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Characters:
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Language:
Español
Series:
Part 1 of Gifted Buddy (PatPran, PangWave)
Stats:
Published:
2022-01-30
Completed:
2024-12-28
Words:
102,927
Chapters:
24/24
Comments:
95
Kudos:
139
Bookmarks:
15
Hits:
3,779

Gifted Buddy (PatPran, PangWave)

Summary:

Pran y Pang son gemelos. Ambos fueron aceptados en Ritdha. Pat, por supuesto, también. Conocen a Wave en el camino.

Algunas cosas están destinadas a pasar.

Notes:

Tengo muchos errores porque lo escribí y publiqué el mismo día. Este es una especie de episodio piloto, por si tengo más ideas y vuelvo a el fic. Por el momento tengo un enamoramiento con el trío de los 2000, tal vez porque también soy del 2000.

De cualquier manera, este es un crossover del que casi soñé la otra noche. No sé si tenga sentido. Sigue un poco el canon de ambas series, así que hay spoiler de ambas.

La verdad, no metí Blacklist solo porque habría dos Chimon, dos Ohm y tres Nanon y causaría una explosión.

Quizá haya un poco de OOC con Pran, pero hay que tener en cuenta que ya no es hijo único, eso influyó mucho en cambios, aunque muy ligeros, en su forma de actuar con el mundo (especialmente con Pat).

En general, esto es autoindulgente y espero le guste a alguien. :)

Chapter 1: Capítulo cero

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Para la gente que vive en el vecindario, hay dos cosas que pueden decir sobre los gemelos Sermirittirong [1] y cómo distinguirlos. El hermano mayor, Pran, es un niño dorado. Su madre siempre va a presumir acerca de sus logros y cómo llegará lejos; el menor, Pang, es una persona mucho más relajada. Dissaya, en general, nunca se va a quejar de eso, porque sigue siendo relativamente bueno en sus estudios, solo que es una persona que prefiere pasar sus días jugando y corriendo que estudiando.

La segunda cosa tiene que ver con su vecino. A los ojos de los demás, y es tan claro como el agua, quien tiene una mejor relación con el hijo mayor de los vecinos es Pang, quien es menos estricto en cuanto a su odio con la otra familia se refiere. Pran y Pat (el hijo de los vecinos) siempre están compitiendo por todo, como herederos del conflicto legendario entre ambas familias. Si alguien quiere estar al pendiente del ranking, seguramente Pang tiene registro de cada uno de los eventos en los que su hermano mayor ha ganado, y Paa, la hermana menor de Pat, hace lo mismo con su propio hermano.

Dice la leyenda que los vas a encontrar juntos siempre, aunque nunca en términos amistosos. Desde que fueron aceptados en el jardín de infantes, la suerte los ha juntado en las mismas clases. Sobre todo, a Pran y Pat, los eternos rivales.

Por eso nadie se sorprendió cuando los tres fueron aceptados en la precisión Escuela Secundaria Ritdha, en una de las áreas más privilegiadas de Bangkok.


Dissaya mira los resultados de sus dos hijos en la mesa. La sonrisa en su rostro no se la va a borrar nadie pronto, a pesar de que sus dos hijos se estan muriendo por dentro a causa de la desesperacion.

Han sido aceptados, sí, pero ambos saben que esa secundaria no tiene un sistema común. Pang está mucho menos nervioso que su hermano, pero eso no es mucho cuando Pran siempre ha alcanzado niveles extremos con cada emoción que tiene. Dissaya abre la hoja de los resultados. Ambos saben que es la hoja de Pran cuando su sonrisa se ensancha.

—Clase uno —murmura Dissaya. Su padre le da una palmadita con orgullo a Pran.

Pang suspira. Él, a decir verdad, no puso tanto esfuerzo con su hermano como debería en ese examen, pero de todos modos tuvo un duro momento de tensión porque quería quedar en esa escuela. Tenía un solo objetivo en mente: mudarse a los dormitorios y hacer que su madre dejara de mirarlo con algo parecido a la decepción.

Cuando Dissaya lee el otro papel, se aclara la garganta. Pang lo sabe, que estaría en una clase inferior a la de Pran. Sabe que sus padres están en la misma sintonía que él, pero el arrepentido suspiro de su padre y la palmada, esta vez de consuelo , dura más tiempo en su espalda.

—Clase ocho.

Bueno, que noticia. La clase ocho es la última clase. Significa que, entre la élite, es de los más bajos. Pero aun así es de la élite, ¿no? Quiere decirle algo a su madre, pero ella ya ha dejado ambas cartas en la mesa. Su sonrisa no ha vacilado, pero hay una cierta tensión en ello.

—No importa —dice Dissaya—. Todavía está el examen de reasignación de décimo grado. Es durante el primer semestre, así que tienes oportunidad de ascender en la escalera.

Pang asiente.

—No pierdas tu tiempo en Ritdha, estudia mucho para que puedas elevar tus notas, ¿entiendes? Nada por debajo de 2.9 [2] .

Luego le muestra a Pran su hoja.

—Y tú no te relajas. Mantente en esta clase. También está el programa Gifted , tienes que asegurarte un lugar ahí. Y asegurarte de que el chico de al lado no tenga mejor desempeño que tú.

Los dos asienten, y sus padres finalmente los despiden. Solo queda este fin de semana antes de que comiencen las mudanzas. Ambos suben a su habitación, ninguno de los dos tan emocionados como probablemente se sienta.

Pang enciende el Nintendo en cuanto se arroja a su cama, mientras Pran toma la maleta que había estado preparando desde la mañana. Pang suspira cuando ve la tensión en los hombros de su hermano.

—Phi...

Sin embargo, es interrumpido antes de que alguna vez piense en lo que va a decir. Hay un golpe sordo en el suelo cuando Pat cae al piso, levantándose tan pronto como cayó. Tiene una enorme sonrisa en su rostro y sostiene un sobre en su mano derecha.

—¡Clase uno! —grita y susurra al mismo tiempo. Pang ríe.

—¿Qué estás haciendo aquí?

Ese es Pran, quien deja de lado su maleta y se enfrenta a Pat.

—Paa se hartó de mí —responde casualmente, dejándose caer en la cama de Pran—, así que vine a presumir. ¿Entonces? ¿Qué hay de ustedes?

—Phi está contigo.

Pat sonríe.

—¿Y tú?

—Ocho.

—Ow —Pat suena un poco decepcionado—. Lo siento, debiste recibir un gran regaño.

—No tanto. Mamá le dijo que podía reponerse en el examen de reasignación —dice Pran, y Pang tiene que reírse por el tono que, obviamente, Pat no ha captado.

—Oh, cierto —Inconsciente Pat sacude la cabeza—. Apuesto a que tu mamá te presiona para que entres al programa Gifted .

—Como asumo que tu papá hace contigo —acepta Pran.

Esta no es una noche distinta a las demás. Desde que tienen siete años, Pat tiene este ritual raro de metros en el cuarto de los gemelos para charlar un poco. Pang sospechaba que era porque Paa era muy impaciente como para sostener una conversación entera con él antes de dormir, y que a Pat le gusta molestarlos un poco. También está la otra opción, pero Pran nunca iba a dejarlo decir eso en voz alta.

Sí, puede que, a los ojos de los vecinos, Pang sea quien tiene una mejor relación con Pat. Pero Pang sabe que no es así, porque Pat y Pran son los más cercanos entre los tres. Así es, ni siquiera él es tan cercano a su gemelo como lo es Pat.


Resulta que los alumnos de la clase uno tienen el privilegio de elegir su compañero de cuarto. Pang actuaría totalmente traicionado si su hermano no lo hubiera elegido, es por eso que Pran tiene que tragarse las palabras que le gustaría decir cuando lleva sus cosas al cuarto que tendrá. Sin embargo, no sabe exactamente qué es lo gracioso, porque Pang se está riendo de él.

—¿Qué pasa?

—Sabes que Nac también está aquí, ¿verdad?

pran asiente.

—Sí, estamos en la misma clase.

—Me había ofrecido su habitación. Está feliz ahora porque no tendrá que compartir con nadie, pero habría aceptado, Phi.

Ahora Pran parece ofendido. Pang sabe, realmente no debería sorprenderse a este punto, que Pat le había ofertado ser compañeros de cuarto. Pat también sabía que Nac estaba en la clase uno, y que Nac es el mejor amigo de Pang, por lo que obviamente compartirían habitación. Pero ahora los trámites han sido hechos y, a menos que Pang quede milagrosamente en la clase uno y pueda ir a su propia habitación, la posibilidad de que Pran y Pat duerman juntos esté prácticamente extinta.

Eso no le impide a Pat colarse en su cuarto algunas noches.


De alguna forma, el primer mes pasa rápido. Pang es una persona divertida, y Pran puede reconocer eso. No hay duda de por qué es el carismático de los dos. Incluso ahora que está en la misma clase que Nac, no ha hablado con él más que para un par de cosas, mayormente sobre la escuela. Sin embargo, eso no significa que sea un asocial completo. Sin la presión de sus padres y con la confianza de que Nac no dirá nada nunca, se permite actuar un poco más relajado alrededor de Pat, por lo que incluso podría decir que comparten un círculo de amistad.

La única otra persona en toda la clase que no habla con nadie se llama Wasuthorn, Wave. Pran no se preocupa por él ni por Punn, el presidente de su clase, porque está más concentrado en estudiar para el examen de reasignación y asegurarse de que su promedio no será menor que el de Pat. Si su madre se entera que existe otro niño dorado en su clase, está seguro de que también lo presionará para superarlo, pero Punn es realmente agradable y no quiere entablar una mala relación con él.

Pat y Pang le dicen lo orgullosos que están de él por eso, y él finge que no está sonriendo cuando los escucha. Es la hora del almuerzo de la clase uno. Está sentado con Pat, Nac y su precioso hermano menor que se ha escapado de sus clases para ir a comer con ellos. Él ríe de las bromas que Pat y Pang hacen antes de que Nac amenace a su hermano y este se ofrece a comprarle una bebida.

Las risas se cortan cuando Pang tropieza con alguien. Ese alguien es, por supuesto, Wave. Él los mira con algo parecido al desprecio, y la mirada es más intensa cuando se dirige a su hermano menor, por lo que sus instintos de sobreprotección se encienden como luces parpadeantes. Pat lo detiene, porque ambos saben que se meterán en más problemas si Wave habla con la profesora Ladda acerca de la clase de Pang.

Eso y que son muy buenos peleando. Eso es algo de lo que se enorgullece y que nunca presumirá a su madre, por supuesto.

Se pierde la conversación, pero luego escucha que Nac y Wave están hablando del programa Gifted y sobre la especie de apuesta. Pang, en el programa. Nac lo asegura con tanta convicción que se siente un poco orgulloso, pero, en cuanto Wave les sonríe y se va, los cuatro se desploman en sus asientos.

—¿En la clase Gifted ? ¿Estás loco? —pregunta Pang, y Nac está tan furioso con Wave que asegura que lo ayudará tanto que entrará con seguridad.

Pran y Pat solo pueden mirarse, la preocupación latente entre ambos, rezando porque a Nac no se le precede algo, o peor, a Pang, para que su hermano menor tenga un lugar asegurado en el programa.


—En mi defensa, no fue mi idea.

Es una noche antes del examen, y Pran, en lugar de estar estudiando, como debería, se encuentra curándole una pequeña herida a Pang porque se rasguñó cuando, escúchalo bien, ¡intentó robar las respuestas del examen de mañana!

Fue idea de Nac, y eso sí tenía que aceptarlo. Su hermano era razonable, la mayor parte del tiempo. Pran no esperaba, sin embargo, que aceptara ese ridículo plan. Así que aquí estaba, preocupada porque su hermano se lastimó y estaba nervioso porque, si lo descubrían, Pang podría ser expulsado.

ningun dios podria ayudar contra su madre, si ese era el caso.

—No importa —dice después de un rato—. ¿Alguien los vio?

Pang niega dos veces.

—¿Está completamente seguro de eso? Hay camaras de vigilancia por toda la escuela.

—Nac y yo estudiamos el plano, encontramos puntos ciegos para hacerlo. Pero al final, no pudimos robarlo.

Pang no parece preocupado por eso. Pran siente alivio inmediato, porque sería peor si lo obtenido. Imagina que un profesor va a revisar y encuentra el examen desaparecido… Toda la escuela estaría condenada.

Suspira, un destello de toda la frustración que siente. Quiera o no, tiene debilidad por tres personas, solo tres personas, y una de ellas es su hermano menor. Pran nunca va a admitirlo a nadie, pero quiere que su hermano se quede en Ritdha. Sabe que es lo mejor para él. Aunque Pang es una persona más relajada, no quiere que su gemelo aguante a su madre por tres años sin él ahí para mediar las cosas.

—Vamos a dormir. La prueba inicia a las ocho y no quiero escuchar ninguna queja porque no dormiste lo suficiente.

Sin embargo, Pran es quien no puede dormir. Escucha los ronquidos de Pang cinco minutos después de que apagan las luces. Su hermano duerme en la literatura de arriba, lo que le da un poco de libertad para mirar por toda la habitación. Está nervioso, sí. Aunque él y Pat no han tenido que ocultar su… lo que sea que tengan, sabe que su madre llamará en cuanto salgan los resultados. Lo discutió con Pat, sobre qué pasaría si alguno de ellos no quedara en el programa Gifted , o si ninguno lo hiciera. Incluso si alguno de ellos quedara en una clase inferior. No seria nada lindo.

Y si Pang tampoco sube en su promedio, entonces tendrá a su madre quejándose por una semana al menos. Realmente no sabe por qué su obsesión con la perfección de sus hijos, pero le gustaría que, al menos este tiempo que está lejos de casa, no tuviera que pensar en las consecuencias inmediatas de sus acciones.


Pang está confundido. Le duele la cabeza, el sonido que viene desde las bocinas está a punto de aturdirlo, pero parece que nadie más está afectado por ello. Se pregunta, probablemente, si no está alucinando todo por la falta de sueño, cuando una voz comienza a hablar. Pang le presta atención a media frase, pero, afortunadamente, la mujer que habla repite todo ya él no le queda la opción que escribe su respuesta en la parte de atrás de la hoja.

Es el único que lo hace, y eso lo pone todavía más nervioso.

No pasan ni dos días después del examen cuando los resultados son publicados. Pat los arrastra al pizarrón, abriéndose paso entre todos los estudiantes. Pang va inmediatamente a la lista de la clase ocho, buscando su nombre y tensándose cuando no aparece. No pudo haberlo hecho tan mal, ¿verdad? No podría estar más abajo que esa clase, y no podrían expulsarlo solo por eso, ¿verdad? La única solución es que debería estar en una clase superior, pero tampoco se encuentra en la lista de la clase siete.

Una niña le toca el hombro de repente.

—¿Eres Pawaret Sermirittirong, cierto?

Él la mira. Ella es bonita, usa unas gafas grandes y su cabello es liso y bien arreglado. Se pone timido de inmediato, pero asiente. La chica le sonríe de manera brillante.

—Nos vemos en la clase Gifted , entonces.

—Mierda —escucha murmurar a Pat.

Pang se apresura con su hermano, solo porque no puede terminar de comprender lo que la chica le dijo. Pran está tan boquiabierto como Pat cuando lo mira, y Pang entra en pánico por un segundo.

—¿Qué? ¿Qué Paso?

Pran señala la lista. Es la lista de los alumnos que entraron al programa Gifted . Pang se apresura a leer, sin saber exactamente qué pensar o qué sentir. Están primero, obviamente, los alumnos de la clase uno. No se sorprende al ver los nombres de Pat y Pran en ella, pero su hermano lo alienta de inmediato a que vea el último nombre en la lista.

Pawaret Sermirittirong 4/8 . Ese es su nombre. Esa es su clase. Mientras procesa lo que acaba de leer, se regresa al principio de la lista para buscar otro nombre. Parakul Sermirittirong 4/1 , Napat Jindapat 4/1 , Wasuthorn Worachotmethee 4/1 , y luego Wichai Sai-Ngern 4/2 .

No quiere mirar, realmente no quiere, pero siente la presencia a su lado. Lentamente, gira la cabeza a la derecha. Ahí está, Nac, con el dedo en la hoja de al lado. Su nombre escrito en la clase uno.


Les dan la opción de compartir habitación. No acepta. Por mucho que Pran agradeciera la consideración, está claro que lo único que él y Pang quieren ahora es privacidad como para reflexionar qué demonios ha pasado suficiente.

—¿Estás bromeando, Pran? Sabes que no me gustan ese tipo de bromas.

Su madre está al teléfono, tan incrédula como esperaba. Pran ha estado intentando decir, durante al menos una hora, que no, no está bromeando. Pang la llamará en cuanto regrese a su propio dormitorio, y le confirmará lo que ya le dijo. Ambos están en la clase Gifted . A partir de la próxima semana, tendrán una clase extra, compartida.

La puerta de su habitación se abre, Pat entra de manera sigilosa. No tanto por las demás personas, sino porque sabe que está al teléfono con su madre. A juzgar por su expresión, él acaba de terminar de hablar con su padre. Ming y Dissaya siempre terminan por dar el mismo discurso.

—Entonces prepararé curry picante y tom yam la próxima vez que vengan a casa —su madre repentinamente cambia de humor. Pran está seguro de que irá a presumir a todo el mundo que no tiene un hijo en dicho programa, sino dos. Esos son más hijos de los que tiene Ming en el programa.

Se disculpará con Paa después, porque ahora él y Pang la han puesto en una posición difícil. Cuando entre a la secundaria, está seguro de que Ming la presionará para que también entre al programa.

Cuando finaliza la llamada, Pat ya se encuentra en su cama. Sostiene su almohada contra su cama y aspira profundamente. Seria un poco mas escalofriante si no estuviese acostumbrado.

—No es el olor del champú —dice de repente, como si hubiera tenido una epifanía.

—¿Disculpa?

—Es que pensé que era el champú que usas en casa o el suavizante de ropa que compra tu mamá, pero el olor sigue aquí, así que debes ser tú —se escucha aislado por la almohada, pero tiene la experiencia suficiente como para entenderlo claramente .

Pran le lanza un golpe con… un borrador. Pat no se inmuta, ni siquiera saca la cara de su almohada. Parece que se va a quedar dormido, y Pran de repente quiere patearlo de la cama. Sin embargo, es tarde. Ha estado todo el día con la mudanza y está cansado. De hecho, está considerando no ducharse e ir simplemente a dormir, pero sabe que solo será incómodo por eso. Es solo buena suerte la que tiene Pat, entonces, que se dirija a las duchas en lugar de molestarlo más.

Pran regresa a su habitación y se da cuenta que, en efecto, Pat se ha quedado dormido boca abajo. Su respiración es la única indicación de que todavía está vivo, y Pran está demasiado absorto en eso como para pensar en despertarlo. De cualquier modo, cuando Pat duerma de esa manera, será casi imposible despertarlo. Pran arranca la cobija que está debajo del cuerpo de Pat cuando se acuesta, acomodándose en la cama individual.

Demasiado apretado.

—Pat —intenta, moviéndolo para tener un poco más de espacio, pero no parece funcionar—. Oye, Pat. Muévete un poco.

Pat se mueve, sí, pero no en la dirección que Pran quiere. Suelta la almohada, solo para acomodarse más cerca de Pran y envolverlo como un pulpo entre sus brazos y piernas. Pat acomoda su rostro debajo entre el cuello y el hombro de Pat y respira hondo antes de apretar el abrazo. No se despierta, y eso es lo que más irrita a Pran.

—Pat, despierta. Oye, no soy Nong Nao. ¡Palmadita!

Al final, se queda dormido siendo la dakimakura personal de Pat. En sus sueños, solo puede esperar que su vida sea menos complicada durante su estadía en Ritdha, pero algo le dice que no es así y que lo complicado apenas va a empezar.


Joder.

Es lo único que Pran puede pensar mientras ve la presentación pasar rápidamente en el proyector. Wave no quita la mano de la computadora hasta que se asegura de que todos vieron bien la exposición. Luego mira al señor Pom, quien parece… feliz, de que Wave lo está acusando de algún tipo de experimentación en alumnos. Pran, por suerte, no es el único impactado. Pang parece asustado, lo que es de esperarse, porque ya se había peleado con Nac sobre sus pensamientos sobre la clase. Parece que estudian magia, habia dicho. Pran no podría haberlo puesto en mejores palabras.

El problema aquí es Pat, quien no parece tan sorprendido. Él, Mon, Punn y ese chico de la clase cuatro, Wai, son los únicos que parecen haber resuelto un misterio. No pasa mucho para que el señor Pom empiece a explicar lo que está sucediendo. Pat lo mira, sus ojos preguntan cosas que él no puede entender.

Un potencial. Una especie de súper poder que actúa como extensión de un rasgo determinante de cada uno. Una especie de don, derivado de la evolución. Neuronas quién sabe qué y otros tecnicismos que está seguro de que recordará cuando alguien le pregunte, pero que en este momento no recuerde. Mira a su gemelo, su gemelo lo mira, y sabe, en ese instante, que, por primera vez en años, ambos están pensando exactamente lo mismo.

¡¿Qué demonios?!


[1] Este es el apellido de Pang. Estuve buscando el apellido de Pran y Pat pero no encontré nada, así que decidí darle a Pran el apellido de Pang, ya que al menos él lo tiene. Con Pat fue otra cuestión.

[2] Las opiniones en Tailandia van del 1 (más baja) al 4 (más alta).

Notes:

Este capítulo y otros están en edición. No cambia nada de la trama, solo son palabras mal escritas o utilizadas.

Chapter 2: Capítulo uno

Summary:

Pran reflexiona acerca de todo lo que está ocurriendo en Ritdha y con el programa Gifted. También, um, acerca de Pat.

Notes:

Estoy un poco molesta con la plataforma porque siguió cambiando todo lo que escribí. Escribo en español y AO3 lo pone como si estuviera traducido del inglés; y, si lo traduzco al inglés, tiene muchas partes que no tienen ningún sentido. Pero espero que sea entendible. Quizá haga una versión en inglés también, depende de cómo avance esto.

Otra cosa, creo que finalmente encontré los apellidos de Pran y Pat. Pran, sin embargo, seguirá usando el apellido de Pang, porque está básicamente situado en el universo Gifted. En cuando a Pat, la próxima vez que escriba su nombre completo, el apellido "Jindapat" estará visible.

Psd: la narración estará intercalada.

¡Disfruten!

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Pran

Contrario a lo que muchas personas podrían pensar, Pran no le guardaba resentimiento a su mamá, no la odiaba ni nada por el estilo. De hecho, tampoco le tenía tanto miedo como Pang pensaba. Sí, temía que sus padres se dieran cuenta de cómo su relación con Pat y Paa era buena, y hasta temía que ella se diera cuenta de qué tan estúpidamente enamorado estaba de Napat Jindapat, pero eso era lo único. Fuera de su conflicto con Ming Jindapat, Pran sabía que Dissaya y Parakorn eran los padres más geniales del mundo.

Incluso Pang podía dar fe de ello. Pang, como el gemelo más problemático, sabía lo indulgentes que sus padres podían llegar a ser siempre que mantuvieran un buen promedio escolar. Era la única condición, y por eso era en la que más presión había. Pran creía que era justo, considerando todo lo demás.

¿Es por eso que se sentía culpable por su enamoramiento que iba a cumplir dos años? Sí, absolutamente. Pran y Pang iban a cumplir dieciséis años, Pat lo haría antes que ellos, lo que significaba que llevaba enamorado de él desde los trece. Al principio no supo si era solo a causa de la pubertad y cosas hormonales, como sugirió Pang, pero, si fuera por eso, entonces no habría durado tanto tiempo.

Para empezar, a Pran le atraían los chicos. En términos más técnicos, era gay. Aunque no quisiera admitirlo a su corazón, Pat no fue la primera persona de la que se sintió atraído, por eso lo sabía. Pang se burló durante semanas cuando se enteró de su primer crush y de la celebridad de la que se obsesionó durante un tiempo. Aun así, ni Pang ni sus padres tenían problemas con eso.

—Solo te pido una cosa —había dicho Dissaya—, por favor, que no sea el chico de al lado.

Ella nunca llamó a Pat por su nombre. Se imaginaba que Ming tampoco lo hizo, pero no era lo relevante en este caso. Esas palabras borraron todo rastro de alivio, de la sonrisa que tenía en el rostro cuando se lo contó a sus padres. Pang lo consoló esa noche, de modo que no dejaron que Pat entrara a su habitación.

Pat estaba prohibido. Su corazón no lo entendía.

Así que se encontraba en una crisis en este momento.

Como todos los días desde que se mudaron a los dormitorios Gifted, Pat dormía con él. A decir verdad, Pat tenía su habitación justo enfrente de la suya, por lo que bien podría ir a su cuarto y ya, pero no; insistía en dormir con él porque: “No puedo dormir solo, no tengo a Nong Nao conmigo y tu olor me relaja”.

Ya habían pasado dos semanas. Dos semanas desde que hicieron el examen de recolocación. Al momento, había algunas personas que habían descubierto su Potencial, Pat entre ellas; pero se negaba a decírselo, se negaba rotundamente a dar pistas sobre su potencial, y Pran no sabía por qué.

No quería sentirse tan mal por eso. Pat era el que se había autodenominado como su mejor amigo, por lo que técnicamente no tenía ningún derecho a saber sobre la vida del otro si este no quisiera decírselo, pero se sentía mal, de alguna manera.

Bueno, un secreto cada uno. Pat no revelaría su Potencial y Pran seguiría ocultando que estaba enamorado de Pat. Pensando en eso, se irritó. No sabía si patear a Pat de su cama o acurrucarse contra él, pero estaba lo suficientemente cansado como para no considerarlo e irse a dormir.

Acerca de su Potencial, no estaba tan preocupado por descubrirlo. Debido a la confidencialidad de la clase, en realidad no tendría que competir contra Pat acerca de ello, ya que su madre ni siquiera estaría enterada de estos Potenciales. No había hablado con Pang sobre eso, pero también parecía que su hermano estaba evitando activamente hablar de ello.

Los siguientes días en su clase se dedicaron a desarrollar los potenciales. Activadas las neuronas Gifted, estas tenían que ser continuamente estimuladas para desarrollar el Potencial de manera adecuada; Pran estaba emocionado por lo desafiantes que se volvían las pruebas y lo divertido que era ver a sus compañeros discutir entre sí sobre cuáles podrían ser estos potenciales.

Ocurrió, entonces, que la mitad del curso encontró sus potenciales. Pat se rehusaba a decir el suyo en público, pero eso no les impidió divertirse un poco. Wave fue el primero, con su poder sobre la tecnología; seguidos fueron Mon, los otros gemelos de la clase tres (Jack y Jo), Waiyakorn de la clase cuatro, y Punn de la clase uno, quienes expusieron sus potenciales a la clase, cosa que lo asombró un poco más de lo que pensó.

Justo cuando terminó la sesión de la clase, después de que Ohm, de la clase dos, hiciera algunos chistes, salió con su hermano rumbo a los dormitorios. Este sería un fin de semana en el que Pat regresaría a su casa (para recoger a Nong Nao), y ellos no, por lo que estarían solos durante dos días.

Fueron interceptados por dos personas a medio camino. La chica, Pran notó, era Namtaan, de su clase, quien era la misma persona que saludó a Pang el día de los resultados; y Ohm. Pang parecía llevarse bien con ambos, cosa que Pran se había perdido por un segundo, probablemente concentrado en su situación con Pat. No solo eso, sino que Pang y Namtaan se sonreían con mucha frecuencia, por lo que probablemente se gustaban.

Fueron a la biblioteca, la cual, sorprendentemente, no estaba vacía. Wai, de la clase cuatro, y Korn, de la misma clase, se encontraban ahí. Los dos tenían una pila de libros enorme en la mesa, y ni siquiera los miraron cuando los cuatro entraron.

Una vez en su propia mesa, Pran miró a los dos chicos que los arrastraron ahí. Namtaan suspiró y Ohm parecía querer hablar fuertemente, impedido por los otros dos estudiantes.

—Entonces, ¿alguno de ustedes ha descubierto su Potencial?

Los gemelos negaron. Pran entendió rápidamente que esa era la forma de Namtaan de iniciar una conversación, pero Ohm parecía divertido por la forma en que ocurrió. Ohm era más extrovertido entre ellos, por lo que continuó divagando sobre su propio, y desconocido, Potencial. En algún punto, Pang se incorporó a la conversación y después todos hablaban con entusiasmo sobre ello. Tal vez estaban demasiado emocionados, al punto en que Namtaan sacó los expedientes de todos los demás alumnos Gifted de otras generaciones para averiguar sus potenciales, que alzaron mucho la voz y de repente ya tenían a Wai y a Korn dándoles sombra.

Pran se sentiría intimidado si no supiera que la única persona que no parecía querer llevarse bien con el resto de la clase era Wasuthorn. Wai se quejó de que no podía leer bien con el ruido, pero Korn aligeró el ambiente de inmediato diciendo que en realidad no estaban llegando a ningún lado con sus ensayos, por lo que bien podrían respirar un poco. Como Namtaan seguía con el archivo abierto, los dos se unieron para especular sobre sus posibles potenciales.

Wai ya conocía el suyo, sin embargo. Él era jugador de rugby, dijo. Si era posible, quería conseguir una beca deportiva para la universidad y tenía que mantenerse constantemente en forma y con calificaciones suficientes.

—Estar en la clase Gifted definitivamente ayuda con mi currículum —expresó, un poco orgulloso—. Por eso también me alegra que mi Potencial sea físico.

Wai tenía una agilidad tan impresionante que a veces parecía que no se movía y se transportaba como por arte de magia. Junto con Mon, eran las únicas personas, hasta el momento, que habían tenido algo similar. De hecho, en las clases de gimnasia, Wai era el único capaz de evitar los golpes de Mon.

Korn no estaba preocupado por descubrir su Potencial, aunque sí sospechaba un poco sobre qué podría ser, aunque no estaba muy seguro. Tampoco quiso dar detalles, por si estaba equivocado.

—Sería genial si tuviera súper poderes como Spiderman —mencionó Ohm—. Imagina escalar las paredes y lanzar telarañas.

Ohm y Korn se llevaron bien enseguida, ambos bromeando y lanzándose telarañas y rayos imaginarios, y luego empezaron a jugar a que eran jedis. Luego de un rato, Pran abrió su cuaderno para anotar algunas cosas sobre los potenciales que ya conocían y los de algunos exalumnos, para ver si alguno se repetiría o algo parecido. Justo cuando iba a agarrar su bolígrafo, se dio cuenta de que ya no estaba en la mesa.

¿Se habrá caído? Miró debajo de la mesa, pero no estaba ahí. Pang le preguntó con la mirada qué era lo que ocurría, pero el bolígrafo parecía haberse esfumado. Luego recordó que alguien tomó dicho bolígrafo para pretender que era un sable de luz.

—Ey, Ohm, ¿tienes mi bolígrafo?

Ohm se detuvo de inmediato de su pelea imaginaria con Korn.

—Um, ¿sí? Lo dejé junto a tu estuche.

Namtaan rodó los ojos.

—Será mejor que no le presten nada a Ohm. No me ha devuelto los tres lápices que le presté, estoy segura de que los perdió.

Pang rió.

—También perdiste mi bolígrafo, el primer día del programa.

Ohm hizo puchero.

—Bueno, ¡soy distraído! Les compraré nuevos lápices, lo prometo.

Pran, sin embargo, no estaba contento. Ese bolígrafo no era tan especial en materia sentimental, ¡pero era caro! Su madre lo premiaba con distintas cosas, plumones y marcadores caros eran sus regalos preferidos. Pran planeaba estudiar arquitectura, por lo que cada uno de ellos eran valiosos. Díganle ñoño, estar en la clase uno en la mejor escuela de la ciudad (ejem, del país) ya era suficiente señal.

De cualquier manera, el bolígrafo estaba perdido hasta nuevo aviso. Decidiendo ignorar a Ohm por el momento, tomó uno de los plumones que tenía en el estuche. Wai se sentó junto a él.

—Este se parece al profesor Pom —murmuró, señalando a alguien de la quinta generación. Pran asintió.

—Es el profesor Pom —dijo Namtaan—, pero entonces todavía no se registraban los potenciales. Me imagino que el expediente estaba disponible para todos los alumnos.

Pran sabía que era más o menos bueno haciendo amigos. Tanto él como su hermano tenían algo que Pat llamaba “chispa”. Aunque generalmente no daban el primer paso, en realidad atraían muchas veces a las personas, por lo que no se sorprendió cuando rápidamente conectó con ellos.


Al término del fin de semana, Pat regresó a los dormitorios.

Los gemelos y Pat no habían estado separados tanto tiempo nunca. En serio, nunca. Las cosas entre su familia eran muy irónicas, y por eso Ming decía que la familia de los gemelos siempre les copiaba. Técnicamente, no estaba mal. Es decir, no era a propósito, pero, si Pat se fue a un campamento en las montañas del norte cuando tenían diez años y los gemelos también fueron porque uno de los guardabosques era primo de Dissaya, era pura casualidad. Si la familia de los gemelos consiguió un excelente lugar en Phuket para hospedarse durante las vacaciones largas, fue pura coincidencia que la familia de Pat terminara en el bungaló de al lado.

Tantos días separados no se sintieron naturales. Sobre todo, porque, desde que entraron a Ritdha y fueron libres de fingir que se odiaban, Pat se había quedado a dormir en su habitación más veces de las que podía contar. Así que, cuando Pat tocó a su puerta el domingo por la tarde, se sintió como estar de vuelta a casa.

Por supuesto, Pat trajo a Nong Nao. Justo en el momento en que se dejó caer en su cama, Pran estaba pensando en cómo decirle que al menos lavara el peluche, porque no planeaba dejar que Nong Nao tocara sus sábanas si no recibía por lo menos tres lavadas.

Pat detuvo su caída de una manera impresionante. Luego miró fijamente a Nong Nao, luego a Pran, y rió. Si hubo algo más impresionante que Pat frenándose en medio del aire, fue Pat dejando a Nong Nao en la mesa de noche de Pran.

—¿Qué pasa? Estuviste quejándote todo el mes porque no tenías a Nong Nao —preguntó, bastante confundido.

—Acabo de recordarlo —dijo Pat—. Eres una persona que odia la suciedad, y Nong Nao está cubierto de polvo. Si lo pongo en tu cama, seguramente me vas a patear.

Okay, tal vez no lo patearía. Solo tendría que desinfectar completamente al peluche y su cama al día siguiente. Aun así, la consideración de Pat removió algo dentro de él, no del todo positivo. Pat siempre fue complaciente, pero nunca con él. Ese no era un comportamiento que Pran tuviera la dicha de experimentar (y eso lo hacía más especial, porque significaba que Pat sabía que no tenía que hacer nada por Pran, que su amistad no era condicionada). Mucho menos con Nong Nao, bautizado como primogénito de Pat.

—Además —continuó—, tengo mi propio Nong Nao de tamaño real.

Pran frunció las cejas.

—¿Estás diciendo que soy como un peluche para ti?

—¡Nong Nao es mi hijo! Tú eres más como… mi calentador personal.

El horno humano era él, ¡qué mala broma! Pran no discutió, porque sabía que Pat estaba intentando no hablar mucho. Generalmente, su voz sería soñolienta, pero no ahora. Estaba deliberadamente fingiendo quedarse dormido.

Bien, si así es como iba a estar, Pran no lo detendría.


Después del término de la clase, el profesor Pom les pidió a los dos pares de gemelos que se quedaran en el aula. Naturalmente, los demás alumnos los miraron con curiosidad, pero no era como si pudieran quedarse. Lo último que Pran pudo captar fue la intensa mirada que Pat les dirigió, antes de ser empujado por Wave al salir.

Jack y Jo, los otros gemelos, se tomaron de la mano. Parecía que esperaban algún tipo de regaño, por sus posturas, pero Pran no sabía decir bien qué era lo que estaba pasando por sus mentes. En cuanto a él y Pang, solo se miraron fijamente.

El profesor Pom carraspeó cuando se dio cuenta de que ninguno de los cuatro iba a preguntar nada. Lo primero que hizo fue pasarles unos formatos, Pran escaneó rápidamente, encontrando las mismas líneas de la hoja de respuestas del examen anterior.

—El director me pidió que les dijera esto: desde la primera generación de estudiantes Gifted, esta es la primera vez que tenemos gemelos. Más que eso, son dos pares de gemelos —sonrió—. Así que estoy es algo importante.

Todos asintieron.

—Ahora que conocemos los Potenciales de ustedes dos —señaló a Jack y a Jo—, necesitamos ver qué alcance tiene. Qué tan fuerte es su sincronía, de qué manera aprovecharla.

Luego miró a Pran y Pang.

—En cuanto a ustedes, no sabemos sus potenciales todavía, así que necesito que observen bien cualquier señal de que se pueda haber presentado. Sabemos que hay personas que pueden tener el mismo potencial —señaló—, pero en realidad no sabemos cómo funciona en hermanos, o en gemelos. Si ustedes dos presentan el mismo potencial, o potenciales similares o complementarios, esto sería relevante para la investigación sobre el desarrollo de Potenciales.

En resumen, querían saber si Pang y Pran presentarían potenciales de la misma manera que Jack y Jo. Si era así, habría una nueva hipótesis y un nuevo campo de exploración acerca de ello. El ensayo fue acerca de ellos mismos y la relación que tenía cada uno con su gemelo.

Pang lucía sombrío cuando regresaron a los dormitorios. En realidad, Pran lo había notado desde el principio. El día en que Wave llegó a interrumpir la clase para revelar la verdad sobre el programa, Pran había visto a su hermano tenso, mirando fijamente a la hoja de la tarea. La razón por la que ellos se encontraban en dicha clase fue respondida esa misma tarde, por lo que Pran no tuvo oportunidad de preguntarle a Pang qué era la que pensaba sobre eso.

Parecía un buen momento, porque lucía como si su hermano quisiera decirle algo, pero estuviera demasiado tímido, o inseguro. Como si no supiera cómo comenzar.

—Algo te molesta. —No fue una pregunta, y el sobresalto de Pang le indicó que no esperaba que Pran hablara primero—. ¿Es sobre lo que dijo el profesor Pom?

Pang asintió, luego negó. Se quedó callado un momento, hasta que lo miró a los ojos, con los puños apretados encima de sus rodillas. Estaba temblando, parecía indefenso y pequeño.

—Estaba pensando en que quiero dejar el programa Gifted.

Eso era algo que Pran no esperaba en absoluto.

—¿Qué?

—He estado pensando en ello por un tiempo —continuó Pang—. Nunca sentí que encajara en el programa. Es decir, es obvio que no soy un genio como tú, Hia. O como Pat, o Wave —añadió, sonando molesto cuando mencionó a Wave—. Así que pensaba que hubo un error cuando entré a la clase. Luego de descubrir la verdad, todavía lo pensé.

—No crees tener un Potencial.

Pang negó.

—Aunque escuchaste el audio, aunque el profesor Pom dijo que solo personas con neuronas Gifted pueden escucharlo.

—¿Eso solo fue una coincidencia? Soy tu gemelo.

Pran suspiró.

—Vamos a ponerlo de esta manera, Nong: eres un genio, pero eres realmente malo para estudiar.

—Gracias, Phi. Eso realmente ayuda.

Negó.

—No, déjame explicarlo. Tu memoria es terrible cuando se refiere a cosas académicas. No te preocupas por tus calificaciones y ni siquiera te alteras cuando mamá o papá te exigen subir tus notas.

Luego sonrió.

—La única razón por la que aprobaste el examen de admisión de Ritdha, fue porque querías alejarte de casa por un tiempo. Es decir, que entraste porque quisiste. No te preocupaste por quedar en una clase alta, porque no lo hacías para mamá o papá, y lo único que te importaba era ser aceptado.

Pang abrió la boca para protestar.

—No, espera. Nac me contó que has estado escapando de la señorita Ladda y de tu profesor desde que inició el año escolar. Ni una sola vez te has metido en problemas o te han atrapado. Incluso lograste distraer a los profesores esa vez que fuiste a robar el examen, contra cualquier probabilidad. No has sido castigado ni una vez. ¿Sabes cuántos alumnos han logrado eso?

Pang se encogió de hombros.

—Ninguno. Es más fácil no meterse en problemas en esta escuela para no tener que lidiar con la señorita Ladda, pero quien lo hace, quien se mete en problemas, nunca puede escapar de ella. ¿Cómo es que lo haces tú, si no es porque eres un genio?

Después de decir eso, Pang medio sonrió. Más bien, evitó reírse. Pran sabía que lo había atrapado.

—Si algo nos está enseñando el programa Gifted, mi querido hermanito, es que nuestras capacidades e inteligencias vienen en más formas de las que podríamos imaginar.

Y Pran era bueno motivando a su hermano menor. Él lo sabía. Pran puso su mano en el hombro de Pang, sonriéndole como casi nunca lo hacía, solo en los momentos en los que necesitaba ser el hermano mayor.

—Créeme cuando te digo que mereces estar en el programa. Ahora solo hay que averiguar cuál es esa cualidad que logró que escucharas un audio. Eso no será tanto problema, ¿verdad? Solo relájate y déjate llevar con la corriente.

Pran sonrió esta vez. Luego dio un pequeño asentimiento.

—Bien, ese es mi hermano menor. Se siente raro cuando soy yo el que tiene que decirte que te relajes, así que regresa a tu yo usual.


Al otro día, Ohm lucía sombrío. Pran y Pang habían visto en el mural, ese chico, Folk, había estado perdido desde el día anterior. Ninguno de los alumnos dijo nada cuando el profesor Pom preguntó, claramente sin saber el paradero del chico; sin embargo, todos tenían el mismo pensamiento en mente. Ohm parecía la opción más probable. Pero era claro que el chico estaba entrando en una especie de crisis, por lo que no pondrían más estrés en su cuerpo, era como un acuerdo tácito entre todos los alumnos Gifted.

Todos menos Wave. Pran empezaba a entender por qué Nac había expresado su desprecio con tanta claridad. Ese chico claramente no había ido a Ritdha para hacer amigos. Por supuesto, el chiste malo y la exposición de las cámaras de seguridad hicieron que Ohm finalmente se desbordara. Namtaan y Pang salieron corriendo detrás de él en cuando Ohm huyó, y Pran quería seguirlo, pero supuso que dos personas eran suficientes; estaría abrumado si se les unía, sobre todo si consideraba que su hermano era más cercano a Ohm que él.

Pasados unos minutos, y luego de hacer algunas llamadas, el profesor Pom salió del aula, sin decirles nada, y todos empezaron a murmurar. Pran comenzó a garabatear en su cuaderno, sin estar muy seguro de qué hacer, hasta que escuchó un suspiro a su derecha. Cuando volteó, notó que Pat parecía estar temblando, y también se encontraba sudando.

—Pat, ¿estás bien?

Pat forzó una sonrisa e hizo un movimiento con su mano.

—No es nada, no es nada —le quitó importancia.

Claramente era algo. Pran se levantó y fue hasta él, revisando su temperatura. Pat se estremeció con el toque, y ahora parecía un poco más tenso.

—Punn —dijo, y tanto él como Claire le dieron miradas igualmente planas—, llevaré a Pat a la enfermería.

Punn asintió.

—Bien, avisaré al profesor Pom si regresa.

—¿Necesitas ayuda? —preguntó Wai, levantándose al mismo tiempo que Mon.

Pran miró entre ambos y luego a Pat.

—¿Puedes caminar?

—Uhm.

—Lo llevaré yo, no hay problema —sonrió, y luego acomodó a Pat para salir de ahí.

Pran no iba a admitirlo, pero su corazón estaba latiendo tan rápido que se sentía como una taquicardia. La preocupación por lo que estuviera pasando con Ohm, además del repentino estado en el que Pat se encontraba solo lo empeoró. Por supuesto, Pat era su prioridad, estaba entrando en pánico porque Pat parecía que se iba a desmayar en cualquier momento.

Bajaron las escaleras con dificultad, justo en los últimos escalones, Pat colapsó.

—¡Ai’Pat! ¡Pat!

Tal vez debería regresar y pedirle ayuda a Mon o a Wai. Pran estaba pensando qué hacer, intentando que Pat reaccionara. El pánico en su voz debía ser obvio, y Pat no estaba inconsciente del todo, por lo que, obviamente, Pat intentó tranquilizarlo con un balbuceo extraño.

—Puedo pararme —dijo después de unos segundos, más claramente.

—¿Estás bromeando? Iré por Mon, quédate aquí…

—No, no quiero ir a la enfermería.

—¡Pat!

—Solo estoy abrumado. El profesor Pom dijo que este este es un efecto secundario de mi Potencial.

Pran quería reír, pero de manera histérica.

—¿Abrumado? ¡Acabas de colapsar en la escalera!

—Son las emociones de Ohm —explicó.

—¿Sus emociones?

—Sus emociones, su pánico, su ansiedad, su sentir en general.

Pran suspiró.

—¿Me dirás cuál es tu potencial?

—Si me llevas a mi habitación y no a la enfermería.


Empatía. Más que simple empatía, dijo Pat.

El mismo Pat que se había desmayado en su cama cuando terminó de explicarle. Ahora se encontraba pacíficamente dormido, dejando a Pran solo con sus pensamientos acelerados.

En palabras simples, Pat podía sentir lo que los demás. Sus emociones, sentimientos más profundos y también lo que querían. No podía leer los pensamientos, pero sabía leer a las personas; por ejemplo, supo cuando Pran se sintió incómodo por la suciedad de Nong Nao, de alguna manera lo intuyó. Supo acerca de la inseguridad de Pang todo este tiempo, pudo sentir la apatía de Wave, la ansiedad de Ohm y todo lo que todos en la clase sentían.

Cuando se intensificaron los sentimientos, fue demasiado para él.

Ya estaba trabajando en eso con el profesor Pom. Estaban descubriendo la manera de controlarlo, de solo usar esa empatía cuando él lo decidiera y con quien quisiera, pero los avances iban lentos.

Pran estaba a nada de una crisis nerviosa.

Si Pat sabía y era capaz de sentir lo mismo que otras personas… ¿significaba que conocía los sentimientos de Pran hacia él?

Mierda.

Notes:

El siguiente capítulo será desde el punto de vista de Pang.

Nota: Encuentro divertido que el nombre de Wai sea "Waiyakorn", porque, sinceramente, no recuerdo si Korn era un personaje de la novela (tampoco recuerdo los nombres de los otros amigos de Pran y Pat en la novela); así que lo encontré como un dato curioso.

Chapter 3: Capítulo dos

Summary:

Todos los problemas empiezan con Wave y terminan con Wave.

A Pang empieza a disgustarle esta escuela.

Notes:

Es un capítulo corto. Más que nada una transición al inicio de los problemas que Ritdha tiene. Las tramas de The Gifted y Bad Buddy estarán mezcladas, y habrá algunas divergencias importantes en ambas, pero los problemas siguen siendo los mismos.

No tengo beta reader, así que todos los errores son, como siempre, míos.

Por cierto, me emociona pensar en el Potencial de Pran. Basado en los Potenciales de Jack y Jo, y en el Potencial de Pang, me pregunto si alguien tiene alguna idea de cuál es el de Pran. Solo he de decir que es muy importante para los problemas que van a enfrentar por culpa de cierto director.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Pang

Su nombre era Pawaret. De todos los hijos de sus padres (ejem, dos), él era el que salía del esquema de la familia perfecta. Él era quien desobedecía las órdenes y se aventuraba a hablar con Paa en la calle, y quien no estaba interesado en competir contra Pat en ningún ámbito de sus vidas. Además, tenía mejor estilo que su hermano mayor (según sus propias opiniones, no es como si alguien los estuviera evaluando). En resumen, era fácil de distinguir de su gemelo. Todos en Ritdha también parecían haberse acostumbrado a eso, ninguno teniendo problemas para diferenciarlos a él y a Pran.

Todos menos Wave.

Ahora, su irritación hacia Wave comenzó el día en que tropezó con él. De no haber sido por Nac, sin embargo, lo habría dejado pasar, pero su amigo había estado tan enojado con Wave que habló todo el día sin parar de la horrible persona que el chico era. Como consecuencia, Pang no pudo evitar sentir un poco de rechazo por Wave.

Con el paso del tiempo, ese rechazo se convirtió en una especie de enemistad. Wave, en general, era indiferente a todos en su clase. Apenas hablaba con alguien (según información de Pat) y no parecía interesado en llevarse bien con nadie (según Pran y Namtaan). Sin embargo, parecía haber tomado la decisión de molestar intencionalmente a Pang, por cualquiera que fuera la razón.

Empezando por nunca recordar su nombre.

“Parakorn”, “Pongsapat”, “Pine”, y, más recientemente, el nombre de su hermano mayor, “Parakul”, eran los nombres que Wave pronunciaba en lugar de usar el suyo. De alguna manera, entendería si Wave hubiera olvidado su nombre, “Pawaret”, porque no creía conocer los nombres completos de todos sus compañeros, ni siquiera de la clase Gifted, pero “Pang” no era difícil de olvidar, y era mencionado demasiadas veces en el salón Gifted como para que Wave no lo hubiese recordado. Eso solo dejaba una explicación y era que Wave estaba, deliberadamente, llamándolo por otros nombres.

La respuesta inteligente sería ignorarlo. O mejor aún, ser amable con Wave. Por su parte, Pang no estaba interesado, en absoluto, en ser amigo de Wave. Tenía suficientes buenos amigos, tanto dentro como fuera de Ritdha, y tenía a su hermano mayor. Entre otras cosas, también tenía que averiguar qué demonios pasaba con su Potencial y cómo podría relacionarse con el hipotético Potencial de Pran. Entonces, estaba muy ocupado como para pensar también qué hacer con Wave.

Y, um, quería saber qué estaba pasando entre Namtaan y él. Ella era su única amiga dentro de la escuela, pero no sabía qué era lo que sentía por ella. Atracción, definitivamente; pudo decir que, por parte de Namtaan, fue exactamente lo mismo. Pero, ¿qué más? Se llevaban bien, eran buenos amigos. No parecía que hubiera algo más.

—Pang… ¡Ey, Pang!

Alzó la mirada. Nac estaba sentado enfrente de él, en una de las mesas del jardín. Desde que inició el programa Gifted, ambos habían tenido menos tiempo para estar juntos. Sus horas de almuerzo eran las mismas, pero siempre era arrastrado por sus amigos a las mesas Gifted y no podían ni siquiera charlar.

—Parece que vas a apuñalar a alguien —siguió Nac, mientras comenzaba a garabatear en su cuaderno.

—Probablemente lo haga —dijo distraídamente—. Como sea, ¿vas a volver este fin de semana?

Nac negó con la cabeza.

—No, la profesora quiere que hagamos un examen de repaso, así que estaré estudiando todos los días. ¿Qué hay de ti? Tu mamá quería celebrar, me dijiste.

Pang frunció las cejas. Hablar con Nac del tema del programa siempre fue en tensión. Aunque Nac dijo que no era nada y que estaba orgulloso de él, podía ver que la noticia le afectaba mucho más. La verdad era que no solo por las horas del almuerzo no se veían. Nac parecía estar evitándolo cada vez que podía. Se veía más cansado, pálido y estresado. Pang quería decir algo, pero podía sentirlo, su relación era frágil y solo una sombra de lo que alguna vez fue.

—No creo. Phi me dijo que también quería estudiar, así que supongo que nos quedaremos.

En otras palabras, ninguno de los dos quería regresar a casa pronto. Tal vez hasta las vacaciones. Sin embargo, sabía que su madre llamaría y les pediría ir en el próximo feriado, cosa que no iban a poder negar. Pang sabía que la persona con menos ganas de regresar a casa no era él, sino Pran, aunque su hermano no lo admitiera. Pran nunca admitía nada.

Volviendo al tema, Nac no lo miró a los ojos y siguió garabateando. A este punto, Pang estaba a punto de explotar y pedirle a los profesores que dejaran descansar a los alumnos dos segundos. Nac dijo que tenía un examen, pero no estaba estudiando, no en realidad. Repitió palabras por lo bajo, cosas inentendibles, y sus apuntes seguían siendo garabatos y líneas sin sentido.

Cualquier palabra que Pang dijera sería el detonante para Nac. Afortunadamente, hubo un ruido que los sobresaltó. Era la señorita Ladda, que caminaba apresuradamente hacia algún lugar. Apenas les dio una mirada antes de seguir su camino. Nac suspiró.

—Tengo que ir a estudiar.

—Ey, ¿no quieres comer?

Había olvidado por completo que su reunión era para comer. No era la hora del almuerzo, pero quería conseguir algunas palomitas o algún tipo de snack para compartir con Nac. Pero su amigo negó inmediatamente con la cabeza.

—No, necesito ir a estudiar. Nos vemos, Pang.

Justo cuando Nac salió de su vista, Ohm se sentó enfrente de él, cargando una mochila negra que no era suya, y luciendo un poco perdido y asustado. Mientras le mostraba lo que le dieron, lo que el tipo Folk le dio, Pang pensó que esta escuela no era tan maravillosa como parecía en un principio.


Encontraron a Folk empapado en uno de los cubículos del baño. Pang, a este punto, pensaba lo aterrador que debía ser para Ohm el alcance de su Potencial. De alguna manera, lo hizo desear mucho menos tener alguno. Sin importar lo que su hermano le dijera, o las palabras de aliento de Namtaan, Pang estaba cada vez más desconcertado por lo que ocurría en la escuela.

Sin embargo, no fue hasta que escuchó que Pat fue a la enfermería que se sintió aterrado. Quería correr a buscar a su hermano cuando llevaron a Folk a la misma enfermería y ni Pran ni Pat se encontraban ahí. Por lo que Punn le dijo, Pran había sacado a Pat del salón menos de cinco minutos después de que fueran a buscar a Ohm.

Como era de esperarse, no le dijo nada al profesor Pom, que estaba con Ohm y Namtaan, antes de correr en dirección a los dormitorios. Quizá Pran lo había llevado a descansar, y quizá Pat no quería que se supiera porque el tío Ming armaría un escándalo si se enteraba que su hijo fue enviado a la enfermería a un mes de entrar a Ritdha. Justo mientras atravesaba el jardín que separaba ambos edificios, chocó con alguien y una pila de papeles voló entre ambos. Pang comenzó a ayudarlo a recoger los archivos, los cuales le fueron repentinamente arrebatados.

Al levantar la mirada, vio que era Nac.

O la cara de Nac, al menos. Porque Pang podría haberlo pasado desapercibido en cualquier otro momento. Su brillante mejor amigo no se encontraba por ningún lado.

—¡Ten cuidado!

Pang no tenía tiempo que perder, pero sabía que Nac no estaba bien. Pat sería bien atendido por su hermano, por lo que intentó calmarse y hablar con Nac. Pero, como desde que entró al programa Gifted, todo se volvía un problema casi de inmediato.

Wasuthorn era, en el caso de Pang, el que le causaba la mayoría de los problemas.

Convocado por alguna especie de maldición, Wave apareció detrás de él cuando Nac intentaba pasarlo, empujándolo levemente con el hombro. El sonido de desdén que salió de los labios de Wave pareció hacer click en la mente de Nac, quien de repente se quedó quieto, mirándolo fijamente.

Pang no estaba seguro de exactamente qué fue lo que lo desencadenó. Si Pang tocando el hombro de Nac, pidiéndole que lo acompañe, o Wave insinuando que ahora la sanguijuela era Nac, frase derivada de la ayuda que ofreció Pang para llevarlo a los dormitorios Gifted para que descansara y comiera algo. Pudo ser cualquiera de las dos, a este punto. Entonces, Nac simplemente explotó y se lanzó contra Wave. Pang tuvo que pensar rápido cuando su amigo lanzó un golpe que, de haberlo lanzado en un estado consciente, habría noqueado a Wave.

Se volvió borroso a partir de ahí. Nac acusándolo de haber planeado todo con Wave, Nac acusándolo de hacer trampa en el examen, Nac despreciándose a sí mismo cada vez más. Los gritos aumentaron de volumen hasta el punto en que la señorita Ladda los escuchó y tuvo que intervenir. Después de eso, los tres terminaron en la oficina de la señorita Ladda, con el profesor Pom (ya de por sí estresado por Ohm y Folk) intercediendo por ellos dos. Eso enfureció incluso más a Nac, quien se lanzó contra él en una especie de ataque de ira.

Pang siempre supo que su amigo era fuerte. Nac estuvo en el club de boxeo antes, practicaba con Pat y casi siempre terminaban exhaustos porque ninguno podía derribar al otro. Pat era un musculoso jugador de rugby que apenas podía ser movido. Pang y Pran eran igual o mejores en las peleas, pero ellos eran más ágiles que fuertes.

Esta vez no fue lo suficientemente rápido. Apenas pudo cubrirse de los golpes de Nac, cuya mirada estaba desenfocada. Entonces Pang solo pudo pensar en una cosa, y lo tomó por las muñecas en un intento de detenerlo.

—¡Nac, detente ahora mismo!

El profesor Pom tomó a Nac por los brazos. Al sentir el contacto con el profesor, fue como si Nac se quedara congelado. Quizá finalmente entendió lo que estaba pasando, porque de repente sus ojos volvieron a ver. Estaba temblando, y Pang todavía no lo soltaba, en caso de que volviera a atacarlo. Pero como parecía que no, le dijo más calmado:

—Solo… cálmate, Nac —dijo—. Ve a descansar, por favor.

El profesor Pom finalmente pudo alejarlo de Pang. Mientras se levantaba, se dio cuenta de que otros dos profesores habían llegado para ayudarlo, los cuales se llevaron a Nac a alguna parte. Con la respiración agitada, Pang miró al profesor Pom, y este solo le dio una mirada que era mitad comprensión y mitad preocupación.

—¿Estás herido, Pawaret?

No, no lo estaba. Más bien, estaba aturdido.

Wave lo observaba con las cejas fruncidas. Más de lo normal, es decir. Cuando Pang y Wave finalmente salieron de la oficina de la señorita Ladda, parecía que Wave quería decirle algo, pero él no se detuvo. Pang no quería más problemas, no quería hablar con nadie. Entonces fue directamente a su habitación, solo para encontrarse a su hermano en el pasillo.

Pran, quien parecía haber visto un fantasma. Pálido, tembloroso, asustado.

Cuando sus ojos se encontraron, Pang realmente sintió que solamente cambiaron de infierno, no que habían salido de alguno.


Hace dos semanas, después de que salieron los resultados del examen:

—¿Mamá?

—Pang, ¿es cierto lo que me dijo tu hermano?

—Uhm, eso depende… ¿qué te digo?

—Que entraste al programa Gifted.

—Ah, sí. Es verdad.

—¿No es una broma entre ustedes dos, chicos?

—No, mamá, de verdad entré.

—… ¡Eso es asombroso, entonces! ¿Lo ves? Si realmente te aplicas en tus estudios, ¡puedes llegar lejos! Le diré a tu papá, entonces. Estoy segura de que querrá festejar sobre esto. Por cierto, ¿alguien más…?

—Bueno, Hia y yo entramos. Pero Nac…

—Uf, espero que no se sienta tan mal por eso. Dile que es bienvenido a comer en cualquier momento, ¿vale, cariño?

—Sí, eso haré.

—Bueno, entonces. Me tengo que ir. Felicidades, hijo. Cuídate, come bien y estudia mucho, ¿sí?

—Sí, mamá. Tú también. Dale mis saludos a papá.

—Okay. Te quiero.

—También te quiero. Adiós.

Colgó.

—¿Y bien?

—Ni siquiera me preguntó por el puntaje de Ai’Pat.

—A mí tampoco —rió Pran.

Notes:

El siguiente capítulo es del punto de vista de Pran y Pang, y será publicado mañana por la noche.

¡Gracias por leer y por sus comentarios!

Chapter 4: Capítulo tres

Summary:

Finalmente, Pran y Pang sospechan algo. Pat está ahí también, como siempre.
El segundo nombre de todos los alumnos Gifted es Crisis.

Notes:

Como siempre, no está beteado. Los errores son míos.

Acabo de terminar de escribirlo porque cambié algunas cosas, si no tiene sentido, por favor díganme.
Espero no estar haciendo mucho OOC de los personajes porque realmente quiero que tengan su esencia, pero saber que Pran es un hermano mayor y que Pang es un hermano menor no puede simplemente dejarlos intactos, ¿verdad?

Aun así, espero que disfruten.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Pran

Tanto él como Pang parecían necesitar vacaciones a solo mes y medio de entrar a Ritdha. Si no fuera porque su hermano también parecía estar a punto de desmayarse, Pran probablemente se hubiera dejado caer ahí mismo en el pasillo. Afortunadamente, se tenían el uno al otro. Pran decidió ir al cuarto de Pang, porque Pat podía despertarse en cualquier momento e ir a su propia habitación.

No quería enfrentarlo en absoluto.

Es más, ¿y si se quedaba un tiempo con Pang? Pat solía entrometerse en sus cosas todo el tiempo, pero era mucho más respetuoso con el espacio personal de Pang. Seguramente captaría la indirecta.

Seguramente lo dejaría reflexionar con lo que acababa de aprender.

Buda, por favor, ayúdalos.

Pang no habló. Pran tampoco habló. Claramente no era algo de lo que querían discutir en ese momento. El corazón de Pran todavía no estaba listo, seguía procesando todo acerca del Potencial de Pat. Cada palabra que se le dijo se repetía en su cabeza en bucle. Pran también parecía perdido en sus pensamientos.

Realmente ninguno de los dos dijo una sola palabra el resto de la noche.

A pesar de su nerviosismo, Pat no se comportó de manera diferente al otro día. Lo saludó alegremente, le agradeció por llevarlo a su habitación e incluso lo retó para ver quién llegaba primero a sus clases. Durante su laboratorio de química, Pat también le propuso ver quién terminaba más rápido la práctica entre los dos, cosa que ambos se tomaron demasiado en serio, ganándole, por primera vez, a Punn.

Pran estaba aliviado de no tener que hacer nada excepto comportarse como siempre. Él era bueno ocultando sus sentimientos por Pat, al menos los románticos. De entre todos sus amigos, solamente Pang sabía (y ahora Pat, joder) acerca de eso. Entonces, fue fácil para él seguir fingiendo que no estaba a punto de huir del país porque su autoproclamado mejor amigo probablemente había descubierto que estaba enamorado de él.

Afortunadamente también, o no, no tuvo que pensar en ello por mucho tiempo. Cuando tuvieron tiempo de hablar, en el almuerzo, Pat dijo mucho más de lo que había podido contarle el día anterior (pues estaba prácticamente inconsciente). Pat estaba comiendo mucho, pero era normal dado lo agotador que era utilizar un Potencial.

—El profesor Pom y yo estuvimos practicando —había dicho Pat—. Por el momento, soy capaz de controlarlo si las personas están en un estado al que llamo cero; es decir, cosas cotidianas.

Pran asintió, atento.

—Ayer había muchas cosas en el aire —continuó—, por eso no pude evitar sentir lo que los demás. Ohm estaba angustiado, Namtaan preocupada, ese tipo de emociones y sentimientos son fuertes. Además, Wave estaba deseando mucho que Ohm se metiera en problemas.

Pran intentó no decir nada más. Entendía la situación. También entendía por qué Pran sintió disgusto por poner a Nong Nao en su cama, pero no era por el peluche, sino porque Pat había llevado algo importante para él al espacio de Pran.

—Además, también influye la cercanía. Si estoy junto a ti, puedo entender lo que sientes o quieres, pero no si te encuentras a tres metros de distancia, a menos que tengas una emoción fuerte, por supuesto.

El Potencial de Pat era increíblemente útil. Pat estaba destinado a atender el negocio familiar de su familia, por lo que tendría que tratar con todo tipo de clientes; conocer lo que ellos deseaban o de qué humor estaban, o qué necesitaban, ciertamente haría de Pat el mejor hombre de negocios del mundo.

Eso todavía no explicaba por qué demonios no mencionaba los sentimientos de Pran. Es decir, el amor era un sentimiento fuerte, y Pran no podía controlar, precisamente, lo que sentía cuando Pat y él estaban juntos, solos y sin la presión de sus padres.

Decidió no decirlo. Si Pat no lo iba a traer a la conversación, él tampoco. Suficiente tenía con pensar en ello, enfrentarlo de verdad le daba tanto miedo que prácticamente bloqueó la posibilidad de hacerlo algún día.

Fuera lo que fuera, esa (especie de) conversación con Pat lo relajó un poco. Ahora podía concentrarse en otras cosas, como averiguar su propio Potencial y concentrarse en sus estudios. Si quería entrar a la facultad de arquitectura, realmente tenía que poner todos sus esfuerzos en ello.

Durante la clase de esa tarde, el profesor Pom explicó acerca de la importancia de conocer sobre sí mismos y sus Potenciales. Agregó que, aunque varios todavía no conocieran algunos, era importante estudiar sobre la evolución de sus cuerpos. Al final de la clase, les asignó a todos una serie de libros que debían estudiar para informarse más acerca de ello.

Pran no fue a la biblioteca de inmediato, como su hermano. De cualquier modo, tenía tiempo para leerlos, pero antes tenía que hacer algo más.

Desde que entró a Ritdha, apenas había hecho amigos además de Pat. Namtaan y Ohm eran más amigos de Pang que suyos, así que podía decirse que, de todos ellos, el único nuevo amigo era Waiyakorn de la clase cuatro.

El Potencial de Wai era físico, pero su lista de libros se extendía más allá de la anatomía, yendo a la física y los cómics de Flash; Wai, sin embargo, descartó su lectura hasta nuevo aviso y lo invitó al campo. Como estudiante Gifted, tenía acceso al gimnasio o al campo deportivo todo el tiempo. Wai y él fueron a correr un poco y charlar sobre algunas cosas.

De hecho, fue interesante. Wai también aspiraba a ser arquitecto, aunque también esperaba ganar una beca deportiva en la universidad. Le preguntó a Pran acerca de alguna recomendación y él le dio la universidad a la que había asistido su padre y que él planeaba ir. Era cara, definitivamente necesitaría una beca si no tenía suficientes recursos, pero era una de las mejores opciones en toda la ciudad.

—Ey, podríamos ser compañeros de clases —sonrió Wai, mientras dejaban de trotar y caminaban por algo de agua. En ese momento, vieron a Mon caminado en su dirección.

—Eso sería genial.

Mon también era una de las pocas personas a las que Pat le había hablado. Ella era una chica que su madre seguramente amaría y admiraría. Además, su Potencial la hacía solamente más genial. Y, en realidad, parecía que a Wai le gustaba.

Si a él le gustaran las chicas, probablemente también le gustaría ella.

—Ey, ustedes, ¿han visto una ardilla por aquí?

—¿Una ardilla? —preguntó Wai, un poco desconcertado.

—Sí. He estado alimentando a una ardilla todos los días desde hace una semana, por allí —señaló algunos árboles que estaban al borde del campo—, pero no he podido encontrarla hoy.

—Oh, no. No la hemos visto.

—Podríamos ir a buscarla —ofreció Pran—. De todos modos, ya terminamos aquí, ¿verdad, Wai?

Wai asintió efusivamente. Mon les sonrió y aceptó. Ella era una de las personas a las que el olor corporal de ellos no le importaba porque se la pasaba en el gimnasio y entrenaba todos los días con los del club de artes marciales.

Los tres fueron en dirección al jardín donde se encontraban los árboles, pero no pudieron encontrar nada. Probablemente la ardilla se había movido a alguna otra jardinera, y Mon recordó, entonces que la primera vez que la vio estaba en otro lado. Se dirigieron allá, donde había unos arbustos muy bonitos. Le daban un lindo toque al edificio.

Oh. El edificio eran las oficinas principales. Había estado ahí solamente una vez, cuando tuvo que hacer un trámite por sí mismo. Sabía que la oficina del director se encontraba en el segundo piso, y que la ventana daba exactamente hacia los arbustos. De hecho, el director tenía una buena vista de la escuela, huh.

—Yo buscaré por ahí, ustedes vayan por allá —indicó Mon.

—Ah, está bien —intervino Pran en cuanto vio el rostro de su amigo—, yo puedo ir solo.

Mon alzó una ceja.

—Yo también. Entonces separémonos los tres.

Wai parecía un cachorro pateado.

—Oh, sí, claro.

Pran se dirigió más cerca de las ventanas. En este momento, se encontraba justo debajo de una de ellas, la cual estaba semi-abierta. Había un sonido relajante que era familiar para él. A Pran le gustaba tocar la guitarra, y a Pat la batería, así que ambos tenían un metrónomo en sus respectivas habitaciones que a veces usaban. Pran reconocería ese sonido donde fuera, pero no sabía que había algún administrativo que disfrutara de su sonido también.

De repente, se escuchó una voz.

—¿Cómo está el joven Meechoke?

La voz también era familiar. La escuchó durante la bienvenida, y la escuchaba todas las semanas por el altavoz escolar.

Era el director Supot.

Ahora, Pran debería ser un alumno responsable e irse de ahí, pero algo lo detuvo. Tal vez fue que no quería ser descubierto, y si pisaba alguna rama o algo así ellos se darían cuenta. Otra cosa fue que recordó exactamente cuál era la oficina del profesor que usaba metrónomo como ruido de fondo.

—Ya pudo regresar a clases —dijo el profesor Pom, sonando mucho menos suave que cuando les hablaba a ellos.

—¿Y la señorita Chayanit?

—Su madre vendrá mañana. Ella es… un caso difícil.

—Su hija no ha tenido ningún problema, los chequeos médicos son recurrentes en los estudiantes Gifted, no veo razón para que ella encuentre complicaciones.

Casi escuchó al profesor suspirar. De repente, el ritmo del metrónomo se detuvo.

—¿Estás preocupado por ella, profesor?

—Es solo que… Chayanit es una alumna de excelencia académica. Sé que es feliz en el programa, solo me preocupa que se esfuerce de más y termine dándole razones a su madre para llevársela.

El director rió.

—No te preocupes, sé que no pasará; su madre ha estado haciendo esto desde que la transfirió aquí. Más que eso, Chayanit es una estudiante Gifted, está destinada a permanecer aquí.

Hubo silencio unos segundos.

—Por cierto, director —dijo el profesor Pom después de un rato—, tengo informe de dos nuevos alumnos. Podemos hacer la presentación en su oficina o en la sala de juntas.

—Ah, perfecto. Sí, vayamos allá. ¿Has averiguado algo de los gemelos…?

Las voces se desvanecieron conforme ambos dejaron la oficina. Pran había estado conteniendo la respiración, y no se dio cuenta de eso hasta que por fin exhaló, aliviando de no haber sido encontrado.

—¿Estamos escondiéndonos por alguna razón?

—¡Mierda!

Pran golpeó a la persona que estaba detrás de él, dándose cuenta, no demasiado tarde, de que era Napat Jindapat. El aliento de Pat le había causado demasiadas cosquillas, pues lo había dicho prácticamente en su cuello. El golpe que le dio era bien merecido.

—¡Tú! ¿Qué estás haciendo aquí?

—Podría preguntarte lo mismo —se quejó Pat, frotándose el lugar donde Pran lo había golpeado—. Eso realmente dolió, ¿sabes?

—¡Tal vez no te habría golpeado si no te me hubieras acercado así! ¿Qué eres, un psicópata?

Pat tuvo el atrevimiento de reírse. Maldita sea, se veía adorable.

—No me escuchaste llegar, y me gusta tu aroma, así que me acerqué. Sabía que estabas concentrado, así que no quería interrumpir. Por cierto, ¿de qué crees que estaban hablando el profesor Pom y el director?

—Tú… permanece en un tema, por favor.

—El director —insistió Pat.

Pran suspiró.

—Bueno, Chayanit es Namtaan. Y sabes lo que dijo, que ha tenido la presión alta desde siempre. Escuché que ha ido a la enfermería dos veces esta semana porque utilizó su Potencial durante mucho tiempo.

Pat asintió.

—Supongo que su madre quiere hablar de eso.

—Y los gemelos… ¿son tú y Pang?

Pran encogió los hombros.

—Tal vez. El profesor Pom quiere saber si nuestros Potenciales serán los mismos, como Jack y Jo; parece que es para la ciencia o algo así.

—Oh, serán como sujetos de observación. Pareciera que están experimentando con nosotros —rió Pat. Pran no pudo evitar sonreír de acuerdo.

De hecho, el que estuvieran al pendiente de sus reacciones era como si los investigaran. Pero era normal. Después de todo, la tendencia de los Potenciales no era a repetirse, por lo que había muchas variables en el desarrollo de alguno, y los gemelos eran solamente una nueva variable.

—Entonces, ¿encontraste tu Potencial?

Pran negó.

—No todavía. Planeaba leer los libros que nos dieron ahora, pero… ¡la ardilla!

—¿Ardilla?

—Oh, es Mon… ¡Mon! ¡Wai! Demonios, los perdí de vista.

Pat frunció el ceño.

—¿Los estabas vigilando o algo así?

—No, estábamos buscando a la ardilla de Mon.

Al final, Pat y Pran regresaron al campo sin poder encontrar ninguna ardilla. Wai también regresó con las manos vacías, y Mon se sintió un poco decepcionada.

—Ey, no te desanimes —dijo Pat, sonriéndole dulcemente—. Simplemente deja comida como siempre, estoy seguro de que ella sabrá dónde está.

Dulcemente. Solo hablaba así con las chicas con las que coqueteaba. Definitivamente, Pat no se salvó de dos miradas molestas esa tarde.


Dos días después de lo sucedido con la ardilla, Pran entendió las preocupaciones del profesor Pom. Deseaba que su hermano, y los amigos de su hermano, fueran un poco más racionales. Eran cerca de las once de la noche, cuando recibió una llamada de Pang, quien estaba en pánico porque Namtaan había decidido encerrarse en el almacén de la escuela y no respondía a sus llamadas. Desesperado, Pang le pidió llamar al profesor Pom para trasladar a la enfermería a Namtaan en caso de que ella usara su Potencial de más.

Pran apenas registró lo que sucedía. Todo pasó en un borrón, con él corriendo a las habitaciones del profesor Pom, ellos dos corriendo al almacén y encontrar a Namtaan convulsionando mientras Pang lloraba porque no tenía idea de qué hacer, hasta el momento en que trasladaron a Namtaan a la enfermería.

Después de eso, Pran se dedicó a tranquilizar a su hermano, que miraba desesperado cómo estabilizaban a su amiga, solo para ser expulsados de la enfermería por el profesor Pom, diciéndoles que era muy tarde y que tenían que ir a dormir.

Pran se debatió entre llevar a Pang a su habitación o dejarlo dormir con él. Esta era una de esas raras noches en las que Pat no se había colado a su cama, por lo que tenía espacio, y su hermanito parecía a punto de derrumbarse en medio del pasillo. Al final, decidió tomarlo consigo.

Como todos los cuartos de los alumnos Gifted, eran más una especie de mini-departamentos que habitaciones en sí; Pran, en particular, tenía una mini-estufa eléctrica que usaba cuando no tenía tiempo de ir a comer. Puso a hervir un poco de leche y le agregó azúcar morena; era una bebida que Pang adoraba y que tenía en versión comercial, pero sabía que le gustaba más la versión casera que su mamá hacía.

Eso sería, por ahora.

Pang se calmó visiblemente cuando Pran lo arropó y le dio la leche caliente. Parecía perdido en sus pensamientos, pero al menos ya no estaba temblando. Dio un par de sorbos antes de enfrentarlo.

—¿Estás mejor? —preguntó suavemente. Seguramente ver a su amiga de esa manera lo afectó gravemente. Sumándole a que no había pasado mucho tiempo desde su pelea con Nac, Pang debía estar pasando por muchas cosas.

Pang asintió.

—Namtaan va a estar bien. Solo necesita descansar.

Pang volvió a asentir. Pran pensó que su hermano no iba a decir nada más, así que también se preparó un poco de leche con azúcar, ya que él también estaba un poco ansioso. Entonces, Pang volvió a hablar.

—Estábamos buscando —dijo, con una voz tan diminuta que apenas lo escuchó—. Acerca de P’Chanon.

Pran lo miró.

—¿P’Chanon?

—Sí. Él era de la clase del profesor Pom, el estudiante con el número 005.

Pran frunció las cejas. Recordaba haber visto el anuario de los alumnos Gifted antes, el día que conocieron a Wai y a Korn. Pero en ese momento, no recordaba ningún Chanon.

Luego, Pang procedió a explicarle lo que había estado pasando. Acerca del chico que dejó el programa, de por qué lo dejó, de lo que el profesor Pom les dijo y sobre la razón por la que Namtaan fue al almacén esa noche.

—Ella dijo que P’Chanon no dejó el programa —soltó—. Antes de colapsar, ella dijo algo más.

—¿Qué? Si no lo dejó, solo queda una opción.

—Sí. Namtaan dijo que P’Chanon descubrió el secreto de la escuela, después deduje que entonces fue expulsado del programa. Pero no alcanzó a decirme nada más.

Al día siguiente, Pran tuvo que ir a clases, mientras Pang decidió quedarse en la enfermería con Namtaan. Claramente, le profesor Pom no tuvo corazón para decirle que no.

Por lo que sabía, la madre de Namtaan decidió sacarla de la escuela. Eso era peligroso para un estudiante Gifted, porque su Potencial podría estancarse para siempre, o peor, desaparecer, si no era entrenado correctamente. Pran no pudo poner la atención suficiente en las clases mientras pensaba en eso, y Pat obviamente se dio cuenta.

—Pran, ey, Pran.

Camino al baño, Pat lo detuvo. Parecía preocupado, y Pran pensó, por primera vez, que tal vez el que Pat tuviera una empatía asombrosa no era tan aterrador para él. Si Pat lo jalaba en un abrazo así más veces, ciertamente no se quejaría.

Al menos, no internamente.

—¡Ai’Pat! Suéltame, ¿qué estás haciendo?

Pat solo apretó sus brazos.

—Lo necesitas, ¿verdad?

Pran dejó de resistirse, pero le dio un pequeño golpe en la espalda.

—Deja de usar tu Potencial conmigo, Pat.

Repentinamente, Pat se tensó.

—¿Qué?

—Uh, ¿a tus órdenes? Quiero decir, ya no lo estoy usando.

Pran rió.

—Qué servicial.

—Supongo que se corta de repente. No es la primera vez que me pasa —le quitó importancia—. De todos modos, estás estresado. ¿Pasó algo además de lo de Namtaan? ¿Es por lo que escuchamos ayer?

Pat finalmente lo soltó, pero todavía lo vio a los ojos. Pran sabía que Pat no estaba usando su Potencial, por lo que esta vez necesitaba decirle lo que realmente pensaba.

Lo llevó a los baños, se aseguró de que no hubiera nadie, y le contó todo lo que habló con Pang la noche anterior.

—Mierda.


Pang

Estaba viendo My Little Pony. De verdad, seriamente, con una cara seria. Cualquiera pensaría que estaba viendo un documental de asesinos seriales, por la expresión que tenía, pero no. La razón por la que veía esa caricatura era porque algo raro había pasado. Él lo notó, no era tonto. Pang notó que la madre de Namtaan accedió por algo que él dijo, por lo que tal vez su Potencial era la persuasión, pero Ohm dijo que logró que Namtaan se quedara con el poder de la amistad.

Sonaría loco, sobre todo viniendo de Ohm, y ridículo, ¡pero ciertamente no lo era tanto! Es decir, ¿y si lo era? El programa Gifted ya era raro en sí, no se sorprendería si el “poder de la amistad” fuera de hecho algo así como un Potencial. Entonces tenía que tomarlo en serio.

Por primera vez desde que entró al programa, estaba interesado en quedarse. O, al menos, en entender qué estaba pasando. Sobre todo porque, al día siguiente de que Namtaan se quedara, cuando regresó al salón Gifted, ella actuó como si no recordara nada de lo que le dijo en el almacén.

Eso era lo más sospechoso del mundo. Namtaan no olvidaba las cosas así de fácil. Más que eso, ¡no pudo no haber visto nada!

Algo frío tocó su mejilla, sobresaltándolo. Cuando miró hacia arriba, vio que Pat sostenía una botella de soda para él. Pang puso pausa en el episodio y se quitó los auriculares.

—Pran me dijo que venías a leer los libros que nos encargaron.

—No dije eso.

—¿Entonces?

—Yo dije que iba a estudiar más acerca de mi posible Potencial.

—¿Viendo My Little Pony?

—Exacto. Gracias, por cierto.

—No la bebas aquí, estamos en la biblioteca.

—¿Oh? ¿Entonces por qué me la diste aquí?

—Para llamar tu atención. ¿Quieres ir a entrenar un poco?

Ir con Pat al gimnasio lo distrajo de todo el caos. Siempre era refrescante entrenar con Pat, aunque no pudiera hacerlo tan seguido. En casa, Pat solía estar en el equipo rival de los gemelos siempre, para lo que fuera. En cuanto a actividades físicas, solían ser de fútbol o de natación, y Pran era quien solía competir contra Pat en cada evento, por lo que él contra Pat no ocurría tan seguido.

Pat y él boxearon un rato, sin hablar. Se divirtieron en ello, y Pang definitivamente se sintió mucho más relajado cuando ambos terminaron sudorosos y cansados.

—Gracias —volvió a decir.

—¿Por qué?

—Sabías que necesitaba distraerme, ¿no? Phi me contó de tu Potencial.

Pat rió.

—Ustedes dos no se guardan secretos, ¿verdad?

Pang se encogió de hombros.

—No muchos. Pero Phi también te cuenta las cosas que habla conmigo, ¿no? Sé por qué viniste. Te diré lo mismo que le dije a Phi: Namtaan no recuerda lo que vio en el almacén.

Pat frunció los labios. Ese era un movimiento que desarmaba a Pran, generalmente. Afortunadamente, Pang era inmune a sus encantos.

—Es la verdad, está en ti creerme o no.

—Cuida tus palabras, niño, soy mayor que tú.

—Okaaaaay, P’Pat. Está en ti creerme o no.

Pat rió.

—Está bien. Entonces, seré yo, tu P’Pat, quien te dé información esta vez.

—¿Oh? ¿Qué es?

—El profesor Pom está preocupado por algo. No sé bien qué es, trató de ocultarlo. Pero sé que se relaciona con lo que Namtaan vio en el almacén. Creo que no quiere que ella recuerde lo que sea que vio.

Notes:

Yo realmente creo que Pran es sería el hermano mayor cariñoso (como Pat es el molesto) y que mimaría mucho a su lindo hermano menor. La leche con azúcar es un sabor de esa leche que promocionaban en The Gifted y Blacklist. Realmente quiero probarla, jaja. La soda también es publicidad, simplemente amo lo random que son esos momentos en todas las series tailandesas.

Tengo curiosidad, ¿alguien tiene alguna teoría sobre el Potencial de Pran? Espero que sí. Hay un pequeño guiño en este capítulo que espero hayan captado.

¡Gracias por seguir leyendo! El próximo capítulo se publica el fin de semana siguiente (sábado o domingo).

Chapter 5: Capítulo cuatro

Notes:

Este capítulo era de Pang, pero Pat se metió a media escritura y tuve que rehacerlo todo. Entonces, por eso la demora. También lo siento si es algo corto, pero todo fue Pat queriendo un poco de participación en la pantalla, ja, ja.

Espero lo disfruten, de todos modos :)

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

  Pat

Para Claire, fue fácil clasificar las emociones por colores. A diferencia de él, ella podía, fácilmente, decir cuál era el estado de ánimo y deducir por qué se encontraba sí. Fue realmente útil, sobre todo considerando que Claire era actriz. En su caso, encontró divertido y abrumador su propio Potencial.

Al principio no se dio cuenta. Desde que entró a Ritdha, había estado conviviendo con las mismas tres personas todos los días: Nac, Pang y Pran. Generalmente, las charlas con ellos eran divertidas, relajadas, los sentimientos siempre eran los mismos. Incluso después de entrar al programa Gifted, no se sentía diferente a sus días antes de entrar a esta escuela.

Fue más bien cuando conoció a Korn. No el chico de la clase cuatro, el que era divertido y hacía bromas con Ohm, sino Korn de la clase dos. Este otro Korn usaba lentes, tenía siempre un par de audífonos puestos y pasaba desapercibido durante la clase. Ese día, Pat salió de su dormitorio y dio la casualidad de que Korn estaba en el pasillo. Era tarde, Pat había salido porque tenía hambre y no había nada de comer en su habitación, por lo que decidió salir a buscar algo en las máquinas expendedoras que se encontraban en el piso de abajo.

Qué molesto, pensó de repente.

Luego se detuvo. No había ninguna razón por la cual debía sentirse molesto. De hecho, estaba animado y emocionado, porque nunca había usado las máquinas expendedoras de los alumnos Gifted y esta sería una experiencia memorable. Aun así, se sintió repentinamente irritado. Frunció las cejas, y notó que Korn se encontraba recargado contra su propia puerta. Tenía puestos los audífonos, los ojos cerrados y claramente no había notado que Pat también se encontraba en el pasillo.

Debe ser agradable dormir, pensó esta vez. Aunque eso tampoco tenía sentido. Sí, era difícil dormir sin Nong Nao, pero eso no significaba que tuviera insomnio. Pasaba casi todas las noches en la habitación de Pran, solo que esta vez decidió darle un respiro al chico. Pat comenzó a caminar hacia la escalera cuando un sentimiento se le vino de improviso.

Quería, desesperadamente, despertar a Claire y contarle sobre su reciente insomnio. Pat se detuvo abruptamente, mirando hacia el chico que seguía sentado y moviendo la cabeza al ritmo de la música indie que seguramente escuchaba. Korn no notaba su presencia, en absoluto.

Pat, por su lado, estaba confundido y, a la vez, no. Esos sentimientos no eran suyos. Pat no tenía insomnio y tampoco tenía necesidad alguna de hablar con Claire (es decir, apenas eran compañeros de clase, con el único estatus de “conocidos”), mucho menos de despertarla en medio de la noche para contarle sobre sus problemas. Pero Korn… Korn estaba en el pasillo, escuchando música, a medianoche. Si alguien era la persona con posible insomnio, esa era Korn. Si alguien querría hablar con Claire, ese debía ser Korn.

Y, mierda, Pat acababa de adivinar lo que estaba pasando por la mente de Korn, ¿verdad? ¿Era esto una alucinación? Pat entró en pánico, y salió corriendo rumbo a la máquina expendedora, llamando la atención de Korn en el camino. De regreso, no le prestó atención, pero dejó en sus manos una barra de chocolate que, sabía, haría sentir un poco mejor al chico. Le dio las buenas noches y regresó a su habitación.


No fue una alucinación.

En el entrenamiento con el profesor Pom, Pat aprendió a diferenciar cuando era su yo de siempre (adivinando lo que los otros piensan) y su Potencial (o Yo Potenciado, como se nombró a sí mismo). También aprendió a usarlo a voluntad, o algo así. Era difícil, sobre todo cuando había muchos sentimientos de por medio. Cuando Wave les reveló el secreto de la clase Gifted, Pat no supo si debía sentirse aliviado por entender lo que le estaba pasando o prestarle atención a todas las emociones y pensamientos que corrieron por toda la clase. Le dolió un poco la cabeza, pero fue un alivio cuando el profesor Pom les dijo que, aquellos que habían descubierto su Potencial, fueran a hablar con él.

Pronto, las semanas pasaron. Pat estuvo siempre al pendiente de todos. No solo para entrenar su Potencial, sino porque estaba en su naturaleza. El profesor Pom era una persona que se preocupaba mucho por sus alumnos, todos los días (cuando utilizaba su Potencial en su profesor) tenía unas inmensas ganas de actuar como una mamá gallina con sus compañeros Gifted y envolverlos a todos en un abrazo para protegerlos del mundo (adorable, sumamente adorable, por parte del profesor). Namtaan solía debatirse entre hablarle o no, entre preguntarle cosas a Wave o no y entre averiguar cómo su Potencial podía servirle para estudiar medicina. Wai solía pensar en cómo acercarse a Mon, mientras Mon tenía la constante necesidad de utilizar algún fidget para entretenerse mientras no estaba entrenando.

Pat comenzó a hacer algunas anotaciones sobre los comportamientos comunes de sus compañeros. Sus estados de normalidad (es decir, los usuales) y sus reacciones ante las clases y otras cuestiones. Se volvió divertido, aunque un poco agotador. Por otro lado, la única persona a la que no tenía que descifrar estaba anormalmente curioso por saber su Potencial.

Él tenía claro que se autonombró el mejor amigo de Pran. En la secundaria, antes de ingresar a Ritdha, ellos dos eran como imanes con cargas iguales: se repelían. En el exterior, Pat y Pran siempre se odiaron, siempre compitieron entre sí y siempre pelearon entre ellos. Solo en la comodidad de la sala de música, o en las paredes de la habitación de los gemelos, salía la verdad. Pran era como un libro abierto para él, cada una de sus expresiones era genuina, cada una de sus palabras era honesta y nunca necesitó ocultarle nada. Pat podía leer a Pran lo suficiente como para decirlo: era su mejor amigo, y el sentimiento era mutuo.

Pat tampoco le guardaba secretos a Pran, lo que explicaba por qué Pran se encontraba curioso y un poco molesto de que Pat no le dijera acerca de su Potencial. En realidad, no tenía una razón importante. No sentía la necesidad, solo eso. Con Pran, ni siquiera importaba si era un alumno Gifted o no, todo era lo mismo, su lugar seguro y donde no necesitaba pensar en lo que pasaría con él o sus compañeros. Tal vez por eso no se lo dijo.

Luego ocurrió lo de Ohm y Folk y no tuvo problemas en decirle a Pran lo que ocurría. Afortunadamente, Pran no se enojó con él por ocultarle las cosas. Desafortunadamente, ahora Pang también lo sabía y se burlaba de él muchísimo.

¿Cómo se burlaba de él? Algo como:

—No creo que ese sea tu Potencial. De serlo, sabrías lo más importante, pero no pareces notarlo. O tal vez tu Potencial está averiado.

Y ni siquiera podía sentirse mal porque no entendía lo que Pang quería decirle. De cualquier modo, eso dejó de tener importancia cuando un par de eventos ocurrieron durante su práctica con el profesor Pom. Como ya le había dicho a Pang, el profesor Pom estaba preocupado por Namtaan. Más bien, no quería que Namtaan recordara lo que vio en el almacén. Eso significaba dos cosas: la primera, Namtaan de hecho vio algo importante esa noche, algo relacionado con P’Chanon y su “renuncia” al programa, algo que quería decir que la escuela ocultaba cosas; y la segunda, que el profesor Pom estaba involucrado en ese secreto.

También significaba que Pat descubrió el Potencial del profesor Pom. Por pura coincidencia, Pat supo que el profesor Pom quería modificarle la memoria a Pang también, para que ninguno de ellos intentara buscar respuestas a lo de P’Chanon. Lo descubrió mientras buscaba a la ardilla de Mon, dos días después desde la vez que escuchó la conversación entre el profesor y el director.

Tenía que contárselo a alguien.


—¿Borrar la memoria?

Obviamente la primera persona que lo sabría era Pran. Pat no tardó mucho en narrarle lo que percibió en su estancia con el profesor Pom. Durante las prácticas, sintió preocupación, durante la búsqueda de la ardilla (por cierto, esa ardilla ya había vuelto, según Pang), la necesidad de borrar memorias. Pat se sentía lo suficientemente entrenado en su propio Potencial como para saber que el profesor Pom no lo estaba probando de alguna manera. Es decir, el profesor ni siquiera sabía que Pat estaba afuera de su oficina.

—O modificar sus recuerdos —complementó—. Lo que fuera, estoy seguro de que lo hizo con Namtaan. Pang también me lo dijo, ella no es la primera.

Pran frunció las cejas.

—¿A qué te refieres? ¿Pang conoce el Potencial del profesor Pom?

—No exactamente. ¿Recuerdas a Folk? ¿El chico que Ohm hizo desaparecer? —Pran asintió—. Bueno, Pang dice que Ohm le dijo que Folk no lo recuerda. No algo como: “el evento fue tan traumático que decidí suprimirlo todo”, sino como “tengo una amnesia de película donde no recuerdo absolutamente nada sobre ti y solo sobre ti”. De ese tipo.

Pran asintió.

—Eso pasó después de que Folk fuera a la enfermería. El profesor Pom se hizo cargo del asunto porque un alumno Gifted fue responsable del problema —analizó Pran—. Tendría sentido que le borrara a Folk los recuerdos del incidente, pero… ¿todos los recuerdos de Ohm?

Pat se encogió de hombros.

—Pero si eso es cierto… —comenzó Pran—, ¿no podría significar más para nosotros? Si el profesor Pom no quiere que averigüemos sobre P’Chanon, es posible que ya nos haya borrado algunos recuerdos y que nosotros no lo supiéramos.

Pat tuvo que estar de acuerdo con ello. Aunque no tenía lagunas en su memoria, quizá el Potencial del profesor Pom no era solamente borrar recuerdos, sino modificarlos; pudo añadir algunos y ninguno notaría nada raro.

Pat suspiró. Miró a Pran, que tenía esa expresión única, cuando estaba concentrado y preocupado. Una sonrisa se asomó en sus propios labios. Pran concentrado era lindo. Como casi cada vez que estaba con él, ese impulso de querer apresarlo como un pulpo surgió. Pat decidió tirarse en la cama de Pran y hacer un ángel de nieve imaginario.

—Digámosle a Pang nuestra teoría. Tal vez Namtaan también quiera saberlo —dijo—. Pero mañana, estoy cansado.

Pran asintió.

—La competencia interescolar comienza mañana —le recordó, acostándose a su lado. Pat lo envolvió rápidamente.

—¿Sí? No importa, no vamos a competir en ningún programa.

Pran suspiró.

—Tienes razón. Se siente raro no participar. Pero de todos modos deberíamos ir a apoyar a Punn. ¿Tal vez un poco de aliento?

Pat sonrió.

—¿Quieres ser animador?

Recibió un pequeño golpe a cambio.

—Mon también va a competir —mencionó Pran, y Pat asintió.

—Sí. Mientras apoyamos a nuestros compañeros, podemos conspirar con Pang y Namtaan.

Pran asintió, soñoliento.

—Uhm.

—Buenas noches, Pran.

Descansa bien.


Era poético, de alguna manera. Korn, de la clase dos, terminó en la enfermería por varias lesiones, Wave casi quedó noqueado y Mon terminó ganando todos los concursos de deportes en el evento interescolar. Pat estaría volviéndose loco por cómo salieron las cosas si no entendiera la situación.

Claire lo ignoró por completo cuando fue a ver a Punn. Afortunadamente, Pat tampoco estaba ansioso por hablar con ella. En su lugar, se dirigió al dormitorio de Pang y se encontró con un círculo de personas sentadas en el suelo, hablando en voz baja sobre quién sabe qué.

Pat sonrió cuando vio a Pran, con unas enormes ganas de jugar con sus mejillas para que mostrara sus hoyuelos. Pran le dirigió una mirada casi indiferente, pero Pat sabía que estaba feliz de verlo. Dejó la bolsa de comestibles, que traía desde antes, en el suelo, y tomó asiento entre Pran y Ohm.

Namtaan fue la primera en hablar:

—Entonces, ¿tengo amnesia?


De nuevo por la noche, mientras se acomodaba en la cama de Pran con su (recién lavado) Nong Nao, pensó en cómo Pran reaccionó ante las teorías de los demás. Claramente, Ritdha ocultaba algo oscuro. Lo que fuera, era más grande que un montón de adolescentes con poderes que no podían controlar del todo. Pat reflexionó un poco la expresión de Pang, también. Se sintió diferente. Un poco más… decidido. Pang siempre se dejó llevar por la corriente, pocas veces tomaba algo con seriedad. Tal vez fue por lo que presenció con Namtaan, tal vez fue porque no le gustaba la escuela, tal vez fue porque no se sentía especial. Lo que fuera, esa mirada de determinación era nueva.

No tan sorprendentemente, le quedaba bien.

Pran salió del baño oliendo a esa mezcla de su champú y aroma natural. Pat casi se sintió en un comercial de perfume o algo así; el olor de Pran se volvió su favorito después de las primeras tres noches de dormir con él (en casa no pudo), aunque ya estaba fascinado desde antes. El familiar sentimiento se elevó sobre él: abrazarlo, envolverlo, pellizcar sus mejillas y besar sus hoyuelos. Algo un poco más profundo, propio de las almas gemelas, surgió.

En resumen, lo de siempre.

Pran se acostó después de secarse el cabello y a Pat no le importó tanto la conspiración o lo que fuera. El olor de Pran lo calmaba y lo hacía sentir feliz. Pran lo hizo feliz.

Como siempre.

Notes:

El siguiente capítulo será publicado entre el 12 y 15 de marzo.

Chapter 6: Capítulo cinco

Notes:

Intercambié el tiempo de los eventos de la obra de Claire y el concurso interescolar a propósito, pero no estoy segura de que sea algo realmente importante. En general, solo es para cambiar el momento en el que Claire y Punn se hicieron novios, entonces, para la obra de Claire, ellos dos ya estaban saliendo. ¿Cuándo, exactamente, comenzaron? En algún momento entre la crisis de Namtaan y el concurso interescolar.

También, Korn salió antes del club de teatro. Sigo preguntándome cómo especificar a cuál Korn me refiero, pero espero que el contexto sea suficiente (y que a veces ponga de qué clase es cada uno).

Otra cosa, antes de que se me olvide: publiqué una historia aparte de esta que va dentro de la misma serie. Son extras de Gifted Buddy, y tiene, por el momento, un solo capítulo. Aunque esa obra no tiene horario específico de ser actualizado, intentaré que no sea menos de una vez cada quince días, por si alguien quisiera leerla.

Me alegran mucho sus comentarios ):), muchas gracias.

Como siempre, no hay Beta, todos los errores son míos.

Espero disfruten el capítulo.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Pran y Pang

Los gemelos tenían muchos miedos en común: su mamá, el padre de Pat y a Pat cuando se ponía en un modo… extraño. No porque temieran que fuera a hacerles algo, sino porque, de alguna manera, siempre terminaban involucrados en sus tonterías. Especialmente Pran, quien era la persona que solía preocuparse más por Pat.

Desde que entraron a Ritdha, fue como si sus vidas se hubieran puesto en pausa. No más ocultar su amistad con Pat, no más competir a muerte contra él, no más cuidarse de no ser vistos hablando con Pat u ocultando que Pat pasaba todo el tiempo con los gemelos. Con esto, los planes de Pat para hacer tonterías habían cesado casi por completo. Es decir, sus planes, generalmente, eran ocurrencias para que ellos pudieran estar juntos sin ser descubiertos y, aunque funcionaban contra sus padres, solían ser atrapados por los profesores y esas cosas. O heridos físicamente. Como esa vez que a Pat se le ocurrió que era buena idea que los gemelos entraran en el club de boxeo para poder competir contra él (solo Nac resistió sus golpes) o cuando convenció a Pran de que jugar rugby mientras estaban en la misma banda era una buena idea para despistar a sus padres.

Ese tipo de cosas no estaban sucediendo, porque ahora enviaban informes oficiales a sus padres, por parte de la escuela, que prácticamente eran una mentira completa. Estar en el programa Gifted les dio la ventaja de la confidencialidad total. El profesor Pom, también, fue de gran ayuda.

Aun así, cuando Pat sugirió que los tres entraran al mismo club, los gemelos no sabían qué pensar de eso.

Para empezar, Pran no estaba seguro de querer entrar a los mismos tipos de clubes que Pat querría. Aunque no se notara (porque siempre competían, por lo que siempre estaban dentro de los mismos lugares), Pat era una persona mucho más deportiva de lo que Pran o Pang lo eran. Aunque los gemelos también eran personas activas y que podían aguantar ese tipo de entrenamientos, fue más por obligación que por gusto. A Pran, por ejemplo, le gustaba correr por las mañanas, pero no adoraba jugar rugby; Pang podía hacer parkour por toda la escuela para escapar de la señorita Ladda, pero no era fanático de los entrenamientos rigurosos.

—Pero a mí me gustan las mismas cosas que a ustedes —había dicho Pat.

Eso era cierto. Aunque a Pat le encantaba ejercitarse (su cuerpo era prueba de ello, ¡demasiado bueno para un adolescente en desarrollo!), también disfrutaba mucho las actividades que tenían que ver con creatividad (teatro, música); y, la primera vez que se unió a un equipo deportivo, fue más para complacer a Ming que otra cosa.

—No es necesario que sea deportivo —insistió Pat—. Podemos estar en el club de teatro. Claire dijo que se iba a unir, y creo que Korn también.

—Claire y Korn se unieron desde el principio —dijo Pang—. ¿Recuerdas que estaban ensayando para una obra?

—Ah, cierto. De todos modos, el club de teatro ayuda a desarrollar muchas habilidades, y no tendríamos que encontrar excusas para reunirnos.

Pran suspiró.

—No suena mal —admitió—. Tal vez solo sea la sensación inminente de que algo va a salir mal, como siempre.

Pang hizo un puchero.

—Pero yo no me quiero unir a ninguno.

—¿Quién no quiere unirse a nada?

Namtaan se sentó junto a ellos en la cafetería, donde se encontraban. Tenía algunas bebidas que repartió entre ellos. Ohm, Korn y Wai traían la comida. Pang tomó de inmediato su bebida, sorbiéndola ruidosamente.

—Estamos hablando de los clubes —explicó Pran.

—Oh, pensé que el tiempo para unirse ya había concluido —dijo Namtaan, y Korn asintió.

—Lo hizo, pero tengo entendido que los alumnos Gifted pueden unirse después de la temporada. Supongo que algunos no descubren su potencial dentro de esas semanas.

Namtaan inclinó la cabeza.

—No creo que el potencial sea determinante para unirse a un club. Por ejemplo, me uní al de enfermería, pero mi potencial no tiene que ver con la sanación.

Korn se encogió de hombros ante eso.

—Supongo que depende de la persona.

—¿Tú te uniste a alguno? —preguntó Pat.

—Nop. Me gusta mi libertad.

Namtaan rodó los ojos.

—¿Dónde está Mon? —de repente Pang inquirió, mirando a los lados.

 Wai señaló la entrada de la cafetería, hacia el campo. Mon paseaba con algunas personas de su club. Un chico en particular la hacía reír. Por la expresión amarga de Wai, Pran dedujo que ese chico debería estar coqueteando con Mon.

Le dio a Wai una sonrisa en muestra de apoyo.

Después de unos segundos, mientras se encontraba masticando lo que parecía ser un alga de su sopa, Pat dijo:

—¿Entonces se unirán conmigo? Pienso que teatro o música está bien, cualquiera de los dos.

—Paso —respondió Pang.

Pran se quedó callado. El mayor de los gemelos parecía estar pensando seriamente las consecuencias de entrar al mismo club que Pat. De hecho, ya estaba imaginando la conversación (ejem, el regaño) que tendría con sus padres si se enteraban, ni hablar de la reacción de Ming si, de casualidad, también llegara a saber. Pat pareció ver su duda, porque intentó convencerlo.

—Vamos, Praaaan —insistió—. Te prometo que ellos no sabrán.

Pran todavía parecía reacio, pero Pang podía decir que estaba a punto de ceder. Cuando no se trataba de competir contra Pat, siempre aceptaba lo que decía. De alguna manera, Pat era lo suficientemente persuasivo como para convencer a los gemelos de hacer este tipo de cosas.

—Sé que quieres —cantó Pat.

—Te dije que dejaras de usar tu potencial conmigo —murmuró Pran, y la mano de Pat se contrajo involuntariamente.

Roger.

—Si nos descubren —advirtió Pran—, lidiarás con eso tú solo.

Korn rió.

—¿Descubrirlos de qué?

Oh. Ese era un tema que ellos no tocaban en la escuela. Namtaan lo supo por accidente un día, mientras estaba en la habitación de Pang y tocó algunas de sus cosas, pero no era que lo hubieran dicho. Por supuesto, esa pelea familiar no tenía sentido en un ambiente como ese, sobre todo porque Pat y los gemelos actuaban como los mejores amigos que eran, por lo que parecía ridículo sugerir que en realidad se suponía que se odiaran entre ellos. Aun así, Pat explicó, a grosso modo, el conflicto.

Wai silbó al final de la historia, y los demás también tenían unas expresiones curiosas. Los gemelos sintieron que estaban exponiendo el mayor secreto de sus vidas, pero las reacciones se calmaron pronto cuando Korn comenzó a bromear sobre el asunto.


Pang consiguió una bebida a medio camino antes de dirigirse a los dormitorios. Mientras lo hacía, vio que Pat volvía a escabullirse en la habitación de su hermano mayor. Sonrió y sacudió la cabeza antes de entrar a su propio cuarto. No más de cinco minutos después, alguien llamó a su puerta.

Era Namtaan, quien tenía una expresión algo complicada. Pang la dejó entrar de inmediato, y ella paseó por todo su cuarto antes de sentarse en el suelo.

—¿Qué pasa?

Namtaan retorció sus dedos antes de hablar.

—Creo que recuerdo un poco.

Pang frunció el ceño.

—¿En serio?

Ella asintió.

—¿Cómo sabes?

—Yo… no sé. Estaba dormida y tuve un sueño extraño. Yo estaba en el almacén, y había otras personas, estaban peleando y… creo que uno era P’Chanon.

Pang se sentó junto a ella.

—¿Algo más?

—No… —sacudió la cabeza—. Me desperté después de eso. Pero estoy segura, Pang. Eso no fue solo un sueño. Parecía demasiado real, vi las caras de las otras personas, no era gente que conociera.

Pat les había dicho acerca de la posibilidad de que el profesor Pom hubiera manipulado la mente de todos de alguna forma. Sin embargo, la única que parecía tener lagunas era Namtaan, por lo que podrían descartar que se lo hubiera hecho a los demás. Aun así, si de verdad el profesor Pom le había modificado los recuerdos a Namtaan, conociendo la experiencia que el profesor tenía, no debería haber ningún error. Todos sus recuerdos deberían haber desaparecido, ¿verdad?

Aparentemente no. Namtaan le dio una rápida explicación sobre cómo funcionaba el inconsciente y algunas cosas que los sueños mostraban (una parte son las percepciones, había dicho: siempre y cuando se hubiera captado, esta permanecería en el inconsciente y podría mostrarse de alguna manera).

—Pero creo que esto va más allá. Creo que el potencial del profesor Pom pudo haber fallado en algo.

—Sí, también pensé en eso. Pero no sé por qué. ¿Se te ocurre algo?

Namtaan negó.

—No… No ha habido nada malo.

—¿Qué tal el día de hoy? ¿Estuviste con el profesor Pom?

—No. Ayudé en la enfermería, no hubo realmente nadie. Fui a los almacenes y me topé con Pran un momento, pero no vi a nadie más. Vine directo aquí cuando terminé… No hubo nada anormal hoy.

Pang apretó los labios. Realmente no había pasado gran cosa con él tampoco. Y el profesor Pom no actuó sospechosamente ni nada. Pero como fuera, era un alivio que Namtaan estuviera recordando, aunque sea un poco. Si podía recordar lo que pasó con P’Chanon y cuál fue ese supuesto “secreto de la escuela”, sería… bueno. A Pang no le gustaba a dónde se dirigía todo esto, ni siquiera tenía idea de si en realidad se dirigía a algo, pero había algo muy claro.

Ritdha no era un lugar perfecto. Y mucho menos seguro.


El profesor Pom los hizo quedarse después de clases. Pran quería salir corriendo porque había acordado con Pat en unirse al club de teatro esa tarde. Claire, quien se llevaba sorprendentemente bien con Pat, les había dicho que la producción dejaba mucho que desear desde que Korn (el de la clase dos) se fue. Entonces, esperaba poder llegar ahí con ellos. Sin embargo, ahora tenía que esperar un día más (a menos que Pat lo inscribiera, pero no sabía si eso era posible).

—¿Qué ocurre? —preguntó Pang de inmediato.

—Quería hablar con ustedes sobre sus ensayos —inició el profesor— sobre la percepción que tiene cada uno sobre el otro. Yo no sé cómo es su relación fuera de estas paredes, pero creo que es importante hablar sobre ello.

—¿Esto nos ayudará a encontrar nuestro potencial?

El profesor Pom asintió.

—Sí. Verán, a veces puede ser difícil enumerar nuestros atributos. Estamos acostumbrados a ellos, pasan desapercibidos, y no solemos darnos cuenta de que somos de cierta forma hasta que alguien más lo señala. Como ustedes son hermanos, naturalmente se conocen mejor que nadie. Quizá si leen lo que el otro escribió sobre ustedes, presten más atención a sus cualidades más destacables y encuentren que su potencial está en esas áreas.

Pran asintió.

—Entiendo.

Como siempre, hablaron unos minutos más y después los dejó ir. Pang tenía apretado entre sus dedos el ensayo que escribió Pran, y Pran estaba un poco reacio a leer el que escribió Pang, al menos mientras estaban uno al lado del otro. Con un acuerdo tácito y un asentimiento, se separaron para hacer sus lecturas.

Pat solía decirles que ellos dos siempre se contaban todo. En cierta medida, era cierto. Después de todo, eran gemelos, habían estado juntos desde antes de nacer, y era natural que conocieran al otro mejor que nadie. Sin embargo, eso no significaba que se leyeran la mente y tampoco significaba que no fueran reservados con el otro. Pang le había confesado, una vez, que Pat y él eran mucho más cercanos (afectivamente, físicamente) de lo que él y su gemelo lo fueron alguna vez. También entendía eso. Su familia era menos táctil, demostrando más su afecto a través de acciones como preparar la comida favorita de alguno, con sonrisas y gestos de amabilidad. En cuanto a ocultar secretos, estaba claro que eran expertos en eso.

Entonces, Pang no le decía todo a Pran y Pran tampoco le decía todo a Pang. Al menos no las cosas que sentían que serían molestas para el otro. Por supuesto, como personas separadas, tendrían secretos que no querrían que nadie supiera (el enamoramiento de Pran era uno de ellos, pero Pang lo adivinó fácilmente).

Es por eso que leer la percepción que Pang tenía sobre él le ponía tan nervioso. Por lo que parecía, ellos eran los únicos que necesitaron leer el ensayo del otro. Jack y Jo estaban sincronizados, probablemente alcanzarían el punto de saber lo que el otro pensaba, y eso demostraba la cercanía de ellos dos como hermanos. Pang y Pran no fueron así, y no había ningún problema con ello, solo que… ¿Tal vez deberían serlo un poco más?

Como sea, Pran se dedicó a leer el ensayo de Pang en su habitación. En su mayoría, había aspectos generales que Pran ya conocía. Pang lo admiraba por llevar la carga que sus padres les impusieron incluso antes de nacer; lo admiraba por atreverse a conocer a la persona que se suponía que debían odiar, y aceptar que Pat y Paa eran diferentes de sus padres. Pang también lo admiraba por el esfuerzo que hacía para cuidarlo, desde siempre, actuando como si fuera años mayor que él cuando se llevaban menos de veinte minutos de diferente; y también admiró cómo trabajaba arduamente para alcanzar sus metas.

Algunas cosas que puntuó sobre su personalidad eran cosas que Pang ya le había dicho: tenía actitudes perfeccionistas, algunas compulsiones respecto al orden; siempre se ofrecía a reponer, actuar, componer, ordenar, o hacer cualquier actividad que algún amigo necesitara hacer; se exigía demasiado, cuando, al mismo tiempo, era indulgente con los demás. Finalmente, actuaba como neutralizador cada vez que había un enfrentamiento entre dos personas que él apreciaba, intentando mediar las cosas; aunque también tomaba partido cuando ofendían a quien amaba.

Hubo, en total, diez hojas escritas a mano hablando sobre cómo Pang lo veía, y Pran casi terminó llorando. No solía ponerse sentimental de esa manera. Pran tendía a encapsular sus verdaderas emociones, a pesar de que en realidad era muy expresivo en otras. No sabía si leer eso le ayudaría a encontrar su potencial, pero, de alguna manera, lo hizo sentir más capaz, con un mejor conocimiento de sí mismo. Y esperaba que a Pang también le ayudara.

—¿Pran?

Llamaron a su puerta. Pran se apresuró a limpiarse las lágrimas para abrirle a la persona. Era Namtaan, y Pran la dejó entrar enseguida. Anoche, ella y Pang se habían reunido y hablado sobre el retorno de sus recuerdos, por lo que habían quedado en un acuerdo sobre informarse si ella recordaba algo más. Probablemente Pang todavía no regresaba a los dormitorios, y por eso Namtaan fue con él.

Ella traía un archivo entre sus manos. Lo pusieron en el suelo en cuanto se aseguraron de que no había nadie más y Namtaan rápidamente le mostró el contenido de la carpeta.

En su mayoría, eran apuntes hechos por ella misma. La información se cortaba de repente, alguna estaba tachada con dureza y otra parecía haberse borrado y reescrito varias veces. Era un registro de lo que Namtaan podía recordar haber visto, por si encontraban algo útil o al menos deducir algo de los fragmentos de su memoria. Algo que Pran notó también era que el folder que contenía la información no era amarillo.

—¿Esto es todo?

Ella asintió.

—Sí, no he podido recordar nada más, aunque lo intente. Sé que había más cosas, pero el profesor Pom se deshizo de todas las cosas de P’Chanon y me está vigilando. No sé si sabe que estoy recuperando los recuerdos o simplemente está preocupado por mí.

Pran volvió a meter los documentos a la carpeta.

—¿Los guardarás? —pidió Namtaan—. En caso de que el profesor Pom quiera investigar algo sobre mí.

Pran asintió.

—No creo que sea el profesor Pom —dijo él.

—Tampoco yo. Siempre hay alguien más arriba que controla todo. El director Supot estaba en el almacén, estoy segura.

—¿Tienes miedo?

Namtaan rió.

—Creo que debería. Esto es emocionante.

Lo era, ¿eh?


No hubo caos los siguientes días. Pran y Pat se habían unido al club de teatro. Mientras Pat era actor, Pran se dedicó a ser productor de sonido (reemplazando a Korn, al parecer). En general, lo más difícil de eso fue cuando alguien publicó un video privado de Claire, por lo que todos estuvieron estresados. Al final, la obra se presentó frente a toda la escuela y Claire le dio la vuelta a su situación, exponiendo a la persona que compartió su video. Todo se solucionó y los días se volvieron relativamente tranquilos.

Después del desastre del concurso interescolar, Punn había renunciado al cargo de presidente de la clase, dejando a Wave, Pat y él como nuevos candidatos para dejar que el director decidiera de nuevo. Wave, esos días, estaba especialmente irritable, pero ninguno de ellos le prestó atención.

De hecho, Pran estaba comenzando a aburrirse. Realmente no habían avanzado nada en la investigación sobre P’Chanon, y Namtaan no pudo recordar nada más sobre lo que vio en el almacén. El profesor Pom se negó a volver a hablar sobre su excompañero de clases y la emoción inicial de descubrir el secreto de la escuela se convirtió en frustración cuando se quedaron atascados.

—¿Y bien? —preguntó Pat mientras sostenía una barra de chocolate en la otra esquina del salón.

Korn tenía los ojos vendados y estaba de frente a la pared. No había ni una sola posibilidad de que viera cuál era el objeto que Pat había escogido. Sin embargo, rápidamente respondió:

—Barra de chocolate con caramelo de cincuenta gramos, tiene el empaque amarillo y es de la misma marca que escogió Jack. La estás sosteniendo en tu mano izquierda.

El profesor Pom asintió, satisfecho.

—¿Memorizaste todos los objetos en la mesa? —preguntó Pat, un poco desanimado de que él tampoco lo consiguió.

—Nop.

—Está bien, siguiente —indicó el profesor Pom.

Era turno de Pran. La dinámica era divertida. Mientras el profesor Pom, en clases teóricas, les explicaba cómo funcionaban las neuronas Gifted y sobre cómo funcionaban los potenciales, a veces tenían este tipo de prácticas para registrar los avances de cada uno. Korn había estado reservándose su potencial hasta hace poco, porque no podía explicarlo bien. Al final lo puso en palabras simples: sabía qué era lo que estaba en la sala donde se encontrara y dónde se localizaba sin necesidad de haberlo visto primero o de necesitar alguna descripción previa. El profesor Pom lo describió como algún derivado de la ecolocación, porque no solamente era por el sonido que hacían los objetos o las personas, sino que Korn era capaz de ver el objeto completo, con cada una de sus características.

En esta ocasión, el profesor Pom probaba el alcance del potencial de Korn retándolo a describir los objetos que los otros alumnos tomaban y podían esconder o no. Quien lograra que Korn no localizara o describiera el objeto, se ganaría un premio.

Pran miró entre los objetos que todos donaron. Observó sus propios auriculares, que todavía no habían sido elegidos por nadie. Pran los tomó y caminó hacia el casillero de Pang, abriendo la puerta y dejando un borrador que tenía el mismo tamaño que la funda de los auriculares. Luego apretó los mismos en su puño.

—Listo.

Para este momento, Korn era capaz de dar con la respuesta en menos de dos segundos. Sin embargo, esta vez le tomó un poco más de tiempo antes de que dijera algo. Todos lo miraron con algo de tensión en el aire, e incluso Wave lucía curioso. Al final, Korn sacudió la cabeza y se dio la vuelta.

—¿No escogiste nada?

Pran frunció las cejas.

—¿Qué?

—Fuiste al casillero de Pang, pero no dejaste nada ahí.

Korn incluso se quitó la venda de los ojos. El profesor Pom también lucía confundido.

—No, sí puse algo —insistió Pran.

—¿Entonces tienes el mismo potencial que Ohm? No hay nada en el casillero.

Pang abrió la puerta de su casillero con rapidez, pero todos quedaron todavía más confundidos porque el borrador que Pang colocó seguía ahí. No había desaparecido, ni había sido oculto en la dimensión paralela o lo que fuera que hacía Ohm. Korn parecía incrédulo.

—Esto es lo que escogí —Pran mostró los auriculares que tenía en las manos—. Puse el borrador ahí para confundirte.

Korn se quedó observando los auriculares durante un rato, solo para sacudir la cabeza y reír.

—No vi nada.

El profesor Pom interrumpió antes de que alguien más pudiera decir otra cosa.

—Quizá has usado mucho tu potencial —le dijo a Korn—. De cualquier modo, aplausos a Parakul, quien se ganó el premio.

Desconcertada, la clase entera lo felicitó. El premio venía en forma de un montón de dulces y frituras de distintos tipos. En realidad, solo una parte de la clase había participado antes de él, por lo que Ohm y el otro Korn no habían pasado. Pran terminó por compartir los dulces con todos.

Cuando la clase terminó ese día, Pran, Pang y Wai acompañaron a Mon al gimnasio. Mon y Pang hablaban alegremente sobre cómo alguna cosa. Wai parecía un poco molesto, por lo que Pran le preguntó qué ocurría.

—He estado tratando de hablar con Mon —confesó—, pero ese chico siempre se interpone.

Pran casi se rió.

—¿Es en serio? Hemos estado en la misma clase como dos meses, ¿y no has podido hablar con ella?

—¡Soy tímido!

—¿Ni siquiera por LINE?

Wai se detuvo abruptamente.

—¿Qué?

Silencio.

—Wai, no me digas que olvidaste que existe LINE.

Silencio.

—… Quiero decir, estamos juntos en el chat grupal. Hablamos todos los días por ahí, ¿verdad?

—Yo… los exámenes… olvidé que existía.

El examen se avecinaba, sí, pero, ¿qué fue eso? Pran se rió de su amigo mientras retomaban la caminata. Mon y Pang se habían adelantado, por lo que, cuando llegaron al gimnasio, se encontraron con una escena un poco graciosa: todo el club de artes marciales yacía en el suelo. Pang parecía un cachorro asustado, mientras Mon respiraba agitadamente.

—Tres… —exhaló uno de los chicos en el suelo— tres minutos.

—Tienes que estar bromeando —dijo una chica—. Fueron dos minutos y medio.

—En realidad fue menos —añadió otra persona, que salió de entre las gradas y sostenía un cronómetro—. Dos minutos exactos. Nuevo récord.

Pran estaba confundido, pero no pudo evitar que la risa se le escapara mientras ayudaba a los miembros del club a levantarse. Todos hicieron una especie de ovación a Mon y la felicitaron, antes de que comenzaran a hablar sobre cómo una de ellas tenía que limpiar el gimnasio esa tarde.

Fue hacia Pang, quien tenía una mirada extraña en su rostro. Siguiendo la dirección de sus ojos, se topó con la imagen de Nac charlando alegremente con alguien. Con un suspiro, le dio un golpecito en la espalda. Desde su pelea, esos dos no habían vuelto a hablar y parecía que Pang se deprimía más cada día que pasaba. Pran sintió simpatía por su hermano, porque Nac y Pang siempre estuvieron juntos, y él mismo no podía imaginar, por ejemplo, pelearse a ese punto con Pat o algo así.

Hablando de Pat…

—Suerte —le dijo a Pang—. Olvidé que tenía que ir al teatro esta tarde.

—Suerte también, Phi.

Todo fue tranquilo en ese momento. Llegó al teatro y hubo una especie de reunión acerca de los fondos que recaudaría el club para quién sabe qué. En realidad, Pran no prestó tanta atención porque Claire le daba unas miradas extrañas y luego parecía reírse de él.


Luego, todo empeoró.

Pran ni siquiera supo cómo llegó a este punto tan rápidamente. Fue esa misma noche. Mon había estado practicando mucho, por lo que le dijeron. Una de las chicas de su club estuvo con ella antes de volverse agresiva. En un abrir y cerrar de ojos, la mitad del club se convirtió en la peor pesadilla de Ritdha y todo se complicó cuando descubrieron la razón.

Duraron hasta la mañana siguiente intentando controlar la situación. Los profesores, los alumnos Gifted y los demás alumnos se encontraron alertas toda la noche, temiendo que sus amigos se volverían salvajes de repente y los atacarían.

Pran se sintió aliviado cuando Mon noqueó a su club entero. Pero luego algo más ocurrió, porque Namtaan fue corriendo a buscarlo, diciendo que Pang estaba en problemas y lo primero que Pran pensó fue que su hermano fue afectado por las feromonas de Mon.

Cuando llegó al gimnasio, sin embargo, se encontró con una escena digna de película de terror. O algo así.

Wai sostenía a un inconsciente Nac contra su regazo, ambos en el suelo. La cabeza de Nac estaba llena de sangre que seguía escurriendo desde su frente. Frente a ellos, su hermano menor parecía estar en estado de shock, de la misma manera que cuando Namtaan fue encontrada en el almacén. Se apresuró a correr hacia Pang, solo para darse cuenta de que Pang estaba mirándose las manos fijamente.

Pronto pudieron trasladar a Nac a la enfermería. Pran notó que uno de los postes de hierro tenía también manchas de sangre, probablemente donde se golpeó Nac. Sin embargo, no pudo prestarle demasiada atención porque Pang había comenzado a temblar y a balbucear. Pran, esta vez, necesitó la ayuda de Namtaan para volver a los dormitorios con su hermano. Pat ya se encontraba ahí, por lo que rápidamente intentaron tranquilizarlo. Estaba claro que Pang necesitaba ir a la enfermería también, pero Namtaan logró hacer que reaccionara un poco y también logró que se durmiera. No por primera vez, Pang comenzó a llorar en su sueño, pero ya había dejado de temblar.

—¿Qué pasó? —preguntó Pat, y Namtaan procedió a explicarle todo.

Pran miró a su hermano menor antes de tomarle las manos. Estaban frías y húmedas. Pang había estado observando demasiado esas manos, de una manera aterrorizada. Él no era estúpido, y solo esperaba que su presentimiento estuviera equivocado. No escuchó todo lo que Namtaan dijo, aunque en su mayoría sabía lo mismo que él. Nac se golpeó contra el poste hasta que Wai logró arrancarlo de ahí y luego se desmayó. Namtaan entró con Mon y vieron la escena, por lo que Mon corrió por atención médica y Namtaan fue a buscarlo a él.

Cuando Namtaan se fue, Pat le tocó el hombro en forma de consuelo. Pran suspiró.

—Ni siquiera te atrevas —le dijo.

—No lo estoy usando —respondió Pat—. Pero sé de todos modos.

Pran nunca había abrazado a Pat. Nunca en su vida. Sin embargo, esta vez no pudo contenerse. Él no estaba acostumbrado a la sangre, a pesar de que era muy bueno peleando; en realidad, las peleas callejeras no sucedían donde él vivía, y solo peleaba contra Pat en la escuela, donde nunca terminaron en un estado tan grave. Y Pang se encontraba en ese estado más veces desde que entraron a Ritdha de lo que alguna vez lo hizo antes de entrar. Estaba exhausto, tenía un nudo en la garganta y lo único que quería era acurrucarse contra Pang o contra quien fuera para calmar ese sentimiento.

Entonces abrazó a Pat y lloró. No estaba seguro de por qué. Quizá era demasiado, quizá era porque estaba asustado, quizá era porque la realidad de este nuevo mundo de ellos se estaba estrellando. Los alumnos Gifted existían, tenían potenciales que eran como súperpoderes y que podían lastimar a las personas. Había algo extraño dentro del programa, y el profesor Pom sabía acerca de ello. Además, el examen de la mitad del semestre se acercaba y Pran pensaba que eso era lo único que debería estar preocupándoles en ese momento, no sobre el estado de salud Nac (alguien que conocían desde la primaria) y sobre las suposiciones de que su hermano pequeño le hizo eso a su mejor amigo.

Pat actuó como era de esperarse. Actuó como su apoyo, como su consuelo, como lo único que necesitaba. Pat le brindó la comodidad suficiente durante mucho tiempo, sin tener que hablar o decirle nada; incluso si no estuviera utilizando su potencial, él siempre sabía qué hacer. Lo arrulló, acarició su cabello y apretó su abrazo. Pronto, todo lo que Pran pudo percibir fue a Pat: su aroma, su calor, su suave tarareo y las manos que masajeaban su cuero cabelludo.

Y, dioses, Pran lo amaba tanto en ese momento.

Tanto, tanto…

… que no sabía si iba a poder contenerlo más.

 

 

 

Notes:

El siguiente capítulo se publicará el 20 de marzo. Si no hay PangWave/WavePang todavía es por razones, pero pronto habrá contenido de ellos, lo prometo.

Chapter 7: Capítulo seis

Notes:

Uhm... Se supone que atcualizaré el domingo, pero había olvidado que ese día voy a mudarme, así que no creo tener tiempo de hacerlo. Entonces, la actualización un par de días antes.

Como siempre, no hay beta, los errores son míos.

Los kudos y comentarios son siempre apreciados, gracias por seguir dejándolos <3

Espero les guste este capítulo ):)

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Pang

Era cada vez más difícil ignorar el dolor de cabeza conforme el día pasaba. Se había despertado solo, sin rastros de su hermano o de cualquier otra persona; de alguna manera, era mejor así. Le permitió relajarse un momento, lavarse y hasta desayunar de manera silenciosa, tanto que parecía que no había nadie más en este mundo. Le permitió olvidar, por unos minutos, lo que había pasado la noche anterior.

Solo por unos minutos.

A medida que recordaba lo que sucedió, lo que le había hecho hacer a Nac, su cabeza empezó a palpitar. Leve, primero, por lo que decidió ignorarlo. Pang sabía que no podía hacer mucho por sí mismo y decidió que ir a clase era la única opción que le quedaba; si faltaba, tendría a su hermano sobre él preguntándole si estaba enfermo, o tal vez incluso al profesor Pom, lo que era peor. Pang terminó asistiendo a clases, pero no prestó atención a nada de lo que estaba diciendo el profesor.

Miró alrededor del aula. Su profesor seguía hablando acerca de quién sabe qué, mientras sus compañeros de la clase ocho hacían anotaciones o se distraían con cualquier cosa; ni uno solo parecía conmocionado por lo ocurrido antes. Pang casi se rió a carcajadas enfrente de ellos. ¿No recordaban, acaso? ¿El profesor Pom tenía la capacidad de borrarle la memoria a toda la escuela? A pesar de que muchas personas salieron lastimadas como y que seguramente algunas seguían en recuperación, nadie ahí parecía siquiera interesado en hablar de eso o de verificar que sus amigos estuvieran bien.

Ridículo.

Ese día no tenían que reunirse con el profesor Pom en el aula y tampoco tenían tarea porque los exámenes estaban a la vuelta de la esquina, entonces todos los alumnos se dedicaban a estudiar todo el tiempo que podían.

Por la razón que fuera, Pang no se había topado con ninguno de sus amigos ese día. Ni entre los pasillos, ni en la biblioteca o en los dormitorios. Sorprendentemente, tampoco se sintió mal por eso. Le dolía la cabeza, estaba estresado y necesitaba estar solo por un momento. Pang había decidido dormir una siesta en la biblioteca o donde fuera, mientras no tuviera que volver a los dormitorios y probablemente encontrarse con su hermano. No quería dar explicaciones a lo sucedido ayer, porque él tampoco estaba seguro de qué es lo que había ocurrido. Solo quería cerrar los ojos, descansar un poco.

Al final, no pudo hacerlo en la biblioteca. Había un par de estudiantes de segundo año ahí. Desde que iniciaron en la clase Gifted, Pang no había visto a nadie de otros años, y no tenía ganas de conocerlos por el momento. Se dio media vuelta y pensó que tal vez debería ir, entonces a los dormitorios. Se arriesgaría a encontrarse con Pran o Pat, sí, pero no tenía una mejor…

No, espera, sí la tenía.

Recordó que, la primera vez que descubrieron sobre los potenciales, estuvieron en el salón de cómputo y Ohm había estado durmiendo ahí. También fue el refugio de su amigo cuando desapareció a Folk. Tal vez, si tenía suerte, encontraría el aula vacía y podría dormir un rato.

Rezando por no toparse con nadie, Pang accedió fácilmente. Era un poco tarde, pero todavía había luz brillando; afortunadamente, la sala estaba vacía. Pang suspiró y acomodó su mochila en el suelo, debajo de un escritorio, y se acomodó antes de cerrar los ojos.

Tuvo un sueño extraño.

En ese sueño, se encontraba en su habitación. No la de los dormitorios, sino su habitación en casa. Dissaya, su madre, le gritó para que bajara a cenar, y él le respondió que primero tenía que encontrar su insignia. Pang buscó entre algunos cajones que estaban en el escritorio de su hermano dicha insignia, aunque él mismo no sabía bien cómo era. Luego escuchó golpecitos en la puerta.

—Pang, la comida se va a enfriar.

—Ya voy, mamá. Todavía no la encuentro.

—¿Qué dices que buscas?

—La insignia.

—¿La que le diste a Nac?

Pang asintió. Su madre estaba junto a él de repente.

—La tiene Nac —insistió su madre.

—No, la perdió cuando se cayó —dijo él—. La traje a casa para limpiarla.

Dissaya suspiró.

—Pang, no pudiste limpiarla. Le dijiste a él que la limpiara.

—¿A quién?

—Al director —respondió su madre, como si lo que hubiera preguntado fuera una tontería—. ¿Recuerdas? Luego de lo que hicieron, el director dijo que necesitaban una limpieza.

—Mamá, ¿dónde está P'Pran?

Dissaya rió.

—¿Quién?

—Phi… ¿Pran? ¿Tu hijo mayor?

—No entiendo.

—Tienes dos hijos —explicó—. Parakul, mi hermano; y yo, Pawaret.

Pawaret.

Pawaret .

—¡Pawaret!

Sus ojos se abrieron, las pupilas encogiéndose ante la luz. Toda la habitación estaba naranja, probablemente por la puesta de sol. Su cabeza palpitó cuando trató de enfocar en quien le había hablado, y todos sus músculos protestaron cuando se movió.

Genial, la última persona que necesitaba ver.

—¿Qué demonios, Wave? —preguntó, luego de notar que el dolor de cabeza se había intensificado—. ¿Me arrojaste algo?

Wave rodó los ojos.

—Estorbas.

Pang resopló.

—¿Disculpa?

—Estoy intentando usar una computadora, pero tus ronquidos me molestan.

—¿Qué? ¿Por qué usas estas computadoras? Sé que tienes una laptop, podrías hacer cualquier cosa en tu habitación.

Esta vez, Wave fue quien resopló.

—Uso esta sala porque tengo derecho y porque para eso sirve. No es un aula de descanso, así que quien hace mal uso de ella eres tú, no yo.

Luego, se dio la vuelta y murmuró:

—Claramente eres de la clase ocho.

Pang había sido… ¿insultado?, si así se le podía decir, de esa manera más veces de las que podía contar. Había una falta de originalidad en Wave que resultaría hilarante si Pang no estuviera molesto ya. Como su compañero decidió que iba a ignorarlo, Pang también lo hizo. Se estiró lo más ruidosamente posible antes de recoger sus cosas y salir de ahí, asegurándose de que Wave escuchara cada uno de los sonidos que hicieron las suelas de sus zapatos y la puerta al cerrarse.

Con la migraña intensa todavía, Pang se dirigió al único lugar donde sabía que no sería molestado (ejem, si tenía suerte): su habitación. Ahora, probablemente debió ir ahí desde el principio, pero, si no fuera por Wave, seguiría dormido cómodamente en la sala de cómputo. Apenas podía concentrarse en el camino porque todos los pensamientos de los que se había desecho al irse a dormir estaban regresando. De algún modo, terminó tropezando con una persona que rápidamente lo estabilizó.

Huh, ¿tal vez estaba enfermando?

—Lo siento —se disculpó, intentando alejarse, pero la persona lo sostuvo firmemente.

—Amigo, no te ves bien.

Se concentró en ella. Era una chica más o menos de la misma estatura que él. Tenía puesto el uniforme, lo que indicaba que era estudiante, y una insignia con el número I. Pang sabía que no conocía a todas las personas de la clase uno, pero estaba seguro de que ella no era una cara que hubiera visto antes.

—Iré a descansar.

Aun así, no sentía curiosidad. Le dolía la cabeza, estaba cansado y nervioso. Quiso dar un paso al frente, pero terminó tambaleándose. La chica lo sostuvo rápidamente y lo ayudó a sentarse en un semimuro. Pang no tuvo la fuerza para resistirse, por lo que se dejó llevar. Esa misma chica comenzó a tomarle la temperatura con la mano, silbando un poco.

—Tienes fiebre, amigo. Deberías ir a la enfermería.

Pang negó rápidamente. En la enfermería se encontraba Nac, él no quería ir a verlo. Su lógica no le permitía ver que, claramente, Nac no se encontraba en el área común de la enfermería, sino en una habitación separada. Como la chica no lo sabía, y él tampoco podía moverse a voluntad, ella lo arrastró en esa dirección. No le tomó mucho tiempo llegar, o al menos no se dio cuenta de en qué momento lo hizo. De repente, ya estaba acostado y dormitando mientras le proporcionaban algo de suero a través de una intravenosa y le ponían compresas frías.

—¿… un desmayo? —escuchó una voz que sonaba sospechosamente como el profesor Pom.

—No, solo tambaleante —esa era la chica.

Discutieron algo antes de que ella se fuera. No tenía energías ni ganas de hablar con el profesor, por lo que se quedó en ese estado semiinconsciente para librarse de cualquier pregunta. El profesor Pom no dijo nada, tampoco, ni siquiera para sí mismo. Solamente duró unos minutos ahí antes de que la puerta se abriera y se escuchara la respiración agitada de una tercera persona.

—¿Profesor Pom? Me dijeron que mi hermano se encontraba aquí.

Por supuesto, la otra persona tenía que ser Pran. Estaba solo, lo que agradecía, porque no quería lidiar con la preocupación de nadie además de su hermano. Es decir, Pran lo había visto enfermo desde siempre, así que sabía cómo se ponía de malhumorado y molesto. Nuevamente, ambos hablaron en voz baja entre ellos, solo para que el profesor Pom terminara alejándose de la sala. Pran rápidamente se volvió hacia él y comenzó a cambiarle las compresas frías.

—¿Cómo te sientes?

Pang resopló. ¿No veía que quería evitar las charlas? Su hermano lo conocía bien, por lo que se rió. Pang entreabrió los ojos, su visión estaba un poco borrosa por lágrimas que se habían acumulado. Sintió que Pran le ayudaba a limpiarlas, y pudo ver el rostro tenso de su hermano.

—Horrible —murmuró, la voz extraña.

—¿Has tomado analgésicos?

Negó con la cabeza.

—Estoy seguro de que eso es suero —señaló la intravenosa.

—Ajá… —dijo Pran distraídamente, mientras comenzaba a pasar un paño húmedo por su cuello—. Estabas deshidratado.

Un cómodo silencio se instaló durante un rato. Pran terminó por sentarse en la cama que se encontraba al lado, hojeando lo que parecía ser un cuaderno. Probablemente estaba estudiando. Pang decidió que dormiría otro rato y se dejó ir.

Cuando volvió a despertar, ya no le dolían ni la cabeza ni el cuerpo. El suero también había sido desconectado. Era de noche, las luces estaban apagadas, pero había una pequeña lámpara a su costado, justo para que su hermano, quien seguía ahí, pudiera leer el libro que tenía en las manos. Pang se estiró, sintiéndose aliviado de que su cuerpo no gritó por el movimiento, y tuvo la fuerza suficiente para impulsarse y sentarse en la cama.

—¿Mejor?

Asintió.

—Bien. Me dijeron que podías irte en cuanto despertaras, así que vamos.

De regreso a los dormitorios, Pran iba tarareando alguna canción que él no reconocía. Iban a medio camino cuando vio que alguien se atravesaba en el pasillo. Era la misma chica que lo ayudó. Sintiéndose mal por haber sido un poco grosero con ella, supuso que debía agradecerle y disculparse. Ella los miró con un poco de confusión antes de que una sonrisa se extendiera por sus labios.

—Ow, así que son gemelos. Quiero decir, hola —saludó—. Veo que te encuentras mejor —dijo, dirigiéndose a Pang.

—Sí, gracias por lo de hace rato. Y lo siento si fui una carga.

—No te disculpes, no parecías estar en tus cinco sentidos.

Pran miró con curiosidad a la chica.

—Eres la chica nueva, ¿verdad? Nos dijeron que te unirías a partir de mañana.

Ella asintió, dirigiéndose a Pran.

—Sí. He estado haciendo el trámite desde hace mucho, pero apenas se me permitió venir. Soy Ink, estaré en tu clase. Eres Pran, ¿verdad? —su hermano asintió—. Y tú eres Pang. Pran y Pang. Lindos nombres.

Oh, así que era nueva. Pat ya había hablado de eso antes. Cuando escucharon por primera vez al profesor Pom afuera de su ventana, según le dijo su hermano, Pat puso especial atención a la conversación entre el director Supot y el profesor. Habían dicho algo sobre dos nuevos estudiantes, pero también mencionaron a unos gemelos, por lo que no sabían si se referían a ellos o a otras personas; parecía, entonces, que eran nuevos integrantes de la escuela.

Ink se despidió rápidamente, diciendo que necesitaba estudiar para el examen. Se alejó de ellos y los gemelos siguieron su camino.

—Es linda —murmuró Pran de repente.

—¿Ah?

—Nada, nada.

Pang decidió no insistir. Finalmente llegaron a los dormitorios, el pasillo estaba vacío y no se escuchaba nada dentro de las otras habitaciones. Pran se giró hacia él cuando estaba a punto de abrir la puerta.

—¿Puedo entrar?

Pang frunció las cejas.

—Um, ¿sí? ¿No vas a esperar a Ai’Pat?

—Debe estar dormido ya —respondió—. Le dije que me iba a quedar contigo toda la noche si era necesario.

El tono de voz no le pasó desapercibido. Entraron al cuarto de Pang en silencio, y su hermano se apresuró a la mini-nevera para tomar algo. Le pasó una caja de leche.

—No has comido nada, ¿verdad?

—Phi, ¿qué está pasando?

Pran se congeló en medio de la habitación. Ambos se miraron fijamente, hasta que su hermano suspiró y tomó asiento en la silla frente a su cama. Pang jugueteó con la caja de leche.

—¿Es sobre lo que pasó con Nac?

Pran asintió.

—¿Alguien más… sabe?

—No creo. Me di cuenta porque ayer no dejabas de mirar tus manos.

Pang se mordió el labio inferior. Como era de esperarse, el silencio se instaló entre ambos. Bebieron la leche sin decirse una palabra. Era muy tarde, probablemente cerca de medianoche. Pang comenzó a reflexionar acerca de lo que había sucedido, más tranquilo ahora que el dolor de cabeza se había extinguido.

—Esta no es la primera vez que lo haces, ¿verdad?

Pang negó.

—Tenía la ligera sospecha.

—¿Desde cuándo?

—Mmm… creo que desde que la madre de Namtaan amenazó con sacarla de la escuela. Sé que la toqué, y luego le supliqué que no se la llevara. De alguna manera, pensé que era persuasión, pero quizá no sea suficiente.

Pran asintió.

—No se lo digas a nadie todavía —pidió Pang—. No hasta que averigüe qué está pasando.

Pran asintió.

—No planeaba hacerlo. ¿Recuerdas lo que dijo Pat acerca de sus sospechas con el profesor Pom y el director? No creo que sea… correcto, decírselos ahora.

—¿Desconfías de ellos?

—¿Tú no?

Después de unos segundos, Pran se levantó y extendió su brazo.

—¿Quieres intentarlo?

—¿Qué?

—Probar si es correcta tu hipótesis.

—Phi, ¿estás seguro?

Pran asintió.

—Puede ser algo simple, como que camine en círculos o algo así.

Lo hicieron, mas no funcionó.

Pang no supo si sentirse aliviado o no por esto, pero parecía que era lo mejor. Su hermano lo miró con algo parecido a la desconfianza. No, no era desconfianza, solo era duda. Puso en duda lo que acababa de pasar. A decir verdad, lo intentaron un par de veces antes de darse por vencidos. Los dos estaban exhaustos, por lo que al final fueron a dormir sin continuar con el experimento. Pran regresó a su habitación y Pang se quedó solo, pensando, durante un buen rato antes de quedarse dormido, en que le gustaría volver a casa uno de esos días, solo para sentir un poco de normalidad.


La oportunidad de volverlo a probar, sin embargo, llegó al día siguiente. Pang permaneció con la mirada fija en cualquier lugar que no fuera la estudiante que conocieron ayer, Ink, cuando esta entró en el aula Gifted. Los demás, mucho menos discretos que él (en especial Ohm, se dio cuenta), giraron sus cabezas hacia ella. El profesor Pom se dirigió hacia la clase, presentándola.

Ink había hecho el examen de colocación ayer por la tarde, justo antes de que se topara con Pang. Resultó que ella también era una alumna Gifted. Su familia había estado viviendo en el norte del país hasta que su madre falleció; a partir de ahí, ella y su papá estuvieron mudándose por el trabajo a distintas partes, terminando aquí más recientemente. La razón por la que el director Supot había accedido a que Ink entrara a medio semestre era porque conocía a la madre de Ink y le tenía profundo aprecio. Al menos eso dijo el profesor Pom.

Ahora que la veía a la luz del día, Pang entendió lo que su hermano le quiso decir la noche anterior. Ella era, de hecho, muy bella. Tenía un aura carismática que se confirmó cuando ella misma se presentó y luego fue a tomar asiento. El profesor Pom continuó con su clase y le pidió a Ink que se quedara después para explicarle lo que estaba sucediendo.

Ese día todo fue más teórico. Se detuvieron muy poco en algunas especificaciones sobre el alcance de los potenciales e hicieron énfasis en los tipos de efectos secundarios que eran directamente relacionados con el estilo de potencial. Una vez terminada la clase, Pang fue arrastrado por su hermano afuera del aula, llevándose a Ohm y Namtaan con ellos. Como era de esperarse, fueron rumbo a los dormitorios, y entraron en el cuarto de Pran.

—¿Qué pasa? —preguntó Namtaan.

Pran suspiró.

—Estaba pensando en que podíamos hacer un experimento. Estaremos estudiando porque los exámenes son la próxima semana y no vamos a tener tiempo suficiente.

Namtaan asintió.

—Entiendo.

—¿Lo haces? —preguntó Ohm.

—Sí. Tiene que ver con lo del gimnasio, ¿verdad? —se dirigió a Pang.

Entonces Pran les explicó un poco de lo que ocurría. Su supuesto sobre el potencial de Pang y lo que habían intentado el día anterior para comprobarlo. Namtaan aseguró que era posible que no hubiera funcionado porque eran gemelos o por algo que tenía que ver con el potencial de Pran. Ohm, rápidamente comprendiendo la situación, se ofreció como voluntario mientras los otros dos anotaban sus observaciones.

Pang respiró hondo cuando tomó los dedos de Ohm y le indicó que diera un paso atrás. Ohm no hizo nada, e incluso le frunció el ceño en confusión. Pang sacudió la cabeza, pero volvió a intentarlo. Hizo la misma indicación de nuevo, y Ohm no reaccionó. Aun así, Pang sintió que no estaban haciendo todo bien. Se tomó unos segundos, mientras Pran y Namtaan discutían sus suposiciones, y Pang recordó, repentinamente, que algo más había pasado cuando le dijo a Nac que se golpeara hasta la muerte.

Casi imperceptiblemente, tomó la muñeca de Ohm. Mientras Ohm también parloteaba sobre quién sabe qué, Pang dio la indicación rápida de que cerrara los ojos con fuerza.

—… porque creo que… ¡Ay! ¡¿Qué pasó, Pang?! ¡¿Qué hiciste?!

Los otros tres se quedaron callados. Con una risa de incredulidad, Pang le dijo que podía abrir los ojos, y Ohm lo hizo para luego soltarse con algo de miedo, cubriendo su cuerpo con sus brazos.

—¿Qué fue eso?

—¿Cómo lo hiciste? —preguntó Pran.

Pang se miró las manos.

—Creo que tenía que tomarlo de las muñecas. No lo sé, recuerdo que hice eso con Nac.

Namtaan se llevó un bolígrafo a los labios.

—¿A la muñeca? ¿Sentiste algo diferente cuando lo hiciste?

—Solo el pulso de Ohm, nada raro.

—¡Oh! —exclamó Namtaan—. Espera, vuelvo enseguida.

Dicho y hecho, ella tardó menos de cinco minutos en regresar con un estetoscopio y un baumanómetro. Los tres la miraron con expresiones divertidas, a lo que ella explicó que era parte de su botiquín básico porque tenía que estar midiéndose la presión arterial frecuentemente. Con movimientos expertos, lo colocó en Pang y lo hizo funcionar. Un minuto después, ella lo retiró.

—¿Qué pasa? —preguntó Pran.

—Tiene la presión elevada —dijo ella—. Esto puede ser un indicador de que usaste tu potencial. Lo hiciste, solo es cuestión de saber en qué momento pasó, así que puedes intentarlo de nuevo y, en el momento en que suba la presión, sabremos que está en uso. Así también podremos determinar lo que está sucediendo mientras lo usas y habrá un rango más reducido sobre el desencadenante.

—¿Qué pasa si sube demasiado?

La voz de Pran era temblorosa, y supo que su gemelo estaba preocupado por él. Pang no se sintió inseguro. Si lo que Namtaan dijo era cierto, entonces entraba la posibilidad de que lo hubiera hecho muchas más veces de las que había contado antes; no le había pasado gran cosa, y las crisis y la fiebre fueron más por lo que presenció que por lo que hizo.

Terminaron haciéndolo, y Pang se emocionó cuando volvió a funcionar. Esta vez Ohm estaba menos asustado, pero igual tuvo que decir que se sintió raro, como si fuera un títere o algo así. Pran fue el siguiente el ofrecerse, porque no querían que Ohm fuera privado de su libertad por más tiempo, y Pang descubrió que lo necesario era sentir el pulso de la otra persona, por lo que lo intentó con el cuello de su hermano. Fueron indicaciones muy sencillas, pero todas funcionaron. Aunque su presión arterial subía y bajaba cuando el potencial estaba en función, en realidad no fue nada alarmante. Se estabilizó rápido, y lo único que notó después de usarlo un rato fue una ligera palpitación en la cabeza que se desvaneció al poco tiempo.

Pran lo miró con una sonrisa cuando terminaron sus experimentos.

Por fin sabían algo.


Pran

Una noche antes del primer examen, Pran se encontró en el círculo de estudio más grande que había presenciado desde siempre. Además de su hermano y de Pat, se encontraban Wai, Namtaan, Korn, Ohm e Ink (ella resultó ser una persona extremadamente amigable y se había ganado a toda la clase). A decir verdad, fue bastante divertido. Para empezar, Ohm estaba absolutamente maravillado de que Pang respondiera correctamente todas las preguntas que le hacían, a lo que Pang simplemente respondió que él era un buen estudiante cuando se lo proponía. Pran sabía que era cierto, ya se lo había dicho antes. El estudio duró un buen rato antes de que vieran la hora y decidieran que era suficiente.

Cuando salió de la habitación de Namtaan, donde habían ido a estudiar, se percató de algunas señales que Pat le mandó. Curioso, Pran siguió al chico hasta que entraron en su habitación, a la cual él casi nunca se metía. Pat cerró la puerta y lo miró con expresión seria.

—¿Qué?

—¿Lo recuerdas?

Pran frunció el ceño.

—¿De qué estás hablando?

Pat suspiró.

—Ayer por la tarde hablaste con Ink. ¿Recuerdas eso?

Sacudió la cabeza. Ayer por la tarde, dijo. ¿No fue ayer por la tarde que Pang, Ohm, Namtaan y él estuvieron experimentando con el potencial de su hermano? Mientras más hacía memoria, eso era lo único que podía recordar. Pran tuvo que esforzarse para averiguar si de hecho había estado hablando con Ink, pero no parecía…

Espera.

—¿Qué día es hoy?

—Es lunes.

Pran contó con los dedos. Cuando experimentaron con el potencial de Pran no había sido domingo. De hecho, recordaba que era jueves. El día anterior, miércoles, se había encontrado con Wave camino al dormitorio, quien le dijo que su hermano parecía estar a punto de desmayarse; luego fue a la enfermería, solo para encontrar a Pang semiconsciente y al profesor Pom cuidándolo. El jueves se presentó Ink, y descubrieron que ella también era una alumna Gifted. Entonces ocurrió el experimento con el potencial de Pang y luego…

¿Luego qué?

Pasaron todo el fin de semana estudiando, ¿no? Pat también estuvo con ellos. Lo recordaba, estuvieron compitiendo por quién de los dos podía resolver más rápido los ejercicios de cálculo.

—Ayer estuvimos estudiando.

Pat asintió.

—¿Qué más?

—¿Cómo que qué más? Si preguntas qué comimos, no puedo recordarlo.

Pat negó con la cabeza.

—Estoy seguro de que te vi hablando con Ink —dijo—. Pero no recuerdo más allá de eso. Le pregunté a ella y tampoco recuerda haber estado contigo. ¿No crees que es raro?

Pran miró a Pat como si le hubiera crecido otra cabeza. Pero había algo raro, y estaba claro que tenía lagunas en su memoria, porque realmente no podía recordar otra cosa que no fueran ellos estudiando. Pero fueron tres días enteros, era imposible que se hubiera olvidado tres días enteros, a menos que…

—También viste que Nac volvió a clases —continuó Pat—. La última vez que supe de él, seguía internado porque sus lesiones no habían sanado. Supongo que se curó durante el fin de semana, pero no recuerdo haberlo visto hasta el día de hoy.

—Tal vez regresó hoy.

Pat asintió suavemente.

—¿A dónde quieres llegar, Pat?

—Nac me preguntó por Pang. A este punto, estoy seguro de que, si yo fuera él, no querría saber absolutamente nada de Pang, sobre todo porque, por lo que sé, el mismo Pang le ordenó que lo dejara de lado. Pero parecía genuinamente curioso porque Pang no estaba hablando con él.

Pran sintió que se le secaban los labios.

—En sus palabras: “No lo he visto desde que entró al programa Gifted”; tenía curiosidad por saber qué es lo que pasaba con él —Pat lo miró a los ojos—. Pran, ¿no crees que el profesor Pom le ha borrado la memoria? Todo acerca de sus discusiones y peleas con Pang se fue.

—Es posible —asintió.

—Y… ¿no crees que también nos lo hizo? Realmente no puedo recordar mucho de lo que hicimos este fin de semana.

Sí, Pran no quería que Pat llegara a la misma conclusión que él. Pero sabía que lo haría. No solo porque resultaba obvio que, si tenían momentos de oscuridad en su memoria, el potencial del profesor sería la primera causa pensada; de hecho, Pran sabía que Pat no lo habría mencionado de no ser porque se enteró que todos los demás tenían la misma laguna. Es decir, que Pat usó su potencial en ellos. Y, por supuesto, también debió usarlo en el profesor Pom.

—¿Qué más? —pidió.

—Él está tranquilo. Sabe que nosotros no sospecharemos nada, se aprovechó de nuestro estrés por los exámenes. Lo viste, incluso Pang y Ohm estaban concentrados en ello, no creo que se dieran cuenta.

Pran asintió.

—Entonces, lo que sea que hayamos hecho el fin de semana, el profesor Pom lo borró de nuestras mentes.

Suspiró. La preocupación se enroscó en sus pulmones, haciéndole difícil respirar. Con un nudo en la garganta, se obligó a preguntarle a Pat:

—¿Qué hacemos ahora?


—No le digan a nadie.

Pran y Pat le dieron miradas igualmente incrédulas a Namtaan. Ella, por su parte, sonaba tan seria como siempre, segura de lo que estaba diciendo. Pran quería arrancarse los cabellos y gritar, pero se contuvo porque estaban a punto de iniciar el examen y no querían ser expulsados del salón.

—No le digan a nadie —repitió—. Mientras menos personas lo sepan, mejor. Y tampoco dejen que se muestre en sus rostros, porque, si el profesor Pom se entera, puede afectarnos más de lo que creen.

Ambos asintieron.

—Hablaremos de ello después de que terminen los exámenes.

 

 

 

Notes:

No sé por qué, pero siento que voy muy lento y de repente muy rápido con la trama. ¿Soy solo yo o de verdad soy así? La verdad estoy un poco ansiosa por revelar el potencial de Pran, tal vez por eso siento que voy lento. Y espero que las pistas que estuve dejando estén funcionando, ja, ja.

Promociono de nuevo la segunda parte de esta misma serie donde se publican extras: capítulos que pueden o no tener relación con los sucesos de este fic escritos principalmente porque quiero ver PatPran y PangWave juntos en diferentes contextos. InkPaa también será más desarrollado ahí, probablemente después escriba sobre ellas especialmente...

De cualquier manera, el siguiente capítulo está planeado para ser publicado entre el 25-28 de marzo. Es probable que sean dos capítulos durante ese fin de semana, pero todavía no estoy segura. Como dije, estoy ansiosa.

Gracias por seguir leyendo <3

Chapter 8: Capítulo siete

Notes:

Uhm... esto no salió como esperaba.
A veces quiero escribir una cosa y los personajes simplemente dicen "No, no".

Espero les guste ):)

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Pat

Como era de esperarse, los exámenes se llevaron toda la energía de los alumnos en toda la escuela. Para cuando terminaron el último examen ya era tarde, y todavía tenían que reunirse en el auditorio porque les habían dicho que había un examen para los alumnos Gifted. Un poco nervioso, porque en realidad no había estudiado nada del programa, se dirigió allí en compañía de Pran e Ink, quienes iban platicando acerca de cómo tenían dolor de cabeza.

Para Pat, la vista era linda. No estaba seguro de por qué, pero ver a ellos dos caminar enfrente de él con sonrisas cansadas le daba una sensación de alegría. Tal vez era el sentimiento de ellos, a este punto estaba tan cansado que no podía diferenciar entre sus propias emociones y las de los demás. Fuese como fuese, Pat se sintió motivado en la vida por ellos. Ink era una chica agradable y bonita que rápidamente había capturado los corazones de gran parte de la clase uno. Su personalidad hizo que fuera fácil acercarse a ella, y también fue ella la que se acercó a Pran primero.

Pat había estado un poco celoso cuando los vio hablar el lunes, pero quizá solo era la preocupación de lo que había ocurrido el fin de semana. Todavía tenía esa… sensación, si era posible, de que algo muy importante se le escapaba de las manos y que eso tenía que ver con las dos personas delante de él. Sacudió la cabeza, centrándose en la felicidad que había sentido momentos antes. Cuando entraron en el auditorio, Pran se giró hacia él y le dio una especie de media sonrisa que solía mostrar lo agotado que se encontraba.

Un sentimiento cálido y familiar se apoderó de él y le sonrió de vuelta en un intento por darle apoyo. Ink se había alejado para ir a hablar con Namtaan, quien ya se encontraba preparando algunos papeles en una silla. No vio a Pang, pero seguramente no tardaba en llegar. Poco a poco todos fueron entrando y Pat tomó asiento junto a Pran (quien había estado hablando con las chicas hace un segundo) solo por el placer de hacerlo. Pang se dirigió con Ohm en dirección a Namtaan e Ink y finalmente todos estuvieron en la sala.

Pat no esperaba lo que el profesor Pom explicó sobre la dinámica del examen, mucho menos el supuesto premio que ganaría la persona con mayor puntaje. Hablar con el director era una cosa, tener el derecho de pedirle lo que quisieran era otra muy diferente. Un movimiento extraño de su parte, y Pat pudo ver que él no fue el único que lo encontró extraño. El profesor Pom dijo algo sobre el presidente de la clase, señalando a Wave, quien respondió con algo parecido a un bufido, y entonces el sonido desapareció de sus oídos.

Wave como el jefe de la clase… ¿en qué momento ocurrió eso? Nadie parecía extrañado por lo mencionado. O al menos eso pensó Pat cuando nadie reaccionó a lo que sea que haya dicho el profesor. Luego de eso comenzó el examen y a Pat no le dio tiempo de pensar en otra cosa.

Claramente esta escuela era extraña. Lanzar de la nada una representación de un cadáver en medio de un montón de niños de quince y dieciséis años no era algo que viniera en el modelo educativo, seguramente. De cualquier manera, Pat intentó centrarse en resolver el misterio y fácilmente hizo equipo con sus gemelos y otros amigos. En realidad, no es como si se diera cuenta de quiénes estaban resolviendo todo, pero sí se dio cuenta de que respondió automáticamente algunas preguntas que hicieron que Claire lo mirara como si quisiera arrancarle la cabeza por diversión.

Pran le dio alguna indicación sobre subir a la azotea o quién sabe, pero es lo que Pat hizo. O trató de hacer, porque, en el momento en el que salió del lugar donde se encontraban (huh, la biblioteca), de repente escuchó su propia voz.

Este año voy a hacerlo.

Se detuvo de inmediato. Giró a los lados, buscando señales de algún otro ser vivo. Claramente el pensamiento no era suyo, sino de alguien más. Usualmente no los escuchaba, solo sabía las cosas. De hecho, no había escuchado los pensamientos de nadie desde que descubrió su potencial con Korn, y eso fue porque Korn estaba activamente pensándolo. Es decir, estaba hablando consigo mismo.

Rápidamente se olvidó del examen y concentró sus energías en detectar a la persona. No volvió a escuchar nada, por supuesto, pero sí pudo sentirlo. Estaba cerca, lo suficiente como para que Pat pudiera descifrar el humor de dicha persona, pero no para utilizar su empatía completamente. Sea quien fuere, esa persona estaba de muy buen humor. Pat tuvo que concentrarse mucho cuando comenzó a alejarse, por lo que él decidió seguirla. El examen podía esperar, tenían todavía diez minutos.

Esperaba no tardar tanto.

Pat dejó su walkie talkie en una de las bancas que se encontraban pegadas a la pared antes de correr en la dirección de la persona, sería un fiasco si de repente se escuchaban las voces de sus compañeros. Las emociones se hicieron más fuertes conforme se acercaba, y pronto descubrió de quién se trataba cuando una ola de incomodidad lo invadió.

Era el director Supot. La ola de incomodidad era del profesor Pom, porque siempre se sentía así cuando ellos dos estaban juntos. Un poco asustado, Pat retrocedió. No estaba seguro si debería averiguar qué pasaba en estos momentos. Namtaan le había dicho claramente que no era una buena idea averiguar antes de terminar los exámenes. Aunque no había dicho por qué, Pran y él estuvieron de acuerdo de inmediato ya que ella solía estar en lo correcto cuando suponía algo.

Pero todavía tenía curiosidad, naturalmente.

Se estaba debatiendo en hacerlo cuando la campana sonó Un poco sobresaltado, miró hacia un reloj que se encontraba en la pared, dándose cuenta de que el tiempo se les había acabado y que él gastó los últimos minutos del examen siguiendo al director. Con un suspiro, decidió que era mejor regresar al auditorio. Después podría decirles a los demás lo que había escuchado y sentido.

La pantalla mostraba que quien tenía el mayor puntaje era Wave. El mismo parecía presumido. Pang y Pran todavía no regresaban de dondequiera que estuvieran, por lo que Pat fue a sentarse para esperarlos. Mientras lo hacía se distrajo jugando con un par de lápices, simulando que eran baquetas de batería. No supo cuánto tiempo pasó reproduciendo una melodía en su cabeza cuando la ira lo abrumó de repente. No fue solo ira, sino que venía acompañada de incredulidad. Levantó la cabeza para buscar la fuente de emociones tan intensas que activaron accidentalmente su potencial cuando la repentina necesidad de golpear a Pang cruzó por su mente.

Era Wave, entonces.

Siguió su mirada hacia la pantalla, su boca cayendo cuando leyó el puntaje final. Había cambiado, incluso después de que el examen terminó. Wave ya no estaba en primer lugar, y otra persona había alcanzado 600 puntos.

La persona era Pang.

Mierda.

Esta vez, sí fueron sus propios pensamientos.


Pran

Decir que estaba nervioso era un eufemismo. Desde que Pang se encerró en la oficina del director, había estado jugando con sus audífonos, paseándose en su cuarto de un lado a otro y tratando de que sus pensamientos no se desviaran al director haciéndole algo a su hermano menor.

Pat estaba enfrente de él. Por una vez, no le reclamó ponerse de esa manera, sino que parecía estar en un estado pensativo, cosa que ocurría muy raras veces. Pran ni siquiera pudo concentrarse en lo apuesto que se veía Pat con el ceño fruncido y la mueca en su rostro porque estaba realmente preocupado. Desde la perspectiva de alguien más, quizá parecía que Pran estaba exagerando.

No él, y no sus amigas, por supuesto.

Ink había descubierto su potencial más rápido que cualquiera de los estudiantes Gifted. Era, según el profesor Pom, la única que lo había encontrado menos de veinticuatro horas después de escuchar la frecuencia. ¿Por qué? La teoría más plausible era que Ink estuvo desarrollando sus neuronas Gifted incluso antes de que estas fueran activadas. También era que Ink tenía una inteligencia intrapersonal increíble, por lo que dedujo rápidamente qué parte de ella era la que determinaría su potencial.

Cuando hablaron esta tarde, mientras se dirigían al examen, Ink le reveló su potencial, algo que solamente le había dicho al profesor Pom (y al director, si tomaba en cuenta que él conocía los potenciales de todos). Ink podía tomar fotografías. No, es decir, a ella realmente le encantaba eso. Ella le dijo que era lo que más amaba hacer en el mundo, porque le permitía mostrarle a la gente cómo ella veía la realidad; lo dijo de una manera bastante más poética. Pran asintió cuando se lo dijo, y luego ella continuó explicando que su potencial era eso. Aunque no entendió al principio, hubo una demostración rápida antes de comenzar el examen.

—Mira —le enseñó. Namtaan también estaba viendo—. Solo hago esto…

Ink colocó la palma de su mano en una hoja en blanco y luego fijó la vista en un punto del auditorio. No era un lugar que llamara la atención: no era una esquina, no estaba muy oscuro y había un par de sillas apiladas. Cuando Pran le iba a preguntar por qué hacía eso, Namtaan exclamó con asombro:

—¡Woah! Eso es increíble.

Su mirada rápidamente se fijó en la hoja en blanco, que ya no estaba en blanco. En su lugar, se encontraba una copia exacta del lugar donde Ink estaba mirando. No solo eso, sino que tenía un estilo único que hizo que ese espacio irrelevante pareciera sorprendentemente cálido, como un lugar donde le gustaría estar. Ink les dedicó una sonrisa.

—No necesito la cámara para tomar fotos ahora —explicó—. Pero de todos modos me gusta. Ai’Korn me ofreció entrar al club de fotografía con él y creo que voy a aceptar.

Naturalmente, Pran y Namtaan estaban impresionados. Ellas dos continuaron charlando sobre cómo sus potenciales funcionaban al tocar objetos, por lo que él decidió tomar asiento. Pat estuvo con él hasta que inició el examen y comenzaron la búsqueda de pistas.

Namtaan le comentó en la biblioteca lo útil que podía ser el potencial de Ink. Al principio no había entendido, pero luego ella continuó:

—Si lo que Pat dijo es cierto, existe una posibilidad de comprobarlo. Ink descubrió su potencial el jueves por la noche, lo que significa que pudo haberlo utilizado durante el fin de semana.

Pran asintió, comprendiendo de inmediato.

—Ai’Pat dijo que me vio hablar con ella antes de que su memoria fallara. Yo no recuerdo haberlo hecho. Pero si ella usó su potencial, significa que podríamos tener pistas de qué pasó este fin de semana.

Namtaan asintió.

—Es posible que el profesor Pom nos haya modificado los recuerdos, pero Ink podría haber copiado escenarios que sucedieron en tiempo real y esos no los puede modificar.

Pran había estado de acuerdo de inmediato. Iba a preguntarle a Ink si tenía imágenes del fin de semana en cuanto el examen terminara.

Luego su hermano ganó el premio y Namtaan los arrastró a su cuarto para esperarlo. Por lo que vio, ellas dos hablaron sobre sus teorías, porque Ink lucía inquieta cuando escuchó que Pang estaría en la oficina del director a la mañana siguiente. Se ofreció de inmediato a buscar cualquier imagen que pudiera ser del fin de semana y, en cuanto tuvieron una hora libre la mañana del miércoles, Ink, Namtaan y Pat ya se encontraban en su habitación.

—¿Dónde está Ohm? —preguntó de repente.

Namtaan suspiró.

—Le preocupaba que Pang estuviera en peligro, así que lo siguió. Supongo que lo está esperando afuera de la oficina del director.

Pran asintió.

—Ustedes… ¿están seguros de que el director está tramando algo? —preguntó Ink, algo insegura.

Por supuesto, ella apenas llevaba una semana en la escuela. Aunque lo primero que vio después de llegar fue a su hermano colapsando por la fiebre, Ink no había presenciado todo lo que ocurrió desde que el tema de P’Chanon surgió entre ellos. Namtaan la miró seriamente.

—Hay algo peligroso —explicó—. Pero todavía no sabemos qué es. Lo estamos resolviendo.

Ink asintió. Quizá fue que observó el comportamiento de todos, pero de repente, su rostro se tornó firme.

—Bien. Entonces ayudaré en todo lo que pueda.

Namtaan sonrió.

Escucharon unos pasos afuera, y Pran se tensó. La puerta se abrió, lo que hizo que todos miraran en su dirección. Pang y Ohm entraron silenciosamente, la puerta se cerró detrás de ellos. Aunque Pran se sintió aliviado de ver a su hermano en una pieza, la mirada que Pang tenía no le daba un buen presentimiento.

—¿Qué pasó? —se apresuró a preguntar Namtaan.

—Creo que… creo que el director sabe cuál es mi potencial.

Pat levantó la mirada inmediatamente.

—¿Qué?

Pang no le había dicho a nadie más sobre eso. En total, deberían ser cinco personas las que lo sabían. De hecho, Pat lo sabía solo porque Pang quería que lo supiera, de no ser por eso, no había posibilidad de que alguien que no hubiera sido testigo de los experimentos que hicieron lo supiera.

—¿Por qué lo dices?

Pran se acercó a su hermano. Flotar a su alrededor era algo que estaba sucediendo mucho, pero se sentía mejor cuando estaba cerca de él. Era extraño, porque nunca se sintió así. Como si necesitara estar cerca de su gemelo. ¿Tal vez porque siempre estuvieron juntos que ahora se sentían separados? Sea como sea, Pang parecía sentirse igual, porque le dedicó una mirada de agradecimiento. Le tomó la mano como cuando eran niños y Pang la apretó.

—Es una suposición —dijo Pang—. El director ve todo lo que ocurre en la escuela, ¿cierto?

Todos asintieron.

—Y he usado mi potencial de manera inconsciente dos veces. La primera, con tu mamá —le dijo a Namtaan—. El profesor Pom vio, me preguntó cómo hice para convencerla cuando él no pudo. También había cámaras de seguridad en el pasillo.

Pran comenzó a entender por dónde iba su teoría.

—Luego lo hice con Nac. Es posible que lo sepa después de lo que le hice hacer.

Pat sacudió la cabeza.

—Pero creí que nadie te vio hacerlo.

Pang se encogió de hombros.

—Es una teoría —repitió.

—Debe haber algo más —dijo Namtaan—. ¿Pasó algo ahora?

Pang se tensó.

—No lo sé. Se sintió raro cuando estuve con él.

Ohm había estado callado. De repente le extendió un té helado a su hermano. Pang aceptó y se distrajo con la bebida. De alguna manera, parecía que no quería seguir hablando sobre el tema, pero Pran no iba a dejarlo ir tan fácil.

Sin embargo, Ink sí, porque de repente sacó un portafolios lleno de hojas.

—Esto es todo lo que he hecho —se lo tendió a Pang—. No estoy segura de si todo fue el fin de semana, tampoco puedo recordar mucho. Espero les sirva.

Pang le sonrió.

—Gracias.

La sonrisa era incómoda, y Pran no fue el único que se dio cuenta.


Se sacudió del agarre del sujeto que lo sostenía. Era un hombre fuerte, pero Pran era ágil y rápidamente pudo alejarse. Corrió en dirección a los dormitorios Gifted, escuchando solo su propia respiración mientras escapaba del tipo. No sabía si lo estaba siguiendo, pero no le importaba. En cuando llegó a los dormitorios se apresuró a subir las escaleras de dos en dos, esperando que la condición que adquirió al correr con Wai todas las tardes le sirviera de algo.

Afortunadamente, lo hizo. Pran logró atravesar el pasillo y entrar a una de las primeras habitaciones que encontró abiertas antes de que el sujeto siquiera terminara de subir las escaleras. El cuarto estaba oscuro, lo que no era raro, considerando que eran casi las once de la noche. Calmando su respiración, se dio la vuelta para enfrentar a quienquiera que fuera dueño del cuarto.

La luz azul de una laptop lo recibió. Debajo del protector de las gafas, se encontraba la mirada seria de Wasuthorn, quien había dejado de teclear para observarlo fijamente. Pran maldijo su suerte. Si bien Wave no era una mala persona, era de los pocos que no tenía idea de qué estaba ocurriendo. Entonces, probablemente haría algún escándalo para sacarlo de ahí o lo entregaría al sujeto que lo persiguió.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó con una extraña calma.

Pran respiró hondo, sin saber bien qué decirle. ¿Podía explicárselo? ¿Tendría sentido su explicación? Tal vez no. No para Wave, al menos. Si había una persona en todo el grupo Gifted que decía abiertamente que él y Pang no eran de su agrado ese era Wave. Cualquier cosa que le dijera podía ser tomada como una broma o una idiotez.

Aun así, Wave no le despegó la mirada.

—¿Tiene algo que ver con este sujeto que está afuera de mi puerta?

Wave giró la laptop de su regazo para mostrar la cámara del pasillo. Efectivamente, el sujeto que lo seguía estaba ahí afuera. Empezó a llamar a la puerta de algunos, pero nadie abría. El pánico comenzó a crecer en su estómago, y Pran se acercó a Wave.

—Por favor, no dejes que entre.

Wave alzó una ceja.

—¿Por qué? ¿Hiciste algo ilegal? ¿Te expulsarán si lo dejo?

Pran estaba desesperado. Sus manos picaban por tomar su celular y llamar a su hermano. Estaba preocupado, no sabía dónde estaba. Ink también había desaparecido en cuanto fueron interceptados por dos tipos que los persiguieron por toda la escuela. Su nerviosismo debió ser obvio, porque Wave resopló.

—Tengo un sistema de alta seguridad que es comandado por esta computadora —dijo de repente—. Él no va a entrar a menos que yo abra el candado, cosa que voy a hacer si no me dices por qué demonios estás aquí.

Pran no pensó que encontraría a alguien más irritante que Pat alguna vez en su vida. Estaba claramente equivocado, porque Wave estaba a punto de sacarle canas. Wave lo miró por exactamente dos segundos antes de tomar una decisión.

—Bien, entonces supongo que lo dejaré entrar…

—¡No, espera!

Pran solo tocó un poco la laptop, sus dedos apenas la rozaron, pero eso fue suficiente para que Wave frunciera las cejas con confusión.

—¿Qué hiciste? —preguntó.

Pran cerró la boca. No sabía qué hizo. No soltó la computadora por miedo a que Wave se distrajera, pero solo vio que Wave empezaba a teclear y luego a golpear la computadora con sus manos tanto en la pantalla como en el resto del teclado. Su confusión se convirtió en desesperación.

—¡Suéltalo!

—¡No!

Esta vez se aferró a la laptop. Wave y él empezaron a forcejear.

—¡Suéltalo, Pran!

Estaba un poco desesperado e histérico. No podía arriesgarse a dejar a entrar a ese sujeto.

—¡Solo si no lo dejas entrar!

Wave hizo un sonido extraño, pero el sentimiento fue el mismo: incredulidad.

—¿Cómo podría? ¡Mi potencial no está funcionando ahora mismo!

Eso hizo que Pran se congelara. Wave finalmente logró quitarle la laptop, pero siguió intentando… algo, solo para resoplar cuando no pareció lograrlo. Se levantó, amenazante, y lo señaló con furia.

—¿Qué le hiciste a mi computadora?

Pran alzó las manos.

—Nada.

—Mentiroso. Algo hiciste, no funciona.

—De verdad, no hice nada.

Wave no parecía convencido. Tomó su celular e intentó hacer algo más, pero tampoco pudo hacerlo. Arrojó el celular a su cama.

—No es mi computadora —dijo Wave—. Soy yo. Mi potencial no está funcionando. ¿Qué demonios hiciste, Parakul?

Entonces, Pran se despertó.

Notes:

Okay, ¡el potencial de Pran finalmente está fuera! Lo que pasó el fin de semana del cual no tienen memoria es importante por varias cosas: la revelación de su potencial es una de ellas.
Este es un capítulo corto a comparación del resto, pero aquí está. Supongo que no podré actualizar los dos capítulos que propuse la semana pasada, pero es que la vida es dura. Espero poder subir algún extra para compensar. También, una pista del siguiente capítulo: es el equivalente al capítulo de la playa de un anime.

¿Cuánto falta para que PangWave y PatPran se junten, me pregunto yo?

Ahora, ¿el potencial de Ink? Me encanta. Me estoy dando cuenta de lo útiles que podrían ser potenciales como estos en la serie original de The Gifted. Podrían haber derrotado a Supot sin necesidad de que una Grace de veintitantos interviniera en la vida de una Grace de quince años (mi pobre niña).

¡Gracias por leer!

Chapter 9: Capítulo ocho

Summary:

El capítulo de la playa que siempre es necesario.

Notes:

Después de que no pude actualizar la semana antepasada (?), prometí que iba a actualizar ayer, pero no tenía electricidad, así que llego un poco tarde. Pero eso es mejor que no subir nada, ¿verdad? Como dije, es el capítulo de la playa. No hay mucho más qué decir, excepto que espero les guste, porque a este punto ya no sé cuándo un capítulo es relleno y cuándo no.

Muchas gracias por los kudos y los comentarios que siguen dejando, me hacen muy feliz <3

¡Disfruten!

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Pran y Pang

Si alguien, alguna vez, ha leído un manga con trama cliché, una de las frases recurrentes para iniciar los capítulos es la siguiente:

“Esto podrá parecer repentino, pero [inserte situación].”

O:

“De alguna manera, terminé [inserte situación].”

Las cabezas de los gemelos reprodujeron simultáneamente esas frases en ese momento. Por supuesto, externamente, nadie podría decir lo que Pawaret y Parakul estaban pensando debido a dos cuestiones:

  1. Eran increíblemente buenos ocultando sus emociones.
  2. Nadie por ahí podía leer mentes.

¿Cómo llegaron a esto?


Después del periodo de exámenes, el director Supot de repente sacó una política escolar nueva. Argumentando que estudiar sin parar de hecho no era bueno para nadie, y que los alumnos tenían que respirar aire fresco para que sus cerebros trabajaran mejor después, obligó a cada persona en Ritdha a salir de las instalaciones el siguiente fin de semana. No permitió que los profesores dejaran tarea, y tampoco dejó que ningún alumno se quedara a descansar dentro de la escuela.

Eso era claramente sospechoso. Namtaan hizo un sinfín de preguntas al profesor Pom, pero este no dijo nada e insistió en que el director se preocupaba por ellos. Por supuesto, solo hubo unas cuantas personas que podrían haber pensado que era cierto. Menos de tres, seguramente.

De cualquier manera, no podían simplemente quedarse, así que avisaron a sus padres que volverían ese fin de semana y que se prepararan para ello.

Dissaya estaba especialmente entusiasmada. No los había visto desde que ingresaron, hace medio semestre, por lo que quería celebrar. Pang y Pran solo tuvieron cinco minutos para acostumbrarse de nuevo a su casa antes de que sus padres los sacaran por la puerta nuevamente y los metieran en la camioneta familiar rumbo a alguna playa en el sur del país.

En realidad, fueron a una isla. Pequeña, con poca actividad turística (temporada baja, seguramente) y con un par de hoteles pequeños. Un lugar pacífico, con una vista preciosa hacia el mar que ambos habrían disfrutado gratamente de no ser porque, de alguna manera, se toparon con la familia de Pat.

Parecía el destino, en serio.

Pran estaba particularmente nervioso. Habían pasado meses desde la última vez que vio a la familia de Pat, y, durante todo ese tiempo, Pat y él estuvieron más cerca de lo que alguna vez estarían. Además, le sumaba el hecho de que Pat era, de ellos tres, quien más desarrollado tenía su potencial y que podría usarlo correctamente, pero que ellos dos no se enterarían porque tenían prohibido hablarse en público a menos que fuera para insultarse.

Cuando Pat los localizó, rápidamente hizo señas a Paa y esta entendió. Pran y Pang dieron media vuelta, esperando a que sus padres no hubieran notado a la familia Jindapat, y sabían que Pat y Paa también harían lo posible para que ninguno de sus padres supera que ellos estaban ahí. Afortunadamente para ellos, Dissaya estaba entretenida leyendo el reglamento del resort. Su padre, Pakorn, parecía tener problemas con algunas de sus maletas, a lo que Pang corrió para ayudarlo y distraerlo. Como siempre, dejó a Pran a cargo de su madre.

—¿Todo bien?

Dissaya asintió.

—Es acogedor —dijo ella—. Aunque me gustaría que no permitieran mascotas —suspiró—, pero no hay muchos hoteles que estén frente a la playa, y creo que todos aceptan mascotas.

Pran suspiró.

—Mamá, estamos en temporada baja, no creo que haya muchas personas con mascotas aquí. No te molestarán.

Aunque a Dissaya le gustaban los animales en general, no toleraba las mascotas por culpa de los dueños. Es decir, que ella no tenía problemas con un animal, sino con el dueño de dicho animal, si no sabía cómo controlarlo o si no lo entrenó bien, cosa que ocurría muchísimo en Tailandia. Pran intentó que su madre no mirara hacia arriba y que tampoco hablara muy fuerte para que no llamara la atención de Ming o de alguien más.

Habían logrado distraerlos lo suficiente como para ir a sus habitaciones sin problemas. Dissaya y Pakorn compartían un cuarto, mientras Pran y Pang estaban en el de al lado. Pran rezó por que la familia de Pat no estuviera en el mismo piso que ellos, mucho menos enfrente o algo similar. Afortunadamente, recibió un mensaje de Pat diciéndole en qué número de habitaciones se estaban hospedando, por lo que supo que no había problemas ya que estaban realmente lejos entre ellas.

Pran y Pang se relajaron en su habitación. Era bonita, lo suficientemente grande como para meter dos camas individuales y tener espacio para algunos muebles más. Tenían un pequeño balcón que daba directamente a la playa. Ambos se sintieron realmente felices en ese momento, acostándose cada uno en una cama y decidiendo esperar a que sus padres los llamaran para ir a cenar.

Por supuesto que, con su suerte, no fue así.

Inmediatamente después de que Pran se quedó dormido, Pang recibió un mensaje que venía de Namtaan. Pang le había dicho acerca del viaje que sus padres planearon, y cómo se toparon con la familia de Pat más temprano. En general, era algo que solía pasarles mucho, por lo que no vio nada sospechoso en eso, hasta que Namtaan le dijo, muy preocupada, que su madre también había sugerido salir ese fin de semana a Phuket.

A los segundos, recibió una llamada de Namtaan.

—Pang —dijo ella—, ¿en qué isla están ustedes?

—Estamos en Pha Ngan.

Namtaan se quedó en silencio unos segundos.

—Espera un momento.

Dejó colgado un buen rato a Pang, quien estaba empezando a desesperarse y a punto de despertar a su hermano cuando de repente Namtaan volvió a hablar.

—Le pregunté a Ohm qué estaba haciendo este fin de semana —dijo—. Parece que también sugirieron un viaje familiar a la playa, pero ellos no furgoneta a ninguna de las islas. ¿Has visto a alguien además de Pat por allá?

—No, solo a él. Aunque nos distrajimos intentando que nuestros padres no se vieran, pudimos habernos perdido a alguien más si se está quedando en el mismo hotel —respondió, repentinamente preocupado por la situación.

Namtaan suspiró.

—¿Crees que esto sea a propósito?

—Bueno, siempre coincidimos con la familia de Pat —explicó—, no sería raro encontrarnos incluso en un país extranjero. Pero si hay algo más… no lo sé. ¿Tú lo crees?

—Absolutamente. Intentaré averiguar dónde están los demás. Si resulta que todos fueron a la playa o alguna isla, te informaré de inmediato, podría tener algo que ver con el director.

—No sé cómo podría ser plan del director.

—Yo tampoco, Pang. Espero que solo sean coincidencias, porque todo esto es muy raro.

—Sí. Estaré atento.

—Yo también. Si me encuentro con alguien más, intentaré averiguar qué fue lo que pasó. Mientras tanto, ustedes tres deben tener cuidado.

—Tú también.

Al término de la llamada, Pang consideró despertar a Pran, pero sabía que su hermano estaba exhausto de todo lo que estuvo pasando las últimas semanas, por lo que dejó que Pran siguiera durmiendo mientras salía al balcón y hacía una nueva llamada.

Pat respondió al segundo tono. Pang se apresuró a contarle lo que sabía y le advirtió a Pat que estos viajes probablemente no habían surgido de la pura emoción de sus padres de volver a verlos, a lo que Pat estuvo de acuerdo rápidamente. Era lógico, había dicho. Aunque Pat podía conocer los sentimientos y casi los pensamientos de otras personas, este tipo de situaciones eran más complicadas. Pat le dijo que averiguaría si las acciones de sus padres eran bienintencionadas o no y que también los mantendría al tanto si veía a alguien más cerca.

Pang colgó con un poco más de tranquilidad antes de regresar adentro. Pran se encontraba acurrucado en posición fetal, encima de las sábanas y con la misma ropa puesta, lo cual era un indicador de lo cansado que estaba. Siguiendo a su gemelo, Pang solamente se quitó el chaleco y se lanzó contra la cama.

Ya estaba oscuro cuando los golpes en su puerta los despertaron. Pran abrió los ojos primero, acostumbrado a levantarse con la primera alarma que sonara (en este caso, la voz de su madre llamándolos para cenar). Despertó a Pang y ambos se arreglaron un poco antes de ir con sus padres, rezando por que no se toparan con la familia de Pat. Todo parecía ir bien cuando el mismo Pat les avisó que ellos ya habían cenado y que se encontraban en sus habitaciones. Pran y Pang estaban felices cuando vieron el bufet que se había preparado y charlaron juntos mientras elegían sus platos. Pha Ngan era una isla donde se acostumbraba a comer comida muy picante, por lo que algunos de sus platillos favoritos se encontraban ahí.

Fue entonces que escucharon una voz que se quejaba del calor y de cómo no podía soportar para nada los condimentos que tenía su platillo. Pang casi dejó caer su plato, congelándose, y Pran rápidamente se giró para confirmar lo que sus oídos escucharon.

Efectivamente, la voz que se quejaba provenía de una mesa lejana donde tres personas cenaban. Dos ancianos, que parecían hartos de escuchar al único adolescente ahí, que era quien se estaba quejando en voz alta. Aunque más que quejarse, probablemente estaba tratando de no morir mientras se abanicaba con la mano a causa del picante.

Wasuthorn Worachotmethee. Wave.

—¿Es en serio?

Pang apuró a su hermano lejos de la barra del bufet y en dirección contraria a la de Wave. Pran estaba un poco confundido, pero, en cuanto vio a los ojos de Pang, su expresión cambió a la preocupación. Nuevamente, Pang tuvo que repetir todo en su llamada con Namtaan para explicarlo a su hermano, quien poco a poco se encontraba cada vez más horrorizado por lo que escuchaba. Incluso volteó a los lados con desesperación. Pang negó con la cabeza y lo detuvo.

—¿Qué hacemos ahora?

—Primero le avisaré a Namtaan, le prometí que lo haría. Después… no lo sé.

—¿Deberíamos hablar con él?

—¿Estás loco, Phi? ¿Por qué tendríamos que hacerlo?

Pran suspiró.

—Piénsalo un poco. Si es verdad que esto es obra del director, ¿no deberíamos averiguar por qué?

—No sé qué tiene que ver Wave con eso. Podemos descubrirlo nosotros mismos. No es necesario que… ¡mierda!

—¡¿Qué?!

—¡Por allá!

Y esa era… su madre, charlando alegremente con la que parecía ser la abuela de Wave, mientras el mismo Wave se paraba detrás de ellas con una cara agria y como deseando no estar ahí. Su madre dijo algo que hizo reír a la anciana para luego voltear alrededor. Cuando los localizó, su rostro se iluminó y los llamó:

—¡Pran, Pang! Vengan aquí, ambos.

Tuvieron que ir. La anciana parecía fascinada al verlos, y no sabían si era porque eran gemelos o por otra razón. Sea lo que fuere, lo que ella estuviera haciendo lo le agradaba a Wave. Eso o solamente no quería verlos, lo que era totalmente comprensible, pues ellos tampoco estaban muy emocionados por toparse con él.

—Son ellos —dijo su madre, luciendo orgullosa. La anciana sonrió.

—¿Dices que los dos están en la misma clase que Wave? Eso es impresionante, deben ser unos muchachos extraordinarios.

Wave resopló. Pran y Pang estaban incómodos, pero el sonido los sobresaltó un poco. Entendían que su madre estaba presumiendo, entendían que ella estaba emocionada por conocer a la tutora de otro de los alumnos Gifted y, por supuesto, conocer a dicho alumno Gifted. Sin embargo, no entendían por qué la anciana (abuela de Wave, ¿verdad?) no hablaba sobre el prodigio que era Wave. Era el más inteligente, era el encargado de la clase y otras cosas de las que solía presumir, suponían que la abuela debería saberlo, ¿cierto? Presumiría de vuelta para algo, lo que fuera.

No lo hizo, y Wave parecía cada vez más miserable.

Dissaya, ajena a los sentimientos de los tres adolescentes ahí, decidió invitar a la anciana y a los demás con ellos para cenar juntos. La abuela de Wave aceptó rápidamente, ordenándole a Wave que fuera por el anciano (su abuelo, la mujer lo confirmó) para que pudieran moverse a la mesa de la familia de los gemelos. Con algo de renuencia, Wave obedeció y se alejó de ellos. Pang y Pran se miraron con preocupación.

Esa sería una de las cenas más incómodas de sus vidas. Mientras Dissaya y Pakorn hablaban de lo maravillosos que eran sus hijos y cómo estaban felices de verlos ese fin de semana libre, los abuelos de Wave solo se quejaron de su propio nieto. Algo como no tener edad para cuidar niños, que Wave era una persona difícil y que debería haberse quedado en Ritdha para estudiar en lugar de salir de vacaciones. Aunque eso hizo que la sonrisa de Dissaya titubeara, ella todavía preguntó amablemente por qué habían venido a Pha Ngan (si se iban a estar quejando todo el tiempo, no dijo, pero estaban seguros de que lo pensó; incluso Pakorn parecía querer preguntarlo directamente). Luego la abuela comenzó a decir otras cosas que no tenían nada que ver con la pregunta de Dissaya, diciendo cómo consiguieron que un guía les diera un tour por la isla a los tres, pero que ellos estaban demasiado cansados como para acompañar a Wave pero que no querían dejarlo ir solo porque temían que causara problemas.

Por supuesto, eso tenía una solución que solo sería posible con el poder del guion: que Pran y Pang lo acompañaran al día siguiente.


Eso seguía sin responder cómo llegaron a ese momento tan incómodo.

A la mañana siguiente, cuando Pran y Pang fueron despertados, fue para que se prepararan para salir. El guía iba a recogerlos afuera del hotel y Dissaya estaba muy emocionada por ellos, como si fueran ella y Pakorn los que iban a pasear por toda la isla. Pran sospechaba que era porque Dissaya había encontrado una amiga o algo así, quizá pasarían tiempo con los abuelos de Wave charlando sobre algo importante. O no.

Pang, de los dos, era el más reacio a ir. No solo porque su relación con Wave era tensa en el mejor de los casos, sino porque estaba preocupado. No estarían incomunicados, pero Namtaan no había respondido a sus mensajes ni llamadas desde la noche anterior; Ohm tampoco parecía estar disponible, y ninguno de sus otros compañeros respondían los mensajes. Y, aunque Pran también se sentía inquieto respecto a ello, tenía otro problema qué abordar, por lo que en realidad se repartieron sus preocupaciones.

La cuestión era que la familia Jindapat estaba hospedándose en el mismo hotel que ellos, ¿verdad? Y siempre eran Pran y Pat los encargados de que sus padres no se vieran, apoyados por sus lindos hermanos menores. Ahora que los gemelos estaban paseando por la isla, era muy probable que los adultos se encontraran y crearan una escena sin ellos ahí para evitarlo o intentar que los daños sean los menores posibles. Les estaba deseando buena suerte a Pat y Paa mentalmente, solo por si acaso.

—Oh, ahí están.

La voz de la abuela de Wave los sacó de sus ensoñaciones. Pran y Pang se miraron una vez más para darse fuerzas y avanzaron. Dissaya se apresuró a hablar con la mujer mientras esperaban al guía, dejando a los tres en un silencio incómodo que ninguno quería romper. Wave ya parecía preferir arrojarse al mar que pasar un segundo más cerca de ellos, sentimiento que no era muy alejado de lo que ellos experimentaban en esos momentos. Sin embargo, eso no duró, porque el guía llegó justo a tiempo en una furgoneta.

—¿Están listos? —preguntó entusiasmado.

Dissaya y la abuela de Wave asintieron y le explicaron la situación. El guía estuvo de acuerdo, pues su trabajo solo era llevar a quienes tenían boletos, sin importar las razones por las que los consiguieron. Los tres subieron a la furgoneta y el guía comenzó a conducir, diciendo que tenía que pasar por otros clientes ese día. Se detuvo al otro lado del hotel, donde una familia de cuatro personas subió, además de dos hombres que parecían estar enojados entre ellos. Pran y Pang estaban sentados juntos, felices de no interactuar con Wave, cuando la última persona subió a la furgoneta.

—¡Ey!

Cuando los gemelos alzaron la mirada, se encontraron a un par de ojos cafés y un rostro sorprendido. Vestido con una camisa estilo hawaiana y cargando una pesada bolsa deportiva se encontraba Pat, subiendo como el último pasajero y último miembro del grupo de turistas.

Sí, así fue como esas famosas frases de manga llegaron a las mentes de los gemelos.


Pat aprovechó que los gemelos estaban sentados enfrente de Wave y que el chico todavía estaba solo (¿su cara de amargado repelía a la gente?) para sentarse con ellos. Los gemelos giraron inmediatamente para enfrentarlo.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Pran.

—Iba a preguntarles lo mismo —sonrió Pat—. Qué coincidencia.

—No creo que sea coincidencia —murmuró Pang, pero nadie lo escuchó.

—Si hubiera sabido que esto iba a pasar —dijo Wave—, me habría quedado en Bangkok.

Los gemelos y Pat lo ignoraron con facilidad. La naturaleza de Wave era cada vez más común en su grupo, era más fácil no enojarse con él. Pat sacudió el cabello de Pang.

—¿Entonces? ¿Cómo llegaste aquí? —Pran insistió.

—Oh, ayer llegamos temprano —explicó Pat—, antes de ustedes. Y fui con Paa al mercado porque mamá olvidó algunas cosas. Había un concurso sobre flexiones al que entré y gané. El premio eran dos boletos para este tour. Iba a venir con Paa, pero me golpeó esta mañana por despertarla, así que vine solo.

Pran asintió.

—¡Espera! ¿Eso significa que nuestros padres están solos en el mismo hotel?

La expresión de Pat cambió de inmediato.

—¡Es cierto! Le diré a Paa.

Como la furgoneta ya había comenzado a avanzar, ninguno de ellos podía bajarse e ir con sus padres, por lo que la única esperanza era Paa. Sin embargo, Pat sabía que ella no solía mediar entre las familias, así que ese mensaje fue más una disculpa que una solicitud de ayuda. Los gemelos esperaban que Dissaya y Pakorn estuvieran todo el día con los abuelos de Wave para evitar que se toparan.

Después de recoger a más personas en otros hoteles, llegaron a una playa con arena blanca y fina. El guía explicó algunas de las actividades que podían hacerse en el lugar e invitó a algunos de los participantes a unirse.

Ya que no había tantos turistas, las actividades principales no estaban disponibles sino hasta las próximas vacaciones de invierno. Además, la Fiesta de la Luna llena no sería sino hasta dentro de un par de días más. En estos momentos, algunos de los lugareños intentaban entretener a los turistas con snorkel o buceo para los más arriesgados, así como algunos concursos como el que Pat presenció el día anterior. En este caso, los turistas fueron invitados a un concurso de lanzamiento de aro.

—¿Quieren unirse? —preguntó el guía, cuyo nombre no recordaban si es que se había presentado.

Estaban a punto de negarse cuando Wave dio un paso al frente.

—Yo voy.

Extrañados por la iniciativa de Wave, los tres miraron cómo el chico se acercaba al lugar y aceptaba cuatro aros de pequeño tamaño y comenzaba a lanzarlos. No atinó a ninguno, lo que obviamente lo puso de mal humor, pero el sujeto que le había entregado los aros insistió en que lo intentara de nuevo.

—Creo que solo se quiere alejar de nosotros —murmuró Pat.

—¿Está incómodo? —preguntó Pang.

Pat negó.

—No, solo enojado. Un poco frustrado también.

—Yo también me frustraría en su lugar —dijo Pran, observando fijamente los movimientos de la muñeca de Wave—, si no acertara ningún lanzamiento.

Pang pudo ver cómo los ojos de Pat siguieron la vista de Pran y casi rió por la expresión que de repente puso. El ceño estaba ligeramente fruncido, se lamió los labios y dio un paso al frente.

—Apuesto a que puedo insertar más aros que tú.

Pran alzó una ceja.

—¿Qué te hace pensar en eso?

—¿En serio? ¿Tan de repente? —suspiró Pang.

—Oh, tal vez que soy mucho mejor que tú —insistió Pat.

—En tus sueños, tal vez.

La sonrisa volvió a Pat ahora que Pran le estaba prestando atención. En un acuerdo tácito, ambos se dirigieron al hombre para pedirle algunos aros. Pang olvidó rápidamente su enojo y, con un movimiento de cabeza, siguió a los otros dos para observarlos.

Tan pronto como esos dos empezaron a competir, parecía que los demás estaban presenciando el montaje de una película. Pran y Pat no solo eran competitivos entre sí, sino que trataban de sabotear al otro por pura diversión. Esto no era algo que hicieran, en realidad, pero Pang estaba feliz de ver las interacciones, porque significaba que habían alcanzado un nuevo nivel de amistad en el que podían bromearse de esa manera. Sumándole la música que alguien puso en una bocina, realmente parecía estar viendo a una pareja en una escena de bonding.

Pang escuchó el resoplido y un “Presumidos” provenir de Wave, pero no podía estar menos interesado en la opinión de un extraño. Si a Wave le importaran otras personas y supiera todo lo que su hermano y su amigo tenían que soportar por ser amigos (o cualquiera que fuera su relación, a este punto), no estaría diciendo eso.

Su celular sonó y Pang se tuvo que alejar de la música para poder contestar. Para ser sincero, su corazón comenzó a latir un poco más rápido cuando vio que era una llamada de Namtaan. Con algo de miedo, aceptó la llamada y se llevó el celular a la oreja.

—¿Pang?

—Sí, ¿qué ocurre?

—¡Al fin! Estuve tratando de llamarte desde ayer, pero no tenía señal. Recibí tu mensaje. ¿Wave está en el mismo hotel que ustedes, entonces?

—Solo eso —explicó Pang, mientras miraba a la distancia donde Wave había vuelto a intentar lo de los aros—. Está con nosotros ahora mismo.

—¿En serio? Eso es bueno.

—¿A qué te refieres?

—Anoche, mientras buscaba señal por el resort donde me estoy quedando, me topé con Mon. Ella estaba igual de sorprendida que yo por encontrarnos, pero no fue todo. Ink y Korn también están aquí.

—¿Cuál Korn?

—El amigo de Claire. Él dijo que iba a intentar comunicarse con ella, pero, como dije, no había señal. Les dije lo que estaba pasando con ustedes y nuestras hipótesis son que nos están reuniendo en grupos de cuatro, aunque no estamos seguros de que no haya alguien más aquí. Intenté preguntarle a Ohm si se había encontrado con alguien más, pero apenas salieron mis mensajes.

—Entiendo. Aquí estamos nosotros cuatro también. Pat, Wave, P’Pran y yo.

—¿Ese es Pang? —escuchó una voz de fondo.

—Sí —respondió Namtaan—. Es Mon. Espera, te pondré en altavoz.

—¿Pang? ¿Están bien por allá?

—Sí, lo estamos. ¿Qué pasa?

—Korn logró ponerse en contacto con Claire. Parece que ella y Punn planearon un viaje este fin de semana. También están en una playa.

—¿Hay alguien más con ellos?

De repente escuchó la voz de Korn.

—Sí. Jack y Jo están con ellos. Los encontraron esta mañana.

Pang suspiró.

—¿Qué está pasando? —preguntó Korn después de unos segundos.

—No estamos seguros todavía —respondió Pang, inseguro de qué más decir. Entre todos ellos, Korn y Mon eran quienes no sabían sobre sus sospechas en el director. Dudaba que Namtaan o Ink les dijeran algo debido a la pérdida de memoria del fin de semana pasado y que no estaban seguros de la manera en que esto afectó al resto de la clase.

—Espera —dijo Namtaan—. Ohm me está llamando. Te marcaré de nuevo más tarde. Pero antes de eso, ustedes deberían permanecer juntos el mayor tiempo posible.

—Sí, ustedes también. Cuídense.

—Claro.

En cuanto colgó, Pang notó que Wave lo estaba mirando. Suspiró y regresó con los demás para descubrir que su hermano había derrotado a Pat en el concurso. La felicidad en el rostro de ambos se derrumbó en cuanto vieron su expresión. Pran corrió hacia él, preocupado.

—¿Qué pasa?

Sin importarle que Wave también estuviera ahí, y decidiendo que era mejor que todos lo supieran de una vez, explicó:

—Era Namtaan. Se encontró con Mon, Korn e Ink.

La ceja de Wave se crispó un poco. Pat silbó.

—¿En serio?

—Sí. Korn habló con Claire. Ella y Punn salieron juntos y se toparon con Jack y Jo. Namtaan estaba a punto de averiguar si Ohm también está con alguien de la clase.

—¿Qué demonios estás diciendo? —interrumpió Wave.

Pran se frotó los ojos como lo hacía siempre que su ansiedad comenzaba a elevarse. Pat le dio unas palmadas en la espalda, pero eso no sirvió de mucho. Pang no se tardó mucho en describirle la situación y de repente tuvo a Wave empujándolo por los hombros.

—¡¿Y cuándo planeabas decirme?!

—¡Wave! —gritó Pran, alejándolo de Pang—. Todavía no teníamos suficiente información, no es nuestra culpa.

Sintiendo que algunas personas los estaban observando, Pran intentó calmar a Wave, pero sus propios sentimientos eran desordenados. Si no fuera porque sentía que Pat todavía lo sostenía por la espalda, probablemente también habría empujado a Wave por lastimar a su hermano.

—Pero sospechaban.

—Bueno, ¿qué se supone que te íbamos a decir? Sonaba como algo loco —dijo Pat—. Ellos y yo siempre nos encontramos, no era raro. Que tú aparecieras era lo raro.

—¿Y no planeaban mencionar lo extraño que es que todos de repente planearon viajes a la playa?

—¡Tampoco es que lo supiéramos! —gritó Pang—. Y aunque lo supiéramos, ¿crees que te lo diríamos? ¿Se te ocurre alguna razón por la que te lo diríamos?

—¡Porque incluye a toda la clase! ¡Soy el encargado de la clase!

—¡Sí, y lo único que has hecho es hacernos limpiar el salón, idiota!

—¡Pang! —regañó Pran—. Están haciendo una escena.

Pran respiró hondo y enfrentó a Wave.

—Sé que nos odias. No confías en nosotros, no confiamos en ti. Si te lo hubiéramos dicho, ¿nos habrías creído? ¿Habrías pensado que estamos locos o que solo somos estúpidos?

Wave dio un paso atrás.

—Sí, eso pensé.

—De cualquier manera —continuó Pat—, esta es la situación. No creemos que esto sea coincidencia.

Wave rodó los ojos.

—Obviamente. Y obviamente necesitamos hablar de esto.

Por supuesto, el destino siempre estaba en su contra y justo en ese momento el guía llamó a Pran para que recibiera su premio por ganar el concurso. Con los nervios de punta, los cuatro aplazaron su discusión y observaron cómo eran el centro de atención de varias personas. Pran caminó hacia el guía y recibió lo que parecían ser más boletos para algo, quizá un restaurante. No podía importarles menos, y se subieron a la furgoneta en cuanto se les indicó.

En el camino, Pang veía a su hermano mover la pierna frenéticamente. Recordó entonces que no solo estaban lidiando con lo que sea que el director estuviera planeando, con el asunto de P’Chanon y con esta historia escalofriante de la playa, sino que también había gran probabilidad de que sus padres y los de Pat se toparan en el hotel. Por su parte, Pran notaba que su hermano menor se mordía los dedos de manera inconsciente. Pran sabía que estaba lidiando con muchas cosas, incluyendo su plática con el director Supot, su potencial y la probabilidad de que se supiera, así como lo ocurrido el fin de semana y lo que pasó con Nac.

Los gemelos suspiraron al unísono, cansados de sus vidas.


El resto del día fue similar, pero ninguno de ellos pudo disfrutar ni un poco las actividades y las atracciones. Con la nueva tensión posada en ellos, solo pudieron apoyarse en el otro, literalmente, para mantenerse en pie. Incluso Wave parecía más pensativo y menos irritado conforme el día avanzó. La última parada la hicieron en un mercado frente a la playa, donde había muchas tiendas para turistas, a lo que se les dio dos horas para explorar. La playa y la tienda estaban cerca del restaurante de donde eran los boletos que ganó Pran. Era una tira de promociones, por lo que decidieron aprovechar y comer ahí, además de hablar sobre lo que les pasaba.

Cuando el mesero los dejó solos con sus bebidas y alimentos, los cuatro se miraron sin mover un solo músculo. Pang fue el primero en moverse cuando su celular volvió a sonar. Se dio cuenta de que tenía dos llamadas perdidas de Namtaan y una de Ohm, y atendió con manos temblorosas.

—Namtaan —dijo enseguida—, estás en altavoz. P’Pran, Pat y Wave pueden escucharte.

—Bien, eso es bueno. Intenté llamarte, no respondiste.

—Sí, no escuché el celular, lo siento.

—Como sea. ¿Y hablaste con Ohm?

—No…

—¿Pasó algo con Ohm? —preguntó Pran.

—Algo así. Ohm está con Wai y el otro Korn. No han notado nada raro, tampoco Claire y los demás. ¿Qué hay de ustedes?

—Nada —respondió Pat, al mismo tiempo que Wave dijo:

—Lo hay.

—¿Lo hay? —preguntaron los gemelos.

—Sí. Mis abuelos.

—¿Qué?

—Ellos odian la playa, es por eso que no querían venir —comenzó—. Odian dejar su casa, no les gustan las multitudes y en general solo son personas que interactúan con otros por cortesía, pero ahora parecían muy animados y alegres de hablar con su mamá. Además, fueron ellos los que consiguieron este tour.

Se quedaron en silencio unos segundos.

—¿Qué más?

—El tour —dijo de repente Pat—. No entiendo algo. Gané un concurso para este tour, y justo me los encuentro a ustedes. Además, vienen sin la tía Dissaya. ¿No es raro? Ella nunca los deja solos.

Pran y Pang no lo habían pensado así.

—Ey, Pat —preguntó otra voz, era la de Mon—. ¿Has sentido si las intenciones del guía son malas?

—No lo son —dijo—. Es un día de trabajo cualquiera para él. No hay nada raro en eso.

Wave frunció las cejas.

—¿Qué hay de ustedes? ¿Algo raro?

Namtaan se apresuró a hablar sobre la señal y sobre cómo la luz parecía estar fallando en momentos, lo que no debería ocurrir porque estaban en un hotel de cuatro estrellas.

—Fuera de eso, todo está bien.

—¿No hay gente sospechosa?

—Mm, no creo. Ah, Ink —Namtaan saludó—. ¿Cómo te fue?

—No tenían hielo en esa tienda así que fui a comprar a otra.

—¿Hielo? —preguntó Pat.

—Oh, ¿están hablando con ellos? Sí. La nevera no funciona muy bien, así que nos prestaron una hielera. Pero no había suficiente hielo en el hotel por lo que fui a comprar algo.

—Ah.

—Entonces —dijo Mon—, intentemos mantenernos informados. Sería bueno que usáramos el chat grupal, nadie manda mensajes ahí.

Todos asintieron.

—Cualquier cosa que ocurra, por más pequeña que sea —pidió Pang—, repórtenlo.

—Igual ustedes —respondió Namtaan—. Y Pang —agregó.

—¿Sí?

—Sería bueno que los demás supieran de eso.

Pang asintió.

—Lo haremos pronto.

Alcanzaron a escuchar la voz de Korn preguntando de qué hablaban antes de colgar. Se quedaron mirando su comida un rato, inseguros de qué hacer. Pat tomó un par de camarones y comenzó a pelarlos para distraerse, dándoselos a Pran después de comprobar que eran camarones picantes. Wave miró a Pang con esa misma expresión de molestia.

—¿A qué se refería?

Pang sostuvo su mirada, sin decir nada. Wave suspiró.

—No planeo entregarte con el director ni nada por el estilo. Si esto me va a afectar también, quiero saberlo.

Pang miró a Pran, quien parecía tremendamente interesado en el tenedor que Pat sostenía, y Pang lo llamó traidor en su cabeza.

—Te lo diré, pero no ahora. Es mejor concentrarnos en una cosa a la vez.

—No soy estúpido. No dejaré que te lo guardes por mucho tiempo.

Pang asintió.

—Lo sé.


Cuando llegaba la hora de regresar, Pran notó que había más personas en la furgoneta. En realidad, fue difícil notarlo. Al principio debería haber unas quince, pero, en algún punto, dos de los turistas simplemente se habían ido: eran los hombres de su hotel, los que parecían estar enojados uno con el otro. Pran no les había prestado atención porque tenía cosas más importantes en su agenda, pero de repente vio a otros dos hombres subirse a la furgoneta y ellos dos claramente no eran los que iniciaron el viaje con ellos.

El guía no pareció notar nada extraño. Su hermano, Pat y Wave tampoco lo habían notado. Años de entrenar sus expresiones para que sus padres no sospecharan sobre sus sentimientos sobre Pat y Paa hicieron que su rostro no mostrara el desconcierto y la sospecha. Pran bostezó y se inclinó en el hombro de Pang, quien iba medio dormido ya. Entrecerró los ojos y observó fijamente cuando los dos tomaron asiento.

—Nong —susurró, y Pang hizo un sonido adormilado—. Nong —insistió.

—¿Hm?

—Voy a cambiar de asiento.

Pang pareció despertarse un poco más con eso.

—¿Ah?

—Voy a cambiar de asiento con Wave para que puedas dormir. Necesito hablar de algo con Pat.

Pang suspiró.

—Okay.

No fue difícil convencer a Wave, a pesar de que pensó que lo sería; aunque no fue con un rostro feliz, pero algo era algo. Pat iba mirando por la ventana cuando se sentó junto a él. El atardecer era bonito, debería estar grabando la vista, pero no lo hizo. Pat lo miró cuando terminó de acomodarse con una pequeña sonrisa.

—Va a ser difícil volver —murmuró.

—Mn.

—¿Qué pasa?

Pran inclinó la cabeza.

—¿Los notaste? Hay dos personas nuevas.

Pat frunció el ceño antes de quedarse en blanco. Luego su mano se apresuró a tomar la rodilla de Pran. Con esa acción, Pran supo que Pat lo sabía, y también supo que esas dos personas no indicaban nada bueno. No sabía, sin embargo, qué tan malo era. No hasta que Pat habló.

—Nos están vigilando.

—¿En serio?

—Ajá. Cuando bajemos, actúa normal. Que no sepan que lo sabemos.

Pran asintió. Luego bostezó de nuevo. Pat se acomodó para que Pran pudiera poner su cabeza en su hombro y le dijo que descansara mientras llegaban al hotel. Al momento que dijo eso, Pran sintió que debía prepararse en caso de que sus padres se hubieran encontrado. Consideró decirle a Pat que volvería a cambiar de asiento para que sus padres no los vieran por accidente, pero, en cuanto puso la cabeza en el hombro de Pat y sintió su aroma, se quedó dormido.


Cuando despertó, recordaba lo ocurrido el fin de semana anterior.

Notes:

"¿Qué hay del arco de Wave? ¡Olvidaste el arco de Wave!" Sí y no. Es a propósito y al mismo tiempo no supe dónde o cómo encajarlo. De cualquier manera, culpemos a la divergencia de canon. En el próximo capítulo se va a abordar un poco más de ese tema.

Para adelantar, el arco de Korn también será muy, muy diferente, pero para eso no creo dedicar todo un capítulo. Korn es realmente importante, su personaje fue el detonante de muchos sucesos de la segunda temporada, pero... ¿haré algo así como un fix it? Y dicho fix it va a requerir, probablemente, un cuarto del capítulo donde se aborde. Solo puedo decir eso.

El siguiente capítulo estará pronto, pero no puedo dar fecha exacta. Son las vacaciones de primavera, ¡espero que estén disfrutando! Luego de eso, la universidad presencial vuelve y no sé qué tan seguido podré actualizar, pero prometo que no dejaré colgado este fic.

Psd.: Sí, los dos hombres enojados eran Tharn y Type, pero solo era Type enojado porque Tharn contrató un servicio de turismo cuando simplemente podría haber tomado su motocicleta y pasearlos por la isla. También por eso se fueron antes.

¡Nos leemos pronto! ):)

Chapter 10: Capítulo nueve

Summary:

Lo que pasó el fin de semana.

Notes:

Ha sido un mes largo, lamento haber tardado. Este capítulo es explicativo. Qué pasó el fin de semana, un poco más del potencial de Pran y esas cosas. No estoy segura de que me haya gustado, pero al menos relleno ese agujero de lo que pasó antes del examen Gifted y antes de la playa.

Realmente espero que la próxima actualización no tarde tanto.

Gracias por seguir leyendo, amo sus comentarios y kudos, siempre me motivan. <3

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

El jueves, días antes del examen. 11:00 pm:

Pran

Después de salir de la habitación de Pang, Pran tenía tanto sueño que creyó que iba a caer dormido en medio del pasillo. El cuarto de su hermano no estaba lejos, literalmente estaba a una puerta, pero así de cansado estaba. Pang se había quedado dormido después de usar considerablemente su potencial; Namtaan se fue antes que él y Ohm terminó acostándose junto a Pang, siendo imposible despertarlo. Pran bostezó y frotó sus ojos que estaban llenándose de lágrimas cuando escuchó una voz femenina:

—Oh, Pran.

Ink sostenía un bloc de dibujo entre sus brazos y vestía lo que parecía ser una cómoda pijama roja. Caminó hacia él alegremente.

—¿Vas a dormir? —preguntó ella.

Pran asintió y luego volvió a bostezar. Un poco avergonzado, cubrió su rostro ante la risa de Ink. Le preguntó si ella también dormiría, porque Ink parecía tener muchísimas energías. Ink negó rápidamente y se balanceó un poco.

—Estoy en camino a la oficina del profesor Pom —explicó.

Pran estaba demasiado cansado para pensar en eso, así que simplemente la despidió y regresó a su habitación. Tan pronto como su cabeza tocó su almohada, no supo del mundo hasta que su alarma sonó a las 6:45 am del día siguiente.

El día empezó realmente bien. Ink demostró ser una alumna excepcional, lo que el profesor a cargo elogió y dijo que por eso era la primera alumna que era admitida en el programa a medio semestre. Aunque generalmente una persona inteligente era vista como amenaza y competencia para los demás, Pran sintió que la energía que transmitía ella hacía imposible pensar así. Habló con todos, incluso intentó entablar una conversación con Wave, y se divirtió e hizo amena la clase.

Por supuesto, una chica tan bonita e inteligente llamó la atención de varios alumnos de la clase, Pat entre ellos. Ahora, Pran sabía que no debía sentir celos. Pat había tenido al menos cuatro novias desde que entraron a la secundaria y, aunque no había salido con nadie en más de seis meses, estaba claro que podía sentirse atraído por alguien como Ink. Pran podía ver en los ojos de Pat ese cariño que se reservaba para sus parejas, era genuino como solo Pat podía serlo, y era tremendamente adorable. Eso no impidió que su corazón se estrujara, por supuesto.

A media clase de química, mientras se encontraban en el laboratorio, Ink fue asignada a la mesa de Pran para trabajar. Eran cinco personas en total, entre ellas Punn y Nac (pero Nac estaba ausente, recordó, porque seguía en el hospital). Ink rápidamente se acopló a la actividad e incluso comenzó una charla con Punn y con el otro chico… ¿White? ¿Yellow? No recordaba bien. Eso le costó una mirada medio amenazadora por parte de Claire, pero Ink solamente siguió trabajando y charlando.

Pran, eventualmente, aprendió más sobre ella, incluido su potencial. Por algo llevaba el bloc de dibujo la noche anterior, le dijo. Estaba haciendo algunos trazos para matar el tiempo cuando vio por la ventana de su dormitorio; luego de que observara fijamente el paisaje nocturno, volvió a su dibujo solo para encontrar una réplica exacta de la escena que había estado viendo. Con el conocimiento que tenía sobre los alumnos Gifted, llamó al profesor Pom, quien le indicó que fuera a su oficina para revisar lo sucedido. Luego se encontró con Pran.

Pat también los estaba observando. Él y Claire estaban en el mismo equipo junto con otras dos personas. Su mesa de trabajo estaba en diagonal con la suya, por lo que tenían buena vista. Pran se rió por lo bajo porque tanto Claire como Pat tenían expresiones agrias. Se concentró en su trabajo y trató de no pensar lo que la mirada de Pat le hizo sentir.

Cuando fueron a almorzar, Pang y los demás ya se encontraban en las mesas. Una de las ventajas del aula de Pang era que estaba más cerca del comedor; antes de ser alumno Gifted, Pang se había quejado porque veía a todos los alumnos de todas las clases pasar hacia la cafetería antes que su clase ocho. Ahora él era el primero en llegar y eso lo ponía más feliz que cualquier otra cosa.

—¿Quieren que nos juntemos a estudiar para los exámenes? —preguntó Namtaan en cuanto estuvieron todos en la mesa. Ohm rápidamente se quejó:

—¡Oh, Namtaan! Ni siquiera quiero pensar en los exámenes.

—Inician el martes que viene —comentó él—. Si empezamos desde ahora, podemos repartirnos mejor los temas.

Pat asintió, de acuerdo con él, y luego agregó que él ya había comenzado, solo para molestarlo. Korn y Wai suspiraron con hartazgo, pero también aceptaron. Por último, Pang miró fijamente su arroz.

—¿De verdad necesito terminar la preparatoria?

Pran se rió.

—Pensé que querías hacerte cargo del negocio de papá —dijo—. Necesitas saber cómo administrarlo.

Los hombros de Pang se desplomaron.

—¿No puedo simplemente venderle el negocio a Pat y luego irme a vivir a las montañas? Sería feliz con eso, lo juro.

—Puedes —respondió Pat—, pero no sé qué diría el tío Pakorn al ver su preciada ferretería en mis manos.

La imagen fue realmente graciosa y aterradora al mismo tiempo. Al final acordaron que comenzarían sus sesiones de estudio esa misma noche. Un acuerdo que Ohm, Pang, Korn y Wai aceptaron a regañadientes.

Terminando el almuerzo tuvieron dos clases más antes de ir al aula Gifted. El profesor Pom les dijo que las siguientes clases se posponían hasta el término de los exámenes, por lo que tendrían más tiempo para estudiar. Después de su clase y de presentar el potencial de Ink, los detuvo para hacer un anuncio.

—Como saben, desde que el señor Punn se retiró como encargado de la clase, el director ha tenido que elegir entre los demás candidatos. Hoy finalmente me informó que sería el señor Wasuthorn el nuevo encargado. Les digo esto porque no quiero problemas, ¿bien? Señor Wasuthorn, lo espero en mi oficina cuando termine la clase para hablar de sus responsabilidades.

Wave parecía complacido y presumido, lo usual. Pran trató de no prestarle atención y también intentó no sentirse aliviado. Era difícil. Desde siempre, él y Pat fueron competencia del otro sobre este tipo de temas, y era tan exhaustivo que Pran prefería simplemente descansar por unos minutos. Ahora que no tenía esa responsabilidad de nuevo (y Pat tampoco) sentía que podía respirar. Aunque debería estar decepcionado, ¿verdad? Se supone que así debería sentirse.

Bueno, como sea.


Para la primera sesión de estudio, estudiaron cálculo. Al principio, solo había dos personas preocupadas por estudiar en serio: Namtaan y Pran, por lo que no avanzaron como querían. Pat no tenía tanta motivación, por lo que se le ocurrió proponer un concurso sobre quién podía resolver más rápido los ejercicios (y de manera correcta), ejem. La mirada de desafío en sus ojos animó a todos de inmediato.

Acostumbrado a competir contra Pat, Pran aceptó sin dudarlo. Pang les dio una sonrisa extraña antes de aceptar también; Wai y Korn tenían un espíritu competitivo similar al suyo y el de Pat, por lo que rápidamente escogieron su capitán. Ohm fue inmediatamente con él, que era donde Pang había escogido, y eso dejó a Namtaan negando la cabeza por la infantilidad antes de irse con Pat. Al final, el equipo de Pat era menor en número, pero Pat dijo que, incluso con la ventaja que tenía el equipo de Pran, ellos todavía ganarían.

Como era de esperarse, la competencia entre Pran y Pat tomó protagonismo. Fue divertido, considerando que tenían bastante tiempo sin competir de esta manera. Pang, acostumbrado a los comentarios de su hermano hacia Pat y viceversa, solo podía negar y sonreír con la cabeza cada vez que se acusaban de hacer trampa o de insultarse sutilmente (ejem, no estaban coqueteando, definitivamente).

Al final, y como últimamente, terminaron muy tarde. La habitación de Pran era diez veces más ordenada que la de Pang, lo que en realidad les dio la opción de acomodar almohadas como para una pijamada, al igual que mantas y una especie de futón que su madre había comprado por Internet solo en caso de que invitaran a algún amigo a dormir, y que su padre había empacado por accidente entre las cosas de Pran.

Wai y Namtaan fueron los primeros en quedarse dormidos. El primero porque había estado ocupado entrenando con Mon durante una parte de la tarde y estaba exhausto, y Namtaan porque necesitaba un esquema de sueño regular o enfermaría de nuevo. Intentaron no ser ruidosos una vez que ocurrió. Korn, Ohm y Pang se pusieron a jugar videojuegos de la manera más silenciosa que pudieron, mientras Pran acomodaba un poco más las camas improvisadas en el suelo para cuando les diera sueño.

Pat observó cómo Pran acomodaba de nuevo las mismas dos almohadas en su cama y frunció las cejas cuando colocó a Nong Nao en el suelo.

—¿Por qué lo pones ahí?

Pran lo miró con extrañeza, preguntándose por qué Pat preguntaba algo tan obvio. Señaló a Nong Nao con la cabeza.

—No creo que puedas dormir sin él —explicó, una especie de exasperación en su tono—. Eso me dijiste.

—¿Sí…? No puedo hacerlo. Entonces, ¿por qué no lo dejas en tu cama?

La comprensión alcanzó a Pran. Vio que su hermano levantaba la mirada brevemente, pero solo pudo concentrarse en la cara de Pat. Siempre lucía como un cachorro, solo que en diferentes maneras. Ahora mismo, era un cachorro confundido.

—No creerás que dormirás conmigo hoy, ¿o sí?

La expresión de Pat le dijo que sí, eso creía.

—Duermo con Pang —continuó—. Ya sabes, mi hermano menor.

Pat definitivamente lucía como un cachorro confundido.

—¿Por qué?

—Porque es mi hermano. No voy a dejar que duerma en el suelo.

Acomodó de nuevo las almohadas, finalmente satisfecho. Pang no se movía mucho durante la noche, a diferencia de Pat, pero era tal vez porque se acostumbraron a dormir juntos desde que nacieron hasta que cumplieron unos diez u once años. Era fácil para los dos encajar en camas pequeñas y enredarse para dormir cómodamente. Pat siempre lo usaba como una dakimakura y, aunque eso no le molestaba, todavía era más pacífico cuando dormía con Pang.

—A menos que no puedas dormir sin mí ahora.

Pran sabía cómo lucía. Durante los últimos meses, se había vuelto especialmente suave alrededor de Pat; todas las restricciones que tuvieron alguna vez acerca de hacerse amigos o simplemente convivir en paz fueron borradas por la magia del internado. Entonces, sabía que su rostro era, ahora, parecido a cuando estaban en casa. Una media sonrisa de suficiencia, sus brazos se cruzaron, retando a Pat a decir algo acerca de su decisión. Los ojos de Pat brillaron también, reconociendo la mirada. También hubo una sonrisa en el rostro de Pat, una que casi hizo que su expresión presumida se tambaleara.

—No —comenzó—. De hecho, creo que debería regresar a mi habitación.

Pat tomó a Nong Nao y se levantó de la silla donde había estado sentado. Pran no se perdió la risa que salió de Pang, pero no dijo nada. Mantuvo su mirada en Pat hasta que lo sintió vacilar. Aun así, sabía que Pat no iba a retirar lo que dijo. Se acercó un poco a él y golpeó su barbilla.

—Buenas noches, Pran. No me extrañes.

Luego dio media vuelta y se despidió de los otros tres antes de salir de su habitación. Cuando la puerta se cerró, Pang le pasó el Nintendo Switch a Korn antes de dirigirse hacia él.

—¿Qué fue eso, Phi?

Pran suspiró.

—No me preguntes.

Él tampoco lo sabía.


Pang

El sábado por la mañana, Pang y su hermano fueron despertados con una patada.

—¿Qué mierda, Korn? —escuchó decir a Pran.

En realidad, no fue una patada. Y tampoco fue Korn. Era Mon, quien los tiró de la cama con un solo movimiento. Pang no supo quién ni por qué habían dejado entrar a Mon cuando la habitación era claramente de su hermano. Ahora, él y Pran eran un enredo de piernas y brazos, siempre dormían en la misma posición y de hecho tenían una fotografía de cuando eran bebés durmiendo así (por eso lo sabían), es por eso que ambos fueron arrojados de la cama y se lastimaron los brazos y la espalda. Pang cayó encima de su hermano, un impacto más suave, pero sus manos estaban siendo aplastadas por Pran. Alzó la cabeza con los ojos entrecerrados solo para ver a Mon, ya vestida y duchada, quien lucía preocupada y enojada.

Namtaan, Ohm y Wai también estaban ahí, cada uno más asustado que el otro.

Pang rápidamente se incorporó, dejando que Wai ayudara a su hermano. Sus rostros no eran un buen presagio, y de repente sintió que la noche anterior, mientras estudiaban relajadamente, fue hace mucho tiempo.

—¿Qué pasó?

Namtaan fue quien le explicó. La noche anterior, Mon y Korn estaban platicando por mensajes hasta que a Mon le dio sueño y se despidió. Sin embargo, esta madrugada, cuando Mon se levantó para ir a correr a las 5 am, como todos los días, notó que Korn no estaba en línea. Eso era sumamente extraño. Generalmente, Mon saludaba a Korn cuando se levantaba y tenía la costumbre de preguntarle si quería ir a correr con ella (aunque Korn nunca aceptó); se le hizo raro que Korn no estuviera conectado, preguntándose si tal vez se quedó sin batería o si cambió a su laptop, pero de todos modos lo llamó.

Pang asintió a la historia. No estaba familiarizado con ella, pero, a veces, Pat le platicaba de todas las veces que se encontraba con Korn en el pasillo y siempre estaba escuchando música o jugando en el celular.

Korn no había contestado a las llamadas de Mon. Ella estaba preocupada, pero tenía la ligera esperanza de que Korn se hubiera podido quedar dormido, por lo que intentó calmarse. Se duchó antes de ir a buscarlo en su habitación, decidiendo que se saltaría su carrera matutina. Aunque Mon llamó varias veces a su habitación, Korn no respondió. Entonces Mon de verdad pensó que Korn pudo haber colapsado (no quedarse dormido, habría despertado con los golpes); intentó abrir la puerta y se sorprendió cuando no la encontró cerrada.

—Cuando entré —dijo Mon—, Korn no estaba. Su cama tampoco estaba hecha, y su celular tampoco está.

Pang miró a su hermano. Pran estaba hablando con Wai en voz baja, y no parecía feliz.

—¿Korn salió?

Mon asintió.

—Eso creo. A veces explora la escuela durante la noche, o eso me ha dicho. Pero nunca tarda tanto. Estoy preocupada de que algo le haya pasado.

Inmediatamente, Namtaan continuó.

—El otro Korn tampoco pudo localizarlo.

Pang inmediatamente supo lo que andaba mal. Korn tenía un alcance increíble desde que comenzó a desarrollar su potencial. Aunque no podía localizar personas, los objetos en los que pensaba aparecían claramente en su visión si pensaba en ellos. Ambos Korn no hablaban mucho entre ellos, pero todo el mundo conocía los audífonos o las gafas que siempre usaba, por lo que no debía ser difícil encontrarlos.

Siempre y cuando estuvieran dentro de la escuela, eso era.

—¿Crees que salió del internado?

Mon negó.

—No, no lo haría. No tiene suficiente habilidad física, y tampoco creo que tenga interés. Por eso me preocupa.

Había algo más, pero Pang sabía que ellas no iban a decírselo. Cuando Pran se dirigió a él, tenía su celular apretado entre sus manos. Wai puso una mano sobre su hombro y trató de tranquilizarlo, mientras Ohm salía de la habitación y murmuraba que iría a buscar al otro Korn.

—¿Qué pasa?

—A donde sea que Korn haya ido —dijo Pran, levantando su teléfono y mostrándole sus chats—, Pat fue con él. Están en problemas.

Solo un amigo <3 :P

Praaaan (00:00)

Es injusto que puedas dormir (00:00)

Estoy dando vueltas (00:01)

Eres cruel por echarme (00:01)

Aunque tampoco patearía a Paa de mi cama 555 (00:01)

Pran (00:05)

Pran (00:05)

Pran (00:05)

P. R. A. N. (00:06)

Es aburrido si no contestas (00:10)

Voy a ir a despertarte, hablo en serio (00:12)

Uff, voy para allá (00:15)

Espera, encontré algo mejor que hacer con mi insomnio (00:16)

Korn me va a llevar a un tour por la escuela ╰(ツ)╯ (00:16)

¡Pran, adivina! (01:25)

Okay, tal vez no puedas (01:25)

Pero, ¿recuerdas el almacén donde Namtaan entró? (01:26)

Pues está abierto 555 (01:26)

Es terrorífico a estas horas, pero Korn dice que no es la primera vez que está abierto (01:27)

Solo que nunca ha entrado (01:27)

Mierda (01:30)

MIERDA (01:30)

PRAN, HAY UN NIÑO (01:31)

Espera, no es un niño, ES UN ESTUDIANTE (01:31)

Y ESTÁ ENCADENADO (01:31)

Mierda, nos vamos de aquí (01:32)

Es el director (01:35)

No sé qué está haciendo, pero no tiene buenas intenciones (01:35)

Y también está el profesor Pom (01:36)

Y otros cuatro sujetos (01:36)

Vamos de regreso a los dormitorios (01:37)

Voy a despertarte, lo juro (01:38)

Los mensajes se detenían ahí. Pat no estaba conectado, pero su última conexión tampoco era visible. Pang entendió rápidamente el sentimiento de Pran, porque Pat nunca fue a despertarlos en la noche. Inmediatamente, Korn y Ohm entraron. Las expresiones de ambos eran malas. Korn negó con la cabeza.

—Pat no se llevó nada además de su celular, pero no está en terreno de la escuela —dijo Korn—. Y tampoco puedo localizar las cosas de Korn. Donde sea que estén, definitivamente no es en Ritdha.

Pran se dejó caer en la cama.

—¿Qué hacemos? —preguntó Mon.

—Buscarlos, obviamente —respondió Ohm

—Pero no están en la escuela —razonó Namtaan—. Tendríamos que saber a dónde se los llevaron.

—¿No crees que se hayan escapado? —preguntó Wai.

—Imposible —respondió Pran—. Pat me lo habría dicho. Además, venían para acá. No creo que hayan decidido dar media vuelta e irse.

Namtaan lo miró.

—Pang… ese estudiante que vieron…

—¿Qué pasa con él?

—Creo que… ¿lo he visto antes? No al estudiante. La escena, como que la recuerdo.

Aunque Namtaan se tambaleó por el esfuerzo, parecía muy segura de lo que decía. Pang la ayudó a estabilizarse, pero fue Ohm quien preguntó a qué se refería.

—Las cosas que olvidé —continuó—. En el almacén, creo que… era lo mismo.

Pran asintió.

—Dijiste que le hicieron algo a P’Chanon. Descubrió el secreto de la escuela, entonces hicieron algo con él. Eso dijiste.

Namtaan sacudió la cabeza.

—¿Eso hice? No recuerdo bien, es borroso…

—¿Quién es P’Chanon? —preguntaron Wai y Mon al mismo tiempo.

—Pang —Pran ignoró la pregunta para mirarlo—. ¿Crees que puedas hacerla recordar?

Alzó una ceja.

—¿Ah?

—Hacer que recuerde, aunque sea un poco, lo que vio en el almacén. Si puede ver, aunque sea una pequeña pieza de lo que pasó, es posible que tengamos respuestas —explicó—. Y podríamos averiguar dónde comenzar a buscarlos.

Esa era, de hecho, una buena idea.

Como solo Ohm, Namtaan y Pran estaban enterados del potencial de Pang, no le sorprendieron las reacciones de los otros tres. Pang incitó a Namtaan en ahondar en sus recuerdos, pero claramente le faltaba entrenamiento, porque fue duro para ambos. Tardaron aproximadamente veinte minutos en hacer que Namtaan recordara un poco de la escena, y solo dos minutos antes de que la presión de Namtaan se elevara y que Pang se sintiera extraño y mareado. Ayudado por su hermano, Pang se sentó en la cama para descansar.

—Lo siento —murmuró.

Namtaan negó con la cabeza.

—No. Ayudó —aseguró—. Ahora sé que no era un sueño raro. Sí vi a P’Chanon, estaba amarrado a una silla. Había más gente, pero no sé quiénes eran.

—Solo puedo pensar en una persona —susurró Pran, claramente enojado—. ¿Pueden pararse? ¿Necesitan comer algo?

Pang respiró hondo.

—Tal vez. No hemos desayunado.

Mon parecía desesperada.

—¿Qué vamos a hacer con Korn?

—Cálmate —dijo Wai—. No podemos hacer nada hasta que averigüemos qué está pasando. Si buscamos ahora, sería buscar a ciegas, ya sabemos que no están aquí.

Mon, obviamente furiosa por la falta de reacción, comenzó a decir que entonces ella empezaría sola. Tal vez el potencial de Korn estaba fallando, por lo que ellos podían seguir dentro de las instalaciones. Salió de la habitación de Pran con un portazo, tal que probablemente deberían mandar a reparar la puerta.

Ohm se cruzó de brazos.

—Si pudiera hacerme invisible —comentó—, entraría a la oficina del director para ver si tiene algo.

Korn también parecía frustrado. Su potencial debería ser el de mayor ayuda, pero parecía que no servía ahora. Pang entendió la molestia de ambos. Wai sacudió la cabeza y se frotó los ojos. Pang levantó la cabeza para hablar:

—No vamos a hacer nada si solo nos preocupamos. Hagamos esto: preparémonos como siempre. Si el director o el profesor Pom se llevaron a los chicos, nos pondremos en peligro si actuamos como ahora. Tampoco podemos actuar demasiado normal. Solo… preguntar dónde está, porque no los hemos visto, pero no como si sospecháramos de ellos.

—Pang tiene razón —dijo Pran—. En general, no hemos visto a Korn. Pat se fue anoche, pero hoy que lo fui a despertar, no estaba. Estamos preocupados, porque salió tarde de aquí, pero no me mandó mensajes, no supimos nada después de que se fue a dormir.

Todos asintieron. Ohm ayudó a Namtaan a salir de su habitación para que pudieran prepararse y de paso ayudarla con lo de la presión. Solo Pang se quedó en la habitación de su hermano. Sabía lo nervioso que estaba su gemelo. De hecho, él se sentía de manera similar, pero porque Pat era como su hermano mayor. Para Pran debía ser doblemente difícil la situación, podía sentir sus manos temblorosas y cómo aguantaba las ganas de llorar.

—Phi, está bien. No creo que se los lleven mucho tiempo.

Pran apretó los labios.

—¿Ah?

—Incluso si vieron algo, harán lo mismo que con Namtaan. Les borrarán los recuerdos, luego los traerán y fingirán que se escaparon o algo así. Si los desaparecieran, entonces tendrían que encontrar una excusa para sus padres, y eso es más trabajo.

Intentó calmar a Pran de la misma manera que era calmado por él. Pang lo animó a ducharse mientras preparaba el desayuno (o hacía el intento: el de los dotes culinarios heredados de Dissaya era Pran, no él) y luego fue a hacer lo mismo, esperando tener razón y que las cosas no se complicaran.

Se complicaron.


Pran

De alguna manera, el plan fue bien hasta las once de la mañana. El profesor Pom paseó por los pasillos de los dormitorios y, casualmente, Pran salió del suyo a esa hora para llamar a Pat a la puerta.

—Oh, Parakul, buenos días.

El profesor Pom no parecía nervioso, pero era sospechoso que estuviera ahí. Pran actuó como si no hubiera notado nada, sonriéndole a su profesor.

—Buenos días.

Cruzó el pasillo para llamar a la puerta, murmurando y asegurándose de que el profesor escuchara:

—Ese chico, quedamos en ir a estudiar hace media hora, no puedo creer que siga dormido.

Golpeó la puerta de Pat una vez. Luego dos veces.

—Pat —llamó—. Pat, despierta, ya es tarde.

Nada. Como era de esperarse, por supuesto. Pran frunció el ceño, notando que el profesor Pom seguía parado ahí. Volvió a llamar, esta vez más fuerte, y gritó.

—¡Pat, despierta! Oh, por… ¡Pat, no me hagas tirarte de la cama!

El profesor Pom se acercó a él.

—¿Algún problema?

Pran negó.

—No, Pat tiene el sueño pesado. Anoche terminamos de estudiar muy tarde, pero no se quedó a dormir en mi cuarto, regresó. Tal vez se quedó jugando videojuegos.

—Oooh.

—Pero ya casi es mediodía, nunca se despierta tan tarde.

Si Pat estuviera aquí, podría decirle si la preocupación el rostro del profesor Pom era legítima o solo un acto. Como no lo era, Pran solo podía pensar que era lo segundo. Los mensajes de Pat los tenía grabados a fuego en su memoria, y no sentía que pudiera confiar de nuevo en este profesor.

Lamentablemente, eso era.

El profesor Pom actuó realmente confundido y preocupado. Lo ayudó a llamar a Pat hasta que el ruido llamó la atención de los demás en el pasillo. Pronto tuvieron a Pang, a Claire y a Wai con ellos.

—¿Qué pasa? —preguntó Claire.

—Pat no responde —dijo Pran.

—¿Crees que esté enfermo, Phi? Recuerda que a veces se enferma en época de exámenes.

Pran agradeció a su hermano por eso. No era verdad, Pat raramente se enfermaba, y era él quien se ponía mal por el estrés usualmente, pero eso era algo que obviamente nadie más sabía.

—Ah, cierto. ¿Y si tiene fiebre? —Pran comenzó a abrir la puerta, sorprendiéndose falsamente cuando esta se abrió—. Dejó la puerta abierta, de verdad…

Entró rápidamente y se detuvo cuando no solo vio la cama sin hacer, sino que Nong Nao estaba en el suelo. Eso era realmente lo que lo congeló, pero, afortunadamente, el profesor Pom pensó que era porque Pat no estaba ahí.

—¿Phi?

—Ah… No está… Si ya se levantó, debería haberme avisado.

Pang rió.

—Me mantuvo llamando durante diez minutos —se quejó, sacando su celular para marcarle—. Más le vale tener una buena excusa.

Como había previsto, el Pat no contestó. Los tonos se alargaron hasta que fue enviado a buzón de voz, y Pran tuvo que fingir varias veces que estaba enojado con Pat por no contestar y marcaba de nuevo. Sus manos comenzaron a temblar de verdad, porque una mínima parte de él había esperado que Pat contestara y le dijera que estaba bien, que solo había huido temporalmente con Korn.

Cruzó miradas con Pang. Pran era bueno actuando, pero tenía un límite y generalmente ese límite era Pat. Mientras más tiempo pasaba, el profesor Pom comenzó a hacer caras extrañas. A Pran le alivió que al menos se viera afectado.

—No contesta.

Claire, que había entrado con ellos, dio un paso al frente.

—¿Pat no aparece?

Pang negó con la cabeza.

—¿Tal vez se quedó sin batería? —sugirió su hermano—. A veces pasa, él es olvidadizo.

Pran negó.

—No lo creo. Siempre lo trae consigo.

Claire de repente sacó su teléfono.

—Voy a llamar a Korn —dijo—. Él pasea por la escuela en las noches, tal vez lo vio.

Cuando Korn no solo no respondió, sino que fueron a buscarlo a su propia habitación y no lo encontraron, las cosas se pusieron serias. El profesor Pom dio un aviso al director, quien le indicó a algunas personas (profesores y otros tipos que Pran nunca había visto en la escuela) que iniciaran una búsqueda. Se les llamó por los altavoces, pero se trató de no alertar al resto de la comunidad estudiantil. Una vez seguros de que el director iba a continuar con su acto de bueno y padre preocupado, Pran decidió que estaba harto y que debían hacer algo más.

Para esto, esperaron hasta que les dijeron que no se preocuparan y que los encontrarían. Aparentemente, la escuela tenía un sistema de seguridad casi perfecto, por lo que el director les aseguró que debían seguir en la escuela. Korn no sugirió buscarlos con su potencial deliberadamente, y ni el director ni el profesor Pom lo sugirieron tampoco. Tal vez pensaron que los nervios los traicionaron y les hicieron olvidar esa parte. De hecho, Jack y Jo sí estaban asustados, preocupados de que alguien estuviera en busca de alumnos Gifted y que alguno de ellos sería el siguiente.

Claire comenzó a angustiarse por no tener noticias de Korn, por lo que Punn la llevó a otro lado. Mon seguía furiosa, pero fue arrastrada al gimnasio por Wai para que no dijera nada sobre su plan. Su grupo de amigos se quedó en la cafetería, en silencio, y les dejaron pensar que estaban consternados por la repentina desaparición de Pat y Korn.

Ohm estaba jugando con su manzana. La fruta iba y venía. Estaba realmente concentrado en ello. Pran intentó comer, porque no servía de nada no hacerlo. Necesitaba energías si iba a hacer una búsqueda más profunda. Aunque quería confiar en las palabras de Pran, y sabía que el director iba a hacer que aparecieran por arte de magia (resultado de la búsqueda, diría), y probablemente sin recuerdos, todavía tenía esa espinita que le decía que no iba a ocurrir nada si él no actuaba. Tal vez era pura desesperación, pero al menos lo mantenía en este mundo.

—¡Ohm!

Pran regresó de sus divagaciones, solo para ver la silla de Ohm vacía. Pang lo había llamado, por lo que pensó que Ohm se había levantado para ir a buscar más comida o algo así, pero luego vio que Pang miraba a los lados, aliviado de que nadie les estuviera prestando atención.

Luego, Ohm apareció sin mucha fanfarria ni ruido, sentado en su silla. Parecía concentrado en la manzana que todavía tenía en la mano. Levantó la mirada hacia Pang.

—¿Qué?

Namtaan se puso de pie.

—A la biblioteca. Ahora.


—¿Puedes hacerte invisible?

—¿Puedo? No me di cuenta.

Puedes.

—Oh. ¡Oye, eso es genial!

—Ese no es el punto ahora.

—Pero admite que es genial.

—¡Lo sé!

—¿Qué sabes?

—Lo que quiere decir Namtaan.

—¿Y qué es eso?

—Ohm puede ir a la oficina del director ahora. Escabullirse, buscar algo que nos diga dónde pueden estar Pat y Korn.

—O escuchar si lo mencionan.

—¡Korn, eres un genio!

—Gracias.

—Pero no sabe controlarlo aún.

—Uhm, es cierto.

—¡No hay problema! ¿Recuerdan cuando hice que Folk se perdiera?

—Sí, lo hacemos.

—Bueno, ¡es lo mismo! No me perderé a mí mismo, ya tuve suficiente de eso.

—¿Y si es peligroso? Quiero saber dónde están, pero…

—Sí, yo tampoco quiero que Ohm se arriesgue, Phi.

—No se preocupen, mientras Ohm siga en la escuela y tenga algo que yo conozca, estoy seguro de que podré adivinar dónde está.

—No me retes, la última vez desaparecí muy bien el lápiz y no lo localizaste.

—Ohm, deberías estar preocupado al decir eso, no emocionado.

—Ya, basta los dos. Ohm, ¿estás seguro de esto?

—¿Seguro de probar el mejor súper poder del mundo para hacer de detective y buscar a nuestros amigos? ¡Absolutamente!


Para ser la primera vez que Ohm hacía… lo que sea que estuviera haciendo, era realmente bueno en eso. Pran pensaba que tal vez Ohm no era tan despreocupado como parecía ahora; Pat también hacía eso: cuando se estresaba, tenía un mecanismo de defensa que lo hacía actuar de manera tonta o vacilona, pero sabía que era porque no quería arruinar más el estado de ánimo de los otros y quería animarlos, por eso no reclamó nada ni actuó con todo el malhumor que tenía. Ohm logró colarse en los cubículos de los profesores con facilidad, y Pran pensó que era un poco extraño que hubieran dejado la puerta abierta, pero ya estaba paranoico, por lo que intentó no prestar atención a sus pensamientos.

Entonces, Ohm se metió en los cubículos. Tenía su celular con él y mandaba mensajes constantemente a un grupo de chat que habían creado con el propósito de esta misión de rescate (así la llamaron Ohm y Korn, Pran no iba a discutir con ellos). Fue totalmente emocionante y desesperante al mismo tiempo. Pran se encontraba en la biblioteca, fingiendo estudiar, mientras esperaba algún mensaje de Ohm que dijera que el director había entrado o que él había encontrado algo sobre ellos.

Afortunadamente, no tuvo que esperar demasiado. Cerca de las dos y media de la tarde, Ohm por fin envió un mensaje en el que decía que el profesor Pom y el director Supot entraron a la oficina del director y que comenzaron a hablar sobre cómo ellos (los alumnos Gifted) empezarían a sospechar si Korn y Pat no aparecían pronto. Por lo que dijo Ohm, en realidad no mencionaron algo sobre dónde estaban, pero sí que el profesor Pom debía hacer rápido su trabajo y que tenían que regresar antes de esta noche o algunos comenzarían a buscar por sí mismos.

El director Supot también había mencionado que probablemente ya estaban buscando por su cuenta. Ohm no puso mucho en ese mensaje, porque dijo que ya iba rumbo a la biblioteca, ya que había pasado demasiado tiempo ahí y era probable que volviera a la normalidad si dejaba de concentrarse, además del sangrado en su nariz que apenas podía contener con sus propias manos.

Pran se sintió aliviado cuando Ohm regresó intacto a la biblioteca. Aunque su nariz estaba manchada con sangre, no fue tan grave, y no se sentía debilitado ni nada de eso. Pang lo ayudó a limpiarse con una toallita húmeda antes de que todos se sentaran en la mesa.

—Los van a traer esta noche, entonces —dijo Korn, rompiendo el hielo—. ¿Deberíamos hacer algo?

Namtaan negó.

—No creo que sea prudente. Estoy segura de que no les harán nada de gravedad.

Pran suspiró.

—Eso espero.

Sintió una palmadita en su espalda por parte de su hermano. Como al menos ahora sabían que sí, fueron ellos los que se los llevaron, entonces solo tendrían que esperar a que los trajeran de regreso, con suerte solo con sus recuerdos alterados, y luego tratar de averiguar qué fue lo que vieron en el almacén. Si era lo mismo que Namtaan vio que le hicieron a P’Chanon, y si realmente estaban haciendo algo malo con los estudiantes.

Era demasiado, y Pran se estaba cansando de andar a ciegas.


A las ocho de la noche, Pran fue testigo de cómo los sujetos que había visto más temprano transportaban a Korn en una silla de ruedas y también vio cómo Pat parecía un poco desequilibrado. Tan aliviado como se sentía porque ellos dos solo parecieran aturdidos y mareados (de ahí que Korn no pudiera caminar, no tenía lesiones visibles), también sintió que su corazón iba a salírsele del pecho cuando cruzó miradas con Pat y sus ojos le dijeron que él sabía lo que le habían hecho.

Pran se apresuró a la enfermería, ni siquiera tuvo que fingir la preocupación esta vez. El profesor Pom intentó decirle que Pat estaba bien, pero él no estaba escuchando. Vio cómo Claire y Mon también se dirigían con Korn y se preguntó dónde estaban los demás.

No le dijeron qué pasó. Si le dijeron, tampoco puso atención. No le interesaba la historia que el profesor Pom se había inventado, solo quería asegurarse de que Pat estuviera bien. Hubo otra presencia después de un tiempo, seguramente Pang o alguno de ellos. Pat se quedó medio dormido, por lo que tampoco hablaron por un tiempo, hasta que el profesor Pom los dejó solos.

Entonces, Pat abrió los ojos y se acomodó. Ya no parecía aturdido, sino alerta. No se molestó en mirar hacia donde Korn se encontraba en la otra camilla, acostado y siendo vigilado por Mon. Se inclinó hacia Pran y le hizo señas a Pang para que se acercaran.

—No tengo idea de lo que vi —comenzó—, pero debió ser algo importante. El profesor Pom me borró completamente la memoria. No tengo idea de qué hice después de que salí de tu habitación.

Pran esperaba eso. Había guardado una captura de pantalla de la conversación, aunque la había borrado por si el profesor Pom preguntaba. Cuando Pat sacó su propio teléfono y tampoco encontró la conversación, fue un alivio. Como el profesor Pom no le había dicho nada, significaba que Pat tuvo tiempo de borrar los mensajes antes de ser atrapado. Pran le mostró a Pat sus mensajes, pero él no podía recordar a qué se refería. Obviamente, Korn tampoco iba a ser de ayuda.

Pat quiso salir de la enfermería cuanto antes. Escabulléndose de los profesores, y con ayuda de él y de Pang, lograron llegar al edificio de los dormitorios. Pat tenía algo de hambre, parecía que no había comido, y quería algo de la máquina expendedora, solo que el equilibrio de Pat en realidad no estaba curado del todo y tropezó en su dirección.

—Yo iré a comprarte algo —dijo Pran—. Ve a mi habitación, te lo llevo para allá.

Pang se ofreció a ayudar a Pat mientras subían. Camino a la máquina expendedora, escuchó que algo se cayó e hizo mucho ruido. Pensando que probablemente Pat había tropezado y que su pequeño hermano no pudo con el peso del otro, se dio la vuelta para ir a ayudarlos, solo para quedarse estupefacto cuando vio a uno de los hombres que trajeron a Pat y Korn más temprano, al tiempo que intentaban recoger el contenido de una caja de cartón. Dicho contenido incluía esposas de metal, piezas sueltas de algún metal y lo que parecía ser una radio vieja.

Los hombres levantaron la mirada inmediatamente.

—Ah… yo…

—¡Oh, Pran!

Se sobresaltó cuando escuchó la voz. Ink se dirigía hacia él, despreocupadamente y con una sonrisa en el rostro. Pudo ver que los hombres recogían nuevamente las cosas, y entonces Ink se detuvo enfrente de ellos. Su sonrisa rápidamente se transformó en un ceño fruncido.

—¿Chocaste con ellos? Permítanme ayudar…

Sin embargo, parecía que el contenido no era algo que debían ver. Lógicamente, porque, ¿para qué demonios había esposas en una escuela? Dos de los cuatro sujetos los tomaron de las muñecas y los arrastraron en la dirección del mismo almacén de siempre. Ink y él intentaron forcejear, Ink preguntando qué estaba pasando y por qué no los dejaban ir. Justo cuando vio la puerta, viendo cómo el profesor Pom esperaba a los otros y cómo hizo una expresión medio molesta, Pran supo que tenían que salir de ahí. De alguna manera convocó a toda la fuerza que tenía como un adolescente de quince años y logró soltarse del tipo. Ink terminó por morder al que la sostenía, y usaron su tamaño para salir corriendo.

Escuchó al profesor Pom gritar que los atraparan, pero Pran no se detuvo a comprobar si el director Supot también estaba ahí. Mientras corrían, Ink sugirió que debían separarse y esconderse. No sabían si simplemente actuar normal los salvaría esta vez, por lo que Pran decidió hacerle caso y correr. Cuando perdió a Ink de vista, se encontraba detrás de una de las jardineras. Miró hacia los lados, esperando no encontrar a nadie, pero pronto sintió que una mano sujetaba su muñeca. Miró hacia atrás y sí, era uno de ellos.


—¿Qué demonios hiciste, Parakul?

Wave no solo estaba consternado, sino que estaba paralizado. Pran no sabía qué hizo, solo sabía que, mientras estuviera seguro de que la puerta de Wave no iba a abrirse fácilmente, nada más importaba. Wave lo tomó por el cuello, entonces, sacudiéndolo y gritándole más. Algo hizo él, le dijo, algo le hizo al potencial de Wave con su potencial. Pero Pran ni siquiera sabía cuál era su potencial aún.

Cuando Wave vio que Pran no iba a responder, lo soltó y volvió a su computadora. Pran sabía que Wave no necesitaba usar su potencial para desactivar el seguro de su puerta, y probablemente planeaba hacer eso ahora. Pran se volvió a arrojar contra Wave, quitándole la laptop.

—¡Pran!

—Por favor —pidió de nuevo—. Solo por ahora.

Wave frunció las cejas.

—¿Qué hiciste? —repitió, pero esta vez para sí mismo—. Regrésame mi potencial y puede que te ayude.

Pran negó con la cabeza.

—No sé cómo hacer eso.

—Entonces olvídalo. ¡Dame mi computadora!

—¡No!

Sin embargo, Pran ya estaba exhausto por correr tanto. Wave fácilmente pudo quitarle la laptop de las manos y, justo cuando estaba a punto de abrir la puerta, entró una llamada en el celular de Wave. Un poco confundido, Wave dejó de lado la computadora y contestó. No quitó la mirada de Pran ni un solo segundo, y sus ojos se volvieron más feroces conforme escuchaba a la persona del otro lado de la línea. Pran consideró romper la computadora de Wave, pero no sabía si eso era prudente. Sus manos picaban por llamar a Pang, y se preguntó por qué ni él ni Pat habían hecho el intento de contactarlo; ya se había perdido un buen rato, deberían estar preocupados.

Finalmente, Wave colgó el teléfono.

—Entonces eres un criminal.

—¿Ah?

Wave rió. Se apresuró a desactivar el seguro y rápidamente entró el sujeto, que lo aprisionó rápidamente. Wave le dedicó una mirada de desprecio que usualmente solo le daba a Pang.

—No me sorprende tanto —dijo—. Ustedes dos son iguales. Pero no vas a arruinar mi futuro por tus caprichos, Parakul.

—Wave, ¿qué…?

El hombre le cubrió la boca. Pran vio cómo Wave volvía a tomar su celular e intentaba hacer algo. Frustrado, tomó la sudadera bermellón que siempre traía puesta y salió detrás de ellos.

Lo siguiente pasó en un borrón. Lo volvieron a llevar al almacén. Ink no estaba ahí, afortunadamente, y tampoco vio a su hermano o a alguno de sus compañeros. Desafortunadamente, el director sí estaba ahí. Wave se quedó callado en cuanto lo vio, tal vez sorprendido por las instalaciones alrededor. Pran intentó no decir nada, intentó no quejarse e intentó no mirar con desprecio al director.

No tenía idea de qué iban a hacerle, o si le harían algo, pero estaba harto de la situación. Wave pareció comprender un poco lo que ocurría, y tampoco dijo nada. Pran dedujo que la llamada podría haber sido del director, aunque no estaba seguro de lo que le había dicho. El director Supot caminó hacia él.

—Parece que tenemos unos hermanos con un potencial curioso —comentó—. Wasuthorn, gracias por tu cooperación. No te preocupes, en cuanto Parakul olvide lo que pasó, su orden se anulará y recuperarás tu potencial.

Pran frunció las cejas. ¿Su orden? ¿El director Supot conocía el potencial de su hermano? No, espera… ¿el director Supot pensó que Pran tenía el mismo potencial que Pang? Sería una opción, considerando los potenciales de Jack y Jo, pero Pran estaba seguro de que ni siquiera tocó a Wave cuando lo… desactivó. Intentando no alterarse, comenzó a considerar las cosas.

Tal vez su potencial era similar, tal vez no necesitaba tocar a la persona sino al objeto. Pero él no emitió ninguna orden clara en voz alta. Wave no retiró la mano, como habría hecho cualquier persona comandada por Pang. De hecho, intentó usar su potencial varias veces después de eso. Si hubiera sido una orden, Wave simplemente no lo habría intentado de nuevo.

Pran definitivamente no tenía el mismo potencial que su hermano. Él solo… desactivó el potencial de Wave, de alguna manera. Sin embargo, tenía que averiguar cómo y solo era el potencial de Wave. Cuando el profesor Pom entró y dijo que había encontrado a los demás, Pran supo que iban a borrarle el descubrimiento de la memoria.

Si tan solo pudiera recordarlo para averiguarlo más pronto, podría averiguar más sobre esto. Se sacudió para intentar desatarse, solo que no pudo, lo tenían sujeto a la silla que, supuso, Korn y Pat vieron anoche. El director Supot comenzó a ordenar que los trajeran a todos, que iba a ser una noche larga, y le sugirió al profesor Pom que comiera bien para que no se agotara por usar tanto su potencial.

Bajo presión como estaba, Pran pensó rápido. Si tuviera una manera de recordar lo que pasó, algo así como Pat con su sentimiento de que había algo mal, entonces podría ser capaz de descubrir más cosas. Entonces, si de verdad podía desactivar los potenciales, aunque fuera solo el de algunos… ¿tal vez podría intentarlo con el del profesor Pom? Pero no podía tocarlo. Y, mientras el profesor Pom acomodaba su metrónomo y el ritmo comenzaba, Pran deseó con todas sus fuerzas de que esto funcionara.

Luego vio negro.

Notes:

Creo que al final la historia de Wave no será abordada. ¿Podemos asumir que él simplemente no confía en las personas y es una persona que solo puede pensar en él y que todos sabemos qué pasó con su profesora? Traición, etc. Digamos que el director, ahora que piensa que Pang y Pran tienen el mismo potencial, le dijo algo como que usó su potencial para manipularlo y evitar que lo entregara, y que no le iba a regresar su potencial o algo así, y que el director le prometí devolvérselo. Y sí, sé que es después del examen que Pang sospecha que el director conoce su potencial, pero digamos que ya lo conocía bien por las cámaras de seguridad y otras cosas obvias; en realidad en la serie no sé si es desde ese momento que el director sospechaba, pero sí sé que se dio cuenta cuando su propio potencial no funcionó en Pang, so... ¿magia del guión?

De nuevo, espero que el uso de los Korn sea más o menos fácil de entender por el contexto. Solo como un recuerdo rápido: Korn de Bad Buddy tiene más o menos el mismo potencial que Time de The Gifted Graduation; el otro Korn desapareció con Pat.

Mmm... ¿qué más? Olvidé lo que iba a decir, jaja. De cualquier manera, si tienen dudas o teorías o cualquier tipo de comentario, estaré encantada de leerlo y responder <3

¡Nos leemos pronto!

Chapter 11: Capítulo diez

Notes:

Un capítulo corto porque las semanas de finales me están matando.

Como siempre, sin beta. Espero les guste ):)

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Pran siempre va a estar fascinado por los dotes actorales de Pat. En el club de teatro, él y Claire siempre consiguen los protagónicos, y, aunque alguna vez quiso atribuírselo a su potencial, diciendo que le permitiría sentirse más como el personaje o como el director quiere que se sienta, la realidad es que Pat ha sido un buen actor desde que aprendió a mentirles a sus padres sobre su amistad con él y Pang.

Sin embargo, cuando las puertas de la van se abrieron y escuchó a su madre saludar a Wave y a Pang, Pran sabía que el encuentro iba a ser un poco más complicado que esto. Para empezar, Pran estaba preocupado por los dos hombres que los vigilaban (eran los mismos que se llevaron a Ink ese día, reconoció), además de que recordaba lo que ocurrió el fin de semana y sabía, realmente sabía, que Pat estaba usando su potencial con él. Pran, si bien descubrió el suyo propio, no tenía ningún tipo de práctica o dominancia en él, por lo que no podía detenerlo. Al menos no a propósito.

Pat le dedicó una mirada llena de preocupación, y luego tropezó un poco con sus propios pies. Pran pudo ver por qué: había estado utilizando su potencial en los dos trabajadores del director Supot durante un buen rato, y luego sintió la clara angustia suya. Sus instintos hicieron que Pran lo fuera a ayudar para que no se cayera, pero sabía que estaba tardando en salir de la van y Dissaya se preguntaría por qué no estaba con ellos aún.

Cuando bajaron, no se sorprendió para nada cuando la dura mirada de Dissaya se posó en Pat. El disgusto inmediatamente se apoderó de sus rasgos, y Pran incluso sintió un escalofrío al encontrarse con los ojos de su madre. Ojos oscuros y helados que de repente parecían saber lo que pasaba por la mente de ambos; mandíbula apretada, intentando regularse porque los abuelos de Wave se encontraban ahí. Pran se acercó, pero en realidad no estaban lejos de la camioneta. Escuchó que Pat dejó salir aire antes de oír su voz.

—Buenas noches, tía.

Casi podía verlo haciendo un wai con respeto. Pat siempre fue amable y cortés con sus padres, pero sus padres, especialmente su madre, nunca devolvieron la cortesía y decían en voz alta cuán desagradable era Pat a sus ojos. Esperaba que Dissaya no abriera la boca esta vez, al menos por mantener las apariencias. En el momento en que un tic apareció en el ojo de su madre, rogó por un milagro para que los interrumpiera.

—Buenas noches —respondió ella.

La abuela de Wave, a quien Pran encontró realmente irritante la noche anterior, se aproximó a ellos después de darle una especie de sermón con intención cariñosa a Wave, antes de mirar a Pat con una expresión confusa.

—¿Quién eres tú, chico?

Wow, ella incluso alzó la barbilla. De reojo pudo ver la repentina incomodidad de Wave. Huh, ¿tal vez pasar un día entero juntos le hizo reconsiderar su odio? No parecía posible. Quizá solo estaba harto de su abuela siendo grosera.

—Yo…

Pran miró a Pat, quien luchaba por hablar sin trabarse. Eso fue algo que pasó siempre que estaba delante de Dissaya o de Pakorn. Su voz temblaba, comenzaba a ponerse nervioso y hacía lo posible por salir de la manera más respetuosa. Pero ahora, parecía a punto de entrar en pánico. Pran vio que los dos hombres del director habían bajado del transporte, pero que estaban alejándose tan lentamente que casi no parecían caminar.

—Yo… tengo que ir al baño, disculpen.

Pat volvió a realizar un wai y se alejó a gran velocidad.

La expresión de disgusto de Dissaya se acentuó al escucharlo, pero también parecía aliviada de que se hubiera alejado. Inmediatamente le sonrió a la abuela de Wave.

—Será mejor que regresemos al hotel. Tengo un poco de hambre.


En el restaurante del hotel, Dissaya no dejaba de mirarlo. Pang había huido inmediatamente de su madre, insistiendo en sentarse entre Pakorn y Wave (lo que en realidad no era mejor, considerando la tensión entre Pang y Wave, pero su hermano parecía preferir comer junto a su enemigo que junto a su madre enojada).

—Pran —dijo ella de repente—, ¿podrías acompañarme a la barra?

Ahora, el hijo desobediente nunca fue Pran. Al menos no en la apariencia. Asintió suavemente y se levantó de la mesa con ella. Caminaron normalmente, ella no parecía tensa, y sus movimientos eran elegantes como siempre. Fue hasta que llegaron a la barra de ensaladas que giró su rostro y lo miró duramente.

—¿Sabías que ese chico estaba aquí?

Pran suspiró y se removió con nerviosismo.

—No, mamá. No hablamos, así que no sabía.

Dissaya rió.

—No hablan, pero bajaron juntos de esa camioneta. ¿Realmente no lo sabes?

Pran negó fuertemente.

—De verdad, mamá. También me sorprendió cuando se subió esta mañana, pero he estado todo el día evitándolo. Estuve con Pang todo el tiempo.

—¿Con Pang? Eso hace todavía más probable que se hayan hablado y lo sabes, Pran. No sé por qué sigue acercándose a esos niños —sacudió la cabeza—. Pero te creeré, hijo. Entonces, ¿crees que toda la familia se encuentre por aquí?

Esta vez, el suspiro fue de decepción.

—Me imagino que sí. Siempre están al pendiente de nosotros, no me sorprendería que decidieran venir si te escucharon hablar con papá de este viaje.

—Uhm, sí. Ese tipo suele buscar arruinar y robar cosas nuestras.

Pran asintió.

—No te amargues, mamá. Mira, aquí, la ensalada que te gusta.

Dissaya por fin le sonrió y apretó una de sus mejillas.

—¿Cómo tengo un hijo tan bueno? No importa lo que hagan ellos, Pran, no dejemos que nos amarguen el viaje. Le diré a papá que los ignore si los ve. Últimamente ellos han estado muy enojados porque pensaron que Pang no entraría en el programa Gifted —comenzó a divagar mientras regresaban a la mesa—. No es mi culpa que ellos no tengan dos hijos tan extraordinarios como yo.


Dos horas después de la cena, Pran se encontró con cuatro personas en su habitación. Como era de esperarse, Paa y Pat también compartían habitación junto a sus padres, y los abuelos de Wave tenían en sueño muy pesado como para darse cuenta de que su nieto salía de ahí. Pran no se sorprendió cuando Paa llegó con una bolsa llena de bebidas para relajar un poco el ambiente, y tampoco se sorprendió cuando Wave actuó tímido frente a Paa.

—P’Pran, P’Pang —saludó Paa inmediatamente, abrazándolos con fuerza—. ¿Cómo están? Hia me dijo que la tía parecía furiosa.

Paa se demoró en el abrazo de Pang, ya que ellos siempre fueron más cercanos entre sí. Mientras Pang la tranquilizaba y le decía que había cosas más importantes, Pran notó cómo Pat le hacía señas para que se acercara.

—¿Qué pasa?

—Esos hombres se están hospedando de mi lado del hotel —le dijo—. Incluso a cinco habitaciones de distancia, todavía puedo sentirlos.

Pat estaba tembloroso por el esfuerzo. Pran lo ayudó a sentarse en la cama y vio de reojo que Wave quería acercarse para escuchar lo que estaban diciendo, pero Pang y Paa lo distrajeron un poco.

—¿Qué más?

Pat suspiró y negó con la cabeza.

—Es probable que sepan que vinimos a tu cuarto.

Pran asintió. Esperaba eso.

—¿Namtaan los ha vuelto a llamar?

—No. Pang cree que todavía no tienen señal. ¿Qué hay de ti? ¿Alguien se ha comunicado contigo?

—Sí. Recibí un mensaje de Claire. Ella estaba con los gemelos comprando en una tienda de recuerdos cuando notó que los estaban siguiendo. Decidió ignorarlos al principio, pero supongo que averiguará pronto sus intenciones.

Pran asintió.

—También tengo algo que decirte. Pang, ¿pueden venir?

Todos se dirigieron a ellos. Pang parecía preocupado, probablemente al ver su expresión. Pat no podía usar más su potencial o empezaría a desmayarse como la otra vez. Wave y Paa parecían un poco confundidos sobre qué ocurría, y a Pran se le ocurrió que quizá Paa no sabía nada del programa todavía. Era una regla que tendrían que romper, pero no había otra opción.

—¿Qué pasa, Phi?

—Descubrí lo que pasó el fin de semana.

Pang se quedó en silencio inmediatamente, Pat exhaló aire contenido, y Paa preguntó de qué se trataba todo eso. Pran, sin embargo, se fijó en la reacción de Wave. El chico solamente parecía confundido, genuinamente confundido. El director Supot probablemente también hizo que le borraran la memoria para cuidar sus reacciones. Pran se sintió aliviado. Estaba preocupado de todo lo que habían hablado frente a Wave, y se sintió afortunado de que no mencionaron a P’Chanon y sobre lo que Namtaan vio, así como lo que Ink imprimió en su bloc de dibujo.

—¿Cómo? —preguntó Pang.

Una pequeña sonrisa se asomó en sus labios, pero siguió mirando a Wave.

—Ese fin de semana finalmente descubrí mi potencial. Con ayuda de Wave.

Ahora, si Wave parecía confundido al principio, en esos momentos lucía realmente aterrorizado de no saber de qué estaba hablando Pran. Cuando sintió los dedos de Pat enroscarse en su muñeca, apartó la mirada de Wave para observar a Pat.

—¿Qué pasa?

Pat negó con la cabeza, pero no lo soltó.

—Phi… ¿tu potencial?

Pran asintió hacia su hermano.

—Ajá. El fin de semana, Korn y Pat salieron durante la noche del viernes —comenzó a explicar, dejando claro a Pang que le diría sobre su potencial más tarde, cuando ni Wave ni Paa estuvieran presentes—. El director los hizo desaparecer porque encontraron algo en el almacén…


Pang

Si había algo que molestaba a Pang más que las injusticias, era cuando dañaban a su familia. Mientras Pran les contaba lo ocurrido durante el fin de semana y cómo era muy probable que ellos ni siquiera se hubieran dado cuenta de que el director simplemente lastimó un montón de estudiantes, uno de ellos siendo su hermano mayor, lo enfureció a niveles inimaginables. Estaba realmente agradecido de que Pat se hubiera agotado al usar su potencial, o probablemente estaría sintiendo su propia ira sumada a la de Pang. Él sabía que Paa también estaba asustándose al escuchar lo que parecía ser una historia de terror, y Wave simplemente se había dejado caer junto a Pat en la cama, demasiado impactado de lo que estaba escuchando.

El chat grupal todavía no tenía ningún mensaje, y Pran sugirió no decir nada sobre el fin de semana anterior hasta que se reencontraran. En esos momentos, todo era peligroso y ni siquiera conocían las intenciones del director al enviarlos a esas islas de esa manera. Wave, recuperándose, sugirió que quizá solo querían mantenerlos vigilados y separados. Con la nueva información del fin de semana, era probable que el director simplemente quisiera mantener el control de sus actividades, de ver si intentaban algo nuevo o si su técnica de borrarles la memoria había sido efectiva.

Había sido efectiva, de hecho. Ninguno de ellos, excepto por Pran, recordaba lo que sucedió, por más que lo intentaran. Ni siquiera tenían dolor de cabeza al intentarlo, como la vez que logró que Namtaan recordara un poco; simplemente tenían un hueco en sus memorias que no se podía llenar con nada. Pang se preguntó si el potencial de su hermano tenía que ver con eso, con que Pran pudiera recordar lo que ellos no. Esperó a que Wave terminara de decir sus hipótesis y se sorprendió al descubrir que parecía realmente preocupado por lo que estuviera pasando; incluso si solo era un acto de autoconservación, Pang estaba sorprendido por la cooperación del otro.

Determinaron que lo mejor era esperar. Todos regresarían a sus casas mañana por la mañana para poder regresar a Ritdha temprano. Una vez ahí, revisarían los dibujos de Ink nuevamente y podrían llegar a más conclusiones. Pang estuvo de acuerdo porque no se sentía capaz de hacer nada más hasta que tuviera información. Además, si lo que Pran dijo sobre una posible tortura en los alumnos era cierta, tendrían que encontrar pruebas e intentar desenmascarar al director antes de que la vida de alguno de ellos o de otros alumnos corriera peligro.

Cuando todos se fueron, Pran finalmente le contó cuál era su potencial. Que no sabía bien cómo utilizarlo, pero que estaba seguro de que esa fue la razón por la que pudo recordar. Suspender en sí mismo y en los demás los potenciales, aunque fuera solo por un tiempo indeterminado era realmente efectivo y útil.

—Pero, entonces, Phi… —reflexionó—, ¿vas a volver a olvidarlo? ¿Si es solo temporal?

Pran suspiró.

—No lo sé. Por lo que puedo ver, Wave todavía tiene su potencial, por lo que solo se lo quité por un rato. Pero no sé cuánto tiempo no lo tuvo. Además, nos borraron la memoria el sábado por la noche, y todavía no sé qué ocurrió el domingo.

Pang asintió.

—Es verdad. Entonces, es cuestión de esperar. Al menos ya nos lo dijiste, en caso de que lo olvides.

—Sí…

—¿Phi? ¿Hay algo más?

Pran se lamió los labios.

—Pang, si el director cree que tenemos el mismo potencial, ¿deberíamos dejarlo pensar eso?

—¿Por qué lo dices? ¿Qué ocurrió en el almacén?

—Es solo que, eso creo. Pienso que, de alguna manera, convenció a Wave para que creyera que le ordené suspender su potencial. Se lo dijo, que cuando yo olvidara todo, mi orden se anularía. Él debe pensar que tenemos el mismo potencial, así como Jack y Jo.

—Ya veo. Creo que… deberíamos esperar un poco más. Se supone que ni siquiera he reportado mi potencial al profesor Pom, pero lo que me dices confirma mis sospechas de que él conocía mi potencial desde antes.

Pran asintió.

—Sí, también lo pensé.

—Quizá sea más seguro dejarlo creer eso, ahora que lo pienso. Si realmente quiere hacernos algo y sabe que puedes suspender potenciales, es probable que seas más una amenaza para él de lo que cualquiera de nosotros puede serlo.


A su regreso a Ritdha el domingo por la tarde, Pang notó algunas irregularidades. Primero, notó que las cercas de malla alrededor de la escuela eran más altas. La infraestructura no había cambiado demasiado, pero había ligeras diferencias: más cámaras de seguridad, bocinas en nuevos puntos de la escuela, y vigilantes en los pasillos que lucían mucho más estrictos de la señorita Ladda.

Inmediatamente después de que el toque de queda hubiera pasado, todos se reunieron en la habitación de Pran para charlar de lo que había sucedido. En sus viajes, hubo algunas cosas que los obligaron a permanecer juntos: no había electricidad en el caso de Namtaan, en su caso, el tour por la isla; para Ohm, Korn y Wai, se hospedaron en habitaciones contiguas; y con Claire, Punn y los gemelos, fue su propia amistad y la paranoia de Punn.

También revisaron los dibujos de Ink, los cuales estaban en un estilo abstracto y eran difíciles de comprender. Namtaan tuvo que averiguar con su potencial lo que había ocurrido en esos dibujos, lo cual fue de gran ayuda, porque representaron fielmente la escena que Pran les relató, la primera vez que se los llevaron al almacén y cuando lograron escapar de ahí.

Al volver a presenciarla, Namtaan cayó al suelo con un fuerte dolor de cabeza.

—¿Qué? ¿Qué pasa? —preguntó Pang.

—Le borraron la memoria —dijo Namtaan—. Porque P’Chanon iba a contarle al mundo sobre los alumnos Gifted.


Escena extra:

—¿Por qué te ríes tanto?

Claire sacudió la cabeza y apretó la mano que sostenía a la de Punn.

—¿Los ves? Esos cuatro.

—¿Ajá?

—Todos tienen color rosa.

—¿Oh? ¿Incluso Wave?

—No creo que Wave lo vaya a admitir alguna vez en su vida.

—Pensé que lo odiaba.

—Lo odiaba —asintió Claire—. Pero parece que ya no.

Notes:

El canon ya se separó de esta historia un poco más, jaja. Olvidé a la novia de Korn aunque cronológicamente ya pasó esa historia.

Quería preguntar, porque no puedo encontrarlo por ningún lado: ¿cuáles son la fechas de cumpleaños de Pran y Pat? Solo encontré la de Pat, pero la verdad no sé es oficial o fanon.

Chapter 12: Capítulo once

Summary:

El resumen de esto es: "¡¿No estaban saliendo?!".

Notes:

Dejar la trama en el segundo plano porque estaba irritándome el hecho de que no había progreso en ninguna de las dos parejas es mi pasión.

Como podrán ver, los alumnos Gifted son extremadamente inteligentes hasta que se trata de sentimientos (propios y ajenos). ¿O tal vez no?

¡Otra cosa! Creo que empezaré a compartir mis actualizaciones por Tumblr. En realidad casi no lo utilizo, pero al menos para este y otros fics de BB (u otros fandoms, quién sabe), lo haré. Me pueden encontrar como luckilyan (no sé poner enlaces, jaja).

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Palmadita

—¿Cómo vas con la chica que te gusta?

Pat giró su cabeza en dirección a Claire, quien tenía una sonrisa burlona en su rostro. Pat inmediatamente miró a donde Pran se encontró, en la cabina de sonido. Estaba charlando alegremente con Anne, una alumna de la clase tres que había estado ayudando a Pran. Ella era una chica linda, y está segura de que, en algún momento, Pat le dijo a Claire que tal vez la invitaría a salir.

Anne dijo algo que hizo reír a Pran tan profundo que sus hoyuelos se marcaron. Pat sonrió inconscientemente cuando vio eso. Estos días, Pran estaba tan estresado por lo ocurrido y, siendo el único que recordaba el fin de semana, también estaba paranoico; así que Pat estaba realmente feliz de que pudiera relajarse, aunque fuera un poco en el club.

—¿Entonces?

Pat se encogió de hombros.

—No habló con ella, en realidad.

Claire alzó una ceja.

—Entonces será mejor que te apresures. Anne me ha dicho que realmente quiere hablar contigo, creo que realmente tendrás una oportunidad si lo intentas.

Pat asintió sin decir nada. Estaban ensayando para su próxima obra, ahora que los exámenes habían pasado y tenían más tiempo libre. Claire y él eran, como era de esperarse, los protagonistas de esta nueva obra. La historia era la de Hansel y Gretel, así que Pat y Claire interpretaban a los hermanos. Era divertido, ensayar con ella y divertirse interpretando los sentimientos del otro; de alguna manera, sus podrían hacer que entablar un vínculo entre ellos fuera más fácil.

—Supongo que sí —dijo—. No estoy seguro de querer una relación ahora mismo, sin embargo.

Claire sacudió la cabeza, sonriendo con esa expresión que indicaba que ella sabía algo que él no. Pat ignorarla por su propio bien; ya tenía demasiadas cosas en su plato para todavía pensar en lo que sea que Claire quisiera decirle.

—¿Eso significa que le puedo comentar a Boss? Creo que también le gusta Anne.

Pat volvió a asentir.

—Claro, no veo por qué no.

—Oh, pero mira —comentó, y ahora Pat estaba empezando a pensar dos cosas: Claire quería bromear con él o no quería practicar sus líneas—: Pran también se ve feliz con ella. ¿Crees que le gusta?

Pat frunció el ceño, incómodo, y nuevamente miró en dirección a la cabina de sonido. Pran, de hecho, estaba divirtiéndose mucho al platicar con Anne. Si bien Pat se sintió feliz porque Pran se estaba divirtiendo, el comentario de Claire le hizo pensar en que quizá ella se estaba enfocando en una cuestión diferente a la realidad. Sinceramente, no creía que a Pran le gustara Anne, aunque eso no descartaba que le gustara otra persona dentro del club.

—No lo creo.

—¿Oh?

—Creo que Anne no es del tipo de Pran.

—¿Conoces el tipo de Pran? ¿Lo has visto salir con alguien antes?

Pat frunció los labios.

—Bueno, no. Pero conozco sus enamoramientos. Anne es tímida, Pran es tímido. Simplemente no funcionaría.

Claire se rió. Había algo en su risa que irritó a Pat, pero no estaba seguro de por qué. Sacudió sus pensamientos y la obligó a volver al guion, ganándose otra risa de su parte. Mientras Claire declamaba y actuaba con facilidad, Pat no pudo evitar que de nuevo sus ojos fueran a la cabina. Anne ya no estaba ahí, solo Pran, y lucía igual de feliz como hace cinco minutos. Pat sacudió la cabeza para concentrarse de nuevo en el guion.

Al término del club, Pat y Claire tuvieron que quedarse un tiempo extra porque tenían que probarse los vestuarios prototipos que los encargados de vestuario empezarían a confeccionar pronto. Pat vio llegar a Wai, quien saludó en general y después secuestró a Pran para llevárselo a, probablemente, su caminata semanal.

Como los encargados ya tenían sus medidas, en general tenían los patrones hechos y solo se aseguraban de que sí fueran de su talla. Claire y Pat no podían decirse amigos cercanos, pero pasar tanto tiempo juntos en las obras ciertamente los había obligado a hablar y, de hecho, Pat descubrió que le encantaba hablar con Claire.

—Y me dicen que podría audicionar, es solo que no creo que sea el momento de hacerlo.

—¿Por qué no? Eres talentosa, en estos momentos no hay tanta presión por parte de la escuela tampoco —ejem, además del hecho de que casi los mataban—. Y tu padre tampoco está en contra. En realidad, no ve ningún impedimento.

Claire se quedó callada de repente. Pat intentó no presionar. Si bien no estaba utilizando su potencial, sabía que no era que Claire no quisiera decirlo, sino que no encontraba las palabras o no quería que los alumnos normales escucharan. Efectivamente, cuando terminaron y salieron del auditorio, Claire suspiró como si hubiera aguantado aire toda su vida.

—Es Punn.

Pat frunció las cejas.

—¿Punn está en contra?

Si bien no era tan cercano a Punn como lo era a Claire, Pat sabía lo enamorado que él estaba de ella. Punn era una persona altamente sensata que apoyaba los hobbies de su novia, que siempre deseaba lo mejor para ella, y no lo creía capaz de evitar que Claire debutara como actriz de televisión solo porque sí.

—No, no es eso. Tampoco le he dicho, pero sé que me dirá que lo intente.

—¿Entonces?

—Si acepto la audición y la paso, significa que estaré muy ocupada. No tendré suficiente tiempo para estar con él.

Ahora, si eso fuera dicho por otra chica, Pat pensaría que era por la fase de luna de miel. No querer estar separado de tu pareja era normal, sobre todo si recién empezaban a salir y estaban tan enamorados como claramente Punn y Claire lo estaban; pero él sabía que Claire, aunque increíblemente romántica, no dejaría su vida de lado solo por pasar tiempo por su novio. Si no quería dejar a Punn solo, debía ser por algo realmente importante y grave.

Y probablemente tenía que ver con el potencial de Punn.

Claire no le había dicho nada, mucho menos Punn o el profesor Pom. Pero Pat no era tonto y tenía un potencial muy útil. Cuando Punn se encontraba abrumado por su potencial, en la época de la competencia interescolar, Pat supo que había más de una persona en la psique de Punn. Alguien que era extremadamente paranoico, alguien que quería mantener la calma y no podía, alguien terriblemente iracundo, y otras personas que tenían miedo. Entonces, era fácil para Pat decir que el TID de Punn era alguna consecuencia o efecto secundario de su potencial, aunque no entendía muy bien por qué. El potencial de Punn, sin embargo, era de temer.

—¿Te preocupa que se salga de control si no estás?

Ella ni siquiera actuó sorprendida de que él lo supiera. Era obvio, a su parecer. Le dio una pequeña sonrisa.

—No es consejo —continuó—, pero creo que deberías hacerlo. Tanto decirle a Punn como ir a la audición. Si no lo haces y se entera, es posible que la estabilidad que quieres que tenga se rompa. Se sentirá culpable y luego tú te sentirás culpable.

Se quedó callado un momento.

—Por ejemplo —dijo—. Una vez, cuando éramos niños, Pran se la pierna el brazo cayendo de un árbol de su jardín. Estuvo con yeso durante todo un mes.

Sonrió al recordar cómo había estado tan celoso de que todos fueran a firmar el yeso que incluso consideró romperse un brazo él mismo. Luego Pang le preguntó si quería firmar el yeso de su hermano y se enojó más porque sabía que no podía simplemente ir y escribir su nombre ahí, a lo que Pang resolvió cuando le dijo que solo dibujara algo y no pusiera su nombre. Al final, dibujó un corazón con una cara sonriente.

—En ese entonces, mi padre me presionaba mucho para competir contra Pran. Pero, en realidad, no le importaba si yo me metía a alguna actividad que no lo incluyera; él quería que yo fuera el mejor sí, pero como que estaba un poco obsesionado con ver a Pran perder.

—Cruel. Un adulto cruel.

—Y que lo digas. El caso es, Pran y yo queríamos entrar al equipo de futbol ese año. Habíamos estado entrenando duro, porque los profesores habían dicho que los dos no podíamos permanecer en el mismo equipo o haríamos que perdieran. Entonces, cuando se rompió la pierna, obviamente no pudo entrar al equipo y yo terminé quedándome. Pero pensé que Pran se enojaría por eso, porque gané injustamente.

Pat y Pran siempre habían competido entre ellos, pero nunca habían hecho trampa, no de verdad, aunque se acusaran de ello. Hubo veces en las que era obvio quién ganaría, pero nunca hubo algo que hicieran deliberadamente para que el otro ganara.

—Eso era ridículo, pero también se sentía mal.

—¿Es así?

—Ajá. Aunque fueron las circunstancias y no mi culpa, pensé que Pran merecía la oportunidad igual que yo, quería competir con él justamente. Si me quedaba en el equipo, entonces Pran ya no tendría la oportunidad de hacer las pruebas. Entonces dejé el equipo. Y ya te imaginarás lo que sucedió.

Claire rió y asintió.

—Lo sospecho.

Pran se había enojado con él. Le reclamó en el salón de clases, medio peleando, preguntándole a Pat si se sentía superior por no aceptar el puesto aun cuando era el único candidato. Solo más tarde esa noche, cuando habló por los teléfonos de lata con Pang, se enteró que Pran se sentía culpable y por eso se había enojado: se sentía mal porque creía que Pat había dejado el equipo por su culpa. Pang entonces le dijo a Pat que Pran quería que Pat aceptara el lugar porque se lo merecía, que incluso si Pran no se hubiera lastimado, habría sido Pat quien quedara en el equipo porque era el más atlético de los dos.

—Si te detienes por Punn —continuó Pat—, es posible que él no se enoje, pero que sienta que te está limitando. No creo que eso sea bueno para ninguno de los dos, Claire.

Ella le agradeció el consejo. Estaban en medio del pasillo, y Pat alcanzó a ver que Punn ya estaba ahí, esperando a Claire. Decidió que iría a dar una vuelta antes de regresar a los dormitorios, así que comenzó a despedirse de ella.

—Oh, Pat —llamó—. Realmente te agradezco por el consejo. Quisiera regresártelo.

—No hay necesidad, Claire…

—Es algo rápido. Pat, eres muy bueno notando los sentimientos de otras personas, pero creo que eres malo descubriendo los tuyos. Deberías pensar en eso un poco, ¿vale? —Claire le guiñó un ojo y se dio media vuelta, dirigiéndose hacia Punn con paso seguro y constante.

Y Pat solo pudo pensar una cosa:

¿Qué quiso decir?


Claire

—Estás bromeando.

Negó con la cabeza.

—¿En serio? Porque estoy segura de que cualquiera pensaría lo mismo que yo en esta situación.

Claire se encontraba en una reunión de chicas. No le gustaba admitirlo, pero después del fiasco de la obra de teatro, Claire tuvo que aceptar que no tenía amigas. Seguro, en su anterior escuela tuvo algunas, pero ellas estaban en otras escuelas y casi no se comunicaban, y ahora Korn era el único amigo cercano que le quedaba de su vida anterior. Si bien tenía a Punn y ahora parecía que también a Pat, realmente necesitaba un poco de energía femenina.

Ahora, tal vez había un poco de hipocresía ahí. En la clase uno había varias chicas a las cuales nunca les habló; incluso pensó, durante un buen tiempo, que Namtaan era aburrida y simplona, con una historia trágica que solo funcionaba para llamar la atención y autocompadecerse. También había pensado que no se llevaría bien con Mon porque simplemente no parecían tener los mismos intereses.

Sin embargo, con la llegada de Ink, quien se mezcló naturalmente en todo el grupo, Claire llegó a comprender que solo era prejuicio y ella siendo tonta. Ink era una burbuja social, más de lo que cualquiera en la clase Gifted podría llegar a serlo. Le agradó a todo el mundo, y, aunque eso la hubiera irritado en el pasado, no queriendo que nadie más llamara la atención, la verdad es que no había tenido ningún tipo de sentimiento hostil en contra de ella.

Un par de semanas después de su llegada, y esta era la tercera reunión de chicas que tenían las únicas cuatro alumnas de la decimoquinta clase Gifted.

—Espera, ¿entonces no están saliendo?

Claire miró con diversión a las dos chicas. Namtaan suspiró y negó con diversión, tomando un poco más de queso crema para sus galletas. Ink parecía confundida, y Mon estaba genuinamente sorprendida e incluso parecía un poco traicionada.

—Bueno, tiene sentido que Ink no lo supiera —comentó Namtaan—, ¿pero tú, Mon? Llevamos medio semestre con ellos. No puedo creer que no lo supieras.

Mon se encogió de hombros.

—En mi defensa, hablo más con Pang que con Pran, y tampoco es que hable mucho con Pang de todos modos.

Namtaan asintió.

—Bueno, sí, tienes razón. También pensé que estaban saliendo al principio, y luego Pang me dijo que no, que solo son amigos.

Ink frunció las cejas.

—¿Y tú, Claire? ¿Lo sabías desde el principio?

Les dedicó una pequeña sonrisa.

—Me gustaría decir que sí, pero no. Hasta que Pat comenzó a decirme que le gustaba esta chica, Anne, yo seguía pensando que estaban juntos. Imagina mi sorpresa cuando le pregunté si su novio no se enfadaría de que le gustara otra chica, y él me dijo que no tenía pareja.

Se quedaron calladas por un segundo.

—Pero definitivamente se gustan —dijo Mon.

—Oh, sí. Están más que enamorados —confirmó Claire—. Es casi empalagoso lo rosa que se ve Pat cuando ve o habla de Pran. Justo ayer estábamos hablando en el teatro y me di cuenta de una cosa.

—¿Qué?

—Pat es terriblemente inconsciente de sus sentimientos.

—Es decir, ¿tiene inteligencia interpersonal pero no intrapersonal?

Mon hizo la pregunta como broma, pero la puso a pensar. Realmente no creía que Pat no se conociera a sí mismo. Incluso si no lo hiciera, debería haber notado los sentimientos de Pran por él desde hace tiempo, al menos desde que descubrió su potencial. Claire estaba confundida e interesada en ese pensamiento. Ella misma recordaba, cuando estaba entrenando con el profesor Pom, repetidas veces se confundía con algunos sentimientos o emociones. El profesor Pom fue paciente con ella, hasta que llegó el momento de un color que ella no podía identificar del todo.

—Tal vez los siente —murmuró—, solo que no sabe que son de amor.

Eso tenía todo el sentido del mundo. Pat debía estar tan acostumbrado a esos sentimientos que probablemente no los identificaba bien. O ya no los percibía igual. De hecho, si iba por el camino correcto, incluso los sentimientos de Pran no los reconocía porque…


—Calma, felicidad, algo así como… vitalidad. Como si tenerlo en mi vista automáticamente hiciera el día más brillante. Ya sabes, es así todo el tiempo, obviamente es porque somos mejores amigos.

Claire casi se golpeó la cara con las palmas de la mano, pero afortunadamente tenía a Punn sosteniéndola. Fue una suerte también que Punn se riera, porque Claire se estaba frustrando un poco.

—¿Todos los días?

—Sí. Bueno, cada vez que lo veo. Es natural, ¿no? ¿No te sientes como revitalizada cuando hablas con tus amigos?

Sí, Claire adoraba hablar con sus amigos, pero definitivamente había una diferencia gigante entre lo que sus amigos la hacían sentir y lo que Punn la hacía sentir. Lo peor de todo era que Pat no estaba en una etapa temprana de enamoramiento. No sentía mariposas en el estómago, no se sentía nervioso si hablaba con o de Pran, y no suspiraba soñadoramente. No, Pat había pasado por esa etapa hacía mucho tiempo, y ahora parecía estar en esa etapa de amor.

Y por eso no lo sabía, seguramente. A Pat le gustaban personas. Le parecían bonitas o atractivas; a Claire y a Punn también les gustaban personas. Pero Pat pensaba que eso era enamorarse de ellas, o al menos gustarles de manera romántica. Sin embargo, y por lo que había compartido con ella sobre su más reciente crush, Anne, realmente solo era eso, verla bonita. Ni siquiera lo pensó más profundo, y, después de soltar un “Quizá la invite a salir algún día”, olvidó completamente que Anne existía hasta que Claire le preguntó por ella.

Suspiró con frustración.

—Por cierto, ¿por qué me preguntas esto?

—Oh, es solo parte de una investigación —mintió rápidamente, segura de que Pat confiaba lo suficiente en ella como para no intentar usar su potencial en ese instante—. Estoy evaluando las diferentes formas de amor y tratando de describir si son diferentes colores.

Lo eran. El amor fraternal era menos rosa y más azulado, el amor filial era casi blanco, entre otros. Técnicamente no era una mentira, es solo que era complicado pasar de emociones a sentimientos en menos de dos meses. La excusa le sirvió, sin embargo, porque Pat asintió.

—Ah, claro. Bueno, si necesitas el amor de hermanos, les puedo decir a Pran y Pang que te ayuden. Nunca vi a unos gemelos tan unidos como ellos, excepto quizá a Jack y Jo.

—Eso sería genial. Así podría comparar cómo se ven respecto a Jack y Jo.

Pat sonrió y asintió, para luego despedirse e irse rápidamente.

Claire miró a Punn.

—Rosa. Enteramente rosa.

Punn tocó su mejilla.

—Me lo imaginaba. Pero, ¿por qué estás tan preocupada por la vida amorosa de Pat?

—¿No lo sabes? Van a volver locos a todos. Ink y Mon estaban realmente sorprendidas cuando se enteraron de que no estaban saliendo. Estoy segura de que eso será un problema para nosotros a largo plazo.

Punn le sonrió.

—¿Y…?

—Y Pat me ayudó un poquito. Quisiera regresárselo.


La siguiente parada en su intento por ayudar a Pat (y de paso fisgonear en su vida) no fue quien alguien esperaría en primer lugar. Punn, especialmente, había sugerido buscar a Pang para preguntarle sobre la situación de su hermano y Pat, pero Claire había notado lo tenso que se encontraba el pobre chico y no quería presionarlo más. Además, era probable que Pang tuviera sus propios asuntos amorosos sin arreglar como para querer meterse en los de su gemelo. Claire era hija única, pero presentía que ese sería su sentir si tuviera una hermana o algo así. De cualquier manera, cuando ese fin de semana se preparó porque, al final, sí iría a la audición, encontró un dato interesante sobre la ubicación del edificio donde sería la misma.

Estaba a exactamente dos cuadras de las casas de Pat y Pran.

Era sábado por la mañana. Su audición inició a las nueve y terminó bastante rápido. Ella sabía que era muy probable que fuera elegida, por lo que no estaba preocupada. Había pedido un par de horas extras para estar afuera, sabiendo que tenía que hacer otras cosas. El conductor que la llevó era de su padre, así que en realidad no tenía vigilancia de la escuela y era algo que agradecía muchísimo. Cuando el auto se detuvo enfrente de dos casas llamativas y bonitas, Claire pensó que las familias de esos dos tenían buen gusto, después de todo.

Tampoco fue difícil saber cuál era la casa de Pat. Eso fue porque vio que una niña salía de la entrada con una paleta de hielo en su mano. Claire se apresuró a bajarse del auto para acercarse a la niña. Era delgada, bajita, y usaba unas enormes gafas que le cubrían la mitad de la cara y la hacían verse adorable.

—Ey, disculpa, ¿eres… Nong Paa Jindapat?

La niña retrocedió por un segundo antes de notar el uniforme que Claire había utilizado a propósito. Luego ella asintió.

—Soy ella. ¿Se te ofrece algo, Phi?

Claire asintió, ofreciéndole una sonrisa cordial. El aura de Paa era amarilla, no estaba nerviosa, sino confiada, y parecía alegre. Sirviéndose de eso, continuó.

—Soy compañera de Pat, tanto de la clase uno como del programa Gifted. Me llamo Claire. Escucha, tu hermano me ayudó mucho la otra vez y quisiera regresarle el favor, es solo que no sé exactamente cómo. Y una vez me habló de ti, así que asumí que serías la persona ideal para preguntarte esto, ya que si lo hago a Pran o Pang puede que Pat se entere, y quiero que sea una sorpresa.

Paa pareció entender de inmediato. Claire aprovechó que hacía calor para comprarle otro helado a Paa y seguir su charla. Mientras escuchaba a la niña, se preguntó si todo ese trabajo de detective era innecesario, y tal vez lo era, pero ella adoraba el drama.


—¡¿Pran y Pat no están saliendo?!

Tan rápido como las palabras salieron de la boca de Wai, la mano de Mon se dirigió a la misma para sellarla. Hacía rato que había regresado a Ritdha, y se encontró con la dura tarea de averiguar cómo se veía la relación de Pran y Pat a los ojos de los demás, porque ahora no sabía si eran solo ellas las intuitivas o si era toda la clase.

Entonces, Mo llegó con Wai y ella comenzó a hablar con Mon sobre cómo Pat era tan despistado que seguía sin darse cuenta de sus sentimientos por Pran, solo para observar la reacción de Wai.

—¡Silencio! Dios, eres ruidoso.

—Pero… ¿cómo es posible?

—Eres amigo de Pran, ¿no te habías dado cuenta? —preguntó Mon.

—Pues no —respondió Wai—. Simplemente asumí que estaban saliendo y no le pregunté. Siempre le pido consejos para que pueda… es decir, hablamos sobre varias cosas. Nunca ha negado estar saliendo con Ai’Pat.

Claire chasqueó los labios.

—¿Y se lo has dicho? Algo como insinuar que tiene novio o ese tipo de cosas.

—¡Lo hice! De nuevo, nunca negó nada. Tampoco me dijo que estaba soltero. Wow, realmente he vivido una mentira durante meses.

—¿Por qué has vivido en una mentira durante meses?

Las dos personas que se unieron a ellos eran Korn (clase cuatro) y Ohm. Estaban compartiendo un bocadillo de algas nori y parecían muy curiosos ante lo que dijo Wai.

—Oh, es solo que pensé que Ai’Pran y Ai’Pat eran novios.

Korn dejó su alga a medio camino de la boca de Ohm para mirar a Wai fijamente.

—¿Y no lo son?

—¡No!

Ohm y Korn compartieron miradas antes de que Ohm mordiera el bocadillo de la mano de Korn.

—Entonces, ¿eso nos hace la segunda pareja de la clase? ¡Genial!

Wai tosió.

—¿Ustedes están juntos?

Ohm se encogió de hombros.

—Bueno, sí —respondió Korn por él.

—¿Desde cuándo? —preguntó Mon.

—Desde el fin de semana que nos encontramos en la playa —Ohm habló con la boca llena—. Si lo piensas, fue raro eso.

—¿Ese fin de semana? Pero si estuve con ustedes todo el tiempo…

Nuevamente, ambos se encogieron de hombros. Claire rodó los ojos, aburriéndose un poco. Después de unos segundos, los ojos de Wai se ampliaron cómicamente, y lucía repentinamente preocupado.

—¡Ah, es cierto! —exclamó—. Tenía que reunirme con Pran esta tarde. ¿Alguien sabe dónde puedo encontrar a Ink? Se supone que iría con ella primero y luego con Pran.

Mon asintió.

—Está con Korn en la sala del club de fotografía. Creo que iban a revelar algunas fotos que tomó Korn ese fin de semana.

Wai asintió. Se despidió de ellos y luego salió corriendo, desapareciendo rápidamente de su vista. Claire volvió a ver a Mon y le preguntó:

—¿Korn tomó fotografías de la playa?

Mon negó rápidamente, adoptando un tono más íntimo.

—No, de la gente. Dijo que había cosas extrañas durante la noche, así que les tomó fotografía. Pero apenas las van a revelar.

Ella asintió.

—Al final no dijiste si realmente los estuvieron siguiendo.

—Oh. Bueno, no me di cuenta enseguida, creo que fue Jack el que los vio. Pero no los volvimos a ver. Todo fue bastante normal, en realidad.

Mon asintió.

—Bueno, será mejor que te mantengas alerta. Pang me dijo que los vigilaron todo el tiempo a ellos.

Al terminar de hablar con Mon y regresar a su propio dormitorio, Claire se encontraba un poco frustrada. La charla con Paa había ido bien, pero en realidad no había obtenido nueva información. En general, Paa le había dicho que Pat y Pran se la pasaban peleando y reconciliándose, y que Pat había tenido una novia a los doce, pero que solo duraron una semana. A Pran no le vio pareja nunca. Y era más o menos igual de despistada que su hermano, porque Paa no sospechaba para nada que a Pat le gustaba Pran, o viceversa.

Con su plan fallido, ella realmente tendría que buscar a Pang, y no quería, de alguna manera, hacerlo. Pero si quería regresarle a Pat su amabilidad (y, ejem, hacer de cupido), tenía que ayudarlo a darse cuenta de sus sentimientos. Pat era valiente, Claire sospechaba que, una vez que se enterara, actuaría con rapidez.

Y tal vez podría concentrarse en cosas más importantes.


Esta vez, la reacción de la persona no fue de sorpresa, sino un suspiro de frustración.

—En este mundo, hay pocas personas que no lo saben. A este punto, también estoy sorprendido de que no sean pareja ya.

—Entonces sabes que se gustan.

Pang rodó los ojos.

—¿Gustarse? Estoy seguro de que ellos dos se aman —rió—. Es decir, ¿has visto cómo reacciona Pat cuando alguien se acerca a P’Pran? Sí, no quisiera esa mirada en mi dirección.

Claire en realidad no había visto esa mirada en Pat. Le costaba creer que un Golden Retriever como él tuviera alguna mirada de muerte, pero Pang tenía una cara seria y parecía haber sentido escalofríos. Pang, que usualmente hacía el tonto, y que últimamente se estaba volviendo mucho más sombrío.

—¿Qué hay de Pran?

Pang la miró fijamente, antes de suspirar.

—Bueno, si de todos modos lo ves, es imposible que te lo oculte, ¿verdad?

—Solo quiero confirmarlo.

—Creo que Phi ha estado enamorado de Pat desde que tenemos memoria. No recuerdo un momento en el que él no lo estuviera, honestamente.

Claire soltó aire.

Si esos dos claramente se amaban, ¿por qué no hacían nada al respecto?


Pat

Las fotografías que Korn e Ink tomaron eran claras y preciosas. A primera vista, no parecía nada extraño, hasta que, claro, Namtaan notó a la misma persona en el fondo de cada una. Aunque claramente las habían tomado con esa intención, ninguno de los dos podía haber visto el punto exacto donde la persona que buscaban se encontraba; Namtaan fue una genio en eso.

Pran observó fijamente la silueta, con el ceño fruncido y los labios apretados. Pat quería suavizar la arruga de su entrecejo, pero solo pudo darle un apretón en los hombros para intentar ayudarlo a relajarse. Pran le dedicó una pequeña sonrisa que hizo que de repente se sintiera sin aliento.

—¿Entonces? —Pang preguntó, sentado enfrente de ellos.

Pran negó.

—No, es imposible para mí reconocerlo así.

—Pero dado el patrón, podríamos deducir que también era uno de ellos —dijo Namtaan—. Aunque tampoco lo puedo reconocer, no me sorprendería que hubiera estado en la situación de P’Chanon, o de los otros estudiantes.

Wave chasqueó la lengua.

—Bien, es uno de los hombres del director, y estuvo vigilándolos también. Digamos que envió espías con cada uno de los grupos. ¿Para qué hacerlo?

—Claire me dijo que a ellos no los siguieron de nuevo —intervino Mon—. ¿No es extraño? A nosotros nos vigiló desde afuera del hotel, a ustedes los siguieron en ese tour, ¿pero a ellos los dejaron en paz?

—Tal vez no eran lo suficientemente interesantes —murmuró Ohm, a lo que Korn y Wai rieron.

—¿Qué hay de ustedes tres? —preguntó Ink de repente—. ¿Algo extraño?

Ohm negó.

—No, además de la falta de señal. Nada raro.

—No es cierto —dijo Wai—. Hubo un momento donde nos separamos. No supe nada de ustedes por horas, y luego volvieron como si nada.

Las orejas de Korn se pusieron rojas y Ohm carraspeó.

—Eh, estábamos… por ahí.

Pang frunció las cejas.

—¿Por ahí? ¿Paseando?

—Ajá… Paseamos durante un rato.

—Pero ahora que lo dices —interrumpió Korn—, ¿no fue extraño? El paseo.

Ohm se lamió los labios.

—Lo fue, sí.

—¿Qué fue lo raro? —preguntó Pran.

—Encontré a un vendedor callejero que me dijo dónde encontrar actividades divertidas —comenzó Ohm—. Entonces me encontré con Korn y fuimos juntos. Es solo que…

—Parecía que el vendedor nos estaba acosando. Siguió apareciendo a dondequiera que íbamos, y siguió molestando a Ohm para que comprara un jugo o algo así.

—Un licuado. A media tarde, ¿quién bebe licuado a media tarde?

—Concéntrense, ustedes dos. Pang —llamó Namtaan.

—¿Sí?

—¿Crees que deberíamos averiguar más?

Pang miró a su hermano a los ojos. Se estaban comunicando de esa manera que podría parecerse a la telepatía. Después de que Pran sacudiera la cabeza, Pang habló:

—Tal vez. Pero no ahora. Acaba de pasar lo de Ai’Korn y Pat —los miró. Korn, especialmente, parecía vulnerable—. No quisiera arriesgarme tan pronto. ¿Qué más podría hacer si intentamos seguirlo?

—Entonces, ¿qué hacemos? No podemos simplemente dejarlo.

Wave alzó la voz, tomando el brazo de Pang cuando este se levantó. Pat no creía que fuera a marcharse, pero agradeció un poco el gesto de Wave. Pang se quedó callado por unos segundos, la vista fija en el rostro de Wave.

—No lo dejamos. Solo esperamos. A ver qué quiere.

—Pang…

—Estoy de acuerdo con él —interrumpió Ink de repente—. Incluso si el director le está haciendo daño a los alumnos, ahora mismo no hay mucho que podamos hacer. La idea de P’Chanon de exponerlo salió mal por alguna razón, pero hasta que sepamos por qué, no podemos poner en marcha ningún mal. Saldría mal, o peor, que lo que P’Chanon intentó.

Pat no pudo evitar estar de acuerdo con ella. Miró alrededor, y pudo ver expresiones que sugerían que los demás también pensaban algo similar.

—Pero no vamos a quedarnos sin hacer nada —insistió Namtaan—. Durante este tiempo, estemos alerta, vigilemos cualquier irregularidad. Desarrollar lo mejor posible nuestros potenciales ayudará, estoy segura.

Todos asintieron.

—Es muy peligroso —dijo Korn, acomodándose sus gafas—. No sé si quiero ser parte de esto.

¿Para ser honestos? Pat tampoco.


Pran se acomodó en la cama junto a él. Nong Nao actuando como una barrera entre ellos dos, pero Pat se apresuró a quitarlo de ahí y colocarlo en sus brazos. Ahora estaba mirando directamente al perfil de Pran, quien lucía medio pensativo y seguía con ese ceño.

—Señor Pran —comenzó—, es hora de dormir. ¿Qué lo estresa tanto?

Pran suspiró.

—Es Pang.

—¿Sucede algo con él? —se enderezó, más serio ahora. Pran giró la cabeza para darle una mirada extraña—. ¿Qué es?

—Creo que el director quiere algo de él. No sé qué, exactamente, pero… algo así.

—¿De qué hablas?

—Pang sospechaba que el director conoce su potencial. Yo pude confirmarlo el fin de semana que… desapareciste. El director lo conoce, de alguna manera.

Pat supo de inmediato que algo andaba mal.

—¿Qué más?

—Si el director quiere hacerles daño a los alumnos, y si no quiere ser descubierto, ¿podría usar a Pang para eso?

—Pran…

—Mi hermano puede controlar la voluntad de los otros. Lo que sea que esté planeando el director no es bueno, e incluye el uso no ético de los estudiantes. Él ya utilizó el potencial del profesor Pom también. ¿Te imaginas si logra obtener a Pang de alguna manera?

Pat negó con la cabeza, sintiendo el impulso de abrazar a Pran. Apenas se contuvo.

—No va a pasar. Pang es muy listo, no va a dejarse influenciar por el director fácilmente. Además, nos tiene a nosotros. Pang no estará en peligro.

Pran lo miró a los ojos.

—Si intenta algo, primero tendría que pasar por nosotros. Y la tía Dissaya, y ya sabes que ella no deja que nadie los toque a ustedes dos. El director Supot será parte de su guiso picante antes de que siquiera piense en utilizar a Pang.

La pequeña risa que surgió de Pran lo hizo sentir extremadamente orgulloso. La necesidad de abrazarlo no disminuyó, pero ahora al menos sintió alivio al ver que había podido calmarlo, aunque sea un poco. Su corazón dio un salto y comenzó a latir mucho más rápido al ver los ojos brillantes de Pran.

—Ahí está. Lakyim y yo no dejaremos que nada le suceda a nuestro hermano pequeño.

—¿Quién es tu hermano pequeño?

—Pang, por supuesto. Es menor que yo.

—Yo también soy menor que tú —señaló.

—Tienes razón. Entonces, Nong Pran, hazle caso a tu hermano mayor y duerme tranquilo. Si tu horario de sueño se estropea hoy, me echarás toda la culpa mañana.

Pran se estremeció.

—Tú siendo responsable me da escalofríos.

—Te gusto así.

La boca de Pran se abrió en una especie de jadeo casi inaudible. Contento por su victoria en esa extraña discusión, Pat sonrió triunfante, pero no pudo evitar que sus ojos se posaran en los labios abiertos de su mejor amigo. Suaves, bonitos, rosas. Le hizo preguntarse qué se sentiría apachurrarlos con sus dedos o lamerlos, para confirmar si eran tan suaves como se veían.

—Buenas noches.

Pran se dio media vuelta y se cubrió con la sábana, dejando a Pat medio descubierto. Pat se quejó, pero no se movió de nuevo, y tampoco giró en la cama. De alguna manera recuperó su mitad de la sábana y se quedó mirando la nuca de Pran.

Cuando finalmente escuchó la respiración constante de Pran y supo que se había dormido, inhaló el aroma del otro y se relajó, cerrando los ojos para quedarse dormido.

Solo que no pudo, porque de repente sintió que algo frío lo recorría repentinamente, y su corazón pareció detenerse un segundo, poniéndolo alerta inmediatamente.

¿Acababa de pensar en besar a Pran?

¡Acababa de pensar en besar a Pran!

Notes:

Este viernes es mi última entrega de este semestre y estaré libre para continuar, así que calculo que el siguiente capítulo estará entre el 12-15 de junio.

Por cierto, ¿Ohm y Korn (Bad Buddy)? Sí, eso es solo porque volví a ver Slam Dance. No estoy segura de que ellos estén juntos a largo plazo en este fic, pero de verdad no me puedo quitar de la cabeza la escena del capítulo... ¿seis? Cuando están peleando en el gimnasio.

Ya estamos en el mes del orgullo, así que feliz mes a cada una de las personas miembros de la comunidad, estén en el closet o no. Siéntanse orgullosxs de quienes son y luchemos porque el mundo sea cada vez mejor para nosotrxs.

Chapter 13: Capítulo doce

Notes:

Cada vez siento que avanzo menos con la trama. No me importa, en realidad quería concentrarme más en el romance que en la trama por un rato, pero bueno...

Espero disfruten esto. Cualquier duda, teoría o comentario, no duden en escribirlo, ¡realmente me gusta leerles (incluso si no contesto todo)!

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Pang

—Pang…

—¿Uhm?

—¿Alguna vez quisiste besar a Nac?

Después de una pregunta como esa, lo usual sería que se atragantara incluso con su propia saliva. Es decir, si cualquier otra persona le preguntara a cualquier otra persona ese tipo de cosas, de manera repentina, la escena clásica sería esa, ¿no? Sin embargo, Pang no era cualquier persona y de hecho había estado esperando esta pregunta por más tiempo del que le gustaría admitir, sobre todo después de la charla que tuvo con Claire el día anterior.

—En absoluto.

La expresión de curiosidad de Pat decayó casi de inmediato.

—Oh.

—Acaso… —comenzó Pang, y vio que Pat se tensó—, ¿quieres besar a Nac?

La reacción inmediata fue muy graciosa. Pat alzó las manos y comenzó a divagar:

—¡No! ¡Es imposible que quisiera hacerlo! Quiero decir, sí, seguro Nac es algo atractivo, algunas chicas dicen que es guapo. Quiero decir, no es que yo lo encuentre guapo, y tampoco es que no encuentre a algunos chicos guapos, me han gustado algunos chicos en secundaria, pero no me gusta Nac. Es decir, me agrada, pero no de esa forma…

—Pat —interrumpió—, basta. Entendí tu punto, no pensaste en besar a Nac. Entonces, ¿pensaste en besar a alguien más? ¿Un amigo?

Con la boca cerrada, Pat dio un asentimiento.

—Creo que puede pasar —dijo Pang de repente—. Por distintas razones, terminas queriendo experimentar, o probar, o simplemente hay tensión ahí.

Pat comenzó a relajarse.

—O te gusta de ese amigo, por supuesto.

Y se tensó de nuevo.

—¿Gustar?

—Bueno, sí. Suele pasar.

—¿Te ha pasado?

Pang se encogió de hombros.

—Sí. Por ejemplo, con Namtaan, al principio del año escolar.

Pat asintió, mirando a lo lejos como si estuviera pensándolo.

—Aunque me gustó antes de que fuéramos amigos —reflexionó Pang—. Ahora no estoy seguro de que me siga gustando de esa manera.

—Ya veo…

—En fin, ¿por qué era que me preguntabas esto?

—Ah, pues…

—¡Oh, ahí estás!

Tan pronto como escucharon la voz, Pang vio que Pat volvía a tensarse y se rió en sus adentros. Conforme Pran se acercaba a ellos, parecía que Pat se encogía un poco más y miraba desesperadamente a todos lados menos a su hermano. Pang decidió no burlarse de su amigo, lo que probablemente sumó méritos a su vida.

—Phi, ¿qué sucede?

—Mamá llamó. Dijo que… ah, Pat, no te había visto.

Pat abrió la boca, seguramente para dar alguna excusa. Pang fue testigo de la primera vez en su vida que Napat Jindapat parecía acobardarse frente a Pran, y ni siquiera era por alguna competencia o algo como eso. No, Pat superó sus propias expectativas cuando sus orejas comenzaron a ponerse rojas y de repente dijo:

—Tengo que irme, Nong Nao tiene hambre.

Y se fue, dejando a Pran confundido y a Pang apretando los labios para aguantar la risa. Cuando Pat desapareció por el pasillo, Pran giró su cabeza y alzó una ceja.

—¿Nong Nao tiene hambre?

Pang se encogió de hombros.

—Créeme, Phi, no sé por qué dijo eso.

Pran sacudió la cabeza.

—Él ha estado raro desde esta mañana… No importa. Te decía que mamá llamó. Dijo que pediría permiso para celebrar nuestro cumpleaños.

Pang frunció el ceño.

—¿Nuestro cumpleaños?

—Sí. Dijo que lo haría y que te llamaría a ti para confirmar la fecha. Supongo que el director le dirá si tiene o no el permiso.

—Ajá.

—Solo mantente atento por si llama.

—Entiendo, Phi. Pero, ¿qué es eso que decías de Pat? ¿Ha estado raro? ¿De qué manera?

Pran se encogió de hombros y comenzaron a caminar. Algunos alumnos se encontraban ahí, por lo que Pran bajó la voz.

—Bueno, Pat nunca se despierta a tiempo; mi alarma suena a las seis en punto, pero él no se inmuta, así que prácticamente tengo que tirarlo de la cama para que se levante.

—Lo recuerdo —asintió Pang, nada sorprendido de que Pat se quedara a dormir con su hermano. Como le dijo a Claire, lo raro es que no estuvieran saliendo ya.

—Pero esta mañana me desperté y él ya se había ido. Pensé que tal vez tenía prisa, o algo así, porque dejó a Nong Nao tirado en el suelo.

—¿En serio?

—Ya sabes que adora esa muñeca, nunca la deja en otro lugar que no sea mi cama. En fin, después tuvimos clases y todo parecía normal hasta que fuimos a gimnasia. Estábamos en equipos diferentes, nos tacleamos por accidente, lo que no era raro, pero Pat parecía haberse quemado y termino cayéndose bastante fuerte.

Se sentaron en una pequeña banca. Pang veía cómo Pran batallaba para continuar su historia. Le dio un poco de tiempo, imaginándose también lo que Pat debió haber sentido si, como supuso Pang desde que comenzó a hablar con él, se dio cuenta de que le gustaba su hermano.

—Intenté ayudarlo, pero… no sé. Creo que no quería tocarme. Sucedió varias veces después de eso también.

—Ahora, alto ahí, Phi. Puedo escuchar los engranajes en tu cabeza desde aquí y me va a doler la mía. No creo que Pat no quiera tocarte.

Pang vio cómo su hermano estaba a punto de hundirse en esa espiral que lo hacía sobrepensar todo. Lo tomó por los hombros y comenzó a sacudirlo.

—Mejor considera esto: ¿no crees que esté asustado?

Pran alzó una ceja.

—¿Asustado? ¿Cómo? —luego se quedó callado un momento—. ¿Crees que es su potencial?

—No, no, Phi. No de eso. Asustado de sí mismo.

—¿Qué? ¿Por qué Pat estaría asustado de sí mismo? Eso no tiene sentido.

—Oh, vamos, ¿en serio quieres que te lo deletree?

—No entiendo, Pang.

—¿No crees que Pat está nervioso porque le gustas?

Pran se quedó callado. Pang comenzó una cuenta lenta.

Uno… dos… tres… cuatro… cinco…

—¡¿Estás loco?! —cuando alzó la voz, varios alumnos los miraron con curiosidad. Pran se disculpó y regresó a él, volviendo a bajar la voz—. ¿Por qué dirías eso?

Pang suspiró.

—Por favor, Phi. No soy estúpido. Ustedes dos siempre han estado en esa extraña dinámica, pero, ¿estos meses? Ustedes dos simplemente no pueden parar y están con esa cosa entre ustedes.

—“Esa cosa”.

—¡Coquetean, Phi! No me digas que no lo haces a propósito.

—Yo no coqueteo con Pat —objetó Pran—. Él es mi… mejor amigo. Nos portamos como mejores amigos.

—¿Oh, sí? Porque yo no recuerdo la última vez que me quedé a dormir casi tres meses seguidos en la cama de Nac, abrazándolo como a un koala.

—¡Pang!

—Tampoco recuerdo haber coqueteado con Nac en la playa solo porque me puse celoso de alguien más.

—¿A qué te refieres? —ahora, Pran parecía alarmado.

—¿El día del tour? Estabas prestándole demasiada atención a Wave, o eso es lo que pensé que Pat pensó. Te retó a esa competencia de aros solo porque mirabas a Wave. Phi, se puso celoso.

—Tonterías. Pat y yo siempre competimos.

—Phi…

—Deja de hablar sin sentido, Pang. No hay nada entre Pat y yo, y mucho menos ahora. Es más, no, déjame decirte algo, si hay alguien que se está portando raro últimamente, ese eres tú.

Con el repentino cambio de tema, Pang se quedó callado. Planeaba continuar con el asunto de Pat, pero ahora parecía que su hermano estaba a nada de comenzar a hiperventilar si siquiera se permitía pensar un poco el Pat, a pesar de que él fue el primero que sacó el tema. Rindiéndose, suspiró.

—¿Yo?

—¿Qué está pasando entre tú y Wave?

—¿Qué?

—Namtaan y Ohm vieron a Wave el otro día en la cafetería. Compró comida para dos personas y desapareció.

—¿Y eso qué tiene que ver conmigo? Probablemente la compró par algún amigo o algo así.

Pran resopló.

—No quiero sonar grosero, pero Wave no tiene amigos.

—¡Ey!

Pran alzó una ceja.

—Es decir, creo que se lleva bien con Ink.

—Ink estaba con Mon.

—Claire, entonces.

—Claire estaba conmigo y con Punn.

Agitó las manos.

—Bueno, tenía mucha hambre y se compró dos raciones. Sigo sin saber qué tiene que ver conmigo.

—Namtaan y Ohm intentaron contactarte. Te llamaron, pero decía que tu número estaba ocupado. Cuando vieron a Wave, estaba hablando con alguien. Al mismo tiempo.

Pran lo miraba fijamente y parecía estar señalándolo con el dedo. Ahora Pang realmente se arrepintió de aceptar el desvío de tema. Aunque tampoco sabía por qué rayos quería ocultar que comió con Wave.

—¿Entonces?

—Wai lo vio entrar a tu cuarto.

Vaya.

—¡De acuerdo! Almorcé con él. ¿Qué tiene? Somos amigos ahora.

Pran sonrió.

—Pensé que se odiaban.

—Es bastante irritante, sí. Lo aguanto, él me aguanta. Es nuestra relación ahora.

Su hermano suspiró.

—Pang —llamó suavemente—. Dijiste que nos detendríamos por un tiempo.

Pang se lamió los labios, nervioso.

—Wave quería exponernos —contó de repente, y la cara de Pran se transformó de inmediato—. Antes de que supiera lo de P’Chanon. Justo después del examen, solo que el director nos mandó de vacaciones antes.

—¿Qué?


Pran

Ahora el pasillo se había quedado prácticamente vacío, excepto por ellos dos y un par de alumnas que se encontraban jugando con sus manos.

—Estaba enojado por los resultados, pensó que era injusto. Me odiaba, odió la escuela, odió a todo el mundo. Pidió una computadora muy potente con el presupuesto del programa. Ya sabes, si pedimos algo que nos ayude a mejorar nuestro potencial, es fácil que nos lo den.

Pran asintió.

—Dijo que iba a usarla para exponernos a nosotros, solo por rencor. La computadora llegaría el lunes y él haría todo el miércoles, pero fuimos a la playa antes de eso. Cuando platicaste lo que pasó con el director y cuando descubrimos lo que pasó con P’Chanon, Wave supo que era una mala idea, por lo que al final no hizo nada.

—Mierda…

—Sí. No sé por qué me lo contó. Pero ahora él quiere averiguar qué pasó después de que te borraron la memoria. Él está seguro de que lo dejaron despierto más tiempo, que supo algo más, y quiere averiguarlo.

Pran asintió.

—También queremos saber qué más descubrió P’Chanon y por qué era tan importante, entre… otras cosas. Pero no quiero arriesgar a nadie más, Phi. Lo que pasó con Pat y Korn, aunque no puedo recordarlo, sé que fue horrible. Lo que pasó contigo y con Ink… Phi, ¿entiendes por qué no quería que supieras?

—¿Y por qué Wave sí?

Pang miró a otro lado.

—¿Nong?

—Tampoco estoy seguro. Solo sé que él puede estar conmigo en esto, no sé por qué.

Pran suspiró. Su hermano siempre era así. A pesar de que Pran era quien tenía más problemas con la expresión y reconocimiento de sus emociones, Pang no era tan diferente; al final, ambos fueron criados de la misma manera y eran gemelos. Pang era más expresivo con emociones fáciles: alegría, júbilo, y cuando actuaba como un mocoso; Pran era más reprimido (a veces). Pero ambos tendían a tener dificultades con cosas más profundas. Pran poniéndose triste, Pang enfureciéndose.

—¿Confías en él?

Era una pregunta genuina. Lo era porque Pran no confiaba en Wave. Desde el inicio, Wave fue la única persona que no mostró interés en formar parte del grupo, de la clase quince. Fue el único que hacía comentarios y actuaba para perjudicar a los otros con intención; fue el primero en odiar a Pang y llamarlo “sanguijuela” cuando lo vio con Nac, y, de no haber estado en la isla con ellos ese día, habría ejecutado su estúpido plan para exponerlos, quién sabe si lográndolo.

Además, se dejó convencer fácilmente por el director para entregarlo, a pesar de que Pran claramente estaba huyendo de algún peligro potencial, y eso no iba a olvidarlo fácilmente.

Pero si su hermanito comenzaba a confiar en él, Pran tendría dos opciones: vigilarlo para que, al primer movimiento sospechoso, pudiera atraparlo; o intentar darle el beneficio de la duda.

—Mn.

Pang asintió con la cabeza.

—Confío en él. —Luego, más seguro, miró a Pran a los ojos—. Confío en él. ¿Eso cambia algo, Phi?

Pran sabía que Pang estaba realmente preocupado por lo que fuera a decir. Le sonrió suavemente, sacudiendo su cabello como cuando eran más pequeños.

—Bien. Hagamos esto: tomaremos el descanso, como tú lo dijiste; no interferiré en tus planes, Nong, cualesquiera que sean. Pero, Pang —se tornó serio—, si vas a hacer algo arriesgado, quiero que me lo digas, así al menos sabré cómo cubrirte.


Pang

Por supuesto, no le dijo todo a Pran. Por ejemplo, no le dijo que Wave en realidad no planeaba exponerlos, sino solo asustarlos y demostrar una estúpida superioridad por las inseguridades que le causaron la escuela, el director y su maestra de secundaria. No le dijo tampoco que la razón por la que encontró un punto en común con Wave, quien odiaba todo y a todos, era por su propio odio reprimido. No le dijo que odiaba Ritdha, no le dijo que odiaba el sistema, y no le dijo que odiaba ser un alumno Gifted de esta escuela.

Tampoco le dijo que su acuerdo con Wave no llegó fácilmente, y que de hecho necesitaron algunos tirones de cabello y uno que otro golpe en zonas no visibles para finalmente poder sentarse a hablar como personas; o que fue Namtaan la que primero sospechó que Wave haría algo y eso hizo que Pang fuera a hablar con él.

Ahora Pran y Pang estaban a mano. Pran no conocía el trasfondo de sus planes y Pang no conocía lo que fuera que estaba ocultando de él. Se protegieron a su propia manera. Pang sabía que Pran no le dijo todo: ni lo que pasó el fin de semana, ni lo que realmente hizo el director, o algo más. Si bien Parakul era muy talentoso y un buen mentiroso, Pang era su gemelo, estuvieron juntos incluso antes de nacer y nunca se habían separado. Crecieron juntos, se criaron juntos y aprendieron a mentir juntos. Así como Pran debió darse cuenta de que Pang le estaba ocultando algo, Pang pudo saber que la historia que Pran contó no era del todo exacta. Quizá no todo era mentira, pero hubo un detalle, algo que podría parecer insignificante, pero que era importante.

Cuando entró al dormitorio de Wave, las luces estaban apagadas y las cortinas también se encontraban cerradas, dando un aire más o menos oscuro. Wave se encontraba en su cama con una lámpara de noche, sosteniendo un libro grueso entre sus manos. Parecía extremadamente concentrado, incluso sin haber escuchado a Pang abrir la puerta a pesar de que no tenía audífonos o algo similar.

Pang se sentó junto a él, alcanzando a leer el título.

—¿Mo Dao Zu Shi? No pareces el tipo de persona que lee romance.

Wave alzó una ceja y se acomodó, dejando la novela a un lado y encendiendo el resto de las luces.

—Y tú no pareces alguien que lea en absoluto. ¿Cómo conoces la novela?

Pang rió.

—Bueno, me atrapaste. P’Pran tiene todos los tomos y todas las historias en casa. Yo solo he leído el manhua.

Wave alzó una ceja.

—Como sea. Es una historia buena, es de mis favoritas.

Pang se encogió de hombros.

—Supongo. Demasiado trágica para mi gusto.

Wave sacudió la cabeza.

—Bueno, es interesante. Pelear una guerra a los diecisiete años no es algo que un adolescente debería estar haciendo, ¿verdad?

—¿Lo dices con ironía?

—Me identifico con un personaje —respondió Wave.

—Déjame adivinar: ¿Lan WangJi?

Wave sonrió.

—Sí, porque yo también tengo que lidiar con un montón de idiotas.

—Auch.

En el escritorio de Wave se encontraba la carpeta de Ink. Habían revisado nuevamente las ilustraciones, intentando encontrar algo más, pero no hubo nada más. Ese fin de semana, Ink hizo muchas ilustraciones, pero la mayoría solo eran de paisajes y de los alumnos; ninguna de ellas mostraba los rostros de los lacayos del director, y tampoco hubo nada sospechoso. Si Ink plasmó algo sobre el ataque a ella y a Pang, seguramente no lo puso en esa carpeta.

—Phi sabe lo que estamos haciendo.

Wave resopló.

—No le puedes ocultar nada, ¿eh?

—No mucho. No tendremos la telepatía de Jack y Jo, pero…

—Mn. Bueno, ¿entonces?

—¿Entonces?

—Pran. ¿Va a hacer algo?

Negó con la cabeza.

—No creo. Dijo que nos daría tiempo y, nos ayudará si estamos en problemas. Ahora mismo está lidiando con su potencial y parece que con asuntos de adolescente normal.

—“Asuntos de adolescente normal”. ¿Es eso algo que tenemos aquí?

—Es sobre él y Pat.

—Ah. ¿Pelearon?

—No.

—¿Hubo infidelidad? ¿Rompieron?

—Phi y Pat no están saliendo.

—¿Ah, no? Qué raro. Pensé que sí, eran demasiado para mis ojos. Todos chispeantes de amor en la playa, me dieron escalofríos.

—Sí, suelen causar esa impresión en la gente.

Se sentaron sin hacer nada más. Enfrente de ellos, arriba del escritorio, también se encontraba un pizarrón de corcho. Varias fotografías se encontraban ahí, como en un caso de detectives o algo así. Ambos miraron fijamente todas las fotos, ninguno de los dos avanzando en la conversación.

—¿Lo has pensado? —preguntó Wave de repente.

—¿Qué cosa?

—Cómo vamos a resolver esto. Son demasiadas cosas: averiguar qué están haciendo con los estudiantes, qué sucedió realmente con P’Chanon, por qué todos los que están relacionados con nosotros tuvieron una especie de reset, y cómo acabar el sistema escolar de Ritdha. Ni siquiera tenemos un plan específico.

Pang le dio una media sonrisa burlona y le dijo:

—¿Soy yo el que debe tener un plan? ¿Me estás dejando el liderazgo de esto, señor presidente de la clase?

Wave le lanzó una almohada.

—Olvídalo, no sé por qué acepté ayudar.

—Okay, okay. En realidad, no tengo un plan concreto —Wave adoptó una nueva postura mientras Pang lo decía—. El semestre termina en un mes y medio, tenemos el descanso de octubre… no sé qué vaya a suceder, pero al menos quiero tener un paso completo para cuando esta parte del año llegue a su fin.

—¿Qué es eso?

—El asunto que nos metió en esto en primer lugar: P’Chanon.


Pat

Él no era del tipo celoso.

En general, Pat era una persona que solía confiar en los demás con facilidad. No, no solo eso, sino que realmente era vulnerable, al punto en que las personas podrían aprovecharse de él. Con el tiempo, y ahora con su potencial, eso fue disminuyendo; conocer las intenciones y las emociones de los otros realmente ayudaron a su percepción de las personas y a calmar algunos miedos e inseguridades.

Entonces, Pat no era celoso… usualmente.

Mira, era completamente natural que de repente se sintiera un poco posesivo con las personas que él amaba. Por ejemplo, una vez, en jardín de niños, Paa consiguió una nueva amiga. Esta nueva amiga de Paa era de su año y grupo, por lo que en realidad era totalmente normal que se llevaran bien; Pat se alegró de que Paa tuviera una amiga, porque los primeros días de preescolar se la pasó pegada a él y él realmente ansiaba un poquito de libertad. Los primeros dos días fue genial, porque Pat pudo volver a su vida de recreo normal y jugar con sus amigos. El problema fue cuando Paa no dejó de hablar de esta amiga en ningún momento, diciendo que ella era la persona más genial que había conocido y que quería estar con ella todo el tiempo. Pat se había puesto celoso de la amiga de Paa y se la pasó todo el tiempo intentando actuar genial para que su hermana pequeña volviera a quererlo.

Esa no fue la única ocasión. A veces actuaba así con sus amigos más cercanos. Muchas veces se enfureció porque los amigos de Pran y Pang en la escuela podían estar cerca de ellos sin miedo a que sus padres los regañaran o los castigaran; quería pasar tiempo con los gemelos, tocarlos amistosamente como sus amigos, o simplemente poder charlar sin que la paranoia apareciera.

Sí, de repente había sentido celos. Pero, de alguna manera, esta vez se sentía diferente. Y ni siquiera podía evitar pensar en ello. Porque, de entre todas las cosas malas que podrían haber pasado ese día, Pat definitivamente no esperó esta.

Se encontraban, como casi siempre por algún tiempo, en el teatro. El escenario estaba repleto de escenografía sin acomodar, y Pat estaba descansando mientras Claire regresaba de vestirse. Este sería el primer ensayo con el vestuario, lo que significaba que la obra estaba a nada de presentarse enfrente de toda la escuela. Todos los departamentos del club de teatro estaban apurados, afinando detalles. Pat apenas podía seguir con sus ojos a todas las personas moviéndose de un lado para otro.

Entonces su mirada se detuvo en el escenario. Pran se encontraba arriba de una escalera, porque parecía que una de las bocinas se había averiado y estaba revisando por qué. Lucía exhausto y desaliñado, algo poco común para Pran. Otra persona de sonido sostenía la escalera debajo de él y parecía darle instrucciones. En general, esa escena no molestaría en absoluto a Pat, de no ser porque reconocía perfectamente al chico de la escalera.

Su nombre era Arm, era de segundo año y esta era la tercera vez en la semana que lo veía tan pegado a Pran como alguna vez lo estuvo Pang… en el preescolar, cuando tenían cuatro años. También, a diferencia de la mayoría de los amigos de Pran, Arm era más… maduro, por decirlo así.

Se notaba de lejos que provenía de una buena familia. Era bien educado, amable y atento con las personas a su alrededor; también tenía buenas notas y se encontraba en la clase uno también. Era un buen conversador y, lo que parecía ser más importante, un buen escucha. En realidad, Arm tenía encantadas a muchas personas de todos los años. Ah, porque, además de todo eso, era un genio musical que había estado en el club de música hasta hace un par de meses.

¿La razón por la que se cambió al club de teatro? Bueno, Pat tenía una buena idea.

Pran bajó de la escalera con dificultad, por lo que Arm extendió la mano y le ayudó, con esa sonrisa que Pat ni siquiera podía odiar porque parecía completamente sincera, y eso solo lo hacía sentirse peor. Pran le sonrió de vuelta, y Arm pasó su brazo por la espalda de Pran, para luego susurrarle algo que hizo que ambos soltaran una carcajada.

Pat sintió la boca seca y no pudo evitar chistar. Sintió que alguien se sentaba junto a él, y no tuvo que voltear para saber quién era. Siguió mirando las interacciones de Pran y Arm, como una especie de masoquista, mientras su corazón se sentía más y más apretado.

—Verde y azul, qué mala combinación para el primer ensayo con vestuario. Vas a traernos mala suerte.

Pat suspiró, sin encarar a Claire todavía, y pasó su mano por su rostro para intentar calmarse.

—¿Qué pasa contigo? —preguntó Claire, ahora que Pat la había ignorado—. Has estado así desde ayer.

La cosa era que Pat todavía no estaba seguro. Había pasado la noche en su propia habitación, sin poder dormir (porque tanto como Nong Nao como Pran estaban en la habitación de Pran) y dando vueltas, preguntándose qué demonios iba a hacer ahora. A primera hora de la mañana, Pat estaba de mal humor y extrañaba la cama de Pran, su aroma y todo lo que fuera Pran. Pero eso solo empeoró su estado de ánimo. Sentía que debería estar confundido por lo que estaba sintiendo recientemente, pero había una cosa peor y era que no lo estaba. Es decir, que no se sentía de manera diferente. Pat siempre sintió lo mismo cuando estaba con Pran, o cuando pensaba en Pran, y de alguna manera sabía que era diferente a lo que sentía, por ejemplo, con Pang y Paa (las personas más cercanas y con quienes había pasado aproximadamente tanto tiempo como con Pran).

Fue una epifanía para Pat, darse cuenta que sus sentimientos no eran diferentes después de pensar en besar a Pran. Y fue exactamente lo que le hizo cuestionarse toda su vida, porque siempre pensó que esos sentimientos eran porque Pran era su mejor amigo. Pero, ¿y si no era así? ¿Y si todo este tiempo los sentimientos que tenía por Pran no eran platónicos? ¿Qué pasa si…?

—Claire, ¿podrías usar tu potencial en mí?

Ella lo miró fijamente por dos segundos.

—¿Para qué?

Pat se acomodó en su asiento, jugando con sus dedos.

—Quiero averiguar algo.

—Pat —exhaló ella—. ¿Es Pran? ¿Quieres averiguar lo que sientes por Pran?

Sus labios se abrieron cuando ella lo declaró. No había querido decirlo en voz alta, y mucho menos había querido decir su nombre, pero ella lo había dicho tan sencillamente que Pat sintió que era un poco ridículo no haberlo dicho él.

Asintió con la cabeza, a lo que Claire suspiró y negó.

—No puedo hacer eso.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Escucha, quiero ayudar, en serio. Pero decirte directamente lo que sientes por él es como hacer trampa. Tienes que darte cuenta tú mismo.

—¿Trampa? Estamos haciendo trampa todo el tiempo con nuestros potenciales, ¿no?

—Me gusta llamarlo “ventaja”. Pero no, no lo haré. Pat, no es tan difícil. Si ya tienes dudas, es por algo, ¿verdad?

Volvió a mirar a Pran, quien seguía encerrado en el medio abrazo de Arm. Ahora estaban hablando con alguien más, seguramente reportando los daños de la bocina o algo así. Pat intento no centrarse mucho en la forma en la que Arm parecía estar rodeando toda la espalda de Pran y tampoco en cómo Pran parecía tan cómodo en ese lugar.

—¿Cómo sabría si me gusta?

Ahí. Dijo la palabra.

Claire sonrió suavemente.

—Es diferente para todos, pero hay puntos en común. Haré lo que hiciste conmigo la otra vez, te contaré desde mi experiencia. Cuando conocí a Punn, inmediatamente me sentí atraída a él. Mi corazón palpitaba fuertemente cuando lo veía, todo en él era encantador para mí. Me puse nerviosa cuando me hablaba, cuando me veía o cuando me tocaba, y tenía la necesidad de hacerle saber que yo estaba ahí, quería que me mirara.

Pat escuchó, concentrado.

—Quería besarlo. Quería tomarlo de la mano, quería bailar con él, escucharlo hablar, que me escuchara hablar… Fueron muchas cosas. Actué de muchas maneras para gustarle.

Pat asintió.

—Pero tú —dijo Claire—, puedes sentir cosas diferentes. Para mí, mi enamoramiento fue a primera vista y fue de color rosa. Mariposas revoloteando en mi estómago y todo lo típico. Pero hay personas que sienten calma alrededor de las personas que les gustan, como un lugar seguro y en confianza de que, sin importar lo que digas o cómo seas, van a permanecer a tu lado. Eso es lo que siento ahora con Punn.

Pat sonrió.

—Gracias.

—Te lo dije antes, ¿verdad? Que eras bueno descifrando los sentimientos de los demás, pero no los tuyos.

—Mn.

—Bien, ahora que finalmente resolvimos esto, puedo volver a concentrarme en otras cosas. Así que, querido hermano Hansel, ¿vamos al escenario?


Pran

Mon y Korn se pararon enfrente de él cuando el aula estuvo vacía. Pran los miró con detenimiento, preguntándose por qué de repente estaba acorralado de esa manera.

—¿Qué sucede?

Mon fue quien habló primero.

—¿Es cierto que puedes anular potenciales?

Ah. Era eso. Pran decidió ser honesto, pero cauteloso.

—No estoy del todo seguro. Funcionó una vez, pero no he podido practicarlo de nuevo. Y tampoco creo que alguien esté dispuesto a estar sin su potencial por un tiempo indeterminado —bromeó.

Ambos se miraron a los ojos, luciendo tan serios que Pran de repente empezó a asustarse.

—Bueno —dijo Mon—, aquí tienes a dos voluntarios.

Notes:

Yo estaba realmente reacia a que Claire actuara como consejera del amor de Pat, porque ella misma dijo que había cosas más interesantes en la vida de una chica que eso y no quería que pareciera un estereotipo o algo así. Pero ella es la única que puede entender a Pat con lo complejas que son las emociones y los sentimientos, al menos a su nivel.

De todos modos, creo que Pat no tiene problema con que le guste Pran; cuando se enteró en el programa, no se detuvo a pensar en las consecuencias y fue directo a la acción, razón por la que su conflicto ahora no es eso, sino que realmente quiere saber si Pran le gusta o no y no tiene las típicas preocupaciones de "¿Y si pierdo su amistad por este enamoramiento?". Napat es un hombre de acción, solo necesita estar seguro de lo que va a hacer, y ese es el punto.

Tengo un problema con la cronología de la serie, este universo y el calendario escolar tailandés, así que digamos que el tiempo es relativo y que aún están a finales de agosto o principios de septiembre, que sería el término del primer semestre del año escolar (inicia en mayo, hay un descanso en octubre y el año termina en febrero). Me enredé con eso y ahora solo moveré todo eso a conveniencia del guion.

En fin, espero no necesitar tantas notas en el futuro, porque solo siento que lo que escribo es confuso.

El siguiente capítulo estará entre el 15-19 de junio, solo porque estoy poseída y de vacaciones, jaja.

Chapter 14: Capítulo trece

Notes:

Mi excusa no es una excusa: mi laptop murió. El capítulo estaba a la mitad cuando se apagó y no volvió a encender, así que tuve una odisea extraña entre arreglar la laptop y recuperar el archivo. Al final lo logré, pero el capítulo no estuvo terminado hasta hoy.

Como sea, espero les agrade este capítulo.

Por cierto, la versión en inglés saldrá pronto, aunque no sé cuánto todavía.

Como siempre, no hay beta, todos los errores son míos.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Pran

—No te preocupes por eso —el profesor Pom sonrió mientras le devolvía la más reciente tarea de la clase—. Todavía queda la mitad del año escolar.

Pran fingió sentirse totalmente decepcionado de la respuesta. Sostenía la hoja en sus manos, arrugándola un poco. Logró que el profesor Pom se sintiera mal por él, si estaba interpretando bien la mirada que le dio.

—Es solo que —comenzó— me gustaría conocerlo para el fin de semestre. Profesor Pom, ¿cree que sea algo realmente malo que no lo haya encontrado hasta ahora?

El profesor Pom sonrió.

—Claro que no. Todos tienen su tiempo, Parakul. Eres un alumno Gifted, tu potencial está ahí, esperando el momento preciso para poder revelarse.

Pran asintió.

—Claro.

—No te estreses por ello. Seguiremos trabajando hasta que lo encuentres, ¿te parece?

—Sí, claro. Gracias, profesor.


Habían hecho que lo olvidara. El profesor Pom había tenido la intención de que olvidara su potencial. Él y el director pensaban que Pran tenía el mismo potencial que su hermano, así que borraron por completo eso. Al menos eso creyeron, por supuesto. Mientras Pran miraba fijamente al rostro de Korn, quien ya se encontraba acostado en una cama, aspiró aire y decidió no pensar mucho en ello.

—¿Estás listo?

Korn asintió.

—Siempre.

Ink ajustó el baumanómetro en su brazo y le dio un asentimiento. Pran respiró hondo un par de veces, con los ojos cerrados. Sostenía la muñeca de Korn y también podía sentir su pulso, aunque Pran había comprobado que no era necesario tener el pulso al alcance, pero de esta manera él tranquilizaba su mente. Exhaló por última vez y abrió los ojos.

—Detente.

No pasó ni siquiera un segundo cuando la mano de Korn se sintió más pesada. Notó de inmediato cómo su cuerpo y rostro también se relajaron; las respiraciones fueron constantes, incluso se escuchó un pequeño ronquido por parte de Korn. Sonriendo, Pran quitó su mano de la muñeca de Korn y miró a Ink, quien tenía el ceño fruncido.

—¿Qué sucede?

—Me marca 140-90. Esta vez subió mucho más.

Mon, quien también estaba con ellos, se acercó a Ink.

—¿Es así? Entonces por hoy basta con Korn, ¿verdad?

—Sí, creo que es lo mejor —respondió Ink—. ¿Te sientes mareado? ¿Algo?

Pran negó suavemente.

—No, no en realidad.

—Será mejor que no te levantes. Revisaré de nuevo en unos minutos y, si no ha bajado, te llevaremos a la enfermería.

—Está bien.

Mon asintió.

—De cualquier manera, puse el cronómetro justo a tiempo. Esperemos que esta vez dure un poco más.

Esta era la tercera semana desde que Mon y Korn se ofrecieron a ser sujetos de prueba para su potencial. Al principio, Pran había estado reacio, naturalmente, pensando en solo probarlo en sí mismo. Estuvo una semana entera rechazando la propuesta de ellos dos, hasta que Ink se enteró y lo animó a hacerlo. Cuando Pran le preguntó por qué, Ink le dio la razón más válida que pudo encontrar:

—Ellos no quieren sus potenciales. Los ven como una carga —explicó—. Si algo sale mal y ya no pueden usarlos nunca más, sería lo mejor que les podría pasar.

Luego, porque seguía siendo peligroso y una terrible idea, ella se ofreció a supervisar todo para que Pran estuviera más tranquilo. Tardaron al menos dos días más en convencerlo, hasta que por fin aceptó. De cualquier modo, necesitaba desarrollar su potencial en caso de que ocurriera algo malo de nuevo.

Hasta el momento, había logrado que Korn durmiera tres horas y que Mon perdiera su fuerza sobrehumana por unas dos horas. Aunque él no estaba contento con sus resultados, la verdad es que tanto Mon como Korn estaban realmente felices porque, con cada vez que practicaban, se agregaban minutos a la duración. El único problema era, por supuesto, que el potencial de Pran también tenía efectos secundarios; entre ellos, una leve hipertensión.

Korn despertó después de tres horas y media, según el registro de Mon. Se veía cada vez más descansado, y eso ponía realmente feliz a Pran. Ink y él habían salido de la habitación de Korn después de que comprobaron que su presión arterial había vuelto a la normalidad, y solo volvieron cuando Mon los llamó para avisar que Korn ya estaba consciente de nuevo. Revisaron los signos vitales de Korn, una rutina cada vez más frecuente, y todos estuvieron satisfechos cuando todo estuvo normal.

Era de noche cuando Pran vio el calendario en su escritorio. Un número específico estaba rodeado de rojo, marcado seguramente por Pat o por Pang. Su corazón latió fuerte al pensar que este sería el primer cumpleaños que pasaría con sus amigos (con Pat) y lejos de sus padres (y sus prohibiciones). El semestre estaba por terminar, pronto volverían a su casa y Pran le preguntaría a Pang cuáles eran sus avances con la investigación. También estaba emocionado por mostrar su propio desarrollo en el potencial, ya que él había estado un poco separado de su hermano por practicar y centrarse en los exámenes de fin de semestre.

Llamaron a su puerta con golpes suaves. Pran frunció las cejas, pues no estaba esperando a nadie. Con algo de vacilación, se acercó a la puerta y pegó su oído a ella, en caso de que fuera… alguien sospechoso.

—¿Pran? ¿Ya te dormiste?

Exhaló aliviado al escuchar la voz de Wai. Abrió la puerta con un reclamo en la punta de la lengua, pero su expresión cambió cuando vio que Wai lucía, si bien no devastado, sí terriblemente mal.

—Ey, Wai, ¿qué pasó?

Lo metió a su habitación y rápidamente lo llevó a sentarse. Wai estaba empapado, tembloroso y con lodo en las rodillas. Pran se apresuró a buscar una toalla para él, y se preguntó si sería buena idea dejarlo ducharse ahí mismo. Mientras lo hacía, Wai tomó la toalla y comenzó a secarse el cabello, lanzando un suspiro de decepción.

—¿Qué te pasó? —volvió a preguntar.

Wai no tardó mucho antes de responder: —Me rechazaron.

—¿Qué?

—Decidí confesarme a Mon —continuó—. Esta tarde, la encontré en el gimnasio. Creo que le tocó limpiar o algo así.

Pran asintió. Después de que Korn despertara y vieran que todo estaba bien, Mon de hecho dijo que le tocaba recoger porque se había saltado el club, así que se apresuró a dejarlos.

—Así que me acerqué a ella. Conversamos un poco y le dije que me gustaba.

—Y te rechazó.

—Sí. Dijo que en estos momentos no estaba interesada en tener una relación. Fue muy linda al rechazarme, debo admitirlo. Me despedí de ella enseguida, sería más incómodo si me quedaba.

—Entiendo. Pero eso no explica cómo terminaste así.

—Ah, eso —Wai pareció viajar en sus recuerdos—. Fui a correr un poco al campo, ya sabes, para superarla. Creo que no me vieron, iba muy rápido, y prendieron los aspersores. Me mojé y me resbalé con el lodo, eso es todo.

Ahora la historia era deprimente y graciosa en partes iguales. Pran no se rió de Wai porque pensó que eso podría pasarle a él en la misma situación. También era un poco increíble que Wai hubiera logrado correr con tal velocidad que no lo notaran, pero esa era historia para otro momento. Ahora mismo, Pran tenía que ayudar a su amigo de alguna manera. Si bien la habitación de Wai no estaba lejos, Pran pensó que ya había pasado mucho tiempo mojado, por lo que le dijo a Wai que entrara a su ducha y que él le prestaría algo de ropa.

Pran extendió la ropa mojada de Wai en dos sillas, esperando a que su amigo saliera de la ducha. Mientras tanto, se puso a estudiar un poco. Estaba tan concentrado que casi no se dio cuenta cuando volvieron a llamar a su puerta. Esta vez menos asustado, porque vio la hora, se acercó y abrió directamente.

—Ey, tú —saludó Pat sonriente, sosteniendo a Nong Nao en sus manos.

—Ey. ¿Estabas ocupado?

Pat entró mientras encogía los hombros. Se dirigió directamente a la mesa de café y se sentó, recargándose en la cama de Pran. Él no se había dado cuenta, pero Pat sostenía una bolsa que contenía, probablemente, bocadillos de la máquina expendedora que Pat tanto adoraba. Pran decidió dejar de lado su tarea por un rato cuando Pat palmeó el suelo junto a él.

Pran, por supuesto, notó que Pat no sacó todos los dulces de la bolsa.

Estaba tan calmado y familiarizado con Pat sentado en medio de su habitación que se olvidó por completo de Wai hasta que este abrió la puerta del baño y salió con el vapor. Vestía un pantalón de chándal que apenas le quedaba justo y una playera que le quedaba un poco grande.

—Muchas gracias, Pran —dijo, con una toalla pequeña todavía secando su cabello—. Te devolveré esto en cuanto lo lave.

Pran se levantó y asintió.

—No hay problema. Dejé tu ropa aquí, ¿quieres una bolsa para llevártela?

Wai negó con la cabeza.

—La puedo llevar así, ya no está goteando.

—Está bien. Entonces nos vemos mañana.

—Sí, linda noche. Nos vemos mañana, Pat.

Ah, cierto.


Pat

¿Pero qué…?

Se quedó completamente quieto cuando vio a Wai salir del baño. Intentó no hacer ruido cuando Pran se alejó de él y fue directamente a hablar con él, olvidándose de que Pat estaba ahí. Lo olvidó porque, en el momento en el que Wai se despidió de él, Pran se sobresaltó.

Amargo. El siguiente bocado del dulce sabía amargo.

Hace menos de una semana que había hablado con Claire, intentando clarificar sus sentimientos. Menos de una semana, y Pat ya veía a Pran en una luz completamente diferente. Intentó comportarse más o menos igual, pero incluso él sabía que no era como siempre. Las cosas que hacía antes por Pran, ahora simplemente las intensificó. Las noches que pasó con Pran se volvieron tan frecuentes que se sentía raro si no dormía con él.

Y los celos. Oh, los celos.

Pat ya sabía que a Arm le gustaba Pran. Lo supo en el momento en el que Arm pisó la cabina de sonido mientras él y Pran discutían sobre algo que ya ni siquiera recuerda. Había estado curioso por cómo Arm se acercó a Pran, por lo que decidió usar su potencial en él y se dio cuenta de que Arm se sentía muy, muy atraído a Pran. Claro, había sentido una especie de piedra en el estómago, pero le costó tiempo darse cuenta de por qué.

Entonces, Arm. Sí. Arm actuó descaradamente coqueto con Pran, y Pat sabía que Pran lo sabía. Entonces, Pat creía que Pran podría estarle correspondiendo. No se atrevió a usar su potencial con Pran porque distintas razones, entre ellas, el respeto a la privacidad (qué hipócrita, se dijo) y porque Pran podría bloquear su potencial (ya lo ha hecho antes, ¿y eso qué?). O porque Pat no quería saberlo. No quería saber los sentimientos de Pran por él, porque, si bien existía la posibilidad de que Pran le correspondiera, también estaba la posibilidad de que no, que no sentía lo mismo.

Ahora, con Wai debería ser otra historia. Él sabía que a Wai le gustaba Mon. Él sabía que Wai era completamente heterosexual, y él sabía que a Pran no le gustaba Wai. Entonces, esa escena no debió causar ningún impacto en él. Solo que lo hizo. Lo hizo porque, a pesar de todas las cosas que Pat podía hacer con Pran en el internado, y a pesar de todas las barreras que había logrado atravesar para hacerse un espacio en la vida de Pran, había algunas cosas que no podía hacer. Y ducharse en el cuarto de su amigo, así como tomar prestada ropa que claramente necesitaba no debería ser un desencadenante para Pat, pero lo fue.

Y ahora Pat no sabía si quería llorar o abofetearse.

—¿Pat? ¿Pat?

—¿Ah?

Salió de sus pensamientos. Pran se encontraba enfrente de él, de nuevo, y lo miraba con algo parecido a la preocupación. Pat se enderezó, solo ahora notando que había comenzado a encorvarse en sí mismo a modo de protección. Pran le dio un par de caricias en la espalda.

—¿Estás bien?

—Uh, sí. Solo… uhm, solo me fui un rato.

Pran asintió.

—De acuerdo, lo que digas. ¿Tienes sueño?

Pat volvió a sonreír, asintiendo efusivamente.

—Vamos, es tarde.

Pat miró el reloj de la mesa de noche de Pran mientras este acomodaba la cama. En voz baja, comenzó la cuenta regresiva cuando vio que ya marcaba las 11:59 pm. Pat respiró hondo y dio un paso adelante, abrazando por la espalda a Pran en cuanto el reloj marcó la medianoche.

—¡¿Qué?! —exclamó Pran, sobresaltado.

—Feliz cumpleaños, khun Parakul[1] —cantó felizmente, balanceando su cuerpo y llevándose a Pran con él.

—¿En serio? ¿No podías esperar a que terminara de arreglar las cobijas? —Aunque dijo eso con intención de sonar molesto, Pat no necesitó usar su potencial para saber que Pran estaba feliz, incluso sabía que estaba sonriendo.

—Quería ser el primero en felicitarte.

Pran se dio la vuelta, por lo que dejó de abrazarlo. Había sido cálido, una sensación a la que Pat quería volver, pero se conformó con la mirada brillante de Pran y las palmaditas que le dio en el rostro.

—No creo que nadie me felicite tan tarde ahora.

Pero, en el momento en que dijo eso, el celular de Pran se encendió. Pat apretó los labios y alzó las cejas, pero Pran no cedió.

—Probablemente sea de la compañía de celulares, o una actualización —insistió. Tomó su celular y, mientras veía lo que sea que fuera, Pat aprovechó para terminar de arreglar las sábanas.

—¿Y bien?

—Es mi mamá. Como no pudo conseguir que fuéramos a casa este fin de semana, decidió ser la primera en felicitarnos.

—Te lo dije.

—Bueno, arruinaste el plan de mi mamá. Espero que nadie haya felicitado a Pang antes que ella.

Después de un corto periodo de tiempo, recordó lo que tenía para él. Se apresuró a tomar la bolsa de la mesa de centro y sacó una rebanada de pastel que había logrado conseguir de afuera. Era un pastel sencillo de vainilla con crema batida y algunas chispas de chocolate y una cara feliz dibujada a mano (por él) con jarabe de chocolate. Aunque la presentación no era la mejor, Pat sintió que su corazón se aceleraba al ver el rostro de sorpresa y felicidad de Pran.

Happy birthday to you

Pran fingió escalofríos cuanto más cantaba Pat, pero no estaba desanimado, porque cuando Pran tomó la rebanada de pastel entre sus manos, la sostuvo como si fuera algo totalmente precioso y delicado.

—La sonrisa quedó un poco torcida —murmuró Pran, sin dejar de observar con ojos brillantes y los hoyuelos se mostraban profundamente.

Y si, de alguna manera, Pat no estaba seguro de sus sentimientos todavía, fue ese momento en el que lo supo.


Pran

Despertarse antes de Pat era lo usual. Excepto esa semana en la que Pat se portó raro y se fue primero (y luego simplemente dejó de quedarse con él por algunas noches), Pran siempre era quien dejaba la cama antes. Eran cerca de las seis de la mañana, abrió los ojos antes de que sonara la alarma. Lo bueno de Pat (o tal vez no) era que tenía el sueño pesado la mayoría de las veces; entonces, era fácil para Pran desenvolverse del pulpo que tenía por compañero de cama y salir de ahí sin darse cuenta de los movimientos de Pran, o de otras cosas hormonales que Pran no quería que Pat supiera.

Sacó la rebanada de pastel de la nevera. Anoche, Pran había sentido que se iba a desmayar por el detalle. La realización cayó de repente, que esta era la primera vez que podía celebrar su cumpleaños con Pat. La primera vez que no se sintió mal porque su autodenominado mejor amigo no podía ni siquiera verlo o desearle feliz cumpleaños abiertamente; la primera vez que no tuvo que esperar hasta que anocheciera y tanto Pang como sus padres estuvieran dormidos para que Pat pudiera arrojarle los teléfonos de lata y finalmente pudiera felicitarlo entre susurros.

Pran no quería ponerse tan sensible por una rebanada de pastel, en realidad. Sacudió su cabeza y acomodó la rebanada con un par de tenedores, luego se dirigió al baño.

Cuando regresó, Pat ya estaba sentado en el suelo. Tenía puesto el uniforme y tenía el cabello mojado. Pran le sonrió antes de sacar dos cajas de Ovaltine.

—Ten, desayuna.


Sus audífonos habían desaparecido.

Resopló fuertemente mientras volvía a buscar en su bolso, el cual estaba seguro de que ya había vaciado completamente, pero todavía esperaba que algún portal extraño de repente lanzara sus audífonos en sus manos. Obviamente, eso no pasó, y Pran asustó a gran parte de sus compañeros cuando se dejó caer en la mesa del pupitre.

—¿Qué pasa? —preguntó Punn, muy serio.

—Ah, nada.

—¿Seguro? Te ves un poco… alterado.

Pran se apresuró a negar con la cabeza.

—No, en serio. Solo olvidé algo.

Podía sentir varias miradas en la espalda, pero solo se centró en hacerle saber a Punn que todo estaba bien. Le dedicó una sonrisa medio forzada, y Punn realmente no parecía muy convencido, pero no dijo nada y volvió a lo que sea que estuviera estudiando.

La clase uno tenía en total de cuatro clases diarias más una hora extra de estudio independiente, la cual solía ser de 3-4 pm. Pran amaba escuchar música mientras repasaba o adelantaba tareas, era por eso que se sentía tan frustrado en esos momentos. Volvió a dejarse caer, pensando que tendría que resignarse a estudiar sin música esta tarde. Entonces, de repente, sintió que lo llamaban por la espalda. De alguna manera, supo que era Pat, porque nadie más lo tocaba con tanta confianza.

—¿Qué pasó?

—¿Perdiste tus audífonos?

Alzó una ceja.

—¿Cómo lo sabes?

Pat se encogió de hombros y le extendió algo: —Siempre los usas en esta hora, y vi que prácticamente escarbaste en tu bolso, así que asumí eso. Ten, te presto los míos.

Pran estaba un poco boquiabierto, aunque rápidamente lo disimuló. Miró fijamente la mano que Pat le extendía, ofreciéndole sus audífonos azules. Pat hizo un gesto con su cara antes de acercarlos más.

—Gracias —murmuró.

Planeaba regresarle los audífonos a Pat en cuanto terminara la hora de estudio, pero simplemente lo olvidó. Este día no tenían clase con los alumnos Gifted, por lo que podían ir directamente a otras actividades. Tampoco tenían club, o no de manera obligatoria, al menos. Pran no planeaba pasarse por ahí ya que no había ensayo todavía. Sin embargo, Pat se escapó antes de que pudieran hablar. Dijo que lo habían llamado porque el vestuario se había roto o algo así. En realidad, Pran lo dejó pasar sin pensarlo mucho, pero se dio cuenta de que no había podido dárselos. Suspirando, se dirigió a la cafetería, porque tenía un poco de hambre.

La mesa Gifted estaba casi vacía, a excepción de dos personas. Pang y Ohm estaban leyendo el mismo cómic, el cual Pran en realidad no reconoció. Sostuvo su bandeja de comida y se sentó enfrente de su hermano.

—¡Oh, Pran! —saludó Ohm entusiastamente—. Feliz cumpleaños.

Pran le sonrió.

—Gracias. Feliz cumpleaños, Nong.

—Feliz cumpleaños, Phi.

—¿Dónde está Namtaan? —preguntó Ohm.

—Oh, realmente no lo sé —respondió—. No la vi cuando terminamos las clases.

Aunque hizo un puchero, Ohm asintió a la respuesta.

—¿Y Pat?

—En el auditorio.

—Pensé que ya tenían todo listo.

—Sí, parece que se rompió una pieza de su traje —se encogió de hombros y comenzó a picar su comida—. Wow, realmente voy a extrañar el tom yum de cumpleaños por hoy.

—¿Tom yum de cumpleaños? —preguntó Ohm.

—Es el platillo estrella de Madame Dissaya —dijo Pran, repitiendo un discurso que había memorizado desde pequeño—. Es nuestro favorito, así que lo prepara en nuestros cumpleaños.

—O casi diario —agregó Pang.

—No tan frecuentemente como el curry extra picante.

—Cierto.

Ohm se atragantó con su saliva.

—¿De verdad tanta especia?

Pran asintió.

—A nuestros abuelos maternos les encanta la comida picante, llena de especias y variedad de chiles, así que mamá aprendió a cocinarlos. Papá también tiene un gusto particular por la cocina tradicional tailandesa, así que aquí estamos, adictos al picante.

—Prepara una receta particular en nuestros cumpleaños, sabe especialmente bien.

—Oh.

Después de unos minutos de relativo silencio, mientras Pran se concentraba en comer, Ohm se movió bruscamente, lo que hizo que levantara la cabeza. Su amigo parecía un poco tenso, mirando directamente detrás de él. Pran miró a su gemelo, encontrando también una expresión seria, con labios apretados; sus puños se apretaban en las hojas del cómic.

—Hola, chicos.

Nac se acercó por su espalda, posicionándose junto a Pran. Vio que su hermano hacía un pequeño esfuerzo por respirar normalmente. Por lo que le había dicho, no había vuelto a hablar con Nac desde que regresó y le reclamó a Pang por no contactarlo. Incluso había estado evitando el gimnasio para no tener oportunidades de topárselo.

Pang realmente estaba poniéndose nervioso, así que decidió ayudarlo.

—Hola, Nac. ¿Quieres sentarte?

El chico sacudió la cabeza con una sonrisa un poco incómoda.

—No me atrevería. Quería venir a felicitarlos, no pude decírtelo en clase —se dirigió a Pran—. Y disculparme, este año no preparé ningún regalo.

Pang soltó el cómic y forzó una sonrisa en su rostro.

—Gracias. No es necesario el regalo, lo sabes.

La sonrisa de Nac se volvió un poco más confiada cuando Pang dijo eso.

—Lo sé, pero es tradición. Encontraré algo, lo prometo.

Se fue poco después de eso. Pran, obviamente, no era único incómodo de presenciar la interacción entre esos dos, pues Ohm parecía totalmente dispuesto a desaparecer enfrente de los ojos de Nac. De alguna manera, Pran no lo culpaba.

—Eso fue raro —dijo Ohm.

No pudo evitar estar de acuerdo. Cuando Pang retomó el cómic, Pran por fin notó bien la portada; dejó caer su tenedor y reclamó:

—¿Ese no es mío?


Regresó a los dormitorios a cambiarse. En su baño, en la encimera del lavamanos, encontró el estuche de lentes de contacto que Pat había estado dejando porque pasaba más tiempo ahí que en su propio cuarto. Lo tomó con cuidado, revisando que estuviera vacío, y resopló con diversión cuando notó que sí. Esa mañana, después de que desayunaron, Pran salió primero a clases y a Pat se le hizo tarde (lo que a este punto ya no era una sorpresa), así que tal vez olvidó guardarlos. Pran abrió el cajón para guardarlos cuando encontró una nota dentro de él.

Es hora del acertijo anual”, decía.

Su sonrisa simplemente se amplió.

Esta es la primera pista, resolverlas todas te llevará a la sorpresa especial de hoy. La segunda pista se encuentra en el primogénito del amigo del novio del amigo del hermano menor del hijo de la mejor cocinera del mundo.

No podía creerlo. Sacudió su cabeza, chasqueando sus dientes.

—Tus acertijos son pan comido, ojos feroces.


18 de septiembre. Dos días antes.

Claire

—Estoy dentro.

Podía ver la emoción en todos sus compañeros. Pat era el más emocionado, pero Wave y Ohm no se quedaban atrás, el segundo incluso dando saltitos. Pat les dio una mirada de agradecimiento cuando uno por uno comenzó a aceptar, especialmente demorándose en ella y levantando una ceja, como si le dijera: “¿Ves? Lo resolví por mí mismo”.

—Faltan dos días —comentó Korn, ajustándose las gafas y suspirando—. ¿Nos dará tiempo?

—Es solo comprar algunas cosas afuera, puedo ir y venir rápidamente —dijo Wai, tomando la lista que Pat había mostrado, y dándole una mirada rara—. Eso espero…

Ohm se animó.

—Puedo esconder todo sin problema. Ninguno de los dos se dará cuenta.

—Bueno, pero tendríamos que prepararlo todo en algún momento en estos dos días —continuó Punn—. En general, no estamos todo el tiempo con ellos, pero sería bueno que alguien los distrajera en esos ratos.

Claire podía ver que Pat estaba feliz. Pronto, los demás se unieron a la conversación, haciendo planes y preguntándole a Pat cuál era su idea de decoración, si había algo que estaba prohibido y otras cosas. Sintió que alguien se acercó a ella y, al voltear, Wave miraba al frente, las manos dentro de los bolsillos de la sudadera.

—Si hace dos meses me hubieran dicho que estaría planeando voluntariamente una fiesta de cumpleaños para Pang y Pran, me habría reído hasta morir.

—¿Ya no odias a Pang?

Wave se encogió de hombros.

—Tenemos una tregua.

—¿Oh? ¿En serio? ¿Tregua con tu aparente enemigo jurado? Suena a un enemies to... Friends.

Ella fue obvia en no señalar el color rosa del aura de Wave, pero insinuarlo de todos modos. Pronto, el aura no fue lo único rosa en él, pero obviamente Wave no comentaría nada. O eso pensó Claire, porque parecía que ella se convirtió en el gurú del amor cuando Wave de repente dijo:

—Si ya no siento que quiero ahorcarlo a muerte, no significa que piense en hacer otra cosa con él, ¿verdad?

—Oh, ¿Pat me recomendó?

—Olvídalo.

—¿Quieres ahorcarlo en otras circunstancias, Wave?

—Basta, ni siquiera sé por qué pregunté.

—Oigan —Jack dijo de repente, dejándolos a todos en silencio—. Si todos nosotros estamos aquí ahora, significa que ellos están solos, ¿verdad?

Asintieron.

—¿No significa eso que podrían sospechar algo? —continuó Jo—. Esos dos son listos.

—Yo me encargo —dijo Ohm de inmediato, y de repente desapareció.


Namtaan era, sorprendentemente, una excelente decoradora.

Era el día anterior al cumpleaños de los gemelos, por lo que estaban afinando los últimos detalles. Las decoraciones incluían globos que estarían decorando gran parte del almacén de usos múltiples que secuestraron “por propósitos académicos”. Era el turno de ellas de decorar, exceptuando a Mon, quien, junto a Korn, estaba distrayendo a Pran haciendo quién sabe qué cosa. Wave se encargó de Pang. En el almacén se encontraban Namtaan, Ink y Pat, quien había estado como loco supervisando toda la organización.

Entonces, sí, resulta que Namtaan era increíble decorando.

Se habían inspirado en los gustos de ambos. Pang y Pran eran fans del manga y los cómics, por lo que había una pared dedicada a ello, que también estaba llena de otras cosas que les gustaban: la música, algo sobre fútbol (¿o softbol? Pat dijo que era el deporte favorito de Pang, pero Claire no estaba interesada, así que en realidad no prestó atención a eso), las características caras felices de Pran, así como motivos de videojuegos que estaba segura que había visto jugar a Pang. En el mural también se encontraban algunas fotos que tanto Ink como Korn tomaron a lo largo del semestre. Ink, sobre todo, había hecho un trabajo de la primera vez que conoció a los gemelos, el cual era el centro del mural. Si era sincera, ambos se veían muy bien.

Había globos haciendo una línea por todo el techo, serpentinas colgando del mismo y un pequeño arco en la entrada que daba la bienvenida a quien entrara. Namtaan se aseguró de que todo quedara perfectamente bien acomodado, Ink colocó los platos, vasos y otros utensilios que usarían, y Claire estaba tratando de que Pat acomodara bien el cartel que deletreaba: “Feliz cumpleaños” para que quedara centrado encima del mural.

—¿Ahí está bien?

—Un poco más arriba. No, no tanto —suspiró—. Baja unos dos centímetros. ¡Ahí, está perfecto!

Pat soltó aire cuando finalmente quedó bien. Bajó de la silla y se acercó a ella para observarlo, pareciendo satisfecho. Luego sus ojos se demoraron en el mural.

—Luce genial —le dijo.

—Lo hace, ¿verdad?

—Bueno, tienes esos ojos soñadores desde hace un rato, ¿qué pasa?

Pat negó con la cabeza.

—Nada, es solo que… conozco a Pran y a Pang desde que éramos bebés y hemos sido amigos durante al menos diez años, pero esta es la primera vez que puedo celebrar sus cumpleaños con ellos.

Frunció las cejas.

—¿La primera vez?

—Mn. La tía Dissaya, su madre, les hace fiesta cada año, pero nunca he podido asistir. Quiero que esta fiesta sea memorable.

—Estoy segura de que les va a encantar —Ink se acercó por detrás.

—Claire, ¿puedes venir a ayudarme?

Namtaan estaba teniendo problemas con los últimos globos de la decoración, así que se apresuró a ayudarla. Mientras sostenía el hilo de donde los globos colgaban, Namtaan de repente dijo:

—Escuché que tu serie comenzará a grabar pronto.

—Ah, sí. En octubre.

—Eso es genial. Leí la novela, es muy interesante.

—Lo es, ¿verdad? Aquí va un globo blanco.

—Gracias. ¿Cuánto tiempo tienen planeado que dure?

—Tres meses. Dice la directora que probablemente tomemos un par de semanas más si hay complicaciones, pero no creo que sea así. En teoría, yo estaría grabando un total de dos semanas.

—¿Por las tardes?

—Los fines de semana. Mi tiempo en la pantalla seguramente solo sumará media hora —rió—. Lo que es más de lo que muchos personajes secundarios tienen.

—Bueno, es un buen papel para comenzar —comentó Namtaan—. Jane es de mis personajes favoritos, no puedo esperar a ver cómo lo desarrollas.

Claire sonrió.

—Espero estar a la altura de tus expectativas, entonces.

Terminaron de acomodar los globos y, cuando volteó, vio que Pat e Ink simplemente estaban acomodando algunas bolsas de frituras en distintas posiciones.

—¿… demasiado inteligentes para eso? —la voz de Ink se hizo más clara conforme se acercaban.

—Es probable que lo descubran antes de llegar a la quinta pista —murmuró Pat—, pero no me importa. Será divertido, de todos modos.

—¿De qué hablan? —preguntó Namtaan.

—Sobre las pistas —dijo Pat—. Ink cree que descubrirán que es una fiesta antes de resolver todo.

—Obviamente. ¿Has leído lo que escribieron? Demasiado fácil.

—¿Quién lo escribió? —inquirió ella.

—Pat, Korn, Ohm y Wai —respondió Ink—. Las revisé y todos los acertijos los podrán resolver en un minuto.

—Nada académico, por cierto —añadió Pat—, puras cosas personales.

—El punto es que lleguen a la fiesta, no que se la pierdan por estar resolviendo acertijos —insistió Pat.

—La dedicación también es importante —dijo Namtaan—, como dedicación por hacer acertijos buenos, no regalados.

Tengo dedicación. Mi vida entera ha girado en torno a ellos, si eso no es dedicación, no sé qué es.

Claire sonrió.

—¿En serio?

—Sí, son rivales legendarios o algo así —explicó Namtaan—. Pang me contó algo muy interesante sobre sus familias.

—Sugiero que no mencionemos a mi familia en momentos felices que nos involucren a los tres, por favor —dijo Pat—. Arruina el estado de ánimo.

—Hecho.

Una vez todo listo y con ellas satisfechas (principalmente Namtaan) por la decoración, pareció que la tensión en Pat finalmente se esfumó. Aunque Claire no conocía todo el contexto sobre lo que mencionó Namtaan (y sabía que ella no era la única que conocía la situación), estaba feliz porque ahora sí podía ayudar a Pat. Claro, no hablaron sobre nada entre la relación Pran-Pat, pero sabía lo importante que era para su amigo que esta fiesta saliera bien. Ohm les ayudó a ocultarlo todo más tarde, y se jactó porque no perdió sangre cuando la decoración desapareció.


Pran y Pang

Ambos se encontraron enfrente de la puerta del aula Gifted de primer año. Estaban ya por las últimas pistas (según lo que decían las anteriores) y solo restaba que encontraran el mapa a donde su supuesta sorpresa se encontraba. Cuando se vieron a los ojos, ambos rieron felizmente.

—¿Qué crees que nos ha preparado? —preguntó Pang.

Pran se encogió de hombros.

—¿No es obvio?

—No quiero ilusionarme.

El pequeño puchero de Pang hizo que Pran soltara una carcajada. Abrieron el salón, yendo directamente al casillero de Korn. La pista les indicaba que el mapa se encontraba en el lugar donde el objeto significativo de alguien desapareció en clase. Pang recordó cuando Ohm perdió el bolígrafo especial de Namtaan (que los llevó al salón en sí), y a Pran no le tomó mucho tiempo recordar esa vez que Korn no pudo localizar sus auriculares, por lo que creía que era más específicamente dentro del casillero. Cuando lo abrieron, efectivamente encontraron una hoja de papel doblada en cuatro partes.

—¿Pat lo sabía?

Pran asintió.

—Supongo que ya lo usaba desde entonces —respondió.

—Qué miedo.

Pran sacudió la cabeza.

—Dímelo a mí.

Abrieron el mapa y se encontraron con la ubicación, uno de los almacenes que se encontraba entre los edificios laterales. No había muchas personas que pasaran por ahí, por lo que era perfecto para esconderse.

Mientras caminaban rumbo al almacén, Pang de repente dijo:

—Phi, ¿has pensado lo que te dije antes?

—¿Qué cosa?

—Acerca de Pat y tú.

Pran suspiró.

—No pasa nada entre Pat y yo.

—Claro —respondió Pang—, y también eres heterosexual.

Eso detuvo a Pran a medio camino.

—Nong —suspiró—, no puede pasar nada entre Pat y yo.

Pang alzó una ceja.

—¿”No puede”? Phi, seguramente te estás escuchando, ¿verdad? Hemos sido amigos durante, ¿qué? ¿Diez años? Eso ya es algo.

—Y no será nada más. Sabes cómo terminaría, Pang.

El mencionado sacudió la cabeza.

—Sabes que no tiene sentido lo que dices.

—Pang…

—Sabemos cómo va a terminar, Phi. Incluso si no “pasara nada” romántico entre ustedes dos, aún hay algo entre los dos. Yo también soy su amigo. Y sabemos cómo va a terminar —repitió—. Mamá se va a enterar de que somos amigos, ¿y sabes qué hará?

—Pang, por favor.

—Probablemente ponga una orden de restricción. O demande a la familia de Pat, o nos haga mudarnos con nuestros tíos en Londres o yo que sé, ¿mandarnos a otro internado? Y eso tal vez sea solo por hablar amablemente con él.

Pran se quedó callado.

—Realmente no tienes miedo de las reacciones de mamá y papá —continuó Pang—. Porque sabes lo que va a pasar cuando se enteren y de todos modos dejaste que Pat continuara metiéndose a nuestro cuarto por años. Dejaste que se autoproclamara tu mejor amigo. Y aquí es como si hubieras olvidado todo lo que nos dijeron sobre él, todo lo que nos prohibieron hacer con él.

—Es diferente —insistió—. Aquí no nos vigilan, puedo vivir en una ilusión mientras dure.

—¿Ilusión? Phi, esto es la realidad. Pat no es una ilusión aquí ni en ningún lado, ¿entiendes? Y sé que sabes que siente algo.

—Pang, estamos camino a nuestra fiesta de cumpleaños, ¿por qué sacas el tema de repente? —Pran lucía exasperado y desesperado en partes iguales.

—Porque sé cómo eres. Pat va a celebrar con nosotros por primera vez desde que nacimos, y sé que va a intentar acercarse, y sé que vas a reaccionar como un armadillo cuando esté demasiado cerca para ti. Estamos en una situación más grande que esto, Phi —suspiró—, y creo que podemos con ella. Entonces creo que puedes con este problema.

Pran rió.

—¿Desde cuándo eres el más maduro de los dos?

Pang se encogió de hombros.

—Nunca lo he sido y nunca lo seré, Phi. Pero verlos correteándose ya no es divertido si empieza a dolerles. No lo sobrepienses, ¿bien?

Abrieron la puerta del almacén al mismo tiempo. En cuanto lo hicieron, un montón de confeti de colores y serpentinas volaron en su dirección, seguidas de una exclamación coral de “Feliz cumpleaños”. No tuvieron que forzar sus sonrisas ni fingir alegría cuando sus amigos comenzaron a abrazarlos o taclearlos para felicitarlos individualmente. Fueron absorbidos rápidamente por la fiesta y las diferentes charlas.

El organizador de la fiesta, obviamente Napat Jindapat, se acercó a los dos en algún momento y les ofreció sus bebidas favoritas: para Pran, era té helado con leche; para Pang, Ovaltine de chocolate. Ohm y Namtaan secuestraron a Pang después de eso, dejando a Pran prácticamente solo con Pat. O eso habría sido si a Ohm no se le hubiera olvidado su nuevo y constante acompañante. No hizo las cosas mejores, porque Korn se estaba convirtiendo lentamente en uno de los mejores amigos de Pat, por lo que claramente iba a burlarse de ellos sin temer a las consecuencias.

Así que Pran en fingió que estaba entretenido con su bebida y la fiesta en general, fingió que no escuchaba la plática entre Korn y Pat. La verdad era que no decían nada incómodo, solo hablaban de cómo las cosas salieron bien al final, que la fiesta estaba yendo genial. En algún momento, Korn le habló:

—¿Sabes? Mi amigo estuvo organizándonos toda la semana —contó, haciendo movimientos exagerados con las manos cuando Pat murmuró que solo habían sido dos días—. “Las luces no se ven bien”, “los globos tienen que ser de estos colores y en este patrón”. Pensé que Ai’Punn y tú eran perfeccionistas, pero parece que no conocía bien a Pat, ja, ja.

 Pran no pudo evitar reír un poco por eso.

—¿Pat? Es la persona más desorganizada que vas a encontrar en tu vida, no puedo creerte.

—¡Yo no miento, no miento! —rió Korn—. Pregúntale a cualquiera, realmente estaba presionado por esta fiesta. Es la primera vez que celebran juntos, ¿verdad?

—Mn —asintió—. ¿Recuerdas lo que les dijimos? ¿Sobre la rivalidad de nuestras familias?

—Ajá.

—Mi mamá no quiere que Pat se acerque a nuestra casa, así que nunca lo invitó a nuestras fiestas de cumpleaños. Tampoco hemos ido a las suyas.

—Eso es duro, amigo. Ustedes son como… ¿mejores amigos?

Pat carraspeó.

—Algo así.

Korn sacudió la cabeza.

—Por cierto, ¿sabías que todos nosotros vivimos en una mentira? —señaló con la cabeza alrededor.

Pran frunció las cejas

—¿Es así?

Pat también parecía curioso.

—Sí, sí. Nos conocemos desde hace meses, ¿verdad? Bueno, pues, todo este tiempo, nosotros pensamos que ustedes dos…

—¡Ah, claro, sí, lo escuché! —interrumpió Pat—. Acompáñame por refresco, Korn.

Rápidamente desaparecieron de su vista. Pran hizo su mejor expresión de confusión hasta que Ink lo llamó y entonces fue a charlar con ella. El otro Korn estaba ahí también, al igual que Mon, y juntos se pusieron a hablar de algunas soluciones para que la presión arterial de Pran no subiera tanto al usar su potencial. De alguna manera, Pran notó que Korn no parecía tan melancólico como semanas antes (o meses, incluso), y que participaba bastante al dar sugerencias.

—¿Has probado con alguien más? —preguntó Ink de repente.

Pran negó.

—No, excepto con Wave. Pero no quiero decirle a nadie todavía, es peligroso.

Ink asintió.

—Entiendo.

—Hasta ahora, todo va muy bien —comentó Korn—. Funciona bien y, excepto por la presión de Pran, en realidad no hay problemas en nosotros. Cuando el efecto de su potencial termina, nuestro potencial regresa con normalidad.

De repente, la mirada de Ink se posó en la lejanía y soltó una risita.

—¿Qué es? —preguntaron los demás.

—Miren discretamente —dijo ella—, por allá.

La escena no era diferente a otras. Pang y Namtaan (¿a dónde había ido Ohm?) estaban charlando alegremente junto a la mesa de frituras. Lo que sea que Namtaan hubiera dicho, hizo reír a carcajadas a Pang. Esa era la parte usual. La otra parte, sin embargo, era que Wave estaba a pocos metros de ellos, sosteniendo un vaso que probablemente estaba vacío, porque Wave lo estaba apretando demasiado y no salía ningún líquido de él. La expresión era un poco tensa, pero nadie notaría una diferencia con su mal humor diario si no fuera por el vaso.

—Oh, mi… ¿qué pasa con ellos? —preguntó Mon.

Pran resopló.

—Eso le pregunté a Pang. Dice que ahora “se toleran”.

—Eso no parece ser solo tolerancia —dijo Korn—. ¿Quieren que le pregunte a Claire?

Todos se animaron.

—¿Y saber si hay algo entre ellos antes que ellos mismos? —preguntó Mon—. Por supuesto, al menos estaríamos en lo correcto esta vez.

Como ella lo miró directamente, Pran solo pudo alzar una ceja.

—¿Qué se supone que significa eso?


Pran

Eran cerca de las diez cuando todo terminó. Como era de esperarse, la limpieza se dejaría para otro día (Ohm ofreció ocultar todo para siempre, pero no creían que fuera correcto hacerlo) y todos regresaron a sus habitaciones, saciados y satisfechos. Pran estaba feliz, Pang vibraba de alegría. Habían tenido un pastel, incluso.

Al despedirse, a nadie le sorprendió que Pat entrara a su cuarto. Cerró la puerta detrás de él, ignorando por completo las miradas que Pang y otros le dieron. Pat se apresuró al baño para prepararse, sabiendo que a Pran no le gustaba que se metiera a su cama sudoroso. Pran sonrió mientras esperaba a que saliera, amenazándolo con no acabarse el agua caliente, a pesar de que era una noche más o menos calurosa. Sostuvo a Nong Nao para acomodar la cama, pensando en lo divertido que había sido el día y cómo, de alguna manera, fue el mejor cumpleaños que ha tenido en su vida. Todo gracias a Pat.

Pat, a quien obviamente Korn planeaba exponer más temprano.

Pran pensó que tal vez todos ellos se aliaron para ponerlos en esa situación. Lo mencionó Mon, Pang habló con él, Korn estuvo a punto de decirlo. Pran había escuchado, por supuesto, todo lo que ellos decían, ignorándolo a propósito o fingiendo que no oyó. Sin embargo, su hermano tenía razón.

Desde que llegaron a Ritdha en mayo, Pran salió de entre las paredes en las que sus padres los encerraron. No solo él, también Pang, pero Pang no había tenido prohibido ser amigo de Nac desde pequeños. Pran sabía que él y Pat aprovecharon la privacidad y la confidencialidad que les ofrecía el internado para desafiar todo lo que sus padres les enseñaron. Aunque en la superficie, para ellos, seguían siendo rivales (sus calificaciones, su desempeño, eso no fue algo que redujeron, pero, de alguna manera, no se sintió tan presionado como antes), ninguno de los dos estuvo alerta de ser descubiertos: almorzaron juntos, se unieron al mismo club, ¡dormían juntos! Pang tuvo razón todo este tiempo y Pran era un experto en ignorar cosas en favor de protegerse a sí mismo.

Sí, no imaginaba dormir con Wai todas las noches, de la misma manera que lo hacía con Pat. No imaginaba tener algunas pertenencias de Wai o de alguno de sus amigos tan establecidas en su baño que sería raro si no las viera alguna vez. No imaginaba que su guardarropa comenzara a mezclarse con el de alguno de los alumnos Gifted que apreciaba, no como lo hacía con la de Pat. En este punto, Pran sabía totalmente lo que estaba pasando.

Pang también tenía razón en que no habría diferencia si eran descubiertos como amigos o como algo más.

Y, por supuesto, todos los demás tenían sus razones para pensar que él y par eran pareja.

Solo debía dar el paso, ¿verdad? Ser fuerte.

Pero, a diferencia de lo que algunos pensaran, el más fuerte entre ellos no fue Pran. Entre él y Pang, por ejemplo, el más fuerte siempre fue Pang; no físicamente, sino mentalmente. Pran tendía a evitar el conflicto, y Pang se arrojaba al fuego por lo que creía; prueba de ello eran sus potenciales: Pran suprimía los potenciales, Pang podía controlar a los demás. Y entre Pat y él, era claro; Pat era una persona de acciones, alguien que no sobrepensaba las cosas y que era mucho más valiente que Pran.

Tal vez debería seguir el consejo de su hermano.

Cuando Pat salió del baño, Pran tampoco se sorprendió de que no tuviera puesta una camisa. Aunque eso normalmente lo distraía lo suficiente como para usarlo de excusa, no podía permitir que eso sucediera. Estaba sobrepensando todo de nuevo, al punto en que la cabeza le dolía, y sentía tanta presión en el pecho que sabía que estaba a punto de un ataque de pánico. Sin embargo, tampoco creía poder soportarlo más.

—Muchas gracias por lo de hoy —soltó de repente.

Pat le sonrió suavemente, los ojos cálidos y brillantes.

—Quería que fuera un cumpleaños especial. Para los dos, quiero decir. Tú y Pang, tu gemelo.

Asintió.

—Lo fue, te lo aseguro.

Pat se acercó a él. Pran había apagado las luces, solo dejando una serie que iluminaba tenuemente la habitación. Se sentó en la cama y Pat fue con él, sus rodillas tocándose, Pran todavía vestido y Pat semidesnudo. Su corazón latía fuertemente y se preguntó si Pat podía sentirlo. Estaba en conflicto con eso, si quería que Pat pudiera sentirlo o bloquear su potencial para que solo lo escuchara.

No pudo pensarlo mucho porque de repente Pat dijo:

—Acerca de lo que Korn dijo más temprano, yo… quería hablar de eso.

Pran alzó una ceja.

—¿Lo que dijo Korn?

—Mn. Cuando estábamos hablando los tres.

—Ah, eso. Sí —lo había olvidado, a pesar de que lo pensó hace menos de diez minutos—. ¿Qué tienes que decir de eso?

—Tú sabes lo que dijeron, ¿verdad? Lo que estaban diciendo, más bien.

Pran asintió.

—Lo escuché. Varias veces. Wai tuvo que ir y preguntarme.

Hubo un resoplido.

—Hasta hace poco tiempo, probablemente me habría reído de la sugerencia. Pensaba que era obvio que éramos mejores amigos, y lo somos… Lo somos, ¿verdad?

—Sí, sí.

—Bueno, sí. Pero luego, tuve una de esas cosas reveladoras.

—Epifanía.

—Sí, eso. Y cuando lo escuché de ellos, dije, “claro, es normal que se hubieran confundido”, porque de repente empecé a sentirlo. Lo que ellos pensaron tenía sentido. Quiero decir, le pregunté a Pang si alguna vez quiso besar a Nac y respondió que no en menos de un segundo, y entonces pensé que quizá no era raro querer besar a tu mejor amigo.

Pran rió.

—¿Quieres besar a tu mejor amigo?

Pat se estremeció.

—Pran, déjame terminar.

—Bien, lo siento.

—Entonces, sí. Le pregunté a Claire, y ella me dio pistas, pero no quería ayudarme porque dijo que era hacer trampa. Estaba calmado, reflexionando sobre mis sentimientos, porque eran tan diferentes a lo que ella describió como enamoramiento —luego su tono de voz cambió, un poco menos seria—. Y luego P’Arm empezó a coquetearte.

—P’Arm no me estaba coqueteando.

—¡Lo hizo! Ni siquiera necesité mi potencial para saberlo.

Pran rió.

—Bueno, quizá me estaba coqueteando un poco. Pero ya no. ¿En qué parte iba?

—Estabas adivinando tus sentimientos.

—No adivinando, reflexionando. Como sea. El sentimiento era diferente, pero todavía había celos y quería besarte y al final llegué a la conclusión de que sí, sí era algo más allá de ser “mejores amigos”.

—No le estás poniendo nombre —murmuró Pran. No supo en qué momento, pero ahora estaban más cerca, tan cerca que no necesitaban hablar en voz alta para escucharse.

—No quiero hacer nada que tú no quieras.

—¿Ni siquiera confesarte?

—Si no quieres que lo haga, no lo haré —insistió.

—¿Y estás bien con nosotros siendo mejores amigos nada más?

Pat se quedó callado por un largo rato después de eso, o así se sintió; sus ojos se movieron de un lado a otro, mirando fijamente a los de Pran. Ni un solo segundo apartó la mirada, y Pran entendió que Pat estaba usando su potencial, porque Pran tampoco decía nada. Entonces, se concentró en los sentimientos que no pudo ocultar ni una sola vez que estaba cerca de Pat. Su postura, su aura, sus ojos deberían decirlo en ese momento; expresar lo que quería, lo que sentía, mientras sus rostros se acercaban cada vez más. El aliento de Pat lo rozó, los labios de Pat estaban casi sobre los suyos. Y, cuando la comprensión alcanzó su mirada, Pat no dudó en dar el siguiente paso con otro susurro:

—No.


[1] Generalmente, habría utilizado la forma en español, pero me encanta cuando Pat lo llama así en la serie (por cómo suena), así que solo imagínenlo de esa manera.

Notes:

Al final, terminé usando el cumpleaños de Pang como el cumpleaños oficial de los gemelos en la historia, porque no tengo idea de cuándo es el cumpleaños de Pran.

Gracias por seguir leyendo :). Comentarios y kudos siempre son apreciados, pero simplemente seguir teniendo lectores me motiva <3

Chapter 15: Capítulo catorce

Notes:

Por mucho tiempo quise llegar a este punto de la historia y finalmente lo alcancé, ¡yay!

Como podrán notar, el canon está cada vez más alejado del fic, aunque es más bien la línea temporal. Esa es un caos y la cambié a conveniencia de mi historia. Tengo más o menos resuelta la trama del fic... más bien, tenía, porque a veces simplemente no pasa lo que yo quería que pasara, así que ahora todo depende de los protagonistas y de qué tanto vaya a usar el canon de The Gifted.

Discurso usual: no hay beta. No creo que haya beta en este fic en general, así que los errores o son míos o son de AO3 que no sabe qué hacer cuando un fanfic no está en inglés :(. Aun así, amo esta plataforma.

Gracias por leer; kudos, comentarios o cualquier tipo de interacción es apreciada. <3

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Pat

Besar a Pran se sentía como esa vez que fue a la playa.

Había esperado fuegos artificiales, mariposas en el estómago o algo parecido, y en definitiva un beso más apasionado; esto era, por el momento, solo un toque de labios, tan inocente como si fuera el primer beso de ambos (no lo era, Pat lo sabía), como si tuvieran miedo de hacer algo además de presionarse contra el otro. La calidez de Pran, su proximidad, el contacto de sus cuerpos y labios enviaron a Pat por una serie de sentimientos ampliados tanto por la realización como por su potencial.

De hecho, besar a Pran (aunque fuera así, ligero) se sentía como llegar a casa después de un largo día. Se sentía como los abrazos de Pran durante las noches, como la sonrisa de Pran iluminando sus días y, también, como lo mismo que había sentido durante mucho tiempo, tan familiar y asentado que no se había dado cuenta de que era amor.

Pat sentía un cosquilleo en sus labios, las manos le picaban por sujetar el rostro de Pran, pero no hizo nada de eso. Sin aliento, solo por ese toque, Pat se alejó cuidadosamente, lentamente. Abrió los ojos de la misma manera, concentrándose en la sensación de comodidad. Pran tenía los ojos abiertos y llorosos cuando lo vio, pero no había tanta angustia como esperaba; era más bien incredulidad.

—Pat —susurró, y luego tomó su nuca para empujarlo una vez más contra él.

Esta vez, fue electrizante. Finalmente llegaron los fuegos artificiales, la corriente que pasó por cada uno de sus nervios lo sacudió y lo impulsó a profundizar el beso. Pran abrió la boca, él abrió la boca. Pran movió sus labios, él movió sus labios. Pat era más inexperto que Pran, lo descubrió porque Pran rápidamente tomó el mando y dirigió los movimientos de cabeza y de labios. Pat cedió a la picazón en sus palmas, tomando a Pran entre sus manos y acariciando suavemente sus orejas, su cabello y todo lo que podía tocar. Fue gentil, tan gentil que, comparado al beso, era como el roce de una pluma. Pran no se quedó atrás, aunque fue un poco más brusco, más como su beso. Tiró un poco de su cabello, apenas una punzada que envió escalofríos por todo él.

El beso, las respiraciones y los pequeños jadeos que se escuchaban comenzaron a ser estimulantes. Pero Pat no haría nada de naturaleza erótica, a pesar de que su cuerpo estaba reaccionando, ya que los sentimientos eran más que abrumadores y sabía que no era el momento adecuado. En realidad, los sentimientos y las emociones comenzaron a darle dolor de cabeza, lo que probablemente Pran notó, porque dejó de besarlo en ese momento. Un poco descontento, Pat persiguió los labios de Pran, ganándose una risita de su parte.

—Está bien, ojos feroces —le dijo—, habrá más después.

Pat se animó visiblemente con el comentario.

—Ahora, déjame intentar calmarte un poco. Estás usando demasiado tu potencial, ¿verdad?

Pat aspiró.

—Estoy sintiendo demasiado, sí. Mis emociones y las tuyas son… wow.

Con una media sonrisa, Pran asintió. Masajeó suavemente su cuero cabelludo en un intento por calmar el dolor de cabeza, y murmuró bajo algunas palabras que Pat no entendió. Rápidamente, la cantidad de emociones de Pran se apagaron y solo quedaron las suyas, cálidas y zumbando dentro de él.

—¿Mejor?

—Uhm. Mucho mejor. ¿Cuándo aprendiste a hacerlo por voluntad?

—No tiene mucho. Estuve practicando.

Aunque tenía curiosidad, no siguió preguntando. Ya calmado, Pat siguió acariciando el rostro de Pran, repasando suavemente sus mejillas, pómulos y mandíbula, deteniéndose especialmente en la zona donde los hoyuelos aparecían. Al contrario de lo que pensó, los labios de Pran habían estado un poco resecos y ásperos. No sabía si era por falta de hidratación o porque Pran amaba morderse los labios cada vez que estaba pensando o cuando se ponía ansioso. Como fuera, la textura fue agradable y tan sorprendente que Pat quería repetir los besos tantas veces como fueran posibles. Tomó el labio inferior con el pulgar de su mano, moviendo y masajeando suavemente.

—¿Quieres hablar de eso? —preguntó de repente.

Pran suspiró.

—Aquí pensé que te había distraído.

—Lo hiciste —se apresuró a decir—. Realmente funcionó. Pero quiero saber. No dijiste nada, solo lo interpreté así.

Pran cuadró los hombros antes de recargarse contra la cabecera de metal de la cama. Asintió y dejó que sus manos se posaran en la rodilla de Pat, acariciando también con sus pulgares.

—Hablé con Pang. Él me hizo ver que, sin importar si hacíamos esto o no, las consecuencias serían las mismas.

—¿Como qué?

—Imaginamos que mamá podría enviarnos a Londres o algo así. Tiene un primo, creo. Si ser solo amigos de cualquier manera podría tener un desenlace así… pensé que era bueno arriesgar más. Entonces, al menos valdría la pena.

—Pero es hipotético, ¿verdad? —preguntó, de repente sintiendo el pánico crecer dentro de él—. No crees que realmente te envíen tan lejos.

El encogimiento de hombros le dijo suficiente. Pat sabía lo estricta que podía ser Dissaya, pero solo Pang y Pran eran quienes sufrían las consecuencias de desafiarla. Por más magnífica madre que fuera, era realmente aterradora en esos aspectos. A pesar de que Pat debería estar también aterrorizado de lo que escuchó, porque la simple idea de ser separado de Pran ahora mismo le dolía, su mano lo acariciaba suavemente y lo tranquilizaba con el dulce toque. Pat asintió con los labios apretados.

 —Entonces —comenzó, después de pensar un rato—, yo te di mi respuesta.

—¿Respuesta?

—Me preguntaste si quería que fuéramos solo amigos —lo miró fijamente a los ojos—. Te dije que no. Déjame preguntarte lo mismo: ¿qué quieres tú?

Pran se quedó boquiabierto, incrédulo. Antes de que el corazón de Pat se le saliera del pecho, Pran soltó una carcajada. Sus manos, que nunca dejaron de acariciarlo, se apretaron.

—Si es tu forma de pedirme ser tu novio, es bastante rara.

—Oh, ¿crees que podrías hacerlo mejor?

Pran alzó una ceja.

—No me retes.

—Lo hago —declaró, luciendo presuntuoso.

Escuchó el suspiro de Pran antes de que lo soltara. Frunció las cejas cuando Pran se alejó de él para ir hacia su armario, y estaba todavía más confundido cuando lo vio sacar un estuche de guitarra de ahí.

—¿De dónde sacaste eso?

—La pedí prestada del club de música para componer las canciones de la obra. No lo he devuelto —dijo, mientras se volvía a acomodar en la cama frente a Pat y sacaba la guitarra para afinarla.

Después de tocar un par de acordes, Pran se aclaró la garganta.

—¿Qué? ¿Me vas a tocar una canción? —preguntó. Aunque quería sonar divertido, retador, la pregunta salió sin aliento.

—Sí, eso haré —respondió Pran con una sonrisa de hoyuelos.

Eso hizo.

No era una canción que Pat conociera. Tampoco fue muy larga, como si no estuviera terminada. En algún punto de la melodía y la letra, Pat comenzó a llorar, asemejando a Pran. El coro era una pregunta que ninguno de ellos había realizado porque no era realmente su estilo, pero sonó natural y apropiada para ellos y su situación. Pat realmente se quedó sin respiración por la impresión, su pecho dolía, pero se sentía bien; y, cuando Pran terminó de tocar, no pudo evitar abalanzarse sobre él para besarlo de nuevo.

—¿Es eso un sí? —preguntó Pran cuando lo soltó, acompañado de una risa de disfrute.

Pat asintió, entusiasta.

—¿Y mi puntuación?

—Diez de diez —calificó—. Definitivamente me ganaste.

—No pareces muy triste por ello.

Esta vez, Pat tomó la barbilla de Pran antes de dejar un beso más ligero en sus labios.

—Debe saber, señor Parakul, que yo siempre dejo ganar a mi pareja.


Pran

Tenía novio.

Espera, modifica eso.

Pat era su novio.

¿Alguna vez sintió tanta felicidad como en ese momento? Sin importar las preocupaciones sobre el futuro o sin considerar a sus padres, simplemente siguiendo lo que su corazón dictaba y haciendo lo que quería. No, en realidad no creía que hubiera sido tan feliz antes. Estaba eufórico, extasiado, cualquier palabra que pudiera describir sus sentimientos en ese momento, probablemente Claire ayudaría con eso.

Se acomodaron para dormir, ya frescos y con su pijama puesto. Pat no se puso una playera, a pesar de que Pran insistió. Se acurrucaron en la cama, y esta vez él no se restringió para abrazar a Pat. Se sintió cálido en el abrazo, escuchando los latidos del corazón de Pat y sintiendo su piel en su mejilla, lo que ciertamente lo tendría sonrojado un par de días. Estaba quedándose dormido cuando escuchó:

—¿Escribiste la canción?

—Mn —asintió y bostezó—. Todavía no está terminada.

—Es muy buena. Me encanta.

—Lo dices solo porque es para ti, ¿verdad?

—No, no. Soy un crítico sincero, y es realmente buena.

Nong Nao durmió entre ellos, al final, pero no evitó que se quedaran enredados entre sí.


—El profesor Pom quiere que registre mi potencial.

Se detuvo de comer y miró a su hermano, notando que, de hecho, había más personas haciendo lo mismo que él. Wave, Pat, Namtaan e Ink prestaron total atención a lo que Pang estaba diciendo.

—Yo pensé que se suponía que él no lo sabe —comentó Ink—. ¿Le dijiste?

Pang negó.

—No. Supongo que se cansaron de fingir.

—Es el último día de clases —dijo Namtaan—, ¿por qué decírtelo ahora y no antes?

Hubo un suspiro colectivo.

—Tal vez es como esa vez de la playa —continuó Ink—. Tal vez quiere mantenernos vigilados, o controlados. ¿Deberíamos volver a estar alerta?

Wave rió sin gracia.

—Siempre debemos estar alerta, por lo que parece.

—Si ese es el caso, te pedirán pronto que registres el tuyo, Pran. ¿No es así?

Miró a Namtaan.

—Tal vez. Pero ellos creen que yo no lo recuerdo. Y creen que tengo el mismo potencial que Pang.

—Lo cual es una ventaja —añadió ella—. Si el profesor Pom te sugiere que podrías tener el mismo potencial que Pang, deberías… fingir, algo así.

—¿Cómo lo haría? —preguntó Pang.

—No sé. Quizá alguno de nosotros lo ayude. Nos das alguna orden aleatoria, luego ordenas a alguno que suspendamos el potencial, en caso de que no te crea a la primera.

—Me gusta la idea de Namtaan —asintió Ink—. Sería muy peligroso si nos quedamos así.

—Mn. Tienes razón.

—¿De qué hablan?

Ohm, Korn y Wai llegaron con sus bandejas de comida.

—Del profesor Pom y el director —dijo Pat—. Oye, ¿me das?

—Claro —aceptó Korn—. Entonces, ¿qué hicieron esta vez?

—Nada todavía. Pero tal vez sea buena idea cuidarnos durante las vacaciones —sugirió Ink—. Registren cada cosa extraña y repórtenlo en el chat grupal.

Ohm rió.

—Vivimos en una película, ¿verdad? Qué vida tan dramática.

—Lo disfrutas, acéptalo.

—Eres mi mejor amiga, Namtaan, por supuesto que me conoces.

Wai frunció las cejas y se dirigió a él.

—¿Debería preocuparme?

—Un poco. Pero creo que podemos arreglarlo.

—Está bien. Tal vez debería practicar estas vacaciones sobre cómo escapar y esas cosas. Podría serles de ayuda.

—¡Podrías ser nuestro Hermes! —exclamó Ohm.

—¿Hermes no es un mensajero? —preguntó Wai, un poco confundido por la comparación.

—Sí, pero es el más veloz de todos los dioses, uno de los más útiles también —explicó Namtaan—. Si, por alguna razón, nos quedamos incomunicados o sin la capacidad de huir, por cualquier cosa, entonces serías nuestro puente. Realmente ayudaría.

—Lo que me recuerda —agregó él—, que deberías comenzar a trabajar en lugares que no sean el campo de la escuela. Ya van cuatro veces que te mojan los aspersores porque no te ven.

Rieron, logrando el propósito de Pran de aligerar el ambiente. Su hermano, Wave y Pat no habían participado mucho en la conversación, y todos sabían por qué era eso. Sorprendentemente, no se trataba del director ni de algo relacionado con la escuela.

Era sobre sus padres.

Pran estaba nervioso por lo que pudiera pasar. La usual rivalidad de sus familias no era un problema en sí, ya que Pran, Pat y Pang mantuvieron sus competencias usuales para no meterse en problemas con ellos; durante la playa, fingieron ignorarse; si su madre llamaba, nunca hablaba de Pat y mucho menos sobre su noviazgo. Habían sido astutos, habían aprovechado la lejanía para aparentar lo que estuvieron haciendo durante diez años. Sin embargo, antes solo eran amigos. Ahora, apenas podían estar separados.

No, Pran no pensaba que tuvieran codependencia. Cuando tenían que disfrutar solos, lo hacían; aunque tenían amigos en común, varias veces estaban por separado. Pero no era tanto tiempo comparado con el que pasaban juntos. Era completamente normal: ambos estaban en la clase uno, en la clase Gifted y en los mismos dormitorios. A la hora del almuerzo, siempre estaban juntos; al momento del club de teatro, aprovechaban para trabajar si no estaban muy ocupados. En realidad, sí era un poco raro que no los vieran uno al lado del otro.

Iba a ser realmente difícil regresar a casa y verse a escondidas de nuevo. O verse en absoluto. Pran había sospechado que sus padres podrían llevárselos a las montañas con tal de librarlos de la familia Jindapat un rato. Le dolía un poco el corazón pensar en eso, aunque Pat y Pang insistieron que quizá podría estar exagerando con eso.

Pran no sabía bien, ahora que lo pensaba, por qué Wave se veía tenso cuando hablaban de eso. Quizá fue porque ya conoció a sus padres y vio el nivel de apatía que ellos tenían hacia Pat. Quizá Pang se quejaba con él, o quizá pensaba en que sus abuelos y Dissaya podrían haber entablado una amistad duradera y ahora tendría que aguantarlos todo el tiempo. Eso último era más un pensamiento resentido, podía ver que Wave ya no era hostil con ellos, pero aún desconfiaba un poco.

Empacaron gran parte de sus cosas, pero lo básico se quedó en el dormitorio. Habían terminado la última evaluación de todas las clases, incluida la clase Gifted, que había sido un ensayo pedido por el mismo director, así que ese mismo día regresarían, pues las clases terminaron temprano.

Pat entró a su cuarto, seguramente para recoger a Nong Nao y ponerlo en su maleta. Habían llegado a un acuerdo sobre comenzar a fingir que no se hablaban después de clases, ya que sus padres pasarían a recogerlos a todos. Particularmente, Pang sugirió que no se viera ninguna interacción entre ellos ni siquiera en el edificio de los dormitorios, en caso de que a sus padres se les ocurriera pasarse por ahí. Miró su reloj, faltaba al menos una hora para que comenzaran a llegar sus padres, todavía tenía tiempo.

—¿Estás usando tus gafas? —preguntó, un poco divertido.

—Sí, me empezaron a doler los ojos hace un rato y tuve que quitármelos.

Pat estaba haciendo pucheros. Tenía ya a Nong Nao en sus manos, pero no salió de su habitación; afortunadamente había cerrado la puerta, o todos podrían ver lo adorable que Pat era en esos momentos.

—Pobre cachorro —lo consoló—. Anda, ven, te doy un abrazo.

No hubo vacilación por parte de ninguno. Pran amaba abrazar a Pat, y ahora que se le permitía, lo hacía cada vez que podía. Pat se enterró en él y comenzó a olfatear su cuello como un verdadero cachorro, y Pran incluso pudo imaginar los pequeños chillidos. Frotó sus mejillas en el cabello de Pat, quien se había inclinado para quedar en esa posición.

—Ya, ya. ¿Estás mejor?

—No, necesito más abrazos.

Pran rió y sacudió la cabeza.

—¿Te colocaste gotas para los ojos?

—Ajá.

Se quedaron así por unos segundos, o tal vez un par de minutos. Pran solo supo que el tiempo se les estaba acabando y que tenían que terminar de empacar antes de que sus padres llegaran. A regañadientes, comenzó a empujar a Pat.

—No —insistió su novio, volviendo a él y apretando su abrazo.

—Pat, necesito terminar mis maletas.

—Prácticamente las terminaste.

—Entonces tú necesitas hacer las tuyas.

El puchero de Pat se amplió. Pran no lo vio, pero pudo sentirlo. Aun así, los brazos no lo dejaron ir, y también percibió la ligera tensión en los hombros de su novio. Suspiró antes de preguntar más seriamente:

—¿Qué pasa?

—No quiero soltarte.

Su voz era temblorosa y un poco ahogada por la posición de la cabeza. Relajó su rostro, poniendo una expresión suave, y tomó el rostro de Pat entre sus manos. Él tenía los ojos brillosos, ya sea por querer llorar o simplemente porque últimamente siempre lo miraba de esa manera.

—No quiero soltarte —repitió—. Siento que, si lo hago, vas a desaparecer.

Inclinó la cabeza.

—¿Cómo sería eso? Vivo enfrente de ti, vas a verme todos los días.

—No sé —negó—. ¿Me estoy volviendo loco, tal vez?

—Creo que estás empezando a sobrepensar las cosas —asintió—. Muy mal de tu parte, ojos feroces. Sobrepensar es mi trabajo, no el tuyo.

—Me duele a veces —confesó—, separarme de ti.

—También a mí. Pero no nos vamos a separar, ¿verdad? Vamos a encontrar tiempo para nosotros. Pang nos va a ayudar, los demás nos van a ayudar.

Pat asintió. Pran dejó un beso en su frente, luego Pat besó su nariz, y se sostuvieron unos momentos más antes de dejarse ir. Pat tomó a Nong Nao de nuevo y lo apretó hacia sí mismo.

—Bien —dijo Pat—. Vamos a casa.


Existía la posibilidad de que esto sucediera, pero no lo hizo menos incómodo.

Dissaya, Pakorn, Ming y Kaew habían estado en la misma habitación muchas veces. Cuando era un buen día, simplemente se ignoraban; cuando no, bueno… todo era complicado. Cuando Pran bajó con sus maletas tenía una sonrisa que poco a poco se fue borrando al ver a sus padres junto a los de Pat en la entrada de la escuela. Dissaya tenía los brazos cruzados y miraba en cualquier dirección menos hacia la familia de Pat. Su padre tenía una mirada seria, pero no hostil. En cuanto a los padres de Pat, se veían incómodos y enojados en iguales cantidades. Paa, junto a ellos, lo miró con alarma en los ojos.

—Buenas tardes —saludó, haciendo un wai y yendo al lado de sus padres.

Dissaya, en cuanto lo vio, se animó un poco, alzando sus manos para tomarlo por el rostro.

—Mírate, estás más alto.

—No es así, mamá —rió—, solo no me has visto en un tiempo.

—¿Un abrazo para mí? —preguntó Pakorn—. No me prives de mi hijo, cariño.

Había todavía tensión en el aire. Afortunadamente, su familia y la de Pat no eran las únicas ahí. La madre de Namtaan también estaba ahí, así como otras personas que suponía que irían a recoger a sus propios hijos, pero no reconocía a nadie. También había conductores de algunas familias, así como profesores, administrativos y otros alumnos que se reunían con sus familias. Eso definitivamente hacía de contención.

Rápidamente escuchó carcajadas y una charla amena venir del mismo lugar de donde venía él. Cuando giró, no se sorprendió al encontrar a Pang, Ohm y Namtaan charlando y arrastrando sus maletas. Ohm estaba haciendo algún truco de magia que salió mal, lo que provocó las risas de los otros dos. Cuando Pang captó su mirada, dejó de reír inmediatamente y se aclaró la garganta.

—Uhm, buenas tardes.

Repitió lo mismo que él, seguido por sus amigos. La madre de Namtaan se acercó a ellos de inmediato y Pang la saludó con la misma formalidad e incomodidad que antes.

—Oh, buenas tardes —escuchó a Dissaya, a lo que se sobresaltó. Ella miraba a la madre de Namtaan, quien lucía elegante y seria.

Después de una mirada rápida a su hija, la madre de Namtaan sonrió cortésmente y saludó a Dissaya. No se sorprendió tampoco cuando entablaron una breve conversación para conocerse. Dissaya y la madre de Namtaan eran equiparables en la educación de sus hijos. Mientras ella hacía eso, Pang fue jalado por Pakorn para también abrazarlo.

Segundos después de terminar la conversación con la madre de Namtaan, Dissaya se despidió. Namtaan los abrazó brevemente, saludó a sus padres, y siguió a su madre en dirección a la salida.

—Pang —ahora sí, la atención de Dissaya fue a su hermano—. Ven, ven aquí.

Pran estaba intentando no hacer ningún contacto visual o siquiera mirar en la dirección de los Jindapat. En su esfuerzo, se centró en las reacciones de sus padres. Dissaya observó a Ohm, quien rápidamente realizó un wai y se presentó.

—¿Eres amigo de mis hijos?

—Sí —sonrió—, ese soy yo.

Dissaya apretó los labios en una línea firme, pero luego sonrió.

—Encantada de conocerte.

Ohm también se fue rápidamente. Cuando se quedaron solos, Pran apresuró a su madre.

—Está todo aquí. ¿Nos vamos?

Dissaya negó con la cabeza, a lo que tanto él como Pang la miraron con confusión.

—¿Falta algo?

—Esperamos a alguien —dijo su padre, y Dissaya tenía una sonrisa en el rostro.

—Oh, ¿en serio? —preguntó Pang.

—Ahí está.

Ambos alzaron la vista. Lo primero que vieron fue a Jack y Jo entrando en el pasillo, pasándolos de largo y yendo con sus padres. Detrás de ellos, Wave arrastraba su propia maleta y usaba una chaqueta roja encima de sus hombros.

—Estamos esperando… ¿a Wave? —inquirió él.

—Sí —Dissaya asintió, emocionada.

—… ¿Por qué?

—Bueno, sus abuelos no podían pasar por él y no confían en los aeropuertos para que Wave fuera solo —explicó Pakorn—. Entonces ofrecimos que se quedara con nosotros un tiempo antes de llevarlo a casa.

Pran parpadeó lentamente. Wave llegó hasta ellos para saludar a sus padres, y también los miró con confusión antes de que Dissaya pasara a darle la misma explicación. Pran miró a su gemelo, ambos con la boca abierta.

Esto definitivamente es el poder del guion, pensó. ¿Por qué demonios Wave tendría que quedarse con nosotros? Luego sacudió la cabeza. ¿Y si Ohm tiene razón y realmente estamos en una novela?

Había visto una serie similar. El protagonista tenía una hermana que lo shippeaba con su enemigo y hacía fanfics con ellos, y luego, un día, toda su vida se volvió igual que la trama del fanfic de su hermana. ¿Y si eso era lo que le estaba pasando?

Ajenos a su divague mental, el resto de las personas se encontraron atendiendo sus asuntos. Pran ni siquiera notó cuando sus padres avanzaron con él, Pang y Wave hasta la camioneta familiar para ir rumbo a la ciudad. Se perdió la llegada de Pat a su propia familia, así como la presentación de Korn a los padres de Pat.

Y así comenzaron sus vacaciones.


Su casa era grande.

Para algunas personas, la casa incluso podría pasar por una mansión, a pesar de que no era tanto así. Su padre tuvo algo de éxito con su negocio (ejem, historia privada) y logró completar la construcción a gusto de Dissaya antes de que ellos nacieran. Aunque en general lo más grande de todo era el jardín, el edificio en sí era impresionante, bastante lindo y espacioso. De hecho, varias veces alojaron a sus abuelos cuando los visitaban. Entonces, no fue difícil para ellos darle una habitación a Wave, la que estaba cerca del cuarto de los gemelos, justo al subir las escaleras.

Pran estaba agradecido por eso. No creía poder soportar si Wave tenía que quedarse en su cuarto, y no era porque Wave no le caía bien, sino porque sabía que tendría a Pat gran parte de la noche (o toda) metido ahí y ya sería realmente vergonzoso que Pang los viera y se burlara de ellos. No quería que Wave hiciera lo mismo.

Sin embargo, era bastante tarde y la luz de la habitación de Pat seguía apagada.

Tenían las cortinas y la ventana abiertas, Wave estaba con ellos porque Dissaya les permitió dormir un poco más tarde a causa de él. Había dicho algo como que tener un amigo ahí era como una pijamada. Les preparó refrigerios y dijo que ella estaría en la sala junto con Pakorn, sin interrumpirlos hasta que llegara la verdadera hora de dormir.

Pang inmediatamente sacó una carpeta de color naranja y la colocó en su escritorio, por lo que él y Pran lo miraron fijamente, confundidos.

—¿Qué es esto? —preguntó él.

—Una carpeta —respondió Pang.

—Sí, pensé que podría ser una carpeta.

Wave sacudió la cabeza.

—¿Te lo trajiste?

—¿Sabes qué es?

—¿Querías que lo dejara al alcance del director?

Como ambos hablaron al mismo tiempo, sonó gracioso. Wave suspiró y la tomó entre sus manos. Miró un poco el contenido dentro antes de asentir.

—Bien, es inteligente traerlo —aceptó Wave.

Pran la tomó de entre sus manos.

—¿Es esto lo que teníamos? ¿Sobre lo ocurrido antes?

—Sí. Namtaan tiene la información de Ink, yo tengo lo que recordabas tú. Además, estuvimos recuperando información sobre P’Chanon y pensamos que sería buena idea averiguarlo en el descanso, por si están vigilando a Wave.

—Lo cual es prácticamente imposible —añadió Wave—, pero es mejor estar prevenidos.

Pran se quedó boquiabierto.

—¿Van a buscar a P’Chanon?

—Ajá. Es una ruta segura. Si él nos puede decir lo que ocurrió en ese entonces, podremos saber qué si lo que descubrió fue lo mismo que Pat y Korn vieron en el almacén. Si el secreto tiene que ver con la tortura a los estudiantes.

Sacudió la cabeza.

—Incluso si logran contactarlo —dijo—, ¿no sería difícil hacer que les diga lo que ocurrió? Lo más probable es que el profesor Pom le haya borrado la memoria, como hizo con nosotros.

—Síp. ¿Recuerdas lo que me hiciste prometerte, Phi? ¿Qué si iba a hacer algo potencialmente peligroso te dijera para que pudieras ayudarnos?

—Sí…

—Bueno… ¿qué tanto has averiguado sobre tu potencial?


Era más de medianoche cuando se despertó. Todos en su casa se habían ido a dormir más temprano, por lo que la casa era particularmente silenciosa. Pran no solía tener el sueño tan ligero, pero ahora su cuerpo reaccionaba cada vez que cierta persona se acercaba, por lo que fue fácil para él detectar en cuanto Pat entró por la ventana.

—¿Pran? —susurró Pat—. ¿Estás dormido?

—Mhm.

—Praaaan…

Suspiró, moviéndose y finalmente abriendo los ojos. Pat tenía puesta una camiseta sin mangas y un short, olía a jabón y su cabello todavía estaba goteando. Entrecerró los ojos por la parcial oscuridad, la luz de la calle entraba por la ventana que Pat no había cerrado por completo.

—¿Acabas de llegar?

—Sí. Papá nos llevó a cenar hoy, tardamos más de lo esperado. ¿Por qué? ¿Me extrañaste?

Pran sonrió.

—Eso deseas.

—Vamos, hice un esfuerzo por venir de todos modos. ¿No puedes ser menos cruel con tu novio?

—¿El novio de quién?

—Tuyo, señor Parakul.

Exhaló ruidosamente, aunque no tanto como para despertar a su hermano o alguien más en la casa. Asintió y se enderezó.

—Bueno, ven aquí —abrió los brazos, y Pat inmediatamente se lanzó contra él, lo que provocó un pequeño quejido de su parte. Aspiró el olor del champú de Pat y sacudió la cabeza de nuevo—. Seca tu cabello.

—No traje mi toalla.

—Hay una en el armario. Tráela y lo haré por ti.

—Sí, señor.

Pat se sentó entre sus piernas para que pudiera secar su cabello. No decían nada y tampoco era tan necesario. Pran aprovechó para grabar la imagen en su memoria; aunque no era raro que Pat se metiera a su cuarto, la situación era tan diferente que le provocaba una especie de taquicardia, aunque no en el mal sentido.

—Va a ser difícil mañana.

—Va a ser como siempre fue —dijo Pran—. Hemos fingido suficiente tiempo como para que no se vea forzado.

Sin embargo…

—Lo sé —suspiró Pat—. Pero no entiendo por qué se siente diferente. Más doloroso.

Pran estaba completamente de acuerdo. Se sentía muy diferente volver a ocultarse después de esa libertad de un semestre completo. Amigos o amantes, ambos se habían permitido estar juntos más tiempo del que nunca estuvieron, sin miedo a ser descubiertos o delatados. Pang le había dicho que no era una ilusión, pero Pran sentía que, mañana por la mañana, se despertaría de un sueño largo.

—Será solo medio día —intentó reanimarlo—. Nos veremos en la tarde.

Terminó de secar el cabello de Pat y este se enderezó para voltearse y estar frente a él. Se sonrieron mutuamente, juntando sus rodillas. Últimamente se tocaban mucho, de la manera que fuera, solo para sentir el calor corporal del otro. Todavía no llevaban ni un mes siendo novios, pero ya se sentía como algo que siempre sucedió; aun así, la emoción era la misma, el latir de sus corazones era el mismo.

—No me verás por la mañana —dijo Pat, de acuerdo con las palabras de Pran—. Le dije a Korn que pasara por mí temprano, así que nos iremos como desde las seis.

—¿Oh? ¿Y eso?

—Iremos al gimnasio primero, para tener fotos si papá pregunta.

—Eso es… un buen plan.

—Sí. Se le ocurrió a Korn. Papá no me pedirá las fotos, pero no está de más. Ink vendrá con él y nos encontraremos con Namtaan y en un café. Después iremos al centro comercial.

Pran asintió.

—¿Y ustedes?

—Le dijimos antes a mis padres que queríamos llevar a Wave a ver la ciudad, porque nunca ha hecho turismo en Bangkok. Papá se ofreció a llevarnos, pero le dijimos que queríamos tomar el transporte para que “tuviera toda la experiencia”. Veremos a Wai y a Ohm primero, y luego vamos con ustedes.

Pat se rió.

—¿Qué?

—Es un plan demasiado complicado para que tengamos una cita.

—¿No quieres hacerlo?

—Claro que quiero. Es nuestra primera cita, tiene que ser épica desde el principio. De esa manera podré estar pegado a ti toda la tarde, ¿no, hoyuelos?

—Iugh, cursi.

—Si ya terminaron de coquetear, me gustaría completar mis ocho horas de sueño.

Pran suspiró.

—Tú nunca duermes ocho horas, Nong.

—Y parece que ahora tú tampoco, Phi.

—Lo siento, Pang, ¿te despertamos?

Pang se enderezó y negó con la cabeza, a pesar de que lucía medio dormido y tenía los ojos entrecerrados.

—No, fui yo mismo.

Pran asintió hacia Pat.

—Vamos, regresa a tu cuarto.

—Dame un beso de buenas noches primero.

—Pat, no seas tonto.

Pat hizo puchero y Pang soltó una especie de carcajada. Miraba directamente a Pat, quien se estiró y alzó los labios para simular un beso. Pran negó con la cabeza, pero todavía sonriendo. Pat se quejó y avanzó más, colocando sus manos en sus muslos para poder sostenerse.

—Vamos, Phi, solo dale un beso.

Pat sonrió por su aliado. Finalmente se rindió y le dio un pequeño asentimiento. Se inclinó hacia el rostro de Pat, pero, en lugar de besarlo en los labios, le dio un beso en la frente. Pat estaba a punto de protestar cuando tomó su rostro entre sus manos; lo sostuvo mientras dejaba otro beso en una mejilla, en la otra, en la nariz y ahora sí en los labios. Al separarse, los ojos de Pat brillaban intensamente.

—Buenas noches.

Notes:

Me di cuenta de que probablemente reemplacé el favoritismo Wai-Dissaya del canon de BBS con Wave... ¿Lo siento, Wai (en realidad, reemplacé a Nac en este universo, but who cares?)? Wai, no te preocupes, Wave no será el amigo favorito de los padres por mucho tiempo (¿podría convertirse en el yerno favorito?).

Una interacción que he esperado bastante, en serio, BASTANTE, por fin se dará en el siguiente capítulo, así que estoy emocionada. También, la primera cita... ¿primeras citas? ¿Citas múltiples? ¡¿Misiones de espionaje?! ¿Cómo se dice cuando un grupo de amigos se juntan para resolver un misterio pero siempre hay un aura acaramelada en la parejita del grupo?

En fin, ¡hasta el próximo capítulo!

Chapter 16: Capítulo quince

Summary:

La primera cita de Pat y Pran fuera de la escuela...

¿Y la primera cita de Pang y Wave?

Además, Ink conoce a alguien... interesante, e insoportablemente linda.

Notes:

Holi. Han sido un par de meses largos, ja, ja. Perdón por la tardanza, pero probablemente los capítulos vayan a tardar más o menos lo mismo en salir porque ahora voy con la escritura del cap en español, luego la traducción al inglés, y luego la edición del inglés.

Sin embargo, ¡continuaré hasta el final! Me alegra que ya voy a la mitad del fic, así que... ¡hurra!

En fin, en este capítulo finalmente ocurre un encuentro que esperaba desde el tercer o cuarto capítulo, lo que me emocionó mucho. También es la primera vez que escribo sobre una cita de dos adolescentes desde que tenía catorce, no sé qué tan realista sea, a decir verdad...

Me gustó el capítulo, espero que a ustedes también. Kudos, comentarios o cualquier cosa se aprecia <3

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Ink

—¿Por qué tiene que vivir tan lejos?

—Tú fuiste el que sugirió pasar por él.

—¡Sí! ¡Pero no pensé que vivía tan lejos!

—No tiene sentido, tú eres el GPS del grupo, ¿cómo no viste que estaba tan lejos?

Korn alzó una ceja.

—No tengo tanto alcance. ¿Querías que rastreara a Pat desde mi casa o algo así?

—Sí, en Maps, porque nos dio su dirección. Lo hiciste, ¿no?

—…

—Lo hiciste, ¿no?

—No… ¿no dijiste que tú te encargabas de eso?

Ink suspiró.

—Como sea, estamos a una cuadra, solo da la vuelta.

—Me encantaría poder conducir ya.

El barrio en el que estaban era muy bonito. Ink sabía que Pat y los gemelos vivían en una zona alejada del centro de la ciudad, al otro lado de donde se encontraba el internado. Cuando le dio la dirección, Ink notó que era una zona un poco famosa por ser una zona bastante segura y cómoda; un barrio rodeado de negocios prósperos, estudios de filmación e incluso casas de algunas celebridades.

Las dos legendarias casas se levantaron frente a ellos. Ink ni siquiera tuvo que averiguar cuál era de Pat y cuál era de los gemelos, porque la casa que estaba a su izquierda tenía, desde afuera, un estilo chino tradicional mezclado con tailandés que la otra casa no tenía.

Seguramente esa era la casa de Pat.

Korn se enderezó un poco, luciendo notablemente emocionado por finalmente estar frente a las casas de las historias de los gemelos y Pat. Ink no entendía por qué, si los padres de ellos se llevaban tan mal, seguían siendo vecinos, pero no iba a averiguarlo o sentía que se metería en problemas. Se acercó para llamar al timbre y dio un paso atrás para esperar.

Pensó que la primera persona que saldría sería Pat, o tal vez su madre, pero no fue así.

—¡Ya voy!

Esa fue la voz más dulce que había escuchado en su vida. Y la chica que se acercó a ellos probablemente era la más linda que Ink vería alguna vez. La chica lucía joven, alrededor de su edad, estaba peinada con una cola de caballo con algunos mechones de cabello sueltos, usaba unas gafas grandes y parecía que estaba haciendo quehaceres por el estilo de ropa holgada que traía puesta.

Ink se quedó sin habla.

—Hola —saludó ella—. ¿Puedo ayudarles?

Korn se acercó primero.

—Ey, hola. Soy Korn y ella es Ink —los presentó—. Somos amigos de Pat, vendríamos por él para ir al gimnasio…

—Ah, claro —asintió ella. Luego se aclaró la garganta y gritó—: ¡Hia! ¡Llegaron tus amigos! —Luego volvió a ellos—. Bajará en un momento.

Su sonrisa era muy dulce. Ink tragó.

—Entonces, ¿eres hermana de Pat o algo? —preguntó Korn.

—Sí, su hermana menor. Soy Paa.

—Nong Paa —murmuró Ink—. Es un lindo nombre.

Paa la miró y amplió su sonrisa.

—Gracias, P’Ink.

—¿Estás en secundaria?

Korn dirigía la conversación, por supuesto. Ink todavía estaba un poco sin palabras.

—Sí. Terminaré este año.

—¿Y planeas hacer examen para Ritdha?

—Tengo que —suspiró—, o no terminaré de escuchar quejas por parte de papá. ¿Es difícil el examen?

Ink se apresuró a intervenir.

—Es un poco complicado. Si quieres, puedo prestarte una guía que hice para el examen de admisión.

—¿En serio? —Paa se iluminó—. Me ayudaría mucho. Hia no tiene ningún apunte que me sirva y —bajó la voz— tal vez no pueda pedirle sus notas a P’Pran.

Ink asintió.

—Claro. La ayuda que necesites, esa te la daré.

—¡Genial! Gracias, P’Ink.

Pensó que Pat saldría poco después de eso, pero no fue así. Paa incluso les abrió la puerta y los dejó pasar al jardín delantero, el cual era grande y bonito. Korn actuó como si estuviera en su propia casa, entrando y gritando por Pat, pero Ink solo podía observar a la niña que ahora los miraba con curiosidad y que se balanceaba nerviosamente.

—P’Ink… —comenzó.

—¿Uhm?

—¿Puedo preguntarte algo? De su escuela.

Inclinando la cabeza, Ink asintió.

—Esa clase de ustedes, la clase Gifted, ¿qué tan rara es?

Confundida por la pregunta, Ink no pudo responder. Paa debió entender a Ink, porque rápidamente se rectificó:

—¿Es peligrosa?

—¿Ah? No, la clase no es peligrosa.

—Pero… ah, no sé…

—¿Qué pasa, N’Paa?

—¿Conoces a P’Pang?

—Lo hago.

—¿Él está bien?

Ink suavizó la mirada.

—Paa, ¿qué sabes del programa Gifted? ¿Pat o los gemelos te han hablado de él?

La niña se sonrojó al verse descubierta. Con un adorable puchero, pero una postura tensa, Paa asintió.

—¿Qué te dijeron? —insistió.

—P’Pang habló sobre un asunto raro con su director o algo así. P’Pran dijo algo sobre un potencial. Y luego me contaron una historia de terror, o algo así… estoy segura de que P’Pran te mencionó en ella. Al principio pensé que era solo para asustarme, porque Hia o P’Pang siempre hacen eso, pero luego reflexioné y me di cuenta de que, incluso si ellos dos estuvieran bromeando, era imposible que P’Pran también lo hiciera. Y todos se veían muy angustiados.

Ink sabía que se suponía que nadie debía hablar del programa con personas externas, pero si incluso Pran se atrevió a mencionarlo enfrente de Paa, seguramente se trataba de un asunto serio. Y el asunto más grave conocido en la actualidad era lo ocurrido el fin de semana que Pat y Korn desaparecieron. Aunque Ink no podía recordar nada de lo que pasó, sabía que los hombres que vio en la playa le hicieron algo. Probablemente Paa escuchó eso y ahora estaba preocupada por su hermano y las dos personas que veía como sus hermanos.

Le sonrió a Paa para tranquilizarla.

—Ellos están bien, no te preocupes, N’Paa.

—Pero están en problemas —afirmó.

—Algo así. Creo que en este caso es mejor que le preguntes directamente a Pat o a los gemelos.

Paa hizo puchero.

—Bueno, Hia regresó apenas anoche a casa y hoy sale de nuevo, y, por lo que sé, podría incluso ir a reunirse con P’Pran o algo así. No podré verlo mucho.

—¿Por qué no vienes con nosotros? —¡Gran idea, Ink!—. De esa manera podrías averiguar más.

Ink no esperaba que ninguno de ellos le contara todo a Paa a menos que ella también fuera una persona con neuronas Gifted, lo cual no sabrían hasta que el siguiente examen de selección sucediera. Sin embargo, podrían borrar sus preocupaciones (aunque tal vez no debería, ¿qué hacían un montón de adolescentes intentando resolver un misterio que los deja sin recuerdos?). Sin embargo, Ink se desanimó al ver el rostro de Paa.

—Me encantaría, pero no puedo. Le prometí a mi mamá que la ayudaría con las compras.

Eso no era justo para Ink. Toda la salida de hoy era para que Pat y Pran pudieran tener su primera cita, ¡ella se merecía tener una también! Bueno, era demasiado rápido para admitirlo, tal vez, pero estaba encantada con Paa, incluso lo llamaría “amor a primera vista”. Ink quería que Paa se uniera a ellos, pero simplemente romper la promesa que ya le hizo a su madre solo porque una Phi que conoció apenas hace media hora se lo pidió no era lógico.

—Oh.

—Pero quizá podríamos planearlo para otro día. Si no soy capaz de hacer hablar a Hia, definitivamente necesitaré ayuda. Me prometiste que me ayudarías con lo que sea apenas hace un momento, ¿verdad, P’Ink?

Ink sonrió.

—Eso dije.

Inmediatamente después de eso, Ink vio que Pat salía con lo que parecía ser su bolso de gimnasio, Korn detrás de él. Pat estaba vestido con un par de bermudas simples y una camisa todavía más simple, Ink no se sorprendería si estaba usando sandalias, lo cual, sí, eso hacía. En general, ese era un conjunto que cualquiera de ellos podría usar cualquier día, solo que no era cualquier día.

—Gracias, Paa. Volveré tarde —le dijo Pat a su hermana. Paa cambió su postura a una más relajada, claramente dejando en suspenso la conversación con Ink.

—Oh, ¿tarde? Pensé que solo iban al gimnasio.

Korn intervino:

—Tenemos planeado salir con algunos otros amigos después de eso. Es probable que vayamos al cine o algo así.

Paa se cruzó de brazos, mirándolos con sospecha.

—Hm… ya veo. Supongo que está bien. Diviértanse, entonces. Un gusto conocerlos, P’Korn, P’Ink.

Cuando Paa finalmente se adentró en la casa, Pat soltó un suspiro. Ink quería reírse, porque no entendía muy bien por qué Pat estaría conteniendo aire. Su amigo sacudió la cabeza antes de sonreírles y cruzar la entrada.

—Vámonos antes de que papá salga de la casa.

Comenzaron a caminar hacia la parada de autobuses. Mientras lo hacían, Korn y Pat comenzaron a hablar de lo que harían estas vacaciones, y Pat se quejó porque probablemente su padre lo pondría a trabajar en la tienda todo el mes. Ink sacudió la cabeza con un poco de exasperación, pero también alegría. Llevaba menos de cuatro meses conociéndolos, pero ya la hacían feliz.

—Pensé que tendrías una cita con Pran —comentó Korn una vez que estuvieron sentados en el transporte.

—¿Voy a? No la cancelamos —Pat parecía confundido.

Ink sonrió antes de explicarle:

—Tu ropa. También pensé que era raro, pero considerando que vamos al gimnasio primero…

—Ah… —Pat se sonrojó—. Puse la ropa que usaré en Siam Paragon en la bolsa, ¿ven? Pienso cambiarme en el gimnasio.

Ambos asintieron.

—¿Y dónde planeas dejar la bolsa? —preguntó Ink. No es que fuera un gran problema, pero Siam Paragon era un lugar famoso por ser un poco glamuroso (Korn y ella se vistieron para la ocasión), por lo que tal vez la bolsa del gimnasio desentonaría con el ambiente.

—En mi casillero —dijo Pat fácilmente—. La ventaja de tener la suscripción anual es que tengo mi propio casillero que está disponible hasta que cierren el gimnasio.

Korn resopló.

—Gente rica, ¿eh? Yo tendré que pagar por un día y ni siquiera usaré las máquinas.

Pat le guiñó un ojo.

—Si deseas ser rico, deberías conseguir un cónyuge rico.

Korn movió sus cejas juguetonamente.

—Tengo un novio rico. Solo me falta pedirle matrimonio. Pero si no funciona, tengo un amigo rico —puso su brazo alrededor de Pat—. ¿Verdad?

Pat e Ink rieron.

—Bien, seré tu Sugar Daddy si no te casas con tu novio.

Entre charlas y bromas, por fin llegaron a la parada de su destino. Después de bajar solo caminaron un poco antes de llegar al gimnasio de Pat, el cual ya estaba abierto. Los tres aprovecharon rápidamente para ir corriendo a colocarse en cuantos aparatos pudieron y comenzaron a hacerse algunas fotografías tanto “ejercitándose” como ejercitándose de verdad. Aunque Korn dijo que no trabajaría en las máquinas (sobre todo porque él no traía un cambio de ropa), aprovechó un poco la caminadora. Tenían una hora para estar ahí antes de ir a encontrarse con Namtaan, por lo que Pat aprovechó para hacer un poco de pesas y luego corrió a la ducha y a cambiarse de ropa.

—Entonces —Korn tarareó mientras esperaban a Pat—. La casa de Pat…

—Era linda —respondió Ink distraídamente, mirando las fotografías que tomó y preguntándose si podría calcarlas en una hoja de papel.

—Y Nong Paa…

—Es linda —repitió. Uh, había algunas fotografías borrosas. ¿Serían más realistas o tendría que borrarlas?

La risa de Korn la sacó de su mundo.

—¿Qué?

—¿Solo “linda”?

Ink frunció las cejas.

—¿La casa? Me gustó. El estilo chino tradicional no es lo mío, pero de alguna manera funcionó.

Korn sacudió la cabeza.

—No hablo de la casa.

—Oh, ¿de qué hablabas, entonces?

—Nong Paa.

Ink rápidamente sintió sus orejas calentarse.

—¿Qué hay de Nong Paa? Parecía una chica agradable. —Tan pronto como esas palabras salieron de su boca, Ink tuvo que mirar a otro lado, porque sentía la intensa mirada de Korn y ella no iba a decir ni pío.

—El próximo año podría ser nuestra junior en la escuela.

—Ella será nuestra junior —corrigió Ink—. Lo que significa que tendremos la responsabilidad de cuidarla, igual que al resto de los de nuevo ingreso.

—Nah-ah. Significa que tendrás la oportunidad de pasar tiempo con ella.

Ink frunció las cejas.

—¿Estás tratando de burlarte de mí?

Korn alzó sus manos en señal de paz.

—Solo digo lo que veo. Si Nong Paa no te parece lo suficientemente linda como para tener algunos pretendientes, entonces no diré nada más.

Suspiró y negó la cabeza con molestia, volviendo a ver sus fotos. Pat salió del baño oliendo a jabón y luciendo fresco y un poco más arreglado con su nuevo conjunto de ropa. Si a Ink le atrajeran los chicos, seguramente sentiría mariposas en el estómago, pero ella solo podía darle un pulgar arriba por tener buen gusto con la ropa cuando era necesario. Korn silbó ruidosamente, elogiando a Pat inmediatamente después de eso.


Pran

La mañana en casa se sentían incómodamente tranquilas después de pasar tanto tiempo en el internado. Incluso con un invitado ahí, la única persona medianamente ruidosa era Pang, y eso era solo porque había conectado el secador y dejado la puerta del baño abierta, por lo que se escuchaba el ruido del aparato por todo el pasillo. Wave, por su parte, era tan pacífico como podía esperarse de alguien en casa ajena.

Eran las ocho de la mañana cuando el desayuno estuvo listo. Pran y Pang ayudaron a poner la mesa, mientras Wave se removía incómodo en su asiento, y sus padres traían la comida en las ollas y cacerolas. Una vez que todos estuvieron sentados a la mesa, Pang extendió la mano para agarrar la cuchara y comenzar a servirse cuando su padre lo detuvo.

—¡Un segundo! —exclamó—. Esta comida es perfecta para esta pieza musical.

Pran podría reconocer cada canción o pieza en la lista de reproducción de Pakorn con solo las primeras notas. Sarabanda de Giuseppe Tartini no era algo que su padre pusiera usualmente durante el desayuno, y Pran entendía por qué: demasiado introspectiva para su gusto; sin embargo, sonó por los altavoces de la sala-comedor, llenando el ambiente y siendo la señal para que pudieran comenzar a comer.

Algo en la música le pareció sombrío a Pran. Se suponía que ese día sería la primera cita de él y Pat, un día feliz y lleno de recuerdos que guardarían por siempre; pero la incomodidad que Pran sentía ahora, sentado con su familia (y Wave) y desayunando como si él y Pang nunca se hubieran ido al internado, como si no estuvieran a punto de armar la mayor mentira jamás dicha a sus padres desde que nacieron. Pero Pran no dijo nada, ya que parecía que él era el único con ese sentimiento. Pang comenzó a hacer chistes con Pakorn mientras Dissaya los regañaba levemente y les decía que se comportaran porque Wave estaba ahí. Wave, aunque todavía rígido, forzaba sonrisas hacia Dissaya y agradecía el plato. Pran suspiró y tomó su propia cuchara.

Quería ver a Pat ya mismo.


Afortunadamente, su deseo se hizo realidad más pronto de lo esperado.

Pat le envió un mensaje cuando Pran y los demás iban llegando a Siam Paragon. Según el horario planeado, Namtaan, Ink, Korn y Pat deberían estar en camino al centro comercial después de estar en una cafetería, pero el mensaje de Pat decía que estaban subiendo al segundo piso en ese momento.

Pran intentó no parecer tan emocionado como se sentía. O nervioso. Nervioso y emocionado. Su estómago era un lío, al igual que su cabeza, y no podía calmarse ni siquiera con el sonido de las voces de su hermano, Wai u Ohm que hablaban de comprar helado. Discretamente comenzó a buscar alrededor, por si veía a alguien familiar, pero estaba mirando en la dirección equivocada, porque lo que escuchó a sus espaldas fue el grito efusivo de quien identificó rápidamente como Ohm:

—¡Aquí estamos, cariño!

Pran sabía que él no era el único emocionado por tener una cita con su novio (en otras palabras, que él y Pat no eran la única pareja que tendrían una cita ese día), sin embargo, se sintió un poco decepcionado por no ser el primero en ver al grupo que seguramente ya se acercaba a ellos. Inhaló profundamente antes de armarse de valor y darse la vuelta.

Santa mierda…

Pran podía quejarse internamente todo lo que quería por su gusto en hombres, pero la verdad es que, en cuanto al físico, estaba orgulloso de haber elegido bien (por supuesto, no era algo que diría en voz alta, Pat ya tenía suficiente ego).  En un día regular, Pat lucía guapo con el uniforme escolar o con ropa de calle, Pat era fresco y desordenado, del buen tipo, del tipo que un chico pulcro como Pran necesitaba para equilibrar su vida. En un día regular, Pran podía sentir su corazón acelerándose cada vez que tenía a Pat cerca de él; en un día regular, Pran podía soportar la vista con la que sus ojos eran bendecidos.

Hoy, sin embargo, era posible que Pran muriera de un infarto.

—Amigo, cierra la boca o comenzarás a babear —escuchó a Wai burlarse de él.

—Cállate.

Ohm se apresuró hacia Korn con los brazos abiertos. Mostrando abiertamente su afecto, ellos dos comenzaron a exclamar dramáticamente cuánto se habían extrañado y lo larga que había sido la separación. Pat sacudió la cabeza al escucharlos solo para enfocarse en Pran inmediatamente después. Caminaron hacia el otro con pasos vacilantes hasta que estuvieron frente a frente.

—Ey, tú —saludó Pat.

—Ey.

—Te ves bien.

—Uhm. También te ves bien.

—Oh, vamos —escuchó a Korn—, han estado saliendo por semanas, no sean raros.

Pang rió.

—Korn tiene razón, Phi. Han estado encima del otro todo este tiempo, no es momento de ponerse tímidos.

Pran miró a su hermano con ojos asesinos, mas se suavizó cuando escuchó la risa de Pat. Volvió a mirarlo, mientras Pat les daba la razón a los otros dos.

—Lo siento, solo estoy nervioso.

—Literalmente estaban coqueteando anoche en mi cuarto —resopló Pang.

—¿Qué? ¿En serio? —preguntó Ohm—. Dime más.

Ink y Namtaan eran las únicas razonables y piadosas en ese grupo de demonios que adoraban atormentar a Pran. Ambas les sonrieron antes de arrastrar a los demás para dejarlos solos, Wave siguiéndolos con un resoplido afectuoso. Pran todavía escuchó el “¡Suerte!” de Ink unos segundos después de perderlos de vista.

—Entonces —Pat comenzó—, deberíamos… ¿comenzar a caminar?

—Sí, sí. Eso creo.

Pran dio un paso en la dirección opuesta a la que habían ido sus amigos antes de que Pat lo detuviera.

—¿Qué pasa?

—Es la primera vez que estamos así fuera de la escuela, deberíamos tener un momento lindo, ¿no crees? —Luego extendió su mano, tomando la de Pran.

Aunque su corazón dio un salto, los dedos de Pran se entrelazaron instintivamente con los de Pat. Habían hecho eso varias veces en el internado, pero hacerlo fuera de su pequeña burbuja se sentía bastante diferente. Pat le dedicó la sonrisa más brillante del mundo, a lo que Pran solo pudo responder con otra, lo más similar que se pudo.

Tenían muy poco planeado para la cita en sí, concentrándose mucho más en lograr que nadie conocido los viera juntos. En general, tal vez comprar un helado, sentarse y charlar o ir al cine (aunque Pran sentía que esta última era una opción que ninguno escogería). La primera parada fue, en efecto, un local de helados.

Pran pidió un helado doble con sabor menta, y Pat un helado de chocolate amargo con cubierta de caramelo. Alejándose del local, Pran no pudo evitar sonreír al recordar la primera y (hasta ese momento) única vez que él y Pat habían comprado helados juntos. Al parecer, su novio también lo había recordado, porque lo miró con alegría antes de guiñarle un ojo.

—Olvidaste las chispas de chocolate —comentó Pat mientras comían.

—No lo hice, no las pedí propósito.

—¿Oh? ¿Por qué? Pensé que te gustaban.

—Sí, pero, tú…

Pat alzó una ceja.

—¿Yo?

—Tú también viste que los precios de cubiertas extras eran muy altos, ¿no? —Pran se encogió de hombros, volviendo a su helado e intentando que Pat volviera al suyo, pero no fue posible, su novio ya estaba intrigado.

—Pran, dimeeee —insistió, alargando la “e” y frotando su cara contra el cuello de Pran—. Por favoooor.

—Ya te lo dije.

—Sé que mientes, puedo sentirlo.

Resopló.

—¿En serio? ¿Estás usando tu potencial en mí? ¿En nuestra cita?

—¡Pararé si me lo dices!

—Pararás ahora mismo.

Pat hizo puchero.

—Malo. Pero sé que mientes, lo que sentí ya no lo puedes detener.

Por supuesto que Pran mentía. Hace un año hubo un pequeño problema en su anterior escuela y los profesores dejaron que los alumnos salieran antes. Todos aprovecharon aquello, por supuesto, y los hermanos Napat y Sermrittirong decidieron que escaparían juntos y no dejarían que sus padres se enteraran (por ese día). Fueron a un pequeño negocio ubicado en el centro de la ciudad a comprar helado, y Pat y Pran pidieron exactamente los mismos sabores que en esta ocasión, y el de Pran tenía chispas de chocolate tan dulces que quedaban a la perfección con el sabor de su helado favorito.

—Phi —había dicho Pang, que tenía un cono de tres sabores diferentes—, ¿puedo probar tu helado?

—Tienes tres sabores ahí, y ni siquiera te gusta la menta —respondió con sospecha.

—¿No lo hace? —preguntó Pat.

Pang se encogió de hombros.

—Tal vez me guste ahora.

—Todo el tiempo me dices que parece que como pasta de dientes.

—La menta sabe similar a la pasta de dientes —estuvo de acuerdo Paa—, pero me gusta el sabor.

—¿Comerías pasta de dientes? —la expresión de Pang se arrugó cuando le preguntó a Paa.

—No sé. Pero me gusta el helado de menta.

—¿Quieres un poco? —ofreció Pran, y Paa abrió la boca inmediatamente.

—¡Yo te pedí primero, Phi! —protestó Pang, tomando la mano de Pran en el momento en que volvía a meter la cuchara dentro del helado y robando el bocado.

Pran sabía que a su hermano no le gustaba el sabor de menta, por lo que no se sorprendió cuando comenzó a hacer muecas. Él y Paa no sofocaron sus risas, burlándose de Pang, hasta que se escuchó un carraspeo al lado de Pran.

Pat tenía un puchero, pero sus ojos no eran felices o necesitados, como otras veces que ponía esa expresión.

—¿Qué pasa?

—¿Dónde está mi bocado?

Pran resopló con cariño disfrazado de molestia.

—¿Van todos a robarme mi helado? ¿Un sabor que no les gusta?

—Pero ya les diste —insistió Pat, inclinándose lindamente contra Pran—. ¿Por favor? ¿Solo un poco?

Por supuesto, Pran tenía una debilidad por Pat, por lo que terminó asintiendo aun cuando parecía renuente. Pat hizo lo mismo que Pang, tomando la mano de Pran y dirigiéndola a su boca. Este bocado, como los anteriores, contenía chispas de chocolate; Pat, al principio, había hecho una expresión de placer por el sabor del helado, pero, tan pronto como empezó a masticar las chispas, contrajo el rostro.

—¿Qué está mal? —Pran tuvo que preguntar, preocupado.

—El chocolate —tembló Pat—, es demasiado dulce, me duelen los dientes.

A Pat le gustaban las cosas dulces, pero no tan dulces. Pran sabía eso porque siempre le robaba la leche condensada para untarla en pan tostado, pero también pedía su té con leche menos dulce. Entonces, Pran decidió que esta vez no habría chispas de chocolate que hicieran que Pat arrugara el rostro (a pesar de que se veía tremendamente adorable de esa manera).

Pat no pareció sospechar, porque, después de dejar la conversación, colocó su cabeza en el hombro de Pran:

—Pran.

—¿Hum?

—¿Me das helado?

Pran reprimió una sonrisa y un escalofrío, el aliento de Pat le había hecho cosquillas en el cuello.

—No te gusta el de menta.

—Eso no es cierto —replicó—, simplemente me gustan otros sabores también.

Como era de esperar, Pat hizo puchero. Viajó brevemente a ese primer día que compartieron helado, aunque ahora el lugar era diferente y también la ocasión. Con un suspiro que pretendía ser más exasperado que cariñoso, Pran alzó la cuchara y la metió en la boca de Pat.

Esta vez, Pat alzó las cejas por la sorpresa.

—¡Oye, es realmente bueno!

Sin el chocolate, pensó Pran, sin siquiera sentirse ofendido: en realidad, también le gustaba más la menta sin el chocolate, aunque eran una buena combinación juntos. Pat continuó halagando el sabor y preguntándose por qué nunca lo había pedido para sí mismo, y Pran no pudo sino mirarlo con toda la adoración del mundo mientras su novio no lo notaba.

O eso pensó. Pat repentinamente paró de hablar, con su vasito de helado de chocolate a la altura de sus labios y ojos fijos en Pran.

—¿Qué pasa? —tuvo que preguntar.

—¿Siempre me has mirado así?

—¿Así como? —Pran parpadeó, confundido.

Pat negó con la cabeza, murmurando algo para sí mismo. Pran se habría preocupado de no ser porque su novio tenía las comisuras de la boca levantadas y los ojos brillantes de alegría. Entonces, Pran se dio cuenta de lo que estaba haciendo y rápidamente sacudió sus manos para distraer a Pat y hacer que olvidara que sí, se dio cuenta de que Pran lo miraba con amor.

—¿A dónde más vamos a ir?

Sentía la cara roja, y, cuando Pat lo miró, debió comprender lo realmente avergonzado que estaba, porque no siguió hablando de ello, ni siquiera burlándose. Agradecido por la sorprendente consideración de su novio (quien no solía dejar pasar la oportunidad de bromear con él sobre sus coqueteos), Pran repitió la pregunta.

—Está el local de juegos —respondió Pat.

—Sí, sí. Vamos allí.

El local del que Pat hablaba era un viejo lugar donde llegaron las primeras máquinas de juegos a Tailandia, el cual conservaba un poco la esencia de entonces y sumaba nuevos videojuegos cada día.  Pran y Pat habían hablado de ir allí alguna vez, aunque no precisamente dijeron que irían juntos; en el pasado, difícilmente consideraban que estarían juntos fuera de la escuela o del cuarto de los gemelos, por lo que tenían un acuerdo tácito de no planear cosas juntos, por si acaso. Sin embargo, hoy podían darse ese lujo.

Como era de esperar, fueron directamente a las máquinas cuyos juegos eran sobre competencia entre dos o más jugadores. Primero en carreras de autos, luego en juegos de puntería, y finalmente en uno de esos típicos juegos de básquetbol. Pran nunca se había divertido tanto en su vida; hace poco se dio cuenta de que disfrutaba competir con Pat cuando no era por órdenes directas de sus padres, por lo que se sintió motivado en estas competencias. Pran ganó la mitad de los juegos, pero ni siquiera le importó porque su corazón se aceleraba cada vez que veía la expresión de Pat cuando ganaba. Estaba completamente seguro de que Pat también sonreía al perder, pero no iba a mencionarlo si Pat tampoco lo hacía.

Cuando terminaron el último juego, ambos estaban un poco exhaustos y se dieron cuenta de que habían pasado casi tres horas en el local. Todavía no era tan tarde, pero ya comenzaban a tener hambre. Pat volvió a tomar su mano y los sacó del lugar, y Pran pudo escuchar que alguien se quejaba de que habían acaparado toda la atención con sus competencias, por lo que no pudo evitar que una risita se le escapara. Pat lo escuchó y lo miró con intriga, pero Pran solo negó y apretó la mano que lo sostenía.

—Nada. ¿Qué quieres comer?

—Hoy tienes suerte, khun Pran —sonrió Pat—, porque te dejaré elegir a dónde iremos a comer.

—¿Oh?

—Pagaré todo, tengo dinero.

Pran observó con sospecha a su novio, quien estaba inmutable.

—¿Qué? —preguntó Pat.

—No le robaste a tu papá, ¿verdad?

—Por supuesto que no. Son mis ahorros.

Todavía sin estar tan seguro, Pran aceptó la propuesta y decidió que un lugar de hot pot estaría bien. Llegaron pronto, y rápidamente ordenaron (bueno, Pran ordenó) antes de iniciar una conversación relajada.

Tuvieron que esperar un poco a que la comida estuviera lista, pero pronto estuvieron saciados y picando el resto de la comida para pasar el tiempo. Aunque pasaban casi todo su tiempo juntos, se las arreglaron para tener diferentes temas de conversación y hacer que su cita no fuera aburrida. Jugaron un poco con la comida, bromearon y coquetearon al punto de sonrojar al otro. Pran estaba tan absorto en Pat y su cita que bajó la guardia.

—¿Pran? ¿Pat?

Lo que, obviamente, les trajo problemas, porque esa era su vida.

—¡Hia!


Pang

A decir verdad, nunca pensó que estaría en esa incómoda situación.

Nada de qué preocuparse, en realidad, solo un montón de amigos chismeando sobre la vida amorosa de su hermano gemelo y su vecino de toda la vida mientras exageraban como fangirls representadas en algún lakorn o serie BL. Aun así, no pudo evitar reírse mientras escuchaba a Ohm y Korn actuar de manera caricaturesca el encuentro anterior de Pran y Pat. Ink y Namtaan también se rieron de su interpretación, por lo que probablemente estaba bien. De hecho, incluso Wave estaba disfrutando de la actuación.

Pero no Pang. Pang sentía vergüenza ajena, y no necesariamente por Ohm y Korn (ya estaba acostumbrado a sus payasadas), sino porque lo que representaron era demasiado acertado. Pran y Pat tenían ojos de corazón cuando se vieron, y Pang juraba que vio que las luces cambiaron a rosa y flotaron corazones y destellos a su alrededor cuando se saludaron. Nadie, nunca, quería ver una escena tan escalofriante de su hermano gemelo.

El plan en sí tenía tres partes y las primeras dos ya estaban cumplidas: salir de las casas con éxito y sin despertar sospechas, y hacer que Pran y Pat se reunieran en un lugar seguro para su primera cita. La tercera parte en sí solo requería llegar a horas diferentes y sin indicios de haber pasado el día entero juntos, lo que sería hasta el atardecer. Todo lo de en medio estaba al aire.

Pang en realidad disfrutaba el tiempo con sus amigos. Aunque pasar todo el día en Siam Paragon parecía aburrido, en realidad lo pasó muy bien. Jugaron un poco, fueron de compras, compraron algunas golosinas, y pronto se dio cuenta de que el tiempo había pasado, pero que aún faltaban un par de horas para que se tuvieran que reunir de nuevo con su hermano y Pat; sin embargo, a Pang ya no se le ocurrían muchas cosas por hacer, y parecía que los demás pensaban lo mismo, porque Ink preguntó cuál sería su siguiente actividad.

—¿Quieren ir al cine? —sugirió Ohm, a lo que Korn asintió, entusiasmado.

—Está esta nueva película… esto… ¿cómo se llamaba?

—¿Cuál? —preguntó Ink.

—La de los tipos que se quedan en la isla.

—¿La de terror?

—¡Sí, esa! ¿Quieren verla?

Namtaan se encogió de hombros.

—Sí, ¿por qué no? ¿Pang?

—Me parece bien. ¿Qué dices, Wave?

El aludido se quedó callado unos segundos, como reflexionando la propuesta, antes de asentir lentamente. Pang encontró un poco extraño ese comportamiento, pero no le dio tanta importancia, porque Ohm ya los estaba dirigiendo hacia el cine para comprar los boletos y demás.

A Pang le gustaban las películas de terror, pero esta vez no pudo concentrarse completamente. Ohm y Korn estaban jugando entre ellos, aferrándose el uno al otro exageradamente cada vez que algo los asustaba, y robaban palomitas tanto de él como de Namtaan. Sin embargo, sus murmullos eran algo a lo que ya estaba acostumbrado y podía lidiar. Namtaan, Ink y Wai estaban al otro lado de los asientos, por lo que no lo distraían, y Wave, aunque a su lado, estaba muy tranquilo como para ser motivo de su desatención a la película.

De hecho, Wave estaba demasiado tranquilo. A este punto, Pang esperaba que Wave se quejara de las actuaciones o de la verosimilitud de la película, como solía hacer cuando estaban juntos en Ritdha (lo que era francamente entrañable, ver el puchero que se formaba cuando Wave no estaba contento con la trama o los efectos, y la sonrisa cuando algo le gustaba; Ink había mencionado que ella y Wave también eran buenos viendo películas juntos, porque ella siempre criticaba la imagen y Wave todo lo demás, pero Pang todavía sentía que había algo especial cuando solo eran ellos dos, algo que no era como cuando veía películas con Ink). Volteó hacia Wave, esperando incluso encontrarlo dormido, pero la vista fue un poco más que eso.

Su amigo estaba tenso, aferrado fuertemente a los reposabrazos y con la mandíbula apretada. Sus palomitas y su refresco seguían intactos, y sus ojos no se apartaban de la pantalla, el reflejo de lo que ocurría en sus gafas.

—¿Wave?

La voz de Pang fue un suave susurro apenas audible, pero sobresaltó tanto a Wave que algunas de las palomitas cayeron sobre sus pantalones y al suelo. Con mucha lentitud, Wave giró la cabeza hacia Pang.

—¿Uhm?

—¿Te sientes bien? Estás pálido y sudando.

Su amigo movió la mano en un intento de minimizar lo que fuera que sucedía, pero podía notar que todavía estaba rígido y, cuando un ruido fuerte por alguna escena de jump scare, Wave cerró los ojos y la mano que estaba moviendo cayó directamente en el brazo de Pang, aferrándose a él fuertemente.

Pang tragó, suponiendo que fue por el dolor, y exhaló aire que no sabía que estaba conteniendo.

—¿Tienes miedo?

—No —Wave sacudió la cabeza, pero su voz era un poco aguda.

—“No”, mi trasero. Mírate.

Y era un poco gracioso, porque Wave siempre lucía arrogante y confiado, como si nada en el mundo pudiera contra él; Pang lo había visto en una fase un poco más vacilante antes, pero esta era la primera vez que Wave parecía… un adolescente normal, asustado de una película de terror.

—Si no te gustan las películas de terror, ¿por qué aceptaste?

Wave abrió los ojos, pero sus dedos permanecieron en el mismo lugar, y Pang intentó no pensar tanto en el hecho de que la palma de la mano irradiaba un calor que probablemente seguiría sintiendo una vez que Wave lo soltara.

—Todos querían verla —murmuró.

Bueno, eso era adorable, de alguna manera. Namtaan una vez le dijo que Wave realmente necesitaba amigos, y no porque fuera insoportable, sino que, inconscientemente, Wave los deseaba, por lo que haría lo que fuera necesario para agradarles de alguna manera y complacerlos. A decir verdad, Pang no era tan complaciente con sus amigos porque siempre tuvo, pero conocía a un par de personas que siempre lo fueron en distintos ámbitos de su vida, así que conocía la terquedad de ese tipo de personas en estas situaciones.

Oh, no. ¿Wave le estaba recordando a su hermano en este momento? ¿Su hermano mayor, que tenía predisposición a ser manipulado por sus amigos porque deseaba su compañía casi desesperadamente? Y también a Pat, el mismo Pat que solía ser manipulado por su padre y por sus exnovias.

Sacudiéndose la idea, se enfocó en Wave. Suspiró. Técnicamente, podrían salirse de la sala y esperar los demás, pero tenía la sensación de que su amigo no estaría de acuerdo, o de que los demás también querrían irse al ver a Wave incómodo. Entonces se le ocurrió que lo mejor era tratar de distraer a Wave para que la película no lo afectara tanto; si de cualquier manera Pang no le estaba prestando atención a la trama, al menos podía hacer algo por su amigo.

Puso su otra mano por encima de la que Wave tenía en su brazo, dándole un apretón en un intento por consolarlo y llamar su atención al mismo tiempo. Funcionó, y pronto tuvo la mirada de Wave en él, con los ojos bien abiertos y la mandíbula aflojándose un poco; la palidez no se había ido, todavía había perlas de sudor en su frente, a lo que Pang intentó limpiarlas usando el dorso de su mano, pero Wave se sacudió antes al escuchar otro jump scare. Esta vez, toda la sala gritó con ellos, y Wave se apresuró a intentar meterse en el espacio entre Pang y su asiento, quizá pensando en esconderse a su espalda, y Pang automáticamente se movió hacia adelante para que pudiera encajar la cabeza detrás de él.

Ok, tal vez su hermano no era el único débil ante sus amigos.

Pang ni siquiera intentó prestar atención a la restante hora y media, ocupado mientras distraía a Wave con diferentes métodos: desde las propias palomitas de Wave hasta algunos chistes sobre cómo el maquillaje del monstruo de la isla parecía no haber tenido presupuesto. Wave se relajó en algún punto de la película, pero nunca soltó el brazo de Pang. Una vez que todo terminó y las luces se encendieron, tanto él como Wave pudieron respirar tranquilos.

—Era realmente mala —comentó Korn mientras salían de la sala.

—Los ángulos de la cámara siempre estaban mal, ¿y qué clase de iluminación era esa para una isla desierta llena de niebla? —Ink agregó.

—Además, tenía demasiados jumpscares, se volvió demasiado predecible —se quejó Namtaan, y todos los demás parecieron estar de acuerdo.

—Aunque —dijo Ohm— las actuaciones no estaban tan mal.

Wai lo miró fijamente.

—Yo podría actuar mejor que el protagonista.

Y era sabido que Wai no podía actuar aunque su vida dependiera de ello.

Luego, todos miraron en dirección a Pang, y recibió una ceja alzada de Ink, pero él no la entendió. Se encogió de hombros.

—Me distraje —respondió honestamente—, no recuerdo mucho.

—¿Y tú, Wave? —preguntó Ohm

—Me dormí.

Korn rió secamente.

—Por supuesto que sí. Tengo hambre, ¿quieren ir a comer?

—Te comiste dos cubetas de palomitas grandes —escuchó decir a Ohm mientras caminaban en dirección a algún local, y luego Korn se encogió de hombros.

Pang quedó a la par de Ink mientras se dirigían a un local de hamburguesas. Ella no dejaba de verlo, por lo que empezó a preguntarse qué estaba mal, hasta que ella se apiadó de él y señaló con sus ojos hacia él.

No, hacia su brazo.

El brazo que todavía sostenía Wave.

El mismo Wave que ahora se debatía en voz baja si debería comprar una hamburguesa o esperar a la cena que Dissaya le prometió, claramente sin darse cuenta de que todavía lo tenía agarrado.

Pang se aclaró la garganta, sintiendo cómo la sangre le subía al rostro y se le calentaban las orejas y el cuello. Decidió no decir nada, pero comenzó a caminar más rápido, hasta que jaló ligeramente a Wave y el otro finalmente lo dejó ir, aunque Pang no sabía si Wave se dio cuenta.

—Vamos por las hamburguesas —le dijo a Ink, con un mensaje tácito: “No digas nada”.

Y fue claramente por la mirada divertida que Ink le lanzó que sintió que su corazón latía salvajemente. Definitivamente fue porque estaba avergonzado de la burla. Y absolutamente no fue porque sentía el brazo hormigueando y, sí, el calor de la mano de Wave todavía quemando en su piel.

Pasaron por enfrente de un local donde olía a carne y verduras. Tenía amplios ventanales para que se viera el interior, con una iluminación bonita y agradable. Los demás se habían adelantado a ellos sin mirarlo dos veces, aunque Pang pensó que probablemente les convenía comprar hot pot en lugar de un montón de hamburguesas, y tal vez fue esa la razón por la que miró hacia adentro.

Y luego se detuvo, la sangre que lo sonrojaba drenándose rápidamente.

Porque, en una mesa, se encontraban Pat y su hermano, luciendo tan asustados como él mismo se sentía en ese momento.

Y enfrente de ellos, una de las razones por las cuales sus familias se odiaban tanto, el actual empleado de su padre y exempleado de Ming.

Era Chai.

Notes:

Como ocurrencia tardía, estas son las orientaciones sexuales de los personajes (en mi fic y, por lo tanto, mis headcanon -excepto algunos).

Pran - gay
Pat - pansexual
Pang - bisexual
Wave - bisexual y demisexual
Ink - lesbiana
Paa - bisexual
Korn (Bad Buddy) - bisexual
Ohm - pansexual
Namtaan - pansexual
Wai - heterosexual
Mon - demi y bi
Claire - bi o pan
Punn - demi y bi
Jack - aroace
Jo - aroace
Korn (The Gifted) - heterosexual

Sí, yo también shippeo WaiKorn en BBS, pero bueno...

Chapter 17: Capítulo dieciséis

Notes:

Parece que ahora es una actualización por mes... esperemos que sea así por lo menos.

Me acabo de dar cuenta de que planeé mal la estructura del fic, no sé si eso hará que sean más capítulos de los planeados o menos, pero espero que se resuelva.

Espero lo disfruten :)

Chapter Text

Pat

Era paralizante, el miedo.

Desde que comenzó a usar su potencial, no había necesitado interpretar las emociones de los demás. El potencial le resolvía muchas cosas, porque antes era una persona que no captaba muy bien las señales de los otros. Por ejemplo, esta novia que tuvo el año pasado, salió con ella por dos meses y lo único que la chica hizo fue pedirle dinero para un juego en línea. No lo supo hasta que terminaron y entonces Paa le reclamó por dejarse engañar tan fácil.

Ahora no tenía ese problema. Sabía lo que los otros sentían, conocía las intenciones de los otros. Pat entendía, de primera mano, a los otros.

Y, sin embargo, a veces deseaba seguir siendo un poco despistado.

La mano de Pran rápidamente fue hacia la suya, y Pat se detuvo un momento para sentirse orgulloso del progreso de Pran en cuanto al afecto en público (y también presuntuoso, ¡Pran encontraba seguridad en él!), antes de sentir lo frío en sus venas, la sangre huyendo de su rostro, los miles de pensamientos que venían de dos personas distintas, el sonido agudo en sus oídos, y la incapacidad de moverse. Pat quiso apretar la mano de Pran, protegerlo con su cuerpo, darle el consuelo que sabía que su novio buscaba en él, pero no pudo. Las emociones de ambos eran un desastre, y Pran estaba pálido y tembloroso junto a él, y él no podía ayudar.

Vio que Chai abrió la boca, pero lo que fuera a decir se desvaneció en el aire. Hubo un pequeño susurro al lado de Chai, por lo que Pat pudo percibir. Esperó, de alguna totalmente improbable manera, que el tío Pakorn estaba con Chai. Aunque sabía que era sábado, que era el día de descanso de Chai, y que los padres de Pran tenían la costumbre de quedarse en casa los sábados. Por supuesto, la persona que venía con Chai no eran ni el tío Pakorn ni la tía Dissaya, sino la prometida de Chai, de quien Pran o Pang le hablaron en algún momento del año.

—¿Ya elegiste una mesa? Oh, Nong Pran —sonrió la mujer, claramente ignorante del pánico y la tensión en los demás—. Qué coincidencia verte por aquí.

Pat sabía que Pran estaba congelado y, aun así, Pran pudo moverse en piloto automático para saludar respetuosamente a la prometida de Chai. La mirada de ella se fijó rápidamente en Pat, y su sonrisa apenas vaciló antes de saludarlo.

—Tú eres… Nong Pat, ¿verdad? Del negocio de al lado.

—Uhm —balbuceó, antes de recomponerse un poco—. Sí, Phi, ese soy yo. Buenas tardes —saludó.

Chai pareció recobrar consciencia de sí mismo, pero sus emociones seguían siendo algo turbulentas. Pat tuvo que respirar hondo para controlarse, el temblor no se iba y estaba comenzando a dolerle la cabeza. Afortunadamente, Pran volvió a tomar su mano (aunque Pat pensó que seguía siendo inconscientemente), y Pat lo tomó esta vez como una muestra de apoyo.

—Ah, encontré una mesa por ahí —dijo Chai, señalando la que estaba al lado de ellos—. ¿Por qué no revisas el menú primero? Iré en unos momentos.

La prometida de Chai parecía insegura, pero terminó asintiendo y alejándose de ellos. Inmediatamente después de quedarse solos, Pat habló:

—Por favor, no le digas a nuestros padres, Hia.

Chai suspiró.

—Por supuesto. No tendría por qué decirles nada, y tampoco me van a preguntar.

Un poco de la tensión de Pran desapareció, pero Pat todavía podía sentir que Chai y Pran tenían más qué decir. La boca de Pat estaba un poco seca, se lamió los labios, y entonces vio que la mirada de Chai ya no estaba en sus rostros, sino en sus manos.

—¿Es esto algo más complicado que salir a comer juntos? —preguntó.

—Hia, ¿qué haces aquí?

La interrupción fue más que bienvenida, porque Pat no sabía si habría sido buena idea revelar su relación con Chai, al menos no de manera que no lo platicaran antes. Pang también parecía nervioso, o eso era para Pat. Chai se sorprendió un poco de verlo también, pero se recompuso rápidamente y le dijo que tenía una cita con su prometida.

—Eso es genial. —Luego, Pang se acercó y alcanzó la muñeca de Chai con las dos manos, como si estuviera a punto de suplicarle como niño pequeño, e hizo puchero—. Nos encontraste en un mal momento, Hia.

Chai rió, probablemente acostumbrado a que Pang actuara así. Con la otra mano, palmeó la cabeza de Pang (y Pat se preguntó, ¿en qué momento crecieron más altos que Chai?).

—Parece que están cometiendo travesuras como niños pequeños. No más ocultarse detrás de los arbustos del negocio, ¿verdad?

—Hia… —murmuró Pran, un poco avergonzado.

—Si alguno de sus padres los viera sería peligroso —advirtió—. Tengan cuidado al estar en lugares públicos.

Pran y Pat asintieron.

—En cuanto a eso —señaló Chai hacia sus manos entrelazadas—, supongo que no necesitan responder.

—Hia —insistió Pang—, no vas a decir nada sobre esto, ¿verdad? Incluso si te preguntan, no dirás nada.

Pat supo que Pang usó su potencial en el momento en el que Chai pareció quedarse en blanco y prácticamente todas sus emociones se apagaron. Probablemente no había sido necesario, pero podía sentir que Pang estaba en pánico también, por lo que lo dejó. Chai asintió lentamente, prometiendo no hablar en absoluto. Pang sonrió con gran alivio antes de soltar la muñeca de Chai.

—Gracias.

Aparentemente, Pran también se dio cuenta de lo que hizo Pang. Inmediatamente, miró a Pat con el ceño fruncido.

—¿Quieres que se detenga?

Ni siquiera tuvo qué preguntar a qué se refería su novio antes de asentir. El dolor de cabeza fue disminuyendo poco a poco, al mismo tiempo que las emociones de Pran y Pang se fueron por completo. Respirando un poco más sencillamente, apretó la mano de Pran y habló.

—Tu prometida es muy linda, Hia.

Pang captó de inmediato el mensaje. La mujer seguía en la otra mesa, pero los veía en lugar de leer el menú. Pang se acercó a ella rápidamente para saludarla y charlar un poco con ella; como Pat sabía lo que iba a hacer, se centró en Chai de nuevo, menos preocupado que antes.

—Lo es, ¿verdad? Tengo mucha suerte.

La actitud de Chai había cambiado radicalmente, prueba de que el potencial de Pang había funcionado. Mantuvieron la charla un par de segundos más antes de que Pang regresara y Chai se disculpara antes de irse con su prometida. Al quedarse solos, les tomó un momento para mirarse y luego soltar todo el aire que habían estado conteniendo.

—Eso fue aterrador —comentó Pang.

—Sigo temblando, mira —dijo Pran, alzando la mano que tenía libre.

—¿Están bien?

—Sí, no pasó nada grave —aseguró Pat, y Pang asintió con alivio—. Por cierto, ¿dónde están los demás?

—¿Quiénes? —preguntó Pang, confundido, antes de que sus ojos se abrieran cómicamente y se enderezara—. ¡Mierda! ¡Los dejé solos!

Pat no pudo evitar reír de nuevo.


Pran

Después del encuentro con Chai, estaban lo suficientemente cansados y tensos. Pagaron la cuenta (afortunadamente dejaron pocas sobras) y acompañaron a Pang a buscar a los demás. Estaban comprando hamburguesas, así que los acompañaron y pasaron los últimos momentos solamente escuchando la charla de los demás, apenas participando y mayormente riendo de los chistes de los otros. Pat masajeaba su mano con su pulgar, o el muslo, o encontraba cualquier excusa para tocarlo y, lo que suponía Pran, tranquilizarse. Aunque Pran había usado su potencial en Pat, solo significaba que había anulado la posibilidad de que las emociones desbordadas de los otros afectaran a su novio, no que las emociones propias de Pat lo afectaran. Y Pran sabía lo mal que podía ponerse Pat cuando estaba preocupado.

Lo que había comenzado como un día emocionante, terminó siendo agotador, y, sin embargo, divertido y memorable. Desafortunadamente, Pran y Pat tuvieron que separarse porque Pat tenía que ir a buscar sus cosas al gimnasio antes de volver a casa. Cuando se despidieron, tanto él como Pat parecían reacios a dejarse ir, pero finalmente tomaron distintas direcciones.

—¿Cómo les fue, chicos? —fue la primera pregunta de Dissaya al verlos entrar.

—Fue genial, mamá —respondió Pran—. Estuvimos en Siam Paragon casi todo el día.

Dissaya sonrió. Estaba sentada en la sala con un plato de mango en la mano.

—Les preparé fruta. Pran, cielo, ¿puedes ir por ella a la cocina?

—Sí, mamá.

Había más mango, y un poco de fruta del dragón picada. A pesar de que no había pasado mucho tiempo desde que cenó, se creía capaz de comerse todo el plato. Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios y volvió a la sala, solo para encontrar a su madre explicándole a Wave que lo llevaría al mercado flotante y a quién sabe dónde más.

Fue solo más tarde, cuando Pang ya estaba dormido y todas las luces de ambas casas estaban apagadas, que Pran hizo el primer movimiento y llamó a Pat. Como era de esperarse, su novio no tardó ni cinco segundos en responder, y Pran sospechaba que ni siquiera había hecho un intento por irse a dormir todavía.

—Hola, novio —la voz de Pat era coqueta, pero tenía ese tono subyacente que le dijo a Pran que la tensión seguía ahí. No respondió durante unos segundos, por lo que Pat volvió a hablar: —¿Pran?

—¿Estás bien?

Esta vez, fue Pat el que se mantuvo callado. Pran esperó, paciente. Él sabía que Pat llegaría a eso, eventualmente.

—Estoy bien. Un poco asustado.

—Mn, yo también.

—Supongo que necesitaré abrazos y besos de mi novio para mejorar.

—Oh, ¿es así? No puedo creer que mi novio es un bebé que necesita abrazos.

Pat rió.

—Que me llames “novio” anula cualquier intento de insulto que hayas querido formular.

—Bien, entonces aceptas que eres un pequeño gran bebé.

—Oh, cariño, ambos sabemos que no soy pequeño.

La cara de Pran se calentó de inmediato y casi gritó, pero se detuvo por su propia cordura y la de su hermano dormido. Afortunadamente, Pat no había estado en altavoz.

—¡Pat! —reclamó en un grito-susurro. Escuchó la carcajada de Pat al otro lado de la línea y finalmente se relajó un poco—. ¿Acaso eres un perro en celo o algo así?

—No, creo que dijiste que soy un bebé que necesita abrazos. Vamos, abrázame.

—Sí, sí —colocó su celular entre la oreja y el hombro para que no se callera y movió sus brazos para simular un abrazo, a pesar de que sabía que ni Pat ni nadie lo estaban viendo y que probablemente lucía un poco raro así—, te estoy abrazando, te estoy abrazando.

Escuchó la risa de Pat y una respuesta que sonaba como “yo también” amortiguado por algo. No pudo evitar la sonrisa, pero evitó cualquier sonido demasiado alto para que Pang lo escuchara. Cerró los ojos unos segundos, solo sintiendo la felicidad del momento.

—¿Te sientes mejor? —terminó preguntando, sin abrir los ojos.

—Ajá —escuchó Pran. Luego, el bostezo ruidoso que indicaba que Pat estaba a punto de quedarse dormido—. Gracias, amor.

Pran se estremeció. Referirse al otro con apodos cariñosos no era una cosa que hicieran seguido, pero Pat todavía insistía en ello y Pran estaba demasiado enamorado de él como para negárselo. A veces todavía le respondía con una broma, un golpe juguetón, porque se sentía cálido y un poco avergonzado. Lo amaba mucho.

—Descansa, entonces.

—Sí… —otro bostezo— tú también.

Un silencio cómodo se instaló después de eso. Pran no colgó, esperando y escuchando cómo las respiraciones de Pat se alentaban; conforme su novio se quedó dormido, Pran no pudo evitar sentirse adormilado también, arrullado por los ligeros ronquidos de Pat. Escucharlo así se sentía como un bálsamo para su alma, y Pran se rió con lágrimas en los ojos porque apenas podía con lo abrumadoras que eran sus emociones. A pesar de que llevaba meses quedándose dormido con la respiración de Pat arrullándolo, todavía se sentía un poco irreal.

Pang se burlaría mucho de él si se llegara a enterar de lo fascinado que estaba con Pat.


Wave

A decir verdad, él no tenía muchos amigos.

Y es verdad, cuando Namtaan le dijo que lo que necesitaba él eran amigos en quienes confiar, Wave realmente se lo planteó por primera vez en su vida. El asunto con su antigua maestra simplemente lo había obligado a cerrarse y centrarse únicamente en él, repitiéndose una y otra vez que las personas eran egoístas y no valía la pena intentar buscar entablar relaciones más allá de lo meramente profesional.

Con eso claro, él sabía que las personas eran seres sociales. Él sabía que se estaba convirtiendo en un ermitaño y que necesitaba la aprobación constante de otras personas, aunque pareciera que no era así.

Fue realmente una fortuna que Namtaan fuera tan buena chica. Aunque Wave se burló de ella por eso, no podía evitar estar agradecido de que ella le terminó dando una oportunidad (que, bueno, podría haber desperdiciado si hubiera puesto en marcha su plan de exponer a toda la clase Gifted, pero eso no pasó y no valía la pena recordarlo). Namtaan fue la razón por la que ahora tenía, por primera vez en su vida, personas de su edad a las que podía llamar “amigos”; incluso podría decir que tenía un mejor amigo ahora.

—Aquí, te gusta este té, ¿verdad?

Dissaya colocó un vaso de té verde helado enfrente de él, y Wave no pudo más que sonreírle en agradecimiento. Pang ya le había dicho que Dissaya lo había adoptado como a un hijo más, hábito que tenía cuando aprobaba a los amigos de sus hijos (y Wave sintió un poco de irritación al escuchar que ella trataba –o trató- de manera similar a Nac); de cualquiera manera, ahora parecía que era hermano de Pang y Pran a los ojos de Dissaya, lo que en realidad no se sentía mal. Había pasado un tiempo desde que algún adulto lo trató con dulzura.

A pesar del ambiente desconocido en el que se encontraba, Wave se adaptó realmente rápido a la rutina familiar de los gemelos. Había una regla no escrita sobre la hora de levantarse, de desayunar, de hacer quehaceres, lavar ropa, y todo lo que a Wave se le pudiera ocurrir. Además, la familia entera se repartía las tareas de la casa y lavandería; Dissaya era la principal cocinera, pero estaba enseñando a sus hijos con tal entusiasmo que incluso Wave quiso aprender. Era una rutina que definitivamente él y sus abuelos no tenían, pero que le gustaba.

Al cumplir una semana con los gemelos, Wave sintió que era parte de esa rutina. Solo tenía una semana más en Bangkok antes de regresar a la casa de sus abuelos para pasar las últimas dos semanas de vacaciones allá, pero Wave prefirió disfrutarlo. Fue divertido. Dissaya y Pakorn los incitaron a salir, a mostrarle la ciudad, e incluso los llevaron a algunos lugares que pensaron que apreciaría.

También pasó más tiempo a solas con Pang del que pensó. Los gemelos y Pat eran realmente ingeniosos para idear planes en los que se reunirían a escondidas, cosa que pensó que tenían practicada desde muy pequeños. Con ayuda de la hermana cómplice de Pat, Paa, sus planes fueron siempre exitosos, y los dos tortolitos (léase: Pran y Pat) tuvieron más citas que en su tiempo en Ritdha, dejándolo con Pang la mayoría de las veces.

Como esa vez que Paa quedó de verse con su amiga, Som, cerca de un templo para ir a hacer méritos. El padre de Pat no dejaba que la niña saliera sola tan lejos, por lo que Pat estaba prácticamente obligado a acompañarla, como el hermano mayor que era. Sin embargo, resultaba que Paa era mucho más independiente de lo que cualquiera pensaría de una niña de catorce años, así que Pat sabía que ella lo alejaría mientras hacía su visita al templo. Aun así, Pat tenía que ir, entonces llamó a Pran, a lo que hicieron planes para una cita ese día.

Como era de esperarse, Pran le dijo a Pang, y terminaron llevándolo a él también. Dejaron a Paa con Som, asegurándose de que entraran al templo, antes de decidir separarse: Pran y Pat juntos, y él con Pang.

Wave no sabía lo que el resto de los amigos hacían con tantas salidas. La vez que fueron en grupo, fue ruidoso y animado, hablando de tantas cosas que apenas podía seguir el hilo de la conversación; también, se había perdido un poco después de entrar al cine, por lo que en realidad no supo bien cómo terminó la reunión. Las veces que salía solo con Pang, sin embargo, era tranquilo y relajante. Sí charlaban, compraban algo para comer y reían juntos, pero era significativamente diferente a salir con el resto de sus amigos.

¿Tal vez era la cosa del mejor amigo? Conforme más tiempo pasaban juntos, más llegaban a conocerse. Mientras Wave sabía más de Pang y Pang sabía más de él, un tipo diferente de comodidad se estableció entre ellos, un nuevo tipo de confianza. Se encontró disfrutando y deseando ese tipo de salidas más de lo que alguna vez quiso algo, y se desanimaba un poco cuando tenían que volverse a reunir con los demás, lamentando que su… salida de amigos terminara tan pronto.

Tal vez debió darse cuenta en ese momento.


Pang estaba al teléfono con Namtaan, siendo todo ruidoso mientras Wave intentaba repasar un poco de lo estudiado en el curso pasado. Se encontraban en la habitación de invitados porque Pran y Pat habían aprovechado que sus padres estaban fuera y los echaron de su habitación. Wave decidió no pensar mucho en lo que harían esos dos encerrados ahí, pero Pang lo tranquilizó diciendo que su hermano era demasiado tímido como para hacer algo en la misma habitación donde él dormiría. Wave no dudaba de Pran, sí de Pat, y decidió cambiar el tema antes de que Pang reflexionara lo que él.

El punto, Namtaan y Pang. Estaban charlando alegremente sobre cómo los últimos análisis médicos de Namtaan habían salido bien, que no se le había subido la presión desde hacía tiempo y que Pang estaba feliz por ella. Wave también estaba feliz por ella, era realmente bueno no tener que ver a su amiga quejarse todo el tiempo de dolores de cabeza, o verla colapsar por el uso excesivo de su potencial, así que estaba genuinamente contento por ella. Era por eso mismo que no entendía el sabor agrio en su lengua, la opresión en su pecho y la resequedad de sus labios cuando Pang se iluminó mientras charlaba con ella.

Intentando centrarse en la lectura, Wave no le puso atención a nada hasta que Pang terminó la llamada. Luego escuchó una burla, lo que hizo que levantara la mirada.

—¿Qué?

—Tu cara.

—¿Qué tiene mi cara?

—La arrugas gracioso. Pare que te comiste un limón o que bebiste vinagre.

Wave resopló.

—Alguien no me deja concentrarme, así que debe ser por eso.

—Ow —se quejó Pang—. No tengo a dónde ir. ¿Esperas que vaya a interrumpir en el mundo privado de mi hermano y su novio? ¿Tanto así me deseas el mal?

—Tienes la sala, el baño, la cocina… muchos lugares donde puedes ser ruidoso.

—Bueno, pero estoy en mi casa, tengo la libertad de estar donde quiero.

—Tch.

Pang lo miró medio sorprendido y medio indignado.

—¿Acabas de chistarme?

—¿Terminó la llamada?

—¿Qué…? —Pang sacudió la cabeza, confundido por el súbito cambio de tema, antes de resignarse y suspirar—. Sí.

—Namtaan se oía bien.

—Sí, ¿verdad? Me alegra.

—También a mí.

Wave volvió a su lectura, viendo que en realidad ni siquiera había cambiado de página desde que Pang inició la llamada con Namtaan. Se sentía un poco tenso ahora, y no estaba seguro de por qué. De repente, Pang se acercó mucho a él, bloqueando la luz de su lectura.

Demasiado cerca.

—¿Qué lees?

Mierda, pensó Wave. Últimamente Pang olía condenadamente bien. No era que oliera mal antes. De hecho, siempre tuvo ese aroma fresco y terroso, muy diferente al de su hermano; Wave lo había distinguido desde el principio, desde que chocó con él la primera vez que se vieron. Sin embargo, ahora era más intenso, más embriagador. Lo dejó aturdido por un milisegundo, hiperconsciente de la cercanía de Pang.

—Ah —Pang se desanimó—, es de la escuela.

—Sí, algunos de nosotros no queremos regresar en blanco a clases.

—Eres un nerd, Wave —replicó Pang—. Claramente, el resto de nosotros no hacemos eso.

—Tu hermano lo hace.

—Él también es un nerd.

—Mmm, supongo que sí.

Cuando dijo eso, tenía la intención de hacerle una broma a Pang sobre su nulo interés en sus notas, por lo que volteó para encararlo. Sin embargo, el aliento se le fue y las palabras se borraron de su mente al tener a Pang tan cerca. Esta no era la primera vez que sucedía, es decir, que sus rostros estaban así, pero era la primera vez que Wave se quedaba sin palabras de esa manera. Los ojos de Pang estaban centrados en Wave, con ese brillo que denotaba curiosidad, y su respiración le hacía cosquillas en la nariz. Wave sintió la resequedad de nuevo, sintió un poco de sed. El momento se sintió eterno y, sin embargo, supo que duró muy poco.

El sonido de una puerta abriéndose y el grito de Dissaya los hizo separarse de inmediato. Escuchó un estruendo que seguramente provenía del cuarto de los gemelos y no pudo evitar reírse al pensar que no fue el único que no escuchó a los padres de los gemelos estacionar el auto. Cuando volvió a mirar a Pang, este ya estaba a medio camino hacia la puerta para recibir a sus padres, gritando que tenía hambre y siendo ruidoso de nuevo.

Wave sabía que el calor que sentía no era por el clima de Tailandia.

Decidió no pensar mucho en ello y levantarse también para ayudar con las bolsas de compras. Se palmeó la cara, sintiéndola caliente.

¿Era así como se sentía tener un mejor amigo? Porque Wave tenía sus dudas.

Chapter 18: Capítulo diecisiete

Notes:

¡Hola! Ha pasado un tiempo. Honestamente, estuve bloqueada con este capítulo un buen rato. Luego vinieron las fiestas y después la universidad me consumió. Pero aquí está este capítulo, donde la trama casi no avanza, pero de cualquier manera creo que es lindo.

La versión en inglés está en proceso de beta-reading, así que subiré la versión en español por el momento. En cuanto tenga el capítulo en inglés, lo subiré a su historia correspondiente.

¡Ya vamos a más de la mitad del fic! Espero les agrade <3

Chapter Text

Pang 

Iban a hacer una fiesta de disfraces al final del mes, algo que a él y a su hermano les costó muchísimo planear (el trabajo de convencer a Dissaya, afortunadamente, no fue de ellos, y se lo dejaron a Wave y Wai, las más recientes adoraciones de su madre), por lo que estaba un poco nervioso. Si bien el jardín de su casa tenía un buen tamaño para reunir a unas veinte personas, había que hacer muchas cosas para prepararla: limpiar, decorar, hacer el presupuesto y demás. Pran fue eficiente en la mayoría de las tareas, incluso haciendo un boceto de cómo quería la decoración del jardín.  

También era la oportunidad perfecta para que Pat entrara a su casa sin ser descubierto. Entre las cosas de las que convencieron a sus padres, se las arreglaron para persuadir a su padre de que convenciera a Dissaya de salir ese día. Dejarlos solos sería un peligro si Dissaya no confiara tanto en Pran… y si Pang no hubiera ayudado un poco.  

Aunque de verdad que fue una suerte. Pang tenía planeado usar su potencial (“por una causa mayor”, se repitió incansablemente, mientras veía los ojos rojos de su hermano porque Pat no podría asistir a su fiesta, de nuevo), pero ni siquiera fue necesario. Pakorn tenía tres debilidades, dos de ellas eran él y Pran, y también era un romántico que logró reservar de última hora un crucero de dos días completos por el sur del país para celebrar su aniversario con Dissaya. Entonces, con la única condición de que todo estuviera limpio para cuando ellos regresaran, Pang se animó y le contó a Pran sobre sus planes.  

Eso también cambió los planes de Wave, quien se suponía que estaría en la casa de sus abuelos el resto de las vacaciones. Habían llegado a un acuerdo con los abuelos de Wave (mejor dicho, Dissaya lo hizo) en el que Wave volvería tres días antes de iniciar clases en Ritdha para que no tuviera complicaciones en el aeropuerto. Entonces, Wave estaría en la fiesta de disfraces también.  

No hacía daño estar emocionado por ello, ¿verdad?  

En realidad, Wave había regresado al pueblo de sus abuelos hace una semana, y Pang nunca pensó que extrañaría tanto a una persona. Ni siquiera cuando dejó de hablar con Nac se sintió así. Pran lo había notado, Pat lo había notado, incluso sus padres lo habían notado. Supuso que era parte de la complicidad, de los secretos y las conspiraciones. Wave era su mejor amigo ahora, su compañero de crimen, la persona con la que planeaba derrocar el sistema del director Supot; habían pasado muchas cosas, entre buscar a P’Chanon, descubrir cómo moderar sus potenciales, la modificación de sus memorias… Parecía que habían pasado años desde que conoció la normalidad. Wave estuvo desde el principio, y su relación evolucionó de una manera extraordinaria.  

Quería que Wave estuviera con ellos y que disfrutara de la fiesta, así que iba a asegurarse de que nada saliera mal.  

—Absolutamente no.  

Hizo un puchero, sosteniendo una guirnalda entre sus manos.  

—Phi, esta es la cuarta que rechazas.  

—Eso es porque sigues trayendo la incorrecta.  

Si había algo en lo que él y Pran eran irritantemente diferentes, era en esto. Pran era un perfeccionista, analizando todo hasta el punto de que podría ser signo de TOC; en general, no era severo y no le causaba tantos problemas, pero la cosa era que nunca estaba satisfecho. Tenía una obsesión con los tamaños y colores, por lo que cada guirnalda decorada con motivos de Halloween tenía que ser exactamente idéntica a la anterior. Pang escogía una, la ofrecía, la colocaba, y era turno de Pran de aprobarla. Luego, Pran regresaría al mismo punto y miraría fijamente la decoración hasta sacudir la cabeza.  

—¿Estás seguro de que son iguales? —había preguntado.  

—Las medí, y tú aprobaste los colores, Phi.  

Pran se había encogido de hombros, fue a otra decoración, y luego lo miró fijamente.  

—Pang.  

—¿Sí?  

—Creo que no está terminada la decoración del árbol.  

—¿Ah? Están todas las guirnaldas, no sé de qué hablas.  

Se había removido con inquietud, y suspiró.  

—No, no lo creo.  

—Phi, lo acabas de ver.  

—¿Y si no son iguales?  

—¿Cuál sería la diferencia?  

—Se pueden caer porque no alcanzan la longitud que deberían. No quiero que caigan encima de nada o nadie. Además, no estoy seguro de que hayamos colocado la cantidad correcta.  

Acostumbrado a eso, Pang asintió.  

—¿Entonces qué hacemos?  

—Voy a contarlas de nuevo —respondió Pran—. Mira en el boceto, ¿cuántas dibujé?  

—Cuatro, Phi.  

—Uhm… sí, hay cuatro.  

—¿Lo ves? Son todas.  

—Pero no me convence esta —tomó una, la cual se soltó fácilmente de la rama donde estaba amarrada—. Mira, lo que te dije. Trae otra más larga.  

Y así habían llegado al punto donde Pran había rechazado cuatro guirnaldas más, todas exactamente iguales a sus ojos. Pang ni siquiera podía reprochárselo porque sabía por qué Pran actuaba así. Al igual que él con Wave, Pran quería que todo fuera perfecto porque sería la primera vez que Pat estaría en la casa por mucho tiempo, sin preocuparse por la llegada repentina de sus padres. Pran le había contado lo feliz que había estado por la fiesta sorpresa que les hicieron el mes pasado, por lo que deseaba que esta fuera tan perfecta como aquella. Él lo entendía por completo, pero eso no evitaba que se preocupara por el estado mental de su hermano.  

Tardaron una hora más hasta que Pran estuvo satisfecho, y luego dos horas más en terminar la decoración del jardín. Habían barrido todas las hojas secas, podaron el pasto, e incluso lavaron las paredes exteriores de su casa. Para el final del día, recibieron una serie de elogios por parte de sus padres.  

—Por la mañana iremos por Wave y por la tarde nos vamos al puerto —explicó Pakorn los planes del día siguiente—. Estaremos de regreso para llevarlos a Ritdha, así que tengan sus maletas preparadas para entonces.  

Él se encontraba en un estado radiante cuando fueron al aeropuerto a recoger a Wave. Su amigo ya traía sus maletas, y parecía que no había dormido en tres días, pero todavía lucía bien: guapo, si se le permitía decirlo. Pang no pudo evitar sonrojarse cuando Wave le sonrió primero a él y luego saludó a sus padres.  

En el camino de regreso, Dissaya entabló una conversación entusiasta con Wave acerca de alguna cosa que no escuchó. Su corazón había comenzado a acelerarse, cosa que pasaba mucho últimamente (cuando Wave estaba cerca de él): su amigo tenía una mano ligeramente colocada sobre el muslo de Pang, sin moverse y sin intención oculta, simplemente descansando. Sin embargo, Pang estaba conteniendo el impulso de tomar la mano de Wave entre la suya, de acariciar las suaves manos o simplemente de rozar sus dedos con los de Wave. Tomó toda su fuerza de voluntad no hacerlo, y el camino de regreso a casa se sintió demasiado largo.  

Por supuesto, las cosas en su casa nunca estaban tranquilas. Tan pronto como estacionaron la camioneta, Pang notó que el auto del tío Ming se encontraba afuera, con la cajuela abierta y un par de maletas. Curioso, quiso averiguar de qué se trataba, pero luego notó la mirada disgustada de su mamá y lo dejó pasar. Arrastró a Wave a su casa, dejaron las maletas en la habitación de invitados y lo llevó a su propio cuarto, donde Pran tarareaba una canción mientras dibujaba.  

—¿A dónde va el tío Ming?  

Pran levantó la vista.  

—Hola, Wave.  

—Ey.  

—Phi, por favor. Vi maletas en su auto.  

Su hermano suspiró y se estiró dramáticamente antes de encararlo. Una pequeña sonrisa se asomaba en sus labios, no lo suficiente para que los hoyuelos se mostraran; sin embargo, no era una sonrisa tensa.  

—Van de viaje.  

—¿Ah?  

—Aparentemente, el tío Ming se enteró de que papá llevará a mamá a ese crucero. No quería quedarse atrás, así que irán al norte a visitar a su familia. Estarán dos días ahí, también.  

Wave asintió, murmurando que eso tenía sentido.  

—¿Y van a ir todos?  

—No, Pat me dijo que él y Paa se quedarían en casa. Pat usó la excusa de querer estudiar para el regreso a clases, y Paa dijo que había hecho planes con sus amigas o algo así.  

Eso explicaba por qué su hermano estaba tan tranquilo. De haberse llevado a Pat y Paa al norte, seguramente Pran estaría tenso y triste durante la fiesta. Pang se alegró mucho de que los golpes de suerte llegaban uno tras otro, por lo que lo comentó:  

—Si seguimos con la racha, deberíamos intentar derrocar al director ahora, quizá funcione.  

Wave se rió, sacudiendo la cabeza.  

—Sí, puede ser.  


La fiesta empezó tarde. Todavía no oscurecía por completo, pero Pang necesitó encender las luces exteriores mientras los invitados iban llegando. No fue sorprendente que la primera en llegar fuera Namtaan, acompañada por Ink. Luego siguieron Punn y Claire, los gemelos y enseguida llegó Wai. Pat y Paa probablemente serían los últimos en llegar. Sus padres se habían ido hace un par de horas, pero todos estaban paranoicos sobre si regresarían porque olvidaron algo. Pang y Pran estaban esperando un mensaje que confirmara que sus padres estaban a cientos de kilómetros de la ciudad para por fin relajarse por completo.  

Al ser una fiesta de Halloween, naturalmente había requisitos sobre la vestimenta. Ir disfrazados sería divertido, habían pensado. Y lo fue, en realidad. Namtaan estaba disfrazada de bruja, con un bonito sombrero morado y una varita mágica que parecía cara; Ink, por su parte, estaba haciendo Cosplay de algún personaje que Pang no identificaba, pero ella lucía genial en él. Punn y Claire usaron disfraces de pareja, una versión moderna de los disfraces que usó Candy de Candy Candy en el festival de mayo: Romeo y Julieta. O al menos eso dijeron. Wai era su jugador de rugby favorito. Y los gemelos eran los gemelos de Alicia en el país de las Maravillas.  

Pang estaba disfrazado de pirata, y Pran era un vampiro. Mientras esperaban a los demás, Pang se preguntó de qué se disfrazaría Wave. No había querido decirle, a pesar de que preguntó incontables veces. Seguramente era algo grandioso, pensó Pang, si Wave insistía tanto en revelar el disfraz hasta la fiesta.  

Pang recordó su fiesta de cumpleaños. Había estado tan encantado, tan fascinado, tan feliz. Quería replicar el sentimiento, devolver el afecto a sus amigos. A Wave, en particular, quería hacerlo sentirse cómodo con ellos; Pang conocía los intentos de Wave por ganarse un lugar permanente en los corazones de los alumnos de la clase Gifted, aunque él sabía de buena fe que ya lo había hecho. Aun así, esta fiesta, además de la oportunidad perfecta para devolverles lo que habían hecho por ellos, quería que Wave en particular lo disfrutara, solo porque sí, y que le permitiera acercarse más a ellos.  

Su pie se movía rápidamente, dando golpecitos en el suelo. Cuando los demás llegaron, solo restaron tres personas. La fiesta no estaba en pleno apogeo, pero ya todos parecían ambientados y estaban divirtiéndose. Pang no pudo evitar mirar a su hermano, quien estaba escuchando una charla entre Claire e Ink, mirando ocasionalmente a la entrada y luego a la ventana de Pat. Al menos no era el único ansioso, pensó Pang. Y su pie siguió golpeando el suelo.  

Benditos los espíritus o dioses que le dieron suerte esa noche, o habría hecho un hoyo en el concreto, cuando miró a la entrada de la casa y finalmente, finalmente, vio salir a Wave.  

Enseguida entendió por qué había tardado tanto. El disfraz de Wave era de lo más elaborado que había visto en su vida, como si Wave hubiera tomado un curso específicamente para esta fiesta: maquillaje, traje, peluca (¿o acaso tiñó su cabello temporalmente?). No había manera de que pasara desapercibido, al menos no para Pang. Sintió su rostro calentarse, su garganta secarse, y probablemente tenía la boca abierta por lo espectacular del disfraz.  

Con pasos vacilantes, Pang se acercó a su amigo y se aclaró la garganta.  

—Lindo disfraz —comentó, feliz de no haberse trabado al hablar—. ¿Qué eres?  

¿Un ángel? ¿Un hada? ¿Algún espíritu divino?, estuvo tentado a preguntar.  

—Soy un fauno —Wave abrió los brazos y dio vueltas en las plataformas que simulaban pezuñas—. ¿No es obvio?  

—Tardaste casi siete horas en el disfraz —dijo en lugar de responder, y Wave frunció el ceño.  

—Tardé siete horas en vestirme y maquillarme. El disfraz lo hice la semana pasada. ¿Está mal hecho o algo así?  

—¡No! No, no. Es… bueno, te ves genial.  

Te ves hermoso, pensó. ¿Cómo puede alguien verse tan hermoso y etéreo en un disfraz de fauno?  

Ahora que usaba las plataformas, Wave alcanzó su estatura. Pang tuvo dificultad para respirar por eso, sintiéndose inexplicablemente nervioso. Miró fijamente a Wave hasta el punto en que cualquiera podría considerarlo grosero, pero por la media sonrisa de su amigo, sabía que Wave encontraba divertido que Pang lo observara tanto tiempo. Estaba a punto de decirle que fueran a conseguir algo para comer cuando los demás se dieron cuenta de la presencia de Wave y enseguida comenzaron a alabar su disfraz.  

Algo cálido se asentó dentro de Pang. Wave parecía feliz, complacido, cuando lo integraron a las charlas. Entró fácilmente, siguió la corriente, respondió las preguntas, mostró su sonrisa. Pang no podía recordar una vista más bonita, nada que lo hubiera hecho tan feliz como ese momento, y ni siquiera se sintió molesto de que interrumpieran su tiempo con Wave, porque su mejor amigo parecía realmente al borde de las lágrimas por la felicidad; y el corazón de Pang latía dolorosamente en su pecho por eso, de una buena manera. Una repentina necesidad de ir y abrazar a Wave surgió dentro de él, pero no hizo otro movimiento además de unirse a su grupo de amigos para charlar alegremente.  


Pran 

Los nervios lo estaban matando.  

Aunque intentó distraerse hablando con Ink, pronto se quedó solo, mirando constantemente a la puerta de entrada. Korn y Ohm habían llegado solo unos minutos antes, y, después de que su hermano le enviara una mirada de cachorro herido, Wave se incorporó a la fiesta. Mon y Korn llegaron después de que Wave le mostrara a todos su elaborado disfraz de fauno, y entonces solo quedaban dos personas por llegar.  

Bebió un poco de soda, sintiendo que podría tener un colapso nervioso en cualquier momento. Utilizó la bebida para distraerse y ayudarse a respirar, hasta que por fin vio a dos figuras paradas justo afuera de su casa, en un área donde la cámara de vigilancia difícilmente los podía ver.  

Prácticamente corrió a recibirlos, con el corazón acelerado tanto por el ejercicio como por la emoción. Afuera, podía ver perfectamente a los dos hermanos vistiendo sus disfraces. Paa era una adorable hada, demasiado linda como para no elogiarla, sonriendo de oreja a oreja y lanzándose contra él en el momento en que las rejas se abrieron.  

—¡P’Pran! Gracias por invitarnos.  

Él no pudo evitar reírse.  

—Me alegra que pudieras venir, Paa. Pat me dijo que tenías sesión de estudio, así que pensé…  

—Bueno, bueno, P’Pran —sonrió ella—. Mis amigas querían que repasáramos contenidos porque viene la época más difícil del año, pero tengo mis prioridades.  

Pran alzó una ceja cuando Paa no mencionó cuáles era dichas prioridades. Sin embargo, tampoco tuvo tiempo de preguntar, porque escuchó una voz cercana llamarla:  

—¡Nong Paa!  

—¡P’Ink! ¿Estás aquí? Con permiso, P’Pran.  

Y luego la niña se había alejado, saltando llena de emoción hacia donde Ink y Namtaan se encontraban.  

Entonces, pudo desviar la vista hacia su objetivo principal de la noche (no que fuera a decírselo a alguien). Su aliento se atascó en la garganta, a pesar de que sabía que debía estar acostumbrado. Por alguna razón, su mente quedó en blanco, y fue completamente injusto, porque Pat en realidad no se había esforzado tanto en su disfraz como, por ejemplo, Wave. Pero Pran claramente sabía que era su mente adolescente, hormonal y enamorada, la que siempre hacía que él se quedara sin aire cada vez que veía a su novio.  

“Novio”. Esa palabra nunca se iba a hacer vieja.  

Pat estaba disfrazado de… bueno, en realidad no lo sabía. Tenía el cabello revuelto, sangre falsa escurriendo por las comisuras de sus labios y un par de lentillas que hacían que sus ojos parecieran grises; su ropa era desordenada y también manchada de sangre falsa, pero no era precisamente de un disfraz, sino que parecía su ropa vieja.  

—Soy un zombi —aclaró, señalándose a sí mismo y entendiendo la pregunta no formulada—. No quería romper la ropa.  

Bien. Pran estaba viendo al zombi más guapo que podía existir, entonces. Lo normal cuando se trataba de Pat. El mismo Pat que se acercó peligrosamente hasta él, inclinándose ligeramente y mirándolo a los ojos.  

—Eres un vampiro muy lindo.  

Ese era un adjetivo extraño para describir su disfraz. Pran no había tenido intención de verse lindo, él quería verse como esos vampiros guapos de series de la época victoriana o algo así. No precisamente un vampiro moderno, sino uno elegante. Pang le había dicho que se veía atractivo, no lindo.  

Sin embargo, era un elogio por parte de Pat, así que de cualquier manera lo tomó y su reacción natural de enrojecerse ante cada coqueteo de Pat se presentó. Se aclaró la garganta, extendiendo la mano hacia su novio.  

—¿Vas a entrar o no?  

Pat sonrió y rápidamente tomó su mano en un fuerte agarre.  

—Sí, señor.  


Pang 

Tenía que felicitar a su hermano. La fiesta era de las más divertidas en las que él había estado alguna vez, a pesar de que no había alcohol involucrado. No es que Pang bebiera mucho, si lo pensaba bien, pero recordaba haberse emborrachado con Nac alguna vez durante el año pasado. No es como que alguien más se hubiera enterado. De cualquier manera, esta fiesta de disfraces era divertida, tal vez por la excelente organización de Pran, su sentido de la decoración y obvia cooperación de Pang, o tal vez porque su grupo de amigos era divertido y ya. Pang no se sorprendió de que nadie fuera de la clase Gifted (con excepción de Paa, quien parecía haberse integrado tan fácilmente que podrías confundirla con una de ellos) estuviera ahí. No extendieron la invitación a otros, pero habían especificado que, si lo querían, podían invitar a alguien más. Y, aun así, ninguno de ellos trajo un acompañante extra.  

No importaba. Mientras más tiempo pasaba en la clase Gifted, más entendía por qué no había tantas personas de confianza fuera de ese círculo. Antes de pertenecer a la clase, él mismo solo tenía a Nac y a otro chico de la clase uno que solo le hablaba porque era amigo de Nac. Sus compañeros podían lucir académicamente intimidantes para los demás, era natural que no hicieran tantos amigos fuera de la clase.  

Tal vez debería preguntarle al profesor Pom si eso les había pasado a otras generaciones. O quizá buscar estudiantes de la clase Gifted que estuvieran en segundo y tercer año. Nunca había visto a sus compañeros, ahora que lo pensaba…  

—Se ve genial, ¿verdad?  

No se sobresaltó en absoluto cuando lo escuchó. Ohm sostenía un vaso de refresco y una rebanada de pastel en las manos, y miraba fijamente a la mesa de dulces, donde aparentemente Pang había estado mirando también. No se había dado cuenta, en realidad, aunque él mismo tenía un postre en la mano.  

—P’Pran ama Halloween —respondió, y cuando Ohm le preguntó con la mirada a qué se refería, continuó—. Todo lo decoró él. Lo diseñó así de bien porque es su festividad favorita.  

—Oh. ¿Y la tuya?  

—Songkran, por supuesto —sonrió, simulando tirar el refresco de Ohm sobre su amigo.  

La fiesta se sintió como un borrón. En algún momento, habían pasado de establecer grupos a sentarse todos en el pasto, en un círculo, con una botella de refresco vacía y jugando Verdad o Reto. Pang se sintió nervioso por alguna razón, aunque no podía pensar en nada que lo hiciera sentirse así. Los retos no eran tan fuertes al comienzo, solo llegando a algunas actividades como quitarse prendas de ropa o pintarse con un marcador permanente. Las preguntas tampoco eran tan incómodas de responder, al menos en su barra de vergüenza. De hecho, él podía incluso responder cuando Ohm le preguntó si ya había tenido sexo.  

—Sí —dijo honestamente.  

Aparentemente, algunos no esperaban esa respuesta.  

—¿En serio? —inquirió Namtaan, sus cejas se habían levantado hasta su línea del cabello—. ¿En qué año?  

—Se supone que es una pregunta, ¿no? La respondí, pasemos a lo siguiente…  

—Paaang.  

Pero luego Paa se cubrió los oídos, al igual que Pran, y se quejaron de que no querían escuchar sobre su vida sexual. Lo cual era justo, considerando que Pang tampoco querría saber la vida sexual de, por ejemplo, Pran y Pat.  

El giro terminó en Pat, quien pidió reto. Pang lo hizo quitarse la playera y quedarse en topless el resto del juego, lo que Pat hizo sin vacilar. Todos silbaron cuando lo hizo, pero Pang solo pudo ver con diversión cómo los ojos de Pran recorrían descaradamente el cuerpo de Pat.  

—¡Oye, oye! —exclamó Korn, dirigiéndose a Pran—. El juego está acá, Pran.  

Honestamente, era uno de los momentos que más había disfrutado desde que se cambió de escuela. En estos meses, Pang se dio cuenta de cómo cambió su vida por esa razón. Mientras el juego continuaba y veía a todos relajarse antes de regresar a Ritdha, pensó en lo raro que era. Él siempre fue el gemelo relajado, aquel que escapaba de los regaños de manera creativa y que tendría a desobedecer. Su madre usualmente le decía que se parecía a su papá. Pran, siendo el niño dorado, lo protegía un montón de la ira de sus padres, además, tenían una alianza para enfrentarlos; ahora, él y su gemelo tenían otro tipo de alianza.  

La fiesta se prolongó hasta pasada la medianoche. Jack y Jo demostraron ser buenos bailarines espejo y entretuvieron a todos por un buen rato, dejándolo libre de mirar alrededor. Después de terminar el juego de botella, su hermano había desaparecido repentinamente, al mismo tiempo que Wave. Pat se acercó a él en ese momento.  

—¿Has visto a Pran? Paa quiere ir a dormir, pero no quiero irme sin despedirme.  

Pang resopló.  

—No tiene sentido que te despidas de él si de todos modos vas a colarte a nuestra habitación más tarde.  

Como era de esperarse, Pat hizo un puchero.  

—No me voy a “colar”. Siempre soy bienvenido ahí.  

—¿Oh? ¿P’Pran dijo eso?  

Pat se cruzó de brazos.  

—No —admitió—, pero soy su novio. Me gané ese pase.  

No pudo evitar reírse.  

—¿Es así? Entonces, cuando yo tenga novia, ¿también tendrá ese pase? No te sorprendas entonces si un día entramos y estás ahí. Estará en todo su derecho.  

Esperaba algún otro comentario de Pat, pero se quedó callado. Confundido por la reacción, estaba a punto de preguntar qué estaba mal, cuando Pat lo miró fijamente. Pang no pudo evitar removerse un poco por lo intimidante que parecía, cortando las palabras que estaban en la punta de su lengua.  

—Hace un tiempo que no te pregunto, pero, ¿realmente ya no te gusta Namtaan?  

Hizo una mueca incómoda.  

—No… Bromeé un poco con Korn antes del examen, pero lo que te dije antes era cierto. Me gustó al principio, pero ya no.  

Pat asintió para sí mismo.  

—¿Por qué quieres saber? —Luego, como ocurrencia tardía, añadió—. ¿Alguien te pidió que me preguntaras? ¿Quieren ir tras Namtaan?  

—No, nadie me dijo nada, era solo mi curiosidad. La verdad es que no recuerdo cuándo fue la última vez que te gustó alguien, así que pensé…  

—Oh.  

La última vez que alguien le había gustado… Probablemente el año pasado. Pat salía con Nan, y ella tenía una amiga que pasaba mucho tiempo alrededor de su amiga, una niña linda que no parecía interesada en otra cosa más que en Animal Crossing. Pang la había notado justo por eso, y rápidamente se había sentido atraído a ella, llegando al punto de persuadir a Pat para que tuvieran una cita doble. Al final, resultó que Nan solo estaba con Pat para sacarle dinero y que su amiga le seguía la corriente.  

Después de eso, solo Namtaan. Y, ahora que lo pensaba, ninguno de los dos enamoramientos había durado mucho.  

—Bueno, si por ahora no te gusta nadie…  

No lo hacía. Al menos, no que se hubiera dado cuenta. Sabía por la situación de Pat que podría estar enamorado de alguien sin saberlo. Aunque él no lo creía, ya que se sentía con mayor inteligencia intrapersonal que Pat. Aun así…  

 —¿Cómo sabes?  —preguntó, removiéndose en su lugar—. Si hay alguien que te gusta, quiero decir.   

—Mmm, bueno, Claire me ayudó con eso, y me dijo que es diferente para todos. Pero siempre empieza con lo mismo: averiguar por qué quiero saber si me gusta alguien.  

—¿En serio?  

—Supongo. ¿Quieres saber si te gusta alguien?  

—No sé…  

—Hia, ¿qué te toma tanto tiempo? Me iré sin ti y cerraré la puerta.  

—Bueno, entraré por mi ventana.  

—Cerraré tu ventana también.   

Pang sonrió.  

—Dale un respiro, Paa. No verá a P'Pran en mucho tiempo y quiere despedirse.  

Ella arrugó la nariz.  

—Honestamente, P'Pang, no sé qué ve P'Pran en Hia, pero no lo cuestionaré.  

—Vaya, para haberte enterado hoy pareces muy relajada.  

—Nunca cuestiono las decisiones de P'Pran. Siempre tiene razón —se encogió de hombros.   

—Oigan, sigo aquí. ¿Y eres hermana de Pran o mía?  

—¡Ahora soy hermana de ambos! Por cierto, P'Ink ya se fue. Me dijo que les avisara.  

Pang asintió. Paa logró arrastrar a Pat de regreso a su casa una vez que  se enteró de que Pat los visitaría más tarde. Pat, aunque con una expresión casi destrozada, se despidió de él y sugirió que dejaran la ventana abierta, solo por si acaso.  

Al final, la fiesta terminó bien. Algunos de sus amigos incluso se quedaron para recoger antes de que sus padres pasaran por ellos. Por alguna razón, ni Pran ni Wave regresaron de adentro, pero Pang no pudo meditarlo mucho cuando Namtaan y Ohm finalmente se fueron, con la promesa de verse el lunes en la escuela. Sin embargo, una vez que se quedó solo en su jardín, volvió a sentirse inquieto mientras regresaba a la casa.  

Ninguno de los dos había intentado comunicarse con él para hacerle saber si había algo mal. Aun así, Pang sentía los latidos de su corazón en los oídos mientras regresaba a la sala, casi rezando por que no hubiera pasado algo que ni su hermano ni su amigo querían que supiera.  

No supo qué sentir, entonces, cuando los encontró.  

Pran estaba inclinado sobre Wave, sus rostros muy cercanos y parecía, desde su posición que tenían las manos sobre el otro. Pang se quedó congelado, su pulso aumentando y una extraña sensación apareció en su estómago. En su cabeza, sus pensamientos se arremolinaron y la sangre de le fue al rostro. Estaba a punto de hablar (¿para qué? ¿Interrumpir? ¿Reclamar?) cuando escuchó a Pran gritar.  

—¡Quédate quieto!  

—¡Pero duele!  

—Bueno, ¿de quién fue la maravillosa idea de utilizar un pegamento de procedencia dudosa para su disfraz?  

—Ya te dije que olvidé el mío en casa. ¡No sabía que tenían!  

—Pero pudiste cambiar tu disfraz, ¡o no usar ese pegamento! Ah, Pang, estás ahí. ¿Puedes buscar en el botiquín de mamá si hay más algodón? Ya gasté todo y su máscara aún no sale.  

Un poco vacilante, Pang hizo lo que le dijeron, sintiendo cómo su pulso volvía a la normalidad. Cuando volvió, tenía una especie de nudo en la garganta e incomodidad general.  

—Ah, gracias.  

Observando más de cerca, se dio cuenta de que lo que Pran estaba haciendo era despegar una máscara de látex de la frente de Wave, de donde surgían los cuernos del fauno. Wave se quejaba de lo que parecía ser un proceso muy doloroso de arrancar el látex.  

—¿Qué pasó? Desaparecieron y hasta Pat me preguntó dónde estabas, Phi.  

—Ah… ¿ya se fue?  

—Sí, ya se fueron todos.  

Pran pareció darse cuenta del tiempo que llevaba ayudando a Wave, porque su rostro cayó. Debió pensar en que no pudo despedirse de Pat. Pang sacudió la cabeza, pensando que probablemente el ancla que había caído en su estómago era porque había pensado que su hermano estaba engañando de alguna manera a Pat.   

—Oh, pero dijo que iba a venir más tarde, lo olvidé.  ¿Tenemos la ventana abierta?  

Pran se animó al oír eso. Miró entre él y Wave antes de levantarse.  

—Iré a ver. Te puedes encargar de esto, ¿verdad? Solo un poco más hasta que salga.  

Wave tenía más de la mitad de la máscara de látex despegada, por lo que no sería un problema. Sin ocultar su sonrisa, Pang asintió y soltó una carcajada cuando su hermano prácticamente corrió escaleras arriba para ir a ver a Pat. Wave resopló, mirando con cariño.  

—Creo que nunca vi a nadie tan enamorado antes.  

—No me digas que no has visto a Pat, porque no te creo. ¿Has visto sus ojos de cachorro cuando mira a P'Pran?  

Wave sacudió la cabeza.  

—Pat puede tener ojos de cachorro, pero tú y Pran tienen ojos de gacela. Y los ojos de Pran brillan mucho cuando lo ven, como si fuera a llorar o algo así.  

Pang se sentó enfrente de Wave, algodón en mano y tomando el removedor. Consideró un momento lo que había escuchado.  

—Es posible.  

—¿Uh?  

—Tal vez quiera llorar —aclaró—. No tienes idea de cuánto esperó P'Pran para este momento. Puede que aún no lo crea real.  

La mirada de Wave, todavía con las lentillas, se fijó en él. No parpadearon, no dijo otra cosa. Pang comenzó a quitar el resto de la máscara, ambos estableciéndose en un cómodo silencio. Wave hizo más muecas y se quejó, pero no en voz alta. Para cuando todo quedó fuera de su rostro, aún faltaba el resto del maquillaje, que se había vuelto un poco grasoso por el tiempo; sin embargo, Pang pensó que se veía extrañamente bien en Wave. Tal vez había pasado suficiente tiempo con él como para finalmente aceptar que era atractivo.  

Se quedó unos segundos así, hasta que de repente sintió un golpecito en la mejilla. Su corazón se aceleró, la voz de Wave regresándolo a la realidad.   

—¿Qué dijiste?  

—Que quiero ir a ducharme, si no te importa. Todavía tengo como tres kilos de maquillaje sobre mí.  

—Oh, sí. Hablando de… ¿por qué le pediste ayuda a P'Pran con esto? Pudiste hablarme.   

Wave rió secamente.  

—Claro. He visto monos con más delicadeza que tú, ibas a lastimarme seguramente. Me empezó a doler la cabeza y Pran estaba más cerca. Además, él tiene manos suaves, no me lastimó.  

—Yo tengo manos suaves. Tenemos las mismas manos, somos gemelos.   

Wave le dedicó una última sonrisa antes de subir las escaleras.   

—¿Celoso?  


¿Celoso?  

La pregunta se repitió durante los siguientes meses. No siempre, en realidad muy pocas veces. Desde que regresaron a la escuela, no habían tenido mucho tiempo de pensar en cualquier cosa que no fuera P'Chanon o lo relacionado con las imágenes que vieron de chicos siendo torturados. No tenían ningún tipo de pista sobre lo que significaba, y no pudo sacarle ni una palabra más a Namtaan antes de provocarle un ataque por la presión alta. Las imágenes de Ink solo servían para confirmar que fueron perseguidos a las islas y que les borraron la memoria, pero todavía faltaba mucho.   

Pang estaba frustrado. Wave estaba molesto. Pran y Pat intentaban ayudar pero no habían podido escuchar más conversaciones privadas del director Supot con nadie, ni siquiera con la señorita Ladda. Ohm ni siquiera sabía lo que estaban haciendo, por lo que tampoco era posible que él fuera su espía.  

Y aun así, el pensamiento se coló algunas veces en su mente.  

No en cualquier ocasión. Conforme Wave fue integrándose más al grupo de amigos y pasando más tiempo con otras personas (no más tiempo que con él, pero Namtaan e Ink eran influencias muy grandes en su vida), más se daba cuenta de que estaba observando mucho las interacciones de Wave con otros. Eso hizo que un día le preguntara:  

—¿Con quién de la clase saldrías?  

Tal como él y Korn habían bromeado alguna vez. Korn se había burlado y elegido a Namtaan, su crush de entonces, y él a Claire, el crush de Korn. Sin embargo, ahora se sintió como una pregunta diferente. Más seria. Más real.  

Wave le dedicó una mirada extrañada, antes de soltar una risita.  

—¿De dónde salió eso?  

Pang se encogió de hombros.  

—Curiosidad. Llevamos casi un año siendo amigos y aún no sé quién te gusta.  

—Bueno, yo tampoco sé quién te gusta a ti.  

Se lamió los labios, sintiendo algo que casi le impedía responder. Al final, pudo externarlo con dificultad:  

—Es porque no me gusta nadie.   

Wave dejó de sonreír.   

—A mí tampoco.  

Por el tono, parecía que Wave quería cambiar de tema. Él debió dejarlo pasar, pero algo lo impulsó a continuar.  

—Quiero decir, si alguien me gustara, te lo diría. Como, ya sabes —movió las manos— todo sobre esa persona.   

Wave volvió su mirada al cómic que había estado leyendo y que Pang apenas notaba.  

—Mhm. Lo sé.  

Se sintió tremendamente ansioso por alguna razón.  

—También me lo dirías, ¿verdad? Si alguien te gustara.  

—Sí —respondió Wave—. Por supuesto.   

Y, de alguna manera, su primer año de escuela en Ritdha terminó.   

Chapter 19: Capítulo dieciocho

Summary:

Pat y Pran encontraron algo.

Pang también cree que encontró algo.

Desafortunadamente, él solo es despistado.

Notes:

¡Hola! Estoy aquí con un nuevo capítulo, y me di cuenta que el bloqueo de lector más mis sentimientos a flor de piel por Pat y Pran en Our Skyy 2, así como el OhmNanon, resultan en algo que no estoy segura de haber escrito bien. De cualquier manera, me gustó cómo quedó el capítulo, espero que a ustedes también.

Esta versión en realidad nunca es beteada, así que pueden encontrar un montón de errores. Este semestre está por finalizar, pero parece que acabará conmigo antes, por lo que, como dije en la otra versión, espero subir al menos 3 capítulos más antes del 29 de junio.

Como sea, espero que lo disfruten, les quiero y aprecio cualquier forma de apoyo. Aunque no responda varios comentarios, los leo todos y me emociono mucho al leerlos. <3

¡Nos leemos pronto!

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Pran

El profesor Pom tenía la mirada en el papel del escritorio. Un breve escrito con información que Pran no alcanzaba a leer, pero que de cualquier manera sabía lo que ponía. Nervioso, se removió e intentó no pensar mucho en el tic-tac del reloj. Habían pasado dos días desde que el nuevo año escolar comenzó, el semestre anterior pasado en un borrón. A pesar de los pocos o nulos avances que habían realizado, se las habían arreglado para mantener oficialmente escondidos sus potenciales. Especialmente él, ya que todavía tenían la sospecha de que el director Supot pensaba que ambos tenían el mismo. 

—¿Habló con Pang antes? 

El profesor Pom suspiró y negó. 

—No, pero tenemos grabaciones de dos ocasiones donde es posible que lo haya hecho. 

—Es decir, no tienen ninguna prueba. 

—No lo hagas sonar como si estuviéramos acusándolo de algún crimen, Parakul. Sabes lo importante que es que sean honestos con nosotros, de esa manera podrán desarrollar todo su potencial. Si no, es posible que lleguen a un estancamiento. 

Pran sabía que el profesor Pom en sí no tenía malas intenciones ni propósitos perversos como el director Supot. Sin embargo, el profesor Pom probablemente sabía de las intenciones del director y de todos modos lo estaba ayudando. Su única ventaja era que no parecían sospechar de los planes que tenían ellos. Pat le había dicho, sin embargo, que el director estaba alerta de las reacciones de Pang desde que tuvieron esa reunión. 

Salió de la oficina del profesor Pom sin haber añadido algo. Obviamente, su profesor estaba decepcionado, pero no había mucho que pudiera hacer si Pang y Pran estaban empeñados en ocultar sus potenciales, al menos parcialmente. Después de haber pasado un año bajo la vigilancia de sus profesores, e incluso después de que Pran recordara gran parte del fin de semana donde se enteró de su propio potencial, habían tenido mucho tiempo para pensar qué hacer en caso de que el potencial de Pang se filtrara, o saliera oficialmente. 

Pat estaba afuera de la oficina, esperándolo, mientras jugaba en su teléfono. Al levantar la vista, hizo contacto visual con Pran y entonces Pran supo que el profesor Pom no iba a dejarlo ir fácilmente. Se acercó a Pat con pasos pesados, hombros tensos y puños apretados. Pat asintió en su dirección. 

—¿Qué pasó? 

Pran negó suavemente con la cabeza. 

—Nada, solo quería revisar el programa. 

Caminaron por el pasillo, ignorando las miradas que los demás estudiantes les lanzaron cuando Pat colocó sus brazos alrededor de sus hombros y lo atrajo en un abrazo reconfortante. Luego, Pat acercó sus labios hacia su cabeza para simular un beso breve. 

—Nos está viendo —murmuró. 

—Bien —respondió Pran—. Pang dijo que haría eso. 

Acto seguido, tomó la muñeca de Pat y se soltó del abrazo. Sin mirar en dirección al profesor Pom, fingió susurrar algo al oído de Pat antes de que Pat asintiera. Pran lo dejó ir y Pat se encaminó en dirección al salón Gifted. Pran no pudo evitar una pequeña sonrisa al ver cómo Pat se esforzaba por que pareciera que su mente se había vaciado. 

Reanudó su caminata en dirección opuesta, tarareando una melodía que se infiltró en su mente. 


El primer día de su segundo año, los estudiantes de primer año habían lucido tan emocionados que parecía que iban a salirse de sus cuerpos. De entre todos, sin embargo, Pran solo había reconocido a dos: Paa, y su amiga Som. Sostenían un volante cada una, probablemente la información de los clubes y sobre el examen de recolocación. Paa (para sorpresa de nadie) estaba en la clase uno, mientras que Som estaba en la clase tres. Sin embargo, todavía encontraban tiempo para estar juntas. Verlas tan pegadas le recordaba un poco a los primeros días de ellos en el internado, cuando Pang y Nac todavía parecían uña y mugre. 

Tampoco tan sorprendentemente, estaban realmente cerca de ellos. 

—Realmente es horrible —se quejó Paa un par de días después, mientras estaban en su dormitorio—. Siempre interrumpe a los profesores, actúa como si supiera todo y fuera mejor que los demás. 

Pang soltó una pequeña carcajada. 

—¿De casualidad usa lentes? 

—¡Sí! —exclamó exaltada—. ¿Cómo lo sabes, P’Pang? 

—Oh, solo quería confirmarlo. Wave, te has estado infiltrando en las clases de primer año, ¿verdad? 

Wave golpeó a Pang, maldiciéndolo en voz baja, mientras los demás también rieron por el chiste. Paa suspiró antes de cruzar los brazos y dejarse caer en la mesita de café. 

—Se la pasa diciendo que estará en la clase Gifted todo el tiempo, me tiene harta. 

—Oh, entonces definitivamente debe ser Wave infiltrado —señaló Namtaan, ganándose una mala mirada de Wave. 

—Honestamente —añadió Som, quien había estado callada todo ese tiempo—, Third no es el único que está hablando de eso. Todos lo hacen, sobre todo porque saben que cualquiera podría quedar en esa clase si se esfuerzan lo suficiente. Todos quieren entrar, y estudiar más amplía la posibilidad, ¿verdad?

Parte de lo que más enojaba a su hermano era que esa parte era falsa. Además de la profunda desigualdad entre los estudiantes de clases mejores a los de clases supuestamente inferiores, les hacían creer que, si estudiaban duro, tendrían mayores oportunidades de lograr algo que era completamente al azar en la realidad. Pang se había puesto furioso, y Pran también.

Justo antes de que Paa ingresara a Ritdha, presentó exámenes en otras tres preparatorias, en caso de que no fuera aceptada aquí. Pran había visto cómo la pobre había estado tan estresada que casi dejó de comer y salir con sus amigos. Pat estaba irritado esos días, enojado con sus padres por forzarla a estudiar tanto cuando a Pat no lo obligó a aplicar a otras escuelas. Aunque Pran sabía que era porque el tío Ming estaba seguro de que Pat entraría a Ritdha, y que en Paa nunca habían puesto expectativas altas sobre sus calificaciones, por lo que ahora solo debían asegurarse de que entrara en una buena escuela, cualquiera que fuera.

Pran no lo entendía del todo, tampoco. La escuela a la que asistieron desde el preescolar tenía todo incluido: primaria, secundaria y preparatoria. Paa podría haber continuado ahí sin necesidad de examen si no quedara en Ritdha. Pero ahora que había entrado al internado, un nuevo malestar surgió cuando escuchó que le estaban exigiendo mantenerse en la clase uno y, de ser posible, entrar al programa Gifted.

Honestamente, Pran no había esperado que le pusieran ese peso en los hombros a Paa, porque nunca lo habían hecho. Ahora todos los de primer año estaban sufriendo igual por una cosa que estaba fuera de su control.

—La cosa es —continuó Paa— que me está hartando. ¿Qué tiene de genial estar en el programa Gifted? Cualquiera de nosotros es genial y ya.

Paa no formuló bien su idea, pero Pran sabía lo que Paa había querido decir. Tal vez no lo dijo porque Som estaba ahí, pero Pat le había contado una vez lo que Paa realmente pensaba del programa, y cómo ella estuvo rezando y ofreciendo ofrendas a cientos de templos con tal de que ella no fuera seleccionada para el programa.

—Ella piensa que nos volvimos más miserables por culpa del programa —le había dicho Pat.

Pran no había respondido, pero Pat conocía su respuesta:

—¿Y no es verdad?

Ser novio de Pat era probablemente la única cosa buena que había salido de esto. Y su nuevo grupo de amigos, pero todos tenían esa alianza porque los potenciales habían llegado a sacudirles sus vidas, y a arruinárselas a algunos de ellos. Al final del semestre pasado, por ejemplo, Mon y Korn habían solicitado dejar el programa. Aunque la solicitud se les negó, sus razones eran realmente válidas. El mismo Pang le había dicho que quería renunciar, antes de ponerse a trabajar con Wave.

Siguió pensando en ello mucho más tarde, cuando estaba acostado y sin poder dormir. Pat estaba roncando suavemente en su oído, un sonido inesperadamente reconfortante. En esos momentos, se veía tan relajado, tan sereno, incluso cuando tenía una pequeña arruga en su frente que Pran deseaba arreglar. Había estado tan estresado por su hermana, tan preocupado, que honestamente pensó que Pat estaría haciendo algún tipo de trampa para ayudarla. Lo entendía por completo. Sabiendo cómo era esta escuela, era mucho riesgo hacer casi cualquier cosa.

Pang tenía razón sobre todo esto. Pran pensó y pensó muchas veces que tal vez su hermano estaba obsesionado con algo que no valía la pena, pero que de todos modos pensaba apoyar. Ahora, sin embargo, todo tenía sentido, y también tenía sentido que no hubiera tratado de detener a su hermano. Tan poco convencido como estaba de que Pang lograra hacer una gran diferencia en el sistema educativo de la escuela, todavía sabía que había algo raro y que no podían quedarse sin hacer nada. Y en esos momentos, pensando en cómo afectaba no solo a los estudiantes Gifted, sino a todos en general, sabía que no iba a quedarse tras bambalinas por más tiempo.

Finalmente pudo conciliar el sueño cuando se decidió. Ayudaría activamente a Pang, como su hermano mayor, su gemelo, y como alguien que no quería ver afectadas a más personas por lo que fuera que estuviera pasando.


Pang

Era una lástima que Pran no pudiera leer su mente como lo hacían Jack y Jo entre ellos, de esa manera dejaría de hacerlo sufrir inconscientemente.

Antes de que ambos empezaran a hablar tailandés, habían creado su propio lenguaje, que consistía en balbuceos al azar, señas y sonidos extraños, pero que ambos entendían a la perfección. Entre sus dos y seis años, habían sido solo ellos dos contra el mundo. Refugiándose del resto, Pran y él habían creado ese entendimiento mutuo que podía equipararse a los potenciales que Jack y Jo tenían ahora. Con el pasar de los años, se fue reforzando y crearon un idioma complejo que, hasta la fecha, ambos podían entender todavía más o menos bien. Fue hasta que sucedió una casi-tragedia en un lago y que Pat y Paa se sumaron a sus vidas que salieron del mundo que habían creado para sí mismos. Pang y Pran no habían necesitado mucho para saber lo que molestaba al otro.

Ahora no era así. De serlo, ¡Pran no lo estaría volviendo loco!

No lo hacía a propósito, Pang lo sabía. Todavía le daba miradas confundidas cuando Pang lo miraba mucho tiempo, preguntándole qué estaba mal, pero no podía simplemente transmitir telepáticamente todo el revoltijo de emociones y sentimientos que se superponían en él. Entonces, le enviaba un mensaje de vuelta: Oh, nada. Pran lo tomaba y continuaba con su vida. Pang deseaba, un poquito, que volvieran a la época donde no se necesitaban palabras para interpretarse completamente el uno al otro.

Por otro lado, había una persona que sabía exactamente cómo se sentía, porque su potencial iba de ello.

—¿Qué te pasa?

También, a veces, deseaba tener el potencial de su hermano.

—¿A qué te refieres?

Pat tenía una expresión de concentración, como analizando lo que iba a decir. Sacudió la cabeza suavemente antes de suspirar y darle una pequeña sonrisa.

—Es solo… pareces raro.

Pang se encogió de hombros.

—Yo me siento muy normal… ¿Estás usando tu potencial conmigo?

—Nop —Pat sacudió la cabeza enérgicamente—. Pran me bloqueó por una hora.

Qué alivio, pensó.

—¿Es Pran?

Pang se sobresaltó al escuchar eso.

—¿Ah?

—Tu expresión cambió cuando mencioné su nombre. ¿Pelearon o algo así?

—No, claro que no.

Pang no sabía qué mirada había puesto, pero hizo que Pat torciera su propia expresión, como cuando estaba molesto. No parecía molesto con él, claro, pero siempre que había una pelea entre él y Pran, Pat parecía decepcionado y algo conmocionado, como si el conflicto fraternal también lo afectara a él y su ánimo. Pang pensó que su potencial tenía sentido, de hecho.

No estaba molesto con Pran, tampoco; al menos, eso es lo que creía. Si bien había pasado mucho tiempo desde la primera vez que se sintió así, Pran seguía haciendo cosas que hacían sentirse raro. Pero no era precisamente Pran haciendo cualquier cosa al azar, sino que pasaba cuando interactuaba con Wave.

Ahora, a Pang le agradaba mucho que Wave se hubiera integrado a la dinámica de amistado que habían formado en la escuela; desde la fiesta de Halloween, todos se habían suavizado notablemente con él, en especial Namtaan, Ink y Pran. Sobre todo, Pran. Si bien antes había sido cordial con él, Pang sabía que Pran tenía todavía cierto rencor por cómo lo había tratado antes, pero ahora todo había cambiado, y Pang no sabía por qué.

Recordó cómo los encontró el día de la fiesta, la sensación amarga en su lengua cuando pensó que su hermano podría haber estado engañando y traicionando a Pat, pero ahora le parecía absurdo que hubiera pensado eso porque el mismo Wave confirmó que Pran estaba irremediablemente enamorado de Pat y que no podía ver a nadie más. Sin embargo, las interacciones que tuvo con Wave no disminuyeron después de eso, y los veía juntos casi cada vez que él mismo estaba separado de Wave.

—¿No te sientes solo cuando P’Pran se va con Wave? —le había preguntado a Pat, porque su amigo era descrito por su hermano como un perro pegajoso que quería estar con Pran todo el tiempo, así que se preguntaba si se sentía dejado de lado al verlo interactuar con Wave tanto y tan dulcemente.

—No —Pat había negado rápidamente—. Es lindo. Ya sabes, antes no tenía muchos amigos, pero ahora siento que finalmente tiene más personas en su red. Me alegra muchísimo que eso pase.

Y Pang ni siquiera podía pensar que era una mentira para tapar celos, porque él mismo había pensado exactamente lo mismo cuando vio a Wave interactuar con sus otros amigos. Entonces, sabía que Pat ni siquiera creía capaz a Pran de engañarlo con nadie, mucho menos Wave. Pero todavía se sentía incómodo, como si algo se le estuviera escapando.

Vio sonreír a Wave, no, no sonreír, reírse, por algo que Pran dijo, y de nuevo se le revolvió el estómago. Wave brillaba por sí mismo ahora, y Pang disfrutaba cada vez que eso pasaba, verlo disfrutar de la comodidad de las amistades, reírse de los chistes de los demás, que sus ojos brillaran con tanta alegría que parecía que…

Oh, no.

Pang se congeló, mirando a Wave y luego a Pat, que estaba a su lado y observaba Pran con esa sonrisa tonta y expresión de absoluto amor y adoración, con ojos brillantes y chispeantes, centrado en su hermano como si nada más en el mundo existiera.

La misma mirada.

Era eso. Era eso, ¿verdad?

¿A Wave le gustaba Pran?

¿A Wave le gustaba Pran?

¡Mierda!, pensó, ¡Por eso me sentía tan incómodo! A Wave le gusta mi hermano, ¡y le van a romper el corazón!


Ya no pudo dejar de pensar en eso. Tenía sentido. Incluso desde la fiesta de Halloween, cuando Wave le pidió a Pran que lo ayudara con la máscara porque tenía “manos suaves” y “no lo lastimaría”. Claramente no se quejó cuando Pang lo ayudó, lo que significa que Wave solo estaba buscando una excusa para estar cerca de Pran. Eso explicaba también por qué disminuyó su apatía y sus comentarios agresivos a ambos, y también cómo aceptó tan fácilmente la amistad de Pang: ¡quería ganárselo! ¿Quería ganar un aliado o algo así? ¡Pero Wave sabía que Pran estaba saliendo con Pat! No solo eso, Wave había visto lo enamorado que Pran estaba con Pat, ¡lo describió!

Tal vez eso fue. Pran, hace muchos años, le reveló a Pang que estaba enamorado de Pat. Sin embargo, sabía que era algo imposible. A Pat no le gustaría Pran nunca, había dicho, por lo que terminó por resignarse y simplemente actuar amistosamente con Pat, con la esperanza de nunca dejar su lado, aunque fuera como amigo.

¿Era eso lo que Wave estaba haciendo? Reconoció que Pran no miraría a nadie más que Pat, ¿así que ahora solo fungía el papel de un buen amigo?

Pensar en esas cosas le hacía doler la cabeza, no solo porque la incomodidad en su pecho aumentaba, sino porque sabía que era una pérdida de tiempo hacerlo. Cualquiera que fuera su opinión sobre ello, la verdad era la verdad, y claramente no iba a añadir o quitar nada a la situación que él lo sobrepensara. Además, no tenía tiempo para cosas de este tipo, porque había algo más importante a la vuelta de la esquina: el examen de re-colocación.

Y, aun así, su pecho se apretaba cada vez que veía una interacción entre su hermano y su mejor amigo. Lástima, tal vez. Simpatía. Lo que fuera. Era molesto.

—Entonces, ¿cuál es el plan?

Wave, afortunadamente, seguía siendo su mejor amigo y pasaba la mayor parte del tiempo con él. Pang lo encontró reconfortante en estos momentos de preocupación excesiva.

—Todavía no tenemos mucho. Cualquier cosa que pensábamos que teníamos sobre P’Chanon o algo más…

—Lo sé —interrumpió Wave—. Pero, ¿vamos a dejar que el examen prosiga como si nada?

Se encogió de hombros.

—No tenemos mucho —repitió.

—Suena como si te estuvieras dando por vencido, Pang.

Resopló.

—¿Es así?

—Fuiste tú el que me convenció de entrar en esto, no puedes zafarte y lo sabes.

Estaban mirando el tablero que tenían instalado en la habitación de Pang. Personas, documentos, cosas sospechosas. La repentina salida de P’Chanon no estaba registrada en ningún lugar, y habían encontrado algo cercano a un recuerdo de Namtaan, solo para perderlo de inmediato cuando a ella se le subió la presión. Habían estado estancados desde entonces, sin encontrar cualquier cosa que pudiera decirles que había algo mal con todo el asunto. Al menos de lo que pretendían encontrar.

—Sabes que no es eso.

—Oh, ¿lo sé?

—Simplemente no tenemos idea de qué…

Su puerta abriéndose de repente lo interrumpió.

—¡Pang! Oh, qué bueno que estén aquí los dos.

—Phi, ¿qué pasa?

Pran lucía agitado, desaliñado, como si hubiera estado corriendo una maratón. Sostenía su celular en su mano derecha y un eco de una voz se escuchaba salir de ahí. Pang identificó la voz como Pat.

—Es solo… ah… mejor diles tú, Pat.

Acercó el celular a ambos, estaba en altavoz.

—¿Pang? ¿Wave?

—Sí, aquí estamos. ¿Qué pasa?

—¿Recuerdan la historia de la primera alumna Gifted? La ganadora del premio de química y todo eso.

Pang no podría olvidarla, aunque quisiera. Saber la verdad de lo que sucedió de la voz de la profesora Ladda todavía le dejaba un sabor agrio en la boca.

—Ya saben, después de la muerte de Wipawee, hicieron pruebas con ella para conocer su verdadera resistencia a los venenos y esas cosas. Así descubrieron que tenía realmente un potencial y no que solo fue coincidencia.

—Lo recordamos —respondió Wave—. ¿Qué hay de eso?

—Parece que no solo hicieron esas pruebas en Nicha, hay registros de al menos otras treinta personas con la misma hoja de sustancias y venenos.

Todos se quedaron callados.

—¿De dónde sacas eso? —preguntó Wave, quien lucía un poco molesto—. He estado buscando información durante meses y no encontré nada.

—Eso es porque casi siempre buscas en la red Los archivos más antiguos no están en digital.

—Pero prácticamente hemos saqueado cada área de la biblioteca también —replicó Pang—. Puedo confirmar que no hay nada.

—Esperen un momento.

La voz de Pat se cortó y se escuchó algo de movimiento, como sillas arrastrándose y más voces amortiguadas. Pang y Wave se acomodaron en la cama de Pang, acercándose uno al otro. Pang sintió que su corazón se aceleraba, probablemente por la emoción de encontrar cualquier cosa que los hiciera avanzar.

—Voy para allá, espérenme.

Luego colgó.

Pang miró a su hermano, con una pregunta implícita.

—Escucha, sé que te dije que no me metería en esto, pero…

—No, es genial que quieras ayudar. Me hubiera gustado que me dijeras, al menos.

—Fue repentino.

Pang sabía que su hermano tenía más que decir, pero se detuvo a sí mismo. No comentó más y esperó a que Pat llegara, ya que sabía que su hermano le contaría una versión un poco distorsionada de lo que Pran mismo había escuchado de Pat. Como era de esperarse, Pat no tardó mucho en llegar, con un sobre que no parecía tener nada en especial.

—Bien, no más misterios, dinos qué pasa —exigió Wave.

Pat estaba muy emocionado, también.

—Ok. Entonces, ustedes tenían razón en eso. La biblioteca y la base de datos de la escuela no sirven de nada. Pran y yo llevamos algunos días espiando al director y al profesor Pom, para saber si tenían algún comportamiento raro o algo así. Hasta ahora, nada de nada.

Asintieron. Pat había tomado asiento en el suelo, pegado a Pran, y todavía tenía el sobre cerrado entre sus manos.

—Pero entonces lo vi un día escabullirse al almacén de química, y pensé que había estado cerrado con candado desde el ataque de Namtaan, lo que al mismo tiempo me recordó el examen.

—Asociación libre —explicó Pran—. Lo hace muy seguido.

—Como sea, el resto se le ocurrió a Pran. Es brillante, de verdad.

—¿Qué cosa?

—Pensamos que probablemente había archivos escondidos alrededor de la escuela, como en los exámenes que hicimos. Escondieron pistas, escondieron nuestros pines, y esas cosas. Y la última pista del primer examen estaba al azar para que fuera encontrada o no.

Wave asintió.

—Entonces, era posible que hubiera documentos donde ningún alumno buscaría, ¿no?

—¡Exacto! —continuó Pat—. Pran pensó en eso también. Y fuimos con Korn, y le preguntamos si podía buscar un objeto del cual no estábamos seguros de su forma o posición.

—¿Y pudo?

—Algo así. Le pedimos que buscara algún archivo escondido, tan escondido que nadie pudiera encontrarlo. Lamentablemente, describió muchos documentos que podrían estar prácticamente en cualquier oficina o cubículo de profesores. También nombró notas de alumnos, hojas de apuntes perdidas…

—Le dolió la cabeza al final —dijo Pran.

—Pero ustedes tienen algo —repitió Wave.

—Esa es la cosa —asintió Pran de acuerdo—. No podíamos encontrar nada de P’Chanon porque el profesor Pom se encargó de encerrar todo lo relacionado con él. Solo él tiene acceso. Entonces buscamos otras cosas que conocemos de otro exalumno.

Nicha Kannula, la primera estudiante Gifted de la que se tenía registro.

—Así llegamos a la conclusión de que algunas de sus cosas seguirían en el laboratorio.

—Ah, entonces las voces eran Jack y Jo —adivinó Wave.

—Ellos me ayudaron a buscar las cosas. Pran se quedó cerca del profesor Pom para poder advertirme, yo soy más rápido. En fin, encontré el sobre y parecía viejo y gastado, así que era perfecto. Y lo fue.

Pat abrió el sobre, dejando caer un montón de papeles. Bitácoras, registros similares a los que él había encontrado en el laboratorio el día del examen. En lugar del nombre de Nicha Kannula tachado y sustituido por una “A”, había nombres reales. Varios nombres de distintos alumnos de distintas clases.

Todos los venenos a los que Nicha había testeado como “inmune” o “resistente”, estaban marcados en rojo. Desde reacciones leves como irritación u ojos llorosos, hasta cosas más graves, como dificultad de respiración o choques anafilácticos, todos estos informes confirmaban que Nicha era la única capaz de resistirlos, y que eran venenos reales y potentes.

—Mierda —murmuró.

—¿Qué demonios está haciendo esta escuela con sus estudiantes?


—¿Ves algo?

Namtaan asintió.

—Era aquí mismo, en el laboratorio.

—¿Cómo lo hicieron?

—A la fuerza. Ellos no querían. Ni siquiera les hicieron firmar nada. Además de los registros de resultados, no había ningún tipo de papel afuera.

Obviamente, la escuela no tendría registro de este experimento al alcance de nadie. Seguramente, si existía, algún tipo de reporte, no estaba cerca de ellos.

—Pang…

—¿Sí?

—Muchos de ellos terminaron en el hospital.

Namtaan soltó las hojas de resultados de los otros. Ella había estado lívida cuando le contaron su teoría. Pang quería saber por qué, pero Namtaan solo decía que recordaba a P’Chanon sentado en una silla y rodeado de distintos hombres.

—Es posible que estuvieran haciendo algo similar, ¿no crees? —dijo ella—. Experimentando con él… o algo.

Recordó las palabras del director: buscaba dar mayores oportunidades a aquellos que tenían mayores capacidades, incluso a costa del resto. Era una injusticia que Pang no había estado dispuesto a tolerar. Incluso se negó a quitarle el puesto de presidente de la clase a Wave a pesar de que ganó en puntaje del examen.

Sus amigos se encontraban con ellos. Ninguno parecía feliz o entusiasmado del descubrimiento, sino angustiado. El examen de re-colocación era mañana por la mañana, y ni siquiera había tenido tiempo de pensar en ello o qué podría hacer por el alumnado.

—Por ahora, necesitamos encontrar más cosas como estas —declaró—. Más pruebas de que experimentaron con alumnos.

—Pang, nos tomó meses encontrar algo como esto. ¿Crees que podemos conseguir más tan pronto? —preguntó Wave—. Lo de P’Nicha pudo ser un golpe de suerte.

—No, Wave, escúchame. Antes solo sabíamos que obligaron a P’Chanon a dejar el programa por tratar de revelar el secreto de la escuela; sabíamos que nos ocultaron algo y nos borraron la memoria: nos atacaron, en otras palabras. Ahora sabemos qué es lo que estaban tan preocupados por ocultar.

Pran asintió.

—Tiene razón. Ahora sabemos exactamente lo que estamos buscando: pruebas de que experimentaron con alumnos. Tal vez la primera vez fue la generación de P’Nicha, pero no significa que haya sido la única vez, ¿verdad?

Namtaan, Pat y Ohm asintieron de acuerdo.

—Podría escabullirme de nuevo —sugirió Ohm—. Buscar en la oficina del director, o del profesor Pom o la profesora Ladda.

Pang suspiró.

—Esa podría ser una buena idea.

—¿Y luego qué? —preguntó Wave.

Pat se animó.

—Cada fin de semestre el director da un informe de avances académicos a distintos funcionarios públicos, directivos e inversores de la escuela. El papá de Punn viene también, ¿recuerdan? Podríamos exponerlo ese día. Frente a tantas autoridades, no creo que tenga forma de escapar de las consecuencias.

Pang resopló. Estaban al inicio del semestre, faltaba mucho para que ese informe ocurriera. Pang sabía que Wave podría publicarlo todo en Internet sin problema, pero eso traería consecuencias también para los egresados: tendrían un montón de gente acosándolos, habría tantos problemas si se hacía así.

—Puede que valga la pena esperar —Pran dijo, adivinando el dilema que tenía—. Y mientras, busquemos más archivos como este. No podemos permitir que vuelva a suceder.

Y a tratar de cambiar el sistema, de una vez por todas.

Notes:

Aunque menciono a Third, personaje principal de la segunda temporada, en realidad no tendrá tantas apariciones, y tampoco están asociadas a la trama de la segunda temporada de The Gifted. Saber que es un año menor que Pang y su pandilla, que es interpretado por Phuwin y que sale en la segunda temporada será suficiente por el momento, si no han visto la segunda temporada.

Chapter 20: Capítulo diecinueve

Summary:

El día del examen.

¿Y algo más?

Notes:

¡Hola! Se suponía que iba a actualizar al menos tres capítulos antes de este jueves, pero el bloqueo es peor de lo que pensé. Tuve que ver Our Skyy y volver a ver Bad Buddy para que la inspiración me golpeara, pero valió la pena porque volví a ver a PatPran. Aunque este capítulo, curiosamente, no tiene mucho PatPran como protagonistas.

Como sea, la verdad no creo completar los tres capítulos antes del jueves, pero esto es lo que les puedo ofrecer hoy.

¡Gracias por seguir leyendo, si es que alguien sigue por aquí, ja, ja! Espero les guste este capítulo <3 Como siempre, amo todo tipo de interacción que puedan tener este fic, incluso si no respondo a todos los comentarios realmente me hacen feliz.

¡Disfruten su lectura!

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Ink

Antes del examen de recolocación

Claire tenía una idea que creía que era la mejor idea del mundo, y tanto Namtaan como Mon estuvieron de acuerdo con ella. Sin embargo, Ink pensaba que era la peor idea del mundo. Claire le dijo que estaba exagerando, y tal vez lo estaba, pero es que la idea la involucraba a ella. Y las ideas de Claire siempre eran atrevidas, de alguna manera.

En cuanto Paa escuchó el plan, comenzó a brillar emocionada. Ink había notado que los hermanos Jindapat eran como un par de estrellas que destellaban y se iluminaban fuertemente. Y, aunque había pasado mucho tiempo con Paa para ayudarla a estudiar, todavía no se acostumbraba a lo cegadora que podía ser.

De cualquier manera, la idea era una pijamada. No sonaba mal, pero tomando en cuenta que sus amigas estaban planeando detalladamente cómo dejarla sola con Paa en un lugar privado para que Ink pudiera hacer un movimiento, de repente tomó un giro alarmante para Ink, quien sentía que todavía debía caminar sobre cáscaras de huevo en cuanto a Paa se refería.

—Has estado coqueteando con ella durante más de seis meses —le recordó Claire—. Si no haces un movimiento con ella, lo haré por ti.

Lo peor es que Ink le creía a Claire. Pat ya le había contado que ella fue una especie de consejera en el amor, lo que, honestamente, no le sorprendía. Claire amaba estas cosas, decía que hacían más interesante la vida. Ink creía que sus vidas eran lo suficientemente interesantes sin drama adolescente. De cualquier manera, Ink estaba aterrada por los planes de Claire, sobre todo cuando Mon y Namtaan decidieron unirse, entusiasmadas.

Fue un viernes por la noche. Habían invitado a Paa y a su amiga Som para que no pareciera demasiado extraño. Ink estaba nerviosa, dando pequeños saltitos en sus pies mientras miraba ansiosamente cómo preparaban todo antes de la llegada de ambas. No le habían pedido ayuda en esto para no abrumarla más, pero Ink necesitaba desesperadamente hacer algo para distraerse de sus pensamientos.

Usualmente, Ink era segura de sí misma. No dudaba, estaba dispuesta a enfrentar los retos que se le ponían adelante sin importar la dificultad, sin embargo, con Paa era… simplemente diferente.

—¿Todo bien? —preguntó Namtaan.

—Ajá.

La cuestión era que saber si a Paa le gustaba o no estaba siendo mucho más complicado de lo que pensó. Aunque Claire se había ofrecido a mostrarle y se reía mucho cuando las veía interactuar, Ink decidió que era demasiada invasión a la privacidad de Paa averiguar sus sentimientos a sus espaldas. Entonces, no había aceptado la ayuda de Claire, al menos de esa manera. Eso dejó a Ink con la intriga, porque Paa era una chica compleja, interesantísima.

Para empezar, era mortalmente parecida a su hermano y al mismo tiempo era tremendamente diferente. Tal vez era parcial. Pran y ella acordaron que los hermanos Jindapat eran igual de inconscientes sobre sus propios sentimientos, por ejemplo, o despistados en muchísimas cosas. Ambos acordaron, también, que eran realmente adorables; sus puntos de vista del tipo de ternura en cada uno de los hermanos variaban un poco, pero eso era innegable. Paa era realmente linda, tanto que Ink a veces sentía que su corazón terminaría por salirse de su pecho. Tenía una sonrisa preciosa, que achicaba sus hermosos ojos y arrugaba adorablemente su nariz. Sus enormes gafas acentuaban esto, haciendo ver su rostro más pequeño todavía.

Sin embargo, Paa era algo salvaje también. Tal vez era por haber sido criada con más figuras fraternales masculinas, que aprendió a seguirle el ritmo a los chicos. Aunque Pran y Pang siempre fueron más tiernos con ella, la realidad es que pasó mucho más tiempo con Pat, peleando infantilmente y jugando juntos. Ella era feroz, atrevida, decidida. Ink solo lo comprobó durante los meses que estuvo ayudándole a estudiar.

La pijamada no tuvo nada de extraño en sí misma. En su opinión, era divertido, le recordaba a las primeras “noches de chicas” que compartió con Namtaan, Mon y Claire, pero ahora había otros temas de conversaciones que no incluyeran su borrado de memoria o quejas sobre sus potenciales. Comieron, bailaron un poco y terminaron ayudándose en el cuidado de la piel. Era sorprendente la cantidad de técnicas que había para tener una piel sana e hidratada, y todas aprovecharon ese momento para relajarse y mimarse.

Fue cuando terminaron y comenzaron a hacer palomitas para ver una película que vio a sus amigas comunicarse con gestos. Ink supo que se acercaba el momento y las palmas de sus manos comenzaron a sudar un poco. Se aclaró la garganta, fingiendo concentrarse en cualquier cosa menos en las chicas que la rodeaban.

—P’Ink —escuchó de repente.

—¿Uhm? ¿Qué pasó?

—P’Claire dice que nos quedamos sin ramen instantáneo, ¿deberíamos ir a conseguir un poco a las cocinas?

Así que era eso, entonces.

—Claro, vamos. Volvemos pronto.

Las demás solo le dieron gestos de complicidad y sonrisas traviesas. Ink puso los ojos en blanco antes de salir de la habitación de Claire en dirección al otro edificio.

Como estudiante Gifted, Ink tenía acceso a las cocinas 24/7, pero Paa no. Tuvieron que ser cuidadosas con las cámaras de seguridad, e Ink sospechaba que el director todavía tenía gente vigilando alrededor, además de los guardias normales. Giraron en una de las esquinas cuando lo confirmaron; la profesora Ladda paseaba en unos zapatos bajos que evitaban el sonido de sus pasos, a diferencia del día, cuando sus tacones resonaban por los pasillos. Ink y Paa se aplastaron contra la pared, esperando que la profesora las pasara de largo.

Paa estaba detrás de ella, aferrada a su espalda y con la cabeza entre su cuello y hombro, lo que hacía que Ink sintiera su respiración; la puso nerviosa, obviamente, pero trató de controlarse.  Ink estaba segura de que cualquier movimiento que fuera a comprometer su escondite vendría de ella misma, porque apenas podía soportar no inhalar ruidosamente el aroma a suavizante de flores de la ropa de Paa, o tal vez era de Paa misma. El punto es que Ink no podía dejar de distraerse.

Sintió un ligero tirón y regresó a la realidad.

—P’Ink, creo que ya se fue.

Revisó y Paa estaba en lo cierto. La profesora Ladda no se veía ni se escuchaba en ninguna parte. Aun así, tuvieron que ser cautelosas hasta que llegaron a la cocina. Paa se animó en cuanto encendieron las luces, corriendo hacia los gabinetes donde estaban las sopas instantáneas.

—¿Cuántos necesitamos?

—Creo que solo dos más. P’Ink, ¿qué sabores te gustan?

Ink se quedó observando a los dos paquetes que Paa levantó frente a ella. El primero era un ramen extra picante que era apropiado para sus papilas gustativas, y demasiado fuerte para la lengua de Paa, por ejemplo. Ink no sabía quién era la persona que obtendría esas sopas, pero pensó que tal vez Paa era una de ellas, y si llevaba al menos uno de los paquetes picantes, no era seguro que a Paa le tocara el de sabor suave. El otro sobre era sabor carbonara, nada picante y apropiado para el sentido de gusto de Paa.

La respuesta era obvia.

O eso pensó, porque Paa observó el paquete de carbonara, que Ink acababa de señalar, y le sonrió felizmente.

—¡Bien! Llevaremos uno de cada uno, entonces.

Ink estaba confundida.

—Quería saber si llevaríamos dos paquetes picantes o si querrías uno de carbonara. Sé que te gustan los sabores picantes —explicó—. Solo quería asegurarme de que tuvieras uno, porque creo que todos los demás sabores son menos intensos.

Ahí. Ink estaba frente a un ángel. Ella estaba segura de eso. Con la expresión más cariñosa que pudo poner, se aseguró de agradecerle a Paa mientras acariciaba su cabeza tiernamente. Paa acomodó los dos paquetes en una bolsa de tela que Ink no había notado antes.

—P’Ink, ¿puedes buscar algunos palillos desechables? Yo no sé dónde están.

Esos palillos siempre estaban en un cajón justo al lado de la puerta, para que fuera fácil para los cocineros sacarlos cuando se acababan en la barra de comida. Ink abrió el cajón y comenzó a sacar los palillos, sacando algunos extras porque sabía que Paa podía ser torpe y dejar caer los suyos, cuando algo llamó su atención.

No era algo raro que, después de descubrir su potencial, comenzara a regalar fotografías o imágenes hechas por ella. El profesor Pom tenía una en su oficina de cómo lo veía Ink, así como algunos otros profesores. Las personas de la cafetería le agradaban mucho, e Ink pasaba mucho tiempo con ellas, por lo que no era raro que también les hubiera regalado una imagen. Dicha imagen era de ellas sonrientes, con sus uniformes, posando justo en la cocina. Estaba pegada en la pared, encima del cajón de los palillos. Un lugar de honor, debería decir. Ink debería estar orgullosa de esa imagen.

Excepto que ella no recordaba haberla hecho.

—¿P’Ink? ¿Estás bien?

Le sonrió a Paa, pasándole los palillos.

—Sí, sí. ¿Puedes buscar servilletas de papel? Deberían estar allá.

Mientras Paa se alejaba, Ink reflexionó. Esa imagen era suya, definitivamente. No podría confundirlas. Su potencial era identificable por los estilos artísticos que creaba, algo tan particular que difícilmente se haría en edición para algo tan banal como una fotografía en la cocina de la escuela. Si las cocineras estuvieran en un evento, por ejemplo, sería entendible la producción y correcciones, pero esta imagen era claramente una pieza de arte que expresaba la visión del artista de las cocineras.

Era de Ink, y aun así no la reconocía.

Algo la impulsó a despegar la imagen de la pared, con mucho cuidado. Con manos temblorosas, Ink volteó la imagen y se quedó congelada al leer lo que estaba ahí.

Imposible.


Pang

Había pocas cosas a las que le temía tanto como en este momento. El examen de recolocación era tomado por todos los de primer año, mientras que el resto hacía un examen diagnóstico. Lamentablemente, si el desempeño bajaba en los alumnos de segundo y tercer año, todavía podían ser cambiados de clase, aunque eso no solía suceder. Pang ni siquiera podía pensar bien mientras realizaba el suyo, agradecido de que la clase ocho no fuera la última en el ranking, porque no creía poder soportar la llamada de su madre si bajaba aún más. Miró hacia los lados para descubrir que algunos de sus compañeros también parecían distraídos, y deseó fervientemente estar en el salón de la clase Gifted para al menos ver rostros que lo tranquilizarían.

La hora se volvió eterna, y casi podía escuchar las manecillas del reloj. Terminó escribiendo cosas al azar en los exámenes, decidiendo que no podía soportarlo. Como era de esperarse, de repente apareció en las bocinas el mensaje que haría que los nuevos alumnos Gifted activaran sus neuronas. Sin el dolor de oídos de la primera vez, Pang decidió que era hora de irse.

—¿A dónde vas, Pawaret? —cuestionó el profesor cuando dejó el examen en su escritorio y se dirigió a la puerta.

—Necesito ir al baño.

Su profesor le dio una mirada de muerte, pero asintió, sabiendo de los privilegios que gozaba. Una vez en el pasillo, corrió hacia los dormitorios y no se sorprendió cuando vio a sus amigos ahí. Sus ojos fueron inmediatamente hacia Wave, buscando algo de tranquilidad.

—¿Por qué tardaste tanto? —cuestionó su amigo.

Se encogió de hombros y fue a sentarse junto a él. Wave tenía su laptop en su regazo, imágenes de los diferentes salones de clases se mostraban, con algunos niños con muecas. No podía ver si estaban escribiendo sobre su opinión o no, pero sus ojos se movieron rápidamente a la clase uno.

—¿Qué pasó? —preguntó.

Escuchó el suspiro de su hermano, y rápidamente lo miró, dándose cuenta de que tenía a Pat abrazado mientras este tenía su cabeza escondida en el cuello de Pran. Pang sintió que algo se hundía en su estómago.

—¿Paa…?

Luego, Pran asintió, luciendo un poco miserable.

—Su amiga, Som, también —comentó Wave—. El chico del que se estaban quejando igual. Son siete en esta generación.

—¿En serio?

—Cuatro de la clase uno, una chica de la clase dos y Som de la clase tres.

—Mierda —murmuró.

—¿Es realmente malo que N’Paa sea una alumna Gifted? —preguntó Ohm de repente, confundido—. Yo creo que es genial que tenga un potencial.

—Lo malo no es su potencial en sí —respondió Namtaan—, es solo que…

—Ella realmente no quería serlo —terminó Ink, quien parecía enojada—. Detestaba la idea.

Todos se quedaron en silencio.

—Estoy de acuerdo con Ohm en esto —dijo Wave de repente—, pero no solo porque tener un potencial sea genial. Le conviene ser una alumna Gifted.

Pat alzó la cabeza y miró mal a Wave.

—¿Cómo le puede convenir? Prácticamente arruinó su vida escolar.

—No. Ser tu hermana menor y no haber quedado en el programa habría arruinado su vida escolar. ¿Recuerdas lo horrible que es el bullying en la clase uno? Y eres uno de los estudiantes más populares de toda la escuela —Wave resopló—. Ella ya tenía la barra alta cuando entró a esta escuela. La estarán destrozando en dos días si no quedaba en el programa.

Pat estaba boquiabierto. Luego hizo un puchero y volvió a refugiarse en Pran. Su hermano soltó una risita.

—Sabes que Wave tiene razón, gran cachorro.

—Está bieeeeen —aceptó Pat—, pero ella va a estar triste de cualquier manera y será mi tarea consolarla.

—Si te llamas a ti mismo un buen hermano mayor, por supuesto que tendrás que consolarla —le dijo Ink—. Te golpearé de otra manera.

Pang no pudo relajarse ni siquiera después del comentario de Ink.

Tendía a quedarse solo con Wave después de cada reunión. Le gustaba pasar tiempo con él, y se aseguraba de que su hermano no le rompiera aún más el corazón a su amigo. Por supuesto, después de un tiempo de no separarse, Wave empezó a conocerlo muy bien. Claramente pudo notar que Pang no estaba feliz.

—Está bien, ¿qué pasa?

Mientras decía eso, Wave fue al mini refrigerador a sacar un par de bebidas de té helado y le dio una. Pang agradeció el gesto y bebió un gran trago antes de responderle.

—Estoy preocupado.

—¿Por Paa?

—Principalmente, sí. Pero también por Som, ese chico Third, los demás alumnos que quedaron en el programa… Siento que no estamos haciendo nada para ayudarles. Podríamos, no sé, haber interrumpido el examen hasta que el director cediera a demandas nuestras o algo así.

Wave lo golpeó en la cabeza. Suavemente, pero aun así le dolió.

—¡¿Y eso por qué fue?!

—Para que sacudas tu cerebro, creo que lo has usado mucho últimamente y está descomponiéndose.

—Ai’Wave…

—Hablando en serio, Pang. Sabes que no podemos hacer nada todavía. Tu plan de sabotear el examen no funcionaría porque solo sería tomado como un atentado a la escuela. No tenemos pruebas de que lo hacemos por la seguridad de los estudiantes.

—Lo sé, lo sé. No evita que me sienta impotente todavía.

—No es como si tuvieras que ser un héroe todo el tiempo, ¿sabes? Creo que estás haciendo un gran trabajo hasta ahora, pero no es tu obligación.

Una de las razones por las que le agradaba tanto Wave era porque siempre parecía saber qué decirle para hacerlo sentir mejor, aunque a veces fuera un poco imprudente y duro con las palabras. Le dio una pequeña sonrisa en agradecimiento. Como todas las veces, se sentía más tranquilo solo con la presencia de su amigo.

—Además —continuó—, estoy seguro de que Paa y los demás van a estar bien. La he conocido por casi un año y te aseguro que ella es la más fuerte entre todos ustedes, va a superarlo pronto.

—¿Ahora eres bueno con las palabras? ¿Qué le pasó al Wave aterrador de hace un año, eh? —al decirlo, Pang le dio un pequeño toque a la barbilla de Wave, quien inmediatamente dejó de sonreír.

—Idiota. Es la última vez que trato de animarte.

Lindo. La palabra se filtró en su cabeza, y apenas prestó atención a ello, porque ya lo sabía. Wave podía ser aterrador cuando quería, pero no era realmente intimidante si no se comportaba así a propósito. La comparación vino inmediatamente: Pran le había dicho que Pat era como un pitbull, porque daba miedo a primera vista y parecía realmente peligroso, pero en realidad era un cachorro sensible y ávido de atención y cariño. Wave no era un pitbull, y tal vez un gato o incluso un chihuahua. La cuestión era que Wave era lindo, también era bonito, lo que no había pensado antes.

Huh, pensó, encogiéndose de hombros y relajándose junto a Wave.


Pran

A veces parecía que tenía una maldición.

Le había pasado en varias ocasiones que Paa o Pang interrumpieran sus momentos cariñosos con Pat. Una vez incluso Pang entró en su habitación cuando estaba en una sesión de besos bastante acalorada con su novio, razón por la que ahora ponía seguro a su puerta si planeaban ser más pasionales. Normalmente, eso ocurría en las noches, por lo que la cantidad de incidentes disminuyó. Sobre todo, las únicas personas que parecían interrumpirlos eran sus respectivos hermanos menores. Eso hacía que esto fuera particularmente incómodo.

Ambos se quedaron totalmente inmóviles al escuchar el llamado en su puerta. Pran tenía la respiración agitada, pero parecía haberse quedado sin aire a la expectativa. Tal vez si no respondían, la persona pensaría que estaba dormido (solo él en su habitación) y se iría. Lamentablemente, parecía ser uno de sus amigos insistentes, porque se volvió a escuchar el golpe en la puerta.

—¿Pran? ¿Estás ahí? —la voz de Wave se escuchaba bloqueada por la madera—. Sé que no estás dormido, puedo ver tus luces encendidas en el suelo.

Pran no tuvo remedio más que aclararse la garganta, nivelar su respiración y responder:

—Uh, sí. Estaba a quedándome dormido.

Hubo un silencio incómodo.

—¿Pat está ahí también?

Antes de que Pran pudiera inventarse alguna excusa (“Sí, está aquí pero ya está dormido”, “Se está bañando”, “No, no está aquí”), Pat se incorporó un poco y respondió con la voz tan ronca como si estuviera enfermo:

—Aquí estoy, Wave —tosió—. ¿Qué necesitas?

Otro silencio incómodo.

—… Ew.

Luego, se escucharon los pasos de Wave recorriendo el pasillo hasta que se alejaron por completo. Pran miró a Pat, sintiéndose completamente rojo por razones muy diferentes a las de unos momentos atrás, mientras su novio le daba una sonrisa brillante. Si no fuera porque continuaba en esa neblina de excitación y porque el rostro de su novio estaba a menos de dos centímetros de su pelvis, probablemente le habría gritado o golpeado. O ambas.

Notes:

Me hice una promesa a mí misma de que Pang se iba a dar cuenta de algunas cosas importantes en este capítulo (cofrelacionadasconWavecof) pero él es... un caso. ¿No les ha pasado que los personajes tienen voluntad propia y hacen lo que quieren? ¡En el próximo capítulo, lo juro, habrá avances del romance PangWave!

Por otro lado, ¿qué les pareció el Our Skyy? Sé que llego un par de semanas tarde, pero no quería quedarme sin decir que amé todo este tributo a Bad Buddy que hicieron en los capítulos. Verlos de nuevo en pantalla fue lo mejor que me pudo pasar en mi mes de cumpleaños y juro que lloré con cada momento que tuvieron PatPran. Aun así, me falta más de ellos, por lo que me refugio en los fanfics, jaja.

Espero que les haya gustado el capítulo y nos leemos la próxima vez. <3

Chapter 21: Capítulo veinte

Summary:

Oh.

Notes:

Finalmente.

O, ¿finalmente?

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Wave

A medida que el profesor Pom explicaba lo que harían este año en la clase Gifted, las expresiones en los rostros de los demás comenzaron a mostrar la aversión que sentían. No los culpaba en absoluto; aunque él era de los pocos que realmente disfrutaba tener un potencial con todo lo que conllevaba, estaba empezando a sentirse cansado mentalmente de todo por lo que tenían que pasar. Incluso Namtaan y Claire parecían fastidiadas.

Al final de la clase, se preparó para escuchar las interminables quejas de sus amigos. Wave toleraba, la mayoría de las veces, los comentarios desesperanzados de los demás, pero no creía que fuera una buena idea para ninguno de ellos hablar en voz alta de lo horrible que era ser un estudiante Gifted, al menos no mientras otros alumnos los pudieran escuchar. Si había una cosa que no podía pasar por alto, era el alto nivel de envidia que había entre los demás alumnos, los “normales”. Escucharlos a ellos quejarse debía ser como escuchar a una persona inmensamente privilegiada quejarse porque es cansadísimo viajar de París a Tokio todas las semanas.

Planeaba ir a la biblioteca para adelantar algunas tareas que tenía de sus otras clases, y luego tal vez reunirse con Pang a ver alguna película. Sin embargo, no pudo hacerlo porque fue inmediatamente interceptado por Namtaan, Ohm y Pat, quienes lo arrastraron cruelmente hasta el centro de cómputo. Luego lo sentaron en una silla y lo rodearon como en un interrogatorio.

—¿Qué demonios? —se quejó.

Namtaan se cruzó de brazos y asintió hacia él.

—Tenemos preguntas y tú las vas a responder.

Él estaba confundido, lo que debió mostrarse en su expresión. Pat se aclaró la garganta.

—¿Qué está pasando contigo y Pang?

Wave se sintió enrojecer de inmediato. Por supuesto, por supuesto que era eso. Irritado, intentó levantarse solo para ser devuelto a la silla por la mano sorprendentemente fuerte de Ohm y la mirada intimidante de Namtaan. Pat, para ser sincero, también lucía un poco aterrador.

—No sé de qué están hablando.

—Oh, vamos —dijo Namtaan—, sabes a qué nos referimos.

—Pran me dijo que Pang ha estado actuando raro, y Pang también me está preguntando muchas cosas —continuó Pat—. Todo relacionado contigo.

Wave resopló.

—No. Lo. Sé.

—¡Ai’Wave! ¡No intentes mentir! Sabes que Pat puede darse cuenta si mientes —dijo Ohm.

—¡Pero realmente no miento! No he notado raro a Pang. Anda, dime si estoy diciendo la verdad o no.

Pat se quedó callado unos segundos, luego suspiró y sacudió la cabeza.

—Mierda, realmente estás diciendo la verdad.

—¿Entonces realmente no tienes idea? —preguntó Namtaan, y ahora parecía preocupada—. ¿Qué hacemos?

—¿Por qué están preocupados por Pang de todos modos? Lo único que le ha podido afectar es que el examen de recolocación se realizó y no hicimos nada. Si es sobre eso, ya hablé con él.

Pat negó con la cabeza.

—Es otra cosa.

—¿Y ni siquiera Pran sabe?

—Pran vino a nosotros —respondió Ohm, señalándose a él mismo y a Namtaan—, porque no sabe qué pasa con él.

—Bien, entonces debe ser porque no pasa nada.

—Wave, creo que Pang está celoso de Pran —soltó Pat.

Se hizo el silencio unos segundos, antes de que Namtaan preguntara:

—¿Por qué lo dices?

—No estoy seguro del todo. La última vez que lo sentí fue hace un par de días, es solo que… Bueno, estábamos hablando y cuando mencioné a Pran se molestó. Ya había pasado antes, pero esta vez fue un poco diferente.

—¿Crees que son celos, entonces? —inquirió Ohm—. ¿No es solo que está molesto con él? Son hermanos, deben pelear a veces.

—Por eso digo que no estoy seguro. Ha sido un tiempo, de verdad. Pero no creo que hayan peleado, Pran me lo habría dicho.

De repente, Wave deseó saber exactamente lo que pasaba por la mente de Pang. Si era sincero consigo mismo, de hecho, había notado algunas cosas acerca de la relación de los gemelos. Las veces que él hablaba con Pran por cualquier cosa, podía sentir la mirada intensa de Pang fijándose en él. Otras veces, solo mencionaba a Pran y Pat de pasada, pero Pang parecía irritado de inmediato. También miraba a Wave un poco diferente, con una especie de ternura que lo hacía sentir escalofríos pero que también lo hacía desear fervientemente que Pang nunca dejara de mirarlo así.

Espera.

De repente, no pudo detener su tren de pensamiento. Cómo se había esforzado especialmente para impresionar a Pang en la fiesta de Halloween, y cómo había evitado que Pang lo tocara en esos momentos porque se sentía demasiado íntimo, así que terminó pidiéndole ayuda a Pran porque sería menos significativo. Cómo pasó todas las semanas de vacaciones que estuvo con sus abuelos deseando llegar a la casa de los gemelos para poder pasar tiempo con Pang. Cómo deseó que sus salidas de amigos nunca terminaran. Cómo su corazón se aceleraba y sentía cosquillas en el estómago cada vez que estaba cerca de Pang, cada vez que se tocaban, cada vez que respiraban tan cerca del otro que podía sentir el aliento de Pang rozar su mejilla.

¿Qué?

Miró hacia arriba y vio cómo Pat se estremecía y dejaba escapar el aliento.

—Mierda.

—¿Qué? —preguntó Namtaan.

—Wave, tú… ¿no lo sabes?

Sus cejas se fruncieron al intentar comprender lo que Pat le estaba diciendo, y luego notó cómo Pat se aferraba a una de las mesas con los dedos apretando la madera. Wave sintió que su boca se secaba, su corazón se aceleró un poco y algo parecido al pánico se asentó dentro de él.

—¡Cálmate, cálmate! —pidió Pat, pero también estaba tambaleante.

—¿Qué pasa? ¿Wave? ¿Pat? ¿Se sienten bien? —alarmada, Namtaan comenzó a intentar calmarlos, mientras que Ohm murmuró algo acerca de ir por la enfermera.

No, mierda. ¿Qué?

Salió corriendo.


Pat

Entró a la habitación de Pran minutos después de rendirse.

No podía encontrar a Wave ni contactarse con él, lo que significaba que no quería ser encontrado. No importaba lo preocupado que estuviera por su amigo, era obvio que Wave necesitaba tiempo para asimilar lo que acaba de aprender sobre sí mismo. Lamentablemente, aún había residuos de la desesperación de Wave que se quedaron en él.

Pran estaba haciendo tareas, los audífonos puestos y muy concentrado. Pat sabía que no era momento de interrumpirlo, pero realmente necesitaba calmarse un poco. Antes de que pudiera hacer un movimiento como tocar el hombro de Pran, este ya se había dado la vuelta y lo miró con un pequeño surco entre sus cejas.

—¿Pat? ¿Qué haces aquí?

Él se encogió de hombros. Pran inmediatamente se quitó los auriculares y se levantó, tomándolo por los hombros y revisando su cuerpo.

—¿Estás bien?

—Necesito un abrazo.

Sin vacilar, Pran asintió y lo llevó entre sus brazos. Pran llevó a Pat a colocarse entre su cuello y hombro, y Pat aspiró el aroma de Pran ruidosamente. Se sintió mejor al segundo de hacerlo, relajándose contra Pran y poniendo gran parte de su peso ahí. Las emociones de Wave se desvanecieron lentamente mientras yacía en el cálido abrazo de su novio y con las manos de Pran acariciando su espalda suavemente, de arriba abajo.

—¿Me dirás qué pasó? ¿Eh, Cachorro?

—No mucho. Perdí un poco el control de mi potencial.

—¿Es así?

—Un error de novato, no debería suceder a estas alturas, lo siento.

Pran suspiró.

—¿Por qué te estás disculpando?

—Por interrumpirte, sé que quieres adelantar tareas.

Mirar a Pran era una de sus actividades favoritas, por lo que no se negó cuando Pran lo sostuvo por las mejillas, sus ojos fijos en él. Había una especie de diversión en la expresión de Pran, además de cariño y exasperación. Pran lo acarició con sus pulgares, una pequeña sonrisa asomándose en sus labios que hizo notar sus hoyuelos; Pat no resistió el impulso de tocarlos y luego estaban los dos simplemente acariciando el rostro del otro.

—¿Estás mejor ahora?

De hecho, sí. Se sentía mejor. Asintió con la cabeza, pero no soltó a Pran. Con algo de dificultad, ambos se sentaron en el borde de la cama de Pran, lo que los obligó a mover sus manos de las mejillas del otro a sus cuellos. Pran acarició el cuero cabelludo de Pat, provocándole un escalofrío

—Entonces, ¿un descuido?

—Sí. Es que no esperaba que las emociones de Wave fueran tan intensas.

—Oh, ¿de Wave?

Se encogió de hombros.

—¿Qué pasó exactamente?

Pat le contó lo que había ocurrido con detalles. Después de que Pran hubiera hablado con Namtaan y Ohm, ellos habían insistido en preguntarle a Wave porque tampoco sabían mucho. La idea de acorralarlo había sido de Namtaan, pero Ohm fue quien convenció a Pat de hacerlo. Pat no imaginó que Wave no tuviera idea de lo que le pasaba a Pang, y mucho menos esperaba que Wave no supiera lo que pasaba con él mismo.

Afortunadamente para Pat, no estaba solo en su confusión. Pran lucía exactamente como él se sentía cuando terminó de decirle, e incluso sus movimientos coincidían con sus sentimientos.

—Pero él me lo dijo.

—¿Lo hizo?

—Bueno, al menos eso pensé —aclaró—. Nunca fue directamente, solo insinuaciones aquí y allá, pero asumí que era eso. Aunque debería saberlo, Wave no es una persona que se ande con rodeos.

—Tampoco creo que te lo diría directamente si lo supiera —analizó—. Aunque supiera que le gusta Pang, es menos probable que te lo diga a ti porque eres su gemelo.

Pran asintió.

—También pensé eso. Incluso creí que me estaba pidiendo ayuda.

Pran le había contado a Pat que el tema de conversación de Wave por excelencia era Pang. Que hacía esto, que quería lo otro. A veces era sobre cómo le preocupaba que Pang estuviera inquieto por la situación con la escuela, y cómo sospechaba que Pang estaba actuando solo en algo potencialmente peligroso para él. Otras veces era cómo era molesto, pero Pran siempre especificó cómo había una mirada de adoración en Wave cada vez que hablaba de Pang.

—¡No puede ser! —se rió de repente.

—¿Qué?

—Me superó.

—¿Ah?

—No pensé que hubiera una persona que estuviera más inconsciente de sus sentimientos que yo, pero Wave me superó. ¿Debería darle un premio?

Pran lo empujó suavemente.

—¿Puedes tomarlo más enserio? —se quejó, pero se estaba riendo y era una victoria para Pat.

—Dime tú, es tu gemelo. ¿La situación debe ser seria?

Pran suspiró, pareció pensarlo unos segundos, y luego negó con la cabeza.

—Creo que es una situación cómica. Una comedia.

Pat no lo entendía.

—Ya sabes que creo que Pang está celoso de mí conviviendo con Wave más que él. Tampoco creo que mi hermano se haya dado cuenta de sus sentimientos por Wave. Será gracioso cuando se entere.

—Aunque Wave parecía desesperado.

Pran se encogió de hombros.

—Los dos son bastante dramáticos.

No pudo evitar reírse.

—¿El drama viene de familia, Pran?

—Idiota —moduló Pran.

Se relajaron un poco más antes de que Pran lo echara de su habitación para que lo dejara estudiar. Con mejor ánimo y nada de residuos de su potencial, Pat decidió que iría a la cafetería a comprar algo para comer, esperando que aún hubiera algún bocadillo. Buscaría a Wave más tarde y lo ayudaría a relajarse y a entender sus propios sentimientos, los cuales Pat podía entender bastante bien.

Después de todo, también había tenido una crisis cuando se dio cuenta de que le gustaba Pran.


Pang

Definitivamente no iba a lograr algo si solo se quedaba mirando fijamente a la nada.

Ohm, parado a su lado, parecía pensar exactamente lo mismo.

—Si no vas tú a hablarle, voy yo.

Se encontraba medio escondido detrás de una de las columnas de la escuela. Ohm había estado invisible durante suficiente tiempo hasta que se hartó, pero Pang sabía que estaba con él y no se sobresaltó. Parecían acosadores vigilando a un grupo de amigos de la clase uno de segundo año que simplemente querían disfrutar de su vida estudiantil. Entre ellos, riendo despreocupadamente y bromeando, se encontraba Nac, a quien Pang había estado mirando un buen rato.

—Necesito más coraje —murmuró para sí mismo.

—¡Oi! —bufó Ohm—. Es tu amigo, ¿no? No lo pienses y ve, estoy empezando a sentir calambres en mis piernas.

—Puedes irte si quieres.

—¡Ni hablar! ¿Quién crees que soy?

—¿Quién?

—¡El Gran Ohm! ¡Tu súper-mejor amigo! Vivo para apoyarte.

Pang asintió.

—Claro, tiene sentido.

—¿Verdad que sí?

Luego, apuntó al otro lado de Ohm.

—¿Pero por qué está él aquí?

Dicha persona señalada no era otro que Korn Chayakorn, inclinado contra el hombro de Ohm y mirando con atención a Nac y su grupo de amigos. Su cabello estaba suelto ese día, probablemente por todo el estrés de la clase Gifted. Las cejas de Korn se dispararon hacia arriba y de inmediato explicó:

—Por supuesto, soy el apoyo moral extra. Como novio de tu mejor amigo, es mi deber.

—Ustedes dos solo están aquí por el cotilleo.

—¡Tienes razón! —respondieron al unísono. Luego Korn preguntó:

—¿Y qué se supone que vas a hacer?

—Quiere recuperar su amistad con Nac, pero tiene miedo —explicó Ohm—. ¿Te va a golpear o algo así?

—No creo —al decirlo, no pudo evitar desanimarse—, pero tal vez sea peor.

—¿Qué es peor que recibir un golpe de Nac? —inquirió Korn—. Porque sé que está en el club de artes marciales, así que debe doler.

Pang quería responder que lo peor era que Nac no parecía tener ningún rencor contra Pang porque le habían borrado la memoria. Que era peor porque en esa modificación de sus recuerdos, se había roto el vínculo que ellos dos tenían mucho más que cuando Pang le ordenó golpearse hasta la muerte; que, desde su cumpleaños, ambos habían estado actuando como si el otro no existiera. Que incluso Dissaya había dejado de preguntar por él, que la madre de Nac dejó de saludarlo cuando se lo encontró en el mercado o en la calle.

Que había perdido a su mejor amigo de la infancia para siempre.

Pero no pudo decirlo, porque el grupo de amigos de Nac decidió que iban a caminar en la dirección en la que Pang se encontraba. Tragó y se enderezó, pretendiendo que no había estado observando descaradamente a Nac y sus amigos, y pudo sentir la mirada de simpatía que Ohm le lanzó.

—Oh, Pang, hola.

Nervioso, Pang volvió a moverse para quedar frente a Nac. Le dedicó una de las sonrisas más forzadas que tenía, pero Nac no pareció darse cuenta. Había cierta tensión en el aire, los amigos de Nac lo juzgaban con la mirada, o al menos así lo sentía. La última vez que había hablado con Nac, este fue a entregar torpemente un regalo de cumpleaños a la puerta de su casa, y luego no habían intercambiado una sola palabra.

—Ey.

—Estábamos a punto de ir a la biblioteca. ¿Quieres venir?

Pang forzó el nudo de su garganta para que pudiera hablar, aceptando con voz aguda. Cuando miró hacia atrás, se dio cuenta de que ni Ohm ni Korn se encontraban a la vista, por lo que seguramente Ohm los había escondido. Nac presentó al resto de sus amigos, pero Pang no pudo prestar atención a ninguno de los nombres, su mirada fija en la cicatriz en la frente de Nac, provocándole dolor de estómago.

El grupo de amigos de Nac encajaban perfectamente en la clase uno. Estudiaban como locos, haciéndose preguntas entre ellos y siendo presumidos cuando acertaban. No era tan divertido como el concurso que había tenido con su hermano y los demás, pero parecía un método efectivo de estudio. Nac demostró, de nuevo, por qué se mantenía con un alto promedio en su clase, y Pang no pudo evitar sentirse orgulloso de él.

Una de las chicas del grupo de repente le tocó el hombro, por lo que se obligó a girarse hacia ella, preparado para preguntarle qué ocurría, cuando ella se adelantó:

—Estás en la clase ocho, ¿verdad?

De repente, toda la mesa de estudio se quedó en silencio.

—Uh, sí, lo estoy —respondió con voz suave, preguntándose a dónde iría esta conversación.

—Pero también estás en el programa Gifted.

Pang se tensó, y pudo sentir las miradas de los otros quemándose en su nuca. Sobre todo, pudo sentir cómo Nac retenía su respiración.

—Uhm, sí.

La chica configuró su expresión para que pareciera inocente y genuinamente confundida, sin embargo, podía detectar un poco de veneno en su voz cuando continuó con su interrogatorio:

—¿Cómo fue que entraste al programa?

Parecía que los otros amigos de Nac también querían saber, porque comenzaron a secundar a la chica, lanzando distintas preguntas que iban desde curiosidad a suposiciones arriesgadas. “¿Robaste las respuestas?”, “¿Hiciste algún tipo de trampa?”, “¿Eres un genio encubierto?”, “¿Sobornaste al director?”. Nac intentó acallar a sus amigos, pero Pang podía decir que el tema todavía era algo sensible para él, porque no lo defendió del todo.

—¿Entonces, Pang? —insistió la chica—. ¿Cómo hiciste para entrar?

—Honestamente, no lo sé —comenzó—. Nunca nos dijeron cuáles fueron los criterios para elegir a quienes fueron aceptados en el programa.

Ella hizo un ruido de descontento.

—Pero debe haber una razón, ¿no? ¿Por qué alguien de la clase ocho entraría al programa Gifted? No creo que haya pasado antes.

La situación se estaba volviendo incómoda para Pang, quien solo quería escapar de ahí. Deseaba tener el potencial de Ohm, de esa manera podría simplemente desaparecer de la vista de este grupo de personas tan entrometidas, pero decidió aguantar un poco más. Si continuaban con el tema, se disculparía con Nac e iría a otro lugar.

—Lo vi platicando con Wave —señaló otro de los chicos—. ¿Él te ayudó a entrar?

La ceja de Nac sufrió un tic. Claro, Nac ya lo había acusado de un complot imaginario en el que Pang y Wave se unían específicamente para hacer que Nac lo pasara mal, pero Pang pensó que habían hecho que Nac se olvidara de eso. Aparentemente, no fue así.

—Tal vez su hermano lo ayudó —dijo otro—. O Pat.

—O ambos. O los tres.

—Pat y Pran no parecen ser ese tipo de personas —comentó la primera chica—. ¿No es así?

—Pero Wave sí —dijo uno de ellos—. ¿Es porque están juntos?

Hubo ruido blanco en la cabeza de Pang antes de que terminara de registrar la pregunta.

—¿Ah?

—Porque ustedes dos están juntos —explicó el chico con mímica, juntando sus manos—. Debe ser eso, ¿no? Son pareja, entonces te ayudó a entrar al programa.

—Mek, eso ni siquiera tiene sentido —dijo Nac de repente—. Pang ya dijo que no sabe por qué entró al programa, no insistan con eso.

Pero Pang ya estaba en otro lado, por lo que apenas escuchó el resto de la conversación y a Nac finalmente defendiéndolo. Su cerebro no podía dejar de reproducir las últimas palabras del amigo de Nac, una y otra vez, una y otra vez.

¿Pareja?, pensó. ¿Como “pareja romántica”? ¿Ese tipo de pareja?

Lo que de hecho no tenía sentido. Uno, porque Wave y él eran grandes amigos y se comportaban como amigos; dos, porque Wave y él se llevaban mal cuando el examen de recolocación se realizó; y tres, porque a Wave le gustaba Pran.

Hubo una interrupción en la discusión entre el grupo de amigos cuando Ohm salió de entre los estantes, logrando que el todos se quedaran callados. Korn, detrás de él, les dedicó una sonrisa que insinuaba que había escuchado toda la conversación. Ohm se apresuró a poner las manos en los hombros de Pang antes de sacudirlo.

—Vamos, amigo, teníamos que hacer una tarea, ¿recuerdas?

Pang finalmente reaccionó. Miró alrededor, y luego a Ohm.

—¿Tenemos qué?

—Sí, si no queremos que el profesor Pom nos mate —insistió Ohm entre dientes, claramente no preparado para inventar alguna mentira más grande.

—¡Oh, sí! Vamos, vamos. Lo siento, Nac, hablamos luego.

Nac lo despidió con la mano, luciendo desconcertado por cómo resultaron las cosas. Pang no le prestó mucha atención y se dejó arrastrar por sus amigos. Una vez que llegaron a un lugar más privado, Ohm finalmente lo soltó.

—¡Uf! Eso fue extraño, amigo.

Pang apenas asintió.

—Te quedaste mudo —sonrió Ohm de repente—. Tú y Wave realmente se parecen.

Pang frunció el ceño.

—¿Por qué lo dices?

—Oh, hace unas horas, él se quedó exactamente igual que tú. Parecía un pez, así —Ohm movió los labios—, y luego salió corriendo.

—¿Qué? ¿Y dónde está ahora?

Ohm se encogió de hombros.

—No sé. Namtaan y Pat fueron detrás de él, yo me fui con Korn y luego contigo.


Se encontró con Namtaan y luego con Pat, y ninguno de los dos había logrado encontrar a Wave. Eso solo significaba una cosa, y era que Wave estaba en su azotea. Ninguno de sus amigos sabía que era el punto de reuniones que él y Wave tenían, su lugar seguro. Pang estaba ansioso de poder llegar a Wave y relajarse un poco, pero antes compró algo para comer porque seguramente su amigo estaría hambriento.

Sin embargo, antes de lograr llegar al edificio, se topó con Pran.

—Oh, Nong. ¿Buscas a Wave?

Sintió un poco de ácido subiéndole por el esófago. Pran le preguntaba eso como si supiera dónde estaba Wave, lo que no tenía sentido porque esa azotea era solo suya y de Wave, un secreto que no habían compartido con nadie. A menos, claro, que Wave le hubiera dicho a Pran, porque era la persona que le gustaba y quería tener un lugar íntimo con él.

—¿… Pang? ¿Me estás escuchando?

Parpadeó para enfocar a su hermano, pero sus pensamientos se desviaron de nuevo. Su hermano mayor, tan pulcro incluso después de un día ajetreado de clases. Su camisa siempre estaba bien abotonada, sus pantalones planchados, su cabello bien arreglado. Pang sabía que era más desordenado, que se notaba en su aspecto diario, en la forma que lucía su uniforme y que peinaba su cabello, y pensó que tal vez por eso Wave prefería a Pran. Que por eso le gustaba Pran en lugar de Pang.

De repente, volvió a enfocarse en su hermano.

Oh.

Oh.

 

Notes:

Son las 2:30 am, acabo de terminar esto, sin beta. Solo vómito verbal (escrito) porque estaba viendo The Gifted con mi mamá y la inspiración vino a mí. Espero que tenga sentido, jaja.

Amo todo tipo de interacciones con el fic, y agradezco todos sus comentarios.

¡Nos leemos la próxima vez!

Chapter 22: Capítulo veintiuno

Notes:

Se supone que iba a publicarlo el domingo, pero me tomó más tiempo la traducción de la otra versión y, pues, los publico a la par, jaja.

¡Muchas gracias (no recuerdo si fue en esta versión o la otra) por los comentarios sobre el potencial de Paa!

Espero que les guste el capítulo. Como siempre, no hay beta, perdón por los errores.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Pang

Una voz proveniente de la entrada de la cafetería lo libró de contestar a la pregunta no dicha de Pran.

—¡Ah, P’Pran, P’Pang!

Paa siempre escogía los peores momentos para interrumpir, pero afortunadamente esta vez fue oportuna. Pang estaba realmente aliviado porque la voz de Paa pidiéndoles ayuda para sacar un producto de la máquina expendedora que se quedó atorado fue una distracción bienvenida. Se acomodó las bolsas en la mano y acompañó a su hermano, solo para encontrar al grupo de amigas de Paa alrededor de la máquina, mientras todas parecían tristes.

—¿Qué pasó? —preguntó, desconcertado.

—Necesitamos barras de cereal —explicó una de ellas—, pero ya se atoraron tres.

Suspirando, Pang colocó las bolsas con la comida en el suelo y ayudó a Pran hasta que lograron tener felices a las cuatro niñas. Como no tardaron tanto, Pang no pudo disfrutar mucho de su distracción y miró con desesperanza las bolsas de comida.

—Puedes dárselas a alguien más si no quieres ir con él ahora mismo.

Se sobresaltó porque pensó que Pran se había ido. Su hermano parecía comprensivo, y también un poco divertido con la situación. De no ser porque estaba deprimiéndose, probablemente la habría dado una pequeña cachetada. Realmente estaba irritado con Pran en este momento, pero también había desencadenado confusión dentro de sí, por lo que necesitaba hablar con alguien desesperadamente.

—Phi, ¿puedo preguntarte algo?

Pran alzó ambas cejas.

—¿Se trata de Wave?

—¿Q-qué? ¿Por qué sería de él? —balbuceó. Sin embargo, sabía que se estaba sonrojando porque podía sentir sus oídos calentarse. De repente solo quiso salir corriendo.

Pran se encogió de hombros, restándole importancia y los dirigió a una de las bancas de los pasillos.

—Mira, sé que soy malo leyendo a las personas, pero eres mi gemelo. Eres muy obvio para mí.

Mordiéndose el labio, Pang asintió, pero no miró a su hermano. Sus ojos se posaron en la bolsa de comida que había comprado tan fácilmente, simplemente porque la idea de llevarle de comer a Wave siempre era espontánea y un acto que hacía casi inconscientemente. Dissaya siempre hacía eso cuando les quería mostrar su cariño, si lo pensaba bien.

—¿Pelearon?

—¿Uh?

—Oh, ¿hay algún malentendido? Vi correr a Wave escaleras arriba —señaló Pran—, pero no quise seguirlo porque parecía bastante alterado, como si necesitara calmarse solo.

—¡Oh, no! No, no, Phi. No peleamos. En realidad, no hemos hablado. Iba a buscarlo porque Ohm me dijo que lo vio alterado, justo como lo describiste.

—Ah. Tiene sentido. —Luego, Pran hizo un gesto hacia la bolsa—. ¿Tratando de consolarlo?

Pang se desinfló.

—¿Será imprudente de mi parte si voy con él? ¿Qué tal si de verdad necesita estar solo?

—No sé. Eso solo lo sabe él, y, para ser honesto, creo que incluso si pareciera que quiere estar solo, apreciaría tu presencia. Te quiere mucho como para echarte.

—¡¿Qué?! —Se giró hacia su hermano, alarmado, su respiración comenzando a volverse errática. Pran parecía un poco asustado de repente, e incluso alzó las manos como para intentar tranquilizarse.

—¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? ¿Es un ataque? —preguntó, pareciendo a punto de levantarse para llevarlo a la enfermería.

A decir verdad, Pang incluso creía que estaba a punto de un ataque de pánico, porque de repente solo podía escuchar en sus sienes su pulso acelerado, mientras las últimas palabras de Pran se repetían en su mente una y otra vez. Estaba completamente rojo, y se abrazó a la comida de modo que uno de los contenedores desechables crujió.

—¿Pang?

—Estoy bien —sacudió la cabeza—. ¿Decías de Wave?

Pran trató de reír, pero todavía parecía asustado.

—Wave te considera su mejor amigo, así que supongo que no te echaría ni aunque tuviera la oportunidad.

Oh, pensó con tristeza. Era eso a lo que se refería con “querer”.

Pero luego, otro pensamiento: ¿A qué me refería yo con “querer”?

—Pang, ¿realmente estás bien? ¿No quieres que vayamos a la enfermería?

Respirando hondo, Pang negó con la cabeza. Estaba un poco desanimado y todavía podía sentir que estaba rojo de la cara, pero tenía un poco de hambre y si fuera a la enfermería en realidad no sabría qué decir. ¿Qué podría decir?: “Creo que me gusta mi mejor amigo y lo acabo de descubrir porque me puse celoso a causa de mi gemelo” no sonaba como un motivo legítimo de consulta.

—Iré con Wave, Phi. Tienes razón, tal vez necesite compañía.

Pran asintió, no muy convencido.

—Si te sientes mal de nuevo, dile a Wave, o llámame inmediatamente, ¿bien?

Pang asintió.

Su azotea privada no estaba exactamente arreglada de manera acogedora, pero al menos era cómoda para pasar el rato. Wave había acomodado algunas cajas para que sirvieran de asiento y Pang movió lonas de hule para usar de impermeable en caso de que los atrapara la lluvia. Cuando abrió, vio la espalda de Wave mirando hacia el edificio principal. Vaciló un poco, lo que provocó que la comida hiciera ruido y que Wave volteara como consecuencia.

—Ey —saludó tímidamente.

Wave le respondió con una sonrisa pequeña.

—Ey.

—¿Disfrutando de tu soledad?

Eso logró sacarle una pequeña risa a Wave, quien invitó a Pang a sentarse junto a él. Le pasó a Wave un contenedor de comida y una bebida de té helado sin decir palabra, y su amigo lo aceptó felizmente. Comieron en silencio, como muchas otras veces. Cuando Wave tenía algo en la mente, tendría a no hablar, así que Pang había aprendido a respetar el silencio, y también aprendió a apreciarlo.

Este silencio, sin embargo, lo llevó a pensar de nuevo.

¿Realmente le gustaba Wave? Podría ser posible, así como podría ser todo un juego de su mente ya bastante confundida. Mientras más lo pensaba, sin embargo, más sentido tenía. Principalmente, los celos. En cuanto supo que a Wave le gustaba Pran, no dejó de tener un poco de resentimiento por eso, algo de envidia. Pero aún podría tratarse de otra cosa, aunque en realidad, Pang realmente no lo creía.

Luego miró a Wave, tan tranquilo y feliz, disfrutando de su comida y tarareando para sí mismo. Pang no sabía si había estado escuchando demasiado los discursos cursis de Pat, pero lo entendió. Wave estaba brillando, probablemente solo las luces que se encendían por el anochecer, pero aun así era como si el aura de Wave se mostrara alrededor de él. Wave, con sus rasgos afilados que le daban ferocidad y al mismo tiempo parecía un animal huraño, que vestía un suéter deslavado color ciruela, que lo insultaba constantemente y maldecía y aun así apoyaba todas sus locas ideas.

Wave, que eran tan orgulloso, tan malhumorado. Tenía una actitud horrible la mayoría del tiempo, con la mayoría de las personas. Wave, que lo intimidó sin cesar durante medio semestre, que constantemente proclamaba que era mejor que todos, que una vez amenazó con exponerlos. Pero también era aquel Wave que rápidamente se volvió tímido con sus amigos, que anhelaba estar con ellos más que otra cosa, que se dejaba intimidar por Ink y que peleaba juguetonamente con Claire. El mismo Wave que le dijo que quería derrocar el sistema educativo del director, el mismo que ahora mismo lo miraba a través de sus anteojos, haciendo que Pang sintiera debilidad en todo su cuerpo.

Por supuesto, pensó. ¿Cómo si quiera podría ser otra cosa?


De vuelta a los dormitorios, ninguno dijo nada. Wave le había agradecido por la comida, pero nada más. Ni siquiera charlaron de trivialidades, y Pang tampoco comentó lo que había escuchado de Ohm, del amigo de Nac o de Pran. Fue una caminata tranquila. Hasta que no lo fue.

Repentinamente, Paa estaba frente a ellos, nuevamente llamándolos en voz alta. Pang se preguntó si las barras de cereal se habían atorado nuevamente en la máquina expendedora, pensando si debería solicitar que revisaran la máquina; entonces recordó que los alumnos normales no tenían permitido estar fuera a tan altas horas de la noche, además de notar que Paa parecía visiblemente más preocupada ahora.

—¡Ahí están! ¡Los he estado buscando durante horas!

—¿Qué pasa, Paa?

Tenía un mal presentimiento.

—Solo… es… vengan conmigo.

Paa los llevó al almacén que estaban usando como centro de reuniones. Ahí, ya se encontraban sus amigos, todos pareciendo consternados. Pang buscó inmediatamente a su hermano para saber qué estaba ocurriendo; pero Pran no lo podía mirar, porque estaba hablando en voz baja con Ink, quien se encontraba sentada en uno de los pufs y temblaba.

—¿Qué pasó? —preguntó de nuevo.

Ohm suspiró, antes de acercarse a él.

—No lo sabemos bien. Estábamos juntos, y de repente Ink vio algo y gritó, y… no sé.

Wave y él se acercaron a Ink. Todavía estaba hablando en voz baja con Pran, Namtaan también estaba a su lado. Estaba a punto de preguntarle a Ink qué había visto, cuando Wave habló:

—¿Qué es esta foto? —Sosteniendo la fotografía en sus manos, Wave la agitó en el aire.

Ink se estremeció.

—Tiene tu firma —añadió Wave.

—Gracias por tu aportación —murmuró sarcásticamente Korn. No tenía su cola de caballo, tal vez se preparaba para dormir.

—Quiero decir que tiene la firma de Ink, y una fecha imposible.

Pang frunció el ceño.

—¿A qué te refieres?

—Mira.

Apenas la vio, retrocedió. Su respiración empezó a acelerarse y automáticamente miró hacia donde Pat se encontraba. Wave tenía razón, era una fecha imposible. Era una fecha imposible para que Ink hubiera grabado con su potencial al personal de las cocinas.

—¿Es una broma? —preguntó Wave.

—No —Ink pareció recuperarse—. La encontré en mi cajón hace una hora.

—¿Una hora? —preguntó Pang—. ¿Y no la guardaste tú?

Ella negó.

—Préstamela —Namtaan tomó la foto, cerrando sus ojos unos segundos antes de abrirlos y suspirar—. Sigue sin haber error. Ink, tienes esta foto desde antes del examen de reasignación.

—¿Y puedes ver cuándo se tomó? —Pang insistió.

—Es real —dijo Namtaan—. Lo revisé hace rato. Lo que acabo de decir también es una confirmación para ti, Wave. Pareces no creerlo.

Wave resopló.

—Se supone que ninguno de nosotros sabe nada de ese fin de semana… además de Pran.

Pero Pran negó.

—No, yo solo recordé el sábado. No sé qué pasó el domingo, pero claramente mi potencial no funcionó con ese día.

La fotografía se había tomado el domingo, según la fecha. Todos tenían presente esa fecha porque se les borró de la mente completamente. Ese fin de semana seguían sin explicaciones concretas, aunque todos habían dejado el tema para concentrarse en buscar más información que pudiera ayudarlos a exponer al director. La cuestión era que todos sabían que Ink fue la que más rápido encontró su potencial, aunque ninguno sabía todavía cómo era eso. Por lo que parecía, Ink no recordaba que tenía esa foto tampoco, lo que resultaba realmente alarmante para todos.

Afortunadamente, Namtaan podía averiguarlo.

Después de quince minutos de que Namtaan estuviera utilizando su potencial, su presión empezó a aumentar. Ella soltó la fotografía y se dejó caer en una silla.

—¿Estás bien?

Pang le dio un poco de agua y ella asintió.

—Fue en nuestra pijamada —explicó—. Fuiste con Paa a las cocinas y regresaste casi una hora después.

Ink asintió.

—Recuerdo eso. —Miró a Paa—. ¿Lo haces?

—Mn. Ramen picante para ti, con camarones para mí.

—El agujero de tu memoria es en el lapso de regreso. Tomaste la fotografía y la guardaste, pero la señorita Ladda las encontró. Paa todavía no era una alumna Gifted y estaban rompiendo las reglas.

A esto, tanto Ink como Paa fruncieron las cejas.

Entre todo el alboroto, Pang realmente no había notado que Paa no parecía escandalizada por el uso de sus potenciales. De hecho, lucía tremendamente satisfecha, como si hubiera resuelto algún acertijo.

—P’Namtaan —susurró Paa—, ¿crees que nos pasó algo en el camino?

Namtaan tomó otro sorbo de agua antes de asentir.

—La señorita Ladda las llevo a las oficinas para castigarlas, pero el profesor Pom insistió en que Ink no estaba rompiendo las reglas. Discutieron, las cosas de siempre. Luego las dejaron ir. El profesor Pom las escoltó de regreso.

Pang frunció el ceño.

—Espera, si el profesor Pom las llevó de regreso, no tiene sentido —expresó Pran—. ¿Continuaron su pijamada como si nada?

—Pues sí —dijo Namtaan—. La foto se quedó con Ink hasta que se fueron a dormir y luego Ink volvió a sacarla hace un rato. Supongo que lo que pasó después, no pasó con la foto.

Pang se estremeció.

—No creen que el profesor Pom se haya metido a los dormitorios a borrarles la memoria, ¿verdad? —preguntó Ohm—. Porque eso es aterrador.

—Phi, ¿puedes hacer que Ink recuerde?

Pran negó con la cabeza.

—Sería más fácil si tú lo hicieras. Podría prevenir, pero no estoy seguro de que funcione a posteriori.

Él resopló.

—Suena sencillo cuando lo dices, Phi. No logré que Namtaan recordara mucho.

—¿Qué hay de las cámaras de vigilancia? —preguntó Ohm—. Podrían haber grabado lo que pasó.

—En el pasillo, tal vez, pero no hay cámaras en las habitaciones —señaló Wave—. Aunque podría haber algún tipo de registros. El director es meticuloso, no dudo que haga que el profesor Pom informe de cada cosa que pasa con nosotros, podría ser incluso con esto.

—¿Pang? ¿Qué piensas? —preguntó Namtaan.

Suspiró, mirando a todos alrededor. Parecían pensar que él estaba a cargo o algo similar. Debería sentirse halagado, tal vez, pero solo sentía que un dolor de cabeza horrible se aproximaba. Estaba tenso, indeciso. También pudo ver la incomodidad de todos: se encontraban perdidos, asustados, temerosos de dar cualquier paso en falso.

Lo que le pasó a Ink simplemente no tenía sentido.

—Podemos intentar —comenzó, para luego arrepentirse—, quiero decir, podríamos averiguar qué pasó con nuestros recuerdos. Si hemos sido víctimas del profesor Pom más veces de las que pensamos, puede deberse a algo importante.

—Nong, ¿no pensarás que…? —Pran dejó al aire la oración, frunciendo las cejas.

—¿Qué cosa? —Namtaan inquirió, sosteniéndose del borde de la silla con anticipación.

—¿Podría ser que ya encontramos todo lo que necesitábamos? —completó a su hermano—. Como, imaginen que ya encontramos todas las pruebas necesarias para exponerlo, que ya sabíamos lo que pasó con P’Chanon, con los estudiantes que terminaron en el hospital… ¿Y si es por eso que nos han estado borrando la memoria constantemente?

Dejó que la suposición se asentara en el grupo. Sus expresiones sufrieron transformaciones que iban desde la incredulidad hasta el horror puro.

—Eso quiere decir —murmuró Ink—, que probablemente encontramos algo más esa noche. —Miró a Paa.

—O que recordaste —dijo Pran—. Pat, ¿recuerdas qué estábamos haciendo esa noche?

Aunque Pat se sonrojó al principio, luego miró a Pran con preocupación. Según relataron, habían salido por uno de los bocadillos nocturnos de Pat. No notaron nada raro, pero Pran de repente había recordado que vieron pasar a Ink y Paa en dirección a las cocinas.

—No sé si nos topamos —admitió Pran—, pero no sería una sorpresa si así fuera.

—El profesor Pom no solo borra recuerdos, los modifica —recordó de repente—. Ya teníamos esa hipótesis.

—Y ahora tengo otras mil hipótesis —dijo Namtaan, emocionada.


Paa

No estaba del todo preparada para lo que vio.

No solo fue el hecho de que Namtaan de repente tomó la extraña fotografía que P’Ink había sacado de su cajón y, minutos después, la soltó y pareció tener algún tipo de malestar. No, no fue eso. Fue, en realidad, que sabía que iba a pasar eso.

Bueno, no exactamente.

Paa todavía no sabía cómo explicarlo. Durante los últimos días, las clases del programa Gifted se empeñaban en hacerlos utilizar su cerebro más allá de lo cotidiano, poniéndoles tareas sumamente exigentes y desafíos tremendamente extraños. Por si fuera poco, le habían estado enseñado mucho sobre evolución y sobre cosas que parecían hablar de magia. Algunos de sus compañeros incluso tenían asignados libros especiales por alguna razón.

Entonces, ayer por la tarde, estaba con Som charlando, de regreso a los dormitorios, cuando de repente algo se le atravesó por la mente.

P’Wave está avergonzado.

No sabía por qué pasó. Tampoco sabía exactamente a qué se refería ella con eso, porque no había visto a Wave en todo el día, y ya era muy tarde, el día iba a terminar pronto. Som se despidió de ella y entró a su habitación, y luego continuó su camino hacia su propio cuarto.

Entonces se encontró a Wave, quien caminaba rápidamente en dirección a los baños del edificio de dormitorios, con la cabeza gacha y murmurando algo que sonaba como: No vi nada, no vi nada, no vi nada. Sus orejas estaban rojas, y ni siquiera la saludó cuando pasó junto a ella.

Parecía avergonzado.

El pensamiento fue fugaz y no pensó mucho en ello. Luego, esta tarde, antes de salir de sus clases normales y entrar a la hora de estudio, otro pensamiento se atravesó.

Mis amigas van a estar tan decepcionadas.

Quince minutos después, las barras de cereal se atoraron en la máquina y una de sus amigas, Prim, dijo de repente:

—Qué decepción.

Algo como que hizo click en ese momento.

Algo definitivamente hizo click cuando Namtaan se sintió mal. Paa todavía recordaba claramente cómo hace poco más de una hora supo que Namtaan se sentiría mal. No solo eso, sabía que se sentiría mal físicamente, no solo como en estados emocionales anteriormente.

Entonces, P’Namtaan le dijo: —Esta fotografía la tienes desde nuestra pijamada. —A Ink.

De repente, todos los de la clase de su hermano estaban hablando un montón de cosas que parecían sinsentido. Ohm insistía en que debía entrar a la oficina del director haciéndose invisible, Korn sugirió buscar fotografías similares alrededor de la escuela, y luego Ink se abrazó a sí misma mientras Pran hablaba con ella.

Qué mal, pensó. Ojalá pudiera ayudarles.

—Paa —la voz de su hermano la sacó de su aturdimiento.

—¿Sí, Hia?

—¿Puedes ir a buscar a Pang y a Wave? Necesitamos hablar con ellos.

Buscó por lo que parecieron horas, aunque en realidad solo llevaba cinco minutos. Había mirado en todos los lugares que podía imaginarse que Pang y Wave podrían estar. Cuando finalmente los encontró, solo pudo pedirles que la siguieran, preguntándose si ellos le darían sentido a lo que estaba aprendiendo sobre sí misma y los demás.

No la decepcionaron.

Pang le dio toda la información que necesitaba. El profesor Pom podía modificar recuerdos, Ink tomaba las fotografías de una manera diferente, Namtaan podía ver lo que les sucedía a los objetos, y tanto Pran como Pang podían hacer que ellos recordaran lo que el profesor Pom les hubiera borrado de la memoria.

Ah, Hia está molesto.

Ella miró hacia su hermano, quien tenía el ceño fruncido. Mientras Pang y los demás hablaban sobre sus locas teorías conspirativas, que no sonaban tan locas ni tan conspirativas de repente, ella alzó una ceja hacia Pat. Su hermano hizo un puchero y se cruzó de brazos.

—No teníamos permitido decirte.

—¿Decirme qué, Hia?

Pat suspiró.

—Lo acabas de descubrir, ¿no? Que todos nosotros somos diferentes.

Se relajó un poco. Pat sonaba molesto porque pensaba que ella estaba molesta. Pensaba que estaba molesta porque no le dijo lo que sea que ella estaba descubriendo ahora.

—Paa, ¿tus ojos cambian de color?

De repente, todos se quedaron en silencio. Paa, confundida, miró a Ink, quien había comentado eso. No solo ella la miraba así, sino que también Pat. Paa no entendía cómo podrían ver el color de sus ojos a través de los lentes, pero de todos modos tomó la pregunta en serio.

—No, usualmente no.

Ink sacudió la cabeza.

—Lo hicieron.

—¿Qué?

Pran se acercó a ella.

—¿En qué momento, Ink?

—Hace un rato. Yo vi que cambiaron de color. ¿Tú no viste, Pat?

Su hermano negó. Paa estaba un poco asustada, pero Ink se levantó enseguida y la consoló frotándole los brazos.

—Paa, ¿qué pasa?

Frunció las cejas.

—¿Ustedes tienen poderes o algo así?

Esperaba algo así como miradas de incredulidad, sorpresa o incluso temor. Paa tampoco estaba del todo sorprendida porque en realidad los amigos de su hermano lucían más satisfechos que otra cosa. Incluso parecían divertidos por lo que preguntó.

—¿Ves? —le dijo Ohm a Korn—. Te dije que son poderes.

Korn desestimó a Ohm con un movimiento de manos.

—Poderes, potenciales, magia. Solo son etiquetas.

—Oh —murmuró para sí misma.

—¿Sorprendida? —preguntó Ink, sin soltarla.

Negó con la cabeza. No estaba exactamente sorprendida, sino que encontró algunas respuestas. Después de que empezó a adivinar cómo se iban a sentir las personas, pensó que se estaba volviendo loca por tanto estudiar. Pensó que era ridícula porque, de alguna forma, el que ella empezara a presentar esa particular cualidad podía significar que en el programa Gifted de hecho les estaba enseñando magia, o algo similar; incluso le daba mucho sentido a lo que Pat y los demás habían estado haciendo. Por qué siempre lucían tan sospechosos, por qué siempre hablaban en secreto entre ellos. Por qué no le decían nada.

El profesor Pom había dicho que la regla más importante era no contarle a nadie sobre lo que ocurría en la clase Gifted, o podrían ser expulsados de él.

—Entonces —continuó—, ¿significa que también tengo poderes?

Todos se miraron a los ojos, conversando seriamente entre ellos, pero no en realidad. Paa sabía que ni siquiera estaban tratando de decir algo, sino que solamente buscaban ganar algo de tiempo.

—Paa, lo sabes, ¿no? —Pat volvió a preguntarle—. Todos en el programa Gifted somos diferentes. Todos tenemos un potencial.

Un potencial. Lo llamaban así repetidamente. Incluso el profesor Pom lo había dicho. Som también había dicho algo similar, antes, quejándose de no entender a qué se referían todos con esa palabra. Las clases sobre la evolución humana se repitieron en su cabeza, la primera tarea que el profesor Pom les había asignado y que ella simplemente no podía completar. Cómo sus compañeros parecían haberlo resuelto, pero no lo decían en voz alta.

De hecho, tenía mucho sentido.

—Las primeras clases son para que los alumnos encuentren su propio potencial —explicó Pang, y ella asintió—. Nos estimulan mentalmente y físicamente para poder encontrarlo.

—Sin embargo, no es para que te presiones —añadió Pran—. No todos lo encuentran rápidamente. Yo tardé meses en descubrirlo.

—Pero creo que ya sé cuál es —confesó—. Aunque no sé cómo explicarlo.

La conversación ya no se trataba de la fotografía de Ink. De un momento a otro, la habían sentado a ella y pronto tenía a todos los miembros de la Generación 15 rodeándola, todos los que estuvieron en la fiesta de disfraces de Pran y Pang. Todos ellos lucían bastante complacidos, también.

—¿Puedes describirlo? —alentó Pat.

—Espera, Hia, ¿por qué llamaron a todos?

Pat se encogió de hombros.

—Nunca hemos hablado con otros grupos del programa.

—Es cierto —señaló Ohm—. Ni a los de tercer año ni a los que se graduaron.

—Es emocionante —finalizó Namtaan, como si fuera una razón suficiente.

—No solo es eso —le dijo Ink en voz baja—. Todos te queremos mucho, queremos ver tu progreso.

—Como unos padres que quieren ver los primeros pasos de su bebé, ¿no? —preguntó.

—Exactamente.

Ni Pran ni Pang habían hablado durante esa extraña conversación, pero ambos parecían listos para sacar sus celulares y grabarla, por lo que realmente la comparación le quedaba. Aunque de ellos lo entendía más porque ella siempre los consideró hermanos mayores. Ink era muy cercana a ella, por lo que también tenía sentido que quisiera saber. Pat era obvio. Namtaan, Claire y Mon se volvieron sus amigas después de tantas reuniones de chicas. Y tal vez Ohm y Korn también eran lo suficientemente cercanos. Solo tal vez.

Se sentía nerviosa con el resto. No solo tenía a Punn y los otros gemelos, con quienes apenas había cruzado palabra en su vida. Wai y el otro Korn también lucían entusiasmados, y Paa apenas recordaba verlos en la fiesta, no había hablado con ellos realmente, a pesar de que aparentemente Wai era cercano a Pran.

Sintiéndose en una exhibición, Paa se armó de valor. Aunque se sintió incómoda, también se sintió halagada que incluso personas que no hablaban con ella interrumpieran sus rutinas para ir a ver una simple exposición de poderes —potenciales— aunque probablemente asistieron a todas cuando fue su momento.

Se levantó y se dirigió a un pizarrón blanco para empezar a dibujar. Todos guardaban silencio, por lo que se pudo concentrar y empezar a explicar.

—Esporádicamente pienso que una persona se encuentra en tal estado. —Señaló con el marcador uno de los dibujos—. Por ejemplo, tengo el pensamiento repentino de que P’Pran estará molesto con Hia; pero descarto el pensamiento porque es de verdad muy pasajero.

Todos asienten, atentos.

—Y luego, un tiempo después, me los encuentro y resulta que, en algún momento de nuestra conversación, P’Pran se molesta con Hia.

Wave frunció el ceño.

—Pero eso pasa todo el tiempo.

Pat le dio un golpe en la cabeza.

—No es así.

—Sí lo es —dijo Pang—, pero es generalmente porque Phi quiere ocultar sus verdaderos sentimientos. —Pang movió las cejas sugestivamente, ganándose un golpecito de Pran.

Paa resopló.

—Bien, mal ejemplo. Entonces, por ejemplo… Por la mañana sabía que mis amigas iban a estar tremendamente decepcionadas, pero no sabía por qué. Hace un par de horas, resulta que se atoraron nuestros dulces de la máquina y pensamos que perderíamos nuestro dinero en esta máquina nueva. Ellas estaban decepcionadas.

Pat frunció las cejas.

—¿Y solo lo piensas? ¿O sientes que ellos estarán de tal manera?

Lo consideró unos segundos.

—Solo lo pienso. Cuando supuse que mis amigas estarían decepcionadas, yo no me sentí decepcionada.

Pran le susurró algo a Pat, quien asintió, pensativo. Ella miró con duda a Pran, y este sacudió la cabeza.

—El potencial de Pat tiene que ver con las emociones también. Él en presente, y él las siente.

Oh, pensó. Tiene sentido.

Luego, Pang habló.

—Cuando nosotros presentamos nuestros potenciales, el profesor Pom quería que formáramos parte de un experimento. Como los potenciales de Jack y Jo son el mismo, se preguntaba si el mío y el de Pang también, para saber si había algún patrón de funcionamiento del potencial.

Jack hizo un puchero.

—Lo recuerdo.

—¿En serio?

—Sí —respondió Jo—. Nosotros tenemos una conexión profunda. Podemos sentir lo que el otro, y ahora también podemos leernos la mente.

—Eso es genial —murmuró Paa.

—El profesor Pom sospecha que Pang y yo también tenemos el mismo potencial, pero no es así.

Pang asintió.

—Phi puede suspender los potenciales de los demás y yo básicamente puedo ordenarle a cualquiera que haga lo que quiero.

—Son manipuladores a su manera —murmuró Wave.

—La cosa es —dijo Pat—, que ahora que nosotros tenemos potenciales relacionados, quizá quieran experimentar de nuevo.

Vio que Mon se estremeció.

—Qué suerte que mis hermanos no estudian aquí.

—Esperen, ¿eso pasó? —Punn intervino, luciendo un poco molesto—. ¿Por qué no lo sabía?

Claire chasqueó.

—Sí lo sabías. Yo te dije.

—¿Y cómo te enteraste tú? —preguntó Wave.

—Pran me dijo.

Todos miraron a Pran.

—¿Qué?

—Bueno, bueno —dijo Ink, calmando a todos—. Todavía no encontramos correlación entre los potenciales de Pran y Pang, los de Jack y Jo son lo mismo, y ahora el tuyo tiene relación con el de Pat, y eso nos preocupa. Ese es el resumen.

Era un buen resumen, de hecho.

Notes:

Me desvié del esquema que tenía, así que por favor sean gentiles con los agujeros de trama, jaja. Nos estamos acercando cada vez más al final de esta historia (:( pero estoy bastante feliz de poder avanzar.

Estoy planeando también el siguiente fic, una vez que esté terminado este. Es un AU realeza/matrimonio arreglado inspirado en "La esposa es lo primero", "¡Deja de molestarme, Emperador!" y todos los programas de harén que hay (de realeza, jaja). En la planeación, me está gustando que es divertido y lindo, cero angustia. Me gusta mucho "praninlove", no puedo dejar de escribirlo, jaja. Publicaré la historia al rato pero como un "Próximamente", así que, si quieren ver más info del siguiente fic, pueden leer la primera parte. ¡Déjenme saber qué opinan de la historia! Por lo pronto, a mí me está gustando.

¡Nos vemos en el siguiente capítulo!

Chapter 23: Capítulo veintidós

Notes:

¡Hola! Lamento mucho la tardanza, realmente tuve unos meses complicados con este fic; no podía salir del bloqueo y terminé haciéndolo más corto de lo que planeaba. Sin embargo, creo que quedó bien. La verdad espero no atrasarme tanto de nuevo, pero en realidad no sé cuándo podré tener el siguiente capítulo, solo espero que no pasen seis meses de nuevo, ja, ja.

Realmente amo este fic, me ponía muy triste no poder escribir por más que quería. Y leí los comentarios, incluso si no respondía.

Muchas gracias a quienes sigan leyendo, siempre me encanta saber qué opinan del capítulo. <3

Como siempre, no hay beta, una disculpa por los errores.

Chapter Text

Pran

La cuestión con tener tanta desconfianza en todos sus profesores es que los habían hecho paranoicos. Cada vez que se topaba con el profesor Pom o la profesora Ladda, Pran sentía cómo su ritmo cardiaco se disparaba, y sabía que no era el único. Pat le había comentado que no podía evitar sentir escalofríos cada vez que entraba a la oficina del profesor Pom, cuando iba a la enfermería e incluso durante el almuerzo. Pang, que normalmente era el más relajado de los dos, había estado tan alerta que era estresante. Su semblante normalmente alegre ahora lucía cada día más serio, más pesado.

Pran odiaba eso.

Se acercaba un evento escolar. El año anterior, Pran no había participado más que como apoyo. Las olimpiadas interescolares habían pasado desapercibidas para él, solo recordando vagamente que Korn y Punn habían salido heridos, y que Wai y Mon salieron victoriosos. Este año, Punn había decidido no participar, al igual que Wai y Mon, por lo que dejaron a los de primer año como únicos candidatos.

O eso pensó.

—¿Concurso de deletreo?

El profesor Pom asintió. Tenía esa misma expresión amable y ligeramente orgullosa, como si solo verlo le diera satisfacción. En algún punto, Pran había creído que era porque se sentía como un padre viendo a sus hijos. Ahora no estaba tan seguro.

—Sé que la música es tu especialidad, por lo que también considero pedirte que te unas al concurso, pero también sé que es un evento bastante público y sé que a tu madre no le agrada que toques. Sin embargo, eres un estudiante ejemplar y destacado, Parakul. Nos encantaría que nos representaras.

—¿Pero por qué en esa área?

—Tus habilidades en inglés superan a todos los estudiantes.

—Excepto Punn —comentó.

—Lo cual no es de sorprender. Aunque su potencial es de gran ayuda, sabemos cómo terminó el año pasado. No queremos arriesgar la salud de los alumnos Gifted de nuevo, así que haremos lo correcto y enviaremos a un estudiante por categoría. Tal vez dos si tiene tiempo.

Pran suspiró.

—¿Y los de primer año?

—Naturalmente, ellos también participan. Los de tercer año no lo harán porque tienen muchas tareas extracurriculares. Sé que es difícil decir que sí, considerando lo que pasó el año pasado. Les estamos dando la opción de decir que no, Parakul, pero nos ayudarías muchísimo. Napat ya aceptó en la categoría de Física, pero Wasuthorn declinó en Matemáticas.

Eso llamó su atención. Cuando levantó la mirada, parecía que el profesor Pom supo que lo atrapó. No le importaba mucho, todos en el internado (o casi todos) sabían que él y Pat estaban en una relación. Sin embargo, la expresión del profesor Pom no le traía un buen augurio, como si fuera su cómplice y su verdugo al mismo tiempo.

—¿Puedo pensarlo?

—Por supuesto. ¿Te parece hasta el viernes?

Pasó toda la tarde considerando los pros y contras. Más contras. Solamente contras. Por ningún lado veía ventajas, ni siquiera si terminaba siendo la cara representativa de la escuela. Por más que le doliera a su madre, Pran planeaba olvidarse de que alguna vez asistió a Ritdha una vez graduado, por lo que no pensaba usar ninguno de los privilegios y ventajas que venían del internado. En la parte académica, al menos. No quería olvidarse de sus amigos.

Es por eso que no sabía por qué Pat aceptó. Pensó que estaban en la misma página, o que por lo menos estaba tan asustado como él. No es que pensara que harían lo mismo siempre, pero saber que todos los demás habían rechazado participar y que Pat aceptó lo hizo sentirse raro.

Cuando le preguntó a Pat, este parecía nervioso. Algo andaba mal.

—¿Qué es?

—Nada grave. No tienes que preocuparte por mí, Pran.

Suspiró. Las pocas veces en las que Pat se ponía así, Pran sabía cómo sacarlo de su espiral. Endulzó su voz y lo miró por debajo de las pestañas, intentando expresar su amor y preocupación.

—Cariño, por favor. —Para complementar, tomó el rostro de Pat entre sus manos y masajeó suavemente con los pulgares—. Puedes decirme.

Pat se derritió contra él de inmediato, abrazándolo y hundiendo su nariz en la unión del cuello y el hombro de Pran; inhaló profundamente, relajándose y dejando pequeños besos en su piel.

—Realmente no es nada —insistió débilmente.

—Si está haciendo que te comportes así, seguro es algo.

—Tan inteligente, mi Pran.

—Por supuesto que lo soy. Ahora dime.

Pat se quejó, pero pareció rendirse tras sus palabras. Suspiró ruidosamente.

—Solo mi papá —comenzó—. Se enteró que estoy en el club de teatro y no le agrada la idea, así que hicimos un trato.

Pran supo inmediatamente a qué se refería, pero todavía quería que lo aclararan. Instó a Pat a decir más, y, aunque al principio estaba reacio, Pran pudo notar que sus hombros se relajaban.

—Participaré en las olimpiadas interescolares. También me uniré al equipo de rugby, periódicamente. Solo así puedo quedarme en teatro. Si logro posicionarme como imagen de Ritdha, aunque sea un poco, me dejará en paz. Al menos eso espero.

Pran asintió.

—¿Y tú? —preguntó Pat de repente, enderezándose—. Es posible que tu mamá ya se haya enterado de que participaré. ¿Crees que te pida que concurses también?

La mueca que se formó en su rostro debió darle algún indicio a Pat. Su novio tocó su nariz juguetonamente y Pran no pudo evitar sonreír.

—Tal vez. Si se entera, ten por seguro que me llamará.

—¿Qué le dijiste al profesor Pom?

—Que lo pensaría. Realmente no quiero participar, pero el profesor Pom lo hizo sonar como si este año fuera diferente.

Pat frunció el ceño.

—¿Diferente?

—Supongo que quieren que sea un evento abierto al público.

De repente, Pat parecía pensativo. Pran no pudo evitar admirar un poco que Pat encontrara inconsistencias en un discurso aparentemente sin importancia, incluso si él mismo no las detectaba todavía. Sin embargo, Pat era el que sospechaba mucho más del profesor Pom, por lo que tal vez era una cuestión suya. Últimamente, Pat no creía nada de lo que los profesores les decían, todo porque podía sentir sus intenciones. Lamentablemente, el profesor Pom era consciente de eso y solía ocultar realmente bien lo que sentía.

—Los niños de secundaria estará en búsqueda de preparatoria pronto, ¿no?

—¿Pronto? El año escolar acaba de empezar.

Pat negó.

—Pero los exámenes de Ritdha son rudos. El periodo de estudio es largo. La escuela es famosa y tiene prestigio, por lo que realmente no necesitan promocionarse, pero, ¿recuerdas nuestra antigua escuela? Harán su evento de puertas abiertas en medio mes.

—¿Crees que Ritdha hará lo mismo? ¿Mientras está un evento interescolar?

Pat se encogió de hombros.

—Pat, hay algo que no me estás diciendo, ¿verdad?

El puchero de Pat no hizo nada para disuadirlo, pero Pran estaba feliz de que al menos ahora su novio no pareciera un cachorro pateado. Alzó una ceja y se cruzó de brazos.

—Es una teoría solamente.

—Pues dime.

—Mira, ya sabes que el director está loco, así que mi teoría es loca también. Pero, ¿no crees que querrían reclutar más estudiantes en Ritdha? De esa manera se ampliaría no solo el número de estudiantes Gifted, sino también de conejillos de indias.

—¿Lo has escuchado decir algo?

—No exactamente. Sin embargo, el profesor Pom está entusiasmado con probar la teoría de los hermanos. Primero, Jack, Jo y ustedes, luego Paa y yo. Ya mencionó la posibilidad de encontrar la relación entre mi potencial y el de ella.

Pran negó.

—Pero sus experimentos han parado por un tiempo. Tampoco sé de ningún alumno cuyo potencial necesite probarse en más personas de la manera que lo hizo P’Nicha.

—Mm, tienes razón. Bueno, es una teoría solamente.


Por la noche, Pran se topó con Ink y Wave en la biblioteca.

Realmente no era tan raro, pero Pran todavía se sorprendió cuando los vio juntos. Estaban mirando la computadora de Wave, tan centrados que ni siquiera se dieron cuenta de su presencia hasta que se inclinó contra ellos.

—¿Qué hacen?

Los dos soltaron un grito un poco vergonzoso. Luego, Ink le dedicó una gran sonrisa.

—Oh, hola, Pran.

—¿Qué hacen? —repitió.

Ink suspiró.

—Bueno, estoy cansada de no saber por qué tengo una imagen del personal de la cocina, y también de saber por qué no recuerdo la pijamada. Pensé en pedirle a Wave los videos de las cámaras de seguridad.

—¿En un espacio público?

Wave se encogió de hombros.

—Claire sugirió que sería menos sospechoso así.

—Por supuesto. No hay nada más confiable que dos alumnos escondidos en la biblioteca cuando ya pasó el toque de queda. Absolutamente, nada sospechoso.

—Empiezo a notar que realmente te pareces a Pang —murmuró Wave.

—¿Yo? ¿Parecerme a mi gemelo?

—Ya basta —los calló Ink—. ¿Entonces? ¿Hay algo?

Wave negó.

—Todos los videos de esas fechas o están borrados o no existen. Lo siento, Ink.

Pran resopló. Le dolía la cabeza solo de pensar en todo lo que estaba ocurriendo. No solo tenían pérdida de memoria y el riesgo potencial de estar siendo objetos de experimentación por parte del director, sino que ni siquiera podía concentrarse en eso del todo porque tenía preocupaciones con sus familias, su propio potencial, y un hermano menor que parecía estar volviéndose loco cada vez más.

—Bueno, basta de eso —declaró—. Ink, es posible que nunca nos enteremos qué pasó ese domingo, o por qué aparentemente tenías ya descubierto tu potencial. Namtaan lo intentó, Pang lo intentó y yo también.

Pero Ink no parecía convencida. Pran empezó a preguntarse si había algo más allá de la desesperación de saber. Él mismo se había rendido en intentar recordarlo, suponiendo que el mismo domingo no recordaba nada de lo ocurrido el sábado. Wave también parecía curioso, y le dedicó una mirada extraña a Pran cuando Ink empezó a sacudir la cabeza.

—No. De alguna manera tengo que saberlo.

—¿Por qué? —preguntó Wave—. ¿Hay algo que no nos estás diciendo?

Ink levantó la mirada de la computadora de Wave. Tenía los ojos bien abiertos, ligeramente rojos en los bordes. Pran empezó a sentirse mal, como algún tipo de vacío en su estómago. Tragó cuando Ink abrió la boca.

—Es una corazonada.

—Ink…

—¿No es raro que entré a medio semestre? —comenzó—. De repente, mi papá anunció que vendríamos a Bangkok y que yo estudiaría aquí, porque lo cambiaron de trabajo. Pero antes de eso, yo ni siquiera sabía que esta escuela existía… o eso creo.

—¿Crees? Sé más clara, Ink.

Chasqueó los labios.

—Es solo que… desde que supe de P’Nicha, no he podido sacudirme la sensación de que conocí a una persona con ese nombre. Quizá era muy pequeña, pero no estoy tan segura de eso, porque todo es borroso.

—¿Y apenas nos lo dices?

—¡Esa es la cosa! Recientemente tengo esas sospechas desde que Jack y Jo nos enseñaron las hojas de los exámenes que hicieron en P’Nicha. Ya sabía que el nombre me sonaba de algo, pero pensé que tal vez lo leí en los archivos de la escuela cuando recién me trasladé. Ahora estoy casi segura de que no es por eso que conozco el nombre, y también estoy segura de que tiene que ver con ese día. —Sus ojos ahora estaban llenos de lágrimas—. Estoy segura de que la conocí alguna vez.

—Está bien, cálmate, Ink. Tal vez solo estés confundida, o…

—Pran, estoy casi segura —insistió ella. Algo en su mirada hizo que Pran asintiera.

—Bien, está bien. Te creo.

Lo impresionante es que tenía algo de sentido. Ciertamente, Pran no había pensado mucho cuando Ink se transfirió a Ritdha tan repentinamente, pero de repente el recuerdo de estar buscando un animalito vino a su cabeza. Pat había estado ahí, con él. Justo antes de que Ink llegara, habían escuchado al profesor Pom hablar de los estudiantes transferidos a medio semestre. Tendría sentido que el profesor los conociera si iban a realizarles el examen, pero había sonado como si supiera algo más. Siempre sonaba como si supiera algo más.

Pran desearía también saber algo más.


Pang

Cada día se volvía un poco más loco, y ya no podía seguir negándolo. Por si fuera poco, nadie más podía ver lo extraño que era su proceso de pensamiento. Naturalmente, solo Pran y Wave notaron algo extraño; desafortunadamente, no pudo platicarlo con ninguno de los dos. Eso era porque el asunto que lo estaba volviendo loco no era acerca del director o de los experimentos con los alumnos. No, ese tema en realidad lo tenía bien controlado.

Pero se estaba volviendo loco de celos.

Ya bien entendido que su malestar se debía no a que pensara que Pran le sería infiel a Pat con Wave, sino al pensamiento de que Wave prefería a su hermano en lugar de él, Pang no pudo evitar sentirse amargado todo el tiempo. Más que amargado, se sentía como si hubiera bebido cien litros de vinagre. La verdad era que le dolía muchísimo solo pensar en ello. Cada vez que recordaba la imagen de Wave hablando con Pran mientras le brillaban los ojos, su corazón se sentía un poco más estrujado, y temía que algún día ya no pudiera lastimarse más.

Así que era una lástima que las dos únicas personas que notaron su estado de ánimo eran también las únicas personas a quienes no podía decirles cómo se sentía.

—Muy bien, me estoy cansando de esto.

O tal vez no.

Miró hacia arriba desde su asiento en el salón Gifted, encontrándose con la mirada penetrante de Claire y el ceño fruncido de Pat. Detrás de ellos dos, Punn y Korn tenían los brazos cruzados.

—¿Qué?

Korn suspiró, acomodándose los lentes. Caminó hasta la puerta del salón y se aseguró de cerrarla con llave. Luego asintió a los demás.

—Estás todo verde —declaró Claire—. Y azul.

—¿Me estás insultando?

—¿Qué? No —resopló ella—. Celos y tristeza, Pang. ¿Qué te ocurre estos días? Pat me dijo que apenas soporta tus emociones. No quería entrometerme, pero creo que tu aura está afectando a los demás.

—Por los demás —aclaró Korn— se refiere a nosotros, específicamente.

Suspiró.

—No veo cómo les podría afectar. Simplemente no usen sus potenciales conmigo.

Pat rodó los ojos. Seguía cruzado de brazos, y Pang pensó que se veía un poco molesto, pero no iba a preguntar. Pat se enderezó y sacudió la cabeza.

—Pran está molesto porque estás molesto con él.

—Ya me lo habías dicho, ¿no? —dijo Pang—. ¿O lo soñé?

—El tema no es ese. El tema es que sigues molesto con Pran. Y creo que con Wave también.

Se apresuró a negar con la cabeza.

—No estoy enojado con ellos.

—¿Entonces qué es? —preguntó Korn—. Yo no tengo súper empatía, pero me siento realmente incómodo con ustedes ahora. Sé que no es tu responsabilidad, pero no he podido dormir durante días porque ninguno de ustedes dos tiene bien controlado su potencial.

—Y sabemos que estás celoso —aclaró Claire—. Pero no entendemos por qué de Pran.

Pang tragó. La imagen volvió otra vez y le hizo sentir escalofríos.

—Espera, ¿de verdad estás celoso de Pran? —preguntó Pat.

Le lanzó una mala mirada. Una cosa es que ellos supieran que estaba celoso, pero otra era que se enteraran de que a Wave le gustaba su hermano, sobre todo porque era información que Wave ni siquiera había compartido con él.

—No.

—Trataré de ser amable y te daré la oportunidad de que nos digas —dijo Claire, lentamente—. Entonces responde: te gusta Wave, ¿verdad?

Su boca se abrió impulsivamente para negarlo, pero había algo en cómo lo dijo Claire que lo hizo detenerse. Claire y Pat eran personas que podían saber de inmediato lo que le sucedía, a veces sin que él mismo lo supiera. Eran lo suficientemente respetuosos como para no usar sus potenciales para perjudicarlo, y Pang incluso le había pedido ayuda a Claire y ella se había negado. Sin embargo, su petición sugería que solo buscaba una confirmación.

Por supuesto, esos dos ya sabían.

¿Y no estaba Pang preocupado porque no podía decirlo? Incluso si no revelara que Wave estaba enamorado de su hermano, al menos podría hablar con ellos sobre sus propios sentimientos. Anteriormente, incluso lo habló con Korn, incluso si no eran tan cercanos entre ellos.

—Um.

Claire asintió, satisfecha.

—Bueno, lo sabía.

Pang no pudo evitar rodar los ojos.

—Entonces, volviendo al asunto. Estás celoso de Pran, ¿tiene algo que ver con que te guste Wave? O... tal vez…

Alarmado, Pang agitó las manos.

—¡No, no! ¡No estoy celoso de P’Pran, en absoluto! Ah, ustedes simplemente aman el drama. Una cosa no tiene nada que ver con la otra.

Las cuatro personas no parecían convencidas. Afortunadamente, tampoco eran demasiado entrometidos y se quedaron callados, sin presionar por más. Para Pang, fue como una pequeña tregua a su corazón. Aun así, Pat todavía insistió:

—Entonces, ¿estás enojado con él?

Pang negó con la cabeza.

—¿Entonces qué es?

Pang suspiró, pensando rápidamente en excusas que podría usar. Ciertamente no podía negarles que estuviera celoso, y tampoco podía negar que estuviera triste; pero podía desviar el objetivo.

—Honestamente, estoy estresado por todo lo que ha estado sucediendo. —Luego, hizo un puchero—. ¿Quizá me muestro enojado con P’Pran sin darme cuenta?

Sabía que ni Claire ni Pat usarían sus potenciales en ese momento para determinar si estaba mintiendo. No era un interrogatorio, a fin de cuentas, sino más bien una especie de intervención. Estaba un poco agradecido de tener amigos, pero los cuatro claramente habían ido con él porque su humor estaba alcanzando a los demás. De cualquier manera, todo el asunto que los rodeaba también afectaba al resto de los alumnos Gifted, así que, incluso si quisieran, no podrían negar que eso provocaba sentimientos complicados y emociones confusas.

De último momento, se le ocurrió:

—Ah, ¿podría ser que me siento celoso porque parece calmado?

Pat resopló.

—¿A qué te refieres?

—P’Pran siempre ha sido el que piensa con la cabeza fría entre nosotros. A decir verdad, me da envidia que sea así. —Lo dicho no era precisamente una mentira. Pran siempre había tenido la cualidad de ser tranquilo, incluso su potencial parecía neutralizar al resto. Y era la excusa perfecta para que ni Pat ni Claire hicieran más preguntas.

Sorprendentemente, fue Punn quien lo apoyó.

—Tiene razón. A todos nos está cobrando factura esta situación. A veces ni yo mismo sé qué me pasa, no me sorprendería que con Pang fuera lo mismo.

Claire asintió lentamente.

—Si tienes problemas, no dudes en decirnos. —Entonces, una sonrisa traviesa apareció en sus labios—. Por cierto, me deben dinero.

Al instante, Pat, Korn y Punn soltaron un quejido. Pang estaba un poco confundido cuando vio que cada uno le daba un billete a Claire. Pat notó su expresión y rodó los ojos.

—Lo siento, apostamos cuánto tiempo te tardarías en darte cuenta.

—¿Ah?

—De que te gusta Wave —aclaró Claire, contando los billetes. Los guardó en su monedero y se cruzó de brazos—. ¿Cómo vas con eso, por cierto?

Pang sacudió la cabeza, incrédulo.

—¿Debería ir de alguna forma? —Se dio media vuelta en el asiento y fingió ocuparse de cualquier cosa—. Me gusta, pero no le gusto. Somos amigos, el fin. Pasará pronto.

No quería ver las expresiones de sus amigos, pero casi pudo sentir la lástima en su espalda. Se mordió el labio inferior y comenzó a dibujar un patrón desigual con sus dedos sobre la mesa. Lo que dijo era la verdad.

Después de todo, a Wave le gustaba Pang.


Su habitación se había vuelto un lugar no-oficial para las reuniones. Además del corcho con toda la información que él y Wave habían estado obteniendo, también se encontraba la fotografía que Ink plasmó. Esa noche, sin embargo, no era una junta sobre lo que ocurría en la escuela. Namtaan y Ohm lo habían arrastrado a una noche de juegos, declarando que habían sido días estresantes y que necesitaban relajarse un poco.

Todo iba bastante bien. Había un juego de mesa extendido en el suelo junto a su cama, y Ohm lanzaba los dados al tablón. Su ficha se movió a una casilla donde tenía que sacar una tarjeta para desafío.

—“Revela una anécdota vergonzosa tuya o retrocede dos casillas”. —Ohm acarició su barbilla, pensativo—. No sé. ¿Hay algo que no les haya dicho a este punto?

De repente, su rostro se puso rojo y empezó a mover la boca graciosamente. Pang estaba inmediatamente curioso por lo que iba a decir.

—¿Qué es?, ¿qué es? —Namtaan alentó, riéndose en voz baja cuando Ohm empezó a agitar las manos como si fueran alas.

—¡Nada, realmente no es nada! Olvídenlo, retrocederé las dos casillas.

—¿Oh? ¿Hay algo que finalmente avergüenza lo suficiente al desvergonzado Ohm? —Pang no pudo evitar burlarse de él.

Como era de esperarse, Ohm puso una expresión de desinterés.

—No, no. Es solo que no se me ocurrió algo.

Él y Namtaan se miraron. Pang estaba tentado a presionar por más detalles, pero repentinamente recordó que él tenía su propio secreto que quería llevar a la tumba. Selló sus labios y estiró la mano para tomar los dados para su turno, solo para que otra mano bloqueara su intento.

—¿Saben qué? ¡Son mis mejores amigos! Si no les puedo decir esto, ¿qué clase de persona me hace? —declaró Ohm, inflando el pecho y apretando los labios con aparente seguridad.

—No tienes que obligarte —tranquilizó Namtaan—. Está bien si hay cosas que no nos puedes decir.

Pero Ohm negó duramente con la cabeza.

—Quiero decirlo. Ejem, lo diré.

Pang se acomodó nuevamente, su mano lejos de los dados. Namtaan puso una expresión seria y asintió para darle valor a su amigo. Ohm tomó una respiración profunda:

—El año pasado, ¿recuerdan cuando estuvimos en las islas? Fui a Phuket y estuve fuera con Korn un tiempo.

Ambos asintieron. Ohm de repente parecía nervioso, se había sonrojado completamente, pero todavía tenía una ligera sonrisa en su rostro.

—Antes de él, nunca había tenido novio ni novia. Ahí fue cuando nos juntamos.

Pang frunció las cejas. Esa no podía ser la historia vergonzosa de Ohm, lo que lo tuvo un poco confundido. Su amigo se aclaró la garganta.

—Entonces, sí. Tampoco había hecho mucho, ya saben… con nadie.

Ah, pensó Pang. Es eso.

—Pero Korn ya me había platicado de sus experiencias con otras personas, y realmente no quería quedarme atrás. Entonces le mentí un poquito, y esa noche en la playa tuvimos sexo. Pero, bueno, realmente no tenía experiencia y todo fue realmente extraño, y aunque ahora me parece un poco gracioso, yo, uhm… ¿podría haberme atragantado un poco mientras…?

—¡Bueno, basta! —gritó Namtaan—. Ohm, realmente aprecio tu confianza, pero no quiero imaginarte en un escenario sexual nunca más en mi vida.

Pang asintió de acuerdo. Ohm se cruzó de brazos.

—¡Fue gracioso! —insistió—. Saben que nuestro promedio no es grande, pero Korn realmente…

—¡Tarde, es muy tarde! Chicos, me tengo que ir. Nos vemos mañana.

Tras eso, Namtaan salió corriendo de su habitación. Ohm todavía estaba sonrojado, pero al ver la expresión de Pang, una sonrisa burlona apareció. Pang temió por su vida en ese momento.

—¿Te conté de la vez que…?

—¿Pang? ¿Estás despierto?

Casi se inclinó para agradecer a cualquier deidad que lo hubiera salvado. Su puerta se abrió para dejar ver a Wave, quien ya vestía con lo que parecía ser su pijama. El corazón de Pang se aceleró de inmediato, y su boca se secó. Escuchó que Ohm se quejaba en voz baja, murmurando algo que realmente no entendió.

—Ah, parece que mi hora de dormir será pronto —declaró exageradamente, mirando un reloj invisible en su muñeca—. No se queden despiertos hasta tarde, ¿eh? Adiós, hijos míos.

Por alguna razón, Pang tuvo un recuerdo fugaz de las primeras veces que usó su potencial con Ohm. Namtaan había tenido esa misma sonrisa, la que Ohm les dedicó antes de salir. Un escalofrío recorrió su espina dorsal cuando pensó en ello. Sin embargo, rápidamente fue reemplazada por calidez cuando Wave se sentó a su lado.

—¿Juegos de mesa?

—Sí. Últimamente no paso mucho tiempo con Ohm y Namtaan, así que aprovechamos hoy.

Wave tarareó levemente. Tomó ambos dados y los tiró sobre el tablero.

—¿Cuál es tu ficha? —preguntó.

—La roja.

Wave avanzó con su ficha cinco espacios. La casilla no dictaba nada en particular, por lo que Wave simplemente levantó la mirada. Con las luces indirectas, parecía mucho más suave de lo normal. Pang ya había conocido al Wave gentil, pero casi siempre tenía esa expresión de suficiencia y dureza, así que verlo así solía ser un privilegio.

—“A media noche, el segundo cajón de estacionamiento.”

Pang se sobresaltó al escuchar la voz de Wave. Frunció las cejas, confundido. Wave sacó entonces una nota de papel y la puso en su mano. La escritura era delicada, pero el mensaje era concreto. No tenía firma, nada más que indicara quién era el autor. Pang volvió a mirar a Wave, su corazón acelerado por otra razón.

—¿De dónde la sacaste?

—Alguien la dejó en mi escritorio esta tarde.

—¿En el salón Gifted? —Wave asintió—. ¿No será una trampa?

—Tal vez. Pero creo que es lo único que tenemos.

—Apenas inició el semestre —murmuró—. Incluso si encontramos algo, exponerlo…

—¿No eras tú quien estaba desesperado por respuestas? Iré rápidamente y volveré. Si siento que es una trampa, no me acercaré.

Pang se sintió helado de repente. Comenzó a negar fervientemente con la cabeza, haciendo que Wave suspirara.

—Lo sabía. Debería ir primero, luego venir contigo.

—Esa es una terrible idea, y tú eres el de las buenas ideas.

—Iré de todos modos.

Pang sacudió la cabeza con una media sonrisa.

—Yo sé eso. Y voy contigo.

Chapter 24: Nota

Chapter Text

Hola.

Como ustedes podrán leer, esta es una nota y no un capítulo. También, si lo han notado, los capítulos cambiaron y se completó el fic. Bueno, la cuestión es la siguiente: voy a dejar de actualizar esta versión del fanfic. No voy a borrarlo, y tal vez debería cambiarle el título, pero así las cosas.

Como explicación, seré breve: las lecturas en esta versión no son muchas, y aunque en realidad eso no me molesta, pienso que sería buena idea centrarme en solo una versión ya que suelo estresarme por publicar ambas con diferencias de tiempo muy pequeñas. Ahora, los fanfic's en inglés alcanzan mucha más población y sé que varias de las lectoras y lectores en español traducen(traducimos) con el traductor muchas veces.

En realidad, el primer plan era que yo actualizara todo en inglés y, una vez que termine el fanfic, continuar la versión en español. Sin embargo, para mí no tiene mucho sentido hacer eso.

Si alguien quiere seguir leyéndolo, es bienvenidx en la versión en inglés; y, si ya no desean continuar leyendo la versión en inglés, lo entiendo completamente. Este fanfic se quedará aquí así.

Gracias por el apoyo a quienes estuvieron leyendo esta versión <3 y nos vemos en la versión en inglés donde el capítulo 23 ya fue publicado.

¡Besos!

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