Chapter 1: Un mal presentimiento
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No, Thor se no había esperado el saludo más caluroso del mundo ese lunes en la mañana, luego de que Loki pasara el fin de semana fuera de la ciudad, luego de días sin verse; por cómo eran las cosas entre ellos ahí en el colegio, Thor sabía que lo máximo que podía esperar eran esas sonrisas tímidas, secretas, que podían compartir entre clases cuando sus ojos se encontraban en el pasillo. Podían decirse mil cosas con sólo hacer contacto visual dos segundos. Sin embargo, lo que obtuvo Thor esa mañana sólo podía comparársele a un balde de agua fría sobre su cuerpo; el viernes en la tarde Thor se despidió de un Loki, y el lunes en la mañana se encontró con otro completamente distinto. Ni siquiera su recuerdo de hacía seis meses, cuando eran poco más que desconocidos, se sentía tan frío y distante.
—Hey —Lo saludo Thor sonriente, sentándose a su lado en la primera clase.
—Hey —musitó Loki, revisando sus apuntes sin siquiera voltear a verlo.
No esperaba que Loki se lanzara sobre su regazo de la emoción al verlo, pero era la primera vez en meses que no se veían a diario, y aunque había sido apenas un fin de semana, para Thor se sintió como una eternidad. El sábado en la noche, por mensajes, Loki parecía pensar lo mismo, pero esa mañana la apatía lo contrarrestaba.
Algo raro estaba pasando.
—¿Paso hoy a la misma hora por tu casa? ¿O prefieres que nos reunamos en la mía?
—De hecho —dijo Loki, levantando la vista por primera vez desde que Thor había llegado, mirando hacia la pared frente a él—, el proyecto está casi listo, no veo porqué no podemos cada quien terminar su parte y ya. Tú en tu casa, y yo en la mía —Entonces lo miró a los ojos por primera vez desde el viernes, los suyos fríos, serios, expectantes a una respuesta de Thor a pesar de que la decisión ya estaba tomada, ¿qué podía decir él?
—Uh... si así lo quieres —musitó Thor, sintiéndose fuera de base, apenas digiriendo el comportamiento extraño de Loki y sus palabras.
¿Qué acababa de pasar?
Segundos después comenzaron a entrar el resto de sus compañeros junto al profesor, y Thor se irguió en su puesto, escuchando la clase como un ruido distante, mirando a Loki de reojo cada tanto tiempo; se veía atento, concentrado a la clase. Thor no entendía nada, se sentía confundido, como si le hubiesen dado un batazo en la cabeza que lo dejara aturdido. Pasaron un millón de cosas por su mente, pero no podía detenerse a pensar con la indiferencia de Loki a su lado ocupando cada rincón de su ser.
¿Qué había hecho?
*
Pasaron un par de clases más que no veían juntos, horas que Thor ocupó solamente en pensar en Loki y su extraña conversación de la primera hora. Tal vez no era nada personal, tal vez no tenía nada que ver con Thor y simplemente había pasado algo en su viaje de regreso. Tal vez se peleó con algún compañero de la orquesta, tal vez su mamá lo regañó por algo. Tal vez, tal vez, tal vez. Su cabeza estaba llena de mil y una posibilidades, guardando la esperanza de que no tuviese nada que ver con ellos, que la idea de Loki de acabar el proyecto por separado haya sido un impulso, que necesitara desquitarse con alguien y Thor fuese la primera persona en su camino. Estaba bien, Thor podía entenderlo, Thor podía aceptarlo; Thor quería todo, todo de Loki, con sus buenos y malos momentos.
Esa última clase del día, una que sí compartían, Thor se sintió optimista, su corazón lleno de dicha cuando entró al salón y lo vio ahí. Thor se sentó a su lado, a pesar de que en esa clase no solían sentarse juntos, pero no podía más, lo necesitaba cerca, sentir el calor de su presencia así no pudiera tocarlo. Dios, ¿sabía Loki el impacto que tenía sobre él?
—¿Y qué tal el viaje?
—Bien —respondió Loki, concentrado en sus apuntes.
—No respondiste mi mensaje ayer.
—Llegué cansado del viaje.
—¿Salió todo bien en el concierto? —insistió Thor, intentando sacarle conversación; sólo había sido un fin de semana, pero Thor lo había extrañado horrores.
—Sí —respondió Loki, cortante de nuevo, y Thor simplemente exhaló, dándose por vencido, preparándose para no prestar atención a otra clase intentando descifrar qué había hecho mal.
Seis meses atrás, cuando los asignaron como compañeros para su proyecto de fin de año, Thor jamás se habría imaginado el torbellino que representaría Loki para él, mucho menos la agonía que sentiría ante su más mínimo despliegue de frialdad. Thor no comprendía las vueltas de la vida; hacía seis meses Loki era poco más que un extraño para él.
*
Thor llegó a su casa una hora más tarde de lo habitual, conduciendo por ahí sin rumbo con el propósito de despejar su mente, pero no tuvo éxito. No había nadie en casa, como era de esperarse; su padre trabajando hasta tarde, su madre de viaje. La casa en toda su inmensa expansión para él solo, como casi siempre, y si las cosas estuviesen bien estaría emocionado preparándose para recibir a Loki, como casi todas las tardes desde que comenzaron a trabajar en su proyecto. Ya no más, aparentemente.
Subió las escaleras con apatía, el peso en su corazón obligándolo a arrastrar los pies, sin poder dejar de pensar en qué estaba pasando, qué había hecho mal. Thor había visto a Loki triste antes, lo había visto enojado, había secado sus lágrimas, había escuchado sus problemas incluso cuando esos problemas eran el mismo Thor. Algunos dirían que unos meses no eran suficientes para conocer a alguien realmente, pero Thor sentía a Loki tatuado en su alma como si se conocieran de siempre, como si su amor trascendiera el tiempo mismo y sus años de vida. Tal vez sonaba dramático, pero era así como lo sentía, era así como lo sabía.
Thor podía crear mil y una hipótesis en las que el comportamiento de Loki se debía a cosas ajenas a ellos, pero dentro de sí Thor lo sabía, Thor sentía que era personal.
Se dio una ducha larga y distraída, esa pesadez en su pecho y garganta acompañándolo en todo momento, sintiéndose culpable sin saber de qué. Estaba indefenso, perdido, como si estuviese caminando sobre vidrios rotos. Necesitaba calmar su mente, pensar en otra cosa al menos dos minutos. Entonces se sentó en su escritorio después de ducharse, encendió su laptop y comenzó a repasar su proyecto. Objetivamente Loki tenía razón al decir que podían trabajar cada quien por su lado, porque sí, el proyecto estaba prácticamente listo, pero el punto de verse casi todas las tardes ya ni si quiera era el proyecto en sí, sino ellos, verse, estar juntos.
Tal vez Loki estaba abrumado, quizás estaba cansado de verse todos los días y ese fin de semana había representado un respiro para él. Thor podía entenderlo, Thor podía aceptar eso, a pesar de que si dependiera de él pasaría cada minuto de su tiempo junto a Loki, pero si era espacio lo que Loki necesitaba, Thor podía dárselo sin dudarlo un solo segundo. Lo único que deseaba era que se lo dijera, podían hablarlo, dios; Loki podía decirle a Thor cualquier cosa y lo sabía.
¿Estaba Loki consciente de cómo su silencio lo estaba matando?
Thor se conformó todo el día con verlo desde lejos en el colegio; lejos en el pasillo, lejos en la mesa, cada quien con su grupo de amigos a la hora de almuerzo. No volteó a verlo en ningún momento, como si no existiera, como si no sintiera la mirada de Thor sobre él cada segundo que estaban en el mismo espacio. Sus amigos lo habían notado distraído, Sif le preguntó si tenía problemas con su cyber novia por esa expresión extraña en su cara, y Thor tragó profundo, despegando sus ojos de Loki y fijándolos en la mesa, alzándose de hombros mientras les decía que no pasaba nada, cuando dentro de él un tsunami hacía estragos.
¿Tenía problemas con su cyber novia?
Tal vez el problema era su cyber novia, pensaba Thor mientras leía una y otra vez el mismo párrafo en su laptop, incapaz de retener la información. Loki le había dicho que podía esperar, que no lo quería presionar, que entendía el miedo de Thor y el torbellino dentro de él al darse cuenta de su verdadera sexualidad. Loki le había dicho que no le importaba llevar su relación en secreto siempre y cuando existiera fidelidad entre ello; como si Thor pudiese fijarse en alguien más que él, como si Thor no pensara en Loki todo el día. La cyber novia no existía, no era más que una manera de hablar con sus amigos de su relación con Loki sin tener que decir que era Loki, sin tener que salir del closet aún.
¿Se había cansado Loki de esperarlo?
Pero… pero si hacía dos días estaba todo bien, habían hablado como siempre, Thor no captó una sola señal extraña; Loki había estado tan feliz, tan sonriente en su pantalla. Thor sabía que no podía durar en el closet para siempre, y tampoco quería hacerlo; deseaba algún día poder caminar por la calle con Loki de su mano, salir por ahí como una pareja normal. Su plan había sido esperar hasta graduarse de la secundaria, faltaban apenas unos pocos meses, y luego salir del clóset ante sus padres, ante el mundo; él y Loki libres de ir a la universidad y vivir juntos.
Lo peor era la incertidumbre, tener la certeza de que era su culpa, tenía que serlo, pero sin tener ni la más remota idea de qué había hecho, mucho menos cómo disculparse. Un solo día de silencio e indiferencia y Thor ya sentía su interior inmolarse, el humo ahogándolo desde adentro. Era una tortura, ¿estaba Loki torturándolo? ¿Era ésa su manera de castigarlo, o estaba todo en su mente nada más? De repente lo inundaba el sentimiento de que el mundo no giraba a su alrededor, la esperanza se hacía presente de nuevo aunque no tenía respuesta, pero deseaba tenerla con desesperación.
Su habitación silenciosa, de repente en penumbras al pasar el atardecer y su rostro iluminado por su laptop, la luz haciendo estragos en sus ojos. Thor encendió una lámpara y con optimismo tomó una foto a su escritorio, sus libros y proyecto retratados en la imagen que le mandó a Loki con un texto que decía “aburriéndome terriblemente sin ti aquí”. Thor estaba demasiado ansioso para sentirse aburrido, pero esperaba que se entendiera el sentimiento: lo extrañaba, desearía que estuviera ahí con él. Si Loki estuviese ahí, estarían los dos sobre la cama, Thor con la espalda recostada en la cabecera, cada uno en su laptop haciendo su trabajo mientras escuchaban Taylor Swift; los pies descalzos de Loki sobre el regazo de Thor, como tantas otras veces, y Thor acariciando uno de sus tobillos porque no podía tenerlo tan cerca sin tocarlo, así sea un dedo, así sea con su aliento.
O tal vez… hm, tal vez estarían sobre esa misma cama, desnudos y sudados, cogiendo como animales después de no darse siquiera un beso desde el jueves pasado. Habría sido el escenario más predecible, porque ni en un millón de años Thor se habría esperado que el lunes lo recibiera así, solo y triste, con una ansiedad capaz de hacerlo vomitar.
Thor miró su teléfono, había perdido la cuenta de cuántas veces lo había revisado en el transcurso de esa tarde, siendo ahora ya de noche, con la esperanza de ver un mensaje de Loki. Nada, absolutamente nada, ni siquiera había visto el mensaje que le había enviado el día anterior. Sin darse cuenta ya se habían hecho las diez de la noche, así que cerró su laptop y se echó en su cama, un terrible dolor de cabeza haciéndole palpitar los ojos; no le sorprendía, con todos los pensamientos con los que se había atormentado desde la mañana. No dejaba de leer y releer su chat con Loki, intentando descifrar algo entre líneas, cualquier cosa, pero su última conversación se leía tan natural como siempre, nada del otro mundo. Mensajes, fotos, notas de voz… todo parecía estar bien.
Sabía que no podría dormir sin preguntarle qué pasaba, no podía seguir fingiendo demencia; en algún momento Loki tendría que leer su mensaje y decirle algo, y de no ser así entonces Thor había decidido que iría a su casa a hablar con él cara a cara, intentar arreglar lo que sea que esté roto.
Thor, 10:48pm:
Baby, por favor háblame… no sé qué pasa, no sé qué hice, pero lo siento.
Te amo, baby, por favor dime qué sucede, hablemos, no te alejes así, me asustas.
Te amo.
Después de media noche, aún releyendo los chats, Thor se quedó dormido; la incertidumbre continuó haciendo estragos dentro de él hasta que el cansancio lo venció.
Loki no se conectó en ningún momento mientras Thor estuvo en línea.
La mañana siguiente Thor se levantó aturdido por su alarma, sintiéndose como una mierda, como si no hubiese descansado un solo minuto. Su cuerpo se sentía pesado, y aunque no le dolía la cabeza, su mente estaba bastante revuelta, como si hubiese tenido pesadillas toda la noche, a pesar de no poder recordarlas. Lo que menos quería en el mundo era levantarse, pero tenía que ir a clases, así que tomó su teléfono para apagar la alarma y, tan pronto vio la notificación de Loki en su pantalla, se despabiló por completo.
Thor se irguió en su cama, y con el corazón en la boca abrió el mensaje.
Mi baby, 3:52am:
Dejémoslo hasta aquí, Thor, esto no da para más. Se acabó.
Thor lo llamó inmediatamente, luego de releer el mensaje unas diez veces, apenas procesándolo con lo rápido que su mirada viajaba por cada letra asegurándose de estar leyendo bien, pero Loki ya lo había bloqueado. Thor sintió su sangre helarse, todos sus miedos del día anterior plasmados en once palabras que lo habían matado como mil flagelaciones a su corazón.
No podía ser cierto, Loki no podía…
No, ése no podía ser el fin.
Chapter 2: Todo ha cambiado
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Antes de que la profesora de ciencias los asignara como compañeros de proyecto, Thor sabía muy poco sobre Loki. Casi nada, para ser francos. Loki había entrado al colegio durante el primer año de secundaria, era becado y desde que entró se mantuvo como el estudiante con mejor promedio de todo el colegio. Thor ni siquiera sabía su apellido, tampoco le interesaba; orbitaban en círculos completamente distintos en todos los sentidos. Más allá del desprecio que Fandral, su mejor amigo, sentía por Loki el becado, Thor no tenía realmente una opinión sobre Loki que profundizara fuera de los roces que Fandral y él habían tenido.
Así que, cuando la profesora les dijo que no podrían escoger sus compañeros de proyecto, Thor ya estaba predispuesto a unos meses bastante mediocres. Si de él dependiera, y si compartieran esa clase, Thor felizmente habría hecho el proyecto con Jane, su novia. Jane era brillante, dulce y divertida, la habrían pasado bien y seguramente habrían terminado el proyecto antes de tiempo. Sin embargo, el único de sus amigos que compartía esa clase con él era Fandral, con quien había pensado hacer el proyecto, pero esos planes claramente estaban descartados. Y sí, Fandral estaba lejos de ser el estudiante más brillante, y sí, Thor probablemente habría tenido que hacer casi todo el proyecto solo, aunque al menos podría hacer que Fandral le pagara a alguien para que hiciera su parte. Fuera de eso, sabía que con su amigo, prácticamente hermano, habría pasado unos meses divertidos, en sintonía.
Thor no se esperaba qué tan mala podría ser la elección hasta que su nombre y el de Loki fueron nombrados en la misma oración. Fandral le dio un codazo e hizo una mueca en lo que Thor rodaba los ojos ante su desgracia; ¿no podían asignarle a alguien más creído y sabelotodo? En un segundo Thor miró en dirección a Loki, y vio que éste también tenía una mueca de disgusto y que, así como él, había rodado los ojos en fastidio. ¿Quién se creía que era? Tal vez Thor no esté en la cima de los mejores estudiantes con él, pero aún así Thor era un muy buen estudiante, que se tomaba su educación en serio, ¿de qué podía quejarse Loki?
—Lo siento por ti, pero al menos no me tocó a mí —le susurró Fandral, y Thor le devolvió el codazo mientras éste se reía.
Fandral detestaba a Loki, y evidentemente que el sentimiento era mutuo. Loki representaba todo lo que Fandral detestaba, empezando por su estatus económico y terminando por su… hmm, amanerada forma de ser, según Fandral. A Thor le gustaba pensar que no tenía estigma hacia las clases bajas, pero realmente nunca había tratado a alguien muy por debajo de su estatus económico (a excepción de las personas de servicio en su casa).
Thor era un chico increíblemente privilegiado, y lo sabía; su familia era la más rica de la ciudad, estudiaba en el colegio más caro y prestigioso, tenía toda su vida y futuro asegurados por lo que, aunque sabía de su privilegio porque sus padres se lo habían dicho toda su vida, al mismo tiempo era ese privilegio la normalidad que siempre había conocido, por lo que no manejaba realmente el contexto y el peso de esa palabra.
Así que no, Thor no detestaba a Loki, ni por su estatus económico, ni por parecer una cosa u otra. Thor realmente no pensaba en Loki, simplemente podría decir que le caía mal por tener solidaridad con su amigo, pero nada más; Thor no se llevaba mal con nadie en el colegio, y le gustaba manejar así su entorno.
Terminada la clase Fandral le dio una palmada en la espalda, a forma de despedida, mientras salía del salón con el resto. Thor se había quedado atrás esperando a Loki, a que guardaba sus cosas, para poder hablar con él y comenzar a ponerse de acuerdo respecto al proyecto. Pronto se quedaron los dos solos y, cuando terminó de recoger todo, Loki se volteó, mirando a Thor directo a los ojos.
—Este es mi número telefónico —le dijo Loki, dándole un trozo de papel con el número escrito—. Nos reuniremos los martes y jueves a partir de las tres de la tarde en tu casa, envíame la dirección cuando puedas.
Dicho eso se dio media vuelta y salió del salón como si nada, sin darle a Thor derecho a réplica, sin preguntarle si para él estaban bien esos horarios, simplemente asumiendo que Thor tendría que adaptarse a su disponibilidad. Thor se había quedado un poco pasmado ante esa rara interacción, no estaba acostumbrado a que lo dejaran con la palabra en la boca, sin embargo no le dio mayor importancia y continuó su día como si nada. A fin de cuentas, sí tenía los martes y jueves libres en la tarde, qué más daba, por lo menos sabía que con Loki harían un trabajo rápido y eficiente.
*
El primer día que se reunieron Loki llegó puntualmente a las tres, su cara normalmente estoica dejaba ver algo de asombro al vislumbrar la magnitud de la casa de los Borrson. Thor lo recibió con hospitalidad, estando los dos solos ya que el padre de Thor solía trabajar hasta tarde, los empleados de servicio acababan de irse, y su madre estaba de viaje en uno de sus tantos proyectos filantrópicos. Primero pasaron por la cocina, donde Thor le pidió a Loki que lo ayudara a subir algunas bebidas y chucherías que había escogido para ellos, y luego subieron a la habitación de Thor, donde trabajarían.
La habitación de Thor era inmensa, estaba en el segundo piso, en una de las esquinas de la casa, y en las paredes que daban hacia afuera tenía ventanales que daban vista al extenso patio y paisaje. Thor tenía un escritorio en L en el que fácilmente podían trabajar dos personas, por lo que el día anterior había pedido otra silla de escritorio para Loki, aunque también contaba con un sillón y su cama, lo que resultara más cómodo. Loki había estado bastante callado desde que llegó, mientras Thor le mostraba su habitación y le decía que podía acomodarse donde quisiera, decidiendo éste al final sentarse junto a Thor en el escritorio. Ambos encendieron sus laptops, y entonces Loki comenzó a hablar y soltar todas las ideas que tenía para el proyecto, ya que primero tenían que decidirse por un tema.
Al final decidieron enfocar su proyecto en el puente de Einstein-Rosen, más específicamente en los estudios del astrofísico Erik Selvig. La idea había sido de Thor quien, luego de que Loki lanzara sus mil y un ideas, finalmente lo dejó hablar. Las ideas de Loki eran excelentes, Thor no esperaba menos, y en el fondo estaba convencido de que seguramente se irían por una de ellas, pero… su idea inicial era la que él había querido hacer desde el principio, incluso si le tocaba hacer le proyecto con Fandral. El puente de Einstein-Rosen era algo que los apasionaba a Jane y él por igual, por lo que habría sido perfecto trabajar con ella, porque además su padre era gran amigo de Selvig. La cara de Loki fue un poema cuando Thor comenzó a hablar de Erik Selvig y su admiración a su trabajo, era bastante claro que Loki no se esperaba eso, y Thor mentiría si dijera que no sintió una gran satisfacción por dentro. Loki no era el primero, y tampoco sería el último, en asumir a Thor como nada más que el capitán del equipo de rugby, demasiado denso, mimado y cabeza hueca, como para interesarse por la física.
Ese primer día no fue gran cosa, las horas pasaron rápido mientras iban estableciendo las bases de su proyecto, Thor descubriendo que tal vez no sería tan malo trabajar con Loki; parecían tener sintonía académica, por lo menos. Thor notó que Loki había estado un poco a la defensiva al principio, tal vez esperando hostilidad de parte de Thor al ser amigo de Fandral, pensando que tal vez Thor le haría pasar un mal rato, pero Thor… Thor no tenía razón para ser hostil, mucho menos interés de serlo. A Thor le gustaba llevarse bien con la gente, dentro de lo posible; sabía que no podía caerle bien a todos, pero por lo general prefería evitar conflictos.
Que ya que tocamos el tema de conflictos, toda la vendetta entre Fandral y Loki había iniciado durante el primer año de secundaria, justo el primer día. Casi todos se conocían de toda la vida, no sólo de estudiar juntos, sino por los círculos sociales de sus padres; en la alta sociedad todos se conocen entre todos. Así que, al entrar nuevos estudiantes, era obvio que no pertenecían ahí; nadie los conocía. A menos que estuvieses bien conectado, no era sencillo entrar a La Academia Asgard, y conseguir becas era bastante difícil, pero ese año entraron tres estudiantes becados: una chica y dos chicos, entre ellos Loki. No era común recibir nuevos estudiantes en una comunidad tan… exclusiva, por decirle de alguna manera, así que un grupo de estudiantes, entre ellos Fandral, decidieron jugarles una broma pesada a los nuevos, una forma de “bienvenida”.
Eran inmaduros, apenas entrando a la adolescencia, y estaban llenos de muchos estigmas que muchos de ellos seguirían llevando el resto de sus vidas. Thor no había sido parte de la broma, pero sí se había reído, había estado ahí. En ese entonces para él no había sido más que un simple chiste, pero recordándolo tiempo después… bueno, había sido una broma de muy mal gusto, mucho más si se detenía a pensar en lo solos y vulnerables que esos estudiantes se habrían sentido ahí, entre un montón de niños ricos que los miraban como animales de circo. La broma la habían hecho justo al salir de clases, para evitarse problemas con el colegio, aunque no sería nada que mami y papi no pudieran solucionar para ellos. En pocas palabras había consistido en empapar a los nuevos con agua sucia y pestilente, tomándolos completamente por sorpresa mientras todos ellos se reían. Había sido grotesco, la niña nueva había llorado y, aunque al día siguiente su madre fue a quejarse, no pasó a mayores realmente.
Después de eso, Loki se vengó de todos y cada uno de los implicados, cada broma más pesada que la otra, sin dejar rastro más allá de su cara de satisfacción al verlos caer. Nadie respondió a su ataque, sabían que no estaban a la altura, pero cuando llegó el turno de Fandral éste no se rindió, e intentó devolvérsela a Loki muchas veces, fracasando siempre. No fue hasta dos años de guerra después, cuando Fandral de alguna manera se encontró desnudo en el gimnasio lleno de estudiantes riéndose de él, que se dio por vencido. Loki era un golpe duro para el ego de Fandral, cómo un “pobretón becado y marica” había podido humillarlo así. Fandral no estaba por encima de acusarlo en secreto con la dirección, lo había hecho varias veces, sus padres habían metido presión en el colegio, pero… simplemente no había manera de probar que todas esas bromas pesadas habían venido de Loki, el mismo Loki que desde que había entrado al colegio se había posicionado como el mejor estudiante, con promedio perfecto y excelente comportamiento. Loki era el favorito de muchos profesores y tenía un expediente completamente limpio, que dejaba ver a Fandral como un loco por acusar al estudiante estrella de todas las cosas que Fandral y sus amigos sabían que sí había hecho.
Thor en un principio había apoyado a su amigo fervientemente, sin participar en ninguna broma porque no era de su interés, pero estaba ahí para él. Luego, al pasar el tiempo e ir creciendo, el cuento se fue tornando tedioso e inmaduro; Thor estaba en otra sintonía, pensando en otras cosas y, aunque Fandral para él era un hermano, ni siquiera le prestaba atención cuando se quejaba del mismo tema una y otra vez. Luego de lo que le pasó en el gimnasio no habló más del asunto, pero era obvio que seguía detestando a Loki, y Thor en solidaridad con él concordaba con todas sus quejas.
Sin embargo… un par de semanas después de comenzar a trabajar en el proyecto, Thor descubrió que Loki no era como él pensaba, y más bien comenzaba a agradarle. La primera semana Loki había sido especialmente arrogante, más del lado pasivo-agresivo, esperando quizás que Thor reaccionara como Fandral, pero Thor no era de los que se ofendían fácilmente. Cuando se dio cuenta de que Thor tenía un carácter diferente al de su amigo, Loki pareció relajarse y, aunque seguía lanzando comentarios sarcásticos y odiosos, Thor se daba cuenta de que no era personal, sino que en realidad era así su sentido del humor, y Thor lo encontraba cada vez más gracioso. Uno de sus chistes recurrentes, por ejemplo, era el de que Thor podía ser un cabeza hueca, aunque ambos sabían que no era así. Loki era más inteligente que él, sabía más cosas, de eso no había duda, por lo que, las veces en las que Thor no sabía algo, podía ver a Loki rodar los ojos y murmurar un “típico” antes de explicarle lo que sea que Thor no supiera. Ah, pero las veces en las que Thor sí sabía algo que Loki no, esas también eran graciosas; su cara normalmente seria siendo incapaz de ocultar la sorpresa.
Thor admitía que a veces se hacía el tonto a propósito sólo para reírse de la falsa exasperación de Loki.
De tener cosas en común, la verdad casi nada, pero había algo en su sentido del humor, en sus energías… Thor no sabía explicar qué, pero de alguna forma el carácter de ambos los hacía compatibles. El humor seco de Loki le recordaba bastante a su amiga Sif y, si se hubiesen conocido en otras circunstancias, tal vez se habría podido llevar bien con Fandral. La forma de ser de Loki era refrescante para él. Thor amaba socializar, hacer amigos y conocer nuevas personas; Loki era más reservado, silencioso, lo que implicaba un reto para Thor socializar con él, quitándose de encima los estigmas que ambos tenían. Al principio había sido difícil, principalmente porque ninguno de los dos quería socializar con el otro, pero mientras que a Loki al parecer se le hacía fácil estar con alguien por horas interactuando solamente en monosílabos, para Thor era una tortura. A Thor le gustaba hablar, y pronto se encontró no hablando con Loki, sino hablando junto a Loki. Eventualmente, Loki correspondió sus conversaciones, y entonces empezaron a hablar.
A las semanas de empezar el proyecto, sin embargo, Thor descubrió que sí tenían algo en común.
Estaban los dos concentrados, cada quien en su laptop enfocados en su trabajo, por lo que en realidad no estaban hablando y la habitación estaba en silencio. Los primeros días cada quien usaba audífonos, ya que prácticamente no hablaban, y cuando necesitaban decirse algo bastaba con tocar el hombro del otro y ya. Sin embargo, a medida que se iba abriendo la conversación entre ellos, dejaron de usar audífonos de manera inconsciente; no necesitaban nada para llenar el silencio. Ese día, sin embargo, estaba el ambiente un poco aburrido.
—¿Te molesta si pongo música? —preguntó Loki de repente.
—Para nada —respondió Thor, sonriendo un poco—. En la tele está mi Spotify, pon lo que quieras.
Loki se levantó y fue hasta la cama, donde estaba el control remoto, y encendió la televisión. Thor recordó entonces qué era lo último que había estado escuchando, y se volteó un poco avergonzado, sintiendo las orejas calientes al ver en la pantalla su playlist de Taylor Swift.
—¿Taylor Swift? —inquirió Loki, volteándose a verlo con las cejas alzadas y la sombra de una sonrisa en su rostro.
Thor lo miró, conteniendo una sonrisa también. Sabía que no tenía nada de malo que le gustara Taylor Swift, pero era algo que no compartía con nadie más, a ninguna de las novias que había tenido les gustaba, ni siquiera a Jane, así que estaba acostumbrado a escucharla en soledad. Sentía que no iba muy en sintonía con lo que los demás percibían de él, pero le gustaba mucho, era quizá su cantante favorita. Por un momento se sintió tentado a mentir y decir cualquier cosa, pero le intrigaba más oír lo que sea que Loki fuese a decir; estaba seguro de que lo haría reír.
—Me encanta —dijo Thor simplemente, y vio temblar las comisuras de los labios de Loki, antes de exhalar una risa.
—A mí también —respondió, y Thor rió con él, felizmente sorprendido mientras Loki ponía a sonar 1989.
—Jamás imaginé que te gustara Taylor, te ves más del tipo… emo, no sé —dijo Thor cuando Loki volvió a sentarse.
—Sí, la sorpresa es que a mí me guste Taylor Swift —dijo Loki sarcásticamente, sacándole otra sonrisa a Thor—. Tú te ves más del tipo que escucha a Kanye, para ser francos.
—Auch —dijo Thor, poniéndose una mano en el pecho, fingiendo sentirse ofendido.
—Me intriga saber cómo empezaste a escucharla, ¿fue alguna de tus novias?
—Nop, el mérito es solo mío. Recuerdo haber visto el video de Look What You Made Me Do y me gustó, a partir de ahí caí profundo —respondió Thor, mirando a Loki—. ¿Qué hay de ti? ¿Cómo empezaste a escucharla?
—La he escuchado casi desde que nací, literalmente —respondió, inclinando su silla en dirección a Thor—. A mi mamá le encanta, así que heredé ese gusto, supongo
—¿A tu mamá? —preguntó Thor, sorprendido— ¿Cuántos años tiene tu mamá?
—Acaba de cumplir treinta y tres.
—Es súper joven.
—Sip, me tuvo a los dieciséis, así que…
—Mis padres están más bien cerca de los cincuentas, debe ser cool tener padres casi contemporáneos contigo.
—Sí, lo es —respondió Loki, sonriendo tímidamente; era la primera vez que Thor lo veía sonreír así—. No hemos tenido la vida más fácil, pero no la cambiaría por nada en el mundo.
—Tu mamá suena muy chévere —dijo Thor, correspondiendo su sonrisa, era la primera vez que Loki se abría con él sobre su vida—. ¿Qué hay de tu papá? ¿Cómo es?
—Um… murió cuando mi mamá estaba embarazada, así que…
—Lo siento mucho.
—No, está bien —respondió Loki—. Ambos eran la primera pareja del otro y estudiaban juntos en la secundaria; mi mamá todavía se refiere a él como el amor de su vida.
—Qué tierno.
—Sí, a veces… —Loki entonces rió incómodo— Olvídalo.
—No, dime —exclamó Thor, colocando una mano en su hombro, dándole un apretón antes de soltarlo.
—Nada, que a veces me pregunto cómo serían si él no hubiese muerto; si seguirían juntos, si nos llevaríamos bien. La gente tiende a idealizar a los muertos, pero todo lo que he escuchado de él son maravillas, así que a veces duele habérmelo perdido —dijo, la mirada perdida en el ventanal frente a ellos—. Murió en un accidente de moto mientras mi mamá tenía seis meses de embarazo.
—Lo siento mucho —repitió Thor, siendo honesto, ¿qué más podía decir?
—Está bien —respondió Loki, exhalando una pequeña risa mientras apretaba la mano que Thor tenía sobre el escritorio—. Es raro hablar de esto mientras suena Shake It Off.
—Tienes razón —concordó Thor, riéndose.
Luego de eso siguieron trabajando sin hablar mucho, simplemente escuchando el resto del disco mientras cantaban para sí mismos. Desde ese día Taylor Swift se volvió el soundtrack oficial de sus tardes de proyecto.
*
De repente Thor comenzó a sentir que verse sólo martes y jueves era my poco tiempo. El proyecto ni siquiera se sentía como un trabajo, estaban avanzando a un buen ritmo de la manera más fluida. Sus mensajes por chat poco a poco comenzaron a hacerse más frecuentes, y cuando Thor se dio cuenta hablaban casi todo el día, entre memes y acontecimientos del día a día. En el colegio no interactuaban mucho, casi nada, para ser francos; Thor tenía su grupo de amigos, y Loki también. Loki se la pasaba con un chico llamado Bruce, que era el otro becado que entró con él, y con Sigyn, con quien Thor estaba más familiarizado por ser prima justamente de Fandral. Sigyn siempre había sido una chica retraída, nunca había pegado con el grupo de Thor que tendía a ser… revoltoso, por decirlo de alguna manera. Según le había contado Loki, ella y Bruce estaban saliendo desde el año pasado.
A Thor le sorprendía cómo Loki poco a poco iba abarcando los espacios en su vida; nunca había sentido una amistad tan invasiva, pero de buena manera. Thor veía referencias a Loki en todas partes, en sus pensamientos, en cada conversación con sus amigos; Thor tenía que morderse la lengua para no mencionar cada mínima cosa que Loki le decía y Thor sentía era lo más gracioso del mundo. No tenía nada de malo que sus amigos supieran que Loki le caía bien, pero varias veces lo habían visto sonreír embelesado mirando su teléfono, leyendo algún mensaje de Loki, y se burlaban de él pensando que estaba hablando con Jane, que era ella quien lo tenía distraído. Podían pensar él… um, ¿qué podían pensar?
Estaba terminando octubre, ese mes habían anticipado con mucha emoción el nuevo disco de Taylor, Loki incluso había ido el día del lanzamiento solamente para escucharlo juntos por primera vez, a pesar de ser un viernes. Thor había estado feliz ese día, sentía que su amistad finalmente había salido de las condiciones del proyecto, de los martes y jueves; era viernes y Loki había ido a su casa, nada de proyectos ni libros. Esa tarde se sentaron los dos en el piso, con el disco a todo volumen, viendo las reacciones de los demás en redes; Thor bebiendo Pepsi y Loki su amado 7-Up mientras comían Doritos.
Ese día Thor supo que Loki era músico, que tocaba el violín en una orquesta y que tenía prácticas los viernes en la tarde. Esa tarde, luego de escuchar el disco y cuando Loki ya tenía que irse, Thor sintió una sensación extraña en el estómago, era la primera vez que se sentía así; un vacío inmenso, unas ganas terribles de que Loki no se fuera. Si Loki no tuviese práctica, Thor lo habría invitado a ver una película, cualquier cosa con tal de que se quedara un rato más; la habían pasado tan bien, Thor no quería que acabara el momento. Su amistad con Loki era… era otra cosa, nunca se había sentido así.
No que Thor considerara sus otras amistades menos especiales; eran sus amigos por una razón, con todos compartía un vínculo afianzado además por muchos años de amistad, contextos y estatus. Pero Loki se había colado en su vida tan rápido, de manera avasallante y desprevenida; Thor no se hubiese esperado eso ni en un millón de años. Con sus amigos muchas veces se perdían entre fiestas y dramas de la alta sociedad, era la vida a la que siempre había estado acostumbrado y, aunque Thor disfrutaba ir de fiesta y emborracharse hasta el amanecer haciendo desastres, Loki representaba para él una serenidad que no había sentido ni siquiera con Jane.
Jane… ¿era raro comparar a Loki con Jane?
*
El sábado Thor había ido con Jane y sus amigos a un par de fiestas en casa de algunos conocidos. Fiestas grandes, mucho alcohol, mucha droga; en la primera llegó la policía, pero en la segunda sí pudieron amanecer. Lo normal, la buena vida. Thor estaba acostumbrado a escabullirse al salir y al entrar; su padre tenía el sueño pesado, la casa era lo suficientemente grande como para que no se diera cuenta de lo que hacía. El domingo, sin embargo, había pasado todo el día en cama. Jane no había tomado tanto así que estaba como si nada cuando fue en la tarde a visitarlo. Pasaron toda la tarde acurrucados en la cama de Thor viendo películas hasta que se hizo de noche, películas que Loki le había recomendado. A Thor le encantó Whiplash.
Había tenido un buen fin de semana.
Llegó el martes de nuevo y Thor estaba especialmente alegre, no sabía exactamente por qué, pero seguramente el hecho de que fuese martes y Loki estuviese ahí en su casa, con él, era un indicio. Hablaron un poco de las películas que Thor había visto, de todas las que Loki le había recomendado, y que hasta ahora le habían gustado mucho. Thor no mencionó que las vio con Jane y que a ella también le habían gustado. No sabía por qué solía omitir a Jane de sus conversaciones, en el fondo creía que Loki y ella podrían llevarse bien, tenían varias cosas en común, pero Thor… um, no quería compartir.
¿Era extraño no querer competir por la atención de Loki?
Loki era tan listo, tan culto y divertido, a Thor le encantaba indagar en sus gustos, ver cualquier película que le recomendara, cualquier banda que mencionara. Le gustaba sumergirse en su mente, y le gustaba aún más la cara de alegría de Loki al ver lo en serio que Thor se tomaba sus conversaciones. Thor quería agradarle, quería encajar con él, era algo que nunca antes había sentido o le había pasado; normalmente la gente se moría por agradarle a Thor, se amoldaban a él y sus gustos, Thor nunca había tenido que “encajar”. Sus vidas eran tan diferentes, Loki había pasado por tantas cosas que Thor a veces se cohibía de contar cosas que para él eran cotidianas, pero para Loki podían ser extravagantes. La manera en que Loki conocía el mundo era muy diferente a como Thor conocía el mundo.
—No te haría daño ejercitar también el cerebro de vez en cuando —dijo Loki luego de un error estúpido que Thor había cometido en una de las fórmulas del proyecto; no era gran cosa, pero a Loki le encantaba molestarlo—. Tanto rugby te baja el IQ a golpes, por lo que veo.
—¿Por qué eres tan malo conmigo? —preguntó Thor a modo de chiste, rodando su silla hasta estar pegado a Loki.
—No soy malo contigo —respondió Loki, rodando los ojos.
—Sí lo eres, me tratas mal.
—Tal vez te mereces que te trate mal.
—Si sigues así voy a empezar a creer que te gusto —susurró Thor en el oído de Loki, riéndose al verlo estremecer y su piel erizarse.
—En tus sueños.
Thor sonrió, plantándole entonces un sonoro beso en el cachete, alejándose un poco después para ver la expresión de su rostro.
—Ugh, Thor, ¡qué asco! Me llenaste de baba —exclamó Loki mientras se limpiaba el cachete con la mano, Thor riéndose en todo momento.
Loki volteó a verlo unos segundos después, Thor no se había movido, se le había quedado mirando mientras su risa se disipaba y un hormigueo se esparcía por todo su abdomen. ¿Loki siempre había tenido pecas? No lo había notado. Viéndolo tan de cerca, Thor se percató por primera vez del verde de sus ojos. Era un verde bonito, unos bonitos ojos. Thor vio cuando la mirada de Loki bajó hacia sus labios y luego subió nuevamente a sus ojos en cuestión de un segundo. Lo hizo tragar profundo, ¿de dónde salió toda esa tensión de repente? Sin pensarlo Thor se inclinó hacia adelante y en un impulso lo besó.
Fue apenas un roce de labios, tres segundos, Thor sintió a Loki suspirar y… oh.
En el momento que Loki se echó hacia atrás Thor lo tomó de la nuca con una mano, hundiéndose nuevamente. No estaba pensando, no había cabida para nada más en su mente. Loki correspondió su beso tímidamente, abriendo su boca, dejándolo entrar, y por un segundo Thor se preguntó si acaso era ése su primer beso. Thor lo tomó entonces con más firmeza, el hormigueo esparciéndose por todo su cuerpo, su pulgar acariciando la mandíbula de Loki mientras lo movía al mejor ángulo, profundizando el beso, sintiendo el sabor dulce del 7-Up que Loki había estado tomando. Era electricidad pura, era una sensación que Thor nunca había sentido hasta ese momento, pero siempre había necesitado; ¿cómo pudo vivir así todo este tiempo?
Loki jadeó, un pequeño gemido que entró por la boca de Thor y viajó por todo su cuerpo. Eso lo llevó a su límite, Thor supo que si no se detenía en ese instante no iba a poder detenerse nunca. No con los gemidos de Loki vibrando contra sus labios, no con su cabeza relajada en la palma de su mano, completamente a su merced. Con todo el pesar del mundo se permitió acariciar brevemente la mejilla de Loki antes de alejarse y volver a la realidad.
Pestañas negras, ojos verdes y pecas fue todo lo que vio al abrir los ojos.
Con el corazón retumbándole en el pecho, Thor sólo podía pensar: ¿qué acabo de hacer?
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Luego de ese beso les siguieron unos segundos incómodos que parecieron eternos, interminables, ambos mirándose a los ojos con completa incredulidad de lo que acababa de pasar, de lo que Thor acababa de hacer. Loki parecía un poco agitado, su boca entreabierta y su rostro completamente rojo, Thor pensó brevemente que jamás había visto algo tan adorable. Dios, ¿qué estaba pensando? En el fondo sabía que tenía que decir algo, cualquier cosa, pero su garganta parecía estar sellada. No sabía por dónde empezar, sólo podía pensar en cómo le habían movido el suelo esos besos, y que le gustaría mucho repetirlo, pero… ¿Qué mierda estaba pensando cuando hizo eso?
Su mente se dividía entre querer abalanzarse a los labios de Loki nuevamente y el dilema de su sexualidad rondándole la cabeza sin parar, dejándolo paralizado, apenas respirando. En retrospectiva, debieron ser dos minutos de silencio, pero para él se sintió como una eternidad que lo hizo ver como un cobarde en todos los aspectos. Porque Loki había estado esperando que Thor dijera algo, dándole el beneficio de la duda, quizás; no parecía ofendido, tampoco enojado, en todo caso se veía confundido, completamente fuera de su elemento. Pasados esos pesados minutos Loki fijó su mirada al frente, hacia la ventana, y luego de un suspiro volvió a examinar las fórmulas en su cuaderno como si nada, al parecer tomando el silencio de Thor por lo que era: absolutamente nada.
—Olvidaste colocarle el negativo acá, ése fue el problema —dijo Loki, señalándole a Thor el ejercicio que había hecho mal, continuando la conversación anterior como si nada.
Thor tragó profundo, mirando el cuaderno y asintiendo como un tonto, pateándose mentalmente porque, aunque Loki al parecer iba a hacer como si nada hubiese pasado, y aunque ésa sería la ruta más fácil y gentil para Thor, por alguna razón… algo dentro de él parecía decepcionado de pensar que ése beso podría ser el primero y el último; sentía el pecho pesado al pensar que quizás él y Loki no se volverían a besar.
¿Quizás? ¿Qué mierda estaba pensando? ¡Él no era gay! Además de que tenía novia, ¿qué le pasaba?
Ese día decidieron terminar temprano, la tensión era insoportable, Thor había sido incapaz de concentrarse luego de esos besos. Que Thor no fuese gay no le daba derecho a guardar silencio, porque había sido él quien había besado a Loki, y había sido él quien lo había tomado de la nuca, hundiéndose en un segundo beso tan pronto Loki se echó hacia atrás. Loki apenas lo miró a los ojos el resto de la tarde, y cuando se fue le dedicó apenas una sonrisa tensa antes de salir por la puerta y subirse a su bicicleta. Thor se quería morir, ¿había arruinado todo? Loki se había convertido en alguien muy especial para él, alguien por quien Thor contaba las horas antes de verlo, no quería pensar que su amistad se había arruinado para siempre.
¿Qué había pasado por la mente de Loki en ese momento? Había correspondido sus besos, Loki había suspirado en su boca y gemido contra sus labios, Thor aún sentía el cosquilleo recorrer todo su cuerpo de sólo recordarlo. Su piel se había sentido tan suave cuando lo tomó de la nuca, ¿siempre había olido tan bien? Thor habría querido enterrar su rostro en el cuello de Loki y aspirar mejor su aroma, descubrir si era un perfume, su champú, o simplemente él. Luego tragaba profundo y le daban ganas de estrellar la cabeza contra la pared; estaba muy aturdido, si se permitía distraerse esos pensamientos extraños le invadían la mente.
No sabía cómo ese beso iba a afectar su amistad, Loki al parecer le había dejado el camino fácil y había actuado como si nada, pero era Thor el que no se sentía capaz de actuar igual. Porque antes del beso ya Loki vivía en su mente sin reparo alguno, y ahora que ese sentimiento extraño había despertado dentro de él tenía muchas cosas que replantearse. Thor nunca, nunca se había sentido así con nadie más, jamás un beso le había revuelto todo dentro como ese beso con Loki. Desde su amistad, desde que Loki comenzó a caerle bien… con Loki las cosas siempre habían sido diferentes desde el principio, si se ponía a pensarlo; Thor nunca había añorado tanto la compañía de alguien, no de sus amigos, no de sus novias. Era una necesidad que parecía nacer en su interior, salir de sus entrañas y hacerle desear complacer a Loki, caerle bien, ser… ser alguien con quien Loki quisiera estar, que lo hiciera reír y sentir bien.
Thor no quería profundizar en qué podía significar todo eso, no.
Tal vez… tal vez lo que necesitaba era distanciarse un poco. Sí, quizás tanto tiempo junto a Loki, pensando en Loki, añorando a Loki, le estaba atrofiando el cerebro, como una adicción. Thor estaba confundido, eso era todo, necesitaba… necesitaba espacio, despejar su mente, llenar sus horas de chats con Loki de otra cosa. Quizás debería dejar de escuchar Taylor Swift por un tiempo, también; desde que descubrió que compartían ese gusto no podía escucharla sin pensar en Loki. ¿Cómo habían llegado hasta aquí? ¿En qué momento Thor se obsesionó así con él? Había pasado en un parpadeo de completa indiferencia a prácticamente dependencia, eso no podía ser normal.
Un poco de distancia le brindaría claridad, de eso estaba seguro.
*
El miércoles pasó como un manchón gris, no chatearon en todo el día, no cruzaron miradas ni un solo momento en clases. Pero estaba bien, era eso lo que Thor quería, ¿no? Sólo desearía que la abstinencia no se lo estuviese comiendo por dentro; normalmente pasaba días sin chatear con cualquiera de sus amigos y no reaccionaba así, ¿qué mierda le pasaba con Loki? ¿Por qué le afectaba tanto? Él y Jane no eran el tipo de pareja que se la pasaban uno encima del otro, o que hablaban por chat todo el día, así que se sintió un poco raro cuando empezó a suplir su necesidad por hablar con Loki hablándole a Jane. Y sí, quizás no sonaba bien, pero… o sea, no es como que Thor viese a Jane como suplente o algo, empezando porque Jane había llegado primero a su vida, sino que tal vez la había dejado un poco de lado estos últimos meses y por eso se había sentido tan confundido.
Jane era… Jane era la chica más dulce que Thor había conocido en su vida. Era lista, hermosa, y tan madura, fue un cambio completamente radical en la vida de Thor cuando comenzó a salir con ella. Antes de Jane, Thor había tenido otras novias, y también una que otra relación casual, pero fueron relaciones que por lo general se desvirtuaban a lo tóxico. Todo con ellas era siempre muy intenso y con el tiempo se tornaban increíblemente celosas, a pesar de que Thor no era el tipo de chico que coqueteaba por ahí. De hecho, todas las novias que había tenido le habían coqueteado a él primero, a excepción de Jane. Thor nunca había tenido interés en ir por ahí conquistando chicas, nunca había sentido ese flechazo de que le gustara una y tuviese que sí o sí intentar algo con ella. Tal vez tenía estándares muy altos, tal vez no había llegado la indicada, tal vez ni siquiera la estaba buscando.
Su filtro para decidir salir con una chica era que lo hicieran reír, y todo iba bien hasta que de la risa pasaban a hacerlo estresar. Thor aún iba a fiestas, pero antes, antes prácticamente vivía más en la calle que en su propia casa. A muchas de las fiestas llevaba a sus novias, a muchas otras no; no eran siameses para vivir encima del otro. Sin embargo Thor nunca, nunca coqueteaba con otras mujeres, mucho menos era infiel; primero tendría que gustarle otra mujer para siquiera considerarlo, y Thor realmente no estaba buscando nada. Pero con el tiempo sus novias se volvían inseguras, celosas, hostigadoras, y en el momento en que querían revisarle el teléfono Thor sabía que era hora de alejarse; él confiaba en ellas, ¿por qué no podía ser recíproco?
Thor se dio cuenta de que todas parecían una copia de la anterior, y estaba cansado. Algo estaba haciendo mal.
Entonces Jane. Thor conocía a Jane de toda la vida, como casi todo el mundo en ese círculo. Los padres de Jane eran dueños de una farmacéutica y eran buenos amigos de los padres de Thor, quienes adoraban a Jane. Si existía la mujer indicada para él, esa tenía que ser Jane; inteligente, graciosa, segura de sí misma y además hermosa. Jane era completamente opuesta a todas las chicas con las que Thor había salido, sabía que nunca le haría una escena de celos basada en nada, que no tendría interés en revisarle el teléfono o atosigarlo. En todo caso Thor estaba seguro de que Jane era el tipo de mujer que, en el momento que dudara de él, lo botaría sin más, sin segundas oportunidades.
Así que Thor decidió intentar conquistar a Jane.
Fue una decisión consciente, fue una decisión basada en su futuro, no principalmente en atracción. Porque sí, Thor podía reconocer los increíbles atributos de Jane como persona, así como también sentía que tenía bastante para ofrecer de sí mismo, pero el amor… el crush aún no estaba ahí, y a esas alturas Thor ni siquiera sabía si era capaz de sentir algo así. Sus amigos hablaban de la atracción, y Thor podía verlo en sus ojos cuando una chica les llamaba la atención, pero para él era imposible identificarse, estaba cansado de intentarlo y salir con muchachas que no le despertaban nada y en su lugar le daban dolores de cabeza. Tal vez era demasiado maduro para enamoramientos adolescentes, tal vez era mejor enfocarse en el futuro.
Thor fue de frente y le pidió una cita, salir a comer por ahí, hacer algo divertido, y la manera en que Jane le sonrió, con un tierno sonrojo en su rostro, le demostró que iba por buen camino. Jane gustaba de él, sólo tenía que procurar no cagarla. Así que comenzaron a salir por ahí y pasar más y más tiempo juntos. Jane le caía bien, pero eso no era novedad, tenían conociéndose toda la vida. Thor se sentía en paz a su lado, tenía siempre un aura de serenidad y tranquilidad, eran muy compatibles, aunque Thor… aunque Thor no estuviese enamorado de ella, era lo más cerca que había estado de sentir algo así por alguien. Jane era una chica que frecuentaba pocas fiestas, pero cuando salía se divertía al máximo; era la compañera perfecta, y se tornaba especialmente graciosa cuando se emborrachaba. Eventualmente se hicieron novios, eventualmente llegaron los besos y el sexo y todas esas cosas de parejas normales, y aunque para Thor todo estaba bien, él… ¿de qué se podía quejar?
Tenían ya un año de relación, los padres de Thor adoraban a Jane y se pusieron felices cuando comenzaron a salir. El tiempo había pasado volando, Thor aún lo sentía como ayer la primera vez que la tomó de la mano. Un año y todavía nada de… se sentimientos más profundos, de algo que lo hiciera sentir más allá de una amistad. Thor estaba contento con Jane y cuando miraba al futuro, se veía con ella, se veía casado y formando una familia, compartiendo esa clase de intimidad con una buena amiga. Quizás era así como debería sentirse, ¿no?
Sin embargo, Loki… dios, cómo le había revuelto la cabeza Loki.
*
Thor había pasado toda la tarde del miércoles entrenando con sus compañeros de rugby, y luego de que terminaran las prácticas y todos se fueran, Thor se quedó ahí, haciendo ejercicio, llevando su cuerpo al límite con tal de no pensar. Llegó a su casa casi a los ocho de la noche, fue directo a ducharse, estaba completamente molido. Apenas bajó para cenar con su padre y charlar un poco, pero muy poco, no aguantaba el cansancio. Odín pareció notar su agotamiento y le dijo que fuese a descansar, y eso hizo; tan pronto cayó sobre la cama se quedó dormido. No eran ni siquiera las nueve de la noche.
Al siguiente día, al levantarse, se fijó que Loki le había escrito. Bueno, más bien le había mandando una imagen, un meme, pero a esa hora Thor ya se había dormido. No sabía realmente qué decirle, normalmente le respondería riéndose y le mandaría otro meme, o buscaría la forma de seguirle la conversación, pero Thor… Thor aún sentía que lo mejor sería enfriar las cosas un tiempo y aclarar su mente, así que le respondió con un simple jajaja y nada más. Se sintió un poco mal tan pronto envió ese mensaje, sabía que Loki no respondería, y eso lo decepcionaba a pesar de que justo eso estaba buscando.
Ese día era jueves, esa tarde trabajarían en el proyecto.
Thor había llegado al colegio como todos los días, luego de buscar a Jane a su casa para llegar juntos. Mientras caminaban de la mano por los pasillos, Thor escuchando a Jane hablar distantemente, se fijó en Loki, que caminaba con sus amigos, hablando y riéndose como si nada. Thor sintió un nudo extraño en el pecho, no lo sabía explicar; Loki se veía tan normal, tan sereno como siempre. Thor había pasado los últimos dos días atormentado, cuestionándose mil y un cosas, y Loki… Loki estaba riéndose con sus amigos. ¿No le habían afectado tanto como a Thor esos besos? ¿Estaba Thor siendo dramático?
—Thor —exclamó Jane a su lado, apretándole la mano para llamar su atención.
—¿Ah?
—¿Vas a venir a mi casa esta tarde?
—Sí, sí —respondió distraídamente, antes de caer en sí—. Espera, no. Uh, lo siento, hoy es jueves, Loki y yo trabajaremos en el proyecto.
—Oh, cierto. Bueno, mañana entonces —dijo ella, sonriendo dulcemente.
—Mañana —dijo Thor, devolviéndole la sonrisa antes de besarle la mano que sostenía.
Thor había estado ansioso luego de llegar del colegio. Loki había leído su mensaje insípido y obviamente no había respondido más nada. ¿Qué estaría pensando? Thor no quería alejarlo, no por completo, no para siempre. Le agradaba Loki, le gustaba pasar tiempo con él y hablar de cualquier cosa, nunca se quedaban sin tema de conversación, siempre había algo que decir. Sin embargo, luego de dos días de silencio y tensión, Thor se preguntaba si Loki estaba enojado o decepcionado de él, ¿pensaría que era una broma de mal gusto?
Esa tarde Loki llegó puntual, como siempre, y lo saludó como si nada. Subieron a la habitación de Thor, Loki inmediatamente puso algo de música en la TV como ya era costumbre, y se pusieron a trabajar. Nadie mencionó el beso, nadie mencionó el silencio. Loki estaba trabajando como normalmente lo hacía, de vez en cuando exhalando en frustración por la lentitud de su laptop gastada, completamente inmerso en su parte del proyecto. Thor sentía como si hubiesen hormigas debajo de su piel, recorriendo cada recoveco, haciéndolo sentir ansioso y tenso.
¿Sólo él estaba tenso? ¿Sólo él había pasado dos días atormentado por lo que había pasado?
No estaban hablando, pero era de esperarse; Loki podía pasar horas sin abrir la boca, mientras que Thor no podía evitar querer hablar. Bien, esa tarde fue la excepción. Su garganta se sentía seca, y aunque estaba trabajando también, avanzando significativamente más lento que Loki ese día, no podía evitar distraerse cada par de minutos para mirarlo. Loki se veía tan normal que era ofensivo, honestamente, ¿no significó nada para él ese beso? ¿Cómo podía actuar como si nada? Los había correspondido, los dos besos, había gemido en los labios de Thor, no podía… ¿de verdad fue tan insignificante para él? Thor vacilaba entre la rabia y la ansiedad.
Nos besamos, tú y yo, mi lengua estuvo en tu boca y te gustó, no finjas que no fue así.
Mientras más lo miraba, incrédulo, más se percataba de que Loki era… Loki era realmente un chico muy lindo. Sus pecas, sus ojos verdes y su cara salida de un cuento de hadas, ¿de cuándo acá los chicos podían ser tan lindos? Bueno, no es como que Thor se hubiese permitido mirar antes. Y ahí estaba también ese olor, sus ganas de enterrar el rostro en su cuello, en su cabello, aspirar profundamente hasta inundar sus pulmones. ¿Qué le pasaba? Dios, se sentía como un tarado pensando todas esas cosas raras con Loki ahí, justo a su lado. De vez en cuando Loki volteaba en su dirección para comparar resultados o pedir su opinión en cómo sonaría mejor alguna oración. Todo normal, todo como si nada.
A diferencia de los otros martes y jueves, ése día la tarde pasó tortuosamente lenta, Thor había agonizado cada hora intentando disimular su ansiedad. ¿Por qué se sentía así? Loki estaba normal, Loki podía actuar normal, ¿por qué mierda a él le afectaba tanto? Loki se había despedido de él como siempre, y se había ido en su bicicleta mientras Thor lo miraba desde la puerta. Tal vez… tal vez debería dejar de atormentarse tanto, seguramente lo que necesitaba era dejar que el tiempo hiciera lo suyo, seguramente todo volvería a la normalidad en un par de días, eso era todo.
*
Thor tragó profundo, secándose el sudor de la frente por un segundo antes de volver a tomar con firmeza las pálidas caderas que se movían sobre él. Una mano de Loki yacía en su pecho, su calor como un tatuaje sobre su piel, y la otra yacía sobre la almohada, junto a la cabeza de Thor. Loki miraba hacia abajo, sus ojos conectados en todo momento con los de Thor mientras se movía sobre él sin parar. Su pecho y rostro sonrojados, esos jadeos entrecortados que salían de su boca con cada estocada mientras se contraía alrededor del pene de Thor, haciéndolo ver estrellas. Estaban muy lejos, dios, Thor lo necesitaba más cerca, así que se irguió sobre la cama hasta estar sentado, sus pechos desnudos tocándose, Thor rodeándole la cintura con un brazo para tenerlo más cerca, más cerca. Los brazos de Loki le rodearon el cuello antes de unir sus labios en un lánguido beso, Thor tragándose todos y cada uno de sus gemidos mientras Loki invadía todos y cada uno de sus sentidos.
En un segundo Thor invirtió sus posiciones, con Loki ahora bocarriba sobre la cama y Thor entre sus piernas, penetrándolo de nuevo. Loki se veía… dios, Thor quería comérselo entero, lo quería todo, todo para él sólo. Con ambas manos sobre sus muslos lo instó a abrir más las piernas, permitiéndole meterse más profundo, haciéndolos gemir a ambos al mismo tiempo. Thor quería verlo, detallar cada centímetro de su piel, pero su vista estaba borrosa, no podía enfocar más allá de su palidez y su rostro, sus ojos más verdes que nunca, mirándolo fijamente.
El sexo nunca, nunca se había sentido así.
—Thor… —gimió Loki, erizándole todo el cuerpo.
Thor se inclinó hacia abajo para poder besar esa boca, roja por los besos y las mordidas; Thor quería marcarlo por todas partes, hacerlo suyo. Sus embestidas comenzaron a salirse de control, cada vez más rápidas, cada vez más frenéticas al ritmo de los gemidos de Loki, la voz de éste quebrándose mientras le pedía más, más, más. Y Thor se lo estaba dando, Thor quería darle absolutamente todo mientras Loki le clavaba las uñas en la espalda; podía sentirlo, estaba cerca, estaba tan cerca…
*
Thor despertó agitado en medio de la madrugada, confundido y con el corazón latiéndole a mil por hora. Estuvo desorientado un par de segundos mientras miraba a su alrededor, digiriendo lo que acababa de soñar. ¿Qué mierda acababa de soñar? ¿Qué fue eso? Se pasó una mano por la cara mientras intentaba tragar, pero tenía la garganta seca y la frente sudada. Fue recién cuando se quitó las sábanas de encima que se dio cuenta de la erección que tenía. Se llevó una mano a la entrepierna y jadeo involuntariamente; estaba tan duro, no recordaba nunca haber estado tan, tan duro. Y todo por… todo por ese sueño absurdo, ¿a qué mierda estaba jugando su subconsciente? Tenía miedo de masturbarse en ese instante, pero sabía que la erección no se iría por sí sola, al menos no pronto; tenía aún muy vívidas en su mente las imágenes de su sueño, y no quería pensar en eso, pero, um…
A la mierda, ¿qué más daba?
Thor metió la mano bajo su bóxer y comenzó a masturbarse, su sueño reproduciéndose en su mente como un video porno; se había sentido tan real que podría jurar que se había cogido a Loki ahí mismo, en su propia cama. Había sentido su piel sudada bajo sus palmas, y cómo sus suaves muslos habían aprisionado sus caderas antes de acabar. El sueño había quedado incompleto, pero Thor se permitió completar la fantasía en su mente, imaginándose cómo se sentiría acabar dentro de Loki, embestir lentamente luego del orgasmo hasta dejarle toda su leche dentro.
—Ugh, dios —murmuró entre dientes mientras acababa sobre su puño, su semen casi inagotable; hacía varios días que no se masturbaba.
Si cerraba los ojos, podía ver esa imagen obscena de Loki debajo de él, gimiendo su nombre.
*
El viernes fue un día patético. Thor sentía tatuadas en su frente las imágenes de su sueño, como si cualquiera pudiera leerlo en su rostro, especialmente Loki. Así que no lo miró en todo el día, actuó como si no existiera, como si la ansiedad no se hubiese multiplicado luego de ese extraño sueño húmedo. Pensó que su día mejoraría en la tarde, que podría distraerse en su práctica de rugby, pero la cagó tanto que el entrenador los dejó irse antes; algo tenía a Thor aturdido, y todos podían notarlo.
Tal vez Jane… tal vez con Jane podría encontrar un poco de paz.
Después de pasar por su casa a ducharse y quitarse de encima esa sensación de fracaso por la práctica, Thor fue a la casa de Jane, como le había prometido, aunque no se quedaron ahí mucho tiempo. Thor saludó a los padres de Jane, charlaron un poco, y luego ellos dos fueron por ahí a comer algo. Jane le preguntó cómo se sentía, si le pasaba algo, porque lo veía estresado, y Thor no sabía qué decirle, ¿qué le podía decir? ¿Qué su mente era un caos luego de besar a otra persona, y que ahora tenía sueños húmedos con él? Thor se limitó a suspirar e inventar alguna excusa sobre el proyecto y la práctica yendo mal, que técnicamente no eran mentira.
Thor admitía que esas horas que pasaron juntos lograron quitarle un poco de tensión; se había estado aislando mucho, necesitaba salir y socializar más con su grupo, dejar de enfrascarse tanto en cosas que lo confundían. El sábado había una fiesta, los padres de Sif no estarían en casa el fin de semana y Heimdall, su hermano mayor, iba a hacer una fiesta con todos sus amigos universitarios; obviamente Thor y todo el grupo estaban invitados, incluida Jane, así que decidieron que irían. Thor estaba emocionado por ir, hacía bastante que no veía a Heimdall, era un tipo bastante cool, Thor lo admiraba, sentía que era como el hermano mayor que nunca tuvo. Así que estaba decidido, un sábado de descontrol, eso le hacía falta.
*
Odín le había dado permiso de llegar a las dos de la mañana, pero eran ya las tres y Thor no tenía intenciones de volver a casa aún. Thor estaba medianamente ebrio, lo suficiente como para que todo te de risa, pero no tanto como para tambalearte al caminar. Él y Fandral habían salido de la fiesta, habían ido a comprar algo para el monchis, éste tenía antojo de papitas picantes. Thor estaba caminando por los pasillos de la tienda, mientras Fandral buscaba lo que iba a comprar, y llegó a la sección de condones. Mirando la repisa, luego de escoger una caja pensando en lo caliente que se ponía Jane cuando fumaban marihuana, se fijó que también había lubricantes y sintió un cosquilleo bajarle por toda la columna. Tomó un tubo al azar, examinándolo vagamente. Eso que soñó, para eso se necesita… um, se necesita lubricante, ¿no? Tendría primero que lubricar muy bien sus dedos, y luego abrirse espacio dentro, un poco lento, paciente, uno a la vez y…
—¿Lubricante? —inquirió Fandral a su lado, Thor no lo notó llegar— Uh, kinky, no sabía que Jane tenía esos gustos.
Thor volteó a verlo confundido, pero Fandral ya había caminado hacia la caja; un par de segundos después el cerebro embriagado de Thor cayó en cuenta de lo que Fandral había insinuado, y sintió algo raro en el estómago. Él no había estado pensando en Jane. Tampoco es como que el lubricante sólo se use para el sexo anal, pero… como sea. Thor caminó tras él con su caja de condones, y se dispuso a pagar después de Fandral.
—¿Vas a llevar eso? —preguntó la cajera, señalando el lubricante que Thor tenía apretado en su puño; había olvidado que lo llevaba consigo.
—Uh… —Thor se debatió mentalmente por dos segundos, asintiendo finalmente para pasarle el lubricante y un paquete de goma de mascar a la cajera.
Cuando salieron de ahí Fandral no paró de hablar en todo el camino mientras los conducía de regreso, pero Thor ni siquiera lo estaba escuchando. Cuando llegaron se encontró a Jane justo donde la dejó, hablando animadamente con Sif mientras tomaba cerveza. Thor de repente sintió que esa noche había tenido suficiente de la gente y el ruido y tener que gritar para hablar, ya habían bailado bastante y lo que le provocaba, con completa honestidad, era fumarse un porro e irse a dormir. Thor le dijo a Jane que ya tenía ganas de partir y ésta asintió, levantándose.
Caminaron agarrados de manos hasta el carro de Thor, luego de despedirse de todos y que los llamaran aguafiestas. Jane no paraba de mirarlo y besar su mejilla, una tierna sonrisa en su rostro. Thor decidió hacer una última parada antes de llevar a Jane a su casa, conduciéndolos hasta una loma desértica que daba vista a toda la ciudad. Se estacionó a un lado de la calle y bajó las ventanas del carro, dejando entrar el aire frío de la madrugada antes de encender el porro y fumar en silencio con Jane.
En medio de la madrugada, iluminados sólo por la luna, el cielo se veía espléndido. Eventualmente rompieron el silencio, hablando en voz baja como si alguien pudiese oírlos, riendo tontamente de todo y nada a la vez. Jane lo miraba de esa manera que lo hacía sentir un nudo en la garganta, porque él no compartía ese peso en sus ojos cuando la veía a ella. La quería, claro que la quería, ¿quién podría no quererla? Pero besarla toda la noche no le dio lo que estuvo buscando desesperadamente. Jane apagó el porro y mordiéndose el labio se sentó a horcajadas sobre el regazo de Thor, justo entre él y el volante, comenzando a besarlo apasionadamente. Thor la tomó de las caderas instintivamente mientras ella se movía sobre él, haciendo fricción, pero por más que Thor quería que pasara, su cuerpo no reaccionaba.
Jane llevó una de sus manos a la entrepierna de Thor, primero acariciándolo sobre la ropa mientras besaba su cuello, para luego abrirle el pantalón e introducir su mano, viendo que nada parecía surgir efecto. Flashes de su sueño pasaron por su mente sin permiso, y Thor sintió brevemente el calor en su miembro, pero no se permitió seguir pensando en eso, no era justo, no para Jane. Intentó pensar en ella desnuda, le quitó la blusa que tenía puesta, acarició sus pechos, besó sus pezones, pero simplemente no estaba caliente; un sueño húmedo le había provocado más deseo que todas sus novias juntas, era absurdo.
Thor estaba frustrado, pero no quería dejarla así. Decidió distraerla con besos mientras metía su mano bajo su falta, dentro de su ropa interior y comenzó a tocarla como sabía que le gustaba. Estaba tan mojada, moviendo sus caderas a su propio ritmo, gimiendo entrecortado en los labios de Thor, pero no era… no, no tenía que pensar en eso. No tomó mucho tiempo hacerla acabar, con lo excitada que estaba; luego de su orgasmo se derrumbó sobre Thor, quien la abrazó repartiéndole besos en el cuello. Jane no insistió más, tal vez aceptando que Thor no estaba de humor, y luego de un par de besos volvió a su asiento, sonriéndole mientras se volvía a poner su blusa.
Luego de llevar a Jane a su casa, Thor volvió a la suya, encontrándose a Odín esperándolo en la sala. Eran pasadas las cuatro, pero Odín lo mantuvo breve y simplemente le dijo que estaba castigado, que después hablarían de eso. Thor suspiró, asintiendo, para luego subir a su habitación; estar castigado era la menor de sus preocupaciones. Se dio una ducha rápida para luego meterse bajo las sábanas sólo en ropa interior. Estaba agotado, pensó que esa noche serviría para distraerlo y volver todo a la normalidad, pero sólo sirvió para atormentarlo más. Se sentía como un idiota, él ahí aturdido por todas las cosas que Loki había revuelto dentro de él, mientras Loki seguía con su vida normal, como si nada hubiese pasado, como si no hubiesen estado hablando día y noche los últimos dos meses, como si Thor no lo hubiese besado.
Thor tomó su teléfono y cedió ante la tentación, yendo a su chat para releer sus conversaciones y así calmar su adicción, porque así se sentía, adicto a él; releer los chats era como poner una curita a su alma. Entonces, en medio de su lectura, se fijó que Loki se había puesto en línea. Eran casi las cinco de la mañana, ¿qué hacía en línea? ¿Con quién podía estar hablando? Una sensación grotesca en el fondo de su estómago lo invadió, y la frustración logró humedecerle los ojos, porque Thor podía reconocer ese sentimiento: celos.
Thor cerró los ojos y, ante la tristeza y el agotamiento, decidió rendirse.
Thor, 4:47am:
Hey
Se quedó mirando la pantalla un par de minutos, su corazón dando un salto cuando vio que Loki estaba escribiendo.
Loki, 4:49am:
Hey
Thor suspiró; era todo lo que necesitaba.
Notes:
Espero les haya gustado el capítulo, el nombre viene de la canción Treacherous de TS ♥
Chapter 4: Mi mente olvida recordarme que eres una mala idea
Chapter Text
Loki le atraída, de eso no había duda, Thor ya lo tenía claro. Sus días habían mejorado desde que volvieron a hablar con la frecuencia de antes, ese domingo en la madrugada chateando hasta las seis y media de la mañana. Todo estaba bien, Thor estaba tranquilo nuevamente. No tenía nada de malo que le atrajera un chico, ¿no? No significaba que fuese gay, todo el mundo dice experimentar en la juventud, y pues Thor es joven, este sería justamente su momento. Thor no tenía un plan en sí respecto a lo que sentía, pero admitírselo a sí mismo le sacó un peso grande de los hombros, le quitó el nudo de la garganta, así no supiera qué hacer con ello. Por el momento, hablar con Loki, estar cerca de él, era suficiente para mantenerlo tranquilo, para provocarle ese cosquilleo en todo su cuerpo cuando Loki y él se miraban a los ojos.
Siendo optimista, Thor esperaba que ese crush siguiera su rumbo y se le pasara en poco tiempo.
En unas semanas tenían un importante juego de rugby contra otro colegio, así que apreciaba volver a tener control sobre su mente y no tener arranques de ansiedad en la cancha. Su entrenador estaba satisfecho con su desempeño y su sintonía con su equipo, todo iba excelente nuevamente. Loki nunca mencionó el beso, las conversaciones siguieron como si nada y Thor… Thor decidió dejarlo así, a pesar de que ese sueño invadía su mente de vez en cuando, sobre todo en la ducha o en esas noches en las que no podía dormir.
Una semana había pasado volando, Odín lo había castigado un mes sin salidas ni visitas, a excepción de Loki, que venía a trabajar con él en el proyecto. Thor fingió fastidio, pero en el fondo estaba bien; Loki era la única persona que le interesaba que lo visitara, de todas formas. Loki fue el martes y el jueves, como siempre, y otra vez las horas pasaron volando mientras hablaban y trabajaban, a veces con Taylor Swift de fondo, a veces algo más. Thor sentía siempre un vacío en el estómago cuando Loki tenía que irse, viéndolo con pesar desde la puerta, yéndose en su bicicleta, dejando a Thor solo y extrañando su compañía. A veces pensaba en invitarlo a ver una película, pero las palabras se le quedaban atoradas de sólo imaginar que Loki le dijera que no; Thor nunca había temido al rechazo, pero Loki lograba hacerlo sentir vulnerable.
Ese fin de semana fue la primera vez que hablaron por videollamada. Thor había estado aburrido, no podía salir, nadie podía visitarlo, recién ahí sintió el peso de su castigo. Pensó en invitar a Loki, pero Odín estaba en la casa y sabía que sólo trabajaban los martes y jueves, así que claramente no sería una visita por tarea. Entonces tuvo una idea: tal vez podrían ver una película juntos, pero a la distancia. A Loki le gustó la idea, y fue él quien escogió la película; tenía ganas de ver una de terror y escogió Insidious, Thor nunca la había visto. La pusieron al mismo tiempo, cada quien en su casa, y comenzaron chateando, comentando sobre lo que veían, Loki confesándole que no tenía grandes expectativas, pero para su sorpresa cada vez le iba gustando más. A media película decidieron hacer videollamada, para verse las caras, sus expresiones, y por un momento Thor se olvidó de que estaba solo en su habitación, castigado hasta quién sabía cuándo.
—Estuvo buena —dijo Thor cuando terminó la película, mirando a Loki en la pantalla de su teléfono.
—La verdad es que sí, no pensé que me fuese a gustar; es difícil encontrar películas de terror buenas.
—¿Vemos la segunda de una vez?
—Si tú quieres —respondió Loki, para luego soltar una risita extraña.
—¿Qué?
—Nada, me da risa que el sábado pasado estuviste de fiesta hasta el amanecer, y en éste como estás castigado tu último recurso es, no sé, ver películas conmigo en videollamada.
—No es mi último recurso —respondió Thor honestamente, pero Loki seguía sonriendo mientras rodaba los ojos—. Tenemos meses hablando casi todo el día, todos los días, ¿de verdad crees que ver una película contigo sería mi último recurso?
—No sé… —musitó Loki, mordiéndose el labio tímidamente, y Thor… Thor se lo quería comer a besos a través de la pantalla.
—¿Por qué no vemos una película aquí en mi casa el martes? Cuando terminemos de trabajar en el proyecto, puedo pedir una pizza para cenar, no sé, ¿qué te parece?
—¿No sería muy tarde? A mi mamá no le gusta que esté por ahí en bicicleta de noche.
—No hay problema, te puedo llevar a tu casa después.
—Vivo lejos —dijo Loki, sonriendo incrédulo—. Tipo, de verdad lejos.
—Tampoco es como que te voy a llevar en el lomo, vamos en mi carro —respondió Thor, haciéndolo reír, y qué bonito era escuchar eso, Thor nunca se iba a cansar de ese sonido, mucho menos de ser el causante de éste.
—No quiero causarte molestias.
—No es molestia, yo te estoy invitando.
—Está bien —respondió Loki, sonriendo tímidamente—, pero que conste que te lo advertí.
—Está hecho entonces, hoy terminamos las de Insidious y el martes vemos otra cosa.
—¿Todas hoy? ¡Son como cuatro!
—¿Me vas a hacer verlas solo? Tú las escogiste, si las veo solo no voy a poder dormir y va a ser tu culpa.
—¿Tan grande y no puedes ver una película de terror solo?
—Claramente necesito tu protección, ¿no es obvio?
—Muy bien, supongo que no tengo más opción —dijo, soltando una última risita, haciendo que Thor tragara profundo al sentir ese revoloteo en su pecho.
Oh, ese crush estaba tardando en desaparecer…
*
El sábado vieron las cuatro películas y luego se quedaron hablando hasta tarde. Las dos primeras fueron bastante buenas, pero las dos últimas no tanto. De hecho, durante la cuarta ya lo que hacían era burlarse de lo ridícula que era la trama. Loki decidió que para él sólo existían las dos primeras de ahí en adelante, y Thor concordaba con él; le encantaba escucharlo hablar. El domingo en la mañana Thor salió a trotar con su padre, calentando y charlando antes de hacer ejercicio juntos en el gimnasio que tenían en casa. A Odín le gustaba cuidarse, en su juventud también practicó deportes, y Thor creció con ese ejemplo, lo que los hacía disfrutar esos momentos juntos. Al mediodía comieron juntos, en videollamada con Frigga, su madre, y luego Thor subió a su habitación a hacer tareas. Diez minutos después ya estaba llamando a Loki, y se hicieron compañía en videollamada mientras hacían sus deberes.
Ya en la noche, luego de cenar, aprovechó de hablar con Jane un rato, dedicarle la atención que se merecía, aunque en el fondo… en el fondo deseaba estar hablando con alguien más.
El lunes pasó volando, compartió un par de sonrisas con Loki en los pasillos, entre clases, mientras cada quien iba con su grupo. Ese día se quedó hasta tarde, entrenando con su equipo para el juego que se acercaba, y estaba contento de estar en tan buena sintonía, aunque no era sorpresa; eran de los mejores equipos escolares del estado. Jane se quedó, junto a las novias de otros jugadores, para verlos entrenar desde las gradas. Normalmente irían en grupo a comer algo luego de la práctica, y aunque Thor sabía que podría justificar el llegar un poco más tarde diciendo que la práctica se había alargado, lo cierto era que no tenía ganas de ir por ahí. Estaba molido, sí, pero también quería llegar a casa para chatear con Loki un par de horas antes de dormir.
Thor sentía que su atracción por Loki le brotaba por todas partes cuando hablaban, como un flujo de agua imposible de contener. Era tan obvio, y el no querer darse cuenta era lo que lo estuvo matando lentamente esas últimas semanas. A veces se preguntaba si Loki lo sabía, si se daba cuenta, si… si gustaba de él también. Loki no era tan fácil de leer, se escondía mucho detrás de su sarcasmo y a veces resguardaba sus verdades en éste. Thor era un libro abierto y, aunque no tenía planes de confesarle sus sentimientos, tampoco estaba muy interesado en ocultarlos; lo miraba tanto como podía, sin hacerlo incomodar, y se regocijaba cuando lograba hacerlo reír.
Con que así se sentía… Thor finalmente conocía ese sentimiento del que todos hablaban.
El martes Thor no cabía dentro de sí mismo de la emoción, no recordaba la última vez que ver una película con alguien le hubiese parecido tan emocionante, pero con Loki… bueno, estaba seguro que hasta ver pintura secar sería divertido si estaba con él. Primero avanzaron en su proyecto, Loki había tenido que mandar a arreglar su laptop porque había estado fallando mucho, así que ese día fue sólo con su teléfono y apuntes. Afortunadamente tenían una carpeta conjunta online donde almacenaban todo, así que tenían la información siempre a su disposición, pero Thor odiaba ver a Loki batallar con su vieja laptop una y otra vez.
—¿No has pensado en comprarte una nueva? —preguntó Thor mientras Loki anotaba las fórmulas en su libreta.
—Si pudiera comprarme una nueva lo haría —respondió Loki, sonriendo sin levantar la vista del papel.
Thor se sintió como un imbécil entonces, nunca antes había querido patearse a sí mismo con todas sus fuerzas como en ese momento. Era obvio que Loki no estaba en condiciones de comprarse otra laptop, no era como si disfrutara trabajar con una laptop vieja que se congelaba de vez en cuando, ¿en qué estaba pensando cuando preguntó eso? Loki no le había respondido de mala manera, pareció más bien tomárselo con humor, pero Thor se sintió avergonzado y prefirió no hablar más la media hora de trabajo que les quedaba. Thor nunca pensaba en dinero, nunca había tenido que preocuparse por éste, y con frecuencia olvidaba que la situación no era así para todo el mundo.
—Creo que estamos bien por hoy, ¿no? —dijo Loki luego de cerrar su libreta, irguiéndose en su silla y estirando sus brazos.
—Sí, si veo una fórmula más hoy me suicidio —dijo Thor, haciendo reír a Loki.
—Same.
—¿Pensaste en alguna película para hoy?
—Um… la verdad es que no, pensé que podríamos ver una comedia, no sé, escoger alguna en Netflix o algo.
—Me parece bien —dijo Thor, levantándose de su silla—. Ponte cómodo, y si quieres puedes ir buscando algo en la tele mientras traigo algo para picar, ¿te parece?
—Sí, perfecto.
Thor bajó a la cocina tan rápido como pudo, no había razón para apurarse, pero se sentía ansioso. Buscó algunas papitas y dos latas de refresco, una de Pepsi y otra de 7up, y subió lo más calmado que pudo, intentando mantener la compostura. Una vez arriba se encontró a Loki descalzo, sentado de piernas cruzadas sobre su cama, navegando por Netflix con el control remoto.
—¿Lograste encontrar algo? —preguntó Thor sentándose a su lado, colocando las cosas entre los dos.
—Um, hay una comedia que se llama “El Paquete”, pero se ve dudosa.
—Veamos esa, si es mala podemos reírnos de lo mala que es —dijo Thor, levantándose para apagar la luz, quedando iluminados por la televisión solamente.
Loki se acostó sobre la cama luego de poner la película, y Thor se acostó a su lado, pero no demasiado cerca; su cama era gigante, de todas formas, así que había espacio de sobra. Aún así, con Loki en su cama, el pulso se le aceleró al recordar brevemente ese sueño de la semana pasada.
—Voy a ir pidiendo la pizza, antes de que se me olvide —susurró Thor, haciendo la compra desde su celular.
—Vale.
Luego de eso Thor dejó su teléfono a un lado y se concentró en la película. No leyeron sinopsis ni vieron el tráiler, simplemente se lanzaron a verla y ya, con ojos cerrados. Ninguno de los dos esperaba que fuese demasiado graciosa, pero de repente se encontraron riéndose genuinamente. Era ligera, una trama tonta pero cómica, y las locuras que veían hacían reír a Loki como Thor nunca antes lo había visto. Thor lo estaba mirando seguido, de reojo, y se daba cuenta de que Loki lo estaba mirando a él también; por momentos hasta parecía que Loki olvidaba disimular, pensando que Thor estaba concentrado en la película, quizás, o en las papitas, cuando en realidad Thor estaba concentrado en Loki y sus ojos verdes puestos sobre él.
En algún momento Thor decidió voltear, sorprendiendo a Loki que desvió la mirada rápidamente, un sonrojo haciendo aparición en su rostro, a penas visible en medio de la penumbra. Oh, Thor nunca lo había visto así, jamás se habría imaginado que Loki fuese capaz de apenarse, pero la manera en que sus ojos se fijaron en la pantalla, y la tensión de su cuerpo al verse descubierto, le dijeron a Thor todo lo que tenía que saber. Loki había fingido tan bien que ese beso no le había afectado, que por momentos Thor sentía que no había pasado, a pesar de tener todavía frescas las memorias de sus labios sobre los de Loki. Y ahí lo tenía, a su lado, vulnerable como nunca antes, sonrojándose porque Thor lo descubrió mirándolo, como si Thor no se pasara cada segundo que estaban juntos con sus propios ojos sobre Loki.
¿Se daba cuenta Loki del efecto que tenía sobre Thor? Porque Thor comenzaba a darse cuenta de que la atracción tal vez venía de ambos lados.
No era difícil seguirle el hilo a la película, por varios minutos los dos volvieron a concentrarse en ella, riéndose de las locuras mientras la tensión se disipaba nuevamente. Hasta que Loki volvió a mirarlo, y Thor mandó su sentido común a la mierda; en dos segundos ya lo había tomado de la nuca, como la vez pasada, y se había hundido en sus labios como había querido hacer desde el momento en que se separaron aquella primera vez. Thor sintió a Loki exhalar su sorpresa en su boca, y aprovechó esa oportunidad para rozar sus lenguas, besándolo con toda esa pasión contenida que retumbaba dentro de él todos los días. Lejanas se escuchaban las voces de los actores, eran ruido de fondo ante los suspiros que Loki dejaba escapar entre besos, esos pequeños momentos en los que recobraban el aliento.
Oh, Thor podría acostumbrarse a esto…
Thor nunca había encontrado gran placer en besar, mucho menos cuando se prolongaba, pero siempre lo había hecho porque… ¿por qué no lo haría? Sus novias parecían disfrutarlo, era lo normal, pero dentro de sí siempre se preguntó qué era lo bueno. Y ahí estaba, eso era lo bueno. Thor jamás pensó que besar a alguien podría ser tan placentero, mucho menos que querría pasar el resto de la noche así, compartiendo su aliento, tragándose cada uno de sus suspiros. En ese momento Thor se sentía capaz de volar, con Loki así tan cerquita de él, su rico olor inundándolo mientras se besaban una y otra vez, una tímida mano de repente acariciando su pecho y oh…
El timbre, la pizza había llegado.
Esa vez fue turno de Thor de suspirar sobre los labios de Loki, alejándose unos centímetros con pesadumbre, sus ojos aún cerrados. Se tomó unos segundos para acariciarle la mandíbula con su pulgar, almacenando en su memoria la suavidad de su piel, el ritmo acelerado de sus latinos. Finalmente, abriendo los ojos, le tocó volver a la realidad.
—Llegó la pizza —susurró Thor, mirando los ojos de Loki cuando éste los abrió; si pudiera, se habría detenido a contar los tonos de verde y azul en sus irises.
—Ajá…
—Vuelvo en un segundo.
—Okay.
El timbre sonó una segunda vez y Thor, a regañadientes, soltó a Loki y se levantó de la cama, bajando a recibir la pizza que había llegado en el peor momento. Le sonrió al repartidor cordialmente, aunque por dentro quería matarlo, y luego de pagarle y darle su propina subió a su habitación de nuevo, esta vez con pizza y dos refrescos más.
—Regresé los últimos diez minutos de la película —dijo Loki, que se había sentado en la cama y había encendido una lámpara, recobrando la compostura.
—Vale, dale play.
Thor se sentó a su lado otra vez, puso la pizza frente a ellos y abrió la caja, cada quien tomando su primer pedazo. Ambos miraban la película mientras comían, de repente echando vistazos a un lado, sonriéndose en complicidad; ya no tenía sentido disimular. Loki aún tenía la cara roja y Thor quería… Dios, Thor quería tomarlo del rostro y comérselo a besos, no podía ser tan tierno, no podía sonreír así. El momento había acabado, claramente, pero había quedado en el ambiente… Thor no sabía muy bien qué había interrumpido el repartidor, pero sabía que se podría haber alargado. No tenía claro hasta dónde habría sido capaz de llegar él, mucho menos Loki, pero esos minutos en los que estuvieron besándose hicieron click como nunca antes, Thor no había experimentado algo así jamás.
Sentir la mano de Loki en su pecho… era la primera vez que Loki lo tocaba, y Thor quería más.
Luego de comer se recostaron sobre la cama nuevamente, esta vez dejaron la lámpara encendida, y nada más pasó. Vieron la película hasta el final, se rieron hasta más no poder y, aunque las miradas furtivas entre ambos no se detuvieron, todo estaba bien. Esta vez Thor sentía… esta vez Thor sabía que nada se había arruinado, que todo seguiría normal, y eso le daba alivio. Algo en lo que pensaba era que finalmente sabría dónde vivía Loki. No que fuese un secreto que Loki le estuviese ocultando, pero Loki ya conocía la casa de Thor, pasaban bastante tiempo en su habitación, esa misma noche… esa misma noche había estado sobre su cama, besándolo, sin embargo Thor no tenía ni idea de cómo se veía la casa de Loki por fuera, ni qué calles solía caminar.
—Déjalo así, igual en un rato me voy a tirar ahí a dormir —le dijo Thor a Loki, que se había puesto a acomodar la cama una vez Thor recogió la caja de la pizza y todo lo demás.
—No creo que quieras dormir con las cucarachas —respondió Loki, sacudiendo la cama, y Thor tuvo que morderse la lengua, reprimiendo una sonrisa para no decirle que preferiría dormir con él.
Después de que Thor botara los desperdicios en la cocina, caminaron los dos hacia la puerta.
—¿Sabes qué? No es tan tarde, puedo irme en bici.
—Quedamos en que yo te iba a llevar.
—Sí, pero está bien, puedo irme solo, no te preocupes.
—Loki —llamó Thor serio, mirándolo a los ojos—. Te voy a llevar, no es negociable.
—Um… okay.
Thor metió la bicicleta de Loki en la maletera, para luego subirse los dos al carro. Hacía casi dos años que tenía carro propio, sus padres se lo habían regalado a los dieciséis, luego de obtener su licencia. Era un Mercedes del año en aquel momento, de color negro, justo el que quería. Thor se había portado bastante bien ese año, principalmente para demostrarle a sus padres que podía ser responsable, esperando que le regalaran un buen carro, pero podría decirse que fue el inicio de su vida más tranquila. Al tener su carro se descontroló un poco nuevamente, no iba a negarlo, pero luego de un par de castigos y de que pasara la novedad… tal vez ya había quemado las etapas más fuertes siendo muy joven y había pasado a otra onda, se sentía más maduro desde entonces.
—Está espectacular tu carro —dijo Loki una vez dentro, mirándolo con un poco de asombro mientras se ponía el cinturón de seguridad.
—Gracias —respondió Thor, sonriéndole, quedándose varios segundos admirando esa sonrisa que Loki le dio de vuelta—. Um, ¿hacia dónde vamos?
—Yo te voy guiando.
—Vale.
Thor encendió el carro y comenzó a conducir.
—¿Sabes manejar? —preguntó Thor luego de poner algo de música.
—Um… mi mamá me ha intentado enseñar, pero me da un poco de ansiedad —confesó Loki, soltando una risita avergonzada—. Estoy bien con mi bici.
—Cuando quieras podemos practicar, soy muy buen instructor —dijo Thor, que de hecho había enseñado a Jane a conducir, pero no le quería mencionar eso a Loki.
—No sé…
—Es sólo si tú quieres, si un día te animas mi carro y yo estamos a la orden.
—¿Y si lo estrello?
—No lo vas a estrellar —respondió Thor, volteando un segundo para verlo y sonreírle—. Confío en mis facultades para enseñarte.
—Vale, lo tendré en cuenta —dijo Loki, un tono divertido en su voz.
*
Les tomó quince minutos llegar a la casa de Loki en carro. Estaba… sí, estaba un poco lejos en comparación a todo lo demás, que desde la casa de Thor tomaba cinco minutos de viaje solamente, como el colegio, por ejemplo. Quince minutos en carro no eran nada, pero Loki se transportaba solamente en su bicicleta, Thor no tenía ni idea de cuánto tiempo le podía tomar diariamente ir y venir así.
—Bueno, sano y salvo en tu casa, como prometí.
—Gracias por traerme —dijo Loki, sonriéndole mientras se quitaba el cinturón.
—A la orden. De verdad que ir y venir en bici todos los días…
—Te dije que era lejos.
—Puedo buscarte y traerte.
—No, Thor…
—Al menos los martes y jueves que vienes a mi casa —continuó Thor, interrumpiéndolo—. En carro es un salto, pero en bicicleta es un montón; vas y vienes cuatro veces al día, es…
—Thor —dijo Loki, esa vez interrumpiéndolo a él, con una mano firme sobre su brazo para llamar su atención; Thor lo sintió como electricidad pura—. No hace falta, en serio. Estoy acostumbrado y me gusta.
—Pero…
—Te lo agradezco, de verdad —continuó Loki, dándole un leve apretón a su brazo antes de soltarlo—, pero no es necesario.
—Al menos déjame traerte.
—Thor…
—No es molestia y no voy a aceptar un no por respuesta, a menos que te incomode, claro.
—No me incomoda —dijo Loki, rodando los ojos.
—Entonces ya está, los martes y jueves yo te traigo a tu casa.
—De verdad no tienes que hacerlo.
—Quiero hacerlo —insistió Thor.
—Está bien —accedió Loki, soltando un suspiro de cansancio.
—Gracias —dijo Thor, haciéndolo reír.
Luego de eso los dos se bajaron del carro, Thor sacó la bicicleta de Loki de la maletera y se quedaron ahí parados unos segundos, mirándose.
—La pasé muy bien esta tarde, la película… estuvo divertida —dijo Thor, pasándose una mano por la nuca; ¿debería mencionar los besos?
—Sí, yo también la pasé bien.
—¿Te gustaría que viéramos otra el jueves también?
—Um… sí, ¿por qué no? —respondió Loki, mirándolo con su picardía característica, como si pudiera leer entre líneas todo lo que Thor no decía.
—Perfecto, el jueves entonces.
—El jueves.
—Que duermas bien.
—Tú también.
Un par de sonrisas y cada uno siguieron su camino; Thor volvió a su carro y Loki caminó hasta su casa con su bicicleta, volteando dos segundos antes de cerrar la puerta de entrada para despedirse con la mano, Thor devolviéndole el gesto antes de empezar a conducir.
Thor aún sentía la mano de Loki tatuada en su brazo, incluso después de llegar a casa.
*
El jueves llegó en un parpadeo, haciendo que Thor sintiera mariposas en la barriga durante todo el día. El miércoles él y Loki no habían hablado mucho, pero todo estaba bien, Thor en particular había tenido práctica de rugby y estuvo ocupado. Jane lo invitó a comer helados después de la práctica y, aunque sólo verla a los ojos era suficiente para sentir una piedra enorme en el fondo de su estómago, había accedido a ir, ¿qué más podía hacer? Terminar con ella, había susurrado su mente, como si fuese lo más sensato terminar una relación seria por algo que… por algo que Thor sabía se le pasaría en cualquier momento.
Su crush por Loki era una novedad, se le iba a pasar, Thor estaba seguro.
Antes de dormir él y Loki chatearon un rato, y Thor decidió que era hora de ponerse serio respecto a sus acciones. Ya había experimentado, él y Loki se habían besado, estaba claro que le atraía y se había sentido bien, pero era suficiente. Thor tenía novia y no debería ir por ahí besando a otras personas a sus espaldas, no era correcto, y lo carcomía la culpa cuando la veía a la cara todos los días. Además, apreciaba demasiado la amistad y compañía de Loki como para dejar que algo así lo arruine para siempre; recordaba los días de angustia en incertidumbre que pasó aquella vez, y no tenía ganas de repetir la odisea.
Ese jueves él y Loki verían una película, y luego Thor lo invitaría a comer por ahí, nada más.
Thor no era gay, él no… Thor nunca se había fijado en otros hombres, ni siquiera los miraba, nunca había visto porno gay, y todas sus parejas siempre habían sido mujeres. Loki era una excepción, sólo eso, y Thor se consideraba suficientemente maduro como para aceptar que sí, le atraía un chico; era normal tener curiosidad, ¿no? Más allá de eso… no, Thor no estaba interesado en estar con hombres, en su mente ya tenía trazado su futuro, y en él sólo había cabida para una esposa e hijos. Jane era la mujer perfecta para él, y no estaba dispuesto a arruinarlo todo con ella por un extraño impulso adolescente.
Si algo tenía claro es que los besos con Loki ya se habían acabado, era hora de seguir adelante.
Entonces se hicieron las tres de la tarde y Loki llegó a su casa, ahora con su laptop nuevamente; en el momento en que vio su sonrisa Thor sintió un nudo grueso en la garganta, unas ganas profundas de llorar. No podía causarle sensaciones tan intensas, no podía ser que con el simple olor de su champú ya Thor estuviese agonizando por no poder abrazarlo fuerte contra su pecho y enterrar el rostro en su cabello. Era una tortura, Thor se quería morir.
La noche anterior, durante la hora que pasaron chateando antes de dormir, decidieron hacer una lista de películas que a cada uno le gustaría ver. La crearon en la misma carpeta en línea donde tenían su proyecto, y cada quien podía modificarla para añadir más títulos. Habían decidido que ese jueves verían The Breakfast Club, un clásico de los ochentas que ninguno había visto, y que trataba sobre adolescente en secundaria. Sonaba bien, y era una película de culto, así que probablemente era buena. Sólo verían la película, como dos amigos normales y nada más.
Thor trató de no mirarlo tanto mientras trabajaban. Por momentos charlaban, como de costumbre, con música de fondo, pero Thor intentó mantener el contacto visual al mínimo, tratar de no embelesarse mirando sus pecas o sus pestañas negras. Thor corrigió algunas cosas que su profesora les mandó a corregir, y Loki se dedicó a transcribir las notas que había tomado en su libreta la vez pasada. Todo estaba normal, las cosas iban bien, no había tensiones raras ni incomodidades en el ambiente. Thor simplemente tendría que tragarse su atracción, aguantarse hasta que se disipara y lo dejara en paz para siempre.
Cuando finalmente dieron por terminado su trabajo por ese día, se acomodaron sobre la cama con sus respectivos refrescos y chocolates que Loki había traído para ambos. Con las luces apagadas y la tele encendida, le dieron play a la película. Desde un principio los atrapó la trama, era interesante y Thor se sorprendía de ver que, incluso cuarenta años después, los adolescentes no eran muy diferentes. Habían cosas que nada que ver, pero en el fondo podía identificarse con otras cosas que decían y hacían. Por momentos Loki y él hacían comentarios sobre lo que iba pasando, cuando la trama se tornaba ligera y en otras escenas más densa. Thor volteó un segundo a mirar a Loki, lo más disimulado posible, para verlo concentrado en la trama; su rostro relajado, sus ojos fijos en la pantalla. No podía ser tan lindo, Thor podría pasar el resto de la película mirándolo sólo a él, a pesar de que se dijo a sí mismo que no lo haría.
Loki volteó a verlo, tal vez sintiendo la mirada de Thor sobre él, y le sonrió tímidamente, la ternura causándole a Thor una punzada en el pecho. Thor podía no hacer nada, porque en el fondo sabía que si él no tomaba iniciativa, Loki no lo haría, pero tenerlo tan cerca y al mismo tiempo tan lejos ya se había vuelto algo doloroso. Era un dolor que Thor nunca había sentido antes, el dolor de tener a su alcance eso que tanto anhelaba, sin permitirse tomarlo. Loki volvió su mirada a la pantalla, pero Thor ya no podía despegar sus ojos de él, como si fuese a desaparecer con tan sólo parpadear. Miraba su perfil, sus labios, sus manos entrelazadas sobre su regazo, sus pies descalzos al otro extremo de la cama.
Él quería a Loki, y ahí estaba, justo a su lado.
Cuando Loki volteó de nuevo Thor decidió que había tenido suficiente; ya se habían besado, el daño estaba hecho. Thor mandó su sentido común a la mierda, tomando a Loki del cuello como las otras veces, uniendo sus labios en un beso desesperado. Loki le correspondió de inmediato, como si lo hubiese estado esperando, dejando que Thor tomara las riendas del beso e hiciera con él lo que quisiera. Esa mano que hacía dos días había acariciado su pecho, que lo había tomado del brazo en su carro, volvió a hacer aparición justo sobre sus latidos, y Thor no pudo evitar el impulso de acercarse más; cuando la sintió escabullirse bajo su camisa y hacer contacto directo con su piel, acariciando sus costados, Thor no aguantó más y se posicionó sobre él, abriéndose espacio entre las piernas de Loki que se abrieron para recibirlo. Oh, esa mano fría en su cintura le había erizado todo el cuerpo, y pronto Loki escabulló la otra también, acariciándole la espalda, esta vez haciendo que Thor gimiera entre besos. Nunca antes el simple roce de una mano le había provocado tantas sensaciones, pero Loki lograba esos efectos en él, lograba que todo se sintiera nuevo, diferente.
Thor dejó los labios de Loki y se hundió en su cuello, repartiendo besitos lentamente, sintiendo cómo Loki se erizaba, escuchando su respiración agitada justo en su oído, inhalando ese rico olor que tenía semanas volviéndolo loco. Fue la manera en que Loki clavó sus uñas sobre su espalda que lo llevaron a erguirse y quitarse la camisa desesperadamente. Thor sabía que era un chico apuesto, pero nunca antes se había sentido tan atractivo como en ese momento, viendo el efecto que su abdomen desnudo tenía sobre Loki. Thor descendió otra vez, reclamando los labios de Loki en otro beso, ahora hundiendo él sus manos debajo de la sudadera de Loki, acariciando sus costados y sintiendo por primera vez la suavidad de su piel; su sueño jamás podría haberle hecho justicia. Loki gimió en sus labios, alzando sus caderas, ese roce siendo el primer contacto que Thor tenía con la erección de otro hombre; jamás pensó que algo así pudiera excitarlo tanto. Thor estaba duro desde el momento en que Loki lo tocó debajo de la camisa, esa simple caricia llevándole toda la sangre a la entrepierna; Thor quería más, más, más.
Thor quería… dios, Thor quería hacerle a Loki tantas cosas.
—¿Puedo? —preguntó Thor entre jadeos, irguiéndose con intención de quitarle a Loki la sudadera, éste asintiendo fervientemente.
Con ambas manos le subió la sudadera hasta quitársela, dejando a Loki con su abdomen completamente descubierto, varios lunarcitos oscuros repartidos por su piel haciendo contraste. Thor se quedó mirándolo, reemplazando las imágenes borrosas de su sueño con la realidad que tenía en frente, queriendo memorizar cada lunar y repasar cada uno con sus labios, repartiendo besos por doquier. Loki estaba agitado, el sonrojo en su rostro bajaba por su cuello y llegaba hasta su pecho, sus labios enrojecidos de tanto besarlos, sus ojos fijos en Thor. Y Thor… oh, Thor sabía muy bien lo que quería hacer.
Thor descendió de nuevo, repartiendo besitos desde el cuello de Loki hasta su pecho, sintiendo en sus labios los latidos incesantes de su corazón. Las manos de Loki habían pasado a los hombros de Thor, y luego a su cabello, acariciando la melena dorada mientras Thor lamía uno de sus pezones. Thor sentía cosquilleos bajar por toda su columna al sentir a Loki jadear y retorcerse bajo su cuerpo; aún había demasiada tela entre ellos. Entre beso y beso, hasta llegar a su ombligo, Thor miró hacia arriba, encontrándose los ojos de Loki fijos en él, mirándolo atentamente. Thor llevó sus manos hacia el borde del jean que Loki llevaba puesto, y Loki se mordió el labio, tragando profundo.
—Yo nunca… nunca he hecho esto —confesó Loki.
—Yo tampoco —dijo Thor—. Con otro chico, quiero decir —aclaró luego de que Loki lo mirara con incredulidad.
—Yo con nadie.
—¿Quieres que nos detengamos?
Loki lo miró en silencio por unos segundos, para luego negar lentamente con la cabeza; Thor tampoco quería detenerse. Irguiéndose de nuevo sobre la cama, Thor tomó el control remoto y pausó la película, para luego volver sus manos al pantalón de Loki con intención de quitárselo.
—Tú primero —dijo Loki, un deje de timidez en su voz.
Thor asintió, levantándose de la cama, sus ojos fijos en los de Loki en todo momento. Se llevó las manos a su jogger y comenzó a bajarlo lentamente, viendo cómo los ojos de Loki abandonaban los suyos y seguían el movimiento de sus manos. Era la primera vez que Thor veía tan transparente la atracción de Loki hacia a él, cómo su mirada viajaba por todo su cuerpo, el deseo tan claro en sus ojos haciéndole sentir cosquillas. Thor se tomó su tiempo, a pesar de que en el fondo estaba desesperado por tener a Loki desnudo bajo su cuerpo, pero primero se quitó el jogger, dejándolo caer hasta sus tobillos, y luego con un pulgar comenzó a quitarse el bóxer. La manera en que Loki se lamió los labios cuando Thor estuvo finalmente desnudo frente a él… Thor jamás se había sentido tan abiertamente deseado, y mucho menos había compartido así ese sentimiento.
Luego de volver a la cama, de nuevo entre las piernas de Loki con éste tímidamente mordiéndose el labio mientras Thor llevaba sus manos a su jean, Thor alzó sus cejas pidiendo permiso. Loki asintió lentamente, mordiéndose entonces una de sus uñas mientras Thor desabotonaba su pantalón. Thor entendía que estuviese tan agitado, era la primera vez que se desnudaría frente a otra persona, era algo podía hacerlo sentir bastante vulnerable en ese momento, y Thor sólo quería hacerlo sentir bien, cuidarlo y hacerlo sentir cómodo. No negaba que lo excitaba enormemente ser el primero en tener a Loki así, para él solo, ser el único en conocerlo íntimamente. Sus manos temblaban un poco mientras le quitaba el pantalón, y tuvo que tragar profundo antes de quitarle el bóxer. Y oh, ahí estaba, su miembro tan duro como el de Thor, haciéndole sentir un montón de cosas indescriptibles en el estómago; estaban los dos completamente desnudos y excitados sobre su cama, pero no era suficiente.
Thor se posición de nuevo sobre Loki, sus pieles tocándose sin ninguna barrera, los muslos de Loki a cada lado de sus caderas, el delicioso roce de sus entrepiernas haciéndolos gemir al ambos al mismo tiempo. Loki hundió sus manos en el cabello de Thor, tomándolo firmemente de la cabeza tan pronto éste comenzó a besarlo otra vez; nada nunca se había sentido tan bien. Thor comenzó un vaivén con sus caderas, tomando uno de los muslos de Loki con su mano para abrirse más espacio; su sueño comenzaba a hacerse realidad.
—Thor… —gimió Loki en su oído cuando Thor se volcó hacia su cuello con intención de dejar una marca.
—Dios, Loki…
—Quiero…
—¿Sí?
—Quiero hacerlo contigo, quiero que tú…
Thor se detuvo un momento para poder mirarlo a los ojos.
—¿Estás seguro? —preguntó incrédulo; pensaba que no pasarían de tocarse y besarse.
—Sí.
—Porque no tenemos que hacer nada si tú no quieres, lo sabes, ¿verdad? —insistió Thor, queriendo asegurarse.
—Lo sé, Thor, confío en ti —dijo Loki, y Thor se derritió por dentro al escuchar eso, sonriendo—. Quiero hacerlo.
—Yo también —admitió Thor antes de comerle la boca a besos.
Abandonando los brazos de Loki, Thor se irguió entre sus piernas, estirándose para abrir el primer cajón de la mesa junto a su cama, sacando los condones y lubricantes que justamente había comprado la última vez. Honestamente, Thor no pensó que su fijación con Loki pasaría de una fantasía, pero ahí estaban, sus manos acariciando incesantemente esa piel suave que finalmente había descubierto y que no podía parar de ver. Loki era… Loki era tan hermoso que le quitaba el aliento. Sin un ápice de timidez, Thor lamió su mano y tomó la erección de Loki en ésta; era la primera vez que tocaba a otro hombre, era la primera vez que tocaba otro pene que no fuese el suyo. Se sentía surreal, Thor jamás pensó, antes de Loki, que experimentaría algo así, pero se sentía tan… correcto. Comenzó un vaivén lento con su mano, moviéndola como a él mismo le gustaba masturbarse, guiándose por los pequeños gemidos que salían de la boca de Loki con cada movimiento. Ver el placer tan explícitamente en su casa, y ser el causante de ello, le hacían sentir la lujuria que nunca antes había conocido.
Thor experimentó moviendo su mano rápido, y luego lento cuando sentía que Loki estaba cerca de acabar; apenas estaban comenzando. Loki no paraba de gemir su nombre, atrás había quedado la timidez, después de todo ¿qué razón podía tener para sentirse cohibido, si Thor lo miraba como si quisiera devorarlo entero? Thor descendió un momento para pasar su lengua por todo el miembro de Loki, desde la base hasta llegar al glande, chupando la cabeza brevemente en su boca antes de soltarlo, haciendo que Loki se arqueara debajo de él. Thor nunca había sido muy fanático de practicar sexo oral, a pesar de que sí lo hacía para complacer a sus novias, pero esa probada lo dejó con ganas de más; el efecto que tuvo sobre Loki podría fácilmente convertirse en una adicción para él. Tan pronto Thor agarró el lubricante Loki abrió sus piernas, tal vez de manera inconsciente, viéndolo tomar una buena cantidad en sus dedos. Thor nunca había hecho eso a alguien más, o a sí mismo, pero sabía que tenía que ir despacio y con cuidado; lo que menos quería era lastimar a Loki.
Mirando a Loki en todo momento, Thor introdujo el primer dedo, abriéndose espacio lentamente, viendo el pecho de Loki subir y bajar al ritmo de su respiración. Loki se lamió los labios y asintió en silencio, demostrándole a Thor que estaba bien, que podía continuar. La situación era tan increíble, Thor jamás se imaginó que ese día terminaría con sus dedos dentro de Loki, pero ahí estaba, añadiendo un segundo dedo cuando lo sintió más relajado. Loki soltó un gemidito quedo, cerrando sus ojos, y Thor apoyo su otro antebrazo sobre la cama para estar nuevamente cerca de sus labios y poder besarlo otra vez, sin dejar de mover sus dedos un solo segundo. Loki tomó a Thor del cabello, instándolo a continuar besándolo, mientras sentía su otra mano bajar por su abdomen hasta tomar la erección de Thor en su puño y oh, cómo había necesitado eso.
—¿Estás bien? ¿Te gusta? —preguntó Thor agitado, refiriéndose al movimiento de sus dedos, y Loki asintió fervientemente, masturbándolo lánguidamente.
—Ahí, ahí —exclamó Loki luego de que Thor afincara sus dedos hacia arriba, haciéndolo una y otra vez, sintiendo cómo Loki se tensaba a su alrededor, sus labios abiertos en un gemido mudo, su puño jalando el cabello de Thor.
Siguieron en ese vaivén un par de minutos, Thor metiendo un tercer dedo brevemente hasta que la tensión fue demasiada y sintió que estaba a punto de acabar en la mano de Loki si seguían así.
—¿Estás seguro? —preguntó Thor otra vez mientras se ponía el condón ante la mirada fija de Loki, éste asintiendo seguro, el pudor una cosa del pasado.
Iban a hacerlo, Thor iba a estar dentro de él, iban a tener sexo.
Con su pene ya bien lubricado en mano, y las piernas de Loki abiertas a cada lado, Thor comenzó a penetrarlo. Los dos aguantando la respiración mientras Thor iba abriéndose espacio dentro de Loki, lentamente, sintiendo las manos de éste sosteniendo sus hombros con fuerza. Mirando los ojos de Loki, Thor sintió una conexión como ninguna otra, el placer recorriendo todo su cuerpo, haciéndolo sentir completamente envuelto en Loki; en sus sonidos, su olor, la textura de su piel y el sabor de sus besos. Estaban en una sintonía que sólo ellos dos conocían.
—¿Estás bien?
—Sí, sí…
—¿Seguro?
—Sí, no pares, no pares —jadeó Loki, instándolo a seguir, sus piernas rodeándole la cintura a Thor cuando éste estuvo completamente dentro—. Hmm…
Thor se apoyó en sus antebrazos, quedándose estático mientras Loki se acostumbraba a la intrusión, sus manos acariciando el rostro de Thor con una ternura que supo derretirlo por dentro.
—Hola —susurró Thor justo sobre él, haciéndolo reír.
—Hola.
—¿Te sientes bien? ¿No te duele?
—Estoy bien, no me duele, sólo…
—¿Sí?
—¿Alguna vez te han dicho que tienes exceso de pene?
—Excesivamente bueno, sí —respondió Thor, haciendo que Loki rodara los ojos, ambos riéndose—. ¿Te confieso algo?
—¿Qué?
—Una vez soñé contigo.
—¿Sí?
—Que te tenía así, debajo de mí.
—¿En serio? —preguntó Loki, y Thor asintió, mordiéndose el labio— Qué gracioso.
—¿Gracioso?
—Estar cogiendo en tus sueños siendo yo súper virgen —dijo, haciendo reír a Thor.
—Bueno, ya no más —dijo Thor, empezando a mover sus caderas, dando la primera embestida.
—Supongo que no —respondió Loki, su voz agitada una vez más.
Thor comenzó lento, sus embestidas cortas y experimentales; esto era nuevo para él también. Loki pasaba de clavarle las uñas a acariciar su espalda, como si estuviese abrumado con tanta piel desnuda bajo sus manos; el movimiento de sus cuerpos, Thor gimiendo su nombre una y otra vez como un mantra. ¿El sexo siempre se había sentido así? Thor no recordaba jamás haber experimentado ese nivel de placer y deseo desbordado, esas ganas de más, de que no termine nunca, quedarse para siempre con Loki así, sólo para él. No tardaron mucho en encontrar el ritmo perfecto para ambos, sus caderas acelerando cada vez más el vaivén, la habitación iluminada solamente por la pantalla de la tele, sus sonidos haciendo eco en las paredes. La manera en que Loki gemía su nombre sin reparo alguno, pidiéndole cada vez más, el roce de su aliento justo en su oído erizándole a Thor todo el cuerpo. Sabía que no debía, pero quería dejar su marca en todas partes, chupando justo el lugar donde el cuello y el hombro de Loki se encontraban, queriendo dejar su huella, la evidencia de lo que estaban haciendo, que Loki la viera y recordara a Thor moviéndose así dentro de él, haciéndolo suyo al menos unos minutos.
Estaba cerca, estaba tan cerca. Thor reclamó los labios de Loki como si le pertenecieran sólo a él, llevando una mano entre ellos para masturbar a Loki al ritmo de sus embestidas, queriendo sentirlo correrse primero, ver el momento exacto en que el clímax invadiera todo su cuerpo. Y oh, qué vista, qué manera de entregarse al placer entre sus brazos, y ser Thor el responsable de éste, sintiendo los estragos del orgasmo de Loki en su propio cuerpo, como si fuesen uno solo. La manera en que Loki se contrajo alrededor de su miembro apenas le bastó para dar unas tres buenas embestidas más, antes de alcanzar su clímax él también, abrazando a Loki fuertemente contra su cuerpo, besándolo mientras daba sus últimas estocadas, dejando absolutamente todo dentro del condón.
No, nunca antes el sexo se había sentido así.
Recuperando el aliento entre pequeños besos y caricias, Thor no quería volver a la realidad. Luego de darle un último beso y salir de dentro de él delicadamente, Thor le dijo a Loki que ya venía, levantándose para buscar toallitas en el baño que tenía dentro de su habitación. Primero se deshizo del condón, se limpió a sí mismo y luego salió del baño, encontrándose con esa sonrisita tímida de Loki que lo volvía loco. Se sentó a su lado, limpiando los restos de semen que habían quedado sobre su abdomen, tomándose su tiempo; Loki podría hacerlo solo, pero Thor quería… quería atenderlo, cuidarlo y resguardarlo como un tesoro. Tan pronto terminó se acostó a su lado, Loki dándole la espalda para hacer cucharita y que Thor lo envolviera en sus brazos, dejando besitos en su cuello mientras veían en silencio el cielo nocturno a través de los ventanales.
—¿Cómo te sientes? —preguntó Thor en su oído.
—Perfecto —respondió Loki, acariciando los brazos de Thor sobre su abdomen—, ¿y tú?
—También —dijo, dándole un último beso en el cuello, aprovechando la oportunidad para hundir su rostro en el cabello de Loki, como tanto había soñado, inhalando su olor.
Sin darse cuenta se habían quedado dormidos, y al despertar se fijaron que ya iban a ser las nueve de la noche.
—Mierda, mierda —exclamó Loki, levantándose agitado luego de ver la hora en su teléfono—. Es tarde, mi mamá debe estar preocupada, tengo como mil llamadas perdidas.
—Dile que se nos hizo tarde pero que ya vamos para allá —dijo Thor mientras los dos comenzaban a vestirse frenéticamente, Loki devolviéndole la llamada a su madre—. Para la próxima será mejor que no nos quedemos dormidos después —dijo Thor luego de que Loki colgara.
—¿La próxima? —inquirió Loki, volteando a verlo con una ceja alzada—. No va a haber una próxima, Thor.
—Uh…
—No mientras tengas novia; no pretendo hacer de un hábito el acostarme con los novios de otras personas —dijo, atándose los zapatos como si nada, dejando a Thor sin palabras.
Tenía razón, ¿no? Thor tenía novia, novia en la que no pensó ni un segundo mientras se acostaba con alguien más.
—Okay…
—¿Nos vamos?
—Sí, listo —respondió Thor, aún un poco aturdido, abriendo la puerta de su habitación para que ambos salieran.
Bajaron las escaleras en silencio, encontrándose al final con Odín, que llevaba un delantal de cocina puesto.
—Ah, hijo, estaba por llamarte a comer —dijo Odín, fijando sus ojos después en Loki inquisitivamente; tal vez no pensaba que Thor aún tuviese compañía a esa hora.
—Papá, él es Loki, el amigo con el que estoy trabajando en el proyecto de ciencias. Loki, él es mi papá, Odín Borrson —dijo Thor, presentándolos.
—Mucho gusto, señor Borrson.
—Un placer —respondió Odín, sonriéndole mientras se daban la mano—. La comida ya está casi lista, ¿te quedas a cenar, Loki? Hice pizzas a la napolitana.
—Uh… es que ya le dije a mi mamá que iba en camino.
—Llámala y dile que vamos a cenar, igual te voy a llevar.
—No aceptaré un no por respuesta, mis pizzas son las mejores —dijo Odín, y Loki se mordió el labio indeciso, para luego asentir, haciendo sonreír a padre e hijo ampliamente.
—Voy a llamarla.
—Perfecto, mientras tanto Thor va a poner la mesa —dijo Odín, y Thor asintió, dejando a Loki hacer su llamada mientras él iba hacia el comedor.
Odín había tomado la cocina como hobbie los últimos tres años; el trabajo no le dejaba mucho tiempo, pero las tardes en que llegaba temprano se ponía a inventar qué hacer de cena. Tenían dos empleadas que se encargaban de la limpieza y la comida durante el día, y mientras Frigga estaba de viaje entre los dos se encargaban de la cena; a veces Thor cocinaba, a veces Odín, pero muchas veces simplemente pedían a domicilio. Odín no estaba cerca de ser un experto, pero Thor sí admitía que las pizzas le quedaban bastante buenas.
Tan pronto Loki le avisó a su mamá que cenaría con ellos, y luego de que Thor pusiera la mesa, Odín llevó las pizzas y se sentaron los tres a comer. La conversación se centró bastante en Loki, Odín preguntándole sobre su vida, curioso por conocer al fin al tan famoso Loki del que Thor no paraba de hablar, según él. Thor sintió su cara caliente cuando Odín dijo eso, ¿de verdad hablaba tanto de Loki? No se había dado cuenta, pensaba que no salía de sus pensamientos, pero al parecer le brotaba por los poros. Thor no habló mucho mientras comían, dejándolos hablar a ellos, podía ver en la cara de su padre que Loki le caía bien, y eso lo hacía sentir contento.
—Muchas gracias por invitarme a cenar, de verdad son las mejores pizzas que he comido —dijo Loki luego de que él y Thor recogieran la mesa, listos para irse.
—Ah, pues me alegra que las hayas disfrutados. Hasta pronto, vayan con cuidado —dijo Odín, despidiéndose de él.
El camino hasta la casa de Loki lo recorrieron el silencio, con apenas un poco de música de fondo. No había tensiones pesadas ni nada por el estilo, simplemente… las cosas estaban dichas, suponía Thor, que no dejaba de pensar en las palabras de Loki allá en su habitación. Sentía decepción al pensar que no volvería a pasar, no lo iba a negar, a pesar de que Loki tenía razón, y que quizás no debieron hacer nada en primer lugar, pero Thor no era capaz de encontrar dentro de sí arrepentimiento alguno; atesoraría esas memorias por el resto de su vida entonces.
—Llegamos —anunció Thor, estacionando su carro frente a la casa de Loki.
—Thor…
—¿Sí?
—Sólo… sólo quiero dejar las cosas claras —dijo Loki, volteando a verlo por primera vez desde que se habían subido al carro, frotando sus manos sobre su regazo—. Cuando dije que no habría una próxima vez mientras tuvieras novia, um… no quise decir que espero que termines con ella, mucho menos por mí. Quiero que sepas que tengo claro que esto… que tú y yo… que no tengo expectativas de nada, ¿sí? Sé que había esta tensión entre nosotros y que tal vez necesitábamos tener sexo para sacarlo de nuestros sistemas y ya, pero nada tiene por qué cambiar. No por mi parte, al menos; puedes estar seguro de que no voy a molestarte ni pretendo meterme en tu relación. Lo que pasó queda entre nosotros dos y ya, sólo…
—¿Sólo qué? —insistió Thor, luego de que Loki guardara silencio unos segundos.
—Sólo no más besos, no más nada; si algo ha de pasar de aquí en adelante, que sea estando solteros, sólo eso te pido —dijo Loki, su mirada completamente sincera—. Nuestra amistad no tiene por qué cambiar, yo seguiré siendo el mismo, ¿okay?
—Okay —respondió Thor, asintiendo lentamente, antes de soltar una pequeña risa resignada—. Gracias por admitir la tensión, te veías tan normal la semana pasada que pensé que todo estaba en mi mente —Loki simplemente sonrió, negando con la cabeza.
—Nos vemos —se despidió, sonriéndole otra vez antes de bajarse del auto, sacar su bicicleta de la maletera, y entrar a su casa, dejando a Thor solo con sus pensamientos.
Debería sentir alivio, ¿no?
Tal vez Loki tenía razón, tal vez tenían que sacárselo de sistema y ya, se le pasaría el encanto; ya habían cogido, ¿qué más podía esperar? Loki le había dicho en su cara que no esperaba nada de él y que las cosas no tenían por qué cambiar, y aunque Thor debería sentir alivio, en el fondo, muy en el fondo, sintió su pecho contraerse, decepcionado. Algo dentro de sí le decía que podía estar renunciando a algo increíble, y le daba miedo que fuese verdad.
Sin nada más que hacer ahí, encendió el carro y condujo de regreso a casa, volviendo a la habitación y las sábanas que ahora albergaban el aroma de ambos.
—Me agrada ese muchacho —le dijo Odín cuando Thor pasó por su habitación para avisarle que había vuelto—. Tiene una buena cabeza sobre los hombros, está bien centrado en lo que quiere. Más amigos así son los que necesitas, Thor.
Thor asintió con una sonrisa, dándole las buenas noches antes de irse a dormir, sintiendo un gran orgullo en su pecho al ver que su padre también reconocía lo increíble que era Loki. Con ese pensamiento en mente se dejó caer sobre su cama, abrazando contra su pecho la almohada en la que Loki había apoyado su cabeza, su mente hecha un caos de contradicciones.
Cerrando sus ojos, se permitió recordar lo rico que se había sentido dormir esa siesta con Loki entre sus brazos.
Chapter 5: Hay un dolor en ti, puesto ahí por el dolor que hay en mí
Chapter Text
Habían pasado un par de semanas y todo iba… normal; tan normal como es posible cuando te acuestas con una persona, y luego tienes que pasar horas con ella y fingir que nada ha pasado. Y Thor fingía; fingía que no sabía cómo Loki se veía debajo de la ropa, fingía que no conocía el sonido de sus gemidos, que no anhelaba sus besos… Thor fingía además que no podía vislumbrar, en el borde de los suéteres que usaba Loki, a la vista solamente para quien lo esté buscando, esa marca… milímetros apenas de una de esas tantas marcas que Thor había dejado sobre esa piel antes inmaculada.
Y el cosquilleo que le bajaba por toda la columna… normal, también.
Seguían hablando, por supuesto, Loki fiel a lo que había dicho; su capacidad de actuar como si nada hubiese pasado dejaba a Thor pasmado. Ya no hacían videollamadas, Thor por su parte no se atrevía, y hasta ese entonces siempre había sido él el de la iniciativa, así que sólo se comunicaban por chat y en persona los días que se veían. A Thor le gustaba pensar que lo peor ya había pasado, y que ahora sólo quedaba esperar a que su crush se disipara; ya habían cogido, ¿no? La tensión no debería estar ahí, las ganas y la curiosidad ya fueron saciadas, sólo debía tener paciencia, paciencia.
—Bueno, sano y salvo —dijo Thor al estacionarse frente a la casa de Loki, como todos los martes y jueves.
—Gracias por traerme —respondió Loki, con esa sonrisita suya que sabía dejar a Thor embelesado.
—Un gusto, como siempre.
Loki se estiró para quitarse el cinturón de seguridad, y ahí Thor se percató de que los días no habían pasado en vano, y que esa marca que él había dejado, y que por un largo tiempo se mantuvo violeta, ahora era apenas visible, un amarillo que difícilmente se podía distinguir. Sus marcas iban desapareciendo, así como los rasguños de Loki en su espalda, como si nada realmente hubiese pasado. Thor no se esperaba esa punzada que le atravesó el pecho.
—¿Estás bien? Te ves un poco…
—¿Eh? —Thor volvió la mirada a los ojos de Loki, que lo veía con intriga—. Sí, sí, me distraje un momento.
—Bueno, nos vemos.
—Nos vemos —respondió Thor, sonriéndole antes de verlo bajarse, sacar su bici de la maletera y voltearse a despedirse con la mano una vez en la puerta de su casa; la misma rutina de siempre.
Como si nada realmente hubiese pasado…
*
Ese martes en la tarde Loki había estado deprimido: su mamá y él no habían alcanzado entradas para The Eras Tour. Hasta donde Thor supo había sido un caos; Loki estuvo contándole todo minuto a minuto hasta que, finalmente, no alcanzaron entradas. Su mamá hasta ese entonces había ido a todos los tours de Taylor y, cuando Loki tuvo edad suficiente, comenzó a llevarlo con ella. Thor por su parte nunca había ido a un concierto de Taylor, a pesar de que le encantaba su música, pero era algo que no se había planteado nunca, ni siquiera cuando Loki le comentó emocionado que habían anunciado The Eras Tour. Quizás tenía mucho que ver eso de que la escuchaba en solitario y, antes de Loki, no había tenido a nadie con quien compartir ese gusto y sí, tal vez ir a sus conciertos. Si lo pensaba, sonaba hasta divertido ir con Loki, conocer a su mamá, cantar los tres hasta quedar roncos…
Bueno, era tarde ya para eso.
—Qué cagada.
—Lo sé —respondió Loki, su vista fija en la laptop mientras escribía—. Fue un desastre.
Esa tarde no estuvieron de humor para escuchar a Taylor, así que Loki puso algo de Placebo, una de sus bandas favoritas que a Thor comenzaba a gustarle. Más allá de Taylor Swift, a Thor le gustaba principalmente el rap y el metal, que eran gustos que sí compartía con sus amigos. Loki se iba más por el rock alternativo, sí tenía esa vibra emo que Thor detectó desde un principio, pero también tenía un amplio gusto por el pop que desentonaba con su ropa predominantemente negra, o en su defecto oscura. Desde que se siguieron mutuamente en Spotify sus playlists compartían prácticamente la misma música; Thor se emocionaba cada vez que a Loki le gustaba algo que él le recomendaba.
—Uh, ya va siendo hora de que me vaya —dijo Loki de repente, viendo la hora en su teléfono.
—¿Qué? Pero si todavía nos queda como una hora.
—Lo sé, lo sé, se me pasó comentarte que me iba antes, pero es que hoy convocaron un ensayo extra en la orquesta; el fin de semana nos vamos a presentar en un teatro y… bueno, ya sabes —respondió mientras se levantaba y recogía sus cosas; Thor sí había notado que Loki traía consigo el estuche de un violín, pero no le preguntó porqué.
—Está bien, vamos entonces.
—¿Cómo que vamos?
—Te llevo, como siempre.
—Pero te dije que no voy a mi casa —dijo Loki, sonriendo extrañado.
—Sí, lo sé, te llevo a la academia de música, ¿no?
—Es cerca de aquí, no hace falta.
—Te espero abajo —dijo Thor, tomando las llaves de su carro y saliendo de la habitación, impidiendo que Loki siguiera objetando.
Cuando Loki lo alcanzó ya Thor estaba guardando la bicicleta de Loki en la maletera, y éste simplemente le rodó los ojos mientras sonreía, subiéndose al carro sin decir una sola palabra; Thor no iba a aceptar un no por respuesta, ¿es que Loki no se daba cuenta de que Thor quería pasar cada minuto posible a su lado?
Dios, y ese crush que no se iba…
—Gracias por traerme —dijo Loki luego de los cinco minutos que les tomó llegar.
—Un gusto, como siempre —respondió Thor, sonriéndole mientras se bajaba del carro.
—¿Abres la maletera?
—¿Para qué?
—¿Cómo que para qué, Thor? Para sacar mi bici.
—Nah, pero si yo te espero y te llevo a tu casa.
—Thor…
—No es molestia y quiero esperarte.
—Me puedo demorar hasta dos horas, no te voy a dejar esperando dos horas aquí.
—No es molestia —repitió Thor, conteniendo una sonrisa al ver a Loki incrédulo.
—Abre la maleta, Thor, no… no te puedo hacer perder así el tiempo.
—Es mi tiempo.
—Thor —insistió Loki, alzando una ceja, y Thor suspiró, abriendo la maletera—. Gracias.
—Aquí voy a estar cuando salgas, y te va a tocar guardar la bici otra vez.
—Claro —respondió Loki sarcástico, aguantándose una sonrisa—. Gracias, nos vemos.
—Sí, en dos horas nos vemos —dijo Thor, riéndose al ver cómo Loki rodaba los ojos antes de entrar a la academia.
*
El ensayo sí tomó dos horas, como Loki predijo. Honestamente, Thor sintió que pasaron rápido, estuvo un buen rato chateando con sus amigos en el grupo que tenían, Fandral quejándose de que una chica con la que quería salir ya lo había rechazado dos veces, y obviamente su ego no podía soportarlo. Todos estaban burlándose de él diciéndole que había perdido su encanto y todo ese tipo de cosas, mientras él insistía en que, claramente, el problema era que era chica tenía mal gusto y por eso no aceptaba salir con él. Fandral no tenía la mejor reputación del mundo; sí, era encantador cuando quería seducir a alguien, pero ninguna chica retenía su atención por mucho tiempo. Al final dijo que, mirándola bien, ni siquiera estaba tan buena, pero eso no evitó que siguieran burlándose de él.
Estaba metido en TikTok cuando recibió un mensaje de Jane, y sintió un extraño nudo en el estómago; se sentía extraño hablar con Jane mientras esperaba ansiosamente a que Loki, con quien le había sido infiel, saliera de sus ensayos. Estuvieron hablando de sus días un rato, Jane le preguntó si quería hacer algo más tarde y Thor se inventó una excusa, diciendo que tenía que ayudar a su padre con unas cosas. Amora o Saxa, sus novias anteriores, estarían acribillándolo con preguntas, llenas de sospechas a pesar de que Thor, con ellas, nunca hizo nada malo. Pero no Jane, no, ella confiaba en él, siempre había confiado en él, y Thor no encontró mejor manera de honrar su confianza que acostándose con alguien más. Aunque se sentía mal por haberle fallado, Thor no podía encontrar dentro de sí arrepentimiento alguno por lo que él y Loki hicieron, y era eso lo que más miedo le daba.
Al final quedaron en ir a comer y luego al cine al día siguiente.
Thor estaba a punto de entrar a TikTok nuevamente para poder despejarse, cuando vio a un grupo de gente salir de la academia. Entre ellos estaba Loki, y de repente todos sus males desaparecieron. Thor se le quedó mirando atentamente, una sonrisa boba de lado a lado en su rostro, mientras Loki lo miraba incrédulo, negando lentamente con la cabeza; ¿de verdad puso en duda que Thor se quedaría a esperarlo?
—No puede ser —dijo Loki cuando estuvo lo suficientemente cerca, intentando disimular una sonrisa, con el estuche de su violín en la espalda, llevando la bici a su lado con una mano.
—No sé de qué te sorprendes —respondió Thor, gesticulando con su mano hacia atrás, donde la maletera estaba abierta y lista para que Loki metiera su bicicleta, tal cual Thor le dijo que le tocaría hacer.
Loki se subió al carro luego de guardar la bici, poniéndose el cinturón de seguridad mientras Thor comenzaba a conducir.
—Sí sabes que no hacía falta que me esperaras, ¿verdad?
—Mmmm…
—No es como que me voy a enojar o voy a quererte menos.
—Aw, ¿me quieres? —preguntó Thor, volteando a verlo un segundo, batiendo sus pestañas.
—Yo no dije…
—Ah, pero sí lo dijiste —insistió Thor, viéndolo sonrojar.
—Bueno, sí, ya, ¿y? —dijo Loki, alzando sus cejas en un gesto de superioridad, la sombra de una sonrisa en sus labios— Los amigos se quieren, ¿no?
—Sí, y yo también te quiero —respondió Thor, dedicándole entonces una sonrisa sincera, volviendo su vista a la carretera mientras pensaba en lo bien que se había sentido decirlo, aunque nunca antes se lo había planteado; claro que lo quería, era obvio, incluso más allá del crush.
—¿A dónde vamos? Este no es el camino a mi casa.
—Pensé en ir a comer, como ya está anocheciendo; te quiero a invitar a mi restaurante de hamburguesas favorito, te van a encantar —respondió Thor—. ¿Te parece bien?
—¿Quién soy yo para decirle que no a una hamburguesa?
*
Las hamburguesas habían estado increíbles, como siempre, habían pedido además una bandeja entera de papitas fritas que se comieron entre los dos, hablando como si fuese imposible que se les acabaran los temas de conversación. Thor le preguntó sobre la música, o más bien sobre él como músico, ya que de música hablaban siempre. Loki le dijo que tocaba violín, piano, guitarra y flauta, pero que el violín era definitivamente su instrumento favorito, con el que había comenzado desde los seis años. Le habló también de la orquesta donde tocaba, los conciertos que hacían y para los que se preparaban seguidamente.
—Desde hace como dos años doy lecciones de piano particulares a niños —dijo Loki antes de comer otra cucharada de helado.
Luego de salir del restaurante, Thor había conducido hasta una heladería que le encantaba, donde pidió cada quien su helado a través del autoservicio. Thor había pedido helado de chocolate con un sinfín de toppings de chocolate, mientras que Loki por su parte había pedido menta con chispas de chocolate. Después de recibir sus helados se habían estacionado frente a una plaza, comiéndose sus helados dentro del carro, continuando su conversación.
—De verdad que tú no paras, ¿no? —dijo Thor, sorprendido por todas las cosas que Loki hacía.
—No me gusta estar sin hacer nada, pero por lo menos las lecciones particulares me dan cierta libertad, ¿sabes? No estoy atado a un trabajo tradicional con horarios fijos y esas cosas,
—Pues sí, y dentro de todo estás haciendo algo que involucra lo que te gusta.
—Exactamente —concordó Loki antes de comer otra cucharada—. Dios, pero qué rico está este helado, tiene el balance perfecto entre menta y chocolate.
—¿Verdad que sí? Te dije que eran buenos.
—Mmmm… —exclamó Loki con gusto, lamiéndose los labios, Thor incapaz de evitar que sus ojos siguieran meticulosamente el recorrido que hacía esa lengua.
Thor sabía que no podía hacer nada, no debería por muchas razones, pero su mirada se iba hacia Loki como si éste fuese un imán, sus ojos detallando una y otra vez cada aspecto de su cara; sus cejas negras fruncidas mientras examinaba atentamente su helado, sus labios húmedos, rojos por el frío. Qué dulces sabrían sus besos en ese momento…
—Basta, Thor —dijo Loki de repente, y Thor salió de su embelesamiento, mirándolo a los ojos.
—¿Hm?
—No me puedes mirar así.
—¿Así cómo? —preguntó Thor, haciéndose el inocente; en el fondo pensó que disimulaba bien.
—Así… así como… —Loki suspiró para luego dedicarle una sonrisa un poco triste, que supo agrietar a Thor por dentro— Tú sabes cómo, Thor.
—Lo siento —se disculpó entonces, siendo completamente honesto—. Pensé que no se notaba, no quise incomodarte.
—Está bien —respondió Loki, exhalando una risita cansada.
—¿Nos vamos? Se está haciendo tarde.
—Sí, vámonos.
Thor encendió el carro y comenzó a conducir hacia la casa de Loki.
*
Por primera vez en su vida Thor se sentía como un adolescente normal… en lo que a libido respecta. Thor se masturbaba, obvio, pero sabía que no lo hacía de la misma manera que sus amigos, o que más bien no lo impulsaban las mismas cosas. Con sus amigos siempre hacían chiste de sexo y pajas y las cosas que los calentaban, pero a Thor realmente no le calentaban las mismas cosas, de hecho no recordaba haberse masturbado alguna vez por sentirse muy excitado. En la pubertad, cuando descubrió que su pene tenía otro propósito, lo encontró interesante y se pajeaba seguido porque se sentía bien y le daba curiosidad, obvio, pero al ir creciendo… para Thor era un proceso bastante mecánico, para ser honesto. A veces su cuerpo reaccionaba luego de entrenar y hacer ejercicio, o de repente al despertar en las mañanas se encontraba con que estaba duro y se tocaba, pero nunca pensaba en nada o nadie, y a veces se preguntaba si era normal. Un par de veces se le cruzó por la mente si tal vez era asexual.
Entonces llegó Loki.
Todo empezó con ese sueño, y después de que se hiciera realidad se convirtió en una dulce tortura. De repente sus duchas comenzaron a alargarse, empezó a guardar pañuelos desechables en su mesita de noche; a veces soñaba con Loki, a veces los recuerdos invadían su mente, haciendo estragos en su cuerpo. Y lo sentía, sentía esa excitación abrasadora, su sangre como lava recorriendo sus venas, caliente en todo el sentido de la palabra. No todas las noches soñaba con Loki, y no todos sus sueños con él eran eróticos, pero el simple hecho de que entrara en su mente era suficiente para que sintiera su piel arder. Y por primera vez Thor tenía a alguien en mente mientras se tocaba, y recordaba, y fantaseaba; era algo nuevo para él.
La tarde anterior habían entrenado durante horas, había sido fuerte y se sentía molido, pero también recorría su cuerpo esa satisfacción adictiva luego de un buen entrenamiento. Se acercaba un juego importante, su colegio jugaría contra otro que realmente sabía hacerle competencia a los de Asgard; Thor sabía que podían ganar, pero aún así no se dormían en los laureles. Les quedaba poco más de una semana antes del juego, sería el último viernes de clases antes de las vacaciones de navidad, su madre llegaría ese mismo viernes de su largo viaje para verlo jugar, y Thor estaba bastante emocionado.
Esa mañana se había levantado con bastante pereza, pereza que se disipó cuando entró a la ducha y su mente comenzó a divagar mientras se enjabonaba. Pensaba en Loki, en que esa tarde lo vería, en lo rico que olía el champú que éste usaba, lo tonificadas que tenía las piernas, lo suaves que se habían sentido esos muslos cuando le rodearon la cintura la vez que… mmm, ya se había excitado, sería otra ducha larga. Thor cerró los ojos, una mano en su miembro moviéndose lánguidamente mientras dejaba su imaginación volar debajo del agua tibia: ahí estaban él y Loki, sobre su cama, Loki cabalgándolo sensualmente, sus manos calientes apoyadas en el pecho de Thor mientras éste lo tomaba firmemente de las caderas. Thor podía escucharlo gemir ante cada estocada, lo veía cerrar sus ojos y echar la cabeza hacia atrás, perdido entre tantas sensaciones, todo el placer que Thor quería darle. Podía verlo tan claro, tan claro como si estuviese realmente frente a él; Thor no sabía que su imaginación podía ser tan vívida. Esa piel pálida, sudada, Thor muriéndose por pasar su lengua por todas partes; besar cada lunar, con sus dientes dejar marcas nuevas.
Mmmm… sí, sí…
De repente cambió el escenario y ahora estaba Loki en cuatro frente a él, su pecho apoyado sobre la cama con sus caderas en alza, caderas que Thor tomaba con fuerza mientras embestía dentro de él. Loki apretaba las sábanas entre sus puños, con medio rostro sobre la almohada, mirando fijamente a Thor con uno de sus ojos mientras sus labios repetían una y otra vez, entre gemidos ahogados, su nombre; sólo Loki podía gemirlo así y hacerlo estremecer. Thor aceleró el ritmo de su mano, imaginándose a sí mismo recorrer los costados de Loki, acariciar su piel suave para luego postrar una mano firme en su cintura, y con la otra tomarlo del cabello; en su fantasía, a Loki le gustaba cuando lo jalaba un poco. De repente se sentía lejos, muy lejos, así que Thor descendió hasta tener su pecho completamente pegado a la espalda de Loki, sus caderas sin detenerse un solo segundo mientras lamía y mordía ese cuello con devoción. Thor se apoyó con una de sus manos sobre la cama, para no dejarle a Loki el peso completo de su cuerpo, mientras con su otro brazo le rodeaba la cintura, abrazándolo hacia sí mismo posesivamente, manteniéndolo cerca, más cerca.
Loki sólo sabía pedirle más, más, más.
En algún momento todo cambió, sin darse cuenta su fantasía lo llevó a otro escenario, uno donde era él quien estaba en cuatro, agarrándose de las sábanas con fuerza mientras las manos de Loki recorrían sus costados. Tenía entonces a Loki detrás embistiendo dentro de él con abandono, haciéndolo sentir lleno, tan lleno; Thor casi podía escuchar su voz sensual decirle cosas sucias al oído mientras lo tomaba fuerte del cabello, preguntándole si quería más, si le gustaba que le diera duro…
—Ugh, mierda —exclamó Thor entre dientes al acabar repentinamente, apoyando una de sus manos sobre la pared de la ducha para poder conservar el equilibrio.
El corazón le latía a mil por hora y al abrir los ojos veía manchas por doquier, casi desorientado en espacio y tiempo; no recordaba cuándo fue la última vez que se vino así. Esa última imagen… dios, le estremeció todo el cuerpo, lo hizo acabar sin que lo viese venir. Él jamás había pensado en sí mismo siendo pasivo, ni siquiera había experimentado con su cuerpo de esa manera, pero luego de imaginárselo… algo había despertado en su cuerpo, con fuerza, y Thor realmente no sabía qué hacer con eso. Ni siquiera quería pensarlo.
*
Los días habían pasado volando, y de repente ya era jueves, y de repente ya mañana era el gran juego y ya se irían de vacaciones de invierno. Su madre llegaba al día siguiente temprano, Thor estaba emocionado, hacía meses que no la veía; pasarían unos días todos juntos en casa, y luego se irían a una isla del Caribe a pasar navidad. Thor amaba la playa, el sol, el agua cristalina; sus vacaciones favoritas siempre incluían una isla en el medio del trópico.
Respecto a él y Loki… las cosas habían seguido su rumbo normal, tan normal como puede ser cuando dos personas claramente se atraen. Siendo completamente francos, podrían con tranquilidad reunirse una vez a la semana, habían adelantado lo suficiente como para estar más relajados algunos meses, pero Thor, él… él quería ver a Loki, estar con Loki, disfrutar de su compañía mucho más allá de su clara atracción sexual. Porque sí, Thor lo veía y quería darle como gaveta que no cierra, pero Loki había puesto sus límites y Thor los respetaba porque quería estar a su lado, y porque sabía que Loki tenía razón. Así que seguían trabajando todos los martes y jueves, Thor no iba a arruinar su rutina y algo le decía que Loki tampoco.
Martes y jueves se habían convertido en sus días favoritos de la semana.
Luego de ese episodio cuando comieron helado, Thor había aprendido a controlarse, a no mirarlo tanto, o por lo menos que no se notara en su cara las cosas que estaba pensando; trataba simplemente de no pensar. Igual lo miraba por momentos, discretamente, y a veces se encontraba a Loki mirándolo a él también. No había pena ni miradas esquivas, sólo sonrisas tímidas cuando sus ojos coincidían. No era como si Loki no quisiera estar con él, Loki no quería estar con él mientras tuviese novia, era ése el detalle. Y Thor… Thor ya no pensaba en el crush, ni en cuándo se iría, ni en por qué sentía su pecho a punto de estallar cada vez que Loki llegaba a su casa; Thor sólo asumía que pasaría, que pasaría, y que por algo pasajero no podía perder a Jane.
¿Valía la pena perder a Loki, entonces?
No pienses, no pienses, no pienses…
Se acabaron las tardes de películas, las videollamadas nocturnas, pero por lo menos tenían su chat; tenían los martes y jueves. Y Thor lo atesoraba así como atesoraba la playlist que habían creado juntos en Spotify, donde cada uno metía la música que quería que el otro escuchara, así como la lista de películas que algún día, cuando las aguas se calmaran, podrían ver juntos. Esperaba Thor, soñaba; Thor quería a Loki, quería su amistad, su risa, sus comentarios sarcásticos, su cuerpo desnudo y sudado debajo de él…
¡Basta!
Todo esto era muy nuevo para Thor, toda esa libido y pensamientos sexuales; que su mente se desviara a él y Loki cogiendo en todas las posiciones habidas y por haber aún lo tomaba por sorpresa, no sabía realmente qué hacer con eso. ¿Era un adolescente normal o un degenerado? ¿Era ése su despertar sexual?
Al regreso de dejar a Loki en su casa seguía pensando en todas esas cosas, estaba tan distraído que apenas escuchó cuando su padre lo llamó desde la sala de estar. Odín no había llegado del trabajo cuando Thor fue a llevar a Loki, era relativamente temprano, apenas empezaba a anochecer; tal vez quería que lo ayudara con la cena, aunque la cocina estaba al otro lado.
Entonces la vio.
—¡Mamá! —exclamó Thor emocionado, corriendo hacia a ella como un niño pequeño, envolviéndola en sus brazos; aunque ya era él mucho más grande que ella, no existía lugar más seguro para Thor que los abrazos de Frigga.
—Te extrañé mucho, mi amor —dijo Frigga, sonriendo enormemente mientras tomaba el rostro de Thor en sus manos y repartía besos por doquier.
—Yo también, ma’; no puedo creer que estés aquí, pensé que llegabas mañana.
—Quise sorprenderlos —respondió ella con picardía en sus ojos una vez se separaron.
—¿Tú no sabías? —preguntó Thor, dirigiéndose a su padre.
—Para nada; llegué del trabajo y cinco minutos después estaba mi amada esposa aquí —dijo Odín, rodeando a Frigga con uno de sus brazos, que le respondió con un beso.
—No puedo esperar a contarles todo del viaje, pero estoy muerta de hambre, ¿qué vamos a cenar?
—Lo que tú quieras, amor.
Veía a sus padres hablar, estos sin poder dejar de mirarse y sonreír con ternura hacia el otro, y Thor sólo podía pensar en cómo le habría gustado saber que su madre llegaría esa tarde, así habría invitado a Loki a cenar y podría habérsela presentado.
—¿Salimos o pedimos a domicilio? —preguntó Thor, feliz de estar los tres juntos otra vez.
*
El día había llegado, el día del gran juego, el último día antes de las vacaciones de invierno. Thor bajó a desayunar con una mezcla de alegría y tristeza; tenía muchas razones para estar alegre, y sólo una que lo tenía decaído: no vería a Loki en varias semanas. Su madre los sorprendió con un rico desayuno, no había caído en cuenta en cuánto había extrañado su comida hasta que la probó nuevamente. Las empleadas cocinaban exquisito, pero había algo que distinguía la comida de su madre de la del resto del mundo.
—Que te vaya bien, mi amor, te quiero mucho —le dijo Frigga, intercalando besos en su frente entre cada palabra; era una vista cómica con su madre de puntitas y él encorvado para que pudiera alcanzar.
Las clases pasaron bastante relajadas, los profesores no les mandaron a hacer casi nada y los estudiantes estaban alegres, contando las horas para salir. Thor pudo ver a Loki un par de veces en los pasillos y durante el receso, a lo lejos, cada quien en su grupo. En algún momento sus ojos se encontraron y pudieron intercambiar sonrisas discretas, pero más allá de eso Thor sabía que no lo volvería a ver, no volverían a estar cerca, hasta enero. No entendía por qué le afectaba tanto. Bueno, sí lo entendía, entendía que con Loki todo era diferente, le gustara o no, y Thor no encontraba aún algo en Loki que no le gustara.
El día se fue en un abrir y cerrar de ojos, de repente ya eran las seis de la tarde y Thor estaba en medio de la cancha, en uniforme, a punto de empezar a jugar. Había cientos de personas en las gradas, todos emocionados; sus padres, Jane y Sif en primera fila, sus amigos en el campo, todos parte del equipo también. Thor pensó en Loki en un momento, sabía que no era fan de los deportes, pero al llevar su mirada hacia arriba, entre todas las caras Thor no tardó ni un segundo en encontrarlo. Estaba ahí, con sus amigos, y lo estaba mirando a él. Thor supo entonces que ese rostro nunca se le perdería en un mar de gente, sin importar lo grande y denso de la multitud. El corazón le dio un salto y rió feliz, sonriendo de lado a lado, incapaz de contener la emoción, viendo a Loki sonreírle a él también. ¿Estaba ahí por él? ¿Fue para verlo jugar? Thor quería creer que sí; la adrenalina que recorrió su cuerpo le hizo alzar el pecho con todas las ganas de demostrarle a Loki de qué estaba hecho, que lo viera jugar y ganar.
Loki no dejó su mente un solo segundo, y en lugar de distraerlo, sólo sirvió para mantenerlo enfocado; Thor se moría por impresionarlo. El juego estuvo reñido, no había motivos para negarlo, se alargó más de lo esperado, pero aún así Asgard salió victoriosa. Como todo cliché fue Thor, capitán del equipo, quién hizo el try final que les otorgó la victoria. Las gradas estallaron en gritos y vitoreo de parte de quienes los apoyaban. El equipo saltando emocionado, abrazándose entre todos, en algún momento el enorme trofeo pasó a las manos de Thor, que inmediatamente miró hacia las gradas, hacia donde estaba Loki, y alzó el trofeo en alto, dentro de sí dedicándole la victoria, deseando que Loki se sintiera orgulloso de él. Loki aplaudía emocionado, sonriendo de una manera que tenía a Thor derretido, hecho nada; qué ganas de correr hacia allá y…
Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando Jane saltó hacia él, envolviéndolo en un fuerte abrazo, robándole el aliento con un ferviente beso. Thor quedó paralizado ante la sorpresa, no la había visto venir, y en medio de todo no pudo más que corresponderle y rodearla con sus brazos. Cuando se separaron Thor volvió a mirar a las gradas, pero ya Loki, ni sus amigos, estaban ahí. Thor miró a todas partes, desesperado, pero sus amigos en ese momento lo alzaron alto entre todos, celebrando, sin embargo Thor ya no encontraba dentro de sí razones para sonreír; sentía un vacío abismal en el fondo de su estómago, casi no podía respirar.
Jane era su novia, pero Thor se sentía como si le hubiese sido infiel a Loki.
*
Todos se irían a la casa de Fandral, donde sería la fiesta de celebración y un total descontrol, pero Thor no tenía ánimos de festejar; la ansiedad se lo estaba comiendo por dentro. Thor le dijo a Jane que no se sentía bien y que no iría a la fiesta, y ella le dijo que la llevara a su casa entonces, ya que ella tampoco iría sola. El camino hasta la casa de ella fue silencioso, Thor estaba atormentado con la vista fija hacia el frente, manejando por pura inercia, Jane sólo miraba por la ventana. Había una tensión extraña, Thor sentía que iba a vomitar en cualquier momento.
Ese beso de Jane justo mientras Thor y Loki se miraban… no, fue un choque catastrófico para él, fue algo que lo hizo rebobinar y cuestionarse cosas que había estado ignorando, pero ya no podía más. Más allá de Loki, de su sexualidad, estaba terriblemente claro que lo suyo con Jane no iba para ninguna parte. Thor no la amaba, no contaba las horas para verla o hablar con ella, no la deseaba, no fantaseaba con ella… Jane era una amiga más, a la que quería mucho, pero no como pareja. Loki le había hecho sentir en un par de meses todo lo que no había sentido nunca con Jane ni con nadie más, y no era justo seguir adelante con ella, haciéndole perder el tiempo mientras él pensaba en otra persona.
El momento había llegado, y Thor sentía la garganta seca, muy seca.
—Jane… —comenzó Thor, una vez estacionado frente a la casa de ella.
—Vas a terminar conmigo, ¿no? —Thor volteó a mirarla, un poco sorprendido, y ella suspiró— No puedo decir que me sorprende.
Ambos se quedaron en silencio un par de segundos, Thor sin saber qué decir.
—Lo siento, Jane —susurró entonces con la voz ahogada.
—Hace meses que no me tocas; si yo no te beso, no me besas, si no te escribo, no me escribes —continuó ella, hablando serena, pero un par de lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas—. ¿Y sabes qué es lo peor? No puedo recordar si las cosas fueron diferentes en algún momento, o si siempre fue así…
—Perdón… perdón, Jane —Thor tenía un nudo en la garganta de verla así, de ver el dolor en su rostro, sentía su pecho contraído; se arrepentía de tantas cosas—. Perdón por ser un novio ausente y egoísta, por haberte hecho sentir sola; jamás quise hacerte sufrir, créeme.
—Te creo —respondió ella, soltando un risa triste—, te creo tanto que podría seguir intentándolo contigo, pero sé que no me quieres.
—Sí te quiero, Jane, te quiero mucho.
—Pero no me amas, no estás enamorado de mí, y no… —Jane tragó profundo, secándose sus lágrimas— no me atrevo a preguntarte si alguna vez lo estuviste, no sé cuál respuesta es peor; si es mi culpa, o…
—No, Jane —Thor tomó una de sus manos firmemente, instándola a mirarlo a los ojos—. Eres la mejor novia que alguien pudiera pedir; eres tan inteligente, divertida, sensible… eres una mujer increíble y lo sabes.
—¿Entonces por qué me dejas? —preguntó ella, su voz entrecortada quebrando a Thor.
—Porque soy un idiota.
—¿Hay otra? ¿Es eso? ¿Te gusta otra chica? —insistió entonces, sin romper el contacto visual— Dímelo, quiero saber.
—No —respondió él, de alguna manera siendo honesto; no había otra chica—. No hay otra chica, Jane, no… el problema soy yo; me siento confundido, y es algo que tengo que resolver por mi cuenta. Me siento… perdido.
Volvió a invadirlos un silencio entonces, Jane regresando su mano hacia su propio regazo con la vista fija hacia el frente, como analizando todo lo que se habían dicho. Thor se quedó expectante, atento, esperando a ver qué iba a decirle, o si iba a decirle algo en lo absoluto; él no tenía nada más que disculpas, ¿qué más podía agregar a lo dicho? ¿Serle sincero sobre lo que le pasaba con Loki y añadirle más sal a la herida? No, no podía.
—Ojalá puedas resolver tus problemas —dijo ella finalmente, seria, y sin más se bajó del carro, entrando a su casa sin mirar atrás.
Thor jamás pensó que así terminaría su gran día.
*
Thor se sentía como una mierda, cuando entró a su casa escuchó un poco de música mientras se acercaba más y más a la cocina; se moría de sed. Ahí encontró a sus padres, se quedó parado en el umbral viéndolos cocinar juntos, tomándose un vino mientras escuchaban música y reían, sintiendo su corazón contraerse con la escena. Sus padres se adoraban, siempre habían sido así, ¿cómo pensó Thor que su vida con Jane podría parecerse a la de ellos? Su relación con Jane la había vivido como un protocolo, esperando que esa magia que veía frente a él en ese momento surgiera entre ellos, pero así no funcionaban las cosas. Thor veía a sus padres, el brillo en sus ojos, absortos en su propio mundo, y se daba cuenta de que había estado haciendo todo mal todo ese tiempo.
—¡Thor! —exclamó su madre cuando finalmente lo vio, sacándolo de su ensimismamiento— Cariño, pensamos que irías a celebrar con tus amigos —continuó ella al llegar frente a él, tomándolo del rostro para darle un beso en la frente; se veía alegre, su rostro sonrojado por el vino y las risas—. ¿Viniste a ducharte antes de salir? ¿Vas a cenar con nosotros?
—No, ma’, no voy a salir —respondió Thor, sonriéndole un poco en un intento de no bajarles el ánimo—. Me siento molido, voy a ducharme y dormir.
—¿Seguro, hijo? ¿Te sientes bien? —preguntó Odín mientras salteaba algo en la cocina, Frigga poniéndole una mano en la frente a ver si tenía fiebre.
—Sí, sí, sólo estoy cansado, vine por un vaso de agua.
—Bueno, mi amor, la cena está casi lista, si te da hambre bajas a comer, ¿sí?
—Está bien —dijo Thor, sonriéndole a ambos al tomar su vaso de agua e irse a su habitación.
Thor sabía que no los había convencido de que estaba bien, pero ya mañana se sinceraría con ellos respecto a su ruptura con Jane. Mientras tanto tomó una ducha y luego se metió a la cama, y recién ahí sintió realmente todo el agotamiento de su cuerpo, la adrenalina ya lo había dejado. Thor estaba triste y decepcionado de sí mismo, había cerrado sus ojos al daño evidente que le estuvo haciendo a Jane todo ese tiempo, aunque no fuese su intención. Terminar con ella definitivamente le había quitando un peso enorme de los hombros, como si se hubiese quitado una careta, pero ahora lo que sentía era culpa, culpa por haberla hecho perder el tiempo.
Se tomó en serio la pregunta de ella, sobre si su relación siempre había sido así, y haciendo memoria… no, la verdad es que en un principio Thor sí se enfocó en conquistarla y hacer las cosas funcionar, pero no por las razones correctas; nunca la amó. Para ser franco, el fin comenzó incluso antes de que empezara a atraerle Loki; pasaron todo el verano sin verse, él y Jane, y no había extrañado ni un poco sus besos o el sexo. Se alegró cuando volvieron a verse, pero como quien se alegra al reencontrarse con una amiga, y de ahí todo fue en picada; cuando comenzó a soñar con Loki ya hacía semanas que él y Jane no tenían intimidad, no desde el reencuentro, y luego de lo que pasó en su carro cuando fueron a aquella fiesta, no hubo más sexo entre ellos.
¿Cómo llegó a pensar alguna vez que tenían futuro?
La culpa estaba ahí, pero también esa nueva sensación de libertad.
Chapter 6: Todo este silencio y paciencia; anhelos y anticipación
Chapter Text
Un nuevo año. Thor contemplaba el mar desde el balcón de su habitación de hotel; el cielo despejado, el sol de mediodía haciendo resaltar el reflejo azul del agua. Se sentía feliz, sereno, acababa de despertar; había recibido el año nuevo con sus padres y luego pasó la madrugada en una fiesta a la que lo había invitado Pablo, el mismo Pablo al que había estado besando hasta el amanecer.
Por primera vez en su vida Thor tenía las cosas claras.
*
Thor había pasado una semana sin hablar con Loki luego del juego. Sí, Loki sabía que Thor tenía novia, él mismo había puesto los límites en lo que pasaba entre ellos, pero una cosa era saberlo y otra que Thor se lo restregara en la cara; el sólo pensar en sus papeles invertidos, que Loki… Thor no soportaría ver a Loki besándose con alguien más frente a él, ver a otro tomarlo del rostro como Thor lo había hecho, rozar sus labios suaves, sentir esos suspiros justo en su boca… No. Y quizás unas semanas atrás Thor hubiese pensado a Loki demasiado pragmático para que algo así lo afectara, pero con el tiempo Thor había sabido interpretar su carácter y, aunque Loki era bueno fingiendo indiferencia, había algo real y frágil entre ellos dos que los afectaba por igual.
Después de todo Loki tampoco le escribió a él durante esa semana.
Fue durante un atardecer particularmente hermoso que Thor decidió tomar la iniciativa y revivir su chat. Le tomó una foto al paisaje y se la envió diciéndole que ahí pasaría las fiestas, en medio del Caribe (ahorrándose el pequeño párrafo donde decía que le encantaría tenerlo ahí con él); Loki le respondió con una foto de su patio cubierto de nieve. Entonces volvieron a hablar como si nada, esa semana como un interludio más, Thor sin mencionarle aún que las cosas entre él y Jane habían terminado.
Jane…
Thor no le había dicho nada a sus amigos, pero tomó sólo un par de días para que todos lo supieran; Jane y Sif se habían vuelto buenas amigas. Todos habían estado sorprendidos, le preguntaban porqué, le preguntaban si había otra chica, qué había pasado, y Thor les respondía lo mismo que le había respondido a ella. No había mucho más que decir, al menos no en el chat grupal; no eran cosas para discutir entre todos. Sin embargo, con Sif… con Sif pasó una noche entera hablando al respecto y, aunque en un par de ocasiones estuvo a punto de sincerarse sobre Loki y sus dudas sobre su sexualidad, decidió no tocar ese tema; era algo muy sensible, muy suyo aún.
Sif era su mejor amiga en el mundo, la única con la que podía sincerarse y tocar temas bastante personales; eran el confidente del otro. Sí, Fandral era como su hermano, así como Hogun y Volstagg, pero cuando buscaba charlas profundas y sensibles prefería recurrir a Sif; siempre hubo esa afinidad entre ellos. Nadie más lo sabía, pero Sif fue su primer beso, así como Thor fue el de ella; tenían curiosidad, querían saber cómo se sentía, y les agarró un ataque de risa después. Thor fue el primero al que Sif le confesó su asexualidad, y fue ella la única con quien Thor se llegó a abrir sobre sus propias dudas al respecto; siempre habían sido ellos dos contra el mundo, y se sentía raro ocultarle ese nuevo lado de él, pero aún no estaba listo, aún no sabía bien qué pasaba en su interior.
Sif, 11:38pm:
Tú sabes cómo es ella, bastante centrada y eso
No te voy a decir que no se nota que está triste cuando hablo con ella, tipo un segundo me dice que está todo bien y luego se pone depre y me pregunta las mismas cosas
“Le gusta otra? Te ha dicho algo? Estás segura de que no? Tú crees que esté saliendo con otra?”
Etc, etc, etc…
Thor, 11:40pm:
No hay otra chica
Sif, 11:40pm:
No, lo sé, obvio te creo, y es lo que le digo, pero tú sabes cómo son las cosas
Thor, 11:41pm:
Lo sé
Me siento mal
Como una mierda
Pero no era justo para ninguno de los dos seguir así
Recién ahora lo veo claro
Sif, 11:43pm:
Claro, te entiendo
Y va a sonar feo
Pero siempre me pareció que ella estaba más enamorada que tú
Thor, 11:45pm:
Eso es lo peor de todo
No dejo de pensar que la hice perder tanto tiempo conmigo
Porque la quiero, claro que la quiero
Sif, 11:46pm:
Pero?
Thor, 11:46:
Pero nunca estuve enamorado de ella
Esa es la verdad
*
Las rupturas para él nunca fueron gran cosa. Los primeros días, luego de contarle a sus padres, estuvieron tratándolo con más sensibilidad de lo normal; tal vez pensaban que por tratarse de Jane las cosas serían diferentes, lo verían realmente con el corazón roto, pero no fue así. Thor sí estaba triste, pero no por haber roto con Jane en ese momento, sino por no haberlo hecho antes, aunque suene cruel. Se lamentaba el tiempo perdido de ella, de él, el haberla mantenido a su lado más de un año, engañándola a ella y a sí mismo sobre su futuro, porque dentro de sí realmente pensó que su futuro estaba al lado de ella. Ahora su futuro era una mancha borrosa, una mancha con ojos verdes.
Su madre habló mucho con él, queriendo sacarle eso que ella sabía que Thor llevaba dentro, pero Thor… su garganta se cerraba tan pronto pensaba en Loki, en su sexualidad y todas las dudas que invadían su mente. Su madre quería mucho a Jane, y lamentaba que las cosas no funcionaran, pero sabía que él tenía sus razones, aunque no se sincerara por completo; no paraba de decirle que se había convertido en un joven muy sensato. Thor no estaba tan seguro; la infidelidad no va de la mano con la sensatez.
El mar le hizo bien, el calor del trópico se llevó con él esa nube negra que Thor había llevado encima, se sentía más optimista. De repente pensar en Loki ya no traía culpa; pensar en él, extrañarlo, desearlo. Con el pasar de los días Thor comenzaba a aceptar que no era un simple crush, que no había nada simple en sus sentimientos hacia Loki, por el contrario, eran emociones complejas e intrincadas, traían muchas dudas consigo, pero sólo sabían hacerlo sentir feliz cuando ese rostro se le cruzaba por la mente. Porque Thor pensaba en Loki y sentía fuegos artificiales en su pecho, sonreía como un idiota, incapaz de contenerse y, mientras que unos días atrás el pensar en él traía consigo un sentimiento de culpa, ahora no era más que una sensación liberadora.
Thor era libre de pensar y sentir sin ataduras, de hacerse preguntas, de descubrir quién era realmente.
Antes que todo le tocó aceptar una cosa: definitivamente no era hétero. Eso le causaba una pequeña crisis de identidad, no iba a negarlo; él, un chico grande, deportista y masculino, ¿cómo no iba a ser hétero? Thor siempre se percibió a sí mismo como normal, y mientras más pasaban los días, más se daba cuenta de que, sin importar su orientación, seguía siendo normal. Él nunca había sido homofóbico, no tenía nada en contra de la sexualidad de los demás, y recién cuando la posibilidad de que él fuese parte de ese grupo tocó su puerta, se dio cuenta de que tal vez sí tenía un par de estigmas que trabajar. La feminidad y la masculinidad no tienen nada que ver con la sexualidad y, aunque él no usaba ese término para catalogar a los demás, tal vez sí los estuvo usando toda su vida para catalogarse a sí mismo. Porque Thor nunca, nunca antes se había cuestionado su sexualidad de esa manera; para él lo más lógico era que, si no le gustaban las mujeres, entonces no le gustaba nadie; era más probable ser asexual que gay o bi.
Y vaya que no era asexual, en lo absoluto.
¿Era bi, entonces? Sincerándose consigo mismo, Thor intentó encontrar en su mente alguna mujer que le haya parecido atractiva, pero atractiva de verdad, no simplemente hermosa a la vista; ¿había deseado a alguna mujer alguna vez? ¿Le había excitado alguna vez en su vida acostarse con una? Recordaba todas las chicas con las que tuvo sexo, y lo mecánico que le resultaba todo al compararlo con la vez que estuvo con Loki, su única vez acostándose con un chico. No existía punto de comparación.
Entonces apareció Pablo.
A Thor le gustaba surfear. Su ciudad no tenía salida al mar, así que no surfeaba con tanta frecuencia como le gustaría, pero se le daba bastante bien; toda actividad física y deportes le salían natural, le encantaban. Sus padres habían escogido una suite parecida a un apartamento; dos habitaciones con una sala de estar en común para estar juntos, pero no revueltos. Desde el primer día, cuando Thor se asomó por el balcón para apreciar el mar tan pronto llegaron, se percató que había un grupo de gente surfeando y eso le mejoró el humor de inmediato. Cinco minutos después ya Thor estaba en la playa listo para surfear.
Pablo era un instructor de surf que tenía el hotel. Era joven, tenía diecinueve años, apenas dos años mayor que Thor, y de una vez hicieron clic. Pablo era alto, tan alto como Thor, con cabello y ojos marrones, y la piel bronceada de pasar tanto tiempo bajo el sol. Tenía una sonrisa pícara, era un chico increíblemente carismático, y gustaba de Thor, era obvio; Thor lo notó enseguida, y a Pablo no le interesaba ocultarlo. Thor se sentía… valiente, estaba en otra ciudad, en otro país, nadie ahí lo conocía ni tenía expectativas de él. En un principio Thor se sentía un poco tenso; le agradaba Pablo, le gustaba pasar tiempo con él, surfear juntos, verlo enseñarle a los demás y aprender él también cosas que no sabía, pero… pero Thor no estaba acostumbrado a esas cosas. Antes de Loki, Thor jamás había pensado en hombres, mucho menos se detenía a mirarlos; siempre dio por sentado que no era lo suyo, jamás se le cruzó por la mente que quizás… no, Thor nunca estuvo abierto a esa posibilidad.
Sin embargo, con el pasar de los días, con la amistad creciendo entre ellos bajo el calor del sol, el calor de las manos de Pablo buscando excusas para tocarlo; en su brazo, en sus hombros, por primera vez Thor se permitió mirar sin reparo alguno. Y qué bien se sentía, qué bien se sentía mirar a alguien que te atrae sin estigmas ni timidez; Thor se perdía en simplemente mirar, no necesitaba más nada. Pablo tenía un cuerpo increíble, atlético, y el reflejo del sol en su piel lo hacían ver casi dorado, todo un espectáculo. Se sentía liberador, como si al mirar detalladamente cada aspecto de Pablo que le gustaba, Thor comenzaba a descubrirse a sí mismo.
De repente Thor sintió un gran impulso por volver a casa; tenía unas ansias gigantes de ver a Loki y detallar cada minúsculo detalle de su ser sin penas ni culpas. Porque Pablo le atraía y le parecía apuesto, pero todo eso palidecía ante lo que Thor sentía por Loki y el millón de cosas que éste despertó en su ser desde que comenzaron a hablar. Thor quería volver a casa y mirar a Loki abiertamente, como lo había hecho con Pablo; quería contar cada una de sus pecas y aprendérselas de memoria, y con sus labios reconocer cada textura de su piel, dejar besos en cada lunar y cada marca. Lo que Thor sentía por Loki iba acompañado de una ternura que nunca antes había sentido en su vida, y Thor por fin era libre de aceptar, principalmente ante sí mismo, todas esas cosas.
Y por eso Thor no había corrido a contarle a Loki tan pronto todo terminó con Jane. Primero por vergüenza; por haber expuesto a Loki a todo ese enredo y por haberle sido infiel a quien fue su pareja más de un año. Y segundo porque sabía que tenía cosas que resolver dentro de sí mismo antes de siquiera intentar algo con alguien más; no sería justo lanzar sobre Loki todas sus dudas y enredos como un balde de agua fría. Thor sabía que si esperaba a tenerlo todo claro antes de intentar algo tal vez el momento nunca llegaría, pero quería tener por lo menos una idea de quién era realmente antes de zambullirse en algo nuevo para él.
Entonces volvieron a hablar, como si nada, intercambiando fotos de sus días; Loki en el frío, Thor en la playa. Loki no sabía que estaba soltero, así que Thor mantenía las conversaciones ligeras, trataba de que no se le desbordaran tanto sus sentimientos, aunque a veces se le escapaba uno que otro comentario insolente sin querer. Sus conversaciones con Pablo estaban siempre llenas de indirectas y coqueteos, y se sentía bien corresponderle el flirteo, era divertido; recién ahí fue consciente de que había estado flirteando con Loki, sin darse cuenta, mucho antes de percatarse de que le gustaba. Porque en un principio Thor lo tomaba como bromas, como que se molestaban entre los dos con comentarios sarcásticos que no guardaban verdadera malicia en el fondo; Thor no entendía por qué era tan emocionante hablar con Loki, esperar a ver qué le iba a decir, y pensar en qué punta lanzarle para mantener la broma latente. Todos esos chistes y sarcasmo desembocaron en un beso, un beso que puso la vida de Thor de cabeza y, si pudiera volver atrás, lo besaría de nuevo una y mil veces sin remordimiento.
*
El año nuevo lo recibió de muchas formas, una de ellas fue castigado. Sus padres se fueron a dormir a eso de la una y, cuando Thor asumió que estaban bien dormidos, se escabulló del hotel para ir con Pablo a una fiesta. Sabía que sus padres no lo dejarían ir, así que prefirió tomar la ruta de pedir perdón y no permiso. La fiesta fue en una de las discotecas más famosas de la isla, Thor realmente no podría entrar por ser menor de edad, pero Pablo tenía sus contactos, así que no hubo problemas.
A decir verdad, no se arrepentía de nada.
La madrugada pasó volando entre shots de ron y licores de todos los colores. Las risas, toda la gente bailando, el calor de Pablo tan cerca de su cuerpo, prácticamente pecho a pecho en medio de la multitud, la música haciendo eco en su tórax. En algún momento Pablo se inclinó y lo besó en la boca, y Thor no perdió tiempo en corresponderle. Se sentía bien darle salida a esa tensión que hubo entre ellos ese par de semanas, sentir las manos de Pablo en su cuello, escabullir las propias debajo de la camisa de Pablo, sintiendo su piel caliente y sudada.
Era la revelación del siglo: a Thor claramente no le gustaban, y nunca le habían gustado, las mujeres.
Después de volver a la barra a pedir más tragos se mudaron a su mesa, una cabina oscura para ellos solos, donde Pablo no perdió tiempo en sentarse a horcajadas sobre Thor, comiéndole la boca a besos. Nadie les prestaba atención, todo el mundo estaba en su onda con tanto licor y drogas rondando por el lugar, ¿qué importaban un par de adolescentes besándose a oscuras? Thor la estaba pasando bien, se sentía libre, sentía que había salido de su cascarón, al menos un poco, al menos para sí mismo. En medio de los besos Thor sintió a Pablo bajar una de sus manos, tocándolo por encima del pantalón; estaba duro, los dos lo estaban.
—¿Qué pasa? —le preguntó Pablo cuando Thor echó la cabeza hacia atrás.
—No quiero…
—Parece que sí —lo interrumpió Pablo, alzando una ceja, haciéndolo reír en medio del estupor.
—No es eso.
—¿Qué? ¿Tienes novio? —preguntó Pablo entonces, que había dejado de tocarlo, pero seguía sobre él— Por mí no hay problema, no soy celoso.
—No, no estoy con nadie, yo… —Thor lo miró a los ojos, sin saber realmente qué decir; Pablo sonrió.
—Ah, te tienen enamorado, ¿verdad? —inquirió con picardía.
Thor sintió una sacudida en su cerebro y se quedó en silencio; ¿estaba enamorado?
—No tienes ni que decirlo, se te ve en toda la cara —continuó Pablo con un tono divertido—. Si quieres nos detenemos, o nos seguimos besando, o… —entonces se inclinó hacia adelante, para susurrarle en el oído— podemos ir al baño, te la chuparía como nadie; me puedes llamar por su nombre, si quieres.
Pablo lo miró expectante, la picardía en toda su cara, completamente honesto; Thor sabía que, si le pedía detenerse, se detendrían sin problemas, pero la noche era joven y, aunque Thor no quería tener sexo con él, un par de besos más no le caerían mal. Así que eso hizo, lo tomó del cuello y lo besó con ganas. Thor estaba excitado, pero… siendo honesto, no tenía ganas de ir más allá; Pablo estaba bien, estaba más que bien, pero había una sola persona con la que Thor fantaseaba y no podía esperar a volver a estar con él, acabar con la dulce tortura de su espera.
Cuando llegó la mañana la gente seguía activa, la celebración no se detendría pronto, pero ya Thor tenía ganas de irse, así que Pablo lo acompañó hasta el hotel. Thor entró sigilosamente a la suite, pero no le sirvió de nada, porque en la sala de estar estaba Frigga esperándolo; le dijo sólo dos palabras antes de permitirle ir a dormir:
—Estás castigado.
Thor definitivamente no se arrepentía de nada.
*
Toda la serenidad que había sentido al despertarse la perdió tan pronto salió de la habitación. Sus padres estaban fúricos, y Frigga comenzó con la cantaleta que le ahorró cuando llegó amanecido. Entre muchas cosas, le dijo que la había decepcionado, que pensó que Thor ya había superado esa etapa de escabullirse y hacer estupideces, y que ésta era definitivamente una de las cosas más estúpidas que había hecho en sus diecisiete años de vida.
—¿No entiendes que estamos en un país extraño lejos de casa? ¿Y si te pasaba algo? ¡No sabíamos a dónde habías ido!
Su madre tenía razón, obvio, él no se detuvo en pensar en que las cosas podrían haber salido mal. Por suerte no fue así, pero él realmente no conocía a Pablo, ni a nadie en esa discoteca; si le pasaba algo, él era uno más de los extranjeros ricos que visitaban esa isla. Menor de edad, además. Pensar que dos días antes su madre lo había llamado un joven sensato, y ahora le prohibía ir a surfear el resto de la semana que tenían de vacaciones. Eso lo tenía miserable, por supuesto; no sabía qué tan pronto volvería a surfear una vez volvieran a casa, pero al menos no le quitaron su teléfono.
—Hey…
—¡Hey! —exclamó Thor emocionado en su habitación de la suite; escuchar la voz de Loki por primera vez en tanto tiempo supo curar todos sus males.
Thor estaba sentado en el balcón cuando se animó a hacer la videollamada, estuvo media hora debatiéndose si hacerla o no. Porque luego de esa noche, de los besos con Pablos, con la cabeza en frío, Thor pensó en algo que nunca había pensado; Thor asumió todo ese tiempo que Loki estaba esperando por él, que sería tan sencillo como volver a casa y correr a sus brazos, los dos exclamando “¡por fin!” al estar juntos, pero… ¿qué había pasado realmente luego de que Loki viera a Jane besarlo en medio de la cancha? Hubo una semana de silencio entre ambos, nada que rompiera la tensión, fue Thor quien dio el primer paso. En el transcurso de unos días Thor había conocido a un chico que se le hizo atractivo, pasó año nuevo besándose con él…
¿Y si Loki había seguido adelante?
Si Loki había salido con otro Thor no podía culparlo, después de todo no eran nada y, hasta donde Loki sabía, Thor aún tenía novia. Thor no iba a mentir diciendo que no le afectaba pensar en Loki con otro tipo, ese otro besándolo, tocándolo, haciéndole todas las cosas que Thor le había hecho y otras más que se moría por hacerle. De sólo pensarlo Thor quería matar a este sujeto imaginario, partirle la cabeza a puño limpio por osar tocar a su Loki. Había algo… Loki despertaba en Thor una posesividad que jamás pensó que podría existir dentro de él. A pesar de ser hijo único, Thor nunca había sido mezquino ni particularmente celoso, pero Loki… Dios, Loki.
Por favor, por favor suplicó Thor en su mente mientras esperó que Loki atendiera su llamada; por favor contesta, por favor quiéreme aún, por favor acéptame.
Soy todo tuyo, Loki, de nadie más.
—Feliz año —dijo Thor, levantándose de la silla, necesitando estirar las piernas un rato para disipar esa oleada de energía que recorrió su cuerpo cuando vio a Loki en la pantalla.
—Feliz año —respondió Loki, Thor apenas pudo distinguir su sonrisita discreta debajo de las cobijas; estaba tapado hasta arriba, casi media cara escondida.
—¿Está haciendo mucho frío allá?
—Sí, pero me gusta.
—¿Te gusta? Yo te veo arropado hasta las orejas —dijo Thor, haciéndolo reír.
—Me gusta estar calientico bajo las sábanas.
—Apuesto que sí, a mí me encantaría estar calientico contigo bajo las sábanas —Thor vio el momento exacto en el que Loki se puso rojo al escucharlo decir eso, aún con media cara escondida.
—Uhmm… listo —dijo Loki, llevando el teléfono bajo las sábanas, tapándose completamente, sólo la luz de la pantalla iluminándolo—. Se me estaban enfriando los brazos —añadió, ignorando la insinuación de Thor.
—Si estuviera ahí…
—Thor —lo interrumpió Loki serio, sus cejas alzadas en advertencia.
—¿Qué?
—Tú sabes qué.
—Umm… no, no sé.
—No puedes decirme esas cosas.
—¿Por qué no? —insistió Thor, haciéndose el tonto, Loki rio con ironía.
—¿Tu novia, tal vez? ¿La que te besó en la cancha, frente a todos?
—Terminamos, de hecho —admitió al fin, sintiéndose ligero luego de decirlo, luego de ver la sorpresa en la cara de Loki.
—¿Qué?
—Después de ese juego.
—¿Por qué…?
—¿Puedo confesarte algo? Algo que descubrí recientemente —inquirió Thor, interrumpiéndolo.
—Uhh… sí, supongo.
Thor respiró profundo, alejando su mirada de la pantalla de su teléfono y dirigiéndola al cielo, sintiendo su cuerpo vibrar; era la primera vez que lo aceptaría, que lo diría en voz alta.
—Eres la primera persona a la que se lo digo.
—¿Decirme qué, Thor? Me tienes nervioso.
Thor rio entonces, tragó profundo y miró a la pantalla nuevamente.
—Soy gay —dijo, la carita preciosa de Loki dándole un poco de serenidad, aún en su asombro—. Soy tan, tan gay.
—¿Muy gay?
—Mucho —respondió Thor, ambos riendo; sentía que podía llorar en cualquier momento.
—¿Y cómo te sientes?
—Bien, bien… aún estoy asimilándolo, de hecho, no me siento capaz aún de contárselo a nadie más.
—¿Por eso terminaron?
—No podía… no puedo dejar de pensar en ti —confesó Thor, completamente honesto, el sonrojo volviendo al rostro de Loki; qué ganas de comérselo a besos.
—Es difícil de creer —dijo Loki, riendo tímidamente.
—¿Por qué?
—Porque eres tú, Thor.
—No entiendo.
Loki rodó los ojos.
—Todos en Asgard quieren ser tú o estar contigo, ¿de verdad voy a creer que terminaste con ella por mí? No tienes… no tienes que decirme eso.
—Pero es la verdad —insistió Thor—. Tú… tú sabes que me gustas, me tienes loco, no me puedes decir que no te has dado cuenta.
—Es que…
—¿Es que qué? ¿De verdad pensaste que soy un cínico que va por ahí cogiéndose a todo el mundo y ya?
—Yo no dije eso —susurró Loki.
—¿Entonces qué?
—¡No sé! —exclamó Loki, mordiéndose el labio— Puedes tener literalmente a cualquiera, todos se mueren por ti, lo sabes.
—No es así, y… y aunque lo fuera, ¿qué? ¿Qué importa? Me gustas tú, la pregunta aquí entonces es si te gusto yo a ti.
—Si esto es un chiste… te juro por dios, Thor, que si esta es una de las bromitas pesadas de tu amigo Fandral…
—¿De verdad piensas tan mal de mí? —lo interrumpió Thor, sintiendo una punzada en su pecho.
—Prométemelo, Thor. Si es verdad, si todo esto… si es real, necesito que me lo prometas —Fue entonces que Thor vio realmente la vulnerabilidad en la cara de Loki, lo frágil que era todo esto.
Desde un principio Thor hizo las cosas mal, ¿cómo podía culparlo por dudar?
—Lo prometo, Loki. Te lo juro. Déjame demostrártelo, cuando vuelva a casa verás lo real que es todo esto.
Loki asintió, y entonces Thor insistió; necesitaba oírlo.
—Entonces… ¿te gusto? —Loki se mordió el labio, riendo.
—Sí, Thor, claro que me gustas, ¿no es obvio?
—No sé, tal vez necesite que me prometas que es verdad para poder creerte…
—Ugh —exclamó Loki, rodando los ojos mientras Thor reía.
*
De no ser por Loki, el resto de su semana en la isla habría sido increíblemente aburrida; no podía surfear, sólo podía salir por ahí con sus padres, de vez en cuando viendo a Pablo, saludándose discretamente. Un par de veces chateó con Pablo, éste preguntándole por qué no había bajado más a surfear con él, si había hecho algo para incomodarlo, pero Thor le respondió que estaba castigado, que de hecho la pasó muy bien cuando salió con él. Loki y él, por otro lado, hablaban casi todo el día; volvieron a ver películas en videollamada, Thor ya no tenía que reprimir las cosas que se le venían a la mente, todo lo que Loki le hacía sentir. Ver a Loki ponerse completamente rojo cuando Thor le dijo, casualmente, que no podía esperar a tenerlo desnudo y recorrerle toda la piel con su lengua, no tenía precio.
Fue durante esa semana que por primera vez Thor decidió ver porno gay, y la diferencia fue abismal a las veces que intentó ver porno hétero. Pronto encontró gusto en los videos donde salía algún twink pálido y de pelo negro, le daban ideas, lo ponían creativo. Thor sabía que la porno no era el epítome del sexo sano y realista, pero había algunas cosas que veía y le parecían divertidas o interesantes de intentar; cosas que quería hacerle a Loki, que Loki le hiciera a él… a veces se preguntaba cómo le tomó tanto tiempo darse cuenta, toda su vida pensó que la gente sabía estas cosas desde la infancia. Siendo franco le daba miedo el hecho de que fácilmente pudo casarse con una mujer, despertarse un día a los cincuenta, cansado y miserable, y darse cuenta de que había vivido engañado.
Bueno, esa no sería su vida, Thor ya tenía muy claro lo que le gustaba, quien le gustaba.
*
Thor nunca antes había estado ansioso por volver a clases, pero ahí estaba, lunes al fin. Al entrar al colegio esa mañana no fue difícil divisar a Loki y sus amigos, sus ojos conectando al instante. Thor siguió el mismo recorrido de los ojos de Loki que, luego de verlo a él, se fue al otro extremo, donde estaban Jane y sus amigas. No habían venido juntos como hacían antes, todos los días; agarrados de la mano como una pareja enamorada. Ni siquiera se saludaron, Jane no volteó a verlo, ¿era satisfacción lo que Thor veía en los ojos de Loki?
Entonces sonó el timbre, y todos entraron a sus clases.
La primera clase era la de su proyecto, así que Thor podría sentarse a su lado, tenerlo cerca por fin después de tanto tiempo. Cerca, tan cerca, Loki volteó a verlo después de sacar su cuaderno, sonriéndole tímidamente, Thor sonriéndole de vuelta, conteniendo las ganas de saltarle encima y comérselo a besos ahí mismo, delante de todos.
A Thor le aterraba salir del clóset aún, así que eso supo mantenerlo a raya.
—Hola.
—Hola —respondió Loki, guardando silencio cuando el director del plantel entró con, aparentemente, un estudiante nuevo.
¿Un nuevo estudiante, a mitad de año escolar? Thor nunca, en sus años estudiando ahí, había visto algo así. Era extremadamente raro que Asgard hiciera ese tipo de excepciones, así que la familia de ese chico tenía que ser extremadamente rica. Estaba intrigado, no lo conocía.
—Buenos días, jóvenes, espero hayan disfrutado sus vacaciones. Les presento a su nuevo compañero de clases, Anthony Stark. Cuento con que le den una cálida bienvenida.
Stark. Thor reconocía el apellido, era una familia bastante reconocida, aunque no eran de esa ciudad.
—Loki Ymirson es uno de nuestros estudiantes más destacados, él podrá enseñarle las instalaciones y ayudarlo en lo que necesite —dijo el director, señalando en dirección a Loki y oh, Thor vio casi en cámara lenta el momento en que el tal Anthony se fijó en Loki; sus ojos lo miraron de arriba abajo sin disimulo, para luego sonreírle mientras el director se despedía.
Anthony se sentó al otro lado de Loki, inclinándose hacia él y extendiendo su mano inmediatamente.
—Hola, Loki, puedes llamarme Tony. Un placer —dijo mientras Loki estrechaba su mano.
—Mucho gusto, Tony —respondió Loki, sonriéndole; Thor contó los segundos, podría haberle soltado la mano antes.
Qué ganas de partir una mesa en dos.
*
No hablaban desde el domingo en la noche y, durante la clase que compartían en la mañana, difícilmente habían podido intercambiar algunas palabras. Thor tuvo que aguantar el resto del día viendo a Stark pegado a Loki como un chicle, mirándolo como… como si no tuviera vergüenza, sin disimular en absoluto que Loki le parecía atractivo. Era una sensación extraña, Thor no estaba acostumbrado a sentir celos, así como tampoco estaba acostumbrado a ver cómo otros se sentían abiertamente atraídos a Loki, a su Loki. No es que a Thor le sorprendiera que otras personas consideraran atractivo a Loki, porque obviamente era atractivo, era hermoso, interesante, Loki tenía mil y un cualidades que tenían con Thor a sus pies. Dios, Loki era la razón de que Thor se diera cuenta de que era gay. Sin embargo, antes de conocerlo realmente, Thor jamás se había fijado en él, ni en él ni en ningún otro chico, mucho menos iba a fijarse en cómo otros podían mirarlo.
Pero ahora… oh, ahora Thor lo veía, aunque Loki no pareciera notar el efecto que tenía en otros.
Se sentía un poco ansioso, no iba a negarlo, así que cuando sus amigos lo invitaron a la casa de Fandral a jugar videojuegos y comer comida chatarra, Thor dijo que sí sin pensarlo. Le ayudaría a distraerse, a ponerse al día con sus amigos, matar el tiempo hasta el día siguiente, cuando Loki y él tendría la tarde para ellos sólo por primera vez en más de un mes. Thor no sabía a ciencia cierta qué esperar, tendrían que hablar las cosas en persona, ¿no? Qué quería cada uno, qué esperaban del otro más allá de gustarse entre sí y ya.
Así que Thor se vistió luego de ducharse, tomó las llaves de su carro y bajó las escaleras. Estaba listo para salir cuando alguien tocó el timbre. No había nadie en casa, y él no esperaba a nadie, le pareció extraño; ¿había venido uno de sus amigos a buscarlo? No habían quedado en eso.
Entonces, Loki.
—Hey.
Alegría pura fue lo que recorrió su cuerpo cuando abrió la puerta y vio a Loki ahí, parado frente a él, con una bella sonrisa en su rostro. Una bella sonrisa que desapareció cuando Loki lo vio de arriba abajo, fijándose en las llaves que llevaba en sus manos.
—Oh, vas de salida… —dijo, la decepción en su voz casi palpable.
—Nah —respondió Thor, negando con la cabeza.
—Pero… —Thor ni siquiera lo dejó terminar, tomándolo de la mano y haciéndolo entrar a la casa, cerrando la puerta detrás de ellos antes de casi arrastrar a Loki hasta el segundo piso.
Una vez en su habitación, con Loki apoyado en la puerta, la sonrisa de nuevo en sus labios, Thor lo tomó del rostro, sonriéndole devuelta. Él pensó que, cuando estuviesen solos de nuevo, se le lanzaría encima como un animal hambriento, pero teniéndolo ahí… qué bonita sorpresa, Thor sólo quería unos cinco minutos para poder mirarlo, apreciar cada minúsculo detalle de su ser y, cuando por fin lo besó, lo hizo lento, dándose el tiempo de redescubrir esos labios que había anhelado con locura durante meses. Se sentía como volver a casa, encontrar el lugar donde realmente pertenecía.
—No pensé que vendrías hoy —susurró Thor sobre sus labios, sin abrir los ojos.
—Perdón por no avisar, no sabía que ibas a salir —susurró Loki devuelta, sus manos recorriendo los costados de Thor delicadamente, erizándole la piel.
—Tú eres más importante, no sabes lo feliz que me has hecho al venir —dijo, sintiendo a Loki sonreír.
—Demuéstramelo.
Thor se separó entonces, abriendo sus ojos para mirarlo, el rostro de Loki todo un poema.
Oh.
Thor lo tomó de la nunca, con firmeza, y se hundió en un beso en el que le dio rienda suelta a toda esa pasión que tuvo contenida por tanto tiempo. Qué bien se sentía, dios, así debía ser caminar sobre las mismas nubes, con los labios de Loki sobre los suyos, tragándose cada uno de sus suspiros. Thor bajó sus manos hasta los costados de Loki, tomándolo de la cintura mientras éste le rodeaba el cuello con los brazos, y sin despegarse los guio a ambos hasta su cama, dejándose caer lentamente sobre él. Thor se apoyó en sus antebrazos mientras Loki le rodeaba la cintura con sus piernas, exhalando entrecortado ante el primer vaivén de sus caderas. Luego de un último beso a sus labios, Thor tomó los muslos de Loki para liberarse y poder erguirse sobre la cama, admirando el estado de Loki, con sus labios rojos, respirando agitado. Le quitó la camisa que llevaba puesta, dejando al descubierto su torso, encontrándose otra vez con esos lunares que quería aprenderse de memoria.
Luego de quitarse su propia camisa, Thor descendió sobre Loki, haciendo un caminito de besos desde su cuello hasta su pecho, deteniéndose a lamer uno de sus pezones rosados. Sentir a Loki gemir y estremecerse debajo de él sólo lo instaban a continuar, chupando el pezón en su boca, rozándolo con sus dientes, mordiéndolo levemente antes de pasar al siguiente y repetirlo. Thor continuó el camino de besos, recorriendo con sus labios cada lunar como había soñado tanto tiempo, las manos de Loki acariciando su cabello mientras bajaba, bajaba, bajaba. El camino de besos lo llevó hasta el borde del pantalón de Loki y, con sus manos a punto de desabotonarlo, Thor miró hacia arriba, encontrando en esos ojos verdes la aprobación que estaba esperando.
Thor le bajó el pantalón y la ropa interior hasta los muslos, liberando su erección, inmediatamente tomándola con una de sus manos. Thor nunca le había hecho sexo oral a otro hombre, así que su experiencia era nula, pero lo compensaría con entusiasmo, y sí que estaba entusiasmado; él también tenía un pene, sabía lo que le gustaba, ¿qué tan difícil podía ser darle placer a otro hombre? Thor no perdió tiempo, le dio un par de lamidas desde la base hasta la punta que hicieron que Loki se arqueara sobre la cama, un gemido ahogado saliendo de sus labios; ese era todo el incentivo que necesitaba. Desde la primera vez Thor había querido hacer eso, tomar el miembro de Loki en su boca, hacer que se retorciera del placer, pero se había sentido inseguro en su inexperiencia y en la fragilidad de ésa, su primera vez. Pero ahora, oh, ahora tenía a Loki para él sólo, para probar, experimentar, quitarle el aliento de tanto gemir. Se sentía como un adicto, lamiendo, lamiendo, lamiendo, nunca antes le había sido tan satisfactorio hacerle sexo oral a alguien más; en el pasado lo hacía porque debía, ¿no? Era lo correcto, ser recíproco. Pero ahí, con Loki, metiéndose su miembro en la boca por primera vez, con sólo sentir su cuerpo estremecerse debajo del propio para Thor era suficiente. Era como un choque eléctrico, era energía pura, era casi tan placentero como ser él a quien se lo estuviesen haciendo.
Con una mano firme en la base, Thor encajaba tanto en su boca como podía, sin excederse, viendo hasta dónde podía llegar. Intentaba hacer las cosas que a él le gustaban, por momento abriendo sus ojos para mirar hacia arriba, ver a Loki debatirse entre cerrar sus ojos o mirarlo a él. La mano de Loki en su cabello no se hizo esperar, por momento acariciando, por momentos jalando, pero sin perturbar el ritmo de Thor, simplemente ahí. Cuando el primer gemido con su nombre salió de los labios de Loki, Thor lo sintió con un latigazo bajando por toda su columna; se escuchaba ronco, entrecortado, como una súplica ahogada. Thor aceleró el ritmo, metiéndoselo demasiado profundo en un par de ocasiones que casi lo hicieron ahogarse, pero nada del otro mundo, nada que lo hicieran querer detenerse. Loki comenzó a jalar su cabello, suave en un principio, pero a medida que Thor chupaba con más ahínco, Loki se volvió más insistente; tenía que estar cerca, cerca.
—Thor… voy a… mmm —Loki intentó avisarle, pero Thor abrió sus ojos, mirándolo fijamente mientras lo tomaba con ambas manos de las caderas, impidiéndole el movimiento, dejándolo a la merced de él y su boca.
Cinco segundos más y Thor sintió a Loki acabar, recibiendo su semilla; sentir su pulso y leche en su lengua casi fue suficiente para hacerlo acabar a él también. Un par de lamidas más, mientras Loki recuperaba el aliento, y Thor comenzó a subir por su cuerpo lentamente, dejando besitos en todo su abdomen, la mano de Loki aún presente en su cabello, acariciándolo. Mirándolo con ojos entrecerrados, Loki le rodeó el cuello con sus brazos una vez estuvieron cara a cara de nuevo, Thor hundiéndose para besar sus labios, incapaz de contenerse.
—Es la primera vez que tengo un pene en mi boca —dijo Thor cuando dejaron de besarse; fue lo primero que se le vino a la mente, estaba emocionado y sorprendido de sí mismo.
—Es la primera vez que alguien tiene mi pene en su boca.
Se miraron serios un par de segundos e inmediatamente comenzaron a reír.
—¿Y? ¿Qué te pareció?
—Es el mejor sexo oral que me han hecho en la vida.
—Eso espero —contestó Thor riendo, irguiéndose sobre la cama, echándose hacia atrás hasta estar a los pies de Loki, comenzando a quitarle los zapatos.
—Ahora es mi turno —dijo Loki cuando Thor terminó de desnudarlo.
—Nope —respondió Thor, tomando uno de los pies de Loki, dejándole un beso en el huesito de su tobillo.
—¿Cómo que no? Yo te veo súper interesado —dijo, rozándole la entrepierna con el pie que Thor no estaba sosteniendo— ¿Quieres que te lo pida por favor? ¿Es eso? Por favor, ¿me dejas chupártela? —suplicó con un puchero burlesco, pero oh, hubo algo en ese por favor que le dio cosquillas por dentro a Thor, y Loki se dio cuenta— Ah…
—Cállate —Thor podía sentir su cara caliente ante la sonrisa pícara de Loki.
—¿Te gusta que te supliquen?
—Me gusta cuando lo haces tú —susurró Thor en su rostro, apretando con sus manos la tierna piel de los muslos de Loki—. Ahora, ¿te puedes voltear para mí?
Loki asintió, un sonrojo haciendo presencia en su rostro mientras se mordía el labio, Thor dándole espacio para poder ponerse bocabajo sobre la cama. Thor pasó un dedo lentamente por toda su espalda, viendo cómo su piel se erizaba ante su tacto delicado, contemplando todos esos nuevos lunares a memorizar. Thor terminó de desvestirse entonces, la presión del pantalón en su erección ya rozaba lo doloroso, así que una vez libre de toda prenda tomó a Loki de las caderas y lo instó a levantarlas, plantando sus rodillas sobre la cama. Su respiración se aceleró, Thor lo sintió; debía ser la primera vez que Loki estaba tan expuesto ante alguien más, al menos de esa manera. Thor descendió sobre él, acariciando sus costados, repartiendo besos en sus hombros, haciéndolo suspirar mientras la tensión iba abandonando su cuerpo.
La tensión volvió cuando Thor, sin previo aviso, separó sus nalgas y dio la primera lamida entre ellas. Oh, pero era una tensión buena, tensión que estuvo acompañada por un delicioso gemido que lo instó a continuar. ¿Se esperaba Loki que Thor le daría un beso negro en ese momento? Thor lo dudaba, y era eso lo que lo hacía más excitante, la sorpresa, tomarlo desprevenido; Thor no mentía cuando decía que quería comérselo entero. Ahí Thor estaba guiándose por puro instinto, él nunca antes había dado un beso negro, tampoco lo había recibido; los gemiditos quedos de Loki le decían que iba por buen camino.
Escuchar su nombre salir como un mantra una y otra vez de los labios de Loki era un afrodisíaco. Thor tenía sus ojos cerrados mientras lamía, besaba, chupaba; sentía su pulso, sentía ese músculo relajarse y ceder ante su lengua, para luego contraerse cuando Thor lo lamía justo de la forma correcta, cuando lo hacía retorcerse y aferrarse a las sábanas exhalando gemidos mudos. Loki le pedía más mientras balbuceaba lo rico que se sentía y que no se detuviera, por dios que no se detuviera.
Sin embargo, Thor tenía que detenerse.
—¡Nooo! ¿Qué haces? —exclamó Loki, levantando su rostro de la almohada por primera vez desde que se había volteado.
—Buscar condones y lubricante —respondió Thor, conteniendo la risa, pero incapaz de contener las ganas de darle una pequeña nalgada, dejándole la piel rosada bajo su mano.
—Bueno, apúrate —dijo Loki, enterrando su rostro otra vez en la almohada.
—¿Dónde quedó el “por favor”? —inquirió Thor, dándole otra nalgada, escuchando a Loki decir algo completamente inentendible con su rostro en la almohada.
Aún así Thor le hizo caso y se apuró; él también estaba ya ansioso. Tomó una buena cantidad de lubricante en sus dedos y, con lo relajado que estaba Loki, no le costó nada meter el primer dedo, moviéndolo un poco durante unos segundos, para luego introducir el otro. Thor estaba hipnotizado viendo sus dedos entrar y salir del orificio de Loki, sintiendo el calor y la presión alrededor de ellos, la manera en que el cuerpo de Loki parecía succionarlos dentro, dentro. Loki jadeaba, aferrándose a las sábanas, por momentos escondiendo la cara en la almohada, en otros volteando el rostro hacia Thor, mirándolo, sus labios entreabiertos, rojos de tanto morderlos. Thor no aguantaba más, el deseo se lo estaba comiendo vivo, estaba seguro de que si no estaba dentro de Loki pronto iba a perecer.
Thor sacó sus dedos lentamente, dejando un beso en la espalda baja de Loki antes de ponerse el condón, lubricándolos bien a ambos antes de tomar a Loki de las caderas.
—¿Estás listo?
—Sí, sí, por favor —suplicó Loki.
—Dios, Loki… —gimió Thor, penetrándolo poco a poco, viendo estrellas luego de fantasear tanto con tenerlo así para él.
Loki tenía su ceño fruncido, la boca abierta en un gemido mudo mientras Thor se abría espacio dentro de él, lentamente, centímetro a centímetro. Thor acariciaba sus costados, tomándolo firmemente, asimilándolo debajo de él; no era otro sueño, era real, estaban los dos ahí, juntos. Tan pronto estuvo completamente dentro, Thor cubrió la espalda de Loki con su cuerpo, abrazándose a su cintura, repartiendo besos en sus hombros, disfrutando la cercanía, tanta intimidad, ese rico olor suyo que lo volvía loco. Thor se sentía en el cielo, jamás pensó que sería capaz de sentir tantas cosas por alguien, alguien capaz de despertar sus sentimientos más tiernos y sus fantasías más sucias al mismo tiempo.
—¿Estás bien? —susurró Thor en su oído.
—Estoy perfecto —respondió Loki, girando su rostro para poder conectar sus labios.
Tan pronto acabó el beso Thor se irguió de nuevo, tomando a Loki de la cintura para comenzar a embestir, las primeras estocadas cortas y lentas, sin intención de lastimarlo, sin embargo los gemidos de Loki sólo supieron demostrarle que estaba todo bien, que podía aguantar más. Y Thor le dio más, dándole salida a toda esa lujuria que tuvo contenida dentro de sí mismo desde el primer beso, desde la primera y última vez que estuvieron juntos. ¿De verdad esperó tanto por ser incapaz de aceptar su homosexualidad? ¿Realmente estuvo cerca de renunciar a Loki por vivir en negación? Era absurdo, terrorífico, pero Thor estaba feliz de haber salido de ese trance, de ser él finalmente, de tener a Loki ahí con él, entre sus brazos.
La manera en que Loki movía sus caderas hacia atrás al mismo ritmo que Thor embestía estaba volviéndolo loco. Thor no podía dejar de repetirle lo rico que se sentía, lo sensual que se veía, no se sentía capaz de soltarlo nunca más. Con una de sus manos bajó por toda su espalda hasta enterrar sus dedos en ese cabello negro y suave, cerrando su puño, instándolo a echar la cabeza hacia atrás para que Thor pudiera escucharlo mejor. Sus sueños no se comparaban, Thor estaba completamente rodeado de Loki; su olor, sus sonidos, su sabor. Soltándole el cabello, Thor se abrazó a su cintura entonces, instándolo a erguirse con él, completamente sentado en su regazo, haciéndolo llegar más profundo, robándoles gemidos simultáneos. Pegados desde los hombros hasta las caderas, Thor sólo pudo aferrarse más fuerte, como si fuese posible tenerlo más cerca.
—Dios, baby, mira cómo me tienes —murmuró Thor en su oído, y el gemidito ahogado que salió de los labios de Loki casi le hizo perder el ritmo—. ¿Te gusta, hm? ¿Te gusta que te diga baby? —preguntó Thor, bajando una de sus manos hasta la erección de Loki, que estaba ya completamente duro.
—Thor… —Fue lo único que pudo exhalar Loki cuando Thor comenzó a masturbarlo, tomando a Thor del cabello para instar un beso.
Fue imposible para Thor no dedicarse a dejar marcas en el pálido cuello de Loki, en su hombro, repartir besos y mordidas; aún hacía frío, aún podía usar bufandas y suéteres, dejar esas marcas sólo para los ojos de Thor. Sus caderas comenzaban a perder el ritmo, los jadeos ahogados de Loki le decían que estaba cerca, así que Thor aceleró el movimiento de su mano, diciéndole al oído lo rico que había sido sentirlo acabar en su boca, que no podía esperar a lamer toda la leche que cayera en su mano cuando lo haga correrse por segunda vez.
Y eso fue suficiente. Thor sintió a Loki contraerse alrededor de su miembro mientras desaceleraba el ritmo de su mano, el semen caliente sobre su piel y el gemido prolongado de Loki llevándolo al límite. Thor se llevó su mano a la boca, lamiendo ante la mirada atenta de Loki el semen que le había salpicado, antes de abrazarlo firmemente de la cintura y embestir dentro de él con abandono un par de veces más, alcanzando su clímax mientras Loki le acariciaba el cabello y gemía su nombre. Si no se desmayó un par de segundos fue de milagro, era el mejor orgasmo de su vida, al menos hasta ese momento.
Loki seguía acariciándole el cabello mientras recuperaban el aliento, dejándole besitos en la mandíbula que le daban cosquillas. Duraron un par de minutos así, Thor no quería soltarlo, pero finalmente se separaron, Loki sentándose sobre la cama y Thor alcanzando dentro de su mesa de noche el paquete de toallitas, deshaciéndose luego del condón. Los dos se limpiaron en silencio, Thor no podía dejar de sonreír, robándole un beso a Loki tan pronto éste acabó de limpiarse el abdomen; no se le iban a acabar los besos nunca.
—¿Te sientes bien? —preguntó Thor, una mano firme en la nuca de Loki, que asintió en respuesta, sonriendo tímidamente.
—¿Y tú?
—Estoy perfecto —respondió Thor, dándole otro beso—. Aunque me estoy muriendo de sed. Voy a bajar un momento a buscar agua, ¿quieres algo más?
—No.
—¿Seguro?
—Sí, estoy bien.
—Bueno, ya vengo entonces.
Thor se puso la camisa y el bóxer que se había quitado y bajó a la cocina. Primero tomó un par de botellas de agua y luego decidió llevar un paquete de papitas, también, y un par de latas de refresco, por si acaso. Thor no sabía cuánto tiempo más se quedaría Loki, pero con suerte les daría tiempo de ver algo en la tele, o quizás… mmm, ¿una segunda ronda, tal vez?
Cuando Thor volvió se encontró a Loki sentado en medio de la cama, arropado entre sus sábanas mientras cambiaba canales en la tele; Thor se sentía tan feliz, en el fondo había temido encontrarlo vistiéndose, listo para irse sin más, pero no, ahí estaba, esperándolo a él. Thor le dio a Loki una de las botellas de agua y dejó lo demás sobre una de las mesitas de noche, bebiéndose media botella de un solo golpe para desnudarse otra vez y acostarse junto a Loki bajo las sábanas. Al final pusieron un episodio al azar de Rick & Morty, Thor acostado sobre la cama, un brazo rodeando los hombros de Loki que yacía sobre su pecho; ¿sentía Loki sus latidos? ¿Sabía que era por él? Cada vez que veían películas por videollamadas Thor se había imaginado esto, lo había anhelado, se sentía surreal verlo hecho realidad, poder estar así sin miedos ni culpas.
Vieron dos episodios en silencio, relajados, las risas esporádicas siendo el único sonido más allá de la televisión. Thor ya no tenía que cohibirse, por momentos enterrando su rostro en el cabello de Loki, aspirando ese rico olor característico que lo volvía loco, como una droga; ¿era un perfume? ¿Su champú? ¿Era simplemente él? Loki acariciaba su abdomen, dibujando patrones al azar con su dedo de manera distraída, y Thor amaba eso, amaba que lo tocara libremente, como si Thor fuese suyo; ¿sabía Loki que Thor era suyo si así lo quería? Como si le leyera el pensamiento, Loki dejó un besito en su mandíbula, y luego otro, y luego otro, hasta que Thor no aguantó más y se volteó, plantándole un beso en la boca, sonriendo entre besos.
Thor ya estaba semiduro cuando Loki comenzó a dibujar patrones imaginarios en su abdomen, era algo aún muy nuevo para él que alguien lo excitara así con sólo estar a su lado, que despertara ese fuego y ese deseo dentro de él sin siquiera intentarlo. La televisión pasó a segundo plano cuando Thor sintió esa mano bajar y bajar lentamente por todo su abdomen, sus ojos fijos en su movimiento, su respiración acelerándose; Loki aún no llegaba a su entrepierna y Thor ya estaba duro bajo las sábanas. Loki estaba mirándolo fijamente, su mano rodeando su pene erecto en su puño, empezando a moverlo lentamente para luego soltarlo, confundiendo a Thor un segundo hasta que Thor lo vio subir esa misma mano, lamiéndola sin romper el contacto visual, para tomarlo luego una vez más en su puño, ahora bien lubricado. Thor lo agarró del rostro y le robó el aliento en un beso desaforado, exhalando en la boca de Loki todos sus gemidos mientras éste aceleraba el ritmo, masturbándolo con entusiasmo, llevándolo al límite del orgasmo para luego detenerse sin previo aviso.
—Hey… —exhaló Thor sin aliento, completamente confundido y desorientado cuando Loki se levantó de su lado, yéndose al otro extremo de la cama, de repente apagando la tele— ¿Qué haces?
Entonces Thor vio un condón y el lubricante en su mano, y todo tuvo sentido.
Thor se apoyó en sus antebrazos cuando Loki se sentó a horcajadas sobre sus muslos, quitándole el envoltorio al condón para colocárselo lentamente a Thor, sus ojos verdes brillando con picardía mientras lo lubricaba bien. Tomándolo de la cintura con una mano, Thor lo ayudó a estabilizarse sobre su regazo mientras él mismo agarraba el pene de Thor, manteniéndolo firme mientras se sentaba, introduciéndolo lentamente. Qué vista, dios. Thor se mantuvo así, apoyado en un antebrazo, una mano en la cintura de Loki, y lo dejó a él que estableciera el ritmo. Comenzó lento, tentativo, sus manos apoyadas sobre el pecho de Thor mientras se acostumbraba a esa nueva posición, sin embargo, no le tomó mucho tiempo acelerar el ritmo.
Thor veía sus labios rojos entreabiertos, rojos de tanto besar, de tanto morder, exhalando gemidos entrecortados por el ritmo que él mismo llevaba, y del que Thor era expectante. No aguantaba más, tenía que besarlo, así que Thor se irguió sobre la cama, sentándose completamente y rodeando a Loki con sus brazos mientras éste seguía moviéndose. Loki lo tomó del cabello y fue él quien inició el beso, comiéndole la boca a Thor mientras Thor comenzaba a corresponder los movimientos de sus caderas. Loki estaba cerca, Thor podía sentirlo en sus gemidos desesperados, en la manera en que jalaba su cabello y le pedía más.
Deteniendo los besos, Thor instó a Loki a levantarse de su regazo y acostarse bocarriba sobre la cama, Thor inmediatamente siguiéndolo y retomando su lugar entre sus piernas, penetrándolo y rápidamente retomando el ritmo. Así sí podía darle más, darle duro, como ambos querían. Las manos de Loki se fueron a su espalda, clavando sus uñas mientras Thor clavaba las propias en sus muslos, manteniéndolos bien abiertos para él. Estaban desenfrenados, atrás había quedado el ritmo lento y tentativo. Thor lamía y succionaba la piel de su cuello como si no hubiese tenido suficiente ya, escuchando a Loki soltar pequeños ah, ah, ah en su oído con cada estocada profunda, dándole donde era. Entonces Thor sintió a Loki contraerse a su alrededor, soltando un gemido ahogado mientras sus uñas hacían estragos en la espalda de Thor. Una repentina humedad entre ellos lo hizo soltar uno de los muslos de Loki, llevando su mano entre sus abdómenes para comprobar que Loki acababa de correrse así sin más.
Oh, Thor la perdió ahí. Apenas un par de estocadas más y Thor ya estaba eyaculando en el condón, moviéndose lentamente dentro de Loki hasta quedar seco. Loki lo tomó del rostro, besándolo lánguidamente mientras sus piernas se aferraban firmemente a la cintura de Thor, como si no quisiera dejarlo ir. Thor estaba extasiado, ni siquiera podía pensar, sólo sentir; sentir el olor de Loki, el sabor de sus besos, esa piel suave junto a la suya. Ya era un adicto, no podría nunca vivir sin esto, sin Loki.
Eventualmente tuvieron que separarse, limpiarse y deshacerse del condón. Afortunadamente aún les quedaba un poco de agua para tomar, porque Thor no se sentía capaz de bajar otra vez, no quería levantarse de la cama nunca más.
—¿Qué hora es? —preguntó Loki unos minutos después, cuando estuvieron los dos acostados de nuevo en los brazos del otro.
—Aún es temprano, son las cinco, ¿ya te tienes que ir? —respondió Thor decepcionado luego de chequear la hora en su teléfono; tenía un montón de mensajes y llamadas perdidas de sus amigos— Quédate un ratico más, tomemos una siesta, yo te llevo a tu casa.
—Está bien —respondió Loki, dándole un beso antes de levantarse a buscar su teléfono, que estaba en el bolsillo de su pantalón en el piso—. Deja le aviso a mi mamá que llegaré más tarde y pongo una alarma para dentro de dos horas.
—Vale, ahora ven aquí —dijo Thor, abriendo sus brazos para recibir a Loki entre ellos, haciéndole cucharita desde atrás—. Dios, qué rico hueles, ¿por qué hueles tan rico? —preguntó Thor de repente, enterrando el rostro en el cabello de Loki, haciéndolo reír.
—Debe ser mi champú, qué se yo.
—Me tienes hechizado —murmuró Thor antes de dejar un casto beso bajo su oreja, decidiendo rendirse entonces y dormir con su baby entre brazos, como tanto había anhelado.
Tal vez… tal vez sí lo tenían enamorado.
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Thor cerró sus ojos y un segundo después sonó la alarma de Loki; dos horas se fueron en un suspiro. Un abrazo más, un par de besos húmedos repartidos por su pálido cuello antes de dejarlo levantarse, antes de tener que vestirse con pesadumbre, de tener que llevarlo a su casa para volver a dormir solo, luego de conocer la dicha de dormir con él entre sus brazos. ¿Estaba siendo dramático? Tal vez, pero para Thor era todo tan nuevo, eran primeras veces de primeras cosas que se creyó incapaz de sentir.
La casa a oscuras, sus padres aún no llegaban. Thor tomó el meñique de Loki con el suyo, y escalón de por medio le plantaba besos en la boca; debería considerarse un milagro que no rodaran por las escaleras. Lo más hermoso era ver la adoración cristalina en los ojos de Loki al reír, luego de meses de incertidumbre y fingir demencia; Loki lo adoraba, Thor lo sentía, podía verlo, era lo más cercano que había estado de la magia. Apenas un día de esto y Thor ya se sentía como en una canción de Taylor Swift, pero una de las alegres, de las de amor, las que él alguna vez consideró mentira.
Con una sonrisa de lado a lado, Thor manejaba por las calles nocturnas de la ciudad; una mano en el volante, la otra con sus dedos y los de Loki entrelazados. Canciones en aleatorio, del resto silencio entre los dos; no hacía falta hablar, la compañía por sí sola era reconfortante. Al llegar a la casa de Loki estuvieron estacionados en frente como diez minutos despidiéndose, finalmente Thor podía tomarlo de la nuca y besarlo frente a su casa como muchas otras veces fantaseó, pero tuvo que tragarse las ganas de siquiera tocarlo.
—Te voy a extrañar —susurró Thor sobre sus labios, haciéndolo reír entre besos.
—Pero mañana nos vemos —respondió Loki sonriendo, acariciándole tiernamente la mejilla.
—Horas de agonía hasta que te vuelva a ver —exclamó Thor con dramatismo.
—Dulce sueños, entonces —susurró Loki antes de besarlo, para luego abrir la puerta del carro.
—Hey, todavía no…
—Tenemos como veinte minutos aquí, Thor, en cualquier momento va a salir mi mamá a ver qué pasa —dijo Loki, riendo.
—Ugh, bueno, pero ya va —exclamó Thor antes de tomarlo del cuello una vez más para plantarle el último beso de esa noche—. Ahora sí, ve, sueña conmigo.
—Hasta mañana —respondió Loki al bajarse.
Thor esperó hasta que Loki entrara a su casa, conduciendo después de regreso, siendo incapaz de dejar de sonreír como un idiota.
*
En las últimas dos semanas su vida se había sentido suave y dulce, como algodón de azúcar. Thor quería pasar cada segundo de cada día al lado de Loki, no era suficiente con verse a diario en el colegio; no cuando Thor sentía pánico al pensar en que los demás supieran su sexualidad. Aún no había salido del clóset, ni sus padres ni sus amigos lo sabían, no se sentía listo aún, así que en público le tocaba morderse la lengua y fingir demencia; fingir que no quería comerse a Loki a besos en medio de los pasillos, fingir que no quería estrangular a Tony Stark todos los días por sentarse junto a Loki durante los recesos.
Ese primer martes luego de volver a clases, Loki conoció a su madre. Frigga estuvo todo el día en casa, así que Thor supo que no podría… um, hacer todo lo que quería hacer con Loki. Su casa era gigante, obvio, pero su mamá adoraba consentir a sus amigos cuando estaban de visita, siempre trayendo meriendas y quedándose un rato a charlar; Thor no tenía ganas de que su mamá entrara con un plato de galletas mientras ellos estaban tirando, no gracias. Así que le tocó aguantarse, porque no, el día anterior no había sido suficiente, si acaso lo había dejado más hambriento de Loki, de su piel desnuda y sus gemidos quedos.
Habían trabajado hombro a hombro en el escritorio, pero ya todo era distinto; no hacía falta disimular las miradas, ni las sonrisas. Thor podía inclinarse a robarle un beso a Loki todas las veces que quisiera, por momentos colocando su mano sobre la rodilla de Loki, de repente besando brevemente el dorso de su mano. No eran necesarias las dobles intenciones, Thor solamente quería sentirlo, tocarlo, deleitarse en la libertad de poder hacerlo, al menos entre las cuatro paredes de su cuarto, al menos estando los dos solos.
—Me harías muy feliz si te quedas a cenar, Loki —se adelantó Frigga, adivina como ella sola, cuando presintió que estaba cerca la hora de que Thor llevara a Loki a su casa.
Loki fue incapaz de negarse, ni aunque quisiera; Thor sabía lo persuasiva que era su madre, su palabra era ley. Repasaron unos minutos el trabajo que habían hecho ese día, y luego bajaron a comer cuando Odín llegó del trabajo. Thor no podía explicar la felicidad que sentía al tener a sus tres personas favoritas juntas bajo el mismo techo, cenando en la misma mesa. No, sus padres no sabían la verdadera relación que Loki y él tenían, pero sí sabían que de una u otra forma era importante en su vida; no por nada los dos se habían referido a él como “el famoso Loki” al conocerlo, en ocasiones diferentes, haciendo que Thor sintiera su cara caliente por el bochorno.
Tal vez sí hablaba mucho de Loki, ¿no?
Durante toda la cena fue imposible para Thor quitarle los ojos de encima; no podía existir alguien tan lindo, ¿cómo nunca antes se había dado cuenta de lo lindo que era? Thor se sentía agradecido y al mismo tiempo aterrado del azar que los unió; de no ser por ese proyecto, ¿se habría fijado Thor en Loki? ¿Habría pasado algo entre ellos? De sólo pensar en su vida sin él, Thor sentía una punzada en el pecho. Sin Loki, Thor seguiría con Jane, en el clóset, confundiendo la apatía con el amor.
En esa cena Thor prácticamente no habló, la conversación la llevaban su madre y Loki, con uno que otro comentario de su padre. Fue esa noche cuando Thor supo que, de hecho, ya conocía a la madre de Loki. Frigga le preguntó por su familia y Loki le comentó lo que Thor ya sabía: que su padre había fallecido y eran sólo él y su mamá, Laufey.
—Es asistente dental —respondió Loki cuando Frigga le preguntó a qué se dedicaba su mamá.
—Oh, ¿en qué consultorio?
—Trabaja con el doctor Nilsen.
—¡Él es nuestro dentista! —exclamó Thor, de repente atando cabos— Nosotros conocemos a Laufey, pero jamás pensé que fuese Laufey, tu mamá.
—Laufey es un amor, eres idéntico a ella —añadió Frigga—. Nosotros tenemos toda la vida yendo con el doctor Nilsen. Sus hijos estudiaron en Asgard también, pero mucho antes que ustedes.
—Sí, de hecho, él nos ayudó a mi mamá y a mí con la beca.
Thor jamás se hubiese imaginado que la mamá de Loki fuese la asistente joven y tatuada de su dentista. Jamás se hubiese imaginado que Laufey tuviese un hijo de la edad de Thor, mucho menos que estudiara con él, pero luego de saberlo fue imposible no notar el gran parecido; ambos pálidos y de cabello oscuro, casi tanto como su sentido del humor.
Eventualmente acabó la cena y la sobremesa, finalmente se hizo hora de llevar a Loki a su casa, tendrían unos últimos minutos a solas hasta quién sabía cuándo. Thor le sostuvo la mano durante todo el recorrido, como la noche anterior, y pasaron veinte minutos estacionados frente a su casa mientras se comían a besos. Thor no quería soltarlo, pero le tocó hacerlo, despidiéndose con un último beso para luego verlo entrar a su casa, antes de volver a la suya.
¿Notaron sus padres lo loco que estaba Thor por Loki?
No podía ocultar su sonrisa, se sentía tan feliz.
*
Era viernes, ya casi tres semanas desde que todo había comenzado; ¿dejaría Thor de contar los días? No lo sabía. Thor había empezado a llevar y traer a Loki de sus ensayos en la orquesta, Loki en un principio, como siempre, insistiendo que no era necesario, pero Thor logró convencerlo; ¿no sabía que Thor quería estar todo el tiempo a su lado? Esa tarde fueron a comer helados después de que Loki salió del ensayo, para luego ir a ver el atardecer en lo alto de una colina, estacionados fuera de la carretera, sentados sobre el capó del carro.
—Tony me preguntó hoy si tú y yo teníamos algo —dijo Loki de la nada, tomando a Thor por sorpresa.
—Oh… ¿y por qué te preguntó eso?
—Dice que, cuando está conmigo, tú lo miras como si quisieras arrancarle el brazo y dárselo de comer —respondió Loki, haciéndolo reír; no se alejaba mucho de la realidad.
—¿Y tú qué le dijiste?
—Que él podía ganarse tu desprecio por su propio mérito —dijo Loki, sonriendo con picardía, aunque sabía que no era eso lo que Thor le estaba preguntando—. Le dije la verdad, le dije que no.
Auch.
—¿Esa es la verdad?
—¿Qué querías que le dijera?
Thor se quedó callado; realmente, ¿qué quería que le dijera? Por un lado, sentía alivio de que nadie más supiera aún que era gay, pero por otro… por otro lado era como renunciar a Loki, negar lo que sentía por él.
—Sí sabes que le gustas, ¿no?
—Ay, Thor, por favor…
—No me puedes decir que no notas cómo te mira y cómo se la pasa detrás de ti todo el tiempo.
—Es mi amigo, Thor, que tú me encuentres atractivo no significa que todo el colegio lo haga.
—No tienes ni un mes conociéndolo, Loki. Y bueno, tal vez no todo el colegio, pero él sí —respondió Thor, sintiéndose frustrado—. Esa pregunta no es de gratis, él quiere algo contigo.
—Bueno, ¿y?
—¿Y? ¿Es en serio? ¿Qué hay de nosotros? —preguntó Thor, haciendo que Loki exhalara una risa sarcástica.
—Puedo hacerte la misma pregunta: ¿qué hay de nosotros? —respondió Loki, viéndolo fijamente a los ojos— Porque, hasta donde sé, “nosotros” consiste en que no me quites las manos de encima mientras estamos solos, pero que al mismo tiempo seas incapaz de mirarme más de cinco segundos cuando estamos en Asgard.
—Loki…
—Mira —lo interrumpió Loki, Thor guardó silencio—, yo entiendo que tengas miedo, créeme, te entiendo, pero… tú también tienes que entenderme a mí, entender cómo me siento cuando me dices mil y un cosas tiernas cuando estamos solos, y luego al día siguiente, en clases, ni siquiera somos amigos.
Thor se quedó un rato en silencio, prefiriendo no decir nada a balbucear cualquier estupidez que hiciera peor las cosas. Loki lo estaba llamando hipócrita, con toda la razón del mundo, y si Thor no ponía en orden sus pensamientos y jugaba bien sus cartas, esto entre ellos, que apenas comenzaba y ni siquiera tenía nombre, se le podía derrumbar encima.
—Yo sólo quiero estar contigo, esa es la verdad, mi verdad —dijo Thor luego de algunos minutos en silencio—. Creo que… creo que había evitado hablar de nosotros porque, francamente, me da vergüenza.
—¿Te da vergüenza estar conmigo?
—Dios, Loki, no —respondió Thor, tomando inmediatamente una mano de Loki entre las suyas, el tacto haciéndolo sentir más calmado—. No estoy listo para salir del clóset, siento que… es como si hubiese descubierto que soy una persona completamente diferente a lo que siempre creí de mí. Y no me molesta, ni me avergüenza, pero es algo que… no sé, siento que necesito procesar por mi cuenta —añadió, la mirada fija en la mano de Loki sobre su regazo, acariciándola para darle salida a su ansiedad—. Sé que no debería importarme lo que piensen de mí en el colegio, pero…
—No debe ser fácil caerse de ese pedestal, ¿no? —dijo Loki cuando Thor se quedó en silencio.
—Me da vergüenza todas las cosas que quiero contigo, y pedírtelas, cuando sé muy bien que… que aún no me siento listo para ser yo ante todos.
—¿Y qué es lo que quieres?
Thor exhaló una risa irónica, ¿qué quería? Todo quería.
—Quiero estar contigo, quiero que seamos sólo nosotros dos, nadie más. Quiero esperar unos meses, hasta graduarnos, para salir del clóset.
—¿Y qué? ¿Quieres que me quede a tu lado esperando en secreto? —preguntó Loki, y Thor cerró los ojos, sintiéndose estúpido— Puedo esperar contigo, si es eso lo que quieres.
Thor volteó a verlo, sorprendido, esperando que se le riera en la cara, pero el rostro de Loki no tenía nada de eso. Loki lo miraba con una ternura que lo hacía derretirse por dentro, sintiéndose indigno de él, de su confianza.
—Loki…
—Sólo nosotros dos, nadie más.
—Nadie más —respondió Thor, sonriendo—. ¿Puedo ser tu novio, entonces?
Un beso fue su respuesta.
*
Esa noche Thor tuvo mucho en qué pensar. Por un lado, estaba extasiado de haberse enseriado con Loki, en el fondo siempre quiso eso, pero no se había sentido capaz de pedirlo; con qué cara, ¿no? Con qué cara le pides a alguien que quieres que sea tu todo a escondidas. Sin embargo, Loki… Loki realmente debía quererlo para esperar por él y guardar su secreto algunos meses. En sus fantasías, Thor ya se veía viviendo con él luego de graduarse, despertándose todos los días a su lado, yendo los dos a la universidad, la carita de Loki siendo lo último que sus ojos vieran todas las noches antes de dormir; no mentía cuando decía que lo quería todo con él.
Aun así, ese asunto con Stark… Thor y Loki prácticamente no hablaban en Asgard, no se codeaban entre los mismos círculos de gente, su contacto era mínimo, y aun así Stark pudo ver a través de eso, a través de Thor. Lo detestaba, no iba a mentir, pero jamás se percató de que su desprecio pudiese ser visible, que sus miradas y sus celos colaran tanto así que Stark pudo sumar dos más dos fácilmente. Loki lo había negado, pero ¿Stark le habrá creído? ¿Qué haría con esa información? Thor no sabía qué pensar, Loki lo consideraba un amigo así que mala persona no debía ser, por más que Thor lo viera como zalamero e imbécil.
Esa misma noche Thor cambió el nombre de Loki a “Mi Baby” en su teléfono; Thor nunca había sido de tenerle apodos a sus parejas, no le nacía, no hasta que Loki entró a su vida. Oficialmente era su baby, y esa emoción en su pecho lo acompañó incluso en sus sueños.
*
Los días pasaban rápido entre tardes de proyecto y sexo delicioso; Thor se sentía como un adicto, anhelando las tardes de casa sola para poder hacer de las suyas con Loki. El día de los enamorados se acercaba, además, y Thor estaba emocionado, tenía mil y un ideas de regalos que quería hacerle a Loki, pero éste insistió en que lo celebraran a lo cursi, con regalos estereotípicos de la fecha, nada caro; chocolates, globos, peluches… como un chiste interno. Sus padres celebrarían yéndose el fin de semana entero de viaje, haciendo que Thor se pusiera creativo; tenían una casa en el lago, estaba sólo a un par de horas, tal vez él y Loki podrían pasar el fin de semana allá y celebrar a solas también.
Estaba en la hora de almuerzo sentado con todos sus amigos, escuchando vagamente sus conversaciones. Tenía su mirada fija en su teléfono, por momentos levantando la cabeza para fijarse en Loki, sentado con su propio grupo a varias mesas de distancia. Se mandaban mensajes entre sonrisas disimuladas, en ese momento poco importaba que Tony estuviese sentado junto a él; Tony sólo podía soñar con conocer a Loki de la manera en que Thor lo hacía. Estaba tan distraído que, cuando se dio cuenta de que alguien estaba leyendo sobre su hombro, fue demasiado tarde; Fandral le quitó el teléfono de la mano.
—Uhh, “mi baby” —dijo Fandral a tono de burla mientras alzaba el teléfono frente a todos; Thor se puso helado, la cara de Loki era un poema—. ¿Quién es la afortunada?
—Dame el teléfono, Fandral —dijo Thor serio, levantándose para quitárselo, pero Fandral no se dejó.
—No te pongas así, no vamos a ver sus nudes —dijo Fandral riéndose mientras lo esquivaba—. Nunca te había escuchado decirle baby a nadie, ¿quién despertó al Thor cursi?
—¡Que me lo des! —exclamó Thor, por fin pudiendo tomarlo del brazo antes de que pudiera escabullírsele.
—Ya va, no te hagas… —dijo Fandral, su risa muriendo cuando Thor ciñó su puño tan fuerte alrededor de su muñeca que los huesos comenzaron a crujir— Ah, ya, ya, toma, no es para tanto —exclamó al soltar el teléfono para sobar su muñeca.
Varios de sus amigos habían echado un vistazo mientras Fandral tuvo el teléfono en alto, pero al parecer no habían visto nada comprometedor; Thor nunca antes se había sentido agradecido de que Loki no pusiera selfies en su foto de perfil.
—Bueno, pero ¿nos vas a decir quién es la supuesta baby? —inquirió Sif con picardía— No puedo creer que no me hayas contado nada.
—¿Es de Asgard? —preguntó Fandral, sentándose de nuevo a su lado— ¡Anda, dinos!
—¿La conocemos? —preguntó Volstagg, antes de darle otro mordisco a su hamburguesa.
—No, eh… no es de aquí, no la conocen —respondió Thor, guardándose el teléfono en el pantalón, negando brevemente con la cabeza mientras miraba a Loki, señalándole que no pasaba nada.
—¿Quién es, entonces? —insistió Fandral.
—Es… umm… la conocí en la isla, en diciembre —dijo Thor, inventándose algo de repente—. Tenemos una relación a distancia, recién le pedí que fuese mi novia.
—¿Y con conocerla sólo unas semanas ya te tiene así? —preguntó Sif, sorprendida— La quiero conocer.
—¿Y cómo se llama tu cyber novia? —le preguntó Volstagg.
—Ah, prefiero reservarme esa información.
—¡Ah, dale! No seas así —exclamó Fandral— Échanos el chisme entero.
—No les voy a decir su nombre para que después la busquen en redes.
—¿Qué, es fea? —insistió Fandral bromeando, sacándole una risa a Thor.
—Es la persona más hermosa que he conocido en mi vida —respondió Thor con completa honestidad, mirando a Loki mientras lo decía, su pecho a punto de estallar.
Luego de eso sus amigos cambiaron la conversación; sabían que no iban a sacarle nada más.
*
Mi baby, 9:27pm:
Te parece si mañana nos reunimos en mi casa?
Era miércoles en la noche, Loki y él estaba en su charla habitual antes de dormir. Loki nunca antes lo había invitado a su casa pero, desde que Loki comenzó a gustarle, Thor había sentido curiosidad por conocer su hogar, su habitación, sus espacios, y al parecer el momento había llegado.
Thor, 9:28pm:
Me parece perfecto
Y eso?
Mi baby, 9:28pm:
Mi mamá te quiere invitar a cenar mañana
Loki le había contado a su madre hacía unos días que Thor y él eran pareja. Loki le preguntó antes si no le molestaba que ella supiera; Laufey había comenzado a sospechar y le hacía preguntas a Loki, y éste quería serle sincero. ¿Cómo decirle que no? Thor jamás podría hacer que Loki viviese su relación escondida en su propia casa, suficiente tenía con el resto del mundo. De alguna manera, cuando Loki le contó a su madre, Thor sintió un alivio. De alguna forma su relación se sintió más real, más fuerte; ¿se sentiría así cuando saliera del clóset por fin? Eso esperaba.
Thor, 9:29pm:
En serio? Eso me emociona y me pone nervioso al mismo tiempo
Mi baby, 9:29pm:
Sí?
Thor, 9:30pm:
Siiii, o sea es tu mamá, quiero caerle bien
Me emociona conocerla, y conocer tu casa, y tu cuarto
Mi baby, 9:30pm:
Bueno, pero ustedes ya se conocen jajaja
Thor, 9:31pm:
O sea sí, pero yo conozco es a Laufey, la asistente de mi dentista
Mañana voy a conocer a Laufey, la mamá de mi novio
Mi baby, 9:32pm:
Mañana vas a descubrir que es la misma persona, como Hannah y Miley
Thor rodó los ojos al leer el mensaje, riéndose; sabía que Loki entendía sus nervios y sólo quería alivianarlo todo, cosa que agradecía. A Thor le daba miedo lo que Laufey pudiera decir de su relación con Loki, de que estuviesen juntos en secreto, que pensara que… que Thor no iba en serio con él, o peor aún, que le daba vergüenza. Loki tenía a Thor completamente a sus pies, y esperaba poder demostrárselo a su madre durante la cena. Thor nunca antes se había sentido así por alguien, sabía que estaba enamorado, sabía que jamás querría a alguien más con la misma intensidad y devoción que quería a Loki.
Cuando Thor miraba hacia el futuro, Loki siempre estaba a su lado.
*
Para la cena Thor había decidido llevar un cheesecake como postre, sabiendo gracias a Loki que a su madre le encantaba. Había comprado un par de cosas también para, umm… honestamente, Thor no iba con intenciones de trabajar en el proyecto, al menos no durante las tres horas completas que pasarían solos hasta que Laufey llegara del trabajo. Thor notaba la diferencia en sí mismo ante la cena de esa noche, lo importante que era para él; en el pasado, conocer a los suegros, nunca había sido un gran acontecimiento, al menos no uno que lo pusiera nervioso. En el pasado nunca había estado enamorado, tampoco había querido impresionar a los padres de Jane, por ejemplo, su novia más formal. Thor conocía a los padres de Jane de toda la vida, siempre había confiado en su carisma, sólo bastaba con ser él mismo. Con Laufey, sin embargo… Thor no sabía si con ser él mismo sería suficiente, si con eso bastaría para demostrarle a Laufey que era digno de estar con Loki.
Verdaderamente, ¿era Thor digno de estar con Loki?
Thor tragó profundo, hacía cinco minutos que estaba estacionado frente a la casa de Loki, Laufey ni siquiera había llegado, pasarían horas antes de que tuviera que enfrentarse a la dichosa cena, pero de sólo pensarlo… dios, estaba muy nervioso. Cerró los ojos unos segundos, despejando su mente y, luego de tres respiraciones profundas, salió del carro y caminó hacia la puerta de la casa con el cheesecake en mano. Tan pronto Loki le abrió la puerta, con ver su carita preciosa, todas sus preocupaciones se disiparon y le dieron paso a una gran sonrisa idiota que ocupó todo su rostro.
—Hola —lo saludó Loki, con una sonrisa igual de grande que la suya.
—Hola —respondió Thor, inclinándose para darle un beso en la boca; cortito, no pudo resistirse.
—Ven, pasa adelante —dijo Loki, haciéndose a un lado para que Thor pudiera entrar, cerrando detrás de él la puerta—. Bienvenido a mi casa.
—Gracias —respondió Thor, admirando el lugar.
—Vamos a la cocina para guardar el cheesecake en la nevera —dijo Loki, caminando delante de él—. Esta es la sala de estar y comedor, y por acá está la cocina.
La casa era pequeña, el estilo minimalista y fresco, todo perfectamente ordenado, tal cual como era Loki. Al entrar a la cocina Loki tomó el cheesecake y lo metió a la nevera, ofreciéndole luego si quería algo de tomar.
—Hay agua, jugo, refresco… compré un six pack de Pepsi sólo por ti —dijo Loki, sonriendo—. Este es un hogar de 7Up —añadió, haciéndolo reír.
—En ese caso, dame una Pepsi.
Loki le dio una lata de Pepsi, tomando una de 7Up para sí mismo, para luego guiar a Thor hacia las escaleras, subiendo al segundo piso mientras se las tomaban.
—Y… este es mi cuarto —dijo Loki, cerrando la puerta tras de sí una vez estuvieron dentro.
Thor se quedó en medio de la habitación, admirando todo a su alrededor para después tomar y ojear todo lo que estuviese a su alcance; era curioso por naturaleza. El cuarto era pequeño, sobre todo si lo comparaba con el suyo, pero con el suficiente espacio para estar cómodo. Loki tenía un escritorio, donde estaba su laptop y algunos libros del colegio; tenía un librero a estallar de libros, los cuales Thor no dudaba que Loki hubiese leído más de una vez, además de sus CDs, con la discografía de Taylor completa, por supuesto; estaba su cama individual, a diferencia de la matrimonial de Thor, pero podrían acomodarse bien, de eso estaba seguro; tenía también un clóset, con un gran espejo justo al lado, al que Thor se dirigió inmediatamente, dejando los libros y los CDs en su lugar nuevamente después de ojearlos.
—Ah, aquí está —dijo Thor luego de husmear en la ropa de Loki, sacando un suéter.
—Tranquilo, siéntete como en casa —dijo Loki irónicamente, sonriendo mientras veía cómo Thor se metía con absolutamente todo lo que había en su cuarto—. ¿Para qué quieres ese suéter?
—Me gusta —respondió Thor, acercándolo a su rostro para olerlo—. Me gusta cómo te queda, ya casi no te lo pones.
—Sí, bueno, si me lo sigo poniendo capaz le salgan piernas —dijo, haciendo reír a Thor—. Era hora de jubilarlo.
—¿Me lo puedo quedar, entonces?
—Ah, siempre los ricos quitándole a los pobres…
—Yo no tengo culpa de que huela rico —dijo Thor, quitándose su chaqueta para ponerse el suéter—. Tienes mi permiso para agarrar lo que quieras de mi clóset.
—¿Estás seguro de que te va a quedar? Eres más grande que yo.
—¿De qué hablas? Me queda perfecto —dijo Thor luego de ponérselo; le quedaba ajustado y las mangas le llegaban a los antebrazos, pero no se sentía incómodo.
—¿Y si no te lo quiero dar?
—Entonces me lo vas a tener que quitar tú —respondió Thor, dejando de verse en el espejo para mirar a Loki de frente.
Loki sonrió, acercándose a él lentamente hasta colocar sus manos en las caderas de Thor, subiéndolas lentamente hasta llegar al borde del suéter.
—No trajiste tu laptop —susurró Loki en sus labios en falso reproche—, ¿cómo se supone que vas a estudiar?
—No vine a estudiar —respondió Thor en el mismo tono de voz, compartiendo su aliento con él—. Con todo respeto, vine a estrenar tu cama.
—Ah, ¿y qué te hace pensar que no estrené mi cama ya? —le preguntó Loki, la picardía escrita en toda su cara.
Thor se quedó unos segundos mirándolo, ambos sonriendo; estaba casi seguro de que Loki sólo estaba bromeando, pero en el fondo… en el fondo pensaba que el invierno había sido largo, la distancia entre ellos prolongada, y tal vez…
—Pues yo vine a estrenarla bien —dijo al final, siguiéndole el juego antes de tomarlo del cuello y besarlo como había querido besarlo desde que se bajó de su carro.
Las manos de Loki colándose bajo su ropa supieron estremecerlo, suspirando entre besos. Estaba tan concentrado en el beso que no se dio cuenta de que Loki estaba quitándole el suéter, junto a su camisa, hasta que le tocó separarse y alzar los brazos para quedar con el abdomen completamente expuesto. Loki lanzó las prendas hacia su escritorio y luego pasó a acariciar libremente el abdomen de Thor, repartiendo besos por su mandíbula, bajando después a su cuello. Con sus manos bajando por sus costados, y sus labios dejando un caminito de besos por todo su pecho, Loki pronto estuvo de rodillas frente a él, mirando hacia arriba, sus ojos fijos en los de Thor mientras le desabotonaba el pantalón.
No era la primera vez que Loki le hacía sexo oral, pero sí era la primera vez que lo hacía así, de rodillas frente a él, y esa sola imagen fue suficiente para terminar de endurecerlo. Thor le acariciaba el cabello mientras Loki le bajaba los pantalones y la ropa interior hasta los muslos, dejando su erección al descubierto, sin perder tiempo en tomarla en su mano y darle la primera lamida. Thor miraba embelesado mientras Loki chupaba, metiéndolo en su boca tanto como le era posible, succionando con gusto, emitiendo gemiditos cuyas vibraciones enloquecían a Thor. No iba a durar mucho si seguía así, con el simple hecho de ser Loki era suficiente.
La primera vez que Loki lo tuvo en su boca Thor tuvo que hacer uso de su fuerza de voluntad para no acabar en los primeros diez segundos como un virgen. Porque Thor hacía mucho que había dejado de ser virgen, estaba bastante lejos de eso, también estaba Loki lejos de ser el primero en darle una mamada, pero con él todo siempre se sentía nuevo. Loki le había traído emoción a su vida, había despertado su deseo, había hecho que Thor conociera y experimentara cosas que jamás pensó sería capaz de sentir, algo que no dejaba de sorprenderlo. Tal vez estaba perdiendo su virginidad gay, por ponerlo de alguna manera, y qué bien se sentía; Thor quería que Loki fuese el único para él, no necesitaba nada más.
Loki por momentos cerraba los ojos, en otros los abría y lo miraba, sus párpados entrecerrados, sus ojos verdes, brillantes, haciendo que cosquillas bajaran por toda la columna de Thor. Oh, esto iba a acabar demasiado rápido si seguía así, y Thor quería hacer más. Loki lo tomó entonces firmemente de las caderas con ambas manos, chupando con más entusiasmo, y si Thor no acabó ahí fue un milagro, estaba deshaciéndose en gemidos.
—Dios, baby, si sigues así voy a acabar… —dijo Thor, jalándole un poco el cabello.
—Esa es la idea, ¿no? —dijo Loki con una sonrisa traviesa, recobrando el aliento mientras continuaba con una de sus manos.
—Se me antoja otra cosa —respondió Thor, instándolo a ponerse de pie, besándolo en la boca tan pronto lo tuvo cara a cara.
—A mí también —susurró Loki en su boca—, aunque… um, no tengo nada aquí.
—Qué bueno que tienes un novio precavido —dijo Thor, separándose para tomar su chaqueta y sacar del bolsillo de ésta los condones y lubricantes que había comprado en el camino, haciendo reír a Loki ante la sorpresa.
—Pero tú de verdad ni siquiera te molestaste en disimular que venías a estudiar.
—Las cosas de frente —respondió Thor sonriendo, dejando todo sobre la mesita de noche antes de retomar los besos.
En cuestión de segundos estuvieron los dos desnudos, Thor recorriendo el cuerpo de Loki posesivamente con sus manos, fascinado con la suavidad y perfección de su piel. Loki le había rodeado el cuello con sus brazos y, entre beso y beso, caminó de espaldas hasta alcanzar la cama y dejarse caer sobre ésta, Thor encajando perfectamente entre sus piernas, sobre su cuerpo. Las caricias tiernas y los besos lentos acabaron cuando Thor volteó a Loki sobre la cama, con cuidado de no tumbarlo, y hundió el rostro entre sus nalgas; lo habían invitado a comer, ¿no? Y mientras más se lo hacía, más le gustaba a Thor, las reacciones de Loki despertando en él muchas cosas, entre ellas curiosidad. Thor sentía en su lengua cómo Loki se estremecía de placer, y cada vez le daban más y más ganas de ver qué tan rico se sentiría estar en su lugar, probar las maneras en que Loki podría hacerlo ver estrellas al embestir dentro de él.
Tendrían todo el fin de semana en el lago para ponerse creativos, Thor fantaseaba con eso.
—Si me caigo de la cama va a ser tu culpa —exhaló Loki sin aliento cuando Thor, una vez más, lo hizo voltearse hasta estar bocarriba.
—No puedo evitarlo, si no veo tu linda carita me muero.
—Eso no dices cuando me entierras la cara en la almohada mientras me coges en cuatro —dijo Loki, haciéndolo reír.
—¿Por qué tienes que sabotearme el romanticismo? —inquirió Thor luego de lubricar sus dedos—. Además, lo dices como si no te encantara ponerte en cuatro —añadió, introduciendo el primer dedo, apoyándose con su otro antebrazo para poder descender a besarlo.
—Me fascina —respondió Loki, sus uñas clavándose en los hombros de Thor mientras éste movía su dedo dentro de él, abriéndose espacio para introducir el segundo—. Eres el novio más romántico que he tenido.
—Has tenido muchos novios tú, ¿no? —susurró Thor sobre sus labios mientras movía sus dedos de manera lenta pero certera, la respiración de Loki cada vez más agitada; a esas alturas Thor conocía bien dónde tocar.
—Los mismos que tú —respondió Loki con su sonrisa traviesa, imitando su tono de voz.
Thor amaba esa intimidad, cómo el mundo se reducía a ellos dos cuando estaban juntos; hablar en voz baja, sólo para ellos, riéndose de las cosas más tontas mientras hacían el amor. Loki era la persona más graciosa del mundo, estaba convencido de ello, nadie lo sorprendía con sus ocurrencias ni lo hacía reír tanto como él; de alguna manera siempre lograba fascinarlo sin siquiera intentarlo. Lo que sentía por Loki era tan inmenso, que a veces Thor se preguntaba si los sentimientos de Loki por él se comparaban; no le importaría ser él quien más quiera entre los dos, el amor se le desbordaba, pero cuando se fijaba en cómo Loki lo miraba cuando pensaba que no se daba cuenta, su corazón se sentía florecer con mil margaritas. Loki era muy reservado con su sentir, al menos en palabras, pero a Thor sólo le bastaba verlo a los ojos para encontrarse con una adoración que no había conocido antes, o al menos no había sido recíproca.
—¿Listo? —preguntó Thor, ya con el condón puesto, sus manos sosteniendo los muslos de un Loki enrojecido, agitado; sus dedos lo habían llevado al límite y de regreso, su boca recibiendo sus suspiros.
—Sí, sí, dale, por favor —suplicó, y Thor tuvo que tragar profundo para no embestirlo como un animal.
Las primeras estocadas eran siempre como entrar al cielo, encontrando la puerta en los ojos brillantes de Loki, en el calor de sus manos sosteniendo el rostro de Thor, rogándole que se tragara entre besos sus gemidos. No podía sentirse mejor que estando así, completamente rodeado de Loki, su presencia, su espacio, Thor colándose ahí, esperando encontrar un lugar permanente en su vida, tragándose los “te amo” para no asustarlo mientras sus caderas encontraban el ritmo perfecto; era muy pronto, ni siquiera tenían un mes. Loki demandaba más y Thor se lo daba; más rápido, más duro, más besos, su vida entera; si le pedía las estrellas Thor encontraría la manera de bajarle cada una de ellas.
El clímax los alcanzó a ambos, a Loki primero, Thor se aseguró de eso; una mano entre sus cuerpos llevándolo hasta el fin, Thor siguiéndolo no mucho después. Loki siempre se aferraba a su cuerpo cuando lo hacían así, de frente, encerrándolo con sus brazos y sus piernas, demandando besos lentos que Thor sería incapaz de negarle; eran uno solo. En algún momento les tocó separase, pero por poco tiempo, sólo el suficiente para limpiarse, deshacerse del condón, y luego perderse otra vez en los brazos del otro en el espacio reducido de la cama.
Con Thor haciéndole cucharita desde atrás, abrazando firmemente su cuerpo, comenzaron a ver TikToks desde el teléfono de Loki, completamente relajados, sus respiraciones en sintonía, con risas esporádicas y besos de por medio.
—Estaba pensando…
—Mm…
—Que…
—¿Qué?
—Sabes que mis papás se van a tomar un fin de semana para celebrar el día de los enamorados.
—Ajá…
—Y, no sé, ¿te gustaría pasar ese fin de semana conmigo?
—¿En tu casa?
—Sí —respondió Thor, prefiriendo dejar lo de la casa del lago como sorpresa—. Te vengo a buscar el viernes en la tarde —dijo, intercalando besos en su cuello entre palabras—, pasamos el fin de semana juntos, y luego te traigo el domingo en la noche, ¿qué te parece?
—Me encantaría —respondió Loki, girando el rostro un segundo para corresponderle un beso—. Obvio tengo que pedirle permiso a mi mamá, pero estoy seguro de que dirá que sí.
—Perfecto, porque tengo muchas ideas ya —dijo Thor, acariciando a Loki suavemente.
—¿Sí?
—Sí, todo lo que te quiero hacer…
—Ah, sólo piensas en mi cuerpo, ¿no?
—No sé de qué hablas —dijo Thor, siguiéndole el juego—. Tú solito piensas cochinadas, mientras que yo tengo en mente cenas románticas, paseos al atardecer…
—Un fin de semana romántico completamente célibe, según tú —dijo Loki, haciéndolo reír.
—Tampoco digo que me cierro a otras posibilidades —respondió, mordiéndole el lóbulo de la oreja, haciéndolo estremecer entre risas.
Un par de minutos después y el teléfono quedó descartado en la mesita de noche, sus manos siguieron su rumbo, perdiéndose en el cuerpo del otro al ritmo de sus besos desaforados. Atrás había quedado el ritmo lento y romántico, no con Loki con la cara enterrada en la almohada y sus rodillas firmes sobre la cama, Thor detrás de él embistiéndolo con el peso absoluto de su lujuria. Thor estaba extasiado, con un puño en el cabello negro y suave de Loki, su otra mano aferrada a su cintura, por momento sus dedos recorriendo sus costados, repasando los lunares esparcidos desde sus hombros hasta sus nalgas, todo suyo, sólo para sus ojos.
—Eres mío —susurró Thor en su oído, casi sin aliento, descendiendo sobre su espalda y jalándole el cabello para que escuchara bien lo que le decía—. Nadie más puede darte lo que yo te doy, como yo te lo doy —continuó, acentuándolo con estocadas certeras y profundas, haciéndolo ahogarse con sus propios gemidos—. Sólo yo puedo tenerte así, verte así.
—Sí, sí, sólo tú —jadeó Loki, sus entrañas contrayéndose alrededor de Thor mientras éste se abrazaba a su abdomen y lo levantaba consigo, quedando ambos de rodillas sobre la cama, Loki sobre su regazo, haciéndolo entrar más profundo.
—Mi baby, sólo mío —decía Thor mientras Loki correspondía cada una de sus embestidas aceleradas, su cabeza hacia atrás apoyada en el hombro de Thor mientras éste comenzaba a masturbarlo; estaban tan cerca.
—Y tú mío —jadeó Loki, llevando una mano hacia atrás para jalar posesivamente el cabello de Thor, calentándolo incluso más.
—Tuyo, tuyo —repitió Thor como un mantra hasta que sintió la semilla caliente de Loki sobre su puño, su cuerpo contrayéndose alrededor de Thor en medio de un gemido ahogado, permitiéndole a Thor unas tres estocadas más hasta empujarlo hacia su propio clímax, clavando sus dientes en el hombro de Loki para no dejar marcas visibles y acallar sus propios gemidos.
Nunca iban a faltarles los besitos y las caricias después de acabar, recuperando el aliento y la consciencia, retozando sobre la cama, hablando en voz baja un rato hasta que decidieron ir a ducharse juntos, tratar de disimular un poco lo que habían estado haciendo. Ahí, juntos en la ducha, Thor se perdió en sus fantasías del futuro, como él y Loki viviendo en un apartamento solos, entre otras cosas que le hacían ilusión. Ahí estaba el famoso champú de manzana verde y, aunque olía rico y Thor tomó un poco para lavarse su propio cabello con éste, había algo más en Loki que hacía su olor irresistible para él; en su cuello, justo debajo de su oreja, Thor podría pasar horas con el rostro enterrado ahí, como un adicto.
—¿Bajamos a ver tele mientras llega mi mamá? —le preguntó Loki mientras tendía su cama y Thor terminaba de vestirse.
—Sí, me parece bien.
—Voy a dejar la ventana abierta para que se airee un poco el cuarto, tú sabes —dijo, haciéndolo sonreír, guiándolo escaleras abajo luego de abrir la ventana.
Se sentaron en el sofá frente a la televisión, Loki poniendo un canal al azar para luego acurrucarse en el costado de Thor, que le rodeó los hombros con su brazo.
—¿Stark no te ha preguntado más sobre nosotros? —preguntó Thor de repente.
—Mmm… no, la verdad es que no —respondió Loki, despegando la mirada de la tele para verlo a él—. A veces me hace insinuaciones de que es “obvio que te gusto”, pero creo que sólo bromea.
—¿Tú saldrías con él? Si no hubiese algo entre nosotros… ¿te fijarías en él?
—¿De dónde vienen estas preguntas? —inquirió Loki, mirándolo con una sonrisa confusa.
—Curiosidad —respondió Thor, siendo honesto.
—La verdad es que no sé. Tony me cae bien y es divertido, pero no lo veo de esa manera.
—Es sólo que…
—¿Qué? —insistió Loki cuando Thor se quedó pensativo.
—Si no hubiese sido por ese proyecto no estaríamos tú y yo aquí, juntos —dijo Thor finalmente, tomando una de las manos de Loki para besarla—. Me aterra pensar que… que fácilmente pudo no existir esto.
Loki se quedó mirándolo fijamente unos segundos, sin decir nada, poniéndolo nervioso.
—De verdad te gusto, ¿no? —dijo Loki de repente, como si recién cayera en cuenta de eso, haciendo que Thor soltara una risa incrédula.
—¿Y todavía lo dudas? —preguntó Thor antes de tomarlo de rostro y plantarle un beso en la boca— Estoy loco por ti, sólo por ti —Loki tomó una de las manos que Thor tenía en su rostro y besó su palma repetidas veces—. Si no nos hubiesen asignado juntos, ¿te habrías fijado en mí?
Ahora fue el turno de Loki de reír, acariciando la mano de Thor entre las suyas sin mirarlo a los ojos.
—Thor, yo me fijé en ti desde la primera vez que te vi —respondió Loki, su carita toda roja, sus ojos fijos en sus manos entrelazadas.
—¿La primera vez hace…?
Thor no estaba seguro de haber entendido bien, su mente yendo a mil por hora pensando si con primera vez Loki se refería a su primer día en Asgard, cuatro años atrás. No entendía, ¿Loki había gustado de él durante años? ¿Años en los que Thor pensó que se caían mal entre sí, en los que Loki fue casi invisible para él? No podía ser. Thor quería preguntarle tantas cosas de repente, pero se vio interrumpido cuando la puerta se abrió y entró Laufey a la casa finalmente.
—¡Hola, chicos! —exclamó ella sonriente, dejando sus llaves y bolso sobre la mesa, Thor levantándose del sofá aturdido por el cambio repentino de ambiente y conversación.
Loki se levantó después de él, Laufey abrazándolos a ambos para luego tenderle la mano a Thor, quien la tomó en la suya, la repentina tensión en su cuerpo desapareciendo por completo.
—Mucho gusto, Thor, novio de mi hijo —dijo ella, como si se conocieran por primera vez, haciéndolo sonreír.
—El gusto es mío, Laufey, madre de mi novio —respondió Thor, toda la escena haciendo que Loki rodara los ojos.
Después de los saludos y una pequeña charla, Laufey sacó la lasaña de la nevera, que había preparado con anticipación, y la metió en el horno para luego subir a darse una ducha. Cuando Laufey volvió ya Thor y Loki habían puesto la mesa y habían tostado unos panes con mantequilla de ajo, para acompañar la lasaña.
—Muchas gracias, chicos —dijo ella sonriendo—, pero no te permito que hagas más nada, Thor; eres mi invitado, déjame agasajarte.
—Me gusta ayudar —respondió él, sonriéndole de vuelta.
—Sí, bueno, ahora vayan a sentarse los dos que la lasaña ya está lista.
La cena transcurrió bastante tranquila, divertida incluso, todos los miedos y nervios de Thor disipándose tan pronto comenzaron a hablar, la conversación fluyendo con naturalidad; sí bastaba con ser él mismo. Laufey sabía que la relación de ambos era un secreto, Loki se lo había contado, pero no tocó ese tema durante toda la cena, optando más bien por preguntarle por sus papás, su futuro, qué pensaba estudiar y esas cosas. Hablaron un poco de Taylor Swift también, compartiendo los tres ese mismo gusto, haciendo que por momentos Thor olvidara que Laufey era la madre de Loki; era tan joven, se sentía como hablar con una hermana mayor.
—¿Crees que tus padres puedan rechazarte por eso? —preguntó Laufey durante el postre, mientras se comían el cheesecake con un té que ella acababa de preparar; la conversación había tomado un rumbo más serio, hablando sobre Thor y el reciente descubrimiento de su sexualidad.
—No, no… no creo —dijo Thor, dándole un sorbo a su té, pensando en sus padres—. Bueno, no sé…
—Las puertas de nuestra casa están abiertas —dijo Laufey, mirándolo fijamente—. No creo que tus padres reaccionen mal cuando decidas contarles, pero si por alguna razón las cosas salen mal… Loki y yo estamos para ti —concluyó, sus palabras sintiéndose como un abrazo reconfortante, conmoviéndolo, haciéndolo sentir agradecido de tener a Loki en su vida y, por ende, a Laufey también.
—Gracias, de verdad lo aprecio —respondió él con toda la sinceridad de su ser.
Luego de eso Laufey cambió el tema de nuevo a algo más ligero y, cuando ya Thor y ella iban por su segundo pedazo de cheesecake, Thor le preguntó si Loki podía quedarse un fin de semana en su casa para celebrar el día de los enamorados, a lo que ella dijo que sí, haciendo que Thor y Loki sonrieran como dos idiotas. Cuando llegó la hora de irse Thor insistió en levantar la mesa, pero Laufey no lo dejó, así que se despidió de ella con un caluroso abrazo, un muy sincero “gracias”, y salió con Loki quien lo acompañó hasta su carro.
—No estuvo tan mal, ¿o sí? —le preguntó Loki, los dos agarrados de manos bajo el cielo nocturno.
—Estuvo perfecto, tu mamá es genial.
—Lo sé, lo sé —respondió Loki sonriendo, Thor tomándolo del rostro para darle un beso.
—Tenemos una conversación pendiente —susurró Thor sobre sus labios, sin olvidar en ningún momento la charla que les habían interrumpido.
—No, no la tenemos.
—Sí, sí la tenemos —insistió Thor sonriendo, viendo cómo Loki se ponía todo rojo.
—Ugh, cállate y bésame.
—Con gusto —respondió Thor, besándolo lentamente, una última despedida antes de subirse con pesadumbre a su carro y volver a casa.
Se sentía pleno, feliz, su madre incluso le dijo que se veía radiante cuando entró por la puerta. Estaba ya en su habitación, preparándose para dormir, cuando se dio cuenta de que se había olvidado del suéter, su teléfono sonando al instante con una notificación, Loki mandándole una foto del suéter olvidado en su silla, como si sus mentes estuviesen en sincronía.
“Ah, te tienen enamorado, ¿verdad?”
Las palabras de Pablo haciendo eco en su cabeza; sí, estaba enamorado, terriblemente enamorado.
Notes:
Gracias por leer y comentar ♥
Chapter 8: Perdido en tu corriente como un vino invaluable
Chapter Text
El viernes había llegado y Thor no podía esperar para irse de una vez por todas con Loki a la casa del lago. Primero tendrían que salir de clases, luego Loki tendría que asistir a su ensayo con la orquesta, y recién ahí serían libres de partir, Loki pensando que irían de regreso a la casa de Thor y nada más. Thor había comprado un par de cositas que había reservado para ese fin de semana y estaba ansioso, no podía dejar de contar las horas.
El día de los enamorados había caído como tal un martes, así que se reunieron en casa de Thor, como era habitual, e intercambiaron sus regalos cursis; peluches y chocolates. Los padres de Thor se habían tomado toda la tarde para ellos solos, así que Thor no tuvo reparo en hacerle el dulce, dulce amor a su novio Loki hasta el cansancio, viendo una película en el ínterin. Pasado el atardecer, y luego de una rica siesta, habían tomado una ducha, esperando la cena que Thor había pedido a domicilio. Luego de comer salieron en el carro, se pidieron unos helados como postre y dieron un par de vueltas, hasta que finalmente se hizo hora de llevar a Loki a su casa.
Thor había pasado el día entero con el “te amo” atorado en la garganta.
*
Esperando fuera de la orquesta, como hacía todos los viernes desde que empezaron a salir, Thor no podía dejar de sonreír; en la maletera tenía un montón de cosas para ese fin de semana, entre ellas un regalo muy especial que Loki seguro no se veía venir. Loki había dejado su maleta en el asiento trasero, lo cual era genial, porque habría sido sospechoso abrir la maleta y que viera el equipaje de Thor, también ahí, cuando se suponía que iban a su casa. Thor no podía dejar de fantasear con los dos bañándose en el lago, pescando en medio de éste, admirando el atardecer bajo una manta, y por supuesto cogiendo por toda la casa. Entre todas las cosas que llevaba había metido licor y un par de porros, la iban a pasar bien.
Thor cuando traía a Loki a sus ensayos a veces se iba por ahí y luego pasaba por él, aunque la mayoría de las veces, como ese día, simplemente se quedaba esperándolo afuera en el carro, pasando el rato en redes. Con su grupo de amigos Thor había omitido por completo que tendría casa sola todo el fin de semana, de no ser así habrían hecho todo lo posible con tal de hacer una fiesta en su casa. Y sí, Thor amaba una buena fiesta y el descontrol, pero por nada del mundo sacrificaría un fin de semana a solas con su novio; pretender por un par de días que así era siempre su vida, sumido en una deliciosa cotidianidad a su lado.
Las horas al esperarlo por lo general se le pasaban rápido, pero ese día el tiempo parecía ir especialmente lento; cuando finalmente vio salir a Loki del edificio parecía como si no se hubiesen visto en dos décadas. Sí, exageraba, pero ya quería llegar al lago, había esperado mucho tiempo. Loki caminaba hacia él sonriendo, con el estuche de su violín al hombro, parecía andar más rápido de lo normal; estaba tan emocionado como él, era obvio.
—Listo, somos libres —dijo Loki luego de subirse al carro y de que Thor le diera su respectivo beso.
—¿Me vas a tocar algo por fin este fin de semana? —le preguntó Thor luego de comenzar a manejar, haciendo alusión al violín que Loki había pasado al asiento trasero.
—Muchas cosas te puedo tocar este fin de semana —respondió Loki con doble sentido, haciéndolo reír.
—Luego soy yo el de la mente cochina.
—No sé a qué te refieres.
—Ajá.
Loki puso algo de música y se quedaron en silencio un rato; el camino desde ahí hasta la casa de Thor no pasaba de los cinco minutos, así que Thor comenzó a mirarlo de reojo en el momento en que cruzó en dirección opuesta, Loki inmediatamente frunciendo el ceño. Thor se hizo el loco, conteniendo las ganas de sonreír mientras veía a Loki con la mirada fija en la ventana, confundido; si tenía sospechas de que irían a cenar o comer helado, en ese punto tendría que haberlas descartado porque habían salido completamente de la zona.
—¿Me estás secuestrando? —preguntó de repente, haciendo que Thor soltara una carcajada.
—¿Qué?
—Tu casa queda para el otro lado —dijo Loki, volteando a mirarlo con los ojos entrecerrados.
—Así es.
—Entonces…
—Estás en lo correcto —respondió Thor, sonriéndole de oreja a oreja—: te estoy secuestrando.
—¿Y a dónde me llevas?
—No te voy a decir.
—¿No me vas a decir?
—Nope —dijo Thor, sonriéndole un segundo—, es una sorpresa.
La conversación siguió fluyendo, a pesar de que cada tanto tiempo Loki intentaba persuadirlo, una vez al menos casi logrando que Thor le revelara el sitio casi sin darse cuenta. Su intriga creció más cuando fueron dejando los edificios atrás, dando paso a la vegetación a cada lado de la carretera que los acompañó el resto del viaje. Los árboles frondosos, el aire puro, todo verde alrededor, la paz era casi palpable.
—¿Te gustaría manejar el resto del camino? —preguntó Thor de repente, Loki mirándolo extrañado, tal vez porque tenía absolutamente nada que ver con lo que habían estado hablando antes.
—Ehh…
—Sólo si quieres —dijo Thor, estacionándose a la orilla de la carretera—. Lo digo porque el camino de aquí hacia donde vamos es prácticamente recto, y son muy pocos los carros que manejan por aquí. No sé, si quieres practicar un poco aquí está bastante suave, ¿te animas?
—No sé… —respondió Loki, mordiéndose ansiosamente el labio mientras miraba a los alrededores; sólo árboles, hacía al menos veinte minutos desde el último carro que habían visto pasar— Sí, está bien.
—¿En serio?
—Sí, al menos… no sé, un rato.
—¡Bien! —respondió Thor contento, saliendo del carro para intercambiar asientos— ¿Cuándo fue la última vez que manejaste? —preguntó Thor una vez se subieron al carro de nuevo.
—Hace un par de meses, tal vez; fui a practicar con mi mamá y dimos unas vueltas.
—Okay, si en algún momento quieres parar está bien, así sea literalmente diez segundos después, no importa, ¿bien?
—Bien.
—Okay, enciéndelo.
Loki encendió el carro y comenzó a manejar. Thor podía ver cómo le temblaban un poco las manos, pero realmente sí sabía cómo conducir, sólo necesitaba perderle el miedo. Thor comenzó a hablar otra vez, para distraerlo, poniendo nuevamente música de fondo mientras le contaba que en esa misma vía él había aprendido a conducir. A los doce fue la primera vez que Odín le soltó las llaves de su camioneta para enseñarlo a manejar, sin que su madre supiera, obviamente. Cuando Frigga se tomaba el día para salir con sus amigas, Thor y Odín tomaban esa vía para tener su día de chicos, en los que Odín le dejaba conducir la mitad del camino.
—¿Desde los doce estás manejando?
—Sí. Bueno, con mi papá supervisando.
—Por lo menos.
—Pero a los catorce comencé a sacar los carros sin permiso.
Loki volteó a mirarlo sorprendido, para luego rodar los ojos con una sonrisa.
—No sé de qué me sorprendo, sé muy bien quién eres tú.
—¿Ah sí? ¿Y quién soy yo?
—Thor Borrson.
—Sí, ese es mi nombre —respondió Thor con sorna.
—Sí, Thor Borrson el de las fiestas, las drogas, borracheras —continuó Loki, conteniendo una sonrisa antes de voltear a verlo brevemente—, los carros chocados.
—No pensé que estuvieses pendiente de chismes —dijo Thor, mordiéndose una uña.
—Es difícil hacer oídos sordos cuando todo el mundo habla de eso.
—Pues ya son cosas del pasado, soy un hombre diferente.
—Ya lo creo —dijo Loki, riendo—. Digo, tienes que haber cambiado para que tus papás te regalaran un carro luego de chocar los de ellos. Dos veces.
Thor rio con ganas, a pesar de sentir el rostro caliente por la vergüenza que le daba que Loki supiera esas cosas de él.
—Ahora soy un hombre responsable.
—Que deja que su novio sin licencia maneje su carro por ahí.
—Si quieres seguir la narrativa de que no soy responsable te la puedo mamar mientras manejas, ¿qué te parece?
—¡Thor! —exclamó Loki al sentir la mano de Thor subir por su muslo, agarrándole la entrepierna.
—¡Estaba jugando! —dijo Thor riendo, dándole una palmada en el muslo antes de soltarlo— Aunque si quieres no estaba jugando.
Loki lo miró, intentando mantenerse serio, para luego reírse con él.
—¿Falta mucho para llegar?
—Umm, no, en la próxima intersección cruzas a la derecha, y cinco minutos después habremos llegado.
*
—Wow —fue lo único que musitó Loki luego de entrar a la casa y salir al patio, donde tenían el lago en todo su esplendor.
Thor se acercó a él, abrazándolo desde atrás, apoyando la cabeza en su hombro mientras veía con él el atardecer frente a ellos.
—¿Te gustó la sorpresa?
—Me encantó —dijo Loki, volteando el rostro hacia él con una gran sonrisa antes de darle un beso.
—Si quieres quédate aquí mientras saco las cosas del carro, o entras y conoces la casa.
—¿No quieres que te ayude?
—Tú eres mi invitado —dijo Thor, instando a Loki a voltearse para estar frente a frente—, y te quiero consentir todo el fin de semana.
—Umm, puedo acostumbrarme —respondió Loki con una sonrisa traviesa, Thor dándole un último beso antes de volver al carro.
Lo cierto es que sí, quería consentir a Loki, y por eso no quería que viera algunas de las cosas que había traído. Thor subió sus maletas al segundo piso, a su habitación habitual; la habitación principal era más grande, tenía jacuzzi privado y un balcón que daba al lago, pero dormir con Loki donde sus padres… umm, no, para eso había otro jacuzzi en el primer piso, en todo caso. Su habitación era cómoda, también, y la cama era inmensa, estarían más que bien ahí ellos dos. Thor aprovechó de esconder las sorpresas antes de bajar y encontrarse con Loki en la cocina, que ya estaba revisando la comida que Thor había traído para el fin de semana.
—Hmm, champaña —dijo Loki, sacando una de las botellas que Thor había llevado—, bastante champaña —añadió, luego de sacar dos botellas más—. ¿Me quieres emborrachar?
—Nope —respondió Thor, comenzando a guardar varias cosas, entre ellas las botellas, en la nevera—. Nos quiero emborrachar.
—Ahh, ya veo.
—También traje un par de porros, no sé si alguna vez has fumado…
—No, nunca.
—Bueno, tampoco tenemos que beber y fumar si no te gusta —dijo Thor, con completa honestidad.
—No, sí quiero probarlo.
—¿En serio? ¿Te dejarás mal influenciar por el terrible Thor Borrson? —inquirió Thor bromeando, haciendo que Loki rodara los ojos—. Lo digo en serio, eh, no tenemos que hacer nada que no quieras, yo estoy feliz sólo con estar contigo.
—Y yo confío en ti —dijo Loki, mirándolo a los ojos con una sonrisa tierna—, si hay alguien con quien probaría fumar marihuana por primera vez es contigo.
Thor se derritió por dentro, fue imposible no tomarlo del rostro y plantarle un beso en la boca.
—Te amo tanto —susurró Thor sobre sus labios, con los ojos cerrados, sin pensar tanto; se sentía liberador decirlo en voz alta.
Loki jadeó y Thor abrió los ojos, viendo la sorpresa en su rostro.
—No hace falta que lo digas devuelta —dijo Thor sonriendo, colocándole un mechón de cabello detrás de la oreja antes de darle otro beso—. No podía seguir aguantándomelo, si no lo decía iba a reventar.
—¿Cómo no voy a decirlo de vuelta? Si yo también te amo —respondió Loki, antes de hundirse en otro beso, sus manos firmes en la cintura de Thor, acercando más sus cuerpos.
En ese momento, Thor era el hombre más feliz del planeta.
*
Thor había llevado más que suficiente comida y chucherías para el fin de semana; la casa quedaba alejada, así que pedir a domicilio no era una opción muy viable. Luego de que Thor le diera a Loki un tour por la casa, y se pusieran en ropa más cómoda, bajaron a preparar la cena. Thor abrió una de las botellas de champaña mientras preparaban la pasta a la carbonara que comerían esa noche, tomándose una copa cada uno mientras cocinaban. Fue imposible para él no recordar esa escena que presenció un par de meses atrás, sus padres cocinando juntos mientras alegremente escuchaban música y tomaban vino. Ahí estaban ellos, Thor y Loki, con Lover sonando a todo volumen mientras cocinaban y se robaban besos entre risas y chistes tontos.
La comida había quedado rica al final, tomándose otra copa de champaña cada uno mientras cenaban en el comedor. Thor estaba tan feliz, no podía dejar de sonreír; amaba a Loki, finalmente se lo había dicho, y éste había correspondido sus sentimientos. En sus relaciones anteriores todo siempre se había sentido tan… protocolar, mientras que con Loki las cosas se daban naturalmente, sus sentimientos brotaban fuera de él sin poder contenerlos. Nunca fue culpa de ellas, obviamente, era él quien no tenía claro lo que quería, enredado en una red de la que al fin era libre, al menos parcialmente.
Luego de comer decidieron sentarse un rato afuera, así que Thor sacó una manta para colocarla sobre el suelo frente al lago. Llevaron lo que quedaba de la botella, ya sin las copas, para beber directo de ella, y Thor buscó un porro para prenderlo mientras veían el lago y las estrellas. Estaba todo tan tranquilo, el lago casi confundiéndose con el cielo despejado en el horizonte, de no ser por el reflejo brillante de la luna en lo alto del firmamento.
—Es… impresionante este paisaje, y que pueda pertenecerle a alguien —dijo Loki mientras miraba el lago con fascinación—. Debiste ser la sensación con tus novias trayéndolas acá.
—Nunca las traje acá, la verdad —dijo Thor mientras encendía el porro.
—¿No?
—No, mis amigos sí han venido un par de veces, pero del resto sólo mi familia viene aquí.
—¿Ni siquiera Jane?
—Aunque sea difícil de creer, no siempre fui este novio increíblemente perfecto que tienes en frente —respondió Thor, disfrazando con humor esa punzada de culpa que sintió al pensar en las chicas con las que salió.
—Uh, debo ser muy especial entonces.
—Lo eres, aunque lo digas en chiste —respondió Thor, mirándolo con una sonrisa sincera, Loki correspondiéndosela tímidamente.
Thor tomó la primera bocanada; no fumaba desde las vacaciones de año nuevo, en la isla.
—Yo… viendo ahora cómo es mi relación contigo, me he dado cuenta de que fui una pareja mediocre en el pasado —continuó Thor, sincerándose—. Tipo, jamás se me cruzó por la mente que podrían gustarme los hombres, así que mi relación con mujeres se basaba en… no sé, imitar lo que hacían las otras parejas, y ser recíproco con mis novias. Jamás hubiese tenido la iniciativa de pasar un fin de semana a solas con alguna de ellas, no porque no las quisiera, sino porque… no sé, no sentía esas ansias de estar con ellas todo el tiempo, como me pasa contigo.
—¿Y de verdad tú nunca…? ¿Con ningún otro chico?
—Umm… antes de ti, no.
Loki se le quedó mirando unos segundos, como leyendo entre líneas su respuesta.
—¿Y después de mí? ¿Estuviste con otro chico?
Thor se mordió el labio, quería bajar la mirada, pero los ojos de Loki estaban conectados a los suyos como dos imanes, así que le dio otra jalada al porro, pudiendo así romper el contacto visual. Sabía que no había hecho nada malo, pero se sentía extraño, empezando porque jamás se planteó hablarle a Loki de Pablo, al menos no tan pronto, pero no tenía cara para mentirle.
—En las vacaciones de invierno, umm… en la isla, conocí a un chico y, pues, nos besamos, pero no pasó nada más; yo sólo podía pensar en ti.
—No tienes que decirme eso —respondió Loki, rodando los ojos—. No es como si… o sea, tú y yo no teníamos nada, si cogieron yo no… igual no debería importarme.
—Te lo digo porque es la verdad —dijo Thor, frunciendo el ceño—. No tengo por qué mentirte; pienso en ti tan pronto me despierto, y pienso en ti cuando me voy a dormir. Y sí, él se me hizo atractivo y nos besamos, pero lo único importante para mí es que me ayudó a confirmar que sí, soy gay, y lo primero que hice al confirmarlo fue llamarte —añadió Thor antes de fumar otra vez—. Lo único que quería era verte.
Loki no dijo nada más, sumiéndose ambos en el silencio por un par de minutos mientras miraban el horizonte.
—¿Puedo? —inquirió entonces, señalando el porro.
—Sí, claro —respondió Thor, saliendo de sus cavilaciones, dándose cuenta de que no le había ofrecido en ningún momento—. ¿Has fumado cigarros normales antes? —preguntó al pasarle porro, a lo que Loki negó— Bueno, inhala poco, lento y suave, y reten el humo dentro unos segundos, no exhales de una vez. Te puede dar un picor en la garganta, es normal, más aún porque nunca has fumado nada, pero empieza con poco.
—Okay —dijo Loki, asintiendo mientras inspeccionaba el porro entre sus dedos, llevándoselo a la boca para darle la primera calada.
Loki siguió su consejo, inhalando suave y poco, reteniéndolo unos segundos, para luego toser a la hora de exhalar. Thor le acarició la espalda en círculos mientras recuperaba el aliento, intentando no reírse como lo haría si fuese otra persona.
—Dios, no sólo huele a mierda, también sabe a mierda —dijo Loki cuando por fin pudo hablar, su voz un poco ronca, ahora sí haciéndolo reír.
—Sí, yo tampoco soy muy fan del olor o el sabor, pero el efecto, la manera en que me relaja, me hace tolerarlo.
—Ugh, bueno, tendrá que hacerme muy buen efecto para poder seguir fumando.
—También se puede comer —mencionó Thor antes de fumar de nuevo.
Loki se quedó en silencio otra vez, y Thor comenzó a sentirse ansioso; ¿había arruinado el fin de semana al hablarle a Loki de lo que pasó con Pablo?
—¿Está todo bien? —preguntó finalmente, sacando a Loki de sus cavilaciones.
—Sí, sí… es sólo que… —Loki suspiró, fijando la mirada en sus manos sobre su regazo— No estoy molesto contigo, tampoco tendría por qué estarlo, estoy consciente de eso, pero… imaginarte con alguien más, con otro chico, me hace pensar que…
—¿Qué? —insistió Thor cuando Loki guardó silencio de nuevo, esta vez tomando una de sus manos entre las suyas para tratar de darle más confianza.
—No, nada.
—No, Loki, dime, por favor.
—Es que… es tonto, ¿sí? Son cosas mías.
—Pero dime.
—Es que… me hace pensar en que en cualquier momento puedes conseguir a alguien mejor que yo —confesó Loki por fin, en voz baja, casi inaudible.
—Baby —exclamó Thor, con el corazón chiquito, envolviendo a Loki inmediatamente en sus brazos—, eso nunca va a pasar.
—¿Y cómo lo sabes? —preguntó Loki, exhalando una risita triste.
—Porque para mí no existe nadie mejor que tú —respondió Thor antes de darle un beso en la mejilla—. Te amo —susurró en su oído, sintiendo cómo Loki se aferraba a él con más fuerza.
—Yo también te amo —respondió Loki, deshaciendo el abrazo para poder besar sus labios.
Toda la tensión se disipó y Thor se sintió más tranquilo; ver la marihuana hacer efecto en Loki lo hizo reír, nunca lo había visto así, tan… relajado, todo le hacía gracia, todo lo mantenía sonriente. El problema ni siquiera fue cambiar de tema, sino mantener uno, saltando de anécdota en anécdota mientras se hacían reír el uno al otro. Cuando la champaña se acabó, Loki se acostó bocarriba sobre la manta, Thor de medio lado junto a él, acariciándole el abdomen bajo la camisa mientras Loki miraba las estrellas, y Thor lo miraba a él.
—¿Y qué hay de ti? —preguntó Thor de repente, luego de apagar el porro, habiendo fumado los dos lo suficiente la última hora.
—¿Qué hay de mí qué?
—¿Ha habido otros chicos?
—Pues contigo tuve mi primera vez, lo sabes —respondió Loki, mirándolo.
—¿Y después?
—Umm… ¿de verdad lo quieres saber?
Thor sintió algo pesado caer en el fondo de su estómago; ¿a dónde había querido ir con esa pregunta?
—No —respondió al fin con completa honestidad, sonriéndole de lado—, no quiero saber.
Loki le sonrió de vuelta, acariciándole tiernamente una mejilla mientras lo miraba fijamente con sus ojos entrecerrados.
—Pero no pongas esa cara.
—¿Cuál cara? Estoy normal —dijo Thor, fingiendo demencia, haciendo que Loki exhalara una risa.
—Mejor bésame, ¿sí?
Thor lo besó ni bien había terminado de hablar, recuperando un poco de la calma que había perdido al hacer esa estúpida pregunta; ¿por qué siempre preguntaba estupideces? Siempre encontraba la manera de crearse los peores escenarios en su mente, ¿había necesidad de confirmarlo? ¿Quería que Loki le detallara qué había hecho y con quién?
—Yo sólo he estado contigo, tontito —susurró Loki sobre sus labios al separarse—, ¿es eso lo que querías oír? ¿Que eres el único?
—Sí —respondió Thor, sin ánimos de ocultar la satisfacción que había sentido al escuchar esa respuesta, hundiéndose luego en un beso profundo.
—Ah, ¿te gusta eso? ¿Te excita? —preguntó Loki mientras recuperaban el aliento, un dejo de risa en su voz.
—Como a un animal —respondió Thor, riendo él también para luego tomar una de las manos de Loki y llevarla a su entrepierna, demostrándole cuánto lo excitaba de verdad—. No sé por qué, pero es casi primitivo lo que despiertas en mí; saber que sólo yo te conozco así…
—¿Y qué? ¿Dejaría de gustarte si me hubiese acostado con otro?
—¿Estás loco? Jamás —dijo Thor, dándole un beso breve en los labios—. Me encargaría de hacértelo tan rico que te olvides de cualquier otro, que nadie te pueda satisfacer como yo; te arruinaría para los demás.
—Umm… muchas palabras y nada de acción.
En dos segundos Thor ya estaba de pie con Loki en brazos, encontrando gran satisfacción viendo la expresión traviesa de su rostro cambiar a una de sorpresa, los brazos de Loki inmediatamente rodeando el cuello de Thor, sosteniéndose con firmeza.
—No se diga más —exclamó Thor mientras caminaba de regreso a la casa.
*
Thor se había tomado su tiempo con él, luego de dejarlo delicadamente sobre la cama, retirándole toda la ropa, prenda por prenda, repartiendo besos por toda su piel. Loki no hacía más que suspirar, pidiéndole que se apurara, cuando la intención de Thor era exactamente lo opuesto. Primero lo puso bocabajo, perdiendo la noción del tiempo mientras lamía y besaba su orificio, llevándolo al límite una y otra vez sin dejarlo alcanzar su clímax. Lo dilató lentamente, con abundante lubricante, abriéndose espacio un dedo a la vez mientras Loki se aferraba a las sábanas con sus puños, exhalando todos sus gemidos y súplicas contra la almohada.
—Por favor, déjame… ah —suplicó Loki una vez más, luego de que Thor le impidiera masturbarse.
—Nah-ah, acabarás cuando yo quiera que acabes —respondió Thor, enfatizando sus palabras con embestidas lentas, pero profundas, certeras, haciéndolo retorcerse debajo de él—. Eres todo mío esta noche, puedo tomarme todo el tiempo del mundo.
Thor lo tenía bocarriba sobre las sábanas, había aprisionado las muñecas de Loki contra la cama, justo sobre su cabeza, sosteniéndolas firmemente con una de sus manos, mientras la otra mantenía uno de los muslos de Loki casi rozando su pecho, abriéndose incluso más espacio entre sus piernas, permitiéndole embestir justo como quería.
—Tócame, déjame… ugh, por favor…
—No.
—¡Thor! —exclamó desesperado, retorciéndose bajo su cuerpo, contrayéndose alrededor del miembro de Thor como si no pudiera controlarse.
—Querías acción, ¿no? —exclamó Thor, acelerando el ritmo por un momento, sus estocadas duras y profundas haciendo que Loki se atragantara con sus propios gemidos, sus ojos rodando hacia atrás, casi, casi… pero no, no aún, así que Thor desaceleró nuevamente, perdiendo la cuenta de cuántas veces lo había llevado hasta el límite y de regreso.
—¿Dónde está… ah… la satisfacción que me prometiste? ¿Tendré que buscarla… en otro lado? —preguntó Loki, provocándolo, humedeciendo sus labios entre jadeos mientras su cuerpo se mecía al ritmo de las embestidas de Thor.
—Como si existiera alguien allá afuera que te conozca así como yo —respondió Thor luego de reír, descendiendo sobre su cuerpo para poder susurrar en su oído—, y aunque así fuera… ¿quién te va a dar lo que yo te doy?
—Tendría que probar —contestó Loki, desafiándolo aun cuando gemía su nombre.
—Prueba todo lo que quieras, baby, pero sólo podrás pensar en mí cuando ellos no sepan cómo tocarte —aseveró antes de erguirse y acelerar una vez más el ritmo de sus caderas, ahora sin intención de detenerse, embistiendo en el lugar correcto una y otra vez, haciéndolo retorcerse del placer.
Thor quería hacerlo acabar sin tocarlo, y sabía que podía, ya había pasado un par de veces; la primera inintencional, la segunda con propósito. A esas alturas Thor ya conocía el cuerpo de Loki como a la palma de su propia mano, sabía dónde tocarlo y cómo hacerlo para desarmarlo, podría hacer una tesis entera de eso si quisiera. Loki no podía hablar más, sus ojos entrecerrados, fijos en Thor, mientras su boca exhalaba jadeos y gemidos que delataban que estaba cerca, cerca. Thor no soltó sus muñecas en ningún momento, ni siquiera cuando descendió una vez más sobre su cuerpo y reclamó esa boca en un beso desaforado, desesperado.
Y ahí estaba, la humedad entre sus abdómenes delatando la satisfacción que Loki había estado suplicando tanto, un gemido ahogado perdiéndose entre los labios de Thor mientras el orgasmo de Loki dictaba el movimiento de sus caderas; lento, profundo, al ritmo de sus espasmos.
—¿Quién más te lo va a hacer como yo, hm? —susurró Thor en su oído, finalmente liberando las muñecas de Loki para poder tomar ambos muslos en sus manos, irguiéndose para buscar su propio placer.
—Nadie, nadie —jadeó Loki mientras Thor recuperaba el ritmo de sus embestidas, sus manos desesperadas recorriendo el abdomen de Thor hasta llegar a su cuello, instándolo a bajar otra vez—. Sólo tú —susurró Loki antes de besarlo, y vaya que Thor había extrañado esas manos acariciando su piel.
Thor soltó entonces sus muslos, apoyándose en sus antebrazos cuando ya se sintió cerca, sus caderas siguiendo un ritmo desenfrenado, las palabras de Loki haciendo eco en su mente; él era el único, nadie más. Cuando Loki le rodeó la cintura con sus piernas, Thor lo envolvió en sus brazos, dejando todo su peso sobre él cuando tres estocadas después alcanzó su clímax, los gemidos de Loki en su oído erizándole todo el cuerpo, Thor gimiendo con el animal que dijo que era mientras lo dejaba todo en el condón.
—Te amo, baby —dijo apenas recuperó el aliento, Loki susurrándolo devuelta antes de reclamar otro beso.
*
La luz del sol que se colaba entre las cortinas finalmente logró su cometido, haciéndolo abrir sus ojos. Se habían acostado tarde, él y Loki, como si no tuviesen todo un fin de semana juntos por delante. Thor miró la hora en su teléfono, eran casi las once, Loki aún dormía a su lado. Se sentía tan feliz, su primer impulso era envolver a Loki en sus brazos y repartir besitos en su cuello hasta que despertara, pero desistió de ello; era buen momento para darle el regalo que había tenido escondido. Se levantó sigiloso y fue hasta el clóset de la habitación de al lado, donde había guardado el paquete, pero cuando volvió ya Loki estaba frotándose un ojo, a punto de sentarse mientras bostezaba.
—¿Qué es eso? —preguntó cuando Thor escondió detrás de él el paquete.
—Un regalo del día de los enamorados.
—Umm… pero el día ya pasó, y ya nos dimos regalos, ¿lo olvidas?
—Y tú olvidas que este fin de semana también es parte de nuestra celebración —contestó Thor, sentándose junto a él sobre la cama—. Feliz día, baby.
—Thor…
—Dale, ábrelo —insistió Thor cuando le puso el paquete en las manos.
Loki comenzó a quitarle la envoltura, Thor había hecho su mejor intento para que se viera bonito, pero las manualidades no eran lo suyo. Tan pronto vio el logo en la caja, la cara de Loki se volvió un poema.
—No, Thor…
—Te amo, baby.
—Y yo a ti, pero… no puedo aceptar algo así, es muy caro, es… no tenías que hacerlo.
—Abre la caja, quiero ver cómo es —dijo Thor, obviando la resistencia de Loki; Thor le daría la luna su pudiera bajarla, tenía que acostumbrarse.
—Thor… —insistió Loki, mordiéndose el labio mientras Thor alzaba sus cejas, no iba a dar su brazo a torcer—. Te amo, gracias —dijo por fin, sonriendo mientras abría la caja y sacaba su nueva laptop de ella.
Thor había escogido la laptop más nueva y moderna que había en el mercado, incluso más moderna que la suya, que tenía un par de años con él.
—¿Te gusta? —preguntó Thor cuando Loki la encendió por primera vez.
—Es bellísima, es… —Loki colocó la laptop en la mesita de noche y se abalanzó a sus brazos— Gracias, gracias, gracias.
—Sólo lo mejor para mi baby —respondió sonriente, dándole un casto beso sobre su frente.
Luego de curiosear la nueva laptop, tomaron una rica ducha juntos para luego bajar a desayunar y prepararse para ir a pescar. Loki nunca había pescado y quería que Thor le enseñara, así que Thor preparó uno de los botes con todo lo que necesitarían y remaron juntos hacia el medio del lago.
—¿Y sabes mucho de pescar?
—A mi papá le encanta, desde que estaba pequeño lo acompañaba acá y aprendí todo de él —respondió Thor mientras preparaba el anzuelo—. Y sigo aprendiendo, claro —añadió, volteando a ver a Loki con una sonrisa—, pero puedo defenderme bastante bien.
El bote que estaban usando era el que solían usar Thor y Odín, era pequeño y discreto, cómodo para dos personas, tal vez tres.
—¿Almorzaremos pescado, entonces?
—Baby, te voy a cocinar el mejor pescado que te hayas comido en tu vida —exclamó Thor, haciéndolo reír—. Está todo listo, ven aquí.
Loki se sentó entre las piernas de Thor, quien le dio la caña a él y, desde atrás, lo dirigía y le decía todo lo que tenía que hacer.
—La pesca requiere de paciencia, de espera —dijo Thor, su rostro apoyado en uno de los hombros de Loki—, podemos hablar bastante mientras tanto.
—Umm… ¿y de qué quieres hablar?
—De cómo es que tú te fijaste en mí desde la primera vez que me viste.
—Pero si ya hablamos de eso.
—¡No es cierto! —exclamó Thor con una sonrisa incrédula.
—Claro que sí.
—No me vas a hacer gaslighting —dijo Thor, haciéndolo reír.
—Está bien —cedió Loki, soltando un suspiro, Thor abrazándolo con firmeza desde atrás—. En mi primer día en Asgard estaba bastante nervioso, sabía que no pertenecía a ese círculo, pero ansiaba el reto de estudiar ahí. Estaba en el pasillo con los otros dos becados, al instante nos reconocimos, y estábamos hablando y presentándonos cuando… entraste tú. Y fue todo un cliché; el tiempo se detuvo, todos voltearon a verte y a caminar hacia ti como polillas a la luz, queriendo llamar tu atención, hacerte reír. Mi cuerpo quería ir hacia ti como ellos, como si fueses un imán, y tuve que luchar para dejar de mirarte; eras el chico más lindo que había visto en mi vida.
—¿Era? —inquirió Thor, recibiendo un codazo de Loki después— Auch…
—Sí, eras, porque al final del día tu amiguito Fandral nos humilló a los becados y ahí estabas tú, riéndote.
—Lo siento mucho, baby, era un tarado —dijo avergonzado, dándole un beso en su cuello—. Perdón.
—Quise odiarte, pero mientras más pasaba el tiempo, más me daba cuenta de que no eras igual a Fandral —admitió Loki—. No eras el chico más popular por nada; eras dulce, inteligente, sociable, y aparte… dios, aparte te ves así, no es justo —exclamó, haciéndolo reír—. Así que me tragué mis sentimientos, ¿qué más podía hacer? Estabas ahí, clavado en mi pecho, y me sentía tan tonto por no poder sacarte; sabía que nada nunca sería posible entre nosotros… ni siquiera me atrevía pensar en “nosotros”, si eras el epítome del varón heterosexual, con novias cada una más linda que la anterior a tu lado.
—Jamás lo hubiese imaginado, que tú… —susurró Thor, sorprendido.
—Cuando me besaste… —continuó Loki, interrumpiéndose a sí mismo con una risita irónica— Fingí que no pasaba nada, pero por dentro estaba muriéndome; ¿te habías dado cuenta de lo que sentía? ¿Lo usarías en mi contra? No quería creer que me harías algo malo, a esas alturas nos llevábamos bien, pero… ¿y si era todo una broma cruel?
—Nunca, baby.
Thor lo sintió sonreír, Loki apretando una de las manos de Thor con la suya.
—Y aquí estamos…
—Aquí estamos —repitió Thor—. ¿Todavía te sigo pareciendo un varón heterosexual?
—Un poco —respondió Loki, volteando a verlo—, tal vez deberías chupármela para demostrarme lo contrario —añadió, haciéndolo reír.
—A eso yo lo llamaría postre —dijo, sintiendo la risa de Loki contra su pecho.
*
Al principio todos los peces que agarraban eran pequeños y los regresaban al agua, pero no estaban apurados. Incluso si no lograban pescar algo substancial, no importaba, la pasaban bien simplemente así, uno encima del otro, hablando cualquier cosa. Sin embargo, eventualmente pescaron un pez del que Thor sí se sintió orgulloso, y con ése regresaron a la casa. Thor le quitó las escamas, lo limpio y picó tan bien como pudo, y al pasarlo por la plancha cualquier imperfección se volvió prácticamente invisible. Odín era el verdadero experto, pero Thor podía defenderse con lo que había aprendido de él.
—Mi novio es tan varonil —murmuró Loki contra la piel de sus espalda, abrazado a Thor desde atrás mientras éste cocinaba—, el verdadero hombre que resuelve.
Thor sólo rio, pero por dentro sintió cosquillas cuando Loki dijo eso.
Luego de almorzar decidieron bañarse en el lago, completamente desnudos. Loki al principio se había cohibido, temiendo que alguien pudiera verlos, pero Thor le aseguró que los vecinos estaban a cientos de metros y que, en toda su vida que tenía yendo a esa casa, jamás se había topado a alguno, ni siquiera desde el lago vislumbraba sus casas.
—Además, ¿crees que dejaría que otros pongan sus sucia mirada sobre mi baby? Jamás —exclamó al quitarse su última prenda, luego tomando la mano de Loki para caminar juntos hacia el lago.
El agua estaba deliciosa, esos días había estado haciendo bastante sol, así que se sentía un poco tibia, perfecta para pasar la tarde. Al principio no podían quitarse las manos de encima, dios, Thor no podía concebir la idea de tener a Loki desnudo frente a él sin tocarlo, pero luego de unos besos prolongados y unas buenas manoseadas, pudieron dispersarse; por momentos nadando, en otros sólo flotando, casi siempre hablando.
—¿En qué momento empecé a gustarte? —preguntó Loki de repente mientras flotaba.
—Si te soy sincero… no sé, ¿a las dos semanas de hablar? —respondió Thor, quien acababa de hundirse para mojarse el cabello nuevamente.
—¿A las dos semanas? —repitió Loki, dejando de flotar bocarriba para estar frente a Thor— No te creo.
—Tú nunca me crees —dijo Thor, alzándose de hombros; no lo dijo con mala intención, pero vio algo de culpa en el rostro de Loki luego de decir eso.
—Es… difícil para mí aceptar que esto, tú y yo, es real —dijo Loki, acercándose a él hasta poder tomar ambas manos de Thor entre las suyas—. Tú fuiste mi crush durante años, y… y te creo, que me quieres, pero… nunca pensé que esto fuese posible, y aún lo asimilo, y perdón si te hago sentir que no te creo, no es así, te lo juro.
—Está bien, baby —dijo Thor antes de darle un beso en la frente—. Entiendo. ¿Quieres que continúe?
—Sí, por favor —respondió Loki, como un niño obediente, haciéndolo sonreír.
—Si te soy honesto, creo que pudiste gustarme mucho antes de no ser porque las primeras semanas me dejabas hablando solo, por si no lo recuerdas —continuó Thor, haciéndolo sonrojar—, pero cuando empezamos a hablar de verdad… fue un clic instantáneo, como un interruptor encendiéndose. No me di cuenta en ese momento, digo, ni siquiera sabía que era gay, lo veía como que me caías bien y me gustaba pasar tiempo contigo, pero mientras más pienso en eso, más me convenzo de que no hubo ínterin entre que me cayeras bien y que me gustaras, simplemente pasó todo junto.
—¿Lo sabías ya cuando me besaste?
—No —contestó Thor, exhalando una risa irónica.
—¿Entonces por qué me besaste? —preguntó Loki confundido.
—Te besé porque… —Thor suspiró, regresando a ese momento; ojos verdes, pestañas negras, pecas por doquier— Cuando te besé en la mejilla lo hice para fastidiarte, o tal vez no, no sé; quizás siempre quise hacerlo, sin darme cuenta. Y me quedé ahí, mirándote, y cuando volteaste quedaste tan cerca de mí que… me quitaste el aliento; nunca en mi vida había visto ojos tan verdes como los tuyos. Te quedaste en silencio, mirándome a los ojos, luego mis labios, y yo simplemente… te besé, no podía no besarte. Luego suspiraste en mi boca y, dios, nunca había sentido algo así, lo recuerdo y aún siento cómo se me erizó la piel, como tuve que darte un segundo beso porque si no iba a morirme.
—Y después no dijiste nada.
—Sí, bueno, tú tampoco —respondió Thor, cohibiéndose un poco.
—Pero tú me besas a mí —insistió Loki, con esa sonrisita traviesa que le movía a Thor todo por dentro.
—Tenía miedo —confesó entonces, completamente honesto—. Miedo de lo que había hecho, y de lo que sentí al hacerlo. Siempre supe que lo mío contigo era diferente; nunca me sentí así con mis amigos, o con mis parejas. Estaba muy confundido, pensé que la solución sería distanciarme, pero mientras más tiempo pasaba sin hablarte, más me convencía de que arrancarme un brazo sería menos doloroso. Y luego tú, actuando como si nada…
—Bueno, ¿y qué querías que hiciera? Tú… me besaste, y después te alejaste.
—Lo sé, lo sé —susurró Thor, abrazándolo contra su cuerpo—. Estaba volviéndome loco porque, de mí podrás haber escuchado cualquier cosa, pero yo nunca… nunca había sido infiel, y besarte estaba acabando conmigo porque, por una parte me sentía culpable por Jane, pero por otra… no me arrepentía. No podía seguir tapando el sol con un dedo, me gustabas, aceptarlo me quitó un peso de encima, pero entonces entró el tema de mi sexualidad y… no fue fácil. Desearía haberlo aceptado antes y ahorrarme meses de… tortura y estupidez, pero lo logré, y aquí estoy, contigo.
—Te amo —murmuró Loki, y Thor lo miró, sonriendo antes de besarlo; jamás se cansaría de escuchar esas palabras.
Cuando salieron del agua aún quedaban un par de horas antes del atardecer, así que se acostaron sobre las mantas a tomar un poco de sol. Loki se había acostado bocabajo, Thor de lado junto a él, repasando con su dedo las gotitas de agua que aún no se secaban sobre su piel. Estaba cada uno ensimismado en sus pensamientos, no había necesidad de hablar, el silencio era reconfortante, acompañado de los sonidos de la naturaleza; el agua, las aves, la brisa en los árboles.
—¿Sabes? Creo que sí me llegó a gustar otro chico… —dijo Thor de repente, Loki abriendo sus ojos para mirarlo, Thor no había notado que estaba quedándose dormido.
—De verdad no quiero saber con quién más te besaste después de mí, Thor.
—No es eso —exclamó Thor riendo, dándole una pequeña nalgada—, me refiero a… no sé, ¿un crush de la infancia?
—¿Sí? —inquirió Loki, ahora más interesado, poniéndose de lado al igual que Thor.
—Sabes que mis amigos y yo nos conocemos literal desde preescolar, nuestros padres son muy buenos amigos, así que entre todos nos conocemos bastante bien prácticamente desde siempre —comenzó Thor—. No sé si recuerdas, o llegaste a conocer, al hermano mayor de Sif.
—Hmm no, no creo.
—Bueno, cuando entramos a Asgard él estaba cursando su último año, era el capitán del equipo de rugby del colegio hasta que se graduó. Él… a pesar de ser unos años mayor que nosotros, no era de esos chicos grandes que desprecian a los más pequeños, ¿sabes? Tenía sus amigos, y se veían tan grandes y cool, y aun así convivía con nosotros cuando íbamos a jugar con Sif a su casa —Thor sonrió, perdiéndose en sus recuerdos—. A todos siempre nos gustaron los deportes, y Heimdall, así se llama, es… increíble, y jugaba con nosotros, nos enseñaba, y yo… no sé, lo admiraba mucho. Todavía lo admiro, pero recordando… yo siempre quería impresionarlo, ser siempre el que jugaba mejor, tener toda su atención; sentía cosquillas en todo mi cuerpo cuando me sonreía, cuando me tocaba el hombro o me daba una palmada en la espalda.
—Qué tierno, te pusiste todo rojo —dijo Loki, acariciándole una mejilla mientras le sonreía.
—Recuerdo que cuando tuvo su primera novia yo me molesté mucho, y no entendía por qué a los demás no les importaba —continuó Thor ante la mirada atenta de Loki—. Dentro de mí lo veía como que… o sea, si tenía novia iba a pasar menos tiempo con nosotros, pero todos los demás se alegraron por él, y yo… ugh, no soportaba verla con él.
—Wow, ¿y de verdad nunca se te pasó por la mente que…?
—No, jamás, la verdad —respondió Thor, saliendo de sus recuerdos—. Tenía once cuando Heimdall empezó a salir con esa chica, y al año siguiente comenzamos clases en Asgard y no sé, el tiempo hizo lo suyo…
—¿Y aún se hablan?
—Sí, claro, es un tipazo, de vez en cuando viene a la ciudad, creo que le falta poco para graduarse de la universidad. Hace unos meses hizo una fiesta brutal en su casa, siempre nos invita a los chicos y a mí.
—¿No tienes una foto de él? Me intriga saber cómo se ve tu crush de la infancia.
—Deja te muestro su Instagram —dijo Thor, tomando su teléfono para buscar el perfil de Heimdall.
—Wow —exclamó Loki cuando Thor le dio el teléfono—. Oh, wow…
—Bueno, pero respétame la cara —le recriminó Thor en broma al ver la expresión de su rostro.
—Es que yo creo que ni siquiera cuenta como crush gay —dijo Loki, bajando foto por foto—. Digo, ¿a qué ser humano no le va a gustar?
—Okay, suficiente —dijo Thor, quitándole el teléfono entre risas.
—Ugh, no leí bien el username.
—¡Loki!
—Estoy jugando —dijo, riéndose con toda la picardía escrita en su rostro, acostándose bocabajo de nuevo.
Thor recostó medio cuerpo sobre Loki y, aunque seguían desnudos, no lo hacía con intención sexual; sólo quería sentir su piel, el calor de su cuerpo. Loki suspiraba mientras Thor dibujaba con su dedo patrones al azar sobre su espalda, contando sus lunares, recorriendo su columna de arriba abajo. Sólo él lo conocía así, sólo a él Loki le dejaba hacer todas esas cosas. Thor entonces se sentó a horcajadas sobre los muslos de Loki, que ni siquiera se inmutó; seguía despierto, pero al parecer estaba demasiado relajado como para abrir los ojos. Descendiendo, Thor comenzó a repartir besos por toda su espalda, siguiendo un patrón para sí mismo, pero que Loki no tardó en identificar.
—Hmm… ¿estás deletreando tu nombre con besos?
—Tal vez —susurró Thor en su oído, erizándole toda la piel, haciéndolo sonreír.
—Te faltó la R —dijo Loki, abriendo uno de sus ojos para mirarlo.
—Sí, porque me interrumpiste.
—Bueno, continúa entonces —dijo Loki, cerrando sus ojos nuevamente.
Y Thor lo hizo, deletreando con besos la última letra de su nombre sobre la espalda de su baby.
—Mío —susurró Thor en su oído al terminar, Loki suspirando al sentir sus manos recorrerle los costados.
*
Thor estaba nervioso, era la primera vez que hacía algo así. Tenía unos buenos diez minutos en el baño, Loki esperándolo en la habitación pacientemente, pero no podía dejar de mirarse en el espejo. En un principio había parecido una buena idea, ¿tal vez era una buena idea? Pero se sentía intimidado por lo que Loki pudiera pensar, y era un sentimiento al que aún no se acostumbraba; no solía avergonzarse fácilmente, sin embargo… le daba cierta chispa, le daba cosquillas por todo el cuerpo, se sentía… sensual.
En un impulso, Thor había pedido lencería femenina en línea. Thor nunca se había sentido interesado en usar ropa de mujer ni nada de eso, pero luego de una tarde en la que se abrió con Loki y le dijo que le gustaría probar ser pasivo, era lo único en lo que podía pensar: ponerse unas pantys de encaje sólo para que sea Loki quien se las quite. Y ahí estaba, con las pantys rojas de encaje y nada más, frente al espejo, respirando profundo un par de veces antes de salir de una vez por todas, sin pensarlo mucho, como quitándose una curita de un solo golpe.
Thor salió del baño y sus ojos se posaron inmediatamente en Loki, quien estaba sentado sobre la cama. La cara de Loki fue un poema cuando lo vio salir, sus ojos fijos en la lencería mientras se levantaba para caminar hacia él. Thor se sentía como la presa, él nunca había sido la presa, pero ahí estaba, paralizado mientras Loki se acercaba con lentitud, como un depredador, posando sus manos delicadamente sobre las caderas de Thor una vez lo alcanzó.
—¿Te gusta? —preguntó Thor, su voz ronca con la excitación contenida.
Loki asintió lentamente, mordiéndose el labio en medio de una sonrisita.
—Te ves tan… delicado y obsceno al mismo tiempo —susurró sobre sus labios.
—¿Sí?
—Hmm —asintió Loki, besándole la comisura de los labios—; el encaje rojo adornando tu piel, tan sublime, y luego esto —dijo, tocando la erección de Thor por encima de la panty, haciéndolo jadear—, tan duro, grande, la tela ni siquiera puede contenerte.
Thor lo tomó del cabello y comenzó a comerle la boca como si no hubiese un mañana, las manos de Loki viajando hacia atrás, aferrándose a sus nalgas por encima de las pantys, robándole gemidos en medio de besos desaforados. En un abrir y cerrar de ojos estaban sobre la cama, Thor bocabajo con Loki sobre él, recorriendo lentamente sus costados, sus labios repartiendo besos en sus hombros, su cuello, haciéndolo estremecer al morderle el lóbulo de la oreja.
—Supongo que es mi turno de marcar mi nombre en tu espalda —susurró en su oído, descendiendo entonces a hacer exactamente eso, deletreando su nombre con besos, como Thor le había hecho a él unas horas antes.
Estaba nervioso, pero nervioso bien, anticipando lo que iba a pasar, imaginando cómo sería; Thor nunca… ni siquiera después de hablarlo, Thor nunca se había tocado de esa manera. Al estar con Loki, ver cómo éste se perdía en sí mismo cuando estaban juntos, Thor no tardó en sentir curiosidad, y finalmente lo sabría, sería su primera vez siendo pasivo, descubriendo nuevas maneras de sentir placer.
Loki dejó un último beso sobre su espalda baja, dándole cosquillas, para luego erguirse e instar a Thor a alzar sus caderas, plantando firmemente ambas rodillas sobre la cama. Thor nunca antes había estado tan expuesto, y la sensación se intensificó cuando Loki comenzó a bajarle la ropa interior, lentamente, hasta los muslos.
—¿Estás bien? —preguntó Loki, acariciando sus costados, y Thor asintió, su frente apoyada en sus brazos cruzados sobre la cama.
Se sintió… extraño, cuando Loki le dio la primera lamida ahí, no pudo evitar jadear en sorpresa al sentir la humedad, la suavidad. Loki lo tenía abierto, bien expuesto para él con sus dos manos, lamiendo, besando, su lengua haciendo estragos en su cuerpo poco a poco. Era un placer extraño, diferente, pero le gustaba, comenzaba a quitarle el aliento, por momentos lo desesperaba; quería más, más, más. Loki metía su lengua una y otra vez y Thor sentía que perdía el control de su cuerpo, sólo podía jadear e intentar mover las caderas, pero las manos de Loki eran firmes y lo mantenían ahí, en una dulce tortura.
—Dios, baby… —gimió Thor cuando el primer dedo encontró dentro de él algo que no sabía que tenía.
No podía dejar de gemir, en el momento en el que Loki le metió otro dedo creyó que acabaría ahí, estaba totalmente abrumado. Loki descendió sobre su espalda, aun penetrándolo, dilatándolo con dos de sus dedos, mientras su otra mano bajaba hacia su miembro, comenzando a masturbarlo tortuosamente lento mientras susurraba todo tipo de cosas en su oído. Le decía lo estrecho que se sentía, lo sexy que se veía así, sólo para él, y Thor sólo podía asentir, porque sí, Thor era sólo de él.
Tal vez el ritmo de Loki era deliberadamente lento para torturarlo, para evitar que acabara tan pronto, pero Thor estaba tan excitado que sentía que podía acabar así, siguiendo el ritmo de Loki con sus caderas, sin importar lo lento, lo tenue. Estaba tan perdido en el placer que sólo volvió en sí cuando Loki sacó sus dedos, irguiéndose detrás de él, una brisa fría impactando contra la espalda sudada de Thor.
—Baby… —susurró Thor, volteando el rostro para poder ver a Loki.
—¿Cómo quieres…?
—Así —respondió Thor, poniéndose bocarriba sobre la cama, terminando de quitarse las pantys que, hasta ese momento, habían permanecido en sus muslos—, quiero verte.
Loki se inclinó brevemente para besarlo, para luego tomar de nuevo el lubricante y un condón.
—¿Podemos…? ¿Podemos hacerlo sin condón? —preguntó Thor en un impulso, sin quitarle los ojos de encima.
—¿Oh?
—Quiero sentirte todo —dijo, y Loki asintió, descartando el condón, aplicándose el lubricante directamente sobre su erección, Thor mesmerizado siguiendo el movimiento de su mano.
—¿Bien? —inquirió Loki, de rodillas entre sus piernas, y Thor asintió, recibiéndolo entre sus muslos cuando Loki comenzó a abrirse espacio dentro de él, lentamente, centímetro a centímetro.
Oh.
Tan pronto estuvo completamente dentro, Thor le rodeó la cintura con sus piernas, tomándolo del rostro con ambas manos para unir sus labios nuevamente. Era la sensación más intensa que había sentido en su vida, no podía describirlo. Loki comenzó a moverse luego de que Thor lo instara con sus caderas; estaba bien, estaba más que bien. Las primeras embestidas eran tentativas, ambos intentando encontrar… hmm, casi, casi. Thor sentía un hormigueo en su estómago cada vez que las embestidas de Loki rosaban cerca, sus uñas clavándose sobre su espalda, el rostro de Loki enterrado en su cuerpo, exhalando sobre su piel todos y cada uno de sus gemidos.
Entonces…
—Baby… —gimió Thor, atragantándose con su propio aliento cuando Loki le dio ahí, donde era— Ahí, baby, ahí…
Loki se irguió sobre la cama, el ritmo lento había quedado atrás, Thor tuvo que aferrarse a las sábanas mientras Loki lo tomaba de las caderas y embestía dentro de él, certero, profundo, sacándole gemidos que Thor jamás se creyó capaz de emitir. Sabía que no duraría mucho más si seguían así, y fue entonces cuando Loki comenzó a masturbarlo al mismo ritmo de sus embestidas, hasta que Thor no pudo más, su orgasmo alcanzándolo como un rayo, haciéndolo acabar sobre la mano de Loki y su propio abdomen. Todo se puso blanco, los sonidos desvaneciéndose, apenas volviendo en sí cuando Loki derramó toda su leche dentro de él, su gemido haciendo eco en los oídos de Thor, que se sentía en el cielo, fuera de su cuerpo.
—Bésame, bésame —suplicó Thor cuando recuperó el aliento, recibiendo todos los besos que pidió en medio de caricias lentas.
Media hora después ya estaba Thor en cuatro sobre las sábanas, Loki embistiendo profundo dentro de él, sin apuro; tenían toda la noche para ellos dos solos.
*
Cuando Thor despertó, Loki ya no estaba en la cama. Luego de levantarse con pereza y cepillarse los dientes, se puso un bóxer y bajó hasta la cocina, donde encontró a Loki haciendo el desayuno, usando un suéter de Thor que le quedaba holgado, haciéndolo sonreír; ojalá así fuesen todos sus días.
—Qué rico huele —exclamó Thor al abrazarlo desde atrás.
—Son sólo huevos revueltos —respondió Loki, sonriendo antes de voltear y corresponderle un beso.
—No hablaba de la comida —dijo Thor, riendo al ver a Loki rodar los ojos—. ¿Me tocarás algo hoy?
—Pero si te he tocado todo el fin de semana.
—Sabes a lo que me refiero —insistió Thor.
—Vale, vale, ¿qué te gustaría escuchar?
—No sé, tú eres el experto, yo sólo quiero escucharte a ti —respondió Thor, deshaciendo el abrazo para sentarse sobre uno de los mesones.
Loki terminó el desayuno y comieron ahí, en la mesa de la cocina, viendo hacia el lago a través de los enormes ventanales. Era su último día en la casa, hasta el cielo parecía saberlo, con sus nubes grises tapando el sol. Loki fue a buscar su violín mientras Thor se ponía cómodo en la sala de estar, ansioso por escuchar cómo su baby tocaba. Y lo escuchó, se le erizó toda la piel al verlo tan concentrado, sus ojos cerrados mientras magia pura parecía salir de ese violín, de sus dedos, de su alma, conmoviéndolo como nunca antes un músico había sabido conmoverlo en vivo. Thor estaba sin palabras, mesmerizado por la pasión y el talento de su amado, que parecía que nunca iba a dejar de sorprenderlo.
—Baby… —susurró Thor cuando éste terminó.
—¿Te gustó?
—Eres increíble —fue lo único que pudo decir, haciéndolo sonrojar—. Eres… siempre encuentras la manera de sorprenderme.
Loki no dijo nada, sólo sonreía tímidamente mientras guardaba el violín en su estuche, para luego sentarse sobre el regazo de Thor y comérselo a besos. Sus manos recorriendo sin reparo la piel del otro, las cosas subiendo de tono tan súbitamente que, cuando Thor se dio cuenta, ya tenía a Loki bocarriba sobre el mueble, acorralado bajo su cuerpo mientras besaba su cuello y se frotaban en un vaivén lento de caderas.
—Cógeme —jadeó Loki debajo de él.
—¿Sí? Vamos.
—No, no, aquí —exclamó Loki cuando Thor hizo el intento de levantarse.
—¿Aquí? ¿Así sin más?
—Sí, sí.
—Pero, el lubricante…
—No importa —insistió Loki, sin detener un solo momento el movimiento de sus caderas—. Te necesito.
—Baby…
—Si no me la metes ahora me voy a morir —dijo, haciendo reír a Thor.
—Jamás permitiría eso —respondió él entonces, arrodillándose sobre el mueble para poder quitarle la ropa interior a Loki, dejándolo desnudo de las caderas para abajo—, pero primero tengo que comerte rico.
Thor se acostó bocabajo entre las piernas de Loki y, tomando firmemente sus muslos hasta hacer que sus rodillas le llegaran al pecho, hundió el rostro entre sus nalgas y comenzó a hacer exactamente lo que dijo. Dios, apenas la noche anterior lo habían hecho por primera vez sin condón, y ahora… sabía que tendría que dilatarlo bien, relajarlo tanto como fuese posible para no lastimarlo, su lengua lamiendo y abriéndose espacio con insistencia; Loki no iba a esperar mucho, no por cómo estaba gimiendo. Thor se ayudó de sus dedos y abundante saliva, sintiendo el músculo ceder cada vez más rápido y fácil con sus movimientos, el constante roce en la próstata de Loki haciendo magia.
—Thor… —exclamó Loki, arqueándose sobre el sofá— Por favor…
—Voy, baby, ya voy —jadeó Thor al incorporarse de nuevo, estaba tan duro y caliente que su propio bóxer estaba empapado, y apenas lo bajó lo suficiente para poder sacar su miembro.
Thor esperaba que toda la saliva y su propio líquido preseminal fuesen suficientes, pero ya no le quedaba tanta sangre en la cabeza como para preocuparse, no con Loki aferrándose desesperadamente a sus hombros en el momento en que comenzó a penetrarlo lentamente. Dios, parecía que sí se iba a morir si Thor no se lo cogía en los próximos cinco segundos.
—¿Estás bien? —preguntó Thor a mitad de camino.
—Sigue, sigue —insistió Loki, y Thor continuó hasta estar completamente dentro.
—Dios, Loki, baby… —gimió Thor al enterrar el rostro en el cuello de Loki, totalmente abrumado.
—Hmm…
Sin esperar mucho más, Thor comenzó a embestir rápido, manteniendo las estocadas cortas con la poca lubricación entre ambos, Loki clavándole las uñas en la espalda como nunca antes, ambos gimiendo como dos animales en celo. El sonido rebotaba por toda la casa, el de sus pieles encontrándose en cada embestida, el de sus jadeos desenfrenados en medio del frenesí; no había palabras, era todo primitivo.
Cuando Thor se sintió cerca, tomó el pene de Loki en su mano y con dos movimientos lo sintió derramarse en su mano, salpicando su suéter, los espasmos en su interior haciendo que las caderas de Thor titubearan en medio de su ritmo frenético. El orgasmo no tardó mucho en alcanzarlo a él también, empujando todo su semen tan profundo, tan dentro de Loki como le fuese posible; si ya antes lo sentía suyo, ahora…
—Creo que me quedé ciego —dijo Loki un par de minutos después, mientras recuperaban el aliento, haciéndolo reír.
—Yo también —respondió Thor, apoyando el rostro sobre el pecho de Loki, escuchando el ritmo acelerado de su corazón.
Fue cuando intentó salir de dentro de Loki que se percató de que seguía duro.
—Oh —exclamó Loki, mirándolo sorprendido.
—Nunca me había pasado —dijo Thor, compartiendo la misma sorpresa, Loki alzando sus cejas en una pregunta que sólo necesitó a Thor asintiendo como respuesta.
Ni siquiera necesitaban palabras, estaban en perfecta sintonía.
Thor salió de dentro de él y Loki se volteó, sus caderas en alza, su pecho sobre el sofá, y Thor no perdió tiempo en penetrarlo nuevamente, su propio semen sirviéndole ahora de lubricante; era lo más obsceno que había hecho en su vida, sabía que esa vez no duraría mucho. Tan pronto estuvo dentro, Thor comenzó a embestir rápido y duro, Loki aferrándose al sofá con tanta fuerza que sus nudillos palidecieron, sus gemidos ahogados añadiendo a la sobreestimulación de Thor, que estaba seguro de que quien moriría sería él con la manera en que Loki correspondía cada una de sus estocadas.
—Loki, Loki, Loki —repetía como un mantra mientras enredaba su puño en el cabello suave de Loki, jalándolo hacia atrás mientras embestía un par de veces más, duro, profundo, acabando dentro por segunda vez tan, tan fuerte, que se abrazó al cuerpo de Loki para no caer.
—Ahora estoy seguro de que también quedé paralítico —murmuró Loki contra el mueble, Thor sonriendo sobre la piel de su cuello, completamente sobre él, moviéndose solamente para poder sacar su pene de dentro de Loki, pero sin energía de poder hacer mucho más, al menos no pronto.
*
Estuvieron vegetando sobre el sofá como una hora, recobrando las energías suficientes para poder subir y ducharse. Era mediodía cuando bajaron de nuevo, y Thor empacó todo para hacer un picnic, almorzar juntos en medio de la naturaleza. La casa estaba rodeada por un espeso bosque de árboles frondosos, Thor estaba cansado de recorrerse todo el lugar, lo conocía bastante bien, así que llevó a Loki a una quebrada que estaba no muy lejos, en un río que desembocaba en el lago. Era un lugar hermoso, bastante tranquilo, las nubes se habían ido y el sol brillaba en lo alto, brindándoles un calorcito reconfortante.
—¿Crees que te castiguen tus papás? —preguntó Loki antes de darle la última mordida a su sándwich.
—Nah, a lo mejor me regañen, pero deben estar aliviados de que eres tú quien está aquí conmigo.
—¿Sí?
—Por supuesto, te adoran, dicen que eres una buena influencia para mí.
—Y tienen razón —dijo Loki, batiendo sus pestañas, haciéndolo reír.
La noche anterior, mientras cenaban, los padres de Thor lo habían llamado para saber cómo estaba, y asegurarse de que no encontrarían las casa echa un desastre. Pequeño detalle: Thor jamás les dijo que iría a la casa del lago. Thor no sabía aún qué despertó sus sospechas pero, eventualmente, en medio de la conversación Frigga le pidió que activara la cámara, y Thor tuvo que confesar. Oh, Frigga estaba molesta, estaba muy molesta, y con toda razón; la última vez que Thor había estado sin supervisión en la casa del lago había llevado a sus amigos, y sus amigos llevaron amigos, y a gente no tan amiga, e hicieron un escándalo tan grande que incluso ahí, en medio de la nada, llegó la policía.
—Te juro que no estoy haciendo una fiesta, ma’, estoy con Loki —exclamó Thor, enfocando a Loki con su teléfono para que vieran que decía la verdad—. No estamos haciendo nada malo, sólo pescar y tomar el sol —añadió, ahorrándose las partes de los besos y el sexo.
Eso pareció tranquilizarlos, Loki se acercó y los saludó, hablaron todos un rato, y casi diez minutos después de colgar llamó Laufey, que sí sabía que estaban ahí, así que la conversación fue más amena.
No creía que lo castigaran, y aunque así fuera, valdría cada segundo.
Thor había llevado un porro al picnic, y fumaron un poco mientras miraban las nubes e intentaban encontrarle formas. No se excedieron, fumaron sólo lo suficiente para relajarse, sabían que en unas horas tendrían que conducir de regreso y tenían que estar en buenas condiciones. Dios, Thor no podía creer que su fin de semana perfecto había llegado a su fin. Estuvieron hasta poco antes del atardecer acostados sobre la manta, compartiendo besos lentos y caricias, hablando de todo y de nada a la vez, disfrutando el poco tiempo que les quedaba ahí.
—Tal vez cuando nos graduemos vengamos a pasar unas semanas aquí, solos tú y yo —propuso Thor mientras caminaban de regreso a la casa.
—¿Sí?
—Sí, ¿te gustaría?
—Me encantaría.
—Bueno, está hecho entonces.
El sol terminó de ocultarse cuando guardaron todo el equipaje en el carro, luego de limpiar la casa y dejarla como la habían encontrado. El camino de regreso fue silencioso, estaban agotados, pero no podían verse sin sonreír, sus manos entrelazadas hasta llegar a la ciudad, haciendo una última parada para comer, tratando de atrasar lo más posible el retorno de cada uno a su hogar.
—Gracias por el mejor fin de semana de mi vida, amor —dijo Loki cuando Thor se estacionó frente a su casa, en su rostro la sonrisa más hermosa que Thor había visto en su vida.
Acababa de llamarlo amor.
—¿Sí? ¿Te gustó? —preguntó Thor, sonriendo también, besando la mano de Loki con devoción.
—Fue como un sueño, me da miedo despertarme de repente.
—No es un sueño, baby, te lo juro —dijo Thor, besándolo en los labios antes de dejarlo partir—. Te amo.
—Y yo a ti —susurró Loki, dándole un último piquito antes de bajarse y tomar sus cosas.
Thor se quedó viéndolo hasta que entró a su casa, encendiendo el carro para conducir hasta la suya; un poco agridulce la cosa, saber que tendría que dormir solo otra vez luego de ese fin de semana mágico.
Ya lo extrañaba, terriblemente.
Chapter 9: Tu amor es un secreto que espero, sueño, muero por mantener
Chapter Text
Aún sin aliento, Thor no podía dejar de besar con reverencia el pálido cuello de Loki, recorriendo sus costados con la posesividad que le era imposible ocultar cuando estaban juntos. Loki reposaba sobre su regazo, sus latidos volviendo a la normalidad luego de sorprender a Thor esa tarde, esperándolo junto a su carro en el estacionamiento del club donde él y sus amigos hacían deporte por diversión. Ese viernes sólo fueron él y Fandral, estuvieron jugando tenis por horas, Thor descargando ahí toda la frustración de que él y Loki no se hubiesen podido ver en toda la semana.
Bueno, ver como ellos se veían.
Todas las tardes de esa semana estuvieron llenas de compromisos con sus padres, ensayos extra en la orquesta, prácticas de rugby hasta casi anochecer… ese viernes Thor no tenía nada que hacer, pero sabía que Loki tenía ensayos, así que ni siquiera se hizo ilusiones, prefirió ir a distraer la mente mientras jugaba con Fandral en el club. Sus amigos tenían ya tiempo reclamándole en juego, y no tan en juego, que ya casi no pasaba tiempo con ellos, que su “novia misteriosa” se robaba toda su atención y, ¿para qué mentir? Su mente era todo Loki, Loki, Loki.
—Digo, ¿tan buena está? —preguntó Fandral mientras se secaba el sudor de la frente, estaban recogiendo sus cosas luego de jugar.
—Sí sabes que el valor de las personas va más allá del físico, ¿no?
—Entonces es fea.
—¡No es fea! —exclamó Thor riendo.
—¿Y por qué no nos muestras una foto?
—Porque… no, porque no quiero que… simplemente no.
—Es fea —sentenció Fandral—. Y digo, está bien, es tu novia, son tus gustos, pero te tiene… dios, nunca te había visto así.
—¿Así cómo?
—Así tan… tan… —Fandral sólo lo señalaba de arriba abajo, como si no supiera expresar lo que pensaba— ¿Honestamente? Tan feliz.
—¿En serio?
—Sí, cualquier brujería que te haya hecho le funcionó.
—Nunca había sido tan feliz —admitió Thor mientras caminaban.
—Es una bestia cogiendo, ¿es eso?
—Fandral…
—¡Nunca me cuentas nada! —reprochó Fandral.
—Soy un caballero.
—¿Y? Yo también.
—¡JA!
—Yo a ti te lo cuento absolutamente todo —continuó Fandral, obviando la burla de Thor.
—Sí, y a mí me fascina lo gráfico que puedes ser —dijo Thor con sarcasmo.
—¿Pero sí cogieron? ¿O son sólo noviecitos de mano sudada? O… como sea que se diga cuando es por chat.
—Sí, sí cogimos —admitió Thor, ¿qué más daba? En el fondo sí quería hablar un poco de su relación, aunque sea en códigos; eventualmente se enterarían quién era de verdad su amor.
—Y te desbarató, me imaginó, porque para dejarte así…
—No fue… así, tan crudo, fue muy especial —dijo Thor, sintiendo todo su rostro caliente recordando la primera vez.
—Ay, ¿me vas a decir que hicieron el amor? Pero si estuviste allá como dos semanas, ¿así de rápido te enamoraste? Ni con Jane te vi así.
—¿Qué quieres que te diga?
—Supongo que es la indicada, ¿no? Y conseguirla tan lejos… ¿qué piensan hacer? ¿Te vas para allá, o…?
—De hecho tenemos pensado vivir juntos después de graduarnos, va a estudiar aquí en la universidad —respondió Thor, que técnicamente era cierto, porque eran sus planes con Loki.
—Es serio, serio, ¿ah?
—Sí —dijo Thor, riendo ante el semblante pensativo de su amigo—, es serio.
—Pues me alegro por ti —exclamó Fandral, dándole un apretón en el hombro—. ¿Vamos a las duchas?
—Nah, me voy así y me ducho en casa, estoy molido.
—Dale, nos vemos.
Fandral se fue hacia las duchas, y Thor siguió hacia el estacionamiento. La verdad no estaba tan molido; quería llegar pronto a su casa, ducharse y, si Loki no estaba cansado, tal vez pasar por su casa y quedarse hasta tarde con él viendo películas. Sabía que no podrían hacer gran cosa estando Laufey ahí, pero Thor quería simplemente estar con él, acurrucarse juntos y hablar, o ver TikToks, cualquier cosa que le permita sentir su calor y besar sus labios. Su intención tampoco era presionarlo, Thor sentía que ya manejaban una buena franqueza entre ambos y, si Loki estaba muy cansado o no quería verlo, estaba bien, igual podían chatear un rato y verse al día siguiente.
Sin embargo, al rodear su carro, se encontró a alguien recostado sobre la puerta del conductor.
—Baby… —exhaló Thor al verlo ahí, cruzado de brazos mientras sonreía de lado.
—Sorpresa —Thor sonrió, bien sorprendido, dejando caer su bolso al piso mientras reclamaba un beso de esos labios en los que justamente había estado pensando.
—Baby, estoy todo sudado —se excusó Thor cuando Loki hundió sus manos debajo de su camisa, tomándolo de la cintura.
—Sí, me encanta —susurró Loki sobre sus labios, clavándole las uñas en la piel.
—¿Sí?
—Sí —asintió con picardía antes de lamer el sudor de su cuello—, te veía jugar y nada más pensaba en entrar y chupártela ahí, en medio de la cancha.
Thor sintió un escalofrío bajar desde su nuca hasta su entrepierna, que estaba ya bastante interesada. Tomó a Loki del rostro y, luego de darle un profundo beso, miró a todos lados antes de abrir una de las puertas de atrás, entrando los dos en los asientos traseros. Ni bien cerró la puerta, Loki lo instó a alzar las caderas para bajarle el short junto a la ropa interior, hasta los muslos, yendo directo al grano. Thor no lo había asimilado bien cuando ya Loki lo tenía en su boca, chupando como si su vida dependiera de ello, y viéndolo así no creía que durara mucho.
Pensando que sólo harían eso, Thor estaba listo para dejarse llevar y luego corresponderle a Loki también, pero pronto se dio cuenta de que su novio tenía otros planes cuando, a punto de llegar al clímax, lo sacó de su boca y se echó hacia atrás como si nada, dejándolo pasmado justo en el borde. Ni siquiera le dio tiempo de protestar cuando Loki metió la mano en uno de sus bolsillos traseros, sacando un tubo de lubricante y condones como un acto de magia.
—Baby…
—Si no me coges aquí y ahora, me voy a morir —exhaló Loki agitado, desabrochándose el pantalón mientras Thor hacía acrobacias para alcanzarle los pies y quitarle los zapatos; sabía muy bien la posición que Loki quería.
Loki no tardó en desnudarse de la cintura hacia abajo, y una vez en su regazo Thor se encargó de desnudarlo de la cintura hacia arriba; no iba a cansarse nunca de tenerlo así, desnudo sólo para él. Atrás había quedado el chico tímido al que le apenaba que Thor le quitara la ropa, pensaba éste mientras se habría espacio dentro de él con sus dedos bien lubricados; atrás había quedado también la torpeza e ignorancia de Thor sobre el placer masculino, más allá del propio. En medio de besos desaforados Thor tomó más lubricante y Loki le colocó el condón, para finalmente estar dentro de él. No iban a durar mucho, de eso estaba seguro, no con Loki viéndose así mientras se movía sobre él, gemidos cortos escapando de su boca con cada estocada.
A Thor le encantaba esa posición, le encantaba cualquiera que lo dejara verlo a los ojos y le diera fácil acceso a sus besos, realmente; con Loki sobre él, siguiendo el propio ritmo de su placer, Thor se quedaba embelesado. En medio del frenesí Loki le quitó la franela, dejando su abdomen sudado al descubierto, pasando nuevamente la lengua por su cuello, besando y dejando marcas que a Thor le erizaban la piel. Thor le recorría el cuerpo con sus manos, agarrando con ganas sus muslos pálidos, sus nalgas, clavándole las uñas en las caderas cuando acabó sin anticipar que estaba tan cerca, su pelvis deshecha en movimientos titubeantes mientras dejaba todo en el condón.
—Dios, baby… —susurró sobre los labios de Loki, tomando su erección en mano, masturbándolo hasta que lo alcanzara en el dulce clímax.
Se quedaron un rato así, Loki se desplomó sobre él, su respiración impactando contra el hombro de Thor mientras éste le acariciaba la espalda, sintiendo sus sentidos volver a él, el mundo exterior nuevamente existiendo.
—Te extrañé —dijo Loki, tomándolo del rostro, dándole un beso antes de estirarse para sacar servilletas de la guantera.
—Y yo a ti —respondió Thor, recibiendo un par de servilletas para limpiarse el abdomen—. Justo pensaba en ti.
—¿Sí?
—Sí, pensaba en invitarte a tu casa a ver películas —dijo Thor, mirando a Loki de reojo mientras éste buscaba su ropa interior.
—¿Invitarme a mi casa?
—Sí, pero ya cogimos, así que…
—Ugh —exclamó Loki, dándole un manotazo en el brazo que lo hizo reír—. Siempre tan romántico.
—Soy un poeta.
—Andrés Eloy Blanco te dicen —dijo Loki, rodando los ojos, conteniendo una sonrisa.
—¿Dónde dejaste tu bici?
—En el parqueadero de bicis que está por la entrada.
—Okay, la voy a buscar mientras te vistes —dijo Thor, que ya estaba como si nada, a excepción del condón entre servilletas que llevaba en la mano.
—Ugh, qué pereza vestirme otra vez —se quejó Loki antes de que Thor le diera un beso y saliera del carro.
Por suerte no le costó encontrar la bici, y tampoco un basurero, así que tardó apenas un par de minutos en volver, subiéndose al carro después de guardar la bicicleta en la maletera.
—¿Qué hacemos ahora? —preguntó Loki luego de pasarse al asiento delantero, Thor comenzando a manejar.
—¿Me puedo bañar en tu casa?
—Sí, por supuesto.
—Vale, en ese caso vamos directo para allá, y más tarde podemos pedir comida a domicilio, o… no sé si quieras salir a comer por ahí.
—Pidamos a domicilio mejor.
—Me parece bien —concordó Thor, sonriendo—. Pedimos algo rico para comer, vemos películas hasta tarde…
—¿Te quedarás a dormir?
—¿Puedo? —preguntó Thor sorprendido, no lo había considerado.
—No veo por qué no —respondió Loki—. Estoy seguro de que a mi mamá no le va a molestar, y tampoco es como que nos podamos preñar, así que…
—Me encanta —exclamó Thor riendo, refiriéndose a la pijamada improvisada—. Mis padres tampoco deberían poner problema, digo, eres tú, la buena influencia.
—Pijamada en mi casa entonces.
*
Laufey aún no estaba en casa cuando ellos llegaron, así que fueron directo al segundo piso, Loki buscándole una toalla para que Thor pudiera bañarse; ya el sudor se le había secado y se sentía pegajoso.
—Ve tú primero, mientras veré que ropa cómoda consigo para que te pongas —le dijo Loki, dándole la toalla, antes de entrar a su cuarto.
Cuando Thor salió de la ducha, fresco y relajado, Loki ya le había puesto sobre la cama un jogger y un una franela.
—Es lo más grande que tengo, aunque también está este suéter, por si te da frío —dijo Loki, pasándole un suéter bastante familiar.
—Ah, con que te quedaste con mi suéter —señaló Thor, refiriéndose al suéter que había llevado cuando pasaron el fin de semana en el lago.
—Es mi suéter ahora, y te lo estoy prestando.
Thor sólo sonrió, comenzando a vestirse mientras Loki se iba al baño a ducharse también. Aprovechó primero para llamar a su mamá y decirle que se quedaría en casa de Loki esa noche, y obviamente no hubo problema; no era raro que Thor se quedara en casa de sus amigos, a veces podía pasar una semana entera en casa de Fandral como si nada. Luego de eso fue hacia el clóset de Loki, buscando el suéter que había escogido la vez anterior, pero dejó olvidado. Y ahí estaba, doblado y olvidado bajo un montón de ropa, así que lo guardó en su bolso de una vez para que no se le volviera a quedar.
Luego de que Loki se bañara decidieron bajar a ver televisión en la sala, pensando en qué pedir para cenar. Thor estaba contento, no se le había cruzado por la mente la idea de quedarse a dormir; le sorprendía lo rápido que Loki se había convertido en su persona favorita. Laufey no tardó mucho en llegar luego de que pidieran las hamburguesas, junto a un montón de chucherías más, así que cenaron los tres juntos y luego vieron una película de comedia en la sala.
—Bueno, chicos, yo los dejo —dijo Laufey antes de soltar un bostezo, los créditos comenzando a aparecer en la pantalla—. Los quiero —dijo después, dándole un beso en la frente a cada uno para luego subir las escaleras.
—¿Vemos otra película aquí, o subimos y la vemos en mi laptop? —preguntó Loki cuando se quedaron solos.
—Umm… subamos.
Acurrucados sobre la cama de Loki, calienticos debajo de las cobijas, vieron un par de películas más; el agotamiento del día, tal vez, manteniéndolos en silencio mientras disfrutaban la compañía del otro. Thor no se dio cuenta, pero en algún momento a mitad de la segunda película se quedó dormido, cuando despertó estaban rodando los créditos y Loki le acariciaba el cabello mientras lo miraba con una ternura que supo robarle el aliento. Se sentía dichoso, afortunado de ser amado de esa manera, de verlo claro en esos ojos verdes que lo hechizaron desde la primera vez que los vio así de cerca.
—Te amo tanto —susurró Thor cuando Loki volvió a la cama, luego de apagar su laptop, retomando su lugar entre los brazos de Thor.
Loki le respondió con una sonrisa tímida y un casto beso, apagando la luz de la lámpara para sumirse en la oscuridad y en los sueños.
*
—¿Qué vas a hacer en tu cumple? —le preguntó Loki mientras hacían el almuerzo.
Esa mañana se despertaron a las diez, solos en casa; Laufey se había ido a su clase de yoga de los sábados, así que no tuvieron prisa al desvestirse para hacer el amor toda la mañana, tomándose todo el tiempo del mundo para compartir orgasmos una y otra vez.
Cuando salieron de la ducha ya había pasado el mediodía.
—El jueves en sí pues, no sé, cantar cumpleaños y ya —respondió Thor, abrazándolo desde atrás mientras Loki revolvía la salsa de los espaguetis—. Ahora, el sábado… por increíble que parezca, mis papás me dieron permiso para hacer una fiesta en la casa.
—Umm… ¿y estoy invitado?
—Claro que estás invitado —respondió Thor, dándole un beso en el cuello.
—¿Y mis amigos?
—También.
—¿Incluso Tony? —Thor percibió de inmediato la picardía en su tono de voz.
—Incluso Tony —contestó, dándole un pequeño mordisco en el cuello—. Tipo, pienso invitar a todo nuestro curso, igual sería raro no invitarlo a él solamente.
—Sería para él la confirmación de que tenemos algo, por loco que parezca —dijo Loki, soltando una risita—. Casi puedo escucharlo decir que Rapunzel no lo invitó porque está celoso.
—¿Rapunzel?
—Así te dice… de cariño —respondió Loki, volteando un segundo para sonreírle.
—Entonces tú eres mi príncipe.
—Para rescatarte del clóset en lugar de la torre —dijo Loki, haciéndolo reír—. Oye, ¿y tu mamá se quedará para tu cumple?
—Sí, primero se iba a ir a los dos días, pero al parecer lo pudo atrasar unas semanas más.
—¿Y siempre fue así? Digo, tener que ausentarse durante meses con su ONG y eso.
—No, comenzó hace casi dos años, la verdad —respondió Thor, separándose de Loki para buscar los platos; ya la comida estaba lista—. Tipo, siempre estuvo presente en otras ONG, pero más por el lado de donar dinero. Mi mamá nunca fue de niñeras, a ella la criaron niñeras toda su infancia porque mis abuelos siempre estaban ocupados con sus negocios, y ella decía que no quería repetir eso cuando tuviera hijos. Ya cuando yo estaba más grande, y un poco más maduro, se metió de lleno en la filantropía, hizo su propia ONG, y pues la hace muy feliz.
—Tu mamá es demasiado linda, tiene toda la vibra de haber sido hippie cuando joven.
—Y sí —respondió Thor, riendo—. Era súper hippie, además de nepo baby; se graduó en danza en la universidad.
—¿Sí? ¿Y cómo se conocieron ella y tu papá?
—Pues se conocían de siempre, en este círculo todos conocen a todos, pero no se caían bien —respondió Thor, una pequeña sonrisa en su rostro al recordar esas historias que había escuchado una y otra vez—. Mi mamá dice que mi papá era un tipo muy cuadrado desde la infancia, amargado y caprichoso; mi papá lo niega. El desprecio era mutuo, al menos cuando eran niños; mi papá dice que ella era escandalosa y controladora, todos hacían lo que ella decía. En fin, el caso es que van a la misma universidad, y mi papá… él dice que fue como un interruptor, que la primera vez que la vio en el campus sintió un flechazo; él se había ido a estudiar la secundaria al extranjero, tenía años sin verla. Y de ahí en adelante le tocó esforzarse, tratar de meterse en su círculo, que era súper diferente al suyo; todos hippies y marihuaneros, según él. Le costó conquistarla, pero al final… pues se logró, y heme aquí.
—Cuesta creer que se cayeran mal en algún momento, ¿no? Son tan tiernos juntos.
—Lo mismo podría decirse de nosotros —dijo Thor en tono de broma.
—Supongo que sí —respondió Loki, sonriendo de medio lado mientras terminaban de armar la mesa; Laufey estaba cerca de llegar para almorzar los tres juntos.
*
Thor de hecho se quedó a dormir todo el fin de semana, usando ropa de Loki, envuelto en su casa y sus costumbres; le costó volver a casa el domingo en la noche. Ya no se reconocía, era una persona completamente diferente a quien fue casi toda su vida. Al mirar atrás, gran parte de su existencia se veía gris, y en el presente todo estaba lleno de color. Iba más allá de su relación con Loki, que lo hacía enormemente feliz; era… era él mismo, haber descubierto su verdadero ser, cómo se manifestaba su manera de amar, al menos de manera romántica, de forma completamente abierta.
Ya estaban en marzo y su cumpleaños era la siguiente semana. Sus padres y él habían llegado a un acuerdo, en el que ellos se mantendrían en el segundo piso de la casa, para dejarlos festejar tranquilos, siempre y cuando no se excedieran. Thor estaba a punto de cumplir dieciocho, sus padres le estaban dando un voto de confianza que apreciaba, porque realmente tampoco quería hacer una fiesta descontrolada. Iba haber licor, y seguramente sus amigos llevarían cualquier cosa que quisieran consumir, pero él… él tal vez estaba superando esa etapa, o tal vez no quería meterse de todo para hacer el ridículo frente a Loki. Por momentos se preguntaba cómo se sentiría pasar toda la fiesta agarrado de la mano de Loki, ¿estaba listo para eso? Su corazón latía con mucha fuerza de solo pensarlo, y no estaba seguro si era bueno o malo.
*
La razón de que Loki hubiese estado tan consumido por la orquesta esas últimas semanas se debía a un concierto, bastante importante, que se estaba acercando. Tenían que ensayar no sólo para el concierto, sino para audicionar entre ellos a ver cuáles integrantes se presentarían, porque no serían todos. Loki había estado bastante tenso, preocupado, por un lado no dudaba de su talento, pero por el otro no se confiaba y a veces, en la opinión de Thor, se explotaba a sí mismo ensayando casi sin parar. El concierto sería unas semanas después del cumpleaños de Thor, pero la audición sería unos días antes, que era lo que tenía a Loki más tenso. Cuando se veían Loki se le tiraba encima, buscando desestresarse teniendo sexo desaforado con Thor, que estaba siempre dispuesto, y parecía surgir efecto, porque después del orgasmo solía estar más tranquilo y podían concentrarse en su proyecto, o en ver una película juntos.
Cuando llegó el martes en que Loki tenía que audicionar, a Thor se le hizo raro que no fuese a clases porque no le había mencionado que faltaría, pero asumió que tal vez se tomó la mañana para seguir ensayando; tenía que ser lo más importante para él en ese momento, porque Loki nunca faltaba a clases. Cuando salió del colegio Thor lo llamó por teléfono, ya que le había enviado un par de mensajes pero no los había revisado aún, y ahí fue cuando se dio cuenta que todo estaba mal.
—Baby, ¿estás bien? —preguntó Thor de manera suave luego de que, al contestar, escuchara a Loki sollozar.
—No voy a poder audicionar.
—¿Qué? ¿Cómo así? No entiendo —inquirió Thor confundido; estaba dentro del carro pero no había comenzado a manejar aún.
—Amanecí… mal, fatal —respondió Loki, y recién ahí Thor se dio cuenta que su voz sonaba pesada más allá del llanto—. Ayer pasé todo el día con una pesadez y dolor de cabeza, pensé que era por los nervios, el estrés, qué sé yo, pero hoy amanecí incapaz de levantarme de la cama; dios, ¡justo hoy!
A Thor no le extrañó escuchar eso, tal vez así estaba somatizando su cuerpo todo el estrés de las últimas semanas, pero prefirió no decirlo, ¿para qué?
—¿Y estás solo en tu casa?
—Sí, mi mamá se quiso quedar, pero le dije que estaba bien; me tomé un antigripal y estuve durmiendo hasta que me llamaste —respondió Loki un poco sereno, antes de que se le quebrara la voz una vez más—. Me preparé tanto para esto, no es justo.
—No lo es, baby —concordó Thor con un tono de voz suave, su corazón arrugado—. En un rato voy para allá, ¿sí?
—No, amor, es mejor que no vengas; no quiero contagiarte.
—Nos vemos pronto, te amo —dijo Thor al despedirse; claro que iría a verlo.
*
Cuando Thor llegó a casa de Loki, llevaba en manos una sopa de pollo que Frigga improvisó al saber que Loki estaba enfermo. Thor apenas llegó a su casa almorzó, tomó una ducha y salió inmediatamente a casa de Loki. Por suerte, al llegar, el carro de Laufey estaba estacionado afuera, así que Loki no tendría que bajar a abrirle.
—¡Thor! Qué bueno que estás aquí —dijo Laufey al hacerlo pasar—, a Loki le va a hacer bien verte. Mi jefe me dio el resto del día para estar aquí, pendiente de él, pero… bueno, no sé qué lo tiene más deprimido, si la gripe o perder la audición.
—Loki me dijo que no viniera porque no quería contagiarme, pero ¿cómo no iba a venir? —dijo Thor antes de darle a Laufey la sopa que traía consigo— Mi mamá mandó esta sopa para Loki, ¿ya comió?
—Ay, qué amor, dile que muchas gracias —contestó Laufey, llevando la sopa a la cocina—. Y no, no ha querido comer, dice que no tiene apetito, recién logré que se tomara un jugo, pero sólo quiere dormir.
—¿Está dormido?
—Sí, pero sube, no importa lo que diga, se va a contentar cuando te vea —dijo ella, haciéndolo sonreír—. Si lo convences de comer me avisas, así le caliento el almuerzo y la sopita, ¿sí?
—Vale —respondió Thor, asintiendo antes de encaminarse al segundo piso.
Y ahí estaba su baby, hecho bolita bajo las sábanas, el movimiento de su respiración dando señales de vida. Pareció no inmutarse cuando Thor abrió la puerta, así que la cerró detrás de sí con incluso mayor delicadeza antes de acercarse a la cama, acostándose en el reducido espacio que quedaba cerca del borde, sintiendo el calor que Loki emanaba de su cuerpo, más caliente de lo normal. Thor le rodeó la cintura con su brazo y Loki suspiró, estirándose y moviéndose para darle más espacio en la cama, Thor aprovechando la oportunidad para colarse debajo de las cobijas y abrazarlo contra sí.
—Hmm… te dije que no vinieras —le reprochó Loki mientras se daba vuelta entre sus brazos, enterrando el rostro en el pecho de Thor mientras lo abrazaba con posesividad.
—¿Me voy, entonces?
—Sí —respondió Loki contra su pecho mientras se aferraba más a él, rodeándole la cadera con una pierna, haciéndolo sonreír.
Thor no dijo nada más, ambos en silencio mientras éste le acariciaba el cabello a Loki, pensando en un principio que se había vuelto a dormir, hasta que sintió la humedad en su pecho y la respiración entrecortada de Loki contra su cuerpo. Era la primera vez que Thor lo veía así, y le partía el alma. Su baby había estado ensayando duro para que al final su propio cuerpo le impidiera dar lo mejor de sí en esa audición. Thor prefirió guardar silencio y dejar que se desahogara, acariciando su cabello, su espalda, intentando reconfortarlo mientras las lágrimas parecían no tener fin.
—No es justo —murmuró Loki con la voz entre cortada, su rostro aún enterrado en el pecho de Thor.
—No lo es —concordó Thor, dejando un beso sobre su cabeza—. ¿No te pueden dar una prórroga? No es tu culpa estar enfermo.
—Con tanta competencia… no hace diferencia una audición más o una audición menos hoy; elegirán hoy a alguien que vaya y ya está, no seré yo.
—Tendrás mejores oportunidades, ya verás.
—Pero yo quería esta.
—Lo sé, baby, lo siento mucho.
—Gracias por estar aquí, conmigo —susurró Loki, tan bajo como si quisiera que Thor no lo escuchara.
—Siempre —respondió Thor, separándose un poco para poder verlo a los ojos, y secar sus lágrimas y el sudor de su frente con su mano—. ¿No tienes hambre?
—No, tengo frío.
—Estás caliente —dijo Thor, tocándole la frente—. ¿Te tomaste algo?
—Sí, mi mamá me trajo algunos medicamentos, ahorita sólo quiero dormir.
—Entonces duerme, baby.
Loki tenía que estar muy mal para simplemente asentir y darse vuelta, dejando que Thor le hiciera cucharita desde atrás bajo las sábanas. De lo contrario, Thor estaba seguro de que Loki le habría insistido en que hiciera algo más, que se iba a aburrir con él ahí, cuidándole el sueño; como si hubiese algo en el mundo que Thor preferiría hacer antes que estar ahí, con él. Loki cayó dormido casi inmediatamente, y Thor se quitó las cobijas, dejándolas solamente sobre Loki, al menos parcialmente; de verdad estaba muy caliente, sabía que estar tan arropado no era muy bueno para eso, pero no quería que su baby tuviese frío.
Thor se quedó toda la tarde con él, incluso se quedó dormido durante un par de horas, hasta que Loki despertó y, finalmente, se le abrió el apetito. No comió todo lo que le habían guardado, sólo un poco de cada cosa, pero al menos era algo, además de que la fiebre había bajado. Cuando se hicieron las once de la noche Thor regresó a casa, a regañadientes; el día siguiente tendría clases, y no debería faltar. Loki tampoco fue al colegio al siguiente día, pero ya se sentía mejor, Thor iba a ir inmediatamente a su casa, pero Loki le dijo que sus amigos habían ido a visitarlo, y… sí, bueno, tal vez sería mejor esperar. Después de que atardeciera, Thor llevó algo de cenar para ellos tres; ya los amigos de Loki se habían ido, le habían dejado las tareas de esos dos días que no fue. Luego de comer vieron algo de tele, como de costumbre; Loki ya se veía mucho mejor, estuvieron juntos acurrucados hasta que Thor volvió a casa.
*
El día de su cumpleaños había llegado, y era jueves, así que Loki y él “trabajarían” en su proyecto, aunque trabajar… trabajo no hubo mucho que se diga. Desayunó temprano con sus padres, su madre como siempre le hizo un plato abundante de panquecas con frutas y miel, y una vela para cantarle cumpleaños sólo ellos tres. Sin embargo, la primera felicitación vino justo a las doce de la noche, mientras él y Loki estaban en videollamada, Loki sorprendiéndolo al mandarle un pack con fotos suyas… dios, fotos en lencería, ¿en qué momento la había comprado? Ellos se mandaban nudes de vez en cuando, pero ésas eran toda una obra de arte y, aunque amaba el detalle, el verdadero regalo sería tenerlo así, frente a él, para quitarle la lencería con sus propias manos.
En el colegio sus amigos lo recibieron en un abrazo grupal, todo un escándalo; estaban acostumbrados a ser el centro de atención. Sus compañeros, profesores, todos lo felicitaron, nada fuera de lo ordinario, siempre había sido así. Loki y él intercambiaron miradas todo el día, cada vez que estaban cerca, como era costumbre, sólo que ese día Thor no podía sacarse de la mente las fotos que Loki le envió; si la gente prestaba la atención suficiente, tal vez podrían ver en sus ojos todas las cosas sucias que se le pasaban por la mente cuando su mirada y la de Loki se cruzaban.
Al salir de clases sus padres lo invitaron a almorzar, compartieron un par de horas juntos, y luego Odín volvió al trabajo, y Thor y Frigga se fueron a casa. Cuando Thor supo que su madre saldría unas horas a hacer unas diligencias, para celebrar esa noche en familia, lo sintió como un excelente regalo indirecto; así Loki y él tendrían la casa a solas. Y así fue, para cuando Loki llegó ya no había nadie más en casa, los empleados ya se habían ido, estarían solos ellos dos. Al abrir la puerta, Thor no cabía dentro de sí del asombro; era la primera vez que le regalaban rosas en su cumpleaños. Él jamás había contemplado un detalle así para sí mismo, un hombre, pero tener ese frondoso ramo frente a él lo llenó de una sorprendente dicha; quién diría que recibir flores lo haría sentir así.
Además de las flores, Loki le llevó una tortica que él mismo le había hecho y con la que le cantó cumpleaños ahí, en privado, antes de entregarle una pequeña cajita. Thor la abrió con curiosidad, y dentro se encontró una cadena de plata bastante elegante, masculina, honestamente muy a su gusto, sin embargo, fue cuando la sacó de la cajita que se dio cuenta del detalle que la diferenciaba de cualquier otro collar: en la parte de atrás traía una pequeña placa que, por un lado decía “Loki”, y por el otro “Baby”, un secreto solamente para ellos dos.
—Baby…
—¿Te gusta? —preguntó Loki, su sonrisita característica ya presente en su rostro.
—Me encanta —respondió Thor, antes de tomarlo de la nuca para darle un beso—. Gracias, te amo mucho.
—Yo también te amo —correspondió Loki, alejándose un poco para con dos dedos sacar su propio collar, que hasta ese momento estuvo oculto bajo su suéter.
Thor lo miró sorprendido, yéndose detrás de él para con una mano apartar su cabello, y con la otra ver la inscripción en el collar: “Thor” y “Amor”.
—¿Tengo el novio más dulce, o qué? —exclamó Thor contento, abrazándolo desde atrás antes de dejarle besitos en el cuello, haciéndolo reír.
—Me temo que sí —respondió Loki, derritiéndose entre sus brazos, tomando una de las manos de Thor para llevarla bajo su suéter, haciéndole sentir… oh.
Loki traía puesto algo diferente bajo la ropa, algo que le rodeaba la cintura y… Thor metió su otra mano bajo el suéter, para sentir mejor, para confirmar que sí era un liguero, el liguero de las fotos. Thor volteó a Loki entre sus brazos y lo besó apasionadamente antes de, caminando hacia atrás, guiarlos a ambos hasta su cama, sentándose en el borde con Loki de pie frente a él. Loki lo miraba desde arriba, sus ojos entre cerrados, su rostro intentando disimular su picardía mientras, lentamente, se quitaba el suéter frente a él. Thor lo tomó con firmeza de la cintura, atrayéndolo más hacia él para poder repartir besos húmedos en su abdomen, Loki acariciándole el cabello mientras sonreía mordiéndose el labio. Fue cuando finalmente Thor lo soltó que Loki pudo deshacerse de sus zapatos y, de nuevo con lentitud, se bajó el jogger holgado que llevaba puesto esa tarde, revelando la imagen con la que había fantasiado Thor durante todo el día.
Liguero, medias y ropa interior femenina de un verde tan oscuro que fácilmente podría confundirse con negro. La piel de Loki se veía más pálida de lo normal, exaltando las pecas y lunares que adornaban su cuerpo; a Thor se le hacía agua la boca. Thor lo tomó nuevamente de la cintura y, apoyándose con sus manos sobre los hombros de Thor, Loki se dejó caer sobre su regazo sin dejar de mirarlo un solo segundo.
—Me vas a matar —exhaló Thor con su voz ronca, no habían hecho nada aún y ya se sentía sin aliento, Loki sólo rio.
Loki lo tomó del rostro y comenzó a besarlo, un beso que en un principio fue lento, pero a medida que las manos de Thor recorrían todo su cuerpo se fue tornando más y más desaforado. Pronto estuvieron jadeando y gimiendo en la boca del otro mientras se frotaban, Thor aún vestido de pies a cabeza. Cuando no pudo más, invirtió sus posiciones, dejando a Loki bocarriba sobre la cama mientras él, desesperado, se quitaba toda la ropa. Al volver a la cama, inmediatamente encontró su lugar entre las piernas de Loki, recorriendo sus muslos, sus costados, todo su cuerpo mientras sus labios volvían a encontrarse. Dios, qué bueno que estaban solos, se sentía incapaz de contenerse teniéndolo así, en bandeja de plata.
—Hoy es tu día —dijo Loki luego de invertir sus posiciones, dejando a Thor bocarriba y sorprendido sobre la cama—, y te voy a consentir.
Tomándolo firmemente del rostro, Loki le dio un último beso profundo, dejándolo sin aliento antes de comenzar a descender por su cuerpo. Primero besó su cuello, erizándole la piel al suspirar sobre el rastro húmedo que iban dejando sus labios, besando, besando, besando hasta llegar a su pecho, sus ojos mirando hacia arriba, directo a los de Thor, antes de lamer uno de sus pezones, robándole un gemido involuntario. Loki lamía, mordía, chupaba, mientras con sus dedos húmedos frotaba su otro pezón, sin dejar ninguno desatendido en ningún momento. Thor estaba tan, tan duro que por momentos sentía que no podía respirar, no con toda su sangre concentrada en su entrepierna a la que Loki no le había dado ni un segundo de su atención. Loki estaba en cuatro sobre él, con sus rodillas bien plantadas sobre la cama, sus labios dedicándole una atención devota a sus pezones, mientras sus caderas se mantenían lejos de las de Thor, sin duda con completa intención.
—Baby… —suplicó Thor en completa desesperación, sintiendo las vibraciones de la risa de Loki en su pecho.
—¿No te gusta lo que estoy haciendo? —preguntó entonces con fingida inocencia; Thor estaba a dos segundos de tumbarlo bocabajo sobre la cama y cogérselo como un animal.
—Me encanta, pero…
—¿Pero…?
—Te necesito —jadeó Thor, secándose el sudor de la frente mientras veía a Loki descender más sobre su cuerpo.
—¿Me necesitas? ¿Dónde? —preguntó, su aliento impactando contra la erección de Thor, haciéndolo apretar la mandíbula— ¿Aquí? —insistió, tomándolo al fin en su mano, frotándolo con firmeza antes de, sin más rodeos, meterlo en su boca para empezar a chupar.
El gemido tan fuerte que salió de su boca habría sido vergonzoso si Thor tuviera energía para avergonzarse, pero de eso ya no le quedaba, no con Loki chupándosela con devoción. Era como una llave abierta, Thor llevó una mano hacia la cabeza de Loki, cerrando un puño en su cabello mientras le repetía lo rico que se sentía, lo bien que lo estaba haciendo, cómo su boca fue hecha para él, para besarlo, para chuparlo así como lo estaba haciendo. Thor sentía a Loki gemir, las vibraciones haciendo estragos con él, obligándolo a cerrar los ojos y apretar los dientes cuando Loki lo llevó hasta su garganta, era la primera vez que lo encajaba completamente dentro; dios, estaba tan cerca…
—Vas a acabar conmigo —jadeó Thor cuando Loki se irguió, como si nada, luego de llevarlo al borde del clímax; se estaba volviendo costumbre.
Loki sólo rio, limpiándose la boca con la mano antes de alcanzar el lubricante en la mesita de noche, quitándose la panty antes de posicionarse a horcajadas sobre Thor, las medias y el liguero aún en su lugar, Thor inmediatamente llevando ambas manos a sus muslos, recorriendo piel y tela de arriba abajo. Thor se mordió el labio cuando Loki comenzó a lubricarlo, no iba a durar mucho, era un milagro que no hubiese acabado cuando Loki se lo metió hasta la garganta.
—Hey, baby… —exclamó Thor preocupado cuando Loki lo tomó y se posicionó así sin más, listo para meterlo sin preparación.
—Lo hice antes de venir, está bien —respondió, comenzando a descender, sus ojos entrecerrados mientras Thor se abría espacio dentro de él—. Aparte… me gusta que duela un poco.
Al escucharlo Thor no pudo hacer más que tomarlo de la nuca y comérselo a besos, tragándose los gemiditos quedos que Loki exhalaba al descender más y más, hasta estar por fin lleno de él, sentado sobre su regazo. Ni siquiera se tomó un minuto para asimilarlo, comenzó a moverse inmediatamente, Thor aún con una mano firme en su nuca, mirándolo fijamente a los ojos, mientras con su otra mano lo tomaba de la cadera, enterrando sus uñas en esa tierna piel.
—Sí, baby, así… justo así, ah…
Thor le permitió erguirse, aferrándose a sus caderas con ambas manos mientras Loki lo cabalgaba con abandono, sus ojos cerrados mientras de sus labios enrojecidos salían gemidos ante cada estocada nueva. Mirarlo embelesado era lo único que Thor podía hacer, absorbiendo absolutamente todo lo que tenía frente a él, desde el sonrojo que había comenzado en su rostro y ahora se extendía por todo su pecho, hasta la lencería a medias y el miembro erecto de Loki entre ellos dos. Thor lo miraba, lo admiraba, contemplando lo mucho que había cambiado su vida en tan sólo unos meses.
En algún momento sus posiciones cambiaron otra vez, Thor ahora sobre Loki, entre sus piernas, con una mano manteniendo abierto uno de sus muslos, y con la otra acariciando su rostro, rozando con su pulgar esos labios rojos que sólo sabían tentarlo. Loki abrió la boca para lamer su pulgar, succionarlo dentro de ésta con la misma devoción que… mmm… Dios, las caderas de Thor titubearon un par de segundos mientras digería esa imagen debajo de él: Loki con sus piernas bien abiertas, las medias hasta sus muslos, el liguero aún aferrado a su cintura, sus ojos entrecerrados fijos en los de Thor mientras chupaba su pulgar, y Thor… Thor apenas podía seguir embistiendo, su mirada recorriéndolo todo de arriba abajo, ahí donde encajaba completo, perfecto, profundo, hasta su rostro precioso, delicado, personificando la lujuria a la perfección.
Cuando Loki alzó sus brazos y le rodeó los hombros, Thor no dudó un segundo en descender para comérselo a besos. Con sus brazos apoyados sobre la cama, a cada lado del rostro de Loki, ahora éste sí podía rodearle la cintura con sus piernas, instándolo a darle más duro, más rápido, mientras soltaba gemiditos quedos entre besos. Thor procuraba hacer acabar a Loki antes que él, pero de repente… ugh, el clímax lo tomó por sorpresa, sin poder hacer más que enterrar su rostro en el cuello de Loki, mordiendo su tierna piel para contrarrestar la intensidad que recorría todo su cuerpo.
—Ugh, sí, dámelo todo —gimió Loki mientras lo instaba a quedarse dentro, aferrándose a las nalgas de Thor con ambas manos mientras éste seguía moviéndose, eyaculando dentro de él—. Me encanta cuando me llenas de leche —susurró en su oído como si nada, como si eso no fuese suficiente para ponerlo duro otra vez.
Thor apenas estaba consciente de su propia existencia cuando salió de dentro de Loki, dándole un beso antes de descender por su cuerpo hasta alcanzar su miembro y chuparlo en su boca como si no hubiese un mañana. Apenas sintiendo la mano de Loki enredarse en su cabello, Thor guio su ritmo con los gemidos de Loki; le habría gustado torturarlo como éste le hacía tantas veces, pero en poco tiempo sintió a Loki jalarlo del cabello mientras recibía en su boca toda su semilla, alzando su mirada para verlo a los ojos a la vez que se tragaba todo.
Apenas se tomaron unos minutos para recobrar el aliento, limpiarse, y sonreírse idiotamente mientras compartían besitos castos. Ese era su primer cumpleaños con Loki, el primero de tantos, porque Thor lo sentía, sabía dentro de sí que esto, ellos dos, serían para siempre. No hacía falta que le dijeran que era especial, porque lo sabía, lo veía; Loki era el amor de su vida y, aunque la vida decidiera llevarlos por rumbos distintos, Thor sabía que jamás podría amar a otra persona así como amaba a Loki. No quería ponerse melancólico, ni ponderar en cosas que no iban a pasar, pero… pero de pasar, Thor sabía que Loki se llevaría un pedazo de él que Thor sería incapaz de reconstruir, de reemplazar.
Veinte minutos después estaban cogiendo de nuevo.
Loki estaba bocabajo sobre la cama, completamente desnudo, con Thor sobre él embistiéndolo como un animal. No había vida ni mundo en la que ellos dos no terminaran juntos para siempre, ¿cómo? Si encajaban perfecto en todos los sentidos. Loki se aferraba a las sábanas con sus puños, sus ojos fuertemente cerrados mientras gemía el nombre de Thor como un mantra, éste besando y mordiendo su cuello con posesividad mientras le susurraba al oído una y otra vez que era suyo, suyo, suyo. Oh, Thor sabía los estragos que hacía eso en Loki, el perder la cordura, empotrándolo duro desde atrás, dejando rastros de sus manos y sus labios por toda su pálida piel, repitiéndole una y otra vez que sólo él podía tocarlo, sólo él sabía cómo tocarlo y hacerlo gemir como un animal en celo.
Cuando Loki acabó Thor lo sintió, lo sintió en la rigidez de su cuerpo, su gemido ahogado, la manera de apretar su miembro como si quisiera que Thor permaneciera dentro de él hasta el final de los tiempos. Loki casi siempre acababa rápido y sin tocarse cuando cogían así, se derretía en los brazos de Thor y éste amaba contemplar los estragos, ser él quien lo lleve al límite. Thor acabó un par de estocadas después, haciendo que Loki girara su rostro para poderlo besar, ahogando gemidos en su boca.
La siesta después de tomar agua y limpiarse fue obligatoria.
Horas después, cuando Thor abrió sus ojos Loki ya estaba despierto, acostado de lado frente a él, aún bajo las sábanas, acariciándole tiernamente el cabello mientras lo miraba con dulzura.
—A penny for your thoughts —susurró Thor al verlo pensativo, Loki simplemente sonrió.
—¿Y tú crees que mis pensamientos valen un penny?
—¿Un beso, entonces?
—Umm… puede ser —respondió, Thor inmediatamente acercándose para unir sus labios.
—¿Y? ¿En qué piensas?
—Pienso… en cómo hace un año casi pierdo un trabajo por tu culpa, y ahora eres todo mío.
—¿Ah, sí? ¿Cómo es eso? —preguntó Thor riendo.
—Este año no he estado dando lecciones de piano, pero el año pasado sí lo hacía aún —comenzó Loki, dibujando con su dedo patrones al azar sobre el pecho de Thor—, y… había una niña a la que yo le daba lecciones justo en esta calle, a un par de casa de la tuya. El salón donde estaba el piano tenía un ventanal gigante que daba a la calle, y da la casualidad de que, cuando yo venía a darle lecciones a la niña, tú siempre salías a trotar —Loki guardó silencio un segundo, sonriendo, parecía perdido en sus recuerdos—. Y me daba tanta rabia…
—¿Rabia por qué? —preguntó Thor, sonriendo confuso.
—Porque… ugh, siempre salías a trotar con unos shorts diminutos, y sin camisa, y yo… —Loki rio, frotándose un ojo con una de sus manos mientras se ponía todo rojo, Thor estaba disfrutando mucho eso— No podía dejar de mirarte, me distraías, los papás de la niña comenzaban a darse cuenta de que no estaba prestándole mucha atención a las lecciones, así que tuve que inventar una excusa de que… no sé, el sol me afectaba, me daba migrañas, así que cuando yo venía, cerraban las cortinas del ventanal, y santo remedio.
—No lo puedo creer —exclamó Thor riendo—. Yo pensando que me odiabas, y tú sólo admirando mi cuerpecito en secreto.
—Tú no tienes ningún cuerpecito —respondió Loki, rodando los ojos con la sonrisa intacta.
—¿Nunca llegaste a pensar que… tú y yo…?
—¿Tú y yo? —inquirió Loki con sarcasmo— No, no soy masoquista, jamás me permití fantasear con que… no sé, algo pudiera pasar entre nosotros.
—Y ahora henos aquí.
—Henos aquí —repitió Loki, sonriéndole de lado.
*
Dentro de todo, la fiesta iba bastante bien. Sus padres le habían permitido usar la casa de visitas, que está en el patio después de la piscina, para todo lo que tenía que ver con la fiesta, así nadie tendría que entrar a la casa principal a hacer nada; ahí tenían cocina para guardar bebidas y comidas, y baños cuando los necesiten. Estaban las personas que había invitado, y personas que no había invitado, pero el ambiente estaba chévere dentro de todo; la única entre sus invitados que no había ido era Jane, pero sabía que no iría. Thor no hablaba con ella desde la ruptura y, aunque sus sentimientos por ella jamás fueron románticos, sí la quiso y la quería; algún día, si ella lo permitía, le gustaría recuperar su amistad.
Loki y sus amigos tenían un grupito de gente alrededor, todos entretenidos por Stark. Bruce, Sigyn y Loki siempre habían sido ese grupo silencioso, discreto, pero Tony Stark era todo lo contrario; en el poco tiempo de haber llegado se había vuelto muy, muy popular. Indiferentemente de lo que Thor pensara de él, el tipo era carismático, la gente lo quería, y el hecho de que se juntara con las personas más calladas de todo el curso parecía intrigar al resto. Thor nunca había hablado con él, tampoco le interesaba hablar de él, ni siquiera con Loki, que era su amigo; si lo habían mencionado en conversación un par de veces era mucho. Sin embargo, Thor sabía un par de cosas de él, o al menos de lo que se decía por ahí: lo primero, que su familia era absurdamente rica y reconocida, y lo segundo que, al parecer, sus padres se lo habían llevado a esa ciudad porque según había tenido problemas serios de drogas; dicen que estuvo en rehabilitación por meses y por eso entró al curso a mitad de año.
No importaba a dónde se moviera Thor, o con quiénes hablara, siempre intentaba estar paralelo a Loki para poder mirarlo. No era cuestión de celos, ya que confiaba en Loki, sabía que no estaba interesado en nadie más, pero… dios, ¿cómo no mirarlo? Le costaba disimular, simplemente se sentía bien cuando lo miraba, se sentía feliz, incapaz de dejar de sonreír, no le sorprendería si después de esa noche alguien ataba los cabos y comenzaba a hablar de eso. Loki era más discreto, le correspondía las miradas cada tanto tiempo, en sus ojos la picardía que sus labios dejaban entrever en una tenue sonrisa, sólo para él. Cuando sus ojos conectaban, Thor dejaba de escuchar al resto; la chica a su lado, que tenía veinte minutos intentando coquetearle, había desaparecido de su periferia.
—Nena, no te gastes, ¿no le ves la cara de idiota que trae? Tiene novia, y está empalagosamente enamorado —dijo Fandral, quien se había materializado a su lado luego de traerle una cerveza—. Yo, por otro lado… —La chica simplemente rodó los ojos y se fue— ¡Hey!
Thor no pudo evitar reír, agradeciendo internamente que la chica se fuera, sin embargo, cuando volteó a ver a Loki otra vez, éste no estaba. Miró a todos lados, intentando encontrarlo, pero no estaba cerca de la casa de huéspedes, sino al otro lado de la piscina, acercándose por los costados a la puerta trasera de su casa, camuflado por la oscuridad. Thor se excusó con Fandral, diciendo que su papá le envió un mensaje pidiéndole que entrara para decirle algo, antes de caminar hacia la casa luego de que Loki volteara a verlo un segundo, una sonrisa en sus labios antes de entrar. Cuando Thor salió de la cocina y estuvo en el recibo, vio a Loki subir las escaleras, así que continuó a paso discreto detrás de él. Una vez abrió la puerta de su cuarto y entró, no lo vio, simplemente sintió la puerta cerrarse con llave tras de sí, y al voltear ahí estaba Loki, apoyado en ésta, en su rostro una expresión de falsa inocencia.
—¿Se puede saber qué se te perdió aquí? —inquirió Thor en voz baja mientras se acercaba a él, deteniéndose a pocos centímetros de su rostro.
—Umm… un par de besos, me temo.
—¿Ah, sí?
—Sí —respondió Loki asintiendo, sonriendo sin romper el contacto visual.
En un segundo Thor ya tenía una mano en su cuello y la otra en su cintura, hundiéndose para besarlo como había querido hacerlo toda la noche. Oh, cómo había necesitado esos labios sobre los suyos, esas manos en su cabello, los suspiros en su boca, era esa la verdadera celebración.
—Tienes que dejar de mirarme así allá afuera, se van a terminar dando cuenta —le dijo Loki cuando se separaron a recuperar el aliento.
—¿Y qué? —preguntó Thor retóricamente, Loki acariciándole la mejilla con dulzura, sonriendo.
—Estás borracho ya, ¿no?
—Umm… nope —mintió Thor, consciente de ese hormigueo que hacía rato le recorría todo el cuerpo; había perdido la cuenta de cuántas cervezas y cuántos shots llevaba hasta ese momento.
Loki simplemente rodó los ojos.
—¿Sabes? Se me perdió otra cosa.
—¿Sí? ¿Qué?
—Esto —dijo al mismo tiempo que rozaba la entrepierna de Thor con su mano, una sonrisa traviesa en sus labios mientras Thor sentía toda su sangre dirigirse a un mismo lugar.
—Baby… —musitó apenas mientras Loki invertía sus posiciones, dejando a Thor apoyado contra la puerta a la vez que él, de rodillas, le abría el pantalón.
Todo pasó rápido, un segundo después Loki ya lo tenía en su boca, chupándolo hasta la garganta, Thor tomándolo del cabello con una mano mientras mordía el puño de la otra, tratando de no hacer ruido. Dios, pero qué difícil resultaba tragarse sus gemidos cuando Loki lo encajaba tan profundo que Thor veía sus labios llegar hasta la base; sus ojos lagrimeando mientras contraía su garganta y Thor manteniéndolo ahí, firme, con una mano agarrada fuertemente de su cabello, cerca, cerca. Si había durado cinco minutos era mucho, su noción del tiempo estaba atrofiada, el orgasmo haciendo estragos en todo su ser, de milagro no se había sacado sangre con lo fuerte que se había mordido la mano.
—Ya tenemos que irnos —susurró Loki luego de levantarse, su voz algo ronca, no era para menos.
—¿Qué? ¿Y tú? —preguntó Thor confundido saliendo del estupor, terminando de acomodarse la ropa.
—No importa, ya tenemos que salir, se van a empezar a preguntar dónde estás.
—No me voy de aquí sin tragarme todo esto —dijo Thor, rozando la entrepierna de Loki, haciéndolo reír.
—Thor…
—¿Qué? ¿Vas a volver a la fiesta así de duro como estás?
—Ya… bajará.
—Sí, yo me encargaré de eso —dijo Thor, quien tomándolo de la cintura lo hizo caminar hacia atrás hasta alcanzar su cama, donde lo hizo sentar.
—Tú siempre tienes lo que quieres, ¿no? —preguntó Loki con sus ojos entrecerrados una vez Thor estuvo de rodillas frente a él, justo entre sus piernas.
Thor se limitó a sonreír; realmente, siempre tenía lo que quería.
Loki se dejó hacer, apoyándose hacia atrás con sus antebrazos, dejándole el control absoluto a Thor, quien fue directo al grano. Loki tenía razón, seguramente ya se estarían preguntando dónde estaba, en cualquier momento alguno de sus amigos podría subir y tocarle la puerta a ver qué pasaba, pero Thor no iba a salir de su cuarto sin chupársela a Loki como si su vida dependiera de ello. Quien sabe, tal vez su vida sí dependía de ello, al menos fue con ese entusiasmo que le hizo sexo oral a su baby mientras escuchaba sus gemiditos quedos, entrecortados.
—Sales tú primero —susurró Loki cuando ya estuvieron abajo, justo antes de entrar a la cocina para salir al patio—, después de que te vean ni se van a fijar en mí cuando salga.
—Está bien, pero antes… —Thor lo tomó de la muñeca y lo acorraló contra una pared en medio de la oscuridad, besándolo de manera desaforada, sintiendo a Loki reír entre besos.
—¡Ya! ¡Nos van a ver! —exclamó Loki en susurros, sonriendo ante su locura.
—Que nos vean —dijo Thor envalentonado, sin saber realmente si estaba siendo sincero; ¿de verdad no le importaba que los vieran en ese momento?
Loki simplemente negó con la cabeza, sonriendo tenuemente mientras le acariciaba el pecho, Thor estaba completamente derretido por él.
—Ve —susurró antes de darle un último beso en los labios—. Te amo.
—Te amo —respondió Thor, besándole una de las manos antes de finalmente salir.
El ruido de la fiesta lo envolvió nuevamente.
*
Ya había pasado una semana desde su fiesta. Luego de que todos se fueran al amanecer, Fandral de hecho se quedó a dormir, y durmieron hasta las cuatro de la tarde, cuando el hambre y un terrible dolor de cabeza los despertó. El resto de ese domingo comieron lo que Frigga les había guardado, y jugaron videojuegos después de un par de ibuprofenos; hacía mucho tiempo que Fandral no se quedaba en su casa, o que él no se quedaba en casa de Fandral, extrañaba eso. A las once de la noche Fandral se fue, y Thor chateó unos minutos con Loki antes de dormirse otra vez; estaba molido.
Era jueves cuando Loki lo llamó por teléfono, lo cual lo extrañó un poco porque en una hora se verían, se suponía que Loki vendría a su casa como era habitual los martes y jueves.
—Amor, no voy a poder ir hoy a tu casa.
—¿Oh? ¿Y eso?
—Adivina —instó Loki, y en su voz Thor pudo escuchar la emoción de que era algo bueno .
—Ni idea, baby, pero asumo que son buenas noticias, ¿verdad?
—Al parecer no están conformes con tres instrumentos para el próximo concierto, así que van a hacer nuevas audiciones y… ¡esta tarde tengo la mía! —exclamó Loki, y de la emoción Thor se levantó de la cama, riendo feliz.
—¡Baby, qué bueno! ¿Cuándo te enteraste? ¿Cuándo te dijeron?
—¡Ahorita! —respondió Loki, riendo— Me acaban de llamar, así que…
—¿Te puedo acompañar? Me gustaría verte tocar, digo… entiendo si no me dejan pasar, pero… no sé, al menos puedo llevarte, ¿no?
—Sí, sí, está bien… de hecho no creo que haya problema en que veas mi audición, pero no sé, allá vemos.
—¡Sí! Perfecto, ya mismo voy saliendo para tu casa —exclamó Thor antes de despedirse y tomar las llaves de su carro, emprendiendo camino.
Cuando Thor llegó Loki saltó a sus brazos, estaba tan feliz que no podía dejar de sonreír, haciendo que Thor tampoco pudiera dejar de sonreír. Loki estaba muy seguro de sí, y Thor no dudaba de que ese lugar era suyo, su baby era muy talentoso y trabajaba duro, no se dormía en los laureles. Cuando llegaron, Loki le dijo que se bajara con él y entraran juntos, posiblemente no le dijeran nada pero, de impedirle entrar, seguramente podría esperarlo en el pasillo. Cuando entraron al auditorio había sólo un puñado de gente y nadie le prestó atención a Thor, que se sentó en una de las butacas para poder ver a Loki en el escenario. Loki se presentó, con su violín en mano, nombrando la pieza que iba a interpretar, y se perdió completamente en sí mismo y la música tan pronto empezó a tocar. Thor estaba mesmerizado y se preguntaba si el jurado veía lo mismo que él, si escuchaba lo mismo que él, o era el amor que agigantaba su criterio. Su baby era brillante, Thor no necesitaba escuchar a los demás para saber que ese lugar era suyo, nadie más dio la talla porque el nombre de Loki ya estaba escrito ahí, en ese concierto.
—No sé si estoy delirando, pero siento que ese lugar es mío, siento que lo di todo ahí —dijo Loki una vez estaban devuelta en el carro, luego de su audición—. ¿Qué te pareció a ti?
—Baby… —comenzó Thor, por un momento sin palabras, quitando la vista de la carretera para mirarlo dos segundos— Creo que nadie más que tú puede ocupar ese lugar, y que tuvieran que hacer una segunda audición lo prueba.
—¿Te parece?
—Se me erizó todo el cuerpo mientras te escuchaba tocar —admitió Thor sonriéndole—. Digo, no soy músico ni nada, pero para mí tu talento es extraordinario.
—Gracias —respondió Loki tímidamente, apretando el muslo de Thor con su mano—. La verdad es que fue más rápido de lo que pensé, me imaginé que tomaría toda la tarde, si quieres vamos a tu casa a trabajar en el proyecto.
—Nah, ¿y si vamos al cine?
—¿Sí? ¿Qué película quieres ver?
—No sé, cualquiera —respondió Thor, alzándose de hombros—. Vemos una peli, después cenamos algo rico por ahí y, por último, celebramos con un helado.
—Me encanta —exclamó Loki sonriendo—, aunque no me dirán hasta mañana si quedé o no.
—Mañana podemos celebrar de nuevo —dijo Thor, haciéndolo reír.
Esa misma noche le confirmaron que el lugar era suyo.
*
Su madre ya se había ido, Odín y él la despidieron en el aeropuerto el sábado que salió su vuelo. Estaría tres meses con su organización ayudando a reconstruir un pueblito, al otro lado del mundo, que fue azotado por terribles tormentas. Thor estaba orgulloso de su madre, cuando hablaba mucho con ella de repente se le metía la idea de tomarse un año sabático al terminar el bachillerato para irse con ella por ahí; idealmente, Loki iría con ellos también. Sin embargo, la idea no duraba mucho tiempo en su mente, era más el entusiasmo de ella que le resultaba contagioso, pero no se veía tomándose un año sabático por lo pronto; genuinamente lo emocionaba comenzar la universidad.
La siguiente semana él y Loki decidieron tomar un receso del proyecto, ya que estaba prácticamente listo y Loki necesitaba ensayar para el concierto, que sería ese fin de semana. Igual se vieron el martes y el jueves, pero no para estudiar, sino para estar juntos, poder hablar, ver películas y desestresarse. El jueves no se quitaron las manos de encima en toda la tarde, estaban insaciables, después de todo no se verían en todo el fin de semana, era el mayor tiempo que estarían separados desde que comenzaron su relación. Cuando Thor lo dejó en su casa, pasadas las diez de la noche, duraron unos veinte minutos despidiéndose en su carro, Thor incapaz de dejar de besarlo; no volvería a besar esos labios hasta el lunes, tenía que aprovechar. Eventualmente Laufey salió al pórtico y, mirando en dirección al carro, se señaló la muñeca como gesto de que ya era tarde.
—Te amo —murmuró Thor sobre los labios de Loki.
—Yo también —respondió Loki, separándose para acariciarle el rostro, sonriéndole antes de abrir la puerta—. Que duermas bien —dijo, besando la mano de Thor antes de salir del carro, Thor viéndolo entrar a casa con Laufey, para entonces volver con pesadumbre a la suya, sabiendo que Odín estaría listo para regañarlo por tardarse tanto.
Al siguiente día él y Loki no pudieron hablar, difícilmente compartieron un par de miradas en los pasillos entre clases y, cuando llegó la hora de la salida, a Thor le tocó quedarse para la práctica de rugby mientras Loki partía rápidamente a su casa, y de ahí al aeropuerto. Thor sabía que era apenas un fin de semana, que peor había sido cuando las vacaciones de invierno, donde pasaron semanas sin verse y, aunque no eran nada en ese entonces, Thor ya estaba loco por él. Aún así, le habría gustado por lo menos acompañarlo al aeropuerto y despedirse de él ahí, desearle éxitos compartiendo un abrazo, de repente también un besito discreto.
Thor le había pedido que lo mantuviera informado en todo momento, así le tocara leerlo cuando terminara la práctica; quería saber cuando despegara y cuando llegara, si estaba todo bien, si le gustaba su habitación de hotel. No sería un vuelo largo, era nacional, hasta la capital, así que la distancia entre ellos no era tan grande, pero Thor… ugh, Thor ya lo extrañaba. Cuando terminó la práctica fue inmediatamente a revisar su teléfono, donde tenía notificaciones de Loki; selfies en el avión, fotos del cielo, de lo apretadas que estaban sus piernas largas en el asiento, una captura de su playlist en Spotify: sonaba gold rush de Taylor Swift.
Mi baby, 4:48pm:
What must it be like to grow up that beautiful?
Thor sonrió al leer ese último mensaje, probablemente ya había aterrizado el avión.
Cuando llegó a casa, una vez en su cuarto, le hizo una videollamada, sonriendo tan pronto su carita preciosa estuvo en pantalla; cualquiera diría que esa mañana no se habían visto en el colegio.
—¿Cómo estuvo el vuelo, baby?
—Todo bien, un poco apretado el asiento, pero todo relajado —respondió Loki, pasándose una mano por el cabello—. ¿Qué tal la práctica?
—Uff, brutal, el entrenador tuvo cero piedad con nosotros hoy; yo loco por revisar mi teléfono para ver tus mensajes, y él nos dejó media hora más en la cancha.
—Deberías tomar un baño, remojarte un rato en la tina; agua tibia, unas sales de baño…
—Umm suena bien, ¿me vas a acompañar? —preguntó Thor, haciéndolo reír.
—Quisiera, pero en un rato nos van a llevar a cenar y pasear un poco por la ciudad.
—¿Dónde estás ahorita?
—En el balcón de la habitación, me tocó compartir con otros tres chicos.
—Uhmm… ¿y son lindos? —preguntó Thor, bromeando.
—¿Como tú? Ninguno —respondió Loki en el mismo tono, aún así haciéndole sentir el rostro caliente—. Ah, me están llamando, creo que ya vamos a salir.
—Que la pases bien, baby, yo tomaré ese baño que dijiste.
—Espero una foto —dijo Loki, alzando las cejas sugestivamente, haciéndolo reír.
—Te amo.
—Yo también, chao.
Loki le pasó fotos del restaurante, su cena, sus compañeros y los lugares que visitaron, mientras que Thor, fiel a su petición, le pasó fotos suyas en la tina.
El sábado hablaron poco, cuando Thor se levantó tenía un mensaje de buenos días que Loki le había enviado temprano, diciéndole que ensayarían toda la mañana. Hablaron un poco al mediodía, Loki le dijo que saldrían un rato en la tarde, y en la noche sería el concierto. Intercambiaron unas cuantas fotos de lo que estaban haciendo, Thor aprovechó esa tarde para hacer tareas. Estaban él y Odín improvisando la cena cuando recibió una foto de Loki frente a un espejo, ya tenía el traje puesto antes del concierto, se veía tan apuesto. Eran en momentos cómo ése en los que Thor se preguntaba, honestamente, cómo no se fijó en él antes. Loki era, de manera objetiva, un chico atractivo, hermoso, como un príncipe de cuentos de hadas; desde que Thor lo vio de verdad con atención, más nunca pudo quitarle los ojos de encima.
Tan pronto Loki le envió que había terminado el concierto, Thor lo llamó. Loki estaba con todos sus compañeros de la orquesta y el ruido no los dejaba hablar bien, pero la carita sonriente de Loki le dijo todo lo que necesitaba saber: había salido todo perfecto. Loki se alejó un momento del grupo para comentarle un poco cómo había sido, pero escuchaba a sus compañeros llamarlo una y otra vez de fondo, seguramente con intención de ir a celebrar, así que Thor lo dejó ir.
—Ve, baby, diviértete, te lo mereces, mañana me cuentas todo, ¿sí? Te amo.
—Gracias, amor, yo también te amo mucho, mucho, mucho —exclamó Loki sin dejar de reír; Thor adoraba verlo así.
Al colgar se fijó que tenía un mensaje de Fandral, invitándolo a conectarse para jugar un rato con los demás, así que se conectó y pasó el resto de la noche jugando online con sus amigos. Thor la pasó bien, hacía mucho no coincidían todos para jugar juntos, mucho menos un sábado en la noche, pero al parecer se habían alineado las estrellas. En ese mismo momento quedaron en que irían todos, al día siguiente, a jugar básquet al club.
El domingo, cuando Thor se levantó, era casi mediodía. Tenía una nota de voz de Loki diciéndole que ya se iban al hotel a dormir, era de casi las tres de la mañana, así que probablemente seguía durmiendo. Thor le respondió dándole los buenos días, pidiéndole que le avisara cuando llegara; el día anterior le había comentado que el vuelo saldría en la noche, así que sabía que llegaría tarde. Cuando Thor bajó ya su papá estaba haciendo el almuerzo mientras hablaba en videollamada con su mamá, por lo que se puso a ayudarlo para luego almorzar juntos, acompañados por su madre antes de que ella se fuera a dormir; ya era tarde donde ella estaba. Luego de eso reposó un rato mientras conversaba con su papá, le comentaba sobre Loki y su concierto, y que esa tarde iría a jugar básquet con los muchachos. A eso de la una y media subió a darse una ducha, y de ahí se fue al club.
Jugaron toda la tarde, en un principio sólo ellos cuatro, dos contra dos, pero luego se les unieron otros chicos del club, haciéndose los equipos más grande y el juego más divertido. Con las horas, eventualmente, se fueron yendo uno a uno hasta quedar solamente él y Fandral, en principio jugando uno a uno, para luego distraerse, turnándose para encestar mientras hablaban de todo y nada a la vez. Recién cuando ya estaba oscureciendo decidieron que habían tenido suficiente.
—Oye, ¿y qué vas a hacer el martes? Quedé en salir con una chica, pero ella… uhh, quiere que lleve a alguien para su amiga.
—Fandral…
—¿Qué?
—Tengo pareja —respondió Thor, haciendo énfasis en lo obvio.
—Sí, ya sé, no te estoy pidiendo que te cojas a la amiga —insistió Fandral mientras caminaban hacia la salida; habían recogido sus cosas, pero no se ducharían ahí—. Es más como… tú sabes, para que le saques conversación, qué sé yo.
—No, gracias, ¿por qué no le preguntas a Hogun? Él está soltero.
—¿Hogun? ¿Para sacar conversación? Por favor, Thor.
—Bueno, no sé —dijo Thor, conteniendo la risa ante la exasperación de Fandral—. No estoy disponible, aparte sabes que los martes y jueves trabajo con Loki en nuestro proyecto.
—Ugh, ¿todavía? ¿Loki no es un “superdotado”? Es para que ya hubiesen acabado con eso.
—Es… nos estamos tomando nuestro tiempo, somos súper meticulosos.
—Loki es demasiado insoportable, capaz lo está haciendo todo más tardado nada más para hacerte miserable; digo, hasta yo estoy cerca de terminar mi proyecto.
—¿Tú? —inquirió Thor con sarcasmo; Fandral estaba haciendo prácticamente nada en lo que a su proyecto respectaba.
—Ay, bueno, mi compañera, tú me entiendes —respondió Fandral—. El punto es Loki te está jodiendo, estoy seguro. Una cogida no le caería mal, a ver si se le quita esa cara, pero ¿quién se cogería a un tipo así? —continuó, haciéndose reír a sí mismo, Thor apretando los puños a cada lado, sintiéndose tenso—. Se le nota a leguas que le hace falta al pobre, no me sorprendería si lo que quiere es que tú te lo cojas, ¿te imaginas? ¡Dios, qué risa! Y que asco, ugh.
Thor no dijo nada, no podía, la tensión en su cuerpo era tanta que sentía que se quedaría tieso en el sitio, sin caminar. Estaba haciendo uso de todo su autocontrol nada más para no abalanzarse sobre Fandral y partirle la cara por lo que estaba diciendo de su baby. ¿Qué pasaría cuando Fandral se entere? ¿Perdería a su mejor amigo para siempre? Thor nunca se había detenido a pensar en eso durante todo ese tiempo porque, dentro de sí, sabía que si le tocaba escoger, escogería a Loki sin meditarlo un solo segundo. Era doloroso, sí, porque Fandral había estado con él toda su vida, no era su mejor amigo de gratis, era un hermano para él y, aunque tenía muchos defectos, Thor sabía que no era un mal muchacho; le hacía falta crecer, madurar, encontrarse cara a cara con el mundo real.
—A lo mejor si lo dejas chupártela te libere para siempre —dijo Fandral antes de darle un par de palmadas en la espalda, soltando una carcajada mientras Thor lo miraba—. Estoy seguro de que antes preferirías venderle el alma al diablo —culminó, Thor decidiendo mantener la armonía; su amigo no sabía lo que decía, mucho menos de lo que significaba para Thor esa persona de la que estaba hablando. Con toda la paciencia del mundo, Thor simplemente le sonrió, exhalando un intento de risa que asemejaba más una tos, para poder liberarse e irse a casa tranquilo.
Mientras manejaba, Thor sólo podía pensar en que no aguantaría así hasta la graduación, no podría contenerse una segunda vez si Fandral volvía a hablar así de su baby. Lo mataría, estaba seguro de que lo mataría a golpes. Dios, estaba tan tenso que le dolía toda la espalda, los hombros, como si hubiese contenido toda su rabia ahí. Tan pronto llegó a casa lo primero que hizo fue tomar una ducha, estaba tan cansado que sólo soñaba con echarse en la cama, esperando despertar mejor al día siguiente, que se le quitara el mal sabor de boca que esa interacción le había dejado. Ni siquiera era tan tarde, Thor se fijó apenas a ver si tenía una notificación de Loki y, al no ver ninguna, le escribió que estaba cansado y que iba a dormir, deseándole un buen viaje. La sola idea de ya por fin verlo mañana le dio un poco de alivio a su corazón.
Antes de quedarse dormido, sólo una cosa podía pensar: ¿había llegado el momento de salir del clóset?
Chapter 10: Algo hizo que tu mirada se enfriara
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Thor aún no asimilaba la realidad, se sentía todo extraño, como una horrible pesadilla, el peso absoluto de la ansiedad dificultándole respirar. Apenas se vistió y se cepilló los dientes; lo hizo lo más rápido que pudo, aunque las manos no dejaban de temblarle, pero pensaba que, mientras más rápido llegara al colegio, más tiempo tendría para alcanzar a Loki a solas y hablar con él de frente. Se debatió primero si ir a su casa más bien, pero con lo tenso que se sentía todo, algo dentro de sí le dijo que ésa era una muy mala idea.
Llegó de primero, aún no había nadie, ni siquiera habían abierto las puertas. Se quedó parado en la entrada mirando ansiosamente los portones y cómo, poco a poco, iba llegando la gente. Todos lo saludaban y se quedaban un momento a hablar con él, sorprendidos de que estuviese ahí tan temprano, pero Thor no tenía cabeza para conversaciones coherentes, ni siquiera para mirarlos a los ojos por más de dos segundos consecutivos. Eventualmente llegaron todos los amigos de Thor, los amigos de Loki, llegaba todo el mundo, menos él. Cuando sonó la campana cerraron las rejas, y a Thor le tocó despegar sus ojos de ahí para poder entrar a clases.
Un par de horas después, abatido, le tocó aceptar que Loki había faltado y no lo vería ahí.
Thor ni siquiera intentó disimular que prestaba atención durante sus clases, estaba totalmente atormentado, lo único que podía hacer era quedarse en silencio, contemplando el vacío. Sus amigos le preguntaban qué le pasaba, pero él ni siquiera podía hablar, apenas respondía en monosílabos porque estaba seguro de que, si intentaba formular alguna oración coherente, se quebraría en llanto frente a todos. Respirar le pesaba, eran todos los sollozos contenidos que no dejaba pasar de su garganta, las punzadas en su pecho por momentos haciéndole pensar que iba a sufrir un infarto.
A la hora de la salida Thor emprendió camino inmediatamente a la casa de Loki. No aguantaba más, necesitaba verlo, necesitaba respuestas; ¿cómo podía acabarse todo así sin más? Estaba perdido, de un día para otro su vida había cambiado por completo, su relación había terminado, y no encontraba dentro de sí la respuesta al porqué. Algo había pasado ese fin de semana, algo lo suficientemente malo como para arruinar las cosas entre ellos, pero Thor no sabía… no se imaginaba qué. Hablaron todos los días, estuvieron en videollamadas, se compartieron fotos, textos, notas de voz… todo había estado normal, Thor aún tenía tatuada en su memoria la sonrisa radiante de Loki en su última videollamada, para que luego… ¿qué? ¿Terminamos, así nada más? Silencio absoluto antes del fin, no tenía sentido.
Thor se preguntaba si estaba siendo denso como esos hombres que, luego de descuidar a sus parejas y ser negligentes con su amor, se preguntaban por qué los dejaban, pero Thor… Thor no había sido así, no con Loki, jamás con Loki. Thor besaba el suelo por donde Loki caminaba, lo adoraba en cuerpo y alma, le repetía una y otra vez lo importante que era para él. Thor nunca había sido egoísta con su amor hacia Loki porque, sencillamente, se le brotaba por los poros, era algo que no podía contener. Se preguntaba si Loki había dado señales, tal vez, de que se había cansado, que no quería seguir esperando por él, no podía… no podía haberlo dejado de querer así sin más, de un día para otro… ¿verdad? Thor no dudaba que Loki fuese capaz de dejarlo en el segundo en el que no sintiera nada más por él, o en el momento en que la cagara, que le diera razones para dudar de su lealtad, pero ¿podía su amor haberse extinguido así como así?
Thor se cansó de tocar la puerta, pero nadie salía, ni siquiera sabía si Loki estaba en casa, probablemente había anticipado que Thor iría ahí al no verlo en el colegio. Ante el silencio, se dejó caer al suelo, sentado con la espalda apoyada sobre la puerta, perdiendo la cuenta de cuántas veces suplicó contra ésta que lo dejaran entrar. Cómo deseaba que fuese un chiste de mal gusto, el alivio no le daría cabida siquiera al enojo. Habían pasado horas desde que se dejó caer ahí, estaba seguro de eso, aunque a la vez sintiera como si el tiempo se hubiese detenido, como si se fuese a quedar ahí, sentado sin respuestas, congelado en el tiempo. En algún momento el carro de Laufey hizo acto de presencia en la calle, trayendo a Thor de regreso a la realidad, despabilándolo, haciéndolo levantar de un salto al verla entrar al garaje.
—Thor…
—Laufey, por favor, necesito ver a Loki, necesito hablar con él —exclamó Thor desesperado cuando la tuvo en frente.
—Me temo que en este momento Loki no está en casa.
—Por favor —suplicó Thor, desesperado—, necesito… necesito hablar con él, necesito saber…
—No sé qué decirte, Thor.
—¿Lo sabes? ¿Sabes por qué…? ¿Sabes qué fue lo que hice? —preguntó Thor, intentando no enredarse con sus propias palabras, parecer más cuerdo de lo que se sentía— Yo sólo… sólo quiero solucionar las cosas.
—No, Thor, no lo sé —dijo ella, suspirando, mirándolo con lástima—. No lo sé, tampoco entiendo, pero si puedo darte un consejo, es que… le des espacio, ¿sí? Loki no quiere hablar contigo, y presionarlo sólo podría empeorar las cosas —continuó ella, apretándole el hombro de manera confortante, aunque lo que acababa de decirle no lo reconfortaba para nada—. Es mejor que te vayas y le des tiempo; Loki es un muchacho bastante sensible, lo sabes.
Thor sólo pudo asentir, tragándose el nudo que tenía atorado en la garganta, intentando que el temblor en su labio no se notara. Se sentía derrotado, un sabor amargo en su boca. Laufey apretó nuevamente su hombro y Thor la miró a los ojos dos segundos antes de esquivar la mirada, asintiendo un par de veces más, pestañeando para ahuyentar las lágrimas, musitando una breve despedida antes de huir hasta su carro, inmediatamente manejando sin rumbo alguno.
No era un chiste, tampoco una pesadilla, era la vida real, de verdad se había acabado.
De alguna manera se encontró en esa loma en la que él y Loki… ahí, donde habían formalizado su relación. Thor ni siquiera sintió el recorrido, fue como parpadear y estar de repente ahí, contemplando el atardecer completamente solo, los recuerdos dulces de ese lugar repentinamente tornándose agrios. Recién ahí sus emociones parecieron alcanzar su límite, haciéndolo hiperventilar, su pecho contrayéndose, todo tan físico, el dolor tan latente. Después de la primera lágrima, no hubo manera de detenerlas, cubriéndose el rostro con ambas manos, sus sollozos amortiguándose entre éstas.
Su lugar seguro, su refugio, todo le había sido arrebatado en un abrir y cerrar de ojos. Loki, su hogar, Laufey… cuando Laufey le pidió que se fuera… quizás una estaca de hielo en su pecho habría dolido menos. Estaba en exilio, sin rumbo, todo lo que en algún momento lo hizo sentir seguro, finalmente pleno, se había derrumbado, y él sin idea de cómo recuperarlo. Thor estaba atrapado entre el miedo y la desesperación, hundido en la incertidumbre buscando en su mente una respuesta, algo que le diera indicios de qué había pasado. Si de algo estaba seguro, era de que Laufey no mentía cuando decía que no sabía; si lo que Thor hizo fue tan horrible, y ella lo supiera, estaba seguro de que no lo habría mirado de esa manera, mucho menos le hubiese brindado la suficiente gracia de hablar con él.
Tenía que ser él, algo había hecho, de alguna manera lo había lastimado y eso le quebraba el alma y el espíritu en miles de pedacitos. ¿Ser él la causa del dolor de Loki? No podía concebirlo, no podía soportarlo. Si Loki lo hubiese dejado de querer, si gustara de alguien más… Thor estaba seguro de que se lo diría, o al menos tendría la entereza de no terminar las cosas así, con un corte certero. No, algo había pasado, y por más que se reventara la cabeza pensando, la respuesta no iba a encontrarla llorando en su carro, en la loma donde él y Loki se hicieron novios. No había mucho qué hacer, más que guardar distancia, con todo el dolor de su alma, y darle tiempo, seguir el consejo de Laufey y esperar.
¿Sería su último beso el que se dieron aquel jueves en la noche?
*
Tan pronto llegó a su casa, Thor subió a su habitación y se encerró en ella; ni siquiera fue a saludar a su papá, no tenía fuerzas para disimular. Se dejó caer sobre su cama, sentía el pecho contraído, la respiración temblorosa exhalada por su boca amenazándolo con sollozar en cualquier momento. Thor no recordaba haberse sentido así jamás, privilegiado incluso en el dolor, era la primera vez que se sentía desolado, roto por dentro. Se deshizo de sus zapatos con sus propios pies y se resguardó bajo las cobijas, aún con el uniforme del colegio, decidiendo enterrar el rostro entre sus almohadas y dejar que ellas absorbieran sus lágrimas.
Cuando despertó al día siguiente, su alarma aún no sonaba, apenas iba a amanecer, el día sumido en la luz fría de la mañana. Lo despertó una pesadilla, había soñado con Loki, para variar; Loki frente a él, llorando con el rostro entre sus rodillas, y por más que Thor intentaba acercarse y le pedía perdón, le suplicaba respuestas, al final gritando en desesperación, no podía alcanzarlo, sus palabras desapareciendo en el vacío a su alrededor. Thor no recordaba en qué momento se quedó dormido, sólo recordaba cómo sus lágrimas parecían inagotables; tenía los ojos hinchados, le ardían, difícilmente podía abrirlos. Aun así, su respiración seguía titubeando, la fuente infinita en sus ojos lista para derramar más lágrimas en cualquier momento.
No, Thor no iría a clases ese día, ¿cómo? Ni siquiera podía invocar energía suficiente para levantarse de su cama, su primer instinto diciéndole que no había propósito de ir si no podría hablar con Loki, pero… deteniéndose a pensar un segundo, y decidiendo ser franco consigo mismo, ¿no eran así todos sus días en el colegio? Thor sintió una punzada en el pecho, otra más para la colección, al pensar en cómo mientras él se deshacía por dentro, a los ojos del resto nada había cambiado; Loki y él eran poco más que desconocidos.
Recién cuando sonó su alarma, Thor tomó su teléfono que, en algún momento de la noche, había colocado sobre la mesita de noche. Luego de desactivar la alarma, miró brevemente los mensajes que tenía, pero ninguno era de Loki. Ahí estaba su chat juntos, fijado de primero, la foto de perfil reemplazada por una imagen anónima porque, evidentemente, seguía bloqueado. ¿Cómo pudo acabar todo tan mal? Su baby, el amor de su vida, ese que lo hacía reír y suspirar, que podía alegrarle el día con una sola sonrisa, no quería saber nada más de él. Una nueva oleada de lágrimas hicieron aparición sin advertencia, obligándolo a cobijarse aún más bajo las sábanas, acostado en posición fetal mientras descartaba su teléfono en algún lugar de la cama. Su dolor se sentía tan físico, latente, no lo dejaba respirar, se sentía todo helado a su alrededor, ¿se había enfermado, o sólo era su despecho?
—¿Thor? —la voz de su padre, al otro lado de la puerta, lo sacó de sus cavilaciones— ¿Está todo bien? Vas a llegar tarde —dijo, abriendo lentamente la puerta, Thor con la espalda hacia ésta, sin voluntad de voltearse para darle la cara.
—Me siento mal, pa’ —respondió Thor, su voz ronca como nunca antes, ni siquiera recordaba la última vez que tomó agua—. No voy a ir a clases hoy.
—¿Qué tienes? —preguntó Odín, con un tono más preocupado, acercándose a la cama, Thor intentando esconder el rostro bajo las sábanas para que no lo viera así, fallando campalmente cuando su padre le puso una mano en la frente— ¿Será un resfriado? Te siento un pongo caliente.
—Puede ser, no sé.
—Voy a traerte algo para el malestar —dijo luego de acariciarle el cabello—. Tengo que ir al trabajo, pero le diré a las muchachas que estén pendiente de ti, ¿sí?
—Gracias —fue lo único que pudo musitar, deseando con todas sus fuerzas quedarse solo nuevamente; no sabía cuánto más podría seguir conteniendo las lágrimas.
¿Se había dado cuenta su padre de que estaba muerto en vida?
El resto de la mañana lo pasó así, en la cama, casi en estado vegetativo, por momentos con la mirada fija en el techo, en otros contemplando su teléfono con el corazón en la mano, expectante, esperando… pero nada. En algún momento reunió las fuerzas suficientes para desvestirse bajo las sábanas, quitándose ese uniforme que trajo puesto más de veinticuatro horas. Una de las señoras de servicio, Thor no sabría decir cual porque nunca se volteó a verla, entró luego de tocar la puerta repetidas veces sin respuesta alguna, dejando algo sobre la mesita de noche; medicinas y agua, tal vez. A su teléfono le quedaba poca carga, pero Thor no pudo resistirse, revisando de nuevo su chat con Loki, releyendo sus mensajes, sonriendo al ver sus fotos, la respiración cortándosele al llegar al final, a esas palabras que se sabía ya de memoria.
—Tienes que comer algo —Escuchó Thor a sus espaldas; había perdido la noción del tiempo, en todo el día se había levantado una sola vez para ir al baño y poner a cargar su teléfono—. Ya nos tenemos que ir, pero te dejo en el escritorio algo de comer, ¿sí? —Thor no dijo nada, fingiendo que seguía dormido, cerrando los ojos fuertemente mientras la escuchaba dejar algo sobre el escritorio y luego salir.
¿Comer? No, Thor se quería morir.
Cuando Odín volvió a casa lo encontró en el mismo lugar, en la misma posición; sólo se había tomado el agua. Thor sabía que tenía que disimular, pero ¿con qué fuerzas? ¿Cómo seguir como si nada cuando te arrancan el corazón de un tajo? Thor sólo podía mirar al vacío mientras sentía todo dentro de él desvanecerse, convirtiéndolo en algo que pasaba de ser humano; un fantasma, una sombra. Odín se sentó a su lado en la cama, justo frente a él, buscando que le diera la cara, acariciándole el cabello mientras le preguntaba cómo seguía, qué era lo que realmente pasaba.
—Necesito que me hables, hijo —susurró Odín, pero Thor no tenía voz.
Thor había descubierto con Loki que era cierto cuando la gente describía lo hermoso del amor, y ahora confirmaba que tampoco mentían cuando, al perderlo, lo comparaban con la muerte. Tres días sin él y Thor quería prenderse fuego para ver si su mente podría encontrar alivio, si las llamas podían competir con su dolor. ¿De verdad había sido tan fácil para Loki dejarlo así sin más? ¿Realmente no había solución? Thor vendería su alma con tal de arreglar lo que sea que esté roto, de hacer las cosas bien desde un principio, de acabar con ese agónico silencio que estaba matándolo por dentro. Se preguntaba si Loki habría ido a clases ese día, si habría notado su ausencia, si se preguntaba dónde estaba, ¿o acaso Thor había dejado de existir para él al bloquearlo de todas partes?
—Thor… —La voz de su padre sonaba distante entre sus cavilaciones, pero el calor de su mano en su mejilla lo traía de vuelta a la realidad— Hijo, ¿qué sucede? —Thor sólo podía negar con la cabeza, sus ojos fuertemente cerrados, tratando de aguantarse las lágrimas, fallando campalmente al sentir la humedad en su rostro— ¿Thor?
—Déjame solo, papá —fue lo único que pudo musitar con voz temblorosa.
—¿Cómo voy a dejarte solo? Necesito saber…
—No me preguntes nada, no quiero hablar, no quiero nada.
Thor escuchó a su padre suspirar y levantarse, pensó que por fin se quedaría solo para seguir derramando su dolor en la almohada, pero unos minutos después escuchó la puerta abrirse nuevamente, un peso asentándose al otro lado de su cama. Por un momento sintió el instinto de voltearse, pero entonces un brazo lo rodeó desde atrás, llevándolo de manera súbita a su infancia.
—¿Te acuerdas cuando estabas pequeño y tenías pesadillas? —preguntó Odín, sin esperar respuesta— Siempre seré tu papá, y siempre voy a estar aquí para cuidarte el sueño.
Aunque Thor había querido lamerse las heridas en soledad, mentiría si dijera que no encontró reconfortante la presencia de su padre a su lado, como cuando estaba pequeño y lo protegía de los monstruos en sus sueños.
*
Thor no volvió a clases el resto de esa semana, los días mezclándose entre sí, perdiendo la noción del tiempo. Su padre durmió con él sólo esa primera noche, en la mañana intentando nuevamente hablar con él, Thor simplemente insistiendo en que se sentía mal, evitando ir a clases nuevamente. La única diferencia con el día anterior yacía en que, esa vez, sí mordisqueó algo del desayuno que una de las muchachas de servicio le había llevado a la habitación. El hambre hizo acto de presencia brevemente, pero después de un par de bocados no pudo continuar, la tristeza transformándose en náuseas en el momento en que su duelo le regresaba a la mente.
Sus amigos no paraban de enviarle mensajes preguntándole qué le pasaba, y no fue hasta que vio entre las notificaciones la propuesta de ir a visitarlo que abrió el chat, diciéndoles que estaba bien, pero que no quería ver a nadie. Eso definitivamente los intrigó más, provocando una nueva oleada de mensajes, pero Thor sólo tenía cabeza para ese otro chat, aquel con la foto anónima cuyo mensajes no podían ser entregados. Un millón de “te amo” perdidos en el limbo. Su padre no insistió en hacerlo hablar, dándole su espacio, aunque Thor podía sentirlo asomarse a su cuarto antes de irse al trabajo y también al regresar, subiéndole algo de cenar, acariciándole la cabeza antes de dejarlo solo. Se asomaba también durante toda la madrugada, cada hora, como si temiera… ¿si temiera qué?
¿Temía que Thor se hiciera daño? ¿Sería Thor capaz de eso?
Fue el sábado al mediodía, cuando bajó por primera vez en cuatro días, que escuchó a su padre hablar por teléfono y sintió algo dentro de sí cambiar. La sed le había ganado, luego de tantos días sobreviviendo con el agua que le subían al llevarle comida y los pocos bocados de ésta que podía tragar.
Su padre estaba preocupado, asustado por él, y Thor experimentó un nuevo tipo de culpa.
—Tienes que regresar —Escuchó a su padre decir con voz desesperada, seguramente hablando con su madre—, te necesito aquí, ya no sé qué hacer. No sé qué le pasa, de un día para otro no volvió a levantarse de la cama. Yo ya no puedo dormir, ni concentrarme en el trabajo, me da miedo que… —Entonces suspiró, exhalando de manera temblorosa mientras Thor, a lo lejos, escuchaba la voz de su madre decir cosas que era incapaz de entender—. Está bien… sí… sí… yo también te amo.
Thor se recostó sobre una pared por un par de minutos, pensando, ese tono de voz de su padre tatuado para siempre en su memoria; ¿estaba llorando? ¿Lloraba por él? Sigilosamente subió de nuevo las escaleras, entrando a su habitación y yendo directo a su baño, mirándose por primera vez en el espejo desde… honestamente, no recordaba cuándo. Ahí se vio, apenas un fantasma de lo que era, le sorprendía lo mucho que había cambiado en unos días: lo demacrada que se veía su cara, la hinchazón perenne en sus ojos, ojeras marcadas debajo de éstos, su cabello grasiento… Thor nunca había pasado más de un día sin bañarse, no sabía ni por dónde empezar, no tenía ganas de nada más que seguir acostado, añorando desaparecer, convertirse en polvo sobre las sábanas, pero todo había alcanzado ya un límite sagrado para él: sus padres. Le tocaría disimular, sacar fuerzas de donde no las tenía, con tal de no atormentarlos, que ese dolor que lo estaba matando desde adentro no los envolviera a ellos.
El primer paso fue entrar a la ducha, dejando el agua recorrer todo su cuerpo mientras contemplaba la nada misma, recordando las veces que Loki y él se ducharon juntos ahí; las risas y roces electrizantes, su cabello negro lleno de espuma, su aroma mezclándose con el del champú de Thor, haciéndolo sentir suyo, suyo, suyo. Thor recordaba esa mirada fría del lunes y sentía su pecho doler, como un golpe seco, certero, como si todo el amor de Loki hacia él se hubiese esfumado con sólo pensarlo. Su baby ya no era su baby, ya no quería ser su baby; ya no quería sus besos, ni sus palabras dulces al oído, ni siquiera quería verlo, y Thor aún no podía creer cómo habían llegado a eso. Dios, Thor se sentía morir al pensar que tal vez no se cumplirían sus sueños con Loki; que no vivirían juntos, que no llevarían anillos en sus dedos y lo llamaría su esposo algún día, que Loki no quería ya nada de eso, no con él.
Pensar en Loki casándose con otro hombre casi lo hizo vomitar en la ducha.
No sabía en qué momento se había deslizado hasta el suelo, pero nuevamente la noción del tiempo se perdió para él ahí, sentado en la ducha, el agua ahora fría haciéndolo tiritar en medio de su llanto silencioso. No, no era eso a lo que había entrado ahí, su padre seguramente no tardaría en subir a ver cómo estaba, no quería regalarle otra imagen patética a su temor. Así que se levantó, enjuagándose las lágrimas con el agua, cerrando los ojos con fuerza, sintiendo reconfortante el frío de esta contra su cara caliente e hinchada. Empezó con el champú, lavándose el cabello, reprimiendo los recuerdos, reprimiendo las imágenes vívidas en su mente de Loki desnudo frente a él en esa misma ducha, el calor de su cuerpo al sorprenderlo desde atrás, rodeándolo con sus brazos… no, no.
Aunque fue difícil, tenía que admitir que… sí, se sentía un poco mejor, se sentía más humano; el agua le había hecho bien, el desodorante, la ropa limpia. El dolor seguía ahí, se sentía como una mierda, pero esperaba que, cuando su padre lo viera así, finalmente en pie y con otra cara, le diera un poco de tranquilidad a su mente. Cuando abrió la puerta de su cuarto, se encontró a su padre en el pasillo, quien pareció sorprendido, como si acabara de ver a un fantasma.
—Venía a ver si querías almorzar abajo conmigo —dijo, mirándolo de arriba abajo, una leve sonrisa en su rostro.
—Sí —respondió Thor, intentando sonreír.
Thor no recordaba haber tenido un almuerzo tan silencioso con su padre en toda su vida, no sin estar castigado luego de alguna cagada. Normalmente había por lo menos un tema de conversación entre ellos, su padre siempre había sido un poco más reservado, pero a Thor le gustaba charlar, y siempre encontraban de qué hablar. Su padre lo intentaba, realmente, pero Thor no podía concentrarse en dos cosas al mismo tiempo, intentar comer ya le exigía un gran esfuerzo.
—Hijo.
—Hmm… —Thor tenía la mirada perdida en su plato, hacía rato que solamente movía la comida de un lado al otro con el tenedor, incapaz de probar otro bocado; su padre cocinaba rico, pero el apetito no estaba ahí.
—Habla conmigo —insistió Odín, apretándole la mano brevemente—, déjame ayudarte.
—Estoy bien, ya… ya estoy bien.
—No estás bien, Thor —dijo, intentando conectar sus miradas, Thor con la suya fija en el plato—. ¿Es por una chica? Porque todos hemos pasado por eso, hijo, parece que…
—No hay ninguna chica —respondió Thor, sintiendo el dolor transformarse brevemente en rabia, pero no a su padre, sino a sí mismo; él se había encargado de mantener a Loki escondido, como un secreto, ¿qué le sorprendía que su padre asumiera que era todo por una chica? Ninguna chica lo había hecho sentir como Loki, ni el amor, ni el dolor…
—Pocas cosas pueden fingirse en la vida, pero los problemas con mujeres…
—¡Que no es eso! —exclamó Thor harto, deseando por un momento no haber bajado, deseando haberse quedado arriba, a salvo bajo las sábanas, sin tener que responderle a nadie, ni disimular nada.
—Bien —dijo Odín, asintiendo lentamente, Thor arrepintiéndose al instante de haberle gritado—. Sabes que el lunes sí vuelves a clases, ¿no? Te dejé faltar el resto de la semana porque, dentro de todo, siempre has sido aplicado, pero ya es hora de volver al mundo real.
—Lo sé, lo siento.
—Tal vez… tal vez es buena idea que veas a un psicólogo.
—No necesito un psicólogo.
—No tiene nada de malo, podría ayudarte a canalizar mejor tus emociones, ya que… lo que sea que esté pasando, no lo quieres hablar conmigo —insistió Odín—. Tampoco voy a obligarte, solamente… te planteo que es una opción.
—Gracias —respondió Thor con honestidad, brindándole un intento de sonrisa a su padre, quien le sonrió devuelta, dándole una palmada en el hombro.
—Tienes rato revolviendo la comida, puedes retirarte, yo recojo la mesa.
Thor le tomó la palabra y se levantó, yéndose directamente a su cuarto, todo el teatro dejándolo exhausto; sus rupturas eran más sencillas cuando no estaba enamorado. Dios, incluso llamarlo ruptura le hacía una grieta nueva a su corazón, ¿cómo se puede seguir viviendo así? Thor había tenido en sus manos un tipo de felicidad que jamás pensó posible, que nunca antes en su mente había concebido, pero que al estar con Loki comprobó que era real. Ni en sus peores pesadillas había contemplado ese fin, no el de ellos, nunca el de ellos, ¿cómo? Si todo era tan perfecto.
Encerrado en su cuarto sólo podía ahogarse en recuerdos de todas las primeras veces que transcurrieron ahí, toda la felicidad contenida en esas cuatro paredes, resumida en unos meses. Donde sea que mirara se le venían a la mente todos los besos, roces, siestas, sexo; risas por chistes estúpidos, palabras dulces susurradas al oído. No era libre en su teléfono, tampoco lo fue al prender la tele por primera vez en cinco días; estaban ahí todos los programas que veían, la música que escuchaban, las películas a medio terminar. Y de repente le faltaba un peso diferente en su pecho, uno que no le partía el alma, uno que no lo hacía exhalar el aire a intervalos, anticipando un sollozo; la cabeza de Loki apoyada justo sobre su corazón, con sus dedos dibujando figuras sobre el suéter de Thor, el movimiento constante relajándolo, una paz absoluta.
Cuando pensaba en que casi todo su amor transcurrió en esas cuatro paredes… sonaba tan deprimente.
Qué diferente había resultado todo, qué giro de mierda había dado su vida. El domingo, cuando se fue a dormir, lo único en lo que podía pensar era en que finalmente vería a Loki al día siguiente, que en la tarde se reencontrarían luego de un fin de semana lejos del otro, y no se quitarían las manos de encima. Thor no podía esperar a tenerlo en frente, poder estrecharlo entre sus brazos, enterrar el rostro en su cuello y sumergirse en ese, su olor favorito en todo el mundo, rodeado de ese calor que se había convertido en su nueva definición de hogar. Lo de ellos no era normal, Thor lo sabía, un amor así no se da a la ligera, esas cosas no se sienten por cualquiera.
Qué difícil era volver al gris luego de haber descubierto tantos colores.
*
De repente era lunes otra vez, una semana sin él.
El sábado en la noche su madre había vuelto de su viaje, sorprendiéndolo en su habitación, sumido en la oscuridad, alumbrado únicamente por la luz de la televisión que no estaba viendo. Se sintió diminuto, entre el gran refugio que eran los brazos de su madre, y la culpa de haberla hecho volver unas pocas semanas después de irse. Thor intentó disimular, decirle que estaba bien, que no tendría que haber interrumpido su viaje, pero el aliento no le alcanzó para toda la farsa, quebrándosele la voz durante el segundo “estoy bien” que salió de su boca. No, no estaba bien, lo sabía, pero qué difícil era ver su dolor afectar a los demás.
—No me hagas hablar, no quiero hablar —suplicó, su madre asintiendo, limitándose a acariciarle al cabello mientras Thor lloraba en silencio sobre su regazo.
Frigga no lo obligó a hablar, no de eso, no de lo que le dolía, por el resto del fin de semana. El domingo lo hizo bajar a comer con ella y su padre las tres veces, así sólo pudiera comer dos bocados; no lo obligó a comerse todo, pero sí a estar presente, y luego en la noche a ver una película en familia, después de que sus amigos fuesen con intención de visitarlo, y él sólo pudiese esconderse en su cuarto, incapaz de recibirlos. Thor apreciaba el gesto, y apreciaba estar con ellos, pero nada podía hacerlo sentir menos muerto por dentro, no cuando la única persona capaz de brindarle consuelo ni siquiera quería verlo, e intentar disimular otra cosa sólo lo hacía caer más profundo.
Ese lunes en la mañana, preparándose para volver a colegio luego de casi una semana de ausencia, Thor no sabía qué podía ser peor, qué esperar de Loki: la misma mirada fría de la semana pasada, o completa indiferencia. Dios, ambas dolían, ambas lo quemaban por dentro, ¿hacer como si nada luego de todo lo que habían vivido juntos? Tal vez no era demasiado tiempo, pero la intensidad que compartieron no tenía comparación. Thor se bañó esa mañana, aunque no quería, aunque seguía sin energía de nada, pero quería que… quería que Loki lo viera bien, no bien como si no le afectara, sino verse bien para él; ¿voltearía Loki a verlo? ¿Se encontrarían sus ojos nuevamente?
Thor estaba ansioso, la anticipación se lo comía vivo, no sabía qué esperar, no de Loki. Sabía que sus amigos lo iban a acribillar con un millón de preguntas, estuvieron haciéndolo toda la semana por mensajes, pero esa vez sí los vería cara a cara, definitivamente no estaba listo para eso. Se aseguró de llegar justo cuando sonara la campana de entrada, para así no tener que hablar con nadie antes de entrar e ir directo al salón donde le tocaba la primera clase. Sí, esa clase, la de su proyecto, la que inició todo esto. Y ahí estaba Loki, sentado en el mismo puesto de siempre junto al suyo, pero su mirada estaba fija en su cuaderno, como si revisara sus notas, sin reaccionar en absoluto cuando Thor se sentó a su lado.
Quería decirle tantas cosas en ese momento, pero en el fondo… en el fondo sentía que sólo podía empeorarlo todo.
Aun así, a pesar de la indiferencia, de no poder captar ni un solo segundo de contacto visual directo, Thor sentía… el sólo tenerlo cerca, a su lado, era como una pequeña curita al alma, era un destello de todos esos detalles que lo habían hecho feliz los últimos meses; el elegante movimiento de sus manos, el olor de su cabello, su perfil delicado, el oscuro contraste de sus pestañas. No podía dejar de mirarlo, dios, si ya era difícil cuando estaban juntos, ahora que estaban separados Thor sentía que tenía que absorber tanto como le fuese posible y retenerlo en su memoria; ¿sentía Loki la constante mirada de Thor sobre él? ¿Se daban cuenta los demás?
La clase terminó en un parpadeo, Thor apenas pudo exhalar un suspiro y, en un segundo, Loki ya se había levantado y se había ido; Thor había pensado en tal vez retenerlo unos minutos después de la clase, intentar decir algo, pero Loki ni siquiera esperó que sonara la campana. Thor recordaba esos ojos verdes el lunes pasado, la frialdad con la que lo miraron, tan diferente al Loki que Thor conocía, al que amaba. Se dio cuenta de lo fácil que había sido leer su mirada mientras estuvieron juntos, cómo Loki escogió ser un libro abierto para él, desplegando sus alegrías, tristezas, picardías, aburrimiento, todo, todo a una mirada de distancia. Ahora Thor ni siquiera se atrevería a decir que Loki le esquivaba la vista, porque no lo hacía, para él Thor sencillamente no existía; sus ojos fríos, distantes, habían levantado un millón de muros para no dejar entrever nada, convirtiéndolo en un desconocido.
Dos clases después llegó la hora de almuerzo, una completa agonía. Thor no se molestó en escoger algo de comer, sería un desperdicio, no tenía hambre. Tan pronto se sentó en la mesa sus amigos preocupados comenzaron con sus preguntas, empezando por su “novia misteriosa”, queriendo saber si era ella la que lo tenía así. Thor casi se quiebra, sonriendo brevemente para sí mismo ante la ironía, sus amigos creyendo que sufría por una chica lejos de todos ellos, mientras Thor tenía sus ojos fijos en la razón de su miseria, a escasos metros de él, almorzando con su grupo como si nada, las miradas cómplices entre ambos un acontecimiento del pasado.
—¿Fue por la distancia? —preguntó Sif.
—Tal vez —respondió él, sólo para no dejar la pregunta en el aire.
El día pasaba tortuosamente lento, los lunes él y Loki sólo compartían la primera y la última clase del día, lo que tenía a Thor el resto de las horas anticipando el momento que volviesen a estar en un mismo salón. Thor aún no sabía cómo haría para hablar con él, para adelantarse antes de que huyera del salón como ya había hecho antes; era obvio, palpable, que Loki no quería verlo, mucho menos hablarle, pero Thor estaba desesperado, necesitaba respuestas, necesitaba… ¿de verdad no había oportunidad de diálogo? ¿Cómo pudo cagarla así? Estaba perdido en un limbo. Tan ensimismado estaba en sus pensamientos que, cuando vio el perfil de Loki por el pasillo, a través de la ventanilla en la puerta, pensó que era una alucinación. Con el corazón latiéndole a mil por hora, Thor ni siquiera pidió permiso al profesor, simplemente se levantó de su asiento y corrió fuera del salón, escuchando a la distancia al profesor reclamarle que regresara.
Loki caminaba a paso rápido muy por delante de él, seguramente ni se había inmutado de que Thor lo estaba siguiendo. El pasillo estaba completamente desierto, claro, todos estaban en clases, Thor no tenía idea de hacia dónde iba Loki con tanta prisa, pero tampoco le importaba. En unas cuántas zancadas pudo alcanzarlo y, estirando su brazo, lo tomó de la mano por primera vez en mucho, mucho tiempo. Loki volteó confundido, su ceño fruncido mientras miraba sus manos, sus ojos subiendo lentamente por el brazo de Thor hasta alcanzar su rostro, al fin conectando sus miradas, Thor sintiendo el mundo detenerse alrededor de ellos. La expresión confundida en el rostro de Loki cambió por una de sorpresa, ¿había sentido él también ese corrientazo cuando Thor lo tomó de la mano?
Estaban congelados en el sitio, tal vez el tiempo sí se había detenido alrededor de ellos, Thor con la garganta cerrada, abrumado por todas las cosas que quería decirle, todo lo que quería preguntarle, los mil perdón que estaba listo para suplicarle. Loki estaba más pálido de lo normal, lo cual era un récord, y sus ojos… ¿eran ojeras esa sombra bajo sus ojos? Así de cerca, Thor se daba cuenta de que Loki no era tan indiferente a lo que estaba pasando como aparentaba, que tal vez él tampoco podía dormir pensando en Thor, ¿tal vez odiando a Thor? ¿Lo odiaba Loki? Si su relación no hubiese sido un secreto desde el principio, Thor contemplaría la idea de que alguien hubiese inventado un chisme para separarlos, que le hubiesen dicho a Loki que… que Thor le había sido infiel, o cualquier otra cosa espantosa que Thor jamás haría. Sin embargo, nadie sabía de ellos, estaba Thor padeciendo las consecuencias de algo que no conocía, pero que le había roto el corazón a su baby en mil pedazos.
—Loki… —fue lo único que pudo pronunciar con su voz ronca, apretando más la pálida mano con la suya, preparándose para hablar, rogando internamente que no huyera.
Reuniendo valor dentro de sí, tratando de poner sus pensamientos en orden para poder exhalar alguna oración coherente, Thor tomó aliento, listo para hablar. Fue justo en ese momento en que sonó la campana, aturdiéndolos a ambos, las puertas de los salones abriéndose y de éstas saliendo montones de estudiantes al pasillo, envolviéndolos en cientos de voces y conversaciones. En un reflejo, Thor le soltó la mano. No lo pensó, no tuvo tiempo para eso, su cuerpo actuó por sí solo, dejándolo frío y sorprendido, la expresión en la cara de Loki cambiando por completo. Si hubiese parpadeado, no habría notado ese medio segundo en que Loki frunció el ceño, pungido, escaneando luego sus alrededores antes de mirar a Thor otra vez, sus ojos humedecidos, negando lentamente con la cabeza, antes de exhalar una risa sarcástica. Thor lo vio todo en cámara lenta, plantado en el sitio, incapaz de hacer nada cuando Loki se dio media vuelta y siguió su camino, perdiéndose entre la multitud.
Thor nunca antes había sentido tanta vergüenza y decepción de sí mismo; había querido fervientemente otra oportunidad, pero ya no estaba tan seguro de merecerla.

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