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Caótico y deslumbrante

Summary:

La relación de Neji y Lee a través de los años desde que se presentan como alfa y omega respectivamente.

Neji lucha contra las imposiciones de su clan y sus sentimientos por Lee.

Lee prefiere ignorar sus propios sentimientos románticos y concentrarse en su propósito de ser un extraordinario shinobi e inspirar a otros omegas.

Son compañeros de equipo, rivales, amigos y, a ojos de los demás, también son pareja. Sólo falta que ellos mismos se den cuenta.

[This fic is written in Spanish, but you can read it using the site's translator]

Notes:

Resubido, ya que el capítulo fue corregido y editado por Hikaneret Kyasarin. ¡Muchas gracias por corregir todos los errores ortográficos y de redacción!

Por favor no ignores las etiquetas. Si la temática de la historia no es de tu agrado, no leeas.
*
La historia comienza luego de que Naruto haya empezado su viaje de entrenamiento con Jiraiya. Sin embargo, habrá mención de recuerdos de años anteriores.

Chapter Text

Neji fue el primero de su equipo y de los genin en presentar su subgénero: alfa. A nadie de su clan pareció sorprenderle que se presentara como alfa, lo esperaban, por lo que no hubo mucho alboroto al respecto. En su equipo, tampoco pareció ser sorpresa, sin embargo, ahí sí causó una pequeña rabieta por parte de uno de sus compañeros.

Neji se había reunido de nuevo con su equipo tan sólo un día después de que terminara su presentación. Luego de haber pasado cuatro días en confinamiento entre fiebre, dolor muscular y con todos sus sentidos demasiado sensibles. Lo que más quería era volver a la normalidad lo más pronto posible, lejos de su habitación que ahora concentraba un denso aroma de alfa por todos los días que estuvo ahí encerrado, cediendo a la parte más primitiva y animal de su biología.

Necesitaba aire fresco y volver a sentirse centrado. No tenían una misión prevista, pero estarían entrenando y eso le ayudaría bastante. Incluso, las extenuantes prácticas de Gai parecían la mejor opción para relajarlo. No fue extraño que su sensei lo recibiera emocionado, dándole una sonrisa desde que lo visualizó a lo lejos; los demás ya estaban esperándole.

—¡Aquí viene nuestro joven alfa! —Gai gritó, alzando un puño en celebración—. ¡El fuego de la juventud explotará con más intensidad a partir de ahora para ti, Neji! ¡Estoy tan orgulloso!

—Bienvenido de vuelta, Neji —le dijo Tenten, sonriéndole amablemente—. Felicidades por tu presentación.

—Sí — apenas murmuró, resignado a escuchar más charla emotiva de parte de Gai, quien no había dejado de exclamar lo orgulloso que estaba de él y cómo esperaba verlo más lleno de poder juvenil y toda esa clase de cosas que normalmente dice.

En su clan también le habían felicitado, sólo que no con tanta emoción como su sensei. Se suponía que la presentación del subgénero todavía era importante y significativa para muchas personas. El hecho de haber dejado la niñez y alcanzar la madurez era muy esperada por varios, particularmente, por los shinobi que esperaban presentarse como alfa y sacarle provecho a las ventajas biológicas que eso les daba como mayor musculatura y fuerza. Y aunque Neji también había esperado su presentación con anticipación, no desbordaba de felicidad por ello, tal vez porque siempre supo que se presentaría como alfa.  Se sentía más tranquilo, feliz y tranquilo porque el malestar físico hubiese pasado, pero ansioso porque a partir de ahora dejarían de considerarlo un niño.

Pese a que Gai continuaba con sus gritos de euforia, Neji se dio cuenta de que había más silencio de lo que había esperado. Rápidamente, notó qué era lo faltaba: Lee estaba en silencio, sin hacerle segunda a las exclamaciones de su sensei como normalmente lo hacía. Eso le provocó curiosidad, así que le miró con su expresión en blanco, solo para encontrar que Lee simplemente estaba ahí mirándole de vuelta con los labios en un mohín, las cejas fruncidas y los puños apretados. ¿Por qué parecía tan molesto?

La escena también tomó la atención de Gai y Tenten, que guardaron silencio y miraron con extrañeza a Lee.

—Lee, ¿qué te sucede? —preguntó Gai —. ¿Por qué no felicitas a tu camarada por haber alcanzado la madurez como un fuerte alfa?

De ser posible, Lee apretó más los labios en ese mohín que, si Neji se permitiera ser más expresivo, le haría reír, por cómo se veía el otro, casi parecía un bebé llorón.

—¡Porque no es justo! —Lee finalmente explotó, haciendo una rabieta —. ¡No puedo creer que una vez más Neji me venció!

Las cejas de Neji se alzaron levemente en asombro por aquella declaración y comportamiento de su compañero de equipo, aunque notar que Lee estaba rabiando de celos le hizo soltar un suave bufido y sonreír engreídamente. No había considerado que Lee también tomaría la presentación de subgénero como una competencia, pero viniendo de él, supuso que debió de haberlo esperarlo.

Aquello le hizo recordar que, de hecho, Lee había manifestado abiertamente que también le vencería en ello hace un par de años atrás, cuando se convirtieron en genin y en compañeros de equipo. En aquella primera reunión cuando también conocieron a Gai sensei y éste quería que hablaran de sus motivaciones para convertirse en genin.

 

—¡Quiero demostrar que también soy un espléndido ninja! ¡Aun sin tener ningún ninjutsu ni genjutsu! —Lee había exclamado con tanta determinación y Neji había bufado divertido. En aquel entonces aquellas declaraciones le parecieron de lo más absurdas, pero Lee no se dejó intimidar e inmediatamente lo enfrentó con la misma determinación —. ¿De qué te ríes? ¿Crees que estoy bromeando? ¡En serio seré un espléndido ninja usando sólo taijutsu y nada más!

—Sin ninjutsu o genjutsu difícilmente puedes llamarte “ninja” —Neji le había respondido con una sonrisa engreía en el rostro, ya que creía firmemente en lo que le estaba diciendo a Lee. Sin embargo, las escasas habilidades en ese entonces de Lee no eran lo único por lo que Neji consideraba ridículo su sueño de convertirse en shinobi y se lo hizo saber con sus palabras directas y crueles, típicas de él —. ¿Recuerdas en la academia cuando te dijeron que serías la primera persona en graduarse que sólo usaba taijutsu? No lo dijeron porque fuera algo impresionante, sólo fue por ser algo inusual. Además, el lugar de un omega no es ser un shinobi, mucho menos ser espléndido en taijutsu, ya que requerirías de una fuerza bestial que jamás tendrás.

Lugo de su declaración, Lee se había tensado, claramente, se molestó más con él, pero a Neji no podría importarle menos.

—¡Aún no he presentado mi subgénero! ¿Quién dice que me presentaré como omega? —Lee le respondió con la misma fuerza de antes. Neji rodó los ojos, todavía un poco divertido por la actitud ridícula del otro. Era cierto, ninguno de ellos había prestado su subgénero aún, eran demasiado jóvenes, pero la perspicacia de Neji le decía que Lee terminaría siendo omega, lo que acentuaba la tragedia para el chico —. Y sí así lo fuera, ¡entonces me convertiría en el shinobi omega más fuerte del mundo!

Neji casi quiso soltarse a reír por las estupideces que manifestaba Lee.

—No seas ridículo — le había dicho con el mismo tono seguro y engreído de antes —. El destino de un omega no es convertirse en shinobi, no importa cuánto se esfuerce. Deberías estar en una academia que te enseñe cómo ser un ama de casa correcta en lugar de perder tu tiempo intentando inútilmente convertirte en un ninja respetable.

Eso sin duda ofendió a Lee, quién ahogó un gritó furioso mientras apretaba su puño con fuerza. Incluso Tenten y Gai se mostraron sorprendidos por las cosas abiertamente discriminatorias y sexistas que Neji acababa de decir. Bueno, el clan Hyūga no sólo era conocido por sus extraordinarias habilidades e increíble Kekkei Genkai, sino también por ser un clan muy conservador. Sin embargo, Gai se mantuvo tranquilo para que las tensiones no crecieran y entonces dijo lo que inspiró aún más a Lee.

—Escuchen bien —su sensei había interferido—. Con la pasión requerida y una sana competencia entre ustedes, todos serán grandiosos ninjas. No importa si no tienen habilidades de ninjutsu o genjutsu, tampoco importa el subgénero. Sin embargo, deben trabajar muy duro.

La sonrisa de Lee volvió al escuchar aquellas palabras, pero la de Neji se borró, haciéndolo fruncir el ceño con molestia. No podía creer que su sensei, quien se supone debiera ser un respetable jōnin le estuviera dando falsas esperanzas a Lee.

—¡Trabajaré duro, Gai sensei! —manifestó Lee, quien luego se volvió hacia Neji una vez más—. Algún día te venceré, incluso seré el primero de nosotros en presentarme, te lo aseguro.

 

Así que, de ahí venía la actual frustración de Lee al saber que, después de todo, él no fue el primero de ellos en presentarse, sino que fue Neji.

Realmente, a Neji no le gustaba mucho recordar aquellos días, se avergonzaba tanto de su pasada actitud y creencias como de las cosas hirientes que le dijo a Lee. Preferiría dejarlo atrás, tal vez por eso no relacionó la molestia de Lee con aquél recuerdo de inmediato, como cuando lo vio con sentimientos encontrados al enterarse de que Naruto lo había vencido antes de que él siquiera hubiese tenido la oportunidad. Naruto, otro chico escandaloso que no se da por vencido, con claras características omega también, y que, por lo mismo, recibió la misma clase de sermón por parte de Neji. Las palabras de Naruto en su enfrentamiento y la paliza que le dio ahora las agradecía bastante; gracias a ello, fue capaz de reconsiderar muchas ideas bajo una nueva luz que, anteriormente, había ignorado; reconoció el esfuerzo de Lee, lo mucho que ha crecido como shinobi y que, no importa omega o no, su destino no está escrito en base a ello.

Sin embargo, seguía siendo algo divertido presenciar las rabietas de Lee por cosas tan superfluas, por una competición sin sustento e infantil.

Propio de él, su sensei intervino como siempre para calmar la tensión, dándole un par de palmaditas en el hombro a Lee.

—Lee, deberías de estar contento por Neji, se ha convertido en un joven maduro y saludable que alcanzó la presentación sin complicaciones —Gai habló —. Dime, ¿acaso no te alegra verlo sano reintegrándose al equipo?

Con un puchero en los labios, pero siempre haciéndole caso a su sensei, Lee se acercó hasta Neji para decirle:

—Felicidades, Neji, estoy feliz por ti.

—Ya llegará tu momento, Lee, así que no te frustres por ello — le dijo Neji.

No sabía de dónde había salido el impulso de calmar aunque fuera un poco la frustración de Lee, pero le dijo aquello para tranquilizarlo y funcionó. Lee volvió a sonreírle con honestidad para, en seguida, proceder a hacerle un montón de preguntas.

—Entonces, ¿cómo fue? ¿Qué sentiste? ¿Duele mucho? ¿En verdad es cómo nos lo enseñaban en la academia? ¿Qué sucedió en todos esos días?

—No hablaré de eso contigo —Neji quiso tajar la charla.

No entendía bien el por qué, pero se sentía incómodo hablando con Lee al respecto de ese tema. Todo en la presentación fue incómodo, doloroso y ciertamente vergonzoso. No le daría ningún detalle.

—Pero Neji —Lee insistió —, me serviría mucho si me cuentas tu experiencia para conocer lo que me espera si también me presento como alfa

Cuando dijo eso último, tanto Neji como Tenten intercambiaron una rápida mirada. Al parecer, el joven Hyūga no era el único en pensar que era poco probable que Lee se presentara como alfa.

Había ciertas características físicas que podían ir delatando el subgénero de las personas incluso antes de la presentación, sobre todo en omegas, ya que los cambios físicos eran más notorios: las caderas se iban ensanchando, los muslos eran más gruesos y la complexión era más suave y delicada sin importar lo mucho que entrenaran físicamente, como lo era en su caso como shinobi.

Lee entrenaba muy duro, sin embargo, su complexión no se hizo musculosa, mantenía cierta suavidad y una estructura delicada a pesar de que tenía una fuerza inmensa; además, con esas mallas verdes de entrenamiento que siempre usaba era más fácil ver que su cuerpo fue cambiando en el último año a su presentación.

Pese a que Lee era alto, Neji siempre lo vio como alguien con una figura pequeña; tenía espalda angosta, hombros huesudos y esa diminuta cintura donde llevaba sin problemas la cinta ninja porque sus cortas dimensiones, incluso, daban para rodear aquella figura. Después, los ligeros cambios vinieron: la curva de su cadera fue más notoria y sus piernas largas se vieron más gruesas. Además, su rostro se mantenía redondo y suave. Muchas cosas en Lee gritaban omega. Por lo que Neji dudó desde el principio que éste se presentara como alfa, pero nunca lo volvió a mencionar después de su charla en su primer día como genin.

—Vamos, Lee, deja en paz a Neji con tantas preguntas —Tenten intervino, sabiendo bien que Neji no estaba muy cómodo con el interrogatorio—. Todo lo que sucede en la presentación lo hemos aprendido en la academia. No me digas que lo olvidaste.

—¡Por supuesto que no lo he olvidado! Es indispensable conocer lo que pasará para prepararnos para ese momento y así sobrellevarlo.

—Exacto, entonces puedes entender por qué Neji no quiere habar de esos detalles, ¿verdad?

Tenten abrió más los párpados, mirando a Lee con advertencia. Al otro pareció tomarle un par de segundos más comprender exactamente a qué se refería su compañera de quipo y, cuando lo hizo, él también abrió los párpados y los labios. Neji sólo quería que entendieran que esa charla también estaba resultando incómoda.

Si bien la presentación no era lo mismo que el primer periodo de celo en el cual todo se ponía más salvaje y asqueroso porque domina el instinto más primitivo de reproducirse, es en la presentación donde las características más animales y físicas del subgénero se revelaban. Los sentidos se agudizaban, destacando el olfato; las feromonas se manifestaban, las glándulas de olor aparecían; y, sí, los genitales también mostraban sus cambios adaptándose finalmente a su subgénero. Así que no, Neji no quería que ese par indagara en cómo había sucedido ni cómo había sentido cuando en la base de su pene se presentó el nudo, dejándole en claro que sería alfa.

—¡Cierto! Me disculpo —le dijo Lee cuando lo comprendió, luciendo avergonzado.

—No te deprimas, Lee —Gai habló, alzando un pulgar con determinación—. Apuesto a que tú serás el siguiente en presentarte.

*****

No lo fue.

Un par de meses después de su presentación, la siguiente fue Tenten, no Lee, lo que lo llevó a desesperarse.

—¡No es justo! —Lee volvía a quejarse infantilmente—. No creí que sería el último de nosotros en presentarse.

Estaban ellos solos en un campo de entrenamiento. Gai sensei estaba en una misión y Tenten, seguramente, estaba sufriendo de sofocos, dolor muscular, nauseas, mareos, y todo el horror que conllevaba la presentación. Así que los dejaba a ellos dos.

Sin un equipo para asignarles misión, Lee lo había invitado a entrenar y Neji aceptó. Su relación sólo seguía mejorando desde los exámenes chūnin y, cada vez más, Neji disfrutaba pasar el rato con él, aunque a veces le costara admitirlo en voz alta. Lee le agradaba y se arrepentía de todas las cosas malas que le dijo en el pasado. Afortunadamente, Lee tiene el corazón más bello del mundo porque lo perdonó por todo y se hicieron más cercanos que nunca. “Amigos”, le gustaba decir a Lee, también “rivales”.

Neji sólo sabía que le gustaba pasar tiempo con Lee, le gustaba su entusiasmo, sus sonrisas, cómo se esforzaba y lo daba todo en cada batalla; a veces, sonreía sin darse cuenta por lo bien que se sentía estar al lado de Lee, también,  su corazón latía más rápido cuando estaban demasiado cerca el uno del otro. Estaba seguro que esas cosas no eran muy de amigos, tampoco de rivales, pero prefería no pensar en ello.

—No es una competencia, Lee —le dijo con tranquilidad. Ambos habían pausado el entrenamiento para un descanso, tumbados en el césped—. Ahora mismo Tenten la ha de estar pasando difícil. Deberíamos de mandarle buenos deseos y esperar que supere esto con buena salud. No te quejes.

—Oh, tienes razón. Lo siento —Lee pareció apenado — ¿Te dolió mucho, Neji? —y ahí iban de nuevo las preguntas.

—Fue incómodo —decidió responder.

—¿Crees que Tenten también sea alfa?

—Puede ser.

—¿Qué hay de mí? ¿Por qué no me dices cuál crees que va a ser mi subgénero? —Lee insistió.

—Porque ya llegará tu turno de saberlo a tu tiempo.

Hubo un momento de silencio. Neji estaba mirando al cielo, pero sabía que Lee estaba mirándolo fijamente ahora.

—Neji, ¿y si me presentara como omega? —la voz de Lee vaciló. El Hyūga no se esperaba aquella pregunta—. ¿Eso te incomodaría?

—¡Claro que no me incomodaría! —respondió de inmediato, incluso, volteando para mirar a Lee a los ojos. No se ofendió por la duda de Lee; después de todo, en el conjunto de creencias antiguas y duras que Neji había adoptado de su clan, y de las cuáles hace no mucho había comenzado a cuestionar y desprenderse de ellas, estaba la creencia de que los omegas estaban mejor en la casa, fueran recatados y puestos para ser madres o padres para dedicarse únicamente a su familia, en lugar de estar aspirando ser ninjas u otra cosa. De hecho, eso mismo se lo había expresado a Lee cuando recién fueron genin, por lo que tomaría la duda de Lee como completamente válida—. ¿A ti no te gustaría ser omega?

Sería una tragedia que Lee deseara no ser omega con la alta posibilidad que hay de que lo sea. De sólo pensar que sería devastador para su amigo presentarse como tal, Neji sintió un nudo en la garganta.

—¡No me importaría ser omega! —afortunadamente Lee respondió con una amplia sonrisa que iluminaba todo su rostro—. Si me presento como omega, no cambiará nada en mí. Continuaré siendo ninja, seguiré entrenando, yendo a misiones. Me convertiré en chūnin y luego en  jōnin. ¡Seré el ninja omega más fuerte y tal vez inspire a otros omegas a seguir su sueño de ser ninjas!

Neji volvió a sentir ese vuelco en su corazón, podía sentir como sus labios se estiraban en una sonrisa y sus mejillas tomaban algo de calor, todo por ver a Lee hablar con tanta determinación, sonriente y con los ojos brillantes. Era... deslumbrante.

Las palmas de las manos le comenzaron a sudar al saber que pensaba así de Lee, que éste le hacía sentir tales cosas. No era un idiota, sabía lo que podía significar. ¿Acaso Lee le gustaba de ese modo? No sólo del modo amistoso o de camaradas de equipo, ¿sino… que pudiera haber un interés de tomarlo como pareja?

La revelación le cayó como un balde de agua fría, pero se obligó a mantener la compostura. Si huía en ese momento, Lee pudiera tomarlo como un rechazo a la posibilidad de que fuera omega y no quería dejar esa impresión en la persona en la cual tenía interés.

—Definitivamente serías una inspiración —Neji le dijo con solemnidad y Lee sonrió de nuevo como si tuviera el mismo sol en la cara, tan brillante y cálido.

—¿Y si soy un alfa?

—No quiero ni imaginarlo, si así eres tan competitivo, ambos como alfas sacaría tu lado mucho más competitivo. Al menos Tenten como alfa sería más tranquila que tú.

—Eres un buen alfa, Neji —Lee le dijo de pronto—. Es decir, llevas poco tiempo de haberte presentado, pero puedo apostar a que cuando seas mayor serás un excelente alfa. Eres inteligente, tranquilo, fuerte y muy atractivo. ¡Y hueles bien!

No lo creía posible, pero Neji realmente sintió que su cerebro hizo un corto circuito. Olvidaba que frecuentemente Lee no tenía filtro para hablar, lo que significaba que había dicho todas esas cosas con sinceridad, ¿cierto? Lee no es un mentiroso. Lee honestamente pensaba que Neji es atractivo. Más importante que eso, pensaba que huele bien.

—Espera —un poco aturdido, Neji habló —. ¿Tú… puedes olerme?

—Pues sí, yo-… —Le había comenzado a explicar, pero pareció darse cuenta también de lo que eso implicaba, así que ladeó su cabeza y fue abriendo más sus párpados con sorpresa.

Técnicamente no estaban en servicio, así que Neji no había tomado los bloqueadores de olor por esos días. Sería normal que su cuerpo fuera adaptándose a estar de nuevo sin los bloqueadores, pero incluso su efecto desaparecía gradualmente. En ese momento, sería un aroma leve, poco perceptible a menos que alguien estuviera lo suficientemente cerca. Lee está cerca, sin embargo, se supone que no sería capaz de olerlo. Los betas y las personas que aún no se han presentado no son capaces de distinguir los aromas de los omegas y alfas.

Que Lee pudiera olerlo sólo podría significar que…

—Hueles muy bien, Neji —Lee repitió, acercando su rostro al cuello de Neji, poniéndole nervioso de inmediato.

—¡Lee! ¡No hagas eso! —Neji se levantó del césped de un brinco, sintiendo su rostro caliente y un hormigueo agradable en la piel de su cuello donde Lee había inhalado profundamente.

—Lo siento, es que me sorprende que pueda olerte. Antes no había podido —también se puso de pie y ambos se quedaron mirando por otro momento, confundidos.

Los ojos pálidos miraron con escrutinio a Lee. Parecía estar bien, sin embargo, todo esto era raro. Tal vez Lee sólo le estaba tomando el pelo.

—¿A qué huelo? —Neji le desafió a responder, porque no habría forma de que Lee pudiera olerlo.

Debió de habérselo esperado, aun así le tomó por sorpresa que Lee volviese a acercarse a su cuello, demasiado cerca de su glándula de olor. Eso sin duda le puso nervioso, pero no lo alejó. La piel se le erizó cuando volvió a sentir la inhalación profunda que Lee dio. Estaban demasiado cerca uno del otro, con Lee hundiendo casi por completo su rostro en la curvatura del cuello de Neji y tal vez era por el nerviosismo y el pánico, pero en un momento Neji pudo percibir también un sutil aroma proveniente de Lee.

—Menta —Lee habló, luego de alejarse del cuello de Neji—. Es suave, pero puedo distinguirlo, menta con algo cítrico. ¿Es correcto, Neji?

Hyūga apenas asintió, todavía procesando todo lo que ocurría. Ese era su aroma, pero, ¿qué hay del otro aroma que distinguió cuando estaban demasiado cerca? ¿Pudiera haber alguien más cerca de ellos? Miró alrededor del campo, comprobando que estaban solos. Era de esperarse, en ningún momento sintió que otra persona pudiera acercarse.

—¿No te sientes mal, diferente o algo extraño? —Neji cuestionó con precaución, mirando todavía con atención al otro—. Como calor, picazón, dolor muscular, mareos.

—No, ¿por qué? —el pelinegro ladeó su cabeza, un poco confundido.

—Lee, se supone que no deberías poder olerme. Además, también pude captar un aroma diferente en ti. Eso debería suceder hasta que se presente tu subgénero. Lo que quiere decir que, tal vez, estés próximo a presentarte.

—¿En serio? —Lee agitó sus brazos con efusividad y en un signo de victoria—. ¡Finalmente!

—Deberías ir a casa pronto —Neji le advirtió—. Probablemente esta noche suceda. Necesitas estar resguardado en un lugar seguro, con personas que monitoreen tu estado de salud.

—¡Cierto! —brincó, todavía emocionado—. Gracias, Neji. Te veré en unos días —se despidió agitando su mano mientras comenzaba a correr rumbo a su hogar.

Todavía en su desconcierto, a Neji le tomó unos segundos reaccionar, y con su mente a mil por hora pensando en lo que acaba de suceder, algo le empujó a asegurarse de que Lee llegase bien a casa, aun sabiendo que no es una persona indefensa.

—¡Espera, Lee! —gritó, afortunadamente el otro le hizo caso—. Te acompañaré —le dijo de forma casual, pero incluso a su compañero de equipo le pareció curioso.

—¡Claro! —Lee aceptó—. ¡Podemos competir para ver quién llega primero!

—No. Iremos a paso normal —sentenció, comenzando a caminar a su lado. A Lee no le pareció muy divertida esa opción, pero aceptó.

*

Cuando Neji volvió a casa, se encontró con Hiashi, a quién le pareció raro verlo ahí tan pronto luego de haberlo visto partir temprano con intenciones de entrenar. Por supuesto que Hiashi conocía a Lee, el chico siempre se hacía notar de alguna forma u otra, así que estaba al tanto de lo enérgico que Rock Lee era y que, cuando Neji y Lee se proponían entrenar juntos, sería durante todo el día.

—Neji, ¿no habías ido a entrenar junto con Rock Lee? —Hiashi le cuestionó—. ¿Ocurrió algo que hizo que regresaras tan pronto?

Por lo general, Neji habría dado una respuesta corta y hubiera seguido su camino. Pero todavía estaba algo confundido, además que la relación con el líder de su clan y tío, también había mejorado un poco. Ambos habían estado construyendo una relación más fraternal, todavía con algunos tropiezos, pero al menos ya no se veían sólo en sus roles de líder del clan y un miembro de la segunda rama respectivamente. Hiashi ahora trataba estar más presente para Neji, más como un tío y no solamente como su superior en el clan. Con frecuencia entrenaban juntos y Hiashi le guiaba con algunos consejos, por lo que Neji ya no le evitaba del todo.

—Nada preocupante —informó—. Simplemente, en medio de nuestro entrenamiento, Lee comenzó a mostrar signos de su pronta presentación, por lo que le sugerí fuera a casa.

—¿Tus dos compañeros de equipo se estarán presentando al mismo tiempo? Interesante.

—Tenten debe de estar terminando de presentarse, ella inició hace tres días. Lee recién manifestó síntomas hoy, aunque dijo no sentir ningún malestar físico, ni se notaba extraño o diferente.

—Entonces, ¿cómo supieron que estaba por hacerlo?

—Pudo olerme —Neji hizo una pausa—. Y creo que yo también pude olerlo.

Hiashi alzó un poco ambas cejas.

—Eso es… inusual.

—Pensé lo mismo, por eso lo dejé en su casa.

Hiashi tarareó en respuesta, mientras lo miraba detenidamente por un momento.

—¿Y tú qué crees Rock Lee será alfa, beta u omega?

Neji frunció las cejas, confundido. No entendía a qué venía ese cuestionamiento. A menos que su tío quiera saber su opinión respecto a la posibilidad de que Lee sea omega. Habría que ser un ciego para no notar las características omega de Lee.

Probablemente, a Hiashi no le agradaría que Lee fuera omega, sentiría inapropiado que Neji estuviera en el equipo con un ninja omega, lo consideraría poco prestigioso. No podía asegurar que esa era la postura de su tío actualmente, tenía un tiempo que no lo escuchaba expresarse despectivamente de los omegas y, aunque los prejuicios han disminuido, el clan Hyūga sigue siendo conservador, mucho más en la rama principal.

—¿Por qué eso importaría? —Neji respondió con otra pregunta, quizás en un tono mordaz, pero que no inmutó al líder del clan—. Me da igual cómo se presente.

—Sólo era curiosidad —Hiashi incluso sonrió levemente, lo cual desconcertó mucho más a Neji, pues Hiashi no era muy expresivo ni tan conversador como lo estaba siendo ahora mismo—. Dijiste que pudiste olerlo, ¿no? Así que simplemente me preguntaba si ya tenías una idea de qué podría ser.

Neji miró hacia otro lado, recordando el aroma sutil pero perceptible de lavanda mezclado con jazmín. Tenía sentido que el aroma de Lee fuera intenso como su personalidad, pero sin duda era un aroma omega. Un encantador y agradable aroma, en su opinión.

—Omega —respondió, volviendo su mirada hacia Hiashi, casi desafiante a que dijera algo despectivo sobre eso. Él defendería a Lee sin dudarlo.

Hiashi sonrió, sacudiendo un poco sus hombros. Neji frunció aún más las cejas, no podía saber si ese gesto divertido era porque el líder del clan Hyūga se estaba burlando de Lee o porque le parecía divertida la actitud desafiante de Neji.

—Ya me esperaba eso, apuesto a que tú también, ¿verdad, Neji? —el mayor comentó, palmeando el hombro de Neji—. Buena suerte lidiando con ello.

Neji gruñó. Joder si gruñó, incluso vio la sorpresa en el rostro de Hiashi y él mismo se sorprendió por ello, pero no se retractaría, dijo que defendería a Lee.

—¿Qué se supone que significa eso? —Neji apretó ambos puños a sus costados—. El que Lee sea omega no cambiará nada. Es mi compañero de equipo y confío en su capacidad y fuerza para llevar a cabo las misiones. No tengo que lidiar con nada.

El mayor parpadeó sorprendido.

—No me refería a eso. Entiendo que Lee es un genin muy capaz, su desempeño en los exámenes chūnin me impresionó bastante. A lo largo de mi vida, he conocido a muy pocos shinobi omega con su determinación y valor, conozco cómo es. Lee no necesitará que lo protejas, pero el instinto es el instinto, Neji. Por eso, buena suerte lidiando con tu instinto alfa con ese omega.

Neji bufó, incrédulo.

—Mi instinto no me superará —se cruzó de brazos, escuchándose muy determinado—. Conozco a otros omegas y en ningún momento he sentido el instinto de protegerlos simplemente porque sí. Nuestro lado animal no supera a nuestro lado humano y racional. No somos salvajes.

—¿Eso crees, Neji? —Hiashi se tocó la barbilla en un gesto falso de estar pensando algo seriamente—. ¿Entonces por qué hace un momento me gruñiste cuando pensaste que estaba poniendo en duda la capacidad de Rock Lee? Si me lo preguntas, fue algo salvaje de tu parte.

—Me disculpo por eso —Neji intentó relajarse—. Pero, defendí a Lee solamente porque él no está presente en esta conversación para defenderse a sí mismo. 

—Eso pudiste hacerlo sin el gruñido amenazante, sin embargo, estabas dispuesto a atacar de ser necesario, ¿cierto? —Hiashi señaló, sin parecer molesto por la rabia del menor—. Como bien señalaste, nuestro lado humano y racional supera a nuestro instinto más animal, pero no estamos exentos de éste. No te vas a sentir atraído a todos los omegas, ni vas a querer mimarlos y protegerlos, eso es cierto. Nuestros instintos más básicos, de interés y protectores, no son dirigidos a cualquiera, sino a la persona que consideremos como una potencial pareja.

Neji quedó boquiabierto por un momento. ¿Hiashi estaba insinuando que Neji quería a Lee como pareja? ¿Acaso Neji había sido tan obvio en mostrar que estaba sintiendo por Lee una clase de afecto distinto a la amistad? ¿O simplemente era cierto que a los poseedores del byakugan no podría escapárseles ningún detalle?

—Esa implicación es absurda —prefirió negarlo, no quería discutir tales cosas con nadie de su clan, mucho menos con su tío—. Sólo porque probablemente Lee se presente como omega eso no quiere decir que automáticamente lo vea como posible pareja.

—No. Apuesto a que desde mucho antes ya lo veías así, no sólo porque ahora él sea omega. Creo que desde antes ya lo considerabas como una potencial pareja —explicó con sencillez, como si no estuviera provocando todo un caos en la cabeza del menor—. No te preocupes, Neji, afortunadamente Lee se presentó como omega y, de acuerdo con las tradiciones de nuestro clan, tú, como alfa, puedes emparejarte con él, ya que la rama secundaria no te obliga a una relación endogámica. Puedes vincularte con la persona que encuentres más conveniente incluso fuera del clan, sin embargo, debe ser un omega fértil, digno y fuerte que garantice una sólida descendencia para el clan. En mi opinión, Rock Lee bien podría cubrir con todas las especificaciones —Hiashi soltó ese último comentario y se alejó.

Apretando los puños y la mandíbula, Neji también se retiró, yendo directamente a su habitación. Nadie debería de verlo en ese estado tan… frustrado. Ni siquiera le dio tiempo de seguir negando todo lo que Hiashi dijo. Su frustración se debía a ello y a que, en realidad, todavía no podía clasificar concretamente sus sentimientos por Lee.

Nunca antes había considerado tener una pareja. Vincularse, tener un compañero e hijos no había figurado en su plan de vida. Que Hiashi lo haya mencionado como una posibilidad se sentía extraño, nuevo, y, honestamente, daba algo de miedo. Tener pareja no parecía ser lo adecuado para la vida de un shinobi. Sabe que muchos shinobi tienen pareja, también conoce a muchos otros que no la tienen. Sin duda la opción es factible, pero él jamás consideró aquello.

Ahora que pensaba en ello, ¿Lee ansiaría una pareja? Probablemente. El chico tenía bastantes ideas románticas y hace un tiempo aún continuaba suspirando por Haruno Sakura.

Sintió su pecho vibrar al retener otro gruñido de molestia. ¿La simple idea de Lee enamorado de Haruno le provocaba ese rechazo al punto de ponerlo furioso? ¿A este instinto se refería Hiashi? Neji se sintió más molesto por sentirse de esa manera y por todas las ideas desagradables que su cerebro comenzó a formar al recordar el enamoramiento de Lee por esa kunoichi. Tampoco servía de nada recordar que hace poco, mientras estaba en la Torre Hokage atendiendo a un llamado que le habían hecho, antes de entrar a la oficina de Tsunade, la escuchó hablar junto con Shizune. Ambas especulaban cuál sería el subgénero de Sakura y las dos apostaron por alfa.

En ese momento, Neji no le tomó importancia. No se cuestionó si esa charla se debía al interés porque él fue el primer genin en presentarse y entonces estaban esperando por los demás, o si fue porque la Hokage ya había notado ciertas características en Sakura para especular que la peli rosa sería alfa. Está al tanto de que Haruno actualmente es discípulo de Tsunade, lo que llevaría a suponer que la conoce bien, por lo que sus sospechas de su subgénero podrían ser acertadas.

Y si Lee efectivamente se presenta como omega y Haruno Sakura como alfa, ¿Lee volvería a enamorarse de ella? ¿Cuál es la tradición para el emparejamiento en el clan de Lee? Bajo la tutela de la Hokage, Sakura sin duda adquiriría más fuerza, más conocimiento y, si bien recuerda, Lee señaló tales características en un excelente alfa; él dijo inteligente, fuerte y atractivo. Lee ya estuvo enamorado de Haruno, por lo que seguro la encuentra atractiva. ¿Ella se convertiría en el tipo ideal de Lee? ¿Su clan animaría una unión entre ella y Lee?

Sintió un desagradable escalofrío subir por su columna de sólo pensarlo.

***

—¡Mis jóvenes alfas! ¡Estoy tan orgulloso de ustedes! —dos días después, Gai había regresado de su misión, Tenten ya pudo salir de casa y dijo estar lo suficientemente llena de energía para reanudar el entrenamiento. Aunque Gai se había ido pocas semanas, volvió como si no los hubiera visto en años, ilusionado y feliz por saber que otra de sus estudiantes también se había presentado, resultando alfa. Ahora, por todo eso, su sensei los tenía a ambos en un apretado abrazo—. ¡El fuego de la juventud irradia de ustedes!

—Cálmese, Gai sensei —Tenten habló, luchando por librarse del apretado abrazo—. No es para tanto.

—Concuerdo con Tenten —Neji habló, también intentando deshacer el agarre que el mayor tenía sobre ellos—. No es para ponerse a llorar.

Y es que, por supuesto que Gai ya derramaba lágrimas de emoción. El par de genin suspiró con resignación.

—Es conmovedor verlos crecer —Gai exclamó—. Cuando Lee termine su presentación y se incorporé de nuevo al equipo, los llevaré a todos ustedes a comer a ese restaurante de barbecue que tanto les gusta.

—Oh, eso sí suena bien —Tenten sonrió. Con esa promesa, el abrazo asfixiante valía la pena, al menos para ella.

—Como sea —murmuró Neji.

Finalmente, ambos respiraron profundamente cuando Gai los liberó del abrazó.

—Lee también estará feliz con la notica —Gai aseguró, asintiendo orgulloso—. Él esperaba con ansias a que llegara su momento de presentar su subgénero, así que no está mal un momento de celebración. ¡Pero también tendrán que ganárselo! ¡Quiero que corran cien vueltas al campo, hagan doscientas flexiones y trescientas sentadillas! ¡Y ése es sólo el calentamiento, así que dense prisa a comenzar!

—¿Ehh? Sensei, ¿no podemos empezar poco a poco? Vengo saliendo de mi presentación, mi cuerpo aún está agotado —Tenten se quejó.

—Estuviste cuatro días sin entrenar, Tenten, necesitas recuperar el tiempo perdido —Gai le dio un pulgar arriba—. Además, dijiste que estabas lista para comenzar. ¡Que el poder de la juventud explote! ¡Vamos! ¡Vamos!

—Ya voy, ya voy.

Neji comenzó a correr, discutir con Gai no tenía sentido, además, ya estaban totalmente acostumbrados al entrenamiento intenso de su sensei. Tenten sólo discutía por reflejo o algo así, porque siempre cedía y terminaba completando el entrenamiento aunque quedara más que agotada. Por lo que Neji no tardó en sentir cómo ella se unía a su trote para hacer las cien vueltas al campo.

 —Oye, Neji —Tenten le susurró al ponerse a la par de él—. ¿No crees que Gai sensei va a exagerar más en su entrenamiento sólo porque ahora somos alfas?

—No lo creo. Él siempre ha sido exagerado y reacciona así cuando piensa en recuperar el tiempo que no hemos entrenado con él.

—Creo que tienes razón —ella suspiró —. Pero espero que no sea muy duro con Lee cuando regrese.

Neji casi se detiene cuando la escuchó decir aquello, pero no quería llamar la atención de su sensei, aun así volteó a mirar a Tenten con las cejas ligeramente fruncidas.

—¿Qué quieres decir?

—La presentación en omegas es más complicada. Es lo que dicen — ella suspiró—. Seguro que a Lee le tomará unos días más reponerse por completo, pero ya sabes cómo es, probablemente se precipite en volver al entrenamiento y Gai sensei no sepa medirse y le ponga los ejercicios más pesados.

—¿Entonces tú también piensas que va a presentarse como omega? —Neji preguntó. Pese a sus sospechas Tenten no había manifestado verbalmente que pensara lo mismo respecto al posible subgénero de Lee.

—Quiero decir, ¿no es algo obvio? —ella se encogió de hombros—. Desde hace tiempo Lee ya presentaba características omega. Me sorprende que no haya sido el primero de nosotros en presentarse.

—Pese a eso, sabes bien que no va a querer un trato especial y su vena competitiva no le permitirá quedarse más días en casa de lo que nosotros estuvimos, no importa que su cuerpo esté más agotado que el de nosotros luego de la presentación — Neji reflexionó—. Probablemente, Gai también lo sabe, por eso sugiere que nos tomemos un día de celebración en cuanto Lee vuelva, así no lo reintegrará de inmediato al entrenamiento.

—Tal vez tienes razón y ese sea el plan.

*

Como lo especularon, al quinto día, Lee ya los esperaba temprano en el campo de entrenamiento. Se notaba un poco cohibido, tal vez nervioso, pero trataba de disimularlo sonriéndoles mientras los veía acercarse.

Desde una distancia Neji ya pudo olerlo, mucho más fuerte que la última ocasión en que lo había visto, claro que aquella vez apenas había sido una nota demasiado suave de lavanda y jazmín, ahora era intenso. Después de todo, no recomendaban el uso de bloqueadores de olor la primera semana luego de la presentación, así que tenía sentido que Lee estuviera con su aroma natural libremente. Neji debió de haber considerado eso con antelación y prepararse, sin embargo, el aroma le golpeó fuerte. Era, por lejos, el aroma más atractivo que había percibido.

—¡Lee, qué bueno verte! —exclamó Tenten cuando ya estuvieron cerca uno del otro—. Me alegra que hayas podido salir pronto del confinamiento.

—¡Mi joven estudiante! —Gai comenzó a llorar de emoción— ¡Ya eres todo un joven maduro ahora! ¡Qué orgulloso estoy!

—Gracias —Lee les sonrió, pero no parecía tan enérgico como siempre.

Fue tan obvio, para todos, el extraño comportamiento de Lee que Gai sensei, de inmediato, se recompuso de su efusividad y miró con preocupación a su estudiante.

—¿Qué pasa, Lee? ¿Aún no te sientes con la energía suficiente? Eres fuerte, pero la presentación es agotadora incluso para sus jóvenes cuerpos llenos de vitalidad.

—No debiste de haber salido tan pronto —Tenten también habló, con las manos en la cadera mirando con descontento a Lee—. Necesitas descansar más días. Las presentaciones omega son más difíciles.

Lee agachó un poco la cabeza, respondiendo al regaño de Tenten con culpabilidad.

—Sí, yo… —Lee murmuró—. Es cierto, me presenté como un omega. ¿No tienen problema con ello?

Los tres se sorprendieron por la pregunta. Neji no lo entendía, apenas hace cinco días Lee había estado emocionado por su presentación, gritando que no le importaría presentarse como omega porque sería el omega más fuerte. Ahora estaba aquí, cabizbajo.

—¿De qué hablas? Por supuesto que no tenemos ningún problema con ello —Gai exclamó, completamente desconcertado.

—Es que —Lee alzó de nuevo la mirada, posándola un momento en la kunoichi— Tenten también se presentó como alfa. Todos ustedes son alfa y yo no.

Cierto, Lee no había visto ni sabido del subgénero de Tenten hasta ahora. Sin embargo, eso no cambiaba las cosas y la dinámica en su equipo.

—Eso no importa, Lee —ella le dijo—. Te seguimos viendo como un igual. Estamos felices por tu presentación, no pasa nada malo porque tú no te hayas presentado como alfa, ¿cierto, Neji?

Con la mención que Tenten hizo de él, se ganó la atención de los demás. Ahora tenía los grandes ojos de Lee mirándole con atención, podía notar la vacilación en ellos. La clase de cosas que en el pasado le dijo a Lee, insinuando que sería omega, ya no las pensaba más, tenía que recordarle a Lee eso.

—También deberías de estar feliz por ti mismo —Neji finalmente habló—. Dijiste que serías el omega más fuerte e inspirarías a otros omegas de convertirse en shinobi. Seguramente, lo harás, porque tu subgénero no elimina todo tu trabajo duro. Haz logrado ser un genin respetable, Lee, ser omega no cambia eso.

Los hombros de Lee se relajaron considerablemente al escucharlo y poco a poco se notó más como el mismo de siempre.

—Gracias, yo por un momento tuve mis dudas. No debí de haber dudado de su aceptación, lo siento.

—Es entendible que hayas dudado de lo que yo pensara de tu subgénero. No te disculpes por eso — Neji intentó relajarlo.

—Yo sé que ya no piensas mal de los omegas, Neji — Lee le aseguró.

—¡Mis jóvenes y adorables estudiantes han madurado tanto! —Gai chilló, conmovido—. ¡Ahora, vayamos a celebrar que todos han alcanzado la radiante madurez!

—¿Celebrar? —Lee amplió sus párpados.

—Sí, iremos a tu restaurante favorito.

—¡Gracias, Gai sensei!

Lee volvió a gritar y ser el chico lleno de energía que normalmente es. Neji se sintió muy aliviado de verlo con normalidad. Así que emprendieron su camino hacia el restaurante, con Gai y Lee delante de Neji y Tenten.

—Neji, no mentiste con lo que le dijiste a Lee, ¿cierto? — Tenten le cuestionó en voz algo baja para no ser escuchada por el otro par que iba muy metido en su propia charla—. No te importa que sea un omega, ¿verdad?

—Por supuesto que no. ¿Por qué lo preguntas?

—Bueno, es que no le has quitado la mirada de encima ni un segundo. ¿Siquiera parpadeas? —ella enarcó una ceja.

—¿Qué? —Neji preguntó, algo desconcertado. ¿En verdad había estado haciendo eso?

—En serio, no sé si quieres hacerle un par de agujeros en el cráneo. O es que quieres darle un mordisco.

Neji paró en seco su andar. Morder a Lee. Marcar a Lee.

¿De qué hablaba Tenten? Ella le miró con curiosidad un segundo, para luego sonreír maliciosamente y echarse a reír como si hubiera descubierto algún secreto vergonzoso de Neji.

—¿Así que es eso? —ella tarareó en diversión.

—No sé de qué hablas —Neji se cruzó de brazos.

—¿De qué hablan ustedes dos? —Gai volteó a mirarlos, igual que Lee. La carcajada de Tenten debió llamarles la atención.

Neji lanzó una rápida mirada de advertencia a la kunoichi para que no se le ocurriera decir nada al respecto, pero ella sólo pareció más divertida en lugar de intimidada.

—De nada importante —Tenten sonrió y sus ojos brillaron maliciosamente—. Sólo que Neji ya tiene bastante hambre.

—El apetito de un joven alfa puede ser grande, así que apresurémonos a llegar —Gai les dio un pulgar arriba y se echó a caminar más rápido, con Lee pisándole los talones.

—Sí, el apetito alfa de Neji parece ser enorme —Tenten comentó todavía divertida, echándose a correr detrás de su sensei y de Lee cuando vio la mirada aún más furiosa de Neji sobre ella.

Chapter 2: 2

Notes:

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Chapter Text

Aún en el espacio cerrado del restaurante, aglomerado de gente con sus aromas libres y el olor de la comida, Neji continuaba percibiendo fuertemente y sin alterar el aroma de Lee.

Se estaba concentrando en no enfocarse en ello, pero casi parecía estar en piloto automático. Ni siquiera estaba respirando adecuadamente. Su respiración se volvió más superficial desde el momento en que tuvo que sentarse justo al lado de Lee cuando les dieron su mesa en el restaurante. Era abrumador lo mucho que le gustaba el aroma de su compañero de equipo.

Mientras Tenten, Lee y Gai conversaban animosamente lo que ordenarían y lo hambrientos que se encontraban, Neji sentía que había comenzado a salivar un poco más, pero bien sabía que eso tenía nada que ver con la comida. Desde que Tenten lanzó insinuaciones de darle un “mordisco” a Lee, fue como si un interruptor se hubiese encendido en Neji, mostrando a la luz que ni siquiera él se salva de lo seductora que parecía la idea de marcar a una potencial pareja. Maldito instinto tan animal, salvaje, irracional, estúpido…

—Neji —levantó la mirada cuando Gai le llamó—. ¿Estás bien? Pareces un poco enfermo.

—Sí, no has dicho nada los últimos quince minutos. Ni siquiera cuando te preguntamos qué ordenarías —Tenten frunció un poco sus cejas, mirándole con atención y una chispa de preocupación—. Parece que en cualquier momento te vas a desmayar.

Tenía la atenta mirada de los otros tres sobre de él. Miradas escrutadoras combinadas con preocupación. Tal vez era correcto y se desmayaría. Apenas y ha respirado correctamente los últimos minutos, sus pulmones clamaban por más oxígeno.

—También pareciera que vas a vomitar —opinó Lee—. Si no te apetece este restaurante bien podríamos ir a otro, ¿verdad, Gai sensei? No es necesario quedarnos aquí sólo porque es mi favorito y el de Tenten.

—¡Correcto! —Gai asintió fuertemente—. El punto de celebrar es que todos ustedes la pasen bien, no tiene sentido estar en un lugar que no te despierte el apetito, o que incluso te haga querer vomitar. ¿Qué dices, Neji? ¿A dónde sugieres que vayamos?

Les miró a los tres, en realidad comenzaban a lucir más angustiados. Incluso para hablar tendría que tomar una bocanada de aire, pero no tenía alternativa para deshacerse de esa atención exagerada que ahora mismo le estaban dando.

—Estoy bien.

—No lo parece —Tenten rápidamente le interrumpió—. Vamos, Neji, di la verdad, no queremos que en cualquier momento vomites en medio del restaurante. Eso sería aún más vergonzoso que el desastre que causó Lee cuando se emborracho accidentalmente.

—¡Fue un accidente! —Lee se disculpó enseguida por la alusión.

—Eso fue lo que le dije —Tenten rodó los ojos, pero no tardó en volver su atención a Neji.

—Estoy bien —Neji repitió, y entonces tuvo que dar otra bocanada de aire, y en consecuencia respiró más profundamente porque sus pulmones se lo exigían.

Sus fosas nasales rápidamente se ensancharon cuando el aroma de Lee se coló entre ellas. Volvió a sentir la saliva en su boca, sus colmillos picando. Era una locura lo mucho que esto le estaba afectando. Apretó la mandíbula y por reflejo llevó una de sus manos a cubrir desde su nariz hasta sus labios.

—¡Va a vomitar, Gai sensei! —Lee se alarmó—. ¡Llevémoslo rápido al baño!

—¿En qué momento te enfermaste, Neji? —Tenten también se escuchaba angustiada—. Ahora te pusiste algo ruborizado. ¿Será una infección o algo?

—¡Vamos, Neji! —Lee se incorporó un poco, tomándolo del brazo y jalándolo suavemente para llevarlo consigo—. Iremos al baño.

Neji se odió por cómo su cuerpo reaccionó ante el toque de Lee. Con su mente en pánico y terriblemente confundida por lo que el aroma de Lee le estaba provocando, su cuerpo actuó en defensa propia queriendo alejarlo ante el toque que significaría tenerlo más cerca. No podía permitirse eso con sus colmillos ansiando morder y marcar. Así que empujó la mano de Lee dejos de él.

—¡No me toques! —le dijo de forma severa, provocando la sorpresa no sólo en Lee, sino en Tenten y Gai quienes le miraron boquiabiertos, calmando por un momento el alboroto previo.

—Entendemos que te sientas mal, Neji, pero no tienes porqué ser grosero con Lee —Tenten le retó rápidamente, inclinándose sobre la mesa para estar más cerca de Neji, mirándole con advertencia.

Neji entrecerró los ojos mientras la observaba. Tenten siempre fue firme y no temía expresar lo que le disgustaba, incluso si eso tenía que ver con Neji, pero desde hace unos días que se presentó, era más desafiante y confiada. Ahora parecía no temer lanzarse a Neji por su grosería hacia Lee. Por un momento Neji se preguntó si así lo había visto Hiashi a él cuando él mismo le gruñó al querer defender a Lee. ¿A esto se refería con el instinto de querer proteger al omega? Sin embargo, Tenten no le había gruñido, ni parecía furiosa como él se sintió aquella ocasión conversando con Hiashi. Tenten simplemente estaba molesta, en desacuerdo con la forma de actuar de Neji, pero nunca la vio tan decidida a defender a Lee de sus discusiones. Tal vez sí tenía que ver con su naturaleza alfa y proteger al omega del grupo.

Una zona muy primitiva en su cerebro quiso gritarle que él mismo era quién debería de proteger al omega que quería como pareja, no la otra alfa. Afortunadamente rápidamente lo reprimió, aunque también sirvió mucho que le distrajo de esos pensamientos un aroma particular. El aroma de Lee había cambiado abruptamente, volviéndose un tanto amargo. Neji volteó a mirarle rápidamente, encontrándolo con los labios apretados en una línea recta mientras volvía a tomar su lugar sentado, pretendiendo que estaba bien. Al parecer Lee se estaba olvidando de que ahora su aroma podía delatar sus emociones.

—¡Ahora pusiste triste a Lee! ¡Discúlpate! —Tenten dio un golpe a la mesa.

—Estoy bien —Lee sacudió sus manos exageradamente negando lo dicho—. No tienes que gritarle a Neji, Tenten.

—Hueles a omega triste —ella le dijo lo obvio. Lee entonces detuvo la sacudida de sus manos, dándose cuenta de que no podía ocultarles su estado de ánimo actual, recordando que cualquiera podría olerle—. ¡Neji, discúlpate con Lee!

—No quieras darme órdenes —Neji volvió a mirarla con molestia, ambos tenían sus cejas profundamente fruncidas y, para responder a su provocación, él también golpeó la mesa con la palma de su mano.

—Oh, por el espíritu de la juventud —Gai se lamentó, escuchándose derrotado, algo no muy típico de él, lo que provocó que Lee le mirara con curiosidad—. Creo saber qué sucede. 

Esa última declaración tensó a Neji. Si su sensei se daba cuenta de todo lo que Lee estaba provocando en él y lo decía abiertamente, probablemente Neji lo negaría todo y si no le podían creer huiría de la aldea y no volvería jamás. ¡Maldición! Ahora ya estaba pensando estupideces. ¿El desastre de hormonas y feromonas le había freído el cerebro acaso?

—¿Gai sensei? —murmuró Lee con duda.

—Tal vez no fue del todo una buena idea venir con un grupo de adolescentes recién presentados a un lugar cerrado y concurrido por civiles que no suelen usar bloqueadores de olor —Gai se palmeó la frente, y luego miró a su estudiante omega que se notaba en extremo confundido mientras mantenía ese aroma amargo por estar angustiado, y después su atención fue al par de jóvenes alfas que seguían desafiándose con la mirada, llenando el espacio con sus aromas agrios de enojo—. Son demasiados aromas con los cuales lidiar para sus jóvenes organismos, ¿no es cierto? Seguro tantos aromas, sobre todo los más fuertes de tus camaradas recién presentados es lo que te abrumó y te hizo sentir enfermo, ¿verdad, Neji?

—Pero yo no me siento enfermo, Gai sensei —Lee negó rápidamente, aunque luego titubeó—. Bueno, ahora tal vez esté un poco abrumado porque Tenten y Neji huelen a alfa enojado. Son dos aromas muy fuertes y nuevos para mí, tal vez es por eso. Es un aroma muy agrio.

—Yo puedo lidiar muy bien todos los aromas que haya alrededor. No me siento abrumada para nada —Tenten respondió, con una sonrisa desafiante sin dejar de mirar a Hyūga—, ¿y tú, Neji?

—Vaya, Tenten está siendo mala —Lee hizo aquella observación en voz baja, pero Neji aún estaba a su lado, así que pudo escucharle.

—Es porque ambos son alfas jóvenes y saltan a la menor provocación —Gai explicó, pero Neji no quería darle la razón. Que lo consideraran un “alfa-bebé” con poca experiencia y que por eso vieran sus acciones defensivas como algo volátil, lo molestaba. Así que puso todo de sí para mantenerse tranquilo y no responder a la provocación de Tenten—. ¡Muy bien, escúchenme! No hay necesidad de estos desafíos alfa sin sentido. No tienen que demostrar su superioridad aquí. ¡Nuestro increíble equipo es como una pequeña manada, así que deben llevarse bien!

—Sí, sí. Lo lamento, sensei —Tenten se relajó considerablemente—. Sólo estaba defendiendo a Lee.

—Agradezco tu intención, Tenten, pero no necesito que me defiendas —Lee le dijo con firmeza—. Por favor, no me trates diferente ahora sólo porque soy omega. Puedo defenderme a mí mismo.

Tenten pareció apenada.

—Tienes razón, Lee. Sólo fue un instinto que saltó porque olí tu tristeza provocada por otro alfa del grupo —ella se rascó una mejilla, sonriendo con una leve vergüenza por reconocer que se dejó llevar por mero instinto—. No volverá a pasar. Sé perfectamente bien que puedes defenderte solo.

—Gracias — Lee asintió y también se relajó.

Todo pudo haber continuado mejor, pero Neji de inmediato sintió un tic en su nariz porque el aroma de Lee volvió a estar tranquilo, lo que lo hacía de nuevo delicioso y abrumador en un buen sentido.

Por reflejo inhaló con fuerza, como si hubiera extrañado tanto ese aroma que sólo perdió por un par de minutos durante su discusión con Tenten. Al darse cuenta de su error, una vez más cubrió rápidamente su nariz y boca con su mano.

—¿Neji? —Gai le observó extrañado, trayendo de nuevo esa preocupación por su extraña forma de comportarse en esta salida de celebración.

—¿Otra vez tienes nauseas? —Lee se acercó más, preocupado. Neji le negó con la cabeza, aunque le miró un poco angustiado por la cercanía, provocando que apretara más su mano contra su nariz y boca, no queriendo que nada del aroma de Lee se colara entre ellos. Sus acciones no pasaron desapercibidas para Lee que, de hecho se detuvo y ahora le miraba con los párpados más abiertos como si se hubiera dado cuenta de algo—. Oh, ¿es por mí? ¿Es mi aroma el que te está provocando querer vomitar?

—No —quiso explicar, pero Lee no le dio oportunidad de ello, interrumpiéndolo con una dramática disculpa llena de culpabilidad.

—¡Lo siento, Neji! —Lee gritó, tapándose con ambas manos sobre su glándula de olor, como si con ello fuera a reprimir su aroma, pero parecía muy en pánico como para comprender que hacer eso sería inútil—. No creí que mi aroma fuera a ser tan desagradable. Me dijeron que era asqueroso, pero no me imaginé que lo fuera tanto. De verdad lo siento, fue un descuido salir antes de que se me permitiera usar bloqueadores de olor, pero estaba ansioso por volver a entrenar y por verlos. ¡Discúlpenme también, Gai sensei y Tenten!

Lee hacía reverencias repetidamente ofreciendo sus disculpas, mostrándose genuinamente arrepentido. Por un momento Gai y Tenten quedaron mudos quizá por la confusión. Neji estaría igual, de no ser porque sintió la construcción de un gruñido de molestia desde el fondo de su pecho, algo que se obligó a reprimir, o al menos lo mejor que pudo, porque cuando habló, su voz sonó mucho más grave de lo común.

—¿Quién te dijo que tu aroma es asqueroso? —Neji exigió saber. No había sonado como una pregunta casual. Su rostro serio y su voz tan grave delataban que no estaba bromeando.

—Personas de mi familia —no quiso especificar quién, e hizo un ademán para restarle importancia—. Debería irme. Esta semana entrenaré solo, Gai sensei. Cuando pueda usar bloqueadores de olor me incorporaré al equipo, ¿eso está bien?

—No tienes que irte —Neji le dijo, sin darle tiempo a Gai de responder. Tomó a Lee de la muñeca para retenerle en su lugar.

—Pero, Neji, no quiero hacerte vomitar con mi olor.

—¡No me harás vomitar! No se trata de eso —Neji aclaró, y se obligó a respirar con normalidad. Tenía que aprender a lidiar con lo enloquecedor que era el aroma de Lee para él, así que más valía irse entrenando desde ahora para no causar más malentendidos—. Tu aroma no es asqueroso.

—Pero-

—Neji dice la verdad, Lee —Tenten lo apoyó—. No es desagradable para nada.

—¿Pero entonces-

—Es normal que entre la familia no se encuentren atractivos los aromas de los demás miembros, ya que, como bien saben, el aroma no es sólo es para distinguirnos entre los demás, sino que también sirve para atraer pareja. Tiene sentido que a miembros de tu familia no les resulte atractivo tu aroma en ese sentido, y viceversa. Aunque no estoy de acuerdo en la forma que te lo expresaron. Pudieron ser más amables —Gai explicó—. Por otro lado, un joven alfa como Neji puede sentirse abrumado por tu aroma omega fuerte recién presentado. Pero eso no quiere decir que le sea asqueroso.

—No me da asco —Neji dijo con mucha seguridad y, aunque le avergonzaba un poco que Gai lo haya expuesto como un joven alfa sin experiencia con aromas omega, era mejor a que diera la explicación extensa de ello.

—Ya veo —Lee murmuró, procesando lo que acaba de decirle su sensei—. Tenten, ¿a ti también te parece muy fuerte mi olor?

—No —ella negó—. Es agradable, pero no me abruma.

—¿Tal vez es porque estoy sentado junto a ti, Neji? —Lee especuló, con la mano en su barbilla mientras pensaba— ¿Estarías más cómodo si me siento a lado de Tenten?

¡No! Ver a Lee tan cerca de otra alfa que acaba de defenderlo y desafiarle a él hace apenas unos minutos no le sentaba nada bien a Neji.

—Eso no es necesario —le dijo—. Podemos conservar nuestros lugares.

—¡De acuerdo! —Gai exclamó—. Que bien que todo haya quedado resulto, ¡porque aquí viene la comida!

—¡Sí! — Lee y Tenten celebraron.

Afortunadamente todos pudieron disfrutar de la comida una vez que el ambiente entre ellos volvió a relajarse. Neji se distrajo un poco del aroma de Lee con el humo de carne asándose en la parrilla de su mesa, con los aderezos y las verduras; también disfrazó la saliva acumulada en su boca con cada bocado que daba a la comida, y pudo pensar en otra cosa con la charla fluida que Lee y Tenten mantenían. 

Después de todo, esta salida a celebrar su presentación del subgénero no había resultado en un desastre.

—¡No puedo comer más! —Tenten exclamó tiempo después.

—Yo tampoco —Lee habló—. Creo que incluso ahora comiste más que yo, Tenten, ¿cómo es eso posible?

—Bueno, ya lo dijo antes Gai sensei; el apetito de un joven alfa puede ser grande —ella explicó con diversión—. Además, sensei invita, por lo que habría que aprovechar la oportunidad.

—Afortunadamente sabiendo eso vine preparado con el dinero suficiente para pagar todo lo que sus hambrientos cuerpos fuertes en crecimiento pudieran necesitar —Gai les sonrió con orgullo.

—¡Eres el mejor, Gai sensei! —a Lee casi le brillaban los ojos.

—Gracias por la comida —habló Neji con solemnidad, sin embargo, había arrasado con la comida igual que lo hicieron los otros. Apetito de joven alfa, después de todo.

Fiel a su palabra, Gai pagó la cuenta completa, a pesar de que cuando la mesera le dijo el monto total todos hayan visto un pequeño tic en el ojo de su sensei y cómo una gota de sudor se deslizó por su frente. Ojalá Gai no decida no volver a invitarlos a algún restaurante ahora sabiendo lo mucho que podían comer. Aunque, conociendo bien a su sensei, pese a sus rutinas exhaustivas de entrenamiento y difíciles misiones, también solía compensarlos con frecuencia con invitaciones a restaurantes o a las aguas termales. Por lo que todos sonrieron y volvieron a agradecerle cuando pagó la enorme cuenta que su apetito dejó.

Al salir del restaurante, Neji creyó que Gai les diría que ahora irían a entrenar, lo que seguro esta vez sí lo haría vomitar luego de las cantidades de comida que había ingerido hace apenas un momento, pero el lugar de eso se despidió de ellos dejándoles la tarde libre.

—Debo atender otros asuntos, así que pueden hacer lo que quieran por el resto del día. Pero mañana volveremos a encontrarnos en el campo de entrenamiento a la hora de siempre. ¡Prepárense para entrenamiento intenso! —y dicho eso, se marchó.

Los tres jóvenes quedaron solos en el camino. Normalmente si Tenten o Lee no sugerían entrenar juntos, él se iría a entrenar por su cuenta al distrito Hyūga, pero tal parece que los tres estaban tan llenos de comida que no querían arriesgarse a entrenar en esas condiciones, por lo que esta vez nadie mencionó algo parecido.

—¿Quieren a la exposición de armas? —Tenten sugirió—. Dicen que están exhibidas piezas nuevas que recientemente han fabricado los artesanos y que todavía no están en el mercado.

—¡Eso suena genial! —Lee brincó con entusiasmo—. ¿Vienes, Neji?

Antes, él hubiera pasado de la invitación. No era mucho de pasar tiempo de ocio con ellos, ya que pasaban mucho tiempo juntos entre los entrenamientos y las misiones, un respiro lejos de su presencia siempre le había parecido el mejor descanso. Sin embargo, no hace mucho había reconocido su gusto por pasar tiempo con Lee, y ahora su lado alfa parecía aún más dispuesto a pasar la mayor parte del tiempo posible junto al omega. Era un impulso tonto, pero no lo iba a rechazar.

—Claro —aceptó y los tres se dispusieron a caminar, siendo guidados por Tenten.

Por supuesto que ella sería la más emocionada por ello, es especialista en armas y además su familia atiende una tienda de armas. Así que Tenten iba hablando de todo tipo de ellas, mientras especulaba qué pudiera ser lo más nuevo que los artesanos habían hecho. Lee le escuchaba con profunda atención y parecía emocionado con cada palabra que ella le decía.

Neji se encontró prestando más atención a las expresiones de Lee y a sus ruiditos de emoción que exclamaba. A veces sonreía, pero no por los chistes tontos y bromas que los otros dos decían, sino por escuchar la risa tan alegre de Lee y percibir cómo su aroma se volvía con una nota más dulce.

Inesperadamente estaba disfrutando de esta caminata por las calles soleadas y transitadas de la aldea. Pero de la misma forma inesperada, su camino tranquilo se vio interrumpido cuando unos rostros familiares se interpusieron en su camino.

—¡Oye! ¡Qué sorpresa! Hace mucho que no los veíamos.

—¡Kiba! ¡Akamaru! ¡Shino! ¡Hola! —Lee habló con su entusiasmo típico, como si en verdad le diera mucho gusto verlos. ¿O en realidad era así? Neji no era muy cercano a ellos, pero Lee se hace amigo de todos, así que su emoción pudiera ser genuina—. Es cierto, hace mucho no nos encontrábamos.

—Bueno, hemos estado ocupados —Tenten dijo, encogiéndose de hombros.

Shino, como era costumbre de él, permaneció en silencio, pero Kiba sonrió ladinamente soltando una pequeña risa, acercándose más.

—Sí, ya veo con qué han estado ocupados —sin un poco de discreción, Inuzuka se acercó hasta Neji a olfatear el aire cerca de él, por lo que le dio suave empujón, después de todo no pretendía pelear. Después el chico hizo lo mismo con Tenten, poniéndola incómoda—. Así que ya se han presentado, ¿eh? Y son dos alfas.

—¿Cómo puedes estar tan seguro de saber eso? —Tenten le dijo—. Aún no te has presentado como para poder olernos.

La sonrisa de Kiba se amplió y enarcó una ceja.

—Son un Inuzuka. Mi olfato es superior al promedio incluso antes de la presentación —explicó con altanería—. No necesito esperar a mi presentación para reconocer los aromas alfa y omega. Hablando de eso. Ustedes dos son alfas, pero huelo un aroma delicioso de omega. Lee, ¿con qué te presentaste omega?

—Eso es correcto — Lee le respondió con firmeza, incluso se mostró orgulloso de ello.

Kiba tarareo, y sin pudor alguno ahora se acercó mucho más Lee para olfatearlo directo en el cuello. Neji se tensó mucho más de lo que Lee lo hizo.

—Kiba, es de mala educación olfatear así a las personas, sobre todo a los omegas —Shino habló.

—Él tiene razón. Aléjate —Neji pidió.

—Lavanda y jazmín —Kiba anunció el aroma de Lee, como si ellos no lo conocieran ya. El muy descarado volvió a tararear mientras suspiraba—. Y acabas de estar en un restaurante de barbecue.

Kiba se relamió los labios y Neji estuvo seguro de que no lo hizo por la mención del restaurante. Ese mocoso. ¿Quién se creía?

—¡Vaya, Kiba! ¡Tu olfato es impresionante! —a veces Lee era tan ingenuo, impresionándose por las habilidades tontas de sus amigos en lugar de notar que el otro chico estaba devorándolo con el olfato y los ojos.

—Lo es —de forma presumida Inuzuka estuvo de acuerdo—. Y tengo más habilidades impresionantes que me gustaría mostrarle a un omega tan lindo como tú.

—¿En serio? ¡Eso sería genial! —¿cómo Lee podía ser tan ingenuo?

—Kiba, deja de ser desagradable —Tenten le advirtió.

—¿Eh? Pero él no ha hecho nada malo —Lee se mostró confundido—. ¿Es porque se refirió a mí como lindo? Eso sin duda es inusual.

—Eres muy lindo —Kiba aprovechó esa oportunidad, ignorando la advertencia de Tenten—. Uno de los omegas más lindos que he visto. Tu cuerpo ya está tomando la forma de todo un omega adulto y, junto con ese aroma, ¿qué puedo decir? Si en tu próximo periodo de celo no tienes un alfa con quien pasarlo, no dudes en decirme y encantado te ayudaré. Los varones Inuzuka no necesitamos esperar a la presentación, ya venimos con todas las cualidades de un alfa, si sabes a lo que me refiero. Así que podré ayudarte y complacerte cuanto necesites.

Muy bien, eso fue suficiente.

Shino apenas tuvo tiempo de reaccionar para atrapar a su compañero de equipo cuando Neji lo mandó lejos con un golpe de su brutal puño suave.

Por estar de estúpido casi babeando sobre Lee, Kiba no tuvo tiempo de bloquear ni mucho menos esquivar el golpe de Neji, aunque éste dudaba de que el Inuzuka siquiera estuviera al nivel de predecir uno de sus movimientos. No podía creer que un niño que ni siquiera se ha presentado y tan débil tuviera la osadía de creer tener oportunidad con un omega tan fuerte e impresionante como Lee. Sin duda Lee se merecía alguien mucho mejor.

—¡Neji! —Lee gritó, un poco en pánico cuando vio volar a Kiba lejos. Akamaru corrió ladrando hacia Neji, pero antes de poder atacarlo, Lee lo tomó en brazos—. Lo siento, Akamaru, Neji no lo hizo intencionalmente.

—Fue completamente intencional —Neji aclaró, haciendo que el perro volviese a ladrar y a lanzar mordidas en su dirección, pero Lee lo contuvo bien.

—¿Pero por qué lo hiciste, Neji? —las cejas de Lee se alzaron con sorpresa.

—Kiba se lo merecía, Lee —Tenten lo justificó—. Con todas las cosas desagradables e insinuaciones sucias que te estaba haciendo lo tuvo bien merecido.

—¡Pero él no lo decía en serio! Kiba sólo bromeaba —Lee trató de explicar, pero Neji y Tenten le miraron con cejas enarcadas.

—Él no bromeaba —Neji le dijo con firmeza.

—¡Sí lo hacía!

—No es así —Tenten también señaló.

—¿Por qué estás tan seguro de qué bromeaba? —Neji preguntó con fastidio, no podía creer el grado de ingenuidad de Lee—. Tenten y yo escuchamos y vimos todo. Sabemos lo que él estaba haciendo.

—¡Pero es imposible que Kiba hablara en serio! —Lee siguió defendiéndolo.

—¡Oye, tú, idiota! —Kiba se acercó de nuevo, con su expresión molesta y sosteniéndose el costado del torso donde Neji lo había golpeado—. ¿Cuál es tu problema? ¿Por qué fue eso?

—Ya lo he dicho antes —Neji miró con su expresión en blanco al otro—. Nadie que se meta con nuestro compañero de equipo se va a quedar tranquilo y a salirse con la suya. Ofende una vez más a Lee y estaré dispuesto a pelear contra ti sin contenerme.

Kiba chasqueó la lengua, y pese a su ira creciente tomó la decisión inteligente de no provocarlo más. Tomó a Akamaru de brazos de Lee y se marchó sin decir una palabra junto a Shino.

Cuando quedaron de nuevo ellos tres, con la tensión anterior todavía en el aire, Lee gritó:

—¡¿Qué fue todo eso?!

Neji cerró los párpados con pesadez y Tenten se golpeó la frente con la palma de la mano.

—No puedo creer que seas tan ingenuo —ella le dijo.

 

******

Al día siguiente, Neji se dirigió al campo de entrenamiento con mucha antelación. Se había levantado de la cama demasiado temprano debido a que no pudo dormir la noche anterior. El fantasma del aroma de Lee junto con el recuerdo del comportamiento de Kiba sobre el omega, lo tuvieron con los nervios de punta.

Por un lado estaba soñando con lo agradable y reconfortante que era el aroma de Lee, y por otro, la pesadilla lo golpeaba al pensar que Lee pudiera hacer caso a alguna de las insinuaciones de Inuzuka. Estaba al tanto de que para algunas cosas Lee era extremadamente ingenuo, pero no se hubiera imaginado que no captaría la propuesta tan indecente que Kiba le hizo. Aunque al parecer eso no es del todo correcto, Lee pareció haberlo entendido, sólo que pensó que Kiba no hablaba en serio y sólo bromeaba. La intención y propuesta de Kiba en pasar un celo con Lee fue bastante seria, Neji lo supo, Tenten igual lo captó así. Entonces, ¿Lee pudiera sólo estar defendiendo a Kiba porque lo consideraba un amigo? No podía entender la actitud de Lee ante esa situación, sólo sabía que no quería ver a Kiba cerca de Lee nunca más.

Tuvo que usar bloqueadores de olor pese a que todavía no tenían una misión prevista, pero su enojo era tan profundo que sin duda su aroma lo delataría y no quería que nadie indagara al respecto. Antes de salir de casa entrenó un poco para descargar parte de esa ira en golpes, y cuando se sintió más tranquilo fue que decidió salir.

Era demasiado temprano, iba con al menos dos horas de anticipación hacia el campo de entrenamiento, por lo que una caminata tranquila hacia ese lugar pudiera ser la mejor opción. Aun así prefirió quemar un poco de esa energía reprimida yendo a una velocidad considerable por los techos de las casas. Pocas personas ya estaban por las calles; algunos shinobi que se dirigían a sus labores, algunos comerciantes que recién abrían sus negocios, los ninja médicos que descansaban cerca del hospital.

Iba a medio camino cuando los vio. Fue fácil verles por la poca gente en esa área y por el distinguible color verde del jumpsuit de Lee y el cabello rosado de Haruno Sakura. ¿Qué estaban haciendo juntos en un lugar como ése? Los dos estaban sentados en una banca de madera a la sombra de un árbol, justo frete a una casa de té que siempre habría desde muy temprano.

Neji bien sabía que aquella misteriosa reunión que parecía con tintes de cita no debería de importarle, no tendría por qué inmiscuirse. Iba a seguir de largo, esperando encontrarse con Lee en el campo de entrenamiento y tal vez éste por sí mismo le contaría algo al respecto. Si Lee tenía una cita con Sakura, seguro que estaría demasiado feliz como para mantenerlo en secreto.

Ese pensamiento le hizo sentir algo amargo subiendo por su garganta. Apretó fuertemente los puños e intentó relajarse con el pensamiento de que al menos Haruno sería mejor para Lee que el idiota de Inuzuka Kiba. Estaría bien siempre y cuando Lee fuera feliz.

Está bien. Está bien. Está bien. Se repitió una y otra vez mientras reducía la velocidad y no quitaba su atención de aquél par. Jura que iba a continuar con su camino, pero se detuvo por completo y encontró rápidamente un lugar para permanecer escondido mientras los seguía observando cuando notó que Sakura le tendió algo a Lee. Parecía una carta. No podía escucharles, pero Sakura hablaba con una suave sonrisa mientras le entregaba aquello y Lee se sonrojó cuando lo tomó. ¿Acaso sí era una carta? ¿Sakura estuviera confesando sus sentimientos por Lee? ¿Lee fue quien la citó a ella porque se iba a declarar primero y ahora se notaba tan tímido y sonrojado porque ella le correspondía?

Igual que el día anterior, Neji sintió que  podría desmayarse.

Los vio conversar por un par de minutos más, y luego Sakura se despidió con esa misma sonrisa alegre. Esperó que Haruno se alejara, ya que Lee no se había movido de su lugar, todavía con las mejillas algo sonrosadas mientras miraba y sostenía aquella carta.

Neji sintió un apretón en el pecho, aun así salió de su escondite y se acercó a paso tranquilo hasta Lee, como si por mera coincidencia se hayan encontrado en el camino.

—¡Neji! —Lee pareció tensarse cuando lo notó, poniéndose más ruborizado pero ahora por el pánico, escondiendo rápidamente y con torpeza el trozo de papel en su bolso de instrumentos ninja—. ¿Qué haces por aquí tan temprano?

Los ojos pálidos del Hyūga le miraron con agudeza.

—Me dirigía al campo de entrenamiento.

—Pero aún faltan dos horas para reunirnos con los demás. ¿Te citaron para una misión?

—No.

—¿Entonces por qué usas bloqueadores de olor? No puedo percibir tu aroma.

—Así estoy más cómodo —respondió con simpleza—. ¿Tú qué haces aquí?

—Me desperté temprano y quise venir a tomar té y algunos aperitivos antes del entrenamiento —Lee le respondió, algo orgulloso porque en realidad sonaba muy obvia su respuesta.

—Ya veo —Neji murmuró, pero sus ojos se dirigieron por un momento a la otra taza de té que descansaba al lado de la Lee. Luego volvió a mirar a su compañero de equipo que había notado el gesto en los ojos de Neji—. ¿Con quién estabas?

Lee se atragantó un poco mientras buscaba una respuesta falsa, pero era pésimo mintiendo y entraba en pánico fácilmente cuando se trataba de algo que lo avergonzaba o sobre sus sentimientos románticos hacia la chica de cabello rosado. Lee balbuceó por unos segundos, haciendo ademanes exagerados, poniéndose increíblemente ruborizado, y finalmente cedió.

—Estaba con Sakura —Lee confesó, con el rostro completamente rojo y los ojos brillantes, encogiéndose un poco de hombros; se notaba tan tímido. Neji no recuerda que nadie más haya logrado poner a Lee en un estado tan vulnerable. Los celos crecieron en su pecho.

—¿Qué quería?

—Nada, sólo conversábamos porque tenía algunas semanas que no la veía —pésimo mentiroso.

—No mientas, Lee —los celos que Neji sentía le hicieron tener poca paciencia en ese momento, delatándose a sí mismo también. Después de todo tales sentimientos son algo irracional—. Vi que te dio una carta. ¿De qué se trata?

—¿Nos estabas espiando? —Lee abrió más los parpados, sorprendido.

Ahora fue turno de Neji de sonrojarse un poco por haberse delatado a sí mismo.

—No fue así. Iba camino al campo de entrenamiento cuando por coincidencia los vi. Así que vine a verte —explicó tajantemente—. Ahora dime, ¿de qué trata esa carta que te dio y de qué hablaban?

—Ni siquiera sé por qué te interesa esto, Neji —Lee frunció los labios en un ligero puchero—. Es algo personal.

—Sí me interesa, así que explícate.

—¿Pero por qué te interesaría? —Lee le miró más molesto, con ese puchero más acentuado.

—Somos un equipo, Lee. Si tu vida amorosa te distraerá de nuestros deberes, necesito saberlo —justificó, cruzándose de brazos.

—¿Mi… vida amorosa? —Lee volvió a sonrojarse—. ¡No se trata de eso!

—¿Entonces por qué no respondes a la pregunta? ¿De qué hablaban?

—Es personal, ya te lo dije.

—¿Por qué te dio una carta?

—¡No es una carta! —Lee se cubrió el rostro con vergüenza.

—Lee, sé lo que vi. Haruno te entrego algo. Si no es una carta, ¿qué es? —Neji se cruzó de brazos, Lee lo imitó, todavía mirándolo con un puchero sin pretender hablar—. Bien, ¿al menos puedes asegurarme que ella no te estaba molestando igual que lo hizo Inuzuka ayer?

—¿Eso es lo que te preocupa, Neji? —Lee parecía sorprendido—. ¡Sakura no me estaba molestando! Al contrario, me estaba ayudando con algo.

—¿Con qué? —Neji se relajó un poco, aun así quería saberlo todo—. Yo podría ayudarte. ¿Por qué pides la ayuda de alguien que no es del equipo?

“Somos como una pequeña manada”, recordó las palabras de Gai sensei y sabía que tenía sentido, pasaban tanto tiempo juntos, durante años se han conocido profundamente y se han tomado aprecio unos a otros. Eran como su segunda familia, su segunda manada. Que Lee necesitase ayuda para algo y buscara el apoyo de alguien fuera de la manada, le hacía sentirse inútil.

—Gracias, Neji, pero ahora que soy un omega, yo… —Lee jugueteó un poco con sus dedos, y luego fue a sacar aquella “carta” que Sakura le dio y había escondido en su bolso de armas—, necesito saber de otras cosas. Todos ustedes son alfas, y en casa me han hablado sólo de básico al igual que lo que nos enseñaron en la academia, pero soy un omega ninja, eso implica otras cosas. Así que, como Sakura ha estado entrenando para ninja médico, está al tanto de muchas cosas y me habló de pláticas que el hospital da sobre la biología omega y los cuidados que debemos tener. Así que me estaba diciendo eso y me entregó un folleto al respecto. No es una carta.

Lee le tendió aquel folleto. Neji lo tomó, desdoblándolo y leyendo superficialmente la resumida información que contenía, sobre todo de métodos anticonceptivos y supresores del celo. Al final señalaba los días y horarios en que se impartían las charlas para más información.

—Como shinobi omega, mis supresores de celo deben ser más fuertes para que funcionen en misiones largas y bajo mucho estrés —Lee continuó explicando—. También, estadísticamente tengo más riesgo de sufrir una agresión sexual en alguna misión peligrosa, por lo que se sugiere que use un método anticonceptivo de fácil uso y alta eficacia para al menos evitar embarazos no deseados. Son cosas que no se hablan en la academia, y que tampoco consideran otros omegas civiles, o los alfas. Por eso recurrí a alguien que seguro podía darme más información al respecto.

Las manos de Neji temblaron ligeramente, arrugando las esquinas del folleto que aún sostenía. Se había estado dejando llevar por sus estúpidos celos cuando en realidad Lee estaba lidiando con un tema realmente serio. Era cierto, no se hablaba de estas cosas abiertamente, había muchos temas considerados tabú en ciertos clanes y en la población en general, mucho menos las personas se detenían a pensar que las condiciones en omegas shinobi eran particulares.

Se sintió terrible, no sólo por su actitud de hace un momento, sino por pensar en el riesgo mayor que correría Lee en las misiones. Estadísticamente los omegas shinobi tienen más riesgo de sufrir una agresión sexual. Y él que había dicho que defendería a Lee de cualquiera ni siquiera se había puesto a pensar en ese riesgo. No era mejor que la bola de alfas idiotas que preferían minimizar e ignorar ese problema sólo porque a ellos no les afectaba.

—Lee, lo lamento. No debí de hablarte como lo hice —Neji tomó la mano de Lee para regresarle el folleto, pero dejó sus manos juntas por un momento—. No sé en qué estaba pensando.

—Los alfas suelen ser territoriales. Somos parte de una pequeña manada como lo dijo sensei, es relativamente normal que te haya inquietado verme recurrir por ayuda con alguien fuera de la manada antes de preguntarles a ustedes. ¡No te preocupes, Neji!

—No debería de actuar como un idiota, menos cuando tienes mucho con qué lidiar —Neji aclaró—. Aun así me gustaría poder ayudarte mejor. ¿Crees que pueda acompañarte a las pláticas? Así también podré informarme sobre todo lo necesario.

—¿En serio quieres hacer eso, Neji? —Lee parpadeó un par de veces seguidas. Sus dedos rozaron la mano de Neji que aún estaba sobre la suya.

—Somos parte del mismo equipo y somos amigos, Lee. Quiero mantenerte a salvo. Sé que eres lo suficientemente fuerte para protegerte a ti mismo, pero en batalla siempre estamos dispuestos a cubrirnos la espalda uno al otro, ¿no es así? Si necesito aprender más cosas e informarme todo lo necesario para protegerte mejor, lo haré.

—¡Eso es lo que haría un buen camarada! —Lee brincó y asintió con los ojos demasiado brillantes, esta vez definitivamente tomando la mano de Neji entre las suyas—. No me importaría que me acompañes a las charlas, Neji. Al principio estaba algo avergonzado, pero entre nosotros como equipo no debe de haber secretos, ¿cierto? ¡Además, no podemos seguir perpetuando estos temas como algo tabú! Si todos tuvieran la información a su alcance y la disposición de informarse sería mucho mejor para todos. Así que, mi joven amigo alfa y rival, me encantaría que me acompañaras a esas pláticas de información.

—En cualquier momento —la sonrisa de Neji apenas fue perceptible, pero Lee le conocía tan bien que para él era fácil identificarla.

—Sakura me dijo que normalmente hay horarios donde sólo van los omegas, y otro donde van los omegas con acompañantes, generalmente con sus parejas beta o alfa, pero que son pocas en comparación con los que van solos. Así que podemos ir en el grupo mixto —Lee reflexionó—. Oh, Neji, algún día serás el alfa perfecto para tu compañero omega que elijas. No cualquier alfa se involucra en estos temas, además de todo el montón de atributos que ya tienes. ¡Serás muy cotizado!

—No digas esas cosas —Neji se tapó la mitad del rostro con su mano libre, ya que aún no había retirado su otra mano del agarre que Lee mantenía—. No es la gran cosa, después de todo. Si una persona quiere estar con un omega, o beta o alfa, ¿no debería de conocerle bien e informarse de las cosas básicas?

—Sería lo ideal —Lee asintió, y finalmente le soltaba de la mano—. Pero sabes tan bien como yo que eso no sucede mucho. Míranos a nosotros, incluso tú como mi compañero de equipo estás más dispuesto a informarte que las parejas de aquellos omegas que van solos a las charlas. Supongo que no todos los alfas son tan amables e inteligentes como tú, o como Tenten y Gai sensei. ¡Me alegra tener a alfas tan buenos en mi equipo!

—¿Entonces puedo estar seguro de que te emparejarás con un buen alfa, en lugar de un idiota como Inuzuka? —Neji hablaba muy serio, pero eso a Lee no le importaba, porque soltó una escandalosa risa.

—Oh, Neji, ¿de qué hablas? —Lee dejó de reír de apoco, manteniendo la sonrisa porque al parecer el tema le parecía muy divertido—. Jamás me emparejaré con un alfa.

Y Neji sintió un hueco desagradable en el pecho.

Notes:

¡Gracias por leer este capítulo! ¡También muchas gracias a quien deja kudos y comentarios! <3

Chapter 3: 3

Notes:

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Chapter Text

Cuando ingresaron al hospital, nadie les dio una segunda mirada. Fue hasta que Lee se acercó al mostrador para preguntar dónde se llevarían a cabo las charlas de información omega que recibieron las primeras miradas curiosas. Era obvio que Lee era un omega, lo que no tenía sentido esas expresiones de sorpresa que ponían los demás. Aunque Neji rápidamente lo entendió cuando aquellas miradas brincaban de Lee a él; sabían que iban juntos. Los otros omegas que van acompañados van con sus parejas. Tal vez estaban asumiendo eso. A Neji no le importaba, simplemente les devolvía la mirada con su rostro serio o los ignoraba.  

Recibieron otro puñado de miradas curiosas y sorprendidas cuando entraron a la sala dónde se llevaría a cabo la charla. Pero ya estaban aquí, llegarían tarde al entrenamiento con Gai sensei y Tenten, así que mejor valía no echarse para atrás sólo por un montón de gente prejuiciosa que está sacando conclusiones apresuradas sobre ellos.

—¡Hola! Mi amigo y yo venimos a las pláticas de información —anunció Lee al registrarse con la encargada del servicio.

Ella era una mujer omega de unos cuarenta-y-tantos años, y por un momento también les dio una mirada sorprendida, aunque rápidamente cambió a darle una suave sonrisa a Lee.

—Claro, pequeño —ella habló con una voz amable—. Es la primera vez que vienes, ¿cierto?

—¡Sí! Recién me he presentado, así que tengo muchas dudas que tienen que ser resueltas —con su efusividad de siempre, Lee informó—. Mi amigo Neji es alfa, pero también quiere informarse para que podamos trabajar mejor en equipo.

—¿Eres un ninja?

—¡Lo soy! —Lee asintió con firmeza—. Por eso es aún más importante para mí informarme de todo lo antes posible.

—Eso es muy responsable de parte de ambos —la omega mayor les miró a los dos—. Justo hoy hablaremos sobre métodos anticonceptivos. Y, ya que tendremos a una pareja ninja aquí, no olvidaré mencionar cuáles son los métodos más recomendados para ustedes. Aunque tendrás que extender esta información con tu médico personal. Mientras tanto, los preservativos que tenemos aquí son gratuitos. Pueden tomar cuantos quieran —ella le señaló un el cuenco en la esquina de la mesa donde dichos preservativos estaban.

—¡Gracias! —Lee hizo una corta reverencia y se giró hacia Neji—. ¡Mira Neji, preservativos gratis! Tu primer celo está cerca, ¿no? Deberías llevarte muchos para estar preparado. A mí aún me faltan unos meses para eso.

—Lee, no lo grites —Neji frunció las cejas y su mandíbula se tensó. Todos habían escuchado lo que Lee había dicho.

—No tienes por qué avergonzarte, Neji. Es un proceso biológico muy normal —Lee continuó—. Y este es un espacio seguro, ¿no es así, señorita?

—Claro —ella parecía algo confundida y divertida por la escena.

—Mira. ¿Ya? —Neji tomó un pequeño puñado de condones y los guardó en uno de sus bolsillos—. ¿Contento? Ahora no lo grites más.

—¡Bien!

—Pueden tomar asiento. La plática iniciará en unos minutos —ella les dijo, entregándoles un nuevo folleto a cada uno.

Se sentaron al fondo de la sala, aunque ya no les serviría para pasar desapercibidos, no con el escándalo previo de Lee, aunque también destacaban por su condición de ninjas y porque eran los dos más jóvenes en toda la sala; la mayoría eran parejas jóvenes, otras un poco más maduras, pero en comparación ellos parecían demasiado pequeños.

Lee no les prestaba atención, estaba más interesado leyendo el folleto con atención y en voz baja.

—¿Crees que el implante subdérmico duela? Aquí no lo dice —Lee señaló, poniendo el folleto cerca de la cara de Neji, quien leyó rápidamente de qué trataba.

—No tengo idea. Podrás preguntarlo una vez inicie la plática.

Lee tarareó y continuó leyendo.

—Ninguno es 100% efectivo —Lee suspiró con una leve puchero en los labios.

—Ni siquiera los métodos que no son reversibles —murmuró Neji.

Hubo otros segundos de silencio entre ellos mientras leían atentamente los folletos. Hasta que Lee volvió a hablar.

—Neji, ¿tú quieres tener cachorros?

Hyūga sintió un escalofrío ante la pregunta.

—Honestamente, no lo sé —tardó en responder, pero lo hizo, todavía en voz baja—. ¿Y tú?

—Bueno, yo… —Lee miró hacia el techo, parecía estar considerando la pregunta. Neji le miró con atención, esperando por su respuesta. Lee ya había dicho que no se emparejaría con un alfa, pero todavía podría tener cachorros con un beta—. ¡Oh! La charla va a iniciar.

Se distrajo con ello y ya no le dio una respuesta a Neji. Daba igual, no tendría por qué importarle las decisiones personales de Lee. Si quería o no tener cachorros, cuántos, con quién. Nada de eso le incumbía a Neji. Y si estaba ahora mismo aquí con Lee era por su bien como equipo. Estaba apoyándolo como camarada, como compañero de equipo. Sólo eso.

La charla dio inicio. Lee estuvo atento en todo momento e hizo unas cuantas preguntas con mucho interés. Afortunadamente sus dudas iban siendo respondidas sin más miradas juzgadoras. Incluso cuando la persona que daba la conferencia felicitó a Lee por su participación y por su responsabilidad al asistir a obtener información, el omega se mostró orgulloso, casi igual a cuando Gai sensei lo felicitaba por haber aprendido una nueva técnica. Eso hizo la charla más dinámica y a nadie parecía molestarle el entusiasmo de Lee. Casi todos los omegas presentes se notaban más nervioso y un poco avergonzados, así que Lee estuviera acaparando toda la atención era beneficioso para ellos.

—¡Tengo otra duda respecto a los efectos secundarios! —Lee volvió a alzar la mano cuando hubo otra ronda de dudas y preguntas—. Una amiga mía me comentó que Tsunade-sama está trabajando en reducir los efectos secundarios negativos de los anticonceptivos. ¿Es posible que pronto podamos adquirir esa nueva versión?

Por su amiga seguro se refería a Sakura. Neji se mordió levemente el interior de la mejilla. A una parte irracional de él todavía le molestaba saber que Lee confió primero en Haruno para hablar de éstas cosas. No importaba que tuviera todo el sentido del mundo, pues la kunoichi está estudiando para ser médico-ninja, y su maestra no es sino que la mismísima Senju Tsunade. Pero imaginarse el grado de intimidad de esa conversación le inquietaba. Lee habría estado todo nervioso y sonrojado y Haruno lo habría tranquilizado con las respuestas correctas mientras le daba una de esas sonrisas que vio cuando los encontró afuera de la casa de té.

—Cualquier modificación o creación de algún medicamento lleva un tiempo considerable, ya que requiere de mucho estudio y pruebas —la mujer le respondió a Lee—. Pero no duden que Tsunade-sama está trabajando arduamente en ello. Ella se preocupa por nuestro bienestar y por ello se ha propuesto reducir los efectos negativos que los anticonceptivos provocan, sobre todo los métodos más fuertes que en ninjas como tú se recomiendan usar. Probablemente no podamos tener la nueva versión pronto, pero la habrá y será mucho mejor que las actuales.

—La quinta hokage es la mejor —a Lee le brillaron los ojos.

La charla continuó su curso y, así como Lee sacaba una libreta para anotar cualquier consejo que Gai sensei le daba, ahora lo hizo para tomar nota de todo aquello que le parecía relevante o que no había sabido hasta ahora que lo escuchaba en esta plática. Neji confió en su memoria para acordarse de todo y así estar preparado si Lee necesitaba que le recordara algo.

Luego de un poco más de dos horas la conferencia terminó. El salón comenzó a vaciarse, pero Lee lo aprovechó para observar con más detalle las información ilustrada que había en algunos paneles que complementaron la charla. Lee siempre fue disciplinado y dispuesto a aprender acerca de todo, por lo que Neji no lo apresuró.

Hasta que Lee terminó de leer todo, Neji lo siguió hasta la puerta de salida, donde sólo quedaban los responsables y organizadores de la conferencia. Y, por supuesto, la omega que les había recibido y aclarado cada una de las dudas de Lee, ahora estaba despidiéndose de ellos con efusividad. Lee se la había ganado.

—Lee, ¿te veremos a ti y a tu compañero en la próxima charla? —ella les sonrió.

—¡Por supuesto! —le asintió con determinación, aunque luego hizo una pausa y volteó a mirarlo con una pizca de duda—. Bueno, no sé si estés dispuesto a acompañarme de nuevo, Neji.

Él sólo le asintió, pero Lee lo conocía lo suficiente para saber que ese gesto era más que suficiente para garantizar la palabra del Hyūga.

—¡Aquí estaremos! —Lee aseguró.

—Qué bueno que se apoyen mutuamente —la mujer les felicitó con una cálida sonrisa—. Por último, quiero darte algo, pequeño Lee. Sé que dijiste que todavía no está cerca tu primer periodo de celo, pero más vale que estés preparado, así que aquí tienes. Repartimos estos paquetes la charla pasada, pero sobraron unos cuántos.

Lee tomó lo que la mujer le tendió, era un pequeño paquete. Neji le dio un vistazo rápido, dándose cuenta de que se trataban de compresas de algodón que los omegas utilizaban en sus días previos al celo, cuando comenzaban a lubricar demasiado y entonces necesitaban algo para que el flujo de lubricante no traspasara la tela de la ropa. Lee se sonrojó un poco, Neji también sintió sus propias mejillas calientes y se preguntó si igual se había ruborizado. Ya habían tomado condones, ¡por Dios! No deberían de ponerse tímidos por un paquete de compresas ahora. Es un proceso biológico muy normal, había dicho Lee, y esto tendría que significar lo mismo.

—Gracias —Lee le dijo a la mujer—. Nos vemos en unos días. ¡Ahora mismo debemos ir con nuestro sensei!

Los dos hicieron una pequeña reverencia para despedirse y salieron de la sala. Mientras caminaban por el pasillo, Lee guardó el paquete de compresas en su bolsa de herramientas ninja, y luego tomo la muñeca de Neji para llevarlo junto con él cuando comenzó a correr.

—¡Espera, Lee! —se quejó.

—¡Vamos, Neji! ¡Ya vamos una hora tarde al entrenamiento!

No le quedó más remedio que correr con Lee jalándolo. Esquivaron hábilmente a todas las personas dentro del hospital, y una vez afuera saltaron por los tejados para llegar más rápidamente hasta el campo de entrenamiento.

 

***

Cuando llegaron a su punto típico de reunión. La vista que los recibió no fue agradable. Tenten tenía un aspecto como de haber estado en combate; con rasguños y golpes, la ropa sucia y hecha un desastre, estaba completamente agotada mientras la rodeaban un sinnúmero de armas ninja que sin duda provenían de sus jutsus. El entrenamiento intenso que su sensei les prometió para ese día seguro que había sido en serio. Y, hablando de Gai sensei… Hubo algo en su aura que incluso a Neji le hizo tragar con dificultad, y sintió a Lee estremecerse a su lado, cambiando su olor a una temeroso.

—¿Gai sensei? —Lee le llamó, temeroso. Neji sintió que apretó más su agarre sobre su muñeca. Hasta ahora notaba que todavía no le soltaba.

Como alfa adulto y, sobretodo, como jōnin, Gai manejaba su aroma a la perfección. Tomando también en cuenta que ante las constantes misiones a las que iba enviado, casi siempre usaba bloqueadores de olor. Desde hace un par de meses que Neji se presentó y ha podido oler a su sensei, nunca captó de él un aroma similar al de ahora. Era como si le quemara un poco las fosas nasales. Gai estaba furioso. El alfa inexperto y recién presentado de Neji ni siquiera lo tomaba como una provocación, sino que le advertía no retarlo y mantenerse alejado. Y si él se sentía así, para un omega recién presentado seguro sería más intimidante. La mano de Lee que seguía rodeando su muñeca le tomó con demasiada fuerza, el omega temblaba ligeramente, estaba entrando en pánico.

Neji sabía que no podía vencer a Gai en ese estado, pero al menos pudo pegarse más al omega y tratar de reconfortarlo con su presencia. Tampoco ayudaba que Tenten, otra alfa, lo estuviera mirando con enojo. Neji tomó la mano de Lee, para que le soltara un poco y lo puso detrás de su espalda.

Gai entonces se volteó a mirarlos directamente, con el rostro rojo de furia y los ojos que parecían estar en llamas.

—¡Ustedes dos! ¡Pequeños tontos! —les gritó, apretando su puño y corriendo hacia ellos—. ¡¿Cómo se atreven a llegar tarde al día de entrenamiento intenso?!

—Pero, Gai sensei —Lee se movió de su lugar detrás de Neji, quedando terriblemente expuesto al contundente puño de Gai que se acercaba rápidamente.

Los parpados de Neji se abrieron mucho más, sintió el corazón en la garganta. No tenía tiempo de hacer un movimiento más limpio para protegerlos a ambos. Así que se movió y a la vez empujó a Lee al otro lado, alejándolo de la trayectoria del golpe de Gai.

Fue como ser golpeado por un maldito tronco enorme que fue lanzado desde un huracán. Neji recibió ambos golpes de Gai; el puño que iba dirigido a él, y el que iba dirigido a Lee. Un puño le cayó en la barbilla, el otro en el estómago. La sangre botó de su boca y hasta la última pizca de aliento se escapó de su cuerpo. Todo él salió volando varios metros por la fuerza que su sensei ponía en cada golpe, sólo le detuvo un árbol de los muchos que rodeaban el campo de entrenamiento.

Tosió, sintiendo que la garganta le quemaba por la falta de aire. Sintió el sabor metálico de la sangre en su boca e hizo una mueca de asco. Ahora la espalda también le dolía por haber aterrizado en el árbol.

—¡Neji! —Lee venía corriendo hasta él—. ¿Estás bien?

El golpe fue más fuerte de lo que esperaba. Solían recibir reprimendas físicas de su sensei, sobretodo Lee era el que estaba más acostumbrado a eso porque, así como Gai sensei parecía adorarlo, también lo sacaba de sus casillas fácilmente y no era extraño que Lee recibiera puñetazos de parte de Gai para tranquilizarlo. Pero ahora Neji había recibido dos de esos golpes, y sin haber estado preparado para recibirlos.

—Estoy bien —Neji se limpió el rastro de sangre de la boca, y se puso en pie sosteniéndose todavía un poco del estómago.

La siguiente que llegó corriendo tras de ellos fue Tenten, ya no con su expresión enojada, sino preocupada.

—Estaba tan molesta porque me dejaron sola un día de entrenamiento intenso, y esperaba que sensei les diera su reprimenda, pero creo que esta vez exageró —ella se quejó—. Neji, ¿por qué recibiste ambos golpes? Uno iba para Lee.

—Me pregunto lo mismo —Gai llegó hasta ellos.

Lee volvió a temblar un poco y se pegó inconscientemente de nuevo a Neji. Aunque Gai seguía notándose molesto, ya no parecía hecho una furia como antes. Sin embargo, volvió a alzar un puño, tenía una vena saltada en la sien y miraba molesto a Lee, ya que era su objetivo porque falló hace un momento.

Lee se encogió un poco sobre sí mismo, siempre dispuesto a recibir las reprimendas y castigos de su sensei, aunque nunca antes había temblado tanto. Neji se recordó; Lee es un omega recién presentado, la presencia de un alfa maduro tan poderoso y furioso como Gai intimidaría a cualquiera, sobre todo a omegas pequeños.

—Lo siento, Gai sensei —Lee bajo la cabeza cubriéndose con ambos brazos y se puso completamente rígido, esperando que llegase el golpe.

Neji sintió que su byakugan se activaba casi instintivamente. Esta vez no le tomarían con la guardia baja. Todo ocurrió como si estuviese en automático, como si fuera instintivo. El byakugan, tomando su pose de pelea, mostrando sus colmillos hacia su sensei y sintiendo su pecho vibrar en un profundo gruñido que amenazaba con salir en cualquier momento.

Gai le miró sin moverse de pose actual, con claras intenciones de golpear a Lee. Neji apretó su mandíbula. Su sensei le miraba como si fuera una cosa insignificante por la cual no preocuparse, en lugar de verlo como una amenaza o peligro. Eso estuvo a punto de enfurecerlo y saltar hasta él, sino fue porque de un momento a otro Gai relajó su pose y su expresión, e incluso sonrió.

—Bien. No importa, ya están aquí —como si fuera el tipo agradable de siempre, Gai les habló animosamente.

Confundido, Neji también retiró sus intenciones de atacar. Parpadeó hacia Tenten, quien también lucía confundida, y luego Lee salió de su escondite tras sus propios brazos. Neji sintió una punzada de preocupación cuando notó que el omega tenía los ojos llorosos. ¡Ése tonto de Gai! Había asustado demasiado a Lee. El pobre es un omega joven recién presentado, ¿cómo se le ocurría ponerlo en esa situación de enfrentar la furia de un alfa adulto tan fuerte?

Miró de mala forma a su sensei antes de acercarse a su compañero omega.

—Lee, no llores —Neji lo confortó, tomándole suavemente del hombro—. No te preocupes, no te pasará nada.

—¿¡EH!? ¿Está llorando?—Tenten exclamó sorprendida y corrió también hasta tomar a Lee del rostro con suavidad—. No pasa nada, Lee. Neji te protegió bien. ¡Sensei, usted es malvado!

La culpa y la angustia llenó de forma dramática todo el rostro de Gai, quien también corrió con intenciones de confortar a su alumno favorito.

—¡Oh, Lee! ¡Perdóname! —Gai gritó, e intentó también tocarlo, pero tanto Neji como Tenten le mandaron miradas asesinas, así que desistió de acercarse demasiado—. No debí de ser tan severo sabiendo que eres un joven omega recién presentado. ¡No quiero traumarte!

—Mejor déjelo tranquilo por un momento, sensei. Lee necesita tranquilizarse. ¡Fue aterrador para él! —Tenten le regañó, con las manos en la cadera y mirándole con desaprobación.

—¡Lo siento tanto! — Gai ya estaba deshaciéndose en lágrimas de culpa, nada que ver con el alfa aterrador de hace unos minutos. La dualidad de su sensei siempre era algo que los confundía.

—Neji, intenta calmar a Lee con tus feromonas o con tu olor alfa, responderá bien a ti ya que son amigos y él confía mucho en ti —Tenten sugirió.

Neji miró a Lee, parecía un poco en shock, todavía temblando y con los ojos llorosos, de vez en cuando derramando lágrimas silenciosas, con su cara en pánico y sin poder decir nada. En un momento así lo mejor sería lo que sugería Tenten, que un alfa lo calmara y le hiciera sentir seguro usando su naturaleza; ya sea con su olor familiar o con feromonas tranquilizantes. Pero Neji apenas esa mañana había usado bloqueadores de olor de grado ninja, su eficacia todavía estaba intacta.

—No puedo —confesó con pesar—. Estoy usando bloqueadores de olor.

—¡Serás…! —Tenten se golpeó la frente con frustración. Luego suspiró con resignación acercándose de nuevo a Lee, haciendo a un lado la mano que Neji tenía sobre él—. Entonces supongo que tendré que hacerme cargo yo. Sensei, tendré que pedirle que se aleje más. Si Lee lo mira o lo huele apenas salga del shock, volverá a entrar en pánico. Deje que se calme primero.

—¡Claro! —Gai obedeció rápido, corriendo lejos, escondiéndose detrás de un árbol. Tenten soltó un resoplido.

Neji se quedó junto a ella, viendo cómo tomaba suavemente las manos de Lee y lo obligaba a sentarse sobre el césped.

Pudo oler como el aroma de Tenten cambiaba a uno más suave, y percibió las feromonas calmantes. Rápidamente el pecho de Lee comenzó a mostrar una respiración más acompasada y su rostro se fue relajando.

—Tranquilo, Lee, ya todo está bien —Tenten le habló, volviendo a acercar sus manos a Lee, tocándole con suavidad el cabello. Neji sintió un hueco en el estómago cuando Lee cerro los ojos y se recargó más en las caricias que le daba Tenten. Ella rió suavemente—. Estás a salvo, omega. Corrí lejos al alfa malo, y Neji te protegió muy bien.

No sabía que Tenten tenía un lado tan suave. Pero no la iba a juzgar, parecía funcionar para Lee junto con el aroma tranquilizador.

Cuando escucharon suspirar a Lee y relajarse considerablemente, Neji se puso de rodillas junto a Tenten para quedar frente al omega. Los dos mirándole con atención.

Lee volvió a abrir sus párpados. Sus pestañas continuaban húmedas, pero ya no tenía una mirada asustada y llorosa.

—¿Te sientes mejor, Lee? —Tenten le preguntó.

—Sí, gracias —Lee murmuró—. Tu aroma me relajó, Tenten.

—Me alegro que haya servido —ella le sonrió

—Neji, estás herido —Lee señaló. La hinchazón y un hematoma eran notorios en el rostro de Neji donde Gai había atinado uno de sus golpes.

—No es nada. No es la primera vez que nos castiga con un golpe —Neji trató de que no se preocupara más.

—¿Qué me pasó? —frunció sus gruesas cejas.

—Fue como un ataque de pánico —Tenten le dijo—. Una reacción ante un alfa furioso y tan fuerte como sensei. A todos nos afectó en distintos niveles.

—Pero a mí me afecto más —Lee bajó un poco la cabeza—. ¿Fue porque soy omega?

—Bueno, sí —la kunoichi respondió.

—¿Y si me pasa alguna vez en el campo de batalla, en una misión? —Lee les miró, con los labios temblando. Oh no, volvería a llorar—. Seré una carga.

—No, Lee. No es así —Neji se apresuró a aclarar—. Como Tenten lo dijo, a todos nos afectó en distintos niveles, incluso a nosotros dos que somos alfas. Es porque somos recién presentados. Pero una vez nos acostumbremos a los aroma alfa y omega no nos sucederá lo mismo. Es también una fase del entrenamiento el lidiar con los aromas.

—¿En serio?

—¡Claro que es así! —ella le aseguró—. Ahora deja de estar triste y hacer pucheros, porque mi lado alfa no quiere más que mimarte y abrazarte hasta que seas feliz de nuevo.

Ella se lanzó en broma hacia Lee, quien recibió su abrazo con una sonrisa. No tardaron en estar rodando por el césped como si fueran un par de cachorros jugando. Neji sintió una leve punzada de celos. No estaba tan molesto con Tenten porque ayudó a Lee cuando él no pudo, y ese jugueteo era más fraternal que otra cosa, pero aun así, ahora mismo dicho jugueteo los tenía muy unidos y Lee estaba riendo felizmente teniendo a la otra alfa encima de él.

Se tensó cuando vio cómo Tenten le daba a Lee besos de esquimal. Era sólo un inocente roce de narices, completamente fraternal, muchos hermanos jugaban así desde su fase de cachorros, eran muestras de cario que también se daban entre los padres e hijos, o amigos muy cercanos, pero los dos se veían tan alegres, y se sintió desplazado de su lugar como el mejor amigo alfa de Lee.

—¡Me haces cosquillas! —se quejó Lee entre risas.

Con eso los dos se fueron alejando. Cuando se incorporaron y mientras Lee se sacudía la hierba del cuerpo y su cabello, Neji sintió la mirada escrutadora y maliciosa de Tenten sobre él. Neji le devolvió la mirada con el ceño fruncido. Ella le mostró la lengua en un gesto infantil antes de volverse hacia Lee y decir:

—Oye, Lee, ese golpe en la barbilla de Neji se ve doloroso, ¿cierto? Creo que sensei se excedió.

—Sí. ¿No te duele, Neji? —Lee lo miró preocupado—. Incluso sangraste un poco.

—Estaré bien —Neji se cruzó de brazos.

—Tal vez pueda ir rápido por un ungüento para heridas. ¡No sé cómo se me pudo olvidar justo hoy! —el omega exclamó.

—No importa, Lee —Neji quiso detenerlo, porque parecía que Lee saldría corriendo en cualquier instante.

—Recibiste ese golpe por mí, es lo menos que puedo hacer.

—Oye, Lee, no será necesario —Tenten le detuvo, y Neji volvió a ver una pizca de malicia en sus ojos y sonrisa—. Sabes que la saliva de los omegas tiene cualidades curativas para los alfas, y viceversa, ¿cierto?

Neji abrió los ojos incrédulo. Ella estaba tratando de…

—¡Sí, lo recuerdo! —Lee señaló—. Nuestra saliva tiene propiedades antibacterianas y ayuda al crecimiento de tejidos, lo que ayuda a la cicatrización de la mordedura emparejamiento.

—¡Correcto!

—¿Pero qué tiene qué ver eso justo ahora? —Lee ladeó s cabeza.

—Que las habilidades antibacterianas y curativas de tu saliva no sólo aplican a la mordedura de emparejamiento —Tenten explicó, haciendo todo un esfuerzo para que su sonrisa maliciosa no se mostrara por completo—. Sino que también ayudan a curar rápidamente otras heridas. Como la que tiene Neji ahora mismo.

Lee volteó rápidamente a mirar a Neji, quien se estaba debatiendo entre asfixiar a Tenten o darle un golpe con el puño suave.

—¿Eso ayudaría? —Lee reflexionó.

—¡Por supuesto! —Tenten gritó.

—Lee, no, ella sólo… —Neji intentó explicar el plan malvado de la kunoichi, pero el omega se encogió de hombros y se acercó más a él, cortándole las ideas en el momento.

—De acuerdo —Lee dijo, llegando justo frente al rostro de Neji—. ¿Debería de lamer directo la herida?

—No hay otra forma —Tenten tarareo, muy entretenida con toda la escena.

—Lee no es necesario —Neji habló, con la voz un poco ahogada.

Tenía a Lee tan cerca, podía sentir su aliento sobre su rostro, casi podía contar una a una sus largas pestañas.

Movimientos bruscos de Tenten captaron su atención, pero Lee no lo notó, ella estaba justo en un ángulo sólo para que Neji la viera, y cuando tuvo su atención, ella movió los labios para que el joven Hyūga los leyera. “¿No ves que estoy tratando de ayudarte, tonto?”, fue lo que ella le dijo. Debió de sentirse ofendido, pero su cerebro ya no estaba funcionando correctamente al tener a Lee tan cerca. ¡Por Dios! ¡Su cara, su aroma! Neji se sentía como con tipo de embriaguez.

Pasó saliva pesadamente cuando vio cómo Lee asomaba su lengua rosada acercándose cada vez hasta la barbilla de Neji. Y antes de que la lengua hiciera contacto con la piel, Lee le tomó de los hombros. Entonces algo suave y húmedo tocó su barbilla, sobre la herida que el brutal golpe de Gai había dejado. Ardía y Neji podía sentir punzadas de dolor, pero a la vez, el toque suave de la pequeña lengua de Lee fue reconfortante.

Su biología era extraña, el instinto era extraño, a veces lo odiaba y otras veces no lo entendía bien, pero ahora mismo se sentía agradable. Tal vez fuera un acto asqueroso si lo pensaba objetivamente, (¡por Dios! ¡Lee literalmente le está lamiendo la cara!), pero su naturaleza lo tomaba como algo normal, algo que le haría sentir mejor. Y a su alfa también le gustaba tener a un bonito omega cuidando de él. Quizá más tarde se avergonzaría de ese pensamiento, pero ahora mismo no encontraba que hubiera nada mejor para sanar ese golpe.

Podía sentir el aliento de Lee cerca de sus labios. En un descuido, un mal cálculo, y la lengua de Lee podría tocar el labio inferior de Neji, así que éste se obligó a quedarse quieto para no provocar aquello.

Agradecía estar usando bloqueadores de olor, porque no quería saber cuán delator y peligroso sería que Lee o cualquier otra persona pudiera oler sus emociones con este acto.

Un roce particularmente más largo le causó un estremecimiento y apretó la cintura de Lee entre sus manos. Un momento. ¿En qué instante sus manos se movieron para agarrar a Lee por la cintura?

Sus dedos temblaron al saberse en esa posición sobre el cuerpo de Lee.

—¿Con eso será suficiente? —Lee separó su rostro con lentitud, mirándole atento y con los labios brillando por la saliva.

Neji sintió que su corazón podía detenerse.

—Claro —la voz le salió sin aliento, y con un trabajo enorme alejó sus manos de la cintura de Lee cuando éste también dejó de sostenerle por los hombros—. Gracias, Lee.

—¡No fue nada! —le sonrió de esa manera amplia, que le recordaba a Neji que no habría sonrisa más sincera que ésa—. Recibiste el golpe por mí, era lo mínimo que podía hacer. ¿Ya duele menos?

De hecho, lo hacía.

—Mucho menos —Neji le informó—. Siento que la hinchazón bajó.

—¡Lo hizo! —Lee miró asombrado—. Oye, Tenten, tenías razón, yo… —volteó a todos lados buscando a la kunoichi, pero ella ya no estaba cerca de ahí. ¿En qué momento se marchó?

—Ya no está —murmuró Neji.

—Debe haber vuelto al entrenamiento —Lee reflexionó—. También debemos ir.

Neji le asintió. Lee se echó a correr para ir a donde los demás. Pero Neji se tomó unos segundos más. Todavía se sentía algo tonto. Podía sentir lo fresco de la saliva de Lee en su mentón. El golpe ya no dolía igual, la hinchazón había bajado, pero él se sentía mareado con el aroma tan fuerte y maravilloso del omega justo en su nariz, como si aún lo tuviera tan cerca de él.

—¡Neji ven aquí! —Tenten le saludó de lejos—. ¡No quieras evadir el entrenamiento!

Tuvo que reunirse con ellos. Corriendo un poco más lento porque sentía las rodillas débiles.

Cuando los tres estuvieron frente a su sensei, éste no tardó en disculparse hecho un mar de lágrimas. Lee y él se pusieron en extremo sentimentales, pero al menos ninguno estaba en pánico o furioso.

**

El entrenamiento fie intenso, tal cual lo prometió Gai. No terminó hasta el atardecer, sin mínimo de descanso, así que ahora que ya había concluido, los tres genin estaban completamente tumbados en el césped mientras trataban de recuperar el aliento y la sensación en sus cuerpos.

—Recojan sus armas —ordenó Gai, que parecía tan tranquilo luego del entrenamiento, pero estaba orgulloso del avance de sus alumnos.

—Sí, sí —respondió Tenten, sin levantarse, ya que ella fácilmente con un jutsu hizo desaparecer todas sus armas para usarlas la próxima vez.

Por otro lado, Neji y Lee tuvieron que levantarse para recoger cada uno de sus kunai y shuriken. Lee parecía algo borracho por el agotamiento, caminando con dificultad y zigzagueando. Desde su lugar en el césped, Tenten se burló de él. Neji los ignoró y tomó su bolsa de herramientas para organizarlas de nuevo con cuidado. Estaba en ello cuando Lee se acercó hasta él, y por su tambaleó al caminar chocaron, haciendo que las armas cayeran del bolso.

—¡Lee, fíjate! —Neji le gritó, porque ahora debía empezar de nuevo y estaba muy agotado como para perder mucho tiempo en ello. La risa de Tenten volvió a escucharse.

—Lo siento, Neji. Te ayudaré —Lee le dijo, y ambos se pusieron de rodillas para levantar el desorden de armas— ¿Oh? ¿Qué es esto?

No sólo los shuriken y kunai habían caído del bolso, sino también los condones que esa mañana Lee le había obligado a tomar. Los había guardado en el bolso de armas a falta de otro mejor lugar.

Ambos chicos quedaron por unos segundos confundidos, como si ninguno recordara cómo había llegado eso ahí, hasta que lo hicieron. Ambos tensaron sus hombros, pues el reflejo del sol había chocado con el envoltorio brillante de los preservativos.

—Recógelos rápido —Neji le susurró mientras él mismo tomaba lo más rápido que podía los preservativos que estaban cerca de él.

Lee le asintió, e igual lo hizo apresuradamente. Pero antes de que pudieran tomar todos, una sombra se posicionó detrás de ellos. Ambos se congelaron en el momento, volteando lentamente.

—¿Qué es lo que susurran entre ustedes? —Gai estaba justo detrás de ellos, de pie, pudiendo observar lo que hacían.

Su sensei les miró con curiosidad al principio, pero rápidamente notó lo que los dos jóvenes tenían en sus manos. Su rostro se distorsionó poco a poco, hasta que también soltó un grito extraño, como si se estuviera ahogando. Eso llamó la atención de Tenten quien, aún cansado se acercó para saber qué sucedía.

—¿Por qué ustedes dos traen condones y trataban de ocultarlos? —Tenten gritó, provocando que el par de chicos se pusieran ruborizados.

—¡Son de Neji! —Lee justificó.

—¡Tú me dijiste que los agarrara! —Neji se defendió.

Gai comenzó a ahogarse más, tosiendo mientras su rostro se ponía rojo.

—Ustedes —Gai intentaba hablar, escuchándose estrangulado y a punto de desmayarse—. Lee, ¿eso es cierto?

—Bueno, Neji me está apoyando en conocer más sobre mi lado omega, y su celo está cerca, así que también quise ayudarlo en algo —Lee quiso explicar, pero con ello sólo confundió más a los otros. Tenten gritó escandalizada y Gai ya se estaba desvaneciendo en un desmayo.

—¿Lo quieres ayudar con su celo? —la voz de Gai salió aguda, mientras caía sin remedio al suelo, con la cara humeando.

—¡Gai sensei! —Lee saltó preocupado.

—¡Neji! No puedo creer que tú y Lee hayan acordado hacer algo así —Tenten estaba con el rostro rojo de vergüenza—. ¿No es muy pronto para que pasen el celo juntos?

—¡No se trata de eso! —Neji sentía que también podía desmayarse.

—¿El celo juntos? —murmuró Lee, dándose cuenta de lo que interpretaron los otros—. ¡Eso no fue lo que hicimos!

—¿Entonces? —Tenten estaba confundida.

—Hay que reanimar a Gai sensei y les explicaremos —Neji suspiró y comenzó a levantar sus armas y las de Lee, mientras que el omega y Tenten reanimaban a un perturbado Gai.

Un par de minutos después, los cuatro estaban de nuevo sentados. Gai aún se notaba con los nervios de punta, apretando y rechinando los dientes mientras observaba a Neji y a Lee como si quisiera arrancarles la cabeza, mucho más a Neji.

—Le explicaremos, Gai sensei —anunció Lee, que parecía ser el más tranquilo en ese momento—. Neji me acompañó a una charla en el hospital, como se trataba de métodos anticonceptivos estaban obsequiando preservativos y le sugerí a Neji que tomara algunos por si los necesitaba en su celo. Él lo hizo como el joven alfa responsable que es. También por eso llegamos tarde al entrenamiento, ya que la conferencia se llevó acabo esta mañana.

—¿No tienen planes de pasar un celo juntos? ¡Por favor, díganme que no es así —rogó Gai, en pánico—. Aún son muy jóvenes para ello, y sería su primer celo. Muchas cosas pueden salir mal si lo comparten con un compañero inexperto.

—No lo haremos, sensei —Lee negó de inmediato, volviendo a ponerse colorado—. Ni siquiera esa posibilidad había pasado por mi mente, y apuesto que por la de Neji tampoco. Después de todo, ¿no debería de compartirse ese momento con la persona especial?

—¿Neji? —Gai quería también su confirmación.

—Lee dice la verdad —Neji habló, pese al rubor sobre sus mejillas, hablaba con su tranquilidad típica—. Su personalidad disciplinada le llevó a querer informarse mucho mejor de todos los temas que le conciernen al ser un shinobi omega, y yo me ofrecía a acompañarlo con el único fin de también informarme, ya que somos compañeros de equipo.

—¡Qué camaradas tan leales son! —Gai ahora parecía conmovido—. Lee, estoy orgulloso de ti por querer educarte mejor en estos temas. Y Neji, también me enorgullece el apoyo que le estás ofreciendo a tu camarada omega. ¡Eso nos hace un buen equipo!

—¡Sí! —Lee asintió con orgullo, sonriendo.

—Su presentación trae nuevos retos —señaló Gai—. Así que también me he informado, ya que nunca antes había tenido liderar un equipo genin donde habría un omega. Los tres deben de aprender a controlar sus instintos más salvajes, que están más sensibles cuando son jóvenes recién presentados. Neji, Tenten, deben aprender a controlar la ira que salta ante provocaciones y retos alfa, sobre todo entre ustedes, ya que son amigos y compañeros del mismo equipo. Pero también ante otros alfas, ya que en una misión es indispensable conservar la calma.

—Sí, sensei —ambos alfas asintieron.

—Lee, ya te han subestimado antes, y ahora, por tu naturaleza omega lo harán mucho más. No lo tomemos sólo como algo malo, ya que eso puede darte una ventaja. Los tontos oponentes no esperaran mucho de ti sólo por ser un omega que usa taijutsu, y entonces será una sorpresa para ellos cuando los aplastes —Gai apretó su puño en victoria—. Sin embargo, al igual que tu par de compañeros alfa, tienes muchos instintos con los cuales lidiar. No serán violentos, sino de supervivencia ante alfas de rango superior y gran poder, sin mencionar que muchos alfas malechores se aprovechan de sus aromas y gruñidos para intimidar a los omegas y a los alfas más pequeños. Debemos entrenarlos para que ustedes sean más fuertes que el instinto. El primer paso, es lidiar con los aromas.

—Para que no me suceda lo que pasó cuando iba a reprenderme con un golpe —Lee recordó con pesar.

—Exacto —Gai asintió—. Pero no te sientas miserable, Lee. No fuiste el único que se dejó guiar por su instinto vulnerable.

—Pero fui el único en pánico —Lee ladeó su cabeza. Gai negó.

—Neji actuó muy mal también —el sensei señaló, poniendo tenso al joven alfa mencionado—. Neji, Lee es un omega, y entiendo que también sea un amigo preciado para ti, pero no puedes tomar cada golpe por él. No seas impulsivo. Pudo haber resultado desastroso si mis golpes hubieran ido en serio. Tampoco quieras luchar con un alfa mayor y mucho más fuerte que tú en pleno ataque de ira sólo para defender al omega. Si no calculas bien, si no planeas tu ataque, puedes ponerte en riesgo. Hoy fui yo, por supuesto que no te iba a hacer daño. Pero si reaccionas así ante otro alfa mucho más fuerte que tú por defender a Lee, el alfa podría matarte y dejarías solo a Lee en la batalla. Sé más inteligente.

Neji apretó sus puños contra la tela de sus shorts. Gai tenía razón en lo que le decía. No le gustaba sentirse como un pequeño alfa inexperto, pero lo era. Había actuado muy mal, y era cierto, Gai se contuvo porque es su sensei, pero ante un alfa extraño, las cosas pudieron haber terminado mal.

—Lo lamento —se disculpó con honestidad, a pesar de su orgullo herido—. Entrenaré para mejorar mis fallas.

—¡Eso es lo que quería escuchar! —Gai sonrió ampliamente.

 —Neji, ¿ibas a atacar a Gai sensei para defenderme? —Lee preguntó, sorprendido.

—Sólo porque estabas en shock y no podías hacerlo por ti mismo —Neji justificó—. Si estuvieras en un estado normal, lo habría dejado en tus manos porque sé podrías enfrentarte a ello.

—Gracias, Neji —Lee le sonrió—. Y yo que creí que ya habías hecho suficiente al recibir el golpe de sensei por mí. Eres un buen alfa.

—Tienes camaradas alfa increíbles, Lee —Gai le señaló con orgullo—. Neji no dudó en defenderte aunque sabía que estaría en desventaja, y Tenten me regañó y cuido de ti para que pudieras salir del shock. ¡Todos fueron muy valientes!

—¡Entrenaré muy duro para también cuidarlos y protegerlos! —Lee determinó, con los ojos llenos de fuego.

—¡Así se habla! —Gai celebró—. Para ello continuaremos entrenando nuestros cuerpos para volvernos más fuertes. Tenten, Neji, ser alfa les proporcionará más fuerza naturalmente, pero hay que trabajarla para hacerla mejor. Lee, tú ya eres fuerte, pero entrenaremos para que lo seas más. También eres ágil, pero tu naturaleza omega te hará serlo mucho más. Así que, todos, tomaremos y trabajaremos también con las ventajas que su subgénero les da, al mismo tiempo que se entrenan para lidiar con los aromas alfa y omega, para que no respondan a ellos y sepan controlar el propio.

—¡Entendido! —los tres exclamaron.

—¡Bien! —Gai alzó un puño—. ¡Mañana iniciaremos con eso! Ahora, se han ganado el descanso. Vayan a sus hogares.

—Gracias, sensei —Lee brincó, luego murmuró—. Muero de hambre.

—Vayamos a comer a takoyaki —Neji le dijo mientras se levantaba y se sacudía aunque fuera un poco del polvo que había quedado en su ropa desde el entrenamiento.

—¡Suena bien! —Lee estuvo de acuerdo—. ¿Vienes, Tenten?

—Neji sólo te invitó a ti, Lee. No quiero interferir —Tenten exclamó, a ojos de Lee pareciendo molesta, pero Neji alcanzó a ver un brillo de esa mirada maliciosa.

—Por supuesto que tú también puedes venir —Neji se adelantó a aclarar, con las cejas fruncidas.

—En ese caso iré —ella corrió hasta ellos.

—Pero tú pagarás lo tuyo —Neji le susurró. Tenten le mostró la lengua mientras fruncía la nariz.

—¿No viene, Gai sensei? —Tenten preguntó.

—No. Debo estar en otro lado. Diviértanse —Gai les dijo—. Pero, sólo una última cosa.

—¿Qué pasa? —Lee le miró con atención.

—Si nos das un momento, Lee. Quisiera decirle una última cosa a Neji y Tenten.

Los dos alfas jóvenes compartieron una mirada, extrañados y algo nerviosos. Lee pareció confundido pero se alejó de sus amigos para esperarlos a una distancia prudente.

Gai se acercó a ellos todavía en su fachada relajada y sonriente, pero aun así los dos alfas pequeños comenzaran a sentir el sudor en la frente ante la incertidumbre de lo que les diría su sensei en privado.

El mayor llegó frente a ellos, puso una mano en el hombro de Neji, y otra en el hombro de Tenten, inclinándose para estar a su altura.

—Repito que estoy muy orgulloso de ustedes por proteger tan bien a Lee —les dijo, con una sonrisa todavía, pero de inmediato su expresión se endureció, haciéndolos pasar saliva dificultosamente—. Pero conozco a los jóvenes alfas sin controlar del todo sus instintos más primitivos frente a un inocente omega recién presentado. Más les vale que sepan controlarse, porque si no, yo protegeré a Lee de ustedes.

Tenten y Neji ahogaron un jadeo de dolor cuando el agarre que Gai tenía sobre sus hombros se apretó en una clara advertencia de que los haría pedazos si le hacían daño a Lee de alguna forma, sin importarle que fuesen sus alumnos.

—Veo a Lee más como un hermano, sensei —Tenten habló, con una mueca de dolor todavía—. Así que no se preocupe. Lo cuidaré de los pervertidos y alfa malos.

—Protegeré a Lee —Neji también dijo, apretando los dientes porque el apretón había dolido. Su sensei tenía cantidades enormes de chakra en cada extremidad—. Él es importante para mí.

—De acuerdo —Gai les creyó, soltándolos y ahora dándoles una palmadita en la cabeza.

—¿De qué hablan? —Lee refunfuñó a lo lejos. Tenía un mohín en los labios, molesto por estar excluido de esa charla.

—Cosas alfa vergonzosas —Gai le dijo, soltando una risa—. Nada importante. Ya pueden ir a comer todos juntos.

—Dense prisa. Muero de hambre —Lee los apresuró.

—Confío en ustedes —fue lo último que les dijo Gai antes de retirarse, dejándoles solos en el campo de entrenamiento.

Tenten suspiró con pesadez, sobándose el hombro donde todavía sentía dolor.

—Vas a tenerlo difícil para que Gai sensei te de su bendición para que hagas de Lee tu omega, Neji —Tenten reflexionó.

—¡Cállate! —Neji tensó sus hombros—. ¿Quién dice que lo quiero como mi omega? Lee es sólo mi compañero de equipo. No digas tonterías.

—Lo que tú digas —ella pareció no tener más intenciones de discutir con él—. Ahora vayamos a comer antes de que tu omega se enoje.

—¡Tengo hambre! —Lee gritó a lo lejos, desesperándose.

—Ya vamos, Lee —Neji suspiró, yendo caminando hacia él.

—¡Ups! Olvidé que le dije a mamá que iría pronto a casa para ayudarle con algo —Tenten exclamó de pronto—. Tendré que irme. Adiós.

Tenten se marchó rápidamente, sin darles tiempo de replicar ni nada. Neji parpadeó, sabía lo que ella estaba haciendo, queriendo dejarlos a solas. Daba igual. Neji disfrutaba pasar tiempo con Lee y lo apreciaba como persona, pero era diferente a quererlo como omega, como compañero. Por más que la idea fuese seductora para su alfa, tendría que rechazarla.

Así que fue con tranquilidad junto con Lee hasta el restaurante.

Todo marchaba con normalidad; Lee hablaba mucho, Neji escuchaba, asentía y decía algo cuando era necesario. Lee se reía de algo tonto y Neji sonreía suavemente porque le gustaba verlo feliz. Lee devoraba la comida como si tuviera semanas sin comer, y luego quedaba agotado en su asiento como si hubiera entrenado de nuevo. Neji se ofrecía a pagar y Lee siempre saltaba diciendo que no podía permitir eso, que dividieran la cuenta. Neji insistía, e insistía, y, para no hacerlo sentir mal, Lee cedía y prometía pagar la próxima vez que salieran ellos juntos. Luego, cada uno iba por su rumbo hacia casa. Siempre solía ser así.

Excepto que ahora Neji también insistió en acompañarlo a casa.

—¿Es por algo que Gai sensei les dijo? —Lee indagó ante la insistencia de Neji por acompañarlo a casa, mientras ya caminaban tranquilamente uno al lado del otro—. ¿No confía en que me puedo cuidar solo?

—Sabes bien que él confía en ti —Neji le aclaró—. Simplemente quiero acompañarte a casa para conversar un poco más contigo.

—¡Entonces eso es perfecto! Me gusta conversar contigo, Neji —Lee aceptó—. Además me sirve para hablarte de algo que quería pedirte.

Eso captó la atención de Neji.

—¿Qué es?

—Bueno, con lo que sensei dijo de entrenarnos para aprender a lidiar con los aromas de los demás, pensé en algo. También al recordar que todavía mi aroma es muy fuerte para ti. Debemos acostumbrarnos primero al olor de nuestro equipo, ¿no? —Lee le miró fijamente. El cielo ya había oscurecido y pocas luces estaban encendidas por la calle en la que caminaban, pero aún podía apreciar muy bien cada rasgo de Lee.

—Sí.

—Entonces, se me ocurrió que podrías darme una prenda impregnada con tu aroma para tenerla cerca y así tener tu olor incluso cuando no estemos juntos. Así será más rápido para mí acostumbrarme —Lee le dijo, como si fuera una brillante idea—. Y yo podría darte algo igual a ti, para que también te acostumbres a mi aroma.

—Lee…

A Neji se le fueron las palabras, porque eso que proponía Lee era un gesto más íntimo, no sólo de camaradas como parte del entrenamiento para acostumbrarse a sus nuevos olores. Eso de intercambiar prendar con el aroma del otro era más reservado para amantes, para sentir el aroma de su pareja cuando el otro esté lejos, para integrarlas en un nido, para ese tipo de cosas.

—Podemos intercambiar bandanas, para que no sea, ya sabes, romántico como las parejas que intercambian prendas de ropa —Lee explicó, sonrojándose un poco. Entonces sí sabía la connotación de lo que proponía. Neji sonrió suavemente. Lee incluso le estaba dando una opción que consideraba menos romántica para su plan. Aun así Neji lo veía demasiado íntimo, pero si Lee quería…—. Te daré la que traje todo el día de hoy, seguro mi aroma quedó en ella. Tengo otra en casa.

El omega desató la cinta de la bandaba que solía usar en la cintura. Y con un gesto dubitativo, se la tendió a Neji. Las manos del alfa tomaron la cinta, notando que Lee sonrió cuando lo vio aceptarla.

—Mi bandana debe estar empapada de sudor luego del entrenamiento de hoy —Neji habló, sintiendo algo seca la garganta porque no podía creer que tendría algo con el aroma de Lee—. Además usé bloqueadores de olor.

—Oh —Lee pareció desinflarse un poco.

—Pero mañana no usaré bloqueadores —explicó rápidamente—. Puedo usar otra bandana y que ésa quede impregnada de mi aroma. Sin embargo, ¿no será asqueroso para ti que termine igual empapada de sudor? 

—No me importaría, Neji. Va a oler a ti —Lee le sonrió con los ojos brillantes. Y Neji sintió que él mismo podría sonrojarse. Afortunadamente estaba oscuro y había poca luz.

Notes:

¡Gracias por leer!

Chapter 4: 4

Notes:

Hay un pequeño salto en el tiempo de algunos meses; Los chicos del equipo Gai ya tienen quince años y ya han pasado su primer periodo de celo.

También se mencionan los exámenes chunin. Si bien recuerdo, ellos vuelven a tomar el examen dos años después del último, que es cuando hacienden a chunin y Neji a jounin. No sé ni recuerdo si hubo exámenes un año antes de eso, así que en todo caso puede que no siga muy bien la línea del canon en ello.

En fin, creo que esas son todas las aclaraciones por hacer. ¡Espero disfruten leer este capítulo!

Chapter Text

Neji esperaba en la banca afuera del consultorio donde Lee estaba dentro en su consulta médica. Tsunade-sama lo atendía personalmente, ella procuraba atender las rondas de consulta de los ninjas y, aunque esta consulta médica se salía del calendario, había venido a ver a Lee, ya que recibiría su primera aplicación del anticonceptivo, además del chequeo general a su estado de salud.

Lee le había pedido que lo acompañara, ya que estaba algo nervioso, no sólo por el medicamento, sino por la evaluación a cómo seguía después de varios meses de la cirugía tan delicada que tuvo.

Neji no tuvo problema en acompañarlo, han pasado más tiempo juntos entre las charlas dadas en el mismo hospital y sus chequeos generales ninja, que no vio lo extraño en acompañarle una vez más. Aunque Tsunade los miró un poco sorprendida cuando los encontró a ambos esperando afuera del consultorio. Al principio, en su evaluación de la recuperación de la cirugía de Lee, la hokage le permitió estar dentro, escuchando todo, pero cuando pasaron a la consulta específicamente omega, ella hizo una pausa y miró con extrañeza entre los dos.

—Lee, ¿no prefieres más privacidad para el resto de la consulta? —Tsunade había dicho, con una ceja enarcada.

—¿Por qué? —ingenuamente, Lee había preguntado.

—Te haré una serie de preguntas muy personales e íntimas, relacionadas a tu celo y sexualidad, y también una exploración física —ella aclaró, mirando con atención a Lee, quien enrojeció un poco.

—Esperaré afuera —Neji había cedido con tranquilidad. Recibió una mirada curiosa de la hokage, y Lee le asintió.

Y así había terminado afuera del consultorio esperando. Viendo a otras personas pasar, sobre todo a omegas embarazadas, ya que estaban en el área obstétrica y de planificación familiar.

Se sentía algo nervioso. Habían pasado poco más de tres meses desde que Lee se presentó como omega, ya usaba bloqueadores de olor con frecuencia, habían retomado sus misiones con regularidad desde hace un tiempo, Gai los ha entrenado arduamente desde entonces no sólo para hacerlos más fuertes y hábiles, sino para controlar su propio instinto y no responder a olores alfa/omega. Él ya había pasado su primer periodo de celo hace dos meses, Lee había pasado el suyo hace tres semanas; así que ya debía de empezar a usar anticonceptivos, y por eso estaban aquí.

Si Lee fuera un omega civil, no tendría que empezar a usar anticonceptivos hasta que inicie su vida sexual si es que no quiere quedar en cinta. Pero es omega shinobi, y corre riesgos, muchos, entre ellos la horripilante posibilidad de ser agredido sexualmente, por lo que tiene que empezar a protegerse de un embarazo no deseado desde el primer celo. Cada que Neji recordaba eso, sentía un nudo en la garganta. Por eso trataba de siempre acompañar a Lee para darle apoyo moral, y también entrenaba duro para hacerse lo suficientemente fuerte para protegerlo de cualquier ataque, incluso de uno así. Más aún luego de haber retomado misiones.

—Puedes volver a entrar —Tsunade le dijo al abrir la puerta de nuevo y asomarse en busca del otro genin—. Lee quiere que estés presente cuando reciba la inyección.

—De acuerdo —Neji se puso de pie, volviendo dentro del consultorio, encontrando a un cohibido Lee sentado sobre la camilla—. ¿Estás bien?

—Sí, sólo un poco nervioso —Lee confesó, moviendo inquieto sus pies que quedaban colgando de la camilla.

—No tienes de qué preocuparte —Tsunade habló, acercándose a ellos mientras se colocaba unos guantes quirúrgicos e iba al estante donde había diversos artículos médicos—. El anticonceptivo inyectable es la mejor opción para los shinobi omega, y tus análisis muestran que eres candidato apto para ella. Será sólo un pinchazo. Recibes golpes más duros tan sólo en tu entrenamiento.

—Lo sé —Lee asintió—. Es sólo que después de la cirugía y todo el tiempo que pasé en el hospital, yo… No me gustan las medicinas, las agujas y todas esas cosas.

Hizo un puchero mirando hacia el suelo. Neji casi siente un poco de pena, pero no se dejó llevar. Lee no era alguien que buscara dar pena ni lástima. Aunque entendía su punto, fue difícil todo lo que pasó y, aunque su recuperación había sido excelente, los acontecimientos dejaron huella en él.

—No dolerá, lo prometo —Tsunade le sonrió—. Además, aquí está tu compañero para apoyarte. ¿Por qué no tomas su mano? Eso puede ayudar.

—No creo que Neji-

—Está bien —el Hyūga le interrumpió, tendiéndole la mano en el acto. Lee pareció levemente sorprendido por un momento, y luego aceptó a tomar su mano.

Tsunade sonrió al verlos, para luego seguir preparando la jeringa y el brazo de Lee para la inyección. Afortunadamente, Lee no había ido con su jumpsuit de siempre, sino que fue con ropa más práctica para la consulta, así que llevaba una camiseta de manga corta que fácilmente había alzado para dejar libre su brazo para la inyección.

Cuando la aguja atravesó el músculo, Lee apenas apretó los labios y tomó con más fuerza la mano de Neji.

—Eso fue todo —luego de un pequeño momento, Tsunade les dijo, terminando el proceso y dejando un pequeño apósito esterilizado donde fue la inyección—. No fue tan malo, ¿verdad?  

—No —Lee reconoció, soltando suavemente la mano de Neji—. Gracias, Hokage-sama.

—Ahora recuerda que tienes que venir por la inyección cada tres meses.

—¡No lo olvidaré!

—Además de tus consultas para darte tus supresores de celo y chequeos generales —ella continuó recordándole—. Lo mismo para ti, Neji.

—Por supuesto, Hokage-sama.

—Eso sería todo —ella les dijo luego de un momento.

—¡Muchas gracias! —Lee saltó de la camilla, dispuesto a salir de ahí. Neji estaba por seguirle cuando la voz de Tsunade volvió a tomar su atención.

—¿Sus familias ya lo saben? —la hokage preguntó, con una mirada calculadora, aunque no tan seria.

—¿Disculpe? —Neji cuestionó, confundido.

—Acerca de que ustedes son pareja, o bueno, que pretenden emparejarse —ella aclaró con tanta parsimonia que al par de jóvenes les costó un par de segundos procesar lo que les había dicho.

—Nosotros, no… Nada de eso. No somos… —Lee comenzó a balbucear, colorado y comenzando a sudar.

Neji, aunque sintió un vuelco en el corazón por la implicación de nadie más y nadie menos que la hokage, mantuvo la calma lo mejor posible para ayudar a Lee a aclarar el malentendido.

—Lo ha malinterpretado. No somos pareja —el joven alfa aclaró.

—Tampoco pretendemos serlo —Lee enfatizó agitando con desesperación las manos—. Neji me acompañó aquí porque yo se lo pedí, ya que yo estaba algo nervioso. ¡Mi amigo es un alfa muy amable y muy comprometido con mejorar la dinámica de nuestro equipo de trabajo! Sólo eso.

—Ya veo —Tsunade murmuró, todavía mirándoles con ojo crítico. Unos segundos después, se relajó y volvió a sonreírles como cuando estaba de buen humor—. Sigan así. No por nada su equipo es uno de los mejores equipos genin que tenemos.

El halago tuvo impacto en Lee, quien dejó por completo el sonrojo y el nerviosismo para sonreír ampliamente con los ojos extremadamente brillantes.

—¡Muchas gracias, Hokage-sama! ¡Seguiremos esforzándonos! —Lee exclamó de forma soñadora.

Después de eso, ambos hicieron una reverencia a la hokage y salieron del consultorio.

Neji soltó un suspiro nervioso. Era extraño que hasta Tsunade-sama haya entendido erróneamente su relación con Lee. Afortunadamente ella pareció conforme con la explicación que le dieron y no continuó con el tema. Eso le tranquilizó un poco. También ayudaba ver lo rápido que Lee también se olvidó del asunto, estando más ilusionado y con los ojos todavía llenos de estrellas por el halago de la hokage.

—Te acompañaré a casa, vamos —Neji le hizo un ademán con la cabeza, señalando la salida, echándose a caminar de inmediato, con Lee alcanzándolo en dos zancadas.

 —¡Pero podríamos entrenar ahora mismo! —Lee sugirió, lleno de energía.

—No —el Hyūga negó, mirando seriamente al otro—. Recuerda lo que Tsunade-sama te explicó casi al principio de la consulta; al menos por hoy no debes frotar ni golpear el área dónde fue la inyección. Por más que intentes cuidarte, en un descuido en medio del entrenamiento puedes golpearte ese brazo. Así que será mejor que esperes hasta mañana.

—Tienes razón —el ánimo del omega se desinfló un poco—. Será un día aburrido sin nada qué hacer.

Neji desvió la mirada del puchero que Lee estaba haciendo. Una ligera y extraña inquietud se extendió por su pecho, no era tan mala ni de algo grave, era más como un ligero nerviosismo, del tipo que sentía cuando se trata de algo respecto a lo que Lee le hacía sentir inesperadamente. Y es que, justo en ese momento, una parte de su cerebro le gritó que era un momento adecuado para pasar más tiempo con Lee, invitarlo a hacer algo más que entrenar. ¿Una cita? La palabra apreció en su mente y la mandó lejos rápidamente.

De todos modos, Lee no parecía disfrutar nada más que entrenar. Neji entonces sentenció que el omega tenía que lidiar solo con un día tranquilo.

—¡Qué bueno que los encuentro! —Tenten apareció un su camino minutos después—. Sabía que estarían juntos.

—¿Qué pasa, Tenten? —Lee cuestionó—. ¿Tenemos una misión?

—Aún no lo sé. Gai sensei me dijo que nos reuniéramos todos donde siempre.

—¡Entonces vayamos!

Como era de esperarse, el ánimo de Lee volvió a dispararse, echándose a correr a toda velocidad, dejando al par de alfas completamente atrás. Tenten parpadeó confundida, pero no sorprendida. Neji hizo una mueca típica de pena por la energía ridícula del omega.

—No era necesaria tanta prisa —Tenten se quejó con desgana. Pero rápidamente lo olvidó, volteándose hacia su otro compañero de equipo—. ¿Y? ¿Qué hacían ustedes dos? ¿Estaban en una cita?

Neji la miró con irritación. Cualquier otro genin se pondría nervioso con esa mirada de advertencia, y huirían o comenzarían a disculparse con él. Pero Tenten no le temía, y muy al contrario, parecía encontrar divertido fastidiarle con el tema de Lee en particular. Así que ella se echó a reír por la clara molestia en el rostro del otro alfa.

—Deja de decir tonterías —el Hyūga le dijo con voz firme—. Alcancemos a Lee para ir con Gai, o ambos se pondrán irritables diciendo que tardamos demasiado.

*

Los tres genin se sobresaltaron cuando escucharon la noticia que les tenía su sensei. Habían esperado el anuncio de una misión, o en todo caso la promesa de un arduo entrenamiento, pero no fue el caso.

—Los exámenes chūnin se llevarán a cabo en tres semanas —Gai les informó, captando su atención rápidamente—. Sin embargo, he decidido no recomendarlos esta ocasión.

—¿¡Qué!? —Lee y Tenten saltaron.

—¡Aguarden un momento! —su sensei detuvo de inmediato la avalancha de reclamos y lloriqueos que veía venir de sus dos estudiantes más enérgicos—. Les explicaré la razón de mi decisión y, si ustedes no están de acuerdo y prefieren tomar la prueba, no me quedará más remedio que recomendarlos. ¡Pero que quede claro que ese no es mi deseo legítimo!

—¿Cuál es la razón? —pidió saber Lee con desesperación—. Hemos entrenado tan duro para esta vez sí convertirnos en chūnin.

—Lo sé —Gai aceptó—. El último año, desde los últimos exámenes chūnin, se han fortalecido considerablemente, también han madurado. Sin embargo, lo que me preocupa es que no ha pasado ni medio año de las presentaciones de su subgénero. Aún no han perfeccionado su entrenamiento para lidiar con el instinto y aromas alfa/omega. En el examen hay chicos mayores que ustedes que saben manejar mejor su alfa, y pueden aprovecharse de eso. Ya lo vivieron en el examen anterior; no se trata de una prueba simple. Hay personas realmente malvadas ahí, me preocupa también lo que ellos puedan hacer si notan que Lee es omega. No importa que ustedes sean más fuertes que sus enemigos si ellos logran someterlos con infames trucos alfa como el olor o los gruñidos. Aún les falta entrenamiento para estar a salvo de eso.

Gai les dio una mirada significativa, lleno de preocupación pero manteniendo su exterior fuerte. Dejándolos procesar todo lo que les había dicho, y esperando pacientemente por lo que decidirían.

Tenten pareció comprenderlo rápidamente, estando de acuerdo. Lee estaba luchando un poco más por decidir cuál sería la mejor opción; no le gustaba ir en contra de los consejos de su sensei, pero también quería demostrar tanto que estaba listo para convertirse en chūnin. Y Neji también estaba un poco en conflicto, pero manteniendo mejor la calma, procesando los pros y contras. Gai sin duda tenía su buen punto ahí. Neji no sería tan arrogante para declarar que ya es inmune a los gruñidos u olor de los alfas más grandes y fuertes. Hay mucho en juego (la seguridad de todos, pero sobretodo de Lee) como para arriesgarse si está consciente que su entrenamiento en esa área no está completo.

No va a arriesgar así a Lee y Tenten.

—Lo entiendo —Neji cedió.

—Yo igual —Tenten también estuvo de acuerdo.

—También yo —Lee había tardado un poco más en responder pero lo hizo—. No debemos arriesgarnos como equipo. No quiero que Neji y Tenten sufran a manos de unos alfas malvados por mi culpa.

—Jamás será tu culpa, Lee —Neji se adelantó a aclarar—. Si un alfa cuestionable intenta aprovecharse de tu condición como omega es porque él mismo es una escoria que no debería llamarse a sí mismo shinobi, y no se merecería más que el peor de los castigos.

—Neji tiene razón —Tenten apoyó con efusividad.

—Sensei tiene bien su punto —Neji continuó, ahora más tranquilo luego de percibir que Lee se había relajado considerablemente—. A los tres nos falta pulir nuestro entrenamiento para repeler la sumisión por comandos alfa. Entonces hay que esforzamos, y para el siguiente año conseguiremos ser chūnin sin duda.

—¡Así será! —determinó Lee alzando un puño al aire.

Los tres genin se sonrieron, estando de acuerdo con el plan concretado. Un momento después, un dramático sollozo de Gai los hizo volverse hacia su sensei.

—¡Mis preciados estudiantes! Son tan jóvenes, pero sin duda han madurado tanto desde su presentación —lloriqueó Gai, completamente emocionado—. ¡Me hacen sentir tan orgulloso! Su compromiso al trabajo en equipo y su intención de siempre cuidarse unos a otros, ¡es lo más maravilloso que puede haber en un joven equipo de colegas y amigos!

—¡Todo es gracias a su espléndida guía, Gai sensei! —Lee le animó, también desbordando lágrimas en extremo emotivas.

Los dos se fundieron en un abrazo dramático entre un mar de lágrimas, mientras Neji y Tenten miraban la escena con tics en sus ojos.

Luego de eso, Gai corrió para hacer oficial su decisión de no recomendarlos para los exámenes de ese año. Lo que volvió a dejar a los tres jóvenes de nuevo solos.

—¿Creen que todos los demás equipos sí participen? —Tenten preguntó, mientras jugaba despreocupadamente lanzando un kunai al aire para luego volverlo a atrapar.

—No lo sé —Neji respondió, sin mucho interés realmente. No le preocupaban los otros equipos, tal vez sólo el de Hinata—. Ellos tienen la ventaja de que no se han presentado aún, no tienen que lidiar todavía con los obstáculos del subgénero. Sin embargo, no creo que se hayan hecho lo suficientemente fuertes. Lo más inteligente sería que también esperaran un año más.

Tenten asintió estando de acuerdo.

Hubo un pequeño lapso de cómodo silencio mientras la kunoichi continuaba lanzando y atrapando el kunai, Neji observaba tranquilamente el cielo, y Lee veía con atención lo que hacía su amiga alfa.

—Me pregunto si Gaara-kun presentará el examen —con ese comentario dicho al viento, Lee rompió el silencio.

Tenten detuvo su juego, y Neji se volteó a mirar al omega.

—¿Gaara? —Tenten frunció un poco las cejas—. ¿Por qué te preguntas por él?

—No lo sé. Sólo fue curiosidad —Lee se encogió de hombros—. Es un buen tipo y un ninja impresionante. Debería de haber obtenido el rango chūnin y jōnin desde hace mucho tiempo atrás.

—Pero todo eso lleva un proceso, no puede simplemente saltarse el examen para obtener esos rangos —Tenten respondió con prisa, para retomar sus dudas reales—. Pero olvida eso. ¿Qué quieres decir con que es un buen tipo? No me gusta recordártelo, ¡pero él literalmente intentó asesinarte!

Neji había permanecido peligrosamente silencioso y tenso. Afortunadamente Tenten estaba haciendo todas las preguntas que él mismo había pensado desde que escuchó a Lee nombrar al shinobi de la aldea de la arena.

—Eso quedó en el pasado y no le guardo rencor —Lee alzó un poco más su voz, como si estuviera decidido a defender al ninja pelirrojo—. Además, Gaara-kun me ayudó al enfrentarme a Kimimaro. De no haber sido por él, habría muerto en esa pelea.

—No lo hizo por buen tipo. Era su misión —Tenten dijo, despectivamente.

Neji continuó tenso en silencio, apretando la mandíbula para no decir ni una palabra. Si abriera la boca ahora mismo para hablar, seguramente sus palabras serían más duras que las de Tenten, y Lee terminaría enfadándose con él.

—Sé que era su misión —las mejillas de Lee se inflaron un poco y enrojecieron, mostrando su creciente frustración y enojo—. Aun así fue muy amable y tan suave en el trato que tuvo conmigo. Vi un lado diferente de él. Sé que es una buena persona.

—¿Amable y suave? —Tenten bufó—. Esos adjetivos no van con él.

—¡Pero lo fue!

—Ahora que lo recuerdo; ¿no dijeron los médicos que estabas borracho en esa pelea? —la kunoichi continuó—. Seguramente alucinaste eso en medio de tu embriaguez.

—¡Volví a estar sobrio cuando Gaara-kun llegó! —Lee continuó defendiendo.

¿Por qué lo defendía tanto? ¿Por qué incluso se molestaba al ver que Tenten no le creía? Neji estaba haciendo trabajos de respiración para no cabrearse. Habían estado entrenando mucho con Gai sensei para controlar su ira alfa; el tipo de ira que saltaba ante desafíos de otros alfas, humillaciones y tonterías de defender su honor como alfa. Ni siquiera sabía si Gaara ya se había presentado y si lo había hecho como alfa para sentir que le estaba arrebatando al omega que deseaba. ¡Era una estupidez! Lo más seguro es que el shinobi pelirrojo no se haya presentado porque es un año menor que ellos, además, no debe sentir celos de que Lee parezca tan empeñado en defender al otro chico. ¡Relájate, maldita sea!, se gritó mentalmente mientras continuaba escuchando la discusión de los otros dos sin interferir.

—Entonces esa última vez no intentó matarte. ¿Ya por eso es amable? —Tenten habló mordazmente.

—Claro que no —las mejillas de Lee se pusieron más rojas por la frustración de que su amiga no lo entendiera—. Él no dejó que peleara luego de ver que yo no estaba en buenas condiciones, se hizo cargo de todo para disgusto mío, pero él tenía razón, yo ya estaba herido y todavía mareado por la embriaguez. Peleó tan formidablemente, nos salvó a ambos. Todo el tiempo me sostuvo de forma suave con su arena y me protegió con la misma. Kimimaro me habría matado de no ser por Gaara-kun. Y luego, me trajo de regreso a Konoha sobre su hombro. Fue muy amable.

La voz de Lee se había ido suavizando mientras hablaba, sus mejillas volvían a su color natural y parecía más nostálgico que molesto. Tenten hizo un mohín ante eso. Neji quería estar en cualquier lado menos ahí en ese instante. Las tripas se le revolvieron de una forma extraña y desagradable. A Lee le gusta Gaara, su perspicacia opinó eso, dejándole el pensamiento estorbando en su mente y en su propósito de relajarse.

—Si lo planteas así, no suena tan mal —Tenten habló, luego de varios segundos de tensión—. Pero Lee, él fue tan horrible contigo al principio que…, bueno, se me hace difícil creerte del todo.

—Entiendo que lo dudes, no estuviste ahí para verlo —Lee aceptó, pero no se rindió—. Sin embargo, ¿no es verdad que las personas pueden cambiar?

Neji no necesitó voltear el rostro ni activar el byakugan para saber que con su última declaración Lee lo estaba observando fijamente a él, como para señalar un punto a lo que se refería. Tenten lo captó rápido y quedó en silencio sin saber cómo continuar rebatiendo lo que decía el omega.

Por su lado, Neji se sintió también algo derrotado. ¿Cómo podría juzgar duramente lo que Gaara hizo y dudar de su cambio de actitud, si él mismo no fue la mejor persona con Lee en sus inicios, si fue cruel y también lo lastimó y, sin embargo, había cambiado y ahora le preocupaba protegerlo y cuidar de él? Las personas pueden cambiar, les recordaba Lee, teniendo uno de los ejemplos más significativos justo ahí en su equipo.

Tal vez los estúpidos e irracionales celos alfa eran lo único que impedía que viera fácilmente el punto de Lee al creer en el cambio de Gaara y defenderlo. Tuvo que reanudar los ejercicios de respiración para que su mente se aclarara.

—¿Neji? —Lee le llamó, un tanto dubitativo. Era de esperar que quisiera oír su opinión luego de haber permanecido en un extraño silencio.

—Sería hipócrita de mi parte decir que las personas no pueden cambiar —habló, satisfecho consigo mismo de que su voz saliera tan tranquila como siempre—. No conozco a Gaara ni lo he vuelto a ver, peo si Lee afirma que ha cambiado y es amable con él, deberíamos de creerle, ¿no, Tenten?

—Haré el esfuerzo —la kunoichi cedió a medias—. Pero necesitaré verlo con mis propios ojos para estar cien por ciento segura.

—Supongo que en algún momento ustedes podrán comprobarlo por sí mismos —Lee les sonrió dulcemente, contento sólo porque habían dejado de dudar del ninja pelirrojo. Neji volvió a fruncir el ceño ante ese pensamiento.

—Debo irme —Neji anunció, levantándose del césped y comenzando a caminar lejos de ahí sin darles tiempo de nada más.

***

Ingenuamente pensó que al volver a casa estaría más tranquilo porque tendría tiempo a solas de meditación para relajarse. Pero claro que sus planes no fueron como lo esperaba.

Apenas había entrado a su habitación cuando alguien llamó a la puerta. Al abrir le comunicaron el mensaje de que Hiashi quería hablar con él y lo esperaba en la sala de entrenamiento.

Se dirigió hacia allá en seguida para no alargar más el asunto. Ya no estaba tan de buen humor como para tener que lidiar con tantas personas o cualquier cosa desagradable que tuviera que decirle el líder del clan.

—Hiashi-sama, ¿quería verme? —Neji hizo una reverencia en cuanto entró a la habitación y vio a su tío en el centro de ésta, tan serio como siempre.

—Neji, necesito que me esclarezcas algo —el mayor fue directo al punto como era típico de él—. Me informaron que esta mañana te vieron en el hospital junto con el omega Rock Lee. Específicamente los vieron en el área de planificación familiar. ¿Quieres explicarte?

El rostro serio de Hiashi se mostraba aún más duro con las cejas profundamente fruncidas. Nunca parecía estar particularmente alegre o relajado, y era difícil saber si estaba molesto o simplemente estaba con su expresión de siempre. Pero ahora se notaba su molestia y desagrado. Neji se mantuvo tranquilo.

—Lee me pidió acompañarle a su consulta médica. No vi problema en ello —explicó sencillamente, aunque ya sospechaba que el mayor no se conformaría con esa respuesta.

—¿Por qué pidió tu compañía? No son unos niños para temer ir solos con el médico.

—Recibió su primera dosis anticonceptiva, eso lo tenía algo nervioso —esperaba que la declaración privada fuera suficiente para avergonzar a Hiashi y desistiera de seguir indagando. Pero se equivocó, el mayor pareció más enfurecido.

—¡No lo puedo creer de ti, Neji! —exclamó Hiashi molesto—. No me comunicaste ni siquiera cuando empezaste a cortejar a ese omega, y ahora ya mantienen relaciones sexuales. ¡Es inaceptable que no hayas seguido el cortejo como lo dicta el clan! ¡Nos hace ver de forma deplorable!

Mantén la calma, se recordó, pese a que sintió un montón de emociones escandalosas ante las implicaciones que hacía Hiashi.

—No cortejo a Lee. Y no mantenemos relaciones sexuales —aclaró, con los dientes un poco apretados.

—El omega se acuesta con otro alfa y tú eres el que lo acompaña por sus anticonceptivos. ¡Eso es aún peor de inaceptable! —Hiashi podría estar a punto de golpearlo de tan furioso que se estaba poniendo—. ¡Somos Hyūga! ¡Debes ser la primera y única opción del omega, no un reemplazo!

Neji tomó una profunda respiración antes de hablar. Era un milagro que no le haya gruñido. No, no un milagro. Es producto del arduo entrenamiento al que les había estado sometido Gai para controlar sus impulsos alfa más primitivos y violentos, y en su lugar mantener la calma.

—Con todo respeto, Hiashi-sama, pero se ha equivocado sacando conclusiones tan precipitadas —Neji sentía su mandíbula tensa, reprimiendo su furia—. Lee tampoco mantiene relaciones con otra persona, no tiene pareja. Simplemente ya le correspondía recibir anticonceptivos.

—El momento en que los omegas comienzan con anticonceptivos es cuando inician su vida sexual. Si no es por eso, ¿por qué más ese omega necesitaría comenzar a usarlos? —Hiashi le miraba como si fuera estúpido. El menor no podía creer que el estúpido estaba siendo el alfa mayor.

Neji volvió a respirar profundamente para no caer en cólera. La mayoría de los alfas no tienen idea de las cosas por las que los omegas deben pasar, mucho menos las situaciones particulares que los shinobi omega enfrentan. Hiashi podrá ser poderoso, muy inteligente y poseer un estatus elevado, pero hasta él es un ignorante en asuntos omega como lo es cualquier otro alfa de élite; desinteresado y poco empático, asumiendo cosas erróneas de los omegas.

—Porque Lee es un ninja. A los shinobi omega se les recomienda usar anticonceptivos a partir de su primer celo para evitar embarazos en caso de que sean agredidos sexualmente en una misión —explicó, con la voz grave de tanta molestia—. Creí que un alfa de élite como usted sabría de ello.

Hiashi se tensó antes de responder de mala gana.

—Los shinobi omega no son tan comunes. Mucho menos en nuestro clan. Quizá por eso no estamos al tanto de todo lo sucedido con los omegas que se atreven a ser ninjas —el mayor se justificó, todavía con una ligera molestia—. Como quiera que sea, será mejor que te mantengas a raya con cómo te muestras en público con ese omega antes del cortejo. Que, por cierto, ésa es otra cosa que pronto tendremos que hablar seriamente.

—No veo la prisa para ello —Neji cerró sus párpados, todavía luchando por conservar su fachada tranquila.

—Ya has cumplido los quince años, Neji —el mayor le recordó—. Ya no eres un niño. Eres un alfa y un ninja. La vida de los shinobi puede ser fugaz, no hay mucho tiempo que perder.

—Precisamente por ello, he decidido que lo mejor es no emparejarme con nadie —Neji manifestó.

Los párpados de Hiashi se abrieron más por un segundo, para luego volver a fruncir el ceño y hacer una mueca.

—Tal vez me equivoqué. Sí sigues siendo un niño —Hiashi le dijo, como si en verdad estuviera decepcionado. Neji estaba harto, así que no le importó mucho el insulto.

—Si eso es todo, Hiashi-sama, preferiría retirarme a hacer mi meditación.

El mayor apenas le dio un asentimiento, Neji volvió a ofrecerle una reverencia y salió de ahí con los puños apretados.

Meditar le vendría bien, pero en ese momento no se creía capaz de concentrarse apropiadamente. Tal vez lo mejor sería volver al campo de entrenamiento, a uno diferente al que acostumbraba su equipo para estar a solas descargando su frustración en el entrenamiento de su taijutsu.

Al menos se había controlado lo mejor posible, sin gruñidos, y mucho menos sin violencia. Era un gran avance para su entrenamiento de control de impulsos alfa. Se había sentido más como él mismo antes de la presentación, cuando era más fácil conservar la calma aun cuando algo le enfureciera. Si hubiera continuado la conversación con Hiashi, seguro que eso le sobrepasaría y terminaría manifestando su rabia. Lo mejor fue retirarse, ya no importaba mucho si Hiashi lo haya considera inapropiado o grosero, fue la mejor alternativa para él y con eso se conformaba por ahora.

Iba a paso rápido, y casi no nota que Hinata había girado en una esquina cercana a él, si no fuera porque ella le habló.

—Neji nii-san —la pequeña voz de Hinata le hizo detenerse—. ¿Te encuentras bien?

—Hinata-sama —Neji se sorprendió un poco de verla. Entre misiones y entrenamientos separados, a veces no se veían por semanas, y en los periodos de tiempo más tranquilos se reunían con frecuencia para entrenar juntos. Pero los últimos meses no había sido el caso, apenas y se habían encontrado un puñado de ocasiones. Además, Hiashi nunca hablaba de ella, salvo para quejarse—. ¿Cuándo volvió de su última misión?

—Ayer en la noche —ella respondió con tranquilidad, acercándose tímidamente—. ¿Estás bien? Pareces exaltado. ¿Papá te dijo algo malo?

La preocupación genuina en la voz y la expresión de Hinata le obligó a relajarse más. Ella intervenía con buenas intenciones, lo sabía, pero tampoco era su propósito preocuparla de más. Hinata misma tenía muchas cosas con las cuáles lidiar referente al clan.

—Estoy bien —aseguró, volviendo a su tono neutro y expresión serena.

—Lo siento, no quería interferir —Hinata se cohibió un poco más—. ¿Tienes prisa por ir a otro lugar?

—En realidad, no.

—Entonces, ¿podemos tomar el té juntos? —ella le preguntó con un poco de ilusión.

Neji bajó un poco su mirada, sintiéndose mal por ella. Ya habían tenido esa conversación decenas veces, pero Hinata insistía en tratarlo como a un igual. Neji podía entenderla un poco. Hinata siempre lo ha visto como un hermano mayor, e inconscientemente busca en él el apoyo de uno, a falta de otra figura familiar más cercana.

—Ya hemos hablado de esto, Hinata-sama. No debe tratarme como su igual. Compartir el té sin una razón de por medio con alguien de la segunda rama, sería mal visto.

—Pero… —la voz de Hinata se fue apagando, al igual que la ilusión en su expresión. Neji se sintió fatal por ella de nuevo, pero así eran las cosas en su clan—. ¿Y si entrenamos en su lugar?

Neji sonrió suavemente.

—Podemos hacer eso —asintió.

*

Afortunadamente, Hinata también estaba ansiosa por salir del distrito Hyūga, por lo que apoyó su idea de ir a uno de los campos de entrenamiento alrededor de la aldea.

Estuvieron entrenando por horas. Hinata había adoptado más determinación y había mejorado considerablemente su técnica, por lo que no le resultaba tedioso practicar su taijutsu con ella. A pesar de que la llevaba hasta su límite, Hinata ya no se rendía fácilmente. Sin embargo, Neji sabía distinguir cuando era necesario que tomaran un descanso.

—Tomemos un descanso —Neji sugirió.

Con poco aliento y notablemente cansada, Hinata asintió, aun así le sonrió con sus pocas energías y fueron a sentarse a la pequeña colina que estaba a un costado de ellos. Bebieron del agua que llevaban y quedaron mirando el atardecer que se mostraba desde ese punto.

—Nii-san, ¿puedo saber si tu equipo se inscribirá a los exámenes chūnin? —Hinata cuestionó luego de unos segundos.

—No lo haremos —respondió, no le importaba compartir esa información—. Esperaremos al siguiente año.

—Ya veo.

—¿Qué tal su equipo?

—Kurenai sensei nos sugirió también esperar al siguiente año. Shino-kun y yo estuvimos de acuerdo, pero Kiba-kun no está conforme con esa decisión —ella agachó la mirada, notándose abatida. Neji frunció las cejas al escuchar la mención del Inuzuka—. Supongo que tendremos que inscribirnos de nuevo este año. Después de todo se necesita que todo el equipo se inscriba. Así que agradezco que puedas ayudarme a entrenar. Esta vez quiero hacerlo mejor.

—Su compañero de equipo es un idiota —Neji no se molestó en ser suave con sus palabras, sorprendiendo un poco a Hinata—. No debería de presionarles para tomar el examen sólo por capricho. La decisión debe ser en equipo, no de forma egoísta.

—Kurenai sesnsei y Shino-kun trataron de hablar con él y explicarle que lo mejor era esperar al siguiente año, pero él no les hizo caso.

—Qué poco inteligente —expresó de forma mordaz.

—Kiba-kun es más impulsivo. Tal vez, una vez que medite mejor las cosas se dará cuenta de su error —Hinata intentó defender a su compañero de equipo, o quizá sólo esperaba que en verdad eso sucediera; que Kiba dejara de ser un tonto y hacer lo mejor para su equipo.

—Sí —murmuró. No valía la pena expresar su honesta opinión sobre el Inuzuka.

De pronto la actitud de Hinata mejoró, como si hubiese recordado algo. Ella dio un respingo y una sonrisa. Neji la miró con curiosidad.

—Hablado de Kiba-kun, al parecer le gusta mucho Lee-san —Hinata hizo el comentario de forma inocente, sonriendo amablemente hacia Neji, como si sólo estuvieran cotilleando un poco sobre sus compañeros de equipo, ajena a que el alfa se tensó ante la información—. Habla muy seguido de él. Dice que quiere invitarlo a salir.

—¿Qué? —con lo último, Neji saltó, incapaz de mantenerse normal. Hinata le miró extrañada por un segundo, lo que le tomó al mayor recomponer su compostura.

—¿Crees que Lee-san lo acepte?

—Hinata-sama, ¿está intentando hacer de casamentera? —con los párpados más abiertos, Neji la miró.

—No, para nada —ella enrojeció un poco—. Es sólo curiosidad. Kiba-kun parece tan entusiasmado con la idea de salir con Lee-san que sólo espero que tenga una oportunidad.

—No creo que tenga oportunidad —Neji negó, captando la atención de Hinata—. Kiba ha sido grosero con Lee recientemente. Fue muy irrespetuoso y vulgar al saber que se presentó como omega.

—¿Hizo eso? —Hinata pareció espantada.

—No confío en que su intención de salir con Lee sea pura, sino que puede tener intenciones inmorales detrás —Neji hizo una mueca—. Hinata-sama, sea honesta, ¿antes de la presentación de Lee, usted había escuchado o sabido que Kiba tenía algún interés en él?

La menor parpadeó un par de veces, considerando la pregunta.

—Ahora que lo mencionas —ella murmuró—, Kiba-kun nunca antes había hablado de Lee-san, más que para elogiar su taijutsu, pero no para mostrar un interés romántico.

—Desde el momento en que olió a Lee como omega, Inuzuka le hizo una serie de propuestas indecentes.

—¿Por eso lo golpeaste en aquella ocasión —Hinata preguntó, algo sorprendida. Ante la mirada confundida de Neji, aclaró—. Shino-kun me contó. Dijo que se encontraron con ustedes, que Kiba-kun dijo cosas inapropiadas a Lee-san y entonces tú lo golpeaste.

—Sí. Tal vez me sobrepasé.

—A veces Kiba-kun no mide sus palabras, pero no es una mala persona —Hinata murmuró, apenada—. Y tú le tienes un gran aprecio a Lee-san. Sólo lo defendiste.

Neji asintió.

Volvieron a quedar en otro cómodo silencio. Su agua ya casi se terminaba y estaba anocheciendo, pronto deberían volver a casa, pero parecía que Hinata todavía no quería retirarse. Tal vez, como Neji lo había sospechado, la menor sólo buscaba un momento para conversar con él. El entrenamiento quedaba en segundo plano aunque también tomaran provecho de él, pero principalmente Hinata buscaba convivir con el que consideraba un hermano mayor, conversar con él y expresarle sus inquietudes como cuando mencionó lo de los exámenes chūnin.

—Yo…, ¿puedo hacerte una pregunta más personal, hermano? —Hinata volvió a notarse más cohibida, y algo decaída.

—Claro.

—¿Es difícil ser alfa? —Neji no se había esperado esa pregunta, sin duda le desconcertó un poco, pero Hinata continuó para no hacer tan vago su cuestionamiento—. Quiero decir, sé cómo se supone que debe ser un alfa Hyūga. Me refería a si la presentación fue difícil, y todo el proceso que has llevado para adaptarte.

—¿Por qué quiere saber de eso? —Neji prefirió indagar un poco más antes de responder.

—Tal vez todavía me falten unos meses para yo misma presentarme, pero he escuchado a papá y a los ancianos discutir al respecto —su estado de ánimo decayó más. Neji ya entendía por dónde iba el tema—. Ellos quieren que me presente como alfa, aunque no lo esperan realmente. No quiero decepcionarlos, pero me da un poco de miedo todo el asunto. Sé que es complicado y doloroso, pero no tengo a nadie más de confianza para preguntarle al respecto. Quiero prepararme para ese momento. Si todo resulta bien, me presentaré como alfa como la rama principal espera.

Ella hablaba con falsa firmeza, porque la convicción de todas sus palabras no llegaba a sus ojos que permanecían tristes y temerosos. La presión del clan es descomunal para ambas ramas.

—¿Cuál es su deseo?

—Ser alfa, así no decepcionaré a todos una vez más.

Neji negó.

—Sólo quiere ser alfa para no molestar a los demás, pero, ¿usted realmente también desea ser alfa?

Hinata tembló un poco y cerró sus párpados con fuerza, antes de mover la cabeza en una negativa.

—No me gustaría ser alfa. Sé que es una locura decirlo, todo mundo espera convertirse en alfa. Pero…, el clan sólo pondrá más presión sobre mí. Puedo adivinar lo que dirán, que no soy una alfa digna, que sólo los avergüenzo, la misma clase de cosas que ya piensan de mí, así que si soy beta continuarán diciendo lo mismo, al igual que si soy omega, sólo que con ello estarán más decepcionados —sus ojos se llenaron de lágrimas que luchaba por no derramar—. Pero si me presento como omega, podré lidiar con su desprecio y, siendo honesta, será un alivio que me quiten de la línea de sucesión. Han querido hacerlo desde que era una niña y no vieron ninguna aptitud en mí. Nos beneficiaría a ambas partes. Sería lo mejor, porque cuando tenga cachorros, sólo quiero dedicarme a ellos. Es un sueño tonto, ¿no?

Al final sonrió un poco, a pesar de que sus ojos seguían encharcados de lágrimas y su voz se quebraba un poco. Neji sintió algo de frío en su pecho y la miró con suavidad.

—No es un sueño tonto. Es completamente admisible —Neji quiso darle ánimos, pero el fantasma del clan apareció en su mente de forma rápida—. Desafortunadamente en nuestro clan las cosas no son sencillas.

—Quiero presentarme como omega —ella dijo, con un poco más de determinación—. Pero también sé que si eso sucede, papá elegirá con quién del clan emparejarme.

Hinata miró al suelo, con sus labios temblando levemente. Neji podía apostar a que tenía a alguien en mente, a la persona que ella más admiraba y anhelaba; Uzumaki Naruto. De quien ahora se sentía más alejada no sólo por la ausencia de Naruto en la aldea, sino porque su presentación estaba cada vez más cerca y los planes de emparejamiento para la heredera Hyūga no contemplaban personas ajenas al clan.

Momentos y situaciones como esa eran las que le recordaban a Neji que el clan Hyūga no sólo les arrebataba parte de su libertad y condenaba sólo a la rama secundaria, sino también a la rama principal. Aún si Hinata se presentara como alfa, no era tan libre de elegir a su pareja, sus opciones se limitaban a que fuera alguien estrictamente del clan.

Ser un alfa de la rama secundaria le permitía a Neji a elegir (casi) libremente con quien emparejarse, incluso si esa persona no pertenecía al clan, pero debería de ser con un(a) omega. Parecía no haber grandes privaciones, al menos no para el alfa, pero el omega se condenaría a una vida de sólo servir a la familia, sin importar si ese era su anhelo o no.

Así que si incluso Hinata fuese una alfa de la rama secundaría, lo más probable es que tampoco pudiera estar con Naruto. El escandaloso Uzumaki, jamás abandonaría su sueño de ser hokage para ser un omega Hyūga, por supuesto, en caso de que se presente como omega. Para Naruto lo más importante era ser shinobi, hacerse más fuerte, enfrentar enemigos poderosos y cumplir con las misiones más peligrosas. Uzumaki y Lee eran tan similares en ese sentido… Ninguno de ellos aceptaría nunca ser un omega Hyūga. Hinata lo sabía y por eso estaba tan triste, pero tendría que lidiar con ello.

Al igual que Neji.

 

Chapter Text

Neji activó el byakugan y comenzó a buscar a Lee mientras respiraba profundamente intentando recuperar el aliento. La garganta le ardía con cada respiro, el sudor empapaba la bandana en su frente, y sus extremidades comenzaban a flaquear un poco debido al cansancio.

Llevaba horas entrenando con Lee, hasta que pasaron a combate cuerpo a cuerpo luego de tanta insistencia del omega. Neji había derribado a Lee un par de veces, quien estaba comenzando a frustrarse por no haber podido derrotar al alfa aún. A pesar de eso, el Hyūga había recibido varios golpes fuertes, pero no los suficientes como para ser vencido. Se sentía agotado y había gastado ya demasiado chakra; cada vez que se enfrentaba a Lee le exigía un poco más en cada pelea. Era notorio el avance de Lee en su taijutsu, en su fuerza monstruosa y su velocidad. Neji peleaba tan en serio con él como Lee lo hacía.

Desde hace un tiempo el Hyūga había aceptado su rivalidad, considera a Lee un digno oponente, y eso a Lee lo había hecho muy feliz, motivándose de la misma forma para continuar entrenando arduamente y retándolo a constantes enfrentamientos. Aunque dichos enfrentamientos amistosos se habían detenido por un tiempo luego de las presentaciones de su subgénero. Gai se los había sugerido, ya que los primeros meses Neji había continuado luchando con su instinto protector sin querer tocarle siquiera un cabello a Lee, mientras el omega se frustraba pero también reaccionaba de una manera distinta hacia su amigo alfa; siendo más dócil y suave. Así que sus enfrentamientos carecían de determinación y eran muy poco serios. Ninguno de los había notado mucho eso, pero su sensei sí, haciéndoselos notar de forma sutil para no avergonzarlos, aunque cuando ellos entendieron a qué se refería, se avergonzaron igual. Pero su entrenamiento, junto con el uso de bloqueadores de olor y que ya estaban más acostumbrados a sus nuevos cuerpos y las feromonas, les proporcionaba volver a enfrentarse como antes.

No abandonó su pose de pelea mientras aún usaba el byakugan para ubicar a Lee que en un momento se había alejado lo suficiente para desaparecer de su vista. Sus compañeros de equipo sabían mejor que nadie que no servía de nada intentar esconderse de él. Sería ridículo pensar en ello. Así que Neji no dudó en buscar a Lee con ayuda de su byakugan, no debería de estarse escondiendo, pero igual estaría planeando algo.

Lo encontró rápidamente, a pocos metros de él.

Lee se estaba quitando las pesas de los tobillos.

Neji abrió más los párpados al darse cuenta de ello. Apenas tuvo tiempo de bloquear una poderosa patada porque en un parpadeo Lee ya estaba de vuelta, atacando con todo.

El impacto incluso le hizo deslizarse un metro por la tierra, mientras se aferraba a no caer ni a desvanecer el escudo que había hecho con sus brazos. Apenas Lee se alejó, Neji no dudó en lanzar también su golpe, pero fue en vano. Sin sus pesas, Lee era increíblemente rápido, al punto que Neji ya había admitido abiertamente que se le dificultaba seguirle la pista incluso con su byakugan.

El omega no dudó y continuó atacando. Neji pudo bloquear perfectamente muy pocos de esos golpes, lastimándose en el proceso y recibiendo algunos puñetazos y patadas en su cuerpo ya agotado. Considero hacer la rotación, pero si hacía eso se irían sus últimas reservas de chakra, pero si no la hacía, Lee le daría una paliza. Podría haber usado también el ocho trigramas sesenta y cuatro palmas, pero no quería herir gravemente a Lee, mucho menos en una pelea amistosa. Y sabía que el sentimiento era recíproco, porque de no ser así, Lee también hubiera abierto algunas de las puertas de chakra.

Decidió que haría la rotación. El agotamiento lo estaba ralentizando, y si Lee continuaba a ese ritmo veloz, podría derrotarlo. Sin embargo, Lee lo conocía muy bien, estaba familiarizado con cada una de sus técnicas y podía distinguir mejor que nadie qué movimiento haría apenas con un ligero cambio en su posición. Así que el omega lo notó, y rápidamente se alejó de Neji en el momento suficiente para no ser tocado por la ola de chakra que salió del otro cuerpo.

El Hyūga detuvo la rotación antes de tomar incluso velocidad, así que todavía le quedó un poco de chakra. Lee le sonreía estando a unos metros frente a él. Neji le devolvió la sonrisa cuando vio al otro tomar una posición, pero no de pelea, sino para comenzar a correr hacía él, así que el alfa también lo hizo. Al parecer ambos ya consideraban que debían terminar con esa pelea que había durado demasiado. Neji preparó el puño suave, pero Lee le tomó por la muñeca para detener el golpe, haciendo levemente hacia un lado, plantando bien los talones en el piso, tomando impulso y sin soltar a su amigo alfa.

Antes de ser arrojado, Neji determinó que no perdería. El agotamiento le jugó una mala pasada, pero no dejaría ganar a Lee tan fácilmente, así que aunque no fuese el movimiento más elegante, agarró a Lee del antebrazo y del cuello de su jumpsuit para llevarlo junto con él cuando el otro le había soltado para que saliera volando por el aire.

El gritó y la expresión en el rostro del omega al darse cuenta que caería junto con Neji fue divertida para el joven alfa. Lee no se había esperado un movimiento tan desesperado por parte de su rival. Ya con el peso extra de Lee, la velocidad y la distancia a la que cayeron no fue mucha, pero aun así rodaron varios metros por el suelo, entre la tierra, el césped y las hojas secas caídas de los árboles a su alrededor.

Cuando finalmente se detuvieron, ambos quedaron tumbados en el suelo procesando cómo había terminado su encentro amistoso. La risa alegre de Lee no tardó en escucharse. Neji sonrió suavemente cerrando los párpados por un momento.

—¡Eso fue muy divertido, Neji! ¡Un excelente entrenamiento y una gran pelea! —Lee habló animadamente, incorporándose lo suficiente para quedar sentando—. ¡Creo que fue un empate, estimado rival!

Neji sonrió más ampliamente. Una sonrisa apenas suave para cualquier otra persona, pero para quién le conocía bien, era notorio que en él esa era una gran sonrisa. También se sentó sobre el césped, mirando a Lee junto a él.

—Empate —asintió suavemente, reconociendo que esta vez no fue el vencedor absoluto.

La emoción y la alegría llenaron el rostro de Lee, quien saltó sobre su trasero todavía sin ponerse en pie. Ambos estaban completamente agotados.

Neji se estiró un poco, haciendo crujir sus tensas articulaciones luego de tal ejercicio tan demandante. Lee hizo lo mismo, y mientras el omega continuó haciendo algunos estiramientos para relajar sus músculos, Neji fue a quitarse su bandana que ya se sentía incómoda sobre su frente por lo sudada que estaba ahora.

No solía dejar su frente descubierta a no ser que estuviera en la soledad e intimidad de su habitación, para no mostrar la marca maldita que había en su cuerpo. La primera vez que la mostró en público fue en los exámenes chūnin pasados, durante su enfrentamiento con Naruto, y luego de ahí ya no volvió a hacerlo, al menos no para cualquiera. Su equipo la había visto más veces que cualquiera desde ese día, ya que en ciertas misiones donde se deshacían de sus uniformes ninja para descansar al dormir o si iban a los baños a lavarse, la dejaba al descubierto, pero fue apenas después de los exámenes. Antes de esa revelación frente a Naruto y todos los espectadores de los combates, ni siquiera mostraba su frente desnuda a sus compañeros de equipo, sino que solía usar otras bandas para la cabeza en lugar del protector de frente ninja cuando debía quitárselo. Actualmente, sentía la suficiente confianza como para mostrarse con la frente descubierta frente a Lee, Tenten y Gai.

Se estremeció levemente cuando el viento fresco golpeó su frente sudorosa. También se deshizo del arnés y el vendaje que llevaba debajo de la bandana. Llevó su mano derecha para limpiar la suciedad de su rostro, ayudándose de las vendas que rodeaban aquella mano y todo su brazo. Pudo distinguir a su lado que Lee también se sacudía un poco, intentando deshacerse aunque fuera un poco de la tierra que había quedado a sus cuerpos luego de haber rodado por el césped.

Terminó de limpiarse el rostro, o al menos lo mejor que podía en esas circunstancias, y volteó a mirar a Lee cuando éste sacudió su cabeza a la vez que pasaba una mano por su cabello, deshaciéndose de todas las pequeñas hojas y las ramitas que habían quedado atrapadas en su cabello. Fue una tarea sencilla, todas las hojas y ramitas cayeron con facilidad del brillante cabello de Lee. Fue así que Neji notó que el cabello de Lee en realidad era demasiado suave y sedoso, moviéndose con gracia con los movimientos de la cabeza del omega, sin enredarse en lo absoluto mientras los largos dedos de Lee se deslizaban por él.

Se dio cuenta de que nunca había prestado atención a la particularidad del cabello de Lee. También notó que tal vez ya se había quedado mirando demasiado tiempo, ya que su amigo omega había terminado de sacudir su cabello y ahora lo miraba atentamente.

—También tienes ramitas y hojas secas enredadas en tu cabello. ¿Te ayudo a quitarlas, amigo mío? —Lee le sonrió ampliamente, acercando sus manos al cabello de Neji sin esperar una respuesta.

El joven alfa sintió un leve calor en sus majillas cuando sintió las manos de Lee en su largo cabello, quitando con delicadeza la pequeña tira que retenía su cabello.

—Puedo hacerlo yo mismo —murmuró, pero Lee ya había comenzado a retirar las ramitas y hojas de su cabello.

—En ti se han enredado más difícilmente —Lee le respondió, sin interrumpir su nueva tarea—. Déjame ayudarte.

—Gracias —volvió a murmurar, sintiendo ese calor en las mejillas.

Tomó la otra mitad de su cabello y también se puso a desenredar el desastre que el bosque había dejado en su cabello. Su cabello no era ridículamente suave como en el de Lee, además de que era mucho más largo, por lo que costó un poco más de trabajo dejarlo como antes.

—Haz estado dejando crecer mucho más tu cabello, ¿verdad? —Lee preguntó, en un tono suave, ya que al parecer estaba muy concentrado en su tarea.

Neji tarareó una afirmación. Desde pequeño ha tenido su cabello largo, pero lo había mantenido a la mitad de su espalda, despuntándolo cada cierto tiempo para que no fuera más allá de ese largo. Pero desde hace unos meses, lo ha dejado crecer más. No pensó que todavía sería tan notorio, pero al parecer Lee pudo darse cuenta.

—En el clan Hyūga los alfas llevan el cabello largo —explicó—. Siempre se esperó que me presentara como alfa, por lo que mi padre mantuvo mi cabello largo desde pequeño, y seguí conservándolo así. Y, desde mi presentación que confirmó mi género secundario como alfa, lo he dejado crecer más. Es un símbolo de estatus dentro del clan, además de tradición.

—Ya veo —Lee tarareó, manejando con delicadeza poco propia de él los nudos que se habían hecho en la cabellera de Neji, y quitando las ramitas—. En mi clan, son los omegas quienes llevan el cabello largo. No sé si lo recuerdes, pero de pequeño, durante la academia, yo sólo tener el cabello largo.

—Lo recuerdo —admitió. Puede que antes de que se formara su equipo genin nunca haya hablado con Lee, pero lo notó.

—Creo que mi familia también sospechó con mucha anticipación cuál sería mi subgénero, porque me obligaban a mantener el cabello largo. Me decían cosas como que así me vería más bonito, bueno, en mi caso, que así me vería menos feo. Cuando crecí no me gustó mucho en mí, así que lo corté. Probablemente lo hubiera mantenido largo si mi cabello fuera tan bonito como el tuyo.

Neji volvió a sentir ese calor sobre sus mejillas.

—Tú cabello es mejor que el mío, Lee —le dijo, incapaz de mirarlo a los ojos, tomando de pretexto que él mismo estaba limpiando la otra mitad de su cabello—. Es brillante y mucho más suave. Fue fácil para ti deshacerte de las ramas y hojas que se enredaron en él.

—Supongo que esa es una ventaja —Lee sonrió—. Ahora que soy omega, ¿debería de dejarlo crecer de nuevo?

—Deberías mantenerlo corto o dejarlo crecer de acuerdo a lo que prefieras.

—¿Tú lo mantienes largo porque te gusta así, o por la tradición de tu clan?

—Me he acostumbrado a que mi cabello sea largo. Pero también me gusta que sea así. Mi papá también solía llevarlo largo, así que…, supongo que también por eso lo prefiero de esta manera —confesó. Lee le dio una suave sonrisa.

—Va muy bien contigo. Te vez muy guapo y juvenil con la cabellera tan larga —el omega le dijo con determinación, y Neji sintió que su corazón daba un vuelco.

Lee le había llamado guapo. No era la primera vez que halagaba su apariencia. Hace tiempo le había dicho que era atractivo, y ahora esto. Neji probablemente estaba ruborizándose. Agradecía tener el cabello suelto porque así cubría un poco su rostro.

El silencio siguió después de eso. Lee tarareaba de vez en cuando mientras ahora peinaba con sus dedos el cabello de Neji para volverlo a unir en una coleta baja como solía llevarlo. El joven Hyūga sentía su rostro en llamas, porque no podía dejar de pensar en las palabras de Lee y tampoco podía ignorar la acción tan dulce del otro al estarlo peinando.

Hace unos minutos se habían estado atacando con todo, golpeándose, luchando, y ahora aquí estaban, como si estuvieran en una pijamada. Neji quería sentir vergüenza de sí mismo por estar participando y disfrutando de un momento tan dulce con Lee, pero la realidad es que la vergüenza que sentía era porque se sentía feliz de que Lee lo esté ayudando con su cabello, y que lo haya llamado guapo. Quería adjudicar esos sentimientos a algo raro alfa/omega; como Lee es un omega entonces tal vez le hacía sentir esas cosas extrañas. Pero siendo honesto, sabía que no podría estar así con cualquier otro omega, jamás habría permitido que otra persona se acercara tanto a él y le tocara (aunque sólo fuera su cabello). Se trataba de Lee, y por eso se permitía este tipo de tratos con él, porque sólo con él se sentían bien.

—Lee —le llamó, algo dubitativo.

—¿Sí?

—No eres feo —reunió el coraje para seguir hablando, sintiendo que su rostro podría comenzar a echar humo.

El omega había terminado de atar su cabello y se colocó frente a él, mirándole con confusión.

—¿Eh?

—Hace un momento dijiste que de pequeño te obligaban a llevar el cabello largo adjudicando que así te verías “menos feo” —recordó—. Pero no eres feo.

Hubo un momento de silencio. Con Lee mirándolo mientras parpadeaba todavía levemente confundido, o ligeramente sorprendido. Neji pasó saliva, no podía creer que se había atrevido a decir algo así.

Finalmente, Lee volvió a sonreír.

—Gracias, Neji. ¡Eres muy amable, amigo mío!

A Neji se le fue un poco el aliento. No estaba siendo amable, estaba siendo honesto. Lee no era feo, por el contrario, es… lindo. Neji lo miró mientras el otro todavía sonreía, con sus perfectos dientes, las mejillas abultadas por el gesto, los ojos cerrados y las largas pestañas rozando los pómulos, su pequeña nariz y las gruesas cejas que hacían su rostro aún más expresivo, su cabello brillante y perfectamente peinado en un corte de cuenco que sólo a él podía quedarle bien. Lo imaginó con el cabello largo y trenzado, como lo llevaba en la academia, y Neji estuvo de acuerdo en que se vería igual de bien así.

Tal vez le faltaba ser más honesto y decir todo eso que pensaba para que Lee se diera cuenta de que Neji no sólo estaba siendo amable, sino que decía la verdad. Pero el pequeño Hyūga sentía que si decía todo aquello se le saldrían las tripas por la garganta. Así que prefirió no decir más.

—¿Quieres que te acompañe a casa? —Neji preguntó mientras se colocaba de nuevo la bandana en la frente.

Su entrenamiento había terminado, aunque quisiera continuar habían agotado todas sus energías por ese día. Podrían ir a comer juntos, o hacer otra cosa o simplemente quedarse más tiempo ahí conversando, pero Neji sentía que si pasaba más tiempo junto a Lee terminaría derritiéndose de lo caliente que sentía la cara y el pecho sólo de pensar en lo cercanos que estuvieron, y recordar las palabras y los dedos de Lee por su cabello.

¿Qué diablos le sucede?

—Siempre me llevas a casa, así que esta vez yo te acompañaré —Lee sentenció, con un fuerte asentimiento.

—No —fue la corta respuesta de Neji, haciendo que Lee frunciera los labios.

Con ello, el pequeño alfa notó la herida cerca de la comisura de los labios de Lee. Tenía otros raspones por la cara, pero aquella era la herida más notoria que había dejado su combate. Como si recordara aquello, Neji sintió la leve punzada de dolor en uno de sus pómulos donde Lee le golpeó con fuerza casi al final de la pelea.

—Neji —Lee le llamó, deshaciendo su mohín para mirarle con atención.

—¿Qué?

—Tu pómulo se está hinchando más y hay una pequeña fisura en él. Lo siento —Lee pareció en verdad apenado por haberle causado eso—. ¿Quieres que te ayude con eso?

De nuevo sintió que su corazón se saltaba un latido. Sabía lo que Lee implicaba con ello. Luego de la primera vez que Lee le lamió una herida en su rostro y vio que funcionaba para desinflamarla y cicatrizara más rápido, a veces se volvía a ofrecer a usar su saliva para beneficio de Neji, pero el alfa siempre se había vuelto a negar. Las veces que había ocurrido estaban todos en equipo, y Neji moriría de vergüenza si alguien más viera como temblaba porque Lee le estaba lamiendo la cara, además de que seguro sería raro de observar, por lo que se negó todas aquellas veces.

Pero ahora estaban solos.

¡No! Sería una locura volver a hacer algo así. Aquella vez todo fue por una treta de Tenten.

—Estoy bien. No duele —mintió un poco.

—De acuerdo —Le inclinó el rostro, no parecía convencido, como si algo le molestara—. Uhmm, yo…

—¿Qué pasa? —Neji le miró con atención, Lee estaba haciendo muecas raras ahora, como si le costara expresar algo, lo que era muy raro en él, ya que siempre parecía sobrarle las palabras.

—A mí sí me arde un poco esta herida cada que hablo —Lee señaló la herida demasiado cerca de la comisura de su boca, la misma que Neji notó hace un momento—. Es incómodo. ¿Puedes…?

Su voz se fue apagando, mirando hacia el césped.

Neji casi se atraganta con su propia saliva.

¿Acaso Lee pretendía que Neji lamiera esa herida tan cerca de sus labios? Su rostro estaba en llamas de nuevo y de repente la garganta se le secó incluso cuando antes sintió que se atragantaba.

—¡No! —respondió tan pronto como encontró su propia voz.

Los ojos de Lee se volvieron hacia él con rapidez, pareció sorprendido por un segundo por la respuesta tan abrupta, y luego volvió a bajar la mirada con las mejillas ruborizándose.

—Está bien —comenzó a juguetear con sus dedos, moviendo nerviosamente sus piernas—. No quería incomodarte.

—Lee…

—No estaba pensando en que lamieras directamente, sé que te repugnaría hacer algo así, pero tal vez… —soltó una risa nerviosa—. Tal vez saliva en un dedo y de ahí a mi cara. Olvídalo, es igual de asqueroso para ti, ¿no? —volvió a reír, completamente avergonzado.

No sería asqueroso. Neji sentiría que se desmaya si hace algo así.

—¿No traes ungüento para heridas? —el alfa preguntó.

—Su eficacia es más lenta —murmuró—. Además, se me terminó hace dos días y me olvidé de comprar. Pero conseguiré uno nuevo de camino a casa.

Neji se mordió el interior de la mejilla. Era cierto, luego de haber experimentado las propiedades curativas de la saliva del omega, podía estar de acuerdo en que, en comparación, el ungüento no actuaba tan rápido para desinflamar y cicatrizar.

—Muy bien, no te muevas –Neji cedió, sorprendiendo a Lee con el cambio de su decisión.

Parecía fastidiado, pero la realidad es que estaba luchando contra el pánico. Llevó uno de sus dedos a la boca para lamerlo rápidamente y luego llevarlo al rostro de Lee, quien se quedó quieto como se lo pidió, apenas inclinando su rostro hacia él.

El joven alfa apretó los dientes y frunció más el ceño. Esto es asqueroso, se repitió mentalmente, quería convencerse de ello, como la primera vez que Lee le lamió la herida sobre su barbilla. Pero también sabía que de cierto modo era algo natural entre alfas y omegas. Los betas no harían algo así, pero para los demás es una opción. Y, como Lee manifestó, la saliva actúa más rápido que el ungüento médico.

Tocó con su dedo sobre la herida, y Lee siseo quedamente, cerrando uno de sus párpados ante el toque. Tal vez Neji había sido muy brusco, o su dedo no estaba tan húmedo. Cómo sea, se disculpó con una mirada y continuó esparciendo la saliva en la pequeña herida.

No fue suficiente.

Iba a volver a depositar saliva en su dedo cuando Lee se alejó tocándose la mejilla. Parecía que ahora le dolía más. Era extraño, ya que la tolerancia al dolor de Lee era enorme, pero Neji lo comprendió, aquella herida era una fisura fina que ardía más que doler, además se estaba hinchando el área a su alrededor provocándole más molestias, aunado a que con cada gesticulación dolería más, y Lee es tan hablador y expresivo que no podía estarse callado para no lastimarse más.

Recordó que cuando Lee usó directamente su lengua sobre su herida causó un efecto de alivio instantáneo, no sólo por la frescura de la saliva, sino por la suavidad de la misma lengua. Tal vez era cierto que no había mejor manera que lamer directamente, como había dicho Tenten, y como siempre ha funcionado entre alfa y omega ante heridas incluso más profundas como la mordedura de emparejamiento que se debe lamer directamente con copiosas cantidades de saliva.

Volvió a pensar que aquello sonaba asqueroso, pero admitía que era parte de su naturaleza complicada, además que él mismo ha experimentado que se siente como un proceso natural.

Lo único que lo estaba deteniendo a ayudar a su compañero de equipo era que aquella herida que estaba molestando tanto a Lee se encontraba demasiado cerca de la comisura de sus labios. La idea de poner su lengua tan cerca de ese lugar le hacía sentir escalofríos.

—Gracias, Neji, mejor iré por el ungüento —anunció Lee, con el amago de levantarse.

Neji le detuvo, tomándole por los brazos.

—Espera. Lo haré con la lengua. Cuando tú lo hiciste aquella vez se sintió el alivio más rápido —sus manos temblaron sobre el agarre que tenía en los brazos de Lee.

—No te obligues a hacerlo, no es necesario. Puedo pedirle a otro alfa que lo haga.

Neji frunció ante la idea de eso.

—Yo lo haré —sentenció—. Ahora, no te muevas, mantente quieto.

Lee no dijo más, tampoco se movió. Lo sintió ponerse rígido incluso. Neji podía sentir su cara incómodamente caliente y se acercó hasta el rostro expectante de Lee.

Entrecerró sus ojos, estaba tan cerca, incluso tuvo que ladear levemente el su cara para que sus narices no chocaran, realmente parecía como si fuera a besarlo. El pensamiento casi le hizo soltar un chillido y reprimió el impulso de alejarse y salir huyendo.

Asomó su lengua, con ello haciendo que su aliento chocara en la mejilla y labios de Lee. Lo sintió estremecerse y escuchó un leve jadeo de sorpresa. Al parecer Lee apenas notaba lo cerca y la posición tan íntima en que este favor los colocaba. Pero ya era tarde para arrepentirse porque en un momento Neji puso su lengua sobre la pequeña herida.

Primero fue un toque vacilante, con su aliento tembloroso cayendo tan cerca de los labios de Lee que los había entreabierto debido a la sorpresa del contacto. Luego tomó el valor y determinación de hacer eso como correspondía, como lo simple que era, solamente estaba ayudando a Lee como él ya lo había hecho anteriormente con él. No era un alfa-bebé para estar asustado por estar tan cerca de un omega. Esto no debería significar nada más que un favor entre camaradas. 

Lamió sin más vacilaciones, manteniendo el contacto delicado y suave. Unos segundos después, sintió a Lee relajarse, soltando un suave suspiro de alivio que chocó en el rostro de Neji. Así que pudo estar seguro de que estaba funcionando.

En un segundo de debilidad, Neji se lamentó que el efecto de los bloqueadores de olor de Lee no se haya diluido, apenas podía captar una débil nota de algo floral que había adoptado una nota dulce. Sin poder evitarlo, inhaló con fuerza queriendo obtener más de ese olor, pero era apenas un fantasma. 

Se preguntó si Lee también podía sentir el rastro de su aroma, si podría captar lo que este acto le estaba provocando a su alfa inexperto. Esperaba que no. Deseaba que los bloqueadores de olor que usaron apenas ayer en una misión todavía sean lo suficientemente fuertes en él para no delatar lo eufórico que se estaba poniendo por poner su saliva en Lee sintiendo que así estaba poniendo una especie de marca de pertenencia. 

Tembló ante el pensamiento, alejándose rápidamente porque con el movimiento involuntario pudo haber llevado su lengua a los labios de Lee.

—¿Mejor? —preguntó, con el rostro en llamas, limpiando con uno de sus nudillos el leve rastro de saliva que había quedado fuera de su boca.

Le costó trabajo mirar directamente a Lee, se sentía avergonzado, pero quería actuar lo más natural posible, así que alzó su vista. Se encontró con un Lee completamente ruborizado con los párpados ligeramente caídos, apretando sus puños sobre el spandex verde que cubría sus piernas.

El omega apenas asintió a su pregunta, entonces se acercó rápidamente al rostro de Neji para lamer la herida sobre su pómulo. El Hyūga no pudo reaccionar, sólo atinó a abrir los párpados con sorpresa y tomar con más fuerza los brazos de Lee. No lo alejó, su instinto rápidamente lo interpretó como que el omega le estaba agradeciendo con ese gesto.

Su biología era tan extraña. ¿Por qué no pudieron simplemente ser betas? Aunque si fuera un beta, no habría podido oler nunca el aroma encantador de Lee y tenerle así de cerca.

—Gracias, Neji, eres muy amable —le dijo Lee cuando volvieron a separarse.

De nuevo interpretaba el desliz y honestidad de Neji como mera amabilidad. Pero no le corrigió, más que nada porque se había quedado sin palabras.

De nuevo distinguió la nota dulce en el aroma suave de Lee, pero no le parecía suficiente para poder disfrutarlo. Malditos bloqueadores de olor.

Ambos quedaron en silencio un momento, con sus dedos tocándose sobre el césped. Ni siquiera había notado cuando sus manos se deslizaron de los brazos de Lee hasta el suelo, colocándolas cerca de las del omega, rozándose. Los dos estaban demasiado avergonzados como para decir algo, pero también estaban lo suficientemente cómodos con la presencia del otro como para retirarse. Así que simplemente permanecieron así por varios minutos más.

De vez en cuando, Neji dirigía sutiles miradas hacia la pequeña herida en el rostro de Lee, sólo para verla todavía brillante por su saliva. No se podía creer que había puesto su lengua sobre la piel de Lee, eso se escuchaba demasiado íntimo, pero había sucedido, al igual que podía sentir la frescura en su pómulo que también dejó la saliva del omega. ¿Era normal que alfas y omegas hicieran eso? ¿Entonces por qué se sentía como si fuera demasiado?

Neji se movió para girar el torso cuando escuchó el ruido de alguien acercándose. No presintió peligro ni nada parecido, además estaban dentro de la aldea, en zona de entrenamiento, por lo que podría ser cualquier persona. Así que ambos shinobi simplemente esperaron por ver quién aparecía.

Un cachorro blanco saltó desde la rama alta de uno de los árboles, seguido de su dueño. Los dos aterrizando casi enfrente de ellos.

—¡Kiba-kun! ¡Akamaru! —Lee hizo un ademán de saludo con su mano, agitándola efusivamente.

—¡Lee! Sabía que eras tú, te olí desde mucho antes —Inuzuka le dijo, de esa forma presumida mientras terminaba por acercarse.

Akamaru también corrió hasta Lee, saltando a su regazo, moviendo la cola felizmente cuando el usuario de taijutsu le dio caricias y le hizo mimos.

El Hyūga volvió a su expresión seria. Fue una pena que su tiempo tranquilo con Lee haya sido interrumpido.

—Pero todavía no se pasa del todo el efecto de mis bloqueadores de olor —Lee comentó distraídamente.

—Inuzuka, ¿recuerdas? —Kiba le dijo, apuntando a su nariz—. No importa si estás usando bloqueadores de olor, podré olerte. Y es más sencillo desde tu presentación.

Neji no quería sentir envidia de alguien como Kiba, pero podía reconocer que le gustaría percibir de igual forma el aroma de Lee sin el problema de los bloqueadores.

—¡Impresionante! —Lee sonrió ampliamente, sin dejar de jugar con el cachorro—. ¿Qué estaban haciendo por aquí?

—Entrenábamos y dábamos un paseo —el menor informó, sentándose junto a Lee con una ladina sonrisa que dejaba ver sus colmillos cada vez más grandes. Probablemente estaba muy cerca su presentación. A Neji le ponía de nervios que Kiba no retrajera sus colmillos estando tan cerca del omega. Pero no dijo nada, ignorándolo como el otro también lo estaba ignorando a él—. ¿Ustedes qué hacían? ¿Vienes de una misión? Parece que te dieron una paliza.

Lee soltó una corta risa.

—No, simplemente entrenamos y nos enfrentamos en una increíble pelea digna de nuestra rivalidad —Lee anunció con entusiasmo.

—Apuesto a que le gaste —Kiba murmuró, alzando sus cejas coquetamente hacia el omega.

—¡Fue un empate! —Lee confesó—. Y, aunque me hubiera gustado ganar, estoy satisfecho con ese resultado. Hace mucho que mi querido amigo y rival Neji y yo no nos enfrentábamos, así que el encuentro resultó ser mejor de lo esperado, ¿verdad, Neji?

Neji sólo asintió. Kiba bufó.

—¿Te gustaría entrenar algún día conmigo, Lee? —Kiba casi tarareó. A Neji no le gustaba lo cerca que estaba el Inuzuka de su amigo—. Tal vez puedas enseñarme algunas cosas y yo también pueda mostrarte un par de trucos —el menor guiñó un ojo, pero todo lo que Lee hizo fue sonreír más.

—¡Eso sería increíble, Kiba! ¡Nada como fortalecer los vínculos de camaradería con un sano y juvenil encuentro de puños!

—Claro, fortalezcamos nuestro vínculo —Kiba pasó su lengua por los dientes y sus afilados colmillos, mirando profundamente a Lee.

—¿No debes ir a otra parte? —Neji se dirigió a él, frunciendo el ceño—. Nosotros ya estábamos ocupados en nuestros propios asuntos. Sólo interrumpes.

—Neji —Lee hizo una expresión que delataba que le parecía que estaba siendo grosero, la reconocía porque no era la primera vez que lo hacía. Le daba igual.

—Déjalo —Kiba sonrió—. Sé que a los alfa-bebé no les gusta compartir la atención del omega al que están más apegados. Tal vez tú no puedes olerlo ahora mismo, pero está  apestando territorial.

—Lárgate —el Hyūga le dijo con los dientes apretados. ¿Cómo se atrevía ése niño a llamarle alfa-bebé?

—Incluso tu olor se mezcla sutilmente con el de él —Kiba señaló, acercando descaradamente su nariz más cerca de Lee para olfatearlo—. ¿Están seguros que sólo entrenaban antes de que los interrumpiera?

—Tal vez es por la saliva —Lee murmuró con inocencia.

—¿Saliva? —Inuzuka pareció desconcertado por un momento—. ¿Su sesión de entrenamiento incluía una sesión de besos? —bromeó, aun así Lee se puso colorado.

—¡Kiba-kun! ¡No digas eso! ¡Claro que no! —Lee abrazó a Akamaru para esconder su rostro ruborizado detrás del perro.

—Tranquilo, sé que no es así —Kiba sonrió engreídamente—. Tu amigo es tan antipático que no tiene nada qué ver contigo. Te mereces a alguien mejor para besarte.

Neji no quiso responder a las provocaciones, y mejor decidió ignorarlo de nuevo. Inuzuka sólo era un ninja débil y pequeño con el que no debería de gastar su tiempo y energía.

—¡Deja de hablar de besos! —Lee pidió, casi atragantándose. Estaba muy avergonzado. A Neji le hubiera provocado ternura de no ser porque ahora estaba irritable.

—Eres muy dulce, Lee. Reunámonos un día para entrenar —le dijo Kiba por último, tomando a Akamaru de nuevo en sus brazos antes de despedirse del omega y volver a tomar su camino lejos de ahí.

El sonrojo en las mejillas de Lee tardó en diluirse, y cuando lo hizo, Neji lo escuchó suspirar con tranquilidad.  

—Kiba-kun tiene un sentido del humor extraño —comentó Lee, soltando una risita nerviosa.

—Es un idiota —Neji opinó.

—¿Él no te agrada, Neji? —Lee frunció un poco los labios—. Sé que nunca han sido los amigos más íntimos, pero después de su misión en equipo para el rescate de Sasuke-kun, creí que se habían acercado un poco; tú, él y los demás.

—Inuzuka me era indiferente, pero ciertamente ahora no lo tolero muy bien, ya que es desagradable contigo.

—¿Desagradable? Pero creo que le agrado. ¡Incluso quiere que entrenemos juntos! Podríamos hacer una gran amistad como la que tenemos tú y yo.

Neji suspiró con cansancio, y volteó a mirar directamente al omega.

—Lee, él no pretende ser tu amigo.

—¡Pero-!

—Piensa en las cosas que te dice —Neji le interrumpió, con la voz cada vez más grave—. No es un trato amistoso. Él está insinuando otras cosas. Habla descaradamente de tu aroma, de tu cuerpo, y ésa forma en la que se te acerca y te mira. No puedes decirme que no lo notas. Inuzuka no es precisamente discreto.

—Por eso digo que su sentido del humor es extraño —Lee profundizó su mohín mientras pensaba algo, con un dedo en la barbilla—. He escuchado que hay grupos de amigos que socializan de esa forma, hacen ese tipo de insinuaciones como forma de diversión.

—No creo que sea eso —Neji frunció las cejas.

—¿Entonces qué podría ser?

—Creo que le gustas.

Incluso sólo decirlo dejó un sabor amargo en su boca, lo que le provocó hacer una mueca de desagrado.

Hubo un momento de silencio. Lee parpadeó confundido con la cabeza inclinada mirándolo como si le hubiera crecido una segunda cabeza.

Y de repente, el omega estalló en carcajadas.

—Neji —Lee intentó hablar, pero su risa todavía era demasiada, llegando al punto de tocarse el estómago y que las lágrimas aparecieran en las comisuras de sus ojos. El joven Hyūga ahora fue él el confundido—. ¡Oh, cielos, Neji! ¿Tú también ocupas ese tipo de humor hora? ¡Es hilarante viniendo de ti!

Lee continuó riendo escandalosamente por otros momentos, hasta que quedó tumbado en el césped recuperando el aliento por tal carcajada.

—Eso no fue una broma. Hablo en serio —Neji le dijo con firmeza, algo molesto.

Lee volvió a mirarlo, de nuevo extrañado.

—No entiendo —murmuró.

—¡Tú le gustas! ¡No es difícil de entender! —la paciencia de Neji se estaba agitando.

—Neji, deja de bromear con eso —Lee frunció sus gruesas cejas.

Al alfa casi le da un tic en el ojo.

—No bromeo. Sabes que no lo haría —su voz era cada vez más grave, casi podía percibirse como un gruñido.

Lee se incorporó, volviendo a sentarse frente a él mirándole con escrutinio.

—¿Te habré golpeado demasiado fuerte en la cabeza, amigo mío, para que estés desvariando de tal modo?

—¡Déjate de tonterías, Lee! —definitivamente alzó más su voz, poniéndose en pie para alejarse del omega que repentinamente había decidido comportarse como un idiota y sacarlo de quicio—. Estoy diciendo seriamente que le gustas a Inuzuka. ¿Por qué es tan difícil de entender para ti?

El omega abrió más los párpados, parecía comprender que Neji realmente estaba hablando enserio.

De forma más tranquila se puso también en pie, aunque mantuvo su distancia con el alfa que parecía molesto con él.

—Porque eso no puede ser cierto, Neji —Lee habló, con un tono suave, pero honesto—. Te estás confundiendo, debes estarlo malinterpretando. No hay forma de que yo le guste a Kiba-kun en lo absoluto. ¡Puedo asegurártelo!

Neji le miró de reojo, notando que Lee no estaba bromeando, no estaba pretendiendo hacerse el tonto. Genuinamente el omega consideraba que no le gustaba al Inuzuka. Pero no habría forma de que Lee fuera tan ciego, tan ingenuo o inocente. Él…

—¿Crees que Kiba bromea con su coqueteo hacia ti? —Neji también calmó su voz. Lee le asintió—. ¿Por qué?

—No es posible que yo le guste a Kiba-kun —Lee respondió como si fuera bastante obvio—. No hay manera de que alguien se sienta atraído hacia mí de esa forma. Por eso juega con eso, ¿no? Es parte de la broma pretender que tiene un interés en alguien como yo.

¿Qué?

 —La bromas de ese tipo son crueles. Tampoco deberías reírte de eso si piensas que tú eres el objetivo de la broma. ¿Te reirías si se burlaran de esa forma de Tenten, o de Sakura, o de cualquier otra persona?

—¡Claro que no!

—Entonces no pienses que es divertido cuando se trata de ti —Neji se pellizco el puente de la nariz—. Aunque éste no es el caso. Le gustas a Kiba, eso es lo que genuinamente creo, Tenten lo piensa igual. Él no juega cuando te dice cosas así.

Se saltó decirle que Hinata directamente le había contado que a Kiba le gustaba Lee y pensaba invitarlo a salir. Aunque no le agradara Inuzuka, no divulgaría el secreto que éste les confío a sus amigos, y que luego Hinata le confió a él.

—No puede ser posible —murmuró, parecía que realmente estaba haciendo un esfuerzo por entender.

—¿Por qué piensas que no es posible que puedas gustarle a alguien? —Neji se acercó un poco más. Estaba comenzando a preocuparse—. Te has llamado guapo a ti mismo un millón de veces.

Lee parpadeó, mirándole.

—Bueno, era para darme ánimo y además fue antes de que yo… — volvió su mirada al suelo—. Fue antes de que me presentara como omega.

—¿Recuerdas recién en tu presentación que Kiba dijo que eras uno de los omegas más lindos que haya visto? —recordó con un deje de molestia, aunque tenía que admitir que al menos el tonto de Inuzuka tenía razón ello—. Créelo. Lo dijo en serio.

—Oh —Lee se sonrojó, se notaba tan sorprendido pero también parecía de mejor humor—. ¿De verdad?

—Sí.

—¿Él tal vez estaba siendo amable como tú? —Lee cuestionó, todavía con sus mejillas rosas—. Entonces todo este tiempo no bromeó, sino que estaba siendo un buen amigo, ¿no?

—No lo consideraría precisamente amable, porque dijo cosas que rayaban en el acoso sexual, pero al menos fue honesto cuando no estaba siendo un idiota pervertido —Neji cruzó los brazos, molesto ante el recuerdo.

—Ya veo. Bien —Lee sonrió lindamente.

Neji volvió a suspirar con cansancio. Ya habían perdido mucho tiempo luego del entrenamiento, su charla se había desviado mucho, y ahora ya estaba anocheciendo. Era momento de irse.

—De acuerdo, Lee, te acompañaré a casa.

El omega soltó una pequeña risa.

—¿Por qué siempre haces eso? Querer llevarme a casa. ¿Es una cosa alfa?

Lee había comenzado a llamar “cosa alfa” a aquellos detalles y acciones que sus compañeros alfa parecían tener sólo con él. Acciones pequeñas, pero que mostraban ser la versión sutil de un alfa siendo protector y territorial con un omega al que apreciaban. Gai le había dicho que no lo tomara a mal, no es que Tenten y Neji lo consideraran débil e incapaz de cuidar de sí mismo, sino que –a pesar de su entrenamiento para reprimir instintos más animales– quedarían ciertos comportamientos arraigados a ellos debido a su subgénero ligado al aprecio que le tenían. Lee entonces había comenzado a lidiar con los mimos de Tenten, y con las atenciones de Neji. No eran molestos, y comprendió que se debía a su naturaleza, así que se acostumbró rápidamente.

—Sí. Cosa alfa —cedió fácilmente, comenzando a caminar. No quería explicar que en realidad era porque quería pasar más tiempo con él, incluso esos pocos minutos de caminata hacia sus hogares, que le sentaba bien saber que llegó sin problemas a casa, que era porque en el camino solían desviarse un momento para comer algo juntos, o beber el té, que era porque Lee le sonreía tan deslumbrantemente al despedirse y agradecerle acompañarle una vez más.

—Pero yo también quiero acompañarte a casa como agradecimiento por ser tan atento, Neji. No es justo que seas siempre tú el que después tiene que volver a casa caminando solo —Lee hizo un mohín, un leve puchero que hacía cuando quería salirse con la suya.

—Lee, nuestras casas están a siete minutos de distancia. No es la gran cosa.

—¿Entonces podemos pasar primero a tu hogar?

—No.

—¿Podemos hacer una carrera?

—No.

—¿Puedo llevarte en la espalda mientras yo soy el único que hace la carrera? Sería como un entrenamiento.

—Definitivamente no.

—¿Podemos pasar a Ichiraku?

—Claro.

—¡Bien! —Lee saltó—. Yo invito esta vez.

—No.

—¡Neji! —infló las mejillas, mirando con falso enojo a su amigo—. ¿Es otra cosa alfa?

—Sí, cosa alfa.

—¿Es la cosa alfa una excusa? —Lee enarcó una ceja.

—No, es real.

—Mañana le preguntaré a Gai-sensei.

—Él también tiene un montón de cosas alfa que no puede evitar hacer —se encogió de hombros, aunque en el caso de Gai, sus cosas alfa eran más del tipo paternales hacia ellos.

—¿Sabes? Al menos tus cosas alfa no son molestas. Eres más dulce así —Lee sonrió—. Eres un buen alfa, Neji. Serás el mejor alfa cuando seamos más grandes.

—Dices eso mucho.

—Tal vez es una cosa omega. Sé distinguir a un buen alfa.

Una sonrisa se deslizó por los labios de Neji.

—Si tú lo dices.

—¡Lo aseguro, mi querido amigo! —Lee asintió con firmeza—. Ahora, ¿te importaría poner un poco más de saliva en mi herida? No quiero que me moleste al comer porque, ¿sabes? ¡También es una cosa omega tener un gran apetito!

—Creo que eso sólo lo tienes tú —Neji sonrió.

—Podríamos hacer una competencia para ver quién come más tazones de ramen.

—Olvídalo —Neji negó, luego le tomó por la muñeca y detuvo cuando giraron en una esquina y notó que ahí no había gente y poca iluminación—. Te ayudaré con la herida.

—Claro.

Lee se puso rígido como cuando acepta una orden de Tsunade. Sólo que ahora estaba pacientemente esperando por la lengua de Neji sobre la piel cerca de sus labios.

El Hyūga se acercó, menos vacilante que la primera vez, pero todavía con el corazón vuelto loco y el rostro rojo de vergüenza. Cerró los párpados y su lengua hizo contacto con la pequeña herida que ya estaba comenzando a desinflamarse mucho más.

Sintió a Lee temblar, como si hubiera tenido un escalofrío. El movimiento podría ser peligroso, así que le tomó firmemente por los brazos una vez más para mantenerlo en su lugar.

—¡Vaya! Pero si son Neji-kun y Lee-kun —una suave voz masculina se escuchó de pronto, a penas a un costado de ellos, lo que les provocó pegar un brinco separándose en el momento, para ver al jōnin de cabello plateado que los había encontrado—. ¿Qué hacen un par de genin a escondidas en un rincón oscuro de la aldea? ¿Uhmm?

—¡Kakashi sensei! —Lee gritó, con el rostro rojo brillante.

Neji sentía su corazón golpeando fuerte contra su pecho. Nunca sintió a Kakashi acercándose. Claro, el hombre es un jōnin, sabía cómo escabullirse sin ser descubierto. Y ahora ahí estaba, mirándolos con diversión y hablándoles en ese tono de falsa inocencia.

—Me pregunto si Gai ya lo sabe y lo aprueba —Kakashi canturreó, ahora dándoles una mirada pícara con su único ojo visible.

—¡No es lo que parece! —Neji negó con desesperación.

Kakashi era… raro, le divertía incomodar a la gente y ahora estaba teniendo la idea equivocada. Si le comentaba algo a Gai de lo que creía haber visto, Neji sería alfa muerto. Aún recuerda esa sutil amenaza que su sensei les dio a él y a Tenten de no aprovecharse de Lee. Le dolió el hombro donde recibió aquél apretón sólo ante el recuerdo.

Gai era un sujeto amable y bondadoso al extremo, pero para proteger a sus preciados estudiantes podía convertirse en toda una bestia; su apodo no era en vano. Sobre todo defendería con más fuerza el honor de su estudiante más preciado; Lee, sin importar que al que tuviera que destrozar fuera a Neji.

El alfa más joven paso saliva pesadamente.

—Parece que tu boca estaba sobre Lee-kun, pequeño alfa —Kakashi dijo, casi podía sentirse la sonrisa en sus palabras, a pesar de que traía aquella máscara cubriéndole el rostro. Era obvio que se burlaba de ellos, siempre que pretendía hacerse el inocente, Kakashi usaba el honorífico en los nombres, justo como lo estaba haciendo en ese momento con ellos. El maldito era un bastardo—. Incluso lo has perfumado un poco con tu aroma. Marcando territorio, ¿eh?

--¿Qué? —balbuceó.

Kiba también había mencionado algo así. Como alfa adulto, el olfato de Kakashi también era superior, así que podría percibir mejor la nota baja de sus aromas, además que con el transcurso de las horas el efecto de los supresores de olor se iba desvaneciendo más. Pero Neji no había perfumado intencionalmente a Lee con su aroma. Si lo hizo fue de forma inconsciente. Él… ¿Qué rayos le estaba pasando?

—Kakashi sensei —Lee intervino, con la voz temblando de vergüenza—. La boca de Neji estaba en mi cara porque estaba aplicando saliva con su lengua directo a mi herida para ayudarla a sanar. ¡Sólo eso! ¿Puede ver?

El omega señaló su herida, aún brillaba por la saliva de los pocos lametones que Neji pudo dejar.

—¿Oh? —Kakashi ladeó su cabeza—. ¿Ya estaban usando la lengua? Los jóvenes de ahora avanzan muy rápido.

Lee soltó un chillido que molestó sus oídos, pero él también se escandalizó.

—¡Kakashi sensei!

—Hace un par de horas Gai volvió de su misión y justo ahora me dirigía a verlo para cobrar la apuesta de nuestro último reto que yo gane —la sonrisa en su tono y ese brillo malicioso en su ojos sólo le hizo a Neji pensar que los rumores de que ese tipo era un pervertido eran ciertos—. Llegaré con grandes noticias.

—Kakashi sensei, por favor —Neji suplicó. El jōnin era malvado y un pervertido, que al parecer disfrutaba ver en aprietos a unos simples genin.

—No te preocupes, Neji-kun, tendrás unos minutos de ventaja para huir de la aldea y salvar tu vida. Sólo recuerda que Gai es el más veloz —sonrió, como si no estuviera prediciendo la muerte de Neji—. Bueno, adiós.

Y se esfumó en una nube de humo.

—¡Debemos llegar primero con Gai sensei para explicarle! —Lee gritó.

Era imposible que llegaran primero que Kakakshi, pero Neji estaba tan desesperado que asintió y siguió a Lee a toda velocidad rumbo al apartamento de Gai.

Estaban a un par de casas de llegar cuando escucharon el grito ensordecedor de su sensei venir desde su piso.

—¿¡QUÉ!? —la voz de Gai retumbó por todo el edifico y los alrededores.

Neji era hombre muerto.

 

Chapter Text

—¡Gai sensei! —Lee casi arrancó la puerta del apartamento para entrar. Situaciones desesperadas necesitaban de acciones desesperadas.

—¡Todo se trata de un malentendido! ¡No le crea a Kakashi sensei! —Neji también entró gritando.

—¿Eh?

En la sala de estar estaban Kakashi y Gai. El jōnin de cabello plateado estaba tan tranquilo como siempre, mientras que Gai lucía escandalizado por lo que sea que el otro le habría dicho, pero que cuando miró a su par de estudiantes se notó confundido; no esperando encontrarlos así.

Ambos genin se detuvieron en seco al notar que el escándalo de Gai no tenía qué ver con ellos.

—Lee, Neji, ¿qué hacen aquí? —Gai les preguntó, confundido y volviendo a su gesto serio.

Los menores miraron con desconcierto hacia Kakashi y luego hacia Gai, así un par de veces hasta que su sensei comprendió que Kakashi tenía algo qué ver con que sus estudiantes prácticamente hayan arrancado su puerta de entrada.

—Nosotros… —Lee murmuró, sin saber cómo continuar.

Kakashi se volvió hacia ellos y les dio esa sonrisa de falsa inocencia. El desgraciado seguro estaba disfrutando de la escena.

—Lo escuchamos gritar y pensamos que algo malo le sucedía, por eso entramos de manera tan abrupta —Neji rápidamente pensó en una respuesta viable.

—¡Cierto! —Lee asintió con fuerza, apoyando su excusa.

El joven alfa estaba a punto de sentirse aliviado creyendo que había tomado un buen escape de la situación, pero Gai sólo les miró con más desconcierto, poniendo sus manos en la cadera como cuando estaba a punto de darles un sermón o dictarles una rutina de entrenamiento exhaustiva.

—¿De qué malentendido hablaban? ¿Y por qué no debo creerle a Kakashi? —Gai les interrogó con un tono serio y mirada afila. Así que después de todo sí había escuchado las primeras palabras de Neji al entrar al apartamento.

Los dos chicos comenzaron a sentir el sudor en sus frentes.

Intentaron hablar y explicarse, pero sólo salían balbuceos torpes de sus bocas. Gai enarcó una ceja sin comprender ninguna de sus galimatías. Kakashi se acercó hasta él con lentitud, también mirando al par de jóvenes que se estaban deshaciendo en nerviosismo.

—En realidad no le iba a contar nada a Gai, sólo quería asustarlos —Kakashi comentó, como si no fuera la gran cosa—. Pero, ya que interrumpieron nuestro momento, supongo que tendré qué decirle.

—¿Decirme qué? —Gai insistió, notándose un poco más molesto.

—Vi a Neji y a Lee besándose.

—¡Eso no es cierto! —ambos chicos gritaron al unísono, pero fue como si Gai no hubiera escuchado su negación, porque sus párpados se abrieron mucho más ante las palabras de Kakashi.

—¿Qué? —toda su expresión se desencajó, como si le hubieran contando una historia trágica, como si hubiese visto a un verdadero fantasma, como si le hubieran dicho una vez más que su jumpsuit verde es ridículo.

El par de genin volvió a gritar un montón de negaciones desesperadas, cada uno por su lado, sin entenderse nada, pero de poco les servía defenderse. Gai giró su rostro hacia ellos, lentamente como si le costara mover los músculos ahora tensos de su cuello y –justo como Neji temió– una mirada con un brillo asesino fue dirigida sólo a él.

—Creí que lo sabías —Kakashi habló, manteniendo ese tono monótono como si no hubiera abierto una puerta muy peligrosa—. Después de todo, ¿no es el amor algo que nace en la pasión de la juventud y todas esas cosas que te gusta decir? Vamos, debiste verlo venir desde que ambos se presentaron. Además, hacen una linda pareja, ¿no?

Un aura siniestra rodeaba ahora a Gai; algo tan aterrador que pocas veces era visto en él. Kakashi parecía ser el único que no estaba afectado por la situación. Neji estaba asustado, sí, pero no aterrorizado como lo hubiera estado hace unos meses; lo mismo pasaba con Lee, se veía preocupado pero no estaba llorando y en shock como aquella vez que igual se enfrentaron a un Gai muy molesto. Sólo que ahora su sensei parecía mil veces más enojado.

—Es un malentendido —Neji repitió, esta vez en un tomo más fuerte y sin vacilar, mirando directamente a su sensei sin retroceder ni bajar la cabeza.

—¿Un malentendido? —las palabras de Gai salieron casi siseadas por lo apretados que tenía los dientes—. ¿Entonces por qué Lee huele a ti?

—Yo…

—Neji —Gai le interrumpió—. ¿No esperarás que por segunda vez crea que es un malentendido? Los condones que escondieron juntos, y ahora esto…

Neji tragó saliva pesadamente.

—¿Condones? —Kakashi pareció levemente sorprendido—. Y yo que creí que el uso de la lengua ya era demasiado para su corta edad. Vaya, qué permisivo has sido, Gai.

Por un instante, aquella mirada asesina fue dirigida hacia Kakashi, pero claro, el jōnin ni siquiera se inmutó, al contrario, pareció más divertido.

—Yo no permití nada de eso —Gai gruñó, volviendo su atención hacia su estudiante alfa—. Neji, te lo advertí y confíe en tu palabra y en la de Tenten cuando les dije que no intentaran aprovecharse de Lee. ¡No puedo creer que hayas traicionado mi confianza así!

—¿Qué? —el temblor avergonzado de Lee se interrumpió abruptamente al escuchar eso, tomando una expresión confundida por un momento para después fruncir el ceño y los labios mirando entre Neji y su sensei—. ¿Cuándo hablaron de eso?

—No mucho después de tu presentación —Neji respondió, mirando la confusión y la leve molestia en Lee—. Sensei nos arrastró a Tenten y a mí un poco lejos de ti para que no escucharas.

Los hombros de Lee se tensaron levemente, apretando los puños. Ahora volteó hacia su sensei, sin una pizca de temor por el aura del otro.

—Sensei, ¿qué les dijo exactamente?

—Les pedí que controlaran sus instintos más primitivos frente a un omega tan inocente como tú, sino, no dudaría en defenderte yo mismo —Gai explicó, estrechando su mirada hacia el joven alfa—. ¿Lo recuerdas, Neji?

La explicación de Gai sólo hizo que Lee apretara más sus puños y frunciera más el ceño. Parecía ofendido.

—¡Gai sensei! ¡No soy un omega inocente, tampoco indefenso y débil que no pueda defenderse por sí mismo! ¡No me menosprecie de tal forma, por favor! —Lee gritó, con las mejillas algo rojas todavía, pero ya no por la vergüenza, sino por la ira—. Usted no tenía por qué intimidar de tal forma a mis compañeros. ¡Ellos jamás me harían daño! Yo notaría si alguien quisiera lastimarme o incluso sobrepasarse conmigo por mi condición de omega. ¡No hace falta que alguien más me proteja! Aprecio su intención de cuidarme, los tres alfas de mi equipo me cuidan bien, ¡pero dejen de tratarme como un bicho raro y débil!

Lee explotó, cerrando los párpados con fuerza para ocultar las pequeñas lágrimas de frustración que se habían acumulado en las esquinas de sus ojos durante su sermón.

Neji abrió más los párpados, Kakashi pareció ponerse un poco más serio, y Gai desvaneció su gesto y poso intimidantes, ahora mirando con preocupación a su estudiante más preciado, dándose cuenta de que lo había herido de alguna forma. Nunca había sobreprotegido tanto a Lee antes de su presentación, y le había dicho que su subgénero no cambiara las cosas en la dinámica de su equipo, pero tal vez… le había fallado.

—Lee… —Gai se sintió un poco mal, dándose cuenta de que no cumplió a su palabra como siempre lo hacía. No fue su intención, y tal vez fue de forma sutil, pero había dejado ver que no confiaba tanto en Lee para protegerse a sí mismo por completo en ciertas situaciones; situaciones que involucrarían su género secundario, algo por lo que Lee no quería ser encasillado y tratado de forma diferente.

—Dejen de malinterpretar mi amistad con Neji, por favor —Lee continuó—. ¡No piensen cosas raras de nosotros sólo porque somos alfa y omega! ¡Es absurdo! La gente nos mira raro sólo por ir caminando juntos, en las charlas del hospital y en casi todas partes asumen que somos pareja. ¿Por qué todos lo asumen? ¿Sólo porque él es alfa y yo un omega? No quiero que molesten a Neji con eso. No quiero que lo hagan alejarse de mí por eso. Así que Kakashi sensei y Gai sensei, es la verdad cuando les digo que Neji y yo no nos estábamos besando. No lastimen a Neji por un malentendido.

—Pero, Lee —Gai tembló un poco, ahora nervioso sin saber cómo proceder. Estaba afectado por lo que Lee acaba de decirle, pero por un lado todavía quería arrancarle la cabeza a Neji. Seguramente eso tenía que ver su lado sobreprotector alfa, casi paternal que tenía con sus estudiantes.

—¿Creerá más la palabra de Kakashi sensei sólo porque él es un alfa? —Lee le retó inesperadamente, mirando con profunda molestia entre los dos mayores. Incluso Kakashi se sintió en apuros.

—¡No! ¡No es por eso! —Gai de inmediato negó agitando la cabeza y las manos en una desesperada negativa. Era casi cómico ver cómo pasó de querer imponer su fuerza alfa a estar desesperado por no contradecir a un omega pequeño—. Confío en Kakashi, y también confío en ti, Lee. Así que está resultando un poco complicado para mí. Sobre todo porque hueles a Neji. Tienes su aroma sobre de ti.

—Eso es cierto —Kakashi tarareó—. ¿Qué tal si te explicas, Neji?

Ahora fue turno de Neji de tensarse. Lee pareció confundido; ya era la tercera vez que un alfa que mencionaba eso, así que con curiosidad levantó el cuello de su jumpsuit para acercarlo a su nariz y olfatear.

—Lee y yo pasamos prácticamente todo el día juntos entrenando, y luego tuvimos un combate cuerpo a cuerpo que se extendió demasiado tiempo. Debido a eso tuvimos contacto físico en diversas ocasiones, también sudamos muchos. Supongo… —Neji volvió a tragar—, supongo que eso tiene algo qué ver.

—¿No es adorable que no entienda algo tan básico del instinto alfa? —Kakashi sonrió de esa forma falsamente inocente.

Neji apretó los labios. Sabe a qué se refiere Kakashi, y por supuesto que Neji entiende perfectamente la teoría de los aromas, feromonas y el perfumar con su aroma alfa cosas materiales y personas. Conoce muy bien las implicaciones de ello. Sólo que no tiene idea de cómo no se dio cuenta de que había hecho eso con Lee. Aquello había sucedido meramente por puro y crudo instinto.

La mirada que le estaba dando Gai le hacía saber que el mayor no le creía del todo su respuesta a medias, donde pretendía no saber qué había pasado. Sabía que Neji es lo bastante inteligente para no ignorar tales temas. Así que el Hyūga no encontró más remedio que ser honesto.

—Lo hice de forma inconsciente —confesó, sintiendo las mejillas levemente calientes—. Sin una intención particular detrás. Pero tal vez fue debido a que Kiba se nos acercó en un momento. Él fue el primero en hacer la observación. Tiene una actitud hacia Lee que no me agrada, así que supongo que eso tuvo algo que ver.

—¡Cierto! ¡Kiba! —Lee recordó. No se notaba ni un poco alterado por saber que Neji le había perfumado—. Él dijo que los alfas son territoriales, cosa que ya sabemos, pero también dijo que a los alfa jóvenes no les gusta compartir la atención del omega al que están más apegados. ¿Pudiera haber sido eso? Por eso tu instinto actuó, Neji.

—Kiba —Gai murmuró, colocando la mano en su barbilla en un gesto pensativo—. Entiendo lo que pudo haber sucedido. Tenten me contó las diferencias que ella y tú, Neji, tienen con él, así que puede tener que ver que su acercamiento haya hecho que tu alfa sintiera la necesidad de marcar a Lee con tu olor, para que Kiba no se le acercara con malas intenciones.

Las cosas parecían irse relajado, pero antes del que par de genins respiraran con tranquilidad, Kakashi volvió a entrometerse.

—Pero, ¿qué hay de la mención de la saliva y la lengua que hicieron cuando los descubrí? —Kakashi ladeó la cabeza—. Incluso aceptaron que la boca de Neji estaba sobre ti, Lee.

Un tic apareció en el ojo izquierdo de Gai.

—Como le comenté, Kakashi sensei, Neji estaba poniendo un poco de su saliva sobre mi herida para ayudarme a desinflamarla y hacerla cicatrizar más rápido —Lee aclaró rápidamente—. No es la primera vez que nos ayudamos de esa forma, así que no veo cuál es el problema.

Ambos alfa adultos permanecieron en silencio por largos segundos mientras les miraban con parpadeos intermitentes.

—¿Qué tan seguido hacen eso? —Gai preguntó, parecía estar siendo cuidadoso son sus palabras.

—No mucho —Lee puso un dedo en su barbilla, pensando—. Esta vez fue la segunda vez.

—¿Cómo es qué comenzaron a hacerlo? —ahora Kakashi les cuestionó.

—Tenten dijo que podíamos hacerlo —Lee sonrió—. Así que lo probé y funcionó.

—Naturalmente iba a funcionar, es sólo que… —Kakashi dudó por un segundo—, lamer las heridas del alfa o del omega suele hacerse en parejas establecidas. Entre camaradas solamente en casos extremos, o cuando se comparte un vínculo muy profundo. Por ejemplo, Gai y yo podríamos hacerlo en un momento que se requiera después de la batalla, pero no lo haríamos con cualquier otra persona, a menos que sea algo urgente.

—¿Oh? —Lee ladeó su cabeza, mirándoles con sorpresa. Neji sintió más calor en su rostro—. Está bien. Neji y yo somos grandes amigos. ¡Nuestro vínculo ha crecido fuertemente en estos años, de forma hermosa y juvenil sobre todo en el último año! Así que está bien, ¿no? Somos grandes amigos como Gai sensei y usted. ¡Incluso también somos rivales como ustedes!

Kakashi volteó a mirar a Gai, el ninja pelinegro también le miró. Ambos parecían todavía poco convencidos por la explicación de Lee.

—¿Qué otras cosas diferentes han hecho entre ustedes desde su presentación que no hacían antes? —Gai preguntó, ya sin muchos rodeos—. Por ejemplo, he notado que Tenten es más física contigo, Lee, anteriormente no lo era mucho. Neji, es…, bueno, pasan más tiempo juntos desde entonces. ¿Pero qué hay de estos gestos como los cuidados y los mimos? ¿Qué más hacen?

—Creo que nada muy diferente —Neji murmuró. Le costaba ahora mismo pensar con la vergüenza que estaba sintiendo.

—¿Cosas diferentes que hagamos desde la presentación? —Lee parecía serio en pensar, concentrándose—. La saliva fue una sorpresa. Creo que es lo más diferente que hemos hecho tomando en cuenta nuestro género secundario. Uhm…, ¿podría ser eso qué hicimos para acostumbrarnos a nuestros aromas?

—¿Qué hicieron? —Gai enarcó una ceja.

—Intercambiamos bandanas con nuestro aroma —Neji confesó con pesar, sabía lo que el par de adultos pensaría de ello; que es un gesto más romántico y no de camaradas.

Gai y Kakashi volvieron a compartir una mirada que al parecer contenía mucho significado, pero que los menores no podían leer completamente del todo.

—¿Qué hicieron con ellas? —Gai continuó.

—Las dejamos en nuestras habitaciones, así el aroma estaría presente incluso cuando no estuviéramos juntos —Lee explicó—. Pensé que funcionaría como entrenamiento. Y creo que funcionó. ¿Recuerda lo abrumador que al principio era mi aroma para Neji? Pues al parecer se acostumbró rápido, al igual que yo al suyo.

—¿Hicieron lo mismo con Tenten?

Ambos chicos ahora se miraron entre ellos, después negaron con sus cabezas.

—El aroma de Tenten no me abrumaba —Neji confesó.

—Tampoco a mí —Lee también habló—. Y mi aroma tampoco la abrumaba a ella, así que no era necesario hacer ese ejercicio, ¿no?

Gai soltó un suspiro pesaroso.

—Escuchen, hay varias cosas qué discutir con urgencia. Así que mañana, antes del entrenamiento, tendremos una charla para hablar sobre las inquietudes y el maravilloso, pero complejo mundo nuevo de su subgénero —Gai determinó—. Creí que ya habíamos abarcado el tema, pero está claro que sólo fue de forma superficial y nos centramos mucho en el entrenamiento para repeler comandos alfa y controlar su aroma. Hay mucho más por discutir. Nos sumergiremos a fondo en el tema.

—¿En necesario eso? —Neji se lamentó. Ya se imaginaba el nivel de incomodidad que implicaría esa charla.

—¡Absolutamente necesario! —Gai apretó su puño y sus ojos brillaron con determinada determinación—. Lee, lamento haberte hecho pensar que no confiaba en tu capacidad para protegerte a ti mismo. ¡Sé que no eres un omega débil! Tampoco dudo de Neji y Tenten. Fue mi sobreprotección alfa actuando de forma irracional, lo lamento, es difícil de hacerla a un lado cuando ustedes son mis preciados estudiantes y los veo como si fuesen mis hijos. ¡Pero los escucharé y confiaré en ustedes para señalarme cuando esté siendo demasiado irracional al respecto! Por favor, discúlpame.

—Acepto sus disculpas, sensei —Lee sonrió ampliamente. Por supuesto, en su corazón no cabía el rencor.

—Gracias —Gai despeinó un poco el cabello de Lee—. Ahora es momento de que vayan a casa.

—Vamos, Lee —Neji le llamó, caminando hacia la puerta. Lee estaba por seguirle el paso cuando la voz nerviosa de Gai les detuvo.

—En realidad, creo que por esta vez me sentiría mejor si yo acompañó a Lee a casa —Gai pidió, algo nervioso porque no quería enfurecer de nuevo a sus estudiantes—. Kakashi, ¿puedes llevar tú a Neji a su hogar?

—No es necesario. Caminaré solo —Neji entrecerró sus ojos.

—Por favor, concédanme esto por esta vez —Gai parecía alterado—. Cosa alfa paternalista, no puedo deshacerse de ella en un chasquido luego de tales emociones intensas que pasaron hace unos minutos.

—Gai sensei, ¿usted también utilizará la cosa alfa como excusa? —Lee bromeó.

—Te dije que no era una excusa —Neji alegó. Luego resopló mirando a su sensei—. De acuerdo.

—Bien, bien. Vamos, Neji-kun —Kakashi se acercó, empujándole suavemente por la espalda para hacerle caminar.

—Un momento —Lee se detuvo, captando la atención de los demás—. Si no era por nosotros, ¿por qué gritó antes de que entráramos, sensei?

Gai se tensó un poco, apenas sería perceptible para otras personas, pero ellos estaban acostumbrados a sus gestos, así que lo notaron. Kakashi volvió a sonreír como tonto, aunque permaneció en silencio.

—Bueno, Kakashi me sorprendió con otro comentario —Gai balbuceó, con una sonrisa nerviosa—. No discutamos eso.

—Él dijo que venía a cobrar la apuesta del último reto que él gano  —Lee recordó, golpeando suavemente su puño contra su palma—. ¿Qué apostaron? ¿Qué fue, Gai sensei? ¿Acaso es algo tan extraordinariamente desafiante que incluso a un shinobi tan sorprendente como usted lo impresionó?

—Bueno, no importa discutir eso ahora —Gai intentó sutilmente desviar el tema una vez más. Era extraño que no quisiera hablar de todas sus hazañas y retos.

Por supuesto, Lee no le dejó en paz fácilmente, esos temas le interesaban mucho.

—¡Pero, Gai sensei! —Lee brincó, emocionado—. Por favor, comparta algo de información conmigo. ¡Siempre es inspirador saber de los retos que cumple! ¡Kakashi sensie! ¿Usted puede decirme cuál fue la apuesta? ¿Apostó algo digno del nivel de Gai sensei que le demande poner en juego todo su potencial?

—Podría ser —Kakashi sonrió.

—¿Qué fue? —insistió Lee—. ¿Un reto físico? ¿Llevará al límite a Gai sensei, y por eso se impresionó tanto?

—Sí, algo así —Kakashi prácticamente canturreó.

Gai volteó a mirar a su rival con los dientes apretados y el ceño fruncido, y con una mirada que claramente advertía que no se le ocurriera hablar más. Neji enarcó una ceja curioso, pues Kakashi tenía otra vez esa sonrisa y tono no muy inocentes.

Miró entre ambos adultos, y luego miró a su alrededor. No lo había notado antes por todo el desastre y su desesperación por probar su inocencia, además de que no había estado lo suficientemente cerca de Kakashi desde su presentación como para conocer el aroma alfa del rival de su sensei; pero ahora que lo notaba; el aroma de Kakashi se extendía por todo el apartamento de Gai, y en Gai mismo. Siempre hubo una notas sutil en el aroma de Gai que se sentía ajeno a él, pero Neji no le tomó mucha importancia, creyendo que se debía a la cantidad de personas con las que su sensei se cruzaba en sus incontables misiones. Ahora sabía que ésa otra nota de olor venía de Kakashi. Los aromas de ambos estaban lo suficientemente mezclados como para delatar que pasaban mucho tiempo juntos e intencionalmente se marcaban un poco con el aroma del otro.

Hizo una mueca, no porque se tratara de dos alfas, no era lo suficientemente ingenuo para ignorar que existen un montón de parejas homosexuales, sino porque acababan de darle un sermón sobre que él había perfumado a Lee cuando entre ellos tampoco podían controlarse. Se preguntó si Lee también podía percibir cómo se juntaban los aromas de los senseis, algo que denotaba más que amistad y rivalidad. Sin duda, el par de jōnins eran más cercanos de lo que Neji alguna vez pensó. 

El gesto malicioso de Kakashi y el leve sonrojo de Gai ante las implicaciones de éste tampoco eran tan sutiles como para pensar que simplemente están hablando de retos de fuerza y desafíos ninja absurdos.

—Bueno, será mejor que los llevemos a casa para que Gai y yo volvamos a ocuparos de ese reto —Kakashi tarareó.

Pervertido, pensó Neji, mirando con las cejas fruncidas hacia Kakashi, quién le devolvió la mirada con una sonrisa.

***

A la mañana siguiente, al llegar al campo de entrenamiento, Neji se sorprendió apenas un poco de encontrarse a Kakashi de nuevo. Hatake, Gai y Lee ya estaban ahí cuando él llegó, diez minutos antes de la hora acordada. Sólo faltaba Tenten, quien seguro no demoraría demasiado en también aparecer.

Le dio una mirada curiosa a Hatake, pues había escuchado de Naruto que ese sensei era en extremo impuntual y siempre daba excusas ridículas para justificar su retardo. Pero ahora simplemente ahí estaba, recargado en un árbol mientras leía uno de esos libros que le gustaban tanto.

—Buenos días —Neji habló cuando estuvo cerca. Gai le dio una sonrisa como saludo. El hombre se notaba mil veces más relajado que la noche anterior.

—¡Buenos días, Neji! —Lee exclamó, interrumpiendo las flexiones parado de manos que había estado haciendo, incorporándose en un brinco. Siempre tenía demasiada energía desde muy temprano.

Miró expectante a Neji, y el joven alfa le tendió una pequeña bolsa de papel. Desde hace un par de meses se había hecho costumbre que el Hyūga llevara para Lee alguna golosina, bebida o un bentō. Al principio Lee se había emocionado tanto porque lo adjudicó a su hermosa amistad y que seguro Neji estaba siendo más sensible y dispuesto a abrirse con él al compartir el bentō. Luego notó que sólo tenía ese particular gesto con él y supo que se trataba de una cosa alfa, incluso Neji admitió que simplemente le nacía llevarle comida y que si no le gustaba podía parar. Lee aceptó la comida, no le molestaba esa atención, así que con frecuencia ya era normal que esperara qué golosina podría llevarle su compañero de equipo.

—Aquí tienes —Neji dejó la bolsita de papel en las manos del omega—. Daifuku.

Con la mención de la golosina los ojos de Lee brillaron, comenzando casi de inmediato a salivar.

—¡Gracias, Neji! —Lee se sentó con las piernas cruzadas en el césped, abriendo la pequeña bolsa para no perder tiempo en sacar el primer mochi envuelto en un celofán decorado. Sus ojos continuaban brillando, por lo que Neji no pudo reprimir una sonrisa—. ¡Está delicioso! ¿Quieres acompañarme?

El  Hyūga negó suavemente con la cabeza.

—Son todos tuyos. Disfrútalos.

—¡Gracias! —Lee le sonrió, con las mejillas llenas de la golosina—. ¡Eres el mejor amigo alfa de la historia! No le digas a Tenten que dije eso o me golpeará.

Neji resopló con una suave sonrisa en sus labios, y luego se sentó junto a Lee. De reojo vio que los dos jōnin les miraban e intercambiaban algunas palabras que no alcanzaba a escuchar.

Cuatro minutos después, llegó Tenten.

—¿Qué hace Kakashi sensei aquí? —ella les preguntó en un murmullo cuando se sentó también a su lado.

—Tal vez ayude a Gai sensei con el entrenamiento de hoy —Lee opinó—. Sería estupendo tomar también sus enseñanzas, ya que es un gran shinobi que está casi a la altura de Gai sensei.

Neji se encogió de hombros y Tenten también lo hizo. No tuvieron tiempo de opinar más porque el par de adultos se acercaron a ellos en ese momento.

Notó cómo hubo un pequeño tic en la nariz de Tenten y cómo su expresión cambiaba a una sorprendida, pero ella se recompuso rápidamente. También lo había notado.

—¿Ese otro aroma que acompañaba siempre a Gai sensei era el de Hatake Kakashi? —Tenten se inclinó más hacia él para susurrar aquello, casi en un chillido sorprendido.

—Recién lo descubrí también —Neji le respondió rápidamente, igual en un susurro bajo antes de que los otros dos alfas terminaran de acercarse.

—Se deberá a que son muy cercanos —Lee se encogió de hombros, poniéndose atento cuando los senseis estuvieron frente a ellos.

Gai les miraba con escrutinio mientras mantenía sus manos en la cadera. Mientras tanto, Kakashi estaba de vuelta a su mirada aburrida.

—Como ayer se los aseguré, hoy tendremos una charla de todo lo que sus adolescentes cuerpos experimentarán; una explosión de energía y fuego juvenil aún más intensa debido a sus géneros secundarios —Gai determinó, mostrándose apasionado como en cada sermón, aunque en realidad esta vez le faltaba un poco de convicción. Neji y Tenten rodaron los ojos, Lee se mostró expectante—. Estos temas son importantes y deben estar enterados acerca de todo. Así que, para que no se me olvide cualquier tema y también como apoyo, Kakashi vino aquí para ayudarme a resolver sus dudas y a explicar absolutamente todo.

—Me obligaste a venir —el ninja copia murmuró con desgana.

—¡Dijiste que me darías apoyo, Kakashi! —Gai gritó.

—De acuerdo, de acuerdo —Hatake suspiró con resignación—. Creo que podemos comenzar. Y tengo la guía perfecta para ayudarles a entender y lidiar con todo su fuego juvenil, o lo que sea que Gai lo llamó. ¡Aquí!

Kakashi mostró su libro Icha Icha con total orgullo, como si esperara que un rayo de sol lo iluminara directamente y coros de ángeles se escuchasen.

Tenten se golpeó la frente con las mejillas coloreándose de un suave rosa. Neji bajó la cabeza sintiendo vergüenza en nombre de ellos. Lee se sonrojó furiosamente.

—¡Son demasiado jóvenes para leer eso, Kakashi! —Gai gritó más fuerte. Una vena saltaba en su sien.

—Además, dudo de que sea educativo —Tenten opinó.

—¡Cierto! —Gai estuvo de acuerdo con ella—. Bien, comencemos por lo básico. Cuántos sexos y subgéneros hay, qué implican, hormonas, feromonas-

—Ya conocemos eso —Tenten volvió a hablar, interrumpiendo la lista que dictaba Gai.

—Sí, no creo que debas irte tan atrás —Kakashi le dijo, ladeando la cabeza—. Mejor vayamos directo al tema que te inquieta. Cortejo, emparejamiento, y sexualidad.

Las mejillas de Gai se colorearon un poco de rojo. Nunca antes se había sentido tímido por estos temas, incluso los explicaba con toda la pasión de siempre. Pero hablarlo con sus estudiantes más preciados luego de…, bueno, luego de verlos tan cercanos, lo ponía un poco en aprietos.

—¡Oh! ¡En las conferencias a las que voy en el hospital me he informado todo respecto a la sexualidad, sensei! —Lee comentó con orgullo, sonriendo como un buen chico—. Ciclos de celo y sus síntomas, anticonceptivos, gestación, vínculo, y todo eso. Incluso hubo un par de conferencias donde fue menos técnico y médico, y nos hablaron del consentimiento, autoexploración, y placer. ¿Recuerdas, Neji?

Neji volvió a agachar la mirada, sintiendo su rostro enrojecer cuando notó los ojos penetrantes de ambos adultos sobre él.

—¿Por qué les tenías que recordar que íbamos juntos a esas charlas? —el Hyūga se lamentó.

—¡Pero no tiene nada de malo! Al contrario, hablaba muy bien de ti que, tú como alfa, buscaras informarte al respecto —Lee habló con firmeza—. Hablar de esos temas es normal y sano, y ayuda a romper el tabú que hay sobre el cuerpo omega. ¿Verdad, senseis?

Los dos aludidos carraspearon antes de asentir.

—Es verdad —Gai concordó—. De acuerdo, están bien informados sobre sexualidad alfa, beta y omega. Pero, ¿qué hay del cortejo y el emparejamiento?

Hubo unos segundos de silencio.

—¡No pienso emparejarme con nadie, así que también me puedo saltar ese tema! —Tenten sentenció, cruzando los brazos sobre su pecho y mirando hacia otro lado con desdén—. No me interesan los omegas.

—No me emparejaré con un alfa —Lee fue el siguiente en hablar, sonando igual de seguro—. Por mi parte también podemos saltarnos ese tema.

Kakashi les miró como si estuvieran poniendo a prueba su paciencia. Gai enarcó ambas cejas. Después de que los otros dos hayan terminado sus declaraciones de cero interés en emparejamientos convencionales, los mayores dirigieron su mirada a Neji, esperando por lo que el otro alfa joven del grupo tuviera qué decir al respecto.

Hizo una mueca por ser de pronto el centro de atención.

—Tampoco me emparejaré —cedió, no con la misma convicción apasionada de sus compañeros de equipo, pero era igual de sincera su declaración.

Nunca antes había considerado emparejarse, y ahora que estaba creciendo más, y la presión que sentía del clan al respecto aumentaba, prefería no emparejarse. No sería un futuro justo para la pareja que eligiera.

—De acuerdo —Gai habló luego de unos segundos—. Sin embargo, no es necesario emparejarse para llegar a involucrarse romántica e íntimamente con otras personas. Es entonces que deben tener cuidado de no herir y jugar con los sentimientos de los demás, o ustedes ser las víctimas.

—¿De qué habla, Gai sensei? —Lee alzó su mano al hacer la pregunta. Era como verlo participar en aquellas conferencias donde siempre estaba atento y curioso por aprender.

—De que, si su intención es no emparejarse, no querrán dar las señales equivocadas, ¿cierto?

—Gai se refiere a que no hagan actos de cortejo si no es su intención cortejar a la otra persona, o mucho menos emparejarse con ella —Kakashi aclaró, mirando directamente a Neji a pesar de que Lee había hecho la pregunta.

—Para algunas personas podría ser anticuada la idea de las reglas del cortejo, pero para otras tantas sigue siendo algo común. Sobre todo en ciertos clanes se considera el cortejo algo muy importante, tienen reglas específicas, y la intención de llevarlo a cabo se considera con directos fines de emparejamiento formal —Gai informó.

—Por ello, deberán de prestar atención a sus acciones para que éstas no se malinterpreten. Si no buscan cortejar a alguien, no hagan acciones que den a entender lo contrario. Pueden confundir a la otra persona y jugar con sus sentimientos —Kakashi continuó—. Las líneas de lo socialmente permitido y no permitido de cómo se relacionan los jóvenes alfas con los omegas, son difusas para ellos. No es del todo su culpa, es el desastre de hormonas que hay en sus cuerpos en esa etapa, pero aun así deben tener cuidado con sus acciones.

—Así es —Gai asintió—. Nada me conmueve más el ver como Neji y Tenten cuidan tan bien de Lee, y cómo Lee también cuida de ellos. Pero…

—Debe haber límites —Kakashi le ayudó a completar su oración.

—¿Qué hemos hecho mal? —Tenten murmuró, ahora con los párpados más abiertos.

—Es natural que se vean atraídos hacia la presencia omega de Lee, pero creo que se han dejado llevar en algunas ocasiones y llegan a ser muy físicos con él —Gai consideró—. Es correcto que busquen consuelo en él por las feromonas, y viceversa, he visto que están muy dispuestos a ayudarse en ese sentido, y es un muy buen aprovechamiento de sus géneros secundarios. Pero, Tenten, en ocasiones tú tocas mucho a Lee mientras lo besas por toda la cara y te aferras a él cuando Neji quiere que lo sueltes. Sé que lo haces de forma inocente, pero ya no son tan pequeños como para que sus feromonas no dejen un rastro de marca en Lee.

Tenten saltó ante eso. ¿Sus jugueteos inocentes con él y lo que ella consideraba meramente fraternal pudiera estar siendo tomado de otra forma por su alfa, marcando a Lee como una pertenencia?

—No lo había considerado —tartamudeó un poco.

—No te preocupes, lo manejaremos más adelante —Gai le sonrió para no hacerla sentir mal.

—Ok —ella se encogió un poco sobre sí misma.

—Ahora, Neji, estoy seguro de que sabes qué voy a señalar de tu comportamiento con Lee —Gai volvió a ponerse algo serio, pero no intimidante ni molesto. El joven alfa se tensó un poco—. Es maravilloso cómo su relación ha mejorado mucho más desde sus presentaciones. Y tus atenciones hacia Lee son dulces, puedo ver que a él le gustan. Llevarlo a casa y traerle comida son una cosa; puedo entender y es comprensible el instinto alfa más básico de querer proteger y proveer. Pero, que compartan prendas con sus aromas, que se pongan la saliva del otro en su piel y que lo perfumes con tu olor, son otras cosas muy diferentes. Esas acciones aunque ustedes las encuentren inofensivas, están reservadas para vínculos más profundos, cortejos que llevan más tiempo, incluso cosas que hacen una pareja ya vinculada.

Los tres genin enrojecieron profundamente.

—Lo siento —la voz de Neji salió en un murmullo.

No sabía qué más decir. Estaba profundamente apenado. Tampoco podía decir lo mismo que Tenten, que no había considerado la implicación de sus actos, porque él sí lo había hecho. Sabía que esas acciones con Lee rozaban lo íntimo y tenían connotaciones románticas, pero siempre se justificó dejándose influenciar cuando alguno de sus compañeros le daba una salida de que sería diferente en ellos, cambiando ciertas reglas; como que intercambiaran bandanas en lugar de prendas de ropa; que lamían sus heridas como un simple favor entre camaradas y no como un símbolo profundo de cuidado y amor; que había perfumado a Lee de forma inconsciente por un instinto territorial normal en los alfas, en lugar de aceptar que era porque no quería que nadie más se acercara a Lee con intenciones románticas.

—Fue mi culpa —Lee habló, con los labios temblando—. Yo creí que eran cosas inofensivas, y le dije a Neji que las hiciéramos. Él sólo cedió por mí.

—¿También le dijiste que te perfumara con su aroma? —Gai enarcó una ceja.

—No —Le aceptó—. Pero no me molestó que lo hiciera.

Oh, vaya. Neji sintió un escalofrió subir por su columna. Podía sentir a su alfa brincar de emoción por la aceptación de Lee ante su marca de olor. Pero lo mantuvo a raya. No era momento de festejar algo así si su sensei le estaba recordando que precisamente lo que hicieron fue irresponsable.

—Debemos volver a marcar ciertos límites —Gai suspiró con cansancio—. No quiero que la relación de equipo se vea fracturada, sólo serán ciertos ajustes. ¿Están de acuerdo?

—Sí.

—Por principio; Lee, Neji, paren de hacer esas tres cosas que les señalé. Tenten, mide los besos que le das a Lee —Gai dictó y sus alumnos asintieron—. Ahora que saben esto, no vayan y hagan esas cosas con otro omega u otro alfa. Recuerden las implicaciones que esto tiene.

—Sí, sensei —Lee murmuró, incapaz de ver a sus compañeros alfa a la cara.

Así transcurrió el resto del día, incluso en el entrenamiento, Lee no fue capaz de retenerle la mirada a Neji.

Cuando terminaron y debieron ir a casa, esta vez Tenten no llenó de besos las mejillas de Lee, y Neji no se ofreció a acompañarlo a casa.

Los tres se despidieron en una incómoda y rápida exclamación para después tomar rumbos distintos.

—Dijiste que no querías fracturar su relación —Kakashi se colocó a lado de Gai, mirando por donde sus estudiantes se habían alejado—. Ahora no pueden mirarse a los ojos.

—Sólo están avergonzados. Lo superarán —Gai asintió con fuerza—. Su amistad ya era lo bastante fuerte incluso antes de presentaran su género secundario.

—Son buenos chicos —Kakashi aceptó, haciendo sonreír con orgullo a Gai.

—¡Mis chicos son los mejores! —a Gai le brillaron un poco los ojos por las lágrimas emotivas que comenzaban a asomarse.

—Me gusta cuando te pones así. Tu aroma se suaviza en un olor paternal que va muy bien contigo —Kakashi le sonrió—. Sin embargo, antes de que rompas a llorar, deberías de hablar más con ellos de estos temas. Sé que te apuraba llegar al punto de marcar límites, pero también deberías de explicarles otras cosas.

—¿Cómo qué?

—Bueno, cuando Tenten dijo no estar interesada en omegas, Lee también dijo que no se emparejará con un alfa. Neji no pareció particularmente interesado ni en uno ni en otro —Kakashi recordó—. Deberías hablar con ellos y decirles que las relaciones con betas, y las relaciones alfa/alfa y omega/omega aunque no sean comunes, están bien y no tienen nada de malo. Así como también es aceptable y normal no querer nada en absoluto.

—Tienes razón —Gai sonrió suavemente, sintiendo la mirada de Kakashi todavía fija en él.

—Y que tampoco está mal enamorarse de su amigo y rival —Kakashi sonrió suavemente, esta vez de forma sincera.

***

Decir que se sentía tonto y humillado era poco. Sus acciones de un alfa-bebé, tan ingenuo y enamorado detrás de un omega le daban vergüenza. Que un par de jōnins le hayan señalado lo incorrecto e inapropiado de su forma de relacionarse con Lee le hacía sentirse muy humillado. Y por otro lado, también se sentía mal por Lee, pues esperaba no haberlo metido en problemas por sus acciones.

Bien le había advertido Hiashi que tuviera cuidado en cómo se mostraba en público junto a Lee.

Al principio pensó que su tío exageraba. Ahora se daba cuenta de que en realidad pudo haber sido una advertencia pertinente. No tenía idea si la familia de Lee también hubiera malinterpretado sus interacciones.

No temía por lo que Lee pudiera pensar, sabía que su amigo también estaría sintiendo vergüenza, pero de ninguna manera veía a Neji como una potencial pareja. Así que por ese lado no es que hubiera jugando con los sentimientos del omega. Lee también había tomado su relación y acciones como algo normal entre amigos de sus respectivas castas.

Sería difícil deshacerse de ciertas costumbres. Esa tarde, cuando terminaron el entrenamiento y no le acompañó a casa, miró varias veces sobre su hombro para mirar la espalda de Lee alejándose. Una punzada en su pecho le decía que debía asegurarse de acompañar al omega. A su alfa le gustaba la presencia de Lee, pero debería de controlarse y aceptar que no era correcto estar pegados por la cadera a cada oportunidad.

Aquellos días dónde prefería pasar una tarde tranquila lejos de sus compañeros de equipo ahora parecían muy lejanos. Actualmente se sentía raro mantener distancia con ellos. Y jamás lo admitiría en voz alta, pero los extrañó el resto de la tarde.

Mientras preparaba su ropa para el día siguiente, recordó el hitai-ate de Lee que guardaba en uno de sus cajones. Sacó la bandana del mueble y la miró ahora con pesar. Los sensei habían tenido razón. Fue un gesto por demás irresponsable que hubieran intercambiado prendas con su aroma, no importa que sólo hayan sido sus bandanas ninja.

Neji se mareó un poco y sintió nauseas de sí mismo cuando le golpeó el recuerdo de cómo había aferrado a su nariz ese pequeño trozo de tela lleno del aroma de Lee durante su primer ciclo de celo.

Apretó el protector en su puño, sintiéndose terrible ante la memoria de ese primer celo vuelto loco, con el aroma de Lee flotando suavemente en su habitación, sabiendo que tenía cerca algo perteneciente al omega al que se sentía tan atraído. Había querido resistir, pero sus condiciones no eran las mejores en ese momento, inundado de hormonas y su cordura fluctuaba. Así que terminó tomando la bandana de Lee, olfateándola como un maldito animal hambriento mientras cedía al instinto más salvaje del periodo de celo alfa.

En ese estado su mente no es la más cuerda, las personas se vuelven irracionales en cierto punto, así que fue un momento de debilidad, pero si no hubiera tenido nada con el aroma de Lee cerca de él, eso no hubiera pasado. Entonces pasó y Neji se sintió como el peor de los asquerosos, torturándose los días posteriores al celo, hasta que se convenció de que fue producto de su mente animal que está fuera de control en el celo y poco pudo hacer para evitarlo. Luego prefirió olvidarlo, sino nunca sería capaz de mirar a Lee a la cara.

Ahora el recuerdo había vuelto estrellándose en su mente con la intensidad de un meteorito golpeando la tierra.

Dejó de apretar el protector, sino lo destrozaría. Lo colocó en su bolsa de armas para no olvidarlo. Al día siguiente lo devolvería a Lee.

El pequeño trozo de tela hace mucho había dejado de oler al omega, sobretodo porque después de su celo lo lavó como desquiciado decenas de veces para borrar la evidencia de que lo había tenido junto a él toda su serie. Pero Neji lo había conservado por… por imbécil, ahora lo sabía.

*

A la mañana siguiente, Neji no llegó con golosinas para el omega. Lo primero que hizo al ver a Lee en el campo de entrenamiento fue entregarle su hitai-ate sin decirle una sola palabra.

Vio al omega hacer un suave mohín con sus labios, casi un puchero lastimoso que deshizo rápidamente al apretar los labios. Tomó la bandana que Neji le entregaba, la guardó ahora en su propio bolsa de herramientas y se volteó hacia Gai sensei que los observaba en silencio a algunos metros de distancia.

—¡Volveré en seguida, Gai sensei! —Lee gritó antes de echarse a correr a toda velocidad.

Pocos minutos después volvió al campo de entrenamiento, ahora entregándole a Neji su bandana correspondiente, igual sin palabras y con la mirada baja.

El hitai-ate de Neji ya tampoco conservaba su aroma, apenas tenía un fantasma del de Lee, pero sobre todo predominaba el olor del detergente.

Le pareció desagradable. Pero se suponía que era lo correcto.

Chapter 7: 7

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Pudo descifrar que su sensei estaba a punto de estallar. Durante la mayor parte del entrenamiento les estuvo gritando más, y les miraba con irritación, traía el rostro rojo de furia, la mandíbula tensa y las venas de la sien saltadas.

—¡Suficiente! —Gai gritó— ¡Deténganse!

Los tres genin detuvieron en seco su combate, volteando a mirar a su sensei con duda. Los tres respiraban agitadamente y sentían el cansancio correr por su cuerpo, pero por mucho que estuvieran agotados, sabían que esto no era todo lo que Gai les exigía, así que estuvieron un tanto curiosos por la petición de interrumpir el entrenamiento.

—¿Qué es lo que está mal, Gai sensei? —Lee cuestionó, ladeando un poco su cabeza mostrando su desconcierto.

—¡Ustedes! ¡Pequeños idiotas!

Entonces, Gai estalló, gritándoles con toda su fuerza mientras corría hacia ellos a gran velocidad. Tan veloz que –aunque los tres vieron venir el golpe– ninguno fue capaz de detenerlo a tiempo.

Los genin salieron rodando por el suelo ante el golpe recibido, apenas deteniéndose varios metros después.

—¿Por qué fue eso? —se quejó Tenten, incorporándose lentamente, sosteniéndose el estómago porque ahí había sido golpeada.

Neji y Lee también se pararon con lentitud, sintiendo el estrago del cansancio del entrenamiento y el dolor del el golpe que cada uno recibió; Lee en la mejilla, Neji también en el estómago.

—Maldición —apenas murmuró Neji con los dientes apretados, mirando con molestia a su sensei.

—¿Qué hicimos mal, sensei? —volvió a preguntar Lee, con la mano cubriendo su mejilla ahora hinchada—. ¡Cualquiera que haya sido mi falla me esforzaré en remediarla! 

—¡Están haciendo absolutamente todo mal! —Gai les dijo con severidad, colocándose frente a ellos de nuevo—. ¡Parece que tuvieron un retroceso de dos años en su entrenamiento como equipo! Están descoordinados, actúan por su lado, no se escuchan entre sí. ¡Ni siquiera se miran! ¿Dónde está la energía juvenil tan poderosa y apasionada? ¡Es una burla de combate lo que estaban haciendo!

—Pero, sensei…

—¡Exijo que me expliquen ahora mismo qué rayos está pasando con ustedes como para dar tan lamentable combate! —el mayor colocó las manos en sus caderas, mirándoles con descontento. Ninguno habló, simplemente agacharon sus miradas, como si con ello pudieran rehuir del cuestionamiento de Gai, quien sólo enfureció más al verlos actuar tan cobardemente—. Estoy decepcionado de ustedes.

Esa declaración tuvo peso en ellos, pero sobre todo en Lee, quien saltó ante el descontento de su más grande ídolo y modelo a seguir.  

—¡Aguarde, Gai sensei! Yo… Es que yo… —la voz de Lee temblaba a pesar de mantener un tono alto que quería mostrar determinación. Sin embargo, pequeñas lágrimas se acumularon en las esquinas de sus ojos—. ¡La verdad es que estoy avergonzado! Por eso mi desempeño ha sido tan bajo. ¡Lo siento mucho! Pero me esforzaré por hacerlo mejor. No dejaré que mis emociones me debiliten.

—Me pasa lo mismo… —Tenten confesó, desviando la mirada—. Lo siento.

—Mi mente no está centrada hoy por la misma razón —Neji habló. Sintió aún más vergüenza al admitirlo en voz alta, pero si sus compañeros de equipo habían sido lo suficientemente valientes para ser honestos, él también podría.

Gai permaneció en silencio por unos segundos, mirándoles con seriedad.

—¿Por qué están tan avergonzados? —el mayor les preguntó, ya con varios niveles menos de enojo, pero todavía manteniendo cierta seriedad—. ¿Es por la plática que tuvimos ayer?

—Sí —los tres asintieron a la vez. Gai suspiró con cansancio.

—¿Qué pasa con ello?

—Me siento raro —Lee de nuevo fue el más valiente por estar dispuesto a expresar lo que le incomodaba—. Mi intención nunca fue que mi subgénero alterara nuestra dinámica de equipo, mucho menos quería poner en aprietos a mis compañeros. Yo…, yo… No quiero que Neji y Tenten se sientan raros conmigo después de lo que nos dijo ayer, sensei. Sé que ninguna de sus atenciones fue con fines de cortejo, yo nunca lo tomé así. Pero se sintió extraño saber que todo pasó sólo porque yo soy omega. Es mi culpa.

Lee se mostró tan devastado que sus hombros cayeron y miró hacia el suelo con total derrota. Neji quiso salir a su defensa de inmediato, gritar que no era cierto, nada había sido su culpa, pero si hacia eso seguro alteraría más a Lee y haría molestar a Gai. Lo tomarían como el alfa agresivo queriendo defender al omega del grupo, y era justo de lo que habían estado hablando que no debían hacer y lo que Lee tampoco buscaba provocar.

Miró de reojo a Tenten, ella también parecía luchar contra su propio impulso de abalanzarse hacia Lee y comenzar a consolarlo entre abrazos, caricias de cabello y pequeños besos. En su lugar, la kunoichi terminó poniendo una mano sobre uno de los hombros de Lee para darle un ligero apretón reconfortante.

—No es tu culpa, Lee —ella le dijo, sonriéndole suavemente—. Si quieres culpar a los subgéneros, entonces debería ser que los alfas al parecer somos los idiotas con un cerebro de neandertal que no podemos controlarnos ante un lindo omega.

—¡Pero eso no es cierto! —Lee rápidamente alegó, alzando el rostro para mirar directamente a Tenten—. ¡Ustedes son los alfas más inteligentes y amables que conozco! Jamás sería su culpa.

—Y tampoco la tuya —Neji interfirió.

—¡No es culpa de ninguno de ustedes, tontos! —Gai les gritó, luego tomó un respiro mientras se masajeaba el puente de la nariz—. No es porque tú seas omega, o ellos sean alfas. Ustedes ya tenían una maravillosa dinámica de equipo, eran camaradas leales y muy buenos amigos entre ustedes. Su subgénero no los hizo ser más unidos. Lo que sus géneros secundarios hicieron sólo fue mostrarles otras formas de dar afecto, que no están mal, pero me precisaba que comprendieran lo profundo de algunas de ellas para que no se metieran en problemas con sus clanes, o no las hicieran si no sentían tal afecto entre ustedes. Si lo hacen está bien, pero al menos ahora ya saben las implicaciones. Sólo quería que fueran responsables, ¡no que dejaran de cuidarse y hablarse!

—Entonces, ¿puedo abrazar a Lee y a Neji? —Tenten preguntó, algo ilusionada.

—Si ellos quieren —Gai respondió con obviedad, haciendo un ademán al aire.

La kunoichi volteó a mirar a sus compañeros, Lee enseguida le sonrió y le asintió. Neji hizo una mueca extraña que, quien no le conociera pensaría que era de desagrado, pero la realidad es que sólo estaba algo avergonzado.

Tenten saltó a envolver a Lee en un suave abrazo en lo que dejaba que Neji pensara su respuesta. Ella estaba más tranquila ahora, sabiendo que sus muestras de afecto no eran malinterpretadas por Lee. Además, también sintió un poco de alivio instantáneo al saberse capaz de darle consuelo a su amigo omega que apenas hace un momento había estado mostrándose vulnerable.

Mientras Tenten todavía abrazaba a Lee, Neji sintió la mirada de su camarada alfa. Él apretó los labios, pero terminó asintiendo. No sería tan difícil haber aceptado si sus muestras de afecto fueran un abrazo suave y rápido, pero con Neji, Tenten era más ruda. Sabía que tenía que ver con que ambos sean alfas, pero igual le gustaría que en ocasiones ella fuera más calmada.

—¡Tenten! —Neji gritó cuando la kunoichi saltó a él, literalmente saltó rodeándolo con sus brazos y haciéndolo caer al suelo por la fuerza del impacto y al no haberse preparado para el ataque de afecto. Mientras ella rió divertida, Neji gruñía intentando quitársela de encima sin hacerle daño. Ese supuesto abrazo se convirtió rápidamente en una infantil lucha mientras rodaban por el suelo—. ¿¡Por qué siempre me maltratas!?

—No seas un bebé llorón —ella canturreó, jalándole un mechón de cabello.

Eso desencadenó otros minutos de pelea muy poco seria, donde predominaban los empujones, jalones de cabello, y mordidas en los dedos.

—¿Es normal que Tenten exprese así su cariño por Neji? —Le preguntó a su sensei. El menor divertido por la escena, Gai sintiendo una gota de sudor por su frente al ver a dos de sus poderosos estudiantes actuar como mocosos.

—Ella es muy física. Mientras que contigo es abrazos, besos y otros mimos; con el otro alfa del grupo va a ser más ruda y competitiva, pero eso no quiere decir que no lo aprecie. Pero sí, sus muestras de cariño son jugueteos más rudos donde todavía puedan competir suavemente —Gai le explicó con sencillez—. No muy diferente a cuando tú te reunías para entrenar con Naruto para fortalecer su vínculo amistoso. Se golpeaban mucho y se divertían haciéndolo, pero eso no quería decir que no se apreciaran, ¿cierto? Son muestras de afecto diferentes.

Lee lo recordó, cómo a veces había entrenado junto a Naruto y ambos se mostraban tan entusiasmados y divertidos, aunque luego Sakura-san les regañara diciendo que simplemente se golpeaban sin razón. Para Lee, entrenar con otros ayudaba a fortalecer o crear lazos de camaradería y amistad. Así que para los alfas pequeños, esas inocentes y juguetonas peleas también significaban el reforzamiento del lazo de amistad/hermandad.

—Neji no es tan físico, ¿por eso se queja de del juego de Tenten? —Lee sonrió, todavía viendo cómo sus amigos peleaban. Tenten estaba risueña, pero Neji ya parecía a punto de dejar el jugueteo y atacarla con seriedad para alejarla de él—. También por eso él es diferente conmigo a como lo es ella.

—Exacto —Gai asintió—. Como lo hemos hablado; sus subgéneros no determinan que actuarán de una u otra forma, también depende de sus gustos personales, del entrenamiento y su personalidad. La mayoría de la gente piensa que los omegas son los más débiles entre todas las castas, y que son más recatados y tímidos, pero tú eres uno de los genin más fuertes Lee, y el más fuerte en taijutsu. Tampoco eres tímido, tu personalidad es enérgica y desborda juventud. Por el contrario, Neji es más tranquilo aun siendo alfa, y aunque se preocupa mucho por ti, ya no salta a defenderte como cuando no podía controlar su instinto, porque sabe que eres fuerte. Pero le gusta mostrar su afecto dándole gusto a Tenten con sus peleas inocentes, y llevándote a ti a casa y trayéndote comida. Tú les muestras tu afecto dejándoles hacer esas cosas alfa, ¿no es así?

—Al principio sí, sólo era por eso. Después fue agradable —Lee confesó inocentemente, dándole a su sensei una enorme sonrisa.

Un grito de Tenten les interrumpió. La chica había salido corriendo hasta resguardarse detrás de Gai sensei, pero todavía traía una leve sonrisa a pesar de que huía de Neji, quien se acercaba a paso lento pero peligroso con el byakugan activado hacia ella.

—¡Vaya! ¿Ahora ya quieres pelear en serio, Neji? —Gai volvió a colocar las manos en sus caderas—. Pues ahora tendrán que esperar. Primero haremos unos ejercicios de confianza.

—¿Qué? —Tenten salió un poco de su escondite detrás del alfa mayor—. ¿Cómo los que hacíamos en la academia?

—Así es —Gai asintió con fuerza—. Les ayudará a relajarse más y a recordar la confianza entre ustedes. Además, los dejaré terminar pronto el entrenamiento para que vayan a cumplir con una tarea que les dejaré; que consistirá en que pasen la tarde juntos para seguir reforzando esa confianza y dejen de lado la vergüenza que pueda quedar entre ustedes al convivir los unos con los otros. ¡Y espero que mañana vuelvan a ser como ustedes mismos, o al menos lo más parecido posible!

—¡Sí, Gai sensei! —Lee se puso firme, como si le acabaran de asignar una misión.

—Ok, ok —Tenten hizo un ademán para restarle importancia.

***

La tensión entre ellos había disminuido mucho, pero aún sin un plan de antemano, se quedaron indecisos en qué deberían de hacer el resto de la tarde para llevar a cabo la tarea que les dejó su sensei. Por supuesto que Lee sugirió quedarse a entrenar, a lo que Tenten rápidamente se negó. Neji también estuvo en desacuerdo.

—Primero vayamos a comer —Tenten sugirió esta vez.

—¡Buena idea! —apoyó Lee. Su apetito casi siempre era tan grande como sus ganas de entrenar, así que resultó ser una buena opción.

—¿Y qué es lo se les antoja? —ella cuestionó.

—¡Katsudon! —dijo Lee sin dudarlo.

—Katsudon —secundó Neji, asintiendo suavemente.

—¿Eh? ¡Sólo lo dijiste para estar de acuerdo con Lee, Neji! Yo quería votar por otra cosa —Tenten alegó, señalando con un dedo de forma acusadora hacia el otro alfa.

El Hyūga no pudo ocultar su sonrisa. Era divertido sacar de sus casillas a Tenten, sobre todo después de que ella lo estuvo jaloneando y golpeando en su jugueteo de hace rato, así que también funcionaba como una pequeña venganza. Aunque ese no era todo el motivo de haber coincidido tan rápido con Lee, ya que sentía que también se lo debía al omega luego de no haberlo acompañado a casa la noche anterior y no traerle ningún aperitivo ese día. Quería verlo feliz comiendo lo que haya elegido.

—Lo siento, Tenten, pero son dos votos contra uno —Lee le informó—. Ir a comer katsudon gana.

—De acuerdo —a ella no le quedó más que ceder, dándole una mirada asesina a Neji, aunque comprendía por qué el alfa de cabello largo lo había hecho.

Ya con un plan más o menos hecho, los tres chicos tomaron su camino, dejando el campo de entrenamiento atrás, adentrándose a la urbanización de aldea pocos minutos después.

Pintaba ser un día agradable, con el sol brillante, pero sin haber un calor sofocante, además, había varios puestos de comida por una de las avenidas principales de la aldea, por lo que tenían muchas opciones para elegir el lugar donde comerían, tal vez también podrían conseguir algunos postres y visitar las tiendas de curiosidades y así matar el tiempo hasta el anochecer.

Los tres iban por la calle, mirando a su alrededor, absortos en toda la variedad de opciones que les ofrecía el comercio de la aldea. Parecía ser una buena hora para estar ahí, ya que no estaba tan saturado de gente y podrían elegir cualquier lugar sin problema. Pero varios minutos después de ir caminando a paso lento, algo más que los establecimientos de comida y curiosidades captó la atención de Neji; del lado contrario a ellos, venían caminando otras tres personas que reconoció de inmediato y su presencia le hizo sentir algo desagradable en el estómago.

Cuando Lee detuvo su paso también mirando hacia enfrente, supo que ya los había notado. Sólo que su reacción fue muy diferente a la Neji, porque mientras el alfa se sintió hostil, el rostro de Lee se iluminó.

—¡Qué sorpresa! —sin una pizca de recato, Lee señaló al grupo de personas que habían captado su atención—. ¡Es Gaara-kun!

—¿Eh? —Tenten, que había estado más distraída hasta ese momento pareció confundida, para luego detenerse también y fruncir el ceño. 

Por supuesto que las exclamaciones de Lee, y el hecho de que los estaba señalando directamente, captó la atención de los hermanos de Suna.

Neji no lo pudo evitar, sus cejas se fruncieron más cuando la mirada verdosa y sin emociones de Gaara se posó en ellos. Bueno, no en ellos estrictamente, sino en Lee, quien por cierto sonreía como tonto, haciéndoles ahora ademanes de saludo.

—Vaya vaya, no creí que nos encontraríamos con caras conocidas tan pronto —Kankuro fue el que habló primero mientras caminaban hasta acercarse lo suficiente, quedando un grupo frente al otro.

—¿Eso quiere decir que recién llegan? —Lee cuestionó, tan ilusionado como si estuviera conversando con un amigo.

—Apenas dejamos las cosas en el alojamiento y salimos a buscar algo qué comer —el titiritero informó, de la forma más casual y despreocupada.

Al parecer, esos dos eran los únicos ajenos a la tensión. Porque Neji y Tenten continuaron serios y mirando con ceños fruncidos mal ocultados hacia los otros, pero no importaba mucho, ya que Temari tampoco les devolvía la mirada de una forma amigable, también parecía alerta. Y Gaara era tan él como siempre, en completo silencio y sin ninguna expresión corporal o facial en particular que denotara cualquier cosa, él simplemente estaba ahí mirando a Lee, tal vez porque era el único que hablaba.

—Vienen a los exámenes chūnin, ¿cierto? —Lee apretó sus puños con emoción.

—Sí. Serán pan comido —Kankuro sonrió con altanería—. ¿Qué hay de ustedes? Supongo que también se inscribieron.

—En realidad, no lo hicimos. Esperaremos al siguiente año.

—¿Quedaron asustados de la última vez? —Temari finalmente habló, y como era de esperarse, no fue amable.

La rubia les dio a los tres una sonrisa engreída, deteniéndose un poco más de tiempo en Tenten, poniéndola tensa. A veces Tenten recordaba su enfrentamiento con ella y se llenaba de rabia, pensando en todo lo que pudo haber hecho mejor para no haber sido derrotada.

—Temari —la voz de Gaara salió profunda y algo ronca, un tono de advertencia que hizo estremecer apenas perceptiblemente a su hermana.

Sólo eso bastó, la pronunciación de su nombre en una sutil señal de advertencia para que la kunoichi de la arena desvaneciera su gesto socarrón y no se burlara más. Tal vez también había ayudado que un olor ligeramente amenazante se haya elevado, apenas fue un momento, pero se percibió tan intimidante que fue difícil de ignorar pese a lo rápido que se calmó.

Neji sintió la garganta seca de pronto. ¿Ése aroma de quién había venido? Intentó concentrarse para captar los aromas de Temari y Kankuro, los que suponía ya se habían presentado desde el año anterior, pero ahora debería poder distinguir sus aromas, pero no captó ninguno de ellos. Si recién llegaban de su viaje de tres días, tenía sentido que hayan usado bloqueadores de olor de grado ninja y que su efecto continúe fresco. Pero entonces…, ese aroma alfa fuerte y penetrante…

¿Venía de Gaara?

¡Imposible!

Gaara es un año menor que ellos y, aunque su presentación haya sido precoz, su aroma era casi tan denso como el de un alfa adulto demasiado poderoso. Y ahora que ya era capaz de detectarlo, le estaba inquietando considerablemente. No era temor, ya ha entrenado lo suficiente como para no rendirse ante la intimidación de un alfa fuerte, pero ese olor era como si denotara algo inhumano, casi espeluznante.

¿Por qué el pelirrojo no usaba bloqueadores de olor? Con un aroma así, serían fáciles de descubrir en el camino por cualquier grupo de ninjas rebeldes. Pero tal vez eso no les hacía temer ni les preocupaba a los hermanos de Suna.

Luego de la advertencia a su hermana, Gaara volvió su atención a Lee; la mirada fija, de ojos vacíos, sin parpadear. ¿Por qué le habrían importado los modales de Temari? A menos que Gaara haya sentido que la provocación de Temari no sólo aludía a Tenten, sino a Lee.

Por supuesto. El enfrentamiento de Gaara y Lee era algo que ninguno de ellos podía olvidar. Pero Lee no le temía a Gaara.

Las fosas nasales de Kankuro se ensancharon un segundo, y luego sonrió, dirigiendo su atención hacia Neji y Tenten. El Hyūga entonces se dio cuenta de que sus aromas se habían disparado junto con el de Gaara, en una nota hostil. Pero el de Lee continuaba tranquilo y suave, como siempre.

—¿Es por sus presentaciones que no se inscribirán? —Kankuro preguntó, totalmente entrometido.

—Sí, fue una sugerencia de nuestro sensei —Lee continuó dándole todos los detalles, ignorando deliberadamente la tensión entre los demás.

—Eres un omega —la profunda voz de Gaara volvió a escucharse, tan grave que fácilmente podría pasar por un leve gruñido.

Neji afiló la mirada hacia el pelirrojo que también lo ignoraba espectacularmente a favor de sólo seguir fijando su atención en Lee.

—Sí, lo soy —Lee sonrió, aunque en seguida pareció confundido—. Aunque, ¿cómo pudiste saberlo, Gaara-kun?

¿Qué? Sería imposible que Lee no pueda oler a Gaara. No es una aroma discreto, de ser posible eriza la piel. Era claro que el pelirrojo ya se había presentado.

—Te ves como uno —Gaara respondió, en el mismo tono bajo y monótono—. Hueles como uno.

—¿Ah? ¿En serio puedes olerme? —Lee continuó estupefacto.

Gaara asintió suavemente.

—Tu aroma es floral; lavanda y jazmín —el pelirrojo describió—. Hueles feliz, relajado, y fértil.

Los párpados de Neji no fueron los únicos que se abrieron con sorpresa ante la última declaración. Escuchó a Kankuro atragantarse casi enseguida. Notó a Lee tensar sus hombros y enrojecer totalmente. El aroma de Tenten volvió a dispararse algo nervioso. Las mejillas de Temari se sonrojaron. Neji apretó la mandíbula y los puños, sintiendo que su byakugan quería activarse en señal de amenaza.

—¡Gaara! —Temari alzó la voz en un leve tartamudeo, precipitándose hacia un costado de su hermano menor—. Esa última cosa no se dice. Es demasiado invasivo, así que se considera de mala educación.

Por primera vez en todo el tiempo que llevaba su encuentro, el rostro de Gaara cambio su expresión en blanco para mirar a su hermana con confusión y pesar, apretó los labios y se volvió hacia Lee, con una mirada suave.

—Lo siento —el pelirrojo habló, incluso su voz sonó menos siniestra.

—Por favor, disculpa a Gaara —Temari intercedió por su hermano pequeño, mirando a Lee con vergüenza—. Todavía está aprendiendo los límites de las acciones y palabras socialmente aceptadas. No lo dijo con mala intención.

—Está bien, no te preocupes —Lee tartamudeó, todavía un poco sonrojado—. Pero aún me sorprende que puedas olerme. ¿Ya te has presentado, Gaara-kun? ¿Este olor alfa que llevo percibiendo desde hace rato es tuyo?

Entonces sí había notado el aroma.

—Sí —fue la corta respuesta de Gaara.

—¡Esa es otra sorpresa! —el omega exclamó, con los ojos llenos de curiosidad—. Creí que aún no lo habrías hecho, dado que eres menor que yo. ¿Cómo pasó? ¿Y cómo es que puedes olerme tan bien?

Lee estaba siendo tal vez demasiado entrometido, pero Neji también tenía curiosidad, así que no le detuvo. Porque era cierto, se supone que Gaara no había estado en edad de presentarse aún, tampoco podría ser capaz de oler tan bien a Lee; es decir, oler lo fértil que es un omega sólo puede hacerlo un alfa que está en celo, cuando todos sus sentidos están más agudizados y el cuerpo está concentrado en la tarea de reproducirse; por lo que en un omega en celo también es más perceptible ese aroma.

Lee no estaba en celo, ni cerca de estarlo. Esperaba que Gaara tampoco. Así que quería explicaciones.

 Probablemente Gaara no contestaría a las dudas del omega, pero el pelinegro ya se había animado a hablar, así que quedaba esperar. Para su sorpresa, el pelirrojo respondió a Lee:

—Debe ser por el demonio dentro de mí.

Neji volvió a tensar la mandíbula. El demonio dentro de él. Ahora tenía más sentido que la bestia de una cola que aguardaba dentro de Gaara tuviera que ver con lo precoz de su presentación, lo fuerte de su alfa y lo agudizados que estaban sus sentidos.

—Oh, ya veo —Lee no pareció ni una pizca alterado por el recordatorio de que dentro de Gaara habitaba un monstruo.

—Por eso tampoco duran en mi cuerpo los efectos de los bloqueadores de olor —Gaara continuó.

—Ése debe ser un problema para tus misiones —el omega opinó, como si no estuvieran hablando de algo muy personal.

 —No particularmente —el menor respondió con desdén. Claro, el sigilo no importaba en alguien como él, quien estuviera lo suficientemente loco para atacarlo tendría como destino la muerte, así que qué le importaba si el enemigo podría olerlo a kilómetros.

Tenten chasqueó la lengua. Teniendo suficiente de ese incómodo encuentro se animó a hablar:

 —Ok, esto ya ha sido lo suficientemente raro —ella dijo—. Fue un gusto verlos, pero debemos irnos. Vamos, Lee.

Apenas habían dado un paso cuando la voz de Lee volvió a alzarse.

—Nosotros también nos dirigíamos a comer, ¿quieren acompañarnos?

Tenten y Neji se tensaron de inmediato, con una mueca en los labios que era difícil de interpretar como algo agradable. Los shinobi de la arena parecieron sorprendidos por la invitación Lee, bueno, al menos los dos mayores, porque Gaara permaneció con su semblante impasible.

Temari les volvió a dar una mirada a los dos alfas jóvenes, un rápido vistazo evaluador, antes de sonreír ladinamente cuando volvió a dirigirse a Lee.

—Tal vez en otra ocasión.

—¡Claro! Seguro están cansados por el viaje. Bien, no los entendemos más –Lee también le sonrió, tan amigablemente que la rubia pareció relajar su semblante—. Buena suerte en el examen.

Harta de todo eso, Tenten no dudo en tomar a Lee del brazo y arrastrarlo lejos de los shinobi extranjeros, quienes quedaron mirándolos por unos segundos más. Antes de alejarse por completo, Neji dirigió una última mirada de desconfianza hacia Gaara. El pelirrojo finalmente lo miró, pero no obtuvo nada más que la misma mirada vacía típica de él.

***

La tarea de Gai, aunque sencilla, había funcionado.

Al siguiente día los tres genin estaban de mucho mejor humor, conversando entre ellos y pasando el rato como normalmente lo hacían. Estaban esperando por Gai sensei, mientras que Lee practicaba sus patadas en uno de los troncos cercanos, Tenten platicaba cualquier banalidad, Lee le respondía y Neji estaba a su lado recargado en el siguiente tronco, con brazos cruzados y simplemente escuchándolos.

El día anterior, luego de su encuentro con los hermanos de Suna, él y Tenten habían estado un poco tensos, pero la actitud relajada de Lee los había hecho olvidar el momento, creyendo que no los volverían a ver al menos por un tiempo. Dado que Konoha y Suna ahora mantenían buena relación, sería probable que se encontrarán en una misión. Pero por el momento estaba bien pensar en no verlos por un largo tiempo.

Cuando Gai llegó, de inmediato notó que ya se encontraban mejor, así que volvió a sonreírles con orgullo y con toda esa aura paternal que su instinto alfa dirigía hacia ellos.

El entrenamiento fue brutal. Gai quiso compensar el que se saltaron el día anterior por todo el malentendido que hubo. Terminaron casi al atardecer, con Lee incluso igual de rendido que ellos, dormitado al pie de una roca donde estaban sentados Tenten Y Neji.

Su sensei se había marchado hace unos minutos, pero el par de alfas descansaban lo suficiente para recuperar un poco de chakra y así caminar de vuelta a casa. Lee prácticamente se había quedado dormido de agotamiento.

Neji fue el primero en notarlo, por el aroma que rápidamente llegó a su nariz que lo hizo ponerse alerta. Tenten no tardó en también percibirlo, mirando directo hacia el punto dónde una mata de cabello rojo sangre se acercaba a paso tranquilo hasta ellos.

¿Por qué Sabaku no Gaara estaba justo ahí en su campo de entrenamiento?

El alfa pelirrojo los miró a cada uno, con tranquilidad y con su gesto ilegible. Se detuvo hasta que estuvo frente a ellos, a una distancia prudente de tres metros.

—¿Sí? ¿Buscas algo? —la hostilidad de Tenten surgió, no le importaba mostrar su desagrado por el otro y sus hermanos. Y, aunque a Neji tampoco confiase en ellos, prefirió mantenerse alerta. No tenía idea si Gaara reaccionaria de forma agresiva ante la hostilidad de otra alfa.

Gaara la miró a ella por un par de segundos. Segundos tan cortos, pero que hicieron que Neji apretara la mandíbula ante la expectación.

—Busco al omega —Gaara respondió, en su tono grave y bajo, con su semblante serio.

Neji estrechó los ojos. Tenten se inclinó un poco hacia enfrente para demostrar autoridad.

—Nuestro omega tiene nombre, ¿sabes? —ella respondió con un gruñido bajo, el cuál no pareció alterar ni un poco a Gaara.

—Lo sé. Rock Lee –el pelirrojo simplemente respondió—. Lo busco a él.

Lee no encontró mejor momento que ese para removerse en el césped, detrás de la roca donde ellos estaban, lejos de la vista de Gaara. Aunque era bastante obvio que el alfa pelirrojo sabía que el otro se encontraba ahí, seguro lo olió a kilómetros con esos agudos sentidos que la bestia dentro de él le regalaba, además de captar su firma de chakra.

El omega en cuestión se levantó de un brinco. Tallándose un ojo mientras miraba con un poco de desconcierto la escena. Después, su rostro se iluminó cuando notó a Gaara.

¿Por qué parecía tan feliz al verlo? ¿Serían ciertas las sospechas de Neji respecto a Lee gusta de Gaara?

—¡Gaara-kun! ¡Hola! —con otro salto, Lee estuvo frente a Gaara—. ¿Qué haces aquí? ¿Vienes a entrenar? ¡Esa es una excelente idea!

—Vine a buscarte.

—¿A mí? ¿Quieres entrenar conmigo? —sus ojos brillaron más.

Tenten y Neji apretaron los dientes.

—Vine a hablar contigo —anunció el alfa pelirrojo—. A solas.

—¡No! —Tenten respondió, señalando a Gaara con un dedo acusador—. No te dejaremos a solas con Lee.

—¡Tenten! ¿De qué hablas? —Lee parecía desconcertado—. No hay ningún problema si hablo en privado con Gaara-kun.

—¡No confío en él, Lee! —a Tenten no le importó hacerlo saber incluso frente al pelirrojo.

Gaara la miraba en silencio, aparentemente sin ninguna emoción detrás, pero los ojos de Neji fueron capaces de notar qué hubo un ligero flaqueo en su postura impasible, volviendo sus ojos verdes hacia Lee ahora con duda.

—Entiendo —Gaara hablo, y de la misma forma tranquila dio media vuelta para caminar por dónde había venido.

Lee miró algo furioso a Tenten.

—Eso no fue amable —Lee le dijo a ella.

—No pretendía ser amable —Tenten se cruzó de brazos.

Lee apretó los puños, antes de girarse y trotar hacia Gaara, alcanzándolo rápidamente.

Al menos, a esa distancia en que se detuvieron, ellos todavía podían verlos y escucharles.

—¡Gaara-kun! Lo lamento, eso no fue amable de parte de mi compañera de equipo. Ella no suele ser así, es muy amigable. Sólo-

—Es comprensible que ellos desconfíen —Gaara le interrumpió—. Yo te lastimé. Es de lo que quería hablar.

Lee abrió los párpados sorprendido.

—Pero, te he dicho que no te guardo rencor. No te preocupes por el pasado, Gaara-kun.

Hubo una mueca en Gaara, de nuevo un momento en que su expresión flaqueo, recomponiéndose rápidamente.

—Sin embargo, nunca me he disculpado por eso —Gaara continuó, con su voz incluso más grave porque hablaba casi en un susurro—. He estado intentando enmendar mis errores, relacionarme con las personas de una forma que no sea violenta y llena de odio. Temari dice que debería disculparme contigo, que es lo justo por tu amabilidad hacia mí. Además,  eres una de mis pocas víctimas que sorprendentemente han sobrevivido y puedo hablar directamente contigo y decirte que en verdad lamento lo que te hice pasar.

—Gaara-kun —Lee parecía haberse quedado sin palabras, procesando lo dicho por el shinobi de la arena.

A lo lejos, Tenten y Neji estaban un poco boquiabiertos. No se habían maginado que Gaara quisiera hablar con Lee de eso, mucho menos creyeron escucharlo alguna vez disculpándose, o decir que básicamente buscara ser una mejor persona.

Lee les había dicho que Gaara había cambiado, que fue amable y suave con él cuando se volvieron a encontrar en su pelea con Kimimaro. Realmente no le habían creído del todo. E incluso ahora mismo, escuchándolo directamente, era un poco difícil de confiar en él.

Gaara fue un completo monstruo, tan sanguinario y falto de la mínima empatía que ¿qué les aseguraba que esto no era un truco para acercarse a Lee, hacerle bajar la guardia y matarlo como había querido en el pasado?

Una de las pocas víctimas que sorprendentemente ha sobrevivido a Sabaku no Gaara. ¿Así veía el pelirrojo a Lee? ¿Y si en verdad quería terminar lo que empezó?

—No busco que me perdones. Sé que es imposible que lo hagas —Gaara continuó—. Pero Kankuro dijo que expresar mi genuino arrepentimiento por lo sucedido es un paso importante. Quería que lo supieras. Gracias por escucharme.

Inusual en Lee, tardó en reaccionar, permitiendo que Gaara se alejara varios pasos de él. Aunque sólo le bastó un par de segundos volver a correr detrás del pelirrojo para detenerle.

—Te he perdonado desde mucho antes, Gaara-kun, lo sabes —Lee le sonrió, como si tuviera el sol en su cara, tan cálido cómo sólo él era capaz de ser—. Creí haberte dejado claro que no te guardo rencor. Siempre soy honesto, así que puedes confiar en mi palabra.

—Gracias —a Gaara pareció dificultársele decir semejante palabra, incluso volviendo a desvanecer un poco la expresión estoica en su rostro.

—Incluso me encantaría ser tu amigo.

La declaración de Lee provocó la reacción más drástica en Gaara, que apenas fue una pizca de sorpresa delatada por párpados ligeramente más abiertos y labios separados apenas un milímetros, pero se veía tan drástica en él. Tardó en recomponerse, mirando hacia el otro lado y no directamente a Lee.

—No lo entiendo.

—No es complicado, Gaara-kun. Me agradas —Lee mantuvo su sonrisa—. Podemos hablar más, o puedo mostrarte la aldea, o ayudarte a entrenar. Siempre he dicho que el vínculo de amistad se fortalece con en un excelente entrenamiento.

La expresión en Gaara pudiera no ser muy notoria, apenas notándose el cambio en su gesto casi siempre inalterable, pero para la mirada crítica del par de alfas que observaban de lejos la escena, casi parecía que Gaara podría desmayarse o salir huyendo en cualquier momento.

—Tengo que prepararme para el registro del examen —Gaara le dijo, echándose a caminar, esta vez un poco más rápido. Lee hizo un leve mohín al pensar que su amistad fue rechazada, y aunque Gaara ya estaba de espaldas y seguro no pudo ver ese gesto herido, se detuvo unos pasos después para añadir—: Tal vez en otra ocasión.

Con esa pizca de esperanza, Lee volvió a sonreír.

—¡Seguro, Gaara-kun! —el pelirrojo se hecho a caminar de nuevo y Lee quedó por un largo momento agitando la mano en un ademán de despedida—. Iré a ver tu pelea cuando clasifiques a la ronda final.

Después volvió hasta sus compañeros alfa, que lo miraban como si estuviera loco.

—¡¿Qué fue eso?! —Tenten no dudó en gritarle cuando supo que Gaara estaba lo suficientemente lejos para no escucharlos.

—Tenten, ¿por qué sigues siendo grosera? —Lee frunció los labios, sin tomar muy en serio la molestia de Tenten, lo que hizo que la kunoichi rabiara de frustración.

—¡Eres un tonto! —ella le señaló—. ¡Neji, dile algo!

—Neji, dile a Tenten que no sea grosera.

El Hyūga quedó en silencio al verse acorralado por sus dos compañeros de equipo que de pronto lo habían elegido como mediador de su discusión.

—Lee, ¿en verdad confías en Gaara? —Neji preguntó, con un tono cuidadoso para no hacer crecer el descontento en el grupo.

Lee parpadeó hacia él, antes de responderle con sinceridad.

—Claro. Les puedo asegurar que él ha cambiado sinceramente. Es una buena persona —el omega asintió para hacer énfasis a sus palabras.

—Ajá —Tenten se entrometió todavía rabiando—. ¿Es eso, o es que él te gusta?

La expresión de Lee se desencajó, mirando con los ojos muy abiertos y boca igual abierta hacia su amiga. Ella lo había ofendido. Neji lo supo por su expresión, por cómo se erizó y cómo sus hombros se tensaron.

—¡No acabas de decir eso! —Lee casi habló en un chillido. Sí, completamente ofendido.

—¡Sí, lo dije! ¿Y qué? —Tenten retó, acercando más su rostro al de Lee, haciendo esa cosa que ella hacía para imponer su autoridad y retar a otros, sólo que normalmente lo hacía con otros alfas y en circunstancias menos tensas.

Neji suspiró con pesadez. Recién habían arreglado su dinámica para volver a llevarse bien. Y ahora otra cosa se interponía para que discutieran.

—¿¡Es tan difícil de entender que sólo quiero hacer amistad con Gaara-kun!? —Lee le gritó, con las mejillas rojas por el enojo—. ¿Por qué tú, de todas las personas, malinterpretaría mis intenciones? ¿De nuevo es por nuestros subgéneros? Al menos Neji mantiene su inquietud de la última vez que hablamos porque no conoce muy bien a Gaara. Pero tú, Tenten, apenas lo hueles y sabes que es un alfa piensas que por eso ya me gusta.

—¡No es por eso! Bueno, tiene algo que ver —ella intentó justificar, pero no le estaba yendo muy bien si Lee volvía a fruncir el ceño—. Desde antes ya sospechaba que te gustaba. ¡No es porque seas omega, es por la forma que hablas de él, maldita sea! Y no sé, supuse que de cierta forma ahora te sientes más atraído a él por su aroma tan fuerte a alfa. Es… difícil de ignorar, no sé cómo podría ser para un omega.

—Es fuerte, muy fuerte. ¡Pero no por eso me van a temblar las rodillas y voy a caer enamorado! —Lee cruzó sus brazos sobre su pecho—. Y hablo bien de Gaara-kun porque me parece un shinobi espléndido. Por eso mismo quiero ser su amigo. ¡Alfa tonta!

—¡Omega torpe!

—¡Alfa con cerebro de neandertal!

—¡Omega con el cerebro de un guisante!

—Y dijimos que nuestros subgéneros no iban a definirnos, mucho menos entre nosotros —recordó Neji, manteniéndose fuera de la guerra de insultos que sus compañeros mantenían.

Al menos no parecía ser en verdad una pelea seria y violenta; ambos se limitaban a gritarse cosas tontas, no palabras fuertes, mucho menos se estaban agrediendo físicamente. Neji sólo esperaba que estuvieran desahogando su molestia repentina y luego volverían a hablar como gente decente.

Neji resopló cuando vino a su memoria aquella vez que le dijo a Lee que seguro Tenten sería un alfa tranquila. Cuánto se equivocó. Tenten es de actitud fuerte, pero también volátil. Eso, poniéndolo con la personalidad apasionada e intensa de Lee, sería como una bomba de tiempo si no se andaban con cuidado.

—¡Suficiente! —Tenten se rindió varios minutos más, y varios insultos raros que Lee le dio sin usar groserías ni palabras realmente hirientes; su educación no se lo permitía, pero su enojo encontró formas muy interesantes de expresarse—. ¡Discúlpate!

—¡Tú primero!

—¡No lo haré!

—Discúlpense los dos —Neji intercedió—. Tenten, te excediste, tienes que aceptarlo. Lee sólo respondió a tu provocación.

—¡No te pongas del lado de Lee! —ahora ella cruzó los brazos en su pecho—. Sólamente porque es el omega bonito le das la razón.

—¿De nuevo con eso? —Lee se dejó caer pesadamente a un costado de Neji—. ¿Qué te pasa?

—Creo que está muy alterada porque sintió que estabas en peligro cerca de Gaara —Neji descifró—. Eso la puso en alerta, dejando salir el instinto. No lo dice en serio su parte racional.

—¿Estás diciendo que ahora mismo soy irracional? —ella gritó.

—Lo eres —el Hyūga respondió con tranquilidad—. Pero te estoy defendiendo.

—¿Entonces es una cosa alfa, pero de las serias? —Lee preguntó directamente a Neji, éste le asintió—. ¿Qué puedo hacer para tranquilizarla? No me escucha.

—Las palabras no sirven de mucho ahora —Neji suspiró con pesar—. No te va a gustar esto, pero se el omega bonito que ella dice y tranquilízala con tus feromonas.

—¡Ciertamente puedo hacer eso sin ser el “omega bonito”! —Lee se quejó, rodando los ojos. Neji sonrió suavemente, viendo como el omega iba abrazar por la fuerza a la otra alfa—. ¡Ven aquí, Tenten!

—¡Aléjate de mí! Mejor ve con Gaara —Tenten luchaba por deshacerse del abrazo.

—De acuerdo, me iré con él —Lee la puso aprueba. La reacción de Tenten fue rápida, tensándose completamente.

—No es cierto. No te vayas con él —ella pidió.

Tenten se relajó al poco tiempo. Neji pudo oler el aroma tranquilizador que ahora desprendía Lee, con el propósito de calmar a su nerviosa amiga, pero que sin duda también lo tranquilizó a él.

Respiró profundamente, disfrutando no tan secretamente del aroma encantador de Lee. Incluso cerró los párpados para disfrutarlo mejor. Sólo que cuando volvió a abrir los ojos, Lee ya lo estaba mirando con una pequeña sonrisa.

—¿También te relajó a ti? —el omega preguntó—. ¿Ya están menos como alfas gruñones?

—No somos gruñones —Neji justificó—. Nos preocupamos por ti.

—Lo sé, y es un gesto lindo. Pero reduzcan varios grados su sobreprotección, por favor. A veces es desconcertante —Lee frunció las cejas graciosamente.

—No puedo —Tenten alegó—. Mejor tú deja de ser tan lindo con los demás y así no tendré que cuidarte de cada alfa que se te acerca. Omega bonito.

Ella ya estaba tranquila, y su sugerencia no era en serio, nunca le pediría a Lee cambiar su forma de ser, sólo estaba jugando para demostrar que la hostilidad anterior se había ido. Incluso se permitió apretujar las mejillas de Lee con sus manos, mientras repetía “omega bonito”, provocando ese gesto gracioso en Lee.

—No sé por qué te preocupas por cosas así, si tú eres la única alfa que me llama bonito —Lee parecía divertido, riendo por la forma en que Tenten hacía que sus mejillas se abultaran—. Y sé que haces eso porque somos amigos.

—Pero nuestra amistad no hace que sea mentira —Tenten le sonrió, y luego se volvió hacia su otro compañero—. Neji, ¿verdad que Lee es un omega bonito?

La atención de ambos estaba de nuevo sobre él. Neji sintió que las manos podrían temblarle al saber que Lee estaba esperando su respuesta. Le miraba con esos grandes y redondos ojos enmarcados por largas pestañas, atento a su respuesta.

—Se hace tarde, debemos irnos —fue lo que Neji dijo en su lugar, ocasionando una mirada descontenta por parte de Tenten.

—De acuerdo, vámonos —ella asintió, soltando las mejillas de Lee, ahora tomándole por una muñeca—. Yo te llevaré a casa, ¿está bien, Lee? Que Neji camine solo.

Tenten jaló tan rápido a Lee para llevarlos lejos de ahí que ni siquiera le dio tiempo al omega de discutir. El omega apenas pudo voltear para darle una mirada de disculpa a Neji, antes de seguir siendo arrastrado por Tenten.

Notes:

Gracias por leer este capítulo ^^

Chapter 8: 8

Notes:

~A partir de aquí Neji y Tenten ya comienzan a usar la ropa que traen en shippuden.

~En este capítulo (y en el siguiente), Lee usa su uniforme de verano. Ése que le ponen en la película de la Isla de la Luna (olvidé el nombre completo, es muy largo(?)). Lee se ve tan bonito con él, y todos los fanarts que hay de él vistiendo ese atuendo son los más adorables. Lloro brillitos cada que veo uno.

~Hago mención de los padres de Lee, lo que se podría tomar como personajes originales, porque en el anime ni en el manga se menciona nunca nada acerca de ellos. Y en los fics suelen ponerlo como huérfano, así que yo elegiré darle padres. Aquí apenas los menciono, eventualmente tendrán una que otra aparición.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

Neji pudo respirar tranquilo cuando, al siguiente día, les asignaron una misión de tres días. Estarían fuera de la aldea, así que volverían a estar relativamente lejos de Sabaku n¿o Gaara. Aunque, si los exámenes continuaban con la misma estructura que la vez pasada, casi era seguro que en esos tres días Lee no hubiese podido encontrarse con el otro alfa de cualquier manera.

Esperaba que al volver, les asignaran más misiones largas y retiradas de la aldea, para seguir manteniendo distancia entre Lee y el shinobi pelirrojo de la arena, porque era un hecho indiscutible que Gaara clasificaría a la última ronda, lo que le llevaría a pasar casi un mes más en la aldea mientras se preparaba para el torneo final. Neji sentía un escalofrío desagradable recorrerle la espalda al pensar en ello.

Quería confiar en Lee, en su palabra y en su juicio al amistarse con Gaara, pero era difícil hacerlo cuando recordaba las condiciones en que quedó el cuerpo de Lee luego de enfrentarse a ese sujeto. Todavía recordaba nítidamente la mirada y la sonrisa demente de Gaara al descubrir que Lee pudo herirlo; esa notoria sed de sangre y la emoción por matar dibujadas en una expresión grotesca que después volvió a ser cubierta por la armadura de arena, dejando la fachada impasible una vez más. Pero la expresión quedó en la memoria de Neji, y no podía evitar recordarla cada que miraba al pelirrojo o cada vez que alguien más lo mencionara.

Todas sus alarmas se encendían para decirle que Lee no estaría a salvo cerca de Gaara. Nadie lo estaría, pero Lee es el único tonto tan confiando e ingenuo como para correr hacia el pelirrojo sin pensar en las consecuencias.

Y ahora que sabe que Gaara es un alfa, la desconfianza aumentó. Ese olor penetrante y espeluznante no lo ha olido en nadie más, no se asemeja a nada humano. Claro, Sabaku no Gaara no es del todo humano teniendo una bestia sellada en su interior. Un aroma suave como de la arena bañada por el intenso sol, opacada por un olor más fuerte, algo metálico que de inmediato hace pensar en la sangre.

Es jodidamente escalofriante y desagradable, no en un sentido que propiamente le provoque nauseas, sino un profundo rechazo y desconfianza. Creyó que para un omega sería peor, un aroma casi insoportable y espantoso, pero Lee no pareció afectado en lo más mínimo, a pesar de que confesó que era un aroma muy fuerte, pero nada más allá de eso.

Por el contrario, Lee se mostró muy receptivo y luego de cada encuentro con Gaara el aroma de Lee tomaba una nota más alta con algo dulce, como cuando estaba feliz, como cuando tuvo la boca de Neji en su piel… ¡No! No valía la pena recordar eso, mucho menos compararlo con un encuentro con Gaara.

De cualquier modo, al menos Neji tuvo esos primeros tres días de tranquilidad al saberse lejos de Gaara, y al tener que usar bloqueadores de olor y así no estar pensando en los cambios en el aroma de Lee que delataban su emoción por ver a ese alfa pelirrojo.

Aquella misión fue bien, sin complicaciones a pesar de que fueron ellos solos sin Gai sensei, ya que el jōnin estaba en su propia misión de rango S, mientras que ellos cumplían otra de rango C. Hace tiempo ya no les asignaban muchas misiones de rango D, pero Tsunade-sama tampoco iba más allá de encargarles una rango C debido a su estatus como genin. En el pasado, Neji se hubiera sentido frustrado por no haber ascendido oficialmente aún a   chūnin, pero actualmente comprendía que las circunstancias no eran las óptimas para volver a tomar el examen.

Al principio de la decisión de no tomar la prueba chūnin, él y Tenten supieron que era por el bien de los tres, pero consideraban que sobre todo fue para salvaguardar el bienestar de Lee. Ahora, de forma más objetiva, podría decir que fue para protegerlos mayoritariamente a él mismo y a Tenten, ya que ante amenazas latentes que fueran percibidas hacia el omega del grupo ellos todavía perdían un poco la concentración: sólo faltaba ver cómo reaccionaron ante Gaara cerca de Lee.

Tendría que pedirle a Gai volver a retomar los entrenamientos intensos para repeler el instinto más salvaje y controlar las emociones y ése lado animal e  irracional.

Tendría que rendirle su informe a Tsunade-sama de esta misión donde él fue el líder una vez más, pero esperaba que Gai no se enterara de ciertos detalles. Como dijo, la misión fue bien, no representó gran problema pues habían hecho muchas misiones similares en el pasado; capturar y eliminar a un pequeño grupo de bandidos en la frontera del país del Fuego.

Dichos bandidos no eran mucho más fuertes que ellos tres juntos, por lo que tenían la ventaja en la batalla, sin embargo, en un momento él y Tenten volvieron a perder un poco el control cuando un par de esos sujetos señalaron que Lee era fácilmente identificable como un omega, ya que el spandex verde no hacía nada por ocultar su figura curvilínea. Seguido de eso comenzaron a despotricar una serie de alaridos asquerosos y vulgares hacia Lee, haciéndolo sonrojar furiosamente, y provocando que Tenten y Neji se enfurecieran tanto que afortunadamente la misión también requería la eliminación de esos individuos, sino se hubieran metido en problemas por asesinato no solicitado.

Incluso Lee se sorprendió un poco por la determinación de Neji y Tenten de cumplir sin falla la misión, pero no lo adjudicó a nada más que el deber, y no a que sus compañeros de equipo habían actuado así por genuina ira. A veces la ingenuidad de Lee era beneficiosa para casos como ése, o al menos así lo pensó Neji.

*

Cuando volvieron a la aldea, se encontraron con dos noticias que a Neji realmente no le importaban mucho. Primero; el examen fue el mismo, por lo que Gaara estaba en su segundo día en el bosque de la muerte (muy probablemente ya esperando en la torre). Y, segundo; el equipo de Hinata no completó la prueba, ya que el día del examen escrito, Kiba mostró signos de su presentación, así que actualmente el bobo Inuzuka está finalmente presentándose como un alfa.

A la mañana siguiente de volver, se encontraron en su punto de reunión de siempre. Tenten ya estaba ahí, siendo la primera en llegar, y después Neji.

El Hyūga ya había anticipado la reacción de la kunoichi, pero aun así rodó los ojos cuando la escuchó silbar al ver su nuevo atuendo.

—¡Vaya! Ahora luces mucho más como un Hyūga adulto —Tenten exclamó, tirando suavemente de las mangas largas del otro alfa—. ¿Intentas impresionar a alguien, Neji?

Para completar su cuestionamiento, Tenten habló con un tono juguetón mientras movía las cejas de arriba hacia abajo un par de veces.

Neji resopló y alejó sus brazos del agarre de la kunoichi que no había dejado de estrujar la tela. Había cambiado su ropa, descartando definitivamente la camisa beige y los shorts oscuros. Ahora llevaba un atuendo más acorde a su clan, pero todavía adaptable para que sirviese como su uniforme ninja; en lugar de túnicas largas y un haori, optó por un pantalón blanco a juego con la parte superior que era una camisa con botón con mangas anchas que todavía le recordaban un poco a la imagen del haori, por lo que también llevaba un corto manto oscuro en su cintura para asemejar todavía a la prenda tradicional y ese toque relacionado al clan. También se deshizo de la cinta bajo su hitai-ate y cambió las sandalias azules por unas negras.

Consideró que el nuevo atuendo le daba la apariencia correcta de un alfa Hyūga adulto, por lo que el cambio lo consideró más que pertinente.

—No es para impresionar a alguien —Neji resopló—. Mi antiguo uniforme tenía que ser descartado; comenzó a apretarme en lugares muy incómodos, sobre todo después de la presentación.

—Iugh, Neji, no necesitaba esa información —Tenten hizo una mueca, aunque igual no pudo ocultar del todo una sonrisa divertida—. No quieras presumir el gran regalo que la naturaleza alfa te dio. Yo también soy alfa, ¿recuerdas?

—Sí, pero eres una alfa femenina—él le dio una sonrisa ladina—. Y no estoy presumiendo nada.

—Sí, cómo no. Estás a un segundo de lanzar un concurso de medición de pollas como los alfas más tarados —ella rodó los ojos.

—Eso es más algo que tú harías. Eres demasiado competitiva con las cosas más banales.

—¿Ah sí? —ella volvió a sonreí—. Entonces, ¿porque insinúas que la polla ya no te cabía en los shorts cuando sólo estamos tú y yo? Apuesto lo que quieras a que nunca hubieras comentado algo así enfrente de Lee. ¡Alfa competitivo!

—No quiero competir por algo tan estúpido —aseguró, cruzándose de brazos—. Y no le comentes a Lee de esto.

—“Oh por favor, Tenten, no le comentes a mi omega que estaba siendo un alfa tonto” —ella hizo una mala imitación de la voz de Neji—. No quieres arruinar la imagen del alfa perfecto que él tiene de ti, ¿cierto? ¿Si quiera se dan cuenta de lo cursis que son el uno con el otro?

—Cállate —Neji masculló, sintiendo un leve calor en sus mejillas al recordar todas las veces que Lee se ha referido a él como el alfa perfecto.

—¡Y ahora, hasta cambian de atuendo el mismo día! —Tenten exclamó con sorpresa cuando vio un punto detrás de Neji. El Hyūga volteó rápidamente, para observar cómo se acercaba Lee, en una de esas pocas veces que venía caminando como una persona normal, sin ir en una carrera ni andar caminando de manos.

Pero su andar normal no fue lo que más le sorprendió a sus compañeros de equipo, sino la ropa que traía. Lee vestía todavía un jumpsuit verde, pero no era el mismo de siempre, éste era su uniforme de verano; el enterizo verde con una franja blanca a cada costado, de manga corta y de short, tampoco era de spandex ni lycra, sino de una tela más suelta y fresca. Todavía traía vendados sus antebrazos y manos, y los calentadores naranjas en sus pantorrillas, pero había cambiado su hitai-ate con tela roja por uno de tela azul, atado a su cintura como acostumbraba.

Neji quedó boquiabierto por un momento. Lee sólo usaba ese uniforme en verano, cuando el calor era insoportable y todos optaban por una ropa más fresca. Y cada vez que lo vió quedaba un poco aturdido, porque la repentina exposición de la piel de los brazos y las piernas de Lee (bueno, lo poco que dejaba al descubierto las vendas y los calentadores pese a ser un jumpsuit de short), le recordaba a Neji lo desacostumbrado que estaba a ver más que la piel del rostro de Lee y de la punta de sus dedos, ya que el jumpsuit cotidiano cubría todo.

Volvió a cerrar la boca hasta que tuvo a Lee frente a ellos, con esos ojos oscuros mirándole con asombro y un brillo especial.

—¡Neji! ¡Te ves muy bien con tu nueva ropa! —Lee le dijo después de saludarles.

—Dile algo —escuchó a Tenten murmurar a sus espaldas, pero Neji estaba todavía procesando el cumplido de Lee y lo lindo que éste siempre lucía con su uniforme de verano.

—Te da un aire más maduro —continuó Lee—. Te ves más varonil y atractivo.

El cerebro de Neji estaba haciendo corto circuito. Casi podía escuchar la imaginaria palmada en la frente que Tenten se dio al verlo quedarse como un estúpido sin ser capaz de decir algo.

—Tú te ves muy lindo, Lee —Tenten prefirió hablar ella misma a esperar a que las neuronas de Neji funcionaran—. ¿Por qué nadie me dijo que hoy reemplazaríamos uniformes? —bromeó.

—¡Fue una coincidencia! —Lee exclamó—. No sabía que Neji usaría hoy nueva ropa, y yo no tenía otro uniforme para misiones y entrenamiento más que este, así que…

—¿De qué hablas? —Tenten le interrumpió—. Siempre tienes tus reservas de esos trajes de sapandex que te da sensei. Y el que llevabas en nuestra misión de ayer no estaba roto.

—Lo sé, pero… —Lee hizo ese mohín que pasaba más por un leve puchero—. Cometí el error de contarle a mamá lo que pasó con ésos bandidos de la última misión, y ella y papá comenzaron a decirme que ya me habían dicho que mi ropa ninja no era apropiada para un omega. Dicen que muestra demasiado. Pero ni siquiera se ve mi piel.

—Creo que se refieren a la figura —Tenten hizo un rápido ademán con ambas manos delineando una imaginaria figura curvilínea. Lee enrojeció un poco.

—Luego entendí eso —Lee asintió—. Aunque no me importaba mucho. Pero ya había comenzado a sentirse más ajustado en la cadera. Y luego de lo de ayer…, me hizo sentir incómodo seguir usándolo, así que cambié de uniforme.

Ninguno de ellos era fan de la elección de ropa de Lee y Gai sensei, pero aun así no se escuchaba justo que Lee cambiase su forma de vestir por culpa de unos tipos asquerosos que no pudieron controlarse a sí mismos en presencia de un omega. Un omega menor de edad, por cierto. Neji quiso revivirlos para volver a matarlos.

—¡Lee, no deberías dejar de usar la ropa que te gusta sólo por lo que piensen unos idiotas! —Tenten frunció las cejas, luego aplastó un puño contra su palma—. Te ayudaré a darle una paliza a cualquiera que se atreva decirte algo al respecto.

—Gracias, Tenten. Pero estoy consciente de eso, no te preocupes —Lee finalmente sonrió—. Sólo esperaré a que Gai sensei vuelva para que me de otros trajes un par de tallas más grande para que no estén tan ajustado de la cadera. Mientras tanto, usaré este uniforme.

—¡Perfecto! —Tenten también le sonrió, aunque luego hizo una mueca pensativa—. Creo que yo también debería cambiar mi ropa antes de que comience a quedarme más pequeña. 

—¡Sería lo ideal! ¡No querrás que una mala elección de ropa limite tus movimientos a la hora de entrenar o en medio de un combate en una misión!

—Y hablando de eso, no nos han llamado hoy para una misión, así que, ¿entrenamos o hacemos otra cosa? —ella sugirió, sabiendo cuál sería la respuesta entusiasmada de Lee.

—¡Por supuesto, hay que entrenar! —Lee saltó con los puños apretados—. ¿Qué dices tú, Neji? Hoy pareces bastante distraído.

—Está muy ocupado pensando en un omega bonito —Tenten canturreó.

Neji frunció las cejas mirándola con molestia. Lee dio un respingo tapándose los labios por un segundo.

—¿Te has interesado en una omega, Neji? —Lee preguntó, con una expresión total de asombro y curiosidad—. ¿Encontraste a tu persona especial?

—¡Nada de eso! —Neji dijo mordazmente—. Sabes que a Tenten le gusta decir tonterías al respecto. No le creas.

—¡No tienes por qué ser tímido, rival! —para su sorpresa, Lee se le colgó por los hombros en un relajado abrazo—. El amor es una reacción normal en la flor de nuestra juventud. Arde cual fuego apasionado para hacernos más valientes. ¡No lo reprimas!

—¡No estoy reprimiendo nada! —Neji gruñó, intentando soltarse del agarre de Lee sin hacerle daño, fracasando—. ¡Suéltame!

—No seas tímido, Neji. No tienes nada de qué avergonzarte. ¡Eres el alfa perfecto para cualquier omega! —Lee insistió, sin soltarle.

Neji rodó los ojos, todavía luchando contra el firme agarre de Lee. ¿Por qué el omega era tan jodidamente fuerte? No se lo ponía fácil, ni con su abrazo, ni con sus palabras, porque claro, Lee le repetía mucho que era el alfa perfecto, que cualquier omega lo querría. Cualquiera, menos el omega que le ha recalcado dos veces que no piensa emparejarse jamás con un alfa, y que curiosamente ése ha sido la única persona por la que Neji ha sentido interés.

—Si no entrenaremos, me iré —el Hyūga sentenció.

—O podemos ir de compras para que me ayuden a elegir mi nuevo uniforme —Tenten opinó.

—¡Yo voto por algo verde! —rápidamente dijo Lee, todavía sin soltar a Neji, prácticamente gritándole en el oído.

—¡Ni loca! —Tenten se cruzó de brazos—. Neji, ven. Vayamos todos juntos porque no confío en el gusto de Lee para que me asesoré en ropa.

—No me interesa —Neji fue honesto, a pesar de que la kunoichi le dio una mirada asesina.

—¡Acompañémosla, Neji! —Lee ahora le tomó firmemente del brazo—. A las chicas les gusta ir de compras. A mí también me parece una actividad aburrida, ¡pero Tenten es nuestra amiga y camarada! Debemos apoyarla y participar en actividades diferentes a los golpes donde podamos fortalecer nuestro vínculo de amistad con ella.

—Sí, lo que dijo Lee —la kunoichi le sonrió a Neji, sabiendo que a éste le era más difícil negarle algo al omega.

—De acuerdo —el Hyūga cedió.

***

No se imaginó que visitar unas cuantas tiendas y esperar a que Tenten se probara algunas prendas les llevaría toda la mañana y tarde, y que por lo mismo les drenaría toda su energía.

Tampoco se imaginó que se encontrarían con Ino y con Sakura, y que ellas se les unirían.

—¡Lee-san! —la voz de Sakura les alcanzó justo antes de entrar a otra tienda. Lee volteó como un rayo para verla mientras todo su rosto se iluminaba de emoción.

—¡Sakura-san! ¡Ino-san! ¡Hola! —Lee sonrió ampliamente.

—Hola —Haruno respondió cuando estuvieron frente a ellos, luego miró brevemente a los otros dos—. Hola, Tenten, Neji-san.

—Hola, ¿qué hacen por aquí? —Tenten igual parecía contenta de encontrarlas. Neji sólo dio un ligero asentimiento como saludo.

—Al parecer lo mismo que ustedes; de compras —Ino habló, dando un vistazo de pies a cabeza a Neji y a Lee—. Nuevo look, ¿eh?

—Es el uniforme de verano de Lee-san —Sakura le dijo. Claro, ella ya lo había visto en una misión en la que Lee fue integrado al equipo siete.

—Está mucho mejor que el otro, Lee. Deberías de usarlo más —la chica rubia opinó, dándole un ojo crítico, luego volvió su atención al alfa—. Vaya, vaya, Neji, incluso tú te animaste a un cambio de imagen. No está mal.

Neji resopló ladeando el rostro para no prestarle atención. Como si a él le fuera a importar la opinión de ella.

—Veo que sigue siendo tan agradable como siempre —murmuró Sakura con sarcasmo. Neji rodó los ojos, ignorándolas aún más. Tampoco le interesaba la opinión de Haruno sobre él.

—Entonces, ¿también están de compras? —Tenten preguntó, para que no se desviara el tema hacia la actitud poco amistosa que Neji solía mostrar a los demás.

—Sakura quiere dejar de verse como una niñita, así que estamos buscando nueva ropa. Por supuesto, requiere de mi buen gusto para aconsejarla —Ino reveló, como si estuviera diciendo algo importante.

—¡Eso no es cierto! —Sakura de inmediato rabió—. Me preguntaste a dónde iba y te uniste cuando nadie te invitó.

—Tenten también está buscando nueva ropa —Lee intervino antes de que las chicas comenzaran a discutir—, pero no nos ha ido tan bien. Tal vez su ayuda sea mejor que la mía y la de Neji.

—Sí, eso sería genial —Tenten estuvo de acuerdo.

—¡Por supuesto! —Ino brincó—. Con gusto te ayudaremos, Tenten. ¿Verdad, Sakura?

—Claro. ¡Andando! —la pelirrosa anunció, señalando la tienda frente a ellos.

Ese momento pudo haber sido su oportunidad para escabullirse y dejar que el par de chicas continuaran ayudando a Tenten por ellas mismas. Pero Haruno de inmediato se colgó del brazo de Lee, y Neji se vio incapaz de retirarse.

Ino se había adelantado unos cuantos pasos con Tenten comenzando a ver la ropa que estaba exhibida en la tienda. Sakura y Lee iban a paso más tranquilo detrás de ellas mientras conversaban. Neji iba justo detrás con la vista clavada en el agarre que ése par mantenía entre sus brazos.

También prestó atención a lo que hablaban. No se decían nada revelador o interesante, una simple charla banal entre amigos, pero aun así no se perdió los sonrojos de Lee y las sonrisas tan suaves que Sakura le daba al omega, ocasionando que Lee se pusiera aún más nervioso y sonrojado.

Yamanaka eligió unas cuantas prendas para Tenten y la mandó al probador. Mientras ellos esperaban, la chica se unió a la charla que mantenían Lee y Sakura. Por unos minutos todo siguió siendo poco interesante. Hasta que la rubia volvió a mirar a Lee con ojo crítico y una suave sonrisita maliciosa.

—Entonces, Lee, ¿cómo llevas el proceso de ser un omega? —Ino preguntó, acercándose un poco más al pelinegro.

—¡Excelente! —Lee alzó su pulgar—. Al principio fue extraño por todos los aromas que se revelan, y los sentidos se agudizan tanto que es abrumador. Pero gracias al entrenamiento fue fácil adaptarme.

—¿Qué hay del periodo de celo?

—¡Ino! ¡No le preguntes cosas tan personales! —Sakura saltó a defender al otro.

—¿Qué? Es normal —la rubia se encogió de hombros—. Además tengo esa duda porque es casi seguro que me presentaré como omega. Quiero saber qué tan horrible es. Estoy segura que mi madre suaviza demasiado sus explicaciones para no asustarme.

Lee hizo una mueca pensativa y luego se relajó.

—Si ese es el caso, no me molesta responder tus dudas, Ino-san —el omega le sonrió dulcemente—. El celo fue intenso. Tuve los síntomas comunes que nos han enseñado; dolor, calambres, sofoco, aumento de la temperatura y lubricación. Mucha lubricación —eso último lo susurró, pero aun así Neji lo escuchó, también vio como las mejillas del omega se sonrojaron un poco.

—¿Lo pasaste con alguien? —Ino hizo otra pregunta, sonriendo más y moviendo sus cejas.

—¡No seas entrometida! —Sakura volvió a regañarla.

—No, claro que no —ahora Lee estaba mucho más rojo—. Por supuesto que lo pasé solo.

—¿En serio? —Ino ladeó su cabeza con curiosidad, todavía con su sonrisa maliciosa. Así se acercó al rostro de Lee, cerca de su oreja y le susurró algo que sólo el omega escuchó.

Neji no tuvo ni idea de qué fue lo que Yamanaka le secreteó a Lee, pero lo que haya sido subió el sonrojo de Lee varios tonos. Casi brillaba de lo rojo que estaba. Incluso el omega tuvo que taparse el rostro de vergüenza mientras negaba efusivamente a lo que le haya dicho la rubia.

Frunció más las cejas cuando Ino le miró a él de reojo, todavía con esa sonrisita tonta en la cara. Neji le dio su gesto más hosco. No le estaba agradando para nada la confianza que la rubia estaba tomando.

—¿Bien? ¿Qué les parece esto? —en ese momento salió Tenten del probador, mostrando uno de los atuendos que Ino había elegido para ella.

Ni siquiera con la presencia de Tenten, Lee fue capaz de levantar el rostro y dejar de cubrirlo. Neji podía ver sus orejas completamente rojas.

—Te queda muy bien y te ves muy bonita —Sakura habló—. Pero parece más del estilo de Ino.

—¡Te ves increíble! —Ino opinó.

—¿Neji? —Tenten pidió su opinión, no sabía por qué. O tal vez sólo le estaba llamando porque su atención estaba pegada a Lee.

El alfa le dio un rápido vistazo a su amiga.

—Necesitas algo más práctico para la batalla —fue su punto de vista antes de volver a mirar al omega.

—¿Qué le pasa a Lee? —Tenten notó el estado del otro.

—¡Ino-pig lo estaba molestando! —Sakura gritó, reprochándole a la rubia.

—No lo molesté, simplemente le pregunté algo y se avergonzó —ella se defendió.

—¿Qué le preguntaste? —Neji demandó saber, colocando su dura mirada en Yamanaka.

—Nada, no importa —Lee salió apresuradamente de su escondite tras sus manos para responder. Le dio una mirada a Tenten antes de volver a hablar—. Te vez linda, Tenten.

—Pruébate el otro —pidió Ino.

—Bien —no muy convencida, Tenten volvió al probador.

—¿Qué hay de ti, Lee? ¿Te ayudo a buscar un atuendo sexy? —Yamanaka preguntó, llevando sus manos hasta colocar una en la cintura de Lee y la otra en la cadera, sin pudor alguno—. ¿Algo que resalte más tu figura omega y deje a todos los alfas salivando y muriéndose por ti?

—Déjalo en paz, Ino —Sakura volvió a tomar a Lee del brazo y lo jaló para alejarlo de Ino.

—Estoy tratando de ayudar —ella justificó—. Bueno, si no quieres otra ropa, ¿qué tal otro corte de cabello?

—Me gusta mi cabello así —Lee murmuró.

—Bien, bien —ella se rindió.

Para fortuna de Neji, el par de chicas volvieron a centrarse en Tenten cuando ella salió del probador una vez más, dándole así un respiro a Lee.

Fueron a una tienda más, con ellas todavía siguiéndoles y queriendo acaparar la atención de Tenten y Lee. Neji estaba siendo completamente ignorado, pero tenía sentido si él fue quien las ignoró primero. No podría importarle menos. Él sólo continuaba ahí junto a ese grupo para vigilar que las libertades que Yamanaka se estaba tomando con Lee no escalaran a algo peor.

Afortunadamente, en la siguiente tienda, Tenten encontró algo que le gustó y que le pareció perfecto para ella. Sin duda eso se sentía más como su estilo y no como el otro desastre de ropa que Ino había elegido.

Para molestia de Neji, Sakura también se probó algunas prendas, haciendo que Lee se pusiera colorado y tímido cada que la veía salir del probador. La voz del omega temblaba cada que le decía a Haruno que se veía bonita.

Al salir con la compra hecha. Neji creyó que lo peor había terminado y finalmente se librarían de ellas y se alejarían de la bulliciosa zona comercial de la aldea. Pero justo frente a la tienda de la que salían, había una pequeña florería, a la que Sakura corrió llevándose a Lee con ella. A lo lejos Neji observó cómo Haruno tomaba una delicada y bonita flor amarilla para llevársela al encargado; éste envolvió el tallo en un cono de celofán y lo decoró con un pequeño lazo rosa. Sakura pagó y le entregó la flor a Lee.

Lee parecía que se quería desmayar, un poco más y su rostro comenzaría a humear de lo rojo que estaba.

—Ésa tonta Sakura, cortejando a un omega sin siquiera ella haberse presentado aún —Ino resopló—. Sí que es boba.

—¿Cortejando? —Tenten casi gritó—. ¿Ella está interesada en Lee?

—No lo sé —Ino se encogió de hombros—. Pero lo parece. Ni que no supiera lo que significa regalarle flores a un omega soltero.

Neji de repente se sintió mareado, mirando todavía la escena frente a él. No podía escuchar lo que Sakura le decía a Lee, pero el omega continuaba viéndose tan sonrojado y completamente tímido, como siempre es con ella. No debería de sorprenderle, hace tiempo Lee manifestó su amor por Sakura, y no ha dicho nada que contradiga eso o que insinúe que ya no esté interesado en ella. Lo nuevo era darse cuenta que tal vez Haruno podría corresponder a los sentimientos de Lee.

Regalarle flores a un omega era una de las muestras de cortejo más tradicional, y considerada la más romántica. No podría aplicarse inmediatamente eso a esta situación, ya que Sakura no se ha presentado, pero Lee sí. Era un poco difícil interpretar las intenciones de Haruno.

Cuando Lee y Sakura volvieron a acercarse a ellos, el omega seguía con las mejillas ruborizadas y con una sonrisa tímida en sus labios. Haruno se veía igual de feliz.

—¡Sakura! No puedes cortejar a un omega si aún no te has presentado. ¡Frentona, tramposa! —Ino alegó de inmediato.

—Eso ya lo sé. ¡No lo estoy cortejando, Ino-pig! —Sakura le respondió—. Le expliqué a Lee-san que le regalé la flor como disculpa por cómo lo molestaste. A él le gustan las flores.

—Bien, bien —Ino ahora le restó importancia al asunto—. Entonces nosotras nos vamos. ¡Adiós, chicos!

—Adiós —Tenten respondió.

—¡Adiós! Y gracias de nuevo, Sakura-san —Lee le dijo con una suave sonrisa.

—No hay de qué —Haruno le respondió la sonrisa antes de echarse a caminar junto a Ino.

Los tres mayores quedaron mirándolas mientras se alejaban. O realmente Lee era el único que las observaba alejarse, mientras que Tenten y Neji tenían clavada su mirada en él.

Cuando las chicas estuvieron lo suficientemente lejos, Tenten rompió el silencio.

—¿Desde cuándo te gustan las flores?

—Siempre me han gustado —Lee murmuró.

—¡Mentiroso!

—No miento. Siempre me han parecido lindas —Lee ladeó su cabeza—. Y…yo… Una vez… Es que cuando estuve en el hospital, previo a mi cirugía, Sakura-san solía visitarme y cada vez me llevaba una flor. Una vez incluso me dio un ramo completo de lindas flores. Me gustó mucho y se sintió bien. Creo que ella recuerda eso y por eso dijo que sabe que me gustan las flores. ¡Pero es verdad, sí me gustan! Son más lindas cuando ella me las regala.

Olviden el mareo. Neji sintió como si le hubieran dado una poderosa patada en el estómago y en el pecho.  

—Así que por eso siempre había una flor nueva cuando yo iba a visitarte —reflexionó Tenten—. Es un gesto lindo, Lee, pero no te vayas a ilusionar, ¿de acuerdo? Sé que te gusta mucho Sakura, pero ya la escuchaste, no es con fines de cortejo.

—Ya lo sé —Lee asintió suavemente—. Somos amigos solamente. Incluso si ella llegase a presentarse como alfa, yo sé que no me elegiría.

—Oh, Lee, no quería desanimarte. Esa no era mi intención —Tenten explicó rápidamente—. Yo hablaba del presente y de este regalo en específico. Probablemente en un futuro ella quiera cortejarte. Parece que en verdad le agradas.

—¿Lo dices en serio? —los ojos de Lee se iluminaron—. ¿Crees que haya aunque sea una minúscula posibilidad de que ella me quiera como omega?

—Lo digo en serio —Tenten le dio su sonrisa más sincera.

Lee pareció feliz, aun así volteó a ver a Neji, buscando también una confirmación de él. Sabía que el joven Hyūga no le mentiría, siempre era honesto.

Neji pasó saliva para deshacerse del nudo que sentía en la garganta y responder sin vacilación:

—Cualquiera te querría.

Percibió que el aliento de Lee se atascó por un breve segundo tras escucharle. Lee no se había esperado tal respuesta, tampoco Tenten, mucho menos Neji creyó que se atrevería a ser tan honesto, pero lo hizo a favor de Lee. El omega podía tener así una esperanza, porque Neji honestamente pensaba que Haruno podría corresponder a los sentimientos de su amigo. Nada haría más feliz a Lee que eso.

Notes:

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Chapter 9: 9

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Chapter Text

Apenas habían pisado la aldea en los últimos veintitrés días. Era como si los dioses hubieran escuchado la petición de Neji y les hayan asignado misión tras misión. Sólo volvían para rendir su informe y Tsunade-sama ya estaba lista para hablarles de su siguiente tarea.

Al parecer había pocos chūnin disponibles en la aldea debido a que estaban monitoreando el examen y a otra misión importante de la cual Tsunade no quiso darles detalles, por supuesto. Lo que sí les dijo, es que en ese momento también había una escases de genin disponibles, no sólo por aquellos que habían rendido las primeras rondas del examen y que por las circunstancias estaban en baja temporal por lesiones, hospitalizaciones u otras cosas; sino que también algunos se encontraban en confinamiento debido a que estaban presentando su género secundario.

Así que su equipo era uno de los pocos disponibles para llevar a cabo las misiones de rango D y C, incluso cumplieron una de rango B cuando Gai pudo acompañarles.

Las misiones fueron con éxito, en cada una de ellas Neji fue asignado como el líder, Lee estuvo tan enérgico como siempre y todos los ataques de Tenten fueron precisos. Pero cualquiera sabría que, por muy buenos que fueran, no podrían mantener el mismo ritmo por un periodo de tiempo más prolongado en tales condiciones. Apenas habían tenido breves momentos de sueño, mucho menos de descanso, y tampoco una buena comida, dependiendo más que nada de las píldoras de soldado; moverse continuamente debido a las múltiples misiones no daba oportunidad de ocuparse de esas cosas con propiedad.

Fue por todo ello que, cuando volvieron de la última misión, Tsunade les haya ordenado tomarse unos días de descanso.

Tenten se despidió rápidamente de ellos, alegando que iría directamente a casa a tomar una ducha y dormir hasta el día siguiente. Lee dijo que moría de hambre, y antes de que si quiera se diera cuenta, Neji le estaba diciendo que podían ir juntos a comer lo que sea que le apeteciera.

Así que fueron juntos al restaurante de barbecue, sin importarle su imagen desaliñada y ropa hecha un desastre porque ni siquiera optaron por ir primero a ducharse, o al menos cambiarse de ropa a una más limpia. Pero Lee había dicho que moría de hambre, así que no habría tiempo que perder y a Neji no le importó nada más que cumplir con darle comida al omega. El estúpido impulso alfa de proveer lo movió, pero no le importó mucho, porque él también ansiaba una comida adecuada.

Al final llevó a Lee a casa luego de que el pelinegro haya desistido de pelear con él por lo contrario. Incluso al enérgico maestro del taijutsu le pasó factura todo el agotamiento de las consecutivas misiones una vez que pudo relajarse mientras se llenaba de deliciosa comida.

En el distrito Hyūga se encontró con Hinata, quien recién salía para encontrarse con su equipo, el cuál volvía a reunirse luego de un par de semanas donde Kiba y Shino estuvieron en confinamiento debido a sus presentaciones; primero fue Kiba, y Shino no tardó en seguir después. Según le comentó Hinata, sus dos compañeros se presentaron como alfa. Fue un comentario casual, pero Neji pudo distinguir la inquietud en los gestos y la voz de su prima; hablar de las presentaciones del subgénero de sus compañeros de equipo seguro que le recordaba a Hinata que la de ella también estaba cerca. Neji quiso darle algún tipo de consuelo, pero no supo realmente qué decir, así que sólo le deseó suerte en su entrenamiento y se despidieron.

***

En su segundo día libre no habían acordado reunirse, aun así, Neji se dirigió a su habitual campo de entrenamiento para ver si se encontraba con Lee. Probablemente Tenten estaba cumpliendo su propósito de dormir cuanto pudiera antes de ser convocados a otra misión o a otro entrenamiento con Gai, pero Lee era Lee, y no importaban las circunstancias, el omega siempre buscaba el momento para entrenar.

Entonces se sorprendió cuando llegó al campo de entrenamiento y no lo vio ahí.

Se sintió un poco decepcionado a pesar de que se había dicho a sí mismo con anterioridad que no tenían que estar juntos todo el tiempo. Le adjudicó toda la culpa a su lado alfa que disfrutaba de la presencia del omega y el cómo éste olía y lo trataba.

Se marchó de ese lugar para ir a dónde se suponía que se dirigía en primer lugar antes de pensar en Lee e ir a buscarlo. El omega podría estar en cualquier lugar, menos en casa; pudiera estar en su dojo, dando vueltas parado de manos alrededor de la aldea, acabando con la comida de cualquier restaurante, cumpliendo un reto autoimpuesto, pasando el rato con Sakura, o yendo a buscar a Gaara ahora que el pelirrojo estaba en la aldea debido al maldito examen chūnin.

Gruñó molesto consigo mismo porque su mente de nuevo le hacía volver a recordar que Gaara estaba cerca y Lee tenía interés en amistarse con él.

Da igual, se dijo mientras caminaba tranquilamente hasta el hospital. Con sus constantes misiones, su reserva de bloqueadores de olor habían disminuido y tenía que surtir más para estar preparado para cualquier emergencia. Debía ir directo al hospital porque en las farmacias comunes no se encuentran los bloqueadores de olor de grado ninja que ellos necesitan.

Fue una agradable sorpresa entonces encontrarse con que Lee iba saliendo del hospital cuando él iba llegando.

Neji lo escaneó con la mirada de pies a cabeza tratando de averiguar en seguida si la visita de Lee al hospital se debía a que se había lesionado en la última misión y apenas lo notaba o es que se lo había ocultado. Pero Lee parecía estar bien, iba sonriente y tranquilo como siempre; el jumpsuit de short y manga corta que seguía usando dejaba ver que en aquella piel no había más que los mismos moretones y rasguños con los que regresaron, y no lesiones graves.

—¡Neji! —Lee corrió hasta quedar frente a él, sonriéndole ampliamente—. ¿Qué te trae por aquí? No vienes herido, ¿cierto?

El omega comenzó rápidamente a inspeccionarlo, dándole un vistazo por todos lados mientras le tomaba de los hombros para girarlo e inspeccionarlo de todos ángulos.

Neji puso los ojos en blanco.

—Estoy bien. Sólo vengo a surtir mis bloqueadores de olor —informó cuando el otro le dejó en paz—. ¿Y tú?

—¡Lo mismo! —Lee le dio un pulgar arriba—. Y también vine a otra charla de información omega, ya sabes.

—Ya veo —Neji murmuró.

Le pareció curioso que Lee no le haya pedido que lo acompañara, es decir, desde que inició a ir a todas esas conferencias no hubo alguna a la que él no le acompañara, sin importar lo avergonzado que haya sentido en varias de ellas cuando los temas eran más abiertos, como aquellos que hablaban de los puntos de placer. Lee siempre le preguntó si quería asistir y él estuvo de acuerdo. ¿Por qué no le había avisado esta vez?

Tal vez sus expresiones de curiosidad y extrañeza le estaban delatando, porque Lee no tardó mucho en seguir explicando.

—No te pregunté si querías acompañarme porque me enteré recién esta tarde cuando llegué aquí por los bloqueadores de olor, y me encontré con las organizadoras y me lo informaron —Lee justificó, aunque estaba tomando un tono rosado en sus mejillas—. Además, el tema fue diferente, y tal vez te iba a hacer sentir incómodo, más que los otros.

Eso le hizo sentir curiosidad.

—¿De qué fue la charla? —enarcó una ceja.

Lee le miró por unos segundos, coloradito y dudoso en decirle o no.

—Juguetes —apenas murmuró Lee, demasiado bajito.

—¿Qué? —no creyó haber escuchado correctamente.

—Juguetes sexuales y lubricantes especiales para pasar el periodo de celo cuando no se tiene un compañero —el omega habló un poco más alto esta vez que un simple murmullo, pero lo dijo tan rápido que Neji quedó aturdido por un segundo. Cuando entendió, sus mejillas también se sintieron calientes.

—Oh —las palabras murieron en su garganta.

Los dos quedaron por unos momentos ahí de pie uno frente al otro, completamente en silencio y con las mejillas coloradas como unos niñitos por un tema bastante normal.

Era demasiado común el uso de juguetes sexuales en los periodos de celo, tanto en los omegas, como en los alfas, pues dichos juguetes ayudaban a sobrellevar mejor la situación cuando no se contaba con una pareja con quien compartir el momento. Es más, era como la norma tener tales juguetes, no debería de avergonzarle. Pero sentía un calor en el estómago y en su rostro porque dicho recordatorio le hacía de inmediato pensar que era bastante seguro que Lee tenía de esos juguetes, y su mente alfa o adolescente (o ambas a la vez) le hacía ir más allá y divagar en qué tipo serían y cómo Lee los usaría.

¡Joder, no! ¡Él no es un asqueroso pervertido para ponerse a pensar en eso!

—¿Ves? Es vergonzoso, por eso no te avisé —los grandes ojos de Lee vieron a todos lados antes de tomar el coraje de volver a centrarse en Neji.

—Está bien. Es algo normal.

—Lo sé. Y, de hecho, fue bastante interesante.

—¿Sí? —inconscientemente, los párpados de Neji se abrieron un poco más, interesado en saber qué había aprendido Lee.

El omega asintió.

—¿Sabías que hay lubricante con hormonas sintéticas alfa? —la vergüenza de Lee descendió a favor de explicar aquello nuevo que había aprendido—. Ayudan a que el celo no sea tan…, ya sabes, difícil. Por supuesto, también lo hay con hormonas sintéticas omega para que los alfas lo usen.

—No lo sabía —confesó.

—Es algo que lleva unos pocos años en el mercado —Lee continuó—. Los médicos, y quienes las han usado, dicen que funcionan bastante bien. Ya sabes, los juguetes sólo son para aliviar lo más posible el aumento de la libido, pero con el lubricante con hormona sintética se calman los demás sentidos, se engaña más fácil al organismo haciéndole creer que en verdad estás con un compañero, por lo que uno no pierde tanto la cabeza.

—Suena bastante útil.

—¡Sí! Me regalaron un sobrecito de prueba. Mira —Lee sacó de su bolsillo un pequeño empaque, muy similar al envoltorio de un preservativo—. ¿Quieres quedártelo? Tu segundo celo está más cerca que el mío. Yo podría conseguir más después. Éste es con hormona sintética alfa, pero dicen que igual funcionaría para un alfa que esté más interesado en alfas. ¡No estoy asumiendo que tú lo estés! De hecho no sé qué te gusta. Tampoco estoy juzgando. ¿Tú…, uhmm…, lo quieres?

Como era típico de Lee, en su nerviosismo habló de más. Las comisuras de los labios de Neji se estiraron un poco hacia arriba en una pequeña sonrisa. Era divertido y adorable ver así a Lee.

—Tal vez deberíamos guardárselo a Tenten —la sonrisa ladina de Neji permaneció—. Parece ser la única de nosotros tres a la que le podrían gustar los alfas. 

Los parpados de Lee se abrieron un poco más, al igual que sus labios formando una pequeña ‘o’.

—También pensaba eso, pero no quería preguntar directamente porque parece de mala educación —Lee susurró, como si alguien más pudiera escucharles. Neji soltó una risa baja y asintió—. He notado que se sonroja y mira con más atención a mujeres alfa; rubias y muy bonitas.

—Tiene un tipo, sí, es bastante obvia —Neji resopló con diversión—. Pero finjamos ignorancia hasta que ella nos diga algo, si es que alguna vez nos lo comenta.

—¡Bien! —Lee sonrió y asintió. Volvió a guardar el sobrecito de lubricante, y un segundo después estaba haciendo una mueca rara, como si recién se hubiera dado cuenta de algo—. Aguarda. ¿Dijiste que ella es la única de nosotros tres a la que le podrían gustar los alfas?

—Sí, bueno, a mí no me interesan, y creo que a ti tampoco —Neji estrecho sus ojos mientras respondía.

Lee acentuó esa mueca rara de extrañeza que ponía, con las cejas fruncidas y un mohín en los labios.

—No es precisamente eso, sino que no he pensado mucho al respecto —Lee murmuró—. Es…, como con Sakura-san. No creo que su subgénero vaya a cambiar lo que siento por ella. Si se presenta como alfa, beta o incluso omega como yo, no creo que me importaría, ella seguiría gustándome mucho.

El omega volvió a sonrojarse, con una diminuta sonrisa en sus labios.

Neji lo entendió perfectamente, porque así le había sucedido a él. La atracción que había estado sintiendo por Lee sucedió desde antes de sus presentaciones, y no creía que si el resultado hubiera sido diferente, donde los dos fuesen alfas o los dos fuesen omegas, habría cambiado lo que estaba sintiendo por él. Su atracción hubiera sido la misma, al igual que sus sentimientos sin importar que subgénero tuvieran.

—Entiendo a qué te refieres —el alfa le miró con simpatía para que Lee no se sentiría en pánico al confesar esas cosas—. Ahora, debo ir por lo que vine a buscar.

Lee saltó.

—¡Cierto! Tus bloqueadores de olor. Ya te quité mucho tiempo.

—No me quitaste nada —Neji negó.

—Te acompañaré a por ellos —Lee decidió por ambos, entrando de nueva cuenta al hospital ahora del brazo de Neji.

***

Pocos minutos después, ambos salieron del hospital.

—Te llevaré a casa —Neji anunció, haciéndole una suave señal a Lee para que tomaran el camino, pero el omega no se movió.

—¡No! ¡Yo te llevaré a casa esta vez! —Lee dijo con firmeza, como si estuviera dictando un nuevo reto—. Ya te lo había dicho, Neji. No me parece justo que seas tú quien siempre me acompaña a casa. Déjame acompañarte.

—Lee, no es la gran cosa, vamos.

—¡Pero yo quiero hacerlo! Quiero devolverte el gesto tan amable —el omega puso un gesto más suave con el que sabía que sus camaradas alfas se rendirían fácil—. Por favor.

—No es necesario que devuelvas el gesto.

—Neji, por favor —Lee insistió y, sí, esos ojos de cachorro que ponía estaban haciendo mella en la determinación de Neji.

—Lee…

—Acompañarte al menos por esta vez me haría sentir mejor que si tú me llevas a casa —Lee acentuó su gesto, además de su declaración. Lo que Neji quería era que Lee estuviera contento.

—…Bien —aceptó, aunque su tonto lado alfa estuvo reacio a aceptarlo, pero se convenció a sí mismo que era una buena decisión si eso hacía feliz al omega.

—¡Sí! —Lee brincó ante su victoria, tomando de la muñeca a Neji y echándose a caminar juntos.

***

Hiashi se encontraba a la entrada del distrito Hyūga, tal parece que estaba conversando con otro miembro del clan que estaba por salir a una misión ya que iba con el uniforme jōnin estándar.

Cuando ellos estuvieron a unos pocos metros de distancia, el otro shinobi se despidió y se marchó, fue entonces que Hiashi giró el rostro, notando que ellos se acercaban. Neji creyó que los ignoraría e ingresaría al complejo, pero el mayor permaneció en la puerta mientras los observaba acercarse.

Neji reprimió una mueca disgustada, y cuando estuvieron cerca, Lee detuvo el parloteo que había mantenido durante todo su camino para mirar a Hiashi.

—Hiashi-sama, bien día —Lee hizo una reverencia, siempre educado y con su tono formal.

A forma de saludo, Neji también se inclinó, aunque levemente.

Hiashi apenas les dio un asentimiento con la cabeza respondiendo a su saludo, mientras permanecía observándolos.

—Bueno, Neji, nos vemos mañana —Lee le dijo, con una sonrisa.

No había dado más de dos pasos cuando el mayor miró directamente a Neji antes de hablar.

—Neji, tú deberías de acompañar al omega a su hogar. Hazlo. Muestra algo de educación —Hiashi le dijo, en un tono firme.

Lee se detuvo de inmediato, volviéndose hacia el líder del clan Hyūga.

—Oh, verá, Hiashi-sama, Neji siempre me lleva a casa. En serio, es un gran alfa muy educado. Por eso esta vez le insistí que él me dejara acompañarlo —Lee aclaró, mirando con esos enormes ojos tan brillantes hacia el alfa más grande.

Neji se sorprendió un poco, aunque no lo mostró. Pensó que Lee se sentiría ofendido por la implicación de Hiashi, como si por ser omega Lee forzosamente necesitará que un alfa lo acompañase para no andar solo por la calle. Si bien Lee nunca atacaría groseramente a nadie, creyó que al menos le daría un firme discurso respecto a que no necesitaba que lo llevarán a casa. En cambio, defendía a Neji y hacía alusión a su condición como alfa; asegurando que es un gran alfa muy educado.

—No importa, él debería de asegurarse de que llegues bien a casa —Hiashi insistió, y aunque frunció el ceño, no parecía tan molesto, mirando atentamente a Lee como si lo estuviese evaluando.

Lee se desinfló un poco, pero continuó sin opinar en contra, igual que Neji. Tal vez ambos estaban conscientes de que no tendría caso discutir tales cosas con alguien tan conservador.

—Por favor, no se molesté con Neji, la verdad es que yo le insistí mucho. Creo que aceptó para que yo no me sintiera mal. Él es muy considerado conmigo —Lee también insistió en defenderle.

Neji consideró que era suficiente, así que se acercó hasta Lee para tomarle suavemente por el brazo.

—Vamos, Lee, te llevaré a casa. Discúlpame.

Lee hizo un suave puchero, pero le asintió, notando la tensión alrededor de un asunto tan trivial.

—Olvídenlo —Hiashi les dijo, deteniéndolos. Relajó considerablemente su expresión—. Neji, ven a la mesa. Rock Lee, por favor acompáñanos en la cena.

Ambos jóvenes no habían esperado esa invitación, sobretodo Neji, quien quedó perplejo. Lee se recompuso rápidamente, volviendo a sonreír y haciendo una leve reverencia.

—Gracias por la invitación, Hisahi-sama, será un placer.

—Los esperaré dentro —el mayor anunció, entrando al complejo, dejándoles solos por ese momento.

Neji aún no salía del shock. ¿Qué pretendía el líder del clan?

—¿Qué pasa, Neji? —Lee inclinó su cabeza con curiosidad.

—¿Por qué aceptaste?

—Lo siento. ¿No debí? —el omega pareció un poco en pánico—. Creí que sería lo correcto, ¡dado que él es el líder de tu clan!

—Así es, él es el líder. Hiashi-sama es de la rama principal, yo simplemente soy de la rama secundaria, eso significa que no se me trata como a su igual. No compartimos mesa. Nunca lo hemos hecho. Y ahora simplemente te invitó.

Lee abrió ampliamente los párpados

—No sabía eso —Lee negó efusivamente—. Pero ya que lo sé, ¡no quiero compartir mesa con alguien que cree que eres inferior a él! ¡No es justo!

—Así son las reglas del clan, Lee. No importa si es justo o no.

—Pero entonces, ¿qué hacemos? No quiero meterte en más problemas.

—No me has metido en problemas —Neji suspiró—. Al contrario, lamento si las apalabras de Hiashi-sama te han ofendido o te han hecho sentir menospreciado. Conoces lo conservador que es mi clan.

—Estoy consciente de eso, Neji, por eso no me molestaron sus palabras —Lee le dio una suave sonrisa tranquilizadora—. Mi clan también es algo conservador, así que sé lidiar con ese tipo de comentarios y no los tomo personales. Cada que mamá se da cuenta que me has acompañado a casa se alegra y dice que eres un alfa muy atento y educado. Así son los mayores, ¿no? Entonces no te preocupes, no me molestan las palabras de Hiashi-sama.

Eso explicaba porque incluso respondía de cierta forma a Hiashi para no entrar en discusión con él. Ambos estaban acostumbrados a lidiar con las ideas y estereotipos conservadores que mantenían sus superiores.  Aun así a Neji le incomodaba que Hiashi estuviera cerca de Lee, pues podría decirle cualquier cosa ofensiva y sexista que no podrían tolerar muy bien. Si bien conocía lo suficiente a Lee como para saber que el omega no actuaría en un arrebato si Hiashi lo ofendiera, Neji no podía asegurar lo mismo de sí mismo.

—Entonces, ¿quieres entrar? —Neji cuestionó con duda.

—Sería grosero no hacerlo ya que acepté. Pero si tú no quieres, puedo entrar a disculparme e irme.

Neji negó. Tal vez Hiashi sólo estaba invitando a Lee e forma de disculpa por la falta de educación de Neji al no llevarlo a casa

—Quédate. Está bien.

Ambos entraron al complejo Hyūga. Neji guio a Lee hasta el comedor. Antes de deslizar la puerta shōji, el alfa joven todavía tuvo un momento de vacilación, pero ya estaban ahí, y rechazar la invitación de Hiashi sería considerado como una gran falta de respeto.

Deslizó la puerta, dejando ver que al interior del comedor sólo estaba Hiashi. Eso al menos lo hizo respirar más tranquilo. Estar por primera vez compartiendo mesa con su tío –líder del clan– era mejor a la idea de compartirla con los otros miembros importantes de la rama principal.

La comida estaba recién puesta en la mesa, todavía humeante y con los aromas llenando el espacio. Hiashi les hizo una señal para que terminaran de entrar mientras él tomaba su lugar a la cabeza de la mesa.

Ambos genin también se sentaron, y aunque Neji estaba demasiado estresado con la situación, mantuvo discretas miradas entre Lee y Hiashi. Lee se había sentado como siempre, sobre sus talones, las manos en sus rodillas y con la espalda impecablemente recta, producto de su estilo de vida disciplinado. Hiashi le miró por un segundo con su expresión seria y neutra, todavía no parecía delatar qué pretendía.

Lee no pareció tener problema en saber cuál era el protocolo, así que esperó hasta que Hiashi comenzó a comer para entonces ellos poder también servirse de los platillos que estaban frente a ellos. El omega no se mostraba particularmente nervioso o tenso, pero Neji seguía sintiendo ganas de arrancarse el cabello sin entender qué pasaba por la cabeza de Hiashi.

—Imaginé que su equipo había tomado el examen chūnin cuando vi partir a Neji hace semanas —Hiashi inició la conversación—. Pero se me informó que no fue así. Me intriga un poco que no lo hayan hecho.

—Tuvimos varias misiones —Neji habló, con la voz ligeramente vacilante—. Y ya habíamos discutido como equipo no tomar la prueba este año.

—¿Cuál fue la razón? —el alfa mayor preguntó, mirando directamente a Lee. Neji apretó los labios al percibir que Hiashi rápidamente estuviera adjudicándole la responsabilidad a Lee.

—Nos falta pulir nuestras habilidades para repeler comandos alfa y controlar mejor nuestros instintos —el joven alfa respondió, olvidándose de la humillación por confesar sus fallas ante su superior—. Tomaremos la prueba el siguiente año.

Hiashi volvió a darles un largo vistazo a cada uno de ellos, antes de tomar un bocado de comida. Después de un minuto, volvió a hablar.

—¿Qué hay de ti, Rock Lee? —sus ojos estuvieron de nuevo en el omega—. ¿También piensas tomar el examen chūnin?

—Por supuesto —Lee respondió con determinación y una suave sonrisa—. No dejaré a mi equipo, además es una de mis metas ascender a chūnin el próximo año.

Hubo otro pequeño silencio de parte del mayor.

—Supongo que está bien aspirar a chūnin en tus condiciones. Es admisible —Hiashi comentó, estrechando apenas perceptiblemente sus ojos, todavía enfocados en Lee. Neji se tensó de inmediato ante las palabras del mayor—. Los profesores que enseñan en la academia ninja deben tener el rango de chūnin. Supongo que ésa sería tu siguiente meta, ¿correcto?

Lee se vio aturdido y confundido por un momento.

—¿Ser sensei en la academia? —Lee parpadeó confundido—. No, realmente no aspiro a eso. Es una labor impresionante y admirable, pero no es lo que yo busco.

—¿No es así? —Hiashi pareció curioso—. Entonces, ¿después te darás de baja como ninja?

Neji escuchó el respingo sorpresivo que dio Lee ante las palabras del otro. Él mismo estaba apretando los palillos tan fuerte que en cualquier momento los destrozaría si no controlaba mejor el enfado que estaba sintiendo por lo que estaba implicando Hiashi.

—No —Lee negó efusivamente con la cabeza—. Lo lamento, Hiashi-sama, me temo que no entiendo con precisión de qué habla.

—Sólo estaba tratando de adivinar tus aspiraciones —el alfa mayor respondió, ahora dándole a Lee una mirada evaluadora—, como un ninja, y como un omega.

¡Ahora lo sabía! Neji casi quiso golpearse por no haberlo sospechado desde el principio. Todo esto Hiashi lo estaba haciendo con el propósito de evaluar a Lee. Evaluarlo como omega. Evaluarlo desde los parámetros del clan. Evaluar sus posibilidades de encajar y pertenecer al clan como un omega Hyūga.

Sintió náuseas. Apenas y había dado un par de bocados, pero la situación fue tan desagradable que le revolvió el estómago.

—¡Aspiro a ser un espléndido ninja! —Lee exclamó con su determinación típica, esa que cautivaría a cualquiera, pero no al líder del clan Hyūga—. Pretendo obtener el rango chūnin, y después seguir trabajando duro para ascender a jōnin. Continuaré demostrando que puedo ser un excelente ninja sin tener que usar ninjutsu ni genjutsu.

—Lee ya es un maestro del taijutsu a pesar de ser tan joven, lo domina a un nivel extraordinario —añadió Neji, en un intento en que Hiashi no dudara del propósito de Lee.

Hiashi estrechó más los ojos.

—Usar sólo taijutsu sin depender del chakra suena bastante peligroso, sobre todo si tomamos en consideración tu desventaja biológica —Hiashi comentó como si nada—. Deberías de tomar la decisión más inteligente, Rock Lee, y alejarte de la posición que te colocaría en constante riesgo.

Neji bajó sus manos hechas puños para apretar la tela de su pantalón, resistiéndose a crear un escándalo. Si ahora mismo estallaba frente a Hiashi, no sólo él mismo se metería en problemas, sino que podría perjudicar la imagen de Lee. Debía resistir un poco más. Más tarde se disculparía un millón de veces con Lee por haberlo involucrado en esa incómoda situación. Y, una vez a solas con Hiashi, lo confrontaría.

—No estoy en riesgo —Lee habló, todavía con su tono respetuoso, sin delatar que estuviera ofendido de alguna forma—. He entrenado duro, soy un shinobi calificado. Además sé varias técnicas que me ayudan cuando el taijutsu tradicional no es suficiente.

Eso captó la atención del mayor.

—¿Puedo saber qué técnicas?

—Loto primario, loto escondido —comenzó a listar Lee, aunque rápidamente se interrumpió porque su entusiasmo ganó para exclamar—: ¡Y puedo abrir hasta cinco puertas de las ocho puertas internas!

Lee estaba muy orgulloso de ello. Neji siempre ha estado impresionado. Pero la reacción de Hiashi no fue la que el omega esperaba, pero Neji sí la vio venir. El alfa mayor, en lugar de impresionado, pareció estupefacto de una manera que le parecía inconcebible lo que Lee acababa de decirle.

—¿Cómo es que aprendiste a hacer eso? —Hiashi frunció las cejas.

—Mi maestro me enseñó —Lee murmuró.

El alfa mayor abrió los parpados con sorpresa por un segundo antes de volver a fruncir las cejas y resoplar.

—No puedo creer que tu maestro haya sido tan irresponsable para enseñarle técnicas tan riesgosas a un omega —Hiashi masculló, con un tono totalmente desaprobatorio—. Esas técnicas someten a tu cuerpo a un desgaste impresionante. Tu capacidad de gestación puede verse afectada, ¿no te importa eso?   

Neji apretó los ojos y los puños con más fuerza. Quería tanto golpear a Hiashi, pero no podría hacerlo sin recibir terribles consecuencias. Pero, ¿cómo se atrevía el alfa mayor a hablarle así a Lee, a tratarlo como si fuera una simple incubadora y no un ser humano y un ninja respetable?

Esta vez definitivamente Lee se tensó, lo sintió a su lado, también lo vio morderse el interior de la mejilla. Tal vez el omega también estaba luchando para no soltar un discurso sobre la independencia y la fuerza de los omegas lejos del estigma y el menosprecio que los alfas conservadores tienen de ellos. Dijo que sabía que el clan Hyūga era conservador, pero seguro no se imaginaba cuánto y ahora estaba viviendo directamente cuán sexistas podían ser los alfas del clan.

Lee nunca encajaría ahí. Si mantenía su presencia en el comedor y su formalidad y respeto hacia Hiashi era porque Lee así es, siempre es educado y formal con todos, sobre todo con las personas que sabe que ocupan rangos altos, ya que no le gustaría provocar un conflicto. Sólo por eso no gritaba ni se defendía con más vehemencia, no porque estuviera de acuerdo con Hiashi. Neji estaba consciente de eso. El lugar de Lee no estaba ni cerca de ser un omega Hyūga.

—Conozco los riesgos de cada una de las técnicas que podría ocupar —Lee respondió, con un tono más serio—. Son técnicas que sólo ocuparía en situaciones extremas, como cuando la vida de un ser querido esté en peligro. No las tomo a la ligera, Hiashi-sama. No fue irresponsabilidad de mi sensei enseñármelas, lo hizo por mi seguridad, pero yo quise aprenderlas no sólo para protegerme a mí mismo, sino para ser capaz de proteger a las personas que son valiosas para mí.

Lee declaró lo último dándole un rápido vistazo a Neji, junto con una diminuta sonrisa. Neji sintió que un poco de la tensión se aflojaba, a favor de sentir un momento de calidez por la insinuación de que él es una de esas personas valiosas para Lee.

Hiashi miró su intercambio de miradas, y luego tomó un respiro profundo, tratando de relajar su propio descontento.

—Había escuchado de tu perseverancia y lealtad a tus principios. Ahora veo que es cierto. Son características nobles, aun así debes ser cuidadoso y, como ya te dije, ser inteligente y tomar la mejor decisión para tu bienestar —Hiashi insistió, más suavemente esta vez—. Debes pensar más en ti y en tu posición, en tu futuro alfa y tus futuros cachorros.   

Por supuesto que Lee no parecía convencido, pero continuaba sin querer faltarle al respeto a Hiashi, así que simplemente volvió a su postura recta y tono serio.

—Por supuesto, Hiashi-sama, lo haré.

La cena continuó de forma tensa. Neji no pudo comer nada más por la sensación tan desagradable que le quedó en la boca del estómago. El apetito de Lee no fue nada comparado con el cotidiano y también comió muy poco. Así que todo terminó rápido luego de la terrible charla que tuvieron.

Hiashi ordenó a Neji que llevara a Lee a su casa, por lo que el omega no tuvo valor de discutir y salió del distrito Hyūga junto con el joven alfa.

Las primeras calles que caminaron fueron en completo silencio. Hasta que Neji tomó valor para darle a Lee la disculpa que se merecía.

—Lee, lo lamento mucho —habló, incapaz de mirarlo directamente—. Si hubiera imaginado que Hiashi-sama sería tan irrespetuoso contigo, no hubiera dejado que aceptaras su invitación.

—No te preocupes por eso, Neji.

—No puedo evitar sentirme apenado por lo sucedido. Te llevas una imagen tan terrible de mi clan —Neji suspiró con pesar—. En especial de mí. No fui capaz de defenderte. Sé que tú estabas siendo respetuoso con Hiashi-sama y por ello no respondiste a sus groserías, pero yo debí defenderte.

Lee detuvo su andar, jalando al joven Hyūga por la muñeca y con la otra mano tocándole suavemente la barbilla para obligarle a mirarlo.

—Neji, no podías defenderme, entiendo la posición en la que estabas. No te reprocho nada —Lee le dijo con firmeza—. Tampoco debías defenderme. Sé que tu lado alfa es el que te está haciendo sentir más culpable, así que déjalo de lado por un momento. Sabes que no quiero que te sientas obligado a protegerme en todo momento y a defenderme de todos. ¡No quiero eso! Actuaste como un miembro de tu clan, debiéndole respeto a Hiashi-sama. No actuaste como un alfa agresivo dejándose llevar por la ira, así que estuvo bien. Me tocó actuar como el omega complaciente, y no como la persona impulsiva. A veces tiene qué ser así para evitar el conflicto.

—Tienes que saber que no pienso lo mismo que él —sintió la urgencia de recordar.

—Lo sé, mi querido amigo —Lee le sonrió suavemente, y el toque que mantenía en la barbilla de Neji se deslizó hacia su mejilla para acunarla. Al joven alfa se le cortó el aliento por un segundo ante la acción, pero se sintió reconfortante sentir esa muestra de afecto de Lee luego de pensar que podría repudiarlo por lo sucedido. Así que dejó que le tocara el rostro—. No puedo olerte porque los efectos de tus bloqueadores de olor aún están intactos, pero es obvio que estás muy estresado. La situación te puso demasiado tenso.

—No me esperaba la actitud de Hiashi-sama, y luego no pude defenderte, y después pensé… Pensé que podrías estar molesto conmigo. Todo eso pudo afectarme de más —confesó.

—Bueno, ya te dije que no estoy molesto contigo ni por todo lo demás —Lee le recordó.

—Bien…

—Sigues sin verte del todo bien —Lee frunció las cejas.

—Es difícil reprimir todo esto. Estoy muy molesto con Hiashi-sama, pero debo seguir conteniendo toda la ira. No es sencillo —casi pareció rendido, bajando la mirada y cediendo al menos a algo que su alfa quería; así que envolvió la mano de Lee que todavía estaba sobre su mejilla. Apenas el toque de la punta de los dedos era lo que tocaba su piel, todo lo demás los separaba el vendaje que el joven maestro del taijutsu solía usar, pero todavía así se sentía ligeramente reconfortante.

Lee lo miró con preocupación unos segundos, y luego miró a su alrededor.

—Tal vez mi aroma y feromonas puedan ayudar a relajarte. No debes volver a casa sintiéndote tan enfurecido, podrías meterte en problemas si te dejas llevar —Lee opinó.

—Pero tú también estás usando bloqueadores, no puedo olerte.

—Traigo el parche, no tomé las pastillas. Así que simplemente tengo que retirarlo —informó—. Pero hagámoslo en mi casa. No queremos que Kakashi-sensei vuelva a aparecer de la nada y malinterprete todo, ¿verdad?

Ambos sonrieron.

—De acuerdo. Gracias —Neji apretó un poco más la mano de Lee—. ¿Tus padres no pensarán algo raro?

—Ellos no están en casa. Hoy es su noche de cita, llegarán más tarde.

Lee retiró la mano de su mejilla y él le soltó. Así retomaron su camino, de nuevo en silencio pero ahora sintiendo menos tensión.

Como el pelinegro dijo, sus padres no estaban en casa, todas las luces estaban apagadas y el interior permanecía en silencio. Ambos entraron, Lee encendió las primeras luces y dejaron sus sandalias en la entrada.

Neji había estado en la casa de Lee un puñado de veces, pero no había vuelto a entrar desde la presentación del omega. Siempre que lo acompañaba después de cada entrenamiento, lo dejaba en la puerta de entrada y ahí se despedían. Hasta ahora volvía estar dentro de aquel hogar, y entonces pudo distinguir el aroma familiar que envolvía el lugar, al menos en las áreas comunes de la casa; era suave y acogedor.

Por un momento pensó en cómo olería la habitación de Lee, aquél espacio privado que seguro contenía el aroma más puro y embriagante del omega. Toda una habitación llena del aroma más encantador que ha olido en la vida. De sólo pensarlo sintió que su boca se hacía agua.

Pero claro, Lee fue más inteligente y no lo dirigió a su dormitorio, sino que lo condujo hasta la sala común.

Se sentaron en el sofá frente a la televisión y Neji miró con expectación cómo el omega se bajaba el cuello del jumpsuit, y con su mano libre retiraba el pequeño parche médico que cubría su glándula de olor.

Los sentidos de Neji se dispararon. Sintió que su mirada se afilaba, su boca se llenaba más de saliva y sus colmillos comenzaban a picar.

¡No! No, no, no, no.

No se trataba de nada más que Lee dejándole olfatearlo para relajarlo. Entonces, ¿por qué de pronto se sentía tan salvaje?

Debían ser las varias emociones tan intensas que experimento en tan poco tiempo lo que le había alterado por completo.

Relájate. Relájate. ¡Relájate, carajo!

Lee desprendió el parche por completo, dejándolo en el sofá, y se inclinó hacia Neji, ofreciéndole directamente su cuello.

Los colmillos del alfa volvieron a picar.

—¿Neji? —Lee cuestionó cuando vio al otro dudar. El alfa lo miraba tan intensamente, pero no se movía. El aroma de Lee no tardo en invadir la nariz de Neji y provocar todos sus otros sentidos—. ¿Estás bien?

—Sí —no.

Un dedo de Lee continuaba tirando del cuello de su ropa hacia abajo para exponer su cuello, más específicamente su glándula de olor. No debería de hacer eso. No debería de hacer eso ante un alfa. Pero confiaba tanto en Neji que se saltaba varias precauciones siempre.

—¿Sientes repulsión? —la voz de Lee sonó con más duda.

Los ojos de Neji se dispararon del cuello de Lee a mirarle directo a los ojos. ¿Cómo Lee le preguntaba eso? Era todo lo contrario a repulsión lo que sentía, por eso estaba luchando por no abalanzarse hacia a Lee y morderlo.

—No es repulsión. Yo… —tragó saliva pesadamente—. Sólo dame un minuto.

—De acuerdo.

Lee se relajó en el sofá, dejando de mostrar su cuello y dejando de inclinarse hacia Neji, así ya no parecía que se estaba ofreciendo como una ofrenda, por lo que la parte más animal del cerebro del joven alfa se calmó un poco. También ayudó que en ese minuto las feromonas del omega hayan comenzado a ser del tipo tranquilizadoras.

Mucho más calmado, Neji volvió a mirar a Lee y le asintió. El omega entonces se acercó más a él, y sin esperárselo, tomó a Neji por la nuca con delicadeza para inclinarlo hacia su cuello.

El joven alfa se dejó guiar y prácticamente enterró su nariz en la curvatura del cuello de Lee. Inhaló con fuerza cuando tuvo tan cerca ese aroma que le encantaba. Sus manos encontraron fácilmente su camino hacia la cintura de Lee para sostenerle ahí con delicadeza.

Pudieron haberlo hecho sin estar tan cerca, el aroma de Lee se habría extendido tan rápido en el lugar cerrado y Neji habría captado bien las feromonas desprendidas incluso a unos metros de distancia. Pero si Lee le había ofrecido su cuello directamente, Neji se permitiría ser débil y aceptarlo.

Así estuvo varios minutos, sin querer despegarse, simplemente oliendo el aroma tranquilizador y encantador de Lee, mientras sentía como el omega había comenzado a pasear los dedos por su largo cabello. Eso lo hizo más relajante. Envolvió por completo la cintura de Lee con sus brazos y se recargó en él. Lee no hizo ni un quejido, ya que un poco de peso extra no representaba ningún desafío para su increíble fuerza.

—¿Esto está bien? —Lee murmuró, casi cantarín. Neji asintió, mientras hacía un ruido extraño de afirmación, ya que seguía sin despegarse del cuello del otro—. ¿Huelo bien?

Delicioso, Neji pensó, pero sólo volvió a asentir.

Como el alfa parecía muy relajado y Lee era la persona más considerada del mundo, lo dejó estar así por mucho más tiempo. Ni siquiera se mostró en lo más mínimo incómodo por la posición, el omega simplemente continuó cepillando con sus dedos el cabello.

No supo cuántos suspiro ya llevaba, pero Neji notó que se encontraba suspirando sabrá Dios desde hace cuánto. No le tomó mucho importancia, pues ya estaba en una posición bastante vulnerable desde hace rato con Lee, así que ese otro gesto no significaría mucho.

Simplemente se sentía tan relajado y en un lugar seguro que no quería abandonar su posición lejos del omega que le estaba dando cariños. Debería sentirse patético por lo menos, pero Neji decidió que por ese momento no valía la pena pensar en su orgullo.

Su lado alfa también estaba regocijado de estar tan cerca del omega que le vuelve loco, de que el omega lo tenga acurrucado en su cuello, que el omega le esté dando suaves caricias a su cabello.

El omega con el más delicioso aroma.

El omega tan dulce.

El omega extraordinariamente fuerte.

El omega bonito.

El omega perfecto.

El omega que jamás sería suyo.

La calma se desvaneció cuando se recordó ese último hecho. Sintió un vacío en su pecho y se removió inquieto sobre el cuello de Lee, apretando de forma poco suave la cintura entre sus brazos.

—¿Neji? —Lee de inmediato se escuchó preocupado—. ¿Qué pasa?

—Nada —exclamó, con el aliento ido mientras se separaba abruptamente del omega.

Pero con el rostro nuevamente expuesto, Lee pudo notar sus expresiones decaídas.

—Estabas bien hace sólo un segundo. ¿Qué sucedió?

—Estaba aplastándote —justificó de forma desesperada.

Lee frunció las cejas.

—No me estabas lastimando. Sabes que puedo soportar tu peso sin problemas.

—Gracias por todo, Lee, pero será mejor que me vaya. Tus padres pueden volver en cualquier momento y estoy seguro que no les hará gracia saber que un alfa estaba a solas contigo aquí en tu casa.

—Por favor, Neji, mis padres jamás desconfiarían de ti —Lee rodó los ojos—. Como si no supieran que tú y yo hemos dormido varias veces en la misma tienda o incluso en la misma cama debido a las misiones. Son conservadores, pero saben que no tienes esas intenciones conmigo. Si me encontraran a solas con cualquier otro alfa que no fueran tú o Tenten, ellos pensarían que es un milagro.

Lee soltó una risita baja. Pero la sensación del hueco en el pecho de Neji sólo se acentuó. No quería saber qué rayos significaba con precisión eso que dijo Lee. Mejor se puso en pie y miró ansiosamente hacia la puerta.

—Debo irme. Gracias —repitió, prácticamente corriendo hacia la puerta de entrada para colocarse las sandalias.

Lee le siguió.

—Neji, ¿acaso hice algo? ¿Sobrepasé algún límite?

¿Qué?

Oh, cielos, él no sobrepasó ningún límite. Fue Neji el que lo hizo. De nuevo.

—Claro que no, Lee —negó, mientras peleaba por colocarse las sandalias. El aroma triste de Lee le hizo detener sus acciones y mirarlo. Debía ser al menos un poco honesto—. Fui yo quien lo hizo.

—No lo hiciste —Lee le miró con duda.

—Lee, prácticamente estaba babeando en tu cuello —señaló con vergüenza, sintiendo la humillación crecer.

—No es cierto —el omega frunció sus cejas con duda—. Simplemente me oliste.

—Y te toqué.

—No fue un toque malicioso.

—Siento que hice mal…

—Neji —Lee volvió a sonreír, parecía que algo le hacía gracia—, sólo fue un abrazo. Me abrazaste. Nunca antes lo habías hecho. Pero no es nada raro, no pierdas la cabeza por algo simple. De hecho me gustó, se sintió bien, como una señal de nuestro vínculo fortalecido. ¿A ti te desagradó?

—No. Me gustó mucho —aceptó. Era fácil aceptarlo cuando no notaba rechazo en el omega, por el contrario, se vería feliz. Un abrazo. Era cierto, nunca antes había correspondido a los abrazos de Lee de forma tan abierta.

—Entonces no hay problema. ¿Bien?

—Bien.

—Ahora vuelve aquí un segundo más para que te relajes de nuevo.

Lee volvió a jalarle suavemente por la nuca, guiando el rostro de Neji al costado de su cuello. El alfa una vez más de dejó hacer, abrazándolo otra vez de forma suave, inhalando el aroma dulce y encantador de su compañero de equipo.

No tardó en sentir su cuerpo como gelatina de nuevo, dejando atrás toda la tensión y preocupaciones.

Quería quedarse así toda la noche.

—Ya estoy mucho mejor, gracias —Neji se separó lentamente. Esperaba que su sonrojo no fuese tan notorio—. Debo irme ahora.

—Claro —Lee le permitió alejarse—. ¿Pudiera ser posible que mañana nos veamos? Quiero saber cómo estás luego de esto.

Aquella calidez volvió a expandirse por su pecho ante la reiteración de que Lee se preocupaba tanto por él.

—Podemos encontrarnos donde siempre por la mañana.

—¡De acuerdo!

—Gracias de nuevo, Lee —Neji le dijo cuando abrió la puerta para salir.

—Lo que sea por ti, mi querido amigo.

Lee le dio una brillante sonrisa a la que Neji se aferraría esa noche para no hacer ninguna estupidez al volver a encontrarse con Hiashi.  

 

Notes:

Gracias por leer.
Ojalá me hagan saber qué les pareció este capítulo ^^

Chapter 10

Summary:

Hiashi y Neji conversan y discuten el futuro de Neji en cuanto a su emparejamiento.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

No le sorprendió encontrarse con que Hiashi ya le esperaba cuando volvió al distrito Hyūga. Afortunadamente, la presencia y el aroma de Lee lo habían relajado lo suficiente para que ya no quisiera actuar agresivamente, así que, cuando el líder del clan le dio una mirada antes de voltearse y caminar hasta el dōjō, Neji le siguió con tranquilidad.

—Necesito saber cuáles son tus intenciones con ese omega —Hiashi fue directo al punto en cuanto la puerta fue cerrada.

—Ninguna —tomó una respiración profunda antes de continuar—. No tengo ninguna intención romántica ni de cortejo con Lee, si es lo que necesita saber, Hiashi-sama.

El mayor le miró en silencio por unos segundos, evaluándolo como ya era su costumbre. Neji también le miró, pero no de una forma que se interpretara como desafiante, simplemente buscaba mostrar seriedad y honestidad en sus palabras.

—Neji, no debió de haberte tomado tanto tiempo llevar al omega a su hogar y volver. Tardaste, y ahora regresas oliendo a él —Hiashi no parecía molesto, simplemente mucho más serio de lo común. Neji se sorprendió un poco por lo que el alfa mayor le dijo, pero se obligó a permanecer tranquilo—. He sabido de tu cercanía con Rock Lee desde antes de tu presentación, he notado que se han vuelto más unidos desde que son alfa y omega, puedo ver que hay un interés de ti en él. Así que, por favor, dime la verdad; ¿quieres o no emparejarte con él?

Neji pasó saliva pesadamente. De pronto sintió un pequeño nudo en su garganta. No pudo retener por completo la mirada de Hiashi mientras éste permanecía tan serio hablando de tal cosa. Los ojos pálidos del alfa joven recorrieron el suelo del dōjō, donde la poca iluminación provocaba un juego de sombras y luces rojizas.

—¿Por qué eso es algo que a usted debiera de importarle tanto? —Neji cuestionó, volviendo sus ojos hacia el líder—. Como miembro de la segunda rama, tengo la libertad de decidir con quién emparejarme, o de no hacerlo. ¿Por qué pone interés en un asunto personal mío?

—Sabes por qué —Hiashi respondió con un deje de pesar—. Eres especial, Neji. Eres uno de los shinobi más fuertes del clan, tu byakugan es el más fuerte que ha habido en generaciones. A los consejeros de la rama principal les interesa que esa pureza y poder no se pierda. Ellos sugieren que te emparejes con alguien del clan, incluso ya han discutido acerca de algunas candidatas.

Hiashi iba a seguir hablando, pero Neji ya no pudo permanecer tan impasible, y le interrumpió.

—¡No pueden obligarme! ¡No tienen derecho a imponerme un matrimonio arreglado!

—Lo sé, y ellos lo saben. No dudo en recordárselos cada que sacan el tema a discusión, pero son insistentes —Hiashi también se exaltó un poco, pero rápidamente calmó su expresión de nuevo, aunque parecía tenso—. Cuando noté tu interés en Rock Lee y él se presentó como omega, creí que sería un buen candidato y podría convencer al consejo que te dejaran emparejar con él, si es lo que tú quieres. Busco apoyarte en tu elección de pareja. Pero ni siquiera sabes lo que quieres, y Rock Lee es…

Neji frunció sus cejas. Hiashi no podía simplemente lanzarle la sutil amenaza de un matrimonio arreglado, luego decirle que él le apoyaría en su elección, y después pasar a querer criticar a Lee. Si el líder del clan había pretendido mostrarse empático con él, lo estaba haciendo muy mal.

—Dígalo. ¿Qué opina de él? —le alentó a continuar. Tal vez sólo buscaba una razón para volver a sentirse fuera de control y arremeter contra Hiashi sin pensar en las consecuencias que aquello le traería.

—Creía que él sería un buen candidato para ti. Es un joven decente y educado. También es fuerte y leal, lo que son virtudes adecuadas en un omega de nuestro clan; garantiza que te dé cachorros sanos y fuertes, y que vea incondicionalmente por ti —hizo una pequeña pausa—. Pero también es temerario e irresponsable, y no entiende cuál es su lugar como omega. Tiene esta fantasía de seguir como shinobi, cuando ese no es el lugar que le corresponde. No es material para formar una familia.

La mandíbula de Neji ahora estaba tensa, apretaba los dientes con tanta fuerza como apretaba los puños. Podía sentir su pulso aumentar, los latidos de su corazón resonaban en sus oídos. Un calor como el fuego subía de su pecho a su garganta y hasta detrás de sus ojos donde sentía la punzada dolorosa de la concentración de chakra de su byakugan.

Hiashi deliberadamente había colocado a Lee en un escenario donde él pudiera evaluar su capacidad de ser un “buen” omega, usando los rancios parámetros del clan Hyūga. Se atrevía a juzgarlo, criticarlo, desdeñar de él. Y además implantaba la amenaza de un emparejamiento forzado y arreglado a capricho de la rama principal, simplemente porque querían preservar un kekkei genkai del cuál sacar provecho.

Se supone que el clan cambiaría. Hiashi incluso había hecho el esfuerzo de ser más como un tío para él, pero claramente era difícil que las cosas cambiaran, más cuando a la rama principal no le beneficiara el cambio. ¿Si Hiashi continuaba tratando a su propia hija como basura, por qué no lo vería a él aún como un simple insecto? Se excusaba diciendo que eran los consejeros los que hablaban de su emparejamiento y proponían personas, pero no le creía del todo, sólo bastaba con escuchar cómo hablaba de Lee. Hiashi seguía viendo al omega como una incubadora y casi un esclavo, detallando los pros y contras de sus virtudes; fuerte para que resista darle tantos cachorros como fuese posible, y leal para que esté encadenado a su lado sin importar qué.

Se sentía furioso. Se sentía enfermo.

—Parece muy decidido a tomar los próximos exámenes chūnin —Hiashi continuó—, pero si crees que puedes convencer a Rock Lee de al menos tomar el camino de la docencia, todavía puede ser una opción para emparejarte que no altere tanto a los consejeros. Así él aún mantendría su estatus como ninja que tanto le importa, pero no estaría en el campo de batalla, además que conviviría con niños, lo que sería bien visto para los consejeros, pues mostraría su naturaleza y habilidad para la paternidad. 

—Por favor, no diga más —Neji tuvo la suficiente fuerza de voluntad para hablar todavía decentemente, en lugar de lanzarse hacia Hiashi en un ataque en el que no se detendría hasta verlo sangrar. 

Podía sentir una bruma instalarse en su cabeza, su lado racional luchando por no dejar salir su lado más animal y salvaje. El calor en su cuerpo, el gruñido atascado en su pecho, y el ardor detrás y alrededor de sus ojos sólo eran señales de que estaba a punto de perder el control.

No quería llegar a eso. Lee no habría querido que actuara así, por eso le dejó olerlo tan íntimamente, le prestó directamente su cuello, lo dejó abrazarlo mientras lo hacía. Lee se había arriesgado, dejando su cuello desnudo y a merced de un alfa sólo con el propósito de relajar a dicho alfa, para que no volviera con su líder e hiciera una locura. ¿Cómo vería mañana a Lee a la cara y le contaría que atacó a Hiashi? ¿Cómo se lo diría a Hinata?

—Necesito una respuesta, Neji —Hiashi continuó presionando.

—¿Por qué? —su voz salió más grave, la amenaza del gruñido ya estaba ahí, pero el mayor no se inmutó, simplemente respondió a su ceño fruncido.

—Lo ideal es que comiences el cortejo a los dieciséis años, se espera que a los diecisiete se formalice el emparejamiento, y  a los dieciocho ya tengas tu primer cachorro o al menos estés en espera de él —explicó—. Si todo puede suceder antes, mucho mejor. La esperanza de vida de un shinobi es corta, debes estar más que consiente de eso. Tienes quince años, pero desde el primer momento de tu presentación como alfa el consejo ha estado presionándome con esto.

—¡Claro, es usted quién siente la maldita presión! —Neji prácticamente escupió, completamente furioso, pero todavía manteniendo al margen su lado salvaje.

—Quiero apoyarte, Neji —Hiashi apretó los dientes, antes de tomar un profunda respiración y volver su atención más calmada hacia el menor—. Por eso necesito tu respuesta, para que yo sepa cómo lidiar con el consejo de la rama principal, si no ellos continuarán proponiendo candidatas hasta que se decidan por una, pero si tú ya tienes un interés, a ése se le dará prioridad.

—Es una estupidez —Neji apretó los párpados y sacudió la cabeza, queriendo desvanecer la vocecita salvaje que le decía que con un enfrentamiento podía resolver el problema, que impusiera su fuerza.

—Eres joven, Neji, no puedes engañarme. Tienes interés en Rock Lee. Regresaste apestando a él —el ceño de Hiashi se profundizó aún más por un momento—. Hace unos meses me aseguraste que no mantenían relaciones sexuales. ¿Esa afirmación siquiera se mantiene?

—¿Qué? —el gruñido ya casi estaba ahí. Pero antes de comenzar a despotricar o gruñir abiertamente, Hiashi fue quién soltó un gruñido bajo, amenazante, imponiendo su autoridad y recordándole su estatus al menor. Eso apagó un poco a Neji.

—Está permitido que experimentes con omegas y satisfagas tus instintos con algunos de ellos antes de emparejarte. Pero un omega que se presta para ese juego no es alguien a quien quieras como consorte —Hiashi explicó, con una expresión tensa y seria—. Si todo tu interés en Rock Lee radica en querer experimentar y desahogarte sexualmente con él, está bien. Sólo debes tener extremo cuidado en no embarazarle ni dejar una marca de vínculo, porque recuerda que no podrás cortejarlo ni mucho menos emparejarte con él. Entonces, aclarado todo esto, cuando tengas un verdadero interés de cortejo en otro omega, puedes decírmelo y te apoyaré.  

Hiashi estaba por marcharse, pero Neji no le permitió dar más de dos pasos, obligándolo a detenerse cortándole el paso al alzar su brazo frente a él. El gesto sería considerado atrevido y de lo más grosero dado la jerarquización del clan, pero considerando la forma en que en verdad Neji quería agredir a Hiashi (y por la cual todavía estaba controlándose con toda su fuerza de voluntad y lado racional), ese pequeño gesto era una cosa insignificante. Pero no permitiría que Hiashi se marchara de nuevo con ideas completamente equivocadas sobre Lee. Le provocaba una atroz cólera y asco cómo los alfas del clan sólo reducían a los omegas de dos formas; los aptos para casarse (donde su papel sería esclavos e incubadoras), y los que sólo servían de recipiente para desahogar la frustración sexual.

Sentía la bilis subir por la garganta. Sus puños se apretaron con más fuerza hasta que sus nudillos estaban blancos y sus cortas uñas marcaron la palma de sus manos. Quería golpear a Hiashi, quería arrastrarlo hasta Lee para que le pidiera disculpas de rodillas al omega.

Pero debía conservar la poca calma que le quedaba. Debía resistir por Lee y por Hinata, porque a pesar de todo lo que Hiashi le ha hecho, Hinata todavía ama y respeta a su padre, y también aprecia a Neji; a ella no le gustaría saber que hubo un enfrentamiento físico entre ellos dos, uno que traería consecuencias graves. Hinata no soportaría saber que su padre estaba herido y que el que considera un hermano mayor haya sido expulsado del clan, seguramente herido gravemente por haberse atrevido a pelear contra el alfa líder.

—Está equivocado —su voz usualmente grave ahora era mucho más profunda. La amenaza del gruñido seguía ahí, haciéndole vibrar suavemente el pecho con cada palabra dicha—. Está malinterpretando la situación de nuevo. No me acuesto con Lee. Él es mi amigo, es una persona dulce que se preocupa mucho por sus familiares y amigos, por eso somos tan cercanos y nuestro afecto puede dar la impresión equivocada, pero es sólo eso; amistad. Y si ahora mismo huelo a él es porque entré a su casa un momento, conversamos unos minutos en el área común, sin embargo, bien sabe que el aroma es más denso en el hogar, por eso quedó una marca de mí en él, y porque nos abrazamos al despedirnos. A él le preocupaba que yo pudiera estar estresado, por eso tuvimos contacto físico, pero fue sólo un abrazo.

Explicó lo mejor que pudo, directo y sin dejarse llevar por la cólera. Queriendo dejar en claro que no son correctas las especulaciones de Hiashi. Lee pudiera no encajar en la idea de lo que los alfa Hyūga tienen de un “buen omega” que es material para pareja, pero eso tampoco lo hace ser el otro omega que piensan; un juguete para los alfas.

El mayor le escuchó con paciencia y dejó pasar su impertinencia de atreverse a levantarle la mano. Era obvio que Neji estaba luchando por no ponerse agresivo y violento, tal vez esa fue la poca compasión que le tuvo.

—Bien, entonces él aún es candidato si así lo quieres. Tiene puntos a su favor, sólo convéncelo de cuál es la posición que le conviene, y será tuyo sin problema. El consejo de la rama principal tendrá que aceptarlo —Hiashi guardo sus manos en las mangas de su haori, y miró a Neji con un ligero desdén, impaciente para que bajara su brazo y dejara la grosería de cerrarle el paso; el menor así lo hizo—. Tendrás todavía un tiempo para que lo pienses bien, para que aclares tus ideas y dilucidar qué es lo que quieres.

—Habla como si sólo bastara con que yo lo desee para que sea seguro que Lee acepte ser mi omega —Neji tragó duro, sintiendo el regusto amargo de la bilis—. Hiashi-sama, ¿siquiera ha considerado la posibilidad de que Lee me rechace?

Una suave sonrisa confiada se dibujó en los labios de Hiashi, relajando la expresión siempre seria del mayor.

—No digas tonterías, Neji —incluso su voz salió más relajada—. No te preocupes, el omega no tendría por qué rechazarte. Somos Hyūga, el clan más prestigioso de Konoha y respetado por muchas otras naciones; ningún omega lo suficientemente inteligente rechazaría a un alfa de nuestro clan. Rock Lee seguramente está consciente de que tú serías su opción más conveniente, sobre todo si tomamos en cuenta que no tendrá muchas propuestas de cortejo, dado que no destaca físicamente ni por su irrelevante clan. Descuida, él será tuyo si lo quieres.

Supone que con esas palabras tan soberbias y presuntuosas Hiashi haya querido animarle, consolarle un poco ante su perspectiva de un posible rechazo de Lee, pero Neji sólo sintió subir la bilis de nuevo. Ahí está una vez más esa perspectiva de Hiashi de ver a Lee como poco más que un ser sin individualidad y sin libre elección, que sirve sólo para acatar los caprichos de los alfas.

—Se equivoca de nuevo. Hay otras personas interesadas en él —a su mente llegaron al menos tres rostros conocidos; uno con pupilas alargadas y colmillos sobresalientes; otro con cabello rojizo y un aroma espeluznante; y otro con un rostro más amable, con ojos verdes y cabello rosado.

—¿El omega ya ha aceptado o ha tenido propuestas de cortejo formales?

—No.

Hiashi no pareció impresionado ante la respuesta, simplemente se encogió levemente de hombros.

—Así que, tendrás que darte prisa a decidir qué es lo que quieres, ¿no? —Hiashi recargó suavemente una de sus manos sobre el hombro de Neji—. No importa quiénes sean los otros pretendientes, no están a tu nivel, por lo que no tienes que preocuparte por eso. Pero, si el omega acepta el cortejo de cualquier otro, tendrás que olvidarte de él. Piensa bien las cosas, Neji.

Después de un suave apretón, Hashi retiró su mano y se dispuso a caminar fuera del dōjō, dejando al joven alfa solo en la casi completa oscuridad del recinto.

Segundos después de que la puerta fue cerrada, como si Hiashi hubiera sabido que necesitaría un momento a solas, Neji se dejó caer de rodillas en el duro suelo del dōjō, con los puños aún apretados y comenzó a golpear la madera del piso para al menos desahogar un poco de su frustración. El estrés había aumentado drásticamente desde la cena. Todo lo que Hiashi le había dicho no sólo lo tenía colérico, sino estresado y temeroso.

Un matrimonio arreglado. La puta rama principal podría imponerle un matrimonio arreglado todo porque querían que la rama secundaría tuviera más crías con las cuales beneficiarse. Niños poderosos que crecerían para convertirse en sus jodidos defensores y escudos. Su futuro omega esclavizado a parir tantos cachorros como lo demandara la rama principal, y sus futuros hijos condenados a ser carne de cañón.

¿Por qué querría sentenciar a unas inocentes criaturas a eso? Él continuaría solo, jamás se emparejaría ni tendría cachorros. La rama principal no podía obligarlo. De pronto sintió una punzada en la cabeza, el inicio de una migraña, pero eso fue suficiente recordatorio de la marca maldita en su frente. Con ese sello, la rama principal podría obligarle a cualquier cosa.

Dejó de golpear la madera del piso y recargó ahí su frente. Si continuaba golpeando sólo dejaría astillas a su paso, aunque todavía sentía lo frágil que estaba su cordura, a un pequeño empujón de ceder al salvajismo. Respiró profundamente, comenzando a hacer los ejercicios de respiración que Gai le había enseñado, aunque por la posición le era difícil inhalar.

Un aroma particular captó su atención, venía de él, de su ropa más precisamente. El aroma de Lee. Notas fuertes de lavanda y jazmín se habían adherido a él. ¿Lee lo había hecho a propósito, o fue de forma inconsciente como cuando el propio Neji lo marcó con su aroma aquella vez? En realidad, ahora mismo no le importaba mucho la respuesta. Lo importante es que tenía a su alcance el aroma del omega.

Tomó descuidadamente la tela de la parte delantera de su camisa, acercándola a su nariz, respirando profundamente, queriendo inhalar por completo el aroma de Lee. El olor sin dudas estaba ahí, denso, inconfundible, pero aun así no parecía ser suficiente. Lejos de sentirse relajado, se sintió más iracundo.

Se levantó de golpe, sintiendo que estaba a nada de quebrarse, así que a toda prisa abandonó no sólo el dōjō, sino el distrito Hyūga, yendo hasta los límites de la aldea donde estaban los campos de entrenamiento, eligiendo el favorito de Gai donde está el maniquí de madera para el entrenamiento de taijutsu. Ahora mismo no podía enfrentarse a otra persona siendo casi irracional, por lo que desahogaría un poco su furia y frustración golpeando el maniquí.

La estructura estaba lo suficientemente dañada aunque la reemplazaban constantemente, pero con los continuos usos de Lee y Gai era obvio que la madera no resistía mucho tiempo. Tal vez hoy él la destruiría como otras veces vio hacerlo a Lee.

Golpeó tantas veces hasta que estaba sudando, pero apenas y sentía la adrenalina haber disminuido un poco. Las manos y los pies le dolían por los golpes, porque estaba tan desconcentrado que no estaba haciendo sus movimientos con completa destreza, simplemente quería golpear algo, destrozar a alguien, gruñir y arrancar la garganta a quién fuese.

—Neji, ¿te encuentras bien? —apenas y saltó ante el reconocimiento de la voz detrás de él. No había escuchado a nadie acercarse, tampoco lo había visto porque su byuakugan estaba desactivado al no estar peleando con un ser orgánico.

Todavía con los dientes apretados y el pecho virando en un gruñido retenido, se giró lentamente para mirar a Gai que estaba a pocos pasos de él. Su sensei le miraba con desconcierto y visible preocupación.

No podía enfrentarse a Gai, lo atacaría en un arranque, así que volvió su atención hacia el maniquí de madera, golpeándolo cada vez más fuerte, hasta que el sudor le corría por la cara, su garganta ardía por la inadecuada forma de respirar y los nudillos y el empeine le dolían a horrores. Entonces el maniquí quedó destrozado, partiéndose por la mitad con un contundente golpe, convirtiéndose en una cosa inútil.

Neji respiró agitadamente mientras veía el maniquí hecho trizas en el suelo, pequeñas gotas de sangre también caían sobre la hierba seca; sus nudillos estaban heridos, pero poco le importó. Lee todo el tiempo entrenaba hasta sangrar de esa forma, sólo que el omega lo hacía por una loca disciplina, y Neji lo acaba de hacer por puro instinto violento. Se dio un poco de asco, pero al menos ese instinto agresivo había disminuido, aunque todavía sentía sus otros sentidos alterados.

—¿Qué pasa, Neji? —Gai volvió a preguntar, y ahora la preocupación también se filtraba en su voz.

—Nada, ya me iba.

—Esta violencia no es típica de ti —el mayor observó, acercándose más—. Sabes que puedes hablar conmigo.

—No es nada —volvió a negar.

Gai le miró atentamente, como si buscara descifrar por su cuenta qué sucedía.

—¿Por qué hueles a Lee? —su sensei frunció levemente las cejas, tomando una postura seria que delataba cuando no estaba para bromas.

Neji suspiró con cansancio, a la vez que reprimió un pequeño gruñido.

—No hicimos nada —le dijo mordazmente, dándole una mirada afila, no estaba de humor para lidiar con las acusaciones de Gai respecto al robo de inocencia de Lee.

—¿Entonces por qué hueles tanto a él? —el otro presionó, sin inmutarse por el obvio estado inestable de Neji. El menor ahora sí dejó salir un gruñido, pero no uno desafiante, sólo uno que mostraba su clara molestia y poca paciencia. Gai continuó sin perturbarse por el grave gruñido—. Dime qué pasa, Neji.

Lo último volvió a ser dicho con más suavidad y tacto, como cuando Gai no podía evitar dejarse llevar por un instinto paternal. Su voluble estado y la muestra de preocupación paternal de Gai hicieron que Neji no lo encontrara como una amenaza.

—Cosas con el clan  —apenas y se sinceró, pero esa pequeña revelación ya le decía mucho a Gai, pues el mayor sabía el tema tan delicado que era el clan Hyūga para su querido estudiante—. Más temprano vi a Lee y él notó mi estado estresado, así que trató de ofrecerme consuelo, en un punto nos abrazamos, por eso huelo a él. Pero después cuando regresé a casa, las cosas sólo se complicaron y volví a sentirme… inestable.

—Ya veo —Gai susurró, terminando por acercarse a él, inclinándose levemente para que sus rostros estuvieran a la misma altura—. ¿Quieres decirme con más detalles cuál es el problema? Buscaré la forma de ayudarte.

Neji negó con la cabeza.

—Es un asunto Hyūga —siempre decía eso porque nunca quería dar detalles de lo malo de su clan, la única vez que habló tanto de su clan fue en su pelea con Naruto y nunca más lo volvió a hacer. Era muy reservado con todo lo referente al clan Hyūga, al igual que los otros miembros, por lo que Gai, Lee y Tenten no lo presionaban a hablar y respetaban su silencio. Entendían que eran asuntos delicados, donde sólo los miembros del clan tenían voz, así que poco podían hacer y Neji prefería no divulgar la situación a personas externas.

—Entiendo, pero si necesitas algún consejo, o simplemente hablarlo, sabes que estoy dispuesto a ayudarte y escucharte —Gai le dio una de sus radiantes sonrisas. 

—Lo sé —asintió—. Me iré.

—¿Estás en condiciones de irte tú solo? —Gai enarcó una de sus gruesas cejas—. Estás en un estado un tanto salvaje. No vayas a atacar a nadie en un arranque.

—Me he controlado bien hasta ahora —Neji suspiró con pesar—. Y actualmente me siento menos salvaje que cuando corrí hasta aquí y no ataqué a nadie, así que puedo seguir por mí mismo sin problemas.

—¡Ese es mi estudiante! —Gai felicitó— ¡Que la fuerza de tu juventud te ayude a suprimir los instintos salvajes y violentos! Un joven alfa tan fuerte y poderoso como tú no necesita valerse de esos agresivos instintos para ser impresionante. ¡Tú puedes con ello, Neji! 

—Claro —murmuró, alejándose.

Prefirió volver de nuevo corriendo sobre los techos de las casas, así evitaría por completo al resto de las personas.

Al ingresar al distrito Hyūga trató de escabullirse lo mejor posible para no toparse directamente con nadie, no podría soportar interactuar con más personas que le cuestionarían su estado actual de inestabilidad y que le señalaran el aroma omega que trae encima.

Ingresó a su hogar, respirando tranquilo de saberse finalmente a solas en su espacio seguro, donde no había más aromas de otras personas, sólo el suyo, y ahora una ligera nota del de Lee, pero ése no le molestaba.

La cabeza aún le punzaba en el dolor de una creciente migraña, y el ardor detrás de sus ojos persistía. La tensión de sus músculos era exagerada, y sentía un leve nudo en la garganta por la retención de varios gruñidos.

Se miró los nudillos, recordando que tenía que lavarse la sangre y desinfectar las heridas. Al quitarse las sandalias corroboró que su empeine estaba magullado, así que se adentró al hogar con dirección al cuarto de baño. Enjuagó la sangre con cuidado y después tomó el botiquín de equipo médico que estaba en el gabinete para aplicar el antiséptico. 

Valdría la pena ducharse primero y luego vendar las pequeñas heridas, pero cuando estaba por quitarse la ropa recordó que en ella continuaba impregnada el aroma de Lee, entonces dudó en querer deshacerse de ese aroma tan pronto.

Guardó el botiquín y casi movido por otra fuerza salió del baño para entrar al dormitorio y dejarse caer en la cama. Normalmente no haría eso, no entraba a la cama con ropa tan sucia, mucho menos con su uniforme ninja sudado y posiblemente ensangrentado, pero todo lo que quería en ese momento era relajarse y oler el aroma del omega, así que volvió a llevarse la parte delantera de su camisa hacia la nariz.

La tela guardaba todavía el aroma de Lee, como si no hubiesen pasado las horas para diluirse, pero ahora se mezclaba un poco con el de su sudor y su propio aroma alfa. Eso le extrañó un poco, pues los efectos de sus bloqueadores de olor no deberían de desvanecerse tan rápido. O tal vez era que se encontraba en su habitación privada, donde era normal que su aroma se concentrara densamente.

Recordó cómo antes de salir al campo de entrenamiento el aroma de Lee sólo lo hizo alterarse más. Eso fue extraño. Aunque ahora no lo estaba enloqueciendo de nuevo, pero tampoco lo estaba relajando precisamente. Le gustaba el aroma y por eso no podía dejar de inhalar, pero lejos de sentir calma, había un destello de calor que se expandió por su cuerpo, acelerándole también el corazón. Pero no pudo dejar de aferrar su nariz a la tela llena de ese aroma omega.

Se removió en la cama ante la inquietud, la cosquilla y calor que se extendió en su cuerpo, y la bruma que otra vez invadía poco a poco su cabeza. Hace mucho había cerrado los párpados y todo en lo que se concentraba era en el olor de Lee, buscando desesperadamente el sentimiento de tranquilidad, pero incluso esta calidez no le estaba desagradando.

Fue hasta que soltó un gruñido mezclado con un gemido que abrió los párpados y su mente pudo salir por un segundo de esa bruma. Entonces se dio cuenta de que llevaba un rato bocabajo en la cama, moviendo las caderas para frotar su entrepierna contra el colchón. Estaba duro. Su jodida polla estaba dura y buscaba desesperadamente algún tipo de fricción y alivio.

Detuvo sus movimientos en seco. Su corazón latió más de prisa pero ahora por el pánico. ¿Acaso se había excitado sólo con el aroma de Lee?

—No, no, no, no —murmuró horrorizado, desprendiendo la tela de su nariz. Se puso en pie y miró con terror cómo la tela de sus pantalones se levantaba mostrándole que tenía una erección completa. Se había puesto completamente duro en segundos y sólo con el aroma de Lee, tal vez con algo de fricción sobre la cama, pero lo que lo había llevado a eso era principalmente aquel aroma—. ¡Mierda!

Se abofeteó un par de veces con fuerza.

Eso no estaba bien. ¿Qué diablos le sucedía?

De acuerdo, no estaba en celo como para que le fuera imposible deshacerse de la maldita erección, así que lidiaría con ello como las contadas veces que le pasó fuera de ese ciclo. Normalmente era sencillo suprimir el deseo desde que notaba los primeros indicios de éste, así que no llegaba a ponerse duro, o sólo una semi que rápidamente se marchitaba. Ahora ya estaba duro, tan duro, no recuerda haberse puesto tan excitado fuera del celo, era difícil de ignorar el calor acumulado en esa pare y cómo su cuerpo rogaba por un poco de alivio. Debía ignorarlo, suprimirlo por pura fuerza de voluntad, podía hacerlo, suele hacerlo cuando le sucede, pero ahora no estaba funcionando.

Debía ser el aroma de Lee. Así que se quitó la ropa con prisa, como si estuviera en llamas, y la colocó en el cesto de ropa sucia, colocándole con fuerza la tapa para que el olor del omega no se filtrara.

Aguardó unos minutos, entre meditación y su lucha por ignorar lo que pasaba en la parte inferior de su cuerpo, pero las cosas no cambiaron mucho. Con resignación caminó hasta la ducha, dejando los calzoncillos en el suelo y su hitai-ate sobre el lavabo, junto con la liga de su cabello. Abrió la llave del agua fría y se adentró sin más.

¿Por qué le estaba siendo tan difícil controlar su cuerpo? Su cabeza punzaba, su polla también, sólo que eran dolores distintos. La cabeza dolía en la típica migraña molesta, y el calor que se extendía en su cuerpo era a partes iguales agradable por la excitación y entumecido por la tensión que manifestaban todos sus músculos. Sin mencionar que su corazón latía rápido y todavía había cierta pesadez en su pecho por la ira y el estrés del día.

Quedó quieto en la ducha por un momento, sólo sintiendo las gotas frías de agua golpear su piel, pero su erección no bajó ni un poco, así que gruñó con molestia y decidió ignorarla a favor de comenzar a lavarse, sólo que cuando llegó a esa parte fue difícil no dejarse llevar por el impulso de tocarse con otras intenciones.

Volvió a gruñir y sintió otra punzada de dolor en la cabeza. Tal parecía que debía de encargarse de su erección a la forma tradicional. Así que se masturbó con el único fin de acabar con ello, mordiéndose los labios y entrecerrando los párpados mientras luchaba por no pensar en el aroma del omega de su equipo, ni en nada relacionado a él.

Creyó que sería rápido, apenas y tiene experiencia en lo sexual y siempre con él mismo, pero la erección fue persistente, muy parecida a cuando está en celo, sólo que ahora no era el caso, simplemente requirió más tiempo. Fue un orgasmo completamente insatisfactorio, Neji se sintió culpable todo el tiempo de que el aroma de Lee le haya provocado eso por principio, además de que la migraña y el dolor general de su cuerpo tampoco ayudaba. Lo importante fue que al menos con ello el problemita entre sus piernas desapareció y pudo salir de la ducha después de terminar de lavarse.

Se puso el pijama y cepilló su cabello, secándolo en el proceso para inmediatamente volver a la cama con el propósito de dormir. Quedar dormido también fue una tarea difícil, la sensación extraña en su cuerpo persistió por más horas, pero en algún punto cedió y pudo dormir.

Sólo esperaba que al día siguiente todo estuviera mejor.

***

No todo estaba resuelto por la mañana, por supuesto. Todavía persistía una sensación extraña de pesadez en su cuerpo, como si estuviera a punto de resfriarse o tuviese febrícula. Revisó su temperatura con el termómetro que guardaba en su botiquín, pero indicaba una temperatura corporal normal, por lo que ya no le prestó demasiada atención a la sensación.

También se dio cuenta de que el efecto de sus bloqueadores de olor había desaparecido, su aroma estaba completamente manifestado, como si llevara días sin los bloqueadores. Le pareció extraño, tal vez era una falla de las pastillas. Lo preguntaría en su siguiente consulta médica, por el momento no tenía gran importancia porque no estaba programado para ir a una misión, así que daba igual si su aroma estaba libre.

Terminó de vestirse y de peinar su cabello para salir y encontrarse con Lee como habían acordado.

En su camino se desvió hacia la concurrida zona de restaurantes y puestos de comida para comprar algo qué llevarle a Lee. El instinto alfa de proveer, recordó y resopló, le parecía una tontería que con algo tan sencillo su alfa estaba tranquilo, ojalá así fuera igual de sencillo suprimir otros instintos alfa.

Tan temprano apenas había pocos comerciantes trabajando, también había menos gente haciendo sus compras, así que sus opciones eran limitadas. Afortunadamente un nuevo puesto de postres estaba abierto y se dirigió hasta allí. Como recién abrían, tuvo que esperar a que le prepararan en el momento su pedido, pero no vio inconveniente, iba con buen tiempo.

Mientras esperaba, sus instintos se pusieron alerta de golpe y un escalofrío desagradable recorrió su columna. El aroma espeluznante de Gaara llegó a su nariz cuando una ligera brisa de viento recorrió la calle. Inmediatamente se puso alerta, mirando discretamente a su alrededor para averiguar de qué punto venía el aroma.

No fue difícil encontrarlo, no es como si el pelirrojo estuviera escondiéndose. Los hermanos de Suna estaban sentados alrededor de una mesa en un puesto de té. Había otras cuantas personas también en el mismo puesto, disfrutando de sus bebidas y bocadillos, pero Neji no les prestó atención porque sus ojos se clavaron en los tres hermanos, y su oído se puso atento para intentar captar qué es lo que decían.

Kankuro y Temari estaban de muy buen humor al parecer, sonreían y hablaban mucho mientras que Gaara permanecía en su silencio típico, sólo que su postura y gesto no era el impasible y serio de siempre. Gaara parecía… ¿avergonzado? Eso sin duda era nuevo y causó una notable confusión en Neji. El pelirrojo fingía ignorar a sus hermanos, pero había un leve fruncimiento en su entrecejo y un suave sonrojo en sus mejillas.

—Deberías de intentarlo y hablarle. Él parece muy amable —alcanzó a escuchar la voz de Temari—. Además, aparte de nosotros y de Naruto, él es la otra única persona que parece agradarte.

—Y tú también le agradas, hombre —Kankuro intervino—. Se veía tan emocionado de verte, ¿recuerdas? Y cuando fuiste a hablar con él nos dijiste que él incluso te ofreció su amistad y pasar tiempo juntos mientras estuvieras aquí, ¿no?

Vio el cabello rojo rebotar en un asentimiento suave.

—Pero han pasado semanas y no nos hemos encontrado de nuevo —la profunda voz de Gaara llegó a sus oídos—. Y no sé cómo… cómo acercarme. Nunca he tenido amigos.

Neji ya no pudo escuchar más, porque un pequeño grupo de señoras que estaban en el mismo puesto de té alzaron las voces con una conversación emocionante para ellas. Además de que la chica que atendía el lugar de postres volvió con su pedido. Neji lo tomó, pagó y caminó para retomar su camino anterior.

Sabaku no Gaara y sus hermanos claramente habían estado hablando de Lee.

Gaara quería acercarse a Lee.

El omega seguramente estaría feliz por ello.

Notes:

Gracias por leer y por sus comentario ^^

Para el siguiente capítulo, finalmente tendremos la perspectiva de Lee.

Chapter 11: 11

Notes:

¡Hola! Recuerden que este capítulo inicia con la perspectiva de Lee.
Más adelante se retomará la de Neji.

Chapter Text

Por la mañana, Lee esperaba a Neji en el capo de entrenamiento mientras hacía una serie de burpees. Siempre era buen momento para entrenar y no hay mejor momento que en la mañana cuando tiene acumulada toda la energía que obtuvo de un buen descanso en sus horas de sueño por la noche. Además de su siempre nutritivo desayuno que le aportaba más energía y todos los nutrientes necesarios para un joven fuerte y enérgico cómo él.

Más tarde, quizá, podría ir a almorzar junto con Neji, porque una sola comida no le era suficiente para mantener el ritmo acelerado de su entrenamiento y el fuego de su juventud. Ino-san le había hablado de la dieta estricta que hacía y Lee no podía creer que una joven kunoichi sometiera a su cuerpo a semejante escases de calorías, cuando unos ninjas como ellos necesitaban estar siempre llenos de energía para enfrentar cualquier reto y misión que apareciera.

Es por eso que Lee aceptaba con gusto y alegría cada que Neji le llevaba algún bocadillo o lo invitaba a cenar directamente. ¡Neji entendía la importancia de una buena alimentación! Debido a eso el alfa también era fuerte y tenía un rendimiento bastante impresionante en las misiones y en los entrenamientos de Gai sensei. ¡Neji es genial! Le agrada mucho, mucho, mucho.

Pero…, ¿a qué quería llegar con ese pensamiento? ¡Ah, sí! Que tal vez puedan ir a almorzar juntos.

Incluso Lee se ofrecería a pagar la cuenta completa, pues Neji siempre pagaba desde su presentación. ¡Ésas tontas cosas de alfa! Aunque trataba de entender la perspectiva de Neji. Lee sabía que el clan Hyūga es conservador y que de ahí venían esas costumbres y reglas que su amigo aplicaba a su convivencia y, aunque no le gustara mucho ser siempre el que recibiera los beneficios, ahora comprendía aún mejor la insistencia de Neji por no desafiar ciertas costumbres alfa-omega. Bastaba recordar lo que escuchó y vivió de la posición de Hiashi-sama respecto a esas costumbres para entender mucho mejor por qué Neji era tan insistente en llevar a cabo de cierta forma sus interacciones.

¡Pero Lee quería también consentir a Neji! ¿Un omega puede hacerlo según las costumbres? No sabe mucho al respecto, porque tradicionalmente el omega sólo es receptivo a todas las atenciones, y de las perspectivas más modernas no está muy al tanto. Sólo conoce el ofrecimiento de consuelo de un omega ante el estrés, cansancio o enojo de un alfa, y es lo único que ha aplicado con Neji a favor de reciprocidad por todas sus atenciones.

A propósito de eso, espera que el día anterior haya podido ayudarlo.

Tal vez fue demasiado que Lee haya ofrecido directamente su cuello, pero Neji pareció a gusto con esa posición, incluso el propio Lee se sintió feliz. Y cuando Neji se fue y sus padres llegaron a casa, le dijeron a Lee que olía muy contento, hasta le preguntaron risueñamente si es que un alfa ya se le había declarado, o si Sakura-san lo había hecho. Lee soltó un chillido y enrojeció ante el comentario y negó todo antes de huir a su habitación, escuchando detrás la risa de sus padres.

Lee había olido tan feliz porque siempre le gustaba pasar tiempo con Neji, y estaba contento de haberlo podido ayudar cuando el alfa se sentía tan desorientado y estresado. Muchas veces el alfa de Neji calmaba al omega de Lee tan sólo con su presencia, así que le gustaba mucho haber podido regresar el favor.

—Trescientos sesenta y siete,  trescientos sesenta y ocho. —Lee llevaba el conteo de sus burpuees, recién comenzaba a sudar. Tal vez había sido un erro ir sin bloqueadores de olor, lo decidió así por si Neji necesitaba de su aroma de nuevo, pero ahora que ya estaba sintiendo las primeras gotas de sudor en su frente, tal vez no sería muy agradable para el alfa oler su sudor mezclado con su aroma omega.

¿Tal vez Neji se animara también a venir sin bloqueadores de olor? Su amigo parecía más cómodo usando dichos bloqueadores, pero si Lee era honesto consigo mismo, frecuentemente extrañaba percibir el aroma a menta con ese toque cítrico del alfa. Olía muy bien, y era relajante olfatear el aire cercano cuando esa nota de su aroma estaba alrededor, es por eso que no le molestó en absoluto cuando Neji le marcó con su aroma.

—Lee —la voz profunda de Neji interrumpió su serie de burpees. El omega dio su último salto para ponerse en pie frente a su amigo.

—¡Hola, Neji!

—No me notaste mientras me acercaba —el alfa enarcó una de sus cejas, mirándole directamente con sus ojos pálidos que Lee recuerda que al principio de conocerse le ponían muy nervioso porque sentía que podía ver en lo más profundo de él, pero ahora los encontraba muy bonitos.

—Estaba concentrado en mis ejercicios y estaba pensando en algo —soltó una nerviosa y pequeña risa—. Nada importante.

—Bien —Neji relajó su expresión curiosa de inmediato—. Te traje algo.

—¡Muchas gracias!

Lee recibió con una gran sonrisa el envoltorio de plástico trasparente que ya dejaba ver que se trataba de un ichigo sando. Su boca se hizo agua y sus ojos de iluminaron por lo deliciosos que se veía. Gai sensei seguro le diría que no debería comer tantos dulces, pero se veía delicioso, además Neji se lo había traído, ¡no podía despreciar un regalo de su mejor amigo!

Como era común, el sándwich ya venía partido a la mitad, por lo que fue fácil para Lee dividirlo y tenderle la otra mitad a Neji mientras él ya le daba un mordisco al suyo, ansioso por sentir en su lengua la crema dulce y el sabor de las fresas.

—En realidad, no tengo mucha hambre —el alfa hizo un suave ademán con la mano para rechazar la otra mitad del ichigo sando.

Lee le miró con atención mientras daba otro mordisco al sándwich y después relamía sus labios para quitar la crema que le había manchado. Neji se notaba algo decaído. Si bien su amigo no era la persona más enérgica y extrovertida que conoce, era notorio que el joven alfa estaba distraído, mirando hacia los árboles en lugar de mirarlo directamente a él.

Le jaló de los brazos para que ambos se sentaran en el césped. El movimiento sin duda hizo que el Hyūga volviese a centrar su atención en él.

—Entonces, ¿cómo sigues, Neji? ¿Te sientes mejor que ayer? —Lee cuestionó, pues ese era el propósito por el cual se habían reunido.

Vio a su amigo dudar. Eso le hizo hacer un suave mohín.

—Tus feromonas calmantes fueron de gran ayuda —Neji asintió, aunque volvió a desviar su mirada de él. Eso era inusual.

—¿Pero? —el omega dejó el ichigo sando de lado para prestar toda su atención en el alfa—. Siento que hay un pero. ¿Algo más sucedió entre tú y Hiashi-sama? ¿Tal vez con alguien más?

—Cuando volví al complejo, Hiashi-sama todavía tenía cosas por decirme. Fueron noticias que no me cayeron bien y volví a estresarme.

—¿Es algo grave? ¿Algo malo?

Neji volvió a dejar un par de segundos en silencio. Pero Lee lo conocía bien, estaba pensando su respuesta, por lo que dijera a continuación no sería del todo una respuesta honesta.

—No —estaba mintiendo, Lee lo sabía, pero también sabía que con cosas del clan Hyūga no podía presionarlo, Neji era muy reservado al respecto, y si Lee se atrevía a indagar demasiado, su amigo se enfadaría sobremanera y no quería pelear con él como en los viejos tiempos. Tendría que ser paciente y averiguar las cosas poco a poco, tomar la escasa información que Neji quisiera darle y ofrecerle su apoyo incondicional.

—¿Seguro? Porque parece que incluso no dormiste bien.

—El estrés —respondió con simpleza, dándole una suave sonrisa engreída a Lee.

—Si puedo ayudar-

—Estoy bien, Lee —Neji le interrumpió—. Son asuntos Hyūga, ¿sí?

—Lo entiendo —su mohín inconforme se acentuó—. Pero si en algún momento necesitas de alguien, no dudes en decirme. ¡Estaré contigo esforzándome al máximo para ayudarte a resolver cualquier conflicto que te aqueje, amigo mío!

Y ahí estaba, la sonrisa de Neji que muy escasas veces era visible, tensa y ladina, pero tan de él. Aquél simple gesto sólo hizo que Lee sonriera también, sólo que con todo y dientes y cerrando sus párpados.

Cuando abrió los ojos de nuevo, Neji le miraba con suavidad.

—Gracias, Lee.

—Cualquier cosa por ti —le aseguró—. Ahora, por favor come la otra mitad del ichigo sando. Me siento mal educado si estoy comiendo solo. Además, ¡está delicioso! Vale la pena que lo pruebes.

—Está bien —para fortuna de Lee, Neji cedió.

Le tendió la mitad del sándwich y con el cuidado típico de Neji lo desenvolvió con precisión, para luego llevar detrás de su oreja uno de los mechones largos de cabello que enmarcaban su rostro y así no mancharlo cuando se llevó el bocadillo a la boca.

El omega no podía creer lo embelesado que quedó por unas acciones tan simples, mirando las bonitas manos –aunque callosas y magulladas– de Neji moverse con su delicadeza típica. Pero el sol radiante de esa mañana iluminaba perfectamente el campo donde se encontraban, y el cabello castaño de Neji brillaba con él, y su piel de porcelana parecía casi irreal con el mismo reflejo, y el lavanda de sus ojos resaltaba. Era imposible no mirarlo. Tal vez su atención también se había visto atraída hacia el alfa porque tal parece que no estaba usando bloqueadores de olor, entonces podía captar el agradable aroma de Neji, la menta un poco fuerte esta vez, dejando la nota de cítricos más suave. Era ligeramente diferente a las otras veces, más atrayente.

Entonces el corazón de Lee dio un vuelco al percatarse de que simplemente se había quedado mirando fijamente por mucho tiempo. Pero Neji tenía un atractivo difícil de ignorar, lo ha sabido desde hace un tiempo. Si el Hyūga se hubiera presentado omega, Lee apostaba que ningún alfa miraría en su dirección teniendo a Neji justo a su lado, acaparando toda la atención de los alfas y betas. No es como si algún alfa se interesara actualmente en él, Lee está muy consciente de eso, pero de tener la constante comparación con Neji ni siquiera le darían una mirada, es más nadie sabría que Lee es un omega porque no captarían su existencia.

Pero Neji de hecho es alfa, y la madurez del subgénero le ha dejado una voz aún más profunda de lo que ya la tenía, y un rostro perfilado y una mandíbula cincelada de la que Lee siente envidia a veces cuando recuerda su propio rostro redondo y suave. Pero como alfa, Neji también es impresionantemente atractivo, y Lee es honesto cada que le dice que será un alfa muy popular. No entiende cómo es que no le llueven cartas de amor a Neji, ha visto cómo otras personas lo miran, la forma en que incluso omegas un par de años mayor que ellos se sonrojan al verlo, otros alfas jóvenes también han quedado embobados por la presencia de Neji. Pero su amigo no parece darse cuenta, o la mayoría de las veces ignora deliberadamente esa atención.

—¿Qué? —Neji cuestionó cuando notó su mirada fija. Lee sintió sus mejillas calentarse al verse descubierto—. ¿Me manché de crema?

—No. Es sólo que puedo olerte. Tu aroma ahora es un poco diferente.

—¿Huelo mal? —los párpados de Neji se abrieron ligeramente en pánico.

—No, no —Lee negó efusivamente con la cabeza—. Todo lo contrario; hueles muy bien. Sólo es un poco más fuerte que otras veces, y sobresale más la menta.   

Neji tragó el bocado que tenía en la boca antes de hablar de nuevo.

—Mis bloqueadores de olor comenzaron a fallar desde anoche. Esperaba que mi aroma no fuese un problema.

—No lo es. Me gusta mucho tu aroma.

Ahora fue turno de que las mejillas de Neji se sonrojaran suavemente.

—Gracias —el alfa respondió, con el ceño fruncido pues no estaba muy convencido de qué decir.

Lee soltó una pequeña risita, era encantador ver a Neji siendo tan suave y dulce. Le gustaba pasar tiempo así con él, pues por mucho tiempo deseo que fueran amigos, pese a su rivalidad, también había añorado una amistad con él, y ahora la tenían. Además, desde sus presentaciones, a su omega le gustaba mucho la presencia de Neji, y era un sentimiento nuevo, bonito, íntimo, y le gustaba pensar que era recíproco con Neji.

—Estaba pensando en… —vaciló un poco, ahora que lo diría en voz alta, Lee se dio cuenta que su propuesta de ir a almorzar juntos sonaba a cita—. ¿Si te gustaría que fuéramos a almorzar juntos?

Hubo un silencio donde Neji sólo le miró con los ojos parpadeando de vez en cuando, y las mejillas sonrosadas. Lo estaba pensando mucho y Lee comenzó a ponerse nervioso, ¿tal vez sí sonaba a una cita? Después de todo, Neji no era mucho de pasar tiempo con él o Tenten fuera de los entrenamientos y de las misiones.

Cuando parecía que Neji finalmente respondería se detuvo y cerró la boca de golpe, su expresión cambió a una preocupada y desvió de nuevo la mirada.

—No, no creo que sea lo mejor —fue la respuesta del alfa—. Además tengo otras cosas qué hacer

Lee sintió el pánico invadir su pecho. ¡Por supuesto que había sonado a cita! Por eso Neji lo dudó y puso una excusa, y ahora parecía tremendamente incómodo.

Sí, ellos pasaban tiempo juntos y solían ir a cenar juntos, pero siempre era después de una misión o un entrenamiento, ¡no sin razón alguna! Obviamente Neji no querría salir con él, ¡nunca en la vida!, no con toda las posibles omegas bonitas que estaban suspirando por él, omegas con las que él jamás podría compararse ni mucho menos competir. ¡Pero no importaba! Porque Lee sabe que él y Neji sólo son amigos, y si tiene surte, siempre mantendrán su amistad.

Aun así está lo que les dijo Gai sensei, eso de tener cuidado cómo se relacionan y muestran intenciones equivocadas, claro que Neji tampoco quería que otras personas pensaran que estaba saliendo con él. ¡Todos se burlarían de Neji por eso! Una cosa era ir juntos a comer después de las misiones y el entrenamiento, donde estaban desprolijos y era obvio que sólo eran un par de camaradas buscando comida luego del trabajo, pero ir así, tan frescos un día por la mañana, y sólo ellos dos, la gente buscaría excusas para inventar cualquier cosa.

No sería bueno que relacionaran sentimentalmente a un alfa tan impresionante con un omega como él. Tal vez incluso lo metería en problemas con el clan Hyūga.

—Está bien —respondió de prisa, sintiendo el rostro hervir—. Sólo lo dije como amigos, pero tienes razón, es mejor que no nos vean así juntos. Yo puedo ir a almorzar solo, o podemos ir por Tenten para ir los tres, o...

Iba a continuar su verborrea cuando notó cómo una cara conocida con maquillaje morado y una capucha negra se acercaba sonrientemente hasta ellos.

—Parece que aparecí a tiempo —Kankuro habló, sonriendo ladinamente mirando a Lee—. No tienes por qué ir solo a almorzar, de hecho venía a invitarte.

—¿Cómo? —Lee parpadeó, boquiabierto.

—Bueno, en realidad, vengo en nombre de mi hermano pequeño Gaara —el titiritero rodó los ojos—. Es demasiado tímido para venir a preguntarte él mismo, pero quiere invitarte a almorzar.

—¿En serio? ¿Gaara-kun? —Lee se puso en pie de un salto. Había estado ansioso por ver de nuevo a Gaara, para conocerse mejor, para comenzar a ser amigos, para intercambiar consejos de pelea, para entrenar juntos.

Kankuro asintió.

—Te estuvo buscando hace unos días, pero nos dimos cuenta que estabas fuera de la aldea. Hoy decidimos buscarte de nuevo y percibimos tu chakra aquí, pero se puso demasiado tímido y tuve que venir yo a preguntar en su lugar —el mayor explicó—. Entonces, ¿qué dices?

—¡Claro! —apretó los puños con emoción—. ¿Mis amigos pueden venir?

—No, lo siento —Kankuro respondió rápidamente—. Como te dije, Gaara es tímido, demasiada gente lo pone incómodo, sobre todo personas que no conoce, y hasta el momento sólo tú le agradas.

Kankuro dirigió una mirada burlona a Neji, por lo que Lee también volteó a mirarle con algo de pena, un gesto de disculpa. Neji parecía tenso, mirando de forma desagradable a titiritero. Tal vez Kankuro tenía un punto; Neji y Tenten no habían sido muy amables con Gaara, y Lee no quería que su potencial nuevo amigo se sintiera incómodo. Pero no podía dejar solo a Neji…

—Uhm…, Neji…

—Ve con él, no importa —respondió cortante el alfa, poniéndose de pie, sacudiéndose la ropa—. Como te dije, yo tengo otras cosas qué hacer.

De pronto, Neji estaba siendo hostil de nuevo. A Lee no le agradaba cuando el alfa se ponía así. ¡Él sólo quería que todos se llevaran bien!

—De acuerdo —murmuró.

—Ignora al snob, ven conmigo —Kankuro le jaló del brazo, y aunque Lee continuaba mirando a Neji, éste no le regresó la mirada desde antes de levantarse del suelo, simplemente comenzó a caminar en dirección contraria. Kankuro le dirigió una despedida a Neji, sin prestarle mucha atención realmente—. Adiós, niño.

Cuando Neji se alejó más. Lee se resignó y caminó decentemente a lado de Kankuro.

—Kankuro-kun, ¿es verdad que es Gaara quién quiere verme, o es algo que inventaste?

—Es Gaara, te lo prometo. Si lo notas torpe y nervioso es por lo mismo, no está acostumbrado a salir con amigos.

—Oh, ya veo. Descuida, ¡yo lo haré sentir cómodo y bienvenido en nuestra aldea! —Lee determinó, con alegría renovada.

—Excelente —el mayor sonrió—. Déjame preguntarte algo, Lee. Ese chico Hyūga, y la niña alfa de tu quipo, ¿alguno de ellos es tu pareja o ambos lo son?

—¿Qué? —Lee casi gritó, y el sonrojo volvió a subir por su rostro—. ¡No! Sólo son mis amigos.

—¡Perfecto! —Kankuro sonrió más alegremente.

—¿Por qué lo preguntas? —Lee estuvo curioso.

—Gaara estaba confundido, y también nos confundió a Temari y a mí, ya que nos contó que cuando fue a buscarte para hablar contigo aquella vez, la chica alfa de tu quipo se refirió a ti como si le pertenecieras a ella y al chico Hyūga.

—¿Hizo eso?

—Sí.

—¡Pero yo no le pertenezco a nadie! —Lee frunció las cejas.

—¡Bien dicho!

El omega volvió a sonreír ante la determinación y animo que le daba Kankuro.

—Oye, Kankuro-kun, ¿eres omega? —Lee ladeó el rostro con curiosidad—. Aun no puedo olerte por tus bloqueadores de olor.

El titiritero rió suavemente.

—No puedes olerme porque en realidad soy un beta —respondió con una sonrisa llena de dientes—. Pero entiendo el sentimiento de que los demás asuman que le perteneces a alguien de mayor “posición”. Mis dos hermano son alfas, y yo el beta; puedes imaginarte que a ellos los ven como seres individuales y a mí sólo como el accesorio que inherentemente va con ellos. ¡Es tan molesto!

—¡Lo es! ¡Y también es injusto! —Lee declaró—. ¡El mundo gira en torno a los alfas, y a los demás nos subestiman, cuando en realidad hay betas y omegas mucho más inteligentes, fuertes y capaces que muchos alfas cabezas huecas que sólo tienen el prestigio de su casta, porque sin ella no son nada!

 —Es cierto —Kankuro asintió con determinación, luego sonrió ampliamente mirando al omega—. Me agradas mucho, Lee. Sin duda mi hermano pequeño tiene buen ojo. Espero que se complementen bien.

—¡Yo también lo espero! —Lee volvió a sonreír ampliamente—. Gaara-kun me agrada mucho.

*****

 

Kankuro lo terminó guiando a la avenida de restaurantes y puestos de comida. A lo lejos notó rápidamente a Temari y a Gaara, sentados en una mesa de un puesto de té. La rubia quedaba frente a él, mientras que el pelirrojo le daba la espalda, tal vez por eso no notó su presencia de inmediato. Eso y que Temari estaba hablando mucho, captando la atención de su hermano pequeño.

—Kankuro volvió —señaló Temari cuando estuvieron a unos pasos de distancia.

—Kankuro, ¿a dónde rayos fuist- —Gaara comenzó a hablar, volteando ligeramente el rostro para encontrarse con su hermano cuando se detuvieron a un costado de la mesa, pero cuando sus ojos se posaron en Lee quedó boquiabierto sin poder completar su oración.

—Fui por un adorable omega. ¡Mira! —Kankuro tomó por los hombros a Lee, acercándolo más a su hermano menor.

—¡Hola, Gaara-kun! —Lee no podía ocultar su emoción—. Hola, Temari-san.

La rubia le sonrió y respondió a su saludo con un ademán, pero Gaara simplemente quedó mirándole, todavía con ese gesto sorprendido de párpados más abiertos y labios ligeramente separados.

Bien, ahora estaba dudando que Kankuro haya sido honesto, pues Gaara no parecía muy alegre de verlo.

—Oye, dile algo. No seas grosero —el titiritero se dirigió al pelirrojo. Lee se mordió el labio inferior con nerviosismo.

—Lo siento. Kankuro-kun dijo que tal vez querías verme y por eso vine, pero si soy una molestia, me iré —el omega habló de prisa, sintiendo el nerviosismo de ser el centro de atención.

—No me hagas quedar como un mentiroso, hombre —Kankuro se quejó, todavía mirando ceñudamente al menor, mientras apretaba su agarre en Lee para no permitirle huir.

Gaara sacudió la cabeza, obligándose a salir de su estupor. Carraspeó mientras relajaba el rostro lo mejor posible, aunque su gesto serio no era el de siempre, había un ligero sonrojo en sus mejillas y su mirada era un tanto nerviosa.

—Sí, yo quería…, pensé que sería agradable verte —Gaara habló, su voz profunda un poco vacilante esta vez. Lee dejó de moverse en el agarre de Kankuro y miró al pelirrojo con sorpresa—. Es sólo que no creí que tú aceptarías.

—¡Por supuesto que aceptaría! —le aseguró—. Siempre estoy abierto a hacer nuevas amistades.

—¿No es eso conveniente? —Temari murmuró, sonriente. Con calma se puso en pie y caminó hasta quedar a lado de Kankuro—. Bueno, los dejamos solos. Kankuro y yo debemos reportarnos con nuestro sensei para nuestro entrenamiento.

—¡Mucha suerte a ambos! —Lee se entusiasmó al escuchar la palabra “entrenamiento”—. ¡Esfuércense al máximo! ¡Tomen todo el poder de su juventud y explótenlo!

Ambos hermanos rieron suavemente, cada uno dándole una pequeña palmadita a Lee en el hombro antes de retirarse.

—Eso haremos —Temari le dijo por último.

—Diviértanse —Kankuro sonrió, guiñándoles un ojo.   

Cuando quedaron solos, Gaara pareció aún más nervioso. Lee nunca lo había visto en tal estado, ¡ni siquiera en medio de una batalla frente a un oponente tan poderoso! Entonces Kankuro tenía razón; Gaara es muy tímido y no sabe cómo relacionarse con amigos. ¡Afortunadamente Lee sí lo sabe y conoce la mejor forma para generar lazos de verdadera camaradería!

Todavía vibrando de emoción por el reciente subidón de energía ante la perspectiva de un entrenamiento donde demostrara todo el potencial y fuerza de su juventud, Lee se dejó caer en la silla frente a Gaara, inclinándose ansiosamente hacia él.

—Entonces, Gaara-kun, eso nos deja a nosotros dos. ¿Quieres que entrenemos juntos? —su voz reflejó sin problemas el entusiasmo que sentía ante la perspectiva—. ¡Nada me emocionaría más que enfrentarme nuevamente a ti aunque sólo sea en un encuentro amistoso!

Gaara le miró fijamente, parpadeando en confusión un momento. Sólo bastaron unos segundos para que su rostro recuperara su tono pálido y su gesto casi inexpresivo.

—No.

Esa corta respuesta fue suficiente para que Lee sintiera su ánimo desinflarse rápidamente. Sus hombros cayeron y dejó que su frente golpeara la superficie de la mesa en derrota.

—¿Por qué? —el mohín en sus labios amenazaba con volverse un puchero ante sus sentimientos heridos, pero se convirtió en una mueca un tanto molesta cuando contempló la posible razón del rechazo a su enfrentamiento amistoso—. ¿Acaso crees que no representaría ningún reto para ti?

Le habló ya con el rostro de nuevo levantado, apretando uno de sus puños sobre la mesa.

—Sé que eres un oponente interesante —Gaara reconoció, impasible como comúnmente—. Pero no quiero herirte en un descuido.

—¿Y quién dice que podrás herirme? —Lee saltó a la defensiva—. ¡Desde la última vez que peleamos me he vuelto más fuerte!

Gaara le miró, aunque su ceño se frunció ligeramente mientras sus ojos verdes se desviaban a su brazo izquierdo, ahí su gesto de preocupación se acentuó. Lee siguió sus ojos ante esa expresión. Claro, su brazo izquierdo y pierna izquierda fueron sus extremidades que sufrieron el daño de uno de los ataques de Gaara con su arena el año pasado. El dolor crónico y las cicatrices son recordatorio de eso. ¡Pero a Lee no le importa! No le guarda rencor a Gaara ni tampoco temor. ¡Quiere demostrarle y demostrarse así mismo lo mucho que ha mejorado!

—Preferiría no arriesgarme —Gaara murmuró, su voz tan baja que Lee dudó de haber escuchado correctamente.

Iba a saltar de nuevo a defender sus habilidades, pero se frenó cuando notó la genuina preocupación e incomodidad de Gaara ante su insistencia de pelear.

Siempre le emocionaba enfrentarse a personas poderosas que representarían un reto para él, pero no podía obligar a un amigo a pelear si éste no lo quería. Si bien, para él la amistad se fortalecía principalmente con una pelea, reconoce que no es el único camino. Por ejemplo, su amistad con Sakura-san no es para nada como lo es con sus camaradas masculinos y con Tenten, con Sakura todo es más suave, y nunca se ha enfrentado a ella, por el contrario, la protege y esa misma promesa de protección es lo que ha forjado su lazo. Y, ahora que lo piensa, Gaara-kun ya le ha protegido a él, así que pueden formar un lazo también de esa forma.

Además, Kankuro no mencionó nada de entrenamiento, él dijo que Gaara quería invitarlo a almorzar. Con razón el pelirrojo se veía más incómodo, esto no era nada de lo que había planeado. Lee quiso darse un golpe por tonto. ¡No debería de ser tan insensible con sus amigos! Menos con los nuevos que son tan tímidos.

—Lo entiendo. Yo lo lamento —el omega se rascó una mejilla con timidez—. Siempre me dejo llevar por mi energía juvenil y la emoción del entrenamiento para probar mis propias capacidades. No era mi intención asustarte.

—Está bien —dijo, aunque su ceño fruncido en preocupación no desapareció—. Tal vez debería volver con mis hermanos.

Lee casi se cae de la silla por lo tonto que se sentía en ese momento al estar arruinando su oportunidad de amistar con Gaara, pero el rechinido de la propia silla del pelirrojo al deslizarse para que pudiera ponerse de pie, le hizo reaccionar.

—¡Aguarda, Gaara-kun! —se inclinó mucho más para alcanzar a tomarle por la manga de la gabardina—. Creí… Creí que querías pasar tiempo conmigo para ser amigos. ¿No íbamos a almorzar juntos? Kankuro-kun mencionó algo así…

Vio al pelirrojo pasar saliva pesadamente.

—Pero tú quieres que peleemos, parece ser lo único que te entusiasma de encontrarnos, y yo no puedo hacer eso.

¡Daría doscientas vueltas alrededor de la aldea parado de manos como castigo por haber incomodado a Gaara y hacerle pensar que lo único que le importa de él son sus habilidades ninja!

¡No puede ser! Incluso el aroma de Gaara se había vuelto ligeramente amargo, denotando que estaba afligido.

¡Daría cuatrocientas vueltas!  

Dejó caer de nuevo su frente contra la mesa, importándole poco que su frente enrojeciera por el golpe y la fricción contra la madera.

Sus padres tenían razón; a este paso asustaría a todos los alfas del mundo. Claro, sus padres se lo decían como advertencia a su posibilidad de no encontrar una pareja, porque a los alfas no les gustan los omegas como él: demasiado escandaloso, demasiado extrovertido, demasiado fuerte, demasiado feo, demasiados raro, simplemente demasiado de todo lo malo. Pero a él no le importaba eso. Desde el primer día de su presentación aceptó el hecho inmutable de que vivirá y morirá sin pareja. Sin embargo, eso no quiere decir que quiere alejar a sus amigos alfa. Pero al parecer tampoco puede lidiar con eso. Hace todo mal; Tenten pierde la paciencia muy fácil con él, apenas esta mañana ahuyentó e incomodó a Neji, y ahora hacía lo mismo con Gaara.     

Ponerse a llorar no arreglaría la situación, es más, probablemente terminaría de ahuyentar a Gaara. Así que levantó el rostro para volver a hablar. Ahora Gaara le miraba de nuevo con ese deje de preocupación.

—No es lo único que me entusiasma de encontrarme contigo —negó con fuerza—. Como te dije, frecuentemente me dejo llevar con la idea del entrenamiento. Pero en realidad me gustaría pasar tiempo contigo de distinta manera. La amistad puede forjarse de diferentes formas. ¿Recuerdas cuando fuiste a hablar conmigo? Te dije que incluso podíamos simplemente conversar o te mostraría la aldea. Por ahora, el almuerzo suena bien. Si aún quieres, por supuesto.

—¿Y tú quieres? —el alfa profundizó su ceño fruncido en preocupación—. Hueles triste. No quiero obligarte a nada.

Lee brincó un poco. ¿Había dejado que sus emociones se filtraran tanto? Tal vez debería de comenzar a usar bloqueadores de olor todo el tiempo al igual que Neji. Aunque con los sentidos más agudizados de Gaara, probablemente podría olerle aún con los bloqueadores.

—¡Sí quiero! —eligió sonreír esta vez—. Mi tristeza fue porque temía que te fueras.

Las mejillas de Gaara se colorearon de un rosa suave.

—Podemos ir al lugar que prefieras —Gaara aceptó y la felicidad de Lee volvió a dispararse.

—¡Te mostraré el mejor lugar de udon de la aldea!

*************

**************

Neji creyó que al estar en su antiguo campo de entrenamiento en medio del bosque practicando su byakugan estaría solo. Pero podía ver claramente que Tenten se acercaba.

Hasta que ella estuvo ahí, fue que desactivó el byakugan y se volteó hacia el árbol del cuál descendería.

—No esperaba encontrarte aquí —ella le dijo con tranquilidad, sonriéndole en un saludo—. ¿Entrenabas tu byakugan? ¡Yo vine a probar unos cuantos kunai nuevos que me regaló mi padre. Parecen estar bien afilados y alineados, pero es necesario revisarlos en la práctica. ¿Quieres ayudarme?

Tenten se puso en cuclillas para desenrollar el estuche donde llevaba dichos kunai, mostrándoselos.

—Claro —él cedió, también inclinándose para tomar uno.

La kunoichi tomó seis de una vez, colocándose en posición y apuntando al maniquí de paja que estaba atado a uno de los árboles.

—Es raro no verte junto a Lee —Tenten comentó, mientras arrojaba con precisión cada una de las afiladas armas—. ¿Dónde está él? ¿En el otro campo de entrenamiento?

—No —respondió con simpleza, tomando su turno para arrojar su kunai—. Está con Gaara.

Tenten frenó en seco sus movimientos.

—¡¿Qué!? ¿Cómo que está con Gaara? ¿Estás seguro?

Él le asintió.

—Kankuro vino por él, dijo que Gaara lo buscaba, así que Lee lo siguió.

—¿Y lo dices tan tranquilo? —Tenten enfureció—. Si estabas con él en ese momento, ¿por qué permitiste que se fuera?

—Él quería ir, no fue obligado, Tenten —frunció las cejas.

—¡Pero estamos hablando de Gaara! —ella alzó la voz—. ¿Y si le hace algo a nuestro omega?

—No digas eso, no es nuestro. Él puede estar con el alfa que prefiera, déjalo en paz.

—¡No lo digo en ese sentido! —Tenten enrojeció un poco. Neji no sabía si por vergüenza o aún por su enojo—. Lee es el omega de nuestra segunda manada, es nuestro compañero de equipo, ¡es nuestro! Debemos protegerlo ese alfa.

Una vocecita en su cabeza, aquella perteneciente a su lado más primitivo le gritaba que Tenten tenía razón, pero Neji estaba demasiado ocupado desde el día anterior luchando con echar abajo y retener todo su lado salvaje, como para permitir que de nuevo un asunto relacionado con Lee lo desestabilizara.

—Lee se puede cuidar solo.

—Ya sé, ya sé. Pero… —Tenten infló sus mejillas en frustración—. ¡No puedo sentirme tan tranquila ahora que sé que está con Gaara! Lee podrá confiar en él, y tal vez el tipo ya es una nueva persona o lo que sea, pero su alfa… Ése alfa causa escalofríos.

—A Lee no parece molestarle —Neji recordó—. Sólo a nosotros nos provoca ese rechazo porque también somos alfas, lo percibimos como un enemigo. Pero Lee estará bien.

—¿En verdad lo crees? —Tenten le desafió.

—Lo que creo es que él se enojará si nos seguimos entrometiendo en su intento de relacionarse con Gaara —Neji gruño suavemente—. Debemos dejar que haga lo que quiera.

Tenten hizo una mueca extraña al estar pensando algo.

—Bueno, él puede hacer lo que quiera, pero eso no nos prohíbe a nosotros vigilarlo de lejos. Al menos echarle un vistazo para asegurarnos de que en realidad está bien y que Gaara no lo ha devorado.

Ambos se miraron por unos segundos.

—¿Hablas en serio? —Neji no se podía creer lo que proponía Tenten. ¿Acaso eso no era ya ir demasiado lejos?

—¡Vamos, Neji! Es sólo para que mi alfa se tranquilice y no se vuelva loco creyendo que nuestro tonto omega se fue a meter a la guarida de un loco.

Ella tiene un punto.

¡No!

¡No tiene ningún jodido punto!

Lo que Tenten propone es una locura y una estupidez. No puede dejarse arrastrar por eso. Deben de pensar con su lado racional y no con el animal. Pero si su lado animal actualmente es el inquieto, una solución animal debería de ser la solución, ¿no?

¿En qué estupidez está pensando?

Tal vez sólo un vistazo de lejos como ella dice.

—Bien —cedió.

Con prisa, Tenten recogió todos sus kunai nuevos, los guardó y jaló a Neji de la mano para echarse a correr de vuelta a la aldea.

Con ayuda del byakugan fue que localizaron a Lee y a Gaara en un lugar de Udon comiendo tranquilamente, como si no hubiera nada raro en que un alfa loco estuviera pasando el rato con el omega que hace un año intentó asesinar.

Un terrible escalofrío recorrió el cuerpo de Neji. Tal vez sí había sido buena idea que vinieran a echar un vistazo.  

—No hay que acercarnos mucho, o Gaara nos descubrirá —Neji advirtió, deteniendo a Tenten a tiempo cuando ella intentó acercarse más.

—Tienes razón. Será fácil para él olernos, sobre todo porque hoy apestas, Neji.

El Hyūga frunció sus cejas y volteó a mirarla con desconcierto. Lee ya le había mencionado que olía un poco más fuerte, y ahora ella…

—¿Es mucho?

—Es tu aroma, pero más fuerte. Si no nos conociéramos lo sentiría como un desafío, pero tú no eres así —Tenten explicó, mientras todavía observaba a lo lejos a Lee y a Gaara. Afortunadamente el local donde ese par estaba no tenía puerta ni cortinas largas, así que podían ver al interior sin problemas—. Debe ser agradable para los omegas llamaste mucho su atención. ¿No notaste cuántas de ellas voltearon a mirarte mientras veníamos caminando hacia acá? Estoy segura que al menos una olió a excitación cuando se fijó en ti.

—Estaba bien fingiendo que eso no sucedió —Neji hizo una mueca desagradable ante el recordatorio.

Tenten rió.

—¿Es tu celo o simplemente estás cachondo?    

 —Ninguna de las dos —volvió a gruñir bajo ante la incomodidad de esa charla—. Faltan semanas para mi segunda serie y tengo listos los supresores de celo.

—Entonces simplemente estás emocionado, ¿eh? —ella movió las cejas en un gesto sugestivo y divertido—. Pero guarda tu lado pervertido para la intimidad, estamos en público y en una misión.

—¡Ya te dije que no es nada de eso! —rodó los ojos—. ¿Y de qué misión hablas? ¿Espiar a nuestro tonto amigo?

—¡Sí, es una misión! —ella determinó, clavando su atención en el pelirrojo y en el omega—. Pero no puedo escuchar nada de lo que hablan a esta distancia.

—Pero no parece haber ningún problema —Neji opinó, viendo como aquel par simplemente estaba pasando el rato. Lee hablaba mucho, apenas dándose tiempo de llevarse un bocado a la boca, mientras que Gaara le miraba tranquilamente escuchándolo, comiendo con lentitud.   

—¡Viste eso! —la kunoichi saltó de su lugar—. ¡Gaara sonrió!

—Sí —ese gesto en Gaara sin duda era muy inusual, pero no para causar alarma como la sobrerreacción de Tenten.

—Y no fue ninguna de sus sonrisas dementes emocionadas por la sangre —Tenten le tomó por los hombros, sacudiéndolo en su pequeña histeria—. Fue una sonrisa de: “Oh, Lee es tan lindo, lo haré mi omega”.

Neji resopló, tomándole de las muñecas para que le soltara y dejara de sacudirlo.

—No puedes deducir todo eso por una simple sonrisa.

—Pero es el mismo tipo de sonrisa que tú le das. Por eso sé que significa.

—¡No digas tonterías! Yo no hago eso —sintió sus mejillas arder, mirando con molestia a su compañera de equipo—. ¿Sabes qué? Ya vinimos a verlos, comprobamos que no pasa nada raro, así que deberíamos irnos.

—Sólo unos minutos más —ella le tomó sin delicadeza del cabello para retenerlo en su lugar.

El Hyūga estaba por darle un golpe ante su agresión, cuando un par de presencias muy conocidas aparecieron repentinamente detrás de ellos.

Estaban en cuclillas detrás de una banca de piedra, y uno de los recién llegados también adoptó esa postura para estar a su altura, mientras que el otro permaneció de pie.

Tanto él como Tenten se tensaron y voltearon con temor a ver al par de senseis que los habían descubierto en su pequeña misión de espionaje.

—¿Qué haces ustedes dos? —Kakashi les sonrió mientras les cuestionaba. Él era el que se puso en cuclillas al igual que ellos, así que podían ver su gesto a través de la máscara.

—¡Nada! —Tenten comenzó a reír en su nerviosismo.

—Gai, tus estudiantes tienen la costumbre de andar a escondidas haciendo cosas indebidas y luego tontamente negarlo —Hatake sonó divertido.

—¡No estábamos haciendo nada indebido! —la kunoichi señaló—. ¡Ustedes no deberían de aparecer así de pronto!

—Kakashi y yo caminábamos por aquí cuando los vimos, y tuvimos curiosidad. Parecía que estaban peleando —Gai, enarcó una ceja.

—Tenten jaló mi cabello y sólo le iba a dar un golpe en el antebrazo para que me soltara. Eso fue todo —Neji explicó.

—¿Y por qué se esconden detrás de esta banca? —el alfa de cabello plateado continuó indagando.

—¿Estaban espiando a Lee? —Gai fue más directo, mirándoles con duda un segundo para volver su atención enfrente, donde estaba el local en el que se encontraba Lee.

Kakashi se levantó para tener la misma vista que Gai, mirando al par de jóvenes que continuaban compartiendo un momento tranquilo, ajenos a lo que ellos estaban haciendo.

—Lee-kun está en una cita y sus compañeros alfa están preocupados por él —Kakashi tarareó—. Eso es dulce.

Neji y Tenten se tensaron ante la implicación de Hatake, pues seguramente Gai explotaría de rabia ante la perspectiva de Lee teniendo una cita. Y si su sensei arremetía contra Gaara en un momento de ira, cosas malas podrían ocurrir. 

Pero eso no ocurrió. Por el contrario, Gai sonrió, viendo con ternura el punto donde estaba su estudiante omega.

—¡Oh, el amor juvenil —Gai exclamó con emoción—. ¡Me llena de energía y juventud ver a tan talentosos jóvenes compartir semejante sentimiento en plena flor de su juventud! ¿Puedes sentir el amor en el aire, Kakashi? Absórbelo. ¡Es electrizante!

—Sí, sí —Kakashi respondió con su típica voz monótona, dejándose arrastrar por el brazo de Gai que había rodeado sus hombros.

Mientras tanto, el otro par de alfas se habían quedado boquiabiertos. Tenten tenía un marcado gesto que mostraba que estaba ofendida. Mientras que Neji tenía un fuerte tic en su ceja.

¿Qué carajo estaba pasando?

—Vámonos, rival, no deberíamos interrumpir tan encantadora cita —Gai continuaba sonriente—. Hablaré con Lee más tarde. Ustedes, dos; Tenten, Neji, también vengan más tarde al campo de entrenamiento. ¡Tendremos una sesión de entrenamiento aprovechando esta repentina energía cortesía del amor!

—Nos vemos —Kakashi se despidió de ellos, tomando a Gai por la cadera para después desaparecer ambos en una nube de humo.

Los alfa más jóvenes seguían tratando de comprender qué es lo que había sucedido con su sensei.

La primera en salir del shock fue Tenten.

—¡¿Qué rayos le pasa a Gai sensei?! —ella gritó, rabiando y todavía notándose ofendida—. A nosotros nos amenaza con nuestra integridad física si tocamos a Lee. Pero si Gaara sale con él se pone feliz. ¡Qué carajo!

Tenten continuó gritando más maldiciones, y soltando insultos para su sensei.

Sí, Neji tampoco le encontraba sentido. ¿Por qué Gai marcaba esa diferencia con ellos? ¿Acaso su sensei consideraba que ni él ni Tenten serían buenos para Lee? Era un tremendo golpe al orgullo.

Aunque, en su caso, consideraba que Gai tenía razón.

La única otra persona externa al clan que pudiera conocerlo mejor seguramente se trataría de Gai. Y con todo el conocimiento que su sensei tiene de él, y por el tiempo en que han convivido y trabajado juntos, puede tener más que definida una opinión de él. Así que Gai pudiera estar bastante al tanto de que un Hyūga no es adecuado para Lee. Y no sólo eso, porque dejando de lado al clan, Neji está consciente que no fue la persona favorita de Gai al inicio de su equipo, debido a su personalidad y a la forma en que trataba a Lee. Si bien él ha cambiado, y no duda que su sensei y amigos lo aprecien, Gai pudiera considerarlo todavía indigno de merecer a Lee más allá que como un amigo y compañero de equipo.

Ni hablar, tenía sus razones.

Pero verse comparado con Sabaku no Gaara y que Gai prefiriera al pelirrojo por encima de él como posible alfa de Lee fue completamente desconcertante y un golpe a su orgullo. Gai considera más digno a Gaara que a él.

—Olvídalo, Tenten. Es mejor que nos vayamos y dejemos en paz a Lee.

—Pero… —ella dudó, todavía mirando con preocupación hacia donde estaba su compañero de equipo junto con el shinobi de la arena.

—Gai sensei dio su aprobación a que el omega esté con ese alfa, no podemos hacer nada. Si lo arruinamos, nos golpeará como acostumbra o puede que algo peor. Olvídalo.

—Bien —a regañadientes ella aceptó—. ¿Y ahora qué?

—La migraña me está matando. Yo iré a mi casa a descansar un momento antes de reunirnos con Gai. Te veré ahí hasta entonces.

Chapter 12: 12

Notes:

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Chapter Text

—¿Estás emocionado por el torneo final? —Lee preguntó, luego de dejar vacío su tazón sobre la barra. De alguna forma, su apetito siempre destacaba, haciéndole devorar la comida más rápido que su acompañante a pesar de que él estuvo hablando la mayoría del tiempo, mientras que Gaara apenas dijo unas cuantas frases y se dedicó más a comer en silencio mientras le escuchaba, pero su tazón todavía no estaba vacío—. Nervioso seguro que no estás, mucho menos temeroso. ¡Es un hecho que ganarás! Ni siquiera entiendo por qué alguien como tú tendría que aplicar la prueba. ¡Es obvio que estás al nivel de un jōnin!

Gaara no respondió de inmediato, sus ojos se desviaron un poco hacia la barra mientras reflexionaba su respuesta. Lee se dio cuenta de que, si bien Gaara era muy callado y no hablaba si no tenía nada particular qué decir o se limitaba a responder con monosílabos, cuando quería expresarse más se tomaba unos segundos antes de hablar, tal vez porque no estaba seguro de cuánto era prudente decir, o cómo expresar ciertas cosas. Así que él le esperaba con paciencia.

—Aprobar el examen chūnin es un requisito necesario para ascender de nivel, una vez hecho es más sencillo ser recomendado para jōnin y puestos más importantes. Ya estoy en las fuerzas regulares de mi aldea, pero tengo otra meta más alta. Así que requiero la aprobación de los superiores en estos exámenes —hizo otra pequeña pausa, todavía dubitativo—. En realidad, sí estoy algo… intranquilo.

Lee abrió sus ojos con sorpresa.

—¿Por qué? Eres increíblemente poderoso. ¿Tu oponente es alguien tan fuerte?

—No lo es.

—¿Entonces? —Lee insistió. ¡Estaba sorprendido de que Gaara confesara estar intranquilo por una prueba donde era obvio que tendría la ventaja!

—Temo que algo pueda salir mal —confesó, bajando un poco más la voz, mirando a su alrededor como si estuviese comprobando que nadie sospechoso estuviese cerca—. Cualquier cosa podría ocurrir.

—¿Cómo qué? —le animó a hablar más, pues era claro que algo en específico era lo que molestaba al pelirrojo.

Gaara le miró por un momento antes de volver a mirar en otra dirección.

—Debes imaginar que no soy del agrado de muchas personas en mi aldea, muchos aún me temen y no quieren que se me dé más autoridad como chūnin o jōnin. Incluso fue raro que me hayan autorizado venir a aplicar el examen. La vez anterior fue debido al plan cuando estábamos siendo engañados por Orochimaru. Aquella vez, mi presencia en esta aldea y en los exámenes tuvo un propósito, pero ahora… —apretó los labios, inseguro de continuar—. Si los superiores y el pueblo en general se oponen a que se me den rangos de confianza y poder en la aldea, es sospechoso que hayan permitido sin trabas que viniera a aplicar el examen.

—¿Crees que estén planeando algo para ti, como para hacerte daño? —Lee se preocupó.

El shinobi de la aldea asintió.

—Suelen hacerlo. Me siguen y atacan en mis misiones, incluso de camino aquí fuimos emboscados —sus parpados oscuros se cerraron ante el recuerdo amargo—. Por supuesto, han fallado en cada uno de sus intentos por matarme, pero no dejan de intentarlo. Seguro tomarán cada oportunidad, incluido estos exámenes.

—Pero, ¿por qué los exámenes? —Lee frunció un poco las cejas ante el desconcierto y coraje por saber que la misma aldea de Gaara intentase hacerle daño—. La alianza entre nuestras aldeas ahora es pacífica, los encuentros son estrictamente monitoreados, y ninguno de los actuales participantes es rival para ti. ¿Crees que alguien de tu aldea pudo haberse infiltrado como un genin tomando la prueba?

—No, yo lo sabría. No es eso. Creo que lo que esperan es que en uno de mis combates me maten, o me hieran lo suficiente para quedar débil y hacerles fácil la tarea a ellos, o que me desestabilicen lo suficiente para que los jōnin de esta aldea se vean obligados a atacarme.

 —Pero tú lo tienes controlado, ¿no? Y por lo demás, ¡nadie podría herirte!

—No lo sé. Después de todo, nadie se esperaba eso el año pasado y fue aquí que tres shinobi de Konoha me hirieron —los ojos de Gaara volvieron a Lee, mirándole de reojo—. Tú fuiste el primero en atravesar mi defensa de arena, el primero en ser capaz de herirme. Estuviste a punto de vencerme.

Lee pasó saliva con dificultad, sintiendo que su garganta se cerraba ante la repentina chispa de precaución que le enviaron sus instintos. No le temía a Gaara, pero esa voz baja y profunda mientras le recordaba que fue capaz de herirlo, que fue el primero en hacerlo, además de esa mirada de reojo, provocó que su omega se pusiera alerta.

El aroma del pelirrojo no denotaba molestia ni oscuras intenciones, pero por sí solo ese aroma era algo para tener en cuenta; su olor dejaba entrever lo poderoso que Gaara es, cualquier otro omega joven cedería instantáneamente al instinto sumiso en presencia de un alfa así, pero no Lee. Es un omega joven, pero también es un shinobi, uno fuerte y entrenado por Gai sensei, así que no es sencillo que sienta temor ni sumisión. Pero de pronto, muy en el fondo, su lado omega se sintió ligeramente inquieto en ese momento; mientras que su lado racional estaba brincando de alegría por reconocerse como un shinobi tan fuerte que fue capaz de ser el primero en atravesar la defensa de arena de Gaara sin necesidad de usar ninjutsu.

—¿Fui el primero? —murmuró, todavía inmensamente sorprendido, sin creerlo del todo. Gaara asintió.

—Lo fuiste. Después Uchiha Sasuke lo hizo. Y quién me derrotó fue Uzumaki Naruto —Gaara relajó de nuevo esa expresión que había puesto inquieto a Lee por un momento—. Konoha me ayudó a entender muchas cosas esa ocasión, así que les estoy muy agradecido. Sin embargo, ciertas personas en mi aldea pueden ver la fuerza de Konoha como una oportunidad para que vuelvan a herirme y vencerme.

—¡Eres un shinobi formidable! No importa quién sea tu oponente, tú demostrarás a todos los que dudan de ti que eres un shinobi digno de proteger a tu aldea. Que su desconfianza o poca fe en ti no te detengan, continúa esforzándote en demostrarles a los demás y a ti mismo que eres un shinobi honorable. Todos los que ahora dudan de ti, después reconocerán tu valor —Lee le sonrió ampliamente—. Eres una buena persona, tus intensiones ahora son bondadosas, así que no puedes rendirte ni permitir que los malos señalamientos te alejen de cumplir tus metas y sueños. ¡Puedes lograr lo que te propongas!

Gaara le miró en silencio por un par de segundos antes de sonreír tan suavemente que aquel gesto pudo haber pasado desapercibido por cualquiera.

—Sé que será un camino difícil para lograr la meta que tengo, pero no me rendiré —el shinobi de Suna sentenció—. Quiero dejar de ser un símbolo de caos y muerte, y convertirme en uno de paz y protección para mi gente.

—¡Gaara-kun, eso es hermoso! —los ojos de Lee brillaron ante lo emotivo que de pronto se sintió, pero escuchar a un joven colega expresar sus sueños y sus intenciones de luchar por ellos siempre le hacía emocionarse de más. ¡Era inspirador!

El pelirrojo le dio otra de sus diminutas sonrisas antes de cambiar el tema de la conversación a algo más banal y tranquilo. Si el tema de la ronda final de los exámenes inquietaba a Gaara, Lee no quería mantener la conversación más en ello, así que le platicó cosas sobre sus lugares favoritos en la aldea, y acerca de su entrenamiento con Gai sensei.

El pequeño alfa le escuchaba y decía pocas palabras, pero Lee notaba que genuinamente le estaba prestando atención, simplemente Gaara no era de muchas palabras la mayoría del tiempo, aun así era agradable pasar tiempo con él. Incluso, permanecieron conversando en el mismo lugar varios minutos más después de que el pelirrojo también haya terminado su comida. Sólo decidieron que era hora de retirarse cuando más personas comenzaron a llegar.

—Deja que yo pague, Gaara-kun —Lee se ofreció de inmediato a ello luego de que hayan pedido la cuenta.

—Pero yo fui quien te invitó, así que yo pagaré —técnicamente lo había hecho Kankuro, pero fue intercediendo por Gaara, así que Lee lo comprendía.

—Tú eres un invitado en nuestra aldea, además, yo también quería pasar tiempo contigo —Lee insistió.

—Pero-

—Por favor, no vayas a decir que es una cosa alfa —Lee le interrumpió, entrecerrando los ojos y dándole una suave sonrisa.

—¿Cosa alfa? —Gaara murmuró, visiblemente confundido.

—¡Sí! La cosa alfa como el instinto de cuidar y proveer al omega —explicó—. Ya sabes, por ejemplo, mi amiga Tenten tiende a sobreprotegerme mucho, por eso fue algo grosera contigo; ¡nada personal! Y mi amigo Neji siempre me lleva a casa y nunca deja que yo pague cuando salimos a comer algo.

—Anticuado —el pelirrojo opinó, con una expresión aburrida. 

Lee soltó una pequeña risa mientras se rascaba una mejilla.

—Supongo. Pero fue criado de esa manera, así que me adapto para que él no se sienta ofendido o molesto. Pero entonces tú me permitirás pagar, ¿verdad?

—Dividamos la cuenta —no era lo que Lee esperaba, pero al menos ya era algo, así que aceptó.

Una vez pagaron, salieron del lugar y comenzando a caminar sin un rumbo determinado. Lee se alegró de que Gaara no se despidiera inmediatamente, demostrando que ya no se sentía tan incómodo como al principio.

El especialista en taijutsu quería ofrecer hacer otra actividad más, pero estaba pensando en cual sería una buena opción, una que no molestara a su nuevo amigo. Qué más quisiera en verdad entrenar con él y enfrentarse en un combate amistoso, Lee vive por el arduo entrenamiento, pero Gaara ya había dejado en claro su posición respecto a eso.

—¿Hay algún lugar de la aldea que te gustaría visitar? —Lee le preguntó con su entusiasmo típico—. ¡Yo puedo guiarte en un maravilloso recorrido!

—He visitado los puntos importantes de Konoha durante el tiempo de mi visita —Gaara habló, de nuevo con su voz monótona—. No hay otro lugar que me interese conocer por ahora.

Lee hizo un suave mohín ocultando su desánimo. Era de esperarse que Gaara haya aprovechado las otras semanas para conocer Konoha.

—¿Y te ha gustado la aldea? —el pelirrojo le asintió—. ¿Qué lugares disfrutaste más?

—La vista desde la Roca Hokage, su biblioteca, y sus onsen.

—¿Onsen? —Lee no se había esperado esa última respuesta. Los onsen no son distintivos de Konoha, están por todas partes en el país del Fuego.

—Vivo en el desierto. En Suna tenemos restricciones en el uso del agua, no se desperdicia en lo más mínimo. Así que no contamos con lugares como los onsen. Tomar un baño largo no es algo que podamos hacer en mi aldea.

Gaara había terminado de explicar con indiferencia, pero a Lee volvieron a brillarle los ojos ante la idea que eso le dio. ¡Eso era! ¡Podían pasar más tiempo juntos haciendo algo que ahora sabía que Gaara disfrutaba!

—¡Vayamos juntos a las aguas termales! —Lee gritó, mirando a Gaara con sus ojos todavía brillantes, desbordando emoción mientras apretaba sus puños.

Gaara se detuvo en seco. Su expresión en blanco había cambiado a una de duda, observando a Lee en silencio por unos segundos.

—Eres un omega —fue lo que el pelirrojo dijo primero. Incluso en su tono se vislumbró su confusión. Confusión que ahora Lee también compartía al no entender a qué venía eso como respuesta—. Y yo soy un alfa.

—Eso no importa. La mayoría de los onsen sólo hacen la división por sexo primario, no por el secundario —hizo la observación, seguro que Gaara lo había notado durante su estadía en la aldea.

El alfa de nuevo esperó unos segundos para responder, dejando de mirar directamente a Lee, optando por fijar sus ojos en un punto lejano. Un rosa suave se pintó en sus pómulos.

—Lo sé, pero prefiero acudir a los lugares donde también hacen división por sexo secundario. Así es más cómodo para ambas partes. Los omegas no se sienten seguros a mi alrededor, suelen temerme o al menos los pongo nerviosos e intranquilos. O bueno —Gaara hizo una pequeña pausa en lo que volvía tímidamente su mirada hacia Lee—, al menos con la mayoría de ellos sucede eso. No quiero molestar con mi presencia a ningún omega, mucho menos en un lugar donde se sientan vulnerables.

Lee volvió a hacer un pequeño mohín, a pesar de que entendía el punto de Gaara. El omega pelinegro pudiera parecer despreocupado y distraído en esa salida, pero se había dado cuenta de cómo la gente los miraba, cómo los omegas se tensaban o ponían más distancia entre ellos cuando percibían el aroma de Gaara, eran más que nada reacciones inconscientes, por lo que no tomaba a mal aquellas reacciones. Tenía mucho sentido, de hecho; el aroma de Gaara, su alfa, y su presencia es demasiado imponente para omegas jóvenes, así que en un onsen donde la desnudez genera más vulnerabilidad, seguro que sería complicado para los omegas sentirse tranquilos con un alfa tan poderoso alrededor. Si no fuera por el entrenamiento de Gai sensei, Lee probablemente también habría tenido dificultades para estar tan cerca de Gaara sin sentir el mínimo impulso de sumisión.

Ir a las aguas termales donde estarían en diferentes secciones no tenía sentido si su propósito era compartir tiempo juntos, por lo que Lee desechó la idea de inmediato. Incluso con su equipo también habían hecho aquella división hace un tiempo. Después de la presentación de su sexo secundario, fueron pocas las misiones donde los viáticos permitieron que se alojaran en un ryokan, tomando dos habitaciones; sólo que ya no fueron divididos como lo hacían antes, con Gai sensei, Neji y él en una habitación, y Tenten en la otra, sino que ahora Gai decidió que los alfas en una habitación, y Lee en la otra. Por la noche, cuando quiso tomar un baño, Neji prácticamente lo había empujado hasta el área de omegas, y Tenten le regañó diciéndole que debía de ser más cuidadoso de ahora en adelante. Sin embargo, en otras misiones sólo les alcanzaba para una habitación, y en la mayoría debían quedarse acampando y todos dormían en la misma tienda. Es por eso que Lee todavía no entendía muy bien los supuestos límites que debía tener en cuenta, pero era bueno que Gaara expresara su incomodidad para no cometer un error.

—Ya veo. Está bien. Podemos hacer otra cosa —Lee volvió a sonreírle despreocupadamente para restarle importancia al tema y Gaara no se incomodara nuevamente.

En un impulso una de sus manos fue a tocar el hombro de Gaara como un gesto amistoso y tranquilizador, y aunque el pelirrojo se tensó y Lee pudo sentir los diminutos granos de arena moverse inquietos bajo su toque, Gaara no protestó, aun así el omega retiró su mano rápidamente para que el otro pudiese relajarse.

Emprendieron su camino por la aldea, sin un rumbo fijo mientras Lee reanudaba sus charlas banales, hablándole más a Gaara acerca de él, porque si pretendía ser su amigo debían conocerse bien, ¿no?

Se detuvieron en algunos lugares que llamaban la atención del alfa, o donde Lee tenía que decir algo al respecto, como “¡Mira, Gaara, aquí rompí un récord de cuánta comida puedes comer en quince minutos!” o “¡En éste muelle completé un entrenamiento de Gai sensei!”. También pararon en la floristería Yamanaka, donde Inoichi-san estaba en ése momento atendiendo mientras esperaba a que llegase Ino. Así que Lee quedó conversando con el padre de su amiga mientras Gaara miraba con interés el conjunto de cactáceas que ofrecía la tienda ya que, entraron a la tienda por eso en primer lugar, porque al pelirrojo parecían gustarle mucho aquellas plantas.

Saliendo de aquella floristería fue que Gaara lo condujo hasta el campo de entrenamiento donde estaban sus hermanos. Lee volvió a entusiasmarse cuando llegaron y Kankuro aceptó entrenar unos minutos con él. Hubo un poco de tensión cuando Gaara le advirtió a su hermano que no lastimara a Lee, entonces Lee luchó para no gritar que no necesitaban ser blandos con él sólo por ser él; al final lo expresó en un tono normal, pero se pudo percibir su molestia, así que Kankuro y Temari interfirieron para que no hubiese una discusión.

Estuvo unos minutos peleando contra Kankuro y sus marionetas, hasta que cayó agotado porque fueron dos marionetas contra él solo. Los tres hermanos se acercaron a él, dándole comentarios de su agilidad, y preguntando cómo había ido su salida. Pero no pudo conversar mucho con ellos porque arriba de ellos sobrevoló un halcón. ¡Gai sensei lo llamaba!

—Lo lamento, debo marcharme —Lee les dijo cuando se levantó de un brinco, sobresaltándolos—. ¡Mi sensei me llama!

—Bien. Entonces supongo que esta es la última vez que nos veremos en un tiempo —Temari se despidió de él con una pequeña sonrisa.

—¡Pienso ir a verlos pelear en el torneo final de los exámenes! ¡Así que todavía nos veremos una vez más! —el omega expresó con emoción, dándoles un pulgar arriba.

—Eso sería estupendo. Con lo angustiado que está Gaara le vendría bien el apoyo de un amigo —Kankuro le devolvió la sonrisa.

—¡Estaré ahí para apoyarte, Gaara-kun! —Lee se acercó quizá demasiado al pelirrojo, pero tuvo el cuidado de no tocarlo, aun así Gaara abrió los párpados y volvió a sonrojarse suavemente.

—Gracias, Lee —hubo un ligero tartamudeo en sus palabras que al omega le resultó encantador.

Terminó de despedirse de los hermanos de la aldea de Suna y se echó a correr rumbo al otro campo de entrenamiento donde suele reunirse con su equipo.

A medio camino recordó el castigo que se impuso más temprano ese día por haber hecho sentir mal a Gaara. ¡Todavía tenía que dar cuatrocientas vueltas sobre sus manos alrededor de la aldea! Ahora debería de posponerlo hasta terminar el entrenamiento o la misión por la que Gai sensei lo estaba llamando. Pero aún podía comenzarlo de alguna forma, así que se paró sobre sus manos y así fue avanzando hasta su punto de reunión. No estaba tan lejos uno del otro, pero comenzar a trabajar de alguna forma en su castigo era preferible a posponerlo por demasiado tiempo.

****

Avanzó lo más rápido que pudo, pero la distancia no fue la suficiente ni siquiera para hacerlo sudar, sin duda tendría que dar aquellas cuatrocientas vueltas después, aunque no durmiera esa noche.

De cualquier manera, fue el último de su equipo en llegar. En el campo de entrenamiento ya estaban Gai sensei, Tenten con una expresión aburrida y Neji masajeándose con insistencia las sienes mientras apretaba los párpados con fuerza. Sin duda, su amigo no se notaba en su mejor estado de ánimo.

Se puso de nuevo sobre sus pies para terminar de acercarse, yendo directamente hasta donde Neji para asegurar su estado de salud.

—¿Te pasa algo, Neji? —preguntó de inmediato, mirándole con atención mientras se sentaba a su lado.

Inesperadamente, Neji sólo gruñó luego de un ligero tic en su nariz, su puso rápidamente de pie y se alejó de Lee, yendo a sentarse ahora lejos de él.

El omega parpadeó confundido mientras un pequeño puchero se dibujaba en su rostro. No era ajeno a la insolencia de Neji, vamos, si por años fue blanco de sus groserías, pero eso no quería decir que no le afectara sentir el rechazo de Neji, mucho menos cuando se había desacostumbrado a ser una molestia para su camarada. Llevaban un año llevándose relativamente bien, y aunque Neji todavía tenía sus momentos en que pareciera no soportarlo, la mayoría del tiempo había sido más amable con él. Pero este no parecía ser un buen momento. Quizá el alfa todavía seguía molesto con él por lo de la mañana.

Al recordar su momento con Neji más temprano en ese día, Lee sintió una pequeña punzada en su pecho. Cierto, había lanzado una propuesta que se pudo malinterpretar, así que probablemente Neji siguiera sintiéndose incómodo a su alrededor. ¡Ahora daría quinientas vueltas alrededor de la aldea!

—Qué bueno que llagas, Lee —Gai sensei lo sacó de sus pensamientos—. Sé que estos son sus días de descanso, ¡pero el fuego de la juventud no descansa! No quiero que desperdicien su juventud holgazaneando. ¡Que su apasionante espíritu no decaiga, así que entrenemos arduamente hasta sentir la verdadera juventud!

El discurso de su sensei era tan emotivo y apasionante como siempre, y, también como siempre, Lee era el único que se veía conmovido y emocionado por ello. Eso no era lo raro, lo extraño fue que Neji y Tenten se veían incluso más irritados que otros días. Tenten simplemente parecía sin ánimos, pero Neji parecía estar luchando por no gruñirle a medio mundo. ¡Qué mal humor se cargaban ese par por ese día! Afortunadamente Lee estaba en sincronía con su sensei.

—¡Qué buena idea, Gai sensei! —Lee le animó—. ¡Siempre es buen momento para fortalecer nuestro cuerpo y alimentar nuestro espíritu juvenil! ¡Me siento tan lleno de energía!

—¡Eso es! —Gai le dio un pulgar arriba—. Antes de comenzar, quiero darte lo que me habías pedido hace días, Lee —el sensei le recordó, sacando de quién sabe dónde tres piezas perfectamente doblas del jumpsuit verde tan característico de ellos dos.

—¡Gai sensei, muchas gracias! —Lee saltó emocionado, tomando las prendas de ropa que el otro le entregaba—. Extrañaba mucho usar el perfecto atuendo para mis entrenamientos. Incluso mi uniforme de verano me estaba quedando algo ajustado.

—Bueno, eres un joven en crecimiento, eso es normal —Gai le dio un par de palmaditas en la cabeza—. Estos son un par de tallas más grandes que los otros. Tal vez te queden incluso algo flojos, pero supongo que eso estará bien para tus padres.

Lee asintió con entusiasmo. Sí, sus padres le pedían con frecuencia y de forma nada sutil que optara por otro tipo de uniforme ninja, diciendo que el spandex no era el adecuado para “un omega decente”. ¡Pero ellos no entendían la comodidad, la flexibilidad y resistencia que ello le daba para su entrenamiento y misiones! ¡El jumpsuit que le dio Gai sensei lo hizo más fuerte! Así que usar uno un poco más holgado tal vez tranquilizaría a sus padres, ya que no estaría mostrando demasiado (o ese tipo de cosas que ellos solían decirle).   

—¡Muchas gracias! —volvió a decirle—. Este día ha ido increíble —celebró.

El mayor soltó una fuerte risa.

—Ya veo, ya veo. Disfrutaste tu cita con Gaara, ¿verdad? —Gai indagó con una sonrisa y una mano en la barbilla en un gesto inquisitivo.

Lee parpadeó un par de veces seguidas. ¿Su sensei sabía que venía de estar con Gaara en una salida amistosa? ¡Por supuesto que a Gai sensei no se le escaba ningún detalle! ¡Era asombroso!

El omega volvió a asentir con entusiasmo.

—¡Sí! ¡Fue estupendo! —le confesó—. Gaara-kun es muy agradable.

Escuchó el resoplido de Tenten, pero no le hizo mucho caso, sobre todo porque en ese momento Gai apoyó una mano en su hombro.

—¡Me alegro! Pero no dejemos que el romance te distraiga de tus objetivos como shinobi. El amor es maravilloso, pero que no te ablande ni te vuelva un holgazan. Así que, ¡Neji, Tenten! ¡Los dos atacaran conjuntamente a Lee! ¡No sean suaves con él! ¡Ataquen con todo! Quiero ver que siga en forma.

—¿Qué? —Lee gritó desconcertado.

No temía enfrentarse a sus dos compañeros a la vez. Algunas veces Gai hacía eso, poniendo a dos de ellos en contra de uno para medir sus habilidades en un enfrentamiento donde el número de atacantes los supere. Pero justo ahora había sido inesperado.

—Sensei, ¿está seguro? —Tenten preguntó, todavía algo aburrida.

Ella y Neji se habían puesto de pie. Pero mientras Tenten miraba a Gai, Neji tenía su mirada clavada fijamente en Lee. Eso tensó aún más al omega, pues no era una mirada cualquiera. Conoce lo suficiente a Neji para reconocer muchos de sus gestos; su molestia, su cansancio, su felicidad, su tranquilidad, su nerviosismo, su desagrado, su miedo, su furia. Pero esa expresión y esos ojos eran como los de un depredador.

Su lado animal saltó para hacerle saber que tenía que andarse con cuidado. Le pareció repentino y extraño, así que no le hizo mucho caso a lo que su omega le decía. Pero mientras Tenten continuaba discutiendo con Gai, Lee se movió con nerviosismo y se percató de que los ojos de Neji seguían cada uno de sus movimientos, por mínimo que fuera. Prácticamente sentía como si Neji pudiera percibir claramente su respiración.  Realmente parecía un depredador acechando a su presa.

¿Quizá Neji se había tomado demasiado en serio el entrenamiento de hoy?

Caminó hasta donde estaban Gai y Tenten discutiendo, todavía pendiente de cómo Neji le seguía atentamente con sus ojos aperlados y una expresión de piedra.

—Está bien, Tenten. Estoy preparado para enfrentarme a ustedes. Será un excelente entrenamiento —el omega les animó.

—¡Ése es mi valiente estudiante! —Gai gritó—. De acuerdo, chicos, tomen posición. ¡Ahora!

Ante la señal, los tres se dispersaron.

Lee se alejó lo más que pudo de un salto, deteniéndose en la rama de un frondoso árbol. Con el byakugan de Neji no valía la pena tratar de ocultarse, lo encontraría en unos segundos. Pero atacar de frente siendo dos contra uno tampoco habría sido lo más sensato. Así que primero puso distancia para tranquilizarse a sí mismo un poco. Ahora que estaba alejado de sus camaradas, se dio cuenta de que había estado conteniendo el aliento, tal vez por la sensación tan extraña que le dejó el aura salvaje de Neji.

Movió rápido la cabeza de un lado a otro para deshacerse de ese pensamiento. ¡Debía concentrarse!

Justo en ése momento una serie de shurikens fueron lanzados en su dirección. Logró esquivarlos a tiempo, viendo cómo se incrustaban en el tronco del árbol. Pero ése no fue el único ataque de Tenten, pues una tras otra varias armas fueron arrojadas, viéndose obligado a concentrarse en esquivarlas sin poder atacar, saltando de un árbol a otro, indeciso en volver al nivel del suelo porque seguramente el otro alfa estaría allí esperándole.

Un par de kuniai con papel explosivo ahora fueron arrojados, y Lee apenas tuvo tiempo de cambiar la dirección de uno, devolviéndolo hacia Tenten, pero el otro continuó su trayectoria. Su alternativa para no ser alcanzado por la explosión fue saltar fuera del árbol, yendo hacia abajo.

Escuchó la maldición que exclamó Tenten justo antes de la explosión, pero alcanzó a ver que ella también salió ilesa, afortunadamente. Pero desgraciadamente para él, como lo esperaba, Neji salió de su propio escondite cuando Lee tocó el suelo, yendo directamente a atacarle con su jūken. Logró bloquear el primer golpe, pero a ése le siguieron mucho más, así que no le quedó más que defenderse.

Atacó también con kunai para despistar a Neji, y mientras éste desviaba las armas, Lee fue ahora a golpear. Ambos se vieron envueltos en una pelea de taijutsu con sus dos estilos diferentes, pero finalmente se trataba de combate cuerpo a cuerpo en el que los dos son expertos.

Centró su atención en su pelea con Neji, pues sabía que Tenten no interferiría por el riesgo de también golpear a Neji si lanzaba algún ataque a Lee, así que por el momento su amiga estaría fuera.

Neji golpeaba con más fuerza, pudo sentirlo. Pese a que el jūken es un estilo más sutil, es igual de poderoso y fuerte, sólo que Lee podía notar que la fuerza de Neji ahora era más notoria, tal vez un poco descontrolada. Tendría que dar algo extra para no ser derrotado tan fácil, sin embargo, cuando decidió que abriría al menos las tres primeras puertas de chakra, Neji fue directo a golpear estratégicamente para bloquear sus puntos de chakra e impedirle usar aquella técnica. No conforme con ello, la poderosa palma de Neji le golpeó en el pecho, arrojándolo al suelo.

Lee cayó estrepitosamente, sintiendo todo el dolor de los golpes recibidos. Sin duda, algo típico de sus enfrentamientos con Neji, un digno combate donde ambos se golpeaban con toda su determinación.

Sonrió por el gusto de saber que realmente sus compañeros no lo estaban tratando con delicadeza. Se incorporó sobre sus codos, sintiendo sus músculos tensos y sus articulaciones crujir. Mirando como su camarada alfa se acercaba tranquilamente hasta él, con esa aura de superioridad que adoptaba sobre todo en las peleas. 

—Ríndete, omega —Neji le dijo, con su voz más grave de lo normal y una tensa sonrisa ladina.

Lee estrechó los ojos. Neji no le llamaba así. Neji siempre le llama por su nombre. Si bien tampoco le había llamado omega con ese tono despectivo que ocupan varios alfas, tampoco había sido el dulce y juguetón como el que ocupa Tenten cuando le llama de la misma forma.

El tono que usó Neji debía tener otra connotación, pero Lee no captaba cuál podría ser.

Además de esa mirada..., ese porte de superioridad… Su aroma

El aroma de Neji era diferente, cambió a uno que pedía sumisión.

Impulsivamente, Lee se deslizó por el suelo alejándose del alfa, rechazando la invitación a someterse, pero también fue un poco débil e inhaló profundamente. Simplemente el aroma de Neji era agradable, ahora más fuerte y atrayente de alguna manera.

¡Se supone que debía estar concentrado en la pela! Así que volvió a ponerse de pie y aguantó la respiración. Neji se acercaba a paso seguro pero lento a él, y aun así Lee estaba inseguro de atacar. No entendía por qué, simplemente su cuerpo se sentía de pronto liviano, sin ganas de luchar contra Neji. ¿Pudiera ser por el impulso de sumisión que el Hyūga estaba transmitiendo hacia él? ¡Eso era injusto!

Lee frunció las cejas. ¡Aprovecharse de tales trucos tomando ventaja de su género secundario era como hacer trampa! Además era sumamente extraño que Neji recurriera a tales jugarretas.

Decidido a darle una lección a Neji por jugar sucio, Lee estuvo a punto de lanzarle un golpe, pero Neji se adelantó. En un torpe intento de esquivarlo debido a las circunstancias, Lee terminó chocando su espalda en un tronco de los tantos árboles que tenían a su alrededor. Sólo atinó a protegerse con sus brazos y a cerrar los ojos con fuerza esperando el golpe.

Pero el golpe no llegó. En cambio escuchó un jadeó doloroso de parte de Neji. ¿Qué había sucedido?

Abrió los párpados de nuevo, encontrándose a Neji muy cerca de él con una mueca de dolor mientras se apretaba el puente de la nariz con fuerza, además respiraba agitadamente por la boca.

—Neji, ¿estás bien? ¿Qué pasó? —Lee preguntó con preocupación, el alfa sólo tuvo que dar un paso más para estar pegado a él, recargando casi todo su peso sobre el otro. A Lee se le escapó el aliento por el peso extra, aun así sostuvo a Neji que parecía en apuros.

—Me siento terrible —Neji dijo, casi en un gruñido, su voz sonaba tan profunda y rasposa que sacó un pequeño escalofrío de Lee.

El Hyūga recargó su frente en el hombro del omega, y éste estaba por abrazarlo para consolarlo, pero el alfa volvió a gruñir molesto y se separó de prisa, aunque no hubo mucha distancia entre ellos. Miraba a Lee con desagrado.

—¿Qué pasa? —su voz tembló un poco. ¿Ahora Neji en verdad sentía repulsión por él?

—Hueles a él —Neji gruñó, con una mueca de asco—. No me gusta. Apestas a Gaara.

Lee abrió sus párpados con sorpresa. ¿Era eso? Pero si Gaara no lo perfumó, eso hubiera sido raro, además, él se habría dado cuenta. Simplemente era que el aroma tan fuerte de Gaara se había adherido un poco a él debido a lo denso que es y por el tiempo que pasaron juntos.

Y hablando de aromas densos, justo ahora el aroma de Neji era tan espeso que Lee definitivamente no podía ignorarlo. Todo el aire alrededor olía a Neji y no pudo evitar volver a inhalar profundamente y soltar un suspiro de gusto. Con eso, Neji volvió a darle esa mirada profunda y depredadora. Lee no pudo pensar en huir y simplemente se quedó en su lugar cuando Neji prácticamente se abalanzó a él.

No fue un ataque, no recibió ni un golpe ni una herida por un arma, Neji sólo había vuelto a acorralarlo en el árbol, tomándole de los brazos con fuerza y hundiendo su rostro en la curvatura de su cuello.

La bruma del denso aroma y lo bien que olía y lo liviano que lo hacía sentir, provocó que Lee no cuestionara mucho el impulso de ladear su cabeza para darle más acceso de su cuello a Neji. Si su amigo se sentía mal, podía dejarlo olerlo como la vez pasada, ¿no?

Al parecer el alfa pensó lo mismo porque Lee pronto sintió la punta de la nariz de Neji sobre su cuello, justo en su glándula de olor.

Neji inhaló su aroma profundamente, casi con desespero, pero a Lee no le importó, si ambos se sentían bien no debería de haber problema. Pero entonces después sintió algo diferente sobre su glándula, ya no era la punta de la nariz de Neji, sino sus labios. Era un roce suave, de labios cerrados que desconcertó por unos segundos a Lee, pero cuando aquellos labios se abrieron y pudo sentir el aliento cálido y un fino rastro de humedad, Lee salió de su estupor y empujó con fuerza a Neji.

¿Qué había sido eso?

—¡Oigan, ustedes dos! —Tenten brincó desde un árbol, aterrizando a su lado—. ¡No deberían de estar tan juntos!

—Tenten —Lee murmuró, sin saber cómo explicar lo que sucedía, pero al parecer no tuvo que hacerlo. Ahora que su amiga estaba cerca, se dio cuenta de lo que sucedía con Neji.

—¡Joder, Neji, aléjate de Lee antes de que hagas una tontería! ¿¡Estás loco!? Si Gai sensei te ve haciéndole eso a Lee te va a asesinar. ¡Reacciona! —ella le gritaba al otro alfa mientras lo jalaba para alejarlo de Lee, sin embargo el Hyūga estaba poniendo algo de resistencia.

—No sé qué me pasa —Neji confesó, todavía con una mueca de dolor y confusión.

—¿Seguro de que eres un genio, o simplemente estás jugando a ser estúpido? ¡Estás entrando en celo! ¡No puedes estar cerca de Lee así! —Tenten le regaño mientras todavía lidiaba con alejarlo del omega—. ¡Lee corre y ve por Gai sensei de prisa! Dile que Neji está mal.

Las palabras de Tenten retumbaron en las cabezas de ambos. ¿Neji estaba en celo? A pesar de que las señales estaban ahí claras, todavía le costó trabajo procesarlas. Neji no se habría atrevido a salir en tales condiciones.

—No puedo estar en celo, faltan dos semanas para eso —Neji protestó.

—¡Lee corre, ve por Gai sensei! —Tenten insistió. Neji volvió a jadear de dolor y entonces Lee salió corriendo a toda velocidad gritando el nombre de su sensei.

Gai le miró con confusión mientras Lee lo jalaba y le trataba de explicar lo que sucedía, todo con voz temblorosa. No estuvo seguro su sensei le entendió o corrió con él porque le preocupó lo alarmado que se notaba, aun así el mayor se dio prisa y ambos volvieron al punto donde había dejado a Neji y Tenten. Ahora sus compañeros estaban envueltos en una pelea.

Lee jadeó con sorpresa, Neji estaba siendo agresivo con Tenten sin razón alguna. Gai fue con prisa a separarlos, Lee estaba a punto de apoyarlo cuando un fuerte brazo del alfa mayor lo detuvo.

—Mantente alejado, Lee, yo me encargo —Gai le dijo seriamente.

—Pero-

—¡Es una orden! —su sensei le gritó y Lee no tuvo más remedio que permanecer en su sitio.

Observó cómo Gai lograba separar al par de alfas jóvenes, dejando libre a Tenten y sometiendo a Neji tratando de hacerle el menor daño posible.

—¡Tranquilízate, Neji, o tendré que noquearte! —Gai advirtió—. No será muy grato llevarte sobre mi hombro como un saco de patatas, ¿verdad? ¿Quieres parecer así de débil, pequeño alfa?

Neji gruñó ante el insulto. Odiaba que le llamaran pequeño alfa o alfa-bebé, pero eso era lo que buscaba su sensei, tocar el orgullo de Neji para que se obligara a tranquilizarse y así no dañar su imagen siendo llevado sobre el hombro de su sensei.

Otro jadeo más de dolor y el cuerpo de Neji dejó de luchar. Gai lo incorporó y lo inspeccionó rápidamente.

—Se supone que aún no debería de entrar en celo —Neji se quejó, encogiéndose sobre sí mismo por el dolor que sentía por todo su cuerpo—. Por eso no tomé los supresores con tanta anticipación. ¿No podrá estar sucediendo otra cosa?

—Definitivamente hueles a alfa en celo, y tienes los dolores esperados y la agresividad típica —Gai hizo la observación—. Tu ciclo pudo haberse adelantado debido al estrés. Has estado preocupado y estresado últimamente, ¿cierto?

—Sí —reconoció sintiendo otra punzada de dolor en la cabeza y por todo su cuerpo—. Maldición. ¿Qué debo hacer? ¿Ahora tengo que soportar todo el ciclo de celo, no puedo simplemente tomar los supresores?

—Todavía puedes tomar los supresores, pero tardarán en hacer efecto —Gai le explicó, mientras lo ponía en pie—. Al menos por hoy sufrirás los síntomas del celo, así que mejor te llevo a casa. No debes de estar afuera hasta que te sientas mejor.

—Claro —Neji aceptó su ayuda. Debía de sentirse muy mal para aceptar que Gai lo acompañase a casa, casi sosteniéndolo sobre su costado—. Por favor noquéeme si vuelvo a ponerme demasiado agresivo, y no le comente de esto a nadie del clan, mucho menos a Hiashi-sama, no quiero que tomen alguna ventaja de esto.

—¿Ventaja de esto? —Gai murmuró, con la preocupación filtrándose en su voz. Ambos habían bajado la voz, aun así Lee era capaz de escuchar, pero no quiso interferir tal como su sensei se lo pidió.   

—No importa. Sólo, por favor, no les comenté nada —el alfa más joven volvió a hablar y Gai le asintió.

—Tenten, Lee, ¿ustedes están bien? —Gai se giró hacía ellos.

—Sí, sensei —Lee asintió.

—Yo igual —Tenten le aseguró—. No se preocupe, ustedes lleve a Neji a salvo a su casa, yo me encargo de cuidar a Lee.

El omega no tuvo ganas de protestar, más preocupado viendo cómo su amigo y sensei se alejaban.

Cuando ellos estuvieron fuera de su vista, miró nerviosamente hacia Tenten. Lee no podía ignorar el leve problema que surgió en él ante todo ese lío, y debía ocultarlo antes de ir a casa o toparse con más personas. Tenten parecía no haberlo olido aún, lo cual era perfecto, así que más valía darse prisa.

Mientras ella todavía estaba distraída, Lee se echó a correr.

—¡Lee! ¿A dónde vas? —su amiga le gritó, y se puso a perseguirlo.

No se detuvo por nada, aprovechando que era más veloz que Tenten.

Llegó hasta uno de los sanitarios que se situaban cerca de los campos de entrenamiento, y entró rápidamente, sintiéndose más tranquilo cuando cerró la puerta del cubículo y obtuvo privacidad.

Aun así no tardó en percibir  que Tenten llegaba al sitio, quedándose afuera.

—No tenías que correr tan rápido para venir aquí —escuchó a Tenten, sonaba algo divertida—. ¿O acaso Neji te asustó tanto que casi te orinas encima?

La risa de su amiga lo puso más nervioso, y a su vez se sintió un tanto tranquilo por otra parte. Ella no se había dado cuenta de lo que el asunto con Neji le provocó, así que estaba a salvo.

—Estoy en el baño, Tenten, ¿puedes darme algo de privacidad, por favor?

—Bien, bien.

Notó que ella no se alejó mucho, pero daba igual. Lee sacó de su bolsa de armas un pequeño pergamino que contenía algunos sellos que Tenten le había ayudado a hacer hace tiempo; sellos de invocación sencillos que incluso él con su poco manejo del chakra pudiera lograr. Así que eligió el que buscaba y luego de un pequeño poff tuvo en sus manos el pequeño empaque de una de las compresas de algodón.

Sintió su rostro arder de vergüenza porque su cuerpo había reaccionado haciéndolo mojarse cuando tuvo a Neji tan cerca y sintió su boca sobre su cuello mientras sus pulmones se llenaban de su aroma. No era la lubricación abundante del celo, de hecho, era muy poco, pero había surgido justo en ese momento y Lee se estaba muriendo de pena cuando sintió la humedad, rezando que ninguno de los alfas de su equipo se haya dado cuenta, ¡sobre todo Neji! Si no jamás podría volver a mirarlo a los ojos.

Jura que fue una reacción involuntaria. En realidad lo fue. Ahora que sabía que Neji había actuado así porque estaba en celo, es natural que su cuerpo omega haya reaccionado de tal forma. Aun así le avergonzaba.

Se cambió a prisa, también aprovechado que tenía los jumpsuit nuevos que le había dado Gai sensei. Se quitó su uniforme de verano reemplazándolo por uno de los comunes, para así no preocuparse de los aromas que seguro quedaron impregnados en su ropa; no sólo su aroma, sino el de Gaara y también el de Neji. ¡Sus padres se pondrían locos si percibían dos aromas alfa en él; uno de ellos en celo! Y, aunque sus padres confiaban mucho en Neji, y tampoco esperaban que alguien como el  Hyūga se fijase en él, cargar con ese aroma encima podría ser muy mal interpretado.

Alfa en celo. ¡Tuvo encima a un alfa en celo! Sin duda debía de deshacerse de ese olor, por muy atractivo que le haya resultado.

Salió del sanitario con más confianza ahora, aunque seguro el sonrojo en sus mejillas todavía no se desvanecía. Igual intentó lucir lo más calmado posible.

—¿Oh? Te cambiaste de ropa —Tenten hizo la observación—. En verdad extrañabas tu antiguo uniforme, ¿verdad?

—Sí. Uhm… Tenten…, ¿estás bien? ¿Neji no te pegó muy fuerte?

—No, no. Pude controlarlo —ella le restó importancia, pero luego le miró a él con preocupación—. Oye, no se atrevió a morderte, ¿o sí?

—¡Claro que no! —Lee rió nerviosamente—. Él… sólo me olfateó.

—¿Y estás bien? Tener a un alfa en celo acechándote no debó ser agradable. Si quieres puedo golpear a Neji cuando lo volvamos a ver.

—¡Estoy bien! —aseguró, algo tenso—. No lo golpees, no fue su culpa, sólo fue una reacción biológica normal. Estando confundido por el celo pudo haber actuado así con cualquier omega. Sólo fue un poco intenso, pero no violento.

—De acuerdo —ella eligió creerle—. Oye, ¿recuerdas en su primer celo? Los días previos Neji te siguió como un cachorrito.

Tenten comenzó a reír ante el recuerdo. Lee también sonrió. Recuerda aquella vez; Neji de pronto tuvo un par de días en que miraba insistentemente a Lee, pero de una manera como si estuviera fascinado; también buscaba el contacto con él, pero de forma suave como rozar sus manos o tocar su cabello y mejillas; y sí, también lo seguío a todas partes, como un cachorrito. Después Neji no se presentó al día siguiente y le hicieron llegar a Gai el aviso de que Neji estaría fuera de actividades por unos días debido a su celo, así fue como supieron a qué se había debido aquella actitud tan rara del Hyūga hacia Lee. Sólo que esta vez no fue como un cachorrito, sino como un verdadero lobo cazando.

—Te veré después, Tenten, debo dar quinientas vueltas a la aldea —informó, queriendo dejar el otro asunto de lado. Se colocó sobre sus manos y comenzó a andar así.

—Lee, estás loco —su amiga se quejó, pero lo dejó en paz, despidiéndose de él.

***

Esa noche Lee no durmió.

Dar tantas vueltas a la aldea le tomaba bastantes horas, además de que agregó ejercicios extra como castigo cada vez que pensó en el aroma de Neji y cuando recordaba la sensación del roce de sus labios sobre su cuello.

Algo en su pecho burbujeaba y sus mejillas se ponían calientes y rojas.

¡No debería sentirse tan bien al pensar en ello! ¡Lo sucedido fue un error, un mero impulso biológico! ¡Era completamente irrespetuoso hacia Neji y repugnante pensar en ello como algo agradable! Por eso agregó múltiples castigos. Incluso cuando ya estuvo terriblemente agotado, se obligó a continuar, hasta que sus músculos cedieron y el cansancio y el dolor físico fue en lo único que pudo pensar.

Notes:

Doce capítulos, 80k+ palabras, y el nejilee todavía no se dan ni un beso chiquitito, pero ya se andan poniendo horny por culpa del otro D: Dioh mío. ¿Despertar sexual, dónde?

Gracias por leer y por la paciencia que le tienen a este fic slow burn.

Chapter 13: 13

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Lee regresó a casa arrastrando los pies por el agotamiento. Luego de haberse quedado entrenando por su cuenta toda la noche a modo de castigo por su comportamiento que catalogó como muy inapropiado, hasta alguien como él estaba muerto de cansancio.

Quería una ducha, comer algo, y su cama. Casi lo conseguía, estaba por abrir la puerta de su casa cuando una presencia familiar –pero con un aroma nuevo– se acercó a él. Con curiosidad se giró para encontrarse a Kiba, con su sonrisa ladina mostrando sus colmillos, siempre acompañado de Akamaru que movía la cola felizmente.

—¿Kiba-kun? —parpadeó en confusión y por el sueño contra el que luchaba. ¿Qué hacía el Inuzuka levantado tan temprano? Recién estaba amaneciendo.

—¡Hey, Lee! No creí encontrarme a nadie tan temprano —el menor comentó, acercándose unos cuantos pasos, con ello Lee pudo comprobar que un nuevo olor acompañaba a su amigo.

—Kiba-kun —repitió, ya menos adormilado y en reconocimiento—, ¿a dónde van tan pronto en el día?

—Akamaru y yo solemos dar paseos temprano, antes del entrenamiento o las misiones. ¿Tú qué hacías incluso antes del amanecer? Estás hecho un desastre. ¿Misión difícil u otro de esos extraños entrenamientos con Gai sensei? —Inuzuka le miró de pies a cabeza, notando lo sucio de su ropa, los raspones y las magulladuras en su piel.

—Mi propio entrenamiento —respondió. Estaba tan cansado que le costaba mantener una conversación apasionada como lo hacía con regularidad—. KIba-kun…, hueles a pino con un toque terroso.

—¿Lo notaste? —los ojos de Kiba y su sonrisa se ampliaron—. Hace poco completé mi presentación. Como te lo dije; soy alfa.

Lee volvió a parpadear, su cerebro adormilado tomando la información sin mucho interés. ¿Kiba es ahora oficialmente un alfa? Bien por él. El chico mantenía esa actitud presumida y esa pose confiada al darle la noticia. Lee se sintió feliz por su amigo, por lo contento y satisfecho que el mismo Kiba se mostraba al respecto, pero a Lee no le impresionó en lo absoluto. El aroma de Kiba no era malo, pero no capturó su interés como lo hizo el de Neji; siempre era agradable oler a Neji. O el aroma a té de Tenten que era suave y su mente ya lo relacionaba a una persona segura y fraternal.

—Felicidades —le sonrió amablemente y el Inuzuka le devolvió el gesto, todavía con ese toque de orgullo.

—Ya que te encontré, iba a proponer que entrenáramos juntos, pero parece que realmente necesitas un descanso.

Sí, Lee pudiese estar cansado, pero sólo necesitaba unos minutos de reposo para volver a acumular su energía. ¡Siempre estaba dispuesto a entrenar junto a un amigo! ¡No había nada más inspirador que compartir con amigos la desbordante energía que les otorga estar en la flor de su juventud! ¡No podía simplemente quedarse a dormir todo el día!

—¡Sólo necesito una ducha y comer algo! —Lee recobró un poco de su entusiasmo típico—. En una hora podemos encontrarnos de nuevo para entrenar y así fortalecer nuestra amistad.

Kiba le miró con sorpresa por un segundo para después volver a sonreír. Akamaru ladró y brincó mientras movía la cola felizmente.

—Bien, entonces, ¿te parece si nos encontramos en el capo de entrenamiento #8?

—¡Es un hecho, mi estimado amigo!

Le dio un pulgar arriba a Kiba. Su amigo parecía estar a punto de decir algo más cuando se vieron interrumpidos porque la puerta de su casa se abrió abruptamente, dejando ver a su madre furiosa, con el cabello enmarañado y su pijama aún puesta.

—¡Rock Lee! ¿Dónde estuviste toda la noche, jovencito? —su madre gritó furiosa. El uso completo de su nombre y los gritos eran la clara señal de que ella estaba más que molesta, así que Lee quedó callado de golpe y Kiba también pareció sorprendido.

—¡Madre, yo puedo explicarlo! —Lee atinó a decir, con los hombros rígidos y sintiendo pena que un amigo estuviese presenciado esto.

La mujer dirigió su atención a Kiba, claramente olfateó el aire y sus cejas se fruncieron.

—No me digas que estuviste todo el tiempo con este alfa —ella habló en un tono peligroso, que incluso hizo temer al Inuzuka.

—No, no —Kiba se adelantó a aclarar—. Nosotros recién nos encontramos casualmente. Soy amigo de Lee, así que simplemente me acerqué a saludar.

El menor soltó una risa nerviosa mientras que Akamaru se escondía detrás de su pierna. La mujer le dio una mirada evaluadora y luego se relajó considerablemente, tomando una actitud más agradable de golpe. 

—¡Oh, vaya! Entonces que gusto conocerte, soy Moriko Lee, madre de este hiperactivo y desobediente niño —ella sonrió dulcemente, como si los gritos pasados no hubieran sucedido.

—Soy Kiba, del clan Inuzuka —un poco cohibido, Kiba se presentó, mientras que Akamaru soltó un ladrido—. Este es Akamaru.

—¿No es adorable? —la mujer comentó dándole un rápido vistazo al perro antes de volver su atención a Kiba, mientras trababa de peinar un poco su cabello—. Qué pena que nos conozcamos así. Tal vez si Rock trajera más amigos a la casa, pero nunca está, se la pasa fuera todo el tiempo, mi esposo y yo sólo conocemos a Tenten y a Neji. También eres un shinobi, ¿cierto? ¿Estuvieron en la misma clase?

—No. Kiba-kun es un año menor —Lee le hizo saber—. Pero también es un genin, y tenemos amigos en común. Pero, mamá, este no es un buen momento para que quieras conocer a uno de mis amigos.

—¡Cierto! —ella soltó una risita inocente, pero tomó a Lee fuertemente por el brazo—. Todavía tienes explicaciones qué dar de tu comportamiento poco recatado.

—¡No me refería a eso! —el omega gritó, pero su madre lo ignoró.

—Lo lamento, Kiba-kun, tal vez en otra ocasión pueda seguir conociendo mejor a los amigos de mi hijo —ella todavía sonreía, mientras empujaba a Lee dentro de la casa, bajo la mirada perpleja del Inuzuka—. Por ahora tengo cosas qué discutir con él.

—Claro — Kiba murmuró, mirando la escena—. Entonces, Lee, ¿ya no nos veremos más tarde para entrenar? 

—¡Por supuesto que sí! —Lee respondió mientras luchaba con el agarre de su madre.

—¿Entrenar? —Moriko preguntó, mirando con descontento hacia su hijo.

—¡Soy un shinobi, madre!

—Hasta luego, Kiba-kun —ella se despidió—. Podrás ver a Rock más tarde.

La puerta se cerró y, completamente derrotado, Lee se dejó arrastrar por su madre hasta la sala de estar. Ella lo dejó sentar en el sofá y adoptó su pose de brazos cruzados y cadera echada a un lado, la típica pose que usaba cuando comenzaba a darle un sermón. Lee se encogió sobre sí mismo en sofá al imaginar el regaño que se le avecinaba, sobre todo cuando escuchó pasos en el pasillo, anunciando que su padre también se acercaba.

—¿Qué es este escándalo? —su padre preguntó, confundido posándose a un lado de su esposa y mirando al menor con confusión.

—Rock acaba de llegar. ¡Estuvo fuera toda la noche y regresa luciendo así! —su madre gritó, molesta—. ¿No se supone que estás de vacaciones?

—Sí, pero eso no quiere decir que dejaré de entrenar —el omega farfulló, haciendo un mohín.

—¿Pero toda la noche? —su padre le miró inquisitivamente—. ¡Espera! Todo el día de ayer también saliste desde temprano, diciendo que tenías que ver a Neji. ¿No volviste en ningún momento?

—¡No volvió hasta ahora! —su madre señaló—. Y trae puesta otra ropa diferente.

Su padre soltó un jadeo sorprendido.

—¡Eso puedo explicarlo! De hecho, puedo explicar todo —Lee saltó a hablar de prisa—. Ayer vi a Gai sensei y me entregó otro juego de uniformes que le había pedido hace unos días, ya que los anteriores me estaban quedando ajustados, y mi uniforme de verano también estaba siendo un poco pequeño. Así que opté por cambiarme de inmediato.

—¿Y por qué desapareciste todo el día y toda la noche? —su madre insistió—. Ese es un comportamiento regular en ti cuando estás en misiones, pero ¿así de la nada? ¿Y sin llevar bloqueadores de olor?

—Es que… yo en verdad sólo iba a ver a Neji —empezó a juguetear con sus propios dedos—, pero después me encontré con otro amigo y salimos un rato. Más tarde Gai sensei nos llamó a entrenar, pero el entrenamiento se interrumpió, así que yo quedé solo haciéndolo y se me fue el tiempo.

Sus padres lo miraron con escrutinio. Incluso su padre se inclinó hacia él y olfateó. Recordando todo lo sucedido el día anterior, Lee se puso nervioso y enrojeció, rezando por que no quedara ningún rastro del aroma de Gaara o el de Neji.

—No trae otro aroma sobre de él —su padre informó—. Al parecer sí estuvo solo, o con quien haya estado usó bloqueadores de olor o era un beta. Como haya sido, parece ser que no hicieron nada indebido.

Lee enrojeció mucho más.

—¡Por supuesto que no hice nada indebido! —se defendió—. Todo lo que hago es entrenar, así que está bien, no hay nada de qué preocuparse.

—No está bien y sí nos preocupamos —su madre sentenció—. Quiero decir, es bueno que no estés haciendo cosas indebidas con ningún alfa. Pero no está bien que siendo omega sigas haciendo una actividad tan riesgosa y poco estética. ¡Ya lo sabes! Hemos hablado de eso incontables veces. ¡Tal sólo mírate! Las condiciones en las que vuelves son lamentables. Estás hecho un desastre; sucio, sudado, golpeado. ¡No es nada atractivo ni de un buen omega andar así por la vida! Hijo, en verdad, ni siquiera parece que estés haciendo un esfuerzo por mejorar.

—¡Lo hago! Si quiero ser un shinobi extraordinario debo entrenar mucho, y seguir entrenando cada vez más —aseguró, asintiendo con fuerza.

Sus padres suspiraron con cansancio.

—No me refiero a eso —su madre negó con la cabeza—. Sino a mejorar como el omega que eres, dar una buena imagen, verte mejor.

—Pero también soy un shinobi —Lee acentuó su mohín—. No puedo estar siempre impecable, y es de esperarse que recibiré golpes. Y tengo que entrenar más que el resto si quiero superarlos.

—Cariño, date cuenta —su madre bajo su tono—, si estuvieras hecho para ser un shinobi, no tendrías que esforzarte tanto.

Lee sintió un apretón en su pecho ante esas palabras. Su madre pudiera estárselas diciendo sin veneno, pero ella no entendía lo graves que eran.

—Es cierto —su padre secundó—. Para empezar, nuestro clan no es de ninjas. Te dejamos inscribirte a la academia shinobi porque fuiste realmente insistente. Te graduaste y te convertiste en genin, pero ha sido un proceso difícil y duro para ti, ¿no? Y, aunque te hemos apoyado, tu presentación como omega nos dejó más claro que ése mundo ninja no es para ti, pero tú insistes en aferrarte a él. Queremos seguir apoyándote, pero te dijimos que tuvieras cuidado. Sin embargo, desapareces veinticuatro horas seguidas incluso en tus días de descanso. ¿Realmente estuviste con Neji, o con tu sensei, o con Tenten?

—Sólo durante el día, por la noche estuve solo —murmuró, cabizbajo.

—¿No entiendes lo peligroso que es para un omega estar solo toda la noche? —su madre habló.

—¡Pero también soy un shinobi calificado! ¡Puedo defenderme a mí mismo! —insistió, sintiendo que las lágrimas picaban las esquinas de sus ojos.

—Nos sentiríamos más tranquilos si haces ese tipo de locuras siempre en compañía de Neji o de Tenten si tu sensei no puede acompañarlos.

—Esa es otra cosa, por cierto, ¿por qué Neji no te acompañó esta vez? Él suele estar pendiente de ti —su padre hizo la observación, ahora también cruzando los brazos sobre el pecho.

—Neji tiene sus propios asuntos qué atender. ¡No es mi guardaespaldas, no lo vean como tal, por favor! —Lee alzó un poco la voz, apretando los puños por la frustración que estaba sintiendo, pero sus padres ni siquiera se daban cuenta de ello.

—Bueno, si él no podía acompañarte, podrías haberle dicho a Tenten.

—Aunque confío más en Neji para que lo cuide. El clan de Tenten es más liberal, Neji es un Hyūga, ellos comprenden que un omega debe ser cuidado —su madre opinó, dirigiéndose a su esposo, el cual asintió estando de acuerdo.

—¡Mis amigos no son mis niñeras! —explotó un poco. Odiaba cuando sus padres comenzaban a hablar así de él, como si no lo tuviesen enfrente.

—Nadie dijo eso —su madre hizo un gesto vago con la mano, restándole importancia—. Pero son alfas, y tú eres el omega entre ellos; deben cuidarte.

—No necesitan cuidarme. ¡Soy fuerte! Muy fuerte.

—Aunque lo seas, no está de más que intentes ser un poco más… suave. No vas a conseguir ningún alfa demostrando tanta fuerza, se supone que ellos son los que deben mostrar su valentía y fuerza. Si te comportas de la misma forma que ellos, creerán que los estás retando y los ahuyentarás —Moriko se sentó a lado de su hijo, hablando con más suavidad como si estuviese dando una demostración del comportamiento correcto de una omega. Tocó suavemente el cabello de Lee, pero éste no sintió el consuelo, sólo se deprimió más.

—Eso es cierto —su padre suspiró con cansancio—. ¿O acaso crees que yo conocí a tu madre en un torneo shinobi o en una pelea a puños? ¡Por supuesto que no! Esas son cosas de alfas y no son atractivas en omegas.

Lee agachó más la cabeza para que su flequillo tapase sus ojos llenos de lágrimas. Mordió sus labios para callarse todo lo que le gustaría decirles, ya que son sus padres y los respeta y nunca se ha atrevido a contestarles tan cínicamente. Él no es así. Él los quiere, les guarda respeto y trata de complacerlos y llegar a un acuerdo cada que lucha por las cosas que son importantes para él. No le están prohibiendo ser un shinobi, sólo le recuerdan que con esa vida jamás conseguirá una pareja; a Lee no le importa, prefiere no pensar en ello, pero para sus padres parece ser muy importante que se empareje y siente que está rompiendo sus ilusiones y por ende los está decepcionando.  

No quiere defraudar a sus padres, pero lo que le piden parece imposible de cumplir. Probablemente ni volviendo a nacer será el tipo de omega que su madre sueña. Ella estuvo tan feliz cuando supo que su hijo se presentó omega, creyó que eso le daría una nueva perspectiva a Lee, que tendría otros objetivos, pero su alegría se desvaneció cuando Lee le dijo que su sexo secundario no cambiaba nada en él; todavía quería ser un shinobi, y continuaría entrenando y esforzándose para ser uno de élite.

Algo así sucedió tras sus lesiones al presentar los exámenes chūnin, ellos pensaron que era la señal definitiva para que Lee desistiera de su sueño de ser un gran ninja, pero los sorprendió cuando aceptó la cirugía. Sus padres, con temor y toda la incertidumbre lo continuaron apoyando en sus decisiones, hasta que su género secundario depositó en ellos nuevas expectativas que Lee era incapaz de cumplir.

Ni siquiera haces el esfuerzo, le decían, pero ¿por qué se esforzaría en ser algo que él no es ni pretende ser? Es un omega, pero eso no lo limita a ser sólo un determinado tipo de persona con cierta personalidad. Si por ello no le agrada a los alfas, no le importa, no quiere estar con una persona que no lo acepte como es. Si a ningún alfa le agradan los omegas como él, entonces no se emparejará jamás con uno, probablemente un beta tampoco le interese alguien como él, y sus padres no aceptarían una relación homosexual, así que emparejarse con otro omega tampoco le sería posible; por ende concluyó desde el principio que jamás se emparejaría.

Su meta no es emparejarse. Lo que él quiere es ser un shinobi extraordinario pese a su falta de ninjutsu y genjutsu, y también pese a que es un omega en un ámbito donde sólo destacan los alfas. ¡Va a demostrar su fuerza, y va a inspirar a otros omegas, les demostrará que con su género secundario también pueden ser ninjas de élite!

—¿Qué tal si te vuelves sensei en la academia? —su madre sugirió con algo de ilusión—. Pese a que son ninjas, ése es un ambiente más apropiado para ti y seguro que será atractivo para los alfas. Verte rodeado de niños y cuidándolos despertará su instinto paternal y se interesarán en ti.

Lee apretó aún más los labios. Esas palabras de su madre le recordaron lo que también le dijo Hiashi-sama cuando cenó junto con él y Neji. ¿En verdad ese puesto es el único que las demás personas ven como aceptable para un omega shinobi? Ni siquiera ven el lado de la importancia en la docencia para educar e instruir a los más jóvenes, sino que sólo ven el lado de un omega criando y cuidando niños como si ése fuese su único rol en la vida.

—Eso podría funcionar —su padre sonrió, con la misma ilusión.

—Pero no es lo que quiero —murmuró.

No los miró directamente a la cara, pero estaba seguro que el gesto de sus padres fue uno de desilusión, pues siempre era lo mismo tras charlas parecidas. Confirmó su descontento cuando los escuchó suspirar en derrotar y sintió a su madre levantándose del sofá.

—Lo comprenderás mejor en unos años —Moriko comentó sin muchas ganas—. No tiene caso seguir discutiendo. Mejor ve a darte una ducha, arréglate y reúnete con ese amigo tuyo, ¿sí?

—¿Qué amigo? —su padre cuestionó.

—Un alfa, compañero shinobi de Rock —ella informó, de nuevo con una sonrisa—. Lo invitó a entrenar.

—¿Entrenar? Le permitirás ir de nuevo a hacer eso —el hombre se quejó.

Aunque Lee estuviese tallando sus ojos para deshacerse de las lágrimas, notó que sus padres se alejaron unos cuantos pasos y, aunque bajaron la voz, en el espacio tan reducido todavía pudo escucharlos cuando su madre dijo:

—Su único acercamiento con alfas es con otros shinobis, es la única oportunidad que tiene. Así que al menos hay que dejarlo que vaya con los alfas que lo invitan a hacer sus cosas de ninjas.

—Supongo que tienes razón —su padre reflexionó, luego volvió sus ojos al menor—. Oye, hijo, ¿quién fue ese otro amigo con el que te reuniste después de ver a Neji?

Lee se tensó un poco. No podría decirles a sus padres que estuvo con Gaara. No sabría cómo es que ellos reaccionarían. Probablemente mal. Si tan sólo a Tenten y Neji no les agradaba mucho la idea de que se relacione con el pelirrojo luego de lo sucedido en el examen chūnin anterior, sus padres lo tomarían de peor forma. Aunque Gai sensei parecía no tener problema alguno, y después Neji tampoco pareció importarle… Aun así lo mejor era no arriesgarse a contarle tan despreocupadamente a sus padres que ha intentado amistar con la persona que lo hirió de gravedad y casi acaba con su mayor sueño. Después buscaría la forma más clamada de contarles la verdad, por ahora sabía cómo tranquilizarlos; diciéndoles que Gaara es un alfa.

—Es un amigo de otra aldea que vino a presentar el examen chūnin. Él es un alfa.

La expresión en sus padres pareció iluminarse con esa última afirmación, pero Lee se sintió fatal. No le sentaba bien mentirles ni ocultarles cosas, pero a veces no encontraba otra solución para estar en paz.

—¡Qué alegría que hagas tantos amigos! —su madre celebró—. Sería bueno que lo invitaras a comer aquí en la casa antes de que vuelva a su aldea.

—No creo que tenga tiempo, se marchará mañana después del torneo final.

—Oh, es una lástima. Pero cuando vuelva puedes traerlo para que lo conozcamos —ella continuó sonriente—. Mientras tanto ve a apurarte para salir con Kiba. No querrás hacerlo esperar demasiado.

—Está bien—ahora fue su turno de suspirar con resignación.

—Pero no regreses tan tarde, ¿de acuerdo? —su padre le advirtió—. No quiero saber que de nuevo pasaste toda la noche fuera.

—Volveré pronto si me sensei o Hokage-sama no me solicitan.

—Bien, bien —su padre agitó la mano para dar por terminada la charla.

El menor corrió a la ducha después de eso. Minutos después se vistió con uno de sus jumpsuit verdes a pesar de que ya sabría que a su madre no le agradaban tanto. Mientras se vestía, miró las pesas para los tobillos que había dejado en el piso, se sentía tan cansado que no le daban ganas de usarlas por ése día, pero si iba a entrenar con Kiba tal vez debería usarlas. Kiba no es tan fuerte como él, y no quería marcar tanta ventaja sobre su amigo.

Un segundo. ¿En verdad es eso, o es que las palabras de su madre estaban asomándose en su cabeza y ahora no quiere mostrarse más fuerte que un alfa para no molestarlo? ¡No, no, no! Es porque se preocupa por su amistad, ¿no? Pero un verdadero amigo no fingiría ser más débil que otro sólo para hacerlo sentir mejor, sino que lucharían con todas sus fuerzas y así juntos descubrirían sus límites a vencer.

¡Rayos! Está tan confundido ahora.

Agitó la cabeza con frustración como si así sus pensamientos pudiesen acomodarse y tener  sentido. Pero al final simplemente tomó las pesas sin más y se las puso, cubriéndolas con los calentadores naranjas.

Al salir de su habitación, el aroma del desayuno ya venía desde la cocina. Un poco más relajado fue hasta ahí. Su padre también estaba vestido con su ropa para el trabajo y estaba en la mesa tomando el desayuno que su madre había hecho para ellos; ahora ella estaba preparando el bentō que su esposo se llevaría para almorzar en el trabajo. Lee tenía la familia tradicional y típica donde su madre omega es ama de casa, y su padre alfa es el que tiene un empleo remunerado. Su dinámica siempre ha parecido funcionar para ellos, y tal vez por eso quieren lo mismo para él y ven como una completa locura su sueño de ser un shinobi de élite.

Comió un poco del desayuno que su madre dejó en la mesa, lavó sus trastos y salió de prisa para ir hasta el campo de entrenamiento #8.

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************

Neji se dio un vistazo en el espejo antes de salir para asegurarse que el parche sobre su glándula de olor estuviese bien colocado. Era una precaución extra además de haber tomado los bloqueadores de olor en su versión de píldoras. Los supresores de celo habían actuado mejor de lo esperado luego de que su serie se haya adelantado, así que ya se sentía mucho mejor por la mañana.

Al despertar, lo primero que hizo fue quitar las sábanas y mantas de su cama para lavarlas junto con su pijama y ropa que usó el día anterior, pues el aroma de alfa en celo se había impregnado fuertemente aunque sólo le hayan durado los síntomas unas cuantas horas (casi toda la noche). Aseó su habitación por completo, y también tomó una ducha demasiado larga para que cualquier rastro de aroma que el celo haya dejado se esfumara de una vez por todas. Luego de eso decidió salir a hacer varias compras, pues con lo acontecido se había dado cuenta que su alacena no estaba bien surtida luego de que la haya vaciado tras las misiones continuas que tuvieron. Necesitaba comprar víveres y otros artículos básicos, sino en otra emergencia como la de un celo adelantado lo pondría en aprietos al no contar con lo básico en su hogar.

En el mercado hizo sus compras correspondientes sin prestar particular atención a otra cosa, hasta que ya al final, una cabellera larga de brillante cabello negro llamó su atención, pues rápidamente reconoció a la madre de Lee.

La mujer también estaba haciendo sus compras, así que Neji pasó de largo esperando no haber sido visto. No estaba de un humor para conversar con nadie, además, no estaba seguro de si Lee habría mencionado a sus padres el incidente con él. Joder, se le fue encima a Lee con ganas de lamer su glándula de olor. Sabe que le debe una gran disculpa a su compañero de equipo por lo sucedido, y que debe de aceptar cualquier consecuencia a su amistad que ese desliz haya provocado, pero justo ahora no quiere lidiar con ello.

—Neji-kun —oh no, pensó cuando escuchó la voz de Moriko Lee. El Hyūga no tuvo más opción que girarse hacia ella. No huiría cobardemente para empeorar las cosas, aunque la mujer le miraba sonrientemente. Tal vez Lee no le había dicho nada—. No esperaba encontrarte aquí.

—Moriko-san. ¿Qué tal? —retuvo el temblor de su voz, e hizo una corta inclinación con la cabeza a modo de saludo—. Vine a hacer compras de víveres que necesito.

—Por supuesto —ella le sonrió, tan dulce como siempre, así que Neji se relajó al confirmar que ella no sabía nada del incidente—. ¿Cómo has estado? No te he visto en varias semanas. Claro, si apenas veo a mi hijo con tantas misiones que tienen y eso. Incluso en vacaciones no ha estado quieto ni un día.

—Sí, hemos estado ocupados con las misiones. Pero he estado bien, gracias por preguntar —movió los pies un tanto inquieto, quería irse rápido de ahí. De hecho, estaba a punto de despedirse y salir corriendo cuando la mujer le tomó suavemente del hombro.

—¿Puedo hablarte rápidamente de algo? Tiene que ver con mi hijo.

¡Mierda! ¿Ella sabía? Lo sabía, ¿verdad? Seguro quería arrancarle la cabeza a Neji.

Sintió un sudor frío en su nuca, y tragó saliva con dificultad, pero aun así asintió. Aquí venían las consecuencias de dejarse llevar por su lado más animal. Más valía enfrentar de una vez por todas el desprecio de la madre de Lee que estarse escondiendo.

—Claro —aceptó.

En silencio y sin prisas salieron del mercado, caminando unos cuantos pasos más para alejarse del bullicio del lugar.

—Bien, la situación es que Rock me preocupa mucho —Moriko comenzó a hablar, luciendo algo abatida—. Como su compañero de equipo, tú lo conoces lo suficiente por todo el tiempo que pasan juntos. Debes imaginar qué es lo que me preocupa de él.

—En realidad no. No sé a qué se refiere.

—Me refiero a su lado omega. Me preocupa su poca delicadeza y suavidad. Entiendo que como ninjas deben ser rudos y fuertes, y esa clase de cosas. Pero incluso su personalidad no es tan propia de un omega, ¿verdad? Yo intento hablar con él y hacérselo notar, pero el niño nunca me hace caso. Así que quiero saber si tú y Tenten podrían guiarlo un poco a comportarse más como se debe. Ustedes dos son alfas, pero por eso mismo saben qué es lo que se busca en un omega, así que si se lo dicen, Rock tal vez los escuche a ustedes. Sé que el clan Hyūga tiene estándares muy altos para sus omegas, por lo que, si sobre todo tú pudieras guiarlo al señalarle qué es lo correcto para él, me harías un gran favor.

Neji quedó sin palabras, pese a que Moriko le miraba atentamente esperando su respuesta. Con ciertos comentarios que Lee llegaba a expresar, el joven alfa había notado que los padres de su amigo contaban con ideas conservadoras y tenían expectativas de que Lee formase un vínculo con un alfa para tener una vida tradicional. Aquello –se imaginó– era lo principal por lo que Lee aseguraba no querer emparejarse jamás con un alfa. No era como si el experto en taijutsu le gustara llevarle la contra a sus padres, nada de eso, en realidad siempre ha querido causarles la menor cantidad de problemas (porque Lee es así, demasiado bueno para su propio bien). Sin embargo, ahora podía especular que la idea de Lee de no estar con un alfa venía de la constante crítica de sus padres que lo presionaban por ser el tipo de omega que el sector conservador espera; el tipo de omega que se queda con el alfa ideal.

Y ahora, ¿Moriko Lee buscaba su ayuda por ser un Hyūga? ¿Para qué? ¿Para guiar a Lee a dejar sus sueños atrás, romper con sus metas y sus ilusiones, encadenarlo a un destino que no quiere ni está determinado por nadie? Vaya. Sin duda es algo que su antiguo él hubiera hecho. Es el tipo de comportamiento que todavía se espera de un Hyūga.

—No creo que pueda hacer eso —respondió. No puedo hacerle algo así a Lee, pensó.

—Entiendo que Rock no tiene oportunidad de alcanzar la perfección de los omegas de tu clan, así que no busco eso, no pido imposibles. Sólo quiero que tal vez hables un poco con él, o que, cuando se dé la oportunidad, le recuerdes y le hagas saber cómo debe comportarse —ella continuó, ajena a la tensión en el cuerpo de Neji—. Seguro que escuchará más a sus amigos, porque a mí y a su padre simplemente no nos hace caso. ¿Puedes creer que ayer estuvo todo el día y toda la noche fuera? Recién llegó hoy al amanecer. Ese no es un comportamiento apropiado, ¿cierto? Pero se justifica diciendo que estaba entrenando, todo el tiempo entrenando para ser un gran ninja. No lo entiendo.

—Pero así es él. Trabaja duro por su sueño —le recordó de forma suave, pues sabía que no le correspondía contradecir descaradamente a la madre su amigo, mucho menos enfrentarla. Si tuviera un mal comportamiento con ella y Hiashi se enteraba, tendría problemas, y seguramente Moriko se ofendería tanto que no querría volver a ver a Lee cercar de él.

—¡Vaya sueño! —la mujer resopló—. Si sigue por ese camino nunca conoceré a mis nietos porque no existirán. ¿No crees que es triste? Seguramente tú, incluso, ya tienes planes de emparejamiento, ¿verdad? Y probablemente Tenten ya tenga novio también. ¿Y mi hijo? Jugando a ser un ninja. Entonces dime, ¿me ayudarás con lo que te pido?

¡Por supuesto que no, porque es una estupidez!, es lo que moría por responder, pero se mordió la lengua para detener tan vulgar contestación. No estaba con los tontos de los genins que conoce, sino con la madre de su amigo, así que debía guardar la compostura.

—No es mi lugar decirle a Lee cómo debe comportarse, lo siento —con pesar habló, esperando que la mujer no se lo tomara tan mal—. Él es mi amigo y compañero de equipo, y como tal, me corresponde brindarle mi apoyo en el sueño que él tenga, ya que Lee hace lo mismo por mí y por sus demás amigos. No podría hacer lo contrario.

Hubo un pequeño momento de silencio. Temía ver directamente la reacción de Moriko, pero aun así debía mantenerse firme, así que la miró directamente a los ojos. La mujer adoptó una expresión más seria que antes cuando había estado sonriente, pero tampoco se mostraba tan enfadada ahora. Simplemente con un ligero disgusto por haber obtenido una negativa como respuesta.

—Aprecio la lealtad en su amistad, me alegra que te tenga como amigo. Pero ahora mismo eso no me ayuda —ella suspiró en derrota—. ¿Al menos puedo seguir confiando en que lo cuidaras un poco? Claro que con ciertos límites, ningún comportamiento que esté reservado únicamente para tu futura omega. Sólo como lo has hecho hasta ahora como el jovencito tan educado y caballeroso que eres.

—Puede confiar en mí para eso —asintió, pues aunque ella no se lo pidiera directamente, el propio instinto de Neji lo conducía a tener ciertos cuidados y atenciones con Lee.

—Gracias. Eres un encanto —Moriko volvió a sonreírle—. Una última cosa antes de dejarte seguir con tu día. Esta mañana dejé salir a Rock con un joven alfa llamado Kiba. ¿Lo conoces?

—Inuzuka Kiba —asintió, sintiendo que su mandíbula se tensaba.

—¡Ese mismo! No debo de preocuparme, ¿verdad? Parecía un buen chico.

—Es un poco tonto, pero inofensivo —respondió lo más casual posible, aunque quería correr a ir a buscarlos y alejar a Kiba de Lee. ¡El tonto de Inuzuka estaba recién presentando!, y junto con las intenciones poco inocentes que tiene hacia Lee, Neji no se sentía tranquilo sabiendo que estaban juntos en algún lugar. Sólo que no iba a angustiar a la madre de Lee con esa información, él podía resolver ese asunto sin alterar a la mujer.

—Menos mal —ella puso una mano en el pecho en un gesto de alivio—. Dijeron que iban a entrenar, pero creo que es la única forma en que por ahora Rock puede relacionarse con alfas, ¿verdad?

Moriko soltó una pequeña risa, después le dio un ligera palmadita a Neji en el hombro mientras se despedía de él y volvía dentro del mercado. Cuando ella estuvo fuera de su vista, Neji corrió a casa a dejar sus compras, para después salir velozmente hacia el campo de entrenamiento #8, ya que sabía que ése era en el que el equipo de Hinata suele entrenar.

En su trayecto no pensó mucho en que se encontraría con Lee justo cuando esa mañana se había dicho que no estaba listo para enfrentarlo. Pero ahora mismo era más importante asegurarse que Inuzuka no estuviera sobre de Lee intentando hacerle algo inapropiado, todo porque es un alfa inexperto en presencia de un omega que claramente le gusta.

Se sintió un poco hipócrita con ello, pues apenas ayer él mismo había acorralado a Lee en un árbol para olfatearlo y casi pone la boca sobre la glándula de olor del omega. Claro, él estaba en celo sin haberse dado cuenta, así que ya estaba algo incontrolable y animal; él había arremetido contra Lee de esa manera sin intención. Pero Kiba era una historia diferente, no confiaba en él, seguro aprovecharía cualquier oportunidad para estarse acercando e insinuándosele a Lee.

Estaba cerca de los campos de entrenamiento cuando notó la figura de Lee sentada en una rama de los tantos árboles de esa zona. El omega estaba abrazando sus rodillas y en su rostro había un puchero.

Jura que si Kiba le hizo algo a Lee para ponerlo así lo va a asesinar. No importa si el clan lo desprecia, los Inuzuka lo cazan y la Hokage lo encarcela.

—Lee —llamó a su amigo antes de saltar a la misma rama donde el otro descansaba.

—¡Neji! —el omega brincó un poco, sorprendido. Pareció nervioso en seguida, evadiendo la mirada de Neji, y con un tono rosado expandiéndose rápidamente por todo su rostro—. ¿Qué haces aquí? ¿Ya te sientes mejor?

—Sí, descuida, no te haré nada. Estoy completamente racional —aclaró de prisa, manteniendo la mayor distancia que la rama del árbol le permitía—. ¿Estás bien? Tú madre me dijo que estarías con Kiba. ¿Dónde está él? ¿Te hizo algo?

El conjunto de emociones pasaron por el rostro de Lee en ese pequeño momento fueron todo un poema, hasta que sacudió la cabeza y quedó con un gesto confundido.

—¿Mi madre habló contigo? ¿¡En qué momento!? ¡No puede ser! ¿Ella te mandó a cuidarme? —Lee casi gritó, ofendido y estupefacto.

—Vine por mi propia cuenta, y te encuentro triste y sin Inuzuka cerca. ¿Qué te hizo? —demandó saber.

—Kiba-kun no hizo nada malo —Lee volvió a hacer un leve puchero y sus hombros cayeron—. Se supone que entrenaríamos juntos y luego se comportó extraño, diciendo que no quería lastimarme ni tratarme de forma ruda. Él no hizo nada malo, es que, ¿sabías que ya se presentó? Supongo que recién está lidiando con el molesto instinto alfa y no puede evitar verme como el omega frágil e inútil. Tal vez le grité demasiado cuando intenté defenderme, así que yo fui el grosero con él.

—¿Y ahora te sientes mal por haberle gritado?

Lee asintió suavemente.

—Por gritarle, y porque me fui inmediatamente después de discutir. Ni siquiera me disculpé con él —se notaba que estaba sintiendo la culpa por ello—. Simplemente hoy fue el peor día para que incluso un amigo me recordara que sólo se me pueden percibir como el omega que no tiene cabida en el mundo shinobi.

Neji se sintió mal por él. No hacía falta ser demasiado perspicaz para especular que los padres de Lee recientemente le habían dado una charla completamente desmotivadora. Con lo que Moriko le dijo al encontrarse y por la actitud cabizbaja de Lee era seguro que sus padres le habían tratado de convencer de nuevo en abandonar su sueño de ser ninja y mejor conseguirse un alfa como pareja. Y luego el tonto de Kiba no lo respetaba como un shinobi calificado. De acuerdo, como decía Lee, tal vez no era completamente culpa de Kiba, el chico es un alfa recién presentado y se lidia con muchas cosas abrumadoras al principio, pero sus comentarios seguro que echaron más sal a la herida para Lee.

—Sabes que no es así —Neji habló en un tono seguro—. Eres un gran shinobi.

—Eso es lo que quiero creer —Lee murmuró, todavía dubitativo. Neji hizo una mueca amarga, pues el Lee de siempre hubiera afirmado sin duda que ya sabía lo espléndido que es como ninja.

—Créelo. Eres mil veces mejor que ese pequeño alfa que te insultó —le sonrió suavemente—. Eres mejor que cualquier otro genin de la aldea. Sólo yo puedo ser rival para ti.

Los ojos de Lee se abrieron un poco y parpadeó sorprendido. El omega siempre se emocionaba cuando Neji aceptaba abiertamente su rivalidad, y al Hyūga eso le llenaba un poco de orgullo.

Sin embargo, ahora el asombro en Lee sólo duró un segundo antes de volver a encogerse sobre sí mismo y desviar su mirada de Neji, con el ceño ligeramente fruncido.

—No tienes que intentar hacerme sentir mejor porque mi madre te lo pidió —el omega le dijo, todavía con un leve puchero en cada palabra—. Lo siento, Neji, le dije que no tenía por qué molestarte a ti o a Tenten con sus deseos de “cuidarme”, pero no toma en serio mi opinión.

—Te dije que vine por mi propia cuenta —le recordó, tomando el valor de acercarse un poco más y sentarse a su lado—. Además, decir cosas con el único fin de hacerte sentir mejor no es algo que yo haga. Sólo digo lo que en verdad pienso.

Lee le miró de reojo, todavía con la desconfianza deslizándose en su gesto.

—Entonces, ¿viniste por cuenta propia como el “alfa grande y fuerte” para proteger al omega de tu equipo al saber que estaba en compañía de otro alfa? —la mirada desconfiada de Lee se había afilado un poco al decir aquellas palabras.

—No. Bueno, ¿sí? Es decir, me preocupó saber que estabas con Kiba. Yo… —lo estaba estropeando, cayó en la trampa tan obvia y aun así no pudo simplemente negar lo que Lee especulaba. Ni siquiera cuando escuchó resoplar al omega pudo callarse—. Pero no vine porque tu madre me lo haya pedido. Sabes que no confío en Kiba. Sólo quería asegurarme de que estabas bien.

—¿Cuántas veces debo asegurar que soy capaz de cuidar de mí mismo? —Lee habló con un poco más de severidad, pero casi en seguida se arrepintió de ello, ya que apretó los labios y volvió a poner una mueca culpable—. Lo siento, Neji, tampoco debo gritarte a ti. No eres más que… un alfa considerado, y un amigo que se preocupa por mí. No es tu culpa que esté irritable.

—Entiendo que sea molesta la situación para ti. Pero ya que lo mencionas, seré honesto contigo —Neji pasó saliva, pero ya se había decidido a hablar—. Sé que puedes cuidar de ti mismo…, en ciertas circunstancias. Con un alfa, aún eres demasiado ingenuo, diría yo. Tan sólo ayer… Estoy consciente que todo lo ocurrido fue mi culpa, pero Lee, estuve encima de ti, yo casi-, bueno, seguro lo recuerdas. El punto es que quedaste petrificado, hasta que entraste en pánico me empujaste sólo un poco, fui yo quien aceptó alejarse porque todavía estaba luchando para no caer completamente en la irracionalidad. Pero otro alfa, alguien que no le importe tomar lo que quiere, que no le importe hacerte daño, no se hubiera detenido, y tú tal vez ni habrías tenido tiempo de detenerlo.

—¡Mentira! ¡Podría detenerlo! —el otro se defendió, apretando los puños mientras hablaba—. ¿Crees que hubiera dejado que otro alfa se me acercara tanto en primer lugar? ¿Piensas que soy tan tonto como para ofrecer que cualquiera me olfatee? Lo hice porque eras tú, Neji, y confío en ti. Eres mi amigo, por eso tampoco pelee contigo porque no quería hacerte daño.

—¿Y si te hubiera mordido? ¡Joder, Lee, estaba prácticamente en celo! —Neji desvió la mirada, mordiéndose el labio inferior, sintiendo desprecio por sí mismo ante el recuerdo de haber estado tan fuera de sí.

—No lo habrías hecho. Tú no me morderías —la voz de su amigo se suavizó un poco, como si Neji fuese el que necesitara ser consolado.

—¿Cómo lo sabes? Un alfa en celo puede llegar a ser demasiado agresivo, la mente se nubla y predomina el instinto animal.

--Lo sé, pero aun así… —Lee suspiró y negó con la cabeza—. Eres tú, Neji. Ningún alfa anda marcando a cualquier omega, aún en la bruma del celo sólo se desea morder a la pareja deseada. Los alfas que muerden a cualquiera lo hacen intencionalmente, son sádicos y crueles por diversión, creyendo que tienen derecho a destruir la vida de los omegas. Tú, obviamente, no eres así. Ningún alfa que conozco es así. Lo que ayer sucedió es que estabas en pre-celo y yo era el único omega cerca, y como estás familiarizado con mi aroma, tu lado racional seguro buscaba algún tipo de consuelo y calma con mis feromonas. Ni siquiera sabías qué te sucedía, sólo me dijiste que te sentías terrible, por eso pienso (y estoy seguro) de que simplemente buscabas tranquilizarte con mi olor.

Neji mordisqueó más ansiosamente su labio inferior. La explicación que daba Lee tenía mucho sentido si en realidad las cosas fueran tal como las especulaba. Pero lo que su amigo claramente no sabe es que para Neji, él no es un omega cualquiera, y que de hecho es esa pareja deseada para él. Por eso actuó como actuó instintivamente.

Recuerda la confusión, lo nublada que estaba su mente, el dolor punzante por todo su cuerpo y su cabeza, el calor abrazador en su torso, sus extremidades débiles; y aquellas ganas casi incontrolables de poner su boca sobre Lee para hacer que el aroma de Gaara desapareciera de su omega. ¡Cómo odio eso! Encontrar rastros del aroma de otro alfa (de ese alfa) en Lee lo enfureció bastante. El deseo descontrolado de marcar justamente a Lee, no a cualquier omega.

Y cuando estuvo en casa y pasaron sólo un par de horas después, estaba tan excitado y con la bruma animal e instintiva de sólo querer reproducirse, gruñendo y pidiendo por el omega que lo había vuelto loco.

Y aun así aquí está Lee, queriendo asegurar que Neji no es como uno de esos alfas asquerosos, cuando Neji no está tan seguro de eso. Tan sólo las fantasías en medio de su corto celo fueron obscenas, haciéndole sentir desagrado de sí mismo. No tenía ni idea de cómo era tan cínico para ser capaz de mirar a Lee como si nada y atreverse a estar cerca de él luego de haber pasado casi toda la noche pensando en anudarlo.

—De cualquier modo, Lee, también vine porque te mereces una disculpa de mi parte por lo ocurrido —encontró el valor para hablar de nuevo, poniendo todo de sí para que su voz  se escuchase tranquila—. Por favor, perdóname. Mi comportamiento fue completamente inapropiado y estoy muy arrepentido. No quiero que esto afecte la dinámica de nuestro equipo, pero si trae consecuencias a nuestra amistad, lo entenderé perfectamente. Si ya no quieres que esté cerca de ti porque te incomoda mi presencia, lo comprendo.

Se giró un poco para estar de frente al omega e hizo una pronunciada inclinación mostrando su genuino arrepentimiento.

Escuchó el jadeo sorprendido de Lee por su acción.

—¡Neji, no es necesario! Por favor, levántate.  —el omega dijo en pánico, tomándole suavemente por los hombros—. Acepto tus disculpas, pero quiero que quede claro que en ningún momento me molesté contigo. Nuestra amistad continuará igual, no quiero que te distancies de mí…, a menos que eso sea algo que tú prefieras…

—No. Yo estoy bien con nuestra dinámica actual.

—¡Bien! Entonces problema resuelto —Lee sonrió—. Supongo que ahora iré a casa.

—Te acompañaré —por impulso y costumbre se ofreció en automático, sólo que ahora Lee se mostró inseguro al respecto.

—Preferiría que no —el omega le dijo, de nuevo haciendo un mohín—. Mamá despertó con el propósito de regañarme hoy, y dándome su sermón de siempre, así que si te ve, probablemente te involucre más en la discusión y no sería nada justo. Por lo mismo, ni siquiera estoy seguro de querer volver tan pronto, pero muero de sueño. Tal vez vaya a casa de Tenten, sus padres no se escandalizan fácilmente y me han dejado dormir en la habitación de ella.

Lee saltó de la rama para aterrizar sin problema en el suelo. Neji le siguió.

—Tal vez tu madre ya esté más tranquila, y tú necesitas reponer esas horas de sueño —el alfa opinó.

—Tal vez, pero no quiero arriesgarme —hizo una mueca—. Dijo cosas que me afectaron. Incluso sonó casi como Hiashi-sama, (y lo digo con mucho respeto para el líder de tu clan), pero ella también redujo mi vocación ninja a ser sensei en la academia, sólo porque soy omega. Es entendible viniendo de Hiashi-sama, pues él es un alfa de élite; pero mi madre es omega, al igual que yo, se supone que me entendería mejor, que defendería que somos más que figuras maternas/paternas y cuidadores. Pero no, ella sueña con que me retire como shinobi, me case con un alfa y tenga muchos hijos, y ya. Y aun así tiene expectativas tan bajas de que eso llegue a suceder, pero lo quiere. Lo siento, estoy hablando demasiado.

—No me molesta escucharte —Neji fue a tomarle de la mano, pero apenas quedó en un roce, ya que le soltó rápidamente—. ¿Les has dicho lo que tú realmente anhelas?

—¡Todo el tiempo! Pero a veces es desgastante estarlo repitiendo cuando es claro que no me escuchan o me ignoran —sus hombros cayeron—. Sí quiero tener hijos, pero tengo la idea de ser padre soltero, ¿sabes? Cuando me presenté como omega se abrió esta posibilidad de gestar a mis hijos y entonces supe que tenía la oportunidad de cumplir ese sueño, probablemente mediante un método de reproducción asistida, ya que no me emparejaré con nadie. Pero yo estaré feliz de poder tener a mis bebés. No necesito de una pareja. No me importan los alfas, no quiero estar con uno que no me vea como su igual, que piense que soy débil, que me quite mi sueño, o que sólo finja apoyarme y me diga lo mismo que mamá y Hiashi-sama de mejor dedicarme a la docencia. Pero, ¿para qué divago en un posible alfa que se interese en mí si todo mundo sabe que no lo hay ni habrá? Sin embargo, por muy patético que suene, eso no me molesta, no me importa. ¡Lo realmente importante para mí es ser un shinobi extraordinario! ¡Ser mucho más fuerte cada día e inspirar a otros omegas a ser igual de fuertes! Es lo único que me importa y por lo que me seguiré esforzando.

Neji experimentó una calidez agradable en su pecho, a la vez que sentía un vacío en el estómago. Una sonrisa, a la vez que sentía sus ojos decaer. Emociones mezcladas, pero en consonancia con los sentimientos de Lee.

Neji lo apoya totalmente, aunque eso signifique una vez más lo que ya sabía; la confirmación de que, por mucho que él anhele a Lee como pareja, ellos jamás estarán juntos porque no están hechos el uno para el otro.

Luchar por su propio destino incluso los ponía en situaciones así, después de todo, nadie le dijo que el camino sería fácil y garantizaría felicidad absoluta. Era irónico pensar que habría más posibilidades de que Lee fuese su pareja de haber aceptado su destino como lo dictaban sus clanes y la sociedad. Pero romper con el paradigma los colocaba en una unión imposible.

“Si crees que puedes convencer a Rock Lee de al menos tomar el camino de la docencia, todavía puede ser una opción para emparejarte”, le había dicho Hisahi en su charla por la presión de su emparejamiento. “Tiene puntos a su favor, sólo convéncelo de cuál es la posición que le conviene, y será tuyo sin problema. (…) No te preocupes, el omega no tendría por qué rechazarte. Somos Hyūga, el clan más prestigioso de Konoha; ningún omega lo suficientemente inteligente rechazaría a un alfa de nuestro clan.”

“Sé que el clan Hyūga tiene estándares muy altos para sus omegas, por lo que, si tú pudieras guiarlo al señalarle qué es lo correcto para él, me harías un gran favor”, apenas esa mañana, Moriko Lee le decía esto. “Entiendo que Rock no tiene oportunidad de alcanzar la perfección de los omegas de tu clan, así que no busco eso, no pido imposibles”.

Tan equivocados, tan cerrados, tan ensimismados en su propia percepción que creen que la realidad es tal cual como ellos la piensan. Neji casi sentía lástima por ellos y su pensamiento tan reducido, porque a pesar de su insistencia de hacer desistir a Lee, éste se aferraba y aseguraba: “No necesito de una pareja. No me importan los alfas, no quiero estar con uno que no me vea como su igual, que piense que soy débil, que me quite mi sueño, o que sólo finja apoyarme y me diga lo mismo que mamá y Hiashi-sama de mejor dedicarme a la docencia”.

—Ya eres una inspiración —Neji atinó a animarlo más.

La sonrisa tan radiante que el omega le dio, fue todo lo que Neji necesitó para sentir que los pedacitos de su corazón volvían a unirse.

******

Encaminó a Lee a casa de Tenten y luego él volvió al complejo Hyūga. Se sentía de mejor ánimo ahora que su mente y sus ideas se habían aclarado bastante, era como si una presión en su pecho y un peso incómodo sobre sus hombros se hubiese aligerado considerablemente desde el momento en que habló con Lee.

En el patio había tres personas; Natsu estaba mirando cómo Hiashi entrenaba a Hanabi. Y, aunque Neji fue discreto al pasar, aun así el líder del clan le miró con atención unos momentos antes de decirle a Hanabi que descansara un momento.

A Neji no le sorprendió en lo más mínimo notar que Hiashi se acercaba a él. Desde hace un tiempo su tío era demasiado entrometido en su vida por la presión de encontrarle pareja para abastecer a la rama secundaría con más crías. Tampoco le molestó la inminente charla que se avecinaba, pues justo él tenía algo que decirle.

Esperó del lado opuesto a dónde permanecía Hanabi, pues a nadie más le incumbía escuchar lo que el mayor tenía que decirle, ni viceversa.

—Sólo quiero verificar tu estado de salud —el alfa mayor le dijo de inmediato cuando estuvieron de frente—. Fue repentino saber que entraste en celo y que saliste demasiado pronto de él.

Tampoco le sorprendió eso; enterarse de que Hiashi supo todo el tiempo que había entrado en celo a pesar de que intentó ser lo más discreto posible.

—Tomé los supresores, pero el ciclo se adelantó unas semanas, así que tuve algunos síntomas y los supresores tomaron su tiempo en actuar, pero ya estoy bien —informó.

—Bien —el mayor asintió ligeramente. Estaba por girarse para volver donde su hija, pero Neji le llamó.

—Hiashi-sama, quisiera hablarle rápidamente de algo.

—Habla —el hombre le pidió, tan serio como siempre.

—Respecto a Rock Lee como opción para mi emparejamiento, ya tengo mi respuesta —le dijo, y pudo notar una pizca de curiosidad en los rasgos duros del mayor.

—Todavía te habría dado unos días más para que lo pensaras. Pero si estás seguro, entonces dime, ¿cuál es tu respuesta?

—No voy a emparejarme con él.

Hiashi le miró por un breve segundo, antes de asentir ligeramente y posteriormente dar media vuelta y comenzar a caminar de regreso al entrenamiento con su hija.  

Notes:

Muchas gracias por seguir leyendo esta historia <3