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Español
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Part 2 of Hwasan Watching
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Published:
2023-06-28
Updated:
2025-08-13
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14/?
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Ya no es sólo un privilegio

Chapter 3: Capítulo 1: ¿qué diablos es está situación?

Chapter Text

Cheong Mun no pudo evitar notar la reacción protectora de los niños con cierto orgullo.

 

"Ya veo, supongo que me equivoqué", admitió de manera poco sincera. "Me alegra de verte rodeado de personas que te aman y protegen."

 

Cheong Myeong tragó saliva, inclinándose en su asiento hacia Cheong Mun. Era una fila de distancia, simplemente el asiento frente a él. Aún así, la distancia se sintió infinita.

 

Baek Cheon bajó el brazo. Yu Iseol volvió a su asiento. La admisión trajo tranquilidad a ambas partes, pero la inclinación del cuerpo de Cheong Myeong les dijo todo lo que necesitaban saber para tratar a esta persona.

 

'Estos son los discípulos que he criado arduamente, Sahyeong.'

 

Cheong Myeong quería decir algo así, presentando a todos los discípulos del Monte Hua, señalando sus puntos fuertes, el potencial infinito para ser los mejores maestros en kangho y sus hábitos entrañables que había descubierto. 

 

El abad se aclaró la garganta. 

 

"Ese fue el final del prólogo. A continuación, comienza el capítulo primero."

 

Cheong Myeong tenía muchas cosas que quería decirle a su Sahyeong si tuviera la oportunidad, pero no de esta manera, no frente al mundo entero juzgando cada uno de sus movimientos. Cheong Myeong tenía gente a la cual quería proteger.

 

"El título es, ah," la sonrisa del Abad vaciló. "Disculpen mi rudeza. El título es: ¿qué diablos es está situación?"

 

Un sueño. No, no sabía si era un sueño o un recuerdo o una alucinación mientras bailaba al borde de la muerte. No sabía si ya estaba muerto, muriendo o aún vivo.

 

Todo lo que podía ver era el pasado.

 

Recuerdos de la infancia: su apariencia desde que ingresó por primera vez a la Secta del Monte Hua; las escenas de entrenamiento con Sahyeong; la vez que huyó de las estrictas reglas de la secta y se fue a ver el Mundo.

 

“Antes de un Guerrero, eres un practicante. Debes darte cuenta de que el poder sin ética es solo violencia”.

 

Yoon Jong asintió fervientemente. La implementación de algunas técnicas de entrenamiento deberían de hacerse con moderación.

 

Persistente.

 

Regaño constante.

 

Jo Geol enterró las lágrimas su corazón, completamente identificado con esas líneas. 

 

Los discípulos del Monte Hua quisieron señalar las líneas en la cara de Cheong Myeong, como si lo abofetearan con las escrituras sagradas para intentar darle algo de autoconsciencia.

 

Le aburría. Si bien fue Discípulo de la Secta del Monte Hua, no siguió completamente la enseñanza. A pesar de su talento natural, que le valió el título de 'Santo de la Espada de la Flor del Ciruelo', no era más que un mero principiante en la Secta del Monte Hua.

 

¿Por qué no se dio cuenta antes? Incluso cuando las enseñanzas no tenían sentido, incluso cuando se sentía fuera de lugar... todo lo que lo convertía en él se lo debía únicamente a la Secta del Monte Hua. Por eso admiraba tanto a la Secta.

 

El Santo de la Espada Flor de Ciruelo inclinó la cabeza. 

 

Sin embargo, el creyó firmemente que apreció la Secta más que nadie...

 

Quería verla crecer, protegerla para siempre con sus propias manos, para que nadie saliera herido. 

 

¿Cómo podría no apreciarla si él mismo hizo todo lo posible por ser su guardián?

 

Las escrituras, en cambio, podrían ser seguidas por las personas sabias como su Líder de la Secta Sahyeong o Cheong Jin.

 

Se dio cuenta demasiado tarde. En el momento en el que solo podía arrepentirse.

 

Los hombros de Yu Iseol cayeron un poco. Las palabras le recordaron a su padre, quien sólo pudo recordar todo lo que el Monte Hua había hecho una vez que era demasiado tarde, cuando sólo podía lamentar no haberlo apreciado correctamente.

 

Si solo hubiera prestado un poco más de atención a las enseñanzas, si solo hubiera sido un poco más fuerte, podría haber cambiado ese amargo final. Si tan solo él...

 

Cheong Mun intentó mantener el rostro serio, a pesar de que se marchitó lentamente con cada palabra. Esto fue todo lo que había temido que alguna vez Cheong Myeong llegaría a lamentar. 

 

"¿Te arrepientes de tus decisiones?" Cheong Myeong escuchó la suave voz de Líder de la Secta Sahyeong. Su padre, su hermano mayor, su familia: este hombre era el objetivo de Cheong Myeong. Quería seguirlo hasta el final, pero también era demasiado tarde para eso.

 

Cheong Mun sintió que sus ojos se cristalizaron.

 

"Cheong Myeong-ah", murmuró gentilmente, buscando la mirada del niño que crió todos estos años. 

 

"N-no, no es lo que parece", tartamudeó el Santo de la Espada Flor de Ciruelo. Apartó su rostro sonrojado, temblando de vergüenza y miedo a partes iguales. 

 

Incluso si eso era lo que pensaba, no había querido decirlo directamente. Si su Sahyeong no pensaba de la misma manera...

 

Cheong Mun atrajo a un reticente Cheong Myeong con un brazo sobre sus hombros. Cheong Myeong se relajó sobre el pecho de Cheong Mun, luciendo como un gato salvaje que luchaba duramente por no derretirse por las caricias de su dueño.

 

En voz baja, Cheong Mun susurró a su oído:

 

"Cheong Myeong-ah, te sostuve desde que eras un bebé cuando llegaste por primera vez a la Secta. Te di un nombre, te vi crecer y envejecimos juntos. Siempre has sido como un hermano menor para mí."

 

Sí, me arrepiento. Me arrepiento mucho, mucho, Sahyeong.

 

Ki Mokseung resopló, llevándose su puño a la boca para ocultar la sonrisa de satisfacción mientras se regodeaba de la desgracia de su gran enemigo. 

 

Era la clase de final miserable que había deseado con los dientes apretados cuando sufrió la humillación del Monte Hua en su punto más alto. Era lo que había sucedido, no podía cambiarse. Ki Mokseung sintió el nudo de su estómago causado por el Dragón divino del Monte Hua aflojarse un poco ante las buenas noticias.

 

"No hay necesidad de arrepentirse". Su voz emanaba calidez: "Después de todo, eres de la Secta del Monte Hua".

 

Cheong Myeong parpadeó furiosamente, evitando que las lágrimas se formaran por completo. Podía recordar esas palabras como si hubieras sido dichas ayer. No podía olvidar las palabras de su Sahyeong.

 

Cheong Mun levantó la cabeza, mirando a Cheong Myeong con determinación. 

 

"Pronto hablaremos", prometió.

 

Cheong Myeong asintió lentamente.

 

…Sahyeong. A Cheong Myeong le pareció que Sahyeong se estaba riendo. Siempre cálido y benévolo.

 

"Porque eres de la Secta del Monte Hua".

 

El Líder de la Secta Hyun Jong se secó las lágrimas con su manga, conteniendo un gemido lamentable sólo porque los Líderes de Secta y sus antepasados los estaban observando.

 

Hyun Young buscó un pañuelo en su túnica, dandoselo a Líder de la Secta mientras fingia que las palabras no lo habían conmovido a él también.

 

¡Tak!

 

Incluso entonces…

 

¡Tusk!

 

¿Eh? ¿Qué?

 

"¡Aggggggggggggghhh!” ¡Duele! ¡Mi cabeza! ¡No lo entiendo! ¿Qué clase de dolor es este? ¿Es esto lo que se siente cuando te cortan las extremidades?"

 

"¿D-Demonio Celestial?” ¿Ese bastardo no está muerto todavía? Cheong Myeong instintivamente levantó la mano para protegerse la cabeza. Si aún no estaba muerto, estos ataques acabarían con él para siempre".

 

La audiencia se puso alerta con la mención del Demonio Celestial. 

 

Si el Santo de la Espada Flor de Ciruelo había acabado encontrándose con el Demonio Celestial de alguna manera después de su muerte...

 

"¿Demonio Celestial?" Pero la voz que le respondió no era la del Demonio Celestial, sino una voz espesa y llorona que no reconoció.

 

"¿Eh?" Cuando abrió los ojos, la cara era igualmente desconocida.

 

¿Un mendigo? Mendigo. Un principiante, a juzgar por el nudo atado alrededor de su cintura, acababa de empezar. Un Mendigo entre Mendigos.

 

Yoon Jong abrió la boca, señalando con un dedo tembloroso al podio. 

 

"Sasuk, ese no era... Ya sabes, 'el mendigo' que... "

 

Baek Cheon apretó los puños cuando se dió cuenta.

 

"¡Ese maldito mendigo!" Luego bajó la voz, tosiendo. "Ejem, ese mendigo ... Fue su culpa... Todo este tiempo, nuestras cabezas, por este momento... "

 

Las palabras ni siquiera eran coherentes, pero los discípulos del Monte Hua lo entendieron. El dolor comenzó a resurgir en sus cabezas como si sólo las palabras pudieran traer de vuelta las sensaciones. Era esa clase de poderoso trauma el que los hizo encorvarse sosteniendo sus cabezas como si Cheong Myeong acabara de darles una paliza.

 

"Siempre la cabeza... "

 

"Fueron seis, pero sólo avisó cinco... "

 

"¿No era demasiado? Creo que casi me dió una conmocionado cerebal."

 

"Mi cráneo se ha vuelto más duro."

 

"Ese debe de ser un requisito para entrar a la Secta del Monte Hua, un cráneo duro."

 

Cheong Jin se dió la vuelta, preocupado.

 

"Líder de la Secta Sahyeong, ¿qué le sucedió a la Secta del Monte Hua con Cheong Myeong Sahyeong...?"

 

El Mendigo con la cara gruñona y desaliñada miró a Cheong Myeong.

 

¿Qué está pasando? No podía entender lo que estaba pasando.

 

Hong Daegwang estuvo a punto de golpear a uno de sus subordinados con molestia. Pero el culpable no se encontraba junto a ellos, desafortunadamente, sólo Gu Chil se sentó incómodo junto a él. Hong Daegwang no se atrevería a levantar la mano contra Gu Chil a menos que realmente quisiera morir de la manera más dolorosa y miserable posible. Si no es a manos del Dragón divino del Monte Hua, entonces por sus superiores.

 

“'Demonio Celestial' – ¡Sí, claro!” El rostro del Mendigo enrojeció de irritación: "¡Tú, holgazán, todavía hablas dormido! ¡Todos los demás se han ido a mendigar, pero tú todavía estás aquí durmiendo como si hubieras hecho algo grandioso! ¡Sí! ¿Crees que es gracioso?" El Mendigo levantó su vara de bambú.

 

Espera… ¿Este chico me está amenazando ahora mismo? Entonces así es como es.

 

"¿Eh?" El Mendigo se sobresaltó por la repentina sonrisa de Cheong Myeong.

 

"Míralo, pobrecito, no sabe el problema en el que se ha metido."

 

"¿Pobrecito? ¡Piensa en los problemas que nos ha traído!"

 

"Ufff, recordarlo hace que vuelva a enojarme, incluso si ya le dimos una paliza... Siento que no fue suficiente."

 

"Ese bastardo ya estaba lo suficientemente torcido pero tenía que ir y golpear su cabeza."

 

Era una situación extraña, pero no sentía que necesitaba molestarse con el contexto. ¿Quién era Cheong Myeong, después de todo? Se clasificó cómodamente entre los Tres Primeros de todos los numerosos Espadachines del Mundo. La gente elogió su estilo de espada como la verdadera esencia de la Secta del Monte Hua y lo apodaron el Santo de la Espada de la Flor de Ciruelo: los otros dos grandes Espadachines no eran dignos de ser sus oponentes. Incluso el Demonio Celestial, en sus momentos finales, reconoció el Arte de la Espada de Cheong Myeong. Los Discípulos y los Líderes de Secta se inclinaron ante él.

 

¿Pero este Mendigo lo estaba amenazando? ¿a éeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeel?

 

"¡Sólo escucha la manera en la que narra!"

 

¿Él está narrando?"

 

Yoon Jong hizo una pausa. 

 

"Eso parece."

 

"¿Eh? Ungh? ¿Te estás riendo ahora?"

 

"Mira aquí, niño".

 

"'¿Mira aquí?'"

 

“Estoy luchando por entender la situación, pero para empezar, puedes dejar eso”.

 

"En realidad, está siendo comprensivo", Jo Geol admitió. 

 

"No, tienes razón. ¿Reencarnar lo hizo más agresivo?"

 

"O salvaje."

 

"Como un perro rabioso."

 

"¿Es nuestro Monte Hua el problema?"

 

"¿Cómo podría serlo? Desde que llegó, ¡fue que la Secta taoísta se convirtió en una guarida de bandidos!"

 

Cheong Mun escuchó con un creciente dolor de estómago los comentarios aparentemente inocente de los niños.

 

Jo Geol agregó: "Pero fue el mayor Hyun Young el que intentó cambiar el nombre de la Secta del Monte Hua por La Montaña de Bandidos Hua."

 

Hyun Jong se giró rápidamente. "¿¡Que Hyun Young hizo qué cosa!?'

 

"Jej. Jajajajaja. ¡Jajajajajajajaja!” El Mendigo solo pudo reír.

 

Cheong Myeong frunció el ceño. ¿Cómo se atrevía a reaccionar así ante él?

 

Y luego el Mendigo golpeó a Cheong Myeong con su vara de bambú.

 

Eh. Cheong Myeong estaba estupefacto. ¿Cómo se atreve un simple Mendigo a hacer algo así, sabiendo quién era Cheong Myeong? Pase lo que pase, iba a arreglar la actitud de este Mendigo antes de que terminara el día.

 

Hong Daegwang se encogió en su lugar, agachando la cabeza como si hubiera sido culpable de los pecados.

 

No le extrañaba que El Dragón Divino del Monte Hua dijera que estaba a punto de destruir La Unión de Mendigos. 

 

Para el mejor guerrero del mundo ser golpeado por un mendigo...

 

¡Primero, tenía que detener ese bastón! Cheong Myeong levantó su brazo derecho...

 

…¿Qué?

 

¿Eh?

 

¿Lento? ¿Por qué sus brazos eran tan lentos?

 

El bastón era rápido, pero ¿por qué sus brazos lo alcanzaban tan lentamente? No tenía sentido, con su velocidad, ya debería estar sosteniendo ese palo.

 

¡Ay! ¿Quizás fue por sus heridas? Entonces todo lo que tenía que hacer era esquivarlo...

 

¿Oh? ¿Qué es eso? En el borde de su visión, vio aparecer una pequeña mano, moviéndose hacia el bastón a paso de tortuga.

 

Demasiado lento y…

 

…¿demasiado corto?

 

¿Eh? ¡Manos tan pequeñas no pudieron detenerlo! ¡Esto no iba a funcionar!

 

El palo aterrizó de lleno en la cabeza de Cheong Myeong.

 

Cheong Myeong se derrumbó en el suelo, convulsionando. Todos sus pensamientos fueron ahuyentados por el dolor desgarrador.

 

“¡Kuaaaaaa!” Cheong Myeong se agarró la cabeza y se dio la vuelta. ¡Incluso su brazo arrancado no le había dolido así!

 

"¿Está hablando en serio?"

 

Baek Cheon tosió. "Debe de ser por la energía espiritual acumulada en su antiguo cuerpo."

 

"Creí que era simplemente Cheong Myeong siendo dramático."

 

"Eso también es cierto."

 

Cheong Myeong miró a Baek Cheon con tristeza. 

 

Ya no era un secreto, pero ¿por qué nadie parecía respetarlo cuando supieron de su identidad?

 

"¡Bastardo!" El Mendigo se acostó con él en serio: "¿Situación? ¿Entiendes la situación? ¡Te haré entender! ¡Pero me aseguraré de que entiendas la situación primero! ¡Si te vuelves loco, te vuelves loco! ¡Bastardo estúpido! ¿El calor te ha podrido el cerebro? La medicina para el calor es recibir un golpe, ¡bastardo!"

 

“¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Mendigo loco! Detente ahora mismo, si no… ¡Ack!”

 

"¡Muere! ¡Muere!"

 

“¡Ah, duele! ¡Ack!” Los gritos de Cheong Myeong cambiaron poco a poco mientras lo golpeaban.

 

"-¡Bastardo! ¡No dejaré pasar esto! Me aseguraré de rasgarte…"

 

¡Pum!

 

"-¡Detente! ¡Detente ahora, por favor, idiota!”

 

¡Pum!

 

“—¡Ay! ¡Acckk! ¿Por qué me golpeas? ¡Ack!”

 

¡Pum!

 

“Tú, Mendigo, ¡ah, ack! ¡Lo siento!"

 

Los azotes continuaron sin remordimientos.

 

"...salvenm…"

 

¡Pum!

 

“¡Ayuda...!”

 

"Pffft," 

 

"N-no, no te rías ahora, mira cuánta gente hay aquí."

 

"¿No están todos conteniendo la risa? Mira a Bangjang, las comisuras de su boca no paran de contraerse."

 

Cheong Myeong se puso de pie de un salto. "No, estos bastardos, ¡acabo de morir para cortarle la cabeza al demonio celestial!"

 

Hye Yeon cantó una oración en voz alta.

 

Como para decirle que no había segundas oportunidades gratuitas, Cheong Myeong fue inmediatamente golpeado hasta convertirse en pulpa.

 

“Ack. Mi orgullo...”. Cheong Myeong sacó el trozo de tela que se había metido en la nariz.

 

"Por supuesto que fue lo que más le dolió."

 

"¿Cheong Mun Sahyeong...?"

 

El Santo de la Espada Flor de Ciruelo parecía traicionado.

 

"N-no, no es nada."

 

“Ah, ahhh”. En el momento en que vio las manchas rojas, la cara de Cheong Myeong cayó.

 

¡Una hemorragia nasal! ¡Ni siquiera una hemorragia nasal por heridas internas, sino una hemorragia nasal por haber sido golpeado! ¿Cómo tenía eso sentido? No era solo la hemorragia nasal, nada había tenido sentido desde que abrió los ojos.

 

Por no hablar de sus párpados magullados, parecía que ninguna parte de su cuerpo quedaba intacta; golpear a alguien tan a fondo tenía que ser todo un arte. Si alguien no lo hubiera detenido, ¡habría seguido golpeando!

 

"Mira quién habla."

 

"¿De ahí lo obtuvo?"

 

"Cállate, me estoy volviendo a enojar."

 

"Es imposible que todo lo haya aprendido de una paliza."

 

"Pero hay que ver cómo golpean los mendigos para aprender a golpear correctamente... "

 

¿Había sido golpeado así alguna vez en toda su vida? A pesar de todas las bromas que había hecho en la Secta del Monte Hua, famosa por ser muy estrica, nunca había sido golpeado tan salvajemente como ahora.

 

Cheong Mun asintió satisfecho, luego se preguntó a sí mismo, ¿era esta la solución a sus problemas?

 

Baek Cheon, la mayor víctima de Cheong Myeong, no estaba tan tranquilo.

 

"¡Sí, así se supone que debe de ser una Secta, bastardo! Mira cómo nos golpeas— Ugh, mi estómago..."

 

"Sa- Sasuk, ¿estás bien?"

 

Tang Soso rebuscó entre sus pertenencias. "Lo siento, no tengo medicina para el estómago."

 

¡Sufrir tal humillación por primera vez a manos de un Mendigo…!

 

"Lo voy a arruinar… ¡Ese bastardo! Lo derribaré". La ira y la irritación se agitaron dentro de él.

 

Cheong Myeong yacía en el suelo. Si actuaba por capricho, solo lastimaría su maltrecho cuerpo.

 

“No, en lugar de eso…” Cheong Myeong se levantó y miró hacia el río.

 

Un joven rostro desconocido lo saludó. Cuando Cheong Myeong torció su rostro, el joven también lo hizo; cuando Cheong Myeong suspiró, el joven también lo hizo.

 

"...¿Que está pasando?"

 

¿Por qué está la cara de un niño en el agua?

 

No, era una cara bonita. El cambio en su rostro no le molestó—después de todo, cuanto más joven mejor, ¿no? Pero era demasiado joven. Aunque, mejor jóvenes que mayores.

 

Yoon Jong lo regañó: "¿No te gustaría pensar un poco en el cuerpo de quién estás?"

 

Jo Geol se echó a reír.

 

"Imagina que reencarnara en un anciano."

 

Los discípulos del Monte Hua no pudieron contener las carcajadas.

 

"¿Es esto una comedia para ustedes ..?" Se preguntó Cheong Myeong en voz alta. "No, bastardos, ¿cómo es que resultaron ser tan torcidos?"

 

"¡Ten un poco de consciencia!" Regañó Cheong Mun desde el frente.

 

Cheong Myeong estaba a punto de responder cuando se congeló en su lugar.

 

Espera, esta vez no era la voz en su cabeza...

 

Además, no importaba cuánto los comparara, este rostro era mucho más encantador y hermoso que el del viejo Cheong Myeong. No tenía quejas sobre esta nueva cara.

 

Pero no estaba satisfecho con el hecho de que su cuerpo también era más joven.

 

"¡No estás satisfecho con nada!"

 

Cheong Myeong se dió la vuelta.

 

"Parece que se están divirtiendo, pero espero que recuerden que en cuanto salgamos de aquí tendremos una sesión de entrenamiento muuuuuy larga", pausó. "Sólo ustedes y yo."

 

Los niños se estremecieron.

 

Pequeño. Las extremidades eran cortas, no porque fuera naturalmente bajo o algo así, sino porque era un niño. Peor aún, era todo piel y huesos. Incluso ahora, estaba demasiado cansado y hambriento para levantar una mano.

 

¡Ay, lo que sea!

 

"Entonces…"

 

En resumen…

 

"Esto significa que estoy vivo".

 

Tal vez "estoy" no era apropiado. No importaba lo duro que mirara, este niño no se parecía en nada al Santo de la Espada de la Flor de Ciruelo, Cheong Myeong. El Santo de la Espada se había ido: su Alma y todos sus recuerdos ahora residían en el cuerpo de un niño mendigo.

 

"Esto debe ser obra del diablo".

 

¿O tal vez fue la Reencarnación budista? Si hubiera sabido esto de antemano, se habría unido al Shaolin en lugar de a la Secta del Monte Hua.

 

Hye Yeon se animó, estirando el cuello para dirigir sus ojos brillantes a Cheong Myeong.

 

"Siju, tú..." Su tono se oscureció repentinamente. "No, por favor no lo hagas. No se puede acojer al demonio en un templo budista."

 

"Este maldito monje..."

 

"¡No puedes!" Exclamó Hyun Young, levantándose de su asiento. Luego cambió su tono a un discurso persuasivo. "En Shaolin el alcohol y la carne están prohibidos, ¡incluso tendrás que raparte!"

 

Cheong Myeong se estremeció.

 

"Nunca iría a Shaolin, puaj, no me convertiría en uno más de esos monjes calvos."

 

El abad se aclaró la garganta ruidosamente.

 

Se preguntó si el Demonio Celestial había usado algún tipo de magia repugnante en él. Pero si pudiera realizar tales hazañas, ya estaría gobernando el mundo entero.

 

"Entonces, ¿qué clase de poder fue el que trajo a Cheong Myeong dojang de vuelta a la vida...?" Se preguntó Lee SongBaek en voz alta. 

 

Cheong Myeong dejó escapar un suspiro. "No lo sé, pero no se puede mirar un caballo regalado en la boca."

 

"Debe de haber sido algún dios", supuso 

 

"O el diablo lo echó del infierno a patadas", se quejó en voz alta Baek Cheon. 

 

Los discípulos del Monte Hua asintieron junto a Baek Cheon, fingiendo no darse cuenta del ceño fruncido de Cheong Myeong.

 

A Cheong Myeong realmente no le importaba lo que había sucedido, pero tenía que admitir que todo lo que lo rodeaba era real. Esto no era ni un sueño ni una fantasía. Todo su cuerpo palpitaba de dolor; cuanto más pensaba en ello, más enojado se ponía.

 

"Nada cambiará si sigo sentado y pensando en ello. Primero, necesito averiguar qué está pasando y qué pasó exactamente. Cheong Myeong saltó y corrió hacia la tienda de los Mendigos".

 

O trató de correr, al menos.

 

“¡Kuk!” En un par de pasos, se cayó.

 

"¡Me golpeaste fuerte, bastardo!" Los ojos de Cheong Myeong rodaron con enojo: "Pase lo que pase, me aseguraré de devolverte el pago por esto".

 

La muerte no iba a arreglar su sucia personalidad.

 

"No digan nada."

 

"..."

 

"..."

 

"..."

 

"... Cheong Myeong-ah."

 

"¡Ni una palabra!"