Chapter Text
Harry y Ron estaban con su grupo de aurores en Selwyn Manor.
Después de la guerra, muchos mortífagos huyeron del país y, aunque pusieron órdenes de captura internacional, todavía no habían conseguido detener a los culpables.
Los hermanos Lestrange, Crabbe sr., Goyle sr., los hermanos Selwyn y muchos otros…
Por ese motivo, los aurores frecuentaban todas las mansiones, expropiadas por el Ministerio, para encontrar alguna pista que delatara el paradero de los mortífagos.
— ¡Nada! ¡Cada mes vamos aquí y no encontramos nada! — masculló Ron dando una patada a un árbol de la finca.
Harry entendía el odio de Ron hacia los mortífagos. Su hermano Fred había sido asesinado por uno y su hermano Percy torturado por otro. Quería ver a los torturadores de su hermano mayor en la cárcel o muertos, por suerte, el asesino de Fred también murió en la guerra.
— La semana que viene, volveremos a peinar la mansión. — ordenó su superior. — Debemos investigar de forma más exhaustiva la próxima vez. De todas formas, pediré al Ministro que me permita interrogar a los mortífagos o a las familias que tenemos en prisión.
Harry y Ron sabían el verdadero significado de la palabra interrogar, torturar. Y ese era el motivo por el que Kingsley se negaba. No quería que su régimen cometiera las mismas atrocidades que los mortífagos.
Ron y Harry se aparecieron en la Madriguera.
— ¡ALLÍ NO HAY NADA! ¡NADA! ¡NO SÉ POR QUÉ PERDEMOS EL TIEMPO SIGUIENDO BUSCANDO! — masculló Ron tras patear varios muebles.
Por suerte, Harry insonorizó la habitación. Si no, ya tendrían a la señora Weasley subiendo las escaleras y preguntando qué ocurre.
— Estamos en un callejón sin salida. — susurró Harry pasando las manos por la cara.
— ¿Crees que es buena idea interrogar a las familias de los mortífagos y mortífagos encarcelados? — preguntó Ron.
— Ya lo hemos hecho y no sirvió de nada. Ni siquiera con Verity, nuestra cuñada.
Verity era la hija del mortífago Treachery Selwyn, se casó con Fred poco antes de su muerte.
Ambos fueron a ducharse y bajaron a comer con los señores Weasley.
— Esta noche he invitado a cenar a toda la familia. — anunció Molly.
— ¿Celebramos algo? — preguntó Ron. No era el cumpleaños de nadie.
— No, pero no es necesario celebrar algo para juntarnos todos. — le corrigió ella.
— Simplemente queremos ver a nuestros nietos, ahora que Charlie ha regresado con Iggy de Rumanía a pasar unas semanas de vacaciones aquí. — explicó Arthur.
— Queremos ver a los trillizos.
…..
Estaba a punto de anochecer.
Teddy Lupin jugaba con los primos Weasley y con Harold Granger bajo la atenta vigilancia de los adultos.
Molly estaba encantada de ver a la pequeña Dominique en brazos de su madre, quien la amamantaba; Bill sentado a su lado le echándole un ojo a Victoire.
Harry se encontraba apartado con Ron y Hermione charlando de sus cosas. Todavía tenían esa pequeña costumbre, a la cual se había añadido Ginny.
— No deberíamos contároslo porque es información confidencial de la Oficina de Aurores. Pero, da igual. Total, estamos en un callejón sin salida. — susurró Harry.
— Sí. Así que, si no queréis meternos en problemas, mantened la boca cerrada. — les avisó Ron, aunque sólo miraba a su hermana.
— Que sí, Ron. No te preocupes. Ya no soy una cría. — respondió con fastidió Ginny.
— Otra vez hemos registrado las diferentes mansiones que el Ministerio embargó a los mortífagos y no hemos encontrado nada. — explicó Harry.
— Nuestro superior quiere pedir permiso a Kingsley para interrogar a los aurores. — siguió Ron.
— Ya sabemos lo que es interrogar para el auror Debbles. — bufó Hermione. — Por suerte, Kingsley se negará. Si torturamos y extorsionamos a los mortífagos presos y a sus familias, no seremos mejores que lo que ellos hicieron durante la guerra.
— Quizás haya sitios importantes en las mansiones que no exploramos o no hemos encontrado. — susurró Harry.
— Podríamos pedir a un Slytherin que conozca esas mansiones que colabore, pero muchos están en Azkaban o se negarán, por rencor. — masculló Ron.
— Verity está ahí y es Slytherin. Además, se crio en Selwyn Manor. ¿Por qué no le pedís a ella que colabore? — preguntó Ginny.
— Porque siempre que le hemos sacado el tema, responde con evasivas o de mala manera. — contestó su hermano.
— Normal, le preguntáis de una manera que parece que sea ella la criminal o su familia. Si vosotros os enfadáis si hablan mal de vuestra familia, ella también. — les reprochó Hermione.
— Mujer, su padre, sus tíos y su primo fueron mortífagos. — le recordó Harry.
— Pero habláis con ella de su familia que no es agradable de oír… como si ella tuviera la sangre contaminada por ser de esa familia… y puede que odie a sus padres y tíos, pero ama a su madre, tías y primos… y no los tiene cerca para que vean cómo crecen sus hijios. — respondió Hermione.
— Selwyn y Parkinson están en Azkaban y se cree que las señoras Parkinson y Selwyn huyeron y que sus hijos las ayudaron. — pensó Ginny.
— Eso nunca quedó demostrado. — le recordó Harry.
— Podéis pedirle a Verity que colabore, pero tratando el tema con su familia con tacto. — recordó Hermione.
— Sí, pero, ¿te gustaría dirigir tú la conversación? No eres auror, pero de mujer a mujer, quizás se abra más. — le pidió Harry.
— Y no la cagaste tanto con el tema de su familia como nosotros. — le recordó su novio.
— Está bien. — sonrió Hermione.
Todos se acercaron con su familia y se sentaron a vigilar a los niños.
Estuvieron un rato en silencio hasta que Hermione le preguntó a Verity.
— ¿Es muy diferente el ambiente entre la Madriguera y cualquier mansión sangre pura?
— Totalmente opuestos. La Madriguera es mucho más familiar, mientras que cualquier familia de la élite es más fría y más protocolaria. — respondió Verity sin dejar de mirar a sus hijos, Fred la dejó embarazada de cuatrillizos antes de morir. — ¿Por qué lo preguntas?
— No, porque en algunas cosas me recuerdas a Sirius Black. Tenéis mucho en común.
— Él mismo me lo dijo cuando coincidimos en la Orden del Fénix y todos los que le conocían a él también. Pero yo, sí tenía una buena relación con mi madre.
— Sí, Patricia Selwyn. Se casó con su tío. El hermano de su padre. — recordó Hermione en voz alta, sin darse cuenta.
— Sí, como su cuerpo había quedado quemado por el fuego maldito tras en el incendio que murieron sus padres; nadie quería casarse con ella. Ya sabes lo misóginos que son… y su tío Treachery se casó con ella. — contó Verity. — Ni siquiera supo lo que era enamorarse.
— Es inimaginable lo que sufrió tu madre.
— No sé si alguna vez supo que sus tíos, entre ellos su esposo, eran los asesinos de sus padres…
— Quizás, escuchara alguna conversación a escondidas y huyó, como tú.
— Hermione, si ese hubiera sido el caso, se habría puesto en contacto conmigo o me habría dejado un mensaje. No habría estado tan escondida sin decirme algo, aunque con eso pusiera en peligro su seguridad. Sé que ha fallecido, aunque no se haya encontrado el cuerpo. — Verity la miró, hasta ese momento había estado hablando sin quitar la vista de sus hijos.
— Entiendo… los aurores tendrán que seguir buscando. ¿Dónde estaban los cuerpos de tus abuelos? Si se me permite preguntar.
— En la Torre Selwyn.
— ¿Qué torre? Hoy hemos ido a registrar Selwyn Manor en búsqueda de pistas sobre donde están tus tíos y no había ninguna torre. — se sorprendió Ron.
— Eso es muy extraño. La Torre Selwyn es una torre que ordenó construir mi abuelo, el padre de mi madre y hermano mayor de los Selwyn, para poder hacer sus investigaciones de astronomía. ¡Le encantaba! Esa afición la compartía con mi madre y la tía Pamela, la madre de Pansy. Fue allí donde murieron el abuelo Levin y la abuela Carysse. Toda la familia conocía esa afición de mi abuelo por la astronomía. Así que, mis tíos incendiaron la torre y solo quedó el edificio quemado y nadie se acercaba. Si no lo derrumbaron en un ataque, debería seguir en pie. Estaba más alejado de la mansión, en un pequeño bosque que hay dentro de los terrenos de la propiedad. — respondió confundida.
— No había restos de ningún edificio, ni ruinas y mucho menos un pequeño bosque. Solo unos pocos árboles. — comentó Harry.
Verity le miró como si estuviera diciendo alguna estupidez.
— Suena a como si hubieran hecho un fidelio. Así es como se veía la Madriguera cuando pusimos el fidelio para la boda de Bill y Fleur.
Todos se giraron hacia Ginny.
— ¿Pero si han puesto un fidelio? ¿Quién y por qué? — se preguntó Harry en voz alta.
— ¿Le pedimos permiso a Kingsley para hacer una segunda inspección enseguida? — le preguntó Ron.
— Sí, ¿te gustaría acompañarnos? — le preguntó Harry a Verity. — Imagino que conocerás esos terrenos mejor que cualquiera.
Verity asintió.
Hermione le susurró a su novio y a su mejor amigo.
— ¿Veis lo que pasa cuando se mantienen conversaciones civilizadas sin acusar a nadie de ser un terrorista sólo por su sangre o casa de Hogwarts? Se consiguen avanzar grandes pasos.
— Por eso eres la inteligente del grupo. — le contestó Harry.
Harry y Ron estaban contentos de haber podido mantener una conversación sobre la guerra sin llegar a los gritos con su cuñada.