero Regina no puede…
Neal: Silencio, Swan, vamos a delegarle algunas tareas.
Regina: Bueno, ya no me miren así, estoy bien- Se integró a la fila y Emma se mordió el labio cuando se puso a un lado de ella sonriéndole seductoramente.
Neal: Bueno, tengo algunas noticias que darles.
Killian: ¿De qué se trata? – Antes de que Neal respondiera, Bette apareció en uniforme de primer inspector y abrió los ojos con preocupación al ver a Regina lastimada, pero lo disimuló.
Bette: Ustedes ya me conocen, a partir de hoy vuelvo a ser su jefa de estación- Avisó con una sonrisa, mirando principalmente a su hija que la miraba sin expresión, a diferencia de los demás, que se les notaba el agrado ante la notica- Espero que podamos trabajar en equipo como siempre lo hemos hecho- Todos, excepto Regina y Emma asintieron- Además, las cuentas están al día, por lo que no volverá a pasar algo como lo del corte de luz.
Neal: A mí me gustaría tomar un espacio para felicitarte y agradecerte, August- Miró al bombero que se desconcertó- Hiciste una gran labor como segundo inspector interino.
August: Gracias- Sus compañeros aplaudieron.
Robin: ¿Y qué va a pasar contigo, Cassidy?
Neal: Yo voy a seguir siendo el segundo inspector.
Bette: Chicos, tenemos el baile anual de bomberos a la vuelta de la esquina- Todos vitorearon entusiasmados- Killian, hiciste un buen trabajo con lo de las ventas del calendario que ha sido un éxito- Jones sonrió- ¿Te gustaría encargarte de la organización del baile?
Killian: Será un placer.
Bette: Solamente una última cosa, algo muy importante- Miró a Emma- Hoy también se reincorpora Emma Swan- La rubia sonrió incómodamente a su jefa, no porque Bette hubiera hecho algo malo, sino porque le daba vergüenza lo sucedido en Boston mientras estaba borracha.
Regina: ¡Eso! – Silbó alegremente y Emma le sonrió genuinamente.
La rubia de pronto se puso seria, tomó su mochila y salió de la estación, Regina frunció el ceño sin entender su actitud y la alcanzó en la acera.
Regina: Emma, ¿A dónde vas?
Emma: Tengo cosas que hacer- Apretó la correa de la mochila sobre su hombro.
Regina: ¿Puedo ir contigo?
Emma: No, prefiero hacer esto sola- Se acercó y le acarició la mejilla- Te amo, nunca olvides eso- Besó suavemente y se fue dejando a la morena confundida.
Anna: Yo pensé que Killian iba a terminar conmigo, pero así, de la nada, me pidió que formalicemos- Le contaba emocionada a Jefferson en el taller.
Jefferson: No entiendo nada- Continuó tejiendo sin mirarla.
Anna: Yo tampoco, pero tal vez se dio cuenta de que no puede vivir sin mí.
Jefferson: O tal vez es un cobarde idiota- Soltó sin querer- Quiero decir, por medio a perderte- Acomodó.
Anna: Ya sueño con la casa que vamos a tener- Suspiró y sonrió al ver a su novio entrar- Mi amor, que bueno verte.
Killian: Hola- Abrazó a su novia- Quería hablar con Jeff.
Jefferson: ¿Tienes que ser ahora? Porque tengo cosas importantes que hacer- Se esforzó para que no se le quebrara la voz.
Killian: Quería pedirte ayuda para la decoración del baile de bomberos- Metió las manos en sus bolsillos.
Jefferson: Déjame revisar mi agenda a ver si tengo tiempo- El bombero asintió- Por cierto, felicidades por la boda- Jones tragó saliva.
Anna: Le dije a Jeff- Habló ajena a la tensión entre los hombres.
Jefferson: ¿Cuándo es el gran evento? Anna se muere por casarse y yo por ponerme mi mejor traje de gala- Su tono era de fingida emoción.
Kristin: Mi amor, ¿Qué pasó? – Le preguntó a su hijo al verlo entrar con el rostro lleno de lágrimas.
Jefferson: Me rompieron el corazón en mil pedazos y me los tiraron a la cara, mamá- Bauer de inmediato lo abrazó.
Kristin: ¿Killian?
Jefferson: No vuelvas a repetir ese nombre, porque se me vuelve a romper el corazón y ya no tengo.
Kristin: ¿Y ahora que te hizo? – Preguntó molesta, pero, sobre todo, preocupada por su retoño.
Jefferson: Pedirle matrimonio a Anna, Killian se va a casar, mamá, y yo me quiero morir de tristeza- Salió del abrazo de su madre y se fue a su habitación.
Kristin: Perdóname, hijo, no es por entrometida, te lo juro- Tomó las llaves y su bolso y salió.
Bette: ¿Cómo te sientes? – Le preguntó a su hija que estaba sentada en un sofá-cama de la sala de descanso del cuartel, Elsa le había explicado lo sucedido y Porter le agradeció por llegar a tiempo y salva la vida de su hija- ¿Te duele mucho? – Señaló su brazo en el cabestrillo, quería abrazarla, pero sabía como era la morena con las muestras de cariño y no quería presionarla.
Regina: Nada grave- Comenzó a quitarse los zapatos.
Bette: ¿Necesitas algo?
Regina: Necesito que me trates igual que a los demás bomberos.
Bette: Para mí no eres igual que los demás, Regina, eres mi…
Regina: No quiero que la gente sepa que eres mi mamá- Eso fue como un cuchillo al corazón de Porter- Al menos no por ahora- Se sintió culpable al ver el dolor en los ojos de su madre biológica- ¿Me puedes apoyar con eso? – Porter asintió con la cabeza y salió con los ojos llorosos.
Kristin: Mira, Killian, la última vez que nos vimos metí las cuatro patas- Hablaba con el bombero en el patio de la estación- Pero esta vez, aunque Jeff y tú no me quieran hablar durante toda su vida, yo no me voy a quedar con los brazos cruzados.
Killian: Supongo que Jeff te dijo sobre mi compromiso con Anna.
Kristin: Lo hizo, por favor, ya no hagas sufrir a mi hijo, ya no tiene lágrimas para llorar- Sonaba a súplica y Jones sintió un dolor en el pecho por ser la causa de las lágrimas del joven diseñador- Y si mi intuición no me falla, Jeff no es el único que ha llorado.
Killian: Yo…
Kristin: Cariño, yo no soy tu mamá, pero si lo fuera, te diría que no eches tu vida a la basura, un closet es un lugar demasiado oscuro para que un ser tan lleno de luz como tú pase su vida ahí.
Killian: Si tú fueras mi mamá, las cosas serían muy diferentes, pero no lo eres, y la que tengo nunca lo entendería.
Kristin: ¿Y tú crees que no lo intuye? ¡Claro que sí! Pero es más fácil no ver la realidad, yo sé que tu mamá, en el fondo de su corazón siempre lo supo- Le presionó cariñosamente el hombro- Lo que pasa es que las madres, por miedo, hacemos cosas tontas, pensado en que ustedes no sufran.
Killian: Pero si ella lo supiera, no estaría obsesionada con que me case con Anna.
Kristin: Es que no es fácil saber que tu hijo es gay y que va a sufrir más que las demás personas- Pensó en lo que su hijo ha tenido que pasar por estar en una sociedad intolerante- Miedo a que lo señalen, a la discriminación, pero una como mamá tiene que tirar ese miedo a la basura para dejar que tu hijo brille porque no tiene nada que esconder- Le sonrió cálidamente.
Killian: Que suerte tiene Jeff de tenerte como mamá.
Kristin: No, su suerte es que él siempre supo quién era, claro que todo tomó un tiempo, así que, cariño, tómate el tiempo que tú necesites, pero no te traiciones a ti mismo, ni engañes a Anna – El joven bombero ya tenía lágrimas corriendo por sus mejillas- ¿Te puedo dar un abrazo? – Jones asintió.
Kristoff: Arendelle, aquí está el informe que me pediste- Lo puso sobre su escritorio.
Elsa: ¿Lograste investigar algo sobre Emma Swan? – Preguntó sin dejar de ver la pizarra con evidencia del caso.
Kristoff: Todo en orden, conducta ejemplar, nada de que preocuparse- La rubia asintió distraídamente- Em cambio, Regina Mills- Arendelle de inmediato giró la silla hacia él- Resultó ser toda una sorpresa- Se sentó frente a su colega.
Elsa: ¿A qué te refieres?
Kristoff: Regina Mills no es la persona que todos creen que es, resulta que tiene un pasado que nadie puede imaginar.
Portland.
Emma ingresó lentamente en la enorme casa con el temor fundiéndose en sus huesos, cerró la puerta detrás de ella evitando hacer mucho ruido.
Emma: ¿Papá? – Salió más un susurro y avanzó al interior- ¿Papá? – Su voz salió más estable.
David: Vaya, vaya, vaya- Se acercó a ella a paso decidido y una expresión que hizo que Emma tragara saliva- ¿Cómo te atreves a dar la cara? – Gruñó- Traidora- Escupió con desprecio.
Continuará…
Chapter 20: Pasado presente
Chapter Text
El joven James entró a la casa de Bette Porter y su familia con dos galones de gasolina que puso en la sala, subió las escaleras y vio a la mujer de su vida tratando de calmar a una agitada y llorosa Regina.
James: Déjala en la cuna- Habló con pasmosa tranquilidad.
Cora: James, pensé que ya te habías ido- Su voz era temerosa y sus ojos estaban rojos.
James: Hazme caso y deja a esa mocosa en la cuna.
Cora: Tranquila, mi amor- Dejó a la pequeña morena en la cuna que comenzó a llorar más- James, por favor, ya déjanos en paz, Ginny está muy asustada- Suplicó.
James: Yo tendría que haber sido el padre de esos chamacos, pero elegiste mal, ¿Qué esperabas estando con una bombera muerta de hambre y sin poder como Bette? – La mandíbula de la mujer se apretó y quiso abofetearlo, pero su mano fue detenida en el aire- Yo te habría dado todo, Cora, pero no quisiste- Le acarició el rostro con la mano enguantada- No quisiste- La tomó del pelo y la arrastró a la habitación principal.
Cora: No, por favor, James, mis bebés- Suplicó entre lágrimas.
James: Te va a gustar más mi cogida que la de ese bicho raro que elegiste como esposa- La empujó sobre la cama abusó de ella.
Cora estaba tan devastada que no se dio cuenta que James todavía estaba en la casa, salió a ver a sus mellizos y Graham estaba dormido, mientras que Regina, a pesar de ya no emitir chillidos, derramaba gruesas lágrimas que nublaban sus grandes ojos marrones.
Cora: Mi vida- La tomó entre sus brazos y la niña comenzó a llorar con tanta fuerza que despertó a su hermano.
El sentido del olfato de Cora se aguzó a pesar de sentirse terrible por lo que le hizo James, y el olor a gasolina invadió sus fosas nasales, con todo el dolor de su corazón dejó a los mellizos en la cuna y corrió hacia las escaleras, su corazón se detuvo por un momento al ver a James rociar gasolina en los muebles.
James: El fuego es más algo de Bette, siempre he pensado que para ser bombero hay que estar medio mal de la cabeza- Dejó el galón y le sonrió cínicamente y Cora corrió de regreso a la habitación de los niños y cerró la puerta con seguro.
Cora: James, por favor déjanos en paz- Comenzó a llorar y puso una silla para atrancar más la puerta- Ya mis niños- Les hablaba a sus mellizos que lloraban- Todo va a estar bien.
James: Si no van a ser míos, no van a ser de nadie, Cora- Dijo con tranquilidad y prendió fuego.
🦢👑
Hace unos meses…
Gold: Por favor entiéndeme, no puedo evitar hablar de ese tema, ¿Te das cuenta? Se van a cumplir 25 años- Se recargó en la silla del bar.
David: Eres periodista, cabrón, tú controlas la verdad.
Gold: Esta vez se me escapa de las manos, el caso de la carnicera de Boston fue tan popular que todos los periódicos hablaban de ello, y ahora resulta que Bette Porter, en menos de un año va a salir de la cárcel, todos los periódicos van a volver a esa historia.
David: Justo a eso me refiero, tenemos que desviar el tema, nadie puede asociarme con esto.
Gold: Perdón, James, pero…
David: David, cabrón, James se murió hace muchos años, mi nombre es David Swan- El periodista asintió- Es un nombre muy fácil de pronunciar ¿O qué? ¿Ya se te quemaron las neuronas por tanta cocaína?
Gold: ¿Qué quieres que hagamos? – Preguntó sumisamente.
David: El plan es el siguiente, Archie Hopper, era muy amigo de Bette Porter, Emma, mi hija, trabaja en el departamento de bomberos donde Archie es jefe, así que tenemos fácil acceso.
Gold: ¿Y qué quieres que hagamos con ese tipo?
David: Si la prensa quiere revivir el tema- Dio un trago a su tequila- Vamos a hacer parecer que Archie es el carnicero de Boston, lo único que tienes que hacer, es pedirle a tu esclavo que lo investigue, que le saque los trapos sucios.
Gold: Graham Mills no es ningún pendejo.
David: Es una pena, porque entonces vamos a tener que prescindir de Graham Mills.
Gold: No toques a Graham, por favor- Había aprendido a aprecias al chico.
David: Cuando Bette Porter salga de la cárcel, tiene que existir otro carnicero, no nos podemos arriesgar, ¿Está claro? Necesitamos que Hopper pague los platos rotos, así que controla a tu esclavo, que sea un tonto útil, no un problema.
Gold: Yo me encargo de eso, pero no le hagas daño- David lo miró y dio otro trago a su tequila.
David: ¿Y su hermana?
Gold: ¿Qué tiene que ver Regina en todo esto? – Frunció el ceño.
David: La pequeña Ginny, mi queridísima ahijada- Sonrió- Siempre fue un tiro al aire, un caso perdido.
Gold: Tienes razón, una buena para nada- Se encogió de hombros.
David: De todas maneras, necesitamos tenerla vigilada, sobre todo si Bette Porter sale de la cárcel, pero no te preocupes, yo me encargo de ella, ya sé cómo hacerlo, después de todo, tiene un juguete entre sus piernas- Se rio.
🦢👑
Emma tenía en su mano una foto, su padre se la acababa de dar y la rubia la miraba sin pestañar, nunca había visto a una mujer tan hermosa y sexy.
David: Se llama Regina Mills, quiero que te acerques a ella y te hagas su amiga, que la sigas día y noche.
Emma: ¿Por qué? – No le estaba gustando la manera en que hablaba su padre.
David: Menos pregunta Dios y persona, haz lo que te digo y ya- Siseó.
Emma: Papá, ¿En qué estás metido ahora?
David: Son mis enemigos, no me dejan en paz- Comenzó a victimizarse- La única manera de protegernos es…
Emma: Adelantarnos a los hechos, sí, ya lo sé- Exhaló- Me lo has repetido por tantos años, pero esta chica- Miró a la morena en la foto y se perdió un momento en la intensa mirada oscura- ¿Qué te hizo? Se ve joven para ser tu enemiga, ¿Cantos años tiene?
David: Bien sabes que por tu protección hay cosas que no te puedo contar, pero ya sabes lo que tienes que hacer- Señaló la fotografía.
Emma: ¿Cuándo quieres que empiece? – Preguntó resignada.
David: Ayer.
Y esa fue la razón por la que Emma Swan entró al club donde trabaja Regina Mills como stripper, sin tener idea de que se enamoraría perdidamente de la morena, ni mucho menos de los planes reales que tenía su padre para los hermanos Mills.
Graham salió tambaleándose de la estación después de recibir un golpe en la parte posterior de la cabeza, apenas se paró en la acera y las luces de una camioneta lo cegaron, un hombre lo dejó inconsciente y lo subió a la camioneta.
La camioneta se dirigió al periódico y esperaron a que Elsa saliera y estuviera sola para dejarla inconsciente y subirla a la parte trasera con Graham.
🦢👑
En la actualidad…
Portland.
David: ¿Cómo te atreves a dar la cara? – Gruñó- Traidora- Escupió con desprecio.
Emma: Papá…
David: ¡Papá, nada! Llevó años defendiéndome de mis enemigos, tratando de que no me jodan, y ahora, ¿Resulta que me tengo que defender también de mi propia hija?
Emma: Tal vez si me explicaras que carajos te hicieron hace años como para que tengas que vivir así.
David: ¡Te pedí una cosa muy simple! – La apuntó con el dedo índice- Pero, no, tenías que salvar a esa perra de Mills.
Emma: ¡No metas a Regina en esto! – Escupió con la mandíbula apretada.
David: Me traicionaste, Emma, le llamaste a la policía, les dijiste donde estaba Regina- Le dio la espalda porque la mano le picaba por abofetearla, pero no quería perder el control por completo sobre la rubia.
Emma: ¿Y qué querías que hiciera, papá? – Alzó la voz- Ibas a matarla- La sola idea la devastada- Ibas a convertirte en un asesino- Se acercó con cautela- Papá, ¿Eso es lo que eres? – Lo que vio en la mirada de su padre la hizo tragar saliva- ¿Por eso hemos vivido así todo este tiempo? Mudándonos de cuidad en ciudad, escapando de todo el mundo sin que me dijeras por qué- Sus ojos se desbordaron.
David: ¿Qué es lo que te sorprende? Eres idéntica a mí.
Emma: No- Negó con la cabeza- Yo no soy como tú, yo sí sé amar.
David: ¿De eso se trata esto? – Se rio con amargura- Te enamoraste de Regina, ¡Te ENAMORASTE DE ESA PENDEJA? – Preguntó furioso.
Emma: Sí, amo a Regina Mills- Respondió con valentía, lo que le valió una fuerte bofetada que la hizo tambalearse.
David: ¡Eres una completa estúpida!
Robin: No tenías porque decirle a la casera lo nuestro, con decirle que éramos amigos era suficiente- Reclamó a Ruby mientras tomaban café en un restaurante al aire libre.
Ruby: ¿Por qué no? No me avergüenzo de lo que tenemos y no tengo ninguna razón para esconderlo.
Zelena: No es esconderlo, estoy con Robin en esto- La fotógrafa la miró indignada- Creo que tenemos que ser más inteligentes, la gente es demasiado prejuiciosa.
Ruby: Exacto, por eso mismo, las personas como nosotros somos las encargadas de romper sus pinches prejuicios al resto- Dio un sorbo a su café.
Zelena: ¿Ustedes ya le hablaron a alguien de nuestra relación?
Ruby: En mi círculo ya todos lo saben- Su valentía hizo que Zelena la mirara con admiración a pesar de su temor.
Robin: Yo tengo un chingo de ganas de contarle a mis amigos del cuartel, pero entre la envidia que les voy a dar y los problemas que me pueda traer tu hermanito Neal, no sé si sea buena idea- Se rascó la nuca.
Zelena: Ni se te ocurra, Neal no se puede enterar de esto- Ese era uno de sus temores.
Ruby: ¿Y por qué no? – Preguntó con el ceño fruncido y la pelirroja deseó que estuvieran a solar para que pudiera castigarla placenteramente.
Zelena: Porque es complicado, Ruby- Exhaló para ahuyentar sus pensamientos libidinosos.
Robin: Tranquila, Zel- Tomó la mano de la pelirroja- Nadie le va a decir nada, será nuestro secreto, ¿Ok?
Ruby: ¿No creen que están demasiado creciditos como para tener que darle explicaciones a la gente? – Preguntó con irritación- Mira, Zee, nadie debería de decirte como vivir tu vida, carajo, nadie.
Jefferson: Es que te juro que desperté y lo tenía todo claro- Decía emocionado a Belle en su habitación- Ya sé lo que tengo que hacer para recuperar a Killian.
Belle: Ajá, y esto lo descubriste, según tú, en un sueño, ¿En serio? – Se rio.
Jefferson: Belle, yo tengo dos vidas- Levantó dos dedos- Yo no sueño cosas aleatorias como sueña la gente, no señor, yo vivo, siento, viajo, amo, hasta tengo sueños dentro de los sueños, y es ahí donde aparecen las mejores revelaciones.
Belle: ¿Y qué es lo que te reveló este sueño?
Jefferson: Que tengo que hacer un acto de amor completamente estrafalario que deje a Killian muriendo de amor por mí- Suspiró dramáticamente.
Belle: Ya, ¿En frente de todos? – Preguntó con aprensión, no quería que ni Jefferson ni Anna salieran lastimados.
Jefferson: Es que no sabes lo que tengo en mente.
Belle: Pero, a ver, un gesto romántico en pleno baile de los bomberos, enfrente de todos los invitados, ¿No sería justo eso lo que Killian no necesita para darse cuenta de que te ama?
Jefferson: Killian ya se dio cuenta de que me ama, solamente necesita tener la certeza de que yo lo amo a él.
Belle: No, a ver- Negó con la cabeza ante los absurdos de su amigo- Pero si Killian ni siquiera tiene la certeza de que sí quiere estar con un hombre.
Jefferson: Hasta la fiesta- Sonrió convencido- Después de lo que voy a hacer, no hay vuelta atrás, Belle, no señor.
Belle: ¿Y se puede saber exactamente qué demonios vas a hacer en esa fiesta?
Jefferson: No, un mago nunca revela sus trucos- Movió las cejas.
Portland.
David: Ven acá- La tomó de la mano y la arrastró hacia las escaleras.
Emma: Déjame, me estás lastimando, carajo.
David: Tú vienes conmigo, vas a hacer tus maletas y esta misma noche te vas de Estados Unidos.
Emma: ¡Ni madres! – Se soltó abruptamente, ella no iba a alejarse de Regina, aunque eso le costara su relación ya frágil con su padre.
David: ¡Aquí no te puedes quedar! Yo no llegué hasta este punto para tirar todo por la borda por tu culpa, yo ya no confió en ti- Le ladró.
Emma: ¿Tú me vas a hablar de confianza? ¿Tú? – Su padre la miró con aburrimiento- Tú mataste a Graham, ¿Verdad? – Preguntó con miedo a la respuesta- También mataste a la abogada de Bette en McAllen, por eso estás así de asustado- Tragó saliva- Habla.
David: Deja de decir pendejadas.
Emma: Nunca has querido decirme cual es tu problema con Bette- Cerró los ojos y recordó una conversación.
Flashback
Emma: ¿Qué quieres que haga con esto? – Le preguntó a su padre dentro de su camioneta mientras veía la foto de una joven Bette con los mellizos.
David: Que la pongas en algún lugar en donde la pueda encontrar Bette.
Emma: Se ven muy lindos los bebés, sobre todo la niña- Sonrió al ver a la bebé Regina que sonreía con su manita aferrada al dedo índice de Bette.
David: Sí, era encantadora, aunque bastante quisquillosa, yo mismo tomé esa foto, pareciera que pasó hace siglos.
Emma: Papá, ¿Qué pasó entre Bette y tú? ¿Por qué la odias tanto?
David: Sin preguntas, Emma, guarda bien esa foto y haz lo que te digo- La rubia asintió y abrió la puerta para salir- Emma- La tomó del brazo- Te pedí que estuvieras cerca de Regina, no que pasaras todo el día con ella- Emma tuvo la necesidad de desviar la mirada, pero no lo hizo- ¿Qué pasa? ¿Te gusta esa idiota? – Preguntó con la mandíbula apretada.
Emma: No- Mintió lo mejor que pudo.
David: Más te vale.
Fin del flashback
Emma: Todo este tiempo lo supe, pero no quería creerlo- Caminó de un lado a otro- Por eso cuando Regina descubrió que Bette era su mamá, sentí alivio, porque sabía que no la lastimaría, esa mujer ama a su hija- Sintió que le faltaba el aire, ella misma nunca se sintió amada por su padre- Quería creer que ella era la responsable de todas esas muertes, pero las fechas no coincidían.
David: Claro que Bette es la culpable, yo la conozco desde chamacos, es capaz de eso y más- Rebatió.
Emma: ¡Deja de mentir, papá! – Alzó la voz- Bette es incapaz de hacerle daño a alguien- Las lágrimas comenzaron a salir nuevamente- En cambio, tú me usaste, me utilizaste todos estos años para hacerle daño a otras personas- Su voz estaba muy afectada- Pensé que tu venganza era justa, ¿Qué carajos se supone que voy a hacer con toda esta información?
David: Para empezar, te vas a ir de Estados Unidos.
Emma: No me voy a ir a ningún lado- Desafió- En Maine tengo mi vida y todo lo que he construido sin ti, tú no tienes derecho a quitarme nada de eso, no tengo por qué pagar por tu culpa- Se sobresaltó cuando su padre empujó una silla con violencia.
David: Tu celular- Pidió y Emma solo lo miró con más lágrimas brotando de sus ojos verdes- Dame tu celular- Siseó y la rubia cedió, para luego gritar cuando el aparato se estrelló contra la pared.
Emma: ¿Qué demonios te pasa?
David: ¡CÁLLATE! – La apuntó con el dedo de manera amenazante- Te vas a tu cuarto- La tomó del brazo y la arrastró- Vas a dejas de cuestionar a tu padre, te vas a quedar ahí pensando si te quedas encerrada conmigo o tomas el primer avión y te vas del país, ¿Entendiste? – La empujó violentamente al interior de la habitación- ¡Ahí te quedas! – Cerró con llave.
Emma: ¡Papá, no! ¡Abre la puerta! – Comenzó a golpearla con los puños y cuando se cansó de deslizó hasta quedar sentada en el piso- Papa- Sollozó.
Anna: ¿Y esto? – Preguntó señalando unas cortinas blancas con dorado y negro.
Jefferson: Hola, es parte de la decoración que estoy haciendo para el baile de los bomberos, ¿Te gusta?
Anna: Se ve, diferente- Sonrió- Oye, yo también voy a necesitar tu ayuda para el baile.
Jefferson: ¿Quieres que te enseñe a bailar?
Anna: No, quiero que me ayudes a elegir un vestuario para mi presentación, Killian me pidió que cante- Informó emocionada.
Jefferson: ¿Ah, así?
Anna: Sí, quiere que sea el número principal de la noche.
Jefferson: Pues no tiene idea- Dijo entre dientes a sabiendas que el número principal sería el suyo.
Anna: Killian ya me ha escuchado cantar, pero nunca me ha visto en un show de verdad, ¿Me podrías ayudar, por fi? Es que tú tienes muy buen gusto.
Jefferson: Pues sí, tenemos gustos bastantes parecidos, de hecho- Forzó una sonrisa.
Anna: Gracias- Lo abrazó y el joven sintió culpa, pero en el corazón no se manda y solo uno podía quedarse con el hombre que ambos amaban.
En la sala de descanso del cuartel, los bomberos veían en la televisión el reportaje que les hicieron, así como la promoción del calendario.
Robin: Ahora sí me consigo un manager y salto a la fama- Bromeó con arrogancia.
August: Bueno, ni modo, si es lo que hacía falta para subir más las ventas- Resopló.
Killian: Solo por eso lo hicimos, para ganar más dinero para la estación.
Bette: Justamente, por dinero, pero bueno, un cariñito al ego nunca le ha hecho daño a nadie- Sonrió en dirección a Regina.
Regina: Siento como si estas fotos me las hubieran tomado hace diez años- Había pasado por tanto desde ese día, que le pareció una eternidad.
Thomas: Oigan- Entró corriendo- Chequen, chequen- Avisó y volvió salir a toda prisa.
Robin: ¿Qué pasa? – Todos siguieron a Thomas.
August: Respira, Thomas- Se pararon frente a uno de los ventanales y vieron a un montón de chicos y chicas con posters de sus calendarios- ¿Es serio?
Chica: Regina, ven a apagarme que me estoy quemando- Gritó una rubia de ojos azules y Mills soltó una carcajada.
Robin: Agradece que Emma no está aquí o arrastraría a esa chica de los cabellos y a ti te cortaría las pelotas- Le susurró a Regina que rodó los ojos, pero sonrió.
Killian: Yo iba a retractarme, pero el calendario funciona muy bien- Afuera continuaron gritándole a los bomberos, sobre todo a Regina.
August: Y espérate, porque después de ese reportaje, ese grupo se va a multiplicar- Exhaló.
Bette: Bueno, pues todo sea por el cuartel.
Thomas: Este- Levantó un poco la camiseta de Regina- Es el six pack de Maine- Palmeó el abdomen de la morena y todos se rieron.
Belle: ¿A qué hora tienes la quimio mañana? – Le preguntó a la pelirroja que estaba acostada en el sofá con la cabeza en su regazo.
Ariel: Temprano- Respondió débilmente.
Belle: ¿Estás bien, cariño? – Le acarició amorosamente el cabello.
Ariel: La verdad no sé como estoy- Su celular timbró y se sentó a contestar- Al menos tengo trabajo- Sonrió, pero la sonrisa se convirtió en lágrimas después de que le dijeron que no continuarían con la campaña.
Belle: Tranquila, nena, no te alteres, tranquila- Le alisó la espalda.
Ariel: Todo se fue al carajo, Belle- Sollozó y su amada la abrazó- Mejor me muero y que ya se acabe todo esto de una puta vez.
Belle: No, no, no- Besó repetidamente su cabeza- Ariel, no digas eso, tienes gente que te quiere, yo te adoro.
Ariel: Pues yo me detesto en este momento, odio estar enferma, odio que se me caiga el pelo, odio perder todo lo que me ha costado tanto trabajo, odio tener tanto miedo.
Belle: Está bien tener miedo, amor- La intentaba consolar cuando su propio corazón dolía- Vamos a superar esto.
Ariel: ¿Realmente lo crees? – La miró esperanzada.
Belle: Estoy segura, mi hermosa- Besó suavemente sus labios y la pelirroja, a pesar de no ser muy creyente, agradeció a Dios por tenerla en su vida.
Erick: Buenas noches- Se levantó de la banqueta en cuanto vio a la rubia sacar sus llaves para abrir la puerta de su casa- ¿Tú eres Kristin Bauer?
Kristin: Así es, ¿En qué puedo ayudarte? – Preguntó amablemente.
Erick: Mira, tú no me conoces, pero yo a ti, sí.
Kristin: Cariño, muchos varones vienen a querer rentar una habitación, pero esta es una pensión solo para chicas- Le sonrió y metió la llave en la cerradura.
Erick: Soy hijo de Estefan, tu esposo- Soltó y la rubia casi deja caer las llaves.
Bette: Regina, adelante, toma asiento- Dijo con una sonrisa cuando escuchó un golpe en la puerta abierta y vio a su hija parada- Estoy revisando unos gastos del mes, ¿Me quieres ayudar?
Regina: No- Entró, pero permaneció de pie- Vine a hablar sobre mi madre, de Cora.
Bette: Claro, entiendo- Tragó saliva y puso las manos sobre el escritorio- Pregunta lo que quieres saber.
Regina: Quiero saber cómo murió- Cambió su peso de un pie a otro intentando no demostrar demasiado sus emociones.
Bette: En un incendio- Sus ojos se llenaron de agua al recordar- Irónico, ¿No? – Cerró los ojos por un momento y Regina podía percibir el dolor de Porter en oleadas- Todo fue muy confuso, me golpearon cuando intentaba rescatarlos- Exhaló y se levantó acercándose a su hija- Todo fue muy confuso.
Regina: ¿Quién te golpeó? ¿James? – Cada vez odiaba más a ese hombre.
Bette: No lo sé, pero me levanté como pude, Cora no podía moverse porque estaba herida, el fuego consumía todo, tu mamá me suplicó que los sacara a ti y a Graham, y yo, yo tuve que elegir- El dolor en su mirada era contagioso y Regina sintió un nudo en el pecho- Tuve que elegir entre salvar a mis hijos o salvar a mi esposa- Algunas lágrimas corrieron por su rostro- No pude salvarlos a los tres- Se le quebró la voz- No pude, y ese dolor, es un dolor que está ahí, es un dolor que no se va, es un dolor que nunca se ha ido.
Regina: ¿James fue quien inició el incendio?
Bette: No lo sé, cariño.
Regina: Lo vamos a encontrar, y lo vamos a hacer pagar por la muerte de mi mamá y la de Graham, te lo juro- Abrazó con su brazo sano a la mujer que le dio la vida y esta correspondió de inmediato.
Elsa: Regina Mills- Entró con un policía detrás de ella y las morenas se separaron del abrazo.
Regina: Elsa, ¿Qué haces aquí?
Elsa: Tienes que venir con nosotros- Habló sin emoción.
Regina: ¿Qué? ¿Por qué? – Preguntó con el ceño fruncido y Bette de inmediato se puso al lado de su hija defensivamente.
Elsa: Pensaste que nunca me iba a enterar- Las morenas la miraron sin entender- Creíste que nunca me iba a dar cuenta que estuviste presa por matar a una persona- Regina abrió mucho los ojos y tragó saliva.
Continuará…
Chapter 21: Golpe al corazón
Chapter Text
Bette: ¿De qué me sirve ser bombera si no pude controlar un incendio en mi propia casa? – Se lamentaba la joven en el interior del que fue su hogar- En este incendio, perdí a mi mujer, explícame, hermana, ¿De qué carajos me sirve?
Kit: A ver, Bette, cariño, hiciste lo que pudiste- Puso las manos en los hombros de su hermana.
Bette: No, no fue suficiente- Las lágrimas brotaban de sus ojos castaños.
Kit: No, no digas eso- Le dolía ver sufrir a su única hermana.
Bette: Nunca me lo voy a perdonar- Se quitó las manos de su hermana y subió las escaleras- Cuando pintamos esta habitación- Se acercó a las cunas que alguna vez fueron blancas, ahora de color oscuro- Todavía no sabíamos que eran dos, teníamos todo por delante.
Kit: ¿Estás segura que quieres estar aquí? – Bette asintió y tomó una foto chamuscada en la que estaban ella y sus mellizos- Regina y Graham necesitan a su mamá, te necesitan- Se escucharon sirenas y se asomaron por la ventana para ver dos patrullas estacionarse en la entrada de la casa- ¿Qué hace la policía aquí?
Bette: No lo sé- Bajaron y de inmediato la arrestaron.
Kit: No pueden llevársela así nada más- Gritaba mientras sacaban esposada a su hermana.
Bette: Oficial, ¿Qué está pasando? – Preguntó mientras la empujaban.
Oficial: Ya vas a saber que está pasando, ¡Camina! – Le dio un empujón particularmente fuerte que casi la hace caer.
Bette: Kit, que nada les pase a mis hijos, son lo que más amo en el mundo, cuídalos- Le pidió a su hermana mientras la metían en la patrulla.
Kit: Tranquila, los voy a cuidar, te lo prometo, todo va a estar bien, tranquila, yo lo voy a resolver.
En conexión…
James: Que eficientes, así hasta da gusto trabajar con ustedes- Felicitó cuando le dijeron que Bette ya había sido arrestada- No, hombre, no te preocupes, mientras yo esté en este puesto, nada les va a pasar- Aseguró- Ahora solo falta lo más importante, que la condenen, hay que hacer creer a todo el país que Bette Porter es la carnicera de Boston- Se rio sádicamente- Muévanse rápido, no hay nada que perder.
Fin de la conexión.
McAllen, Texas. Unos días después…
Juez: Esta corte, sentencia a Bette Porter a 25 años, sin derecho a apelación- Golpeó su mazo.
Bette: ¿Me acaban de dar 25 años? – Estuvo a punto de desvanecerse.
Fiona: Te vamos a sacar, Bette- Aseguró la joven abogada mientras esposaban a Porter y la llevaban a prisión.
Kit: ¿Por qué se la están llevando así? Mi hermana no hizo nada, ¿Qué le voy a decir a sus hijos en unos años? – Decía histéricamente con el rostro lleno de lágrimas.
Archie: La vamos a sacar, Kit- Sus ojos estaban llorosos mientras veía a su mejor amiga ser llevada a prisión y su esposa abrazaba a Kit.
Por su parte, James estaba de pie con la vista perdida sin mostrar emoción.
🦢👑
August: ¿La policía aquí? – Preguntó con el ceño fruncido.
Killian: Robin, ya dinos que está pasando.
August: Voy a ir a ver- Avanzó a la puerta, pero fue detenido por Robin- Quiero ver que hace la policía aquí.
Killian: ¿Dónde está Regina? – Miró hacia todos lados- ¿Se trata de ella?
Thomas: Habla, Robin.
Robin: Están acusando a Regina de un chingo de cosas, de que se cambió el apellido, Regina no es Parrilla, es Mills.
August: Otra impostora, no mames- Resopló.
Killian: Sí está raro, lleva muchos días desapareciéndose del cuartel, luego parece que ella no es ella, ¿Qué carajos se trae?
Robin: Y hay más.
August: ¿Qué?
Robin: Escuché que mató a una persona.
August: ¿Es una asesina?
Killian: No, eso es imposible, estamos hablando de Regina- Negó con la cabeza.
August: ¿Y por qué es tan imposible?
Thomas: A mí, Regina nunca me dio buena espina.
Bombero: A mí tampoco- Secundó uno de sus compañeros.
Killian: ¿Y por qué carajos vienen a decirlo hasta ahorita?
August: Jones, ya, dos más dos son cuatro, y ya tuvimos otra impostora, pero que no se te olvide que al comandante Hopper lo mataron, mágicamente después llegó Regina, ¿No te parece que son demasiadas coincidencias?
Killian: A ver, a ver, ¿Qué estás queriendo insinuar? ¿Qué Regina mató a Hopper?
August: Por algo se cambió la identidad, ¿No?
Regina: Yo no hice nada- Se escuchó la voz de la morena y todos se asomaron para ver que la sacaban arrestada- Elsa, déjame explicarte, por favor.
Bette: Elsa, ¿Necesito llamar un abogado? – La rubia no respondió.
Killian: ¿Podemos ayudar en algo? – Le preguntó a Porter que no respondió y continuó caminando cerca de Regina.
Bette: Ginny, voy contigo- Dijo cuando subieron a su hija a la patrulla.
Elsa: No puedes, lo siento.
Bette: ¡Esto tiene que ser un error! – Le ladró a Arendelle.
Elsa: ¿Ah sí? ¿Por qué? Es hora de que reconozcas que no conoces a tu hija, no metas las manos al fuego por ella.
Regina: Bette, yo no hice nada- Aseguró mirándola.
Bette: Te creo, cariño, no te preocupes, lo arreglaremos.
Elsa: Vámonos- Ordenó al conductor de la patrulla.
Bette: ¡Mierda! – Golpeó la pared con la palma de la mano.
Killian: Porter, no es necesario que nos des explicaciones, pero cualquier cosa, estamos a tus órdenes.
Bette: Gracias- Palmeó el hombro del joven bombero y se escuchó la alarma de siniestro- Vayan a atender la emergencia- Todos de inmediato corrieron.
Erick: Esta es de cuando cumplí nueve años- Le tendió la foto a Kristin que estaba sentada en la sala con ojos llorosos- Mi papá me compró el trajecito de bombero- Bauer miró la imagen del niño al lado del hombre que había amado tanto.
Kristin: No, mi Estefan no- Negó con la cabeza.
Erick: Ese es el detalle, Kristin, que no solo era tu Estefan, también era el Estefan de mi mamá- Esto hizo que Bauer se pusiera de pie.
Kristin: Fuera de mi casa- Siseó- Estefan nunca me fui infiel, ¡FUERA DE MI CASA! – Ladró.
Jefferson: Mamá, ¿Qué pasa? – Apareció al escuchar la alterada voz de su madre.
Kristin: Que se vaya de mi casa- Señaló al chico y Jeff lo miró.
Jefferson: ¿Quién eres?
Erick: Soy Erick, tu hermano- Tendió la mano.
Jefferson: No jodas- Ignoró la mano y miró a su mamá- ¿Quién es?
Kristin: Un mentiroso que tiene el descaro de venir a mi casa a hablar mal de tu padre que está muerto.
Erick: Porque también era mi padre.
Jefferson: ¿Qué te pasa cabrón? – Encaró al chico.
Erick: Cálmate.
Jefferson: Estás en mi casa.
Erick: Yo pensé que ustedes ya lo sabían.
Jefferson: ¿Saber qué?
Kristin: Dice que tu papá tenía otra familia.
Erick: Mi mamá y yo siempre supimos de ustedes, a ella nunca le importó, conmigo fue un excelente padre y fue muy buen esposo para mi mamá.
Kristin: ¡FUERA DE MI CASA! ¡LARGATE! – Comenzó a gritar repetidamente.
Belle: ¿Qué está pasando? – Llegó a toda prisa con Ariel a su lado y también Anna salió de su habitación.
Jefferson: ¿Cuántos años tienes? – Le preguntó a su supuesto hermano.
Erick: En unos días cumpliré 22.
Jefferson: No jodas.
Kristin: No, no- Estuvo a punto de desfallecer, pero su hijo la atrapó- ¿Qué? ¿Toda mi vida fue una mentira? No, no, no- Comenzó a llorar audiblemente y las chicas se acercaron a consolarla.
Erick: De verdad, yo no quería causarles ningún problema- Su voz se quebró al ver así a la mujer mayor.
Jefferson: A ver, acabas de arruinarle la vida a mi mamá, cabrón, ¿Por qué tenías que venir a tirar esta bomba de mierda ahorita? ¿Qué quieres?
Erick: Pensé que podía ganar una familia, mi mamá acaba de morir- Sus ojos estaban llenos de lágrimas- Y ahora tú eres lo más cercano que tengo a una familia.
Kristin: ¡Mi hijo no tiene hermanos! ¡Pinche mentiroso! Ahora lárgate- Se fue a su habitación y Belle y Ariel la siguieron.
Jefferson: Vete, sal de nuestra casa- Lo tomó del abrazo y lo llevó a la puerta- Tú y yo vamos a volver a hablar, ¿Ok? – Fue a la habitación con su madre.
Regina sacó el celular de la bolsa de su pantalón mientras era trasladada a la comisaria en la patrulla, el policía que estaba con ella en el asiento trasero se lo quiso quitar.
Regina: ¿Qué? Tengo derecho a una llamada, ¿No? ¿O eso también me lo van negar? – Preguntó mirando a Elsa en el asiento de copiloto y esta se giró.
Elsa: Deja que haga la llamada.
Regina de inmediato marcó en número de Emma, pero decía que estaba fuera de servicio.
Regina: ¿Dónde estás? – Susurró para sí misma después de varios intentos fallidos.
Portland.
Emma estaba sentada en el piso con la espalda recargada a la cama, las lágrimas frescas se fundían con las secas mientras su mente no le daba tregua, se sentía tan culpable, pero, sobre todo, estúpida.
Siempre quiso la aceptación de su padre, era su única familia y ella lo amaba a pesar de todo, incluida la vida sórdida que el hombre siempre había llevado.
Flashback
David: Quiero que le des esto a Regina- Le mostró una pequeña bolsa transparente con un polvo blanquecino mientras estaban en el cementerio.
Emma: ¿Qué es?
David: Menos pregunta Dios y perdona- Le sonrió- Lo disuelves en agua o en café, se lo das y ya
Emma: ¿Qué le va a pasar? – Preguntó con voz temblorosa y guardó el sobre en el bolsillo de su pantalón al recibir una mirada fulminante de su padre.
David: Nunca pensé que fueran a abrir mi tumba.
Emma: No deberías estar aquí, papá, pueden descubrirte.
David: Tengo amigos muy poderosos, ellos saben que estoy vivo.
Emma: ¿Algún día me vas a contar por qué fingiste tu muerte?
David: Tal vez, por lo pronto, haz lo que pedí, hoy mismo- Se puso las gafas de sol y se fue.
Fin del flashback
Emma: Perdóname, Ginny- Se meció abrazando sus piernas- Fue mi culpa- Las lágrimas no dejaban de brotar de sus ojos verdes.
Flashback
Regina: Creo que llamaré a la aerolínea de una vez- Dijo entrando a la habitación de hotel mientras Emma estaba sentada en la cama dándole la espalda.
Emma: Sí- Se puso de pie con un vaso de agua en la mano- Hoy ha siso un día de locos- Forzó una sonrisa que escondía una disculpa anticipada- ¿Quieres agua? – Le tendió el vaso.
Regina: Sí, gracias- Le sonrió y tomó casi todo el líquido- Haré esa llamada- Besó los labios de la rubia que se sintió miserable.
Emma: Bien- Volvió a sentarse y observó a la morena hablar por teléfono.
Regina: Ya cambié el vuelo- Sus ojos estaban un poco desenfocados- Solo hay que llegar una hora antes, ¿Está bien?
Emma: Sí, claro- Se acercó y puso una mano en la parte posterior del cuello de la morena y otra en su mejilla- ¿Estás bien?
Regina: Sí, tú solo estate lista en una hora, ¿Ok? – La rubia asintió y entró al baño, para de inmediato hacer una llamada.
En conexión…
Emma: Papá, ya hice lo que me pediste- Su corazón estaba apretado- ¿Ahora qué?
David: Ahora yo me hago cargo de Regina, vete al bar del hotel, enciérrate en el baño, lo que te sea más fácil.
Emma: Por favor prométeme que no le va a pasar nada a Regina.
David: Gracias, Emma, adiós.
Fin de la conexión.
Emma: ¿Qué hago? – Se deslizó detrás de la puerta, tenía que pensar en algo para que su morena no saliera lastimada.
Fin del flashback
Emma: ¿Cómo pude ser tan imbécil? – Sus ojos hinchados y rojos no dejaban de derramar lágrimas.
En la comisaría, Regina estaba sentada frente a Elsa y su colega en la oficina de la agente.
Kristoff: Resultaste toda una sorpresa, Regina Mills- Habló mirando una carpeta en sus manos- Narcomenudeo, agresión a la autoridad, asesinato.
Regina: Yo no maté a nadie- Dijo con firmeza.
Kristoff: No es lo que dice aquí- Sacudió la carpeta.
Regina: Elsa, ¿Podemos hablar tú y yo a solas? – Preguntó con desesperación y la rubia la miró- Por favor, te aseguro que todo esto tiene una explicación.
Kristoff: Más vale que hables y…
Elsa: Déjanos solas- Ordenó.
Kristoff: ¿Estás segura? – Arendelle asintió y el hombre se retiró a regañadientes.
Elsa: Más vale que tengas una muy buena explicación para todo esto- Dijo con formalidad y Regina no sabía a donde había ido toda la calidez que la rubia le había mostrado- Porque ahí como los ves- Señaló hacia afuera- Todos mis compañeros lo único que quieren es regresarte directito a prisión otra vez- Realmente esperaba que la morena fuera inocente.
Regina: Bien- Suspiró profundamente- Todo fue hace mucho tiempo, en Boston, Graham y yo acabamos de salir del orfanato- Sacudió la cabeza intentando ahuyentar algunos recuerdos- No la pasé nada bien en ese pinche lugar, quería quemar al mundo, tenía mucho coraje, quería que alguien pagara por el infierno que viví ahí- La rubia la miró comprensivamente- Cuando salí de ahí no me junté con buenas personas, y Graham me lo advirtió, pero no le hice caso- Tragó saliva- Yo no sabía que una de esas tachas estaba defectuosa, te lo juro- Recordó al joven que se convulsionaba en sus brazos mientras los demás huían- Precisamente por eso yo fui quien llamó a la policía, pero cuando llegaron ya era demasiado tarde, me intentaron detener y puse resistencia porque yo no quería estar encerrada de nuevo, por eso me acusaron de asesinato y de agredir a un policía, me metieron a un reclusorio en Boston, un mes.
Elsa: Continua- Se levantó y rodeó el escritorio para sentarse en él en la parte de enfrente.
Regina: Cuando salí de ahí, Graham prácticamente me obligó a venirme a vivir aquí a la ciudad con él- Sonrió ante el recuerdo de su mellizo siendo autoritario- Me decía que podía empezar una nueva vida, por eso es, por eso era tan importante para mí- Sus ojos estaba llorosos y los de la rubia no eran diferentes- Mi hermano fue quien me ayudó a cambiar, él fue quien me ayudó a empezar de nuevo, yo nunca le haría daño a nadie, Elsa, y si Graham estuviera aquí, te lo diría, porque a él sí le creerías, ¿Verdad? Él sí te daba confianza.
Elsa: Voy a necesitar que regreses para tomar una declaración oficial.
Regina: Cuando quieras- Se puso de pie quedando muy cerca de la rubia que sintió su cuerpo aumentar de temperatura- No tengo nada que ocultar.
Elsa: Esa era la frase favorita de tu hermano- Sonrió nostálgicamente- Supongo que tú y él se parecen mucho más de lo que imaginaba- Se miraron por unos segundos.
Regina recordó a Emma y se alejó, agradeció a la agente y mientras se dirigía a su casa, pensó en su pasado, principalmente en su hermano, si no fuera por Graham, quien sabe que habría sido de ella, tal vez estaría en prisión o en una tumba.
Neal: Perdóname, papá- Decía al cuerpo sin vida sobre la cama de hospital- Por no haber hecho suficiente, por no haber estado a la altura, soy tu hijo y te fallé- Intentó detener las lágrimas, fallando miserablemente- Te prometo que voy a ser una mejor persona y voy a ser un mejor bombero, te vas a sentir orgulloso de mí, te lo juro- Besó su frente.
Al mismo tiempo, en la zona residencia, Zelena besaba la frente de su hija dormida.
Walsh: Parece que ya le bajó la fiebre.
Zelena: Sí, ya está mejor- Se levantó sin dejar de mirar a su pequeña- Le tienes que dar el medicamento cada ocho horas- Se acercó al hombre que estaba en la puerta- Y si le sube la fiebre, le tienes que dar las gotas diluidas en agua.
Walsh: Es exactamente lo que iba hacer, pero tenía tanta fiebre que preferí…
Zelena: Está bien que me hayas llamado- Le sonrió- Gracias- Ambos salieron de la habitación de la pequeña Margot.
Walsh: Gracias, Zelena- Se acercó demasiado a ella.
Zelena: Soy su mamá, Walsh- Se recargó en la pared del pasillo y su ex esposo se acercó más y puso una mano en la pared, a un lado de la cabeza de la pelirroja.
Walsh: Tú sabes que hay cosas que todavía me cuestan un poco de trabajo y tú sabes mucho de niños- Bajó la voz una octava.
Zelena: No hay que saber mucho, cuando un niño se enferma, el instinto sale.
Walsh: Margot pidió verte- Acercó su rostro a pocos centímetros del de su ex esposa.
Zelena: Pensé que ya no quería verme- Sonrió con tristeza- La extraño.
Walsh: Ella también te extraña- Pasó una mano por el brazo de la pelirroja- A veces.
Zelena: ¿Qué haces, Walsh? – Miró la mano del hombre y este comenzó a besarle el cuello-Esto- Tragó saliva- Es una mala idea.
Anna: Tal vez todo es mentira y ese chico solo quiere sacarte dinero, Kris- Le decía a Bauer que veía la foto que Erick le había dado.
Belle: ¿Y qué dinero le va a sacar si sigue pagando esta casa?
Jefferson: ¿Me pueden dejar a solas con mi mamá, por favor? – Las chicas asintieron y salieron.
Kristin: Y hasta está sonriendo el cabrón de tu padre- Gruñó a la foto.
Jefferson: A mí me regaló un traje de bombero igual a ese.
Kristin: Cuantas veces le preparé la maleta para sus viajes, y le empaqué sus mejores ropas pensando que iba a visitas importantes- Se rio sin humor- Y lo estaba mandando justo a los brazos de otra mujer.
Jefferson: No sé, má, no sé como mi papá pudo mentir tan bien.
Kristin: No, quizás la pregunta es cómo pude ser tan ciega, tan pendeja.
Jefferson: No, no, no, ¡No te culpes por las chingaderas de mi papá!
Kristin: Le di mi vida- Se levantó- ¡Renuncié a todo por él!
Jefferson: Y lo hiciste bien, mamá- Se levantó y se acercó a ella- Lo hiciste muy bien, porque cuando uno ama es capaz de todo y tú lo hiciste con el alma- Puso las manos en los hombros de su madre- Uno se puede arrepentir de muchas cosas, pero de amar, nunca.
Kristin: Si para que tú nacieras- Puso una mano en la mejilla de su hijo- Tuve que haber vivido engañada, estuvo bien, cariño, porque tú eres lo mejor que me ha pasado en la vida- Le sonrió amorosamente- ¿Me puedes dejar un rato sola, por favor? – Preguntó amablemente.
Jefferson: ¿Vas a estar bien? – Preguntó con aprensión.
Kristin: Ahorita no, mañana tampoco, pero eventualmente lo estaré- Le sonrió y el chico supo que sería así, era su madre después de todo, la mujer más resiliente que conocía.
Jefferson: Ok- Besó su frente- Te amo- Salió y Bauer se acercó a la fotografía de su difunto esposo.
Kristin: Ojalá ardas en las llamas del infierno, Stefan King, y que no haya ningún bombero cerca para apagarlas.
Neal: Gracias por venir, no tenía a quien más hablarle- Dijo sentado en uno de los pasillos del hospital.
Bette: Para eso son los amigos- Presionó cálidamente el hombro de su colega que se soltó llorando.
Neal: ¿Dijiste amigos? – Preguntó una vez que se calmó.
Bette: Bueno, podemos serlo- Sonrió cálidamente.
Neal: No me opondría a eso- Reconoció para sí mismo que había juzgado mal a Porter.
Walsh: Eres mejor de lo que recordaba- Dijo desde la cama mientras veía a Zelena abrochar su sostén- ¿Y tú? ¿Te acordabas así de mí o mejor? – Preguntó con una sonrisa y la pelirroja giró la cabeza para mirarlo.
Zelena: La verdad es que ni te recordaba- Tomó su ropa.
Walsh: Que halagador- Antes de que la pelirroja dijera algo más, su celular timbró y vio el nombre de su hermano en la pantalla.
En conexión…
Zelena: ¿Qué quieres, Neal?
Neal: Tengo horas intentando comunicarme contigo, se trata de papá- Su voz estaba afectada.
Zelena: ¿Qué le pasó? – Preguntó preocupada.
Neal: Murió- El celular de la pelirroja cayó.
Fin de la conexión.
Sacerdote: Por nuestro hermano, el señor Cassidy, que brille para él la luz perpetua, sentado a la derecha de cristo, roguemos señor- Hablaba en el funeral.
Bette: ¡Firmes! – Gritó con firmeza y los bomberos de inmediato tomaron posición- ¡Saludar! – Todos obedecieron y Bette notó que Regina estaba distraída, pero se ocuparía de eso más tarde, así que tomó un casco de bombero y le lo entregó a Neal como símbolo de respeto a su padre que también fue bombero- ¡Firmes! – Volvieron a tomar posición.
August: Miren, como si anoche no hubiera pasado nada- Susurró mientras señalaba a Regina.
Killian: Neal es su jefe, tenía que venir.
Robin: Ya, August, Regina nos va a decir que pasó cuando ella quiera.
August: Claro que nos va a decir, le vamos a exigir una explicación- Gruñó y Bette carraspeó sonoramente.
Robin: ¿Y dónde se metió Emma? ¿Alguien sabe algo de ella? – Continuaron murmurando.
Neal necesitaba un momento a solas, así que se alejó de la multitud y se sentó en un banco que estaba en el pasillo.
Belle: Neal- Se acercó cautelosamente y el hombre se levantó- Sé lo que estás sintiendo, pero ahora tienes que dejarlo ir y despedirlo como se merece, sobre todo si fue un buen padre, yo sé por qué te lo digo- Sonrió con tristeza al recordar al suyo y se abrazaron.
Ariel: Lamento interrumpir- Se acercó intentando contener sus celos- Belle, es hora de irme a la clínica- La mencionada se apartó del bombero.
Belle: Claro, vámonos.
Ariel: Iré sola, puedes quedarte con Neal- Se encogió de hombros intentando mostrar indiferencia.
Belle: ¿Qué? No, iré contigo- La tomó de la mano y Neal siguió el movimiento- Lamento tu pérdida, Neal- Le sonrió cálidamente.
Portland
Emma: Papá- Gritaba golpeando la puerta- ¡Papá, ábreme por favor! Papá- Al no obtener respuesta después de un tiempo, volvió a buscar entre las cosas de la habitación.
Encontró un atizador de fuego y golpeó la madera que sostenía el candado de una de las ventanas, cuando la ventana cedió, salió a través de ella y miró hacia abajo, respiró profundamente y comenzó a descender.
David: Emma- Entró y vio la ventana abierta- Mierda- Gruñó y bajó a toda prisa, pero Emma ya había encendido su vehículo- ¡EMMA! ¡EMMA! ¡PUTA MADRE! – Gritó y se subió a su camioneta.
Emma manejaba con la respiración acelerada, el cabello se pegaba a su frente por el sudor, sabía que su padre no se quedaría quieto, así que se preparó mentalmente para ser perseguida.
Emma: Tú me enseñaste a salirme con la mía, papá- Tragó saliva al ver la camioneta de su padre por el retrovisor.
David: ¡PARA, EMMA! – Le gritó cuando emparejó su vehículo con el de la rubia.
Emma: ¡YA! ¡DÉJAME EN PAZ! – Gritó de vuelta y giró bruscamente el volante saliendo de la carreta hacia un camino de terracería.
David: ¡MIERDA! – Gritó con rabia cuando su camioneta se atascó- Maldita traidora- Gruñó con el rostro descompuesto de ira mientras veía desaparecer en la distancia el vehículo de su hija.
Mientras tanto, Emma logró normalizar un poco su respiración, lo que no duró mucho, porque mientras manejaba, recordó cuando fue a la comisaría a decirle a Elsa que Regina había desaparecido.
Flashback
Emma estaba sentada afuera de la oficina en la que Elsa hablaba con otros agentes, su pie golpeaba frenéticamente el piso mientras su oído permanecía en la conversación.
Elsa: Lo último que le dijo Regina a Emma es que iba a cambiar los vuelos para regresar a Maine, Emma después entró al baño y que cuando salió- Emma ya no escuchó porque simuló que le había llegado un mensaje con una dirección y entró a la oficina.
Emma: Elsa, me acaba de llegar un mensaje.
Fin del flashback.
Emma: Lo hice por ti, Ginny- Sollozó dejando que las lágrimas brotaran sin control- Lo hice por ti, porque te amo.
Neal: No tenías que venir- Dijo mientras salían del cementerio.
Zelena: Por supuesto que tenía que venir, también era mi papá- Su hermano se rio sin humor- Ya no pude pedirle perdón por lo que pasó, aunque sigo creyendo que Walsh es el culpable de todo.
Neal: Yo no voy a defender a ese payaso, pero tú tampoco hiciste lo que se espera de una esposa.
Zelena: ¿Y por eso Walsh tenía que armarme un escándalo en casa de mi papá?
Neal: Por eso mi papá se llevó la peor parte.
Zelena: Era una pelea marital, Neal.
Neal: Le pitaste los cuernos a Walsh- Siseó molesto.
Zelena: ¿Y qué? – Igualó el tono de su hermano- Mi papá no sabía como era mi matrimonio, además ustedes deberían estar de mi lado, ¿No? ¿Qué no se supone que para eso son los hermanos y los papás? – Se pasó las manos por el pelo y se rio sin humor- Soy psicóloga y me pagan para mantener el control, y no pude hacerlo con mi familia ni conmigo misma.
Neal: Mi papá jamás te lo perdonó, si lo saber, ¿No?
Zelena: Te juro que me gustaría volver el tiempo atrás, ¿Crees que dónde quiera que esté algún día entienda por qué fui infiel? – No hubo respuesta- ¡Neal! – Nada- Nos vemos, felicidades, te quedó muy bonito el funeral- Dijo sinceramente y se alejó.
Bette: No lo puedo creer- Negó con la cabeza mientras caminaba con Kristin por el patio del cuartel- Estefan siempre fue tan…
Kristin: ¿Tan infiel? ¿Tan mentiroso? Nos engañó a todos- Gruñó.
Bette: Kristin, pues, ¿Qué te digo? Lo lamento mucho, yo sé que tú lo tenías casi en un altar.
Kristin: Ese fue mi error, que nunca pude ver al hombre que realmente estaba conmigo- Se sentaron en uno de los bancos- Yo lo veía como un santo, pero era el mismísimo demonio.
Bette: Estefan fue un gran bombero, aunque, claro, ahora con lo que me cuentas, pues, cambia mi manera de pensar sobre él.
Kristin: No, discúlpame, es que yo no puedo separar al artista de la obra, si un hombre la caga tanto en su vida personal, al carajo con sus triunfos profesionales, y me vas a perdonar las palabrotas- La morena se rio- Pero es que estoy hablando por años de mentiras, de engaños, casi veinte años.
Bette: ¿Y qué piensas hacer ahora?
Kristin: ¡Vivir! – Sonrió ampliamente y la morena la miró hipnotizada- ¡Vivir como si no hubiera un mañana! – Se levantó y tomó a Bette de la mano para que también se pusiera de pie- Yo ya no le debo nada a mi difunto esposo, soy libre en cuerpo y alma- Acercó su rostro al de la morena que se pasó la lengua por los labios- Ahora solamente voy a ir hacia donde el corazón me lleve, y lo demás- Se alejó para gritar a todo pulmón- ¡Que se lo lleve la chingada! – Bette le sonrió con admiración y todos los bomberos que andaban cerca la miraron también sonriendo- ¡Lo dije!
Thomas: Bien por ti, Kris- Le dio un pulgar arriba y sus compañeros hicieron lo mismo.
Kristin: Bette, se escucha tan bien, “la chingada”- Ambas se rieron.
Bette: Te felicito, siempre he creído que no vale la pena que- No pudo terminar, porque la rubia la tomó del cuello y unió sus labios.
Elsa se paró por un momento frente a la puerta de la casa de Regina, preguntándose si era una buena idea estar ahí, sabía la respuesta, y era un gran no, pero no podía evitarlo, así que respiró profundamente y cerró el puño para golpear la puerta.
Cuando Regina apareció en un pantalón de chandal negro y una camiseta sin mangas tinta que dejaba su estómago tonificado desnudo, la rubia esperaba no estar babeando.
La morena se movió incómoda y se acomodó el cabestrillo antes de aclararse la garganta.
Elsa: ¿Podemos hablar? Me gustaría explicarte un par de cosas- Como respuesta, Regina le hizo espacio para que entrara- Gracias- Se lamió los labios repentinamente resecos.
Regina: ¿Y ahora a qué vienes? – Preguntó con frialdad- ¿Me vas a arrestar otra vez? ¿Tengo que llamar a un jodido abogado? – La rubia negó con la cabeza- Yo sé que tengo un pasado de mierda, créeme, y hay muchas cosas de las que me arrepiento, pero contigo siempre fui honesta.
Elsa: Yo sé, yo creo que todos tenemos algo de lo que nos arrepentimos, ¿No? – Se acercó mucho a la morena.
Regina: ¿Tú de qué te arrepientes? ¿De haberle mentido a mi hermano?
Elsa: No- Exhaló.
Regina: ¿Y entonces? – Frunció el ceño.
Elsa: De esto- Tomó el rostro de la morena y pegó sus labios en un beso desesperado.
Regina se quedó sin reacción por unos segundos, cuando sintió que la rubia se iba a alejar, recordó a Emma besándose con Bette y con su mano sana tomó a Elsa de la cintura y la pegó a su cuerpo para continuar el beso.
Mills llevó a Arendelle suavemente al sofá sin dejar de besarla y la tumbó con cuidado, se acomodó entre sus piernas y una mano de la rubia se estacionó en su espalda y la otra en su voluminoso trasero.
Arendelle gimió en los labios carnosos de la morena al sentir el pene semi erecto presionarse contra su vagina bastante húmeda, estaba a punto de meter la mano entre sus cuerpos para sentir el miembro de la morena sobre su ropa, pero sus ojos se abrieron como platos al ver una figura conocida a pocos metros.
Regina notó el cambio en el cuerpo de Elsa que de repente se había puesto rígido y la miró, después a dónde la agente estaba viendo y sintió que la sangre se le iba a los pies cuando vio a Emma en medio de la sala, petrificada y con los ojos llenos de lágrimas.
Continuará…
Chapter 22: Perderlo todo
Chapter Text
James pegó la foto del periódico en la que salía Bette siendo procesada, era la última de muchas que había pegado en esa pared, no solo de ella, sino también de Cora.
Suspiró con molestia cuando escuchó golpes en la puerta, sabía quién era, pero odiaba que lo interrumpieran cuando estaba disfrutando su victoria sobre Bette.
El hombre entró y le entregó sus nuevos documentos, James los revisó cuidadosamente y sonrió satisfecho.
Hombre: Fue un gran trabajo, no lo puede negar, inspector Nolan.
James: Ya no soy inspector ni James Nolan.
Hombre: ¿Por qué elegiste ese nombre? David.
James: Si adivinas te doy un premio- Se rio y el hombre se encogió de hombros sabiendo que no adivinaría- ¿Puedo confía en que te quedarás calladito? – Fue más una amenaza que una pregunta.
Hombre: Por supuesto- Extendió la mano y James le dio un sobre amarillo con dinero- No es que dude, pero…
James: Adelante, cuéntalo- El hombre se distrajo en su tarea- Peones- Murmuró, sacó un arma y le disparó- Adiós, James Nolan- Miró sus nuevos documentos- Bienvenido, David Swan.
Al siguiente día…
David: Que rapidez- Dijo al ver al policía entrar con un bebé en sus brazos- ¿Cómo se llama la chamaca?
Policía: Emma, señor- La bebé sonrió al escuchar su nombre.
David: Emma- Exhaló- ¿Alguien más sabe de ella?
Policía: Nadie.
David: Carajo, Emma- La bebé frunció el ceño- ¿Qué chingados vamos a hacer contigo? – La tomó de los brazos del policía y la pequeña Emma comenzó a refunfuñar- Calladita, Emma.
🦢👑
David estaba sentado frente a la chimenea mirando un álbum de fotos de Emma a diferentes edades.
David: Carajo, Emma- Miró una foto actual- ¿Qué chingados vamos a hacer contigo? – Dejó el álbum, dio un sorbo a su whisky y prendió un cigarrillo.
Regina: Emma, espérate- Se bajó de Elsa y quiso acercarse a Emma.
Emma: No- Levantó una mano y Regina se quedó quieta- ¡Que pendeja soy! – Negó con la cabeza mientras sus lágrimas fluían, lo que apachurraba el corazón de la morena.
Elsa: Lo mejor es que yo me vaya- Se levantó acomodándose la ropa.
Emma: No, ¿Para qué? Si aquí la única que sale sobrando soy yo- Se limpió las lágrimas y se giró para irse.
Regina: No, no, no- Se acercó- Emma, no te vayas, por favor- La tomó del abrazo.
Emma: ¡No me toques, perra traidora! – La empujó.
Regina: Emma, tranquilízate, ¿Sí? Hablemos – Se sentía como una mierda.
Emma: No me pidas que me tranquilice- Gruñó y le dio una bofetada.
Regina: Está bien, la merecía- Se frotó la mejilla.
Emma: ¡No tienes idea de todo lo que hice por ti! – Reprochó sintiendo que más lágrimas se formaban- No tienes idea de todo lo que moví- Dio un puñetazo sin mucha fuerza en el pecho de la morena que también tenía lágrimas en los ojos- Todo lo que arriesgué por ti- Otro golpe- Por ti, maldita idiota- Sollozó- Me metí en problemas con él por ti.
Regina: ¿Con quién? – Frunció el ceño.
Emma: Con mi papá.
Regina: ¿Qué hiciste? – Swan solo negó con la cabeza e intentó irse de nuevo- Emma, no te vayas, déjame explicarte- Suplicó y la rubia la tomó con fuerza de la mandíbula.
Emma: Déjame ir- Exigió con los dientes apretados y soltó el mentón de la morena con violencia- Quédate con ese perra- Señaló a Elsa antes de dirigirse a la salida.
Regina: Emma- Susurró cuando escuchó la puerta cerrarse.
Elsa: Regina, lo siento mucho, te aviso cuando tengas que ir a declarar- También se fue.
Regina: Soy una imbécil- Caminó en círculos- ¡Puta madre! – Pateó con fuerza la puerta y después se deslizó sobre ella hasta quedar sentada en el suelo- ¡Carajo!
Bette: ¿Ya te vas? – Preguntó a Kristin con algo de decepción en su voz, en el patio de maniobras del cuartel- Justo ahora que me estabas contando lo de Estefan.
Kristin: Sí, yo creo que sí, por ahora es mejor- Caminó nerviosa a la salida con la morena a su lado.
Bette: ¿No sería bueno que aclaráramos lo que acaba de pasar entre nosotras? – Se pasó la lengua por los labios y la rubia se perdió por un momento en el gesto.
Kristin: Bette, un beso no se aclara, un beso se da, se siente, se comparte, es más, se regala, pero no se aclara.
Bette: Yo pensé que…
Kristin: No, no, no, discúlpame, yo creo que es tiempo de que las dos pensemos muchas cosas- Sonrió y se fue dejando a Bette con una sonrisa discreta en los labios.
Bette: Definitivamente, Kris es la mujer con la que quiero compartir el resto de mi vida- Suspiró.
Las lágrimas nublaban la visión de Emma mientras conducía, sus manos estaban tan apretadas al volante que los nudillos se volvieron blancos.
Emma: ¡Soy una estúpida! Estúpida, soy una estúpida- Repetía mientras repasaba en su mente todo lo que había pasado en los últimos meses.
Algunos metros atrás, de manera discreta, Elsa seguía a Emma, pensando en todas las cosas sospechosas que rodeaban a la otra rubia.
Elsa: ¿Quién eres realmente, Emma Swan?
Ariel sentía que ya no tenía más que vomitar, le dolía la garganta y el estómago, pero, aun así, seguía inclinada sobre el inodoro con la horrible sensación de que necesitaba aventar las entrañas.
Belle: Oh, bebé- Entró corriendo con Jefferson detrás de ella y se arrodilló a un lado de la pelirroja- Va a estar bien, amor- Le apartó el cabello del rostro y le frotó la espalda.
Jefferson: Saca todo lo que tengas que sacar, cariño- Se arrodilló al otro lado de la pelirroja- Estamos aquí- Besó su frente sudorosa.
El timbre se escuchó y el chico fue a abrir.
Erick: Hola, ¿Puedo pasar? – Preguntó vacilante.
Jefferson: Estoy super ocupado- Quería regresar a ayudar a Ariel.
Erick: Es que no sé a quién más recurrir- Metió las manos en sus bolsillos.
Jefferson: No es un buen momento, perdón.
Erick: Mira, no tengo un peso, no tengo donde quedarme, de verdad, estoy desesperado, si me pudieras echar la mano unos días…
Jefferson: ¿Tengo cara de pulpo acaso? – Preguntó irritado- No tengo manos para seguir ayudando a todos, ¿Va? – Ya tenía demasiado en su plato y estaba cansado.
Erick: Perdón, no debí venir- Comenzó a caminar por la banqueta.
Jefferson: No, espera- Lo siguió- Voy a hablar con mi mamá, a ver si te puedes quedar unos días, no te prometo nada, pero tampoco perdemos nada con intentarlo.
Erick: Sí, gracias- Le sonrió.
Belle: Ariel sigue vomitando, no sé qué hacer para ayudarla- Apareció con lágrimas en los ojos.
Erick: ¿Qué tiene? – Preguntó con interés.
Jefferson: Es una amiga que está pasando por su segunda quimio y se está sintiendo muy mal.
Erick: Yo les puedo ayudar- Ofreció amablemente.
Belle: ¿Eres doctor? – Lo miró sospechosamente, la única vez que lo había visto antes de ahora, no le había gustado como miró a su pelirroja.
Erick: No, pero mi mamá tuvo cáncer, yo sé de esas cosas, vamos a ver a su amiga.
Belle: Bien, lo que puedas hacer por mi pelirroja, te lo voy a agradecer- El chico asintió y entraron.
Encontraron a Ariel sentada en el piso del baño abrazando sus piernas y sollozando quedamente, Erick de inmediato la tomó en sus brazos y la pelirroja estaba tan cansada que no luchó.
Belle: Tranquila, mi vida, todo va a estar mejor- Le acariciaba el cabello a Ariel mientras el chico la llevaba a la cama, lo que no le gustaba, pero ella no eran lo suficientemente fuerte.
Erick: Tranquila, bonita, vas a estar bien- Le acarició la mano a Ariel, Belle frunció el ceño y se sentó al lado de su pelirroja- ¿Has tomado suficiente líquido?
Belle: No lo ha hecho- Negó con la cabeza mirando acusadoramente a la pelirroja que le sonrió avergonzada.
Jefferson: Iré a traerle agua.
Erick: No, mejor prepárale un jugo de betabel, apio y manzana, por favor, no muy frío- Jefferson asintió y se fue la cocina- Vas a ver que con eso te vas a sentir mucho mejor- Le sonrió a la pelirroja.
Ariel: Gracias, Erick- Le dio una sonrisa débil.
Belle: Sí, gracias por ayudar- Acunó a la pelirroja en sus brazos.
Ariel: Gracias, nena- Se aferró a ella, solo estar en sus brazos la hacía sentir menos miserable.
Bette: Emma, ¿Qué te pasa? – Le preguntó al verla llorando en el patio de maniobras de la estación- Si tienes algún problema y te puedo ayudar en algo- Se sentó a su lado.
Emma: Soy una pendeja- Sollozó- Lo perdí todo, perdí a Regina, perdí a mi papá- Se recargó en el hombro de la morena.
Bette: Yo creo que tal vez estás viendo las cosas un poco más complejas de lo que son, porque todo tiene solución- Le alisó la espalda- ¿Qué pasó con mi hija? – Preguntó tranquilamente.
Emma: La encontré besándose con Elsa en el sofá, estaba sobre ella, si yo no hubiera llegado, Regina habría- Cerró los ojos y se arrepintió cuando la imagen vívida apareció detrás de sus párpados- Tal vez ya lo ha hecho- Más lágrimas comenzaron a formarse ante esa idea.
Bette: Lo siento- Dijo sinceramente- Francamente, no entiendo, mi hija parece estar muy enamorada de ti- Frunció el ceño.
Emma: Yo también lo creí- Se rio sin gracia- Tal vez sea mejor así, porque Regina nunca va a perdonarme, casi muere dos veces, una en ese tambo metálica y otra en el almacén- Un grueso nudo se formó en su estómago.
Bette: Tú la salvaste, ambas veces, es algo por lo que siempre te voy a estar agradecida- Le sonrió dulcemente, de ella había heredado Regina esa sonrisa que pocas veces mostraba.
Emma: No fue así- Se sentía terriblemente culpable, porque fue ella quien permitió que Regina estuviera en peligro en primer lugar- Bette, quiero disculparme por lo que pasó en la habitación de Boston, yo estaba borracha y dolida porque Regina me excluyó y se fue con Elsa, no sé qué me pasó.
Bette: Es agua bajo el puente, sé lo mucho que amas a mi Ginny- La rubia asintió- Estoy segura que van a arreglarlo.
Emma: Me siento más sola que nunca- Hipó.
Bette: No lo estás, tus compañeros te aprecian, y mi hija, aunque se portó como una idiota, te adora, Emma, además, puedes contar conmigo, dime que puedo hacer para que te sientas mejor.
Emma: ¿Podrías abrazarme? – Preguntó con vulnerabilidad, algo que solo se había permitido con Regina, hasta ahora.
Bette: Por supuesto, cariño- La acunó en sus brazos.
Emma se preguntó si así se sentía ser abrazada por una madre, su madre, pero ella nunca lo sabría, lo que se sumó a su ya enorme tristeza.
La rubia se apartó del abrazo cuando escucharon que alguien se aclaraba la garganta.
August: Solo vine a dejar estos calendarios aquí, jefa- Dijo levantando la caja.
Bette: Está bien, August, haz lo que tengas que hacer, por nosotras no te preocupes- Se giró hacia la rubia- Después hablamos y recuerda lo que te dije- La rubia asintió y vio a su jefa alejarse.
Emma: ¿Qué? – Le preguntó bruscamente al bombero que solo negó con la cabeza y se alejó.
Regina estaba desesperada, necesitaba hablar con Emma, pero no le respondía las llamadas ni los mensajes, tal vez si le decía lo que había visto en Boston, la rubia no estaría tan enojada, después de todo, fue Emma quien la traicionó primero, y nada menos que con Bette, su madre biológica.
La morena pensaba que era ella la que debería estar enojada, solo había actuado con Elsa en consecuencia a lo que había hecho Emma, pero la amaba, tanto que ni siquiera le echó en cara nada por miedo a perderla, como alguien que creció en un orfanato, tenía profundos miedos de abandono, y ahora su peor pesadilla se estaba volviendo realidad, estaba perdiendo a su rubia de todos modos.
Se quietó el cabestrillo y la venda que tenía en el brazo, se vio la herida y recordó el momento del disparo, pensó que ese hombre la iba a matar, que ya no vería nunca más el hermoso rostro de Emma, eso era lo que más la aterraba.
Tomó un frasco de desinfectante y gruñó de dolor cuando el líquido cayó sobre la herida de bala, pero ese dolor no se comparaba con el que sintió cuando vio el rostro triste y decepcionado de su rubia.
Erick: Tres veces al día- Le decía a Ariel- Sobre todo antes de la quimio, y vas a ver que este jugo hace maravillas- Le sonrió.
Belle: Creo que es mejor que la dejemos solas para que descanse, ¿No? – Preguntó más brusca de lo que pretendía.
Jefferson: Claro- Besó la frente de la pelirroja.
Erick: Ya te ves mucho mejor- Se levantó.
Ariel: Me siento mucho mejor, gracias.
Erick: Genial, bueno- Se metió las manos a los bolsillos- Regreso otro día, a ver como sigues- Dijo tímidamente y Belle resopló quedamente.
Ariel: Por supuesto- Le sonrió amablemente y todos comenzaron a salir- Belle, ¿Puedes quedarte? – Preguntó tímidamente.
Belle: Por supuesto, cariño- Se sentó a su lado.
Ariel: Gracias, mi ángel- Se acurrucó en sus brazos.
Belle: Descansa, mi corazón- Besó su frente y la pelirroja cayó en un agradable sueño sintiéndose segura- Te amo- Confesó a la figura dormida y una lágrima corrió por su mejilla.
Si bien, Belle tenía miedo de asustar a la pelirroja con sus sentimientos, sus lágrimas no eran por eso, si le dieran a elegir entre ser correspondida por Ariel o que el cáncer desapareciera, elegiría lo segundo, porque solo quería que la mujer que amaba tuviera una vida larga, sana y feliz.
Ariel: Yo también te amo- Susurró entre sueños y el corazón de Belle dio un vuelco.
Jefferson: Erick, sí le voy a pedir a mi mamá que te deje quedarte unos días- Dijo mientras lo acompañaba a la puerta- ¿Va?
Erick: Va- Sonrió agradecido.
Jefferson: La verdad es que sí te ganaste unos puntos por ayudar a Ariel- Abrió la puerta y salieron a la acera.
Erick: Pues, se los agradecería mucho si me aceptaran- Metió las manos dentro de los bolsillos del pantalón- No tengo donde quedarme y tuve que vender todo para pagar lo de mi mamá.
Jefferson: Te entiendo, yo haría cualquier cosa por mi mamá.
Erick: Lo sé, mira, estoy seguro de que tienes muchas preguntas.
Jefferson: Pues sí- Se pasó las manos por el cabello- Algunas, pero supongo que ya habrá tiempo para eso, ¿No?
Erick: Por supuesto.
Jefferson: Sí tengo una pregunta y es urgente, eres heterosexual, ¿No?
Erick: Sí, claro- Frunció el ceño.
Jefferson: Pero no eres homofóbico, ¿Verdad? – Su supuesto hermano se rio divertido- Porque no hay lugar para gente así en esta casa.
Erick: No, para nada, mi mejor amiga está casada con una mujer.
Jefferson: Pues ahora ya tienes un hermano gay, full rainbow- Se rieron.
Erick: Mi papá tenía razón- Dijo nostálgicamente.
Jefferson: ¿En qué? – Ladeó la cabeza.
Erick: Que eres genial, Jeff- Le tendió la mano, pero en lugar de tomarla, Jefferson lo abrazó.
Jefferson: Tengo un hermano- Lo tomó del rostro y le sonrió- Te llamo después, ¿Va? – Erick asintió y se fue con una sonrisa.
Cuando Jefferson regresó al interior de la casa, no se dio cuenta que Killian había visto la interacción y malinterpretó todo.
Bette: Regina, ¿Qué haces aquí? – Le preguntó al verla llegar a la estación- Pensé que el médico te había dado más tiempo de reposo.
Regina: No, olvídate de eso, no me pienso quedar en mi casa lamentándome, estoy viva, ¿No? Por alguna razón, James no me mató.
Bette: Gracias a Dios por eso- Exhaló.
Regina: Así que pienso continuar con mi vida.
Bette: ¿Estás segura que te sientes lo suficientemente bien? – Preguntó preocupada y su hija asintió- Aquí eres siempre bienvenida, siempre hacen falta manos y nada me hace más feliz que saber que estamos trabajando juntas, como madre e hija- Dijo con una sonrisa y la joven Mills se movió incómoda.
Regina: Oye, ¿Y Emma? – Eso era lo que más le interesaba- ¿Está por aquí?
Bette: Está en una emergencia, ¿Por qué? ¿Hay algún problema entre ustedes? – Aunque ya lo sabía, anhelaba que su pequeña morena le confiara sus cosas, además, no quería traicionar la confianza de Emma, en lugar de responder, la joven entró al almacén de uniformes- ¿Qué vas a hacer?
Regina: Dijiste que siempre se necesitan manos- Se quitó los zapatos- Pues yo tengo dos, ¿Cuál es la dirección de la emergencia? – Comenzó a cambiar su ropa por el uniforme.
Bette: Esa es mi Ginny- Sonrió con orgullo.
Los camiones de bomberos llegaron al lugar del siniestro, Emma se sentía como ese edificio en llamas, a punto de derrumbarse, pero necesitaba concentrarse para hacer su trabajo lo mejor posible.
Killian: Tenemos una explosión por fuga de gas- Hablaba por radio- Son cinco los departamentos afectados, el edificio está en malas condiciones y tengo gente que está empezando a revisar el interior, necesitamos refuerzos, ya.
Emma: Necesitamos que corten el suministro de gas y de energía- Le dijo a su compañero y Killian de inmediato lo solicitó- Thomas, Carl, icen la escalera y estabilícenla, Edward, línea- Tomó la cuerda.
Todo mundo comenzó a hacer su trabajo, Robin salió con el primer herido que chillaba de dolor por quemaduras en las piernas y se lamentaba por su casa.
Robin: Paramédicos- De inmediato uno se acercó con una camilla- Masculino de 35 años, veinticinco heridas por quemadura de segundo y tercer grado.
Killian: August, a revisar departamento por departamento, puede haber gente todavía atrapada.
Robin: Voy a regresar adentro- Jones asintió.
Emma: Yo voy contigo- Robin asintió y entraron a buscar.
Robin: ¿Todo bien? – Preguntó cuando la rubia revisó un apartamento.
Emma: Libre, vamos al siguiente piso- De inmediato informó a Jones por radio.
Robin: Libre también.
Emma: Vamos más arriba- Subieron a la azotea y comenzaron a revisar- Robin, esto no está bien- Le dijo al tocar algunos tubos y llaves- Voy a cerrar, pero no será suficiente- Lo hizo y bajaron.
Zelena estaba realizando algunos informes cuando se escuchó el timbre de la puerta, dejó sus gafas sobre la mesa y fue a abrir.
Zelena: ¿Qué haces aquí? ¿Le pasó algo a mi hija? – Preguntó preocupada.
Walsh: No, no, no, te seguí- Entró sin ser invitado- Me daba mucha curiosidad saber donde estabas viviendo- Observó todo.
Zelena: Bueno, ahora que ya lo sabes, ¿Te puedes ir, por favor? Estoy trabajando.
Ruby: ¿Tenemos visitas? – Apareció con una sonrisa.
Zelena: Es mi ex marido, pero ya se iba- Dijo irritada y la sonrisa de Ruby desapareció.
Walsh: No vives sola- Entrecerró los ojos en dirección de la fotógrafa.
Ruby: No, somos tres, y estamos…
Zelena: Walsh, cualquier cosa que necesites para mi hija, me avisas, por favor- Interrumpió a su novia.
Walsh: ¿Cualquier cosa? – Sonrió de lado y Ruby frunció el ceño.
Ruby: ¿Quieren que los deje solos? – Preguntó con la mandíbula apretada.
Zelena: ¡No! Él ya se iba- Miró con molestia a su ex marido.
Walsh: Bueno, pues no era el recibimiento que me esperaba- Intentó tocar el brazo de la pelirroja que se movió para evitarlo- Ya sabes, después de lo que pasó anoche, pero gracias por la despedida de soltero- Le guiñó un ojo y se fue.
Ruby: ¿Te acostaste con él? – Preguntó con voz afectada y la pelirroja se sentó de nuevo frente a su computadora- Zelena, ¿Te acostaste con él? – La psicóloga la miró con ojos llorosos y culpables- Genial, simplemente genial- Negó con la cabeza.
Emma: Killian- Se acercó corriendo- Los medidores indican fuga en el piso tres, hay riesgo de una nueva explosión- Jones de inmediato tomó la radio.
Killian: Hay que cortar suministros de gas, ya, carajo.
Emma: ¿Cómo está? – Le preguntó a un paramédico que atendía a una mujer con severas quemaduras.
Paramédico: La perdimos- Respondió con pesar y la rubia se tragó un nudo en la garganta.
Emma: Voy a entrar- Le informó a Jones y tomó un extintor.
Killian: Emma, ten cuidado- La rubia asintió y entró nuevamente al edificio.
Regina: Jones, aquí estoy- Llegó algo agitada- Solicito permiso para entrar- El bombero a asintió y le avisó a Robin por radio.
Dentro del edificio, un hombre bajaba una escalera gritando con el brazo en llamas.
Emma: Tírate al piso- Le indicó y una vez que lo hizo, la rubia usó el extintor- Tranquilo, vas a estar bien.
Regina: Llegaron los refuerzos- Se acercó y la rubia se giró a mirarla en cuanto escuchó su voz, sintiendo su corazón traicionero latir frenéticamente.
Emma: ¿Estás bien? – Le preguntó al hombre en el piso que asintió a pesar del dolor, no era momento de pensar en su situación con la morena- Thomas me dijo que no había nadie en el piso, carajo- Ladró.
Hombre: Soy el conserje, subí porque aquí viven ancianos y no pueden bajar.
Emma: Edward, sube y toca todas las puertas, asegúrate que no quede nadie en ningún departamento.
Edward: Ok- De inmediato subió.
Emma: Oswald, baja por las camillas, necesitamos inmovilizarlo- Su compañero asintió.
Regina: Tranquilo- Se agachó también con el conserje- Los paramédicos te van a atender pronto, ¿Cómo te llamas? – Preguntó suavemente y comenzó a distraerlo bajo la atenta mirada de Emma.
Zelena: Fue una estupidez- Se sirvió un café- No sé que decirte, fue un error.
Ruby: Pero, ¿Por qué lo hiciste?
Zelena: ¡No sé! Porque soy una pendeja- Se golpeó los costados de los muslos- Soy una mierda, estoy enferma.
Ruby: A ver no, el mierda es él, y se le nota solo al mirarlo.
Zelena: Ese hombre es lo peor que me ha pasado en la vida, excepto por mi hija- Sus ojos derramaron un par de lágrimas- Y aun así no pude decirle que no.
Ruby: Pues vas a tener que aprender a ponerlo en su lugar- Dijo con determinación y si no estuvieran en esta situación, Zelena estaría cachonda ante la actitud mandona.
Zelena: No sé como resolver las cosas con él- Confesó avergonzada.
Ruby: Ya lo resolveremos- Le limpió las lágrimas con los pulgares- ¿De acuerdo?
Zelena: ¿Nosotras?
Ruby: Zee, mientras estemos juntas no voy a permitir que ese cabrón te vuelva a hacer daño, no estás sola, cariño- Le acarició el rostro.
Zelena: Gracias- Besó suavemente sus labios.
Ruby: Ven- La llevó al sofá y se acurrucaron.
Killian: Me avisan que el fuego en la parte de arriba está controlado- Les dijo a Emma y a Regina al entrar al primer piso- No vamos a poder cortar el suministro desde el edificio, tiene que ser de la compañía.
Emma: Entonces, ¿Qué hacemos? – Se llevó las manos llenas ceniza a la cara y Regina no podía dejar de mirarla.
August: Hay una persona en el 301- Entró agitado a avisarle a Jones- Su esposa, una mujer mayor nos lo dijo.
Emma: Envié a Edward a revisar y no encontró a nadie.
August: ¿Tú qué chingados haces aquí? – Preguntó enojado al ver a Regina.
Regina: ¿Qué te parece que estoy haciendo, idiota? – Preguntó retóricamente.
August: Eres una pinche mentirosa- La empujó.
Killian: Pero, ¿Qué carajo? – Alejó a August.
Emma: ¡Basta!
August: La fue a buscar la policía al cuartel.
Emma: ¡Deja de hacerte el héroe, Booth! – Ladró.
August: ¿Y qué crees, Regina? – Miró a la morena- Tu novia se está cogiendo a Bette- Emma quiso gritar que no era verdad, pero en este momento no le importaba lo que Regina pensara, tal vez la dejaría creerlo para que sufriera.
Regina: ¡Cierra la puta boca! – Se le iba a dejar ir a August y Robin la detuvo.
August: ¿Qué, pendeja? ¿Quieres que te rompa la cara?
Regina: ¿Tú y cuántos más, pedazo de mierda? – Preguntó con los ojos llenos de rabia siendo contenida por Robin que le decía que no hiciera caso a lo que decía August.
Killian: Este no es el momento, August- Regañó.
August: ¡Mató a una persona!
Emma: ¿Qué? – Casi pierde el equilibrio a pesar de estar parada.
Regina: ¡Yo no maté a nadie! – Emma exhaló aliviada, porque si la morena decía que no, ella le creía.
August: Explícale eso a la policía- Se rio sin humor.
Killian: Maldita sea, Robin y August, vayan a ver si hay alguien en el 301- Robin arrastró a August- Regina, vete a checar el perímetro- La morena lo miró- ¡Ahora! – Mills se fue a regañadientes.
Emma: ¡Eres una mierda, August! – Le gritó y salió con Killian.
Killian: Escúchenme todos, por favor- Se acercó a la multitud- El fuego ya está controlado, pero queda estrictamente prohibido para todos acercarse al lugar, hasta que nosotros no tengamos la confirmación con protección civil de que la fuga de gas está controlada, nadie se acerca, ¿Está claro? – Todos asintieron.
Robin y August salieron poco después y de inmediato se acercaron a la patrulla.
Robin: ¿Dónde está la señora? – Le preguntó al policía.
Policía: No sé- Se encogió de hombros.
August: ¿Cómo qué no sabes? Carajo.
Mills llegó a donde estaba Jones y miró de reojo a Booth, pero se concentró en informar a Jones.
Regina: El fuego ya está controlado, revisamos el perímetro dos veces- Jones de inmediato avisó por radio- Solo estaba revisando si había daños estructurales.
Robin: Jones, necesitamos encontrar a una víctima, la dejamos con la policía, es la del 301, entramos a buscar a su marido, y ya no está.
Killian: Vuelvan al 301, puede estar adentro, Regina, ve con ellos.
Emma: No- Fue más un susurro, pero no quería que la morena entrara- Iré yo.
Killian: Soy el encargado aquí, Emma, Regina, ve con ellos- La morena asintió y entró con sus compañeros.
Mujer: Disculpen- Se acercó preocupada- Estoy buscando a mi abuela, tiene Alzheimer y no sabe donde está, es viuda, vive sola en el piso tres- Jones de inmediato tomó la radio e informó la situación.
Emma: Tranquilízate, la vamos a encontrar- Presionó los hombros de la joven- ¿Cómo te llamas?
Mujer: Mariana.
Emma estaba a punto de decir algo, cuando se escuchó un estruendo y por instinto protegió a la joven con su cuerpo, cuando giró a mirar el edificio, su corazón se apretó al ver el fuego rugiendo en el tercer piso.
Emma: Regina- Susurró y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Continuará…
Chapter 23: La hija pródiga regresa
Chapter Text
Bette: Mis pequeños, no hagan enojar a su mamá, ¿Eh? – Acariciaba el abultado vientre de la joven Cora que la miraba con una sonrisa- Ahí se quedan con el tío James, regreso pronto- Besó sus labios.
James: Yo los cuido, amiga- Levantó su tequila en dirección de Bette.
Bette: Más te vale, porque son mi tesoro más preciado- Palmeó la espalda de su amigo y salió.
James: Cora, te ha sentado muy bien el embarazo- Se acercó a ella.
Cora: ¿Tú crees? – Se acarició el vientre- Dicen que a toda mujer feliz le sienta bien, es la mejor época de mi vida, podría llenar esta casa con hijos de Bette- Dijo soñadoramente y no se dio cuenta de la cara de molestia que puso James.
James: Lástima que no te puedas tomar un trago.
Cora: Y tú tampoco deberías tomar tanto- Se sentó en el sofá.
James: Me ha ido muy bien en el trabajo- Dejó su tequila y se sentó en el brazo de otro sofá- Mi carrera de policía va para arriba, tengo dinero, la gente de Boston me respeta.
Cora: Me da gusto por ti- Dijo sinceramente.
James: Pero, ¿Sabes que me hace falta? – Cora negó con la cabeza- Ser papá.
Cora: Es mucha responsabilidad, con Bette…
James: Sí, sí, ya sé que es mucha responsabilidad- La interrumpió- Pero dicen que cuando hay una buena mujer al lado es más fácil- Se puso en cuclillas frente a Cora- ¿Sabes? – Puso una mano sobre el vientre abultado- Yo podría ser un buen padre para tus chamacos- Sonrió y Cora se tensó.
Cora: Permiso- Se levantó.
James: ¿A dónde vas? – La tomó algo bruscamente de la muñeca.
Poco tiempo después….
Bette: Amor, ya llegué- Entró y dejó las bolsas en la mesa- Hola- Besó la frente de su esposa que apareció algo seria con James detrás de ella.
James: ¿Cómo te fue, Bette?
Bette: Bien, digo, cada vez las cosas están más caras- Se acercó a las bolsas- Pero alcancé a comprar tequila- Tomó la botella.
James: Excelente, amiga.
Bette: Sí, vamos a brindar- Se acercó a su esposa y la abrazó de lado- Por encontré al amor de mi vida- Besó su sien- Por la amistad- Señaló a James- Y porque voy a ser mamá- Acarició el vientre de su esposa.
James: Perfecto, entonces, yo te propongo que tú te hagas cargo de las botanas y yo de los tragos.
Bette: Solo recuerda que tienes turno hoy en la noche- Alzó una ceja.
James: Me sé controlar.
Bette: Mi amor- Besó los labios de su esposa- Quédate aquí tranquilita, que hoy, yo me encargo de la cocina- Tomó las bolsas.
En cuanto Bette les dio la espalda, James señaló el vientre de Cora y se palmeó suavemente el pecho a la altura del corazón.
🦢👑
Emma: Oficial- Se acercó con la joven con ella- Necesito que alguien la revise- Se iba a ir al edificio cuando se encontró cara a cara con Elsa.
No tenía tiempo para resentimientos ahora, la mujer que amaba y dos de sus compañeros estaban dentro del edificio, así que corrió hacia donde estaba Jones.
Killian: Perdimos comunicación con los tres- Informó con la radio en la mano.
Emma: Voy a entrar, necesito sacar a Regina de ahí.
Killian: Pero, ¿Tú estás bien?
Emma: Sí, sí, sí- Respondió mirando al edificio.
Killian: Bien, entra.
Cuando la rubia estaba adentro, lo primero que vio fue el cuerpo de la anciana calcinado en el piso, su corazón estaba en su garganta y se sintió mareada, cerró los ojos por un momento y pidió a todos los dioses del universo que su morena estuviera bien.
Al abrir los ojos y escanear un poco el lugar, vio a Robin y a August mirando el cuerpo de la anciana, pero Regina no estaba con ellos.
Emma: ¿Dónde está Regina? – Preguntó en un susurro lleno de miedo y no tuvo repuesta- ¿Qué dónde está Regina? – Preguntó al borde de la histeria y Robin señaló la habitación contigua.
La rubia corrió hacia allá y sus ojos comenzaron a lagrimear al ver a la morena apagando los restos del fuego del lugar, respiró profundamente y agradeció mentalmente a todos los dioses del universo.
Regina ni siquiera pareció darse cuenta de su presencia, así que Emma regresó a donde estaban sus otros compañeros, se acercó a August que estaba paralizado y con lágrimas corriendo por sus ojos.
August: Esto- Fue todo lo que pudo decir.
Emma: ¿Estás bien? – El bombero asintió.
Killian: Hay que salir- Apareció en lo que había sido el marco de la puerta.
Los cinco salieron cansados, pero sobre todo abatidos, se habían perdido vidas y había varios heridos, se subieron a los camiones y el trayecto al cuartel fue completamente silencioso, luctuoso.
Después de que todos se ducharon, Bette los felicitó a todos por el trabajo realizado, en el momento en que estrechó la mano de Emma y se sonrieron, Regina frunció el ceño, no podía quitarse de la cabeza lo que había dicho August, su corazón estaba apretado y sentía los ojos arder, pero no permitió que las lágrimas se vieran.
Emma terminó de sacar las cosas de su locker para irse, y cuando se giró, vio a Regina, tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para no abofetearla o lanzarse a sus brazos, la miró con indiferencia, lo que le dolió a la morena.
Regina: Emma, ¿Podemos hablar? – Swan la dejó parada y caminó hacia la salida.
Bette: Emma- Se acercó en uno de los pasillos- Creo que es importante que hablemos para que aclaremos las cosas con mi hija- La rubia solo la miró y salió, solo quería alejarse de ahí.
La rubia se subió a su camioneta y no se dio cuenta que Elsa la seguía, la agente estaba empezando a atar cabos y quería comprobar algunas cosas.
August: ¿Bette basándose con Kris? – Preguntó con el ceño fruncido.
Thomas: Sí, yo las vi- Sonrió.
August: Pues esa mujer les tira a todas, porque antes del siniestro la vi bastante arrimada con Emma.
Thomas: Bueno, así como tú te arrimas con Ariel, ¿No? – Sus compañeros se rieron.
August: No seas imbécil, y no, lo mío con Ariel ya fue, ya ni me pela.
Thomas: Pues se nota que la dueña de la pensión tiene un fetiche con los bomberos.
Edward: Si yo fuera la jefa, me quedaba con Emma.
Thomas: Pero, Emma es la novia de Regina, ¿No?
Killian: Hey, Emma no es ningún premio, tarados- Regañó.
Edward: No, claro que no, ya lo sé, pero- No terminó porque entró Regina.
August: Nos vemos, chicos- Se levantó y se fue dejando silencio en la habitación.
Regina: ¿Es en serio? – Resopló y mejor salió a marcarle a Elsa, pero no le contestó.
Ruby: Vamos a necesitar una alfombra nueva y un sillón- Hablaba mientras ponía la mesa- Y unas cortinas, porque la casa nueva está llena de ventanas, y no queremos que nos vean desnudos, ¿O sí?
Robin: Yo sí las quiero ver desnudas- Sonrió pícaramente mientras picaba algo de fruta.
Ruby: ¿Ahora mismo? – Se acercó y besó sus labios, lo que hizo resoplar a Zelena que estaba trabajando en su computadora.
Robin: Todo el tiempo- Le guiñó un ojo.
Ruby: Parece que tendrá que esperar, tigre- Dijo cuando se escucharon golpes en la puerta- ¿Qué quieres? – Le preguntó a Walsh que estaba visiblemente ebrio.
Walsh: ¿Está Zelena? – La pelirroja levantó la vista de su computadora al escucharlo.
Ruby: Está ocupada- Se cruzó de brazos.
Walsh: Pues que se desocupe- Entró sin ser invitado.
Ruby: Oye- Lo tomó del brazo- Vete a tu casa, estás borracho.
Walsh: Zelena- Se zafó y se rio cuando vio a Robin detrás de la barra de la cocina- El amante en turno, ¿Ya te contó Zel que nos acostamos? – Su voz era arrastrada por el alcohol.
Zelena: ¡Walsh! – Gritó y el hombre se giró a mirarla- ¿Qué te pasa? Lárgate de aquí que no quiero escándalos- Se acercó- ¿Con quién dejaste a Margot?
Walsh: Solo quiero coger- Se rio- ¿Cuándo te has negado tú a un buen palo?
Robin: Sal de nuestra casa, cabrón- Salió de detrás de la barra.
Walsh: ¿Nuestra casa? ¿Viven todos juntos o qué?
Ruby: Sí, estamos juntos, cabrón- Se acercó a Zelena y la abrazó por la cintura- Así que no vuelvas a molestas a Zee, porque no está sola, ahora tiene una novia y un novio, y tú, pendejo, sales sobrando.
Walsh: ¿Es cierto? – Le preguntó a la pelirroja.
Zelena: Sí, los tres tenemos una relación- Respondió con seguridad, misma que le transmitía la fotógrafa.
Walsh: Olvídate que tienes una hija, te voy a quitar los derechos que tienes sobre ella- Amenazó- ¡Porque sabía que eras una puta, pero no que estabas tan enferma como para revocarte con una asquerosa lesbiana! – Escupió y Robin lo volteó por el hombro y le dio un puñetazo en la cara.
Zelena: ¡No! ¡Robin! – Gritó cuando Walsh le dio un codazo en la cara al bombero- ¡Rubs, haz algo! – Pidió y la fotógrafa iba a intervenir en la pelea- Así no, idiota, eres mujer, te pueden lastimar- La jaló hacia atrás.
Robin logró contener al hombre ebrio y lo sacó a rastras de la casa y cerró la puerta.
Ruby: ¿Estás bien? – Le acarició el rostro.
Robin: Sí- Se sentó en el brazo de un sofá.
Zelena: Déjame ver- Analizó el golpe- Amor, trae un poco de hielo, por favor- Le pidió s Ruby que sonrió ante la manera que la llamó.
Belle: Espero que te guste, hace mucho que no preparaba esto- Se acercó a Ariel con una bandeja y la puso sobre sus piernas.
Ariel: Cualquier cosa hecha por ti me encantará- Le sonrió dulcemente- Ven aquí- Palmeó el espacio de la cama- Mientras desayunamos, cuéntame cómo va el caso de tu mamá.
Belle: Neal tiene muchas esperanzas, además, cuando ejercía ganó la mayoría de sus casos.
Ariel: Pareces muy impresionada con ese hombre- Dijo tomando un trozo de pan, como si eso evitara que sonara celosa.
Belle: Claro que lo estoy- La pelirroja resopló- No hay porque estar celosa.
Ariel: No lo estoy- Rodó los ojos, pero definitivamente lo estaba, al menos un poco.
Belle: Bueno, pues por si lo estás, quiero dejar claro que no tengo ojos para nadie más que para ti.
Ariel: Es bueno escuchar eso, no sería de ayuda para mi tratamiento contra el cáncer que mi chica se enamore de su abogado- Bromeó.
Belle: ¿Soy tu chica? – Preguntó con el corazón acelerado.
Ariel: Solo si quieres serlo- Dijo tímidamente- ¿Quieres serlo? – Preguntó con ojos esperanzados.
Belle: Nada me haría más feliz- Sonrió y besó suavemente sus labios.
Ariel: Bien, porque a mí tampoco, ¿Qué tal si festejamos con esta delicia que preparaste?
Belle: Por supuesto, nena- Tomó un tenedor y comenzó a alimentar a su chica.
Ariel: No sé qué haría sin ti, Belle.
Belle: Y ya te dije que no tendrás que averiguarlo- Le acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja.
Ariel: Eso es bueno, porque estar con la mujer que amo me da más fuerzas para luchar contra el cáncer- Se rio.
Belle: ¿Tú me amas? – Preguntó con ojos llorosos de emoción.
Ariel: Sí, ¿Tú no? – Tragó saliva- Porque estoy segura que anoche te escuché, pero tal vez fue un sueño y no…
Belle: Claro que te amo- Comenzó a besar su rostro- Te amo, mi hermosa pelirroja.
Ariel: Me asustaste como el infierno- Le dio una palmada en el brazo cariñosamente- Te amo, mi chica nerd- Se fundieron en un beso.
Belle: Creo que no te gustó el desayuno y por eso intentas distraerme- Fingió indignación.
Ariel: Todo lo que haces me fascina- Puso la bandeja en el buró y jaló a Belle para que estuviera a horcajadas sobre ella- Belle, quiero hacer el amor contigo- Dijo mirándola a los ojos.
Belle: Y yo contigo- Besó sus labios- ¿Pensarías que soy una idiota si te digo que quiero que sea algo especial? – Preguntó aprensiva.
Ariel: Pensaría que eres dulce y romántica- Le acarició el rostro- Aunque será especial por el simple hecho de ser tú- Eso hizo sonreír ampliamente a su amada.
Belle: Déjame llevarte a una cita- Le acarició el cuero cabelludo y la pelirroja ronroneó.
Ariel: No sé qué hice para merecerte, amor- Sus ojos se llenaron de agua.
Belle: Existir, con solo existir merecer todo, amor.
Portland
Emma estacionó la camioneta en la entrada sin darse cuenta del coche sin luces que la había seguido, en el que estaba Elsa mirando sospechosamente.
Swan abrió la puerta de su casa con los ojos rojos e hinchados por el llanto, producto de no dejar de pensar en Regina.
David: Vaya, vaya, vaya- Dijo desde el sofá con un tequila en la mano- La hija pródiga regresa a casa- La miró profundamente- ¿Vienes sola? ¿O traes a la policía contigo? – Puso las manos hacia el frente- ¿Me quieres esposar? – Se burló.
Emma: No dije nada- Se sentó frente a él.
David: ¿Ni siquiera a tu querida Regina? – Eso fue como ponerle sal a la herida de la rubia.
Emma: No he hablado con ella- Puso las manos en su regazo y bajó la mirada.
David: ¿Y eso? ¿Qué no me dijiste que estabas muy enamorada? – Dio un trago a su tequila.
Emma: Fui una estúpida- Una lágrima se deslizó por su mejilla.
David: Jugaste mal tus cartas.
Emma: Sí, juegue mal mis cartas- Aceptó sumisamente y exhaló.
David: Y pensaste que Regina te elegiría a ti- Eso fue como un puñetazo para la rubia- Te tengo noticias, Emma- Se puso de pie- Nunca nadie te va a elegir a ti- Se acercó viendo como su hija se desmoronaba- ¿Sabes por qué? – Se sentó a su lado- Tú eres muy parecida a mí, a nosotros nunca nadie nos va a querer, porque no odian- Dijo con saña- Nos envidian, ¿Y sabes por qué? – Por fin la rubia lo miró- Porque somos libres, porque acatamos nuestras propias leyes, porque si alguien nos molesta, nos deshacemos de él.
Emma: No, yo no soy así- Sollozó- Yo quiero estar con alguien que me ame- Quiso añadir el nombre de Regina a la ecuación, pero no quería alterar más a su padre.
David: Uy no, pues- Se chupó los dientes- Demasiado tarde- Dio otro trago a su tequila- Bienvenida a mi mundo, un mundo solitario, pero con mucha libertad- Se rio- Yo sabía que no me ibas a poder denunciar- Puso una mano sobre la mejilla de Emma- Porque en el fondo me admiras, además sabes que somos cómplices.
Emma: No- Negó con la cabeza y se alejó del toque.
David: Sí, sí, eres mi cómplice, si caigo yo, también caes tú- Le dio unos golpecitos con el dedo índice a la barbilla de la rubia- Y eso sería una pena, ¿No? – Suspiró fingiendo pesar- Porque yo ya viví mi mida, pero la tuya apenas está empezando- Se levantó y se paró detrás de ella- Necesito de tu ayuda- Le susurró.
Ruby: ¿Cómo puede ser tan hijo de puta? – Despotricaba caminando en círculos por la sala de estar- ¿Con qué derecho te trata así?
Zelena: Porque sabe que en el fondo le tengo miedo- Respondió sosteniendo la bolsa de hielo en el pómulo de Robin.
Ruby: Pero ese cabrón es un pinche agresor, es él quien no debería acercarse a tu hija, ¿Hay alguna forma de conseguir quitarle a la niña? – A la pelirroja la conmovió el interés de su novia por su pequeña Margot.
Zelena: Ya lo he intentado, pero ese imbécil tiene tanto dinero que puede hacer lo que quiera, si el decide que ni puedo volver a ver a Margot, así se va a hacer.
Ruby: Pero tiene que ver una forma para sacarlo de tu vida y de la vida de tu hija- Se sentó frente a ellos en la mesita de centro y miró a Robin- Y no va a ser agarrándolo a trompadas.
Robin: ¿Qué querías que hiciera?
Ruby: Pues no sé, pero tenemos que buscar una estrategia más inteligente- Tomó una mano de la pelirroja- Por ahora tenemos que evitar a toda costa que sepa dónde vamos a vivir- Ambos asintieron- No te puede encontrar sola, Zee- Acarició su rostro y la pelirroja sonrió- Vamos a liberarnos de él, no es normal vivir con miedo, amor.
Zelena: Ya no sé cómo se vive de otra forma- Exhaló.
Ruby: Pues vas a aprender- Era una exigencia y Zelena se mordió el labio, como cada vez que su amante se ponía autoritaria, no pudo evitar que el calor la inundara.
Killian: Va a quedar padrísimo el café- Le dijo a Jefferson que acomodaba algunas cosas en la cocina del negocio.
Jefferson: No sabía que estabas aquí- Continuó con lo suyo.
Killian: Nada más vine a recoger mi computadora y ya me voy.
Jefferson: Ok, yo termino de ordenar esto y cierro, ¿Va?
Killian: Claro- Respondió, pero no se movió y Jefferson fue a poner servilleteros a las mesas- ¿Quién era ese tipo? – Preguntó bruscamente siguiéndolo.
Jefferson: ¿Qué tipo?
Killian: El que estabas abrazando afuera de tu casa.
Jefferson: ¿El que tiene novia y se va a casar me está pidiendo explicaciones? – Preguntó mirándolo con incredulidad.
Killian: No te estoy pidiendo explicaciones, es- Exhaló- Solo curiosidad- Se pasó la lengua por los labios.
Jefferson: ¿O te dieron celos? – Preguntó con seriedad.
Killian: ¿Sabes qué? Tienes razón, no es asunto mío, deja todo bien cerrado- Se giró para irse.
Jefferson: Es mi medio hermano- Dijo a la espalda del bombero que de inmediato se giró- El cabrón de mi papá se las ingenió para tener otra familia y que nadie se diera cuenta- Se dejó caer en una silla.
Killian: ¿Y tú cómo estás con eso? – Tomó una silla y se sentó a horcajadas frente al joven.
Jefferson: Como si me hubiera pasado un tren por encima, no tanto por mí, sino por el dolor que le causó a mi mamá, pero mi hermano resultó ser buen tipo, incluso se ofreció a ayudar a Ariel, no puedo odiarlo.
Killian: ¿Y por qué no me contaste?
Jefferson: ¿Para qué? – Se levantó- Cuanto más lejos estés de aquí, mejor- Quiso alejarse.
Killian: Oye- Puso la palma de la mano sobre el costado del diseñador- Para mí no.
Jefferson: Te odio- Una lágrima corrió por su mejilla.
Killian: Y yo te odio todo lo contrario- Lo miró anhelante.
Jefferson: ¿Qué se supone que tengo que hacer con esto? – Tomó la mano del bombero.
Killian: No sé- Tragó saliva- Solo sé que me duele estar lejos de ti- Confesó.
Jefferson: Yo solo quería que me eligieras.
Killian: Yo ya te elegí- Puso su otra mano sobre la del joven y comenzaron un beso, primero tímido, después apasionado.
Portland.
David: Yo hubiera sido un gran papá para esos chamacos- Dijo de pie de espalada a Emma- Pero ella no quiso- Escupió con amargura- Que porque me tenía miedo- Se rio.
Emma: ¿Quién? – Se puso de pie.
David: Pero si esos niños no fueron míos, no van a ser de nadie- Sentenció y se giró a mirar a su hija- Ya me deshice de uno, ahora me hace falta deshacerme de la otra.
Emma: ¿Estás hablando de Graham y Regina? – Intentó ocultar su pánico.
David: Tú me vas a ayudar a que yo cumpla mi promesa, tú me vas a ayudar a deshacerme de la pequeña Ginny- Los ojos verdes de la rubia se nublaron, pero asintió discretamente.
Afuera de la propiedad, Elsa tomó el celular para hacer una llamada.
En conexión…
Kristoff: ¿Y tú? ¿Dónde has estado metida todo el día?
Elsa: Necesito que me hagas un favor.
Kristoff: Vaya, hola, Kristoff, buenas noches, que gusto hablar contigo- Dijo sarcásticamente.
Elsa: Déjate de esa mierda, Kristoff, necesito que me investigues todo lo que puedas del padre de Emma Swan.
Kristoff: Sigues obsesionada con esa chica, ¿Verdad?
Elsa: Algo está ocultando, yo lo sé- Miró hacia adentro- Si ella no tiene antecedentes penales, alguien muy cercano a ella los debe tener, ponte a trabajar en eso, lo necesito para ayer.
Fin de la conexión.
Jefferson: Y yo que pensaba que esto nunca iba a volver a pasar- Sonrió con los brazos todavía envueltos en el cuello del bombero.
Killian: Sorpresas de la vida- Le regresó la sonrisa con sus manos sobre la cintura del joven diseñador.
Jefferson: Sorpresas de la vida- Comenzó a tararear rítmicamente.
Killian: ¿Qué canción es esa, Jeff? – Se rio.
Jefferson: No sé- También se rio.
Anna: Mi amor, ¿Estás aquí? – Se escuchó en la entrada y Killian se alejó abruptamente de Jefferson.
Killian: ¿Qué haces aquí? – Preguntó nervioso.
Anna: Te estaba buscando porque quería darte una sorpresa- Se acercó con cautela- Hice una reservación en un restaurante.
Killian: Me hubieras avisado- Se aclaró la garganta- Es que todavía tenemos cosas por hacer.
Anna: Sí, claro- Miró de uno a otro- Entiendo, hablamos mañana, ¿Sí? – Salió a toda prisa con los ojos llorosos.
Jefferson: ¿Tú crees que haya alcanzado a ver algo?
Killian: No sé- Se giró hacia él- Lo único que me importa en este momento – Lo tomó por la cintura y lo pegó a su cuerpo- Eres tú.
Ariel acomodó el celular en un espejo frente a la cama y se sentó para hacer el live, dio clic a iniciar y respiró profundamente.
Ariel: Hola a todos, sé que he estado más perdida de lo que me gustaría, pero en mi vida están pasando varias cosas ahora, en unos días tengo mi tercer quimio, y bueno, me están pasando cosas como que se me está cayendo el pelo- Mostró un mechón- Y para mí, es como ver la enfermedad, ver mi pelo en las manos, en la ducha, en todas partes, es como ver que es real- Exhaló- En fin, si estoy aquí es porque decidí cortarme el pelo y eso me tiene un poquito más nerviosa que el tratamiento- Bromeó- Quiero que ustedes me acompañen- Le hizo una señal a Kristin para que se acercara, quien se secó las lágrimas antes de sentarse junto a la pelirroja.
Kristin: Hola- Sonrió.
Ariel: Ella es Kristin, es como mi mamá- La rubia derramó lágrimas de emoción.
Kristin: Y esta niña hermosa de aquí- Besó la mejilla de Ariel- Es una de mis hijas, vamos a echarle toda la buena energía a mi pequeña pelirroja, para que ese pelo que ahora se va, vuelva a nacer, sano y hermoso, junto con todo su organismo, que es una belleza de la creación del universo- Volvió a besar su mejilla.
Ariel: Amor, ven- Le tendió la mano a Belle que se acercó tímidamente para tomarla y se sentó a su lado también- Esta hermosa chica es Belle, mi novia- Belle se sonrojó adorablemente- Esta mujer es la que llena mis días de luz y de esperanza- Besó suavemente sus labios- Kris y Belle son mi familia, al igual que Jeff a quien ya conocen- Miró a las dos mujeres a su lado- Gracias, gracias por todo, gracias por acompañarme en esto, las amo- Ambas la acunaron en sus brazos.
Belle: Y nosotras a ti, mi amor- Se sonrieron entre lágrimas y Kristin las miraba emocionada.
Ariel: Bueno, mi gente bonita, ya después les mostraré el resultado, y recuerden hacerles saber sus seres amados lo importantes que son para ustedes, no solo con palabras, sino también con hechos- Se despidió con un beso.
El live tuvo miles de reacciones y comentarios dándole ánimos, aun así, cuando su novia le cortó el primer mechón, sintió las lágrimas derramarse.
Kristin fue la encargada de pasar la máquina sobre la cabeza de Ariel, mientras Belle sostenía su mano y ambas evitaban mirar los largos mechones rojos en el piso.
Una vez que estuvo hecho, Kristin le puso una pañoleta roja con lunares blancos, tomó una de sus manos y Belle la otra y la llevaron frente al espejo.
Belle: Te ves hermosa- Sonrió y Bauer asintió y depositó un beso en el hombro de la pelirroja.
Jefferson abrió los ojos perezosamente y sonrió al ver a Killian durmiendo boca arriba con la sabana cubriéndole hasta la cintura, lo rodeó con los brazos y metió el rostro en la curva de su cuello.
Jefferson: Tenía miedo de despertar en mi habitación y que todo hubiera sido un sueño.
Killian: Pero estás en mi cama y no quiero que salgas de aquí- Habló con voz somnolienta y le acarició la espalda.
Jefferson: ¿Cómo estás? – Preguntó con ternura y levantó el rostro para verlo a los ojos.
Killian: Arrepentido- Exhaló y Jeff se tensó- Arrepentido de todo el tiempo que perdí de estar contigo- El joven se relajó al instante y besó su hombro.
Jefferson: ¿Y ahora qué vamos a hacer? ¿Vamos a seguir escondiéndonos o hacer como como que no significó nada y seguir con los planes de tu boda?
Killian: ¿Tú crees que puedo seguir con mi boda? – Se rio- ¿Después de estar contigo? – Le acarició el rostro- Todo lo que una vez imaginé ya no existe, y tú lo cambiaste todo.
Jefferson: Nunca me habían dicho algo tan bonito- Picoteó sus labios.
Killian: Pues acostúmbrate, porque el amor me está poniendo un poquito cursi, pero nada más poquito- Cerró los ojos con una sonrisa.
Jefferson: Me gusta- Besó su mandíbula- ¿Y Anna? – Sabía que rompería el momento, pero era necesario.
Killian: Tengo que hablar con ella- Abrió los ojos y miró al techo- Ya no quiero estar con nadie que no seas tú- Lo miró.
Neal: Bette…
Bette: Que bueno que te encuentro, necesito que hagamos una nueva evaluación del presupuesto, necesito asegurarme que las deudas estén controladas y…
Neal: Bien, pero quisiera hablarte primero de algo personal.
Bette: Por supuesto, dime- Prestó toda su atención.
Neal: Quiero darte las gracias- Dijo seriamente.
Bette: He hecho solamente lo que me corresponde como primer inspector.
Neal: No, Bette, tú fuiste la única que estuvo conmigo en el hospital.
Bette: Neal, aquí no somos solo elementos, aquí trabajamos personas.
Neal: Tú das ejemplo de lo que debe ser líder, este cuartel te necesita.
Bette: No decías lo mismo hasta hace poco- Sonrió divertida.
Neal: Digamos que, hasta hace poco yo era otro- Sonrió y le tendió la mano que rápido fue estrechada- Gracias, de verdad.
Kristoff: Todo limpio- Entró a la oficina de Elsa- El padre de tu sospechosa número uno resultó ser una blanca palomita- Dejó la carpeta en el escritorio.
Elsa: David Swan- Leyó la portada y comenzó a hojear.
Kristoff: David Swan Diccarey.
Elsa: Jamás había escuchado ese apellido antes- Dejó la carpeta y tecleó en su computadora.
Kristoff: ¿Qué pero le pones al nombre? ¿Quién más se puede llamar David además del elegido por Dios mismo para gobernar Israel? – Se rio y la rubia ignoró su broma.
Elsa: Última dirección registrada en Puebla.
Kristoff: Elsa, no te claves, este hombre- Señaló la imagen de David en la pantalla- No tiene antecedentes, no tiene nada.
Elsa: Desconfío de la gente como David Swan, tan pura, tan limpia- Dijo con sarcasmo- Todos tenemos algo, Kristoff, una deuda impaga, una infracción de tránsito, una queja del vecino, algo.
Kristoff: ¿Y ser un buen ciudadano lo hace sospechoso?
Elsa: Déjame sola, Kristoff, gracias- Le sonrió forzadamente.
Jefferson: Má, ¿Por qué no? – Insistía detrás de Kristin que regaba las plantas.
Kristin: Porque no, porque no voy a meter aquí a un hijo de otra mujer de tu papá.
Jefferson: Má, Erick no tiene la culpa de lo que pasó, el pobre chavo tuvo que vender su casa para poder pagar el tratamiento de su mamá, y al final se quedó sin su mamá y en la calle, ponte en su lugar.
Kristin: No- Dijo, pero en el fondo ya se estaba ablandando.
Jefferson: Mamá- Fue ignorado- Mamá- Resopló.
Kristin: ¿Qué? – También resopló sin dejar de hacer lo que estaba haciendo.
Jefferson: Tú me enseñaste que siempre hay que tender una mano a los que sufren.
Kristin: ¿Y qué? No siempre voy a estar de acuerdo con lo que digo.
Ariel: Hola- Apareció y madre e hijo le sonrieron- Jeff, ¿Has hablado con Erick? – Bauer rodó los ojos.
Kristin: Bueno, ¿Qué les pasa? ¡Ahora todos hablan de Erick!
Jefferson: Erick ayudó a Ariel cuando se sentía muy mal- Informó.
Ariel: Sí, me dio unos tips para antes y después de las quimios.
Jefferson: A Erick le deben haber enseñado que hay que ayudar a quien lo necesita- Canturreó.
Ariel: Entiendo tu postura, Kris, y te apoyo en lo que decidas, yo solo quiero hablar con Erick para agradecerle, aunque sea por teléfono, pero si quieres que lo odie, lo haré.
Kristin: No, cariño, yo no quiero que odien a nadie- Le acomodó la pañoleta- Si quieres hablarle para agradecerlo hazlo, es más, si quieres hacerlo personalmente, adelante- Le sonrió cariñosamente.
Jefferson: Tengo una idea, ¿Por qué no lo invito al baile de los bomberos?
Kristin: Que se quede dos semanas, ni un día más- Dijo refunfuñado y Jefferson sonrió- Solo porque ayudó a mi pequeña pelirroja- Ahora fue Ariel la que sonrió.
Ruby: Estoy segura de que algo se puede hacer para que ese cabrón te deje de chingar la vida- Dijo mientras tomaban un café en una terraza- Lo primero que debes hacer es dejar de coger con él- Gruñó.
Zelena: ¿Estás celosa? ¿Tú, la mujer de espíritu libre? – Alzó una ceja.
Ruby: Nunca me había sucedido- Resopló- Suficiente tengo con que Robin también te toque- Abrió mucho los ojos cuando se dio cuenta de lo que había dicho- No quise…
Zelena: Hey, a mí me pasa lo mismo- Tomó su mano sobre la mesa- Me gusta Robin y le tengo un enorme cariño- Exhaló- Pero contigo es diferente, es algo mucho más fuerte que todavía me cuesta definir.
Ruby: Te entiendo- Guardaron silencio por un momento- Vamos a dejarlo fluir, ¿De acuerdo? – La pelirroja asintió- Volvamos a la mierda que es tu ex.
Zelena: Ni siquiera sé por qué lo hice, Rubs.
Ruby: Ese es el problema, que dejas que las cosas pasen, y andar de víctima por la vida es bien fácil, lo que cuenta trabajo es hacerse cargo.
Zelena: Pensé que aquí la psicóloga era yo- Sonrió divertida.
Ruby: Y lo eres, la mejor, pero si no confías en ti no vas a poder poner en su lugar al pendejo de tu ex marido, es momento de empoderarte para mandar a ese hijo de puta al infierno.
Zelena: Contigo a mi lado me siento más fuerte, ¿Sabes? – Le dijo mirándola amorosamente.
Ruby: Me alegro, porque eso es lo que quiero ser para ti.
Zelena: Creo que te voy a terminar contratando como mi terapeuta- Fingió seriedad.
Ruby: Acepto- Levantaron su café y brindaron- Aunque puedes terminar completamente loca- Se rieron y de repente se sintió mareada.
Zelena: ¿Estás bien?
Ruby: Sí, solo un poquito mareada, el perfume de la chica que pasó me dio nauseas, demasiado fuete- Hizo una mueca.
Zelena: Cariño, con todo lo que ha pasado entre tú y Robin- Tragó el nudo amargo en su garganta- ¿No crees que sería bueno que te hicieras una prueba de embarazo? – Su novia la miró con los ojos muy abiertos.
Jefferson: Creo que es mejor que esperes- Dijo mientras entraban a su casa.
Killian: ¿Esperas a qué? Ya quiero arreglar mi situación con Anna.
Jefferson: Este no es el mejor momento, vino toda su familia a visitarla, Killy- El bombero sonrió ante el apodo cariñoso.
Killian: ¿Y cuándo va a ser el momento? Me vale que esté toda su familia, ya.
Jefferson: ¿Estás seguro?
Brennan: Buenas tardes, ¿Cómo están? – Entró con su esposa del brazo y su otro hijo y su nuera detrás.
Milah: Perdón por el retraso, es que el bebé Brennan tenía que tomarse su leche, pero ya estamos aquí- Killian los miró entrar al comedor sin entender, pero unos segundos después los siguió.
Anna: Que bueno que ya llegaron- Se levantó de la mesa donde también estaban sus padres y Kristin.
Kristin: Anna, cariño, me hubieras dicho para que les hubiera preparado algo- Entraron Ariel y Belle frunciendo el ceño ante tanta visita.
Anna: No te preocupes, Kris, nadie vino a comer- Le sonrió.
Killian: ¿De qué se trata todo esto? – Se rascó nerviosamente el brazo.
Anna: Mi amor, es que ya no puedo guardar más el secreto- Sonrió, pero no llegó a sus ojos y miró a todos- Los invité porque Kill y yo tenemos una maravillosa noticia que darles- Killian se quedó estático y Jefferson se movió incómodo- Amor, ¿Les dices tú o les digo yo?
Killian: Anna…
Anna: Bueno, como mi novio está un poco nervioso, les voy a decir yo- Volvió a mirar a todos- Killian y yo, ¡Nos vamos a casar! – Exclamó.
Regina llegó a la estación sin saludar a nadie, entró al comedor a toda prisa sin mirar quien estaba, August que tenía la visita de Tiana y el pequeño August, le pidió a la mujer que esperara y fue a donde estaba Mills sacando un agua del refrigerador.
August: ¿Y tú? – Se puso las manos en las caderas.
Regina: ¿Yo qué? – Lo miró con aburrimiento.
August: ¿Cuánto tiempo más vas a jugar a que no pasó nada?
Regina: ¿Qué carajos te pasa? – Empezaba a perderla paciencia con el entrometido bombero.
August: Me pasa que quiero saber la verdad, eso- Neal que iba llegando se detuvo para escuchar.
Regina: Pues entonces pregúntame, no tengo nada que ocultar- August se rio sin humor- Y si fue por lo que pasó el otro día con la policía…
August: Sí, ¡Claro que fue por eso, idiota! – Levantó la voz llamando la atención- Y por todo lo demás, ¿Te cambaste el nombre? ¿Quién chingados eres? Porque en este cuartel estamos hasta la madre de engaños- Manoteó- ¿Quieres hablar? Vas, adelante- Pero en realidad no le daba oportunidad- Sospechosa de asesinato- Se cruzó de brazos- ¿Tuviste algo que ver con la muerte del comandante Hopper?
Regina: Por supuesto que no, yo no soy una asesina.
August: Pues entonces compruébalo, porque aquí ya nadie confía en ti, ¡Ni siquiera sabemos tu puto nombre!
Bette: Déjala tranquila- Apareció y exigió con la mandíbula apretada.
August: Con todo respeto, no entiendo como pretendes que la dejemos tranquila si vino la policía a decir que es sospechosa de asesinato, es una delincuente.
Bette: ¡Dije que la dejes tranquila! – Ladró.
August: ¿Por qué la defiendes tanto? – Preguntó mirando a su jefa que a su vez miró a Regina- ¿Por qué la defiendes, comandante? – Bette lo miró.
Bette: Porque Regina es mi hija- Todos abrieron mucho los ojos mientras Regina miraba impasible a su alrededor.
Elsa: ¿Dónde te he visto? – Se preguntaba mirando la imagen de David Swan en el monitor- A ver, ¿Dónde está? – Comenzó a buscar en los papeles de su escritorio- Aquí- Tomó el retrato hablado que había descrito Regina sobre el hombre que la secuestró y le disparó, y levantó a la altura de la imagen en el monitor- James- Abrió mucho los ojos- James y David.
Continuará…
Chapter 24: Soy una mierda
Chapter Text
David entró a la habitación de la bebé y la encontró en el tapete de colores chupando un juguete.
David: Ay, Emma, ven para acá, chamaca traviesa- La recogió- Eso, mi amor- Se sentó en el sofá con la pequeña rubia en sus brazos- Mira, sí nos parecemos- La cara de la bebé se arrugó con disgusto- Sí, hasta parece que tenemos la misma sangre.
Hombre: Señor, aquí están los papeles de la niña- Se acercó y se los tendió recibiendo a cambio un sobre con dinero.
Dentro de su coche, David le dio unos dulces a una Emma de aproximadamente 7 años.
David: Son tus favoritos.
Emma: Gracias- Dijo no muy animada.
David: ¿Qué te pasa, hija?
Emma: ¿Por qué no tengo mamá? – Preguntó con tristeza.
David: Bueno, eso ya te lo he explicado varias veces, no seas necia.
Emma: Quiero saber- Insistió.
David: Se fue al cielo, ¿Qué más quieres saber?
Emma: ¿Cómo era?
David: Así como tú- Le sonrió y le hizo coquillas- Preguntona, que no se sabía quedar callada- La pequeña rubia reía- ¿Ves? Así está mejor.
Una Emma de trece años estaba sentada en la cama viendo fotos de ella y su papá.
David: ¿Quién chingados te dio permiso de estar husmeando en mis cosas? – Preguntó sobresaltando a la adolescente.
Emma: Estaba buscando una pastilla para el dolor de cabeza- Se levantó y dejó la caja donde pertenecía.
David: ¿Ah, sí? – La tomó del brazo con fuerza- Te voy a dar una verdadera razón para que te duela la cabeza- La empujó sobre la cama con violencia y levantó una mano.
Emma: ¡No, papá! – Se tapó la cara.
David: Perdóname, perdóname- Bajó la mano y la puso sobre la cabeza de la adolescente- Es que te vi tan entrometida como…
Emma: ¿Cómo quién? ¿Mi mamá? – Su padre hizo una mueca de desagrado- Quiero saber, merezco saber su historia, papá.
David: La historia es que tu mamá se murió, eso es todo lo que necesitas saber.
Emma: ¿Estás seguro que eso es todo lo que tengo que saber? – Preguntó desafiante y David la fulminó con la mirada- Perdón, papá- Agachó la cabeza.
David: Así está mejor- Le dio unas palmaditas en la espalda.
🦢👑
Elsa: Sí- Se levantó de la silla con el retrato hablado- Sí puede ser él- Caminó hacia la salida y se encontró cara a cara con otra rubia- Emma.
Emma: ¿Me das un minuto? – Preguntó sin mostrar emoción.
Elsa: Estoy en medio de algo muy importante- Respondió de la misma manera.
Emma: No te preocupes, no te voy a quitar mucho tiempo- La miró a los ojos y Arendelle le hizo una seña para que entrara.
Elsa: ¿Viniste a hablarme de él? – Preguntó al ver la mirada de Swan en la foto de David que estaba en la pizarra junto con las de Bette y Regina.
Emma: ¿Por qué lo tienes ahí?
Elsa: Rutina- Se encogió de hombros- Te escucho.
Emma: ¿Qué está pasando con mi papá?
Elsa: ¿De eso viniste a hablarme? ¿De tu papá?
Emma: ¿Por qué estás investigando a mi papá? – Preguntó molesta.
Elsa: No sé, Emma, dime tú- Alzó una ceja- ¿Es buena idea seguir investigando a David? – Preguntó con una sonrisa burlona, quería provocarla- ¿Puedo encontrarme con algo divertido por ahí? – Emma tragó saliva y apretó la mandíbula para controlar su lengua o se delataría.
Neal: ¿Y por qué carajo no nos habían dicho nada? – Cuestionó a madre e hija.
August: ¿Cuál es el problema con que sean madre e hija? No sé si sepan, pero todos los cuarteles están llenos de padres e hijos, ¿Por qué ocultarlo?
Bette: Es una larga historia.
Regina: No es tan larga en realidad- Presionó el hombreo de su madre que le sonrió con ternura- Y yo se las puedo contar con lujo de detalle- Exhaló- ¿Les suena el nombre Graham Mills?
Neal: ¿Mills? – Hizo memoria.
Regina: Sí, Graham Mills.
Neal: La otra vez vino un joven con ese nombre a pedir información, pero ¿Eso que tiene que ver?
August: A ver, espérate, ¿Mills? – Regina asintió.
Regina: Graham era mi hermano, mi mellizo.
August: ¿Nos pueden explicar qué chingados se traen ustedes dos? – Señaló a madre e hija.
Bette: Estamos tratando de reconstruir una familia- Eso era lo que ella quería, pero su hija era demasiado reticente, lo cual era comprendía dada su historia y le tendría toda la paciencia del mundo.
Regina: La familia que nos quitaron a mí y a mi hermano- Se le quebró la voz- Y por eso crecimos en un orfanato.
August: ¿Por qué en un orfanato? – Miró a Bette- No se supone…
Bette: ¿Alguna vez han escuchado hablar de la carnicera de Boston?
Neal: ¿La asesina? – Frunció el ceño.
Regina: Sí, esa misma- Exhaló- Que en realidad es un asesino, bueno, pues ese cabrón se encargó de jodernos la vida, él fue quien mató a mi hermano y muy probablemente fue quién mató a su ex jefe, a Archie, junto con el periodista que estaba investigando el caso, Robert Gold.
August: No te estoy entendiendo, ¿Qué tiene que ver la carnicera o carnicero de Boston con que tú hayas crecido en un orfanato? Se supone que Bette es tu mamá, ¿Qué no? ¿Por qué tu hermano y tú no crecieron con ella?
Bette: A mí me acusaron de ser la carnicera de Boston- Los bomberos la miraron con los ojos muy abiertos- Y me pasé 25 años en la cárcel por eso.
Emma: Te encanta eso, ¿No? – Preguntó con veneno a Elsa que la miraba desde su silla- ¿Lo disfrutas? Hacerte la buena, la mosquita muerta, la que nos rompes un plato y después chingarte a todos, ¿Verdad? – Ella realmente estaba enojada con la agente y no era por su papá, sino por haberse entrometido entre ella y Regina, pero no se lo haría saber.
Elsa: Yo solo te pregunté por tu papá- Levantó las manos como si todo hubiera sido un acto inocente.
Emma: Mi papá no tiene nada que ver aquí- Gruñó- Él es un buen hombre.
Elsa: ¿A qué se dedica?
Emma: Es agricultor, tiene un pequeño campo en Portland- Respondió sin dudarlo, porque eso era verdad.
Elsa: ¿Siempre vivió en Portland?
Emma: ¡No te voy a hablar de mi papá! – Elevó la voz y la agente asintió con una sonrisa burlona, sabía que estaba consiguiendo su cometido- Lo único que sí vine a decirte, es que puedes quedarte con Regina, es toda tuya- Arendelle frunció el ceño- No, no te hagas como que no entiendes de qué te estoy hablando, ella y yo no tenemos nada que ver, no podemos.
Elsa: ¿Por qué? – La miró con sospecha.
Emma: ¿No es obvio? – Se rio sin humor- Tú le gustas, ella te gusta, mira, no te funcionó con el hermano, pero a lo mejor te funciona con la hermana- Se encogió de hombros.
Elsa: ¿Qué pasó entre ustedes? – Preguntó con interés, después de todo, le gustaba Regina y empezaba a tener sentimientos profundos por ella.
Por la mente de la rubia se asomaron imágenes y conversaciones desde que vio a Regina con Elsa en el sofá, hasta su regreso a Portland a la casa de su padre, las dolorosas afirmaciones del hombre de que Regina nunca la elegiría.
Emma: No es de tu incumbencia- Gruñó.
Elsa: Emma, ¿Qué pasó entre tú y Regina? – Insistió.
Emma: Tú, tú pasaste- Escupió y salió con la sangre hirviendo.
Kristoff: ¿Qué pasó? – Entró después de ver a Swan salir como alma que lleva el diablo- ¿Estás bien?
Elsa: Muy bien- Sonrió.
La agente haría todo lo posible para atrapar a David, y aunque quisiera quedarse con Regina para ella, esperaba que Emma no estuviera involucrada en las actividades de su padre, porque eso le rompería el corazón a la morena.
Anna: Me tienes que enseñar a preparar los platillos favoritos de Killian- Le pidió a su suegra.
Jefferson observaba a poca distancia con su mamá a su lado, la dueña de la pensión sabía lo doloroso que era todo para su hijo.
Milah: Claro que sí, y también las manías que tiene, su ropa no se lava con cualquier jabón, porque es alérgico.
Anna: Es que mi Kill tiene piel de bebé- Suspiró.
Killian: Bueno, ya bájenle, ¿No? – Pidió incómodo con la situación.
Kristin: Disculpen, yo sé que estamos celebrando, pero, ¿No quieren sentarse? Y así les preparo algo de comer.
Brennan: No, no te molestes, yo propongo que nos vayamos a festejar a un restaurante, elijan el que quieran, yo invito- Habló orgulloso.
Milah: Sí, está perfecto, pero un momento, por favor, ya que estamos todos reunidos aquí, quiero que sean testigos de este momento- Sonrió y miró a sus consuegros y después centró sus ojos en Anna - Mi madre fue la mujer más feliz el día que Brennan y yo anunciamos que nos íbamos a casar, ese día se quitó el anillo que mi abuela le regaló- Se quitó el anillo del dedo anular- Para que me lo entregara y fuera muy feliz en mi matrimonio, y creo que así ha sido, porque después de 35 años, seguimos siendo una pareja muy feliz- Le sonrió a su esposo.
Killian: Mamá- Susurró apretando un puño mientras su pecho se apretaba.
Milah: Así que ese augurio- Lo ignoró- Quiero que lo tengas tú, Anna- Le entregó el anillo y la joven sonrió con ojos llorosos- Quiero que tengas este anillo para que seas muy feliz, tengas amor eterno y mucha suerte en tu matrimonio.
Kristin: ¿Estás bien? – Le susurró a Killian que respiraba con dificultad.
Killian: No puedo- Se sentó en un sofá para no desvanecerse en el piso.
Jefferson: Killian, ¿Estás bien? – Se acercó de inmediato.
Anna: Es mi novio, yo me encargo- Lo alejó de su ahora prometido- Mi amor, ¿Puedes respirar? ¿Qué tienes, amor? – No hubo respuesta.
Milah: Cariño, tranquilo- Lo tomó de la mano de su hijo, pero el bombero no respondía.
Kristin: Hay que llamar a una ambulancia.
Regina: Hasta yo creí que Bette era una asesina- Miró a su madre- Pero no lo es- Dijo con convicción haciendo sonreír a la mayor- Estuvo 25 años en la cárcel por un crimen que cometió alguien que sigue libre, ¿Saben lo que se siente eso? ¿Saben lo que se siente que te arrebaten a tu familia?
August: Mucho más de lo que tú crees- Respondió distraídamente.
Regina: Llegué a esta estación buscando pistas sobre el asesinato de mi hermano, jamás me imaginé que me iba a encontrar a…
Bette: A una madre.
Regina: Perdónenme- Pidió a sus compañeros- Asuntos de mi vida privada y de mi familia me trajeron hasta acá, y por obvias razones no les podía contar nada, pero, aun así, perdón- Dijo sinceramente y los bomberos lo notaron.
August: Perdóname tú por haber desconfiado de ti sin saber la verdad.
Regina: No tienes por qué disculparte, yo hice lo mismo con todos ustedes, pero si he aprendido algo en esta estación es que la confianza se gana, y bueno, ustedes tampoco tenían manera de saber mi vida, pero bueno, después de que me estuviste jodiendo todo este tiempo- Se rieron- Creo que era momento de contarles.
August: ¿Qué dices? – Le tendió la mano- ¿Regina?
Regina: Sí, Regina Mills- Estrechó la mano ofrecida- Ese es mi nombre- Se sintió tan bien poder decirlo.
Bette: Cassidy, ¿Tienes algo que decir? – Antes de que el segundo al mando respondiera, sonó la alarma- Se acabó la plática señores, 40 segundos para estar en el camión- De inmediato los bomberos se movieron.
Zelena: Pero, ¿No has tenido tu periodo? – La fotógrafa negó con la cabeza.
Ruby: Es que mi periodo es tan irregular que nunca sé.
Zelena: ¿Y te has estado cuidando con Robin? – Ruby exhaló- Bueno, no importa, para eso compré esto- Señaló las pruebas de embarazo sobre la mesa- Así saldremos de dudas.
Ruby: ¿Dos?
Zelena: Es mejor- La fotógrafa resopló.
Ariel: ¿Mamá? – Sus ojos se abrieron como platos cuando se dio la vuelta para salir de la cocina y la vio en la puerta.
Úrsula: Tienes muchas cosas que explicarme, Ariel- Se acercó- Lo sé todo- Se recargó en la encimera- ¿Qué pensabas? ¿Qué no me iba a dar cuenta de los videos? Yo también uso redes sociales, y sé perfectamente lo que les contaste a miles de desconocidos, lo único que quiero que me expliques es, ¿Por qué no me lo dijiste a mí? ¿Por qué no confías en mí? – Sus ojos se llenaron de agua- Soy tu mamá, ¿Por qué no me dijiste que tienes cáncer?
Ariel: ¿Quieres que te diga lo que te gustaría escuchar o prefieres la verdad?
Úrsula: La verdad- Respondió sin dudarlo- Dime de una vez por todas la verdad.
Ariel: No te lo dije porque nunca te he importado- Su voz se quebró- Porque siempre estás pendiente solo de ti.
Úrsula: Eres muy injusta conmigo.
Ariel: ¿Ves? Lo estás haciendo de nuevo- Reprochó y salió de la cocina.
Úrsula: Ariel- La siguió a su habitación- Hija.
Ariel: Nunca te he importado, siempre has sido primero tú, segundo tú, tercero tú, siempre tú, nunca nadie más, nunca yo- Se señaló y sus hombros temblaron.
Úrsula: Pues lo que sea, pero te vas a venir conmigo, no te puedes quedar aquí en la pensión, necesitas que yo te cuide.
Ariel: No, aquí tengo una familia.
Úrsula: Tu familia soy yo.
Ariel: Puede ser, pero aquí está la familia que yo elegí- Las lágrimas comenzaron a desbordarse- Lo siento mamá, llegaste tarde- La mujer se tragó las lágrimas y salió.
Ariel: Perdón mamá, yo no quería que esto- Se dejó caer en la cama.
Belle: Hey- Se sentó a su lado y la abrazó- Llora, mi vida.
Ariel: ¿Escuchaste?
Belle: Sí, lo siento, pero quería estar cerca por si me necesitabas, no quise…
Ariel: Gracias- Comenzó a llorar.
Belle: Desahógate, mi hermosa- La acurrucó más en sus brazos y le susurró palabras dulces.
Milah: Un médico, necesitamos un médico- Gritó cuando entraron al hospital con Killian en una silla de ruedas.
Jefferson: Por favor, ayúdenlo- Pidió cuando vio a una doctora y un enfermero.
Doctora: A ver- Se acercó al bombero- ¿Tienes dificultad para respirar?
Killian: Siento como si el corazón se me fuera a salir- Respondió con dificultad.
Milah: Se está mareando, se está mareando.
Killian: ¿Me dejas hablar? – Su madre asintió frenéticamente- Es un ataque de pánico.
Doctora: Vamos a examinarte enseguida, puede acompañarlo solo una persona- Se dirigió a todos.
Anna: Iré yo, soy su prometida- Avanzaron unos metros donde estaba una cama de emergencia.
Doctora: A ver, necesito que me ayudes a pararte para subirte a la cama- Jones lo hizo con algo de dificultad- Intenta controlar la respiración, por favor.
August: ¿Qué opinas de esta? – Señaló en la pantalla de su celular.
Belle: Es una chamarra de un niño de dos años, no para un bebé, ¿En serio, August? – Rodó los ojos.
August: Es un uniformito de bombero, quiero que el pequeño August se vista de bombero desde pequeño- Belle se rio- No te burles, voy a ser su padrino y tengo que velar por sus intereses.
Belle: Sí, sí, claro.
August: Pues sí, es cierto, de hecho, estoy pensando que le voy a abrir una cuenta de ahorros.
Belle: Ese es un gran compromiso, ¿No? Con un niño que…
August: ¿Con un niño que yo traje al mundo? Sí, Belle, ese bebé abrió los ojos y lo primero que vio fue a mí.
Belle: Sí, pensándolo bien es una buena idea, va a necesitar ese dinero para la terapia- Se burló.
August: Que chistosa, ja, ja- Rodó los ojos y después se puso serio- Le salvé la vida y lo quiero cuidar- Se sentó en unos de los sofás.
Belle: Apuesto a que él te salvó la vida a ti también, ¿No? – Preguntó con una sonrisa empática- Digo, no pudiste evitar que tu hermanito muriera, pero le pusiste salvar la vida a tu ahijado, tal vez ahí se sane esa herida, ¿No? – Lo último lo dijo con cautela, sabía lo delicado y doloroso que era ese tema para su amigo.
August: Tal vez tengas razón- Le sonrió melancólicamente, pero esperaba que su amiga tuviera voz de profeta.
Belle: Hazte para allá- Lo empujó por el hombro y se sentó a su lado- Yo lo veo de esta manera, alguien te puso ahí en ese lugar, en ese momento para que llegaras a la vida de ese bebé- Booth asintió- Y a la de su mamá, porque no me vas a decir que nada está pasando con Tiana- Sonrió divertida.
August: Algo hay de eso- Se sonrojó un poco- A ver, ya basta de mí, mejor cuéntame ¿Como van las cosas entre tú y Ariel? – Movió las cejas cómicamente.
Belle: Mi pelirroja- Suspiró y sonrió tontamente.
August: Lo tienes mal, eh- Chocó su hombro con el de Belle.
Belle: Estoy completamente enamorada de ella y soy correspondida, solo falta que mi novia se cure del cáncer y que mi mamá salga de prisión para ser totalmente feliz.
August: Y lo serás, porque te lo mereces.
Portland.
David silbaba alegremente mientras acomodaba unas cajas en la cajuela de su camioneta, regresó a la casa por un galón de gasolina y su arma.
Se subió a la camioneta y se dirigió a su destino mientras Elsa lo seguía.
David estacionó en una propiedad abandonada, silbando sacó de la cajuela una de las cajas y entró, Elsa se bajó del coche, desenfundó su arma y lo siguió sigilosamente.
El hombre puso la caja encima de otro montón que ya había y después fue por la otra sin dejar de silbar.
Elsa regresó a su coche y sacó su cuaderno de notas, sacó la hoja con el nombre de David Swan Diccarey y comenzó a tachar letras y a escribir en su cuaderno.
Bette: Regina, ¿Me acompañas? – Le preguntó a la joven morena que se estaba amarrando las agujetas de sus botas.
Regina: Claro- Caminaron por los pasillos hacia la salida.
Bette: Siento haberte expuesto de esta manera, Ginny- La joven Mills dejó de respirar por unos momentos ante el apodo cariñoso- Pero decirles toda la verdad era la única manera de salvarte.
Regina: En realidad ya no sé lo que es verdad y lo que es mentira- Exhaló.
Bette: Cariño, sabes lo que tienes que saber, que me metí a este cuartel por mi familia, y que nunca, nunca en mi vida he matado a nadie.
Regina: Yo también estoy aquí por mi familia- Hubo unos instantes de silencio- Primero pensé que tú eras la culpable, después me creí esta historia de que eran varios, y ahora, mi padrino James.
Bette: No te culpo, el cabrón que está detrás de todos esto tiene todo planeado perfectamente.
Regina: Hasta la parte en la que te jodió la vida- Se detuvieron donde estaban los camiones.
Bette: Sí, perdí a mi esposa, a mi hermana- Respiró profundamente- A mis hijos, me lo quitaron todo en ese momento.
Regina: Yo también lo perdí todo.
Bette: Pero ahora me tienes a mí- La miró a los ojos con ternura- Y tienes a este cuartel que es tu otra familia, porque eso somos en esta institución.
Regina: ¿Y Emma?
Bette: ¿Qué pasa con ella?
Regina: Eso, quiero saber qué pasa con ella.
Bette: Fueron 25 años de soledad y tristeza, podrían haber sido los mejores 25 años de mi vida con Cora y con ustedes, pero eso no fue posible, y yo sé que debería comportarme como una mujer de mi edad, pero carajo, parezco un joven de tu edad, de la edad de mi hija.
Regina: Entonces, ¿Qué me estás diciendo? ¿Te gusta Emma? – Rechinó los dientes.
Bette: No como estás pensando, Regina, Emma te ama y esa es suficiente razón para que yo la aprecie.
Regina: Ella me dejó.
Bette: Bueno, fuiste una idiota, cariño.
Regina: Lo sé- Suspiró profundamente.
Bette: Estoy segura que lo resolverán, por lo pronto, te aconsejo que te alejes de Elsa- La joven Mills asintió- Ya tienes suficientes problemas.
Regina: Sí, tú también.
Bette: Por favor, Regina, vamos a tener que ayudarnos mutuamente, aprender a comunicarnos mejor.
Regina: Sí, supongo, pero yo nunca…
Bette: Nunca has tenido una madre, pero ahora me tienes, Ginny- Puso una mano en el hombro de la joven Mills- Y estoy aquí para ti.
Regina: Bien, a pesar de todo, yo también estoy aquí para ti- Porter sonrió con los ojos llorosos de emoción.
Bette: ¿Puedo abrazarte? – Preguntó con cautela y la morena asintió- Te amo mi pequeña morena- Dijo cuando la tuvo en sus brazos, en los últimos veinticinco años, nunca había sido tan feliz como en ese momento.
Anna: La doctora dijo que situaciones muy intensas pueden provocar estas crisis de pánico- Le decía a Killian que estaba acostado en una cama de la sala de urgencias del hospital- A lo mejor debí decirte lo de hoy, pero, quería que fuera sorpresa y no lo pensé.
Killian: Anna, tenemos que hablar, yo…
Anna: ¡Sin hablar! – Se secó una lágrima- La doctora dijo que tienes que estar tranquilito para poder ir a casa.
Killian: Por favor…
Anna: No ahora, amor, lo importante ahora es tu salud- Besó su frente- Voy a ir a ver cómo están tus papás- Se levantó y Jones la tomó de la mano- Descansa mi amor- Se fue antes de que su prometido le dijera lo que sabía que diría.
Milah: ¿Cómo está? – Se levantó de inmediato de la silla.
Anna: Killian tenía razón, fue un ataque de pánico, ya está descansando.
Milah: Si por anunciar su compromiso se puso así, ¿Qué va a pasar el día de la boda? – Preguntó preocupada.
Kristin: Entonces, gracias a Dios su corazón está bien- Sonrió aliviada.
Anna: Sí, intacto y con dueña- Dijo mirando a Jefferson.
Kristin: Mi amor- Le susurró s su hijo- Killian está bien, ya vámonos.
Jefferson: Me gustaría quedarme un ratito más- Susurró de vuelta.
Kristin: ¿Y seguirte torturando?
Brennan: ¿Y el delicadito se va a quedar o qué? – Preguntó en voz baja, pero lo escucharon.
Kristin: Mi hijo no es ningún delicadito- Le siseó- Es gay- Tomó a Jefferson de la mano y lo sacó de ahí.
Bette entró a su oficina y encontró a Emma llorando con el rostro entre sus manos.
Bette: Emma, ¿Qué haces aquí?
Emma: Bette, te necesito- Se levantó y se secó algunas lágrimas, pero salían más- Necesito que me abraces- Se lanzó a sus brazos y la morena, aunque desconcertada, no la rechazó.
Bette: Tranquila, Emma, podemos hablar, pero yo creo que antes deberías de…
Emma: Necesito a alguien- Se separó del abrazo- A quien le importe de verdad.
Bette: Emma, hay mucha gente que te quiere, mi hija…
Emma: No, no, ni siquiera mi familia.
Bette: Claro que sí, Emma, tienes a tu papá, a la institución y a mi…
Emma: No, no, siento que a nadie le importo, a nadie le importa todo el esfuerzo que hago y todo el cariño que doy- Se sentó en el sofá.
Bette: Cariño, no digas eso- Se sentó a su lado.
Emma: Bette- Tragó saliva- Soy una mierda.
Bette: No digas eso, Emma, aquí todos te valoramos.
Emma: Soy una mierda- Repitió y sollozó.
Bette: Mira, yo me atrevería a decir que eres la mejor de todo el equipo- La rubia sonrió entre lágrimas, sabía que era buena en su trabajo- El otro día en la emergencia del edificio, lo que hiciste- No pudo terminar porque Emma unió sus labios con los suyos- Emma- Se separó y se puso de pie- Esto está mal, por favor sal de aquí- Abrió la puerta.
Emma: Perdón- Salió.
Ruby: ¿Ya? – Preguntó caminando ansiosamente en círculos mientras Zelena sostenía la prueba.
Zelena: No.
Ruby: Es una pinche rayita, ¿Cómo se puede tardar tanto? – Resopló- ¿Si sale positivo hay que repetirlo? – Se rascó la nuca.
Zelena: No, solo si es negativo, si sale positivo es casi imposible que sea un error- Exhaló y Ruby se sentó a su lado en la cama.
Ruby: ¿Ya?
Zelena: No- Pasaron unos segundos y continuaba mirando la prueba fijamente.
Ruby: Por favor, dime que hay que repetirlo.
Zelena: Es positivo- Miró a la fotógrafa que se rio nerviosamente.
Ruby: No, no, no- Se pasó las manos por el cabello.
Zelena: Tranquila, no estás sola- Le alisó la espalda.
Ruby: No le digas nada a Robin, ¿Ok?
Zelena: Pero somos una familia- La fotógrafa la miró con ojos llorosos- Ok, tú vas a decidir cuando quieres decirlo.
Ruby: O si quiero tenerlo, Zee, no estoy segura, no sé qué hacer- La pelirroja la jaló a sus brazos.
Erick: Hola- Saludó al entrar a la sala y ver a Ariel.
Ariel: ¿Y tú? – Señaló la maleta.
Erick: Kristin aceptó que me quede un par de semanas, así que te puedo echar una mano si tienes algún problema con lo de tu quimio.
Ariel: Gracias, es muy amable de tu parte.
Erick: ¿Estás bien? – Preguntó al ver sus ojos llorosos.
Ariel: Estoy donde quiero estar, con la gente que me quiere y que me cuida, así que sí, estoy bien.
Belle: Me alegra escuchar eso- Se acercó y la abrazó por detrás haciéndola sonreír- Te extrañé- Besó su hombro.
Ariel: Y yo a ti- Se giró en sus brazos y besó sus labios.
La escena estaba incomodando un poco al chico que había sentido atracción por Ariel, así que agradeció cuando llegaron Kristin y Jefferson.
Kristin: Mis niñas- Besó los rostros de la pareja- Erick será nuestro nuevo pensionista- Dijo sin entusiasmo.
Jefferson: Bienvenido- Le ofreció la mano a su hermano.
Erick: Quiero darte las gracias por aceptarme en tu casa- Dijo tímidamente a Bauer.
Kristin: Dale las gracias a Dios, cielito, a mí, con que se cumplan las reglas de este hogar me basta- Se cruzó de brazos- ¿Y cuáles son esas reglas? – Ariel y Belle se miraron- No aplica para ustedes- Las señaló y sonrieron- No entran novios o novias según sea el caso, a las habitaciones, y si eso se incumple, se debe dejar la puerta abierta- Vio al joven que asintió- No se puede andar en paños menores en las áreas comunes- Otro asentimiento- El desayuno es a las ocho, la cena es a las nueve y aquí cada quien lava sus trastes.
Erick: Copiado y entendido- Sonrió.
Ariel: Oye, Jeff, ¿Ya le platicaste a Erick de la fiesta d ellos bomberos?
Belle: Será muy divertido- Abrazó a su novia de lado.
Erick: A mí me encantan las fiestas, es más…
Jefferson: Miren, ahora no tengo cabeza para bomberos y menos para una fiesta pichurrienta- Escupió.
Belle: Hey- Se acercó a su amigo- ¿Qué pasó?
Jefferson: Pasó que me cansé de humillaciones y desplantes, no quería llegar a esto, pero no me están dando otra opción.
Kristin: A ver, cariño, no hables así porque a mí me da miedo.
Erick: ¿Te puedo ayudar en algo?
Jefferson: Que arda Troya y se queme todo lo que se tenga que quemas, porque no hay bombero capaz de sofocar el incendio que Jefferson es capaz de provocar, y me salió verso sin mayor esfuerzo- Se rio sin humor y se fue a su habitación.
Belle: Amor…
Ariel: Ve, te necesita- Le sonrió.
Portland.
Elsa tomó su celular con manos temblorosas y le marcó a su compañero del trabajo.
En conexión…
Elsa: Kristoff, necesito que mandes refuerzos a la dirección que te voy a enviar.
Kristoff: Ok, ¿De qué se trata?
Elsa: Lo tenemos, tenemos al carnicero de Boston.
Fin de la conexión.
De inmediato le mandó la ubicación, sacó una linterna de la guantera y regresó a la propiedad.
Kristin: ¿Se puede? – Preguntó desde el marco de la puerta de la habitación que pertenecería a Erick.
Erick: Sí, claro.
Kristin: Te traje una cobija extra, por si eres friolento- La puso sobre la cama.
Erick: Muchas gracias.
Kristin: ¿Cómo era ella? – Preguntó después de unos segundos de silencio.
Erick: ¿Perdón?
Kristin: Tu mamá, creo que tengo derecho de saber si era mejor que yo.
Emma salió al patio donde estaban los camiones y vio a Regina en el techo de uno, ese en el que estuvieron a punto de hacer el amor una vez, si Jones no las hubiera atrapado.
La morena estaba pensativa, con el rostro serio y el labio inferior entre los dientes perfectos, la rubia la anhelaba, pero recordó las palabras de su padre.
“Tú me vas a ayudar a que yo pueda cumplir mi promesa, tú me vas a ayudar a deshacerme de Regina”.
Por un momento, pensó en ir a hablar con la mujer que tanto amaba, tal vez podían resolverlo, tal vez Elsa no era importante para la morena, tal vez Regina la amaba a ella y nunca realmente había estado con otra después de estar con ella, tal vez la morena la perdonaría y la elegiría una vez que supiera de quien es hija y toda la verdad.
Esos tal vez sumados a las inseguridades que su padre había implantado en su cabeza la hicieron darse la vuelta e irse, ella haría lo que tenía que hacer.
David continuó silbando mientras se dirigía nuevamente a su camioneta, Elsa aprovechó para entrar por una puerta lateral con el arma en una mano y la linterna en la otra, vio en la pared varias hojas pegadas, la de arriba era una imagen impresa de Bette Porter, hacia abajo, las fotos de las muchas mujeres que fueron asesinadas por el carnicero de Boston, en otra pared había más, y pilas de cajas por todas partes, sus ojos se enfocaron en un collage de fotos en las que estaban una joven Cora, así como Regina y Graham en edades adultas.
Cuando se giró, sintió que se le helaba la sangre.
David: Bu- Se rio sádicamente.
Continuará…
Chapter 25: Una noche inolvidable
Chapter Text
Elsa de inmediato le apuntó a David con su arma, pero él aprovechó su aturdimiento y de un golpe hizo que se le cayera, entraron en una pelea que se detuvo cuando el hombre tomó el arma y le apuntó a la rubia.
Elsa: El carnicero de Boston- Tragó saliva.
David: A tus órdenes- Sonrió- Me podría divertir contigo un par de horas- La miró lascivamente y después miró su reloj de pulsera- Lástima que tengo prisa- Le disparó en el pecho y la rubia se deslizó por la pared- Rubia entrometida, me recuerdas a mi hija- Se inclinó a su lado- Espero que ella sea más inteligente que tú- Eso fue lo último que escuchó la agente antes de que la vida abandonara su cuerpo.
David tomó el galón de gasolina y vertió el líquido por todo el auto de Elsa, encendió un cigarrillo y arrojó el encendedor sobre el vehículo haciéndolo arder.
Cuando Kristoff llegó con refuerzos y vio el auto todavía en llamas, de inmediato se acercó y la esperanza de que su colega estuviera bien creció al no encontrar rastros de un cuerpo calcinado.
Emma estaba recargada en uno de los camiones de bomberos, pero su mente estaba muy lejos de ahí.
Regina: ¿Es cierto lo que dijo August? – Se acercó sacando a la rubia de sus pensamientos.
Emma: ¿Qué dijo? – No mostró emoción, aunque sabía a lo que se refería.
Regina: No finjas que no sabes, Emma- Sus ojos estaban llorosos- Lo que dijo en el edificio del incendio, que te había visto muy…
Emma: ¿Muy qué? – Ni siquiera la miró.
Regina: Que tienes algo con Bette, ¿Es cierto?
Emma: ¿Me lo estás preguntando tú? – Preguntó con ironía y por fin la miró también con ojos llorosos- Que pinches agallas tienes al preguntarme eso después de que te vi besándote con Elsa y si no hubiera llegado, te la habrías cogido en ese maldito sofá- Ladró.
Regina: Eso me vale madres- Omitió decir que no habría llegado a eso, porque la única mujer con la que quería estar era ella- Respóndeme, ¿Tienes algo con Bette o no?
Emma: ¿Estás celosa de tu mamá? – Alzó una ceja de manera burlona.
Regina: No, no estoy celosa de mi mamá- Mintió- Simplemente creo que merezco…
Emma: ¿Sabes qué? ¡Me cansé! – La encaró- ¡Me cansé de ti! – La morena dio un paso atrás como si la hubieran abofeteado- Me cansé, Regina, de cuidarte, de protegerte, ¡De pasarme todo el pinche día angustiada por ti!
Regina: ¿De qué carajos me estás hablando? No entiendo nada de…
Emma: Pero, ¿Qué vas a entender? ¿Qué vas a entender si no sabes nada? – Escupió- Tú crees que eres la única víctima de todo, tú no sabes todo lo que yo he tenido que pasar por ti- Hundió su dedo índice en el pecho de la morena- ¿Y sabes qué? – Exhaló- Si hay algo entre Bette y yo, ese es el menor de tus problemas, aléjate de mí, yo sé por qué te lo digo- Se giró para irse.
Regina: Emma- La tomó del brazo.
Emma: ¡No me toques! – Gruñó y se zafó.
Regina la vio alejarse con lágrimas en los ojos, la amaba, pero al parecer, Emma ya no sentía lo mismo, o al menos, la rubia no estaba dispuesta a intentar arreglar las cosas para continuar con su relación.
Erick: ¿Qué te gustaría saber de mi mamá? – Le preguntó a Bauer.
Kristin: No sé- Exhaló- Todo lo que tú me quieras contar.
Erick: Mi mamá era una mujer muy cariñosa, muy buena madre- Sonrió con nostalgia- Preocupada de que todos estuviéramos bien.
Kristin: Y, ¿Lo amaba?
Erick: ¿A mi papá? – La rubia asintió- Bastante, tanto como para aceptar no ser la elegida.
Kristin: ¿Y él también la quería a ella? – Se sentó en el sofá.
Erick: A su manera, supongo- Se sentó a su lado- Mi papá siempre le dijo a mi mamá que nunca iba a dejar a su familia, que tú eras su esposa y eso no iba a cambiar- Dijo mirándola a los ojos- Y mi mamá dijo que así era mejor, pero yo sé que siempre guardó la esperanza de que la eligiera a ella- Bauer dejó escapar un par de lágrimas- De que un día mi papá llegara a casa y nunca se fuera, mi mamá siempre me dijo que no nos hacía falta nadie, que los dos éramos una familia y eso era suficiente- Las lágrimas de Bauer se multiplicaron- Pero muchas veces la escuché llorar encerrada en su habitación, ella sabía que nunca iba a pasar una navidad con él, que nunca iríamos los tres juntos de vacaciones, pero lo que nos tocó era lo que yo conocía- Sus ojos estaban llenos de lágrimas sin derramar- Y para mí era normal, pero ella tenía el corazón destrozado, yo a veces pienso que se murió de pura tristeza.
Kristin: Ese hombre no merecía que tu mamá y yo lo amaramos tanto.
Erick: Tal vez no- Suspiró profundamente- Pero así son las vueltas de la vida- La rubia asintió- Quizá todo eso pasó para que nosotros nos encontráramos, y para que yo volviera a sentir lo que es tener una familia- La rubia lo abrazó.
Kristin: Tú no tienes la culpa de nada, lamento haberte tratado como lo hice- Dijo sinceramente.
Erick: No lo lamentes, tu reacción fue comprensible- Sonrió entre lágrimas, más de felicidad en ese momento, porque sabía esa mujer y Jefferson se convertirían en su familia.
Kristin: ¿Yo a los bailes? – Se rio mientras caminaba con Bette por el jardín de la pensión- No, solo me he encargado de la comida, ¿Bailar? No, hace mucho tiempo que no bailo.
Bette: Bueno, pues entonces- Tomó su mano y la hizo girar- Ahora es momento de ponerse al día, tampoco he bailado en muchos años- Sonrió.
Kristin: ¿Me estás invitando? – Preguntó con una amplia sonrisa y como respuesta, la morena le ofreció el brazo- Bien.
Dentro de la habitación de Ariel, Belle invitó oficialmente a la pelirroja al baile, aunque era un hecho que irían juntas, Belle quería hacerlo de manera romántica y tradicional, así que le entregó un ramo de rosas e hizo la solicitud, que por supuesto, Ariel aceptó encantada.
Ariel: Te amo, Belle- Dijo mirándola a los ojos.
Belle: Y yo a ti, mi hermosa- Tomó los labios de su novia en un tierno beso.
Killian: Te quedó todo muy bonito- Le dijo tímidamente a Jefferson que estaba acomodando el último centro de mesa.
Jefferson: Sí- Se sentó sobre la tarima- ¿Cómo estás?
Killian: Bien, la doctora me recetó medicamento por si me vuelve a dar una crisis.
Jefferson: Que bueno- Hubo un momento de silencio- ¿Me quieres decir algo?
Killian: Todo se complicó.
Jefferson: ¿Se complicó o tú dejaste que se complicara? – Se bajó de la tarima y se alejó.
Killian: Solo estoy intentando hacer las cosas bien- Lo siguió.
Jefferson: Pues échale un poquito más de ganas- Se giró a mirarlo- Porque la verdad, lo estás haciendo de la chingada.
Killian: Dame tiempo para poder solucionar las cosas con Anna.
Jefferson: ¿Cuánto tiempo, Killian? ¿Después de la luna de miel? ¿O cuándo nazca su primer hijo? ¿Cuándo?
Killian: Jeff, no seas injusto, tú has estado conmigo, has visto que las cosas no han sido fáciles.
Jefferson: Y también lo que he visto es a un hombre que no tiene la fuerza de hablar con su novia y poner a sus papás en su lugar- El bombero tragó saliva- Lo que tú y yo sentimos merece respeto, Killian, ¡Yo merezco respeto! – Jones asintió- Así que decídete, porque no voy a permitir que sigas jugando conmigo.
Regina había terminado su turno en el cuartel, tomó sus cosas y le marcó a Elsa, exhaló pesadamente cuando volvió a mandarla a buzón, decidió que la buscaría en su trabajo y antes de salir del área de casilleros se encontró con su mamá.
Bette: Regina, me gustaría que habláramos.
Regina: Ahora no- Se fue a toda prisa.
Bette quería decirle lo que pasó con Emma, no quería seguirle ocultando esas cosas a su hija, para ella lo más importante era Regina y su confianza, así que, aunque apreciaba a la rubia, su pequeña morena estaba antes que todos.
Regina: Kristoff- Se acercó al agente en la comandancia- ¿Dónde está Elsa? Necesito hablar con ella.
Kristoff: Continúen con las pesquisas y me avisan cualquier avance- Les ordenó a sus subordinaron que de inmediato obedecieron- Hija de puta- Tomó a la morena del brazo con fuerza.
Regina: ¿Qué te pasa? – Se zafó.
Kristoff: ¿Dónde está Elsa?
Regina: No sé, por eso la vine a buscar aquí, la estoy llamando desde anoche y no me contesta o me envía a buzón, no me digas que está desaparecida- Sus ojos se abrieron de miedo.
Kristoff: ¿Cuándo fue la última vez que hablaste con ella?
Regina: A ver- Se pasó las manos por el pelo- Yo solo vine porque me imaginé que iba a estar aquí, no tengo idea de donde pueda estar, y la verdad, no me acuerdo cuando fue la última vez que la vi.
Kristoff: Si sabes algo de ella, házmelo saber de inmediato- Salió y Regina decidió esperar a ver si aparecía la agente rubia.
Después de un par de horas que le parecieron una eternidad, se dio por vencida y se fue a casa.
La fiesta ya había comenzado, el lugar estaba elegantemente decorado y todos vestían sus mejores galas, los bomberos llevaban su traje formal y los invitados hombres llevaban trajes con corbata y las mujeres, bonitos vestidos de noche.
La música era suave sin ser aburrida y las luces sobrias iluminaban los diferentes espacios.
Emma entró con el traje oficial, en lugar de pantalón llevaba una falda ajustada que le llegaba encima de las rodillas, su cabello estaba suelto con solo un broche a un lado, inconscientemente escaneó el lugar y se le hizo agua la boca al ver a Regina en su traje de gala de bombero, le abrazaba el cuerpo como un guante, su cabello estaba completamente liso y el maquillaje apenas perceptible a excepción de sus labios carnosos pintados de rojo.
Cuando sus miradas se cruzaron, ambas podían ver el anhelo en los ojos de la otra, Regina estaba a punto de avanzar hacia la rubia, pero la voz de su madre en los altavoces la detuvo.
Bette: Como todos saben, este baile anual es parte de la tradición de nuestro cuartel- Todos prestaron atención a la elegante mujer que estaba en la tarima con Kristin de su brazo- Y después de un año que no solo tuvimos emergencias muy demandantes, sino que también hubo momentos muy complicados, en lo personal, creo que ha llegado la hora de celebrar- Hubo aplausos.
Kristin: Bette tienes razón, tantos problemas, tantas tristezas, tantos retos que ustedes los bomberos tuvieron que superar, que se lo merecen, esta noche es de celebración, pásenla muy bien- Hubo más aplausos.
Bette: Y no podemos dejar de agradecer al responsable de esta maravillosa decoración, Jefferson- El chico saludó con la mano- Muchas gracias, hiciste un trabajo extraordinario- El joven diseñador sonrió recibiendo aplausos- Y bueno, como somos bomberos de vocación, no podíamos dejar de lado nuestra misión, tenemos que agradecerle al segundo turno que se sacrificó para atender cualquier emergencia mientras el resto nos divertimos- Todos aplaudieron nuevamente- Ahora sí, a divertirse, porque esta noche es te ustedes- Hubo una última ronda de aplausos.
La música comenzó a sonar más fuerte y la pista fue abierta.
Robin: ¿Estás segura? – Le preguntó a Zelena que estaba de su brazo y del otro Ruby.
Zelena: Segura- Se acercaron a una de las mesas.
Killian: Hermano, que bueno que llegaste- Le dijo a su compañero.
Neal: ¿Tú que haces aquí? – Le preguntó a su hermana.
Robin: Yo la invité, a ambas- Señaló a Ruby.
Ruby: Venimos los tres juntos.
Zelena: Robin no podía traer a una de sus novias y dejar a la otra en casa.
Belle: ¿Cómo? ¿Los tres son novios? – Preguntó confundida y el trío asintió.
Neal: ¿De qué están hablando? – Su ceño estaba fruncido.
Zelena: Se llama poliamor, Neal.
Ruby: Y deberías intentarlo, yo creo que te podría gustar- Alisó la espalda de la pelirroja.
Neal: No puede ser- Se puso de pie- Ven acá- Tomó a su hermana del brazo.
Ruby quiso intervenir, pero Zelena le dio una mirada tranquilizadora haciéndole saber que estaba bien.
August: ¿Y ahora qué pasó? – Se acercó.
Ariel: Robin tiene dos novias.
August: Mis respetos, cabrón- Chocó cinco con Locksley.
Neal: No tienes vergüenza, Zelena- Reprochaba a pocos metros.
Zelena: ¿Vergüenza por qué? ¿Por amar a más de una persona? – Se cruzó de brazos- ¿Sabes qué, Neal? No voy a discutir, me voy a mi mesa, disfruta la fiesta- Regresó y tomó la mano de Ruby y se fueron a su lugar asignado con Robin detrás de ellas.
Neal: Esto es una mierda- Se sentó enojado.
Belle: Tranquilo.
Neal: ¿Tranquilo? ¿Por qué me está haciendo esto?
Ariel: No creo que te lo esté haciendo a ti.
Belle: Es verdad, tu hermana es adulta y puede vivir su vida como quiera- Apoyó a su novia y Neal resopló.
Regina volvió a intentar comunicarse con Elsa sin éxito, estaba preocupada por la agente, en su ansiedad, caminó sin rumbo hasta quedar cerca de la mesa de bebidas.
Regina: No puede ser- Refunfuñó y cuando se giró, se encontró con Emma- ¿Qué? ¿Me estás siguiendo? – Sabía que estaba siendo idiota, pero tenía la cabeza hecha un desastre.
Emma: ¿Debería? – Alzó una ceja y la morena resopló- ¿Qué pasó? ¿Por qué estás tan nerviosa?
Regina: ¿Tanto se me nota?
Emma: Te conozco mejor que nadie- Iba a dar un sorbo a su refresco, pero lo regresó de ya casi tenerlo en los labios.
Regina: Oye, ¿Tú has sabido algo de Elsa?
Emma: ¿A qué te refieres? – Tuvo que controlarse para que no se mostrara su rabia ante la preocupación de la morena por la agente.
Regina: A que si has hablado con ella o sabes dónde está.
Emma: ¿Me lo estás preguntando a mí? ¿En serio? – Su mandíbula estaba apretada.
Regina: Ya, Emma, en serio, nadie sabe dónde está, no me contesta las llamadas desde anoche, ni en la delegación saben dónde se metió- Se aflojó un poco el cuello del saco que la hacía sentir como si la asfixiara.
Emma: Toma- Le tendió su refresco- Para que te relajes, la necesitas más que yo.
Regina: Gracias- Dio un sorbo con los ojos de la rubia sobre ella.
Emma: ¿Crees que algo le pasó a Elsa?
Regina: No sé ni que pensar, pero se me hace muy raro, ¿Por qué desaparecería así? – Dio otro sorbo.
Emma: ¿Por qué no intentas llamarla de nuevo? – La morena asintió y la rubia aprovechó que se distrajo para revisar un mensaje de su papá.
Regina: No, me manda a buzón todavía- Exhaló- Creo que la voy a ir a buscar a- De repente se sintió mareada y se llevó una mano a la frente.
Emma: ¿Estás bien? – Preguntó con voz temblorosa.
Regina: Sí- La miró desenfocada.
Emma: ¿Estás segura? – Sentía el pecho apretado.
Regina: Sí, sí, me mareé un poquito, pero estoy bien.
Emma: Si quieres le puedo decir a…
Regina: ¿A quién? ¿A Bette? – Se rio sin humor- No gracias, estoy bien- Gruñó y se alejó.
Después de que Anna terminó de cantar, los aplausos no se hicieron esperar.
Anna: Gracias, esta canción es un regalo para mi novio Killian, con quien me voy a casar muy pronto- Lo señaló y le sonrió dulcemente y Jefferson se acercó y le quitó el micrófono.
Jefferson: Gracias, gracias, Anna- La chica bajó de la tarima- Y ahora para calentar la noche, una sorpresa que nadie espera, pero que todo el mundo secretamente desea- Todos aplaudieron- Porque ellos están en fuego y nosotros en llamas, por favor, acérquense y reciban con un fuerte aplauso a los bombonberos del calendario- Muchos se acercaron a la tarima para ver más de cerca- Música por favor.
Los chicos salieron en sus trajes de gala y comenzaron la coreografía, Regina estaba en medio, a un lado estaban Robin y Killian y al otro August y Thomas.
Se quitaron la parte superior de la ropa y los hombres quedaron sin nada, mientras que Regina quedó en un sostén deportivo que hacía que sus senos se vieran deliciosos.
Continuaron bailando sensualmente, Emma estaba babeando sobre Regina, obviamente no era la única, lo que la molestaba, pero se concentró en la morena.
Ya estaban casi al final de la coreografía y Regina se tambaleó un poco, Killian la alcanzó a sostener y con una sonrisa débil, la morena le dijo que estaba bien, retomaron el ritmo y lograron terminarla entre gritos y aplausos.
La primera en abandonar la tarima fue la morena, no se sentía bien y necesita un lugar donde sostenerse.
Zelena: Lo que faltaba- Exhaló al ver a su ex marido acercarse y Ruby se paró a su lado- Que descaro tienes de venir aquí, hijo de puta, un borracho patético que quiere quitarme a mi hija, ¡Lárgate de aquí! – Señaló la puerta.
Walsh: No, no, a mí no me alzas la voz, putita- Dijo visiblemente borracho apuntándola con el dedo y todos los presentes miraban.
Ruby: ¡Lárgate de aquí, pendejo! – Lo empujó y el hombre cayó hacia atrás sobre unas sillas.
Zelena: No, Ruby, por favor- No quería que se expusiera a ser lastimada, sobre todo en su estado.
Walsh: Maldita perra- Se le iba a dejar ir a Ruby.
Robin: Si la tocas, te mato- Lo detuvo y le dio un puñetazo que lo envió al suelo.
Neal: Robin- Lo jaló hacia atrás- Contrólate- Después se acercó a un Walsh tambaleante- ¿Qué haces aquí? Fuera- Lo arrastró a la salida y todos volvieron a lo suyo.
Ruby se sintió mareada y Zelena la llevó al baño.
Ruby: Que se pudra, pinche macho maltratador- Gruñó mientras se echaba agua en la cara.
Zelena: Tranquila- Le alisó la espalda- No te hace bien, ni al bebé.
Ruby: Zee, baja la voz, no quiero que hablemos de ese tema y menos aquí.
Zelena: Bueno, pero tarde o temprano lo tienes que enfrentar, Rubs- Dijo en voz baja.
Ruby: No puedo- Negó con la cabeza.
Zelena: Sí puedes, amor- La tomó de la cintura- Y mientras más rápido lo hagas, mejor- Le sonrió amorosamente- Además, Robin merece saber que vas a tener un hijo suyo.
Ruby: Zee, no voy a tener al bebé- Las manos de la pelirroja cayeron a sus costados- No estoy preparada para ser madre.
August estaba desanimado porque Tiana no pudo ir al baile, se acercó a la mesa de bebidas y tomó una botella de vodka, había dejado de beber hace poco, pero estaba decepcionado y pensó que no pasaría nada si tomaba un trago.
Tiana: Hola- Se acercó con una sonrisa.
August: Hola- Dejó la botella- Sí viniste- Sonrió torpemente.
Tiana: Sí, eso parece- Sonrió tímidamente.
August: ¿Y el pequeño August?
Tiana: Mi hermana pudo suspender su compromiso y se quedó con él, y pues, me arreglé especialmente para esta noche, ¿Cómo me veo? – Preguntó nerviosa.
August: Hermosa- Extendió su mano- ¿Bailas conmigo?
Tiana: Claro que sí- Se fueron a la pista de baile.
Belle: Bueno, pero ya pasó- Le decía a un molesto Neal- Ahora lo importante es arreglarte con tu hermana.
Neal: No es tan fácil.
Belle: Bueno, pero tampoco puede ser tan difícil, digo, ustedes son familia, tendrán sus diferencias, pero son familia, te lo digo yo, que mi familia ya no tiene arreglo- Sonrió con tristeza.
Neal: ¿Por qué me tratas así?
Belle: ¿Así? ¿Cómo? – Frunció el ceño.
Neal: Así, como si te importara.
Belle: Bueno, porque me importas, no…
Neal: ¿Por qué? – Preguntó con una sonrisa.
Belle: Porque estás ayudando a mi mamá y…
Neal: Belle, me gustas, me gusta mucho estar contigo, me haces sentir bien.
Ariel: No te confundas, querido- Apareció detrás de su novia mirando a Cassidy con disgusto- Mi novia es la persona más amble y generosa que existe, pero es su naturaleza, no significa que esté interesada en ti como tú en ella- Abrazó a Belle de costado.
Neal: ¿Tu novia? – Tartamudeó.
Belle: Sí, soy la novia de Ariel- Le sonrió a la pelirroja.
Neal: Lo siento- Se alejó avergonzado.
Belle: Eso fue malvado de tu parte- Negó con la cabeza, pero había una discreta sonrisa en su rostro.
Ariel: Es mejor que Cassidy sepa como son las cosas antes de que se ilusione más- Se encogió de hombros- ¿Bailas conmigo, novia? – Le tendió la mano.
Belle: Será un placer, novia- Caminaron de la mano a la pista.
Killian: Hey, Regina- Se acercó a la morena tambaleante- Ya no tomes nada más.
Regina: No he tomado nada, apenas tomé un sorbo de refresco y ya.
Killian: Pero ve como estás, a ver, ¿Quieres que te acompañe?
Regina: No, estoy bien, estoy bien- Le dio una débil palmada al hombro y caminó sin mucha dirección.
Neal: ¿Y tú qué? ¿Estás borracha?
Regina: Que no, chingada madre- Siseó- Déjame en paz.
Neal: Entonces, ¿Por qué estás así? – La morena lo ignoró y continuó caminando a la salida.
Emma a la distancia no la perdía de vista, sentía las lágrimas acumularse y el corazón adolorido.
En cuanto Regina salió del lugar, el mareo se intensificó, los oídos le zumbaban y las piernas comenzaron a fallarle, logró recargarse en un pilar, pero unos segundos después, su cuerpo se estrelló contra el suelo.
Kristin: ¿Hace cuanto tiempo que no bailas? – Preguntó entre risas mientras la morena la giraba.
Bette: Mejor no te digo, no quieres saber- Se rio.
Kristin: Pero, ¿Cómo es posible? Tienes un gran ritmo, bailas mejor que John Travolta- La morena se rio sonoramente haciendo sonreír tontamente a la rubia.
Bette: Bueno, lo que bien se aprende nunca se olvida.
Kristin: Deberíamos de hacer esto más seguido.
Bette: Tienes razón, ¿Sabes qué? Me he dado cuenta que he perdido muchos años de mi vida, y quiero recuperarlos- Volvió a girarla hasta que quedaron de frente.
Kristin: Pues ya lo estás haciendo.
Bette: Y es gracias a ti, porque la vida es hoy.
Kristin: Estoy de acuerdo.
Bette: Solamente falta algo- Dejó de moverse y miró a la rubia a los ojos.
Kristin: ¿Qué cosa? – Susurró y la morena se acercó más.
Bette iba a besar los labios de la mujer que le gustaba, pero Emma apareció de la nada, la giró y la besó, Porter de inmediato la empujó con los ojos muy abiertos y miró a Kristin que tenía el rostro marcado por la decepción.
Bette: Kristin, no es- La dueña de la pensión negó con la cabeza y se alejó- ¡Emma! – Su mandíbula estaba apretada- ¿Esta es tu idea de echarnos a perder la noche?
Emma: Bienvenida a mi mundo- Le gruñó y salió.
Todo mundo había dejado de bailar, estaban desconcertados por la situación, hubo algunos cuchicheos, pero todos volvieron su atención al escenario cuando se iluminó, la música se escuchó y Jefferson apareció cantando.
No sé qué me hiciste
Pero me llevó a un lugar
Donde las horas pasan como siglos
Amor es todo lo que siento.
Ariel y Belle se miraron con ternura, Zelena abrazó a Ruby por detrás y Robin abrazó a la pelirroja, y August tomó tímidamente la mano de Tiana que sonrió.
Tú, solo te quiero a ti
Tú eres todo lo que necesito
Te veo en la parada del bus
Y te veo en el tren.
Killian soltó la mano de Anna y solo miraba al escenario con el corazón acelerado.
Tu cuerpo veo en todos lados y mi corazón siente dolor
Cuando recuerdo todos mis errores
Nunca debí tomar las decisiones que tomé.
Anna: Amor, ya es tarde ¿No? – El bombero ni siquiera parecía escucharla- Kill, creo que comí algo que me cayó mal, vámonos, ¿Sí? – Jones seguía perdido en el chico cantando en el escenario- Killian, me quiero ir.
Todo lo que necesito eres tú
Todo lo que quiero
Tú eres todo lo que necesito
Jefferson se bajó del escenario, se paró frente a la multitud y miró directamente a los ojos de Killian antes de cantar la última frase.
Todo lo que quiero eres tú.
Avanzó con paso decidido a donde estaba Killian sin importarle los presentes, incluida Anna.
Jefferson: Que arda Troya y que se queme todo lo que se tenga que quemar- Dijo mirando a los ojos azules del bombero y este tomó sus mejillas y lo besó.
Anna salió corriendo con lágrimas en los ojos mientras los presentes mostraban reacciones diversas.
Regina se despertó con un terrible dolor de cabeza, la luz que se filtraba por las ventanas le lastimaba los ojos, se sentó lentamente y se pasó las manos por la cara.
Sus ojos se abrieron por completo y el sueño desapareció al ver sus manos manchadas de sangre, giró hacia el otro lado de la cama y saltó asustada al ver el cuerpo de Elsa con los ojos abiertos y con la blusa llena de sangre.
La morena cayó al suelo y se arrastró hacia atrás hasta que su espalda golpeó la pared, comenzó a temblar y su respiración era cada vez más errática.
Regina: No, no, no- Repetía como un mantra con los ojos llenos de lágrimas.
Continuará…
Chapter 26: Perdóname, mi amor
Chapter Text
La celebración del baile de los bomberos estaba muy animada, casi todos bailaban, los profundos ojos marrones se conectaron con los enigmáticos ojos verdes y una sonrisa discreta apareció en los rostros de la rubia y la morena.
De pronto, la música dejó de escucharse y todo comenzó a incendiarse, todo mundo entró en pánico y corrieron en todas direcciones.
Regina: Salgan por allá- Les dijo a una pareja.
Thomas: Regina, ¿Qué no era tu misión? – Preguntó en su vestimenta de trabajo- Ven a ayudar a tus compañeros- La morena parpadeó repetidamente sin entender.
August: ¿Qué haces ahí parada, pendeja? – Se acercó y la empujó- ¡Haz algo!
Regina: No estamos preparados para esto- Estaba en pánico- Emma- La tomó de los hombros- Tenemos que hacer algo- La rubia apenas la miró- ¿Hay extintores de emergencia?
Graham: Regina- Escuchó la morena su nombre y se giró con los ojos muy abiertos- Tenemos que hacerle caso a mamá.
Regina: Graham, ¿Cómo? – Farfulló.
James: Me dijeron que te gustaba el fuego- La morena se giró hacia la voz y lo vio vertiendo gasolina en la mesa de honor- Pues hagamos más fuego- Prendió el encendedor y lo lanzó.
Regina: ¡NO! – Gritó, pero no podía moverse.
Bette: Regina, ¿Por qué no estás haciendo lo que te corresponde? – Le ladró con dureza- ¿Para qué ingresaste a la institución si no vas a poder tomar un puto extintor?
Regina: No entiendo nada- Se llevó las manos a la cabeza.
Bette: Eso es lo que pasa cuando no tienes ni puta idea de lo que hacer- Escupió mirándola con desprecio.
Regina sintió que la cabeza le martillaba y que los oídos le zumbaban, cerró los ojos por un momento y cuando los abrió, vio a Elsa caminando hacia la salida sin importarle el fuego.
Regina: Elsa, espera- La rubia le dio una sonrisa triste y continuó su camino.
Regina se despertó sobresaltada, estaba solo en bóxer y sujetador deportivo, exhaló aliviada porque todo había sido una pesadilla, pero el dolor de cabeza no, la luz que se filtraba por las ventanas le lastimaba los ojos, se sentó lentamente y se pasó las manos por la cara.
Sus ojos se abrieron por completo y el sueño desapareció al ver sus manos manchadas de sangre, giró hacia el otro lado de la cama y saltó asustada al ver el cuerpo de Elsa con los ojos abiertos y con la blusa llena de sangre.
La morena cayó al suelo y se arrastró hacia atrás hasta que su espalda golpeó la pared, comenzó a temblar y su respiración era cada vez más errática.
Regina: No, no, no- Repetía como un mantra con los ojos llenos de lágrimas.
Después de varios minutos en shock, se levantó y fue al baño a lavarse las manos y la cara, mientras las lágrimas salían a raudales.
No sabía qué hacer, tuvo algunos flashazos de lo que pasó en la fiesta, pero nada de eso parecía ser de utilidad, con manos temblorosas buscó su celular y le marcó a la única persona que podía darle un poco de calma, estaba aterrada y necesitaba a su rubia, ella sabría qué hacer.
Maldijo cuando Emma no le respondió y tomó una decisión.
En conexión…
Kristoff: Diga- Respondió al segundo timbre.
Regina: Kristoff, soy Regina Mills, tengo- Exhaló profundamente- Tengo que hacer una denuncia- Miró el cuerpo de Elsa.
Jefferson: Hey- Le sonrió perezosamente a Killian en la cama- ¿Pudiste dormir algo?
Killian: Nada- Suspiró.
Jefferson: ¿Hablaste con Anna?
Killian: No me contesta.
Jefferson: Kill, te juro que lo del beso no fue planeado, sí te vi ahí mirándome y sentí el impulso, pero…
Killian: Tranquilo, yo quería besarte- Iba a unir sus labios, pero el timbré lo interrumpió.
Jefferson: Con que no sea Anna con una escopeta vamos a estar bien, ¿No? – Bromeó.
En cuanto Jones abrió la puerta, recibió una bofetada, cortesía de su madre.
Milah: ¿Te volviste loco? ¿Qué carajos tienes en la cabeza? ¿Sabes cómo está Anna? ¡Destrozada! Queriendo morirse, ¿Y sabes cómo estoy yo? ¡Muerta de la vergüenza!
Killian: Pues vas a tener que acostumbrarte a vivir con esa vergüenza, mamá, porque esto es lo que soy- Caminó hacia la sala.
Milah: ¡No vuelvas a repetir eso! – Lo siguió- ¡Tú no estás bien de la cabeza! – Los ojos del bombero se pusieron vidriosos- Estás consumiendo drogas, ¿Verdad?
Killian: Siento desilusionarte, mamá, mi cabeza está mejor que nunca, ¿Y sabes por qué? Porque ya no tengo dudas de cómo quiero vivir mi vida.
Milah: Ya decía yo que el delicadito ese te iba a pervertir.
Jefferson: La única perversión que hemos cometido, señora, es enamorarnos hasta los huesos- Apareció en pijama- Y, por cierto, tengo nombre.
Killian: Te lo presento, mamá, se llama Jefferson, y estoy loco por él.
Milah: Tú estás enfermo- Señaló a su hijo con el dedo- Tú tienes un problema hormonal, seguramente si vamos a ver al doctor de la familia, él te va a curar, él te va a quitar toda esa enfermedad, ya verás- Hablaba desesperada.
Killian: ¿Es en serio, mamá? ¿Es en serio? – Se pasó las manos por el pelo- ¿Me vas a decir que esto te tomó por sorpresa? ¿Tan lejos estabas que nunca te diste cuenta?
Milah: Yo no crie a una persona así- Sus ojos comenzaron a lagrimear.
Killian: ¿Así cómo? Dímelo a la cara.
Milah: Yo no te crie para que fueras un…
Killian: Mira, lo mío viene de fábrica, mamá, y si hay alguien a quien culpar es a ti y a mi papá por haberme hecho así.
Jefferson: Las madres suelen ser las primeras en saber…
Milah: ¡TÚ CÁLLATE, MARICÓN! – Le gritó y después se tapó la boca.
Killian: Yo creo que es mejor que te vayas- Dijo con tristeza.
Milah: Da gracias que tu padre todavía no se entera.
Killian: Al contrario, que se entere, yo ya no tengo nada que esconder- Su madre negó con la cabeza y se fue.
Jefferson de inmediato se acercó a abrazar a su amado que se desmoronó en sollozos.
Neal: ¿Qué haces aquí? – Le preguntó a su hermana cuando la vio caminando por uno de los pasillos de la estación.
Zelena: Vine a trabajar.
Neal: ¿Estás segura? Porque después del escándalo de ayer, yo decidí que tú ya no trabajas más aquí, ¿Cómo ves?
Zelena: ¿Cuál es tu problema conmigo, Neal? – Se cruzó de brazos.
Neal: Mi problema, ¿Quieres que te los enumere?
Zelena: O quizás solo es uno y se llama envidia.
Neal: ¿Envidia de qué? ¿De tu vida de mierda? – Se burló.
Zelena: No, de que me amen, y no solamente una, sino dos personas.
Neal: Ven acá- La tomó del brazo y la arrastró a su oficina- Estás enferma- Gruñó cuando cerró la puerta.
Zelena: ¿Sabes que es lo que me parece enfermo?
Neal: ¿Qué?
Zelena: Que te hayas pasado la vida solo, sin atreverte a querer a nadie y sin dejar que nadie te quiera- Su hermano le dio la espalda- Que triste debe ser vivir la vida así, viendo de lejos la felicidad del resto y tú, incapaz de querer a nadie- Neal se giró para mirarla- Me das lástima, y ahora que murió papá, te quedaste totalmente solo.
Neal: No te quiero ver más en esta estación, ¿Me oyes?
Zelena: Una de las personas que amo trabaja aquí, así que vas a tener que acostumbrarte a verme, aunque no quieras, y a Ruby también- Caminó hacia la puerta y se giró- El amor nunca es demasiado, el problema es cuando falta- Salió.
Kristin: Mejor ni te pregunto de dónde vienes- Dijo al ver a su hijo entrar a la cocina con la misma ropa de la noche anterior.
Belle: ¿Ya habló Killian con Anna? – Preguntó preocupada.
Jefferson: No- Se sirvió jugo.
Kristin: Anna no llegó a dormir y no contesta el teléfono.
Jefferson: Pero sí tuvo tiempo de hablar con la mamá de Killian y contarle todo lo que pasó.
Kristin: Cariño, ¿En qué momento pensaste que era una buena idea sacar a ese muchacho del clóset enfrente de todos?
Belle: Es que la verdad, eso de sacar a la gente del clóset sin su consentimiento está feo.
Jefferson: No, a ver- Se sentía atacado- Yo no lo saqué del clóset, él ya tenía más de medio cuerpo afuera y yo le di el empujoncito que él necesitaba.
Ariel: Cariño- Entró y se acercó a Jeff- Te felicito- Lo abrazó- Si no hubiera pasado así, Anna estaría ahora mismo comprando un vestido de novia y eso tampoco es justo para ella.
Erick: ¿Anna no se daba cuenta de todo esto? – Preguntó mientras tomaba una manzana y Belle puso los ojos en blanco porque venía atrás de su novia.
Jefferson: No.
Erick: Pero era obvio que entre tú y Jones había algo, ¿No?
Jefferson: No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Ariel: ¿Ya se sabe algo de Anna?
Kristin: No, y estoy muy preocupada, tengo miedo que cometa una locura.
Belle: Vamos a calmarnos, tampoco es como que Jeff y Killian hayan matado a alguien, no exageremos.
Jefferson: Gracias, Belle- Le sonrió y después se giró hacia su madre- Me parece que todo mundo aquí me apoya, excepto mi propia madre.
Kristin: Porque tu propia madre quiere hablar contigo- Miró a todos- A solas- Esa fue la señal para que los demás salieran- Tú, siéntate- Ordenó a su hijo que obedeció- No sé si quitarme el zapato y agarrarte a madrazos- Dijo seriamente- O darte un abrazo de oso- Sonrió dulcemente.
Jefferson: Mejor abrázame- Puso cara de cachorro- Que de los madrazos se van a encargar otros- Sonrió con tristeza y su mamá se inclinó a abrazarlo.
Kristin: Killian y tú tienes que arreglar las cosas, hijo- Besó su cabeza- Con valentía, de manera honesta como tú eres, van a tener que hablar con Anna- El chico asintió- Me preocupa, ¿Dónde estará esta chica? – Exhaló.
Bette: ¿Interrumpo? – Apareció en el marco de la puerta.
Jefferson: No.
Kristin: Sí- Dijo al mismo tiempo y su hijo la miró con el ceño fruncido- Sí interrumpes.
Bette: Kris, ¿Podemos hablar? – Se acercó cautelosamente.
Jefferson: Ok- Se puso de pie- Yo mejor me voy.
Kristin: ¡No! – Jefferson se sentó nuevamente- Tú no te vas a ningún lado.
Bette: Jeff, si no te molesta…
Kristin: Pero es que a mí sí me molesta tu presencia en este lugar- Jefferson miraba de una a la otra.
Jefferson: Mamá, no…
Kristin: Jefferson- Regañó y el chico levantó las manos en señal de rendición.
Jefferson: Ok, hagan de cuenta que yo no estoy aquí- Se recargó en la silla.
Bette: Kris, ¿Podríamos aclarar las cosas? Creo que sería lo más sano- Lo estaba intentando.
Kristin: Tú y yo no tenemos nada que aclarar, Porter, y te voy a pedir por favor, que no vuelvas a esta pensión, ¿Quedó entendido? – Se levantó- Con permiso, cariño- Forzó una sonrisa para su hijo y salió al patio de servicio mientras Bette salía de la pensión con rostro abatido.
Jefferson: Má…
Kristin: Sin palabras- Pidió y el joven asintió al ver sus ojos llenos de lágrimas.
Jefferson: ¿Y un abrazó? – Su madre asintió.
Bette salió de la pensión con ojos llorosos, ella quería explicarle a la mujer de la que se estaba enamorada, no se rendiría, si no era ahora, esperaría a que se calmara.
Una sonrisa apareció en su rostro cuando su celular timbró y vio el nombre de su pequeña morena en la pantalla, fuera cual fuera la situación, su pequeña Ginny siempre le alegraría el corazón.
En conexión…
Bette: Ginny, cariño, que sorpresa- Escuchó lo que su hija tenía que decir y su sonrisa se transformó en preocupación- ¿Cómo? ¿Qué? Voy para allá.
Fin de la conexión.
Dos patrullas se detuvieron afuera de la casa de Regina, a pocos metros, detrás de un árbol, Emma observaba con el corazón apretado y lágrimas luchando por derramarse, no sabía que pasaba, pero estaba segura que no era nada bueno.
Kristoff: Tú te quedas vigilando- Le ordenó a un policía- Y ustedes vienen conmigo- Señaló a otros dos y golpeó la puerta.
Regina abrió la puerta con el rostro desencajado y Kristoff tragó saliva con fuerza para evitar que las lágrimas por la pérdida de su colega se desbordaran.
Margot: Tío Neal, ¿Cuándo me vas a llevar a conocer el cuartel? – Preguntó mientras coloreaba un mandala.
Neal: El cuartel no es un lugar para mujeres- La niña lo miró con el ceño fruncido.
Margot: Pero, las mujeres somos más valientes que los hombres.
Neal: Sí, sí, pero…
Walsh: Mi amor, ¿Me dejas a solas con tu tío, por favor? – La niña asintió y se fue a su habitación- Neal, que gusto verte- Se sentó.
Neal: Me extrañó que me llamaras.
Walsh: Me imagino que estás igual de asqueado que yo con la conducta de tu hermana- Fingió pesar y Neal lo miró sin emoción- Ella es una mujer adulta y decidió desperdiciar su vida, pero yo necesito que me ayudes a hacer algo por tu sobrina, que me ayudes a darle una vida decente, una vida en la que el ejemplo de una mujer como Zelena no tenga cabida, llegó el momento de tomar una decisión más drástica.
Neal: ¿En qué estás pensando?
Walsh: Me quiero ir del país en cuanto me case y me quiero llevar a Margot, pero para eso necesito tener todos los derechos sobre ella.
Neal: ¿Qué quieres que yo haga? ¿Qué convenza a Zelena que renuncia a sus derechos de madre? ¿Es eso?
Walsh: No, no, no, a tu hermana no hay que convencerla de nada, hay que convencer a un juez, quiero que testifiques en contra de Zelena en un juicio, y que así me ayudes a darle a tu sobrina una vida más normal, ¿Qué dices?
Kristoff: Levanten su cuerpo y llévenselo- Pidió a los de la morgue y después se giró al forense a cargo- Quiero el informe lo antes posible- El hombre asintió- Y tú- Señaló a Mills- Tienes mucho que aclarar.
Regina: ¿Por qué? Yo no hice nada- Frunció el ceño.
Kristoff: Llévensela- La empujó hacia sus colegas que de inmediato la arrastraron escaleras abajo.
Regina: Yo no hice nada, Kristoff, ya te conté todo lo que sé.
Kristoff: A ver, a ver, a ver- Eso hizo que los policías se detuvieran al pie de la escalera- Déjame ver si entendí bien- Fingió pensar- Dices que no recuerdas nada de lo que pasó anoche, ¿Verdad? Que fuiste a una fiesta, que no tomaste, pero tienes amnesia, y que amaneciste con el cuerpo de la oficial Arendelle a tu lado, ¿No es así?
Regina: Sí, sí, eso fue lo que pasó.
Kristoff: ¿Tú crees que soy un idiota, pendeja? – Gruñó- Elsa era la mejor.
Regina: Yo lo sé, pero de verdad te estoy diciendo tal cual lo que pasó.
Kristoff: ¿Y cómo chingados estás tan segura si ni siquiera te acuerdas?
Regina: No lo tengo muy claro, pero yo no tendría razones para lastimar a Elsa, yo la estimaba y…
Kristoff: ¡CÁLLATE, PERRA! – Bramó- Y desde ahora todo lo que digas va a ser usado en tu contra, ¡Espósenla!
Regina: No, no, no, Kristoff- Quiso forcejear- Se están confundiendo, yo no le hice nada a Elsa, yo fui quien te llamó, si yo…
Kristoff: Ya cállate, imbécil.
Emma no sabía que estaba pasando en la casa de la morena, pero esperó, su corazón casi se detuvo cuando vio que sacaron un cadáver en una bolsa, no podía estar pasando, no podría ser Regina, ella moriría si fuera su morena.
Sintió su corazón latir nuevamente cuando uno de los forenses abrió un poco la bolsa y vio el rostro sin vida de Elsa, aun así, se sentía jodidamente culpable, tomó su celular y le marcó a su padre, pero la envió a buzón, así que le dejó un mensaje histérico.
Mensaje de Voz de Emma: ¿Qué me hiciste hacer? – Sollozó- ¿Qué chingados me hiciste hacer? – Guardó su celular cuando vio que Kristoff y otros policías arrastraban a Regina a una patrulla.
Regina: Sabes muy bien que yo no lo hice- Insistía con los ojos rojos e hinchados y a Emma se le apachurró el corazón.
Kristoff: Súbete- Ladró.
Regina: Piensa, ¿Por qué mataría a Elsa? – Como respuesta, el agente la empujó.
Bette: Un momento- Llegó agitada- ¿Por qué se la llevan?
Regina: Bette, ¡Ayúdame, por favor! Me quieren culpar de algo que yo no hice.
Bette: ¿Por qué se están llevando a mi hija?
Kristoff: ¿Usted es la madre de Regina Mills?
Bette: Sí, yo soy su madre, ¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué se la llevan?
Kristoff: Su hija es sospechosa de la muerte de una oficial de policía.
Regina: Yo no lo hice, Bette, te lo juro, te lo juro que no lo hice- Habló con desesperación, necesitaba que alguien le creyera.
Bette: No te preocupes, cariño, te creo y no estás sola- Se acercó a la joven y le besó la frente.
Kristoff: Ya, ya, súbanla- Ordenó a sus hombres.
Regina: Bette, ayúdame, por favor- Suplicaba con lágrimas en los ojos mientras era empujada a la patrulla.
Bette: No te preocupes, mi amor- Miró con ojos húmedos como se llevaban a su hija.
A pocos metros, Emma observó todo con lágrimas silenciosas bañando su rostro.
Emma: Perdóname, Regina- Sollozó- Perdóname, mi amor.
Regina: No, por favor, no me metan aquí- Pidió a los policías frente a una celda mientras le quitaban las esposas- ¡No me encierren, por favor! – Su voz salió suplicante y la arrojaron al interior sin ninguna delicadeza y Cerraron con llave- No- Se agarró de los barrotes- Yo soy inocente, por favor- Fue ignorada y dejada sola.
La morena sentía que apenas pasaba aire a sus pulmones, su respiración era agitada y le dolía el pecho, se llevó la mano al área y se deslizó de espalda a las rejas.
En ese momento, con nadie como compañía más que la de sí misma, lloró por la muerte de Elsa.
Neal: ¿Cómo que se llevaron a Regina a la delegación?
Bette: Estoy segura que mi Ginny no hizo nada.
Neal: Sí, pero es tu hija, tal vez…
Bette: Es que no se trata de eso, están abusando de sus derechos, ella misma llamó a la policía cuando encontró el cuerpo.
Neal: A ver, yo no sé qué pensar, todo esto es muy confuso.
Bette: No tienes que pensar nada, solo ayúdame, necesito sacarla de ahí, tú eres abogado, Cassidy.
Neal: Sí, pero hace mucho tiempo que yo no ejerzo, estas son palabras mayores, la están acusando de matar a una oficial de policía.
Bette: ¡Regina no lo hizo! Tenemos que hacer algo, te recuerdo que no solamente se trata de mi hija, se trata de un miembro de la institución.
Neal: Veré que es lo que puedo hacer- Exhaló- Voy a hacer unas llamadas.
Bette: Perfecto, gracias- Presionó su hombro- Nos vemos en la delegación.
Neal: A ver, Bette, mira, yo sé que no es el momento, pero, voy a devolver cada peso de lo que saqué- La morena lo miró- Tú dijiste qué harías cualquier cosa por tu hija, yo hice todo eso por mi padre, no me enorgullece lo que hice, pero fue así- Porter le sonrió comprensivamente y salió de la oficina de su subalterno.
Bette: Emma, ¿Dónde estabas? – Preguntó al encontrársela en el pasillo- Pregunté por ti y nadie te había visto.
Emma: Estaba resolviendo algo personal, ¿Por qué? ¿Quieres hablar conmigo?
Bette: Ya no, yo también tengo que resolver algo personal.
Emma: ¿Sobre Regina? – Preguntó ansiosa.
Bette: ¿Qué sabes tú de lo que le pasó a Regina? – Preguntó con sospecha.
Emma: Nada, nada- Negó con la cabeza- No, no, nada, solo sé que tiene turno y no ha llegado, ¿Por qué? ¿Qué está pasando?
Bette: Lo siento, no te puedo dar detalles, es algo delicado- Avanzó a la salida y la rubia la tomó del brazo.
Emma: Perdón, perdón- Retiró la mano- Perdón, perdón- La morena la miró sin emoción- Perdóname por lo de ayer.
Bette: No es el momento, Emma, mi hija me necesita- Se fue.
La rubia dejó sus cosas en su locker y se encerró en el bañó a hacer una llamada.
En conexión…
Emma: ¿Por qué no me contestas las llamadas? – No hubo respuesta- ¿Qué le hiciste a Regina, papá?
David: Eso a ti no te interesa.
Emma: ¿Crees que puedes jugar con todo el mundo? ¿Qué me obligaste a hacer?
David: Emma, no tengo tiempo de hablar en este momento.
Emma: Entiende que lo que le haces a Regina me lo haces a mí, papá- Eso ganó una risa seca de su padre.
David: Emma, no te confundas, eso que sientes por Regina, es todo menos amor.
Emma: ¿Tú que chingados sabes del amor? – Ladró y alcanzó a escuchar un claxon- Papá, ¿Estás manejando? ¿A dónde vas? – David resopló.
David: Adiós, Emma- Colgó.
Fin de la conexión.
Emma: ¡Maldita sea!
Killian: Yo tampoco me lo esperaba- Hablaba con una sonrisa en su rostro en el patio de maniobras- Pero lo hecho, hecho está y si hubiera sabido lo bonito que se siente ser uno mismo, lo hubiera hecho antes.
August: Muy bien, cabrón- Lo abrazó de lado- Nosotros te queremos como seas, pero, ¿Y Anna?
Killian: Anna no me contesta las llamadas ni los mensajes, pero la entiendo, ya llegará el momento de poder aclarar las cosas.
Robin: Es normal, hermano- Palmeó el hombro de Jones- ¿Y tú? – Le preguntó a August.
August: ¿Yo qué?
Killian: Sí, ¿Qué te traes August? Andas muy sonriente últimamente, ¿Lo de Tiana va en serio?
August: Ahí va la conquista- Sonrió tontamente.
Thomas: Parece que anoche les pegó a todos fuerte el amor, ¿No?
Killian: A otros dos vece- Miró a Robin.
Robin: Bueno, pues el que puede, puede, y yo puedo- Se rieron.
Kristoff: No puedo hacer nada por tu hija, no ahora
Bette: ¿No puedes? ¿O no quieres? – Preguntó con la mandíbula apretada.
Kristoff: Los procedimientos son como son, no insistas, por favor.
Facilier: Ese procedimiento es irregular, mi clienta llamó a la policía y no existe ninguna razón de peso para sospechar de ella- Dijo el abogado.
Kristoff: ¿Usted me va a decir a mí cómo hacer mi trabajo?
Facilier: Su trabajo no es mi competencia, pero la ley sí.
Kristoff: Se equivoca, aquí, en este momento y en esta oficina, la ley somos nosotros, por favor- Señaló la puerta.
Bette: Por lo menos déjame hablar con Regina, necesito verla- Miró al agente con el rostro suplicante que solo una madre puede tener.
Eudora: Cuando Tiana me dijo que ibas a venir, preparé este pastel especialmente para ti.
August: Muchas gracias, señora, no era necesario molestarse- Sonrió tímidamente.
Eudora: No es molestia, pruébalo a ver que tal me quedó, ahorita viene Tiana, fue a traer al bebé.
Jaime: ¿Me acompañas con una cerveza? – Le tendió una lata al bombero que tragó saliva.
Eudora: Cariño, ¿Cerveza con pastel? – Se rio.
Tiana: Hola- Apareció con el pequeño August en brazos.
August: Hola- Se levantó con una enorme sonrisa.
Tiana: Mira, mi amor, quien vino a verte- Habló con el bebé.
August: Hola, campeón- Tomó la manita del bebé- En realidad, los vine a ver a los dos- Besó la mejilla de Tiana y tomó al bebé- Ven con tu padrino.
Jaime: Conmigo no se deja cargar.
Eudora: Bueno, es que los dos August se entienden.
Tiana: Oye, August, ¿Ya tienes alguna idea para el bautizo? ¿Hay algo en específico que te gustaría preparar?
August: Había pensado, si les parece bien, me gustaría dar un discurso.
Eudora: Sí, claro, si mi nieto está hoy con nosotros, es porque un ángel se cruzó en su camino y en el de mi hija, y ese ángel eres tú, tú los salvaste- Habló sinceramente y su esposo asintió, lo que hizo que los ojos claros del bombero brillaran.
August: Aprecio sus palabras, señora, pero la verdad es que, ellos son los que me salvaron a mí- Dijo mirando a Tiana.
Regina: Ya me investigaron, ya les dije todo lo que sé- Hablaba con los brazos recargados en los barrotes de la celda- ¿Qué más quieren de mí?
Kristoff: Pruebas, y para tenerlas, el equipo forense está revisando cada rincón de tu casa.
Regina: Está bien, revisen lo que quieran- Se pasó una mano por la cara- Solamente están perdiendo el tiempo, ya les dije que no tengo nada que ocultar.
Kristoff: ¿Quién sabe? – Cerró una mano en uno de los barrotes- Ahí adentro puede haber muchas sorpresas, ¿No? – Mills exhaló- Ahorita, estoy esperando una llamada con toda la información, por mientras, te quedas aquí.
Regina: ¿Cuándo la entierran? – Kristoff la miró con furia- Te pregunté que cuando la entierran, quiero ir.
Kristoff: ¿Y a ti qué chingados te importa?
Regina: Elsa era mi amiga.
Kristoff: Y era mi compañera de trabajo, la conocí más que tú.
Regina: No porque fuera tu compañera significa que la conocieras.
Kristoff: ¿Qué vas a saber tú de trabajar, muchacha? – Desdeñó.
Regina: Más que tú, sí, yo trabajo para ayudar a la gente, no para joderla.
Kristoff: Los antecedentes que tengo de ti dicen todo lo contrario, Mills o Parrilla, como chingados te llames, ya tienes experiencia tras las rejas, ¿No? Parece que fuera tu segunda casa- Se burló y se giró para irse.
Regina: El carnicero de Boston- Eso hizo que el agente volteara a verla de nuevo- Él fue quien se metió a mi casa y dejó el cuerpo ahí, ese cabrón me viene jodiendo a mí y a todos los que me importan desde hace un chingo de tiempo, incluida Elsa, ¿Por qué crees que intentaron matarla desde antes en el incendio del periódico? Si realmente te importaba Elsa, entonces haz tu chamba, por ella, claramente había alguien intentando lastimarla desde antes de que me conociera, yo no la maté, yo fui quien la sacó del incendio, ¿Para qué chingados la sacaría para después matarla?
Neal: A ver, ¿Por qué no te dejaron ver a tu hija? Es tu derecho- Gruñó molesto cuando llegó a la estación de policía.
Bette: Parece que el agente a cargo lo hizo personal- Exhaló- Pero no voy a estar tranquila hasta que vea a mi pequeña morena.
Neal: Bueno, ¿Por lo menos Facilier pudo hacer algo por ti?
Bette: El abogado está haciendo todo lo que está en sus manos para conseguirme permiso de visita- Exhaló nuevamente- En este momento lo más importante es probar que Regina es inocente, que todo esto es obra del carnicero, en fin, te agradezco mucho tu ayuda…
Neal: A ver, ¿Qué carajos pasa exactamente con el carnicero?
Bette: Ginny y yo les contamos la historia en el cuartel.
Neal: Sí, sí, me acuerdo perfecto- Se pasó las manos por la barba- Lo que pasa es que yo no te dije nada en ese momento, pero, unos días antes de que Archie muriera, él mismo recibió a un periodista mayor en el cuartel, yo quería hablar con Archie sobre los presupuestos, pero ese periodista lo apuró diciéndole que al carnicero no le gustaba esperar.
Bette: ¿Eso dijo?
Neal: Sí, sí, eso dijo, estoy completamente seguro, estaban hablando del carnicero, es más, cuando el viejo periodista lo mencionó, Archie se puso nervioso, como de malas.
Bette: Cualquier otra cosa que recuerdes, Neal, lo que sea, una conversación, un comentario de pasillo, lo que sea, necesito que me lo digas de inmediato, la libertad y la vida de mi hija están en peligro.
Jaime: Para la próxima, cerveza y botana, prometido- Le dijo a August en la puerta.
August: Muchísimas gracias, pero el pastel estuvo más que perfecto, señora Eudora, muchas gracias.
Eudora: No tienes nada que agradecer- Le sonrió- ¿Ya ves Jaime? August sí sabe.
Tiana: Parece que mi mamá te quiere hacer subir de peso- Se rio.
August: No será difícil con las delicias que prepara- Halagó- Bueno, ya los dejo, para que puedas llevar al bebé a descansar.
Tiana: Sí, ya se está quedando dormido.
August: Descansa, campeón- Le besó la cabecita.
Anna: Levántate, pinche mentiroso y da la cara- Apareció furiosa en el cuartel donde Killian y sus compañeros veían televisión.
Killian: Vamos afuera, Anna- Se levantó y salieron.
Policía: Mills, tienes visita- Gritó desde el pasillo y la morena se levantó del catre de la celda.
Regina: Emma- Avanzó apresurada a las rejas- ¿Dónde estabas? Estuve llamándote.
Emma: Tranquila, tranquila, cariño- Tomó sus manos a través de los barrotes- Bette ya se está encargando de todo.
Regina: Yo no la maté, yo no lo hice, ¿Cómo los iba a hacer si…?
Emma: Si te gustaba- Terminó por ella y le dolió decirlo.
Regina: No se trata de eso- Cerró los ojos por un momento- Estoy muy confundida, anoche me sentía de la chingada, era como si estuviera ebria, pero peor, no me acuerdo de casi nada- Habló angustiada y la rubia sintió el peso de la culpa alojarse en su pecho- Por favor, ayúdame a salir, por favor, sácame de aquí, yo no la maté, ella me estaba ayudando en la investigación de Graham, no tendría razones para hacerlo- Las lágrimas comenzaron a fluir- Tú, tú sí me crees, ¿Verdad? – Preguntó esperanzada.
Emma: Regina, hay algo que tengo que decirte- Tragó saliva.
Chapter 27: Las coincidencias no existen
Chapter Text
Regina: ¿Qué tienes que decirme? – La tomó de la mano a través de los barrotes de la celda, como si la rubia fuera su ancla.
Emma: Regina, he hecho muchas cosas mal, pero te juro que lo voy a hacer mejor- La miró con lágrimas en los ojos- Te lo juro.
Regina: Emma, no te entiendo, ¿De qué hablas?
Emma: Me siento muy culpable- Sollozó.
Regina: ¿Culpable de qué? – Le secó las lágrimas con ternura.
Emma: ¿Por qué tenías que traicionarme, Regina? ¿Por qué? Si yo he hecho todo por ti, si yo te amo tanto- Bajó la cabeza.
Regina: Oye- La tomó de la barbilla- Mírame- La rubia levantó la mirada- Lo de Elsa fue una estupidez de mi parte, perdóname, yo también te amo- La rubia logró esbozar una débil sonrisa- ¿Qué es lo que me tienes que decir? ¿Qué pasa?
Emma: Yo- Se escucharon pasos acercándose.
Bette: Ginny- Se acercó y tomó la mano de su hija.
Regina: Bette, sácame de aquí, por favor, te juro que yo no hice nada.
Bette: Lo sé, a eso vine, tranquila, mi amor, Neal me recomendó un abogado, fue él quien consiguió que pudiera entrar a verte- Miró a Emma y frunció el ceño, pero regresó la mirada a su hija- Te vamos a sacar de aquí, confía en mí.
Regina: Ok, ok, gracias- Exhaló.
Emma: Yo las dejo solas para que hablen- Se movió torpemente.
Bette: Oye, Emma, ¿Cómo entraste hasta aquí? – La miró con sospecha.
Regina: Emma estaba por decirme algo- La rubia la miró por unos segundos y salió a toda prisa- No, Emma, espera, por favor no te vayas- No tuvo respuesta.
Bette: Tranquila, cariño, ahora vuelvo- Siguió a la rubia- Emma, ¿A qué viniste? ¿Ibas a decirle a Regina lo que pasó en el baile? – Emma, en lugar de responder, salió corriendo.
Anna: ¿Qué fue lo que hice mal para que terminaras engañándome con un hombre? – Preguntó con lágrimas corriendo por sus mejillas.
Killian: Esto no tiene que ver contigo.
Anna: ¿Ah, no? ¿Y quién es la que quedó como pendeja frente a todo el mundo? ¿Quién es la que tiene que encarar a sus papás y decirles que siempre no se casa porque a su novio le gustan los hombres?
Killian: ¿Y tú crees que esto a mí no me duele, Anna? – Se le quebró la voz- Que más hubiera querido que tener la claridad que tengo ahora cuando te conocí, pero no, todavía no sabía bien quien era, y pensaba que lo que me estaba pasando era una etapa.
Anna: ¿Fui tu pantalla? – Preguntó con amargura.
Killian: No.
Anna: ¿Me usaste para que nadie se diera cuenta?
Killian: No, yo te quise, y te quiero- Puso la mano en la mejilla de la joven, pero esta de inmediato la quitó- Pero pensé que esa forma de querer era todo lo que se podía sentir.
Anna: ¿Y qué pasó?
Killian: Que todo eso que quise negar, toda esa parte de mí que quise esconder, apareció el día que besé a Jefferson- Anna cerró los ojos aguantando el dolor- No quiere decir que contigo no haya sido feliz, Anna, pero con ese beso descubrí que se podía ser cabronamente feliz, y que por primera vez estaba siendo honesto conmigo mismo- Tomó su mano.
Anna: Suéltame- Se alejó como si el toque la hubiera quemado- Si eras cabronamente feliz, ¿Por qué carajos seguías ilusionándome?
Killian: Muchas veces traté de platicar contigo y tú no querías escuchar, y por ese estúpido miedo, de querer evitar que sufrieras, le di largas a algo que eventualmente iba a pasar.
Anna: Tú eras mi novio, Killian, mi novio, y Jefferson no tenía por qué…
Killian: No, no culpes a Jefferson, si hay un culpable aquí, soy yo por no haber tenido los huevos de ser honesto contigo y conmigo- Exhaló para calmarse- Perdón, desde pequeño siempre quise hacer lo correcto, y me hicieron creer que eso era darle siempre gusto a los demás, no meterme en problemas, ser el niño y ser el hombre que el resto quería que fuera- Sollozó- Pero ya no puedo evitar ser quien soy, y no sabes como me duele saber que te estoy haciendo sufrir, Anna, perdóname por no haber podido ser el hombre que tú querías que fuera, te juro que lo intenté hasta el final, pero no puedo, no pude.
Anna: Esto no se va a quedar así, Killian- Negó con la cabeza- Si crees que después de chingarme la vida, te vas a ir a corres a los brazos de tu novio- Apretó la mandíbula- Estás equivocado.
Regina: ¿Qué pasó? ¿Hablaste con Emma? ¿Qué te dijo?
Bette: Olvídate de Emma- Mills frunció el ceño- Hay cosas más importantes ahora, tienes que hacer memoria, Ginny, si reconstruimos lo que pasó anoche va a ser más fácil para el abogado sacarte de aquí.
Regina: Es que no me acuerdo de nada- Pegó la cabeza a los barrotes con frustración- Y he tenido mil borracheras en mi vida, pero esta vez fue diferente, de verdad, se me borró todo.
Bette: ¿Estás segura que no estabas borracha? No voy a juzgarte, cariño.
Regina: No tomé ni una gota de alcohol, apenas tomé un refresco que me dio Emma y ya.
Bette: ¿Así? ¿Sin nada?
Regina: Sí, sí, estaba- Cerró los ojos y recordó las palabras de hace un momento de la rubia, sobre que se sentía muy culpable.
Bette: Regina- La joven morena parpadeó repetidamente.
Regina: Ella no me haría algo así- Sintió nauseas y los ojos le picaban por las lágrimas que querían salir.
Policía: Se acabó el tiempo- Se escuchó a unos metros.
Bette: Ginny, ¿Recordaste algo? No puede ser que hayas tenido una amnesia, así como así, ¿Algo más que hayas hecho o te pasó esto alguna vez antes?
Regina: Sí, me pasó una vez en Boston, y fue igualito, empecé a escuchar un zumbido en mis oídos que no paraba, no paraba de sonar y me ponía toda loca y perdía las fuerzas, y todo se ponía negro después.
Belle: De verdad nunca imaginé que tú me dirías que estás enamorado- Se burló mientras cenaban en una taquería cerca de la estación.
August: Pues yo tampoco, pero si te sigues burlando ya no te voy a volver a contar nada- Dio un mordisco a su taco.
Belle: A ver, no me estoy burlando.
August: Sí, te estás burlando- Se rio entre dientes.
Belle: No me estoy burlando- Rodó los ojos- Me alegra que te esté pasando y te admiro por no correr.
August: Yo pensé que yo era el único que se resistía a sentir algo por otro ser humano, y parece que a los dos nos pegó el amor.
Belle: Bueno, yo ya no me resisto, Ariel vale la pena el riesgo, ella lo vale todo.
August: Dios, estás tan azotada- Se rio.
Belle: Mira quien se está burlando ahora- Le palmeó la nuca.
August: Es bueno que no lo estés negando- Le guiñó un ojo.
Belle: Nunca me había enamorado realmente hasta ahora con mi pelirroja- Suspiró soñadoramente.
August: Azotada- Silbó.
Belle: Imbécil- Volvió a palmear su nuca.
August: Pagas la cuenta por esos dos golpes- Se rieron.
Regina estaba sentada en el piso de la celda con las piernas sobre su pecho, estaba oscuro y la ansiedad comenzaba a apoderarse de ella, odiaba estar encerrada, principalmente por la noche.
Su mente se fue al momento en el que Emma le dio el refresco en el baile, como se mareó segundos después, la mirada de preocupación de la rubia cuando le preguntó si se sentía bien.
Sus ojos se posaron en la pared que apenas lograba distinguir, las palabras de Emma diciéndole que se sentía muy culpable resonaron en su cabeza, los ojos verdes llenos de lágrimas y culpa golpearon el corazón de la morena.
Regina: No, Emma, ¿Cómo pudiste? – Un par de lágrimas se deslizaron por sus mejillas y metió la cabeza entre sus manos.
No quería creer que la mujer que amaba tanto pudiera hacerle algo así, ¿Qué le había hecho a la rubia para merecer algo como eso?
En toda su vida nunca se había sentido realmente amada, excepto por su hermano, nunca se permitió enamorarse de ninguna de las mujeres con las que tuvo una aventura, y ahora que por fin abría su corazón, sentía que se le estaba rompiendo.
Ahí en la oscuridad de la celda, se permitió llorar como pocas veces lo había hecho desde que era una pequeña y solitaria niña en el orfanato.
Kristoff: Quiero que me cuenten con lujo de detalle todo lo que sepan de Regina Mills en la noche del baile- Solicitó en la sala de descanso del cuartel.
Jefferson: La vi bailar en el escenario con el resto de los bomberos del calendario, no se movía tan bien como en los ensayos, pensé que se sentía mal.
Killian: Bueno, definitivamente, Regina no se sentía bien, pero de ninguna manera me animaría a decir que estuviera borracha, no me consta.
Robin: Era una fiesta, todos estábamos tomando, ¿Nos vas a meter presos a todos por eso o qué? – Gruñó en defensa de la morena.
Neal: En esas ocasiones, los elementos pueden pasarse del límite, me temo que eso pudo haber pasado con Mills, pero de eso a matar a alguien, un bombero no es un criminal.
Kristin: Regina andaba, pues, ¿Cómo le digo? – Lo pensó por un momento- Parecía un poco pasada de copas, pero es una mujer joven, y era una fiesta, agente, esa chica es incapaz de hacerle daño a nadie.
Emma: Regina no fue, yo meto las manos al fuego por ella- Se retorció las manos con nerviosismo- Yo creo que alguien se habrá metido a su casa, no sé, Regina a veces tiene unos episodios como de amnesia o algo así.
Kristoff: Mills dice que tú le diste un vaso con refresco, ¿Es así?
Emma: Sí- Sacudió la cabeza afirmativamente- ¿Cuál es el problema con eso? ¿Qué quiere saber? ¿Si era de dieta o de qué sabor? Le di un vaso de refresco que estaba ahí en la mesa, porque se sentía muy mal, eso es todo, ¿Me puedo ir? – El agente asintió y la rubia salió a toda prisa.
Bette: Emma- Le bloqueó el paso.
Emma: Con permiso- Pasó a su lado.
Bette: No tan rápido- Caminó a su lado- ¿Qué fuiste a decirle a Regina a la comisaría?
Emma: Solamente quise ver que estuviera bien- Continuó caminando.
Bette: ¿Ibas a decirle lo que pasa entre nosotras? – Preguntó preocupada de tener problemas con su hija ahora que empezaban a llevarse bien.
Emma: ¡Entre nosotras dos no pasa nada! – Ladró.
Bette: Sabes lo que quiero decir, lo que hiciste en la fiesta…
Emma: Lo que hice en la fiesta fue un error, me equivoqué, perdóname.
Bette: Quiero saber que sientes por mí, Emma.
Emma: Bette, necesito irme de aquí lo antes posible- Intentó acelerar el paso.
Bette: No, no, no- La tomó del brazo y la llevó a su oficina- No hemos terminado de hablar y no vas a seguir evitándolo, lo siento.
Emma: ¿Tienes algo que decirme acerca de mi trabajo? – Desafió- Porque si esto es personal no tengo por qué escucharte.
Bette: Por estos días lo profesional no es lo más importante.
Emma: Pareces una acosadora- Gruñó.
Bette: Parezco una madre preocupada por su hija, eso soy.
Emma: Yo también estoy preocupada por Regina, es la mujer que amo, carajo.
Bette: ¿Qué querías decirle a mi hija? – Insistió y la rubia cerró la puerta.
Emma: ¿Vas a seguir con lo mismo? – Se acercó amenazadoramente, pero la morena no se intimidó- Solamente quería verla, quería estar cerca de ella, eso es todo, ¿Qué? ¿Me lo vas a prohibir?
Bette: Estuve atando cabos, Emma, y quedé más preocupada que nunca, cada vez que a Regina le ha pasado algo peligroso como lo de anoche en el baile, ¡Tú estabas a su lado!
Emma: ¿Qué estás insinuando? – Le tembló la voz.
Bette: En Boston, Regina dice que también perdió el conocimiento, y la última persona que vio antes de que le pasara eso fuiste tú, ¿Crees en coincidencias, Emma?
Emma: ¿Qué estás diciendo?
Bette: ¡Quiero respuestas! ¡Lo que más quiero en el mundo en este momento, es escuchar que no tuviste nada que ver! ¡Porque eso destrozaría a mi hija!
Emma: Lo único que he hecho ha sido protegerla, no puedes acusarme de nada, puse mi vida en peligro para protegerla a ella.
Bette: ¿Sí? ¿Cuándo? ¿Por qué?
Emma: Bette, por favor, tú no, por favor- Se le quebró la voz, estaba tan cansada- No me hagas esto, te lo ruego, tú no dudes del amor que siento por Regina- Salió con los ojos llenos de lágrimas.
Kristin: Ah, mira quien está aquí, te estaba esperando- Le dijo a la rubia que iba saliendo del cuartel- La que anda con la hija y con la mamá.
Emma: Kris, perdón, pero ahorita no, por favor.
Kristin: No, ahorita sí, me vas a escuchar, a ver si se te queda grabado en esa cabeza rubia, sororidad- Dijo la palabra lentamente- Y eso incluye no andar con las personas que tienen dueña- Se señaló a sí misma.
Emma: De verdad, no quise hacerte daño, Kris, perdón- Dijo sinceramente, apreciaba a la mujer.
Kristin: Sí me hiciste daño, a mí ya me pusieron los cuernos una vez, y no voy a pasar por eso una segunda, y tal vez a ti te sobra juventud, pero yo tengo ganas de vivir, y tú no me vas a quitar este fuego que siento por dentro cada vez que estoy cerca de Bette, y que te quede muy claro, no me voy a alejar de Bette
Emma: Les deseo lo mejor a las dos, de verdad- Sonrió débilmente- Con permiso.
Kristin: Solo recuerda, Emma- La joven rubia la miró por encima del hombro- La gente que hace lo que tú estás haciendo no termina bien, no se puede estar bien con Dios y con el diablo.
Emma: Lo sé, créeme que lo sé- Siguió su camino.
Regina seguía sentada en el suelo de la celda con la espalda pegada a la pared, sus ojos estaban hinchados por el llanto y la falta de sueño.
Recordó la vez que estuvo presa y sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral.
Flashback
Presa: Tú, la nueva- Le habló una joven que estaba en la celda de enfrente- Te estoy hablando, imbécil- Se acercó y se sentó a su lado en la banca.
Regina: ¿Qué quieres? – Ni siquiera la miró.
Presa: ¿Vendes? – Otras presas comenzaron a acercarse.
Regina: ¿Qué cosa? – Por fin la miró y vio su rostro delgado consumido por la droga.
Presa: No te hagas pendeja, tachas- Tomó a Regina de la camiseta del uniforme y la arrojó al piso.
Fin del flashback
Los pasos de alguien acercándose la sacaron de su recuerdo.
Oficial: Levántate y siéntate ahí- Ordenó señalando la banca de concreto dentro de la celda y la morena lo miró- ¡Apúrate! – Ladró y Mills apretó la mandíbula, pero obedeció.
Regina: ¿Qué pasa? – Miró al hombre en bata blanca que entró detrás del oficial.
Oficial: Te van a hacer una prueba de sangre.
Regina: ¿Una prueba? ¿Para qué?
Oficial: Drogas.
Regina: Yo no consumo drogas.
Oficial: Eso lo va a decir el examen.
Neal: Ya solo quedan diez minutos- Les dijo a los bomberos que entrenaban en el gimnasio de la estación.
Alexander: Estos son los famosos bombonberos- Se acercó un hombre de aproximadamente medio siglo- Que animales, no paran de entrenar ni un minuto- Los miró apreciativamente, denotando que era completamente gay- Usted debe ser el jefe- Miró a Neal que tenía cara de pocos amigos.
Neal: ¿En qué puedo ayudarlo o qué? – Se cruzó de brazos.
Alexander: Permítame presentarme, soy Alexander, dueño de La Bomba.
Robin: La Bomba, ¿El club nocturno? – Preguntó acercándose y el hombre asintió.
Alexander: ¿Lo conoces?
Robin: Por supuesto- Después miró a sus compañeros- Es un club a toda madre.
Alexander: Vengo a proponerles a los protagonistas del calendario que se den una vuelta por mi local, sin compromiso.
August: ¿Y cómo para qué pasaríamos a su local? – Frunció el ceño.
Alexander: Bueno, en principio, para animar un par de fiestas, bailar, unos tragos, mostrar ese cuerpo bien esculpido que tienen, y que me hagan gritas a las chicas, ¿Sí?
Killian: ¿Nos está ofreciendo trabajo? – Alzó una ceja.
Alexander: Pues sí, claro, y si les interesa, podemos arreglar el precio- Robin fue el único que sonrió- Aunque me muero de ganas por que estén en mi local, ¡El show de los Bombonberos! ¿Qué me dicen?
Robin: Claro que aceptamos- Respondió entusiasmado.
Killian: Tendríamos que platicarlo primero, ¿No?
Robin: Trato hecho- Estrechó la mano del hombre ignorando a su amigo- ¿Cuánto y cuándo? Ahí estaremos.
Neal: Primero, tenemos que platicarlo, ¿No oíste? – Gruñó.
Robin: Está bien- Rodó los ojos.
Kristin: Ariel- Se acercó a la pelirroja que estaba sentada en el sofá con rostro desanimado- ¿Qué pasó, cariño? ¿Estás bien? – Se sentó frente a ella y vio las lágrimas en sus ojos- Háblame, corazón- Tomó una de sus manos- No me hagas imaginar cosas, mira que mi imaginación es cosa seria, no confío en ella.
Ariel: Me acaba de marcar mi oncóloga para decirme que ya tengo fecha para la cirugía.
Kristin: Cariño- Se levantó de su sofá y se sentó al lado de la pelirroja- Es la mejor noticia del mundo- La abrazó de lado- Por fin te van a quitar ese tumor, y vas a estar bien- Le sonrió.
Ariel: ¿Y si no funciona, Kris? – Se le quebró la voz- ¿Y si la quimio no quitó el tumor? ¿Y si la cirugía no funciona? ¿Y si…? – Comenzó a sollozar.
Kristin: No, no, no- Acarició el rostro de la chica- Deja de especular cosas, mi niña, vamos paso a paso, ¿Bien?
Ariel: Tengo mucho miedo- Se acurrucó en la rubia.
Kristin: Está bien, amor, es normal- Besó su frente- Yo también lo tengo- Las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas- Pero decido ser positiva, decido pensar que vas a salir bien y que vas a recuperar tu buena salud.
Belle: ¿Qué pasa, mi vida? – Se acercó preocupada, Kristin besó la frente de ambas y las dejó solas.
Ariel: No quiero morir, te he amado por un tiempo y ahora que estamos juntas, no quiero que termine- Sus ojos estaban llenos de lágrimas.
Belle: No vas a morir, no hasta que tengas cien años y estés cómoda y calientita en nuestra cama, ese día nos iremos juntas a una nueva vida para seguir amándonos, porque nada, ni la muerte podría separarme de ti- Le secó las lágrimas con ternura- Te amo mi hermosa pelirroja- Capturó los labios de su novia en un dulce beso.
Bette: ¿Cómo es posible que estén pidiendo tanto dinero de fianza? – Rugió una vez que el abogado le dijo como iban las cosas con su hija.
Facilier: Así son, se creen con el poder de hacer lo que quieren.
Bette: ¡Carajo! – Golpeó con el puño el respaldo de la silla- ¿No hay algo que podamos hacer?
Facilier: Apelar, pero con el riesgo de que esto se tarde semanas y que a Regina la trasladen al reclusorio.
Bette: No, no, no- Se pasó las manos por el cabello.
Facilier: Tendría que permanecer ahí en lo que se toma una decisión.
Bette: ¡De ninguna manera! – Se dejó caer en la silla- Mi hija ya estuvo presa injustamente, aunque por poco tiempo, además, eso yo ya lo viví y no quiero que mi Ginny pase por eso otra vez.
Facilier: Mira, Bette- Se sentó- Lo mejor que podemos hacer es juntar el dinero para la fianza y sacar a Regina inmediatamente de allí, porque debido a su condición- La morena frunció el ceño- A su intersexualidad, es posible que el fiscal pida que la pongan en una prisión mixta, o peor aún, en una de hombres.
Bette: ¿Qué? – Abrió los ojos con pánico- Mi hija no puede estar en un lugar con reclusos peligrosos- Sintió que las lágrimas comenzaban a picar.
Facilier: Por eso es mejor que se consiga ese dinero.
Bette: No sé cómo, pero lo haré, por favor ayúdame a conseguir algo de tiempo- El abogado asintió.
Emma manejaba a gran velocidad por la carretera, sus ojos estaban hinchados por el llanto, pero necesitaba calmarse, tomó todo el aire que pudo, se mentalizó por unos minutos y marcó el número de su padre.
No supo si alegrarse o enojarse cuando no respondió y después saltó el buzón, tal vez eso la ayudaría a calmarse un poco más.
Pisó más el acelerador hasta que llegó a Portland, estacionó su camioneta y se bajó a toda velocidad, maldijo por lo bajo cuando quiso abrir y la puerta estaba atrancada.
Emma: Papá- Golpeó con fuerza la enorme puerta de madera- Papá- No hubo respuesta- Mierda- Regresó al auto por su llave y abrió- Papá- Soltó su mochila en el piso y entró a la habitación que pertenecía a su padre- ¿Dónde carajos estás? – Exhaló al ver el lugar vacío y sin cosas personales- ¿Papá? – Lo buscó por el resto de la casa mientras su mente viajaba a algunas conversaciones con él desde que llegó Regina a su vida.
Erick: ¿Tienes un momento? – Le preguntó a Kristin que picaba unas verduras en el comedor.
Kristin: Mira, para mandar a la fregada a varios, sí, tengo toda la vida- Resopló- Pero si es para escuchar problemas, no mi cielo, te lo juro, no me cabe uno en el cuerpo.
Erick: Nada de problemas- Le sonrió- Al contrario, me gustaría hablarte de negocios.
Kristin: Cariño, no tengo un centavo para invertir en un negocio sin que toque mis ahorros para mi vejez, así que olvida cualquier cosa que estés pensando.
Erick: Solo estoy pesando en devolverte el favor por todo lo que has hecho por mí- Sacó unos papeles de una carpeta- Tengo algunas ideas de como podrías convertir cada una de las habitaciones de esta pensión en un negocio mucho más rentable de lo que es ahora.
Kristin: Estoy segura de que son muy buenas tus intenciones, pero ni esta casa- Señaló alrededor- Ni este cuerpo- Se señaló a sí misma- Están dispuestos a tener aquí una casa de mujeres de cascos ligeros- El chico se rio.
Erick: No, no, no, nadie está hablando de eso, me refiero a darle un giro más amplio a este negocio, sobre todo, pensando en lo increíble que eres en la cocina.
Kristin: Eso sí- Sonrió.
Erick: Mira- Se sentó a su lado y puso los papeles en la mesa- Podríamos ampliar la cocina.
Kristin: Ajá- Escuchó con interés.
Erick: Pedir los permisos que sean necesarios y, tal vez, poner unas mesitas, y yo puedo ayudarte a pedir un préstamo para que te den el dinero que se necesita sin que toques tus ahorros- La rubia miró los documentos con la propuesta- ¿Te imaginas? Hasta pensé en un nombre, “La cocina de Kris: De dulce y de picante”.
Kristin: Sacaste lo mejor de él- Le dijo con una cálida sonrisa.
Erick: ¿Cómo?
Kristin: Sacaste lo mejor de tu padre.
Erick: Gracias- Se le quebró la voz y la rubia abrió los brazos en los que se envolvió de inmediato.
Kristin: Gracias a ti, por llegar a nuestras vidas- Besó su cabeza.
Los bomberos estaban discutiendo la posibilidad de aceptar trabajar en el antro de Alexander, mejor dicho, Robin intentaba convencerlos.
Todos se pusieron en posición de firmes cuando vieron a Bette acercarse.
Killian: Comandante, estábamos tomando un descanso, pero ya, en breve, regresamos a la rutina.
Bette: No, no, no se preocupen- Se masajeó el puente de la nariz- Hagan lo que quieran, sé que son jóvenes responsables- Exhaló.
August: ¿Hay algo que podamos hacer para ayudarte?
Bette: No, chicos, una vez más, el problema es mío- Emitió una débil sonrosa.
Killian: Bette, Regina pronto saldrá de la cárcel y estará aquí con nosotros, hay que tener confianza.
Bette: Si tuviera el dinero que la policía está pidiendo por su fianza, eso me haría estar tranquila- Se lamentó- Pero apenas tenemos para los arreglos del cuartel, pero ni hablar, en este mundo todo se compra con dinero, hasta la libertad- Sintió un nudo en la garganta.
Killian: Bette, nosotros justo estábamos debatiendo un trabajo algo peculiar en un club.
Thomas: Habíamos decidido…
August: Lo vamos a hacer, sí- Robin lo miró, porque era el más reacio.
Robin: Definitivamente lo haremos.
Killian: Y con lo que ganemos, podemos pagar la fianza de Regina, si nos lo permites.
Robin: Y vamos a pedir más de lo que nos ofrecieron, así nos aseguramos de que sea suficiente.
August: Sí, que paguen lo que valen los bombonberos- Chocó el puño con Robin.
Killian: Cuenta con nosotros, Bette, para eso estamos.
Robin: Además, apreciamos a esa morena caliente con polla- August le dio un codazo en las costillas.
Bette: Te lo dejaré pasar porque sé que no lo haces con malicia- Sonrió- Gracias, chicos, no saben lo que esto significa para mí y para mi pequeña morena- Sus ojos se llenaron de agua, pero esta vez, de esperanza.
Ruby: Buenas tardes- Saludó insegura a la recepcionista de la clínica.
Recepcionista: Buenas tardes, ¿Tienes cita?
Ruby: No, pero quiero agendar una, necesito terminar con mi embarazo lo antes posible.
Recepcionista: Claro- Le entregó un formulario- Es necesario que llenes esto con tus datos personales.
Ruby: Gracias- Tomó el bolígrafo con mano temblorosa, le habría gustado que su pelirroja estuviera allí.
Anna metió su ropa de manera agresiva a la maleta, miró por unos segundos las fotos de ella y Killian que yacían en el suelo y se tragó el nudo en la garganta para continuar con su tarea.
Kristin: Sábanas limpias, cariño- Entró con una sonrisa que desapareció al ver a la joven empacando- ¿Y esto?
Anna: Se llama dignidad, Kris- La miró con los ojos rojos por el llanto y el corazón de la rubia se hundió- ¿O pretendes que siga viviendo en la misma casa que el traidor de tu hijo?
El instinto maternal quiso aparecer para defender a su cachorro, pero entendía que la chica estaba sufriendo, así que se acercó y la abrazó, dejando que llorara su dolor.
Belle estaba leyendo un libro en el jardín de pensión, pero su mente no la dejaba concentrarse, aunque quería ser un apoyo para su novia, estaba muerta de miedo, la sola idea de que algo saliera mal en la cirugía de su pelirroja, la aterraba y hacía que su corazón doliera.
Neal: Perdón- Se acercó sin querer asustarla- Estaba abierto.
Belle: Hola, ¿Qué haces aquí a esta hora?
Neal: Tengo noticias, ¿Puedo sentarme?
Belle: Sí, claro, siéntate- Lo miró con aprensión.
Neal: Nos acaba de llegar esta citación- Le mostró su celular.
Belle: Ok- Leyó sin entender mucho.
Neal: Es una audiencia con el juez, es nuestra oportunidad para que se revise el caso de tu mamá, a detalle, con toda la información que yo ya les proporcioné, y por lo que creo, el juez parece estar a nuestro favor- Sonrió.
Belle: Eso significa que…
Neal: No, todavía no podemos cantar victoria, pero casi siempre todas estas audiencias se demoran meses, esta llegó muy rápido, entonces, es una muy buena señal, ¿Cómo ves?
Belle: Gracias- Lo miró con los ojos húmedos- Gracias por todo lo que has hecho, de verdad.
Neal: Lo hago con mucho gusto- La miró tiernamente y se escucho a alguien aclararse la garganta.
Belle: Amor, Neal trajo buenas noticias- Se levantó y tomó a su novia de la mano- Ven, siéntate aquí conmigo- Se sentó y acomodó a la pelirroja en su regazo para ponerla al corriente.
Ariel: Eso es genial, amor- Le sonrió a su novia y tomó sus labios en un beso.
Oficial: Jefe, los informes- Entró a la oficina de Kristoff.
Kristoff: ¿De Elsa y Mills?
Oficial: Sí, señor- Puso la carpeta sobre el escritorio.
Kristoff: Dame un adelanto- Exhaló con cansancio.
Oficial: Sería mejor que usted lo leyera- Señaló la carpeta y Kristoff la tomó.
Kristoff: Esto no puede ser- Frunció el ceño mientras leía- La muerte de Elsa fue la noche anterior al hallazgo, esto quiere decir, veinticuatro horas antes de que recibiera la llamada de Mills.
Oficial: Así es, continúe.
Kristoff: Y no se encontraron residuos de armas de fuego ni en la piel ni en el domicilio de Mills.
Oficial: Así es.
Oficial: Pero, ¿Qué es esto? Esto es una broma de mal gusto- Gruñó.
Oficial: Y eso es lo que comprobó el equipo forense, falta que lea el examen toxicológico de Regina Mills- Le señaló la hoja.
Kristoff: Sobredosis de benzodiazepina- Leyó- Aquí debe de haber algún error, no nos pudimos haber equivocado tanto con Regina Mills, esta chica es inocente- Sintió la culpa en la boca del estómago y salió de su oficina con el oficial siguiéndolo- Quiero que canceles todos mis compromisos- Le pidió a su secretaria- Tengo algo muy importante que resolver, ¿Entendido? – La mujer asintió.
Oficial: ¿Qué hacemos con Mills?
Kristoff: Que se quede encerrada hasta nuevo aviso.
Oficial: Sí, señor- Dijo con el ceño fruncido, pensó que la liberaría de inmediato.
Emma: Necesito hablar contigo- Se acercó agitada a Kristoff.
Kristoff: Ahora no puedo- Habló sin mirarla y quiso salir.
Emma: Tiene que ser ahora mismo- Le bloqueó la salida- Vengo a entregarme- Kristoff la miró- Yo maté a Elsa Arendelle.
Continuará…
Chapter 28: Madre e hija
Chapter Text
David: Así que la pequeña Ginny ahora quiere ser bombero- Se burló mientras arrastraba las hojas muertas del jardín.
Emma: ¿Cuánto tiempo más voy a tener que seguir haciendo esto, papá? – Recogió las hojas y las puso en una bolsa negra- ¿Cuándo voy a poder tener una vida tranquila?
David: El día en que ya no tengamos enemigos, ese día podremos descansar.
Emma: Es que no entiendo, ¿Qué tiene que ver Regina con todo esto? ¿Por qué quieres que esté precisamente en ese cuartel?
David: Te lo he repetido miles de veces, menos pregunta Dios…
Emma: Y perdona- Rodó los ojos.
David: Muy bien- Le sonrió- Necesito que me averigües todo sobre ella, que quiere, con quien se junta, quien está detrás de ella, de quien sospecha sobre la muerte de su hermano, quiero saberlo todo.
Emma: ¿Cómo quieres que haga eso si apenas la conozco?
David: Enamórala, usa tus encantos.
Emma: ¿Me estás pidiendo que me acueste con ella para sacarle información?
David: Haz lo que sea necesario.
Emma: ¡Estás enfermo! – Se quitó los guantes y entró a la casa.
David: Emma, ¡Emma! – La siguió.
Emma: ¿Qué clase de padre eres?
David: Está bien, te voy a contar la verdad, la mamá de Regina es una asesina y está a punto de salir libre, se llama Bette Porter, necesito que estés cerca de ella, que me averigües todo lo que puedas.
Emma: ¿Me estás pidiendo que me meta con la mamá y con la hija? ¿En serio?
David: Yo no dije eso- Negó con la cabeza haciendo una mueca de disgusto- Dije que hagas lo que sea necesario, ¿O qué? ¿No quieres salvar a tu padre?
Emma: ¿Salvarte de qué, papá? – Preguntó preocupada.
David: De gente que me quiere muerto.
Emma: ¿Y por qué? Es que no entiendo nada- Se pasó las manos por el pelo.
David: En este mundo hay gente muy mala- Puso las manos en las mejillas de su hija- Mira, yo siempre te he querido dar lo mejor, ¿Eh? – Pegó sus frentes- Te crie, te protegí, nunca he permitido que nada malo te pase- Suspiró y se separó de Emma- Pero si me quieres dejar solo a mi suerte, allá tú y tu conciencia- Se dejó caer en el sofá.
Emma: Papá- Se puso en cuclillas frente a él- Siento que hay algo que no me estás diciendo, y la única que va a pagar las consecuencias por eso voy a ser yo.
🦢👑
Emma: Yo maté a Elsa Arendelle, estaba cansada de que se metiera entre Regina y yo, pero Regina no hizo nada, por favor libérenla.
Kristoff: ¿Por qué estás mintiendo?
Emma: ¿De qué estás hablando? Ni siquiera has abierto una investigación, deja libre a Regina.
Kristoff: Estás cometiendo un gravísimo error, Emma- Se pasó las manos por la cara- Esta no es una declaración oficial, así que, mejor vete a tu casa y…
Whale: Aquí no nos gusta que nos hagan perder tiempo y recursos- Apareció el jefe de Kristoff- Ya saben lo que tienen que hacer- Miró al agente y Emma extendió las manos para que la esposaran.
Jefferson: Perdón por interrumpir- Se acercó con una sonrisa a Belle y Ariel que se besaban en el jardín.
Ariel: Vete- Murmuró sobre los labios de su novia.
Jefferson: Cariño, amo que se amen, pero voy a tener que robarte a tu novia, porque tenemos unos bomberos a los cuales apoyar en el ensayo para su presentación en el club.
Belle: Te veo en quince minutos en la entrada, ahora, piérdete.
Jefferson: Grosera- Fingió indignación y las dejó a solas.
Ariel: ¿Piérdete? – Alzó una ceja- ¿Desde cuando eres tan ruda?
Belle: Me pongo ruda si alguien me interrumpe mientras beso y mi hermosa y extraordinaria novia- Picoteó sus labios.
Oficial: Estás libre- Abrió la celda de Regina.
Regina: ¿Cómo? – Se levantó con cautela- ¿En serio? – El oficial asintió- ¿Quién vino por mí? ¿Fue mi abogado? ¿O fue Bette? – Salió con el oficial pisándole los talones.
Oficial: Son órdenes de arriba- Atravesaron el pasillo.
Los ojos de Mills se agrandaron cuando vio a un oficial llevar a Emma en dirección de dónde ella acababa de salir.
Regina: ¿Emma? ¿Qué pasó? – No hubo respuesta y la quiso seguir, pero el oficial que la liberó la detuvo- Emma, ¿Qué haces aquí? – La perdió de vista- Emma, Emma- Sintió una opresión en el pecho- ¿Por qué la están encerrando? Esto debe ser un error, déjenme ir con ella.
La rubia alcanzaba a oír la voz desesperada de la morena y sintió un nudo en el estómago, pero estaba haciendo lo correcto para ayudar a la mujer que amaba.
Su cuerpo fue empujado bruscamente hace el interior de la celda, que curiosamente era la misma en la que había estado Regina.
Emma: ¿Qué chingados te pasa? – Le ladró al oficial.
Oficial: No nos gustan los mentirosos- Le quitó las esposas.
Emma: ¿Cuándo va a ser mi interrogatorio? – Preguntó ignorando la declaración del uniformado, que como respuesta cerró la celda- ¿Cuándo me van a interrogar?
Kristin: Yo entiendo cómo te sientes.
Anna: No, nadie me entiende, nadie es capaz de ponerse en mi lugar- Sacó sus cosas del baño.
Kristin: Tal vez, pero debes ser honesta y reconocer que Killian no te engañó, simplemente se enamoró de un hombre y ese hombre se enamoró de él.
Anna: Kris, déjame sola.
Kristin: No- Tomó a la chica de los brazos y la hizo sentarse a su lado- No sé cómo se siente enterarme que mi novio es gay, pero sí sé cómo se siente descubrir que el hombre al que amaste por tantos años no era la persona que decía ser, porque llevaba otra vida a mis espaldas, dime si habrías preferido eso, que, por negar tu realidad, Killian llevara otra vida.
Anna: ¿Sabes que hubiera preferido? Que su amor por mí fuera tan fuerte que no lo hubiera dejado tener dudas- Sollozó.
Kristin: Cariño- Le acarició la barbilla- No se puede forzar el amor, como tampoco se escoge de quien enamorarse, el amor sucede, y cuando sucede, tiene una fuerza tan poderosa que no entiende razones.
Anna: Gracias, Kris, por favor déjame sola- Pidió con una sonrisa triste.
Kristin: Por supuesto, mi cielo- Besó su frente y salió.
Bette: Regina- La abrazó en cuanto llegó a la comisaría con el abogado pisándole los talones- Ya terminó todo, gracias a Dios, cariño.
Regina: No todo, ¿Qué está haciendo Emma aquí? ¿Qué hizo?
Bette: ¿Emma está aquí? – Frunció el ceño.
Regina: Sí, sí, está ahí adentro- Señaló en dirección a las celdas- La acabo de ver ser llevada por un oficial- Miró al abogado- ¿Qué pasó?
Facilier: No tengo idea, a mí me avisaron que estabas libre por falta de pruebas, pero que siguen investigando, no sé qué pasó con la señorita Swan.
Kristoff: Yo sí- Se acercó- Tu novia se culpó por la muerte de Elsa.
Regina: ¿Qué? ¡Eso es una mierda! – Comenzó a caminar en círculos.
Bette: ¿Emma lo confesó?
Kristoff: Sí, aunque tengo mis dudas.
Regina: ¡Porque ella no lo hizo! – Gruñó - Necesito verla, quiero hablar con ella, estoy segura que la haré entrar en razón.
Kristoff: Ya desaparece, Mills, me estás colmando la paciencia- Advirtió.
Regina: ¡No! Ni madres, yo no me voy a ir de aquí hasta que…
Kristoff: ¡Te di tu arraigo nacional, así que cuidadito con pasarte de lista! – La señaló con el dedo- Porter, llévate a tu cachorra, no vaya a ser que me arrepienta.
Regina: Dije que…
Bette: Ya, ya, Ginny, vámonos- La tomó del brazo y la sacó.
Regina: No quiero empeorar las cosas, por eso te escuché, pero no voy a dejar a Emma sola- Soltó con determinación.
Bette: No esperaba lo contrario- Exhaló- A pesar de lo que sospechamos que te hizo.
Regina: Yo, la amo, Bette- Sus ojos se llenaron de agua.
Bette: Lo sé, amor- Le sonrió comprensivamente.
Ariel: Me voy a caer- Refunfuñó con los ojos vendados mientras Belle la llevaba de la mano al jardín.
Belle: No seas gruñona, bebé, ya llegamos.
Ariel: ¿Ya puedo ver? – Preguntó ansiosa.
Belle: Ya puedes ver- Le quitó la venda.
Ariel: Amor- Miró el lugar iluminado por velas y la mesa para dos con un arreglo de sus flores favoritas en medio, Belle presionó el control y la música instrumental completó el ambiente- Esto es maravilloso.
Belle: Vas a dar un paso más en tu recuperación y eso hay que celebrarlo- Sacó una silla para su novia- Además- Besó la pañoleta en la cabeza de su pelirroja- Tenemos un menú según lo que sugirió la doctora, limonada- Sirvió dos copas- Medallones de atún y una pasta que está buenísima, verduras y un poquito de pan.
Ariel: Gracias, mi amor- Le sonrió con ojos llorosos- ¿Dónde estuviste toda mi vida? – Se rieron.
Belle: Estuve buscando mi destino, aunque no he triunfado en nada- Se encogió de hombros.
Ariel: Triunfaste en mi corazón- La tomó de las manos- Y vendrá muchos triunfos en tu vida, cariño.
Belle: En la vida de las dos, porque contigo, he encontrado mi destino- Brindaron con limonada.
Ariel: Ahora dime, amor, ¿Cuáles son tus sueños?
Belle: El más importante ya se me cumplió- La miró con tanto amor que Ariel sintió la calidez recorrer su cuerpo.
Bette: ¿Comiste algo? ¿Quieres que te pida una pizza? – Le preguntó a su hija afuera de la comandancia.
Regina: No tengo hambre, quiero saber qué es lo que realmente pasa con Emma, por qué se culpó de la muerte de Elsa y quiero escucharlo de su boca.
Bette: Si quieres me puedo quedar aquí para lo que necesites- La joven negó con la cabeza- Ginny, tal vez lo que necesitas es una familia que se ocupe de ti.
Regina: Mi única familia era Graham- Soltó más rudo de lo que pretendía- Lo siento- Se pasó las manos por el cabello.
Bette: No te preocupes, amor, estás abrumada- Sonrió comprensivamente, aunque le dolían las palabras de su pequeña morena.
Regina: ¿Por qué Emma se echaría la culpa? ¿Por qué mentiría con algo así?
Bette: Cariño, yo tampoco creo que Emma sea una asesina.
Regina: ¿Por qué estás tan segura? – Se cruzó de brazos con molestia, a pesar de que concordaban- Ah, perdón, se me olvidaba que tú la conoces muy bien, ¿No? – Se rio sin humor.
Bette: No creo que sea el momento para hablar de eso.
Regina: ¿Y entonces cuándo? ¿Cuándo la metan a la cárcel 25 años por un crimen que no cometió? ¿Estás enamorada de ella? – Preguntó con tristeza.
Bette: Pensé que lo tuyo era con Elsa, y no, no estoy enamorada de Emma, por quien tengo sentimientos románticos es por Kristin y lo sabes.
Regina: Lo de Elsa fue algo confuso, me sentía unida a ella por Graham, pero a quien amo es a Emma, y no creo que eso pase.
Bette: Lo sé, Emma es para ti lo que para mí era Cora, tu madre, nunca voy a dejar de amarla- Exhaló y su hija le presionó cariñosamente el hombro- Ya que no me necesitas, tengo que ir a resolver un asunto que quedó pendiente.
Regina: ¿Qué asunto? Quieres regresar para hablar con Emma, ¿Verdad? – Acusó cegada por los celos irracionales.
Bette: No, no, Regina, no- Se impacientó- Voy a ver a tus compañeros del cuartel, les salió un trabajo en un antro por lo del calendario y aceptaron solamente para juntar dinero para tu fianza.
Regina: ¿Ellos hicieron eso por mí? – Se le hizo un nudo en la garganta, siempre había sido tan solitaria, y ahora había más gente que se preocupaba por ella que en toda su vida.
Bette: Sí, tengo que ir a decirles que ya estás libre, y que a la que tenemos que ayudar es a otra persona, y sí, hay que ayudar a Emma porque es parte importante de la institución, pero, sobre todo, quiero ayudarla porque sé que, aunque estás confundida, la amas- Besó su frente- Te veo mañana.
Regina: Agradece a los chicos por mí, diles que significa mucho lo que hicieron.
Neal: Fueron un éxito, enloquecieron a todas las chicas- Dijo a través del ruido del club.
Jefferson: Y eso que la mayoría esperaba a Regina.
Bette: Tenemos un problema- Dijo en cuanto llegó.
Robin: Nos pagaron muy bien, además las clientas nos aventaron mucho dinero- Se jactó golpeando un fajo de billetes en su mano.
Killian: Vamos a poder a sacer a Regina de la cárcel de inmediato- Sonrió.
Bette: Muchachos, yo verdaderamente no tengo palabras para agradecerles lo que han hecho, pero mi hija ya está libre.
August: Que buena noticia, todo el dinero va para el cuartel entonces.
Bette: Tenemos otro problema, Emma declaró haber matado a Elsa, está detenida.
Robin: Eso no tiene sentido.
Neal: ¿Eso dijo ella? – Bette asintió- Perdón, tengo que contestar- Se alejó a responder una llamada.
Killian: Bette, eso es imposible, Emma no puede ser una asesina.
Jefferson: Eso tiene que ser un error.
Killian: Totalmente.
Jefferson: Emma no puedo haber matado a nadie.
Killian: Imposible.
Emma: Conseguí su dirección- Hacía su confesión- Fui a su casa y la maté.
Kristoff: ¿Cómo la mataste?
Emma: Ustedes vieron el cadáver, ¿No? Ustedes saben cómo lo hice- Se encogió de hombros.
Kristoff: Quiero escucharlo de tu propia boca- La miraba fijamente y la rubia exhaló.
Emma: No me acuerdo- Se pasó la mano por la cara- No me acuerdo bien porque había tomado mucho la noche anterior- Hizo una pausa- Vi a Elsa besando a Regina y enloquecí, yo no, no me acuerdo bien lo que hice- Titubeó.
Kristoff: ¿Dónde estaba Elsa cuando la mataste? – Vio que los ojos de la rubia se movían frenéticamente.
Emma: Estaba, estaba afuera de su casa- Tartamudeó.
Kristoff: Entonces la mataste en su departamento y la llevaste 24 horas más tarde al departamento de Mills.
Emma: Sí, eso.
Kristoff: ¿Y quien te mandó a hacer lo que hiciste?
Emma: ¿Tengo cara de que alguien me manda? – Resopló.
Kristoff: ¿Honestamente? Sí- Se encogió de hombros.
Emma: Pues averígualo, para eso te pagan, ¿No? – Escupió con petulancia.
Kristoff: Ya llévatela, por favor- Le pidió al oficial- Buenas noches, Emma, a ver si pasar la noche aquí te hace colaborar y decir la verdad.
Una vez que el oficial se llevó a la rubia, el comandante hizo una llamada avisando que tenían un problema.
Regina respiraba pesadamente por el esfuerzo mientras levantaba la mancuerda y se flexionaban sus bíceps, miró de reojo la cama y un recuerdo la asaltó.
Flashback
Emma: Y aunque apenas te acabo de conocer, no tengo ganas de irme a ninguna parte- Confesó sobre el pecho de la morena después de hacer el amor.
Fin del flashback.
Regina: No pudiste ser tú, Emma- Sus ojos se llenaron de lágrimas y dejó caer la mancuerna- No puedes ser tú quien me entregó a ese tipo para que me lastimara- Se metió a la ducha y decidió que saldría esa noche para disminuir estrés.
Jefferson: Ya les toca de nuevo, chicos- Les dijo a los bomberos en el club y besó los labios de Jones.
Regina: ¿Puedo unirme? – Llegó ya con el disfraz.
Bette: Cariño, ¿Estás segura? – Preguntó aprensiva.
Regina: Necesito hacer algo o me voy a volver loca- Respondió con un suspiró.
Robin: Vamos, morena caliente- La jaló del brazo y la llevó con él.
Si las mujeres ya estaban enloquecidas con el show anterior, la presencia de Regina en el escenario aumentó los gritos y el dinero.
La morena no estaba ahí por eso, bailar siempre la ayudaba a olvidarse de todo, se movió de manera sensual y explosiva, pero esta vez no funcionó del todo, no podía dejar de pensar en Emma.
Bette entró a la habitación de su hija y la encontró dormida en el sofá, su rostro tenía rastros de lágrimas, a la mujer mayor le partía el alma ver a su pequeña morena así, tomó una manta y la cubrió.
Su mente viajó al día en que tuvo que elegir entre salvar a sus hijos o a su esposa, fue la decisión más difícil de toda su vida, pero sabía que, si hubiera salvado a Cora, ella nunca la perdonaría.
Y aunque no conoció a su hijo Graham y perdió a la mujer de su vida, esa hermosa joven morena acurrucada en el sofá lo valía todo.
Bette: No te mereces esto, Ginny- Acarició su cabello- Mereces ser feliz, mi pequeña morena.
Regina: Emma, Emma- Murmuró entre sueños.
Bette: Lo sé, amor- Besó su frente y se quedó a velar su sueño.
Erick: Bueno, la idea es que allá arriba en el patio, pongamos unas mesitas- Le explicaba a su hermano- Con unas sombrillas grandes para el verano, porque queremos que la gente se la pase bien.
Jefferson: Bueno, si hace mucho calor, podemos pedirles a los bomberos que cada tanto nos mojen con sus mangueras, digo, para refrescarnos, ¿No? – Se rieron.
Erick: Y si conseguimos el permiso, podríamos ofrecer cerveza.
Jefferson: Cervezas, mezcal y tragos con paragüitas de colores, nunca falla.
Erick: Pero ten cuidado- Frunció el ceño y Jefferson pensó que le había parecido demasiado gay- Porque tengo alma de barman y podría querer preparar los tragos- Sonrió y su hermano suspiró aliviado.
Jefferson: Y yo tengo alma de cliente de barman- Se rieron y chocaron cinco- Hey- Les sonrió a Ariel y a Belle que iban saliendo de la habitación de la pelirroja.
Ariel: Ya estoy lista para irme al hospital- Sonrió débilmente.
Jefferson: Cariño, todo va a salir bien- La abrazó- Te quiero mucho.
Ariel: Y yo a ti.
Belle: Vamos, amor- La tomó de la mano y con la otra tomó el asa de la maleta.
Bette: Mira nada más mi reina- Se acercó con la cazuela a la barra en la que estaba su hija- Unos huevitos a la mexicana- Le sirvió- Especiales para agarrar la energía necesaria.
Regina: Gracias, pero no sé si quiero desayunar- Suspiró profundamente.
Bette: Amor, te va a hacer bien, vine especialmente para asegurarme de que comas.
Regina: Necesito ir a la delegación, quiero hablar con Emma.
Bette: Emma es incapaz de matar a alguien, es absurdo, la conoces, tiene carácter, pero, ¿De eso a matar a alguien? – Negó con la cabeza.
Regina: Yo tampoco la creo que capaz de eso, pero algo esconde, algo que ni tú ni yo sabemos- Se pasó las manos por la cara con frustración- Al final, todos esconden algo, ¿No? Solo tengo que averiguar que esconce ella, tal vez así pueda ayudarla a salir.
Bette: Ginny, tómate unos días, descansa, has pasado por mucho.
Regina: No, no, no quiero descansar.
Bette: Tengo que cuidarte, es mi deber de madre.
Regina: Lo primero es quitarme de la duda y sacar a Emma de ese lugar.
Bette: Cariño- Le tomó el rostro amorosamente- Confía en tu madre, deja que Emma resuelva sus problemas sola, ahora tienes que ocuparte de ti.
Regina: Gracias por todo, de verdad- Se puso de pie- Estuviste al pendiente de mí mientras estuve detenida y ahora aquí en la casa, nunca había tenido una madre.
Bette: Gracias a ti, gracias por dejarme entrar en tu casa- Puso su mano sobre el pecho de su hija- Pero sobre todo por estarme dejando entrar aquí, por confiar en mí- A ambas se les pusieron los ojos llorosos- ¿Puedo darte un abrazo, mi amor? – Como respuesta, Mills inició el abrazo.
Killian: No pienso discutir el tema con ustedes- Aclaró en cuanto su papá y su hermano entraron a su departamento.
Brennan: ¿El tema? ¿Llamas el tema al hecho de acostarte con otros hombres? – Preguntó con asco.
Liam: Papá.
Brennan: ¿Qué? Hay que llamar las cosas por su nombre, Liam- Después miró al bombero- Y no me vengas a dar el discursito de la diversidad y esa mierda- Lo señaló con el dedo- Porque lo tuyo es una enfermedad, es una puta moda para sentirse especiales.
Liam: Papá, tampoco le hables así- Exhaló.
Brennan: ¿Ahora lo vas a defender? – Se cruzó de brazos.
Liam: Solo te pido que conversemos sin necesidad de…
Brennan: ¡YO NO VENGO A CONVERSAR, CARAJO! PORQUE CON LOS MARICONES NO SE CONVERSA- Killian ya tenía los ojos llenos de lágrimas- Se les hace entender de otra manera- Golpeó su puño contra su palma varias veces frente al rostro de su hijo menor.
Liam: ¡Papá, basta, ya! – Lo alejó de su hermano.
Killian: Que suerte tengo de que me importe un carajo tu opinión, papá, ¿Por qué, ¿Sabes qué? Hay hombres que no tienen tanta suerte y no son capaces de soportar el rechazo de la gente que dice quererlos, hombres que podrían haber tenido una vida feliz, pero que se las chingaros padres como tú, dejándolos sin ganas de vivir, sintiendo vergüenza de ser quienes son, así que piensa lo que quieras pensar de mí, papá- Se acercó mucho a él- Pégame si quieres.
Liam: No, Killian- Puso el brazo entre ellos.
Killian: Pero nunca los golpes le han quitado a nadie la homosexualidad, no te equivoques, y si estás sufriendo porque no tienes al hijo que soñaste, vete lejos y sufre, porque yo estoy mejor que nunca.
Brennan: Quiero que desocupes este departamento y te largues de aquí- Bramó como toro embravecido- Yo no voy a seguir manteniendo un pervertido- Se apresuró a la puerta- ¡Y olvídate de que tienes padre!
Killian: No te preocupes, ya me olvidé- Se tragó el nudo en la garganta.
Liam: Lo siento- Presionó el hombro de su hermano y se fue tras su padre.
Emma: Necesito hacer una llamada- Le dijo a Kristoff desde su celda.
Kristoff: Aquí no es un hotel.
Emma: Conozco mis derechos.
Kristoff: Muy bien, para que le digas a l juez que siempre se te trató como a una reina- El oficial se acercó y le susurró algo- Mira, que suerte, tienes visita, parece que alguien se quedó extrañando demasiado este lugar- Se burló y el corazón de la rubia se aceleró al saber de quien se trataba- Las dejo, tortolitas- Se fue.
Regina: Hey- Se acercó torpemente a los barrotes y extendió sus manos.
Emma: Hola- Tragó saliva y tomó las manos de la morena.
Regina: Quiero escuchar tus explicaciones- Quiso sonar firme, pero su voz y expresión facial rogaban para que la rubia no estuviera involucrada en nada malo.
Emma: Ya lo sabes todo- Tragó saliva y soltó las manos de la morena- Confesé que maté a Elsa, por eso te dejaron libre.
Regina: Pero no entiendo nada, tú no eres una asesina, ¿O qué? ¿Me vas a decir que todo este tiempo me has estado mintiendo?
Emma: Solo hice lo que tenía que hacer- Respondió mirándola a los ojos.
Regina: ¿Echarte la culpa? ¿Por qué lo haces? – No entendía quien en su sano juicio haría algo así.
Emma: Porque estoy enamorada- Pegó la frente en los barrotes- Y no- Levantó la mirada- Yo no maté a nadie- La morena suspiró de alivio al confirmar lo que ya sabía- En cuanto se sepa la verdad me van a dejar en libertad, pero muchas veces para que la verdad se sepa, uno tiene que pagar ciertas culpas.
Regina: ¿Cuáles culpas? – Exhaló con frustración- Otra vez me estás hablando en código, de verdad, Emms, te quiero entender.
Emma: Regina, lo hice por ti, ya- Se alejó de los barrotes.
Oficial: Se acabó tu tiempo, Mills.
Regina: No he terminado de hablar con Emma.
Oficial: ¡Te vas! – Le ordenó.
Regina: Emma, ojalá algún día me digas la verdad, pero sin importar de que se trate, te voy a seguir amando- Sonrió con tristeza y se fue.
Emma: Espero que pienses lo mismo cuando sepas quien soy, porque tú siempre serás el amor de mi vida- Murmuró con lágrimas resbalando por sus mejillas.
Jefferson: Hey, hey- Le alisó la espalda a su novio- Eres muy valiente, Kill, así se le habla a un homofóbico sin corazón, sea quien sea.
Killian: Sí, pero ahora tengo que buscar un lugar donde vivir, me quiero salir de mi casa, mejor dicho, de la casa de mi papá, no quiero deberle nada.
Jefferson: Estoy de acuerdo, ¿Quieres que hable con mi mamá a ver si te puedes quedar en la pensión?
Killian: ¡No! Con Anna ahí no hay manera.
Jefferson: Tienes razón- Exhaló- Podemos acondicionar un espacio aquí en el negocio y convertirla en tu habitación, si…
Killian: No, no hay dinero, después de la inversión para este lugar, nos quedamos en ceros.
Jefferson: Pero este lugar está funcionando bien, ¿No?
Killian: Sí, pero hay que recuperar esa inversión, y para que tengamos ganancias pasará algún tiempo, además en el cuartel estamos pasando por una crisis financiera que Bette intenta subsanar, nuestro sueldo se redujo y…
Jefferson: Hey, tranquilo, somos dos, algo se nos va a ocurrir- Puso las manos sobre los hombros del bombero.
Killian: Jeff, podrías tener al hombre que quisieras sin los rollos de un recién salido del closet, no te lo mereces- Se sentía abrumado- ¿Por qué tenías que elegir al más complicado de todos? ¿Por qué? – Se pasó las manos por el rostro.
Jefferson: Por la misma razón que tu elegiste al más obsesivo, al más impredecible, al más intenso de todos- El bombero se rio- El amor es raro, Kill- Besó suavemente sus labios- Pero ahora que lo tenemos, deberíamos disfrutarlo, ¿No crees? – Lo miró tiernamente.
Killian: Sí, tienes razón- Ahora fue él quien unió sus labios con el del joven diseñador.
Ninguno de los dos se dio cuenta que Anna iba entrando al local, pero al verlos besándose, se dio media vuelta y se fue con los ojos llorosos y los dientes apretados.
Ruby se sirvió un té y se sentó en un mueble frente a Zelena que trabajaba en su computadora haciendo informes.
Zelena: ¿Qué pasa, cariño? – Preguntó al sentir la mirada de su novia.
Ruby: Ya tomé una decisión, voy a abortar- Cerró los ojos por unos segundos y la pelirroja esperó pacientemente a que continuara- Mañana tengo una cita en la clínica, Zee, por favor no me juzgues- Ese era su mayor temor.
Zelena: Rubs- Bajó la tapa de su laptop- Yo nunca podría juzgarte, esa es una decisión muy personal- Se sentó a su lado.
Ruby: Es que yo nunca soñé con ser madre, cuando mis amigas jugaban a las muñecas y soñaban con casarse con el príncipe azul, yo estaba mirando libros de geografía pesando a que lugares del mundo quería viajar, un hijo no estaba ni está en mis planes.
Zelena: Amor, no todas soñamos con ser madres y eso está bien- La tomó de la mano.
Ruby: Lo sé, tú sí eres buena mamá, yo nunca podría ser como tú.
Zelena: Aunque estoy lejos de mi pequeña Margot- Sintió la tristeza invadirla.
Ruby: Resolveremos eso, nena- Que hablara en plural calentó el pecho de la pelirroja.
Zelena: Oye, ¿Y sigues pensando en que no se lo vas a decir a Robin? Yo creo que él tiene derecho a saberlo.
Ruby: No, es mejor así, Zee- La pelirroja asintió en comprensión.
Zelena exhaló con molestia cuando su teléfono sonó y vio el nombre de su ex marido en la pantalla.
En conexión…
Zelena: ¿Qué quieres, Walsh? – Preguntó con irritación.
Margot: Mamá.
Zelena: Mi amor, no pensé que fuera tú, ¿Por qué estás llorando? – La niña le explicó- Ya voy para allá, no pasa nada, tranquila, todo va a estar bien.
Fin de la conexión.
Ruby: ¿Qué pasa? – Preguntó al ver a la pelirroja tomar su bolso.
Zelena: Era Margot, Walsh está completamente borracho.
Ruby: Voy contigo- Tomó las llaves y salieron a toda prisa.
August fue a abrir la puerta cuando el timbré de la casa de Tiana sonó, la joven había ido a acostar al bebé.
August: ¿Sí? – Preguntó al hombre joven que como respuesta entró- Hey, no puedes entrar así.
Naveen: ¿Y tú quién eres? – Preguntó con arrogancia.
August: Soy August Booth, amigo de Tiana- Extendió la mano no queriendo crear problemas en casa de la mujer de la que se había enamorado.
Naveen: Pues ya te puedes ir, amigo de Tiana- Se burló ignorando la mano del bombero y quiso ingresar a la propiedad.
August: No- Puso su mano en el pecho del hombre- No puedes pasar nada más así.
Naveen: Lo haría si no me estorbaras- Gruñó.
August: Mira, no sé- No terminó porque recibió un puñetazo en la mandíbula- Mira, pendejo- Lo tomó de la camisa y lo estrelló en la pared.
Tiana: August, no- Llegó al pasillo- Es el papá de mi bebé.
Naveen: Ya escuchaste, cabrón- Le dio un puñetazo en el estómago que lo hizo doblarse y Tiana estaba paralizada- No quiero que vuelvas a acercarte a mi hijo, pendejo- Enfatizó el insulto y se acercó a Tiana- Entremos- La tomó bruscamente del brazo.
Tiana: Cálmate, por favor- Pidió con voz temblorosa.
Kristoff: ¿Qué le dijo Mills a Swan?
Oficial: Pues, le pidió explicaciones, la chica rubia le declaró su amor y le confesó su inocencia.
Kristoff: Mantenme informado de lo que sea, de quien pregunta por ella, y asegúrate de que alguien siempre esté vigilando a Mills, quiero saber todos sus movimientos, ¿Entendido?
Oficial: Sí, jefe- Salió de la oficina y el comandante de inmediato marcó un número con su celular.
En conexión…
Kristoff: Jefe, por fin contestas, estoy intentando comunicarme contigo desde ayer para notificarte todas las novedades.
David: Estaba ocupado, ¿Qué quieres? ¿Cómo estás tratando a Mills?
Kristoff: Tuvimos que liberar a Mills por falta de pruebas.
David: ¿Qué chingados? – Ladró enojado.
Kristoff: Ya teníamos al ministerio público encima gracias a la intervención de Porter que se movió rápidamente, pero tenemos a una persona que supuestamente es culpable del crimen, y por esto he estado tratando de localizarte desde ayer.
David: ¿Cómo? No estoy entendiendo.
Kristoff: ¿Puedes decirme que estás planeando mandando a tu hija a culparse por la muerte de Elsa?
David: ¿Qué? ¿Emma se está echando la culpa de la muerte de esa policía? – Realmente estaba furioso.
Killian: Robin, ¿Estás seguro de que vas a poder? Es que es mucho trabajo- Dijo mientras bajaban la escalera de la casa que Robin planeaba alquilar con sus novias- Y cuando me pediste que te ayudara, la verdad, con todo el respeto que te mereces y se merece este lugar, no pensé que fuera a estar tan jodido.
Robin: Jones, cuando termine va a quedar a toda madre, vas a ver- Entraron a lo que sería la sala de estar en la que ya había iniciado algunas mejoras.
Killian: Este lugar se está cayendo- Rodó los ojos y vio el rostro de su amigo caer un poco- Pero bueno, ya sabes que yo te apoyo.
Robin: Gracias, hermano- Lo abrazó.
Killian: Traje algunas herramientas, voy a bajarlas del coche, lo tuve que dejar a unas cuadras porque no había lugar, ahora regreso- Le palmeó la espalda y salió de la propiedad.
Robin tomó la cinta métrica para continuar con su labor, cuando sintió que el suelo se movió, miró hacia el techo y vio que se agrietaba justo en medio de donde colgaba una lámpara.
Se levantó asustado e intentó salir, pero el derrumbe se produjo en segundos y parte del pesado techo cayó sobre él.
Continuará…
Chapter 29: Bajo tierra
Chapter Text
El temblor se sintió en toda la ciudad, Regina de inmediato fue a la comisaría para asegurarse que su rubia estuviera bien, dudaba que en el momento del siniestro hayan aplicado los protocolos de seguridad.
Por más que insistió, no la dejaron verla, pero le aseguraron que estaba bien, no lo quedó de otra más que creer, así que se fue de inmediato al cuartel sabiendo que habría emergencias que atender.
Kristin: No es que me dé miedo- Le dio una taza de té a Anna- En el 85 me quedé en la cama en medio de tremendo temblor, pero en el del 2017, Jeff andaba en la calle, y ahí sí me asusté muchísimo imaginando que se lo pudo haber tragado la tierra- Sacudió la cabeza para alejar ese horrible recuerdo.
Erick: ¿Qué hago con esto? – Preguntó con los restos de un jarrón roto.
Kristin: Tíralo a la basura, cariño, es una baratija que me regaló el innombrable de mi difunto marido- Después miró a Anna- Mi amor, tómate el té a ver si te regresa el color al cuerpo.
Anna: Es que siempre le he tenido mucho miedo a los temblores, pero me tomo el té y termino de empacar lo que me falta.
Erick: ¿Y estás segura que sí te quieres ir?
Anna: Por supuesto, eso decidí y es lo que voy a hacer.
Kristin: Pero cuando lo decidiste, aún no se había movido la tierra.
Erick: Y tal vez no quieras dormir sola, digo, la alarma sísmica no sonó y puede haber réplicas.
Anna: Ay, no, no digas eso- Le tembló la voz- Está bien, solo para que ustedes se queden tranquilos- Bauer y Erick sonrieron- Pero muy pronto me iré, llueva o tiemble.
Emma: Sáquenme- Golpeó los barrotes de la celda- ¡Sáquenme de aquí! ¡Sáquenme de aquí carajo! – Dio un paso atrás cuando escuchó pasos.
Kristoff: ¿Qué? ¿Ya te cansaste de estar jugando en la cárcel para salvar a tu novia?
Emma: Si hay réplicas del temblor y me cae encima una pinche pared, ¿Qué? – Gruñó.
Kristoff: Ya, no seas exagerada, no es para tanto- Rodó los ojos- Ahora tengo cosas más importantes que hacer- Se fue.
Emma: Vete a la mierda- Murmuró.
Belle: ¿Nerviosa? – Le preguntó a su pelirroja cuando se sentaron en la cafetería del hospital.
Ariel: ¿Por el pinche temblor o por la operación? – Resopló y su novia se rio entre dientes.
Belle: No sé, tú dime- Tomó sus manos.
Ariel: ¿Sabes qué? No importa si estoy nerviosa, estoy contigo y eso me hace sentir segura- Sonrió.
Belle: Me alegra escuchar eso- Besó sus manos.
Ariel: Oye, bebé, ¿Crees que retrasen la cirugía por lo del temblor? – Ambas se rieron.
Bette: El servicio sismológico nacional acaba de mandar el reporte- Le informaba a Neal con la carpeta en la mano mientras caminaban por el patio de maniobras- Epicentro, tres kilómetros al noroeste de Portland, latitud 18.93, longitud menos 99.22, cuatro kilómetros de profundidad.
Neal: Aparentemente superficial, pero muy fuerte, carajo- Se pasó las manos por la barba.
Bette: Sí, aunque fue solo un 5.3 de magnitud, el problema es que no sonó la alarma sísmica, no hubo oportunidad de que quienes estaban en áreas de riesgo evacuaran- Exhaló.
Neal: Voy a activar el recorrido por la colonia- Salió del cuartel.
Regina: Ya estoy aquí- Entró prácticamente corriendo.
Bette: Amor- Besó su frente- Tus compañeros se están organizando, únete a ellos.
Regina: Claro, Bette- Se fue de inmediato y la mujer mayor suspiró añorando que le dijera mamá, tal vez un día.
August: La estructura del edificio está bien, no veo grietas visibles ni peligrosas- Miraba con cuidado- Ya revisé la tubería de gas y está intacta, ¿Ok?
Tiana: Gracias- Le sonrió meciendo a su bebé en brazos.
August: Y lo siento, pero voy a tener que irme, porque seguramente habrá muchas emergencias en la estación.
Tiana: No te preocupes, ve a hacer lo que mejor haces, que es salvar a la gente- Le sonrió y August se acercó a acariciar la mejilla del bebé- Cuídate mucho, por favor.
August: Tú también- Besó su mejilla- Y me cuidas al futuro comandante de bomberos por favor- Tiana negó divertida- Voy a traer mi celular conmigo para estar al pendiente, cualquier cosa, me marcas- Caminó hacia la puerta.
Tiana: Gracias, August.
August: Y- Exhaló- Tenemos una conversación pendiente- Vio a la morena tensarse- Solamente me gustaría saber qué pasa con el papá del pequeño August, cuando quieras decírmelo, claro.
Tiana: Sí, claro- Miró hacia otro lado y el bombero se fue a su trabajo.
Bette: Vamos, vamos, vamos- Ordenaba a los bomberos- Tenemos un derrumbe- De inmediato se subieron a los camiones y encendieron las sirenas.
Cuando llegaron al lugar, Killian se acercó.
Killian: Gracias a Dios- Sus ojos estaban llorosos.
Bette: Tranquilo, ya estamos aquí- Miró el lugar entre escombros.
Killian: Yo solo salí a mi coche a buscar la caja de herramientas, empezó a temblar y no pude hacer nada.
Regina: ¿Qué quieres decir? – Preguntó preocupada.
Killian: A Robin se le cayó la casa encima- Se le quebró la voz.
Neal, Regina y Bette: ¿Qué?
August: Porter- Se acercó a toda prisa- En el cuartel me informaron sobre el derrumbe- Vio el rostro preocupado de todos y Bette tomó la radio.
Bette: Derrumbe en la zona norte, construcción antigua de cemento y madera, todos los elementos se despliegan en el lugar, se confirma que hay una persona atrapada, masculino, joven, necesito la presencia de la policía lo antes posible para que se haga cargo del tráfico - Exhaló y miró a August- Es Robin- Los bomberos de inmediato se fueron a hacer su trabajo.
Killian: Hey, August, August- Le habló al verlo quitar rocas con sus manos de manera desesperada- August, necesitamos escuchar para ubicar a Robin- El otro no lo escuchó y continuó quitando rocas- Mejor ve a revisar si las construcciones aledañas necesitan alguna reparación- No obtuvo respuesta.
Regina: Hey, tranquilo- Se agachó frente a August y lo tomó de los hombreo- ¿Qué te pasa?
August: Ya cometí un error con Jekyll, no lo voy a volver a hacer y menos con Robin- Cerró los ojos y recordó lo que pasó ese día en el incendio en el que no ayudó a Jekyll.
Regina: Escucha, vamos a rescatar a Robin- Aseguró.
August: No sabemos si está vivo, Regina- Negó con la cabeza para ahuyentas las lágrimas.
Regina: No digas eso- Se tragó el nudo en la garganta- No digas eso, porque Robin estaría aquí quitando piedra por piedra si fuera cualquiera de nosotros, así que vamos a hacer lo mismo por él, pero de la manera adecuada para aumentar sus posibilidades, ¿Ok? – August asintió y comenzaron a buscar.
Neal: ¿En dónde han buscado? – Preguntó después de un rato.
Regina: En todos lados que hemos podido, aún no hay nada- Respondió con frustración- Hemos revisado en muchas partes, pero aún falta mucho en la parte de atrás- Señaló.
August: Yo iré para allá.
Killian: Y yo.
Regina: Moví algunas cosas- Caminaron entre los escombros- A ver movamos esto- Levantaron una pesada loza.
Emma: ¿Qué pasó? – Preguntó cuando el oficial entró a su celda.
Oficial: Estás libre.
Emma: ¿Y el inspector? El amigo de Elsa.
Oficial: ¡Ya salte! Necesitamos desocupar esta celda- La rubia no se movió- ¡Apúrate! – Swan salió.
Policía: Parece que la rubia tiene influencias- Murmuró con molestia y Swan lo miró- Ve a darle las gracias al juez que te mandó sacar- Emma lo ignoró y se fue directamente al cuartel.
Zelena: ¿Estás bien? – Abrazó a su hija en cuanto abrió la puerta.
Margot: Tuve miedo cuando tembló y mi papá ni siquiera se levantó- Sollozó.
Zelena: Ya pasó, mi amor, te llevaré conmigo- La tomó de la mano.
Walsh: Ey, ¿A dónde creen que van? – Apareció tambaleándose y arrastrando la voz- Esta es la casa de mi hija y aquí se queda.
Zelena: Me voy a llevar a mi hija porque tú no estás en condiciones de cuidarla- Gruñó.
Walsh: Y ahora resulta que el club de las degeneradas va a cuidar mejor a la niña que su papá- Se burló.
Ruby: Al menos el club se enteró que acaba de temblar, pero tú, con la borrachera que traes, no fuiste capaz de tranquilizar a tu hija- Acusó.
Walsh: Fuera de aquí, pinches locas- Tronó los dedos- Y tú, Margot, ven para acá- La quiso tomar del brazo.
Zelena: ¡No! – Le dio un leve empujón.
Walsh: ¡Que vengas para acá, Margot! – Ladró y quiso jalar a la niña que fue protegida por Ruby.
Ruby: ¡No te atrevas a tocarla! – Gruñó y el hombre se le quiso ir de nuevo, pero Zelena lo empujó y cayó golpeándose la cabeza en la mesa de centro.
Zelena: Vámonos- Dijo con voz temblorosa.
Ruby: ¿Lo vamos a dejar así? – Puede que despreciara al hombre, pero podría pasarle algo serio.
Zelena: Margot, amor, ve por el botiquín- La niña obedeció de inmediato y ambas mujeres voltearon a ver al hombre en el suelo cuando jadeó- ¿Qué se siente ser el que esté en el suelo esta vez? – Se acercó un poco- Mírame, cabrón- Walsh la miró con coraje- Mírame hacia arriba, así como yo te miraba esperando que te compadecieras de mí y me ayudaras- Se puso en cuclillas- O por lo menos que dejaras de golpearme, ¿Qué se siente cabrón?
Bette: August, Killian y Regina, ustedes sigan removiendo escombros- Los bomberos asintieron- Thomas, llévate a dos de tus compañeros y rodeen el predio, verifiquen una vez más las tuberías de gas y las instalaciones eléctricas- Todos miraban abatidos- Muchachos, esto es todo lo que podemos hacer por ahora- Dijo con pesar y todos se desplegaron.
Brigadista: Inspector, somos los brigadistas de apoyo- Se acercó junto con otro joven y un perro.
Bette: Excelente, cada minuto que pasa vale oro, tenemos una víctima y es uno de los nuestros- Les dio instrucciones.
August: ¡Una, dos, tres! – Gritó y entre los tres levantaron la pesada loza.
Killian: Si Robin no alcanzó a salir de la sala, tiene que estar por aquí.
Regina: Necesitamos seguir picando y estar alertas a cualquier intento de ayuda de Robin, cualquier respiración, lo que sea- Todos asintieron y comenzaron a golpear con los picos el concreto.
Brigadista: Muchachos, si escuchan algo, nos dan el aviso y nos metemos por el hueco que podamos.
Regina: Si es necesario, yo bajo- Se ofreció valientemente.
Brigadista: ¿Tienes la preparación para hacerlo?
Regina: No, no, no, pero yo lo hago, no me importa el riesgo, quiero sacar a Robin.
Brigadista: Espero que sepas lo que haces- Exhaló y continuó en lo suyo.
Regina: Venga, sigamos moviendo escombro.
Zelena: Ahorita te bajo, mi amor- Le dijo a su hija y se bajó de la camioneta junto con Ruby.
Ruby: ¿Más tranquila? – Le alisó la espalda.
Zelena: Sí- Exhaló- La verdad es que me ayudó mucho decirle algunas vedades a ese pendejo- Tomó una de las manos de la fotógrafa- Muchas gracias por el apoyo, mi hermosa loba.
Ruby: No tienes nada que agradecer, amor, para eso somos un equipo- Besó su mano- ¿Sabes qué? El verte así con tu hija me hizo sentir algo que no había sentido nunca.
Zelena: ¿En serio? – Preguntó con ojos brillantes.
Ruby: Sí, no sé, como que el embarazo dejó de ser una idea, yo creo que se lo voy a decir a Robin para que participe en la decisión.
Zelena: Yo siempre voy a estar aquí para apoyarlos, lo sabes, ¿Verdad? – La fotógrafa sonrió y la abrazó.
Ruby: ¿También serás mamá de este bebé? – Preguntó aprensiva.
Zelena: ¿Te gustaría eso? – Preguntó con una sonrisa y si novia asintió en su cuello- Entonces lo seré, y amaré a nuestro bebé como amo a Margot.
Regina: Vamos, chicos, no podemos parar, recuerden que es por Robin- Quitaba escombro frenéticamente.
Bette: Ginny, estoy muy orgullosa de ti.
Regina: Solo hago mi trabajo- Tomó nuevamente el pico y comenzó a golpear.
Brigadista: ¡Aquí hay una grieta! – Anunció- Si la separamos un poco, alguien puede entrar- Regina dejó el pico y se acercó.
Bette: ¿Hay movimiento? ¿Se escucha algo? – Regina se acostó sobre los escombros y pegó la oreja en la grieta.
Regina: No, nada- Resopló frustrada.
Emma: Vine tan pronto me enteré- Apareció en uniforme.
Killian: Emma, que gusto verte- La abrazó.
Emma: Gracias, Jones- Le sonrió.
Regina: Emma- Se levantó- Pensé que seguías detenida, ¿Qué pasó? – Quería abrazarla también, pero algo en la postura de la rubia la hizo desistir.
Emma: Ahorita no es momento para explicaciones, ahorita lo más importante es Robin- La morena asintió- ¿En qué ayudo?
Regina: Toma- Le entregó uno de los picos- Me alegra que estés libre- Le sonrió y la rubia le regresó la sonrisa, aunque más discreta- Puedes picar ahí- Señaló y Swan asintió.
Pasaron bastante tiempo trabajando, pero no dejaron que el cansancio los hiciera bajar el ritmo, no pararían hasta sacar a Robin de ahí.
Belle: ¿Nerviosa? – Le preguntó a su novia que ya estaba en la camilla del hospital.
Ariel: No sé qué le pudieron a esta manguerita- Miró por donde pasaba el medicamento- Pero se me fue todo el miedo- Su novia se rio- ¿Me pasas mi celular, por favor? – Belle se lo entregó.
Belle: ¿Para qué lo quieres en este momento?
Ariel: Voy a hacer un live en Facebook para contarles a todos que voy a entrar al matadero- Bromeó con una sonrisa.
Belle: Excelente idea, mi amor, tus seguidores te han estado apoyando desde que iniciaste este proceso- Besó su frente y la pelirroja suspiró profundamente antes de comenzar.
Ariel: Hola, ¿Cómo estás? – Saludó sonriendo a la cámara- ¿Qué tal el temblor? Movidito, ¿Verdad? – Hizo una pausa- Bueno, no vengo a hablarles del temblor, les quiero contar que ya estoy en el hospital, para que de una vez me quiten este pinche tumor, en unos momentos voy a entrar al pabellón y espero que a partir de hoy empiece una nueva vida- Tomó la mano de su novia- Y no sé qué bueno hice en la vida para tener una novia tan extraordinaria que me apoya en todo momento- Giró el celular hacia el rostro de Belle.
Belle: Hola, gente bonita que sigue a mi novia, contamos con sus buenos deseos para mi pelirroja- Sonrió tímidamente.
Ariel: Y bueno, aunque me siento muy bien acompañada por mi hermosa novia y por sus buenos deseos, tengo que decir que- Se le quebró la voz- Que me gustaría que tú también estuvieras aquí, agarrándome de la mano, mamá- Una lágrima rodó por su mejilla- Yo sé que tú y yo no tenemos una buena relación, pero, si salgo bien de todo esto, me gustaría que pudieras venir y darme un abrazo- Más lágrimas se deslizaron y Belle la abrazó de lado- Te extraño mucho, mamá- Terminó la transmisión.
Belle: Te amo, mi vida- Besó su frente.
Ariel: Ven, acuéstate aquí conmigo en lo que vienen por mí- Cuando su novia lo hizo, se acurrucó en sus amorosos brazos- Aquí, en tus brazos, nada puede asustarme- Se acurrucó más- Y también te amo.
Zelena: Oye, este yo lo iba a colorear- Hizo un puchero a su hija que se rio.
Ruby: Bonita, tu helado- Se lo entregó a Margot.
Margot: Gracias- Le sonrió y la fotógrafa estaba encantada con esa sonrisa y sus mechones rojos.
Zelena: Solo un plato, porque después de duele la barriguita- Besó su estómago haciéndola reír.
Margot: Está bien, mami, ¿Puedo ver televisión mientras tomo mi helado?
Zelena: Claro- De inmediato la niña corrió frente al televisor- ¿Ya supiste algo de Robin?
Ruby: Nada, pareciera como que su teléfono no tuviera señal- Volvió a intentarlo y nada.
Zelena: Bueno, seguramente está en alguna emergencia por lo del temblor o algo así.
Ruby: Sí, pero igual es raro que no haya dado señales de vida en todo el día, ¿No? – Guardó el celular en su bolsillo trasero- ¿Sabes qué? Voy a ir a buscarlo a la casa nueva, dijo que iba a estar haciendo arreglos ahí- Tomó su bolsa y sus llaves- Si no lo encuentro, iré al cuartel, te amo- Besó sus labios y fue a donde estaba Margot y besó su cabeza, lo que hizo sonreír a la pelirroja.
Zelena: Cualquier cosa me avisas- Su novia asintió y salió.
Margot: ¿Qué pasó, mami? – Se acercó y se sentó en el regazo de su madre.
Zelena: Nada de qué preocuparte, mi amor- Le sonrió- ¿Me das de tu helado? – La niña asintió.
August: Maldita sea, ha pasado demasiado tiempo, a Robin se le puede estar acabando el oxígeno- Aventó un trozo de concreto con frustración.
Robin: Aquí- Se escuchó débilmente y todos aguzaron el oído- ¡Aquí! – Se escuchó un poco más fuerte.
Regina: Paren todos y guarden silencio- Gritó levantando el puño y de inmediato todos dejaron de golpear concreto y levantaron el puño.
Robin: Aquí, Regina- Se escuchó como gruñido de dolor.
Regina: Es por aquí, movamos todo esto- Comenzó dando el ejemplo.
Neal: Hey, Mills- Le habló a la morena que movía escombros desesperadamente- ¡Regina, carajo! Deja que los rescatistas lo hagan.
Regina: Tengo que sacarlo- Continuó.
Neal: Si Robin de verdad está ahí adentro, lo puedes ahogar con el polvo, tú lo sabes.
Regina: No, no, nosotros podemos, ¡Vamos! – Los demás al verla tan comprometida la siguieron en su plan.
Killian: ¡Uno, dos, tres! – Levantaron otra pesada loza.
Emma: Con cuidado, lancémosla para allá- Señaló y la quitaron del camino, así continuaron una tras otra.
Regina: Robin, ¿Nos escuchas? Hermano, responde como puedas- Pidió silencio.
Robin: ¡Ayuda!
Regina: Vamos, hay que seguir moviendo, estamos por buen camino, ¡Vamos!
Emma: ¡Unos, dos, tres, arriba! – Continuaron su labor.
Robin: ¡Sáquenme de aquí! – Se escuchó el grito agonizante- No puedo respirar.
Regina: Robin- Logró verlo a través de un espacio entre el concreto- Vas a estar bien, tranquilo.
Robin: Regina.
Regina: Sí, soy yo, aguanta.
Robin: Sácame de aquí, morena, por favor- Suplicó con ojos llorosos.
Regina: Sí, ya voy, cariño, aguanta, voy a bajar por ti- Se giró hacia sus compañeros- El arnés, ¡Tráiganme el maldito arnés, ahora! - Gruñó.
Emma: Es peligroso que entres ahí, puedes quedar atrapada- La tomó del brazo y la miró con miedo.
Regina: Robin está ahí, Emma.
Emma: Lo sé, pero deja que alguien más lo haga, por favor- Suplicó.
Robin: No siento nada, pero no puedo respirar- Se escuchó nuevamente.
Regina: Ya voy, aguanta, Locksley, no te atrevas a morir- Se quitó los guantes y tomó el arnés que le ofreció Neal.
Emma: Ginny, por favor- Sus ojos estaban llorosos y vio a la morena ponerse en arnés- Por favor.
Regina: Voy a estar bien- Le acarició el rostro con las manos laceradas.
Jefferson: ¿Unos días más? Anna dijo que no quería estar bajo el mismo techo que yo- Resopló mientras acomodaba unas madejas de hilo.
Erick: Bueno, pero es que la pobre les tiene terror a los temblores y no quiere pasar la noche sola.
Jefferson: Mi abuela solía decir, que el que mucho se despide, pocas ganas tiene de irse, pero ¿Sabes qué? Está bien, prefiero que se quede aquí a que vaya a tocarle la puerta a Killian.
Erick: ¿Y qué van a hacer ahora que Killian se quedó sin casa?
Jefferson: Ya tengo un plan- Sonrió.
Erick: ¿Te lo vas a traer a vivir a la pensión?
Jefferson: No, claro que no, hermano- Se puso una mano en el pecho dramáticamente- Que cosa menos sexy y glamorosa traerte a tu novio a dormir en tu cama de chamaco- Miró la cama e hizo una mueca- No, tengo pensado algo mucho más espectacular.
Erick: Claro, tomar el jet privado y viajar por el mundo- Rodó los ojos- Es que el glamour, es cierto.
Jefferson: Ese podría ser el siguiente paso- Se rieron- Pero no, me conformo con que Killian sepa que es la persona más importante en toda mi vida- Suspiró tontamente.
Erick: Bueno, ¿Y cómo se lo vas a demostrar? – Sonrió divertido.
Jefferson: Le voy a pedir que se case conmigo- Soltó y la sonrisa de Erick desapareció al mismo tiempo que si mandíbula caía al piso- Quiero pasar el resto de mi vida con ese hombre- Dijo con convicción.
Regina: ¡Ya casi, Robin! ¡Ya casi! – Exclamó mientras los brigadistas la bajaban de cabeza bajo la mirada asustada de Emma y Bette.
Emma: Bájenla con cuidado- Pidió y ayudó a sujetar las piernas de la morena.
Regina: Robin, tranquilo, ya estoy llegando- Encendió la linterna en cuanto su cabeza entró por el agujero.
Robin: Sácame de aquí, Regina- Decía con poco aliento.
Regina: Aguanta un poco más, mi hermano, aguanta un poco más, ya puedo verte- La linterna iluminó a Robin bajo fierro y concreto- ¿Qué tanto te puedes mover?
Robin: No siento nada de la cintura para abajo- Eso asustó a la morena, pero lo disimuló.
Regina: Ok, hermano, no te preocupes, no te preocupes- Comenzó a mover algunos fierros- No me voy de aquí sin ti, ¿Ok?
Robin: Ok- Respondió apenas audible y Regina continuó moviendo lozas y fierros.
Regina: Bájenme un poco más- Gritó a los de arriba.
Bette: ¿Estás bien allí abajo, Regina? – Gritó preocupada y Emma miraba fijamente por donde había desaparecido todo el cuerpo de su morena.
Regina: Sí, pero necesito alcanzarlo- La bajaron un poco más, se puso la lámpara en la boca y quitó más concreto por varios minutos.
Emma: Regina- No hubo respuesta- ¡Regina! – Gritó desesperada.
Regina: Estoy bien- Se acababa de quitar la linterna de la boca y estiró la mano hacia Robin que la tomó de inmediato- Ya lo tengo- Vio que necesitaba mover más concreto y soltó la mano de su amigo- Espera un poco más.
Anna: Mientras temblaba la tierra, la única imagen que tenía en mi mente era la de Killian- Sus ojos lagrimearon frente a su excuñado en la cafetería- Abrazándome y diciéndome que todo iba a estar bien- Cerró los ojos por un momento- Hasta que volví a esto, mi realidad, esta pinche realidad a la que no me acostumbro, donde mi novio eligió hacer algo tan asqueroso y antinatural, ¿A ti no te pasa los mismo? – Realmente no tenía esas creencias, pero su dolor se estaba convirtiendo en ira.
Liam: ¿Qué si siento asco por mi hermano? – Frunció el ceño.
Anna: Es que es tan difícil de entender, hablé con tu papá y está tan golpeado por la noticia como todos, me dijo que le quitó el departamento a Killian y con razón, imagínate que con su dinero estaba teniendo una doble vida.
Liam: Mi hermano no estaba teniendo una doble vida- Dijo lo más tranquilo que pudo.
Anna: ¿Perdón? Killian estaba con un hombre.
Liam: Killian se enamoró de un hombre- Puntualizó- Y cuando lo hizo tuvo la valentía de asumirlo- Su ex cuñada lo miró con incredulidad- Tú también deberías empezar a hacer lo mismo y seguir adelante con tu vida.
Anna: ¡Killian es mi vida!
Liam: No, Anna, ya no lo es.
Anna: No puedo creer que apoyes las perversiones de tu hermano- Lo miró con enojo.
Liam: Apoyo el amor, el de verdad, Anna- Se levantó y puso unos billetes en la mesa- Fue un gusto verte- Dijo por cortesía y se fue.
Regina: Puedes mover tus brazos, ¿Verdad?
Robin: Solo el derecho- Era el que había estirado para tomar la mano de Mills.
Regina: Solo el derecho, bien, necesito que me ayudes lo más que puedas a mover esta roca de aquí, ¿Ok? – Señaló una que estaba sobre las piernas de Locksley.
Robin: Haré lo que pueda.
Regina: Es todo lo que pido, venga, hagámoslo juntos, a la de tres, ¡Una, dos tres! – Ambos gruñeron por el esfuerzo, pero lo lograron- Bájenme un poco más- Cuando lo hicieron, tiró la linterna- Aquí estoy, hermano, abrázame, ven aquí cabrón- Lo jaló cuando Robin se abrazó a ella- Abrázame fuerte, ya casi, ya casi- Lo agarró con fuerza- ¡Súbannos! – Gritó.
Emma: ¡Con cuidado, carajo! – Gruñó al percibir que eran bruscos, pero era solo su preocupación, sus compañeros estaban siguiendo los protocolos que ella misma conocía tan bien.
Neal: Vamos, vamos- Tomó los pies de Mills.
Emma: Un poco más- Agarró a Regina del torso hasta que salió completamente cargando a Robin.
Neal: Eso, así, ya casi, acerquen la camilla- De inmediato la acercaron y le pusieron un collarín a Locksley.
Bette: Bajen a mi hija- Ordenó viendo a su pequeña colgada de los pies- Gracias a Dios, mi amor- Ayudó a ponerla en el piso.
Killian: Vamos a mover a Robin a la cuenta de tres, ¡Uno, dos, tres! – Lo pudieron en la camilla.
Bette: Robin, ¿Cómo estás? – Todos miraban preocupados ante la falta de respuesta.
Regina: Robin- Se acercó- Responde, por favor- Su compañero tosió y levantó el pulgar- Bien- Suspiró aliviada y todos aplaudieron.
Emma: Regina- Se acercó y se arrojó a sus brazos, que, aunque cansados, la recibieron cálidamente.
Kristoff estaba refunfuñando en el lugar desolado donde esperaba a su jefe, odiaba los lugares alejados de la civilización.
Kristoff: Por fin- Murmuró al ver la camioneta oscura acercarse.
David: Súbete- Ordenó y el agente obedeció sin rechistar, estuvieron un tiempo sin hablar- Todo se está yendo al carajo- Gruñó sin dejar de mirar la carretera a través de sus gafas de sol- No debiste permitir esto- Golpeó el volante- Confié en ti.
Kristoff: Lamentablemente, hay procedimientos, también tengo superiores, y a todos los jueces los tengo encima.
David: Por favor, ¿De cuando acá nos han importado los procedimientos o los jueces? A otro perro con ese hueso, yo soy un policía viejo.
Kristoff: Y yo soy un policía en ejercicio, y por lo tanto…
David: ¡Te pagué demasiado bien para que arreglaras eso! – Ladró.
David: Lo sé, no se vuelve a repetir- Tartamudeó ante la rabia del otro.
David: ¿Tienes hijos? – Preguntó tranquilamente contrastando con su reacción anterior.
Kristoff: No, y entiendo que tu hija sea lo más preciado…
David: No, no entiendes nada, ese es el problema, que no entiendes nada- Siseó- ¿Y ahora qué fregados voy a hacer contigo? – Se desvió en una carretera de terracería y se estacionó- Paremos aquí- Dijo en medio de la nada y se bajaron.
Kristoff: Si quieres me salgo de la red, pero no voy a seguir arriesgando mi pellejo con mis superiores.
David: Tú más que nadie sabe que una vez que entras- Se paró frete a él, pero guardando distancia- Ya no puedes salir.
Kristoff: No te olvides que hay muchos policías que no forman parte de tu red- David se quitó las gafas y se acercó.
David: ¿Me estás amenazando? – Lo miró de manera intimidante y funcionó.
Kristoff: No- Respondió de inmediato- No, no, solamente estoy velando por mi futuro, y, sin duda, lo de tu hija fue un error, pero ya está libre, ¿Qué más quieres?
David: ¿Yo? – Se volvió a poner las gafas, le palmeó el hombro y le dio la espalda- Yo, simplemente- Chasqueó la lengua y se giró nuevamente hacia el policía- Lo quiero todo- Sacó un arma de su espalada y le disparó justo en el corazón.
Neal: Mantén los ojos abiertos, Robin- Pidió mientras lo acercaban a la ambulancia- ¿Puedes mover los dedos? ¿Sientes mi mano? – Preguntó después de tomar su mano.
Robin: No siento nada de la cintura para abajo- Todos tragaron saliva.
Neal: Llévenlo al hospital general, de inmediato- Les ordenó a los paramédicos y lo subieron a la ambulancia.
Ruby: Era mi casa- Se acercó con ojos llorosos a donde estaban los bomberos- Íbamos a vivir aquí- Miró hacia la ambulancia y logró ver a alguien.
Regina: Ruby- Se acercó con rostro abatido.
Ruby: ¿Es Robin? – No obtuvo respuesta de inmediato y lo supo- Es Robin- Quiso correr a la ambulancia, pero Mills la detuvo- ¡Es Robin, suéltame! ¡Regina, suéltame! – Forcejeó.
Regina: Robin va a estar bien, va a estar bien- La abrazó con fuerza.
Ruby: Vamos a tener un hijo- Soltó cuando se cansó de luchar- Robin va a ser papá- Comenzó a sollozar y metió el rostro en la curva del cuello de Regina.
Regina: Llora, llora todo lo que necesites, aquí estamos todos para apoyarte- Emma a pesar de no gustarle que otra mujer estuviera en los brazos de su morena, se acercó y tomó la mano de la fotógrafa para consolarla.
Continuará…
Chapter 30: Corazones rotos
Chapter Text
Regina entró cabizbaja al cuartel con el casco en la mano, apenas pisó el patio y una ola de aplausos por parte de sus compañeros la sorprendió.
August: Mills, muchas gracias- La abrazó.
Killian: Regina, de verdad, gracias a ti, Robin sigue con vida- También la abrazó.
Bette: Como comandante de este cuartel, me corresponde oficialmente darte las felicitaciones- Le sonrió con orgullo- Tu desempeño de hoy demostró nuestros cuatro principios, honor, valor, lealtad y sacrificio.
Neal: Sobre todo tratándose de uno de los nuestros, Bien hecho, Mills- Asintió con la cabeza y la morena lo imitó.
Regina: Muchas gracias a todos, pero esto fue un trabajo en equipo, ahora lo más importante es que Robin esté bien- Todos asintieron y aplaudieron antes de dispersarse.
August: Emma- La rubia lo miró- Te arrestaron y luego te soltaron bastante rápido, ¿No? – La miró con sospecha- Ahí debe haber una historia bastante interesante de por medio.
Emma: ¿Qué no escuchaste? – Le gruñó- Ahorita lo único importante es Robin- Le dio la espalda- Chicos- Se dirigió a los que quedaban- Yo creo que es importante que nos turnemos para cuidar a Robin- Todos asintieron- Voy a llamar al hospital y voy a pedir información- Se alejó con el celular en la oreja y Bette la siguió con la mirada.
Regina: ¿Pasa algo? – No le gustaba la manera en la que su mamá miraba a la rubia.
Bette: ¿Por qué me preguntas eso? – Frunció el ceño.
Regina: No sé, dime tú- Se cruzó de brazos y la miró con petulancia.
Bette: No te entiendo.
Regina: ¿Qué es lo que realmente te pasa con Emma- Señaló a la rubia y Bette exhaló y quiso alejarse- Ey, ey- La detuvo por el brazo- ¿En serio me vas a dejar hablando sola? – Su madre volvió a exhalar- ¿Qué chingados sientes por ella? Ya, explícame de una buena vez- Exigió.
Bette: No vamos a discutir por lo mismo, cariño- Se alejó.
Regina: ¿Así va a ser? – Preguntó con burla- Que conste que yo lo intenté- Refunfuñó.
Emma no sabía que pasaba, pero a la distancia, le pareció adorable el pico en los labios de Regina, le dieron ganas de morderlo.
Jefferson: Venimos en cuanto nos avisaron- Dijo abatido en el comedor del cuartel.
Kristin: ¿Cómo está Robin? ¿Se sabe algo? – Le preguntó a Neal y Bette solo la veía como idiota.
Neal: Estamos en contacto directo con el hospital, pero todavía no nos dicen nada.
Bette: Robin es fuerte, física y mentalmente, va a salir de esta- Le sonrió a la rubia y esta le devolvió la sonrisa.
A pocos metros, Emma guardó su celular y se acercó a algunos de sus compañeros.
August: ¿Alguna novedad?
Emma: Lo van a operar esta misma noche de emergencia- Respondió con ojos llorosos- Ruby está con él y nos avisará cualquier cosa.
Killian: Todavía no puedo creer que esté esperando un hijo de Robin.
Thomas: No nos había dicho nada.
August: ¿Por lo menos él lo sabe? ¿Ruby se lo dijo antes del derrumbe?
Emma: Oigan, lo que pase entre ellos dos, o tres, es muy su problema, ¿No? – Salió irritada y Bette la miró.
Kristin: Bette, cualquier cosa, lo que necesites, lo que sea, ya sabes que puedes contar conmigo, aquí estoy e la vuelta, literalmente- Presionó su antebrazo.
Bette: Gracias, hermosa- La rubia sonrió ampliamente y hablaron por un rato.
Jefferson: Mamá, mañana hay que ir a ver a Ariel, ¿No? A cualquier hora que nos dejen entrar en el hospital- Su madre asintió.
Kristin: Tantas operaciones, tantos doctores, tantas angustias- Exhaló- A mí ya no me cabe tanta preocupación en el pecho.
Jefferson: Má, mejor vete a descansar un ratito a la casa, ¿Sí? – Besó su frente- Ha sido mucho por hoy.
Bette: Jeff tiene razón, ve a descansar, y si me lo permites, me gustaría poder visitarte en la primera oportunidad- Se mordió el labio inferior con nerviosismo.
Kristin: Cuando quieras, querida- Se acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja y después miró a su hijo- ¿No vienes?
Jefferson: No, me voy a quedar un rato esperando a Killian.
Emma se sirvió un café y fue a la sala de descanso, su celular comenzó a sonar y vio que era su papá, al escuchar pasos acercarse, rechazó la llamada y lo guardó en el bolsillo del pantalón de su uniforme.
Regina se paró a su lado y tomó una de las barras del futbolito.
Emma: ¿Qué? – Respiró profundamente y disfrutó del aroma de la mujer que la volvía loca.
Regina: ¿Qué? – Se encogió de hombros- Estoy trabajando- La rubia resopló.
Emma: Yo hubiera respondido algo igual- La miró y por unos segundos se perdieron en los ojos de la otra.
Regina: A lo mejor tenemos más cosas en común de las que crees- Le sonrió de lado y la rubia sintió su corazón derretiste.
Emma: No te entiendo- La encaró, de lo contrario, la arrastraría a algún lugar para que la hiciera suya.
Regina: Yo tampoco- Bajó la mirada y se acomodó un mechón rebelde detrás de la oreja- No he podido hablar contigo desde que nos vimos en la delegación- Levantó la mirada- ¿Qué hacías ahí?
Emma: Hice lo que me correspondía- Respondió con firmeza.
Regina: No, no tenías por qué culparte de la muerte de Elsa- Cruzó los brazos y los ojos de la rubia se demoraron en sus bíceps.
Emma: Yo sé lo que hago- Titubeó.
Regina: ¿Sí? – La rubia asintió- Entonces explícame, porque yo no entiendo nada- Se pasó una mano por el cabello- ¿Fuiste tú? – Preguntó estúpidamente, porque sabía que la rubia no mataría a nadie.
Emma: ¿De verdad crees que yo soy capaz de matar a alguien? – Preguntó dolida- No me conoces, no sabes nada de mí- Le siseó en la cara- El que hayamos estado juntas por un corto tiempo y hayamos cogido no significa que me conozcas de verdad- Eso le dolió a la morena, pero lo hizo a un lado.
Regina: Bueno, a lo mejor es eso, no te conozco- Tomó el rostro de la rubia con ternura- Pero, quiero entenderte, necesito entenderte- Sus ojos eran algo tormentosos y la rubia sintió su pecho apretarse.
Emma: ¿De verdad? – La morena asintió- ¿Eso es lo que quieres?
Regina: Es lo único que te pido.
Emma: Te voy a demostrar quien soy- La morena sonrió hermosamente- Voy a hacer que me conozcas- Le susurró- Ven- La tomó de la mano y la llevó al área de los casilleros.
Regina: ¿Qué haces? – Preguntó riendo y la rubia la tomó de la nuca y la miró con deseo- ¿Aquí? – Sonrió seductoramente, deseaba tanto a la rubia que no se dio cuenta que la estaba distrayendo de lo principal.
Emma: Sí- Unió sus labios en un beso apasionado y la morena de inmediato rodeó su cintura.
Regina: ¿Estás segura? – Preguntó sobre los labios rosados.
Emma: Sí- La arrastró al baño y cerró la puerta de una patada- Te deseo- Tomó el dobladillo de la camisa del uniforme de la morena y se la sacó.
Regina: Igualemos las cosas- También le sacó la camisa y se devoraron las bocas por un rato.
La rubia se sacó el sujetador y también el de la morena, de forma desesperada, abrió el pantalón de Mills y esta lo pateó hacia atrás quedando solo en bóxer negro con elástico rojo.
Emma: Estás exquisita- Se pasó la lengua por los labios y como respuesta, la morena terminó de desnudarla y la sentó en el lavabo en un movimiento fluido.
Regina: No más qué tú- Asaltó el cuello pálido- Te extrañé- Susurró antes de bajar a los senos de la rubia y rodear un pezón con la boca mientras atendía el otro con la mano.
Emma: Que rico, Regina- Gimió y metió las manos entre sus cuerpos para bajar el bóxer de su morena- Te quiero dentro de mí- La miró con ojos llenos de lujuria.
Regina: Será mi placer- Alineó su miembro en la entrada empapada de la rubia y la penetró de un golpe, haciendo que ambas jadearan- Estás tan apretada- Esperó un momento y después comenzó a moverse rítmicamente dentro de su rubia.
Emma: Sí, sí, sí- Se retorcía de placer- Dámelo todo, Mills, cógeme más fuerte.
Y la morena no la decepcionó.
Emma salió del área de descanso del cuartel y sintió su celular vibrar dentro del bolsillo de su pantalón.
Emma: Déjame en paz- Le gruñó a la pantalla en la que aparecía la palabra papá- Vete a la mierda- Rechazó la llamada y caminó por los pasillos.
Bette: Por fin te encuentro- La rubia casi saltó- Tenemos que hablar de Regina y de por qué te fuiste a entregar por un crimen que no cometiste.
Emma: ¿Quieres saber la verdad?
Bette: Sí, por supuesto- Se cruzó de brazos.
Emma: Lo hice por amor, por amor a tu hija- Eso era lo único cierto para ella.
Bette: ¿Estás segura de que no hay nada más, Emma? – Entrecerró los ojos.
Emma: Totalmente.
Bette: Te lo pregunto porque sigo preocupada por Regina, alguien quiere hacerle daño, alguien trató de inculparla de la muerte de Elsa- La miró fijamente- ¿Hay algo más que yo no sepa? – La rubia desvió la mirada- ¿Tienes algo que ver con lo que le ha pasado a mi hija? – Preguntó acusadoramente.
Emma: ¡No! – Mintió.
Bette: ¿Por qué actúas como si ocultaras algo? ¿Por qué cada vez que mi hija está contigo, termina perjudicada? – Ladró irritada, por mucho que creía en el amor de la rubia por su hija, sospechaba de ella y solo quería proteger a su pequeña morena.
Emma: ¡No es mi culpa, yo no quiero hacerle daño! – Alzó la voz y contuvo las lágrimas.
Bette: Yo no estoy diciendo que tú…
Emma: De verdad intento que las cosas me salgan bien, de verdad lo intentó- Gritó desesperada- No es mi culpa que me hayan criado así- Avanzó a la salida.
Bette: ¿Y quién te crio así? – La siguió- ¿Tus padres?
Emma: Eso no es de tu incumbencia- Se giró- Lo único que debes tener claro es que amo a Regina con todo mi corazón.
Bette: Nunca lo he puesto en duda- Eso le dio cierta tranquilidad a la rubia.
Emma: Y todo lo que he hecho, absolutamente todo, ha sido por ella- Algunas lágrimas rodaron por sus mejillas- Ni siquiera por mí, por ella- Se alejó y esta vez Bette no la siguió- Y Bette- Se giró a mirarla- De verdad, estoy feliz de que Regina te tenga, eres una gran madre- Se fue.
Zelena: Ruby- Se acercó corriendo a su novia que caminaba de un lado a otro en la sala de espera del hospital y la abrazó- ¿Cómo está Robin?
Ruby: No tarda en entrar a cirugía, tienen que evaluar el daño en su columna- Respondió entre lágrimas.
Zelena: Vas a ver que todo va a estar bien, Robin es muy fuerte- Limpió las lágrimas de su novia mientras las suyas fluían.
Ruby: Escuché su corazón, escuché el corazón del bebé, Zee.
Zelena: Debió ser un momento hermoso- Sonrieron entre lágrimas y un doctor se acercó.
Doctor: Lo vamos a trasladar al pabellón.
Ruby: ¿Podemos verlo? – Se secó las lágrimas.
Doctor: Una sola persona y que sea su familiar- La pareja se miró.
Zelena: Las dos somos su familia- Tomó la mano de la fotógrafa.
Doctor: Está bien, pero que solo sea un momento- Las guio a la habitación.
Una vez que estuvieron ahí, cada una tomo una mano del bombero.
Ruby: Lucha, cabrón- Le pidió al hombre inconsciente- Por favor resiste, hazlo por tu hijo- Se le quebró la voz.
Zelena: Por favor, Robin, te necesitamos, y tu hijo también- Sollozó.
Ruby: Los tres te vamos a estar esperando, ¿Oíste? – Miró a su pelirroja- No vamos a poder seguir con nuestros planes, lo sabes, ¿Verdad? – La psicóloga asintió.
Amaban a Robin, pero habían decidido que querían una relación de pareja, solo ellas dos, ahora eso no sería posible, no dejarían al bombero en esas condiciones.
Emma salió del cuartel ya con su ropa de civil, se conmovió al ver a un grupo de personas poniendo flores e imágenes de Robin en la puerta.
Apenas dio algunos pasos y su celular vibró en su bolsillo trasero.
En conexión…
Emma: ¿Qué carajos quieres papá? – Gruñó.
David: Si te estoy llamando es porque te necesito- Dijo con aparente calma.
Emma: No, yo necesito que me expliques que está pasando- Exigió ya llegando a su camioneta.
David: Tranquila, mi amor- Su voz era falsa dulzura- Estás muy alterada.
Emma: ¿Y cómo quieres que no esté alterada, si te la pasas intentando hacerle daño a Regina? – Acusó.
David: Ay, Regina, Regina, Regina- Canturreó- Todo se trata ahora de Regina, como que ya me estoy poniendo celoso, ¿Eh?
Emma: Sí, todo se trata de Regina, porque ella es la única que ha sido honesta conmigo todo este tiempo.
David: Si de verdad quieres que te dé explicaciones, te veo a las cinco de la tarde en una ubicación que te voy a mandar, sola- La rubia exhaló.
Emma: Papá, por favor, ¿A qué estás jugando? Dímelo ahorita de una vez- Se masajeó el puente de la nariz.
David: A las cinco en punto, sola, ¿Está claro? – Colgó.
Fin de la conexión.
Emma: Mierda- Negó con la cabeza y guardó su celular.
Jefferson se bajó de su motocicleta con una sonrisa, entró al negocio que compartía con su novio y su sonrisa murió al ver todo destruido.
Jefferson: Me las vas a pagar, perra- Apretó las manos en puño y regresó a la mansión, pasó como un tornado hasta la habitación de Anna- Pinche loca de mierda- Gruñó.
Anna: No sé qué carajos traes- Dejó de hacer lo que estaba haciendo es su laptop- Pero sal de mi habitación, por favor- Señaló la puerta y regresó la vista a la pantalla de su laptop.
Jefferson: No te hagas pendeja, porque sé que fuiste tú- La señaló con el dedo- Y voy a llamar a la policía, porque lo que hiciste merece que te encierren en un calabozo, en la cárcel o en un pinche manicomio- Su mandíbula estaba apretada.
Anna: Bájale a tu escándalo que no sé de qué me estás hablando- Rodó los ojos.
Jefferson: Lo sabes perfectamente, y no sé qué pensaste al querer destruir nuestro taller, pero lo único que vas a lograr es que Killian no quiera saber nunca nada más de ti.
Anna: A ver- Cerró la laptop- No voy a permitir que me culpes de algo que no hice- Se levantó- ¿Por qué no le preguntas a tus amiguitos? Dicen que los delicaditos son de lo más vengativos.
Jefferson: ¿Sabes qué? – Se acercó un poco- Me das lástima- La chica lo miró con coraje- Porque no hay nada más triste que ver a alguien que no sabe retroceder dignamente- Negó con la cabeza- Y en lugar de eso, anda por ahí escupiendo su pinche veneno.
Anna: Fuera de aquí, enfermo- Gruñó con la mandíbula apretada y Jeff caminó hacia la puerta.
Jefferson: Tal vez hayas destruido nuestro negocio- Se giró a mirarla- Pero el amor que sentimos Killian y yo, ese no lo vas a poder destruir nunca- Salió.
Anna de inmediato le marcó a Killian, le dijo que Jefferson la había amenazado y que estaba muy asustada, que incluso tenía miedo de que la agrediera físicamente.
Regina dejó las flores sobre la lápida de Elsa y se quedó de pie frente a ella, los recuerdos del día que se conocieron y algunas cosas que pasaron juntas inundaron su mente, haciendo que las lágrimas se acumularan en sus ojos.
Regina: Perdóname, porque no te pude salvar- La primera lágrima rodó.
Emma: Déjala ir- Apareció detrás de la morena que de inmediato se giró a mirarla- Eso es lo que Elsa hubiera querido- La tomó de la mano y ambas miraron la lápida con el nombre de la agente- Dejarte avanzar- La morena asintió.
Regina: ¿Me seguiste hasta aquí?
Emma: No, ¿Me creerías si te digo que quería despedirme de Elsa? – Recargó la cabeza en el hombro de la morena.
Regina: No- Respondió honestamente y ambas se rieron.
Emma: Entonces- Abandonó la calidez de la cercanía de la morena para mirarla- Tampoco me vas a creer lo que vine a decirte- La morena la miró con el ceño fruncido.
Secretaria: Aquí están todas las actas de los últimos cinco años- Le dijo a Bette señalando la caja.
Bette: ¿No tienes estos expedientes digitalizados? – Preguntó al ver la cantidad.
Secretaria: ¿Para qué necesita esto?
Bette: Estoy buscando el ingreso de una mujer bombero a la estación de la que soy responsable, por alguna razón la perdió y lo necesita para una beca- Mintió.
Secretaria: Los documentos de ingreso de cada elemento del cuerpo de bomberos están aquí- Señaló las carpetas grises dentro de la caja.
Bette: Gracias.
Secretaria: Iré a atender otros asuntos, me avisa cuando termine- La morena asintió- ¿No quiere que le diga al superintendente que está aquí?
Bette: No, no, no, está bien- Sonrió y la secretaria se fue- ¿Por qué no está aquí tu registro? – Preguntó en voz baja una vez que revisó todo- ¿Quién carajos eres, Emma Swan?
Emma: Te lo estoy advirtiendo, estás en peligro- Le decía a Regina mientras salían del panteón.
Regina: Acabo de pasar la noche en una celda porque amanecí al lado de un cadáver, créeme que lo sé- Rodó los ojos.
Emma: No es momento para que seas irónica, Regina, esto es serio- Regañó.
Regina: No estoy siendo irónica.
Emma: Regina, alguien está en contra tuya- Se pasó las manos por el pelo.
Regina: No me estás diciendo nada nuevo- Resopló.
Emma: ¡Se quieres chingar a Bette, por eso se están metiendo contigo! – Alzó la voz.
Regina: ¿Cómo? ¿Me están chingando a mí por chingarse a Bette? – Frunció el ceño y se detuvo, aunque aun no lograba ver a Bette como una madre, la idea de perderla de nuevo le oprimía el pecho.
Emma: Sí, algo así- Se paró frente a ella- Lo único que quiero que sepas es que estoy de tu lado- La tomó de los brazos- Y del de tu mamá también.
Regina: Yo lo único que quiero es estar en paz- Se pasó las manos por la cara- Estoy harta de que la gente me quiera chingar, antes todo era más simple, antes de que pasara todo esto, no tenía mucha gente como ahora que estoy en el cuartel, pero tenía a mi hermano, era suficiente para mí, Graham y yo éramos felices teniéndonos el uno al otro, pasamos un infierno cuando éramos niños, pero por fin estábamos bien- Suspiró con tristeza.
Emma: Pero las cosas cambiaron- Apretó sus brazos- Ahora tienes un equipo, estoy contigo- Puso una mano detrás del cuello de Mills- Y te amo- Dijo mirándola a los ojos- Te amo con todo mi corazón- La morena realmente quería creerle- ¿Qué sientes por mí?
Regina: Pensé que te había quedado claro en la estación- Alzó una ceja.
Emma: ¿Por qué me haces preguntártelo? – Rodó los ojos- Deja de ser una imbécil y dímelo ya.
Regina: Emma, a veces me cuesta seguirte el ritmo, ¿Ok? – Soltó con frustración- A veces no entiendo un carajo de lo que me dices.
Emma: Pasé la noche en una celda por ti- Escupió- ¿Qué otra prueba necesitas para entender que te amo? – Preguntó desesperada y exhaló- Regina, sé que necesitas explicaciones- Pegó sus frentes- Te juro que van a llegar en su momento- La morena resopló- Solo quiero protegerte, solo quiero que estés bien- Capturó sus labios en un beso.
Ariel abrió los ojos con lentitud, le dolía todo el cuerpo, sintió la mano que sostenía la suya de manera cuidadosa.
Belle: Hola- Sonrió dulcemente.
Ariel: Hey- Quiso moverse y hablar.
Belle: Tranquila, mi amor, no te esfuerces- Besó su frente.
Ariel: ¿Cómo salió todo? – Preguntó con voz pastosa.
Belle: El tumor ya es historia- Respondió con una amplia sonrisa- Hable con Kris y Jeff, van a venir a verte.
Ariel: Gracias, gracias por estar aquí- Sentía los ojos pesados.
Belle: No hay ningún otro lugar donde me gustaría estar que no sea a tu lado, sin importar las circunstancias- Besó suavemente sus labios.
Ariel: Te amo- Se quedó dormida con una sonrisa.
El doctor le dijo a Belle que su novia dormiría por algunas horas, así que aprovechó para ir a la mansión por algunas cosas para su pelirroja, cuando llegó a la pensión, se encontró a Neal hablando con Kristin y le dieron la buena noticia.
Belle: ¿Es en serio?
Neal: Totalmente, Belle, el juez aceptó pedir una revisión del caso, los antecedentes de tu mamá dejan claro que no se le hizo un juicio justo.
Belle: Gracias, gracias, gracias- Lo abrazó.
Kristin: Yo sabía que no me había equivocado en pedirte ayuda, Neal, eres un ángel- Abrazó a Belle de lado.
Neal: No, solo hice lo correcto- Se sonrojó.
Kristin: Bueno, en un mundo donde la mayoría de la gente prefiere hacer lo incorrecto, un hombre como tú es digno de admirar.
Belle: Neal, ¿Ahora qué? ¿Qué hay que hacer? ¿Qué sigue? – Preguntó emocionada.
Neal: Bueno, por lo pronto, yo pediré libertad condicional para tu mamá, mientras la fiscalía sigue la investigación.
Belle: O sea que mi mamá- Tragó saliva- ¿Saldría de la cárcel?
Neal: Bueno, si todo sale bien, y las cosas siguen fluyendo, a lo mejor sí, tal vez antes de lo que esperábamos.
Kristin: No sé ustedes, pero yo creo que esto hay que celebrarlo, aunque sea con un trago de tequila, además, mi pequeña pelirroja salió bien de la operación- Tomó una botella del estante.
Killian: ¿Qué demonios? – Miró el taller destruido y a Jefferson acomodando algunas cosas.
Jefferson: Te dije que era un espectáculo dantesco- Exhaló.
Killian: Pensé que iba a estar desordenado, pero no destruido- Le ayudó a mover un mueble.
Jefferson: Ni siquiera mi computadora se salvó de las garras de esa delincuente.
Killian: Anna me dijo que estabas furioso con ella.
Jefferson: ¿Te llamó para acusarme? – Se rio sin humor.
Killian: Estaba asustada, dijo que te habías puesto violento, ¿Qué pasó?
Jefferson: Violento yo- Su voz era burlona- ¿Qué yo me puse violento? ¿Y esto qué es? – Señaló alrededor- ¿Es un acto de paz o qué?
Killian: Ella dice que no tuvo nada que ver- Habló con seriedad.
Jefferson: Y tú le crees- Negó con la cabeza.
Killian: No es que le crea, pero, a ver, la conozco y no sería capaz de hacer algo así, Jeff- Se puso a acomodar algunas sillas.
Jefferson: Como tampoco sería capaz de acorralarte frente a toda tu familia para obligarte a casarte con ella, ¿Verdad? – Soltó con sarcasmo- ¿Sabes qué? Ni siquiera sé por qué estamos discutiendo esto, parece que Anna logró lo que quería.
Killian: Anna no ha logrado nada- Soltó una silla con más rudeza de lo que pretendía.
Jefferson: ¿Cómo que no? Destruyó todo nuestro negocio y nos tiene discutiendo aquí como un par de pendejos- Ladró.
Killian: ¿Sabes qué? Ya no quiero discutir, ya no quiero más dramas, Jeff, ya- Se pasó las manos por el pelo.
Jefferson: El drama no lo estoy haciendo yo, y créeme que hoy tenía pensado algo muy distinto a un drama- Sonrió con tristeza.
Killian: Perdón, pero no tengo cabeza, estoy presionado por todos lados- Exhaló con cansancio- Hablamos después, ¿Va? – Esperaba que su novio lo comprendiera, lo de Anna, su familia, pero sobre todo lo de Robin, lo tenían abrumado.
Jefferson: Va- Se encogió de hombros y continuó ordenando.
Emma se bajó de su camioneta y se subió a la de David, no entendía esa manía de su padre de verla en lugares alejados de la civilización, con suerte, esta sería la última vez, le aclararía sus dudas y ella podría ser honesta con Regina.
Emma: Ya estoy aquí- Exhaló.
David: 17 minutos tarde- Dijo con voz monótona y la miró- Pensé que no llegabas- Miró por el espejo retrovisor- Supongo que vienes sola.
Emma: ¿Qué quieres, papá?
David: Que me vuelvas a obedecer- Siseó- Como en los viejos tiempos.
Emma: ¿Por qué me llamaste tantas veces? ¿Qué está pasando?
David: Estoy a punto de conseguir mi objetivo- Sonrió- Y necesito tu ayuda.
Emma: ¿Cuándo tiempo más vas a seguir jalando los hilos de todos como si fuéramos tus títeres? ¿Por qué no nos dejas vivir en paz y ya?
David: ¿Cómo me puedes decir eso? – Le gruñó prácticamente en la cara- Ustedes son los que no me dejan en paz a mí- Estaba rojo de ira- Yo era un tipo normal, un tipo tranquilo, y fue Cora la que me traicionó, ella es la culpable- Despotricaba hasta que se dio cuenta de su error por los ojos muy abiertos de su hija.
Emma: ¿Qué Cora? – No hubo respuesta, pero la sabía- La mamá de Regina- Vio a su padre apretar la mandíbula- ¿La culpable de qué?
David: Es una vieja y larga historia.
Emma: ¿Por qué no me habías dicho? – Su padre la miró.
David: Para salvarnos- Respondió en voz baja.
Emma: ¿Para salvarnos de qué, papá? ¿De quién? ¿Qué hiciste? – Bombardeó ansiosa.
August: Hola- Dejó la barra con pesas y se acercó a la recién llegada.
Ivy: Hola.
August: ¿Estás buscando a alguien?
Ivy: A Regina Mills- August alzó una ceja de manera sugerente- Saca tu mente de la cuneta- Se abrió la chaqueta y mostró su placa.
August: Perdón, oficial- Tartamudeó- ¡Regina! – La llamó y la morena se giró a mirarlo.
Regina: ¿Qué pasa, August? – Preguntó sin dejar de flexionar los bíceps con las mancuernas.
August: Te buscan- Señaló a la oficial y Mills se acercó.
Regina: ¿Qué pasó? – Se limpió el sudor del cuello y la oficial comprendió la fascinación de Elsa por la sexy morena- ¿Ahora qué hice?
Ivy: Nada, tranquila, esto no es un interrogatorio ni mucho menos- Sonrió- Soy, era amiga de Elsa- Su sonrisa desapareció y miro a August- Gracias por tu ayuda- El bombero entendió el mensaje y se despidió dejándolas solas- Elsa y yo trabajamos juntas, ella siempre me habló de ti, de tu hermano, de lo importante que eran para ella, solo quería que lo supieras.
Regina: Gracias, también la apreciaba- Se tragó el nudo en la garganta.
Ivy: Toma- Le puso en la mano un dispositivo USB y la morena frunció el ceño- Cuando tengas tiempo échale un vistazo y me cuentas.
Regina: Pero, ¿Qué es esto? – Miró el objeto en su mano.
Ivy: Un regalito que te dejó Elsa- El ceño de Mills se frunció más- Guárdalo.
David: No te conviene hacer tantas preguntas, lo mejor es que no sepas nada del pasado.
Emma: Ya soy tu cómplice- Siseó- Llevo sangre en las manos por tu culpa- Reprochó- Me arrepiento de haberte hecho caso.
David: De lo único que te tienes que arrepentir es de haberte enamorado de Regina- Gruñó- Esa imbécil tiene que estar tres metros bajo tierra, igual que la puta de su madre.
Emma: ¿Tú mataste a Cora? – Preguntó con voz temblorosa, principalmente por el miedo a que su papá cumpliera la amenaza contra Regina sin que esta vez ella pudiera hacer nada para detenerlo.
David: ¿De verdad quieres saber? – La rubia asintió- Está bien, te voy a contar toda la verdad- Emma tragó saliva- Cora y yo éramos como familia, éramos muy cercanos, ella y yo- Hizo una pusa dramática.
Bette se había estacionado a una distancia prudente de la camioneta de Emma, vio a la rubia subirse a una camioneta, pero no podía ver bien al hombre con el que hablaba dentro del vehículo, estaba a punto de bajarse de su coche para ir a ver con quien estaba la rubia, pero un movimiento del hombre la hizo detenerse en seco.
Bette: ¿James? Está vivo- Susurró desconcertada- ¿Y qué carajos hace Emma con él? – Eso era lo que más le preocupaba.
Continuará…
Chapter 31: La razón de los motivos
Chapter Text
Emma: ¿Por qué dices que la mamá de Regina y tú eran muy cercanos, casi como familia? – Preguntó con sospecha.
David: Porque nos conocíamos desde que éramos jóvenes, éramos- Hizo una pausa- Muy buenos amigos.
Emma: Entonces, eso era lo que los unía a Bette y a ti, ¿Verdad? Por eso odias tanto a Bette, ¿Por qué no me lo dijiste, papá? – Reprochó.
David: Solo te digo lo que considero que debes saber, antes te conformabas con eso, últimamente te estás volviendo bastante rebelde- La fulminó con la mirada.
Regina: Pero, ¿Por qué no me lo dijo? ¿Por qué Elsa no me dio el USB directamente a mí? – Miraba el dispositivo como si fuera un objeto desconocido, pero era la incertidumbre de lo que podía encontrar ahí.
Ivy: ¿Quién sabe? Solo cumplo con informarte lo que Elsa me pidió- Sonrió con nostalgia pensando en su colega y amiga.
Regina: No, no estoy entendiendo- Negó con la cabeza- Necesito que me digas que fue exactamente lo que te dijo- La oficial asintió y le contó lo que habló con Elsa ese día.
Flashback
Elsa: Ivy, necesito pedirte un favor- Le dijo sentada detrás del escritorio de su oficina.
Ivy: Lo que necesites- Se sentó frente a ella.
Elsa: Sin preguntas- Su amiga asintió- Supongo que a estas alturas del partido ubicas perfectamente quién es Regina Mills- Sonrió al mencionar el nombre de la morena de la que se había enamorado perdidamente, algo que no pudo lograr sentir por Graham, habría sido más fácil, porque a diferencia de Regina, su mellizo la amaba.
Ivy: La he visto un par de veces.
Elsa: Bueno, en caso de que algo me llegue a pasar, lo que sea…
Ivy: ¿Estás en peligro? ¿Necesitas ayuda en algo? – Preguntó preocupada.
Elsa: No, no, es mera precaución- Forzó una sonrisa- En caso de que algo me llegue a pasar- Levantó una USB- Necesito que le entregues esto a Regina- Se lo dio- Y le digas que es muy importante que lo vea a solas, puede ser muy peligroso, sobre todo si Emma Swan está cerca.
Ivy: ¿No crees que a Mills le parezca extraño?
Elsa: Claro que sí, seguramente te va a empezar a bombardear con preguntas, así es Regina- Sonrió pensando en la intempestiva morena- Dile que lo mejor que puede hacer es cerrar la boca y poner mucha atención a lo que tengo ahí- Señaló el USB ya en manos de su amiga.
Fin del flashback
Regina: ¿Eso dijo? ¿Qué era peligroso si Emma veía esto conmigo? – No tenía sentido para ella- Claro que voy a ver lo que tiene este USB- Lo miró en su mano- Quiero saber.
David: No, nadie puede saber que Bette y yo fuimos buenos amigos y mucho menos me pueden relacionar con Cora.
Emma: ¿Y por qué no? – Quería entender.
David: Porque puede ser peligroso, Bette es una mujer muy vengativa- Su mirada era de enojo.
Emma: ¿Por qué querría vengarse de ti? – El hombre miró hacia el frente- ¿Qué pasó entre Cora y tú, papá?
David: Te voy a dar un consejo, Emma- Volvió a mirarla- Aprende a cerrar la boca a tiempo.
Emma: ¡Dime la verdad! – Alzó la voz.
David: Eres idéntica a tu madre- Por su tono, no era un cumplido- Ella tampoco supo cerrar la boca a tiempo.
Emma: ¿Me estás amenazando? – Preguntó con los dientes apretados.
David: Tú no sabes nada de mí, Emma- Escupió casi con aburrimiento- Ni de mi vida, ni de la vida que tenía antes de que tú llegaras- La rubia lo miró sin entender- Algún día te voy a contar por qué hice lo que hice, porque hay mucha gente que me quiere hacer daño- Jugó la carta de la víctima- Y tú podrías ser la causante de mi caída, ¿Eso es lo qué quieres? ¿Ser la mujer que traicionó a su padre? ¿Verme muerto por tu culpa? – La rubia tragó saliva, a pesar de todo, era su padre y lo amaba.
27 años atrás.
James presionaba la lata de cerveza con tanta fuerza, que fue un milagro que no se rompiera, su mirada estaba fija en la piscina pública en la que Bette y Cora hablaban entre risas, de vez en cuando se abrazaban y besaban amorosamente, lo que tenía la sangre del policía hirviendo.
Ya había tendido suficiente, así que tiró la lata y se acercó al barandal de la piscina.
James: ¡Oiga! – Sus amigos voltearon- Ya vámonos que ya es tarde- Señaló su reloj de pulsera.
Glinda: Un ratito más- Habló desde los brazos de su novio.
James: De eso, nada, va a oscureces y yo soy el que maneja- Refunfuñó.
Cora: Está bien, ya vamos- Gruñó por tener que salir de los brazos de su hermosa novia.
Una vez de camino, las dos parejas hablaban animadamente mientras James miraba la carretera para no seguir siendo testigo de los arrumacos entre Bette y Cora, a pesar de que Bette iba de copiloto, se las ingeniaban para estar en contacto físico todo el tiempo.
Bette: Hay que regresar pronto al balneario, tenemos que aprovechar el verano- Se dirigió a su amigo que conducía- Si no, te vas a arrepentir.
James: Pues sí, como tú no manejas, Bette, pero yo, de arriba a abajo, de abajo a arriba- Resopló y todos se rieron.
Archie: Bueno, da lo mismo quién conduce, yo lo hago si es un problema.
Bette: Oigan, ¿Y si para la próxima cruzamos la frontera? – Preguntó emocionada.
Cora: Sí, amor, eso sería genial- Masajeó los hombros de su novia.
James: ¿Y para qué? – Preguntó con aburrimiento.
Bette: No sé, para conocer, pero mi hermosa manda- Se giró y besó los labios de Cora.
Cora: Yo voy feliz a donde quiera ir mi amorcito- Abrazó a Bette aun teniendo el respaldo del asiento como obstáculo.
James: Pues claro, como James es el que maneja, James es el que va por las cervezas, James es el que toma las fotos- Renegó- Yo paso.
Bette: No jodas, James, sin ti no hay paseo, eres nuestro amigo- Sonrió cálidamente y le presionó suavemente el hombro.
James: Bueno, la verdad es que hay lugares geniales y muchas cosas que hacer- Le regresó la sonrisa, aunque era falsa.
Archie: Cuéntanos, tú eres el que sale más por trabajo- Tenía curiosidad.
James: Yo de mi trabajo no hablo- Se puso serio.
Bette: Ay, perdón, señor policía- Bromeó y miró al asiento trasero- Se me olvida que todas sus misiones son ultrasecretas- Todos se rieron, menos James.
Una vez que llegaron a la casa de Bette, las parejas bajaron sus cosas y James tuvo que tragarse su ira al ver a la mujer que amaba besar a su amiga antes de entrar.
Necesitaba un desahogo, así que fue al lugar en el que sabía lo encontraría, un club nudista.
Mujer: Hola, guapo, ¿Primera vez aquí? – Preguntó.
James: No- Respondió sin dejar de ver la bailarina en la tarima, le recordaba mucho a Cora.
Mujer: Que raro, no te había visto por acá- Sonrió seductoramente.
James: No vengo seguido- La miró con indiferencia- Vengo, miro y me voy.
Mujer: Podemos hacer un privadito para que hagas más que mirar- Se acercó sugerentemente.
James: Gracias, pero espero a otra persona- Volvió a mirar a la bailarina sobre la tarima.
Mujer: ¿Cómo que otra persona? ¿Qué pasa? ¿No te gusto? – Sonaba algo ofendida y metió la mano entre las piernas de James.
James: ¿Qué te pasa, pendeja? – Gruñó y la empujó.
Mujer: ¿Qué te pasa a ti, cabrón?
James: ¿Cómo quieres que reacciones? A ver, dime, yo estaba aquí tranquilo y vienes a joder.
Otra mujer: Hey- Se acercó una colega- Aquí también se respeta sin importar lo que seamos- Le hizo una seña a un guardia de seguridad, pero este retrocedió cuando James sacó su placa.
James: ¿Respeto? Ustedes hablando de respeto- Se rio- ¿Ustedes? – Las miró de arriba abajo con desdén- Pero no se preocupen, les prometo que voy a volver- Salió silbando con una sonrisa sádica en los labios.
Un años después…
Comisario: Felicidades, inspector en jefe Nolan- Puso la insignia en el uniforme de James- La suya ha sido una carrera brillante y en ascenso, ha tenido a su cargo operativos muy complicados, se merece esto y mucho más.
James: Gracias, comisario- Se estrecharon la mano- Sé que vienen cosas más grandes en mi carrera.
Naveen: La policía de Boston necesita más hombres como usted, confiables, valientes, sin miedo a nada- Aduló el joven policía y James infló el pecho.
James: Muchas gracias, novato, trabaja duro y algún día estarás en mi lugar, gracias a todos- Hubo aplausos y James se acercó al joven policía que lo había adulado- Vamos a un lugar- El novato asintió entusiasmado.
Naveen: ¿A qué venimos aquí, jefe? – Preguntó mirando la entrada del club.
James: ¿Cómo que a qué? A divertirnos- Sonrió.
Naveen: ¿A divertirnos? – Frunció el ceño, pensó que irían a resolver algún caso.
James: Claro, ¿A caso pensabas que era puro trabajo?
Naveen: Pues, es que- Se rascó la nuca- Ya deberíamos estar de vuelta en el cuartel, todavía falta…
James: A ver, a ver, a ver- Interrumpió- Si hay algo que este inspector en jefe no soporta, es que le lleven la contra, y menos cuando trae a su subordinado a divertirse- El joven sonrió- Mira- Señaló la entrada- Aquí te van a hacer pasar el mejor momento de tu aburrida vida, cuando salgas de aquí, vas a ser un hombre nuevo, Naveen, te lo prometo- Sonrió con malicia y entraron.
Mientras el oficial novato se divertía con algunas bailarinas, James buscó su objetivo, la bailarina que, según él, le había faltado al respeto, ese fue el último día en este mundo de la bailarina.
Cora: Ya tienes sueño, mi pequeño Graham- Arrullaba con voz infantil hasta que se durmió- A ver, vamos a ponerte cómodo- Lo acostó en la cuna- Mira, que guapo, mi bebé- Se giró a la otra cuna y vio a la bebé Regina que la miraba con grandes ojos marrones- ¿Qué pasa, mi corazón? – La tomó en sus brazos- Acompaña a mamá a lavar los biberones - Bajó hablando con su pequeña que emitía lindas risitas.
James: Hola, Cora- Saludó desde el pasillo haciendo que la mujer saltara.
Cora: ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Cómo entraste? – Preguntó asustada e instintivamente atrajo a su bebé más cerca de su cuerpo.
James: Estaba abierta la puerta- Se encogió de hombros.
Cora: No, yo la cerré bien- Aseguró mirándolo con sospecha.
James: ¿Estás dudando de mi palabra? – Preguntó con una sonrisa.
Cora: Mira, como sea, eso no te da derecho de entrar así en mi casa.
James: Yo nada más venía contarte una gran noticia, ¿Y me recibes así? Que poca amabilidad, Cora- Fingió pesar.
Cora: ¿Cómo quieres que te reciba? Te metiste a mi casa sin avisar y estoy sola con los niños- La pequeña Regina se agitó en sus brazos como si sintiera el malestar de su mamá.
James: Sí, ya sé que estás tú sola- Se acercó- Hoy le tocó turno en la estación a Bette, quería contarte que hoy me ascendieron, ya soy inspector en jefe de la policía de Boston- Se sentó en el sofá de dos plazas- ¿Cómo ves?
Cora: Muy bien, felicidades- Habló sin emoción.
James: Por eso ando festejando, resulta que hoy ya tienes un amigo muy poderoso por cualquier lío en que te metas.
Cora: Yo no me meto en líos, James- Rodó los ojos.
James: Bueno, por si la dudas, además, ¿Bette en qué podría ayudarte? Ni siquiera lo han ascendido en su trabajo- Desdeñó.
Cora: ¿Por qué me estás diciendo todo esto? – Preguntó molesta.
James: Porque tú mereces a alguien como yo- Respondió sin rodeos y el rostro de Cora se contorsionó de disgusto- Alguien con poder, con dinero, alguien que te cuide, Cora, mira esta casa- Señaló alrededor- Hay tantas mejores que podríamos hacerle, además, tus hijos tendrían un mejor padre, los cuidaría como si fueran míos.
Cora: Quiero que te vayas de mi casa- Exigió con la mandíbula apretada y la pequeña Regina miró al hombre con ojos llorosos.
James: No- Se puso de pie frente a ella- Hoy en un buen día, quiero festejar- La abrazó por la cintura e intentó besarla.
Cora: ¡Suéltame! – Lo empujó, con el brazo libre, pero él era más fuerte y la empujó al sillón aprisionándola con su cuerpo, lo que hizo que la pequeña Regina comenzara a llorar- ¡Estás lastimando a mi hija! – Gruñó y el llanto de su bebé la hizo sacar fuerzas de donde no tenía y logró alejarlo.
James: Eso se puede solucionar- Le arrancó a la bebé de los brazos y la metió en el corralito que estaba a pocos metros, sin importarle las súplicas de la mujer que temía por pequeña- Cállate, mocosa- Volvió a lanzarse sobre Cora que repetía la palabra no- ¿Cómo de que no? Bésame- Tomó su rostro con rudeza y unió sus labios de manera brusca- ¿A poco no te gustó el beso? – Preguntó cínicamente a pesar de los forcejeos de Cora.
Cora: No, me das asco- Eso hizo que James se levantara y la jalara de los brazos- ¡Me estás lastimando, suéltame! – Comenzó a llorar.
James: Mejor vamos arriba de una vez- Ladró sin importarle el estado de la mujer ni el llanto desaforado de Regina - Tú lo pediste, mi reina- Comenzó a arrastrarla escaleras arriba.
Cora: No, por favor, no- Suplicaba.
James: Te va a gustar, ¿No era eso lo que querías?
Cora: James, todavía puedes detener esto, por favor, reacciona- Pedía entre sollozos y fue lanzada a la cama que compartía con su esposa.
James cerró la puerta y cobardemente abusó de ella, después de eso, miró a la mujer acurrucada en la cama mientras él se abrochaba el pantalón.
James: No te deberías quedar solita de noche, mientras Bette, disque anda apagando incendios- Se rio, intentaba crear dudas en Cora sobre la fidelidad de su esposa, aunque sabía que Bette adoraba el suelo que pisaba- Nadie que trabaja de noche trabaja todo el tiempo, ¿Lo sabías? – Se puso la camisa y se acercó a Cora que de inmediato se replegó hacia la cabecera- Si quieres, me puedo quedar a cuidarte- Le acarició el cabello- Tú dime, mi reina, tú decides- Quiso besarla, pero Cora giró la cara- Además, vi que al final de nuestra pasión ya estabas contenta de tenerme aquí- Solo escuchó sollozos- ¿Qué? ¿No me vas a responder? – Besó su mejilla- Está bien, me voy- Se alejó- Solo una cosa más- Tomó su arma- Aquí el que se mete en problemas se muere, y nunca más lo vuelven a ver, digo, por si pensabas decirle algo a Bette.
Cora: No diré nada- Tragó ante el miedo de que ese despreciable hombre lastimara a su amada esposa.
James: Me alegra escuchar eso, que quede para ti misma haber tenido el honor de que te cogiera el jefe- Sonrió con arrogancia antes de salir y Cora solo sentía nauseas.
Por supuesto que James no iba a arriesgarse, así que regresó poco después y provocó el incendio que acabaría con la vida de la esposa de Bette, la madre de Graham y Regina.
Un día después, James fue a la casa siniestrada para asegurarse de que no dejó pistas, había sido meticuloso, pero no estaba de más corroborar.
Ingrid: Disculpe- Se acercó.
James: Dígame.
Ingrid: Yo vivo aquí- Señaló una casa cercana a la de la familia Porter-Mills- Tengo poco tiempo viviendo en la ciudad, estoy muy nerviosa- Tragó saliva.
James: No se preocupe, ya estamos investigando para encontrar al culpable de esta tragedia.
Ingrid: Usted- Lo miró detenidamente- Usted estaba aquí.
James: No sé de qué me está hablando, señora- Frunció el ceño.
Ingrid: Usted estaba aquí ayer, a la hora del incendio- Habló asustada.
James: Yo creo que me está confundiendo de policía.
Ingrid: No- Negó con la cabeza- Estoy segura, yo lo vi, usted estaba aquí, usted debió ver quien mató a Cora.
James: Mire, ya estamos investigando- Conservó la calma, después de todo era un asesino a sangre fría- Le prometo que voy a regresar a tomar su declaración, con permiso- Se subió a la patrulla y se fue.
Esa misma noche, regresó y cuando estacionaba su coche, vio a Ingrid sacando la basura.
Ingrid: ¡Me asustó! – Se llevó la mano al pecho cuando se giró y lo vio de pie a un parde metros.
James: Buenas noches- Saludó cortésmente- Le prometí que iba a volver- Sonrió y la rubia de inmediato supo que algo no estaba bien, así que intentó correr al interior de su casa- Tranquila- La jaló contra su cuerpo y le tapó la boca- Ni modo, lugar equivocado en momento equivocado- Exhaló- Por eso debiste haber aprendido a cerrar la boca- La arrastró a su auto una vez que la rubia quedó inconsciente- Eres como todas las mujeres, ninguna quiere cooperar- Se rio.
Y así fue como la mamá de Emma, se convirtió en una más de las víctimas del carnicero de Boston.
En la actualidad…
Emma: ¿En qué te quedaste pensando?
David: ¿Nunca has tenido la sensación de ver pasar toda tu vida frente a tus ojos? – Exhaló el humo del cigarrillo.
Emma: No- Miró al frente- Dicen que eso solo le pasa a los que se están muriendo- Su padre se rio.
David: Ese no es mi caso, Emma- La miró de reojo- Yo estoy más vivo que nunca, que se preocupen otros, que están condenados a muerte- Miró el cigarrillo entre sus dedos a punto de consumirse y un escalofrío recorrió la columna de la rubia- Y todo por culpa del desprecio de Cora- La rubia se bajó de la camioneta y dio un portazo.
Emma vio la camioneta de su padre alejarse y gritó de frustración, ella no dejaría que Regina tuviera el mismo destino que Cora y Graham, así tuviera que enfrentarse a la única familia que tenía, su padre.
Neal: Ya se están tardando demasiado, ¿No? – Preguntó en la sala de espera del hospital.
Bette: Tranquilo, Cassidy, una cirugía de columna es muy delicada, mientras más tiempo se tomen, es mejor para Robin- Intentaba ser positiva- No sabía que tu hermana tenía una hija- Miró hacia donde estaba Zelena sentada con Margot en sus piernas leyendo un libro y Ruby caminaba en círculos con el celular en la oreja.
Neal: Margot vive con su papá.
Bette: Es muy linda, y se ve que se lleva muy bien con Zelena- Eso le recordó a Neal lo que Walsh le había pedido.
Neal: Sí, mi hermana y mi sobrina se adoran- Se quedó pensativo.
Doctor: Acabamos de terminar la cirugía- Se acercó y todos le prestaron atención- El paciente está estable, y lo trasladarán a recuperación.
Ruby: Pero, ¿Cómo está? ¿En cuánto tiempo va a poder salir de aquí? – Preguntó ansiosa.
Doctor: El paciente llegó con una severa lesión medular y con variadas fracturas en la columna vertebral.
Zelena: ¿Y eso qué significa, doctor? – Tenía una idea, pero no quería ser fatalista.
Doctor: Significa que el daño es irreversible- Zelena y Ruby se abrazaron.
Bette: ¿Robin no va a volver a caminar? – Preguntó con cautela- ¿Es lo que nos está queriendo decir, doctor?
Doctor: Así es, lo siento mucho, pero es un hombre joven, sano y fuerte, va a poder llevar una vida relativamente normal, con permiso- Se alejó.
Anna: ¿Puedo pasar? – Preguntó en cuanto Killian le abrió la puerta.
Killian: Claro- Exhaló y le dio espacio.
Anna: Supe que tu papá te pidió que te fueras de la casa- Miró la maleta sobre un sofá- Que triste que todo termine así- Su voz era baja y suave.
Killian: ¿A qué viniste? – Preguntó secamente.
Anna: Me enteré que discutiste con Jefferson y quise…
Killian: ¿Es en serio? ¿Vas a hablar de mi vida privada? – Se puso las manos en las caderas.
Anna: Es que con lo agresivo que es Jefferson, tuve miedo de que te hiciera algo.
Killian: ¿Qué me iba a hacer, Anna? ¿Destruir el local, por ejemplo? – Se rio sin humor- Está difícil, porque ya te encargaste de eso.
Anna: ¿Tú también? ¿Eso piensas de mí? – Se indignó- Que al enfermo de Jefferson se le haya metido esa idea a la cabeza no me sorprender, pero tú me conoces.
Killian: No, no te conozco, nada- Tenía que recordarse que hablaba con una mujer, porque si fuera hombre, le habría dado un puñetazo por referirse a si novio como un enfermo- Y yo no sé si cambiaste o siempre fuiste así, pero la mujer con la que yo estuve dos años de mi vida, hoy me parece una extraña capaz de cualquier cosa.
Anna: No, Kill, el extraño eres tú, que fingías estar enamorado de mí mientras te dejabas seducir por el pervertido de Jefferson que…
Killian: No, no hables así de mi novio- Gruñó.
Anna: ¿Tu novio? – Se rio sin humor- Escúchate, Killian, ¿QUÉ MIERDA TE HICIERON PARA QUE TE CONVIRTIERAS EN ESTO? – Ladró con el ceño fruncido.
Killian: Amarme, Jefferson me ama de una manera que tú eres incapaz de amar.
Anna: Yo te amé más que nada en el mundo- Rebatió.
Killian: Tú querías una vida que ya tenías planeada, Anna, y yo era la última pinche pieza que te faltaba- La joven abrió mucho los ojos antes de dirigirse a la puerta.
Anna: Agradece que solo le di vuelta a unas cosas- Se giró para mirarlo- Porque lo que debí hacer fue quemar ese pinche lugar de mierda- Salió dando un portazo.
Regina entró a su casa a toda prisa, dejó su mochila y se sentó en un sofá con la laptop en sus piernas.
Su mente la llevó a todos los momentos que pasó con Elsa, todo lo que la rubia le había dicho, su promesa de protegerla como no pudo hacerlo con Graham, tal vez el contenido de la USB que ahora tenía en sus manos era el último esfuerzo de mantenerla esa promesa.
Con mano temblorosa insertó el USB en la entrada de la laptop y su corazón se aceleró de anticipación ante lo que podría encontrar.
Continuará….
Chapter 32: Resucitar de entre los muertos
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Elsa insertó el dispositivo USB y suspiró profundamente antes de comenzar a escribir.
Querida Regina:
No quiero ser irresponsable ni dar información hasta que esté completa, además, el procedimiento policial me impide compartir evidencia que no esté verificada, quiero que tú también tengas acceso a la investigación para que sepas cuales son mis sospechas.
Ten mucho cuidado.
Estoy investigando al papá de Emma, David Swan.
Su biografía tiene muchas zonas grises, aparece y desaparece de distintas ciudades sin dejar rastro, como si estuviera escapando de algo.
En cuanto a Emma, yo sé que tienes algo con ella, pero no todo lo que brilla es oro, ten mucho cuidado con Emma Swan, no toda la gente que te declara su amor lo hace porque lo siente, a veces quieren algo a cambio.
El papá de Emma es una persona que ha engañado a mucha gente, y me atrevería a decir que incluso a la misma Emma.
También es importante que sepas que, cuando descubrimos que el cuerpo que exhumamos no correspondía a James Nolan, se abrió una nueva carpeta de investigación, tengo algunas sospechas que, de confirmarse en las próximas semanas, podrían destruir la vida de muchas personas, entre ellas, la de Emma y la tuya.
Pero si yo no puedo terminar con esto, la responsabilidad es tuya, eres inteligente, Regina, mucho más de lo que crees, solo te falta un poco de cabeza fría, por eso confío en ti.
No me decepciones, honra la memoria de tu hermano Graham y, por sobre todas las cosas, mantente a salvo.
Besos, Elsa.
Una vez que terminó el mensaje para la morena, adjuntó algunos archivos y pulsó el botón de guardar, se secó un par de lágrimas que habían abandonado sus ojos y los cerró por un momento, ella presentía que su final estaba cerca.
Neal: Bette- Le habló por tercera vez a la morena que caminaba distraída por la sala de espera del cuartel.
Bette: Perdón, no te vi.
Neal: Todos estamos así por lo de Robin, lo entiendo- Sonrió con tristeza.
Bette: ¿Has visto a Emma? – Preguntó de la nada.
Neal: No, no le toca el turno de noche, ¿Por qué? ¿Pasa algo?
Bette: No, no te preocupes- Forzó una sonrisa y le palmeó el hombro antes de irse a su oficina.
Ariel: Le dije a Belle que fuera a descansar un poco, ha estado aquí todo el tiempo y no quiero que se enferme- Dijo desde la cama de hospital.
Kristin: Esa chica vale oro- Sonrió mientras maquillaba a la pelirroja que asintió.
Jefferson: La verdad se nota que está loca por ti.
Ariel: Y yo por ella- Sonrió tontamente.
Jefferson: Pues disfrútalo, porque el amor cuando llega así de fácil, así se va- Las mujeres fruncieron el ceño ante el comentario amargo.
Kristin: Mi amor, ¿Y ese comentario tan agrio?
Ariel: ¿Pasó algo con Killian? – Preguntó preocupada, sin tomarse personal el comentario de su amigo.
Jefferson: Con Killian, con Anna, con el negocio y con mis sueños- Respondió abatido- Pero horita no importa- Tomó la mano de la pelirroja- Perdón.
Ariel: Importa, porque estás sufriendo y nosotras somos tu familia- Presionó cariñosamente su mano.
Jefferson: Has cambiado para bien desde que estás con Belle- Besó su frente y la puerta se abrió.
Belle: ¿Mira quién está aquí? – Dio espacio.
Ariel: ¿Mamá? – La mencionada se acercó y Kristin le dejó su lugar.
Úrsula: Gracias- Se puso al lado de su hija- Espero llegar a tiempo para tomar tu mano- La extendió y Ariel la tomó después de ver los rostros alentadores de Belle, Kris y Jeff.
Kristin: Vamos a darles un momento a solas- Su hijo y Belle la siguieron a la salida.
Ariel: Mamá, ¿Me ayudas a dar un paseo? La doctora dijo que necesito caminar.
Úrsula: Así, sin prisa, mi amor, sin prisa- La ayudaba a caminar por los pasillos del hospital.
Ariel: No sé si son los medicamentos, pero estoy muy mareada.
Úrsula: Eso es normal, eso me pasó a mí después de mi última liposucción, daba dos pasos y acababa agotada- La joven se rio- Pero si quieres damos la última vuelta y ya, nos vamos de regreso a la cama.
Ariel: ¿A poco me vas a llevar a la cama como cuando era niña? – Preguntó con añoranza.
Úrsula: Sí, y también te voy a consentir y te voy a cuidar- La ayudó a sentarse en un sofá en la sala de descanso- Como cuando tenías gripa, ¿Te acuerdas? Y te llenaba de regalos- Besó su cabeza.
Ariel: Con que estés aquí me basta, mamá- Sonrió dulcemente.
Úrsula: No te vas a librar de mí- Se sentó frente a ella- Saliendo de aquí te vas a ir conmigo a Nueva York- El rostro de la pelirroja cayó- ¿Qué crees? Ya hablé con los mejores médicos de allá y te están esperando para que continúes tu tratamiento.
Ariel: No me quiero ir a Nueva York, mamá- Dijo tranquilamente, pero con determinación.
Úrsula: Mi amor, ahorita no se trata de lo que tú quieras, se trata de lo que es mejor para ti- La tomó de las manos.
Ariel: Lo mejor para mí es quedarme aquí en Maine.
Úrsula: A ver, mi amorcito- Exhaló- Te vas a ir conmigo a Nueva York y fin de la discusión, ¿OK? – Ariel suspiró con cansancio- No me hagas esa cara, lo hago por tu bien.
Tiana: Apenas supe lo que le pasó a tu compañero y quise venir a ver como estabas.
August: Se supone que estamos preparados para noticias así, pero cuando le pasa a uno de tus amigos y- Se le quebró la voz- Es diferente.
Tiana: Lo siento mucho.
August: Gracias- Tragó saliva- ¿Y mi ahijado? – Quiso cambiar de tema, siempre fue malo con las emociones.
Tiana: Cada día más grande- Sonrió al recordar a su bebé- Parece que crece durante la noche.
August: Pues ojalá que no crezca tanto porque ya le compré el trajecito para el bautizo, no vaya a ser que ya no le quede- Se rio, pero su risa murió al ver el rostro apenado de la mujer.
Tiana: Quizá lo mejor es postergar el bautizo por un tiempo.
August: ¿Por qué? – Frunció el ceño.
Tiana: No sé, para evitar problemas- Miró hacia otro lado.
August: ¿Problemas con el tipo que me golpeó? – Preguntó lo más tranquilo que pudo- ¿Ustedes dos están juntos? – Tiana negó con la cabeza.
Tiana: Es una larga historia- Tragó saliva.
August: Bueno, pues cuéntamela, yo tengo tiempo, además necesito saber si sientes algo por él.
Tiana: ¿Y eso en qué cambia las cosas? – Preguntó molesta, pero no con el bombero.
August: ¿Cómo que en qué? – No se alteró- Yo sí siento cosas por ti.
Tiana: August- Se puso de pie.
August: Y son cosas que yo nunca- Se paró también- Nunca en mi vida, había sentido- Se miraron a los ojos- Quiero estar contigo y con el pequeño August.
Tiana: August…
August: Podemos ser una familia- Sonrió esperanzado.
Tiana: August, no- La sonrisa del bombero desapareció- Perdóname si te di señales equivocadas, ¿Sí? Pero es que, entre tú y yo no va a pasar nada- Tragó saliva al ver el dolor en los ojos del chico- No puede pasar, me tengo que ir- Prácticamente huyo y August, por más que intentó luchas contra las lágrimas, perdió la batalla.
Belle: Bueno, mamá, el juez consideró que sí hubo muchas irregularidades en tu caso y, ¡Aceptó revisarlo! – Exclamó emocionada en el patio de visitas del reclusorio- Sabes lo que eso significa, ¿Verdad? – Preguntó al ver la nula emoción en el rostro de su madre.
Colette: No, dímelo tú.
Belle: Vamos a pedir tu libertad condicional, mientras se comienza una nueva investigación- Su mamá solo la miró- Pero, vas a salir de aquí, mamá, se acabó, vas a salir de aquí- Repitió esperando que la mayor comprendiera, pero solo negó con la cabeza- Yo tampoco podría creerlo cuando el abogado me lo dijo, pero la verdad es que…
Colette: ¡No! – Golpeó la mesa con la palma de la mano.
Belle: ¿Qué? – La miró desconcertada- No entiendo.
Colette: Lo sé, pero después de todos estos años, aquí en el reclusorio me siento más segura que allá afuera.
Belle: Pero es que afuera estoy yo- Se le quebró la voz.
Colette: Y tienes una buena vida, mi amor, una vida decente, con una mujer a la que amas y que te ama- Tomó el rostro de su hija con ternura- No la eches a perder haciéndote cargo de una madre recién salida de la cárcel, ¿Qué voy a hacer yo allá afuera? ¿Quién me va a dar trabajo? Ya no le tengo miedo a este lugar, a lo que le tengo miedo es a lo que hay detrás de estas murallas- Miró los altos muros- Porque allá ya no hay un lugar para mí, déjame aquí, Belle, y sé libre tú, eso era lo que quería cuando te defendí de ese bastardo y acabé con su vida.
Bette: Cariño, ¿Por qué no estás en la formación? – Le preguntó a su hija cuando se toparon en los pasillos del cuartel.
Regina: ¿Dónde te has metido? Te estuve llamando toda la noche- Sonó a reproche, pero había estado preocupada.
Bette: Lo siento, tuve una pésima noche- Se frotó el puente de la nariz.
Regina: Pero, ¿Estás bien? – La mayor asintió con una sonrisa ante la preocupación de su hija- ¿Has visto a Emma? – Preguntó algo ansiosa.
Bette: Lo mismo te iba a preguntar a ti, parece que se la tragó la tierra- Caminó hacia la cafetería con Mills detrás de ella.
Regina: ¿Cómo? ¿No está aquí en el cuartel? – Su ceño se frunció.
Bette: No- Se sirvió un café- ¿Qué pasa, Ginny? ¿Hay algo que pueda hacer por ti?
Regina: Necesito que me des el día libre, tengo algo urgente que hacer.
Bette: Ok, tómate el día, ¿Algo más en lo que yo te pueda ayudar?
Regina: Por ahora, no, es algo que tengo que hacer yo sola- Bette la miró- Son asuntos míos, ¿Ok? – Soltó un poco brusco- Lo siento, solo estoy cansada- Exhaló.
Bette: Soy tu mama, Ginny, puedes confiar en mí- Su mirada amorosa no le dejó duda a Regina.
Regina: Solo necesito que me des el día, luego te lo repongo.
Bette: ¿No me vas a dar al menos una pista de lo que te está pasando?
Regina: Tengo que ir a buscar a alguien.
Bette: Si sabes algo de Emma, avísame, por favor, yo también necesito hablar con ella y es urgente- Se acercó y besó la frente de su hija.
Regina: Ok- Se fue.
Mientras Regina manejaba por carretera a su destino, su mente viajaba una y otra vez por el contenido en el dispositivo que le dejó Elsa.
Robin estaba en la habitación de hospital mirando hacia la pared, escuchó pasos acercarse, pero su rostro permaneció impasible, sin embargo, sus ojos mostraban ira por su situación.
Ruby: El doctor dice que te estás recuperando más rápido de lo esperado- Se puso a un lado de la cama y Zelena al otro.
Zelena: Todos vinieron a verte y están muy preocupados por ti- El bombero no volteó a ver a ninguna de las dos- Tómate tu tiempo, lo que sea que estés sintiendo está bien- Quiso acariciar su cabello, pero Robin hizo un movimiento brusco con la cabeza, evitando el contacto- Y no te lo estoy diciendo como tu psicóloga, te lo digo como alguien que se preocupa por mucho por ti- El rostro del bombero se endureció.
Ruby: Vas a tener que cambiar la estrategia, cabrón- Se limpió una lágrima- Porque, aunque quieras jugarle al rudo, no iremos a ningún lado, ¿Ok?
Robin: Quiero descansar- Miró al techo sin molestarse en secar las lágrimas que se escaparon de sus ojos.
Zelena: Vamos a estar aquí para lo que…
Robin: ¡Que se vayan, carajo! – Alzó la voz y miró hacia una pared.
Ruby: Vas a tener un hijo- Confesó y de manera disimulada, el bombero la miró- Sí, estoy esperando un hijo tuyo.
Robin: Búscale un papá de verdad, porque yo me quiero morir- Volvió a mirar fijamente la pared.
Zelena: Vamos, amor- Tomó a la fotógrafa de la mano.
Una vez que se salieron, Robin lloró como un niño, estaba tan deprimido, que ni siquiera las dos mujeres que amaba, ni la noticia de que iba a ser padre, algo que siempre había soñado, lograron darle ganas de vivir.
Neal: Carajo, tengo demasiadas cosas que hacer- Caminaba molesto por el patio del cuartel con su ex cuñado siguiéndolo- Aquí nos despedimos, Walsh.
Walsh: Esto no te va a tomar mucho tiempo, Neal, necesito aclarar un par de cosas, por ejemplo, lo que vas a decir cuando declares en contra de tu hermana- Neal lo fulminó con la mirada y continuó caminando- El juicio es en un par de días y el abogado quiere que nos reunamos muy pronto.
Neal: No, no lo voy a hacer, no voy a declarar en contra de mi hermana.
Walsh: ¿Qué te pasa, cabrón? – Gruñó- ¿Me vas a salir con que te nació el amor de hermano justo ahora? No jodas, cumple con tu pinche palabra- Escupió y Neal se detuvo y se giró a mirarlo.
Neal: No me voy a encargar de hundirla más, Zelena es mi familia.
Walsh: ¿Vas a renuncias a un chingo de dinero por hacerte el buen hermano? – Se burló.
Neal: Si no tienes nada bueno que decir, mejor vete- Señaló la puerta.
Walsh: No sabes lo que estás haciendo, hijo de puta- Advirtió con la mandíbula apretada.
Neal: No le voy a hacer daño a mi hermana, contigo ya tuvo suficiente, sal de mi cuartel- Exigió retándolo con la mirada y esta vez, su excuñado se fue- Pendejo- Murmuró.
Bette: Emma- La interceptó en la entrada del cuartel- Necesito hablar contigo y es urgente.
Emma: Sí, comandante Porter, lamento muchísimo haber llegado tarde- Se frotó las manos- Me voy a poner a trabajar inmediatamente- Avanzó hacia el interior.
Bette: ¿Qué estabas haciendo ayer en satélite? – Preguntó con la mandíbula apretada.
Emma: ¿Me seguiste? – Se giró abruptamente.
Bette: Estoy tratando de entender, ¿Por qué en este cuartel tengo una bombera que no tiene registro de ingreso? ¡Y que tiene datos incompletos en su acta de nacimiento!
Emma: No, eso no es cierto- Dio dos pasos hacia su superior.
Bette: Sí, es cierto- Encaró- Además, necesito saber que hacías ayer con un viejo amigo de Boston- El rostro de la rubia palideció- Que supuestamente murió hace 25 años- El cuerpo de Swan comenzó a temblar- ¿QUÉ CARAJOS HACÍAS AYER CON JAMES NOLAN?
Emma: ¿Quién? – Tragó saliva.
Bette: ¡James Nolan, el padrino de Regina! – Se acercó más a la rubia sin importarle que esta parecía que iba a vomitar, primero estaba la seguridad de su hija- El hombre que supuestamente estaba enterrado en un panteón de Boston- La tomó de los hombros y la zarandeó- ¿Sabes de quién te estoy hablando?
Emma: Yo, yo, sé muy poca información- Le temblaba la voz.
Bette: ¡PUES QUIERO UNA EXPLICACIÓN AHORA MISMO, EMMA! Si no lo haces por mí, hazlo por mi hija, la mujer a la que juras amar- Intentó persuadirla apelando a sus sentimientos.
Emma: Sí, yo, perdón, no, no me estoy sintiendo bien- Su respiración se volvió errática y casi de desvanece y cae al suelo, pero la morena la alcanzó a sostener.
August: Hola, Kris- Saludó a la rubia en el hospital.
Kristin: Hola, cielito.
August: Vengo a ver a Ariel- Mostró el arreglo de flores.
Kristin: Está dormida, le dieron un coctel de medicamentos como para derrumbar a un elefante.
August: Entonces, ¿No voy a poder hablar con ella? – Exhaló cabizbajo.
Kristin: Hoy no, pero yo le digo que viniste a verla, ¿Quieres que le entregue las flores?
August: Muchas gracias, pero prefiero esperar aquí a que pueda verla, es importante lo que tengo que hablar con ella.
Kristin: A ver- Puso una mano en el hombro del bombero- Soy demasiado vieja como para que me mientas y demasiado joven como para que me engañes, así que dime sin rodeos, ¿A ti te sigue gustando Ariel?
August: Kris, con todo respeto, pero no tengo por qué hablar este tema contigo- Miró hacia otro lado.
Kristin: Te equivocas, yo estuve a su lado mientras tuvieron esa relación sin sentido, no era sana, era una relación tóxica- El bombero asintió de acuerdo- Si quieres a Ariel como amiga, adelante, pero si tienes otra idea, sácatela de la cabeza, Ariel está muy feliz con Belle.
August: Lo sé, y no quiero hacerle daño a Ariel, ni mucho menos a Belle.
Kristin: Hablando de la reina de Roma- Miró hacía donde se acercaba Belle con un ramo de rosas tan grande como si sonrisa.
Belle: Hola- Besó la mejilla de ambos- Iré a ver a Ariel- Se fue de inmediato, extrañaba mucho a su pelirroja y después de lo que pasó con su mamá en el reclusorio, necesitaba el afecto de su novia.
Kristin: Tú también consíguete a una chica que te haga bien, te lo mereces- Le sonrió amablemente y siguió a Belle.
August: Pensé que la había encontrado- Susurró para sí mismo y tiró las flores en un contenedor.
Hombre: ¿A quién busca, señorita? – Preguntó al ver a Regina mirando la propiedad.
Regina: Buenos días, ¿De casualidad conoce a un tal David Swan Diccarey? Me dijeron que vive aquí.
Hombre: Vivía.
Regina: ¿Cómo?
Hombre: Que David vivía aquí hasta hace una semana o menos.
Regina: ¿Y qué pasó? – Preguntó intentando que no se notara su urgencia por información.
Hombre: Se fue, desapareció, se esfumó- Se encogió de hombros y Regina recordó que Elsa le dijo en su carta que el papá de Emma aparece y desaparece sin dejar rastro, somo si estuviera escapando de algo.
Regina: ¿Y usted sabes a dónde se fue?
Hombre: Uy, no, señorita, ¿Y para qué lo buscaba?
Regina: Digamos que quería hablar con él para preguntarle un par de cosas- Respondió distraídamente.
Hombre: Eso va a ser un poco difícil, porque el tipo era muy callado, nunca se hizo de un amigo aquí en la zona, así como llegó, se fue, pero si lo vuelvo a ver, ¿Quiere que le diga algo?
Regina: No, gracias- Regresó a su vehículo.
Ruby: ¿Qué te dijo el hermano de Robin? – Le preguntó a su novia cuando vio que guardó su celular en el bolsillo de su pantalón- Te traje un café.
Zelena: Gracias, toda su familia vive en Canadá- Exhaló- Su hermana tiene un bebé de pocas semanas y sus papás quieren venir, pero son personas mayores.
Ruby: Tampoco creo que Robin tenga muchas ganas de ver a alguien, ¿No? – Se rio sin humor.
Zelena: Pues no- Dio un sorbo a su café- ¿Qué estás tomando, Rubs? – Preguntó con sospecha cuando vio el vaso en su mano.
Ruby: Un café frío que sabe a ropa sucia- Resopló.
Zelena: Eso está mal- Se lo quitó- Tienes que alimentarte y alimentar al bebé.
Ruby: Pero no tengo hambre- Se cruzó de brazos.
Zelena: Bueno, pues te la inventas- Besó sus labios- Quiero que te vayas a la casa y que comas algo de verdad y descanses, porque lo necesitas- Acarició amorosamente el vientre de su novia.
Ruby: Ya te dije que no me voy a ir a la casa.
Zelena: Bueno, ¿Y qué quieres hacer aquí? – Preguntó ante la terquedad de la mujer.
Ruby: Pues lo mismo que tú, acompañar a Robin- Respondió como si fuera obvio.
Zelena: Amor, yo no estoy embarazada, yo me puedo dormir donde sea y comer basura si quiero, tú no- La fotógrafa iba a protestar.
Enfermera: ¿Familiares de Robin Locksley? – Ambas asintieron- El paciente está durmiendo, por protocolo, necesito saber si alguna de las dos se va a quedar a pasar la noche con él.
Zelena: Yo me quedo.
Ruby: Y yo también- La pelirroja resopló.
Enfermera: Lo siento, pero solo puede quedarse una persona- Las miró con cara de disculpa- Estaré en piso, me avisan cual fue su decisión- Se alejó.
Zelena: Haz lo que te digo, deja que yo me quede, necesitas descansar.
Ruby: Zee, ya te dije que yo no me quiero ir a la casa.
Zelena: Bueno, pero ya escuchaste a la enfermera, solo se puede quedar una persona, Rubs, entiende- Se pasó las manos por los rizos.
Ruby: Entonces que se quede la mujer que lleva a su hijo- Sonrió triunfante y su novia rodó los ojos.
Neal: Las dos vayan a descansar- Se había acercado y escuchó el desacuerdo entre su hermana y su novia- Yo me quedaré con Robin- Ambas mujeres lo miraron desconcertadas- Ruby, mi hermana tiene razón, necesitas cuidarte, y tú, Zel, tienes que asegurarte de que lo haga.
Zelena: Gracias- Le sonrió y su hermano solo asintió.
Jefferson: No estoy para nadie ahorita- Gruñó sin dejar de tejer cuando escuchó que alguien golpeaba la puerta de su habitación.
Killian: ¿Ni siquiera para mí? – Asomó la cabeza y el diseñador se levantó de inmediato.
Jefferson: Hey.
Killian: Mira, Jeff- Entró- Yo sé que me porté como un pendejo, no supe manejar la situación con Anna.
Jefferson: En eso no puedo estar más de acuerdo- Se cruzó de brazos.
Killian: Por eso estoy aquí, para solucionarlo- Lo vio con ojos de perro apaleado.
Jefferson: ¿Y cómo arreglas un corazón roto?
Killian: Bueno, primero que nada- Se acercó un poco- Pidiéndote una disculpa- Se acercó un poco más- Quiero decirte que no quiero perder ni un momento más, tú sabes lo que me ha costado descubrir quien soy- Dio unos pasos más- Y solo quiero disfrutar esto que tenemos, Jeff.
Jefferson: Entonces, deja de autosabotearte, porque es como si te estuvieras castigando por haber salido del clóset- Ambos se rieron.
Killian: ¿Cómo le haces para saber lo que me está pasando por la cabeza? – Ladeó la cabeza como un cachorro y el diseñador se derritió.
Jefferson: Porque soy la persona más intuitiva que existe- Alzó la barbilla con fingida arrogancia y después lo miró amorosamente- Y porque me muero de amor por ti- Ahora fue él quien acortó la distancia- Y cuando uno muere de amor por alguien, es como si pudieras leerle la mente y también el corazón- Tomó sus manos.
Killian: Entonces, déjame demostrarte que te puedo hacer feliz.
Jefferson: Para eso tendrías que responder una pregunta, y la respuesta tendría que ser que sí- Sonrió.
Killian: ¿Qué si te amo? Sí, con todas mis fuerzas- Se sonrieron- ¿Qué si voy a dejar de ser un pendejo? Sí, lo haré- Tomó su rostro con ternura- ¿Y qué si voy a hacer todo lo que está en mis manos para hacerte el hombre más feliz? Absolutamente todo.
Jefferson: ¿Y si te pido que te cases conmigo? – Preguntó mirándolo a los ojos.
Killian: ¿Eso es una pregunta o es una propuesta? – Tartamudeó.
Jefferson: Es lo que más deseo en esta vida- Se hincó sobre una rodilla y tomó su mano- Killian, ¿Te casarías conmigo? – Preguntó con una sonrisa, que desapareció después de varios segundos de silencio- Ahora es cuando tú dices que sí, que por supuesto que te casarías conmigo- El bombero sacó su mano- Killian, no me asustes.
Killian: Jeff, yo- Salió corriendo de la habitación.
Jefferson: Killian, no- Lo siguió- Killian, te hice una pregunta- Gritó, pero el bombero se fue sin mirar atrás.
Anna: ¿Qué pasó? – Preguntó desde la sala de estar, pero Jefferson no respondió y regresó a su habitación.
Emma: ¡Regina, Regina! – La llamaba mientras corría por los pasillos- ¡Regina! – Las lágrimas brotaron de sus ojos al llegar a un ataúd de madera- ¿Regina? – Su voz tembló, al igual que sus manos cuando lentamente abrió el ataúd- Gracias a Dios- Se llevó la mano al pecho al encontrarlo vacío.
David: No estoy muerto, Emma- Susurró desde atrás en su oído- Resucité de entre los muertos.
La rubia se despertó asustada en el sofá de la sala de descanso del cuartel, se sentó de golpe cuando vio a Bette mirándola con rostro impasible desde una silla.
Emma: ¿Dónde están todos? – Preguntó con algo de dificultad.
Bette: Gran parte de los del turno en una emergencia, otros fueron a visitar a Robin al hospital- Respondió sin emoción.
Emma: No sé que me pasó- Exhaló y se pasó una mano por el rostro- No sé si se me bajó la presión o…
Bette: Necesito que tengamos una conversación muy importante, Emma- No dejaba lugar a discusión- Por el bien de todos, principalmente por mi hija.
Emma: Ahorita no es el momento, ahorita no, por favor- La miró con ojos suplicantes.
Bette: ¿Por qué conoces a James Nolan? – Llegaría a la verdad, sin importar como se sintiera la rubia, la seguridad de su hija era su prioridad.
Emma: No conozco a ningún James Nolan- Se lamió los labios secos.
Bette: ¡No mientas! – Se estaba cansando de la actitud de la rubia.
Emma: ¡No estoy mintiendo! ¡No conozco a ningún James Nolan! – Se levantó- No conozco a nadie que se llame así.
Bette: Él es James Nolan- Se levantó y puso su celular frente a la rubia con una foto de ella y David en el interior del auto de este- ¿Vas a seguir mintiendo? – La respiración de la rubia se volvió pesada- Él es un amigo de mi juventud, padrino de Regina- La rubia recordó la plática con su papá sobre Cora y comprendió- ¿Vas a hablar? ¿Por qué conoces a James? ¿Qué relación tienes con ese tipo?
Emma: No lo conozco- Insistió- No me gusta lo que estás insinuando- Salió de la sala de descanso.
Bette: Emma- La siguió- Emma- Se detuvo cuando la vio chocar con Regina.
Emma: Déjame pasar- Le pidió con ojos llorosos a la morena que amaba más que a su propia vida.
Regina: No, tú y yo tenemos que hablar, de tu papá- La rubia palideció.
Continuará…
Chapter 33: Ganadores y perdedores
Chapter Text
Emma: No, es que de verdad no puede ser- Decía la joven de 21 años a su padre que arreglaba algo en el cofre del auto- Somos más de 20 millones de habitantes en Maine, y solamente 2400 bomberos, de los cuales, 300 son mujeres, 300 mujeres en todo Maine- Levantó las manos con indignación- Y a eso súmale que apenas en 1985 aceptaron a la primera mujer en la institución, las obligan a cortarse el pelo y si salen embarazadas, obviamente les dan una patada y las dan de baja.
David: ¿A qué viene todo esto? – La miró.
Emma: Quiero ser una mujer bombero- Respondió seriamente y se cruzó de brazos.
David: Ok- Se rio.
Emma: ¿De qué te ríes? – Se enfurruñó.
David: De nada- Continuó riendo.
Emma: Papá, sabes que las mujeres somos más chingonas que ustedes los hombres en muchísimas cosas- Lo señaló con el dedo.
David: Emma, no…
Emma: ¿Sabes qué? No, aunque no quieras, me voy a postular y voy entrar al cuerpo heroico de bomberos, porque no puede ser que en pleno siglo 21 siga habiendo tantas desigualdades y tantas injusticias hacia las mujeres, papá- Terminó apasionadamente.
David: Emma, Emma- Se alejó del auto y se acercó a la rubia.
Emma: ¿Qué?
David: Cuando yo vivía en Boston, tenía dos amigos bomberos, uno de ellos era Archie Hopper, es ahora el jefe de la estación de bomberos de Maine.
Emma: ¿Vas a hablar con él? ¿Me vas a ayudar? – Preguntó esperanzada y el hombre exhaló y después asintió- Gracias, papá- Lo abrazó.
🦢👑
Robin: Checa la marcha- Revisaba uno de los camiones y Emma entró al cuartel mirando todo con emoción.
Neal: Dense prisa- Ordenó sin dejar de mirar su celular.
Thomas: Parece que tenemos visita- Miró a Swan.
Neal: ¿En qué puedo ayudarte? – Se acercó a la recién llegada.
Emma: Buenas noches, vengo a ver al señor Archie Hopper- Habló tímidamente.
Neal: Él está ocupado- Puso las manos en sus caderas- Es el primer inspector y no ve a la gente directamente, pero lo que necesites puedes tratarlo conmigo.
Emma: No, es que, de hecho, tengo una cita con él.
Neal: De seguro no te va a poder atender- Se escuchó una puerta abrirse en el interior.
Archie: ¿Emma? – Se acercó- ¿Emma Swan?
Emma: La misma.
Archie: Ven conmigo, te estaba esperando- Dijo con una sonrisa y se fueron su oficina.
Archie: Emma es una de las mejores postulantes en la historia de la estación- Informaba mientras tomaban una copa en un bar.
David: ¿Y qué esperabas? Yo la eduqué para que fuera siempre la mejor- Infló el pecho- Y sobre lo que te pedí…
Archie: No re preocupes por su registro en superintendencia, yo me encargo personalmente de que no quede nada por escrito.
David: Es pura precaución, yo no puedo permitir que nadie asocie a Emma conmigo, como bien dicen, si no está escrito, pues no existe- Dio un sorbo a su trago.
Archie: Pero, ¿De qué te preocupas? Ahora eres David, James está muerto, nadie podría nunca saber nada.
David: La diferencia entre los ganadores y los perdedores, amigo- Recargo los codos sobre la mesa- Es que los ganadores siempre estamos viendo todos los escenarios posibles, yo no puedo permitir que nadie relacione a Emma con David Swan, y mucho menos, con James Nolan- Sonrió- Y si tengo que premiar con una buena cantidad de dinero al primer inspector del cuartel de bomberos, eso voy a hacer- Levantó su vaso y lo chocó contra el de Archie.
Emma: ¿Qué quieres saber de mi papá? – Preguntó alterada.
Regina: Necesito saber quién es, dónde está ahora, ¿Por qué se la vive huyendo? ¿A quién se chingó?
Emma: ¿Y por qué me estás pidiendo esas explicaciones? – Las lágrimas comenzaron a formarse.
Bette: Conmigo también tienes explicaciones pendientes- La rubia desvió la mirada de Regina hacia ella.
Emma: ¿Qué les pasa? ¡Déjenme tranquila! – Quiso irse, pero Bette le cerró el paso.
Regina: Veo que no soy la única que tiene dudas- Se cruzó de brazos y la rubia se pasó las manos por la cara con desesperación- Me dieron información de tu padre.
Emma: ¿Quién? – Tragó saliva.
Regina: ¡Eso da lo mismo! – Gruñó, amaba a la rubia y no quería angustiarla, pero estaba desesperada por respuestas- ¿Por qué aparece y desaparece? ¿Por qué se la vive huyendo?
Emma: ¿Quién te está dando información de mi papá? – Le ladró casi en la cara.
Regina: ¡Carajo, Emma, contéstame! ¿Dónde está tu papá? – Confrontó en el mismo tono.
Emma: ¡Lo que haga mi papá a ti te vale madres! – Hundió el dedo índice en el pecho de Mills y después se giró a mirar a Bette- ¡Y a ti también! – La señaló con el dedo y volvió a mirar a Regina- Yo solo puedo dar explicaciones de mis propios actos.
Bette: Ya que quieres hablar de tus actos, entonces hablemos de tu reunión de ayer- La rubia tragó saliva y Regina frunció el ceño sin entender de que hablaba su madre- Acaso, ¿James Nolan tiene algo que ver con tu papá?
Regina: ¿Mi padrino? – Su ceño se frunció más.
Bette: El mismo- Exhaló- Emma, todavía no me respondes que hacías ayer con él, James supuestamente murió hace 25 años.
Regina: ¿Qué?
Bette: Que te lo explique Emma.
Regina: A ver, ¿Qué tiene que ver mi padrino en todo esto?
Emma: No tengo la menor idea, déjenme en paz, no me siento bien- Quiso volver a irse.
Regina: Emma- La tomó del brazo y la rubia se zafó- ¿Por qué te pones nerviosa? ¿Qué nos estás ocultando?
Emma: ¡Nada!
Regina: Pues eso no es lo que parece- Se pasó las manos por el cabello, estaba muy confundida- ¿Qué pasa con James?
Emma: ¡No tengo la menor idea! – Lágrimas calientes comenzaron a desbordarse sin control y a Regina se le apretó el corazón- ¡No sé nada! ¡No sé quién es! – Sollozó- ¡Déjenme en paz! ¡Déjenme en paz! – Empujó a la morena y salió corriendo del cuartel.
Regina: Emma- La siguió y Bette a ella- ¡Emma, cuidado! – Fue demasiado tarde, un auto había arrollado a la rubia- No, no, no- Corrió y se agachó- Emma, háblame, mi amor, lo siento, perdóname, por favor- Escuchó un leve quejido- Hay que llamar a la ambulancia- Pidió a su madre con lágrimas corriendo por sus mejillas.
Jefferson: Me rechazó, Killian rechazó mi propuesta de matrimonio- Lloraba en el sofá.
Kristin: Pero, ¿Te dijo que no? ¿Así con todas sus letras? – Preguntó alisando su espalda.
Jefferson: No, ni siquiera fue capaz de mirarme a la cara y decirme que no, huyó como una rata de dos patas- Sollozó.
Belle: A ver, a ver, entonces no te rechazó, simplemente no respondió- Su amigo la miró esperanzado- Digo, eso para mí puede tener muchos significados.
Kristin: Exacto, quizás entró en shock, tal vez lo quería pensar un poco- Su hijo negó con la cabeza.
Belle: Quizá un ataque de timidez- Aventuró y Jeff volvió a negar con la cabeza.
Jefferson: ¡No! No lo sigan intentando, porque ninguna de esas cosas es un sí- Se llevó las manos a la cabeza- ¿Cómo pude ser tan pendejo para pensar que iba a decir que sí se quería casar conmigo? – Se reprendió duramente.
Kristin: Porque tú sabes que él te ama, ese chico ha hecho muchas cosas por ti, por amor.
Jefferson: Rechazarme, por ejemplo- Se rio sin humor.
Belle: A ver, Jeff, escúchame, Killian canceló su compromiso con Anna, salió del closet, se peleó con su familia- Bauer asentía a todo- Se quedó sin casa, y todo porque te ama, amigo.
Jefferson: ¿De qué me sirve que me ame si me tiene así? – Se levantó de golpe- Arrastrando la cobija y ensuciando el apellido- Puso las palmas de las manos en el respaldo del sofá.
Kristin: Quizá te apresuraste en preguntarle- Por fin lo dijo.
Jefferson: No- La fulminó con la mirada- Ni se te ocurra…
Kristin: Cariño, lamento decírtelo, pero quizá te equivocaste en apresurar las cosas entre ustedes.
Jefferson: ¿Estás diciendo que la culpa fue mía por arriesgarme? – Preguntó con voz quebrada.
Kristin: No, no dije eso- Suspiró profundamente, su hijo estaba herido y no podría ser objetivo en ese momento.
Belle: Jeff, lo que Kris quiere decir- No terminó la idea porque Anna apareció con una sonrisa, que desapareció al ver el rostro de los otros tres.
Jefferson: Alégrate, que no eres la única persona a la que Killian dejó vestido y alborotado- Escupió y se fue a su habitación.
Kristin: No le hagas caso, cariño, ven aquí- Señaló el espacio vacío a su lado y la joven se sentó- ¿Cómo estás, mi niña bonita? – Independientemente de los problemas con su hijo, quería mucho a Anna.
Neal iba de salida cuando escuchó un ruido dentro de uno de los camiones de bomberos, se acercó con cautela y al abrirlo se sorprendió al ver a Jones acostado con una manta sobre su cuerpo.
Neal: ¿Qué haces, Jones?
Killian: No tenía donde dormir- Se sentó- Ya sabes, por el cambio de turno- Respondió avergonzado.
Neal: Eso significa que estás libre, deberías irte a tu casa- Habló con el ceño fruncido por la confusión.
Killian: Ajá- Se rascó la garganta.
Neal: Entonces, ¿Qué chingados haces aquí? – Preguntó con genuino interés.
Killian: No tengo donde dormir- Tragó saliva.
Neal: ¿Y tu cama? ¿No es una buena opción? – Seguía sin entender- Digo, estoy seguro que es más cómodo que este carro bomba, ¿No?
Killian: Sí, pero- Agachó la mirada- Me corrieron mis papás, bueno, yo tampoco quería estar ahí, precios de salir del closet.
Neal: ¿Y qué piensas hacer?
Regina: Tranquila, Emm, vas a estar bien- Caminaba al lado de la camilla en la que trasladaban a su rubia por los pasillos del hospital, su mano agarraba la de Emma como si deseara tener el poder de que se levantara sin sentir ningún dolor- ¿Dónde chingados están los doctores? – Ladró y continuaron hasta el final del pasillo con Bette detrás de ella.
Doctor: No puede pasar- Apareció por fin y los paramédicos continuaron su camino llevando a Emma.
Regina: Doctor, por favor, necesito ir con ella- Lo miró suplicante.
Doctor: Los familiares esperan aquí, no…
Bette: Doctor, necesitamos que…
Doctor: Vayan a la sala de espera, por favor- Pidió con firmeza, pero sin alterarse, comprendía la desesperación.
Regina: Quiero estar con mi rubia, por favor, doctor, no puede pasarle nada- Sollozó.
Doctor: Haré todo lo que esté en mis manos, lo prometo- Miró a Mills empáticamente y se fue a hacer su trabajo.
Neal: Pasa- Le dio espacio una vez que abrió la puerta- Puedes dejar tus maletas en ese pasillo- Señaló.
Killian: Gracias, Neal, mañana a primera hora busco donde quedarme.
Neal: Tranquilo, no pasa nada- Le palmeó el hombro.
Killian: No quiero molestar a nadie.
Neal: No es molestia- Arrojó las llaves a la mesa- Además, con todo lo que pasó con Robin, uno valora de verdad a los compañeros con los que arriesga la vida todos los días, así que, si puedo ayudarte, lo hago con todo gusto.
Killian: Te lo agradezco, es solo que en este momento no creo ser la mejor compañía- Exhaló.
Neal: ¿Sabes cocinar? – Abrió el refrigerador.
Killian: Me defiendo, supongo- Se encogió de hombros.
Neal: Entonces sí vas a ser una buena compañía, ¿Por qué no revisas a ver que puedes preparar con lo poco que hay? – Preguntó con una sonrisa- Mientras iré a preparar tu habitación.
Killian: Gracias, de verdad- Le sonrió amistosamente.
Regina: Todo esto es culpa nuestra- Se lamentaba en la sala de espera del hospital- Presionamos demasiado a Emma y mira lo que pasó.
Bette: Lo sé, y también me siento mal por eso, pero es evidente que Emma nos está ocultando algo.
Regina: Sí, es evidente, pero, aun así, primero está el bienestar de Emma.
Bette: Tienes razón- Exhaló- Lo que no entiendo es, ¿Por qué la llenaste de preguntas sobre su papá?
Regina: Porque tengo información- Metió la mano en el bolsillo de su pantalón y sacó la USB- Me la dejó Elsa, ahorita no tenemos una computadora, pero en cuanto tengamos oportunidad, te enseño todo, si te estuve marcando anoche fue precisamente para contarte esto, pero no me contestaste.
Bette: Lamento eso, cariño- Le acarició el brazo.
Regina: Ya no importa- Se pasó las manos por el pelo- ¿En verdad James está vivo? – Su madre sacó su celular.
Bette: Mira esto- Le mostró la fotografía en la que Emma estaba con un hombre dentro de un automóvil- Ese, es James- Los ojos de Mills se abrieron como platos.
Regina: Bette, este es el tipo de McAllen, él fue el que me secuestró y me disparó, era él, James- Tragó saliva.
Bette: Sí, ese hijo de puta está vivo- Su mandíbula se apretó- Y por alguna razón se reunió ayer con Emma.
Regina: Y Elsa lo sabía, sabía que James estaba vivo, por eso cuando sacaron el cuerpo y lo analizaron, se dieron cuenta que no era él.
Bette: Todavía no puedo creerlo- Negó con la cabeza- 25 años haciéndose el muerto, pero ahora, el problema es más grande- Su hija la miró con el ceño fruncido- ¿James Nolan está detrás de todas las acciones de Emma? ¿Es eso lo que Emma nos está ocultando?
Regina: No, Emma nunca haría algo que me hiciera daño- Se negaba a creer algo así.
Bette: ¿Sabías que no hay registro del ingreso de Emma al cuerpo de bomberos?
Regina: ¿En serio? – Su entrecejo se juntó más.
Bette: Digo, tal vez se involucró contigo románticamente y- Hizo una pausa- Y de alguna manera se acercó a mí porque James la mandó.
Regina: No, eso no- Negó repetidamente con la cabeza.
Bette: ¿Por qué estás tan segura?
Regina: Porque me doy cuenta como me mira, Emma no puede fingir eso, ella me ama, lo sé- Se aferraba a esa idea- Lo único que sé es que James está detrás de todo esto, y el papá de Emma es una pieza clave también, seguramente son amigos o algo- Trataba de darle sentido a todo.
Bette: Puede ser, por eso Emma casi no habla de él, tiene sentido- Se quedó pensando por unos segundos- ¿Te dije que en el acta de nacimiento de Emma no figura el nombre de su mamá?
Regina: No, ¿Cómo es eso posible?
Bette: Alguien lo borró.
Regina: Sí, su papá era un delincuente y su mamá no estaba.
Bette: Todo en Emma es un misterio.
Regina: Me duele mucho pensar que todo este tiempo nos haya estado engañando- Sintió su garganta cerrarse- No, no quiero ni pensar en eso, yo- Se pasó las manos por el rostro y fijó la mirada en su madre- Yo la amo, mamá- Sus enormes ojos marrones mostraban vulnerabilidad- Yo amo a Emma con todo lo que soy.
Bette: Lo sé, mi amor- Se le quebró la voz, su hija la había llamado mamá y eso la emocionó hasta las lágrimas- Y tal vez Emma no haya sido honesta en muchas cosas, pero estoy segura de que ella también te ama- Abrió los brazos y su pequeña morena se acurrucó en ellos- Resolveremos esto, te lo prometo, mi vida- Besó su cabeza.
Porter deseaba con todo su corazón que Emma no fuera cómplice de James, eso le rompería el corazón a su pequeña morena, hubiera querido que su hija se enamorara de una mujer menos complicada, pero su pelinegra también tenía su propio equipaje.
Killian: Pues salí corriendo sin decir nada- Le estaba contando a Neal lo que pasó con Jefferson- Y me porté justamente como le dije que no me iba a portar, como un pendejo- Exhaló.
Neal: ¿Y por qué lo hiciste? – Dio un bocado a la pasta y realmente era increíble.
Killian: No sé, todo fue muy sorpresivo, apenas hace un mes me iba a casar con Anna, y de repente todo cambió muy rápido- Jugueteó con el tenedor.
Neal: Bueno, eso en entendible, pero tampoco se deja a la persona que uno ama parada así sin ninguna respuesta, ¿No?
Killian: Eso es lo que me está matando- Puso las manos sobre su regazo- Tampoco tengo claro como lo voy a solucionar, seguramente Jeff ya no quiere saber nada de mí- El abatimiento en su voz era notorio y conmovió a su compañero.
Neal: Eso no lo sabes- Dio un sorbo a su vino- Y no hay nada peor que dar por sentadas las cosas, y luego- Guardó silencio y dio otro sorbo a su copa.
Killian: ¿Y luego qué?
Neal: Y luego, no hablar a tiempo- Suspiró- No atreverse en el momento adecuado, actuar cuando llega la hora- Sonrió con tristeza- Que curioso, ¿No? Que lo primero que nos enseñan en el cuerpo de bomberos es a tener valor, y el valor es lo primero que se nos va en la vida- Se encogió de hombros fingiendo que no hablaba de sí mismo- Así que no lo hagas, Killian, te lo aconsejo- Lo miró a los ojos- No desperdicies la oportunidad de amar y ser feliz por pura cobardía- Dio otro bocado y por alguna razón, ya no le gustó tanto como el anterior.
Killian: Yo necesito tiempo para pensarlo- Cassidy asintió en comprensión.
Regina: Doctor, ¿Cómo está Emma? – Se levantó como un resorte- ¿Ya podemos verla? – Preguntó desesperada.
Doctor: Tranquila, la paciente se encuentra bien- Ambas morenas suspiraron aliviadas- Únicamente la sedamos, la señorita Swan llegó aquí con un traumatismo craneano, el cual no representa mayor riesgo.
Bette: Entonces, ¿Ya nos la podemos llevar?
Doctor: No, ella se va a quedar aquí en observación esta noche.
Regina: Pero, dijo que Emma está bien- Se preocupó al pensar que el doctor quería suavizar las cosas.
Doctor: Únicamente queremos estar seguros de que el golpe no va a derivar en una conmoción cerebral- Explicó con calma.
Regina: Pero, ¿Podemos pasar a verla?
Doctor: Como les dije, la paciente está sedada, lo mejor es que descanse- Regina refunfuñó- Pueden venir mañana temprano por ella, ¿Qué son ustedes de la paciente?
Regina: Soy su novia- Se cruzó de brazos y el doctor miró a Bette.
Bette: Yo soy la mamá de la novia- Señaló con el pulgar a Regina mientras sonreía con orgullo.
Thomas: Te buscan, August, tienes visita- Le dijo a su compañero que estaba en la sala de descanso del cuartel viendo una película a la que en realidad no le ponía atención.
August: No estoy esperando a nadie- Dijo con aburrimiento.
Thomas: ¿Vas a salir o le digo que se vaya?
August: Bien- Se levantó de mala gana y salió al patio.
Azul: ¿August? - Se escuchó vacilante y avanzó hacia el bombero- Mi niño- Le acarició la mejilla- Hijo.
August: Mamá- Su voz salió quebrada y las lágrimas se acumularon en sus ojos.
Azul: Hijo- Lo abrazó con lágrimas corriendo por sus mejillas.
Emma se quitó la intravenosa, el cabestrillo y la venda que cubría parte de su cabeza, se levantó y buscó su ropa para sustituir la bata azul de hospital.
Una vez que estuvo lista, se paró en la puerta y miró hacia ambos lados del pasillo, esperó a que una doctora que iba pasando se perdiera de vista y salió cojeando.
Estaba aturdida, pero las palabras de su padre se repetían una y otra vez en su cabeza.
“Que se preocupen otros, que están condenados a muerte, y todo por culpa del desprecio de Cora”
Sabía lo que significaba, pero ella no lo permitiría, por muy su padre que fuera, no lo dejaría lastimar a su morena, tendría que pasar por ella primero.
No se dio cuenta que estaba pasando por una estación de enfermeras hasta que una voz la sacó de su pensamiento.
Enfermera: Señorita, ¿La puedo ayudar? – Señaló la frente de Swan.
Emma: Eh- Parpadeó repetidamente- No, todo bien, vine a ver a mi papá, pero estaba dormido, no lo quise despertar- Fingió una sonrisa.
Enfermera: No se preocupe, yo me voy a encargar de él, ¿En qué habitación está?
Emma: Es- Tragó saliva y señaló el pasillo- Es la 601, sí.
Enfermera: Está bien, cualquier cosa le aviso, ¿De acuerdo? – Sonrió amablemente y la rubia asintió con la cabeza- Su papá tiene suerte de contar con una hija como usted.
Emma: Gracias- Siguió su camino esforzándose para que no se notar su cojera.
David: Buenos días- Entró a la comisaría con una gorra y lentes oscuros.
Scarlet: Buenos días, ¿Qué se le ofrece?
David: Vengo a hablar con el jefe de la policía.
Scarlet: ¿Quién lo busca?
David: David Swan- Se quitó los lentes- Un simple ciudadano y admirador del trabajo que hace la policía- Sonrió y Scarlet lo pasó a la oficina de Whale.
Whale: La señorita Swan no tiene antecedentes de ningún tipo- Dijo una vez que David le explicó su visita- Pero el procedimiento no puede calificarse de arbitrario si hay una confesión.
David: Yo creo que se equivoca, amigo- Tamborileó los dedos en el escritorio.
Whale: ¿Perdón? – Frunció el ceño- ¿Usted me va a decir a mí cómo opera la policía? – Preguntó molesto.
David: Si quisiera, podría- Sonrió con arrogancia- Dígame, coronel, ¿Usted tiene amigos en Boston?
Whale: Sí, por supuesto- Lo miró sin comprender el cambio de tema.
David: ¿Conoce a alguien en la policía de allá?
Whale: ¿Por qué me pregunta eso? – Ya no le estaba gustando el rumbo de la conversación.
David: Bueno, si usted conoce a la gente de allá, sabe que son diferentes, ¿No? Como que la gente es más brava- Volvió a tamborilear los dedos- Me comentaron que usted acaba de ser papá de una niña- Whale sintió que la sangre se le iba a los pies- Felicidades- Sonrió maliciosamente- Me lo comentaron mis amigos de Boston- Se puso de pie- Mire, coronel, yo confío mucho en la policía, pero estoy consciente de que hay gente buena y gente mala dentro de ella, espero que usted sea de los buenos y no se meta en problemas con los malos, porque- Hizo una pausa- Son peligrosos, me consta.
Whale: ¿Qué quiere de nosotros? – Preguntó sin levantarse.
David: Que mantengan bien vigilada a Emma Swan, es una mujer peligrosa, manténganla a raya, no importa cómo, quiero que la tengan bajo control- Se puso las gafas- Buen día, coronel- A propósito, dejó ver el arma en su cintura y después la cubrió con su camisa.
Regina estaba cansada, se preparó un café en un intento de que su preocupación por Emma disminuyera, ya le habían dicho los doctores que la rubia estaba bien y la obligaron a irse a casa, en la cual no tenía ni una hora.
Regina: Al demonio- Se levantó dispuesta a regresar al hospital, apenas abrió la puerta, se sorprendió.
Emma: Regina- La miró con ojos cansados.
Regina: Emma, ¿Qué haces aquí? – Preguntó preocupada y la tomó suavemente del rostro- ¿Estás bien? – La hizo entrar.
Emma: Regina- Puso las manos en los hombros de la morena y la miró con tanto amor que Mills sintió su corazón derretirse.
Regina: Hey, ¿Qué pasa, cariño? – Preguntó dulcemente y besó la herida en su frente.
Emma: Abrázame- Susurró- Solo abrázame, por favor- La voz era tan pequeña y asustadiza que apretó el corazón de la morena e inmediatamente la estrechó en sus brazos.
Regina: Ven, vamos a sentarnos- La tomó en modo nupcial y la rubia escondió el rostro en su cuello- Deberíamos de regresar al hospital- Sentó a la rubia en el sofá y se sentó a su lado.
Emma: No voy a regresar, si salí de ahí es porque estoy bien.
Regina: Emma, no mientas, llegaste cojeando- Negó con la cabeza.
Emma: Estoy bien, se me va a pasar, te juro que estoy bien- La miró a los ojos y la morena exhaló.
Regina: ¿Por qué viniste aquí? – La rubia la miró dolida- No me malinterpretes, me alegra que lo hayas hecho, pero ayer, lo último que querías era hablar conmigo- Se miró las manos y la rubia le levantó la barbilla con el dedo índice.
Emma: Todavía no estoy lista.
Regina: ¿Por qué no? ¿Qué tiene que pasar para que me digas la verdad? – Preguntó con cansancio.
Emma: Regina- Cerró los ojos por unos segundos intentando espantar las lágrimas.
Regina: Por favor no me mientas, te lo ruego- Pidió con ojos llorosos y a la rubia le dolió el pecho.
Emma: Necesito entender mi propia vida.
Regina: ¿Tu papá y James son cómplices? – Fue al grano con su sospecha.
Emma: Por favor, Ginny, no- Se pasó las manos por los rizos desordenados- Yo ni siquiera sé quién soy- Su mirada transmitía angustia.
Regina: A ti también te engañaron, ¿Verdad? – Preguntó con cautela y empatía.
Emma: Sí- Se sentía segura con la morena.
Regina: ¿Quién? ¿Tu papá? – La rubia sollozó- ¿Y a mí? ¿Alguna vez me has engañado? – Preguntó mirándola esperanzada para que la respuesta fuera negativa.
Emma: No- Tomó a la morena de la nuca- Nunca- Pegó sus frentes y escuchó a la morena suspirar de alivio.
Regina: No sabes cómo me tranquiliza escuchar eso- Acarició las mejillas de su amada con ternura.
Emma: Te amo, Regina, como nunca he amado a nadie, de eso siempre tienes que estar segura- Antes de que la morena dijera algo, tomó sus labios carnosos con los suyos- Te necesito- Abrió la cremallera del pantalón de la morena- Te necesito dentro de mí.
Regina: Emma, acabas de ser arrollada por un coche, no creo que…
Emma: Por favor- Bajó los pantalones de la morena con todo y bóxer- Hazme el amor- Pidió mirándola profundamente.
¿Y cómo le negaría Regina eso a la mujer que amaba?
August: Tú me debiste haber avisado cuando murió, mamá- Ni siquiera era un reproche, solo una conversación en el parque.
Azul: ¿Para qué? – Se rio con tristeza- ¿Para qué fueras a un funeral a revivir viejas heridas? – Negó con la cabeza- Además ya han pasado tantos años, ¿Qué caso tiene ahora?
August: Era mi padre.
Azul: Un padre que no quisiste volver a ver en cuanto cumpliste 16 años.
August: Fue lo mejor- Se le quebró la voz- Para ustedes y para mí fue lo mejor.
Azul: No lo fue- Una lágrima se deslizó por su mejilla- Y nos sabes cómo me he arrepentido por lo que te hice pasar.
August: Ya, ya está- Carraspeó y se sentó en una banca- Yo tengo una vida y estoy bastante bien.
Azul: Entonces- Se sentó a su lado- ¿Por qué te has hecho tanto daño? – El bombero se tensó al pensar que su madre sabía sobre sus autolesiones- Ya perdí a un hijo, no quiero perderte a ti también, tenía tanta tristeza, tanto coraje, tanto dolor por lo que le pasó a tu hermano, que tuve necesidad de culpar a alguien, y cometí el gravísimo error de culparte a ti.
August: Tomy se murió por mi culpa- Tragó saliva- Yo lo debí haber cuidado y fallé, fallé porque soy un puto fracaso en todo lo que hago.
Azul: La que falló fui yo.
August: No.
Azul: Sí, yo fui la que fallé, te di una responsabilidad que ningún chico puede asumir, perdóname, Auggie- Se miraron con ojos llenos de lágrimas- Y déjame cuidarte como no pude antes, como no pude cuidar a Tomy- Su hijo sollozó y le acarició el cabello- Lo que sea que estés pasando, no lo hagas solo- El bombero la abrazó con fuerza y lloró como un niño pequeño.
Zelena: Vengo a empacar un poco de ropa de Margot y me largo- Dijo en cuanto Walsh le abrió la puerta.
Walsh: No vas a empacar nada- Gruñó- Quiero a Margot de regreso hoy mismo- La pelirroja se rio sin humor y avanzó al interior- ¡Dije que no! – La tomó del brazo.
Zelena: ¿Y qué vas a hacer, Walsh? – Se soltó del agarre- ¿Vas a ir hasta mi casa a golpearme delante de ella? – Lo miró con fuego en los ojos- ¿O vas a tener la delicadeza de hacerlo en privado?
Walsh: No hace falta, con la orden de un juez es suficiente.
Zelena: Atrévete, cabrón, y voy a ir con ese juez a decirle que mi hija estuvo en un temblor con un papá borracho.
Walsh: Solo fue un pinche temblor- Se burló.
Zelena: Ese pinche temblor le arruinó la vida a un hombre que es importante para mí, ese hombre arriesga su vida para ayudar a otros, y ahora tiene que pasar su puta vida en una silla de ruedas- Gruñó con lágrimas en los ojos- Ese pinche temblor hizo que el padre del bebé de la mujer que amo haya perdido las ganas de vivir.
Walsh: O sea que si te enamoraste de esa fotógrafa- Escupió con desdén.
Zelena: Me enamoré como nunca antes- Sonrió pensado en su hermosa fotógrafa.
Emma: ¿Me regalas agua, por favor? – Preguntó mientras yacían en el sofá después de hacer el amor.
Regina: Claro, ¿Te sientes bien? – Se vistió y la rubia hizo lo mismo.
Emma: Sí- Sonrió- Solo tengo sed.
Regina: Sé que hay muchas cosas que aún no me has contado, pero no sabes cómo agradezco el hecho de que nunca me hayas engañado- Besó su frente y fue por el agua- Oye, ¿No prefieres mejor un té? – Preguntó desde la cocina y no tuvo respuesta- Emma- Al darse cuenta que no estaba, salió- Emma, espérate- Le gritó al verla subirse a su camioneta, pero la rubia arrancó sin explicación- No me dejes- Susurró sintiendo sus ojos humedecerse.
Kristin, Jefferson y Erick: ¡Bienvenida a casa! – Gritaron emocionados al ver entrar a Ariel apoyada por Belle.
Belle: Aquí está, sana y salva- Le sonrió a su novia.
Ariel: Pues sana todavía no, pero estoy viva y le estoy echando ganas.
Kristin: Y todos lo haremos contigo- Besó la frente de la pelirroja y Jefferson besó su mejilla.
Belle: La doctora quiere verla en unos días para ver cómo va cicatrizando todo y ver si es necesario un ciclo de radioterapia.
Jefferson: Esperemos que ya no necesites nada, cariño- Abrazó de lado a Ariel.
Ariel: ¿Qué pasa, Kris? – Preguntó al verla algo nerviosa.
Erick: ¿No le vas a decir? – Le preguntó a la rubia y esta miró en dirección a la habitación de Ariel, la pelirroja caminó en esa dirección y Belle la siguió.
Ariel: ¿Mamá? – Vio a la mujer terminando de hacer una maleta.
Úrsula: Mi amor, que bueno que llegaste, acabo de terminar de empacar tus cosas.
August: Hola- Entró a la habitación de Robin con un oso en traje de bombero- Soy el oso bomberoso y vengo a apagar fuego- Locksley sonrió por primera vez.
Killian: Hola- Entró detrás de August y Robin solo asintió con la cabeza- Mira, yo sé que hagamos lo que hagamos, difícilmente te va a hacer sentir mejor, pero no te vamos a dejar solo.
August: Te queremos ayudar, cabrón- Le palmeó cariñosamente el hombro- No sabemos cómo, evidentemente- Se rio con nerviosismo.
Robin: Sáquenme de aquí, ahora- Dijo seriamente.
August: Va, yo voy por un disfraz de enfermera sexy y Killian va por una silla de ruedas- Se rio.
Killian: Te verías bien- Se unió a la broma.
Robin: Estoy hablando en serio- Gruñó- Sáquenme de este pinche lugar, por favor- Los miró con ojos llorosos.
Bette: Vamos, muchachos, de prisa- Pedía mientras los bomberos salían a otra emergencia.
Regina: Bette- Entró corriendo.
Bette: Cariño, ¿Qué haces aquí? Hoy no tienes turno.
Regina: ¿Emma está aquí?
Bette: No, y tampoco está en el hospital, como su superior, me avisaron que escapó.
Regina: Lo sé, fue a mi casa, pero después salió sin decirme a dónde y no la encuentro- Vio a su mamá sacar su celular- No pierdas el tiempo, no contesta su celular.
Bette: Pero no entiendo, ¿Para qué fue a tu casa si su intención era desaparecer? ¿Te dijo algo? ¿Pudiste conseguir más información?
Regina: Ven conmigo, rápido- Fueron a la oficina de Porter.
Bette: Pero, ¿Cómo permitiste que se fuera? Emma tiene demasiadas cosas que explicarnos como para dejar que se vaya.
Regina: ¿Qué querías que hiciera? – Sacó la USB del bolsillo de su pantalón- ¿Qué la amarrara y la enviara de vuelta al hospital?
Bette: ¿Qué haces? – Preguntó al verla insertar la USB en la computadora de escritorio.
Regina: Esta es toda la información que me dejó Elsa- Abrió una carpeta- Si fue capaz de reunir todo esto, es porque para ella no era un simple caso, era algo mucho más importante.
Bette: David Swan Diccarey – Leyó el nombre en el acta de nacimiento en la pantalla- Es el papá de Emma, ¿No?
Regina: El mismo, era uno de los sospechosos que estaba investigando Elsa.
Bette: Diccarey- Se quedó pensativa- Que apellido tan extraño, parece falso, como inventado, ¿No? – Tomó un bolígrafo y comenzó a garabatear en una hoja.
Regina: Bueno, según Elsa, era un tipo muy extraño, le investigó la vida entera, es un tipo que se ha cambiado mucho de ciudad, de vida, según las propias palabras de Elsa, era como si estuviera huyendo de lago o de alguien, como si le gustara ser muchas personas.
Bette: Como si fuera muchas personas- Repitió distraídamente y continuó garabateando.
Regina: Emma alguna vez me platicó de su familia, pero en realidad, nunca fue muy específica en la relación con su papá- Estaba devanándose los sesos- Yo pensé que se caían mal o algo, pero, parece que hay algo más- Exhaló- Lo que no te conté es que ayer fui a Portland a buscar a David Swan- Su mamá dejó de escribir y la miró.
Bette: ¿Por qué hiciste algo tan estúpido? Te pusiste en peligro- Gruñó con preocupación.
Regina: No te dije nada, porque en realidad, no había una justificación para ir, fue una corazonada mía- Caminó hacia la ventana y su mirada se perdió por un momento- Y al final, no estaba tan equivocada como pensé, cuando llegué ya había abandonado su casa, otra vez huyó- Se giró y miró a su madre que continuaba escribiendo- ¿Qué haces?
Bette: El carnicero de Boston siempre estuvo más cerca de lo que todos creíamos- Le mostró la hoja a su hija que tenía los ojos muy abiertos- David Swan es James Nolan.
Regina: El papá de Emma es un asesino en serie.
Continuará…
Chapter 34: Un padre extraño
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El ahora llamado David Swan Diccarey, dejó unas flores sobre la tumba con su anterior nombre y se quitó la gorra.
David: Pobre James, tenías toda una vida por delante- Exhaló y se fue a un bar para encontrarse con uno de sus subordinados.
Ramírez: No debería de andar deambulando por ahí, jefe, se supone que ya se fue con San Pedro- Dijo una vez que ya estaban tomando unas copas.
David: Bueno, ¿Quién te crees tú para decirme que hacer? – Reprendió, odiaba a los latinos, pero Ramírez le era útil.
Ramírez: Pues yo solo digo- Se encogió de hombros- Las cosas en la policía ahorita andan muy tensas.
David: Sí, precisamente por eso, esta es la última vez que nos vemos, James ya se fue- Dio un trago a su bebida.
Ramírez: ¿Y la chamaca, jefe?
David: Obviamente se va a ir con su papá, que soy yo- Sonrió pensando en la pequeña Emma- Y ya no soy tu jefe- Comenzó a garabatear en el periódico que estaba en la mesa.
Ramírez: Está bien, señor James.
David: Te estoy diciendo que James se murió, eres lento, ¿Verdad?
Ramírez: Pues no sé cómo decirle- Se rascó la nuca- ¿Y qué tanto hace ahí? – Señaló el periódico.
David: Lo único divertido de esta porquería de periódico, el crucigrama- Lo miró- James era un hombre justo, era el hombre perfecto en su tiempo, así lo marca la biblia- Dobló el periódico- Aun hay mucho por hacer- Se levantó- Fue un gusto conocerte, Ramírez- Dejó unos billetes en la mesa- Y muchas gracias por la chamaca, me va a hacer mucho bien.
🦢👑
David estaba desayunando en el restaurante de un hotel, exhaló profundamente y sacó su teléfono para marcarle al jefe de la policía.
En conexión…
David: ¿Qué se sabe de Emma Swan?
Whale: Todavía no sabemos nada, señor.
David: ¿Cómo que nada? ¿Qué han estado haciendo tus hombres?
Whale: Tenemos múltiples casos, mucho trabajo y…
David: A ver, a ver, esa mujer es un peligro para la sociedad, hagan lo que tengan que hacer.
Whale: No se preocupe, vamos a tener bien vigilada a su hija.
David: ¡No importa que sea mi hija! Hagan lo que tengan que hacer, sin contemplaciones, ¿Me entendiste?
Whale: Sí señor.
Fin de la conexión.
David: Maldita escuincla- Gruñó- Ni siquiera eres sangre de mi sangre, no voy a caer por tu culpa.
Emma manejaba por la carretera con los ojos llenos de lágrimas, recordando el interrogatorio de Regina y Bette, las conversaciones con su padre y toda la mierda que había pasado en los últimos meses.
Emma: No puede ser- Sollozó.
Su teléfono volvió a vibrar en el asiento de copiloto, era la décima, de reojo vio el nombre de Regina brillando en la pantalla, al igual que las 9 anteriores, se debatió por un momento si esta vez debía contestar, quería escuchar la voz de su morena, pero sabía que no era lo mejor, así que volvió a resistir la tentación y apagó su celular.
Se detuvo a poner gasolina y llenó el tanque, entró a la tienda y tomó gaseosas y botanas.
Vendedora: ¿Viaje largo? – Preguntó amablemente y la rubia asintió- Son 30 dólares- Swan le entregó su tarjeta y guardó las cosas en su mochila- Lo siento, no pasa.
Emma: ¿Cómo?
Vendedora: ¿Quieres que la vuelva a pasar?
Emma: Que raro, porque debe haber dinero en esa cuenta- Tomó la tarjeta- Tengo dinero en mi coche- Salió con la vendedora detrás de ella.
Vendedora: ¡Oye, espera! – Gritó al verla arrancar- Pinche viaja, ni pinta tenía de ladrona- Refunfuñó.
Regina: Esto no puede ser, tiene que ser una coincidencia, ¿No? – Negaba con la cabeza.
Bette: No, no conociste a James, con ese hombre nada es coincidencia, todo lo tiene calculado.
Regina: Pero entonces, ¿James Nolan y David Swan son la misma persona?
Bette: Eso es lo que yo creo.
Regina: Eso es bastante retorcido- Se pasó las manos por el cabello- Pero si Swan es un apellido falso, entonces, ¿Cuál es el verdadero apellido de Emma? ¿Ella sabe todo esto?
Bette: No lo sé, Emma es la única que podría darnos esa respuesta, pero quien sabe dónde se metió.
Regina: ¿Qué chingados hacemos ahora?
Bette: Investigar- Se acercó a la computadora- Ahí tienes información valiosísima, hay que terminar el trabajo que dejó Elsa.
Regina: No me voy a quedar como una pendeja enfrente de la computadora- Advirtió- Tengo que encontrar a Emma, esté donde esté, ella es la única pista que tenemos para llegar a su papá.
Bette: ¿Y tú crees que te va a decir?
Regina: No lo sé- Exhaló- Pero solo Emma puede saber como llegar a David- Sacó el celular y le marcó a la rubia por onceava vez- ¡Puta madre! – Gruñó cuando la llamada saltó al buzón.
Bette: Te dije que no valía la pena, ahora mismo, Emma debe estar lejos de aquí escapando igual que se papá, de hecho, hoy tenía turno.
Regina: ¿Y crees que no la vamos a volver a ver? – Preguntó con voz pequeña y se desplomó en el sofá.
Bette: Es probable- Se sentó a su lado.
Regina: No puede ser, Emma no me dejaría así- Las lágrimas que había mantenido a raya comenzaron a desbordarse.
Bette: Lo siento, cariño- La abrazó- Ojalá tengas razón y pronto nos dé las explicaciones que necesitamos, y de verdad deseo que no esté involucrada en los crímenes de James.
Regina: Yo sé que no lo está, Emma no sería capaz de ser cómplice de un asesino en serie, tal vez no conozco mucho de su vida, pero conozco su corazón y es bueno.
Bette: Eso espero- Besó su sien- Por ahora, necesitamos un contacto en la policía que nos ayude.
Regina: No, Elsa era la única que valía la pena ahí- Comenzó a recordar todo lo que Emma le dijo cuando la encontró besándose con Elsa- Emma siempre estuvo de nuestro lado- Dijo de repente y sonrió, porque estaba segura que su rubia la cuidaba a su manera- Ya sé a dónde tenemos que ir- Sacó la USB de la computadora- Vámonos- Su madre la siguió sin pensarlo.
Ariel: Mamá, no me puedes llevar a la fuerza- Dijo con voz llorosa y por el rabillo del ojo vio a su novia.
Úrsula: Por supuesto que no, mi amor- Tomó su mano- No te voy a llevar a la fuerza, lo único que quiero es que me des la oportunidad de cuidarte.
Belle: Aquí la estamos cuidando muy bien, señora- Puso su mano sobre el hombreo de la pelirroja.
Úrsula: Lo sé, y se los agradezco muchísimo- Dijo sinceramente- Pero en estos momentos, Ariel necesita de su familia, ¿Y quién mejor que su mamá para cuidarla? – La pelirroja asintió sin entusiasmo- Te espero afuera, mi amor- Besó su frente y salió.
La pelirroja de inmediato se abrazó a Belle y ambas lloraron.
Regina: Su celular está apagado, es obvio que está evitando hablar conmigo- Se desinfló más después de otro intento por comunicarse con Emma.
Bette: ¿Estás segura que esto es una buena idea? – Miró la entrada de la comisaría.
Regina: No lo sé, en realidad es pura intuición- Exhaló con cansancio y entraron a la comisaría- Buenas tardes señorita- Saludó a la recepcionista y la joven le sonrió- Somos bomberas de la estación Stephan King, ayer fue una de sus oficiales, una oficial joven, quería saber si usted me podría ayudar a identificarla, necesito hablar con ella.
Ivy: Regina Mills- Iba saliendo de una de las oficinas.
En la pensión Bauer, la pelirroja se despedía de la que consideraba su familia.
Jefferson: Te estaremos esperando con los brazos abiertos para cuando regreses.
Ariel: Que va a ser pronto, ¿Ok? – Sonrió con ojos llorosos- Te dejé mi blower para que no me andes robando a escondidas- Se rieron.
Kristin: Más te vale que te recuperes pronto, eh- Tomó su mano- Porque si no, voy y te traigo de regreso y no me importa que tu mamá llame a la policía.
Ariel: Te voy a extrañar mucho, Kris- Se le rompió la voz y la mayor la abrazó.
Kristin: ¿Por qué me dices eso? Ahora no voy a poder dejar de llorar.
Ariel: Jeff, me tienes que llamar todos los días para contarme como van las cosas con Killian.
Jefferson: ¿Para que sigamos llorando? No, mejor contamos chistes y chismes frívolos- Se rieron entre lágrimas.
Kristin: Mi amor- Acarició las mejillas de la pelirroja- Estás haciendo lo mejor, créeme, los papás a veces tomamos decisiones que no son las mejores y a veces nos equivocamos, pero todo lo que hacemos, lo hacemos pensando en lo mejor para nuestros hijos- Más lagrimas comenzaron a fluir- Y esta decisión que está tomando tu mamá, que nos está rompiendo el corazón a todos, lo está haciendo porque te ama- La pelirroja asintió.
Ariel: No le vas a rentar mi habitación a nadie, ¿Verdad?
Kristin: Claro que no, mi niña, tu habitación siempre va a ser para ti, aquí te va a estar esperando el tiempo que sea necesario- Besó sus manos y la pelirroja era un mar de lágrimas- No quiero que te vayas triste.
Ariel: Oigan, si me llega a pasar algo, me recuerdan odiosa y con pelo largo, ¿Ok? – Señaló la pañoleta en su cabeza.
Kristin: No te va a pasar nada- Hizo la señal de la cruz en el rostro de Ariel.
Ariel: Los quiero mucho y los voy a extrañar, gracias por todo.
Belle: Ya está todo- Intentaba sonreír, pero la tristeza se reflejaba en sus ojos- Yo llevo esto- Tomó el asa de la maleta y avanzaron a la salida- ¿Estás bien? – Era una pregunta terrible, pero su cabeza y su corazón estaban desbastados.
Ariel: No quiero, no quiero- Sollozó.
Belle: Yo tampoco- La tomó de las manos- Pero ahí tendrás a los mejores médicos.
Ariel: Pero no te tendré a ti- Pegó su frente con la de su novia.
Belle: Yo te prometo que en cuanto pueda voy a ir a visitarte.
Ariel: Oye, te tienes que encargar del restaurante junto con Erick y Jeff, para que cuando yo vuelva lo inauguremos juntas, ¿Sí? – Su novia asintió- Cuando me dijeron que estaba enferma, pensé que la vida se me había ido al infierno- La miró a los ojos- Pero si tenía que pasar por todo esto para que tú y yo estuviéramos juntas- Sollozó- Pues bienvenida enfermedad, porque el cáncer se va a ir a la mierda, pero tú- Tomó su rostro con ternura- Tú te vas a quedar conmigo.
Belle: Para siempre- Se fundieron en un beso.
Úrsula: Mi amor- Le habló desde la entrada- Ya es hora, los aviones no esperan.
Ariel: Te amo, Belle.
Belle: Te amo- Se fundieron en un último beso.
Belle abrió la puerta del Uber para Ariel mientras Kristin y Jefferson miraban con ojos llorosos.
Regina: Bueno, ¿Y por qué nos reunimos aquí? – Señaló alrededor de la cafetería- ¿Por qué tanto misterio?
Ivy: Es más seguro, en la comisaría hay demasiados ojos y oídos- Madre e hija asintieron- Eso es algo que me enseñó Elsa- Exhaló- En la mañana me enteré que mandaron a un colega a investigar a una de las sospechosas de Elsa, Emma Swan- Regina se tensó.
Bette: ¿Por qué la van a vigilar? ¿Quién dio esa orden? – Preguntó con una calma que estaba lejos de sentir.
Ivy: Solo sé que lo mandaron de punto fijo a la entrada de su departamento, y que otro anda rondando la estación de bomberos vestido de civil, así que seguro ya lo vieron y no se han dado cuenta- Madre e hija se miraron- Elsa siempre tuvo la sospecha de que Emma no era culpable, sino una víctima- De alguna manera, eso le dio algo de paz a Regina, aunque tampoco quería que su rubia fuera víctima de nada- Lo siento, me tengo que ir- Dijo cuando su celular sonó- Ya tengo tu número de teléfono, Regina, estamos en contacto, las mantendré informadas- Se levantó y se fue.
Bette: Pensé que le ibas a contar a la agente todo lo que has descubierto- La miró con curiosidad.
Regina: No confío en nadie, si vamos a resolver esto, lo vamos a hacer nosotras, sin meter a nadie más, cueste lo que cueste.
August: Si los vamos a hacer, tiene que ser rápido- Le susurró a Jones en la habitación de Robin- En el cambio de turno.
Killian: Pero, ¿Qué es lo que vamos a hacer? ¿A dónde lo quieres llevar, August?
August: A su casa, pendejo- Rodó los ojos- Nos acaba de decir que odia los hospitales, si no lo sacamos de aquí se va a dejar morir.
Killian: No se va a morir, aquí lo están atendiendo bien- Resopló- Y, además, aquí se va a curar.
August: No digas mierda, Robin ya no se va a curar, ya no va a volver a caminar- Se le quebró la voz y Jones sintió sus ojos humedecerse- Así que toma tu decisión porque yo ya tomé la mía- Se acercó a la cama.
Killian: Mira, Robin, yo- Se pasó la mano por la cara- Yo no estoy muy de acuerdo, pero tratándose de ti, estoy dentro.
August: La vida es muy corta para pasar tiempo en un hospital.
Robin: Gracias, son buenos amigos- Dijo honestamente, pero su ánimo no era el mejor.
Killian: Pero, ¿No te va a doler si te movemos? – Preguntó preocupado.
Robin: No siento nada de la cintura para abajo- Respondió sin emoción.
Killian: Oh, claro- Tartamudeó ante su estupidez y August negó con la cabeza.
Robin: Los amo, cabrones- Sonrió un poco.
Ruby: Hola- Entró- No sabían que estaban aquí- Dejó su mochila en el sofá.
August: Hola, ya nos íbamos, pero sí- Miró a Jones que asintió.
Ruby: Me voy a quedar esta noche contigo- Le informó a Robin que de inmediato miró a sus amigos.
August: Perdóname que me meta, pero creo que tiene que estar solo un rato- Se rascó la nuca.
Killian: Sí, justo nos acababa de correr- Le siguió el juego.
August: Sí, y lo entendemos, porque tiene mucho que pensar.
Robin: Sí.
Ruby: Pero no está bien que estés solo- Frunció el ceño.
Robin: Órdenes del médico- Dijo seriamente.
Ruby: ¿Para que puedas pensar? – Miró entre los tres.
Killian: El médico psiquiatra que lo está tratando por el trauma- Robin lo fulminó con la mirada.
August: Vino y le dijo eso- Completó.
Zelena: Pensé que estarías con Robin- Miró a su novia dejar la mochila en una silla.
Ruby: Robin quería estar solo- Resopló y besó los labios de la pelirroja.
Zelena: ¿Sigue con lo mismo? – Exhaló.
Ruby: Dijo que el psiquiatra se lo había recomendado- Rodó los ojos y fue la cocina.
Zelena: Que raro- La siguió.
Ruby: ¿Qué es lo raro?
Zelena: La recomendación- Metió las manos a los bolsillos del pantalón.
Ruby: ¿Qué estás tratando de decir? – Frunció el ceño.
Zelena: Que en momentos así lo que más necesita es contención.
Ruby: Por favor, no me trates como si fuera pendeja- Gruñó, estaba de mal humor y las hormonas la empezaban a enloquecer- Claramente estás insinuando que Robin se inventó una excusa para no estar conmigo.
Zelena: Rubs, no estoy insinuando nada, yo solo…
Ruby: Claro- Interrumpió- Porque seguramente si hubieras ido a quedarte tú, Robin te recibiría con los brazos abiertos, ¿No? – Se cruzó de brazos defensivamente.
Zelena: ¿Cuál es tu problema, Ruby? – Preguntó perdiendo un poco la paciencia.
Ruby: No, Zelena, ¿Cuál es el tuyo? – Su voz salió más fuerte que la de su novia.
Zelena: Que yo no estoy tratando de competir por la atención de Robin- Ambas estaban un poco celosas, desde el accidente todo se trataba del hombre y habían dejado su relación de lado- Pero parece que tú sí- También se cruzó de brazos.
Ruby: La psicóloga haciendo análisis de comportamiento, genial- Escupió con sarcasmo.
Zelena: Voy a ir a recoger a Margot del colegio, a ver si mientras te tranquilizas- Se alejó.
Ruby: No- La tomó el brazo- Lo siento, Zee, pero desde el accidente de Robin, siento que tú y yo nos hemos alejado, yo no quiero perderte- Sus ojos se llenaron de lágrimas.
Zelena: Amor, no me vas a perder, yo te amo- La fotógrafa sonrió- Hagamos algo, a partir de ahora, buscaremos espacios para pasar tiempo como pareja, ¿Qué opinas?
Ruby: Que yo también te amo- Se fundieron en un beso- Ahora vamos por nuestra pequeña Margot y llevémosla por un helado.
Zelena: ¿Estás segura que no es nuestro pequeño guisante quien quiere un helado? – Acarició el vientre de su novia.
Emma entró a un bar donde solo había hombres, las miradas lascivas no se hicieron esperar, pero la rubia las ignoró y se acercó a la barra.
Emma: Una cerveza bien fría, por favor- Le pidió al cantinero y prendió su celular, 17 llamadas de Regina- Lo siento, mi amor- Suspiró y dio un largo trago a su cerveza.
Bryan: Tienes sed- Se paró un hombre de cabello largo a su lado.
Emma: ¿Nos conocemos? – Preguntó retóricamente, esperando que el hombre entendiera la indirecta.
Bryan: Todavía no- Dio una sonrisa que creyó seductora, pero a la rubia le pareció patética- Tu actitud y tu manera de beber me llamaron la atención.
Emma: ¿Ah, así? – El greñudo asintió- Que bien, así me invitas la segunda- Señaló su botella vacía.
Bryan: Nunca había conocido a una mujer que bebiera como un hombre- Comentó con diversión.
Emma: Entonces no conoces a muchas mujeres- Se encogió de hombros.
Bryan: No vienen muchas por aquí- Miró alrededor.
Emma: ¿Y por qué no sales? – Preguntó fingiendo interés- ¿Sí te das cuenta que hay todo un mundo sucediendo allá afuera? – Señaló la puerta.
Bryan: ¿Y para qué? – Se acercó y la rubia hizo una mueca ante al aliento alcohólico- Si ya te tengo aquí adentro.
Emma: ¿Dónde está el baño? – Le preguntó al cantinero.
Cantinero: Por allá- Señaló.
Emma: Gracias- Caminó al lugar indicado y el greñudo le dio una palmada en el trasero- ¿Qué chingados te pasa, cabrón? – Le gruñó con los ojos encendidos de ira.
Bryan: Estaba checando la mercancía, mi reina- Respondió riendo y la rubia escuchó a otros hombres reírse.
Emma: Mercancía tu chingada madre- Tomó una botella vacía y la estrelló contra la cabeza del hombre.
Cantinero: ¿Qué hiciste? – Swan se quedó paralizada- Vete, rubia, la policía llegará pronto- Sugirió y Emma salió corriendo.
Se subió a su coche y continuó su camino, apenas había recorrido unos cuantos kilómetros en la carretera cuando las sirenas de una patrulla se escucharon.
La rubia se estacionó metros adelante y suspiró profundamente mientras esperaba que los uniformados se acercaran.
Oficial 1: Descienda del vehículo, por favor.
Emma: ¿Qué pasó?
Oficial 1: Control de rutina- Respondió tranquilamente.
Oficial 2: 137 kilómetros por hora, debe tener prisa, señorita- La rubia sacó algo de la guantera, se quitó el cinturón y bajó.
Emma: Mi licencia de conducir- Se la entregó a uno de los oficiales y este le hizo una seña a su compañero- ¿Qué? – Preguntó cuando el segundo oficial la giró sobre la patrulla.
Oficial 1: Nos vas a tener que acompañar, Emma Swan- La esposó y la rubia supo que algo andaba muy mal.
Belle: Mi mamá me dijo que prefiere quedarse ahí en el reclusorio a salir en libertad, y de verdad no entiendo- Se desahogaba con Kristin mientras preparaban algo de comer.
Kristin: Bueno, eso es más normal de lo que crees, Belle, yo me imagino que adentro del reclusorio, ella siente que todos son iguales, no como acá afuera en donde se notan las diferencias, sobre todo los prejuicios.
Belle: Pero es que a mí no me importan los prejuicios, yo estaría ahí para defenderla de lo que sea.
Kristin: Sí, eso a mí me queda claro, cariño- Tomó su mano- Pero las cosas siempre se ven mucho más fáciles desde afuera, ponte a pensar lo difícil que va a ser para ella volver a la vida en libertad- Belle solo la miraba intentando comprender la perspectiva- El reclusorio es un lugar conocido, donde no la juzgan.
Belle: No sé que hacer- Suspiró profundamente.
Kristin: No te preocupes por ahora, la vamos a ayudar, yo conozco varias asociaciones que se encargan justo de eso, de mujeres que fueron privadas de su libertad, te voy a poner en contacto con ellos.
Belle: Gracias- Sonrió- Has hecho tanto por mí, eres como una segunda madre.
Kristin: Y tú eres como una hija, al igual que Ariel, por cierto, ¿Cómo lo llevas?
Belle: La extraño mucho- Suspiró profundamente.
Anna iba camino a la cocina cuando vio a Jefferson tejiendo en la sala y con los ojos llenos de lágrimas.
Jefferson: No estoy llorando por Killian- Dijo en cuanto notó la presencia de la chica.
Anna: No te iba a preguntar por qué llorabas.
Jefferson: Entonces puedes seguir tu camino- Continuó tejiendo sin mirarla.
Anna: ¿Tú crees que vuelva? – Preguntó con ojos llorosos.
Jefferson: Killian no va a volver, me odia.
Anna: Ariel- Se sentó frente al diseñador.
Jefferson: Yo espero que sí- Por fin la miró- Dijo que cuando se sienta mejor va a regresar.
Anna: Me refiero a que- Se le hizo un nudo en la garganta- ¿Y si no se mejora? ¿Y si algo pasa y no la volvemos a ver? – Sollozó.
Jefferson: No sabía que tú también tenías ese miedo- Sus ojos se inundaron más- Pero, yo estoy seguro que va a estar bien y va a regresar, es más le estoy tejiendo este vestido, Belle me ayudó con las medidas.
Anna: ¿En qué momento se fue todo al carajo? – Preguntó nostálgicamente- Todo iba tan bien, era perfecto y de repente- Volvió a sollozar.
Jefferson: Dicen que cuando se abre una puerta se cierra una ventana, ¿Algo así? – Ambos se rieron.
Anna: Era al revés, tonto.
Jefferson: La cosa es que se cerraron las puertas y no veo ninguna ventana abierta, nos mintieron- La chica sonrió.
Anna: A lo mejor nos toca a nosotros abrirla.
Jefferson: Apenas puedo sostener bien el gancho- Movió uno en su mano- Abrir una ventana en este momento sería como subir el Everest.
Anna: Pues inténtalo- Aconsejó- Yo lo voy a intentar- Se puso de pie- Y tranquilo, que no va a ser con Killian- Se alejó.
Ambos se extrañaban, se amaban como hermanos, pero tuvieron la mala suerte de enamorarse del mismo hombre.
Emma: Sáquenme de aquí- Exigió desde una celda en Nueva york- A nadie se lo llevan a los separos por exceso de velocidad.
Oficial 1: Nosotros sabemos lo que hacemos- Dijo con petulancia- Y agradece que no te pasamos por el alcoholímetro, porque el olor a cerveza te sale hasta por los poros, chiquita- Se burló.
Emma: A mí no me digas chiquita- Le siseó con la mandíbula apretada a través de los barrotes.
Oficial 2: Aquí podemos decirte como se nos de la gana, escuincla- Gruñó y la rubia lo fulminó con la mirada.
Emma: Sáquenme, por favor se los ruego- Cambió de táctica.
Oficial 1: Eso también lo decidimos nosotros, más te vale quedarte calladita porque podemos usar todo en tu contra- Advirtió y él y su compañero se alejaron.
Emma: Mierda- Se dejó caer en la dura banca dentro de la celda.
August: Ya estamos aquí- Entró a la habitación de hospital con Killian detrás de él.
Robin: Por fin- Exhaló.
Killian: Ya descubrimos a que hora es el cambio de turno, la enfermera me dijo que es a las 11- Miró su reloj- En 40 minutos hay que salir.
Robin: Tienen que sacarme de aquí pase lo que pase, ¿OK? – Ambos asintieron.
August: Te trajimos ropa- La sacó de la maleta.
Robin: Hay que llevarnos al osito bombero- Lo tomó de la mesita de noche y se lo dio a Killian.
Killian: ¿También hay que llevarnos la vía intravenosa? – Señaló y Robin resopló quitándose la aguja del brazo.
Robin: Ayúdame a levantarme- Le pidió a August que lo sentó.
Bette: No tiene caso, Ginny- Dijo al ver a su hija tecleando en su celular- Emma no te va a contestar.
Regina: Mira esto- Guardó su celular y le mostró la pantalla de la laptop- Son todos los lugares donde estuvo David Swan en los últimos 25 años, curiosamente no hay nada de años anteriores, todo es a partir de finales de los noventas- Su madre se sentó a su lado.
Bette: Detroit 2002, Chicago 2005, Nueva york 2007, hasta que se estableció en Portland en 2011.
Regina: Según los registros que dejó Elsa, todas las propiedades están a su nombre, así que en alguna de estas tiene que estar, ni modo que se la pase de hotel en hotel toda su vida.
Bette: Quien sabe- Exhaló- Es que, si tiene a la policía cuidándolo- Sonrió y la otra morena la miró confundida- No te conocía esa faceta de investigadora- Pinchó.
Regina: Yo tampoco- Se rio- Supongo que lo aprendí de Graham después de verlo hacer todos sus reportajes- Ambas sonrieron melancólicamente.
Bette: Lo extrañas mucho, ¿Verdad? – La abrazó de lado.
Regina: Todos los días- Tragó saliva- Si lo hubieras conocido, estarías orgullosa de él.
Bette: Estoy segura que sí, como lo estoy de ti- Mills frunció el ceño- Eres una mujer inteligente y de buen corazón, mi amor, ¿Cómo no estar orgullosa de ti? – Le sonrió cálidamente y la morena carraspeó incómoda.
Regina: Bueno- Cerró la laptop y se levantó.
Bette: ¿Alguna vez me vas a dejar que te felicite como lo haría cualquier madre que ama a su hija?
Regina: No lo sé, en el orfanato solo tuve monjas que no me bajaban de idiota y me decían que nunca iba a lograr nada en la vida- Se encogió de hombros fingiendo indiferencia, pero todavía le dolía recordar su infeliz infancia en ese lugar- Y una madre- Exhaló- Nunca la tuve, lo cual es curioso, porque vengo de dos- Miró fijamente un punto inexistente en la pared.
Bette: Cariño- Se levantó con ojos llorosos- No estaba cerca, pero siempre me tuviste.
Thomas: Porter- Se paró en la puerta y las morenas lo miraron- Vienen a buscar a Regina.
Bette: ¿Qué pasa oficial? – Preguntó al ver a Ivy.
Ivy: Preferí venir antes que llamarlas por teléfono- Se adentró en la oficina- Tengo información importante que darles.
Regina: ¿De qué se trata? – Preguntó ansiosa.
Ivy: Averigüé quien presionó a mis compañeros para vigilar a Emma Swan- Regina sintió su corazón acelerarse- Incluso esa persona pidió que la detuvieran si fuera necesario.
Regina: ¿Quién fue? – Sentía su cuerpo temblar de anticipación.
Ivy: David Swan.
Regina: Su propio padre- Miró a Bette.
Ivy: Y eso no es todo- Mills sintió que se avecinaban malas noticias- En esto momentos, Emma se encuentra detenida en una delegación en Nueva York.
Emma: Por favor, esto que están haciendo es ilegal, sáquenme de aquí- Suplicaba con cansancio sin nadie cerca que la escuchara- Tengo sed- Se levantó y se acercó a los barrotes- Por favor- Sollozó y después se puso a dar vueltas en círculo hasta que se rindió y volvió a sentarse- Regina, mi amor- Cerró los ojos y pensó en todos los momentos con la mujer que amaba- No puedo permitir que te pase nada, espero que cuando sepas todo, puedas perdonarme.
David: Buenas tardes- Emma abrió los ojos de golpe- Sorpresa- Canturreó abriendo los brazos- No, no me mires así, esto es un escarmiento para que aprendas a no meterte donde no debes- La rubia se levantó y se acercó nuevamente a los barrotes- Así como cuando eras niña, ¿Recuerdas?
Emma: ¿Estoy aquí por ti? – Preguntó con incredulidad.
David: No- Desdeñó- Digamos que tu actitud me lo hizo bastante fácil- Se acercó- ¿Qué es eso de irte de una gasolinera sin pagar, Emma? – Chasqueó la lengua con desaprobación- ¿Conducir bajo los efectos del alcohol? – Negó con la cabeza.
Emma: ¡Sácame de aquí! ¡Te lo exijo! – Apretó los barrotes con tanta fuerza, que sus nudillos se pusieron blancos.
David: Tú no exiges ni un carajo- Le siseó apuntándola con el dedo- Yo soy el padre y tú la hija, a ti te corresponde obedecer.
Emma: ¡Sácame de aquí, ahora! – Gruñó.
David: Primero vamos a conversar como padre e hija- Su voz salió tranquila y esos cambios confundían a la rubia- ¿De quién te gustaba tanto hablar, y hablar y hablar? – Preguntó con una sonrisa burlona y le dio la espalda.
Emma: ¿Y para qué? Si eres un mentiroso- Su voz destilaba decepción.
David: ¡No le faltes el respeto a tu padre! – Se giró abruptamente y la señaló nuevamente con el dedo.
Emma: Ya sé que tú eres el padrino de Regina.
David: Vaya, vaya, vaya- Aplaudió- Veo que vamos a tener una larga conversación- Se rio- ¿Quieres un cafecito? – Se acercó a la cafetera.
Emma: Todo en tu vida es una mentira, papá- Las lágrimas ya comenzaban a resbalar por sus mejillas- Y también en la mía, por eso nunca he sabido nada de ti, ¡Dime quien soy! ¡Dime cual es mi verdadero apellido!
David: No alces la voz- Pidió con fingida dulzura- Vamos a conversar tranquilos, ponte cómoda- Señaló la banca y puso una taza en la base de la celda.
Emma: Tú mataste a la mamá de Regina- No era una pregunta y vio a su padre dar tranquilamente un sorbo a su taza- Tú mataste a todas esas mujeres, por eso te cambiaste el nombre de James Nolan, tú eres al carnicero de Boston.
David: Toma un poco de café, a ver si con eso te calmas y dejas de insultar a tu padre- La rubia tomó con furia la taza y le dio un sorbo- Lo único que he hecho es trabajar como una bestia, para darte lo mejor, chamaca malagradecida.
Emma: Eres una mierda, papá- Por primera vez lo miró con desprecio.
David: Me imagino que tienes muchas preguntas, ¿Verdad? – Dejó su taza en el escritorio más cercano- Bueno, hija, como tú lo pediste, soy un libro abierto- Emma lo miraba un poco desenfocada- ¿Por dónde empezar? Empecemos por Boston, el año que tú naciste, era otra época, ¿No? – Comenzó con rodeos y la rubia quería decirle que hablar de una vez, pero no pudo y recargó la cabeza en los barrotes- Las jóvenes eran más obedientes, la gente respetaba a la policía- Emma intentaba mantener los ojos abiertos- Y así, como llegaste a mi vida, ahora te vas a tener que ir- Emma comenzó desvanecerse- Bye, bye- Fue lo último que escuchó la rubia junto con la imagen de su padre sonriendo.
Continuará…
Chapter 35: Road trip
Chapter Text
Bette: ¿Todo listo, cariño? – Le preguntó a su hija mientras salían del cuartel.
Regina: Creo que sí, cargué los celulares y traigo mi termo de café- Levantó el objeto.
Bette: Que bien- Se rio- Y traje unos mapas por si nos pierdes en la entrada de Nueva York- Se burló cariñosamente y Regina se sentía cada vez más cómoda con ella.
Regina: ¿En serio, Bette? – Se rio y le arrebató los mapas- Ya nadie usa esto, hay aplicaciones que te hacen la vida más fácil.
Bette: Perdón, señorita actualizada- Ambas rodaron los ojos de manera idéntica.
Regina: ¿Quién conduce?
Bette: Tú, es tu coche, son casi cuatro horas hasta Nueva york, si te cansas cambiamos, digo, si me tienes la confianza como para soltarme tu coche- Pinchó.
Regina: Claro que te tengo la confianza- Eso calentó el corazón de Porter- Eres mi jefa y mi mamá- Dijo con una sonrisa y Bette sintió las lágrimas de alegría formarse detrás de sus párpados- Hay que darnos prisa- Tartamudeó nerviosa.
Bette: Podemos detenernos a comprar una de esas hamburguesas que tanto te gustan para el camino- Sonrió cálidamente haciendo que Regina se relajara.
Regina: Te lo agradezco, pero no deberíamos detenernos, David es un psicópata y cada momento que pasa es tiempo que me impide llegar a Emma- Se le apretó el pecho al pensar en su rubia.
Bette: Tienes razón- La abrazó de lado y su sonrisa no se desvanecía, su hija la reconoció como su mamá de manera natural- ¿Quién te enseñó a manejar? – Preguntó cuando llegaron al auto.
Regina: Cuando llegamos aquí a la ciudad, Graham prácticamente me obligó a tomar clases de manejo, por si se necesitaba para ser chofer o taxista, lo que fuera que me diera trabajo- Se encogió de hombros.
Bette: Lástima que no te pude enseñar yo- La miró por encima del techo del carro.
Regina: Ya habrá tiempo para que me enseñes otras cosas- Sonrió iluminando el mundo de Bette.
Bette: Hay tantas cosas que no sé de ti- Jugueteó con su collar de la corporación, Regina asintió y se subieron al auto.
Regina: ¿Qué hora es? – Preguntó mirando la carretera oscura.
Bette: 10:15, no puedo creer lo tardado que es salir de esta ciudad- Exhaló.
Regina: No podría ser de otra manera, somos un chingo de gente, ya no cabemos en esa ciudad, aunque sinceramente, la prefiero antes que Boston.
Bette: La verdad, a mí Maine me estresa mucho- Confesó.
Regina: ¿Sí? – La miró por un segundo- ¿Tú prefieres Boston?
Bette: Todo se fue al carajo en Boston, pero sí, ahí fui muy feliz por un tiempo, no fue mucho tiempo, pero fueron los mejores años de mi vida.
Regina: ¿Naciste allá?
Bette: Sí, yo sé poco de ti, pero tú no sabes nada de mí, ni de tus raíces- Sonrió con tristeza.
Regina: La verdad es que no- Se rascó la nuca- Me acostumbré a vivir así, como si no tuviera historia, como si no viniera de ninguna parte- Hubo unos minutos de silencio.
Bette: Nací en Boston, en los suburbios de Downtown, un 29 de abril, soy tauro…
Regina: Eso te lo puedes evitar, eh, yo no creo en eso de los signos- Se rieron.
Bette: Yo tampoco, a ver, ¿Qué más? – Se tocó la barbilla- Tu abuelo paterno era bombero.
Regina: ¿También? Entonces, es de familia- Su madre asintió.
Bette: Tus bisabuelos llegaron del campo, Boston era algo así como la tierra prometida, era un primer paso para intentar cruzar a otros lugares.
Regina: ¿Y a mi mamá? – Preguntó por primera vez- ¿Cómo la conociste?
Flashback
Cora: Disculpa, ¿Tú eres Bette Porter? – Se acercó con una sonrisa al stand en el que estaba la morena.
Bette: Sí, ¿Por? – Sonrió tontamente ante la bella joven.
Cora: Soy sobrina del comandante Mills, se la pasa hablando de ti todo el tiempo.
Bette: Espero que sean cosas buenas- Alzó una ceja.
Cora: Mejor no te digo, porque se te puede subir a la cabeza- Ambas se rieron.
Bette: ¿Quieres un boleto o dos? Entre más compres, más oportunidad vas a tener de ganar, no es por nada, pero los premios están muy padres- Le guiñó un ojo y Cora se sonrojó.
Cora: Con uno será suficiente, si me toca un buen premio, será por mi buena suerte- Sacó su cartera- Oye, creo que el otro día te vi en una fiesta- Le entregó el dinero.
Bette: Sí, a veces salgo- Ambas tragaron saliva cuando sus manos se tocaron- Digo, no voy a tener 21 años toda mi vida.
Cora: Lo curioso era que también traías el uniforme, ¿Nunca te lo quitas o qué? – Alzó una ceja.
Bette: Me trae suerte con las chicas lindas- Le sonrió encantadoramente y Cora volvió a sonrojarse- Y también lo uso cuando me ponen a vender boletos para rifas- Se rieron.
Cora: ¿Te veo el viernes en la fiesta? – Preguntó tímidamente.
Bette: Claro, siempre celebro el 22 de agosto, es el día del bombero, seguro te dijo tu tío que en mi familia todos somos bomberos.
Cora: No, no me dijo nada, en mi familia también hay bomberos y ojalá algún día acepten más mujeres.
Bette: Ojalá, pero lo que sí sé, es que, si algún día yo tengo hijos, seguro me salen bomberos, lo traigo en la sangre- Dijo con orgullo.
Cora: Seguro- Sonrió- Bueno, me voy.
Bette: Oye, no me dijiste como te llamas- La miró con ojos brillantes- Ni a que hora paso por ti el viernes.
Cora: Cora, Cora Mills- Le tendió la mano y la morena la besó educadamente- Si tienes tiempo mañana, podemos ir a tomar un helado.
Bette: Me aseguraré de tenerlo.
Fin del flashback
Regina: Eso fue lindo- Sonrió.
Bette: Lo fue, desde ese día, tu mamá me robó el corazón- Mills asintió en comprensión.
Regina: ¿Y qué pasó en la fiesta del viernes? – Estaba emocionada por saber más de sus madres y de dónde venía.
Flashback
Cora estaba enfundada en un vestido rojo elegante, mientras que Bette vestía el traje de gala de los bomberos.
Cora: ¿A dónde me llevas? – Preguntó mientras era dirigida por la mano de Bette.
Bette: Confía en mí- Entraron al área de cocina y entre estantes besó a la bella joven.
Cora: No deberíamos estar aquí, Bette- Susurró sobre sus labios con las mejillas calientes- Apenas nos conocemos y…
Bette: No pasa nada, confía en mí- Sonrió dulcemente y se fundieron en otro beso.
Fin del flashback.
Bette: Desde esa noche no nos volvimos a separar- Comentó nostálgicamente- Al año ya estábamos casadas.
Regina: Eso fue rápido, ¿Fue por qué se embarazó de nosotros? – Alzó una ceja.
Bette: No- Se rio- Ustedes llegaron después- Suspiró y se puso seria- Tu madre me lo dijo- Se regañó.
Flashback
Cora: ¿Puedo confiar en ti? – Preguntó nerviosa.
Bette: De ahora en adelante, siempre- Acarició sus mejillas- Ya hasta te presenté a mis amigos.
Cora: Sí, me cayeron muy bien, casi todos, uno como que no me da buena espina.
Bette: ¿Quién? – Frunció el ceño.
Cora: James Nolan.
Bette: Es buena persona, se hace el malo, pero, es inofensivo.
Cora: Ojalá tengas razón.
Fin del flashback.
Bette: Me advirtió de James, me dijo que no se sentía cómoda cerca de él, le tenía miedo, carajo, yo no fui capaz de leer las señales- Se pasó las manos por el pelo con molestia.
Regina: Bueno, pero platícame más, ¿Cómo fue la boda? – No quería que la mujer entrara en un mal momento.
Bette: ¿A ti te gustaría casarte con Emma? – Cambió las tornas.
Regina: Híjole, no sé- Exhaló- Supongo que, si decidiera casarme sería con ella, pero ahorita no puedo pensar en eso, primero necesito encontrarla, saber que está a salvo.
Bette: Algún día toda esta pesadilla se va a acabar- Se recargó en el asiento- Eso me repetía todos los días en la prisión, eso era lo que me mantenía en pie.
Regina: ¿Y no te mantenía en pie la idea de que algún día nos volverías a ver a Graham y a mí? – Preguntó tímidamente.
Bette: Sí, por supuesto, la pesadilla era no poder estar con ustedes, por eso cuando me empecé a escribir con tu hermano, todo cambió, tuve un verdadero motivo para salir de ahí- Miró por la ventana.
Regina: Oye, ¿Y cómo fue cuando se enteraron que mi mamá estaba embarazada? – Preguntó con una sonrisa, había notado la tristeza instalándose en el ambiente y era lo último que quería- Mejor dicho, ¿Cómo fue cuando se enteraron que éramos dos? – Eso hizo sonreír ampliamente a Porter.
Flashback
Bette: Mellizos – Su sonrisa era radiante con su esposa en sus brazos- ¿Irán a ser igualitos?
Cora: No, son mellizos, no gemelos- Se rio.
Bette: Igual van a ser dos bomberos más en la familia- Su esposa asintió- Amor, ¿Cómo vamos a mantener a dos bebés? – Comenzó a preocuparse.
Cora: Ya se nos ocurrirá algo, por lo pronto, vamos a tener que reducir nuestros gastos y los arreglos de la casa van a tener que esperar- Alisó sus brazos- Y yo puedo volver a trabajar.
Bette: No, ¿Sabes qué? Por el dinero no te preocupes, yo me encargo- Besó su frente.
Cora: No sabía que me había casado con una mujer machista- Alzó una ceja.
Bette: No, no va por ahí- Tomó su mejilla- Lo último que quiero es ponerte más presiones, aparte de mi exponiendo la vida como bombero todo el tiempo- Pegó sus frentes.
Cora: No me gusta tu actitud, si tengo que volver a trabajar, puedo regresar a la maquila.
Bette: Si eso te hace feliz, está bien, ahorita lo importante es encontrarles un nombre a los bebés- Acarició el pequeño bulto de su esposa.
Cora: Me gustaría que uno se llame Graham, como mi abuelo.
Bette: No- Cora frunció el ceño- ¿No has escuchado que repetir nombres en la familia siempre trae desgracias?
Cora: Ahora resulta que además me saliste supersticiosa- Rodó los ojos- A ver, ¿Y a su hermanito?
Bette: Hermanita- Cora alzó una ceja- Estoy segura que tendremos una niña- Su esposa asintió con una sonrisa- Se llamará Regina, porque será una reina en mi corazón, como su madre.
Cora: Regina y Graham- Sonrió- Me gusta- Se besaron.
Fin del flashback
Bette: Tantos recuerdos y hemos avanzado tan poco- Suspiró- Cuando empiezas a recordar, el tiempo se revuelve, se confunde.
Regina: No te conocía ese lado de poeta, Bette- Se rieron.
Bette: Pues te lo presento- Volvieron a reír.
Regina: Quizás te confundes porque no te gusta recordar, ¿No?
Bette: No, no es eso, es que, tu mamá y yo teníamos tantos sueños, tantos planes, estábamos reparando la casa, que no era grande, pero era nuestro hogar, pagándola centavo a centavo, para que de repente…
Regina: Así es la vida- Exhaló- Cuando menos te lo esperas, te llega un chingadazo por la espalda, la vida es traicionera.
Bette: Mira, tampoco te conocía ese lado de poeta- Se rieron aligerando nuevamente el ambiente.
Regina: Tal vez lo tiré de ti- Bette sonrió pensando que a su hija no le molestaba tener similitudes con ella- Oye, ¿No tienes llamados perdidas? – Preguntó después de echar un rápido vistazo a su celular.
Bette: No, ¿Estás esperando que llame la agente que trabajaba con Elsa?
Regina: Sí, a ver si nos da una buena noticia o alguna información de Emma- Suspiró profundamente, si bien le agradaba estar pasando tiempo con su mamá, su mente volvía continuamente a su rubia.
Bette: No va a llamar, Ginny, como dijiste, esto lo vamos a tener que resolver entre nosotras.
Regina: Pero, ¿Y si estamos perdiendo el tiempo? Si solamente estamos viajando por viajar y David ya se llevó a Emma a otra parte o- Su pecho se apretó- ¿Qué tal que ya le hizo algo? – Su voz salió inestable.
Bette: Por eso tenemos que ser más rápidas que él- Alisó el brazo de su hija- Y más inteligentes.
Regina: Yo no sé si soy inteligente, ese era el departamento de Graham- Se rio entre dientes.
Bette: Claro que lo eres, ustedes dos heredaron la inteligencia de Cora.
Regina: Yo creo que se la quedó toda Graham- Resopló- Yo era más como la hermana graciosa, el alma de la fiesta, porque andaba en malos pasos.
Bette: ¿Qué malos pasos?
Regina: Eso ya no importa, a lo que voy es que, Graham fue el que trabajó duro para hacer cosas importantes en la vida, por eso me da tanta rabia que la vida haya sido tan injusta con él- Sintió las lágrimas formarse y Bette no era diferente- No fue justo- Se quitó violentamente la única lágrima que se le escapó.
Bette: Sé que extrañas mucho a tu hermano- Le acarició el cabello.
Regina: Demasiado- Hubo un momento de silencio- ¿Hay algo que quieres que te cuente de él?
Bette: Todo lo que quieras, casi no sé nada de él, nos alcanzamos a mandar algunas cartas, pero nunca conocí su voz, ni pude mirarlo a los ojos- Ambas se miraron por un par de segundos antes de que Regina regresara su mirada a la carretera.
Regina: Era un hombre serio generalmente, bueno con los demás, conmigo podía platicar de cualquier cosa- Sonrió- Se la pasaba estudiando y leyendo la mayor parte del tiempo, de hecho, en el orfanato nadie creía que fuéramos hermanos, porque éramos muy distintos.
Bette: ¿Y tú te sentías distinta a Graham?
Regina: ¿Qué hora es? – Se aclaró la garganta.
Bette: Me preguntas eso cada 10 minutos, pareces una niña- Entendió que su hija no quería hablar por el momento de sí misma- ¿Quieres que maneje?
Regina: No, está bien.
Bette: Regina, háblame más de tu hermano, por favor- Tal vez a través de él, su pequeña morena le daría luz sobre sí misma.
Regina: Ok- Sonrió- Mi hermano estaba obsesionado con saber cosas, pero mal plan, le tenía que encontrar explicación a todo, yo creo que por eso terminó siendo periodista, me sentí tan orgulloso cuando recibió su diploma.
Flashback
Regina veía y aplaudía llena de orgullo como le entregaban a su hermano el diploma como número uno en su generación, lo escuchó dar un discurso motivacional y sus palabras la hicieron llorar de emoción.
Graham: Todos mis logros quiero dedicárselos a la persona más importante en mi vida, mi melliza, Regina- Miró a la morena que le sonrió con la vista nublada por las lágrimas.
Una vez que terminó el evento formal, Regina bajó corriendo y abrazó con fuerza a su hermano.
Regina: Felicidades, ahora eres oficialmente un periodista.
Graham: Gracias, este será el primero de muchos logros- Regina asintió.
Regina: Ahora sí viene lo bueno, dinero, fama, viajes por el mundo, serás un periodista estrella.
Graham: No tienes ni la más puta idea de que se trata el periodismo- Se rieron- Es una carrera mucho más difícil de lo que la gente piensa- Miró alrededor- Que raro, ¿No? Es aquí donde uno se siente extraño.
Regina: Porque no tenemos padres- Comprendió de inmediato- Pero me tienes a mí.
Graham: Y eres más que suficiente.
Regina: Y si te juntaras más con tu hermana- Se señaló- Tal vez hubieran venido aquí un par de chicas- Movió las dejas y su hermano le dio una palmada en el brazo- ¿Los del periódico no pudieron venir?
Graham: No, están cerrando edición en este momento, te lo digo, el periodismo no tiene nada glamuroso.
Regina: Igual que tú, así que es perfecto- Se rieron.
Graham: ¿Sabes quien me hubiera gustado que estuviera aquí?
Regina: ¿Quién?
Graham: Nuestro padre- En ese entonces no sabían que tenían otra madre.
Fin del flashback.
Regina: Estoy segura que Graham se iba a convertir en un periodista estrella, y se lo dije, de esos que la gente ve en la televisión, y la gente los admira, los respeta- Sonrió.
Bette: ¿Y tú no quisiste estudiar?
Regina: No, ¿Para qué? – Se encogió de hombros.
Bette: ¿A poco siempre quisiste ser una mujer bombero?
Regina: No, claro que no, ¿Quién chingados quiere ser bombero? – Sonrió al recordar algo- Le dije lo mismo a Graham el último día que lo vi.
Bette: ¿Qué querías ser entonces?
Regina: Pues, así como querer ser algo, no, nunca me interesó, es que yo siento que eso es más para la gente que tiene dinero o los que tienen un apellido importante, yo que salí de un orfanato, en realidad cualquier cosa que me diera algo de dinero estaba bien.
Bette: ¿Cualquier cosa como qué? – Preguntó con curiosidad.
Regina: Así como cualquier cosa- Respondió con rudeza, por alguna razón no quería que su madre se avergonzara de ella si sabía a lo que se dedicaba antes.
Prendió el estéreo del coche y Bette supo que se había cerrado de nuevo.
Bette: Que música tan extraña escuchan ahora los jóvenes- Rompió el silencio después de unos minutos.
Regina: Habló la anciana de 90 años- Se burló.
Bette: Bueno, tan joven ya no soy.
Regina: Es que te perdiste 25 años de música, a lo mejor te tengo que poner al corriente, ¿No? – Bette bajó la mirada- Perdón, no lo pensé cuando lo dije- Se abofeteó mentalmente.
Bette: No, no hiciste nada malo, cariño, tienes razón, en prisión me perdí 25 años de música, de maternidad, de vida, cuando te quitan casi la mitad de tu vida, eso nunca se recupera, uno intenta, se hace pendejo diciendo que aun queda mucho por delante, pero no- Exhaló- El tiempo perdido ya se perdió- Miró por la ventana por unos segundos- No pierdas el tiempo, Ginny, ahora que puedes no te pierdas ni un segundo- Regina asintió.
Regina: Me urge llegar a Nueva york para buscar a Emma- Miró su celular.
Bette: Lo sé, pero por mirar la hora no vamos a llegar más rápido, de hecho, si estamos todo el camino pensando en cuanto nos queda, vamos a sentir que el tiempo avanza más lento.
Regina: ¿Eso lo aprendiste en prisión? – Se arrepintió apenas salieron las palabras de su boca, aunque no lo hacía por molestar a su madre- ¿Estás enojada? – Preguntó al no obtener ninguna respuesta.
Bette: No contigo, nunca contigo, cariño- Cambió de estación de radio.
Regina: ¿Qué vamos a hacer con David cuando lo veamos? ¿Lo vamos a matar? – Preguntó medio en burla con un nudo en el estómago.
Bette: Digamos que no solamente metí un mapa en mi mochila.
Regina: No, no eres capaz- Tragó saliva.
Bette: Yo tampoco lo pensé, pero si el contacto de la agente Belfrey nos falla, y nada más nos tenemos la una a la otra, de brazos cruzados no me voy a quedar, no voy a dejar que nada malo te pase, Ginny- Regina la miró- ¿No me crees capaz? Me hice pasar por comandante para estar cerca de ti, lo arriesgué todo, incluyendo mi libertad, ¿Tú crees que no mataría a alguien si tuviera que defenderte?
Regina: Tal vez no somos tan distintas después de todo.
Bette: ¿Y quién te dijo que éramos distintas? – Sonrieron- Acuérdate que si te cansas yo puedo manejar.
Regina: No, está bien, solo quiero llegar más rápido, y si crees que me canso tan pronto, entonces no me conoces.
Bette: Bien, solo recuerda que el que se rinde pierde, y eso sí lo aprendí en prisión- Se frotó el cuello al recordar una de las golpizas que sufrió en la cárcel.
Regina: ¿Estás bien?
Bette: Sí, ¿Quieres parar a comprar algo de comer?
Regina: No- Se presionó la barbilla- ¿Realmente serías capaz de matar a David?
Bette: ¿Estás asustada?
Regina: No, para nada, cuando lo vea, a mí también se me va a hervir la sangre, pero…
Bette: No pretendo pasar otros 25 años en prisión, si alguien tiene que hacer justicia, que sea la policía, nosotras vamos por las buenas.
Regina: ¿Y si es en defensa propia?
Bette: Si tengo que defenderte, no voy a dudarlo. Ginny- De alguna manera algo retorcida tal vez, eso calentó el corazón de la morena, nunca nadie la había cuidado además de Graham y Emma Recientemente- ¿Qué es lo más indebido que has hecho en tu vida? – Preguntó seriamente.
Regina: ¿Más indebido? – Porter asintió- ¿De verdad quieres saber?
Bette: Sí, cuéntame, todavía quedan- Miró su reloj- Dos horas de viaje.
Regina: Aun así, no sé si sea suficiente tiempo- Exhaló y Porter la miró con preocupación.
Bette: Hazme un resumen- Insistió.
Regina: Ok- Presionó el volante con fuerza- Vendí drogas en Boston- Soltó- ¿Qué tal eso?
Bette: Wow, ¿Y qué más hiciste? – Preguntó con interés y sin juicio.
Regina: En realidad no importa, todo eso ya está en el pasado, ahorita prefiero evitarme cualquier tipo de bronca, así que estoy intentando hacer las cosas de manera correcta, de verdad- No sabía por qué le importaba la opinión de la mujer, pero le importaba.
Bette: Lo sé, cariño- Le presionó cariñosamente el antebrazo y las manos de Regina se relajaron en el volante- Pero te tengo malas noticias, cariño, mientras existan cabrones en el mundo, siempre vamos a tener broncas.
Regina: ¿No te has puesto a pensar que tal vez las cabronas somos nosotras?
Bette: ¿Qué te hace pensar que lo somos? – Quería entender el razonamiento de su pequeña morena.
Regina: Tú mentiste para entrar a la estación, yo le mentí a yonquis para venderles droga y así yo poder seguir adelante, porque yo pensaba que esa era mi única opción.
Bette: Nadie es tan bueno ni tan malo, hija- Recostó la cabeza en el asiento- Simplemente somos lo que nos toca vivir- Eso llevó a Regina a un recuerdo.
Flashback
Regina: Pero tampoco creo que haya gente ni tan buena ni tan mala- Decía sentada en la alfombra con la espalda recargada en el sofá en el que estaba su hermano.
Graham: No, error, hay gente mala, y mi misión como periodista de ahora en adelante va a ser denunciar a esa gente- Dio un sorbo a su cerveza.
Regina: ¿No crees que te tomas tu trabajo demasiado en serio? – Rodó los ojos.
Graham: Gina, todo me lo tomo en serio.
Regina: Sí, en eso tú y yo somos muy diferentes, pero creo que alguno de los dos va a terminar mal.
Graham: Y probablemente esa vas a ser tú- Le palmeó cariñosamente la nuca.
Regina: Sí, seguramente- Se rieron- Oye, ¿Jalas conmigo un rato al antro?
Graham: No puedo, tengo que leer muchos documentos legales para un reportaje que tengo y…
Regina: Sí, sí, sí- Se levantó- Tú te lo pierdes.
Fin del flashback.
Regina: perdóname, pero mi hermano sí era de los buenos, él estudió, escribía artículos para decir la verdad, para buscar justicia, eso solo lo hace la gente buena.
Bette: Pero, Graham nunca te dijo que estaba en contacto conmigo, te mintió.
Regina: Sí, sí, pero eso es diferente, lo hizo para protegerme- Defendió ferozmente.
Bette: ¿Ves? Nadie es tan bueno ni tan malo, nadie es tan honesto ni tan mentiroso- No quería molestar a su hija, solo que dejara de sentirse inferior a su hermano.
Regina: Eso sí, yo apenas estoy aprendiendo a decir la verdad.
Bette: Lo bueno es que no tuviste que pasar por prisión para aprender eso.
Regina: Pues no, pero pasé por un orfanato, que es casi lo mismo.
Bette: Me siento responsable de esa parte de tu historia- Una lágrima corrió por su mejilla- Yo al menos le puedo echar la culpa a un cabrón.
Regina: A ver, a ver, no fue tu culpa que te metieran a la cárcel- Tomó su mano.
Bette: Hay cosas que no hice bien, fallé como madre, como esposa, fallé como bombera, llevo 25 años culpándome, quizás estoy obsesionada con David solo para dejar de echarme la culpa.
Regina: Oye, no digas eso- Presionó su mano.
Bette: Es la verdad, Ginny, quizás deberíamos olvidarnos de esta locura y volver a Maine, Emma va a estar bien, es su padre, no le va a hacer nada- Estaba preocupada por Emma, pero su prioridad era mantener a salvo a Regina, lo que no pudo hacer por 25 años.
Regina: No, no, ni madres- Soltó la mano de Porter- ¿Crees que a ese psicópata le importa eso? Ese tipo es capaz de cualquier cosa, yo voy a traer a Emma conmigo como sea, no voy a dejar que le hagan daño.
Bette: Se nota que estás enamorada- Sonrió y por la mente de Regina pasaron los buenos momentos al lado de la rubia desde que la conoció.
Regina: Sí, lo estoy, es tan- Exhaló- Quiero decir, no es algo que hubiera sentido antes, y he salido con varias mujeres, pero no sé, con Emma es diferente, con ella siento como- Sonrió- No sé ni siquiera como decirlo.
Bette: A ver, inténtalo- Animó.
Regina: Es como si con ella sintiera esa responsabilidad, porque es muy diferente que te guste una mujer, a que realmente quieras pasar tiempo con ella, que quieras cuidarla, tampoco digo que Emma necesite que la cuide o que la salve, porque es la mujer más fuerte y feroz que he conocido, pero no sé, cuando me enteré que estaba en peligro, como que había partes de mí que me dolían, partes de mi cuerpo, incluso a veces me costaba respirar.
Bette: Eso es amor- Sonrió cálidamente en dirección a su hija.
Regina: Sí, aunque en realidad no me gusta etiquetarlo.
Bette: Quizá sea mejor así.
Regina: Déjame decirte que el enamoradizo de la familia era Graham, eh- Se rio entre dientes- Les escribía hermosas cartas a las chicas, no les hablaba, pero siempre fue bueno con las letras.
Bette: ¿Y tú?
Regina: Yo era buena en otras cosas- Se rio- Dejémoslo así.
Bette: Al final no eran tan distintos tu hermano y tú.
Regina: Graham era mi mejor amigo, él me leía la mente y yo a él.
Bette: Pero, ¿Por qué crees que él era de los buenos y tú no?
Regina: Pues porque, después del orfanato, a él le costó muchísimo menos salir del hoyo, a veces siento que era justamente porque se la pasaba leyendo, entonces él, estaba en otro mundo, yo me la pasé más en la calle, con mis amigos, y no sé, en la calle las cosas se rigen bajo otras reglas, si no las sigues, te joden, así de fácil- Se encogió de hombros.
Bette: ¿Por qué a veces tengo la impresión de que envidiabas un poco a Graham? – Regina la miró con el ceño fruncido- No sé, como que sentías que él hacía cosas que tú no podías hacer.
Regina: No, yo no envidio a nadie- Negó con la cabeza.
Bette: Quizás sí, quizá te molestaba que a él todo se le hubiera dado más fácil.
Regina: No, si alguien la tuvo fácil, fui yo, mi hermanó se chingó estudiando, yo nada más me desnudaba para mujeres- Soltó sin pensar y Bette frunció el ceño- Pero desnudarme completamente- Confesó y tragó saliva.
Bette: Después del calendario y del show en ese antro, yo diría que ya estuvo bueno de bomberos encuerados- Bromeó y Regina se rio, porque no se sintió juzgada.
Flashback
Regina: No sé por qué me ofrecieron este trabajo- Estaba nerviosa por su primera vez como estríper.
Julia: ¿Cómo que por qué? Mírate, eres el sueño húmedo de cualquiera- Mills resopló.
Regina: Estoy segura que seré un fracaso, como en todo los demás- Se pasó las manos por el pelo- ¿Qué hago?
Julia: Mira, sal ahí y mira a la chica que más te guste, baila como si solo estuviera ella, sedúcela con tus movimientos, estoy segura que te irá bien, solo con tu apariencia ya tienes la mitad del trabajo hecho- Regina le agradeció y salió del vestidor.
Cuando se subió a la tarima, escaneó el lugar, la música comenzó y ahí estaba ella, una mujer rubia de mediana edad con la mirada lujuriosa sobre el cuerpo de la morena.
La confianza se apoderó de Mills y comenzó a mover su cuerpo de manera rítmica y sensual, los gritos no se hicieron esperar y algunos billetes caían sobre la tarima.
Fin del flashback.
Bette: ¿Qué? – Preguntó al ver a su hija sonriendo.
Regina: No, nada, la canción me trajo recuerdos, fíjate que sí me gustaba bailar, aunque si tuviera que elegir una profesión, sí hubiera elegido algo más normal.
Bette: Sí, claro, algo más normalito, ¿No? Algo como ser bombero- Se rieron.
Regina: Ándale, algo así, apagar incendios, salvar gatitos de los árboles, posar para calendarios, ¿No? Cubiertos en aceite- Bette soltó una risa deliciosa que la hizo sonreír- Qué la mitad de tus compañeros te odien- Rodó los ojos- La época de desnudista en el antro estuvo bien mientras duró, y fíjate que era bastante buena, tenía talento, porque gané mucho dinero- Se regodeó- Es más, si no estuviera manejando, te haría una demostración, y gratis, para que veas que soy buena onda.
Bette: Estoy orgullosa de mi hija, pero no sé si es exactamente lo que quisiera ver en este momento- Ahora fue Regina quien soltó una carcajada que calentó el corazón de su madre.
Regina: ¿A poco nunca fuiste a un show estríper?
Bette: No, tienes una madre muy santurrona.
Regina: No te creo nada.
Bette: Digo, iba a fiestas, pero normal, es que la juventud de antes era mucho más tranquila.
Regina: Ya regresó con nosotras la viejita de 90 años- Fingió voz de anciana y Bette volvió a reír.
Bette: Tú también llegarás a mi edad, y mucho antes de lo que te imaginas, el tiempo pasa demasiado rápido- Suspiró.
Regina: Por suerte- Miró su celular.
Bette: O por desgracia.
Regina: Yo no tengo ningún problema con envejecer, a mí no me molesta que pase el tiempo.
Bette: Lo bueno es que todavía tienes todo por delante, y nadie te va a quitar 25 años de tu vida- Regina ya no supo que decir y hubo un momento de silencio.
Regina: ¿Qué hora es?
Bette: Pareces una niña de 7 años loca por llegar a la playa.
Regina: A lo mejor soy una niña de 7 años y no me he dado cuenta- Se rio.
Bette: A lo mejor te faltó ser niña.
Regina: Y a lo mejor a ti te faltó ser madre- Ambas sonrieron melancólicamente- La verdad es que platicar contigo ha hecho que el viaje se me pase mucho más rápido.
Bette: Sí, para mí también- Exhaló- Tanto tiempo en la cárcel, me dejó bien entrenada para pasar horas sin hacer nada.
Regina: ¿Todo lo que hemos platicado para ti es no hacer nada? – Fingió indignación.
Bette: No, no, claro que no, es todo lo que yo había querido en 25 años- La miró.
Regina: Yo también- Sintió la mano de su madre acariciar su mejilla- Ahora solo falta ver que Emma esté bien, y a ver que chingados hacemos con ese hijo de perra de David.
Bette: Nada más y nada menos- Cerró los ojos por un momento.
Regina: Todo va a salir bien, Bette, te lo juro.
Bette: ¿Me vas a seguir llamando Bette para siempre? ¿Nunca vas a llamarme mamá? – Preguntó esperanzada.
Regina: Tranquila, mamá, todo va a salir bien- Sonrió discretamente, pero la sonrisa de Bette podría iluminar más que los faros del coche.
Bette: ¿Por qué estás tan segura, mi amor?
Regina: Porque, ¿Sabes de qué me di cuenta?
Bette: ¿De qué?
Regina: De que nosotras somos las buenas- Se tomaron de la mano.
Continuará…
Chapter 36: No necesitas a nadie más
Chapter Text
Maestra: Por aquí, por favor- Entraron a la dirección de la escuela.
David: Bueno, ¿Y para qué me mandó llamar?
Maestra: Siéntese por favor- Con cara de pocos amigos el hombre lo hizo- Les pedí a los alumnos que dibujaran a su mamá- Deslizó una hoja por el escritorio- Era una actividad relacionada con el día de la madre y eso fue lo que me entregó Emma, ¿Hay algún problema, señor Swan? – David continuaba viendo la hoja con el nombre de su hija, era lo único que había en ella.
Más tarde, esa misma noche, Emma de 7 años dormía con una mueca triste, David se sentó a su lado, la cubrió con una manta y acarició sus mechones dorados.
David: No te preocupes por nada, Emma, mientras yo esté aquí, no necesitarás a nadie más- Besó su frente.
David: ¿Cómo me está quedando? – Preguntó a su hija de 10 años mientras le cepillaba el cabello frente al espejo.
Emma: No me gustó- Refunfuñó.
David: ¿Cómo que no te gustó? – Frunció el ceño- Ah, ya sé, fue de este lado- Quiso cepillarle unos mechones rebeldes y la niña le quitó bruscamente la mano de su cabello.
David: ¡Ey! ¿Te parece esto una buena manera de tratar a tu papá?
Emma: Yo me quiero peinar.
David: Está bien, péinate- Le dio el cepillo- Pero vas a quedar bien fea, eh- La hizo mirarse en el espejo- Y no solo eso, todos en el cumpleaños se van a burlar de ti, ¿Es lo que quieres, que se rían de ti?
Emma: ¡Ya todos se ríen de mí porque no tengo mamá! – Salió corriendo de la habitación.
David: Emma- Entró a la habitación y tomó la caja de toallas femeninas que estaba en la cama.
Emma: Papá, ¿Qué haces? – Entró la adolescente de 14 años.
David: ¿Por qué no me dijiste nada?
Emma: ¡Dame eso y sal de mi habitación! – Le arrebató la caja.
David: Está bien, está bien, tranquila- Levantó las manos- Emma, yo sé que esas cosas son muy privadas, muy íntimas, pero las puedes hablar conmigo, yo soy tu papá.
Emma: Sí, eres mi papá, no mi mamá- Se cruzo de brazos con molestia.
David: Yo sé, pero…
Emma: Es que no sabes- Negó con la cabeza.
David: Yo entiendo que a veces es…
Emma: ¡No lo entiendes! – Ladró y lo empujó a la puerta.
David: Estoy intentando…
Emma: ¡No! – Le cerró la puerta en la cara.
David: Dame el nombre de ese cabrón que te rompió el corazón- Caminaba de un lado a otro en la habitación de su hija de 17 años que estaba sentada en su cama- Yo voy a hablar con él, lo voy a hacer entender de hombre a hombre.
Emma: No quiero que hagas nada- Se limpió el rostro.
David: ¿Y qué? ¿Te vas a quedar ahí chillando como una niña de cinco años?
Emma: Sí- David suspiró y se agachó frente a ella.
David: Mira, las mujeres de verdad no lloran por amor, eso déjaselo a las pendejitas que ven telenovelas y que piensan que existe el amor verdadero- La tomó de la barbilla y la miró a los ojos- Eso no existe.
Emma: ¿Y tú cómo sabes?
David: Porque soy más grande que tú- Se levantó- Y sé muchas cosas.
Emma: ¿Eso quiere decir que nunca te enamoraste de mi mamá? Nunca te importó y yo tampoco te importo- Reprochó.
David: Si no me importaras no estaría aquí parado escuchándote.
Emma: Déjame sola.
David: No digas que no lo intenté- Caminó hacia la puerta, pero regresó- Mira, Emma, de verdad siento mucho no poder ser papá y mamá a la vez, espero que cuando seas adulta te des cuenta de que hice lo mejor que pude- Salió.
🦢👑
En el cuartel de bomberos, los chicos se divertían jugando futbolito.
Tiana: Hola- Entró y todos respondieron al saludo- ¿Está August?
Thomas: No, hoy no tuvo turno.
Tiana: ¿Y saben dónde lo puedo encontrar?
Thomas: La verdad, no.
Tiana: Gracias- Salió cabizbaja.
August: Listo- Entró a la habitación de hospital con una silla de ruedas- Ya va a ser el cambio de turno.
Killian: ¿Ahora que hacemos? – Se mordió la uña del pulgar mirando a un impasible Robin.
August: Deja de preguntar que hacemos, idiota, ya- Regañó.
Killian: Bueno, ¿Será porque no sé qué vamos a hacer, August?
August: Concéntrate- Gruñó.
Killian: Ok, ok- Se limpió las manos sudorosas en el pantalón.
August: A ver, a Robin ya no tienen nada que ofrecerle aquí- Señaló al hombre- Lo tienen aquí para ver si reacciona bien a la operación, punto, vámonos.
Killian: Ok, vamos amigo- Se acercó a Robin- Agárrate de mi cuello- Lo sentó en la silla de ruedas.
August: Vamos- Salió primero y les hizo una señal de que estaba despejado- Voy a pedir el elevador, esperen ahí- Señaló detrás de un muro y vio que una enfermera se dirigía hacia ellos cuando ya había presionado el botón del elevador- Hola.
Enfermera: Hola, ¿Puedo ayudarte en algo? – Preguntó amablemente.
August: Sí, sí- Tartamudeó.
Enfermera: ¿Estás bien? ¿Necesitas algo?
August: Te quiero felicitar por tu labor- Soltó lo primero que se le ocurrió- Es super noble y sacrificada- Puso una mano en su cadera.
Enfermera: Gracias- Sonrió.
August: Felicidades, enfermera- Abrazó a la desconcertada mujer.
Enfermera: Ok, gracias- Lo empujó suavemente- Solo que hoy no es el día de la enfermera- Quiso continuar su camino.
August: En mi corazón sí es el día de la enfermera- Le cerró el paso.
Enfermera: Que lindo, gracias, con permiso- Ya no pudo detenerla.
August: ¿A dónde se fueron, cabrones? – Susurró al notar que sus amigos no fueron atrapados porque ya no estaban donde los dejó.
Belle: Esta ventana la vamos a quitar y aquí va a quedar una barrita de servicio- Explicaba- La cocina la vamos a pasar de este lado, y hay que reforzar todas las tuberías y la electricidad, porque va a haber un montón de aparatos conectados.
Kristin: Cariño, ya me hice bolas con todo lo que me has dicho- Se rio- Pero no te preocupes, tienes carta abierta para todo lo que necesites, sabes que confío en ti.
Belle: Y te lo agradezco- Le sonrió dulcemente- Tú no te preocupes, Kris, esto va a quedar increíble y acogedor- La rubia asintió- Van a venir de todas partes a probar las delicias de tu restaurante.
Kristin: De nuestro restaurante, cariño, yo puse el lugar y Erick consiguió el préstamo, pero tú pones el arte de la cocina.
Belle: ¿A poco tú no vas a cocinar tu famosa cochinita pibil? – Alzó una ceja.
Kristin: Bueno, si los comensales lo piden, no podré negarme- Le guiñó un ojo.
Belle: Gracias, muchas gracias por esta oportunidad, porque si no tuviera esto que me mantiene ocupada, no sé cómo sobreviviría a estar sin Ariel- Sintió un nudo en la garganta.
Kristin: Vas a ver que más pronto de lo que te imaginas, nuestra pelirroja va a estar de vuelta, totalmente recuperada para poder probar tus delicias- Se levantó y la abrazó.
Belle: La extraño demasiado, Kris- Las lágrimas comenzaron a formarse.
Kristin: Lo sé, mi amor, pero es por el bien de su salud.
Belle: Eso me repito cada cinco minutos para no ir a Nueva York y traerla de regreso, me reconforta saber que tiene la mejor atención médica.
Kristin: Oye, todavía no tenemos un nombre para el restautante- Quería sacar a la chica del momento triste.
Belle: Tienes razón- Se secó las lágrimas- ¿Alguna idea?
Kristin: Sí, Ariel- Sonrió ampliamente.
Belle: ¿En serio? – Los ojos se le volvieron a llenar de lágrimas cuando la rubia asintió- ¿Sabes? Desde hace días quería compartirte una idea que me surgió pensando en la situación por lo que pasa mi pelirroja, ¿Qué opinas de que metamos un menú especial para personas con cáncer?
Kristin: Es una excelente idea, cariño- Belle sonrió entre lágrimas- Atendidos especialmente por la mejor futura chef de Maine, no, del mundo- Se abrazaron- Te tengo una sorpresa- Sacó un boleto de avión de su bolsa.
Belle: Kris- Su corazón se aceleró de felicidad.
Kristin: Alguien tiene que ir a ver como está nuestra pelirroja, ¿Quién mejor que su novia?
Robin: Rápido, rápido- Exigía a su amigo que lo empujaba en la silla de ruedas.
Killian: ¿Estás seguro que es por aquí?
Robin: Hazme caso, cabrón- Llegaron a un ascensor.
Killian: Déjame enviarle un mensaje a August de que vamos a estar en el estacionamiento- Salieron del ascensor.
Robin: Actúa como si nada, wey- Susurró.
Killian: ¿Qué? – Avanzaron por el pasillo.
Robin: Que actúes como si nada.
Killian: Ok- Suspiró y pasaron por un área de enfermeras.
Enfermera: ¿Para dónde van? – Pregunto la misma que había distraído August.
Killian: Es una emergencia señorita- Empujó la silla a más velocidad hacia la salida.
Enfermera: El paciente debe permanecer en reposo- Salió del cubículo- No se pueden ir así, seguridad.
August: Rápido- Ayudó a Jones a meter a Robin al coche.
Robin: Vámonos- Pidió desesperado.
Nueva York
Regina: Buenas noches- Saludo al entrar a la comisaría- Venimos a buscar a una persona que tienen detenida aquí, se llama Emma Swan- Los dos policías que estaban ahí, se miraron.
Policía: Aquí no ha estado ninguna persona con ese nombre- Regina iba a decir algo y su madre supo que no lo haría en buen tono.
Bette: Eso es imposible, porque una compañera suya de Maine…
Policía: Quizás se equivocó de delegación- Cortó groseramente.
Regina: Pero nos consta que estuvo aquí- Gruñó.
Bette: ¿Podría revisar, por favor? – Pidió amablemente, pero ninguno de los uniformados respondió.
Regina: ¿Hay algún superior con el que podamos hablar? – Se pasó la mano por la frente con frustración.
Zelena: ¿Se volvieron locos o que les pasa? – Preguntó mientras Jones y Booth acostaban a Robin en la cama.
Ruby: ¿En qué chingados estaban pensando?
August: Cuidado con la cadera.
Killian: Fue Robin quien nos pidió que lo sacáramos del hospital.
Ruby: Claro, y ustedes son tan bueno amigos, que le hicieron caso y lo secuestraron del hospital sin estar recuperado- Soltó con sarcasmo.
Killian: No, no, no, no fue secuestro, esto fue más un acto voluntario de alta.
Ruby: ¡Me vale madre si fue voluntario o no!
Zelena: Rubs- Regañó- Van a despertar a Margot- Exhaló- ¿Nos pueden dejar solos, por favor?
August: Sí, claro, Robin, cualquier cosa que necesites nos marcas.
Ruby: Cualquier cosa que necesite nos tiene a nosotras, gracias.
August: Y a nosotros también- Salió con Jones detrás de él.
Zelena: Oye- Se sentó al lado de Robin- mañana vas a volver al hospital y no voy a discutir, ¿Eh? – Acarició su mejilla- Ahí tienes todo lo que necesitas.
Robin: No quiero volver, todo lo que necesito está aquí, este es el único lugar donde quiero estar, con ustedes, con mi hijo- Miró el vientre de Ruby- No quiero volver a ese lugar.
Nueva York
Regina: No contesta la amiga de Elsa- Metió el celular en el bolsillo trasero de su pantalón- ¿Qué demonios hacemos ahora?
Bette: Seguramente estos policías están protegiendo a James.
Regina: Yo no voy a estar tranquila sabiendo que Emma está en peligro- Se pasó las manos por el cabello con frustración.
Bette: Dijiste que tenías la información de las propiedades donde James habría vivido estos años, ¿No?
Regina: Sí, pero no creo que sea tan obvio como para tenerla en su casa- Negó con la cabeza- ¿Qué hacemos? ¿Nos regresamos a Maine para buscar más pistas o la seguimos buscando aquí?
Bette: ¿Qué te dice tu corazón?
Regina: Que mi rubia está aquí en Nueva York, pero, ¿Y si me equivoco? – Preguntó buscando respuestas de la mujer a la que ahora llama mamá.
Bette: Amas a Emma, así que tu corazón es la mejor pista que podemos seguir- Respondió con una cálida sonrisa que le trajo algo de calma a su hija.
David: Para que no pienses que soy una mala persona- Miró a la rubia que yacía inconsciente atada al suelo con cadenas- Sé que ha sido un día duro, pero tienes que comer algo- Se arrodilló frente a ella y puso un plato- Emma, Emma- La sacudió de un hombro- Mira que rico lo que te trajo papá para comer- No hubo respuesta- Bueno, si no tienes hambre, te voy a dejar descansar un poco- La cubrió con una manta- Y después puedes comer algo- Besó su sien- Mientras estés conmigo, no necesitas a nadie más.
Kristin: No, no, no, ¿A dónde vas? ¿A dónde vas? – Se acercó a toda prisa a Belle que caminaba hacia su dormitorio con una gran sonrisa después de una visita relámpago a su novia- Me tienes que contar todo con lujo de detalles- Belle alzó una ceja- No, pensándolo bien, ahórrate los detalles porque eso es tu intimidad.
Belle: La verdad, no te voy a decir lo que estoy sintiendo porque no podría, aunque quisiera, pero- Suspiró.
Kristin: Pero, ¿Qué tal? Se siente bien bonito, ¿Verdad? – Algunos trabajadores entraron a la cocina- Por favor, no me vayan a romper nada- Los hombres asintieron- Belle, estoy tan contenta de lo que te está pasando entre Ariel y tú, porque yo sé que ese amor es para toda la vida.
Belle: Eso espero, porque no me imagino una vida sin ella- Sonrió y Bauer la tomó suavemente de las mejillas.
Kristin: Vívelo, mi amor, vívelo como si no hubiera un mañana, no hay cosa más triste que querer y no ser correspondido- Suspiró.
Belle: ¿Lo dices por Bette?
Kristin: No- Forzó una sonrisa.
Belle: Esa mujer está interesadísima en ti, Kris, se le nota- Aseguró con una sonrisa.
Kristin: No, no, mejor no me digas nada porque después la caída puede ser muy dura.
Belle: lo peor que puedes hacer es renunciar sin haber dado pelea, y te lo estoy diciendo yo, que toda mi vida he renunciado a sentir cualquier cosa por alguien, y ahora que lo estoy sintiendo es- Sonrió ampliamente al no poder expresarlo con palabras- Kris, lucha por Bette.
Liam: Me hubieras dicho que no tenías donde quedarte- Regañó a su hermano cuando lo recibió en casa de Neal.
Killian: No quería molestarlos- Se encogió de hombros- Ustedes ya tienen un bebé y creo que ya he causado suficientes problemas.
Liam: Tú a mí no me has causado ningún problema- Palmeó fraternalmente su hombro- A mí lo que me duele es tener unos padres que no son capaces de apoyarte, me duele y me avergüenza.
Killian: ¿Y de mí no te avergüenzas? – Preguntó con aprensión y su hermano lo miró- Digo, tienes un hijo que tarde o temprano va a crecer y se va a enterar que su tío es…
Liam: Que su tío es el hombre más valiente que he conocido- Lo abrazó de lado- Porque decidió ser feliz a pesar de tener todo en contra- Le revolvió el cabello.
Killian: El pelo no, cabrón- Se rio.
Liam: No estás solo, Kill, hasta Anna está preocupada por ti- El bombero lo miró con incredulidad- Fue ella la que me marcó para decirme que no tenías donde vivir, ¿Ves? Ya todo está empezando a mejorar.
Killian: No todo- Exhaló- Mi relación con Jeff se fue al carajo- Sus ojos de llenaron de agua- Me pidió que nos casáramos y no supe que responder, me porté como un idiota.
Liam: ¿Lo amas?
Killian: Mucho, y no sé cómo hacerle para que me perdone.
Liam: Bueno, pues, demuéstrale tu amor, pero así, en grande, que no le queden dudad de cuanto lo amas.
Killian: Tienes razón- Sonrió.
Liam: Ese es mi hermano, véngase para acá- Se levantó y lo jaló para un fuerte abrazo.
Killian: Me estás aplastando, Liam- Refunfuñó, pero no intentó apartarse.
Nueva York.
Emma manejaba a toda velocidad por la carretera federal, su corazón estaba agitado mientras huía, pero no sabía exactamente de qué, sus ojos se abrieron como platos y presionó el freno a fondo al ver a su padre parado en medio de la carretera, eso hizo que perdiera el control y se saliera hacia la terracería.
Una vez que se dio cuenta que el coche no se había volcado, buscó a su padre con la mirada, pero no lo encontró, dio un brinco cuando se giró al lado del copiloto y ahí estaba David, la rubia quiso bajarse, pero fue tomada con fuerza del brazo.
David: No puedes huir, Emma.
Emma: Papá, suéltame- Sollozó- Suéltame, suéltame- Se replegó en el asiento.
David: Emma, ya, las chicas listas no lloran- Se burló y después la miró con ira- Ahora te aguantas, todo esto es tu culpa, ¡Es tu culpa!
Emma: ¡No! – Gritó.
La rubia se despertó de golpe y se sentó, lo primero que vio fue a su padre en una silla frente a ella, después notó que ella misma estaba en el suelo, y por último, tomó consciencia de que estaba encadenada de las manos y amarrada con una cuerda de los pies.
Emma: Suéltame- Jaló las cadenas.
David: Lo siento mucho, Emma, se te enfrió la comida- Señaló el plato a un lado de la rubia.
Emma: Suéltame, papá, ¿Por qué me amarraste? Suéltame- Tiró nuevamente.
David: Tú te buscaste esto, Emma- Su voz era serena.
Emma: Yo no te hice nada.
David: ¡Deja de decir eso! – Gruñó en contraste con su voz anterior- Dices lo mismo que todas, y tú no eres como todas- La última frase salió molestamente dulce- Tú eres mi hija.
Emma: ¿Por qué me amarraste, papá?
David: ¿Quieres saber por qué? – Se levantó- Es muy simple- Se puso en cuclillas frente a ella- Ya no confió en ti, ¿Sabes? Ese es el dolor más grande para un padre, no confiar en su propia hija.
Emma: Bienvenido a mi mundo, yo tampoco confío en ti, papá- Le siseó con valentía a pesar de su situación y David quiso acariciar su mejilla- ¡No me toques! – Movió su rostro.
David: Como quieras- Se levantó- Si quieres me voy, te dejo aquí, sola- Se alejó.
Emma: ¿Qué me vas a hacer, papá? – Preguntó con aprensión.
David: Lo mismo que cuando eras una chamaca, castigarte hasta que se te pase el berrinche.
Emma: ¡Suéltame! – Tironeó hasta sentir el dolor en las muñecas.
David: No vale la pena, Emma- Rodó los ojos y se recargó en una mesa- Vas a comer, ¿Sí o no?
Emma: ¡No!
David: Tampoco quiero que te mueras de hambre- Abrió los brazos- Eso no sería digno de un padre responsable.
Emma: Dime la verdad, te lo exijo, dime quién eres papá.
David: Ya te la conté ayer en la delegación- Chasqueó la lengua- Pero es que, te quedaste dormida y no me escuchaste- Fingió pesar.
Emma: ¡Porque me drogaste! – Acusó.
David: Tuve que hacerlo- Se acercó- ¿Sabes para qué? Por tu bien, para evitar que hicieras alguna locura.
Emma: Papá, por favor dime quién eres- Comenzó a llorar, estaba cansada física y emocionalmente- ¿Cómo quieres que te Diga? ¿James Nolan? ¿David Swan? – Volvió a sentir la ira apoderarse de sus venas- ¡Dime quién carajos eres! ¡Dime quién soy yo! ¡Dímelo!
David: ¿Ya ves? – Se masajeó el puente de la nariz- Ya te metieron ideas en la cabeza- Exhaló- James, ¿Quién es James? – Caminó alrededor de la rubia- Está bien, te lo voy a contar- Se acuclilló frente a ella nuevamente- James está muerto- Susurró- Yo lo maté- Formó un arma con la mano y se la puso en la sien- Pero, ¿Sabes? El día que lo maté me convertí en esto, David Swan, agricultor, hombre respetable, padre de una hija rebelde- Se levantó- Siempre te lo he dicho, uno es capaz de crearse su propia vida, su propio destino, yo te lo enseñé desde pequeña, yo maté a ese James que era antes, porque ya no me servía, lo dejé atrás, así de simple, ¿Entiendes?
Emma: Lo hiciste porque mataste a todas esas mujeres- Las lágrimas salieron a raudales- ¡Tú eres el carnicero de Boston, papá! ¡Acéptalo, dímelo! ¡DÍMELO!
David: ¿Ves por qué estoy tan orgulloso de ti? – Sonrió- Porque eres una chica muy inteligente- Se agachó detrás de ella- ¿Ves que no es necesario que te cuente las cosas una por una? – Se acercó a su oído para susurrarle- Ahora que ya sabes mi secreto, lo vas a tener que cuidar, ¿mmh?
Emma: ¿Y por qué habría de hacerlo?
David: Porque eres mi hija- Le acarició el cabello.
Emma: ¿Qué le hiciste a mi mamá? – Giró la cabeza para mirarlo- ¿La mataste?
David: No me acuerdo- Arrugó la frente- Mira, era una pobre mujer que estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado- Pensó en el día en que la asesinó- Pero da lo mismo, no te preocupes, murió rápido y sin dolor, pero esa muerte no la provoqué yo, la provocó James, James la mató- Fingió pesar.
Emma: ¿Cómo se llamaba? – Preguntó entre sollozos.
David: Que importa- Desdeñó.
Emma: ¡Dime su nombre! – David se levantó ignorándola- ¡Dime su nombre, papá!
David: Ya te dije que no importa, no seas testaruda.
Emma: ¡DÍMELO! ¡ME HAS MENTIDO TODA LA PUTA VIDA! ¡DIME SU NOMBRE! – No hubo respuesta- ¡TE ODIO, ERES UN MALDITO ASESINO, PAPÁ! – Gritó con rabia.
David: ¡TÚ NO ERES MI HIJA! – Ladró y Emma sollozó más, en parte de alivio por no llevar la sangre de ese monstruo, pero otra parte por miedo, porque si no era su hija, él no se la pensaría para acabar con ella- No eres mi hija.
Emma: ¿Cómo?
David: Cuando James mató a tu madre- Habló como si se refiriera a otra persona y no a él mismo- Yo te descubrí a ti ahí, solita, huérfana, no, no eres sangre de mi sangre, eras un animalito pobre, abandonada, hija de una mujer que no valía nada- De repente soltó un grito y lanzó la silla contra la pared con tanta fuerza que se partió en dos- ¿VES LO QUE ME HACES DECIR? Tú no tenías por qué saberlo- La señaló con el dedo- Esto solo te va a causar más daño, ¿No entiendes? Yo te estaba protegiendo, Emma- Se agachó frente a la sollozante rubia- Pero quiero que sepas que, si en algo nunca te mentí, es que yo te quiero, Emma.
Emma: No es cierto- Apenas le salió voz.
David: Te quiero como si fueras mi hija, es la verdad.
Emma: Te odio- Dijo mirándolo a los ojos- ¡Te odio! ¡Te odio! – Las gruesas lágrimas le nublaban la visión- Y deseo que te pudras el resto de tu vida en la cárcel, ¡Te odio! – Y lo dijo con tanta sinceridad, que hasta ella misma se sorprendió de poder tener ese sentimiento por alguien, sobre todo de un momento a otro- Te odio- Agachó la cabeza y David la hizo mirarlo poniendo el dedo índice en su barbilla.
David: Va a estar muy difícil que yo me pudra en la cárcel, porque a David no se le escapa nada- Se jactó- Y si David deja de serme útil- Simuló un arma con la mano, la puso en su sien y simuló el sonido de un disparo- Lo mato- Después puso su mano en forma de arma en la frente de Emma- Si quiero te mato a ti también- La rubia sintió que se le helaba la sangre- ¿Sabes? Me daría mucha tristeza- Pegó sus frentes y Emma ya no tenía fuerza un para alejarse- Emma, yo te vi crecer, te cambié los pañales, estuve ahí cuando te convertiste en mujercita, ¿Te acuerdas? Así que no creas que esto es fácil para mí, mira, ¿Por qué no respiramos un poco? – Tomó el plato de comida- Se una niña obediente, cómete esto, mira, está frío, pero está bien rico- Lo puso frente a ella.
Emma: ¡VETE A LA MIERDA! – Con los pies atados pateó el plato.
David: ¡Como quieras! – Le gruñó y se levantó- Más tarde voy a ver que carajos hago contigo- Caminó hacia la salida- Y olvídate de ese bicho raro de Mills.
Emma: ¡TE ODIO! ¡TE ODIO! – Gritó hasta que le dolió la garganta- Puta madre- Luchó contra sus ataduras inútilmente y cuando se cansó escaneó mejor el lugar- Eso es- Miró su mochila sobre la mesa a algunos metros y se arrastró lo que la longitud de la cadena le permitió- Solo un poco más- Se dio ánimos y con los pies atados, logró hacer caer la mochila- Gracias a Dios- Miró su celular en el suelo y lo arrastró hacia sus manos con los pies- Regina- Con manos temblorosas logró enviar un mensaje con la ubicación.
Úrsula: Ay mi amor, pero que oscuridad- Entró a la habitación de su hija- Necesitas sol y vitamina D- Abrió las cortinas y la pelirroja se hizo bolita bajo la manta- Ahora mismo te vas a levantar y vamos a ir a la terraza a comer algo, ¿Sí? – Se sentó en la cama y Ariel negó con la cabeza- Mi amor, si sigues así te vas a deprimir, ya oíste lo que dijo el médico, la actitud es muy importante para tolerar el tratamiento.
Ariel: Entonces llévame de vuelta a Maine.
Úrsula: Por favor, mi vida, no me hagas esto más difícil- Exhaló- Estoy haciendo lo necesario para que estés bien.
Ariel: ¿Lo necesario para quién? – Por fin la miró.
Úrsula: Para ambas, ¿Quién mejor que tu propia madre para que te cuide? Y, además, yo también me siento más tranquila sabiendo que estás cerca de mí.
Ariel: Entonces, mi opinión no te importa- Se sentó.
Úrsula: Mi amor, por supuesto que me importa, es solo que, tú vas a poder tomar tus decisiones cuando te recuperes- Sonrió amorosamente- Mientras tanto, somos el doctor y yo quienes las vamos a tomar- Besó su frente- Te espero en la terraza, el día está muy bonito- Salió.
Ariel: Yo solo quiero estar con Belle- Las lágrimas se deslizaron por sus mejillas.
Bette: Bueno, ¿Y cuál es el plan? – Preguntó a su hija que miraba el tráfico- ¿Seguir dando vueltas por todo Nueva York? ¿Tu amiga policía no te ha llamado?
Regina: No- Echó una mirada rápida a su celular- Y no creo que nos hable, si encuentra nueva información, seguramente se va a encargar ella sola, además quiero ser yo quien salve a Emma, quizás lo que podemos hacer es esperar afuera de la estación de policía y seguir una patrulla cuando salga.
Bette: ¿Seguir policías sin que ellos se den cuenta? No me parece una excelente idea- Exhaló.
Regina: ¿Alguna sugerencia? – Preguntó más ruda de lo que quería, pero necesitaba encontrar a su rubia o se volvería loca.
Bette: Ninguna.
Regina: Hay que seguir pensando que podemos hacer, algo se nos va a ocurrir- Su celular emitió una notificación y de inmediato lo tomó- Es ella, es Emma- Su corazón se aceleró- Nos acaba de enviar su ubicación- La abrió y una vez que la aplicación comenzó a funcionar, aceleró.
Belle estaba recibiendo a unos proveedores en la puerta de la pensión Bauer cuando August se acercó.
August: ¿Por qué tanto movimiento?
Belle: ¿No supiste que tendremos un restaurante cerca del cuartel? – Señaló el interior de la pensión.
August: Que bien- Metió las manos en los bolsillos de su pantalón.
Belle: Estoy esperando a Ariel para la inauguración- Se recargó en el marco de la puerta con una sonrisa.
August: Ah, ¿Tú sí has hablado con ella?
Belle: Sí, hablamos todos los días- Frunció el ceño al notar algo de molestia en el tono del bombero.
August: Claro, porque ustedes tienen algo.
Belle: Bueno, sabes que es más que algo, amo a Ariel.
August: ¿Y ella también diría lo mismo o solamente tú? – Alzó una ceja.
Belle: Es lo que me ha dicho y lo ha demostrado, así que sí.
August: ¿Cuáles son tus intenciones con Ariel? – Preguntó con seriedad y Belle se rio.
Belle: ¿Qué es esto? ¿Un interrogatorio o qué?
August: No es ningún interrogatorio, solo quiero saber que alguien que me importa bastante va a estar con alguien que la va a cuidar, también te aprecio, pero Ariel está vulnerable ahora.
Belle: Puedes pregúntale a ella como se siente al respecto, te daré el número de la casa de su mamá- August asintió- Eso habla bien de ti, que quieras que Ariel esté bien- Sonrió- Nos vemos- Entró.
La música de rock resonaba mientras los bomberos entrenaban en el patio de maniobras.
Neal: Eso, muy bien- Animaba- Esto es un gran entrenamiento, colegas- Aplaudió- Es todo por hoy, vayan a las regaderas a ducharse.
Bomberos: ¡Sí, señor! – Todos se dispersaron.
Killian: Caray, caray, alguien tuvo una muy buena noche, o si me estoy equivocando, corrígeme por favor- Sonrió.
Neal: Digamos que no estuvo nada mal- Sonrió tontamente al recordar su cita con Milah, una profesora que Belle le presentó.
Killian: Pues deberías pasarme un poco de tu suerte- Dio un trago a su botella de agua.
Neal: ¿Ah, sí? ¿Y eso cómo se hace? – Se rieron.
Killian: No sé, pero sí la necesito, no quiero perder a Jeff por pendejo, todo es mi culpa- Exhaló.
Neal: Ya, ya, ya- Le dio unas palmaditas en la espalda- ¿En qué quedamos?
Killian: Tienes razón, tienes razón.
Nueva York
Regina: Parece que es por aquí- Estacionó en un almacén abandonado y se bajaron- ¡Emma!
Emma: ¡Acá estoy! – Se escuchó la voz en el interior- ¡Regina! ¡Regina, ayúdame! – Su voz se escuchaba desesperada y la morena entró en pánico por unos segundos.
Regina: Es por allá- Corrió una vez que salió de su aturdimiento con Bette detrás de ella- ¡Emma, sigue hablando! – Gritó para poder ubicarla mejor en el enorme lugar y abrió la puerta.
Emma: ¡Regina! ¡Regina! ¡Regina!
Regina: Emma- Corrió hacia la rubia en cuanto la vio y se arrodilló frente a ella- ¿Estás bien? ¿Estás bien? – Le acarició el rostro y después comenzó a desatarle los pies mientras Bette vigilaba.
Emma: Regina, gracias a Dios- Sollozaba y la morena le desencadenó las manos.
Regina: Ven aquí- La atrajo a sus brazos y la rubia se acurrucó llorando más fuerte- Está bien, estás a salvo, ya pasó, ya pasó- Le alisó la espalda y le acarició el cabello- Se acabó la pesadilla- Tomó el rostro de su rubia entre sus manos- ¿Estás bien? ¿Te hizo algo?
Emma: No, no me hizo nada, estoy bien, gracias por venir por mí- Se abrazó a la morena nuevamente como si su vida dependiera de ello- No me dejes nunca, por favor- Suplicó.
Regina: Nunca, mi amor, nunca- Permanecieron abrazadas por un tiempo.
Continuará…
Chapter 37: Tú eres mi hogar
Chapter Text
Al parecer, todo volvió a una relativa normalidad después de un par de semanas.
El restaurante en la pensión Bauer estaba casi listo, y ella estaba feliz por eso, aunque su corazón seguía latiendo por una morena que ni siquiera la había buscado.
Anna estaba ensayando duro para ganarse una beca de canto en París.
Jefferson abrió nuevamente el taller de costura y seguía extrañando a Killian, mientras Killian seguía buscando maneras de recuperarlo.
Belle había convencido a su mamá de salir de prisión y eso la hacía muy feliz, pero extrañaba terriblemente a su pelirroja sin importar cuan ocupada se mantuviera.
Ariel médicamente estaba mejor, pero se la pasaba triste la mayor parte del tiempo, solo sonreía cuando hacía videollamadas con su novia.
Robin estaba echándole ganas a su rehabilitación con Ruby y Zelena apoyándolo, no era tonto y sabía que las mujeres continuaban con su relación sin él, pero hacía tiempo se había dado cuenta que se amaban más de lo que lo amaban a él.
August estuvo muchas veces a punto de buscar a Tiana, pero hasta ahora, no se había animado.
Bette dirigía el cuartel con la misma eficacia, con Emma y Regina ya incorporadas después del trauma de la rubia.
Emma prácticamente vivía en casa de Regina, no querían separarse la una de la otra, su amor se seguía fortaleciendo con cada día que pasaba.
Emma estaba a horcajadas en el regazo de Regina dentro de un camión de bomberos, los besos y las caricias estaban subiendo de tono.
Emma: No, no, no- Quitó las manos de Regina de sus senos- Aquí no- Jadeó, estaba muy mojada y sentir el miembro duro de la morena contra su núcleo no ayudaba
Regina: ¿Por qué siempre tienes que ser tan cuidadosa con todo? – También jadeó y rascó la parte posterior de la cabeza de la rubia.
Emma: Ay, mira, habló la que ni siquiera se sabe cuidar sola- Pinchó.
Regina: No me gusta que me dejes sola- Hizo un puchero y la rubia lo besó.
Emma: Pues eso se puede solucionar- La morena arrugó la frente de manera adorable- Solo tienes que tomar una decisión.
Regina: ¿Sí? – Sonrió ampliamente al entender que la rubia quería que vivieran juntas.
Emma: Sí, sabes que lo que más quiero es pasar todo el tiempo posible contigo.
Regina: Mi decisión está tomada- Capturó los labios rosados y sonrientes.
Emma: Creo que cambié de opinión.
Regina: ¿Qué? – Sintió como un balde de agua fría.
Emma: Aquí sí- Se quitó el uniforme quedando en ropa interior.
Regina: Me alegra que hayas cambiado de opinión- Se desabotonó el pantalón y empotró a su rubia en el frío metal- Me pones tan dura- Gruñó ondulando sus caderas y Swan gimió.
Emma: No tenemos mucho tiempo, morena sexy- Se bajó la ropa interior y después de la su morena- Adentro ahora.
Regina: Me gusta que seas tan mandona- La penetró de golpe.
Emma: Dios, Sí- Se sujetó a los hombros de Mills- Muévete, por favor- Su novia obedeció de inmediato.
Regina: Te sientes tan jodidamente bien, bebé- Jadeó en su oído- Tan apretada.
Emma: Eres tan grande y me llenas tan bien, dámelo todo, cariño.
Regina: Toma, rubia deliciosa- Sus embestidas se intensificaron.
Emma: Sí, sí, que rico, mi amor, me coges tan sabroso, aaaahh, sí, me voy a correr tan rápido, Regina.
Regina: Mi polla llenará tu coño de semen pronto, Em-ma.
Ambas llegaron al clímax y la morena cayó sobre el piso del camión con Emma sobre ella.
Emma: Eres increíble- Se acurrucó en el pecho de su morena.
Regina: Tú lo eres- Besó su cabeza.
Se escucharon pasos cercanos y la rubia comenzó a vestirse a toda prisa.
Emma: Vamos, Ginny, ¿Qué esperas? – La morena sentía que su miembro se volvía a endurecer ante la visión- No hay tiempo- Se pasó la lengua por los labios mirando el apéndice de su novia erguirse- Bien- Se arrodilló.
Regina: ¿Qué haces? – Como respuesta, la rubia metió el grueso eje en su boca- Mierda, sí- Gimió y comenzó a estimularse los pezones- Ya casi, bebé- La rubia masajeó los testículos y fue todo, su boca se llenó de espeso semen que tragó y disfrutó.
Emma: Delicioso- Besó a su morena.
Regina: Vas a ser mi muerte, rubia- Se rio entre dientes.
Bette: ¿Eres tú Regina? – Se escuchó la voz y Mills se alegró de haber puesto seguro por dentro.
Emma: Joder- Se puso la última prenda y le aventó la ropa a su novia.
Regina: Ya salgo- Se vistió en tiempo récord.
Se pasaron los dedos por el cabello y salieron.
Bette: ¿En serio, chicas? ¿En el camión? – Se puso las manos en las caderas y Emma se sonrojó violentamente.
Emma: Bette, nosotras no…
Bette: Relájate mamá, prometo lavar el camión- Puso cara de cachorro regañado y Bette negó con la cabeza, pero su pequeña morena era su debilidad.
Emma: Y no volverá a pasar, jefa- Tartamudeó.
Regina: ¿Qué? ¿Por qué? – La rubia la fulminó con la mirada- Bien, lo que tú digas, mi rubia- Le sonrió tontamente y Emma se derritió.
Bette: Emma, me alegra que seas tú quien lleve las riendas de tu relación con mi hija, Dios sabe que mi pequeña morena las metería en muchos problemas- Regina la miró con falsa indignación.
La rubia se abstuvo de decir que seguiría en cualquier locura a su morena sin pensarlo, su suegra no tenía por qué saberlo.
Regina: ¿Me estabas buscando o solo me encontraste por casualidad?
Bette: Venía invitarte a desayunar.
Emma: Bueno, iré con los chicos- Dijo tímidamente.
Regina: ¿No quieres desayunar con nosotras? – Preguntó con un puchero.
Emma: Amor, estoy segura que tu mamá quiere…
Bette: No, me gustaría que vengas con nosotras, eres mi nuera y creo que deberíamos convivir más, después de todo tenemos la misma persona favorita- La rubia asintió con una sonrisa.
Regina: No me harás elegir entre ustedes quien es mi persona favorita, ¿Verdad? – Preguntó juguetonamente.
Bette: No, cariño, yo saldría perdiendo- Se rieron.
Pasaron un par de horas agradables, las dos morenas siempre incluían a Emma, la rubia se sentía por primera vez como si tuviera una familia.
Zelena ya había destrozado la servilleta en sus manos, el juicio por la custodia de su hija ya se había llevado a cabo, solo esperaban a la jueza para que diera el veredicto, lo que no tardo en suceder.
Jueza: Buenos días- Entró y todos saludaron- En atención a los alegatos escuchados y considerando el bien superior de la menor Margot Grand Cassidy, este tribunal otorga custodia absoluta de la menor a su madre, la señora Zelena Cassidy Mader- La pelirroja soltó el aliento que era muy consciente de haber estado reteniendo- Que tengan un buen día- Salió.
Abogado de Zelena: Felicitaciones- Le estrechó la mano.
Zelena: Gracias- Sus ojos estaban llenos de lágrimas de felicidad y por el rabillo del ojo vio a su ex esposo levantarse enojado.
A ella no le importó, salió a toda prisa y se fue a casa a darle la noticia a su novia.
Ruby: Es la mejor noticia del año, mi amor- La giro en el aire- Vas a tener a tu hija contigo sin tener que verle la cara a ese bastardo hijo de puta de Walsh- La besó.
Zelena: No puedo creer que Walsh perdió, tenía contratado al mejor abogado de Maine- Todavía estaba sorprendida.
Ruby: Pero tú eres la mamá de Margot, eso no te lo quita ni el abogado más chingón- Se rieron- ¿Y qué vas a hacer? – Un ruido interrumpió la conversación.
Miraron al patio donde Robin se ejercitaba los brazos en su silla de ruedas, se le había caído una mancuerna, ambas mujeres corrieron y Zelena fue quien recogió la mancuerna.
Zelena: Oye, ¿No crees que sería bueno que no te esfuerces tanto? – El bombero le arrebató la mancuerna y continuó ejercitándose sin responderle.
Ruby: Déjalo, él sabe hasta donde puede.
Robin: ¿Y si se van a celebrar a otra parte? – Gruñó- Quiero estar solo- Ambas mujeres se alejaron.
Ruby: No vamos a dejar que nada arruine tu felicidad por recuperar a tu hija, ni siquiera Robin, te llevaré a cenar el mejor restaurante de Maine.
Zelena: Gracias, cariño, te amo.
Ruby: Yo te amo más- Se fundieron en un beso.
Robin miró a través del espejo, estaba molesto, no por la relación entre las mujeres, su situación lo hacía tener días de mal humor, pero en el fondo se alegraba por ellas, deseaba con todo su corazón recuperarse y dejar de ser una carga para la pareja.
Neal: ¿Ya te vas esta noche? – Le preguntó a Killian que estaba lavando un camión- Espero que no sea por ser mal anfitrión, perdón, pero nunca había tenido un compañero de casa.
Killian: Al contrario- Dejó el trapo- Fuiste un gran anfitrión, gracias por tu hospitalidad, de verdad.
Neal: Entonces, ¿Le vas a decir a Jefferson que tienes nueva casa o qué? – Preguntó con una sonrisa traviesa- Acuérdate que entre más te tardes, más difícil va a ser volverse a encontrar- Se recargó en el camión y Jones hizo lo mismo- ¿Ni siquiera te has disculpado?
Killian: Me he mantenido lejos, porque no he encontrado una manera de recuperar lo que teníamos, digo, ya no la quiero seguir cagando.
Neal: Esa es la peor estrategia amorosa, ya te lo he dicho- Regañó.
Killian: Sí, ya sé, pero a ver, Jeff tampoco me ha buscado y es bien intenso, y de lo obsesivo que es, ya me hubiera buscado, si no lo ha hecho, es por algo- Habló desanimado.
Neal: Estás bien perdido, ¿Verdad? – Jones se encogió de hombros- Mira, yo no tendría que decirte esto, sabes que estoy ayudando a Belle con lo de su mamá- Jones asintió- Son grandes amigos y ella ha comentado cosas, Jeff se la está pasando igual de mal que tú.
Killian: ¿En serio?
Neal: Sí, está como alma en pena desde que se pelearon.
Killian: Entonces, sí tengo que hacer algo, ¿Verdad? – Neal asintió- Quiero decir, un acto amor chingón- Recordó la plática con su hermano.
Neal: Ajá.
Killian: Que no le quepa ni la menor duda de que quiero estar con él por el resto de mi vida- Sonrió- Tú me puedes ayudar con eso, ¿Qué dices?
Neal: Por supuesto, cuenta conmigo- Le palmeó el hombro.
Kristin: Se ve precioso, Erick- Halagó mientras miraba desde la acera el nombre del restaurante y el menú en el cartel.
Bette: Está quedando sensacional- Apareció en uniforme con todo su porte y la sonrisa de Bauer desapareció- Y están avanzando muy rápido.
Kristin: Sí, sí vamos muy rápido- Forzó una sonrisa mientras que la de la morena era genuina- Yo creo que ya dentro de muy poco haremos la inauguración- Miró al joven que acomodaba unas luces.
Bette: Que buena noticia- Miró a la rubia- Me muero de ganas de venir a comer un buen pozole.
Kristin: ¿Ah, sí? – Se giró a mirarla nuevamente esperando que la morena no escuchara los acelerados latidos de su corazón- Pues cuando quieras, te vamos a atender como a cualquier cliente- Su intención era herir y lo logró.
Bette: Ok- Se rascó la parte posterior de la cabeza- Oye, ¿No necesitas ayuda? Porque yo soy muy buena pintando, armando muebles y…
Kristin: No, gracias, ya tengo a Erick y a los demás muchachos- Porter asintió.
Bette: Bueno, pues, eh, digo- Se tropezó adorablemente y la rubia no pude evitar reírse entre dientes- De todas maneras, para que sepas por si alguno de ellos se llegara a enfermar o lo que sea, tú sabes que aquí estoy para lo que se te ofrezca- Se giró para irse.
Kristin: Bette- La morena la miró por encima del hombro- Gracias.
Bette: No tienes nada que agradecer- Abrió una amplia sonrisa que iluminó el mundo de Bauer- Hasta luego- Se alejó.
Kristin: Estoy aquí para lo que se te ofrezca- Murmuró- Sí, ¿Cómo no? – Resopló- Ojalá fuera cierto- Exhaló.
Emma: ¿Tú la hiciste? – Preguntó con una sonrisa.
Regina: La lasaña es mi especialidad- Sonrió convencida.
Emma: Que rico se ve todo- Miró el platillo, el pan, el vino y la ensalada.
Regina: Lo sé, se me ve bien el trasero en este pantalón- Le guiñó el ojo.
Emma: Idiota- La tomó de la camisa y la besó.
Regina: Ya en serio, ¿Qué tal? – Señaló la comida- Quise hacer algo que me pareciera familiar, he estado probando mucha comida que no había probado antes, creo que este mes he cambiado bastante.
Emma: ¿Para bien o para mal? – Entrecerró los ojos juguetonamente.
Regina: Para bien, creo- Ladeó la cabeza de esa manera adorable que a Emma le recordaba a un tierno cachorrito.
Emma: Definitivamente- Le dio otro beso y llevaron la comida a la mesa.
Regina: Emma, ¿Qué harías si te dijera que ya no quiero seguir viviendo en esta casa?
Emma: ¿Por qué?
Regina: Esta casa me duele, Graham y yo la rentamos en cuanto pudimos ganar algo de dinero, fue nuestra primera casa y la hicimos nuestro hogar- La rubia le sonrió empáticamente- Pero si lo logramos, fue gracias a Graham, él siempre conseguía lo que se proponía- Sonrió- Bueno, mi salario como estríper también ayudó un poco- Se rio entre dientes.
Emma: Gracias a Dios no tienes que encuerarte nunca más, excepto para mí, por supuesto- Se rieron.
Regina: ¿Sabes? Me siento muy pendeja por haber perdido el tiempo en fiestas, en sexo sin sentido con mujeres que ni siquiera llegué a conocer bien.
Emma: Estás hablando como si fueras otra persona, ¿Eh? – A pesar de que no le gustaba hablar de la vida sexual de la morena antes de estar juntas, estaba orgullosa de lo mucho que había madurado su novia.
Regina: A lo mejor soy otra persona- Sirvió el vino- Cuando Bette y yo te fuimos a buscarte a Nueva york, estuvimos metidas en mi auto durante más de cuatro horas, pero, ¿Sabes qué? Creo que eso nos ayudó, siento que ese día sané muchas cosas- Se acercó a su novia- También me puse a pensar que, para seguir creciendo, creo que necesito mudarme de aquí.
Emma: Te pegó, ¿Verdad? Lo que te dije de tomar una decisión- Alzó una ceja.
Regina: La verdad, sí- Se rieron- Creo que diste justo en el clavo, por lo que también te quería preguntar una cosa- La tomó por la cintura.
Emma: ¿Y qué sería eso? – Enredó sus manos detrás de la nuca de su morena.
Regina: Emma Swan- La miró a los ojos.
Emma: ¿Qué? – Sus ojos brillaron de anticipación.
Regina: ¿Te quieres mudar conmigo? – Swan abrió esa sonrisa que la hacía querer darle el mundo- Podemos ir a donde tú quieras, un lugar que nos guste a las dos, dónde estemos cómodas, quiero prepararte de cenar todas las noches, quiero salir a caminar contigo- Su rubia ya tenía los ojos llenos de lágrimas- Y esto va a parecer muy cursi, pero podemos adoptar un perro, sacarlo a pasear.
Emma: ¿Quién eres y qué hiciste con mi morena amante de la libertad? – Preguntó con voz llorosa por la emoción- Cuando te conocí no eras así.
Regina: Estoy intentando ser mi mejor versión, y si lo estoy logrando es gracias a ti- Se le quebró la voz- Tú me ayudaste a ver que no estoy sola.
Emma: No estás sola- La sentó y se sentó a horcajadas sobre ella sin dejar de mirarla a los ojos- Yo siempre estaré contigo.
Aunque Emma también se sintió sola prácticamente toda su vida, nunca tuvo la sensación que tuvo Regina de crecer en un orfanato pesando que sus padres la habían abandonado porque no valía la pena.
Regina: Ahora tú eres mi hogar- Besó su barbilla.
Emma: Y tú eres el mío- Se fundieron en un beso apasionado.
La morena tomó a su amada y la sentó sobre la mesa, sin despegar los labios, le bajó el pantalón y acarició sus muslos.
Regina: Eres tan hermosa- Lentamente abrió cada botón de la blusa de Swan y esta le sacó la playera y ambas agradecieron no traer sujetador.
Mills se bajó el pantalón con todo y bóxer y sacó la tanga de Swan, sus cuerpos se frotaron sin barreras mientras sus labios se devoraban dejando sus manos recorrerse mutuamente.
Cuando la morena entró en la rubia, los gemidos de ambas fueron tragados por sus bocas de una manera erótica.
Emma: La lasaña va a enfriarse- Susurró disfrutando de las embestidas de su morena.
Regina: Podemos calentarla, por ahora, no hay nada más caliente y delicioso que tú.
August: Es perfecto, hermano- Le dijo a Killian mientras le mostraba su nuevo apartamento- De verdad me alegro por ti, es un gran paso, digo, faltan un poco de muebles, pero estoy seguro que quedará increíble.
Killian: Que manera de menospreciar esta silla- Bromeó recargándose en el mueble- También tengo un colchón en el piso.
August: Claro, señor colchón, yo sé, yo sé- Tomó un trozo de pizza de la barra- Déjame decirte una cosa, un lugar así vacío, un par de bocinas, alcohol, unas nenas para mí, un par de tipos fornidos para ti- Le palmeó el hombro- Y se arma la fiesta- Simuló pasos de baile.
Killian: Si te soy sincero- Se sentó- Yo ya no quiero conocer a nadie más
August: La verdad, yo tampoco- Exhaló y también se sentó.
Killian: ¿Y qué pasó con Tiana?
August: La verdad ya no sé- Dejó el trozo de pizza sobre la caja- Creo que está con el papá del pequeño August- Su amigo lo miró comprensivamente- ¿Y Jeff?
Killian: Al parecer ya no quiere saber nada de mí, creo, porque mañana eso puede cambiar- Sonrió- Mañana me juego la vida.
August: A ver, cuéntame- Pidió emocionado.
Jefferson: Pase- Dijo desde su cama mientras tejía.
Erick: Jeff, ¿Tendrás un momentito?
Jefferson: Oye, bro, en buena onda, no quiero escuchar problemas de nadie, ya no tengo energía para…
Erick: Ah, no, en realidad quería hablar sobre tu mamá.
Jefferson: ¿Qué pasa con mi mamá? – Dejó el tejido al lado.
Erick: ¿Qué pasa con ella y la jefa de los bomberos?
Jefferson: Nada, ese es el problema, simplemente ninguna de las dos se ha animado a dar el primer paso, y mi mamá todavía no le perdona el desplante que le hizo Bette el día de los bomberos- Vio a su hermano pensativo- ¿Por qué?
Erick: Tengo un plan.
Jefferson: ¿Qué tipo de plan? – Alzó una ceja.
Erick: Necesito que seas mi cómplice- Sonrió y Jeff lo miró con curiosidad- Le vamos a conseguir un marido online a tu mamá para que ya no esté sola.
Jefferson: Pero a mi mamá le gusta Bette, más que eso, creo que está enamorada de ella.
Erick: Tú confía en mí, ¿Le entras?
Jefferson: Ok, pero, ¿Cómo?
Kristin: No me gustan estas cosas- Refunfuñaba mientras Jefferson le retocaba el maquillaje- ¿De verdad necesitan esa foto?
Jefferson: Sí, es para darle difusión al restaurante en las redes sociales.
Erick: Y es porque te quiero mucho- La miró con ternura.
Kristin: Ay, mi amor, me alegra que me quieras mucho, yo te quiero como un hijo- Le sonrió sin entender que tenía que ver con la foto.
Erick: Y yo a ti como una segunda madre.
Jefferson: Y por eso te estoy dando una manita de gato, para que puedas lucir toda tu belleza.
Kristin: Ya, hijo- Se rio.
Jefferson: Además, vas a ser la dueña del mejor restaurante de la colonia, te tienes que ver bien.
Kristin: Ok, pero dame un besito- Hizo un puchero y su hijo se rio mientras besaba su mejilla- Yo no sé posar- Resopló.
Erick: A ver, sonríe- Pidió mientras apuntaba con la cámara de su celular y la rubia dio una sonrisa tensa- Te ves hermosa, pero imagina que quieres conquistar al mundo- Capturó varias imágenes.
Belle: ¿Ya te dije cuanto te agradezco? – Le preguntó a Neal mientras esperaban en la salida del reclusorio.
Neal: Muchas veces- Se rio.
Belle: Bueno, pues una más, gracias- Sonrió cálidamente- de verdad, si no fuera por ti, nada de esto estaría pasando.
Neal: Si en el pasado la justicia les falló, yo ya te dije que en el presente no volverá a pasar, además, también tengo algo que agradecerte, me presentaste a Milah- Se escuchó la enorme puerta metálica abrirse- Ahí está.
Belle: Mamá- Corrió a abrazar a la nerviosa mujer que se aferraba a una manta.
Neal: Señora, bienvenida a la libertad- Le estrechó la mano.
Colette: Gracias, gracias.
Belle: Eres la mujer más valiente del mundo, mamá- La miró con orgullo.
Colette: Y tú eres la mejor hija que una madre puede tener- Besó su frente.
Kristin: ¿De verdad no te quieres quedar en una habitación para ti sola? – Le preguntó a la madre de Belle mientras le entregaba unas cobijas.
Belle: No, gracias, Kris, pero yo creo que es mejor que mi mamá se quede aquí conmigo en mi habitación, al menos los primeros días.
Kristin: Claro, me imagino que después de tanto tiempo de no estar juntas tendrán mucho con que ponerse al día- Sonrió cálidamente.
Belle: Sí, tantas pláticas pendientes- Dijo emocionada- Nos va a hacer falta tiempo, ¿Verdad, mamá?
Colette: Sí- Sonrió, pero se sentía fuera de lugar.
Kristin: Bueno, voy a preparar una charola de botanas y unas bebidas para celebrar tu libertad, Colette.
Colette: Gracias, eres muy amable.
Belle: Yo tengo que salir, pero regreso súper rápido- Miró a su mamá y tomó el bolso- Tengo que ir a ayudar a un amigo que necesita un empujoncito.
Kristin: ¿Mi Jefferson? – Se rieron y Belle negó con la cabeza, porque era a otro amigo al que necesitaba ayudar.
Erick: Esta es perfecta- Mostraba la toto de Kristin en su celular.
Jefferson: Sí, se ve bien, ¿Crees que le falte un filtro?
Erick: No, así, natural, vamos a llenar la aplicación y la primera pregunta, ¿Cuántos años tiene?
Jefferson: No sé, olvídalo- Negó con la cabeza- No sé esa respuesta- Su hermano lo miró con incredulidad- Es en serio, mi mamá me hacía cambiar mi edad para que la gente no sacara la cuenta de la suya- Se rieron.
Erick: Ok, siguiente, ¿Música favorita?
Jefferson: Le gusta el jazz.
Erick: Pasatiempo favorito.
Jefferson: Pon algo así como, me gusta tener una buena conversación con una buena copa de vino al lado del mar.
Erick: Me gusta, eso va a traer muchos prospectos.
Jefferson: Y añade que no se aceptan machistas ni infieles- Exhaló- A ver si llega un candidato o candidata a la altura de mi santa madre, ojalá se le olvide su morena indecisa.
Regina y Emma estaban sentadas en la alfombra frente a la mesita de centro.
Emma: Este- Señaló la imagen de un departamento en la pantalla de la laptop.
Regina: No, solo tiene una habitación- Continuaron mirando- Este se ve bien- Señaló- Tienes dos habitaciones y un patio.
Emma: Amor, ¿Para qué quieres una de dos habitaciones si solo somos tú y yo?
Regina: Para tener una de invitados- Se encogió de hombros.
Emma: Ajá, o por si crecemos la familia- Dijo tranquilamente.
Regina: ¿Qué? – Sus ya grandes ojos marrones se agrandaron más.
Emma: ¿Qué? – Se miraron- Es una broma- Se rio- Hubieras visto tu cara.
Regina: Bueno, es que han pasado tantas cosas que- Hizo una pausa- Creo que apenas podemos con nosotras mismas- Su novia asintió.
Emma: Aunque, podría pasar- La miró esperanzada, porque estaba segura de que quería tener hijos con su morena.
Regina: Sí, supongo- Sonrió y la sonrisa de la rubia le hizo saber que era realmente importante para su novia pensar en un futuro con hijos- Si tuviera un hijo, sería contigo.
Emma: Esta también es parte de tu nueva versión.
Regina: Sí, puede ser.
Emma: Y para que conste, yo solo quiero tener a tus hijos- La morena sintió el corazón hincharse.
Regina: Mira, acércate- Pidió a pesar de que estaban bastante cerca.
Emma: ¿Para qué? – Preguntó, pero ya estaba acercándose.
Regina: Te voy a contar algo- La rubia le puso el oído y en lugar de decirle algo, comenzó a besar el lóbulo de su oreja.
Emma: ¿Qué me ibas a contar? – Preguntó con la respiración entrecortada.
Regina: Podemos ir practicando para cuando queramos hacer un bebé.
Emma: Siempre tienes las mejores ideas- La tomó del cuello y unió sus labios.
Poco a poco el ambiente se calentó y la rubia empujó a la morena sobre la alfombra.
Regina: Quiero que me montes- Dijo con voz jadeante después de que exploraron sus cuerpos con manos y boca.
Emma: Reitero, siempre tienes las mejore ideas- Se sentó a horcajadas sobre el estómago de su novia haciéndola sentir su humedad.
Belle: ¿Tiana? – Se acercó a la mujer que iba a entrar a su casa empujando una carriola.
Tiana: Sí.
Belle: Soy Belle, amiga de August, nos hemos visto un par de veces antes.
Tiana: Sí, te recuerdo- Miraba al interior con nerviosismo- ¿Le pasó algo a August? – Preguntó preocupada.
Belle: No, no, no, bueno, sí- Tiana frunció el ceño confundida- Digo, te extraña mucho, a ti y al bebé- Señaló la carriola.
Tiana: Han sido días difíciles- Apartó la mirada.
Belle: Quizás podrían ser más fáciles si lo dejaras acercarse- Sonrió.
Tiana: Lo sé, pero también lo estoy haciendo por él, no quiero causarle más problemas- Exhaló.
Belle: ¿Qué tipo de problemas? – Ahora fue ella quien frunció el ceño.
Tiana: Las cosas se pusieron difíciles cuando el papá del pequeño August se enteró de la existencia de August.
Belle: ¿Difíciles cómo? ¿Se puso celoso? ¿Es eso?
Tiana: Mira, lo mejor para todos es que August se mantenga lejos.
Belle: ¿No crees que sería mejor preguntarle a August qué opina? La verdad nunca lo había visto tan feliz, y tú y el bebé son los responsables.
Bette: El camión cisterna tiene más de 25 años de antigüedad, ya es hora de cambiarlo- Caminaba con su segundo al mando por los pasillos del cuartel- No podemos seguir así, Neal, tenemos que invertir en la estación.
Neal: Lo sé, pero no hay flujo- Abrió los brazos con abatimiento.
Bette: Por eso mismo tenemos que ser creativos.
Neal: ¿Y qué tienes en mente? ¿Otro nuevo calendario? – Se rio.
Bette: No, no, ya no quiero que mi hija salga medio desnuda y Emma me mataría si lo sugiero- Neal asintió- Tengo algo en mente, llevo un mes planeando una jugada- Sonrió.
Killian: Perdón, te están buscando afuera, Bette.
Bette: Justo a tiempo- Salió con Neal pisándoles los talones- Neal, te presento Lázaro Ferrero y John Parker, del departamento de Florida.
Neal: Mucho gusto- Estrechó la mano de ambos.
Bette: Tengo algunas semanas en contacto con ellos porque quiero unir fuerzas, dicen que una mano lava a la otra y que las dos juntas lavan la cara, ¿No?
John: Algo así- Se rio.
Bette: Quiero firmar un convenio entre nuestra estación y la de Florida, los oficiales se van a quedar un par de meses en Maine para darnos perfeccionamiento en materia de selección, más adelante mandaremos a algunos de los nuestros para que pasen un par de meses en Miami y compartan nuestros entrenamientos en terremotos y siniestros naturales.
Neal: Es una gran noticia- Miró con admiración a su jefa- Así todos nos ayudamos mutuamente.
Bette: Los bomberos no podemos funcionar como islas, estamos en un mundo globalizado, y tenemos que tender a la cooperación- Los hombres asintieron- Yo espero que este convenio sea el primero de muchos.
John: Y nosotros esperamos que el nuevo carro que les entregamos en comodato les permita actualizar su operación, todo ha sido una gran gestión de la comandante Porter, así que vayan las felicitaciones para ella.
Bette: Muchas gracias, yo solamente trato de velar por el bien de mi estación y de toda la institución- Entraron para firmar los documentos.
August: Hola- Se sorprendió al salir de la estación y ver a Tiana.
Tiana: Hola.
August: ¿Todo bien?
Tiana: Sí- Se miró las manos- Vine a verte.
August: Que gusto- Sonrió tontamente- La verdad es que yo también había querido ir a verte a tu casa, pero no sé, después de todo lo que ha pasado con el papá del pequeño August, no supe si era prudente o no.
Tiana: Lo sé, tenemos una conversación pendiente, ¿Tienes tiempo?
August: El que necesites.
Kristin: ¿En qué les puedo ayudar? – Preguntó al abrir la puerta y ver a dos hombres, uno en traje con un ramo de flores y otro en pantalón de vestir, camisa y unos chocolates en las manos.
Hombre 1: Busco a Kristin- Sonrió.
Kristin: Aquí está frente a tus ojos- Alzó una ceja y se giró hacia el otro hombre- ¿Y tú a quien buscas?
Hombre 2: Yo también te busco a ti.
Kristin: ¿A mí? – Se puso las manos en las caderas- ¿Para qué?
Hombre 2: Bueno, por lo de la cita.
Kristin: ¿Cuál cita? – Ya no le estaba gustando.
Hombre 1: Creo que hay una confusión- Bauer lo miró- Porque la cita la tienes conmigo, y déjame decirte, eres mucho más atractiva en persona.
Hombre 2: En eso estoy de acuerdo, la foto no te hace justicia- Le mostró la pantalla de su celular.
Kristin: ¿Me permiten un segundito? – Ambos asintieron y entró a la casa- ¡Jeff, Erick! – Gritó, esos chicos la iban a escuchar.
Emma: Sí estás consciente del paso que estamos dando, ¿Verdad? – Le preguntó a su novia mientras entraban a la sala de descanso de la estación.
Regina: Nunca había estado más consciente de algo en mi vida- Dejó el plato en la mesa y la rubia hizo lo mismo.
Emma: ¡Me encantas! – Tomó su rostro y la besó- ¿Sabes que me gustaste desde que te conocí?
Regina: No es cierto- Se rio y la tomó de la cintura.
Emma: Te lo juro, solo que me dio mucho miedo.
Regina: ¿Qué te dio miedo?
Emma: Que fueras una mujer a la que solo le gusta la fiesta y jugar con las chicas.
Regina: Y de alguna manera lo era, ¿No? – Alzó una ceja y la rubia asintió- Pero eso ha cambiado- Ahora fue ella quien tomó el rostro de la rubia- No puedo creer que estés conmigo, de verdad.
Emma: Y no me voy a ir- Le guiñó un ojo.
Regina: Más te vale- Le regresó el guiño y la besó.
Emma: ¿Quieres que sigamos buscando casa? – Se sentaron en el piso frente a la mesita que tenía la computadora.
Regina: Sí, no hay que quedarnos con la primera opción, hay que encontrar la casa perfecta- Swan estuvo de acuerdo.
Emma: Aunque nada es perfecto.
Regina: Yo creo que tú sí eres perfecta- La miró profundamente y la rubia se enamoró un poco más si eso era posible.
Neal: No puedo creer que no me hayas dicho que tenías planes con la estación de Florida- No fue un reproche.
Bette: No te dije nada porque ellos podrían arrepentirse en el último momento, no quería ilusionarte ni a ti ni a los demás- Entraron a su oficina.
Neal: Pero eso es maravilloso, podemos hacer muchas mejoras, incluido lo de la cisterna.
Bette: Por supuesto, hay que actualizarse, tanto en el equipo de trabajo como en el personal.
Neal: ¿Cuándo vas a hacer el anuncio oficial?
Bette: Cuando sea el mejor momento, por cierto, es muy probable que haya que viajar a Florida para finiquitar algunos detalles, me gustaría que tú te hicieras cargo de todo, Neal- El hombre abrió mucho los ojos- Te lo has ganado- Sonrió cálidamente.
Neal: Muchas gracias, Bette- Le estrechó la mano y la miró a los ojos- Te prometo que esta vez no voy a defraudar al cuartel.
Tiana: Al pequeños August lo dejé con mi mamá- Le informó una vez que se sentaron en la banca de un parque- Es bueno que aprenda que no tiene que estar todo el tiempo conmigo.
August: Supongo que eso es lo que diría una buena mamá- Sonrió.
Tiana: No sé si soy una buena mamá, lo que sí, es que mi hijo me cambió la vida, antes de que él llegara lo veía todo negro.
August: ¿Y por qué? – Preguntó con interés.
Tiana: Naveen llegó en esa etapa de mi vida en la que yo no me quería ni a mí misma.
August: ¿Y si te sentías así por qué no dejas de verlo?
Tiana: No dejo de verlo porque es lo único que tiene mi hijo.
August: ¿Y yo? ¿Qué soy?
Tiana: Mira, Naveen tiene derechos, él es su papá.
August: Yo sé.
Tiana: Y no puedo cortarlo así nada más, él tiene problemas- Desvió la mirada.
August: ¿Qué tipo de problemas? – No le estaba gustando a donde iba esto.
Tiana: Pues, no se controla, siempre toma muy malas decisiones, no sabe lo que quiere.
August: ¿Y le vas a dar una nueva oportunidad a él o te gustaría empezar una historia diferente?
Tiana: August, perdón, pero es muy complicado, Naveen es un tipo que…
August: Tiana, te esperé todo este tiempo, y se siente como si te hubiera esperado toda mi vida- Sonrieron- Y ya sé que suena super chafa, pero es la verdad.
Tiana: Déjame hablar con Naveen, ¿Sí? Es complicado porque- Exhaló- Es que tú no lo conoces, uno nunca sabe como va a reaccionar, dame tiempo.
August: El tiempo que necesites- Le acarició la mejilla- Aquí voy a estar, lo último que quiero es causarte un problema- Ambos se acercaron hasta que sus labios se juntaron de manera tranquila.
Belle: Hola- Entró apresurada a la cocina.
Jefferson: Hola, ¿Todo bien? – Preguntó al notarla algo extraña.
Belle: Vine a pedir tu ayuda.
Jefferson: ¿Qué pasó? – Dio un sorbo a su café.
Belle: Es que, mira, no te vayas a enojar, pero puede que haya tomado tu bici prestada- Sonrió con nerviosismo- Y puede que se le haya ponchado una llanta- Puso cara de cachorro.
Jefferson: A ver- Dejó la taza- ¿Tomaste mi bici sin permiso, la rompiste y encima quieres que te ayude a repararla? – Alzó una ceja- ¿No quieres también que te prepare un cafecito? – Deslizó su taza hacia ella- O mejor aún, tómate el mío.
Belle: Tranquilo, solo necesito que la cheques y me digas si en verdad se ponchó la llanta o si nada más se le salió el aire, es todo- Se encogió de hombros.
Jefferson: Ok- Resopló. ¿Dónde está?
Belle: La dejé afuera.
Jefferson: ¿Dejaste mi bici sola afuera? – De inmediato corrió a la salida- Se la pueden robar, sabes que esa bici me la compré con mi primer sueldo- Refunfuñaba con la chica detrás de él que solo rodaba los ojos- ¿Ves? Se la robaron- Se pasó las manos por la cara con desesperación al no verla- ¿Es la policía? – Preguntó cuando escuchó sirena.
Belle: No, los bomberos- Sonrió y Jeff salió a la banqueta.
La mandíbula de Jefferson cayó al ver al mejor camión con Killian en la parte superior en su traje de gala de bombero, Jones bajó ágilmente y se paró frente a él.
Killian: Puedes salir corriendo si quieres, me lo merezco- Todos comenzaron a salir- Pero si no me atrevo a decirte esto, nunca voy a saber que es lo que piensas, y creo que al fin descubrí de que se trata la vida, tenías razón, hay que arriesgarse, y es chistoso porque yo me dedico todos los días a arriesgar el pellejo, pero lo que realmente me importa, en lo que realmente vale la pena, ahí estaba siendo un cobarde.
Jefferson: Kill- Sus ojos estaban llenos de agua.
Killian: Y por eso hoy salto al vacío, porque vales toda la pena- Puso una rodilla en el suelo y sacó una caja de su chaqueta- Jefferson, ¿Te quieres casar conmigo?
Jefferson: ¿Tú qué crees? – Se arrodilló frente a él.
Killian: No lo sé, dímelo tú- Sonrió sabiendo la respuesta.
Jefferson: Sí, sí quiero- Jones deslizó el anillo en el dedo anular de su ahora prometido- Contigo hasta el fin del mundo, Kill- Se levantaron y se besaron.
Los aplausos de los presentes no se hicieron esperar, incluidos algunos vecinos y gente que pasaba, pero la más emocionada era Kristin.
Anna vio todo de lejos y una lágrima rodó por su mejilla, pero sonrió, porque había entendido que Killian no era para ella y que quería que su amigo fuera feliz.
Emma y Regina caminaban entre risas por los pasillos del cuartel.
Emma: Eres una idiota- Le dio un codazo en las costillas cuando la morena le susurró algo sucio al oído.
Regina: Te encanta- La rubia iba a refutar en broma porque mentiría si dijera que no le encantaba ese lado de su morena, pero su celular timbró.
Habló por un momento y la morena frunció el ceño ante el rostro descompuesto de su novia.
Emma: Era la policía.
Regina: ¿Qué pasó?
Emma: Encontraron a mi papá, muerto- La morena de inmediato la estrechó en sus brazos.
Regina: Amor, todo va a estar bien- Permanecieron así por un largo rato sin que ninguna de las dos se atreviera a verbalizar la tranquilidad que les daba la inesperada noticia.
Continuará…
Chapter 38: La casa perfecta
Chapter Text
Emma reconoció las pertenencias de David en la morgue, Regina estuvo a su lado todo el tiempo, entendió que, aunque ese hombre no era el verdadero padre de su novia y era un ser despreciable, fue el único que Emma conoció, la única familia que había tenido, y por mucho que su rubia estaba resentida con el hombre, una parte de ella siempre lo amaría.
Eudora: Yo creí que Naveen se iba a quedar aquí, yo le creí- Sollozaba en la sala ante su hija en pánico y un August preocupado.
Tiana: Mamá, ya, basta de recriminaciones, ¿Sí? Ahorita lo importante es encontrar a mi bebé.
August: A ver, ustedes conocen al tipo, necesito que piensen a dónde pudo haber ido.
Tiana: No creo que muy lejos, no es muy inteligente.
August: Ok, voy a necesitar que me des su dirección y su número de teléfono.
Tiana: ¿Por qué? ¿Qué vas a hacer? – El bombero solo la miró- August, por favor, ten mucho cuidado, Naveen puede ser un tipo muy peligroso.
August: Sí, pero sé lo que hago, por favor confía en mí- Besó su frente y salió.
Zelena: ¿Cómo estás? – Besó los labios de su amada- ¿Cómo va Robin?
Ruby: Dormido todo el pinche día y sin querer comer- Dejó el plato intacto en la mesa- Pero así tenga que obligarlo, voy a hacer que ese cabrón se alimente- Comenzó a sollozar.
Zelena: Oye, tranquila, mi vida- La abrazó- Tenemos que tener paciencia.
Ruby: Lo sé, pero me duele verlo así.
Zelena: Te entiendo, bebé, a mí también me duele, pero tenemos que ser fuertes o si no, todo esto se va a ir al carajo.
Ruby: Es que todo se va a ir al carajo, Zee, reconócelo- Salió de los brazos de le pelirroja y la miró- Atrévete a decirme que te vas a ir, que me vas a dejar sola.
Zelena: Nunca, te amo, Rubs, no sé que más hacer para demostrártelo, parece que he hecho un pésimo trabajo- Sintió los ojos arder.
Ruby: No es eso, pero…
Zelena: Crees que me voy a ir y te voy dejar sola con Robin – Habló con voz tranquila, pero había incredulidad en su postura- Por eso has estado así de agresiva conmigo.
Ruby: Sé que te vas a ir, Zelena- Tomó los platos y los llevó al fregadero- Tú no naciste para esto.
Zelena: Pero si tú fuiste la que dijo que no cabíamos en esta casa.
Ruby: Pues en esta casa no, pero, podemos seguir buscando otro espacio donde podamos estar todos juntos, a menos que pienses que Margot necesita un hogar más normal- Sus ojos estaban llenos de lágrimas no derramadas y Zelena se rio suavemente.
Zelena: Oye- Tomó las mejillas de su novia- Este es mi hogar, ¿Ok? Y nos amamos, y no hay nada más normal que el amor- Capturó sus labios en un beso apasionado.
Ruby: Perdóname por ser una pendeja- La abrazó- Eres lo más hermoso y honesto que he tenido en toda mi vida y no quiero perderte, ni por mis miedos, ni por mis inseguridades, ni por el pinche accidente de Robin.
Zelena: Tú eres lo mejor que me ha pasado, y estoy segura que mi hija va a crecer rodeada de amor- Dijo mirándola a los ojos.
Ruby: Y nuestro hijo también- Los ojos de la pelirroja se abrieron cómicamente- Sí, es un niño, Zee- Ambas sintieron las lágrimas deslizarse.
Zelena: Nuestro hijo- Repitió con una sonrisa tonta.
Ruby: Sí, nuestro, y espero que en algún momento pueda llamar a Margot mi hija.
Zelena: Ella te adora, estoy segura que llegaremos ahí- Se abrazaron nuevamente.
Ruby: ¿Qué tal si vamos a la habitación? – Preguntó sugerentemente- Mami quiere comerse a su nena caliente y traviesa.
Zelena: Extraño eso- Se fueron a la habitación.
Papá de Naveen: ¿A dónde llevarás a mi nieto? – Preguntó en la puerta principal de la casa.
Naveen: Ni idea, pero lejos de Tiana y de ese pinche bombero que se cree su papá- Gruñó- Préstame tu carro.
Papá de Naveen: No, te las vas a tener que arreglar solo.
Naveen: ¡Dame las pinches llaves! – Ladró y el bebé comenzó a quejarse.
Papá de Naveen: Bien- Se las dio de mala gana.
Naveen acostó al bebé en el asiento trasero y este comenzó a llorar, Naveen ignoró el llanto, así como no se dio cuenta que August lo seguía, pero los gritos del bebé se volvieron difíciles de ignorar después de un par de minutos.
Naveen: Ya, pinche escuincle, ¡Cállate! – Se metió al tráfico.
August: Puta madre- Murmuró siguiendo al ex de la mujer de la que estaba enamorado.
Naveen: Me lleva la chingada- Gruñó al darse cuenta que lo seguían.
La persecución duró algunos kilómetros hasta que Naveen entró en una callejuela y August le cerró el paso, se bajó y corrió hacia el asiento trasero donde el bebé lloraba.
August: Tranquilo campeón- Abrió la puerta.
Naveen: Aléjate de mi hijo- Se bajó y apuntó a August con un arma.
August: Naveen- Levantó las manos- La policía ya viene en camino, no seas pendejo, no te conviene.
Naveen: Aléjate del niño- Siseó.
August: No chingues, ni siquiera te importa, ve como lo traes, cabrón.
Naveen: Yo sé lo que hago, soy su papá, tú no me vas a enseñar nada, el bebé es mío- Se acercó.
August: Está bien, está bien- Necesitaba ganar tiempo.
Naveen: ¿Qué te traes con mi mujer? ¿Te gusta Tiana? ¿Te la estás cogiendo?
August: No me la estoy cogiendo, estoy enamorado de ella- Confesó y las sirenas de la policía se escucharon.
Poco después, Naveen fue arrestado y August le entregó el bebé a Tiana.
Tiana: Pareciera que siempre me salvas cuando estoy perdida y no sé a dónde ir- Le dijo al bombero acariciando el cabello de su hijo.
August: Acostúmbrate, porque así va a ser siempre- Acarició la barbilla de la joven madre- Aquí voy a estar para ti y para el pequeño August- El bebé gorgoteó- Sí, para ti también, campeón- Puso su meñique en la mano del bebé que de inmediato lo apretó.
Tiana: Quiero decirte algo que no he podido decirte en todo este tiempo- El bombero le dio toda su atención- Te amo- Sollozó- Te amo, August, estoy muy enamorada de ti- Apenas terminó la frese, August capturó sus labios en un tierno beso.
August: Y yo te amo a ti.
Jefferson: ¿Se puede ser más feliz? – Preguntó abrazado al cuello de su novio mientras veía a su familia hablar animadamente- No lo creo.
Killian: Tú y yo viviendo juntos, sí lo creo.
Jefferson: No puedo esperar- Lo tomó de las mejillas- Te amo- Se fundieron en un beso.
Killian: Y yo a ti.
August: Oigan- Llamó la atención de la pareja abrazado a la cintura de Tiana- Convivan tantito.
Jefferson: Ok- Se acercaron.
Kristin: ¿Están felices? – Ambos asintieron con una sonrisa- ¿Qué pasa? – Preguntó cuando vio que todos miraban hacia la entrada y se giró.
Jefferson: Hola- Le sonrió aprensivamente a la recién llegada.
Anna: Felicidades- Sonrió.
Jefferson: ¿Es de verdad? ¿O traes un cuchillo detrás de la espalda? – Ambos se rieron y se acercó a la chica con su prometido a su lado.
Anna: De verdad, les deseo lo mejor a los dos- La pareja vio la sinceridad en sus ojos y sonrieron- Me gané una beca y me voy a estudiar canto a París- Informó emocionada.
Killian y Jefferson: ¿De verdad? – Ambos sabían que era uno de los sueños de la joven.
Anna: Sí.
Jefferson: Cariño- Abrió los brazos y Anna no dudó- Te lo mereces muchísimo, eres la mejor cantante que he conocido, en serio- Estaba realmente feliz por su amiga.
Anna: Gracias.
Killian: Me alegro mucho, Anna, eres una mujer muy talentosa- También la abrazó.
Kristin: No sabes el gusto que me da que cumplas tu sueño, mi amor- Fue su turno de abrazarla- Esto merece una ronda de tequila- Exclamó sin soltar la mano de la joven.
Liam: Vinimos corriendo en cuanto Anna nos avisó- Entró con su bebé en brazos y su esposa a un lado.
Jasmine: Nuestro hijo no podía dejar de venir a felicitar a sus tíos por su compromiso- Killian sonrió con ojos llorosos.
Killian: ¿Puedo? – Señaló al bebé y su hermano lo puso en sus brazos.
Jasmine: Cuñado, te ves muy bien con un bebé en brazos- Dijo abrazada a su esposo.
Jefferson: Opino lo mismo- Killian se rio con nerviosismo, pero no cerrado a la idea.
Liam: Bueno, Jefferson, bienvenido a la familia.
Jefferson: Gracias- Se abrazaron.
Bette: Hola- Entró con una sonrisa tímida.
Killian: Bette- Saludó con un abrazo y Bauer de inmediato se giró al escuchar el nombre.
Belle: ¿Ya viste quién llegó? – Le preguntó a Kristin con una sonrisa.
Kristin: Que bueno que venga a felicitar a los novios y después siga su camino- Dio un trago a su tequila- Ahora nos vemos- Se fue a la cocina.
Zelena: ¿Le vas a poner color? – Preguntó amorosamente a su hija que hacía la tarea.
Margot: Sí, quiero tener una buena calificación.
Zelena: Mi amor, si te esfuerzas y obtienes algo que te guste, eso será lo más importante, una buena calificación podría ser un extra- La niña asintió
Margot: Me gusta el rojo- Su mamá le besó la cabeza.
Robin entró en la silla de ruedas y tiró una de las sillas del comedor en su camino al refrigerador.
Zelena: Déjame ayudarte con…
Robin: No- Cerró el refrigerador de un portazo después de sacar un jugo.
Ruby: ¿No quieres un té? – Preguntó detrás del desayunador.
Robin: Dije que no- Tomó una manzana- ¿Ven? Es tan difícil agarrar una pinche manzana- Gruñó y salió, pero en el siguiente cuarto, las ruedas de la silla se atoraron en la alfombra y cayó de bruces.
Zelena: ¡Robin! – Corrió con Ruby detrás de ella- ¿Estás bien? – Se agachó a ayudarlo.
Robin: ¡No necesito ayuda! – Ladró en el suelo.
Ruby: Robin, ya- Estaba perdiendo la paciencia con el hombre- No te puedes quedar ahí tirado, carajo.
Zelena: Robin, déjanos ayudarte- Quiso tocarlo.
Robin: ¡CON UN DEMONIO! ¡QUE ME DEJEN EN PAZ DE UNA PUTA VEZ! ¡MIERDA! – Se arrepintió cundo vio a Margot paralizada en la puerta.
Ruby: Hey- Se acercó a la niña- ¿Qué tal si te cuento algunas ideas que se me ocurrieron para tu proyecto escolar? – La guio suavemente de regreso y Zelena le acercó la silla a Robin antes de seguir a su novia y su hija.
Robin: Soy un pendejo- Lloró por varios minutos.
Bette: Me alegra mucho que Killian y Jeff hayan decidido casarse- Se acercó con una sonrisa a Kristin que había intentado evitarla.
Kristin: Sí, son muy valientes, no como otras personas que pasan por el mundo sin querer comprometerse con nada, con permiso- Se fue con los demás.
Bette: ¿Qué tengo que hacer para que me des una oportunidad? – Murmuró desanimada.
Jefferson: Quisiera algo que invite a la diversión, pero sin perder su formalidad- Explicaba su idea.
Belle: No quieres nada- Rodó los ojos juguetonamente.
Jefferson: Belle, amiga- La abrazó de lado- Es mi boda, lo quiero todo y más, ¿Ok? – Su amiga asintió- Chicas, sí me van a ayudar, ¿Verdad? – Todas asintieron- Genial, porque no acepto un no por respuesta.
Anna: Claro, tonto- Belle miró a su madre servir bebidas y la siguió a la cocina.
Belle: Mamá, ven a platicar con nosotros.
Colette: Estoy bien aquí- Se sentía fuera de lugar.
Belle: Yo quiero que disfrutes, no que te pongas a servir y a ordenar.
Colette: Nada más voy a lavar estos vasos y ya, no es…
Kristin: No, por favor- Entró- Deja esa charola, tú eres una de nuestras invitadas de honor- Dijo amablemente- Mejor, tómate un tequila conmigo- Le quitó la charola y la dejó en la barra.
Erick: Kris, te buscan- Apareció con un hombre apuesto a su lado.
Kristin: No, yo no estoy esperando a nadie.
Hombre: ¿Cómo de que no? Dijiste que me esperabas para nuestra cita, Kristin Mallory- Sonrió galantemente y Bauer miró a su hijastro.
Erick: Debe haber escrito antes de que elimináramos la aplicación- La miró disculpándose.
Kristin: Mira, me va a disculpar, caballero- Se acercó al hombre- Yo creo que a usted le hicieron una broma, porque yo de citas, nada, en primer lugar- Levantó el pulgar- En segundo lugar- Levantó el dedo índice- Kristin Mallory solamente me decía mi madre que en paz descanse, y, en tercer lugar- Levantó el dedo medio- Estamos en una fiesta familiar, así que le voy a pedir que- Señaló la salida- Erick.
Erick: Yo lo acompaño- Lo guio a la puerta.
Bauer giró la cabeza y vio a Bette que sonreía discretamente, poco después volvió a encontrarse con su hijastro.
Kristin: Erick, espero que…
Erick: Ya borré tu cuenta, te lo juro.
Kristin: Entonces, ¿Ya no van a venir hombres de dudosa reputación a la casa?
Erick: No, al menos no por la aplicación- Aseguró.
Kristin: Que bueno- Exhaló aliviada y vio a Colette con una charola con copas de vino- No seas obstinada- Regañó.
Colette: Tranquilla, Kris, puedo hacerlo.
Kristin: Estoy segura de eso, pero yo quiero que te diviertas, que convivas, que estés en la fiesta- Tomó la charola y la puso en la mesa- Ándale, tómate una copita conmigo- Le entregó una y tomó otra- Si te vuelvo a ver con una charola, me voy a enojar en serio- La mujer sonrió tímidamente.
Erick: Hágale caso, no quiere ver a Kris enojada- Fingió miedo y la rubia rodó los ojos.
Colette: Iré a buscar a mi hija- Se alejó.
Kristin: Ayúdame con esto- Le dijo a su hijastro señalando las copas vacías- Cariño, por lo menos me hubieras elegido a una mujer en esa aplicación- Se rieron y Erick fue a la cocina.
Bette iba a acercarse a hablar con Bauer ahora que estaba sola, pero recibió una llamada que la hizo irse de inmediato al cuartel.
Neal: No pensé que fuera a funcionar la idea del camión- Conversaba con Belle, se habían hecho buenos amigos a pesar de la diferencia de edad.
Belle: Fue una gran idea, la verdad.
Neal: El camión no es para eso, es una excepción, así que ni se te ocurra querer hacer algo parecido cuando regrese Ariel- La joven sonrió, pero no llegó a sus ojos, el anhelo por su pelirroja se estaba volviendo cada vez más insoportable.
Colette: Cariño- Se acercó- Yo ya me voy a dormir, estoy muy cansada.
Belle: Está bien, mamá.
Colette: Buenas noches, Neal.
Neal: Que descanse, señora- Le sonrió amablemente y la mujer se fue- Dale tiempo- Sugirió a Belle al ver su mirada seguir a su madre.
Belle: Todo el que necesite- Exhaló.
Bette entró a toda prisa a la estación y encontró a Emma y Regina en donde estaban los camiones.
Bette: ¿Qué pasa? ¿Por qué tanto misterio?
Regina: David está muerto- Bette la miró con confusión- Encontraron su cuerpo calcinado debajo de un puente, por eso estábamos desaparecidas, estábamos entre la morgue y la delegación con los policías
Bette: Cuerpo calcinado- Se frotó el mentón- No me lo creo- Emma frunció el ceño- ¿Qué explicación les dieron? ¿Fue un atentado, un ajuste de cuentas?
Regina: No lo sabemos bien, solo sabemos que está muerto.
Emma: Bette tienes razón, mi papá está vivo, lo presiento- Sus lágrimas comenzaron a brotar nuevamente y Regina la abrazó de lado- Además, él alguna vez me dijo que iba a matar a David igual que mató a James, mi papá está vivo y está muy cerca den nosotros- Su cuerpo tembló y la morena hizo movimientos circulares en su espalda.
Regina: No voy a dejar que se acerque a ti, yo voy a cuidarte, mi rubia.
Emma: No lo entiendes, tengo miedo de que te haga daño a ti, yo no podría vivir sin ti, Regina, eso sería peor que morir- Sollozó.
Regina: Tranquila, soy una mujer bombero fuerte y ruda, ¿Recuerdas? – Emma se rio entre lágrimas.
Bette: Además, ahora me tienen a mí, yo cuidaré de ustedes por lo que me queda de vida- Presionó suavemente un hombro de cada una.
Regina: Gracias, mamá- Le sonrió.
Belle: ¿Cómo te sientes? – Le preguntó a su madre que estaba sentada en la cama, la mujer mayor se encogió de hombros- ¿Te acuerdas cuando era pequeña y me metía en tu cama cuando sentía miedo? – Se quitó los zapatos y se sentó en posición india frente a la mujer- Me contabas siempre el mismo cuento, el de la niña que, junto con su mamá, cruzaban por el mundo sin que nada ni nadie pudiera detenerlas.
Colette: Y nos dormíamos abrazadas- Sonrió con nostalgia- Estar justas me quitaba el miedo a mí- Confesó.
Belle: Deja que te cuide- Puso su mano sobre la de si mamá- Yo ya no tengo miedo- Se sonrieron- Una niña y su mamá empacaron su ropa, sus cepillos de dientes y sus pijamas en una bolsa azul.
Colette: Cerraron la puerta de su casa- Se recostó- Y se fueron a recorrer el mundo.
Belle: Y cuando sentían hambre- Se recostó a su lado- La mamá sacaba de la bolsa frutos y pasteles, y si tenían frío, de la bolsa salían mantas de colores.
Colette: Porque la bolsa azul…
Belle: Era una bolsa mágica- Vio a su madre sonreír perezosamente y cerrar los ojos- En donde se guardaban los sueños.
Emma se sentó agitada mientras intentaba salir del sueño en el que se encontraba, intentó levantarse del frío suelo, pero sus pies atados y sus muñecas encadenadas se lo impidieron.
Emma: ¿Qué estás haciendo, papá? – Preguntó con miedo al verlo verter gasolina sobre el escritorio y le suelo.
David: Terminar con todo esto- Continuó con su tarea.
Emma: ¡Sácame de aquí! ¡Sácame! ¡No quiero morir! – Gritó y le dolió la garganta- ¡No me quiero morir, papá, sácame de aquí! – Lloró.
David: Si no hay David, tampoco hay Emma, tú eres mi hija- Vertió lo último alrededor de la rubia.
Emma: ¡Tú no eres mi papá! – Gruñó.
David: Tienes razón- Sacó un encendedor- Yo no soy tu padre- Lo prendió- Soy otro- Lo lanzó.
Emma: ¡No! – Se despertó sudando y temblando.
Regina: Amor- Se sentó adormilada, pero de inmediato logró estar lúcida cuando vio el rostro aterrorizado de su novia- ¿Qué pasó? – Le acarició la mejilla.
Emma: Mi papá.
Regina: Oye, tranquila- La tomó con ternura de ambos lados de la cara- Solo fue un mal sueño, ¿Ok? Aquí estoy contigo, mi vida- La rubia sollozó y se aferró a la morena- Tranquila, mi amor- Besó su frente y la respiración de la rubia se comenzó a regularizar- Ven- Se acostó y recostó a la rubia sobre su pecho- No voy a dejar que nada te pase, yo te voy a cuidar el sueño a partir de ahora, todas las noches si es necesario, mi amor.
Erick: Bienvenidos- Recibía junto con Kristin a los comensales.
Jefferson: Oye, Erick- Se acercó emocionado- Me acaban de hablar unos amigos de la universidad, que vienes todos para acá.
Erick: Estupendo, tendremos casa llena en el primer día.
Kristin: Este sería un excelente inicio- Besó la mejilla de Erick.
Jefferson: Bueno, ya, que me voy a poner celoso- Hizo un puchero.
Kristin: Tú eres mi bebé- Le apretó las mejillas.
Jefferson: Creo que llegaron más personas- Bauer miró a la puerta y vio a Bette entrar- Mamá, compórtate como la diva que eres- Tomó a su hermano del brazo y fueron a ayudar a Belle a la cocina.
Bette: Si la comida es tan buena como el lugar, aquí ya tienes una cliente fiel- Se acercó con una sonrisa.
Kristin: No sé, compruébalo tú misma- Sonrió formalmente.
Bette: ¿Habrá una mesa disponible para esta bombera hambrienta? – Preguntó coquetamente con las manos en los bolsillos de su pantalón de vestir.
Kristin: De hecho, hay algunas, así que decídete, aunque sé que te cuesta trabajo- Forzó una sonrisa.
Bette: Quiero esa- Señaló con seguridad la mesa más cercana.
Agente de ventas: Bueno, de este lado está la sala- Les mostraba la casa a Emma y Regina que la seguían de la mano- Como pueden ver es muy luminosa.
Regina: Me encanta, ya imaginé una pantalla plana justo ahí- Señaló y Emma asintió con una sonrisa.
Agente de ventas: Y por acá tenemos esta vista a un jardín precioso.
Regina: Amor, ¿Ya viste el jardín? – Parecía niña con juguete nuevo y Emma estaba encantada con las reacciones de su morena- Podemos invitar a todo el cuartel aquí.
Emma: Invitaremos a quien quieras, mi corazón- Besó sus labios suavemente.
Regina: ¿Y las habitaciones? – Soltó la mano de su novia y siguió a la vendedora- Amor- Regresó al ver que no la seguía- ¿Qué pasó? ¿Estás bien? – Preguntó al verla paralizada mirando la puerta.
Emma: Sí- Parpadeó repetidamente, había visto a su padre y sabía que era una mala pasada de su mente.
Agente de ventas: Por acá por favor- La siguieron- Esta es la habitación principal, ideal para un matrimonio joven como ustedes- La pareja se rio.
Emma: No estamos casadas, somo novias- Recargó la cabeza en el hombro de su morena.
Agente de ventas: Bueno, pues es ideal para pensar en ampliar la familia- Sugirió amablemente y Emma se tensó mirando la puerta- ¿Hay algo que no te agrada? – Le preguntó a la inmóvil rubia.
Regina: ¿Amor?
Emma: No, no, está bien, la casa es muy bonita- Tragó saliva- ¿Tú que piensas? – Miró a su novia.
Regina: Que es perfecta- Le sonrió dulcemente y la rubia intentó corresponderle- Es justo lo que estábamos buscando- Le dijo a la vendedora.
Agente de ventas: Excelente- Se alejó un poco por si querían mirar algo en particular.
Regina: ¿Segura que estás bien? – Preguntó con preocupación a su rubia.
Emma: Sí.
Belle: Ve a la mesa tres y ofréceles la bebida de cortesía, por favor- Le pidió al mesero mientras cocinaba.
Erick: Oye, sigue llegando gente, esto es un éxito- Estaba muy contento.
Belle: Ni me digas, que me estoy poniendo muy nerviosa y siento que no me daré abasto aquí en la cocina.
Erick: ¿En qué te ayudo?
Belle: Ayuda al mesero, por favor- Erick de inmediato se fue a hacerlo.
Kristin: Belle, quieren conocer a la chef- Entró con una enorme sonrisa.
Belle: ¿Ahora? – Realmente estaba ocupada.
Kristin: Sí, que nunca han probado un mole tan delicioso.
Jefferson: Nunca había corrido tanto desde que me atrapaste fumando y me perseguiste con una chancla, ¿Te acuerdas?
Kristin: Ni me los recuerdes- Resopló- Chicos, vamos a necesitar más manos.
Belle: Pero ya somos todos- Se empezaba a estresar.
Kristin: No todos, tal vez sea bueno para tu mamá tener un empleo.
Belle: ¿De verdad? – Preguntó con ojos llorosos y Bauer asintió- Gracias, Kris.
Kristin: Le diré ahora mismo o nos volveremos locos- Fue a hablar con la mujer que aceptó llena de agradecimiento.
Kristin pasó por la mesa donde estaba Bette y su alegría desapareció al ver a una mujer sentarse con ella.
Ruby: Bette- Saludó.
Bette: Hola Ruby- Le sonrió y Bauer regresó a la cocina.
Ruby: Zel y yo ya no sabemos muy bien qué hacer con Robin.
Bette: Todos hemos resentido muchísimo la ausencia de Robin, es uno de nuestros mejores elementos- Sonrió- No te preocupes, tengo algo en mente que seguramente lo va a hacer sentirse mejor.
Ruby: ¿Qué cosa? – Preguntó entusiasmada.
Bette: Déjalo en mis manos- Tomó las manos de la fotógrafa sin ninguna doble intención- Es lo menos que el heroico cuerpo de bomberos puede hacer por él- Escucharon que alguien se aclaraba la garganta.
Kristin: Disculpen- Vio a Bette soltar las manos de la joven- Aquí está el flan y traje dos cucharas para compartir.
Ruby: No, muchísimas gracias, de hecho, yo ya me voy- Se puso de pie- Bette, muchas gracias, de verdad- Presionó su mano.
Bette: Gracia a ti- Le sonrió y se puso de pie.
Ruby: Con permiso- Se fue.
Bette: ¿Quieres compartir el postre conmigo? – Señaló el flan.
Kristin: No, no se vaya a enojar tus novias- Forzó una risa y Bette se rio y se sentó.
Bette: Vaya, novias, en plural- Le parecía lindo que la rubia pareciera celosa.
Kristin: Bueno, yo solo te conocí a una que es bombero, Emma, pero ya me queda claro que a ti la monogamia no se te da.
Bette: Mira, la que se acaba de ir es Ruby, la novia de Zelena y de Robin- Bauer abrió mucho los ojos- Bueno, creo que ya es solo de Zelena, en fin, eso no importa- No estaba segura de cómo iba la relación entre los tres- Y Emma es la novia de mi hija Regina, es decir, sí son novias, pero de otras personas.
Kristin: Pues sí- Se rio avergonzada
Bette: Yo soy soltera, por ahora- Sonrió y señaló la silla.
Kristin: Mira, ya somos dos- Se sentó- Yo también sigo soltera, por ahora- Le guiñó un ojo y tomó una cuchara.
Bette: Se ve delicioso- Tomó la otra cuchara.
Walsh: Voy a extrañar a mi hija- Dijo derrotado en el sofá cuando Zelena terminó de empacar las cosas de Margot.
Zelena: Las puertas de mi casa siempre van a estar abiertas para ti- Se sentó en la mesita frente al hombre.
Walsh: ¿Después de todo lo que te hice? – Preguntó sorprendido.
Zelena: No creo en eso de negarle a un padre la posibilidad de ver a su hija.
Walsh: ¿Por qué haces esto?
Zelena: Porque esto no es una venganza, Walsh, Margot no tiene por qué pagar por los problemas que hay entre nosotros- Se puso de pie- Regreso mañana por el resto de las cosas.
Walsh: Eres una gran persona.
Zelena: No te voy a tratar de la misma manera que tú me trataste- El hombre agachó la cabeza- Soy madre, solo es eso, e independientemente de tus cuestionables decisiones, sé que amas a Margot.
Walsh: Ella es lo único bueno que hay en mi vida, solo Margot podría ayudarme a ser mejor persona.
Zelena: Entonces no la pierdas- Sonrió amablemente y tomó las maletas.
Erick: Belle, te buscan.
Belle: Ahorita no puedo- Preparaba platos con manos rápidas.
Erick: Es que están insistiendo que tienen que conocer a la chef.
Belle: Bien- Termino los platos y los puso en una charola que se llevó el mesero- Erick, tienes que entender que no puedo estar saliendo a saludar a todos, ¿Ok?
Ariel: ¿Ni siquiera a mí? – Se acercó saliendo de entre los comensales y los ojos de Belle se llenaron de lágrimas- Porque si la chef está muy ocupada, me puedo buscar otro restaurante- Fingió esnobismo.
Belle: Mi amor- La estrechó en sus brazos y la besó con toda la ternura y anhelo que había en su interior- ¿Cuándo llegaste? – Se secó las lágrimas.
Ariel: ¿Qué creías? ¿Qué me iba a perder la inauguración de tu sueño? Pues no- Le acomodó un mechón de cabello que había salido de la gorra de chef
Belle: ¿Y hasta cuando te quedas? – La amaba tanto que, aun teniéndola ahí, ya le dolía la separación.
Ariel: Pues- Miró a su mamá que sonrió- Convencí a mi mamá y nos vamos a venir a vivir a Maine.
Belle: ¿De verdad? – Su rostro era pura felicidad.
Ariel: Ya no podía estar lejos de ti, mi dulce novia- Se fundieron en un beso.
Belle: Te amo- Acarició su rostro.
Ariel: Y yo te amo a ti- Hubo aplausos.
Belle: Ven, vamos a que te sientes- La llevó a la mesa con Úrsula- Les preparé mi especialidad- Besó nuevamente los labios de su novia y aunque no quería separase de ella, regresó a la cocina, con el corazón lleno de felicidad por saber que no se separaría más de su amada.
August: ¿Quién escogió esto? – Preguntó con fastidio mirando un programa de tortugas en la televisión de la sala de descanso, Bette levantó lentamente la mano mientras lo miraba sin expresión- Perdón, gran elección, jefa- Sonrió nerviosamente y Bette se rio entre dientes.
Neal: August- Entró- No te vayas a emocionar, ¿Eh? – August lo miró expectante- Pero un empresario de Miami me acaba de llamar para que los bombonberos vayan e inauguren un antro.
August: No creo que sea buena idea- Se desinfló- No tenemos a Robin, no quiero que lo reemplacemos.
Neal: El empresario dijo que quiere a los originales, tú, Mills, Jones y Locksley.
August: Yo sería el más feliz, pero no sé si Robin vaya a querer.
Bette: Bueno, tendríamos que preguntarle a Robin, no seremos nosotros quienes le digamos que puede o no puede hacer.
August: De acuerdo- Asintió frenéticamente.
En el departamento de Killian, este y su prometido compartían pizza y besos en el piso del comedor.
Jefferson: ¿Esperamos a alguien? – Preguntó cuando sonó el timbre.
Killian: Que yo sepa no, voy- Dejó su trozo de pizza sobre la caja.
Jefferson: No, no, no, tranquilo, voy yo- Se levantó a abrir con una sonrisa que desapareció al ver a los papás de su prometido,
Milah: Buenas noches, ¿Podemos pasar? Creo que los cuatro tenemos que hablar.
Jefferson: Adelante- Les hizo espacio y Killian se levantó de inmediato.
Regina: Estoy agotada- Se quejó abrazando a su novia en el que sería su nuevo hogar.
Emma: Yo también, faltan muchísimas cosas por hacer- Miró alrededor las cajas apiladas y solo algunos muebles ya acomodados.
Regina: Bueno, pero creo que en dos viajes más ya traemos todo- La rubia la miró con una ceja alzada- Bueno, tal vez tres o cuatro- Sonrió de esa manera infantil que derretía a su rubia- De todos modos, Killian y August quedaron de venir mañana a ayudarnos- Se dejó caer en el sofá con la rubia a su lado.
Emma: Oye- La tomó por la parte superior de la cabeza- ¿Estás feliz aquí?
Regina: Muy feliz, creo que ya era momento de dejar la otra casa.
Emma: Te juro que va a ser para mejor- La besó apasionadamente y después de unos segundos la morena la sintió tensarse.
Regina: ¿Qué pasó? – Siguió la línea de visión hacia la puerta que daba al jardín.
Emma: Había alguien ahí- Se levantó y fue a asomarse.
Regina: Amor- La siguió- No hay nadie afuera- La tomó de las manos- Creo que estamos cansadas- La rubia asintió distraídamente- ¿Qué te parece si nos vamos a descansar y continuamos mañana?
Emma: Sí, vamos a dormir- Se pasó una mano por el pelo.
Regina: Amor, ey- Tomó su rostro con suavidad- Yo me voy a encargar de que no vuelvas a tener ninguna pesadilla- La miró con tanta convicción que la rubia asintió con una sonrisa- Quiero que seas la mujer más feliz.
Emma: Soy la mujer más feliz contigo- Enredó sus manos en la parte posterior de la cabeza de su morena.
Regina: Vamos a nuestra nueva habitación- Besó su frente- ¿Sí?
Emma: Sí- La morena la guio de la mano- Oye, amor, ¿Dónde dejaste mi mochila?
Regina: En el coche- Hizo un puchero- Iré por ella.
Emma: No, no, no, yo voy- Le dio una palmada en el trasero a su novia y salió.
Emma se quedó paralizada al ver un tambo metálico verde a un par de metros de la puerta.
David: ¿Te gusta? Es un regalo de mi parte para tu casa nueva, es lo último que van a necesitar, es ideal para el tamaño de tu novia- Sonrió.
Continuará…
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