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Charles se estiró bajo las sábanas desperezándose mientras apagaba la alarma mental que activó anoche. Por lo general era una persona madrugadora que disfrutaba de levantarse temprano para aprovechar el día. Sin embargo, esa noche apenas había dormido.
Hacía sólo una semana desde que había recibido la visita de dos agentes de la DM en su casa. La División Mutante del FBI formaba parte de la UAC. La Unidad de Análisis de Conducta había acudido a su puerta con una “oferta”. No hacía falta ser un telépata para saber que la negativa a trabajar con ellos acarrearía consecuencias. Los propios agentes habían mencionado diferentes amenazas veladas durante la corta conversación.
Aunque no fuera de dominio público Charles ya había escuchado de casos en los que mutantes eran contactados por el Gobierno por sus habilidades. Después de todo, su hermana Raven trabajaba para la CIA. Ella había sido contactada después de su tercera detención policial, su mutación un activo valioso para el espionaje y por lo tanto, para el Gobierno. El cambio le había venido bien, su energía y picaresca la hacían increíble en su trabajo. Un plus era que evitaba que se metiera en líos. Fue Raven la que le convenció para aceptar el puesto, ya no por las represalias, si no por el desafío.
Desayunó despacio pensando en su nuevo puesto de trabajo del que apenas tenía información. Habían comentado el sueldo y la duración de su contrato, pero no sabía qué implicaba. El dinero que ganaría era cuantioso, casi compensaba que le hubieran obligado a aceptarlo.
Apenas sabía dónde tenía que ir en su primer día, lo que no era muy reconfortante. Los agentes sólo le habían indicado que en el plazo de una semana sería su primer día. No habían comentado la alternativa de denegar el puesto. El último comentario de uno de los agentes había sido que debía dirigirse a las oficinas de la UAC de Quantico. Con una mueca ante ese pensamiento recogió los restos de su desayuno y se fue a vestir.
Repasando la ropa de su armario optó por un traje, descartando su estilo de “profesor anciano universitario” como lo llamaba Raven. Estuvo a punto de llamarla para preguntarle su opinión, pero no quería molestarla mientras estaba de misión. Su relación seguía tensa desde hace años, trataban de comportarse como antes, pero los dos sabían que todo había cambiado. Ya se encargaría ella de ponerse en contacto con él. Cuando comprobó que todo estaba listo se aventuró a salir de casa.
***
Al entrar al edificio se fue a acercar a la recepción para preguntar dónde dirigirse cuando se le acercó una mujer morena, de pelo liso por los hombros y que exudaba confianza.
La mujer le estrechó la mano de manera firme y se presentó.- Mi nombre es Moira McTaggert, agente al mando de la primera división DM del FBI, debe de ser Charles Xavier, si no me equivoco. Trabajará en mi equipo.- Con una seña en la cabeza le pidió que le siguiera. Charles no pudo evitar percibir las vibraciones de ánimo y diferentes pensamientos superficiales desde la mente de la mujer. Una mente curiosa y sin apenas barreras. Su compañera era humana, una revelación interesante.
Sintió como sus nervios aumentaban al adentrarse más en las oficinas del FBI. Su mente ávida de conocimientos sobre su nuevo puesto.- Hola, disculpe agente, pero no se me ha explicado exactamente mi puesto, nada respecto al trabajo…- comentó con el ceño fruncido, necesitaba saber lo más básico.
- Supongo que ya conoce a lo que se dedican los equipos de DM.- Tras la negativa de Charles continuó con la explicación.- Ya se habrá dado cuenta de que soy humana. La mayoría de los mutantes con los que coincido se dan cuenta rápido.- Explicó con una sonrisa fácil girándose hacia él. Charles sintió su curiosidad.- Es parte del protocolo del FBI para equipos del DM. Normalmente somos el enlace para los medios de comunicación y las familias. Es una manera de mantener el equilibrio en el equipo y dar una visión más humana. Al fin y al cabo somos los encargados de entregar a la justicia a los criminales mutantes.
- ¿Capturais únicamente a mutantes?- preguntó Charles.
- Es nuestra especialidad, es más fácil capturar a mutantes con agentes que también lo son. Aunque tener una humana en el equipo, permite que se dé una mayor seguridad a la población. Al igual que su cometido en la unidad, un telépata nos vendrá bien de cara a la opinión pública mutante.- Charles la seguía con paso apresurado por los pasillos, tratando de entender la lógica de su puesto. Evitó el impulso de ojear su mente en busca de respuestas. No hizo falta, las dudas debían estar plasmadas en su rostro.- No se preocupe Xavier, se lo explicará mejor después Howlett, es nuestro supervisor.
- Preferiría que me llamara Charles, si no es molestia, agente McTaggert.
- No hace falta que me llames agente, Charles.- dijo con una sonrisa.- Somos bastante laxos dentro del equipo.- Aclaró acercándose a las cinco mesas colocadas en el centro de la sala.- Te presento a los integrantes de la primera división y tus compañeros. Chicos, él es Charles Xavier, agente especial en formación, formará parte de la unidad. Charles, ellos son Sean Cassidy- señaló a un joven pelirrojo pegado a la pantalla de un ordenador. Le saludó con la mano desde su asiento con una leve sonrisa.- Alex Sum-...
Un portazo seguido de varias maldiciones la interrumpió. Un hombre vestido con chaqueta de cuero mordiendo un cigarro había entrado de manera apresurada con una carpeta marrón.
- McTaggert, venga al despacho tenemos que revisar los casos, me han llamado para un posible piroquinético.
Suspirando la mujer se acercó al despacho por donde había desaparecido su supervisor.- Charles, preséntate, pero no te pongas cómodo mientras revisamos los casos. Lo más seguro es que tengamos que irnos.- Cogiendo una libreta azul de uno de los escritorios se dirigió al despacho de manera apresurada.
Una sensación de incertidumbre le invadió. Aunque no se permitió que se le notara, tres pares de ojos le observaban. Quería crear una buena primera impresión, quizás le hubieran obligado a trabajar allí, pero haría de ello algo positivo. Un joven rubio se levantó del escritorio donde estaba sentado y fue a saludarle con una media sonrisa.
- Soy Alex Summers y él es Darwin Muñoz- dijo señalando a un joven afroamericano a su lado al que estrechó la mano con una sonrisa.- y aquel con cara de pocos amigos es Erik Lehnsherr.
Se giró a mirar a dónde señalaba el rubio. Apoyado en uno de los escritorios con los brazos cruzados sobre la mesa se encontraba un hombre atractivo de unos treinta años. Sus ojos tenían un color que se encontraba entre el verde y el gris, ensombrecidos por su ceño fruncido.
No se dejó intimidar por su aparente carácter apático y se acercó a darle la mano con su mejor sonrisa. Notó cómo los escudos mentales de Erik se volvían más robustos al acercarse. Un límite claro. Para algunos un rechazo, para otros una forma de protección. El telépata dudaba sobre cuál de las dos razones le había llevado a levantar sus escudos, pero no rebasaría límites. Se conformó con alejarse de nuevo y saludarle con la mano desde donde se encontraba, no pretendía incomodarle.
Por la rapidez con la que había alzado sus escudos mentales no era la primera vez que se cruzaba con un telépata. No todo el mundo era capaz de fortalecer sus escudos naturales. Se necesitaba por lo general bastante constancia y saber dónde trabajar en la mente. Su lenguaje corporal indicaba cierta hostilidad y rechazo, quizás por su telepatía, tal vez por su puesto en el equipo. Trató de parar sus pensamientos ignorando el peso que se instaló en su pecho.
- Soy Charles Xavier, me podéis llamar Charles, es un placer trabajar con vosotros.- Antes de poder recibir una contestación fueron interrumpidos de nuevo por su supervisor.
- Mocosos, venid a la sala de conferencias, tenemos un nuevo caso. Un piroquinético, lo mandan desde Phoenix. Grabaron las llamas de uno de los últimos incendios. Cassidy pon las imágenes en la pantalla.
- ¡A la orden jefe! Tenemos dos grabaciones diferentes del mismo complejo de apartamentos.- Comentó mientras se conectaba a la pantalla. Aparecía un vídeo que parecía tomado desde un teléfono móvil desde el otro lado de la calle.- Este es el que mejor calidad tiene, lo grabó un vecino, dijo que las llamas salieron de repente. Empezó a grabar cuando notó el humo salir de las ventanas de la primera planta. En el otro se ve únicamente el aparcamiento, pero es interesante.
En el vídeo se observaba una hilera de humo negro saliendo de varias de las ventanas. Se esparcía rápidamente hacia arriba. Después Sean cambió de vídeo, en él se veía otra parte del edificio, el aparcamiento y un parque cercano. En los últimos segundos antes de cortarse la grabación se veía una figura salir corriendo desde el aparcamiento hacia el parque.
- Vais a volar hasta Phoenix, cuatro incendios son más que suficientes. El sudes lleva ya ocho heridos, uno de ellos grave. Preparaos, os vais en cuarenta minutos.- Todos se levantaron para ir hasta sus escritorios.- Tú no Xavier, tenemos que hablar.
Charles esperó a que todos sus compañeros salieran antes de hablar con su superior. Darwin le palmeó la espalda dando apoyos antes de salir. Sean no fue tan sutil. Antes de salir por la puerta se golpeó en el pecho con el puño para luego señalar al telépata susurrando “tú puedes”. Charles se preguntó si sería el humor apático de Howlett lo que les provocaba darle ánimos.
El telépata quería hablar de su puesto con el supervisor, pero antes de darle opción a explicarse quiso dejar algo claro.- No se me dió opción a aceptar el puesto, sin embargo pretendo hacer un buen trabajo, señor. Me gustaría saber en qué se basa mi puesto.- Todas las palabras salieron de manera apresurada, denotando su nerviosismo. No podía parar de tocar la corbata que llevaba y arreglarse los puños de la camisa. Ya lo hizo en el pasado, traicionar sus principios. Pensar en hacer algo parecido… Le daban ganas de vomitar.
- Deje el señor, Xavier.- dijo con una ligera sonrisa señalando para que se sentara de nuevo.- No sé qué es lo que le ha explicado la agente McTaggert, pero cuando me llegó la oferta de un telépata le acepté tanto por su mutación como por sus conocimientos sobre el gen X. Le consultaremos sobre las mutaciones y posibles formas en las que reducir a los criminales según su habilidad. Tampoco se haga ilusiones, su telepatía se usará contra los criminales. Lo necesitaremos para poder detener de manera menos “agresiva” digamos.- Indicó soltando una risa apenas contenida y entrecomillando con los dedos, para después cruzarse de brazos.- Hemos recibido algunas quejas desde arriba. También necesitaremos de su telepatía para interrogación o persuasión… Espero que no sea lo que no está dispuesto a hacer.- comentó levantando una ceja.
Procesó sus palabras tratando de entrever si eran verdad. La conversación sacudió a Charles y le relajó por partes iguales. Percibiendo su honestidad tomó una decisión. Daría lo mejor de sí mismo, este trabajo podría ser una buena oportunidad para aprender más del gen X.- No, no tengo problema en revisar las mentes en busca de mentiras o ver algún recuerdo…
Dirigiéndose hacia la puerta se giró para mirar a Charles con un suspiro.- Entonces perfecto, vaya a por su maleta, le espera su primer caso.- El pensamiento de no tener nada preparado se le pasó por la cabeza a Charles. Supuso que podría pasarse en un momento por su apartamento a por un cambio de ropa.- Ah y por cierto Xavier… no es necesario que vista de traje mientras vaya formal… se nota que no está acostumbrado.- Concluyó con una risa floja.- Creo que se nota que no somos de esos equipos estirados. - Dijo colocando la pechera de su chaqueta de cuero marrón.
Tras confirmar con McTaggert que podía ir a coger una muda fue rápidamente a su apartamento. Cogió lo que consideró que sería necesario, la agente McTaggert le había mandado un mensaje con la ubicación e indicaciones para ir a la pista. No tardó mucho en dirigirse allí.
Por ahora su primer día no había sido nada catastrófico. Lo que le habían pedido hacer para el equipo, estaba dispuesto a hacerlo. Apenas había diferencia entre captar una mentira en un discurso y sentir las fluctuaciones de las emociones de alguien. Y pensándolo bien, el leer los pensamientos de criminales si era para salvar vidas… Sería capaz de hacerlo. O eso pensaba.
***
Fue el último en entrar en el avión, fascinado por el jet privado del equipo. Mirando los asientos dudó antes de sentarse al lado de Erik. Sus escudos eran buenos, pero aun así era capaz de sentir el rechazo que le producía su presencia.
Empezó a reforzar sus propios escudos para evitar escuchar tanto al resto. Entrelazó su mente a su escudo reforzado hasta ser capaz de sólo sentir emociones superficiales de los que le rodeaban. Esperaba que a futuro sus compañeros confiaran en que respetaría sus mentes. Ahora sólo le quedaba respetar su espacio hasta que se ganara esa confianza.
Se dió cuenta de que había estado parado varios minutos tratando de elegir asiento. Luego de pensarlo se decantó por sentarse al lado de Moira. La agente había sido de lo más amable y su lado seguía vacío. Nada más sentarse todos empezaron a colocar los informes que habían mandado desde Phoenix. Moira se encargó de llamar a Sean para seguir con la reunión en el jet. Charles se preguntó si siempre eran tan eficientes.
- Nos dijeron desde la comisaría de Phoenix que era un piroquinético, pero ¿cómo supieron que no es un pirómano humano?- Preguntó Alex mientras revisaba los vídeos.
- Según los informes hay dos testigos oculares del segundo incendio que dicen haber visto una figura en llamas. No se encontró ningún cadáver ni restos. Tampoco combustible o acelerantes.- Darwin contestaba mientras revisaba los informes.
- Hay factores que hacen que un pirómano actúe, como la pérdida del trabajo o el amor. Tenemos que tener esos factores en cuenta.
- Siento contradecirte Moira, pero si se trata de un piroquinético hay que tener en cuenta los factores a partir de su mutación.- Charles vió su oportunidad para poder contribuir, quizás sus conocimientos le permitirían hacerse un lugar en la unidad. De paso podría hablar sobre su tema favorito de conversación. El gen X. Aclarándose la garganta continuó- Un piroquinético es diferente de los pirómanos. Su mutación les hace ser impulsivos, tienden a la violencia y son vengativos. Según las estadísticas es probable que sea un hombre, hay una menor cantidad de piroquinéticas mujer, aproximadamente son el 7%.
- ¿Cómo es que sabes tanto sobre los piroquinéticos?- La voz seria de Erik sorprendió a Charles, su tono neutro se notaba forzado.
Incómodo ante la atención de sus nuevos compañeros se encogió de hombros antes de responder.- No es que sepa sobre los piroquinéticos en particular. Mi tesis se basó en el estudio del gen X. Por lo que estudié las diferentes mutaciones y cómo se presentan en cada individuo.
- Aquí nuestro amigo Charles tiene tres carreras universitarias, cuatro másteres de posgrado y varios trabajos de investigación. - La risa de Sean se escuchó desde la pantalla que habían colocado para hacer videollamada.- Es un cerebrito el nuevo.
- ¿Me has investigado?- Charles se preguntó qué habría de él en la base de datos del Gobierno. Había tenido una vida tranquila y siempre solía obedecer las reglas. Su puesto en el equipo seguramente se había dado por su telepatía nivel alfa, más que por delitos, como el caso de Raven.
- Solo te investigué un poco, ya sabes… A qué te dedicabas antes, si tienes multas… No me esperaba que no tuvieras carnet de conducir porq-
- Sean basta, ya hemos hablado sobre buscar información confidencial sobre los compañeros.- Reprendió Moira- Siempre igual…- Suspiró.- Vamos a centrarnos. Sean necesitamos una lista de todos los piroquinéticos registrados de Phoenix. ¿Cuándo fue el primer incendio?
- Hace dos meses jefa, el segundo hace una semana y el tercero hace dos días y ayer el cuarto.
Mirando su libreta con anotaciones Moira murmuró- Se está acelerando.- La mujer no parecía haberse dado cuenta de que había pensado en voz alta. Desde su asiento Charles podía sentir cómo la mente de Moira hilaba los datos del caso y trazaba planes. Por lo poco que sabía de la UAC, ella era la encargada de realizar el perfil. Que si no se equivocaba explicaba la conducta del sujeto que buscaban. Una tarea importante, no era de extrañar su ansiedad.- Muy bien. Sean, necesito esa lista. Los demás nos dividiremos. Darwin y Alex, vosotros iréis a la última escena, fijaos en si fue premeditado y dónde se inició el fuego. Erik y Charles, vendréis conmigo a la comisaría a presentarnos y estudiar lo que sabemos.
***
En la comisaría se presentaron al investigador responsable del caso. Un señor de mediana edad sobrevenido por la idea de tener un mutante agresivo en su ciudad. Fue el agente quien les ofreció una sala en la que se establecieron. Sacando los informes que habían traído de Quantico y colocando un mapa de la ciudad marcando los incendios empezaron a hilar teorías. Poco después de sus primeras hipótesis llegó la lista de Sean con los piroquinéticos de la zona. Había cinco hombres registrados, todos con antecedentes personales. Tres de ellos nivel delta y dos beta.
Colgando el teléfono Moira habló.- Según lo que han visto Alex y Darwin en la escena del último incendio no parecía planeado. Hay señales de un fuego pequeño, como una prueba antes de encontrar el objetivo. El fuego arrasó parte de la primera planta. Ese poder implicaría al menos una mutación de nivel beta.- Moira suspiró.- Por las fotos de los incendios, diría que es un hombre de entre diecisiete a veintisiete años. No parece tener un buen control de su don, sólo es capaz de activarlo y desactivarlo. Está degenerando, primero una fábrica, luego un edificio abandonado… Ahora son edificios de apartamentos.- La frustración se marcaba en su voz.
Para Charles era fascinante toda la información que había conseguido obtener del sudes sólo con las imágenes de la escena. Sudes. Sujeto desconocido, Moira le había explicado de camino a la comisaría que ese era el término correcto a usar al referirse a los criminales que buscaban. Estaba aprendiendo mucho en poco tiempo, pero siempre había sido un apasionado del conocimiento.
- Siente rabia hacia algo o alguien. Ahora busca hacer el mayor daño con cada incendio. Puede que incluso se trate de pruebas antes de un objetivo mayor o de su objetivo. Cada vez más víctimas y por lo que se ve en el último incendio, no va a parar ahí, ese tipo de rabia solo aumenta con el tiempo.- Erik hablaba como si conociera lo que se sentía.
Charles tuvo que hacer un esfuerzo consciente para no acercarse en su mente. No quería fisgar, sólo ver parte de esos sentimientos nublados detrás de esos ojos grises. Una pena que Erik pareciera estar en su contra, era justamente el tipo de Charles. En otras circunstancias hubiera usado alguna de sus frases para ligar.
- Tenemos dos sospechosos.- Dijo Moira sacando a Charles de su ensoñación. Levantándose de nuevo de la silla donde se había sentado tras contestar la llamada Moira fijó su mirada en Charles.- Tenemos dos sospechosos posibles, vamos a hacer un interrogatorio. Espero que no sea demasiado para ti, Charles. Todavía no sé hasta dónde alcanzan tus habilidades.
La mirada que le había dado el telépata a Erik no le pasó desapercibida a Moira. Puede que se equivocara, pero le pareció ver cierta atracción desde el más joven hacia Lehnsherr. Su intención sería mantenerse al margen, aunque pensándolo bien, tampoco pasaría nada si les emparejaba de vez en cuando. Esto va a ser interesante.
- No, no hay problema. Nunca he participado en un interrogatorio, pero no creo que se me dificulte.- Contestó Charles con una sonrisa, Moira parecía satisfecha con la contestación, ignorando el resoplido de Lehnsherr.
- Tranquilo, el interrogatorio lo hará Lehnsherr, tú estate al tanto de la veracidad de lo que digan. Mandaré traer a los sospechosos.- Erik puso los ojos en blanco.- Me gusta la idea de poli bueno, poli malo. - Moira le guiñó el ojo a Erik, mientras sonreía por su reacción.- Creo que ambos dais la talla.
***
Veinte minutos después ambos se encontraban en la sala de interrogatorios. Debían esperar a que les trajeran al primer sospechoso.
El silencio era incómodo, el ambiente tenso. Charles no podía evitar sentir la tensión y emociones que emanaban de su compañero. Comprobando sus escudos Charles se percató de que no podía asilarse más, por lo que tendría que conformarse con sentir la tensión e incomodidad de Erik.
Girándose ligeramente en su silla para mirar a Charles, Erik rompió el silencio.- Quiero dejar algo claro.- Su voz era cortante, apenas controlada.- Llevo cuatro años trabajando con el equipo. Todos nos consideramos una familia. Nos protegemos unos a otros.- Charles pudo notar la rabia que salía de Erik a intervalos.- No pienso dejar que nada ni nadie les haga daño.- Su mirada se oscureció. - Son niños, no soldados. Cassidy hace poco cumplió diecinueve y Summers y Muñoz apenas tienen veintidós años.- La rabia de Erik se volvió más intensa antes de controlarse de nuevo.- Howlett suele ser más juicioso respecto a la gente, pero se ciega con las opiniones de McTaggert.
- ¿A qué viene esto Lensherr? No he hecho nada para hacer daño a la unidad, ni busco hacerlo… - Antes de poder terminar fue interrumpido de nuevo por el discurso de su compañero.
- Cierra la boca. - Soltó con rabia Erik. Charles abrió los ojos sorprendido. Seguía sintiendo la rabia cada vez peor contenida que emanaba del alemán.- Ni siquiera sabes nada del FBI ni de lo que hacemos.- comentó repugnado con una sonrisa sardónica.- No se me pasa desapercibido que entraste a la unidad por ser un riesgo, no por méritos, ni por querer entrar en el equipo.
Esas últimas palabras sacudieron a Charles. - ¿De qué estás hablando? Yo no… no sé porqué se me asignó el puesto.- Contestó Charles confuso, había dado por hecho de que se debía a su mutación. Un telépata alfa era un gran recurso para cualquier empresa, ¿por qué no algo que tener en cuenta desde el Gobierno?
- O eres muy buen actor o de verdad no tienes ni puta idea de porqué te dieron el puesto, lo que se me hace raro. ¿No se supone que lees la mente?- El comentario fue lanzado con sorna, poniendo los ojos en blanco.
Un insulto. El dolor de los comentarios de Erik fue reemplazado por la rabia. Los prejuicios hacia los telépatas no eran nuevos, pero hacía años desde la última vez que le habían insultado a la cara.- No soy así, trato siempre de permanecer en mi mente y no invadir la privacidad de nadie.- Charles se levantó de su silla encarando a Erik mientras subía el volumen de su voz.- Nunca haría daño al equipo ni a nadie con mi telepatía. No tienes ningún derecho a hacer las acusaciones que estás haciendo.
Charles pudo notar la sorpresa fugaz de Erik. No se esperaba esa respuesta de un hombre aparentemente tranquilo, pero parecía estar preparado. Erik Lehnsherr no era una persona que se alejase de un conflicto sin dar pelea.
Levantándose de su propia silla Erik se acercó más a Charles. Sus caras se encontraban a centímetros. Golpeándolo levemente en el pecho con su dedo índice le contestó.- Tú, guapo, no te creas que por mantenerte en tu propia mente alguien deba darte las gracias.- La mesa de metal pareció vibrar con la ira de Erik. El telépata notó cómo se apretaba la correa de su reloj de muñeca.- Respetar la privacidad ajena es lo que debes hacer. Pero dado que parece que te vas a quedar por un tiempo en el equipo. Te aviso de algo, mantente fuera de nuestras mentes y quizás podamos trabajar juntos. Te estaré vigilando.
En ese momento se abrió la puerta de la sala de interrogatorios. McTaggert entró seguida de Summers y el primer sospechoso. Los tres les observaban.
No ayudaba que estuvieran de pie tan cerca el uno del otro. Ninguno de los dos sabía si las voces se habían escuchado fuera de esas cuatro paredes. Quizás su conversación acalorada la habían escuchado tras la puerta.
Reprimiendo tocarse la muñeca donde le había dañado el reloj, Charles se sentó de nuevo. No le daría la satisfacción a Erik de afirmar que le había hecho daño.
Haciendo un pacto silencioso ambos ignoraron la mirada interrogante de sus compañeros y comenzaron con el interrogatorio.
La tensión regresó rápidamente a la sala, ésta vez por otro motivo.
El primer sospechoso era un joven de diecinueve años que lucía nervioso. Sus ojos viajaban entre la puerta y Erik con ansiedad. Charles bajó sus escudos lo justo para poder llegar hasta los del chico. Se quedaría en la cara externa de su mente, lo suficiente cerca para detectar engaños y sus pensamientos presentes.
Antes de cerrar la puerta Moira había proyectado la palabra “sutil” desde su mente. Ir más allá de esa barrera de la mente del muchacho haría que notase la presencia de Charles. El telépata no creía que fuera un accidente. Las proyecciones con esa claridad eran pensamientos que se mandaban de manera consciente a la barrera externa de la mente. Era una orden que seguiría.
***
Después de dos horas y haber terminado los interrogatorios se dirigieron a la sala común para discutir lo que habían averiguado del caso.
Erik se sentó en la mesa con el resto de sus compañeros, seguido de Charles.- Estos sospechosos han sido una pérdida de tiempo. Luke Morgan toma supresores recomendados por el médico tras incendiar la casa de su exnovia. Cassidy necesitamos saber si de verdad se los está tomando. -ordenó Erik volteándose hacia el teléfono en el que se encontraba Sean en llamada.
- Ya hablé con su agente de la condicional. Su última analítica es de hace cinco días.- Se escuchó cómo Sean tecleaba a través del teléfono.- Os he mandado los resultados, para que los revise Charles.
- Que tuviera supresores en sangre hace cinco días no quita que pudiera cometer los delitos, ¿no? Quizás es lo suficiente fuerte para poder luchar contra los efectos o con no tomar el día del incendio ser capaz de funcionar.- Razonó Alex mientras revisaba las notas de los interrogatorios.
- Es poco probable. Los supresores tienen una vida media de al menos cinco días en mutantes de nivel omega. Para un mutante de nivel beta como el señor Morgan, calculo que durarán al menos dos semanas los efectos en sangre.- Charles recogió el fax que había mandado Sean para revisar los resultados. - Y observando la analítica no se ha saltado ninguna toma, es imposible que fuera capaz de realizar al menos los últimos tres incendios.
- Entonces estamos en un callejón sin salida.- Comentó Darwin de pie delante del mapa con las localizaciones de los incendios.- Luke Morgan no es el sudes. Pero tampoco lo puede ser nuestro otro sospechoso porque no se encontraba en la ciudad en el momento del último incendio ni del primero. En ambas ocasiones se encontraba en el trabajo, su jefe ha confirmado que no faltó. Menuda mierda. Es bastante probable que se produzca otro incendio pronto y estamos perdidos- comentó sentándose exasperado en el sofá de la sala al lado de Alex.
- Hay algo que todavía no me cuadra. Si yo fuera el piroquinético y de verdad pensase en hacer el mayor daño posible en el edificio no lo haría así.- El comentario de Erik sorprendió a Charles, él mismo había notado una incongruencia con la forma en la que se produjeron los fuegos.- Si quieres quemar algo como un edificio lo quemas desde la base. De esa forma el fuego sube y no solo facilita que todo se queme si no que también hace más difícil que se pueda desalojar.
- Wow. A veces das miedo tío. - Comentó Sean con mofa. Parecía impactado por los comentarios de Erik.
Levantándose de su asiento Moira suspiró.- Algo está mal en el perfil. Debemos revisarlo. - Moira se acercó a colocar una pizarra blanca que estaba en la sala de conferencias. Colocándola de forma que todos la vieran escribió “Datos del perfil" .- Vale, está claro que es una persona joven. Las escenas son poco sofisticadas, no será mayor de 27 años.
- Debemos añadir que tiene que ser mínimo de nivel beta, aunque un alfa u omega también serían capaces.- Argumentó Alex a la vez que pasaba una pelota pequeña entre sus manos. Moira lo escribió en la pizarra.
- Si mi teoría de no quemar la base es correcta… El objetivo no es quemar la estructura del edificio, ni tiene carácter de terrorismo. Es algo más personal.- Opinó Erik mientras se acomodaba en su asiento atento.
- Vale, por ahora tenemos lo siguiente: entre 17 y 27 años; nivel beta mínimo y con objetivo personal.- Concluyó Moira tras mirar la pizarra.- Es bastante genérico.
- Ninguno de los piroquinéticos de la zona tiene motivos para quemar la antigua fábrica de colchones. Tampoco veo coincidencias de los cinco piroquinéticos con los edificios. - La voz de Sean se hizo presente, bajando los ánimos de su equipo sin percatarse.
El mismo Charles había descartado que pudiera ser una mujer, la estadística estaba en su contra, pero era la única explicación que veía plausible.- Sean, dijiste que eran cinco en la zona. ¿Tuviste en cuenta en tu primer filtro a las mujeres?- Erik estaba planteándose la misma hipótesis, era mucho más creíble que un piroquinético viajando a otra ciudad para quemar a esa escala.
- Sí, no… espera. -Se escuchó las teclas de un teclado de ordenador- No, no las tuve en cuenta. No fui muy feminista.- Su risa provocó una reacción en el equipo, desde una sonrisa en Erik hasta Moira poniéndo los ojos en blanco.- Tienes razón Charles, no son cinco, son seis en Phoenix. La mujer, Lara Wallace, es una piroquinética de nivel beta. Antecedentes leves, quemó el árbol de su vecina…-Tras una pausa, continuó con voz seria- es nuestra sudes. -Ante la revelación todos quedaron atentos a lo que el analista tenía que decir. Debían prepararse para ir en su búsqueda, pero primero tenían que escuchar toda la historia. Puede que Sean hubiera pasado algo por alto.- Fue desalojada de su anterior residencia por un tipo llamado Gideon Faik. Es el casero de dos de los apartamentos que se quemaron ayer.
- ¿Puedes localizarla?
- Sí jefa, estoy ya en ello. Estoy revisando la posición de su teléfono, tardará al menos veinte minutos.- Se escuchó un exhalación desde el otro lado de la línea.- Apuesto a que acertaréis si vais a la Universidad de Bradshaw. Hoy Gideon Faik iba a realizar una conferencia para los futuros empresarios.
- Estamos cerca de la Universidad, nos dividiremos ahí hacia los puntos en los que se podría provocar un incendio para hacer el mayor daño al señor Faik. Sean llámanos en cuanto sepas algo.
Quince minutos más tarde se encontraban en el campus universitario. Moira decidió que la mejor estrategia era dividirse en dos grupos para cubrir más terreno. Darwin iría con ella y Alex.
De nuevo Charles y Erik se encontraron emparejados por su superior. Lehnsherr iba a discutir las condiciones de la división, pero McTaggert le detuvo. Tenía sentido la separación, no sólo por cubrir más terreno. Ambos grupos contaban con un miembro capaz de defenderse a largas distancias, era lo más equilibrado.
Sean sólo había podido dar la localización con un error de cincuenta metros. Lo que colocaba a la sudes cerca de una estructura de madera junto con una carpa que habían colocado para la conferencia.
Moira dió el aviso a Darwin de llamar al resto del equipo tras localizar a la sudes detrás de la estructura. Se acercó lentamente para tratar de razonar con ella. Buscaba sacar tiempo para que llegara el resto del equipo y los servicios de emergencias.
La joven, al sentirse acorralada empezó a lanzar llamaradas hacia la carpa. La impulsividad de Lara había ganado y la parte posterior de la estructura empezó a arder.
Corriendo hacia la parte anterior de la estructura Alex empezó a evacuar a la gente.
Erik y Charles habían recibido el aviso de Darwin y se dirigieron allí corriendo. Cuando llegaron encontraron a Darwin usando su mutación para mantener a salvo de las llamas a Moira.
- ¡Va a incendiar todo! Debemos acercarnos más, quizás podamos razonar con ella.- Dijo Erik corriendo hacia donde se encontraban sus compañeros, quedando Lara entre ambos grupos.
La muchacha tenía la mirada perdida y mantenía dos bolas de fuego en las manos con las que trazó dos líneas en el suelo. El césped a su alrededor estaba calcinado por las llamas, la joven quedaba separada de ambos grupos por las llamas. Su respiración era irregular y tenía los ojos inyectados en sangre. Al fijarse en la llegada de más agentes su fuego cambió de intensidad, la temperatura del aire empezó a calentarse y Lara empezó a llorar.
- No quería hacer daño a esa gente. No quería. ¡Los apartamentos debían estar vacíos!- Sus gritos se escuchaban a través de las líneas de fuego que había trazado para separarse de los agentes.- Sólo él debía pagar. ¡Me lo quitó todo! ¡Por su culpa perdí la casa!
- Lara, déjanos ayudarte. No tienes porqué tener miedo.- Moira trataba de no sonar amenazante. Una de sus manos la mantenía extendida hacia Lara, la otra en la funda de su pistola. No quería disparar a la joven, pero no podía permitir más bajas.
- No quiero ir a la cárcel. ¡Él merece pagar! - Su respiración cada vez era más irregular. Su fuego, más intenso.
Ante un nuevo aumento del fuego Erik usó su habilidad para crear unos grilletes a partir de unos mosquetones que formaban parte de la estructura cercana. Al notar los grilletes en sus muñecas, el fuego disminuyó momentáneamente para volver con más fuerza.
Tras digerir la agonía que emanaba de Lara Charles enfocó su habilidad en ella. Esquivando los sentimientos que le apretaban la garganta y le hacían querer ponerse a gritar llegó a su mente. Atravesó la barrera y la durmió.
Lara Wallace cayó al suelo inconsciente. Alex apareció en esos momentos con un extintor que le habían dejado los servicios de emergencias. Apagando las llamas se acercaron a la joven.
- ¿Qué ha pasado?- Dijo Darwin mientras comprobaba su pulso. Era el único capaz de tocar a la chica sin quemarse.
Reprimiendo el impulso de preguntar sobre su don Charles sintió fascinación por su habilidad. Sabía que en algún momento cuestionaría sin tregua al joven, sin embargo, este no era el momento.
Acercándose con cuidado a la joven se aseguró que no se despertara y atacara de nuevo a los agentes.- Fui yo, la dormí.- Indicó Charles.
- Tú, cómo no. ¿No podías esperar a que siquiera convencerla antes de meterse en su mente?- La ira teñía las palabras de Erik mientras se giraba a hablar a Charles.
El telépata podía notar cómo su reloj vibraba contra su piel. ¿Un aviso? ¿Una amenaza? Erik mantenía un limitado control sobre su mutación. Era complicado no volver a hacer daño a Charles cuando también luchaba con los demonios de su propia mente.
No había querido dañar al telépata, ni pretendía volver a hacerlo. Era su compañero, no quería que su pasado afectase a su trabajo. Lo de la sala de interrogación había sido un desliz.
Cansado de acusaciones sin sentido Charles se defendió.- No había tiempo. Tuve que hacerlo, ella pensaba usar su poder para inmolarse. No quería ir a la cárcel, le daba igual a quién llevarse por delante. Así que ahórrate eso, Lehnsherr- no se iba a dejar intimidar por el más alto. No le gustaba tener que usar su habilidad como un arma, pero fue necesario. Y no había provocado daño alguno a la joven.
- Erik, esto es para lo que está Charles en el equipo. Ha asegurado a un mutante nivel beta sin causarle daño y sin permitir bajas.- El tono de voz de Moira no permitía discusión.- Buen trabajo Charles y bienvenido al equipo.- Dijo con una sonrisa.